A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

EL SABIO NO ES MÁS SABIO [Mi poema]
José Carlos Rosales [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mis versos son obtusos y algunos paticortos,
los hay que son abortos y otros que son ilusos,
indignos de reclusos, que se han quedado absortos,
ciegos a mis exhortos, hartos de malos usos.

Que sólo son dislates pariendo mi mollera,
lo sabe hacer cualquiera e incluso si es un bobo
pues apenas los sobo se nota la huesera
¡maldita cremallera, si escuece me jorobo!

Tan sucios, sin prestancia, que están siempre vacíos,
que son como esos ríos que nunca arrastran agua
y al mar sólo desaguan algunos desvaríos,
los ojos que suspiran debajo de una enagua.

No crean, no me quejo, con ellos me conformo,
por eso les informo no lean. Y aconsejo
agarren del esquejo, antes de en cloroformo,
que el sabio no es más sabio así sea él más viejo.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  José Carlos Rosales

PUNTO DE PARTIDA

Tú vienes de otra parte, yo vivo en otra época,
y ahora estamos en tierras que, al ser tierras de nadie,
nos sugieren espacio y aventuras, regreso.

Tú quisieras quedarte, yo pensaba emigrar,
pero sólo miraba los horarios o el rumbo
de los barcos que nunca fondearon aquí.

Me sentaré a tu lado, me dormiré contigo,
pues quedarse contigo es marcharse muy lejos:
tu mirada me aparta de este clima cerrado,
tus palabras me dicen aquello que no dije.
(De Poemas a Milena, 2011)

TIEMPO LARGO

Me estoy enamorando, todavía
me estoy enamorando. Ya lo sabes,
soy muy lento, la prisa no me gusta,
no es buena consejera: cuando quiero
una cosa, la miro y, si es valiosa,
me acerco muy despacio, nunca escojo
el camino más fácil. Llegar antes
no sirve para nada, lo que quiero
es llegar para quedarme, llegar,
llegar sin contratiempo. Ya lo sabes,
todavía me estoy enamorando:
más lejos llegaré cuanto más tiempo
gaste en llegar, porque el tiempo gastado
ahora no será tiempo perdido.
(De Poemas a Milena, 2011)

LAS FOTOS DEL PASADO

Cuando miro las fotos en las que tú no estabas,
me parece que miro fotos desconocidas,
fotos de un tiempo raro, el tiempo donde estaba
un hombre que tenía la misma voz que yo,
también el mismo nombre, fotos imprevisibles
o lejanas, escenas de una vida que tuvo
escasas travesuras, ninguna analogía.

Miro las fotos del pasado y compruebo
cómo entonces mi vida era sólo una serie
de ociosas tentativas, la herencia interminable
de un círculo que iba cerrándose, muriendo.

Aquel hombre era yo, pero aquel hombre era otro,
un hombre que esperaba, sin saberlo, tu nombre:
y, ahora, cuando las miro, esas fotos me traen
noticias que no entiendo, memoria indescifrable.
(De Poemas a Milena, 2011)

TUS SANDALIAS ESTÁN EN UNA CAJA

He visto las sandalias que usabas en el Cabo
de Gata aquellos días de agosto o de septiembre:
estaban en su caja y, olvidadas, tenían,
después de tanto tiempo, indicios de un verano
netamente feliz: granos de arena alegre,
huellas de sol azul.

Esta mañana he visto tus sandalias y estaban
esperando que fueras para hacerlas vivir;
pero llueve con furia y al verano le quedan
largos meses de nubes y borrascas. Estaban
tus sandalias tan solas que el otoño se ha vuelto
aduana o presidio, zona de paso, jaula.

Perdidas en el fondo del cajón de un armario
tus sandalias esperan lo mismo que yo espero:
andar sobre la arena, sentir la piel del aire,
que tus pasos nos lleven lejos de aquí mañana.
(De Poemas a Milena, 2011)

EN EL PUENTE DE BROOKLYN

Hemos cruzado el puente que hemos visto
tantas veces y vemos que las fotos
o el cine no resumen una mínima parte
de la vida que late en este sitio,
sitio de paso, puente, fantasía
para borrar el agua o la distancia.

Hemos cruzado el puente muy temprano,
lo hemos hecho despacio y hemos visto
las noticias y huellas de la gente
que trabajaba aquí, de sol a sol,
persiguiendo un sueño inalcanzable,
borrar el agua, unir lo separado.

Hemos cruzado el puente y no hemos dicho
ni una sola palabra,
las palabras que estábamos pensando:
no hace mucho que otros
lo cruzaron corriendo bajo lluvia de polvo,
amenazas, peligro.

Lo cruzaron huyendo
y hasta que ves las cosas no se sabe
lo que las cosas son: hasta que no miré
mis pies tranquilos junto a tus pies descalzos,
suspendidos y quietos sobre este mar grisáceo,
no he sabido que el mundo
es un milagro frágil, como el puente de Brooklyn,
como todos los puentes que en la vida hemos hecho.
(De Poemas a Milena, 2011)

LAS ALAS DE UN PÁJARO

Pienso en ti cuando miro la belleza
de las cosas minúsculas: las alas
de un pájaro que vuela o el silencio
de una piedra apartada del mundo.

Pienso en ti casi siempre. Pienso en ti
sin saberlo. Voy mirando las cosas,
y cada cosa trae alguna cosa tuya,
y todas juntas son lo que tú me has traído:
movimiento y reposo, la certeza
de saber lo que tengo.

Cuando miro las cosas minúsculas del mundo,
te miro a ti: te miro
cuando miro la belleza del mundo.
(De Poemas a Milena, 2011)

ÚLTIMO MOVIMIENTO

Todo está, todo sigue,
parece que las nubes
se mueven o que el aire
las mueve, no se sabe
cuándo las mueve el aire,
sólo sabes que el tiempo,
corazón sin destino,
no se salva, o se salva
con el último verso:
todo está, todo fluye.
(De Poemas a Milena, 2011)

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MI POETA INVITADA: Marta Miranda

La nada

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
A. Pizarnik.

Miro por la ventana
rastrillo el horizonte buscando
vida en este paisaje desolado
creo visualizar una oveja,
pero no
es una mata
definitivamente
no hay nada

Pura y fría desolación
un mal chiste
como si hubiesen escogido para mi
este paisaje que sólo contiene
el verde oscuro de los pinos meciéndose a lo lejos
una mata
y el viento
organizado para siempre

Perdida en la casa de este páramo
un plato sobre la mesa
una silla tumbada
me recuerdan que alguien alguna vez
estuvo vivo

El ruido de un teclado
pasitos diminutos que resuenan
en lo que bien pudo ser
un hogar
o una hoguera

Hace frío,
miro por la ventana y veo
toda mi fiebre
vuelta del revés
el hielo quebrándose
parecido a la lluvia

En el reflejo veo
una mujer que busca
acariciar lo tibio del paisaje

Postal

Quizá sea el momento
de tener una casa, un hogar
un perro que nos lama

Estampita
del álbum familiar
lejos del centro
tuvimos una casa
postal imperfecta
faltó siempre
el animal doméstico

Naufragio

En la oscuridad
abrazada al cuerpo de otro
como a un madero,
en medio del naufragio
navego la noche oscura
pero amanece
y lo que es tocado por la luz
se convierte en polvo

Vuelvo a la opacidad del día
sin ángel ni cuerpo
sin una palabra espero la noche
porque en ella
obro el milagro
amarte nuevamente
transformar la cama
en cielo puro.
Viajera Editorial

CUAL AVE DESPISTADA [Mi poema]
Horacio Castillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Los humanos somos gente impredecibles,
con cuatro frases que ensalcen nuestros egos
capaces somos de andar como borregos,
e incluso alguno de hacer cosas horribles
mostrando hasta que punto somos ciegos.

Somos veletas a las que mueve el viento
siempre a merced de oscuros intereses.
Los que manejan las tildes de este evento
saben muy bien la verdad que aquí sustento,
y el rendimiento a sacar para sus mieses.

Vamos buscando donde encontrar un lecho
en qué cobijo abrigar a los pesares,
somos esclavos, presos de los andares,
y a cada paso que damos, cada trecho,
sólo encontramos muros y valladares.

Que amebas somos, quizás no seamos nada,
sólo peones de enjambres cual abejas,
mero un pretexto a encontrar en la manada,
en su guarida unas tristes comadrejas,
sin alas, ave vagando despistada.
©donaciano bueno

Los #humanos, alguien sabe cómo somos? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Horacio Castillo

AMANECER JUNTO AL ÁRBOL DE LA CARROÑA

Toda la noche velamos junto al árbol de la carroña,
el ojo en vilo, la boca en llamas,
los miembros animados por un desconocido temblor.
Toda la noche velamos bajo sus ramas,
la nariz dilatada, el oído al acecho,
frotándonos los cuerpos unos contra otros
para evitar el frío que viene del espacio.
Toda la noche velamos, toda la noche,
inmóviles junto al árbol de la carroña,
como blancos cuervos espantando la nada,
soplando la trompeta de la descomposición.

HICE UN HOYO

Hice un hoyo en la tierra
y lloré dentro de él; lloré de bruces,
hasta que el llanto llegó al fondo,
hasta que todo se anegó,
hasta que brotó de la profundidad
un tallo que nadie hubo tocado.

PARA SER RECITADO EN LA BARCA DE CARONTE

El paisaje es más hermoso de lo que habíamos imaginado:
estas murallas que caen a pico sobre nosotros,
aquel sol negro descendiendo sobre la laguna,
allá, a estribor, un arco iris que refracta la niebla.
Pero esta moneda de hierro entre los dientes,
este óbolo que debemos morder hasta el término del viaje,
cierra la boca que desea cantar.
Cantar para estas almas tristes sentadas en el banco,
mientras el cómitre marca con el látigo el compás,
mientras ordena remar sin interrupción,
cada vez más fuerte, cada vez más rápido, más lejos de la luz.

TUERTO REY

Esta mosca que desova en el pantano
y vuela de mejilla en mejilla, de párpado en párpado,
ha traído la peste a nuestros ojos: ya no vemos
las nubes sobre los techos de la aldea,
la sombra de la garza remontando la corriente.
Pero al atardecer, cuando bajamos a la orilla del río
y el tuerto coronado de oro repite su relato,
descubrimos a través de su boca grandes señales en el cielo,
sangre de su ojo que sueña por la tribu.

CROAR DEL ALMA

Cuando mi alma, como una rana, salte a la nada,
la oirán croar, croar toda la noche,
croar arriba y abajo, al este y al oeste,
hasta que el ojo monótono de la luna llore en los pantanos,
hasta que cese el espanto y empiece la eternidad.

DICE EURÍDICE

La ansiedad me dominó, y luego la inquietud, cuando supe que venías:
horror de que me vieras así, con este tocado de sombra,
el pelo sin brillo -el pelo, que el sol no se cansaba de dorar.
Terror también de que no fueras el mismo -el que permanecía en mi memoria-
y al mismo tiempo curiosidad por ver de nuevo un ser vivo.
Hace tanto que nadie venía por aquí,
tanto que nadie se llevaba un alma o un perro,
que cuando oí tus pasos y tu voz llamándome,
cuando por fin te estreché, más que a ti estaba abrazando a la vida.
Después tu calor me condensó, me secó como una vasija,
y caminé por el sombrío corredor
otra vez con aquella máquina atronadora dentro del pecho
y un carbón encendido en medio de las piernas.
Caminé de tu brazo, imaginando ya la luz,
los árboles junto a los cuales caminábamos,
aquella habitación llena de espejos
donde flotábamos como dos ahogados.
Hasta que de pronto tu paso se hizo nervioso,
tu pensamiento se espantó como un caballo,
y vi que tratabas de desprenderte de mí,
de librarte de la trampa de la materia mortal.
«No te vayas -supliqué- no me dejes aquí,
déjame ver de nuevo las nubes y el sol,
suéltame por el mundo como una potranca tracia.»
Pero tú ya corrías hacia la salida,
y durante siete días y siete noches oí cómo llorabas,
cómo cantabas en la ribera del río infernal
nuestra vieja canción: «Lo lejano, sólo lo más lejano perdura.»

EXCAVACIONES

Hasta aquí llegó la vida, dices, y tu dedo toca el muro.
Hasta aquí llegó la muerte, dices, y señalas el dintel.
Pero si pones el pie donde estaba el umbral,
si te acercas con la rama de albahaca y un gallo en los brazos,
las sombras vendrán rápidamente a tu encuentro.
Pero si te sientas donde estuvo el umbral,
si cantas con el gallo -con el gallo de la memoria-
todavía puedes recordar, privilegio de los vivos,
todavía puedes olvidar, privilegio de los muertos.
Hasta aquí llegó la vida, dices, y señalas el dintel.
Y ya no sabes si estás del lado de la sombra o del lado de la luz.
Alguien viene a beber sol: extiendes la mano.
Alguien viene a beber sombra: extiendes la mano.
Y cuando el desconocido te pregunta quién eres, no sabes contestar,
cuando le preguntas quién es, no puede contestar.
Canta -pides- pero él no cantará.
Sueña -responde- y tú no entenderás.
Hasta aquí llegó la vida, dices, y tu dedo toca el muro.
Hasta aquí llegó la muerte, dices, y señalas el dintel.
Y cercas la zona con una cuerda de sol, la cercas con fuego.
¿Qué buscas en la zona de sombra? El perro se ahogó,
las gallinas se ahogaron, se ahogaron los gatos y los dioses.
¿Quién te busca en la zona de sombra? El pasto creció,
creció el viento que viene del olvido.
El aire tragó las tímidas palomas.
Y aquellos esbeltos caballos lustrosos.
Recuerda: lo que ahora no recuerdes nunca volverá.
Olvida: lo que ahora no olvides nunca lo olvidarás.
Y pasas de la zona de sombra a la zona de sol.
¿Qué buscas en la zona de sol? No sabes qué buscas,
mirando las ropas tendidas detrás del tiempo,
subiendo escalinatas que sólo llevan al vacío,
abriendo y cerrando puertas que no existen.
Hasta aquí llegó la vida, dices, y tu dedo toca el muro.
Hasta aquí llegó la muerte, dices, y señalas el dintel.
Y sentándote nuevamente donde estuvo el umbral
cierras los brazos, encoges las piernas, te duermes
en la gran matriz del llanto, si todo no fue un sueño.

LA TOMA DE CONSTANTINOPLA

Las naves, colocadas sobre rodillos y tiradas
por bueyes, descendían por las laderas
con las velas desplegadas y cada remero
en su puesto. Así, con esa visión -porque
creímos que era una visión- comenzó nuestro fin.
A la noche sacamos los íconos, los huesos
de los santos, cruces y pedrería, las reliquias
-el diente del loco que habló con su caballo,
el dedo meñique del pastor de lobos,
el centímetro de piel que jabonó la muerte-
y recorrimos la ciudad entonando himnos.
En vano: el tiempo se había cerrado detrás de nosotros
y una fuerza irresistible cortó por lo sano
lo que estaba sano o por lo enfermo lo que estaba enfermo.
Habíamos vivido en el interior de un huevo
(el huevo sin salar de la Creación -decía)
y nunca pensamos que fuera del mismo existiera algo
y menos un poder suficiente para cascarlo.
“Han puesto una cuña en mitad del sueño
y ahora tendremos que soportar de nuevo el destino:
si esto o lo otro, hacia aquí o hacia allá, qué, dónde
nosotros que conocimos la gracia de la verdad
y de su mano habíamos llegado hasta el cielo”.
“Es el fin, my only friend, el fin -contesté.
De los planes que elaboramos, el fin; de todo
lo que perdura, el fin; sin sorpresa, el fin.
Toma, pues, la autopista del desierto,
cruza conmigo el lado salvaje del dolor.
Starfucker, starfucker, este es el fin”.
“Quiero bailar al compás de los salmos,
bailar frenéticamente al ritmo de la pena madre.
Déjame olvidarme del hoy hasta mañana
¿o ya es mañana y hoy el fin de todo?
Sálvate solo, ya que yo no te he podido salvar”.
Habíamos comenzado a escapar, las llamas
bloqueaban rápidamente todos los caminos
y volvíamos una y otra vez la cabeza
para ver cómo nacía una nueva civilización.
“No quiero morir en el lecho de una euménide -grité.
Espérame en la tierra del sueño más azul”.
Pero ya había crecido la maleza en la Historia y en sus ojos.

PARA SER RECITADO EN LA BARCA DE CARONTE

El paisaje es más hermoso de lo que habíamos imaginado:
estas murallas que caen a pico sobre nosotros,
aquel sol negro descendiendo sobre la laguna,
allá, a estribor, un arco iris que refracta la niebla.
Pero esta moneda de hierro entre los dientes,
este óbolo que debemos morder hasta el término del viaje,
cierra la boca que desea cantar.
Cantar para estas almas tristes sentadas en el banco,
mientras el cómitre marca con el látigo el compás,
mientras ordena remar sin interrupción,
cada vez más fuerte, cada vez más rápido, más lejos de la luz.

TREN DE GANADO

Somos inocentes, gritábamos desde los trenes.
¿Era de noche o de día? ¿Estábamos vivos o muertos?
Asomados por el tragaluz mirábamos la inmensa llanura.
De pronto un mugido nos traía el recuerdo de Ifigenia
y volviéndonos hacia nuestros hijos los apretábamos contra el pecho.
¿Qué es aquello? El sol. ¿Qué es aquello? Una nube.
Habíamos olvidado el color del mar, el olor de la lluvia.
Los que sabían de estrellas habían olvidado sus nombres
y les dábamos los nombres de nuestros hijos para orientarnos al regreso.
¿Qué es aquello? Un árbol. ¿Qué es aquello? Un río.
Y un canto gregoriano se elevaba a nuestro alrededor,
hablaba por todos los destinados al sacrificio.
Somos inocentes, gritábamos desde los trenes.
¿Era de noche o de día? ¿Estábamos vivos o muertos?
La leche se había agriado en los pechos de las madres,
peinábamos nuestro cabello y se convertía en ceniza.
¿Qué es aquello? Un pájaro. ¿Qué es aquello? Una piedra.
Y bajando la cabeza ocultábamos nuestro rubor,
cortábamos en silencio las uñas de los muertos.
Somos inocentes, gritábamos desde los trenes.
¿Era de noche o de día? ¿Estábamos vivos o muertos?
Bebíamos al atardecer el vino de los ciegos,
soñábamos todavía con un bosque de orquídeas.
¿Qué es aquello? Arena. ¿Qué es aquello? Niebla.
Y la vida escapaba como un murciélago entre las sombras
y nos dormíamos con una inusitada mansedumbre en la mirada.
Después nuestros ojos se volvieron como los ojos de las estatuas,
miramos nuestras manos y había desaparecido la línea de la vida,
y desde la estiba se elevó el ronco yambo
gimiendo por ti, por mí, por todos nuestros compañeros.
Sólo quedaron detrás nuestro líneas etruscas,
cantos de cera navegando hacia el sol,
y a nuestro lado siempre tú, piadoso coro,
tú, alma mía, vaca coronada de nardos y violetas.

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COLORES [Mi poema]
Hugo Gola [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Confieso, yo amo los colores, todos,
pues todos me parecen muy bonitos,
cuadrados, ovalados, redonditos,
de frente, de perfil, de todos modos,
gigantes, tan pequeños, tan chiquitos.

Vistosos, revoltosos y graciosos,
ornados con matices opalinos,
límpidos, transparentes, cristalinos,
sencillos, presumidos, glamorosos,
orgullosos y de un ego supinos.

Los amo cual carmín amo en la boca
de una niña que me mira sonriente,
blanco el agua que escapa de una fuente,
que cae desprendida de una roca
o verde la esperanza se presiente.

Los amo al fin cual ser feliz se ansía,
su aspecto divertido variopinto,
del rosa, blanco y rojo vino tinto,
arco iris al atardecer de un día,
si algo hay que no me agrada lo retinto.

Colores, colorines, coloretes,
¿qué sería del mundo sin colores?
¿podéis imaginar neutras las flores,
pálidos de unos niños los mofletes?
colores, obras sois y mis amores.
©donaciano bueno

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Comentario del autor sobre el poema: Los colores forman parte de la salsa de la vida, Qué sería de un mundo en el que todo fuera negro?

MI POETA SUGERIDO:  Hugo Gola

Para leer en voz baja:

Cuando cierro los ojos
y no veo la calle
es cuando mejor la veo

Cuando caen mis brazos
y mis manos se duermen
es cuando palpo mejor
la corteza de los árboles

¿Es posible que sólo
cuando me arrase la muerte
alcance a descifrar
el ardiente y oscuro fuego de la vida?

Para leer en voz alta:

Sólo sonidos sordos
silentes
silbantes
salvajes
sucesivamente ciertos
suelen subir
o someterse
sostener situaciones
cifras
sitios
soledades
son la sola certeza
soslayan simulación
y servidumbre
sonido soberano
selva sinuosa
suspendida en el cielo
suave soporte
solar sacrificado
de un sol secreto.

Empieza

Empieza
empiezo
es el comienzo
el alba
del día primero
del único
estático
inmutable
rompe la luz
o continúa
matiz sonoro de la sombra
quiebra
desasosiega
la cornisa liviana
un cuerpo se despereza
y otro repliega su fatiga
y aún otro
penetra en otro
o abandona
lo que fue penetración
y todo en el mismo momento
en que ese minuto estático del alba
el gozo
el de las manos
el de la piel
el puro purísimo goce
difunde su énfasis
o se acurruca
en el repliegue
blanco de la sábana
y la última gota de semen
se evapora en el aire caldeado

Se da vuelta
se vuelve
en el semisueño
toca
toca todo
con su mano
todavía imantada
antes que llegue la luz
y caiga sobre el párpado
antes de que florezca
en la abierta flor de la pupila
nada basta
para la vasta expansión
que sube sola
sin nadie
y a la que nadie puede oponer
un dedo
una uña
un delgado cabello
última gota fértil
que cae
con toda la pasión
o sin ella

La mano que se abre
suave
y toca el seno
que se abre suave
en el alba
cuando se abre la luz
y rompe la corteza
mientras uno se yergue
o gime
y otro depone su arma
entrega todo
y se va
sin haber
o habiendo
pero se va
otros
todos se irán
pero él se va ahora
en ese suspiro final del alba

Paseó
paseó su paso
distraído
frente al fresto
dorado
escaló el fulgor de la colina
bebió del cristal
el líquido
fragante y claro
mordió por última vez
la carne oscura
la traspasó con su lengua
erizada
estilete
afilado
en un alba
incierta
y sucumbió
sin dejar rastro

A penas anda
apenas
una sílaba basta
solo una sílaba
y todo cambia
acentúa
corta
divide
un segundo
para revelar
todas las faces
en ese
ese sí
el estático
único
suspenso ahora
en la hora
de todos los inicios
en el instante
en que cae la semilla
y surge la niebla
y la gota de lluvia
es devorada por el polvo
por el cuerpo sediento

Dar un paso hacia el costado
caminar por la calle de arena
eludir aquel segundo estático
del alba
con la última luz
alguien retoma las orillas
junto al aura húmeda
recorre el cinturón de tierra
defensa ilusioria
contra un dios imprevisible
mientras mides tus pasos
con los suyos
en este invierno
desmedido
una gaviota sola
aletea azulada
y un martín pescador
avista su presa
en un vuelo rasante
se desvanece la luz
en tanto imprimes
una y otra vez
sol agua pájaros
para solitarios días
venideros

No hay refugio
sin embargo
pora el hueco de las manos
ni agua dulce para la sed
retomas a tu cerco de piedras
y cae el frío
sobre los nidos vacíos
la llama azul
tiembla
desvelada por el viento

La hora primera del alba
la hora crucial
del éxtasis
permanece suspendida
en la mitad misma
del camino
en el filo
en la punta afilada
en el filoso bisturí
que corta y penetra y separa
mientrs alguien despierta
y otro agota su danza
¿volverá este arco encendido
a tembrar en el segundo
de la aurora?

Se atraviesa
se cruza esta comarca
por la delgada cornisa
a veces
el pie se adhiere
a otra piel
y desborda la fricción
toca otro pie
y paraliza el tiempo
o se sumerge sin límite
y pie
y pie
y mano
y ojos
perduran en su brillo original

¿Qué nos queda
de aquel giro solar?
de aquel encuentro?
del vuelo sobre hondonadas
y requiebros?
de aquellos círculos fragantes
de aquellas esferas
feraces
o feroces
que a veces se tocan
en la línea del amor?
o se extinguen con las cenizas
del crepúsculo?

¿Somos acaso
‘las abejas de los invisible’?
o el aliento provisorio que dura un día
e intenta enhebrar la sombra con la luz?
o lo que perdura de aquello que ya no es…?
La rosa que pétalo
a pétalo
se deshace
¿florece de nuevo
en un aura
en un cielo blanco
o negro
en un cristal fragilísimo?
¿en qué playa de espuma
se deposita la dulzura?
¿hasta qué confín llega
el vértigo de los amantes?
su manzana fragante
sus dedos líquidos
sumergidos en huecos
ardorosos?

Los pétalos caídos
de la rosa
suben de nuevo
hacia la luz?
pero el fuego que no cesa
a qué entropía rinde su desvelo?
aquella trasmutación
trasvasa plomo en pluma
en aire
en nada?
el ferroso metal
en música silente
en sombra vagabunda?

¿Desde dónde miras?
¿con qué manos tocas todo?
con qué labios?
con qué tacto
vas ardiendo
de zarza en zarza?
con qué miel recompones
tejes curces trenzas
uno a uno
los hilos
de esta postrer
floración?

En el senundo
estático del alba
la vida
y la muerte
sueldan su suerte
una bebe de la otra
y el líquido
que no se agota
mantiene su nivel.

Nunca

nunca
el sueño
descubre
quién teje
en la sombra
quién mezcla
rostros
rastros
los dispersa
quién pone
los pies
sobre campos
lisos
quién?
Piedras
pastos
pálidos soles
flores arrasada
por el viento
pájaros ciegos
llegan
de dónde?
Padre mío
tan callado
que dices
que no te oigo
desde esa orilla
turbulenta.

Sin conocer…

¿Sin conocer
no puede
el ave
cantar?
¿O sí puede el ave?
Cantar no es
sino
un sol

¿Sabe
el ave
de su sol?

¿Sabe versa
sobre
lo que el ave
cantar
no puede?

Pero igual
el ave
canta
sin saber

¿Qué es
entonces
saber?

Si el ave
sin saber
canta
el río
sin saber ríe
el viento
sin saber
filtra
su suave sonido
entre las
ramas
¿sobre qué versa el saber?
¿Sabe
acaso
el ave
de dónde sube
el sonido?

Voz
sonido
silbo
¿sabe el que aprender?

Pájaro luz sonido
vienen
meneándose
rodando
desde la piedra
desde el silencio solapado
tejido púrpura
rodaja azul
cuarzo
cristal
ojo
aire vibrátil
palma
vórtice
torbellino
remolino de espuma
el pájaro
sabe y no
sabe
suspira apenas
y sale
de él
un sol

Sin saber
sabe
Siembra
su luz
¡su lu mi lu!
sin saber
teje
su urdimbre
el bosque

Le paradis n´est pas artificial
pero
¿quién lo logra?

¿Es este sol
el paraíso?
¿es este trino
el bosque
el ave
el paraíso?
¿y luego
agonía?

¿Fue inútil
toda
la ardua
relojería
de los años
el ascenso de siglos
los signos en el metal
borroso
en la piedra
en la semilla
-chispa guardada en la tumba
para alimento del viaje-
¿fue inútil saber?

Si soplas sobre el viento
si agregas al nudo de aire
tu nota
tu no tan limpia nota
tu nota sola
¿sumarás algo al saber?

¿Un flash
y luego
la agonía?

¿El paraíso
será
sólo
el olor de la menta?
¿y los ojos perdidos
de la vaca?
¿y las orejas
del galgo
siguiendo
el rastro
huidizo
de la liebre?
¿y el relincho
del potrillo
cabalgando apenas
por un pájaro negro
¿sólo un relámpago
el paraíso
y luego
la mella inevitable
de una hora
de agonía?

El oscuro
saber
del ave
la naranja
que cae
la hierba
que se
inclina
¿bosquejan acaso el paraíso?

Le paradis n´est pas arificiel
es
real
aunque
fugaz
Cruza
apenas
el aire
como la frágil mano
que atraviesa
la llama
¿y después?
¿una hora de agonía?

Saber versa paradis
paradis saber versa
mellado flash saber
saber relámpago paraíso

El ave
avala
el paraíso
sin saber
y tú
que manipulas
monedas
que degradas
tu ojo
que desquicias
tu lengua
que tanto
discurres y
acumulas
que rentas
ruedas
rumias
que sin descanso
recorres
tierra y mar
para
aumentar
no se sabe qué
¿o se sabe?
no logras
saber
lo que el
ave
sabe
al cantar

Pierde su sitio
y
ya no aprende
el hombre

Sin espacio
no puede
el alma
sin su espacio
no puede
sin su espacio
alma
ni cuerpo
pueden

Mas el ave
no pierde
ni la piedra
pierde
ni pierde
el caballo
ni la abeja
relincho gravedad silbo zumbido
¿sólo tú
pierdes
entonces?

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YO ESCRIBO POR PLACER [Mi poema]
Elaine Vilar Madruga [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo escribo por placer, es bien sabido,
y que lo hago como un divertimento,
tan libre como el aire, como el viento,
cual alguien que en la luna está subido.

Que al mundo mira y se halla sorprendido
ante una trama de un cuento que es cruento,
que duda si es verdad o es un invento
o es que más de la cuenta él se ha bebido.

Y llega a concluir, mucho lo siento
que en menudo vergel está metido,
no sabe la razón porque ha venido,
ni por qué ha de marcharse en un momento.

Y comprende que no sirve un lamento,
ni una soflama, réplica ni un grito,
que todo lo que piense ya está escrito
y sólo al fin le sirve estar contento.
©donaciano bueno

Y tú por qué #escribes? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: Alguien sabe para qué escribimos a sabiendas de que pocos, salvo algún caso, van a ser leídos.

MI POETA SUGERIDO:  Elaine Vilar Madruga

Eleusis

“Dios habla a cada uno tan solo antes de hacerle…”
Rainer María Rilke.

en Sión
conocí
la paciencia desnuda sin ojos:
todo en ella sobraba.

los héroes subían por las laderas
con sus cráneos de hueso
con sus manos de hueso.
apacibles bestias
que subían
más hermosas que dios
indiferentes a eso que no pude darles
ni siquiera
quedándome
abajo.

Framboyán

atravesada por los pistilos
de la flor naranja de la muerte
espero la caída del árbol
el hacha
el sonido del fin.

el mundo arde en un llamarada
suda y tiembla
cuando llega el huracán
el trote de los vientos
la mano decapitadora.

caen
una a una
las flores/las hojas/ la esperanza.

bajo el flamboyán
también mi cabeza:

el otoño.

Ámbar

la isla habla de sus torceduras
como el niño muerto de la foto
que alguien nombró hermano/hijo/árbol familiar/espada.

la pared aun exhibe el cuadro de la sangre
en el diente de perro.
la mano del niño lleva la botella de ámbar
sobre el sello de la nuca.

aquel fue el año de la foto y el estero:
en los yaquis de la costa,
alguien descubrió al muchacho ensangrentado
que emergía
junto al cangrejo de lo eterno.

en la línea de la playa
surgieron después los rastros de dientes y uñas
como moscas empantanadas en ámbar.

nidada

el agujero de la ciudad era un nido de cuervos
y mi padre el de las plumas negras
volaba hasta el reborde del hotel
hasta las tejas rotas
para piar a gusto
mientras yo caminaba entre las calles
iguales a hollejos de naranja
con su asfalto roto por los muertos al partir
pero mi padre siempre el predilecto
cuervo de la nidada
me observa cómo no hacerlo si quería
cómo impedir que mi padre abriera el pico
desde la ventana más alta del hotel
y bajara entre chillidos y plumas a enredar mi pelo
y gritarme maldita vuelve a casa
cómo no hacerlo si podía si era mi padre y mi madre
y mi familia
si el hotel era su reino y ahí estaba
como el gran gobernador de la ciudad
que dictaba leyes con las garras
no importaba correr caminar rápido el intento de huir de aquel
hollejo
él estaba sobre mí
y decía aquellas cosas que escuché antes sobre la heroicidad
de las ciudades
sobre los negros las mujeres desnudas en el metro
los homeless de manos extendidas
que tenían un dólar más que yo en el bolsillo
no sé si he dicho que el umbral de aquel hotel era su tumba
su palacete su reinado
y nadie menos yo que nadie
podía ejercer poder allí
menos yo entre los cuervos hija de cuervos pero sin plumas
suficientes
para una huida

madre padre las calles de esta ciudad escupen alto
contra la ley de la gravedad contra la hipnótica manera de quedarme
quieta
no vale suplicar
solo es preciso bajar la mirada
pasar frente a la estatua mortuoria de un hotel
y mirar a padre en el ojo en el tercer ojo que le ha nacido en la cabeza
como una flor del primer día
avanzar pero no huir de la ciudad como un hollejo
donde los cuervos picotean ciertos dulzores de otro mundo
donde también yo me afano en abrir el pico
y llevar mi parte hasta la ventana más alta del hotel
para temblar luego y morir arriba
un ventisquero de plumas casi azules
caerán sobre el púlpito en las calles
sin aplausos ni escenarios
solo un huevo sobrevivirá
al tercer invierno.
Del poemario Las hijas del gulag (inédito)

(Cito)drama

nunca he pensado en la madre patria
bajo la forma del ombligo de una isla
paralizada mar adentro
con veinte libras de más
embarazada rota alta costura
hilo dentro del hilo
la madre patria
la madre guerrilla
la madre árbol
hilo bajo hilo
espasmo bofetón prueba citológica
(cito)drama
de la niña llorona
hilo desde el hilo
la madre patria abriendo su agujero
para enterrar los números de la resistencia
pasiva
solo pudo ser
hilo por hilo diente por diente
jamás pienso en ella en su reborde
puñal en el corazón
tatuado asco
no-sé-qué-cosa indefinible
desde el muro el hilo me detiene de saltar a otras dimensiones
parada no-sé-dónde (psicoanarquía) tú no podrás no-sabes-cuánto-cuesta
ni-adónde-vamos
pero sí que la meta está más allá
del hierro en tu corazón de mosca
hilo-no-sabes-por-qué
la madre patria no tiene rima estibadores de versos campeonatos
para ver quién el de la nariz más larga
el rostro más feo la oreja de lobo más tiesa por encima del disfraz
quién el rey de los campos de marte
quién el rey del hilo sobre el hilo
quién el huérfano de tanta madre patria
que no cabe
dentro de sí misma.

Del poemario Las hijas del gulag (inédito)

elefantopía

pastan los elefantes en las carreteras
se han apropiado del mundo
que dejamos atrás
cantan otras músicas
y también vacilan a veces
como ancianos con las piernas rotas
se ayudan se tropiezan sueltan maldiciones
con las trompas sucias
de un fango antiquísimo
un fango antes de dios
que se ha acumulado en la carretera

no es el ascenso hacia un nuevo tipo de vida
ahora que hemos dejado
de comunicarnos
por la telefonía móvil
vía satélite

hello hola bon voyage arrivederchi il mio cuore

una patana que bota agua antes de hundirse
aceptaría
que los elefantes son ahora los dueños del mundo
los amos de la creación
inapetentes de otra cosa que no sea
este silencio de elefantes
entre una pata y otra
qué puede importar
qué raíz vieja
qué puede sobrevivir
de il mio cuore
de las arias de pavarotti
de las galas macedonias
o los museos de cera
enterrados están
en las colinas de los muertos
luego de los créditos
de la película

entre lodazales
marchan los elefantes
reservan los aplausos
para sus hijos
juntan las patas
en un bamboleo un juego un concepto
de morir de pie
como los héroes

ningún elefante se arrodilla
ningún elefante olvida
ningún elefante perdona los errores del pasado
ningún elefante camina solo.
Del poemario El ojo de equus (inédito)

erzsébet báthory odia a los caballos

declaración

mi mejor amiga erzsébet báthory
no era precisamente condesa
ni precisamente sangrienta
había heredado su apellido
de cierta dinastía de patriarcas
grandes hombres ellos
obsesionados con las propiedades sanadoras
de la mandrágora y de dios
cuidadores de caballos desde el siglo uno
antes de cristo
el erzsébet también era una herencia
pero esta vez de su abuela
que había marchado en auschwitz
junto a una fila de perros alemanes
la frase no es metáfora
quiero aclarar canes de alemania
nacidos y criados en nobles casas de alemania
comedores de pienso alemán
desde sus primeros días como perros

mi amiga en consecuencia
odiaba a los patriarcas
a cualquier cosa que oliera a hombre
en consecuencia detestaba a los perros
sobre todo los pastores alemanes
y sus ladridos de fin del mundo
animales que obedecían órdenes
en idiomas guturales
órdenes semejantes a achtung o quién vive
en consecuencia no soportaba
el recuerdo de su abuela hambrienta
en los pabellones de las mujeres
con las tetas escuálidas después de haber compartido
el último pan
con una polaca embarazada de ocho meses
en consecuencia nunca hablaba
de la raíz de su nombre

prefería llamarse nadie
como cierto héroe
de cantos épicos

mi mejor amiga erzsébet báthory
nunca conoció una tina repleta de la sangre
de muchachas
menores de quince
vírgenes
menores de quince
no le apetecía la juventud
que según ella
no se disfruta y termina
como un establo sin heno
lleno de relinchos y de yeguas

puede que eso le recordara a los patriarcas
a su abuela
o a su nombre
pero erzsébet también odiaba
a los caballos.
Del poemario El ojo de equus (inédito)

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BUENOS CONSEJOS… [Mi poema]
Dimas Lidio Pitty [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Fue mi madre quien me dijo
donde fuera haz lo que vieres,
desconfía en las mujeres,
la familia es tu cobijo,
no te des a los placeres.

Que la vida es sacrificio,
no hagas lo otro, no hagas eso,
y aprender has un oficio,
cuida siempre el beneficio,
no te dejes dar con queso.

Hijo, a ver si te espabilas,
deja ya de ser zoquete,
no hagas caso a meapilas
cual badajo en las esquilas
de algún cuento de Petete.

Muchachito, no seas bobo,
mas de listo no presumas,
sin mentir, que viene el lobo,
las ideas en adobo,
que no vea que tú fumas.

Yo escuchaba sus librejos
como hiciera un buen mocoso
evitando los complejos.
Y siguiendo sus consejos
me he pasado haciendo el oso.
©donaciano bueno

Aquellos consejos con el paso del tiempo se han ido llenando de polvo Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Dimas Lidio Pitty

La Tempestad

a Marianita

Junto a mí
dos
niños buenos
tienen miedo.

Noche gris.
Dos largos truenos
por el cielo.
Del libro El País Azul

Lo Que Ansiaba

De niño ansié tener un fusil
para cazar las aves que los vientos llevaban al sur.

Era mi pueblo en días azules
Ahora soy hombre y es de noche
pero quiero tener un fusil
un auténtico fusil de hierro y patria.
Del libro Camino de las cosas

Hago lo Posible

Aquí estoy con un cheque atravesándome el ombligo
caminando estas horas
recibiendo y dando besos en la boca
huyéndole al anticomunismo y a los acreedores con caras de culebra
pensando en la que me espera y no conozco.

Aquí estoy señores
Hago lo posible
Pero es duro esto
( y no es que quiera hablar como Vallejo ).

El que dude que venga
que llegue y pruebe en su espinazo
que pase a ver mi casa
Verá cómo duele

Es duro esto les repito:
«coexistir pacíficamente con la muerte».
Del libro Camino de las cosas

Cuento

«Fino como una aguja
fuerte como una espada».
Paul Elvard

Era un pueblo sin brújula
ni estrella
Un pueblo de pequeños hombres
de pequeñas casas
de pequeños ríos
y horas
y madres
y cosechas mínimas.
Está escrito
era débil
de pequeña vida
y cielo pequeño.
Era un pueblo diminuto
pero sus héroes más grandes que el olvido.
De la Revista Santiago, No. 7, Santiago de Cuba.

Hay un Sitio

Hay un sitio de pájaros y flores
donde los hombres temen saludarse.

Hay un sitio con mares y montañas
donde nadie es dueño de su muerte.

Hay un sitio de eterna primavera
donde el amor ha sido desterrado.

Es una tierra donde nadie canta
porque el fusil impuso su silencio.
Del libro Crónica Prohibida

El corazón del hermano,

Sueste
Mi canto viene del llano,
del arroyo, de la bruma,
del lucero que se esfuma
en la lluvia, y del macano.
De la brisa del verano
obtuvo la melodía
y de las claras del día
el destello luminoso
que baña el alma de gozo
y da al corazón poesía.

No lo desvelan congojas
ni vaivenes de amoríos
y fluye, como los ríos,
cristalino entre las hojas.
Por tierras negras o rojas
avanza como un torrente
de amor a toda la gente
sufrida, pobre, sencilla,
en cuyo seno es semilla
de un futuro diferente.

Mi canto le da la mano
al extraño y al amigo
y no anhela más abrigo
que el corazón del hermano.
Solitario, pero ufano
de ser parte de la vida,
el que lo escucha no olvida
su misión ni su destino,
pues la esperanza es camino
aunque parezca perdida.

Canto de sangre mestiza,
nacido en el desamparo,
en la penuria es un faro
que bienestar preconiza.
En sus notas se desliza
la vocación justiciera
profunda, firme, y la espera
de un pueblo sin ataduras
que busca paz y venturas
bajo una sola bandera.

Mi canto no es mensajero
de dogmas, ni partidario
del tirano sanguinario
que roba patria y dinero.
De los pueblos es sincero
defensor de la verdad
y propugna la igualdad
de todos en el planeta,
para alcanzar esa meta
que se llama Libertad.

Décimas Chiricanas
Publicado en: Revista Lotería, Nº 352-353,
de Julio-Agosto de 1985

La ingrata arrepentida,

LA INGRATA ARREPENTIDA
Pasitrote

PERDON PIDIENDO A MIS PIES
ANOCHE VOLVIO LA INGRATA.
PORQUE EL GRINGO LA MALTRATA
YA NO LE GUSTA EL INGLES.

A los seis meses cumplidos
de haberse ido del hogar,
Silvia vino a suplicar,
con ojos arrepentidos.
En la puerta, sus gemidos
escuché, más de una vez;
y en el silencio, después,
del rancho que había dejado
fue como can regañado
PERDON PIDIENDO A MIS PIES.

Estaba puesto el invierno
cuando regresó, afligida,
diciéndome que su vida
no era vida sino infierno.
Juró, por el Padre Eterno
y por mi Cristo de Plata,
ser más dulce que una gata,
si olvidaba su desvío;
fue así como al techo mío
ANOCHE VOLVIO LA INGRATA.

Al oír su desventura
sentí pena y compasión,
mas sujeté la emoción
como a potro en la llanura.
Y es que Silvia se figura
que no sé de qué se trata:
es historieta barata
el cuento que me ha contado;
y ella solo ha regresado
PORQUE EL GRINGO LA MALTRATA.

La ilusa siguió el destino
de coqueta y casquivana
al cambiar, una mañana,
mi amor por un auto fino.
Mas luego no le convino,
se arrepintió del traspiés
y pensó que yo, tal vez,
perdonaría su extravío.
Porque el pobre Jim es frío,
YA NO LE GUSTA EL INGLES.

Décimas Chiricanas
Publicado en: Revista Lotería, Nº 352-353,
de Julio-Agosto de 1985

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QUISIERA VER [Mi poema]
Hernando de Acuña [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy quisiera yo ver, mas ya no veo,
un simple hálito ser de la esperanza,
el creer distinguir de adivinanza,
no asociar con el ansia del deseo
de gozar de este mundo y su pitanza.

Quisiera ser un niño en el recreo,
el aura que arrebola a una alabanza,
la ingenuidad que adorna a Sancho Panza,
palabra cuando escribo que hoy empleo
la prenda que se deja en la fianza.

A tí, Dios, a sabiendas que no existes,
me dirijo cual fuera yo Unamuno*,
seas más, cuantos seas, seas uno,
te reclamo a los hombres no hagas tristes
y salves del penar inoportuno.

Confieso que te anduve aquí buscando
en naranjos, de la uva entre las cepas,
en el mar removiendo y buceando
y siempre, a mi pesar, sigo dudando
si es ésta la verdad, mentira a secas.
©donaciano buen

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MI POETA SUGERIDO:  Hernando de Acuña

Ya se acerca

Ya se acerca, señor, o ya es llegada
la edad gloriosa en que promete el cielo
una grey y un pastor solo en el suelo,
por suerte a vuestros tiempos reservada.

Ya tan alto principio, en tal jornada,
os muestra el fin de nuestro santo celo
y anuncia al mundo, para más consuelo,
un Monarca, un Imperio y una Espada.

Ya el orbe de la tierra siente en parte
y espera en todo vuestra monarquía,
conquistada por vos en justa guerra.

Que a quien ha dado Cristo su estandarte,
dará el segundo más dichoso día
en que, vencido el mar, venza la tierra.

Soneto

Huir procuro el encarecimiento,
no quiero que en mis versos haya engaño,
sino que muestren mi dolor tamaño
cual le siente en efeto el sentimiento.

Que mostrándole tal cual yo le siento
será tan nuevo al mundo y tan extraño,
que la memoria sola de mi daño
a muchos pondrá aviso y escarmiento.

Así, leyendo o siéndoles contadas
mis pasiones, podrán luego apartarse
de seguir el error de mis pisadas

y a más seguro puerto enderezarse,
do puedan con sus naves despalmadas
en la tormenta deste mar salvarse.

A su Majestad

Invictísimo César, cuyo nombre
el del antiguo Carlo ha renovado,
al sonido del cual tiemble y se asombre
la tierra, el mar y todo lo criado;
en quien Roma su imperio y gran renombre
conoce más que nunca sublimado,
y do el dichoso siglo que os alcanza
pone primera y última esperanza.

Vos, pues, Señor, en cuya fortaleza
el nombre se sustenta y ser cristiano,
y en el supremo grado de grandeza
tenéis siempre delante el ser humano;
si del don bajo suple la bajeza
un puro corazón sincero y sano,
dél acetad esta señal presente,
como César humano, humanamente.

Glosa deste verso: Quiero lo que no ha de ser

Si medir yo mi deseo
con lo posible pudiera,
tan libre ahora me viera
cuan sin libertad me veo;
pero pasó mi querer
sin podelle detener,
tanto de lo que se espera
que, dejando lo que fuera,
quiero lo que no ha de ser.

El bien que basta querelle
para poder alcanzalle,
el que para en desealle
aún no llega a merecelle.
Así me lo dio a entender
Amor, que pudo hacer
poco todo lo posible,
por donde con fe inamovible
quiero lo que no ha de ser.

Merece ser condenado
por grosero el amador
que quiere cerrar a Amor
en término limitado;
y pues para su poder
mil ejemplos hacen ver
que es corto y estrecho el mundo,
yo, que en su valor me fundo,
quiero lo que no ha de ser.

Claro está que perdería
gran parte de su valor,
si se sujetase Amor
sólo a lo que ser podría.
Y no alcanzando a saber
a dónde llega un querer,
ni fuera vida el vivir
ni pudiera yo decir
quiero lo que no ha de ser.

Encierra un nuevo esperar
en sí la desconfianza,
y así no falta esperanza
cuando más viene a faltar;
y pues podella tener
disminuye el merecer
y la fe pierde su grado,
satisfecho de mi estado,
quiero lo que no ha de ser.

Glosa

Si al sospechoso acrecientan
las sospechas que le dan,
certezas se le harán.

Es cosa en amor muy hecha,
donde no hay hora segura,
el venir siempre en figura
de verdad cualquier sospecha;
pero si el dolor estrecha
a quien sospechas le dan,
certezas se le harán.

Vienen con tal desatino
y es tal su naturaleza,
que de sospecha a certeza
no hay un hora de camino,
que al corazón adivino
males que nunca vendrán
certezas se le harán.

A la más adversa suerte
resiste un buen amador,
mas la fuerza de un temor
enflaquece lo más fuerte:
no le busquen otra muerte,
que, si sospechas le dan,
aquéllas le acabarán.

No se levantan del suelo
un dedo en su nacimiento,
y llegan en un momento
con las cabezas al cielo;
nacen de fuego y de yelo
y, en fin, del lugar do están
muy tarde o nunca se van.

Fuerzan a creer de hecho
cualquier manifiesto engaño,
y antes la mentira en daño
que la verdad en provecho.
Al entrar rompen el pecho,
si la entrada no les dan
para el corazón do van.

De cualquier ligero viento
suelen nacer y formarse,
y vienen luego a fundarse
sin tener más fundamento;
en llegando al pensamiento,
al corazón llegarán
y allí permanecerán.

Y, para que no se sientan,
nunca es parte la razón,
porque ellas el todo son 45
en el lugar donde asientan;
y si después se acrecientan
por mano de quien se dan,
juzgad el mal que harán.

Glosa

Pues que no se ha de hacer
lo que mi querer desea,
quiero lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea.
Pues por derecho camino
pierdo siempre lo que espero,
ya, señora, lo que quiero
no querello determino.
Orden nueva ha de tener
el alma en lo que desea,
quiera lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea,

No hay bien que para alcanzalle
me haya bastado querelle
y, para luego perdelle,
basta sólo el desealle.
Y a quien ha de suceder
al revés cuanto desea,
quiera lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea.

Así, porque mi servicio
ante vos algo merezca,
procuraré que os parezca
el serviros deservicio;
y que mi extremo querer
no se reciba ni crea
sino por aborrecer,
por ver si podrá valer
para que lo que es no sea.

De lo que no os acordáis
será el olvido remedio,
y el callar tendré por medio
para que mi mal sepáis.
Apartaréme de os ver
para que mejor os vea,
y así probaré a hacer
que sepáis lo que es querer,
y que lo imposible sea.

De hoy más sirva la esperanza
sólo de desconfiar,
porque ya para esperar
quiero la desconfianza.
Ésta es la que ha de traer
al alma el bien que desea,
pues esperar y querer
cualquier bien que pueda ser
hacen que cierto no sea.

Para más presto llegar
alargaré mi camino,
usando del desatino
para poder atinar.
Así quiero pretender
que alguna señal se vea
del bien que no puedo haber,
y que lo que no ha de ser
por razón sin ella sea.

Para apartarme del daño
procuraré de dañarme,
y para desengañarme
entraré en mayor engaño.
No veré ni quiero ver
lo que más claro se vea,
ni querré lo que ha de ser,
pues que hace mi querer
que lo que ha de ser no sea.

Cuando viere en este mar
mayor peligro y más cierto,
apartaréme del puerto
para podelle tomar.
Y pues es claro de ver
que en atajar se rodea,
quiero lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea.

Así en figura mudado
será cuanto digo agora,
mas mí voluntad, señora,
no tiene mudable estado:
que dejaros de querer
no es posible que se vea
ni nadie lo espere ver,
porque nunca vendrá a ser
sino cuando yo no sea.

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ACERCA DE LA CONSCIENCIA [Mi poema]
Hilario Barrero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La vida vino a mí sin yo llamarla
que os juro ni siquiera conocía,
pues nunca yo pensé que llegaría
y menos que pudiera disfrutarla.

Y un día llegó, así, sin darme cuenta
plantada sin permiso ante mi estancia,
no supe reaccionar pues su prestancia
sedujo a mi albedrío. Fue el cuarenta*.

Después que eso paso, la muy canalla
de mi alma y de mi vida se adueñó.
Ansié apartarla más ella respondió:
hacer déjame a mí, tú come y calla.

Y así fue de esta guisa, obnubilado,
-no sé si lo hice bien o lo hice mal-,
yo atento siempre he estado al carnaval
siguiendo los consejos que me ha dado.

Si hubiera por azar menospreciado
quizás hoy portaría una mordaza
atado en torno al rollo de una plaza
y al fin ya terminar ajusticiado.
©donaciano bueno

1940, año en el que el autor vino al mundo

MI POETA SUGERIDO:  Hilario Barrero

EPITAFIO

Caminante, si eres joven y hermoso
y quieres aprender del peso del amor
desnúdate y acuéstate conmigo,
podrás sentir entre tus huesos duros
a lo que se reduce ser polvo enamorado.

SUBJUNTIVO

Y tener que explicar de nuevo el subjuntivo,
acechante la tiza de la noche del encerado en luto,
ahora que ellos entregan sus cuerpos a la hoguera
cuando lo que desean es sentir el mordisco
que tatúa con rosas coaguladas sus cuellos ofrecidos
y olvidarse del viejo profesor que les roba
su tiempo inútilmente.
Mientras copian los signos del lenguaje,
emotion, doubt, volition, fear, joy…,
y usando el subjuntivo de mi lengua de humo
mi deseo es que tengan un amor como el nuestro,
pero sé que no escuchan la frase
que les pongo para ilustrar su duda
ansiosos como están de usar indicativo.
Este será su más feliz verano
el que recordarán mañana
cuando la soledad y la rutina
les hayan destrozado su belleza,
la rosa sin perfume, los cuerpos asaltados,
ajadas las espinas de sus labios.
Pero hoy tienen prisa, como la tuve yo,
por salir a la noche, por disfrutar la vida,
por conocer el rostro de la muerte.

AGUA Y HUMO

En el campo la lluvia se columpia
como una colegiala sobre la empalizada rota,
respira entre la hierba,
y pisa fuerte en los charcos de su madre
limitando la sombra reflejada
que se rompe feliz en mil escarchas.
Una nube amenaza más tormenta
y la montaña abre su paraguas
de musgo, viento y barro.
Huele a tierra lavada
a humo de cachimba
y a zapatos mojados.
Una gota resbala del paraguas
como una golondrina
que cerrara la puerta del verano.

BLEISTIFTE HÖCHSTER QUALITÄT

Abro la caja
y se dispara un olor a colegio de monjas,
olor a cedro, a mina clausurada,
a lápiz encerrado
con una sombra en su interior.
La Hermana Aurora,
la confesión, el ayuno, el rosario,
los nueve primeros viernes
y el mes de mayo a María.
Y esa otra mina dentro de mí
del pecado mortal, la carne, el deseo,
el “cuántas veces, hijo mío” del confesor.
Miro los doce lápices ahora que ya es tarde,
rectos, serios, puntiagudos,
doce apóstoles en la última cena de la línea,
doce peces ahumados en un mar de latón,
Faber-Castell del curso de dibujo
donde por vez primera tracé una curva.
Elijo el lápiz 7B para aclarar mi imagen
y en una hoja de papel prestada
enciendo las tinieblas.
Lo más difícil en el trazo de mi vida siempre ha sido
que la sombra parezca verdadera
no una mancha adherida
al boceto de lo que fue mi infancia.

LA ÚLTIMA MIRADA

De todas las últimas miradas
que hemos ido dejando por la vida
sin saber que lo eran
¿cómo será la última, la mirada final?

¿Se quedará pegada a la piel de los ojos?
¿Cuando se seque será raíz del llanto?
¿En que región oscura volverá a ser primera?
¿Tendrá fuego en su voz si la reconocemos
o será como agua si nos llega a traición?

¿Se hundirá el peso de su polvo
en el aire de la nueva mañana
que nosotros ya ciegos no veremos?

Mirar es responder a preguntas vacías
en la primera noche sin respuestas.

VILLANCICO DE LAS TRES PÁJARAS DE CUENTAS

La de arriba, a la de una,
ve a José haciendo la cuna,
la segunda, a las dos,
ve cómo se oculta el sol,
la tercera, a la de tres,
ve a una estrella amanecer.
Pasan desplumando al alba,
tres pájaras de cuidado,
sobre el Portal del Belén.

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AMOR, POR QUÉ REHUYES? [Mi poema]
Heddy Navarro Harris [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Amor, por qué si busco hoy me rehuyes,
si conoces muy bien mi desespero,
las veces que he subido hasta el albero
en tu busca y tú te escondes y huyes
robándome un te quiero.

Tú, que sabes tan bien y que conoces,
-mis lágrimas son lluvia en el vacío
arrastradas con fuerza por el río-
respondes con gran brío dando coces
al que es mi desvarío.

Tú, al que yo tanto ansío y siempre busco,
que en mis sueños labraste una colmena,
que acudiste a salvarme de la pena
aquel día en que todo era pardusco,
y hoy eres mi condena.

Quizás mañana, un día quizás fuera,
la lluvia, el cielo, el sol, el mar y el viento,
al comprobar mi enorme sufrimiento
en un cálido manto me envolviera,
eso es lo que presiento.
©donaciano bueno

El #amor nunca decaiga Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Heddy Navarro Harris

Ofrenda

Nunca dejé una flor blanca en el altar del sol
de Macchu- Picchu
jamás lancé el aroma de sus pétalos al pozo
Sagrado
de Chichén-Itzá
Tampoco escalé el rehue para ofrendar copihues
blancos
A Ngenechen
No me cogió un mozo gallardo por esposa
no desfloró mi piel su tacya
para que floreciera mi maíz
Más bien
sólo llevaron mis manos
papas entierradas
maquis oscuros como el silencio
Más bien
sólo lancé polluelos y huevos azules
como la gallina
que corretea asustada
detrás de la del hombre.

Asalto al sol 1

Parada sobre la piedra
que aún no puede asir mi planta
soporto la tempestad de tus ojos
he de caer
o miraré para siempre
la profundidad
de tus aguas.

En el universo soy

Yo apenas, la única
Apenas me cobijo y nada más poseo

En la soledad del infinito
sólo en mí me detengo

Los otros destellos gravitan
– fuerza débil la mía-

Eternamente se alejan

No ser más

Que yo en tus brazos de sol
para quemar en este encuentro
conciencia y vida

Y sentir

Libre alejarme al fin
Poderosa

Corpúsculo de luz
Tu esencia

Ser en otro

Sólo tú lo decretas

Núcleo de mí, paradoja de eterno

Vives agazapado en mis células finitas,
a punto de perecer

Hermoso y genial

¿Por qué?

Amarnos

Decirme tú sobre mi ser pájaro
confiar yo en ti y saltar al vacío

Iluminarme toda y flotar eterna

Recogida en ti

Poemas del Fuego Nuevo

El antiguo

Nuevamente en este ser que habito
despierta el antiguo y vaga
como un siervo solo
tras la manada despavorida

Solo entre cerros silentes
y hierbas exquisitas
patas inseguras
buscando una salida
Antes de la muerte

No hay playas
para el adiós
jamás ladridos andariegos
gaviotas voraces o arreboles
fueron planton de este mar

Los cuerpos sueltan su fragancia
chisporrotean adioses
danzan lenguas su canción de ausencia
antes de la muerte

Cerca, alguien gime

No son playas de amantes
extendidas como un muslo más
entre los nuestros

No hay sonido de amor
que llega y se aquieta
huye o vuelve
como a la mañana
las últimas estrellas

Los ojos que han dejado estigma
en otros ojos se secan de luz muerta

No hay más huellas
que las manos alejadas
alzando dedos finales
hacia un cielo impávido.

Amor

Eres un súbdito de mis playas
la arena que succiona
mi pie húmedo

Amor

eres una tarde
entre sillas
una panera
donde habita el pan compartido

Una puerta por la que sale el sol

Sin retorno

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UN VERSO BASTARDO [Mi poema]
Antonio García Barbeito [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Un poema se ha perdido
con un verso inconsistente,
fue siguiendo la corriente
de un borracho empedernido.

No se sabe qué ha pasado,
no pregunten por qué ha sido,
se sospecha esté escondido
lamentando haber pecado.

Y aunque el tiempo haya pasado
no se pierde la esperanza
de que sienta la añoranza
y aparezca en algún lado.

Se le busca en los saraos
y en los templos que hay malditos
y en la playa en chiringuitos
y en la bruma y en el caos.

Mas si un día apareciera
y esté muerto que le entierren,
y si no que le destierren
o en la pira pa’ que ardiera.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Antonio García Barbeito

«Retrato»

«En la torre de la iglesia,
la cigüeña se posaba
con un sueño de veleta.»
AGB

Dos bandos. Siempre dos bandos
dejando claro los sitios
dos vírgenes, dos colores
y dos fechas de festivo.

Iguales, ni en apariencia,
y si mezclados, distintos.

Ni serón al pura sangre,
ni a la barra los estribos.

No puede el lienzo moreno
remendar sueños de hilo.

Mil olivos dan un don
y una mujer de servicio,
turno de plata en el palio
y opinión en el cabildo,
y entierro con cuatro posas
de gorigoris prolijos,
gregoriano de sochantre,
ciriales y monaguillos.

Cartilla de jornalero
da patente de sumiso,
un rincón donde convive
la blasfemia con el vino
y entierro con cruz de cal
en un anónimo nicho.

Ni en la choza falta enea,
ni mármol en el cortijo.

Ni se rebujan las castas,
ni se mezclan apellidos,
ni sube el jornal del campo,
ni baja el precio del trigo.

Amanece para todos,
pero con soles distintos,
que si a unos abren puertas,
a otros les cierran caminos.

Y los pobres, siempre pobres;
y los ricos, siempre, siempre ricos.

… Y Dios preguntando quién
tradujo aquí cuanto Él dijo.

Porque a la luz le conviene

Porque a la luz le conviene,
busca tu talle sucinto
y a la calle San Jacinto
toda la luz se te viene.
Después, la luz se entretiene
en madurar a tu lado.
Y al volver sobre lo andado
con toda tu luz aquella,
le basta al cielo tu Estrella
para ser cielo estrellado.

Si los que iban a Flandes
te hicieron Madre de orilla,
yo, de Triana a Sevilla
hago lo que me demandes.
Sigo el paso que Tú andes.
por este desvelo mío.
Jamás mi rumbo desvío
de esa Estrella que se clava
con los ojos en la Cava
y el pensamiento en el Río.

Hija de la alfarería
y Madre de capitanes,
Pan de Amor entre los panes
del amor de cada día.
Rosa de Dolor, tenía
contigo un verso pendiente.
Lo traigo, Estrella, caliente
en el amor de la tinta:
es para Ti, por distinta,
por Trianera y por Valiente.

SONETO

El Dios que tengo en mí no es de madera,
ni sale en procesión ni tiene nombre,
es un Dios todo Dios y todo Hombre
que de mí, sin pedirme, tanto espera.

El Dios que tengo en mí de cabecera,
vive pendiente de que yo me asombre,
de que le pida cuentas, que lo nombre,
le exija, le pregunte. Y que lo quiera.

Es ese Dios que entre los hombres labra,
para sembrar a mano una palabra
-Amor- que le germine cada día.

El mismo que me llama y no contesto,
el que siempre me encuentra con lo puesto.
El que sigo buscando todavía.

LA VÍSPERA

I
Parece que es la hora, y no es la hora.
Parece que está todo… y algo falta.
Parece que la alcanzo y es más alta.
Parece que se acerca, y se evapora.
Parece que amanece, y es la aurora.
Parece que es su voz, me sobresalta,
y siento que algo huye, algo salta
como una luz esquiva y brincadora.
Pero sigo esperando, que a mi modo,
en ese hueco de esperarla, todo
me sabe a la alegría del reencuentro.
Si en mi pulso ya late su latido,
¿qué será cuando, al ver que ya ha venido,
la semana de Dios me suene dentro?

II
Parece que ya estamos y no estamos.
Parece que es el día y no es el día.
Parece que traía y nos traía
un domingo de palmas y de ramos
y todavía el día no alcanzamos,
aunque nos parecía que venía,
aunque al mirar al lejos parecía…
Y por esa esperanza la esperamos.
Parece que la tengo, y no la tengo,
parece que en la mano la sostengo
pero en la mano yo no la distingo.
¿Qué será cuando al fin se manifieste
estrenando una túnica celeste
y vista de celestes el domingo?

III
Parecía que nunca volvería.
Parecía que ya no se acordaba.
Parecía que el tiempo la alejaba
y que en el tiempo mismo se perdía.

Parecía que no nos conocía.
Parecía que ya nos olvidaba.
Parecía que poco le importaba
volver al mismo nido… Parecía.
Pero mirad al sol haciendo guiños
en los ojos sagrados de los niños,
donde se purifica la mañana…
Esperad, mis impacientes paisanos:
para tocar el cielo con las manos
nos falta solamente una semana

ELLA

Y te miro dormida en tu abandono, sonámbula por ti la luz de marzo.

Te salva tu belleza.
Cuando nada pudiera ya salvarte,
te salvaría tu belleza.
Si no tuvieras puerta a que llamar,
se te abriría tu belleza.
Aunque lograran mancillarte entera,
renacería tu belleza.
Aunque te maltrataran tus perfiles,
te quedaría tu belleza.
Te salva tu belleza.
Nada podrá perderte, nadie, nunca:
te salvaría tu belleza.
Nada podrá nublar tu mediodía,
remontarás con soles de belleza.
Aunque te abofeteen la belleza,
quedará tu belleza.
Podrán cortarte el río por los brazos,
y seguirá tu belleza.
Podrán taparte patios y espadañas,
y quedará tu belleza.
Podrán dejarte sola, abandonada,
y encenderás tu belleza.
Por encima de sombras y nublados,
lucirá tu belleza,
esa tangible luz de tu belleza.
Porque tú lo eres todo sobre todo, en el intacto todo de tu nombre.

Porque tú, de los pies a la cabeza,
Eres esclava de una sola idea:
encontrar cada día, como sea,
tu razón de vivir por la belleza.

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MIS DIECIOCHO AÑOS [Mi poema]
Humberto Ak-Abal [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Podrá faltarme el aire que respiro,
podrán la luna, el sol, el mar y el viento,
la sombra que acompaña al sentimiento
y el aura que le adorna a mi suspiro
e incluso hasta el aliento.

Podrá surgir del cielo algún lamento,
y un grito resoplar, si es de recibo,
la duda que me agobia mientras vivo,
enfado que atenaza con el viento
y quiera hacer cautivo.

Podrán caer mil aguas a raudales
y el mundo que amanezca dando vueltas,
las lágrimas que en ácido disueltas
amaguen con traernos muchos males
o así vengan revueltas.

Y aunque puedan pensar que hoy yo deliro,
que loco estoy de atar o son amaños,
juro aquí ante el buen dios y sin engaños
lo mucho que echo en falta y que te admiro
¡oh, mis dieciocho años!.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Humberto Ak-Abal

El canto viejo de la sangre

Yo no mamé la lengua castellana
cuando llegue al mundo.

Mi lengua nació entre arboles
y tiene sabor de tierra;
la lengua de mis abuelos es mi casa.

Y si uso esta lengua que no es mía,
lo hago como quien usa una llave nueva
y abre otra puerta y entra a otro mundo
donde las palabras tienen otra voz
y otro modo de sentir la tierra.

Esta lengua es el recuerdo de un dolor
y la hablo sin temor ni vergüenza
porque fue comprada
con la sangre de mis ancestros.

En esta nueva lengua
te muestro las flores de mi canto,
te traigo el sabor de otras tristezas
y el color de otras alegrías…

Esta lengua es solo una llave más
para cantar el canto viejo de mi sangre.

El agua y el fuego

Yo no olvido la imagen
de aquella cocina encendida,
el humo ardía en los ojos
y era amargo en la lengua…

Las sombras en las paredes
eran espantos negros.

El fuego enloquecido
devoraba los leños…

Y el agua hirviendo
parecía un animal rabioso
rascando dentro de la olla.

Neblina de la tarde

Déjame llorar ahora
porque después ya no tendré tiempo.

Déjame amarte en este tiempo
porque mañana me pesará más la vida.

No me digas que el sueño
tiene término.
No me digas que la ilusión desaparece
como la neblina de la tarde.

No quiero saber que me miento
y que este dolor que poco a poco
se hace espacio en mi corazón
es la única verdad.

Camino al revés

De vez en cuando
camino al revés:
es mi modo de recordar.

Si caminara sólo hacia delante,
te podría contar
cómo es el olvido.

Dos lágrimas

Cuando nací
me pusieron dos lágrimas
en los ojos
para que pudiera ver
el tamaño del dolor de mi gente.

El triste

Yo prefiero ser triste.

De la muerte sólo me separa
el silencio.

¡Ay, de los alegres!

Para llegar a la muerte
tienen que pasar por la tristeza.

Sólo quien

Sólo quien no ha esperado
te
hablará
de
paciencia.

El fuego

El fuego
acuclillado
apaga la tristeza del leño
cantándole
su ardiente canción.

Y el leño
lo escucha
consumiéndose
hasta olvidar
que fue árbol.

Hablo

Hablo
para taparle
la boca
al silencio.

Poesía

La poesía es fuego,
quema dentro de uno
y dentro del otro.

Si no, será cualquier cosa,
no poesía.

Sombra

Sombra:
noche pequeña
al pie de cualquier árbol.

Oración

En los templos
sólo se oye la oración
de los árboles
convertidos en bancas.

Suelta

Hay lugares
por donde la noche
anda suelta
y uno hace cosas
que después
quisiera olvidar.

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MI POETA INVITADO: Victor Villegas

COMO NACIENDO AÚN

He amado demasiado
Pido perdón y punto
He llorado demasiado
Pido perdón y punto

Amado y llorado
con el corazón ajeno
Con los ojos
de los que en mí encendieron
la lágrima sencilla
que fui desparramando
por el pueblo

Está como naciendo aún
aquel amor caliente
entre mis venas
Asoma por mi piel
su pequeña cabeza
El mismo antiguo espanto
en la tierra asolada

Mejor desde este instante
pido perdón más allá de la muerte.

ELEGÍA FUERTE

Fue después debajar la pendiente de caliche
que en los días lluviosos
amontona su lejía em los techos
apenas sostenidos en el aire.
Antes había cruzado los matorrales de cadillos
que separan su casa de la escuelita
del bairro donde juegan al a b c los
pequeñuelos a la sombra roja
de los flamboyanes.

Los buenos días no lo inmutaron porque
aún tenía en la mente lo de la sociedade
y su dinámica, según lo había leído
hasta la madrugada, y aunque
no lo entendia del todo
sabía que para aprender se requería,
un largo sendero de inquietud,
de oscuros rostros, de días
vueltos al revés;
una miga de pan mordida por la prole
que ausculta en el vacío,
que caza sueños y cenizas y
un estar solo o en medio de la
ira colectiva
o atravesar libros y liceos, vidrios
en las paredes, en las conversaciones,
en las calles donde reparte
el hambre
su gozosa ponzoña.

La vidente del naranjo, mientras
hacía su moño y rezaba de espaldas a la
santería por el enfermo del demonio,
por la esposa burlada
y por aquellos que temen no volver
jamás,
no reparo en los acelerados pasos,
ni en el sucio pantalón,
ni en los ojos contentos, ni siquiera
en el libro debajo del brazo del estudiante,
que a cada amanhecer
desataba sus alas de horizontes
y eso que se le daba de saber de cuanto
acontecía, con pelos y señales,
con el pequeño mundo de las
murmuraciones, en el as de bastos
y en el rey manejados con destreza
y com su enagaño,
de lo que cada quien soñaba o
sufría o su hambre, del que se alzó
con el santo y la limosna y creó
pánico o en los relâmpagos,
de los hijos desaparecidos, de los perros
agónicos en las latas
de sardinhas vacías.

Pero ya estaba muerto. Por
última vez estaba muerto. En su
camisa agujereada. En el grito
de su sangre. En los que dieron
cobardemente la orden.
En sus periódicos, em su caderno
de apuntes, en sus hermanos huérfanos.
Estaba muerto desde antes, desde
que vio el silencio y conoció las lágrimas,
desde que quiso luz para las sombras,
y agua y bocas llenas y brazos flertes
y montañas de miel y pan y ríos
sembrados de sonrisas.

Pero ahora era la última vez. Al fin y al cabo
estaba muerto en el hoyo de su frente.

Fundación Corripio

¿POR QUÉ YO ME PREGUNTO? [Mi poema]
Héctor Viel Temperley [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Por qué yo me pregunto si nadie me pregunta,
por qué abundan los seres que dicen ser humanos
que pasan su existencia tratando sacar punta
de cómo separarnos unos de otros hermanos?

¿Por qué yo me pregunto si nadie me pregunta,
y hay gentes que se empeñan creando otros idiomas,
por qué es que la riqueza con el bien no se junta
y algunos mientras comen te impiden que tú comas?

¿Por qué tanto pregunto si nadie me responde
hay tipos que utilizan de dios su nombre en vano,
y cuando se descubre la vuelta da y se esconde?

¿Por qué si eso es inútil, insisto cuestionando,
y sigo y lo persigo y empeño y tanto afano,
indago y sin respuesta, me sigo preguntando=

¿Por qué, yo me pregunto, si descubrir no espero?
si todo aquí es presunto, que nada ya es certero
salvo seré difunto, pues sin querer me muero.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Existe en los niños un periodo que los pedagogos denominan la edad de los por qués. Pues bien, yo creo que esa etapa dura toda la vida, aunque en un momento determinado sea más acusada.

MI POETA SUGERIDO: Héctor Viel Temperley

EL NADADOR

Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada.
Soy el hombre que quiere ser aguada
para beber tus lluvias
con la piel de su pecho.
Soy el nadador, Señor, bota sin pierna bajo el cielo
para tus lluvias mansas,
para tus fuertes lluvias,
para todas tus aguas.
Las aguas como lonjas de una piel infinita,
las aguas libres y la de los lagos,
que no son más que cielos arrastrados
por tus caídos ángeles.

Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada.
Tuyo es mi cuerpo, que hasta en las más bajas
aguas de los arroyos
se sostiene vibrante,
como en medio del aire.
Mi cuerpo que se hunde
en transparentes ríos
y va soltando en ellos
su aliento, lentamente,
dándoselo a aspirar
a la corriente.

Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada
hasta las lluvias
de su infancia,
que a las tardes crecían
entre sus piernas salpicadas
como alto y limpio pajonal que aislaba
las casonas
y desde sus paredes
celestes se ensanchaba.

Soy el nadador, Señor, el hombre que nada
por la memoria de las aguas
hasta donde su pecho
recuerda las pisadas,
como marcas de luz, de tus sandalias.

Y recuerda los días cuando el cielo
rodaba hasta los ríos como un viento
y hacía el agua tan azul que el hombre
entraba en ella y respiraba.
Soy el hombre que nada hasta los cielos
con sus largas miradas.

Soy el nadador, Señor, sólo el hombre que nada.
Gracias doy a tus aguas porque en ellas
mis brazos todavía
hacen ruido de alas.

BAJO LAS ESTRELLAS DEL INVIERNO

La liebre que una vez que yo miraba
atardecer –volaban los chimangos!–
salió del sol y se sentó a mirarme

El pájaro que una mañana
se posó exactamente sobre mi corazón
a una hora en que su cuerpo todavía
calentaba la piel más que el sol

El pene entre mis dedos de ese enfermo
al que ayudé a orinar mientras marchábamos
lentamente una noche a un hospital
cruzando playas de estacionamiento

La perra que buscaba a mi pene en la sombra
cada vez que salía para orinar desnudo
mirando las estrellas del invierno
antes de regresar corriendo hasta el colchón
iluminado por el fuego que ardía toda la noche
en los troncos que hachaba con mi hacha todo el día

La mujer que pedía serenamente auxilio
agitando los brazos y volviendo a nadar
en las primeras horas de una tarde pesada
en que yo con el pan en el estómago
no encontraba a otro hombre en las orillas

Y todos los metros que nadé por el mar
sin ver jamás a la terrible aleta
Y mi alegría de noche en las ramas de un árbol
oyendo tangos en mi adolescencia
Y mis siestas sentado junto al cajón de un muerto
descansando en la digna frescura de una bóveda
del verano porteño que nos había humillado

Hablo de todas las horas y de todos los días
y de todas las estaciones y de todos los años

Pero la liebre que una vez que estaba solo
se ubicó exactamente entre el sol y mis ojos
guardando exactamente la distancia
que guarda un ángel que visita a un hombre…

Y el pájaro que un día
se posó exactamente sobre mi corazón
lo que es igual a recibir de un golpe
el propio corazón en el lugar exacto
el único lugar del universo
donde es una victoria recibirlo…

Y la perra que se acercaba agitando la cola
cada vez que volvíamos a encontrarnos desnudos
y solos bajo el cielo del oeste…

En fin…
Brillan los miles de ojos que me miran
Brillan las estrellas del oeste en invierno
Sobre la borda del colchón iluminada por las llamas
me siento arreglo el fuego
leo diarios viejos mientras mi sombra crece
Son las tres de la tarde en el reloj
que después del almuerzo se detiene
La noche es larga
Toda la noche sopla el viento
Mi muslo brilla con la saliva de la perra
o entre las piernas de una mujer de buen carácter
desnuda alegre dormida satisfecha
Vuelvo a despertarme cuando quiero
Vuelvo a salir al frío y a orinar nuevamente
porque estas noches bebo mucha agua
El fuego hace sudar al que lo cuida

En fin…
Hice orinar a un hombre
Salvé del mar a una mujer lejana
Y sé que puedo recordar algunos otros
actos de más amor de más coraje

En fin…
Pienso en todas las horas pienso en todos los días
pienso en todos los años sin encontrar mi imagen

Pero una liebre un pájaro una perra
me miraron a los ojos al corazón al sexo
como creo que sólo me miró también el mar
una madrugada de verano en que vagaba
con una pistola en el puño sin tener donde afeitarme
(de Legión Extranjera, Torres Agüero Editor, 1978)

A MI CUERPO

Señor, mira mi cuerpo.
Mira mi cuerpo antes que yo lo llame
y él me llame gritándonos
de lejos.
Mira mi cuerpo, este animal antiguo
como el río más antiguo
y joven, todavía, como el agua
cuando aprendía a nadar,
sola entre cerros.
Señor, mira mi cuerpo.
Mira mi cuerpo, torre de mi infancia,
mira mi cuerpo, cueva a la que vuelvo
siempre
a sentarme solo
ante tu fuego.
Señor, mira mi cuerpo
como yo lo veo.
Oh cazador del agua en los veranos,
oh cazador, de mi alma
prisionero.
Oh cazador sediento de su casa,
más antigua que el alma,
más joven que su miedo.
Lo amamantaron entre pajonales
donde ya te perdía
el viento, con tristeza.
Lo amamantaron entre pajonales,
oh cuerpo mío, antiguo cuerpo mío,
cueva para el amor,
torre para la guerra.
Señor, mira mi cuerpo. Es inocente.
Oh cueva de tu fuego,
oh torre joven.
Por los largos veranos que aún le esperan,
por estar junto a mí,
que me perdone.

HAY UNAS FLORES VIOLETAS

Hay unas flores violetas
en un monasterio
que en invierno crecen como un colchón
a la sombra de los árboles.
Y uno puede tirarse de pecho
sobre ellas
y sentir hasta el alma
la humedad de la tierra.
Un día, le pedía a Dios, con lágrimas:
Carajo, estate siempre así conmigo
como ahora.
A vos sí
te pido que me quieras.

BUTA RANQUIL

Cambio despacio
una pieza del coche
en un lugar muy desierto y muy pobre
que se llama
Buta Ranquil, papá,
y pienso en dónde estarás ahora,
que hace tres años te moriste,
y sé que no me haría esa pregunta
si no te sintiera cerca
y en una forma nueva,
abierto, libre y cerca
en el aire de Buta Ranquil, papá.
Después, como una aljaba
con una cruz encima,
para un San Sebastián
y demasiadas flechas,
hay un rancho pequeño. Y corre el agua,
se oye correr el agua
entre unos sauces.
El sol entibia.
Es como el fin de un viaje.
Y me tiro en el piso
de tierra del corral,
con los brazos en cruz,
con las piernas abiertas.
y me puedo morir sin ningún asco
de mi cuerpo pudriéndose,
porque todo es muy pobre,
es casi el cielo,
ni el horror, ni el cansancio,
ni mis propios pecados.
Y vos estás de nuevo con tu hijo,
y vos estás, papá, casi tocándome,
cerca de mí, papá, y en una forma nueva,
libre y abierto en este aire indio
de morir o llorar, recién nacido.

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YO AMO LA VIDA [Mi poema]
Horacio Salas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo amo a la vida
con el mismo vigor que odio a la muerte,
a un nuevo amor le doy la bienvenida
y le reprocho a dios mi mala suerte.

Yo amo a la vida
con la ilusión de un niño a una pelota
que lanza y vuelve al punto de partida
y recoge de nuevo cuando bota.

Yo amo a la vida
cual siento que mi nieta a mi me besa
cuando, triste, se anuncia despedida,
con ansiedad confiando que regresa.

Y yo la amo sin miedo, sin fisuras,
pues convencido estoy de su talento,
y bebo despacito, sin premuras,
al paladar mostrando que la siento.

Y la persigo viendo que se escapa
lo mismo que me ocurre con el viento,
el auto que de pronto va y derrapa,
el alma que no veo y la presiento.

Y yo la digo guapa, guapa, guapa,
soñando me responda algún momento
y la veo vestida de chulapa
hasta el fin de este cuento que hoy me invento.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: En sí misma, la vida es un cuento, a veces con buenos o malos momentos pero siempre con pésimo final.

MI POETA SUGERIDO:  Horacio Salas

GENÉTICA

No me dio muchas cosas: una escasa estatura
el humor permanente
los buenos modales en la mesa
el trato a las mujeres
No me ha dejado ni una casa ni un campo
coleccionaba deudas y acreedores
compañeros de póker y leyendas
pero está en mí
se aparece de pronto en el espejo
en un inesperado movimiento / en una mueca
en las cejas pobladas
se me presenta a veces corrigiendo mi letra
o en los últimos sueños de la noche
lo veo en el medio de la calle
de sobretodo oscuro / despidiéndome
o ya destruido tembloroso irritable
amarillento
triste porque su hijo se ha marchado al exilio
ignorando en el fondo
si estaba en el Pacífico o en Suecia
Confuso y confundido
como lo estuvo siempre
suponía que el tiempo puede volver atrás
que se repite
No amaba los poemas
y prefería una buena sentencia a una novela
se dormía en cualquier parte
y era capaz de gastar en un rato
el sueldo de dos meses
Nunca nos comprendimos
salvo una noche
en que me vio llorar de amor
(y me lo dijo)
aunque al día siguiente otra vez nos callamos
Él no aprendió a llorar
no pudo hacerlo ni ante mi madre muerta
a la que amaba hoy lo comprendo cuánto
de qué manera trabajosa / tramposa
pero intensiva / intensa humorista y dramática
Su soledad se agudizó con mi partida
pero no me lo dijo
(o me lo dijo y no pude entenderle)
Cada tanto llegaban unas cartas
confusas al principio
incoherentes más luego
Cuando después de algunos años volví a verlo
no era el mismo
su cuerpo me pareció resquebrajado
y en su mirada había una nebulosa
– pensé que cada uno elige su destino-
los dos habíamos edificado
nuestras paredes altas sin ventanas
hablamos de la nada
nos mentimos
Ahora junto a mi madre me visita en los sueños

Rara vez nos hablamos.

DINOSAURIO

Conocedor de las teorías de Darwin
para sobrevivir ha reducido su tamaño (casi en exceso)
y el mimetismo (el camuflaje) le da buen resultado
Cuando camina por Palermo no lo advierten no llama la atención
salvo si carga con un número inusual de volúmenes
o lee mientras saluda a los vecinos a los porteros de la cuadra
o cuando (por el rabillo del ojo para que descubran
características de su especie)
observa ávidamente los ombligos que brotan en verano
Sabe que hay otros en el mundo que poseen estigmas similares
aman a Mozart a Haydn a Malher se emocionan con Bach
y varias sonatas de Beethoven los conmueven
no se equivocan al citar a Neruda y nunca se refieren a Borges
con ligereza de modelo que resbala sus largos muslos
por una pasarela
algunos además coleccionan postales centenarias
reconocen una frase de Proust de Flaubert o de Barthes
disfrutan El Banquete el sabor de los quesos bretones
las ostras los percebes o la luz de Picasso
El pobre dinosaurio para mimetizarse mira televisión todos los días
y hasta analiza sin errores visibles tácticas y estrategias
detrás de las gambetas
Con el paso del tiempo cada vez permanece más días en la cueva
y lee para informarse de las furias del hombre
de las transformaciones que debe ensayar prolijamente para no descubrirse
Pero los antiguas reptiles son reptiles y esos disimulos
por momentos se hacen evidentes
no les gusta mentir ni hablar de lo que ignoran
la vejez los ha vuelto eruditos bibliófilos
y en el fondo añoran la amplitud de los campos
cubiertos de vegetación de frescos pantanos y biquinis
Algunos dinosaurios utilizan la técnica de manera aceptable
Se indignan se resignan sufren le temen al dolor y a la muerte
se enamoran de humanas y tapan sus angustias tapizando de libros
las paredes
Todavía cada tanto deslizan un poema
que como grandes huevos en la playa
serán festín de arqueólogos
en siglos venideros.

Y chau Buenos Aires

A más de diez mil metros sobre el agua
en el momento justo en que dos ojos verdes
me ofrecen una toalla perfumada
y no puedo concetrarme en la lectura
porque cinco muchachas argentinas suponen
– sin conocer a Hemingway es claro –
que París es de verdad una fiesta a cada hora
no pienso en la sonrisa
o en esa última foto en Medellín
(parece mentira que con miedo)
no recuerdo la camisa rayada la guitarra
y las nubes de las calcomanías
ni siquiera la voz

Volando en el sentido inverso a Magallanes
se han mezclado los cables
en un cortocircuito con chispazos celestes
y desde las Barrancas de Belgrano
sube el olor a enero y los colores de otoño entre
los árboles
y en lugar de Gardel es Fiorentino quien canta
por lo bajo
y me pregunto cómo le explico a esta azafata
portuguesa
que Gardel se murió en el treinta y cinco
que no había nacido todavía
y que sin embargo hoy cuando dejo la Argentina
sobre el asiento de este boeing
que hace escalas en Río y Lisboa
a mí se me enterevera con otras pertenencias.

(los puntos amarillos en los ojos de una mujer querida
los rostros del amor cuando escribía poemas en la
la almohada
los soles que dibujé en su cuerpo
las palabras de un misterioso idioma adolescente
algunos sueños que aún pueden justificar la vida
una ausencia que duele en todo el cuerpo
esa mirada triste de mis hijos
cuando me despiden en Ezeiza
una tormenta eléctrica sobre la Recoleta
cubriendo de relámpagos al alcohol y la noche
unas líneas de Borges que emocionan

No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.
el humo de los tangos en San Telmo
ese rostro implacable
que choca conmigo en todas partes

Cómo podría explicarle a esta rubia muchacha portuguesa
sin tenerla en los brazos sin amarla
– tan cerca como estamos de este cielo
al que le han desordenado las estrellas –
que Gardel hoy son todos mis recuerdos
y que yo soy Gardel
y no me he muerto.

ELLA

Ella de cuerpo entero o sólo por fragmentos
ella con las piernas cruzadas sobre una manta roja
cumpliendo el rito mágico de poner un bollito de nylon debajo de
la puerta
con la piel de sus manos más suaves que los recién nacidos
ella mirando en el vacío
con el pantalón deshilachado
o rozando mis muslos con sus muslos
ella milímetro a milímetro
ella entre las sábanas
con su cintura en el aire de la casa
con copos de jabón cayendo de los hombros
ella sonriente con un vaso de vino entre los dedos
o su voz a través de los teléfonos
con ese tono apenas perceptible con que dice mi nombre
ella con breve ropa transparente
ella cuando me besa
cuando queda atrapada en una foto
combinando colores en las telas
ella en mis brazos debajo de mi cuerpo
durmiéndose en mi hombro.

RILKE Y LOU SALOMÉ VISITAN LA PENSIÓN DE MACHADO

I
Tal vez ella lo vio como a un espectro
fue un sacudón eléctrico azul resplandeciente
que se instaló en el whisky de la tarde
como un cicatrizante en las costuras
o una dedicatoria igual que golondrinas
sobre la cordillera de los Andes
Náufragos que tantean las piedras en la noche
debían echar de menos los libros de la infancia
novelas leídas a escondidas
recuerdos de galeones y mapas enterrados
tristeza de la copa al romperse en la mano
o la lengua lamiendo las heridas
Fabricantes de máscaras detectives del habla
descubridores en una selva virgen
se encontraron.

II
Evocaban nubes de otro hemisferio y estrellas luminosas
mientras desparramaban un cielo confundido
como una sudestada en los molinos de la meseta ibérica
Trasladaban la Casa de las Flores
de Argüelles a Palermo
leían versos y guiñaban teorías
importadas en libros amarillos y vestidos violeta
y hasta tímidamente se rozaban las manos
al secar el sudor de los vasos en la mesa de fórmica
y al descuido con cierto estudiado escepticismo
cruzaban las miradas y hablaban de conjuros y de pócimas
de poemas y de amores ajenos
lo necesario para tomar distancia
aunque los cuerpos temblaran en cada despedida.

III
Y tal vez en un verso que llegó de improviso
entre elegías de exilio se abrazaron
como quien reconoce una antigua tibieza
en las ruinas dispersas de un palacio incendiado
pero la ausencia giraba en espirales
sobre el cielo reseco de Castilla
se instalaba en la charla le llovía a las palabras
en una fina capa de polvo sobre el hombro

Después en los rescoldos de los sueños
como frente a un espejo observaban el humo de las hojas
y se instalaban sobre la realidad del día.

IV
Lamparón de ceniza en la solapa, manchas en la corbata
los recibió al pie del acueducto bajo un sol obstinado
que enrojecía los techos y derribaba pájaros
agradeció los libros (el recuerdo / las cartas)
tosió durante un rato mientras Rilke pensaba
que hoy
es siempre todavía
(y se lo dijo)
sentados a la sombra del alcázar ella contó su infancia
y el dolor de la muerte
grabaron cada frase en la memoria
(y tal vez para siempre)
Un recinto redondo con un altar nocturno
las paredes curvadas de los druidas templarios
y la búsqueda inútil de recetas alquímicas
que permitiesen ingresar en el túnel de los viejos olores
a cuadernos y a lápices a cantinas baratas
a arenas del Atlántico.
¿Habrá sufrido Rembrandt dibujando ese Cristo?
¿Cuánto linaje se detuvo en el tiempo?
El ángel verdadero entró por la ventana
y se plantó encima de una mesa desvencijada y sucia
de unos cuantos manuales secundarios
de un cuaderno de versos inconclusos
Y por la tarde vieron matar seis toros en la arena
jugando al erotismo de la muerte que era como una sombra
y por momentos una presencia física
el recuerdo de los monjes trapenses
o los jadeos de algún orgasmo mágico y siempre venidero.

V
Y para desconcierto de la crítica
de las cronologías del trivium y el cuadrivium
ella cantaba siempre Los mareados
y él repetía los versos de Cadícamo
Andarían por otras biografías
Ella teorizaría sobre los intersticios del cerebro y del alma
El dibujaría las máscaras sería como un actor o un erudito
o tan sólo un poeta capaz de una disertación sobre botánica
o las tesis de Hegel su estricto compatriota
Volvieron a despedirse en algún aeropuerto
Siempre queda París tal vez dijeron
aunque los diccionarios digan otra cosa
pero son pura distorsión de la imagen
precisiones biográficas
mentiras
la verdad es la vida
Y lo que resta.

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AL FINAL DE CAMINO [Mi poema]
Héctor Borda Leaño [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Caminante soy que voy imaginando,
a los molinos de viento destruyendo,
voy andando y mientras lo hago voy pensando
y a cada paso que doy envejeciendo.

Hoy recojo florecillas de ambos lados,
y entre coles voy a cardos borriqueros,
es mi alma quien precisa de cuidados
pues mi cuerpo harto está de tantos sueros.

Mi placer es el poder seguir soñando
y al pasado algunas veces recurriendo,
comprobando de sufrir me estoy ahogando
y otras veces desear seguir viviendo.

Reprochando, muchas veces rebotando,
contra todos los ciclones resistiendo
y a medida que ya avanzo voy dudando
y otras lleno de esperanza voy creyendo.

Y así un día y otro día cavilando
sin saber la razón o qué pretendo,
reclamando a Dios y con el mazo dando,
de tristeza sospechando estoy muriendo.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Eso de que la vida es un camino ya lo dijeron gentes mucho más versados que yo, Machado, Bécquer…Ahora lo hago modestamente yo aquí a mi estilo.

MI POETA SUGERIDO:  Héctor Borda Leaño

Mineros uno

Caminas todavía entre sílice y cal,
entre martillos
con lacerado pulmón que te acompaña
en la tos terminal de tu apellido.

¿Subes acaso, desgastando sueños
que en cachorro de ruido y polvareda
encoraginan puños y adjetivos?

Atento ante la muerte,
drásticamente amortajado un hueso
reseco en sus raíces
enumeras tu pan y las heridas
de tu famoso grito,
de tu rabia inconclusa
y la prédica inmemorial de tu andadura.

Subes o bajas desbastando sombras
con la luz consecuente de lentos lamparines,
te lleva de la mano un salario agostado
y te llevas tú mismo y sin pretextos
como tapa de tumbas desmedidas.

Está tu grito tenso,
tu joroba ancestral,
la tenaz ilusión de hollar la roca
sin macular sus sacras desnudeces,
está el trajín de tus zapatos
cloqueando en los charcos de tus charcos.
Sin embargo prosigues,
martillo de ocho libras, barreta, dinamita,
como puñal sangrante en medio de la veta
vistiendo de crepúsculos
el tendón magistral de tu estatura.

Sin embargo prosigues,
yugulada tu voz entre las sombras,
tributario de orígenes, nictálope veraz,
locura sin retorno entre cristales
de venenosos filos trasnochados.

¡Cuánto más! Un salario de alcoholes edifica
catástrofes de coca,
secretos rituales, donde la muerte misma
empieza a retejer sus misereres.

Sin embargo prosigues,
cerrado a cal y canto en tus angustias,
debajo de tu piel un puño alzado,
debajo de tu piel el hambre y los fusiles.

Presencia de la coca

Ha de bajar por un secreto canal
de rutas capilares
cerrando las heridas,
amansando la dolorosa gestación de los sueños.

Por las orillas del hambre y del cansancio
ha de ir tejiendo su ramazón
de obnubilaciones y lamentos.

Ha de ir cayendo gota a gota,
destilándose finamente
por las arterias del hombre dolorido,
hasta llegar en comunión de maleficios
al supay mineral
y en la agraria desolación de pachamama
ha de volver por el camino
de la papa y la sara
hacia el cielo infinito.

La coca ha de pasar
bajo un sombraje de casiteritas,
de rosicleres inermes en la mano del tiempo
hacia la constelación de las leyendas,
la coca retornará hacia el pasado
volviendo a mensurar la impronta de los mitos
donde se guarecen los cóndores nocturnos
en el silencio en que florecen las piedras.

La coca junto a la mueca del desprecio
se ha de ir haciendo persistencia de dios
en las entrañas del hombre.
Una quebrada geografía caminará con paso solitario,
alqamaris nativos graznarán en la oreja
del perdido
cuando hormigas minerales,
sapos, cóndores, sierpes descabezadas,
hondas raíces corroídas por el agua,
nitros en corrosión
sochapen los ojos taumaturgos
a la piedra del tiempo
con brújula de soledad y de martirio,
y en la sensación del desvarío
por la wilancha y los sahumerios
la coca ha de volver al mismo sitio.

La coca ha de bajar como clepsidra
por un secreto canal de rutas capilares
socavando a la muerte
su angurria de paz
sin dejar más caminos que el sueño.

Soneto a la serpiente

Lloró en la noche grande la serpiente
y lloraron los pájaros de arena
el agua temblorosa en su corriente
y la sombra vibrando en la falena.

Lloró en la noche grande la serpiente
como insuflando su dolor de quena,
quemando como fuego en el sufriente
corazón de la piedra y de la pena,

Lloró en la noche con dolor ajeno,
con voz de polvareda y de veneno,
con voz de soledad y de regreso.

Mas la piedra sonora en trizadura,
acomodó a la sierpe en la ternura
de su matriz cantora y de su hueso.

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MI POETA INVITADA: Maria José Mora

Ovocitos

Firmar ser DIOS
en la Seguridad Social.

Decidir no ser madre,
no engendrar ni compartir.

Explicar los efectos discapacitantes,
susurrar diez años después.

Descongelar los ovocitos,
destruir los hijos no natos.

Detallar su futuro sin vértices,
prender más su hoguera.

Los ovocitos.

Los ovocitos con la negrura
sobre sus espaldas. 

Cancer kills people, as does treatment, as does lack of treatment,
and what anyone believes or feels has nothing to do with it.
Anne Boyer
The Undying V199

Diario Maijo Mora, febrero de 2021.
Los hombres y las mujeres son y estarán siempre como supervivientes del cáncer. Somos el recuerdo de los muertos. El presente es ahora con sus heridas. Iría Iria Fdez. Silva hablaba de sus muertos que “sé que son de otros pero esos otros no conocen a mis muertos como los recuerdo”.

Hospital

Aunque el cáncer
te cubra y el invierno llegue
se que existe un lugar
sin nada más, adónde ir.

Aguarda, mi querido.
Antes que la muerte recorra,
encuentra el vértice
desde tus manos.

Pero, no te preocupes,
allí estaré.
Estaré.
Sí, estaré.

Cuando sea
en tu respiración,
abrazaré la raíz
y tu ausencia.

Después,
la ciudad sufrirá
un triste silencio
por tu nombre.
Editorial Cuadranta

AMORAL [Mi poema]
Héctor Miguel Collado [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Aumentando mis bienes me entretengo
libando de las mieles de otros predios,
ni ante ingenuos ni crédulos detengo
ni el cómo a mi me importa y ni los medios.

Deben saber que escrúpulos no tengo,
que donde la vista alcanza va mi red;
y si puedo atrapo a varios a la vez,
que yo soy amoral y lo sostengo.

Pues no sé distinguir el bien del mal
mas sí hacia donde voy, de dónde vengo,
si hay alguno que no entiende, me da igual
ya sea lego, pobre o de abolengo.

Que el medrar para mi es lo natural
no me planteo nunca si alguien sufre,
un depredador, yo soy un animal
que al fin ha de penar en el azufre.

Que ignoro qué de mi dice la gente,
incluso si hablan bien, no me interesa,
despiadado, feroz, irreverente,
mi halago es el placer puesto en la mesa.

Que soy como cualquiera, un navegante,
como tú y como aquel, humo en la feria,
más curtido que tú, soy un farsante
avezado y experto en la miseria.

Mas quizás ahora mismo haya a tu lado
un fatuo que presume o vanagloria,
jamás debes quedar obnubilado,
rasca un poco y verás sólo es escoria.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Héctor Miguel Collado

De: En Casa de la Madre

Todo el amor del mundo cabía en mi casa.
Pero el odio reclama sus espacios
y la orfandad exige
su ración de muerte.

Todo el temor del mundo
se instala bajo la sombra
en el rincón destinado a la podredumbre…

Solidarios en la noche,
hermanos por última vez,
agazapados al amanecer,
sorprendidos por el milagro de la vida
al mediodía.

Todo el rencor del mundo
lloviendo,
estallando,
matando…
¿Hasta dónde, Señor, hasta cuándo?

Todo el odio del mundo cabe en una bala.

Mis hermanos lloran hacia dentro,
mientras crecen,
desesperanzados hijos del hambre
que mide todas las cosas.

Mis hermanos duermen
con el corazón despierto
-la paz no se firma con acuerdos ni decretos-.

Mis hermanos se multiplican en la selva,
en la ciudad
y desprecian el pan y el sacrificio
por la madre herida.

Mis hermanos mueren de frio
o segados por la sombra en la frontera.

Mis hermanos inventan la luz y la palabra,
la ofensiva palpitante
que renace cada día.

Mis hermanos no pierden la vida:
ganan la inmortalidad.

Mi madre es un arma de doble filo,
de su universo manan luz y ríos.
alimenta sus días de hijos
concebidos a quemarropa,
a contra esperanza…

Mi madre no flota en una nube con angelitos en cueros,
ni pisotea la luna en cuarto creciente
para sacudir las penas.
Ella posa su planta terrestre
y sufre y lucha
como cualquier madre de barro
o de madera.

Mi madre recuerda en complicidad con la lluvia
y estar lejos es un pretexto
para inventar noticias de sus críos.
Ella vive envenenada de rutina
y evade el día fatuo de diciembre
para rodearse de sus frutos.

En la casa de mi madre
abunda el pan de la mañana.

Pregunté:

¿Cuántos ladridos hacen la jauría?
la dentellada fue el primer aviso.

Las venas calladas denunciaron la avería
y comprendí la ferocidad del cangrejo
cuando desgaja arterias.

¿ Por qué tuvo que ser verdad mi profecía?
¿Por qué el silencio no decapitó
los estruendos de mi lengua?

¿Cómo perdonarle a la muerte su osadía,
si este mar de horas no devuelve el ahogado
a los dolientes?

¿Quién es el responsable de esta afrenta?
¿Quién debe ser perdonado?
¡Más le vale a la vida su coartada!
¿Acaso valen las excusas, los remordimientos?
¿Cómo fue que no escuchamos el silbato, llovió acaso?

¿Qué decir cuando la anécdota traicione?
Tengo las manos sucias de preguntas…
Pregunté una vez y volví a preguntar,
pero nadie, nunca, ninguno me devolvió la llamada.

De barcos y viejas fotografías

La mitad de mi infancia fue calcinada
por un flagelo virulento…
Pero volví a mis zapatos
y a mis juegos.

No había cantado el gallo aún
cuando nos mudamos de casa
y de recuerdo.
Mi padre dejó de volver por las tardes.

La edad me caminó por adentro:
tuve un padre postizo
y hermanos diferentes.
Asombrado vi cómo se llenaba la mesa
de manos y de platos
gritando soledad:
el pan duraba lo que un beso
en una boca odiosa.
Las manos eran voraces bocas,
las bocas eran voraces manos
querían devorarlo todo.

En el barrio
las casas derrotadas
eran consumidas por el fuego
de las panaderías.

En medio de un batir de alas
heredé la camisa de mi hermano.

Supe de dolores ajenos
y aprendí que eran idénticos
para cada habitante del desafío
y la derrota.

Caí varias veces,
pero me remonté al sol
vez tras vez
sobre el pájaro del tiempo.

En complicidad con la noche
malversé mi inocencia.
Novio furtivo,
supe de una vez y para siempre
que tenía derecho a ciertos placeres
en castidades ajenas.

Canté mi disonante en el baño comunal
y la herencia me lanzó a descubrir cuerpos
a través de agujeros anónimos
labrados con lujuria…

Muerta la inocencia,
acepté el pacto:
me arranqué los juegos
y ayudé a hacer la escuela y la vereda;
le conocí la entraña a la flor del arroz;
porté libros
y aproximé su lámpara alfabetizada
a quienes atesoran canas,
arrugas
y soledades.

Ahora,

cansado de la edad
y del trayecto;
del día, oloroso a derrota,
que se alimenta de espectros
y negaciones;
cansado del adiós desangrado
una mano de mujer
en algún puerto;
cansado de desvivir,
de malversar los días
otorgados para acumular hijos
y abuelos muertos;
aferrado a mi sed de eternidad,
vuelvo a empezar.

Después del desván

Si mañana la mano
izquierda
me amanece muda
no confiaré en las palabras.
Las frases serán
un río de astilla
y dedos heridos
Si mañana
un relámpago invalida
mis noches, las mañanas
¿cómo les comunico
el dolor o la alegría?

Trashumancias (I)

Al borde de la tarde
cuando el silencio crece
y limita la libertad
que habita en la garganta
te encontré
-alternativa de la angustia-
pálida como la bandera
de todas las aspiraciones humanas.

Trashumancias (II)

Aquí, contigo, en ti
sobre tu cuerpo escribo,
trazo increíbles garabatos
con la vara del recuerdo.
Con las sílabas de mi carne
describo descabellados actos
aprendidos de memoria
a flor de calle
y apenas alcanzo a descubrir
el infierno que arde en tu boca.

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TOCAN A MISA [Mi poema]
Horacio Preler [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A misa, que hoy tocan llamando a misa
de la iglesia el badajo en su campana.
Yo asomado al dintel de mi ventana
paisanos veo andando de esa guisa
¡qué mal tendré que a mi me da galbana!
¡dios les guarde el humor y gracia sana,
queden en paz consigo y su sonrisa!

Al tran tran, pues no crean van deprisa,
que pasan por aquí como quien pasa,
tranquilas lentamente con su guasa,
con la mirada al frente muy sumisa,
y la prisa acompasada harto escasa,
cual líquido de un vaso se trasvasa
pausado y lento al fin en la repisa.

Directos, que ellos van a confesar
a ese dios al que ellos tanto aluden,
que han visto, aquí les creo, que no duden
y así a su alma también tranquilizar.
¿Por qué mi estado siempre es de presunto
y resisto a postrarme ante su altar?
quisiera ya saber, yo me pregunto.

Pues no entiendo y me quedo cejijunto,
si nadie en este tema está seguro
¿qué es lo que me mueve a mi a ser perjuro
y al hecho de creer le pongo punto?
Si es ésta la verdad de los que afirman
o niegan a algún dios y así lo firman
¿quien tendrá la verdad en este asunto=.
©donaciano bueno

La #duda siempre presente Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Horacio Preler

Símbolos

Un extranjero recorre las calles
de una ciudad desconocida.
El misterio se encierra
en los extraños laberintos.
Los hombres pasan unos junto a otros,
sólo los viejos conocidos se saludan
con las ceremonias de costumbre.
Nos entendemos pobremente,
apenas delineamos los contornos del gesto
articulando símbolos heroicos
para superar el desamparo.
(De Lo abstracto y lo concreto, 1973)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

Mediocridad

La natural mediocridad a todos nos concierne,
nos acompaña en las extrañas actitudes
con que desarrollamos una idea.
Es el atuendo insospechado del concepto,
la libertad del incipiente ser
que elude su propio fundamento.
Es más aún,
la posibilidad de morir sin estridencias.
(De Lo abstracto y lo concreto, 1973)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

La muerte de un poeta

Un poeta muere como cualquier hombre.
Se desploma de pronto
o padece una larga enfermedad.
Abandona entonces a sus hijos,
sus afectos y sus pequeños lujos:
su infancia,
la carta de un amigo
y algunos libros que lo encallecieron.
Además,
los poemas que nadie escribirá por él.
(De La razón migratoria, 1977)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

El señor Gianni

Todas las tardes junta las hojas
que el viento ha volteado
y las mete en un hoyo.
Enciende una fogata y espera.
Después riega las plantas,
va de aquí para allá
atento a cada extraño brote,
cuidando que todo crezca en orden,
que nada perturbe su labor,
como un dios que no ha perdido la esperanza.
(De La razón migratoria, 1977)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

La rejilla

Limpiamos el agua que ha caído
la noche anterior
y con ella viene la basura
acumulada en el patio.
El agua sucia corre
y en la rejilla queda la resaca,
los focos de infección,
la hierba ya podrida
mientras otra agua
desciende sola hacia la tierra.
(De La razón migratoria, 1977)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

Casa vacía

Alguien alguna vez hará el inventario de las cosas,
levantará papeles, abrirá los cajones de un escritorio
antiguo, revisará bibliotecas, estanterías,
muebles, aparatos usados, buscando explicación
a tanta fantasía.
Nada perdurará para dar testimonio.
Uno se lleva todo. Sus historias,
la clave de sus miedos, la lóbrega codicia,
la indiferencia, el odio,
los almanaques viejos.
Entonces encontrarán escobas en todos los rincones,
trapos de piso, humedad,
los restos de comida que han quedado en el plato.
(De Lo real, nuestra casa, 1991)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

Países

El viaje es a la medida del dolor.
Entregar la mano, sentir los dedos,
las huellas digitales, la sangre que llega
desde triste frontera.
Sentir el peso del esqueleto madurando,
dibujando círculos para obtener un punto de partida,
un leño navegando en un extraño río. Respirar
con la boca entreabierta, mirar hacia delante
y hacia atrás, hurgar en los bolsillos,
secarse las lágrimas, quitarse los zapatos
para crear una frase común.
Hay esquinas que parecían países, murmullos, ecos,
países que no tenían ciudades, llanuras
ni mares interiores, vacíos por dentro,
países, en fin, hechos sólo para morir.
(De Lo real, nuestra casa, 1991)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

Cuerpo y alma

El alma soporta la idea de la muerte
sola en su misión,
apenas apoyada en la fragilidad del cuerpo.
Un incipiente calendario
le arroja algo de esperanza,
le insinúa la penumbra del ojo
por la ventana entreabierta de la realidad.
Nada le ofrece protección
y la idea desciende como el rocío
sobre los techos de las casas.
Cuerpo y alma suspendidos sobre el vacío,
colgando de una soga,
materia descreída,
ojo lisiado enfrentando la oscuridad..
(De Zona de entendimiento, 1999)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

Las llaves

La tarde resta a la vida
semanas de silencios.
La niebla confunde al viajero
en la vía muerta de una ciudad cercada.
Es poco para un desconocido que ve la aurora
desde la morada del llanto.
Las preguntas apuran al desprevenido,
casi sin equipaje,
casi al borde de la muerte,
empeñado en abrir puertas
y buscar las llaves sin retorno
de la sabiduría absoluta,
llaves que el viajero había perdido,
sin saberlo,
en el momento de partir.
(De Zona de entendimiento, 1999)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

Zona de entendimiento

A veces pensamos que la soledad
es una cosa que podemos manejar
como si fuera una materia inerte.
Vemos la claridad desde la ventana
mientras la brisa mueve las cortinas.
El perro duerme debajo de la silla
y las horas pasan
como un ciego tanteando las baldosas.
En la mesa se amontonan libros y papeles.
Entonces nos acomodamos en un rincón
y buscamos imágenes de un paisaje ignorado.
Todo el silencio regresa de la calle
y se sitúa en la casa.
Nada se mueve, nadie habla.
La tarde es un atajo,
una zona de entendimiento
que nos mira desde la eternidad.
(De Zona de entendimiento, 1999)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

Cerca de mí

Cerca de mí,
todo está cerca de mí.
Los libros de la vitrina,
las hojas en blanco
y las reminiscencias de la noche.
Cerca está la vida despojada,
los recuerdos que estructuran el alma
y la mirada que partió.
Cerca, muy cerca está la lluvia,
la solitaria lluvia.
(De Aquello que uno ama, 2006)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

El invierno llega

El invierno llega
y se arrastra por la memoria.
El corazón de un viejo
llama a las puertas de las casas vacías
y no encuentra respuesta.
El frío penetra hasta los huesos
y el desamparo se dispersa en el viento
como el celo de una mariposa.
(De Aquello que uno ama, 2006)
Horacio Preler / El señor Gianni y otros poemas

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PUNTOS DE REFERENCIA [Mi poema]
Humberto Díaz Casanueva [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Si he de partir el mundo en dos mitades,
notar si hace calor o si hace frío,
comparar tu cariño con el mío,
la verdad cotejar con falsedades.

Si la pena es rival de la alegría,
la torpeza es inversa a la destreza,
el ateo es opuesto a aquel que reza,
de otro ser, diferente es de ser mía.

Si adivinar contrario es a la ciencia,
trabajar invertido a la vagancia,
dormido estar a estado de conciencia.

Todo estriba en hallar la diferencia,
polos opuestos marcan la distancia,
pues puntos sólo son de referencia.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Humberto Díaz Casanueva

La visión

Yacía obscuro, los párpados caídos hacia lo terrible
acaso con el fin del mundo, con estas dos manos insomnes
entre el viento que me cruzaba con sus restos de cielo.
Entonces ninguna idea tuve, en una blancura enorme
se perdieron mis sienes como desangradas coronas
y mis huesos resplandecieron como bronces sagrados.
Tocabas aquella cima de donde el alba mana suavemente
con mis manos que traslucían un mar en orden mágico.
Era el camino más puro y era la luz ya sólida
por aguas dormidas, resbalaba hacia mis orígenes
quebrando mi piel blanca, sólo su aceite brillaba.
Nacía mi ser matinal, acaso de la tierra o del cielo
que esperaba desde antaño y cuyo paso de sombra
apagó mi oído que zumbaba como el nido del viento.
Por primera vez fui lúcido mas sin mi lengua ni mis ecos
sin lágrimas, revelándome nociones y doradas melodías;
solté una paloma y ella cerraba mi sangre en el silencio,
comprendí que la frente se formaba sobre un vasto sueño
como una lenta costra sobre una herida que mana sin cesar.
Eso es todo, la noche hacía de mis brazos ramos secretos
y acaso mi espalda ya se cuajaba en su misma sombra.
Torné a lo obscuro, a larva reprimida otra vez en mi frente
y un terror hizo que gozara de mi corazón en claros cantos.
Estoy seguro que he tentado las cenizas de mi propia muerte,
aquellas que dentro del sueño hacen mi más profundo desvelo.

La intolerable union de los despojos

Todo se ha consumado de
golpe
Como una trompeta
te has partido en dos
y sale un chirrido
no sale de ti
sino de la sorda conclusión
del tiempo

Sale el fantasma
que porfiaba en las
conversaciones
Recuerdas?
Recuerdas el súbito crujido
de la seda?
La insurrección de las
sillas?
La camisa cada vez más
lívida?

Decías
Entré!
Pero nadie entraba
Pero un remolino de música
consumía el espacio
y quedábamos atónitos
sosteniendo
la cúpula encendida de
otro mundo

Ahora
el fantasma tiene aberturas
de boca
y nada dice
Nadie dice nada

Las cosas se apagan
lentamente
En tu feroz mordaza
quedan palabras quedan
besos

Nadie dice nada
porque nada tiene sentido
Lo irrevocable
es una verdad vacía
que nos acecha
sin razón verdadera

Al contemplarte
nos contemplamos
petrificados
vivos!

Oh forma! Oh crepitación
de la forma
que nos liberta de la nada
al mismo tiempo que a ella
nos conduce!

Debo alabar o
execrar
tu muerte
como el desdoblamiento
infinito
de una presencia apenas
perceptible
No sé
Tengo vendada el alma

Sólo quiero
ungir tus ojos con el
claror de mi vida

Te recuerdo
como un caballo espumoso
tascando
el freno de la muerte
como un cíclope
luchando contra una pared
cornuda
Tierno
cazando una estrella
perdida
en tu cuerpo

Humilde
cuidando una paloma
coja
Iracundo
ante la mesa vacía
del pobre

Te has juntado
contigo mismo?
Y de qué te vale
el cumplimiento de una
soledad
más vasta?
Allí
no sé dónde
tallando con tus dientes
un bosque de marfil
sin intención valedera?
Sólo abundabas en tu
prójimo.

LOS PENITENCIALES

(fragmento)

Es tan triste
morir
sin que me expliquen
el rumbo de las aves ciegas
la cansada semejanza que me
invade
la infinita madurez del fruto
vano
La luz que tiento es un vaso
de sangre
en que cuaja el día
La muerte
una pedrada adentro
una serpiente de Dos Pechos
erguida por mis flautas

Por qué esta usura en medio
de las postrimerías?
Esta carencia
cuando el instante asoma
como un trozo de perfil
más dilatado?
Sólo preservo el curso
de mis labios
Sólo alabo el delito
de mi insignificancia

Por qué este apuro por
tragarme el mar
despeinar coronas inmensas
acribillarme de tristes
langostas?

En mi calabozo muevo la
silla
en que queda carne

Sé que siendo dejo de ser
y paso
y queda el cáliz del vino
evaporado

Cuál es la dimensíon herida
en que agiganto
mi pálida figura?

LA APARICION

(fragmento)

Tengo hambre
hambre demente en la boca
en el chasquido del Ojo
en los pies
febricitantes

Sostenedme
porque tambaleo en mi imagen
crepita el grito
el tacto oprime lo yermo

Me está punzando la piedra
que da luna
luna
¡Oh adentro de mí!
Quemadura del león que me dilata

Vienen días inconclusos
no obstante
la llaga es noble y azulada
Me dan ganas de besar gaviotas

Insomne
lleno de una oscura certidumbre
extiendo
la fugaz piel de leopardo
sobre la cama

Así cubro el purísimo fulgor de una
aparición
tan súbita
tan milagrosamente cierta
tan hecha de latidos
en el pánico
de lo demasiado hermoso.

Doto mi vida de una esperanza agónica

Úntenme manos traspasadas por un
clavo de oro macizo
manos cuelgan del hombre
manos pinchadas
Tengo hambre
hambre del sueño que afluye en la
mínima sal
Todo mi cuerpo pegajoso
de moscas sucias y doradas

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EL VIENTO [Mi poema]
Diana Morán [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Medita al contemplar que pasa el viento
mas nunca a saludarle se ha parado,
y piensa que es inmune al sentimiento,
no escucha o no percibe su lamento
deduce que al pasar mira a otro lado.

Un día cuando pase por su puerta
así trate de hacer que no ve nada,
tendrá que responder por qué no acierta
a ver que está a la espera siempre abierta
o acaso debe darle una patada.

Que el aire pareciera que no existe
pues nunca fue de izquierdas ni derechas,
el viento va jugándole al despiste
no importa el susodicho esté muy triste,
si irrita va arrasando las cosechas.

Se muestra furibundo o apacible
que a nadie le obedece ni controla,
hay veces que se muestra imperceptible
y hay otras en que ruge, que es horrible,
cual fuera cabalgando en una ola.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Diana Morán

Soberana Presencia de La Patria

Es enero en las calles donde ruedan los gritos,
nueve o diez en la carne, en la súplica radial
de un arroyuelo rojo para soldar los nervios,
es la fecha de un pueblo que encontró su camino.
Escuchen lo que digo
con una brasa de odio
en el pájaro dulce que habitaba mi seno,
aunque la barba de Walt Whitman hable
de familias de hierba y moral manzanera.
La patria se fue, como siempre se ha ido,
con su camisa blanca
y la corbata azul de adolescencia,
con el civismo juvenil de su paso
y el fértil batallón de sus arterias
a enarbolar el vuelo allí donde cortaron
las alas tricolor de sus emblemas.
Escuchen lo que digo
con la capilla ardiente del rencor más viejo:
Mi patria, cántaro de amor en todo idioma,
que ofrece su agua buena al peregrino
ha arrastrado sesenta calendarios
sin derecho a la fruta, al árbol de su huerto,
saqueada en la bondad de su cintura.
Escuchen lo que digo:
En cada sitio de mi cuerpo hay un dolor de siemprevivas
para contar al mundo la parábola del buen vecino
que aplastó la luz recién nacida.
Muchachita de paz,
exigiste la fruta, el huerto, el asta de tu nombre
y el muro… el muro blanco… el muro rubio
-su carta fraternal… Punta del Este- deshilvanó tu esencia, derramó su cauce,
a la húmeda intemperie de gases lacrimógenos
gemías, Panamá, como un maizal en llamas.
¿Quién me pide cortinas
para azular la piel quemada de estas sienes
que jamás pensaron en tirar un jazmín a las alondras?
¿Quién reclama la sílaba final de un corderito
para ensayar un apretón de manos
aquí, donde quedó sin gasa el hospital
para cubrir la fuga de amapolas?
Quién, quién se atreve a rezar:
Tío Sam, Santa Claus, Cuerpo de Paz
-Arca de las Alianzas, Consuelo del Afligido-
el corazón agujereado
cicatriza con verdes papelillos.
¿Quién me pide que sufra, que suframos de amnesia,
que le demos a Fleming tres medallas
y con Bogart bailemos tamborito
por la amistad del tiburón
y el anzuelo en las sardinas?
¡No! El sol no despierta para ustedes,
usureros del aire.
Ese disfraz de oveja, hermano lobo,
ya no engaña el candor de las violetas.
Ahora ¿cómo bautizarás esta maniobra?
¿Juegos de patos?
¿Operación amiga en Canal Zone?
¿Pildoritas Johnson para el subdesarrollo?
Estos brazos que buscan una forma de niña,
un latido de novio, una frente en los libros,
película no son para soldados morfinómanos.
La viudez de estos cuartos no se vende en coca cola.
El salitre escapado de la herida en desvelo
no es negocio de chicles o zapatos.
Este nueve de enero no es cera de museos,
no es moneda de cambio
ni tiene la firma de Bunau Varilla.
Yo tengo que gritar,
-Oh, prendida garganta de mis muertos- yo tengo que gritar
con su polen de incendio
en los cuatro puntos de la rosa del aire
donde soltó la UPI sus vampiros.
¿Qué palabra,
qué palabra por más sucia que sea
no resulta flor para escupir el rostro
de búfalo en conserva?
Qué adjetivo no es ángel para pintarte buitre,
si por cada paloma que la mano te ofrece
asesinas la mano, la sal y la paloma!
No hay lago, frontera, axila que no lleve
el tatuaje de tus colmillos roedores de luceros.
Malditos de ayer! Asesinos de hoy!
Herodes de siempre!
Los huesitos de Chapultepec…
los huesitos de Atitlán…
Los huesitos de Hiroshima…
La carne, los huesitos de mi patria
molidos con repiques de metralla.
Mi cielo violado, como una niña ciega,
en la torturada inocencia de su pubis,
las venas sacadas de su casa joven,
los hijos deshojados, lirios secos,
la última estrofa del Canto a la Bandera
en el frío ruiseñor de la mirada
y el llanto, el llanto maternal
-Oh vaso ardiente-
sangriento memorial de labio en labio.
Yo tengo que gritar:
Mis muertos son vivas sembraduras,
ataúdes que nutren la esperanza
con el ritmo ascendente de la lucha.
En las cuencas de Rosa revientan las espigas,
en la espalda de Ascanio se arman las legiones
los fémures de Alberto, Teófilo y Rogelio,
son astas invencibles otra vez en el muro.
Los ojos de Ricardo, los labios de Rodolfo,
las células de Víctor, los dedos de Carlos,
las piernas mordidas, sus núcleos morados,
sustancias nacionales, patrimonio se han vuelto.
La sangre de los hombres es historia viviente
savia que da la muerte se incorpora
soberana presencia de la patria.
El gorrión machacado en la lengua de un héroe
fertiliza el reposo de su hielo
y hace nido en la marcha su clarín de conciencia.
Escuchen lo que digo, hoy nueve de enero,
a ustedes tragalunas del mundo,
a ustedes que asesinan los dedos sembradores de olivo:
Del hijo acribillado retoñan muchos hijos,
del obrero en el polvo mil obreros regresan,
del semen inmolado toda cuna germina.
Las tumbas pregonan! Se desclavan las cruces!
De la cal del pueblo, el pueblo resucita!
Y tú, pequeña patria, gigante de esta fecha,
esculpida en la roca de tus muertos
para nacer definitivamente,
abrirás tus alas agredidas
en el dolido cofre de tus peces.
Hasta el último niño en presagio de mieles
ofrendará su pálpito de auroras
por la libre heredad de sus estrellas
Hoy! Mañana! Siempre!

Convicción de Golondrinas

Con total convicción de golondrinas
sin pretender sembrar un árbol
ni cosechar un hijo
con la maleta lista para un mañana
próximo
buscamos
una mesa
dos sillas
y algunas tazas
hicimos un librero portátil
de ladrillos y tablas:
allí enredamos a Marx
la Biblia
Mao Tse Tung
los veinte poemas de amor y una
canción desesperada.
Entre un ojo abierto
y el otro cerrado
los ríos de cuándos y más cuándos
se secaron.
Sandino
El Che
Angela Davis
poblaron la orfandad de las paredes
de boinas
y panteras militantes;
sin amnistía
los otoños inundaron los vasos
de septiembres
octubres
y diciembres oxidados
mientras la primavera
bondadosa madrina
insiste en ofrecernos
un poquito de casa.
En la mesa
con paciencia
servimos la convicción de golondrinas,
las cucarachas sonríen con los
pensamientos,
la maleta está lista
para un mañana próximo o lejano,
el corazón nos espera
a nivel de las sales.
Del Libro Reflexiones Junto a Tu Piel, 1972-1979,
Poemas Del Exilio

Enero Condecorado por Un Golpe de Arterias

A los mártires Gonzalo
Crance y Teófilo De la Torre

Un mes que tiene
nombre de escuela.
El mapa es su cuaderno,
campana, campanela.

Palabritas de esfinge
cruzan la cerca…
Enero es uniforme,
paso de estrellas.

Tréboles del rocío
la noche vela…

¿Quién te dejó
sin venas
lápiz de cera?

Espada o gavilán,
filo de fuego,
cabrito horizontal,
bajel del pueblo.

Medallita de sol,
medallita de sombra,
en el mástil
gaviota
en la carne
amapola,
la pájara pinta
le canta
y le llora.

Es un mes que tiene
nombre de escuela.
Enero es uniforme,
campana, campanela.
Del Libro Gaviotas de Cruz Abierta, 1965

Mujer… Eva de Sed Esperanzada

Mujer… Eva de sed esperanzada
irrumpo en tus corrientes materiales
para beber las aguas sindicales,
cabecillas de carne desgarrada.

Y así… Sencillamente enamorada
ser la novia de mieles corporales
-esposa de azahares verticales-
en éxtasis de tierra liberada.

Quiero beber el alba colectiva
-quebrada de ternura combativa-
de la totuma fresca de tus manos.

Nutrir el istmo nuevo de mis hijos
con la revolución de besos fijos,
síntesis de las bocas y los granos.
Del Libro Eva Definida, 1957

¡Hombre-Istmo… Adán de Barro Verde!

¡Hombre-Istmo… Adán de barro verde!
De tus húmedos ojos de culantro
y tu silvestre piel de yerbabuena
brota la aurora de la patria pura
Pentagrama sensual de clorofila…

Tus revolucionarias notas forman
-el proletario corazón triunfante-
la social sinfonía de los hombres.

Saloma-guía para el mirto obrero
a las orillas de tu boca aguardo
el rojo alumbramiento de sonidos
que contenido den a mis pupilas
¡Déjame… Déjame llegar a tí!
Del Libro Eva Definida, 1957

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QUIERO ESCRIBIR SENCILLO [Mi poema]
Hjalmar Flax [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Quiero escribir sencillo, que se entienda,
con palabras en grandes caracteres,
y hablar de dios, del hombre, las mujeres,
del soldado que inicia una contienda,
de las penas, del miedo y los quereres.

Escribir para el hombre de la calle,
aquel que anda paseando sus miserias,
que aún sube a caballitos en las ferias,
no sabe distinguir algún detalle
que existe entre la broma y cosas serias.

Incluso para aquel que no aprendió a leer,
que la “o” no sabe hacer con un canuto,
el que nunca aspiró a ser dios, un puto
sometido a los azares del placer
sin tener que pagar ningún tributo.

El que absorbe la vida sin saberlo,
que pasa sin pensar, inadvertido,
sintiendo no ha llegado y ya se ha ido,
un sujeto pasmado, de estraperlo,
solitario, hirsuto, introvertido.

Quiero escribir, en fin, a los sin ojos,
ciegos, que creen ver el cielo impío,
que su alma ha sucumbido en el hastío,
lamentan ser del mundo los despojos
y sienten ser vacío en el vacío.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: A veces satisfacemos nuestro ego haciendo uso de metáforas para consumo propio que nadie entiende. Sólo hay que echar un vistazo a textos de algunos poetas modernos o, incluso, al propio e inigualable García Lorca

MI POETA SUGERIDO:  Hjalmar Flax

FUGA

Hastiado ya de argucias,
cansado de pulir, como los ríos,
las piedras del camino de mi vida,
quiero ser agua clara que riela,
no agua hosca que escarba,
y superficialmente bajo el cielo
deslizarme hacia el mar, agua que pasa
sobre la cuenca sin rozar el fondo,
bajo los puentes sin tocar la arcada,
por el recodo sin hollar la tierra,
retirada del junco y de la vaca,
sin floridos jacintos que me cubran
ni peces que me naden. Quiero nada.
Pasar. Fluir hasta la mar sencida
y allí agotar la gota de mi vida
pequeña y desdichada.

CANCIÓN DE AMOR

Desde que tú me besas
comprendo lo que dicen los boleros.
Por eso los reescribo con idénticas letras,
las mismas melodías y los viejos arreglos,
pero son diferentes porque estás dentro de ellos.
Los canto para verte, para que te mires,
para decirte lo que siento exactamente.

Si dejas algún día de escucharme
porque escuchas a otro, o a nadie y simplemente
no te interesan ya nuestras canciones,
dímelo, por favor, por si no me doy cuenta.
Aunque jamás te pediré que no me dejes,
te pido que no me dejes
hacer el ridículo.

EN EL PARQUE DEL BUEN RETIRO

No es entender. Entiendo. Es aceptar.
Acepto, pues, la juventud que pasa
frente a mí desplegando su belleza,
y el abismo insondable que separa
su voluptuosidad de mi deseo.
Acepto el cuerpo donde siempre habito
cada vez más extraño y menos mío.
Acepto a mis amigos y enemigos
porque en unos y en otros me reencuentro.
Acepto mis poemas, mi poética,
y todo lo que he hecho y lo que no he hecho.
Acepto mis manías, mis costumbres.
Acepto a mis parientes y a mis muertos.
En fin, lo acepto todo,
hasta el engaño de alargar la vida
viviendo cada hora de este día.

EN LA ORILLA

A veces el poema es un narciso ciego
que sueña con su imagen y no encuentra caminos.
Se pierde dando tumbos entre palabras huecas
y expira en los silencios de sordos desatinos.

A veces el poema es un narciso blanco
con un pequeño sol en su centro amarillo
que ilumina las aguas del río que es la vida
y transporta al lector por luminoso trillo.

Tensado tantas veces entre esos dos extremos
está el poeta, ¡pobre!, esclavo del misterio.
Transformado su oficio en potro de tortura,
atormentado vive su vida en cautiverio.

No obstante y sin quejarse, el poeta persiste,
camina por las calles de la ciudad, almuerza
en fondas con amigos, o solo, y permanece,
y regresa a la orilla, y recomienza.

POEMA EN SAN VALENTÍN

Tu recuerdo me vive a su albedrío.
Hoy levanta ante mí mi propia imagen
feliz cuando contigo:
es un fantasma ilusionado, alegre,
que me sale del cuerpo
y abraza tu recuerdo, y enlazados
bailan en el espacio de la vida,
en ese espacio hueco donde habito
desde que por razones racionales
llevé a cabo los actos rigurosos
de cortar y arrancar
y echar a andar sin voltear el rostro,
para dejar atrás lo inconveniente.

Pero mi corazón, torpe animal,
sin comprender por qué se lo llevaban
como si nada grave aconteciese,
se volteó en su jaula de costillas
para ver a su amor permanecer
de pie, tras un portón,
en una calle ingrata, para siempre.

Piedra de sal no me volví, del todo.
Pero mi bruto corazón
piedra de sal se hizo en ese instante.

Por eso es que a pesar de tantos años,
boto sal por los ojos
pruebo sal en la boca
trago sal,
cuando en atardeceres soleados,
o mañanas lluviosas, o noches estrelladas,
en el espacio hueco que es mi vida
baila un fantasma alegre, ilusionado,
con tu recuerdo vivo.

Y yo los miro.
Los sufro con paciencia.
Los perdono.

LA INVITACIÓN

Hubiese ido, pero no me invitaron.
Tampoco lo esperaba.
Es más, me hubiese sorprendido.
Acostumbrado estoy, ¿cómo se dice?
a no pertenecer a esas esferas,
a no moverme en esos círculos.
Claro, que no despreciaría la invitación.
Hasta hubiese alquilado una etiqueta,
ido al barbero, brillado el carro…
No. Es un chacharro. Mejor llegar en taxi.
A esos lugares hay que ir bien puesto.
Tengo entendido que la invitación
incluye acompañante.
¿A quién invitaría yo a ese evento?
¿A Maritere? No, está muy vieja,
mejor una más joven, más bonita.
¿A Luz Idalia? No, viste muy charra,
habla demasiado, puede meter la pata.
¿A Iris? Hace tiempo que no hablamos,
es probable que aún esté molesta.
Uy, no. ¿A quién? Mejor voy solo,
siempre es posible conocer a alguien.
Aunque en esos fiestones es difícil
hallar a una mujer sin un parejo.
¿Ir solo, para qué? Nadie me conoce.
¿Ser cucaracha en baile de gallinas?
Deja eso. No voy. Me quedo en casa
viendo televisión. Siempre dan algo.

TRANSFORMACIÓN

Ser poeta não é uma ambição minha.
É a minha maneira de estar sozinho.
Alberto Caeiro

Seré mi nombre. Seré mis poemas.
Ya dicen: “Como dice Hjalmar Flax”
y citan mal un verso mío.
Pero a mí, que no soy
ni mi nombre ni mis versos,
a mí, de carne y hueso,
a este animal envejeciente
que se levanta y hace sus necesidades,
se cepilla los dientes y va al médico,
que toma medicinas y hace compras,
que camina y evita tropezar,
que almuerza en fondas,
que vive solo…
a mí no me conocen.
Mi nombre puede ser de otro,
y mis versos…
mis versos son la tinta de un calamar que huye.

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