A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

ANTE TODO UN SER HUMANO [Mi poema]
Rosaura Álvarez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Soy creyente, soy cristiano?
Ante todo un ser humano
que distingue el bien del mal,
convencido, un liberal,
de la vida un espartano,
otro amigo de otro hermano
que expectante mira y pasa
con su risa y con su guasa,
que se suma a esta locura
como fruta que inmadura
va a la espera de un final
cual ocurre al animal
que se arrastra por la vida
por la culpa concebida
de un pecado original.

Que a su costa, pecador,
nunca fue conservador,
y tampoco un extremista,
ni fascista o comunista,
pues de nada ha presumido
y si bien él ha nacido
no se arroga algún derecho
a mirarle con despecho
y al que pasa da la mano
como hiciera un buen cristiano
y es que él cree en el amor
que desprende un resplandor
que deslumbra y ennoblece
pues que el otro lo merece
cual si fuera su señor.

De la vida un jornalero
que consciente es temporero
hoy se ha dado a la bebida
pues no encuentra otra salida
al futuro que le espera,
como un gato en la gatera
que mirando de soslayo
dice, Dios, me parta un rayo,
si es verdad lo que yo he visto
que a creerlo me resisto,
que han llegado mil ratones
impartiendo bendiciones
dando besos a codazos,
regalando sus abrazos
cual si fueran de algodones.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Rosaura Álvarez

RESURECCIÓN

En mi carne sin tiempo: tacto, fuego,
brillos inmarcesibles.

Añafiles
desde mis altas torres lo pregonan,
Héspero lo pregona, más tus labios.

Aquí el instante, río de agua negra,
allí la mar, opalescente el mar.

¡Mi sangre, tu materia, la Materia!
Fue un sueño, invidencia, la ceniza.

SOÑAR

Soñar en ti para crearte,
alzarte puro.

Ignoran las odas, las danzas,
el alto fuego de mi lengua honda,
las brasas tiernas del lujoso anhelo.
Ignora Eros mi fulgor:
amar como rocío en rosa
para esplender, brizar tus ecos
con gestos nuevos: mansedumbre;
otorgarte tu esencia, tu dosel.

Soñar, para exultar. Amar,
para morirnos bellos.

TAPIZ DE GOBELINOS

Así como en el tapiz
de Gobelinos se sueña,
dispone, traza, con sumo
artificio, alta delicia
de la mente, los sentidos:
escena, composición,
coloraturas, y, luego,
del bello cartón pintado,
en alto lizo la urdimbre,
con punto el más elegante,
material más suntuoso:
lino, seda, plata, oro,
granates, verdes, turquíes;
allí la venus, aquí
racimos, allá los grifos…,
y a la postre, concluido,
manos, ojos, corazón
embalsaman como campo
de alhucemas. Así mi alma
con su verbo urde, arde,
por tejer con cada gesto
mayestático tapiz
de mi contumaz delirio.
( El vino de las horas)

ORACIÓN

Juan de Yepes, otórgame la voz,
el nombre puro.
El nombre que me engendre
y a luz me dé en cada instante;
y sea yo, sin tiempo,
verbo recién nacido.
Aquel
que, balbuciente, sólo muestra
albada cinta de luz
-cordón umbilical –
para enlazarme con el cosmos.
( El áspid, la manzana)

PINTURA

Contad, vosotros, el tremor ardido,
fluir secreto de pincel o yema
que textura viviente os otorga.
Este palpar de ciego por la sangre
color y dedo exacto, el desvaído
matiz de la dulzura.

Contad, vosotros, la expresión oculta
-desdibujada efigie mía,
en el duelo esencial de no saberme-.

Cómo luego, tras mutua entrega
-en la noche del símbolo perfecto-,
es belleza emergida del abrazo
vuestra vida sin fin,
la claridad insólita de vuestro ser,
desasido a la postre
de mi mano,
mi alma.
(Alter ego)

CARTA

Besando estoy de ti aquel volar,
pluma que hacía en signos matizados
de ternura, que dagas de primor
iba clavando en lino de mi seno.

Dibujo era de tu luna
en huerto, de tu azarbe claro,
de tu irisada seda,
si alevillas de insomnio levitaban
del pecho los sentires,
y en dádivas cedías
-con levísimo roce-
calmo color, calor
de cielo tatuado,
sobre el papel que,
luego,
como magnolia me ofrendabas.
(Diálogo de Afrodita)

TIEMPO RECOBRADO

Adentrarme por Rilke o Garcilaso
en liturgia solemne para el arte.
Y quedar prosternada, sin saber;
mas consagrado el tiempo detenido
en que mi lastre con su verbo muere.
(El áspid, la manzana)

PASEO

Entré por los Adarves:
el alma temblorosa,
moroso el paso en el recuerdo.
Y desanduve frondas
de fruición compartida.
Atardecían ámbar los cipreses
y cantó el agua: “era mentira”;
mas qué verdad
mi corazón ardido.
(Inédito)

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JOVEN TIENE CINCO LETRAS [Mi poema]
Miriam Elim [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Joven tiene cinco letras, igual que tiene valor,
once tiene emprendedor y otras cinco tiene letra,
echa a tu esquema valor, su efecto multiplicador
vendrá siempre a tu favor a satisfacer tu meta.

Bien sabido es que el valor al joven se le presume
más para algunos resume su abstinencia de rigor,
si deseas ser señor y que nadie te desplume
que tu vida no se esfume, refuérzala con vigor.

No esperes sea el patrón que tus cenizas exhume,
coge en tu barco el timón, sé tu propio funcionario
y no acuses al mal fario y ni tampoco te abrumes,
y a tu vida no desplumes siendo tu propio sicario.

Joven tu eres ¡vive dios! y olvida las plañideras,
no esperes que alguien te quiera y se envuelva en tu dolor,
que en este mundo traidor tú serás lo que tu quieras,
no has de vivir mientras mueras esperando algún favor.

Ponte al mundo por montera y échale el arrojo y brío,
las aguas van por el río y la encauzas donde quieras,
acepta tu el desafío, no construyas más fronteras
las penas son traicioneras, tuyo sólo es tu albedrío.
©donaciano bueno

Joven es sinónimo de valiente? Share on X

Existe una tendencia en la sociedad actual de creer que es el papá estado el que tiene que acudir en su ayuda para resolver todos sus problemas. Aquellos jóvenes que que aún siguen creyendo que ésto debe ser así, ya pueden irse apuntando al muro de las lamentaciones.

MI POETA SUGERIDO:  Miriam Elim

IMPRECACIÓN

Me quedaré sola. No huyo este dardo!
Como que mi carne sabe del temblor
del sollozo largo, que deja en los labios
la palabra buena o la imprecación.
He de darlo todo:La vida lo quiere!
como da en Otoño el árbol sus hojas;
mas queda esperando que en la Primavera
serán su aguinaldo flores olorosas.
Yo no espero nada y he de darlo todo:
lo que era dulzura y era claridad.
Doy mi oro de Otoño, me abrazo al Invierno;
no habrá Primavera, ni Estío vendrá.
He de darlo todo! Me duele… me duele
entregar así mi parte de amor.
La palabra buena huirá de mis labios;
será mi sollozo una lmprecación.

HOY HA VENIDO EL SOL

Hoy ha venido el sol y ha besado mi alma
(sol de invierno con ansias de besar una flor)
y ha prendido una loca inquietud tan extraña
en mi ser, que he creido me ha besado el amor.

No más agua dormida bajo un rayo de luna:
no más tardes serenas ungidas de oración.
En las locas mañanas, por las aguas del río
bajo este beso de oro, reirá mi canción.

Ya no más esperar , con angustia en los ojos
que florezca el rosal en mi jardín dormido,
sí una rosa de luz llevo aquí, a flor de labio,
que perfuma, en palabras con blandura de nido.

Hoy ha venido el sol y ha besado mi alma,
flor inquieta que ignora en qué tallo nació,
y ha prendido una loca inquietud tan extraña
en mi ser, que he creído me ha besado el amor.

LOS OJOS EXTASIADOS

En la dulzura de esperar, se me han quedado
los ojos extasiados.
Otro sol y otra luna han de venir
y habrán de hallarme así:
Quietas las manos, antes flores de ruego
sombreadas las pupilas de misterio…
Otro sol y otra luna han de tornar
sin que se canse mi anhelar!

En la dulzura de espera, se me han quedado
los ojos extasiados.

Por qué amo yo la muerte

¿Verdad que tú no sabes por qué amo yo la muerte?
Porque es el fin piadoso de esta jornada loca
en que es una sentencia el jamás poseerte
ni como a aquella flor que con unción se toca.

Porque la piedra fría con que oculte al mundo
la caridad consciente de algún piadoso hermano,
a mis huesos dará un calor más humano
que el que me den tus ojos de mirar tan profundo.

Tan profundo y mezquino…
ni una lágrima vierte de sus entrañas nunca.
El sol de su mirada mi jardín floreciera.
Por faltarme su luz está mi vida trunca.

¿Verdad que ahora sabes por qué amo yo la muerte?
Porque aunque tú me niegas todo cuanto te pido,
es muy cruel agonía el ir siempre temiendo
que despiertes mis ojos, puedan dejar de verte.

Trémula belleza

¿Verdad que tú no sabes por qué amo yo la muerte?
Porque es el fin piadoso de esta jornada loca
en que es una sentencia el jamás poseerte
ni como a aquella flor que con unción se toca.
Porque la piedra fría con que oculte al mundo
la caridad consciente de algún piadoso hermano,
a mis huesos dará un calor más humano
que el que me den tus ojos de mirar tan profundo.
Tan profundo y mezquino…
ni una lágrima vierte de sus entrañas nunca.
El sol de su mirada mi jardín floreciera.
Por faltarme su luz está mi vida trunca.
¿Verdad que ahora sabes por qué amo yo la muerte?
Porque aunque tú me niegas todo cuanto te pido,
es muy cruel agonía el ir siempre temiendo
que despiertes mis ojos, puedan dejar de verte..

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MI POETA INVITADO: José García Alonso

Negarse

pequeños poemas obreros que se derrumban
la respiración de la vieja cafetera y su desecho
el libro de piedra sobre el que crece el musgo más verde de la ira
el aroma enfermo de la naftalina
el llanto de las nueces llamándome
tus piernas que se hunden entregadas en mi memoria
tu nombre devorado por mi sexo
Borges que viene desde el cielo
las tazas limpias del desayuno
la sombra que me gustaría proyectar
cuchillos afilándose contra el silencio
el pulso irregular de las muñecas
el ruido del deseo que remonta
el retrato insaciable de los muertos
las blancas y altas máculas de la tarde
el desordenado incendio de las sílabas
no el miedo, su naturaleza que turba y desespera
el olor a pescado de la cena
la noche que no duerme

las palabras que se niegan
aunque el poema ya exista.

Por eso…

A Marina Alonso

Fuimos en un tiempo centeno y manos
los ojos de los búhos en el valle
la sangre que latía sobre el frío
el dialecto del júbilo y la risa
la voz del llanto y la tristeza.

Manos y centeno.

Latido y humus.

Gozo y desconsuelo.

Eso fuimos antes de ser
por un mar de espuma marina de su vientre
dejados en el mundo.

Por eso…

Por eso no está en otra boca sino en la nuestra el pan
de aquellos años suyos de cielo e intemperie,

no en otros ojos está sino en los nuestros la luz
de su mirada y su pálpito adelantado,

no en otras manos sino en las nuestras ha de estar
su tacto de amparo
el favor de sus manos apretando nuestro pecho.

Lo que de cierto sabemos del mundo
se resume en lo que fuimos:
ahora junco que pierde el equilibrio
y que aun así nos mantiene erguidos
y nos empuja con su soplo.

Y por eso,
porque fuimos en un tiempo centeno y manos
grillos y sapos en verano
guadaña y hierba
somos lo que somos en el mundo.
Tal vez no…(J.G.A.).

DON QUIJOTE (parodia) [Mi poema]
Lil Picado [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo era en sueños hidalgo don Quijote,
un audaz y valiente caballero
fiel a las damas y en la guerra fiero
de viento de molinos el azote.

Armado de mi casco y mi coraza
iniciaba una excéntrica aventura,
pícaro y descarado caradura,
un día de febrero en una plaza.

¡Santo y seña! grité, ¡quién anda ahí!
¡Identifíquense ya, alto o disparo!
Un triste padre soy que está en el paro,
respondió, perdón, apiádese de mi.

(Permitan mi licencia, es una coz,
que él no usaba pistola sino lanza,
aclaración que quiero hacer en off,
la voz de mi escudero Sancho Panza-).

¡Vadre retro, villanos, non fuyades*
arrodíllense y pídanme clemencia!
Si a esa merced aun quédale decencia
ríndale al caballero lealtades.

Que no son malandrines, dijo Sancho,
sino un grupo de parias sin sustento,
que molinos no son y aquí no hay viento,
los pobres sólo en busca van de un rancho.

¡Apártate de ahí! Ni mil gigantes
apaciguar podrán mi ardor guerrero.
Arengué a mi caballo hacia adelante
y vime en un tris tras a ras del suelo.

¡Válgame dios! el tal Sancho gritó
observándome en situación tamaña,
ni invocando a Dulcinea en tal hazaña
paliar pudiera el porrazo que se dio.

Quijote hoy soy, me siento solidario,
partiendo con parados la pitanza,
a mi lado el sirviente Sancho Panza
me anuncia su salida del armario.

¡Caray con mi escudero! El muy tunante
nunca quiso decir lo que sentía.
Pues ni el mismo Cervantes lo sabía
salvo el fiel confidente Rocinante.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Lil Picado

Arábiga de la sombra

Así como la sombra está tendida
a los pies de su árbol,
quisiera yo estar siempre junto a ti,
mi amor, mi amigo;
simplemente tenderme, estar ahí,
sobre la hierba que te circunda.
Ser luz que tú desvistes
con tu cuerpo,
no ser tuya, ser tú
en viceversa pura. A tus plantas tenderme y alargarme
y recogerme en ti, como anillito oscuro,
para entonces besarte las raíces,
las más umbilicales y remotas,
las que parte de mí,
de mí… tu sombra.

Arábiga frente a ti

Frente a ti soy desnuda,
pequeña,
irremediable. Frente a ti me abandona
esta lúcida esgrima
de mi mente,
me quedo siendo música,
mirada,
dulce esquema del mar,
jazmín incandescente…
y entonces tú no quieres,
no puedes,
tocarme.

Campanario pleno

Ya repican mis campanas
los albores de mi cuerpo;
un ángelus verde y loco
me galopa en el cerebro,
me traspasa todo el vientre,
¡ay!, me resuena en todo el sexo.
Por ti llaman mis campanas
a los oficios primeros,
¡ay!, oficios de ternura
de la liturgia del beso.
Mi pecho ahora es campanario
gozándome por los senos.
Soy toda yo una campana
abriendo su oculto sueño.
¡Soy un repicar silvestre
inundando el viento entero!

Cantiga nuestra

Tú venías de la muerte,
yo de la fuente.
Tú traías en las manos
mi primera mirada de flor silente;
yo tenía
cantarcillos de musgo sobre la frente. El tiempo lo ha soñado,
¡ay bosque verde!
Ay soledad de piedra que se sorprende
del corazón de liquen que la acomete. …El tiempo lo ha querido,
y el agua vierte.

Cantiga dolorosa

Aquí estoy, aguardando por tu herida,
donde pulsa el amor laúd de horas,
con mi dolor de sol y primavera,
con mi dolor de flor a la deriva,
con mi dolor de espera.

Cantiga agónica

Me moriré de tiempo una mañana,
me moriré entre mis brazos, clara;
me moriré de labios, de mirada,
de loca desnudez acorralada,
de tiempo natural, en fin. De piel,
de alas… Me iré donde tu olvido quiera
que me vaya.

Eunicianas (III)

Eres como uno de esos aguaceros soleados
del trópico húmedo
cayendo grecolatinamente sobre el verbo.
Eunice.
Suma poética,
poesía multiplicada.
Hirsuta de colibríes nutricios.
Exégeta de asombros.
Altiva, leal, bravía,
sensualera y dulcísima.
Asceta dispendiosa.
Aguda, pertinaz, apabullante.
Imperiosa, sutil, epitalámica,
perturbadora incólume.
Desperezada, lánguida, doliente.
Pasional, discrepada, abarcadora.
Eunice.
Traspasada de flores numerales.
Tenías el espíritu recio
y la mente fulmínea.
Y eras dueña
De un corazón invulnerable y roto.

Eunicianas (IV)

Acusada de amor imprudencial
y excesos en el brillo metafórico,
de no andar por el centro de los lados
ni pagar el impuesto a tu belleza.
De moverte con gesto desafiante
y una rara cadencia libertaria.
De incorrección política
frente a todos los bandos.
De erotismo torcaz
y osadía mística.
De ser inteligente y ser creadora. Es decir,
de ser innecesaria y peligrosa.

Eunicianas (V)

Inflexibles patriarcas matriarcales
y apropiadas matronas patronímicas,
te volvieron apócrifa e inédita.
Pero nada pudieron. Se estrellaron

contra tu imprevisible órbita quemante,
contra toda la luz descabellada
de tu infinita frente corolaria.

Madrigales (i)

Puñados de avena tiro al aire,
amapolas al fuego,
desde que te he visto, amado;
la dulce ranciedad del higo pruebo,
y gimo,
y sorbos de agua bebo.
Y río y canto
y danzo hasta morir,
y me deleito
de la tierra que piso,
y todo es a mi voz
sonido y eco;
y loca me euforizo
y palidezco.
Aspiro todo el musgo
del sendero,
y las fuentes sombrias
merodeo
buscando, amor,
el tiempo
de saciar mi esplendor
bajo los chorros frescos.
Sólo trinos y piares desayuno,
y me trenzo guirnaldas
en las crenchas y el cuello;
y me perfumo con néctar y tomillo,
y me froto laureles en los senos.
Y me engalano el alma
de centeno
y del pubis
de misterios,
y de silbos las llagas
del corazón me siembro…

Madrigales (ii)

Llena de dulcedumbre,
te dejaré la flauta de mi cuerpo,
su murmúreo penar alejandrino,
el sigiloso arroz de mis mejillas. Y,
de mi oculto lagar, te daré vino
umbroso, fiel, sereno.

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CONFUNDIDO [Mi poema]
Rosa Amelia Alvarado Roca [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La féminas me odian. Y yo ignoro
a qué viene me traten con tal saña,
me dicen que hago un tipo de artimaña
para a ellas conquistar, no les imploro,
debiera de guardarlas más decoro,
y no de engatusarlas dando caña.

Insisten que andan faltas de cariño,
y olvidan yo el cariño que las tengo,
que a todos su caprichos no me avengo,
y hay otras me comporto como un niño,
me insultan si presienten que hago un guiño
y escupen si en mirarlas me entretengo.

Me encuentro la verdad muy confundido,
no sé como debiera de tratarlas,
si notan que soy bueno me dan largas,
si intento de acercarlas a mi nido
responden tu, chaval, ¡qué te has creído!
que hubiera preferido ya olvidarlas.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Rosa Amelia Alvarado Roca

EL ACANTILADO

Poemas de su obra Arena Blanca (2007)

Mientras tú duermes,
sobre el acantilado
el día no termina de nacer

dejo que la brisa me camine
contemplo las chispas de fuego
caer sobre el agua sin quemarla
le toman el pulso al mar
y el mar le toma el pulso a mi naufragio

de pronto despertaste
jardinero del agua
de tus ojos salían olas verdes
y tu cuerpo húmedo de azul
vistió de corales el aire
déjame beber tus algas
nómbrame capitana de tus ojos
y ven a compartir conmigo
esta desnudez del mar

sobre el acantilado
el mundo parece despoblado
solo un vacío sin ojos
y la infinita soledad del mar

dime
corsario del viento
¿cuándo el mar llora
quién seca sus lágrimas?

el vacío se llenó de fuego
y el fuego se vistió de sal

ahora ya somos tres
tú, yo y el acantilado.

Añoranza

No me había
dado cuenta
cuánta falta me hacías

hasta que te volviste
a meter furtivamente en mi copla.

Me envolviste en
tus ojos de aguamansa
como envuelve el mar a
la arena dormida.

No me había
dado cuenta
cuán tiernas eran tus manos,
paseando,
explorando sobre mi piel,
cuánta falta me hacía
tu sol sobre mi sombra,
(dos cuerpos en danza ceremonial)
y había olvidado
cómo se sentía tu beso
enclavado en la mitad de mi deseo.

No me había
dado cuenta ,
pero es así.

El sermón de a montaña

Los austeros templos
aquejados de severidad absoluta
vestidos de estuco, pan de oro y mármol
con sus ángeles enanos
impúdicos y asexos
cantando en extraño
concierto barroco
y las imágenes adustas
desnudas de sonrisas
de ojos severos
cual gárgolas siniestras
parecen querer treparse por mis
pecados culposos
terminan por asfixiarme
en una claustrofobia mística,

preferiría que los altares ceremoniales
salieran de su encierro
y que la palabra tuviera
sabor a hierba fresca
y se diera en lo prosaico
de un campo cualquiera
bajo algún ceibo frondoso
o junto a un espejo de agua mansa
donde se beba el aire para que
perfume el pecado

y donde la palabra
llegará más rápido a su destino
sin mediadores innecesarios

es tiempo de volver al
sermón de la montaña.

Cosas absurdas

El sol me conoce bien
sale cada mañana,
pero se acuesta cuando yo quiero,
a veces duerme al mediodía,
a veces padece de insomnio,

entra por la ventana
con la familiaridad del dueño de casa,
se mira largamente en el espejo,
me sonríe,
me hace un guiño,
por un momento
se queda atrapado en mi pupila,

luego se va danzando,
jugueteando con alegre premura
para perderse por las hendijas
del contraluz de mi propia sombra.

La vida va y viene

La vida es como un guinguilingongo
sube y baja
baja y sube
a veces se gana
a veces se pierde
en mi vida de todo he hecho
y a lo mejor he hecho muy poco
sube y baja
baja y sube
marea poderosa
poderosa resaca
nada se detiene,
es una barca que no llega a puerto
si te bajas, ya es muy tarde
para volver a subir
mejor es seguir con las velas al viento
peinando las barbas enmarañadas de
las tormentas.
Trepada en lo alto de un nido de pájaro
me puse a mirar mi vida
como colgada de un balcón imaginario
igual que un actor ausente de una extraña
tragicomedia.

No me arrepiento de lo vivido
lo bailado nadie me lo quita
lo que hice, sin duda lo volvería a hacer
ya nada quiero de la vida
me ha dado mas
de lo que he devuelto
y las cosas que quedaron por hacer
quizás, quien sabe
una nueva vida habrá como tiempo
suplementario
para otra estación de siembra
y otra de cosecha.

La vida es como un ginguilingongo
sube y baja
baja y sube
a veces se gana
a veces se pierde.

ROSA DE AGUA

Camino sobre las olas
el sudor del sol
moja el plumaje de mi silencio

cuán blanca
blanca y larga es la herida
de una sábana desnuda

cuán blanda
blanda y muda es la arena
calcinada de huesos

soy la rosa de agua
loba de arena y fuego
de donde penden las sandalias del pescador.
de su obra Arena Blanca (2007)

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MI DIOSA PREFERIDA [Mi poema]
María Dols [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Presumida, elegante y primorosa
mariposa en el alba verbenera
dando saltitos vas por la pradera
fresca y sonriente hasta rabiar cual rosa.

Natural, tan genial, tú eres hermosa,
del árbol de mis sueños prisionera,
una lasciva rama caprichosa,
mi sol resplandeciente en primavera.

De piedra preciosa, sentimientos puros,
del brocal de fuente, el agua que rebosa,
del huerto deseado, frutos maduros,
hasta en tu susurrar ¡olé! eres graciosa.

En la madrugada el dulce despertar,
de jilgueros la música en sus trinos
del ritmo al cantar, tu porte al caminar
¡qué más pedir que amores paladinos!.

Que eres tirita para mi alma herida,
linda mujer, libélula dorada,
un hada eres ¡princesa imaginada!
y sin dudar, mi diosa preferida.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  María Dols

Palabras sinceras

Por más que viviera,
jamás entendería
de qué hermosa plenitud
podrías aún adornar mi vida.
Y ni siquiera recordar los años
de soledad, olvido y pobreza,
causan ya en mi fatal amargura,
y, aun sin tu amor, saber de ti
hoy, justifica aún más
el amor que te profeso.

Mas no creas que odio
o rencor alguno te guardo,
que quien ama, la maldad no va consigo.
Por eso te lo digo, para que lo sepas:
buena suerte amigo, buena suerte amor,
a íi sólo me queda partir
y aprender a vivir con tu ausencia,
y perderme en algún otro lugar,
sin saber qué me depara
este tiempo tan confuso.

Aquello que fue

Si antes de amar el hombre
supiera, que amar es sólo
un instante de servidumbre
a un cuerpo y un deseo,
quizá, en su inútil querer,
aprendería, que es mejor estar solo.

Pero el hombre, ser desdichado,
vive de amor, y pide verlo,
aun desde el pozo del infierno
pues es más difícil rescatarlo,
y, por más difícil, vale más:
por más inútil, y más bello.

Así, rescato hoy nuestros días
de las cenizas de los sueños
con la certeza de verlos aún vivos
en el umbral de su recuerdo,
tal poema que cante y sueñe:
aquel amor que fue un día.

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MI POETA INVITADO: Juanjo de Tierra

La oscuridad que dilata mis pupilas

cuando se acaba la luz en el túnel.

La búsqueda meticulosa de un olor
en el círculo de fragancias de Edwards.

El argayo que nos arrastra a vivir
en el anonimato de la vida urbana.

La iluminación del experimento
con un pájaro en una bomba de vacío.

El electrodo positivo
desde donde se gesta un arco voltaico.

La bala que queda
incrustada en el chaleco.

La honestidad como lazarillo
en todas las pendientes de la vida.

El concurso de acreedores
que cierra ordenadamente una empresa.

El comienzo de una lluvia
cuando todo el mundo duerme.

El banco recién pintado
en el interior de una ermita románica.***

La vegetación que ocupa todas las tumbas

en el cementerio judío de Katowice.

El electrón que completa
la capa exterior de un gas noble.

La parte décima de nuestro peso
que recomiendan no superar en la mochila.

El mes de septiembre
en las ramas de un granado.

El sentido correcto
de la rotación de un motor asíncrono.

El despertador que repite
cada nueve minutos una alarma.

El amortiguador en la zapata de un edificio
que minimiza el daño del terremoto.

El ramo de flores olvidado
bajo una butaca en el teatro.

El armario repleto de camisas
ordenadas todas por colores.

La voluntad que determina
el principio de unidad de acto.

La boya que señala exacto

el lugar del hundimiento.

La producción de ozono por el efecto corona
en los cables de alta tensión.

El collado que deja
a tus espaldas otro paisaje.

La máscara mortuoria de Dostoyevski,
imposible de olvidar.

La fotografía tomada desde la perspectiva nadir
que distorsiona las proporciones reales.

La pelvis que guarda
el centro de gravedad de nuestro cuerpo.

La cruz en el saso
que perdió el pulso con el futuro.

La bobina del relé que se magnetiza
al cerrarse un circuito de maniobra.

El cable de los audífonos
que se enreda dentro del anorak.

El puñado de semillas
llamado a perpetuar una especie
Editorial Pre-Textos

¡OLÉ MI NIÑA! [Mi poema]
Marita Troiano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy ha nacido una estrellita,
linda, graciosa, grácil, dulce y chiquita,
y en su ventana
un lindo pajarillo canta una nana.

Olé mi niña,
Ayer cumplió un añito,
¡qué maravilla!

Sus ojos son dos soles, son dos luceros
su cuerpo es fino y suave, de terciopelo
y su sonrisa
frecuente me recuerda la Mona Lisa.

Olé mi niña,
Ayer cumplió un añito,
¡qué maravilla!

Se llama Genoveva, como su madre
y de apellido Bueno, como su padre,
es un regalo,
que llegando a sus vidas, Dios ha colmado.

Olé mi niña,
Ayer cumplió un añito,
¡qué maravilla!

Cada vez que su padre nos trae a Geno,
es como si nos dejara un trozo de cielo.
Y a su abuelita
se le cambia el semblante. Gloria bendita.

Olé mi niña,
Ayer cumplió un añito,
¡qué maravilla!

Mis hijos son dos soles, son dos luceros
nacieron con un título, los dos son buenos,
Carlos tiene un retoño
y Amira posiblemente lo espere para el otoño.

Olé mi niña,
Ayer cumplió un añito,
¡qué maravilla!

Geno nació en Valencia, es valenciana
será, como su madre, alta y delgada,
es cariñosa,
sus abuelos le cuidan como a una rosa

Olé mi niña,
Ayer cumplió un añito,
¡qué maravilla!

En el diario secreto de mis recuerdos
guardo un sitio especial para mis yernos,
Si yo tuviera
que elegir pareja a mis hijos mejor no hiciera.

Olé mi niña,
Ayer cumplió un añito,
¡qué maravilla!
©donaciano bueno

Poesía dedicada a mi nieta Geno, musicada en forma de sevillana por el artista Manuel Fernández.

MI POETA SUGERIDO:  Marita Troiano

Algunas sugerencias con qué escribir poesía

Si no existiera el papel
ni los papiros de ayer, los pergaminos o las piedras
ni las tintas
De qué forma escribiría poesía?
Tal vez,
sobre una espalda tibia con mi lengua humedecida por tus besos
Contra una pared blanca con los bordes ondulantes de tu sombra
En la piel violenta de tus muslos con una aguja imantada
En las lisas piedras del jardín con mi sudor, con mis lágrimas
En la curvada cascara de un huevo con trozos de carbón
Sobre la arena clara con el temblor de mis dedos cuando miras
En la palma indescifrable de mi mano izquierda moviéndose sus líneas
hacia tu destino
En tus nalgas con mis uñas largas
Sobre la corteza de los árboles con el viento de mayo y un
cuchillo
En aguas cristalinas jugando con tu reflejo
En tu boca con la mía
En tu nuca con mi aliento
En el aire con mis alas
En mi barriga blanca con tus sueños.

Antibiótico

Quiero advertir
que todos estos versos
son productos de un mal
que me provoca una bacteria
susceptible a la penicilina

productos finalmente irracionales
como deben de ser algunos poemarios
brotados de una mente enardecida con la fiebre
treinta y ocho y medio para mí ya es un tango
y un corazón en diálogo perpetuo con el fuego

Versos nacidos de partos complicados,
algunos prematuros
con cesáreas obligadas y uso de especiales anestesias
con profundos cortes,
sobre los que se trabaja veintiséis horas al dia
otros, versos venidos a la luz extemporáneos
con la matriz encallecida,
pero todos, hijos dolidos
respetados
consentidos de salir volando al viento
todos cercenando con certeza,
la cabeza de un silencio eyaculado
a fuerza de inhibir a la conciencia.

Arte poética

La poesía me hizo suya en un lecho de arena
y hojas blancas
lamidas por la brisa
con un sol rojo enardecido
con una luna abandonada
Y fue mi sangre
Fue mi piel
Mi propia sombra
La poesía fue mis alas hacia la libertad

De : Mortal in Puribus

Azar

Pudiste ser un príncipe normando
Púrpura capa/ lanza en ristre/caballo blanco blanco
Y yo la señora de las flores con el vestido azul aquel
En un mercado en Cleveland /abril del treinta y ocho/
…y nunca nos habríamos mirado

Tal vez hubieras sido un viejo pescador de Alejandría
La barba densa / grabados los veranos en tu barca /
Y yo la secretaria austera de un juzgado de Reims
Con mis tacones bajos muy lánguida
…y nunca nos habríamos mirado

Y si fuiste un cazador de pumas en selvas de Brazil?

Balada en el acantilado

cuerpo recuerda esos deseos
que por ti brillaban en los ojos
y temblaban en los labios
(C. Kavafis)

y fue tu cuerpo en aquel tiempo mi jaula/ mi sarcófago/ la ola
inmensa a la que me brindaba / afiladas las fauces/la carne
deshaciéndose en la boca
tu cuerpo / noctámbulo y violento /de aventura exquisita/con hileras
de nácar / filones de marfil /de salvaje montura / estanco de mi
sangre mi saliva mi humor y mi sudor /fiduiciario/cancelando
geometrías /cuerpo insereno al que inventé amar una vez semidormidà/
y era tu cuerpo recio/esencial columna en socavones /a veces cruel/a
veces leve y femenino en la caricia prologal
immenso jabalí /dorado pavo real /aleteando perdidos paraisos/
añorando la jungla /homicida que forniqué día a día/ al que encontré
en la calle/al que fundí mi ser en círculo de muerte sustantiva/ de muerte necesaria para seguir con vida
de abyecto rencor por el objeto amado/coronado gran jeque del
marasmo/con ansias de dominio y exterminio/con avidez de vicio
y fue tu cuerpo/bárbara cabalgata/ mi beleňo Negro de Tesalia/mi
secreta orfebrería medieval
por mí consagrado/ por mí profanado/adorado en la esencia del
límite perverso/en ascension al sol/ en descenso a las profundidades de la tierra/ mojado con la música/ guerreando con su propio corazón/ para no contraer la mansa enfermedad de la terneza
tu cuerpo/mío hasta el hartazgo/envidia de los búlgaros/quimera
celebrada por tirios y troyanos
al que quise más que a mí misma/ así en la tierra como en el cielo/
al que extrañé hiedra/ piedra y viento del oeste/ mi alucinada
brisa/ mi rayo y trueno/mi día de sol/ en unidad metodológica/y
desbríos
al que amé con la inocencia del bufón/ con la pasion de una vestal
que disputa azul con torcazas en otoño/ con el delirante ardor de
bruja sedienta de aquelarre
tu cuerpo amado mío era una vez centauro/ otra un nocturno pez/
otra un fauno acrobático/ faisán en salsa turca/ mi tejido compacto/
mi regalo perfecto en noche de navidad
tu cuerpo era narcótico/ era radiante/era en prodigiosa era jubilosa
osamenta de práctica excecrable/ de torso tóxico/ de tonos oscilantes/
latiendo su belleza hasta la nausea/ haciéndome animal/ sudando
bestia su presencia
tu cuerpo ausente/ en la distancia/ me doblega/ me quema la
codicia/me enajena el deseo/sin abdicar dolor de viento o de
cuchillo/ tu cuerpo desde lejos me sigue recorriendo toda
Todavía.

Cacofonía

Verazmente voraz el singular
afán de tu boca carnicera
cárnica cancerbera del escándalo
por recrear el celo celebérrimo
en mis segadas mieses
en mis sienes cegadas
Boca en perpetua escaramuza
sea cuaresma o navidad
/o en el día de los callados muertos/

deliberado delirio en tu deseo
por traficar sin reservas mi cuerpo
/fúlgido áureo satinado/
todo entero
con tu cuerpo tremendo y áspero
de charco de inconmesurable océano
subordinando el esto y el aquello
a tu extravío extraño
a ese soñado sueño que tú tienes
de ser dueño absoluto de mis viñas
jeque advertido exacto de mis días
amo de mi corporeidad de la verdad de mi locura

anhelante por subir henchido mis colinas
por aspirar mi olor a mar
y que yo suba en tí a la busca de frondosas
recompensas
para mi cáliz extenuado
de refractada arcilla
y violente en el suceso tus espaldas
y enrede tu recio cuello entre mis piernas
y acaricie sin mesura tu leño tibio
que carga fragmentos de hijos de arena y piedra

y estar en ti
vitualla savia vitamina
y que tus complacientes manos
ocupen sin temor espacios de mi cara geografía

y ser húmeda de sudores que sudando
tersarán más mi piel de gamuza libertina
y seas húmedo de sudores que sudando
dirán en tu esforzada piel
misteriosas poligrafías

aguardando otra soirée
otro sueño de violar catedrales góticas
ondas de eucaristía
Que llegues otra vez
vorazmente veraz
orgánico
terreno
retorcido
con fragancias a sahumerio y tabaco
que tan celosa guardo
en confines del escote
de mi vestido gris.

Solo un beso

Cualquier cosa por un beso de tu boca
De esa tu boca que invento siendo mia
Con un beso húmedo
Entibiado
Un beso hirviendo
Un beso lento
Insomne
Apresurado
Irreverente
Sendas de perlas
llamando a viva voz la sangre con los labios
Un tormento de glándulas por excesiva adrenalina
Cualquier cosa por un beso de tu boca
Con colores del geranio
Tenidos de ternura
Con aromas de sándalo
Textura de piel de los duraznos
Un himno indostánico sin fatigas
Un beso simple
Complicado
Largo
Entrecortado
Un beso halcón beso paloma
Entrelazados los alientos
perdida en el vacío la cordura
Cualquier cosa por un beso de tu boca
Un beso que hable lenguas vivas lenguas muertas
Sumidas en un ritmo inverosímil
Un beso pronto
Antes de la censura de los jueces
Antes de que me borres de tu vida.

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LAMENTO [Mi poema]
Mario Payeras [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

De la humilde escarpia algo oxidada de mis pensamientos
voy colgando recuerdos casi olvidados de mi infancia,
testigo impenitente de ingenuos lindos sentimientos
y otrora procelosos, para reconciliar mi alma.

Aunque viejos son e incluso algunos de ellos malolientes,
-angustias, penas, preocupación, rencor, desesperanza-
todos a una, lapas asidas, anidan en mi mente
y aunque débiles me afloran y me inspiran la nostalgia.

Aquellos sueños oníricos que un día florecieron,
maltrechos se han vuelto ahora evocaciones sin palabras,
sonidos sin audio, ausentes sensaciones que ya huyeron,
vientos sin aire o tenues fuegos de pavesas macabras.

¡Qué hay de mis ayes!, de aquella sed saciada y hoy sediento,
límpida agua que fluyendo me regalaba los oídos,
los cantos de cisnes que otrora embriagaban mis sentidos,
silencios, únicamente son que asiste a este lamento.
©donaciano bueno

El tiempo es una constante en nuestra vida. Cuando somos jóvenes, creemos que nunca acabará y cuando observamos que nos está yendo de las manos, tratamos de apurarlo al máximo. Nostalgia… la vida parece ser constante añoranza. Cuándo será el día en que aprendamos a vivir hoy como si fuera ayer, y cómo si no existiera mañana?

MI POETA SUGERIDO:  Mario Payeras

La estrategia y la flor del tamborillo*

Quien piense dirigir una guerra en la selva,
tiene que aprender de la flor del tamborillo.
Ningún general asedia al adversario con tanta
maestría, como esta flor amarilla. Todos los años
toma febrero por asalto, instaura la floración total
de la primavera y se retira sin ruido por las rutas
de marzo.

Sierra de Chamá*

Hemos llegado a un mundo
olvidado por los aviones y los pájaros.
Durante varios meses
nuestra pequeña tropa arrastró por la selva
su aparatosa impedimenta:
tres mástiles de navío,
trapecios de volatín y una carpa en harapos,
dos elefantes viejos,
una ballena maltratada por la ingratitud de la materia
y demás artefactos que generan júbilo.
Quienes sobrevivimos al último diluvio
hemos aprendido a orientarnos por los recuerdos,
porque del sol hace ya muchos meses que no se tiene noticia,
y para ver a Orión describiendo en el cielo sus piruetas
de aeroplano melancólico
es necesario esperar la vejez del verano.
Sin embargo,
nunca un puñado de bolcheviques con lombrices
había estado tan cerca de tumbar la ley endurecida
que gobierna la hechura de toda mercancía.
Dos cosas más aprendimos en la lluvia:
cualquier sed tiene derecho cuando menos a una naranja grande y toda tristeza a una mañana de circo,
para que la vida sea, alguna vez, como una flor
o una canción.

In memoriam Luis Cardoza y Aragón*

La noche está vestida de relámpagos
y se apaga el fulgor de la bengala.
Vivo fue la polvareda del cosmos en el poema.
Ahora es hormiga en la memoria
y en los días del mundo.
Se ha detenido el reloj hasta que el sol se pudra
naranja gravitatoria en la ventana.
No sé quien es ni a qué nombre responde
ese ingrávido costillar y esas hebras de pelo,
esa lengua de gorrión y esos pávidos ojos.
Mientras yo digo septiembrey miro la luna nueva
el viejo halcón canoro ha volado hacia la luz.

Kilimanjaro*

No es la nostalgia humana
por las viejas primaveras de un país
donde los pájaros son mansos,
ni por las lluvias de la infancia
que nos dejaron los ojos diáfanos para siempre,
sino por la región de las nieves perennes
que añoran en la vejez los elefantes
de todos los zoológicos del mundo,
hacia la que una mañana,
dicen,
emprenderemos el viaje,
con el secreto dolor de que no habrá regreso
a ninguno de los sitios en que fuimos felices

Zona Reina**

No recordamos ya cómo éramos al principio
porque con cada día parte un cadáver nuestro
a pudrirse en el tiempo.
Nuestros mejores esbozos de humanidad futura
resultaron apenas artificios de pólvora
que ardieron bajo la lluvia de la primera noche,
porque aquí la realidad todavía está en guerra con los pájaros
e ignora por lo tanto la cristalización de la decrepitud
y los tardíos laberintos
en que suele extraviarse su mudanza.
Y agreguemos:
nunca como estas mañanas
estuvimos tan exentos de los envejecimientos del espíritu
ni nuestros pensamientos se parecieron tanto
a nuestros actos.

Sobre las tres grandes vocaciones**

Hoy sabemos que el regreso a las primaveras idas
es irrealizable; que el hábito de explicarse las cosas
acalambradas de contradicciones es la fuente de toda
lucidez; y que el oficio de conspiradores para cambiar
el mundo es la única manera de no envejecer.

El hombre le dice barrilete a su amor**

No te quiero nada más por tu semblante
de barrilete volado en primavera;
ni por tu condición de muchacha con el alma
bulliciosa de pájaros;
ni porque tengas el tiempo lleno de mariposas.
Yo te quiero más bien por viejas razones de hombre:
porque era a ti a la que sin saberlo
había querido hallar siempre en las gaviotas;
porque era tu alegría la que durante la niñez
buscaba los domingos en los circos llovidos,
y porque cualquiera sabe que es triste inmensamente
existir sin amor.

*Poemas publicados en Associació d’Amistat amb el Poble de Guatemala. «Poesía guatemalteca. Con el compromiso y la dignidad». Cuadernos de Guatemala, n.°12, enero 206.

**Poemas publicados en Yolanda Colom. «Los Poemas de la Zona Reina y mi encuentro con Mario Payeras». Viento del Sur, n.° 12-13. Pimavera-verano, 1998. México D.F

POEMA DE LA MIGRACIÓN (fragmento)

«Afortunadamente
hay en el mecanismo de las estaciones
una hora feliz en que nos entran ganas de irnos
por el azul de ciertos lunes
(…)
Ni amamos la realidad por sus diluvios o por sus soles
o por la lucidez de su discurso maravillante
sino porque sus caminos son mansos
aunque a menudo no nos lleven de vuelta
a los lugares de que partimos
debido a nuestra condición de criaturas
perplejas por naturaleza.
Y a que las brújulas [solares] de la juventud no son las mismas
que las de tiempos posteriores
ni hay calendario más incierto que nuestro corazón
y porque vale la pena exponer la existencia
a la vigilia de las estrellas de diciembre
(…)
pero con la certeza de que toda realidad siempre será más rica
que el mapa incomprensible de nuestra propia nostalgia»

Zona Reina

No recordamos ya cómo éramos al principio
porque con cada día parte un cadáver nuestro
a pudrirse en el tiempo.
Nuestros mejores esbozos de humanidad futura
resultaron apenas artificios de pólvora
que ardieron bajo la lluvia de la primera noche,
porque aquí la realidad todavía está en guerra con los pájaros
e ignora por lo tanto las cristalizaciones de la decrepitud
y los tardíos laberintos
en que suele extraviarse su mudanza.
Y agrueguemos:
nunca como estas mañanas
estuvimos tan exentos de los envejecimientos del espíritu
ni nuestros pensamientos se parecieron tanto
a nuestros actos.

Kilimanjaro

No es la nostalgia humana
por las viejas primaveras de un país
donde los pájaros son mansos,
ni por las lluvias de la infancia
que nos dejaron los ojos diáfanos para siempre,
sino por la región de las nieves perennes
que añoran en la vejez los elefantes
de todos los zoológicos del mundo,
hacia la que una mañana,
dicen,
emprenderemos viaje,
con el secreto dolor de que no habrá regreso
a ninguno de los sitios en que fuimos felices.

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PERLAS (boutades*) [Mi poema]
Mercedes Roffé [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo denuncio a los farsantes
lo mismo que a delincuentes
a políticos que mienten,
que dicen lo que no sienten
y a sus mil representantes.
– – –
Comer para que otro coma
¡un sofisma es ese axioma!
¡qué perverso y qué cruel!
que todo dependa del
que coma. Es una broma.
– – –
Y aun dicen que democracia
es el gobierno del pueblo,
pues a mi no me hace gracia
que repetida esta falacia
la gente se vuelva memo.
– – –
No veáis lo que yo hago,
pero escuchar lo que digo,
predicar es un amago,
a la conciencia empalago
y muy distinto es dar trigo.
– – –
Hoy hemos llegado al mundo
y mañana nos iremos
y en este planeta inmundo
hasta que estás moribundo
el “number one” nos creemos.
– – –
La búsqueda de algún dios
preocupa y nos abruma,
no he visto a uno ni a dos
que antes de decir adiós
le haya visto entre la bruma.
– – –
Mi tierra me pertenece
porque yo he nacido allí,
una de tantas memeces,
muchos hay que la padecen
ciegos, delirio senil.
– – –
Su voto yo pido aquí
más por motivos diversos,
pretendo que el universo
raudo se rinda ante mi
admirando estos mis versos.
©donaciano bueno

#Te gustan mis boutades (tonterías), o no? Share on X

*La palabra boutade, de origen francés, no existe en el diccionario. Significa intervención, broma, pretendidamente ingeniosa, destinada por lo común a impresionar.

MI POETA SUGERIDO:  Mercedes Roffé

Labrantíos

ayer fue labrar
y cuando se labra cuesta
abandonar el surco

vuelvo y vuelvo
a tallar lo tallado
a pulir las rebabas
los grumos que entumecen
el sentido trazado, laborado

ayer fue labrar

difícil deshacerse desasirse
de la tierra esculpida
como si el surco hubiese
sido cavado
en el propio
cuerpo
o la memoria,

REMINISCENCIAS

hoy en el cielo hubo fuegos
y grises
y algún jirón rosado
desplegándose
sobre el río brumoso
–su horizonte

hoy fue un día de luces
y sorna y farsa
y algún mirar fastidiado

un desencuentro

un libro que alguien dejó caer en tus manos
una pregunta
una espera

hoy quienquiera que fuese
leyó como si amara
en la palabra el alma que la intuye
o labra
o borronea

hoy alguien susurró
al oído de alguien
un poema improbable
incierto

receloso

como una garúa

DE LOS CUERVOS

de ver la luz
cegar
cegar
de ver
tanta carroña

los cuervos,
sin embargo,
son lustrosos y bellos

poca muerte
digna
de sus picos agudos

Según una leyenda,
mientras haya cuervos
en la Torre de Londres
Albión sobrevivirá.

Entretanto, funcionarios de su Alteza real
mantienen varias de estas aves
en cautiverio
para
–dicen–
“dar gusto a los viandantes”.

POÉTICA

entretanto
dejar que las palabras
hagan su obra

TODO ES MIEDO

no leer
no escribir
no pintar
no cantar a voz en cuello

no cruzar la ciudad vociferando
por dentro

soy feliz
o quizás podría serlo
o lo he sido

no convocar
no partir
no batir palmas

pero el miedo

ÉXODOS

la memoria y el sueño encuentran su discurso
cada cual el suyo
cada cual su propia
articulación

sucinta
límpida
desnuda

un trazo de pincel marca el contorno
de una situación extrema
sin extremos, sin
patetismos

hay superficies planas, duras
diáfanas también –prisma filoso
espejo
piedra que cae a pique

portón

una mesita de mármol
como una lápida

una foto
que se anima y te besa
o te abrasa

sueños arrasadores
donde la máscara que somos
aguarda
su capciosa, brutal, inapelable
salida a escena

la muerte siempre anunciada
la sangre negra del cuerpo
que se escribe
la entrada en la memoria
y el exilio

los caminos son múltiples pero se cruzan

la tierra de la que se parte, vuelve

vuelve y mora

al acecho

en una lápida, una foto

un espejo

un trazo

una palabra bárbara

incomprensible.

INDAGACIONES

Pero
¿qué es el pasado? ¿qué el presente?
¿acaso es posible distinguir
la cortina de hierro y nube
que los separa y los une?

¿no acuden las memorias al presente
y jalonan los días
tanto o más que el espanto
nuestras noches?

memoria y percepción
¿no son coetáneos?

si la mente es perpetuo movimiento
y el tiempo es movimiento
y el ayer y el hoy se buscan
en una danza que es, a un tiempo,
repetición y réplica y
contrapunto

¿no es así que llamamos pasado
a ciertas escenas –postales–
más inmediatas aun –como instantáneas–
momentos de hoy y antaño
dándose sentido mutuo
confluyendo
en ese diario de viaje
que es la vida?

¿qué modifica qué? ¿que incide
en qué? ¿el pasado
en el presente? ¿la infancia
en la vida toda? ¿o quizás el presente
en ese ayer
revisitado siempre
soñado y reescrito y desvirtuado
siempre
desde el saber
o la agonía de hoy?

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BRAVO MURILLO [Mi poema]
Manuel José Cortes [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Camino por la ciudad
de Madrid un bello día
mirando con alegría
la gente que viene y va.

Raudo avanzan al pasar
como si tuvieran prisa,
serios, sin una sonrisa,
deseando al fin llegar.

Tengo a varios que driblar
para no darme de bruces,
en un zig-zag sin parar
la recta vuelvo a tomar
y así evitar nuevos cruces.

En este andar tan ligero
todo fluye sin maldad,
veo a varios pordioseros
acercando sus sombreros,
mendigando caridad.

De pronto un grupo se para
provocando una obstrucción,
ni una sola exclamación,
el que va atrás no repara,
y sigue en su dirección.

Ahora es una bicicleta,
de una niña pizpireta,
que avanza por la calzada,
primero hace una pirueta,
aceleración, frenada.

Miro a un lado y veo rumanos,
al otro sólo veo chinos,
muchos sudamericanos,
paseo en Bravo Murillo,
caminar no muy es sencillo.
Estoy en la ONU, hermanos.
©donaciano bueno

Con #Lavapiés, los barrios con mayor inmigración de Madrid Share on X

Esta calle de Bravo Murillo, en el Barrio de Tetuán, es hoy en día uno de los centros neurálgicos de Madrid donde se ha instalado la inmigración. Aquí, se trata de una ciudad muy cosmopolita, lo difícil es encontrarte con alguno que tenga rasgos que te suenen muy comunes.

MI POETA SUGERIDO:  Manuel José Cortes

El justo

Al borde del abismo, el roble erguido,
del huracán resiste al recio embate,
y su lozana copa no se abate
ni aun al golpe del rayo que lo ha herido.

Así, la condición que le ha cabido
sufre el justo, en su vida de combate:
exento de temor su pecho late,
y el dolor no le arranca ni un gemido.

El odio inmerecido no le espanta;
de sus contrarios el ultraje olvida;
el rencor en su pecho nunca impera.

Del deber acatando la ley santa
ve, imperturbable, el drama de la vida,
y el desenlace en otra Vida espera.

El zorro y el perico-ligero (Fábula)

Es necedad de marca
tragarnos el elogio
mentido de algún pillo
que después dice «!tonto!»
y ríe en nuestras barbas:
Vaya al caso un apólogo:

A un perico-ligero
así le dijo un zorro:
«Tu agilidad, perico,
excita grande asombro:
dicen que bien mereces
el epíteto honroso
de LIGERO; que corres
mas que el galgo y el potro;
que saltas mas que el tigre;
que brincas mas que el mono.
Haz que tu ligereza
yo admire, y este arroyo
salva, y en cambio te hago
el mas cumplido encomio».

El pobre animalejo
da un salto, y en el lodo
se mete hasta las cejas.
El pillastrón del zorro
se ríe a carcajadas y le dice «Molondro»,
si ya has vuelto a tu juicio,
sabe que por apodo
se te llama LIGERO:
tu nombre es PEREZOSO.

AL CIPRÉS

¡Oh ciprés! nuestra suerte es parecida.

Tú en el aura al nacer diste un quejido:
Yo al ver la luz primera de la vida
Del punzante dolor lancé un gemido.

De la tormenta al horroroso embate
Abrasado del rayo te has sentido;
Y yo mi corazón siento que late
Por la pasión y el infortunio herido.

Nunca en tu estéril copa se ha mecido
Del céfiro al aliento ni una flor:
Así mi corazón no ha producido
Más que la espina aguda del dolor

Eres tú más feliz, porque tu suerte
Es morir en el suelo do has nacido;
Mas yo ¡infeliz! Tal vez halle la muerte
Lejos del patrio suelo apetecido.

A UN TACAÑO

Yo conozco un tacaño… tan canalla
Que el aire escatimara muy contento:
No piensa por guardar su pensamiento,
O por guarda su voz si piensa calla.

Contra la ciencia misma de Dios falla,
Y en los astros del rico firmamento
Y en las olas del mar que impele el viento,
Ostentación y lujo inútil halla.

El menguado que todo lo cercena
Y pasa días tristes, infelices,
Sufriendo los tormentos del infierno,
¿Cómo a ser mutiladas no condena
Sus narices que son más que narices
Deforme yuca ó retorcido cuerno?

LA CIEGA

I Todo es noche, noche oscura !
Ya no veo la hermosura
De la luna refulgente;
Del astro resplandeciente
Tan sólo siento el calor.
No hay nube que el cielo dora,
Ya no hay alba, no hay aurora
De blanco y rojo color.

Ya no es bello el firmamento,

Ya no tienen lucimiento
Las estrellas en el cielo;
Todo cubre un negro velo;
Ni el dia tiene esplendor;

No hay matices, no hay colores,
Ya no hay plantas, ya no hay flores,
Ni el campo tiene verdor.
Ya no gozo la belleza
Que ofrece naturaleza
Lo que el mundo adorna y viste;

Todo es noche, noche briste
De confusión y pavor !
Do quier miro, do quier piso,
Nada encuentro y no diviso
Sino lobreguez y horror !

Pobre ciega, desgraciada,
Flor en su Abril marchitada,
¿ Qué soy yo sobre la tierra ?
Arca do tristeza encierra
Su más tremendo amargor;

Y mi corazón enjuto,
Cubierto de negro luto,
Es el trono del dolor.

En mitad de su carrera
Y cuando más luciente era
De mi vida el astro hermoso,
En eclipse tenebroso

Por siempre se oscureció.
De mi juventud lozana
La primavera temprana,
En invierno se trocó.

Mil placeres halagüeños,
Bellos dias y risueños
El porvenir me pintaba,

Y seductor me mostraba
Por un prisma encantador.
Las ilusiones volaron,

Y en mi alma sólo quedaron
La amargura y el dolor.

Cual cautivo desgraciado
Que se mira condenado
En su juventud llorida
A pasar toda su vida
En una horrenda prisión,
Tal me veo, de igual suerte:
Sólo espero que la muerte
De mi tendrá compasión.

Agotada mi esperanza,
Ya ningún remedio alcanza;
Ni una sombra de delicia
A mi existencia acaricia;
Mis goces son el sufrir:

Y en medio á tanta desdicha
Sólo me queda una dicha,
Y es la dicha de morir.

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UN DÍA DE INVIERNO [Mi poema]
Manuel González Prada [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El cielo de aquel día amaneció plomizo,
heridos los tambores con furia redoblaban,
sobre el azogue oscuro,
cual chocan los suspiros contra un muro.
De pronto zigzagueando la luz se hizo
y en un tris-trás bramó, gritó y el gesto se deshizo
cegando en el interior de mi retina su mirada,

Yo, expectante, al espectáculo asistía,
a la espera de que hubiera una amnistía
sujeto en la ventana
de forma que alargando el brazo hice un giro en el cristal,
un traveling fue el que realicé de forma tal
que en lágrimas la manga de mi pijama se empapaba
y en unos minutos metido vime en un charcal.

Invierno era y se mascaba
un silencio sepulcral
únicamente interrumpido por el pavoneo de las hojas
en un intento vano por despegar y llegar hasta el final
para de nuevo aterrizar revoloteando temblorosas
y acabar nadando… y nadando… en el caudal.

El gélido exterior con el ambiente cálido chocaba de mi estancia
de forma tal que me impedía ver.
Busqué algo que leer
y de pronto tropecé con algunos garabatos de mi infancia.
Y comencé a mirar,
aquello a recordar,
la escuela a recorrer
y en cada anotación que yo encontraba
alguna referencia percibía,
tan grande era el placer, tanto mi gozo y mi alegría
que cuando desperté y quise darme cuenta ya escampaba.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Manuel González Prada

Las flechas del Inca

Tuvo tres flechas en la mano el Inca,
Y, alegre, a la primera preguntó:
-«Amiga fiel, envenenada flecha,
Di, qué me pides hoy?»
–»Fuerte guerrero de infalible pulso,
De bravo corazón,
Te pido sólo destrozar las alas
De cóndor volador».

Tuvo tres flechas en la mano el Inca,
Y, alegre, a la segunda preguntó
-«Amiga fiel, envenenada flecha,
Di, qué me pides hoy?»
-«Fuerte guerrero de infalible pulso,
De bravo corazón,
Te pido sólo desgarrar el seno
De tigre acechador».

Tuvo tres flechas en la mano el Inca,
Y, alegre, a la tercera preguntó:
-«Amiga fiel, envenenada flecha,
Di, qué me pides hoy?»
-«Fuerte guerrero de infalible pulso,
De bravo corazón,
Te pido sólo atravesar el pecho
De vil conquistador».

Canción de la India

Con almas de tigre
Se acercan los Blancos.
Esposo querido
(Salvemos, huyamos!
Es tarde, que llegan,
Te embisten airados,
Te cubren de injurias,
Te ligan las manos).
Adónde te arrastran
A modo de esclavo?
Adónde te llevan
Cual res de un rebaño?
Te llevan, te arrastran,
A luchas de hermanos.
Maldita la guerra!
Malditos los Blancos!

Adiós, oh mi choza!
Adiós, oh mis campos!
Adiós! que me alejo
Siguiendo al Amado.
Quién sabe si adioses
Eternos exhalo!
Quién sabe si nunca
Regrese a pisaros!
Ay, pobre del Indio,
Sin leyes ni amparo,
Muriendo en las garras
De inicuos tiranos!
Tú callas, oh Esposo,
Tú marchas callando…
Maldita la guerra!
Malditos los Blancos!

Por costas y punas,
Por montes y llanos,
Con sol o tinieblas,
Camino a tu lado.
Qué importan fatigas,
Si escucho tus pasos?
Valor, oh mi Esposo!
Valor y suframos!
Si débil flaqueas,
Descansa en mis brazos;
Mi sangre devora,
Si hay sed en tus labios.
Mas callas y callas,
Y marchas callando…
Maldita la guerra!
Malditos los Blancos!

Ya vibran clarines,
Galopan caballos,
Retumban cañones
Y bullen soldados.
Crujido de hierros
Asorda el espacio;
La sangre a torrentes
Inunda los campos.
Tú vas y peleas
Intrépido y bravo,
Tú matas y mueres
En lucha de hermanos.
Yo beso tu herida,
Yo gimo gritando:
Maldita la guerra!
Malditos los Blancos!

Triolet

Tus ojos de lirio dijeron que si,
tus labios de rosa dijeron que no.
al verme a tu lado, muriendo por ti,
tus ojos de lirio dijeron que si.

Auroras de gozo rayaron en mi;
mas pronto la noche de luto volvió:
tus ojos de lirio dijeron que si,
tus labios de rosa dijeron que no.

I
Algo me dicen tus ojos;
mas lo que dicen no sé.
Entre misterio y sonrojos,
algo me dicen tus ojos.

¿Vibran desdenes y enojos,
o hablan de amor y de fe?
Algo me dicen tus ojos;
más lo que dicen no sé.

II
Para verme con los muertos,
ya no voy al camposanto.
Busco plazas, no desiertos,
para verme con los muertos.

¡Corazones hay tan yertos!
¡Almas hay que hieden tanto!
Para verme con los muertos
ya no voy al camposanto.

III
Los bienes y las glorias de la vida
o nunca vienen o nos llegan tarde.
Lucen de cerca, pasan de corrida,
los bienes y glorias de la vida.
¡Triste del hombre que en la edad florida
coger las flores del vivir aguarde!

Los bienes y las glorias de la vida
o nunca vienen o nos llegan tarde.
Placeres de la soledad
Pláceme, huyendo el mundanal ruido
tender al bosque mi ligero paso
y en la negrura espesura errar perdido
al fallecer del sol en el ocaso.

Pláceme agreste monte y escondido,
luna que brilla en el etéreo raso,
volcán de eterna nieve revestido,
fuente sonora y arroyuelo escaso.

Que en tu recinto, soledad secreta,
duerme el dolor que al infeliz oprime
y es todo paz y venturanza quieta;
habla el silencio en tu solemne calma,
adormecido el universo gime
y ábranse a Dios el corazón y el alma.

Vivir y morir

Humo y nada el soplo de ser:
mueren hombre, pájaro y flor,
corre a mar de olvido el amor
huye a breve tumba el placer.

¿Dónde están las luces de ayer?
Tiene ocaso todo esplendor,
hiel esconde todo licor,
todo expía al mar de nacer.
¿Quién rio sin nunca gemir,
siendo el goce un dulce penar?
¡Loco y vano ardor el sentir!
¡Vano y loco anhelo el pensar!

¿Qué es vivir? Soñar sin dormir.
¿Qué es morir? Dormir sin soñar.

Amar sin ser querido

Un dolor jamás dormido,
una gloria nunca cierta,
una llaga siempre abierta,
es amar sin ser querido.

Corazón que siempre fuiste
bendecido y adorado,
tú no sabes, ¡ay!, lo triste
de querer no siendo amado.

A la puerta del olvido
llama en vano el pecho herido:
Muda y sorda está la puerta;
que una llaga siempre abierta

es amar sin ser querido.

El pájaro ciego

I
Era un Pájaro de nieve:
Con su inefable cantar,
Derramaba en tristes pechos
Alegría sin igual.

-«Pájaro, el Inca murmura,
Tu canción me atedia ya:
Siempre cantas alegrías,
Nunca lloras el pesar.

Lanza quejas doloridas,
Porque sufro negro afán,
Porque siento una amargura
Melancólica y mortal.

Canta canciones que aumenten
Mi congoja más y más,
Que yo gozo en mi tristeza,
Que yo gozo en mi penar».

Mas el Pájaro de nieve,
Sordo al mandato real,
Canta siempre la ventura,
Pero tristeza jamás.

II
Murmura un viejo Cacique:
-«Rey, al Pájaro cegad,
Y con lánguida tristeza
Su canción exhalará».

Ciego, el Pájaro de nieve
Siente y sufre pena tal,
Que, si fue de blancas plumas,
Es de negras plumas ya.

Canta dolor y amarguras
Con tan lúgubre cantar
Que, a su voz, las fieras lloran
Y se quiebra el pedernal.

Todos cierran los oídos,
Todos huyen y se van:
El oír los tristes cantos
Es gemir y agonizar.

La hija tierna del Monarca
Oye el canto sin igual,
Y solloza, y se adormece,
Y no despierta jamás.

Prorrumpe el Inca, estallando
Con la voz del huracán:
-«Pronto al Pájaro la muerte,
Pronto al Cacique cegad».

La sombra de Huáscar

En su lecho, prisionero,
Yace Atahualpa dormido;
Mas despierta, se incorpora,
Arrojando al aire un grito.

-«¿Quién me toca con sus manos?
¿Quién me llama con gemidos?
¿Qué visión de los sepulcros
Turba mi sueño tranquilo?»

-«Quien te llama y te despierta,
Quien suspira en tus oídos,
Es Huáscar ¡ay!, es tu hermano,
Es el cadáver del río.

En vano sueñas rescate
Y el real poder antiguo;
De mí piedad no tuviste,
No la tendrán, no, contigo.

A la tierra de los muertos
Pronto irás, bastardo inicuo:
Atahualpa, fui delante
Para enseñarte el camino».

La adusta sombra de Huáscar
Se disipa de improviso;
Atahualpa se estremece
De mortal escalofrío.

La tempestad

I
Con el cántaro a los hombros,
Entre nubes y destellos,
La Ñusta pisa las cumbres
Más vecinas de los cielos.

Risueña, el cántaro inclina
Y derrama suave riego
En las ceibas de los bosques
Y en los cactos del desierto.

De gozo, entonces, henchido,
Alza un himno el Universo
Con la voz de sus arroyos
Y la lengua de sus vientos.

II
La ruda maza en el puño
Y la cólera en el ceño,
El hermano de la Ñusta
Asoma y corre a lo lejos.

Salta por cumbres y abismos
Como en fantástico vuelo;
Tenaces golpes de maza
Descarga en llanos y cerros.

Quiebra el cántaro, y entonces
Vibra el rayo, zumba el trueno
Y en cataratas de lluvia
Se desploma el firmamento.

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COMO UN VERSO TORCIDO [Mi poema]
Guillermo Meléndez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Fue un verso torcido, él era un verso
sin ritmo, sin la métrica y sin rima,
inútil de ascender hasta la cima
de cumbre en que se toca el universo,
perdido entre la niebla y la calima.

Cual plato culinario sin sustancia
escaso de atractivo y de alimento,
fue un cuento sin su chicha ni argumento,
desnudo de colores y fragancia
y a ratos yendo raudo y otras lento,

que anduvo sin que nadie echara en falta
lo mismo que le ocurre a este poema,
que vive aquí perdido entre la flema
atento a algún lector a la que salta
creyendo ser la crema de la crema.
©donaciano bueno

La triste #realidad que nos pone a cada uno de nosotros en el sitio que nos corresponde? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Guillermo Meléndez

Las cenizas y yo

Los dedos de mi mano respondían
sobre el avance de los años,
y en un refugio de heno
con lápiz escribí mi diario clandestino
junto a un desafinado cacareo
y la suave caída de las plumas.

De aquel tiempo las cenizas y yo
somos fieles testigos.
Ella sabe del fulgor de mi semilla
que confundió el fuego con la tierra;
sabe cómo mi plegaria de auxilio
rebotaba en la puerta del cielo.
Yo retuve el ocaso en que escribí
con mala ortografía
— mi aliento del gusano de seda;
mi corazón lo entibia la paloma
echada entre las vigas.

Las cenizas impusieron su estilo
— su cuerpo fue mi ingenio, su silencio
cubrió aquellas canciones
de mi baño del sábado.

De ese tiempo se intercambian
rescates y destellos,
quemazón y parodias,
si hablo hoy de los años
basta sólo una arruga
o sentirse la luna que madura,
que decrece entre libros y tarros
y gira espectador de un planeta empeñado,
empañado por su afán cotidiano.

Laberinto de heno

Cuando cesa la lluvia
las palabras imitan el desliz
de la gota en la vidriera
y construyen su turbulenta historia.

Como llaves que antes
de penetrar la alcoba donde yace el amor
se quiebran en el hueco del cerrojo.

Como una campana sin escuchas
que solicita auxilio
porque el fuego somete a la semilla.

Escrituras de humo después
que el universo gira
sin atender el gesto de la súplica
y hace de fervores y hazaña
un puñado de arena.

Frases sujetas a vendimia
al basurero del olvido,
desconsuelo tenaz de la memoria
que se siente como aguja extraviada
en el suave laberinto del heno.

HELENA

Un hilo
de llovizna
ahora, me conduce al paisaje
que habla de tus deseos
y me dice que amaste los olivos
cuando año tras año
en el mismo lugar, serenos
destilaban su savia.
Como agua marina se secó entre la arena
la humedad de tus ojos.
Hoy sin reino, aquí
tu piel se mancharía de humo,
tu pelo emblanquecido
te llevaría como una anciana rubia
hacia el asilo.
Hoy — si es que escuchas —
desearía oír tus labios repitiendo
el adagio troyano de la fuga.

SEIS

Manuscrito encontrado en un libro de Cesare Pavese

Con tu presencia, yo era un Ícaro:
Suspendia Ia caída fatal
y alborotado por Eros agitaba mis alas
como lo hace un marabú en celo
para atraer a su pareja.
Pero encontrarte conmigo
poco a poco se convirtió
en tu más firme evasión
y esta noche al buscarte recorro la ciudad
como si fuera un caracol que escala
una tapia tapizada de ortigas…

Eso era el principio de una carta
suplicando el cese de tu desdén.
Por fortuna se quedo inconclusa
en una toalla desechable
de un restaurante llamado La Cabana
que hace mucho tiempo cerro.

Hoy, al encontrarlo entre las páginas
de Lavorare stanca, después de tantos anos,
dicho manuscrito me parece,
como diría un alumno menor de Darío,
rescaldo de um placer desventurado..

¿Rescoldo de un placer desventurado?
No, no es cierto. Si revivo la esencia
de tu bestial manera de entregarte al amor
el despecho del epígono de Rubén suena falso
para adecuarlo a nuestro breve
pero profundo e inolvidable cruzamiento.

Y así quererlo, ya sin sangre en la herida,
esta nota sobre outra nota se convierte,
recordándote, en un poema
que um romântico italiano bien podría titular:

elegia ad una devozione
che non vuol laciare il mio cuore.

Lioni

Contra la monotonía
de peinar el bigote
y la fatiga de zurcir
los zapatos de estambre
del primer invierno
–creo mi propio espectáculo
en la atrevida pista del desquicio.

Los sábados católicos regresan
con San Pablo diluyendo en mi sangre
consignas contra el sexo.
Rueda otra vez la bicicleta que una prima
me prestaba por un par de minutos.

El imperio Romano se presenta
sin sus dos Agripinas,
sin la lucha antiesclavista de Spartacus,
y aparecen oliendo a mingitorio
los leones del Atayde
y hay una catequista compungida
porque en lugar de bofes de caballos
las fieras buscan vísceras de santos.

Y el recuerdo es luciérnaga
volando por la noche de los siglos,
y los leones se salen de su jaula
a castigar a los profanadores
que vistieron a Venus de piadosa
–con su hocico fruncido los obligan
a quitarse túnicas y capas,
rugen hasta oír los aplausos
que festejan la exhibición del pubis.

Es un strip cristiano irreverente
acaso una ingenua venganza.
No hay hilo conductor a lo profundo
sólo gritos de cónsules borrachos
y mártires que desnudos circulan
con una mano atrás y otra adelante.

Y de pronto la ruina se presenta.
La ironía vuelve a su catacumba.
Adiós leones drogados.
Adiós nalgas de gelatina insípida.
Mi Colosseo se abre a los turistas
–la instamatic de un japonés me apunta
y el lucero piamontés de Pavese
anuncia que la noche principia.

Pagliaccio iii

Una vez más desnudo la tristeza
–mi lágrima de rímel,
el rubor de los pómulos
quedan entre algodones.
Me quito la nariz de Cirano,
mi pelo de estropajo
y a la luz del quinqué brilla mi calva
como farol de esquina.

Junio es así, la medialuna
que baja a los almendros,
buscando entre las rosas
el espectro de la alondra de Shelley.
Y la sombra palpita con la lámpara
hechiza las paredes de lona,
apacigua los tigres y me cubre
con un manto que robó a los ladrones.

El espejo mantiene su franqueza,
el desliz habitual del parpadeo
–vuelan moscas glotonas y se yergue la flama
como vela de nave faraónica
mientras yo me despojo del dibujo
que me vuelve arlequín y parodia.

Me espera el banquete opulento
en vajillas que vuelan
–no sé si es sueño o pesadilla
su cerdo con manzana en el hocico,
su caldo de lagartijas vivas,
no sé si fue mi cena de aceitunas
la que crea este banquete vano
mientras el grillo arrulla al fakir moscovita
que ronca como el oso que doma.

Me espera cada mañana el enano
que nos despierta imitando a los gallos,
un retrete improvisado
que manchan siempre los siameses,
un almuerzo junto al pesebre de las llamas.

Antes de dibujar estrellas en mis ojos
de convertir mi boca en amapola,
debo cambiar calcetas a la mujer araña
y comprar el aserrín que amortigua
la caída de mis saltos mortales.

(Espectadores)

III

Es veintiuno de marzo
y como escolar siento obligación
de hablar sobre la primavera.
Aunque las alegorías son recursos pobres
no puedo prescindir de las flores y las mariposas.

La flor creció entre fango y detergente
pero por su color parece que bebió vino tinto
–es un geranio valeroso porque fue arrullado
con historias de cuatreros y narcotraficantes
que Anselma, la sirvienta, cantaba con bravura
como si ella fuera Lucha Villa
y la lavandería un palenque.

La mariposa llega y de inmediato
aterriza sedienta en el geranio
–es una ColliaEdu quisquillosa;
en sus alas brillan dos ojos de ocelote
que la protegen contra sus enemigos
–hasta la naturaleza es falsa- pienso
mientras ella con cabrioleos de acróbata
parte hacia el Mato Grosso
allá donde los Jíbaros en una olla hirviendo
–como aquí en su diván los psicoanalistas
–reducen las cabezas de sus víctimas.

En el tendedero ondean como paracaídas
los calzoncillos zurcidos de mi padre.
Mi sobrino disfrazado de murciélago
me apunta con un rifle y exige un acertijo
–lana sube, lana baja– le digo para salvar mi vida,
después agita su capa, vuela y antes de irse
me grita –pingüino mentiroso, dice la profe
que la madera no tiene sentimientos,
que en la garganta de una ballena
no cabe ni el meñique de un muñeco.

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EL CANDIL (palabras moribundas III) [Mi poema]
Cristina Morano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Quién se acuerda del candil?
Un sencillo recipiente,
una mecha, algo de aceite,
y la luz se hizo sutil.

Aquel humilde artilugio
que usaban nuestros abuelos,
que alumbraba sus desvelos
y era en sus noches refugio.

Tan sencillo y tan viríl
-el quinqué su contrincante-
más bonito y elegante,
pero menos varonil.

El candil, ese instrumento
-el otro era la candela,
la palmatoria y la vela-
tiritando si hace viento.

Siempre me acuerdo de ti
cuando a la bodega bajo
y no veo ni un carajo
y te doy mil gracias mil.

El candil me trae recuerdos
de los miedos de mi infancia
de sus suaves parpadeos
de penumbras en mi estancia.

Siempre fuiste zascandil
fisgando en habitaciones,
discreto y simpar gentil,
testigo de mil pasiones.

Hoy te reivindico aquí,
aunque haya otros inventos
y lanzo a los cuatro vientos
tu forma asceta y servil.

Que hay inventos muchos, mil,
que han llegado y lo celebro
mas no alumbran el cerebro
del que lo tiene cerril.
©donaciano bueno

Compara el #candil con el #led y verás cómo ha cambiado el mundo Share on X

Utensilio para alumbrar que consiste en un recipiente lleno de aceite, una mecha sumergida en él, que asoma por un pico, y un gancho para colgarlo.
«con el candil en una mano, y en la otra la gruesa llave, el guardián avanzó por la galería»

MI POETA SUGERIDO:  Cristina Morano

Ana: miembro del personal de limpieza de una sala de cine

He visto a los mejores cerebros
de vuestra generación vomitando
las palomitas que sus padres les pagan,
limpiándose la regla con las manos
y luego las manos en la pared.
He limpiado trozos de mierda
depositados deliberadamente
sobre la taza de cada uno
de los dieciséis urinarios de este cine
por dos evanescentes muchachas
a las que no consentí fumar
en el pasillo. Sé cuántos y quiénes
de vosotros se mean en los vasos
de cocacola mientras la sala esté a oscuras
-luego salís del cine tan serios,
con el gesto de un pájaro fascinador
y el comentario erguido sobre el labio:
no ha estado mal”-.
A mí, normalmente no me veis.
Yo
no existe.
Soy la que limpia.
El testigo de la fisiología
vuestra; testigo de la carne.
Y sin embargo, en los aseos,
al lado del excremento,
a veces, la Palabra: “el amor es tal
que cuando tú tienes algo
el otro necesita una cosa distinta”.

Emilia: madre de la autora

Mido metro y medio
pero mis pies calzan un 38;
me hicieron así para afianzarme
sólidamente sobre el suelo;
más que andar, deslizo el mundo.
Son grandes barcos
mis pies. No me tambaleo:
aguanto. Lo que más me gusta
es ver por la tele los campeonatos
de patinaje artístico.

He vivido ¿por qué?
He limpiado la casa donde nací
desde que nací. La heredarán
mis hijos: menudos piezas.
Paco es alto: calza un 46
pero es un pájaro o una flauta,
parece no casar bien con el mundo.
A Cris le puse nombre de reina,
a veces trata la gente como a súbditos;
ni su alma se ha librado del látigo.

Los hijos son poca cosa…
las casas, la calle del mercado,
los hospitales donde me han abierto
y me han cosido; de todos ellos saliendo
por mi propio pie, siempre;
ese esfuerzo: para sangrar de nuevo
tantas vueltas.
Las vueltas que hay que dar
para poder morirse.

Ileana: emigrante rumana, contratada para recoger la cosecha en Andalucía

Esta es una tierra alegre,
el que no se calienta al sol
se alcoholiza y punto.
Me doblo en un ángulo de noventa grados
para recoger sesenta cajas diarias
de fresas, una por una. Mis compañeros
son mujeres por expreso deseo
de los empresarios, dice mi jefe
Son más dóciles
y no tienen problemas de convivencia”.
Esta declaración no ha sido subrayada
por ninguna organización feminista.

Somos buenas reses. Sacamos
adelante los países. Sufrimos
y callamos, nuestras madres
nos enseñaron a no alborotar,
tampoco ellas protestaron, se limitaron
a trabajar para la nación. Nosotras
nos lanzamos a mejorarlo,
a cumplir sus patrones con mérito.
Asistimos a la noche sin música,
sin alegría nos acostamos; lejos,
en los claros sub-alpinos, se oye
cantar a las flores amarillas de la arzolla,
y las orquídeas del Cárpatos
exhalan un fuerte olor a vainilla.

Soy licenciada en medicina
por la facultad de Cluj Napoca.

Las piernas de Dafne

Atravesé la inundación
con el agua por la cintura
para volver a casa:
había granizo en las aceras,
el viento había tirado ramas
cornisas, anuncios de los escaparates.
Pegados a mis piernas
aparecieron hojas, tallos, papelitos,
florecillas tardías del otoño;
como si la tormenta
hubiera querido hacer
árboles de mí
o un dios se hubiera
olvidado a medias del prodigio.

Los asesinos

01
Escucha: es el amanecer.
En una hora como ésta
sonarán los teléfonos,
cuando estemos absortos
en un labio,
un intermedio del programa
o un pájaro
–levanta el vuelo y,
de pronto en la ventana, brilla.

02
Qué feos los agonizantes:
la ropa revuelta, el pantalón caído
y esa lengua azul, fuera de la boca,
un palmo fuera de la boca.
Mas lo curioso son sus ojos,
con las pupilas dilatadas
como si el sitio adonde van
no tuviera luz.
Pues qué esperaban.

03
Muchas veces te vuelves
de súbito a mirar
por encima de tus hombros
como si estuvieran los muertos
agrupándose a tu espalda,
pidiendo explicaciones
de las trampas con que les capturamos:
todavía creen que podrían sortearlas,
en una oportunidad con mejor suerte.

La vanidad perdura más que el hueso.

04
Repito en sueños, muchas noches,
el trabajo con las víctimas,
los reflejos metálicos del arma
y las bolsas que cubren la cabeza.
Nunca se me aparecen vivos
después de ese proceso, sólo el pago,
las trazas de su descuartizamiento,
el acero y el plástico retornan.

Como si me estuvieran esperando.

05
Metimos el encargo en una caja
para que no incordiase en el trayecto;
no queríamos imprevistos en el coche
que hincharan la factura.

Al salir de la casa el cielo estaba negro,
caía una tormenta.
En los pocos minutos que tardamos
en encontrar la puerta señalada
nos calamos la ropa y el cabello,
el agua estorbaba la vista:
corríamos sin dirección,
haciendo saltar la caja,
golpeando al interfecto contra sus paredes.

Ahora sospecho que nos esperaban,
que desde las terrazas vigilaban
el progreso torcido de las cosas
y dilataban el tiempo y querían
darnos a conocer que nuestra suerte
resulta indiferente a quien nos manda.

Con el poco valor que nos quedó
volvimos a la lluvia y confirmamos
la trampa. A nuestra espalda
sentíamos pistolas, objetivos,
destellos en el agua del desastre.

LA HERENCIA

A Tomasa Meco, in memoriam

Mi madre me enseñó a bordar:
el dedal en el dedo corazón,
usar el hilo en hebras cortas,
me enseñó a hacer vainica doble
y a ordenar la vajilla de porcelana:
primero las bandejas,
después los platos y las copas.
Mi abuela me enseñó a planchar:
el pañuelo de niño se plegaba
en un triángulo, como el de soltera,
sólo el de caballero se plegaba
en forma de rectángulo.

—Entonces eres hija de una buena familia.
—No, soy la hija de las criadas.

SEÑORAS

Por las mañanas acostumbro
a pasar por la cafetería,
me tomo dos cafés -uno contra mi espalda-
entre las limpiadoras que se duermen
sobre su propio desayuno.

Al otro lado de la barra
conversan las señoras,
las dueñas de las tiendas de mi barrio;
se llaman por teléfono,
son admiradas por ejecutivos,
hacen planes para pintarse las uñas.
Sus ojos no contienen desamparo,
sus cerebros no se deshacen
enhebrando palabras, ni átomos, ni perlas.
Las sigo y compro el Marie Claire,
las imitio, fijo que soy respetable
en la cola del supermercado.

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NOS TIENE QUE LLEGAR [Mi poema]
Rolando Sánchez Mejías [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Nos tiene que llegar. Es natural.
La vida es esa cosa que aparece
un día cuando empieza a clarear,
un juego al que se tiene que jugar
y debe de parar cuando fenece.

Un río que imparable va hacia el mar
que a veces se desmadra o languidece,
dispuesto y predispuesto a naufragar,
consciente que imposible es evitar,
un sueño que nació y se desvanece.

Un lento caminar hacia la nada
haciendo a cada paso un retroceso,
un beso que disfruta de otro beso,
amante de experiencia despechada
que siempre ha de acabar con un deceso.

La paz cuando se acaba al fin la guerra
cuidando hay que olvidarse del pasado,
mirando con despecho hacia otro lado,
que al fin ya se acabó la vida perra
que dicen Dios que un día nos ha dado.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Rolando Sánchez Mejías

Con su sabor impreciso

Con su sabor impreciso
se ha ido acumulando.
En realidad no hay dolor,
no puede haber dolor
detrás del dolor.
Detrás del dolor
no hay nada,
dicen los monjes budistas.
¿Y detrás de la nada?
No hay nada,
dice el sentido común.
Se ha ido acumulando.
No me está pasando a mí.
A mí me está pasando otra cosa
que no entiendo
ni entiendes.
No me está pasando a mí,
ni a ti,
ni a nadie.
Detrás de la nada
no hay nada.
O hay todo,
depende.
A mí me está pasando otra cosa.
Ven,
te le voy a decir.
Se ha ido acumulando.

ARQUEOLOGÍA

(de Cálculo de lindes)

Encontraron, al fondo de los túneles,
ratas de metro y ½ de largo.

Las alumbraron con linternas (los rusos
dijeron epa, epa) y las ratas huyeron,
bamboleantes y caóticas, sus ojitos rojos
heridos por la luz.

Uno de los rusos pidió vodka y otro tomó
y le dio vodka y entonces dijeron algo
acerca de la realidad.

ANTROPOLÓGICA

(de Cálculo de lindes)

la carne de cerdo
te hizo daño
y anuló
el compromiso

no sé
si sabías que
los tsembaga de Nueva Guinea
en sus fiestas
matan cerdos
y más cerdos
unas 15000 libras
que luego
distribuyen

ese día
los tsembaga
y los enemigos de los tsembaga
gimen bailan jadean
es decir ciclos
de paz y de guerra
sobre
montañas de cerdos

te contaba esto
para que supieras
cuánta economía
subyace
en el amor.

P.P.P.

(tomado de Derivas I)

Ya habías muerto, mucho antes,
de transhumanamiento o
en desacuerdo
con El Vasto Poder Del Lenguaje,
muerto, es decir: vivo
en la dimensión donde el tiempo
de la muerte
obstruye
el movimiento de la vida.

Y esto lo sabías
frente a un sol meridional:
las manos en los bolsillos,
la corteza dura de tu rostro
y la realeza de otros rostros
modificando el horizonte.

El tiempo olía a cebollas:
un crudo vaivén o deshojarse
de películas absortas, rápidas
y completivas como el muñón que
arma la presta mano médica.

Pero la cebolla (que es la Realidad!)
desmultiplicaba sus planos. Entonces todo
desde un principio
estuvo signado
por esa fatal ausencia de armonía.

Pero no es sólo esto, no.

Si fuera sólo esto
sería menos complicado y
el Advenimiento (la intervención del ser
o de cualquier otro trasunto como la escritura)
quedaría
por fin
en Completud.

Hay más cosas: bajo
un cielo convexo y frío
(cielo de post-tiempo)
henos allí, avanzando, no ligados
por el Lenguaje, apenas
por el lamento
(la taigá, el lamento culpable de la matria (1),
lobos, etc.).

Sí. Mucho menos
de lo que pensabas: la zona
obscura y tibia
de la lengua (que incluye la Lengua)
latiendo oportuna,
completamente, el cigote
en la cavidad central del Tiempo,
puro imaginario de terciopelo,
leve y grave
allí, al alcance de la mano, diestra o
siniestra, en el letargo de silencio
todavía interior aunque casi suprahistórico
(como el movimiento
de las partículas
de un terrón de azúcar sobre la mesa).

También junto al fuego:
en la dilapidación de cigarros y saliva,
la frente
proyectando
a la orilla del mar
un perfil salvaje,
la utopía entre ceja y ceja,
entre muslo y muslo el roce con la luna
y entrevisto
de golpe
el Sentido: la pasión, la fuente
donde manan, una a una, las palabras.
Todo tan metafísico, aún,
para nuestras sólidas esperanzas históricas (2) .

Pero no es sólo esto. Ni
en el deslizarse
de la muerte
a ras de asfalto
mientras la cámara no tomaba en consideración
los escasos segundos
en que se produjo el vaciamiento,
el segamiento de la vita:
la incompletud plenaria de un pecho
que rechina su corazón
contra el mundo todavía cálido

¿Y qué nos sucedía e este lado?
¿También el Suceso?
¿La intervención de la Otra Parte?
¿O sólo el fantasma del Eventum?

Aquí.

Más allá del como.

A la izquierda o.

Absortos.

Como si la Historia
de súbito:

[ ]

¿Qué hay de todo esto
si no un rostro
en el vacío?

¿Qué hay de todo esto
si no un rastro
en la nieve?

¿Un trazo
sobre el asfalto
de escritura trágica?

Muy visceral todavía,
muy dentro afuera todavía?

Y por si fuera poco
el sol (3)
interviniendo
en la rigidez de tus pómulos
intrahistóricos aún!
***

(1) Hijo mío, yo que fui sólo vida
te he dado el amor de la muerte.
Naciera de la prehistoria la suerte
que porfuria de la masa enfurecida
sacude la cumplida historia.
(Balada de la madre de Stalin, de Pier paolo Pasolini.)

(2) El hambre, aún, es metafísica. Ayer, en la carnicería, hacíamoscola para el pollo. Esta vez fue un pollo traído de Guerlesquin, cuya novedad eran las gruesas capas de grasa. Los viejos observaban el pollo de Guerlesquin con la suspicacia helada y ávida de quien no incluye a Guerlesquin en la percepción y sí las novedosas capas de grasa de pollo de Guerlesquin. Aunque, de algún modo, ellos sabían (¿sentido común que proporciona la Historia?)

(3) Termino de escribir este poema en la mañana. Por la ventana penetra el sol. La escritura, hasta ahora casi ininteligible, va adquiriendo un vigor especial con la luz. «¡El sol también es histórico!», me digo en un rapto.

Escrituras

El tren va a partir.

Breve filosofía del tren: ad infinitum.

Mis manuscritos en las piernas.

El recital en Matanzas va a ser insulso.

Mi hijo (como aquella vez) recogerá jazmines para el té en
el patio donde el viejo poeta parecía un mujik elegante.

¿Cómo puede ser medida la soledad?

En el tren.

Es decir: vas ad infinitum el tren golpeará el tiempo se
abrirá paso en la Realidad y en su propia realidad es decir

el tren será abolido y tendrás tu cuota de soledad.

¿Pero cómo explicar lo que es imposible explicar?

O mejor: ‘De lo que no puedas hablar mejor cállate’. (Wittgenstein).

Amo de una manera especial a los gatos.

Eso es: saltar.

¿Pero cómo explicar lo del gato en relación con la idea que
tengo del salto y del tren?

Nada, que mi gato nunca será tu gato.
Ya tú lo sabes.

No obstante: ‘Quien me oiga asegurar que el gato gris que
ahora juega en el patio es el mismo que brincaba hace 500
años dirá que estoy loco pero’. (Schopenhauer).

Entonces vuelves a saberlo pero de una manera novedosa
a través de otro viejo y voluntarioso filósofo.

Y así ad infinitum.
El viejo poeta también estaba harto.

Harto de las flores harto de su voz harto de sus borracheras harto
de sus perversiones
harto de parecer un mujik, en fin.

Él se fue en su tren.

Iba con su cuota de soledad y a cada rato sacaba la botella y se
empapaba la barba
fracasada su conversión, etcétera.

Pero la soledad del gato es superior.

Es como la soledad de un tren solo.

Yo aspiraba de niño a una conversión de mi soledad o sea
yo amaba las cosas de otra manera.

Eso quiere decir que ahora las amo de una manera distinta
de aquella vez.

Por ejemplo, en estos momentos puedo levitar pero no tiene sentido.

Bueno, sí, habría una conversión hacia afuera.

No sé cómo explicarles lo que para mí tuvo algún sentido.

¿Qué sentido hay entre el viejo poeta recitando y mi hijo
recogiendo flores?

Las flores estaban destinadas a un té futuro escapado para siempre.

Ya para entonces el viejo poeta estaría muerto.
Muerto ad infínitum.

¿Y cómo explicar a mi hijo en su soledad actual?

Son tiempos difíciles: empezaría así.

La dificultad esencial de estos tiempos: la capacidad de
levitar sin razón.

En una callecita de Armenia vi levitar a un hombre.

Se levantó a 10 cm. del suelo.

Después se sentó y abrió una lata de cerveza que le ofreció un
turista.

Parecía (al armenio) un dios maligno de cejas pobladas en
una postura de abandono pero en realidad.

Esa tarde ella me habló de mi incapacidad de amar.

Lo que es igual a mi incapacidad de conversión.

Esa tarde el pene colgaba como un péndulo en el espejo
esa tarde fuera del tiempo y no obstante era otra la realidad desde
el punto de vista
de ella.

Como era otra la realidad cuando el viejo poeta regresó en su tren.

Iba dormitando.

La saliva le goteaba en la barba canosa.

Había leído unos cuantos poemas y había sido elogiado por un tropel
de poetas jóvenes.

Luego regresó en su tren.

Dormitando (¿muriendo?) contra la ventanilla.

Aquella tarde tuve una maravillosa conversación con ella.

Ella: Estás incapacitado para amar porque tu realidad.

(El pene como un péndulo, etcétera).

Yo: Tú amas crees en la realidad pero tu soledad es ad infínitum.

(En la sábana su cuerpo vivo es decir en circunstancias
en que esas palabras tienen algún sentido).

¿De qué sirve la prosa?

Hay un cuento muy didáctico al respecto.

En el convento de una selva un monje duda de la Eternidad.
Le parece muy largo ese tiempo.

Entonces sale al bosque y ve un pájaro encantado.

Lo persigue hasta la noche sin resultado.

Opta entonces por regresar sin el pájaro.

Pero ocurre que el convento ya no es el mismo.

Todo ha cambiado casi todo ha muerto.

Imagínense que han pasado 20 años que le han parecido
al monje un par de horas.

Y yo me pregunto: ¿Si hubiera capturado al pájaro encantado qué
hubiera sucedido?

Mientras escribo esto oigo a Szymanowski.

Es un compositor polaco lo cual quizás explique su violín doloroso
ad infinitum.

Doloroso ad infinifum como un pájaro encantado.

A veces la música es puro dolor pero al fin y al cabo
eso no parece tener importancia.

¿Es que en tiempos de desamparo también sobran los músicos
los prosistas etcétera.?

Al montar el tren vi a la señora con su hijo hidrocefálico
de ojos verdes como la muerte.

Nos sentamos cerca ella junto a él algo impenetrable divino una
realidad como una cripta, él cabeceó en un bostezo de extraña no-
bleza (¿cómo la muerte?)

Pero bueno, la muerte no es ese problema.

Ella me lo hizo saber aquella tarde.

(¿Cómo decir lo que ella no quiso decir?)

No obstante algo se volvió vital torpe entre los dos y la
imagen del péndulo fue modificada hacia.

Lo supe al montar el tren.

Como lo supo el viejo poeta al montar el suyo ya de vuelta, sabiendo
que aquello era la muerte contra la ventanilla más allá la Realidad.

Dentro del tren su soledad como el vacío perfecto, cuestión que
ignorábamos afuera al agitar las manos el tropel de
poetas jóvenes.

La historia de la señora y su hijo hidrocefálico es otra
aunque la soledad tal vez sea la misma lo único que las circunstancias.

Como es otra la historia de Nietzsche loco en su tren.

(Otro filósofo viejo y voluntarioso).

Los bigotes enormes y debajo los labios secos.

Labios que murmuraban ininteligibles serenos y absolutos.

Tren de Turín a Basilea.

Una campesina lleva una cesta por donde asoma la cabeza una gallina.

El tren entra en un túnel de San Gotardo.

30 y pico de minutos de absoluta oscuridad en tren.

(¿Absoluta como la muerte?)

La gallina en uno de los instantes de los 30 y pico de minutos le da
por picotear contra la cesta, es decir contra el silencio absoluto de
la oscuridad en tren.

Y en ese mismo instante Nietzsche canta su último poema.

El canto era tan intenso como la vida.

Porque Nietzsche ya había resuelto el problema de su vida y de su
muerte.

(Lo que se llama matar 2 pájaros de un tiro).

O sea, de manera absoluta, sin que mediaran los labios la gallina la
campesina el traqueteo del tren los 30 y pico de minutos en fin todo
lo de más acá donde tú y yo estamos mientras.

Una vez un niño le dijo a un amigo mío: Veo los bigotes que no
tienes.

Entonces mi amigo miró a su gato tan distante en su interior
(el gato).

Aunque este sería su gato y no el mío ni el tuyo como ya pudimos
darnos cuenta.

De esta misma forma yo no puedo penetrar la historia de
la señora y su hijo hidrocefálico.

Será porque los motivos para estar aquí presentes no son los mismos.

Los ojos de la señora: inmensamente pequeños de esa falsa intensi-
dad que hay en los ojos de todos los viejos (incluidos los filósofos
anteriores y el viejo poeta ahora muertos de una manera absoluta).

Los ojos del niño hidrocefálico: como la superficie de un verde lago
redondos soñolientos casi inverosímiles ninguna prosa podrá narrar-
los así que.

Ojos ad infinitum.

Pero es un tren lechero hacia Matanzas, entonces sus ojos me ob-
servan de un modo particular que no puedo describir (es el precio
que hay que pagar por la falta de absoluto en las palabras).

La señora: Parece que va a llover.

Yo: Sí es posible que llueva.

(El hidrocefálico señalando con la cabeza un par de nubes pendulares
y muy grises).

La señora: Qué bueno porque hace tremendo calor:

(¿Cómo decir lo que la señora le da lo mismo decir?)

(¿Cómo decir lo que el hidrocefálico no puede decir?)

(¿Cómo decir lo que el viejo poeta y los viejos filósofos
no pudieron o no supieron o no quisieron decir?)

El hidrocefálico levanta su índice al cristal y enseña
su realidad bamboleando la cabeza con 2 lagos absolutos.

La señora (señalando al niño): el toca de lo más bien el piano y usted
escribe verdá?

(Por mis manuscritos mis ojos cansados como la muerte ?son tiempos
difíciles más o menos de desamparo? todo lo que por prosa
acumulativa era esa realidad que estaba frente a la señora y su
idiota).

La señora (señalando a su hijo): Él toca unas cuantas cositas de
Mozart.

Entonces la risa la estupidez la saliva del idiota colgando de un
instante del tiempo el índice aún enlazado al par de nubes grises y
pendulares.

La señora: A ver m’hijo enséñale tus manos a este muchacho que
escribe.

En un túnel de luz donde estamos vivos en la blancura de una in-
tensidad tal que.

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A TODAS HORAS AMOR [Mi poema]
Manuel Antonio [Poeta sugerido]New

MI POEMA … de medio pelo

 

Amor, al amanecer,
el placer del despertar,
el aroma y el sabor
de un buen café en compañía,
el susurro de un cantar,
belleza, alegría, el calor
de alguien que te ofrece amor,
sensación de placidez,
saciar tus ansias de sed
¡suene el himno a la alegría!.

Amor, al atardecer,
y del reposo el placer,
el disfrute del color
que te ofrece en ese día
la bella puesta de sol
y el cielo tornasolado,
el cariño de tu amado,
las manos entrelazadas,
tus ansias de amor saciadas
y una dulce melodía.

Amor, al anochecer,
entre sábanas amor,
disfrutar de ese sabor
que te levita hasta el cielo,
el manto de terciopelo
las florecillas en flor,
sentir ese resplandor
y el lucir de las estrellas,
las sensaciones tan bellas,
los cuerpos en sintonía
incomparable fantasía
hasta la extenuación.

Amor en los funerales,
cuando se muere un amigo,
cuando publica un vecino
tus pecados veniales,
cuando sientes que tus males
no tienen ningún remedio
pero sabes que tú vales
y que alcanzaras el medio
de salir de ese dolor,
cuando piensas que tu vida
no tiene ningún sentido,
cuando piensas que tu alma
de tu cuerpo ya se ha ido.
Amor, cuando vives sólo
cuando estás en compañía,
cuando estando en este dolo
te sientas incomprendido
y pienses que tu dolor
se ha convertido en locura,
¡Para obviar la desventura,
A TODAS HORAS AMOR!
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Manuel Antonio

Navy bar

Este bar se balancea
Y también está listo
para hacerse a la vela.
Nos llenaron el vaso
con toda el agua del Mar
para hacer un cocktail de horizontes
Colgados de las horas
atlas geográficos de esperantos
están sin traducción
Y tartajean las pipas
con el políglota ademán de las banderas
Ese cantar improvisado
es el mismo
que se improvisó en alguna parte

¿Quién ha venido a avisarnos
de esa cita nocturna
que tenemos con el viento al N E
en la encrucijada de las estrellas apagadas?

Aquí bebe de incógnito
el Marinero Desconocido
-sin geografía ni literatura-
En la noche de los naufragios
con su brazo salvavidas
aferrará con nosotros una vela de chubascos

El último vaso
estaba lleno de despedidas

Por las calles dispersas
nos íbamos encerrando
cada uno dentro de su alta mar

En el fondo de algún vaso
todas las noches naufraga el Bar.
(versión en español de Rafael Dieste)

Intencións

…Encheremol-as velas
c’a luz náufraga d’a madrugada
…Pendurando en dous puntos cardinaes
a randeeira esguía
d’o pailebote branco
………………..C’as suas mans loiras
………………..acenan mil adeuses as estrelas
…Inventaremos frustradas descobertas
…a barlovento d’os horizontes
…pra acelerar os abolidos corazóns
d’os nosos veleiros defraudados
…Halaremos pol-o chicote
d’un meridián innumerado
…N’a illa anónima
de cada singladura
esculcaremos o remorso d’a cidade
………Ela noitámbula desfollará
………como unha margarida prostibularia
………a Rosa d’os Ventos d’o noso corazón
…Encadearemos adeuses d’escuma
pra todal-as praias perdidas
…Xuntaremos cadernos en branco
d’a novela errante d’o vento
…Pescaremos n-a rede d’os atlas
ronseles de Simbad
…E cazaremol-a vela
sobre o torso rebelde d’as tormentas
pra trincar a escota d’unha ilusión.

A fragata vella

…Tel-os ollos distantes
decorados de rostos xoviaes
…que os vellos mariñeiros
permutaron pol-os climas antípodas
…Levas n-o leme
un pulo de brazos tensos
que retorceron os largacíos
horizontes d’o mar
…O vento
…………..atortorando
…desfollou d’os velamios
outonos de mocedades
…Mercabas colares circunmeridiáns
n-os bazares d’estrelas
…Amarrabas faros dispersos
c’o simblador calabrote d’o ronsel
…Floreceches n-o Mar
primaveiras amargas
de foulas e escamallos
…Inda que o vento encalme
…tremela n-as tuas velas
unha rafega de transmigracións
…N-ese teu corazón innumerábel
…tamén enchen e debalan
as mareas d’o meu corazón.

Travesía

…Troqueles reiterados
…o reloxe e o Sol
alcuñaron moedas efímeras
que repetían todas
a mesma cara e a mesma cruz
…A costa e o Mar
escamotearon unánimes dorsos
…permutadores d’a mesma
lonxincua evasión
…Temos un estrangoado diagrama
repasado por todol-os novelos d’horizonte
que viraron a proa e a Rosa d´os Ventos
…N-a fasquía d’os barcos anónimos
postos a flote pol-a madrugada
…estraviados n-o roteiro d’o serán
…persistiron sempre
a mesma foula e o mesmo ronsel
…Ese intertroque de radiogramas
…que.reeditaron os faros e as estrelas
…dou-nos a multiplicación monótona
d’as mesmas letras d’o mesmo morse
…Foi a derradeira rafega d’o vento
quen nos desfollou de todal-as lembranzas?
…O Mundo
……………que xa non sabe
mais que repetir unha volta consabida
…rachou clandestinamente
as follas imprevistas d’os almanaques
…C’as nosas mans suicidas
…espallaremos n-o carroussel d’os ventos
os catro puntos cardinais
…Mentras
…………..o timoel
arrumbará proa a Ningures
…Repetiremol-os cansos corazóns
cronometrando monotonías
…N-as velas indecisas
…follea o vento un indelébel
álbum de leit-motiws
…O minuteiro
………………..(tic-tac)
asumeu o compás d’as travesías.

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MI POETA INVITADO:  Rafael Ortega

Réquiem

a Julia Elena Rial

Algunas veces me pregunto
¿cómo me encontrará la muerte?

¿Me hallará de pie?
como un árbol viejo
débil y desvalido
desnudo de alma

¿O estaré acostado?
sobre un lecho de espumas
Inmerso en mi vanidad
como un adicto en su vicio

¿Quién se encargará de guiar mi vuelo?
O, tal vez, mi caída
¿Pasaré a un estado más elevado?

No puedo saberlo todo
en este espacio que habitamos
y se está quedando solo

Mis razones

a César León

Porque no compito con nadie
porque me siento nadie

Porque soy como una daga oxidada
enterrada en el ojo del huracán

Porque siempre llego tarde
a la repartición de almas y corazones

Porque siento que estoy de más
cuando de verdad estoy de sobra

Porque no tengo dinero ni nada que dar
con el permiso de Juan Gabriel

Porque colgué los guantes
sin haber peleado un solo round

Porque es de humanos errar,
caer y levantarse

He decidido bajar tranquilo al sepulcro
con el permiso de Bolívar.

Sacerdotisa del verbo

a Skarlet Boguier

Un día delirante bastó para matar,
de una sola puñalada,
todo resto de cordura.

Musa embriagada de luz,
sacerdotisa del verbo, corazón de obsidiana,
en mis dedos guardo la savia de tu materia.

Como rocas de magma ancestral creamos memoria en el sonido
somos almas que comparten los mismos latidos
y escapan hacia la ciudad de la subversión.

Estaré allí como el ave que bate sus alas al sol
y los gatos que aguardan tu llegada
para luego afrontar esta vida llena de tiempo.
Zona de Tolerancia

COMPRO UNA IDEA [Mi poema]
Nadia Consolani [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Compro una idea. Pago bien. Contacto:
escaso de cacumen, un poeta.
Requisitos; no acepta alguna treta
que el contrato se anulará en el acto.

Necesita que venga bien envuelta
que aparente que es bella y muy bonita,
que la quieran cual a linda señorita
y a lectores seduzca desenvuelta.

Nunca nadie sabrá que la he comprado,
presumiendo fui yo quien la ha parido,
si lo notan diré me la han prestado
o mejor que hoy un dios me ha bendecido.

Mas comprendo que ahora tú no me creas,
o me ignores si digo una palabra,
no se compran ni venden las ideas
gratis son con decir ¡abracadabra!
©donaciano bueno

Menudo #dilema! Acaso aquí todo se compra, se copia o se vende? Share on X

¿Pero qué es si no un escritor? Toma las ideas gratis, las traslada a palabras que va uniendo y las revende. Claro, eso el que puede.

MI POETA SUGERIDO:  Nadia Consolani

Nuevo Amanecer

Un santo cosquilleo de cálida brisa
Con un tenue rayo del Padre en Chakra 6
y asoma la Aurora con el alboroto de gorriones.
Dios bendice la Tierra.

La justicia circula desconcertada
y las preguntas de siempre: ¿por qué estoy viva?
Las estrellas se apartan discretas, pálidas, con su labor cumplida.
Las flores cortadas agonizan en la plaza
y brillan dos lágrimas en los ojos de Elena
su sal sacude al Alma del mundo.
Vagan los espíritus en su niebla, rozan a los justos.
Soberbia, orgullo, astucia flotan
y la ignorancia se acomoda
hasta que del lodo milagrosamente sale
el Loto Blanco.
Pequeñas chispas de sabiduría se dispersan.
Perdona al hombre la naturaleza ultrajada.
La Madre vuelve a alumbrar.

Estás cansado

Estás cansado, viejo tigre.
La casta te sirvió no del todo.
Tardaste mucho en comprender la vida,
el tiempo se te quiebra en las garras
pero sigues sin darte por vencido.
Lamen las tardes tus heridas.
Más leve ya el dolor de la floresta,
a tu último trecho te recoges.
Sigue buscando en tus ayeres.
Quizá te estés ganando ahora.

Venecia, 1983

Aquí estoy, ya dispuesta al sacrificio.
Al preludio se abrieron los salones,
bandos de aves volaron y pasaron,
Los reflejos verdosos de la laguna en los tapices
y el ruido de la seda color antiguo,
los retratos helados, las paredes salobres,
la luz azul de un diamante.
El vacío del pasado.

Villa Malcontenta

Verano 1985

Sola y bella entre el oro de la seda y los frescos descoloridos,
lenta te veo bajar escaleras solemnes,
las piedras altaneras, las mescolanzas de esta arquitectura
insatisfecha y pretenciosa.

El parque, el río, los sauces,
junto a ti todo y descontento aun hoy

y todavía circulan sin
reposo tus suspiros, tu tedio.

Malcontenta de amor,
¿te defraudaba siempre?
¿Quizá de esclavitud, de injusticia e intrigas?
Quién se ocupó de saberlo.

Fastidio de los rojos de Tiziano,
te dolía el poniente.

Todavía lucha en Brenta por llevarse ese descontento
y compadecen las estrellas vénetas
este lugar todas las noches.

Pero al menos fuiste capaz de dejarle tu huella.

Epitafio

De estatura mediana,
con una voz ni delgada ni gruesa,
hijo mayor de un profesor primario
y de una modista de trastienda;
flaco de nacimiento
aunque devoto de la buena mesa;
de mejillas escuálidas
y de más bien abundantes orejas;
con un rostro cuadrado
en que los ojos se abren apenas
y una nariz de boxeador mulato
baja a la boca de ídolo azteca
-todo esto bañado
por una luz entre irónica y pérfida-
ni muy listo ni tonto de remate
fui lo que fui: una mezcla
de vinagre y de aceite de comer
¡un embutido de ángel y bestia!

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MI POETA INVITADO: Juan José Llovet

Rimas

El tiempo es oro, mujer;
yo no lo puedo perder
en pedir ni en esperar.
Sé mía si lo has de ser;
si no, déjame marchar,
que el tiempo es oro, mujer.
¡El sol baja tan a prisa!
¡Llega tan pronto a su ocaso!
Hay que caminar de prisa,
hay que aligerar el paso.
¡El sol baja tan a prisa!
Me queda tanto que andar
y tanto por qué reír
y tanto por qué llorar.
¡Para lo que he de vivir,
me queda tanto que andar!
No te arrepientas después.
Piensa de qué vivirás
si dejas morir la mies.
¡Yo no ando nunca hacia atrás!
¡No te arrepientas después!

Romance del destierro

¡Ya no hay justicia en España,
no hay ley en Castilla ya,
que al buen Cid han arrojado
de sus tierras de Vivar!
Entre los poetas míos.
El sol derrama sus rayos
como una lluvia de sal
sobre los campos resecos,
y Rodrigo de Vivar,
con sesenta de sus fieles,
camino de Burgos va…
Tienen tan blanco el semblante
y tan lento el ademán,
que más que vivos parecen
muertos que han echado a andar.
El Cid marcha a la cabeza
con altivez señorial;
su espada azota el costado
de su brioso alazán,
y el viento peina su barba,
blancamente patriarcal.
Los villanos se descubren
viendo a Rodrigo pasar.
–¡Qué buen vasallo sería
de una buena majestad!210
Y las aldeanas rezan,
y, dejando de jugar,
los rapaces carisucios
–mucho amor y poca edad–
dicen con llanto en los ojos
y con asombro en la faz:
–¿Por qué se va de estas tierras
Cid Rodrigo de Vivar?
¡Yo no quiero que se vaya!
¡Madre…! ¿No ves que se va?
–El Rey lo manda, hijo mío;
por lo que lo hace, él sabrá;
a nosotros solo cumple
mirarlo tristes marchar…
Y en el silencio ardoroso
del mediodía estival
el Cid y los suyos siguen
su cansino caminar…
Y los mesones se cierran
negando hospitalidad
a los hombres de la triste
caravana de metal
que Alfonso Sexto ha ordenado
no darles agua ni pan,
y ante el poder de la regia
e inviolable autoridad
como una flor de rastrojo
se agostó la caridad…
¡La caridad, que en Castilla
fuera siempre proverbial!
El sol derrama sus rayos
como una lluvia de sal
sobre los campos resecos,
y Rodrigo de Vivar,
puesto de pie en los estribos,
grita agorero y fatal:
–¡Adiós, mi doña Jimena;
adiós, tierras de Vivar;
ya no hay justicia en España,
no hay ley en Castilla ya!
(Revista Blanco y negro, 1912;
extraído de Romancero del Cid, edición de Luis Guarner, 1954, pp. 451-452)

UN JOVEN EN EL METRO DE QUITO [Mi poema]
Mónica Kofler [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Se sube, va y sonríe, toma asiento,
atento y expectante a su parada,
que el tren raudo andará como anda el viento,
la vida hoy se concibe en movimiento
y el mismo le da al tiempo una patada.

Se sube a ese caballo volador
de hierro y de metal articulado,
contento por hacerle a otro un favor
pues ve que anda jodido el buen señor
y no como él que es joven y agraciado.

Pensando, va mirando a los demás
y en tanto que algo piensa allí observando,
la ciencia es a la vida el no va más,
lo mismo que a la música el compás,
lo duro que sería el ir andando.

Cual fuera de una oruga se tratara
el tren que disfrutaba en la floresta
en vez de ir avanzando por la cuesta
metióse sin que nadie le parara
en un lugar con forma de ballesta.

Mas pronto allí la luz apareció,
había atravesado la montaña,
el joven raudo y presto se apeó
y fue así en que esta historia terminó,
el Metro fue el causante de esa hazaña.
©donaciano bueno

El día 1 de diciembre después de tantos años por fin se inaugura la Linea 1 de Metro de Quito.
Esta primera línea discurre de norte a sur de la capital de Ecuador y cuenta con 15 estaciones: desde Quitumbe (al sur de la ciudad) hasta El Labrador, en el norte. Quitumbe, Morán Valverde, Solanda, Cardenal de la Torre, El Recreo, La Magdalena, San Francisco, La Alameda, El Ejido, Universidad Central, La Pradera, La Carolina, Iñaquito, Jipijapa y El Labrador. Quito es una ciudad en la Cordillera Occidental de los Andes, cuya orografía es todo menos llana.

Dedicado a la bellísima ciudad de #Quito Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Mónica Kofler

Disolución de la Nada

En el devenir constante
Entre el ser y el no-ser
Dejo de ser cauce
Para convertirme en río.
La nada ya no es
Lo que no soy,
Sino todo
Lo que puedo llegar a ser.
La nada es, ahora
Posibilidad infinita.
La nada es todo.

Retóricas

Yo no sé de vos, de mí, del cielo,
yo no sé qué me quieren decir las palabras
que se susurran en mis oídos.
No sé del viento,
ni del miedo que me corroe sangre adentro,
Las palabras se agolpan y luchan por salir,
no dicen nada y a la vez lo dicen todo.
¡Cuánto canto escondido en el tumulto!
A vos que lees:
¿Serás capaz de poner la pieza que falta en el rompecabezas?
¿Serás capaz de encontrarle sentido a lo absurdo?
¿O morirás también, como yo,
en el vacío efímero de la nada que es la vida?
Tu silencio dice de mí
lo que mis labios callan y mis manos escriben,
tu silencio me delata
y te hace evidente
ante las sombras de tus propios fantasmas.
Ya no puedes esconderte,
porque aun disfrazado de silencio
usas mis palabras para existir.

Reminiscencias

Soy un alma viviendo
en el tibio limbo de la carne,
de la mente que arde.
En los límites del cuerpo
he olvidado quien era,
sin embargo, a veces,
como hoy, lo recuerdo,
y el sinsentido no duele tanto.

Instantes

Ego andante, esencia corrompida.
Cáscaras abrumadoras que envuelven, cobijan y consuelan
el pánico instintivo a disolverme en la multitud.
Un deber ser impuesto y asumido propio anula el ser, lo ahoga…
ahogo en la noche.
Aun en la no ficción reina la ficción de las etiquetas que me dan nombre y estructura,
que calman mis temores a desaparecer y, sin embargo
me quitan el derecho a ser.
Vomito las palabras en la pantalla que ya no es blanca.
Alimento al cursor titilante que pide más y más
iluminando la ansiedad de la noche oscura.
El mañana ya aparece filoso y punzante para mi existencia privada de descanso.
¡Ay mi humanidad! Tan cargada de mente
que ata, comprime y asfixia el andar de mi alma encerrada.
Vomito las palabras sobre la pantalla que ya no es blanca
y algo se calma.
El ser incomprendido se alivia y suspira.
Por un leve instante de la eternidad…soy.

Autorretrato

Soy la imagen en el espejo roto de mi alma
Un par de piezas húmedas y deformadas de un rompecabezas que no se puede volver a armar

El fuego que me encendía
Palpita ahora moribundo como una vela a punto de apagarse.

Soy la mente plagada de recuerdos que la misma mente bloquea
Para no quebrar el cuerpo
Y el corazón.

Soy un despojo que dejó la muerte
A un costado del camino

Y, sin embargo, también soy
Un montón de palabras agolpándose para salir
Subiendo por mi garganta
Haciendo borbotones en las venas
que bombean ríos de tinta para mantenerme con vida
(o sobreviviendo)

¿A dónde se van las palabras cuando muere el humano en el que se gestaron?
Soy la resistencia a morir antes de haberlo dicho todo.

Soy las preguntas que no hago para no esperar respuestas que no existen.

Soy la Fe que me sostiene
La certeza de que hay vida más allá de la muerte
La tristeza encarnada en un cuerpo que apenas sobrevive
La fuerza ajena que dejo entrar para mantenerme en pie

Soy la madre que me parió
La familia que me dio nombre

Soy la risa que sigue a las anécdotas de tiempos que no volverán
Soy una hormiga humana intentando comprender
Cómo se puede seguir con vida
Después de haber muerto un poco.

Si te gusta #Mónica_Kofler... Share on X

MI POETA INVITADO: Jorgenrique Adoum

En el principio era el verbo

te numero, te teléfono aburrido
te direcciono (callo, caso y escalero)
te habitacionada ya te lámparo te suelo
te vaso te enfósforo te libro
te disco te destoco te desvisto desoído
te camo te almohado enciendo descobijo
te pelo te cadero me cinturas
nos trasvasamos labio a labio
me embotello en tu adentro
nos rehacemos te desformo me conformo
multiplicada tú yo mildividido.

Baraja de la patria

Patria, golpeada patria, establecida
desde el océano a las cosas: yo amé
tu forma muerta, la estatua errante
de tu polvareda, el cuenco de tu mano
terriblemente joven que nos toca. Y de repente,
del húmedo fondo de donde el campesino
levanta su mercado semanal, yo alzo
para ti la huella descalza de tus hijos,
la sandalia del inca, la pisada
del conquistador sobre el azufre.
Porque como un resucitado, lleno
de vegetales barbas y de tiempo, no soy
sino tu traje de piel y de palabras, sino
la fotografía del que cayó primero, amándote
como pudo, contra el metálico monje de las armaduras.

Cuando pregunto por tu origen, los cántaros,
los escudos, las murallas sostenidas, el eco
de lo que fue tu indígena silencio antes
de la cruz y los caballos; pero te reconozco
en la cabuya y sus espadas secas, he sentido
tu cadera de bosques temblar en las carpinterías,
recuerdo nombres enterrados con sus herramientas
y me basta la altura de tus musgos sin urgencia.
Si la mañana empuja su cerveza al mediodía,
si en la garra litoral del mangle hunde
su garra el puma, si la ola de arroz enarbolada
por las plantaciones asciende la escalera
de greda y de granito, es en la orilla
de petróleo y tiempo, es en tu mar
dolido, lleno de sangre anual, de asesinadas
construcciones, en donde busco para saludarte
el sombrero sin paz del ahogado, su idioma
olvidado en tus raíces.

Cómo no amar tu límite que asaltan la madera
mojada, el mar y el vecindario; cómo no amar
tu pobre pueblo, su hierbabuena heráldica
que al aire turba; cómo no regresar a las hilachas
de tu costa, a tus canales con su baraja
transparente de sal y territorio, si agosto
me echa viento y polvo de la patria a lado
y lado, si en medio voy besando su camisa
de arena, desgarrada en tus desgarraduras.

Cuando este viento te lame la cebada,
cuando este canto se riega en mis papeles,
tú me gritas que vuelva a tu nave frutal
encajonada, te siento, están contando
tus cereales sin número, y vuelvo y digo
tu nombre de línea y de varón sobre el pétalo
débil del harapo y sobre tu abundancia ciega,
recojo tus pedazos, tu difícil y suelta
geografía: el volcánico templo y la copa
de vaho, la zona donde el algarrobo crece
su desnudez nocturna, la alta sementera
de aldeas y de indios. Y hay un dintel
de espuma y de intemperie, hay un agua
original que sobre sí se dobla y que abren
con su ataúd sin algodón los panaderos
y con su barca hambrienta y de redes murales
el archipiélago súbito de tus marinerías.

La patria es una fiesta larga que interrumpen
el azar, la diaria cacería, la ceniza: de pronto,
cómo no amar tus muertos y su vestido verde,
si como un goterón de sueño persistente cae
el silbo del andamio y tras él el albañil
a su velorio; cómo huir de un día tuyo, lleno
de duraznos y navíos, y no sufrir de ti por todos
lados, y no salir a encontrar tu aurora,
lo que te debe el tiempo desde la edad
del buey que hunde sus pezuñas en la Biblia.

Patria, si amarga casi siempre, dulce patria
cada día, dulce recuerdo de una enredadera
de ventanas y azúcar; ira por la piel que ortigan
con leyes y monedas; rumor de río oral
cuando ruegan al sur por la llovizna; ancha
experiencia de los trenes que a diario recomienzan
tu memoria, toda de polvo y lana, toda de piedra
y nube:
sobre ti, dimensión de lodazal y sangre,
estás tú, contramar de amor y estrella.
Editorial Herder México

OTRA MEDIA HORA MÁS [Mi poema]
Margarita Gil Roësset [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Media hora más y otra media hora,
quizás un día, una semana o un segundo,
quién sabe que me queda en este mundo
si acaso pronunciar no pueda ahora.

Media hora, ¿es mucho, es poco? eso depende
la suma del total con que compares,
si cae una lluvia fina o llueve a mares,
la pena hace rabiar o se suspende.

Y así es el deambular e incertidumbre
si se suma o se acaba ya la cuenta,
esta espera es, amigo, tan cruenta
sin saber si se extingue ya la lumbre

Y otra ansia por saber, otro denuedo,
otra echarte para allá, otra disputa,
la vida va pasando disoluta
y sin saber si ciego aquí me quedo.

Pues que todo se troca ya a un suspiro
y nada ha de quedarnos después nada
tratemos con dulzura la almohada
de este sueño chupando cual vampiro.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Margarita Gil Roësset

Aurora

Estará auroreando, primero, sobre ti
el campo seco, Guadarrama rosa;
aún soñará tu tierra gris en esa lucha dulce
del sol que viene y la huidera sombra;
el gorrión accidental, la fija esquila
goteará su son, su pío de la hora.

….¡Qué plenitud, tú en lo definitivo,
fundida a lo que nunca cambiará ya de historia;
estensión de tu yedra, tu nueva vida solitaria
por lo real profundo sin pasadiza forma;
semilla verdadera de lo fijo, escultura, conciencia
enquistada en la tierra que no se desmorona…

….(Un momento, en su riel, el alto tren del alba
conducirá sus deslumbrados presos de una pena a otra).

….¡Tú dentro ya, tú fuera, tú ya libre,
el vivo muere, el muerto es inmortal,
sustancia voluntaria para más alta obra!

Querría no quererte tanto

… QUÉ sé yo por qué te quiero tanto … vamos … sí sé … comprendo muy bien que se quiera
así … pero … querría no quererte tanto … aunque mi única razón de ser … es esa … y
también mi única razón de no ser …
… En amor … no cabe una intervención razonada … quieres o no quieres.
… Qué bruma … densa noche negra … noche enferma eterna …cuando siento que apenas si
te importo.
… Hoy … mañana … vida … risas de sol y agua … cuando me dejas imajinar que me quieres.
… Y … qué paz entonces … es así como si te dieran … si te encontrases con todo lo más … y lo
menos … todo lo que deseas y sabes …y lo que quieres sin saberlo.
… Plenitud de lo consciente y lo inconsciente … creo que no me esplico … es más fácil …
Yo lo siento tan claro … debe ser sencillamente, la sensación maravillosa de amor
Tú absorto … concentrado en lo inmenso … y, a veces, ocupándote serio –atento– en lo no
inmenso … armonía … equilibrio …
equilibrio de las cosas … arrugas del mantel … floreros …
… todo lo que en ti … por ti, sí … todo lo quiero … me gusta …
… Entiéndeme, que no es que haya perdido el sentido de valores.
… Hay cosas que encuentro superiores a otras … y unas encuentro bien y otras no … pero
ninguna cambiaría … porque tú eres tan
tú en todo … que cambiar algo … parece desintegrarte.
… Eres casi perfecto, pero al casi que no es perfecto tuyo le quiero como al otro …

– – –

Tú sufrimiento, muerta tú,
se ha quedado espandido sobre mí,
como el rojo del sol
después de puesto, por la tarde.
Sentimiento sordo, profundo,
concentrado, inmenso como el rojo
de la puesta de la puesta de Sol en un crepúsculo eterno.

– – –

Tengo bastante miedo
parece que tengo que morirme triste
sin beso, ni corazón de voz de plata, ni versos
¡ay! imaginar
siempre imaginar
yo no sé si en este momento
sabré engañarme aún
o me moriré de pena.

A Juan Ramón Jiménez.

Ya no quiero vivir sin ti… no…
ya no quiero vivir sin ti…
tú, como sí puedes vivir sin mí… debes vivir sin mí….
Mi amor es ¡infinito….!
La muerte es… infinita…
el mar… es infinito…
la soledad infinita… …
… yo con ellos… ¡contigo!.
Pero en la muerte, ya nada me separa de ti…
solo la muerte…
solo la muerte, sola…
y, es ya…
vida ¡tanto más cerca así…
… muerte… como te quiero.

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MI POETA INVITADO: Carlos Trujillo

LA MANO

No es más mano la mano que escribe este poema
Que la mano que no sabe siquiera escribir su nombre
No es más mano
La mano que escribe este poema
Que la mano de quien escribe este poema
Quien no sabe siquiera el nombre de la mano

No es más mano la mano que cree que es un poema lo que escribe
Cuando escribe estas líneas que no saben qué son
Ni estas líneas que no saben qué son
Saben siquiera que una mano las escribe
Como si fueran líneas completamente escritas
Y una mano que sí sabe que es mano
Las ahora mismo estuviera escribiendo
En esta hoja que lees.

LA PALABRA Y SU PERRO

Para Roberto Castillo
y Silvana Gambardella

¿Cómo van la palabra y su gato?
¿Cómo van sobre la hoja la palabra y su gato
Ronroneando y mirándose a los ojos
Por los que entra el mundo y se renueva?
¿Cómo van el aire y el tiempo alisando sus pelajes?
¿Cómo van la palabra y su perro?
La palabra que no es ciega va con su perro que olfatea la luz

No hay silencio ni duda que no se muestren por su olor
Sólo hay que olfatear en el lugar preciso — dice el perro
Y la palabra callejera que todo lo sabe
Asiente y queda un rato en silencio
Como si fuera un perro
Moviendo la cola por si acaso.

SOBRE LA ESCRITURA

Como si escribir fuera dejarse llevar por la hoja en blanco
Camino ese valle sin huellas ni marcas ni árboles
Ni montañas ni tejados dormidos
Trazo círculos
Me enredo y desenredo
Confundo otros andares con los míos
O mis pasos con otros
Que nunca han descubierto ni una huella
Ni calle ni voz
Voy y voy, voy y voy
Y a veces vuelvo y vuelvo y vuelvo y voy
Todo se anda igual como se escribe
Es decir ni se escribe ni se anda
Se desescribe y se desanda el desandar escrito
Se desanda la escritura para dar otro paso
Se desvive la vida como una madeja
Demasiado enredada para respirar sola
Sigo la hebra
Como si escribir fuera andar sobre una hebra invisible
Una hebra inubicable en la madeja
Como si este escribir fuera sólo escribir
Me escribo y me creo
Dibujo mis ojos que aprenden a mirar
Mi corazón que muerde sus latidos
Deslizo la palabra sobre la hoja
Como una tenue sombra de pájaro que vuela
Suave trazo la línea de mi oreja
Profundo escucho el mundo que pintan estas líneas.
Universidad de Chile

DULCE AMANECER [Mi poema]
Norma Segades Manias [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Era una mañana
de un hermoso día,
el sol despertaba,
la luna dormía.

En los matorrales
de aquella alma mía,
besos a raudales
yo sentir creía.

Saltaba y gritaba
y al fin sonreía.
Sentí que volaba
¡dulce algarabía!

¿Qué es lo que me pasa?
¿por qué la alegría
ha entrado en mi casa?
Nadie respondía.

Abrí la ventana
de mi fantasía,
la rosa temprana
sus hojas abría.

¿Me quieres? Te quiero.
Al “lao” de la cama
cantaba un jilguero
una tierna nana.

Sueño placentero,
linda melodía,
¡por poco me muero!
de nuevo dormía.
©donaciano bueno

Mísmo título de un poema de Raul Nicolas Antonio Larsen, otro incansable aprendiz, incólume al desaliento, en el que este humilde escribidor se ha inspirado.

MI POETA SUGERIDO:  Norma Segades Manias

La espera

Junco de soledad en el rocío,
brizna de hierba clara…
hilvanando la ausencia del espinel maduro
por la trama de hogueras y tinieblas que ciñe lejanías a su pequeña torre sin campana,
la Ramona Gamarra esmerila la sombra
desde cajones huérfanos,
desde escamas,
desde agudos silbidos que no llegan,
desde puñales negros y cenizas,
desde espumas amargas.
La noche ha delineado las huellas de la luna
y en el regazo de pan duro y agua,
sus manos pescadoras crecen en el linaje del silencio cobijando la sangre,
el sueño,
la esperanza…
Extendidas y verdes,
las islas multiplican horizontes,
destiñen la distancia
Y en ese agobio de arenal y esteros,
ella custodia plumas bautismales,
apacienta insurrectas marejadas,
inmoviliza el viento,
establece un sendero para el remo y la proa tajante de la barca.
Sentadita en la orilla,
víctima de las garras de una feroz jauría de crepúsculos,
deshabitando el grito que la abisma por las grietas del alma,
en mitad de la escoria agonizante,
suspendida en la tarde que naufraga…
junco azul…
breve brizna…
garza leve…
aguardando la harina y el abrazo espinoso…
la Ramona Gamarra…

En este tiempo

Ya sé que habrá mañanas sin tus besos,
sin tu piel
donde el sol despeña el polen
de su estambre escarpado,
sin tus ojos tiñéndome de estrellas
y aromas
y espesuras
y racimos
la salvaje matriz de la esperanza.
Ya sé que
en la maraña
la vida está afilando sus relojes,
taladrando silencios transparentes,
precipitando zarpas.
Sé,
pero aquí me quedo.
Soy custodio
del sueño,
del verano,
de la magia,
de esta ternura azul hecha raíces,
de tu risa descalza.
Quiero quedarme aquí,
en este tiempo
en que sólo tenemos las palabras
y caderas de lunas fronterizas
y pájaros sin miedo
y ciegas madreselvas en las tapias.
Quiero quedarme aquí,
quiero quererte
en este territorio,
en esta tregua,
en esta adolescencia trasnochada
y andar con la alegría en bandolera
con la insolencia socavando escarchas
y la franqueza al viento
y las caricias
y algún ramaje cómplice de vuelos
deshojando campanas.
Quiero quererte aquí,
donde te quiero,
en este tiempo de riberas lacias,
al borde de la sed
y los incendios
bajo la quieta luz de las acacias.

Andamios en el viento

Yo edifiqué este amor.
Con fragmentos de oscuras inocencias,
con torpes esqueletos de caricias,
con harapos de sueños,
con astillas de heridas sin cerrojos,
con retazos de olvidos,
con silencios,
con este terco corazón obrero
enhebrando
una a una
las miradas
hasta llegar al beso.

Yo edifiqué este amor.
Me desollé las manos
y el alma
para hacerlo.
Desgarré la agonía de mis pieles
en el seco perfil de tus misterios,
en tu salvaje lluvia de raíces,
en tu escasa ternura,
en la eterna aspereza de tus miedos,
en el rencor marchito de tu zarza,
en la estirpe indomable de tus fuegos.

Yo edifiqué este amor.
Establecí mi sumisión descalza
como piedra y cimiento,
lo parí con la fuerza de la tierra
en la orilla de enero,
lo afirmé como hiedra a tus murallas
de aguijones sin tiempo…
y lo sostengo
a pura garra y dientes
entre racimos de cuchillos negros.

Detrás de las urdimbres

Aquí estoy,
zurciendo con esmero
este andrajo de amores eventuales
que encontré dobladito
entre la impunidad de los bolsillos
donde encierras los sueños.
Oculto en punto atrás cada mentira,
cada caricia y luna y juramento.
Cubro la luz de su mirada herida
con filamentos negros,
asiento planchas tibias
sobre la orografía de su cuerpo…
Pero me cuesta.
¡Ay, sí!
¡Cuánto me cuesta desprender su ternura
de las crestas insomnes de tu infierno!
Se ha adherido a tu voz,
a tu sonrisa,
trepó por tus cabellos,
inscribió sus raíces
en la extensión desnuda de tu pecho.
Perdóname querido,
debí advertirlo a tiempo,
pero estaba ocupada en otras cosas:
preparando meriendas,
fregando calcetines,
tejiendo calendarios,
almidonando todos los recuerdos.
Perdóname querido este dolor secreto
que se enrosca en la piel de tu vergüenza
al quitar los fragmentos…
Yo también me he quebrado algunas uñas
y sangrado la yema de los dedos,
sin embargo ya ves,
valió la pena,
ni se ven las puntadas…
quizás un poquitito del reverso…
Nadie habrá de advertirlo,
nadie indaga detrás de las urdimbres,
todo está exactamente como siempre,
tu cabeza y la mía descansando
en la complicidad cuadriculada
de este antiguo silencio…
¡Qué descuidado eres vida mía…
llevar, en un amor,
tantos remiendos!

Amor sin mordazas

He pensado que acaso ni presientes
cuánto silencio
encierra mi silencio,
cuánta pena encendida anda exhalando
como ásperos aromas
en el viento,
cuánta impotencia espera
agazapada
en esta indiferencia voluntaria
que me quema por dentro.
He pensado que acaso es necesario
participarte un nuevo sentimiento:
este odio
que me enciende las entrañas
y navega en los cauces de sus fuegos
cada vez que tus torpes injusticias
me arrebatan el cielo.
He pensado que acaso deba darte
de una vez
y del todo
y para siempre
aquello que más quieres:
el dominio absoluto de mi cuerpo.
Pero
a sabiendas que aún guardo en mis rincones
la estructura de todos mis secretos,
pero a sabiendas que,
entre piel y sangre,
no tendré
para ti
más que el silencio…
hasta que entiendas que la arena fluye
en los cristales ávidos del tiempo,
y se marchita el agua en mis vertientes
bajo la furia
de tu sol hambriento,
y la esperanza ya no tiene fuerzas
para invocar la magia del recuerdo,
y en su destierro de dolor,
sin nombre,
hay un antiguo amor
que está muriendo.

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Gracias, mi querido amigo: Nicolás Raúl Antonio Larsen – César Zamora

Este poema lo he escrito, más de diez veces
porque en cada intento, las lagrimas que brotan
de mis ojos, manchan el papel, y no se notan
las palabras que quiero decir, las que te mereces…

Has dado de tu amor, querido amigo, tantas veces
que no se como tu corazón aun no a explotado
porque el alma y la vida, por nosotros has dejado
en poemas, que demuestran tu valor, con creces…

Yo no se en donde tienes tu escondido, ese baúl
de donde sacas cada día… tantas y tantas vivencias
y nos enseñas el valor, con magnificas experiencias
que nos hacen ser mejores, mi querido amigo Raúl…

Gracias le doy a mi Dios, al supremo Creador
por haberme dado un amigo, un hermano como vos
una persona tan grata, tan sincera, como no hay dos
un poeta de fuego y guerra…un eterno batallador…