A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Ginés Aniorte

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CUANDO ENTIENDAS [Mi poema]
Carmen Plaza [Poeta sugerido]

MI POEMA… de medio pelo

 

Cuando entiendas ya el diablo te ha vencido,
la muerte haga presente su arrogancia,
no intentes prejuzgar si el cielo ha sido
admite que al futuro, no hay instancia.

Cuando entiendas ya tu alma se ha perdido,
la senda que has de andar te suene a rancia,
que triste el corazón se encuentre herido,
carezcas de la fe y la militancia.

Cuando dudes real si aquí es tu estancia
e ignores si andas cuerdo, estás bebido,
percibas del final esa fragancia,
no sepas distinguir si ya te has ido,

hazte idea es un sueño que has tenido
de un ángel que da un beso y te levanta
llevando en la quietud hacia su nido,
el nudo así evitando en la garganta.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Carmen Plaza

INCENDIO

Está ardiendo mi casa, vieja cera,
panal que se deshace lentamente
y deja el frío hueco del ausente,
resplandor de la llama pasajera.

Alcanzado el final de la carrera,
cansada de vivir sólo el presente,
obedezco una voz incandescente
que me conmina a ser lo que no era.

El camino se vuelve a oscurecer
y en mitad de la duda me detengo
aferrada al espectro del ayer.

No puedo discernir si voy o vengo,
si atravieso la luz, y no sé ver
el tiempo que he vivido y que no tengo.
(Cautivas palabras).

EPITAFIO

Aquí yace mujer. Amó deprisa,
pago el reclinatorio, oyó la misa,
mantuvo el gesto leve, voz concisa,
el alma soterrada e indivisa.

Agradar al varón fue su divisa,
con un suave bosquejo de sonrisa.
Obedeció al dictado muy sumisa
guardando su virtud como Artemisa.

Quería ser poeta o poetisa,
hereje, capitán, sacerdotisa,
pero quedó atrapada en la impresisa

fragancia del ser viento o de ser brisa.
Bordó su desconsuelo en la camisa,
comió pan duro y se murió de risa.
(Cautivas palabras).

E S C R I T U R A

Renglones que rebosan espuma
y ahuyentan los abantos,
oraciones que humedecen las manos
y dejan la piel áspera, traspasada de signos,
rumores que ocultan la evidencia
y obligan a indagar el sentido profundo
aprisionado bajo el agua,
hipérboles saltando
en torno de los barcos que se atreven
a mellar su estructura,
multitudes que luchan y procrean
en el lecho gigante
y en desigual batalla contra el frío
blanden tiernas escamas.

Lejos, algún náufrago
se resiste a morir.

¿Quién puede descifrar, entre tantos borrones,
la escritura del mar?
(De Escuela elemental, 2007)

ODA A LA CADERA

Castillo encerrado entre ríos de arterias,
arquitectura viva
de piedras transitadas
por caudales de sangre,
calcárea base
a la medida del humano abrazo,
himen sellando el pórtico
detrás del vendaval,
cavidades templadas por rescoldos de luz,
caderas fértiles que albergan
todos los hijos de la tierra.
(De Fuera del paraíso, 2003)

NO AÑORO AL ANGEL

No añoro al ángel
que no sabe sufrir,
arar la tierra,
acariciar carne mortal.

Venero el equilibrio
de espíritu y lujuria
que proclama tu obra.

Obedezco tus órdenes.
Barro todos los días este templo
que nos sirve de asilo.

Cuando envíes
el anunciado terremoto
y se rompan de golpe los espejos,
¿cómo podré encontrar
mi vía solitaria?
(De Breviario para el bolsillo interior, 2006)

CAMINO LIBRE

Mis pies han hollado
varias generaciones,
surcos de compasión, vacíos cálices,
y aún no están preparados
para clavarse en mitad del sendero,
dejarse cortar como dos rosas,
oír caer sus pétalos
con lentitud, confundirse en el polvo,
ya nunca más doliente la malgastada piel,
y así dejar libre el camino
para todos los que van a llegar.
(De El rastro de la herida, 2011)

LEVA

Va el muchacho a la guerra como va
una gota de lluvia al lado de otras muchas
a cubrir el camino con su piel
y defender el cielo con sus botas.

Kilómetros de miedo.

En los charcos que pisa
los insectos pasean
sus músculos de acero.

El aliento se cuadra.

Preceden alaridos furtivos
que atraviesan el aire.

Va el muchacho a la guerra
a ganar nuevo espacio
para guerras futuras.

Le han prometido
que grabarán su nombre en una piedra.
(De La honda y el viento, 2011)

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MI POETA INVITADO: Ginés Aniorte

2.19.4

Hay un momento en que la luz y las palabras son inútiles;
se diría que a oscuras y en silencio vemos todo más limpio,
expresamos mejor los colmados matices de la vida
interior que nos recorre.

1.22.1

Las palabras son pájaros en el hilo del tiempo: el collar
con que este se engalana.

4.23.1

Sobre este mundo en ruinas se erigirá la verde enredadera
de la palabra olvido.

4.2.1

La inencontrable patria de los nómadas tiene un cielo
que cambia estrellas por palabras. ¡Qué luz más cegadora
para aquellos que vagan por la noche sin origen ni rumbo!
Editorial Renacimiento