A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Enrique Frías

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AMADAS OLAS [Mi poema]
Enrique Frías [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Lascivas y engreídas olas, tan plateadas,
que andando a la deriva nadáis de predio en predio
encintas de misterio, leyendas impregnadas,
dueñas sois de destinos, Quijotes sin remedio.

Ayer bajé a la playa, me encaramé a tu vientre,
-éramos dos amantes, éramos animales-,
con ansiedad trepando llegue al pecho turgente.
del placer disfrutamos nuestros juegos florales.

Mas poco fue y duró pues se asomó la brisa
y fue ya de esa guisa que en este corazón
el amor se durmió y se apagó su sonrisa.
solo queda el recuerdo pues que huyó la pasión.

Y desde ese momento se olvidó de soñar,
hundido en su amargura nunca volvió a la mar.
©donaciano bueno

Subirse al lomo de una ola tiene algo de erótico desde donde se puede volar con la imaginación.

MI POETA SUGERIDO:   Enrique Frías

NO VA A COMPONER TODO LA POESÍA

No va a componer todo la poesía
no va a modificar por completo la vida
no va a disminuir la fealdad o el dolor por completo
no te va a salvar por completo la vida

sin embargo viene a tu vida
para arreglar el instante
para perfumarlo
para poner en el dolor y la fealdad
un sedante
como una calma
porque, a pesar de tener la vida con dolor
la podemos soportar

La poesía llega a la vida como apoyo
como refugio, como entrada o salida,
la poesía sirve al creador y al consumidor
la poesía te salva
en diferente medida.

PONGO ESENCIA EN MIS MANOS

Pongo la delicadeza de las flores en mis manos
para así poder escribir
para así poder tener suavidad y esencia

Pongo en mis manos la fortaleza de la tormenta
de los puños del boxeador
para así poder dar un golpe
un despertar

Pongo en mis manos la virginidad de las islas
para así dar a descubrir nuevos hogares
Pongo la suciedad y la indecencia
la maldad y lo doliente
para dar a entender que no todo es felicidad

Pongo en mis manos la inocencia
para que en tu camino no dejes de jugar
Pongo mis manos
ofrezco mis manos
como si fuera un cristo, un papa
como si te fuera a dar
Ahora extiende tus brazos, tu carne, y tu alma al
poema No sabrás de mí en las palabras, sabrás de ti.

PROFESIÓN

Siempre estamos cercanos a la muerte,
así siempre hay algo crudo e impío que decir.
Las voces de una eternidad desconocida
van con uno,
en gargantas desanimadas
o firmes dedos que firman y afirman.
La pluralidad de la vida,
lo que hay que decir queda escaso,
al tiempo que erigen sonrisas
o se desbarata el llanto.
Porque se dice que ya no hay nada que decir
es que nos seduce escribir.
Porque se dice que no hay inicio ni fin,
es que nos seduce la vida y la muerte.

Yo iré al mar

Yo iré al mar,
para recordar que soy muy pequeño,
para recordar que no soy nada,
para recordar que nada en mí la infinidad
al sentir en mis pies la arena
y al sentir cómo limpia mis pies el tibio mar.
Yo iré al mar,
para quemarme y refrescarme,
para ver a lo lejos cómo las olas se divierten.
Yo iré al mar,
para recordar que no soy nada,
y que a la vez nada en mí la infinidad.
Yo iré al mar,
o quizá vaya verla a ella.

Poema a papá

Descansa en paz

Casi no lloré en tu muerte
pero internamente me partía
pocas lágrimas
muchos sentimientos y arrepentimientos

Casi no te lloré, pero desde la infancia lo hacía, cuando te fuiste por primera vez con ese mal; ese derrame cerebral

Casi no lloré en tu muerte
pero te lloro en un poema
en un recuerdo en el centro de la ciudad
cuando nos veo en el Zócalo, en la Alameda, o en la catedral
hablando sobre fútbol o sobre mamá

Te conservo en los bellos recuerdos
los pocos que me quedan
las pequeñas alegrías breves de la infancia
cuando me dabas un periódico a leer
cuando me montabas, –aun con mucho peso–, en tu antigua bicicleta
Cuando llegabas un viernes a limpiar tus viniles y cassettes
y sonaba Coniff, The Beatles, José José, entre cientos que por ti escuché

Casi no te lloré,
pienso en la muerte también como una salvación, sobre todo para tu cuerpo y tu existir que tanto sufría
Pienso en la muerte como un consuelo para quien es justo y necesario

Casi no te lloré
pero aquí te pongo otro poema.

Placer en mis manos

Otro pequeño poema de amor

Tengo entre mis manos un nuevo libro
me gusta su textura y su color
Tengo entre mis manos un nuevo mundo
me dará placer quitar el celofán
Tengo que abrirlo y acariciarlo
y olerlo antes de empezar a leerlo
Tengo que sumergirme en sus páginas
como en unas piernas suaves de mujer.

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ÉL ERA FELIZ [Mi poema]
Niki Naranja [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Él era feliz hasta que un día
ignotas veleidades del destino,
se quiso atravesar en su camino,
un bicho que torció la travesía
causándole un tropiezo repentino.

Vivía su segunda juventud
gozando de un asueto bien ganado,
después de tanto esfuerzo malgastado,
mirando de soslayo y al trasluz
al mundo que pasaba allí a su lado.

De vuelta ya del yugo los placeres,
escaso de delirios y pasiones
trataba de agotar sin dilaciones
el tiempo en escribir y a sus quereres
brindarles su calor, sus emociones.

No supo adivinar que nubarrones
llegaran a turbarle en esa estancia
¡qué importa si de China fue o de Francia!
lo cierto es que anegó a sus ilusiones
robándole a la vida su fragancia.

Que un bicho, un diminuto renacuajo
un día, cuando menos lo esperaba,
le vino a visitar y se prendaba
clavando con la daga un solo tajo
cual fuera que en la tierra ya estorbaba.
***
El hombre es ese ser que, prepotente,
se enfrenta a un buen morlaco diminuto
a ver cual de los dos es más astuto,
y el bicho con mirar solo de frente
le pega una cornada en un esputo.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDO:  Niki Naranja

GÉNESIS

Allá en los confines del lenguaje,
al borde mismo del silencio
una palabra, tenebrosa aún, se asoma ?

al balcón de lo factible y podría
ser el germen de un poema, o acaso
un propósito de enmienda… Mi hija
dice: «agua»; en ese instante,
y no en otro distinto, el universo
entero se detiene y toda el agua
habida en este mundo se transforma.

ESCRIBIR NO ES FÁCIL

Escribir es fácil. Escribir
poemas, aún más,
cualquiera puede hacerlo.

No hace falta mucho:

algo que trace, puede ser

un lápiz, un boli, un pedazo
de lignito, cisco, turba, saliva
o incluso sangre.

Hay gente que ripia con sangre
y eso es peligroso
ya que si el poema es malo,
y casi todos los poemas
son esencialmente malos
porque la gente que escribe poesía

lo hace, porque no le queda otra.

Pues, es un desperdicio,
esa sangre podría usarse
para otros fines:

menstruar, hacer amigos,
donaciones, etcétera.

Va, que me lío, en fin
se precisa también una superficie libre
para dejar constancia:

una pared, papel, servilletas usadas,
cuerpos —raídos o sin raer—
cualquier lugar es bueno
para hacer un testamento lírico.

Un corazón que bombee, un encéfalo
en su sitio.

Y lo más importante

Algo que escribir, y escribirlo
más o menos bien
por eso,

él o la poeta debe haber leído
a otros y otras antes.

Más que nada, para repetir
lo mismo, pero de otra forma,

y no contar boludeces

—como esta—.

***
Y de pronto,
ya era tarde.
***
Abrígales la infancia y
no pasarán frío
el resto de su vida.
***
Eterna mente guapa.
***
Voy cumpliendo daños.
***
Milagros son esas cosas
tan raras
que pasan todos los días.
***
Tengo la autoestima
por los sueños.

ANIDAR

Quedarse en las personas

como el vencejo
se queda en los alféizares.

Situando la expectativa
del nido, firme,

anclado a la cornisa.
Dejando el cielo raso,
libre,

abierto a mis espaldas.

NASCITURUS

Tuve una hija que murió pronto;
tanto de hecho,
que no llegó a ver la luz.

De vez en cuando le hablo,
y le pregunto:

del tiempo, del clima, o dónde
dejé tal o cual cosa.

Y Luz, que así se llama,
—ironías del azar—
me responde a su manera:

en silencio. Un silencio firme
que, por un instante apenas,?

lo ilumina todo.

GENUFLEXIÓN

Hay quien cree que arrodillarse
entraña un vivir en obsecuencia.
Yo soy libre, sin embargo,

me arrodillo.

Me inclino, frente al cardinal
misterio de las cosas,
como fiel subordinado

de mí mismo.

TUMBARSE

al borde de uno mismo
y mirar hacia el abismo
que se crea: la escarpa

que se abre a nuestro paso,
y la carne en rigurosa
regresión frente al vacío.

Asomarse al filo
de uno mismo, apelar
al misterio de costumbre.

Amar el declive, el escombro
la tendencia. Abrirse
en canal y abandonarse

al juego; al otro; en la caída.

LUZ

Tuve una hija que murió pronto;
tanto de hecho,
que no llegó a ver la luz.

De vez en cuando le hablo,
y le pregunto:

del tiempo, del clima, o dónde
dejé tal o cual cosa.

Y Luz, que así se llama,
—ironías del azar—
me responde a su manera:

en silencio. Un silencio firme
que, por instante apenas,

lo ilumina todo.

PARDINAS

Mi madre separaba las lentejas
sobre la mesa de la cocina.
Con calma

y destreza proverbial apartaba
lo malo —por ínfimo que fuese—
de lo bueno. Con gusto,
dejando a un lado el rígido
indumento
de la ciencia, me evisceraría
en cuerpo y alma
fiando el porvenir y sus metástasis
a sus manos
exigentes pero tiernas.

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