A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

MI PADRE Y YO [Mi poema]
Armando Álvarez Bravo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mi padre era muy bueno, yo soy bueno,
los dos llevamos Bueno de apellido.
Mi padre se murió, ¡nunca he sabido!
quizás la culpa fue de aquel galeno.

Yo siempre quise ser como mi padre,
después, como murió, ya no me acuerdo,
mas siempre me acompaña en el recuerdo.
Me dijo que era bueno algún compadre.

Pues solo yo hoy dispongo de un retrato
que está decolorado y muy raído,
a veces lo contemplo sorprendido
y pierdo el tiempo allí pasando el rato.

Y así que no me acuerde no le olvido,
que así mi madre dijo que lo hiciera.
Se fue como le ocurre a otro cualquiera.
Lamento yo no haberle conocido.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Armando Álvarez Bravo

PEQUEÑA ORACIÓN

Señor,
déjame
ir recorriendo puntualmente
las mismas calles
porque si tuviese que alterar
mis cotidianos pasos
me perdería.

Alegra ese camino
con la presencia más frecuente
de mis hijas, que han querido
para su bien hagan
su vida en otra parte
que es para mi todas las distancias.

Mitiga mi sufrimiento
por los que debían estar aquí
y no pueden hacerlo,
y por aquellos que se fueron para siempre.

Procura que los amigos
que quiero no pierdan la senda
hacia casa y cuando lleguen
y cuando se marchen
se sientan mejor por la andadura
y la compañía y ya piensen en volver.

Bendice en la luz y en la sombra,
en la alegría y el dolor,
en la costumbre y en la incertidumbre,
mi techo y el paisaje de mis recorridos
para que mis pasos y mi presencia
sepan de entrañable abrigo.

No hace falta más para saber del paraiso.

Páginas en blanco

Idénticas
a todas las páginas
en blanco.
Sólo un desastre.

Quien las repudia
cuándo unas palabras
comienzan
a llenarlas,
las borra.

La cuenta
se pasa
al que les escribe.
Miami, 2 de enero de 2007

La sombra

Hay una sombra
en la sombra.
Es indescifrable.
¿Qué sabemos de un enigma?
Termina el día,
descienden las sombras.
¿Qué quiere decirnos,
qué nos dice hacia la noche?
Cada instante que transcurre
sabemos menos. Desciende
la oscuridad, su misterio
y su evidencia. No hay más.
Sólo se impone una sombra.
Quizás sólo somos pura,
final sombra. Nada que decir.
Todo es sombra.
Miami, 25 de abril del 2008

Del paisaje y la presencia

Ya no es la avidez de ver mundo,
sino de poseer como en un sueño
ciertos paisajes
entrevistos o pendientes,
tan especiales en su intimidad.

Pero es difícil arrancarse
del sitio en que se está
parece que desde siempre.
El sitio donde los recuerdos
van convirtiéndose en ficciones
y reinventan esa historia nuestra
que ya es la de nuestros nuevos recuerdos.

¿Cuándo llegamos aquí?
¿Cuánto de nosotros quedó allá?
¿Quién ese uno mismo
que distinto se recuerda a sí mismo?
¿Cuál es su rostro ya enfilando la eternidad?

Quedan algunos viajes por hacer.
Son regresos a lo entrañable.
Son un reencuentro y una despedida
son también ir en secreta busca
de algo desconocido que sabemos nos falta.
Son quedarnos tranquilamente donde estamos.

Ya nuestras huellas
no necesitan el polvo del camino.

Recapitulación

Al final, tan poco sabemos.
De todo nos separó–
¿ una especie suprema de soberbia ?–
la inútil sabiduría
que con arrogancia acumulamos celosamente :
la materia de otra vida que no fue,
pero que nos redujo
a rafagazos de entrevistos.
Quedamos aislados.
Quizás, si algo, recuperar
el estado de gracia,
la efímera inocencia de la infancia,
sea, en la insalvable soledad
del acabamiento,
la locura de empeñarse
en ordenar el desastre
con los restos de las palabras
que declararon breves e íntimas victorias
y una demoledora derrota:
nuestras ficciones–
una página en blanco
para ser leída por quién, cuándo.
De nuevo y para acabar :
Un viejo es un loco que se mira en un espejo.

Miserias de la Fe

Vida oscura,
sus confusos signos–
¿ quién puede desentrañar
los designios de Dios ?

Acción y palabras–
puro vértigo e incertidumbre ;
edificar en la arena
a pesar de uno mismo–,
se nos ha ido la existencia
en la tumultuosa fijeza
de saber e ignorar
lo venidero–
vivir partido en dos.

¿ Podemos salvarnos ?

Pero, antes, tan poco,
por tanto que despreciamos
y lo desmesurado más que acongoja,
tan ya no humanos,
¿ somos capaces de recuperar
nuestra perdida naturaleza ?

¡ Cuán tremendo
ser quien se es
y que la Fe sea una gracia !

Estado crítico

El alma en estado crítico,
¿ qué será de su frágil templo
si se recupera contra toda lógica ?

Nada excepcional : una reducción.
Algo –¿ cuánto ?– habrá quedado atrás
en la sala de Cuidados Intensivos.

Sin lugar a dudas,
tras superar la agresividad
de precarios signos vitales,
debe instaurarse
una apreciación matizada de las cosas–
un cambio, que se diría en música, de tempo

No fatigarse. Ajustarlo todo
a un régimen estricto. Ser
el que nunca se imaginó que se podía
o se quiso ser. Tan difícil de encajar.

Rectificar, para sobrevivir,
el imperioso y gratificador desorden del deseo
para que se cale arduamente
de la urgencia de más y más
de menos y menos ; deponer lo postergado
a justificarse en unas ardientes postrimerías.

¿ Qué clase de imposible tiempo
se compra –¿ contra uno mismo ?–
y a qué precio, debe adquirirse
sin regateos, para apostar
a unos frágiles años más ?
¿ Puede tan absoluto despojamiento
deparar la imprescindible salvación ?

Vuelta al principio.

Cambridge

Amanece en Cambridge.
Al otro lado del Río Charles.
más allá de los árboles.
los perdurables edificios de Boston.
Una joven pasa corriendo
por el lujosamente verde Memorial Drive.
se preparan para una eterna regata.
Los dormitorios se ladrillo rojo de MIT
se alzan armoniosos del renacido césped
de un verano tardío.
Los pájaros picotean en la hierba
en la que brotan mínimas flores amarillas.
La vida ha decretado
una tregua inviolable en este sitio.
y en el amable silencio
donde son posibles todas las conversaciones.
se respira en paz.
Liana pasó cuatro años aquí
y un sueño imposible se hizo realidad.
El río Charles sigue deslizándose inmóvil.
Cambridge, 1 de junio de 1987

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LOS POETAS [Mi poema]
Toni Quero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Esos bichos mentirosos
que escarbando van quejosos
en su mente,
los que inventan cien mil tretas
que impresionan con sus letras
a la gente.

Esos tipos donde el ego
se revuelve dando el pego
fantasiosos,
los que todo se imaginan
y defienden o abominan,
tan curiosos.

Los que esperan que alguien lea
disfrutando en la pelea
por delante,
solo atentos que les digan
o los hados les bendigan
en tu estante.

Los que se andan por las ramas
-pues si no lloras no mamas-
y hoy barruntas,
que es preciso un traductor
que le acerque hasta el lector,
sin preguntas.

Los que ocultan de qué viven
y no dicen lo que escriben
por pudor,
mas presumen de experiencia
-lo repiten con frecuencia-
del amor.

Los que dudan o sospechan
que otros tipos los acechan
y presagian,
que esos versos tan floridos
tan perfectos, tan lucidos,
se los plagian.
©donaciano bueno.

#Presumir, eso es propio de poetas? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Toni Quero

Premios Tiflos de Literatura 2018 de la ONCE – XXXII Edición de Poesía

Poemas de El cielo y la nada

Os voy a contar un secreto:
a menudo padezco insomnio,
imagino playas solitarias,
organizo mis rebaños
y me volteó de un lugar a otro
sobre muescas de anteriores vidas.
Sí, ya sé…

Después conduzco de madrugada
hacia estaciones de servicio.
Las elijo con grandes lunas
y trazo líneas paralelas
con la exposición prolongada
de la retina sobre los faros.

No es necesario pedir café.
Las camareras reconocen
a los pasajeros perdidos
y saben reconfortar el sueño
elevando dulcemente la mirada.

Con frecuencia estamos solos,
escuchamos el hilo musical
y sonríen con timidez
tratando de entablar conversación:
No nos mata el amor
sino la nostalgia.

Entonces sé que es momento
de seguir adelante y buscar
un nuevo lugar donde detenerme.
Pero las noches se agolpan
y sólo alguna tormenta veraniega
me detiene fascinado
en mitad de ninguna parte.

Cada vez necesito ir más lejos
y virar hacia carreteras secundarias,
me siento un oopart abandonado
en una dimensión paralela a la mía.
Temo algún día no estar de regreso
cuando amanezca.

(No lugar)

Looking up at the stars, I know quite well
That, for all they care, I can go to hell
W. H. Auden

Me he descubierto tantas veces siendo yo el que más ama,

atravesado de alfileres sobre un corcho olvidado
junto a fotografías tomadas en ciudades remotas,
vértebras del esqueleto del mundo
donde amanecíamos radiantes
o durmiendo al raso bajo una rodaja de luz,
que ya puedo calibrar mi dolor
con la precisión de un alquimista.

Sé de lo que hablo: desprender la horquilla
y provocar tormentas eléctricas,
caminar en paralelo por la vía del tren
y patear los dos la misma lata,
desplazando la vida siempre hacia delante,
prestar mi camiseta para que duerma
con el logo de Nirvana arqueado sobre el pecho
y sangrarnos las encías sobre la pulpa de una manzana.

Hacer un fundido en negro en mi vida
y aparecer sonriente unos meses más tarde,
saludarla al descuido: hola, cómo te va,
y decir te equivocaste, sí te equivocaste,
aunque sepas que es mentira
y seas tú quien duerme hecho un ovillo,
mientras volteas de nuevo las fotografías
y acumulas recuerdos en un cajón apartado.

(Nirvana)

Poemas de Los adolescentes furtivos

Tengo un lunar nuevo, dijiste.

Rápidamente desplegué su cuerpo buscando ese raro accidente geográfico. Mi sorpresa fue mayúscula, pues moraba en una de mis áreas de recreo predilectas. Desoyendo a la razón y oráculos, emprendí la marcha avanzando concéntricamente por mor de las Erinias. Próximo a sus faldas, las brújulas enloquecieron y el peso de la gravedad se hizo insoportable para mis porteadores. Sobre la cumbre observé la lógica iniciática de sus formas y la certeza del imposible regreso.

(Lunar)

La perpendicular enhiesta que separa tu cuerpo y el mío tiene una pequeña falla corva, exactamente a cinco pies sobre el nivel del mar. En ese punto, descienden un número finito de vértebras hacia el vértice meridional. Remontando los peldaños, en las regiones boreales, la cerviz conserva su frescor primitivo y pervive en ella la estela olvidada de antiguos exploradores.

(Cuello)

De madrugada,
las calles se tornan feraces,
el vaho vivifica las raíces que brotan de las calzadas
y el violento carmín de los tacones de aguja
se protege de la lluvia
en los párpados ocres de centeno
que duermen en las fachadas.

En los portales,
late un murmullo de acero y cuerpos deseantes,
los maestros de esgrima se baten en duelo
y entre adoquines
flotan cadáveres de enamorados
que ensayan caligramas.

Es oscura la noche entonces.
Las chicas hispanas desenredan sus trenzas en las cabinas
y anotan versos de nueve cifras sin remite,
los canes enloquecen con su propio rastro
y apátridas del cielo descienden
a trocar sus penas en los billares.

A esas horas, la luz es un animal herido,
que danza, como las tribales formas se contemplan,
en el latón abandonado de las esquinas
y en los verticales rostros
que aguardan tras las ventanas
su propia resurrección.

(Madrugada)

Primero tomaremos las plazas,
extendidos sobre adoquines y losetas,
media luna las armas de su frente,
brotarán constelaciones, extraños círculos de luz,
copos oscuros que morirán tras el parpadeo.
Tal vez sople un poco de viento,
se abra un claro de nubes púrpura
y las raíces y los insectos germinen entre nosotros.

Después lo tomaremos todo.
Avanzando por avenidas y veredas
ahogaremos el clamor de las sirenas.
Construiremos nuevas utopías,
cada corazón es una célula revolucionaria,
y no habrá más renuncia ni frontera
que las cercas de madreselva entre los pastos:
o repartimos la riqueza o compartimos el sufrimiento.
(Los indignados)
***
La joven que duerme junto a mí
tiene dos pequeñas punzadas,
una paz iconográfica bajo el cuello
y una luna creciente sobre su hombro.

Puedo afirmar que no esconde ninguna otra
y que al dormir jadea débilmente:
cuando un haz de luz llamea sobre la noche
no hay necesidad de avivarlo.

Ahora está desnuda, vosotros me entenderéis,
pero a menudo viste faldas vaporosas
y su pelo es una maraña de mirlos
aleteando antes de emprender el vuelo.

Y sé aún muchas otras cosas,
pero ésas no las puedo compartir,
no quiero que desaparezcan al nombrarlas,
ya es muy duro saber que algún día
sólo serán palabras.
(Tatuaje)
***
He hundido mis manos en el barro del Moldava,
igual que el rabino arañó el légamo para moldear al Golem.

Caminar sobre el lecho era hundirse entre esponjas
y su fondo es oscuro como una noche cerrada.

Más tarde, la criatura perdió el juicio y le arrebató el talismán,
yo también malogré el mío y enloquecí después.

Despertó en soledad y descubrió no ser más que una bestia,
quién teme no serlo alguna vez al caer el día.

Ahora trato de construir algo con esta materia,
pero aún no sé cómo evitar que se desmorone.
(Praga)

***

Yo nací –¡respetadme!– con el cine. Rafael Alberti  Now you do what they told ya.RATM

Respetadme,
fui un adolescente en los noventa,
nuestra religión era la música,
acampábamos en el margen de un río
y bailábamos como fuegos fatuos hasta el alba.

Ellas
vestían jerséis anchos,
ocultaban los puños en el interior de sus mangas
y se zarandeaban como sauces al viento:
sólo si estuviste ahí sabrás que algunas eran tan hermosas
que tu corazón doblaba sin consuelo durante horas.

Aún
percibo el flamear de sus crines
y cómo aullábamos sedientos en la orilla,
pero ese mundo ya no existe,
confié mis recuerdos a robustas carcasas
y frágiles memorias de ocho bits
que han evaporado buena parte de ellos.

Nos
bañábamos entre carrizos y espigas,
los caños manaban torrenciales
y hundíamos los tobillos en el fango.

Sé que en el futuro nos tributarán honores de Estado
como al último soldado vivo de las Ardenas
o a los actores centenarios del cine mudo.

¿Recuerdas?
Nos desorientamos,
el ruido se tornó ensordecedor,
la droga cabía en la yema de tus dedos
y nos conectaron unos a otros
como en una baliza interminable.
Entonces comencé a escribir
y a cuestionar las normas,
las calles ardían por cualquier motivo
y ellas se alejaron irremediablemente hacia la nada.

Aman,
hoy, sus pequeñas vidas, sencillas, ordenadas,
los arroyos son grises y estancados,
¿quién querría volver a sumergirse en ellos?
Pero a veces la música nos salva,
tararean una melodía
y se balancean suavemente
como el brote de una espiga
prolongándose hacia la luz.
Algunos aceptamos la derrota,
sigo sin hacer lo que me dicen
ni escribir como debiera,
pero no voy a cambiar ahora.
(Fuegos fatuos)

Ya no es posible viajar a lugares remotos,
entendedme bien, no soy un aventurero,
hablo de encender el ordenador
y encontrar cartografiado
cualquier accidente geográfico:
el relieve de aquel albergue de montaña
donde el granizo maltrataba las tejas
o el desnivel de esa calle cerrada
donde nos refugiábamos al caer el día.
Ahora el mundo no muere en aquella esquina.

Hoy puedo ver los muros de tu casa,
que también fue la mía,
quién sabe si aún no estaremos dentro,
pero no puedo penetrar en ella,
ni en los rincones que habitamos.

Tal vez deslizando el cursor por la ventana
acceda de nuevo a aquellas vidas,
en la que era incapaz de separar nuestros libros
y tus latidos alteraban las señales de radiofrecuencia,
para trazar minucioso los mismos planos:
el edificio de enfrente mantendrá el andamio,
las obras del colector permanecerán inacabadas
y al anochecer, cuando invadas sonriente
mi lado de la cama, saldré a sabotearlas,
porque mientras duren
nada de esto habrá ocurrido.
(Google Maps)

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MI POETA INVITADO:  Marino Berrigüete

En el cuarto oscuro ardo como una lámpara

iluminando los objetos abandonados en la penumbra:
una silla desierta, una ventana cerrada…
La quietud del tiempo ha quedado suspendida en el aire.

El silencio se cierne como un manto,
sonidos lejanos resuenan por los rincones,
la sombra de un gato se desliza mientras
la noche extiende su lienzo sobre el mundo.

Un reloj antiguo marca el latido de la habitación,
sus tictacs son un secreto que se amplía.
En una esquina, un espejo refleja rostros desconocidos,
y una pálida luna lo secunda,??
iluminando los espacios con su luz fría.

En este mundo de sombras y voces solitarias
busco las palabras escondidas en la penumbra,
palabras que moldean la melancolía del instante
y llevan consigo el eco de lo eterno.

EL EGREGIO PARLAMENTO [Mi poema]
Andrés Moreira [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Expectante me encuentro ante las fieras
de este circo llamado Parlamento,
escuchando los ecos del lamento
de sus coros de insignes plañideras.

Cada cual de ese foro toma asiento
amarrado a sus fobias y sus filias,
cada cual hace caso a sus familias
tal cual manda su Santo Sacramento.

Los aullidos y gritos que es escuchan,
si los oyen, mejor que no hagan caso,
pues elevan las voces por si acaso
alguien pueda ignorar como ellos luchan.

Y es que es falso, que allí todo es engaño,
cada cual solo escucha al de su silla,
y a nosotros nos ven por la mirilla
hasta nueva elección año tras año.

Solamente sujetos de atención
nos verán, pueda ser, cada cuatro años,
hasta tanto ya reos, sus rebaños,
solo somos la mota en su montón.
©donaciano bueno

La feria de las #vanidades, o no...? Nosotros, de usar y tirar Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Andrés Moreira

Los cuerpos

“Cuando contemplo tu cuerpo extendido
como un río que nunca acaba de pasar”
Vicente Aleixandre

A Martha, desde siempre.

Los cuerpos esparcidos entre las dunas
de algún tipo de tela
entre pieles arenadas,
inenarrables las manos evocan
poros devorantes de extremidades
en movimiento de traslación,
lenguas húmedas escorzadas
como bocas que besan bocas
como bocas que besan labios henchidos
como bocas que muerden pezones
caderas que fueron
oscilante el obelisco reta
al abismo donde nace la luz
los cuerpos giraron alrededor del canto espeso.

Otro texto para celebrar tus senos

A Merari Rivas

Se posan en mis labios
y tus botones retan a mi lengua
en un vaivén de santos andariegos
¡esos es!
son santos cálices de náca
que sostienen tu cuello
se refractan en ríos puestos de pie como reverentes
carnados mis dientes pierden filo.

Muerte

Para Ariel y Salvador, Los Poetas Atrincherados

Es de noche,
te veo desde un agujero de la barricada.
Venís a salvarme del desconcierto de las horas,
venís a salvarme de las horas
venís delgada,
como un disparo.
venís,
con tu espectro de silencio.
Escarbás mi tráquea en un parpadear de vida.
Hace frío
ya estás conmigo.

Plegaria

(Poema para leer durante un genocidio)

Dios, te ruego que sus armas se atasquen y sus manos se cercenen,
que el francotirador pierda la vista y una pierna,
cegalo con la luz que no tenemos.
Apagá la existencia de quien da la orden de fuego.

encendé brasas
entre las vísceras del tiranuelo que dejaste nacer.

No quiero un Moisés, ni otro mesías.

Dios de amor, tené piedad de mis madres,
ellas aún te rezan arrodilladas por saber a mis hermanos a tu lado.
Dios, soy aquel que ayer y hoy reniega de tu existencia.

Abril

(Poema para leer después de un genocidio)

April is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land (…)
T. S. Eliot, The Waste Land. 1922.

He aquí el último poema que escribo.
Esto no significa que ya no encuentre
…………………………………..versos en la deriva nocturna,
ni que no los haya
ni que nadie más pueda encontrarlos
………………………………………………o tropezar con ellos.
Sucede que, desde el invierno de abril del 2018
Quiero escribir, y el llanto no me deja.
No son versos,
son lágrimas que encuentro y luego cargo
……………………….como un féretro
…………………………………………con doscientos cadáveres dentro.

Beatriz

Cuanto más perfecto es algo,
más dolor y placer siente.

Dante

Beatriz, de este despojo…
saltaste la vez última
De espaldas
¡cómo adoré tu espalda salpicante de condescendencia!
sólo no quiero despedida de frente
para que tus ojos
atiborrados de alfileres
no escruten los míos
coloreándolos alcalinos
hacelo frente a nuestros amigos
y que yo no intente besarte
que al abrazo lo apresure
el calor y el hambre de este mediodía
antes que el mundo se haga humo tóxico

Sólo recordá darme la espalda.

Carburaciones

“Óigame usted, bellísima,
no soporto su amor.
Míreme, observe de qué modo
su amor daña y destruye.”

Lizalde, de nuevo
A Isabel Martínez,
viajera interdimensional.

El aire baila in tan

cons te

entre sus pistones
de materia reluciente humeante
el motor V-Twin 1200 cm?
carbura por sus jeans acaderados
se retira y regresa
nunca igual al instante anterior
en la carretera arterial
donde habita el durmiente que esconde
palabras en su pecho
manía de mar en madrugada
petróleo que se flagela
Efecto que causa
el Infecto
de Afecto
al aire
que danza entre sus pistones engranajes cilindros
a la tierra que huella Isabel
las bardas derrumbadas al impacto

si fuera usted un poco menos bella
si tuviera los pies ahuesados
y las nalgas inergonómicas al asiento
de esta desteñida V-RodMuscle
no tendríamos que acelerar
cada vez que el semáforo

torne en ROJO.

Del tiempo

Cuando,
no sabías amarrarte los cordones.
recordás
cuando escuchaste de
La distancia que hay de aquí a
los labios nocturnos de tu madre
esa historia fantástica
del hombre
evolucionado a cucaracha?

más tarde
al medio día
cuando ya sabías beber como
Los hombres y mujeres solitarios
leíste la misma historia
(plagiada a tu madre)
el sueño coronó sus ojos
odiaste al tal Gregorio por pendejo

ahora que los zapatos
te ciñen los pies
And the afternoon, the evening, sleeps so peacefully!
Gregorio
eterizado exánime
más que tu madre
(o era cucaracha involucionada a humano?).

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ESTIRAR EL DINERO [Mi poema]
María Zambrano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Estirar el dinero, repetía
mi madre cuando hablaba de dinero,
cuanto más lo recuerdo más la quiero
y aunque a mi me sonaba a letanía,
si no fuera verdad más la querría.

Pues mi madre era santa, aquí os lo juro,
y además de ser santa, la peseta
la cuidaba cual niño hace a una teta,
el hambriento se agarra a su pan duro
el pasado le añora a su futuro.

Que tenía una caja yo sabía
donde allí cada céntimo guardaba,
si metía la mano me soltaba
el sopapo que siempre repartía,
sin derecho a opinar, sin amnistía.

Lo que cuesta ganarlo, me decía,
¡tú no sabes ganar lo que me cuesta!,
yo ignorante gozando a mesa puesta
y ella solo pensando en mi alegría,
si pudiera hoy volver se lo diría.

Que aun me acuerdo de aquellas martingalas,
yo intentando acabar con su paciencia,
con mi escaso entender, mi inconsistencia,
disparando escopetas sin sus balas
¡qué sería de mi ya hoy sin sus alas!.
©donaciano bueno

#Qué suerte tener una madre así! Share on X

MI POETA SUGERIDO:  María Zambrano

QUE TODO SE APACIGÜE

Que todo se apacigüe como una luz de aceite.
Como la mar si sonríe,
como tu rostro si de pronto olvidas.
Olvida porque yo he olvidado
ya todo. Nada sé.
Cerca de ti nada sé.
Nada sé bajo tu sombra, amarilla
simiente del árbol del olvido.
Y todo volverá a ser como antes.
Antes, cuando ni tú ni yo habíamos nacido.
Pero, ¿nacimos acaso?… O tal vez, no,
todavía no.
Nada, todavía nada. Nunca nada.
Somos presente sin pensamientos.
Labios sin suspiros, mar sin horizontes,
como una luz de aceite se ha extendido el olvido.

SI ESTA PALOMA SE QUEMA

Si esta paloma se quema,
no es sólo en la zarza ardiente
sino bebiendo en una fuente
que corre entre la alhucema.

Fuente viva y con amor
que va hacia la noche oscura,
pero nace de la pura
claridad de un ancho frescor

de Misericordia que es llave
del mejor humano
y tierra y sol de su mies.

Y esta paloma en su vuelo
lleva un aire castellano
por lo universal del cielo.

NI BRISA

Ni brisa ni sombra.
¿Por qué, muerte, así te escondes?
Sal, salte, sácate de tu abismo,
escápate tú, ¿quién te retiene?
¿Por qué no borras con tu mirada el universo?
¿Por qué no deshaces las piedras
con tu sombra, con tu muerte, sólo con tu sombra,
con tu mano desnuda,
con tu rostro de estatua,
desnuda presencia a quien nada resiste?
Enseña, muestra tu cara a los mundos,
que ya no haya espacio,
ni cielos, ni viento, ni palabras.
Quiero hundirme en el silencio.

Delirio del incrédulo

Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas? , sólo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
[Si pudiera, pero hundirme… ] Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. [Era tu gloria.] Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la nada.

Roma. Enero, 1950. Hotel d’lnghilterra

El agua ensimismada

Para Edison Simons

El agua ensimismada
piensa o sueña?
El árbol que se inclina buscando sus raíces,
el horizonte,
ese fuego intocado,
¿se piensan o se sueñan?
El mármol fue ave alguna vez;
el oro, llama;
el cristal, aire o lágrima.
¿Lloran su perdido aliento?
¿Acaso son memoria de sí mismos
y detenidos se contemplan ya para siempre?
Si tú te miras, ¿qué queda?

1950. Roma (antes de abril) .
Albergo d’lnghilterra.

La Pièce, 2 de febrero de 1978

Muchas gracias

Muchas gracias;
muchas, muchas gracias.
Qué va. Está muy bien.
Dispénseme, señora.
No hay de qué.
Está completo, pero está muy bien.
Un farsante, un cuentista,
un enterao
-la Place de l’Alma-, un cualquiera,
me da igual.
Cuando usted quiera.
Ah, señora, ¡si usted supiese!
Está bien.
Aquellos buenos tiempos…
Mas París es París, y está muy bien.
Aunque no lo comprendo.
L’Étoile, Notre-Dame, Les Champs,
se sabe, ¿por qué no?
Encuentro, encontraré, ¿encontré
ya?
Entonces, apresúrese, vaya.
¿Por qué no?

Traducción de Mª Victoria Atencia

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LOS AÑOS DE PLOMO [Mi poema]
Tino Barriuso [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Devuelvo hacia el pasado a mi memoria,
recuerdo a cada día, cada instante,
del ruido al explotar, su detonante,
y el eco celebrando la victoria.
Aquellos son, que hoy fingen de talante,
los mismos que ensuciaron esta historia.

Pues sábado y domingos no existían,
que en esto de matar no había fiestas.
Nosotros disfrutando a mesas puestas
ajenos, sin pensar por qué morían,
jugando a establecer sendas apuestas
por ver si hasta nosotros llegarían.

Su oficio era matar, si eran mujeres
o niños inocentes ¡qué importaba!
pues nadie allí por eso protestaba,
en cambio ellos hacían sus deberes.
Y es cierto que hasta el clero se alegraba
al ver cuerpos cual quesos de Gruyeres.

Los ecos que llegaban desde el norte
aun siguen repicando en Miravalles*,
las hienas proliferan por sus calles,
se nota en su semblante, por su porte,
no fingen, no es preciso dar detalles,
que el odio impreso está en su pasaporte.
©donaciano bueno
#Pobres de aquellos #descerebrados! Share on X

*Miravalles es la patria chica de Josu Ternera, uno de los terroristas más sanguinarios de ETA en cuyo nombre no dudó en dejar cadáveres de inocentes por el camino. Y al que sus paisanos hoy aún siguen rindiendo homenajes. Sólo en el atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza murieron 11 personas, de las cuales 5 eran niños. Pero qué más da! Verdá señor Sánchez?

MI POETA SUGERIDO:  Tino Barriuso

UN ADAGIO DE VIOLÍN

…labra un arduo cristal: el infinito
Mapa de Aquel que es todas sus estrellas.
JORGE LUIS BORGES

Una diosa, dos copas, cuatro lazos
Y un arcángel fisgando tu figura.
Soles te van dorando la cintura
Con suspiros del mar de los Sargazos.

Debió ser Dios quien dibujó los trazos
Mas fue la noche quien labró su hondura
Hasta tomar morada en la espesura
De tus sienes, tus párpados, tus brazos…

En las piernas el oro es sol de tarde.
Tu mirada, un adagio de violín
Volando del granado a las grosellas.

El día está cumplido. El cielo arde:
Te está dando una cita en el jardín
Esta noche, con todas las estrellas.

RENUNCIO A MORIR

(cuarto menguante)

Alguna vez se había preguntado
qué arrebato, qué bárbara osadía
condujera
aquella mano joven
a tanta desmesura,
a renuncia tan ciega, tan fuera de su sitio,
tan desalmadamente llena
de varón:
el no podría
renunciar a morir
después de haber amado tanto.

Ahora,
bajo la luz severa del verano,
en la ciénaga de oro
os anuncio mi muerte
—tardará, porque debo
hacer algunas cosas prescindibles
que prometí hace tiempo—.

Y os juro por sus ojos
que sigue siendo de oro
la hoja de aquel árbol.

YESTERDAY…

(Lorquiana)

Juan Antonio el de Montilla
Rueda muerto la pendiente,
Su cuerpo lleno de lirios
Y una granada en las sienes…

FEDERICO GARCÍA LORCA

Llegas mil veces herido
Buscando lo que no tienes:
Una granada en las sienes
Y lirios en el vestido.
Buscas lo que se ha perdido,

La alegría, el saber
O una herida de mujer…
No mires por la ventana:
Lo que queda del mañana
Duerme en la palabra ayer.

MILONGA DE ANDAR MUERTO

Soy como lluvia: el descenso
de una nube desplomada.
Soy una risa gastada
y sollozo cuando pienso.
Soy un castillo indefenso,
soy una inútil certeza:
se arruinó la fortaleza
cuando murió el verbo amar.
Y nunca supe gritar:
perdonadme la tristeza.

CRUCERO DE SAN JULIÁN

Asimétrica querencia
del barrio hilado a voleo:
la niñez de Promoteo
y el redoble de conciencia

para defender la vida
—la pedrada, la caída,
la cintura y el bolero—:
agua manantial, Crucero,
de lo que tu pueblo olvida

RENUNCIO A MORIR
(cuarto menguante)

Alguna vez se había preguntado
qué arrebato, qué bárbara osadía
condujera
aquella mano joven
a tanta desmesura,
a renuncia tan ciega, tan fuera de su sitio,
tan desalmadamente llena
de varón:
el no podría
renunciar a morir
después de haber amado tanto.

Ahora,
bajo la luz severa del verano,
en la ciénaga de oro
os anuncio mi muerte
—tardará, porque debo
hacer algunas cosas prescindibles
que prometí hace tiempo—.

Y os juro por sus ojos
que sigue siendo de oro
la hoja de aquel árbol.

LA NIÑA
(Sonatina para Elisa)

Alondra de mocedad,
lo que la eleva del suelo
—las alas libres del vuelo—
no es fruto de la edad:
son plumas de libertad,
suyas desde el primer día.
Eternidad sin consciencia,
¡ay, Elisa, vida mía!,
que unos llaman alegría
y que se llama inocencia.

MIRADA ÚLTIMA
(desde la orilla de un mar llamado Antonio)

Corazón que fuera ayer
un arpegio del piano
y una herida de mujer.

Con desangelada mano
borró el tiempo aquellas horas,
las hojas de aquel verano.

De tu soledad sonora
se fue el vuelo del halcón,
el agua oculta que llora

y el oro de tu canción:
tu pretérito imperfecto
ya es silencio, corazón…

(Por exceso, por defecto
quiere cantar la cabeza,
mas no canta el intelecto)

Tu silenciosa certeza,
espina que se desclava…
que es amor y que es tristeza.

(Que asedia el mar – Ediciones Hisperión)

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MI POETA INVITADO:  Andrés Barba

PRIMERA VISIÓN

Piensa en otros puentes
los compara
cambia sus tensores
con un dedo mental.
Antes —dicen— la ciudad era distinta
todo eso era fango.
Qué extraño el contraste ahora
de un lado el río
como un muslo marrón
del otro, arbitraria
la ciudad sin centro.
Sería exótico si Carmen
no hiciera familiar
la casa, la habitación, la pileta
el cactus que plantó de niña
su flor rosada en lo alto.
Pasa unos días allí
como ella entonces
cuando ahí acababa el río
cuando eso era fango
los camalotes más lentos
en la vida que en la ficción.
Y una tarde
propenso a la meditación calórica
piensa en otros puentes
los compara
cambia sus tensores
con un dedo mental:
una mitad pobre
la otra elegante
aquí unos pilotes sencillos
allá dos tensores industriales
provinciano y solemne a la vez
como el padre que ensaya
una frase para la boda
y al decirla
le sale pomposa
y la gente ríe
pero luego, en el recuerdo
vive más que él
y lo rescata
como si viniera de muy lejos
de un mundo previo a los ríos
y su deseo de cruzarlos
como si no hablara de un puente
como si hablara de otra cosa.

NEGANDO LA MAYOR [Mi poema]
Isolda Morillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo veto la mayor, niego que el hombre,
el mismo, el que presume de ser bueno,
y arrastra en sus entrañas un veneno,
con actos de maldad, nadie se asombre,
más propios del que fuera un sarraceno.

El mismo que a menudo te acompaña
que invitas a comer, justo a tu lado,
-alguno puede haber no haya pecado-
si puede ha de mostrarte es alimaña
con todo ese rencor que dios le ha dado.

Y es que obras son amores. Las envidias,
las ansias de medrar, resentimientos,
los odios, las venganzas, juramentos,
maltratan al amor con sus insidias
al tiempo te despistan sus lamentos.

Preñados de egoísmo en las entrañas
y haciendo dejación de sus deberes,
verás como se dan a los placeres
soltando al mismo tiempo sus patrañas
depende, con, según sus pareceres.

Pues solo somos buenos de visita
después nos enfangamos en el cieno
fingiendo a conveniencia ser ajeno,
con flores de mentira ya marchitas
vendiéndole al Jesús de Nazareno.
©donaciano bueno

#Buenos pero solo de visita... cuidado? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Isolda Morillo

El jarrón negro

Llegó un escuadrón al pueblo
a demoler nuestras viejas viviendas
entre los escombros
mi padre halló
un viejo jarrón negro
‘esto perteneció a nuestros ancestros’
en cuclillas entre los
escombros, oyó
un lamento
en el interior del jarrón
‘es la voz de nuestros ancestros’
dijo, cavó un hoyo
y volvió a enterrar el jarrón
bajo los escombros

Etiqueta

busco unas etiquetas para nombrar lo que pienso y siento
no es un proceso sencillo
consulto el diccionario, me sumerjo en mil lecturas
la búsqueda es lenta
e insoportable
soy huérfana
de esa madre que es la lengua

y qué más da

elijo con cuidado las etiquetas
para señalar lo que pienso y siento
aquello
que no logro expresar
se lo dejo al viento
y a la persona
que bajo estos párpados

habita

Ciudad

vivo en un escenario
el cielo muta del azul, al negro, al gris
impone sus caprichos
sobre las calles de la ciudad
por momentos se despeja
por momentos se nubla
el cielo azul de hoy es una sorpresa agradable
pero parece una broma de mal gusto
como un telón que esconde
eso que hay que olvidar
escribo rápidamente con lápiz fluorescente
una carta
sobre mi chaqueta
para cuando prohíban
hablar de cosas tiernas
y la gigante avenida se desvanezca
detrás de la bruma poluta
puedas recordar
que la vida existió
una vez aquí

Negación

mi cuerpo no tiene memoria del dolor
el dolor se transforma en imágenes
me acechan en los sueños
donde aparezco fuera de foco
borrosa y cambiante
sentada en una habitación me reúno
con aquellos
que alguna vez me lastimaron
les explico
que en mí
el dolor no deja huellas
vivo en un cuerpo protegido
por la desmemoria
en un mundo
de primaveras y flores
que aguardan el regreso de las aves
a veces pienso
ojalá el dolor se detuviera
en mi corazón un poco más de tiempo
que me habite
hasta provocarme un infarto
que me quite el sueño

Tengo un problema grave con la felicidad

la felicidad me ha pasado hoy por delante
la miré de soslayo
temía que fuera una estafa
como el paraíso y el infierno y todos los finales felices
la vida aquí carece de forma la vida aquí no tiene forma
sin forma sin límites la vida aquí desde un principio no tiene forma
ni la tienen la dicha ni la penuria
no creo
que los humanos podamos evitar que el mal ocurra
hoy miro al cielo
un cielo azul límpido e irreal
miro esos altos edificios y esa mirada tuya
ingenua cándida egoísta y cruel
–fruto de tu educación cargada de propaganda–
miradas como la tuya pueblan las calles
comprendo entonces
que tengo un problema grave con la felicidad
porque hay hoy un cielo azul
y no lo creo

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MI POETA INVITADA:  Beatriz Peñaloza

Pétalos

Nuevos pétalos pueblan el mundo
dibujan el camino
abren el universo,
es lo mismo, qué más da,
se marchitan al viento
condenados a la eterna expansión
sucesión irreal,
sin eternidades.

En una burbuja de espuma diluida
en medio de las ondas de la bañera
un calor ajeno sueña
cierra los ojos y sonríe
y se desvanece en el éter
reflejo al fin,
inversa, revés indetenible
replegado sobre sí mismo,
desaparece.

Fui la Vía Láctea

llena de estrellas titilando
llena de risa, de vida, de esplendor
una ráfaga sublime de viento estelar
que se ha ido.

Amor azul

Un amor azul
hay que
sentirlo,
pintarlo,
esculpirlo,
escribirlo,
vivirlo,
reírlo,
llorarlo
y decirle adiós

Camino de rosas

Esperé cantando en mi cautiverio
y, al salir,
un camino de rosas me esperaba
rumbo al torbellino.

Herberas

No me gustan las rosas
prefiero las herberas
son simples y sencillas
no prometen nada
no hablan de pasión de amor,
o de entrega
permanecen envueltas en sus colores
hermosos y vibrantes,
resplandecen en su cotidianidad
sin ser elegidas para ocasiones especiales,
amores fingidos,
explosiones de lujuria,
o mentiras risueñas,
no pintan castillos, ni dragones,
ni princesas, ni reinas,
las herberas simplemente fluyen
en medio de su simpleza
sin causar asombro
ni emoción.

DEPENDENCIA EXISTENCIAL [Mi poema]
Alberto Girri [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo un día dije a Dios, me voy contigo,
las cartas sin marcar puse en la mesa,
y hoy dudo si me alegro o si me pesa
que intento estar en paz y no consigo.

Al mismo al que pedí fuera mi amigo
y pronto descubrí se había olvidado,
sin rumbo y de mis dudas rodeado,
poniendo al mismo cielo por testigo.

Pues, debil, fui a las busca de un abrigo
lanzándole con miedo algún envite,
siguiendo y él jugando al escondite,
rogando y suplicando cual mendigo.

Y es que esta relación fue muy frustrante,
lo mismo que hace al mar con la marea
inmerso en el fragor de la pelea,
que a veces va hacia atrás como adelante.
©donaciano bueno

Que aquí no queda ni siquiera el #apuntador...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Alberto Girri

Amazona como lírica

Femineidad cobrando
entonación masculina,
gracia donde resuena
la voz virago,
carne con todo
lo que insinúa de caballo,
vientre recogido,
redonda grupa, ancho pecho,
orejas en punta, cerviz levantada,
crines densas,
la tibia piel y el belfo
en sucesivo mudar, del reflejo
castaño al ceniciento, bayo,
dorado, a manchas…

¡Y la vitanda conclusión
en tu deleite,
un abrazo
que por imprevista alquimia
se agrega también dones histriónicos,
un caballo que además finge
no admitir en su dorso a nadie
que no sea su dueño,
y además la prevención
de perder mansedumbre toda vez
que se lo ceda a otro dueño!

Andrómeda

La Andrómeda del Tiempo, impar en la belleza y el agravio,
sobre este rudo peñasco ahora escruta largamente hacia uno
y otro brazo de la costa,
su flor, su porción de vida, condenada a ser alimento del dragón.
Muchos golpes y venenos la tentaron y acecharon una vez;
pero desde Occidente oye ahora el rugir de una bestia
más salvaje que las demás, más desenfrenada
en sus daños, más inicua y más obscena.

¿Es que su Perseo se demora y la libra a sus vehemencias?
Pero él, hollando por un tiempo el aire suave como una almohada,
suspende sobre ella que se diría abandonada, sus pensamientos,

mientras, desgarrada hasta la angustia, su paciencia
crece, luego consigue desarmarla, y nadie lo sospecha
con los arneses y hierros de la Gorgona, correas y dientes.
De «Obra poética IV«

Cámara oscura

Mientras espera que la desnuden,
la expresión se esfuerza en desearse
a sí misma en blanco y negro,

y el ojo cuidadoso acecha
hasta sorprenderla empañándose,
empañada por matices de tensión,
físico desamparo.

Se trata de cazar,
y se trata de robo,
la víctima
lo consciente, sometiéndose,
y el ladrón llena de facciones, visajes,
su bolsa;

no supone angustias, trabajo aflictivo,
incomodidad, suceso infeliz.
pero es un tomar lo ajeno
desde artificios que requieren
ingenio en proporción directa
con la propiedad, limpieza,
austeridad de recursos,

y soluciones fortuitas, ocurrencias,
«Improvisación creadora», diría
de su pillaje el que aquí, súbito,
se decide a atacar cubriendo
las lentes con tules, muselinas,
y en el incomparablemente joven
perfil modela por distorsiones
otra carne, helada y luminosa,
placidez de máscara noh,
ascenso a lo andrógino.
De «Obra poética IV»

Canción de amor

Aquí yazgo pensando en ti:

¡La mancha del amor
se extiende sobre el mundo!
¡Amarilla, amarilla, amarilla
roe las hojas,
unta con azafrán
las cornígeras ramas que se inclinan
pesadamente
contra un liso cielo púrpura!
No hay luz,
sólo una espesa mancha de miel
que gotea de hoja en hoja
y de rama en rama
desluciendo los colores
del mundo entero;

¡tú allá lejos
bajo el rojo zumo del oeste!
De «W.C.W. :Doce versiones»

Cuando la idea del yo se aleja

De lo que va adelante
y de lo que sigue atrás,
de lo que dura y de lo que cae,
me deshago,
abandonado quedo
del fuerte soplo,
del suave viento,
y quieto, las espaldas
vueltas las manos hacia arriba,
apoyo en el suelo,
corazón
abjurando de armas, faltas,
de oraciones donde borrar las faltas,
blando organismo, entidad
que ignora cómo decir: “Yo soy”
y en la enfermedad y la muerte,
vejez y nacimiento,
ya no encontrarán lugar,
como no lo encontraría el tigre
para meter su garra,
el rinoceronte el cuerno,
la espada su filo.

Antes hacía, ahora comprendo.
De «Obra poética IV»

Safo

Ese hombre es igual a los dioses
frente a frente sentado escuchando
tu dulce voz y tu encantadora risa.

Eso es lo que provoca un tumulto
en mi pecho. De sólo mirarte
mi voz tiembla, mi lengua desfallece.

De inmediato, un ligero fuego corre
por mis miembros; mis ojos
enceguecen y mis oídos retumban.

Brota el sudor: un temblor
me acosa. Empalidezco más
que la hierba y a punto estoy de morir.

La sombra

De algún modo soy tu cuerpo,
Me designo en él, me quema
En la mentira útil como un remo,
En la desgracia y la amorosa lucha
Abriendo los huecos de su máscara.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
Cuando la rica, inexplicable sangre,
Transcurre en medio de representaciones.
Y lo seré hasta que cenizas
Acaricien tu prestada, última parcela.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
La opresión que difunde me sostiene,
Y no en otro descienden las palabras,
Urde la disculpa el vejado sermón
Por nuestras pasadas facciones.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo
Y si en atención a su dañina mengua
Me cuido bien de mirarlo como esencia,
¿Con qué prodigio, incisivo milagro,
Percibiré tu pasión cuando lo excluya?
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.

Pero sólo son pensamientos

Sólo los pensamientos
de quien por haber cedido a la fascinación
de idiotas de las familias, retratarlos
sin la caridad que provoca amistades,
se lo recrimina visualizándose
como algún Tolstoi chino, maestro de almas,
lo cuestionaría y reflejaría,
contrahecho, lisiado,
hombros que se levantan
por encima de su cabeza, mentón
en descenso hacia su ombligo,
dedos de más y de menos,
esforzados inclinarse de adelante atrás
remedando una actitud que propicia
la cavilación:
«Estoy en dificultades
porque tengo un cuerpo
y es mísero.
Cuando me falte,
¿qué dificultades podría tener?»

Pero sólo pensamientos
como tantos, un irse anticipando
al morir y la muerte,
a la sorpresa del miedo
de morir y la muerte,
como los tanteos
que en el pensamiento de Ivan Ilich
detectaba Tolstoi.

Oficio de amor

De la intimidad que ahora nos asusta
Sale el pasado,
Sale la espléndida nostalgia,
Ejercicio callado del ocaso;
De la valuación de Dios en la plegaria,
Para que no estemos uno fuera del otro,
Saldrá la amenaza,
Celosa corrosión de los gestos
Interrumpiendo nuestro abrazo.

¡Oh manoseados sentimientos!
Más y mejor seré yo mismo
Cuando guarde de tu boca la idea
Y aunque ya no pase del existir a la presencia
Igualmente me verás contra tu boca
Vigilando la mudanza de los días
Hasta que, siendo como yo reliquia,
Me ayudes a evitar esta agonía.

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LLORAR NO SIRVE DE NÁ [Mi poema]
Félix Anesio [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Si debo de llorar pido clemencia
las lágrimas no afloran ya a mi llanto,
espero que comprendan, sufrí tanto,
que tuve que pagar mi penitencia
tan propia de ese espacio, el camposanto.

Que no quise llorar. Fue mi destino.
Mejor me hubiera sido nacer ciego,
y sordo y hasta mudo, pues me niego
a oír que andando yo hice mi camino,
la planta se nos muere si no hay riego.

Por más que sea el mar donde confluyen
la gotas de ese líquido sedoso,
no encuentro en estos ojos más que un poso,
en él los sentimientos se diluyen
en magma que aparenta empalagoso.

No puedo más, llorar, gemir no puedo,
por mucho que me insistan, conseguir
no esperen de llorar pueda morir.
Si alguno ha de culpar me importa un bledo,
gozar, lo que me impulsa a mi a vivir.
©donaciano bueno

Acaso el #llorar resuelve la pena...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Félix Anesio

Linaje

Celebro haberte conocido.
Y he sido feliz al tropezarme
con piedras como vos
en este río discursivo que es la vida.

Antes ya vi algunas, no tantas, lo confieso.
Más hoy te veo a ti, y si mañana parto
se ha de repetir la magia de estos raros encuentros
de la estirpe de piedra viva, a la cual pertenecemos
inexplicablemente.

MALABARES

Camino al filo de la sombra
haciendo malabares
para beber el agua de la noche.

Saciada mi sed
cargado de palabras
regreso en la mañana luminosa.

SUCESIÓN Y LÍMITE

Para Alejandro Fonseca

In memoriam

Las flores de la primavera
visten las nieves del último invierno.
La fiel convergencia del día hacia el ocaso
y todas las fases de la encantada luna
anuncian la epifanía del próximo sol.
Una mujer gime su dolor.
El regocijo de la vendimia y el vino de la celebración.
Una nueva arruga que se asoma al espejo de tu rostro.
Las fotos que cuentan, otra vez, una historia de ancestros.
La extraña felicidad de un poeta que yace en una cama de hospital,
rodeado de amigos, ante el umbral de una muerte insospechada.
Un libro que se cierra como un golpe en la sombra
otro que se abre
y esta finita sucesión de versos.
Todo acontece en la esfera de un reloj sin números.

BAJO UN SOL DE OTOÑO

No ha de perderse en mí
todo el sabor del vino.
No ha de perderse en mí
todo el aroma del sexo,
ni el color de las flores,
ni la gracia del canto.
Yacen, aún latentes,
bajo la hojarasca,
como las setas de otoño.

CANTO PROFANO

Mateo 1, 23-25

La húmeda fragancia
de la vulva,
en sazón de recibir
el hálito divino
o la humana simiente,
preconiza la esperanza gozosa
de la epifanía del Verbo.

LOS CUERVOS DE LA INFAMIA

¿En qué esquina el niño pálido y rubio,
está llorando?
M. Alabau

Nueve lunas de su tiempo expiran
y la criatura debe renunciar ahora
a la húmeda calidez
de la penumbra
de su cofre de cinabrio y terciopelo.

Desterrada del paraíso por la fuerza,
vulnerada su inocencia,
ha de cruzar errante
el vasto desierto
donde hiere la luz
entre los cuervos de la infamia.

¡Oh, tábula rasa, que has de consumirte
como un cirio en el altar de nadie!

EN LAS ALTAS HORAS

El refugio de la noche es pródigo en sucesos.

Bajo la luz de una lámpara se agrupan
los medicamentos y numerosas cuentas.

Una cortina roja, unos libros y un reloj
como salidos de una película de Bergman
son la escenografía de un viaje,
de un laberinto sin regreso.

En las altas horas de la noche se escribe el verso.

DESPEDIDA DEL POETA MALDITO

Toda luna es atroz y todo sol amargo.

A Rimbaud

He visitado catedrales imponentes
donde la luz traspasa al sesgo los vitrales
y me he visto envuelto en esa magia
como ángel o demonio.

He visto el mar y conozco sus misterios.
he conocido espléndidas criaturas
que exploraron mi piel hasta el espanto
y me dieron amor; no les di nada.

He sentido el sudor en mis zapatos
viajeros y el gentil aroma de un jazmín;
el sabor del café en la madrugada
mientras el gallo canta siete veces.

El rumor ancestral de la muerte me corteja:
de ahora en lo adelante vagaré azaroso
sin brújula, ni mapa, ni destino propio;
los vientos seguiré, leve como una nube.
¡Vengase cuando quiera la parca!

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MI POETA INVITADA:  Eleonora Castillo

Sueño a diario con mi madre.

En la espera visible de nuestro puente, encuentro el sentido de sus ausencias.
La respuesta al mantra interminable de mi cabeza
siempre loco, siempre la mano sin cuerpo, sin rostro, sin voz.
Revolotean en su pecho izquierdo las ruinas de su fe,
en su estómago se encuentran los abismos de mi niñez.
El fantasmal espesor de su cuerpo contiene todas las muertes,
vibra, se enciende, le quiere sintética dentro del amor.
Mi madre habla mientras duerme y así descubro al culpable de nuestros horrores,
siempre loco, siempre la mano sin cuerpo, sin rostro, sin voz.
Es una estrella aniquiladora y punzante.
Todas sus reglas son remotas, todas sus sombras son mortales,
sus mandatos petrifican a mi madre, secan cada partícula de su poesía
y la quieren infante, pues brota de su ombligo el hijo de un dios muerto.

Amanecer que se esconde de la tierra

Laudiato funebris de Antonio José Rivas a Zósimo Zara

Hasta aquí llegamos negados como en un sueño
uno junto al otro.
El estrujado cielo cayendo de nuestras manos juntas
nube vibrante como estrella solitaria
nosotros como piezas de embalaje.
Juntos, como en un sueño
que se transforma en la arpillera
de un sol enmudecido y ciego
con los dedos rotos señalándote,
crujiendo con sonidos de viento.
Te hablo con el letargo de un muerto en este pueblo
somnífero celeste como barco anclado
pariendo niños que aprenden a persignarse antes de nacer.
En esta ciudad tiniebla
no hay necesidad de palabra
ni deseos desesperados
nadie cabe en los ojos de nadie
ni en los tuyos caben los días
o en los míos alguna fortuna paralela
aunque guardan nuestros ojos la libertad
como un secreto de plasma
hirviendo en el centro mi visión penumbra
ansioso de llenarse de miríadas de anhelos
que se tumben sobre la carne y los fragmentos
de este encuentro interminable.
Atravesándonos los brazos, la palabra
como negándose a pensar.
Debajo de tus labios, una sombra de pantano
que me hace creerte selva,
por las hojas que te crecen del tronco
hasta la hiedra de tu cráneo revólver
que es una conmoción de piedra madre
y me doy cuenta, más allá de lo que pueda ser posible,
cada vez que paso por tu casa
a través de las visiones, miro a tu madre
desmantelando la expansión
adormecida como el jardín
de la zozobra que dejaste.
No sirve de nada que digas ella y yo estamos muertos
porque mi cabeza está hecha de esquinas
y como muerte estacionaria
pendo con sigilo de un incendio presuroso que se hace llamar devastador.
Me golpean las campanas de esta sumisión catedralicia
donde debo enterrarte
y me acomete el deber de hacerlo
con el hambre de quien hace florecer para los otros,
la certeza.

BURGOS, LA DESCONOCIDA [Mi poema]
Alí Chumacero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Burgos, la desconocida
que mirando va hacia el norte,
con su Reino, con su Corte,
sin pecado concebida.
La que nunca fue vencida
presumiendo de una historia
que le aupara hasta la gloria
y a igualarla nadie alcanza,
de ese fiel de la balanza
que hoy yo traigo a la memoria.

La que un día algo lejano
olvidando hechos tribales
fue sumando capitales
pueblo a pueblo, grano a grano.
Como el buen samaritano,
que curando las heridas,
va cuidando de las vidas
y fundiendo ese tesoro
transformando todo en oro
como hiciera un buen rey Midas.

Burgos ya, la que olvidada,
que cabeza fue en Castilla
la que puso la semilla
de esta España invertebrada.
Tierra nunca conquistada
que ahora ya en Valladolid,
a la espera de otro Cid
con Tizona, la aguerrida,
taponando va la herida
preservando así el bardiz.

Burgos, tierra de titanes,
la de ermitas, monasterios,
la que encierra los misterios
de los peces y los panes.
Donde humildes ganapanes
dando al vino, a la bebida,
con la mesa bien servida
fabricando fue argamasa
de esta España y su carcasa
disfrutando verla unida.
©donaciano bueno

#Burgos, caput Castellae, nada más y...nada menos? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Alí Chumacero

A tu voz

Erígese tu voz en mis sentidos
tornándose en mi cuerpo sueño helado,
y me miro entre espejos congelado,
y mis labios en sombra doloridos.

Cuando hablo, mi dolor a ti se vierte,
cálida flor de ceniciento aroma,
y tu voz a mis labios ya no asoma
sino en duro temor de viva muerte.

Porque tu sueño en mí su voz levanta,
y enemigo de luz y de sonido
destroza la palabra en mi garganta;

así al fin en tinieblas alojado,
ciego de ti, tal un árbol vencido
flota mi cuerpo entre tu voz ahogado.

A una flor inmersa

Cae la rosa, cae
atravesando el agua,
lenta por el cristal de sombra
en que su tallo ahoga;
desciende imperceptible,
clara, ingrávida, pura
y las olas la cubren, la desnudan,
la vuelven a su aroma,
hácenla navegante por la savia
que de la tierra nace
y asciende temblorosa,
desborda la ternura de su tacto
en verde prisionero,
y al fin revienta en flor
como el esclavo que de noche sueña
en una luz que rompa
los orígenes de su sueño,
como el desnudo ciervo, cuando la fuente brota,
que moja con su vaho la corriente
destrozando su imagen.

Cae más aún, cae
más allá de su savia,
sobre la losa del sepulcro,
en la mirada de un canario herido
que atreve el último aletazo
para internarse mudo entre las sombras.
Cae sobre mi mano
inclinándose más y más al tacto,
cede a su suavidad de sábana mortuoria
y como un pálido recuerdo
o ángel desalado
pierde una estela de su aroma,
deja una huella pie que no se posa
y yeso que se apaga en el silencio.

Amor es mar

Llegas, amor, cuando la vida ya nada me ofrecía
sino un duro sabor de lenta consunción
y un saberse dolor desamparado,
casi ceniza de tinieblas;
llega tu voz a destrozar la noche
y asciendes por mi cuerpo
como el cálido pulso hacia el latir postrero
de quien a solas sabe
que un abismo de duelo lo sostiene.

Nada había sin ti,
ni un sueño transformado en vida,
ni la certeza que nos precipita
hasta el total saberse consumido;
sólo un pavor entre mi noche
levantando su voz de precipicio;
era una sombra que se destrozaba,
incierta en húmedas tinieblas
y engañosas palabras destruidas,
trocadas en blasfemias que a los ojos
ni luz ni sombra daban:
era el temor a ser sólo una lágrima.

Mas el mundo renace al encontrarte,
y la luz es de nuevo
ascendiendo hacia el aire
la tersa calidez de sus alientos
lentamente erigidos;
brotan de fuerza y cólera
y de un aroma suave como espuma,
tal un leve recuerdo
que de pronto se hiciera un muro de dureza
o manantial de sombra.

Y en ti mi corazón no tiene forma
ni es un círculo en paz con su tristeza,
sino un pequeño fuego,
el grito que florece en medio de los labios
y torna a ser el fin
un sencillo reflejo de tu cuerpo,
el cristal que a tu imagen desafía,
el sueño que en tu sombra se aniquila.

Olas de luz tu voz, tu aliento y tu mirada
en la dolida playa de mi cuerpo;
olas que en mí desnúdanse como alas,
hechas rumor de espuma, oscuridad, aroma tierno,
cuando al sentirme junto a tu desnudo
se ilumina la forma de mi cuerpo.

Un mar de sombra eres, y entre tu sal oscura
hay un mundo de luz amanecido.

El pensamiento olvidado

Pensar en tu mirada y en mi olvido
dejando el pensamiento dilatado
a través de tus ojos, anegado
de su mismo vivir con tu sentido;

después mirar tu olvido que en mí asoma
como una rosa que al espacio diera
leve prolongación y luego fuera
la propia luz que toca con su aroma,

es entregarme a ti sin más denuedo
que la lucha del cuerpo contra el viento,
y contigo soñando estar tan quedo

como náufrago mar o vano intento:
porque ya que pensarte en mí no puedo,
dejo olvidado en ti mi pensamiento.

A una estatua

Cesa tu voz y muere
sobre tus labios mi alegría.
No habrá palabra que en tu piel levante
ni un incierto sabor de brisa oscurecida
como el recuerdo que en mis ojos deja
el paso de tu aliento,
porque vives inmersa en tu silencio,
impenetrable a mis sentidos
y si mis manos en tu piel se posan
inclinas la cabeza,
navegas en un tiempo que escucha tu latido,
y entre sus aguas, inundándote
bajo la tersa forma de su espejo,
estás abandonada,
próxima a ser violenta permanencia,
enemiga de olvidos,
casi perdida en íntima zozobra
y sin más voluntad
que la crueldad entre tus labios muda.

Toma tu cuerpo ahora, vuelve el rostro,
mírate así, segura y desplomada
hacia un estanque donde mora el miedo,
donde sólo hay imágenes
y el cuerpo deja su cautivo duelo
para entrar en la fuente de su origen.
Verás nacer el sueño de tu cuerpo
anegando en pureza toda vida,
todo impulso negado en puro movimiento
y toda forma sostenida en puro resplandor
ya no será la flor sino su aroma,
ya no serás tú misma.

No importa entonces que de pronto mueras
y pierdas toda sombra
quedándote en escombros defendida,
si toda tú pereces,
náufraga de tu propio mar,
presa dentro de ti, vencida
como ángel que asolado por el fuego
lanzara su impotencia,
y sólo un desengaño
entre rocas de olvido y de tinieblas
dejan tus labios mudos
y la pureza inútil de tu cuerpo.

Muere, desnuda forma,
hielo que mata mi alegría,
crueldad vertida en mármol fatigado;
muere ya, y deja que contemple
la lucha de tu cuerpo con la sombra,
el debatir inútil de tus labios
contra el vacío olvido de tus ruinas,
que en ataúd o tumbas duermes
entre un querer o no de tus sentidos.

Espejo y agua

Tu alma en mí dejó su fría imagen,
sólo recuerdo de lo que vivías,
y si al espejo miro y me reflejo
allí encuentro tus ojos, tu silencio de cera
con un reposo de apagado aliento,
como si descendiendo arenas
o un tropel de recuerdos
sobre mi piel, con sosegado paso
hacia el cristal cayeran.
¿No caen hojas como frases muertas,
y mis ojos en ti no fueron rosas
ahogadas en tu aroma?

Si al agua miras, mira
mi corazón ornado de sepulcros
bajo las olas que lo mueven,
crecido entre las ruinas de tu nombre,
entre perderse en muerte o florecer
como una eterna espera o el lamento
de un Adán impasible que soñaba
contigo y tu mentido Paraíso.
Porque al mirarte contra el agua, miras
mi pensamiento en tu alma suspendido.

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IGUAL ME DA OCHO QUE OCHENTA [Mi poema]
Gaspar Núñez de Arce [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Resulta que yo estaba equivocado
o nunca quise ver lo que veía,
resulta que era un jarro de agua fría
quien vino en mi a caer dejando helado
volviendo a no creer lo que creía.

Resulta que antes yo era un inocente
y hoy creo sigo estando aturullado.
Ni intento comprender qué me ha pasado
pues tanto fue este cántaro a la fuente
que el caño de la misma se ha secado.

Y el cubo de reserva que aun tenía
hoy siento que se ha vuelto boca abajo,
quizás es que él me importa ya un carajo,
que a mi todo me suena a letanía,
los palos ya no caen del sombrajo.

Que todo igual me da, me da lo mismo,
lo mismo sin son ocho o son ochenta,
si el vientre de comer se me revienta.
Tan cerca está la pila del bautismo
y hoy mismo ya hasta el alma pongo en venta.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Gaspar Núñez de Arce

 A ESPAÑA

Roto el respeto, la obediencia rota,
de Dios y de la ley perdido el freno,
vas marchando entre lágrimas y cieno,
y aire de tempestad tu rostro azota.

Ni causa oculta, ni razón ignota
busques al mal que te devora el seno;
tu iniquidad, como sutil veneno,
las fuerzas de tus músculos agota.

No esperes en revuelta sacudida
alcanzar el remedio por tu mano
¡oh sociedad rebelde y corrompida!

Perseguirás la libertad en vano,
que cuando un pueblo la virtud olvida,
lleva en sus propios vicios su tirano.

  A LA MUERTE DE DON ANTONIO RÍOS ROSAS

¡Cayó como la piedra en la laguna
con recio golpe en la insondable fosa!
Ya no levantará tormenta alguna
su elocuencia, vibrando en la tribuna,
como el rayo terrible y luminosa.

¡Triste destino de la gloria humana
tan costosa, tan mísera y tan vana!
¡Ayer grandeza, y entusiasmo, y ruido;
hoy tributo de lágrimas; mañana
hondo silencio, y soledad, y olvido!

En la infinita sed que nos aqueja,
¿qué es nuestra vida? El sueño de un momento,
onda que pasa, sombra que se aleja,
ave tímida y muda que no deja
ni el rastro de sus alas en el viento.

¡Cuántas, cuántas memorias arrebata
nuestra viviente y rauda catarata!
¿Qué es el mártir? ¿Qué el genio? ¿Qué el tirano
en el torrente del linaje humano,
que al través de los tiempos se dilata?

La secular encina, siempre verde,
de sus marchitos frutos se despoja
sin que nadie, mirándola, recuerde
ni el seco ramo, ni la inútil hoja
que en su invisible crecimiento pierde.

¡Todo es misterio, vértigo y locura!
La vida frágil, el renombre incierto,
y la tremenda eternidad obscura…
Sólo podemos dar a los que han muerto,
con fe piadosa, honrada sepultura.

El la tendrá con lágrimas regada.
¿Cómo olvidar tan pronto, patria mía,
la imperiosa atracción de su mirada,
su voz, su ardiente voz, rígida espada
que al chocar y al herir resplandecía?

A veces imagino que aún le veo
erguirse reposado y pensativo,
y a un tiempo mismo Tácito y Tirteo,
arrostrar el contrario clamoreo,
cuanto más acosado más altivo.

Con fuerza potentísima y secreta
brotaban de su espíritu fecundo
el dardo agudo, la alusión discreta,
la cólera inspirada del poeta
y la sentencia del varón profundo.

En el peligro, enérgico y valiente,
jamás cedió su varonil denuedo,
ni se dejó arrastrar por la corriente;
nunca dobló su poderosa frente
ante los vanos ídolos del miedo.

Noble y robusto vástago de aquella
viril generación, que al mundo vino
cuando, impulsado por su infausta estrella,
marcó en España su iracunda huella
el rayo de la guerra y del destino;

cuando de su letargo despertaba
la nación de Lepanto y de Pavía,
y en lid ardiente, inextinguible y brava,
mostró con su tesón que no quería
vivir sin honra, ni morir esclava.

Nacida entre el tumulto y el fracaso
de una lucha titánica y suprema,
esa generación que hacia su ocaso
dirige el triste y vacilante paso,
es el himno triunfal de aquel poema.

Arrojada y resuelta cual ninguna,
como engendrada en tan heroico empeño,
templola en sus rigores la fortuna,
la ronca tempestad meció su cuna
y el eco del cañón la arrulló el sueño.

Siempre en la brecha y siempre enardecida,
sin temor al destierro ni al verdugo,
con estoico desprecio de la vida
rompió, lidiando, el ominoso yugo
que soportaba España envilecida.

De su entusiasta afán en los extremos
amasó con la sangre de sus venas
la libertad que a su valor debemos.
¡Hoy nosotros, sus hijos, no tenemos
ni esperanza, ni fe, ni patria apenas!

El genio nacional, antes dormido
en la profunda noche del olvido,
llenó los aires con su voz sonora,
como el alegre pájaro en el nido
cuando le llama la rosada aurora.

¡Qué espontáneo y feliz renacimiento!
¡Qué pléyada de artistas y escritores!
En la luz, en las ondas, en el viento
hallaba inspiración el pensamiento,
gloria el soldado y el pintor colores.

¡Larra, Pacheco, Rivas, Espronceda,
Olózaga, Donoso, Avellaneda,
y cien nombres, orgullo de la historia,
ya son polvo no más! ¡Ya su memoria
sólo en el pueblo que ilustraron queda!

¡Su memoria mortal, que se derrumba
al impulso del siglo! Eco postrero
de su apagada voz, sordo retumba
en el helado mármol de la tumba,
y se pierde en los ámbitos ligero.

Cuando, vertiendo silencioso llanto,
vuelvo a mi Edad la vista atribulada,
siento a la vez indignación y espanto.
¡Cómo pensar, generación menguada,
que en pocos lustros descendieras tanto!

Nuestros padres con ánimo sereno
hallaron en los campos de pelea
algo fecundo, provechoso y bueno.
Nosotros, sumergidos en el cieno,
no encontramos un hombre ni una idea.

Su aliento generoso y esforzado,
de Cádiz a las cumbres del Pirene
avivó el fuego del honor sagrado.
Hoy la estéril república no tiene
ni un cantor, ni un artista, ni un soldado.

Ni nos defiende ya, ni el golpe embota
partido en mil pedazos nuestro escudo.
El vulgo, el necio vulgo nos azota:
yace el arte decrépito, está mudo
el genio, el arpa destemplada y rota.

Alguien con torpe y mentiroso halago,
en busca del aplauso apetecido,
agitó el fondo del impuro lago,
¡ay! y el vapor del fango removido
sólo engendra la peste y el estrago.

Tú dormirás en paz ¡oh varón fuerte!
con el sol de la patria que declina.
Y es venturosa y envidiable suerte
reposar en los brazos de la muerte,
cuando todo es dolor, vergüenza y ruina.

Tú de este triste y borrascoso drama
sacaste el puro corazón ileso.
Otros, que el pueblo alborotado aclama,
no dormirán tranquilos bajo el peso,
bajo el peso terrible de su fama.

A Voltaire

Eres ariete formidable: nada
Resiste a tu satánica ironía.
Al través del sepulcro todavía
Resuena tu estridente carcajada.

Cayó bajo tu sátira acerada
Cuanto la humana estupidez creía,
Y hoy la razón no más sirve de guía
A la prole de Adán regenerada.

Ya sólo influye en su inmortal destino
La libre religión de las ideas;
Ya la fe miserable a tierra vino;

Ya el Cristo se desploma; ya las teas
Alumbran los misterios del camino;
Ya venciste, Voltaire. ¡Maldito seas!

¡Amor!

¡Oh eterno Amor, que en tu inmortal carrera,
das a los seres vida y movimiento,
con qué entusiasta admiración te siento,
aunque invisible, palpitar doquiera!
Esclava tuya la creación entera,
se estremece y anima con tu aliento,
y es tu grandeza tal, que el pensamiento
te proclamara Dios, si Dios no hubiera.
Los impalpables átomos combinas
con tu soplo magnético y fecundo:
tú creas, tú transformas, tú iluminas,
y en el cielo infinito, en el profundo
mar, en la tierra atónita dominas,
¡Amor, eterno Amor, alma del mundo!
Septiembre de 1872

Crepúsculo

El Sol tocaba en su ocaso,
y la luz tibia y dudosa
del crepúsculo envolvía
la naturaleza toda.
Los dos estábamos solos,
mudos de amor y zozobra,
con las manos enlazadas,
trémulas y abrasadoras,
contemplando cómo el valle,
el mar y apacible costa,
lentamente iban perdiendo
color, transparencia y forma.
A medida que la noche
adelantaba medrosa,
nuestra tristeza se hacía
más invencible y más honda.
Hasta que al fin, no sé cómo,
yo trastornado, tú loca,
estalló en ardiente beso
nuestra pasión silenciosa.
¡Ay! al volver suspirando
de aquel éxtasis de gloria,
¿qué vimos? sombra en el cielo
y en nuestra conciencia sombra.
Marzo de 1863

  A UN TRAIDOR AFORTUNADO

¡Goza, goza en tu infamia! La serena
y osada faz levanta satisfecho:
insulta la virtud, huella el derecho,
y arrostra la opinión que te condena.

Como lugar de crímenes que llena
de cruces la piedad, muestra tu pecho,
si para el vil a las perfidias hecho
son premio los honores y no pena.

¡Alienta puesl La multitud olvida,
el tiempo envuelve la verdad en dudas,
la historia engaña, el éxito sanciona.

Únicamente amargará tu vida
la implacable conciencia, el juez de Judas,
que ni olvida, ni miente, ni perdona.

A Darwin

I
¡Gloria al genio inmortal! Gloria
al profundo
Darwin, que de este mundo
penetra el hondo y pavoroso arcano!
¡Que, removiendo lo pasado incierto,
sagaz ha descubierto
el abolengo del linaje humano.

II
Puede el necio exclamar en su locura:
«¡Yo soy de Dios hechura!»
y con tan alto origen darse tono.
¿Quién, que estime su crédito y su nombre,
no sabe que es el hombre
la natural transformación del mono?

III
Con meditada calma y paso a paso,
cual reclamaba el caso,
llegó a tal perfección un mono viejo;
y la vivaz materia por sí sola
le suprimió la cola,
le ensanchó el cráneo y le afeitó el pellejo.

IV
Esa invisible fuerza creadora,
siempre viva y sonora,
música, verbo, pensamiento alado;
ese trémulo acento en que la idea
palpita y centellea
como el soplo de Dios en lo creado;

V
hablo de Dios, porque lo exige el metro,
mas tu perdón impetro
(¡oh formidable secta darviniana!)
Ese sonido como el sol fecundo,
que vibra en todo el mundo
y resplandece en la palabra humana;

VI
esa voz, llena de poder y encanto,
ese misterio santo,
lazo de amor, espíritu de vida,
ha sido el grito de la bestia hirsuta,
en la cóncava gruta
de los ásperos bosques escondida.

VII
¡Ay! Si es verdad lo que la ciencia enseña,
¿por qué se agita y sueña
el hombre, de su paz fiero enemigo?
¿A qué aspira? ¿Qué anhela? ¿Qué es, en suma,
el genio que le abruma?
¿Fuerza o debilidad? ¿Premio o castigo?

VIII
Honor, virtud, ardientes devaneos,
imposibles deseos,
loca ambición, estéril esperanza;
horrible tempestad que eternamente
perturbas nuestra mente,
con acentos de amor o de venganza;

IX
conciencia del deber que nos oprimes,
ilusiones sublimes
que a más alta región tendéis el vuelo:
¿Qué sois? ¿Adónde vais? ¿Por qué os sentimos?
¿Por qué crimen perdimos
la inocencia brutal de nuestro abuelo?

X
Ajeno a todo inescrutable arcano,
nuestro Adán cuadrumano
en las selvas perdido y en los montes,
de fijo no estudiaba ni entendía
esta filosofía
que abre al dolor tan vastos horizontes.

XI
Independiente y libre en la espesura,
no sufrió la amargura
que nos quema y devora las entrañas.
Dábanle el bosque entretejidas frondas,
el río claras ondas,
aire sutil y puro las montañas;

XII
la tierra, a su elección, como en tributo
dulce y sabroso fruto,
música el viento susurrante y vago;
su luz fecunda el sol esplendoroso,
la noche su reposo
y limpio espejo el cristalino lago.

XIII
En su pelliza natural envuelto,
gozaba alegre y suelto
de su querida libertad salvaje.
Aún no grababa figurines Francia,
y en su rústica estancia
lo que la vida le duraba el traje.

XIV
Desconoció la púrpura y la seda
no inventó la moneda
para adorarla envilecido y ciego,
ni se dejó coger, como un idiota,
por una infame sota
en la red del amor o en la del juego.

XV
No turbaron su paz ni su apetito
este anhelo infinito,
esta pena tan honda como aguda.
¡Ay! ni a pedazos le arrancó del alma
su candorosa calma,
el demonio implacable de la duda.

XVI
Y en esas lentas y nocturnas horas
negras, abrumadoras,
en que la angustia nos desgarra el pecho,
con tu mirada impenetrable y triste
nunca te apareciste
¡oh desesperación! junto a su lecho.

XVII
No buscó los laureles del poeta,
ni en su ambición inquieta
alzó sobre cadáveres un trono.
No le acosó remordimiento alguno.
No fue rey, ni tribuno,
¡ni siquiera elector!… ¡Dichoso mono!

XVIII
En la copa de un árbol suspendido
y con la cola asido,
extraño a los halagos de la fama,
sin pensar en la tierra ni en el cielo,
nuestro inocente abuelo
la vida se pasó de rama en rama.

XIX
Tal vez enardecida y juguetona,
alguna virgen mona
prendiole astuta en sus amantes lazos,
y más fiel que su nieta pervertida,
ni le amargó la vida,
ni le hirió el corazón con sus abrazos.

XX
Y allí, bajo la bóveda azulada,
en la verde enramada,
a la sonora margen de los ríos,
adormecidos con los trinos suaves
de las canoras aves,
ocultas en los árboles sombríos;

XXI
allí donde la gran Naturaleza
descubre la belleza
de su seno inmortal, siempre fecundo,
en deliquios ardientes y amorosos,
los dos tiernos esposos
engendraron al árbitro del mundo.

XXII
¡Al árbitro del mundo!… ¡Qué sarcasmo!
Perdido el entusiasmo,
sin esperanza en Dios, sin fe en sí mismo,
cuando le borre su divino emblema,
esa ciencia blasfema,
como la piedra rodará al abismo.

XXIII
Caerá de sus altares el Derecho
por el turbión deshecho;
la Libertad sucumbirá arrollada.
Que cuando el alma humana se obscurece,
sólo prospera y crece
la fuerza audaz, de crímenes cargada.

XXIV
¡Ay, si al romper su religioso yugo,
gusta el pueblo del jugo
que en esa ciencia pérfida se esconde!
¡Ay, si olvidando la celeste esfera,
el hijo de la fiera
sólo a su instinto natural responde!

XXV
¡Ay, si recuerda que en la selva umbría
la bestia no tenía
ni Dios, ni ley, ni patria, ni heredades!
Entonces la revuelta muchedumbre
quizás, Europa, alumbre
con el voraz incendio tus ciudades.

XXVI
¡Batid gozosos las sangrientas manos
déspotas y tiranos!
Ya entre el tumulto vuestra faz asoma.
Que el hombre a la razón dobla su frente;
mas sólo el hierro ardiente
la hambrienta rabia de las fieras doma.

24 de diciembre de 1872

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DE MENTIRIJILLAS [Mi poema]
José Cantabella [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Dormir eso es vivir estando a oscuras
con riesgo a tropezar en las paredes,
dejando que el cerebro haga locuras,
sin nadie a criticar si es que te excedes.

Durmiendo las penurias se acabaron
pues sueñas y presumes de ser rico,
que deudas, si tenías, se apagaron,
ya puedes rebuznar como un borrico.

Si notas que las cosas van mal dadas
y en eso te despiertas, no hagas caso,
promete no volver a las andadas
o jura no has de hacer más el payaso.

Vivir cuando se duerme, alucinante,
morir, puedes morir, sea de pena,
un paso dando atrás, otro adelante,
morir si es de mentira no es condena.

Que he muerto yo en un sueño varias veces
y estoy aquí vivito y coleando.
Me dicen tú tendrás lo que mereces,
yo digo que a la muerte vayan dando.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  José Cantabella

SIN MIEDO

(A Carmen, ese bello vivir)

Miedo, lo que se dice
miedo, no, es
algo diferente;
la incertidumbre
del mañana,
lo desconocido otra vez,
los estragos del cuerpo,
la Vincristina pasando,
la acumulación de heridas;
aunque la cueva, el
refugio del amor
hace
que ese miedo
sea
un enemigo
ya menor,
controlado, aprisionado,
vencido ahora
por los días y las noches
de este bello
vivir, que es
vivir contigo
sin miedo.

MI ALMA

(Juan Ramón Jiménez, en memoria)

Mi alma es hoy
(gracias a ti, Lamia)
mariposa blanca, un amor
cuyas alas, siempre,
toman tus manos:
esas orquídeas blancas
de la mañana.

KISS

El beso que ahora
te doy, Lamia,
es
como una fuente
que ríe, y empapa
tu bello rostro,
además, es
como aquel ángel
que al pasar
crea en ti, no un silencio
sino una hermosa
sonrisa, y añade
una peca más.

El beso que hoy
te ofrezco, Lamia,
cruza, también
mi alma, y
sólo tú
puedes sentirlo, ese beso
que mañana
hará crujir
mi hollado corazón.

UN CUADRO DE GIORGIO DE CHIRICO HECHO POEMA

Me desvestí
en el Louvre ante Velázquez. Después
empecé a disfrazarme despacio
para retratar-
me, no para ser
el vanidoso pintor retratado
con trajes de otras épocas clásicas,
sino porque aquéllos
eran
más coloristas
y ricos. Busqué siempre
la belleza,
materia del verdadero oficio de pintor;
un juego de emulsiones, sensaciones
complejas
que son muy difíciles de pintar.
La pincelada
dicha en su perfecta manera,
en hermosa horizontalidad:
esa armoniosa
conexión entre trazo y cerebro. Esa
gracia divina
que Natura me concedió;
naciendo así
mi arte sin resistencia. Luego
estudié
la relación, el vínculo,
la idea de la existencia,
la precisa visión,
miradas interiores metafísicas,
Materia pura, meditación
de lo cotidiano;
figuras de maniquí, y así hallé
inteligencias sobre-
impresionistas, naturalezas muertas:
la metafísica. Más tarde
acometí oleos que eran
vidas silenciosas.
Piezas sueltas se unieron
ante mí, desafíos, naturaleza mundana.
Fuerza y audacia aquél interior, objetos,
techo y cielo, tratar de entender y expresar
la voz remota se las cosas:
una estatua, un templo,
lo clásico, gladiadores, la nostalgia
antigua de
Atmósferas literarias,
una novela desconcertante
pinté
con mis pinceles,
para vestirme en el Prado
mirando, ahora yo,
al maestro Velázquez.

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MI POETA INVITADA:  Angélica Tanarro

Es el amarillo que suena en el aire.

Alegría y blandura
para pies resignados
a una huella incandescente.

Alegría o coartada o clavo ardiendo…

Al fin amarillo tregua
instante de luz
armónico latido
en este tren veloz hacia lo incierto.

¿Está todo dicho?

Preguntas al brezo y a la escarcha
al espejo y a las horas muertas
al dolor
siempre al dolor…

Mientras tanto las convocas
buceas su caudal
arañas el moho y la costumbre
deseas su más nítido perfil

­                             para que sigan nombrando lo que importa.

Asomarse al declinar de las acacias

es su forma de durar.

La mano que sostiene el visillo
levantó varias vidas
aunque apenas recuerde
la risa en el teclado
ni el ángel rubio que pasaba las hojas.

Sonríe
y la música ilumina la calle
donde vivos y muertos la saludan.

No está sola.
Las agujas de piedra
defienden su caudal
y los múltiples paisajes
que se adivinan en sus ojos.
menoscuarto Ediciones

A LA DERIVA [Mi poema]
Raúl Gómez Jattin [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que yo vine hasta aquí para ser río
y poco algo después quedé sin agua,
me tuve que subir a una piragua,
la brisa me arrastraba a su albedrío.

Después vino el invierno con su frío
y quise bajo un puente cobijarme,
el puente se negó a cobijo darme
diciendo que ese puente no era mío.

Andando como un pollo sin cabeza
me fui poquito a poco acomodando,
el viento que soplaba soportando,
me vino allí a enterrar en la maleza.

Me tuve que agarrar a un clavo ardiendo
al fin ya sin que nadie me parara
con riesgo de que el clavo me quemara,
y el hierro se acababa desprendiendo.

Y estando en este impass en el vacío
me puse a meditar, pensando un poco
¿de qué sirve llorar o hacerse el loco?
No quiero más pensar, que desvarío.
©donaciano bueno

Tú acaso nunca #desvarías...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:   Raúl Gómez Jattin

Erótico imaginario

Está quieto el jardín soportando la tarde
de un marzo que se anunciara ventoso

Tan fugaz que parece un enero

Penetrado de noche en limoneros y acacias
Opalino a lo lejos en la frente del cielo
El jardín se estremece por dentro

Entre ramas secas y hojas podridas
dormitan escarabajos Libélulas Lagartos
Un gato de ocio y maldad acecha una mariposa

De repente una casi invisible neblina desciende
y posa su penumbra en la fronda
acariciando el nudo de nuestros cuerpos
con la misma dulzura lentísima
con que yo mitad fuerza mitad miedo
beso tu cuello y tu barba de negro cristal
Está el jardín oloroso a sudor masculino
a saliva de besos profundos que anhelan
desatar el torrente del deseo en su cima
y que fluyan las savias y descansen los cuerpos

En las lágrimas tuyas está todo el terror

Como en un cuadro de De Chirico El Tiempo
se queda detenido entre los objetos y
los hombres sueñan la eternidad
Las chimeneas son falos humeantes
que penetran el cielo de Lo Absoluto

Como en un color de Borges El Tiempo se
queda entre las palabras del Ciego
Los hombres han conocido a través de
lo insólito la eternidad El sexo
de Borges es infinito y estoico

En las lágrimas tuyas está todo
el terror a la noche de la soledad
y la muerte En tus palabras está
contenido el Más Allá del Amor y su sueño

Casi obsceno

Si quisieras oír lo que me digo en la almohada
el rubor de tu rostro sería la recompensa
Son palabras tan íntimas como mi propia carne
que padece el dolor de tu implacable recuerdo

Te cuento ¿Sí? ¿No te vengarás un día? Me digo:
Besaría esa boca lentamente hasta volverla roja
Y en tu sexo el milagro de una mano que baja
en el momento más inesperado y como por azar
lo toca con ese fervor que inspira lo sagrado

No soy malvado Trato de enamorarte
Intento ser sincero con lo enfermo que estoy
y entrar en el maleficio de tu cuerpo
como un río que teme al mar pero siempre muere en él

Deslumbramiento por el deseo

Instantáneo relámpago
tu aparición
Te asomas súbitamente
en un vértigo de fuego y música
por donde desapareces

Deslumbras mis ojos
y quedas en el aire.

El amor brujo

He robado parte de tu cuerpo y de tu alma
Le he tendido una celada a los recuerdos
que aquí te recuerdo ¿Recuerdas amor?
El cielo de la noche casi azul se asoma
entre tus pestañas Noche vibrátil
Una vez me fui hasta tu regió de monte
enfermo de hongos y tristezas muy tristes
Y aluciné con tu imagen alta y flexible
galopando un caballo de nube Luego
Venías por la tarde desde el Retiro de los Indios
en tu carruaje blanco y yo iba a pie
por la carretera Como un sonámbulo
Sonríes desde lejos como si masticaras
mi corazón entre tus colmillos
Mis palabras le quitan a tu vida muerte
Vives en este libro aunque te tengo miedo
Aunque apenas si hemos hablado
Pero te amo tanto como siempre
Tanto como puedas imaginar
Y estamos lejos
Como el sol del mar

SI SE QUIERE LLEGAR a ser una buena víctima

es necesario saber de toda la dulzura
que entrelaza al verdugo con la muerte
de la paciencia con que afila su hacha
de la soledad que ilumina su vida
y la de sus inocentes hijos
del esfuerzo que implica portar y levantar el arma
de la sangre que pringa sus pantalones
Todas esas consideraciones deben estar presentes
en el momento de recoger nuestro pelo sobre la nuca
y poner en sus manos el pescuezo.

El disparo final en la Vía Láctea

En el cielo profundo de mis masturbaciones
ocupas ese ámbito de deseo irrefrenable y voraz
Inagotable y tierno que te devora el sexo
aunque tú no lo sepas Tu cuerpo habita el mío

Y es tan mío como no pudo serlo allá
en la realidad Es mío cuando yo te deseo
De esa misma manera impalpable y eterna
como este libro es tuyo Como yo soy de ti

Habitamos el ocho Doble infinito
de los dos universos El 8 de los círculos
El que parece dos astros hermanos y gemelos
El que parece dos ojos Dos culos cercanos
El que parece dos testículos besándose

Cuando llegas a mi cielo estoy desnudo
y te gustan las columnas de mis piernas
para reposar en ellas Y te asombra
mi centro con su ímpetu y su flor erecta
y mi caverna de Platón carnal y gnóstica
por donde te escapas hacia la otra vida

Y en ese cielo te entregas a ser lo que verdaderamente
eres Agresión de besos Colisión de espadas
Jadeo que se estrella como un mar contra mi pecho
Locura de tus ojos orientales alumbrando
la aurora del orgasmo mientras tus manos
se aferran a mi cuerpo Y me dices
lo que yo quiero y respiras tan hondo
como si estuvieras naciendo o muriendo
Mientras nuestros ríos de semen crecen
y nuestra carne tiembla y engatilla su placer
hacia el disparo final en la Vía Láctea

En las sábanas de nuestro cielo hay nubes
perfumadas de axilas y delicados residuos
el amor En la almohada el hueco
que tu cabeza ha dejado oloroso a jazmines
Y en mi alma y mi cuerpo el inmenso dolor
de saber que desprecias mi amor

Oh tú por quien mi vida renació
dentro la lumbre de la muerte

Un probable Constantino Cavafis a los 19

Esta noche asistirá a tres ceremonias peligrosas
El amor entre hombres
Fumar marihuana
Y escribir poemas

Mañana se levantará pasado el mediodía
Tendrá rotos los labios
Rojos los ojos
Y otro papel enemigo

Le dolerán los labios
Y le arderán los ojos como colillas encendidas
Y ese poema tampoco expresará su llanto

Memoria

Más allá de la muerte y sus desolaciones
que perviven intactas como la vida misma
hay un sol habitado de palomas y árboles
que guarda tu futuro en mitad de mi infancia
Joaquín Pablo mi viejo niño y amable
la edad nos confundió y nos separó dolidos
en mañanas de Mayo esperando la lluvia
y en las horas del brillo y las escaramuzas
de los gallos de riña entre los matorrales
Hay un silencio grave parecido al olvido
que me nubla mis ojos y quiebra mi garganta
en tus voces que guardo como una tibio sábana
para el frío de los años y la soledad cansada
Eras el último hombre honrado que sobrevivía alegre
Eras aquel sentido sembrador de amorosas pasiones
En mitad de la vida se me escapó tu cuerpo
Como un frutal cargado soleado y cuidadoso
que me heredó sus mangos en lo más débil del alma.

MÁS ALLÁ DE LA VISTA [Mi poema]
Oliverio Girondo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Qué hay más allá de la vista
allí donde el ojo alcanza?
¿qué existe en la lontananza?
permítanme que aquí insista.
Más allá veo un turista
vestido a la vieja usanza,
un hambriento y su pitanza,
un rey y un malabarista,
una puta y un tenista
y un ciego con su tardanza.

Una cuerda con su danza
que trata de compartir
su experiencia de sentir,
y el pudor de la matanza.
De ser justo, esa balanza
que a torear no se aviene,
pues lo mismo va que viene
te defiende o te castiga
con furor, como la ortiga,
en fin, del mundo su chanza.

Mas ni un halo de esperanza,
que no hay Dios que lo resista,
que es camino y no autopista
la que pide aquí hoy venganza.
Y fue el mismo Sancho Panza
que a su jefe don Quijote
le hizo torcer el bigote
al verle tan despistado
-presumiendo estar fumado-
le quiso echar un capote.

Que a veces lo que se observa,
lo que el ojo lo percibe,
no es lo mismo que recibe
de la mugre en la caterva.
Si la vista se conserva
y no existe impedimento
verá que todo es un cuento
que siempre termina mal
pues que el actor principal
morir debe en el intento.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Oliverio Girondo

Aparición urbana

¿Surgió de bajo tierra?
¿Se desprendió del cielo?
Estaba entre los ruidos,
herido,
malherido,
inmóvil,
en silencio,
hincado ante la tarde,
ante lo inevitable,
las venas adheridas
al espanto,
al asfalto,
con sus crenchas caídas,
con sus ojos de santo,
todo, todo desnudo,
casi azul, de tan blanco.
Hablaban de un caballo.
Yo creo que era un ángel.

Balaúa

De oleaje tú de entrega de redivivas muertes
en el la maramor
plenamente amada
tu néctar piel de pétalo desnuda
tus bipanales senos de suave plena luna
con su eromiel y zumbos y ritmos y mareas
tus tús y más que tús
tan eco de eco mío
y llamarada suya de la muy sacra cripta mía tuya
dame tu
Balaúa

Calle de las sierpes

(A D. Ramón Gómez de la Serna)

Una corriente de brazos y de espaldas
nos encauza
y nos hace desembocar
bajo los abanicos,
las pipas,
los anteojos enormes
colgados en medio de la calle;
únicos testimonios de una raza
desaparecida de gigantes.

Sentados al borde de las sillas,
cual si fueran a dar un brinco
y ponerse a bailar,
los parroquianos de los cafés
aplauden la actividad del camarero,
mientras los limpiabotas les lustran los zapatos
hasta que pueda leerse
el anuncio de la corrida del domingo.

Con sus caras de mascarón de proa,
el habano hace las veces de bauprés,
los hacendados penetran
en los despachos de bebidas,
a muletear los argumentos
como si entraran a matar;
y acodados en los mostradores,
que simulan barreras,
brindan a la concurrencia
el miura disecado
que asoma la cabeza en la pared.

Ceñidos en sus capas, como toreros,
los curas entran en las peluquerías
a afeitarse en cuatrocientos espejos a la vez
y cuando salen a la calle
ya tienen una barba de tres días.

En los invernáculos
edificados por los círculos,
la pereza se da como en ninguna parte
y los socios la ingieren
con churros o con horchata,
para encallar en los sillones
sus abulias y sus laxitudes de fantoches.

Cada doscientos cuarenta y siete hombres,
trescientos doce curas
y doscientos noventa y tres soldados,
pasa una mujer.
A medida que nos aproximamos
las piedras se van dando mejor.

Dicotomía incruenta

Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.

Campo nuestro

En lo alto de esas cumbres agobiantes
hallaremos laderas y peñascos,
donde yacen metales, momias de alga,
peces cristalizados;
pero jamás la extensa certidumbre
de que antes de humillarnos para siempre,
has preferido, campo, el ascetismo
de negarte a ti mismo.
Fuiste viva presencia o fiel memoria
desde mis más remota prehistoria.
Mucho antes de intimar con los palotes
mi amistad te abrazaba en cada poste.
Chapaleando en el cielo de tus charcos
me rocé con tus ranas y tus astros.
Junto con tu recuerdo se aproxima
el relente a distancia y pasto herido
con que impregnas las botas… la fatiga.
Galopar. Galopar. ¿Ritmo perdido?
hasta encontrarlo dentro de uno mismo.
Siempre volvemos, campo, de tus tardes
con un lucero humeante…
entre los labios.
Una tarde, en el mar, tú me llamaste,
pero en vez de tu escueta reciedumbre
pasaba ante la borda un campo equívoco
de andares voluptuosos y evasivos.
Me llamaste, otra vez, con voz de madre
Y en tu silencio sólo halló una vaca
junto a un charco de luna arrodillada;
arrodillada, campo, ante tu nada.
Cuando me acerco, pampa, a tu recuerdo,
te me vas, despacio, para adentro…
al trote corto, campo, al trotecito.
Aunque me ignores, campo, soy tu amigo.
Entra y descansa, campo. Desensilla.
Deja de ser eterna lejanía.
Cuanto más te repito y te repito
quisiera repetirte al infinito.
Nunca permitas, campo, que se agote
nuestra sed de horizonte y de galope.
Templa mis nervios, campo ilimitado,
al recio diapasón del alambrado.
Aquí mi soledad. Esta mi mano.
Dondequiera que vayas te acompaño.
Si no hubieras andado siempre solo
¿todavía tendrías voz de toro?
Tu soledad, tu soledad… ¡la mía!
Un sorbo tras el otro, noche y día,
como si fuera, campo, mate amargo.
A veces soledad, otras silencio,
pero ante todo, campo: padre-nuestro.

Cansancio

Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.

Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabré si es el mismo
que usé mientras vivía.

Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.

Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.

Dietética

Hay que ingerir distancia,
lanudos nubarrones,
secas parvas de siesta,
arena sin historia,
llanura,
vizcacheras,
caminos con tropillas
de nubes,
de ladridos,
de briosa polvareda.
Hay que rumiar la yerba
que sazonan las vacas
con su orín,
y sus colas;
la tierra que se escapa
bajo los alambrados,
con su olor a chinita,
a zorrino,
a fogata,
con sus huesos de fósil,
de potro,
de tapera,
y sus largos mugidos
y sus guampas, al aire,
de molino,
de toro…
Hay que agarrar la tierra,
calentita o helada,
y comerla
¡comerla!

¿Dónde?

¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asomado a la angustia,
al engaño,
a lo verde?…
No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco,
adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror,
al delirio.
No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,
en el fondo del sueño,
del eco,
del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.

El puro no

El no
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan al morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
ni yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no.

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CUANDO TODO ESTÉ MUY NEGRO [Mi poema]
Mario Amengual [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cuando el mar ya esté sin agua,
cuando el viento ya haya huido,
cuando sientas la piragua
como el hierro que en la fragua
por el medio se ha partido.

Cuando veas todo oscuro,
la esperanza te abandona,
que te topas con un muro,
todo es fruto de un conjuro
y no estás para una broma.

Cuando veas que ese cielo
contra ti se ha conjurado
yendo el alma por el suelo
y no encuentres ya consuelo
y tú estés desesperado.

Cuando sientas que en la lucha
la batalla está perdida,
no te curas ni en ducha
pues que a ti nadie te escucha,
vas sangrando por la herida.

Cuando todo así lo veas
da un receso, da un respiro,
mírate que estás ileso
y a ti mismo date un beso
tócate, pues sigues vivo.
©donaciano bueno

#Seguir vivo es lo que importa, no...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Mario Amengual

Jueves Santo

En los templos
los sucedáneos de los vicios.
Son billetes de treinta
la fe y la misericordia.
Por la plata
no bailan los perros,
pero sí huye toda nobleza.
En la plaza principal
el héroe ecuestre mira hacia el sur,
donde los partidos brindan argumentos
al odio y al resentimiento.
Aquí nadie camina
hacia un destino inigualable.

Venezuela 2017

Nada se conjuga
detrás de las esperanzas.
Llevamos este sinsabor
entre proclamas inquietantes.
Aprendimos a no perder la calma
para disimular la resignación,
tal vez porque ya sabemos
que la sangre volverá a ser historia.

Desde el barranco

Esto es un baile sin música,
un circo sin payasos
y un tiempo que de tanto presumir
de ser el mejor de los tiempos,
es una Edad Media sin Dios
y con la muerte danzando
sólo por plata y a su antojo.

País arrasado

Un país engañado,
sometido,
hambriento.
La limosna
es política,
la venganza
es revolución.
La ideología
es un pretexto.
La redención,
lema infinito.
Con palabras revueltas
y trastocados sus sentidos,
estamos en el barranco.

La alegría sometida

La noche comienza más temprano
en las ciudades vencidas:
los ladrones y las ratas
prescinden de la cautela
y de los pasos furtivos.
La alegría
es un enemigo replegado,
la llave
que un borracho solitario
busca en una alcantarilla.
La risa
se adereza en procacidades,
sirve de capote al desconsuelo.

No serán bondades
ajustadas en parágrafos
las que brinden a los rostros agostados
el semblante de la celebración
y el cariz exultante del espléndido ahora.

El fuego definitivo

Detrás de las ventanas rotas
y las cortinas percudidas,
las mujeres penden
de un rosario tembloroso
y los hombres,
en torno a una mesa tambaleante,
beben un aguardiente
barato y sulfuroso.

Afuera, la realidad
es mezquina y predecible,
urdida por niños drogadictos
que juegan al escondido
en una plaza de timadores andrajosos
y putas deprimidas.

En cualquier momento
un fuego rojizo y sibilante
convertirá las calles
en un nuevo comienzo.

Todavía en el barranco

He tratado de no quebrarme
entre los comedores de basura
y los alardes de los truhanes.
No es fácil mirar con otros ojos
para quien aprendió de despojarse:
ni el bordado de oro
ni el trapo inmundo,
cada paso ponderado,
cada palabra sacudida.
Allá quienes nunca
abandonan su nombre
y viven para lustrarlo,
mientras el ogro palabrero y redomado
sigue su calculado arrasamiento.

¿Será posible trascender
la polvareda de los héroes?,
¿destilar los odios
en días de contrición?,
¿buscar los pasos de uno
en las huellas renegadas?
Las manos no aplauden
y en el silencio de la madrugada
labran la inconformidad.
Los sueños señalan
en episodios absurdos
la constancia de la desazón.
En las calles crece
la espina dorsal
y flagelada de un monstruo
que no quiere morir
en la orilla de sus agravios.

Una hora podría ser suficiente
para encontrar en las miradas perdidas
el brillo arrebatado a la dignidad.
Y cuando clarea el día
y el gavilán anuncia
su cacería con un graznido
es que se ve
en el rostro en el espejo
y se siente
en la pesadez de los pasos
que seguimos respirando en el barranco.

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José de Espronceda

La desesperación

Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oír los aquilones
horrísonos bramar,
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas la tierra iluminar.

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.

Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.

Que el trueno me despierte
con su ronco estampido,
y al mundo adormecido
le haga estremecer,
que rayos cada instante
caigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamento
me agrada mucho ver.

La llama de un incendio
que corra devorando
y muertos apilando
quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano,
volverse todo tea,
y oír como chirrea
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Me gusta una campiña
de nieve tapizada,
de flores despojada,
sin fruto, sin verdor,
ni pájaros que canten,
ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre
la muerte en derredor.

Allá, en sombrío monte,
solar desmantelado,
me place en sumo grado
la luna al reflejar,
moverse las veletas
con áspero chirrido
igual al alarido
que anuncia el expirar.

Me gusta que al Averno
lleven a los mortales
y allí todos los males
les hagan padecer;
les abran las entrañas,
les rasguen los tendones,
rompan los corazones
sin de ayes caso hacer.

Insólita avenida
que inunda fértil vega,
de cumbre en cumbre llega,
y arrasa por doquier;
se lleva los ganados
y las vides sin pausa,
y estragos miles causa,
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Las voces y las risas,
el juego, las botellas,
en torno de las bellas
alegres apurar;
y en sus lascivas bocas,
con voluptuoso halago,
un beso a cada trago
alegres estampar.

Romper después las copas,
los platos, las barajas,
y abiertas las navajas,
buscando el corazón;
oír luego los brindis
mezclados con quejidos
que lanzan los heridos
en llanto y confusión.

Me alegra oír al uno
pedir a voces vino,
mientras que su vecino
se cae en un rincón;
y que otros ya borrachos,
en trino desusado,
cantan al dios vendado
impúdica canción.

Me agradan las queridas
tendidas en los lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello…
¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!

SIN PEDIRTE NADA A CAMBIO [Mi poema]
Ana Torres Licón [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es la misma que te sigue,
la que nunca tú has llamado,
que se encuentra aquí a tu lado
y que, terca, te persigue,
esa misma, amigo mío,
la que a solas va contigo
de tus hechos es testigo
si hay calor o si hace frío,
que merece tu cariño
por ser fiel sin dilación,
y le prestes tu atención
y le mimes como a un niño,
que en la vida no hallarás
nadie más que tanto te ame
y sus lágrimas derrame
sin pedirte nada más.

Que te observa y que se inclina
ante ti con reverencia,
dibujando tu presencia
a carbón con punta fina,
pues tan fiel es, tan leal
que ella nunca te abandona,
te acompaña al Mercadona
del principio hasta el final.
Que ella es fan del Real Madrid
donde siempre me acompaña
y se mete en la maraña
como un pollo de perdiz.
Salta y brinca como un niño,
es mejor decir, saltaba,
que hoy se apoya en la cachava
con que alguna vez la endiño
o le pego algún mandoble
a quien pierde su respeto.
Yo en su vida no me meto
más recuerden que es mi doble.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Ana Torres Licón

Epifanía

Sin percatarme se aproximaba
con la serenidad del tiempo
y la gracia del sigilo.
El brillo de los astros al amanecer
se posa en mí pecho como impulso vital.
Luz ultravioleta me custodia,
la tibieza de su voz endulza mí olfato
llamándome a la vida, menciona mi nombre.
El tañer de las rosas en primavera
eran para mí, solo para mí.
Y esa suavidad sosegada
derrumbó el turbio mar de mis pensamientos.
Libre de reclamos, el umbral se abría ante mí
los minutos convertidos en gozo,
el tic tac del reloj en jubilosas risas
mis pies floreciendo en cada paso,
mis labios frondosos bosques de palabras,
invisible tu presencia desborda mí cosmos.

Mi voz al margen de los Días

Entre el verano del desierto,
entre el ardiente viento de los cerros
que aspiran a bañar las dunas
entre las calles donde la ciudad deposita su beso de sombra
sobre el calor de las aceras.
Entre paredes cubiertas por la incertidumbre
y cuerpos que deambulan insatisfechos por el día y la cerveza.
Entre el aroma salobre donde la vida
transcurre lentamente erosionando los recuerdos.
Entre el cielo desnudo y calcinado,
blanco como la arena de las playas y las cuevas,
acariciado por el fulgor del sol constante.
Entre el asfalto, la resaca y los cerros altivos
con su ancianidad poderosa sobre los caseríos
y los insectos que reposan refugiados en los hogares.
Entre el rastro del humo expulsado por las bestias de metal
se despedazan los sueños de todos los que han muerto
y han vuelto a vivir y han vuelto a besar la muerte.
Canto la furia de que los cuerpos que parten
canto la nostalgia de los que despiden la magia
canto la tristeza que se alberga en las entrañas
canto la frustración incrustada en las células.
Mi canto es aliento que se extingue desnudo
bajo el sol calcinante.

Mis manos que se disuelven
en la acuarela de la melancolía,
errantes incendian los sueños,
para apacentar los rebaños.
Cada dedo mordisquea la penuria,
los nervios cabecean atados al alba
y balbucean murallas de luz.
Los nudillos se sumergen
en la dulzura del abismo,
que espeta como fuego.
Buscan ensartar las quimeras,
en aderezo lúgubre,
ávidas del baúl sonoro,
sedientas del color del deseo.
Al final, ya fatigadas tiñen
una ciudad en la que el desierto
oficia galas, que enlutan las espinas.
Mis manos reposan en mi vientre,
para convertirse en la raíz del mundo.

Naufragio

Enredada en las mareas de turbia agua
cabalgo un pez arcoíris.
Las olas son dientes afilados
y recuerdo la voz de mi madre.
Una vez fui niña que floreció
en las pupilas del sol
luego la oscuridad escupió
sombras que me acompañan.
¿Ves el puente?¡ Nunca intentes cruzarlo!
Acaricio las escamas del pez mientras
huimos de las estancadas aguas
Después de todo,
esto es solo un holograma.

Ciudades

Transito esquivando las ambigüedades,
respirando la ignominia de los habitantes;
las suelas de mis zapatos se deleitan
en una constante marcha dialéctica
entre lo cotidiano y heroico,
lo rutinario y lo memorable
Individuos y colectividades
succionan la savia,
en el vaivén de su andar
y regocijadas en la inmensidad
que las envuelve
relatan los átomos de opulencia,
disimulando las plagas de miseria.

Simbiosis perene
incrustada al suelo,
abono el terreno
y me nutro de él.

Meditación

Observo atenta al silencio
tan leve como espuma,
tan luminoso,
cayendo entre mis manos.
Lo palpé
como el fulgor matinal que se cuela por la ventana,
como el ruido de las calles en la madrugada.
Lo disfruté
pude sentirlo surcar mi piel
y me tatuó con la tinta del viento,
me abrazó como un padre;
en él me refugié de mi misma,
hui de recuerdos y deseos.
para no perderme.
Siempre imaginé al silencio
sentado junto a mi abuelo,
siempre lo imaginé
jugando con los perros
echando suertes y apostando
con aquel limosnero,
Ahora el silencio es
mi cómplice.

Protesta de una llaga

Cual criatura infantil mis llagados lamentos
impregnan los lugares.
Agua encajonada teñida de envidia
y el batir de mí corazón impulsado por el celo.
Sostengo mis huesos y mi carne desvencijada
mis manos se alargan, luego empuñan
el silencio, la indiferencia y el reclamo.
Esa herida que vocifera, calcina los caminos
y la decrepitud se instala en mi espíritu.
Aunque quiero compartirlo,
el enfado me pertenece
es solo mío.

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LA SUGESTIÓN COLECTIVA [Mi poema]
Roque Dalton [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La sugestión colectiva,
la que impera en el ambiente,
la que impulsa a que la gente
al que predica le siga,
la que evita que la viga
de sus ojos difumine,
y en su cerebro elimine
el acto de razonar
y te acerque hasta su altar
y allí ya el pensar fulmine.

La que aparenta inocente,
que con soflamas te engaña,
que viene y va con gran maña,
y que arrastra la corriente,
que dice lo que no siente
en su propio beneficio
sin dejar ningún resquicio
para poderte atrapar
y después tirarte al mar
sin tildarlo de indecente.

La sugestión colectiva
ese virus pernicioso
que te roba silencioso
o te entierra en su cal viva,
esa misma tan lesiva
que transformando en posesos
te hace reo de sabuesos,
esa misma que es letal
como las flores del mal
que te engaña con sus besos.
©donaciano bueno

#Cuando tú ya te conviertes en #masa amorfa Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Roque Dalton

Alta hora de la noche

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendrá la muerte y el reposo.

Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.

Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.

No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.

No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.

No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.

Como la siempreviva

Mi poesía
es como la siempreviva
paga su precio
a la existencia
en término de asperidad.

Entre las piedras y el fuego,
frente a la tempestad
o en medio de la sequía,
por sobre las banderas
del odio necesario
y el hermosísimo empuje
de la cólera,
la flor de mi poesía busca siempre
el aire,
el humus,
la savia,
el sol,
de la ternura.

Como tú

Yo como tú
amo el amor,
la vida,
el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.

Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.

Desnuda

Amo tu desnudez
porque desnuda me bebes con los poros,
como hace el agua
cuando entre sus paredes me sumerjo.

Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como a un niño perdido
que en ti dejara quieta su edad y sus preguntas.

Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el credo que se nutre;
la aromática lámpara que alzo estando ciego
cuando junto a la sombras los deseos me ladran.

Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi lengua,
cabes entre mis manos como el pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.
El día en que te mueras te enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto en la tierra,
para poder besarte la piel en los caminos,
trenzarte en cada río los cabellos dispersos.

El día en que te mueras te enterraré desnuda,
como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.

María Tecum

Los días de leyenda en que me amabas sin hacer preguntas
hicieron que la ciudad tomara la cara de un juguete

como en los nacimientos al dejarte en las noches
iba a mi casa alegre por calles de aserrín

En el espejo tembloroso y tristón de los charcos
me miraba la cara al lado de la luna
me buscaban tus besos para que no alumbrasen
los sueños de los pájaros perdidos en mi almohada

Policías de barro y gallos de hojalata en silencio
se burlaban de mí guiñándose a saber cómo los inmóviles ojos
y es que e a mi paso hasta los dormidos chismeaban con envidia
en sus habitaciones
decían que tú eras la novia del niño Dios

Con musgo arrancado de donde nacen los Chorros de Colón
me esperaban los jardines del sueño con su frescura verde
pero el calor de la punta de tus dedos había sido una puñalada tan honda
que al amanecer el nixtamalero lavaba en mis pupilas
como en dos huacalitos de sangre su gran ojo desnudo

Entre árboles de papel de china vestidos desde el corazón del añil
pasaba el nuevo día escuchando una orquesta de arcángeles ancianos
que con su cabello de algodón formaban nuevos ríos en la brisa

Después yo te encontraba a la par del crepúsculo
-con su alto árbol de fuego incendiado de veras-
y lamía en tus manos la piel del mazapán

En los alrededores los muñecos con mejillas de flor
bebían sus cervezas de polen y humo

Ay pero a los pocos meses se te ocurrió crecer y te me fuiste lejos
con un horrible gesto de persona mayor
desde entonces la ciudad recobró también su tamaño de siempre
y en sus negras calles de asfalto los ciudadanos pegan con las manos
a mi alma de muchachito triste que todavía necesita jugar

Mi amor por ti es mucho más que amor…

Mi amor por ti es mucho más que amor,
es algo que se amasa día a día,
es proyectar tu sombra junto a mí,
hacer con ellas una sola vida.

Las miradas que ya al conocer
se hablan entre sí en la distancia,
no hacen falta palabras…qué más da!
si ya interpretamos lo que claman.

Los mil detalles que tienes tú por mí,
mi descaro al advertir en lo que fallas,
el sincerarme cuando hay que decir
lo que sinceramente no se calla.

Mi amor por ti es mucho más que amor.
Mi amor por ti es como una nevada,
un torrente de luz, algo tan bello…
como ponerse el sol o amanecer el alba.

No te pongas bravo, poeta

La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.

Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz en ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón.

Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto
propicio para la melancolía.

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ECHANDO UNA CARRERA AL TIEMPO [Mi poema]
Irma Pineda [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pensando que hoy el tiempo trae a cuenta
le quise a echar al mismo una carrera,
el tiempo, que es más listo que cualquiera,
del reto fue a cantarme la cuarenta.

Seguro de que el mismo siempre gana
pues juega con las cartas ya marcadas,
no pude superar a sus zancadas
incluso cuando andaba con desgana.

El tiempo, ¿qué es el tiempo. quién lo sabe?
se dice que se alarga o que se acorta,
el tiempo sabe dios si se comporta,
de menos se ha de echar cuando se acabe.

De nada ha de servir ningún regate
que el tiempo, él es el dios, tú el pordiosero,
disfruta mientras te hace prisionero,
que al fin siempre ha de darte el jaque mate.
©donaciano bueno

El #tiempo corre con ventaja, o no...? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Irma Pineda

No me verás morir

No me verás morir
no podrás olvidarme
Soy tu madre
tu padre
la vieja palabra de tu abuelo
la costumbre de los tiempos
la lágrima que brota de un anciano sauce
la más triste de las ramas
perdida entre las hojas
No me verás morir
porque soy
un cesto de carrizo
donde aún se mueven las tenazas
del papá del camarón
el pescado que Dios comió
la serpiente que devoró un conejo
el conejo que siempre se burló del coyote
el coyote que tragó un panal de avispas
la miel que brota de mis senos
tu ombligo soy
y no me verás morir
Aunque creas que todos se han marchado
no me verás morir
Habrá una semilla
escondida entre los matorrales del camino
que a esta tierra ha de volver
y sembrará el futuro
y será alimento de nuestras almas
y renacerá nuestra palabra
y no me verás morir
porque seremos fuertes
porque seremos siempre vivos
porque nuestro canto será eterno
porque seremos nosotros y tu
y los hijos de nuestros hijos
y el temblor de la tierra
que sacudirá el mar
y seremos muchos corazones
aferrados a la esencia de los binnizá
y no me verás morir
no me verás morir
no me verás
morir.

Cándida

Mi madre descifró para mis ojos
el lenguaje de las estrellas
Depositó en mis oídos los cantos de la gente nube
Me enseñó los signos de mi nombre
A usar el ajo en la comida
a medir el dulce y la canela
a evitar el limón cuando viene la regla
a no temer el crujido del techo de madera y teja
cuando la tierra tiembla
Ella resolvía las dudas
Pero nunca le pregunté a mi madre
cómo trascurre la vida
cuando los soldados se llevan al marido
Cómo se enfrenta lo cotidiano
con la incertidumbre tras los pies a cada paso
Con qué palabras se explica a los hijos
qué es “un desaparecido”
Con qué unidad se mide la ausencia
los días oscuros
Cómo nombrar de un solo golpe
las ciudades recorridas buscando un rostro
los espíritus consultados para tener indicios
de dónde encontrar a un desparecido

Mi madre descifró para mis ojos

el lenguaje de las estrellas
Depositó en mis oídos los cantos de la gente nube
Me enseñó los signos de mi nombre
A usar el ajo en la comida
a medir el dulce y la canela
a evitar el limón cuando viene la regla
a no temer el crujido del techo de madera y teja
cuando la tierra tiembla
Ella resolvía las dudas
Pero nunca le pregunté a mi madre
cómo transcurre la vida
cuando los soldados se llevan al marido
Cómo se enfrenta lo cotidiano
con la incertidumbre tras los pies a cada paso
Con qué palabras se explica a los hijos
qué es “un desaparecido”
Con qué unidad se mide la ausencia
los días oscuros
los oficios sin respuesta
Cómo nombrar de un solo golpe
las ciudades recorridas buscando un rostro
los espíritus consultados para tener indicios
de dónde encontrar un desaparecido.

La luna creciente esperaré

para plantar en tu jardín
flores blancas que se desgranan
como los días de mayo
cuando bailamos en honor de los lagartos
y celebramos la fiesta del jazmín y del ciruelo
para recordar nuestra antigua fe
sobre la que plantamos cruces para engañar a los extraños
Y aquí seguimos
pronunciando los nombres macerados por el tiempo
con las flores en nuestros vestidos
como las aves danzamos
Agua de alegría bebemos
para festejar los ojos ciegos
de quienes nos creyeron muertos.

Me pesa la soledad de las madrugadas

como los párpados a medio sueño
Quiero encontrar tu cuerpo entre los hilos tejidos de la hamaca
Tu ausencia se vuelve un río contenido en mi garganta
Quiero que me nazca un grito
que llegue hasta la nubes
para pedir a mis antiguos padres
que bien guarden la marcha de tus pies
Repito las palabras de mi abuela
frente a la piedra de la memoria
para que recuerdes el camino de vuelta a mí
Te esperaré
sentada en la butaca de la tarde
Contando las manchas en la piel del jaguar
que esta estirpe me dio como padre
Rascaré las escamas del lagarto
para que te duela la piel cuando intentes olvidarnos

Soy la mujer tierra que rasgaste para depositar tu semilla

Lavo mi cuerpo para ahuyentar el miedo
Limpio las huellas de pétalos rojos
sobre la tierna palma del petate
No soy más la niña capullo
que esperaba el día en que las manos de su amado
la hicieran florecer
Te llevaste mi flor
¡Soldado!
Sin piedad la arrancaste
Mis ramas no tuvieron fuerzas para detenerte
La lluvia de mis ojos no será suficiente
para humedecer el suelo
y hacer que mi flor renazca

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EL ALMA DE LOS NIÑOS [Mi poema]
Javier Sicilia [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Tengo un alma que no es mía,
creo que alguien me ha robado,
se llevó la que tenía,
y al buscar, esa manía,
no la encuentro en ningún lado.

Y es aun más, ni me ha pagado
el que fuera que lo hiciera,
me ha dejado acomplejado,
y hoy me siento traicionado
sin un alma que me quiera.

Me he quedado sin consuelo
pues la nueva no conozco,
y hecho trizas por el suelo,
y aunque insisto y miro al cielo
tanto más me desconozco.

Mas si ignoro quien lo hizo
yo les culpo a mis maestros
que embriagados de un hechizo,
vieron que era primerizo
y abusaron, los cabestros.

Y es que el alma de los niños
es tan frágil e inocente
que cualquiera que haga guiños
simulando son cariños,
a traición le echan el diente.
©donaciano bueno

#Maestros, algunos más que maestros son sacamantecas...? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Javier Sicilia

De Vigilias ante la vida:

Alegría por el cuerpo

A William Nessme

Eres, oh cuerpo oscuro, el siempre amado,
desnudo lecho en que los días fueron
y el placer de las noches donde ardieron
el sueño, la pasión y lo sagrado.
Por ti conoce el alma lo creado:
las formas de las cosas bajo el día,
tu desnudez más pura y la alegría
de sentirte en la sombra sosegado;
conoce el pan, el agua, la blancura
y el mar que bajo el cielo tiembla al roce
del ave y su secreta arquitectura…
Tantos dones al alma has entregado
que en la muerte, mi amor, sabré del goce
de haber vivido un día lo creado.

Despedida

(A la manera de Cavafis)

I
Recuerda, cuerpo, cuánto te quisieron:
no sólo las alcobas donde amaste
y los desnudos cuerpos que gozaste,
sino también los ojos que te vieron,
los labios que por ti de ardor temblaron
y por los cuales en deseo ardiste.
Recuerda, cuerpo, que alto y bello fuiste
como un dios, que otros cuerpos desvelaron
sus noches recordándote, y amor
rozó sus ojos como si el rumor
de tus besos tocara sus caricias.
Esta noche en que a solas te desnudas
y los años pasaron y las dudas,
recuerda como entonces sus delicias.

II
Pues,
nada te detendrá mi cuerpo amado,
ni el ardor de los besos que allanaste,
ni las tibias alcobas donde amaste
la blancura de un cuerpo abandonado;
nada, muchacho, nada, ni el helado
secreto de los labios que habitaste,
ni las heridas ingles ni el engaste
de tu placer herido y entregado
al roce delicado de unos dedos;
nada, mi servidor, mi amante, nada,
ni acaso la caricia más amada,
pues más allá del goce y sus recuerdos,
ah, sientes cómo el polvo se aproxima
a la dulce insistencia que te anima.

Encuentro

Me sedujiste, Amor, y me he dejado
seducir, me forzaste y me pudiste,
allanaste mi alcoba y le prendiste
fuego a mi alto cuerpo amurallado;
violaste con tus labios mi costado,
a tu placer rendida me tuviste,
mi goce a sequedad lo redujiste
y a polvo mis encantos y mi agrado;
tendida, cual la tierra contra el día,
tus oscuras caricias me domaron
hasta volverme yermo y luz baldía;
y ahí donde tus labios se gozaron
y sólo queda un hueco, un claro abismo,
de tan simple y desnuda soy Tú mismo.

Vigilias

A Manuel Ponce
Escuchar el rumor bajo la aurora
del día que se abre a la espesura,
mirar la madrugada aún oscura
adelgazarse lenta en cada ahora;

estar ahí sin tiempo y sin demora
contemplando el espacio en su mesura
y sentirse atrapado en la atadura
de su exacto equilibrio que enamora;

y ser entonces árbol, agua y tierra
y luz donde la noche ya vacía
delinea los contornos de la sierra,

lo sabe aquel que vela a cielo abierto
en espera de Dios y de su día,
lo sabe sólo quien está despierto.

Zazen

I
Sentirte, Amor, es contemplar el muro,
el muro blanco, limpio ante el que rezo,
espejo de la luz, desierto yeso,
cerrada claridad, confín más puro.

Sentado ante su luz el día es duro,
duro tiempo sin fin, vacío ileso,
donde el cuerpo extravía forma y peso
y ausente se contempla más seguro.

Yo me abro mi Amor a este vacío
en el que a solas soy blanco desierto,
espacio sin lugar y polvo yerto,

polvo de luz, ausencia ya sin brío.
Nada queda de mí que estoy abierto
sino esta claridad donde te espío.

II
Herido por tu luz ya nada espero
de mi cuerpo que es éxtasis del día,
polvo absuelto en la luz del mediodía,
paja seca quemada por Tu esmero;

es luz la suave tarde de este enero,
luz mi pan y la alcoba húmeda y fría,
mi mujer, la ciudad y la alegría
de mi alma que arde en tu brasero.

¿Qué puedo ya esperar si todo es fuego
que cotidianamente me calcina
y deja en lo más hondo su sosiego?

Todo en la vida es luz de tan amada,
sólo mi cuerpo es paja, leña y brizna
que consumido en luz es tierra, es nada.

De Vigilias ante los santos:

Agustín Pro
A José Ramón Enríquez
y a Ignacio Solares

Solo, ante el pelotón que lo ejecuta,
Pro se ha puesto a rezar e invoca a Cristo;
no lo alcanza el rencor, duro e imprevisto,
de Calles, ni la befa y la disputa.

Su dolor el via-crucis rememora
cuando bajo las sombras amanece
y a la venganza jacobina ofrece
su cuerpo en cruz, altivo cual la aurora.

A Cristo imita en ese aciago día
en que de pie enfrentado al soberano
hace vivir su fe con su agonía.

Vive al fin la verdad en esa muerte,
y en el cuerpo de Pro que yace inerte
se muere la victoria del tirano.

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MI POETA INVITADO:  Juan Azuara

lo que ven estos ojos

qué es lo que veo en el reflejo sino manchas de agua seca
y jabón que opaca los cristales

en lo negro de mis pupilas no habita la profundidad del ser
acaso lágrimas que brotan al mirarme con fiereza

qué hay en el interior de esas córneas que cuanto más contemplo
más enchuecan las puertas del alma
que hace tiempo traigo perdida

tras los vidrios está todo hecho pedacitos:
punzadas que activan el llanto manantial
de la primera persona del singular
y del plural a veces

pero ¿cuál plural?
el desierto entre mis párpados
arena cegadora de estos ojos
que solo observan hacia dentro
qué esconden mis pestañas cuando se besan
en la oscuridad del rincón en la madriguera
del conejo que olfatea sus bigotes después del coito:
como si el aroma pudiera conservar el aliento
de aquel gemido de otras noches
que también fui

la nada

nada depende de nosotros
ni la tormenta ni la serenidad de la marea

nada nos distingue de los demás
compartimos un buque a punto de hundirse
ante el mismo tsunami

nada nos puede salvar
habitamos este mar en extinción
donde incluso quien tiene alas
se viste de petróleo
Con la urgencia que la oscuridad precisa (Mano Santa Editores, 2020)