A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

YO QUISIERA SABER CÓMO ES EL CIELO [Mi poema]
Mercedes Díaz Villarías [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo quisiera saber cómo es el cielo
para así decidir si me conviene,
si es que allí cumpliré todo mi anhelo,
y acercarme este año, o el que viene.

Quisiera alguien me diga si es que hay luces,
mejor si fuera alguno que haya estado,
si existe algún semáforo en los cruces,
si para trabajar cuenta el pasado.

Si es fácil practicar algún deporte
llevando ya el vestuario preparado,
de justicia si existe alguna Corte,
si abunda, como aquí, el maleducado.

O es tal cual como algunos se imaginan
un vergel primoroso, edulcorado,
en que habita ese mirlo enamorado
y que ante la bondad todos se inclinan.

Si es cierto que uno vive como dios
y que el mismo creador está a tu lado,
uno más uno igual que aquí son dos,
aunque más me preocupe si haya helado,

pues recuerde, Señor, soy friolero,
y es preciso que haya calefacción.
Espero esto no llame su atención
si no es así, voy a pensarlo. Espero.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Pues si yo fuera Dios, cosa que evidentemente no soy, haría que todo el mundo subiera al cielo, aun cuando alguno no se lo merezca.

MI POETA SUGERIDO:  Mercedes Díaz Villarías

El Abuelo

Palabras de dolor
caen bajo sus dientes,
empiezan a fallar
como bailarinas en una línea.

Luz de julio alta y dura cruzando cenital
desde lo alto, atravesando bloques
amarillo verde, mordedores
de las moscas de verano.

Un mundo en emisión constante
de agrias verticales al espacio,
proyecciones de vejez en un cegador ámbar,
sugiriendo soledad y cigarrillos.

¿Vendrías?
Debes decidirlo justo ahora
entre dos llamadas de trabajo,
como decide la cabeza del conductor
en un cruce desconocido
en ruta a la conexión tal desde la vía cual,
treinta o cuarenta.

A mí, las letras también se me desligan
como basura desperdigándose
en un luminoso halo solar,
sus formas equívocas
como siameses en juego.

El que divide la luz soy
en el lado izquierdo queda
lo que nunca antes dijimos
(he estado esperando demasiado)

A la derecha, fuera de mi alcance,
la brillantez parpadea perpetua
calculando la distancia
entre los huecos.

Vendrás,
a llevarte esta mente
de modo sigiloso y extraño, como un bolígrafo lleva dentro su
sangre de mensajes.

Del córtex se escurren los nervios,
los axones detienen la entrega,
el rostro se distiende.
Una vida desenhebrada:
la máquina avisa a las enfermeras.
(Aquella revisión de los vínculos
y el recuerdo de una mujer
que cose a máquina
como un último crucigrama)

y
entre las distintas partes de su cabeza
la conversación frena.

Las Cosas

Desbordada
como el tanque de agua del municipio
(el día de la inauguración, es cierto,
con las autoridades vestidas de domingo
vomitó todo el sulfuro, el agua,
dejando tras de sí un rastro
de hojas lavadas sobre las mantas).

Y éste es nuestro teatro del verano:
Desierto bajo una luz desgarradora
de anomalía.

Sea lo que sea que se acerque
a este entorno pasivo
sé que cuidarás de mis notas en esta casa
sacarás la basura, comprobarás el hornillo
xcerrarás la pasta
y repartirás
los pedazos de carne
en porciones de hambre cotidiana.

Sé que quedarás guardando
cada momento discreto y concatenado,
el pan
las dos vueltas a la llave,
la factura del agua.

El Fin

En 1985
los crímenes no se resolvían como ahora,
sin pistas sin pruebas y sin sospechosos.

Su desaparición surgió durante mi turno
en otra jurisdicción,
a cincuenta kilómetros.

La joven empleada de diecinueve años
conoce a un tipo en el aparcamiento
y le lleva a la oficina de correos,
son vistos por un agente de policía
dirigiendo el tráfico
ella aparece a cuatro coma ocho
kilómetros de la tienda.

La policía de Amarillo envió a la científica
un kit de violación,
que incluía hasta muestras de las uñas
(fuentes de luz
que tornan el ADN fluorescente,
la mínima cantidad de materia genética,
un perfil femenino, otro masculino)
pero olvidaron analizar los calcetines.

De las pruebas biológicas tomadas del coche
el test roería espantosamente la muestra.

Él entró sobre lasa diez y se dio cuenta
de que era el último cliente
apagó las luces del establecimiento
y la retuvo a punta de cuchillo,
luego usó los calcetines
para atarle las muñecas
sacó las cosas del maletero
condujo hasta el bosque y dejó el cuerpo.

El cuerpo, con los calcetines en su sitio,
fue encontrado entre ciervos, en el barro.

(En Amarillo, Texas,
la mañana tras San Valentín
se ha encontrado a una joven en su domicilio.
En el tocadiscos sonaba sangre,
había una gran cantidad de canciones
alrededor de la cabeza)

MI HERMANO

Y mi hermano intentó ser él mismo
pero no le dejamos
él quería ser el corazón de una manzana
en la boca de un caballo
él quería buscar látex y sustancias
dentro de los órganos animales
él quería sustituirlos
por blandas multitudes de compañía
él quería darles un sábado mecanizado.
Y sus manos acariciaban por dentro
los ojos azules de nuestras mascotas
como corredores vacíos de neones rosas,
pero no le dejamos.

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MADRE [Mi poema]
Izara Batres [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Debiera haberte besado hasta matarte a besos,
debiera haber mimado como se mima a un niño,
y abrazarte con fuerza sorbiendo tu cariño,
sentir y haber llenado tu imagen de embelesos.

Tú, que me diste todo, cuidados y ternura,
y que me procuraste la educación y aseo,
no sabes cuánto siento, volver a atrás deseo,
a los tristes momentos en que te dí amargura.

Quisiera ser yo un hada y revertir el tiempo,
y aunque fuera un momento de hinojos a tu lado,
confesar que te quise, lo mucho que te he amado
y no ser expresivo, lo mucho que lamento.

Mas, como no es posible, dejar quiero constancia.
Si al azar este verso llevara hasta tu nube
hoy quiero lamentarlo, te tuve y no te tuve,
espero me perdones. Y un beso en la distancia.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Es preciso que nuestras madres no estén ya entre nosotros para tomar conciencia de algunos hechos que la pudieron contrariar y que ahora lamentamos.

MI POETA SUGERIDO:  Izara Batres

TIENE QUE ESTAR AHÍ

Tiene que estar ahí,
entre el telón y la espuma
y la baba amarilla de la luz eléctrica.
Tiene que estar más allá del circuito
que nos deshace y nos traza
bajo el licor urbano de las mareas.
Tiene que ser algo más que un lunes
tras el domingo,
algo más que la m-40;
tiene que estar deshipotecado,
desacontecido,
escindido de la madeja.
Tiene que ser dorado y pasaje,
la suma oblicua de ayer y selva,
tiene que desplegarse,
como el milagro de una edad encendida,
sobre el muro del opio,
los trámites y los enemas,
sobre las cifras, sobre el amor dormido,
sobre el magnífico absurdo
de la burocracia ciega.
Tiene que desplegarse,
con las alas enfebrecidas,
hasta tocar el vértigo de las esencias.
Y cuando ruja, con su profundo corazón celestial
incendiado de cólera y ternura,
sabremos que no era un sueño.
Del libro «El fuego hacia la luz»

I.

Y cómo vivir…
si la daga nítida
hiere hasta el origen del grito,
cómo se sostiene esta muerte continua,
este fin del mar.
Dios, flor de calor, núcleo infinito de las esencias,
me abrazas en este túnel, me llevas,
y yo no veo, pero creo en ti.

MANHATTAN BLUES

Dame la mano.
Ven conmigo para que te explique la fina trama de la ironía.
¿No es verdad que, a punto de la noche,
cuando el cielo se convierte en un océano de luces
bajo la ciudad de Nueva York,
tú enciendes un cigarro y respiras,
y dejas que las cosas bailen al compás de algún viejo blues?
¿Es cierto que, todavía, en Central Park
se desintegran los cometas,
y, más tarde, caminando por la Quinta Avenida,
los árboles son de otoño?
Tú nunca me contaste el secreto invisible
para hacer de esta distancia lo que hicimos;
para que, una vez, desde la ventana de uno de esos rascacielos
le dieras la vuelta a mi vida.
Es gracioso que recuerdes los paseos por Greenwich Village
entrelazados con la sutil fábula de niñez.
Y el puente de Brooklyn,
como un gigantesco caballo épico,
dorado y llameante,
cabalgando sobre las aguas de fuego, al atardecer.
La noche es una descomunal alfombra de versos
que has desnudado y tendido a nuestros pies
infinitas veces,
con un solo gesto de tus dedos.
Un solo brillo infinito con el que admirabas
los objetos de las tiendas antiguas,
y esa febril emoción
de las hermosas tardes de primavera frente al lago,
suspendidas en el tiempo.
Pero aquella pastelería,
en la que fuimos unos deliciosos chalados
en busca del aroma blando y caliente, al amanecer,
se ha confundido, absurdamente,
con el hormigón,
silenciada, como una estructura sin ojos.
Y nosotros…
¿nos hemos perdido?
Cuéntame esa pequeña inconsistencia
que te convierte en lo que me ayuda a respirar.
Me pareces de brisa cuando te imagino
con una copa elegante en la mano,
música jazz en tu apartamento de Frank Lloyd Wright,
el cuerpo esbelto, la gabardina,
y una mirada de miel, infinita, a través del cristal,
derramando melancolía
sobre las calles y los ritmos de Nueva York.
Memorias agridulces de los días felices,
del frenético esplendor en las avenidas,
y la sucesión de lunas y esfinges
que habitan las noches de la gran ciudad.
¿Crecerán, esta vez, las flores de primavera en Little Italy?
¿Regresarás a ese laberinto de imágenes
que es Broadway con la 42?
Escríbeme un verso y yo te regalo
la mejor de mis sinfonías.
Tal vez así lleguemos al acuerdo perfecto;
ése que no divide nuestros tiempos y nuestras vidas.
Y quizá yo esté ahí;
quizá yo llegue a mirarte desde la risa cálida,
bajo las ramas floridas o desnudas de los árboles,
en una de las cuatro esquinas.
Quizá esté enfrente, esperando,
con un ramo de flores, y el cuello de mi abrigo largo
desplegado, al modo de un dandi,
mientras los coches pasan,
y las mujeres bajan las escaleras con sus tacones.
Y entonces, tal vez, te recordaré con esa sonrisa tímida,
pero súbitamente turbadora,
el viento de Manhattan revolviéndote el cabello,
y, al fondo, el Hudson, y la antigua melodía del puerto.
Tus manos sobre el abrigo, mientras corres,
sólo una imagen fugaz,
juego de luces, los cables del puente,
algún turista en pinceladas,
yo diría estupideces;
y tus ojos sonreirían, con esa particular forma de contención
que abarca el mundo.
Ignoro si aquel aroma de hibisco sigue perfumando
el trozo de parque que nos prometimos,
mientras sonaba la vieja canción de jazz.
Pero déjame decirte que, una vez, tuvimos…
Quizá, una vez tuvimos
ese irónico, leve destello
que anuncia la eternidad.
Del libro «El fuego hacia la luz»

AVENIDAS DEL TIEMPO (Fragmento I)

La luna está creciendo, con la nítida irrealidad
de un globo onírico.
Tiene un asombroso resplandor febril
que inunda la tierra.
Cuando cesa el rumor de su eco destrozado,
el mar se convierte en piedra.
Las calles,
las inmensas circunferencias que gravitan
cerca del núcleo,
vuelan en pedazos.

Y la ceniza de hielo baña la superficie;
su luz es blanca.
La muerte de una sonrisa exangüe.

Como en las mejores puestas de sol,
el aire tiene, entonces, una claridad distinta.
Lo que sentimos, lo que creemos;
todo lo que hemos visto, lo que hemos escrito
conforma una gigantesca burbuja de sentido.
Oscila, igual que el universo, en el inquietante juego
del azar,
junto al frío del invierno,
por los senderos malditos, elevados
como gotas suspendidas
en un instante de eternidad.

Y es, simplemente, como el primer día
y el primer destello,
naciendo, en su lujo impertinente,
del dolor y del fuego.
Ese crepitar del infinito que vienen a ser,
absurdamente,
las avenidas del tiempo.

AVENIDAS DEL TIEMPO (II)

Juega con tu tristeza, chiquillo.
Ovíllate en un claroscuro, fuera del mundo.
Coge el calor y la rabia,
la furia de tus cenizas,
y abre la herida.

Pinta con sangre en las paredes de los que no te verán,
para quitarte del rostro esa luna ahogada y vieja.

Haz pedazos los relojes, los olores, los recuerdos.
No volverán para arreglar lo que hicieron.
Pero tú no te marcharás jamás.

CANCIÓN DE CUNA

Luz de la nube sin fin.
Desde mi cama
veo pasar las nubes del cielo y el tiempo.
La luz entra por el balcón y derrama
su dulce hilo trágico de recuerdos.
Tal vez, la cuna sigue meciéndose.
No lo hago yo. No puedo.
No me muevo de esta cama
y de esa nube.

Nuestro precioso, precioso niño sin dientes…
Hace tiempo que no le oigo llorar.
Antes, venían esas mujeres
con abrigos negros;
y le mecían, y hablaban tan alto.
Y yo quería que se fueran,
que nos dejaran solos,
que nos dejaran dormir.

Las grietas en las paredes
se abrían como heridas,
se tragaban el aire,
encendían el llanto extenuado, hambriento,
el chillido de los pájaros,
posados en el balcón,
en los amaneceres de ceniza y de hielo.
Escombros de naturaleza caliente.
Gritos,

rompiéndose,
en los oídos, en las entrañas,
en todo el universo,
mientras se confundían los ángulos
del espacio y del tiempo.
Oía la cuna moverse,
muy despacio,
con un gemido lento y amargo.
Y quería levantarme a mecerlo.
Quería levantarme.
La noche era una garganta infinita
que crujía bajo el suelo.

Nos dejaron dormir.

Ahora me miras desde el gris triste del papel,
los ojos hechizados de estrellas.
Me susurras…
viejos sueños, viejos recuerdos
que se perdieron como líneas de luz dibujadas
un instante en la niebla.
Mi amor, no te sientas triste;
sus sábanas rotas lo arrullan en silencio.
La luna febril se asoma a la ventana,
enferma de amor y de sangre.
Pero ya no trae gritos,
sólo una noche herida de abismo,
tan sigilosa, que duele.
Antes me ovillaba para protegerme,
cantaba muy bajito;
cantaba esa canción del gramófono, ¿recuerdas?
¿Recuerdas cuando bailábamos?
y te reías,
y yo me ponía ese vestido blanco…

La música era leve, la escucho
cada día, cada minuto, en mi cabeza.
Cada segundo.
Le cantaba a esa cuna rota.
Y él levantaba sus bracitos
y sonreía.
Si le hubieras visto, parecía un ángel.
Yo le cantaba canciones hermosas,
los sueños que escribiste para él.

Hacía frío…
(¿Recuerdas el vestido blanco?).
Cuando ocurrió, hacía frío.
Entraron esos pájaros
después del último estallido.
(¡La música, aquella música, aquella música hermosa!).
Y ya nada pudo evitar el aullido del cilantro,
ni la bestial geometría del cuervo, ni el hedor,
ni la gélida pulsación que decapitó los días.
Una hiedra lenta pudrió los muebles,
la nube se instaló en el salón, se dislocaron
las notas confusas que componían la belleza
y la alternativa, una sola daga rígida
dividió la sangre.
La cuna dejó de moverse.

Ya no tenía frío.
Pero seguí meciendo la cuna,
seguí cantando, para que pudiéramos dormir,
para que pudiéramos respirar.
Cantaba y mecía la cuna.

Ahora, sólo tengo sueño.
Huele a humedad,
como si hubiera llovido durante siglos
sobre la tierra.
El sol encharca, otra vez, la habitación,
con trazos de luz y de sombra;
susurra, desde el crepitar diminuto,
su ruido de polvo sobre la luz,
su murmullo perverso e interminable.
No se va, aunque apriete fuerte.
No quiere irse.
Pero eso ya no importa…
Le meceré, le daré de comer,
y volverá a sonreír,
y jugará con el caballito.
¿Dónde está ese caballo blanco de cartón?
No estés triste, mi vida, ni por un instante.
Son días hermosos. Días felices,
para nuestro precioso, precioso niño
que ya no llora.
Del libro «El fuego hacia la luz»

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A VECES ME PREGUNTO SI ESA CASA [Mi poema]
Jorge de Arco [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A veces me pregunto si esa casa,
algo antes de que allí se construyera,
-si hay alguien lo conoce, me dijera-
si era sólo un solar; si la argamasa
estaba hecha de barro con la paja,
el mismo material de mi mollera.

Si acaso procedía del derribo
de un tugurio inmoral o de una iglesia,
y es esta la razón porque la amnesia
me acecha a cada instante cuando escribo
y lúcido me impide seguir vivo,
beodas las ideas de anestesia.

Subiendo paso a paso los peldaños
hoy accedo al umbral, me encuentro dentro.
Quisiera demostrar que estoy contento,
mas no esperen llamar me vaya a engaños,
mejor si hubiera sido de cemento
y no tener después que hacer apaños.
©donaciano bueno

#Cuanto más sólida mejor Share on X

¿Y si nosotros fuéramos hechos a partir de materiales de derribo de otros seres humanos que la cascaron antes? Bueno, al menos es una hipótesis.

MI POETA SUGERIDO:   Jorge de Arco

EL TIEMPO EN TUS PUPILAS

Para Almendra

Me preguntas por esta vana entrega
que transparenta el alma y la desviste.
El día huele a ti y a lejanía
porque el sol nos traiciona
cuando sepulta el tiempo
en tus pupilas
y te me escapas, calle
abajo,
camino de otra claridad sonora.
Me preguntas por este amor a medias
tan embridado y a contracorriente,
por esta incertidumbre del podría
ser, del tibio pudiera tan futuro.
Mientras, la luz derrama entre tus párpados
un rumor de deseos y violetas
y yo, envuelto en tu más limpio destello,
me asomo a los perfiles de esta ausencia constante
y me pregunto,
cuando sueltas la tarde de mi mano,
cómo sería ver
el mar desde la playa de tus ojos.

LA CASA QUE HABITASTE

A veces la memoria es una casa
por habitar, un ámbito
oscuro, al que se accede
a través de un postigo que carece de llave,
pero que se resiste
a ser abierto.
Empujas
inútilmente. Un llanto
te llega desde el fondo
de las habitaciones desoladas,
y no hay nadie allá dentro, nadie vivo.
Nadie vive en sus largos corredores,
en sus salas de muebles polvorientos,
y sin embrago, queda
el eco lastimado
de unas pisadas que no cesan nunca
de resonar en los sombríos huecos
del corazón.

LA PIEL DEL PARAÍSO

La dicha es el recuerdo de lo que no se tuvo,
de las palabras idas
en tardes de azoteas solitarias, sumido en la constancia
que vuelve una proeza la vida y su conjuro.
Ahora, cuando entretienes
los días de la nada bajo la certidumbre
de lo que fue deseo, memoria más feliz,
mar tan azul y en calma,
vas borrándole al tiempo las manchas del dolor,
las huellas de la lluvia
ligera entre los ojos.
El resplandor del mal ya no cabe en los párpados,
ni ese tránsito lábil
de las horas que aguardan el vértigo primero
del inmenso crepúsculo.
Sumido en el reflejo
que devuelven las luces tibias del corazón,
rota un día la voz que mordiera el pecado,
la voz de la venganza
queda el olvido mismo, los lugares soñados,
la piel del paraíso.

LENGUAJE DE LA CULPA

Me queda la apariencia de esta lluvia
primera, su cobijo, la tibieza
solitaria de un cuerpo doblegado
bajo el alto talud de los recuerdos.
Vuelvo de la traición, de aquella culpa
que lamiera mi espalda, del afán
fugaz de regresar hasta el lenguaje
imposible del tiempo y de su trampa.
-Tantos días del lado de las sombras,
la sigilosa espera entre los labios-.

Me queda un territorio de palabras,
una hilera de sílabas secretas,
una voz desvestida, delirante,
para saciar la sed y las preguntas,
para saber qué piel o qué perdón
nos va poniendo a salvo del silencio.

LIBÉLULA DE ASOMBROS

Cuanto sostuve es cuanto ahora me envenena:
tu latido, tu voz, tu delgada garganta,
libélula de asombros, ángel que ya no canta,
ola de aquel estío que se tragó la arena.

Mira cómo aún me duele tu aliento a hierbabuena,
el mar de los desvelos, la espuma que levanta
el viento de la ausencia, nuestra tristeza, tanta
que no podré ya nunca, romper esa cadena.

Eslabón de mi ayer, lumbre de mi castigo,
sangre, sombra, semilla fue tu cuerpo de trigo:
ceniza sin futuro que arrasa cuanto toca.

En esta orilla quise retenerte, y no pude.
Mira cómo tu olvido me araña y me sacude.
Maldita sea la vida que me robó tu boca.

LA LLUVIA ESTÁ DICIENDO PARA SIEMPRE

La voz limpia del campo
resuena en el umbral de la garganta.
Es la hora del trigo y los arcángeles.
Es la hora del alma y del relámpago.
Resuena mi reloj
y en el espejo súbito
del alba
comienzan a vibrar
las siete campanadas del invierno.

-Heredero del aire,
del beso y del ahogo
que dicta la soberbia del amor,
hago inventario
del frío y de los soles del ayer-.

Detrás de los maizales,
la lluvia está diciendo para siempre.
Ahora, escucho de nuevo,
la fe de su canción,
los ecos que golpean
al son de la memoria.
(Inédito)

VIGILIA

Al tiempo que percibo
la sigilosa aurora,
porfío
por tornarme volcán,
suspirador de lava y de leyenda,
-mi último sentido-.
Una certeza virgen,
un no sé qué de asombro me descubro
latiendo quedamente en mi costado,
tiñendo mi vigilia.
Aun me presiento
en el vientre desnudo de otro dios,
aferrado a la luz
y a mi ceguera.
Y me estremezco,
y me arracimo
en una historia
de amor inusitado.
Y me bautizo,
y me despojo
de cenizas pretéritas.
Y bebo el agua nueva.
Y me bendigo.
(Inédito)

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MI FANGO… [Mi poema]
Jesús Cotta [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mi vida es de rutina ya indolora,
contando voy cada hora, a cada instante,
la frente deslizada hacia adelante,
pasando así los días sin demora.

Me asomo a la ventana de mi mente
oteando a cada paso el horizonte,
allí hay una llanura, allí hay un monte
y a veces un tropiezo inexistente.

Las piernas se me doblan cuando paso,
las venas desangrando cuando pienso,
de nada sirve ya me echen incienso,
ni incluso que lo hicieran por si acaso.

He llegado hasta aquí, siempre buscando,
a quien debe saber, siempre insistiendo,
rogando a la razón, siempre pidiendo,
metido entre mil charcos, salpicando.

Cuando haya de acabar la tensa espera
lo haré de alguna forma levitando,
sabiendo ya por fin que voy labrando
en esta tan tediosa sementera.

Y el día en que me vaya, no sé cuando,
habré de hacerlo así, como cualquiera,
desnudo y ya sin mi alma prisionera
en este cenagal, que es hoy mi fango.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Jesús Cotta

SOLO A TI LAS PLAYAS

He dado a todos flores y poemas,
pero las playas solo a ti.
Solo a ti las arenas
y un cardumen de peces plateados,
solo a ti yo y las olas
y un carro de delfines atrevidos,
solo a ti azules soles
y las sangrientas aguas del crepúsculo,
y la sal en tus labios
y en tu cuello un collar de caracolas,
lo secreto de mí,
lo que yo no sabía que era tuyo
y siempre me sorprende,
un atisbo de Dios entre mis brazos.

EL CANTO DE UN PÁJARO

Yo no quería tanto.
Allí arriba tus astros,
aquí dentro tus besos me bastaban.
Pero Tú, lanzador de supernovas,
alfarero de espacios y galaxias,
rescatador de perlas abismales,
el que signó mi frente,
lo que al cerrar los ojos me deslumbra,
lo que al abrir los brazos me hace falta,
me labras estas alas que no caben
en este cielo tuyo,
oh, Tú, amor de la inefable luz,
corazón, silbo enamorado, cítara,
amante delicado de mis lágrimas
que en mi pecho aleteas con tus pájaros.

De Niños al hombro

CÓMO te mima el viento
cuando cimbrea
las flores de tu huerto
y tu melena.
A mí me arrastra
y hace conmigo lo que
le da la gana.
* * *
EL universo va
por todos lados
haciéndose más grande
buscando algo.
Y lanza estrellas
a la busca y captura
y no lo encuentra.
* * *
YO no puedo salir
del universo
porque allí donde vaya
lo llevo dentro.
Y no voy solo,
que voy por las estrellas
contigo a hombros.

OYENDO LA MÚSICA DEL ÓRGANO

Cómo se abre a ti mi corazón
y en volutas, girolas y crepúsculos
echan a volar místicos pájaros
sin saber qué cantar ni en qué posarse.
¿Por qué me harás llorar con esa música?
¿A qué valles remotos me conduces?
¿Qué cauces debo abrir con estas hachas?
Yo no sabía, hasta que oí tus cítaras,
que tenía unas alas
que me llevan tan alto,
Señor de las más íntimas estrellas».

EL ÓRGANO

Cómo se abre a ti mi corazón
y en volutas, girolas y crepúsculos
echan a volar místicos pájaros
sin saber qué cantar ni en qué posarse.

¿Por qué me harás llorar con esa música?
¿A qué valles remotos me conduces?
¿Qué cauces debo abrir con estas hachas?

Yo no sabía, hasta que oí tus cítaras,
que tenía unas alas que me llevan tan alto,
Señor de las más íntimas estrellas.

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MI POETA INVITADO:  Joan Vinyoli

Soy un hombre solo

He comido con deleite los dátiles de Palmira,
las pasas de Corinto, el cordero de Pascua,
gallos hechos con tejas por hindúes,
una oca de Tebas.
He bebido abundantes grappas,
schnapps y filtros, hierbas que trastornan,
me he embriagado con vinos de Falerno o de Quíos.
Todo ha quedado en nada, en la punzada solo
del pincho que se clava
dentro en la carne.
Soy un hombre solo.

No sé de dónde vengo, ni por qué me apresuro,
no creo en opios ni licores.
No sé quién soy ni por qué me cuestiono.

Segrego a veces poesía,
o bien, de vez en cuando, me entretiene,
con los ojos en blanco, pulsar teclas
en mi dañado piano,
quitándome los turbios jugos de tantas llagas
con la jeringa clara del olvido.
Todo ha quedado en nada, en la punzada solo
del pincho que se clava
dentro en la carne.
Soy un hombre solo.

Hacia las fuentes

Sé fiel
a las pequeñas cosas;
no consigues volar
sobre el callado abismo.
Por el puente colgante
del canto humilde ensaya
lo incierto, senda en brumas
de esta a la otra orilla.

Caduca flor del prado,
rayo de sol efímero,
son talismán ahora
que todo transfigura.
Las puertas del poniente
de par en par se abren;
por ellas, río arriba,
en las fuentes te adentras.

Indescifrables son
los signos que iluminan;
y el canto humilde muchas
veces los interpreta.

Traducción: José Ángel Cilleruelo
Editorial Galaxia Gutenberg

LA MATRONA [Mi poema]
José Antonio Fernández Sánchez [Poeta sugerido]New

MI POEMA … de medio pelo

 

Esa noche era plácida y serena,
la negrura brillaba en el ambiente,
cada gota caída de una fuente
cual lágrima preñada era de pena.

La plaza se alargaba eternamente
a la puerta de una vieja casona
cual halo que en su umbral se desmorona
y vuela en los susurros de la gente.

Tú, matrona que a tantos ayudaste
a ver la luz, el cielo, el sol y el día,
tantos gritos que diste de alegría
envueltos en dolor se han ido al traste.

Esos niños, hoy hombres ya maduros,
que al vientre de la madre tú arrancaste,
algunos se quedaron inmaduros
y otros hay ya se fueron por desgaste.

Entre vida y la muerte hay una zona:
la pujanza añorada y hoy perdida,
la madurez que abriendo va una herida,
la vejez a quien nadie le perdona.

En tu caja en señal de despedida
simplemente había una corona,
«la fuente de la vida, la matrona,
dejado había a su pesar la vida».
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  José Antonio Fernández Sánchez

AGUA PURIFICADORA

QUÉ oportuna esta lluvia
que, a chorros, cae empapando al mundo.

Con terquedad rebota el agua
en los barrotes del balcón.

Los árboles, gozosos, tiemblan,
las flores cabecean
y, estoicas, se resisten a inclinarse.

Por la calzada, brava baja el agua
arrastrando maleza, cañas, barro;
antiguos sedimentos
que dejas escapar.
Purificándote.

ESA LUZ

Llega al fin esa luz que es del otoño:
es un legado en su actitud más pura.

No sé de tiempo más feliz que ahora,
cuando lo vegetal adquiere el tono
degradado, rendido a la intemperie;
esa tonalidad de tierra muerta,
como óxido teñido que la lluvia
maneja a su manera.

Pronto vendrán caminos cargados de hojas secas
y un aire fresco exacto y diferente.

El sol ya apenas hiere, y los sonidos
que vienen de la calle son más lentos;
llevan un ritmo acorde con la vida.

Trae el otoño luz.
Luz transitoria. Luz anunciadora.
Hondo recinto al cual el fiel se acoge.
(de: Días comunes – Ed. Libros al Albur, Sevilla 2017)

RESQUICIOS

DESPUÉS de muchos días
en que todo eran nubes encima de otras nubes
y no entraba ningún rayo de sol
por la ventana en la que ahora miro,
hoy, al fin, una luz como perdida
ha conseguido hacerse un lugar ante mis ojos
que, agradecidos de ese fulgor inesperado,
saben sentir tan viva sensación:

lo más cercano y parecido al canto
que un pájaro proyecta:
fugaz, inútil, algo que está y no se le nota;
que pasa como desapercibido
y se apodera de la vida misma.

Una luz misteriosa y transitoria,
capaz de abrir resquicios y oquedades
que se presenta intensa,

y entonces se diluye;
que ya no está, que solo es recordada
cuando la noche llega,
cuando crepita el mundo.

SOBRE LA OBSERVACIÓN DE UN PÁJARO

CARECE de raíz pues no es un árbol.
Miradlo sustentado, cómo oscila,
vibra, se parapeta en su saber.

Con su carga de plumas
lleva en el pico una madera inerte
que en breve habrá de incorporar al nido.

Miradlo cómo arranca un vuelo al aire,
cómo aturde al oído
su rompedor silencio.

Y escuchad
el discurrir tranquilo de diciembre.

DEMASIADO FUGAZ

FUE un escaso momento de plena nitidez;
un instante muy corto. Pero fue suficiente:
se oía el normal ruido que genera la noche
en su estado más denso: la mudez de las cosas;
el sonido del viento parecido a un murmullo;
el silencioso roce de las hojas de un árbol;
varios perros insomnes ladrando al unísono;
el paso intermitente de unos coches.
Lo normal de una noche sin historia, aburrida.
Yo estaba en el balcón enfrascado en mi pensar
-los huesos me dolían y opté por levantarme,
rendido a la evidencia de una edad ya madura-,
cuando un algo tan rápido,
algo como una estrella,
aunque no tengo la total certeza
de lo que en realidad mis ojos vieron,
surcó de norte a sur, de arriba abajo,
la plenitud del cielo. Yo sólo vi una estela
dibujada de blanco, un relámpago, no sé, algo
como el trazo invisible que una mano pintora
a sus solo elegidos le gusta regalar:
la efímera belleza de lo que ya no existe.
Su sentimiento vivo. Su imborrable recuerdo.

RESUMEN DE UN PASEO POR EL CAMPO

¿TAL vez entre las cañas?,
¿entre las altas hierbas del camino?

Resalta la quietud, la expectativa.

De pronto un aleteo
hace vibrar el aire.
Y prende el vuelo.
Inmaculado el cielo de tan blanco.

LA PIEDRA

TAN solo es una piedra diferente a las otras.
Cógela con la mano. Tócala bien profundo,
como un ser vivo que es. Notarás las pulsaciones
de un corazón durmiente y el correr de la historia
por sus sólidas venas receptoras de vida.

Fíjate en los detalles: verás lo mineral
de su fiel esqueleto; cicatrices de ríos
que inundaron su manto y que partieron su piel,
ahora árido paisaje.

Pero tiene algo orgánico que te une a su ser.
Como una relación casi idéntica a lo humano.

Bien sabes que esa piedra -todo ser que imagines-
es ingrávido polvo de un periodo estelar.
Polvo que va cayendo en un espacio infinito
que recoge la tierra como fértil sustrato
y que vuelve a su origen con los rayos de sol.

Te estremeces y piensas que tú también serás
polvo; idéntico resto que nace de las cosas.
Para acabar en piedra. En roca viva.

LA SILLA

HAY pocas cosas tan enriquecedoras,
que alivian el espíritu y lo curan
de las enfermedades que la vida
en su natural transito produce,
como el estar sentado igual que estoy,
en una silla vieja que los años,
la intemperie y el veraniego sol
que hace bullir la sal del oleaje
de este mar nuestro y mío,
ha hecho de ella aposento, amante,
amiga de secretas confidencias.

La acojo tan a gusto.

Mi cuerpo en ella está tan en su sitio
que hace de mí que sea pensamiento,
hondura, un alma libre
que encaja en el paisaje:

la silla, muy al fondo el horizonte,
y yo, sentado, sin mirar a nadie,
sin preguntarme nada.

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QUISIERA CONVERTIRME EN BESO [Mi poema]
Jesús Beades [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

En beso yo quisiera hoy convertirme
gozando de la sabia de tus labios
libando sudoroso antes de irme,
cual gesto de amistad al despedirme
sin rabia, sin dolor y sin resabios.

No insistas en querer atribuirme
la causa ser de algunos desengaños.
Pues nadie se atreviera a mi a advertirme
que no ibas a parar de zaherirme
fingiendo tretas mil y mil apaños.

Ser beso desprendido que se apaga
que nada en tenebroso mar incierto
y antes de al puerto aproximar naufraga,
agarrado a la boya de una llaga
del beso aun no nacido y que ya ha muerto.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Jesús Beades

Soria negra

Hay unas huellas en la nieve sucia,
unas huellas descalzas en la nieve.
Entre el barro y la nieve se retiran
hacia la fronda oscura, unas pisadas.
Resuenan como yendo hacia el futuro
y borran tras de sí todo vestigio,
toda carne esculpida en los portales.
El rumor que acaricia los portales
es Soria recordada en blanco y negro,
abismado confín, allá en el río,
escenas ahogadas, fotos falsas,
y el olmo viejo que ya no resucita.
Y Soria ya no existe en ningún mapa,
el mapa era yo mismo y lo he matado.
Tú misma te mataste hace ya tiempo
y te suplanta una figura extraña.

LAMENTOS A LUSCINDA

No acostumbro a beber cuando estoy triste.
Sin embargo, esta copa la levanto por ti,
en esta noche sórdida, por común y aburrida.
Pasan las nubes lejos, rápidas como años.
No sé si un Neverland las espera y acoge.
Es un país de plata y de llovizna
sin tristezas, ni adioses, ni más tópicos.
Qué horror. Siempre los tópicos. El Triste,
me podrían llamar (como a Cirlot)
mis bravos compañeros. Escribiente de nada.
Dime, amiga ¿sabrías tú decirme
dónde está El Dorado? ¿Dónde algún paraíso,
una isla pacífica, unos brazos de hogar?
Tus brazos servirían, tu cariño de siempre.
Qué mierda esta tristeza, sin embargo,
que lo confunde todo. Dime, ¿fingirías por mí,
una tarde, un ratito, que el mundo es todo brisa,
brisa pura sin dientes ni cuchillos,
que me quieres, y nada se interpone?
Pero es pedirte mucho, ya lo sé.
Qué pena que me quieras, que te quiera,
y siempre falte algo, sobre algo, huya algo,
y este lodazal con sus espinas, o sea, mis pecados,
y la trinchera sórdida, quiero decir: la noche.
No debiera beber cuando estoy triste.
No estoy acostumbrado. Fíjate lo que ocurre.

Petición de mano

Y como si la vida
no fuera más que un juego de palabras,
anduvimos un tiempo sobre la superficie leve de las cosas,
sin tomarnos en serio,
a lomos de una risa y de unos libros,
como una fresca espuma de champán.
Dame la mano, niña,
y entremos en el Bosque de las Hadas
donde todo tendrá su consecuencia.
Aleluya al buen Dios de las cosas reales,
más duras y cortantes que el acero,
más frías que la aurora, y aún más bellas.

LA PASIÓN SEGÚN BACH

su Majestad la Muerte viene hambrienta
aquel levántate y anda fue una gran bofetada
sí maldita Betania malditos sus amigos
que no hacen sino nacer de nuevo a cada paso
que no hacen sino lanzarse a Sus Ojos sin término
pero esta vez sí esta vez será diferente
tenemos una cruz un perfecto patíbulo
que ni el Hijo del Hombre escapará
INRI
esa es la palabra
Mateo toma nota y el maestro barroco pone música
a la muerte infame del Maestro
los oboes son pájaros cantores
delicados frutos de la creación que lloran al Creador
las flautas son los sauces que lloran al Redentor
los contrabajos surgen de la tierra
remueven los sepulcros por obra del Espíritu
los violines parecen construidos
con cabellos de ángeles arco iris finísimo
que vienen a consolar a la Inconsolable
la Hermosa la Reina de todos los llantos María
Kyrie Eleyson
maldita sea este Dios no se deja
crucificar sin más se obstina en redimir el universo
legiones de mártires vírgenes amas de casa funcionarios
negros rojos blancos atraviesan la cruz
el infinito se abre como la boca de la ballena de Jonás
sólo que al revés
maldita sea
la redención se acerca galopando
navegando por la arteria del tiempo
Feliz culpa
gritan las calaveras del calvario
por el Hijo de Dios que se alza minúsculo
que gigantesco atrae todas las cosas
que musical barroco eterno decidido
canta con los coros con el aria canta al Padre
dónde está
oh muerte
tu victoria

NON NOBIS

Y ahora que tu esfuerzo se ve recompensado
con un hermoso premio en la Ciudad de Soria,
y por fin has oído, un momento, la Gloria
(ese rumor de aplausos), y te ves publicado,
y alguien que no conoces reseña tus poemas
en páginas leídas por la gran minoría,
te citan en lecturas, y ves, de pronto, un día
que tus amadas líneas se estudian por morfemas
en la Universidad. Ahora, piensa un poco:
recuerda que eres polvo y el polvo que levantas
cuando caes al suelo. También que no son santas
ninguna de tus obras, y que sería un loco
pensamiento el orgullo. Y medita un segundo
que el Premio que tú esperas tampoco es de este mundo.
De La ciudad dormida (2005)

Meditación sobre la orquesta

Oigo la orquesta que se eleva y canta,
cómo atacan las notas los primeros violines,
y cómo les responden los segundos, las violas,
y el timbal que subraya la frase, reclamando atención.
La violinista rubia de la primera fila
está tan concentrada que ya no piensa en Mozart.
La madrugada incierta, las tostadas veloces,
los niños a medio vestir y el café con leche desnatada
se deslizan ligeros por sus manos
confiriendo un extraño temblor al ataque del re,
una sutil caricia que sin embargo es triste,
que esconde su divorcio y sus pastillas
en la masa orquestal, que la transmuta en aire y armonía.
El hombre del bigote que abraza un contrabajo
por el contrario siente veneración por Mozart,
desde que vio Amadeus en el cine Alameda, con sólo nueve años,
y lo apuntaron al Conservatorio. Mientras avanza el Kyrie,
la ciudad se confunde con un sueño,
multicolor y rápido y gozoso, y no recuerda
la hipoteca, el coche en el taller, ni su alopecia
y ni siquiera ve, en la cuarta fila,
a sus hijos que escuchan orgullosos.
La chelista, el tenor, y las sopranos,
todos vienen de un sueño que es su vida,
hasta este despertar en medio de la música,
más real que el metal y la madera, que el sudor y los focos.
Una desilusión amorosa se torna
un acorde de sol disminuido. Un aprobado
en la cadencia ágil que resuelve una frase.
La muerte de una madre,
en esa disonancia que reclama un sentido. Poco a poco,
se desteje la vida en hilos sueltos
y se tejen de nuevo
y forman el amén que cierra el coro.
El director, con gesto concentrado
se inclina ante nosotros.
También calla su yo y sus circunstancias
que mueven la varita cada noche.
Y señala a los músicos, dirigiendo el aplauso para ellos.
Y aplaudimos. Y aquellas vidas
son bendecidas por una partitura
que me bendice a mí, y a todo el público,
y al resto de la vida que, al salir del concierto,
reanuda su Obertura, como siempre.

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TOMANDO NOTAS [Mi poema]
Sergio García Zamora [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Tomando notas fui toda la vida
jugando con el tiempo y la distancia,
volviendo a cada paso hacia la infancia,
la vida sigo dando por perdida.

Apuntes que anunciaban un futuro
de aquello que esperaba muy expectante,
mirando siempre al frente, hacia adelante
mas siempre tropezando con un muro.

Las notas que tomé no me han servido
posible es que nunca haya quien las lea,
no pueden hoy valerme en la pelea,
no existe para el roto un descosido.

Y hoy sigo siempre aquí tomando notas,
hay alguien me reprocha que no aprendo,
que debo de parar, me van diciendo,
que el cuerpo ya no tengo para jotas.

Las notas son de vida mi tributo,
en ellas voy plasmando las vivencias,
que deben de añadirse a las carencias
y todo, bueno o malo, ese es mi fruto.
©donaciano bueno

Cada uno al final recogeremos los #frutos de lo que hemos trabajado? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Sergio García Zamora

Ventajas de la poda

Las muchachas cortan sus cabellos
Con la esperanza del renuevo.
En un tiempo la cosecha segunda
Fue tan vasta como el primer corte.
En un tiempo el pordiosero
Cortó nuestro césped
Por la baratija de su alcohol.
Ciertos animales podados en luna nueva
Son ahora más dóciles, más nuestros:
Los gallos de la lidia,
Perfectos como águilas de patio,
El perro desorejado,
El toro nocturno que amanece buey.
Ciertos frutos tomados en menguante
Alcanzan la real maduración.
Así, de lo infértil y demasiado
Podan tu vida hasta que parece bella.
Quien haya perdido una mano
No servirá en el ejército.

Antes de que un temblor comience

Para Lina, en su temblor

Antes de que el cántaro de la niña se quiebre
Y enmudezcan los enjambres de la dicha,
Antes de que las mujeres recojan la sangre última
De los breves animales ofrendados
Y el niño que juega a las canicas
Presagie con su juego el choque de los mundos,
Antes de que el árbol de la ira
Deje caer sus frutos ardientes y violentos,
Antes de que el blando corazón de los ahogados
Endurezca en el invierno
Sin oír el canto de sus novias suicidas en los ríos,
Antes de que un temblor comience a perseguirnos
Por la ciudad de puertas condenadas;
Danos, Señor, la paz.
La paz gentil de las comidas
Cuando la oración del padre sube en brazos del humo,
La paz del esposo y la esposa a medianoche,
La paz del que acepta su culpa y se vence,
La paz de las estatuas en otoño.
Pero no la paz hueca de las santas
Que dejan caer el aire pesado de sus miradas,
Ni la paz indiferente del muro
Donde el sol de los míos se lamenta,
Ni la paz del tigre satisfecho
Que devoró esta mañana la Belleza.
Quiero hablarle a las aguas sin turbarme,
Quiero ver en los niños a los niños
Y en la página los blancos animales.
Quiero volver a la amistad de unos pocos
Porque el amor de ellos ya me salva.
Pero si no puedes, Señor, concederme
La paz de tus palomas intocadas
Y el cántaro de mieles rebosante;
Quiébrame entonces en el sueño
Como la espiga que un niño dobla
Pues he visto el rostro sereno del suicida
Y el afán perpetuo de mi madre.

LOS UNIFORMES (I)

Los uniformes se desvisten de los hombres.
Cuidan bien de que al doblarlos
cada pliegue del ser quede en su sitio.
De qué fibra están hechos, sino de seda,
sino de cáñamo y lino y algodón.
Quién fue el sastre de los hombres
que hizo a los hombres tan iguales, tan distintos.
Tienen ojales y botones de hueso.
Tienen bolsillos secretos, hilos secretos,
la piel inconsútil como la ropa de un cristo.
Fáciles de cortar y fáciles de coser.
Fáciles de lavar después del mucho trabajo
como después de la fiesta o el crimen.
Los uniformes se desvisten de los hombres.
Alisan la arruga sobre el pecho,
la arruga que llamamos corazón.

EL GENERAL

El general envejece, pero el uniforme está nuevo.
Cómo puede ser este el traje de sus mil batallas.
Cómo puede ser este sin mancha ni rasguño
el que ha terminado por robarle su victoria.
Cómo puede ser este el traidor,
el único traidor que sobrevive.

El general envejece, pero el uniforme está nuevo.
Es el preso, el secuestrado, el rehén del uniforme.
Vive porque vive el uniforme.
Lo alimentan para que sirva al uniforme.
Parece que ordena, pero ordena el uniforme.

El general envejece, pero el uniforme está nuevo.
Se acuesta con el uniforme como en los días de campaña
y se duerme con el uniforme
porque su paz es más terrible que su guerra.
Jamás se desnuda para irse a la cama.
Teme que vengan sus ayudantes a despertarlo
y solo vean un anciano.

ARMADURA (I)

Uno quiere hacer del cuerpo un ejército disciplinado,
un ejército que asedie la ciudad y conquiste la ciudad,
un ejército que jamás se queje si demora la paga.

Uno quiere hacer del cuerpo un ejército de bárbaros,
una horda de salvajes que al terminar cada combate
corra a emborracharse, corra a bailar y fornicar,
porque todo es la misma música.

Uno quiere hacer del cuerpo un ejército implacable
por eso nos ponemos esta cota de malla para salir al día
y bajamos la visera que guarda nuestro rostro,
el rostro de los veteranos de guerra
que ya no se asustan ni se alegran con nada.

MÁQUINAS DE COSER

La máquina de coser y mi madre
son dos máquinas de coser.
Cuando me pide que ensarte la aguja,
sé que el hilo es su sangre
y el corazón un carretel inagotable.
A dónde fue la viajera del pedal
cuando su pie subía y bajaba
como si subiese y bajase por el mundo.
Qué ciudad visitó, qué calle de su añoranza.
A dónde fue sin dejar su sitio.
Fuertes y útiles y bellas,
yo soy el hijo de dos máquinas.
Estoy lleno de maquinaciones.
Estoy hecho de retazos.
La máquina de coser y mi madre
son dos mujeres que conversan sin hablar.
Repiten los mismos ruidos. Mecánicos.
Mecánicas del decir.
Y en el silencio, poesía.
Silencio de la costurera.
Silencio, dobladillo del ser.
Hay quien no sabe hacer silencio
como no sabe coger el dobladillo.
Soy el hijo de dos mujeres.
Estoy lleno de costuras.
Estoy lleno de ojales y botones.
En mí entra y sale la aguja de coser
como la aguja de un adicto.
La aguja de coser que me inyecta el vacío.
La máquina cose las camisas.
Mi madre cose lo que palpita
bajo las camisas.

LA CORBATA

Ante el espejo ceñirse la corbata.
Una corbata anula la ingravidez de las ensoñaciones.
De modo que si vas a dar un discurso
como a recibir un premio,
o dar un discurso por recibir un premio,
lo mejor es llevar esa soga caída de verdugo.
Para ser coherentes con sus delirios,
los poetas no usan corbata.
¿Qué harían con ese badajo,
con ese sexo de trapo incircunciso?
¿Qué harían con ese péndulo detenido sobre el pecho
cuando en sus cabezas fluye el infinito?
Es una ley: los poetas no usan corbata.
Pero si resulta demasiado serio el asunto
se ponen dos corbatas.
Una a la espalda que nadie ve y otra al frente.
Pasan con ellas por buenos señores.
Después se van a los bares
y las dejan de propina.

MUESTRARIO TÍPICO

Los pantalones de Zapata y la camisa de Villa.
El chaleco de Juárez.
El uniforme de Maximiliano antes de ser fusilado
y el uniforme de Maximiliano después de ser fusilado.
Las sotanas de Hidalgo y de Morelos.
El manto de la virgen de Guadalupe.
El tocado de Moctezuma, más bello y terrible
que el tesoro de Moctezuma.
La gorra de los organilleros a la salida del metro.
La falda de las madrecitas en el Zócalo.
Las medias de las putas en Tlalpan.
El peto de los policías que dice POLICÍA
y la camiseta de los turistas que dice Peace & Love
Las blusas de Oaxaca.
Los vestidos de Frida y el hábito de Sor Juana.
El pañuelo de María Félix y el pañuelo de Cantinflas.
La máscara de plata sin el enmascarado.
La máscara de todos los luchadores.
Las botas de todos los charros.
El sombrero de todos los mariachis en la Plaza Garibaldi
y el florido sombrero de la Catrina.
El poncho sobre los esqueletos de José Guadalupe Posada.
Los uniformes en Chapultepec y los uniformes en Tlatelolco.
La ropa de los desaparecidos que es igual a nuestra ropa.
La ropa de los que van a desaparecer.

La muerte es mexicana.

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OCULTO EN UN SUSURRO [Mi poema]
Carmelo Guillén Acosta [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy he oído tañir a una guitarra
oculta en un susurro,
y he sentido rebuznar a un burro
y a un valiente blandir la cimitarra
y una jota a un baturro.

Mientras voy escribiendo no me aburro
que extiendo mis antenas
y voy dejando acá y allá las penas
y al tiempo manoseo y despanzurro,
le inyecto entre mis venas.

Voy pensando sin lazos ni cadenas
lo que viene a mi mente
sin ser contemplativo, complaciente,
ni al mal fario lanzarle mis condenas,
ni ser condescendiente.

Tal como lo veo aquí os lo cuento,
cual siento os lo describo,
a invención acudir es de recibo,
a veces en los sueños me recreo
y miento cuanto digo.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Carmelo Guillén Acosta

APRENDIENDO A QUERER

Aprendiendo a querer me iré un día de estos,
y no vendré, lo sé, de los álamos, madre,
ni habrá pájaros, huerto, pozo blanco ni árbol
que me hagan volver, que me iré para siempre.
Por altos pensamientos me iré, de vuelo arriba
hasta donde me lleven estas alas de hombre.
Todo será sencillo, ni un poema siquiera,
ni una flor que arrojarme, ni nadie a despedirme,
tan sólo los amigos notarán que les falto.
Y cuando esto suceda, ni yo mismo sabré
que me he ido, estará mi vida como ahora,
con esta sensación del que empieza otra vez
e intenta no caer en los mismos errores.

DE AMIGOS ANDO BIEN

De amigos ando bien y me gusta enseñarlos
en álbumes de fotos y hacerlos coincidir
y que se den sus números de teléfono, que tengan
entre ellos un trato. De amigos ando bien
y hacen lo que quieren de mí, sin consultármelo,
que vienen a mi vida y me cogen el peine,
y se peinan, y me ponen los versos perdidos
de afecto, y se resbalan en este corazón
que es su casa. De amigos ando bien, si no yo
de qué iba a dármelas, de qué, si ellos suelen
mostrarme a las visitas y hacerme coincidir
con sus otros amigos, y andan ocupados en mí,
en si me peino, en si estoy o no cómodo, si salgo
en mangas de cariño o si llevo o no el cuello
rozado de quererles. De amigos ando bien
y me noto importante, tal vez algo más gordo
de ser feliz, por eso me quedan las camisas
estrechas y me sale un brillo en la mirada
sólo porque de amigos ando bien, si no vedme
sentado a dos asientos o intentando alcanzarles
la luna, que me son leales y culpables
de todo: de peinarme así, como más guapo,
y perderme en mis versos e irme de teléfonos
y fotos y visitas y dármelas de qué;
no sé, culpables, ellos, mis amigos. ¡En serio!

EN NOCHE YA CERRADA

En noche ya cerrada, sin llave que la abra,
eres toda silueta y lo sé porque amo.

No necesito más. Sé que aquí hay vida.
La escucho porque llega con el día que quiero.
Y sé que hay cigüeñas. Las oigo crotorar.
Y muros que no ceden; son el lugar del alma.
Y cuestas, y campanas que evocan, cuando paso,
un tiempo que ha quedado impreso en la memoria.

No necesito más. Ni el sueño en el que sueño.
Ni siquiera me importa la emoción del instante.
Ni escuchar otras voces. Me basta la interior.
Ni que dejes de ser. Eres donde yo soy,
tan conforme a mi imagen que, cuando voy a ti,
me invade la certeza de que tú eres quien viene.

En noche ya cerrada, tu inmaterialidad
es luz, espacio anímico. ¿Para qué la mirada?
Te he conformado en mí. Tú me has hecho a tu modo.
De igual a igual, todo lo demás sobra.

MI INSEPARABLE

Y aunque yo no soy tú, sin ti yo nada soy.
Te he mirado igual que a mí, mi inseparable,
y sé que adonde mire, mi propio yo eres tú
antes que yo y, por eso, te afirmo como un bien.

No sé reconocerme sino yendo a tu vida,
ni alcanzo más que en ti mi justificación.
Me existes, y yo sé que te devuelvo a ti
cada vez que me amas porque soy en ti mismo.

De qué lado estaremos puesto que el gozo es
la afirmación del otro, mirada mía que alcanza
tu misma identidad cada vez que me miras.

Y crezco cuando creces, y el mundo es este encuentro
donde no pretendemos más que ser en nosotros,
tú en mí y yo en ti, la línea del amor.

OJOS OSCUROS, DULCES

Como tu ancianidad, nunca amé nada tanto.
Nunca como esa mano que se hace a la mía
y va desde el meñique, con un rumbo aprendido,
recorre el brazo arriba y se posa en mi cuello,
justo donde sostienes mi barbilla y me miras
para que yo te mire, bien lo saben mis ojos.
No es de la belleza de donde vengo, no.
Tengo tus mismos años, y por eso también
sostengo tu mirada y encuentro una ciudad
donde no es la belleza su habitante, es el tiempo.

Ojos oscuros, dulces, si os he de mirar,
al menos consentidme que sea en la mirada
que me sigue mirando, que bien sé que es de amor,
de mucho amor por mí, aunque traiga la muerte.
Con un mirar así, ojos oscuros, dulces,
nada puedo temer, pues, aunque me hacen viejo,
también sé que me llevan a la resurrección.

¿PERO TÚ DE QUÉ HOMBRES TE HAS ENAMORADO?

Yo también soy mediocre me enfado como todos
intento comprenderme cuando me veo la calva
disculpo este desastre de edad la mala edad
y mira soy así así que no te creas

cualitativamente somos del mismo número
tú eres por ejemplo la mar de imprevisible
es cierto no perdonan los años lo sabía
admito que no soy el que era lo siento

te quise sin pensármelo con mal sabor de boca
de lo más corrientita nadie se lo creía
ya ves y para mí tú la más principal
mi ángel mi orinal mi gajo de naranja

te acepto como eres en cambio no me explico
tu desencanto ahora cuando vienes me atacas
y todo porque ves que no soy tu movida
bostezo no me gusta sacar al perro
tan sosa tú y ya ves loquito yo por ti
casada claro a mí tampoco me podías
pedir nada especial tan soso como tú
ya digo del montón el uno para el otro

así que ya tú ves yo también soy mediocre
me enfado como todos esto es lo que hay
tú sabes que te quiero confórmate o te marchas
y ahora déjame ver tranquilo la tele.

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MI POETA INVITADO:  Aitana Monzón

Nastagio degli Onesti

No más que una doncella
que pidiese mi mano.

No más que ese cuchillo
hurgándole —sabed—
su corazón.

No más que un gemido
amplísimo
lanzado sobre Rávena.

Yo escribí
la misma luz de los mastines
y el sonido terrible
de sus gárgaras.

Yo escribí —dixit Nastagio—
la misma sangre repetida:

pasión de los perros
que reciben su canto.
[Botticelli]

Lettera di Sibilla Aleramo nella notte della cometa

Mi bien:
—patria a la que nada debo—
oblicuo yaces
de mí entre la aurora y el ángelus.
Pienso (no digo): nada
sucede que no turbe.

Mi bien, acudo a ti
para aguantar las ruinas
de ser Dido carissima
—ya casi sin idioma o caminos—
y llevo un cántaro y estás
dispuesto —como en Blake—
a destenerte.

You gave me lilies first four months ago
a mí que te supe por el sol del magnolio
y las adriáticas horas
(el amor es como la gracia de dios,
eso dirá Pavese).

Dino, he cruzado una vela,
¿vienes? Heme aquí.

[Vassalli, Campana]

Sovegna vos

¿Es necesario este saber
hacia donde descienden las liturgias?

¿Es necesaria esta voz
que vira hacia el mar
y desde el mar renuncia?

¿Es su vocación lo que busco?
¿La irreversible danza de los nombres?
¿Si acaso quemadura?
¿Si acaso lentitud?
¿Si acaso obstinación en la memoria?
¿Llegar tarde a decir lo que se intuye?

Sin embargo, volver
el rostro hacia las cosas,
al tiempo propicio de las cosas.

Esto no es, en el fondo, lo que busco.

Lo que busco es un mar inaprehensible.

No.
No es eso
(¿no es eso?)
lo que busco

es abismarme de mirar
las voces que he amado
con estas manos mías fatigadas
de asombro. Estar
como se está
en lo agudo del mundo.

Saberme en mi principio y en mi quiebro.

Lo que puede ser
y no nombrado.

El hueco
sin final de lo que he
perdido.

Lo demás es rastro y abandono,
es cierto,
llegar aquí o allí
tomando como tiempo irredimible
el deseo y sus cruces.

¿Es necesario, entonces, lo que busco?
¿La danza de los nombres?
¿Su sed?

¿Saberme en mi principio y en mi quiebro?

Mas qué sé que haga suficiente
este estar rendida
de puro no poder saberle al canto,
no vagar más en círculos,
bregar con los sofismas de los dioses.

De qué modo vendré
si todo duele en mí como una luz que parte
con sonidos hermosos.

Oh, de qué modo decir
que en mí se vierte lo móvil y lo inmóvil.

De qué modo decir la gravedad
de mi amor por todo lo que tiembla.

Bendita claridad
—me lo repito.
Bendita claridad.
Planeta de Libros

AYER LLOVIÓ BASTANTE [Mi poema]
Bárbara Grande Gil [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ayer llovió bastante, hoy ya no llueve,
quizás mañana llueva o el sol saldrá,
el aire hoy a las hojas no las mueve
se ignora si es que al fin llega la nieve,
mañana no sé el tiempo que vendrá.

Tampoco si es que el viento soplará
y habremos de esperar a otro verano,
lo escrito ha de sonar ya muy lejano
y viento a este lamento arrastrará.

Si buscará acomodo en otro lado
hurgando su perfil de tapadillo,
no importa si no puede sacar brillo
que el sueño que soñó ya se ha esfumado.

Y volará, le tiene sin cuidado
que el mundo a él lo encuentre circunspecto,
no importa si es que agrada ya su aspecto,
lisonjas son historias de pasado.

No sabe si algún día volverá,
no tiene la intención, nada le importa,
que el tiempo que le queda no soporta,
futuro, el que le espera, dios dirá.

Toca y siente a su banco de madera
percibe allí qué cómodo se siente,
él se halla así agradable, complaciente
gozando como está su posadera.

Y piensa un día habrá que otro indigente
allí donde él sentó pondrá bandera
haciéndose del mismo un buen cliente,
pudiendo reposar si el culo quiera.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Y la vida sigue y donde hoy te sientas tú mañana se sentará otro y después otro y otro y otro

MI POETA SUGERIDO:  Bárbara Grande Gil

FUTURANDO

Porque el amor te espera en la esquina
y el dolor te espera en cualquier lado.
Andrés Calamaro

Me imagino en una terraza
al sur de aquella fría ciudad.
Con una taza de té en la mano,
calentándome los dedos
con el calor de la cerámica.

Me imagino de noche, necesitando aire,
porque la noche axfisia estando tan lejos.
Me imagino rodeada de no-geranios,
de no-golondrinas,
de gente rara y blanquecina con olor a rancio.
Me imagino en una era de sueños atascados,
recopilando material bello y horrible
del que cura y mata al mismo tiempo.

Me imagino que ya estaré dormida en aquella terraza,
en este momento, dentro de un año.
O tal vez, si hay suerte, estés tú allí, conmigo.
Sujetándome la taza mientras trato de dibujarte,
o de escribirte,
o de soñarte.

Vértigo.
(Ediciones de la Isla de Siltolá, 2016)

EVERYBODY DOES

Creo en ti.
Eres.
Me basta.
ANGEL GONZÁLEZ

Ella es el grito de la noche.
La astilla debajo de las uñas.
La espina en la mirada
y el silencio detrás de la puerta.
Es la pierna inquieta,
el estreñimiento colectivo,
la venganza de todas las promesas.
Es la que recuerda lo que los mayores han olvidado.
La niña bonita del apellido de serie.
El silencio de un poema que costó cien horas.
Es a la que le sobra tiempo en los recitales.
Es a la que le sobra tiempo en los recitales.
Es a la que le sobra tiempo en los recitales.
Por no molestar.
Por no quitar tiempo.
Por no perder el tiempo.

Es el despecho eterno
y el perdón inmediato;

el aguijón de noviembre,
el fuego y el hambre.
La mano armada
y el espasmo después del amor.
Es el dolor que no se olvida
y la chica que nunca da problemas
pero existe,
y es importante y no lo saben.
Es el piano huérfano llevado a hombros.
El motivo de todas las huidas.

Es la que se quedará sola.
La que ya está sola
rodeada de gente que la quiere
y no lo saben
y no lo sabe.

Es,
existe
y no le basta.

EL HUECO

Déjame no existir contigo.
Enséñame a abandonarme
en el vacío
y a irme a la ciudad
donde los besos
ni se recuerdan, ni se olvidan.
Déjame no ser,
para poder compartir
este hueco infinito.

SILUETA

Pintarla no es un reto
porque la tengo grabada a fuego.
Está cosida a cada neurona
con la misma decisión
que la de tus huesos
al dibujar sus sombras.
La bordo de día
y me desborda de noche.
No se me ocurre mejor vicio.

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QUISIERAS DEDICARTE A VER… [Mi poema]
Eduardo Maduro Lindo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Quisieras dedicarte a ver la luna,
la luna ya se sabe está muy lejos,
pues todo lo que ves son sus reflejos,
que al sol ella le debe su fortuna.

Así que te parezca majestuosa
sus ropas va luciendo de prestado,
presume de la luz del que a su lado
regala con placer, como la rosa

de olores perfumando va el ambiente
y a todo el que la observa le regala.
La rosa siempre lista está de gala
pues muestra su semblante sonriente.

La luz como el olor son percepciones
que vienen a inundar nuestros sentidos
existen como existen los fluidos
e invaden al que observa sus renglones.
©donaciano bueno

Dos ejemplos de los muchos que existen en la #naturaleza? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Eduardo Maduro

Marcha Panamá

Panamá, la patria mía,
suelo grato, encantador!
Hoy te canto, Panamá, con alegría;
al mirarte así grandiosa,
cuando veo tu bandera
de precioso tricolor,
abrazarte con gran júbilo quisiera
expresándote mi amor.

Panamá del alma
de tus selvas he escuchado los rumores;
siempre gocé tu calma
y en tu cielo vi magníficos colores.

Panamá querida,
¡Oh permite que yo muera en tu regazo;
tuya será mi vida.
Sigue siendo libre, ¡bella Panamá!

Tus ojos

A ella, mi Carmen.
1924

Ojos hay para lágrimas y enojos,
hay ojos de virtud y ojos de cielo,
ojos para el amor, para el consuelo,
como también para el recuerdo hay ojos.

Ojos que riman con los labios rojos,
ojos de inspiración, ojos de celo,
ojos con suavidad de terciopelo
y ojos que saben resumir antojos.

Mas yo sé de unos ojos en que brilla
una casta y preciosa maravilla,
ojos como luceros de cocuyos…

Me vas a preguntar: ¿de quién son ellos?
Oye: esos ojos que encontré tan bellos,
no lo digas a nadie: ¡son los tuyos!
(Del libro Poemas Líricos de Eduardo L. Maduro Lindo).

Emilio Carrere

A Camilo Quelquejeu.

Este vate moderno de la melena larga
sabe loar al vino con dulce inspiración,
conoce la bohemia deliciosa y amarga
y al vivir descuidado dedica su canción.

Este poeta tiene motivos medioevales,
donde hay pavanas regias y amores de algún rey;
a veces surge un conde con sus aires triunfales
de entre los versos suaves de este bardo de ley.

Dicen que Emilio escribe sus estrofas más finas
en papeles antiguos, sentado en las cantinas,
vistiendo negra capa de la era del Cid;

la Musa del Arroyo quizá surgió, serena,
mientras libaba whiskey nuestro hombre de melena
en un café recóndito del alegre Madrid.

Del libro: Poemas Líricos 

Paisaje Campestre

Vuelan las aves a las altas ramas,
tiñe el sol con sus rayos la llanura,
deslizase del río el agua pura
y las nubes, de luz, semejan llamas.

En el prado blanquísimas ovejas
pastan la hierba con feliz sosiego;
duerme el pastor, un típico manchego,
y beben de las flores las abejas.

Sobre el monte retozan los corderos,
aperciben sus lazos los vaqueros
y huyendo van las vacas cerro abajo,

Mueve las hojas la apacible brisa
y a lo lejos apenas se divisa
a un labrador que vuelve del trabajo.

Sendero de Gloria

Para Gioconda Gaudiano,
en sus quince años.

Hoy es tu día, Gioconda,
día de gloria perfecta,
porque al collar de tu vida
has añadido otra perla.
Que sigas siendo tan dulce,
Que sigas siendo tan buena,
como los copos de nieve,
como las claras estrellas.
Que cante en tu pecho noble
un ruiseñor sus endechas,
mientras los cielos sonríen
y florecen las verbenas.
Que los campos y los mundos
te admiren y te comprendan
y que los regios querubes
para ti guirnaldas tejan.
Que soplen las nuevas brisas,
que se abran las madreselvas,
que haya aleluyas de dicha
y resplandores de fiesta.
Hoy es tu día, Gioconda,
día de gloria y de feria,
porque el collar de tu vida
has engarzado otra perla.

Panamá, 2 de mayo de 1960
Del libro: Poemas Líricos

Ramona

Ramona, la hechicera, la de los ojos negros,
la de las largas trenzas y la dulce sonrisa,
tuvo un amor inmenso: un amor desgraciado,
que colmó de amarguras la copa de su vida.

Ramona, la sencilla, la graciosa criatura,
la que llevó en sus venas sangre roja de india,
quiso al mancebo fuerte de los brazos hercúleos,
de corazón de oro y de mirada altiva.

Un día artera mano lo sorprendió en la choza
y lo dejó tendido sobre la selva andina,
donde lo halló la esposa…Fue grande su lamento;
y el primo enamorado, que tanto la quería,
buscóla mucho tiempo y en sus brazos Ramona
encontró el nuevo bálsamo que alivió su desdicha.

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BUSCAR HASTA MORIR [Mi poema]
Javier Matilla Domínguez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A ver si hoy adivinas lo que pienso,
posible es que respondas que depende,
si acaso yo me quiero echar incienso
o espero a ver si quedas en suspenso
cual gesto de mi rictus se desprende.

Pasamos por la vida adivinando
tratando de sortear mil acertijos,
de doctos sus respuestas esperando,
rogando a algún buen dios y al mazo dando
acerca del futuro sin prefijos.

Buscar y no encontrar es nuestro sino
y al ver que no se encuentra adivinar,
vagando siempre en busca de un camino
que intente descubrirlo un adivino
conscientes que no hay nada que encontrar.

Buscar bajo las nubes o empedrado,
quitándoles el polvo a las alfombras,
legajo de algún monje ya olvidado,
la luz que se aposente a nuestro lado,
debajo de las sombras en las sombras.

Prestando tu atención a profecías,
soflamas de farsantes y agoreros,
que ignoran como tú el galimatías
que agobia y nos persigue en nuestros días,
nos hace en esta fonda prisioneros.

Creyendo en la existencia de un enigma
y en tanto más se sabe más dudar
haciendo a la verdad un paradigma
conscientes que ignorar es nuestro estigma
buscar hasta morir, buscar, buscar.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Javier Matilla Domínguez

HIJO DE LA ESPERANZA

Sobre una cuna de mimbre
vestida de inmenso cielo
te posaron manos expertas,
que aún tiemblan sosteniendo
el origen de la vida
resbalando entre sus dedos;
la vida del que ha nacido
para volver a gestarse
en el corazón ilusionado
de un hogar humilde y sabio,
de los que alargan la esperanza
donde otros se rinden al mañana
olvidando a su suerte
sobre el amoroso Nilo,
al “Moisés” contemporáneo.

Diciembre te dio la bienvenida
con su fría manta de escarcha
dibujando en la ventana
un pergamino vacío,
con el vaho de tu aliento
que huele a rosas y calma.

Treinta y cinco siglos después
apenas nada ha cambiado,
nos jactamos de “Yahvé”
de su obra y del deber,
creyéndonos suficientes
mientras somos faraones
de una tribu acomodada
que hipoteca su futuro,
empapando de frialdad
un presente ya sin alma.

Pero tú tendrás la suerte
de sentirte el elegido,
de sobrevivir al mundo
escribiendo con tu vida
en el limpio pergamino
que te dio la bienvenida.

RAÍCES

Escondida está la vida
bajo el peso de su cuerpo,
mientras crece una semilla
al compás del universo.

Danza con la madre tierra
y en su vientre se alimenta
la que ha de dar abundantes,
los frutos que el viento mueva.

Savia que corre por sus venas
cerrando grietas, tapando heridas,
cirujano que en sus manos esconde
toda la magia de su botica.

Raíces que nutren la existencia,
que saben calmar la tortura,
que caprichosamente se adornan,
o desprenden calor con ternura.

Cepa que sostiene la verdad
del peso de los años ya vencidos,
de ramas cargadas de experiencia
y de tallos que al fin darán sus frutos.

Frutos de amor y alegría
testigos de todos nuestros días,
que comparten aroma y color
de una raíz, que se ha convertido en flor.

¿QUÉ CELEBRO ME PREGUNTAS?

Celebro las horas que me nutren,
los días que me arropan,
los años que me envuelven
y la vida que me acoge.
Celebro la dicha al contemplar
la aurora en su mañana
tiñendo de granate el horizonte.
Celebro ver el vasto firmamento
cual pizarra engalanada
por cientos, miles de estrellas
en las noches despejadas,
en los días de luna llena.
Celebro las estaciones
con sus variopintas caras,
aunque a veces se equivoquen
alargando sus pisadas.

¿Qué celebro me preguntas?
Celebro las almas bellas
que enseñan sus corazones,
celebro las tiernas bocas
cuando pronuncian razones,
cuando ofrecen un discurso
que a nadie lastima y hiere.
Celebro al hombre completo,
humilde, cabal y honrado
que es dueño de su silencio
reconociendo el pasado,
que comparte lo aprendido,
y que siempre está dispuesto
a fundirse en un abrazo.

¿Qué celebro me preguntas?
Celebro que al fin encuentre
agazapado en mis sueños
el genio que habita el centro
esperando a que lo nombre
capitán de mis sentidos
remando a favor del viento,
hasta llegar al oasis
que todos llevamos dentro.
Celebro que los talentos
florezcan cual clavelinas
entre la roca agrietada
que va formando la cima,
y celebro sus raíces,
que alargándose se nutren
de la humedad de la piedra,
de la esencia de la vida.

¿Qué celebro me preguntas?
celebro que las mañanas
traigan toda su energía,
convirtiendo en desafío
lo que ayer era un problema
y hoy es una tontería.
Celebro que el mundo gire
moviendo todas las cosas,
celebro estar siempre atento
disfrutando de las olas,
sumergirme en sus entrañas,
y ser mar, y luego viento.
Celebro contar batallas
mientras la esencia me empapa,
celebro ser de la Fuente
y estar conectado a ella,
ser parte del engranaje
y pieza de este sistema.

¿Qué celebro me preguntas?
Celebro sentirme vivo
y que todo en mí se altere
cuando miro la hermosura,
cuando siento la llamada
que impregna toda la tierra.
Celebro ser el varón
deseado de mi padre,
y celebro que hasta el fin
no cesara en la intención.
Celebro haber provocado
tanto goce en el ambiente,
que hasta cohetes tiraron
dándome la bienvenida
entre toda aquella gente.

Celebro ser yo, ahora, el padre
y decirle a mi pasado
que está orgulloso de serlo
y contarle a mis dos hijos
que los amo y que los quiero.
Celebro que sean felices,
aún con dudas y temores,
que aprendan de sus errores
y que nunca nunca olviden
la raíz de sus valores.
Celebro ver en sus ojos
el brillo de la ilusión,
irradiando con delirio
tanto anhelo y tanto amor.
Que vivan en el presente
recordando quiénes son.

Almas libres como el viento
Sin retorno bajo el sol.
Celebro sin duda alguna
Que valoren mis desvelos,
Que me admiren y me quieran
Como yo lo hago con ellos.

¿Qué celebro me preguntas?
Celebro la compañía
Que te hace olvidar las penas
Filosofando experiencias
Con aroma de café,
Celebro las carcajadas
De los chiquillos jugando,
Mientras sueñan a ser dioses
Conquistando el ancho cielo.
Celebro al fin que el amor
Derrote todos los miedos,
Y nos convierta en aquello
Que soñamos de pequeños,
Que colmó nuestra emoción,
Que es vivir, y yo lo quiero.

¿Qué celebro me preguntas?
¿Aun te faltan argumentos?
¿Es que acaso quieres más?
¿Qué no te ha quedado claro?
No se tú como te sientes,
yo, te digo muy sincero
desde mi corazón lleno:
“No perderé más el tiempo
en rogar a quien me quiera
que me entienda con lo mío,
en pensar ¡si hubiera sido!,
o en decir ¡lo que me espera!
Sólo sé que he decidido
disfrutar más de las cosas,
estar siempre ilusionado
vibrando por lo que quiero,
y vivir cada momento
como si fuera el postrero,
¡eso quiero, y eso puedo!”.

HAZAÑAS DE UN CAZURRÍN

Corría la vida despacio
a principios del siglo veinte
en un pueblo que contaba
ya por miles sus paisanos,
enfrascados los que más
en asuntos de bragueta,
al abrigo de la escarcha
que el invierno destilaba,
como gotas de aguardiente
para aquellos trasnochados
que guiñaban con un ojo,
mientras pasaban el trago
de jugar al escondite
con ropones pertrechados,
que de más de cien botones
todos ellos alineados
vestían sin par, los dueños
de lo divino y lo humano.
Y como quiero seguir contando
las hazañas que acaecieron
a esta tierra en esos años,
de popular es bien sabido
la existencia de un pagano,
hombre de muchos oficios,
hombre de oficios varios,
que empezó blandiendo estoques
y acabó de barrio en barrio
comprando pieles al peso,
ya fueran de pobre gato,
de vaca o de ruin conejo,
con tal de llevar al saco
un puñado de pesetas,
que le quitaran el hambre
y le dieran buenas tetas.
Mas la fama de bohemio
de putero y borrachín,
se la ganó muy a pulso
nuestro “Padre Genarín”,
pues no había en todo León
vividor y mujeriego,
con más arte y devoción.
Consagrado a la bebida
y a su instinto picarón,
frecuentaba lupanares,
casas de inútil perdón,
y en todos esos lugares
del barrio de San Lorenzo
compraba a plazos su honor,
en Francisquita o Bailabotes
con mancebas conocidas
todas ellas por sus motes.
Tiene cuatro evangelistas
que describen con detalle,
fieles todos a sus cuitas
escritas de calle en calle,
mas, destaca aquí el primero,
por propagador honrado
cuyo nombre es de poeta:
Francisco Pérez Herrero.
Cuatro milagros le asignan
que son puntos cardinales,
de cualquier fiesta pagana
metida en asuntos tales,
donde se divide el pueblo
en cosas de los altares.
Desde años ha, se celebra
vía crucis en procesión,
donde todos los cachondos
siguen al” Santo Patrón”.
Vienen de la Plaza el Grano
con antorchas y estandarte,
hasta llegar a los cubos
bebiendo a sorbos su parte.
Aquí, una hogaza de pan
con su botella de orujo,
un queso y una naranja
trepan rozando las piedras,
después de llenar la panza,
a lomos de hermano fiel
que ofrece desde lo alto,
la corona de laurel.
Adiós pobre pellejero,
adiós Genarín canalla,
que hoy celebramos tu entierro
con los frutos de una parra.
Qué efímera es la vida,
nunca quisiste consejo,
buscabas una quimera,
y al fin dejaste el pellejo
jiñando en la carretera.

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LOCO …DE CONTENTO [Mi poema]
Enrique García-Máiquez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Estoy sólo con mis mocos,
mis suspiros, mis abrazos,
mis penurias, mis sofocos,
con mis deudas y sus plazos,
lo que sueño, lo que toco,
lo que digo, lo que cuento,
lo que es falso, lo que miento,
lo que a mí me vuelve loco.

Con mis dudas y razones,
mis juegos en solitario,
mis rechazos al mal fario
y mis preocupaciones.
Soy voluble, lo confieso,
al igual que la veleta
ante un toque de trompeta
se gira y vuelve travieso.

Pienso, digo y contradigo,
nunca digo lo que pienso
y si pienso, no lo digo,
sólo me mueve el incienso.
Con mis críticas al viento,
mis plegarias y mis súplicas,
opiniones y sus réplicas,
mis rechazos y sustento.

Si me toco no me tiento,
si recuerdo, no me acuerdo,
¿estoy lúcido, estoy cuerdo?
estoy loco… de contento.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Enrique García-Máiquez

Blanco y negro

(El séptimo sello)

¿Para qué sirve el swing de golf, la moto
que se tumba en las curvas, el glamour
de las noches de fiesta, la piscina
o el aplauso del público, si existen
-te pregunta la muerte mientras mueve
un alfil sigiloso- los paseos
por la playa, tus perros, la poesía,
el ángelus, el cine, la memoria
y amigos, que también van a morir?

Por eso la poesía

La novela lo malo es lo que exige:
requiere un adulterio, asesinatos,
viajes larguísimos, curiosas coincidencias,
y un sinfín de avatares.
Los cuentos son más cortos
pero tienden a hacer de sus protagonistas
insectos esquemáticos, clavarlos
con su alfiler a un corcho y colocarles
ingeniosas cartelas.
En cambio, la poesía lo da todo
sin pedir casi nada. Es increíble
lo poco que hace falta en un poema.
Que estemos juntos, por ejemplo,
en una tarde tonta, igual que tantas,
y que digas de pronto:
«Qué suerte estar contigo», y que yo piense:
«Oírtelo decir es un milagro».

Por eso la poesía

La novela lo malo es lo que exige:
requiere un adulterio, asesinatos,
viajes larguísimos, curiosas coincidencias,
y un sinfín de avatares.
Los cuentos son más cortos
pero tienden a hacer de sus protagonistas
insectos esquemáticos, clavarlos
con su alfiler a un corcho y colocarles
ingeniosas cartelas.
En cambio, la poesía lo da todo
sin pedir casi nada. Es increíble
lo poco que hace falta en un poema.
Que estemos juntos, por ejemplo,
en una tarde tonta, igual que tantas,
y que digas de pronto:
«Qué suerte estar contigo», y que yo piense:
«Oírtelo decir es un milagro».

EPITAFIO A UNA JOVEN MADRE

A Cristina Moreno

NO, no te sea leve la tierra en que reposas
ni tampoco tranquila. No estás acostumbrada.
Que sobre ella retumben cada día más firmes
los pasos de tus hijos y el ruido de sus risas.

FREE RIDER

ESOS poemas superprofundísimos,
que nunca tengo ganas de escribir
ni muy posiblemente fuerzas,
los han escrito, los escribirán
o quizás ahora mismo los estén escribiendo
poetas admirables.
Yo
no puedo más que dar las gracias, prometer
que los leeré despacio y bendecir
la suerte de que la poesía sea
un trabajo en equipo.
de “Mal que bien”, Ediciones Rialp, 2019

VERSION

Estas líneas traducen un poema
de autor desconocido.
Una música antigua, oída un día
en el coche, camino del trabajo,
o la conversación en la que hablaban
de novios unas chicas jovencísimas
que espié sin querer, transido de nostalgia.
O puede que traduzcan la sonrisa
que salva una mañana, o bien las voces
que nos hieren en sueños, o un paisaje,
o una historia olvidada… Es un poema
incierto de autor desconocido el que estas líneas
traducen torpemente consultando
un diccionario oscuro.
Su lengua original fue la del fuego
y nunca nadie ha hecho una versión exacta.
– – –
Más vale que no sepan para qué
sirve leer poesía, si algunos aún la leen.
No les expliques,
calla,
que no sepan
que su belleza no es neutral, que hace
insoportables la crueldad, la idiotez y el ruido
y por eso nos vuelve solitarios. […] (de LECTURA EN UN COLEGIO)
– – –
[…] el poema de amor de un joven siempre
será una redundancia;
un himno, una obviedad;
una elegía, un ejercicio..
En cambio,
qué natural una elegía ahora,
cuando las dicta el tiempo,
y un himno es algo heroico, inconcebible,
y un poema de amor es la esperanza
única de vivir
aún
estremecidos.
(de ORATIO PRO DOMO SUA)
– – –
El pasado me pisa los talones. […] Pero yo me resisto. Hacia delante
huyo cada mañana
con los brazos abiertos. […] La esperanza es lo único que queda
a salvo del pasado, más allá de su alcance,
y a salvo incluso del convencimiento
de que no por ahora.
De que luego tampoco. […] (de SIN CONVENCIMIENTO, CON ESPERANZA)
– – –
Aquella higuera que por no dar fruto
maldijo Jesucristo
sin pararse a esperar, sacrificándola
a una enseñanza dura para todos,
dio la leña más seca, las mejores
fogatas del invierno se encendieron
con sus resecos troncos y a su arrimo
se juntaron extraños, se bebía,
se inflamaba el amor de los esposos […] Alguna viga
también salió de aquella higuera inútil
y sostuvo una casa. Y hecha barco
hubo una tabla que llegó hasta Tarsis […] Aquella higuera pobre, sólo sombra
y polvo recibió una maldición
y en ese mismo instante fue bendita.
Cuántos frutos la higuera. Siempre es tiempo.
(de LA HIGUERA ESTERIL]
– – –
[…] Pero tú ven, vente conmigo
hasta las páginas de un libro,
aunque sea mío.
(de FUGA)

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MELANCOLÍA vs RECOGIMIENTO [Mi poema]
Lutgardo García Díaz [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Otoño
El calor pasa aquí sin darme cuenta,
llega septiembre, así de tapadillo,
y el otoño se asoma, el sol se ausenta,
a los chopos las hojas sacan brillo,
la tristeza en el alma se acrecienta,
todo el campo se viste de amarillo.
Escasa el agua corre por el río,
lista la escarcha está para el estío.

Invierno
Y el frío llegará con el invierno
con la nieve acercándose a su cita,
año tras año, fiel, él se hará eterno,
¡ansiada primavera, seas bendita!
Tiempo habrá de escribir en el cuaderno
al brasero contándole su cuita.
Trance de hibernación del cuerpo y alma,
tras de la tempestad llega la calma.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:   Lutgardo García Díaz

Mi hijo pregunta por el cielo

Ya no habrá el dolor de nuestros huesos
maltrechos de vivir, de andar rodando
entre las escombreras de los días.
No tendremos la angustia de la duda
No tendremos temblor de cicatrices
ni la lluvia calando nuestras horas
cuando ladran los canes del insomnio.
No tendremos la angustia de la duda,
ni habremos de ensayar las despedidas
pues todo será encuentros y retornos
por los caminos lentos del desierto.
Me preguntas que cómo será el cielo,
si allí seremos niños,
o tendremos bastón y pelo blanco,
si habrá hamburguesas, globos y peceras…

Allí no tendrás miedo a las noches,
porque habrá sol – será siempre verano-,
y tendrás un balón, y esta piscina,
y tu mano en el hueco de mi mano.

El compás (Chano Lobato)

«Hay que llevar el mar metido en los bolsillos,
el Atlántico entero con soles concentrados,
con barcos que no saben si marchan o regresan
e historias de naufragios e islotes prodigiosos.
Hay que tener el alma con escamas,
con escamas de bailas y peces caleteros
y un son de caracolas cantándote al oído.
Hay que tener un sur en cada hueso,
y una pleamar de espuma entre los labios
y un vendaval que a veces se levante
conduciendo al rebaño de las olas
hasta ese malecón de las costillas.
Hay que llevar el mar dentro del nombre
para cantar así y tocar palmas,
y a la vez que una mano recorre el horizonte
—como la atardecida con su jarra de plata—
rociar las estrellas por el cielo de junio».

MARRURO

Y qué negros carbones lleva dentro este cante,
y cuántos velatorios de niños asfixiados
por la mordaza gris que aprieta en los mercurios,
cuántos trozos de pan con sopas de miseria,
y papeles de cartas perdidas, sin retorno,
sumergidas palabras en el pecho del mar,
cuántas noches en vela, cuántas toses de enfermos,
platos que no alimentan y mantas que no cubren…
Cada ay en descenso de esta triste canción
es igual a una azada que se clava en el tiempo.
Pues no hay más que verdad en la tragedia eterna
de este hombre que solo, con su voz rota dentro
del vientre de ballena que es la noche del mundo,
clama, como Jonás, clemencia al Dios sin nombre.

EL NÚMERO CUATRO

Es el número cuatro
– que al echarse las cartas daba suerte al Mairena,
porque así lo cantaba la feliz bulería-,
el número redondo de los sueños.
Por las claras mañanas de mi infancia,
veo venir a la abuela, empapada en el agua
de colonia de baño,
su vestido de puntos diminutos,
y sus gafas antiguas,
por un patio con tiestos de jazmines,
con el número cuatro en un boleto
donde estaban escritas todas las esperanzas
de no legarnos más que su cariño
y unos cuantos sabores,
“Y es el número cuatro” cantiñea mi padre
dentro del coche ahora,
mientras pacen inmóviles los bueyes
y el mar es un deseo que aguarda tras las dunas.
Y es mi madre que nace -en el cuarenta y cuatro-
en una casa humilde con puerta de cristales
mientras mi abuelo espera con su tabaco negro
y tazas de un brebaje que le sirven sus primas.
La tarde en que el paseo de la orilla del río
quiso venir a ser un film de Leo McCarey,
la muchacha lejana de los ojos de almendra
me miró como nunca lo había hecho nadie.
Era un día de abril, un día cuatro…
“ay el número cuatro”.

VOZ DE FRAGUA

a Cayetano Fernández González

Habita en tus arterias
una fragua latiendo con sus hierros, sus yunques,
sus brasas encendidas cuando el alba era niña.
Tu quejido está roto, rajado como caña,
porque rota está el alma y el tiempo de los tuyos.
A tu garganta acuden tus ancestros herreros.
Sagrados artesanos
que, según dice el mito, construyeron el mundo.
De noche van y vienen.
Cuando te quedas solo, a las dos de la noche,
llaman siempre a tu puerta; son los duendes del sueño
que te dicen que Juane está ciclando el fuelle
y sopla en tu recuerdo, y eres niño de nuevo.
Un martinete cantan, imperfecto y salvaje;
y es la única verdad, tú descalzo la escuchas…
Y una estrella de hierro, anaranjada y líquida,
asciende entre tenazas y te marca el camino.

Agujetas.

¿Quién conoce la edad que tenía Agujetas,
que la sigue teniendo, en los discos que giran
levantando un soplido de hollines milenarios?
Cristales triturados junto a piedras y ciscos
llevan el río imperfecto de la voz
cuando pasa, toda sucia y oscura,
por el desfiladero de los dientes de oro.
Es preciso que vengan muchos siglos
pujando en la laringe,
muchas olas oscuras llamando a los portales,
para hacer este cante que conecta
con el hombre que bruñe utensilios de bronce
o dibuja animales con pigmentos almagres.
Despiadado, salvaje, es este grito
hecho de huesos rotos y de hierbas amargas.
Si quieres escucharlo, habrás de guarecerte,
atarte como Ulises al mástil de la nave,
y evitar que te lleve la espiral de la voz
al agujero negro que deglute las horas
y las vuelve materia olvidada e inútil.
( La llave misteriosa).

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ME GUSTAN LAS IDEAS [Mi poema]
Jaime García-Máiquez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo toco las ideas, las miro y manoseo,
y en ellas me recreo pues me parecen bellas,
observo con asombro cual miro a las estrellas,
o miro y le persigo a mi objeto de deseo
y al vino en las botellas.

Cada una es diferente, tiene distinto encanto,
unas manos de santo y otras son traicioneras.
Si hablan del camposanto y ofrecen no las quieras,
y si alguien te las nombra cubre un tupido manto
pues son unas cualquieras.

Dulces, tiernas, mimadas, las hay cual mariposas,
las más originales son las que más me gustan,
trato no provocarlas por si tal vez se asustan,
ellas son hacedoras de versos y de prosas
cuando al texto se ajustan.

Las cuido, bien regadas las tengo en un florero,
si alguna se desmadra pronto le llamo al orden,
me agobian las rebeldes, no quiero me desborden,
lindas e iluminadas son las que yo prefiero,
que a mis escritos borden.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Jaime García-Máiquez

La belleza es sagrario

Bajo una encina enorme en lo alto de Abantos,
rogué por ver el rostro de Dios, sólo
un instante de luz,
misterio, miedo y fuego, como un rayo.

Más allá del paisaje no vi nada
como podéis imaginaros todos,
pero de pronto un pájaro
se posó entre las ramas y cantó sobre el árbol.

La canción de las lluvias

A. Necati Cumali

La lluvia de enero
sirvió como abono,
y la de febrero
cimentó los lodos.

La lluvia de marzo
se enraizó más hondo.
La de abril produjo
frutos luminosos.

La de mayo vino
como agua de agosto…
La lluvia de junio
se lo llevó todo.

Pan duro

La madre de mi madre se tomaba
el pan del día anterior o el de hacía dos días
para desayunar, con su café manchado.
Era como un gorrión. Emocionaba ver
a aquella señorita de Alicante
con más de ochenta años de ternura
nutrirse despacito igual que un pobre
cartujo, allí sentada en su butaca.
Mi madre sonreía al verme sorprendido
contemplando a su madre, en una casa
cuya despensa inmensa
se parecía a un bodegón de Snyders.
Y alguna vez, para explicarme aquello,
me dijo llanamente: es por la guerra;
no te preocupes, Jaime, es por la guerra.
Dos décadas después, y a casi un siglo
de la Guerra Civil, ahora soy yo
el que coge el pan duro
y lo besa despacio
y se lo come haciéndolo migajas
con un café con leche.
Mi mujer no da crédito, y se queda
alucinada cuando le contesto
completamente en serio que no le dé importancia,
que lo hago por la Guerra.

LA ROSA DEL DESIERTO

A mi madre

No sé qué clase de escultor te hizo
pero, entre golpes de cincel, él supo
acariciarte y darte aquel aroma
que no requiere de piedad escrita
para seguir oliendo tras la muerte.

Brotaste del fulgor de la tormenta,
del beso enajenado de la ira,
con la soberbia majestad de un símbolo
y el lejano sonido, como seco,
del solemne oleaje de las dunas.

Tú eres la hermosa rebelión de pétalos
que no se atreve a sujetar un tallo,
el fruto misterioso que combina
desdén de flor con humildad de piedra,
arena viva y polvo florecido.

Tú eres la rosa helada que nos canta
un himno de esperanza en el silencio,
la música callada que estremece
los más tristes cimientos de la tierra
porque hay amor también en el desierto.

MI HORA

Entre el crepúsculo y la noche
hay algún tiempo en que la luz no cede
a deslumbrar o a derramarse en sombra,
que no golpea sino que rodea
la materia, la abraza con un amor platónico.
Y al quitarle a las cosas su contraste
de tosco claroscuro,
las perdona de no sé qué pecado
mezquino, las absuelve
volviéndolas más ellas,
y embelleciendo a todo el que las mira.
Es esta luz con la que Dios ve el mundo.
de Otro Cantar (2007)

EN EL MUSEO

A veces, observando a la gente ambulante
por los lentos pasillos del Museo del Prado
no puedo contenerme, y me pongo a su lado
para saber qué opina -con un gesto pedante-

de un conde, un santo, un dios, o de un perro elegante.
Os aseguro que lo mejor que he escuchado
son esos comentarios del niño malhablado
al mirar una venus desnuda por delante.

Cuando esa gente huye y en la misma salida
afirma ciegamente haberlo visto todo,
no haber dejado ni una sala olvidada

me entristezco, pensando que hay quien deja la vida
jactándose saciada de eso mismo, de modo
que mirándolo todo no han contemplado nada.

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NOSTRADAMUS [Mi poema]
Gabriela Rosas [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo sé, no sé, quizás, saber quisiera
o acaso adivinar si en el futuro
-aquí todo se torna muy oscuro-
el mundo chocaría contra un muro
logrando en mil pedazos se rompiera.

Y sé, ni me aproximo a Nostradamus
pues Dios dotes no ha dado de profeta,
-dejándome de lado en la cuneta-
e ignoro si es que existe alguna meta
me incite aquí que qrite gaudeamus.

Por mucho que quisiera presumir
seguro estoy que a mi nadie me entiende,
-debiendo aquí a explicar, la duda ofende-
saber o conocer como pretende
aquello nadie pudo descubrir.

Curioso por demás, pues soy curioso
metiendo donde estoy, voy mis narices,
hurgando por debajo en los barnices,
saltánsome las santas directrices
en éste panorama tan umbroso.
©donaciano bueno

#Menudo galimatías, se sabe o no se sabe...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Gabriela Rosas

POSTAL

Una boca es una boca
hasta que te abre en dos
y habita la tormenta que eres

Entonces, tiemblas
en una boca cabe toda la lluvia.
De Quebrantos, 2015

PASÓ

La calle donde fuimos fue cerrada
cantamos pájaros antes de cremarlos
las flores en el suelo
y ya
nadie nos reza
tuvimos miedo del fuego
de apagarlo
y ardimos como si fuese el fin del mundo
nada que sumar ni multiplicar
nada fue cierto
tocó esperar vestidos lo que por años desnudamos
casi sin dolor
(y no puedo borrarlo, por eso escribo)
Lo hicimos, amor
apagamos el mundo entre nosotros.

YO TAMBIÉN ME ARROJÉ CONTRA EL CIELO

sin esperar a que lloviera.
Me fui corriendo de todo el cuerpo
de toda la pulpa que te amaba.
Yo también me quedé sin ti
e hice lo que pude.

Ausentes

Uno extraña al que se ha ido
por el gusto de sentirse en algún sueño
en alguna gota de agua
que se quedó en los labios

Cada despedida es para siempre
una posibilidad

Uno extraña al que se ha ido
para vivirlo de cerca
Intentar la sonrisa
el verbo incendiario
y el limón que se usó para encontrarnos

Uno extraña al que se ha ido
porque realmente se extraña uno
para recordarse uno.

Una boca es una boca
hasta que te abre en dos
y habita la tormenta que eres
mientras la mano de dios se columpia en ella
entonces tiemblas
en una boca cabe toda la lluvia.

No pude marcharme ilesa de la noche
los labios nunca son serenos
los agita el silencio.
De cada beso uno regresa distinto
o no regresa.
Y uno se queda solo en las esquinas del mundo
Porque estar solo no depende de la gente y de su ruido
depende del silencio que somos.

Lista de deseos

(a Piolo)

Una boca que siempre se muerda los labios
Una flor con tantos pétalos como vida
Un cuerpo vacío para llenarlo
Una lámpara a punto de encenderse
Tres texturas de un mismo chocolate
Una ciudad entera sobre el cuerpo
Una lengua a punto de ser agua
Una cabellera que deje huellas
Un domingo por la tarde para siempre
Un cuento, un poema
Una pared, una cama, un estallido
Una bañera
por fin,
una bañera

Unas medias mordidas

Una piscina que nos recuerde
que somos
uno sobre el otro
paisaje y gemido
y que llegaste lejos
es decir,
tarde.

El tierno

Él tiene sus modales

Para decir amor
no dice nada

Lleva las comisuras de mis labios
fuera de su cuerpo
Tiene palabras que me hacen falta
Hace del amanecer un deseo

Me sonroja y se marcha
con una sed que no le pertenece

Lleva algo de mi aire en sus pulmones

Trae animales en su boca
que comen cuando lo beso

Yo lo ando sin culpa
lo hago tierno en mis oficios.

Una mujer atraviesa su suerte
pasillo por pasillo
en cámara lenta

Habita en soledad
el final de la casa
el final de los libros que leyó
las películas que no le abandonan

En su cabeza una voz le repite:

Camina muchacha
camina mientras ladren los perros
Mueve los ojos adentro
que en la penumbra también te salvas.

Soy una mujer amable para los perfumes
Arruinada por las caricias
Con uñas tan limpias que duelen
Sin atenciones difíciles para lo ajeno
Con trenzas en la garganta

Soy una mujer que conoce
lo que ocurre en su refrigerador
Intolerante a la lactosa
por culpa de un desaire

Hecha de un vidrio frágil a tus ojos.

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QUÉ TRISTE ES NO SABER [Mi poema]
Federico Gallego Ripoll [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Qué triste es no saber para qué vives,
a dónde debes ir, si a paso lento,
precisas de pararte algún momento
o incluso descubrir para qué escribes.

Andar así sin rumbo es aún más triste
no viendo qué te espera en tu destino,
trocando a tu cerebro en peregrino
del día, hasta el de hoy, en que naciste.

Dudando  si es que tienes o mereces
la estrella que decida tu destino
y aclare tu espíritu con creces.

Y evite que te sientas cual las nueces
sanas, hueras, si no eres adivino,
hasta al fin las machaque el cascanueces.
©donaciano bueno

#Estudiar y no saber para qué? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Federico Gallego Ripoll

UNA PEQUEÑA IDEA DE FELICIDAD

¿Por qué no pensar que al fin seremos árboles,
por qué no desearlo,
por qué no confiar en la misericordia del destino?
Árboles firmes soportando el viento,
despertando a los pájaros al alba,
recogiendo las nubes cada tarde
antes de repartir
el violeta preciso a cada una.

Árboles infinitos confortando en su duda
a la tímida luz de las estrellas,
saludando en su tránsito a los paisajes viajeros
con un gesto común a todos sus idiomas.

Árboles felices sin temer a la vida,
preservando a los tigres del furor de los hombres,
preservando a los hombres del furor de los hombres;
árboles sin conciencia, sin pecado, sin miedo,
regalando su sombra a las hormigas,
dueños de la certeza de lo inútil,
hermosos como amantes en silencio
ardiendo dulcemente en el ocaso.

LOS POETAS INVISIBLES

Los poetas invisibles
escriben poemas invisibles
con palabras invisibles
sobre cuadernos invisibles.

Hay lectores invisibles
que les regalan sus ojos invisibles
y estantes invisibles
sobre los que descansan sus sueños invisibles.

Reciben premios invisibles
y aceptan las críticas invisibles
que a veces subrayan la evidencia
de su absurdo intento de visibilidad.

Pero a nadie privan de su sitio,
su ventana o su columna:
nadie habrá de preocuparse
de retrasar su camino por ellos.

Porque también tienen vendas invisibles,
quirófanos invisibles
y sufridos enterradores invisibles
que, tras cumplir con su trabajo,
beben a su salud en tabernas invisibles,
de regreso hacia sus casas invisibles.

(Pavesas)

Este gesto concreto manifiesta lo que de ti perdura.
Lees tu inmortalidad.
Consciente de lo escrito,
participo del gozo del reencuentro,
cuando tú y yo seamos agua de un mismo río,
dulzor geométrico en la ebullición de la colmena,
pavesas adyacentes que en la noche del hombre
iluminan durante un instante
el espacio que brota del canto de un pájaro
sorprendido de su propio vuelo.

Dedicatoria

Así en la tierra como en tu cuerpo
hágase la voluntad de los amantes.

Así en el miedo como en la espera
crezca la flor azul de la cumbre prometida.

Así en la plenitud como en el tedio
no se extingan los besos de las madres.

Así en el mar oscuro como en el fuego blanco
sobreviva la luz a la tormenta.

Así en la tempestad como en tus ojos
amanezca la esperanza
y el canto de los pájaros persista.

Así en tus horas lentas como en los ríos altos
sea la espuma azúcar para los labios tristes.

Así en tu corazón como en mi alcoba
no huya el amor al alba.

Y en el mundo que hereden nuestros hijos
no persevere la sequía
ni se expanda ningún dolor inútil,
y la paz recupere la memoria,
y se callen los hombres si no dicen verdad.

La quieta travesía

Es bajo el agua que el agua mueve el mundo.

Su fuerza está en su móvil paradoja,
cuando en verdad regresa mientras va.

La espuma pone música a ese gesto de avance,
pero es bajo la ola que el mar vuelve a su origen,

a su silencio, al nuestro,
al silencio,

una y otra vez,
interminable.

Quién pudiera sentir, en medio de esta duda
que nos alza la tienda y nos cobija,
la cierta claridad de su memoria.

La memoria del agua:
de ahí venimos todos, mientras vamos.

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MI SOMBRA JUNTO AL RÍO [Mi poema]
Aníbal Fernando Bonilla [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que un día puso el viento una simiente
y fue germinando al sol,
eso hizo horas después y al día siguiente
y así una y otra vez tan insistente
forjando de este modo a aquel crisol.

Hoy el mismo reluce sonriente
recién sacado el brillo.
A un arroyo ha convertido en afluente
de un río que arrastró por la corriente
no fue nunca tan fácil, tan sencillo.

Su sueño se basaba en la quimera
de ser buen escritor
y peldaño a peldaño esa escalera
fue ascendiendo en tensa y larga espera
consiguiendo así llegar a ser mayor.

Lo que es fácil, hacer lo hace cualquiera.
Tan sólo la constancia
y el gusto por lo que haces y el creer,
los aliados serán que te han de hacer
más alegre y más grata aquí tu estancia.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Aníbal Fernando Bonilla

Sorbo de nostalgia

Las tazas
desandan
el aroma del tiempo,
redescubren
la memoria de otras latitudes,
delatan las calles transitadas
las cúpulas
en la amplitud de la historia;
ciudades desconocidas
de piedra
de viento
de equinoccio
de infancia
de verdor
de lejanía.

Las tazas
acumulan
aguas del mundo,
el hombre
sorbe el último
aliento de mar.

Morada ajena
cuyo faro
anuncia el horizonte.

Las tazas
aguardan
en mi estante
los colores
del errante,
la melodía
de otros lares
como nostalgia pura.

Canto sagrado

Felonía que rompe corazones,
devoción del gozo oculto.
Intensidad del río en los adioses
tinta derramada hacia la nada.
Reminiscencia de los años mozos
como lenta espera del ocaso.
El paseo del domingo
en la impotencia acumulada de lluvia.

Juegos iniciales como estirpe andante
en el vuelo sin tiempo,
quebranto por la ilusión fallida.
Pasión de sábanas ante el cúmulo del insomnio
y el fragor de la batalla entre dos serpientes.
Sensación perturbadora que deviene del olvido.
Escote para los ojos esclavos,
cuello atado al cántaro del siguiente día,
olor de bienaventuranza.

Son los sueños cuya bitácora alerta el diluvio.
Condena que nos deja este clamor poético.

Mirada actual

Luz ausente
en el reino contemporáneo,
habitantes parias
que huyen de la tierra
afligidos
por la omnipresencia
de astutos conquistadores.

Fábula de cada día
que trastoca la realidad
más allá del frío y la indiferencia.

Reino de amores escarlatas
en el celofán de la melancolía.

Refugio nocturno
en la puerta del manicomio
ojos de búho al acecho.

Corazón gitano
en el rostro desnudo
del mundo.

Piedras en el amanecer

Estupor de dos fieras
en el desierto calcinado por el hastío.

Duendes que huyen de la contemplación
aturdidos ante el diluvio.

Dios en la boca del ausente,
grito lastimero que revela derrotas.

Reminiscencia en la balanza que sostiene los huesos
como fatiga y quebranto,
piedras recogidas en el camino hasta el amanecer,
cordura fracturada en la cornisa de nuestros hábitos.

Pasión inerte en las caderas del tiempo,
exhortación del fruto prohibido.

Mirada caliente en el cadalso azul,
mientras la mentira devora sus ojos de marfil.

Pretensión

Animales
encubiertos de razón.

Guerra campal
batalla carnal
epitafio
sin destinatario.

Luces
de una ciudad incierta
sombra de mi sombra
sombra de tu sombra
austeridad en los pasos subsiguientes
recato de miradas
desde la pasión desvencijada.

Quiero nuevamente
tu mano de arena
para atravesar los jardines pendientes.

Poética I

He ahí el cielo en la plenitud sagrada
la fraternidad de lo dicho y de lo callado
el abrazo que recoge afectos
el estallido de penurias
y el aroma del café cargado de gozo,
la sonrisa a flor de piel
la austeridad de lo indecible
el relámpago tras la caída de los cuerpos
el sollozo de los excluidos
el advenimiento de vientos promisorios
la ruptura del pretérito
la antítesis del caos
la seducción del ángel desconocido
la piel de los otros
los besos contenidos en el tiempo
la balada preferida por los amantes discretos
las casitas multicolores
en donde aguarda la historia
y la histeria de sus habitantes,
el letargo de los días
el amor como conjuro inútil
el desamor como necesaria catarsis
la increpación de la derrota
la mirada taciturna del forastero demolido
ante el estupor de la vida,
la fe impuesta en las catedrales.

He ahí los árboles
cuyas hojas van a la deriva del viento
tropezando en la metrópoli de veredas doradas
como fulgor de otoño.

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DIOS BENDIGA A ESTE HOGAR [Mi poema]
Dioselina Ivaldy De Sedas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Dios bendiga a este hogar, Dios lo bendiga.
Y amén de bendecir que Dios le libre
del hambre de la muerte, y que consiga
llenar con lo que sea la barriga
y al tiempo si es posible le equilibre.

Que dios bendiga, venga y que se apiade,
y preste a su desgracia su ayudita,
a ver si al que las causa les persuade
y evita de este modo que se enfade
poniendo con cuidado una tirita.

Pues todos conocemos que él es bueno
que el mundo lo hizo el mismo con sus manos,
aparte ya su cáliz de este cieno
y evite se reparta así el veneno
amándose los tirios y troyanos.

Y en vez de bendecir, si eso pudiera,
pues trate de evitar algún sofoco,
impida que el sufrir nos vuelva loco,
demuestre un poco más que nos quisiera
y si hemos de morir, que espere un poco.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Dioselina Ivaldy De Sedas

Flor perdida

Dedicada al recuerdo de mi hijo Diógenes q.e.p.d.

Cual bella flor
en el jardín de mi vida naciste
y cada pétalo de tus cuatro años acaricié,
pero vino el huracán de la muerte
y de repente. . .
de mis fuertes brazos de madre arrancó,
el perfume de tu inocencia y
el néctar de tu canción.

A pesar que el huracán a la flor destruye
su aroma en el ambiente quedará,
como tu sonrisa de niño,
en mi corazón de madre
por siempre vivirá.

Y podrán nacer otras flores,
como otros hijos en mi hogar,
pero en la trayectoria triste de mi vida,
tu dulce recuerdo a mi memoria vendrá
como aquella flor perdida
que su aroma en ambiente dejará.
(Del libro: Vivencias que dejan huellas).

Retazos

Jamás podré olvidarte,
a ti mi amor primero,
ilusionada una noche te besé,
mi alma entera te entregué
esa noche que escuché un “Te Quiero”.

Pasó el tiempo, lentamente,
atrás mi sueño dorado quedó,
rumbo a otros horizontes
el amor nuestro partió,
dejando sólo el recuerdo,
en el alma soñadora, de quien
soñando con ese amor se quedó.
(Del libro: Vivencias que dejan huellas).

QUIERO UNA NOCHE INFINITA

La noche está fría y la lluvia cae afuera
la luna menguante coqueta se asoma
las velas románticas inspiradoras
nos incita a una noche plena de pasión.
Siento tus labios dibujar el contorno
de todo mi cuerpo que vibra de ardor
Unamos las copas rebosantes de vino
para brindar por este grandioso amor.
Si estar a tu lado por siempre, es mi destino
conjuguemos hoy, el exquisito verbo amar
en todos sus tiempos y toda su extensión.
Quiero que esta noche no acabe, sea infinita,
y así embriagarme con el elixir de tus besos
hasta desmayarme, y rendirme exhausta
en tu pecho varonil que al sentirlo me excita.
La noche está fría y la lluvia cae afuera,
amémonos intensamente, amor de mi vida,
que esta día, para nosotros es primavera.

TE SIENTO ENTRE TUS LETRAS.

Tus palabras las atesoro en mi alma
y no me canso de leer tus poemas
porque cada verso me transmita calma,
ternura, amor y una pasión extrema.

No sé aún, cómo lograste cautivarme,
con ese versar exento de glosario
que presiento tus brazos acariciarme
en las páginas de tu bello poemario.

Así, extasiada paso noches leyendo
apretando tu poemario entre mi pecho;
amor, te siento cerca de mi, queriendo
descargar tus sentimientos en mi lecho.

Aunque la distancia entre los dos es cruel,
he aprendido a tenerte siempre a mi lado
inmersa en letras, tus versos en mi piel
te sueño en un instante muy enamorado.

El pecado

Carcoma que destruye lo íntegro del hombre
lava ardiente que consume internamente
hasta cautivarlo en las redes infernales
transformándolo de sutil a penitente.

Con fuertes cadenas lo ata a su antojo
y goza el ángel caído de su gran hazaña,
el hombre pisa sobre tierra movediza
¡Quiere salir! Pero el ángel sabe su maña.

Cada vez se hunde, precipitado, hasta el fondo;
una gran orquesta con música estridente,
ensordece sus sentidos con siniestra fiesta
quedando a la merced del vil inclemente.

¿De qué hablo preguntan? ¡Les hablo del pecado!
Te enamora con astucia, hasta dejarte atrapado.

Pero existen buenas nuevas de salvación,
entregando las cargas a nuestro redentor
con un corazón contrito y arrepentido
porque Dios es un ser de pactos y de amor.

Cuando el hombre busca la presencia de Dios
como un torbellino sale el espíritu inmundo,
se desboca en el vacío, liberándolo al fin.
y bendiciones divina, inundan su mundo.

Añoranza,

Si algún día llegas a sentir
una pasión ardiente por mí,
no la acalles mi vida,
ven, acércate y hazme feliz,
que yo te estaré esperando
con este amor desmedido
para tomarte entre mis brazos
y recuperar el tiempo perdido.
Pero no tardes mucho mi amor
que el tiempo se nos agota
porque mi corazón se desangra
cada día, gota a gota.
Del libro: Vivencias que dejan huellas.

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