A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Francisco García Jiménez

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QUIÉN TE HA VISTO Y QUIÉN TE VE [Mi poema]
Abel Alarcón [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

De joven me iniciaba yo en el sexo
atento a mis hermanos con sus chistes,
al ver que les hacía tanta gracia.
Dispuesto para dar mi primer beso
pensé intentar probar de esos alpistes
cayendo esa intención en la desgracia.

El cine y sus escenas escabrosas
y algunas de revistas a hurtadillas
siguieron intentando camelarme.
Metido en el jardín entre esas rosas
hacía con mi mente maravillas
con miedo a que pudieran observarme.

Mi vida sufrió un cambio radical
al irme yo a estudiar al extranjero,
inmerso en sus costumbres más paganas.
Aquello que en España estaba mal
allí no se ponía ningún pero
y nadie las tildaba de malsanas.

El ansia en descubrir ese erotismo
los velos con que el morbo se encubría
del sexo eran la sal y la pimienta.
Hoy viven atrapados con su autismo
el sexo se ha trocado en felonía,
y el mismo casi ya no trae a cuenta.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Abel Alarcón

La Abadesa

Por el jardín paseaba la Abadesa
Leyendo una oración de su breviario
Sus ojos eran de un azul turquesa,
Su tez como el marfil de su rosario.

Así cruzaba la divina obsesa,
Defendida de un mal imaginario,
Por aquel corazón que su pureza
Bordara en su bendito escapulario.

Junto a la hoja sagrada que leía,
Tierna recordación, simbolizada
En una seca flor la entristecía.

Cesó su labio de moverse en rezo,
Su pena se vertió cristalizada,
Y en la cruz y en la flor puso su beso.

Pascua

Elevó, adusto, el sacerdote anciano
de ácimo pan la nítida blancura;
trazo el signo de un símbolo su mano
y consumo la mística figura.

Plegose en el altar velo liviano
Y ante el pueblo, en beatifica postura,
Fulguró el sol flamante y soberano
De la enorme custodia, su hermosura.

Un torrente de luz bañó las naves;
Hubo explosión de gloria en el himnario;
Surgieron del armonio notas graves;

Cuando entre el humo undívago del ascua
Del coro voló un ave al campanario,
La campana mayor repicó a pascua.

LA AMISTAD

Vuestro amigo, es la respuesta a vuestras necesidades.
Es vuestro campo que sembráis con amor,
y cosechais con gratitud.
Y es vuestra mesa,
y el fuego de vuestro hogar.
Porque acudís a él para saciar vuestra hambre
y lo buscáis en procura de paz.

Cuando vuestro amigo revela sus pensamientos,
no teméis el NO en vuestra propia mente,
ni retenéis el SI.
Y cuando él guarda silencio
vuestro corazón no cesa de escuchar su corazón.

Porque en la amistad,
todos los pensamientos,
todos los deseos,
todas las expectativas,
nacen sin palabras,
y son compartidas con callado gozo.

Cuando os separáis de vuestro amigo,
lo hacéis sin aflicción.
Porque lo que más amáis en él,
puede ser más diáfano aún en su ausencia,
como para el alpinista la montaña aparece más despejada desde la llanura.

Y dejad que en la Amistad
no exista otro propósito
que el de profundizar el espíritu.
Porqe el amor que busca otra cosa,
que no sea la revelación de su propio misterio,
no es amor sino una red tendida,
y solamente lo inútil es pecado.

Y procurad que lo mejor de vosotros
sea para vuestro Amigo.
Si debe conocer vuestra bajamar,
dejadlo conocer también vuestra pleamar.
Porque ¿qué amigo es aquel
que tuvierais que buscar para matar las horas?
Buscarlo con horas para vivir.
Porque es misión suya
llenar vuestras necesidades,
pero no vuestra vaciedad.

Y, que en la dulzura de la amistad
haya lugar para la risa, y,
para los placeres compartidos.
Porque en el rocío de las pequeñas cosas,
el corazón encuentra su mañana,
y, toma su frescura.

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MI POETA INVITADO: Francisco García Jiménez

EN ESA HOGUERA ME QUEMO

Detrás de tus ojos hay un continente virgen
que se agita en la orilla de un mar claro o del cielo nuevo,
que envuelve tu alma con prodigiosa suavidad,
que despierta fuegos que el tiempo durmió…

Y en esa hoguera me quemo.

PERCEPCIÓN DE UN SEGUNDO NOCTURNO

Es la lluvia sobre un mar de afiladas hojas
en los cipreses de la ventana abierta.
A mi lado, te siento dormir sin verte,
y mi mano busca a cada hora tu sueño.

Imagen de un instante,
recortado en la claridad de la noche,
reflejado en el cristal,
de tu cuerpo rompiendo
la implícita forma de la distancia
sobre mi cama dormido.

De repente la súbita inmersión de los dos,
casi dulce y orientada a mis ojos,
te vuelve hacia mí sonriendo.
Abres los labios y me lo dices: te amo.
Me coges de la mano y haces tan tuya
la expresión de la nada ajena a nosotros.

Yo me despierto y pienso
en cómo ha pasado el tiempo
y en ese altísimo tramo
que nos separa.
Cierro los ojos,
apago los fuegos
con la lluvia sobre el mar de afiladas hojas
de los cipreses en la ventana abierta
y te recuerdo así.

Grupo Editorial RA-MA