A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

DUDAS [Mi poema]
Néstor Perlongher [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Las gotas caen y caen, en este humilde escondrijo
donde yo ahora me cobijo y no las puedo parar,
hasta cuando este penar, a quién ahora me dirijo
que resuelva este acertijo que es mi lento caminar.

Pues mi vida es un solar barbecho sin dios ni trigo
donde el trigo no es mi divo y este dios mi duda es,
tampoco sé lo que sé y menos sé aún lo que digo,
ni conozco qué persigo, todo lo entiendo al revés.

Y dudo si esto es virtual pues vivir yo no consigo
ni aclarar dudas conmigo, en el mundo terrenal,
ver lo que mis ojos no ven, descubrir lo que percibo,
qué pinta este ser aun vivo y en su inmenso carajal.

Mis dudas bailan al son que le marca la veleta,
se mueven sin ton ni son según se lo ordena el viento
y por más que yo lo intento no puede quedarse quieta
ni conozco a donde voy y ni de dónde no lo siento.

Que dé respuesta a mis dudas yo quisiera conocer
y si esta vida es real qué pinto yo en la manada,
qué existe entre ver, no ver o creer y no creer,
sordo y ciego perecer ¡sólo sé que no sé nada!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Néstor Perlongher

DEVENIR MARTA

A lacios oropeles enyedrada
la toga que flaneando las ligas, las ampula
para que flote en el deambuleo la ceniza, impregnando
de lanas la atmósfera cerrada y fría del boudoir.

A través de los años, esa lívida
mujereidad enroscándose, bizca,
en laberintos de maquillaje, el velador de los aduares
incendiaba al volcarse la arena, vacilar

en un trazo que sutil cubriese
las hendiduras del revoque
y, más abajo, ligas, lilas, revuelo
de la mampostería por la presión ceñida y fina que al ajustar

los valles microscópicos del tul
sofocase las riendas del calambre, irguiendo
levemente el pezcuello que tornando
mujer se echa al diván.

POR QUÉ SEREMOS TAN HERMOSAS…

Por qué seremos tan perversas, tan mezquinas
(tan derramadas, tan abiertas)
y abriremos la puerta de calle
al monstruo que mora en las esquina,
o sea el cielo como una explosión de vaselina
como un chisporroteo,
como un tiro clavado en la nalguicie.

Por qué seremos tan sentadoras, tan bonitas
los llamaremos por sus nombres
cuando todos nos sienten
(o sea, cuando nadie nos escucha)
Por qué seremos tan pizpiretas, charlatanas
tan solteronas, tan dementes

Por qué estaremos en esa densa fronda
agitando la intimidad de las malezas
como una blandura escandalosa cuyos vellos
se agitan muellemente
al ritmo de una música tropical, brasilera.

Por qué seremos tan disparatadas y brillantes
abordaremos con tocado de plumas el latrocinio
desparramando gráciles sentencias
que no retrasarán la salva, no
pero que al menos permitirán guiñarle el ojo al fusilero

Por qué seremos tan despatarradas, tan obesas
sorbiendo en lentas aspiraciones
el zumo de las noches peligrosas
tan entregadas, tan masoquistas,
tan hedonísticamente hablando

Por qué seremos tan gozosas, tan gustosas
que no nos bastará el gesto airado del muchacho,
su curvada muñeca:
pretenderemos desollar su cuerpo
y extraer las secretas esponjas de la axila
tan denostadas, tan groseras

Por qué creeremos en la inmediatez,
en la proximidad de los milagros
circuidas de coros de vírgenes bebidas y asesinos dichosos
tan arriesgadas, tan audaces
pringando de dulces cremas los tocadores
cachando, curioseando.

Por qué seremos tan superficiales, tan ligeras
encantadas de ahogarnos en las pieles
que nos recuerdan animales pavorosos y extintos,
fogosos, gigantescos.

Por qué seremos tan sirenas, tan reinas
abroqueladas por los infinitos marasmos del romanticismo
tan lánguidas, tan magras

Por qué tan quebradizas las ojeras, tan pajiza la ojeada
tan de reaparecer en los estanques donde hubimos de hundirnos
salpicando, chorreando la felonía de la vida
tan nauseabunda, tan errática.

CANCIÓN DE AMOR PARA LOS NAZIS EN BAVIERA

Marlene Dietrich
cantaba en Londres una canción entre la guerra:
Oh no no no es cierto que me quieras
Oh no no no es cierto que me quieras
Sólo quieres a tu padre, Nelson, que murió en Trafalgar
y ese amor es sospechoso, Nelson
porque tu papá
era nazi!
Era el apogeo de la aliadofilia
debajo de las mesas aplastábamos soldados alemanes
pero yo estaba sentada junto a ti, Nelson
que eras un agente nazi
Y me dabas puntapiés

Oh no no no es cierto que me quieras
Ay ay ay me dabas puntapiés

Ceremoniosamente me pedías perdón
posabas una estola de visón sobre mis hombros
y nos íbamos a hacer
el amor a mi buhardilla
pero tú descubrías a Ana Frank en los huecos
y la cremabas, Nelson, oh

Oh no no no es cierto que me quieras
Ay ay ay me dabas puntapiés
Heil heil heil eres un agente nazi

Más acá o más allá de esta historieta
estaba tu pistola de soldado de Rommel
ardiendo como arena en el desierto
un camello extenuado que llegaba al oasis
de mi orto u ocaso o crepúsculo que me languidecía
y yo sentía el movimiento de tu svástica en mis tripasoh
oh oh oh

EL CADÁVER

¿Por qué no entré por el pasillo?
Qué tenía que hacer en esa noche
a las 20.25, hora en que ella entró,
por Casanova
donde rueda el rodete?
Por qué a él?
entre casillas de ojos viscosos,
de piel fina
y esas manchitas en la cara
que aparecieron cuando ella, eh
por un alfiler que dejó su peluquera,
empezó a pudrirse, eh
por una hebilla de su pelo
en la memoria de su pueblo
Y si ella
se empezara a desvanecer, digamos
a deshacerse
qué diré del pasillo, entonces?
Por qué no?
entre cervatillos de ojos pringosos,
y anhelantes
agazapados en las chapas, torvos
dulces en su melosidad de peronistas
si ese tubo?
Y qué de su cureña y dos millones
de personas detrás
con paso lento
cuando las 20.25 se paraban las radios
yo negándome a entrar
por el pasillo
reticente acaso?
como digna?
Por él,
por sus agitados ademanes
de miseria
entre su cuerpo y el cuerpo yacente
de Eva, hurtado luego,
depositado en Punta del Este
o en Italia o en el seno del río
Y la historia de los veinticinco cajones

Vamos, no juegues con ella, con su muerte
déjame pasar, anda, no ves que ya está muerta!

Y qué había en el fondo de esos pasillos
sino su olor a orquídeas descompuestas,
a mortajas,
arañazos del embalsamador en los tejidos

Y si no nos tomáramos tan a pecho su muerte, digo?
si no nos riéramos entre las colas
de los pasillos y las bolas
las olas donde nosotras
no quisimos entrar
en esa noche de veinte horas
en la inmortalidad
donde ella entraba
por ese pasillo con olor a flores viejas
y perfumes chillones
esa deseada sordidez
nosotras
siguiéndola detrás de la cureña?
entre la multitud
que emergía desde las bocas de los pasillos
dando voces de pánico

Y yo le pregunté si eso era una manifestación o un entierro
Un entierro, me dijo
entonces vendría solo
ya que yo no quería entrar por el pasillo
para ver a sus patas en la mesa de luz,
despabilando
Acaso pensé en la manicura que le aplicó el esmalte Revlon?
O en las miradas de las muchachas comunistas,
húmedas sí, pero ya hartas
de tanta pérdida de tiempo:
ellas hubieran entrado por el pasillo de inmediato
y no se hubieran quedado vagando por las adyacencias
temiendo la mirada de un dios ciego
Una actriz –así dicen–
que se fue de Los Toldos con un cantor de tangos
conoce en un temblor al General, y lo seduce
ella con sus maneras de princesa ordinaria
por un largo pasillo
muerta ya
Y yo
por temor a un olvido
intrascendente, a un hurto
debo negarme a seguir su cureña por las plazas?
a empalagarme con la transparencia de su cuerpo?
a entrar, vamos por ese pasillo donde muere
en su féretro?

Si él no me hubiera dicho entonces que está solo,
que un amigo mayor le plancha las camisas
y que precisaría, vamos, una ayuda
allá, en Isidro
donde los terrenos son más baratos que la vida

lotes precarios, si, anegadizos
cerca de San Vicente (ella
no toleraba viajar a San Vicente
quiso escapar de la comitiva más de una vez
y Pocho la retuvo tomándola del brazo)

Ese deseo de no morir?
es cierto?
en lugar de quedarse ahí
en ese pasillo
entre sus fauces amarillas y halitosas
en su dolor de despertar
ahí, donde reposa,
robada luego,
oculta en un arcón marino,
en los galeones de la bahía de Tortuga
(hundidos)

Como en un juego, ya
es que no quiero entrar a esa sombría
convalecencia, umbría
–en los tobillos carbonizados
que guarda su hermana en una marmita de cristal–
para no perder la honra, ahí
en ese pasillo
la dudosa bondad
en ese entierro

EL POLVO

En esta encantadora soledad
-oh claro, estabas sola!-
en esta enhiesta, insoportable inercia
es ella, es él, siempre de a uno, lo que esplende
ella, su vaporosa mansedumbre o vestido
él, su manera de tajear los sábados, la mucilaginosa telilla de los sábados
la pared de los patios rayada por los haces de una luz encendida a deshora
ceniciento el terror, ya maculado, untuoso en esas buscas a través de los charcos los chancros repetidos, esos rastreos del pavor por las mesetas del hechizo
rápidamente roto
esos destrozos recurrentes de un espejo en la cabeza de otro espejo
o esos diálogos:
“Ya no seré la última marica de tu vida”, dice él
que dice ella, o dice ella, o él
que hubiera dicho ella, o si él le hubiera dicho:
“Seré tu último chongo” -y ese sábado
espeso como masacre de tulipanes, lácteo
como la leche de él sobre la boca de ella, o de los senos
de ella sobre los vellos de su ano, o un dedo en la garganta
su concha multicolor hecha pedazos en donde vuelcan los carreros residuos
de una penetración: la de los penes truncos, puntos, juncos,
la de los penes juntos en su hondura – oh perdido acabar
albur derrame el de ella, el de él, el de ellaél o élella
con sus trepidaciones nauseabundas y su increíble gusto por la asquerosidad
su coprofagia

Ella depositaba junto al pubis cofres de oro amarillo, joyas de los piratas
fruto de sus deposiciones y repuestos
y él era su manera de uncirse los zafiros y calzarse los aros en su verga
aquella corva y justa, espamentosa, cuya prestancia enrula las praderas de piel, el infinito poro
oh erupciones de un huracán canalizado, como rayos miméticos
o eructos de una empolvada saciedad
Su maquillaje
eran los bultos que en los días de feria exhiben los gitanos
halándolos desde las carpas de las tribus;
su sombra de los párpados
eran esas ojeras tormentosas de las noches de fiesta tropicales
y cuando, tras sus fornicaciones simultáneas, sus rítmicos jaleos y sus exhalaciones de almidón y sus pedos, sus dulcísimos pedos
desleída la aurora en la polvera, nada
ni nadie pasa
de “Austria-Hungría” (Buenos Aires, Tierra Baldía, 1980)

EL CIRCO

soledad del lamé: de lo que brilla
no llora lo que ríe sino apenas la máscara que ríe lo llorado
llorado en lo reído:
lo que atado al corcel, lo que prendido
al garfio
de la soga:
la écuyère: domadora
la que penachos unce por el pelo
prendida a lo que mece: a lo que engarza:
ganchos
alambres
jaulas
animales dorados
a los aros
atados a los haros
halos
aros:
la mujer más obesa, la barbuda:
la de más fuerte toca:
la enganchada
en el aire
en el delirio:
en la burbuja del delirio:
el mago
en sus dos partes:
la que cortada en dos desaparece
y la que festoneada por facones
sangra de corazón: la que cimbréase sin red, la que
desaparece

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LOS PECADOS CAPITALES [Mi poema]
Mario Trejo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es la vida para mí,
un dejar pasar el tiempo,
un recordar lo que fui,
lo que seré ni un momento
ya ocupa un espacio aquí.

Los pecados capitales
-placenteros, seductores,
pequeños vicios vitales,
traviesos, provocadores-
ni seducen mis andares
ni mitigan mis dolores.

Nunca fui muy perezoso,
como buen disciplinado,
y es curioso que este gozo
que no tuve en el pasado
ahora disfruto gustoso.

La gula no me acompaña,
-disfruté del buen yantar,
un buen vino y un cantar
a coro con la compaña-
¡sólo aspiro a recordar!.

Yo soberbio nunca fui,
al menos eso yo creo,
mientras camino yo veo
que el ego no anidó en mi
ni siquiera en el recreo.

Tampoco fui ambicioso,
ni avaro, ni codicioso,
ni me interesó el dinero,
pues si de algo fui vicioso
fue de reunir “te quieros”.

¿Qué decir de la lujuria?
Lo recuerdo vagamente.
Aquí tropieza mi mente.
Se me olvido de repente.
No admito ninguna injuria.

¿Envidia?, oh esa, la envidia!
¿al que tiene más dinero?,
¿a el que siempre es el primero?,
yo me descubro el sombrero
y sucumbo en esta lidia.

Y pongo fin con la ira.
¿Quien no ha soltado algún taco
alguna vez en su vida?
Me confieso aquí un bellaco,
pero hay gente mal nacida,
se diga lo que se diga.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Mario Trejo

La poesía

Sí.
Porque sus labios nacen a la luz de mis ojos.

Cuando aparece su voz, su ritmo invulnerable, las cosas
le obedecen.
Sobre las miras adversarias, sobre el tedioso oficio de
temerle, están las voces sin reposo, las patrullas del
tiempo, las olas victoriosas.

Ciudadela de la oscura verdad que desampara al
hombre: yo soy tu prisionero y soy tu fugitivo.

¿Mi contraseña?
Ejercer tu silencio, solicitar tu estruendo.

Porque, ¿qué es entonces la poesía sino una fanática
consigna, una tensión entre los muertos y las profecías?

El cantante, no la canción

Alegría de renacer
en el bostezo de lo leído:
rumor del mar espuma de poesía

Me rebelo
elijo el olvido
me resuelvo en locura
en rugidos de cuerpo

Miro el ruido del mar tautológico
y entre canción y cantante
elijo al cantante.

Solicitud de clemencia

Yo sólo pido perdón
por haber besado las playas del Mar Rojo
haber visto las luces de Aqaba en el amanecer verde
haber tomado mate entre el humo de los asesinos
haber temblado ante el incesto
del pez piedra con las piedras
del sol con la belleza
de mis sueños con la realidad.

Yo sólo pido perdón
por haber inventado las montañas de Arabia Saudita

Helena de Troya

Mira el cielo, apaga el sol con su mirada y luego sonríe
al mar. Su interés es olímpico y descansa en las leyes
delirantes del universo. Incómoda real: serían necesarias
otras dimensiones hasta dar contigo. Esta noche dormiré
sin ti y luego acataré los ritos de la historia.

La Dama de Elche

De lejos llega la verdadera noche. Entre las mantas del
verano brillaban sus risas; de pronto, se detuvieron en la
mirada del solitario.
De lejos llega la verdadera historia. Ella se unió a él como
a la vida. Persiste, se adhiere a sus recuerdos, va dejando
de ser, desaparece.
Se convierte en su nombre.

De puño y letra

Me doy por vencido.
La religión la mafia
la política y el fútbol
el ejército y la moda
mueven más gente que yo.

Son millones o pocos
pero totalmente decididos
al todo por el todo.
Yo sólo tengo que ver
con las pequeñas multitudes
de un cine de trasnoche
con la soledad de los jugadores
que ofician una partida de ajedrez
con la tibieza de algunos mujeres.

Leo
vuelvo a ver una vieja película
hago noche en Coltrane
y estiro el brazo y acaricio a mi bella
que fuma y ahora me convida.

Saudades portátiles

Cuando uno deja una ciudad
noche de olores negros
enroscada en escaleras
que conducen al infierno
donde un hombre solo
cuenta sus días hacia atrás y adelante
y una mujer nada contra la melancolía

Cuando uno deja una ciudad
callejones húmedos
umbrales sospechosos
habitaciones de espeso mal aliento
con una sola ventana sin visillos
por la que sólo entran los eclipses
el sol negro que alumbra a los poetas
y los amantes crujen y chisporrotean
como baile de ausentes en una casa abandonada.

Cuando uno deja una ciudad para siempre
y el estampido del adiós suena en la boca
como un delicado suicidio.

Cuando uno abandona
podría decir
y uno abandona y otro es abandonado
y nadie a quien mirar atrás
o solamente una persona única
que no alcanzamos a ver entre la multitud
y el avión comienza a corretear por la pista
entonces
el poema ha llegado a su fin
y uno sabe que nunca habrá de escribirlo
Todavía

Esta agitada vida

Esta agitada vida
me gruñe como un perro.

Esta agitada vida
me ladra como un perro.

Esta agitada vida
me muerde como un perro.

Esta agitada vida
me lame como un perro.

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ARS AMANDI [Mi poema]
Remei González Manzanero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No es más feliz el que tiene
¿más pene?
sino el ducho en el peleo
¿deseo?
e impide que sea tacaña,
la maña.

Pues que para darle caña
se debe atizar al seso,
y aplicar con embeleso,
pene, deseo y la maña.

Mas hay quien ésto lo duda,
¡le suda!
lo que cuenta es aliciente,
¡turgente!
disfrutando del recreo,
¡deseo!

Pues pienso yo y no lo creo.
Que una niña en mi oficina
me provoca, muy ladina,
sudor turgente y deseo.
©donaciano bueno

#Ovillejos humorísticos...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Remei González Manzanero

Templo

Este cuerpo que ves aquí dentro
es un pequeño templo
donde esculpo calaveras,
transformo obituarios,
vierto lo invencible.

Llegué con una casa en mi cuerpo,
me iré sabiendo de este lugar sagrado
que aquí dentro tengo,
altar inmune
al transcurrir delgado del tiempo.
De Habitantes de un paraíso minúsculo (2022)

La verdad que no vemos

No, no quiero los sueños. Es la vida,
la realidad la que nos llama. Escucha.
Leopoldo de Luis

Deja que te lo explique, no en palabras
—que con palabras no se entiende a nadie—
sino a mi modo oscuro, que es el claro.
Mirta Aguirre

Está aquí, déjame que te lo muestre,
en este pequeño espacio de aire,
esta dimensión, toda esta anchura
de trazas, de briznas
aciculares, está en esta brisa ingenua
que tanteo con los dedos,
que trato de asir para hacer mía,
es de sí misma,
.está aquí.
Está en este soplo hecho de desgarros,
está en el lápiz que me cae de las manos
si abro la palma,
está en esta corriente alterna,
está en genios y mediocres,
en las nubes de las partículas,
en las ínfulas extrañas
y en el pliegue de las alas de un cóndor negro,
en la precipitación de un vidrio
que no nos hiere apenas
y en los resquicios invisibles
de nuestras cicatrices más finas,
está en el cieno de los ríos
que arrastras a las cimas,
en la cima lozana
que hallas en la mirada,
las miradas tiernas
que no adviertes,
y las que adviertes,
está aquí,
no puede estar en ningún otro lado.

La recogemos,
este soplo que resollamos
está hecho de ella.
Este vasto espacio que media
entre tú y yo,
los lugares entre nosotros
que no habitamos
y que alcanzamos al vuelo
con esfuerzo
y devoción de céfiro,
la verdad es que es esto,
está aquí.
De La verdad que no vemos (2020)

Biografía del fuego

Cuando yo tenía seis años
quemé un papel
que hizo arder una cortina
que incendió la cocina de mi casa natal.

Cuando cumplí los quince
decidí hacer una hoguera
en una pila de cubetas
que puse en el centro exacto
de mi habitación adolescente
y convirtió mi ventana al mundo
en chimenea y salida de humos
(ya saben lo brasas que son los adolescentes).

Con la mayoría de edad
el psiquiatra quiso diagnosticarme piromanía,
yo preferí cambiar de psiquiatra;
sin duda fue la mejor terapia de todas.

Me dirigí con veinte al mejor de los viajes mentales,
el psicólogo,
por saber por qué tendía a impulsos incendiarios,
pero solo huí del fuego para caer en las brasas,
se empeñó tanto en alumbrar mis destellos internos
porque por el humo se sabe dónde está el fuego,
que por no darle razones calciné la terapia
cognitivo-conductual contrapirománica
no sin antes inflamar su corazón y chamuscarle la consulta.

Con más juventud gané en prudencia
y fundiendo valentía y ardor
al cumplir veinticinco y medio
me senté en un nevado jardín de invierno
a observar el ardor de una pira
vestida en anorak y botas de fuego
y nada, que hielo abrasador, fuego helado
y corazón granizo en la mañana.

Veintisiete tenía ya la noche de San Juan
en la que encendí una lámpara o linterna de fuego china,
de esas que miden un metro
y se van en combustión volando con el viento,
(conmigo detrás corriendo como pirómana loca),
huyó tranquila hacia la desaparición de la noche
quemando una tras otras mis etapas,
abrasó la que fui y aluzó la que sería.

La que hoy soy reconoce que ahora mismo,
con veintiocho años y medio,
siento aquí en mi fuero interno
una combustión vehemencia ardor
por calcinarlo todo,
carbonizarles a todos,
y es que donde hubo fuego,
cenizas quedan.
De La verdad que no vemos (2020)

Confesión de la carne (I)

Lo confieso:

A vaivenes me deslizo
de cuerpo en cuerpo,
marioneta exploradora
de dos muslos satisfechos.

La excelencia de la carne,
la emoción supeditada al capricho de un trineo
remolcado por dos perros que chascan la lengua
y ladran escasos
en un sonido que desciende hasta aterrizar en la nada.

Nunca encuentro exactamente aquello que buscaba,
aunque no busco más que lo que encuentro.

El capricho desciende en un vientre que cruje
y con el viento zumbando las heridas
que nos han de atravesar hasta morir,
admito que mi amante es un lobo solitario,
que el otro es demasiado joven
que hay un otro que perteneció al pasado
y que aquella mujer es yo pero elevada al cubo
y no pretendo alcanzarla.

Al menos mantengo la independencia corporal,
la búsqueda del cerco
en posesión de la memoria,
la desfirmeza de los sentimientos descompuestos,
este abril turbio
previo al mayo caliente de casi plenilunios.
De La confesión de la carne: desdenes del vacío (2017)

Deseante y deseado

Deseante y deseada,
todo a uno,
camino por el sabor de la nieve
que nos cubre las arterias.

Deseante, todo a uno,
el momentum,
la fuerza carnívora de mi entraña
se derrama en tus labios
y se rehace en cada viejo acople.

Deseante y deseada,
la reciprocidad de la realidad del deseo
se erige visceral sobre las pirámides eternas
y en su interior yace únicamente el dulce desconsuelo de estar solos.

Deseada,
esa herida letal que se mantiene viva,
lúcida algunas noches de alcohol y panoplias como esta,
se resbala en tus piernas de agua.
Te la tragas
y en esta cortina translúcida que atravesamos por las noches
a manotazos duros
para seguir caminando por el fango de la nieve el lunes,
desolados y deseantes,
el deseo toma el color más invisible de todos.
De La confesión de la carne: desdenes del vacío (2017)

Besos

Están los del principio,
cuando no se miden las consecuencias
o se calculan mal.

Están los juguetones,
los de encima de la lavadora, contra el fogón de la cocina
o frente a la playa de un lago desértico.

Están los tenues, los sucios, los que pesan en el alma
como cae el rocío en las mañanas húmedas,
y los impúdicos en retretes de antro de noche
cuando ya se está demasiado cansada
para seguir deseando de veras;
están los leves de al ladito de la estufa,
los de los días felices de besar el aguacero
y lloverse el uno al otro,
los hay como playas con costas que delinean
las curvas de tus caderas.

Los hay empalagosos, los hay dicharacheros,
están los de los andenes de los trenes,
los que tardan siempre demasiado
en irse
del todo,
los de hola qué tal
si no me besas es que estoy muriendo
y los de vale, pero
cuídate
mucho.

Existen.
Los besos existen.
Existen los que despiertan en medio de la madrugada
comiéndose el fondo de tu sueño,
los te vacían las arterias,
deshacen el hastío
y rellenan los conductos de tu sangre
con los restos.

A veces, algunos están en peligro de extinción,
los que dibujan nuestros contornos y los desgarran después
y en cuyo centro solo está el placer espiritual del espasmo,
pero, en cualquier caso, se recuperan de la inminencia de desaparecer.

Aunque los besos no deberían pensarse,
hoy recapitulo,
hoy que tanto he besado.
Los hay de tantos tipos
y en momentos tan distintos,
que siempre se besa por vez primera.

Los besos son actos performativos,
o sea, actos que se realizan
precisamente
por hacerse a través de la boca,
como prometer,
jurar,
recitar,
pronunciar el matrimonio
o bautizarnos el uno al otro.

Quizá solo se midan bien las consecuencias al principio,
cuando no se calculan,
y no lleguemos nunca a conocer sus efectos
siempre tan agigantados,
y es que los besos son gigantes translúcidos
que se mueven de boca en boca.

Están, en definitiva, los besos de antes
y los de ahora,
distintos, en forma de espiral
o planos como cuchillas.
Besos del principio, besos de antes,
besos de ahora,
y besos de mañana,
cualquiera abre un cajón
y le salen un millón de labios atropellándose
contra el cielo de la boca.

Pero están también los besos del después,
distintos de los del mañana:
inertes,
los besos de lo sórdido,
los besos asquerosos
de cuando ultrajados
dos desprenden su aversión
y asumen más repulsión que la de antes,
cuando no se miden las consecuencias
o se miden mal
—fieramente mal—.
(Inédito)

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BYE, BYE, AMOR [Mi poema]
Sabrina Usach [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Sentí el impacto del puñal certero
a el corazón abriéndome una herida
al tiempo que anunciaste tu partida
diciéndome al final “ya no te quiero”.

Raudos los fantasmas invadieron
tan débil mi esperanza dolorida,
una vez más, otra ocasión perdida,
¡por qué es que a mi lo dioses no me oyeron!

Juré, una y mil veces juré y juré,
al cielo clamé execrando tal desgracia
¡qué ingenuo de mi oyendo tu falacia
durante el breve tiempo que te amé!

Triste, infeliz vagué como alma en pena,
la tristeza se adueñó de mi vivir,
¡largo el suplicio, presente en mi sufrir
hasta poder librar de esta condena!

Llegó el otoño y las hojas al pasar
vi como de los álamos caían,
a la primavera tuve que esperar
para caer en la cuenta y observar
de nuevo como mi alma sonreía.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Sabrina Usach

Telar

a la hora de la penumbra cuando solo se escucha
un lejano ladrido de perro incansable retomo
el aparato bendito que me deja oler la lana
y su fragancia a chamiri a jarilla a retortuño
a mullaca -sí tejer es construir el pasado yendo
hacia adelante- corre por la piel un sordo rumiar
de animales andinos en vez de hierba parecen
alimentados a fuerza de silencio miran estoicos
la inmensidad avanzan de a poco dispares
son como cardones con múltiples espinas raídas
por el viento algo de esa aspereza refulge
en cada movimiento de urdimbre a urdimbre
-me hago la idea de sus ofrendas para contrarrestar
la culpa de los cueros esquilados y a la intemperie
abrigándose en infinita espera tibetana- intuyo:
han asumido el sacrificio sin queja para decir
la trama de un lenguaje milenario creo verlo apenas
más allá de este texto en las manos estoy tejiendo
mi amuleto con la desnudez de los redentores

Araña

hago un nudo una cadena enlazo engancho y saco
ojalá este ovillo tenga el poder necesario para arrastrarme
por los rincones de la casa que nunca fue mía y rescatar
a la mujercita analfabeta aprendiz de locuras
enlazo engancho y saco
¿en qué momento del otoño de mil novecientos noventa y siete
ya no supe si eran sus manos o las mías las que recogían
el hilo como un niño desnudo y frágil al que abrigar
con el tramado de una lengua desconocida para nosotras?
enlazo engancho y saco
eso de inventarse puntos y enseñármelos bajo la luz tenue
colada a través de la parra bordó a medio deshojar fue la manera
de enredarse en su pedacito de mundo cada vez más ajeno
enlazo engancho y saco
si supiera que hoy mientras ensayo ser insecto se me figura
manipulando saliva -tácita- yendo y viniendo en la red
donde esperó disecarse lentamente
enlazo engancho y saco
no hizo falta guardarla en una cajita de fósforos
porque el único museo que conservo es la aguja
con la que me unió a las palabras que aún intento descifrar
enlazo engancho y saco
si al menos me hubiera dicho en qué vuelta debía torcer los hilos
para que nazca esta breve extensión de mí -invisible pichón-
y terminar ¿debo torcer los hilos? ¿quiero terminar?

Lithops

te recuerdo niña:
desde que nos engendraron como peñascos
cincelados por la fuerza monstruosa de la vida
tirábamos roquitas al agua les dábamos un nombre
porque nos parecía cruel desprenderlas del suelo
y cambiar sus destinos seguramente ahora
que sólo te importa hablar con tus plantas a media mañana
o pasarte horas urdiendo el i ching para hallarte
te olvidaste de la intuición por la que elegiste
aquella piedra ovalada color azulado entre las sombras
de una noche extraña la acunaste jugando a la mamá
y dijiste no sé si llamarla raíz o sangre

¿tu necesidad de nombrarla habrá sido la urgencia
por encontrar el origen de la especie escrita?
sin querer remordíamos antepasados para modular
por primera vez el sentido de estar juntas
con los pies desnudos mojados a la orilla de aquel lago
ocupadas en ablandar con una sola palabra
lo que otros llamaron lava mineral tierra

memoria niña:
de pronto te nacerán huesos y deberás tallar
las cuerdas vocales para definir las manos
que te arrojarán al embalse de tus vibraciones ocultas

Hiedra

un gajo desprendido de la planta madre bastó
para saber que desde mi ventana colgaría
una pequeña selva con el golpe de frescura necesario
para mi cabeza en los últimos días del verano
de dos mil diecinueve olí el follaje un mediodía
y desperté en mi cuerpo fui trepando
por sitios desconocidos coros de vocecitas
acompañaban el vértigo de enredarme nervadura
a nervadura fue cierto lo que dijeron las magas
patología diagnóstico extirpar son palabras
que deberías deglutir hacia el fin de la estación
no voy a contar lo duro que fue ver partir río abajo
a las serpientes luminosas -ellas me protegieron
del intruso hasta asfixiarlo con otras palabras
como tejido anticuerpos obstrucción- en su lugar
eché raíces tiernas como esas hilachas rojizas
que nos raspan los pies al andar por zanjones agrestes
y sirven de nido a microanimales que quieren desovar
ya no puedo salir de mí habito el sistema natural
que me une al mundo y crezco de acuerdo a la luz

Visión

dos horas cuesta arriba para llegar
desde acá observo de un lado el mar absoluto
del otro una vieja cordillera hoy de un verde
semejante al jardín que queremos tener
se mueve algo reconozco la sensación
de lo que está por venir: un picaflor vuela
y se sostiene delante mirándome tu cuerpo
viene del desierto surgido entre dos masas de inmensidad
de tus manos cuelga el penacho que sostiene la cabeza trofeo
rodó hasta vos por minúsculas patrias ungidas de polvo
hablarás con tus espíritus nadadores alados y terrestres
sobre tu cicatriz está marcado el surco por el que regresarán
los cantos del pueblo muerto en estos acantilados
el avecita se pierde entre matorrales oscuros
la persona que amo repara en mi postura fetal y me abraza
la tierra se expande hacia la costa bruta demencial
parece el deseo de una divinidad que quiere salvarse.

tránsfuga

vuelvo a pasar por el baúl voy
de reverso me achico hasta ser
la guacha insurrecta o la mínima
recapituladora de inocencia
busco la otra lengua en lo oscuro
allá en el fondo soy carnadura
de sangre balcánica venida
a otra piedra con esta aguja
magnética en la espalda
entre mezcolanzas de voces
encuentro la mía de pioja andariega
no mera mueca esta que echo a hablar
acá adentro donde huele a barco
es la luz el juego para agigantarme y salir.

bicicleta

gira el pedal avanzo
hay algo quizá
estos nubarrones
que me hacen sentir
como el mecanismo
aletargado de un reloj
—quiero deshacer la cadena del tiempo
ser uno de los cuadros de dalí—
un grito llega de lejos:
es la orden de pedalear
¿será mi hermana
o el piñón que chilla?
trastabilla la mujercita:
huele la nube de polvo
disfruta de tener el manubrio
sin frenos y las ruedas
tembleques a punto de estallar
acomodo el recuerdo
los movimientos se adelantan
los ejes gruñen los primeros truenos
—tengo guardabarros—
llueve.

guachas

me estás mirando ha dicho
la voz del daguerrotipo
quién habla si no es un espejo
—esa voz viene de años—
encontré la imagen
en un cajón de madera
y cuando la toco dice
me estás mirando no sé
de quién es esa voz de mujer
pero creo escucharla desde
algún pueblo abandonado para venir:
la siento llorar en un barco
hacinada entre hombres y paquetes
veo que se acerca al campo
a trabajar la tierra a ser esclava
siento que avanza parturienta
parto tras parto: me llegan los gritos
de los hombres que parió
susurra perdones
viaja a la ciudad
alguien le dio poder:
ahora vota y elige
estudia y enseña
se rebela se divorcia
teje: me cuenta su historia
me acuesto a su lado duermo
me estás mirando
vuelve a decir y despierto
los ojos o la voz que tengo
en las manos se silencian:
me miro al espejo
miro la foto en sepia:
tengo sus ojos
tengo su sexo y su voz.

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LABIOS DE COLORES [Mi poema]
Olga Acevedo [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Ya sé que piensas de mi que soy un pendenciero,
por eso es que hoy pretendo dejar bien claro aquí
que todo lo que yo hago, no lo hago por dinero,
y que si soy así
no es porque sea un truhán, rufián, ni un bandolero,
pues si comporto así solo es porque te quiero.

Que son lo que deseo tus labios carmesí,
ni voz, ni tu sonrisa a mi me atraen tanto
aunque haya descubierto en ti más de un encanto,
pero es que para mi
tus labios me causan frenesí, gourmet de santo,
de sólo pensar a mi existir causan quebranto.

Ya sean labios de doncella, verde aceituna
los que desearía ir escalando y percibir
en plácida noche de amor bajo la luna
y una vez allí
abrazado dulcemente a ti, mujer moruna,
a contar ponernos las estrellas una a una.

Labios tan repletos de pasión desenfrenada,
ardientes, delineados, de diosa que provoca
¡ser tu aliento y estar más cerca de tu boca
y ser tu hada,
placer que desde el altar de su morada evoca
inmensa sensación que a mi me descoloca.

Esos, tal vez, azules de mar, labios sinceros,
de ósculo amoroso que ajando va y gangrena,
salitre que en los ojos fundiéndose en su arena
besos de cielo ,
brisas inundadas de sonrisas que envenena
permite que en tus labios me enrosque y que te beba.

Labios, labios, de todos los colores, labios.
Me gustaría asir a esos blancos de inocencia,
de mieles virginales que endulzan su presencia,
y así de sus resabios
gozar mientras libar permitas de su esencia
a este amor impaciente que arriesga su existencia
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Olga Acevedo

Los malos vientos

Yo venía rosada de fresca adolescencia,
por la campiña verde, bajo el azul de Dios…
Yo venía cantando mi sana florescencia
con el cristal sonoro de mi cándida voz.

Yo venía rosada. Yo venía fragante
oliendo a agüita clara y a risueño botón…
Tú estabas a la vera de mi huella triunfante
para torcer mis pasos hacia tu corazón!

Y como fascinada yo seguí el laberinto
de tus suaves pendientes todas ellas de Amor…
Yo venía rosada con olor a jacinto
Yo venía cantando sin saber del Dolor…

Y hoy… que un viento de olvido sacudió mis hondores
vengo triste y velada por mortal palidez…
Yo venía rosada con mis sueños cantores
y hoy me vuelvo amarilla de temprana viudez…

Serenata

(Para ti… Luna de mis silencios… Luna de mis tristezas).

Rayo de luna suave que llegas a mi estancia…
Entre tus velos blancos mi Carne disolved!
Este espíritu puro puede ser la fragancia
del espíritu blanco de tu buena merced!
Rayo de luna suave que llegas a mi estancia
a ponerme de blanco «la tristeza de ser»…
Ya que en tus albos tules soy como una fragancia
¡hazme como una nube que no pueda volver!
Llévame entre los pliegues de tus rasos plateados!
Tómame con tus manos que son flores de amor…
Vedme como una novia con los velos rasgados
y con los azahares deshojados en flor!…
Rayo de luna suave que llegas a mi estancia…
¡Vedme como una novia que no habrá de ser más!
Ya que en tus blancas gasas soy como una fragancia
¡hazme como una nube que no vuelva jamás!

Sitio

Me veo aún, asegura de la mano de un ángel,
liviana, livianísima, como sobrevolando por extraños follajes.
Me perseguía un viento negro de cuchillos y lágrimas.
Volaban por el aire mis camelias deshechas.
Y con horrible estruendo se abrieron cráteres y abismos
poblado del duro instante de escalofriantes máscaras.
Amenazada con su propia madriguera la víbora
silbaba agudamente (también inútilmente).
Las corrientes de fuego arrasaron con todo.
No hubo límite en pie. Copa, raíz y báculo
cayeron con gran desgarrarniento.
Hasta donde mirábamos se elevaban ardiendo los torrentes siniestros.

Nos perseguían encarnizadamente, nos cerraban el paso.
Su flecha envenenada me buscaba el corazón, la vida.
Algo me hirió por fin, y estallé en ese llanto
silencioso y humilde que me sé desde siempre.
Quise saber el nombre de ese extraño suceso
e interrogué llorando a los dulces guardianes de mi alma.
Largo tiempo tal vez me sostuvo en su nimbo
el mayor de los ángeles que vigilan mi casa.
Y entendí en mi inocencia que entonces, en ese preciso instante,
adonde fuera el alma con sus rosas de fuego,
me hallaría sitiada por rabiosos espectros y mortales enigmas.
Hasta que vino el día que alumbró cielo y tierra.
Se limpiaron los suaves horizontes. Una paz de ala blanca
se esparció por los ámbitos más íntimos del alma.
Y aunque herida, enlutada por la prueba más dura,
el mayor de los ángeles que vigila mi casa
me reveló el secreto. Y me colmó de estrellas,
de fulgurantes dones y apasionados frutos.
Oh Madre soledad, déjame ahora y siempre
adentro de tu espíritu de nardos y de lámparas,
bien segura, bien firme, como en caja sellada
donde no alcanza nada, ni nadie halla la puerta.

AL PIE DE LA LETRA

El tribunal es alto, final y sin fronteras.
Sensible a las variaciones del azar como la nube o como el fuego,
registra cada trazo que se inscribe sobre los territorios insomnes
(del destino.
De un margen de la noche a otro confín, del permiso a la culpa,
dibujo con mi propia trayectoria la escritura fatal, el ciego testimonio.
Retrocesos y avances, inmersiones y vuelos, suspensos y caídas
componen ese texto cuya ilación se anuda y desanuda con las
(vacilaciones,
se disimula con la cautela del desvío y del pie sobre el vidrio,
se interrumpe y se pierde con cada sobresalto en sueños del cochero.
¿Y cuál ser?el sentido total, el que se escurre como la bestia de la
(trampa
y se oculta a morir entre oscuras malezas dejándome la piel
o huye sin detenerse por los blancos de las encrucijadas,
( laberinto hacia adentro?
Delación o alegato, no alcanzo a interpretar las intenciones del
(esquivo mensaje.
Difícil la lectura desde aqu? donde violo la ley soy el instrumento,
donde aciertos y errores se propagan como una ondulación,
un vicio del lenguaje o las disciplinadas maniobras de una peste,
y cambian el color de todo mi prontuario en adelante y hacia atrás.
Pero hay alguien a quien no logra despistar la ignorancia,
alguien que lee aun bajo las tachaduras y los desmembramientos
(de mi caligrafía
mientras se filtra el sol o centellea el mar entre dos líneas.
Impresa est?con sangre mi confesión; sellada con ceniza.

FIEROS TENÍA SUS OJOS

Fieros tenía sus ojos
y ronca y mansa la voz;
finas imaginaciones
y plebeyo el corazón.
Su madre, como sencilla,
no la supo casar, no.
Testigo de ajenas vidas,
el ánimo le es traidor.
Cancioncita ronca, triste,
canción de esclava, canción,
toda te me presentas
en dos ojos y una voz.

EL COCHE SE HAMACABA REZONGANDO LA ALTURA

…El coche se hamacaba rezongando la altura:
un galerón enfático, enorme, funerario.
Cuatro tapaos con pinta de muerte en la negrura
tironeaban seis miedos y un valor desvelado.
Junto a los postillones jineteaba un moreno.
Ir en coche a la muerte, ¡qué cosa mas oronda!
El general Quiroga quiso entrar al infierno
llevando seis o siete degollados de escolta.

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MI POETA INVITADO: Juan Manuel Villalba

Paranoia

Ya no hay lucha de clases, así que ya no hay lucha
de unos contra otros; La Historia la extinguió.
Ahora la contienda es de todos contra todos,
cada cual se atrinchera detrás de sus miserias.
Al fin lo han conseguido, por fin lo han logrado,
los del grupo secreto que dirige el planeta
y siempre queda al margen del cisma que acontece.
Perduran en los siglos portando las antorchas
que encienden a la plebe dispuesta a ser rebaño
pulsando los resortes que estallan en sus vidas.
Lo del grupo secreto que maneja La Historia
es un cuento de viejas mil veces repetido,
rumores que consiguen explicar circunstancias,
frustraciones de masas que no tienen salida.
Es muy secreto el grupo, es un acorazado
que atraviesa las guerras sin sufrir ningún daño;
inculcan en sus hijos la jura de silencio
para seguir el rumbo de lo que planifican.
Seguro que es un chisme de la desesperanza
que esparcen los más necios, los más necesitados;
rumores que se cuentan a la luz de las ratas
para el consuelo antiguo que tanto fruto ofrece.
Los del grupo secreto y los pobres deslenguados
se compensan contrarios cerrando el mismo círculo.

Velatorio

El cazador guerrero contempla el cuerpo inerte

de un hermano de su tribu. Lo mueve,
lo patea, le ruge, espera días completos
indagando cualquier movimiento que señale
que todo ha sido un sueño prolongado.
El cuerpo se asemeja a un tronco seco,
se arruga, lo visitan los insectos
y los ojos se nublan día a día
apuntando al misterio de la nada.
El cazador guerrero permanece en vigilia
ante la inútil esperanza
de un retorno a la vida que nunca volverá.
El hermano es carroña, huele mal,
un grupo de alimañas gotea su saliva.
El cazador guerrero coge flores
perfumadas cubriendo el hedor de su cadáver.
Lo cubre con las flores de esencias más potentes
para guardar el cuerpo del hambre circundante.
Tras cincuenta mil años seguimos visitando
con flores a los muertos. No es ternura,
ni homenaje, es olor que lo camufla
desde los viejos tiempos de lo humano,
la primera noción de respeto y salvaguarda.
El primer gesto humano vencido por lo inútil.
El primer gesto humano de bondad
que ha llegado inconsciente a nuestro tiempo.
Pre-Textos

BARRENDEROS DE MADRID [Mi poema]
Nelly Keoseyán [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Barrenderos de Madrid, mis amigos barrenderos,
mi amor por vuestros esmeros, os declaro desde aquí,
siempre limpiando senderos, siempre cuidando de mi
tan solícitos, tan fieros, barrenderos de Madrid.

Desde Alcalá a La Elipa, de Cibeles a Neptuno,
cuando pinta la alborada y el día se despereza,
sois los de la limpieza que hacéis brillar la calzada
con tanto amor, diligencia y destreza cual ninguno.

Recorréis las calles largas sin reparar en el clima,
soportando las borrascas recogiendo hojarascas,
limpiando los basureros. Vagabundos, pordioseros
son amigos pintureros testigos de nuestra estima.

Siempre en el mismo sector que tenéis para barrer
a eso del anochecer, cuando afrontáis la labor
rebuscando alrededor ya empezáis a recoger
los detritus al camión aupando el contenedor.

Mientras la ciudad dormita, barrenderos urbanitas,
sonrientes las estrellitas alumbran vuestra jornada,
vais dejando tan aseadas nuestras calles tan bonitas
para del barniz disfrutar al comenzar la alborada.
©donaciano bueno

Pobres ciudades sin #barrenderos, mejor si meten mano a los políticos? Share on X

Se corresponde la publicación de este poema en la que el autor trata de trasladar una imagen idílica de estos servidores públicos de la limpieza de la ciudad con la de la realización de una huelga salvaje que tiene sumida a Madrid en la más absoluta suciedad. Lógicamente la actitud de estos trabajadores no se corresponde con la idea que de los mismos tiene el poeta.

MI POETA SUGERIDO:  Nelly Keoseyán

Amemos, Amado

Amemos, Amado, gocemos
Perdámonos en los profundos bosques verdes
Vaciémonos el uno en el otro
y desprendidos del cuerpo elevemos el alma desnuda
a los confines invencibles del deseo.
Penetremos los límites vastos que dividen el paraíso
y el infierno.
Amémonos, Amado,
Arrojémonos como los heroicos guerreros
como amantes eternos o albigenses
al precipicio y al fuego.
Como amorosas bestias devorémonos
Purificados resurjamos del tiempo
Celebremos ritualmente la fiesta
del nacimiento y de la muerte.
Y como heridos ciervos saciémonos
bebamos del pozo de la vida
agua, dicha intensa.

Salmo

Nunca le pregunté al destino
si me tocaba seguirte.
Simplemente me fui.
Me desnudé y te dije:
bajemos. Metámonos
más hondo en el infierno.
Hagamos ahí dentro en lo obscuro
el paraíso del placer.
Abre la puerta negra
Hurga      Entra
Desciende el misterioso abismo.
Y tu pasión fue mía y tu goce.
Luego te di mi alma y te dije:
Haz de mi fuego el tuyo
Bebe de mí
Muere de amor conmigo.
Te haré mitad demonio y mitad santo
Te saciaré con látigos y con cilicios
Te ataré a la pilastra y al muro
y a la cruz del martirio
hasta que estalles.
Hasta que nazcas por dentro en mí
y en un instante sin fin te fugues
de la cárcel del cuerpo.
Y me arrojé contigo al precipicio.

Canto al amado

A iván, a la pasión de amar

Me has penetrado
has abierto en mi cuerpo una herida profunda
honda como la oscuridad océanica del alma
vacía y vastísima.
Y tu boca es un río que se acaba en mi boca
y mi boca una grieta donde se extingue y renace el universo
y mi vientre una gruta lasciva
un manantial de donde nace el agua subterránea
dadora de nuestro eterno aliento y alimento
y tu espada un rayo de lumbre que me parte
y el amor un astro luminoso que atraviesa la noche
y unifica la carne y el espíritu.
Me has poseído
me has dado fuego infinita delicia y energía
y con violencia y caricias
me has arrancado del sexo la muerte y la vida.

Oración por el cuerpo

Abusé de tí, malamada.
Te maltraté como al peor de los esclavos.
Te obligué a desnudarte ante los otros,
a descender conmigo hasta los bajos fondos.
Eras objeto de saciedad y de goce:
Acudías como una perra obediente a mi llamado.
Cuántos pasaron por encima de ti
como caballos pisoteando la hierba.
Cuántos bebieron de tu simiente
la savia de la sabiduría.
Corté todas las rosas del jardín.
No floreció ni una sola semilla.

He de morir contigo.
Y de nosotras
no quedará ni una huella.

LOS NIÑOS MUERTOS

(Fragmento)

Señoras: enseñen a sus hijitos a cultivar un jardín
y que adoren cada ejemplar de rosa o abrojo
flor de manglar o de monte,
semilla, hoja o polvo.
Digan que la mayor perfección
se da en las obras de la naturaleza
y que les ha tocado reconstruir
lo que los otros destruyeron.

Díganles que en nuestro tiempo la belleza se ha desvirtuado
que la palabra cultura tiene un sentido de culto
a las imágenes que aparecen en las pantallas,
que las pantallas acabarán por enterrar a la palabra escrita,
se borrarán los libros
y la escritura se irá borrando o cobrará otra forma,
como se olvidando la tradición oral,
como se fue perdiendo el arte de tejer
con las manos el techo de la casa,
la práctica milenaria de cultivar la parcela
y dejar a la tierra en reposo muchos años
o la costumbre de amasar cada mañana el pan de cada día.

Díganles que en siglo de la violencia
Ningún ojo imagina paraísos en la pared de su iglesia.
Nos asombra más el ojo que nos desnuda,
El ojo que ve dentro del ojo,
El ojo que nos abre por dentro
Y nos muestra las vísceras,
El ojo que nos engendra en la oscuridad.
El ojo grito que grita:
Despierten, ciegos.
Hasta no verme estuvieron muertos.
Preferimos que el ojo del cielo nos deslumbre,
Que la voz del silencio nos ilumine diciendo:
El alma es negra. O bien:
La mayor perversión es la pureza.
Y que al santo más casto lo seduzca
El fruto insaciable del deseo.

Señoras: díganles a sus hijitas
que gocen,
que digan sí,
que en su cuerpo hay un huerto de fuego y rosas,
un pozo del que se puede beber.
Digan que la vida está hecha
de sucesivas muertes pequeñas
de las que renacemos,
que somos polvo enamorado y fuego,
fuego que nos consume sin extinguirse
cenizas de algo que tiene sentido
porque creemos que lo tiene,
aunque a veces se pierda
entre palabras imprecisas y emociones gastadas,
sea tan absurdo como tirar una piedra y levantarla
una y otra vez, sin preguntar porqué.

EN LA PRISIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

Hasta un perro encerrado ahí
conmovería.
Hasta una planta sin aire,
sin rendija de luz
ni gota de lluvia
que se filtrara en los muros,
agotaría su savia y sus raíces.
Hasta un gusano
haría lo posible por escapar
de tu mísera celda.
Pero en la oscuridad
tus ojos veían la otra luz:
una llama de amor viva
en tu interior ardía
sin consumirse,
velaba por ti
como la sombra protectora
de un ángel invisible.
Y tu pasión era fuego en el hielo
de tu carne y tus huesos.
Y le cantabas al sol.
Porque por vivir preso
en un cuerpo que moría
enamorado del amor divino,
no había mar más azul
que el que veías
cuando lo buscabas en ti
por dentro.
Ni montaña ni cielo
más alto que tu paraíso.

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NO QUIERO QUE SE SEPA [Mi poema]
Fidel Sendagorta [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No quiero que se sepa, he sido malo.
Me quise enamorar de las estrellas
soñando me abrazaba a todas ellas,
subiendome a los lomos de mi falo,
creyendo hacer a todas un regalo
y al mundo, al sol, al mar dejando huellas.

Volando en una eterna fantasía
lo mismo que si fuera don Quijote,
me pude allí empeñar hasta el bigote
llevando junto a mi de compañía
a un dios con el que entonces competía
a ver quien de los dos salía flote.

Que he sido un atrevido o un inconsciente
que ansió la libertad y la alegría
consciente todo en contra lo tenía
teniendo que nadar contracorriente,
brillando y deslumbrando en el ambiente
debiendo construirme mi utopía.

No quiero que se sepa, lo publico,
que tuve que bailar con la más fea
ausente como anduve en la pelea,
que fui no mucho más que un acerico,
dispuesto con su lomo de borrico.
Espero venga dios y que lo vea.
©donaciano bueno.

Solo he sido lo que he #soñado, y tú? Share on X

«Que venga dios y lo vea» Expresión que invoca a Dios como testigo de la verdad o justicia de algo. Esta expresión suele funcionar gramaticalmente como apódosis de una oración condicional, en la que no puede suceder que la condición (prótasis) sea verdadera y lo condicionado o apódosis sea falsa, «Si esto no es cierto, que venga Dios y lo vea», es decir, no puede suceder que esto no sea cierto y a la vez que no venga Dios a verlo. «Un rizo lingüístico de un arzobispo: si Dios no existe, que venga Dios y lo vea»

MI POETA SUGERIDO:  Fidel Sendagorta

Décima para Tamarón

Desde su alta atalaya
trata de tú a los halcones
y no pide mil perdones
por sobrepasar la talla.
Con instinto que no falla
redescubre la belleza
olvidada en la maleza
de un pasado solo oscuro
para necios que en el muro
estrellan su atroz cabeza.

EL JARDÍN DEL RETORNO

Para Álvaro, Clara y Lucía

Dilapidé las noches y los días
en turbios sucedáneos de infinito
y presentí en añiles alquerías
el frío resplandor de lo maldito.

Tras gastadas volutas de granito
me inicié en las siete alegorías
y a través de veladas celosías
admiré el retoñar de un viejo mito.

El viaje demoró lo que una vida
y solo en aparente retroceso
acabó en el jardín de mi partida.

En su verdor ya no me siento preso,
conozco la heredad desconocida
y apuro el rojo vino del regreso.

Fragor del mar como un hondo latido

que brota de la entraña de la ola
y bate el arenal estremecido
en su antigua espiral de caracola.

Aúllan los vientos a la luna sola,
mas su lívido imperio inadvertido
somete al océano envanecido
a la alta imantación de su aureola.

Palpita interrogante el firmamento
con su extraño concierto de destellos
que no alumbran si no es el pensamiento.

Esquivos astros, trágicos y bellos,
invitan a un ritual recogimiento
y acaso sorprender al hado en ellos.

Ante la Anunciación

Muchacha recogida en la lectura
del relato que empieza y no termina
y un fulgor que atraviesa y transfigura
el rostro que en penumbra se ilumina.

Al fondo de la estancia se adivina
un jardín de verdor y de ventura,
la mañana en su cenit de hermosura
se recrea en la rosa repentina.

Flor mística perenne enamorada,
delicada en su atento sentimiento
que mana de la fuente más callada.

Por ti pasó la brisa que da aliento
al celeste incesante todo y nada,
fuerza ciega o gozoso pensamiento.

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MI POETA INVITADA:  Mar Busquets Mataix

REFUGIADOS, I

Quién muerde /muere
a la orilla de sí mismo,
lejos la luz, certero el oleaje.

Estos versos
se deshacen en espuma,

y todo el estruendo del mar
no es capaz de
tapar el ruido más fuerte;

el del silencio.

Nadie

Como quisiera llevarte en mi cintura
mi buen pájaro de luz,
a quien nadie ve, a quien nadie,
cuando no queda nadie
en el horizonte, en el cielo,
y hay cinco rosas para la misma muerte,
cinco azules para cuando nadie
duerme
nadie duerme nadie.

Nadie.
                    Nadie
                                         Nadie.
Lastura Ediciones

MI DIOS AHORA ES MI DIOSA [Mi poema]
Eduardo Mosches [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Dedicado a la IA

Por fin ya creo en Dios, su inteligencia,
así que se apostille artificial,
demuestra es superior a lo normal
y vino a confirmarme su existencia
tan sobrenatural.

Capaz de hacer la tesis doctoral
en tanto canta un gallo, en un suspiro,
y ver, poder leer mientras lo admiro;
no existe parangón, no hay nada igual,
que es propio de un vampiro.

Mas pienso hoy en el diablo, y el mal uso,
pues sirve para hacer el bien y el mal,
espero que no encuentre un carcamal,
que el hombre lo propuso y Dios dispuso,
y el hombre es animal.

Las redes, bendición de los poetas,
han hecho de papiro y de cincel,
dejando a un buen recaudo al anaquel,
al que hoy han de mandar a hacer puñetas,
la guinda del pastel.

Lamento, me sincero, lo lamento,
no quiero ni pensarlo, que mendaz
se acerque aquí algún tipo lenguaraz
y haciendo así un mal uso de este invento
destruya al fin la paz.
©donaciano bueno

A partir de ahora el mundo será cada vez más inmundo? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Eduardo Mosches

LA BORRACHERA DEL CONEJO

Sobre el techo negro del cielo
cuelga una luna circular con sonrisa de complicidad
ilumina murallas de piedra corroída
hemos dado varias vueltas a su alrededor como gato en celo
algo ha cambiado
ha crecido poca hierba entre las rendijas.

Un poco más abajo algunos humanos
Siguen
en su rara tarea de destrozar cuerpos
por esa cosa tan absurda
como la propiedad sobre la tierra
giran las ruedas del planeta
la bola amarillenta continúa cargando su conejo
borracho por el sol casi inmóvil
al ritmo lento de mi respiración
acaban su tarea parte de mis células
siguen creciendo las uñas
prosigo enamorado

Los candados cierran las puertas
detrás de las imágenes saltan los ojos
un espejo cae desde su refugio.

Buscar mi mejor perfil
Me lleva a mirar de frente.

En la ciudad donde nació mi ombligo
el verano licuaba en el aire
todos los duraznos y el azúcar
que todavía no había comido,
se deslizaba la humedad enmelazada
sobre mi cuerpo como pesada cobija ardiente,
era un calor impaciente y molesto
como el eco en un ataúd.

Las ventanas abiertas del cuarto
creaban la ilusión de encontrarse con brisa,
más bien era el deseo de toparse con el hálito
fresco de un río que no llegaba al aire.

La luna con su sonrisa de rebanada de sandía,
se mecía en ese oleaje pesado pegajoso,
salir a tomar el fresco era sólo una palabra,
juguetona e irónica que bailaba con lentitud
este tango camino al paraíso que era senda
a un infierno de juguete
al horno de la panadería de mi infancia.

Caminar algunos minutos bajo el sol,
pisando el entramado geométrico
de las baldosas de las calles conocidas,
hacía posible sentir ese fuego invisible en la piel
que quería guiarnos hacia el encuentro
de un deseado oasis sin palmeras
transformado en la fresca heladería de una esquina.

La viscosidad calenturienta de la detenida brisa
permitía desear ir hacia la extensión verdosa de la pampa,
donde el aire soplaba de verdad y se podían remontar
todos los barriletes de la vida.

En esos días de verano
ninguna ventana permanecía cerrada,
los sueños deseaban convertirse
en marejada fresca de deseos.

Años más tarde hacía el amor
con plena conciencia
de mantener las ventanas abiertas.

Los calendarios remontaron vuelos algo añejos
y mi viaje de nómada
se dirigió a las ventanas cerradas
de la ciudad del altiplano.

Seguiremos narrando.

DEJANDO ATRÁS

La ciudad se cubre los ojos
respirar agitado entre el temor y la angustia.
Las nubes se llenan de pájaros oscuros,
revolotean sobre los cadáveres que van a existir.
La letanía de los mensajes penetra por las uñas,
se deslizan a través de las venas,
surcan el cuerpo afiebrando al miedo.

Huir de los otros cuerpos,
no acariciarse,los ojos esquivos,

mirar ese otro cuerpo, los otros cuerpos,
las manos y sus pies,
con las náuseas del posible sufrimiento

Las lajas de los cementerios
cubren con pesadez.
el espíritu de los vecinos.
Las bocas respiran a través del tejido
No hablar no comer no besarse.

Los caballos atraviesan el horizonte a trote cansino,
pisan pesadamente en las osamentas de los deseos,
el cerrojo de las prohibiciones abre su boca ávida,
hundir los dientes revolotean los vampiros,
las alas se llenan de tabúes,
mientras las sotanas marchan y marchan
al sonido de los tambores del pasado.

La ciudad y su gente se revuelve
arrullada por las hojas de los árboles afiebrados
una nube abre su ojo y la lluvia humedece
los hombros las cabelleras los huesos los tejidos,
todo flota sobre ese río de las nubes.

El sol entibia los cuerpos,
el mío y el de ella
y jugamos al no me importa
mientras las pieles se sonríen,
se rebelan pintando nuevas pecas gozosas,
componen la música de los susurros y quejidos,
dejan atrás las letanías de las prohibiciones.

SE HAN SEPARADO LOS CUERPOS

Intensa reminiscencia de la tibieza
los muslos envían oleadas de calor piel
murmuran el aroma
cuerpos extravían sus sonrisas
el recuerdo se hace nube
deambula por todo un territorio conocido.

Granos de Arena se pierden del reloj
para dispersarse en los montes con relámpagos
sobre un portón negro que se abría para recibir sensualidad
imágenes en tanto río de hechos que tatuaron las risas
vagan algunos muertos por las hendiduras de nuestras frentes
musicales caderas crean sonidos en las manos
se mueven arremolinadas
las manos buscan aprisionan el vacío
el tiempo se volatiza
transcurrido queda pegado
en la entraña más profunda de nuestros huesos.
Los dedos se convierten en pañuelos de despedida
Zarpa el barco
deja un puerto rumbo al deseo a realizar
amorosa extrañeza
la tierra conocida transmite las tonalidades
que en el espejo de los recuerdos
presenta las venas que arden
abiertas
El color azul oscuro de la tristeza
Se diluye con el aroma de la lluvia caída.

Memoria y ausencia

A mi madre
13.12.1918-19.08.2005

Un resplandor.
El impacto tenue
desaparece la sonrisa
los recuerdos se enredan
nebulosa
que aplasta asfixia.
La tibieza de la piel de sus manos
se transforma en el instante
de su muerte
en la imagen que no será posible asir.

Sólo queda el silencio de ella.
Sin voz ni cuerpo
Sólo la memoria de su persona.

Un ser convertido en palabra.
Anochece.

Unas tablas rusticas
mal unidas por las sombras
forman ese ataúd
donde tu cuerpo posiblemente
reposaba.
No llegué a ver tu cara
ni el color de tus ojos.
El secreto de la muerte
quedó intacto.
La fosa rodeada
de tierra arcillosa
color madera rojoscura
abierta a la espera
descendió el cajón
con sus tablas humildes.
Deposité tierra
cerrando a los ojos
el cajón y tu cuerpo.
Tu sonrisa ha quedado
en mi sonrisa.
El túmulo
fue marcado
por cuatro trozos de madera
dispuestos en cada extremo
del rectángulo.
Geometría de la ausencia.

LAS PALABRAS

V
Me han defraudado mis hermanos.
Lo mismo un torrente
como el lecho de torrentes
pasan turbios
sobre ellos se disuelve la nieve
pero en tiempo de estiaje
evaporan
en cuanto hace calor
se extinguen en su lecho.
Brotan toda clase de seres
mudan los vientos
y las nubes
señales
para un pueblo que medita.

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MI POETA INVITADA: Edurne Batanero

El verbo materno

Las cuerdas vocales están tejidas
por las manos maternas,
dentro vientre que compartieron
hilvanan la sangre, depositando,
como quien siembra un trozo de pulpa
esperando amapolas
el verbo que se hizo carne.
Late el habla en esa cuerda
se enredan palabras
que nunca quiso aquí la madre,
que la garganta me la diste tú
pero lo que brota es mío,
no puedes cortar los hilos,
ni protegerme
para que no tenga que nombrar
lo que ninguna madre quiere.

Dientes de leche

Llámame con un nombre unido a una muy antigua y olvidada ternura
Alejandra Pizarnik

Revives en este espacio
la ternura que perdemos
al salirnos los dientes,
al poder decir las primeras palabras
cuando solo nos guía la piel
y el conocimiento a través de nuestra boca.

Algún día te presentaré
a la niña que fui.

Algo queda

Hace mucho que no veo luciérnagas,
cuando vuelva al campo, las buscaré
temiendo que se escondan
con su imposibilidad de camuflarse
si no las encuentro miraré al cielo,
sabiendo que las estrellas están a salvo.
Premio de poesía joven Vaso Roto

MARIONETAS [Mi poema]
Maurice Echeverría [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es en este entorno social en que yo vivo,
en el que nadie tenemos arte ni parte,
donde desde que por azar hemos nacido
todo el mundo se dedica a adoctrinarte.

A Dios gracias que el infierno ya no existe,
y el hombre del saco dejó ya de asustarme,
ahora en el circo mundial todo consiste,
si delinques, un juicio “justo” y a la cárcel.

Hoy es escritor que publicita su proclama,
el político lanza promesa inalcanzable,
el cura en cada sermón insiste en que te ama,
qué debes hacer si no deseas condenarte.

Tus padres se preocuparán de que seas bueno,
los maestros que llegues a ser buen estudiante,
los amigos ¡ay, memo! que no hagas tanto el memo
y el publicista decir qué marca has de comprarte.

Si naces en la India, serás un buen budista,
cristiano probablemente si en la Europa naces,
a Mahoma adorarás, judio, serás vuduista,
y en esta lista todos defienden sus verdades.

Los hay que presumen de ideas progresistas
-en realidad sólo son burgueses disfrazados-
más tiesos que el mojama ahora son izquierdistas,
cuando algo tengan serán de izquierdas renegados.

Y es que yo predico, tu predicas y el predica,
ellos predican, predicáis, otros predicamos.
¡ojo, los mandatarios que os lanzarán sonrisas
con el único objeto de hacer presas sumisas,
inocentes seréis “marionetas en sus manos”!.
©donaciano bueno

Acotación al margen: Estos sencillos versos tratan de insistir en la importancia que el adoctrinamiento tiene en la trayectoria de los seres humanos, lo pernicioso que puede llegar a ser si es utilizado con motivos espurios, y lo manipulables que somos. ¿Alguna vez os habéis preguntado por qué los mahometanos, gente muy religiosa, son capaces de inmolarse en nombre de Alá, sin importarles si matan a gente inocente? La respuesta es muy sencilla: «adoctrinamiento» ¿Por que ha ido creciendo el fenómeno de sugestión colectiva independentista en Cataluña?: Los nacionalistas son pacientes y conocen muy bien el método: «adoctrinamiento». Y llevan a cabo sus estrategias a largo plazo, especialmente en la escuela, encaminada a conseguir sus objetivos. ¿O Cual es la razón por la que en los países de origen hispano, el tradicional recibimiento a los ciudadanos de la Madre Patria se ha ido deteriorando?. Después de más de treinta años de visitas anuales, puedo testificarlo. Sus dirigentes, especialmente los de izquierdas, para afianzar sus liderazgos, no han parado de lanzar constantemente proclamas en contra de los colonizadores, los españoles, sin importarles en manipular incluso la historia si sirve para sus intereses. Para finalizar, un consejo: no perdáis tiempo ni gastéis saliva en tratar de rebatir a ninguno de ellos con razonamientos sobre sus ideas pues chocaréis con un frontón. Los sentimientos son emociones, cargas irracionales, impulsos, incluso en muchos casos obsesiones.

MI POETA SUGERIDO:  Maurice Echeverría

Hay el día en que la madre muere

Hay el día en que la madre muere.
Hay el día de las cortaduras
de las estructuras estamentales.
Hay el día para el vuelco
patológico de todos los dados.
Hay el día–caja.
Hay el día de los pájaros
que migran borroides, sin hígado.
Hay el día en que la madre muere:
debajo de una lechuza,
entrelazada con lo plástico.
El útero se rompe cuando ella expira.
Somos membrana, pero los cuchillos gravitan.
Viviremos hacia afuera, químicamente,
antiángeles, oleaginosos.
Hay el día lacerante.
Hay la laceración.
Habrán lacerados, tremolando los últimos
ovarios, plañendo a la Progenitora,
que se convertirá en comida
-para cientos de gusanas.

No pienses ni por un instante que eres uno

No pienses ni por un instante que eres
uno, porque entonces olvidas al oblicuo,
al otro hombre que eres
y que come de tus actos,
elemento de todas tus sangres
y puerta de tu sombra,
con sus cuatro bocas que son dos y un ojo
en la noche.

Helo allí, devorando tu pecho
parpadeante mientras haces cola
en los blancos supermercados,
surgido mientras ves aplacado la televisión,
o nacido del modo en que te lavas angustiado los dientes.

Escucha: un día no serás tú quien vaya otra vez
por la ciudad: será él,
y no será la paloma la que vaya entonces volando:
será la otra, y los entierros ya no serán
los nuestros, y los gritos serán terceros,
y el lucido alcohol habrá muerto
para un alcohol enajenado, ¿entiendes?

Y lo mismo dará que yo te lo diga,
porque yo también habré sido por entero secuestrado,
celularmente, por esa criatura con mi mismo rostro,
que ahora cabal me está robando las palabras
con que escribo este irreconocible poema.

Aquí está el milagro

Me pude haber ido
de este país,
escribir
en otra parte,
pero,
como yo lo veo,
la dignidad
estaba en quedarse
de pie
en este cráneo inacabable,
en este liso espanto,
larga canícula
de espinas.

Aquí es.
Aquí está el milagro.

Verán: dentro
de tanta sangre negra
hay cosas inexplicables de la vida.

Hierbas
humildes

que nacen
en la banqueta
donde quedó el último muerto.

¿No es de veras
extraordinario
cómo seguimos
germinando
y pariendo
y regalando semillas
resucitadas
a los ángeles?

¿Irme, pues, a dónde?

Aquí está el auténtico trabajo.
Aquí es donde hay que trabajar.
Aquí son las venas rotas
sintiendo, desesperadas, la vida.

Respeto a aquellos
peregrinos
que han optado
por florecer en otra parte.

Muchos de ellos
no han tenido opción.

Dios los bendiga.

Pero yo tuve
que respetar el fruto
de quedarme entre los míos,
aún si eso significaba
lamer todos los días
la interminable placenta envenenada.

Cada día
salgo a caminar
entre los edificios
tallados en la oscuridad,
y regreso con una razón:

rescatar algo de la muerte.

No es poca cosa.

Este presente
me lo da mi país, cada día;
y jamás lo doy por descontado.

Yo, aquí

Yo,
aquí,
entre las torturadas guitarras,
entre otros ciegos convocados,
ciegos
vecinos de los vasos
constantes,
pobres locos amarillos
que aturden la noche
elemental.

Qué sitio de mudos muros,
de muerte decorada en la soledad
y en las pastillas.
Qué desierto de niños con asco
y ecos.
Qué tren de luces heridas,
qué perra pronunciación
de los bordes.

Qué ruido.

Un romance retro

A lo lejos,
los espantapájaros distantes
se hunden en su gloria.

Escuchar la máquina contestadora,
descubrir que nadie llamó
a tiempo.

Haciendo turnos
en las filas
y los itinerarios,
las criaturas se excusan y no saben por qué.
Promueven sus sonrisas frías,
mientras silban canciones
de décadas irreconocibles.

Cuerpo

Compruebo apodíctico la evidencia
del hueso
atónito
Aquí soy, aquí entiendo el rasgo roto
el rostro perpetrado
la luz tardía, la tardía luz
de este templo
de deformadas deidades
tejidos y

Escupir dedos

catalepsia

Pálidos se muestras los bordes
líquidos: es el
panteísmo de algún licor,
la substancia sola
de la embriaguez desnuda.

Llueve. Crispadas las uñas se pudren
en los bares necesarios.

Anorexia

Anorexia, vida
de las voces vomitadas, ironía,
pulpo de los designios resignados,
poesía para quebrados principiantes.
He visto la arboleda, los hilos verdes
de mi frustración he visto.
Recorro los gestos, las manos necesarias,
hoy, desde las prosas cansadas,
recorro esquizoide ese calamar abastracto,
esa nube de meseros gesticulando,
esa luz y sus dientes…

Perduro entre otras lamentaciones.

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A MI HERMANO CARLOS-In memoriam [Mi poema]
Pilar Sinués [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Puntualmente a las cuatro de la tarde
ibas al bar a echarte la partida
al “subastao”, después de la comida,
dominio del que hacías siempre alarde.

Fuiste parte en la edad de la peseta,
cambiando el euro reglas en el juego.
por el tute o el mus, sólo si yo iba al pueblo
mantenías por mí una deferencia.

Puntual te habrás tomado el “carajillo”
gozando allí fumándote un buen “faria”.
«Ten cuidado con Felix, que es muy pillo,
que ha echado ciento veinte y que no canta».

Mas hoy al terminar ya no podrás,
si preguntan ¿qué tal, cómo te ha ido?
Decir…en paz…en paz…en paz…en paz,
porque hoy tú la partida la has perdido.

No podremos bajar a la bodega
con un trozo de pan a echar un trago.
Volviendo el cementerio la he mirado
y he visto que lloraba la cercera*.

La sal ¿quién ha de echar en la parrilla
sembrando como tú sabías hacerlo?
Solo Ángel soltará una cancioncilla
esperando tu réplica en silencio.

Y a tu nieta, que aupó a la edad del niño,
¿quién le responderá, cuando se entere,
dónde está el yayo, decid, donde se ha ido,
por qué ya es que nunca viene a verme?

Hoy, triste, aquí este breve verso escribo
queriendo reflejar bien tu semblanza,
como un medio de antídoto al olvido
mientras me hace un gran nudo mi garganta.
©donaciano bueno

Como homenaje a la memoria de mi hermano Carlos. Era costumbre asar las chuletas encima de las bodegas y al final, no sé si por mor del vino, lanzarse a cantar esperando la réplica
*Se denomina cercera a una especie de cúpula que sobresale del nivel del terreno y que sirve de respiradero de las bodegas

MI POETA SUGERIDO:  Pilar Sinués

El viento

–Porque esas blancas nubes serenas e inocentes
jamás formar supieron graniza destructor;
porque esas blancas nubes su faz muestran rientes
y nunca encapotaron del cielo el resplandor.

El grande acatar debe lo dulce y amoroso;
el fuerte, la inocencia, la calma y suavidad:
por eso el rey del mundo, el viento poderoso,
respeta de esas nubes la cándida humildad.

A mi lira

¿Por qué te abandoné? ¿Por qué, inclemente,
plácida y dulce compañera mía,
no te acaricio ya, cual otro tiempo,
y te dejo olvidada tantos días?
Yo te encontré en el valle una mañana
de la copa de un árbol suspendida
y, al verte, me detuve a contemplarte
con mi inocente candidez de niña.
Una paloma de color de cielo
en las ramas de un árbol se cernía
y llevabas la frente coronada
de blancas y rosadas campanillas.
De improviso sentí de dulce llanto
inundarse mis cándidas pupilas
y al corazón en mi inocente pecho
con extraño latir se estremecía.
Y era con sus alas la paloma
acarició tus cuerdas peregrina
y un sonido lanzaron que a mi alma
diérale un mundo de contento y vida.
Vi entreabrirse los cielos: los querubes,
que el trono de la Virgen circuían,
entonaron un himno de amor lleno
que mi entusasta corazón bebía.
Éxtasis fue que reveló a mi alma
que hay otro mundo de ventura y dicha;
y a la madre de Dios vi que, risueña,
entre nubes al valle descendía.
Desprendióte del árbol, en mis manos
púsote al fin con celestial sonrisa
y me dijo con voz que desde entonces
en el fondo quedó del alma mía:
‘Ésta es tu compañera: para siempre
consérvale tu amor, niña querida,
y no desprendas de tu frente humilde
esa corona de altivez sencilla.
Toda la dicha que en tu alma cabe
te la ha de dar tu enamorada lira;
ecos de bendición son sus acentos
o dulces ecos de alabanzas mías.’
Dijo, y desapareció: su voz celeste
yo escuché proternada de rodillas
y, al alejarme, te tomé en mis brazos
como a una tierna y cariñosa amiga.
Cuando la tenue luz de las estrellas
me trajo el sueño arrulladora brisa,
suspendida quedaste de mi cuna
y mi sueño encantó tu compañía.
Cambióse mi destino: a todas partes
conmigo te llevé, mi dulce lira,
y en ti buscaba mi consuelo sólo
si el dolor me agobiaba o la vigilia.
De duelo y de pesar eran tus ecos
de mi vida en las páginas sombrías
y con ecos de amor y de esperanza
celebrabas, alegre, mi sonrisa.
Mas luego te olvidé: que me dijeron
que el mísero metal compra la dicha
y oíste al oro, en estridentes sones,
qu de tu casta sencillez reía.
Por eso enmudeciste: yo en malhora,
atenta a contemplar el ansia impía
con que corren los míseros humanos
a gozar el festín que llaman vida,
de ti me separé, vi tu corona
a mis plantas caer seca y marchita
y te quedaste, encanto de mis ojos,
silenciosa, olvidada y abatida.
¡Ay! ¡También mi corona de ilusiones
la dura suerte convirtió en ceniza
y el loco mundo, que miraba ansiosa,
mi triste frente coronó de espinas!
Y allí en la cabecera de mi lecho,
tú me has visto doblar la sien herida;
tú me has vistollamar tiempos mejores
y me has recogido las plegarias mías.
Hoy me vuelvo a tu amor: ingrata he sido,
ingrata para ti, mi dulce amiga;
pero yo te prometo para siempe
en el alma guardar tus melodías.
Horas serán de afán las que consagre
al rudo empeño de ganar la vida:
las horas de dolor serán la prosa;
las horas de placer, la poesía.
Vivirás para mí en amor santo
volveremos a estar por siempre unidas,
que sólo con amor pagar podemos
los dones que los cielos nos envían.
Cantemos a las madres y los niños;
cantemos del amor la luz bendta;
cantemos la virtuad, la paz del alma,
y Dios recogerá nuestra armonía.
Y en vez de la corona que perdiste
cuando te abandoné, mi pobre lira,
en tu frente pondré ul nevado velo
que mi frente ciñó cuando era niña.
Y entre el tenue tejido de su gasa
brotarán los amores, las sonrisas,
y de la infancia los halagos puros
que irán a acariciar tu sien marchita.
Cuando juntas cantemos, en sus pliegues
dejarásme ocultar con alegría
y detrás de mi velo de inocencia
quedarán las tormentas de la vida.

En el álbum de una niña

En el álbum de una niña
Dime, niña: ¿no viste entre las flores
una llena de gracia y lozanía
que cariñoso el céfiro mecía
sobre el tallo gentil?
¿No viste, niña, demandarle amores
la mariposa, en derredor volando,
que iba su cáliz puro acariciando,
orgullo del pensil?
Al despuntar la nacarada aurora,
yo sé de cierto que tus bellos ojos
alguna vez fijaste sin enojos
en la gallarda flor.
Y sé también que en la callada hora,
en que nace la noche y muere el día,
te habrá visto la luna, niña mía.
besarla con amor.
Y ¿no viste a la par bajo el follaje
que cercaba a la rosa fresca y pura
un arbusto infeliz, cuya verdura
tornaba lacia el sol?
¡Pobre arbusto! Rendía vasallaje
al capullo, que el huerto perfurmaba,
y era feliz, al ver le iluminaba
su fúlgido arrebol.
Y el arroyo que manso murmuraba
y besaba los tallos desiguales
de los tiernos capullos virginales
que encontraba al pasar;
amoroso también acariciaba
al pobre arbusto que amparaba el muro
y que inclinaba su ramaje oscuro
transido de pesar.
Tú, niña hermosa, que al umbral del mundo
te adelantas radiante de alegría,
no comprendes la triste alegoría
que encierra tu jardín.
Tú no sabes que allá, en lo más profundo
de la selva tranquila y perfumada,
que está de frescas parras entoldada
mezcladas con jazmín,
he descubierto el misterioso emblema
encerrado en la flor y en el arbusto
que no se queja del destino injusto
y al muro se apoyó.
¡Ay! ¡Pobre planta! En su tristura extrema,
amó a la linda flor, pura, agraciada.
tú eres, niña, la rosa perfumada,
y el arbusto… ¡soy yo!

¡Qué frío! ¡Qué silencio!

¡Qué horrible soledad, qué macilentos
ojos me miran por doquier respiro!
¡Qué ayes, qué gemidos, que lamentos!
(…)
Que todo horror ya me parece ocioso,
que todo es menos fiero,
que todo es más humano
que el horroroso espectro Gaditano.
Ése es el eco del horrendo tono
con que me hablan escuálidos semblantes.
Ése el pavor horrísono que hiere
mis trémulos oídos.
Miro yertos cadáveres tendidos
bañando el suelo patrio
donde fundó su libertad España
donde el Galo atroz la envenenada saña,
quedó corrida huyendo
por las cimas heladas
del nevado Pirene conduciendo
Victorias malhadadas
y la vergüenza que al valiente aterra
cuando vencido sale de la Guerra.
Miro la triste viuda
y la honesta doncella ya tendidas
de duro golpe heridas
en la sangrienta lid de muerte cruda.
Ya las calles y plazas
de cadáveres yertos encumbradas.

Cuando en el Ebro

los ecos sonaron
y se electrizaron
de heroico valor
del más desgraciado
monarca querido,
por dolo cogido
del fiero opresor.
La suerte dispuso
que eléctrico fuego,
patriótico esmero,
fundase el valor.
Ya el alto Pirene
mirando sus cimas,
qué blancas harinas
parece que tiene,
repite los ecos,
que el rudo estallido
del bronce temido
se escucha de lejos 3 0

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POR QUÉ TE EMPEÑAS TANTO [Mi poema]
Nohemí Sosa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Por qué te empeñas tanto
en hacerme responsable de tus penas,
si a mi tu me condenas
y a pesar que no tengo nada que ver causas quebranto.

Por qué te empeñas tanto
en hacerme comprender las injusticias
que tu sufres. Y a mi tus inmundicias
me rebotan y sin comerlo ni beberlo causan llanto.

Por qué te empeñas tanto
en internar hacerme ver que tus derechos
tienes que defender y a mi me escupes los desechos
y me pides que además yo sea un santo.

Por qué te empeñas tanto
en decirme que para tus problemas resolver
debes pagarla con los que te damos de comer,
con tan sólo excusas pedir por a mi dañarme tanto.

Por qué tanto te empeñas
en hacerme a mi rehén de tus desgracias
creyendo que con únicamente publicar que das las gracias
de mi afecto ya te adueñas.

Tuyos son tus problemas
y para resolverlos deberás recurrir contra el causante,
y no es de buen vecino y no es tener talante
que tenga yo que sufrir por la solución de tus dilemas.

Por más que me repitas,
de estas prebendas sólo algunos tenéis el derecho a disfrutar
que os “autorizan” a la ciudadanía secuestrar
para vuestras heridas curar aplicando mis tiritas.

Más no te quede duda,
que al resto de vecinos sólo nos queda predicar en el desierto
que aunque un SOS lancemos por tener en canal el cuerpo abierto
ni tu ni nadie jamás ha de acudir en nuestra ayuda.
©donaciano bueno

La huelga, además de irresponsable, es un sistema impropio de los seres humanos llamados inteligentes. Basado en la coacción a sus clientes como medio de defensa de sus conflictos laborales, es además de injusto, discriminatorio pues está limitado a unos colectivos cuyos servicios son imprescindibles para la comunidad. Los sindicatos actuales ya no tienen razón de ser y en todo caso debieran representar únicamente a sus asociados. Es al Estado al que le corresponde legislar, vigilar, controlar y, en su caso castigar, a través de su cuerpo de inspectores laborales el estricto cumplimiento de las normas por el Parlamento elaboradas.

MI POETA SUGERIDO:  Nohemí Sosa

MADRID

Madrid es la alegría de Europa,
es la ciudad de todos los colores,
en su alegría esta Dios por el amor.
Hay en ella marcadas estaciones,
en verano arriban como pájaros,
jóvenes del frío y de allende el mar,
se preparan provisiones, camas,
calles, parasoles para reposar,
hay cervecerías, bares, saraos,
suena la rumba por toda la ciudad,
el cielo es azul, rosa y violeta,
dorado y gris llegan, otoñales,
picos de las hojas son adornos,
y luces anuncian ya la Navidad,
los hombres buscan el fuego familiar,
cuando llega el invierno con la nieve.
Viene con la primavera el retoñar.

PARA MAMÁ

Con lentitud pasan las horas en tu hogar
sofocante marco de tu vida
allí transcurre la existencia de quimeras

Quieres retomar en tus manos el temor
el llanto de tus hijos
y ellos te aprisionan sin sentir tus humanos desvaríos
mientras el insomnio ya es en ti cotidiano
y la glucosa cual arrecife bravo te lastima
pero entretienes con esfuerzo el tiempo
en fabricar flores de artificio
sirves la merienda y en tu taza no cabe lo universal
y el mundo se derrama

En tu reducida habitación no hay espacio para danza ni canto
los ruidos de la radio quizá
escribo para ti
mientras que con tus espejuelos de aro oscuro
lees bíblicas historias de expulsión con temor
los dolores de Job y la turbación de Eva
mamá ¿qué platillo cocinas hoy?
tal vez deseas probar el sabor de lo profano
sin pimienta
ni ajo.

En el tiempo

En el tiempo del sentido común
veo estallar un torito* en círculos de fuego
anhelo ese incendio que lucen los flamboyanes
me acerco al sótano de las golondrinas
para contemplar el terror del abismo
es cierto
estoy convencida
la soledad es mi perseguidora más tenaz
su dorado penacho de hierro
corona las noches
En el tiempo de las aves en vuelo
me ahogo en mi olor
y el deseo se amar se niega a morir.

La utopía siempre

Un día dejé de soñar álamos
de anhelar hombres de rasgos geométricos
de atemorizarme con fantasmas incandescentes
Dí vuelta a la página
inicié un nuevo capítulo
Ahí encontré a la injusticia
que rompió mi nube rosa
ahora sueño menos
y anhelo más vencerla
para hacer posible así
una nueva generación de hombres
que sueñen árboles
amores
el fruto de la vida.

En tiempo de guerra

Unos son noches otros estrellas.
                                                  Vasko Popa

Gozo hoy este abril de palabras
te obsequio este fruto sin engaño
borró las cenizas que han dejado
en tu frente
Trás el velo
hay zurear
el tiempo es un arcángel
nos redime
nos envuelve en cristal

El amor es destello
es brillo que sosiega
horizonte y espina
allá la metralla rugiente
con su caudal de lágrima
aquí nustras manos dan forma
al árbol de la vida.

Si volviera…

Si volviera sería sólo fantasma
aunque hojas de palmera abaniquen mi rostro
tu no me veras como en aquellas noches de vigilia
en mi rebelión te perdí
ahora sólo soy mascaron de proa
de un barco que no llegará

Estatua de sal

I
Mi flama no alcanzó tu fuego
para despertar en espejo de sal.

Batí palmas, destrenzé mi pelo
y el amanecer fue tal como otros,
sólo escuché el diálogo
de la fuente sosiega en contraste
con mi interior.

II
Pusé en tu mano un cuarzo,
retorné sola,
te dejé el tiempo para que volvieras.

III
Mientras juego al equilibrio,
encuentro al destiempo,
¿habrá red protectora?
Olvidaba que soy estatua,
Cronos mi amigo,
Orfeo mi amante,
aún así soy de materia frágil.

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A BURGOS [Mi poema]
Norma García Mainieri [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Burgos yace en el silencio. Sus vetustos torreones
negruzcos y enmohecidos, ya no elevan sus canciones,
ya no dan la bienvenida al gentil visitador,
ya no narran las historias de sus héroes sin cuento,
que vencidos en la lucha no quedaron ni un momento
tan valientes y tan bravos como el Cid Campeador.

Y el Arlanza silencioso gime y llora sin consuelo,
Ya no se oyen de los monjes las pisadas por el suelo
al cruzar por los pasillos de la rústica mansión,
Mas aun veo sus figuras con las velas encendidas
a las doce de la noche por los claustros en dos filas
con sus hábitos parduzcos musitando una oración.

Burgos duerme. Sólo se oye el susurrar de dulce brisa.
Mas ya aclara, el ángel bueno nos envía una sonrisa
y el primero en quien se plasma es en la hermosa catedral.
Y al chocar con sus paredes de oro y plata se deslumbra.
Recibidle burgaleses, que es el sol que nos alumbra,
con su gesta, su empatía y su historia sin igual.
©donaciano bueno

«…Yo era un niño del extrarradio, que creció en los barrios industriales. Cuando me acercaba al corazón de la ciudad, ésta aparecía en el horizonte como un espejismo: rodeada de árboles, inverosímilmente hermosa, con sus agujas góticas erguidas como las lanzas de los caballeros medievales. Burgos parecía el escenario de la más simpática y aventurera de las obras teatrales. Edmundo de Amicis tuvo la misma sensación y comparó Burgos con un teatro de marionetas. ¿Se puede vivir en un lugar más alegre, más divertido? Cualquier niño diría que no. …» Óscar Esquivias, La ciudad de los príncipes y los dragones.

MI POETA SUGERIDO:  Norma García Mainieri

EMERGIENDO

Soy mujer y siento
en mi cuerpo concentrada
la naturaleza,
junto a la planta,
el fuego, las cacerolas,
las máquinas y los libros,
dejando correr por mis pechos
el fluir de la vida,
sintiendo la llama que
brota de mis entrañas
y que me abrasa junto al
hombre para dar fruto
y placer,
trabajo, amo y sufro,
vivo y muero
relegada en un rincón,
padeciendo silenciosa indiferencia
o brutal pasión.
Estoy en la historia, pero no
en el lenguaje que la expresa.
¿Por qué mi voz no se ha escuchado?
De tí­mido susurro ahora es griterí­o,
si junto al hombre vivo y lucho
del oscuro recodo salgo a luz
debo ocupar el lugar que me ha
sido arrebatado.

RÓMPESE LA FUENTE

Rómpese la fuente
de las aguas abismales
donde por milenios
se ha incubado la vida.

Eros desatados

Libre de ataduras
Eros invadió la tierra,
húmedas cuevas desafiantes
cuerpos erectos, crepitantes

Eros desatado, libre
y ubérrimo
pueblas el mundo de deseo consumado.

Ritual

Invocando –si existen-
a los dioses de la creación
ofrecí tiempo y vida
a cambio de palabras.

Hoy, ofrezco mis palabras
por tiempo y vida
con la certeza
de su anticipada negativa.

Los dioses de la creación
-si existen- son sordos
y, en tu caso, es lo mismo
responderán: «No hay trato’

Inexorable

El tiempo inexorable
se diluye entre los dedos
descarnados de la muerte
que ávida y voraz
aguarda
mi carne palpitante
y el alma
que escapa a su fatal llamado.

Acre veneno
que corroe mis venas
prolongará mi vida
a cambio del dolor.

De nada sirve rebelarse
ante la certeza de su cercanía
inexorable llegará.
Puntual aunque invoque
a un dios implacable
en tardía e inútil fe.

Voces de mujeres

Nuestras voces resuenan
por el mundo
desde el diálogo uterino
que el feto entabla
con el cuerpo que lo alberga

Desde la naturaleza
la cultura y la historia,
que hemos perpetuado
y son nombres de mujeres

Desde la marginalia
e injusta situación
en que estamos sumergidas,
invadimos la tierra
y rescatamos la vida,
las voces milenarias
de mujeres en el tiempo
y el espacio

Manos

Nunca la mano ha sido
tanto
alargamiento de un corazón
que late,
como en la mujer que trabajando
va bordando el mundo,
en los giros del barro que modela,
en la masa del pan que se cocina,
en la áspera tierra que rotura,
en el metal de la herramienta dura,
en las páginas del libro que penetra,
en todos los elementos que transforma,
mujer es el ser y hacer
lo que la iguala al hombre.

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MI POETA INVITADA: María Eugenia Hernández Grande

El camino que lleva a Duluth

¡Regrese a mí, con todos sus demonios,
regrese a mí, otra vez, la Poesía!

Que tal vez, algún día, vuelva a escribirte
y a saborear en la lengua, en las papilas,
el dulzor amargo de los versos viejos,
de las rimas grises,
de las tardes lentas.

De los domingos aquellos de invierno
mojados de lluvia
desesperación,
recuerdos.

De aquella época en la que el amor
se divertía pasando el rato
haciéndome llamadas perdidas
para tener línea directa con mi vida.

Que quizá, más bien tarde que pronto,
vuelva de nuevo a lo bruno de la herida.
Y la sangre salada hasta estos labios
o en mi vientre a prenderse las hogueras
que sepulten a diciembre entre tus guerras.

Regrese a mí antes de que se desborde
nuevamente
mi cajón de calcetines suaves,
de dudas cerradas con llave,
de cobardías blandas yaciendo
entre el calor ahogado en mi ropa de cama.

Antes de que tienda en mí,
bien colocada,
blanca y aromada,
la colada de las penas vagas
junto al jersey de invierno abrigando
a estos pequeños versículos de muerte
centrifugados junto a lo que fue mi suerte.

Vuelva yo de nuevo a sentir
el gañido intenso en cada despedida
la quemazón insoportable,
la lágrima abrasiva
transitando maratones en mis pómulos.

Y recorra con mis pies desnudos
el sendero abrupto,
exiguo, peligroso
que destina, cual bufón de grotesco criollo,
a mi cuerpo inerte hasta la confluencia
que une a mi alma con la tuya,
mientras Dios hace mutis por el foro.

Regrese a mí, mas no se apresure,
pues llego limpia,
espléndida, radiante
al camino enlosado que lleva
a Duluth.

Donde agosto se funde con septiembre
y no agonizan el sosiego y la esperanza.

Que llego ahora allá donde permuta
un poder celestial mi sino entre sus manos,
regalándome la calma,
el consuelo,
la paz serena
que un día me arrebató el Poeta.

Qué fácil era la vida allá en la infancia.

Cuando la palabra problema no existía en nuestra lengua
porque todo lo que abarca no era más que una definición carente de significado.
Y la tristeza y la angustia no habían corrompido la memoria.
Y la lluvia era vida, y la vida era hermosa.
La vida de la infancia, el sentimiento puro.
La libertad heroica del palpitar infante.
Cuando la pena se traducía en un juguete roto.
Y el corazón latía acelerado a cada nuevo día.
La vida aterciopelada de la inexperiencia,
cuando la escarcha no enfriaba todos nuestros sueños.
Y si lo hacía la magia de la niñez sabía aprovecharla
perfilando sobre ella figuritas con su grácil mano.
La escarcha que la gelidez ahora posa en los cristales
y al templar, el alba y su rocío los ensucia.
Y se queda así mi alma pegada a esa ventana,
esperando que tu mirada sepa ver que estoy ahí.
Que ahí te aguardo.
Paseo por la calle y siento lástima
de esos niños ahogados en mares de rabietas.
Llorando lágrimas amargas por algo que no tiene importancia,
ignorantes del dolor que el futuro les tiene preparado.
Qué suave era la vida allá por los años de mi infancia.
Cuando la crueldad de la vida también me visitaba
pero mis ojos infantiles lo transformaban todo
como el arco iris esplendoroso de un caleidoscopio.
Y con diminutos vidrios posados en mis dedos
construía mundos en los que la vida salía como yo la predecía.
Y hasta la herrumbre más amarga estaba impregnada
por el aroma meloso y cálido de mis carcajadas.
Cuando mi madre era cercana y no distante.
Cuando mi hermana era mi hermana y no una extraña.
Y si me caía del columpio, esa herida no dolía.
Porque disfrutar del juego era lo importante.
Y sabía sin tener que recordármelo que caer sólo tiene sentido
si sigo teniendo la fuerza suficiente para levantarme.
Escritores.org

UN DÍA DE PESCA [Mi poema]
Pablo Cassi [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Un día de primavera,
no quiero decir el día,
atravesé la pradera,
me aposenté en la ladera
del riachuelo a la orilla,
un afluente del Duero,
-revoltoso y bullanguero-
que recorre la Castilla.
desde Aranda hasta Arandilla
atravesando Zazuar,
Peñaranza y Alcubilla.

Y cual si fuera un truhán,
me ajusté bien el sombrero,
le hice un brindis al sol,
abrí raudo mi zurrón,
saqué mi anhelada caña
de pescar. Y con la maña
que me aporta la experiencia,
cogí con mimo el anzuelo,
e introduje bien el cebo
¡qué buena que es la lombriz,
cómo me gusta la mosca!.
Tomé impulso y con denuedo
la lancé con virulencia,
tocó el agua e hizo clic
y redibujó una rosca.

Ya con semblante feliz
me tumbé plácidamente
deslizando mi sobrero
hasta cubrirme la frente,
disfrutando del ambiente,
de los pájaros trinar,
del perfume de las flores
-su color y sus olores-.
Até la caña a mi dedo
y que los peces al picar
me pudieran avisar.
Y me puse a dormitar
¡de placer casi me muero!

Fue entre soñar y soñar
que percibí un tintineo.
Guiño un ojo y yo qué veo
¡una fabulosa trucha
se postraba ante mi un ojo!
¡No crean, no era un señuelo,
ni era preso de mi antojo!
Tiré fuerte de la caña,
recogí raudo el cordel,
inspiré con gran placer,
de emoción sentí el mareo.
¡Oh, dios! ¡No me lo creo!
Delante mi estaba él
objeto de mi deseo.

¡Cómo me gusta pescar!
¡Cómo me encanta ir de pesca!
Siempre renuncio a la siesta
para poder disfrutar
del olor de la floresta,
de esa agua cantarina
que interpreta la corriente,
y esa música divina
que inunda todo el ambiente.
¡Cómo disfruto al pensar!
¡Cómo relaja mi mente!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Pablo Cassi

Conflicto Sentimental

Este día de lluvia París no fue amable contigo,
podríamos viajar a Sudamérica
a una flor que te espera con su perfume
y ese vicio de amarnos sea capaz de torcer cualquier conflicto
y tu nombre se ordene en la almohada de mi siesta.

Ella sabe qué recuerdo construyó esta historia,
una palabra en la primera página del diccionario.

El amor se declara culpable,
las caricias se atreven más allá de las palabras.

Convivo con su nostalgia que no sabe vivir sola,
sus ojos me restriegan el alma.

Algún día habrá tiempo para querernos lo suficiente.

País Vasco

La estación de San Sebastián se despoja de sus únicos pasajeros,
rostros que reflejan la tenue luz de un andén
el latido de un reloj que echa marcha atrás el minutero.

La noche cae como el vestido que lleva puesto
y mis manos vuelven a transitar por su cuerpo
con la existencia indesmentible
que su mirada viene de otro tiempo.

A una hora cualquiera de este verano
es posible que la lluvia tropiece en una esquina del cielo
deje en un café de Irún la silueta de un beso.

La nada silenciosa se adueña del país Vasco,
una habitación en el tercer piso del hotel Jauregui
instaura el aniversario de una despedida.

Un aeropuerto que no sabe de geografía
convive con la nostalgia del último vuelo.

Todo Momento tiene su Misterio
(No siempre el aire que respiramos será suficiente)

Reescribo en mi confuso inventario
un poema que se quiebra en tus labios.

Tu mirada me seduce de impaciencia
la guerra la perdí en tu cintura.

Antes de ti quizás no había nada,
antes de ti la vida fue un ensayo.

No sé en qué coordenadas hoy te sitúas,
bajo cuales estrellas te contemplo.

Necesito volver a respirarte
tras ese encuentro en Hondarribia,
traducir la fragancia de tu alma
y quedarme a la orilla de tu nombre.

Déjame llevarte hasta la que no fuiste
y no serás sin mí,
fusionarte en dos tiempos con un intenso deseo.

Toda historia tiene su misterio.

Lo que no existe

Eligió el silencio de una antigua puerta
sin más compañía que la inercia
que se habitúa al olvido.
Era más fácil acomodarse
a los instintos de la vejez
que apostar a la verdad de lo que no existe.

Como una mujer que nada espera
la vida pasa de moda por su rostro
y noche adentro bebe con la sed
indescifrable de su juventud
con la aparente inocencia de quien interroga
por primera vez a los espejos.

Definitivamente sola
la verdad no tiene prisa en conocer
sus pormenores.

Tu Sonrisa

Cada noche tu mirada es un anhelo diferente,
te desnudas a conciencia con mis besos
y en mi cuerpo tejes un traje de deseos.

Estos versos son todo cuanto tengo
a la hora de soñar contigo,
mi pequeña historia que se instala en tu oído
la memoria se equilibra en un viaje hacia el recuerdo.

Tradúceme el secreto lenguaje de tu mirada
el rito unánime donde se ajustan los labios
y las palabras cumplen lo que prometen
darme la hermosura de una sonrisa.

Atravieso nuevamente el mismo pueblo,
recojo la tristeza de tus ojos quebrados
el vuelo indiferente de algunas palabras.

Tú eres bella como las mujeres que el poeta conoce
en el ejercicio de sus primeros versos.

Prófugo de Ti

No imagino mis próximos días sin tu existencia.

La luna ingresa por una hendija
es la única señal de la noche.

Aparece la sombra y las hojas callan un secreto.

Puedo descifrar cada palabra en tus labios
ese antifaz que esconde tu tristeza.

La muerte se pasea por una calle padeciendo de vida,
lejano a mi…
nada fue como dice el insomnio
en su presagio de rumores.

Prófugo desaparezco en una copa vacía
y pregunto si aún me esperas
cuando despierte de este sueño.

Diccionario Bilingüe

Si fuera sólo encontrarse
y después seguir el viaje
nada sería como dicen
ni siquiera las viejas cicatrices
que empujan al centro del olvido.

Todo es uno y lo mismo
por más que digamos que venimos de la nada,
tú y yo vamos unidos como diccionario bilingüe.

Algún día volveré a París
recorreré cada calle de Montparnasse
y el aire perfumará de poesía tu existencia.

Déjame Enfurecer tus Deseos

Labios que sin ostentar sensualidad
susurran mi nombre desde el otro lado de la ventana.

La observo tras el cristal,
la desnudo con el mismo deseo
de aquellos amores que surgen espontáneos.

¿En qué primavera te graduaste de ilusión,
qué árbol te cobija en un bosque impensado?.

Déjame arrinconarte en un pasillo
de esta casa,
enfurecer tus deseos con la química de un beso
y embriagarnos simultáneamente de este instante.

Sé que me recuerdas en una orilla de tus labios
en la tristeza ocasional que deshoja una sílaba,
en el difuso aroma de una alameda en la madrugada.
No será fácil que me olvides
mientras mis lágrimas horaden la quietud de tus días.

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NAVEGANTE EN ALTA MAR [Mi poema]
Pedro Granados [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy he subido al altar de las naves del olvido
donde allí aprendí a mirar y en mi barco a navegar
hasta donde yo he podido. Mi mayor sueño es soñar,
mi bagage haber vivido. Yo no soy más que un juglar
que ha salido a navegar y en los mares se ha perdido.

De la vida en mi bagel, entre brisas y zozobras,
me he subido al carrusel, he pagado mi arancel,
arriesgando en mil maniobras. Ahora, pirata en la mar,
¡jugador empedernido!, presumiendo de jugar,
de algunas veces ganar y muchas otras perdido.

La fiesta va a terminar, los asiduos al convite
entre bramidos y envites comienzan a desfilar.
Las velas hay que plegar, no queda nadie que grite.
Ahora en este caminar comienza la bajamar
haciendo que el sol levite. La mar se fue a dormitar
y en ese cuarto de estar el que esto escribe repite:

¡Oh la mar, el mar, la mar! siempre abierta al infinito
que no para de llorar. Ni tu sueño ni un cantar
vetarán que un dios maldito te provoque malestar,
se hincarán en el hogar de este su escritor proscrito,
giñarán en el escrito antes de a la par lanzar
turbulencias que al final arrastrarán su detrito,
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Granados

Madreselvas para Martín Adán

Ahora que somos
sombra y paso,
mirada y desvío,
sermón y pecado.
Ahora que el mudo muda
por enésima vez de expresión
y hecha humo la impasible chimenea.
Ahora que quizá rubricarías
como hace ya algunos años:
Con viva gratitud
por el envío de
sus bellos poemas.
Y yo no soltara el mango
de esa sartén
aunque harto quemara;
y fuera de pronto,
siendo apenas un muchacho,
un adulto ya, ya un anciano.
Un muchacho solamente, Martín,
no un poeta. Un muchacho
de la ancha base, Martín,
de sobrio segundo
y de mamá por cocinera.
Ahora que me espera la muerte
tal como a mí. Tal como a ti
no
porque eres la enredadera.
La enredadera sobre la vid
y hasta lo alto del muro.
La enredadera sobre la más imponente higuera.
Tal como a ti no
porque eres la madreselva.

Quizá

Quizá deba ser padre de muchos
y abuelo de una infinitud
para entender algo de la vida.
Juego solar de sombras
y emblemas de la luna:
fases terribles y necesarias.
Cuarto creciente,
cuarto menguante,
cuarto lleno
y vacío también.

Cuadro

Una curva amarillo-naranja
sobre la noche oscura.
Son nuestros los sentimientos.
Son nuestras estas texturas de amor,
estas manchas iridiscentes de delicadeza.
Son nuestros los recuerdos. Todos.
En gruesas pinceladas cerca de un vértice
está mi madre. Es viento y es tierra
y es agua mi madre.
Al centro del cuadro está mi padre
insinuado por un color evasivo. Es fuego mi padre.
Nuestros son los viajes, los adioses
y acaso la soledad.
Una curva amarillo-naranja. O más bien
una hendidura. Una materia apenas entreabierta.
Una reciente cicatriz
acaso.

El sonido y la estampida

El sonido y la estampida.
Doscientas bocas bebiendo
de un solo par de labios.
El brillo y el color
imperceptibles del aleteo.
Tus ojos hace rato ya
clavados en los nuestros.
Encerrados en un tiempo
y en un lugar:
el de la extraordinaria pared,
el del increíble techo,
el de esta tan dilatada muchedumbre.
Te tocó nacer y morir aquí
en mi corazón.
Nos tocó el amor de nuestra madre
y el amor de nuestro padre.
Me tocó vivir en tu corazón.

Contra el secreto

Contra el secreto
de la interpretación. Lloro.
Hace días. Hace tiempo
que llorar quería.
Tanto tiempo que no entiendo.
Tantas horas que constituyen
ahora mismo mis pasos.
Mi cara de perro asomándose
en cualquier esquina.
Mi hermano Eduardo falleció hace un mes.
Murió como pobre, pero sin deudas.
Murió como pobre, pero sin dudas.
Sus manos no tenían dudas.
Tampoco su voz. Ni su amor.
Mi hermana Elena pagó los gastos
del crematorio. Y Lucy, su viuda,
guarda por nosotros las cenizas.
En todo esto, yo no participé sino
poniéndole los ojos en blanco
a una morena. Chivilla y blanquísima de ojos
mi negra. Igualita a la muerte.

Hojita delicada

Hojita delicada
de papel. Lacerada hermana.
Sobreviviente. Anónima.
Fría sobre el vidrio
de este escritorio. Cerrada.
Evasiva muchacha que en día.
Muchacho que un día.
Violentada. Presa. Rota.
Confidente hermana.. Beldad
nocturna. Franja
de la espuma de la playa.
Tú que eres estos ojos..
Tú que eres mi puerta, mi puerto,
mi compañera.
Tú que sopesas esta masa de amor negro
que es mi alma.
Tú que devuelves el dardo
y asimismo la aljaba.
Oh torre silenciosa.
Oh silencioso pinar.
Oh mi hermanita, mi igual,
mi paisana auténtica. Mi hija
generosa. Mi castísima beata.

ENREDADERA

Para Rosario Bartolini y Julio Saldaña

Agarrar mi guía y elevarme tal una enredadera
El frío nocturno no será nada tampoco
La escarcha inevitable del amanecer
Si como si bebo si respiro
Ya es una gracia enorme
Para mi objetivo inconsciente
Sonámbulo o en automático
A un lado papeles bultos desperdicios
Aire viciado
Palabras densas e impuras
Entre mi raíz y yo
Entre mi guía y yo
Hilos visibles e invisibles
Para escalar lento como el perezoso
Seguro y cierto como la serpiente
Entre aquellos últimos
El hilo invisible
Que me puso de nuevo en Lima
Que me ensartó otra vez a tu amor
Noche ciega la que ve más allá
De nuestros ojos
Ahora que humecta mis mejillas
El barro e incluso el hormigón
Sobre el que me arrastro
Con la mirada no siento menos con el pensamiento
Con las comisuras entreabiertas de mis labios
Y parte de mi húmeda lengua eso sí
Con mi respiración taponeada por el lodo
Que es tierra la que respiro
Igual que el can
Igual que la hiena
Cuando engulle a trozos desesperados su presa
Igual que el pajarillo que no pudo más
Y añade un grumo más a la tierra
Enfilo y trepo entonces
Me oriento por la voz que me llama
Por la que pronuncia mi nombre
Y me extiende sus brazos amorosos
Y desaparece de nuevo
O tarda
Porque así me va animando a subir
Como la enredadera que soy
Flores de fango que en realidad somos todos
Cada uno
Y jamás únicamente los poetas.

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MI POETA INVITADO: Alejandro López Pomares

EL MANTO DEL TIEMPO

El olvido se apiadó de mí, seco en la arena.
Con su larga melena y dedos de espuma
me esculpió de mármol una estatua
en el borde del mundo.
Oye mi voz, mar adentro,
y si no la entiendes tampoco importa.
Es voz de fuego y tierra,
voz que arde y tiembla,
que se esfuma y desgrana.
No me empujes por la espalda, vida mía,
embrida mi alma a tus ojos de loca,
tu boca con su sismo destapa un espejo de lava,
que rompe el cristal y no el reflejo.
Si doy un solo paso,
caigo,
pero contiene el suelo mi huella
por la vida que le va en ello,
por la mella que dejó el tiempo
al soltarse de mi mano.
Se arrimará el cruel invierno, que me eriza
los pelillos de la nuca
con su gélido beso,
y me trae el recuerdo un verso oxidado
que debí escuchar de tus labios de loca:
«de tiempos de gloria están
los presentes llenos
y las tumbas vacías».
Y qué me dices yo aquí solo,
erigido de vuestra desgana,
soportaré mi ansiedad,
porque ni se engendra
ni se agota la ausencia.
Solo bajo mis pies
y mis sostenidos ojos en vela,
columna de apoyo al viajero,
se prolongará el tambaleante
manto del tiempo..

ESTA PEQUEÑA HABITACIÓN Y SUS CUATRO PAREDES

La habitación es pequeña, la ventana
y la cama crujen con sólo el viento besarlas.
La música que oigo me delata y la desato.
Se demora la lluvia,
se hiela mi pupila bajo un relámpago
que agoniza a diez metros sobre la tierra,
el sigilo de una ciudad en el punto de mira,
un bar que cierra
y un semáforo se debate entre detener el tráfico
o dejarnos caer ciudad adentro
se escuchan las pisadas
Anuncio publicitario
mientras una bombilla parpadea
un pasillo abandonado y la foto de alguien,
tu incertidumbre y la mía pasean agarradas de la mano.
Las ciudades aúllan bajo el asfalto,
mírate en los charcos con esa cara descorrida
bajo una lluvia que huele a lluvia
y un viento que suena a lamento.
La poesía es un mar de dudas,
desbordándose por nuestras calles
y yo sólo alguien que se aferra
en el punto de mira
la foto de alguien
se ahoga sin motivo
sin palabras
sobre los charcos con mi cara descorrida
y yo sólo alguien que se ahoga.
Editorial Ars Poética

EL MEDIOVIVO [Mi poema]
Ángel Guinda [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Cómo ocurre el devenir?
¿está tu conciencia en calma?
¿queda resquicio al sufrir?
¿cuándo sabes que el morir
es un tránsito del alma?

¿Cómo en esa encrucijada,
si aún te queda valentía?
Tú, el que antaño presumía,
que a la riqueza adoraba,
si a dios rindes pleitesía.

¡Oh ese segundo final
que hay entre ser y no ser
o entre estar y ya no estar!
¿Cuándo acabas de soñar
para a la nada volver?

Dime tú, ser medio-vivo!
si en ese preciso instante
sacas tu espíritu altivo,
si a dios pones por testigo,
la montera por delante.

Para ya quedarme en paz,
me muero por conocer,
de ese cuerpo medio tieso,
si lo que digo es veraz:
¿suele ese cuerpo fugaz
aun disfrutar del placer?
¡dime por dios si es por eso
que no deseas volver!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Ángel Guinda

DESIERTO

Camino
sobre antorchas
de silencio.
Oigo sombras:
son los pasos del sol.

MORIR

Morir es no volver a estar
-a la misma hora-
en los mismos lugares,
con las mismas personas.
No aparecer, cada mañana,
como esa gran luz nueva
disuelta entre las cosas;
dejar interrumpidos los trabajos,
los viajes en punto muerto.
Ajenos a los mares y a los astros.
Morir es estar quietos, sordos,
ciegos, mudos, desaparecidos,
desconectados de todos y de todo,
de nosotros también;
no regresar a casa nunca más.
No emitir ya señales,
recibirlas tampoco.
Morir es no volver.

EL MAR

Mi cabeza es un mar rodeado de montañas
donde ruge el silencio
y las nubes reposan como gaviotas muertas.
Mi cabeza es un mar entre andamios de niebla,
o la gran polvareda de las demoliciones.
Mi cabeza es un mar.
Un mar cuyas ventanas tiemblan como relámpagos
y en sus olas retumba el eco de los soles.
Mi cabeza es un mar de enrona y laberintos
donde agitan sus crines los caballos del aire.
Mi cabeza es un mar. Y en sus puertos en llamas
atracan los volcanes, los recuerdos zozobran.
Mi cabeza es el mar de las detonaciones,
los tambores de humo del adiós y sus ruinas.
Mi cabeza es un mar
o el libro de registro de los derrumbamientos,
los escombros del cielo, los tesoros perdidos.
Mi cabeza es un mar.
Mi cabeza es un mar de emboscadas y túneles,
avalanchas de luz y sed resquebrajada.
Conmoción de lo inmóvil, mi cabeza es un mar.
Mi cabeza es un mar en cuyo fondo claman
los suicidas del agua, los barcos y aviones
acribillados por el horizonte.
Mi cabeza es un mar y, en sus playas, los niños
juegan a ver caer caramelos de fuego
de las guerras de un mundo donde no está mi mundo.
Mi cabeza es el mar donde yo he naufragado.

NO

Soy un claro interior, el porvenir
de una puerta que siempre está atrancada,
la trampa de vivir y ver morir.

Contra la destrucción de la conciencia
bramo, reviento, clavo en Dios los codos.
Soy un zarpazo roto de paciencia.

Una luz que, arañando los escombros,
borra la niebla y sigue hacia adelante.
Un hombre con la sombra hasta los hombros.

Como hambre y bebo sed con todos
los condenados a escarbar la nada.
Esto no es un poema, es un desplante.

Profundamente grito un no rotundo.
Yo no quiero vivir en este mundo.

CAJAS

Lo diría una indígena y tendría razón.
“Ustedes tienen la vida organizada en cajas.
Nacen y les depositan en una cajita,
su casa es una caja, y las habitaciones
son cajas más pequeñas.
Suben a la casa en una caja,
bajan a la calle en una caja.
Viajan en una caja.
Duermen y hacen el amor sobre una caja.
A través de una caja ven el mundo.
Cambian de casa: lo meten todo en cajas.
Los Bancos y las Cajas hacen caja.
Y cuando mueren
les introducen también en una caja.”
Todo está hecho para que encajemos.
Nos encajan la vida.
Algunos no encajamos, y nos desencajamos.

ESCRIBIR

Si me quitan la palabra escribiré con el silencio.
Si me quitan la luz escribiré en tinieblas.
Si pierdo la memoria me inventaré otro olvido.
Si detienen el sol, las nubes, los planetas,
me pondré a girar.
Si acallan la música cantaré sin voz.
Si queman el papel, si se secan las tintas,
si estallan las pantallas de los ordenadores,
si derriban las tapias, escribiré en mi aliento.
Si apagan el fuego que me ilumina
escribiré en el humo.
Y cuando el humo no exista
escribiré en las miradas que nazcan sin mis ojos.
Si me quitan la vida escribiré con la muerte.

Un hombre feliz

Fue feliz compartiendo
los cantos y las risas,
la pobreza, el dolor.
Retozando en la escarcha,
comiendo y bien bebiendo.
Alegre a pleno sol,
solo en el descampado
o entre la muchedumbre.
Fue feliz de estar vivo
y afrontar las desgracias
ajenas como propias,
sereno o agitado;
liviano haciendo el muerto
sobre la piel del mar.
Fue feliz desterrado
de la realidad.
Feliz bajo la noche
coronada de lámparas,
en batallas de amor
que hacen temblar las sábanas.
Fue feliz derribando
murallones de lágrimas,
hablando con los astros,
escuchando a la muerte.
No descarta
ser feliz bajo tierra
mientras sigue la vida.
(de Catedral de la Noche)

La mirada

Lo mismo que una llave abría el aire
a los misterios de la transparencia.

Me convocaba igual que una ventana
o una cita del cielo con el mar.

Podía haber vivido en su fulgor
o esperar a morir como un naufragio.

Porque aquella mirada no era de unos ojos
y aquellos ojos no eran de ningún mundo.
(de Caja de lava)

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UNA TARDE EN MADRID [Mi poema]
Paz Molina [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy de mi casa en Madrid he ascendido a la azotea
es una tarde de otoño, tarde de luz primorosa,
-de cielo al atardecer, gris y azul, tarde mimosa-
donde diviso el entorno y toda mi alma se recrea.

Oigo el susurro del viento que acorde con la estación
va transportando el perfume que se arrastra de las lilas.
Inquieto, un rayito de sol, divertido y juguetón
insistentemente posa y luego oculta en mis pupilas.

Bailo al compás que me marca de mi hamaca el diapasón,
mientras silbo y tarareo alguna linda melodía,
¡cómo me gusta asomarme cada tarde a este balcón
haciendo mil aspavientos, suelo y cielo en sintonía!.

Ensimismado ahora estoy viendo el manto en la campiña.
Para mi el tiempo no existe, veo parterres de rosas,
veo que jugando a la comba en la plaza hay una niña
y otras parece que en riña, todas lindas, revoltosas.

Mi terraza es mi evasión ¡Yo amo en Madrid a mi terraza!
Siempre husmeando en cada plaza. Es mi ilusión, mi alegría.
Y lo hago así cada día, paraíso es que relaja.
¡Lo que alguien feliz como yo por subir allí daría!

Cae la tarde. Cojo el sueño y me lo envuelvo entre algodón
para que así en mi memoria permanezca cada día,
abro la puerta de mi alma y desde allí saco un cajón
y guardo con mucho esmero zalamero a su ambrosía.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Paz Molina

Tan solamente

Yo rivalizo conmigo:
No estoy a la altura de mi condición.
Me topo con sorpresa contra mi propio yo.
Me sucede que no canto como quisiera.

Balbuceo y escucho una lejanía.
Tímidamente me alzo en lluvia.
Escojo, por no dejar, un nombre para darme.
Y no me siento interpretada.

Tan torpe como soy. Tan solamente.
Tan única y tan ella y tan dolida.
Y la gran carcajada que me gasto.
Y las ganas de ser y de quebrarme.

Rivalizo conmigo y esta pugna
vagamente grosera me invalida
las mejores gestiones amatorias.
Y mi propio amor, mi boca para el beso
mi discutible condición angélica
se me van convirtiendo en impostura.

LA ROSA

Considera el perfume de la rosa
-me dijo un sabio- por su terciopelo.
No es cosa de ponerse tremebundo
y desterrar al sol de los jardines.

Yo quise hablarle de la rosa negra
de la rosa fundada en la sospecha
de la rosa revuelta en la ráfaga
de la rosa podrida en la conciencia.

Yo quise hablarle de la rosa ciega
de la rosa muñeca de madera
de la rosa ritual del calendario
de la rosa crema chantilly.

De la rosa. Yo quise hablarle de la rosa.
Pero estaba amortajado el caballero
en el perfume ambiguo de la rosa.
(del libro Cantos de ciega)

VESPERTINO

Qué pálido el reflejo de la conciencia
en el comedor de los otros
cuando anochece y no hay lumbre
cuando anochece y no hay madre.

Así apenas la canción
apenas el polvoriento afán
del verbo en su escondrijo múltiple

A qué controvertir ya tantos soles
A qué tanto amanecer y de rodillas

Sólo que me contuviese la alegría
Sólo que la alegría me fecundase.
(poema inédito)

Historia de ángeles I

Entonces fue que el ángel se acerco y dijo:
tendrás sed de mi carne y vagarás hambriento.
Luego, haciendo ondular su oscura cabellera
se hundió en la incertidumbre de su concepto

Intentaba el ingenio comprender los alcances del ángel
entre fiebre y bostezo, vagas contemplaciones;
pertinaz, sin embargo, se enfrascaba en conciertos
de incomprensible música, salvaje y presuntuosa.

Tendrás sed de mi carne y vagarás hambriento.
Y su cadera trascendió la condición humana.
El Único, obstinado, doblegó el idioma
y lo hizo parir la flecha.

Quiso luego ejercitar su arco inconfesable.
Premunido de un cóndor se dispuso a la barbarie.
Y no logró más quietud que un deambular inédito
por las inmediaciones del hastío.

Quiso luego la forma, cogió su flecha,
la cadera del ángel se apagaba a lo lejos
hacia ella apuntó con intención diabólica
y un alarido turbó la paz inadmisible.

Tendrás sed de mi carne y vagarás hambriento
dijo el Único al Ángel
y lo ensartó en el infinito.

HISTORIAS DE ÁNGELES II

Yo quiero una mujer para apagar mis ansias,
dijo el Ángel, y un gesto obsceno le oscureció el semblante.
Estoy harto de alas y miriñaques,
ahora quiero deshonrar mi estirpe entumecida.

Quiero unos pechos vastos, formidables,
en extensión incierta como pensamientos humanos;
que se hundan en ellos mis torpes manos pudibundas.
Mis antiguas plegarias han de ser besos y saliva.

Quiero una inconfesable lujuria.
Se subleva mi espíritu macilento,
mi espalda sudorosa se inclina sobre un cuerpo
que parece ardorosa convulsión del Infierno.

Quiero un goce satánico,
dos piernas que agonicen de estertor,
y dos manos que perturben mi agónico sentido.

No recuerden mis cánticos.
Mis alas están yertas.
tan sólo quiero una mujer
y su nefasta dulcedumbre.
(del libro Memorias de un pájaro asustado)

Historia de ángeles III

He pecado se dijo el ángel y una
repentina oscuridad asomó a su mirada
(antes sus ojos eran dos alondras)
dos pájaros muertos se asomaron a sus ojos.

He pecado y debo aguardar mi castigo.
Mientras tanto
cavaré una tumba
para dos pájaros muertos.

Historia de ángeles V

No quiero tu castigo, Señor, apiádate
No he de volver al mundo con este traje estúpido.
Pisotearé mis alas de cartón.
Escupiré la muselina barata de mi túnica.
Arrojaré al infierno mi aureola plastificada.
Y si has de llamarme nuevamente rebelde
Quiero volver a la tierra como el más oscuro de tus hijos.

TE ARREPIENTES

No te bastó con verme agonizante.
Quisiste abrir aún más la honda llaga.
Tu espada insolente dividió mi sueño
en dos mitades imposibles.
Ahora busco la forma de reparar lo irreparable.
Un riesgo se define plácido en mi frente.
Acudo nuevamente a ti. Te nombro y huyes.
Acobardado por mi terrible afán.
Ahíto de sorpresas.
Absoluto de arrepentimiento.
(del libro Neruda, aparta de mí esta sombra)

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LA RUEDA DE LA VIDA [Mi poema]
Octavio Armand [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Y tu viniste al mundo y el mundo sigue y sigue,
y un día tú te irás, y aquí no pasó nada,
ni el mundo parará que a nada se resiste,
reseña de una prensa, si muy famoso fuiste,
y rico si tú fuiste, de esquela mal pagada.

Un lindo mausoleo, cenizas por el viento,
responsos de familia, llantos de plañidera,
mas eso qué más da, la vida es movimiento,
que el mundo seguirá llegado ese momento
pero tú no verás la luz en primavera.

Luego se irán tus hijos y seguirán los nietos,
y nada cambiará, siguiendo la cadena,
los mismos escenarios, los mismos minuetos,
se seguirán andando los mismos vericuetos
mas tú no bailarás ya nunca en la verbena.

Acumular riquezas, no te sirvió de nada,
trataste de encontrar tu sentido a la vida,
y atrás quedó el deseo, felicidad soñada,
ansiaste la justicia, la justicia no estaba.
Siempre buscando a dios, otra ocasión perdida.

Al cielo agradeciendo cada nueva jornada.
Viviendo de prestado, así toda la vida,
tratando de apurar cada ocasión vivida
al fin para volver al punto de partida
que allí es donde venimos, volvemos a la nada.

©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Octavio Armand

III: “Pájaro”

¿Lo viste? Acaba de saltar
de aquel verso a este.
¿No lo ves? Está ahí mismo,
En lo que acabas de leer.
¿Acaso no lo oyes?
¿Tampoco lo oyes?
Lástima. Se fue.

Examen

¿Qué nos dices de la noche,
tú que llegas
regalando el brillo de la sangre?

¿Qué nos traes
en el halcón oscuro de la respiración,
tú que preguntas si esto es la vida?

¿Quién te espera
en el espejo?
¿Quién eres?

Yo también sé borrar
el ruido de la piel.
Mis palabras también
son un cielo escondido.
Nueva York, 26 de abril 1985

Yunta

1.
Tú y yo.

2.
Comenzaremos de cero.

3.
Aquí no estamos ni tú ni yo;
y sin embargo recorreremos
juntos estas líneas.

Como manecillas de reloj,
en dos tiempos viviremos
la noche y el día.

4.
Cuento contigo, te invento
como me invento a mí mismo,
otro en mi sombra y en la tuya.

5.
Te llamo yo. Te llamas yo.
Tu nombre es mi lengua.
En cada palabra te digo.

6.
Acadio, hitita, elemita, arriba
aprendo a escribir en lo oscuro;
abajo los bueyes enseñan
a leer con ojos de cerradura.

Abismos a flor de piel,
poros jadeantes, volcanes
donde respira el invisible Hades,
las palabras parecen muescas.

7.
La mano que sigues no está.
Sigues semillas pisoteadas, cuñas,
huellas que marcan el rumbo.

Mi aliento titubea ofreciendo
palabras que serán otras,
acaso más tuyas que mías.

8.
Dar en el linde para dar
otra vez la misma vuelta,
abrir otra vez el mismo surco,
soñarme entero y sin yugo,
cubrir la tierra baja, fecundarla,
inundando las márgenes
con bordados chorros genésicos.

9.
Estuve aquí el 24 de octubre de 2014.
Tracé unas líneas para dejar estelas.

Negras, fértiles.

10.
No sé qué he dicho.
No sé qué callo.

11.
Me sentí antiguo.

12.
y ahora quizá lo sea.

13.
Bueyes de tierra baja,
peces de río revuelto,
solos lado a lado,
solo dos sílabas,

14.
tú y yo.

Pájaro

¿Lo viste? Acaba de saltar
de aquel verso a este.
¿No lo ves? Está ahí mismo,
En lo que acabas de leer.
¿Acaso no lo oyes?
¿Tampoco lo oyes?
Lástima. Se fue.

Biografia para feacios

Tal vez soy Demódoco y cuento las hazañas de Odiseo
O soy Odiseo escuchando el relato del ciego
Ya no fui lo que soy
El lenguaje me mata
¡Cuidado!
¡Voy a nacer!
Digo: nazco
Lo repito, nazco
Mis nueve libras golpeadas
Mi grito que sale directamente de la carne
Mi primera y única palabra aprendida
Mi nombre
La delación y el bautismo hasta esos labios
Los dientes rotos que me tiran
El prudente mendigo esquivándome
¡Tanta, tanta elocuencia!
Cuatro alfiles que me acosan, blanquísimos,
pero untándose mi sombra
Mis pasos que abren tumbas
Yo mismo que corro despertando muertos
y despierto encerrado en otros ojos
Todo está detrás de mí
¡Sólo tengo espaldas!
¡Cuidado!

Oráculo

Está escrito que los que no tienen futuro
no pueden conocer su futuro.
Por piedad los que no tienen futuro no pueden conocer su futuro.
Pero tú no eres un desheredado, tú tienes futuro,
tú ya sólo tienes futuro.

Entre los dioses se derraman los granos de sal,
las nubes se dispersan en formas cada vez más caprichosas,
chocan contra la pared los huesecillos marcados,
en el carcaj cada una de las tres flechas da en el blanco,
sube en lentas espirales el humo de la carne quemada,
las gotas de cera caliente arremolinan la superficie del agua,
arde la cabeza de burro y los demonios están a punto de hablar,
chisporrotean las hojas de laurel,
le quitan la venda al niño y el espejo se llena de presagios.

Escucha cómo estallan en la palma de la mano unos pétalos de rosa.
Mira cómo entre el anillo de Numa Pompilio en la copa de agua;
mira cómo el gallo salta en el círculo de trigo.
Mira, la semilla de amapola cae sobre las brasas
y se retuercen las vísceras de tu peor enemigo.
Observa cómo el reo lentamente mastica asustado pan de cebada.

Todo está escrito para ti.
No hay mancha o movimiento
que no sea una tenue o fugaz línea de tu libro.
El relámpago mismo es una de ellas.
Todo, absolutamente todo, es huella tuya.
Dondequiera que estés, estás en Delfos, estás en Dodona.
Cuanto toques o veas o respires es un libro, un solo libro.

Todo está escrito para ti.
Tu sueño no se queda encerrado en la noche.
En tu noche ya amaneció, en tu noche ya es de día,
hay siempre un gran sol en tu noche.
La mujer embarazada lee el temblor de la llama en el agua.
En el altar de sacrificios pican el hígado.
Ya es ayer y mañana y hoy y toda tu vida.
Relinchan los caballos
y las entrañas del pescado.
La tormenta no desperdicia sus rayos.
Suenan ya las marcas adornadas con plumas.
Los muertos escuchan cada pregunta tuya
con sus enormes orejas de ceniza.
La serpiente se mueve estirando el metal de sus anillos
y escribe lo que también está escrito en las letras de tu nombre
y en el vuelo de las aves.

Mírate en todos estos espejos.
No hay nada que no sea sombra tuya.
No hay nada que no se parezca a tu sombra:
un libro abierto al azar,
las cartas con su escalonada sorpresa,
el Y King,
las llamas que mantienen su verdad como un número,
las líneas de la mano que repiten las líneas de la mano,
el golpe exacto de los dados,
la vara de avellano que nos acerca al manantial,
el dedo que tal vez cae como una flecha sobre este verso.
Caracas, 14 de junio 1984

EL PRIMER CAPÍTULO DE SIEMPRE

Todo comienza en cualquier ala
Aquí donde dejo los tobillos
Donde el relámpago pega fuego a la yerba
Ocurrió el árbol Sucedió la escama
Y un caballo que grita y
De setiembre a septiembre
El cadáver se acostumbra a ser héroe.
Al tacto de los días pasando como postigos.
¿Quién dijo que estas piedras son
Raíces del cielo?
Aquella frontera es la piel
Abandonándome
Un corazón Un súbito pájaro de venas
Se aleja aullando entre dos brazos
Pero ésta es la historia que comienza
Que comienza que comienza.

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APRENDIZ DE VIEJO [Mi poema]
Inés Ramón [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Aquí estamos por azar,
porque lo quiso el destino
o el Señor,
dispuestos a terminar
nuestro incansable camino
sin temor;
ese cansino sendero
recubierto de chinitas,
de dolor,
duro se hace a este romero
y qué penosas  las citas
sin amor.

Sabios aquellos maestros
que enseñaban a vivir
sin dudar,
la de los amigos nuestros
aprendiendo a discutir
y a jugar;
inocentes peregrinos
colegiales inocentes,
el pensar,
te dirige a tu destino,
y con el sudor de tu frente
a trabajar.

Cuando nacemos, vivimos
sabiendo cuando nacemos
que el vivir,
es un tránsito interino
que sin rumbo recorremos,
sin fingir;
¡Cuan duro se hace al viajero,
siempre buscando su esencia!
estudiante,
¿dónde reside el misterio?
¿a qué sirven las creencias?
y el talante.

El tiempo persigue al tiempo,
y el antaño ya es pasado,
es ayer,
ahora ha llegado el momento
de sentirse atormentado
y saber
que ya triste y sin aliento
buscas de una institutriz
un consejo
que le dé respuesta al tiempo.
y al que subscribe, aprendiz
hoy de viejo.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Inés Ramón

Abandono

Dentro de la jaula se abre el aire.
Mira la extrañeza de esa única tierra hecha barrotes
y el sol se pone detrás de su mirada.
¿En qué otra voz,
en qué viento
quedaron las caricias,
todo el amor que cabía en una mano
irrepetible?
Dentro de la jaula no hay después. Sólo la inclemencia de unos días
vacíos,
la esperanza de un encuentro,
la sed donde se abreva el temblor hilvanado a esos dos ojos
de inmensa mansedumbre.
Dentro de la jaula se arremolina el viento y barre el olor más profundo
que le devora las huellas:
es nadie y nadie ya lo reconoce,
el aire
apenas lo sostiene.
(Poema con el que participo en el Proyecto “Capital Animal” en defensa de los derechos de los animales)

Un esqueleto cóncavo

Un esqueleto cóncavo
te convexa.

Un fósil ácido
comido de carcoma
tejido de harapos,
casi humo,
te sostiene.

Un vestigio, apenas,
lleno de cráteres
y nidos de serpientes
te soporta.

Mira
cómo avanzas
y te desintegras.
De “Un esqueleto cóncavo”, Códice de Barras, 2011

El café murmura la condena.

Bebo
y unas garras súbitas me crujen los recuerdos,
y un sabor amargo le quiebra
los huesos al insomnio.

Trago la duración de la culpa
y un líquido ataúd
me navega la garganta.

El café aúlla en su oscuridad de abismo,
devora
el silencio que acuchilla
y gime
dentro de una taza
donde cabe la noche.

Se retuerce, acecha
hostiga
los jirones de mi fuga,
me desclava la corteza del tiempo
y me esparce
-soluble-
en su infinita espuma.
De “Circular a veces” Lola, 2012

Y para qué el recuerdo,

la posesión feroz de un nombre
que desmenuzará la lluvia.

Para qué esa apetencia en la mirada,
la obstinación por engendrar al otro
e ir sorbiendo su amargura.

Si ya el silencio
calla.

Si ya la luz
no
te necesita.
De “Hallarse en la caída”, Olifante, 2014

Sólo es necesario un parpadeo

para verter en lo imposible
su propia transgresión.

Un ir y venir desde el asombro
hasta la otra orilla
siempre inconclusa:
en ambas transparencias
acontecerá el signo
sustraído a la palabra.

La oscilación, entonces,
para dejar de ser,
para deslizarse debajo de las piedras
donde se apacigua el vértigo.
(De “Hallarse en la caída” Olifante, 2014)

La última lluvia

La última lluvia
estremeció de sed
todo el jardín.
( De “Puente de Piedra”, Huerga y Fierro, 2013)

No ha quedado nadie en mí.

Ni la lluvia,
inaudible espacio por donde se vertía el cielo.

Ya no hay nadie en la mudez
de mis manos.

He olvidado el nombre,
completamente todos los nombres
deshechos en la niebla.

Hubo, también,
una palabra
que nunca alcancé a decir.
(De “Esquirlas”, Lola, 2015)

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MI POETA INVITADO:  Joaquín Meza

Los años me acompañan

Llegó la vejez así de repente
No golpeó mi puerta, ni pidió permiso
Sólo traía años que se fueron a alguna parte
Y nunca regresaron.
Pero soy feliz a pesar de la fecha de mi nacimiento
Porque gesté la vida en lo que quise
Y sonrío sin arrepentimiento.

Llegó la vejez un día cualquiera
Y yo le estreché la mano
Y la senté a la mesa, a almorzar conmigo
Y a charlar de cosas que pasaron
Y nos hicimos muy amigos.

Llegó la vejez y caminamos de la mano
Porque la existencia fue muy buena
Y nunca tuvimos altercados
A parte de mis horas de mi sueño
Pues despierto en la mañana muy temprano.

Los años me acompañan, son pareceros
Aunque a veces añoro montar en bicicleta
Pero me da miedo caerme en las esquinas
Que me den un comparendo
Acompañado de un regaño
De hacer cosas ya de viejo.
Llegó la edad en la que se comienza a terminar la vida
Pero yo sigo siendo un niño.

Postal

En mi país
hay «ríos majestuosos»
«soberbios volcanes»
y «apacibles lagos».

También hay carreteras
fábricas escuelas hospitales
cementerios -privados
y clandestinos-
y edificios que le rascan la panza
a los «cielos de púrpura y oro».

En dichos ríos
con mucha suerte se encuentran
Cabezones
y Cucas de Agua
mujeres que restriegan la ropa
con la chiches colgando
y «desaparecidos»
que se comen los chimbolos.

En los lagos
flotan cochinadas que dan gusto
y los cayucos se deslizan
detrás de una mojarra.

En los volcanes
se dan los perotes
y las manzanas pedorras
y las azucenas
y las gladiolas
y los tulipanes
y los cafetales.

Tampoco faltan los estadios
los cines
los turicentros
los autódromos
los slogans
el veneno
la tortura
el terror
los espías
y
por supuesto
los Escuadrones de la Muerte.
(de Poemas que dejó el tren… de la guerra)