A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

SUPERHOMBRE [Mi poema]
Francisco Magaña [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Elevo hoy mi voz a los altares
a quien quiera escuchar, me quiera oír,
de aquí a lo más allende de los mares,
hayedos, en los montes de pinares,
del trópico subiendo a los glaciares,
en que el grito se pueda percibir.

Y al cielo clamo y en él al dios de todos,
creyentes, los agnósticos o ateos,
abstemios e irredentos, los beodos
que adoran o remozan en los lodos,
o amores van sacando por los codos,
sus fotos van portando en camafeos.

Que creen en la suerte y el mal fario,
que niegan el saludo o dar las manos,
país, de una ciudad, un pueblo, un barrio,
inmersos entre un duelo o en un calvario,
son sabios, sin saber de abecedario,
y dicen, pues lo creen, ser humanos.

Y doy aquí mis versos por un hombre
honrado, transparente, sin complejos,
que actúa como un niño. Y que se asombre,
sabiendo respetar los que son viejos,
escuchan de mayores sus consejos,
y firmo y aseguro, un superhombre.
©donaciano bueno

A ese hombre, si es que aún queda alguno o es que alguna vez existió.

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Magaña

En el deseo del sueño 1

Uno puede decir que sí
que la palabra se abandona
cuando la convocamos
con la más ingenua de las intenciones.
Uno puede decir que sí
que es un signo un sonido que toma
su forma desde antes de despertar
y hasta puede uno decir
que el decir es un poder tan nuevo
como el bostezo de un niño a medianoche
y que “decir” es una lámpara
que alumbra sus expectativas.
Pero cuando dos dicen
sabemos que la palabra es impronunciable
a no ser que exista como un mero deseo
en el momento de existir
o a no ser que no exista
como el simple deseo
que quizá a fin de cuentas
sea la palabra.

En el deseo del sueño 11

Se levanta con un sueño entre las manos.
Dice que la palabra se reinventa al ser pronunciada
en la luz que concede la oscurana.
Y cuando le preguntan por la mirada,
responde que la palabra de Dios es el silencio.

Vestíbulo

A Mario Ibarra

Cuando nadie regrese a recordar la voz
de los instantes en el mañana
que encuentra su razón en la penumbra.
Cuando la voz no sea más
que la representación de un instinto
apacentando sus furores en las venas del crepúsculo,
y su eco retumbe
en labios que no han de pronunciarla de nuevo,
ha de volver cantando el aroma de un pájaro
y su largo oficio de oscurecer el horizonte.
Cuando el color sin luz de los recuerdos
invente la vana prolongación de un sentido,
y los rostros sean el río en el abismo,
la aparición del murmullo
sostenido de sus propios desvaríos
y el desconcierto que conjura,
ha de venir ante nosotros el aura apenas de un aliento,
el visitante.

Manifiesto

Decía que:
en sus ojos el silencio es un pájaro abril de madrugada,
la espera es la abolición del instante.
Decía que:
una palabra es la revelación del signo que jamás alcanzaremos a descifrar,
la escritura es la tinta más endeble de su propia interrogante,
la noche aparece como una mera manifestación de entidades amorfas que se disipan al amanecer, y en ella el recuerdo es una paloma aleteando sus asombros.
Y decía que decir es una palabra muerta.

En el deseo del sueño 1.5

Aquí está todo:
el humo a medianoche
la mano rencorosa de la soledad
y el olvido de agosto

Aquí está todo:
el transcurrir insomne de los vientos
la oración que quién escucha
y el sueño abandonado

Aquí está todo:
la común tinta del hastío
que despliega sus dones en la nada
antes que el alba
extienda sus dominios

y está el silencio
y está la voz la tuya dónde
renaciendo de los colores más opacos.

CALENDAS, LA MIRADA

A Francisco Peralta Burelo y Carlos García Magaña

Los pájaros no alcanzan
Estuvimos en el cielo, éramos amigos
de los ángeles: Padre, déjanos
regresar allí, pues ésa es nuestra tierra
Rumi

Larga silenciosamente
con tus caminos desandados y la mirada casi guiño
das el sentido a un mundo maltrecho

Decides que todo gire de nuevo
sobre el vértice fundamental —línea única invisible

Permanecemos interrogados y sin respuestas
con el cuerpo de una incertidumbre densa
pegajosa como una prolongación de hastío

A un lado del cementerio
en sonidos claros distinguibles
las voces del cielo
y el mar un tanto compañero del milagro
***
Hay tanto amor desparramado en esta noche
Hay tanto tu nombre que empieza a ceder la tristeza
en el agua perforando angustias
(En la confesión dolorosa
también los días azules y aluminio
sedientos y noctámbulos hueco sin fin)

La víctima aparece y desaparece
con los perfumes legendarios intactos en su esencia
¿En el azar?
¿Por qué no esta hora benditamente nuestra?

La víctima levanta el vuelo
abriendo una losa sepulcral y emerge
Olores charcas de lodo
Rosas blancas
A veces sólo un ramo de rosas blancas
***
En el paso descorbado de los años
dibujamos la corteza que no existe
el nacimiento las hojas de invierno la caída inminente
—cartografía despedazada de un lugar sin registro

Lo demás apenas alcanzamos a vislumbrarlo
borroso enmohecido y transparente

De malos augurios hechizos limpiamos el cielo los montes
las aguas juntamos
para evitar que un elemento extraño nos observe
sólo recordamos
la apertura de espacios para vivir bajo las estrellas
porque está dicho que con lágrimas puede llegar
***
Levantamos el muro tenebroso
Ofrenda al cielo a la tierra

Recogemos auroras para colocarlas en desorden
pero en el océano
ecos interminables que no abandonan
música de estrellas fulgurante

Un amanecer escarlata en el fondo de las aguas

Tu piel
súbita aparición de un aire desconocido
y no conocemos más que el dolor de tu fuego
en este desierto de mares
***
Un mundo escondido
una hora que señorea sus goznes oxidados
las verjas del traspatio
—sepultado el gruñido
Y la hermandad cáustica de la noche desflorada
de sus venas chorreando vida en carne viva

Quién podrá devolvernos el verano quién los días
sin espantar los latidos de esta noche venturosa
que permanece callada sí que permanece

Y nos llenaremos de una luz altiva
porque la amada está llegando
y es menester que nadie abra la boca
que el solsticio muere canta vive solo
***
Que las manos revoloteen su mañana
escarbando
en los sentimientos relegados quién sabe dónde

Nosotros en el descanso de la autopsia
simplemente un día dejaremos de existir
sin olvidar el ala tenebrosa de los buitres
la carroña que nacimos en una hora como ésta
Que igual se colman los benévolos rasgos de la tierra
***
O crear en la noche diamantes en el bosque
en la proporción justa de lápida en la propia
Que sientan las narices
los olores propios de su porvenir
mientras nosotros a contemplar
los que emergemos de la vasta caudalosa tierra
podemos decir sus gracias
afinados en cuerdas escombros de laúd
Y el ardor desvanecido
las flores frías
inermes
en este espacio que morimos
***
Tiempo de nacer llorando en las piernas del amor

El día lo sabe destruye postigos trancas
¿Y si muere la estación?

Quizá mirarnos de frente
mirar las hojas destruyendo al tiempo
los golpes enguantados en nubes y crepúsculos
El rictus agónico desesperante desesperado
el rictus nuestro de cada día
en las rodillas el temblor la ausencia
***
Cómo olvidar su trabajo terrorífico
el daño
y el espíritu que podemos retener
La voluntad su última voluntad aquí
en esa ropa
en esa habitación que no deja de ser suya
no desmiente la calma pero cómo
cómo renunciar a la sonrisa trágica mortuoria
a sus días de pesca y cadillo y brisa
Una fotografía
unos años macilentos que preguntan cómo
cómo desdibujar mas no queremos

Una y otra vez el aguijón que enfebrece
balancearse siempre con el sonido a cuestas
de sus pasos

Él sabrá del instante cuando nos recostemos cansados
en las hojas
de mi vuelo infructuoso pero qué madurado en soledad
Quisiera regresar y dijo para qué
si hay nada si falta el mundo

Y dijo para qué
tú siempre serás algo especial

Ahora las aguas
en la nieve y la tormenta
en el pensamiento solo
y con él nuestro ayer
la tarea del sueño su futuro

La mirada serena del enterrador
***
Mientras preparo alucinado torpe
mis manos para que lleguen al momento
mientras nervioso trato
de prolongar la partida
coloco mis brazos en la cara
A carbón mi rostro huele a carbón

Entreabro los dedos y observo
nace la chispa
el viento que enardece
y las alcaparras se dejan divisar
cuando apareces.

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MI PLUMA [Mi poema]
Javier Naranjo [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Mi pluma no responde ya. La tinta
se ha ajado poco a poco en el tintero,
cual mustia flor se apaga en el florero
o lánguida se vuelve y se despinta.

Yo le insisto y le insisto mas no espero
aunque añoro por ver si resucita,
cada día le invito alguna cita
mas ella no escucha mi desespero.

Ponle un altar, hay alguien que me dice,
una oración recita de rodillas,
alárgale diciendo maravillas
verás que lo que dijo se desdice.

Es inútil, me iré de vacaciones,
le ignoraré, me olvidaré de ella,
intentaré apropiarme de una estrella
y de la luna y veré sus reacciones.

Diré que no alimenta mis pasiones,
que ya para escribir no me hace falta
-esto es mentira, a pocas luces salta-,
que no goza de amor ni bendiciones.

Mas espero que algún día volverá
a escribir esa pluma que enamora,
seguro estoy pues es una señora
que al igual que cumplió un día, hoy cumplirá.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Javier Naranjo

Del huidizo

El huidizo
el astado que recorre laberintos
de materia mental

venado de hocico receloso
husmeando un pasaje
secreto hacia el río

en sus ojos una planta carnosa
crece
bebe sus jugos animales

Primer canto

Señora
de la más limpia sonrisa
señora del pie pequeño
y blanco
del dulce nombre

dueña de todo
o dueña de nada:
de las extrañas estaciones
urdidas con cabellos

blanca y erguida
señora

este pequeño ser
la nombra
y se extiende
como una alfombra
como un odre vacío

Mañana congelada

Todo tan simple:
leer el periódico en la mañana congelada
observar fotografías
fragmentos
todo tan extrañamente simple:
mirar los arlequines
mientras denso y oloroso
dispongo en una silla unos tendones
mugre en las uñas
piel

me pongo yo
todo
inevitable
completamente material

Javier Naranjo
Silabario
Medellín, Universidad de Antioquia, 1994

Destierro del día

Un mono

El pequeño mono me mira…
¡quisiera decirme
algo que se le olvida!

José Juan Tablada.

Entro a la nata espesa del día, levanto la cabeza y
miro con otra atención. La luna desde temprano
está puesta en el cielo, la cabeza se eleva desde
todo eso y siento que de la grisalla se alza una
vida más espléndida, que afuera hay una vida
más alta.

Respiro el mismo día que los demás, voy
como ellos, vivo vano triste. Pero hay algo más,
casi lo puedo tocar…pero no… lo olvido y
sigo caminando con el rostro del que ha sido
expulsado.

Reunión de trabajo

Toda la tarde me acompañó un poema. Me recogí
en él mientras hablábamos de enseñar a leer y a
escribir…Qué patetico empeño.

Y en el grupo era unánime la sensación de no
estar del todo mientras conversábamos de cosas
ajenas a nosotros con una verdad que se revolcaba
bajo la mesa. Un animal de discordia que
nos lamió y enroscó la cola. Torció los argumentos
y nos dejó arrimados a la intemperie.

¿Cuerpo o palabra?

Untarnos para siempre de esa cosa que tienen
las palabras.

Los animales que lamieron de sí, ahora reposan
y se olvidan, porque es menester abandonar lo sólido,
entrar en aire.

Irse del animal

Tu mano en despedida
tu boca

tu espalda
que se alza de tu grupa

tu largo dorso
yegua

Hender el aire

Es difícil hender el aire, tocar el día,
cuando en la noche giramos esperando
en zozobra el milagro de la luz.

Es tan difícil salir erguidos,
compuestos, afeitados, si no hay
sosiego y sólo islas y sólo náufragos
y mar abisal.

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CARTA ABIERTA AL PAPA [Mi poema]
Edmundo Retana [Poeta sugerido]

MI POEMA ...de medio pelo

 

Usted, su Santidad, que a Dios ha visto,
usted que habla con Él todos los días,
que sabe su penar, sus alegrías,
si acaso yo me visto o me desvisto;
usted, señor, que tiene esa certeza
que a mi, muy a mi pesar, se me ha negado,
culpable como soy pues que he pecado
haciendo distración de mi pereza,
le pido que me ayude humildemente
a ver lo que predica claramente.

Que es marca de la casa. Aquí la duda
amén no ha de decir, decir amén
sería así aceptar quien fuera, quién
conoce esa verdad, verdad desnuda.
¿A qué viene veneren mil deidades?
¿A qué viene que se hagan competencia?
¿Por qué no he de gozar con su presencia?
quisiera aquí saber. Curiosidades.
Ayúdeme a elegir, a cual elijo,
y pueda resolver este acertijo.

A usted, su Santidad, Papa de Roma,
a usted que habla con Dios y le conoce,
pues tuvo en su existencia más de un roce
y que esto de dudar le suena a broma.
Que tuvo ya al nacer el privilegio
de ser por quien lo hiciera bendecido,
y no como el que escribe, un mal nacido,
que pide aquí disculpas por ser necio.
Discúlpeme si digo lo que pienso
pues nunca yo aprendí a echar incienso.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Edmundo Retana

VOCACIÓN

Ser viento,
ola tardía,
escarcha
de algún ramaje solitario,
ver nacer
algo
definitivo
en mí.

RECADO

Todas las cosas están como las dejaste.
El árbol en su lugar.
Los libros que no leíste.
Los trenes que ya no irán a ningún lado
y en el parque aquella banca
donde nunca más conversaremos.

Te fuiste
y a fuerza de esperar
las cosas comienzan a olvidarte.

FLORACIÓN DEL TIEMPO

Me lleno de vejez,
confundido en la memoria
de calles perdidas.

Mi horario al uso
de otro siglo.
Mis modales inoportunos,
gestos persuasivos.
Mi parsimonia a destiempo,
Mi prisa sin objeto.

Me hundo
en el torbellino
de mis días errantes.

Me lleno de vejez.

Sin previo aviso.
Sin cursillos introductorios.
Sin remedio, ni tardanza.
Casi con deleite.

LAS RAZONES DE LA LLUVIA

A mi hermana
la tristeza la rodea
como mala hierba,
crece en su pecho
devorándola,
nada puebla
sus jardines inmensos
y siente día y noche
que calan en sus huesos
solamente
las razones de la lluvia,
yo que soy simiente
de su silencio
le digo
que la vecindad del agua
no llegará a sus manos,
que octubre dejará las avenidas pronto
y una nueva claridad
la llenará de ramos,
pero mi hermana persiste
en su pecho
quiere que yo recoja algo
del camino
y se lo lleve,
algo que ella no sabe que es
pero que existe,
ambos sabemos que existe
y yo le prometo que se lo llevaré,
voy a buscarlo le digo
y salgo en ademán de hijo,
de padre que sabe y trae,
mi hermana me espera
pero en la ventana
una sombra la llama
en la madrugada de sus ojos
que ella confunde con los míos,
la tristeza
le habla en un idioma
que ambos conocemos,
pero no dice verdad le digo
porque te gustaba bailar
y esperabas a tu novio los domingos
como cualquier otra muchacha
en sus jardines inmensos,
entonces salgo
y vuelvo
una y otra vez,
hay algo que quizá nunca hallaremos
y que buscamos
en cada ramo de palabras,
como un sueño que no recordamos,
como un pozo
que riega
los más finos estambres de la noche.

PRESENCIAS

Pienso en los que se perdieron
en un sombrío recodo
del tiempo.

Los que tuvieron
solo un instante
para medir
el tamaño de la ausencia
en otros brazos.

Los que convirtieron
su cifra de silencio
en desolada esperanza.

En sus ojos
que la luz no sacia.

ANIMALES

Los hemos echado del paraíso
como si solo fuera nuestro.

Hemos destruido sus madrigueras,
asolado sus lugares de caza,
mancillado sus mares.

Hemos usurpado
sus sitios de procrear,
envenenado los ríos de su sed.

Los hemos expulsado
del ámbito de su instinto
para construir sueños de avaricia.

Como si no fuéramos nosotros
los violentos intrusos.

LLEGAR AQUÍ

Llegar aquí
es llegar a las casas que perdiste.
A las que cerraste bajo siete candados.
A las que miraste arder
en las madrugadas.

Llegar aquí
es abrigar las heridas.
Es no creer más
la metáfora del invencible.

Llegar aquí
Es saber que el miedo
te acompañará siempre.
Que las batallas perdidas te sostienen.

Es como llegar a casa
y encontrarla cerrada.

Y saber que no hay camino
de regreso.

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COPLILLAS AL OBISPO DE SOLSONA [Mi poema]
Candela de las Heras [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

El cura de Solsona
se ha enamorao
de una niña muy mona
que le ha engañao;

que entiende de escritura
sobre el fornicio
y va enseñando al cura
sobre ese vicio.

Y hoy son los dos
que en el retablo
ponen su vela a Dios
y la otra al diablo.

El Obispo y la nena
ya son felices,
dejan fieles con pena,
con cicatrices.

Dice un refrán* muy culto
que la jodienda,
cuando asedia a un adulto,
no tiene enmienda.

Y es que nadie responde
cuando ahí aprieta,
y hay un dios que se esconde
tras la bragueta.
©donaciano bueno

Pues, don #Xavier_Novell, a confesarse y listo, no? Share on X

*Un dicho muy habitual de los mayores "in illo tempore", cuando yo era joven.

*Xavier Novell, hasta hace muy poco Obispo de Solsona, municipio de Lérida, España, de pronto ha anunciado que cuelga las botas. Como tantas veces la causa es el amor de una lozana, Silvia Caballol, escritora experta en erotismo con títulos como' Trilogía Amnesia' y 'El Infierno en la Lujuria de Gabriel'. Éste, publicado dos años después es un viaje "por el mundo penitenciario, la psicopatía, las sectas, el sadismo, la locura, la lujuria y, poco a poco, durante el avance de la historia, también hacia la irrealidad de la inmortalidad y la cruda lucha entre el bien y el mal, entre Dios y Satanás, y entre los Ángeles y los Demonios”, según su editorial. No es el primero, pues ya hace años lo hizo Fernando Lugo, Presidente de Paraguay, quien no tuvo otro remedio que reconocer al menos a dos hijos que se sepa.

Para el que quiera oír la versión musicada de estas coplillas aquí les dejo la versión de Manuel Fernandez, excelente cantante y egregio guitarrista.

Reproductor de audio

MI POETA SUGERIDO:  Candela de las Heras

Cuando se vive solo

cuando se vive solo
la fecha de caducidad
o de consumo preferente
es un reloj un calendario
aviso temporal de que las cosas
se pudren de manera irremediable

sé que no durará mucho el sabor
de tu carne en mi lengua
prefiero el placer de imaginar
el preciso momento en que te coma.

LA RESPUESTA:

Un silencio agresivo, desgarrador, que araña
las ventanas; tangible,
estrecha mi garganta, palpita contra el tiempo.
Ya no recordaba el Verbo
ni puede circular el aire.
Me quedo sin respiración.
La existencia es una obra de teatro
sin principio ni fin ni escapatoria.
El suelo está cubierto
de pequeñas fracciones de cristales:
hay alguien que ha sufrido antes que yo.
Si camino me clavo los añicos,
si me quedo alimento la espiral.

EMILY

Una noche tu padre se cuestionó la fe;
no creemos en Dios ni en el Estado
pero si apilamos los libros
podemos construir una casa sin miedo.

Niña, ¿cómo aseguras que la Tierra es esférica?
No la has visto ni nunca la verás.
Imagina que vives en un tiempo
donde son recogidos los frutos con paciencia.
¿Podrías demostrar su redondez?

El fuego es nuestro centro las palabras
son escasas y no sabemos cómo
tocarnos ni buscar nuestro placer
Ahora nos ven y nos acusan
de ser esclavos del error
Vivimos porque nuestra fe ha brotado
de la penuria de la parturienta
La tierra engulle todas las preguntas
posibles que podríamos hacernos
Mi destino es la resistencia
comparto los deseos animales
Ah pero soy distinto yo levanto la piedra
perfecciono la piedra cuento historias
mi cuerpo es mi instrumento no se puede
fallar si el mundo es nuevo yo soy el creador.

Te miro y al hacerlo me doy cuenta:
su pregunta es el máximo regalo.
Papá sabe que existes, te hace caso.
¿Cuánto tiempo serás feliz?
Sonríes divertida pero tus ojos lucen
inconmensurables, añiles,
igual que el horizonte guardando tu secreto.

LA BÚSQUEDA

No estoy para prodigios ni para quienes quieran
tapiar mi boca con un puñado de algas:
amanece, eso es todo.
M.ª Victoria Atencia

Nosotros no nos parecemos.
Cuando se piensa mucho es posible encontrar
extrañas coincidencias y síntomas comunes
incluso en un puñado de sal que cae al suelo.
Toda mi existencia entre el momento de la expulsión
y este instante, que no es sino una pérdida;
promesa descuidada, flujo incesante de agua.
¿Pero por qué?
Solo importa la vida
como infinita posibilidad
de gritar, desgarrándose:
no hay nada excepcional en tu relato.
Las preguntas que te haces jamás tendrán respuesta,
da igual que caves,
que explores todas las raíces.
¿Encontrarás el germen?
Si tienes fe quizá
puedas hallarlo y aferrarte,
pero será tan solo un enunciado estéril;
una Verdad translúcida, inasible
es lo que espera,
el resto, nada espera.
El único misterio es lo mundano
poseyendo cada centímetro,
cada milímetro de nuestro cuerpo.
¿Ves a esa mujer? ¿Puedes verme?
Hablar es la mejor manera de encubrir
la podredumbre, la madera muerta
la vida muerta.
Me visto de palabras y atravieso el absurdo,
me uno a él, dejo que me tome.
Solo el tiempo se salva,
la espera infinita nos salva.
No vales nada si no luchas
o si haces elogio de tu desdicha.
Los otros son
una masa informe, viscosa,
enfermamente pulcra que recorre las calles
manchando los zapatos de los niños.
¿Qué pasará si somos bondadosos?
Es otro juego:
hoy te compro y después quiero venderte.
La excusa es mi felicidad;
vale más que tu angustia, tu pena, tu miseria.
¿Podemos trabajar en la pureza?
Si no es más que otra Idea inalcanzable,
trasnochada, corrupta moneda cuyo peso
quiero sentir en mi bolsillo.
Camino, yo siempre camino,
no podría dejar de andar,
andaría aunque me quedase ciega.
Así por fin podría tocar todos los cuerpos,
oler todas las pieles, hendir todas las llagas.
Viviría en la repulsión,
me sentiría viva.
¿Cuáles son tus virtudes?
Quiero conocer tus defectos.

LA MANZANA

Desear es llevar
el destino del mar dentro del cuerpo.
Aurora Luque

En el centro mortal de la canícula
el follaje de un árbol,
la sombra hermética precipitándose
como la fruta al suelo.
En las raíces la manzana, y yo
deseo hendir los dientes en la pulpa,
beber con avidez el néctar.
Quiero cruzar la línea,
deshacerme de todos los preceptos.
La luz no extingue la maldad,
hay belleza en los pliegues de la noche.
Por qué este dividir en dos,
este cercenamiento obsceno.
Tu cárcel y tus reglas no son mías;
me deshago del pánico del tiempo
suspirando las flores incorpóreas
del diente de león de tu jardín.
El viaje apaga el ansia de mis ojos
cansados ya del tronco pergamino;
al fin el mar de boca en boca,
el mar pagano de los griegos,
el mar ebrio de juventud.

ORDET

La ropa blanca está tendida,
solo la ropa blanca está tendida;
en medio de las dunas ropa blanca tendida.
Si no fuese blanca, si no danzase
en medio de las dunas, no sería
un símbolo brillante de pureza.
El agua purifica,
el sol y el viento purifican.
Nos lavamos despacio;
el daño que hemos hecho ya no existe.
Pero entonces las bocas se llenan de palabras
y al vestirnos la ropa no es tan blanca.
¿Volvemos a empezar?
Te doy mi lengua, testimonio rojo;
si yo te entrego todo lo que tengo
tú pintarás de blanco mis vestidos.
Asistimos a la resurrección
de los que no apostaron por el drama.

Hace mucho buscaba la Palabra,
ahora me interesa más la voz.

ST. ANDREWS

Los hombres han huido de sus casas,
seguimos el camino y no vemos a nadie.
Pienso que si hoy el mundo terminase
tú y yo no lo sabríamos jamás.
Me miras y me dices
que este es buen lugar para el amor.
Sin mucho esfuerzo vemos con toda nitidez
a los extraños personajes
de Bergman deambulando por la costa.
El mar esculpe acantilados negros
y playas invisibles, pedregosas.
No sé si soy yo misma
o si el paisaje puede traer tanta tristeza.
La ciudad cada vez está más cerca,
un hilo va arrastrando nuestros cuerpos.
Me detengo en los cabos, capturo tempestades,
compruebo que seguimos latiendo, mientras tanto
la catedral aumenta y se apaga la luz.
Nasas desvencijadas, pilares de un hogar
desértico, vestigios del pasado.
Las algas extranjeras lamiendo la bahía.
Se agota la sonrisa con la noche,
los recuerdos felices están en el camino.
Si miro nuestros cuerpos, la roca, el mar, la arena;
pienso que si no hubiesen sido
creados los colores,
si la vida se viera en blanco y negro,
nosotros seríamos los primeros
habitantes de un mundo sin fisuras.
De Tierra bajo las uñas (Ediciones Trea).

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LA VIDA DE LOS PASOS [Mi poema]
Vicenta Castro Cambón [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Hoy sigo aquí mis pasos repasando,
contando uno a uno,
de aquel que resultaba inoportuno
al otro que se fue sin saber cuando
cuidando no olvidarme de ninguno.

Siguiendo la secuencia paso a paso,
así desde el inicio,
de aquel que me llevaba al precipicio
o el otro resultó ser un fracaso,
logrando me sacar fuera de quicio.

Había algunos, pocos, sin la duda,
los pasos más seguros,
exentos de soflamas y conjuros
se suelen disfrutar sin que una ayuda
debiera se pedir al ser muy puros.

Los pasos conformando van la vida,
se dan sin darse cuenta
en medio de la calma, en la tormenta,
e incluso en la escapada o en la huída
cansado ya de andar cuando se asienta.

Un paso es la distancia entre dos puntos
cual grano hacen granero,
que, firmes, han de darse con esmero,
y al fin demostrarán que todos juntos
importan desde el último al primero.

Los pasos no se cuentan pero existen,
caminan al tran tran,
ajenos al rumor del qué dirán,
no oponen resistencia ni resisten
pues tienen su misión y cumplirán.

Los pasos son y tienen vida propia
así que alguien lo dude,
si alguno le molesta le sacude
cada uno es diferente, pues no hay copia
capaces de lograr que el hombre sude.

Lo malo de los pasos es que acaban
y dejan de pasar,
termina de la vida el caminar
un día cuando menos lo esperaban
los pasos ya están listos a enterrar.
©donaciano bueno

#A que ignoras cuántos #pasos llevas dados y cuántos en falso? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Vicenta Castro Cambón

Tarde de domingo

ME veo en una tarde de domingo, lejana,
allá, junto al arroyo, sentada sobre el trébol,
mirando un barrilete que Simón remontaba
y que tan alto estaba que me infundía miedo.

Trampas de barriletes eran los eucaliptus
cercanos, como ahora son los cables eléctricos;
por eso en el “campito” Simón consideraba
libre de tales trampas su barrilete espléndido:
soberbio papalote que, a mi ver, pretendía
llegar hasta las nubes con atrevido empeño.
«¿Llegar hasta las nubes? Ambición desmedida…
¡Sólo los pajarillos tienen ese derecho!»

Subía el barrilete, subía, y mi hermanito
soltaba todo el hilo de un ovillón, contento:
a Simón no turbaban las inquietudes mías
porque su barrilete tocar quisiera el cielo.

Pero el audaz, sin duda, subir aun más quería,
y en un breve descuido, con un tirón violento,
arrebató la caña que sujetaba el hilo,
de manos de mi hermano, dejándonos perplejos.

Después de intentos vanos, cruzó Simón los brazos
no sin dolor: muy grande lo expresaba su gesto,
y yo, como aterrada, miraba el barrilete:
“¿Iría hacia las nubes, por fin libre de freno?”

Mas no; pronto le vimos bajar cual si las nubes
gritáranle severas, su vuelo deteniendo:
“¡Baja, papel osado! Tu pretensión es vana.
¡Sólo los pajarillos tocarán nuestros velos!”

Y el barrilete iba bajando y a1ejándose…
¿Dónde a ocultar iría su vergüenza y despecho?
Iba hacia el horizonte donde tal vez las nubes
reservaban castigos a osados y soberbios.

E1 horizonte, muro de inconstantes colores
que limitaba el mundo, de casa no muy lejos,
era el eterno blanco de mi atención curiosa:
“El limite del mundo… ¿más allá qué? Misterio”.

Me veo en esa tarde de mi infancia lejana,
con Simón que acusaba no al audaz sino al viento,
y escuchar me parece de las nubes el grito:
«¡Sólo los pajarillos nuestros velos!»

Me veo en esa tarde de nuestra infancia, hermano…
Nubes de aquella tarde: ¿quién os diría —pienso—
que el hombre, nada menos que el hombre, afortunado
rival de los alados sería en breve tiempo?

La culpa es mía

PARECIÓME sentir que me llamaban.
No me engañaba: era una voz divina
la que mi alma escuchó; guiada por ella
llegué a un rosal: de aquel rosal venía.
Toqué una flor, mas, antes que sus pétalos
encontraron mis manos las espinas
que en mi carne clavándose quedaron
por gotas de mi sangre humedecidas.
¿Fué traición de la rosa? No. Las rosas
no saben de traición ni de perfidia,
las rosas del rosal, las rosas bellas,
que hablarme saben con su voz divina,
al alma y no a las manos de la ciega
llaman. Me hirió el rosal… La culpa es mía.

POR ESE CAMINO

El camino fué largo, muy largo,

fué malo también:
los tropiezos que en él abundaban
lo hacían difícil, cansaban los pies.

Mucho lodo cubría el camino,
y más de una vez
nuestros pies, doloridos y débiles,
andando inseguros hundiéronse en él.

¡Cuántas charcas hallamos al paso!
¡Qué ingrato nos fué
del continuo croar de los sapos
la voz que auguraba: «pronto ha de llover»!

Hasta el viento, mi amigo constante,
fué malo esta vez:
se empapaba en hedor de pantanos
que a cada momento traíanos cruel.

Y el camino fué largo y fué malo…
y ¡qué extraño es!
en caminos muy cortos y fáciles
que anduve en la vida más que hoy me cansé.

Es porque este penoso camino
estéril no fué:
porque mi alma, en sus ansias de abeja,
por ese camino buscó y halló miel.

SUSURROS

YO escucho cuando el aura
conversa con las hojas,
y oirlas me divierte:
se dicen tantas cosas…!

Entonces me parece
que seres de mil formas
surgen por todas partes,
y viven, y dialogan.

Y no estoy sola nunca
y no estoy nunca sorda
si cerca de mí el viento
susurra entre las hojas.

En cambio, a veces, cerca
de gentes bulliciosas
se cierran mis oídos
y me siento tan sola…!

¡Salve, primavera!

A pesar del pampero helado y húmedo
que aúlla al tropezar con los cristales
y hace sentir a todos que este día
es un día de julio insoportable,
una ráfaga tibia y perfumada
ha rozado de mi alma el acordaje
y ¡Sa1ve, Primavera! fué la nota.
Es que Quique en la puerta de la calle
como cuando está el sol y no hace frío
jubiloso ha cantado: ¡Buenas tardes!

Adiós, golondrina

FELIZ golondrina, que en rápido vuelo
te vas lejos, lejos… a clima mejor,
ayer ¡cuántos goces te diera este suelo
y hoy tú lo abandonas tal vez sin dolor!

Fué corta tu estancia ¡oh alada viajera!
y quieres ya a ignotas regiones volver
donde acaso el nido que tu vuelta espera
pasadas venturas te torne a ofrecer.

En breve las hojas del árbol cayendo
harán gruesa alfombra del tronco en redor;
mas tú no lo sientes: los aires hendiendo
te alejas en busca de fronda y calor.

¡Si vieras qué malo de otoño es el viento!
Arranca las hojas y rompe después
las ramas del árbol que fueron tu asiento;
mas… tú cosas tristes no sabes ni ves!

¡Feliz tú que puedes cruzando remotas
alturas, regiones ya tristes dejar!
A mi me lo impiden mis alas ¡ay! rotas,
por eso mis quejas oyes al pasar.

Ya el cielo de nubes opacas se cubre.
¿Te vas?… Tú no quieres de penas saber…
¡Adiós, dulce amiga! No olvides que octubre
calor aquí y flores hará renacer;
y el árbol, contento de verse en retoño,
habré ya olvidado las penas que a mí
me cuenta en los pálidos días de otoño
y sólo alegrías tendré para ti.

Los días se enfrían; se fué ya e1 verano.
¡Feliz tú que puedes volar de él en pos!
¡Adiós, golondrina! Regresa temprano.
No olvides cuán triste me dejas… ¡Adiós!

Ayer, cuando leías

¿SIENTES frío? me dijiste.
No te lo pude negar:
lo leías en mi rostro
y hasta en mi acento quizás.

Tú también sentías frío.
Pude verlo no en tu faz:
tu alma está para la mía
como en urna de cristal.

¡Cierren la puerta! ordenaste.
Yo pensé: lo que cerrar
debiéramos es el libro…
Era aquel libro el glacial.

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VIVIR DE PROPINA [Mi poema]
Carlos Vásquez Tamayo [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Que vivir para mi hoy, ya es de propina,
agarrado a la pata voy de un banco,
sin lastres, pues ya nada contamina,
en riesgo, siempre al borde de un barranco.

Cual loco que del mundo nada espera,
despacio, siempre al frente voy mirando
sobre qué soy, qué fui o ser pudiera.
la muerte a mis espaldas, divagando.

Y aunque dudo que exista, a dios le pido
me siga en el paseo acompañando
que juro continuar sin hacer ruido
rogando sin cesar y al mazo dando.
©donaciano bueno

Siempre vamos viviendo #de_prestado, no? Share on X

Hay quien dice que a partir de los 50 años, el resto, todo es de propina, otros arguyen que eso es a partir de los 60, y otros, como yo, que toda la vida lo es. Es una opinión,.

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Vásquez Tamayo

PROMETEO

Me dejaste solo.
Entro en la espesura.
Y la noche gira.
Se va dividiendo.

Se acuesta a mi lado.
Su calor me habla.
Sílabas partidas el eco no abarca.

Recojo en mi red las conchas cerradas.
¿Qué puede prender?
En agua sumisa la playa blanquea.

Ruido interminable.
Cómo puedo asirte.
En secreto flota su hilo la araña.

La voz enrojece.
Murmura quién viene.
La luz es un ruego.
Su ripio cayendo.

Bajar ir palparse.
Acre rojo labio.
La piel fría escama.

el viento repite su vano quebranto.
El río no alumbra.
Me expulsa su lecho.

Qué extraña manera.
Seguir sin moverse.
Por lentos recodos.
La pisada quema.

De pronto aparece.
Intento tocarle.
Sácame de aquí.

Esparce la noche su seca tormenta.
No logra tenerle.
Desprende su vaho.

Busco en su rincón.
Quién llama quién viene.
Una sola puerta.
Parece la misma una vez sellé.

Puede baste abra.
El garfio en el sueño.
Ella sigue sola su sorda rodada.

Están allí juntos.
Cual ciegos se palpan.
Se inclina en la sombra la lenta pared.

Amarga la boca murmura su hierba.
El oscuro aire hierve mis pulmones.

Me mira de cerca.
El oído aliento se lleva la frase.

Qué puedo confiarle que ya no contenga.
Me deja que ruede.
El pozo se estrecha.
Hondos escuchamos la piedra caer.

La saliva esparce.
Ronca lengua escarba.
El amor oculta el hueco que abre.
La palabra atiza su negro brasero.

Dime vida mía.
El cielo devora la luz que me dieron.

Piedra de estar quieto.
Mis solas pasiones.
Qué son sin mis dedos.

Como si dijese.
Noche toca apaga.
En medio los días.
Grieta impenetrable.

Las horas un paso.
Segundos un soplo.
Abajo en lo yerto.
Rueda un agua breve.

La mano gotea su arena desierta.
Déjame lo intente desnuda caer.

La ciega ceniza envuelve los huesos.

Te llamo. ¿Me oyes?
El aire retumba.
Arena los párpados.
Un agua dormida empuja los muertos.

No me dejes solo.
Dime dónde ardes.
Me aferro me jalan.

Me hundo en tus dedos.

te alejas te alejas.
Oigo tu pisada.
De golpe penetra.
Clava en mis pulmones la negra puntilla.

El rostro ilumina.
Detrás de qué tela.
Es tiempo no vayas.

La sed hormiguea.
Bebo gotas secas.
Ahora que arrecia no me pidas eso.

Mastico tu olor.
Tu labio tu lengua.
Tu mano desliza.
Más honda me cava.

Ciérrame te imploro.
Tu sal ruda quema.
Axila me hundo.
Bebo no me sacio.

La blanca ceniza.
Mis manos desgajan.
Los dedos se cierran para no decirlo.

Rezo estoy rezando.
Me extiendo en la hierba.
Rodéame hermana.

No quiero hacia nunca.
Sea paso a paso.
Mi sangre persigue los días que quedan.

No importa me astille.
Sucesión hermana.

No quiebres mi tallo.
El árbol se arquea.
Es tiempo se apiade.

aunque no te siga.
Tiempo mío hermano.
Hasta que me tapie.

Lluvia barre el aire.
Mi hora se atasca.
En qué curva ciego.
¿No veré ya tierra?

Instante no quemes.
Ido no me siento.
Mi carne adormece su polen oscuro.

Lo encierro en un puño.
Si abro mi mano su larva ya vuela.

Sólo esta muralla.
Mi voz no da alcance.
Mis padres hermanos.
Estoy solo tiemblo.

Pintores

la soledad es infinita para los pintores,
qué sentido tendría su luz, bien sea en
paisajes aureolados o en bocas contraídas
o gritos, si los pintores no traspusieran
su intención, su soledad sería redonda
y se justificaría, hallaría palabras y
las imágenes, aguas, ramas cielos sin nubes,
pasarían a su imaginación, pero hay una pureza,
un plantar la cara ante el vacío, que la luz se
filtre y entonces todo se ve y ellos no
necesitan decir nada, por eso tan solos, tan
místicos, esa extraña satisfacción, no pedir
nada, para nada prepararse, los pintores
plantan su mirada y la vida se abre,
pero nunca dejan de ver y por eso se acercan a
la música y son desnudos como las praderas,
si los pintores no se ajustaran
tan nítidamente a la redondez, pasarían por
embaucadores, piratas de las formas o
intermediarios de dios, pero dios los acompaña
y les guía, les cuenta su secreto y por eso su
soledad se extiende, sube hasta el cielo que
pintan y se detiene a iluminar a los hombres,
que no creen en esa luz y por eso los llaman
y les piden retratos, si los pintores no
estuvieran infinitamente solos, la trama de
ideas y de formas se desharía y hasta dios
buscaría un sitio donde ir.

Inmovilizarme

Viene,
se respira al deshojarse,
cada vez que sopla,

siento el tiempo al revés,
el frío con su precisión
despigmentando el parque,

oscuramente comprendo
que es un honor
que es parte del misterio
presenciar lo extraño.

He viajado todos los días
todas las carreteras
para pisar las hojas secas
en el parque,
muertas, desunidas,
muertas, rotas, multiplicadas,

avanzando a descubrir
los últimos matices de las
fibras luminosas.

Todo se despide ante
la congelación
son pocos los días
y las semanas
y aún quedan árboles rojos,
amarillos, anaranjados.

Siento como un lujo
esta muerte
este instinto tan exaltado,
respiro el aire
y me veo por dentro.

Desde todas partes
saltan las campanadas,
el imagen flaco y desprotegido
de las ramas
entonces me sueño
entre las especies y las formas
que acompañan la materia.

Todo comienza con un corte
transverso sobre un banco,
gravedad más allá
de lo que se sostiene
pasear y petrificarse
mientras el sueño es un eco
del pasado
confundiéndose con el futuro.

Todo comienza cuando
permaneces intacto y mudo
abres los ojos y la boca
enmudece la palabra
y en el límite que se desprende
te desprendes lentamente,
en secreto se interna,
aparece, desaparece.

Fue entonces entre él y yo
todo lo que se va,
herirme al costado para
despertar
en el mismo trecho glacial
advertirme,
advertirle,
como todo desencaja
hasta encontrarse la
realidad más descarnada
en un filamento de seda
casi imperceptible…

Senocal

A Alejandra Pizarnik

Que fue el senocal
y que ya no tienes ojos,
que aguardabas insomne
temblando contra el deseo,
oscilando sin rostro con una plática
exterminadora y desviabas el curso,
el infierno musical
donde la niña extraviada se hundía
sin ternura al salir el sol,
sola, en silencio, desabrigada,
más allá de todo.

Que fue el senocal
y que ya no tienes dedos,
que ya no comprendes y ya
no corriges,
que después de vomitar
te has tumbado
y un ciclo de reflexiones,
ráfagas, flores iluminadas.

Ya me invitases otros años,
derrames de ternura y cuentos infantiles,
que si tomo las pastillas para
dormir ya no doy golpes
y el tiempo es un síntoma
que escarba.

Como si te tocara y no fueras tú sino la noche…

Como si te tocara y no fueras tú sino la noche.
Me clavas al dolor que talla el instante.
Te veo venir del otro lado de la lluvia, eres el viento.
Me ves en el pensamiento, donde no puedo llegar ni nombrarme ni preguntar por mí.
Como manos que entran en la luz y se miran.
Frases oscuras como bocas.
Como la amistad en la que ardemos.
Eres el grito que no puedo oír perdido en el silencio de tus manos.
De Agua tu sed (2001)

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YO ARRASTRO EN MIS VENAS LA TRISTEZA. [Mi poema]
Gabriel Jaime Franco [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Arrastro yo en mis venas la tristeza
del sauce que perdiendo va sus hojas,
el sueño que, imposible, te despojas,
de otoño en una tarde que bosteza;

el mismo que produce la añoranza
al ver morir el día en la campiña,
las hojas que desprenden de la viña,
aquello que se quiere y no se alcanza,

del niño que presientes agoniza,
igual que hace la llama de una vela
se extingue ya al final de una candela
sin restos, ni pavesa ni ceniza,

la niña que sospecha, enamorada,
que el novio ya se ha ido y no aparece,
aquello que nunca es lo que parece
fustrando pues nos deja el alma helada,

y notas que a ti el tiempo se te pasa,
descubres tan de pronto que se ha ido,
preguntas y preguntas cómo ha sido,
no encuentras razón o ésta es escasa.

Tristeza a mi me causa ahora mismo
dudar de lo que escribo, y no quien soy
de dónde vengo, qué hago, a dónde voy,
e incluso hasta del mismo catecismo.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Gabriel Jaime Franco

Poética

Toda poética excluye e
intenta
construir su onanista paraíso.

Lo que mis ojos no vieron
lo vieron otros ojos.

Donde mi corazón no estuvo
otro se exaltó de dicha o de dolor.

Toda poética se ciega a sí misma,
despedaza su sextante,
a sí se siega.

De allí de donde no extrajo nada
mi razón ofuscada por su obsesión de soles,
otro trajo su porción de luz.

Toda poética construye su casa
con ladrillos que también son míos.
¿Por qué (pues) hacerla sin ventanas?

Lo que no alcancé a soñar otros lo soñaron,
y mi pasión no fue más alta ni más baja,
sino tan sólo mi pasión.

Toda poética es orín de perro,
límite,
miedo de ser lo que ya se era.

De donde no penetró mi ojo limitado
otros trajeron su fulguración, su chispa.

Yo nunca miré solo. Yo nunca miré solo.

Cuando la muerte se te acerque
no verás sino
tu ojo,
tu ojo,
tu ojo.

¿Leyendo a Fernando Pessoa?

1
Puesto que se es un hombre
no se es grande.

Mas es haber venido aquí tan grande
que haber creído ser un día
es haber sido.

2
Ahora hago en verdad esto o aquello,
mas no entiendo muy bien
por qué no soy un hombre que embetuna o hace fila,
quien ofrece cursos de ingles o enciclopedias,
algo así,
porqué no soy quien ora,
quien ahora muere,
quien intenta ser en esto
o en esto
o en aquello,

Porqué sólo soy quien se pregunta,
quien se deshalla y se descentra,
sólo quien intenta no sabe muy bien qué.

Por qué soy al fin quien soy, si fuera.

Mas fue creer haber sido tan grande,
que sólo haberlo creído es haber sido.

3
Haber sido un hombre,
haber creído serlo un día
es tan grande y triste y bello y solo,
que toda verdad por mí intentada
es tonta y grande,

pues ser es quien embetuna y quien ora y hace fila.
quien mastica esparto
quien se acoda en un balcón en Porto o Pernambuco.

Uno es en verdad un ser allí o aquí,
pobre y rica y maravillosa cosa siendo en el tiempo,
pobre y rica e innombrable cosa que se piensa.

Alguien muere, todo el tiempo, de verdad,
alguien está muriendo,
todo el tiempo, todo el tiempo, todo el tiempo,
todo el tiempo alguien está muriendo
en gerundio, ahora y todo el tiempo,

en gerundio, en gerundio ahora,

y soy siempre yo,
siempre yo,
de todas formas.

Es una cosa triste y maravillosa.

¡Es tan bello! Es casi insoportable.

Es tan bello.

¡Oh Dios, es tan bello y triste!

I

Puesto que se es un hombre
no se es grande.

Mas es haber venido aquí tan grande,
que haber creído ser un día
es haber sido.

Ahora hago en verdad esto o aquello,
mas no entiendo muy bien
por qué no soy un hombre que embetuna o hace fila,
quien ofrece cursos de ingles o enciclopedias,
algo así,
porqué no sería yo quien ora,
quien ahora muere,
quien intenta ser en esto
o en esto
o en aquello

Porqué sólo soy quien se pregunta,
quien se deshalla y se descentra,
sólo quien intenta no sabe muy bien qué.

Por qué soy al fin quien soy, si fuera.

Mas fue creer haber sido tan grande,
que sólo haberlo creído es haber sido.

II

Toda poética excluye e
intenta
construir su onanista paraíso.

Lo que mis ojos no vieron
lo vieron otros ojos.

Donde mi corazón no estuvo
otro se exaltó de dicha o de dolor.

Toda poética se ciega a sí misma,
despedaza su sextante,
a sí se siega.

De donde no extrajo nada
mi razón ofuscada por su obsesión de soles,
otro trajo su porción de luz.

Toda poética construye su casa
con ladrillos que también son míos.
Por qué entonces hacerla sin ventanas?

Lo que no alcancé a soñar otros lo soñaron,
y mi pasión no fue más alta ni más baja,
sino tan sólo mi pasión.

Toda poética es orín de perro,
límite,
miedo de ser lo que ya se era.

De donde no penetró mi ojo limitado otros trajeron su fulguración, su chispa.

Allí donde no pensara otros pensaron.
Un alguien que algo supo a mí me hizo saber.
Yo nunca miré solo. Yo nunca miré solo
Cuando tu muerte se te acerque
no veras sino

tu ojo,
tu ojo,
tu ojo.

III

Un nombre propio ofende.
Pienso un rostro, y ese rostro
ya no será más si lo nombro.

Toda precisión excluye,
taxa.

Mas la poesía es como niebla,
visible y viva,
lenta y móvil,
anónima e inaprehensible.

Pero la palabra hombre evoca:
Por eso un poco ahora sé cuánto me llamo Josefina,
Roberto y Luis Arturo,
cuánto ahora estoy diciendo y en otra parte sí,
don Francisco, cómo le parece,
cuánto ahora
pateo una piedrita en una calle de Skopje

cuánto estoy ahora
acodado en un pequeño balcón de Porto,
y cuánto ahora nada digo,

si dijera,

pues se dice o no se dice.

Nombrar es un accidente, si se nombra.

Esta es una silla y es ésta la piedrita,
don Francisco, cómo le parece.

En algún sitio alguien nombra,
reduce.

IV

¿Hablé un día?
¿Pronuncié palabras hiladas de tal modo que aquellos que viajaban conmigo volvieran los ojos, aguzaran sus oídos?
Que, al menos, se dijeran entre sí: «¿Entiendes lo que dice? ¿De qué sueño, de qué universo nos habla con palabras que también son nuestras?»
Nada. Nadie. Ninguno volvió sus ojos.
¡Y yo volví los míos sobre mi corazón de bruto, hacia mi sangre animal viva y cálida en su torrente vivo!
Bruto entre los brutos, pero con un ojo alerta, tampoco era nuevo mi corazón, ni más elocuente que la hoja muerta reposada de humedad entre el mantillo, donando su pequeña porción de luz, su delgada nervadura que volvía al torrente lento de la savia.
Una voz había allí, lo supe, bajo su magnífica humildad abandonada al flujo de lo vivo.
Y yo leí sobre la hoja y su tenue cedazo de nervios la alta metáfora de lo viviente.
Nunca tuve voz, también lo supe. Sólo palabras. Y oídos, maravillosos oídos para el eco.
Y la hoja muerta me conduce a la certeza de una soledad irremediable, pues yo no tengo voz para decirte todo aquello que en mí se mueve como una savia muda.

V

Y es un país el que desciende
hacia los tristes hangares de los muertos
desde las altas zonas del crimen
A su triste cortejo opongo
una voz quebrada,
un cansancio de sueños rotos
desde las dulces praderas de la infancia
hasta los días coronados de lutos.
Y es mi sueño el que desciende
hacia negativos vocablos
desde las altas cimas del amor.

VI

En la noche, y a sí misma
cercada por el miedo,
la ciudad desciende al día
circundada de esperanzas.
Pero preguntad por el cielo
en las tristes mansiones de dolientes,
preguntad por el amor
en los sucios hospitales
donde un niño parpardea por última vez
bajo una irónica luz de sodio
y el llanto de la madre
que enloquece de dolor.
No preguntéis tampoco,
en este país de políticos y escombros
quién fundará el sueño de la luz
después de las eficaces promesas de las bombas.
Todos cruzamos por el día
con un muerto cercano al corazón,
mientras la ciudad asciende hacia la noche,
circundada de venganzas.

VIII

Nosotros libramos guerras interiores
y nuestros son los muertos,
las brisas en salmuera,
los ojos inocentes
bajo tierras de minio.
Yo no tengo sino palabras,
preguntas,
pero declaro una guerra
a mi podrida patria.
Amor: no es nuestro el que desciende por el río,
entre muertos y sargazos.
Amor: un país espera
ascendiendo entre la greda.

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A QUÉ PENAR [Mi poema]
Fernando Rendón [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

A qué llorar, si no sirve de nada,
a qué sufrir, si todo ya está escrito,
si uno a penar, se encuentra ya suscrito
al iniciar su estancia en la manada.

De nada sirve rezar o lamentar
e inútil es igual, pegar un grito,
condenado estarás, siempre maldito,
por más que intentes, no lo podrás cambiar.

Lo que ha de pasar, eso es lo que será,
nadar has de evitar contra corriente,
resígnate a sufrir temporalmente.

Lo que ocurra después ¿quién lo sabrá?
no se ha visto ni a dios ni a su asistente
y nadie que se fue se hizo presente.
©donaciano bueno

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Comentario del autor sobre el poema: Existe una corriente filosófica, Determinismo, que mantiene que Dios todo lo tiene ya previsto por lo que no podemos hacer nada para cambiar el curso de la vida. En sentido contrario esta la de los que defienden el libre albedrío.

MI POETA SUGERIDO:  Fernando Rendón

De humanos

Bosque.
Encantado.
Talado.
Bosque ingenuo.
De humanos.
Bosque convertido en una legión de sillas.
De camas.
Bosque de armarios.
De ataúdes.
De espejos.
De espejos que reflejan el bosque derribado.
Bosque de lanzas con puntas de acero.
Bosque de hachas.
Bosque de animales que sacrifican animales.
Bosque del Bosco medieval,
del que se extrae la leña donde arderán los condenados.
Bosque de herejes que combaten, ardiendo en la causa.
Bosque de amor y resistencia.
Para repoblar la tierra de árboles, de agua, de animales y de humanos.
Bosque de fuego, guerra del amor contra los enemigos del bosque.

No existe un poema

No existe un poema
No hay una música que te llame a ti
Que te alcance a ti
No hay una melodía que haga viajar a tu espíritu

No existe un poema
No hay una música que te nutre a ti
Que te toque a ti
No alcanzaron las canciones para ti
Ninguna canción arcaica te abrazó a ti
Mi amor pobre de canciones de amor
No te correspondió ninguna herencia
Los dioses no te arrojaron llamaradas de flores
No hicieron descender sobre ti todo el rojo oro del universo
El oro de la música legendaria
Todo el embriagador son de las hojas al viento
Configurando el universo de seres que te abrazan
En el entretejido de todos los tiempos

Mi amor sin canciones

Siglo XXI

Entre dos comerciales el mundo ha cambiado

el papa editó un CD y recibirá su Grammy
mirándonos como siempre desde fuera del mundo

cantad todos en coro el nuevo CD
porque el amor ha muerto
y el mundo se ha hecho pedazos

la línea dura de los generales
bombardea a fondo la resistencia de la vida

la guerra es su fiesta largamente preparada

en un descanso de la orquesta
celebran la cifra de muertos enemigos

el bueno devino en malo
y el malo que se volvió bueno
es cada vez más asesino

la muerte tiene el control de los canales

El viaje está en la atmósfera

El poeta escribe todo de un solo aliento”
(Dylan Thomas)

El tiempo es breve, la lucha eterna.
Los siglos se resumen en un latido.
Debaten los antepasados únicos de todos:
y no hay un acuerdo secreto todavía en la sangre.
Cada hora es para la decisión.
El instante, para develar.
El relámpago abriga la dulce intemperie.
Despertamos: el sueño flota en su elemento.
En olor de multitud, también somos del viento; como el agua, del sueño.
El viaje está en la atmósfera.

Duermevela

A medida que moría,
me hacía humo.

Sueño que estoy soñando
tú estás en mi sueño con tus ojos llenos de amor
estás despierta contemplándome en tu sueño
nos soñamos los dos en un sueño en que no podemos tocarnos
este sueño es persistente y denso y lo envuelve todo
ahora se ve que ya podemos besarnos
este sueño es como el mar
sueño que estamos abrazados en el mar y que decimos disparates
este sueño tiene extrañas propiedades
puede estirarse y encogerse y no puede terminar
de quienes sueñan depende la vida de los muchos que no sueñan
sólo puede uno despertar y amar en un día abierto sin dejar de soñar
vivir contra la muerte y luchar en duermevela
atrayendo como un imán al tiempo que vendrá
porque solo lo que no existe no puede morir
en mi sueño la serena no existencia es más real
sé que hay qué fortalecer este sueño
es preciso que nos desvelemos muchas noches soñando
mejor un sueño sin orillas en que el mundo se libera
cada segundo una oleada de sueño derriba tu realidad y derriba a la muerte
y te ves a ti mismo viviendo por primera vez

De Secreta botánica

Somos unos jóvenes de apenas 2 millones de años
Es muy difícil vivir sin tratar de poseer una verdad
y es un trabajo de siglos,
Pero es más difícil alcanzar la verdad.
¿Y qué es la verdad?
La poesía es el dialogo sutil que pone punto final a la muerte y
a la guerra
ya que el precio del olvido del amor, es la guerra y la muerte.
El amor es el poeta de todos los planetas
sus rayos dan calor al pueblo sagrado
todo el amor del mundo existe pero no tiene donde vivir
nos hemos cerrado al amor aunque somos su casa, los suyos
su corazón que necesita ser habitado,
todo el vacío existe para contenerlo, para abrazarlo
y abrazados al amor y a su canto ser inmortales
¿Dónde te escondes? Nada se acaba nunca
Solo tú sabes cuál es la mano que escribe
y cuál es la mano que borra,
qué escribe y qué borra

– –

Ya habíamos recorrido una enorme parte del camino
Estábamos cerca del Techo del Mundo
El Techo del Mundo era una alta proa y el destino
El mascarón de proa era la Sierra Nevada
Y se agitaba con la furia del océano
Solo un ser sobrehumano podría asirse a la proa
Sin caer lanzado hacia el abismo
¿Y quién cabalgaría el fin del mundo?
Estábamos en la cima donde confluyen los soles
Asomados al equilibrio de los planetas
Desde el fin del mundo podíamos ver
las estribaciones de la historia
la geografía de los siglos ganados y perdidos
La Tierra dulce en su extensión embriagadora
tu amor real como los rostros de los dioses que vigilan

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EXTRANJERO [Mi poema]
Alberto Vélez Otálvaro [Poeta sugerido]

MI POEMA… de medio pelo

 

Pobrecito vagabundo
pues que lo quiso el azar,
caminante;
en el mundo nauseabundo
donde tan duro es soñar
discrepante.

Sin rumbo, luz ni sendero,
a remolque de tu sino,
que has de andar
huérfano de paz, viajero
derrengado y ya cansino,
y sin lugar.

Ni manta con que cubrirte
y el tiempo siempre en mal fario,
sudoroso,
y hasta incapaz de reírte,
harto de tanto rosario
y achacoso.

Pordiosero y sin hogar,
porque lo quiso el destino,
inclusero;
si hay dios, habrá de encontrar
un final a su camino,
de extranjero.
©donaciano bueno

Acaso existe una sensación más #triste...? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: A lo largo del tiempo los humanos se han ocupado de ir creando barreras, físicas, las fronteras, lingüísticas, culturales, religiosas....etc...lo que hace que a veces nos sintamos extranjeros incluso en nuestra propia tierra.

MI POETA SUGERIDO:  Alberto Vélez

EL GUAMO

Amanece. Sobre el guamo bañado
de rocío, un mirlo canta.
Sabor del tiempo en esa voz
y en esas plumas que arden
sin comunicarse nunca. El mundo
se despierta a la tristeza, a sus
habituales tareas, insistiendo en
su afán de no caer en el olvido.
Pobre empeño. La voraz Boca no
dejará sucio ningún hueso.
Y sin embargo, nadie negaría
la belleza del día que se abre entre
la niebla. La humedad y la luz
besándose se apartan. Los niños
se levantan con sus juegos. Los
mugidos de las vacas llenan de
lechosa alegría los establos. Terminan
los hombres y mujeres sus batallas
de amor. Y el mirlo canta
sobre el guamo bañado de rocío.
Mi corazón lo ve todo desde un
sueño. Sé que no soy el mirlo
ni la mañana que se abre, sino el
tiempo que es todas las cosas. Él
nos une, separándonos. Mi gozo
es el gozo de sorprender un
nacimiento, la florescencia de la vida.
Mientras ese secreto nos sea revelado
no importa la certeza de ser carne
abatida, carne sin tiempo duradero.

POÉTICA

Cualquier distracción
Y el poema rueda por
Las patas de la mesa.
Inevitable.
Hay que amarrar las palabras con alambre
Sujetarlas al lápiz
Y obligarlas al rigor.

En ocasiones, esa brutalidad
Halla respuesta: las palabras
Mueren de tristeza.

Algunas veces, resisten
Los más violentos tratos y
Surgen brillantes, livianitas,
Convertidas en oro hilado.
También, en otras circunstancias,
Toleran las distracciones del poeta
Y ellas mismas se organizan,
Danzan su baile loco,
Hasta que todo es una orquesta,
Un arco iris,
Una llama.

Uno nunca sabe,
Lo que puede pasar.

MI PADRE

Lo vi durante años hacer el mismo gesto.
Envejeció él,
No el gesto, que siguió siendo joven.
Lo pienso y un escalofrío
Me recorre.

¿Seré yo así?
¿Me habrán visto los otros envejecer
Mientras un gesto mío,
Cualquiera,
El más pequeño,
Conserva su frescura,
Me roba la juventud
Que me abandona?

MEMORIA

El mundo entonces eran las muchachas.
Los senos tenían nombres. Y las bocas.
A veces, el sueño estallaba en nuestras manos
Y las ingles se inflamaban de un licor espeso,
Regalo de los dioses.
Mañanas y noches de la carne,
Cuerpos cayendo por el fin del tiempo.

Fueron largos los insomnios.
Sin descanso, la sangre fluyó hasta nuestros miembros
Y faltó el aire para un deseo que no cesó ni esperó tregua.

Y los muchachos de entonces
alardeamos de las batallas que perdimos.

Su odiosa blancura…

Su odiosa blancura me repugna. Parecen
cadáveres. Y tienen la fuerza de los
cadáveres: su indiferencia, su soberbia
callada. Con esa fuerza nos han vencido,
nos han reducido a lo que ahora somos: una
balbuciente raza de mendigos.
De: Voces de Baguí

Una palabra…

Una palabra lo es todo: encuéntrala, y
cuando la encuentres no la digas: llévala
en ti, guárdala, porque ella será tu
defensa contra toda desolación y toda
muerte. No la digas. Que tu lengua no sepa
lo que al corazón ocupa.

Me hundo…

Me hundo. Entro en ti como en un río.
Aguas adentro persigo tu guarida. Una y
otra vez recorro el mismo trecho, la misma
oscuridad, el mismo templo. Los dos
gritamos sobre el mundo. Y de nuevo,
afuera, la guerra, la suciedad, el asco.

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CUANDO AMAINE LA TORMENTA [Mi poema]
Clemente Althaus [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

El día en que ya amaine la tormenta
saldremos nuevamente a pasear
al lado de la playa, junto al mar,
sin miedo a ver si el cielo se presenta
con ansias de matar.

Iremos al que fue nuestro lugar
allí donde pasamos tantas horas
mirando a los veleros navegar,
tomando un refrigerio en nuestro bar
ausentes de demoras.

Veremos el reflujo de las olas
sentados, y abrazados, en la arena,
mirando como el agua se serena,
soñando que es un campo de amapolas
que calma nuestra pena.

Haciendo una plegaria a la esperanza
de un tiempo que pasó y hoy sin futuro,
cual fruto que de un árbol cae maduro
y arrastra su pesar con la añoranza
de un cielo más seguro.

Cogidos, como siempre de la mano,
sanando al caminar nuestras heridas,
haremos de las idas y venidas
motivos para amarnos, más cercano,
sin miedos a embestidas.
©donaciano bueno

#Recuerdos del ayer, antes de la #pandemia? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Clemente Althaus

A una ciega

¡Cómo hasta el alma me llega
mirar el llanto tenaz
con que tu pupila ciega
silenciosamente riega
lo marchito de tu faz!
Para la vista y el llanto,
mezclando el mal con el bien,
ojos nos dio el cielo santo:
mas ¡ay! tus ojos no ven,
¡ellos que lloraron tanto!
Fuentes de mar encendido,
muertos a luz y color,
vanos son para el sentido;
sólo sirven al dolor
que puso en ellos su nido.
Despertando a la natura,
en vano el brillante día
sucede a la noche oscura:
para ti, muy más sombría,
noche sempiterna dura.
¡Qué de gozos tienes menos
y que de bellezas pierdes!
Cielos limpios y serenos,
frescos valles, campos verdes,
y prados de flores llenos.
¿Cómo será que concibas
lo que son excelsos montes,
aguas bullentes y vivas,
infinitos horizontes
y lejanas perspectivas?
¡Infeliz, que el elocuente
rostro humano no conoces,
y hablar no ves juntamente
la faz de aquel cuyas voces
tu oído entre sombras siente!
En vano la creación
allá en lo alto y a tus plantas
ostenta su perfección:
para ti bellezas tantas
como si no fueran son.
Para tu muerta mirada
que nunca la luz alegra
la creación enlutada
es una página negra
del gran libro de la Nada.
Mas, si a tus ojos faltar
pudo el oficio de ver,
¡con cuánto exceso el pesar
cumplir les hizo el deber
y el oficio de llorar!
Para la vista y el llanto,
mezclando el mal con el bien,
ojos nos dio el cielo santo:
mas ¡ay! tus ojos no ven,
ellos que lloraron tanto!

A una señora

Mudanza tú no conoces,
joven siempre y siempre bella;
ni en ti la más leve huella
dejan los años veloces.
Como en mi infancia la vi,
contemplo tu beldad hoy,
cuando del tiempo ya estoy
mostrando la injuria en mí,
Que de beldad tan divina
aún el Tiempo se prendó,
y dijo: «No quiero yo
causar tu lenta rüina.
Condena la cruda suerte
todo lo que tiene ser
a que sienta mi poder
primero que el de la muerte.
Mas mi saña te perdona;
sólo en ti no la ejecuto,
y te eximo del tributo
que se debe mi corona.
que venga la muerte dura
y fin a tu vida dé;
mas yo te respetaré,
¡Oh milagrosa hermosura!»

A una señorita bellísima

Hermosísima reina del sarao,
con quien apareciera menos bella
la esposa desleal de Menelao,
como al rayo del sol la última estrella;
¡Ay! que mañana voladora nao,
mientras imprima aún su leve huella
en la blanda almohada tu mejilla,
me apartará por siempre de esta orilla.
¡Dichosa danza que tu talle estrecho
enlazar con na brazo me consiente,
y que lata de amor mi ardiente pecho
junto a tu pecho cándido y turgente,
y que tu aliento beba en quien sospecho
que Amor respira su vital ambiente!
¡Ah! de felicidad tan soberana
solo el recuerdo quedará mañana.
Apenas te conozco, ya te pierdo,
cuando en mi corazón y en mi memoria
ha de durar eterno tu recuerdo:
así tal vez ensueños, transitoria
visión endiosa el alma que, en su acuerdo
volviendo al despertar, llora su gloria;
y yo así lloraré cuando despierte
sin esperanza de volver a verte.
¡Injustas quejas! vale más que, apenas
vista, te oculte a mí la suerte avara;
que por siempre cautivo en tus cadenas,
si más tiempo te viera, me quedara;
y, habitando por ti playas ajenas,
familia, patria, todo lo olvidara,
y aún la ambición perdiera y sed de fama
que a grandes cosas mi destino, llama.

Al Perú

No tanto el rico abono te insolente
que hoy tan famosa te hace cual ya el oro,
que no es eterno, oh patria, tal tesoro
y su fin aceleras imprudente.

De haberlo poseído vanamente
te ha de quedar entonces el desdoro,
y la miseria y el inútil lloro
del que en hora tardía se arrepiente.

Que, aunque mil fuentes de riqueza tienes,
todas por ésta tu confianza olvida,
con que justo será que luego penes:

Teme que cuenta el Creador te pida
de tantos raros malogrados bienes
de que indigna la tierra te apellida.

A la tarde

¡Yo te saludo, dulce encantadora
indefinible hora,
donde se unen y mezclan noche y día!
¡Hora de suave calma
y de vaga inefable poesía!
¡Oh romántica virgen sonadora!
a tu triste beldad ceda la palma
la rozagante Aurora:
que su faz leda y su mirada viva
menos al tierno corazón agrada
que tu faz pensativa
y dulce melancólica mirada.
¡Qué bella eres, qué bella,
ostentando en la frente
como un diamante, la amorosa estrella,
mientras el sol que brilla
con moribunda luz en occidente
arrebola tu pálida mejilla!
¡Qué bella, cuando a veces sol y luna
en ti el sereno firmamento aduna,
cual de un palacio la mansión gloriosa
junta a un monarca y a su excelsa esposa!
¡Cuánto me plugo siempre en tu reposo,
de la ciudad huyendo
la confusión y estruendo,
irme poetizando silencioso
a los campos mas tristes y desiertos,
do sólo llega el son de la lejana
plañidera campana
que habla de es ausentes y los muertos!
Y lejos de los hombres y del vano
conversar ciudadano,
las más altas verdades,
moradoras de augustas soledades,
allí, vate filósofo, medito,
y el destino del hombre y lo infinito,
y en silencio converso
con el alma que llena el universo!

A la mar

Descubra ufana la pomposa tierra
las maravillas que su seno encierra:
cual mares de colores,
sus llanos muestre de verdor y flores;
sus selvas, montes de nevada frente
y las ciudades que levanta el hombre;
su variedad ostente,
y con lo rico y lo diverso asombre.
A ti tu austera desnudez te basta,
océano gigante;
y mientras que la tierra matizada
mil colores y mil luce sin cuento,
un color sólo basta a tu semblante,
como al semblante azul del firmamento.
Siempre gocé en tu aspecto, ya te viera
desde firme ribera
contrastar por tu estruendo y movimiento
con el callado inmóvil elemento;
y recreado, en tanto
que en la orilla tu espuma se dilata,
orlar te mire tu cerúleo manto
con rica fimbria de luciente plata;
ya, lejos de tus playas,
habitador de trémulo navío,
te viera en torno mío,
ir a perderte en el inmenso cielo,
cual si él te limitase por do quiera,
y todo mar el universo fuera.
Mas, aunque ocupas del común planeta,
inaquietable mar, la mayor parte,
no basta tanto imperio a contentarte,
que a más aspira tu ambición inquieta:
fiero desdeñas con poder diverso:
el imperio partir del universo:
a dominios sin límites aspiras
donde te tiendas sin confín ni vallas;
y a la enemiga tierra
eterna mueves implacable guerra,
y en derredor azotas sus murallas
con tus rabiosas ondas sitiadoras;
sus altos lindes sin cesar invades,
y ensanchas tus estados
con las vastas provincias que devoras.
Tal vez cual diestro atleta, te retiras
para tornar con ímpetus doblados
a descargar tus formidables iras
y ella, temblando muda,
resiste apenas tu inmortal asalto
y teme que sus campos y sus selvas,
sus empinados montes más aerios
y sus grandes metrópolis e imperios
a sepultar bajo tus ondas vuelvas.
Aún el tiempo recuerdas en que ufano,
cual reino tuyo, la ocupaste entera,
cuando de Dios la vengadora mano,
a castigar del hombre los delitos,
lanzó desde la altura otro océano.
¡Cuál diste de placer largo rugido,
cuando reinar te contemplaste solo;
cuando, de polo a polo,
ceñiste el universo estremecido,
cual lidiador que con el peso abruma
del vasto cuerpo a su rival caído!
Inmensa noche te cubría en torno,
horrenda noche, donde
su luz negaba la menor estrella,
noche que sólo se igualara a aquella
que lo más hondo de tu abismo esconde:
y en su negro silencio funerario,
con el bramido de tus ondas bravas
y ronca voz del huracán, cantabas
tu triunfo solitario.
Mas fue breve la edad de tu conquista:
a sus antiguos lindes
el gran volumen de tus ondas baja;
y, como salva náufraga, fue vista
sacar la tierra de tu azul mortaja
la sumergida frente,
y de selvas la espesa cabellera
que sobre el ancho pecho goteaba
de tus saladas ondas el torrente.
Y aunque la tierra en la inmortal promesa
de la bondad divina
de segundo diluvio se asegura,
no aleja empero su postrer rüina
y su infalible destrucción futura.
Contó el Señor los siglos de su vida,
y los tuyos también: vendrá ese día,
a ella y a ti de espanto,
en que con la agonía de la tierra
mires también llegada tu agonía;
y a sus gemidos últimos respondas
con el medroso llanto
y bramador gemido de tus ondas.
Ella remedará tu movimiento,
por el vaivén violento
de internas tempestades sacudida,
y mostrará sus lóbregas entrañas,
y el mar de fuego que su centro llena;
y tú, tus ondas hasta el cielo irguiendo
copiarás sus altísimas montañas
en Andes de agua, entre uno y otro abriendo
profundos valles de revuelta arena.
Y a grandes trechos, tu anchuroso y hondo
secreto lecho dejarás vacío:
cual flota inmensa de varadas naos,
se verán tus atónitas ballenas;
y huyendo bajarán a tus enjutas
llanuras los terrestres animales,
y a guarecerse irán entre tus grutas
y entre tus rojas selvas de corales.
Y en mortal confusión, cada elemento.
De sí mismo y los otros enemigo,
y luchando con todos y consigo,
en nuevo caos tornarán el mundo,
hasta que baje la ira justiciera
y abrase viva llama
el vil teatro del humano drama
que en otro mundo el desenlace espera.
Cual bebe sol de estío
menuda gota de fugaz rocío,
así te sorberá súbitamente
la sed rabiosa de esa llama ardiente:
no quedará de ti recuerdo vano;
y entonces solo Dios, vasto océano
sin fondo ni ribera,
inundará la inmensidad entera.

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MIS MEDIOS DE TRANSPORTE [Mi poema]
Francisco Cervantes de Salazar [Poeta sugerido]

MI POEMA...de medio pelo

 

A mi, el coche me lleva y me trae y yo se lo agradezco
consciente de que su esfuerzo es duro y nunca lo merezco.
Aunque la duda no cabe, si uso hacer de bicicleta,
que así es más saludable mover el cuerpo hasta la meta.

Sin embargo, reconozco, al patinete me resisto
no está hecho para mí ni yo para él y por eso desisto.
El tren es molón, es ágil, me trae reminiscencias
en él yo me relajo, me duermo y calmo mis dolencias

Que aunque admito que es seguro, a mí el volar me da miedo,
si ello es posible intento evitar y en tierra yo me quedo.
El autobús, la moto, el metro los tengo ya en desuso,
y es que hoy por hoy mis piernas son sin dudar las que más uso.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Cervantes de Salazar

CANTANDO PARA NADIE

La cólera, el silencio,
Su alta arboladura
Te dieron este invierno.
Más óyete en tu lengua:
Acaso el castellano,
No es seguro.
Canciones de otros siglos si canciones,
Dolores los que tienen todos, aun aquellos
-Los más- mejores que tú mismo.
Y es bueno todo: el vino, la comida,
En la calle los insultos
Y en la noche tales sueños.
¿A dónde regresar si solo evocas?
¿Amor? Digamos que entendiste y aun digamos
Que tal cariño te fue dado.
Pero ni entonces ni aun menos ahora
Te importó la comprensión que nos buscaste
Y es claro que no tienes,
Bien es verdad que no sólo a ti te falta.
La ira, el improperio,
Los bajos sentimientos
Te dieron este canto.

LÍNEAS

A Carmencita y Justo

Hay un gesto extraño en estos días
Que desde la luz te mira.
Tal vez la historia en sus hieroglafías
Canta o calla, avanza o se retira.

Tal vez no existes y caminas,
Tal vez eres tan sólo ese «tal vez».
¿O serás esa sombra en las esquinas
Y no llegues ni siquiera a su revés?

En vano te preguntas ya
Cuanto es posible se pregunte.
Algo que nunca fuiste va
Extinguiéndose y no va
Reviviendo disidente.

Terminas de escribir
Y mañana que tal leas,
Ya no podrás vivir,
Tus altas y bajas, las mareas.

Y bueno. Firmarás las líneas
Sin corregir las otras líneas.

PARA ENTENDER EL ALFABETO

El animal piensa: «Nada nuevo;
Pensaré lo ya pensado muchas veces».
Y en su cansancio se dirá: «Debo
Indiferencia al triunfo y sus reveses».

Escribirá algunas letras, luego,
Como para entender el alfabeto
Y lo que en él parece ruego
O imprecación, canto, esqueleto.

Algo amarillo o sólo amarillento.
Anota entonces simuladamente
Palabras que son el mismo intento
De toda su vida y de su mente.

Mas algo no repite y no lo sabe.
Por eso es lo que es y añade:

«Las letras protegieron un secreto
Que hoy no se comprende.
Lo protegen aún, ¿ya sin objeto,
O ellas son el objeto que protegen?

«En el énfasis agotaron su existencia
Y fueron una nada vehemente.
Son lo que fueron: el juez, la audiencia
Y la efigie de acusado ausente».

HOMENAJE A BOSCÁN

(y a Luis Cardoza y Aragón)

No hablemos de tristeza

Pues tristeza

Es la materia misma de la lengua:

Es triste hablar
De todas formas

El canto en ocasiones
nos redime
Pero sólo mientras es,
Durante el sueño
que resulta
del cantar.

Amigo Garcilaso,
¿lo recuerdas?

Tristeza, pues yo soy tuyo,
Tú no dejes de ser mía.

El hermano de armas tuyo
Y de letras,
En fin, tu hermano.

SUEÑA DON SEBASTIÁN

Conozco a quien soy, no a quien seré.
Y no soy yo, es la leyenda.
Dos actores sé, que actuaron
Prólogos de mi veloz presencia.
Bien sea que aquí ya vengo.

Soñé, viví en la fiebre
¿De qué manera diferente
la vida permitido se me hubiera?
Mas viva era la fiebre
Contracorriente.
La fe, sus cuatro brazos,
Los ojos ciegos de las Quinas
Y el vivo resplandor de las arenas.
En un momento,
En tanto oleaje de las sueltas ropas
Al yatagán disimulaban,
Aliento extremo me arrancó
De esa imagen compuesta por azares
Ya no identificables,
Si bien que miserandos.
Espero desde entonces
La barra, el puerto,
Tronando los cañones de mi nao.

MEDITACIÓN DE VIERNES SANTO

Perderlo todo,
Que la desolación
Se lleve al polvo.
Que un viento
Tengamos por vestido
Y por compañera

Sólo
La certeza de la muerte.
Ésta,
Nadie
Nos la arrebatará,
Aunque demore.

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SI DIOS YO HUBIERA SIDO [Mi poema]
Carmelo Chillida [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Si Dios yo hubiera sido habría hecho
un mundo en que los niños no crecieran
blindando la inocencia por derecho,
y a aquellos que aceptarlo no quisieran
por culpa de un agravio o de un despecho
sin ver de ser adultos se murieran.

Los niños seguirían siendo niños
haciendo allí que el tiempo se parara,
sujetos de ternura y de cariños
conscientes de que el mundo lo abrazara
a base sonreír y haciendo guiños
asi se oponga el dios que lo fundara.

Jugando a molestar y haciendo el burro
en base a travesuras y trastadas,
diciendole a sus padres: que me aburro
y así de nuevo vuelta a las andadas,
si pillo aquí te cojo y te espanzurro
gozando de pegar unas patadas.

Que el mundo fuera un juego, ¿te imaginas?
sin trampas ni cartón, sin falsedades,
sin odios, sin revanchas, sin inquinas.
Gozando todo el tiempo de amistades,
sin nunca más pensar en medicinas
y el cielo así tocar. Felicidades.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Carmelo Chillida

Coro

El César habla solo,
habla para sí mismo
y a sí mismo se deleita
con el sonido de su voz.
El César habla solo,
no a los otros, salvo
para ordenar o humillar.
El César habla solo
pero necesita estar
rodeado de gente para hablar.
Los otros son convocados
estrictamente para cumplir
la función de coro, para corear
en el momento oportuno
las consignas del César.
Y ay del que desafine.

Decidieron subir al Ávila.

Hacía un fuerte sol, ni una nube en el cielo.
Se internaron en la gran montaña verde
y en minutos todo era árboles,
tierra, piedras, riachuelos.
Caminos abiertos sólo para ellos.
La ciudad no existía.
Subieron tomados de la mano,
respirando profundo.
Después de un buen rato se sentaron a descansar,
a contemplar, a agradecer
sólo por estar ahí, por todo ese paisaje
que se ofrecía para ellos, dos simples mortales.
Cuando empezaban a bajar,
surgieron súbitos remolinos
que estremecían los eucaliptos.
Dos, tres, cuatro gotas, truenos,
y de pronto estaban ya
bajo un fuerte aguacero.
Apuraron el paso, pero de todos modos
al llegar abajo estaban empapados,
empapados y reían
y se detuvieron a besarse
bajo el agua.

Al llegar a la casa, no se bañaron
en la ducha sino que se desnudaron
y así, llenos del verde de la montaña,
mojados en agua de cielo,
hicieron el amor sobre el edredón de la cama.

¿Qué más, qué más se puede pedir
en esta vida?

Aunque es domingo en la mañana,

el timbre repica y vuelve a repicar.

Vienen a ofrecerte el último objeto
que aún no ha salido al mercado, a un precio increíble.

Quieren que escuches la Palabra de Dios, interminablemente,
que compres una biblia y salves tu alma del infierno.

Han sido designados para entregarte un premio
que ganaste en una rifa
para la que no compraste ningún boleto.

Te harán una oferta que no podrás rechazar.
Sólo tienes que firmar este papelito,
pero eso sí, no con tinta
sino con tu sangre, un pequeño detalle.

Tú los observas por la mirilla, sosteniendo el aliento y la risa.
Que se queden ahí todo el tiempo que lo deseen,
que el timbre repique y repique.

Pueden estar seguros de que esta puerta no se abrirá.

Que vayan a tocar al apartamento de al lado,
a ver si encuentran alguien dispuesto
a perderse esta espléndida mañana de domingo.

De niño mi abuela me leía los horóscopos

y yo los escuchaba como si contuvieran un aire oracular.

Luego crecí y no leía horóscopos
o, si los leía, no les daba mucha importancia.

Algunas veces, trabajando en un periódico,
la astróloga olvidaba enviar su horóscopo.
Y me tocaba a mí escribirlo, signo por signo,
juntando retazos en mi memoria
de los horóscopos que había leído
sin pensar qué pensarían los lectores en espera
de guía espiritual, y sin remordimiento alguno.

Un día conocí a una mujer
a la que le gustaban mucho los horóscopos,
casi tanto como ella me gustaba a mí.

Todos los fines de semana me leía mi signo
y luego me leía el suyo.
Yo escuchaba prestando enorme atención;
tanta, que volví a sentir ese aire oracular.

Besos y caricias acompañaban siempre la lectura.
Nos deteníamos en las frases promisorias
y nos burlábamos de los malos augurios.

Así me fui aficionando a los horóscopos.
Era lo primero que leía en el periódico.

Pero fue pasando el tiempo
y, casi sin darme cuenta,
cada vez me fijaba más en las frases que ocultaban amenazas
que en las que ofrecían un futuro lleno de paz y amor.

Así andan ahora las cosas.
Los fines de semana ya no compro el periódico.

Adivinen por qué.

Te debo una disculpa, Strand,

por intentar copiar tus versos.

Y otra peor: por no haber logrado
siquiera una imitación decente.

Releyéndote, enteramente sumergido
en tus poemas, de pronto la página se me resbala
de los dedos y brinca sola hasta la primera
y me encuentro la escritura manuscrita:
For Carmelo! / Mark Strand

Y es entonces cuando recuerdo que te conocí
en el hotel donde te alojabas en Altamira,
y estuvimos conversando por lo menos una hora.

Siempre sonriente, siempre irónico.
Siempre delirantemente jocoso.

Recuerdo que te pregunté
si te habían llevado a la playa
y me dijiste que para el viaje a Los Roques
había que levantarse a las 3 de la madrugada.

Y ese último añadido, tan tuyo:
“A esa hora yo no me despierto
ni para ver a Dios”.

El zumbido de las moscas

inunda la casa en estos días calurosos.
Las moscas vuelan en zigzag,
zigzaguean, pesadas,
más que los mosquitos
pero menos que los moscardones.
Zum zum, su zumbido
interrumpe el silencio del que lee.
Nos distrae de lo que estábamos haciendo.
Nuestra mirada se queda flotando en el aire.
Zum zum, su vuelo es errático,
cambian de dirección a cada instante.
De pronto la Mosca Reina irrumpe en la cocina.

Sus costumbres y hábitos,
el asco que inspiran:
ese es el poema de hoy,
el poema de las moscas.

En otro tiempo, de toda la vasta fauna,
el poeta sólo escribía sobre las golondrinas
(que no volverán).

Pero hoy no está el clima como para golondrinas.
Kalathos Ediciones

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DE LOS HOMBRES Y SUS MISERIAS [Mi poema]
Teófilo V. Méndez Ramos [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Los hombres, esos seres pretenciosos,
obsesos de rencores y rencillas,
que gozan de ir poniendo zancadillas
y siguen con su hedor dejando posos
y lo hacen de cuclillas.

Los hombres, esos tipos casquivanos,
de aquello que carecen presumidos,
que salen a aplaudir en los tendidos
haciendo una peineta con sus manos
cual fuera estar bebidos.

Crueles por demás, depredadores,
-que allí lo que se pilla, allí se mata-,
y apropian del derecho, es otra rata
de un mundo en el que creen son señores
que van a cala y cata.

Los hombres, esos mismos que se venden
por plato si así fuera de lentejas,
se pasan deshilando las madejas
del hilo de su vida en la que penden
mirando entre sus rejas.

Los hombres, seres tan contradictorios,
parece van cazando musarañas,
perdidos en la duda en las marañas,,
ahogados por sus mismos abalorios,
tirando de artimañas.

Los hombres con derecho de pernada,
creando van ficticios sus altares,
ocurre que un mal día llueve a mares
y vuelven a tornar hacia la nada,
que allí solo hay pesares.
©donaciano bueno

Los #hombres, sobrevalorados? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Teófilo V. Méndez Ramos

Andarás por la vida

Andarás por la vida
abismado en ti mismo;

Abismado en ti mismo y el alma dolorida,
enferma de lirismo.
Andarás por la vida, absorto en tu quimera
sin reparar que es buena
la vida… Y que la pena
agostó tu primavera.

Y el dolor será lumbre,
y el dolor será, entonces, piadosa claridad
que orientará tu vida hacia la ansiada cumbre
de la serenidad.

Y ardiendo en sacro fuego, has de llamar hermano;
como el Santo de Asís;
al gusano infeliz.

Ansiedad

Ven, amada;
anhelante mi espíritu te llama

En la fuente piadosa de tus labios
apagaré mi sed,
y bendita serás como la dulce
samaritana bíblica.

¡0h, mi sed de ternura!
Ven, amada;
anhelante mi espíritu te llama.

Añoranzas

(Ofrenda) (Octubre 15/ 1920)

¿Recuerda amada mía?
Era al caer de la tarde…
y al oído te decía
mientras la tarde moría:
;Mi corazón de amor arde;
Y en tu faz vi retratada
duda… Asombro… Alegrías…
y una fugitiva mirada,
me hizo ver Aída, adorada,
que tú también me querías.

Mientras la fuente ritmaba
su canción en la pradera,
con cuanto amor te miraba,
con ternura te hablaba
de mi ideal, de mi quimera…

Por las montañas plateadas
surgió pálida la luna;
y en las sendas perfumadas
las manos entrelazadas
corrimos tras la fortuna.

En la quietud del ambiente
só1o la fronda cantaba
su canción triste y doliente.
Mientras tanto, dulcemente
con tu aliento me embriagaba.

El dolor de mi vida

Los sanos optimismos de mis mejores días,
aquellas soñaciones, perfume de mis años,
se van desvaneciendo con las melancolías
de las desilusiones y de los desengaños.

Jardines florecientes… aromas… luz de luna…
el parque rumoroso teñíase de plata;
los tibios besos de Ella y la tierna risa de una
fontana, desgranaban divina serenata,

Florecen los rosales… la fuente siempre ríe…
y el beso de la amada mi boca no deslíe!

Mis ansías infinitas de ritmos y armonías,
anhelos imposibles de estrellas y de auroras,
rumores, aves, trinos y vagas melodías
me curan de la vida qué sangra a todas horas.

Flores del cementerio

Florecerán las rosas… pero al cierzo
del invierno estarán descoloridas.

Al contemplarlas mustias,
cual enjambre de negras mariposas
se posarán en tu alma
los recuerdos de dichas que ya huyeron,
de muertas ilusiones.

Y evocaras, a solas,
mis instantes de angustia, de hondo anhelo,
de un poco de tu amor que no llegaba
y el mundo de ilusiones que forjara
para ti, solamente, mi alma enferma.

Al fin comprenderás que fui sincero,
que te amé sobre todas las mudables
y efímeras cosas de la vida;
y al fin comprenderás que soy el mismo,
porque te he perdonado de la herida
que abriste sin saberlo en mi pobre alma.

Florecerán las rosas… pero al cierzo
del invierno estarán descoloridas.

Pueblo mío

Pueblo dormido entre el breñal salvaje,
tus ansias son mis ansias, pueblo mío;
si te alegras, también como tu río
discretamente, así como el frondaje.

En mi pupila absorta, tu paisaje
pensativo y senil, tiene el impío
alarde de cíclope bravío
Que se resuelve en blanco cortinaje.

Cortina de picachos gigantescos
que quisieran llegar a las estrellas
y abrazarlas en ímpetus dantescos.

Pueblo escondido, ¿seguirán tus huellas
de genial artista, en los arabescos
y tenues ritmos de tus fuentes bellas?

Seguiré mi camino

Seguiré mi camino soportando la carga
de un amor imposible. Siempre fiel al Destino,
seguiré mi camino
sin sospechar siquiera que la jornada es larga.

Mi juventud marchita dirá de la tristeza
de los años vividos… y, compasiva e inquieta,
miraras al poeta
taciturno, que llora la sed de tu belleza;
Sin poder consolarle de secretas angustias,
rezarás tus plegarias al Señor, sabio y bueno;
sin embargo, el veneno
del amor, mis mejillas mantendrá siempre mustias.

Seguiré mi camino soportando la carga
de un amor imposible. Siempre fiel al Destino
seguiré mi camino
sin sospechar siquiera que la jornada es larga.

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CEGUERA [Mi poema]
Ela Cuavas [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

La soledad me come, ronronea
un halo de silencio incandescente,
la bruma en mi lugar se hizo presente
e impide en la distancia que yo vea.

La gente del lugar mirando al frente
avanzan ayudados de una tea,
no precisan otro apoyo en la marea,
luminaria es para ellos suficiente.

La oscuridad me invade el subconsciente,
ellos ven, yo no veo, tienen suerte.
Yo, poeta de la vida y de la muerte

a veces transgresor, algo inconsciente,
trocaría por la suya hoy mi mollera
para creer linchando a mi ceguera.
©donaciano bueno

No hay mayor #ciego que el que no quiere #ver? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ela Cuavas

Alejandra Pizarnik

Ha amanecido nuevamente,
pero el mundo ya no es lo que antes fue.
Todo está agrietado y disperso como mi alma.
Estoy sentada en una piedra,
solo conservo mi boca y mis mordidas uñas,
lo demás se perdió en el naufragio.
Los peces lo comieron tímidamente.
Leo sin ojos mis poemas,
me las arreglo para que sea memoria mi boca.
¿De qué me servirá mi verbo en este mundo que me inaugura?
Es como comprar un vestido roto.
Siempre soñé este Apocalipsis
conmigo sobreviviendo a sus sombras.
Ahora debo inventar un nuevo lenguaje para nombrarme.
Intentaré un canto de ave,
pero aquí no hay aves, tendré que inventarlas.
Pero primero inventaré el bosque.

Escrito desde el purgatorio

Mis huesos desnudos
no son necesariamente una mala señal,
es probable que en el afán de mostrarte
el color de mi alma la sonrisa desfigure en mueca.
Apuesto que no me has visto por la calle
con mi paraguas negro y mis libros en la mano;
cuando me veas, obsérvame bien,
pues pueda que yo sea uno de los tantos zombis
que habitan esta ciudad y cualquier madrugada
peques por necrofilia.

Yo trabajaba en una oficina y creían que estaba viva,
yo trabajaba en una escuela y decían que estaba viva,
yo alimentaba a los niños y comía yo también
con las mandíbulas bien apretadas
y aún así decían que estaba viva;
pero en las noches me asomaba a la ventana
y veía a mamá remendando mis alas con su sangre.
¿Por qué no puedes hablar de tu madre
sin que broten las lágrimas?
Es que madre no sabe que estoy muerta
e insiste en coserme un vestido de bodas.

También hubo un tiempo
en el que bailaban las estrellas en mi cuarto
y papá sabía que ensuciarían mi cabello,
aún así, no las apagó;
pero ahora es el agua la que me inunda,
y llevo una mariposa azul en la solapa
que huye de la mandrágora.
Sílabas y sílabas, alfabeto derramado
sobre las margaritas del patio.
He puesto comas donde iban los guiones
y tengo ganas de escribir pero mi mano delira.
Quiero gritar que la muerte no tiene boca
ni posesión de gusanos,
sólo una triste cara detrás de un escritorio.

Te sedujo el canto de un pájaro

Tú me esperabas frente a la galería,
con aquella blusa azul casi transparente
y una fina sensualidad en tu labio inferior
que no necesita lápiz,
porque las mujeres como tú
son más que carne.
Yo, al otro lado, en la estación,
viendo partir autobuses,
con la tristeza de un judío
que ve partir el tren en una película nazi,
atravieso la calle; y el agua y sus colores
se desvanecen lentamente en la acera;
los cristales de la galería revelan
las trampas de la luz.
Eres la mujer con la que soñé una noche,
sentada en mi mesa,
bebiendo de mi vaso,
bailando un jazz de John Lee Hooker,
cabello azabache, ojos de pantera.
¿Dónde hubiéramos ido esa tarde
de alucinados demonios
en la que neones y automóviles
nos ocultaban el cielo?
Aquel día que no quisiste seguirme
porque te sedujo el canto de un pájaro
y yo tuve que devolverme ebrio
a mi barrio de hojalata.

Georg Trakl

Soy puntual y perfeccionista en mi trabajo,
es una forma de gobernar mis miedos;
si pudiera vivir solo para el arte
esta ciudad no sería una condena
y mi alma dejaría de ser un girasol ensangrentado
pudriéndose en la mitad del bosque.
Quiero la palabra que me condene o me salve.
Oficiar cada noche como un monje invisible.
Ordenar el mundo en un poema.
Hacer de los gusanos sagrado alimento.
Pero la vida es dura y mi voluntad no me pertenece ya,
tengo un amor culpable de estirpe maldita,
pero sagrado como el viento bajo los robles.
Mi garganta está llena de sangre
y solo busco la oscuridad de las tabernas;
el vino amargo para apaciguar los sedientos caballos del alma.

Serguei Esenin

La casa paterna
como metida en uno de esos paisajes invernales
de Bruegel
y un sauce o un ladrido de perro anunciando la fuga.
Este muchacho sabe cantar, pero su voz no se escucha;
entonces decide brindar su concierto a las ratas.
El amor, invisible lepra que lo aniquila,
y el vino, siempre el vino para escapar de lo absurdo.
Goza con el escándalo y la injuria;
si no hiciese tanto frío se desnudaría en la taberna.
Un día en que el mundo ya no le quedó más,
decide salir de lo anodino ajustando el nudo.
De Juntar los huesos, Ediciones Pluma de Mompox, 2011

Te sedujo el canto de un pájaro

Tú me esperabas frente a la galería,
con aquella blusa azul casi transparente
y una fina sensualidad en tu labio inferior
que no necesita lápiz,
porque las mujeres como tú
son más que carne.
Yo, al otro lado, en la estación,
viendo partir autobuses,
con la tristeza de un judío
que ve partir el tren en una película nazi,
atravieso la calle; y el agua y sus colores
se desvanecen lentamente en la acera;
los cristales de la galería revelan
las trampas de la luz.
Eres la mujer con la que soñé una noche,
sentada en mi mesa,
bebiendo de mi vaso,
bailando un jazz de John Lee Hooker,
cabello azabache, ojos de pantera.
¿Dónde hubiéramos ido esa tarde
de alucinados demonios
en la que neones y automóviles
nos ocultaban el cielo?
Aquel día que no quisiste seguirme
porque te sedujo el canto de un pájaro
y yo tuve que devolverme ebrio
a mi barrio de hojalata.

Carta para Arturo B. Deveriux

Para John Carrillo

No des más vueltas a la rueda,
estuvimos mucho tiempo
vagando por el bosque.
No nombrar fue nuestra esencia;
la metáfora es más engañosa que el sueño.
Fuimos sangre, fuimos espada.
Lo destruimos todo.
Ahora nos toca juntar los huesos.

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NADIE ME TAPARÁ LA BOCA [Mi poema]
Jairo Guzmán Sosa [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Cuando las emociones inundan los sentidos
las olas arrebatan el pensamiento al mar,
tan duro y tan difícil podrán compaginar
que ya el corazón y la razón quedan partidos.

Los argumentos serán también apercibidos,
de dolor imbuidos y aún de miseria sufrirán;
incomprendidos, algunos, al aire volarán
y en pos de la obsesión finarán de muerte heridos.

Así es la lucha entre dios, los ángeles caídos,
el bien y el mal, aquello en que se cree, el qué dirán
y en esta disyuntiva las horas pasarán
y los dos habrán de denunciar ser perseguidos.

Mas no encontrarán un juez presto a dictar sentencia,
que admita la clemencia y absuelva a la razón;
ni habrá quien, libre de culpa, alivie al corazón,
y que a la una o el otro le imponga penitencia.

Cada uno habrá de elegir aquello que le toca,
si a la cordura atender o hacerlo al sentimiento,
mas diría que traiciono a la razón, si miento,
porque a mí, nunca, nadie, me tapará la boca.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: El corazón y la razón frecuentemente caminan por caminos divergentes. Nunca intentes convencer con razonamientos a quien te diga que lo que él dice es porque lo siente. Es como mezclar el agua con el aceite.

MI POETA SUGERIDO:  Jairo Guzmán Sosa

La rosa

Angel de alas
concéntricas
que son párpados
extendidos
al delirio de la nube
que hacia ti avanza
para cubrirte
con su alfabeto tornasol
de briznas de agua

Desde el cenit
te ves flotando

Frente a ti
apareces atado a la tierra
con un cordón de espinas

La tierra quiere detenerte
y tu delirio es el sol

Flotación y Gravedad
te disputan
por los dones de tu milagro
porque eres un enigma
con forma de torbellino en reposo
a cuya aparición
le anteceden las manos
que domaron a los monstruos de Arborescencia

Esas manos acariciaron la espina
y de esas nupcias
brotaste
pleno de mensajes
cifrados en tu silencio

Tu actitud
es la de quien escucha
las lisonjas del sol
el cíclope pelirrojo

Los himnos a tu fragilidad de umbela de éter
serán entonados
con acordes de rocío
cuando tus alas se desprendan
y ya no esté el altar de tu figura.

Ozono

Arcángel protector
de la pradera
donde crece
el sagrado Stropharia

Por ti
a lo lejos
la montaña
se ve azul

Gema de éter
emanado
de la pedrería celeste

Uno
en la trinidad
del oxígeno.

ENALBIS

I.
Te hablo desde un lugar sin nombre
Donde tu rostro aparece entre olas de oro

La esmeralda de los cielos es tu atuendo
Y tus brazos son ramajes de rubí etéreo

En las moradas donde se escucha tu voz
Hay un misterio transformado en canción

Tu cuerpo es tu danza y tu danza el reino
Del delirio por el que un dios resucita

II.
Vuelves a mi sueño en mi velar te veo
Avanzas entre bosques ramas de agua lianas

Espigas de trigo estelar nacen de tu canto
En torbellino de placeres ascienden los deseos

Las praderas donde late el sol ante ti se extienden
Vienes con la alegría de una fuente de pájaros

De tus bosques íntimos me llegan los sonidos del mar
Por la gracia de tu rostro me desvanezco en tu boca

III.
Con las bendiciones del azar canto en tu regazo
En los hilos de oro de tu voz se posa un pájaro lunar

Mientras los acordes celestes dan inicio a la noche
De tu figura brota una niña que cabalga un esplendor

Los volcanes del corazón deliran con tus amores
De los vértigos solares brotan los árboles que te arrullan

Te veo en un lago te veo entre la bruma te veo azul
Tú eres un relámpago un súbito de cuarzo la marea del enigma

De Voces del entresueño

ESTE CARNAVAL

Este carnaval
ganó la batalla
esparció espigas
del oro del trigo intangible
que reluce entre lo que no se ve

¿Qué no se ve?
El fotógrafo

Digamos que no se ve
el sonido del verde
excepto si percibes su olor

El óleo verde huele a trementina
y el verde ¿a qué huele?

Si vamos por las rutas del verde
volvemos al carnaval
Eso es posible por la incesante necesidad
que el verde tiene del rojo

En este carnaval
el sacrificio consiste en derramar
la leche del misterio
en los pechos de los niños asesinados

A este carnaval
sólo asisten las huestes
de los Libertinos del Rayo
danzantes al ritmo
de la palabra no dicha
sólo aprehensible
por el eros de los objetos

Y la música todo lo conecta
a partir de abismos de silencio
que todo lo pueblan
para que el ruido dance
y sea el sonido
de lo que se desvanece por fricción
pero que resucita en roce universal

En este carnaval la música es médula
y el alcohol una doncellita de oro
a quien no la salpica la sangre
de los masacrados
sino el polvo solar del delirio

Para este carnaval
sus nociones son dadas
viviendo en las moradas del relámpago
donde canta la espiga del oro imposible

Serás guerrero cuando veas fluir el oro
de las lágrimas
(De Voces del entresueño)

LLEGAN LAS MUJERES

Llegan las mujeres
a servir copas de lágrimas

para que mi bestia de luz
libe
para que el humor
haga estallar de risa
el océano negro de sus angustias

Sufren por los hombres
-sus hijos
es decir
sus novios
que rompen cítaras
en su amor-
y flotan con la mujer
que de mi sustraen
buscando la muñeca de su infancia

Carcajean cuando les digo
que no soy una muñeca
sino un burrito en el pesebre
de la niña velazqueña

También les digo que serán mis hijas
cuando logren que una rana cabalgue un cuervo
con placer inaudito

Si eso hicieran se convertirían
en niñas azules

Veo el oro fluir de sus lágrimas
Veo un prisma violeta
entre brumas azul de Prusia
Veo un punto blanco
donde el oscuro se diluye
Veo caballos en establos de éter.

Son rayos.
(De Voces del entresueño)

UN PEZ MUERTO EN LA PLAYA

Pareces un monje budista
escuchando el gong de las galaxias

¿Será que alguna vez fuiste terrestre
y el delirio de boscaje de tus ancestros
te hizo desmayar en este paraje?

¿Acaso fuiste gacela?
¿Qué rayo te fulminará cuando seas ave?

Estabas ebrio de sol
y ya se me hacía absurdo
un pez bronceándose en la playa

Cuando seas un pájaro
grande y azulenco como el pájaro de la soledad
te escucharé la salmodia a la alegría
ante el esplendor que sirve
en la crátera del pelícano
el vino del rayo blanco

Pájaro de las aguas
tu sed de madreselvas y dientes de león florecidos
no fue saciada

Cuando seas ave
en el ramaje de un guayacán
concédeme la clave de los vientos
(De Voces del entresueño)

ORACIÓN

¡Dios mío! ¡Doncellita de oro!
Sé que nada te importo
Sé que no te percatas de mi divinidad
Aún así no te he abandonado
¡Dios mío! ¡Doncellita de oro!
Te veo como una niña de éter
en columpio de diente de león
entrelazada a un esplendor
¡Dios mío! ¡Doncellita de oro!
Agradezco tu compañía
durante mi errancia
por los caminos abruptos
También te doy gracias
por revelarme
que el infierno está vacío
y me puebla
¡Dios mío! ¡Doncellita de oro!
Deberías cuidarte un poco más de mí
(De La letra y su crimen)

LA MUERTE

La muerte es un espectro
que no tiene ojos
ni oídos

Es una cosa sin rostro
experta en relaciones
públicas

No se baña
pero canta en las lagunas
y usa tu nombre

Se sabe de memoria
todos los números
de teléfono
y le ordena a las momias
que nos den un besito

La muerte
antes de existir
no sabía que iría al cine
y a ti se parece
cuando te miras
en un espejo de sangre
cuando te quedas
sin brazos
y se te cae la cara

La muerte
es una autosugestión
crónica
es un problema psicológico

La muerte
es una alucinación colectiva
que se convirtió
en un suceso tan real
como un mordisco

La muerte
debería cambiar de oficio
debería volver
a su burdel de sombras
y que por favor
no me moleste
(De La letra y su crímen)

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QUISIERA SER MARIPOSA [Mi poema]
Yirama Castaño Guiza [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Mis versos no emocionan, lo comprendo,
guardando siempre intento yo la forma
y debo de ocultar si estoy fingiendo
siquiera sin decir me estoy muriendo,
tratando no salirme de la horma.

Que no puedo gritar pues se desborda,
ni puedo maldecir, ni algún lamento
lanzar en un momento por la borda,
y a la expresividad dejarle sorda,
contar que mi alma sufre un fin cruento.

Que todo en mi versar, tan comedido,
me impide inmiscuirme en la pelea,
y todo lo que digo es muy medido,
pues odio aquí lanzar algún berrido
así no encuentre a nadie que me crea.

Mas debo de librarme de esta losa
que aprieta cual a dama en su corsé
y aquí quisiera hacer de mariposa.
Les muestro hoy una cosa, ¿saben qué?
lo próximo que escriba, lo haré en prosa.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:   Yirama Castaño Guiza

RUMOR DEL VALLE

Para Karin Kuhfeldt

Cuando comencé a viajar,
no pude resistir la tentación de parar
en la estación equivocada.
Pequeño pueblo de bombilla en la escalera,
habitar cualquiera de tus casas era bailar
en una ronda de gaitas y tambores.
No importaba la lengua arenosa,
ni el calor colándose en la pared de la cocina.
Bastaban eso sí los olores de la tierra,
la lentitud descalza en el centro de la plaza.
Nadie tenía nombre
y sin embargo todos se llamaban.
Las mujeres pintaban sus labios
en punto de las seis
y los hombres aplastaban fichas
en medio de los gritos y la fiesta.
Pero un día llegaron los falsos monjes
a pintar con aerosoles
agujeros negros en tu cielo.
Pequeño pueblo,
ahora que vuelvo con el camino despejado,
ahora que la brújula señala el norte sin equívoco
hay algo que no entiendo,
todos callan
y una fila de cantadoras
con velas en las manos
alumbran la marcha
que aleja a los niños
de la prometida tierra.

LECTOR DE AMANECERES

De nuevo pequeño mundo,
país enorme,
desde la
mesa de aprendiz.
Tú que sólo tienes la ilusión,
deja que siga
invisible
para seguir el vuelo
de esta única palabra.

EL CÍRCULO DE SALOMÉ

El viento silba su nombre.
Y no es de noche.
Sólo es un día que sigue al otro.
Y está de vuelta.
No es esta la calle.
No es esta la casa.
La puerta no abre con la misma llave.
Sin embargo, es el mismo paisaje que se mueve,
el otro país,
la otra ciudad,
los de siempre.
Y un cuerpo extraño al lecho,
y una cabeza en medio del bautizo
y ese silencio que se lleva el río.
(Socorro, Santander, Colombia, 1964)
de Memoria de Aprendíz, Colección Los Conjurados, 2011

Andanzas

Ya no sobre esa mano
Ya no sobre la mano que era mía
y abandonó de pronto el universo
Amor,
el océano está aquí
al otro lado de la habitación
en la pared que se nos viene encima
en el sudor que nos separa
Un sueño aleja por momentos
la nave que se mueve.
Oprimidos contra el miedo
emergentes
náufragos.

EPÍLOGO

Pero, sabemos guardar el aliento.

Somos quienes piensan
en la única oportunidad
que nos queda:

Profanarle su tumba al amor.

HEREJÍA

Que todo se sumerja en ti
como el violeta en lo más profundo del océano.

Que la noche te posea
como un amante en busca de su mejor sueño.

Que el pájaro se estacione en tu corazón
como sus alas en el viento.

MALABAR EN EL ABISMO

Di mi nombre una vez
llévame, breve,
entre la seda
o la espiral hirviente.

Recorre conmigo el laberinto
para no llegar
o para fugarnos en la ceguera.

Aunque el año que nos sigue
esté tan lejos.

Deja resbalar la tristeza
mientras duermo
dócil.

Despojo anciano
sepulcro de la culpa.

Deslízate en la cavidad de los lamentos
allí me encuentro
Detenida. Pálida.
En invierno.

Toma el corcel
y busca mi disfraz

Es preciso que te espere
suave, en harapos.
Al margen del poniente.
Agrega un redoble a esta noche
la cumbre de mi sueño está nevada
ligera, feliz.

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MI SACRIFICIO [Mi poema]
Fernando Linero [Poeta sugerido]

MI POEMA ...de medio pelo

 

Si le ves, dale un beso de mi parte,
dile si algo hice mal, cuánto lo siento,
que siempre perseguí, en vano intento,
ser justo, de la guerra juez y parte.

Que anduve siempre ausente de malicia
tratando no caer en algún vicio,
lidiando por estar a su servicio
y evitando ceder a alguna pifia.

Y que ignoré el difícil ejercicio
que es arte de aprender a navegar
sin riesgo padecer de naufragar
y el alma despeñar al precipicio.

Que lo intenté perdiendo incluso el juicio
y hoy, que me hallo en el fondo de ese mar,
no me agrada me vengan a sacar,
que, último, éste ha de ser mi sacrificio.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Fernando Linero

Suena mi armónica

Para Daniel Enrique, mi hijo.

Al lado mío sentado esta mañana
entre el caer de las hojas de Agosto
me has hecho volver a las campanas
a la pluma lenta que el viento deposita en los umbrales.
Tocas el aire
y por ti comprendo el vuelo de las aves,
la luz revoloteando en tu frente
como una mariposa.
Estamos bajo el mismo sol,
invitados a la misma nostalgia
a la misma honda noche y sus estrellas.
Porque amo las cosas
salto por encima del dolor
porque te amo suena mi armónica,
pido la palabra,
entre el caer de las hojas de agosto.

Y aún las tardes

Por el lecho de los días
resbalo sordo y sereno como un río al atardecer.
Triste soy de mirar el color de estas colinas
del ruido de espigas del viento.
Sé de la escasa luz que me indumenta.
Y aún las tardes alcanzan
para celebrar la hondura de las cosas
la ración de dolor que la vida se procura.

Creencia

Se necesita de una alta creencia
para seguir por el camino de las horas
con un sol negro que se abate implacable.
¿Cómo llenar algo hasta los bordes
cuando al arbitrio de las moscas
la muerte ebria danza
y el frío expulsa las brasas del hogar
y desaparecen los hechizos
las altas hierbas colmadas de inocencia?
Se necesita de una alta creencia
para llenar algo hasta los bordes.
Acaso el zumbido de un insecto
en el escaso vuelo de lo cotidiano.

Tu risa

Para mi hija Camila Fernanda

En esta país iluminado por el resplandor de la matanza
es el sol de tu risa el que nutre mi alegría.
La ventana de tu risa
irrumpe en la aridez de mis desganos.
Por el canto de sus pífanos
olvido que la tarde se desangra en los solares.
La eficaz diligencia de la muerte ajena parece.
Cuando sorteando bancos en la soledad del hombre
se me agota la savia de la luz,
son los humos de tu risa
los que en mí entran como el misterio del fuego
y me asisten en la hora incierta.
Hasta mi abismo descienden las hojas del sosiego
cuando por la ventana de tu risa me asomo.

A la vida se entra solo

La palma que está en el patio
nació sola, creció sola.
Nicolás Guillén

A la vida se entra solo.
Algunos con una camisa.
Otros con un racimo pero solos.
Bostezando o preñado de luz
cada cual con su tristeza.
Se entra sin saber qué se quiere,
qué se busca,
qué piezas encajan en el juego:
acaso los destellos del infortunio.
O el recuerdo de una ciudad triste.
O la imagen de una madre
que espanta el calor y las moscas
del sueño de su hijo.
Breves de memoria y de olvido
como los niños que ahora repintan la rayuela.
Como el padre dormido.
Como el amigo que no volveremos a ver.
Cada cual con su tristeza.
Se entra y es ya un lugar del sueño.
Algunos con el corazón atiborrado de palabras.
Otros portando una copa amarga.
Algunos en el mes de los ahogados.
Otros cuando las primicias del ciruelo.
Cada cual con su propia confusión.
Todos con la misma soledad.

Para Augusto César

Casi una elegía

He visto tus ojos sobre un largo estío
mientras cruzaba bancales de arroz.
La flor de los almendros
creció toda la noche bajo el cielo de la vigilia
al borde del hogar.
Tus manos con las que biseló el amor controvertidos alientos
buscan lejos ahora,
y el corazón
es agua profunda, espina irreversible.
El mar de mayo
dirige tus velas hacia lunas más apacibles,
hacia brisas fuera del alcance de la noche,
hoy pesando en la memoria, doliendo como un ala rota.
He visto tus ojos sobre las colinas del alba
mientras cruzaba bancales de arroz.

Apuntes para una autobiografía

Nací en Santa Marta el 4 de Octubre de 1957.
Tengo mujer, dos hijos que veo crecer y un perro.
No estoy atado a nada en particular.
De los 510.101.000. kilómetros cuadrados
que tiene la tierra de extensión
ni un sólo metro es mío.
Mi única preocupación
es acaso la de amar verdaderamente.
Acaso la de arder con aquello que amo.
Creo en el diálogo con la luz,
el diálogo con la tierra,
para exaltación de los sentidos.
Desde los 15 años escribo poesía,
creo que ella cura de cierto desencanto
de cierta melancolía,
permite así sea fugazmente
recuperar cosas perdidas.
Ayuda a comprender en algo
el sentido de lo humano.
Me gustan el mar, los libros,
la marihuana, las bebidas fuertes.
Me gusta recordar a los amigos.
Me gustan la música, la noche, los caminos.
He cruzado los dedos y respirado hondo.
He compartido con el ocaso
la gloria de no ser nada.
A mis años
en esta lucha por llegar yo no sé adonde
nunca he sentido envidia de nadie.
Solo el aire sabe del final de la ruta.
En lo profundo de mí guardo la esperanza
de que la muerte no sea más que un espejismo.

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HACER DE TRIPAS CORAZÓN [Mi poema]
Norman Paba Zarante [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

(Soneto)

Bendito seas Juan me dijo un día
un tordo que soltando una cagada
la vino a descargar esa pedrada
creyendo que mi pelo así crecía.

Queriendo demostrar cuanto le odiaba
le quise con gran fuerza a él escupir
mas vi que no paraba de reír
al tiempo mi mirada se empañaba.

Será mejor, me dije, mira Juan,
a veces es mejor que no te irrites,
pues doble harás de ti se reirán.

Que aquello que no tiene solución
habrás de resignarte a que no evites
haciéndote de tripas corazón.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Norman Paba Zarante

Dormir

Dormir en sofás endurecidos por el frío.
Dormir en callejones, en puentes, en plazas,
mientras las ratas bailan un vals con tu hambre.
Dormir
con toxicómanas violentas aullando de emoción
ante la posibilidad de una nueva dosis.
Dormir, perseguido por las jaurías del amor,
en un Cadillac dios de óxido y ruido.
Dormir con las luces encendidas por miedo al fin del mundo.
Dormir en habitaciones destruidas por la fiesta,
en trincheras, en cráteres salvajes.
Dormir borracho y despertar en medio de un hospital
ciego de golpes.
Dormir enfermo en el altillo del apartamento 2 0 2
5 gatos furtivos y la amistad más generosa desplegándose.
Dormir esposado en estaciones de policía, dormir en bibliotecas,
en taxis que regresan a ningún lugar.
Dormir en moteles del desierto
donde la certeza de la inminente y estruendosa derrota
seduce a mi desesperación.
Dormir
en ese único avión
que cae en medio del infierno.
Dormir con Angélica, su cuerpo perfecto de 1 metro 79
cuchillo de luz que parte el aire, parte la madrugada
irrumpiendo como milagro,
breve tigre de Kafka, fogata alucinada.
Dormir
arrullado por el resplandor de las bengalas,
en altamar,
escuchando la conversación subterránea de todas las cosas vivas.
De Cantar con bestias (2021)

Poesía para engañar a los perfiles psicológicos

Poesía para engañar a los perfiles psicológicos.
Poesía porque nunca aprendí a montar a caballo
y mi única herencia fue un puñado de sal aventado a la noche.
Poesía para contrarrestar el frío,
el hambre, el odio.
Poesía porque soy sobreviviente
en un país asolado por males terribles.
Poesía porque las bombas caen sobre los hospitales
y los árboles de humo se expanden
a través del metal hirviente de los siglos.
Poesía porque nos borrarán,
triturarán nuestros huesos, fumarán nuestras cenizas.
Poesía para olvidar a la muerte
penetrando otro cuerpo olvidado por la muerte.
Poesía para enaltecer la cercana lejanía,
la carne metafísica, el cielo subterráneo.
Poesía por las piedras y los ríos
y el techo de nuestra casa tapizado de estrellas.
Poesía como llave que abra diáfana
la casa del sueño.
De Cantar con bestias (2021)

Suma

Ser un violento ángel de Caravaggio
visión narcótica de la Gracia.
Ser la pantalla borrosa de un cine pornográfico.
Ser el amante baleado a media noche
gacela herida en la tela del sueño.
Ser la calma anterior,
el jardín cercado por las llamas,
una ciudad aplastada por la artillería de dioses enemigos.
Ser Chet Baker, un diamante tallado y robado en Oklahoma,
delirio de trompetas volando entre lujosos hoteles
y la muerte.
Ser un monje salvaje en perpetuo éxtasis
adusta serenidad sobre el lomo curvado del relámpago.
Ser la fuga, la lluvia, un fuego de hojas secas.
Ser
el más hermoso cuchillo
clavado en el corazón del mundo.
De Cantar con bestias (2021)

Visiones del ángel

Vi la columna vertebral de la noche
floreciendo plena en el puerto,
dibujando estrellas para los navegantes perdidos.
Sé que en el norte
hay nuevas lenguas y nuevas formas de amar.
Y al sur
una suma colosal de colores
donde desembarcan
boxeadores derrotados y sacerdotes del sueño.
Es preciso haber amado y muerto en ambos lugares,
y haber consumido mi droga
una mañana de invierno entre los eucaliptos.
Es preciso entrar y salir constantemente del incendio
sin ansiedad o desesperación,
fundirse plenamente con la madera y la piedra.
Y vi un mundo de símbolos
perceptible solo para quienes resplandecen
en la calidad de lo que trafico.
Y vi a Mercurio,
una huella diminuta en el cielo,
mientras el valor de la moneda corriente colapsaba.
Es preciso que me pagues con tu última felicidad
quiero esparcirla como polen
regarla por mis jardines de humo.
Búscame entre los pájaros y el aire.
Ya puede haber comercio entre nosotros.
De Cantar con bestias (2021)

Oración para iniciar un Holocausto

Se diría que todos
somos niños muertos
que las cosas no han cambiado tanto
y aún cazamos,
bajo la noche que se expande,
el lento resplandor de la sangre en el verano,
dulce llamarada de dientes que muerde el vacío,
como un sol abriéndose paso a través de los años
para llegar aquí, a nuestras manos
que han de partir el pan,
a la gasolina y su fragancia enloquecida
con raíces de infierno,
al árbol que brota transparente
y sus hojas cayendo
como una celebración frenética del día
porque todo lo que vive
entre estas ruinas minuciosamente nombradas
resplandece.
Que te sea leve el ruido de la memoria aplastada.
Que los muertos canten a los muertos
una versión total del exterminio.
Que los siglos transformen nuestra llaga en santidad.
De Cantar con bestias (2021)

Poema sindicalizado

En este poema
alguien llega a su oficina
con una hermosa automática,
balas como para fundar una nación,
y un cinturón de dinamita.
En este poema hay gritos,
hombres arrastrándose abaleados,
una luna de hierro separando una cabeza.
Hay mierda, mucha mierda en este poema
y una llamada por cobrar perdida
al dios de la piedad.
En este poema no hay porqués,
solo ratas huyendo bajo la mirada clara
de una fresca mañana de agosto.
En este poema
el explosivo inicia su rigor de corrección
justo en el centro de todo
como un taladro que folla con ternura
el magro empuje de un cuerpo horrorizado.
Como la carta rabiosa de un hombre enamorado
este poema
es una declaración de intenciones,
una amenaza.
De Cantar con bestias (2021)

Donde yace mi cuerpo

Donde yace mi cuerpo ha nacido un árbol.
Mis nervios se han vestido de follaje,
mis brazos por ramas, mis pies de raí­ces.
La tierra siente el pulso de una savia original.
Lo que quiero es emborracharme de brisa
mientras la hojarasca crece salvaje a mi alrededor,
lo que quiero es celebrar con el sol y con la lluvia y las estrellas.
He soñado hombres que bailan para reordenar el mundo,
hombres cuyas palabras se cierran como destinos.
Fogatas de doble sexo se multiplican
hiriendo la calma acuosa de la noche.
Ahora hay puertas donde antes cabalgaba el viento del sur.
Latidos que anuncian el corazón de la guerra.
Lo que ellos necesitan es una fidelidad materializada en milagro
y cantan a mi alrededor,
hunden sus brazos en el deseo,
devoran mis flores, fuman mis hojas,
ignoran que mi fruto no es sagrado ni luminoso.
Los niños enfilan sus lanzas contra el dios del mar.
Las mujeres se masturban frente a las olas.
Los hombres, en la profunda oscuridad de la noche sin luna,
nadan hacia la muerte.

El acto más pequeño

En la plenitud está implí­cito el vértigo.
El pájaro en vuelo
lo sabe,
y lo sabe el martillo del revólver
en el momento justo.
Todo late, todo vibra,
todo muere y vuelve a comenzar.
Hasta el acto más pequeño
está colmado de fervor,
el mundo completo respira
y sus flores
borrachas de rocí­o
se entregan una a una
al poderoso incendio de la vida.

La dieta

Come toda la luz que puedas antes del desayuno.
Si tienes ansiedad
cálmala con cerveza
y espera, pero sé precavido
el tiempo es un cazador ciego.
Al almuerzo
traga paí­ses como manzanas, continentes completos.
Y toma tu intemperie y viértele mares y rí­os y duras calles.
Repite esta rutina como respirar,
siempre cuida tus espaldas,
nunca confí­es completamente en nadie.
Al cabo de no pocos años
habrás ganado un alma de lluvia,
inundarás las calles, regarás las cosechas,
te rebasarás y escaparás de ti mismo.
Y tu casa será la soledad, allí­ aprenderás a amar.
Y te hallarás libre y completo
porque no ardiste lentamente hasta desaparecer
como todo lo que alguna vez ha vivido en este mundo.
Tu camino es otro:
Un beso prolongado. Una ruta salvaje entre las estrellas.

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