QUÉ PASA CON LOS AFECTOS? [Mi poema]
Ángela Serna [Poeta sugerido]
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Ángela Serna [Poeta sugerido]
MI POEMA …de medio pelo
Qué pasa con los afectos,
los amores maternales,
los cariños a raudales
a los seres más dilectos.
Qué pasa, dime qué pasa
con los besos, los abrazos
que hoy están hecho pedazos
pues que nadie los engrasa,
los mimos, las carantoñas,
arrumacos a porrillo
que ya nadie saca brillo
porque dicen que son ñoñas.
Los halagos, los aprecios,
la querencia, las estimas,
los mimos, quizás las mimas
(esto va para los necios).
Apretones, achuchones,
rozamientos, devaneos,
los contactos, besuqueos
e incluso los mordiscones
en la oreja, en la rodilla,
allí donde el cielo brilla
donde suenan más canciones
de una forma tan sencilla,
tan sensual ¡qué maravilla!
©donaciano bueno
Qué ocurre que tanto nos preocupa aparecer como blanditos? Share on X
MI POETA SUGERIDO: Ángela Serna
Faltan palabras para avanzar
y ser más libres en la trama de la espera.
Faltan palabras para nombrar
el silencio blanco de la noche
que arde en sobresaltos absolutos.
Falta saber hasta dónde
y hasta cuándo perseguiremos
la palabra invertebrada
y única que me permitirá
nombrarte más allá del verbo.
Hoy he hecho el amor
con la palabra amor.
He despertado abrazada
a la palabra amante.
Hoy me he estremecido
en brazos de la palabra abrazo
y he degustado placeres
cabalgando a la grupa
de la palabra cópula.
Por fin, hoy me ha penetrado
el grito del silencio.
Hoy el verbo se ha hecho
carne en mí, y he
reconocido su tacto
al contacto con mi piel.
Desde la orilla, sólo me llega
la voz de un viejo sauce llorando
la pérdida, eterna ya,
de esa palabra que te nombre.
Una a una, el aire mece
las letras primigenias,
los sones de un lenguaje olvidado.
Y alguien, sentado en el umbral de los días,
recoge el canto entonado por sus ramas.
De eternidad en eternidad,
sólo las raíces
de este viejo sauce
recuerdan en silencio
la última palabra.
Sólo su frágil apariencia
afirmará, desde su languidez,
el paso de tu nombre
por mi ausencia.
La caída me eleva
a lo hondo de la voz,
donde, en eco, otros versos
refulgen babélicos y ciertos.
Descender es sólo un alto
necesario en el camino,
la búsqueda agónica
de luces y sombras enredadas
en el muro pétreo del sueño:
Inclinación marmórea
en la hora intensa del
silencio y en la claridad
urgente del adiós:
Un leve deslizarse por el acaracolado
alfabeto ideado desde el principio
en el principio
y hasta el fin.
Tu palabra,
prendida en un rosal,
-perfumada aunque marchita-
se resiste a ausentarse
con el viento de la tarde.
Fermentado ya el barro
que da forma a mi cuerpo de mujer,
transformo la materia primera
en ropaje de palabras:
lenguaje abisal con que vestir
la desnudez cáustica de mi voz.
Escritura:
unos instantes de libertad
ante el precipicio del mundo.
(De eternidad en eternidad, La Palma, col. Ministerio del aire)
MI POETA INVITADA: Gabriela Rey Guerra
Gabriela
Soy
La indómita frontera de mí misma
esta balanza de cristal que busca
La que esconde su noche
y a los malos
bajo el párpado trecho
y guarece las sombras
hasta el albor de la mañana
La que escribe versos bajo la lluvia
la que quiere todo, el amor
el hogar y el sueño
el mar, la montaña y tu boca
la que vaga en busca de la luz
la que codicia
expatriar desiertos
Soy
La que anda La isla
Y la isla dentro de la isla
La que no engendró
más que palabras
La que aulló tan lejos
La que rompió la jaula
La que cantó sin voz
ahogada por el verbo
La que quiso gritar y se contuvo
y sí engendró la sonrisa
como escudo entre las balas
Soy
Gabriela, María
Hellena, Rebeca
Marian, Apolonia y Juana
Soy Inconforme Bebé.
Nosotros
Qué destinos le esperan
a un hombre y una mujer
que sin verse presagian levedades
entre la maleza, en mi abra
Que sin tocarse resisten el tiempo
el viento
el polvo
el hambre
la vaga nada
Cuál el destino de los hijos
que la isla arrojó al agua
a la impenitencia de los abismos
a la memoria desarmada
Dónde quedó la rosa
entre mi trópico y el tuyo
que nadie aún deshoja
que nada
que vaga
Hacia qué allá te desvías
Dónde izo esta bandera desgarrada
y toco tu boca, mi vientre y esa nada
Cierro los ojos
me pongo a gritar dónde estás
Te veo loco, fisura en la montaña
Y yo sin mí, sin nosotros
sin este viernes de junio
sin morada.