A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

LA PATRIA HERIDA [Mi poema]
Pedro de Cartagena [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

Aún retumba en mis oídos de los soldados el canto,
de las mujeres el llanto por los hijos que han perdido,
a esos héroes convencidos que por ti lucharon tanto
no sufran el desencanto, a los dioses yo les pido.

Bendita sea la historia, los que la oprobian ¡malditos!
desde aquí lanzo este grito y reivindico tu memoria,
de tus sueños las victorias y tu orgullo ¡dios bendito!
¡al mundo luces palmito y el orbe alaba tu gloria!

Tu, ahora vientre de alquiler, antes de hijos expandidos,
por tus eventos vividos, por tu estilo y buen hacer,
no dejes que hoy como ayer te insulten esos bandidos
bastardos, y lancen crujidos que te harán estremecer.

Altiva y a la vez silente, rica, aunque hoy empobrecida,
tu, matrona presumida, impide que ahora la gente
a ti deje de quererte y a tu historia deslucida,
por los odios quede herida y certifiquen tu muerte.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Pedro de Cartagena

Coplas que hizo teniendo el amor en el estrecho que aquí dize

La fuerza del fuego que alumbra, que ciega
mi cuerpo, mi alma, mi muerte, mi vida,
do entra, do hiere, do toca, do llega,
mata y no muere su llama encendida:
pues ¿qué haré, triste, que todo m’ofende?
Lo bueno y lo malo me causan congoxa;
quemándome el fuego que mata, qu’enciende,
su fuerza que fuerza, que ata, que prende,
que prende, que suelta, que tira, que afloxa.

¿A do yré, triste, que alegre me halle,
pues tantos peligros me tienen en medio?
Que llore, que ría, que grite, que calle,
ni tengo, ni quiero, ni espero remedio:
ni quiero que quiera, ni quiero querer,
pues tanto que quiere tan rauiosa plaga;
ni ser yo vencido, ni quiero vencer,
ni quiero pesar, ni quiero plazer,
ni sé qué me diga, ni sé qué me haga.

Pues ¿qué haré, triste, con tan gran fatiga?
¿A quién me mandáis que mis males quexe?
¿Qué me mandáis que siga, que diga,
que sienta, que tome, que haya, que dexe?
Dadme remedio, que yo no lo hallo
para este mi mal que no es escondido;
que muestro, que cubro, que sufro, que callo,
que biuo me mata y no puedo dexallo,
por donde de vida ya soy despedido.

No sé para qué nascí

No sé para qué nascí,
pues en tal estremo estó,
que el vivir no quiero yo
y el morir no quiere a mí.
Todo el tiempo que biviere
terné muy justa querella
de la muerte, pues no quiere
a mí, queriendo yo a ella.
¿Qué fin espero de aquí,
pues la muerte me negó,
pues que claramente vio
que era vida para mí?

Con merecello se paga

Glosa

De bevir ya desespero
sin saber, triste, qué haga,
pues el remedio qu’espero
con merecello se paga.
No porque presumpción toco
que no pagarme me ofende,
que bien claro se m’entiende
que mucho no costó poco.
Por esso confiesso y quiero,
comoquier que satisfaga,
que, pues galardón no espero,
serviros tomo por paga

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MI POETA INVITADO: José Antonio Salamanca

Dios creó

Sobre la mujer una belleza,
Y sobre su vientre
Un punto bermellón
Con pétalos de flores,
Y entre sus piernas
Un fruto apetecido

Dulce hermosura ciencelo Dios
Deslumbrante para el hombre,
Y más cosas dejó como señal
Dos ojos limpios como cielo
Nos hizo esclavos del amor.

Mujer deseada
Siempre bella
Como campo de primavera,
Por donde camine
Siembra amores y regocijo.

CASÉMONOS

Amor, déjate de quitarte años
que no siempre cuela,
que si nos animamos
y no quieres casarte
pues nos juntamos.
Que eso ahora se lleva
y está de moda
y te ahorras los gastos
que da una boda
bromas aparte
los papeles no existen
al separarte.
Toma sin duda
la decisión,
que la parra se seca
sin remisión
somos mayores
y nos quedamos lacios
como las flores.
Solamente tres días
te doy para el plazo
si el cuarto no contestas
rompemos el lazo.
Y adiós amor
que otra habrá
y me hará olvidarte de ti enseguida. /
Librería Clio

¡ERES UN FRACASAO! [Mi poema]
Tomás Valladolid Bueno [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Tu madre con frecuencia me repite
que he sido un fracasao,
y es cierto que vivir nunca he lograo,
debiendo abandonar más de un envite
mirando de soslayo hacia otro lao.

Me duele, a qué negar, que me lo diga
pues que me contraría,
si fuera no he luchao, qué no diría.
Hoy siento anida en mi alma la fatiga
a punto de tirarme en otra vía.

Si triste es ya saber no has conseguido
aquello que quisiste,
más triste es escuchar, mucho más triste,
que aquel debiera haberte comprendido
te insista que en tu vida un tonto fuiste.

Por mucho que tú intentes comprender
motivo es para enfado,
condena al corazón a un tercer grado,
te invita al fin decir hasta más ver,
lo mucho que has estado equivocado.
©donaciano bueno

#Quien no se arriesga, no cruza la mar, no? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Tomás Valladolid Bueno

ABATIDO

Pudimos verlo durante años
caminar con pies entrecruzados,
hastiado, y sin abrigo, malvivir la vida
campo a través de anhelos en quiebra
sendas de una vieja y finada pasión.
Lo pudimos ver, en efecto,
abatido por la nefasta ira de los días,
que acanala su alma de abisales llagas,
sufriendo exhausto la febril bajeza
de quienes verle quieren encorvado.
Pudimos oír, y así lo hicimos,
un vaivén de latidos espasmódicos
marcando el paso ligero de su tiempo
cual dorado péndulo tembloroso
de un juvenil amor atenazado.
Hasta que en una fría mañana,
de aquel agrio y polar invierno,
descubrieron su achicados huesos
allá, en el pedregoso hontanar.
A la batalla que nunca debió ir,
cuando vuelvan los días sin ira,
ya nos contará al oído, sin jadeos,
qué valquiria le ordenó partir.

TRANSEÚNTE

Al final de su largo trayecto,
cuando ya la vida le trazaba
suaves curvas de guadaña,

se detuvo a mirar el camino
a mirar su camino de miseria

y vio señales de unos pasos
cubiertos de heces resecas,

y comprendió que la nieve
no se derrite blanca y bella.

SUEÑOS EN RAMA

Y tú regresas a la vida
con el viento de los sueños,
misterios de la memoria
silenciosa. Yo, en mi retiro,
voy ciego al encuentro.

Y al fondo, aquel árbol seco
que aún allí nos espera.
En la tierra, descubro huellas
de mis pies cercenados.

DINTORNO SOMBRÍO

Mi sombra fantasmal
me visitó de nuevo
con formas suaves
en su saludo de muerte,
pétalos fríos de metal;

y me ofreció un plan:
su plan de muerte
apenas dibujado,
pero muy claro y rotundo.

UNIVERSO DUAL

¡Ay si a la vida, un ánfora de barro,
mis débiles manos la sostuvieran
hasta la fuente del universo!

¡Ay si a la muerte, frío cubo de cinc,
mis fogosas manos la fundieran
en el pozo negro del universo!

VITA ET VERITAS, o de la espera.

Aquí estoy, sí, como de paso,
en el vivo recuerdo de un futuro
que nos hacía soñar, como si nada,
en nuestras bravas ilusiones
ya muertas al nacer.

En las imágenes de un ojo vago,
recuerdo lo aún del ayer no vivido:
un pasado que a la vista del amor
nos asustaba y animaba,
a ti y a mí,
en su simple posibilidad de ser.

Y con la llegada de la noche
de este largo día que es la vida,
dejo caer mi memoria
sobre las lejanas esperanzas,
que aún luchan por salir a flote
-en medio del embravecido mar-
sobre olas del tiempo imaginado
en aquel lejano y quedo porvenir.

A cualquier hora, bienvenida
en estos días de mustia vida,
veré pasar por mi puerta
un estridente cortejo de sabios,
que roen con incisiva andadura
al viejo manto de la verdad.

Cualquier día de muerte serena,
cerraré los ojos frente al río
para oír en silencio pasar
los llorosos cantos de un niño,
al son del toque de queda.

Y con esta suerte, todos los días
de esta vida muerta
esperaré a verla llegar
junto a la fuente, ante la puerta
sí, al igual que un día cualquiera.

DIFERENDO

Y te acercas tan ufano
para hablarme del paso de los días
sin tú haber aprendido aún
que todo hoy es el mañana del ayer
¡y el ayer de todo mañana!
Y tú vienes tan altivo
a predicarme el amor por la verdad
sin que hayas sabido nunca tú
que con la verdad te mueres
que por la verdad nos matan.
Y te echas junto a mí
en este lecho de mi muerte fría
para susurrarme un falso sueño eterno
sin tú comprender lo absoluto
de la interminable pesadilla del tiempo.

De hojas trémulas

Como amor sediento
a falta de agua viva
NO cayó la hoja muerta
en el pozo seco
para morirse sin más
de muerte natural.

Cayó la hoja somera
y así navegando va
entre gotas y círculos
del eterno rumor del tiempo
sobre un suelo de agua
embrujada por el viento.

¡Sin nada más?

¡Acaso, madre,
todo quedará sin más
que la voz muda de su eco

sin nada más
que el silencio de lo incierto

sin nada más
que hogueras del firmamento

sin nada más
que el destierro de los muertos

sin nada más
que un hueco en el universo

sin nada más
que fosas de cementerios

sin nada más
que nuestro estéril recuerdo

sin nada más
que el triunfo de la tibia Nada
que la victoria irrevocable
de su eterna y épica verdad?

De qué queda

Dando su espalda el día
-estrella de luz en ruinas-
se truncó mi vida contigo
con la fría cara de mujer,
de madre embalsamada.

A tu fino rostro de perfil,
figura de cuerpo pétreo,
mis ojos ciegos miraban
en dirección del Misterio
de la Vida siendo Nada.

Clavado junto a la tumba,
me oscureció la mirada
un eterno apagón de Luz
que con esperanza sin fe
entre tu alma yo buscaba.

Claro me reveló tu muerte
qué queda de este mundo,
-tapiada la ciega ventana-
al otro lado de ti, y de mí,
de la Vida contra la Nada.

Víctimas de ayer y de hoy

Un nocivo espectro de mitos renacidos
vuelve a poseer el alma de mi tórtola:

De día, vocifera atroces esperanzas,
y en el negro lienzo de la noche
con sus potentes haces de luz cegadora,
ilumina de rojo el luto de la sangre.

No cesa de expeler un abrasivo soplo
que agosta, sin tregua, las primerizas espigas
y quiebra con ahínco los tímidos sarmientos.

No desiste en el empuje de su letal corriente,
arrasa la ya exigua dignidad de la vida
sin cobijo ni parapeto, la lleva hasta la muerte.

Una fingida y tentadora promesa de paz
reina sobre un pueblo esclavo
de mitos y arcaicos sacrificios
desfigurando el rostro de sus víctimas,

de día y por la noche, muertas y vencidas.

Hundido y salvado

con destellos de relámpagos
abriendo unas enormes grietas
por donde desbocan aguaceros
y trombas de pedrisca helada
ánimas malditas que circulan
por las subterráneas venas
llegando al corazón mismo
de la quemada tierra y la inundan
de muerte repentina que ahoga
con negros coágulos de sangre
tocando a luto las campanas
en esas horas de repetida fuga
solmódica y musical mensaje
de una estrella apagándose
en apariencia cuando la luna
emerge con su rostro de ceniza
después de cada atroz diluvio
profecías de un nuevo amanecer
tan negadas de fiesta y jubileo
que la memoria en su soledad
recorre los campos devastados
buscando en las antiguas ruinas
de viejos y silvestres cobertizos
los frágiles hostiarios de calabaza
que aún resisten semiocultos
conservando semillas y huesos
esperanzas que ni vivas ni muertas
de un mundo hundido y salvado.

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EL DESVÁN [Mi poema]
Pedro Jesús de la Peña [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy, después de más de cuarenta años de ausencia
he retornado al viejo pueblito donde feliz pasé los primeros años de mi infancia.
He rememorado en sus angostas calles mi presencia,
esperando que la realidad se sobrepusiera a la nostalgia.

¡Parece que fue ayer. Oh, aquel tiempo, qué rápido ha pasado!
La que antaño fue testigo de mi vida,
mi viejo lar –otrora antiguo y hoy remodelado-
-muros antes de adobe y ahora lucidos y enfoscados-
siguen enhiestos desafiando a la deriva,
presente en la fachada la estatua de mi abuelo Carlos* siempre viva,
picapedrero presumido, con el martillo y el puntero siempre en mano.

Con mucho sigilo he accedido de la casa a mi portal
mirando a todos rincones de soslayo,
al bies, de refilón,
¡cuantos recuerdos! ¡cómo me embarga la emoción!
Con cuidado he apoyado mi pié en el primer peldaño,
mientras recordando voy de mi niñez la percepción,
-los temblores, las lágrimas, los llantos-.
Hoy he querido, por fin, de una vez subir
para ahuyentar mis miedos,
escalón tras escalón,
de puntillas hasta el último rellaño
¡cómo en mi mente se acumulan los recuerdos!

¡Aún no me lo puedo creer, aún no me lo creo!
Ahí estaba, sumisa ella, postrada ante mí,
la misma puerta que antaño tantas veces refunfuñando abrí
con miedo, con suspense y con recelo.
¡Oh la tan odiada entrada a mi desván!
el lúgubre lugar donde entonces yo sólo veía brujas
-tan querida mi familia y tan granujas-.
El miedo que yo siempre presentí,
lo mucho que sufrí,
no tiene parangón y clama al cielo.

Allí donde mi imaginación
veía negros fantasmas,
¡que suplicio, qué terror!
-duendes, sacamantecas, ¡pavor!,
el hombre del saco y los ladrones de ánimas-.
Siempre al anochecer,
en las crudas noches de invierno,
a oscuras, sin ver lo que no quería ver,
temblando hasta hacerme creer
que era el mismísimo infierno.

Una mirada exhaustiva,
un barrido y ahí están
inmóviles, en actitud compasiva,
mirándome fijamente,
impávidas, inertes, como de cuerpo presente,
aquellos mismos actores en mi olvidado desván,
que yo guardo en la retina,
-cual reloj que en un momento
hubiera parado el tiempo-.

Los aperos de labranza,
-hachas, hoces. horcas, azuelas y zoquetas,
armatostes, chismes, enseres, y una vieja palangana-,
¡y las mismas telarañas!
Y, allí, al fondo, la colmena
-siempre activa, siempre quieta-.
Y muchos más cachivaches
-bártulos, avíos, muebles viejos, cambalaches-
y otros trastos
que dejaron ”los de abastos”**
pues no servían de nada.

Ahora ya más relajado, millones de secuencias se agolpan en mi mente.
He pretendido emular mi otrora retirada huidiza saltando de tres en tres los escalones
con los ojos cerrados, los dientes apretados, miedo en el cuerpo, siempre mirando al frente.
He tenido que desistir pues de repente
he estado a punto de dar con mis huesos en el suelo después de varios tropezones.

-Padre, deme usted el candil
-Padre, que yo subir no quiero
-hijo, te enciendes un dedo,
-que yo me quiero morir,
-hijo, tienes que subir
-que yo, padre, tengo miedo.”
©donaciano bueno

* La estatua de mi abuelo sigue permanente en bajorrelieve pegada a la pared de la casa en que pasé mi infancia y que él construyó.  **Para los que no lo conozcan, cuando cito a los de abastos hago referencia a los policías que tras la contienda civil se presentaban en los pueblos con sus ruidosas motocicletas con sidecar para requisar todas las pertenencias de valor de los ciudadanos.

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Jesús de la Peña

Dikt La zarza de moisés (champagne)

Sube la espuma del champagne : con ella sube
el ansia del amor ya turbia y desbocada.

Una mano azarosa derriba la botella
y los regueros del champagne, fundidos,
son burbujas que alfombran nuestros cuerpos
rendidos y anhelantes, en donde mecemos
la persuasión de vida que alivie nuestra nada.

Sueño sin ser son estos brazos que ciñen
tu cintura, que acarician tus altos pechos
y desembocan en el insomnio del placer.
Vida inconsciente, pero al cabo vida
que se anega en alcohol y en desengaño.

Toulouse-Lautrec pintaba monstruos
en el Moulin : nos pintaba a nosotros.
(Poema inédito proporcionado por el autor).

La Zarza de Moisés (Contra Jaime Gil de Biedma)

En un viejo país….acaso emocionante,
algo así como Rusia entre dos revoluciones
un grito de vida aflora en este instante
al recordar los días de las ejecuciones.

La hilera de indecisos se acrecienta
y se amplía el dolor de la melancolía
como una imagen vil y cenicienta
que se vendió con humos de utopía.

Hacen sombra los altos abedules
sobre el helado lago del pasado
y llega un resplandor rojo de azules
como en los sueños del doctor Zhivago.

Y sé que este dolor sobrevive a su ausencia
entre las ruinas de nuestra inteligencia.
Los Iconos Perfectos ( Premio ‘Alfonso El Magnánimo’2002).

La Zarza de Moisés (Homenaje sencillo a la belleza)

A nada se parece la belleza:
su mundo es raro y propio.
Es la escama de un pez sobre la piedra,
es la sedienta ortiga:
un despertar de párpados hinchados.

Deja siempre los dedos en la niebla,
marca hondamente el barro.
Es única y desnuda.
Nunca se queda donde estoy.
La reconozco cada vez que pasa.

La zarza de Moisés

Aquí tuve la fiebre.
Grandes selvas se extienden ante mí:
eran zarzas y ardían,
eran ardiente espino, pero no se quemaban.

Yo conocí estos templos en toda su pujanza,
conocí el santuario con doscientas vestales,
las ofrendas magníficas y las túnicas blancas
que daban un sonido de timbal y trompetas
a todo el escenario.
Hoy no creo en los templos triunfadores y firmes,
ni en el pulso arrogante o en la mirada altiva.

Por eso hice mi ley de beleño y mandrágora,
mi ley que quema y arde pero no se consume,
que sojuzgan los reyes y canta en los grilletes
que ahoga el poderoso en la bañera férrea…
y escapa con la espuma del jabón adherida.

No creáis nunca más en los altos principios.
Esta es mi única ley: El sueño es libertad.
Arder en él, es vida.

La Zarza de Moisés (A tientas)

En las tinieblas de la Humanidad
algunas luces encendidas:
La luz de Buda, la de Cristo,
el soñador Platón y el místico Averroes,
San Francisco de Asís, nuestro San Juan,
el sublime Quijote, el príncipe Bolkonski,
San Oppenheimer y San Bertrand Russell
y algunos pocos más.

Son claros en el bosque,
son dioses derrotados, aunque vivos,
son rayos de fulgor en los días de niebla,
son la esperanza incierta
que nos sostiene aún.
Pero el mundo se encierra tras tristes nubarrones.
A tientas va la vida evitando caerse
a un abismo más hondo que la incredulidad.

Cuando ya hemos perdido todas las esperanzas
y de nada nos sirven ni Bakunin ni Trostki
¿En qué creer entonces en las horas difíciles?
¿Qué profeta esperamos?
¿Qué Mesías vendrá a redimir las culpas?
Los Dioses Derrotados (Ed. Visor, 2000)

La Zarza de Moisés (Mapamundi)

Recorro con el dedo los parajes lejanos,
los glaciares del norte, las pampas argentinas,
las soberbias montañas y las arenas finas
donde tienden su sueño los cansados humanos
en busca del sosiego de las playas marinas;
y de pronto me veo tocando con las manos
el paraíso entero con sus frutos paganos:
las manzanas de Tántalo y las murallas chinas.

Ese dedo que roza las costas caribeñas,
los altos de Txapala, las selvas intrincadas
y las taigas inmensas del bosque siberiano.
Ese dedo que cruza las montañas rifeñas,
el curso del Danúbio y las cumbres nevadas…
y hace del mapamundi la sombra de mi mano.

La Zarza de Moisés (Normas novísimas)

La fiel caballería fue invitada,
casi en bloque, al gran baile de la duquesa rusa.

Al repicar del alba, los húsares y ulanos
se armaron confiados para la cruenta lucha.
Coraceros y dragones les envolvieron por sorpresa
en una escaramuza sagaz como la niebla.

Relinchaban los potros, y en la extensa llanura
retumbaba el zumbido de cascos y metralla.

Entrechocaban los aceros, los sables relucían,
y el cornetín, sangrante, llamó a la retirada
cuando murió el alférez portando el necio trapo.

Un montón de gusanos quedó sobre el terreno
de uniformes raídos y empapados de barro.

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LA VIDA ME HA DADO [Mi poema]
Pedro Miguel Lamet [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La vida me ha dado a mi
el poder de discernir, qué debo hacer, si esto es bueno o esto es malo,
la inquietud por conocer, para intentar descubrir lo divino y lo humano
y entre conflictos y dudas, aspirar a deshacer a este nudo gordiano.
y así aprender a vivir.

La vida me ha dado a mi
mucho más que le pedí: un hogar, una mujer y unos hijos,
todos ellos por igual, cada uno es cada cual, cada cual en su escondrijo,
de todos gozar de amor y además de su cobijo
y en su corazón latir.

La vida me ha dado a mi
la fuerza del frenesí, disfrutando de la paz, gozando de la belleza,
un canto, alguna riqueza, un éxito por aquí y en tanto alguna proeza,
el cielo, el mar siempre azul, la madre naturaleza
¿no vale esto un potosí?

La vida me ha dado a mi
el placer por escribir, mesa camilla, un papel, una pluma y un tintero,
la luz tenue de un candil y bajo las faldas de aquella mesa el brasero,
el ingenio para volar recorriendo el mundo entero
¡qué más le puedo pedir!

La vida me ha dado a mi
mucho más que yo le dí, la emoción, la ilusión y la esperanza,
raudo para navegar y pronto para llegar donde la realidad no alcanza,
ahora es el dulce soñar o el poder de disfrutar del placer de una pitanza
¡cómo me puedo aburrir!.

La vida me ha dado a mi
fuerza para seducir, el poder de la amistad, el amor a los humanos,
a todos por igual querer, a los niños inocentes, a todos nuestros hermanos,
budistas, cristianos, sin distinción, mahometanos o aun paganos
¡y antetodo a sonreír!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Miguel Lamet

ESE MURMULLO TENUE DE LAS COSAS

Si no nacemos de nuevo con el verso,
hueco es el verso.
Ese murmullo tenue de las cosas
mojado está de música,
alegría: campos de soledad,
marinas del espíritu, acuarelas.
¿No vendrás hacia mí, hermana brisa,
como antaño, a escucharme
gritándole al futuro?
Una vieja y oscura gaviota
es el recuerdo de lo antiguo.
Sueño.

SABERTE

Dame, Señor, la sencillez de espíritu,
la del alma dormida en su silencio,
abierta a todo con grandes ojos niños.

No quiero ya mi voz. Ni mi palabra llena.
Me aburre estar conmigo, tan atento,
seguro de una luz sin Ti perdida.

Así impotente, sólo, casa hueca,
va a colmarse tu voz de resonancias
familiarmente puras y serenas.

Dame, Señor, el abandono firme
ante el futuro ignoto y tu aventura
soñada tantas veces en secreto.

Estoy contigo. Piensa cuanto quieras
para hacerme sufrir o para verte.
Bien sé que lo prepara tu ternura.

Hazme a diario un pobre sorprendido
de cada hoja, de cada mano abierta,
tendida a la penumbra de mí mismo.

Viviré así este miedo más alegre,
con un verbo, no más, entre mis labios:
Saberte junto a mí, Jesús… saberte.

CONFESIÓN DEL VIAJERO

No he nacido, Señor, para esta tierra.
El dolor de la noche me sostiene.
Un verso, una mirada, un mar lejano
me llevan y me traen sus canciones.
Todo entibia la luz por los caminos.
y hace posada de amor. Huyen las voces
que fueron palanquines de la vida.
Pero el nervio y la brisa enamorados
al paso de Jesús, las otras noches
que el Padre prometiera en cada esquina
están sólo detrás de aquellos campos,
sólo en la sombra oculta de los bosques
y en el claro de luna que me mira.
Detrás del sufrimiento ya me esperas,
lo sé porque lo gritas de alegría
cuando el sol, colorado, se desnuda
tras lejanas montañas que conoces.
No he nacido, Señor, para la brisa
que va y me deja después de cautivarme,
ni el vaso en la garganta con su frío
desándame el calor de los atroces
llantos de mis hermanos doloridos.
Esta casa, Señor, ya no es la mía.

ÁVILA OSCURA

A Jacinto Herrero

Una calle empinada hacia la noche,
la luz de un reverbero en la tiniebla.
En la lluvia el álamo desnudo.
Una sombra que huye entre las piedras…
y su historia, su mano temblorosa
que, entre verjas y ojivas,
urde ausencias.

El tocado que oculta a la sonrisa,
la puerta de hondo arco
que despierta
todo un dentro de luz para el que anda
camino de sí mismo, enajenado…

Una austera
palabra que cruza entre los ojos,
un despunte de templo y fortaleza,
la gran empuñadura de un guerrero
hasta el pomo clavada en la meseta.

El rastro y el estarse, la arruga y la tersura,
el tiempo que se sienta;
un recado de amor, un tiemblo de Teresa:
Ay, Ávila, la casa o la posada
de quien pasando queda.

VOY DE VIAJE

Te tengo entre las manos y el volante.
¿Me llevas o te llevo hacia la noche?
Rumores de motor, cruzar de árboles,
un valle de crepúsculos al fondo
que fue y no es, que viene y que se queda.
¡Ay rincón, ay pedazo de tierra y casa blanca
al recodo del mar, donde dejarse!
Cada lago en la orilla se me escapa.
Azulverde, el paisaje más querido
se esfuma en los cristales de la tarde.
Hay familias que charlan en un porche
y ventanas con luz a media música,
y parejas de amor colgándose del aire.
¿He de prender los faros en la curva?
Un mordisco de cielo entre las nubes
me vuelve a Ti, perdido en un instante.
Me has atado a la rueda y al camino.
Todo lo tengo en Ti. De mí no sabe nadie.
Hoy el amor a «más» calienta las tinieblas.
Acelero en la noche. ¿A dónde vamos?
Yo no lo sé, mi Amor…. voy de viaje.

DE LA BOCA ASOMBROSA DE LA NADA

DE la boca asombrosa de la nada,
que era el eco de un Alguien
en busca de su espejo
había estallado el mundo
como un cuadro. Ni pincel ni color.
Algodones de nubes poblaron el azul
y un perfil encrestado de montañas
se alzaba sin un nombre, una voz, un destino,
la entrañable mirada que los llegara a ser
definitivamente.

Las frutas aliviaban el verde de los árboles
rezumándose inútiles
en espera de labios,
y el mar, desde las rocas,
a nadie había llamado
aún.

Dios silbaba en las ramas de los chopos
arias de solitario
y reía, escurriendo silencios,
en el nadar incierto de los peces.
O era un trino de pájaros no oídos,
o sorpresa ausentada de la nieve,
o brisa juguetona por los pétalos
que nunca nadie olió como a perfume.

Todo el mundo era un huérfano
carente de palabra.

Huían los caminos sin sentirse caminos.
Soñaba la madera
con transformarse en silla, en porche,
en la mesa redonda con un jarro de flores,
que mira a la ventana,
o en el arca con sombra
por cobijar al lino,
que aún pendía,
añorando el calor de una piel,
del frágil ser del tallo.

Era el mundo un edén
sin el temblor de un dueño,
un bosque sin pisadas,
el hueco de un vacío sin tan siquiera el verbo
soledad,
brillante alumbramiento
para nadie.

El Creador se asomaba
acodado en el marco
y, después de un suspiro, se decía:
«Es hermoso el retrato, mas le falta
el brillo de los ojos».
Caía todo el ser en búsqueda del tiempo.
Moría en sí el espacio
perdido en el deseo de alcanzar
su conciencia. «¡Qué sola dijo Dios-
¬es la pura belleza!».

«Vengamos de algún modo
a gozar de la sombra de los robles
en las tardes de sol
y a dejar, con el paso, una forma de huella
en la arena mojada de las playas;
a engendrar con las piedras los hogares
y a poblar a la noche
de canciones.
Que el jilguero se adorne con la risa
y el haya se haga cuna
y la rosa, recuerdo de la ausencia.

Inclinóse el Creador,
miró su Ser
copiándose en paz sobre las aguas…
Cogió en su mano tierra
y sopló hacia aquel mundo
sus sueños infinitos.

Cuando Adán despertó,
un azul transparente vibró en la savia oculta
de las cosas.
Ascendió a la montaña,
se deslizó en la ola
y en el nervio secreto de los árboles.
Un pedazo de Él se paseaba
nombrando al universo.
Había amanecido.

«Ya tenemos espejo»,
exclamó el Hacedor
sentado en su tertulia trinitaria.

«Que sepa el hombre ahora
del gozo de mirarse
prolongado.»

Y tomando su forma,
dejó surgir lo otro a la medida misma
de su sueño. «Serás como la loma
redondamente tibia
o la orilla de mar y el pecho reluciente
de paloma. Serás ella,
para que Adán se abra al abismo del tú,
su mitad mejorada
y sepa al contemplarte sus ausencias.»

Eva abrió las pestañas
igual que la obertura de una gran sinfonía.
Y Adán supo que el mar,
la lluvia entre la hierba y el rugido
del viento, tendrían para siempre
un deje de infinito.

Besó una mano a Eva
rompiendo con su beso el límite sabido
de las cosas.

«Ya sé, Señor, que soy.»

En el umbral ardiente de su abrazo
sembraba ya su herencia,
el mundo iluminado.

Una sombra le urgía:
«Ve a poseerlo.»

Y otra íntima voz:
«Sé solo, sé, y contémplalo.»

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DESCUBRIENDO CASTILLA [Mi poema]
Roxana T. E. Beltrán Velásquez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pastores andariegos, ovejas trashumantes,
tratantes de ganado, cabras en la cañada,
jamelgos que cabalgan y humildes rocinantes,
campos de mies baldíos, de tierra remojada.

Caminos pedregosos, senderos polvorientos
de música divina y de cantos gregorianos,
sembrando van sudores, de líquido sedientos,
librada en mil batallas de moros y cristianos.

Pequeños riachuelos con chopos en la orilla
-de zarzas junto al río, de moras y endrinales-
Tardes tornasoladas, dulces amaneceres,
bucólicos paisajes y cantos de abubillas,
antiguos monasterios y egregias catedrales.

Castillos moribundos, mesones y posadas,
de fuentes de agua clara y pozos con brocales,
de vides en las viñas, bodegas y lagares,
las eras en la trilla, los pinos y pinares
-las plantas olorosas, colmenas, los jarales-.

Labriegos sudorosos y aperos de labranza,
gaiteros glamorosos y de coros y de danzas,
Castilla silenciosa, Castilla recoleta,
casi siempre quejosa pero siempre discreta.

Terrenal paraíso de algunos soñadores
que proyectan sus sueños sobre aves montaraces,
refugio de ilusiones,- ilusos cazadores-,
perdices, codornices y otras aves rapaces.

Blasón de arte romano, buril de ecos sagrados,
iglesias y devotos, sensibilidad del alma,
guerreros muy valientes, poetas afamados,
pueblos, casas de adobe de arcilla y de paja.

Castilla siempre humilde, pacífica y sencilla,
del pasado orgullosa y a su vez arrogante
-nadie en su sano juicio a tu historia mancilla-
¡Castilla siempre viva, mirando hacia adelante!.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Roxana T. E. Beltrán Velásquez

Aquí estoy

Vengo por vos
a decirte que Madrid es pequeño
porque es grande tu amor.
Me gustó Sintra en Portugal
pero no me robó los ojos.
Aquí estoy, Cantarely,
con mi boleto del metro sin caducar,
con un boleto de avión adelantado
y los deseos de abrazarte las esperas diarias.
Aquí estoy
en el tercer mundo,
pero a priori en cada pensamiento;
con mis sueños Gaudianos entre tus manos.
Aquí estoy
mirando de cerca el camino de nuestra utopía,
tocando la sonrisa con mis versos;
con el olor de estos meses de extrañarnos.
Te traje arena nocturna de Cascais,
piedras de Italia, relojes de sol de Toledo,
dragones de Segovia, silencios del valle de los caídos,
y noches eternas sin ver el mar en el que surfeo contigo.
Aquí estoy
con mi documento de residencia vigente
y los pasos por los museos y palacios
para dejar que me escribas novelas en la espalda;
para crecer en las tardes de tu filosofía dialéctica
De regreso.
Aquí estoy con el protocolo del diccionario
desnudo, abierto…
Aquí estoy con el frío del invierno europeo
ardiendo junto a vos.
Aquí estoy con la aventura de irme
como un cuento.
Aquí estoy con mi exdirección en la calle Santa Engracia
sin necesidad de mapas, ni brújulas
yendo hacia vos.
De regreso a los besos que me besan
los besos de regreso.
Aquí estoy sin las ocho horas adelantadas,
de regreso.
Dejando que me desnudes los sueños
en la habitación de Van Gohg.

De regreso

Caminando por atardeceres grises, lluviosos,
sobre las calles de un Madrid desconocido
pienso en mi tercer mundo tan lejano;
luego regreso a llorar mis versos gaudianos
con maestrías de la Real Academia Española
para esperar desesperada en un pueblecillo
a que mi tercer mundo crezca…
Conceptual me traje la tristeza de los parques sin niños,
la gala de los museos repletos de turistas,
la soledad de esos túneles de narrativa sartreana
y mi huella existencial lacerada de absurdo
hoy soporta la impotencia ante el destino
para esperar desesperada que mi paísito razone
con sus propias ideas…
Humanista;
conmocionada de razones y de sin razones,
traspasada de fronteras y de mares tan distintos
mi poesía se estremece entre relatos de trenes
y una ciega libertad en tesitura dolorosa
universalizada en desamparo, afectiva en el asombro
de regreso…
Camino por mis calles que no tienen gusanos subterráneos
Y pienso que tenía seguro mi boleto de regreso.
Traje música de España, traje dragones.
Traje relatos de gente que se masturba en el metro.
Un asco negro por la guerra,
y direcciones contadas en minutos.
El frío de ávila me mira hoy sobre mi playa
Las murallas no existen aquí
O son invisibles…
Me traje un alcázar para nosotros
La foto del escorial y el puente de los rebeldes
Me traje las calles de toledo para narrarles cuentos a los niños
Hoy de regreso aquí, reconozco de nuevo
que las cosas sencillas me alimentan
sin protocolos de escozor
sin fingimientos,
aun cuando mi tercer mundo aun no crezca
tiene la magia del niño que desnudo camina sin prejuicios
ante los ojos adultos.

Metáfora imperecedera

Horas declinantes que se deshacen en el polvo,
árbol podado soy que está sufriendo,
quiero romper esta corteza que me ahoga
y desplegarme por un aire nuevo.
siglos… la vida me lleva.
Boga en mí el tallo que asciende
en doloroso existir a inventar un roce nuevo al aire
y a la luz; pero…
árbol podado soy que está sufriendo
árbol podado soy que está sufriendo
El dolor es angustia, congoja, tormento.
Todo se escapa en un momento…
¿Porque quieren que me quede en silencio?.
Me borran la palabra que escribo,
árbol podado soy que está sufriendo.
Me amarran la luna a un desierto.
Árbol podado soy que está sufriendo.
Metáfora imperecedera del poeta
que habita descalzo esta tierra,
este aire pobre que le arranca pedazos
en la desventura de vivir.
Siento que brota de mi brazo un trozo
de sustancia abstracta,
de extraña materia.
Un pedazo de otros que han escrito antes,
una consonancia rítmica, secreta,
un segmento de universo que me duele
una soledad enloquecida en ella,
un sufrimiento intenso en mutis;
una escena repetida mil veces.
Absorta en el proceso ya no siento
en trance en el misterio de la palabra que nace,
en éxtasis de arpegios nuevos, nuevos versos,
me redefino árbol soy que grita al cielo.
Pero alguien me dice: !poeta, silencio!
Y árbol podado soy que está sufriendo.
Árbol podado soy que está sufriendo.
Pero luego surge una hoja, una flor,
un brote nuevo.
Y regreso.

Beso

La palabra beso besa,
besuquea, muerde, acaricia,
acosa, aceza, aproxima…
La palabra beso viene,
persuade, seduce, enloquece,
silencia, mueve, imagina…
Tiembla, murmura,
se acerca, llega, explota…
Obsesiona, susurra.
La palabra beso atrapa,
desnuda, acusa, decanta,
despierta, retiene y besa.

Desdesiertos

Tiras de mí, suave, certero;
vienes del sorbo a borde del labio sediento,
vienes del eco óntico divino,
de la cabal idea, de la espera metafísica
y me enjambras de emociones.
A pique en frenético entregarse
le ofrendo la entraña del volcán,
la tierra fértil, la mirada abierta.
Alud de gozos en el regocijo de los hallazgos,
en el dolorido luchar por ser distintos,
los dos forcejeando por el mundo,
saltándonos los muros, rasgándonos la piel…
Acostados sobre las pancartas
en el abandono del mundo,
siguiéndonos a donde queramos ir;
buscando las metáforas entre los días comunes
por el barullo de las calles vamos,
locos, anaranjados de sonrisas…
Desdesiertos.

Sonsonate

Mi Sonajero…
Cuanto te quiero!
Mi son son-ido…
Mi son son-oro…
Mi son son-risa…
Mi son son-rojo…
Cuarenta fones…cuarenta fones…
Son. Son. Son. late…
Que yo te ate
A mil cocoteros
Para besarte
Amor entero…
Cuarenta fones…cuarenta fones…
Son. Son. Son. Late…
Cacao… bálsamo negro…
Maderas finas…tardes salinas…
Haciendas, pueblos…mi amor eterno!
Tardes de orquídeas…
Tu independencia fue en un febrero,
Ciudad palmera, ciudad de cimas…
Mi Son, Son-etno…
Muchos tus ríos, fértil tu tierra,
Renglón riqueza donde yo crezco. Mi amor primero!
Mi Sonajero…
Ojitos de agua, agua abundante de loco encanto,
Te quiero tanto!
Que yo te ate
A mil cocoteros,
Mi Sonsonate,
Cuanto te quiero!
Voy a besarte
Amor entero…

Casi

Tengo una contorsión inverosímil
de un verso irreverente que me duele…
Tengo un impulso atorado
a medias de la palabra razón cuando razono…
Tengo una canción de protesta
que no logro escuchar cuando la canto…
Tengo un poema entre ceja y ceja
agrietando la impasividad de mi hora cotidiana…
Tengo una muerte que no quiere existir todavía
y me extraña; una libertad tras la reja de la fantasía…
Tengo tres puntos suspensivos para apagar las luces
y seguir hablando a tientas…
Tengo una agonía en la respiración de mi no-boca
que me dices que me amas desesperadamente…
Tengo una inexistencia entre tantos años
ordenados como libros…
Tengo una ternura que cae desde tu cabeza a mi pecho
en la crisis de sabernos semidioses de cristal…
Tengo el grito de un silencios de una semidespedida
desnuda e inverosímil…
Tengo grietas nebulosas con el sabor al niño que escondes
en tu imagen de Dios.
Tengo una deshilvanización de mi fuerza
en la línea que has escrito en mi miedo silencioso…
Tengo una presión en las manos que se enraiza a los versos
que estoy por escribirte…
Tengo una piedra brillando en una situación oscura
que traduzco a un espacio inaudito…
Tengo tres puntos suspensivos enlazados a tres puntos suspensivos
entre el origen y el final de una frase que lo explica todo…
…Tengo casi un sueño hasta la muerte en exageración!

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EL ESPAÑOL ERRANTE [Mi poema]
Ruth Toledano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Este humilde escribidor,
este aprendiz de poeta,
vino al mundo por error
a las orillas del Duero.
Bebió en las aguas del río
su espíritu aventurero
y en busca de su sendero
un día triste y sombrío
abandonó la meseta
para al norte ir a estudiar
a esa región malherida
¡qué dura fue la partida!
¡cuan largo fue su penar!
y acto seguido emigrar
a ese país de Europa
que la historia partió en dos,
no adoran al mismo dios
ni entienden el mismo idioma.

Así es su fiel servidor,
un escritor atrevido,
ese incansable viajero
sorteando más de un camino,
recorriendo algún sendero.
Es un español errante,
un nómada empedernido,
que no ha encontrado su nido,
se siente en tierra de nadie
cual Camus en «el extranjero»,
no tiene patria ni dios,
ni cristo que lo fundó
pero sigue hacia adelante.
©donaciano bueno

L’Étranger) es la primera novela del escritor francés Albert Camus, publicada en 1942. El protagonista, Meursault, es un ser indiferente a la realidad por resultarle absurda e inabordable. El progreso tecnológico le ha privado de la participación en las decisiones colectivas y le ha convertido en «extranjero» dentro de lo que debería ser su propio entorno. Bélgica, es el país que este autor cita.

MI POETA SUGERIDO:  Ruth Toledano

Antes del incendio

Antes del incendio
la ciudad quedó a oscuras.

Pocos vieron
prender la llama entre las manos
del incendiario.
Mas no les cupo duda a los conversadores
en las salas del vino
de la intención que ardía ya
en su tacto.

Poco antes del incendio.

Qué se hará entonces del espacio…

Qué se hará entonces del espacio
trazado en el silencio. Qué
si el estruendo final de los aviones
abre grietas en el asfalto altísimo,
qué si la hélice levanta
un caos de sal para apretar los párpados.

Pero digo que hubo sitio
Pero digo que hubo sitio
para los ojos
y para las manos.
Quiero decir que fue el lugar
del tacto
y la mirada.
Será súbita o reina

Será súbdita o reina
en la región
a solas.
(Cuando parta el pirómano
hacia nuevos imperios de ceniza.)

Que no piensen después

Que no piensen después
los visitantes
que allí se alzaron templos, se trazaron
avenidas, se dispusieron salas
para múltiples usos sospechados:

Era un paisaje tan desnudo.

La ausencia

Ahora mismo te estoy viendo
con esa expresión tan tuya:
un rictus en la boca
que significa.
Los ojos entornados,
mirándote el corazón,
pensando -poco- el sentimiento.
Y, de repente, la luz
que, aunque en el cielo poco le queda,
tú la pones, farola de la vida,
de toda nuestra vida.
Esos ojos rasgados
que miran del todo
y, aun pareciendo ausentes,
delatan ternura, pasión
que tú mereces.
Llegó la primavera
y nos sorprendió reunidos.
Sí, re-unidos, pues -estoy seguro-,
nos vimos en otra parte,
y el imán nos fue acercando
hasta el encuentro.
Dos mundos,
varias civilizaciones,
hicieron explosión.
No para la guerra,
sino para la ternura,
para escucharnos,
para acariciarnos despacio
y poder decir
que aún existe el respeto,
y, más que nada,
esa manera de estar completa
que significa amar,
amor.

POEMA QUE NO PIENSEN DESPUÉS…

Que no piensen después
los visitantes
que allí se alzaron templos, se trazaron
avenidas, se dispusieron salas
para múltiples usos sospechados:

Era un paisaje tan desnudo.

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MI POETA INVITADO: Juan Domingo Argüelles

No les creemos

A la memoria de José Revueltas

Hace años, hace lustros, hace sexenios,
décadas hace que nos les creemos.
No les creemos nada. No les podemos creer nada.
Quizá nunca les creímos, pero nos resignamos
a escuchar sus mentiras como quien oye llover,
y hoy estamos pagando esa resignación.

En realidad nunca les hemos creído.
Si algo tuvo una chispa de esperanza,
se apagó en el murmullo de quienes entre dientes
hoy maldicen su suerte y nada los conmueve.
Tenemos años de no creerles nada;
lustros, sexenios, décadas:
el siglo de nuestros abuelos,
casi el siglo de nuestros padres.
No podemos creerles y, sin embargo,
¡oh Hegel!, nos siguen engañando:
“La memoria no es lo que se recuerda,
sino lo que olvidamos”.

¿Cómo se fue al demonio este país?
Muy fácil: se fue hundiendo
en la putrefacción de las generaciones
(cada una a su vez mayor degenerada)
de crápulas que hicieron del erario
el perfecto lugar para beneficiarse
y luego echar papada y engendrar.

Los engendros de hoy fueron liendres ayer.
Salieron de sus huevos que los piojos pusieron
entre el hirsuto pelo de cabezas dormidas.
Los “preclaros” políticos dejaron en sus hijos
el mensaje genético de la putrefacción.
Incluso si los padres ya están muertos,
sus genes están vivos y llenan nuevas vidas.

Hace ya muchos años que no les creemos.
Y sin embargo siguen engañándonos.
Revueltas lo sabía cuando, junto con Hegel,
habitaba la Cárcel Preventiva.
Revueltas vomitando y Hegel carcajeándose.
Vértigo, porquería y descomposición.
“Con esta pesadilla siempre acabo vaciándome
del estómago”, dice el barbas de chivo,
aquel que siempre supo, a despecho de Hegel,
que en México las cosas nunca cambian,
y siempre “conducimos a patadas
nuestra propia cabeza al basurero”.
Exactamente así: como en el Fut.

¿En qué país vivimos?

A la memoria de Efraín Huerta

¿En qué país vivimos,
en qué trozo del mundo
olvidado de Dios
donde los muertos hablan
y los vivos callamos
felices de leer “literatura”?

¿En qué país estamos,
en qué trozo del mundo,
ahogados en rencor,
hartos de toda hartura,
mientras los que “gobiernan”
hablan de un paraíso que no existe?

¿En qué país, en qué trozo del mundo
habitamos los mudos, los sin lengua,
oyendo todo el día los cínicos discursos
de quienes usurparon la ficción
y hoy nos regalan cálidas mentiras
a cambio de no ver las pesadillas?

Editorial Renacimiento

MI RAMITA EN FLOR [Mi poema]
Rossana Estrada Búcaro [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Aquella ramita en flor
que se introduce en mi estancia
sin permiso,
que al clarear la mañana
asoma por la ventana
sin llamar,
ignorando el previo aviso.

Paloma del palomar,
perfume suave indeciso,
tu arrogancia,
tu porte lindo y felino,
de tu aroma la prestancia
y fragancia,
pido un abrazo divino.

Eres furtivo olorcito,
vergel que adorna mi alcoba,
rondador
¡cómo disfruta tu olor
este obseso soñador!
y se emboba
y va mendigando amor.

El mismo que en primavera
a la orillita del río
allí espera
a ti, linda enamorada,
esa princesa soñada,
del rocío,
retozando en la pradera.

Quisiera, soñar quisiera
de tus labios de ambrosía
vida mía,
que la flor de esa ramita,
esa cara tan bonita,
me quisiera
y despertar de esta cuita.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:   Rossana Estrada Búcaro

LIBERTAD.

Me gustaría bailar al ritmo de los tambores
hablar con quién se me de la gana
sin temor a censuras
en los parques hablaría con los niños y los viejos
caminar en las noches por las calles silencias
sin temor a ser asaltada o violada
sentarme en una esquina del mundo
a ver pasar el tiempo, a pensar un poco sobre los otros y sobre mí
sonreírle a los extraños sin prejuicios
cantar en voz alta sin molestar a los vecinos
viajar a países lejanos
pero encontrar siempre gente cercana
vivir sin perder el asombro ante lo simple
ser libre
en un mundo que no censura la magia ni la locura.
[de Erupción]

BUSCANDO LAS PALABRAS PARA DECIR QUE ME SIENTO SOLA.

Deslizándome a través de la tinta mental
para celebrar esta hibrides con la que habito
balbuceo desde mi escala solitaria
los rasgos que me reconocen

la búsqueda me innova
la palabra precisa
un hallazgo transforma el universo
mañana le prestare al calendario una sonrisa
un gesto de fe que continué el camino siempre nuevo.
[de Erupción]

EN EL BORDE DE LOS CONCEPTOS

Amo la palabra
energía que genera
magia y creación

al borde de los conceptos
la palabra sustantiviza nuestro intelecto
y las sensaciones

palabras dulces o largas
o a veces tímidas

melocotón, beso, coco o nube
despedida, solidaridad, abrazo,
jirafa , viento, risa o barco

malas palabras hay pocas
pero tienen al mundo de cabeza,
poder, ignorancia, politiquería, egoísmo, odio y guerra

desde esa orilla
los escuche
con su bla-bla-bla interminable
retórica estratégica de la nada
gestión territorial de la ineficiencia
pálidos resultados
perdidos en la instrumentalización

hablan mucho y evidencian su ignorancia
loros miopes repitiendo discursos desgastados
hacen poco, casi nada
avalados en su marco legal
la incidencia política es participar en la teoría del caos

en el mapa de la pobreza
un niño maya muere de hambre
y de no tener oportunidades de futuro

mi país no progreso ni un céntimo en el desarrollo
y la reunionitis es un mal burocrático
planteamientos
concesos vacíos de los que no participo

usando la jerga política
hoy mi alma esta multisectorial
en una esquina el aburrimiento
en otra, el dolor por razones colectivas
y un gran sector invadido por el asco

mis manos dispuestas
que bueno que no llevo un estúpido discurso debajo del brazo
pero en el centro esta mi ingenua esperanza de cambios en el futuro
y el recuerdo de la luna de anoche.
Atitlan, 2006.
[de Erupción]

TIME AFTER TIME

Tiempo después del tiempo
ayer
talvez hoy
re lees a Borges y nada cambia
la soledad
las circunstancias devoran
el circo terrible de lo patético

el tiempo enseña que lo imposible si existe
que esta noche del 6 de mayo del 2004
a las 11:29 de la noche escribo para vaciar mi cabeza
y un trocito del alma
podría ser el 7 de noviembre de 1804 o del 3020
cambiaría el ropaje y los artefactos que rodean
podría ser este idioma o talvez otro
pero el alma es la misma
los anhelos inconclusos
las derrotas y los sueños
la esperanza oxigena la vida
[de Erupción]

HOLA LUNA.

Hola luna de mi viernes
una estrella parpadea su universo
ventanita camino
mensaje casi descifrable

Ando y trabajo aquí
pero desde hace cada ves más
esta partícula
esta esencia
se ha adherido libre al viento
a la noche
al verde árbol azul agua
piel de mi planeta ilimitado
viajeros al futuro
este verso no concluye
porque viene despacio hacia donde voy
[de Erupción]

PAISAJE INTERNO

Debajo de la chumpa de mezclilla
o del saco negro
esta mi cuerpo
mi geografía física
miel y piel
lo encendido de mis rosas
sangre sin espinas
barro,
infinita evolución

mi senda verde donde bailo
algunas nubes colaboran con mi traslación a otras dimensiones
siempre hay estrellas brillantes
flores silvestres
el dolor y la esperanza como perchas al sentimiento colectivo

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MI PUEBLO [Mi poema]
Rosario Ferré [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mi pueblo es un remanso de paz en la meseta,
de Castilla la Vieja.
Rodeado de encinares, enebros y pinares,
casas de adobe en la explanada asceta,
del río los andares
y calles -antes de tierra, ahora asfaltadas-
y siempre recoletas.

¡Cigüeñas que bailan al compás de las sotanas!
-en lo alto de la torre las campanas-,
a un lado dormidas las bodegas,
oasis de paz de los labriegos,
¡qué duro era un día de trabajo!
¡qué descanso para el sudor y qué relajo!
templos del vino, lugar donde no coexisten egos.

Es un pueblo chiquito, bonito y remolón,
atravesado en medio del corazón
por la carretera que va de Aranda a Salas.
A mitad del camino entre Aranda y Peñaranda,
y anda que te anda, en su linea vertical,
por la senda que conduce a Vadocondes,
de la que se cuenta y es real
que en la misma no habitaron nunca condes.

Zazuar es el nombre de la Villa,
¡es una maravilla!
Quemada, San Juan, Clunia, Salas de los Infantes, Arandilla y Alcubilla,
y Peñaranda de Duero, su palacio, colegiata y su botica,
y su más renombrada rebotica,
la más antigua de España, ¡tierra mítica!.

Y su humilde riachuelo,
el Pilsen o Arandilla ¡revoltoso y bullanguero!
un afluente del Duero,
donde los niños a la hora de la siesta íbamos a «pescar a ojete»*,
¡qué maravilla de cangrejos, qué ingenuos petrimetres!.

Tierra por donde otrora vagaban las ovejas trashumantes,
-las churras y merinas- y tratantes
de ganado. Solar de cazadores
-de gentes del país vasco y de otros pobladores-
en busca de conejos y perdices.
Presentes los lagares,
representantes de las viñas y los vinos de estos lares.

Zazuar con sus cinco placitas empinadas,
-carrehontoria, la cuesta, la villa, Tenerías y la encina-
desafiantes en el centro el pozo, ¡el agua era una mina!
con arcos -un caldero de zinc y una soga- y sus brocales,
lugar de citas de los mozos y las mozas, los pozales.

Y su plaza principal,
arropada de casas con arcos, ¡un pimpollo!,
al sur desafiante el caño de una fuente
-ayer de agua bendita, ahora dormida, antaño sonriente-
presumida, adornada en el centro por el rollo
y la picota que Felipe II le otorgara,
y la subida a la iglesia por la calle de adoquines empedrada.

¡Oh, la coqueta iglesia casi catedral!
¡Cuantos recuerdos me traes en otoño!
-unida a la plaza por el cordón umbilical-
la misma plazoleta, el lugar donde jugamos
al salir de la escuela de niño a moros y cristianos,
al inque, a la peonza o a la tuta
¡la plaza reclinada y diminuta!

Testigo permanente
de pequeños inocentes pecadillos,
-alguna mentirijilla, una indecencia-.
perdonados por el señor cura con una penitencia,
un avemaría y algunos padrenuestros,
¡qué traiciones a lo que nos enseñaban los maestros!.

De faldas, secretillos,
de susurros, cuchicheos y chismes de parejas en la fiesta
-los gaiteros, las dulzainas, las orquestas-
Santa Isabel, siempre dispuesta
y mil y uno detalles siempre pillos.

Poblado de labriegos, caballos y de aperos de labranza
de tierras de secano, vegas de regadío.
Siempre sigues presente, ‘pueblo mío.
¡tu si que me traes la añoranza!
©donaciano bueno

* expresión que se utilizaba para indicar que se hacía metiéndose en el río desnudo.
Zazuar es una localidad, un municipio situado en la provincia de Burgos, comunidad autónoma de Castilla y León (España), comarca de La Ribera del Duero, partido judicial de Aranda, ayuntamiento del mismo nombre.

MI POETA SUGERIDO:  Rosario Ferré

Envío

a mi madre, y a la estatua de mi madre,
a mis tías, y a sus modales exquisitos,
a Marta, así como también María,
porque supo escoger la mejor parte,
a Francesca, la inmortal, porque desde su infierno insiste
en cantarle al amor y a la agonía,
a Catalina, que deslaza sobre el agua
las obscenidades más prístinas de su éxtasis
únicamente cuando silba el hacha,
a Rosario, y a la sombra de Rosario,
a las erinnias y a las furias que entablaron
junto a su cuna el duelo y la porfía,
a todas las que juntas accedieron
a lo que también consentí,
dedico el cumplimiento de estos versos:
porque canto,
porque coso y brillo y limpio y aún me duelen
los huesos musicales de mi alma,
porque lloro y escribo en una copa
el jugo natural de mi experiencia,
me declaro hoy enemiga de ese exánime
golpe de mi mano airada
con que vengo mi desdicha y mi destino,
porque amo,
porque vivo y soy mujer, y no me animo
a amordazar sin compasión a mi conciencia,
porque río y cumplo y plancho entre nosotras
los mínimos dobleces de mi caos,
me declaro hoy a favor del gozo y de la gloria.
De su Antología Personal: 1992-1976

Has perdido, me dicen, la cordura

Has perdido, me dicen, la cordura
óyeme bien
cuando vas por la calle
todos apuntan con el dedo a tu cabeza ladeada
como si te la quisieran tumbar
solo apretar gatillo y plaf!
la frente se te hunde como una lata de cerveza

no saludes a nadie
no te peines, no brilles tus zapatos
cruza la calle de tu propio brazo
date la mano, ciérrate el cuello
mantente atento

ahí va el loco, dicen

tú pasas bamboleando la cabeza polvorienta
como un santo de madera sacado en procesión
los pies clavados a la tarima carcomida
mirando más allá
no dejes que tu carne florezca
déjate apedrear

has perdido
escucha bien

amárrate fuerte al mástil
átate a la polar
no desgonces ahora los tablones antiguos
no alces los remos de sus pivotes
clava a la estrella tu mejor ojo
mantente fiel
no pestañees sino de hora en hora
duerme tranquilo sobre tus puños
no tengas miedo de recordar
cierra tus dientes cristalcortantes
jaula tu lengua
no tragues más

has perdido la cordura, amigo, ya es ahora
corta la cuerda
súbete al viento
endura tu corazón.

El caballero de la rosa

En su abrazo yo abrazaba todas las rosas:
las rosas de la piedra y las del sueño,
las rosas del torrente y las del vino,
las furibundas rosas cinceladas
sobre el cráneo del sol, en ajetreo continuo;
las de apretada nieve, rosas, con que ciño
mi frente en un círculo de llamas;
y las implacables que coronan
la espina de la rosa;
las que disgrega el éxtasis en torno
a los banquetes del amor, y las que llueven
ceniza y agonía
sobre la faz del moribundo;
las rosas del poema y las del humo,
las rosas del rosario y las del tigre,
las invisibles rosas de mi sangre y las azules
que hará brotar mi muerte,
mi terraza barrida y la brisa de las rosas
entrando por los balaustres de la tarde;
las rosas que treparon la escalera,
y la que se prendió a la cerradura
al él cerrar la puerta;
las rosas de su sexo y de su pie
restañadas y aún tibias sobre el lienzo
alimenticio y lechal de la mañana,
las rosas del que llegó y aún no se ha ido;
en sus brazos yo las abrazaba:
la lacerante rosa aún no podada
que balancea su olvido sobre el tallo;
y la incomparable que perdura
en todo lo que fue, o pudo no haber sido;
la rosa desnuda de la rosa.

Para escribir este poema

Para escribir este poema
¡Oh musa! yo te juro
Que se acumulará el polvo en los sillones.
Que los calderos ocultarán su bochorno
Al fondo de la olla.
Que el asado se carbonizará en el horno
y los cubiertos amortiguarán su tintineo
sobre el mantel de hilo de la mesa.
Que las papas multiplicarán sus rizomas
y los tomates se pudrirán en la heladera.
Que el caos de ropa sucia acumulará
su túmulo de fantasmas anudados
al fondo de la pileta del lavadero.
Que el timbre se hundirá en el marco de la puerta
y el teléfono sonará con una rabia larga
sin que nadie conteste.
Pero sobre todo ¡Oh musa!
te prometo
que la noche sostendrá mi cerebro entre sus manos
como una flor que se abre al universo.

Palabras como navíos

Una palabra nace
detrás de un fanal de hueso.

Hay que darle forma con los labios
e insuflarle aliento para que navegue sola,
a mar abierto.

Debe maniobrar con habilidad la corriente,
evitar los arrecifes,
manejar con destreza las cascadas,
surcar atrevida el océano,
antes de dirigirse hacia la costa
y fondear el ancla.

El espíritu humano
navega en palabras libres
como navíos.

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VER PASAR EL TIEMPO [Mi poema]
Rosa Romojaro [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

De la vida apoyado en mi bastón,
caminando sin dirección ninguna,
observo como pasan una a una
las vivencias del viejo corazón.

Mientras tanto yo entono una canción
que aprendí de mi madre allá en la cuna,
lanzo notas y clamo a la fortuna
al ritmo que me marca el diapasón.

¡Cómo añoro en mi vida a la sazón
del pueblito, mi escuela, mis maestros!,
el juego a la pelota en el frontón,
en fin, todos los sueños que eran nuestros.

¿Por qué aquella inocencia se murió?
¿Por qué dimos plantón a la alegría?
¿Quién sacó en nuestra mente la ilusión?
¿Con qué señuelo ahogaron nuestra vida?

Hoy lamentos no son la solución.
De nada sirve ya decir lo siento.
Pienso en mi madre y reanudo su canción
atisvando como trascurre el tiempo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Rosa Romojaro

LA VUELTA

Acabas eligiendo este sexteto
lira, o mejor, lo elegiste al llegar
del viaje secreto,
de vuelta a este lugar
y a estos folios vacíos.
Ibas como sonámbula entre líos

de medias, ropa usada, neceseres,
maletas: no debiste, tan ligera,
hacer planes: no eres
dúctil como la cera:
A B a b c C,
si lo que quieres es gritar: por qué.
(Poemas sobre escribir un poema y otro poema, 1999).

EL ÚLTIMO POEMA

El último poema de la noche
es éste que ahora lees.
Ha sido un largo caminar a oscuras
rastreando estas palabras huidas en la sombra.
Se ocultaban lo mismo que se oculta
y se pierde la voz de un país sometido.
Y también la memoria, esa sala sin luz
donde no encuentras nada porque nada ya es tuyo.
Invadida la vida por la vida
sólo un retazo queda que ha de ser suficiente
para salvar el habla. ¿Notas el soplo amigo
de la brisa en los ojos? ¿Su mágico consuelo?
¿Su dictado? Es la confirmación
de un pacto aún no abolido con el mundo:
esa alianza antigua por la que, en soledad,
el mundo te entregaba su lenguaje.
Cuando la luz del día haga palidecer
la claridad fingida de esa lámpara,
no traiciones su gesto.
(Zona de varada, 2001).

CONJURO AL ESPECTRO DEL POEMA

Ese poema ahí,
mientras el tambor gira y el asado se dora,
en el trocear la carne,
en el podar las plantas del jardín,
en el subir y en el bajar
las escaleras,
en el sudor del día,
en el rememorar qué falta en la despensa,
en revisar los fuegos y las luces,
en hacer cuentas para ir viviendo,
en recoger las cosas que se agolpan,
en desbrozar papeles que se apilan,
en limpiar y fregar, y barrer y aspirar
el polvo,
y las pelusas,
y los pelos que caen
(todo es belleza, luego, y armonía,
y, sobre todo, orden), en salir de la casa
para ir al trabajo, en rendir sin rendirse
(todo es paz al llegar),
en amar mucho o poco,
en hacer el amor,
en recibir amor o en ser odiado,
en el bien y en el mal,
en el ni bien ni mal:
ese poema aquí.
Amén.
(Poemas de Teresa Hassler (Fragmentos y ceniza), 2006)

Danae

Chispean los minutos como lluvia
de oro en el espejo azul de la consola.
Mediodía de un jueves soleado
en soleante seducción del blanco cuerpo
retenido en la cámara.
La bella
se desteje limosa en los sueños del lino
y, mecida, no sabe si la mano es un pez
bajo liviana ola, o medusa riente
en un brazo de mar.
El cobre del cabello
se derrama cubriendo el cabezal de ascuas
encendidas.
En el cenit el sol arde la fronda.
Y la bella despierta al fervoroso tacto
de la líquida fibra,
y en el espejo mírase,
despeja la espesura
y, sabiamente, ámase.

Reina

Mostradme qué ha ocurrido. Cómo una aguja débil
pudo ser tan mortal. Se dice en los anales
que el hombre del presente fue otro en el pasado:
una línea de sombra separa el nuevo día

del que va hacia el declive: la vida de la muerte.
Este efecto furtivo de desahucio,
este vagar vacío por ciudades ajenas:

extrañeza del cuerpo: casa deshabitada.
Dónde el amor. Ningún amante hubo más dulce
y sin embargo. Capitula

la piel en el exilio. ¿La podéis ver ahora
en la orilla sentada?: el agua corre
a través de sus dedos. Mirad su imagen quieta.

Tahúr

La conciencia de haber gastado todo
en un juego de azar. ¿La habéis sentido?
Es como andar desnudo con pudor de doncella.

Se cubre la palabra bajo un velo de nieve.
La luz , desconocida, se manifiesta entonces
sin amistad alguna. Acuchilla los ojos

que sangran en la hoja. Contornos incendiados.
Qué distante la nube a las señales ciega.
Día extranjero. Mar. Ángulos de la puerta

clausurada a la calle. Esquivo fue el vivir
como un joven hermoso. La muerte será esquiva.

Ratas en el jardín

Allí estaba entre ramas. Sigilosa.
Oscura sobre el blanco de la cal.
Luego, corriendo en la cornisa. Luego,
el cerco de su ojo, amarillo en la sombra,
saliendo del macizo. Y allí, otra vez, los dos,
con las manos cogidas, sabiendo que una rata
sola no hace septiembre, mirándonos perplejos.

Recuerda

Esas copas que brillan como llama
y que laten al tacto de metales
ligeros -tantas copas-; esa trama
que, sobre cal, dibujan, verticales,

las hileras de libros en tapices
de olvido -tantos libros-; todos esos
atajos y caminos de matices
parejos que descubre la luz, presos

entre los montes -tantos-. Tantas cosas
iguales y cercanas, ordenadas
y juntas son, más aún que las rosas,
más aún que el reloj o las azadas,

recados de la muerte: faltará
tiempo para vivirlas todas ya.

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MALDITOS, SEAN MALDITOS [Mi poema]
Rosalía Vallejo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Malditos sean los dioses,
malditos los idiomas,
maldito todo aquello que separa,
malditos los que nunca dan la cara,
si dices ¡basta ya! ven que les toses,
responden con sus chanzas y sus bromas.

Malditos los que gritan,
malditos los que lloran,
malditos los que urdiendo van fronteras,
que tienden a salir por peteneras,
diciendo que a sus fiestas no te invitan,
los mismos que se besan, que se adoran.

Malditos los que intentan
volver a las cavernas,
y expulsan de su tribu a los distintos,
dejándose llevar por sus instintos,
y al otro si es que pueden lo revientan,
no son ni beben vino en sus tabernas.

Malditos sean malditos
aquellos que en la mente
impreso llevan puesta una alambrera,
e ignoran que la tienen prisionera
por usos, sus costumbres y sus ritos,
maldigo, así se pudra su simiente.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Rosalía Vallejo

Poemas (I)

Mi sueño es de madera
combustible y frágil
como el beso
Percibo su resplandor
entre los muslos
de mi amante
pececito de plata
o sorda tempestad
de hierba inmensa.

Alto muy alto
habita mi nenúfar
de hielo brujo
paisaje
sobre ciervos detenido
afiladas cumbres

Allí donde limita
con el mundo
el enigma de la bruma
lo defiende
Nadie logra penetrar
su luz silencio
ni gozar sus abedules
entreabiertos como labios en la niebla.

Poemas (II)

El hada de las horas
dispone suave
quedamente
sus agujas;
el lenguaje de las gemas
la obsesión irresistible
de aquel rostro
el discurrir sangrante
mar adentro…

Ella encuentra en el olvido
la exacta proporción
de leche y llanto
las semillas necesarias
de distancia
para gustar la tristeza
desde el borde
del dolor
Con todo su paladar de cristales.

Poemas (III)

Las hogueras
el ánfora del tiempo
renovación principio
el agua cambia en sí misma
las estaciones se suceden
el espíritu
clama desde el polvo
su derecho
a ejercitar la primavera
la ansiedad
del retorno hacia la muerte

Todo permanece
el ser es inmóvil
sólo el ojo pasa
entre los fuegos de artificio
suspende su retina
sobre el cuerpo
y delira eternidades
mientras
los cristales se licúan
cremosa y dorada mantequilla
la luz se derrama húmedamente.

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MI POETA INVITADA: Sol Gómez de Arteaga

CAPITÁN, MI CAPITÁN

Mi amor partió a la mar
en un barquito velero,
como está lejos de aquí
me escribe cartas de viento.

Cartas de viento me escribe
el capitán de este barco
y en noches de luna nueva
clama mi nombre a los astros.

Más los astros conmovidos
por tan dilatada espera
mandan un gran aguacero
y al capitán a mi vera.

EL MOLINILLO

El molinillo
de ciertopelo
gira que gira
lo mueve el viento.
Gira hacia el sol,
gira a la luna,
con las estrellas
se desayuna.
Uf, no se aclara
este molinillo,
hay que ajustarle
algún tornillo.
El molinillo
de terciopelo,
ahora ya gira
con fundamento.

Tiempo de Vilano

Hasta donde me llegan los recuerdos
Hasta donde me llegan los recuerdos
siempre fui
una niña ensimismada
en la luz que, de a poco, entraba
por las rendijas de la persiana verde
a la hora de la siesta.
Ellas,
las rendijas,
me permitían imaginarme
un mundo
con más brillo,
enteramente propio.
Hoy ya no hay persianas verdes.
En lo demás sigo igual.
Siempre fui una niña ensimismada.
Librería Universitaria

¡MALDITA CRISIS! [Mi poema]
Rodolfo Hinostroza [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¡Quién te ha dado a ti permiso, quién
para inmiscuirte, de repente, en nuestras vidas!
a qué viene este requiem
¡oh, crisis, perversa e inmoral!
esa lengua viperina que de forma desigual
has decidido ahondar nuestras heridas.

Cruel e injusta nos clavas un puñal
en las entrañas de unos santos inocentes
-eres cobarde, aunque presumes de valiente-
y además nos expulsas de nuestro paraíso terrenal.

Crisis altiva y sin embargo odiosa
has destrozado los tallos de unas rosas
de este vergel llamado España.
Ahora aquella ya olvidada primavera
ha dado paso a una tensa y larga espera
como preludio de un doloroso funeral.

Las antaño flores olorosas
vagan ahora mustias y llorosas
sin que ya nadie las pueda consolar.
De aquellos sueños ahora vacíos de esperanza
únicamente nos consuela la nostalgia.
¡lo que yo de mi vida no daría
por devolverte al origen tu fragancia!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Rodolfo Hinostroza

Del infante difunto

La llamada de mi padre, alta como un penacho de plumas
y al tacto como la pringamosa de aquellos baños…

¿Recuerdas?
Las aguas ferrosas que calentaban tu cuerpo tenían

colores,
de serpiente plana, y la tierra se había descosido en sus
espacios,

y llevábamos nuestra infancia como un estandarte
sin sombras, entre paraísos de yeso, y ángeles larvados
y la tía apócrifa.

De ella digo, ¿qué digo?, que en sus ojos ardían

mis espadas de estaño y que se había fugado
cuando las hogueras carcomían la noche de San Juan.
Se me había advertido, se me había repetido: «Octavio,

Octavio,
una gran ola salió del río cuando tú nacías. Nos salvamos
porque las campanas sonaron a muerto

y la familia había cavilado toda esa madrugada.

Trepamos a los cerros
y durante todo un día vimos morir al pueblo.

El Huascarán
nos miraba y entonces fue que sentimos esa blancura
imperdonable».
(Nosotros tres habíamos enterrado ceremoniosamente,
en un rincón del patio, bajo la gotera,

al canario muerto entre las trenzas de mi hermana.

Las campanas del ángelus nos doblaban las rodillas
y de la muerte sabíamos que era una bella palabra.

Sí,

porque mirábamos a los púlpitos de arcilla achacosa
en donde dormitaban ángeles bonachones, y nosotros sabíamos
llevar el domingo en los hombros, como una prenda nueva.)
No volverás a aquello, ni hallarás ese patio cuadrado
con una fecha dibujada en piedras negras. Los países se encogen
como esa tía abuela que olía a alcanfor,
y los hierros de las capitales inundan esos claros espacios
donde tu corazón anclaba, como un canto rodado.

No sentirás
los pasos de tu padre midiendo las estancias

donde los retratos negreaban, como párpados muertos.

No volverás
¿Recuerdas ahora?
¿Ahora recuerdas?:

«Júrame que no dirás a nadie

que esa lechecita que tienen los mayores

entra al estómago, y después dicen que nace el hijo.

Como a la Asunción, ¿te acuerdas de su barriga?

No lo digas a nadie».

Y nosotros espiábamos, porque en el pórtico de esa casa
que olía a jazmines, las hermanas Cárdenas besaban,
y se hacían besar por los soldados.
Entonces los sudores repentinos desleían las sábanas de lino,
y yo había creído en los cuentos de la india desdentada
que vendía yerbas contra el mal de ojos, y cuando vi
esa mano huesuda en el terrado, bajo ese cielo rojo,
ella rió y lloró, cubriéndome de besos.
¡Oh, los sueños, los sueños que tomaban la forma de cestos de mimbre
donde un Niño Dios nadaba entre dos aguas!

Yo no conocía el mar

y todo era sólido al tacto, como aquella familia
que se había procreado entre cerros y estrellas

en tiempos tan lejanos como la lengua que hablaban los sirvientes.

Pedro Granados me cargaba conmovido:

Sus más jóvenes hijos eran muertos en un aluvión de piedra y lodo

y yo había oído que en ciertos días perdía la memoria.

Oh, y la hermosa caligrafía de tu madre, y sus manos que dibujaban

catedrales de barro cocido, y los prohibidos baúles de cuero,

donde los libros se agitaban como peces asustados.
De qué se llora, di de qué se llora

cuando se tiene padres sólidos, y la saliva invade la boca,
y se ha recibido una vieja cuchara de plata,
y se pasea, a la luz de la luna, por un bosque de cedros
conteniendo las ganas de orinar. De qué se llora entonces
cuando en las tardes de yodo hemos prendido velas
a los Santos Patronos, cuando nada ha caído, salvo, tal vez,
el nido de ese pájaro en un charco. De qué se llora
cuando los días se cierran como un aro y El Mundo
es una palabra que salta y produce escozor en nuestras lenguas?
Recuerdas, exiliado por tu brutal sonambulismo, recuerdas
las alcantarillas de tu ciudad que nutrieron al río de oro,
¿Recuerdas el abrevadero, junto a la alameda de los muertos
marcada con enormes piedras blancas como el llanto de un dios,
donde se encontraban los talismanes y los palos torcidos
que inundaban de majestad tu frente?
(Seres, nombres de seres.

Deslumbramiento de monos habladores bajo el cielo feriado,
tambores de piel de chivo alejando cosas y cosas de bronce
hacia las capitales escarlata, mientras mi madre,

partícipe de mi sueño, aguardaba por unas bellas frutas que yo había visto
en el mercado, al fondo, junto a las ollas pintadas.)
De este destino diré hoy que lo vi crecer
como el arco de yeso de la casa, cuando mi sombra huía
como una llama muerta. Y del llanto que pendió
de los dedos monótonos, digo que puede ser ternísimo
cuando se tiene una espada de lata
y las estrellas llegan a abrevar sus distancias
en la mirada parda.
Porque yo recuerdo

que tuve todo eso, y que vi reposar a un burro blanco
en el sol de Enero y que oí comentar a los mayores
las noticias de cierta lejana guerra. Y el movimiento del caballo
y ese rey perezoso me retuvieron horas y horas
en el perfume de la media mañana
esperando la brillante jugada de mi padre.

Nudo borromeo

Un hombre vaga durante numerosos años fuera de
su patria, estrechamente vigilado por Poseidón, y solo.
Aristóteles

Y ahora remontas rué Vavin subiendo a Montparnasse
Hay un río que duerme otro que murmura
Aquí Clayton hablaba de Soutine
Los dorados temblores de Diana en el patio interior
El cuerpo multiplicado en millares de copias.
Y un presagio de tormenta en la escalera
Menos grave que en los años siguientes
Y ahora todo resbala hacia Lo Real
Había sido algo menos que una presencia
Definida con tenacidad
Al alba con las últimas luces de la fiesta
La materia de los dioses extraviada en un recuento
(precipitado
De tantos viajes tantos libros tantas mujeres
La sombra helada de un libro que te acecha
Mientras haces el amor en el bisel del espejo
Las claves sumergidas en un catálogo de signos
Te requiere por una vibración de encajes y deseos
Como el vaho sobre el cristal del automóvil
Londres un taxi palpitante a la puerta
Una confidencia cubierta por el timbre del teléfono
Forma insuficientemente percibida
A través de las celosías de la casa
Lo Gris duerme su rapacidad vela
Modo infinito en infinita parodia
Y ahora tratas de recordar un acto significativo
Que te hubiera matado
Para que hacia él converjan las líneas del poema
O el pavor de un sueño
Donde olvidas tus huellas en las cosas
Como si al crepúsculo tornaras la cabeza
Viendo unas rayas difusas en la perspectiva
Así cuando declina el viento de la noche
Hay tal vez una playa con casetas de vidrio
Y estudias el mecanismo de las olas
Sobre la barrera que planta tu memoria
Un dólar de plata por saberlo
El sentido de la experiencia debe encontrarse allí
Y yo debo entonces perseverar en el poema
El Otro que yo he sido el Otro que estoy siendo
Me debe ser designado en el poema
En una de sus líneas (tal vez, en ésta misma)
El insolente sol trepa al solsticio
Y se me hace saber que mi sombra se gasta
Y una imagen recurre (la de Marianne)
Como si el erotismo fuera capaz de definirme
Como si buscase definición
Deslizándome hacia el centro del poema
Donde hay silencio y quietas placas de hielo
Calles que no llevan nombre
Miedo de tocarlo y no tocarlo y atravesarlo sin tocarlo
Como una sombra de palabras
Y hay líneas que se curvan sobre el horizonte
Otras sobre el crepúsculo
Y acodado a las estepas mayores
Buscas la conjunción de los sentidos
En una sola epifanía
La memoria como un espejo parabólico
Descoyuntado por infinitos puntos de fuga
Que recompone ahora una imagen de mujer
De actos presenciados en Mallorca
O en un pueblo belga que se llama Malone
Cuyo sentido (si alguno existe) resistiría a la
enumeración
De imágenes dispersas
De una noche en busca de rue Giordano Bruno
Al fondo del distrito XIV y bajo la nieve
O la de un lépero cagando sobre un puente en
Comayagüela
O de una noche caliente y desolada en Managua
Un Luna-Park en trozos
O caminando contra el viento a la entrada de Cerbère
Buscando un maldito camión
Y todavía
Atravesando un campo de lavanda en el Luberón
Con un vuelo de cuervos en el cielo cubierto
Fascinado por la estupidez
(Lo Real)
Y el amor que no sobrevive a Lo Real
Y poesía calla
Puedes trepar a un bus hacer le tour du monde
Hasta que tus desgracias se consuman
Y te llenes los ojos de países
Inexplicables como las mujeres
Sombras frutas remolinos
Conversaciones a orillas de un catre
Viajando hacia Entropía con un bolso de lona
Borracho (y agresivo) cada día
Dónde quedó el lugar de la emoción largamente
buscado
La voz (¿era una voz?) en los farallones de La Herradura
Sucio cobalto mar
Los versos aullados al viento
O la vigilia sobresaltada en un hotel de Ibiza
Y todo suspendido a esa enorme extrañeza
De estar aquí haciendo precisamente eso
Quizás en suma
La larga perplejidad
Que incita al mundo a ser lo que es
Nunca lejos ni cerca
Nunca Real
Y el viento que se caga en la noticia
Segando los sonidos
De pura insensatez has preferido una vida brillante
(¿Brillante?)
Peloteado entre psicoanalistas vagos guerrilleros
Artistas espléndidas mujeres pilares de bistró
Lectores de novelas policiales
Cambiando dos por una en el Marché d’Aligre
Dos Francis Rick contra un buen Ambler
Cuatro Carter Brown contra dos Stark
Una docena de Chase (siempre es lo mismo) contra
Lady in the Lake
O Red Harvest o La Reine des Pommes o Wincherly
Woman
La escena de las fresas la escena del pico de hielo
El torpe asesinato del marido
Y las manchas de sangre dulzona sobre el piso encerado
Un laberinto de enaguas y de manos
Cáchame cáchame
No tendremos mañana
Porque mañana no existe para nadie
Tú eres Tú porque yo no he querido
Y El Mundo (El Arcano XXI) te pertenece
No es sino un modo de pasar por El Diablo (VIII)
Errando entre las sillas al alba de la fiesta
Inmerso en una hecatombe de palabras
Un espejo te entrega lo idéntico y lo otro
Una puerta una noche
Si soy el que deseas y deseas a otro
Soy Otro
Y cuando te deseo no deseo ser otro
Librado a la madera de los sueños
No tendremos mañana
Como quien asume una pasión inconsecuente
Con la seguridad de ver borrarse los fantasmas
A la llegada del alba
Tú y Yo
Aturdidos huyendo por las alcantarillas
A La Paz (Baja California) o a Formentera
Cris el Sevillano en dos días dio la vuelta a la Isla
Jean-Marie se colgó en el fondo de un pozo
Frank cogió a martillazos a dos guardias civiles
Mi Reina Armada destruyendo los rangos de peones
Un triángulo de luz polvorienta en cada mano
Del 1 al 0 al 1
Y ahora Mi Reina es presa de la angustia
En un túnel como una tripa viva
Que se abre sobre una playa donde un hombre desnudo
(medita
El Amor y La Paz
California Dreamin’
Un sueño en jeans T-shirts
Playas tornasoladas soles anaranjados (Wesselmann)
La sombra de viejos automóviles traqueteando
Hacia un presente perpetuo
Une Ile entre le Ciel et l’Eau
O un lago azul e inmenso
El ágape que cura las heridas
Y el perezoso sol calentando mi cuerpo que no tiene
Orgullo ni deseo
Un paquete de vidas reventadas por presencia de Lo
Eterno
El Big-Bang repercute sus últimos ecos
Y la gente deriva hacia todos los suburbios del planeta
Vagando meditando gozando predicando
Rompiendo el delicado equilibrio entre Idea y Deseo
Un último sobresalto de Occidente
Antes del encadenamiento de las guerras
Las heladas estrellas se agrupan del lado de La Osa
Ella ha desaparecido
(Quién es Ella dónde está Ella)
No confundas tu soledad y la suya
Cuando tires las tres monedas por seis veces
SUNG
Esta línea muestra al sujeto vacilante frente a la disputa
Vuelve al estudio de los dictados celestes
Abate sus deseos agresivos
Reposa en la firmeza y corrección
Habrá buena fortuna
Abate tus deseos abátelos te digo
Así podrás acceder a la contemplación
Y el mundo rodará sin ti
Por una vez
Y verás gotear las estaciones
En un cielo Ile-de-France
Tendido en un camastro fascinado
Por una constelación de manchas de humedad
Las nubes dibujan carneros castillos
Una majada de fantasmas desciende el Huascarán
Trisca en torno de un ojo de agua
Pisoteando el diván del analista
Repita eso
(¿Eso?)
La memoria se posa sobre un campo de trigo
Y los caballos trotan en torno de la era
Encerrados en un domo dorado
Tu padre bebe chicha de jora
Y tú aloja fresca
Y más tarde la luna rondará sobre la Casa-Hacienda
Polvo de leche luz
Tus sábanas se prolongan en nevados
Repita eso
El poema graffiti sobre un largo monólogo
El tema del baúl el tema del poeta atormentado
Por la Sombra del Padre
Un calembour dudoso colgando de la manga
(Nunca tocará fondo porque es forma)
La hora de las visiones ha pasado
Quién sabe lo que sabe quien no sabe
Hay una teoría de círculos concéntricos
Puesta para evitar un encuentro frontal
Que ya tuvo lugar
Que apareció como un azahar en el verano
Calmando mis sentidos crispados en la espera
En el sous-bois las armas
Esparciendo un sonido metálico en el aire transparente
Lustros
Y a la mañana siguiente un trapecio de niebla
Sube al Medio del Cielo
El halcón malherido voltijea sobre el techo del mundo
Suspendido del verbo
Que se balancea como un fruto
Demorando en caer
Y te consumes fuera de la palabra
Que tal vez se alimenta a sí misma
En inflorescencia perpetua
Y así entorpeces la demostración
Empantanado en una noche sin fin
O detenido en un mediodía perfecto
Un bocado de viento en las colinas
Una ventana abierta en la plaza del pueblo
Que designa un imposible deseo
Y el tiempo el viento amargo
Huye entre tu camisa
Como un recuerdo agudo y olvidado
Así un día en el embarcadero de Santiago o Atitlán
O cierta vez en Uxmal
Indescifrable tu memoria ruinas
Fuera de tema borracho como un Lord
Contiguo a una galaxia burlona y superior
Más ebria que la noche bamboleante
Ceñida a tu cintura hincándote las uñas
Mientras circulan retazos de ciudades
Ramalazos de luces en el puerto
El esplendor vacante de tu cuerpo
Animal expulsado de la música
Más acá del Edén donde no hay luz ni noche
Sino incredulidad de cada gesto
Como quien sobrevive sin saberlo
Y hay un valle que cierra el horizonte
Un río que la brisa acerca
Y una mujer desnuda en la terraza
Tomando sol
Nada es real salvó Lo Real
Desdeñoso irascible parpadeante y sumiso
Eternamente anclado
Plantado frente al río que murmura
Que tu vida se despliega y se agota
En la incesante perfección de su diferencia
A causa de Entropía
Obedecida y pronto contradicha
Por una dimensión confusa y vegetal
Y el azar te convoca para jugar un rol de figurante
En el chalet de abajo
Y en un delirio de provisiones y de ropa limpia
Olorosa a lavanda
Viajaren tus, palabras
Y tus palabras viajan.

Los huesos de mi padre

Serán éstos los 206 aristocráticos huesos de mi padre?
Todos completos, con su maxilar inferior, su frontal,
sus falangetas, su astrágalo,
su vómer, sus clavículas?
No se habrán confundido
en la Fosa Común
con los de un vagabundo
de esos que abundan en las calles de Lima,
y mueren sin un grito? Cómo voy a confiar
en que sean éstos los huesos de mi querido padre,
don Octavio, Tachito,
si en la Fosa Común donde lo echaron
puede ocurrirle cualquier cosa
a los huesos de uno?
Su hermano, tío Reynaldo había jurado
encontrar a mi padre, y recorrió toda esta Lima a pie
durante un año, para hallar a mi padre, el poeta,
que se había perdido en la ciudad,
como suele ocurrirles a los ancianos y a los locos.
Todos los días salía, después del desayuno,
a buscar al hermano mayor,
a aquel poeta provinciano,
talentoso, desgraciado y perdido
por los barrios de Lima. Llevaba
una vieja foto de mi padre, amarillenta,
donde aparecía con su pelo ya blanco,
sus ojillos brillantes de inteligencia, sus mejillas fláccidas
labradas por años de inútiles batallas
contra lo que él llamaba su destino adverso
cuando se hallaba de un ánimo blasfemo,
dispuesto a enrostrarle a un Dios
en el que no creía,
sus continuos fracasos.
La boca grande, elocuente.
La frente alta y despejada. Con un terno marrón, creo,
a rayitas. Esa imagen debió corresponder
a una época feliz, tal vez la de Huaraz,
cuando estábamos todos juntos, mi hermana
mi madre y yo, mucho antes
del divorcio.
Reynaldo la mostraba
a la gente, los interrogaba venciendo
su enorme timidez: «¿Ha visto a este hombre?»
indesmayablemente a pie,
tío de a pie como un remoto soldado de una guerra perdida,
raso, humilde, cumplido,
indagando en los parques, en los hospitales,
en las estaciones de autobús,
en los mercados,
pues quería encontrarlo,
esa era la misión que se había impuesto
antes que la muerte se lo lleve.
Pero la muerte se llevó primero a tío Reynaldo
de un cáncer al estómago,
sin saber que mi padre lo había precedido en el último rumbo,
y no fue sino mucho más tarde que mi hermana
al fin encontró a mi padre
en una Fosa Común del cementerio de Miraflores
donde sus huesos misteriosamente habían venido a dar
porque nadie había reclamado su cadáver.
La muerte
que con callado pie todo lo iguala
lo había sorprendido en un asilo municipal
donde llevan a los locos que vagan por las calles de Lima
y había muerto, enloquecido y solo,
él, Octavio, Tachito, el poeta, el hermano mayor
que había nacido en cuna de oro.
Siempre pensé que moriría rodeado
como Maese Manrique
de sus hijos, hermanos y criados
reconciliado con su terco destino
y cesaría la angustia
la loca angustia que desorbitaba sus ojos
porque no quería morir como un fracasado
y su muerte le cerraría para siempre
las puertas de La Gloria.
No reposó un instante en vida
acechando a la suerte en todos los caminos,
en todos los concursos,
esperando un cambio del destino
un premio, algo definitivo
que sacase su nombre del anonimato
y le diese la paz. Ya no soñaba con el Premio Nobel,
si no con la publicación de sus poemas
que eran profundamente hermosos
y cada día más bellos
cuanto más desgraciada era su vida.
Se sentía en deuda
con nosotros sus hijos,
y los recuerdos de nuestra infancia feliz lo atormentaban
hasta hacerlo sangrar
como un patriarca loco que ha perdido
el paraíso inadvertidamente
por una mala mano en el tresillo
un mal consejo, o una debilidad de temple
inconfesable.
Entonces quería estar solo, huía
de la familia, se confundía
en Lima entre los vagabundos, le aterraba
y le atraía como un destino escrito
la mendicidad al final del camino. No aceptaba
el rol que todos querían para él:
el del abuelo sabio y respetado
que mora y aconseja en el hogar de su hija: prefirió
seguir en la batalla hasta el final,
irse a la calle
esperando un milagro.
Sus despojos
fueron a dar a la Fosa Común,
hasta que el proceso
de putrefacción termine, en cosa de tres años
y sus huesos, mondos, nos fueron entregados
en una caja de zapatos, con una etiqueta identificatoria.
Ahora reposan en el Cementerio el Ángel
en una de esas fúnebres bibliotecas de huesos
a pocos bloques de donde mi madre duerme su sueño eterno.
La muerte, piadosamente,
ha acercado los huesos de dos seres que la vida separó,
y sus nombres han vuelto a aproximarse
en el silencio de este Camposanto
como cuando se vieron por primera vez
y se amaron.
En ocasiones
mi hermana y yo llevamos flores,
a un sepulcro y el otro,
y todavía sufrimos por su amor desgraciado,
que sin embargo dio maravillosos frutos.

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PORCA MISERIA [Mi poema]
Roger Wolfe [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Era un mísero gabacho
¡qué de mísero sería
que de un mísero gazpacho
la miseria relamía!

Seré mísero, muchacho,
el mísero repetía,
de miseria estoy borracho,
la miseria es sólo mía.

De miseria tomó un cacho,
la tarde mísera y fría,
mísero él cogió un empacho
de miseria allí moría.
©donaciano bueno

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Comentario: La sátira era un género muy común en la época de los clásicos.

MI POETA SUGERIDO:  Roger Wolfe

Democracia

Otra maldita tarde
de domingo, una de esas
tardes que algún día escogeré
para colgarme
del último clavo ardiendo
de mi angustia.
En la calle
familias con niños,
padres y madres
sonrosadamente satisfechos
de su recién cumplido
deber electoral;
gente encorvada sobre radios
que escupen datos, porcentajes
en los bancos.
Corderos de camino al matadero
dándole a escoger el arma
al matarife.

El peso

Es esta condenada
impotencia.
Esta ausencia
hasta de rabia.
Este peso.
Sí, este peso:
como un frasco
de aspirinas
en un estómago
vacío.

Es tarde ya en la noche…

Es tarde ya en la noche
y la playa está desierta.
Rompe el mar
sobre las rocas.
Un aire cálido,
espeso de salitre
y de recuerdos,
me baña la cabeza.
Cierro los ojos.
Inhalo.
Me dejo llevar.
Y luego pienso,
como casi siempre
que me pasan estas cosas,
en Proust.
Pero no he leído
a Proust.
Qué importa.
La vida es bella.
Quién necesita
a Proust.

Esta infinita y patética belleza

El comienzo del verano y la noche
yace como un cuerpo herido
que la aurora no consigue desvelar.
Recorro la ciudad
taconeando
en las aceras agrietadas
con mis viejas botas
de Valverde,
tan cansadas como yo
del incesante embate
de cascos rotos y batallas.
Un contenedor
arde solitario en una esquina
ante los ojos embotados
de un borracho
que ya no sabe que lo está.
No hay policía.
Y es extraño.
Dos mecánicos amantes
se palpan las partes
con gestos agotados
que ni siquiera el último
tiro de nieve emponzoñada
es capaz de revivir.
Parpadean los semáforos
tintineando en huérfana advertencia.
Y no hay sencillamente estrellas
que me valgan.

Eterno retorno

Desayunar con Nietzsche
es relativamente fácil, sobre todo
si hace sol, la lluvia es fina
-un ligero chaparrón
traslúcido y oxigenado-
o hay cigarrillos, buen café
ninguna compañía
salvo el perro
y las periódicas noticias
del gerente
de mi banco
no me impiden deglutir.

El almuerzo, cenit
de los días, me recuerda
-abatido el asomo
de sano optimismo mañanero
por dispositivos infernales
que adoptan formas sucesivas
de teléfono, timbrazo,
zancadilla callejera,
gente puesta en fila,
el sordo ronroneo
de un PC-
que la vida
es struggle for survival
como dijo Darwin
con toda la razón.

Y finalmente, horas más tarde,
tras el dudoso ensayo
de ascesis imposible
que a veces llamo cena,
Schopenhauer me conduce
renqueante y roto
hacia la cama,
murmurando
memorables últimas palabras
que el gran Will Shakespeare
utilizó mucho mejor que yo:

To die, to sleep –
To sleep, perchance to dream…

Laguna

Nadie que habiendo estado,
pongamos por caso, paseando
al perro por una calle
céntrica y desierta
a las tres o tal vez a las
cuatro de la tarde,
no se haya topado
de repente
con una figura desarrapada y sucia,
descompuesta más allá de cualquier
posibilidad de remisión,
que le ruja a voz en grito
desde la otra acera: «¡Hombre!
¡Mi colega de nariz! ¡Qué tal!»,
para correr luego tras él
como una especie
de rémora renqueante
y jorobada,
sin que consiga acordarse
de quién demonios es, y
lo que es aún peor,
no quiera recordar
aunque fuera capaz de hacerlo,
sabrá nunca
lo que significa
la palabra
desasosiego.

Llega, toca, lárgate

Es inútil, le dije.
Escribir.
Escribir es inútil.
Ya, me contestó.
Ya lo estaba yo pensando
el otro día.
¿Y a qué conclusión llegaste?
Pues eso. Lo que dices
tú. Que carece por completo
de sentido.
Sólo que…; bueno,
también poner ladrillos
es inútil.
Sirve para construir casas…,
y paredes. Paredones, también.
Quizá se trate de eso.
¿De qué?
Un oficio, joder, un
oficio. Ni más ni menos
que un oficio.
¿Como decía Pavese?
No, como Pavese no. Como ese músico
de jazz. ¿Te acuerdas?
Freddie Green.
Llega, toca, lárgate.

Odio

Me faltan algunos odios todavía.
Estoy seguro de que existen.
Céline

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el locutor deportivo
de la radio del vecino
esos domingos por la tarde.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el macaco de uniforme
que sentencia -arma
al cinto- que el semáforo
no estaba en ámbar, sino en rojo.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el cívico paleto
vestido de payaso
que te dice
que no se permiten perros
en el parque.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con la gente que choca contigo
por la calle
cuando vas cargado
con las bolsas de la compra
o un bidón de queroseno
para una estufa
que en cualquier caso
no funciona.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con los automovilistas
cuando pisas un paso de peatones
y aceleran.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el neandertal en cuyas manos
alguien ha puesto
ese taladro de percusión.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
cuando le dejas un libro a alguien
y te lo devuelve en edición fascicular.

El odio es una edición crítica
de Góngora.

El odio son las campanas
de la iglesia
en mañanas de resaca.

El odio es la familia.

El odio es un cajero
que se niega a darte más billetes
por imposibilidad transitoria
de comunicación con la central.

El odio es una abogada
de oficio
aliándose con el representante
de la ley
a las ocho de la mañana
en una comisaría
mientras sufres un ataque
de hipotermia.

El odio es una úlcera
en un atasco.

El odio son las palomitas
en el cine.

El odio es un cenicero
atestado de cáscaras de pipa.

El odio es un teléfono.

El odio es preguntar por un teléfono
y que te digan que no hay.

El odio es una visita
no solicitada.

El odio es un flautista
aficionado.

El odio
en estado puro
es retroactivo
personal
e intransferible.

El odio es que un estúpido
no entienda
tu incomprensión,
tu estupidez.

El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con este poema
si tu pluma
valiera
su pistola.

Parpadeo

Pedro Salinas
dice en un poema
que no quiere dejar de sentir
el dolor de la ausencia
de la mujer a la que ama
porque eso es lo único
que le queda de ella:
el dolor.
No recuerdo sus palabras exactas.
Él lo dice mejor que yo.
Eran otros tiempos.
Salinas está muerto.
La mujer a la que amaba también.
Pronto lo estaremos todos.
La vida es un mero parpadeo.
Abre los ojos
y ciérralos

Sabiduría

Una mujer
que pasa en bicicleta
a las dos de la mañana,
hermosas piernas morenas
bombeando los pedales
mientras la brisa le alza el vestido
y revela
un perfecto milagro
de carne femenina en movimiento.

Nuestros ojos
se cruzan un momento
y ya se ha ido.

Son cosas como ésa
las que te hacen darte cuenta
de lo poco que realmente sabes
de nada.

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LA MARIMORENA [Mi poema]
Rosario Acuña [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Esa mañana en la misa
se armó la marimorena
que una muchacha morena
apareció de esa guisa
¡qué guapa estaba la nena!
¡qué escotada su camisa!
que a algunos causó sonrisa
y otras murieron de pena.

¡Ozú qué linda es la niña!
¡olé replicó el marqués!
que guapa y qué bella que es
las demás que tengan tiña.
La muchacha recatada
se postraba de rodillas
mientras detrás de puntillas
regodeaba la mirada.

En tanto que al ir de prisa
un paisano, un feligrés
mirando se dio un traspiés
y el coro estalló en la risa.
Asistentes no prestaban
la atención que reprimían
entre tanta avemaría
la mirada no quitaban.

El cura inició el sermón
y al ver que nadie atendía
así a dios se dirigía
pidiendo una explicación
Señor que al amor hiciste,
e hiciste a mis parroquianos
salidos, tan casquivanos
y en qué lío me metiste.

Y aquí pido compasión
para sus ojos insanos
tan lascivos, tan humanos
sin control de la emoción.
Que yo, médico del alma,
que también un hombre soy,
no sé ahora donde estoy
noto que algo se me empalma,
©donaciano bueno

La frase Armarse la Marimorena, se usa coloquialmente para hacer referencia a una gran pelea o a que ha iniciado una bronca entre varias personas, también se le conoce como trifulca, rebambaramba o simplemente un gran alboroto. No somos de piedra, ni tan siquiera son ajenos los que se proclaman representantes de Dios en la tierra.

MI POETA SUGERIDO:  Rosario Acuña

A una gaviota

Tú que cruzas las revueltas
Ondas del mar,
Oye el eco que te manda entre el aura
Mi cantar.

Eco triste y melodioso que se pierde
En derredor,
Eco que del alma brota, cual un grito
De dolor.

Yo quisiera sobre el mundo levantar
Mi pensamiento,
Como allá en la mar te elevas
Desplegando tu plumaje
En el viento.

Yo quisiera, con mi alma,
A través de los espacios
Seguir tu vuelo,
Fijando las esperanzas
Que en ella moran
Sólo en el cielo.

Yo quisiera del humano no ver nunca
La maldad,
Y vivir, como tu vives,
Siempre libre y venturosa
En constante soledad.

Yo quisiera que mi cuerpo,
Desprendido de la vida,
Durmiese en calma,
Y á la mansión de la gloria,
Reina de paz y de amores,
Volase el alma…

Pero ¡ay! que mi pensamiento
Gime en cadenas,
Cuyos fuertes eslabones forman
Las penas.

Y siempre volando en torno
De la esperanza,
La dicha que él ambiciona
Jamás alcanza.

Y contemplo tristemente
Los desengaños,
Que brotan con la experiencia,
Con los dolores del alma,
O con los años.
________
Y va mi vida siguiendo
Triste carrera,
Y de romper con el cuerpo
Que la aprisiona insensato
Ya desespera.

Tú que escuchaste los cantos
que del alma se escaparon
Como un suspiro,
Llévalos entre tus alas
Y no dejes que se pierdan
Con tus giros.

Déjalos en las regiones
De otros mares
Más hermosos,
El aura tal vez los lleve
Donde vi pasar los días
Venturosos.

Allí morirán sin eco,
Que nunca tuvo respuesta
Mi canción…
¡Llévatelos y no olvides
Que entre sus notas va envuelto
El corazón!

Gijón, 1874.El Correo de la Moda, Madrid, 10 de diciembre 1882, p. 362.

Casualidad

Soñé, y en la dormida inteligencia
Vi al humano, con ansia desmedida,
Buscando los principios de la vida
Y dudando a la vez de su existencia;

Vi al ocio revestido de prudencia,
Vi la igualdad tornarse fraticida,
Vi la diosa Razón entumecida
Y en el caos a Dios y a la conciencia.

Vi una raza luchando con la muerte,
A Europa envuelta en sangre y desgarrada,
Más lejos, sin girar, la tierra inerte;

Y aún de mi sueño aquel horrorizada,
Me despertó, con peregrina suerte,
De un loco que pasó la carcajada.
(Revista Contemporánea, V, Madrid, 15 de agosto 1876, p. 20)

Un cuento

Paróse ante las puertas de la vida
Un inocente niño
Y preguntó: “¿Para encontrar caricias,
Flores, arroyos, pájaros y nidos,
Me pudierais decir por dónde marcho?”
“No conozco el camino:
Más adelante encontrarás un guía,”
Le respondió el Destino.

Tornóse en joven, y con ansia loca
Preguntó en su delirio:
“Para encontrar amores y riquezas,
Estimación, virtud, gloria y amigos,
Me pudierais decir por dónde marcho?”
“No conozco el camino:
Si le quieres hallar, búscale sólo”;
Le respondió el Destino.
– – –
Llegóse el Tiempo; con su lento paso
Trocó el calor en frío.
El joven, en anciano transformado,
De penas y dolores perseguido,
Preguntó con un resto de esperanza:
“Me pudierais decir por dónde sigo
Para encontrar la paz, la paz del alma?”
“No conozco el camino,
Sólo puedo decirte que le busques;”
Le respondió el Destino.
– – –
Al salir del alcázar de la vida,
Cuentan los que la han visto,
Que preguntaba el alma por el cielo
Y nadie le dio señas del camino.
(El Correo de la Moda, Madrid, 2 de febrero 1883, p. 35)

Soneto

¡Igualdad! ¡Casta virgen que aparece
Revestida de mágicos fulgores,
Y que ofrece a los hombres sus amores
Mientras el alma en la ilusión se mece!

Su vaga forma ante la vista crece,
Les invita a luchar por sus favores,
Y apenas se proclaman vencedores,
Cuando al irla a tocar, desaparece.

¡De Libertad y de Justicia hermana,
Su imperio tiene en la mansión divina
Y allí la encuentra la razón humana

Cuando al destino de su fin camina,
Que en este mundo de flaqueza vana
No se la ve jamás, se la adivina!
(Asta Regia, Jerez de la Frontera, 16 de abril 1883, p. 7)

Poetisa

Raro capricho la mente sueña:
será inmodesta, vana aprensión.
Tal palabra
no me cuadra;
su sonido
a mi oído
no murmura
con dulzura
de canción;
no le presta
la armonía
melodía
y hace daño
al corazon.

Tiemblo al escucharla. ¿Será manía?
Oigo el murmullo cerca de mí:
no me cuadra
tal palabra;
que el murmullo
que al arrullo
de la sátira
nació
me lastima
con su giro
y un suspiro
me arrancó.

Si han de ponerme nombre tan feo
todos mis versos he de romper.
No me cuadra
tal palabra,
no la quiero;
yo prefiero
que a mi acento
lleve el viento
y cual sombra
que se aleja
y no deja
ni señal,
a mi camino
que es mi llanto
arrebate
el vendaval.

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ILUSIÓN… [Mi poema]
Ricardo Castrorrivas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Desde el día en que te vi,
desde que piqué en tu anzuelo,
del conflicto que hay en mi
vengo sufriendo este duelo.

Si no estás, muero por ti,
y si estás por ti me muero,
que alguien se apiade de mi,
saque de este atolladero.

La ilusión que ayer perdí
a ver si hoy la recupero,
sólo preciso de ti
que te fijes algo en mi
y que me digas ¡te quiero!
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Ricardo Castrorrivas

Poema la taza de café

Es la musa que anima a los poetas
que van al cafetín
de tarde en tarde.
Mientras hablan de versos y cometas,
la cafeína
en sus cerebros arde.

Allí Mendoza, Suárez,
Castrorrivas,
-fumadores, humosos, tabacales-
concentrando sus fuerzas volitivas
construyen mil cajitas musicales.

Y Dago, el escultor.
Los ensayistas.
También los aprendices de poeta.
Uno que otro pintor.
Los periodistas.

Todos beben café.
¡Su vitamina!
Sin pensar que al beber esa agua prieta,
¡beben amarga sangre campesina!

Las conchas negras

Concha negra sensual.
Cuando profano
el misterio
de tu cajita negra,
mi apetito de sátiro se alegra,
fáunicamente,
con tu sexo indiano.

En cópula ritual de amor pagano,
tu cuerpo de ostra india,
pelinegra,
suavemente
en mi boca desintegra
su temblor virginal y cortesano.

Impúdica te das,
como bacante,
-imitándole a Eva su venero-
en ofrenda de amor
incomparable.

Y mientras te devoro copulante,
el pobre pescador
en el estero,
se muere de miseria,
miserable.

El arroz con frijoles

¡Qué alianza tan hermosa!
¡Cerealera!
La del negro frijol
con el nevado
arroz,
que muestra ufano piel de cera,
contraste de un charol engalanado.

Fraternidad de moros y cristianos
en común religión alimentaria.
Abecé de condumios ciudadanos.
Alfabeto total del hambre agraria.

Límpida reunión de dos cereales
con distinto color y afín doctrina,
que al hermanar
sus dos sangres vitales

¡qué claro ejemplo dan a los humanos
cuando entonan a dúo en la cocina,
su Vegetal Canción de los Hermanos!

Mi soledad

Mi soledad es una virgen desnuda.
En la niña de sus ojos se refleja
mi nudez de ermitaño.

Mi soledad me sirve café y tabaco
de húmicas promesas.
Me eleva en aromadas volutas
y me acaricia con cualquier pretexto.

Oficia un santo silencio cuando empiezo a cantar
y cuando callo Ella canta enamorada.

Mi soledad es una piel de oso en cualquier invierno.

De la locura azul

Canciones llegaban desde lejos cuando mordí tus muslos
la vellosidad del durazno.
Y bebí en tus senos como un hijo malo.
Y besé tu boca y tus dientes de tigresa.
Y sorbí la bella muerte de tu copa.

Qué de nocturnidad y qué de delirio
cuando descendí campana.
Espejo mil astillas.

Sobre ti soy golpe de hacha. Soy suicidio.
Hijo malo. Vagabundo sin memoria.

Mujer para siempre y desde siempre mía.
Hoy vivo en tus ojos.
Allí resido desafiante con la locura azul de mis quince años.

Las pupusas

¿De qué las quiere?

¡Ardientes,
perfumadas con loroco!
¡Con queso,
chicharrón y con frijoles!
¡Las mías,
tan calientes como ausoles!
¡Por las revueltas,
yo me vuelvo loco!

Así te celebramos tus virtudes,
pupusa popular.
Pan vehemente,
horneado con aplausos,
que candente
a las manos del pueblo
fiel acudes.

¡Que vivan tus entrañas de mixturas!
¡Dios salve tu abolengo,
tus aromas,
escudo nacional de sabrosuras!

¡Hoy te consagro en todos los diplomas,
benefactora de hambres y amarguras,
y te bendio
en todos los idiomas!

Canción del hermano menor

Yo tenía un hermano.
A pesar de todo, era un buen hermano.
Amaba la poesía y odiaba lo injusto.
Por eso lo amaron las muchachas del barrio.

Un día dijo: ‘Hermano, hay que luchar…’

Hoy cumple años (no tiene cruz su tumba)
y llevo una flor.

Roja, como él la quería.

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SI TÚ PUDIERAS… [Mi poema]
Sonia Luz Carrillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Si tú pudieras…
erguir la vista al cielo mirando al infinito y en un esfuerzo extremo abrir bien los pulmones
al aire fresco, puro y limpio de la sierra, verde esperanza, blanca de nieve, sin contaminaciones.

Si tú pudieras…
dar con la puerta en las narices a esos revendedores de sueños imposibles que cada día, sin permiso, se introducen en tu casa,
gente de medio pelo, sabuesos, vividores y hasta presentadores, que te desprecian y lanzan su señuelo y en cambio viven de ti que eres la masa.

Si tú pudieras…
conservar tu cabeza lúcida cuando todos a tu alrededor la pierden y te colman de alabanzas o reproches,
obviar las opiniones, huir del laberinto que forman los profetas, de púlpitos santones, aduladores, embaucadores, falsos predicadores.

Si tú pudieras…
en un esfuerzo casi imposible aislarte de todo lo que en el mundo te rodea que no te quiere o entiende e intenta impedirte que puedas elegir,
evitar las tentaciones de ruidos, ronroneos y susurros de gorrones que te intentan seducir, sin dejarte influir.

Si tú pudieras…
pasar de las soflamas de aquellos que se dicen gobernantes de la gente, que a sí mismos pomposamente se autoproclaman salvadores,
objetos de traiciones, sujetos de luchas intestinas, parásitos, sabuesos, impostores, obsesos manipuladores, rehenes de su propias ambiciones.

Si tú pudieras…
mirarte en el espejo cada día y verte guapo o guapa y dar un salto de alegría, y a su vez rascar en el reverso del cristal y observar como tu faz desaparece
como por arte de magia, volver a la realidad, de tus luces y tus sombras, y descubrirte a ti y sólo a ti y olvidarte del resto de la gente.

Si tú pudieras…
soñar sin que los sueños te dominen o fagociten tu capacidad de pensamiento, poder compaginar en un solo momento
los sueños, ilusiones, esperanzas, deseos de vivir y convivir con los razonamientos.

Si tú pudieras…
encararte a partes iguales con el triunfo y el fracaso, dando el mismo trato a ambos impostores, si fueras capaz de echarles un pulso a cara o cruz,
y volver a empezar una y mil veces con la misma ilusión que el primer día observando fijamente la rendija por donde entra la luz.

Si tú pudieras ser tu y sólo ser tú…
si todo esto tú pudieras, habrías, por fin, ganado noblemente la guerra de la vida y, al final de esta batalla,
descubrir el placer del triunfo personal y disfrutar de todos los manjares que da la libertad de aquel que no mira al tendido, come y calla..
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Sonia Luz Carrillo

SOL REENCONTRADO

Eres octubre o noviembre
en Lima.
Lo que intento decir
a través tuyo
es claridad frescura
sol reencontrado.
Piel apenas bordada
eres
aliento
al darme con tu brillo
tu talento inmediato
que desafía
y vence
nieblas y medianías.

Si supieras
con qué prodigio conviertes
en brisa la fatiga
de estar de vuelta
de tantas horas densas.

Pero nada puede poesía
contra el tiempo
y sus marcas soberbias
contra el tejido
de innumerables circunstancias.
Nada puede poesía
por eso nada proclama
ni reclama
ni hace explícito.

Ahí su encanto
ahí su riqueza
ahí su trabajoso deleite.
En: Las frutas sobre la mesa
Lima, 1998

LAS SIRENAS NO PUEDEN CANTAR

Las sirenas no pueden cantar.
En vano hacen gestos de llamada,
invitaciones
obscenas
a torcer los caminos.

En vano
escudriñan,
sibilinas,
tus puntos
frágiles.

En vano
despliegan,
repulsivas,
sus brillos.

Las sirenas no pueden cantar.

Cuando tú lo decides
simplemente
las sirenas no existen.

AIRE ENTRE CIELO Y VERDES

Arpa que gime
melodía desgarrada
pena a colores

aguda voz
que habla de palomas
heridas
o en fuga

dulces mejillas
talle inclinado
compás de cuerdas
y un corazón
hecho hilo de aire

entre cielo y verdes.

FORMA

Sola
La conciencia sedienta
No hay nadie
Cerca

No puede haber
nadie
En este espacio.

Es preciso
no distraerse
es preciso
guardar
fuerzas

El designio
es comprender
hurgar
con atenta minuciosidad
a uno y otro lado
sin perder de vista
la emoción

La realidad decantada
huellas en la arena
lidiando con el viento

forma
sola
forma

ARTIFICIOS DEL FUEGO

Artificios del fuego
Efímeros
Destellos
Cortan
La dilatada noche

Los ojos
Se prendan
Del repentino parpadeo
Y se quedan
Inmóviles y desolados

Las estrellas
Inmutables
Vislumbran
Las simulaciones

La Verdad
Brilla
Delicada, frágil.

GRABADOS EN EL AGUA

esculpidos en el aire
extraviados
para siempre
dados por desaparecidos
entre el sueño
y la vigilia
rendidos
ante la desidia
y el cansancio
los magníficos
poemas
que no llego a escribir.

ESE PEQUEÑO ESPACIO

verso en penumbra
habitación cerrada
sutil sombra
que atrae
o pasa
inadvertida.

Ese pequeño espacio
al centro
de un poema
que nos reservamos
donde no permitimos que ingresen
ni lo violen
las miradas

TENUE Y DEFINITIVA

luz
que se filtra
entre las cortinas

así
la porfiada
fantasía
hecha tema
que se enseñorea
en el poema
hace frente
a la razón
y se acepta
feliz
al grabar sus señales.

ENTONCES…

La frente
sin ataduras
el pecho
tranquilo
propicio el rededor
ubicado
cada sonido
oportuna
la luz
precisos los aromas
plenas
las palabras,
las indispensables,
sopesada toda evidencia
la piel calma

entonces
el amor
el saber
o el poema.

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PADRE DUERO [Mi poema]
Ricardo Güiraldes [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¡Phsshshs…! Silencio en el ambiente.
Observen como salta y se desliza lentamente
ese chorrito de agua cantarina,
-un milagro de dios, agua divina-
en los Picos de Urbión, ¡oh Soria pura!
en medio de un grupo de rocas escarpadas
con aspecto monacal acurrucadas.
Cómo comienzas dibujando un garabato en el camino
que deberás continuar largo y cansino
-a veces tedio, a veces adivino-
hasta culminar con tu andadura
y morir en un país vecino
de nombre Portugal.

¡Eres un poderoso y misterioso río sin igual!,
todavía incipiente enjuto riachuelo,
que nace aquí en Duruelo,
bautizado con dos nombres Douro o Duero,
-tu eres el eje espiritual y la columna vertebral
de todo el territorio castellano-,
-Soria, Burgos, Valladolid, Zamora y Salamanca-
por tus 333 hijos arropado,
-afluentes con los que vas aumentando tu pujanza,
algunos: Riaza, Duratón, Eresma, Tormes, Agueda, Pisuerga, Arlanzón y Arlanza-.

Visitante a veces residente, otrora esquivo,
observador curioso a lo largo del camino:
la Laguna Negra, cargada de leyenda y su río Revinuesa,
Covaleda, -pinos, robles y hayas-, pone puertas al campo hasta Vinuesa.
Sereno, Duero, andas en busca de la Soria asceta
-ciudad fría y dormida, tierra de moros y cristianos-
la misma que cantaron los poetas,
Bécquer, Gerardo Diego y especialmente Machado,
ambas, Garraiz y Numancia, famosa por su asedio, cogidas de la mano.

Tú, Duero, que apenas has rozado la piel en Soria
lo abandonas y horadando llegas hasta Almazán,
la atractiva villa medieval, para volver a reconciliarte con la historia.
Calatañazor, el viejo castillo y su batalla
tan famosa, -trabaja, come y calla-.
y San Leonardo de Yague, de apacible serenidad y ancha belleza,
-oscuras laderas de pinos y sabinas y la hoz del río lobos en su naturaleza-,
-los buitres leonados, águilas reales y vencejos-
¡siempre al acecho, casi siempre cerca y siempre lejos!

Y anda que te anda…,
dando brincos, resulta que, por fin, te diriges a Berlanga,
aquesta villa inquieta, junto al río Escalote,
de la que el Mio Cid don Rodrigo fue el primer preboste.
De espaldas al río Burgo de Osma, ¡qué hermosa ciudad!
repleta de innumerables monumentos, de leyendas, dechada de bondad,
su indiscutida y célebre matanza
de la que se cuenta que hasta a su egregio obispo le alegraba la pitanza.

San Esteban de Gormáz recibe al río, Langa, La Vid y Peñaranda,
-aquí la sierra muere y nace la meseta,
de la vieja Castilla, llana y esteta-,
y sobretodo Aranda
lugar en el que tú te conviertes en fisgón
vigilando a la gente, los dimes y dirétes, a través de su puente que parte en dos la población.
-sus profundas bodegas, sus lagares, el cordero lechal
y el pan candeal-.

Y así desangrándote continuas, inquieto río,
abrevando pardos campos, susurrando romanceros,
-sed de pastores y labriegos-
¡oh, Duero, aquí cómo te quiero!
miro como te deslizas hasta llegar a Roa,
del páramo en la llanura después de largas siestas
para arribar a Peñafiel, catedral del vino de Ribera y de las fiestas
en donde el río de leyendas se convierte en vino
y todo Peñafiél es una loa.

Quintanilla de Onésimo y su canal
para los agricultores de la zona de trascendencia sin igual,
Tudela de Duero, Valbuena y de Duero Laguna
van perdiéndose una a una
hasta divisarse Tordesillas, la ciudad en donde el nuevo mundo
se repartió, manteniendo tú la misma dirección hasta Castronuño
¡cuántas historias mantienen ocultas debajo de las piedras ese terruño!

Y así, sin darte cuenta…
ya estás llegando a Toro, esa ciudad coqueta,
a su fértil vega -agua, horizonte y tierras entran en una sola mirada-,
antaño sede de cortes generales, altiva y a la vez discreta,
conjunto monumental histórico-artístico declarada.
A 30 kilómetros, Zamora
aguas abajo -de la que el rey Sancho II dijo no se conquistaba en una hora-
rozando sus muros pero sin osar saltar tú, Duero,
te incrustas en un congosto abrupto
comenzando a pergeñar un estentóreo exabrupto
y acabando con un profundo escupitajo
que el eco va repicando hasta llegar a la mar, dueña y señora.

Duero, ¡si aun hay alguien en Zamora que no sabe donde vives
únicamente tiene que preguntar por los Arribes!
el paisaje mas bello, agreste e impresionante de esta España*.
Rindiendo pleitesía a grandes hoces, barrancas y pelados barayones,
corres encorsetado con los frenos de las presas con incesante saña,
-mozo fornido, obrero sudoroso- el agua se desploma a chorro en tus cañones.

En Fermoselle, -alrededor, un sinfín de pueblos con ermitas,
vestigios celtíberos de antiguos pobladores y monjes eremitas-,
de las tierras hispanas, acabas tu aventura.
Te llevas de recuerdo la savia de Castilla impregnada de cultura,
tu sangre vigorosa se aprieta entre murallas tremendas delineando la frontera
¡por fin te haces adulto y estás a punto de llegar a tu final!
¡Duero, ya no eres Duero! Ahora, Douro, te reconviertes en un río fluvial.
Cuando tú me lo pidas, yo me acercaré allí donde tú quieras
Besos de despedida.
Pronto, entre las olas del atlántico vas a pasar a mejor vida,
Mis saludos a Porto y a la muy querida y admirada Portugal.
©donaciano bueno

Un breve recorrido por el río Duero, algunas de sus poblaciones y su historia
* según escribió Unamúno

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo Güiraldes

Tengo miedo de mirar mi dolor

Tengo miedo de mirar mi dolor.
No vaya a ser que me quede demasiado grande.
Prefiero calzar mi debe como una valentía de espuelas
e hincando mi pereza, que quisiera morir
cobardemente, andar con frente firme ante la
pampa yerma del dolor de los otros.
Sólo así quiero merecer.

Viajar

Asimilar horizontes. ¿Qué importa si el mundo
es plano o redondo?
Imaginarse como disgregado en la atmósfera,
que lo abraza todo.
Crear visiones de lugares venideros y saber
que siempre serán lejanos,
inalcanzables como todo ideal.
Huir lo viejo.
Mirar el filo que corta una agua espumosa
y pesada.
Arrancarse de lo conocido.
Beber lo que viene.
Tener alma de proa.

Proa

Hace mar fuerte…fuerte…
Los egocultores decimos así a lo
que nos vence y no es el caso.
El mar arrea cordilleras renovadas,
que columpian al vapor
en cuya proa frenetizo de borrasca.
Busco una metáfora pluriforme
e inmensa; algo como fijar el alma
caótica,que se empenacha de pedrería.
¿Cómo decir?…Mar…mar…y mientras
insuflo el cráneo de espacio
para cantarle mi visión, el insolente
me escupió la cara.

Verano

Buenos Aires. Calle Santa Fe en el 900. Diciembre.
La casa abierta, respirando de noche,
todo apagado dentro.
Cielo, implacablemente estrellado, cuyo azul
de zafiro australiano se aleja,
por obra del aturdimiento luminoso que mandan
a los ojos los focos eléctricos.
De tiempo en tiempo, coches pasan,
en rectilíneos destinos.
En la acera de enfrente, una madre aparea
la obesidad de su flácido descanso
a las epidérmicas lasitudes de su hija,
que corre mano distraída sobre su muslo,
apenas suavizado por un batón rosa.
El reflejo de los focos se aplasta,
extendido contra el asfalto.
Caballito, caballito que llevas el fiacre vacío,
pareces un cuento,
infantil,
de madera.

Paseo

De Río a Copacabana.
Se dispara sobre impecable asfalto,
se agujerea una montaña y se redispara,
en herradura, costeando océano
y venteándose de marisco.
El mar alinea paralelas blancas con calmos siseos.
El cielo está siempre clavado al techo,
por sus estrellas;
los morros fabrican horizontes de montaña rusa…
Y la luna calavereando.

Quietud (Güiraldes)

Tarde, tarde,
cae la tarde.
Larga, larga,
se aletarga,
en derrumbe silencioso,
como mirada en un pozo.
«La Porteña», 1914.

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MI POETA INVITADO: María Lejárraga

VILLANCICO DE LAS MADRES
QUE TIENEN A SUS HIJOS EN BRAZOS

Dulce Jesús, que estás dormido,
por el santo pecho que te ha amamantando
te pido
que este hijo mío no sea soldado.
Se lo llevarán y en carne mía;
me lo matarán y era mi alegría.
Cuando esté muriendo dirá «madre mía»
y yo no sabré ni la hora ni el día.
Dulce Jesús, que estás dormido,
por el santo pecho que he ha amamantado
te pido
que este hijo mío no sea soldado.

Editorial Renacimiento

¿CÓMO ESCRIBIR UN CUENTO? [Mi poema]
Ricardo J. Bermúdez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A escribir yo empecé un día
sin saber que el escribir
era el arte de medir
cuando escribes poesía.
Y fue así que poco a poco
las palabras fui midiendo
y con el metro insistiendo
escribir me volvió loco.

Y aunque empezar quise, yo no sabía
cómo tejer un cuento
si en mi cabeza el mismo no cabía
e iba a llenar de pena o de alegría
tal acontecimiento.

Y comencé a pensar como sería
la trama o argumento
y en esto que a una rata por la vía
un coche le aplastaba y no la hería
y me quedé contento.

Después la vi que al coche se subía
haciendo un aspaviento,
que se puso al volante y conducía
miraba a cada lado y que reía
así en todo momento.

Y ¡zas! me dije a mí, qué maravilla,
¿cómo puede conducir
ese bicho no humano que es ardilla,
sin el carnet?  Si un poli allí la pilla
le iba a tener que oír.

Y aunque no lo persiguiera
ha llegado ya el momento
de decir que esto es un cuento
que ha parido mi mollera.
La ardilla, protagonista,
accidente, el argumento,
la imaginación, sustento,
y del mismo yo el cuentista.
©donaciano bueno

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Ponerse a escribir es como coser y cantar.

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo J. Bermúdez

Poema del Olvido Imposible

A cada beso de tu viva rosa
comienzan nuevas eras de canción.

Feliz espigadora de poesía,
camino de aire, júbilo de pan,
las aguas de tus ojos soñadores
están llenas de música y de sol

Sonido dulce de lejanas voces
en el sueño que copia tu mirar.

En tu pena mi pena fue tu apoyo,
en mi dicha tu dicha fue la luz,
en todos mis silencios perduraste
estrella de mis noches sin fulgor.

Sucumbe entre las manos extraviadas
tu imagen presurosa de jazmín.

Presencia de tu sangre en mi cerebro,
blancura de tus dientes en mi cal,
uncido para siempre a la memoria
bajaré a las raíces del dolor.

Más allá de la noche y de la angustia
se agitan tus aromas de mujer.

Poema del Dolor Infinito

Bajo el olvido de la noche muda
se desploma en mis sueños la inquietud

Todo el vacío que tu ausencia deja
abre de par en par la soledad,
la angustia desordena los caminos
y me asaltan las olas de tu adiós.

La nostalgia los astros picotea
tus señales de pan para volver.

La amarga inmensidad se multiplica
en círculos de brazos hacia tí;
el insomnio que ronda entre la niebla
se rinde fatigado de ladrar.

Tu sollozo el olvido desdibuja
entre las grietas del atardecer.

Quizá la lluvia tu memoria enciende
cuando cubre de flores mi dolor,
que la esponja del aire enjuga el tiempo
y como un demente el día echa a correr.

Tus manos, de la ausencia rescatadas,
me humanizan sobre la cruz del sur.

Poema de Fuga Creciente

Te he mirado tan lejos de mis ojos
que el agua que te copia se secó.

La fatiga erosiona las amarras
que me unen a tu voz y a tu reír,
los molinos de nuestras ansias truncas
pugnan por contener la soledad.

Sobre el aire tus manos gravan signos
que aumentan el furor de mi inquietud.

Por el cristal de mis poemas tuyos
transcurren negras aves otra vez,
las lejanías de mi voz sin torres
se arrastran como sombras tras de tí.

Una fuerza me arroja hacia el vacío:
en mi incendio tu cuerpo sabe a sal.

Todo se hunde en un fondo de espirales
bajo el reflujo inmóvil de mi ser,
anochece en las cuencas de mis manos
y un torrente de besos corre a tí.

Se ilumina y se apaga en la memoria
el pañuelo de llamas de tu adiós.
Del Libro: Poemas de Ausencia (1937)

Tamborito Triste

Te vas, Florecita Blanca,
madurada de adioscitos,
con tus cabellos de azúcar
y los ojos de aguacero.

Llórele de la tinaja
llorando rosas de arcilla.

Florecita boquiabierta,
descalza de ruiseñores,
por el aire te me escurres
sin que respire tu beso.

Ajé y ajá que te siguen
mis pies de estrellas sin nombre.

Porque quedo sin tu risa
voy a morirme de sombra,
y el eco del valle frío
se comerá tu recuerdo.

Adiós Florecita Blanca,
adioscito cabizbajo.

Todavía Más Fuerte que Yo Mismo

Todavía más fuerte que yo mismo,
con mis cavernas de recuerdos
y los ojos hundidos en las cosas,
es este afán de ser sólo estructura,
agua de pensamiento limpia de manos claudicantes.

Suelto de todo ambaje falso,
sobre la despojada piel de barro que mi exterminio implica,
sentiría el triunfante abrazo de los vientos,
y el llamado de pájaros de mi lejana patria
sumergida en las nubes.

Todo este esfuerzo incalculable de soledad y ajuste,
este voraz apartamiento en busca de mis raíces hondas,
este nadar en mi conciencia agreste y desvelada,
serían, finalmente, compensados en mi profundo hallazgo,
libre de milenarias estratas de silencio.
Del Libro: Adán Liberado (1944)

Unidos Como Un Número Insoluble

Unidos como un número insoluble,
la Humanidad y yo somos un sólo concepto indivisible,
un líquido sin forma vaciado sobre el Tiempo,
que no rasgan las uñas de la brisa ni enturbian los paisajes.

Con la invisible savia de los cantos,
vamos creciendo mutuamente esbeltos
por el camino de las altas estrellas silenciosas
en busca del hallazgo presentido.
Nada pueden hacer los meridianos con sus doradas hoces
dividiendo los pétalos del mundo,
ni los lóbregos brazos de los mares
hundiéndose en la tierra maternal y doliente.
Es tan mío el dolor que corre por todos los compases,
entre los agrios ríos de lágrimas descalzas,
que aunque mis ojos no hayan dicho una palabra de protesta
mi corazón se empaña perennemente de neblina.
Del Libro: Adán Liberado (1944)

Rojo Ha de Ser El Estupor Naciente

Rojo ha de ser el estupor naciente
batiendo entre la sangre de los muertos
su infinita bandera de esperanzas
cuando la aurora diga su mensaje
de luces tras la noche del martirio.

Si la espera es tan larga como un río
dando vuelta entre valles y montañas,
las raíces de amor serán más hondas
y las manos opacas de la vida
se abrirán como pétalos del cielo.

Para que todas las campanas hablen
con los vientos del mar y de la tierra
de este hallazgo recóndito y perfecto,
mi voz ha de subir hasta la rama
más alta del dolor petrificado.

Tan sólo así podré saberme libre
de mezclar con mi arcilla sin congojas
la miel fraterna de los labios mustios
de todos los que mueren en silencio
porque sigan creciendo sus palabras.

Antes que el aire fuera marinero

Antes que el aire fuera marinero
entre la sangre de mis siete mares,
y la luz limonar de mis dos ojos
tus barrocas colinas despeinara;

antes que el fuego verde de un relámpago
las pensativas sienes encendiera,
y en mis manos flotaran los arcángeles
que custodian la sal de la memoria;

siempre y desde que el lirio de mis labios
en tu nombre de ave amaneciera,
y soñaran con árboles de nácar
los húmedos follajes de tus olas;

estabas junto a mí, ayer y ahora,
creciendo en los verjeles, sumergida
en las cejas, de pie en los huracanes,
con una rosa roja en los amores.

Isla de paz en zócalos de olvido:
eras y eres el pulso acelerado
que da sabor de luna a las almejas
y contornos de agua a los recuerdos.

Te saludo con un geranio ardiente
al entrar por tus dulces plenamares,
como un galán dormido que despierta
con el rostro del sueño entre las manos.
Del Libro: Cuando La Isla Era Doncella (1961)

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A BLAS DE OTERO [Mi poema]
Ricardo Martell Caminos [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que hoy preciso leer a Blas de Otero,
me gusta como escribe, su constancia,
me encanta lo que dice, que yo quiero
ornarle con sus versos a mi estancia.

De amor, su juego y odio con la muerte
al dios que tanto clama y le reclama,
creer y no creer si eso es soflama,
y al diablo y al pecado desear suerte.

Me gusta ver sus ansias de vivir
diciendo que para él el mundo sobra,
gustando de las mieles en su obra
fingiendo sin amor voy a morir.

Hablar con él de ayer y del pasado,
ferviente hacia su altar rendir tributo
libando de las mieles de ese fruto,
el don que al escribir un dios le ha dado,

pagando como él un diezmo al hombre
que piensa que no está, pero que siente,
con ansias de vivir, pero indigente
que dude ante la duda y que asombre.

Rindiéndole también tributo al tiempo
la música y al mar y a la palabra,
al cuerpo de mujer y, aunque macabra,
la vida que nos sirve de sustento.

A una idea cogerle y darle vueltas
hasta al fin destripar y sacar brillo
y acabar de ese modo tan sencillo,
con sus artes de mago tan esbeltas.
©donaciano bueno

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Blas de Otero fue una de las voces más destacadas de la poesía social española de los años cincuenta.

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo Martell Caminos

SONETO I:

“Florece, sin pensar que con tus rosas
has de dar al minuto un nuevo encanto.
Canta, sin esperar que con tu canto
se clarifique el alma de las cosas.

Teje bajo tus horas silenciosas
tu red de fina luz y negro espanto.
Ensáyate en la risa y en el llanto
y sueña con fantasmas y con diosas…

Qué importa el claroscuro de la senda?
La comba inmensa o la apretada venda?
El puro incienso o el costado abierto?

Todo, todo es fugaz y sin sentido,
y encendido de gloria o adolorido
has de llegar un día al mismo puerto…!”

NÁUFRAGO

Hoy que me queda sólo un mástil muerto
sobre el dolor de envilecida arena,
añoro la onda azul que fue tan buena
y que se evaporó al azul abierto.

Y siento la nostalgia de aquel puerto
donde canté inspirado en una pena
y até mi corazón con fiel cadena
al cruel coral de un sonreír incierto.

¿Dónde encontrar el rumbo hacia el regreso
para llegar hasta el rosado beso
que tuvo la inconstancia de las olas?

Heme aquí sin espacios cardinales,
Sin ángeles, sin rosas, sin puñales,
Para llenarme el pecho de amapolas.

SIN FE, SIN ESPERANZA, SIN AUREOLA

Por la vereda azul que va al ocaso
me voy siguiendo tu angustiada huella.
Muere la luz y la primera estrella
besa el constante ritmo de mi paso

¿Dónde el rosado mármol de tu brazo?
Bajo ¿qué clima estás regando aquella
dulce manera de mirar tan bella?
¿A quién ofreces hoy tu íntimo vaso?

Aunque no pierde frescura mi constancia
aunque en las vueltas del camino siento
que entre los dos se agranda la distancia…

¡Mas, si he de hallar herida la corola,
prefiero regresar sin sol, sin viento,
sin fe, sin esperanza, sin aureola!

CANCIÓN DE LLUVIA Y PÁJARO

Se alegra el corazón oyendo el fino
canto de lluvia nueva en el tejado.
Huele a belfo, a corral y a camino
bajo la tarde azul recién mojado.

Suaves brochazos de un morado-vino
semidiluido en verde-anaranjado
pintan la lejanía donde un trino
florece en el frescor recién brotado.

¡Canción de lluvia y pájaro! Sonrisa
de mirto que sacude blanda brisa
para que sus rocíos tornasolen.

¡Está el alma tan cerca de las cosas,
que viendo revolar las mariposas
se siente el corazón de miel y polen!
De: “Media luz, Dirección de Publicaciones, Ministerio de Educación de El Salvador, 1980.

TU VOZ

¡Tu voz!
Voz de campana
con húmedo badajo de geranios.
¡Voz que arrodilla el alma!

Voz que viene y no llega.
Que llega y no se va…
Que no se sabe si entristece
o nos hace reír y cantar.

Tu voz siembra de rosas los senderos
por donde el corazón corre a buscarte.
Voz que sacude ramos de recuerdos
a orillas del alba.

Ayer y hoy: ¡tu voz!
Mañana:
¡Sólo tu voz ha de marcar la senda
para volver a tu presencia clara!

TRES ELEGIAS A MI PADRE:

ELEGIA III
Padre! Señor humilde!
Hombre cabal, sin mácula, sencillo.
Hoy se por qué la tierra se te daba
con infinito, conyugal cariño.

Por qué todas las voces de la aurora
te llamaban amigo
y por qué el tiempo
estaba siempre fiel a tus designios.
Fue porque tú jamás pediste al tiempo
un solo instante mínimo
para pensar en algo que no fuera
el hoy y el mañana de tu hijo…”

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MI POETA INVITADO:  Pablo Fuentealba Peñailillo

UNA ESQUIZOFRÉNICA CRIATURA

Ni el más terrible
de los demonios del infierno
se puede comparar
a la malvada y esquizofrénica criatura
que habita en mi interior;

una que se alimenta
de mis miedos e inseguridades
para abrirse paso hacia el exterior
y gritar, a todo pulmón,
en contra de lo que más amo.

EL LASTIMERO AZAR

Desde que recuerdo
que he ido por la vida destrozando
todo aquello que toco
con mis sucias e impías manos;

esa es la maldición
que me ha sido dada,
a modo de castigo,
por el lastimero azar.

Y no por la voluntad sagrada
de algún colérico demonio
como muchos imbéciles,
tan vilmente, han de afirmar.

LA HORRENDA MELODÍA DEL SOLITARIO

Hice de todo para defenderme
de las terribles visiones
que atormentaban mis horas,
y aun así mis intentos no fueron suficientes.

¡Nunca lo son, cuando se está indefenso
ante la inmensidad de la noche!,
la cual suele traer consigo
la horrenda melodía del solitario;

la misma que, lentamente,
termina por destrozar los oídos
de cualquier pobre desgraciado
que titubee ante la muerte.

ENFERMOS TERMINALES

Una mañana en la que vi muerta mi libertad
me deshice de mis ropas y posesiones
para salir al exterior y gritar, a todo pulmón,
en contra de mi creador,
pero no obtuve respuesta.

Desde entonces que para mí los dioses
no son más que una mala caricatura
de una sociedad de enfermos terminales,
que en vez de buscar respuestas

solo se conforman con algo menos de dolor.

Pero no los juzgo:
“¿Cómo podría hacerlo?”,
si el solo hecho de no poder vivir
como otros lo hacen
duele y desgarra profundamente.
Editorial Coverso