A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

NUNCA ES LO QUE PARECE [Mi poema]
Gracia Aguilar Almendros [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Lo que dices jamás es lo que crees
que es lo que otros perciben y comentan,
pues siempre existirán lo que presientan
que algo escondes oculto que desees
así sea que mientan.

Y aunque hables claro, claro, muy clarito,
siempre a tu lado habrá un desconfiado
que piense que eres bobo o iluminado,
o que a tu susurrar convierta en grito,
o quiera echarte a un lado.

¡Tu voz al lamentar, un gorgorito!
¡que una palabra gruesa se ha escapado,
impulsando echarán hasta el tejado,
para ellos ya serás siempre maldito
de su árbol desgajado!

Y si no han de buscar alguna excusa
para al tema seguir dándole vueltas,
escarbando en tus aguas turbulentas,
mejor para ellos cuanto más difusa,
obviando las esbeltas.

Sin embargo, no sufras ni confundas
que a bendecirte otros han de acudir
y con fanfarrias te habrán de recibir
ocurrencias, incluso sean inmundas,
y al mundo prescribir.

Los humanos disfrutan los extremos,
su forma es de buscar la referencia,
hoy les suben a lo alto de la ciencia
y mañana les tacharán de memos
según su conveniencia.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Gracia Aguilar Almendros

Sueño

La luz de aquella ciudad era blanca,
caminaba con esa sensación
de los primeros viajes,
cuando no hay quehaceres aún.
La mañana se deslizaba
ligera y fácil.

Entré en la catedral,
había allí una oscuridad silvestre,
húmeda y fresca,
olía a hojas mojadas,
se oía
un culebreo de animales
cálidos y pequeños.

Subí al altar, quité
la imagen de la virgen,
me puse yo, desnuda,
a mirar desde allí,
a la ciudad,
a la luz y a vosotros.
Los ojos ya
pura contemplación,
la mente poseía
la cadencia del mundo,
la de los pájaros
en el aire.

Y yo solo miraba,
y era mamífera y era agua,
y era pequeña y era eterna.
Y detrás de la puerta, estaba el mar.

NO TENEMOS YA COSTUMBRE DE NOMBRAR ASÍ AL AMOR (J.A.G.I.)

«Agradecí la compañía de amigos temporales en pisos esporádicos»
MERCEDER DÍAS VILLARÍAS

No únicamente aquellos que se quedan
a ver todas las caras
que hay en la luna,
pueden tatuarme.

Acarician tan solo la epidermis,
pero estoy hecha de agua
y goteo hacía adentro,
hacía mares oscuros e interiores.

Arrebatada
por una mezcla
de oxitocina y éxtasis,
completamente abierta,
soy como un animal
que palpa la textura
de otro animal
de igual sabor.

Y bramo,
sonrío, y muerdo.
Y soy sagrada,
soy mística,
y soy verdad.
Y no desaparezco
en esta noche oscura.

AUTODEFENSA

A Pedro Gascón, que me dijo “escríbelo”
y a Gema, que lo leyó.

Mis guantes mienten;
bajo la lana rosa
son guantes de boxeo.

Con seis años tomé
amargas medicinas
para calmar la rabia
de mis defensas.
Hasta ese punto llego
en mis ataques preventivos.

Pero sabed
que bendigo mi fuerza
y mis ensangrentados puños.

Tenía dieciocho
cuando por vez primera
intentaron violarme,
y veinte la segunda.
No pudieron, pues soy
una pequeña boxeadora
afortunada.

Nunca lo había escrito
por no ser una chica
que escribe violación
o semen
y pretende con ello
ser transgresora.

Hoy escribo ansiolítico,
dolor y semen
porque conozco su sabor.

Hoy ansío un respiro
entre asalto y asalto,
una voz, dentro o fuera
de mí,
que como Humphrey Bogart diga:
“tranquila, preciosa, todo irá bien”.

Y sobre todo,
por favor, sobre todo,
que me lo crea.

CAMPOBASSO

Allí pesaba el cielo,
era una sábana ceñida y fría,
yo un animal boqueante.

Aquí la luz es miel untada
y dora todo por igual.
Eres parte de un horizonte
cuya vastedad es la tuya.

Pero una madrugada,
saliendo de aquel bar
me esperaba la nieve,
intentaba lamer
mis muslos.
Y mendigando así mi amor,
callada y blanca, la ciudad
se me ofreció por fin.

MECHAS

Estoy sentada
con las piernas abiertas,
la cabeza entre ellas.

La peluquera esponja
mis rizos húmedos,
con delicadeza y ternura.

Sus manos ásperas y largas
son las manos redondas
y suaves de mi madre
peinando mis coletas
para ir al cole.

Recuerdo a Safo
trenzando flores
en el cabello
de su pequeña Cleide.
Y lo que dijo
mi esteticién
cuando posó sus dedos en mis cejas:
“qué poco acostumbradas
a que nos toquen”.

Miro mis uñas rojas,
uñas de gata,
que recorto intentando
que se vuelvan retráctiles
y duelen de tan afiladas.

El miedo, la distancia
con la que nos tocamos.
Sacudo
mi nuca estremecida
por la ternura de la peluquera.

BARRO

Hasta la madre
se volvió barro,
un barro acuoso,
frágil y sin cocer.

Y quedé sostenida
por un latido desigual, pequeño.
Polivalente e incierta
como célula madre,
y aún así cada vez más definible.
Con un cuerpo mullido y nuevo,
un cuerpo que jamás pronunciará
un no li me tangere.

Camino ahora
con pies de barro,
desnuda, sólida y pluvial.

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POEMA DEL RENUNCIO [Mi poema]
Aquiles Nazoa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Renuncio a vivir más y aquí lo anuncio,
y renuncio a la vida aunque me duela,
a lucir en mi ojal la escarapela
y a todo lo que soy, yo aquí renuncio.

Renuncio a lo que un día hubiera sido
o lo que quise ser y no he logrado,
a dios, la penitencia y al pecado,
lo mucho deseé y no he conseguido.

Renuncio hasta al consuelo, la esperanza,
y hasta a hacer de la vida un santuario,
las loas y oropeles, calendario,
dejo a un lado al amor en esta danza.

Y lo hago en son de paz serenamente
cual vela que el pabilo se ha apagado,
el pez que en su líquido se ha ahogado,
que pena el recorrido el penitente.

Y amén de claudicar también denuncio
que no supe hacer uso de la espuela,
ni siquiera labrarme con la azuela
maldiciendo, ni sé lo que pronuncio.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Aquiles Nazoa

Fatalismo

Ruperta, la muchacha que en el Llano
fue durante algún tiempo novia mía,
y que a la capital se vino un día
presa de un paludismo soberano,

ya es una girl de tipo americano
que sabe inglés y mecanografía
y que marcharse a Nueva York ansía
porque detesta lo venezolano.

Como esos que en el cine gritan: —Juupi!,
tiene un novio Ruperta, y éste en «Rupy»
le transformó su nombre de llanera…

Y es que en mi patria —raro fatalismo—
lo que destruir no pudo el paludismo
lo corrompió la plaga petrolera.

El sarampión de la princesa

A Elizabeth, princesa de Inglaterra,
como a cualquier negrita de esta tierra,
le ha dado el sarampión,
enfermedad tenida por plebeya
y que, por eso mismo, al darle a ella,
rompió la tradición.
Por muy cierto hasta ahora se tenía
– bastante nos lo han dicho en poesía –
que las princesas son,
dada su sangre azul, del todo inmunes
a esos males caseros y comunes
que atacan al montón.
Cuentos nos han contado, por quintales,
de princesas enfermas, cuyos males
son siempre de postín:
algún hechizamiento, algún letargo
o esas ganas de echarse largo a largo,
que llaman el “esplín”.
Y si hubo un caso grave fue el de aquella
princesita tan floja como bella
que veinte años durmió,
hasta que vino un príncipe en su jaca,
la despertó moviéndole la hamaca
y le dijo: – les go…
¡Ah crudeza del mundo! Así es la cosa:
Elizabeth está sarampiosa
como cualquier mortal.
Y su rostro, a la luna parecido,
por causa de las ronchas ha sufrido
un eclipse total.
Así pues, los discípulos de Apolo
que han visto a las princesas sufrir sólo
males del corazón,
se llevarían una gran sorpresa
si llegaran a ver a esta princesa
¡con esa picazón!

Amor, cuando yo muera…

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda,
ni llores sacudiéndote como quien estornuda,
ni sufras “pataletas” que al vecindario alarmen,
ni para prevenirlas compres gotas del Carmen.

No te sientes al lado de mi cajón mortuorio
usando a tus cuñadas como reclinatorio;
y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame,
no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame!

Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito
dictamine, observándome, que he quedado igualito.
Y hazte la que no oye ni comprende ni mira
cuando alguno comente que parece mentira.

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda:
Yo quiero ser un muerto como los de Neruda;
y por lo tanto, amada, no te enlutes ni llores:
¡Eso es para los muertos estilo Julio Florez!

No se te ocurra, amada, formar la gran «llorona»
cada vez que te anuncien que llegó una corona;
pero tampoco vayas a salir de indiscreta
a curiosear el nombre que tene la tarjeta.

No grites, amada, que te lleve conmigo
y que sin mí te quedas como en «Tomo y obligo»,
ni vayas a ponerte, con la voz desgarrada,
a divulgar detalles de mi vida privada.

Amor, cuando yo muera no hagas lo que hacen todas;
no copies sus estilos, no repitas sus modas:
Que aunque en nieblas de olvido quede mi nombre extinto,
¡sepa al menos el mundo que fui un muerto distinto!

Pequeño Canto al Burro:

«¡Oh burro, noble hermano!,
permíteme ahora que me aburro
buscando un tema en vano,
a modo de susurro
te dedique un pequeño Canto al Burro.

Feliz tú que, callado,
Miras cómo la vida se desliza,
Y si el arriero airado
Unos palos te atiza,
Soportas en silencio tu paliza.

Para más de un idiota
Tu nombre constituye un serio agravio
Y casi nadie nota
Que pese a tal resabio,
Más vale burro bueno que mal sabio.

Tú no haces el ridículo:
Si por buscarte pleito a alguien le da,
Tú en lugar de un artículo
Que nadie leerá
Le sueltas dos patadas y ya está.

Ahí vuelves del trabajo,
Cansado, soñoliento, medio cojo,
Y ahora, cabizbajo,
Vas sin ningún enojo
A buscar tu poquito de malojo.

Yo desde aquí te miro,
Mientras en pos de un tema a ti recurro,
Y desde mi retiro
Me digo en susurro:
¡Quién fuera como tú, querido burro!

Mi próximo poema
Para ti, será mucho más bonito:
Por hoy, por darme el tema
Para el presente escrito,
¡mil gracias, queridísimo burrito!»

Trina

Todo està en calma, la noche se ilumina
con una luna de marfìl y oro
las ranas y los grillos forman coro
el aire huele a tierra de pimpina.

Al piè de una ventana, en una esquina
hay un muchacho, cuyo nombre ignoro
hablando con su novia mas que un loro
la muchacha en cuestiòn, se llama Trina.

¿Te acuerdas Trina?, le pregunta el mozo
¿que me ofrecistes un beso bien sabroso
si conseguìa un trabajo con buen sueldo? …

…y la joven, esquiva como un gato,
se le queda mirando largo rato
y al final le responde: «No me acueldo»

Exaltación del perro callejero:

«Ruin perro callejero,
Perro municipal, perro sin amo,
Que al sol o al aguacero
Transitas como un gamo
Trocado por la sarna en cachicamo.

Admiro tu entereza
De perro orgulloso que no cambia su destino
De modesta pobreza
Por el perro fino,
Casero, impersonal y femenino.

Cuya vida sin gloria
Ni desgracia, transcurre entre la holgura,
Ignorando la euforia
Que encierra la aventura
De hallar de pronto un hueso en la basura.

Que si bien se mantiene
Igual que un viejo lord de noble cuna,
Siempre gordo, no tiene
Como tú la fortuna
De dialogar de noche con la luna.

Mientras a él las mujeres
Le ponen cintas, límpianle los mocos,
Tú, vagabundo, eres
-privilegio de pocos-
amigo de los niños y los locos.

Y en tanto él divierte
-Estúpido bufón- a las visitas,
a ti da gusto verte
con qué gracia ejercitas
tus dotes de Don Juan con las perritas…

Can corriente y maloliente,
Nombre nadie te dio, ni eres de casta;
Mas tú seguramente
Dirás iconoclasta:
-Soy simplemente perro, y eso basta.

La ciudadana escena
Cruzas tras tu dietético recurso,
Libre de la cadena
Del perro de concurso
Que ladra como haciendo algún discurso.

Y aunque venga un tranvía,
Qué diablos, tú atraviesas la calzada
Con la filosofía
Riente y desenfrenada
Del que a todo perder, no pierde nada.»

CREDO

Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo de la Tierra;
creo en Charlie Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones,
que fue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo,
pero que cada día resucita en el corazón de los hombres,
creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable,
creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa,
creo en la cualidad aérea del ser humano,
configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose
como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo;
creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente
debajo de la almohada de mi niñez;
creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música,
yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré,
salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma,
creo en Rainer María Rilke héroe de la lucha del hombre por la belleza,
que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer,
creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia,
creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar;
creo en un barco esbelto y distantísimo
que salió hace un siglo al encuentro de la aurora;
su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles,
unto a sus sienes un resplandor de estrellas,
creo en el perro de Ulises,
en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas,
en el loro de Robinson Crusoe,
creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta,
el beralfiro el caballo de Rolando,
y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero,
creo en la amistad como el invento más bello del hombre,
creo en los poderes creadores del pueblo,
creo en la poesía y en fin,
creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama.

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MÁS MALO QUE LA SARNA [Mi poema]
Matilde Real de González [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Más malo que la sarna, se decía,
de un niño que, travieso, era muy malo,
de un cojo, que su pata era de palo,
de un sordo, que era tonto y lo sabía.

Decíase de un niño que era un trasto
del diablo por su cuerpo estar poseso,
del listo pretendiendo dar con queso,
del agua que escapaba de un canasto.

Más malo que el demonio, el sonsonete
¡maldito retintín, qué letanía!,
que un niño si es tranquilo, mentiría
si digo que ese niño no es zoquete.

No seas renacuajo, un revoltoso,
aprende de tu hermano, estate quieto,
¿no ves que aquí molestas, mono inquieto?,
pues ¡basta ya! No te hagas el gracioso.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Matilde Real de González

Madre Campesina

La he visto amanecer en los manglares
en busca de las conchas enlutadas;
también por las sabanas calcinadas
segando arroz, con golpes regulares.

La vi encorvarse bajo las brazadas
de leña seca, allende los palmares;
la vi trazar los signos seculares
con manos fuertes, por el sol doradas.

La vi peinar la negra cabellera
del hijo triste que el destino afina
para el rudo camino que le espera.

Duro es el pan donde el dolor domina:
tan sólo es fresco y claro en la pradera
el amor de la madre campesina…

Primer Premio del Concurso Nacional
de Poesías a la Madre
Auspiciado por el Club de Leones de Panamá
Diciembre 8, de 1969

Madre Prisionera

Para el amor, capacidad silente,
su fortaleza, en el dolor intensa;
la vocación de sacrificio inmensa
y de perdón inagotable fuente.

El darse toda con ternura densa
por ser más sabia cuanto más prudente
morir mil muertes por el hijo ausente
sin esperar ni en Dios la recompensa.

Si es de humanos tan gran desprendimiento,
si lo podemos concebir siquiera,
como ideal del más puro sentimiento.

Es porque todos en nuestra primera
y más profunda acción del pensamiento
llevamos una madre prisionera.

Tercer Premio del Concurso Nacional de Poesías a la Madre
Auspiciado por el Club de Leones de Panamá Diciembre 8, de 1969

Recuerdo Al Maestro de La Palabra Azul

Los cristales de belleza libertaria
que formaron la teoría de tu vivencia
magnifican en la cósmica cintura
tu dolor de Prometeo sobre las rocas.
Y tu sed, la de los vértigos azules
sin colores y sin formas suficientes,
te llevó por los senderos sin orillas,
la llevaste por el fuego y la vigilia.

Tu pasión clarividente
por los brotes
maduró los verdes surcos
de tu sombra.

Y un volar de mariposas en el cielo
presidió la ocupación de tus sandalias,
fugitivo, peregrino, navegante,
con tus brújulas de esteta atormentado
fabricaste los espejos de señales
y los faros y los signos y las cruces
para guiar los argonautas sin sirenas
por el camino infinito de la noche.

Te diste en la esperanza
y el desvelo
donde todos los marfiles
fructifican
por tu clara voz, Enrique Ruiz Vernacci.
De Poemas Fragmentarios

Tu Nombre

Tu nombre!
Claro fusil en la tiniebla
daga heroica de amor
clavada en tu bandera,
y tus estrellas:
nacarados alfabetos de la Patria.

Tu nombre!
Desconocida espuma
heroicas raíces
débiles auroras
y el mismo dolor para esta noche.

Tu nombre!
Lágrima y bala
tierra dura, voces de mi madre,
falda amplia y suave
donde mi sangre llora
por la palabra más aguda.

Tu nombre!
Canal Zona
enrojecida margarita del destino
frágil cintura,
niños, rostros, hombres,
martirio, perdón y esperanza.

Saloma Aguacero

Llueven sombras y hace frío
sobre el camino y el huerto
un blanco geranio muerto
flota en las aguas del río.
Es que en su canto bravío
verde viento de montaña
hace llorar la cabaña
con su saloma aguacero
y tiende sobre el potrero
un manto de luz extraña.

Testimonio de Amor

La madre dice:
Si amor mío,
jugaremos al rey y a la reina.
Una campánula amarilla te corona,
el viento azul de la montaña
se te prende como un manto.
Tienes un reino de posibilidades
de ansias que desean crucificarse
para redimir al limonero.
Un ministerio del recuerdo,
mil puertas abiertas,
frescas huellas de 1903.
Y banderas, muchas banderas
en desfile interminable
por campos y ciudades
y tú, pobre hijo mío, esperando
los límpidos zapatos y las sonrisas blancas.
De Poemas Fragmentarios 1965

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LA ÚLTIMA ESTACIÓN [Mi poema]
Antonio Flores Jijón [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Para hacer más liviana la batalla
preparando con tiempo la partida,
ese muro cercano, esa muralla
que separa la muerte de la vida.

La espada de Damocles que amenaza
tan llena de rencor, resentimiento,
razón que le aprisiona y atenaza
y al miedo le soborna echando al viento,

de golpe ya al cariño le echa a un lado
y hasta al alma se va sin desparpajo,
y, hete aquí, que aunque no fuera un malvado
no le quiere dejar ningún atajo.

Es curioso pues no se oye protesta,
ni un grito, ni un lamento por su sino
aceptando llamada tan siniestra
la última estación en su camino.
©donaciano bueno

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Comentario del autor sobre el poema: La vida está compuesta de etapas y en cada una de ellas existe una estación que da paso a la siguiente hasta que aparece la última. Después…

MI POETA SUGERIDO:  Antonio Flores Jijón

En la muerte de mi esposa

Calumnia, insultos, pérfidos rencores,
escarnio vil, persecución impía,
ruinas doquier de la ventura mía,
nada aplacó del hado las furores.

Único alivio, bálsamo de amores
en mi alma herida un Serafín vertía;
y su dulce sonrisa en alegría
tornaba mis tristezas y dolores.

Pasó cual sueño mi visión hermosa…
¡Yo no era digno de fortuna tanta!
Si viva te admiré madre y esposa,
muerta, yo te venero como santa.

Fuiste en la tierra mi ídolo y consuelo;
serás ahora mi ángel en el cielo.

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MI POETA INVITADO:  Graciela Giráldez

DESDE EL SILENCIO Poema III

¿Quién detendrá el tiempo,
ahora
que han robado los relojes?
¿Quién contará los pasos,
ahora
que han borrado la huella?
¿Quién dibujará la vida,
ahora
que han llevado los colores?
¿Quién dará silencio,
ahora
que gritan las palabras?
¿Quién se acostará a mi lado,
abrirá las puertas,
ventilará los rincones?
¿Quién vendrá?…
De La frontera del silencio Año 2012

Cierro los ojos

Cierro los ojos para soñar con el mundo que quiero vivir.

Desnudo mi cuerpo del enredo
que provoca el miedo y pienso:
¿Seré capaz de brillar con mi propia luz?
¿Qué color llevaré dentro de este mundo
que me invito a crear?
plateado, rosado o dorado tal vez…

Desafío al mundo opaco e intolerante
que vibra bajo mis pies,
que me roba los segundos,
que me detiene en una tierra
de violencias y mentiras…

Imagino, vuelo, respiro,
y descubro un aire nuevo,
de colores brillantes,
donde se funde el calor del verano
y el frío del invierno…

Cierro los ojos
y me veo en los brazos del tiempo,
compartiendo fantasías a la luz de la luna.
Sin límite, ni tiempos para cumplir quimeras e ilusiones.

Cierro los ojos para cancelar la mentira
y poder vivir en libertad. Cierro los ojos,
para soñar…
De «Entre la utopía y la distopía»

UN TONTO DE CAPIROTE [Mi poema]
José Julio Cabanillas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A ese tipo, pringao, de medio pelo
que se cree un gallito de pelea,
que mirando va abajo cuando mea,
orgulloso que está de ese consuelo,
esperando feliz que alguien le vea.

A ese falso chaval desvergonzado
que empujando va siempre a donde acude
deseando que alguno le desnude,
de reojo mirando a cada lado
y alguien haya se acerque y le salude.

A ese tipo tan fatuo y presumido
– el que siempre alardea de canalla,
si de mente hay que hablar no da la talla-,
perdonando va vidas, que fingido
no sabe a dónde va, donde se halla.

Como un verso naciera ya podrido
él, que nunca valió para estrambote,
-si es que hay riesgo se irá dándose el bote-
no sirviera de roto a un descosido,
un tonto es de alquiler, de capirote.
©donaciano bueno.

Pringao: Apelativo cariñoso que recibe toda aquella persona de poca relevancia para su estudio en interés de la ciencia. Tonto del capirote significa simplemente «tonto». Antes se utilizaba en las escuelas un sombrero o capirote con orejas de burro para castigar a los que no sabían la lección.

MI POETA SUGERIDO:  José Julio Cabanillas

Ulises

Nada debo.
Tras de mi puerta una mujer, dos hijos,
cada vez más recuerdos.
Con fría claridad me devuelve el espejo
un rostro que ya empieza a no ser joven.
Al menos he labrado con trabajo constante
mi fortuna y mi nombre: nada, nadie.

Edad de Oro

En los siglos felices que dioses y gigantes
hablaban con los hombres en un bosque cercano,
se incendiaba el otoño en granadas abiertas
y era luz el invierno sembrada por la aurora…
Si allá pudiera huir sin llevarme conmigo.

Plaza Bib Rambla

Muros manchados. Frío.
Yo sé que aquí acamparon escuadrones de lluvia.
Una a una recuerdo las tardes que de niño
me senté en estos bancos.
Con un jirón de nubes se cubría
la desnuda caricia de este cielo.
A menudo pensaba en una perla gris
ajada en un estuche de terciopelo roto.
Quisieron, una tarde,
crucificar la luz en esta plaza.

ÁRBOL

CUANDO yo era un arbusto, el aire
me soplaba al oído canciones de muy lejos.
Me rozaba la frente.
Yo estaba allí, en el bosque, entre padres y abuelos
de alturas formidables, con sus ramas nudosas
acariciando el sol, bebiéndolo a hojas llenas.
Una nube pasaba.
Un pájaro ponía el corazón en la garganta.
Pasaban niñas, y reían.
Pasaban mariposas y eran oro.
De pronto fui un árbol. Qué verde gravedad
de savia entre las hojas que, en el aire, temblaban o reían
con los ojos de un hombre enamorado.
No muy lejos oí pasos de hierro, gritos,
voces de pedernal en el filo de un labio.
Y se alzó el brillo agrio de un hacha en mano fuerte.
La savia, acostumbrada a vivir en mi adentro,
vio el sol y desmayó. Yo desmayé, caído.
Me arrancaron del suelo, me talaron las ramas,
menos dos, las más grandes. Me quemaron la copa
de hojas transparentes, hijas del arco iris.
Me arrastraron a voces hasta un monte pelado.
Había gente. Olía a sangre, y un perrillo
pasaba entre las túnicas severas
de unos hombres hirsutos con ojos imposibles.
Luego, en lo poco que de mí quedaba,
clavaron -yerro y sangre-
lo poco que quedaba de aquel hombre.
de “Poemas descalzos”, Libros Canto y Cuento, 2016

DOS ESPEJOS

A la impaciente sed de los espejos
(Pues congelan la luz y no pueden beberla)
Me asomé, temeroso.
Al abrir el armario de mis padres
Dejaba en cada puerta
Abiertos los espejos frente a frente.
Si entre los dos ponías una silla,
De pronto había mil sillas cada vez más pequeñas
Y al fin en lo más hondo dejaban ya de verse.
Un día me atreví y me metí yo mismo
Entre los dos espejos.
Y anduve, anduve, anduve
Cada vez más pequeño y más, más hondo.
Y vi cosas menudas, vi la luz congelada
Y vi el rostro picado de la luna muy triste.
Cuando yo vuelva al cuarto
Qué encontraré en mi casa.
¿Pero existió esa casa? ¿Yo he vivido?
¿Papá, cuándo volvemos?
En la impaciente sed de los espejos
Pregunto, temeroso.

LA ESPADA

La espada estuvo sobre la cabecera de mi cama.
Tenía yo cuatro años y dormía bajo ella.
Vivíamos en un piso grande, destartalado, frío.
Un piso triste que ahora recuerdo como entre sueños,
En blanco y negro: blanco de nieve,
Negro de abismo. Un piso donde cada puerta,
El pasillo, los cuartos, las ventanas
Eran de un invierno hostil, crudo, casi perfecto
Que dejaba en los suelos grandes ramos de escarcha.
En el piso, además, había también demonios.
Mejor dicho: eran tres. Y los tres despertaban
A las tres de la noche. Yo también despertaba y los veía
Entre resplandores de mariposas de aceite
Que mi madre había puesto en un arcón
Al fondo del pasillo.
El piso aquel tenía tres demonios,
Una noche muy larga, un pasillo muy frío
Y una espada en mi cuarto,
Sobre la cabecera de mi cama.
Mi padre la había puesto en la pared, envainada, recta,
Con un mango, un guardamanos, de medio círculo.
Era media verdad que guardaba mi cama
Y mi sueño y a mí.
La verdad que brillaba de noche, como de plata limpia,
Y me aplacaba el miedo
Y me daba valor contra aquellos tres cuerpos de la sombra.
Esa espada mi padre la guardaba
De cuando fue a la guerra y volvió vivo.
Ahora estaba envainada, polvorienta, herrumbrosa,
Sin más valor que alzarse en mitad de la noche
En el largo duermevela de un niño
Que debí de ser yo
Y que sabe muy bien que hay sombras
Al fondo de la noche, brillantes de oro escuálido,
Cuando él se despierta a las tres de la noche:
La hora del diablo.
Como un dedo de plata, esa espada señala al este, a la ventana,
Al camino del sol que ya se atreve
A empuñarla de nuevo y quebrantar tres sombras.
Pero esta noche, padre, te han cerrado los ojos casi de madrugada,
Pasada ya la hora del diablo,
Delante de la puerta de un jardín con árboles de oro.
Sobre la tierra verde una espada, en los sueños.
Una espada en la guerra.
Una espada en la muerte.
Una espada en la luna.
¿Quién guardará tu vida?
¿Quién velará mi angustia?
Es tu espada quien llora. No soy yo.

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EN BUSCA DE LA VERDAD [Mi poema]
Arroyo del Río [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

He salido de caza, a la aventura,
a libar de las mieles de otros predios,
a lomos de algún sueño en su montura,
a falsos los mensajes buscar cura
y a liberar de mi alma sus asedios.

Y para ello subir quise al parnaso
y a mi mente mandarle a la locura,
y al infierno acercarme por si acaso
y a tumbarme de nuevo al cielo raso
y a las estrellas hablar en noche oscura.

He hurgado entre los sabios manuscritos
de los grandes profetas de occidente,
los templos visitado, los garitos.
Del conocer, en todos chiringuitos
allí copiando he estado yo presente.

Usando algún disfraz en todos lados
intentando no ser apercibido,
abriendo de mil cofres sus candados,
voraz por descubrir, sin ser linchados,
valiente, audaz yo he sido y atrevido.

Cuanto más he visto, leído o escuchado
más confuso yo me encuentro, menos sé.
Hoy me hallo más perplejo, abotagado,
de tinieblas mi espíritu inundado,
cual ciego que presiente y que no ve.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Arroyo del Río

A Simón Bolivar

En el primer centenario de su muerte

La joven plenitud del continente
tiene aspecto de fúnebre escenario;
hay en cada volcán un incensario
y un responso de paz en cada fuente.

La selva por alfombra; el esplendente
confín, por cortinaje funerario;?el siglo, un pedestal, y solitario
sobre él, un redentor omnipotente.

Ante tu genio múltiple y fecundo
que a través de los tiempos nos inflama,
y con que en medio de la Historia brillas,

?está callado y reverente un Mundo,
absorta y pensativa está la Fama?
y la Gloria, gimiendo de rodillas!
Diciembre 17 de 1930

Remigio Crespo Toral

(En la inauguración de su estatua)

Cantar en su presencia, es osadía;
Tu excelsa Musa con su verso de oro,
En el Parnaso, conquistó el tesoro
De la rima, del metro y la armonía.

Hay en tu verso plenitud de día;
Tu ritmo suena cual timbal sonoro,
Y en tus poemas diáfanos, añoro
El arpa de cristales de mi ría !

Finge una orquestación sublime y leve,
La cascada perpetua de tu acento,
En la que tiene la Belleza un rito;
Y ante tu nombre, cúspide de nieve,
Se enciende el sol, se paraliza el viento,
Y se inclina callado el infinito !

Alfredo Baquerizo Moreno

(En la inauguración de su estatua)

Señor de la oración y el pentagrama:
El cariño de un pueblo te rodea,
Y al pie del bloque en que te encarna ondea
La irisación triunfal de su oriflama.

Enardecida la ciudad te aclama,
De su pecho viril hace una tea,
y se juntan el fuego de la Idea
Con el himno sonoro de la Fama.

Maestro de la nota y el lenguaje:
Así traduce Guayaquil su anhelo
De erigir una estatua en tu homenaje,
-Donde la luz del trópico sonría-
Con el cóncavo mármol de su cielo,
Y el undívago bronce de su ría !

A nuestra raza

Raza heroica y leal, eres el brote
de una simiente fecundada en Mayo,
en toda lobreguez, has sido rayo,
contra toda maldad, has sido azote !

Haces que el brillo de la Gloria flote,
e impides que el Honor sufra desmayo,
porque en todo peligro, hay un Pelayo,
porque en toda injusticia, hay un Quijote !

Raza que nada la supera o doma,
porque hay sangre de lavas en tu entraña,
y en tu cerebro irradiación tan grande,
que si piensas muy alto, surge Roma,
que si sientes muy hondo, canta España,
y si gritas muy fuerte, tiembla el Andes !

A Juan Montalvo

(Al inaugurar su busto en la Universidad de Guayaquil)

El Genio, en tu razón, prendió una tea,
fue el Dolor, para tu alma, un acicate;
el rasgo de tu pluma, era el combate,
la vibración de tu alma, era la idea,

Mente que forja, voluntad que crea,
cerebro que arde, corazón que late,
ariete formidable a cuyo embate,
la roca del prejuicio se cuartea.

Ni una huella de sombra, ni un desmayo
de luz. Para escribir sobre la altura
de los siglos, tu nombre y tus afanes,
presta su pluma refulgente el rayo,
el celaje purísimo, su albura,
y su tinta de fuego, los volcanes !

Eloy Alfaro

(Al entregar su retrato a la Municipalidad de Quito)

Ilustre capitán: mira su nave,
sobre un mar que se encrespa y que borbota,
el corte esbelto de su quilla, flota
como un gran cisne majestuoso y grave.

Dejó tu diestra su timón tan suave,
que si un tremendo vendaval la azota,
del seno gris de la tormenta brota,
como surgió de la ceniza el ave.

Jamás zozobrará tu carabela;
porque si en lid sublime y espartana,
hundiste, temerario, el «Alhajuela»,

con su mirada de esplendor, la Historia,
de nuevo, a flote, lo verá mañana,
sobre el mar infinito de la Gloria.

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LUCES DE NAVIDAD [Mi poema]
Aurora Estrada y Ayala de Ramírez Pérez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Luces de Navidad, cosmopolitas.
De andamios empinadas por la calle,
silbando cuando cruzan las mocitas
rimando la belleza de su talle.

Luces de la ciudad, luminiscentes,
jugando al escondite con la luna,
graciosas, pizpiretas cual ninguna,
despertáis la alegría de las gentes.

Luces de Navidad, tan descocadas
bailando cuando el aire se aproxima,
revoltosas, mintiendo descaradas,
mirando a los humanos por encima.

Rendido a vuestros pies hoy os bendigo,
antaño de neón o fluorescentes,
modernas de leed, grandilocuentes
de lo que pasa en Navidad testigo.

Tan bellas, tan bonitas, relucientes,
que a veces simulais ser las estrellas,
dormidas parecéis inexistentes
tintineando de luz sois las más bellas.

Qué sería de ti, ciudad sin luces,
de casa no saldría en el invierno,
del año al final sería un infierno,
no quiero ni pensar. Me doy de bruces.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Por qué hay nuevos dirigentes que, obsesos de sus filias y sus fobias, tratan por todos los medios de sustraernos los recuerdos de nuestra infancia asesinándonos la nostalgia. Ahora estas luces todas uniformes, grises, sin vida, han sustituido a aquellas alegres y coloristas guirnaldas con estrellitas, campanillas, bolitas y motivos alegóricos.

MI POETA SUGERIDO:  Aurora Estrada y Ayala de Ramírez Pérez

Mi ruego

¡Señor! Llévate todos los dones que me diste:
mi juventud enferma, mi sonora alegría,
las alas de mis sueños, mi Primavera triste
y, si también lo quieres, mi cáliz de Poesía.

Marchita mis rosales, mancha mi blanca veste,
manda los buitres negros de la desolación
a que se nutran, ávidos, en la carne celeste
del ruiseñor que canta dentro de mi corazón.

Haz duro el pan que coma, más negra la negrura
de mi incierto destino; dame el vasto dolor
que soporta la Tierra. Toda la desventura
recibiré serena si me dejas mi amor.

J. G. WHITE & Co. Ltd.

Zanjas,
canales paralelos de las calles
adonde la miseria echa a los obreros
haraposos y anémicos de la ciudad palúdica
con la pala en las manos encallecidas
y una alegría triste en su corazón.

Zanjas,
fauces múltiples del suelo urbano
donde se ven los hombres desde arriba
como hervidero de gusanos.
Ya no hay obreros limpios
porque para conquistar el pan
ellos alquilan sus brazos
por un salario de hambre
y la consigna del silencio para evitar el paro.

El calendario de la White es nuevo.
Ella inventó para los trabajadores
la semana de 4 días
porque ellos tienen hijos hambreados,
sin un trapo para sus carnes desnudas,
y los echarían con su mugre a la calle
si no pagaran el alquiler.

J . G. White & Co. Ltd.
Los obreros cavan la tierra
y abren las zanjas para tender los tubos
-pero la pavimentación no llegará nunca hasta el suburbio.-

Después no habrá más zanjas,
¿qué harán entonces los hombres semidesnudos
que hoy empuñan las palas?

TRÍPTICO

El templo

El templo era de cedro i oro puro
con góticas vidrieras de amatista,
extrañas esmeraldas en el muro
bordaban los caprichos de un artista.

Se alzaban bellos, sobre el mármol duro,
antiguos lampadarios de idealista
i rara forma en el recinto oscuro
fingiendo estrellas de una luz no vista.

Allí los incensarios burilados
ardían junto a los vasos consagrados
i humilde alzaba mi devota voz.

Las plegarias subían cual palomas
i entre espiras de místicos aromas
se erguía divino e indiferente el dios!

El dios

En pálido marfil fue cincelado
el dios por un artífice exquisito
que el brazo de Eros modelara armado
como aparece en el celeste mito.

Sus ojos eran de rubí dorado,
dos ojos ciegos, copas de Infinito,
en cuyo fondo hallábase encerrado
el germen de la gloria i del delito.

A sus divinos pies mi alma caída
como una débil flor desfallecida
desnuda i blanca eternamente oraba.

I era tanto mi amor, tal mi quebranto,
—en leve copa le ofrendaba el llanto—
que a mi dolor la estatua se animaba.

Eros vivo

Era su cuerpo macerado en rosas,
la sirena del vértigo en sus ojos
cantaba, i de sus manos amorosas
brotaban dalias i jazmines rojos.

Tenía un cortejo fiel de mariposas
celestes que cubrieron los despojos
de mis mustias corolas dolorosas
i florecieron de alas mis abrojos.

El Ensueño dormía en sus ojeras,
como en lagos de sombra las quimeras.
Era rey i señor el Eros vivo.

¡En el altar en que mi dios se alzaba
mi alma como un perfume se exhalaba i
era mi cuerpo ante él vaso votivo!

EL HOMBRE QUE PASA

Es como un joven dios de la selva fragante,
este hombre hermoso y rudo que va por el sendero;
en su carne morena se adivina pujante
de fuerza y alegría, un mágico venero.

Por entre los andrajos su recio pecho miro:
tiene labios hambrientos y brazos musculosos
y mientras extasiada su bello cuerpo admiro,
todo el campo se llena de trinos armoniosos.

Yo, tan pálida y débil sobre el musgo tendida,
he sentido al mirarlo una eclosión de vida
y mi anémica sangre parece que va a ahogarme.

Formaríamos el tronco de inextinguible casa,
si a mi raza caduca se juntara su raza,
pero el hombre se aleja sin siquiera mirarme.

LLUVIA

No me siento la cara,
ni las manos,
ni el alma.
Sólo la angustia
y el violín vertebral que desgarra una bruja.

Nada saben los que de mí nacieron,
planetas girando en sus propias órbitas.
Y yo, quemándome en un mundo de hielo.

Llevo en los brazos mi propia pena
como a un niño dormido.
Y la aprieto para nunca olvidarla,
sin dejar que mi fuego la convierta en ceniza.

Si alguien me toca,
pensaré en una ánfora,
quemándose sobre arenas soleadas,
pero tengo frío…
¿Omar Khayyam, bebiste todo el vino?
Tengo sed. Tengo sed.
Y no hay viento de bosques
ni rumor cristalino.
Por cada poro una garganta abrasada
y las nubes lejanas.

No me siento la cara.
Sólo dos pozos locos,
gritando: ¡Lluvia! ¡Lluvia!

TINIEBLA

(20 trenos y 1 canción de cuna)
Treno I

Ya nunca más sobre mi tiniebla su estrella dulce.
Nunca más en estos silencios su voz de brisa y de jazmines.

Nunca más el lazo tibio de sus brazos ciñéndose a mi cuello
ardiente.
Ni nunca esa mirada de éxtasis sobre mi cara triste.

Está muerta como los días de oro, como las mariposas que
mató la llama,
como el sonido de las campanas y el canto de los pájaros,
como los ojos de los niños que se fueron y como las flores
que Ella amó en su breve vida de callada plegaria.

Está muerta y es como si no hubiera sido nunca en la tierra.
¡Hay sol y fragancias y música de viento y de canciones
aquí fuera. Y ella está ciega y sorda e inmóvil
para siempre, dentro del nicho frío, vestida de tinieblas!

Treno IX

¿Dónde estarás ahora que las campanas se han dormido?
¿Dónde estarás ahora que la luna se ha muerto?
¡Háblame, estrella, cántame agua de plata,
canción arrúllame, con tus voces de lino!

¿Dónde estarás mientras llueve fría ceniza sobre mis horas?
¿Mientras piso musgos nocturnos, flores de hielo?
¿Mientras se cambian en dagas negras
los nardos claros de mis canciones heridas?

¿Qué pétalo esconde la suavidad tibia de tus manos?
¿Qué nectario astral la dulzura de tus últimos besos?
¿Sobre qué brisa boga, como un cisne, tu voz,
lejos de mi corazón deshecho en llanto?

Treno XX

Hoy creo como nunca que estás ida para siempre,
porque ningún signo celeste me ha hecho sentirte cerca.
¿O es que tornada en ángel te ahuyenta la miseria
de esta carne que hiciste de tu sangre y tu espíritu?

Mujer de seda y lirios, de ternura y dolores,
mujer suave y callada frente a las tempestades.
Mujer que me llevaste en tu seno de nardos,
mujer que fue mi madre, y hoy yace entre la sombra inerte

Ese amor de locura, de idolatría y de éxtasis eterno,
en que te dabas, seno henchido de mieles a mi labio sediento,
¿podría permitirte ver mis ojos con llanto
y la frente que amaste perdida en la tiniebla?

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EL HOY, EL MAÑANA Y EL MAL [Mi poema]
Antonio Lloret Bastidas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Qué sería el mañana sin ayer?
es seguro que el hoy no existiría
ni el futuro también razón tendría
sin madrugar no habría atardecer.

Ni plantas que gestaran al nacer,
ni el grito que rebrota en la garganta,
y se apaga al saber que al mal espanta,
zarpazo condenado a fenecer.

Todo así empieza y todo igual termina
pues todo tiene inicio y un final
Solamente es el mal que al mal culmina,

nunca acaba pues sale de una mina,
que es su sino, su estado natural
y convierte al humano en una ruina.
©donaciano bueno

A qué viene mirar tanto al #pasado? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Antonio Lloret Bastidas

Imagen y memoria de la poesía

Primer acorde – El origen

1
Del girante secreto de tu frente
oh, sustantiva luz, se alzan el Día
y la sagrada Noche, y la ufanía
de la tierra y el mar y la Simiente.

Por ti el claro milagro de la fuente
en un verde de magia y lozanía;
por ti el árbol y el fruto. Poesía.
Del girante secreto de tu frente.

—Seis días en el Génesis ceñida.
Matriz Universal, luz detenida
en el agua, en la hierba, en la serpiente—

La Creación total, tú has modelado
y es bueno en gran manera lo creado
de girante secreto de tu frente!

2
Espada de la luz ya derramada
en el Árbol de Ciencia de la vida;
voz del Edén, presencia convertida
en espada de luz ya derramada.

Gire y vuelve tu lumbre apasionada
sobre el hombre en su tierra dolorida;
haya siempre en tu llama conmovida
el vuelo de tu lumbre apasionada.

Gire y vuelve tu lumbre apasionada
—espada de luz y ala de fuego—
sobre el Séptimo Día y el sosiego.

Sobre todo en mi paz, metal profundo,
poesía, castalia, árbol del mundo.
España de luz ya derramada.

3
Desde el perfil del Génesis tu llama
hasta el cenit de Dios se muere pura;
tu voz de vaticinio y de ternura
por los signos del hombre se proclama.

Con el dolor del hombre te reclama
tu leve pie de eterna arquitectura;
te reclama la música segura
de tu perfil de Génesis y llama.

Canción de las Canciones: Poesía.
Fanal de soledad y de alegría.
Llama de Dios, solemne criatura.

Cantar de los Cantares: Poesía
me hundo en tu mar de Dios y de Armonía
Asido hasta la muerte de tu cintura.

Segundo acorde – La soledad

1
Cuando yo fui rumor, viento sencillo,
indefinido trébol, tierno idioma.
Júbilo y plenitud, salvado aroma.
Ya descubrí tu faz como un anillo.

En mi clima después —cielo amarillo—
Para el duelo del ciervo y la paloma.
Mezcláronse el amor con el aroma
y el aire de mis lutos con tu brillo.

Tu ademán, soledad, guarda mi llanto.
—Trébol que espera su último quebranto—,
desvelado de pie sobre la arena.

Sidérea plenitud, lámpara y arpa,
en tu luz musical tu noche zarpa
hacia el mar absoluto de la pena.

2
Por mi piel sin clamor cruza el gemido
con tu aljaba de flechas clamoroso.
Al par que ciega el viento tempestuoso
el párpado nocturno del olvido.

El párpado nocturno del olvido
que apacienta cenizas, amoroso.
Y este polvo tan duro y tan gozoso
que en mi piel permanece detenido.

Soledad sin cuartel ni flor se nombra.
¡Qué batalla interior la de mi sombra
con la sombra de un huésped desvalido!

Tal los días sin pan del forastero,
así es mi soledad, cuando agorero
por mi piel sin clamor cruza el gemido.

3
Alta rosa plural, temblante hiedra.
Laurel en desamor, sombra advertida,
encendido mural, ala abatida,
en mi memoria estás labrada en piedra.

Soledad, soledad, aire que riega
mi sendero interior, mi sombra amiga,
ojo de mi eternidad, ¡ay lenta espiga,
en mi memoria estás hundida y ciega!

Mediodía tenaz, lengua de fuego.
En mi memoria te alzas como un ruego
temblante, en el agosto de la hiedra.

Soledad maternal, nada te pido
desde esta viva orilla hasta el olvido
si en mi memoria estás labrada en piedra.

Tercer acorde – El amor

1
Y tú, fiesta del cielo, Amor, bandera
de cardinal temblor, corcel del sueño;
tú, del nardo en el cántico risueño
y en la cítara impar de la alta esfera.

Amor, ¡ah tú, florida y dulce espera!
Ámbito del fervor, gallardo empeño;
tú, Amor grato doncel, ardiente dueño
del corazón del mundo en primavera.

Amor, tiempo encendido, ciego arquero,
ilímite pregón del pregonero,
¿quién a tu voz no ha alzado tu bandera?

Yo amanezco en tu luz y te amo tanto,
corcel del cielo, Amor, fiesta del canto,
primavera del mundo, ¡primavera!

2
Tú, en el día inicial. Tú en el temprano
don de la claridad. Tú, el tempranero;
tú, en el huerto cerrado y duradero
y en esa ansia total del beso humano.

Tú, en la cuenca pastora de la mano;
tú, en el Sí de verdad. Tú, el verdadero.
Tú, antes; tú, después. Siempre ligero.
Unas veces distante, otras cercano.

Tú, en el más fino estambre. Tú, en el trino.
Tú, en el gozo nupcial. Tú, en el camino.
Tú, en mis vientos; y tú, en mi regocijo.

Tú, en todo el tiempo, Amor, y en toda cosa.
Tú, en el íntimo encanto de la esposa
y en la ronda ternísima del hijo.

3
Yo abrevé en su lagar. Tuve una estrella:
se llamó Laura-Luz, cielo del talle,
cielo que se hizo miel a que batalle
mi ola, en su espuma de ávida doncella.

Solaz donde yo hundí mi honda querella:
allí estuvo la miel que hallé en su valle;
¡cielo y solaz, qué clima el de su talle
para mi ola, en su espuma de doncella!

¡Qué panal fue su olor como de arcilla,
–también el mar se bate con su orilla
si hay un cuerpo desnudo que destella!–

¡Qué frescura de arcilla le bañaba;
Laura-Luz: se llamó… Bien se miraba
mi ola, en su espuma de ávida doncella.

Cuarto acorde – La tierra

1
¡Oh, patria milenaria de las cumbres
en ebrio memorial de antiguos sismos,
vuelve a tu tempestad y a tus abismos
y a tu maíz de siglos y costumbres.

Vuelve al dios de tus recias muchedumbres,
al compás de tus viejos cataclismos,
al altar de tus piedras y guarismos
y al pastor de tus riscos y techumbres!

Vuelve al indio del chasqui y de la tola
vuelve a sonar tu insomne caracola
en la sangre del quitu y huancavilca.

Y en la noche trajinada entre montañas
y en temporal de rocas y de hazañas
reconstruye tu piedra de Ingapirca.

2
¡Oh, tierra equinoccial, oh verde arriera
de lluvias y jornales! –tarja y cierzo–
¿De qué furor nació tu árbol disperso,
tierra de la semilla jornalera?…

Tierra de la corteza pasajera,
del castigado pan del universo;
tierra del sembrador en surco adverso,
pero tierra de mano jornalera.

¿Dónde no tu sudor, tu pan partido?
¿En dónde no tu rostro malherido?
¿Dónde no tu peón, el desolado?…

¡Sí, por eso nos dueles como extraña.
Pero bien que nacimos de tu entraña
y aquí estamos de pie, tierra, a tu lado!

3
¡Aquí, Patria, la voz que se levanta
del Viejo luchador con su machete;
aquí, la montera; aquí, el jinete
que al paso de la antorcha se adelanta!

Va encendiendo un tumulto en cada planta
la voz del General, cuando acomete;
libertad en cada arma nos promete,
con diaria guerrilla que levanta!

¡Y aquí, Patria, su sangre está en la hoguera,
su doctrina prendida en la bandera
y su nombre de fuego en el disparo;

porque un grito es tu historia, como un cuño,
cuando el pueblo dispara con el puño
este grito tan de hombres: –«¡Viva Alfaro!»

Quinto acorde – El hombre

1
Escrito está mi Diario: ved mis años
sobre la edad que espero y desespero,
torva que agito cuando en ella muero
por ángeles de bruma y desengaños.

Con navajas golpeáronme y con daños,
con cuchillas de cal y grito artero,
y ademanes de duelo mañanero,
grabáronse en el friso de mis años.

Hasta la muerte voy con muerte entera,
desplegando en los hijos la bandera
de mi sangre sedienta y con corolas;

llorando amante de hierro de mis penas,
la víspera mortal de las cadenas
y este amargo perfil de las aureolas.

2
¿Mi padre? ¡Qué estatura! Hoy me ilumina
el buque de altamar de su ceniza;
pero en mi sed tenaz para la brisa
de brazo con mi madre que camina.

En mí están: la sola agua diamantina
y una sola verdad: la que es precisa;
el clamor de mi sangre en mí agoniza
y en mi sol nace en mí, y en mí termina.

Nada pido ni espero. Nada temo.
He quemado mis días y me quemo
dialogando con niños y campanas.

Cuando muera mil veces de esta herida
y retorne en el polen a la vida
encontradme entre hierbas y gencianas!

3
Hoy soy mi propio amigo. Escribo Cielo.
Busco en mi ser la paz. Me basta poco;
acaso el desamor que a veces toco,
tal vez la soledad en que me hilo.

Me basta poco, es cierto: algún desvelo,
una voz, cuando a veces me equivoco,
un retrato de niño en que me evoco,
un libro, el gesto altivo, mi pañuelo.

Busco en mi paz la luz. Mi pan me busco
acaso el desamor un tanto brusco.
Tal vez la soledad que va conmigo.

Como veis, es muy poco, casi nada:
¿para qué buscar más? Ya está alcanzada
la gloria de ser hoy mi propio amigo.

Sexto acorde – La muerte

1
¿Morir? Cómo se muere, siempre a diario:
Se muere en la mirada de un espejo,
por la rosa se muere o su reflejo,
se muerte un poco en todo aniversario.

Se muere en cada signo del horario,
se muere por costumbre de cortejo,
se muere por morir: de niño o viejo,
o se muere a la orilla de un vestuario.

¿Morir? No importa mucho si la muerte
es simple desazón o simple muerte…
¡No se sabe morir cuando se quiere!

Morir así es tan fácil, por exceso…
Hay que morir creyendo en el regreso,
porque morir de veras, ¡no se muere!

2
La muerte elemental está en un lazo
de ojos verdes en fuga. Su mirada
va en el aire sonando su mirada…
–La muerte silba un rostro en cada lazo–

silba oscuro el claro y oscuro el lazo
que tiende entre los muertos. Su llamada
va en el agua sonando su llamada…
–La muerte se distiende en cada lazo–

Va en el fuego la muerte y no se quema.
Va en tierra la muerte y reflorece,
va en el fuego sonando su anatema.

Va en la tierra sonando cuando acrece
la muerte elemental… Mi hora suprema
después de este morir: ¡cuando regrese!

3
¡Qué inmenso retornar lleno de júbilo
al alma del Gran-Todo en este instante:
Mirarse en la raíz, ser el radiante
perfume de la tierra en verde fúlgido.

Crecer ente la grama. Ser el súbito
esplendor del rocío delirante.
Caminar otra vez. Estar delante
del ritmo universal, con aire lúcido.

Morir es retornar. Volver al cántico.
Bajar desde la lluvia en vuelo mágico
y encenderse en el rojo de las rosas.

¡Vedme a mí cual ya sol: eterno y férvido,
esplendor sin confín, ala sin término,
cantando, renacido, entre las cosas!

El acorde final – La poesía

1
¡Esta es la Poesía: noble espiga,
la niña de los ojos de la altura,
la manzana de olor de la ternura:
–que quien quiera seguirla, que la siga–!

Poesía caudal, pie sin fatiga,
imagen de la Augusta Criatura,
Memoria terrenal, tierna escritura:
–Que quien quisiera, seguirla ¡que la siga!

¡Esta es la poesía: voz de voces
tierra natal de Dios, coral de dioses
en el olaje rubio de la espiga!

Profunda agua lustral, aire que inflama,
esta es la poesía: mar y llama;
–¡que quien quiera seguirla, que la siga!

2
Semanera del Génesis. Victoria
del Día y de la Noche. Cielo abierto.
Pan del fecundo bien. Color despierto
en la grácil corola transitoria.

Frente al río de tu alma promisoria,
corre unciosa la voz en que me vierto,
y en el múltiple don de tu concierto
se reclina el color de mi memoria.

Al compás clarísimo en que subes
por tu escala de sueños y de nubes,
mi celeste ración se torna escasa;

porque está hecho de sílices sutiles
el secreto cristal de tus perfiles
que en mi herido jornal se inclina y pasa.

3
Este es mi testamento: por el lírico
caudaloso raudal de tu fragancia,
por la música – amor y la distancia
que esparces en el mundo en son davídico.

Por sola – soledad, tu sol magnífico,
por el laúd de eterna resonancia,
por la vuelta del hombre a la sustancia
y al olor de su limo en salmo bíblico.

Este es mi testimonio: por la pródiga
dulce – sed de tu mar, mi sed recóndita,
mi alta – sed por tu imagen dulce y fuerte;

poesía, en tu flor dejé mi pétalo
y en mi canto total se hundió en el piélago
soñando en tu Memoria hasta la muerte!
Primer premio del Ismael Pérez Pazmiño de 1960

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UN MIRLO (lamento) [Mi poema]
Javier Almuzara [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Un mirlo se lamentaba
que su canto no se oía
pues por más que repetía
ni el mismo se lo explicaba.

Si yo canto tan bonito,
a sí mismo se decía,
por qué nadie le aplaudía
o al oír pegaba un grito.

Y yo que mirlo no soy
a menudo me pregunto
si es que debo poner punto
al linde por donde voy.

Pues que vivo en esta duda
demando si es de recibo
¿por qué y para qué yo escribo.
si al fin mi voz queda muda?

Que a mis años aunque intente
y aunque por dios sea bendito
no pasará lo que he escrito
de aquí a la acera de enfrente.

Por eso yo al escribir
nunca pienso alguien me lea,
no me meto en la pelea
aunque no pretenda huir.

Mas baso aquí mi constancia
en disfrutar del momento
a mi dejarme contento
y al alma darle prestancia.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Javier Almuzara

UNOS VERSOS REMOTOS

Vivió un tiempo en un tiempo ya.
Su mundo es árida, erudita escoria.
Sus dioses están muertos, y en la gloria
del verso aún canta todo lo perdido.

Amó la proporción y la belleza
que dan sentido y forma a cada cosa.
Y dio en el corazón que no reposa
apuntando certero a la cabeza.

Quien puso el pensamiento y la medida,
geometría hecha luz como el diamante,
perdura en verbo y alma a su partida.

Mi destino es el suyo: llegar vivo
al lejano lector que en este instante
lee el remoto poema que ahora escribo.

El agua y la sed

a partir de Zenodoto

Quien esculpió el amor en esta fuente
fue un ingenuo al pensar que se podría
apagar aquel fuego con el agua.

Y al beber ahora, incauto, en su corriente
se ha avivado una llama que creía
anegada en el duelo de su fragua.

Para ser justos

La justicia del mundo
es el arte del orden
traducido a unas normas.
En el orden del arte
la norma es traducir
el mundo justamente.
Son dos formas de hacer
honor a la armonía.

En el aire

Esa pizca de polvo inestimable
no es nada, miedo y plumas, pero canta
y pone el corazón en la garganta
erguido sobre el vértigo de un cable.

Es de mí de quien hablo, mon semblable
lector, mía es la música y la santa
impaciencia que en vilo tiene a cuanta
alma breve se eleve y clame amable.

Porque no hay ocasión para otra cosa
que no sea bendecir la maliciosa
creación, a un tiempo eterna y homicida,

con un hilo de voz pendiente apenas
de otro de alta tensión que, a duras penas,
nos mantiene aferrados a la vida.

Íntimos

Caminante, si quieres conocerme,
no busques en la tumba donde solo
queda lo que no fui:
inercia pura de materia inerte.
Al igual que la mía, ya está echada
tu suerte, pero aún tienes la fortuna
de alzarte sobre el mundo como un dios
provisional, mientras la tierra aguarda.
Yo me alejé de mí
definitivamente. Y, sin embargo,
lo que nos diferencia
no me distingue —este no ser no tiene
nada que ver conmigo—.
Tú, que estás en la misma
senda por la que he sido,
te pareces a mí
más de lo que parece.
Sé, a mi costa, que puede tu vergüenza
tener la proporción del universo
y entonces no hay lugar donde esconderla.
Cuando el día celebra tu presencia
con su abrazo de luz
también tienes la altura
de mi orgullosa cima.
Y si no echas en falta
el asiduo sustento
ni el amor discontinuo,
la justicia a su hora
ni la salud conforme,
el resto es apariencia de contraste.
Ya ves que somos uno.
Ahora vuelve a tu vida,
caminante, y recuérdame
para que pueda yo seguir la mía.
No llegamos a tiempo de encontrarnos,
pero, a destiempo, nos hicimos íntimos.

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PRIMAVERA DORADA [Mi poema]
Ernesto Pérez Zúñiga [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Primavera dorada, primavera,
capullito anhelado de alhelí,
en que anduve soñando junto a ti,
y en que siempre al pensar vuelvo a tu vera.

Con tus ramas en flor, con tu ribera,
y esas tardes de sol tan complaciente,
y esos campos brotando la simente,
y la fe en un futuro tan sincera.

Hoy te quiero decir cuánto te añoro
con mis ratos tumbado junto al río,
y los sueños vagando a su albedrío
esperando encontrar pepitas de oro.

Cómo admiro el pasado de esa estancia
aun sabiendo cual sé que es imposible,
pues vivir sin soñar eso es horrible,
y su vuelta no admite ni una instancia.

Deseada estación, tiempo florido,
cantarina sonata primorosa,
la alegría de amar dulce y mimosa,
encantado de haberte conocido.
©donaciano bueno

#Primavera, la estación más bonita del año? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ernesto Pérez Zúñiga

DANTE HACE TURISMO

A mis pies los tejados de Dite. Las ventanas
con diablos melancólicos. No saben
qué son y fuman
hacia el viento helado.
Hay brujas que cabalgan en banderas
y ondean símbolos vacíos.

Las torres de los templos
trepan por una ciénaga de círculos
cantando pensamientos y razones,
deseos sistemáticos, conceptos
de cada mundo y fe en el pasado.

Quisiera no ser yo y ser nadie y de luz.
Mi identidad es cine en el vacío.
¿No la escuchas?

«Quiero vivir otro año», reclama un replicante.
Los silencios chirrían en la lluvia.
Gigantes superhéroes tropiezan con sus máscaras.

El amor es un dibujo de Escher

Estamos uno en el otro
Dentro y fuera
Del revés hacia el derecho
El ahora del ayer y el mañana del ahora
Todo el mismo destiempo
Tú en otra tierra y en mí
Yo en la casa llena de ti
con la continuidad de una cinta de Moebius
A través de las ventanas de las torres
A través de la orfandad del cuerpo
y de la caverna creciente de la luna
El amor es una cinta de Moebius
una serpiente
entre los pies
frente al espejo
Una cinta sacudida por el viento
de una dimensión a otra
Tus ojos se adentran en mi esfera
y la esfera se adentra en otros ojos
Como un dibujo de Escher

Escucho tus vísceras en el corazón de mi oído

Selvas
páramos
iglús que se deshacen
géiseres
Resulta revolucionario escuchar sin querer más
Escucho tu corazón en el cénit de mi oído
Pájaro en vuelo interno
parpadeo de luz y sangre
bandada de instantes en explosión esférica
Camina tan elegante el titán del mundo

El frío de tu nombre

calienta como coñac
cuando estoy solo y en ti
solo y en ti con frío
El amor de tu nombre
calienta el alud del tiempo
Hace amor cuando muero de frío

Pongo el pan de fuego en los labios

Muerdo en un mandala el universo
Una sola sangre nos consume
El cuerpo es el diezmo del ser
Arde lo elevado
Y las gotas
de barro
giran
en torno
a un centro
que al consumirse alumbra
El profeta dijo del sol
lo repartí entre mujeres y hombres

Navego el oscuro infinito

El firmamento es un barco
estable en el movimiento
sereno en el tumulto
Discierno porque es confuso
Estoy creando el tiempo
Título: Lance. Editorial: Ya lo dijo Casimiro

Carta flotante n.º 1

Gotas lentas, sordas lentas,
quietas gotas, golpes raros
de tu nombre en mi tejado.

Tu mirada en cada esquina.
Un arder de callejones
es mi cama. Raros golpes.

Quietas gotas en mi boca,
gotas lentas. Si te llamo
una trampa es el pasado.

La mirada es sorda y lenta.
Cuánto fuiste. Te he perdido.
Yo soy mi peor castigo.

Carta flotante n.º 2

Como fueron las alas del amor,
alas que, por la luz de nuestros ojos,
oscuras alas fueron de mis noches,
como fueron las alas del amor
no habrá otro vuelo.

Viejo es el hangar, hierro son las alas
y es rara la presencia de las cosas.

Como fueron las alas del amor
crecerán las distancias, las calles caminadas.

La vida era sin ti
sombra bajo la sombra
bajo la sombra.

Si miras a la altura gira el mundo.
Si miras al abismo no hay un eje.
Confines de tus ojos mi pasado.
Como fueron las alas del amor.

Carta flotante n.º 3

Yo me bañaría
de nuevo en aquella
aurora en el mar
tu risa temblando
de frío tus ojos
donde el pez más vivo
destelló tan suave
tu cuerpo en las olas
un baile de anémonas
y no como entonces
ahora buceo
y toco un fantasma
de ti

hoy desde los años
venideros miro
pero aquella aurora
quién abrió la puerta
y ya se ha escapado

hoy desde los años
venideros miro
lunas que serían
lápidas de ti

y toco un fantasma
de mí.

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A UN LIRIO [Mi poema]
Rocío Arana [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Lirio, dócil, nacido de una astilla,
en resquicio, en la tapia, en un adobe,
sin un simple arrumaco que le arrobe
ni nadie al que achacar por qué mancilla.

Junto al lirio hay abierto un orificio.
para poder mirar lo que allí pasa,
atento si aire sopla, el sol abrasa,
él es la soledad en ese hospicio.

Todo el mundo la mira y le saluda,
algunos hay de forma irreverente,
él se inclina educado ante la gente
siempre presente está, siempre madruga.

Ningún viento ha obligado a doblegar,
vacunado se encuentra de un mal fario,
su memoria es el mismo calendario
de sucesos muy duros de olvidar.

Cuando haya de abordar su reto en serio
en que deba por fin ya rendir cuentas
no deberá viajar ni dar más vueltas
pues su casa es el mismo cementerio.
©donaciano bueno

#La suya y la de todos, o no? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: El lirio es el símbolo del renacimiento y la resurrección, por lo que es ámpliamente utilizado en los arreglos para funerales y se plantan en los cementerios.

MI POETA SUGERIDO:  Rocío Arana Caballero

PAÍS

A veces, en mi casa, cuando gritan
los perros, cuando ladran los minutos,
cuando no sé qué hacer, pero no tengo
mapas para mis manos y mis ojos,
cuando las cosas lloran su silencio
entonces, lentamente voy girando
la cara para ver tu luz de tarde.
Has venido, me tomas por sorpresa.
Como un país lejano,
una pequeña flor gritando vida
en un camino seco, se me cuelan
tus últimas palabras, ese gesto
de mirar tu reloj en una isla,
la sonrisa perfecta, chimenea.
Te quedarás conmigo
te mostraré mis nueve manuscritos,
cenaremos al fin en la terraza
entre limones, viento y buganvilla,
y luego marcharás.
A veces, cuando vuelvo de tu vida
a mis manos vacías en mi cuarto,
a los perros, la tarde y la pantalla,
de pronto surges tú
de un país remotísimo, poblado
por islas y volcanes,
donde te estoy viviendo cada día.
23.VI.2003
Rocio Arana («Pampaluna». Adonais. 2004)

«Viajes»

Mi corazón doméstico y descalzo,
de andar por casa, de mirar el fuego
con su magia primera, de paisajes
interiores, ventanas y ventanas,
mi corazón que duerme por el día,
que siente la llamada de las tres
tiendas, que no se quiere levantar
y vuelve al escenario cada noche,

mirándote mirar se quedaría
toda la vida, si dijeras dónde.

Poema dedicado a Lucía

¡Que alegre! Que guitarra
se morirá en tus manos?
¿Quién te sostiene el alma
y quién puebla tu corazón de pájaros?
Quiero seguirte yo en esa alegría
que llevas como una medalla al cuello,
y asomarme a las puertas de tu risa,
quedando embelesada en su destello.
Brocal claro de tu alma es tu sonrisa,
a ti se llega por la risa alta,
la risa honda y profunda y no vacía
de cosas serias para templarla.

COMO EN MI PROPIA CASA

Aquí llega mi madre
felizmente
cansada
con su tacto de agua
con sus ojos
de fruta
y con esa sonrisa
que despierta
castillos medievales
aquí llega mi padre con los años
latiendo
como pájaros
como si no tuvieran
peso alguno
viene
trayendo
el viento en las pupilas
viene
con la cartera
trabajosa
los ojos fulgurantes
como un niño
lo mismo
que un niño que regresa
del colegio
y sueña que es mayor
calvo
filósofo
y con una mujer
que despierta castillos
medievales.

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LLUVIA

Corren ríos menudos por la calle,
agua con torbellinos de hojas rotas.
Un arce japonés se levanta, temblando
una canción de gotas por sus ramas,
y me paro en la brisa para ver
el arcear del arce, la esencia de las cosas
mojadas y despiertas.
Un mismo amor recorre los caminos:
Es la lluvia de siempre, pero yo soy distinta.

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MI POETA INVITADO:   José Iniesta

El tigre sin selva

Bosque arrasado por una catástrofe.
Nuestra voz está rota,
han caído los árboles.
Nuestro cuerpo se apoya, derrotado,
en una vieja encina aún de pie.

Yo soy todas las voces, y soy una.
Yo soy lo que seréis,
después de todo,
semejante a cenizas que se vuelcan
encima de las nieves del invierno.

Yo soy todas las voces, y soy una.
Sentid en la luz rota de las guerras
los bosques calcinados que serán,
las aguas enturbiadas de los ríos,
los árboles talados que crecieron
a su sol y su savia por dar sombra
al caminante amigo de la aulaga.

Yo tengo mi oración.
Perdí mi rostro
en espejos malditos de la infamia,
¡y amo tanto la vida que se agota!
Yo fui bajo los astros encendidos
al lado de mis padres de lo eterno,
y un niño se asomaba a su balcón
en la casa más pobre de la tierra,
donde siempre reinaba la alegría.

Soy un tigre sin selva, ya me veis.
Soy un tigre sin selva,
y soy un fuego
a punto de apagarse en una choza,
antigua cicatriz de todo lo perdido,
y no acaba en la noche mi temblor,
me derrota el arquero de la noche.

La palabra es cansancio, y travesía.
Mi mirada es de plomo, y es de sal.
Mi piel es la corteza de la encina,
y aquí mi voluntad desea siempre
ser huésped del amor
en un valle sin lágrimas,
la belleza del mundo al reflejarse
en el diamante vivo de otros ojos,

el sol emocionado al proyectar
mi sombra
en el silencio,
contra el muro.

Alcance y unión

Hay días en la vida que nos salvan.
Apenas basta el sol en nuestro rostro,
un árbol deshojándose en un patio,
la brisa acariciando nuestra piel.
Y allí, el fluir del tiempo se derrama
inundando desiertos de pobreza,
y todo es la conciencia de estar vivo
con daño y alegría a cada instante,
la lluvia que fecunda el arenal.

Ahora que en mí habitas sí que existo.
Ahora que me besas en la noche
de nuevo sé quién soy,
dónde mi vida
celebra el alto incendio de su arder.
Nosotros habitamos los espacios
donde todo es alcance y es unión,
y en la luz cotidiana del amarte
el caos tiene sentido
y la sal de las horas.

La rosa de la tristeza

A veces la tristeza es una rosa
abierta en lo profundo de la carne.
A todos se nos da cuando florece
y se abre a su misterio
o se deshoja
junto al muro caído de la dicha.
Y es entonces, allí, con qué certeza
de un alto mediodía contemplando
las nubes que se van y lo que somos,
que la tristeza hermana nos consuela
con el más dulce daño:

la conciencia de ser
y estar viviendo
en los adioses,
el amor que sí somos en el mundo.
Editorial Renacimiento

AQUEL QUE SABE [Mi poema]
Félix Maraña [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

El que sabe que tiene la fe,
y el que sabe que existe un conjuro,
el que sabe que está muy seguro
y el que dice que todo lo ve
así que haya un muro.

El que goza pues tiene parné
y el que cruje y se encuentra a dos velas,
el que añora tener entretelas
y el que tiende a soñar no sé qué
cualquier bagatelas.

Todos quieren igual que yo sé
que la senda sea plácida y larga,
nadie quiere ser burro de carga
mucho menos llevar un corsé,
la vida sea amarga.

Que ese es otro tal cual yo y que tú,
lo que quiere es vivir sin problemas
expulsando para otro las flemas
e invocando sea a Dios, Belzebú
salvar de las quemas.
©donaciano bueno

Que existen ignorantes y tontos sabiondos? Share on X

MI POETA SUGERIDO:   Félix Maraña

PÁNICA

Ha quedado mi cuerpo repartido
entre los cuatro vértices del viento,
me he dejado llevar, no me arrepiento,
y afirmo mi existencia; interrumpido,

extiendo los fragmentos con que vivo
a través de los puntos cardinales,
si me llega la lluvia creo mares,
con retales de viento fundo ríos.

No hay misterio que explique al ser disperso
ni verbo que reviente sus canales,
es ley elemental del universo:

Dos brazos extendidos son venales
en que discurre el tiempo y nace el verso
y su luna es tu luna de cristales.

PATRIA

Un lugar donde el odio esté prohibido,
un espacio sin templo obligatorio,
un vivir sin mortaja o velatorio
e hincar con la rodilla, suprimido.

Un paisaje liberto, falansterio,
donde sólo dirija la cabeza,
reparta pan, justicia y no tristeza,
luzca la luz y reluzca el criterio.

Que la mente y el cuerpo y su memoria
conformen el país y sus circuitos,
sin cercas, ni collares, pena o gritos,
y liberen lo humano de la escoria.

Esa es la patria que a vivir prefiero:
Que el trato del respeto sea su gloria,
sin tanto respirar furioso y fiero.
[Para José María Unsain, historiador de mares y tierras].

EL ÚLTIMO ROMÁNTICO

Él la amaba en todos los lugares,
donde el aire se esconde y se recrea,
donde el mar se refugia en su marea
y el mundo se confunde en sus pilares.

Allá donde se pierden los confines
del horizonte que señala el tiempo,
donde el aire se crece y ruge el viento,
las olas se alborotan en sus crines.

Porque era amor, al menos parecía,
fiebre inocente en un cuerpo maldito,
tal vez enamorado de sí mismo.

Mas no era amor, pero él no lo sabía,
cumplía con las reglas de algún rito
romántico que le llevó al abismo.

GUADALUPE GRANDE AGUIRRE

En la fiesta de Azorín
(San Sebastián de los Reyes),
la amistad puso sus leyes
y se consumó el festín.
Para abrazarle vinimos
y darle, porque le dimos,
nuestro cariño a Manolo.
El poeta no está solo
y, entre recitados trinos,
palabras de autoridad,
hermanamos la hermandad
del poeta. Luego supe
que estaba allí Guadalupe,
poeta con su orfandad.
Murió Félix, murió Paca,
nos descuida la baraka,
reguero de mortandad,
que Lupe se muere ahora,
y lloramos pues la hora
nadie la sabe en verdad.
Que la memoria se ocupe
y que el cosmos nos agrupe
en su inmensa soledad.
La nuestra se llama Lupe.

GARAJE DE GUARDIA

Que la vida iba en serio se sabía
mucho antes de leer a Gil de Biedma
y recibir unos golpes de repente
de esos que te duelen o te matan.
Pero en serio, ya en serio, se comprende
cuando vas al garaje y no te arranca
el músculo central del carruaje
que bombea la vida por el árbol.

Y acudes de urgencia a los talleres,
una, dos enfermeras, tres o cuatro,
te rodean, asaltan tu esqueleto,
y toman posesión, a sangre y suero,
del trasto que presentas para el trance,
te imponen la salud como quien manda
el carburo vital intravenoso,
que te espanta la muerte de reemplazo,
y te tratan como en hotel de lujo:
No te muevas, nosotras te empujamos.

Por si acaso, tan sólo por si acaso,
no vuelvo de esta jaula de salud,
y me cubre de nieve negro alud,
y no podéis curar este fracaso,
os dejo mi mensaje más sincero:
Muchas gracias por ser mis ocho brazos
y darme algo de vida, nuevos plazos.

Bien seas enfermera o enfermero,
médico global, mundo sanitario,
arriesgando vuestra vida a diario,
que nunca os lo dije, pero os quiero.

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MI POETA INVITADO: Francisco Delgado-Iribarren Cruz

HABLA EL REY

Observad el tablero con cuidado,
los días blancos y las noches negras.
El marco de este juego es infinito,
cabe la gloria, cabe la condena.
Sabed que no podréis salvaros solos,
vuestra suerte depende de otras piezas.
Tenéis que pelear como un ejército,
del amigo que sufre estar muy cerca.
Preparaos también para sufrir,
el sufrimiento a todo el mundo llega.
Lidiar con la impotencia del fracaso,
llorar el desconsuelo de la ausencia.
Es más, algunos perderéis la vida
muy pronto, antes de lo que se espera,
y dejaréis en vuestros más cercanos
un río inagotable de tristeza.
Pero todos debéis seguir luchando,
porque el valor obtiene recompensa.
Encontraréis felicidad, seguro,
hallaréis el amor en otras piezas.
Nuevas misiones, renovados sueños,
combinaciones y jugadas bellas.
Trabajad por dejar a nuestros hijos
un legado de paz y de belleza.
Peones, apoyaos, id muy juntos,
no tengáis prisa por llegar a reina.
Caballos, sed ligeros, abrid huecos,
buscad vuestras mortíferas tijeras.
Alfiles, sed astutos, sed puñales,
cubrid las diagonales más abiertas.
Torres, cuidad de mí, defended bien
nuestra línea, pero a todo atentas.
Mi reina, tú eres la más dotada,
¿qué te puedo enseñar que tú no sepas?
Yo soy muy frágil, pero en la batalla
última puedo decidir la guerra.
Sed ambiciosos, listos y prudentes,
la gloria solo llega a quien la sueña.
Y no olvidéis jamás, por un instante,
que hay un dios que en lo alto nos observa.
Editorial Círculo Rojo

DOS TEMAS, DOS VERSOS, UNA IDEA [Mi poema]
Antonio C. Toledo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Perdone que le insista señorita
que usted va desatando las pasiones,
eleva la ilusión a corazones
e ignora que a los hombres les excita
el ver como se mueven sus tacones.

Cansada de vagar, ensimismada,
cual viento que se posa en sus mejillas,
poniéndose de lado, de rodillas,
y dándole en la espalda una palmada
osó aparcar a un lado las rencillas

– – –

Dos versos he escrito hoy, dos experiencias,
dos temas, ejercicios, dos ideas,
dos sueños convertidos en vivencias,
dos razones no más para que leas.

Una canción, un verso, una sonrisa,
un susurro en la misa, una plegaria,
una frase que avanza solitaria
del pérfido perfil de una cornisa.

Si tú escribes, tendrás que ser iluso
cual Sancho fue en la isla Barataria,
de la quimera urdir tu iluminaria
haciendo de las letras un buen uso
y de ilusión a la verdad palmaria.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Antonio C. Toledo

Brumas

(Selección)

Traspuse el bosque, la llanura, el río,
el agrio monte, en pos de una ilusión;
y desencanto, indiferencia, hastío,
encontró mi cansado corazón.

Probé a llorar, que el corazón humano
siempre en el lloro su dolor ahogó.
Y lancé un grito… ¡si el pesar temprano
la fuente de mis lágrimas heló!

Vaporosa, detrás de esa cortina
te alcanzaron mis ojos
por vez primera, aparición divina,
causa de mis enojos.

Desde entonces no puede el alma mía
olvidar tu hermosura,
desde entonces mi pecho sólo ansia
gustar de tu ternura.

Si solloza la brisa en la alborada,
en ella va un suspiro 10
que te envía mi alma enamorada
cuando en sueños te miro.

Como sube a los cielos en el viento
de la flor la fragancia,
así en la tarde va mi pensamiento 15a tu tranquila estancia.

Si lanza el huracán hondos rugidos
en tempestad bravía,
él lleva de mi pecho los latidos
en la noche sombría.

Bien sabes que te amo, que te adoro.
Mas, siempre indiferente,
dejas que muera entre su amargo lloro
mi corazón doliente.

¡Hasta cuándo será que desdeñosa
al mirarme te escondas!
¡Cuándo será que tierna y cariñosa
a mi amor correspondas!

Como serpea en tormentosa nube
relámpago fugaz,
en sus pupilas negras, de continuo
llamaradas de amor saliendo están.

¡Ah! si esos ojos penetrar pudieran
mi secreto dolor…
Tal vez se disiparan estas brumas
donde ignorado muere el corazón.

Por qué, si junto al mío latir siento
tu amante corazón,
resistir no me es dado tu mirada
y se embarga mi voz?

¿Por qué, cuando tu mano entre las mías
estrecho, de emoción
tiemblas como la flor de la montaña
que el viento acarició?

¿La nieve de tu tez por qué se torna
de vívido color, 10
si me hablas al oído con palabras
de lenta vibración?

¿Por qué dos seres que juntó el destino,
cual lo somos tú y yo,
apenas si se miran luego tienen
que darse eterno adiós?

Las olas de la mar tienen sus cantos,
su rugido el león;
la flor aroma, sombras el crepúsculo,
¡sus misterios Amor!

Nunca le interrogué si me quería,
jamás le confesé que la adoraba;
y suspirando ausentes, en secreto
guardábamos intacta la esperanza.

Sólo una vez, a la hora del ocaso,
cambiamos una rápida mirada
que saturó de luz nuestro silencio…
¡y es la luz el lenguaje de las almas!

Tengo hambre de contarte mis afanes,
mis dudas, mi pesar;
mas, cercada de innúmeros galanes
siempre te encuentro y tengo que callar.

Al fin, la turba que mi angustia labra
se ausenta, y ¿no lo ves?
ya no acierto a decirte una palabra
y me postro de hinojos a tus pies.

Es inútil, mi bien, que delirantes
de tu amor ni del mío hablemos más;
que, al cabo de la plática, tan sólo
tendremos que llorar.

Cuanto es de breve el plazo de la vida,
inmensa es la distancia de ti a mí.
¡Hablemos del amor de los extraños
que nos hará reír!

¡Ah! No puedes ser mía. Desistamos
de la pactada unión;
tu honor y mi altivez así lo exigen
con imperiosa voz.

¡Ah! ¡no puedes ser mía! Tú posees
pingües rentas y yo…
yo no consentiré que el mundo diga
que has comprado mi amor.

No temas si mis ojos
con los tuyos se encuentran como ayer;
como si extraña fueras, sin enojos,
callando, sin mirarte, te veré.

Filósofo no soy, mas se me alcanza
de ciertos raros hechos la razón.
No temas, pues, que penas ni venganza
abrigue, por tu culpa, el corazón.

No temas si de nuevo
nuestros ojos se encuentran como ayer;
cual si un extraño fueras, yo impasible
callando, sin mirarte te veré.

Teme, sí, cuando a solas
intentes por la noche descansar,
las mágicas visiones de alas negras
que implacables tu sueño turbarán.

No temas si mi mano
tiene un día las tuyas que estrechar;
no cual antes por ellas las magnéticas
corrientes del deseo pasarán.

No temas que el desvío
logre mis esperanzas marchitar;
planta que el cierzo arrebató a la orilla,
en playa más fecunda arraigará.

No temas que la risa
o el lloro descubran nuestro afán;
mis lágrimas, tiempo ha que se estancaron.
Sarcasmos son mis risas del pesar.

No temas que sucumba
a los tiros del odio el corazón; 30
en las luchas del mundo envejecido
soldado soy que aleccionó el dolor.

En la muerte de Julio Arboleda Armero

Bullen los negros pensamientos míos,
pueblan mi soledad.
Y me trae recuerdos la memoria
que invitan a llorar.
Oh, sí, ¡quiero llorar! aunque las lágrimas
nunca restañarán
la herida que en mi pecho abrió la ausencia
del amigo leal.

Temprano, de la vida en los eriales,
nos juntó la orfandad,
y desde entonces, entre él y yo partimos
del pan de extraño hogar;
pero él adelantose en la jornada…
y le saludan ya
del imperio de Véspero las sombras
con cariñoso afán,
y ya es feliz ¡pues sabe que en su tumba
vigila la piedad,
y que sus huesos la viciosa ortiga
no puede profanar!

Bullan mis negros pensamientos, corra
de mi lloro el raudal,
hasta que al lado del amigo ausente
yo llegue a descansar.

Llora, sí, pobre niña, que en la vida,
cuando ya se ha perdido la esperanza,
sólo un raudal de lágrimas alcanza
a restañar la sangre de la herida.

A una guayaquileña

Cuando la hora del bochorno avanza
me instalo en la cercana nevería
y, sorbetes y hielo machacado
ingiero, sin medida.

Mas, ¡vano afán! mis males recrudecen
en seguida, porque hay unas pupilas
negras, en cuya lumbre soberana
se incendia el alma mía.

¡Pupilas de la hermosa que me sirve
los vasos, en silencio y distraída,
que sufrir ya no puedo, a vuestra dueña
decidla compasivas!

Es el hombre un aprendiz
y su maestro el dolor;
y no sabe lo que es vida
quien penas no padeció.

RESPUESTA A…

EN TANTO que a otros convida
descansar la fortuna,
Y mientras la casta luna
Navega en la inmensidad;
Aspirando estoy de nuevo
De tus versos la fragancia
Aquí, de mi oscura estancia
En la triste soledad.

Y a contestar decidido
Tus rimas dulces y suaves
Cual el cantar de las aves,
La pluma presto tomé;
Mas, recuerdo tus encantos
Y el pecho late intranquilo
Pienso, dudo y aún vacilo
Sin saber qué te diré.

Ya que a la pai· los senderos
Del vivir vamos cruzando
Sólo espinas encontrando
Siempre dispuestas a herir;
Ya que no hay más diferencia
Entre una y otra partida
Que el que tú empiezas la vida
Y yo la voy a concluir;

Detengámonos un punto,
Apartemos la mirada
De tanta pena pasada,
De tanto acerbo dolor,
Y si olvidar no es posible
Aquellos sueños perdidos,
Tal vez podamos unidos
Llorarlos mucho mejor.

Pero no, querida amiga,
Jamás pueden ser iguales
Tus pesares y los males
Que causan mi horrible afán:
¿Cómo podrán comparúse
Nubecillas de verano
Con brumas del oceano
Que conmueve el huracán?

Sorprendida tu inocencia
·De saber que me tortura
Tanto dolor y amargura,
Has tenido compasión ;
‘y fingiendo mil quebrantos
En tu cariñoso anhelo,
Prestar quieres un consuelo
A mi herido corazón.

Hoy eres niña y aún vives
De ensueños y de esperanzas
Y todavía no alcanzas
La existencia a conocer;
Mas, cual las ondas del río,
Las horas ruedan veloces
Llevándose con los goces
Pedazos de nuestro sér.

Y mañana de improviso,
Cual botón que se hace rosa,
De niña en mujer hermosa
Convertida te verás.
Entonces …… que siempre puros
Brillen para tí los cielos,
Que ni llantos ni desvelos
Lleguen a nublar tu faz.

Me dices que abrigas dudas,
Que a veces también deliras,
Y que en tu ansiedad suspiras
Como he suspirado yo ….. .
¿Será verdad, dueño mío,
Que el amor despertó tu alma
Y que la serena calma
De tu corazón turbó?

¿Será verdad que me es dado
Llenar aqueste vacío
Que llevo en el pecho mío
Desde cuando te miré?
Entonces sí, que lozana,
Cual torna la primavera,
A el alma volver pudiera
Aquella perdida fe.

Pero alimentar no quiero
Ninguna hermosa esperanza;
Pues cuando apenas alcanza
Nuestra senda a iluminar,
Las brumas del desengaño
Oscurecen sus fulgores,
Y entre llantos y dolores
Vol vemos a agonizar.

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YO HE SIDO UN LEÑADOR [Mi poema]
María Mercedes Carranza [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo he sido un leñador, nadie lo dude,
que tuvo entre sus brazos una vida,
debiendo de hacer leña en la partida
sin nadie con el hacha que le ayude.

Saliendo cada día a su trabajo
buscando hacer astillas con denuedo,
lo mismo que el torero hace en el ruedo
con miedo y con sudores a destajo.

Un otro que talando fue un futuro
que luzca, le dé sombra y le cobije,
pendiente de lo que hace alguien se fije
consciente que lo tiene muy oscuro.

Un pobre luchador empedernido
que hoy piensa que lo suyo fue carrasca
metido y anegado entre hojarasca
a expensas de que al fin va a ser podrido.

Yo he sido un leñador, digo que he sido,
que el filo ya del hacha está mellada,
no tiene solución, no corta nada
y es trasto en el desván para el olvido.
©donaciano bueno

#El filo del hacha siempre acaba mellándose? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  María Mercedes Carranza

SOBRAN LAS PALABRAS

Por traidora decidí hoy,
martes 24 de junio,
asesinar algunas palabras.
Amistad queda condenada
a la hoguera, por hereje;
la horca conviene
a Amor por ilegible;
no estaría mal el garrote vil,
por apóstata, para Solidaridad;
la guillotina como el rayo,
debe fulminar a Fraternidad;
Libertad morirá
lentamente y con dolor;
la tortura es su destino;
Igualdad merece la horca
por ser prostituta
del peor burdel;
Esperanza ha muerto ya;
Fe padecerá la cámara de gas;
el suplicio de Tántalo, por inhumana,
se lo dejo a la palabra Dios.
Fusilaré sin piedad a Civilización
por su barbarie;
cicuta beberá Felicidad.
Queda la palabra Yo. Para esa,
por triste, por su atroz soledad,
decreto la peor de las penas:
vivirá conmigo hasta
el final.

ODA AL AMOR

Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación,
en las paredes y los muebles estarán sus huellas,
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos
Otros ojos mirarán tus costumbres,
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper los retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.

EL SILENCIO

—parece verde
—es verde
—¿es verde?
—sí, es verde
—verde
—¿te gusta el verde?
—me gusta el verde
—¿cualquier verde?
—no, el verde solamente
—¿por qué el verde?
—porque es verde
—¿y si no fuera verde?
—no, sólo me gusta el verde
—¿sólo el verde entonces?
—sí, solo el verde
—es lindo el verde
—sí, el verde es lindo
—claro el verde
—sí, el verde.

PATAS ARRIBA CON LA VIDA

Moriré mortal,
es decir habiendo pasado
por este mundo
sin romperlo ni mancharlo.
No inventé ningún vicio,
pero gocé de todas las virtudes: arrendé mi alma
a la hipocresia: he traficado
con las palabras,
con los gestos, con el silencio; cedí a la mentira:
he esperado la esperanza,
he amado el amor,
y hasta algún día pronuncié
la palabra Patria;
acepté el engaño:
he sido madre, ciudadana,
hija de familia, amiga, companera, amante.
Creí en la verdad:
dos y dos son cuatro,
Maria Mercedes debe nacer, crecer, reproducirse y morir
y en esas estoy.
Soy un dechado del siglo XX.
Y cuando el miedo Mega

me voy a ver televisión
para dialogar con mis mentiras.

I
Mi piel, el gesto de la boca,
son los días que he vivido,
ahora de repente abreviados
en la imagen que veo en el espejo.
Como viniendo de muy lejos,
toco con la uyema de los dedos
todos los años
que en mis párparos son,
parpadeo,
el asombro primero,
luego el qué le vamos a hacer
ses reflejan en el espejo

II
Escribo en la oscuridad,
entre cosas sin forma, como el humo que no vuelve,
como el deseo que comienza penas,
como un objeto que cae: visiones de vacío.
Palabras que no tienen destino
y que es mu probable que nadie lea
igual que una carta devuelta. Así escribo.

LAS MANOS AMADAS

Manos sabias:
dedos que han oído
y en la oscuridad han visto.
Manos que llevan en su memoria
carnes destruidas ya por el olvido
y en las uñas
ese vago temor a la barbarie.
Manos que van de palabra
a labio, a instante
en que los dedos desordenan
infiernos y gestos y venas.
Piel cómplice o mezcla de sangres
cuando roza el centro de suave paloma.
Manos que también dicen adiós.

MALDICIÓN

Te perseguiré por los siglos de los siglos.
No dejaré piedra sin remover
Ni mis ojos horizonte sin mirar.

Dondequiera que mi voz hable
Llegará sin perdón a tu oído
Y mis pasos estarán siempre
Dentro del laberinto que tracen los tuyos.

Se sucederán millones de amaneceres y de ocasos,
Resucitarán los muertos y volverán a morir
Y allí donde tú estés:
Polvo, luna, nada, te he de encontrar.

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YO SOLO SOY UN VIEJO [Mi poema]
Alfonso Brezmes [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo solo soy un viejo que sigue en la manada,
no sirve para nada, sólo p’ dar consejos,
que andando se resbala pues no tiene reflejos,
no puede levantarse si de él nadie se apiada,
ya ausente en los festejos.

Yo sólo soy un viejo que ya tartamudea,
que a veces no recuerda qué dijo hace un momento,
si a sus nietas le mientan le aflora el sentimiento,
fuera del ring boxea, no cuenta en la pelea
y pone el fin al cuento.

Quisiera no pensarlo más hoy me encuentro triste
y aunque mi alma resiste veo se desmorona,
que arrastrando la vida voy bailando la mona,
no puedo, no consigo librarme de ese quiste,
ya todo me traiciona.

Yo sólo soy un viejo que mira hacia el pasado,
le abruma la nostalgia repasando su vida,
todo lo disfrutado, lo mucho que ha soñado
lo que no pude hacer y luego abandonado
dejando en la partida.

Yo sólo soy un viejo que mira al horizonte,
tropieza con un monte donde todo está escrito,
que sabe que está afuera, su tiempo ya ha prescrito,
firmando está el final sin chance en el remonte
y éste es su último grito.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Alfonso Brezmes

LA MEMORIA HERIDA

Me dan miedo los espejos, esos seres
que, después de hechos añicos,
siguen siendo uno en cada trozo.

Se parecen demasiado a un corazón.
(del libro “Ultramor”, Ed. Renacimiento, 2017)

ULTRAMOR

Hay en la ausencia una pantera,
y un cervatillo asustado,
y un cementerio con sus muertos,
y una noche con luna dibujada.

Hay gigantes de tiza con mi rostro
y pájaros que anidan en sus cuencas,
una lenta batalla en donde luchan
guerreros temibles por tu mano
y paisajes nevados con figuras
como en un Brueghel diminuto,
y una copa de sangre derramada
sobre un mantel de hilo portugués,
y raros cuentagotas de mercurio
para la fiebre densa de los labios.

Hay suburbios, ciudades y piscinas
donde duermen los niños vagabundos,
y un museo muy blanco del que escapa
un pequeño ladrón de guante negro
que lleva bajo el brazo tu retrato.
( del libro «Ultramor», Ed. Renacimiento, 2017)

FRASES HECHAS

El amor se refugia en pensiones baratas.
Todos los caminos llevan a ninguna parte.
Tu piel es el infierno y yo su cancerbero.
Alguien debería poner fin a esta locura.
Mañana va a hacer un día de perros.
Todo se deshace si lo piensas.
Delante de mí una y mil noches sienten lástima.
Cómo decirte que me abraso en tus llamas frías.
Nadie está libre de pecado.
Los alemanes iban de gris y tú ibas de azul.
Dios es un sinónimo de Nunca.
No basta el azar para explicar el mundo.
Mi mundo es tu pañuelo.
(del libro “Don de lenguas”, Ed. Renacimiento, 2015)

CONJUGACIONES

Yo lo sé.
Tú lo sabes.
Nosotros lo sabemos.
Ellos no lo saben.
(del libro “Don de lenguas”, Ed. Renacimiento, 2015)

NO LEÍSTE LOS CUENTOS

Y así te va.
Ya es tarde para lamentos:
se hace tarde,
y pronto todo estará oscuro.
¿Ves esta boca, amor?
Está hecha a la medida de tus sueños…
No hay tiempo ya: cierra los ojos.
No leíste los cuentos
y ahora yo -así es la historia-
tendré que comerte.
(del libro “La noche tatuada”, Ed. Renacimiento, 2013)

NOCTURNO FINAL

La noche es un soldado herido
que huye por las trincheras del sueño
y se sube a los últimos trenes,
y se sube a los techos de los coches
donde muchachas semidormidas
twittean con fantasmas insomnes,
y se sube a los taxis sonámbulos
para llevarse consigo a las sombras.
La noche es un soldado que agoniza
mientras la muerte le hace el boca a boca.
En las aceras los hombres-lobo
se desvisten de sus cuerpos
para despistar a los mastines del alba.
El día depone su tregua.
Las metáforas se van agotando.
Sólo queda una última bala.
La noche es una máscara antigás
que va a posarse sobre el rostro
del soldado muerto.
(del libro “La noche tatuada”, Ed. Renacimiento, 2013)

CUESTIÓN DE TIEMPO

Lejos es tal vez un lugar
que sólo existe en el tiempo.
Si yo escribo la palabra Fuji
la montaña se desplaza hasta una tarde
que aún no ha sucedido;
si digo la palabra tú, viene a mí
el amor con todas sus insignias,
como un general derrotado
ante el pelotón de fusilamiento,
que aún tiene la dignidad
de responder a su nombre.

No, lejos no es un lugar,
lejos es una edad, un pasaje secreto
entre dos ciudades con lluvia.

Cuándo entenderás de una vez
que, si no estoy ahora a tu lado,
es porque todavía no existes.
(poema inédito)

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UN MES SIN SALIR DE CASA [Mi poema]
Acoyani Guzmán [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Llevo un mes que no salgo de mi casa,
que el mundo alrededor no sé si existe,
si a hacerlo el que mandaba aún se resiste
o sigue malmetiéndose en la masa
jugando con las trolas al despiste.

Ando aquí removiendo las lentejas
llevándolas de atrás para adelante
algunas que escribí que ya son viejas,
cuidando no se peguen las pendejas
moviendo sin parar a cada instante.

Mi mente está repleta de fantasmas
y sigo ya dudando en qué me meto,
no insistan, no deseo ser discreto,
que dejen de sonar ya las alarmas
no importa si me pierden el respeto.

Que el tiempo que me queda raudo pasa
y nunca aunque quisiera ha de volver,
y puesto no lo debo de perder,
preciso ya por fin salir de casa,
correr, correr, correr, correr, correr.
©donaciano bueno

#Qué duro se hace estar encerrado! Share on X

MI POETA SUGERIDO: Acoyani Guzmán 

P. ABUELA

¿Abuela, cómo se cuida a un pájaro?
Tú que siempre has sido de alas, abuela,
¿Cómo se le abre la boca a un gorrión pequeño para que coma?
¿Debo tapar su jaula temporal con una manta por las noches?
Así, como recuerdo que tú hacías.
¿Abuela, por qué siempre tuviste pájaros en tu casa?
¿Era por el canto que vuela por las paredes?
¿Por eso se iluminaba tu sonrisa en el patio
cuando les saludabas por la mañana?
¿Abuela, cómo se entiende a un pájaro?
¿Hay que entender a los pájaros?
No tengo fotografías mentales de que los llevaras al hombro,
Ni les enseñaras a volar,
Pero eso sí, con qué dulzura les hablabas,
Con qué arte manipulabas la acción cotidiana de vivirlos.
Abuela, cómo puede ser que sea hasta ahora que te lo pregunte,
¿Cómo se quiere a un pájaro abuela?
¿Cómo se le abraza sin aplastarlo?
¿Cómo se le lleva a pasear por las calles de Madrid?
¿Estoy exagerando?
¿Abuela cómo elegiste los nombres de tus aves?
Siete, se llama Siete,
Y tiene unas ganas inmensas de aprender a volar abuela,
Pero no sé,
Tengo miedo de que no quiera irse,
De que se instale en mi cuerpo
Haciendo una alquimia justa,
Necesaria para mi esencia y…
Tengo miedo abuela,
De que Siete no quiera irse,
De abrirle la jaula,
Tomarlo entre mis manos,
Y ser yo quien salga pájaro
hacia la cordillera de los andes,
hacia Tlacotalpan o Valparaíso,
a Granada de vuelta,
a la infancia en Distrito Federal,
al Quisco de piedras regalo,
de playa invernal,
o a tu casa abuela,
en la calle piña,
para meterme en alguna jaula guardada en el almacén,
comenzar a cantar muy fuerte,
despertarte entre los muertos hecha un tótem gorrión,
un oráculo canario,
y allí entonces, quedarnos,
con las puertas abiertas,
la jaula es lo de menos,
quedarnos a bailar la danza de la música,
con sonrisa, alas, vida y melodías.

E. LA BOMBA

Vengo a dejar una bomba,
a regalárselas a todos,
pueden activarla cuando quieran,
intentar destruirla antes de que lo haga con vosotros
o simplemente entender su metáfora,
su idea,
su misión insospechada,
su locura de manzana fabricada.
También llevo puesto un chaleco con explosivos,
mejor no acercarse,
no abrazarme no besarme,
quizás sólo observar mi poema roto,
desintegrado,
de guerra,
antes de que salgamos volando por las ventanas
y sin ungüento en nuestras memorias.
He dejado para todos un botón rojo en sus bolsillos,
por si alguien decide acabar con este invento de un momento a otro,
porque ha eso he venido,
a que gritemos de espanto antes de enfrentarnos con la muerte.
He venido a sembrar una bomba,
para que crezca en vuestros corazones,
redonda,
gorda,
jugosa,
la traigo envuelta entre mis piernas,
y tiene miedo,
más miedo a explotar que a desaparecernos.
La he traído hasta aquí después de cargarla por mucho tiempo,
de construirla,
de herirla de tiempo,
de destino,
de humanidad,
finalmente ella ha entendido y por eso hemos venido,
para acabar con todo de una buena vez,
oprimid el botón,
yo abriré mi chaleco,
romperé mi pecho,
desgarraré el silencio,
abriré mis piernas,
y volaré,
mientras se siembra,
lenta pero asesina,
la bomba de la poesía.

DE SAPOS Y HOMBRES

Duele,
No es que lo que duela sea el engaño,
Lo que duele es ver un mundo con gente envenenada,
Pienso en la infancia, no duele tanto,
Duele tener abiertos los brazos al sol y que te juzguen,
Duele que quieran apagar tu brillo,
Duele que duela la luz,
Duele.
Duele un relámpago recuerdo hecho caricatura,
Duele tu encaramelado “no te levantes todavía”,
Duele tu voz pronunciando mi nombre,
Duele haberte transformado en príncipe.
Malditos sapos de cuatro ojos,
Duele su ponzoña en los ovarios,
Su asqueroso olor de moscas digeridas,
Duele su croar inoportuno,
Haciendo contaminación auditiva en este ya por si jodido planeta,
Duelen sus saltitos cortitos sobre nuestro estómago,
Su intento de sangre azul en las escamas,
Duele cuando por casualidad les veo por la calle,
Allí vas, de brinco en brinco,
Dejando el rastro de tu hedor en las aceras,
Inútilmente vivo,
Haciendo de los otros peores personas.
Duele,
Duele tener que esconderse princesa en la mujer moderna,
Para poder cazarlos sin que se asusten de esta condición de guerreras,
Hay que besarlos a ellos,
A los príncipes de cuentos,
Para que de nuevo vuelvan a su esencia,
Llegar disfrazadas de brujas,
De poetas,
De enfermeras,
De niñas frágiles,
De artistas apasionadas,
De ligueros,
De putas,
De salvadoras de hombres,
De buenas cocineras,
Disfrazarnos de sex symbol y escotes,
De conejitas,
De rojo y falditas cortas,
De bomberas,
De gatubelas,
Disfrazarnos con mucha pasta,
Disfrazarnos de hembras calientes,
Y así,
Cuando por fin sucumba alguno en nuestros labios,
Darle un beso gitano que lo regrese a sapo.
Ya entonces, podemos comenzar el aquelarre,
Porque si cada una de nosotras,
Logra atraer al renacuajo más ponzoñoso que conozca
Haremos un caldero exquisito,
Y volverán los cuentos de hadas,
Los hechizos de doncellas,
Los frutos prohibidos en nuestras piernas,
Volverán los pájaros de fuego,
Desde lo eterno,
Desde lo imperecedero,
Apareceremos inconfundibles en un solo elemento,
Y los hombres no serán más hombres,
Y las mujeres serán más mujeres,
La raza extinta dará un giro hacia la Luna,
Y a imagen y semejanza,
Todas juntas,
Volveremos a crear un nuevo espectro,
Hecho con nuestras manos desde el barro,
En una danza de risas, cantos y fortuna,
Hasta que de pronto,
Estará esculpido
Y habrá creado la mujer al ombre a su imagen
Y no se llamará hombre,
Se llamará ombre,
A imagen de la mujer lo crearemos
Y nosotras nos llamaremos Hhembras

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UN RETO A LA MUERTE [Mi poema]
Daniel Cotta [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo a la muerte reté con osadía
y otro día me respondió la muerte:
presente está en tu vida cada día,
en ratos de tristeza y de alegría,
buena hayas de gozar, o mala suerte.

Que el caño reluciente de esa fuente
el agua no echará, se habrá agotado,
dejando de regar intermitente,
de halagos nunca es ella complaciente
y antes de darte cuenta habrá secado.

Pareciera que vive inexistente,
no hace ruido, larvada, no hace daño,
ni se lanza al vacío en parapente
ni desprende un perfume maloliente
y es así que te irás de este rebaño.

Cuando menos lo pienses ya el ocaso
a tu lado se habrá hecho ya presente,
a la espera que tengas un mal paso,
puntual, pues nunca viene con retraso,
que  junto a ti ella está siempre latente.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Daniel Cotta

BEETHOVEN EXPLICADO PARA SORDOS

Por más que quieras, sí, por más que busques,
por más que desentrañes la semilla,
por más que auscultes el tictac del suelo,
por más que espíes su porqué a la perla,
por más que le preguntes a la muerte,
por más soles que apagues, por más lunas
que enciendas, por más fuegos que alimentes,
no podrás,
Beethoven, no podrás:
el mundo seguirá hablándote entre dientes.

ARENGA

Hoy vamos a morir, atardeceres
de fuego, batallón de estrellas de oro,
metáforas del sol y de la luna,
amapolas y nieve que servisteis
lealmente a las mejillas de mi amada.
Hoy vamos a morir, mirad su ejército.
Mas no desfallezcáis en vuestro ánimo.
Blandid la piel contra su yelmo y lanzas
y aprendan qué postura ha de adoptarse
para morir y que florezca un verso.
El cárdeno crepúsculo que violan
sus picas se pondrá de nuestra parte,
se batirá sin tregua hasta que caiga
desangrado en los brazos de la luna.
Y cuando el enemigo apile en túmulos
tanto abril, tanta luz, tanta derrota,
irá una estrella en cabestrillo y ciega
a enmarcar esta frase entre los astros:
«Contadle a la belleza que morimos
amándola hasta el último latido».

PIANISSIMO

Beethoven, escuchándome.
Era a las altas horas del silencio.
Llegaba a mi cabeza,
se sentaba
y tocaba mi vida en do menor.
Y yo fluía en el piano,
era la melodía de sus dedos,
las lágrimas que él mismo lloró ayer,
que yo lloraba
desde mi noche hasta su noche.
Música.
El mundo se tapaba los oídos,
Beethoven me escuchaba
y me oía.

ADVERTENCIA

Leed mis corazones igual que el barrendero
que acopia los vestigios del otoño.
Junta las hojas del millar de árboles
que una mano plantó mientras huía
y enloquecía para no morirse.
El barrendero las recoge y sabe
que en el envés se les conoce el dueño,
y las habrá de acacia, de arce, de álamo,
pero una savia las recorre a todas.
Guardadlas bajo piel, como hacen ellas
con los relámpagos del sol. Poseen
la huella de la luz, y hay dos razones
por las que pueden compararse a un alma:
por ser de oro y por haber caído.

TE PASA COMO A MAYO

Te pasa como a mayo con sus lirios:
que no te das ni cuenta.
No te das cuenta del aroma a risa
que embarga tu palabra y tu cintura.
No te das cuenta de que el día se abre
en tu pestañear, ni que la luna
tiene tus mismos ojos
y el resplandor de tu quererme.
No,
nunca te has dado cuenta.
Tu mano es un jazmín y no lo sabes.
La estela escrita de los meteoros
dice tu nombre sin que tú te enteres.
Y hay una embajadora de tu alma
con sede en mi interior. Y yo le cuento,
le pienso, le recito, le camino
y no te das ni cuenta.
Eso sí:
luego derramo sobre ti mi gozo
como la copa de un poeta ebrio,
como el loco que trae el paraguas del revés
de haber estado recogiendo amor.

REGRESO AL DESIERTO

Ayuno de tus labios,
manco de tus abrazos,
callejeo aterido de mí mismo
y duermo y velo al pie de tu silencio.
Hoy sé que el pajareo de la aurora
no vendrá a bendecirme en la persiana.
El pan no sabrá a pan ni el agua a fuente.
Entre los libros, los sonetos brindan
nobles ejemplos de tristeza al mundo,
y hojeo nuestro árbol de sonrisas
para sedarme el corazón a soplos.
Mientras te miras al espejo sola,
yo busco y palpo ciego
y escribo en los pañuelos, siglo a siglo,
que entre la hora tercia y la hora nona
tu sonrisa se ha puesto.

Cada ciudad del mundo es el sepulcro
de un monte hecho baldosas.
La tierra yace exhausta de cosechas.
Los árboles frutales
no saben quiénes fueron sus abuelos.
Las estrellas olvidan
cuál es su puesto exacto en las constelaciones.
No hay pedazo de cielo sin un tendido eléctrico
ni campo que no violen carreteras.
Hemos robado el argumento a Dios.
Os lo digo, os lo lloro con este corazón
que siente y late a pilas.

MÚSICA

Un cielo en no bemol templa las cuerdas
con las que ayuda a ahorcarse a los suicidas.
Yo mismo he navegado a bordo de algún sueño
un viejo mar de estrellas de las que cuelgan almas.
Esas consignas que susurra el viento
subido en los pretiles del vacío,
esas sirenas que en el fondo cantan
son el oscuro arranque
de una sonata para hombre solo,
son un mi disonante con el barro.
Tal vez consonará con las estrellas.

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YO QUISIERA SABER CÓMO ES EL CIELO [Mi poema]
Mercedes Díaz Villarías [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo quisiera saber cómo es el cielo
para así decidir si me conviene,
si es que allí cumpliré todo mi anhelo,
y acercarme este año, o el que viene.

Quisiera alguien me diga si es que hay luces,
mejor si fuera alguno que haya estado,
si existe algún semáforo en los cruces,
si para trabajar cuenta el pasado.

Si es fácil practicar algún deporte
llevando ya el vestuario preparado,
de justicia si existe alguna Corte,
si abunda, como aquí, el maleducado.

O es tal cual como algunos se imaginan
un vergel primoroso, edulcorado,
en que habita ese mirlo enamorado
y que ante la bondad todos se inclinan.

Si es cierto que uno vive como dios
y que el mismo creador está a tu lado,
uno más uno igual que aquí son dos,
aunque más me preocupe si haya helado,

pues recuerde, Señor, soy friolero,
y es preciso que haya calefacción.
Espero esto no llame su atención
si no es así, voy a pensarlo. Espero.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Pues si yo fuera Dios, cosa que evidentemente no soy, haría que todo el mundo subiera al cielo, aun cuando alguno no se lo merezca.

MI POETA SUGERIDO:  Mercedes Díaz Villarías

El Abuelo

Palabras de dolor
caen bajo sus dientes,
empiezan a fallar
como bailarinas en una línea.

Luz de julio alta y dura cruzando cenital
desde lo alto, atravesando bloques
amarillo verde, mordedores
de las moscas de verano.

Un mundo en emisión constante
de agrias verticales al espacio,
proyecciones de vejez en un cegador ámbar,
sugiriendo soledad y cigarrillos.

¿Vendrías?
Debes decidirlo justo ahora
entre dos llamadas de trabajo,
como decide la cabeza del conductor
en un cruce desconocido
en ruta a la conexión tal desde la vía cual,
treinta o cuarenta.

A mí, las letras también se me desligan
como basura desperdigándose
en un luminoso halo solar,
sus formas equívocas
como siameses en juego.

El que divide la luz soy
en el lado izquierdo queda
lo que nunca antes dijimos
(he estado esperando demasiado)

A la derecha, fuera de mi alcance,
la brillantez parpadea perpetua
calculando la distancia
entre los huecos.

Vendrás,
a llevarte esta mente
de modo sigiloso y extraño, como un bolígrafo lleva dentro su
sangre de mensajes.

Del córtex se escurren los nervios,
los axones detienen la entrega,
el rostro se distiende.
Una vida desenhebrada:
la máquina avisa a las enfermeras.
(Aquella revisión de los vínculos
y el recuerdo de una mujer
que cose a máquina
como un último crucigrama)

y
entre las distintas partes de su cabeza
la conversación frena.

Las Cosas

Desbordada
como el tanque de agua del municipio
(el día de la inauguración, es cierto,
con las autoridades vestidas de domingo
vomitó todo el sulfuro, el agua,
dejando tras de sí un rastro
de hojas lavadas sobre las mantas).

Y éste es nuestro teatro del verano:
Desierto bajo una luz desgarradora
de anomalía.

Sea lo que sea que se acerque
a este entorno pasivo
sé que cuidarás de mis notas en esta casa
sacarás la basura, comprobarás el hornillo
xcerrarás la pasta
y repartirás
los pedazos de carne
en porciones de hambre cotidiana.

Sé que quedarás guardando
cada momento discreto y concatenado,
el pan
las dos vueltas a la llave,
la factura del agua.

El Fin

En 1985
los crímenes no se resolvían como ahora,
sin pistas sin pruebas y sin sospechosos.

Su desaparición surgió durante mi turno
en otra jurisdicción,
a cincuenta kilómetros.

La joven empleada de diecinueve años
conoce a un tipo en el aparcamiento
y le lleva a la oficina de correos,
son vistos por un agente de policía
dirigiendo el tráfico
ella aparece a cuatro coma ocho
kilómetros de la tienda.

La policía de Amarillo envió a la científica
un kit de violación,
que incluía hasta muestras de las uñas
(fuentes de luz
que tornan el ADN fluorescente,
la mínima cantidad de materia genética,
un perfil femenino, otro masculino)
pero olvidaron analizar los calcetines.

De las pruebas biológicas tomadas del coche
el test roería espantosamente la muestra.

Él entró sobre lasa diez y se dio cuenta
de que era el último cliente
apagó las luces del establecimiento
y la retuvo a punta de cuchillo,
luego usó los calcetines
para atarle las muñecas
sacó las cosas del maletero
condujo hasta el bosque y dejó el cuerpo.

El cuerpo, con los calcetines en su sitio,
fue encontrado entre ciervos, en el barro.

(En Amarillo, Texas,
la mañana tras San Valentín
se ha encontrado a una joven en su domicilio.
En el tocadiscos sonaba sangre,
había una gran cantidad de canciones
alrededor de la cabeza)

MI HERMANO

Y mi hermano intentó ser él mismo
pero no le dejamos
él quería ser el corazón de una manzana
en la boca de un caballo
él quería buscar látex y sustancias
dentro de los órganos animales
él quería sustituirlos
por blandas multitudes de compañía
él quería darles un sábado mecanizado.
Y sus manos acariciaban por dentro
los ojos azules de nuestras mascotas
como corredores vacíos de neones rosas,
pero no le dejamos.

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