A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

FLOR DE UN DÍA [Mi poema]
Mayra R. Encarnación [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Resulta que él estaba equivocado
que aquello que soñó ya era mentira,
su excusa fue, la mente es que delira,
no acierta a comprender lo que ha pasado.

Resulta que soñaba y no veía,
inútil será ver estando a ciegas,
no supo distinguir ni poner pegas,
se suele disculpar, pues lo creía.

Que hay veces que no ves, que es fantasía,
así que se presente ante la duda
e intente, si es preciso, demostrarlo.

La mente solamente es flor de un día,
intenta aparentar sale en tu ayuda,
si insistes que lo ha visto, va a negarlo.
©donaciano bueno

La #mente es tan #loca como la #veleta...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Mayra R. Encarnación

Sombra

Veto tu necedad
sobre el ocaso de la lujuria
la piel escamosa surca el néctar del olvido
sucumbe en el camino desbordado por la pasión
siente
desborda ciénagas salitrosas
bosque despejado de nostalgia
alcázar derruido desde la mirada
no hay trueque combativo
ni entrega pasmosa
solo habita la oscuridad de tu sombra.

Somos indecentes

Somos indecentes
desde el día que elegimos amarnos
con la robustez del viento
o
el gimoteo de la luna
desde la alborada enjugada por los brebajes del cuerpo

Soy desde mi impúdica manera de transitar por la piel

Los pensamientos desnudos
excavan la duda
y
la aflicción
por tenerme

Sí, indecorosa dirían…
por vociferar al compás huracanado
los dictámenes de la supremacía
irracional
del sentir
vivir
y
exigir

Ovaciono mi desenvoltura…
porque me acompañan las cruces de tantas mujeres
sin voz
ni
epidermis

Ensalzo mi revestimiento de redención
por todo el camino recorrido
olvidado
sembrado
aniquilado

Somos indecentes
P.D. Defina el concepto indecencia.

Des(velo)

Desperté en el manar de Leteo…
Me contagió el cuerpo de su llanto
náufrago perpetuo
sustancia primaria
lluvia sumergida en la piel de su fluido

Camina su historia por mis pies descalzos
no hay suelo para tantas vidas
no hay fluido para tantos alientos
yacen los cuerpos calcinados
sepultan mujeres
cavan epidermis florestas
inhuman úteros amputados

¿Dónde habita el país de los sueños?
¿Cuándo caminaremos desnudas sin ser ajusticiadas?

Las corrientes arrastran ríos de amapolas
Las madreselvas musitan canciones de cuna

el pueblo se levanta
centellea viento borrascoso

P.D. “Es tarde para la rosa.
Es pronto para el invierno.
Mi hora no está en el reloj…
¡Me quedé fuera del tiempo!”.

Dulce María Loynaz

Tiempo muerto

Visité la penuria de tu piel
en la desembocadura
de mi apetito
Acerqué mi almizcle a tu esfera
Tus ojos rebosaban
las ansias por recorrer
desposeer
consumir
desconocer
Encontraste en mi pupila la fuerza de tu desvelo

Cada poro recorrió la memoria de lo vivido
(jamás olvidado)
Subimos a la estela
sin resquicios de culpas
Trabamos
Desanudamos
Atamos
Desatamos
Nos descaminamos

P.D. Regresamos al tiempo muerto.

Invisibles

¡Bienvenida al mundo de los seres invisibles!

(Escuché en la tele)

In

Vi

Si

Bles

No importa el ropaje

la voz

la entonación

In-vi-si-bles

Llueve la desolación

Relampaguea la epidermis deprimida

El espejo te deshoja

La tierra nos retuerce

Grito

Soberbia

Sueños sin descanso

Párpados sin revivir

In

Vi

Si

Bles

¿Quién te regresa al país de los sueños?

¿Cómo te alumbras en la caverna?

Tiro la cuerda

Usurpo la aldaba

P.D. Un virus desvalijó mi ser y estar.

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MI POETA INVITADO:  Paco Stanley

Poema del Padre

Oye negra, ¿te puedo hablar?
Ya los chicos se han dormido
Asi que, asi que deja el tejido
Que después te equivocas
Hoy te quiero preguntar
Por que motivo las madres amenazan a sus hijos
Con ese estribillo fijo de «¡ah cuando venga tu padre!»
Y con tu padre de aqui, y con tu padre de allá
Resulta de que al final, al verme llegar a mi
Lo ven entrar a Caín y escapan por todos lados
Y yo que vengo cansado de trabajar todo el día
Recibo de bienvenida una lista de acusados
Tú empiezas con tus quejas y yo tengo que enojarme
Igual que hacía mi padre al escuchar a mi vieja
Entraba a fruncir la ceja apoyando a ese fiscal
Que en medio del temporal se erigía en defensora
Lo mismo que tú ahora que siempre me dejas mal
Si los perdono, «que ejemplo ¿es así como los educas?»
Si los castigo «eres bruto, no tienes sentimientos»
A mi, a mi que llegué contento y no tuve más remedio
Que poner cara de serio y escuchar tu letanía
A mi, a mi que me paso el día pensando en jugar con ellos
Yo sueño en llegar a casa y olvidarme felizmente del trabajo
De la gente y de todo lo que pasa
Los hijos son la esperanza y el por que de nuestras vidas
Por eso nunca les digas «¡ah! cuando venga tu padre»
No quiero encontrar culpables, quiero encontrar alegría
Que no me pongas de escudo como lo hacía mi madre
Que consiguió que a mi padre lo imaginara un verdugo
El llegaba y te aseguro que se acababan las risas
Y en lugar de una caricia o hablarle como a un amigo
Lo miraba compungido, presintiendo una paliza
Y el pobre, que me entendía, sacudiendo la cabeza
Escuchaba con tristeza lo que mi madre decía
Y que él, y que él de sobra sabía «¡que con este no se puede
Que me pinta las paredes, que trajo las suelas rotas
Que la calle, la pelota, que me saca canas verdes!»
A la cama sin cenar, aburrido me ordenaba
Mi madre me consolaba y yo, y yo lo culpaba a él
A él que había llegado recién de trabajar cansado
Y ya lo había yo amargado con todas mis travesuras
Los hijos nunca analizan el sentimiento del padre
Porque el brillo de la madre es tan fuerte, que lo eclipsa
Solo le hacemos justicia cuando nos toca vivir a nosotros su problema
¡ ay.. si mi padre viviera ! que recién lo comprendí
Y por que nunca me dijo lo mucho que me quería.

Si hoy yo se cuanto sufría al ver enfermo a su hijo
Porque me miraba fijo el primer pantalón largo
Y se, y se que hasta me habrá besado cuando yo estaba dormido
Hoy que todo lo comprendo, ¿por qué no estás a mi lado?
¿por qué no estás ahora para besarte bien fuerte viejo lindo?
Y ofrecerte mi cariño a todas horas

Ves a tu hijo que llora, pero llora con razón
Porque te pide perdón pensando en quellos días
En que ciego no veía que eras puro corazón
Dejame negra que llore, es tan lindo desahogarse

En fin, veamos que hacen nuestros futuros señores
Mira esos pantalones, tápale un poco a la nena
Si, si, ya sé, no me lo digas, hoy se fue a la calle sola
Acuéstate rezongona, mañana, mañana será otro día

DE QUÉ SIRVE PENSAR? [Mi poema]
Jorge Drexler [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Pensar o no pensar? Mejor pensar.
¿A qué viene pensar? No trae a cuenta.
¿Echarte a navegar y naufragar
consciente que no hay agua en ese mar?
Quizás mejor andar. Y a marcha lenta.

¿Correr? No hay que correr. Ir más despacio
tratando a nuestro tiempo así estirar.
¿De qué sirve volar si en el espacio
el cielo a que levites es reacio,
no existe un asidero en que agarrar?

Buscar, buscar, buscar, mejor lo olvides,
si sabes que encontrar, no has de encontrar,
consciente no eres tú, que no decides,
ni sabes qué pedir, pues nada pides
seguro que ninguno vendrá a dar.

Vivir, eso es, vivir, es lo que importa,
de tanto en tanto huir, soñar, soñar,
mimando lo que a ti te reconforta,
sabiendo aprovechar, pues que es tan corta,
la vida pronto tiene que acabar.
©donaciano bueno

#Un sueño es la vida en tecnicolor? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Drexler

MILONGA DEL MORO JUDÍO

Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida,
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo,
no hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.

No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela,
no importa el disfraz que viste,
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera,
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.

Y a nadie le di permiso
para matar en mi nombre,
un hombre no es más que un hombre
y si hay dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
rumbo también del olvido,
no hay doctrina que no vaya,
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.

Jorge Drexler. Estribillo de Chicho Sánchez Ferlosio.

Para Gina

Gina va haciendo equilibrio
en la estela de un cometa
no existe brisa que no
haga girar su veleta.

El tiempo se ha distraído
dentro de sus ojos claros
mirándose en el rocío
de su mirar asombrado.

Como los coros de ranas
en las noches de calor,
su música no precisa
batuta, ni director.

Ni precisa exactitud
para ser coreografía
su ballet de colibríes
en grácil desarmonía.

La vida es dura, leve, fría
aburrida, hermosa, rara,
pero no se llamaría
vida, si no improvisara.

Porque una piedra preciosa
tiene siempre más valor
cuanto más sutil y cuanto
más raro su resplandor.

ASTURIAS

Vuelvo a Gijón a cantar
y el corazón se alza en vuelo:
de ahí, mi tatarabuelo
se lanzó a cruzar el mar.
Quizás me deba explicar:
yo soy Jorge Drexler Prada,
mi madre es de la camada
de los Prada de Quirós,
de Cienfuegos, y en mi voz
llevo a Asturias dibujada.

Universos paralelos

Mi anhelo no está mi anhelo se fue
detrás de ti, siguiéndote
Por la avenida
A vuelto a pasar
Mi anhelo volvió a tomar su propia decisión
Independiente de la mía
Que le voy hacer se trata de ti
y en eso él y yo
ya lo sabes
Opinamos diferente.
Yo contigo mantengo las distancias

Mi anhelo las rompe, alegremente
Llévate del aire el perfume de tu pelo
No ves que yo no sé qué hacer

Con mis dos universos paralelos
Mi anhelo no está mi anhelo se fue
detrás de ti, siguiéndote
Por la avenida
A vuelto a pasar
Mi anhelo volvió a tomar su propia decisión
Independiente de la mía
Que le voy hacer se trata de ti
y en eso él y yo
ya lo sabes

Opinamos diferente.
Yo contigo mantengo las distancias
Mi anhelo las rompe, alegremente

Llévate del aire el perfume de tu pelo
No ves

Movimiento

Apenas nos pusimos en dos pies
Comenzamos a migrar por la sabana
Siguiendo la manada de bisontes
Más allá del horizonte, a nuevas tierras lejanas
Los niños a la espalda y expectantes
Los ojos en alerta, todo oídos
Olfateando aquel desconcertante
Paisaje nuevo, desconocido
Somos una especie en viaje
No tenemos pertenencias, sino equipaje
Vamos con el polen en el viento
Estamos vivos porque estamos en movimiento
Nunca estamos quietos
Somos trashumantes, somos
Padres, hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes
Es más mío lo que sueño que lo que toco
Yo no soy de aquí, pero tú tampoco
Yo no soy de aquí, pero tú tampoco
De ningún lado del todo y, de todos
Lados un poco
Atravesamos desierto, glaciares, continentes
El mundo entero de extremo a extremo
Empecinados, supervivientes
El ojo en el viento y en las corrientes
La mano firme en el remo
Cargamos con nuestras guerras
Nuestras canciones de cuna
Nuestro rumbo hecho de versos
De migraciones, de hambrunas
Y así ha sido desde siempre, desde el infinito
Fuimos la gota de agua, viajando en el meteorito
Cruzamos galaxias, vacío, milenios
Buscábamos oxígeno, encontramos sueños
Apenas nos pusimos en dos pies
Y nos vimos en la sombra de la hoguera
Escuchamos la voz del desafío
Siempre miramos al río, pensando en la otra rivera
Somos una especie en viaje
No tenemos pertenencias, sino equipaje
Nunca estamos quietos, somos trashumantes
Somos padres, hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes
Es más mío lo que sueño, que lo que toco
Yo no soy de aquí, pero tú tampoco
Yo no soy de aquí, pero tú tampoco
De ningún lado del todo y, de todos
Lados un poco
Los mismo con las canciones
Los pájaros, los alfabetos
Si quieres que algo se muera
Déjalo quieto

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PENSAR, ASÍ SEA UN POQUITO [Mi poema]
Alex Richter-Boix [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A todos los que luchan por su tierra
que encuentran al luchar sendas razones,
a aquellos los que anidan emociones
que incluyen el llegar hasta una guerra.

Los mismos que sujetos a obsesiones
quisieran demostrar que hasta su vida
darían si así fuera por perdida,
dejándose arrastrar por las pasiones.

Conscientes que el lidiar es su destino
no paran a pensar por qué, siquiera,
y sienten que su estancia es prisionera
haciendo del luchar todo el camino.

Que salen a pasear con sus arengas
lanzando sus soflamas al contrario,
creyendo que entre todo el vecindario
solo ellos gozarán de las prebendas.

Confieso y aquí admito la disputa
pues yo que soy un lerdo no lo entiendo,
¿qué puede motivar seguir viviendo
haciendo las labores de un recluta?

Sabiendo nuestra estancia es temporera,
y pronto más que tarde nos iremos
¿por qué no aprovechamos, nos amemos,
dejando a la disputa que se muera?
©donaciano bueno

#Conoces alguien más tonto que el ser humano...? Share on X

Nadie, salvo el ser humano, es capaz de poner la inteligencia al servicio de la maldad.

MI POETA SUGERIDO:  Alex Richter-Boix

La noche es el vestido del mundo (I)

Un relincho de caballo.
Una expiración.
Un lomo sudado.
Húmedo.
Intenso.
Extenuado.
Repican los cascos de los caballos.
Adoquines húmedos por la lluvia de esta tarde.
Un charco captura la profundidad y delicadeza del cielo estrellado.
Hace bailar las constelaciones al son de los caballos.

Las cornejas alzan el vuelo ensombreciendo la noche.
Dejando un rastro de plumas descosidas.
¿Dónde irán a estas horas?
La oscuridad se las traga.
Devolviendo el eco del graznido.
Las sombras ya no tienen cabida.
El negro se cierne de nuevo sobre las calles.
Algo se ha comido a la luna y el charco ya no refleja nada.
No me veo.
Mejor.
En los espejos siempre veo al otro.
Por eso los rehuyo.
Me dan miedo.
Me dibujo de gato pardo y sigo mi camino.

La oscuridad es el vestido del mundo.
Con la noche en mundo calla.
La ciudad que me habita se despliega a cada paso que doy.
Las nubes siegan un cielo empapelado con postales de otros tiempos.
Identifico un nuevo punto de luz en la bóveda.
Un destello que tuvo lugar hace miles,
quizás millones de años, y que hoy me llega haciendo presente el pasado.
No existo para quien nos esté observando desde la oscuridad del espacio.
En este momento soy futuro no presente.

Madre que acicala cabellos alborotados

Es un peine que doma un cabello rebelde
No hay destino en ello,
sólo biología y leyes.
Como lo hicieron antes,
las cosas ocurren,
sin oráculo
sin profecia
sin cabala
ocurrirán mañana,
como lo han hecho hasta ahora;
con el mismo principio
con el mismo final.
Siempre la misma vieja memoria
extendiéndose en el tiempo.

Toda revolución acaba convertida en peine.
Todos los muertos tienen el mismo final.
Comida para el tiempo,
para el podenco tuerto.
Tierra sobre tierra que traga tierra.
Corren en la misma dirección,
para llegar a ninguna parte.

La transgresión agotada
da dentalladas al aire,
traga polvo en su sueño
que es sabor a muerte por la mañana.
Se enjuaga en el lago,
donde salta la trucha,
donde aguarda siempre una muchacha
de ojos níveos cortados a tijerazos,
mirada de incontables dimensiones
que siguen viéndote,
evocándote,
mientras los crímenes se repiten
en un Universo plano,
no excavable.

La memoria socava la vida,
la sumerge en un estado somnoliento
de lento inconsciente.
Su mirada bordada,
refleja mundos distantes,
bajo otro sol
de otra galaxia
de silencios que acechan,
de los que nos echan sobre los hombros
los muertos,
desde una eternidad caduca
que se pliega sobre sí misma,
donde todo queda solo
entre cabellos alborotados,
enmarañados, que ondean al viento
en una tormenta de harina
por la que pasean furtivamente
un muerto tras otro,
hasta esa madre de madres
que acicala dulcemente sobre sus rodillas
la vida que quiere ser vivida.

Paseo entre la ventisca

El cielo se volcaba delicadamente sobre el suelo en un movimiento lento y fluido.
El mundo había quedado reducido a un torbellino de cenizas blancas que borraba el horizonte.
Todo parecía estar suspendido en la nada.
Tú estabas a mi lado pero el espacio entre nosotros parecía cada vez mayor.
Más espeso y etéreo al mismo tiempo.
Simplemente se difuminaba lo que había entre nosotros.
Eramos pura ventisca arrastrándonos el uno al otro.
Subiendo y bajando,
arrojándonos,
de un lado para otro,
de aquí para allá,
contra un paisaje que desaparecía en cada uno de nuestros arrebatos.

Cuando la tormenta arrió estaba sólo.
Caminé por un campo de nieve sembrado con cabezas de caballo.
Sus lenguas congeladas colgaban pintorescas de unas bocas grandes y grotescas.
Era un espacio virgen y estéril.
Muerto.
Allí donde la razón y la palabra son imposibles.
Ese punto en el cual se desata la tragedia.
Al cerrar los ojos no reconocía a quien veía.
¿Eras tú?
Temo que fuese otra persona.
Me aterra pensar que he olvidado tus facciones.

El desenlace de la tragedia carece de toda importancia.
No se sobrevive a ella,
lo que resulta es algo completamente nuevo,
distinto a lo que había precedido.

Pienso a menudo,
caminando todavía entre esas cabezas congeladas,
en el camino,
el sendero que nos llevó a despojarnos del lenguaje y la conciencia.
Sin ellos estamos ahora incapacitados para todo.
Entramos,
jugando como quien no quiere la cosa,
en el espacio de la incertidumbre.
Nos dejamos llevar,
y ahora, aquí, en este páramo helado y vacío,
intento volver la vista buscando un paisaje familiar.
Sólo veo cabezas equinas de rostros esperpénticos y lenguas frías.
La palabra es imposible para ellas.
Aquí estamos todos mudos.
Un pajarito de las estepas,
posado sobre mi labio,
se ha llenado el buche con todo mi lenguaje.

Tres mil millones de brutalidad (fragmento)

Allí, en ese mundo,
soy tres mil millones de brutalidad.
Tres mil millones de pares de bases enlazadas,
con la finalidad de ordenar lo imposible.
Mi brutalidad pisa una orquídea.
Treinta y cuatro mil millones pares de bases,
reducidas bajo una bota.
Treinta y cuatro mil millones pares de bases,
de información para moldear la belleza.
La mía, la partitura que me compone,
cabe en uno solo de sus cromosomas.
¡Uno!

El abrazo es curvatura

Allí donde se esconden las olas huyendo
de los oscuros mares de orujo, emergen seres extraños
desplazados de compañía
de sueños borrachos en almas extrañas

Perneadores del pesar,
de las penas
de tristezas lamentadas en un largo ahogo

[¿Alegrías? Las justas] [Efímeras]

bañado en lágrimas de un hielo resquebrajado.
Un crujido las ha partido.

[¿O se han partido y emitido ruido?]

Un sonido lacerante. Hiriente que le sigue.
No miramos directamente la realidad
sino su reflejo en un espejo curvo

[Anamorfosis]

Un beso sin alma
Un pecho
Un relieve
Sexos secos
Que desean desbordarse
Un voz muda que entona el silencio

[Dancemos
[danzar, danseur, dance, tanzen, dançar,
[del sánscrito tanha: alegría de vivir] taniec, dans, danzare] vivamos por un momento]

Anamorfosis.
Curvatura del espacio, la perspectiva no es plana

[nunca lo ha sido]

te retuerces sobre ti. Yo sobre tu cuerpo.
La perspectiva es curva,
curvo tu cuerpo,
estrangulas el mío.
Geometrías anamórficas encajándose,
distorsionándose,
disolviéndose,
buscando un punto de fuga común.

[El abrazo es curvatura]

Un amor partido, parido antes de tiempo.
Antes de haber nacido, solo ha muerto,
y no ha existido.

[pero ha vivido] [con alegría]

Ha vivido ahogado
en oscuros mares de orujo
allí donde emergen las olas huyendo.

Cubrí su cuerpo con flores

Cubrí su cuerpo con flores
tras días de navegar por entre las hierbas,
los pájaros vuelan sobre los muros,
elevados,
mientras nosotros,
nos dejábamos acunar por la marea.

Movimiento calmado,
cuerpos imaginarios.

Te extraño,

bendito sea este vientre,
mis huellas favoritas en la arena,

yo vierto agua,

mira cómo creamos nuestra soledad

Sus manos abandonadas,
cubrí su cuerpo con flore y hierbas.

Algoritmos

¿De qué hablan?
¿De qué hablan los otros?
Ella sostiene una taza,
él está demasiado cerca,
el gesto del roce los separa,

el vuelo de las mariposas,
suspiros del aire, quizá
los fragmentos de un país,

de noche el mar esconde su ironía,
las olas, el movimiento,
no tiene voz, lenguaje azul,
mirada: yo soy el canto,
dice ella, yo también, añade él,
soy la sirena, el abismo,

distancia azul entre costas,
las ballenas hoy son algoritmos,
plásticos a la deriva bajo lluvia ajena,
la orilla de los cuerpos no puede medirse,

huyen de un país al que vuelven,
huyen siempre al mismo país,
se han perdido en los bordes del mar,

alguien se ahogó, también el canto,
pero en nuestra orilla, es azul,
somos azules, ya no leemos poemas,
si nos dejaran, los mataríamos,

si nos dejaran,
los ahogaríamos, como a las ballenas,
haríamos del mar un paisaje,
una curva de luz desolada,

sólo nos rendimos culto a nosotros,

si nos dejaran,
nos daríamos miedo.
¿De qué hablan los otros?
¿A quién le importa?

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LA SANTA PROVIDENCIA [Mi poema]
Ana Luisa Amaral [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo he crecido entre verdades
que se dicen van a misa
y he creído en las deidades
que predican los abades
y es del cielo esa premisa.

Son verdades me decían
tan certeras como puños,
como templos, sin rasguños,
que he mamado en sacristías
al albur de viejos cuños.

Y he vagado por el mundo
como un pollo desnortado
sin perder solo un segundo,
tan inmundo y tan fecundo,
donde el viento me ha llevado.

Y he seguido a directrices
disfrazadas de pureza,
maldiciendo a meretrices
que han dejado cicatrices
a esta mi alma en su corteza.

Y hoy ya paso de profetas,
de adivinos, de la ciencia,
de políticos y estetas,
y hasta incluso, sin más tretas,
de la santa providencia.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Ana Luisa Amaral

Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana

Voces

Eterno este instante: el día claro

Los colores de la casa dibujadas en raso aguado,
castaños y rojos casi en declive,
limpísimas las ventanas, de cristales muy honestos.
Instante éste que fue y ya no es, mal puse el bolígrafo
en el papel: eterno

Soñé contigo, desperté al pensar
que todavía eras, como lo es esta ventana,
como el cuerpo obedece a este viento caliente, y es ágil,
pero todo: tan confuso como los sueños

Ahora, en este instante, recuerdo la sensación
de cuando estabas, el roce.
No distingo los contornos de mi sueño, no sé
si era una casa, o un pedazo de aire.
La memoria limpísima es tuya,
todo lo cubre, trayendo azul y sol a esta plaza
donde me siento, justo en la esquina,
como las casas

Y ahora, tu caminar
acabó de pasar justo a mi lado, igual,
y ahora se multiplica en las mesas y las sillas
que cubren calle y plaza,
y te veo frente a mí en el cristal,
más real que este instante, y si Brueghel te viera,
te pintaba, exactísima y aquí mismo.
Y estarías más cerca de lo eterno

(Yo, que no sé nada más, salvo el fulgor de lo breve,
yo, te daría palabras)

Psicoanálisis de la escritura

Aunque hable de sol y montañas,
aunque cante los pequeños espacios
o las grandes verdades,
todo el poema
habla de aquel
que sobre él escribe
Cuando las huellas de sí mismo
parecen excluirse de las palabras,
aun así, es a sí mismo que se describe
al escribirse en el texto
que es escisión de sí
Todo el poema
es un estado de pasión
cortejando el reflejo
del que lo creó
Todo el poema
habla de aquel
que sobre él escribe
y así se ama de manera desmedida,
en la medida del verso en que se contempla
y en vértigo
se ahoga.

La voz

Me confunden los peldaños de esta escalera:
no sé si sean infierno o cielo,
ni por qué espero aquí,
si nada me visita ni me mira:
solo este pañuelo bordado
de blanco

Y todo como una acuarela ha mucho olvidada,
olvidado como yo,
menos en verso –

Si pudieran oírme como hilo de luz,
si del fondo del tiempo
me trajeran,
y mis memorias,
y las de quienes conmigo miraron el horror
de haber nacido, para morir
ni siquiera enteros –

Si el regalo entero
que mi madre me dio ese día
fuera visto por las madres
como una cosa tan suya
que el dolor se adelantara al dolor
de la pérdida

Tal vez se calmaran estas voces,
que me llenan de dudas y sospechas,
y no se callan, no se callan
nunca

Y sabría yo por fin cómo estas redes
pueden destejerse
como los tiempos,
y vería a dónde me llevan los escalones

Y me acostaría por fin,
y podría dormir
más allá de los versos –

Una botánica de paz: visitación

Tengo una flor
de la que no sé el nombre
En el balcón,
en común acuerdo
con otros aromas:
la flor del beso, un rosal,
una mata de hierba luisa
Pero esos son prodigios
de la mañana siguiente;
es que esta flor
generó hojas de verde
asombro,
minúsculas y leves
No la amenazan bombas
ni románticos vientos,
ni misiles, o tornados,
ni ella sabe, aunque esté cerca,
de la sal inversa
que el mar trae
Y el cielo azul de Otoño
fingiendo Verano
es para ella una bendición,
con la poca agua
que le dio
Debe ser esto
una especie de paz:
un secreto botánico
de la luz.
(de Entre dos ríos y otras noches)

El exceso más perfecto

Quisiera un poema de respiración tensa
y sin pudor.
Con la elegancia redonda de las mujeres barrocas
y el reverso todo del arbusto fino.
Un poema que Rubens envidiaría, al ver,
desde el fondo de tres siglos,
su cuerpo magnífico echado sobre un diván,
y reclinados los brazos desnudos,
sólo con pulseras tan (pero tan) preciosas,
y un angelito encima,
en su pequeño nicho hecho nube,
resguardándolo, dulce.

Un poema así quisiera.

Mucho más todo que las dignidades griegas de equilibrio.
Un poema hecho de excesos y dorados,
y todavía muy bello en su pujanza oscura y mística.
Ah, como quisiera yo un poema diferente
de la pureza del granito, y de la pureza del blanco,
y de la transparencia de las cosas transparentes.
Un poema exultando en la angustia,
un largo rododendro color de sangre.
Una alameda entera de rododendros por donde el viento,
al pasar, se detuviera deslumbrado
y en desvelo. Y allí se quedara, aprisionado en el cántico
de sus pulseras tan (pero tan)
preciosas.

Desnudo, de redondas formas, tal poema quisiera.
Una contrarreforma del silencio.

Música, música, música llenándole el cuerpo
y el cabello trenzado con flores y serpientes,
y una fuente de espanto polifónico
escurriéndosele por los dedos.
Reclinado en diván forrado de terciopelo,
su desnudez redonda y plena
haría a grifos y sirenas empalidecer.
Y a los pobres templos, de líneas tan contenidas y tan puras,
temblar de miedo solamente de la fulguración
de su mirar. Dorado.

Música, música, música y la explosión del color.
Espiando desde el fondo de tres siglos,
un Murillo callado, al ver que simples eran sus ángeles
junto a los ángeles desnudos de este poema,
cantando en conjunción con otros
astros de oro
salmodias de amor y de perfecto exceso.

Góngora empalidece, como los grifos,
ahora que lo contempla.
Esta contrarreforma del silencio.
Su mano alzada rumbo al cielo, cargada
de nada ?

Cosas de partir

Intento empujarte desde encima del poema
para no destruirlo en la emoción de ti:
ojos semicerrados, en precauciones de tiempo
soñándolo de lejos, todo libre, sin ti.

De él ausento: tus ojos, sonrisa, boca, mirar;
todo cosas de ti, pero cosas de partir…
Y mi alarma nace: y si moriste ahí,
en medio de suelo sin texto que está ausente de ti?

Y si ya no respiras? Si no te veo más
por querer empujarte, lírica de emoción?
Y mi pánico crece: si no estuvieras allí?
Y si no estuvieras donde el poema está?

Hago eróticamente respiración contigo:
primero un adverbio, después un adjetivo
después un verso todo en emoción, promesas.
Y termino contigo encima del poema,
presente indicativo, artículos a oscuras

Sólo un poco de Goya: Carta a mi hija

¿Te acuerdas cuando decías que la vida era una fila?
Eras pequeña y el cabello más claro,
pero los ojos iguales. En la metáfora dada
por la infancia, preguntabas por el espanto
de la muerte y del nacer, y a quien seguía
y por qué seguía, o de la total ausencia
de razón en esa cadena en sueño de ovillo.

Hoy, en esta noche caliente rompiéndose
de junio, tu cabello claro más oscuro,
quería contarte que la vida también es eso:
una fila en el espacio, una fila en el tiempo,
y que tu tiempo al mío seguirá.
En un estilo que me agradaba, ese de un hombre
que un día recordó Goya en una carta a sus
hijos, quería decirte que la vida es también
esto: una escopeta a veces cargada
(como decía una mujer sola, pero grande
de jardín). Mostrarte crema de leche, dejarte
testamentos, hablarte de tazones ? es siempre
mirarte amor. Pero es también desordenarte a la
vida, atrincherarte, y a mí, en fila discontinua
de mentiras, en cariño de verso.

Y de lo que quería hablarte es de los nexos de la vida,
de quien la habita más allá del aire.

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EL AMOR TAL COMO SE PINTA [Mi poema]
Juan Benito Rodríguez Manzanares [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Amar, como se cuenta, no he sabido
que amor siempre se pinta de colores,
y en cambio si he sufrido sinsabores,
mas lienzos ni pinceles no he tenido.

Que amor es epitafio y es locura,
es muerte y es volar y es indigencia,
un acto de quietud y de impaciencia,
no existe en el comercio esa pintura.

Pues yo me puse un día a navegar
en medio del fragor de una batalla,
mi barco de dolor casi se encalla
recuerdo no lo pude allí pintar.

Y es hoy en que se tiene que acabar,
que el tiempo de soñar se ha consumido,
ya tiemblo y de pintar siempre me olvido
por miedo a se pudiera emborronar.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDOJuan Benito Rodríguez Manzanares

Bendito Benedetti

(Poema en Rima Jotabé)

Tenía falta la literatura
de la pluma amable, crítica y pura,

de un amante que nos hizo entender
que para amar, papel no ha menester,
y que al conjugar el verbo querer,
ni una estrella azul debemos poseer.

¡Bendito Benedetti! Voz osada
que defendió de forma encarnizada,

el amor y la vida y la amargura…
y nos regaló el inmenso placer
de su fiel poesía enamorada.

Poeta uruguayo por su nación,
mundial siempre ha sido su proyección.

Pues aún con el alma comprometida,
en denunciar la maldad fratricida…
¿Cómo obviar el poema, Bienvenida?
Y su sensibilidad sin medida.

¡Bendito Benedetti! Voz viajera
que de Montevideo a la Albufera,

el aire ha impregnado de esa emoción,
que nunca a nadie pasa inadvertida,
y mi alma convirtió en su costalera.

¡A la mujer de mis sueños!

(Acróstico en Rima Jotabé)

Tiemblo nervioso como un colegial,
En presencia de tu cuerpo sensual,

Que quiebra sin remedio mi razón,
Ungiendo mis ganas a la sazón
Intensa y dulce de tu corazón,
Engastado con perlas de pasión.

Relucientes cual bella primavera,
Osada, perfumada y pinturera.

Amor de mi alma, sincero y jovial,
No me prives nunca de la emoción,
Alta y sana, de gritar por doquiera…

¡Hay que vivir, siempre vivir!

(Rima Jotabé)

Quise componer una poesía
que hablara de esperanza noche y día.

Que se alejara de los sueños rotos,
de políticos buscando los votos,
de santos, píos y un mar de devotos,
y de los hallazgos aún ignotos.

Y la esperanza se acercó y me dijo
que a mi lado tenía un buen cobijo

mas, la vida pasaba y no volvía
y hemos de vivir con los terremotos
buscando en ellos siempre un regocijo.

Blasco Ibáñez

(Cuartetos endecasíbos)

Blasco Ibáñez, escritor valenciano
de fina pluma y crítica mordaz,
que de una forma sutil y sagaz
con su acento de fiel republicano,

por entero hizo al mundo sucumbir
ante su inmensa personalidad,
y esa impecable originalidad
que lucía en su modo de escribir.

Pues ya fuera novela costumbrista
o se implicara en novela social,
con astucia y de manera cabal,
y con la finura de un alquimista,

a sus obras tocaba con su duende,
el duende de Blasco que en su interior
fusionaba intriga, celos y amor
y sin buscarlo, tu corazón prende.

Aunque pasen mil años, Blasco hermano
permanecerás vivo en la memoria,
pues una obra tan grande y tan notoria
nunca jamás podrá caer en vano.

Mi tributo al paisano y novelista
al político, empresario y amante,
a ese prohombre de espíritu errante,
al gran Blasco, de alma valencianista.

A Juan Ramón Jiménez

(Ovillejo)

Hoy, como un buen erudito
he escrito,

en ese lapsus de un evo
de nuevo,

una estrofa con gracejo,
ovillejo.

Pues aún con sabor a añejo
su rima he llegado a amar,
por eso quiero gritar…
¡he escrito un nuevo ovillejo!

A Juan Ramón Jiménez

(2 Jotabem)

¡Ay querido Juan Ramón!
Con respeto y emoción,

esta bella poesía
que nace del alma mía,
con mi mayor alegría
y en gratitud a porfía

hoy te quiero dedicar,
pues tú me enseñaste a amar

con extrema fruición
mientras que tu obra leía
en Valencia junto al mar.

Buen y fiel republicano
de fina hechura en la mano.

Que con arte y con salero,
letra a letra y con esmero,
le diste vida a Platero,
el cual, en el mundo entero,

sinónimo es de algodón
dulce y tierno cual bombón,

que en un tranquilo verano,
de mi amor puro y sincero
hizo una bella canción.

Amada mía

En mis labios reposa el dulce aroma
que suave, como plumón de paloma,

acaricia mi alma y mi corazón,
me envuelve en una encendida pasión,
y a abandonarse invita a mi razón
en juegos de cálida sensación.

Ese dulce aroma, cariño mío,
es tu amor, puro cual blanco rocío,

que a mi corazón enseñó su idioma
hecho de esperanzas y de ilusión
que sin querer subyuga mi albedrío.

Mas, cual sereno río
que tranquilo fluye en la primavera…
¡Tu alma siempre será mi compañera!

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MI AUTORA INVITADA:  Ana Lucas

LA MADRIGUERA

La roca más fría del invierno
dio frutos que, aún tiernos,
enriquecen mi corona.
De su jugo ando bebiendo,
es miel de castaño en mi boca.
Exprimo extasiada
esa faz de primavera.
Cavo hoyos en el campo
y me invento un hogar
para la hora de su vuelta.
Aquí está mi madriguera,
este lugar no esconde al oso
que manso en la cueva hiberna.
Aquí convivo con lo extraño,
desarmada,
y esta lumbre inapagable
a la que acudo buscando
una respiración acompasada
una chispa que me ayude
a desasir esta o aquella soga,
una vela nueva para desear que
—esta vez—
sobrevivan intactas mis rosas.

EL OLOR

Entre corolas caídas
un fino tallo desnudo.
Parece intuir una especie de olor,
un olor lento;
le recuerda a una polilla
o un colibrí.
Se espanta ante esa imagen,
deshecha,
por si encontrara una última espora
y no quisiera volver a florecer.
El brotecito se estira con disimulo
buscando cobijo bajo el abedul.
“No, agua no” piensa,
“o creceré como hiedra.”
“Sí, agua sí” dice,
“ansioso espero la primavera”.

A ESE AMOR DUBITATIVO [Mi poema]
Joan Margarit [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El día en que te amé yo no sabía
que amar tendría un largo recorrido,
que habría de pasar con tanto ruido
debiendo aparentar que no veía.

Que en esto del amor yo era un ateo,
después quise creer y no creía,
la culpa la achaqué a la cobardía,
y hoy todo que pasó ni aun me lo creo.

Decían para amar hay que estar ciego,
no tuve más remedio que admitirlo,
tampoco nadie pudo prohibirlo,
sospecho de querer yo he sido un lego.

Soñando que el amor es fantasía
un canto a la ilusión y a la esperanza,
hoy siento que he bailado en esa danza
dudando si aun me quieres todavía.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Joan Margarit

(Premio XXVIII Reina Sofía de Poesía Iberoamericana)

Faros en la noche

Intento seducirte en el pasado.
Las manos al volante y esta luz
de club nocturno del tablier me dejan
-fantasía invernal- bailar contigo.
Detrás de mí, igual que un gran camión,
el mañana hace ráfagas de luces.
No lo conduce nadie y me adelanta,
pero ahora tú y yo viajamos juntos
y el coche puede ser el dos caballos
de los años sesenta hacia París.
«Je ne regrette rien» canta Edith Piaf.
Bajo la ventanilla, entra la noche
fria de la autopista, y el pasado
se aproxima de cara, velozmente:
cruza y me ciega sin bajar las luces.

Cosas en común

Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
La luna que acompaña al tren nocturno
Barcelona-París.
Un cuchillo de luz para los crímenes
que por amor debemos cometer.
Nuestra maldita e inocente suerte.
La voz del mar, que siempre te dirá
dónde estoy, porque es nuestro confidente.
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.

Amada Regina

En todas las ciudades busco siempre
un hotel que llevara el nombre de ella.
El Regina de Roma y su fachada
severa y gris, fascista, de granito.
El Regina de Londres, frente a un parque
tristísimo al crepúsculo. El Regina
con las piedras negruzcas de Bruselas.
El cálido Regina de París,
junto al «quai» solitario de barcazas.
El Regina y su zócalo de moho
lamido por las aguas oscuras de Venecia.
Y cuando ella murió, y él no viajaba ya,
el último Regina, en el bullicio
del centro, en Barcelona,
le acogió con sus gélidos espejos
y con su delicada marquesina
de hierro y de cristal en la calle Bergara.
Regina amada, hoteles y mujer:
algunos negros bultos en la noche,
la caldera encendida y los neones
de tu nombre, violentos de tanta soledad.
Ciudades que están llenas de imprevistos
hitos de amor.

Cuadro con pájaros

El muro es, de este lado, oscuro y triste,
tal como sucedía en aquel cuento
que un día te expliqué. Si fuese cierto, hoy
todos los pájaros que tú pintaste
te esperarían en el otro lado
cantando para ti: la parte clara
de la que hablaba el cuento
te acogería como yo y tu madre
si pudieses volver de nuevo a casa.
Mientras cuento la historia para mí,
miro los últimos pájaros que pintaste.
Aquí, en el lado lóbrego del muro,
¿de qué forma podría pagar esta ilusión
de sentirte en la brisa de un instante?

Un cuento

No digas nada, Joana,
tan sólo escúchalo y no digas nada.
Íbamos caminando en la lluviosa
mañana por el pueblo adormecido,
entrábamos despacio
por una larga calle de adoquines
que no llevaba hacia ninguna parte.
Los niños nos llamaban con canciones
para acercamos al canal, que viésemos
su casa reflejándose en el agua.
Te gustaba, ¿recuerdas?,
ver a los niños. Al marchamos
quedaban sus caritas pegadas al cristal,
sus voces apagándose en el agua.
Llegamos tarde. Demasiado. Tanto
que siempre volveremos separados:
ese es el precio por haber podido
entrar dentro de un cuento.
Y qué suerte encontrarte ahora aquí,
de madrugada, convertida en patio:
esto quiere decir que todo el tiempo
estabas junto a mí en la oscuridad.

No tires las cartas de amor

No tires las cartas de amor
Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.

Nuestro tiempo

Cuando nos dimos cuenta, ya estaba en las ventanas,
como para quedarse. Pero ahora
nada nos ilumina sino esa vaga niebla.
A veces, una luz desgarradora.
El nuestro fue otro tiempo mucho más inocente:
Todavía en las obras celebrábamos
cuando, sin accidentes, la estructura
Llegaba a lo más alto y se cubrían aguas.
Vivíamos en calles
a las que les sentaba bien un nombre
Como el de las Camelias.
Entre las azoteas, cada noche
se encendían las luces
del ático de nuestra juventud.
Entre las voces suaves y lejanas,
alguna vez, se oye un grito de pánico.
Pero una herida
es también un lugar donde vivir.

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DE SABIOS Y SABIONDOS [Mi poema]
Amparo Arróspide [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

¿Alguien sabe los libros que hay escritos,
las veces que decimos por favor,
las flores que destilan mal olor
las sectas, religiones, chiringuitos
que dicen representan al Señor?

Hay alguien que conozca, que se sepa,
si es que el viento se arrastra con rencor,
la luna si agradece al resplandor,
las uvas si engrandecen a la cepa
que al vino le acompaña en su sabor.

Yo sé que no sé nada, dijo el sabio,
y cuentan que era allí el que más sabía,
en tanto más de un tonto presumía
haciéndole sufrir por tal agravio
al ver como del culto se reía.

Que hay tontos que presumen de saber
en tanto existen doctos e ilustrados
que humildes se resignan extrañados,
aquello de hay que ver para creer,
en bocas de farsantes y tarados.

Listillos a puñados hay que zotes
lanzando las campanas van al vuelo,
sabiondos que abusando del libelo
presumen de gozar de algunas dotes
quedando su intelecto a ras del suelo.

Leer, creer, dudar es descubrir
en dónde nace el acto de pensar,
y a todos los que sepan escuchar
atentos lo que puedan percibir
jamás a ir aprendiendo renunciar.
©donaciano bueno
Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Amparo Arróspide

Oración a Bush

Bush, que no eres nuestro
ni estás en los cielos
execrado sea Tu nombre;
roguemos para que no se haga Tu voluntad
ni en la tierra
ni en los cielos.
El pan nuestro de cada día nos hurtarás
y habremos de protegernos de Tu amenaza.
Pero a pesar tuyo, en la esperanza juramos caer una y otra vez
Y del Mal no nos libres, porque somos libres.
Amén

Hijas de Bagdad

(i)
¡Uyuyuyuyuyuyuyuyuyuy!
Cuando grito me transformo en pájaro

¡Uyuyuyuyuyuyuyuyuyuy!
Mi casa es el desierto son los vientos

Uyuyuyuyuyuyuyuyuyuy!
No hay quien me calle, ni tormenta que apague
Mis truenos
Ni río cuyo murmullo no conozca
Mi sexo

(ii)
Si pudiésemos pasear por tus sueños, hija de Bagdad,
(cuántos
sinuosos laberintos, los desenlaces suelen ser abruptos,
hay muros que de repente se desploman
telones de acero derritiéndose
otras zonas tabú que no sospechas)
e imaginar contigo lo que ya no es, lo derrumbado
para siempre en la gran demolición
–todo otra vez, puentes, túneles, esquinas–.
E imaginar contigo la reconstrucción de la ciudad perdida,
tras volver de ese viaje por los sueños
que es la tierra de nadie o el lecho de Procusto
donde abrazamos nada, el silencio, la huida
hacia la tierra que es de nadie, el interregno
donde arañan las manos de los muertos
sin que sepamos más, sin podernos preguntar siquiera
cómo despertaremos.

La casa del dolor

Es posible que el dolor sea una casa
de techo altivo y puerta con cerrojo,
donde estás tan a gusto, a veces,
que no escuchas el filo del acero
rasgando los tapices,
suspenso por el aire perfumado:
es heliotropo mezclado con azufre,
busca posarse en los rincones;
la ventana se alza
entre el límite y tú.
Arduo paseo, en el silencio las escuchas,
voces de otros tiempos,
leña para el dolor
siempre hambriento de ti,
exigente como un recién nacido.
Ya lo amas.
La puerta se entreabre y tú la cierras:
No hay nada que temer.

Poema interrogante sobre el tiempo que se va, se va…

Si el tiempo no era como el desbordarse de una copa
o la fuga de los instantes cuenta atrás
la fuga de todos los instantes insensatos como prófugos
huyendo de tu reloj pulsera
en un movimiento sutil en la quietud
de tu cuerpo viajero…
Si tampoco era el tiempo
como una amapola de cabeza cortada en tu regazo
ni una felina ausencia
o caer vertiginosamente desde la última ventana del último piso
de una gran torre
describiendo círculos cada vez más amplios
Si estaba hecha de tiempo o era tiempo
sin ser ninguna de esas cosas:
ni un ciempiés monstruoso
ni una caída hacia la muerte
ni un descenso ni una huida
ni una fuga cuenta atrás ni una ausencia
entonces… ¿cómo?

Sobre la conveniencia de aprender idiomas

Hoy me daba la gana ser feliz
ser yo sin más sospecha o raciocinio
que la verdad del cuerpo y lo que
tuviese que decir la lengua,
que lo dijera todo.

Que lo intentara, al menos, sin hacerse
ilusiones de heroísmo, aquella lengua
mía, melodramática,
de una castilla extraña, o castellana
del siglo veintiuno.

Hoy me daba la gana olvidar los vocablos,
su sonido y su espuma,
jugar con otras voces de estos tiempos
que laten por debajo,
para olvidármelo todo, hasta las medias
y, si fuera posible, la cabeza.

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MI POETA INVITADO:  Diego Alexander Paiva

Color Padre

Para llover la sucia de Cabral en tu espejo
A ti que rompes todos los platos
Hube tenso!
(V extremo)
¿ya te sentiste bien de rogarle bondad a la piel?
Santifica todos tus restos fieles
Y nada posesivos
Y nada violentos
Y nada puentes
Toma el tiempo que te parió:
Tres ramas Tres reinos Tres Furias

Color Hijo

Gradas de sol
Paso fuego
miel de vellos en las patas
entra el Mocho a Circe a Europa
entra el Mocho siempre el mocho cuerneado
entran esas otras figuras:
las olas gimiendo
la vena canta
Hay alma en la chicha
Tres TAN

Color Espíritu Santo

Estruja el sancho y brinco
Ah la blancosa lata de China
y esas otras encorvadas filas de atrás y puje
sacan el rostro del Padrecito:

Cuánto a Dios
Cómo al Sol

Esta es mi amancaes mi cerro huyendo
Las mismas conquisto a Challco y tiza
en el verano terciado del pueblo nuestro

Daré

¡AXAXAU!

Cuesta la Sierra sombra asida
De los cuerpos tarros lo que muelen
Diente, manco, morro, Opa
¡Toda la Lima en un día!

Y en los tristes ojos de Phaxsi
Tragando la pierna del Sol
Silbando y lo que no es mío
En una charla de Sinchis bravos

El Inca tomó a mi hija y su madre
Y barrí toda la barba de tiza
Con tan solo tocar mi sed

Cuando traje la Sierra a mi Boca
Le atribuí lascivia a la lágrima
Y de tanta imagen fermentada

Quebré

Un sol de cerveza a la cara
A la piel

Un Sol para el nuevo Inca
La nueva Pinta

Y la hora se calla a pieles
Con los zumbayllus costeños
Con las fiestas corneadas
Con el beso de mi Pueblo
Te he sido

LAS SALAS DE ESPERA DE URGENCIAS [Mi poema]
Luis Antonio de Villena [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Esa sala que apodan que es de espera
donde el llanto se palpa en las paredes,
que atrapado se encuentra entre sus redes,
la esperanza ha de ser lo que Dios quiera.

Donde el alma se muestra acomplejada
arrastrando la angustia en su pupila,
y la pena en su imagen se perfila,
la tristeza en semblante va pintada.

Y es que allí no se curan los pesares,
ni del mismo vivir, resentimientos.
Y las ansias de andar solo son cuentos
para oír el sonar de otros cantares.

Donde llegan los cuerpos medio muertos
y la urgencia, al mirar, hace un receso.
Y tú dudas si allí las dan con queso,
que en la vida y la muerte son expertos.

Que es la sala de espera y desespera,
pues de mucho esperar no nos libramos.
Nada sirve decir que ya nos vamos
ni es preciso esprintar en la carrera.

Yo que un día a las urgencias acudí
a esperar y a su honor perdí el respeto.
Si debiera volver me diré ¡quieto!
Búscate otra salida. Y tararí.
©donaciano bueno

Si es de espera, no es de #urgencias, o no...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Luis Antonio de Villena

Celebrando delicia y ternura

Para A.

Y aquel círculo sacro cerró entorno nuestro.
Todo era oscuridad y atmósfera callada.
Un centro nos unía y una emoción muy cálida.
Los cuerpos se rozaban exactos y encendidos,
y la piel profería su lenguaje perfecto.
Una dulce pasión en un círculo negro,
mientras la hoguera llena de sentidos el tiempo
y me cuenta tu mano la maravilla toda.
Si algún día he de hablar en favor de la vida,
no olvidaré esa noche en el círculo ciego,
ni a ti, que me enseñabas minucioso lo eterno.
De «Como a lugar extraño»

Cipariso

Hemos venido a verte al sórdido escenario
donde hombres y mujeres agradecidos adulan tu
belleza. ..
Adolescente en el filo del reino,
tu cuerpo tiene la hermosura blanca de rosas tropicales
y el vigor del muchacho en el cuerpo de guardia.
Tu fruta, oscura y larga, llama a una sed prohibida.
Tus muslos son de seda, de agua femenina.
Tus ojos muy, muy dulces, desfallecientes, húmedos,
pero tus músculos sin pelo golpean cuando miran.
Tú te vas desnudando lentamente
entre una música arábiga de rai y rock folklórico.
y deslumbras de blanco como el niño secreto
que se viste de blanco las bragas de su hermana.
y también ruedas en el sucio suelo
como un joven guerrero montando a los leopardos.
Te miramos con envidia tranquila
y un furioso deseo de desdén y codicia…
Eres un lirio hermoso de viril temperanza
y la blanda violeta de una virgen enferma.
He soñado, de pronto, con tu carne en mi cama.
y he sentido las sábanas teñidas de colonia.
Pero cuando tu culo era la gloria de una hoguera
y tu fruta pendía bajo el pelo revuelto,
los aplausos de un público delicado y abyecto
me han recordado que el sueño terminaba.
El dueño ha dicho: Unas quince mil pelas…
Y el dios, sudando, pide ginebra y coca.
El mundo se ha tornado de peltre y de tornado,
y ya sabemos todos que no existe la vida.

Corsario

Piernas tensas. Tacones sonoros. Revuelto el cabello negro…
Era o había sido, hasta que la noche descubrió su cuerpo
largo, fibroso, duro. La magnífica belleza angular de su rostro,
la piel tan fina como el agua dulce, chispazos de fósforo.

En sus ojos – turbadores, negros – alguien ha escrito
un día una palabra soez, maravillosa: Vicio.
¿Qué significa? ¿Albas largas, cocaína, mujeres muy ardientes
besándole los pies? ¿Hombres que han alabado su terso viril joven?

Tirado, sentado en las ergástulas de la sauna, entre
toallas húmedas y aleteantes aves de silente deseo,
basta contemplar la seda de sus muslos ágiles para

olvidarlo todo. Llama es galán su cuerpo. Ansia, cobra…
La deja ver como un reptil perfecto entre lo oscuro.
Apasionado, alarmante, vicioso. ¿Él o tú? ¡Pero qué importa!

Cortesanía

Tumbado en una suite de lujo:
Hermoso, delicado, con la piel canela
y el negro cabello en amado desorden,
lentamente desnudo en entresueño
giras, y se curvan los brazos
y las piernas muy largas conformas…
A tu lado, con el índice solo
de la mano derecha, recorro yo tu espalda,
sobrevuelo las ingles, apenas me demoro
en una oreja, vuelvo a tus tobillos leves,
y miro como giras, curvas los brazos,
conformas a mi deseo tuyo las piernas…
Me digo, a veces, que nada más querría.
Que tu impecable desnudo me
bastase, imposible precioso, dulce sometido.
Querría en ti, Miguel, que la carne
muriese para siempre, su grito infame,
y eternamente a una vida con límites
correspondiese este tocable amor, diré,
hecho de límites sin límite…

Costura propia

He ido muchas veces ataviado de tristeza,
hundiéndoseme el mundo a cada rato,
fingiendo entre los amigos que me interesaba algo…
Me da miedo quien me mirase,
y angustia me producía no ser perfecto,
tener que competir, luchar por el oficio, por la vida, el nombre…
Y pensaba: la tragedia de todos consiste en no ser Dios.
Todos quisiéramos ser un pequeño Dios omnipotente..
Y hacíamos bromas sobre la muerte, chistes sobre la soledad,
Pequeños disparates sobre el amor comprado.
(Y yo soñaba en ti, mamá, como lo único seguro).
Me daba miedo la autoridad, la ley, el mundo, el futuro.
Pensaba: Incluso si alguna vez me creí libre.
Y la noche engañaba -como los amigos- con cierto parecido
a bondad o indiferencia.
Y yo iba ataviado de tristeza
y hubiera querido llorar -no podía-
o simplemente hundirme lentamente.
Y me veía en una barca negra (acaso en una gruta)
navegando hacia un negro horizonte…
la tristeza me llena la cabeza de plomo,
los bolsillos de piedras,
las manos de artrosis dura
y tira de mí tanto hacia abajo
que me vuelve imagen verticalizada, estirada, de un
espejo deformante.
Dame la tristeza, échamela -gira la soledad.
-Lánzame la pelota -repite el miedo.
Aquí, aquí, centra -reclama la angustia,
chútame a mí- y no sé qué agobio extraño lo sugiere.
Sólo sé que cuando voy ataviado de tristeza
quiero enraizarme en el sueño,
bogar en un río de calma
y susurrar junto al silencio: Dame la mano, mamá, ya he vuelto…

Andaluz

No me di cuenta al principio,
me fijé después porque le hablabas.
Y se iba y volvía, llevando cosas,
sonriéndote, con gracia desusada…
Vi entonces sus bellos ojos negros,
sobre la piel oscura, y la sonrisa,
que mostraba los dientes como flores blancas.
Y empecé a pensar: ¡Qué dulce aquello…!
Y daba vueltas por ese cuerpo justo,
oscuro, fino y joven: como silvestres cañas.
Y oía la voz al responderte, alada,
cantarina, inconsciente en su magia.
Después, ya abajo, en la soleada plaza,
pensé en los garzos ojos negros, y me vi
enamorado de un acento del sur:
Vivo, grácil, musical. Igual que quien hablaba.

Balada de un joven canallita

Anoche, dando vueltas como siempre,
camino de la alta madrugada
(bares y discotecas, calle estrecha,
negros que venden hasta el alma blanca)
pensé que al encontrarte era mi suerte
recorriendo el burdel que nos ampara.
Y te miré la cara dulcemente
pensando que mi hora en ti empezaba.
Aunque sé que te echan del trabajo
pues te aburre la vida rutinaria,
y haces de camello cuando puedes
recorriendo el burdel que nos ampara.
En Marruecos saliste de un mal paso
y usaron y abusaste de la tranca.
Modelo, chulo, amante para cenas,
sabes el lujo de la gente cara
y camas cutres, feas y con chinches
recorriendo el burdel que nos ampara.
¡Que estupenda la noche los dos juntos!
Riendo, colocados, mente alzada…
Ojalá que el ritmo nos llevase unidos
tahúres del vivir y camaradas.
Pero la luz del alba rompe sueños
recorriendo el burdel que nos ampara.
Y aunque eres santo como el pan bendito
tu futuro es el orden o la nada.
Mal papel al zángano le espera:
no hay porvenir que a tu lucero valga.
Nos mira ya acechante una galerna
recorriendo el burdel que nos ampara.
Tampoco es convincente mi futuro:
Viejo verde en tugurios del mañana
o figurón de eventos literarios
ajeno a la Academia y a sus maulas.
Aunque bien puede el viento darme un viaje
recorriendo el burdel que nos ampara.
Juntos somos dos pájaros muy raros,
solo el presente nos pone su medalla.
Amigo de la noche, adiós, hermano.
Ya ves que casi todo nos separa.
Pero golfos y ninchis seguiremos
recorriendo el burdel que nos ampara.

Brillos del otoño ido

Era el centro elegante. El lugar de las perfumerías
con sillas delante del mostrador, el lugar de los sastres
y de las sederías donde te tomaban medida para un abrigo…
¿Te acuerdas mamá, de aquellas tardes? En los autobuses
azules de dos pisos yo siempre quería ir arriba, en el asiento
delantero, que era como un panorámico ventanal al mundo.
O abajo, en el asiento más cerca de la puerta, con su
aislada barra blanca, asidero y columpio de quienes entraban
y salían, como se entra y se sale en la beatitud del mundo…
Con mi abrigo azul cruzado y una boina también azul.
Tú y yo, elegantes, camino del médico o
de las tiendas caras. Camino del que
querías que fuera nuestro mundo, pues lo sentías tuyo…
Yo dichoso sin saberlo y tú íntimamente desdichada.
Yo entretanto, como de juego, al mundo perfecto,
y tú en serio, jugando a que nunca hubieses salido…
Mucho tiempo después, llorando, me dijiste una tarde
que ninguno de los dos habíamos sido felices.
Tan cierto y tan falso como es todo. Tan falso
y tan cierto como que aquel mundo de señores
dejó de existir, tan cierto como que lo traicioné
después que me escupiera o que tú nunca hallaste,
mamá, al hombre de tus sueños, al caballero que reinase
en aquel mundo contigo. Y sin embargo estuvimos allí,
tu con tus pieles y yo con mi abrigo azul cruzado,
comprando perfumes y merendando tortitas con nata,
cuando los taxistas llevaban uniforme y se dirían charolados
los azules autobuses de dos pisos, un Madrid tan sofisticado
que tú y yo -y casi todos los demás- nos lo creímos.
O quizás a ti no te hizo falta creértelo, pues lo tuviste.
Yo me lo creí. Yo, que llegué una tarde en autobús de dos pisos…

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LIBERTAD, DIVINO TESORO [Mi poema]
Mario Rivero [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Libertad, tú la sientes cuando miras
sentado allí en la arena frente al mar,
la vista así comienza a deslizar
cual fuera que a los ojos los estiras
y empiezas a soñar.

Libertad, una amiga en este viaje,
una forma de estar sin ataduras,
haciendo a la maldad muchas diabluras,
rodeado de bellezas en paisaje
mejor si son impuras.

Libertad, es subirte a una montaña
sabiendo que volar es prohibido,
sentir del corazón ese latido
te atrapa en esa tela cual la araña
sin ver por qué esto ha sido.

Libertad es coger de algún estante
un libro que resiste a las mudanzas,
y hacerlo tuyo al fin, y sin tardanzas
gozar de esa aventura a cada instante
muriendo en sus andanzas.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Mario Rivero

Cosas que pasan

Este hombre y esa mujer se conocieron cierto día
Sin duda el hombre sonrió a la mujer
sin duda le trajo flores
sin duda llegó a conocer su olor entre mil
y hasta a olfatear su ropa interior
su brassiére sus pantalones
tirados sobre la cama

Años después ella pasa con un gordo contoneo
envuelta en pieles emplumadas
Su perfume es el mismo barato y dulce
lo mismo ondula su grupa de sanguijuela encantadora
tiene en cambio los ojos turbios
como dos cuentas desteñidas de porcelana

El parece un hombre serio y sobrio
con su cuentica en el Banco y su “curriculum vitae”
no hay duda de que ha sabido ubicarse en el proceso
la mira la examina de una manera abstracta
como si examinara
una cosa vieja oxidada
a la brillante luz del sol
Parpadeando estúpidamente desde un lapso de olvido
y sombra y grasa…

Tiresias ciego adivino de mamas arrugadas
Todos somos él
-o algo parecido al menos-.

El amor

El amor es algo que viene y calienta
una vez. Y un instante no más,
-si es que viene-
Y después de esta costumbre de calor,
otra vez, ¡ay! nos deja muriendo solos.

¡En estos silencios! Este dejarse llevar
más allá de las barras de los bares,
y más allá del bien y del mal.

El amor es algo punzante. Y en verdad
con olor
que desaparece y nos dice. «Yo estuve aquí»
-reseda- en la rara y tenue sensación
de aromar,

en la habitación ya vacía…

Endecha

Estábamos perdidos
cuando nos encontramos
en aquel retraso de aeropuerto.

Yo estaba lleno de noche y de frío,
aunque había pasado tres días
en el «San Francisco»,
con una muchacha de nalgas redondas.

Tu creíste que yo era un camionero.
Admiraste la vulgaridad de mi estilo
y me amaste por ello.
-No lo era.-

Yo creí que tú eras una princesa,
que arrastraba hasta mí su aburrimiento.
-Y es verdad.-

Como es verdad que seguimos estando perdidos.
Yo, por no poder soportar la realeza,
tú, por no saber nunca lo que estás haciendo.

La balada de los hombres hambrientos

Los hombres hambrientos tienen oro
casas con retretes de mármol
y vestidos suntuosos
Pero no pueden matar el hambre y la sed
del tigre de sus ojos

Los hombres hambrientos son
en alguna forma hermosos
Por una magia mortal y execrable
sus oídos se han vuelto sordos
Pero los hombres hambrientos simulan oír
y pagan bien a los cantores

Pregonan una extraña desesperación
han perdido el recuerdo de los humanos olores
caminan para buscar un aroma imbuscable
el de los tallos de las flores muertas y de los pétalos podridos
el olor que al mismo tiempo es
el olor de la muerte y el olor del nacer
Se cubre de moho el corazón
de estos hombres hambrientos
Se entrecruzan a la deriva
No se ven
Son muchos en movimiento
Sus mujeres lavadas en agua de caros perfumes sintéticos
adustas acechan también
aquel olor que alcanza los huesos
Si levantan las cabezas hacia cosas más altas
no distinguen otra cosa que el viento
Remeros esclavos en un gran bajel de oro
van los hombres y mujeres hambrientos…

La luna y Nueva York

Nos encontrábamos todos los días
en el mismo sitio
compartíamos versos, cigarrillos
y a veces una novela de aventuras.
Lanzábamos piedrecillas
desde el puente donde almorzaban
los obreros de la fábrica de vidrio.
Le decía que la tierra es redonda
mi tía bruja y la luna un pedazo de cobre.
Que un día iría a Nueva York
la ciudad abundante en cosas estrambóticas
donde los gatos vagabundos
duermen bajo los automóviles
donde hay un millón de mendigos
un millón de luces
un millón de diamantes . . .
Nueva York donde las hormigas
demoran siglos trepando al Empire State
y los negros se pasean por Harlem
vestidos con colores chillones
que destilan betún en el verano.
Iría por los restaurantes
hasta encontrar un cartelito:
“Se necesita muchacho para lavar los platos.
No se requiere título universitario”.
A veces comería un sandwich
recogería manzanas en California
pensaría en ella cuando montara en el elevado
y le compraría un traje parecido al neón . . .
me iba a besar
cuando sonó el pito de la fábrica.

A veces Henry

A veces Henry tuvo algún dinero
e invitó a sus-camaradas,
de un sexo o de dos, inteligentes
o encantadores, o ambas cosas a la vez,
los que dijeron, quizás sí,
pero como hizo él, vinieron y se fueron,
y no llegaron a ser mucho.

Del mismo modo otras veces Henry,
se irguió con coraje pagano, en arrebatada pareja,
con el huraño amigo que lo acompaña,
frente a las -según el mismo Henry, pacatas,
gentes de otra generación-
Que llenan las formas y se callan de sus asuntos.

A los que proclaman con un gesto augusto,
en el éxtasis austero del justo,
que ‘estamos viviendo unos tiempos infames’.

Balada de la muchacha-de-la-pollera-pronta

Esta es la balada de la muchacha pródiga de sí misma
que alegre y detonante de colores
hace el saludo de su sonrisa de-mi-querido-amor
a los que la tutean con palabras de esposo
Hombres que nunca ha visto
solemnemente rústicos o con rústicas bromas.

Ellos saben y la buscan golosamente
desnudando sus caderas blancas en la oscuridad
Una muchacha hecha para un ramo de flores
una chica galante dispuesta a todo y por todos
La que amaba demasiado pronto y con-todo-su-cuerpo
y por ello mal comprendida fue.

La muchacha
la muchacha-de-la-pollera-pronta
hacia mí la ola de su pollera despliega…

Sucedió como suele sobre los pastos haraganes
cuando el sol era el sol y el calor el calor
La boca abierta hacia las gordas nubes fofas del verano
y la pollera sobre la cara como un jardín cubriéndola.

De soslayo con la comisura de sus labios miraba
cuando el pequeño amigo favorito para el placer
la solicitaba con voz ahogada embarullándose…
y algo espumeante y feliz le sube a la cara
y se le arrebola
como si él le hiciese cosquillas con una ramita verde.

Jóvenes y viejos se metían entre sus sábanas
para tener su mundo en paz
Contentos cerca de ella
con una carga de caricias
o con una sonrisa idiota
antes de abrazar su maravilla.

La muchacha…
la muchacha engendra oleajes se vuelve playa
y su pollera canta como las olas!

El día era perezoso y la noche activa
Venían de uno en uno
o todos a la vez
Le formaban una «guardia de corps»
y se envolvían en su sonrisa
Su corazón era un albergue
abierto para una noche.
Y como si fuera su corazoncito un nido recién hecho
los más rayados los más bochincheros
llegaban piando: «Dádnos amor dádnos amor».
Comprobando con fatiga la buena ley del metal
la muchacha-del-corazón-pronto
la muchacha-de-la-pollera-pronta
tiende sus brazos desnudos…

Ella extiende su cuerpo con ademanes calmosos
en el día en la noche
para todos para cada uno
se abre se da vuelta se muestra
con ingenua sapiencia
y lo que se ve es hermoso es extrañamente agradable
y al hacer todas estas cosas ella será ella.

Y así cuando escucho en algún lugar
palabra que alguien masculla al pasar
a otra muchacha de corazón también henchido
Mis pensamientos rápido son
para esta muchacha de la pollera-pronta
atenta a la vida con un buen sentido
que para ofrecer sólo tenía
aquella llama exacta
un fuego para calentar la vida
un fuego para vivir mejor.

La muchacha
la muchacha-de-la-pollera-pronta
viene hacia mí moviéndose con pausa de hoja…

¡Muchachas ídos todas!
con la llama que calienta la sangre y abrillanta los ojos
el invierno está aquí afuera está aquí en mí
Pero esta noche antes de los somníferos
dejad que avance la imagen de la muchacha-de-la-pollera-pronta
cada vez más lenta
cada vez más oleante
necesito de todos sus pujantes recuerdos…!

La muchacha
la muchacha de la pollera pronta
y su playa-su-playa-su-playa por todas partes.

Balance

Es terrible no encontrar a dónde ir…

De las casas unas están destruidas,
sin lecho, a oscuras y con telas de araña,
con lepras en los muros y con espectros tristes,
otras se alzan tan falsas como un decorado.

Del palacio o la casa encantada,
la tapicería vemos gastada, anticuada.
No hay belleza en aquel lugar, no hay misterio,
y continuamos nuestro aislado camino,
en el jardín gotea el surtidor del cansancio.

Hay posadas que ya no se abren más por nosotros,
con las que hemos perdido el contacto,
cuando exentos de excusa, buscamos,
titubeantes como un extranjero,
o aun como mendigos, lejanos, extraños…

Es terrible no saber a dónde ir,
al final del día muerto
a la hora en que a veces se bebe, o se mata.

Encontrar que no hay sendero,
no hay camino, no hay puerta, donde llamar,
en la fatua sonrisa del triunfo,
o en el pobre final, consumida ¡la Casa del Alma!

Ceniza azul
Del amor
sólo queda
un poco
de ceniza azul.
Volverías a
sentarte
junto al fuego
apagado
ahora que lo
sabes?

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UNA CASA, EL PINO Y SU HISTORIA [Mi poema]
Golcar Rojas [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Pensaba hacer mi casa con adobe
consciente iba a durar muy pocos años,
-seguro de tener que hacer apaños-,
creyendo no habrá nadie que la robe.

Cuidando en esa entrada planté un pino
que hiciera de guardián de los secretos,
gozara del descanso en los asuetos
lo mismo que hace el que es un buen vecino.

La casa se cayó. Junto a las ruinas
el pino siguió en pie cual penitente
observa lo que ocurre en el ambiente,
fisgando por debajo en las colinas.

El pino aun perduró muchos más años,
mas cuentan que mostraba su tristeza,
palpable al contemplar que su corteza
ajada estaba mal. Los desengaños.

La casa junto al pino andaron juntos,
y ejemplos son de vidas anodinas,
partícipes los dos de sus rutinas,
mas uno en el vagar ganó a los puntos.
©donaciano bueno

#Vidas paralelas...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Golcar Rojas

1

y el niño que hay en mí, el niño
que sale en cierto día, el día
en que la mano casi no trabaja,
el día en que sencillos
mis pies pisan los duendes que están en el rocío
haciendo el oro joven del domingo.
Manuel del Cabral

En el perchero de casa
Hay un fantasma
Lo veo por el rabillo del ojo
Por el volumen, es un hombre grande
Usa sudadera con capucha
en invierno
cuando más sale.
Poco espanta los veranos
Se conoce que es friolero
Cuando lavo los platos o cocino
me acompaña
Cuando me voy
me despide posando su sombra
sobre la puerta entornada.
En el perchero de la entrada
Habita un fantasma
que se crece los domingos
cuando estamos todos en casa.

3

El olor del café y de los periódicos.
El domingo y su tedio.
Jorge Luis Borges

A una tristeza
Le sigue una alegría
Y viceversa
A un dolor
Le sigue un alivio
Y viceversa
A un fracaso
le sigue un triunfo
Y viceversa
Después de cada sábado
sigue un domingo
Razón tiene la Santa
… todo pasa
Pero agota
tanto afán
Cansa.

6

Domingo triste
Las campanas, el sol, el cielo claro
me llenan de tristeza, y en los ojos
llevo un dolor que el verso compasivo mira,
José Martí

Uno se habitúa al hambre.

Los primeros días, es más agobiante:
Duele el estómago
nos inquietamos
nos angustiamos
nos cuesta dormir

Poco a poco, el cuerpo se entrega
se acostumbra a la ausencia
Empezamos a consumirnos a nosotros mismos
sin notarlo apenas.

Tal vez tiritemos un poco
nos dé fiebre
Alucinamos

Se puede llegar a un estado de éxtasis
y sentirse cuerpo glorioso

de domingo Santo

Uno, de tantas hambres,
se habitúa al hambre

Pasado un tiempo
Ya nada tienta el apetito
Hasta la sola mención
de lo que más nos gustaba

nos repugna o nos es indiferente

Hasta que ya no hay más
autoconsumo
y sin extrañar ningún condumio

sobreviene la muerte.

7

Sunday Bloody Sunday

And the battle’s just begun
There’s many lost, but tell me who has won
The trench is dug within our hearts
And mothers, children, brothers, sisters torn apart
U2

A la gente le gusta el éxito
aunque sean bulos. Candilejas
La vida se tuerce
son vanos los esfuerzos
por enderezarla.
Al nacer nos dan un mundo.
La vida nos lo va quitando
Vamos restando domingos
Me aconsejan paciencia
Mi epitafio dirá:
Cuánta paciencia tuvo el tonto.

11

…cantan cigarras de tristeza
como en una apartada tarde de domingo.
Vicente Gerbasi

Soy buey sin labrador
Mula de carreta sin arriero
Perro ovejero sin pastor

Callo ensimismado
Entretengo a la muerte
con escoba y coleto

Los domingos no soy persona

Pero llega el lunes
la vida es en gerundio
hasta el siguiente domingo.

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LAS GUERRAS Y LAS PERRAS [Mi poema]
Alejandro Simón Partal [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Curioso, vine aquí cuando una guerra,
dejaban de matar, ya se acababa,
yo entonces no sabía eso pasaba,
tampoco supe entonces que una perra,
con ella todo o casi se compraba.

Después llegué a entender de aquella historia,
-las guerras y las perras vienen juntas-,
lo mismo que los bueyes y las yuntas,
los actos de olvidar y la memoria,
la duda, la razón y las preguntas.

Las guerras dicen son un buen negocio,
y algunos dicen más, son un disfrute,
las que hay que lamentar, nadie discute,
matar, aditamento para el ocio,
matar, que eso matar te pega un chute.

Y hoy siguen con las mismas martingalas,
parece que el humano nunca aprende,
dirán si es bien o mal, todo depende
la fuerza con que agredan esas balas,
la sangre y el hedor que se desprende.
©donaciano bueno

Y tú, también tienes muchas #perras...? Share on X

Perras era el nombre genérico que se daba a las monedas en la época de la postguerra. Tener muchas perras era símbolo de riqueza.

MI POETA SUGERIDO:  Alejandro Simón Partal

Premio de poesía Hermanos Argensola

UN HOMBRE-PADRE Y SU AGONÍA

 I

Lo que tú no hagas,
se quedará sin hacer,
te digo.
Pero no sabes qué contestar
y cierras la persiana imponiendo noche
a lo que ya sólo es noche.

Ahora, lejos de lo humano,
todo lo humano te es ajeno.

Ya eres azar, conexión de un mal
con otro mal que crea meta
y que tu cuerpo cruza.

Te vas dejándome algo de herencia
(un piso mal iluminado que cuesta, dices,
una vida de trabajo). Me voy dejándote
por contar cosas que no conoces
y que casi cuestan una vida: algún retoque plástico,
y noches de glory holes que quizás entiendas mejor
allá en la gloria, en el tránsito hacia lo sagrado
donde se reconoce con más facilidad los muros
con sorpresa que separan plenitud
de arrepentimiento.

Cuando el miedo deja de guardar la viña,
la viña también florece.

II

¿Cómo se prepara uno
para lo que no se puede aceptar?

Hace ya mucho que desapareció
lo que nos une y ahora sólo queda
el aceite frío de nuestro amor
sin entendimiento.
Cuestan menos las palabras
cuando se le habla a una avenida atenta.

Por eso aquí, ahora, te hablo del hijo de Lola Flores:

un cantautor que no nos gustaba
pero que murió de amor, como mueren los
que vinieron a vivir de otra forma. Especulamos
con las últimas horas de un desconocido
con la seguridad que da el miedo
de saberse cercanos sin reconocerse de ninguna manera.
No nos gustaban esas canciones, pero al final
los intentos son el corpus de las grandes avenidas,
su madeja de pliegues.

¿Cómo

—decidme, tienda nueva de Apple
que ahora tengo en frente;
ofertas de enero; tú, perro asustado
por mis espasmos que ahora
amaga con morderme—,

prepararse para el final
de lo que sólo ha sido ausencia?

Siempre tarda más en desaparecer
lo que no sabemos si amar.

III

Y fíjate en esos críos
practicando primeros auxilios
a hombres hinchables:

cualquier cosa interrumpe su salvación.

Cómo juegan a la gravedad
sabiendo que no habrá oportunidad alguna
de morir:

no existe infortunio en lo que sólo es confirmación.

Ellos ya saben que tirados en el suelo,
intentando mantener a lo que no se manifiesta,
se viven los momentos más altos de la vida.

El aire y la sangre ya tendrán tiempo
de tomar partido:

será fácil predecir su inclinación.

IV

Un director de cine quiso acabar con cien años de agonía.

En la premier de Las Leandras, película protagonizada
por Rocío Dúrcal en 1969, el director
Eugenio Martín declaró:

«Yo siempre he hecho lo que me han encargado.
Nunca he tenido un mundo propio
que me interesase sacar fuera».

Todo un siglo de agonía en España difuminado
en un estreno de cine.

Todas las respuestas a los últimos años de casi todo
por un director que ya nadie recuerda.

La película tuvo un éxito muy moderado.

Rocío Dúrcal no murió de amor.

Ya nunca sabré si te gustaban sus canciones.

NOTAS AL MARGEN DE UNA CASA

Esto que hay hoy,
esto que hoy tenemos,
tendría que ser suficiente.

Esta higuera cercana que da sombra
sin que nadie le exija fruto alguno,
estas toallas nuevas que sí secan,
los retratos de familiares que ya no están
y que más que estupor
.                                   deducen paraísos.

Este techo, este suelo,
este puñado de tabiques
que cumplen su misión de estructura,
su sosiego de orden,
no tendrían que exigir mucho más.

¿Acaso no parten el jardín, los retratos o
las toallas nuevas de alguien que acepta
lo que hoy tiene?

Alguien que no cede espacio
al fracaso ni al no fracaso.

Así nuestro despertar
no será más un desplegarse,
sino un estar cercano
a lo que precisa cercanía.

El noble litigio entre el sueño
y la suficiencia que es pensarte aquí,
que es tocarte ahora:

vivir es a veces no poder demostrarlo.

DASEIN REMITENTE

A mí la muerte no ha de esperarme.
Nunca la he llamado, no he llegado
a coquetear con ella más allá del vacilante
remite ansioso de poética rosa.
Nunca dejé huella
en su fresco césped de serrín.

Pero hoy voy a recogerte en tu casa,
a llamar a tu puerta o a gritar
tu marmoleño nombre, tan fuerte
que puedas separar nódulo y aire,
tímpano y promesa.

Llegaré muy tarde para las preguntas.

Orilla raíz

Hay un instante
que de tanta soledad
improvisa cualquier cosa la hermosura.

Así hoy en esta playa
donde mi padre no ha dejado huella,
le he visto enterrando en la orilla
una sandía para enfriarla.

Donde sólo hay tierra
yo veía a un hombre
con los pantalones remangados
abriendo hueco en la tierra,
donde el mar se aisló por un segundo
creyéndose por fin mar.

Desde aquí veía los pies de mi padre enterrados.

Veía la sandía enterrada,
con su pulpa cada vez más fría.

Esos hombres de orilla que saben de mar
no habrán enterrado ahí nunca una sandía.

No sabrían hacerlo como él.

Hay un momento que de tanta soledad
brotan de la orilla los frutos más grandes.

Resistencia y Sumisión

No es el amanecer otra cosa
que un intento terrestre
hacia lo divino,
como lo es la fruta madura en el árbol
o las sábanas blancas tendidas
en un prado abierto.

Poco dura ese momento
en el que los animales gimen
y algunas personas reaccionan
y cuidan la tierra o recogen el fruto.

No pretende más
que recordarnos nuestra condición
de seres pequeños o necesitados,
de hermanos que algunas mañanas,
muy temprano, salen humildes
y se encuentran.

Días por venir

Estamos cerca del tiempo
donde no se requieran performers
ni artistas que se flagelen o mutilen,

sino alguien que ponga al otro
una almohada bajo su cabeza
y lo acompañe en su descanso.

Estamos cerca del momento
donde la plaza vuelva a ofrecer comodidad,
donde la primavera regrese a las montañas.

Bendecidos

Y de pronto, del suelo,
se han alzado los tomates,
como una pasarela de luces rojas
con las que se inaugura el verano.
El animal en celo. Alguien encala la casa.
De repente, un exceso de vida
se ha impuesto en nuestra rutina.
Podemos saltar al vacío o amar sin cautela,
desaparecer hasta que no podamos más,
pero solo salimos a la puerta
y nos sentamos al fresco.

Quiero decírtelo de la forma más sencilla,
sin laberintos: estamos bendecidos.

Ya nada va a poder con nosotros.

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QUEJARSE ES MUY SENCILLO [Mi poema]
José María Heredia [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Quejarse es muy sencillo. Yo me quejo.
Quejar, lo que es quejar, todos sabemos
pues pronto de pequeños lo aprendemos.
Yo así lo pienso hacer pues que de viejo
quejar ya no podremos.

Que es tiempo de llorar. El que no llora
es cierto, el vulgo dice, que no mama.
Y pronto más que tarde lo deplora.
Llorar, lo que es llorar a cada hora
y ver la hiel derrama.

Que el mundo lleno está de plañideras
tratando de al gemir sacar tajada,
igual sirve un abrazo o la patada,
así que salga el sol por peteneras
le tire una pedrada.

Quejarse de más rico no haber sido,
quejar de haber tenido mala suerte,
clamar poniendo al cielo por testigo
si aquello que persigo no consigo
llorando hasta la muerte.

Gritando al cielo, a Dios o al que convenga,
ajeno a ver si hay alguien que incomodas,
ni importa la razón que yo no tenga
lo mío es reclamar y que yo obtenga
y a mí me las den todas.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  José María Heredia

EN UNA TEMPESTAD

Huracán, huracán, venir te siento,
Y en tu soplo abrasado
Respiro entusiasmado
Del señor de los aires el aliento.
En las alas del viento suspendido
Vedle rodar por el espacio inmenso,
Silencioso, tremendo, irresistible
En su curso veloz. La tierra en calma
Siniestra; misteriosa,
Contempla con pavor su faz terrible.
¿Al toro no miráis? El suelo escarban,
De insoportable ardor sus pies heridos:
La frente poderosa levantando,
Y en la hinchada nariz fuego aspirando,
Llama la tempestad con sus bramidos.

¡Qué nubes! ¡qué furor! El sol temblando
Vela en triste vapor su faz gloriosa,
Y su disco nublado sólo vierte
Luz fúnebre y sombría,
Que no es noche ni día…
¡Pavoroso calor, velo de muerte!
Los pajarillos tiemblan y se esconden
Al acercarse el huracán bramando,
Y en los lejanos montes retumbando
Le oyen los bosques, y a su voz responden.

Llega ya… ¿No le veis? ¡Cuál desenvuelve
Su manto aterrador y majestuoso…!
¡Gigante de los aires, te saludo…!
En fiera confusión el viento agita
Las orlas de su parda vestidura…
¡Ved…! ¡En el horizonte
Los brazos rapidísimos enarca,
Y con ellos abarca
Cuanto alcanzó a mirar de monte a monte!

¡Oscuridad universal!… ¡Su soplo
Levanta en torbellinos
El polvo de los campos agitado…!
En las nubes retumba despeñado
El carro del Señor, y de sus ruedas
Brota el rayo veloz, se precipita,
Hiere y aterra a suelo,
Y su lívida luz inunda el cielo.

¿Qué rumor? ¿Es la lluvia…? Desatada
Cae a torrentes, oscurece el mundo,
Y todo es confusión, horror profundo.
Cielo, nubes, colinas, caro bosque,
¿Dó estáis…? Os busco en vano:
Desparecisteis… La tormenta umbría
En los aires revuelve un oceano
Que todo lo sepulta…
Al fin, mundo fatal, nos separamos:
El huracán y yo solos estamos.

¡Sublime tempestad! ¡Cómo en tu seno,
De tu solemne inspiración henchido,
Al mundo vil y miserable olvido,
Y alzo la frente, de delicia lleno!
¿Dó está el alma cobarde
Que teme tu rugir…? Yo en ti me elevo
Al trono del Señor: oigo en las nubes
El eco de su voz; siento a la tierra
Escucharle y temblar. Ferviente lloro
Desciende por mis pálidas mejillas,
Y su alta majestad trémulo adoro.

LA ESTACIÓN DE LOS NORTES

Témplase ya del fatigoso estío
El fuego abrasador: del yerto polo
Del septentrión los vientos sacudidos,
Envueltos corren entre niebla oscura,
Y a Cuba libran de la fiebre impura.

Ruge profundo el mar, hinchado el seno,
Y en golpe azotador hiere las playas:
Sus alas baña Céfiro en frescura,
Y vaporoso, transparente velo
Envuelve al Sol y al rutilante cielo.

¡Salud, felices días! A la muerte
La ara sangrienta derribáis que mayo
Entre flores alzó: la acompañaba
Con amarilla faz la fiebre impía,
Y con triste fulgor resplandecía.

Ambas veían con adusta frente
De las templadas zonas a los hijos
Bajo este cielo ardiente y abrasado:
Con sus pálidos cetros los tocaban,
Y a la huesa fatal los despeñaban.

Mas su imperio finó: del norte el viento,
Purificando el aire emponzoñado,
Tiende sus alas húmedas y frías,
Por nuestros campos resonando vuela,
Y del rigor de agosto los consuela.

Hoy en los climas de la triste Europa
Del aquilón el soplo enfurecido
Su vida y su verdor quita a los campos,
Cubre de nieve la desnuda tierra,
Y al hombre yerto en su mansión encierra.

Todo es muerte y dolor: en Cuba empero
Todo es vida y placer: Febo sonríe,
Mas templado entre nubes transparentes,
Da nuevo lustre al bosque y la pradera,
Y los anima en doble primavera.

¡Patria dichosa! ¡Tú, favorecida
Con el mirar más grato y la sonrisa
De la Divinidad! No de tus campos
Me arrebate otra vez el hado fiero.
Lúzcame ¡ay! en tu cielo el sol postrero.

¡Oh! ¡con cuánto placer, amada mía,
Sobre el modesto techo que nos cubre
Caer oímos la tranquila lluvia,
Y escuchamos del viento los silbidos,
Y del distante Océano los bramidos!

Llena mi copa con dorado vino,
Que los cuidados y el dolor ahuyenta:
Él, adorada, a mi sedienta boca
Muy más grato será de ti probado,
Y a tus labios dulcísimos tocado.

Junto a ti reclinado en muelle asiento,
En tus rodillas pulsaré mi lira,
Y cantaré feliz mi amor, mi patria,
De tu rostro y de tu alma la hermosura,
Y tu amor inefable y mi ventura.

NIÁGARA

Templad mi lira, dádmela, que siento
En mi alma estremecida y agitada
Arder la inspiración. ¡Oh! ¡cuánto tiempo
En tinieblas pasó, sin que mi frente
Brillase con su luz…! Niágara undoso,
Tu sublime terror sólo podría
Tornarme el don divino, que ensañada
Me robó del dolor la mano impía.

Torrente prodigioso, calma, calla
Tu trueno aterrador: disipa un tanto
Las tinieblas que en torno te circundan;
Déjame contemplar tu faz serena,
Y de entusiasmo ardiente mi alma llena.
Yo digno soy de contemplarte: siempre
Lo común y mezquino desdeñando,
Ansié por lo terrífico y sublime.

Al despeñarse el huracán furioso,
Al retumbar sobre mi frente el rayo,
Palpitando gocé: vi al Oceano,
Azotado por austro proceloso,
Combatir mi bajel, y ante mis plantas
Vórtice hirviente abrir, y amé el peligro.
Mas del mar la fiereza
En mi alma no produjo
La profunda impresión que tu grandeza.

Sereno corres, majestuoso; y luego
En ásperos peñascos quebrantado,
Te abalanzas violento, arrebatado,
Como el destino irresistible y ciego.
¿Qué voz humana describir podría
De la sirte rugiente
La aterradora faz? El alma mía
En vago pensamiento se confunde
Al mirar esa férvida corriente,
Que en vano quiere la turbada vista
En su vuelo seguir al borde oscuro
Del precipicio altísimo: mil olas,
Cual pensamiento rápidas pasando,
Chocan, y se enfurecen,
Y otras mil y otras mil ya las alcanzan,
Y entre espuma y fragor desaparecen.

¡Ved! ¡llegan, saltan! El abismo horrendo
Devora los torrentes despeñados:
Crúzanse en él mil iris, y asordados
Vuelven los bosques el fragor tremendo.
En las rígidas peñas
Rómpese el agua: vaporosa nube
Con elástica fuerza
Llena el abismo en torbellino, sube,
Gira en torno, y al éter
Luminosa pirámide levanta,
Y por sobre los montes que le cercan
Al solitario cazador espanta.

Mas ¿qué en ti busca mi anhelante vista
Con inútil afán? ¿Por qué no miro
Alrededor de tu caverna inmensa
Las palmas ¡ay! las palmas deliciosas,
Que en las llanuras de mi ardiente patria
Nacen del sol a la sonrisa, y crecen,
Y al soplo de las brisas del Océano,
Bajo un cielo purísimo se mecen?

Este recuerdo a mi pesar me viene…
Nada ¡oh Niágara! falta a tu destino,
Ni otra corona que el agreste pino
A tu terrible majestad conviene.
La palma, y mirto, y delicada rosa,
Muelle placer inspiren y ocio blando
En frívolo jardín: a ti la suerte
Guardó más digno objeto, más sublime.
El alma libre, generosa, fuerte,
Viene, te ve, se asombra,
El mezquino deleite menosprecia,
Y aun se siente elevar cuando te nombra.

¡Omnipotente Dios! En otros climas
Vi monstruos execrables,
Blasfemando tu nombre sacrosanto,
Sembrar error y fanatismo impío,
Los campos inundar en sangre y llanto,
De hermanos atizar la infanda guerra,
Y desolar frenéticos la tierra.

Vilos, y el pecho se inflamó a su vista
En grave indignación. Por otra parte
Vi mentidos filósofos, que osaban
Escrutar tus misterios, ultrajarte,
Y de impiedad al lamentable abismo
A los míseros hombres arrastraban.
Por eso te buscó mi débil mente
En la sublime soledad: ahora
Entera se abre a ti; tu mano siente
En esta inmensidad que me circunda,
Y tu profunda voz hiere mi seno
De este raudal en el eterno trueno.

¡Asombroso torrente!
¡Cómo tu vista el ánimo enajena,
Y de terror y admiración me llena!
¿Dó tu origen está? ¿Quién fertiliza
Por tantos siglos tu inexhausta fuente?
¿Qué poderosa mano
Hace que al recibirte
No rebose en la tierra el Oceano?

Abrió el Señor su mano omnipotente;
Cubrió tu faz de nubes agitadas,
Dio su voz a tus aguas despeñadas,
Y ornó con su arco tu terrible frente.
¡Ciego, profundo, infatigable corres,
Como el torrente oscuro de los siglos
En insondable eternidad…! ¡Al hombre
Huyen así las ilusiones gratas,
Los florecientes días,
Y despierta al dolor…! ¡Ay! agostada
Yace mi juventud; mi faz, marchita;
Y la profunda pena que me agita
Ruga mi frente, de dolor nublada.

Nunca tanto sentí como este día
Mi soledad y mísero abandono
y lamentable desamor… ¿Podría
En edad borrascosa
Sin amor ser feliz? ¡Oh! ¡si una hermosa
Mi cariño fijase,
Y de este abismo al borde turbulento
Mi vago pensamiento
Y ardiente admiración acompañase!
¡Cómo gozara, viéndola cubrirse
De leve palidez, y ser más bella
En su dulce terror, y sonreírse
Al sostenerla mis amantes brazos…!
¡Delirios de virtud…! ¡Ay! ¡Desterrado,
Sin patria, sin amores,
Sólo miro ante mí llanto y dolores!

¡Niágara poderoso!
¡Adiós! ¡adiós! Dentro de pocos años
Ya devorado habrá la tumba fría
A tu débil cantor. ¡Duren mis versos
Cual tu gloria inmortal! ¡Pueda piadoso
Viéndote algún viajero,
Dar un suspiro a la memoria mía!
Y al abismarse Febo en occidente,
Feliz yo vuele do el Señor me llama,
Y al escuchar los ecos de mi fama,
Alce en las nubes la radiosa frente.

HIMNO AL SOL

En los yermos del mar, donde habitas,
Alza ¡oh Musa! tu voz elocuente:
Lo infinito circunda tu frente,
Lo infinito sostiene tus pies.
Ven: al bronco rugir de las ondas
Une acento tan fiero y sublime,
Que mi pecho entibiado reanime,
Y mi frente ilumine otra vez.

Las estrellas en torno se apagan,
Se colora de rosa el oriente,
Y la sombra se acoge a occidente
Y a las nubes lejanas del sur:
Y del este en el vago horizonte,
Que confuso mostrábase y denso,
Se alza pórtico espléndido, inmenso,
De oro, púrpura, fuego y azul.

¡Vedle ya…! Cual gigante imperioso
Alza el Sol su cabeza encendida…
¡Salve, padre de luz y de vida,
Centro eterno de fuerza y calor!
¡Cómo lucen las olas serenas
De tu ardiente fulgor inundadas!
¡Cuál sonriendo las velas doradas
Tu venida saludan, oh Sol!

De la vida eres padre: tu fuego
Poderoso renueva este mundo:
Aun del mar el abismo profundo
Mueve, agita, serena tu ardor.
Al brillar la feliz primavera,
Dulce vida recobran los pechos,
Y en dichosa ternura deshechos
Reconocen la magia de Amor.

Tuyas son las llanuras: tu fuego
De verdura las viste y de flores,
Y sus brisas y blandos olores
Feudo son a tu noble poder.
Aun el mar te obedece: sus campos
Abandona huracán inclemente,
Cuando en ellos reluce tu frente,
Y la calma se mira volver.

Tuyas son las montañas altivas,
Que saludan tu brillo primero,
Y en la tarde tu rayo postrero
Las corona de bello fulgor.
Tuyas son las cavernas profundas,
De la tierra insondable tesoro,
Y en su seno el diamante y el oro
Reconcentran tu plácido ardor.

Aun la mente obedece tu imperio,
Y al poeta tus rayos animan;
Su entusiasmo celeste subliman,
Y le ciñen eterno laurel.
Cuando el éter dominas, y al mundo
Con calor vivificas intenso,
Que a mi seno desciendes yo pienso,
Y alto numen despiertas en él.

¡Sol! Mis votos humildes y puros
De tu luz en las alas envía
Al Autor de tu vida y la mía
Al Señor de los cielos y el mar.
Alma eterna, doquiera respira,
Y velado en tu fuego le adoro:
Si yo mismo ¡mezquino! me ignoro,
¿Cómo puedo su esencia explicar?

A su inmensa grandeza me humillo:
Sé que vive, que reina y me ama,
Y su aliento divino me inflama
De justicia y virtud en amor.
¡Ah! si acaso pudieron un día
Vacilar de mi fe los cimientos,
Fue al mirar sus altares sangrientos
Circundados por crimen y error.

CALMA EN EL MAR

El cielo está puro,
La noche tranquila,
Y plácida reina
La calma en el mar.
En su campo inmenso
El aire dormido
La flámula inmóvil
No puede agitar.

Ninguna brisa
Llena las velas,
Ni alza las ondas
Viento vivaz.
En el oriente
Débil meteoro
Brilla y disípase
Leve, fugaz.

Su ebúrneo semblante
Nos muestra la luna,
Y en torno la ciñe
Corona de luz.
El brillo sereno
Argenta las nubes,
Quitando a la noche
Su pardo capuz.

Y las estrellas,
Cual puntos de oro,
En todo el cielo
Vense brillar.
Como un espejo
Terso, bruñido,
Las luces trémulas
Refleja el mar.

La calma profunda
De aire, mar y cielo,
Al ánimo inspira
Dulce meditar.
Angustias y afanes
De la triste vida,
Mi llagado pecho
Quiere descansar.
Astros eternos,
Lámparas dignas,
Que ornáis el templo
Del Hacedor;
Sedme la imagen
De su grandeza,
Que lleve al ánimo
Santo pavor.

¡Oh piloto! la nave prepara:
A seguir tu derrota dispónte,
Que en el puro lejano horizonte
Se levanta la brisa del sur;
Y la zona que oscura lo ciñe,
Cual la luz presurosa se tiende,
Y del mar, cuyo espejo se hiende,
Muy más bello parece el azul.

AL OCÉANO

¡Qué! ¡De las ondas el hervor insano
Mece por fin mi lecho estremecido!
¡Otra vez en el Mar!… Dulce a mi oído
Es tu solemne música, Oceano.
¡Oh! ¡cuántas veces en ardientes sueños
Gozoso contemplaba
Tu ondulación, y de tu fresca brisa
El aliento salubre respiraba!
Elemento vital de mi existencia,
De la vasta creación mística parte,
¡Salve! felice torno a saludarte
Tras once años de ausencia.

¡Salve otra vez! a tus volubles ondas
Del triste pecho mío
Todo el anhelo y esperanza fío.
A las orillas de mi fértil patria
Tú me conducirás, donde me esperan
Del campo entre la paz y las delicias,
Fraternales caricias,
Y de una madre el suspirado seno.

¡Me oyes, benigno Mar! De fuerza lleno,
En el triste horizonte nebuloso,
Tiende sus alas aquilón fogoso,
Y las bate: la vela estremecida
Cede al impulso de su voz sonora,
Y cual flecha del arco despedida,
Corta las aguas la inflexible prora.
Salta la nave, como débil pluma,
Ante el fiero aquilón que la arrebata
Y en torno, cual rugiente catarata,
Hierven montes de espuma.

¡Espectáculo espléndido, sublime
De rumor, de frescura y movimiento:
Mi desmayado acento
Tu misteriosa inspiración reanime!
Ya cual mágica luz brillar la siento:
Y la olvidada lira
Nuevos tonos armónicos suspira.
Pues me torna benéfico tu encanto
El don divino que el mortal adora,
Tuyas, glorioso Mar, serán ahora
Estas primicias de mi nuevo canto.

¡Augusto primogénito del Caos!
Al brillar ante Dios la luz primera,
En su cristal sereno
La reflejaba tu cerúleo seno:
Y al empezar el mundo su carrera,
Fue su primer vagido,
De tus hirvientes olas agitadas
El solemne rugido.

Cuando el fin de los tiempos se aproxime,
Y al orbe desolado
Consuma la vejez, tú, Mar sagrado,
Conservarás tu juventud sublime.
Fuertes cual hoy, sonoras y brillantes,
Llenas de vida férvida tus ondas,
Abrazarán las playas resonantes
-Ya sordas a tu voz-, tu brisa pura
Gemirá triste sobre el mundo muerto,
Y entonarás en lúgubre concierto
El himno funeral de la Natura.

¡Divino esposo de la Madre Tierra!
Con tu abrazo fecundo,
Los ricos dones desplegó que encierra
En su seno profundo.
Sin tu sacro tesoro inagotable,
De humedad y de vida,
¿Qué fuera? -Yermo estéril, pavoroso,
De muerte y aridez sólo habitado.

Suben ligeros de tu seno undoso
Los vapores que, en nubes condensados
Y por el viento alígero llevados,
Bañan la tierra en lluvias deliciosas,
Que al moribundo rostro de Natura
Tornando la frescura,
Ciñen su frente de verdor y rosas.

¡Espejo ardiente del sublime cielo!
En ti la luna su fulgor de plata
Y la noche magnífica retrata
El esplendor glorioso de su velo.
Por ti, férvido Mar, los habitantes
De Venus, Marte, o Júpiter, admiran
Coronado con luces más brillantes
Nuestro planeta, que tus brazos ciñen,
Cuando en tu vasto y refulgente espejo
Mira el Sol de su hoguera inextinguible
El áureo, puro, vívido reflejo.

¿Quién es, sagrado Mar, quién es el hombre
A cuyo pecho estúpido y mezquino
Tu majestosa inmensidad no asombre?
Amarte y admirar fue mi destino
Desde la edad primera:
De juventud apasionada y fiera
En el ardor inquieto,
Casi fuiste a mi culto noble objeto.
Hoy a tu grata vista, el mal tirano
Que me abrumaba, en dichoso olvido
Me deja respirar. Dulce a mi oído
es tu solemne música, Oceano.

VANIDAD DE LAS RIQUEZAS

Si la pálida muerte se aplacara
Con que yo mis riquezas le ofreciera,
Si el oro y plata para sí quisiera,
Y a mí la dulce vida me dejara;

¡Con cuánto ardor entonces me afanara
Por adquirir el oro, y si viniera
A terminar mis días la Parca fiera,
Cuán ufano mi vida rescatara!

Pero ¡ah! no se libertan de su saña
El hombre sabio, el rico ni el valiente:
En todos ejercita su guadaña.

Quien se afana en ser rico no es prudente:
Si en que debe morir nadie se engaña,
¿Para qué trabajar inútilmente?
Las corona de bello fulgor.
Tuyas son las cavernas profundas,
De la tierra insondable tesoro,
Y en su seno el diamante y el oro
Reconcentran tu plácido ardor.

Aun la mente obedece tu imperio,
Y al poeta tus rayos animan;
Su entusiasmo celeste subliman,
Y le ciñen eterno laurel.
Cuando el éter dominas, y al mundo
Con calor vivificas intenso,
Que a mi seno desciendes yo pienso,
Y alto numen despiertas en él.

¡Sol! Mis votos humildes y puros
De tu luz en las alas envía
Al Autor de tu vida y la mía
Al Señor de los cielos y el mar.
Alma eterna, doquiera respira,
Y velado en tu fuego le adoro:
Si yo mismo ¡mezquino! me ignoro,
¿Cómo puedo su esencia explicar?

A su inmensa grandeza me humillo:
Sé que vive, que reina y me ama,
Y su aliento divino me inflama
De justicia y virtud en amor.
¡Ah! si acaso pudieron un día
Vacilar de mi fe los cimientos,
Fue al mirar sus altares sangrientos
Circundados por crimen y error.

INMORTALIDAD

Cuando en el éter fúlgido y sereno
Arden los astros por la noche umbría,
El pecho de feliz melancolía
Y confuso pavor siéntese lleno.

¡Ay! ¡así girarán cuando en el seno
Duerma yo inmóvil de la tumba fría!…
Entre el orgullo y la flaqueza mía
Con ansia inútil suspirando peno,

Pero ¿qué digo? -Irrevocable suerte
También los astros a morir destina,
Y verán por la edad su luz nublada.

Mas superior al tiempo y a la muerte
Mi alma, verá del mundo la ruina,
A la futura eternidad ligada.

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RECUERDO AQUELLA TARDE [Mi poema]
Julio Herrera y Reissig [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Recuerda aquella tarde en que llovía
y andaba ensimismado en la ventana,
confiando que muy pronto pararía.
La lluvia en el cristal le repetía
quizás hoy pararé, quizás mañana.

Así es que él esperó. Y ella seguía,
en tanto que, infeliz con su galbana,
tan harto, de clamar no desistía,
lanzando al firmamento una porfía,
calmando su pulsión de mala gana.

Pasaron días, noches y semanas
cansado de aguantar, ¡cómo sería!
que aquellas ilusiones fueron vanas.
Notó que envejecía por las canas.
Y quiso despertar. Mas se moría.
©donaciano bueno

Como de los #cerdos, de la vida hay que aprovechar hasta el rabo? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Julio Herrera y Reissig

Color de sueño

Anoche vino a mí, de terciopelo;
sangraba fuego de su herida abierta;
era su palidez de pobre muerta
y sus náufragos ojos sin consuelo.

Sobre su mustia frente descubierta
languidecía un fúnebre asfodelo.
Y un perro aullaba, en la amplitud de hielo,
al doble cuerno de una luna incierta.

Yacía el índice en su labio, fijo
como por gracia de hechicero encanto,
y luego que, movido por su llanto,

quién era, al fin, la interrogué, me dijo:
-Ya ni siquiera me conoces, hijo:
¡si soy tu alma que ha sufrido tanto!

El enojo

Todo fue así: Sahumábase de lilas
y de heliotropo el viento en tu ventana;
la noche sonreía a tus pupilas,
como si fuera su mejor hermana…

Mi labio trémulo y tu rostro grana
tomaban apariencias intranquilas,
fingiendo tú mirar por la persiana,
y yo, soñar al son de las esquilas.

¡Vibró el chasquido de un adiós violento!
Cimbraste a modo de una espada al viento;
y al punto en que iba a desflorar mi tema,

gallardamente, en ritmo soberano,
desenvainada de su guante crema,
como una daga, me afrentó tu mano.

Anima clemens

Palomas lilas entre los alcores,
gemían tus nostalgias inspiradas;
y en las ciénagas, de astro ensangrentadas,
corearon su maitín roncos tenores.

En los castillos y en los miradores,
encendía el ocaso cuentos de hadas;
y aparecía, al son de agrias tonadas,
el gesto oscuro de los leñadores.

Como una buena muerte, sin angustia
durmióse el día, violeta mustia.
En tan propicia media luz de olvido,

naufragaron tus últimos lamentos,
mientras, en los cortijos soñolientos,
rebotaba de pronto algún ladrido…

El sauce

A mitad de mi fausto galanteo,
su paraguas de sedas cautelosas
la noche desplegó, y un lagrimeo
de estrellas, hizo hablar todas las cosas.

Erraban las Walkirias vaporosas
de la bruma, y en cósmico mareo
parecían bajar las nebulosas
al cercano redil del pastoreo.

En un abrazo de postrero arranque,
caímos en el ángulo del bote.
Y luego que llorando ante el estanque

tu invicta castidad se arrepentía,
¡el sauce, como un viejo sacerdote,
gravemente inclinado nos unía.

Amor sádico

Ya no te amaba, sin dejar por eso
de amar la sombra de tu amor distante.
Ya no te amaba, y sin embargo, el beso
de la repulsión nos unió un instante…

Agrio placer y bárbaro embeleso
crispó mi faz, me demudó el semblante,
ya no te amaba, y me turbé, no obstante,
como una virgen en un bosque espeso.

Y ya perdida para siempre, al verte
anochecer en el eterno luto,
mudo el amor, el corazón inerte,

huraño, atroz, inexorable, hirsuto,
jamás viví como en aquella muerte,
nunca te amé como en aquel minuto!

Bromuro

Burlando con frecuencia el vasallaje
de la tutela familiar en juego,
nos dimos citas, a favor del ciego
azar, en el jardín, tras el follaje…

Frufrutó de aventura tu aéreo traje,
sugestivo de aromas y de espliego…
y evaporada entre mis brazos, luego,
soñaste mundos de arrebol y encaje…

Libres de la zozobra momentánea
-sin recelarnos de emergencia alguna-
en los breves silencios, oportuna

te abandonabas a mi fe espontánea;
y sobre un muro, al trascender, la luna
nos denunciaba en frágil instantánea.

Consagración

Surgió tu blanca majestad de raso,
toda sueño y fulgor, en la espesura;
y era en vez de mi mano -atenta al caso-
mi alma quien oprimía tu cintura…

De procaces sulfatos, una impura
fragancia conspiraba a nuestro paso,
en tanto que propicio a tu aventura
llenóse de amapolas el ocaso.

Pálida de inquietud y casto asombro,
tu frente declinó sobre mi hombro…
Uniéndome a tu ser, con suave impulso,

al fin de mi especioso simulacro,
de un largo beso te apuré convulso
¡hasta las heces, como un vino sacro!

Decoración heráldica

Señora de mis pobres homenajes.
Débote siempre amar aunque me ultrajes.
Góngora

Soñé que te encontrabas junto al muro
glacial donde termina la existencia,
paseando tu magnífica opulencia
de doloroso terciopelo oscuro.

Tu7 pie, decoro del marfil más puro,
hería, con satánica inclemencia,
las pobres almas, llenas de paciencia,
que aún se brindaban a tu amor perjuro.

Mi dulce amor que sigue sin sosiego,
igual que un triste corderito ciego,
la huella perfumada de tu sombra,

buscó el suplicio de tu regio yugo,
y bajo el raso de tu pie verdugo
puse mi esclavo corazón de alfombra.

Desolación absurda

A Paul Minelly, francesamente.

Je serai ton cercueil,
aimable pestilence!…

Noche de tenues suspiros
platónicamente ilesos:
vuelan bandadas de besos
y parejas de suspiros;
ebrios de amor los cefiros
hinchan su leve plumón,
y los sauces en montón
obseden los camalotes
como torvos hugonotes
de una muda emigración.

Es la divina hora azul
en que cruza el meteoro,
como metáfora de oro
por un gran cerebro azul.
Una encantada Estambul
surge de tu guardapelo,
y llevan su desconsuelo
hacia vagos ostracismos
floridos sonambulismos
y adioses de terciopelo.

En este instante de esplín,
mi cerebro es como un piano
donde un aire wagneriano
toca el loco del esplín.
En el lírico festín
de la ontológica altura,
muestra la luna su dura
calavera torva y seca,
y hace una rígida mueca
con su mandíbula oscura.

El mar, como gran anciano,
lleno de arrugas y canas,
junto a las playas lejanas
tiene rezongos de anciano.
Hay en acecho una mano
dentro del tembladeral;
y la supersustancial
vía láctéa se me finge
la osamenta de una Esfinge
dispersada en un erial.

Cantando la tartamuda
frase de oro de una flauta,
recorre el eco su pauta
de música tartamuda.
El entrecejo de Buda
hinca el barranco sombrío,
abre un bostezo de hastío
la perezosa campaña,
y el molino es una araña
que se agita en el vacío.

¡Deja que incline mi frente
en tu frente subjetiva,
en la enferma, sensitiva
media luna de tu frente,
que en la copa decadente
de tu pupila profunda,
beba el alma vagabunda
que me da ciencias astrales
en las horas espectrales
de mi vida moribunda!

¡Deja que rime unos sueños
en tu rostro de gardenia,
Hada de la neurastenia,
trágica luz de mis sueños!
Mercadera de beleños
llévame al mundo que encanta;
¡soy el genio de Atalanta
que en sus delirios evoca
el ecuador de tu boca
y el polo de tu garganta!

Con el alma hecha pedazos,
tengo un Calvario en el mundo;
amo y soy un moribundo,
tengo el alma hecha pedazos:
¡cruz me deparan tus brazos;
hiel tus lágrimas salinas;
tus diestras uñas, espinas
y dos clavos luminosos
los aleonados y briosos
ojos con que me fascinas!

¡Oh mariposa nocturna
de mi lámpara suicida,
alma caduca y torcida,
evanescencia nocturna;
linfática taciturna
de mi Nirvana opioso,
en tu mirar sigiloso
me espeluzna tu erotismo,
que es la pasión del abismo
por el Angel Tenebroso!

(Es medianoche). Las ranas
torturan en su acordeón
un «piano» de Mendelssohn
que es un gemido de ranas;
habla de cosas lejanas,
un clamoreo sutil;
y con aire acrobatil
bajo la inquieta laguna,
hace piruetas la luna
sobre una red de marfil.

Juega el viento perfumado
con los pétalos que arranca,
una partida muy blanca
de un ajedrez perfumado;
pliega el arroyo en el prado
su abanico de cristal,
y genialmente anormal
finge el monte a la distancia
una gran protuberancia
del cerebro universal.

¡Vengo a ti, serpiente de ojos
que hunden crímenes amenos,
la de los siete venenos
en el iris de sus ojos;
beberán tus llantos rojos
mis estertores acerbos,
mientras los fúnebres cuervos,
reyes de las sepulturas,
velan como almas oscuras
de atormentados protervos!

¡Tú eres póstuma y marchita,
misteriosa flor erótica,
miliunanochesca, hipnótica,
flor de Estigia acre y marchita;
tú eres absurda y maldita,
desterrada del Placer,
la paradoja del ser
en el borrón de la Nada,
una hurí desesperada
del harem de Baudelaire!

¡Ven, declina tu cabeza
de honda noche delincuente
sobre mi tétrica frente,
sobre mi aciaga cabeza;
deje su indócil rareza
tu numen desolador,
que en el drama inmolador
de nuestros mudos abrazos
yo te abriré con mis brazos
un paréntesis de amor!

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AL FINAL DEL TÚNEL [Mi poema]
Maria Emilia Cornejo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que la vida se acaba, ya se acaba la vida,
no hay sutura en la herida, ya no sirve llorar.
Concluyó el caminar la mirada perdida
con el miedo en la huida y el final a esperar.

Y pensar que ese trance de este estadio es un sueño,
un momento, un empeño que se hartó de jugar,
sin decirte al oído, como aquel que es el dueño
de ese barco, pequeño, ponte ya y echa a andar.

Pues que aquí tu viniste sin decir que llegabas,
y anduviste a zancadas sin saber que el llegar,
se acortaba tu estancia cada paso que dabas
y aunque quieras negarlo no lo puedes negar.

Que no sirve sufrir si remedio no tiene,
ni sentir el asedio de poder naufragar,
pues tan grande es el mar que aunque el cielo hoy atruene
si a amainar no se aviene deberás ya hoy volar.
©donaciano bueno

Que aquí no queda ni el #apuntador...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Maria Emilia Cornejo

SOY LA MUCHACHA MALA DE LA HISTORIA

soy
la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.

soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.

soy
la muchacha mala de la historia.

COMO TÚ LO ESTABLECISTE

sola,
descubro que mi vida transcurrió perfectamente
como tú lo estableciste.

ahora
cuando la sensación de algo inacabado,
inacabado y ajeno
invade de escrúpulos mis buenas intenciones,
sólo ahora
cuando me siento en la mitad de todos mis caminos
atada a frases hechas
a cosas que se hacen por haberlas aprendido
como se aprende una lección de historia,
puedo pensar
que de nada sirvieron los consejos
ni las interminables conversaciones con tu madre,
y esas largas horas de mi vida
perdidas
en aprendizajes extraños
sobre pesas y medidas,
colores
y
sabores
y
en el vano intento de ir tras el sol
tras el vuelo de los pájaros,
de repente quiero acabar
con mi baño de todas las mañanas,
con el café pasado,
con mi agenda cuidadosamente estructurada
de citas y visitas
a las que asisto puntualmente;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.

TÍMIDA Y AVERGONZADA

tímida y avergonzada
dejé que quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome:
“nunca confíes en los hombres”.

Comprendiste mi dolor
y con infinita ternura
cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.

Mis huesos

mis huesos
junto a mis años,
de miles de horas,
se acomodan
cada día
en el hueco de tu cuerpo;
mis ojos, cansados de ver y no verte,
recorren tocando cada una de tus venas,
y
en la hora del amor
tu pelo vibra
en mi pelo,
y es la noche
único testigo
de
nuestra
diaria
celebración.

I

hubiéramos querido tener en nuestras manos
la eternidad de nuestras vidas
pero sólo nos era permitido
ocupar el cuarto por tres horas.
la vieja cama rechinó hiriendo nuestros oídos,
para entonces ya nada importaba.
con las precauciones del caso
cara – a – cara
intentamos recuperar nuestro destino
y nos amamos desesperadamente.
yo
todavía conservo
una mata de tu pelo entre mis piernas.

envueltos en las sábanas de tu cama, esa cama tuya
cargada de pesares
descubrimos las mil formas del amor;
mis senos como palomas alimentaron tus angustias
y tus pasos se perdían locos en la llanura de mi vientre,
¡oh! fauno enamorado
cabalgabas sobre mí desesperadamente.
tus labios tomaron posesión de mi sexo
y una lluvia de estrellas bañó nuestros cuerpos
y tu semen vino a mí curando todas mis penas.
al final fumamos y nos quejamos del viejo colchón de paja
limpiamos nuestros sexos
hurgamos en viejos poemas la definición de lo nuestro
volvimos a fumar
y las cuatro paredes de tu cuarto se hicieron evidentes
tan claras y evidentes.
yo te dije adiós y tú prometiste llamarme.

entro lentamente por tus venas
hasta inundar
todos los rincones de tu cuerpo
rescato tu nombre milenario
en cada arteria
te pierdo y me encuentro
en la profundidad de tu mirada
sin compañía alguna
invado tus pulmones
y vivo
y me recreo
con el aire que respiras
avanzo por debajo de tu piel
y organizo con exactitud
el metabolismo de tus penas
y tu cuerpo se convierte
en la zona sagrada de mi vida.
sin embargo,
hoy es mañana
y mañana será nunca.

siempre supe que te encontraría
en alguna vieja calle de Lima.
desde entonces
preparo cuidadosamente nuestro encuentro.

II

te beso en los ojos, en la cóncava mudez de tu inocencia,
te beso y todo tu cuerpo se viste con flores de un canto primaveral,
te beso y conviertes las cosas en hechos silenciosos y llenos de asombro,
te beso al fin
te beso.

después de un lento aprendizaje
puede reconocer sin equivocarme
las formas de tu cuerpo,
besar tiernamente tus mejillas
y saber con exactitud
las dimensiones de tu falo.
ahora, cada encuentro se convierte
en el hecho cotidiano de besarse
meternos en la cama y repetir
los movimientos del amor.
tu cuerpo se estremece a cada orgasmo,
yo te pido más
y en la necesidad de recuperarte
mis labios exploran tu pubis,
para entonces
cansado y sudoroso.
mis senos abrigan tu sueño.

vienes a mí
¡oh! viejo ulema
a cubrir la inocencia de mi cuerpo
con una estela de rosas pardas y amarillas;
vienes a mí
y conservas la ubicuidad de todos mis momentos
y eres oráculo
maravilloso y perdido
que predice todas mis desdichas.

III

debí seguir tus consejos,
no leer más a Kafka
ni frecuentar esos cafés
que tú sí frecuentas;
pero es tarde
hace frío
y estoy sola.

la soledad abrumadora de mis días
se acrecienta en mis oídos
hasta hacerlos estallar,
ya nadie respeta mis decisiones;
soy la hija extravagante y loca
que hay que rescatar.
entonces
cada palabra mía se convierte
en un grito desgarrador
sin eco y sin respuesta.

me encontraste en la mitad de todos mis caminos
y avanzaste lentamente hasta inundar
todos los rincones de mi vida.
ahora,
soy la mujer que sigue
sigilosamente
tus pasos
la que aguarda en cada esquina tu llegada,
soy la mujer incondicional
que nada pide a cambio
la que siempre te recibe
y te abre las piernas sin chistar.
soy la mujer,
tu mujer,
que guarda tus más gratos recuerdos;
la que nunca olvidará tu nombre
soy la mujer qe conservará como un tesoro
todos tus orgasmos
tu desesperada forma de amarme.
soy la mujer,
tu mujer,
y te amaré
hasta entregarte toda mi piel.

IV

he vuelto al camino de la soledad
al camino de la transparencia y la limpieza
he vuelto a los lugares inéditos
donde miedos milenarios pugnan por salir.
he vuelto
yo lo sé,
a la angustia de una noche que se acaba,
al poema terminado,
al silencio,
a mi vida.

quiero volver a encontrarte
en lo sillones tímidos de tu patio,
amoroso patio empedrado de tiernos olores.
quiero oír tu voz en las mañanas
y
en la inquietud de tu cama encontrar
todo amor
el lenguaje de tu boca.
quiero tu palabra como piedra que cae
amorosa piedra de tu patio
patio tuyo
escondido.
quiero tu presencia de silencios
como ecos que no acaban
tu presencia de helechos frescos
suaves helechos de tu patio
patio tuyo que he perdido.

mis huesos
junto a mis años,
de miles de horas,
se acomodan
cada día
en el hueco de tu cuerpo;
mis ojos, cansados de ver y no verte,
recorren tocando cada una de tus venas,
y
en la hora del amor
tu pelo vibra
en mi pelo,
y es la noche
único testigo
de
nuestra
diaria
celebración.

bajo un sombrero negro
mis pies van saboreando
un camino de piedras;
mi voz,
cantando al viento,
se enreda entre las hojas
y es poco el cielo
para cobijar mi alegría.

de día
mi cuarto es primavera
de flores y rosas
y
cuando llega la noche
es aquel viejo reloj
cansado y sin horas
que espera,
y simplemente espera
al tiempo
que viene en mi contra.

es sólo el tiempo
que viene en mi contra
y no me deja morir
porque
ya no
ya no le temo a la muerte
pues
sentado junto a ella
hoy
ya no tengo
la culpa
de
sentirme sola.

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SI TODO SE ACABARA [Mi poema]
Victoria Guerrero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cada día que pasa, cada día,
a cada hora y minuto, a cada instante,
yo quisiera saber, no es ser pedante,
de este mundo de pena qué sería,

si cansado de andar ya él se parara,
no quisiera seguir volando el viento,
si es que el agua, ese líquido elemento,
a la mar se tirara y naufragara.

Si el amor que profesan los humanos,
-ya se sabe que todo esto es mentira-,
se quisiera abrasar en una pira
sin salvar ni los brazos ni las manos.

Si esa luz con que alumbran nuestras mentes,
-hay quien dice son cegatas, que no alumbran-,
se negaran a aceptar también deslumbran
y en vez de dar, pedir como indigentes.

Si los bares, pitanzas y tabernas
sin clientes de pena se murieran,
si las tierras sin labrar ya perecieran
como barcas de sed en las galernas.

Si de andar no existieran los caminos
y los trenes quedaran sin viajeros,
de aventuras no hubiera aventureros,
ni paradas, posadas ni destinos.

Las montañas de pronto se arrugaran
de las plantas raíces se pudrieran,
que la rosa y clavel ya se extinguieran
y no hubiera ni olor que perfumaran.

Si en la tierra ocurriera un cataclismo,
todo junto se fuera hacia el garete,
la nostalgia pusieran en un brete
y el hastío cayera hasta el abismo.

Sin la ciencia ficción la fantasía
y todo eso ocurriera todo junto,
hoy me pongo a pensar y me pregunto
quién pudiera escribir ya poesía.
©donaciano bueno

Solo la #poesía es capaz de salvar al #mundo...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Victoria Guerrero

NN1

Levantamiento de las veinte mil
A las costureras de la fábrica Triangle ( y a las que siguen cosiendo hoy en oscuros sótanos)

Me quedé sentada
Las cenizas caían como lluvia en otoño
Se diluían en el asfalto húmedo
Una puntada tras otra
Yo me encerré en una fábrica para estar sola
Porque la soledad me quedaba bien
La pérdida no es algo que se resuelva en un año
No he podido olvidar:
Su rostro demacrado
La pérdida de peso
coser me hace olvidar
trabajar como una bestia me hace olvidar/me
de ti & de mí

NN2

Me encierro
Me encierro con la misma llave con que me encerraron ellos
Tomo la llave del patrón y le doy dos vueltas a la cerradura
La máquina está vieja
Las alas de las polillas lo cubren todo
A fuerza me siento y aprendo el alfabeto
A fuerza cuento los días en que he de salir de aquí
A fuerza acelero el pedal acelero la rabia
A fuerza me metieron aquí
Veo la luz una vez al día
Un día le devolveré las llaves al patrón
Ese día espero que ya esté muerto

NN3

¿hablar?
¿hablará la poesía?
Yo quiero gritar
Tengo la garganta seca
La garganta rasposa de tanto estar callada
En los libros veo esa palabra que no puedo pronunciar
En las caras de mis compañeras
Escondidas en los baños para mujeres

Mi abuela fue costurera en las fábricas
Después de la guerra viuda con 5 hijos
¿hablará la poesía?

Déjame hablarte de la luz que me quema
el pecho
Esa que solo veo en sueños
Esa cuyos encajes quedan atrapados en mi garganta
Fábricas de sonidos
Fábricas de mujeres mudas
Fábricas de miradas

Morí en una palabra
En esa palabra morí un día
Desde que sale el sol hasta que llego a casa
Acaso morí
Sí morí

Y si la poesía hablara
¿qué sería?
¿cómo?

NN4

No pienses
Aplasta el pedal
No pienses
Hiere la tela
No pienses
Mira tus manos
No pienses
Borda a tus hijas
No pienses
Tira los dados

En el azar
Quizá encontremos
Un futuro

NN5 (Camboya, 2013)

La cuota de producción que nos fijaban
en el sector de costura era de 80
[prendas] por hora
Pero cuando se aumentó el salario mínimo, la elevaron a 90
Si no lo logramos, nos gritan furiosos
Nos dicen que trabajamos con lentitud
Que tenemos que hacer horas extras
Y no podemos negarnos

Somos como esclavos
Incluso si vamos al servicio, nos llaman para que regresemos
Ni siquiera podemos ir al baño

Ni siquiera eso.

First draft (a Robert Lowell, por mi vida bostoniana)

Las imágenes de mi nuevo barrio
Me recuerdan al paraíso de los Poetas
Ellos ya se fueron
Pero a veces amanecen sentados en el parque tras la bruma de agosto
De vez en cuando me siento allí a escucharlos
Mientras la señora X
Mi vecina
Camina hacia el mercado
La veo pasar y me saluda con una venia de cabeza

El paraíso de los poetas está lleno de señoras que van al mercado
Y viejecillos que te observan a hurtadillas desde sus ventanas como antiguos fantasmas
Quizá escribieron versos en un tiempo ya no conocido por mí
El tiempo en el que mi madre aún niña paseaba tomada de la mano de un mono
Hoy ya no hay mono
Y los sueños han muerto para ella
Pero me he mudado al barrio de la Magdalena vieja
Atraída por antiguos fantasmas
Que escribieron por mí
Sentados en parques y escaleras o en los pórticos de las casonas

Lima es dolorosamente bella para los que se levantan al lado de mi casa
Con el dinero contado moneda a moneda y casitas agujereadas por el tiempo
Pero hoy los viejos poetas y yo nos hemos sentado a soñar su hermosura
(Inédito, 2013)

El ciclista

para el que sueña
para los ciclistas de corazón

Para el que cierra los ojos a través de la mañana

Solo un sueño una magnífica luz
ha sido dispuesta para él el soñador el juntaalmas
Aquel que se sumerge en la locura bienhechora y se eleva pedaleando
en su hermosa bicicleta
roja

Yo soy una ciclista mediocre
–he de reconocerlo–
Me angustia pensar en la soledad de los transeúntes
En el oblicuo resplandor de la mañana
Y en los miles de automóviles que apenas rozan el pavimento
Ah mi vieja bicicleta roja
comprada un domingo en la Feria del Mauer Park
Hace más de quince años podría haber pedaleado
por uno u otro lado del Muro
y mi sueño se soñaría distinto

Para mi guía berlinés soy un permanente fastidio
Él va siempre delante mío como un Príncipe indiferente
manejando su enorme bicicleta azul
–azul como los ojos de mi abuela–
No puede entender mi extraña ensoñación ni mi angustia
Ha adquirido la confianza del que lleva kilómetros de pedaleo constante

Hoy que voy montada en bicicleta
Recuerdo el color de sus ojos
Su ingreso en la locura Su permanente exilio

Cierro los ojos como cuando era niña
Suelto el timón Lo dejo a la deriva
Caer a tierra es siempre una posibilidad del ridículo o la Muerte
Quizá cierta locura materna
me humaniza entre tanto cadáver que junté en mi adolescencia

Mi centro: La pequeña Lu se ríe de mí
Sabe que tengo miedo
Y goza y hace fiesta cuando ve la fotografía
“Es una bicicleta para niños”—dice

Y nos reímos juntas
Y berlín ya no es más Berlin ni sus perfectas ciclovías
Ni sus cientos de museos en honor a la Muerte
Hoy es Lima y en Lima no se montan bicicletas tan seguido
porque te las roban o te atropellan en cualquier esquina
Y no existen museos para honrar a los cadáveres
de mis diez, de mis quince, de mis veinte años

Mas este poema lo escribí para el que todavía sueña
Para el que atraviesa las fronteras feliz e indocumentado
Para todo aquel que se rebela contra los asesinos del mundo

Para el ciclista que escribe un poema en cada vuelta de pedal
(De: Berlin, 2011)

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MI POETA INVITADA:  Claudia LUNA FUENTES

Carne para las flores.

brilla lo oculto
germinación
las sustancias
con sus ruidos inaudibles

aquí

adentro

brilha o oculto
a germinação
as substâncias
com seus ruídos inaudíveis

aquí

dentro

NOMBRAR

escribo desde la quietud que me deja escuchar el mundo a
las seis de la mañana
es el momento de nombrar las cosas
con gozo digo: mesa árbol cama
la luz devela formas todo lo que es nombrado requirió
fulgores

esta es la hora del día en la que traigo en mis labios las
palabras
palabras que vienen de alguna raiz que no recuerdo
raíces de la raíz que soy

es la hora de pensar en la primer noticia de ballenas
en la primer crónica sobre araucárias
es la hora de nombrar también los transcurrido
decir que cuando uno nombra establece la duración de la
cosa nombrada

hay formas que aún no tienen nombre
hay hombres que no duermen por esa causa
y buscan vocablos adecuados sonoros ríspidos
suaves silentes
buscan y no duermen y a eso le llaman insomnio cuando
debería ser alguna palabra que incluya un brillo y una cura

no se sacian los hombres de nombrar
pero uno de ellos se saciará cuando las estrellas visibles
sean nombradas y morirá en paz ciertamente
las palabras son un bautizo de fuego:
la llama es un animal y un deseo de convocatoria

quimera es el nombre de un pez
corazón el centro de una fruta

sueña un hombre se despierta y dice:
hoy nombraré de otro modo – todas las formas que duermen.

AL AMOR, A SECAS [Mi poema]
Juan Sánchez Peláez [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

A ese amor que no se encuentra,
el mismo, al que se ha perdido,
al que sabes nunca ha sido,
que su amor no trae a cuenta.

Al que al alma la revienta
pues quisiste y no te quiso,
a aquel que surgió remiso
y al amor no representa.

Al que alguno se lo inventa
o que fue dubitativo,
al que huyó, o al fugitivo
que te cantó las cuarenta.

A ese amor que no fue amor,
no pasó de un pasatiempo,
pues surgió en un mal momento
sin dejarte un mal dolor.

A ese malo, retorcido,
el que tú no te mereces,
que empezó con sus sandeces
y acabó dando un ladrido.

Al suave, ese delicado
que en tus labios, tus mejillas
se colgaba, maravillas
y al final ya te ha olvidado.

A ese amor tan impreciso
que surgió como una estrella
tan radiante luz, tan bella
la que sólo fue un inciso.

A ese amor empedernido,
el que nunca se atraganta,
se hace un nudo en la garganta
pues que nunca está dormido.

A ese que no te gustaba
y en tu cama se metió
con su sexo engatusó
y por siempre te atrapaba.

A ese que nunca alcanzaste
con el cual siempre has soñado,
el único que ha quedado
el más fiel, que no fue al traste.

A todos sin distinción
por sus motivos diversos
aquí dedico estos versos
y a todos pido perdón.

Pues se sabe, el corazón
a sufrir no se acomoda,
y así fuera éste rapsoda
nunca él hace una excepción.

©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDOJuan Sánchez Peláez

Aparición

Aclimata el carruaje dichoso de tus senos, la tierra de mis
primeras voces,
sus heridas abiertas, sus flagelados gavilanes en la
intemperie nevada.

Una mujer llamada Blanca manipula la jaula escarlata del
misterio
Sobrepasa el límite, una oscura potencia.
¿Grita, imagina, siente?
Teje una cáscara densa de brisa matinal, alivia piedras
decrépitas.

La joven pálida me conduce a un jardín en ruinas.
La veo desnuda, bajo un gran suburbio de palmeras,
exportando el oro del crepúsculo hacia un milagroso país.

Ha regresado la hora silenciosa.
Me circundan las pesadas bahías de tus ojos.

Tú tienes que diseminarte, cuerpo y alma,
en la heredad meliflua de las rosas.

A mi lado pasan lavanderas con sus blancas túnicas, con sus
cofias de inocencia
y las manos entregadas a un rito.
De «Elena y los elementos» 1951

Elena es alga de la tierra…

Elena es alga de la tierra
Ola del mar.
Existe porque posee la nostalgia
De estos elementos,
Pero Ella lo sabe,
Sueña,
Y confía,

De pie sobre la roca y el coral de los abismos.

En realidad, Elena
Conoce las cosas simples,
Porque antes de ser doncella
Fue Sirena y Ondina,
Y antes de ser
Sirena y Ondina,
Nadó en el torbellino, en el número, en el fuego.

Yo debí caer en la calzada, y rememorar,
Oh huésped delirante;
Allí donde apacigua la tarde y el crepúsculo,
A mí me separaron.

Tuve otro amor,
Puro como el éxtasis,
Frágil como la fantasía,
Absoluto como mi otro amor.

Oí una trompeta de bruma en el desierto
Mis halcones salieron del follaje.

En todas las estaciones
En el otoño o en la primavera
Elena es alga de la tierra
Ola del mar.
De «Animal de costumbre» 1959

Persistencia

A Ella, (y en realidad sin ningún límite).Con holgura y
placer.

A Ella, la víbora y la abeja: La desnudez preciosa.

A Ella, mi transparencia, mi incoherente arrullo, el rumor
que sube en las raíces de mi lengua.

A Ella, cuando regreso de las inmensas naves que hay en
el cuerpo huraño con un sol inmóvil.

A Ella, mi ritual de beber en su seno porque quiero
comenzar algo, en alguna dirección.

A Ella, que abre el sobre de mis amuletos.

A Ella, que en la balanza anónima de la memoria y en las
horas finales prolonga mi presencia real y mi presencia
ilusoria sobre la tierra.

A Ella, que con una frase insomne divaga en el umbral
de mis lámparas.

A Ella, a causa de un vocablo que me falta y a la vez
usufructo de un breve viaje que podría revelarme.

-Duerme, pero la obra humana es el instante; al dormir
se cierra con furor la gran jaula.

-Despierta, pero esboza en las márgenes de tus cejas el
oro próximo del sueño.

-Revuélcate en la parálisis fuera del yo de los ciegos
viajeros.

¡Adónde mi ninguna faz con años!

A Ella, los abismos que hay de mi amor a mi muerte
cuando caiga a plomo sobre la tierra y en un lugar
de señales desaparezca el sitio de mi ánima sola.
De «Filiación oscura» 1966

En la noche dúctil con un gladiolo en tu casa

En la noche dúctil con un gladiolo en tu casa
En la noche, escucha,
Oh frágil vanidad en los brazos,
Y tu sueño pesa viviente como ráfaga del río.

Más allá en los vergeles
Prueba, verifica mi debilidad y mi fuerza.
Mi camino que ignoro hasta encontrar tu paso, tu huella
Tibia en la tierra,
El nacimiento del nuevo día.

El cuerpo suicida

Rosa invisible rasgo puro
Venas subyugantes como lámparas de nieve
y mi espejo en su lecho fratricida
Iba hacia ti
Desde la negra edad de mis orígenes
Iba hacia ti
Cuando la luna ondea en mis sienes desatadas
Caías de rodillas con un racimo de frutas.

Los perversos ojos del cielo recubren tu llama
La espiga vigilante adentro
En las zonas del silencio donde la luz no llega.

Yo veía un niño agonizando en los jardines
El que arrojaba uvas delirantes a las duras bahías
Y los cuerpos ahogados en la noche
Cuando arden cenizas en la magia de Dios.

Yo he visto alfombras proteger sus rebaños
de ignorancia
Altares y arcos
Los senos, bases de fuego fascinante
El perfecto hábito del semen
Joya de abismo, taciturno enigma.

Diálogo y recuerdo

Este apasionante encuentro con la doncella subterránea
No fue ovacionado con trompetas de corales.

Encumbrado a ti,

¿El relámpago de mi respiración?
¿El vuelo marítimo de un cisne o un zamuro?

¿Qué signo mío Te iba a despertar?

¿Los buscadores de oro?
¿La campana salobre mecida por el huracán?

Dejadme la pureza del estío y el canto del manantial
sobre los pinos en una hora alta
de paz y alegría.

Huérfano, y sin trompeta, y la mujer que abre su entrecejo
y es una potestad engañosa y el día que es una nube
efímera, y tú que vienes en el Fasto, Es lo natural,
Simplemente reposas o desvarías.

Desde el instante mío:
El que tañe en la raíz del húmedo fósforo
El de pulposo corazón, El que dilapida con
Ojos de ironía la escritura visible,

El de la parodia chirle, El de batir las
palmas, El supliciado, El que huye y tropieza
Con la máscara y el atavío,
El que amaina en la médula,

En algún lugar del camino, con ese regusto anticipado
del pueblo en que ibas a poner pie,

En la ruta, a remolque; nulo, A
Tiro de fusil.

Belleza

Interrumpida mi plática, vuelvo a hablar contigo de la partida y el regreso.
Todo sucedió a vuelo de pájaro, belleza: a la
vez mundo compacto, cerrado y libre. Al abrir los ojos en la
llama fría, era un lorito ufano; te busqué de verdad, lamía en
la sombra tus huesos, santa perra. Aunque me ausentara de
ti, aunque me cubriera el ridículo, aunque estuvieras más
allá del resplandor que me envuelve; quizás cercana a la
bahía, en pleno mar de verano, en medio de las palmas reales.

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SER FELIZ NO ES CUALQUIER COSA [Mi poema]
María del Socorro Gómez Estrada [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Ser feliz no es, amable o complaciente,
a este mundo subirle a los altares,
y esconder si es que ves que llueve a mares
tu mirada al pasar, no ver de frente.

Ser feliz no es palparse la chequera
y así hacer de la vida un pasatiempo,
ni es gozar la pitanza, ni el sustento,
pues feliz puede serlo así cualquiera.

Ser feliz no ha lugar si es perseguir
a la suerte cual fuera una alimaña,
ni creer de esta vida esa patraña
que te anima con fuerzas a seguir.

Yo, que admito que un día fui feliz,
a menudo me acuerdo de ese día,
fue tan fuerte el amor que moriría
por hacer de ese sueño hoy su aprendiz.

Y es que entonces vivía yo en Madrid
-ya se sabe que de Madrid al cielo-,
yo me fui, no me sirve de consuelo,
mas compruebo que aun siento su barniz.
©donaciano bueno

#La búsqueda de la felicidad, un mito? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  María del Socorro Gómez Estrada

Faltan palabras

I

Faltan palabras…
Que del centro de la tierra
salgan los dinosaurios
y hablen por nosotros
hartos ya de nutrirse
con tanta sangre derramada.
Que hablen las piedras
a los de corazón de piedra
para que cesen
las erupciones
de hierro y piel.
Que hablen por nosotros
los fósiles
y los ángeles desprevenidos
que no se han dejado
todavía intimidar.
Que no queden más
risas incompletas
ni voces ahogadas
ni cuerpos mutilados…
Faltan palabras.
El verbo también está herido…

II
La paz rompe silencios
y la guerra al asecho
la viste de nuevo
con una mordaza
que celebra la muerte…
Somos tan diestros,
que logramos matar
el silencio
y las balas perdidas
transitan como orates,
en busca de una musa
que las inspire,
mientras encuentran
en dónde descargar su frenesí…
Entre tanto la diana se ofrece
a ejercer el buen oficio
de consoladora de héroes.

III
Para no perturbar
el sueño de los justos
Dios aprendió a caminar
en puntillas
y han sido tantos
los justos inmolados,
que sus pies se asumieron
en alas, para no perturbar
ni siquiera
sus sueños fallidos…
Pasos silentes
como un homenaje al valor,
que la barbarie
vistió de eternidad.

IV
Si en lugar
de balas
dispararan abrazos,
podríamos por fin
dar cuenta
sobre lo que significa
morir de amor…

LA VIDA Y LA PALABRA…

¿Ese aliento que llamamos vida
– bocanada de imaginerías y de vértigo –
no es más que un paréntesis
entre los silencios que nos habitan?
¿Somos acaso esa raíz que no llega a ver la luz
del árbol que Klimt sembró de color
y nos quedamos apenas en los ojos
que miran a hurtadillas a los amantes,
que beben de la fuente primigenia
e inventan el amor?
¿Ese aliento que nos posee en espiral
– presagio de abismos y de fuego –
no es más que una estela de humo
entre las ramas de ese tronco que es la vida?

La mano del pintor escarba entre la muerte
y las alegorías.
Con su pincel desnuda las horas y las mitologías
mientras la trementina se desliza serpenteante
como la eternidad que le fue arrebatada a Gilgamesh
antes de llegar a Uruk.

Así son las cosas:
somos vida fecunda que camina la muerte
a través de laberintos con los ojos
puestos en las estrellas,
soñando como Siddharta alcanzar la Iluminación
a la sombra de un Bodhi.

Y somos también una quimera,
abandonados a la magia que descubra la palabra
– esa palabra que nos salve –
que se esconde en la orilla del Tiempo…

CÓMO PENSARÁN EN MI

¿Cómo pensarán en mi
ahora,
que después de calcinada
mis cenizas emergen
como estrellas
para invadir la noche
de los que traicionan
mientras juegan a inventarle
formas al fuego?

ACERCA DE LA DUDA [Mi poema]
Victoria Ramírez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que es de noche y de día y está oscuro,
y empieza a clarear cada mañana,
y vuelve a desplazar su sombra un muro,
lo mismo que le ocurre a ese conjuro
que no acierta advertir de donde emana.

El mismo que anda oculto en las esquinas,
o suele hacerse ver en un derroche,
asoma entre las brumas sibilinas,
etéreos los olores de las tinas
o sale a presumir a troche y moche.

Que a veces te parece se desnuda
y otras hay que se muestra agazapada,
se vuelve del revés, cambia de muda,
la mascas y te engaña, está muy cruda,
da un traspiés y al mirar ya no ves nada.

Y es que ella hoy ante nadie se amilana,
lo mismo pega un salto que se oculta,
se muestra recatada o cual fulana
que pide comprensión porque es tu hermana
y así que le reproches no te indulta.
©donaciano bueno

#La duda ofende, o eso dicen...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Victoria Ramírez

LOS FRASCOS QUE GUARDABAN EN EL COLEGIO

al principio es posible soportar
las puntadas del vientre bajo
el guante que calza la mano
o la mano que se resiste a ser cubierta

en internet se detalla: las toxinas
de la ruda se pegan al cuerpo
sus manchas se agrandan hasta formar
pequeñas pozas, lagunillas
de líquido amniótico
mares tibios que la madre usa
para ovillarse

en el laboratorio del colegio
la imagen de los frascos lechosos
marrones, burdeos, opacos
revelan las orejas contorneadas
el vientre abultado y el lugar
donde van la boca y los párpados
la sombra o el pesar de los ojos
escurriéndose por las orillas

en mi plan de ser mala madre
repartir los brotes con un hilo
delgado de Ariadna
dejo que el cuerpo se mida
en el espejo de la cerámica

VISITA DE LA VECINA

deseo de ser niña acarreada
en el asiento trasero de un auto

ver a mamá un día martillando
un clavo hundido en la madera
que diga
tú eres el clavo oxidado
y por dentro estás apenas
colgando de la quebrada

que insinúe que si pasa la corriente
espere quieta a las piedras que salpican
que me agache para oír el sonido
de la abundancia

cuando arrojas las monedas y titilan
puedes ver la suerte o la respuesta
troquelada en la mirilla de la puerta

por eso resisto en la silla de mimbre
la espalda erguida como las varillas
que sostienen a los espinos
y cuando llega la vecina bronceada
mamá dice ábrele el jardín
deja que la niña encuentre al ave
y su ojo nublado de humo

apenas la niña expande las pupilas
la cría ciega deja anillos en el agua
y nos quedamos en la alfombra
laminadas una sobre la otra
tanteando el espacio que queda
la luz macerada entre la ropa

TORRES GEMELAS

una niña con jumper
me visita de noche y me dice
a quién engañas tú
y vuelvo al patio de las monjas
la savia ámbar desparramada
esos árboles acuchillados
abriéndose a la elasticidad
de los fluidos

nosotros, los chicos del trance
encerrados en la capilla
una imagen nos perseguía
las torres gemelas quemándose
las monjas con la mano en la boca
y el árbol que se desangraba
ahí mismo.

HERENCIA

mamá sueña con un tsunami de fuego
y un edificio en el que estamos las dos
cortejadas por las llamas
las ventanas se iluminan
y parecemos papel a punto
de ser quemado

simular que somos débiles
ante el paso del fuego
nos remite a un paseo largo
por el parque forestal
en el que ella me dice que no espera nada
porque así prefiere que seamos
cada una en su ligero paso
ella desde la otra vereda
saludándome

herederar el presentimiento
de ver cómo las cosas se deshacen
es un miedo recurrente
cuando la única luna
se inclina sobre los edificios.

HUEYUSCA

mi madre me pide que busquemos la casa
que llenó mi abuelo de tejuelas

este es su lugar de nacimiento
un pueblo de una sola cuadra
un río que brilla como una espada

tras la cerca veo la inflamación de la madera
la historia del niño que no llega a ser adulto
mis tías que peinan la hierba de su cráneo

solo consigo rasguños en las piernas
la mirada de un perro que sospecha

mi madre se ofusca
divide a las personas entre las que desean
y no desean recordar.

PARENTESCO

a esta edad me preguntan
si deseo tener hijos
temo pensar que nadie sabe
cómo ser un buen pariente

sueño a veces con un niño sofocado
lo he olvidado en una camioneta
cuarenta grados y las puertas son ladrillos

otras veces es un trozo de carne
que deshielo paciente bajo el agua

en mis sueños no puede decir sí
al pasar los días nuestra afinidad crece
y cada noche devuelvo la habilidad
de escurrir agua por los ojos.

MAL DE OJO

no se saben las causas exactas
pero el cuerpo se deteriora rápido
dedos índices dejan de ser propios
sacos de trigo saben a fardo
bosques tupidos aparecen en la llanura
noches marcadas con tiza en que los bueyes
pesan lo mismo que las garzas
y los niños aparecen o se esfuman
mientras vecinos ven en el flujo del río
los signos de un carnero que deambula
con la punta de los cuernos como un faro
y los dorsos se les llenan de mordiscos
pústulas caen de las sienes a la espalda

más tarde surte efecto el malestar
se concreta la venta del terreno
se bendice el plano de las casas.

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