A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
CON POCO ME CONFORMO [Mi poema]
Eloísa Otero [Poeta sugerido]New
MI POEMA... de medio pelo |
Yo pa' vivir no necesito nada, Sólo pido la paz cada jornada No preciso de nadie que me arbitre Nadar contra corriente es divertido |
MI POETA SUGERIDO: Eloísa Otero
Hay cosas que se vuelven casi una historia
de subordinación
(una trama de personaje y frase
subordinada
a lo pequeño y hueco).
De ahí la búsqueda de gestos
que restituyan,
para los sentidos,
una vida normal
—desde la forma misma
de lo normal sin normas—.
Seguir los consejos de W. Benjamín:
escribir, anotar algo cada día.
Pero las cartas —dices tú—
son mucho mejores cuando ya no queda nada
que contar.
(…) Garrapateo.
Los dibujos son para que recuerdes
Las noches de la luna llena:
quien tiene dos casas pierde la cabeza.
quien tiene dos amores pierde el corazón.
(de Tinta Preta, Volumen CXVIII de Provincia, Colección de Poesía, junio de 1999)
Lo siento por ti, pero voy a escribirlo todo
«Lo siento por ti, pero voy a escribirlo todo.»
Tal vez así pretendías que yo me involucrase, que contara mi versión
de esta historia. Tengo una pequeña ventaja: tus cartas. Con ese regusto
a lo perdido y lejano de las frases.
Porque quizá se escriba también para que alguien en concreto sepa…
y aquí la palabra sea ya presuposición, duplicidad, pérdida.
Ya sabes.
Con el tiempo parece ir asentándose la rancia teoría
Con el tiempo parece ir asentándose la rancia teoría de que
la permanencia es la forma,
condición inexcusable de ese silencio de cuerda tendida que
a veces se da.
Ser resulta repentinamente dañino a los muchos recuerdos.
Panteísmo para aquella necesidad con toda independencia de
quien,
imagen y/o reflejo,
la formaba.
Resulta, de ese modo, difícil contarte de las cosas.
Voy a engañarte repetidamente de ahora en adelante
Cuéntame la verdad, sí.
Pero a ver cómo me la cuentas.
Voy a engañarte repetidamente de ahora en adelante:
en todos los momentos de escribir.
Sin una sola seña
de cómo van las cosas. Para que sólo sepas lo que pueda leerse
de los hechos:
señas y contraseñas, pendular.
Te rescribo
Te rescribo: «La historia de la carta anterior tiene algún viso
de verdad tan sólo,
la certidumbre de que pueda ser así,
o que se entienda así con ser de otra manera.»
Aquí nada resulta imperceptible: la palabra es una estrategia.
No hay diferencia entre aquello de lo que un libro habla y la
manera como está hecho,
y éste es en parte mi relato de tu historia y de su voz,
pero también un embalaje.
LOS POEMAS
Como enredando hebras de lana virgen
alrededor de un huso
pero sin tiempo para hilar
la hebra
y que crezca larga con las caricias de los dedos
a falta de rueca
hilar al hilo
de los días, hasta que encayezcan
las yemas del índice, del pulgar,
del anular, qué taquicardia…
y sin tiempo para hilar un poema
para tramar
algo
con todas estas crechas, rizomas,
palabras esquiladas que grafitan por libretas
en hebras en tinta todavía
y aún por devanar
qué devaneo
y con mucha
broza.
LAS AGUJAS
Las agujas no servían para coser.
En tu casa
las agujas eran fuelles
muelles
antídoto y veneno
aguas hipodérmicas, sin ojo pasen
los camellos,
acupuntura
hipnótica.
La aguja era ouija
deletreando el más allá
bailando
perdidita en la nada
como una miga
de pan.
Está templada la casa
y no sé
por qué no vuelves.