A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Edilberto Cardona Bulnes

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QUITARME DE ENMEDIO [Mi poema]
José Luis Rey Cano [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Yo un día lo elegí y hoy lo lamento,
nunca podré decir no me avisaran,
sé, no quise escuchar, cuánto lo siento,
obviar acompañarme en sentimiento,
tamaña decisión, que hoy se apiadaran.

Y decidí llevarla hasta el altar
haciendo de aquel consejo oídos sordos,
sin salvavidas lanzarme hasta alta mar
y anduve en un constante naufragar
en la gran profundidad de los fiordos.

Hoy solamente siento un gran pesar
mas comprendo no tiene ya remedio.
No deseo, no puedo ya esperar
que la calma me quiera acompañar,
sólo aspiro a quitarme ya de en medio.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  José Luis Rey Cano

Historia De Hoy

Cuando la tierra sea poesía
volaremos despiertos por detrás de las nubes
habrá una estrella en todos los tejados
y veremos las cosas que hasta entonces no vimos
la luna rubia baña los hoteles
hay una fiesta en el ático muchachas con los ojos de cerveza
bailar con ellas mientras se hunde el mundo
en la violeta claridad de junio
con monedas de espuma saltando en el bolsillo deseando llegar
y contar la aventura a los amigos mirad este es el cielo
os haré un mapa con palabras verdes
aquí está la verdad aquí está la belleza cuidado con el bosque
seguid este camino para entrar en el oro
aquí está la ciudad donde es imposible morir
comprad su luz famosa
llamando a las ventanas llegar tarde después
nuestra vida empapada por la lluvia naranja
ya lo veis ya lo veis
os dije que podíamos cantar
y entraremos cansados de volar
en una casa llena de manzanas
donde todo es muy lento y el mar aún no ha nacido
todo eso será cuando vivamos
cuando la tierra sea poesía.

CANCIÓN DE CUNA 1870

Un niño se ha perdido.
Por el camino de niebla
son fantasmas los olivos.
La iglesia está cerrada a cal y canto.
Ya no suena la música. Es domingo.
Barco pirata, el pueblo está hechizado.
Del cielo se desprenden los erizos.
Un ángel llora. El puente ya es violeta.
Han muerto los burgueses. Y un suspiro
se escucha al alejarse la carroza.
Rimbaud sueña con lobos y con lirios.

País poético en Rochester

Cuando la tierra sea poesía
volaremos despiertos por detrás de las nubes
habrá una estrella en todos los tejados
y veremos las cosas que hasta entonces no vimos
la luna rubia baña los hoteles
hay una fiesta en el ático muchachas con los ojos de cerveza
bailar con ellas mientras se hunde el mundo
en la violeta claridad de junio
con monedas de espuma saltando en el bolsillo deseando llegar
y contar la aventura a los amigos mirad este es el cielo
os haré un mapa con palabras verdes
aquí está la verdad aquí está la belleza cuidado con el bosque
seguid este camino para entrar en el oro
aquí está la ciudad donde es imposible morir
comprad su luz famosa
llamando a las ventanas llegar tarde después
nuestra vida empapada por la lluvia naranja
ya lo veis ya lo veis
os dije que podíamos cantar
y entraremos cansados de volar
en una casa llena de manzanas
donde todo es muy lento y el mar aún no ha nacido
todo eso será cuando vivamos
cuando la tierra sea poesía

Plenitud

Cuando murieron los poetas ingleses y franceses
la rosa florecía.

Cuando murieron los húmedos poetas alemanes
la rosa florecía.

Cuando murió Montale y el cielo se llenó de diamantes asmáticos
la rosa florecía.

La rosa florecía
cuando murió también Whitman el núbil.

Verde siempre el vestido de este aire.
Yo vivo con la rosa que no muere.

Baltimore

Para María José

Te quiero porque hay nubes amarillas
tu vestido en la lluvia
campanillas azules en los pies
se quieren cuando entra lentamente la luz

Te quiero cuando llegan los piratas
y la luna y la arena son todo mi tesoro
y acabo de lavar la ropa de los niños
y he perdido un recuerdo
los he visto quererse flotando sobre el mundo

Y ella tuvo la espuma yo la quise en el aire
y cogió él la luz cuando os besabais
nos queremos callando se quisieron a gritos
y las islas subieron y tocaron el sol
sí la quiso desnuda te he querido y dormías
en un mar infinito y un planeta naranja

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MI POEYA INVITADO: Edilberto Cardona Bulnes

Pedruscos rojos, pedruscos blancos.

¿Me puedes ver, hermano?
Recordando pudiera hablar de un cinturón
de hierro, de un collar de piedra,
de una frontera de plomo, constriñéndome.
Literatería. Literaterismo de verseros.
Contigo, Muerte,
nos respiramos la palabra.
Quebramos el espejo de entre nosotros
y a oscuras, a ojos cerrados, te miras,
me miras, como me miro, como te miro.
cambiamos ojos.
¿Cuáles son los tuyos? ¿los míos?
Cuando estamos más lejos
es cuando vamos por la playa
de la mano, perdiéndonos en hierba,
en nieve, y hallándonos
en cualquier parte a toda hora,
y esto, volviéndonosles, intransmisible,
no se explica ni cantándolo.
Nuestro lo mío tuyo.
Sin reservas. Sin regateo.
No hay cuenta con los hombres.
No debemos nada. A nadie.
¿Qué me han de cobrar? ¡Bah! ¿Quiénes?
¿Saldo o total de qué? ¿Cuál es mi deuda?

Clark Kent emerge de lo cotidiano buscando

su permanencia sobre la diaria grandiosidad
del periódico, visualizarse en la acción
deportiva, en la fresca juventud, infantilidad
instintiva del deporte y en la serena adultez
de la letra, el juego juego solo
y el juego del signo, lo inabstraíble
del acto, de lo real manifestándose, juego
vivo, y la realidad en abstraída
realidad altísima, sólo claridad
comunicándose, juego vívido; lo deportivo
y lo periódico, deporte y periodismo,
periodismo-deporte, lo fugaz renovándose,
nuevo, ¡ya!, fijación del instante,
del relámpago. Irrumpe día a día
cuajándose, vitalizándose a través
de los que han hecho de su vida
un juego palpitante, alucinante, candente,
ágil, digno de héroes, de campeones, dioses,
acto que asombra, pasma, da sentido,
razón a la existencia, como paradigmasde lo supremo, espectacular, indiscutible,
indisputable, irrecusable culminación
de lo máximo, lo único. Clark Kent, este
permanente periodista de la instantaneidad
contemporánea, de los entusiastas múltiples,
multitudinarios, de la aventura colectiva
sobre los verdes engramados claros,
animosa, estimulante, tonificante, alegre,
sana, fenomenal, del triunfo de la prontitud,
la rapidez, lo raudo, la agilidad,
la oportunidad, la audacia, la fuerza,
la inteligencia, el vigor, el amor, el coraje,
el civismo, el poder, cúspide inobjetable
de lo épico, lo actual, lo dinámico,
lo vital, lo genial; este periodista activo,
vivo, hábil, íntegro, convive, vive
con los mejores ejemplares humanos
y baja hasta nosotros diariamente
a mezclarse con nosotros por la amplitud
el desprendimiento ecuánime del periodismo
en su función testimonial, social, popular,
directriz, humana, sin más compromiso
que cubrir y cumplir con el deber
de informarnos ni más satisfacción para sí
que la misma del deber que se cumple
en favor de naturalizarnos ciudadanos del mundo,
habitantes, contemporáneos de la hora
del progreso, de la evolución, del ser histórico,
con los que hacen la historia
y son la historia,los prototipos del género, de la acción, del drama.
Clark Kent, nuestro cabal intermediario
lealtísimo, el informado, el conocedor,
sabedor de lo grande, de todo, de lo que no
supiéramos si no fuere por él, él,
el pavlov de la información; él, el bergson
de la novedad última, el perseo, teseo
de lo absurdo, prometeo, jesucristo
de la verdad, él, el servet de la vida;
él, el arquímides de las cosas; él, el sócrates
del honor; él, el descartes de la opinión
pública, proteo del ser, pluto, creso, midas,
onasis de la idea, freud de la razón,
ezequiel de la luz, alejandro del idioma,
bolívar de la palabra, se nos deja
aproximar como si fuéramos iguales
permitiendo tutearlo, poder decirnos
cómo estás, cómo estuvo eso, cuéntanos
haznos conocer, ansiamos, necesitamos,
nos urge saber. Clark Kent es el que sabe
y el que está entre nosotros, los anónimos,
y ellos, los epónimos, y aún así
participa de nuestra inutilidad,
nulidad, de nuestra abnegación, de esta
innata, atávica, adánica timidez
de estúpidos, los más que estúpidos,
los extranjeros, los inválidos, estos
que no pudimos ni podremos estar
adentro, los inferiores, los ínfimos,
esos desgraciados pobres diablospaupérrimos que no sabemos ni supimos
nada, aquellos execrables invasores
que no sabremos nada de nada… aquello.
Clark Kent nos salva, espartaco
de menesterosos ignorantes apátridas,
nos colma, nos significa, nos da el significado,
inventa ser uno de nosotros, miente ser
de nosotros el tímido, el encubierto,
y calcula, especula estafando
nuestra perfecta credulidad de imbéciles,
nuestra normal anormalidad desde
su juicio, desde él natural a nuestra
condición natural de idiotas, y cerca,
constriñe y avasalla, coloniza
bajo una falsa realidad que nos cae
pusilánime falsamente repitiéndonos.

Y venís, mariposas, por caminos i-rreales
a nos: (otros).
La nula existencia de ejemplares de este libro en las bibliotecas hondureñas llevó a la Editorial Ypres a investigar, hasta que llegaron a Sistema de Bibliotecas, Documentación e Información de la Universidad de Costa Rica, y finalmente en la Biblioteca Carlos Monge Alfaro, localizaron un ejemplar completo. La Editorial Ypres hizo una recopilación íntegra de los poemas tras encontrar el ejemplar original. Esta es una selección de algunos poemas que componen ese libro «perdido». La transcripción es textual, incluyendo algunos posibles errores tipográficos.