A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

CUBO DE BASURA [Mi poema]
Paloma Fernández Gomá [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¡Oh ese cubo de basura!, tú, el personal vertedero
donde todos, sin mesura, botamos nuestra locura,
todas menos el dinero!

Vengas o no de abolengo, casado, soltero o cura,
cada cual en tu envoltura va expulsando sus te quieros
y exculpando su amargura.

Tú, esa imagen repudiada por casi toda la gente,
ese objeto repelente, con su bolsa precintada,
y su entorno pestilente.

Allí los bajos instintos, allí los juicios insanos,
en este compartimento para falsos juramentos
a los llamados hermanos,

los sentimientos baldíos, los sueños que traicionamos,
allí falsos amoríos, allí los malos momentos,
las promesas que olvidamos.

Cada cosa que tú encierras, tiene un halo de misterio,
una vida y un pasado, y un futuro despreciado
en ignoto cementerio.

Tú eres dócil e inocente, tú, innombrable recipiente
y tan alta es la amistad que hace de tu fidelidad
¡siempre a la orden, obediente!

¡Triste cubo de basura sujeto de los desprecios!
tú eres de este mundo cruel el recipiente más fiel
a el que nadie tiene aprecio.

Yo reivindico tu orgullo y aquí me pongo a tus pies
pues para mi eres ¡pardiez!, y aunque a veces huelas mal,
mi ayudante personal aunque ponga del revés.
©donaciano bueno

Este texto ha sido escrito a raíz de la publicación ayer de un poema por un magnífico compañero de viaje de estas páginas, Johnny Rock, a quien va dedicado, sin malévolas interpretaciones.

MI POETA SUGERIDO:   Paloma Fernández Gomá

PREÁMBULO DE TORMENTA

La soledad ha filtrado su presencia.
El eco del tiempo merodea entre los árboles
y su gris distancia oscila
entre el sueño y la penumbra.
Inició su singladura a través del tiempo
al iniciarse la tormenta.

Un denso oleaje hace doblegarse al viento
desde la ambarina luz del ocaso.

Así hubo de ser tañido el umbral del sielncio,
inserto en unívoca presencia
que brinda soledad.
De Cáliz amaranto

LA OTRA ORILLA

Imantado de luna se estremece el viento
desde el ramaje que se dislumbra con el alba.

Es cómplice la sombra, sobrevolando los avatares
de la oscuridad.

En la otra orilla los astros oscilan.

No hubo viento capaz de penetrar la más extensa quietud.
Esféricos oleajes que deambulan nos trajeron
el canto de maitines esbozando sus primeras notas desde la diáfana claridad de un templo sin muros.

La noche suele entonar sus partituras
al escuchar la voz del rezo.
De Cáliz amaranto

ÁNGELES

La sola voz del ángel azul
germinó el réquiem
que hubo de quedar tapizando
el hueco de la luz.

Y una esfera de arabescos delimitó
la realidad de algunos iniciados
que hubieron de auspiciar
la profecía
en los pasos que preceden
a la hora del declive.

Acaso hubo un néctar imposible
adherido a la carne
para mostrar la luminaria de los espejos
que desafía el cerco del agua
o la médula del tiempo,
anclada junto a lagunas extensas
donde se rinden las venas
y pulula la nave del céfiro
en el júbilo del retorno.
De Ángeles del desierto. 2007

ÁNGELES CROMADOS

Ángeles que quiebran su dolor en la noche
agonizando en el aliento de la tormenta,
urdiendo sobre los montes
encubiertas rendijas
veladas por la luz, que se desplaza;
si acaso el aceite de las lámparas
fuese rumor de vigilia
o vértigo de sombras
que cruzan en solitario el vacío de naves,
aluvión de muérdago que se precipita
sobre el desaliento de alondras
circundando el humus
más antiguo
o el rigor de los años
anegando las gargantas con el óxido
que perfila su eco trasnochado.
*
Ángeles custodios permanecerán
en dilatante espera
tornando su mirada
hacia la ausencia que sólo presagia vacío.

Ángeles dorados imantaron el ocaso
con su núbil acento,
acercando el eco de sus alas
más allá de los altares.
De Ángeles del desierto. 2007

ÁNGELES DEL DESIERTO

Aquella luz perdida en la arena
fue trasladada por ángeles
hasta el brocal del pozo
y fue céfiro, el agua que brotó
para calmar la sed del que camina.

Más allá de las estrellas
se rinde la noche del acero.
cuando la menta se vuelve ajena.

A veces acude el ángel de pies descalzos
y deja su huella en los surcos;
con sus plantas de otoño vivaz
precipita
el espejismo de la lluvia,
faz luminosa de extensos cuencos
que inunda poblados
y extiende círculos
en cordeles de añil y cíngulos,
que siembran el néctar de muchas tardes.

Llegará la sombra ajada de tiempo,
salpicando sobre la arena
el almizcle de su perfume
y las dunas recuperarán
la voz de los lagos,
en una insólita letanía.

El brío de gacelas fue conducido
hasta los cántaros que aguardaban el regreso
de ángeles exhaustos de calima.

Todo el azahar se vuelve agua
bajo las plantas del amanecer,
núbil firmamento en espera de alas
que turbarán el viento
y ceñirán las sendas.

El ámbar se nutre de luz
y el caminante reposa
cerca del manantial,
húmedo cuenco
a la sombra de palmeras.

El fulgor de las estrellas
contemplará oasis de templanza,
germen de todas las palabras
que acuñan compartir la mirada.

Si en los labios se depositan racimos de almíbar,
cabalgarán los jinetes de la arena
esparciendo la fruta del sustento,
baraka que colma cántaros de sed

cuando los ángeles del desierto hayan descendido
para hacer sus ofrendas.
De Ángeles del desierto. 2007
( poema que da título al libro )

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AL OLVIDO [Mi poema]
Pablo López Carballo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ayer cavé una tumba en tu memoria
junto al olmo seco segado por el rayo,
el árbol está triste en su calvario,
tu imagen forma parte de esa historia.

Ahora que ya has pasado a mejor gloria
nuevos aires se aglutinan en mi mente,
la sed he de saciar en otra fuente
o he de procurarlo de distinta noria.

Dispuesto a página pasar, cambio de muda,
he de construirme un nuevo paraíso
que decir adiós me ayude a lo vivido.

A nadie deseo le quede ni una duda.
Listo para volar estoy si eso es preciso.
Aquí pongo el punto final. Todo lo olvido.
©donaciano bueno

#Qué más quisiera...o no...quién sabe? Share on X

MI POETA SUGERIDOPablo López Carballo

QUEMARÁN LA TIERRA, ENVENENARÁN LOS POZOS

Ya nadie dice Castilla sin amontonar piedras.
No saben nada de la niebla y el silencio
que hasta los pájaros atienden,
ni de Inés de Castro desatando urracas,
tejiendo espinas para regresar ungida
en duelo y tempestad. Hablaba con las manos,
el viento en la cabeza y el porvenir colgando del pelo.
Dos años escribiendo: entro en la edad
del desinterés, ni demasiado joven
ni todavía respetable. Desigualdad.
Igual que las luces de cocinas
que iluminan donde nadie necesita ver.
Callejas donde la sombra del hielo
se muestra sin el hielo
y las previsibles paredes de ladrillo,
las que hacían perder la cordura,
son ahora firme anclaje.
Los límites toman forma, como la precisión
de tu indiferencia.
Sé de lo que hablo
porque en nada fui determinante,
ni todavía he perdido la vergüenza
que dan las cosas hechas y las no realizadas.
Insuficiente en grafías,
fallido en el convenio, profuso en los nervios
que preceden al sometimiento. He movido,
a diario, el proyecto que a nadie interesa.
Aquí sigue saliendo el sol desorientado,
no digas nada, te querrán helar los huesos,
no entienden de nostalgias, buscan el renombre
y siempre están dispuestos al precio.
Nosotros seguimos en lo mismo,
mirar no es suficiente, debemos devanar
con la ciencia del no tener.
Por algo estaremos vivos:
para mondar naranjas ante el reloj
—si duele no aniquila—
con la exactitud de los límites.
Nubes de huesos sobre el deseo
ignorante de azar. Todo esto pasará.
¿Y los viejos tiempos? Que nunca regresen,
que nadie nos congele el tuétano,
pronto estaremos solos.
En el fondo, la poesía perdura
por un continuo malentendido.

DE CAMINO A OTRA PARTE

No se asemeja a nada en su retirarse
de vidriera. De rodillas, aún por delinear
esboza relaciones geométricas y se reclina
en la pared. Cierra los ojos
y aprovecha el daño desprendido,
los trozos pigmentados.

Regresará juntando las manos
a capturar lo que no se puede capturar,
tal vez lo que te digo,
quizá el ímpetu,
en el instante siempre previo,
ante el blanco que cede
a los futuros trazos de un pueblo
metafórico. Los huesos presentes, los huesos por venir.

Mi mano revolviendo en tu estómago. Mi mano dando vueltas en tu estómago. Conmueve no saber a dónde va ese espacio.

Indietro i passi
senza proteggere dalla tenerezza. Comienza en lo siniestro,
materia lenta, temblor, no recordar cuándo,
yo estaba allí.

Las puntas, las hojas, los setos
se mueven al tiempo, soy la corriente,
el avance empático.

Alpacas
tres árboles amarillo verde marrón amarillo verde
surcos, el caudal remonta la pendiente
corneal.

Amarillo verde marrón
verde marrón.

Plano.
Los delineadores indican la perspectiva.

Creemos oír ecos de restos salinos.
Solo es ruido, momentos,
repeticiones simples de recuerdos perdidos.
Profundizo: allí no hay nada.

Todos enmudecen como frente al mar.

En el interior una polilla
sobrevuela la olla hacia la puerta
y retrocede. Calcáreas las decisiones,
rojizo el pomo.

De mañana toman el ferry.
Se arremolinan en las ventanas para reconocer su piel como superficie sofisticada, ¿por qué desplazarse entonces?, ¿para qué hacer lo que se puede hacer frente al desayuno, o de espaldas?
Inadvertidas pasan las relaciones, la carretera que estratifica, restos solares, peces que podrían saltar.

Revolver el bolso buscando las llaves.
El lenguaje de la piedad renovado ante la puerta.
Dejamos
las redes sobre el pantano,
postergando
la decisión de vivir en escenas
o en la contingencia.

para Olvido

Paolo di Dono son cielos cerrados
que resaltan lo esencial.
Paolo di Dono es la inocencia
de lo complejo, el mecanismo que dirime
lo que debe perdurar; y el cielo y el infierno.
Paolo reunió a las formas para dotarlas
de sentido en su cuarto de arañas.

Paolo Uccello nunca vio un caballo.
Imaginó que los pájaros
en sus picos
con sus patas
traían uno de lejos hasta su estudio
y se levantaba por las mañanas,
respirando Arno y pintura
pensando en cómo lo vería, cuál
sería la primera imagen del caballo
que aparecería rodeado de pájaros
y leones a los que no tendría miedo.
Paolo Uccello pintó el diluvio
porque sabía que ocurriría, sus ojos
atraviesan el tiempo: está hoy aquí.
Estuvo en 1966 y en 1448 señaló en el muro
hasta aquí llegará el agua. Él sabía
el color que tendrían las paredes en 2010
y la luz y el movimiento de las nubes.
Pero a Paolo nadie le creía.
Pintaba su casita azul, su casa de pájaros,
con los recovecos por los que pasaría
el agua, el agua que no tendría en cuenta
las esquinas ni las lanzas;
y proyectó el pequeño cuarto
de milagros, con la ventana al campo
de lomas sin espigas, para protegernos
de la usura.
Paolo Uccello murió, como pocos mueren,
por mirar demasiado. Enterraron
su cuerpo cuando ya no estaba en él
y se perdió en el tiempo, pintando
las piedras y los árboles que yo vi al nacer.
Al abrir los ojos supe que él había pasado por allí:
una ventana, un leve reflejo que no termina
de posarse sobre los vasos y se agota.
Conozco a Paolo Uccello como él conocía
la inundación y los caballos y en su cabeza
se dibuja un mundo, el único habitable,
en mi casa azul, de pájaros,
que pintó mientras esperaba
perderse en el tiempo.

Menos que tú

A este no estar nunca en el mismo sitio
no viene el sentido. Virtud o desdén
de la mano te alejan siempre.
Demasiado nervioso para la vida.

E

Los viejos grabados se vuelven
discontinuos. Al contrario
en los frescos
germinan materiales. La muralla
es el mejor ejemplo: los perros sin plumas,
algunos hombres, algunos ríos.
Ningún pigmento
persigue el retorno: el habla es húmeda.

E

Enjalbegar sombras alargadas.
Remuevo
tierra y restos de pared.
Frases sacadas
de tormenta como si tal.
Un cuchillo
o caminar.
Perpetuar dinámicas
como fingir esquemas.

E

Tu manera de entender la casa
en mi inquietud
de enfermo, la equidistancia al conjugar
y la terraza
imitación de vestido o mecanismo
frente al paraje.

E

Revoco de pies y barro. Que la luz sean formas
e imaginar un hábito
demasiado lento para el día.
Aquí los entomólogos con sus recortes
de laboratorio y la flor de barranco.
Eólico dialecto, gasolinera engullida por edificios,
prado de músculos verticales;

E

termitas, musgo. Dejáis de escuchar
por miedo a cancelar antiguos signos. No querría
estar fuera y tener que estirar la mano
para cogerlo: la lengua es hambre.

LA VIRGEN EN CASA DE LA ABUELA

La loca de la escalera
de puertas para dentro,
le decían que estaba del nervio,
ahogada en su literalidad.
Daba cumplida cuenta
de lo que conducía
a su propia broza
y a la imposibilidad de un acuerdo.
Rumiaba convalecencia,
cada vez con menos tiempo,
cada día más lejos, de allí
no se regresa.
La virgen se paseaba
por casa mientras ella, inmóvil,
ojos fijos sobre las hojas
de incipientes rosales, esperaba
que algo aquietase
su inducida quietud.
Era una visitante
de un mundo a medio derruir.
Solo entraba en los detalles
para no salir de ellos.
Recitaba en lenguas
que rastreábamos —flexión
y derivaciones— y alimentaba
—suplantando lo orgánico—
nuestras presencias
cada vez más seniles. La imagen
de estuco acumulaba estambre
y gloria, como solo pueden hacer
los que se dan de baja del tiempo.
Nosotros barríamos alrededor.
*
De regreso,
faltos de intemperie,
hicimos que reluciera
lo que queríamos decir,
como objetos
que esperan
que los mires
y entiendas.
Se puede enfermar de esto:
creando gradaciones,
omitiendo referentes.
Lo mismo
que ante un cuadro
pero con menos paciencia.
*
Flor del cerezo
fue siempre impaciencia
de fruto, hambre,
jácara blanca.
A otro árbol
con esos tientos.

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BOCAS DE SILENCIOS ROTOS [Mi poema]
Luis Alberto Crespo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Bocas de silencios rotos,
¡ay, muñecas malheridas!
nunca estáis arrepentidas
por mor de sueños ignotos.

Presas andáis por escrotos
que ahondan vuestras heridas
mantenéis fijas las fotos
con las miradas perdidas.

¡Despertad! que el Orinoco
os espera en la salida
para calmar el sofoco
de esa existencia dolida.

No durmáis más pues la vida
se escapa poquito a poco
y aprovechar el siroco
para otra nueva partida.

Pensad que os llegó la hora
de enjuagar vuestra boquita,
pues la mancha de una mora
con otra mora se quita.
©donaciano bueno

Este poema va dedicado a todas las mujeres que en el mundo son sujetos de violaciones de sus derechos por parte de quienes dicen quererlas y de las que se autoproclaman propietarios.

MI POETA SUGERIDO:  Luis Alberto Crespo

Y el otro aquel

También me enseñaste
que una coma es una fatiga del pensamiento

y los puntos suspensivos
no se sabe dónde terminan

que basta un paréntesis
para esquivar la ternura

y que nada es más callado
que el punto final
no tiene a nadie
se le ha acabado el tiempo no

no lo mires.

Hogar

Tranqué la puerta
Cuando lo hice fui un anciano

La llave me metió más al fondo
me negó hasta el ojo de la cerradura

Entonces tuve que empujarme un poco más
y cedí

Tengo en mí esto trabado por testigo.

Historia

Quieres saber qué queda de ti
en la mirada de quien se desfigura
de tanto callarse

Me pides que te diga desde cuándo
y si aún eres tú

No lo sé
sólo sé que él se abandonó a una tierra sucia
y ya no logra verte.

Fiel

Cómo me estorbo
por ti

cómo me atravieso
por ti

y me quito
y me asuelo
por ti

Si lo hago
no es por mí
es por los dos
para reconocernos
al fin
esenciales.

Trabajo

Dejo mis manos sobre la mesa
en el quicio del vértigo

Ten paciencia me dirías (si estuvieras),
sé fiel al poema
-cultiva su duda-

Es lo único que espera.

¿Dónde?

¿Cómo supiste que esto hasta aquí
conduce a un orden ignoto?

¿Por qué piensas que aún es locuaz
la contemplación de lo que en sí se extingue?

Y dime ¿por qué insistes en reservar para hoy
La memoria de aquel muro en que te concentras?

Escucha Ezequiel

Un venado se seca en la alambrada
después de librarse del disparo que corría más veloz que su miedo

En la fuga se llevó por delante el viento

La red con dientes de lobo lo detuvo

En el forcejeo la vida el otro cazador el más silencioso
lo redujo a un varillaje de huesos y pellejos

Del otro lado se avistaba el bosque su vasto cielo de ave terrestre
pero sólo esa vez.

Más afuera

Los bosques de los muebles
ignoran que ya no lo son

pero aun cercenados
ventean

Pongo mis codos
sobre el viejo mesón

y aparto sus hojas caídas.

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SI YO TUVIERA OCHO HORAS [Mi poema]
Luis Gálvez de Montalvo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Si yo tuviera ocho horas para talar un árbol
asignaría seis para afilarle al hacha,
pudiendo así evitar que me quedara calvo
antes que haya logrado del mismo hacerle racha.

Pues por más que lo intente yo horadar con saña
zurrando sin piedad para ganarle al tiempo,
baldío es el esfuerzo, un mero pasatiempo,
si a intelecto no acudo mostrando mi artimaña.

Si tienes que subir, descarta, a una montaña,
al camino acudir que a mano esté primero
sin pararme a pensar dificultad tamaña,

pues si la voluntad no debe ser tacaña
antes de tú elegir camino, un buen sendero,
preciso es calcular dificultad y maña.
©donaciano bueno

#Pensarlo antes de... Share on X

Basado en la frase de Abraham Lincon «Si yo tuviera ocho horas para cortar un árbol, me gustaría pasar los primeros seis de ellos afilando mi hacha.»

MI POETA SUGERIDO:  Luis Gálvez de Montalvo

SONETO

Poco precia el caudal de sus contentos
el que no piensa en el contrario estado;
el capitán que duerme descuidado
poco estima su vida y sus intentos.

El que no teme a los contrarios vientos
pocos tesoros ha del mar fiado;
pocos rastros y bueyes fatigado
el que no mira al cielo por momentos.

Poco ha probado a la fortuna el loco
que en su privanza no temiere un hora,
que se atraviese invidia en la carrera.

Finalmente de mí y por mí, señora,
creed que el amador que teme poco
poco ama, poco goza y poco espera.

Si a tanto llega el dolor

Si á tanto llega el dolor
De sospechas y recelos,
No le llame nadie celos
Sino rabia del amor.

Dolor que siempre está verde,
Aunque vos mas no os sequeis,
Y adonde quiera que esteis,
Veis presente á quien os muerte:
Mal que para su rigor
Se conjurar hoy los cielos,
No le llame nadie celos
Sino rabia del amor.

Pues derriba una sospecha
La vida mas poderosa,
Y una presunción celos
Deja una gloria deshecha,
Y á fuerza de su furor
Se aborrecen los consuelos,
No le llame nadie celos
Sino rabia del amor.

No valen fuerzas ni mañas
Contra mal tan inhumano,
Porque el hambriento gusano
Que se ceba en las entrañas
Alli vierte á su sabor
Sus centellas y sus hielos,
No le llame nadie celos
Sino rabia del amor.

Si de este diente tocado
Debe un corazon rabiar,
Nadie lo podrá juzgar
Sino aquel que lo ha probado.
Yo que en medio del favor
Gusté tan enormes duelos,
No le llame nadie celos
Sino rabia del amor.

Pastora, tus ojos bellos

Pastora, tus ojos bellos
Mi cielo puedo llamallos,
Pues en llegando á mirallos,
Se me pasa el alma á ellos.

Ojos cuya perfeccion
Desprecia humanos despojos,
Los ojos los llaman ojos,
Quel alma sabe quien son.
Pastora, la fuerza dellos
Por espejo hace estimallos,
Pues viene junto el mirallos
Y el pasarse el alma á ellos.

Desta verdad sin recelo,
Que tus ojos son el cielo,
Y su poder celestial,
Pastora, pues solo vellos
Fuerza el corazon á amallos,
Y la gloria de mirallos,
A pasarse el alma á ellos.

Ojos que cuesta el reposo

Ojos que cuesta el reposo
Volver á mirar con ellos,
Mas valiera no tenellos.

Ojos que saben prenderme,
Pero nunca rescatarme,
Osados á aventurarme,
Cobardes á socorrerme;
Pues no estiman el perderme,
En el menor gusto dellos
Mas valiera no tenellos.

Ojos de tan malas mañas
Que estando por veladores
Dan paso como traidores
A las banderas estrañas
Hasta las mismas entrañas,
Que en llanto salen por ellos,
Mas valiera no tenellos.

Ojos con quien miro y veo,
Que aquí consiste mi daño,
Y si dicen que me engaño
Muero y digo que lo creo,
Pues llevan tras el deseo
La razón por los cabellos,
Mas valiera no tenellos.

Ojos que cuanto se piensa,
En los males que se ofrecen
Por su deleite escarnecen
Sin dar otra recompensa;
Pues recibe el alma ofensa
Si quiero vengarme dellos,
Mas valiera no tenellos.

Si tanto gana, pastora

Si tanto gana, pastora,
Quien mira tus ojos bellos,
¿Qué hara el mirado dellos?
Entre mirarse y mirar
La ventaja es conocida,
Como de buscar la vida,
A venir ella á buscar.
No le queda que hallar
A aquel que merece vellos,
Sino ser mirado dellos.
Aunque en su luz sin igual
No puede haber competencia,
Por oficio hay diferencia
De mas, y menos caudal;
Que si el medio principal
Del deseo es conocellos,
El fin ser mirado dellos.

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MI POETA INVITADO: Carlos Sánchez

Admitiendo que pueda suceder

Cuando yo muera
—admitiendo que ello pueda suceder—
te suplico que seas reservada
no malgastes tu intuición
en comportamientos tercos
no te aferres a ninguna fantasía
de reencarnación posible.
No dejes abiertas las puertas
ni cierres tu corazón.
No tendré voz ni gestos
para advertirte sobre el cambio.
Mis ojos pulverizados
no creo que podrán contemplarte
navegando sin forma en el viento
—sería quizás su única aspiración.
No te aferres a ninguna conjetura
a nada que yo pudiera haber merecido.
Me iré liviano de recursos
con las uñas y la barba laboriosas
que me acompañaran en silencio
en su última expresión de crecimiento.
Desásete de todos los objetos
que yo hacía existir con mi aliento
crea los espacios vacíos que amábamos.
Estoy elaborando sólo una suposición
que me resulta difícil eliminar de las certezas.

Al hermano Tu Fu

Me quito la camisa humedecida
y la abandono sobre una rama seca.
El cielo recortado de árboles
deja filtrar pocos rayos de luz.
Percibo el olor de la tierra y sus frutos
la voz del viento entre las hojas,
un recital de pájaros en amor
con vuelos veloces y precisos.
Soy un hombre de ciudad
un pobre hombre de ciudad.
Construyo un claro entre las hojas
y abro el libro con los poemas de Tu Fu
escritos hace mil trescientos años,
en otro mundo en otro universo.
Ha pasado tanto tiempo le pregunto
y él me responde: no.
Canto tus poemas al viento
y descubro que es verdad lo que dices
hermano Tu Fu.

Un buen lector

Me considero un buen lector de poesías
siempre abierto al verso que me inquieta
al giro de expresiones que me transforma.
Me han hecho viajar mucho por este mundo
y por otros espacios un tanto desconocidos
que al final se revelaron harto familiares.
Ítaca fue por ejemplo un destino permanente
y Ch’ang-ming donde Li Po pasó su infancia.
Revisité mil veces mi ciudad en otros ojos
y la pastora torre se me metió en los huesos
junto a la fotografía del de la cabeza vendada.
Pero siempre regresé a mi ser melancólico
al punto en donde empieza la aventura real
que tiene también sus rudimentos poéticos.
El lenguaje creció como una selva oscura
llegó a convertirse en una infructuosa fuga
de la que sólo se puede volver fortalecido.
No voy a mencionar la injusticia social
esa clase de lucha de remotos orígenes
que con fuerza guerrera pidió la palabra
pero que no podía cambiar este mundo.
El amor no se aprende pero pude aprender
sumergido en el horror y la resurrección
mientras llegaban los amigos cabalgando
en un paisaje de trascendencia humana.
Con sus monjes y fariseos rocé a veces
el hilo sutil de ciertos hechos invisibles
y escuché voces de un delirio sosegado
que hablaba de un centro permanente.
No todo fue razón ni cordura ni cerebro
hubo momentos de vacíos significativos
intimidades verdaderamente insoportables
ríos de sangre reventando por la boca:
pero sería injusto olvidar tantas fiestas.
La vida terminará como estaba previsto
la poesía encontrará sin duda otro cuerpo.
Ciudad interior

¿Y TÚ, A QUÉ HAS VENIDO? [Mi poema]
Maya Rossana Cú Choc [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Llegaste a nuestras vidas de puntillas
así como si no, como si nada,
cual niño que nos hace una trastada,
y acaba con gran saña haciendo astillas.

Viniste y no te vas. Y esto es muy triste.
Llegaste cuando nadie lo esperaba,
lo mismo que un volcán que suelta lava
y al acto de incordiar no se resiste.

Que allí donde tú vas llega el deceso
lo mismo si es Madrid que Barcelona,
te acercas presumiendo de corona
logrando no podamos dar ni un beso.

Quisiste ser famoso y lo lograste,
quisiste molestar y conseguiste,
mas sigo sin saber a qué viniste
soltando tanta mugre que dejaste.

Pues sepas que hoy te quito la corona,
lo que haces no es normal. Tu mala leche
me obliga a que contigo hoy me despeche
y acabe con un taco, ¡so cabrona!
©donaciano bueno

Este #mundo está lleno de virus...famosos, pero ninguno como éste? Share on X

Este Coronavirus, COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por un nuevo virus que no había sido detectado en humanos hasta la fecha. Fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre de 2019 y expandido rápidamente por todo el mundo convertido en pandemia trastocando como nunca había ocurrido la vida de los humanos.

MI POETA SUGERIDO:  Maya Rossana Cú Choc

RAZONES

Si la memoria no me falla
hay en mi árbol genealógico
una madre
abatida por
trabajo, hambre, abandono…
algún hermano desterrado
por padecer cierta lepra moderna
una hija sobreviviendo
a un padre ausente
más allá
hay dos abuelas
cuyas bisabuelas
parieron frutos híbridos
quienes
a su vez
parieron otras frutas
poblando
siglo tras siglo
este Paraíso Violado
del otro lado del océano
llegó un abuelo
cuyo abuelo
cruzó la puerta de los esclavos
en las isla de Goré
de ellos heredé
la terquedad del ritmo
aun cuando el espíritu agonice
deberás comprender
entonces
lo difícil que es
olvidar este dolor
que nació conmigo
como herencia familiar
tendrás
que sumarle además
la rabia
de saberme
mujer no nacida
amante mutilada
arco iris abortado
-recuerda que fui parida
durante la guerra eterna-
que
no te extrañe entonces
si a tu pedido de
bondad
alegría y olvido
respondo
justicia
ahora que conoces
esta historia personal
te pido:
no apresures tu reacción
o tu discurso
detente
escucha
por ahí
en algún
espacio de vida
corre todavía un riachuelo
que, si lo dejas inundarte
te convertirá
en la continuación
de mi cauce
de esperanza.

LA MUJER

se acerca a un ciprés oloroso
a invierno
deja
que la cobije su
sombra
se acomoda entre
sus ramas
moviéndose ambos
al ritmo del viento
las hojas
dejan escapar su olor
la mujer
abre sus poros
y deja también
su olor
en la copa del ciprés.

TE DEBO

las ganas del regreso
a repetir cada verbo
hasta desnudarlo
sacarle de cada astilla
canciones
de cada raíz
estrellas
de cada hoja
tristezas

te debo la necesidad
de repasar los nombres
en la rueca
donde tejí óvulos
y piel
a una raíz:
el círculo donde me reconozco.

Poesía de lo propio

Nací mujer
predestinada
al llanto
desde siempre
bebí palabras
sumergidas en sueños
en mis dos países
hubo muros que
aún quiero derribar
-botar piedras de siglos
no es fácil
para cuatro niñas
de cinco años –
en mis dos países
aprendí a amar
a las de mi piel
de mi voz
de mi cuerpo
de mis lenguas
nunca encontré
mi camino
lo sigo buscando
nací mujer
nací sola
crecí sola
sigo
sola.

ME GUSTA

Me gusta
mirar a la cara
de las gentes
que caminan
sobre la muerte
en las aceras

porque
puedo hacer
una primera lectura
echar una ojeada
en las costras
que sus carnes
les hacen
a los días
—podría decirse
que ya no miro
nada en
tu ojos—

decronstruyo
la historia posible

veo
cómo cargo de repente
todas sus amigas
sus ojeras

y tengo que imaginar
las avellanas listas de tus cuencas
para descansar.

B O N U S T R A C K

Vivo
desanclada
de una mitad de alma
anduve esquivando el reojo
y mi espíritu creció temeroso
de mundos ajenos
mi casa
fue cueva que escondía
milenios que de a poco
fueron sorbidos en mi tarde
me fui tostando junto a mi madre
y me hice doblemente mujer
cargada de vergüenza
de culpa
de lenguas
en mí
navega una doble identidad
soy india sin idioma y sin vestido
soy ladina sin piel sin refinamiento

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MANADAS [Mi poema]
Marwán [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Oiga, señor, ¿usted no es de por aquí?
de improviso oí que ayer me preguntaba
un hombre con babuchas y chilaba,
pues nunca por este barrio yo le vi.

-¿Es a mi, a mi?, dudando replicaba:
disculpe usted, señor…¿cómo se llama?
-Mohamed, para servir a Alá y a usted
-¡ah, Mohamed, vaya, vaya Mohamed!
por su aspecto eso mismo imaginé
al notar de su persona tal atuendo
dado que de disfraces algo entiendo
y que un sexto sentido voy teniendo
para detectar sin duda una manada.

-A mi, verá, no me identifica nada.
ha de saber usted que yo no tengo
ni dios, ni patria, señor y menos lares,
que yo soy de aquí y allende de los mares,
humilde, un caminante sin destino
que, cual Machado, va haciendo su camino,
incansable y proceloso trashumante,
que a veces mira atrás o hacia adelante
para un día se marchar por donde vino.

Nadie me conocerá por mis andares.
pues yo soy yo y no tengo referentes,
las cofradías me son indiferentes
rehén sólo yo soy de mí y mis avatares.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:   Marwán

ME DICEN QUE ES DE TONTOS

Me dicen que es de tontos
tropezar tres veces con la misma piedra
pero es que tú eras una piedra
sobre la que merecía la pena caer,
resbalarse,
hacerse herida.

Porque hay personas que merecen nuestra herida
personas que mancharon todo de felicidad,
y contrataron la alegría
y la volcaron sobre ti
como quien arroja un cubo de esperanza,
personas que empapan tu vida con su risa
y ahora que no están no dejan cuerda de tender
donde seque esta tristeza.

Me dicen que es de tontos,
que lo deje,
porque huir del compromiso
es el deporte que practicas.

Y tal vez estén en lo cierto
pero no saben que tu boca
es el ticket de entrada al paraíso,
como una esperanza que se cuela dentro.

Y dueles. Claro que dueles.
Como un regalo que al abrirlo está vacío,
como el premio que te sacan de las manos.
Dueles.

Pero yo sé que solo hay miedo tras tu huida,
que me tiras las flores de los tiestos
por el miedo a que no haya champán con que regarlas,
que tu huida es un descanso,
que el amor
se toma un tiempo sobre ti
para que los temores no caven más hondo que tus entrañas.

A veces no hay parejas que no se amen
sino temores que nos vencen.

Pero siempre vuelves,
siempre llegas de nuevo
para estampar en mi cuarto el paraíso,
para darle un nuevo orgasmo a mi memoria,
un motivo más para creer.

Y sé que no es fácil,
que me hago herida nuevamente
en cada travesía desde mi lengua hasta la nada,
pero me curas de nuevo en tu viaje de vuelta hacia nosotros,
me curas, muerdes mis heridas y las arrancas de golpe
y allí donde había piel rota y soledad
solo encuentro piel nueva, alma restaurada.

Por eso acepto todo lo que caiga sobre mí cuando te vayas.

Acepto que me elijas y me sueltes,
que la felicidad sea un disparo,
lo que dure este momento.

Acepto las tres llamadas pendientes que cuelgan de mi vida
con las que no sé qué hacer
para que no revientes de pasado el paisaje.

Y también los domingos en que siento
que la vida está comunicando.

Lo acepto todo si eso abre la puerta
a que mis lunes sean tus lunes
y tu foto tu desvelo
y mis guerras un motivo
por el que hallar la paz contigo.

Me dicen que te olvide y tienen razón,
pero lo dicen porque no saben lo ligeros
que son dos amantes cuando es correspondido.

No entienden que te necesito.

Te necesito porque despedirse es una palabra demasiado grande
y no lo entienden.

Y porque me están subiendo los tres polvos de más que te debo,
como una droga que no consumes pero afecta
y no lo entienden.

Y vuelvo a ti porque no es posible ponerle vallas al amor
y cada uno elige el modo de volarse
y no lo entienden.

¿Dependencia? Por supuesto.
De la felicidad que traes,
de ser nosotros,
posiblemente.

Les digo eso.
Por eso vuelvo a ti,
a chocar de frente contra la felicidad,
a caer de boca contra la felicidad,
a romper mis dientes contra la felicidad.
Me equivoque o no,
para mí eres eso,
la calle que conduce
a la felicidad.

CURSO ACELERADO PARA APRENDER A MIRAR

Miro dentro de ti y veo ciudades que se abren de piernas,
ciudades que esperan que la alegría las insemine
y haga nacer así una historia de amor
que comience bien, que siga bien y acabe bien.

Miro dentro de ti y sospecho con alegría
que contienes siete futuros diferentes
pero todos son conmigo.

Miro dentro de ti y surgen desde las entrañas
esas ganas intactas de decirte
que nos mudemos a vivir juntos
aunque ya vivas conmigo.
Qué cosa esta de pasarme la vida
deseando hacer, vivir y tener
las cosas que ya hago, vivo y tengo contigo.

Miro dentro de ti con los ojos de puntillas,
con el corazón saltando en el colchón,
miro con los 7 sentidos,
con las palmas de las manos,
sin bajar la bandera del taxímetro
porque no se puede mirar de otra manera
que inventando otra manera de mirarte.
Y mirarte así, por ejemplo, desde las canciones
que otros te hicieron cuando no te escribían a ti.
Eso es lo que yo sé hacer. Es lo que mejor hago.

Yo miro. Yo te miro. Yo siempre te miro
y no sé hacer otra jodida cosa que mirarte.
Llevo 3 años mirándote y ahora puedo decir
que todo lo que miré en mis vidas anteriores
fue para aprender hoy a mirar sin faltas de ortografía,
para aprender que solo salen bien unas historias.
Aquellas en las que se aprende a mirar de dos maneras:

a la vez
y en una misma dirección.

ORGULLO

Se enamoraron nada más mirarse.
Él venía dolido de otro cuerpo.
Ella creía saber cómo domarlo.
Él resolvió ser distante para gustarle.
Ella que él debía ser quien diera el primer paso.
Ambos esperaron a que fuera el otro quien hablara.
Y así fue el amor más bonito de la historia

que jamás tuvo lugar.

EL DOCTOR

Estoy preocupado,
hacía demasiado que no me encontraba así.
Siento que la vida me da patadas por el pecho,
que tengo una tropa de niños salvajes botando en las costillas,
que un brutal tsunami va a galope por mi cráneo.

He ido al doctor a por respuestas.
Dice que no me preocupe,
pero ante mi insistencia,
y para calmarme,
accedió a hacerme unos análisis
y el resultado es preocupante:
subida súbita de los niveles corporales de adrenalina,
dopamina, serotonina, oxitocina y vasopresina,
estrógenos y testosterona disparadas,
las endorfinas en ala delta por el cielo más azul de este verano.
Y no solo eso. También acuso falta de concentración,
exaltación intensa parecida a la que se produce
cuando consumes sustancias psicoactivas,
reducción de la presión sanguínea,
dilatación de los capilares subcutáneos,
disminución drástica de la sensibilidad al dolor,
las pupilas colonizando todo el iris
y además me he vuelto más valiente, temerario y audaz.

Y dice que tú eres la responsable,
que tú tienes la culpa de todo
y que no es grave,
que no me preocupe
que simplemente
me he enamorado.

ES POR ESO, ES POR TI

Si mis dedos se alargan es porque tú vives
y algo de ti me pide,
o algo de mis manos exigen
que acuda hacia el contacto,
que ruede hacia el milagro.

Por eso mis dedos te buscan en cada mapa
donde el deseo plantea una nueva coordenada,
de camino a ti,
de camino al mundo.

Yo te sigo por esto y porque me gusta
ver a mis pies volverse daltónicos
y confundir tus rojos con mis verdes
tus semáforos abiertos como una fruta madura
que estalla en nuestra boca,
con la pulpa del sexo buscando aire
en el contacto de otra piel,
como un oasis de pólvora
donde quemarnos en pleno desierto
cuando el corazón mastica arena
y bandadas de nubes pasajeras
que nunca rompen en agua que apague la sed.

Yo te viajo. Yo decido viajarte
en lugares sin nombre
donde solo nos hagamos la paz,
donde descorchemos nuestros cuerpos
como tapones sin billete de vuelta,
donde nos mojemos con el agua azul de las victorias
pisándole los charcos a la duda
para que deje de aguarnos la cama.

Si me estiro,
si me rompo,
si me busco frente a ti
es por eso,
es por ti,
y por todo lo que no cuento

y tú ya sabes.

IMAGINA

Imagina que estás despierta y sin rasguños.
Imagina que es domingo y eres feliz
y la calle es blanca para que vueles hacia un lugar soñado.
Imagínate feliz en playas sin gasolina,
ni lunes acorralados, imagínate
conduciendo sin preguntas.
Entonces corres a sus brazos y los dos se perdonan,
como si os pareciera una historia narrada en tercera persona,
por irreal y por bella.
Imagina que os dais cuenta
de que intentar llevar la razón te quita la paz.
E imagínate que hacéis el amor en cualquier parque
porque la vida así lo pide
y queda a cien metros la casa
y eso es demasiado esperar.
Y ya puestos a elegir
imagina que ese tipo soy yo
que esta página es mi mano
que estas letras son mi voz bajando por tu cuello.
Imagina también que somos otros
porque nos tocamos y todo cambia
y que todo aquel dolor era solo
la antesala de esta vida nueva.
Tal vez así podamos volver a estar juntos
en algún otro lugar y no solo en este poema.

AHORA AQUEL NIÑO ES ESTE HOMBRE

Nací el 1 de enero del verano,
en la primavera de los dientes del invierno,
cuando el otoño guardaba su ropa.
Nací apartando la tristeza con la mano
pero no me llegaba con la fuerza
así que se quedó a mi lado hasta los 20.

Cuando eres niño la vida es un acontecimiento.
Cuando eres niño y no te quieres
el mundo se vuelve pared
y la vida un pedazo calcado del invierno.

Era un inválido emocional,
os juro que lo era.
La soledad me apuntaba con sus cañones
y no encontraba consuelo en nada
pero corría por si acaso hacia los brazos
de mi madre.

Ahora he crecido
y el niño que fui aún sigue presente
en cada una de las arrugas de mi rostro,
asoma la cabeza cuando sonrío
y se asombra cada vez que una persona
realiza un acto bello.

Sé que ese niño sufrió,
que he curado muchas de sus heridas
y que ese niño no debería volver
porque el adulto es más feliz
menos frágil.
Pero algunas tardes lo echo de menos
y entonces me gustaría hablarle
y decirle que me perdone
por no haberle querido algunas veces
y no haberle podido rescatar de aquella infancia
de pies planos
y calles opuestas.

Ahora aquel niño es este hombre.
Cuando hables conmigo,
si puede ser, míralo con ternura
que ya no está pero por algún lugar
aún sigue triste
y le vendría bien todo la calidez
que a aquellos días les faltaba.

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AQUELLA NOCHE [Mi poema]
Lilian Uribe Gutiérrez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Aquella noche yo soñé que amaba
a una rosa brotando en mi jardín,
sus pétalos de un bello colorín,
la flor en la ilusión se disipaba.

Soñé que estaba soñando,
que soñaba yo soñé,
no recuerdo cómo y cuándo
ni dónde, con quién, con cuantos,
y ni siquiera sé qué.

Aquella noche yo soñé que amaba
a una pulga rozando mi nariz,
fue un segundo de sensación feliz,
la pavesa de mi nariz volaba.

Soñé que estaba soñando,
que soñaba yo soñé
no recuerdo cómo y cuándo
ni dónde, con quién, con cuantos,
y ni siquiera sé qué.

Aquella noche yo soñé que amaba
a una joven pillada en un desliz,
la niña en mis pupilas se insinuaba,
y de bruces me daba en el tapiz.

Soñé que estaba soñando,
que soñaba yo soñé
no recuerdo cómo y cuándo
ni dónde, con quién, con cuantos,
y ni siquiera sé qué.

Aquella noche yo soñé que amaba
a un lindo y cantarino colibrí,
que un canto con primor me dedicaba
y volaba de pronto descubrí.

Soñé que estaba soñando,
que soñaba yo soñé
no recuerdo cómo y cuándo
ni dónde, con quién, con cuantos,
y ni siquiera sé qué.

Aquella noche yo soñé que amaba
a un mundo en el que yo era muy feliz,
la bomba en mis oídos retumbaba,
mis vísceras se ajaban yo sentí.

Soñé que estaba soñando,
que soñaba yo soñé
no recuerdo cómo y cuándo
ni dónde, con quién, con cuantos,
y ni siquiera sé qué.

Aquella noche yo soñé que amaba
que era otra la que estaba junto a mi,
mis manos alargué y te acariciaba,
sonriendo ya y de nuevo me dormí.

Anoche yo soñé que amaba…
y en mis brazos suspirabas
y de pronto sonreí.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Lilian Uribe Gutiérrez

NOSOTROS

Nosotros seremos los héroes,
se verán nuestras fotos
exhibidas en los muros,
seremos un ejemplo
para el olvido.
Por nuestros nombres
se harán revelaciones,
y por nuestras tumbas
los poetas escribirán sus versos.

BEIRUT

municiones de azufre
pájaros sangrientos
sobre los cielos de Beirut
el gas paraliza los nervios,
y el reino de los niños
es entonces,
el juego de los tanques
y los soldados de plomo.
Beirut….
un valeroso hombre
dispara su fusil a las aves de hierro,
las líneas se dibujan
en los límites.
Beirut, una pantalla
de casas que se incendian,
¡ Beirut bloqueada!,
!Beirut en alerta!
para los asesinos
Dios aun arde bajo el cielo.

Auschwitz

Por el frío campo de Auschwitz
va el tren,
tocando el silbato de la muerte,
los ojos se asoman impávidos
a las ventanas,
el tiempo corre
sobre los rieles.
Una niña pregunta a su madre
mientras el humo a lo lejos
invade los campos
de negro presagio,
dónde nos llevan madre ?
no lo sé hija, pero estaremos juntas
siempre juntas …..
y mi padre y mis hermanos
dónde están?
no lo sé hija.
Nos harán daño ?
por qué lloras madre?
no lloro hija, es la alegría
de volver a ver a dios nuevamente.

A la orilla del muro

Un día cualquiera
tú mirarás el ancho cielo,
un día cualquiera
se apagará una estrella
a la orilla del muro,
y tu continuarás tu vida.
donde quedarán sus huellas?
donde se observa la tumba
cubierta de hiedras
o bajo el elevado árbol.
Entonces se cantarán los himnos
de las guerras,
que cubrirán la tierra
de negro luto,
y tu continuarás tu vida.

Las Madres

Donde esta tu cuerpo
Cíclope de la guerra,
es que se helo tu voz
encima de la montaña,
esta tarde el libro de la infancia
ya no se lee
se quedo en el patio
donde durmieron los inocentes,
la pantalla del T.V.
quedo muda
después de la guerra.
El padre que bendijo el matrimonio
deshizo sus sueños
y los dejo agonizantes en la frontera.
Sus ?nicos y viejos zapatos
quedaron cerca del corral de los cerdos.
Se prendieron nuevamente los fogones
de los hornos de barro
para hacer el pan de maíz.
Y entre la hierba de Zahlah
quedo su aroma
perfumando las gotas del rocío.
Las balas golpearon su cabeza
como si fuera la de un toro salvaje.
Las madres buscaban incesantes
al borde de la frontera,
los restos de sus hijos.
Sembrando flores
cultivaron espinas,
mientras caían los ojos
fijos en los fogones,
las flores que llevaron
al campo santo
quedaron inertes
sobre las alambradas.
Habrá que encender nuevamente
el horno de barro
para hacer el pan de maíz.

Botón

cuando haya muerto
la voz del silencio
y los sueños naveguen abortados
ya no habrán palomas de viento
en nuestras manos,
el cielo se cubrirá de rojo intenso
y no habrá vida en el secreto de las
horas,
una vez mas flotaremos
como aves en cierne,
y jugaremos a ser hombres
como hemos nacido.
Amor, el botón esta perdido
quien lo encuentre,
tendrá dos segundos para amar,
tendrá dos segundos para perdonar
y ser perdonado.
entonces no seremos los de antes,
y no habrá alcanzado
a ver el ultimo crepúsculo,
ni la araucaria que tanto amo,
no importaran los caminos
y todo será distancia,
pero estaremos tranquilos
de no haber olvidado el botón
en el paquete de caramelos
de algún niño.

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SENECTUD [Mi poema]
Rodolfo Caicedo [Poeta sugerido]New

 MI POEMA… de medio pelo

 

¿Acaso en tu ventana también está lloviendo
mientras yo sigo viviendo en esta oscuridad?
no encuentro la verdad y aunque sigo insistiendo
cada hora más lejana se oculta sin piedad.

Subido en mi atalaya y en este atardecer,
en escarpados montes de mi inquietud subido,
no sé lo que he vivido, si volverá a llover,
y si ha de acaecer en medio del camino.

Y volveré a mirarme sumido en esa pena
con los brazos tendidos hacia un anochecer
mientras pueda crecer, obviando esta condena
y en la quietud serena por fin ya fenecer.
©donaciano bueno

Es esa #etapa a la que nadie quiere llegar pero que todos #desean llegar. Contradicciones? Share on X

Esa llamada tercera edad no tiene por qué ser triste, es más , puede ser la más feliz de la vida, libre ya de responsabilidades económicas y sociales. Uno puede hacer lo que más le apetezca, como yo, escribir.

MI POETA SUGERIDO:  Rodolfo Caicedo

La lira en derrota,

Nos sentamos los dos en el huerto,
mientras los pajarillos su concierto,
jugando en el rosal nos regalaban.
Nos sentamos allí, de tal manera
que con su olor divino me embriagaban
los rizos de su negra cabellera.

Y empezamos a hablar aquel idioma
en que cada palabra es un aroma,
aquel lenguaje de sabor de cielo
que con la dulce soledad emplea
perdido en la montaña el arroyuelo.
Hablábamos los dos ¡bonita idea!
De la tierna Poesía,
y llena de candor la prenda mía
(que es como las palomas inocente)
me dijo de repente:
–Quiero unos versos y te doy el tema.
–Cuál es?
–Un beso: ahí tienes un poema. . . .
Me puse a improvisar (siempre sumiso,
como que ciega la fortuna quiso
hacerme su vasallo) –No prosigas,
interrumpió mi amada,
en vano te fatigas,
esos versos no sirven para nada. . . .
Y yo le repliqué, no sin enojos:
–Ya que te desagrada mi poesía
deja que junte con tus labios rojos
un momento mis labios, vida mía,
y si en esto consientes, yo aseguro
que entonces lograría
completa la victoria en tal apuro.

Me contestó que no; pero empapada
en viva luz, me dijo su mirada
rápidamente todo lo contrario,
y yo, atrevido, me acerqué al santuario,
y con un ansia loca,
en repentina palidez cubierto,
le di tal beso en su abrasada boca
que estoy dudando si se ardió el huerto!
Ella, temblando, se cubrió encendida
el rostro con las manos, ofendida,
pero siempre sonriéndome amorosa,
y yo, de mi ventura en el exceso,
repetía a media voz: un beso, un beso. . . .
Y ¡no hallaban mis labios otra cosa!

Del libro: Ensayos Poéticos.
Publicado en: Rodolfo Caicedo y su obra poética, de
Nydia Alicia Angeniard.

Poesía

La marcha misteriosa de los siglos
las sílfides, las ninfas, los vestiglos,
el profundo silencio de la tarde,
una alma triste, un corazón cobarde;
los luceros magníficos de Amalia,
que parecen del cielo de la Italia,
(Tradúzcase: los ojos) Esas perlas
que llenan de deseo sólo con verlas.
(Léase: muelas y dientes) Los corales
de tu boca; (comprendan, animales
que se trata de labios.) Las estrellas
que por ser tan graciosas y tan bellas,
el numen que a los bardos arrebata
ya las pinta de azul, ya de escarlata. . . .
— Suspenda, por piedad, su algarabía
que ya me tiene quebrantado y loco!
— No sea usted animal: eso es poesía. . . .
— Pero yo no la entiendo. . . .
— Yo tampoco. . . .!

Los dos Gallos,

Invencible y Terror eran dos gallos
que juntos se criaron bajo el ala
de una madre común. En los serrallos
circunvecinos infundían pavura. . . .
¡Tal era su bravura!
No con más rapidez certera bala
corta la vida, que los corvos picos
y afilados y fuertes espolones
de aquellos dos hermanos. Cierto día
sus amos, que eran ricos
y amaban con delirio los doblones,
concertaron reñirlos. . Lucha impía!.
Se cruzaron apuestas. !Dos hermanos
iban por obediencia a sus tiranos
a divertirles con la sangre suya!
Entre la alegre bulla
de mil espectadores, los guerreros,
cambiando una mirada de tristeza,
traban la lucha, se acometen fieros,
se rompen la cabeza,
se desgarran las carnes. . . . Un torrente
de sangre inunda su plumaje bello,
se hacen tiras el cuello,
se despedazan con furor las crestas;
¡O matar o morir a todo trance!
Es necesario que en el duro lance
los señores no pierdan las apuestas!

Mientras ellos se ahogaban
con la sangre que entrambos derramaban,
los amos muy contentos,
confiando cada cual en su victoria,
se reían que era un gusto y palmoteaban.
dos espectros sangrientos
quedaban nada más. Igual la gloria
fue de los adalides. Ciego el uno
ya no acertaba a herir; el otro echado
sobre el polvo, do está desfallecido,
nada en su sangre, y de los dos ninguno
entona entusiasmado
el cántico triunfal –nadie ha vencido
dicen los amos, sin turbarse el habla. . . .
–Es tabla! –Sí, señor: sin duda, es tabla.

Al mirarlos salir, del brazo asidos,
ambos muy complacidos,
en plática muy tierna,
a tomar un cognac en la taberna,
yo, con gritos y gestos iracundos,
dije allí mismo: –Proceder villano!
¡Vuestra historia, infelices moribundos
es la historia del pueblo colombiano!

El Lobo, La Zorra y El Tejón,

Fábula

La Zorra y el Tejón se presentaron
ante un Lobo muy viejo
y su Juez le nombraron
para que dirimiese una querella
que entre los dos tenían. Con entrecejo
muy arrugado comenzó la Zorra:
–Pido que la justicia me socorra
señor Lobo! (exclamó), mi mala estrella
quiso que anoche, cuando yo salía
de un corral bien repleto,
tropezase con este mal sujeto
que es un bribón. (Tal vez somos parientes.
Interrumpió el Tejón allá entre dientes.)
la Zorra prosiguió:– yo conducía
una gallina gorda,
siente este pillo la codicia sorda,
y se empeña el muy bruto
en que partamos, sin razón alguna,
de mi trabajo el inocente fruto. . . .
–Palabrería zorruna!
(Dice airado el Tejón). no se la crea,
¡oh venerable y justiciero anciano!
Oiga usted la verdad: un buen hermano
tengo, que vive en la vecina aldea;
fui a visitarlo a su rincón secreto
y me dio esa gallina. Con mi carga
me encuentra esta bribona. Se me larga
y reclama la presa,
sin moral, sin decoro, sin respeto. . . .
¡La señora parece bien traviesa!
Castigad su malicia. . . .
¡Justicia, honrado viejo!
— Sí, justicia!

El lobo dijo con glacial acento:
–No entiendo vuestra necia algarabía;
vuestras razones cuento
y no veo, a fe mía,
quien tenga la razón en tal porfía. . . .
Oyendo estas palabras, presurosa
se acerca la raposa
al honorable Juez. Con gran respeto
una rodilla inclina
y le dice en secreto;
–Os daré la mitad de la gallina. . . .
Entonces grita el Juez, todo indignado:
–Salid, señor Tejón!, sois un malvado!
Os debiera mandar a una mazmorra!
Es vuestra la gallina, honrada Zorra. . . .

Así se hace justicia! No te asombres.
Lector a quien estimo. Ya no hay bobos,
¿Enseñarían los lobos a los hombres,
o instruyeron los hombres a los lobos?

Soneto,

No necesito el sol. Habrá fulgores
más bellos para mi si tú me quieres,
pues con tus ojos virginales eres
el astro que hermosea mis dolores.

Donde no te hayas tú, no existen flores;
donde tú no te encuentras, no hay mujeres,
yo sin ti no concibo los placeres,
yo sin ti no comprendo los amores.

Tus labios miro, y delirante y loco
lo intenso de mi sed me desespera.
Y cuando a solas tu recuerdo evoco

hasta la eternidad hallo ligera.
Porque la misma eternidad es poco
para besarte cuando yo quisiera.

“El Cronista”, Septiembre 17 de 1896.
Publicado en: Cien años de Poesía en Panamá
(1852-1952), de Rodrigo Miró.

El burro arquitecto,

A un Burro (¡qué locura!)
se le antojó aprender arquitectura. . .
Sale de su colegio, y ni una choza
construye el miserable, pero goza
censurando agriamente y sin reparo
los trabajos ajenos. Cierto día
oyó decir que, con talento raro,
un hábil arquitecto construía
un palacio magnífico. En camino
se pone contentísimo el pollino,
llevando de volúmenes repleta
una grande maleta,
para hacer un examen de la obra
que alaban tantos labios,
pues él se juzga sabio entre los sabios
y para hundirla su talento sobra.

Terminó la jornada, y lo primero
que ocurrió al majadero
fue comprar unos lentes
muy ricos y lucientes,
pues la ciencia se guarda en los anteojos;
preparados los ojos
con aquel expediente que yo alabo,
quiso esconder el rabo
y compró unos calzones nuevecitos,
en lo cual ciertamente nuestro Burro
no hizo más que imitar, según discurro,
por hinchazón muy vana,
a ciertos remilgados jovencitos
que son los borriquitos
de la familia humana.

Acercóse al palacio
(el cual era tan bello que ni Apeles
le pintaría despacio).
Los celos más crueles
del crítico infeliz se apoderaron,
perplejo y confundido le dejaron;
cuánta rabia sentía. . . !
Pero, guardó silencio en ese día
para no descubrir su negro chasco. . .
Lleno de enojo, con el fuerte casco
hizo temblar la tierra
como un corcel en la sangrienta guerra,
y después, con un gran desembarazo,
señaló cierto plazo
para dar su opinión. . . Tras doce meses
al fin soberbio pronunció su fallo
ante el concurso de variadas reses
que esperaban el juicio del caballo,
(quise decir, del Burro)
y he aquí lo que dijo el muy cazurro:
—¡Hay una teja rota en el techado
y en un piso un ladrillo mal pintado!
Pues, señores, hay más de un criticastro
sin arte ni talento,
que, muriendo de envidia, sigue el rastro
del ilustre pollino de mi cuento.

Del libro: Ensayos Poéticos.
Publicado en: Itinerario de la Poesía en Panamá, de Rodrigo Miró.

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INSPIRACIÓN PEDANTE [Mi poema]
Guillermo Degiovanangelo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Y qué es lo que hago aquí, inspiración pedante,
si en este mismo instante te llevo hacia el altar,
si estoy pensando en ti y me miro en tu semblante
y siempre tú, distante, me ocultas tu mirar?

Si en esta incertidumbre me acosas con descaro,
me insultas y me ofendes, no te apiadas de mi,
y aunque vuelvo a insistir y en ello no reparo,
sé que tu peaje es caro y no logro resistir.

Si yo vuelvo hacia ti mis ojos encendidos
sintiendo los latidos de aqueste corazón,
perdiendo la razón, mi cuerpo dolorido,
ausente estoy perdido en esta sinrazón.

Reconozco tus méritos y admiro tu belleza
y aquella gran destreza que tienes al plasmar
sobre el fondo del mar aquel lema que reza:
maneja bien tus remos y aprende navegar.

Hoy te pido, te imploro, aquí dejo una hoja,
rasga sobre el papel tu bello pensamiento,
avísame el momento para que los acoja
antes que por azar se esfumen con el viento.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Guillermo Degiovanangelo

Elegía sinfónica para Eduardo Fabini

I
Ninguna isla.

Todo unido
por el arco del violín.
– – –
Cuando Eduardo Fabini nació
en un caserío sin nombre
las chircas ennegrecían
su encrespada cabellera
y la marcela aromaba las rocas,

los fresnos amarillos
lloraban eufóricos
el otoño,

los vientos en retorno
sacudían las crecientes humaredas,

y las colas de zorro
como plumas de la tierra
convergían en engañosos remolinos.

Fabini dio un grito,
un llanto sinfónico
anunciándose a la vida;

su grito
partido en dos
quedó rebotando
en la serranía
mientras la otra parte
se perdía en la llanura.

Sus infantiles dedos
que conocían la áspera piedra
encontraron un día
las teclas de un armonio
en una oscura iglesia;
teclas suaves y frescas
como la piel del seno materno
que hacía poco había dejado,
y eso bastó para que
ovulara el gran músico;
la naturaleza haría el resto.

La iglesia era
un rancho lluvioso
con una torre y sin palomas,
y él fue inventando
el loco vuelo
de las aves.

Su hermano Santiago le puso un violín
a la altura del corazón
y el confundió
sus cuerdas vocales
con el tenso cordaje:
todo lo que quería decir
lo expresaba frotando el arco
contra el instrumento.

II
El niño Fabini
sale al campo a jugar
pero no va en busca de amigos,
va en busca de la música
de cada día;

sus sentidos montan guardia
acechando la naturaleza;

escucha lo que le cuenta la cascada
con su tos acuífera;

el barranco está
repleto de chirridos:
las chicharras
lanzan su escándalo
rebotando contra las piedras

(a él le gustó ese juego
de ilusión acústica,
esas trampas
de vibrante armonía).

III
Fabini se va del pueblo
que ya tiene nombre:
Solís de Mataojo;

Montevideo y
Europa
esperan para consagrarlo
virtuoso del violín;

pero él se niega
a hacer giras
en busca de fama;

no quiere vivir
a contravuelo de la golondrina.

Regresó a la tierra
de su infancia,
entre sierras y llanura;
al Cerro del Puma se fue
con su hermano Enrique;
llevó un pequeño piano vertical,
un viejo armonio
y su gastado acordeón;

pero no sólo teclas:
también llevó árboles
y los plantó
en el árido cerro,
llevó pájaros
y los sembró en el aire
para que volaran
como violines vivientes,
de árbol en árbol,
trinando sus melodías.

IV
Hermano mío:
tu vida sencilla y sin
aparentes sobresaltos,
tu cara tranquila
y bondadosa,
esconden el vértigo
de abstracción
que imprimiste a tus
pequeñas sinfonías;

la rotura de la tierra
no es tan simple;
la agria sonoridad
de los violines
viene a herir el silencio
del campo;

esas arrugas de la roca
como los
rostros de los carreros
curtidos por el aire y el sol
no hablan de tranquilidad;

los apelmazamientos orquestales
germinan como
telarañas en la boca;
una pesadilla
al final del sueño;

esas ráfagas de viento
que mueven
el sangrado coágulo
de los ceibos
no son arpegios celestiales:

el candente sonido rojo
huele a infierno;

algo de Lautréamont
se agita en tu obra.

Algo busca sintonía.

FINAL

(Morendo)

A Fabini lo llevan
camino del
Cementerio Central;

el otoño montevideano
va enfriando el cemento
mientras
allá en la sierra
la marcela golpea la roca
aromándola.
– – –
Ninguna isla.

Todo unido
por el arco del violín.

Tren de las 17:20

Crujiendo rítmicamente
el tren lento del atardecer
va adormeciendo a los pasajeros

el ferrugiento otoño
se tambalea en el paisaje

viejos obreros reparten
otra vez
sus gastadas barajas

los mimbres desnudos
son como fogatas salvajes
que huyen a la cañada

tus ojos tan violentos
roban el color del otoño

cantan y juegan ruidosamente
mientras una botella de vino
va uniendo sus bocas

el otoño gesticula en silencio
a la intemperie

mordiendo la distancia
el tren avanza hacia el invierno

un viejo álamo solitario
soporta todo el peso del otoño

tus ojos tan violentos
me roban el paisaje.

otoño de 1987, entre Progreso y Canelones

Acaba de publicar (octubre/1998) «Campo de Maíz con vuelo de Tordos», Ediciones Trilce.

Invención

Retrato de Guillermo a la luna la inventé
cuando no pude más
de oscuridad

pero tuve que inventar
el pino
el camino con hojarasca

tuve que inventar
la vieja torre de ladrillos
y el charco
donde se reflejara.

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AEROPLANOS [Mi poema]
Andrea Valbuena [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Enrique, hermano mío, tú, allí donde te encuentres,
no sé cómo te sientes, ignoro si hará frío,
si hay chopos en el río, si alguno tiende puentes
mas dime qué simientes causaron desvarío.

Si en ese sitio hay eras para tus aeroplanos
y para con tus manos hacer bellas quimeras,
de balsa si hay maderas, de seda si hay gusanos,
de alpiste si allí hay granos, si existen las moreras.

Por qué dime te fuiste, ni a mi decirme a mi adios
sabiendo ambos los dos que me dejabas triste,
qué fue lo que supiste, dí qué te dijo dios
y que a tus treinta y dos, jugaras al despiste.

Espero si el destino a mí así me lo concede
y el tiempo me precede que he de llevarme vino,
buscando un adivino para atinar tu sede
gozando del encuentro con un brindis divino.
©donaciano bueno

Cómo lo recuerdo, #hermano! Share on X

Este es un humilde homenaje a mi hermano, dos años mayor que yo, a el que estaba muy unido, que a sus 32 años. un mal día, sin saber por qué, decidió deshacerse de ataduras, inteligente él, sabio él, quizá pensando que en este mundo ya no tenía encaje, irse al cielo. Enrique era un experto en aviones, cuando aparecía uno por el cielo sabía identificar la marca, modelo…etc…, y fabricaba maquetas a escala con madera de balsa que hacíamos volar en las eras de pueblo. Algunas con grandes alas tirando de una cuerda hasta que conseguíamos hacerle planear si el viento era favorable y otros más pequeños a los incorporaba un cohete para observar como salía disparado. Qué recuerdos!

MI POETA SUGERIDO:  Andrea Valbuena

La razón del miedo

Entiéndeme, la última vez,
dejé que se esparcieran mis pedazos.
Por eso hoy,
no esperaba encontrarme
tan entera ante tus ojos.

No la conoce

Una vez escribí: «Te quiero porque adoro mi pena».
Me ha inundado la tristeza al releerlo.
Qué ignorancia.
El amor,
cuando merece la pena,
no la conoce.

Recuerda

Ahora que no estás,
mi memoria es un campo de minas.
No hay nadie que me advierta,
nadie que detenga mi curiosidad,
nadie que me haga olvidar dónde explotabas.

Ella es breve

No quieres destapar este desastre.
Hablamos de un barco a la deriva,
que sigue anclado a la orilla que abandona.
Un amante precoz
que acaricia las cadenas de sus errores.
Una trapecista que pierde el equilibrio
y todavía te busca más allá de su red.
Una voz enamorada del silencio.
Un poeta que sólo sabe escribir a su primer amor.
Hablamos de un caos
que adora la brevedad de las cosas eternas
y se ordena omitiendo que ama.
Por las noches no grita
no tiene ganas,
sólo escucha y presta atención a su calma.
Hoy ve a la vida alimentando una soledad divina,
y esa luna que brilla más que nunca
porque, como ella, sólo será esta vez.

Todo está bien

Dos cuerpos que se enciende
avivan la luz de un principio.

Un reloj se para
dando cabida a esta hora muerta
en la que no estás ni apareces.
Y la realidad se presenta desmedida.

Lo único que no muere es la verdad,
amor, y tú la has roto.

Ante la mentira,
yo prefiero desbordarme y acabarme
a ponerle un parche al miedo.
El dolor es un amigo,
porque le doy la mano y me aleja de yi,
Cuando vacilo, me recuerda tus razones,
tu risa, tu humillación y tus silencios.

Pero todo está bien.

Dos cuerpos que se encienden
pueden apagarse,
porque la luz no es el motivo
ni la oscuridad un final.

Desde el dintel de una ventana estrecha

Hacíamos el amor en un cuarto tan pequeño
que ser uno nunca fue tan cierto.
Cuando me fui,
las paredes aún jadeaban tu nombre.
Hoy hay demasiado mundo,
demasiada gente,
demasiada ciudad
y al parecer solo una calle
por la que tú vas a pasar
y yo no voy a verte.

Sin darte cuenta

Es curiosa la memoria:
puedes no recordar cómo era alguien
de quien te enamoraste
y ver aparecer, sin embargo,
la textura de su piel ante tus ojos.
El breve fotograma de una clavícula
que remueve en tu retina
eso a lo que sabía el amor ayer.

Oídos sordos

Miraba sus labios:
subían, bajaban,
movían las palabras.
Me dijo:
un amor conjugado en pretérito
no vuelve a dejarse suceder.
Yo escondí mis ojos
y eché un vistazo atrás:
Cuatro, seis, diez, doce… —dije—.
Prefiero contar besos antes que abandonos.

Ojalá nazcan con tu perfume las flores

Yo quería dibujar tu sombra en cada sílaba
para homenajear aquellas
que nunca pudiste pronunciar.
Yo quiero encontrar las palabras
que supongan la perpetuidad de tus ojos
en todos aquellos que leen.
Escribir los versos que describan la manera
que has tenido de hacerte eterno.
Vivirte sin prisa, una y otra vez,
en los poemas
y en las fotos,
en los cuentos,
las certezas
y el recuerdo de tu felicidad.
Siempre fuimos más familia
cuando peor vino el tiempo.

Tú reblandeciste nuestros corazones
para que, deshechos,
se fundieran en uno solo:
más fuerte,
más capaz,
más entero.
El que hoy nos deja pensarte
y sonreír.
Aunque puedo asegurarte
que en este jardín donde crecen las flores
siempre caerá una lágrima con tu nombre.

Aire

Los muros van cayendo,
las puertas se abren,
esta habitación empieza a ventilarse.

Ya no huele a abandono,
hay alguien que quiere entrar:
soy yo.
Ahora susurro estos poemas
para que lo entiendas.
Bajito,
pero con el propósito de que puedas conocerme
cuando escribo en minúsculas,
porque en aquello que intento
hacer pasar por alto
está el sustantivo de todo lo que soy.

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DEL TRONCO SECO Y HOSCO [Mi poema]
Cruz Salmerón Acosta [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Del tronco seco y hosco de un madero
con trazo diestro y fino el artesano
creando va una silla con la mano
que sirve para asiento a un zapatero.

El mismo, el que se aplica con esmero
a ciencia y al saber con sus zapatos,
trazando y perfilando garabatos
que ayude en la batalla del guerrero.

Oficio el de la guerra, humilde obrero,
que asume los designios del destino
y arrastras sigue haciendo su camino
matando con la gloria de un torero.

Que el tronco como tal no tiene abuela,
lo mismo vale a un roto a un descosido,
si el que usa aquí es el mal, es pan comido,
que él siempre es complaciente con la azuela.

Y en esto va y se topa con el clero,
la silla ya no es silla, es una caja,
el tronco da cobijo a una mortaja
en manos de ese dios de aquí te espero.
©donaciano bueno

El valor de la #madera depende de quien la trabaja...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Cruz Salmerón Acosta

Azul

Azul de aquella cumbre tan lejana
hacia la cual mi pensamiento vuela
bajo la paz azul de la mañana,
¡color que tantas cosas me revela!

Azul que del azul del cielo emana,
y azul de este gran mar que me consuela,
mientras diviso en él la ilusión vana
de la visión del ala de una vela.

Azul de los paisajes abrileños,
triste azul de mis líricos ensueños,
que me calma los íntimos hastíos.

Sólo me angustias cuando sufro antojos
de besar el azul de aquellos ojos
que nunca más contemplarán los míos.

Cielo y mar

(Soneto)
A José Antonio Ramos Sucre

En este panorama que diseño
para tormento de mis horas malas,
el cielo dice de ilusión y galas,
el mar discurre de esperanza y sueño.

La libélula errante de mi ensueño
abre la transparencia de sus alas,
con el beso de miel que me regalas
a la caricia de tu amor risueño.

Al extinguirse el último celaje,
copio en mi alma el alma del paisaje
azul de ensueño y verde de añoranza;

y pienso con obscuro pesimismo,
que mi ilusión está sobre un abismo
y cerca de otro abismo mi esperanza.

En el baño

Una alegre mañana de músicas y aromas
una bella princesa se bañaba en el río
y entre la corriente que ahogaba un murmurío
su albo seno saltaba con temblor de paloma.

Perfumaban el agua las olorosas pomas
de sus frescas mejillas. Jugo de uva en rocío
vestían sus pestañas, tremulando de frío,
mientras el sol volvía las sombras polícromas.

Brillaban sobre el agua las manos de la ninfa
y a su breve caricia se quebraba la linfa
que hecha flores de espuma corría por su enagua.

Mas cuando su cabeza se hundía entre las ondas,
semejaban los hilos de sus guedejas blondas
culebrillas de fuego que incendiaban el agua.

Piedad

No, no era amor lo que ella me tenía;
era tal vez piedad, lástima era,
porque mi oculta pena comprendía
y ella se compadece de cualquiera.

Mientras voy recobrando mi alegría
animado, quizás de una quimera,
se va tornando mucho menos mía
como si ella ya no me quisiera.

Yo si he formado de mi amor un culto,
desde que aquí mi juventud sepulto
y la aureola del martirio ciño.

No me quites, Señor, mi sufrimiento
si es que habré de perder con mi tormento,
la conmiseración de su cariño.

Lírica tristeza

Baja la tarde al campo. Los rumores
con que me arrulla la Naturaleza
me infunden una lírica tristeza
y despiertan en mí puros amores.

Ya la luna, a los pobres soñadores
derrocha de su plata la riqueza,
y hace olvidar del verso la belleza,
la prosa natural de los pastores.

Yo no quiero escribir, pero la luna
y la tarde me dan a soñar una
poesía que me hace sufrir tanto.

Que pienso mientras sueña mi alma inquieta,
que los mejores versos del poeta
son los que escribe con su propio llanto.

Poema de la espera de la muerte

Cuando a mi lecho por la vez primera
la triste muerte se acercó enlutada,
con suplicante voz le dije ¡espera!
me ha prometido un beso mi adorada.

Deja, importuna, que amanezca el día,
irme no quiero con la noche obscura.
Espera unos instantes todavía,
que un beso nada más tan poco dura.

Y la enlutada, pálida y hermosa
por mi súplica amante, conmovida,
se alejó de mis labios y piadosa,
como esperanza me dejó la vida.

No quiero lauros, nada más un beso.
Ni prendas, ni tesoro codiciado,
quiero sentirme entre tus brazos preso
y más tarde yo diré, adiós, estoy pagado

Todas las flores tienen un rocío,
todos lo años tienen primavera,
déjame a solas con el sueño mío,
¡Oh, muerte!, buena amiga, espera.

Pasan los meses tristes y pausados.
El dulce beso a mi cariño, niega;
y pensando en los labios dorados
le pregunto a la muerte, ¡cuándo llega!

Bienvenida

Para el alto poeta Andrés Eloy Blanco

Un pobre poeta, que casi no existe,
de los que han quedado, como ayer dijiste,
aquí con sus llagas, que no olvida Dios,
perfumadas siempre de flor de poesía
un tierno e ingenuo saludo te envía
que por ser tan triste parece un adiós.

Desde mi sombrío y eterno retiro,
esta tarde, el buque donde viajas, miro,
y sufro mirándote ante mí pasar,
pues quiero y no logro dar unas palmadas
con mis dolorosas manos mutiladas
que ya ni la pluma pueden empuñar.

No sé por qué, viendo tu buque, he pensado
en el barco donde me vine abrumado
de la misma pena que debe sufrir
el que para siempre se ha despedido
de todas las cosas que más ha querido
con una infinita ansia de morir.

No creerás que, en tanto tu buque al golfo entra
acá en la ribera del norte se encuentra
un bardo que mucho lamenta no estar
con el noble pueblo que hoy va a saludarte,
para con el pueblo también aclamarte
con la voz que nunca habrás de escuchar.

Mientras que sus versos mi musa te canta
la queja que a veces sube a mi garganta
con una sonrisa logro contener;
y el corazón mío palpita tan duro,
que a mí me da miedo, porque me figuro
que dentro del pecho se me va a romper.

Yo hubiera querido, hoy en mi aislamiento,
hacer, olvidando la pena que siento,
lo que en su clausura hace el ruiseñor,
que a pesar de su ansia de espacio y follaje
trina tan alegre como en el ramaje
que oyó sus primeras canciones de amor.

Llegas a tu cuna cuando muere el día
y nace la hora de la poesía.
Cuando más nos pesa del duelo la cruz,
y finge el lucero triste de la tarde,
en el cielo, un cirio fúnebre que arde,
y al sol que agoniza envía su luz.

¡Cómo evoco ahora tu gran “Canto a España
que tanta belleza poética entraña!
Yo siento, evocándolo, el goce interior
que se siente ante una risueña pradera
donde hay mariposas, y por dondequiera
un pájaro vuela y se abre una flor.

En él las estrofas parecen diamantes
y fingen los versos hermosos cambiantes,
y todo el poema semeja un joyel.
No tienen las perlas más ricos fulgores,
no pinta paisajes con más bellas flores,
la luz que en el lienzo derrama el pincel.

Poeta: eterna será tu memoria.
Más grandes laureles reserva la gloria
para coronarte. Vé de ellos en pos,
mientras yo me quedo aquí con el alma
ya sin ilusiones y una sola palma
la que da a los mártires la mano de Dios.

Lírica tristeza

Baja la tarde al campo. Los rumores
con que me arrulla la Naturaleza
me infunden una lírica tristeza
y despiertan en mí puros amores.

Ya la luna, a los pobres soñadores
derrocha de su plata la riqueza,
y hace olvidar del verso la belleza,
la prosa natural de los pastores.

Yo no quiero escribir, pero la luna
y la tarde me dan a soñar una
poesía que me hace sufrir tanto.

Que pienso mientras sueña mi alma inquieta,
que los mejores versos del poeta
son los que escribe con su propio llanto.

Poema de la espera de la muerte

Cuando a mi lecho por la vez primera
la triste muerte se acercó enlutada,
con suplicante voz le dije ¡espera!
me ha prometido un beso mi adorada.

Deja, importuna, que amanezca el día,
irme no quiero con la noche obscura.
Espera unos instantes todavía,
que un beso nada más tan poco dura.

Y la enlutada, pálida y hermosa
por mi súplica amante, conmovida,
se alejó de mis labios y piadosa,
como esperanza me dejó la vida.

No quiero lauros, nada más un beso.
Ni prendas, ni tesoro codiciado,
quiero sentirme entre tus brazos preso
y más tarde yo diré, adiós, estoy pagado

Todas las flores tienen un rocío,
todos lo años tienen primavera,
déjame a solas con el sueño mío,
¡Oh, muerte!, buena amiga, espera.

Pasan los meses tristes y pausados.
El dulce beso a mi cariño, niega;
y pensando en los labios dorados
le pregunto a la muerte, ¡cuándo llega!

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SI MIS PADRES HABLARAN… [Mi poema]
Ricardo Fábrega [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Si mis padres hablaran…
Si por mor de ese misterio que es la vida y la muerte salieran de sus tumbas y un día resucitaran,
haría que las músicas, trompetas y timbales sonaran y al viento voltearan las campanas,
me lanzaría a la calle voceando la noticia para que todo el mundo se enterara,
bendeciría a dios, al cielo, a la estrellas y a todo el que pasara.

Si mis padres hablaran….
Nos aposentaríamos tranquilamente frente al fuego de la cocina castellana
como en los viejos tiempos, en la mesa camilla con brasero, la gatita Casilda a nuestro lado acurrucada,
junto al fogón al calor de la brasa, las morcillas, los chorizos, el pernil, colgada la matanza
para que se orease a nuestra espalda. Les haría mil y una preguntas hasta llegar al alba.

Si mis padres hablaran…
Les pediría que hicieran un esfuerzo y por favor me recordaran
todas aquellas intensas vivencias de mi existencia ahora casi olvidadas:
cómo fui recibido en ese hogar después de cuatro intentos y ver que una niña no llegaba,
mis primeros pasos, mi llegada a la escuela, ¡oh, la escuela del pueblo en mi retina amada!,
mis magníficos maestros don VÍctor, don Aniano…¡me invade la nostalgia!

Les haría una retahíla de preguntas que nunca terminaran
sobre mi progenitor de quien casi no guardo mas recuerdos que cuando me pedía con cariño que la espalda le rascara,
sus interminables viajes en el crudo invierno a comprar corderos en su vieja oxidada bicicleta a los pueblos de alrededor de Aranda,
la ilusión que me hacían los juguetes que el mismo con sus manos en el taller, la peonza, los inques, la carraca, me fabricaba,
su imagen de persona buena y noble que tenía, como pude contrastar por lo reconocido que era en la comarca.
¿por qué se fue tan pronto sin tan siquiera pararse a pensar que a su mujer con cuatro hijos le dejaba?.

Muchas otras curiosidades ahora anidan en mi alma
Cómo vivieron los primeros momentos de su vida de casados, sus ilusiones, sus anhelos, sus sueños, su amor, sus esperanzas,
su vida recoleta en esas frías noches de invierno en ese pueblecito de Castilla la llana,
cómo fue recibida la noticia de la llegada pausada al mundo, uno a uno, de mis hermanos mayores a ese hogar y cómo fue anunciada.
De tantos y tantos hechos como el de mi primera comunión, ya no recuerdo nada.

¡Si ellos supieran cuánto ansió revivir aquellas sensaciones de mi infancia!
El vago recuerdo de la música alegre en fiestas y el baile en la plaza al ritmo de los gaiteros y dulzainas,
o la ansiedad por terminar las clases en la escuela para correr con mis amigos a jugar a policías y ladrones o a moros y cristianos en la plaza,
los aromas del campo en el otoño, a espliego, tomillo y mejorana,
el intenso olor húmedo de los pinos la tamuja y la escarcha en el monte al comenzar de la mañana,
el trigo, el maíz, la cebada, el centeno, la siega, la bielda, la trilla en las eras, la vendimia y la ilusión por ir a la rebusca por las cuatro perras gordas que mi padre me daba,
el jarro de vino en las bodegas, las colmenas y, sobre todo, el pavor que sentía al subir a oscuras por la noche al desván de la casa.

Querría que ellos me contaran…
la historia de aquel viejo Renault, en el corral siempre aparcado, que un día requisaron en la maldita guerra y que al final nos devolvieron y no andaba,
¿por qué, a sabiendas de que yo para ello no valía y que además odiaba, en que trabajara en el campo tanto se empeñaban?.
Aún siento con tristeza mi obligación de echar de comer a las ovejas o dar vueltas a la noria con mi burro manolo, como si fuera Sancho Panza
¡cuántos recuerdos ya perdidos, hoy siento una añoranza, me quedo sin palabras…!

Si mis padres hablaran.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo Fábrega

Panamá Viejo

He vivido gozando
el recuerdo lejano
de tus piedras vetustas
que hablan de heroicidad.

Bajo la sombra
de tus murallas se redimió,
la sangre hispana que
con corsarios se confundió.

Oh mis muros queridos
por los siglos guardados
de tu lujo pasado
sólo queda el dolor.

Panamá viejo, ciudad destruida
por crueles piratas
que un día soñaron con tus tesoros
tu mar tranquilo parece un espejo
en donde se mira
tu cielo bello que tanto adoro.

Panamá viejo, tus ruinas sagradas
en noches calladas
murmuran frases como plegarias
y no muy lejos, entre tus palmas
me trae la brisa suspiros leves
llenos de amor.

Aquella melodía

No vuelvas a cantar aquella melodía
que te cantaba yo haciéndote soñar,
oyendo esta canción se parte el alma mía
y puedo confesar que cometí un error.

Que alguna vez lloré, teniéndote a mi lado
enfermo de ansiedad por conquistar tu amor,
hoy no me importas ya, pues tú me has traicionado
y puedo confesar que cometí un error.
Del libro: Las canciones más bellas de Panamá

Cuando lejos de ti

Cuando lejos de ti siento el hastío
que hay en mi corazón sin tu mirar,
no me basta el sufrir y el llanto mío,
para ahogar el quebranto de mi penar.

Ya ni las flores tienen su encanto,
ni trae la brisa el susurrar,
de los jilgueros que lloran tanto,
la ausencia de la amada de su cantar.

Santa Ana

Desde el fondo de mi alma
mi cantar ha salido
Oh! Santa Ana querido,
que dicha para mí.

Cuando a solas me encuentre
por los años cansado
me tendrás a tu lado
pensando sólo en ti.

Santa Ana mío, parque de Santa Ana
brazo tendido que nos das fraternidad
como belleza que te engalana
se yergue ufana tu capilla colonial.

Santa Ana mío, parque de Santa Ana,
vieja reliquia de nuestra alma nacional
guarda tu suelo la sangre humana
que soberana luchaba por la libertad.

Bajo el palmar

Vuela mi pensamiento,
lejos. . . lejos de aquí
cuando por un momento
a solas estoy sin ti.

Bajo el palmar
una noche muy bella
juntito a ti
a la luz de una estrella,

con mi canción
fragantísima flor,
mi corazón
te entregué con mi amor.

Bajo el palmar
y en mis brazos dormida
sintiendo yo
el calor de tu vida.

Recuerdos son
que no puedo olvidar
recuerdos son
de aquel lindo palmar.

Madrecita

En las noches tristes de mi desventura
cuando la amargura me viene a agobiar
un alivio busco lleno de ternura
y a mi madrecita evoco al cantar.

Madrecita linda, mi prenda querida
virgencita santa, joyel de virtud,
para ti quisiera robarle a la vida
toda la potencia de su juventud.

Para que tú vivas y nunca te mueras
yo le pido al cielo con todo fervor
que te cuide siempre, que mucho te quiera,
que jamás tu cuerpo reciba un dolor.

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¡QUE TE RESPONDA QUEVEDO! [Mi poema]
Mariano José de Larra [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Desde que somos pequeños
todos lo mismo deseamos
si es que de ello carecemos
y aun teniendo veneramos,
no me vengas con engaños
que yo no me chupo el dedo,
pues que a mi me importa un bledo,
¡que te responda Quevedo!

No es más rico el que más tiene
sino el que menos desea
pues aunque nadie lo crea
como va el dinero viene,
y aunque nunca se detiene
si yo puedo me lo quedo,
mas que a mi me importa un bledo,
¡que te responda Quevedo!

Antes eran los indianos
que ocupaban nuestros sueños
ahora son bancos los dueños
de todos nuestros rebaños,
maestros de los amaños
de su usura tengo miedo,
mas a mi me importa un bledo,
¡que te responda Quevedo!

Hoy el periodismo ha muerto
en manos de las ideas,
pues que creas o no creas
vivirán del mismo huerto.
No me digas que no acierto
ni caigo en algún enredo,
y es que a mi me importa un bledo,
¡que te responda Quevedo!

Y hay quien dice que el amor
es amargo y traicionero
que antes de prestar dinero
has de mirar el color
de ese amor. Tengo pavor
y yo sin querer me quedo.
pero a mi me importa un bledo,
¡que te responda Quevedo!

Y aunque te duela en el alma
desde aquí a Sebastopol
si tiendes la ropa al sol
verás como vuela el alma,
yo para estar en calma
aquí te adjunto mi credo:
y es que a mi me importa un bledo,
¡y te responda Quevedo!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Mariano José de Larra

Las miserias del hombre

Las miserias del hombre
canta Talidio;
y yo al oírle, todas
ya las olvido.

Porque es entre ellas
el escuchar su canto
mayor miseria.

A una hermosa que dio en hacer buenos versos

¿No te bastan los rayos de tus ojos,
de tu mejilla la purpúrea rosa,
la planta breve, la cintura airosa,
ni el suave encanto de tus labios rojos?

¿Ni el seno que a Ciprina diera enojos,
ni esa tu esquiva condición de esposa,
que también nuestras armas, Nise hermosa,
coges para rendir nuevos despojos?

¿A celebrar de tantos amadores
ingrata el fin acerbo te previenes
que a manos morirán de tus rigores?

Ya que en tus redes nuestras almas tienes,
la lira déjanos, ya que no amores,
para cantar al menos tus desdenes.

A un mal artista

Tente, mentido Fidias que, profano,
dando al mármol inerte alma fingida
tornar imaginabas a la vida
a Cintia bella con esfuerzo vano.

La grosera facción tu inhábil mano
deja en la piedra a trechos esparcida,
que con torpe cincel hiere atrevida,
remedo informe del cincel de Cano.

No, si Apolo contigo fue severo,
te vengues crudo en la indefensa hermosa
del arte, con que lucha tu flaqueza.

Si la muerte, de hollarla temerosa,
sus rosas respetó, no tú más fiero
borrar pretendas su inmortal belleza.

Por qué, mariposilla

¿Por qué, mariposilla,
volando de hoja en hoja,
haciendo vas alarde
ya de inconstante y loca?

¿Por qué, me di, no imitas
la abeja que industriosa
el jugo de las flores
constante en una goza?

Advierte que no vaga
del alelí a la rosa,
que una entre miles busca
y una fragante sola.

Y cuando ya la elige
hasta exprimirla toda,
jamás voluble pasa
sin disfrutarla a otra.

¿No ves también que el pecho
de ella liciones toma?
que así jamás libada
deje de amor la copa.

Si en tus cambiantes raros
el sol que te colora
deslumbra nuestros ojos
con tintas mil vistosas;

¿Por qué, avecilla leve,
rehúsas voladora
sola, una flor y un cáliz
cubrir de orgullo y gloria?

Para el batir tus alas,
para en las blancas pomas,
y en el turgente seno
de la que el pecho adora.

Allí una florecilla
dulce fragancia hermosa
al seno de mi Fili
con ambición le roba.

Vuela, mariposilla,
que si una vez tan sola
en sus matices quieta
de sus delicias gozas.

No ya más inconstante
has de querer traidora
volver a la floresta
a revolar entre otras.

Vuela, avecilla, vuela,
recoge sus aromas,
y tórnate a mí luego
y dame cuanto cojas.

Repentino a un clavel improvisado

…Esta, que ves, florecilla,
esparcida en el papel,
por más que a tus ojos pese,
vive Dios que es un clavel.

Con motivo de hallarse encinta nuestra muy amada reina Doña Cristina de Borbón

Bastante tiempo, oh Rey, la refulgente
Antorcha de Himeneo ardiste en vano,
Y un sucesor al Trono inútilmente
Esperó de tres Reinas el Hispano.
Sí: salud a Cristina que esplendente
Vino a partir tu solio soberano;
Que ella es, Fernando, la que al Trono Ibero
Dos veces le asegura un heredero.

Siempre ha gemido la prensa

Siempre ha gemido la prensa;
pero hoy que le das, Talidio,
a imprimir tus obras todas,
gime al menos con motivo.

Llamas, Fabio, a tu papel

Llamas, Fabio, a tu papel
con petulancia »sagrado»,
por eso se alberga en él,
Fabio mío, tanto malo.

Si has de poner por justicia
a cuantos te llaman necio,
no nos pongas uno a uno,
pon, Fabio, al público entero.

Al esposo de doña Mariquita Zavala

No más llorar, Miguel; que la esperanza
torna el busto del dueño malogrado.
Si bien la semejanza,
por no afligirte el alma conmovida,
del artista el cincel disimulado
dentro en la piedra la dejó escondida.

QUIERO CANTAR LAS LIDES…

ANACREÓNTICA
Quiero cantar las lides
en cítara entonada
sonando el eco horrendo
de fúnebres batallas.
Mas rebelde mi lira
cuando mi mano airada
la pulsa, a Fili bella,
sólo a mi Fili canta.
En balde, en balde quiero
las épocas pasadas
renovar en mi lira
y antiguas las hazañas.
Amor las cuerdas todas
sacude con sus alas
y obstinado celebra
la bella que le encanta.
En balde yo las cuerdas
ardiendo en ira y rabia
una y otra y mil veces
despechado mudara.
Sólo a la linda Fili
cuando yo la pulsaba,
sólo sus quince hermosos
amor con ella alaba.
Suena, pues, lira mía,
tus voces acordadas
hoy el natal de Fili
den a los ecos blandas.
Y al vibrarlas Favonio
vuele y con dulce calma
en su cabello de oro
deposite sus auras.
Vuele el amor a Fili
y entréguele su aljaba
y bullicioso juegue
en sus pomas de nácar.
Del tardo Manzanares
las ninfas y zagalas
cojan vistosas flores
y hagan de ellas guirnaldas.
Suenen, lira, tus cuerdas
en la fresca mañana
la rosa del capullo
arrojando sus gracias.
Volad, versos, a Fili,
y en premio suplicadla
que torne sus ojuelos
a mirarme apiadada,
y en tantos besos deje
que en su labio de grana
mi labio robe el fuego
que en su coral se guarda;
cual ve corderos blancos
pacer en la comarca,
y como tiene el prado
fragantes flores gayas;
como hebras blondas rizas
sobre su frente vagan
y deja el mar menudas
arenas en la playa;
como suspiros tiernos
por ella el pecho lanza,
como zagales bellos
se abrasan en su llama.

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11M –DIEZ AÑOS [Mi poema]
Ramón Oviero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy hace mucho frío. De la fuente en la plaza el agua se ha secado
Su caño silencioso, antaño bullicioso, ahora quieto, dormido,
suspira dolorido, pidiendo va perdón por cuanto ha sucedido,
en ese triste penar sin lágrimas está por tanto que ha llorado.

Los sauces, los abetos, las acacias e incluso robles, los magnolios,
los brazos lanzarán clamando un día al cielo. Es tanto el desconsuelo,
tanta la rabia, la ira, el furor e incluso los lamentos que hasta el suelo
tiritando las hojas cayendo van sufriendo por tamaño expolio.

Veo un tren repleto que aproxima esparciendo la sangre en su camino.
Se oyen sollozos. Discípulos, dice, de Alá de origen clandestino
los que, intolerantes, al albur blandiendo el tajo van su cimitarra.

Los silbidos de la muerte escondiéndose van vagando entre la niebla,
fanática, la cólera blasfema, oculta su hedor en la tiniebla,
¡qué triste fin para unos seres inocentes que al corazón desgarra!.
©donaciano bueno

Estos versos pretenden ser un humilde homenaje a las 192 víctimas mortales y cerca de 1900 heridos del triste atentado que se produjo en la estación del trenes de Atocha en Madrid un día tal como hoy a las 7,37 de la mañana, sobre cuya autoría, por qué, cómo, quién…etc…lamentablemente aún quedan muchas dudas por esclarecer

MI POETA SUGERIDO:  Ramón Oviero

Poema para morir de pie

ATENTO,
completamente inmóvil,
mejor aún: lúgubremente tácito,
trasnochado, plural en sentimientos,
comes, paseas orgulloso,
sin un bolsillo alegre que te siga,
sin un zapato preciso que te calce,
sin un ojal pequeño que te mida.
Y aún sigues dando golpes a tu sombra,
mortal de altura y perpendicular de hambre.

Atento, henchidamente sobrio,
llevado por tu pie que no conozco,
tributario quizás o pélvicamente crónico
-pobre sufrido atolondrado-
te vas haciendo recibo de otra tumba.
Vas extendiendo
tu drástica, famélica figura
en muchos pasos repetidos.
Prosigues, lloras, te emocionas
de tu doble, te miras retroactivo,
bostezas incipiente.

Atento, meditando
tus días consecuentes,
persigues un mercado de olor meditabundo.
Te desnudas de tu sombra, te acuestas
pensativo en el hoyo de tu mano.
Escoges varios panes duros
de tu sueño, recibes un apretón
cansado y te saludo
con mi dedo meñique y mis razones,
¡y te sigo mirando doblemente en tu tristeza!

Del Libro: Aquí sobre esta tierra.

Y aviva Martí la llama ,

Plantado de enredadera
sobre el cielo germinado
inventa un sol deletreado
el pañuelo de bandera.

I
Plantado de enredadera
en la manigua del hilo
el Cid se convierte en filo
sobre la piel verdadera.
Machete que toca esfera
en el hervor de la trama,
sinsonte que muge y brama
en sueños de cofradía,
cuando llega la poesía
y aviva Martí la llama.

II
Sobre el cielo germinado
una rosa se pasea,
volteando a ver la marea
de un azul primaverado.
Blancor que lleva al costado
la cicatriz de la flama,
en tanto la lucha clama
siluetas de muchedumbre,
que no hay ni habrá mansedumbre
y aviva Martí la llama.

III
Inventa un sol deletreado
un silencio de arcabuz,
cuando rueda la testuz
por la oscuridad del vado.
Mambí desalcanforado
salobre sangre derrama,
en el ojo de la escama
del caimán que no parece
mientras el calor se ofrece,
y aviva Martí la llama.

IV
El pañuelo de bandera
violenta los territorios.
Los sables como ofertorios
geometrizan la otra hoguera.
No hay bala que por certera
rinda al valor o a la flama,
que cuando la luz proclama
“cultivo una rosa blanca”
te damos la mano franca,
y aviva Martí la llama.
Del libro: Décimas de viajes y otras del caminar.

Aquí tu voz sin voz,

A Ascanio Arosemena

(Vestido de ceniza
y de laureles,
parco en sonrisas
-dura la voz
los pulsos fieles-
por campos de claveles
vas tú… voy yo…: los dos)

DONDE la voz termina por vencerse
ya no hay espacio para despedidas;
sólo un rumor de balas homicidas
sella el adiós final, empuja y tuerce,

más que a aquel toro que no puede verse
este sabor de tierra no vencida.
Entre tu pecho y mi pecho, la vida:
si como un río va sin conmoverse,

a veces como el mar brama y estalla.
Rueda tu voz de pena mientras calla
esa furia de sangre adolescente:
semilla oscura hoy entre tus huesos,
que no puedes guardar estando presos
tus puños vueltos cal por lo caliente.

(Capitán sin navío
y navegado;
náufrago nunca
ni tampoco ahogado,
zarpando sin desvío
tú en tu costado:
yo por el mío.)

No podrá nunca el mar quedar desierto
mientras esté tu sangre en nuestro oído.
Y lo que el mar en sal hubo vertido,
lágrimas han de ser por verte muerto.

El tiempo para ti no es tiempo. Huerto
quizás para las horas convertido:
esfera no serás para el olvido
que a mis párpados llegas todo abierto.

Un solo corazón te corresponde:
ni de luto, sin manchas, sin cadenas:
vestido y desvestido por las olas.
Bajo tu piel sin piel vibra y se esconde
lo que a la tierra diste con tus venas
para hacer estallar las amapolas.

(Débil el ruido,
-la ola, la marea-
llega de atrás
en tanto que dormido.
Rayo después
a donde vas,
sigues y estás
entre nosotros tres.)

No le falta a tu cuerpo vestidura
ni ya a tu sombra claridad le falta:
tu anochecida voz se sobresalta
mientras tu puño pólvora procura.

En ti, dura ha de ser la sombra y dura
también será la pena que te asalta.
Y sigue entre nosotros y hace falta
por íntegra y febril carnadura.

Ametralladas siguen tus ojeras,
con fusiles extraños, balas fieras,
granadas decididas a vencerte;
pero al pueblo tu pecho pertenece,
también tu corazón por no vencerse:
¡no habrá por tanto, para ti, la muerte!
Del Libro: Aquí sobre esta tierra.

Savia y raíz de la esperanza,

A mi madre que forja la paz
en el aula de maestra cotidiana

¿QUE pájaro de luz o cielo abierto
han posado sus voces en tus sienes,
o qué amapola de dolor mantienes
acumulada en tu mirar despierto?

¿Qué sílabas de sueño en tu concierto
de luz has mantenido? Sé que vienes
por la corriente del recuerdo y tienes
para cada dolor un canto cierto.

Sé, madre, que en tu tímida corola
el rocío del alba te bautiza
con sus gotas de amor y de esperanza,
pero yo quiero amar tu voz tan sola,
tu dolor para el mundo que eterniza
el victorioso canto de la alianza.

Ahora la palabra es grito oscuro,

AHORA la palabra es gris oscuro,
dinamita de voces, rostro mismo.
Ola de fe que surge del abismo
para borrar del hombre el canto impuro.

Estamos hoy, aquí frente a este muro
de cal, ceniza, vértice y abismo,
–pulsos de sangre, voluntad de sismo,
flujo, venablo ardiente, árbol puro–.

¡Porque es mejor gritar puesto el acento,
ir labrando las cosas como flechas
en silabeo agudo siempre hiriente,
que sentarse a pintar las bellas fechas,
con nostalgia aburrida de convento,
sin decir los dolores de la gente!

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ME DUELE ESPAÑA [Mi poema]
Pedro Rivera [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Políticos españoles,
dirigentes provincianos,
esclavos de sus errores
que nosotros les pagamos.

Gentes sin norte, que conducido habéis a este país a la deriva
de un futuro incierto, sin siguiera dejarnos los sueños o esperanza,
desde aquí yo os declaro culpables hoy, desde este momento y mientras viva
por, sin piedad, habernos clavado en nuestros corazones una lanza.

Dictadorzuelos pasivos,
conseguidores de esclavos.
pervertidores de “amigos”
¡sólo amáis vuestros escaños!

¡Me duele España! ¿qué haría Unamuno si levantara la cabeza,
próceres del noventa y ocho, si supieran los dolos y traiciones?
¡Qué tal, si Maeztu, Baroja, Ortega o Pidal tuvieran la certeza
de vuestro vil comportamiento condenado a vivir sin ilusiones!

Creyentes de poca fe,
expertos en los amaños,
¿por qué, dios mio, por qué
a España hacéis tanto daño?

España diversa y siempre rica, de insidias curtida mas airosa,
tierra de hidalgos de historia, sin igual parangón en la Europa altiva,
en esa América que canta tus canciones, tu prosa poderosa,
responsables sois de la tragedia. España, a pesar vuestro, siempre y viva.

¡Qué pasa con esta España!
de líderes mentecatos
de gente esquiva y huraña,
salvo excepciones, ¡pacatos!
y sobre todo ¡cegatos!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Rivera

La niña enamorada,

La niña de mi escuela enamorada
del amor o del mar cuando solloza
se enreda con un mar de mariposa
o sale de las aguas enredada.

Llora a veces o sueña con un hada
tejiendo en el silencio alguna rosa
de un amor imposible que la acosa
o de un príncipe azul con una espada.

Calla la voz o el sueño que la sueña
y el desdén del amor que la desdeña
por no morir y por causarle daño.

La lanza de la vida no la toca
si su sueño infantil lleva a su boca
la no probada miel del desengaño.
Del libro: Despedida del hombre

La vieja ciudad,

La ciudad cabalga a la intemperie
con nomenclatura de pez o mariposa
a un lado de la costa donde los indígenas
antes acudían
a beber en la ubre de la palma
y confiscar las aglomeraciones
del pescado
en las tabernas del océano.
Una constelación de muros a nivel del mar
tejido regenerado en la edad del hombre
antigua piedra sostenida por la cal
campanario plaza frailes tatuados
por la cruz y el diezmo.
La gota indígena en la nube alta
la estirpe cobriza al escape
evaporada como agua de charco
la pluma
en el tronco hueco de la noche
atisba las edificaciones
y sabe de dioses conjurados por el vino
gustadores de metales y pájaros
y abundancias.
Los tributos metálicos cubren cuanto
la vista abarca
cuanto la sotana
extendida puede tocar.
Navieros conducen a las estaciones
del quilate
donde oro y oro espada y cruz
dan origen a las catequizaciones
de España.
Del libro: Los pájaros regresan de la niebla

Encuentro con la amada,

Todo mi amor no cabe en una copa
ni dentro de la piel de una pantera
no cabe en la montaña del silencio
ni en las ventanas de una flor abierta.
Todo mi amor no cabe en el espacio
ni en todos los pupitres de una escuela;
ni en la ubres heridas de la noche
ni en el olvido ni en la vida entera.
Todo mi amor no cabe en una mano
ni cabe en la rendija de una puerta.
Si las piedras del mundo se reuniesen
le faltarían las piedras a las piedras;
si se reunieran todas las palabras
para llenar mi casa solariega,
amada, faltarían todas las lunas
y también las palabras y las letras
porque todo el amor que te entregara
todo el amor del mundo no lo llena.

Tus senos se enredaron en mis uñas
como dos mariposas de madera,
atadura del alba y miel andina
cayendo de los labios de la abeja;
fuego adorado, lumbre de sollozo
sangrando de la sangre de la leña
e inunda los atardeceres lentos
y destruye la paz de las caderas.

En esta noche de horas olvidadas
nadie que me conozca ya recuerda
lo que era mi silencio de estudiante
y mi alma toda cicatrices viejas.

Recuerdo mi esperanza en el camino
andando a pie y sin dejar sus huellas
de la manera como el mar olvida
espuma de olvidar sobre la arena.

Sólo tus ojos tristemente azules
se pueden comparar con mi tristeza.
Eres la nueva casa del aroma,
la vida que me alcanza en el planeta,
lo ilimitado y simple de las hojas,
lo amable como el pan sobre la mesa.

Junto a ti puedo amar el agua, el pueblo
y las vidas que quedaron muertas;
el insondable sueño de los pobres
y el camino que se abre entre la hierba.

Esta mañana amor, amor te lleno
de la palabra amor en su violencia
y aunque todo el amor se te entregara
todo el amor del mundo no lo llena.
Del Libro:Despedida del hombre.

Los rostros que recuerdo,

El silencio establece su albedrío
en la mansión del sosegado puma.
El beso de un niño como un llanto
pastorea el corazón de la penumbra.
Resbala por las redes del planeta
una lágrima recién parida y pura
para que toda la alegría del mundo
duerma dormida en su pequeña cuna.

Un barco viaja en la agonía del pueblo
y por las calles van remando juntas
las manos de esperar, crucificadas,
y todo el corazón lleno de púas:
amanecer descalzo de sonrisas
y desbordantes alegrías en fuga
como si en toda el agua que yo remo
no hubiese sitio para más angustias.

Yo voy por un camino de recuerdos
de no acabar por no acabarse nunca
deshojando mis más viejas palabras,
antiguas, esqueléticas y duras.
Míos son los rostros y mías son las manos
mojadas con la lágrima nocturna.

Mías también son las piedras que en la noche
tiradas sobre el tiempo se preguntan
cuánto ha llorado el hombre en los caminos
y cuándo y cómo cesará su lucha
y por qué no envejecen sus cadenas
oxidan su metal o se derrumban.

Mis amigos me cuentan de sus novias
que olvidarán con las primeras lluvias.
Hablan de sus encuentros con la vida
y de cómo se llega con las uñas
rasgando no guitarras sino penas,
no páginas de amor sino de furias
a la solemne lámpara del tiempo
que exige guerra y dispone pugnas
a los hombres de América y Europa
y a los nacidos en la misma cuna.

La ruta de los vientos,

Panamá es el país más parecido
a la Rosa de los Vientos.
No es extraño que esto lo haya escrito un periodista
en una revista militar.

Es cierto:
sólo que, bajo la lupa, más bien parece
una gota de sangre derramada sobre el mapa.

Es un país que se construye de las cosas destruidas
No es dueño de sus mares ni de su espacio aéreo.
Tampoco es dueño de sus alegrías:
hasta los chistes nos llegan enlatados.

Es una ruta,
un punto de partida, la Rosa de los Vientos,
aunque a veces de la impresión de una risa estancada.
No tengo la menor idea de cómo son las islas en el golfo.
Los que han ido reclaman su belleza tartamuda.
Cuentan que el viento del sur silba entre las hojas.
Cuentan que el sol se desmaya en las noches
con el desdén de una muchacha.
Los cocoteros son como sexos que hacen gemir de gozo
la piel erizada de las islas.
Es el plato fuerte del turismo.

Panamá se abre en el mapa como la Rosa de los Vientos.
Se dice que es la cuna de los mejores jinetes del mundo.
Hemos dado al mundo muchos campeones mundiales de boxeo.
Tenemos un campeón bate en las mayores.
Somos gente orgullosa.
Casi tenemos orgullo de nuestros 200 mil analfabetas.

Con el tiempo – también con el Canal – Panamá es el país
más parecido a la Rosa de los Vientos.
El cobre de Chile por estas aguas pasa.
El petróleo de Venezuela por estas aguas pasa.
El estaño de Bolivia por estas aguas pasa.
A pesar de nosotros por esta tierra pasan los barcos artillados:
la dinamita que matará niños en todos los puntos del planeta.
Una entraña abierta al amor conduce las bombas al sudeste asiático.
Por aquí pasa la sangre de todos los pueblos explotados
el sufrimiento de todos los hombres de la tierra.

Esa sangre mancha nuestra propia sangre.
Del Libro: Libro de Parábolas

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ME GUSTAN LAS MUJERES [Mi poema]
Pablo Menacho [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Me gustan las mujeres que callan cuando besan,
que bajo de la mesa sus lindos pies me dan,
que exhiben e insinúan sus cuerpos que me estresan,
que impías y traviesas con sus andares van.

Me gustan las mujeres esbeltas y elegantes
que muestra esas piernas que no atisban final,
que exhiben con orgullo, sus muslos basculantes
saciando nuestras ansias de amor y sin moral.

Me gustan las mujeres de pícara sonrisa
que miran de esa guisa con ojos de cristal
galantes, juguetonas, vagando entre la brisa
y que sin más premisa presumen de sensual.

Me gustan las mujeres de labios de colores
de flores perfumadas y aromas de jazmín,
se apiadan del que escribe vendiendo sus amores
y que los sinsabores dejan bajo el batín.

Melosas, agraciadas, dulces y pizpiretas
así sean discretas o fueran casquivanas,
de encantos repintadas, todas ellas coquetas
de inspiración salvajes las noches de jaranas.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Pablo Menacho

El Agua y la Derrota

Don Edmond Bertrand:
Usted sólo es el vuelo
de una imaginación privilegiada,
ajeno a la fortuna y a los infortunios
que vendrían a descomponer la luz
de la mañana y el deseo.

Es nuestra lealtad a esta tierra también desleal,
pero amorosa,
que acunó nuestros sueños más ardientes
y nuestras rebeldías.

Don Edmond Bertrand,
promotor de juergas y recuerdos
que aún intentan tocar el Sena en la memoria.
Usted,
que no sufrió con el delirio o el acoso,
la persecución o la vergüenza,
el descrédito público o el escarnio,
la bancarrota o el suicido.

El anhelo era entonces un pájaro sin alas.
(La luna,
redonda y agria,
traza líneas en el agua
que recuerdan un bolero
que rueda por el costado agreste
de la madrugada.)

Es el agua de la zanja,
profunda como una tumba que se multiplicó
con sus cadáveres anónimos y silvestres,
con pueblos enteros que se hundieron
o escaparon a las nuevas orillas
creadas por el hombre.
El agua de dos mares que se encontraron
en el centro mismo de la tierra.
El precio del sueño y la grandeza
con que el hombre emprendía sus hazañas.

Acaso alguien escriba sobre sus puertas
las trágicas historias de los chinos
y los ferrocarriles.
__El opio se arrastraba y hacía estragos
en el ángel de la bruma__.
Eran las tempestades que la muerte ya tendía
en las sombras de tan magna empresa
y la negritud,
desarraigada y moribunda,
que excava caminos para el agua
a través de las montañas
a pesar del ocaso de la fiebre y la quinina.

Usted no es más que un pretexto,
un fantasma de la imaginación,
el mito de una historia irrepetible.
Del libro: Carta a Edmond Bertrand

La Sola Mar

1.
Viejo muelle, viejo mar.

Zarparon todas las barcazas
y el pescador extravió las redes
en la sal y las arenas.

Dicen que las encontró colgadas
de los astros más lejanos
recogiendo la luz del universo
para alumbrar la puerta de su casa
con todas las luciérnagas
que el tiempo conoció.

2.
A la deriva, el barco,
no atracará en puertos ni playas
descubiertos por Colón.

Naufragio habrá
y un marinero menos
que ya no tendrá hijos
para contar
la fuerza de aquella terrible tempestad
que todo destruyó.

3.
A qué puerto, la barca.

La resaca desatará los amarres
en mitad de la tormenta
y después,
calmado el mar,
¿dónde el puerto que la espera?
En qué lugar la tierra firme
donde encallará llena de sales

y la tristeza del marino
que no la encontrará.

4.
Desembarcan.

No pescadores con racimos
de peces en sus manos.

No recolectores del sol y de las aguas.

De papel parecen los pesqueros
ante los buques de la guerra.

Desembarcan.

Con ternura los podremos derrotar.

5.
Oscuro el mar,
no habrá playeros los domingos.

Ni de fiesta se vestirán los peces
y las aves
cuando amenace el huracán.

6.
Ella espera
tejiendo un nuevo chal.

Sabe que vendrá
de más allá de los oleajes
y en su casa cenará.

Curtida la piel, se abrazarán.

Serán felices __dicen las palmeras__.

Juntos sonreirán.

7.
Años que construí
para el día y los manantiales.

Todos son mares que nunca navegó
el más soñador
de los marineros
en busca de un joven jardín.

Dejo constancia de lo vacías
que están sus manos:
gaviotas nunca saludó.

El caracol tenía los sonidos
que su hijo remontó.
Del libro: La Sola Mar

Las Horas

1.
Pequeñas para todos, estas horas:
risas diminutas
en el campo de la lluvia.

Demasiado pequeñas
en el viento.

Grandes para todos los habitantes
de la tierra.

2.
Ella soñaba con la Luna,
tejía sonrisas en el rostro
de los niños,
despertaba al Sol
cada mañana.

3.
Dónde estará ahora
que las horas son inmensas
y la llaman
desde el fondo de las aguas.

Ella: que sueña con la Luna
mientras llueve.
Del libro: Voces en la lluvia

Epílogo La Ruta que Vendrá

Pero aún hoy,
después de tantas madrugadas
asediados por un implacable insomnio,
seguimos trazando nuestra ruta
por una senda inexplorada.

Desfilan las cruces de los muertos
mientras las manos flotan como granadas
en el aire.
Nuestros muertos
son raíces de una herida ya imborrable.

Nosotros, los de aquí,
aún nos resistimos a ser presa
de la sorpresa.

El mundo da giros distintos cada día
y, sin embargo,
aún nos batimos a duelo con los mismos fantasmas
sin resignarnos a borrar las marcas del ocaso.
Soñando los oleajes que vendrán
con las corrientes de los mares.
Con la sangre intoxicada,
tanto como seguimos intoxicados
por la brevedad del instante
y la acumulación.

El mar siempre regresa
con la voz de los ausentes
y nos revela el rostro oscuro de la noche.

Este habrá de ser el momento para iluminarte
y trazarte, finalmente,
la nueva ruta que defina la mañana,
el instante en que la claridad se torne impostergable.

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MI POETA INVITADA:  Carmen Villoro

Otoño

Yo escribo los poemas que me escribió mi madre,
destilo su dolor
a través de esta pluma extemporánea.
Su dolor era el mar
y yo así lo veía desde el naufragio.
Ella tocaba el piano;
sus manos se deshacían sobre las teclas
cómo jirones de nube en el ocaso.
Dejó guardada las palabras en el clóset
y yo las fui a robar cuando el silencio
estaba a punto de borrarnos.
Ahora lee mis libros
como quien hojea un álbum de recuerdos
y algo de juventud se le atraganta
mientras yo escucho una sonata inexistente
y la tarde, a las dos, se nos deshace.

Zona de fumar

Miro a esas mujeres que fuman sus cigarros
como si hicieran el amor.
Una de ellas desprende la cintilla del celofán
con la gravedad de quién descorche el cinturón
o desnuda una corbata.
Otra caricia con tres dedos la lisura blanca
anticipando un fuego conocido,
queriendo retrasarlo.
Hay la que lo detiene con los labios
disfrutando su peso
su seca desnudez
y después lo humedece para volverlo propio.
La primera lo absorbe hasta el abismo,
se hace un poco de daño
para sentir que existe.
La segunda lo mira iluminarse
y consume en secreto sus recuerdos.
La tercera sacude la ceniza,
mira el humo
como quien despide de una calle solitaria.
Una lo apaga con pequeños golpes,
sabe de espasmos.
Otra lo tira al piso, lo tritura
y esa violencia la desquicia suavemente.
La tercera lo deja consumirse
porque no le gusta apresurar ningún desprendimiento.
Parece que platican,
desayunan en este restorán,
piden la cuenta, así, como si nada.
Pero sus cuerpos habitan otra realidad,
sus almas vibran,
su soledad salvaje las denuncia.

Fútbol

a mi hijo Federico

Te miro a través de la malla
que separa las gradas en la cancha.
Algunos gestos tuyos me hablan desde lejos,
quizá desde mi propia infancia.
Otros, te vuelven tan lejano,
tan dueño de ese ritmo que imprimes
al paso de tu sangre.
Qué poco entiendo
de aquello que se fragua
en el centro profundo de tu cuerpo.
Qué poco entiendo de fútbol.
Qué poco sé
de ese jugador de once años
que arde de pasión sobre la hierba.
Me doy la vuelta
y te dejo ahí,
jugando tu partido
del que sólo tú conocerás
el marcador final.
De Zurcido Invisible – Mantis Editores

UN CREYENTE DESCREÍDO [Mi poema]
Luis Cañizal de la Fuente [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo sólo soy un creyente descreído,
una especie de apóstata indigente
que ha buscado a dios constantemente
y hasta hoy encontrar no ha conseguido.

Mientras salgan los pájaros del nido
y brillen en la noche las estrellas,
y den a luz la vida las doncellas
y el pámpano se muestre florecido.

Mientras mi alma algún sueño haya tenido,
cada día en la mañana salga el sol,
la esperanza me envuelva de arrebol
y mi alma aún del cuerpo no haya huido.

Seguiré caminando empedernido,
el cuerpo siga vivo y lo presienta,
mi mente de saber siga sedienta,
buceando en torno a dios sin hacer ruido.

Y aunque vea que el mismo se resiste
de nuevo insistiré con gran denuedo
e incluso cuando entienda ya no puedo
yo seguiré buscando a dios, si existe.
©donaciano bueno

#Y tú, cómo te encuentras? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Luis Cañizal de la Fuente

MAJO MANUEL

También el viejo
de gesto impertinente de pelícano
y labio de papilla espurreada
llegó hasta conmoverse y llamar majo
a ese recién nacido
(que era como uno de sus muchos hijos).
Pero lo universalizaba; y desvariaba
hasta decir así, en tonada rústica:
Majo este sol de invierno en pared blanca,
maja la sombra humanitaria al amor del alpendre,
majos los matorrales enamorados orilla el río,
majo el caramillo y el olor a maleza quemada.
Santo el beso en la frente y el marchamo
de bobina pegado con saliva,
santo el barro que embiste
con su olor a cornada de burro,
santa la voz eugenia cuando ondula al viento,
santo el olor a violeta cuando no viene de la flor,
y santa en fin la vara verde cuando
mide grados de corrección en las espaldas.
Exagerada grupa de trompeta,
acontecidos tragos de coñac en voces de solista…

LANDRE COMA (A) LANDRÚ

Quién esconde palabras, quién escatima honra,
quién calla como losa la condición del leño;
y por culpa de todos hay mendigos de almendra,
hay bocados de adán que
piden misericordia de un ladrido
a las luces en forma de bombilla en bodega.

Mas por detrás del mundo hay otras veces
en que ingresan miradas inocentes como manos de pez,
desplazan en dos golpes de aleta dos nadas laterales,
lo ignoran todo generosamente
con el gesto fraterno del jabón,
y así se desgañitan en continuum.
Por el camino manso de naturalidad
protenden su natura de ladrillo;
si el reloj de ataúd da manchas de fatiga,
ostentan más y más que son de arcilla
y de curiosidad truncada a medio asombro.
Por fin, contentos, se
vuelven atrás de su propósito,
hacen el águila imperial a levante y poniente,
suben el abrigado cuello de la indiferencia
y profieren joviales sin desplegar los labios:
“Landre, coma, landrú.
Yo soy todo inocente. Mira si lo eres tú”.

LA HORA TODAVÍA

La hora todavía
se dejaba tocar en la cabeza.
Qué descanso: estar vivo
era seguir durmiendo.

La hora todavía
se dejaba tocar en la cabeza.
Qué descanso: estar vivo
era seguir durmiendo.

EN EL TRASMUNDO TIEMBLA UNA BOMBILLA

¡Valtellina aprendida de memoria
hace diez años, sobre los papeles,
en figura cambiante de lo que nunca fuiste!:
ni pergamino casi transparente,
ni ternilla de un blanco repulsivo
ni trémula cuajada para fauces.

EMPUJAR A LA NIEBLA CON LA VISTA

Empujar a la niebla con la vista
por la cara del lago
era empujar la vida y conjurarla
para que, en vez de desplomarse en una nada,
dé la vuelta en redondo de sí misma
y que la tarde se convierta en día
igual que la canicie inmensa de la barba
deviene espuma con la juventud.

EL MIRAR DE LOS OJOS ISÓSCELES

…Cuando el suspiro de disnea
va cayendo en cadencia de minueto,
que te sientes morir la muerte chica
y nunca acabas de llegar al cielo.

EL CIELO DE NUESTRA CABEZA ES UN PAVÉS

El cielo de nuestra cabeza es un pavés
de plata (ceniza) malhumorada.
Con él hemos vivido desde que nacimos,
y nada más se manifiesta
cuando las nubes bajas lo deprimen.
El cielo de nuestra cabeza es un pavés
de plata (ceniza) malhumorada.
Con él hemos vivido desde que nacimos,
y nada más se manifiesta
cuando las nubes bajas lo deprimen.

DIFERENCIAS SOBRE LA FOLÍA

Acércate a la Locura de la España
para que sepas lo que es en el mundo
clamar por la pared a golpes de hueso ilíaco usado como llana
hasta dejarla en puro pecado original,
hacer vibrar por todo el valle de la vida
los quijarazos de hueso afilado
hasta el extremo de navaja barbera o cuerda de viola:
para que sepas lo que puede ser clamar
en el valle multitudinario de la tarde
y no obtener de nadie más piedad
que si tocaras vigüela d’arco cara a la pared,
con rayos de sol limón
por toda consolación
los ratos que las nubes clementes lo consienten,
y no apremiar el arco en esa colofonia:
afilar el rencor.

(Al fondo del paisaje
visto desde la alcoba
encalada de música,
por cenefa ondulante, este motivo:
“Y tenderá la mano la mundana

hasta quedarse calva de pedir piedad”.)

DÍA DE SAN MEDER

San Meder: un carretero
crucificado en efigie en su aguijada
y cuyo nombre cruje dulcemente
con el santificado tinieblario de carreta, bueyes
y sogueo de cuero para yugo de vacas.
Viene por el amanecer el tembloroso monumento
como si contuviese en su castillo andante
la luz delgada del amanecer,
y temiese verterla.
En ese cuello y pulsos trasparecen las venas:
digo en el cuerpo del va-a-ser-de-día.

DEFINICIÓN

También hay un silencio enamorado.
Existe entre las cosas. Existe entre nosotros.
En un patio con luz hipnotizada
(las dos del día) yendo hacia septiembre.

En el suspiro misericordioso
del pecho de un enfermo.

En lo que hablan en voz baja los amantes:
cuando callan
y no se oye ni pasar el viento,
silencio enamorado.

Silencio enamorado
el que dejan las horas del reloj
cuando verbera el toque entre suspiros.

Silencio enamorado el que azotan
las alas de un ave pinariega
si entre agüero y agüero de su canto agreste
penetran las aristas resinosas
de callar un perfume.
De callar… y volver el aroma
como un dicho suertudo.

CORRAL DE LUZ HIPNOTIZADA

Ropa tendida, humilde y pueblerinamente,
en el silencio deslumbrado de las cinco:
banderas derrotadas que no besan el polvo
pero dentro contienen personas bocabajo,
humilladas en su estatura modesta
como reyes antiguos que vendieron
el balandrán poluto a los museos.
Pero estos de ahora, y sobre todo éstas,
lavaron muy lavadas sus holgadas mudas
antes de resignarse pecho a tierra,
por si había que recibir a la muerte con decencia.
Y ahí están, en suspenso la respiración:
mandan un sano olor caliente a tonsura labriega.

CONDEIXA-A-VELHA

Mil novecientos era en todo el mundo
una coimbra-oído medio del durmiente
a cuyo margen se alejaba un coche,
comiendo, enamorado,
las hojas de morera del silencio.

CARRER DEL POU DOLÇ

Alegre y errabundo
sales de pozos lóbregos,
entras
al pañuelo del aire,
que te torea, muy considerado,
con flámula de seda
ligeramente húmeda.
Y cuando lo respiras, cuando embistes
hacia adentro, bebiendo
su sabor a placenta, a plaza lenta,
a pureza corrupta,
percibes que es verdad, que ahí está
el toro ensabanado de la mar,
sus delicados dedos sudorosos
y su toque en la sien.
Por la noche se encorva, se doblega
a entrar en la caverna de mi olfato
(o convertido en cuervo
da un apretón jovial de pico y ala
a mi torso, a mi pecho, y un mantazo
de talante torero tolerante
a mis pulmones) muy bienhumorado.
Torero del calor aceitunado
de la noche y la mar en Barcelona.

BELMONTE

En Belmonte de la Sierra,
una casita en chaflán
la envidia de las manzanas
se la hacía disculpar
sacando a media mañana
a la pública piedad
os dois irmãos aleijados
al sol de mayor solaz:
cuál babea en su babero
de una banda a otra, y cuál
te mira de arriba abajo
como con pavor de alzar
la vista a ver de vedores.
Sobre los dos, este dosel de altar:
Parejas de manzanas que se besan
opuestas por el vértice
y arreboladas de felicidad.
Los coches daban la vuelta
no pudiendo soportar
las moralidades lusas
cual pendiendo de un moral:
en vez de lustre en las ramas,
un morado barrizal
al pie del árbol de ejemplo.
¡Para eso, mejor campar
por esos campos, agreste,
y, desde el nacer, punzar,
como hace la zarzamora,
que aroma y punza
desde el zarzal!
A parábolas terribles,
desprecios de Portugal:
Desculpe a maçada =
desculpe a maçã.

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LA GARLOPA (Palabras moribundas I) [Mi poema]
Lucas Palacios [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Garlopa, esa palabra moribunda
que a fenecer resiste y que galopa
en las manos expertas del artista,
desliza en la madera en la que frota.

A veces, ¡ay!, resopla furibunda
o bajo lentamente y ya se acopla,
no hay nada que a sus garras se resista
y nada se interponga si resopla.

Cepillo, ese aprendiz de carpintero
más joven, alicorto y timorato,
se aplica con más tímido arrebato
a la hora de esprintar sobre el madero.

En este acto virtual la entierro aquí
con la gubia, el formón y el berbiquí,
más no sufras, garlopa, no estás sola,
contigo va el puchero de la cola.
©donaciano bueno

Hasta las #palabras mueren? Share on X

La garlopa es un tipo de cepillo de carpintero que consiste en un paralelepípedo rectángulo de madera llamado caja procurando que la altura vaya disminuyendo un poco hacia las extremidades. La superficie inferior es perfectamente plana. A algunas pulgadas de la extremidad posterior se acopla una especie de puño para impeler el instrumento y cerca de la extremidad delantera se fija un botón.

MI POETA SUGERIDO:  Lucas Palacios

Apresamiento en el norte

A las cuatro de la tarde de súbito aparecieron
en seis caballos combados seis duros carabineros
con las lumas amarradas engominados enteros
cuentan que habían venido desde más allá del cerro
cuando parca se elevaba la luna con su desvelo
los seis señores ajaron –desequilibrio siniestro–
con los ojos como cuervos: allí lo tomaron preso.
Guerrero
Mareado se tambalea
herido de orgullo y pierna
su lengua le pide agua
pero bebe una cerveza
Ay Guerrero! ¿qué te duele?
¡no te rindas, por la cresta!
toma el vaso de la ira
y sigamos con la gresca.

Niña en silencio
a mujeres desconocidas

Apareció como sombra
confundiendo los colores.
El lobo y puñal cargado
sin huinchas ni pantalones.
Se desató con violencia
dejando amargo y salobre.
Los botones de la blusa
se arrancaron dando botes.
Con el cuerpo retorcido
savia caliente y dolores.
Por debajo de la falda
púrpura grito y desorden.

Escarabajo y hormiguero

«Esta norma no se aplica
a este grupo tan dolido
de honorables presenciales
ya que muchos sacrificios
han debido soportar
en generoso ejercicio
de su responsabilidad»
Al oír con entusiasmo
a dos tan sabios políticos
las hormigas asintieron
comprensivas, al unísono
pues todas se preguntaban
en aquel secreto críptico:
¿cómo cargar con impuestos
a ese grupo tan conspicuo?

Oráculo

Veo pájaros en cada mirada
palpo vergüenzas y desvaríos veces
me siento un impostor.

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MI POETA INVITADO:  David Pujante

LEVE DON

I
¡Un extraño misterio son los dioses!
Conocemos sus hechos: sus dones y también cuanto nos niegan.
No entendemos ni lo uno ni lo otro.

Te han dado la hermosura:
una piel tersa y blanca como la alta lujuria de los sueños.

Te han concedido hablar en varias lenguas
casi perfectamente.

Y te niegan lo más habitual
entre las concesiones de los cielos.
Te niegan el lenguaje sencillo de las pieles.
Te envaran el espíritu en la noche del cuerpo.

II
Cuando la suave mano que pide la caricia
pasa del justo punto del pudor (invento ajeno
a la verdad del cuerpo),
una oscura serpiente en tu interior
se retuerce y se anuda
y te cierras sobre tu oscuridad.

¿Por qué (pero los dioses no contestan)
no puedo acariciar tu joven cuerpo,
hablar con él la lengua del afecto?

III
Lentamente, en silencio, se conocen los hombres;
avanzando con paso, si cauto, decidido.
No me niegues la dicha de este nuevo diálogo:
Transitar por tu alma, por tu cuerpo y mi ensueño.

IV
En la profundidad de tu mirada
(dos negras insolencias),
las edades se agolpan.

¿Qué hiciste en otras vidas para sufrir ahora este castigo?
¿Qué no hice yo contigo, cuando nos conocimos, para este desamparo?

Llegaste un día a mi casa y te colaste
en mi coto cerrado, en mi amable reducto.
Nos miramos, nos dimos las manos y quedaron
un tiempo entrelazadas,
como cediendo al tacto ese decir
que aún no era de la boca.

¿Qué me engañó de ti, qué gesto,
qué intención aparente
que luego me negaste?

V
Como ocurre a menudo en el amor (palabra grande,
difícil de sostener, casi siempre más allá de lo oportuno),
los afectos encuentran a sus dueños
cuando no esperan nada,
cuando van descreyendo de que un regalo nuevo les aguarde.
Gran parte de la fuerza del amor suele ser la sorpresa.

VI
Nada tiene futuro en esta vida, y menos esto nuestro.
Así que no pregunto, me entretengo
en mirarte a los ojos, en pasar
la mano con la mente por tus sienes,
en todo lo que sé que he de perder un día,
sin pensar nada.
Como en la vida. Sin planes.
¡Qué digo como en la vida! ¡Estúpido lenguaje!
Nada de como, es la vida
que de nuevo me sorprende
inoculándome su fuerza
tras años de espectador ansioso por tocarla.

VII
No estás entre mis brazos
y me parece, en cambio, que quieras formar parte de mí mismo.
Pero lo que te asombra y lo que te divierte,
lo que te gusta y te hace sonreír ¡me es tan ajeno!
Vive tu vida en gozo
y yo estaré en mi sitio.
Los días que la vida nos une
son un portento inexplicable.

VIII
No puedo cometer el error de cerrarte el círculo
sobre mí mismo y asfixiar tus años.
La inteligencia también vale en el amor
y debe ser una especia que bien sazone
los ingredientes de la locura.
(De Animales despiertos)