A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
ALGO QUE FUE Y YA NO ES [Mi poema]
Esther Seligson [Poeta sugerido]New
MI POEMA... de medio pelo |
Otra vez más, sufro en silencio. Otra Y aunque le quise atar, entre mis manos No tiene vuelta de hoja. No resiste, |
MI POETA SUGERIDO: Esther Seligson
«Toda la luz»
Ella dice:
¿Cómo se arma un libro?
Igual que un barco,
le respondí a mi nieta
requiere de muchas travesías
de algun naufragio
tocar puertos seguros
una tempestad de tanto en tanto
marineros solidarios
paciencia inquebrantable
muchas plegarias por equipaje
y al timón
la povidencia.
Ella cita a Rilke: «El yo al transformarse en Obra, encuentra su salvación y su disolución en el universo.»
Oración del retorno
Envejezco Madre llevo a bordo mucho lastre
mas no quisiera aliviarlo pues tampoco ando a la deriva
navego entre islas que son calles que son ciudades
que son islas entre nosotros que son ríos
que son ribera desierto llanura navego
llevada por el ritmo de mi sangre
oleaje de memorias sin varadero
No quiero olvidar desprenderme dejar de ser pasado
no quiero perder ningún recuerdo ningún olor ningún instante
borrar ninguna imagen
aguardo no sé muy bien qué, es decir sí
y Tú lo sabes Madre, no hay enigma
al final del laberinto está la Luz
y hacia ella se enardecen mis anhelos
Nada más.
No me basta lo que alcanzo toco miro
me queda siempre un dejo de carencia
por más plena que sea la entrega
del creciente invoco ya a la luna llena
del mañana que será menguante retengo
lo fugaz lo tardío lo mendrugo
centinela de gestos y detalles coleccioné
miniaturas nimiedades entusiasmos
la tristeza en ánforas de barro mal cocido
los sueños en páginas sin quicio
celebré todo vuelo toda caída
y pedí perdón por mi indigencia mi sordera
el ciego ímpetu de inflamar a las palabras.
***
Cautiva de tanto sueño contrariado
hoy quiero libre ofrecerles perdón
a final de cuentas sin duda recibí la parte de felicidad
que en este mundo me corresponde
A tus pies ofrendo Madre
la servidumbre de mis reproches
quémala
la carcoma de repetirme en la misma letanía de dolor
quémala
la turbia resaca de remordimientos
quémala
la viciosa costumbre de esperar lo improbable
quémala
la excusa del miedo que paraliza cobarde
quémala
la bastarda disculpa del amor rechazado
quémala
la mezquina astucia de apresar el tiempo
quémala
la distorsión que se juzga fiel certera
quémala
la calculada incapacidad de reparar el daño
quémala
quema las escorias que lazan mi vuelo
y bendice Madre lo que aún me queda por andar…
Y otro:
Estás tan lejos me dicen tan sola
y respondo nunca lo suficiente
nunca lo bastante lejos la soledad
siempre hay quien la interrumpe el teléfono
el cartero vecinos y esa necia costumbre
de procurarse víveres no nunca lo bastante
sola lo suficientemente lejos transijo
Pago cuentas hago la fila en el correo
saludo sonrío tampoco el mar que me acompaña
está solo cuántos veleros barcos lanchas
guardacostas lo ocupan
A veces nos salamos el mar y yo
muy de mañana en un llanto mutuo
remojo los piés en su espuma fría
y escucho la risa de Adrián que se revuelca
me digo entonces que aún estoy cerca
demasiado cerca
que me ha anclado el dolor a la orilla
a este cuerpo nunca suficientemente solo
ligero lejano
ay tan presente
Y uno más:
Vengo de un largo
trayecto de abandonos
no soy la única
lo sé no lo presumo
pero son mis pies los míos
los que recorren y recorrieron
el camino mis pies y no otros
mi cansancio y fatiga
intemperie de abrazos
sin consuelo
ensimismada.
A LOS PIES DE UN BUDA SONRIENTE
Pero un buen día
cuando llegues a olvidar,
te va a sorprender la realidad.
Pura López Colomé, Intemperie
Para Sergio A. Vega
I
Vengo de un largo
trayecto de abandonos
no soy la única
lo sé no lo presumo
pero son mis pies los míos
los que recorren y recorrieron
el camino mis pies y no otros
mi cansancio y fatiga
intemperie de abrazos
sin consuelo
ensimismada.
ISLAS A LA DERIVA
El Yo es, por de?nición, puro silencio interior.
Teilhard de Chardin
I
Yo soy mi propio mar
el barco en que navego
el puerto la escala
el adiós el encuentro
el viaje y el trayecto
no hay errancia
sólo un perpetuo zarpar.
También soy mi propia isla.
RESCOLDO PARA UNA EVOCACIÓN
Hoy me duele la vida como si fuera un tajo
de cuchillo en las muñecas.
Me abruman los hechos de violencia que cunden
el filo de mi propia recóndita agresión.