A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

CUANDO PASEN LOS AÑOS [Mi poema]
Fanny Rubio [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cuando pasen los años casi todos
habrán un libro escrito
contando sus historias, sus andanzas,
sus retos, sus vivencias y sus chanzas.
Y habrán más escritores que beodos
y algún que otro proscrito.

Que los niños a mansalva escribirán
desde la misma cuna
sin importar lo que dicen si es verdad.
¿La ortografía? yacido habrá ya en paz.
Mientras que ellos, tranquilos dormirán,
sin vergüenza ninguna.

Son esos libros que nadie leerá.
a costa del bolsillo,
con objeto de saciar la vanidad,
y a amiguetes demostrar que se es capaz
e imaginando que alguno exclamará
que tú eres un listillo.

Repletas estarán las librerías
de libros sucios, muertos,
¡eso escribió tu tío, ese tu abuelo!,
cada loco, sus dudas y su duelo,
sus mentiras, verdades, tonterías,
su error y sus aciertos.

Me fastidia escribir donde la gente
te presta sus estrellas
sin leerte, pidiéndote insistente
y como tú, sabiéndose indigente
que seas con su poema complaciente,
diciendo cosas bellas.

Todos, y ¡qué digo, yo más que otros!,
reos de aprobación,
precisamos subirnos en un globo
y encararnos al cielo con arrobo
a lomo cabalgando esbeltos potros,
salirnos del montón.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Fanny Rubio

PERVERSIDAD INDEFINIDA

Por este bello frasco hoy soy capaz de
terminar tu historia. Míralo entroniza
do: sólo una de sus gotas marca el lí-
mite de tu perímetro sobre la sábana
e inspira el adjetivo justo del antiguo
deseo.

Debo reconocer que en otro tiempo sentí
hospitalidad donde hubo aroma. Pensé yo
que adoraba el gesto hidalgo, la soterra
da tecla, el paseo ilustre sobre un fla-
mante coche de alquiler y la llegada
de tu bondad legisladora (doble llave)
cual si viniera de celebrar sus Cortes
de Toledo. Mas no fue el hombre sino

su bálsamo lo que acotó la seductora
geografía. No fue la voz acariciante,
las ínsulas soñadas, el último dietéti-
co capricho -tu zona de poder- en mi
despensa lo que inundó de luz la tarde
pudorosa

sino el viento que ataba la prolongación
tenue de mi desasosiego. Ay, portero
de noche, dulce mío, te debo confesar
que fue la huella del perfume que se
extendió en tu cuerpo lo que yo amé

y él sólo fue partícipe y testigo de
la hermosa mentira.

EL REY ALMUTAMID

Soñaba en su lecho el rey
soñaba de madrugada
que entre las ondas del río
buscaba manzanas blancas.

Noche de miedo en Sevilla
víspera de la batalla.

Y el rey Almutamid
en el sueño contemplaba
la dulce fruta de nieve
que en los espejos temblaba.

En Sevilla, Almutamid
abrió los ojos al alba
cuando el sol enrojecía
en la ventana más alta.

Y ni amanecer halló
ni arrayán bajo la almohada
ni del agua el dulce nido
donde vio manzanas blancas

Un mundo que ganar

Emulsión regeneradora, lucimiento Marga-
ret Astor. Ni una sola espinilla sobre la
pierna tersa, suave, vispereada con pura
cera virgen. El muslo perfumado con co-
lonia infantil (colonia para todos) la
única demagógicamente soportable. Super-
ficial contacto de leche limpiadora, ma-
quillaje mínimo, simple tono, suéter y pantalón vaquero.

Movimiento rítmico salvador de los sába-
dos noche paz vuelo de matrimonios de la
década: estudiar los rincones de la ca-
sa, combinar el realismo social de los se-
senta con el pop, ajustar el espacio entre
los Saura, Guinovart, con un póster de
Antonio Machado, no es comparable a la co-
modidad de estar charlando (soñando) pro-
yectando en el histórico reducto solida-
rio al sabor de los quesos, la disten-
sión del vino, el apoyo moral:

-Lo hacéis muy bien. En casa lo mismo. No
hay un solo cierre. El cuerpo desnudo de
los dos lo aceptan con naturalidad. Iván
compara ya su pito con el del padre
.

Médicos, arquitectos, abogados, profeso-
res con asistenta y R5, votantes de iz-
quierda, dicen al sol: cerrad la puerta rom-
pieron los cristales y nos llevaron el
cassette, son drogadictos que van prime-
ro a la farmacia
.

De profesiones liberales: primero van a la
farmacia, luego se encierran, no escucháis
la música los jóvenes
. Al sol moderna-
mente aparcando sus R5 hacen la compra,
cambian los pañales de sus bebés, no son
enemigos de la fregona, se tutean en los
ascensores, eficaces: ¿Sois de la asocia-
ción?
 Están al día del anticonceptivo que
ellas toman: ejecutivos de los años ochen-
ta al sol de la urbanización.

Venus dormida (I)

Aunque pinceles amarillos
rodaron ya en la tierra sobre las bóvedas caídas,
mi pie protesta entre las sábanas.

No hay carros llameantes tras el desfile de carrozas
al sol de mediodía
sino un corcel empecinado y verde
que dispersa, cual viento, plumas de ave degollada

y el río del revés
que fue pleamar de toses
me coloca sus algas de peluca.

Luego, con las orillas despuentadas,
lograron recostarme
como una ausencia ecuestre que al fondo se buscase.

Todo el no ser echado sobre este omóplato bendito.

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LAMENTO POR UN PUEBLO [Mi poema]
Amparo Montejano [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

La tarde triste está tras la montaña
sumida entre la sombra en la calima,
si observas por encima de la sima
verás existe un pueblo, que es España
carente de autoestima.

El mismo del que dicen que era el dueño
de campos en que el sol no se ponía,
dechado de prohombres e hidalguía
dispuestos a morir en el empeño
luchando en la porfía.

Qué pena que tan pronto hayan cambiado
los hitos que adornaban esa historia,
e incluso ya no estén en la memoria,
peor, vilipendiado y humillado
tildando como escoria.

Los hijos, herederos del legado
tu esfuerzo no han sabido valorar,
¿de qué sirve ponerse aquí a llorar?
la flor cuando el jardín no se ha regado
se acaba por secar.

Mas nunca la esperanza se hizo trizas
que habrá tardes y brumas que aclarar,
terrenos ahora secos que labrar,
y el pueblo a renacer de sus cenizas
y vuelta así a empezar.
©donaciano bueno

#España, es de bien nacido ser agradecido...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Amparo Montejano

Vacío

Luces oscuras,
besos vacíos.
Sal en tus labios y…
¡sangre en los míos!

Si el amor es…

Si el amor es tierra:
roca enhiesta de tus labios rojos;
yo soy el color púrpura y fogoso
con que las leves ondas la bañan y matizan.

Si el amor es cielo:
azul bravío de tus candentes ojos;
yo soy los átomos que el iris
deshizo en los umbrales de un oscuro pórtico.

Si el amor es agua:
céfiro acaricia tu cuerpo al bailar;
entonces, yo soy el dulce nácar
durmiendo en las simas de la inmensidad.

Ya ves, amado mío,
que un bailarín necesita de otro al bailar,que no habría Sol sin Luna
ni una noche de amor sin cruel despertar.

Cayó la noche

Cayó la noche como un telón vacío,
la dulce sonrisa movida del alba,
cayó su recuerdo sobre el que era el mío,
y de nuestros ojos brotaron las lágrimas.

La dulce paloma, con aire bravío,mirando hacia el cielo replegó sus alas;
ocultó tu sueño (sin quererlo) al mío,
y de nuestros labios se alzan llamaradas.

El sudor que incita a lo desconocido
viene y enturbia como una balada…
Se tendió tu cuerpo (suave) junto al mío,
y nuestras dos mentes sintiéronse amadas.

Sinsentido

Yo quisiera entregarte el cielo
colmado de estrellas y ufanos suspiros,
repleto de lechos de oro y caracolas
que impulsan el aire a lo desconocido.

Yo quisiera dibujarte mares
y agrestes tierras pintadas de olvido;
yo quisiera entregarte el alma,
mi vida, mi ser y todo lo querido.

Yo… (en fin) quisiera y, por querer,
confeccioné un sueño de la nada
a tu capricho. Rasgué el lábil velo que
separa la fantasiosa ilusión de un sinsentido.

Solo tú y yo

Solo tú y yo sabemos lo que siente mi alma,
fulgor de escondida estrella que brilla y … calla.
Solo tú y yo sabemos lo que al dolor escapa:
un cielo, la luz, el aire, un amor … o nada.

Mas, sé que el temor que agita mi cuerpo en calma,
el llorar atormentado, el delirio y la nostalgia,
es fruto ardiente de un beso (mítico) de esperanza.
Llegará el día en que pueda recibir mi parte y… ¡basta!
#
Si tú me escuchas,
si contemplas en mi rostro
el surco de ácidas lágrimas.
Si de veras me has querido,
si tú igualmente has sentido
el dolor que te descarna,
dime sinceramente,
¡dile a la Muerte austera!
que, si hay un muerto por dentro,
¿qué importa el vivo de fuera?
Que venga y calle mi rostro.
Que venga y que apague el alma.
Que venga y que se me lleve…
¡Que arranque la carne! …, agria.
#
Solo tú y yo sabemos lo que siente mi alma,
fulgor de escondida estrella que brilla y … calla.
Solo tú y yo sabemos lo que al dolor escapa:
tú, ¿yo?… La expresión, el arte… ¡La muerte helada!

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MI POETA INVITADO: Johan Reyes

Ponerse la vida

quizá el remedio no esté en las pastillas
ni en la iglesia
tampoco en los brujos
que dicen que la pena se cura
con un baño de rosas
tabaco y romero
quizá todo sea teñirse el pelo
las cejas
el bigote
perforar las orejas con aros baratos
tatuarse frases esperanzadoras
deambular callejones
dormir con extraños
probar la heroína
la coca
embriagarse hasta quebrarse los dientes
quizá veintitrés mayos
no han sido suficiente
quizá de ese modo
al final del tercer acto
hasta los muertos sean felices.

A medias

He conseguido una vida
en torno a los «medio»:
medio acompañada,
medio digna,
medio feliz;
una vida siempre
tan apartada de la vida.

Mi madre me enseñó la importancia de mirar a quien habla

Torso
manos
boca
ojos
Todo empezó cuando era niño.
Me hablaba con intención
para que mi vista se clavase en la suya.

Jugábamos a que las ojos eran puertas
que abrían otras puertas.
El propósito de cada día era hallar la emoción.
para ella, todas las miradas
guardan al menos una . incluso dos.

?Nunca olvides
el ritmo del pestañeo
el levantamiento de las cejas
la dilatación de la pupilas
la dirección
la intensidad
la duración
los gestos faciales
ni la apertura de los párpados.

Hablábamos mucho.
Me cedía el turno con la mirada.
Esa seña encarnaba todo lo bueno
y todo lo justo que puede caber en el mundo

Ahora estoy en su velatorio.
su muerte fue un tormento.
su rostro reposa detrás de un vidrio.
me siento solo, triste y perdido,
y pienso:
¡cuantas personas le hablan sin que ella pueda mirarlas!
Inédito

HOMENAJE AL HOMBRE BUENO [Mi poema]
Juan Antonio Alix [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo hago aquí un homenaje a aquellos hombres
que son piedra y son fuente y son retablo,
son gentes, sé muy bien de lo que hablo,
el bien vienen a hacer, no pongo nombres.

A aquellos que te ofrecen un abrazo
y saben cómo a tu alma sacar brillo,
tan dulces como carne de membrillo,
te sientes como un niño en su regazo.

Al hombre que trabaja, ese hombre bueno
que vive, que disfruta y que padece
y en lucha en la que sufre allí él se crece
cual lo hiciera Jesús el Nazareno.

Que así sea, como todos, pecador
la honradez se arrebuja en su alma noble,
tan fuerte en sus principios como el roble
que exento es de malicia y de rencor.

En él yo hoy deposito mi esperanza
y lanzo mi plegaria hacia el futuro,
mis dudas las convierto en un conjuro
y añado así mi fe y mi confianza.
©donaciano bueno.

Alguien se imagina una sociedad en la que la bondad reinara por todas partes, ausente de egoísmos?. Sería algo parecido al mundo feliz de Aldous Huxle.

MI POETA SUGERIDO:  Juan Antonio Alix

El pleito de pontezuela

Ocurrido en dicho lugar en la
noche del día de Santa Rosa
El día de Santa Rosa
Gran pleito en la Pontezuela,
Dos muertos y dos heridos
Quedaron en la refriega.
En casa de un tal Silverio
Hubo una gran diversión,
La que fué sin dilación
Convertida en cementerio.
Pues ya se dice de serio
Que por una simple cosa,
En esa fiesta azarosa
Quedaron allí tendidos
Dos muertos y dos heridos
En el día de Santa Rosa.

Todo fué por cuatro reales
De juego en una partida,
Que allí se quitó la vida
Aquel par de irracionales.
Y más de cien criminales
Al ver el apaga vela,
Se prendieron en candela
Con los revólver, to, to, to!…
Y la fiesta se volvió
Gran pleito en la Pontezuela.

También hay que declarar
Que en medio del tiroteo,
Hubo grito y pataleo
De mujeres con el mar;
Y caballos relinchar
Se oían, despavoridos,
Y de perros los aullidos,
Las gallinas cacareando,
Y las familias gritando
Dos muertos y dos heridos.

Y los dos que parecieron
Por un castigo de Dios,
José Rodríguez, los dos
El mismo nombre tuvieron.
Y José los que salieron
Heridos en esa brega;
Así es que nadie niega
Lo que muy claro se ve,
De que allí cuatro José
Quedaron en la refriega

Muertos:
José Rodríguez Rosario,
José Rodríguez Rosario.
(Primos hermanos y amigos).
Heridos:
José Fernández,
José Eugenio Blanco.
Aprieta, Colasa! qué tal?
Santiago, 4 de Setiem

Los mangos bajitos

Al simpático y popularísimo «Listín Diario»,
el periódico más interesante y de más circulación
que ha tenido el País.
Vamos a ver lo que dice don Martín Garata.

Dice don Martin Garata,
Persona de alto rango,
Que le gusta mucho el mango
Porque es una fruta grata.
Pero treparse en la mata
Y verse en los cogollitos,
Y en aprietos infinitos…
Como eso es tan peligroso,
El encuentra más sabroso
Coger los mangos bajitos.

Don Martín dice también
Que le gusta la castaña,
Pero cuando mano extraña
La saca de la sartén,
Y que se la pelen bien
Con todos los requisitos;
Pero arderse los deditos
Metiéndolos en la flama.
Eso sí que no se llama
Coger Los mangos bajitos.

Por eso la suerte ingrata
De la Patria no mejora
Porque muchos son ahora
Como don Martín Garata,
Que quieren meterse en plata
Ganando cuartos mansitos
Con monopolios bonitos,
Con chivos o contrabando,
O así, de cuenta de mando,
Coger los mangos bajitos.

Cuando hay revolución
Maña es la más antigua,
Despachar a la manigua
De brutos a una porción.
Que al mandarlos algún don
Ya se marchan derechitos,
Y los dones quietecitos
Cada cual queda en su casa.
Para cuando todo pasa,
Coger los mangos bajitos.

Cuando el toro está plantado
Se verán miles toreros,
Allí en los burladeros
Con el pitirrio apretado.
Cuando el toro otro ha matado
Al punto salen toditos,
Echando vivas a gritos
Y a empuñar buenos empleos,
Que son todos sus deseos
Coger los mangos bajitos.

Dejen ya la maña vieja
De mandar al monte gente
Para tumbar presidente
Sin dar motivos de queja;
Que la prudencia aconseja,
Que vivamos tranquilitos,
Como buenos hermanitos,
Que mucha sangre ha costado
Y la ruina del Estado
Coger los mangos bajitos.

Y que vean lo que ha costado
La tumba de dos poderes,
Que han muerto miles de seres
Que la tierra se ha tragado.
Cuántas viudas no han quedado,
Y huérfanos infinitos!
Cuántas miserias y gritos!
Y cuánta sangre correr!…
Por unos cuantos querer
Coger los mangos bajitos.

Ahora lo que han de hacer
Echarlo todo al olvido,
Y al Presidente elegido
Ayudarlo a sostener.
Y evitar que vuelva a haber
Más viudas y huerfanitos,
Más crímenes y delitos,
Y lárguense a trabajar,
Los que quieren,
SIN SUDAR,
Coger los mangos bajitos.

Viva la paz! Viva la Unión!
Y abajo los cogedores de mangos bajitos!
Allé, Allé, a buscar qué hacer,
Y dejen al país tranquilo!

LOS NIÑITOS

Que se oían gritando en noches pasadas
en la Iglesia de Nuestra Señora de la
Altagracia.

El caso que resultó
En la Iglesia de Altagracia,
Aunque falto soy de gracia
A contarlo vengo yo.
Tal cual como lo contó
De aquel templo una vecina,
Que se halló en la fajina,
Dizque de unos niñitos
Trancados y dando gritos
En esa mansión divina.

Los niños dizque decían
¡Ay mamá! ¡ay mamá!…
¡Ay papá! ¡ay papá!…
Y a carcajadas reían.
Pero tanta bulla hacían
Que la policía corrió,
Y el vecindario acudió
Lleno de miedo profundo;
Y así fué que todo el mundo
Por allí se alborotó.

Unos cuantos que miraban
Por el abra de una puerta.
Decian como cosa cierta
Que en el coro se encontraban.
Unos niños que cantaban
En fila todos parados;
Y a otros veían sentados
Desnuditos en los bancos;
Y que todos eran blancos
Con gorritos colorados.

El sacristán de la Ermita.
Que se apareció en chancleta.
Armado de una escopeta
Y de un revólver marmita.
Para cantar el rosario
Por aquellos angelitos
Que de los cielos benditos
Bajaron a aquel santuario.

“Que salga una comisión
dijo allí un mequetrefe—
Para darle parte al Jefe
De esta sagrada mansión”.
Tocó allí una campanita
Así fue, sin dilación,
Y reunió al vecindario
El cura al momento vino,
Y al abrir con mucho tino
De la Sacristía la puerta,
Salió a carrera abierta
Huyendo un perro barcino.

Es todo cuanto ha pasado
En la Parroquia Altagracia,
Que no ha sido una desgracia
Como ya se ha propagado;
Un pobre perro trancado
En la iglesia dando gritos;
Eran pues los angelitos
Que ¡ay mamá! dlzque decían,
Y que también los veían
Con gorros y desnuditos.

Lo que sí es cosa cierta,
Y se puede asegurar,
Que no pueden ya dejar
Iglesia ninguna abierta.
Ya es preciso andar alerta
Con los brujos hoy en día,
Pues toda esa ratería
En las iglesias divinas,
Son los brujos y adivinas
Para arreglar brujería.

Y es cierto que al Padre Armando
Le han robado del altar,
Un vaso que suele usar
Cuando él está consagrando
Y Luis Pérez predicando
Se ha quejado ya con pena.
Que alguna persona buena,
Creyendo hacerle un favor
Entró a la Iglesia Mayor
Y le robó su patena.

Los brujos y las adivinas están de
plácemes! No hay quien les llegue al
cuero.
Así memo, así!
Santiago, Octubre 19 de 1904.

El follón de Yamasá

Siento mucho relatar
lo que al fin relato hoy,
porque ya dirán que soy
amigo de exagerar;
Y el que me ha de murmurar
desde ahora ya sabrá,
que tres pitos se me da
que figuren que es un cuento
lo que pasó en el convento
del pueblo de Yamasá.

Pues un día de la Asunción
estando yo en Yamasá,
vino el cura de Boyá
a celebrar la función.
A mediado del sermón
hubo allí un pelotero
que hasta vino un tal Peguero
que es el jefe del lugar,
queriendo allí disparar
un trabuco naranjero.

Un haíto que por cierto
fue a gozar de la función
se largó allí un follón
que hedía a perro muerto;
yo no diré que es incierto
que estuve al perder el tino,
pues el follón tan dañino
de aquel ahíto infeliz
me picó en la nariz
como un ají montesino.

Del púlpito descendió
de cabeza el reverendo,
y al caer iba diciendo:
«¡Qué peo se han tirado, fo!»
Y al sacristán que le dio
esa brisa tan impura,
dijo «¡fo, y es de asadura,
aquí no lo aguanto yo!»;
y en seguida se tiró
de cabeza tras del cura.

Como el campanero es ciego
al oír la corredera,
sin averiguar siquiera
comenzó a tocar a fuego.
Salió el cura sin sosiego
con la frente en un chichón
gritando más que un lechón
y preguntando igualmente:
«¿Quién ha sido el indecente
que se largó ese follón?»

A una vieja de la Jagua
le tumbaron el pañuelo,
y se vio caer al suelo
una peineta de yagua;
dejaron allí una enagua
por el maldito follino,
que, por tener palomino,
nadie la quiso tocar;
al Alcalde del lugar
le aplastaron el gallino (bombo).

Según la opinión del cura
y del sacristán también,
el follón fue de lerén
de mondongo, o de asadura.
Pronto irá a la sepultura
quien soltó ese marrano,
pues si no se hallaba sano
ese maldito cochino,
no debió en lugar divino
follonear así al cristiano.

Después que aquello pasó
y que fue calmado todo,
dijo el cura del mal modo:
«¡Ese follón me mató!
Pero ahora quiero yo,
en bien de la religión
echarle la excomunión
si no declara al momento,
el que vino a este convento
a largarse ese follón.»

Salió un viejo setentón
hinchado y descolorido,
y al cura dijo: «yo he sido
el que me tiré el follón.
No fue esa mi intención
le digo, Padre bendito,
sepa usted que estoy agito
y creo que no tengo cura,
calcule que es de asadura
que comí cuando chiquito».

El sacristán dijo al cura
saltando y con alegría:
«Mi amo, ¿no le decía
que el follón fue de asadura?»
«Tú tienes razón criatura
son buenas tus condiciones,
rogaré en mis oraciones
al Divino Sacramento,
que no salgas del convento
para que huelas follones.»

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QUE YO QUIERO SER YO [Mi poema]
Fernando J. Huc Barría [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No quiero y no comprendo que la gente
haciendo dejación de su albedrío
sumisas cual las aguas van al río,
se preste a que les lleve la corriente.

Ni quiero ser chinita en el zapato,
ni mono en un tablao de la feria,
que cause compasión por su miseria
para a otros fastidiar pasando el rato.

Que yo quiero ser yo con mis leones,
rugidos con su música y su cuajo,
sus filias y sus fobias a destajo,
sus dudas y sus mil contradicciones.

Así, sin renunciar a mi criterio
poniendo a las heridas mis tiritas,
quitando del camino las chinitas
incluso en el que va hacia el cementerio.

No quiero que me digan que me ayuden,
ni quiero que haya nadie me aconseje
e insista qué he de hacer. Quiero me deje
e incluso si ha de ser no me saluden.

Permitan que me muestre haciendo alarde
de memes, mis bobadas mis dislates,
mis versos tan impropios de otros vates,
al menos mientras caiga aquí la tarde.

Que a solas quiero estar con mi palabra,
mi espíritu, mis labios y mi boca,
deseo que a decirlo me provoca
mi mente, el artesano que la labra.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Fernando J. Huc Barría

Su Alteza Mi Bandera

Como en los cuentos de hadas,
rumbo sur de mi imaginación
una princesa buscaba,
un paraíso de pura ilusión.

Busco en tierras lejanas
y en extraños sitios de oriente
seria su búsqueda vana
del algún reino inexistente?

De pronto su espléndido coche
detuvo su rauda carrera
cuando vio en la cordillera
la que de América es broche.

Viose un verdor de praderas,
de cielos azules, igual que sus mares,
que banaban su par de caderas
tal cual el progreso bordeaba sus lares.

Era mi patria querida
la que la princesa hallo
lloraba tan adolorida
pues muy muy lejos estoy yo.

Pero al ver bien a su alteza,
en sus ojos vi un fulgor,
y del Don de su realeza
fue surgiendo un tricolor.

Se convirtio en mi bandera
aquella princesa bella
y una mirada certera
clavaronme dos esrtrellas.

De este raro sortilegio
mi nostalgia forma parte,
pero, logre el privilegio
de en mis sueños contemplarte.

Que bella estaba mi enseña,
en la cumbre del Ancón,
allí flamearas istmeña,
allá, y en mi corazón.

Elisa

Elisa, no te olvidaré
tu nombre lo llevo grabado
mi alma así lo ha soñado
desde el día en que te besé.
Elisa, siempre te amaré
mi amor nació siendo tuyo
e hiciste a un lado mi orgullo
porque tú me supiste querer.
Elisa, bésame otra vez
bríndame tus caricias y relajos
que tu risa alegre me ha turbado
y con amor yo a ti siempre te querré
y con amor yo a ti siempre te querré.

Esperanza Ignota

Tal ves sin quererlo te mostré mi alma
y viste dentro de ella mi ansiedad sin luz
radiante y coqueta encendiste mi esperanza
y hoy mi añoranza convertiste en cruz.

Ya se que no eres mía y que no me perteneces
que el sol que a ti te alumbra, para mi no ha de existir,
pero, no es mía la culpa que al amor que me enternece,
y que despertó en penumbras, hoy ya no quiera volver a dormir

Es cierto que te quiero y que vivo enamorado,
mas nunca al descubierto debí mi alma dejar
permitiendo que al confín de mi sueño dorado
entraras y a mi amor pudieras despertar.

Sublime Desconocido

El Amor es un sentir de adentro
detonante agudo de mil emociones
que excita y aturde el comportamiento
y hace hervir la sangre de los corazones.

El amor es una nube azul
que en vez de tisú, se tiñe a colores
y su lluvia es de cristal y tul
que en vez de mojar, te baña de flores.

Éxtasis que renovar pretende
la ilusión que emana de un alma enamorada
que solo de amar tanto comprende
que al fin ha hallado, su mágica morada.

El amor es dulce baño de desierto
alegría melancólica y triste felicidad,
es vinagre en labios de mi Cristo muerto,
es pasión, cariño, renacer y eternidad.

El amor es aun desconocido,
será quizás el néctar de los goces
saber con certeza lo que es, nadie ha podido,
ni los grandes poetas que charlan con los dioses.

Tal vez algún amante intrépido y audaz
pudiese auscultar tan sublime interrogante
mas sin embargo pienso, que no seria capaz
de explicar lo que es amor, del puro y fascinante.

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MI POETA INVITADO:  Mercedes García [eMe]

Los poemas de mi profesor

A Karmelo Iribarren

La lluvia
ya no es lo que era.
Y no porque no siga
fastidiando planes
o calando
los bajos
de mi pantalón…
Sucede que al oír
el repiqueteo de las gotas
sobre mi paraguas,
me vienen a la memoria
sus versos
cristalinos
como el agua
de los charcos
donde se mira la ciudad.

Ediciones en Huída

DOS AUSENTES [Mi poema]
Francisco Nájera [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Amanece temprano. La resaca
de una noche de farra aún se aprecia.
La llovizna ha mojado allí tan flaca
la calle que al bullicio menosprecia.

Las luces parpadean aún dormidas,
y el fresco va pintado en el ambiente,
un halo de tristeza, displicente,
ajenas las aceras, descreídas.

Porque quise mirarme en tu mirada,
porque quise soñar que eras mi sueño,
que elevada al altar tú eras mi hada
y el único señor yo era tu dueño,

quise hacer lo más grata aquí tu estancia
echando mis deseos y el prejuicio,
hoy te miro comparo aquel mi vicio
y el candor de tu imagen y prestancia.

Oh, aquel atardecer entre azahares
cuando el rojo del sol el monte esconde,
dos ausentes sin luz, cómo ni donde
¡añoro aquel amor sin valladares!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Nájera

VOX POPULI

El poeta pronunció entonces una frase que me pareció misteriosa, deslumbrante.
Dijo que en cierta forma el pueblo nunca se equivoca.
Aunque nos parezca estúpido, el pueblo jamás se equivoca.
Aunque lo despreciemos y lo explotemos,
el pueblo no se equivoca.
Esa es nuestra condena, dijo.
Nuestra tabla de salvación.
– – –
Todo lo que hasta ahora les he dicho es demasiado abstracto.
Quisiera mostrarles ahora un mayor grado de concreción.
Quisiera también que advirtieran que si lo que les he dicho
les ha parecido simple es, en verdad, sumamente complejo.
Si permaneciéramos en la vida cotidiana, esta destruiría
todo aquello que hasta ahora les he dicho.
Es necesario pues que meditemos antes de repetir lo escuchado.
Habrá que rumiar el asunto porque de lo contrario podría creerse
que se trata de lo que ya pensábamos, y esto no es así nunca.
De hecho, existe ahora una relación concreta: frente al rostro de Uno
están Otros
como total exterioridad, como radical libertad
absurda.

AVE MARIA

fruncida su rayita la de ella
manos con muñones los de yo
encogido y siempre en cuclillas
y de culo contra sus nalgas
-no no no me dice ella a mí
el que me cogió el otro
día fue aquel otro pájaro
ese de más más allá
mientras con su culito me señala
hacia arriba
hacia arriba

CONOCIMIENTO

Sintió que estaba caliente y dura
la pija que la sostenía.
Cuando empezaron a acariciarla
cada vez más fuerte
supo que tenía más cercano a los ojos
el fondo del río,
el barro,
las hierbas…

cenizas son
pero cenizas enamoradas
F. de Quevedo

Ahora les quiero contar de la cochinada que me hizo el amor.
Aquí estábamos todos de junto calentándonos con el fuego
ese que tienen las llamas que si te le acercas mucho te consume
y te deja sintiendo que las cenizas son todo lo que de este cuerpo
queda, cenizas que sin embargo queman porque son el rescoldo
ese que no se consume aunque haya muerto ya el fuego
y en esas estábamos calentándonos juntos uno al lado del
otro sintiéndonos arder por las pieles mientras nos avivábamos las
ganas que eran como llamas y que nos excitaban a seguir y
seguir sintiéndonos con el calor de nuestras ganas inacabables
nos parecían nuestras ganas y por eso seguíamos algunos ya derramándonos mientras otros aguantándose que qué de la
chingada eso de acabarse tan pronto y sin haberla gozado
sin haberse aguantado para los otros cuerpos que se aflojan y que
se vienen así como sin saberlo como sin darse en verdad cuenta.
Pero en todo placer hay siempre una sierpe y allí la sierpe
no fue el deseo sino ese amor que exige pareja y no sólo
compañía sino una sola persona cualquiera con su cuerpo y con
sus ganas y sus palabras que te dicen que ahora soy toda tuya y
sos todo mío cabrón y de nadie más es que le pertenecés ahora .
Y esa fue la cochinada que me hizo el amor cuando alentándonos
todos juntos nos acercamos al fuego que nos consumía hasta dejarnos
rescoldo entre las cenizas todas llenas de gozo al arder.
– – –
no todo es sangre
mi’jo
me susurra el cuchillo
atravesán
do me muy suave ci
to el co
ra
zón palpi tan
te
– – –
Esta muerte es tan silenciosa
como todas las otras.
La de los viejos que viven al lado
de la muerte.
Conscientes.
Asustados.
Allí en ellos, lo saben, la muerte está
ya
sin esperanza.
Un hoyo ciego tan sólo.
Un -no lo sé-
ya no estar más aquí.
Asustados.
Viviendo apenas.
Los viejos conscientes de su propia
muerte,
tan silenciosa ella
como la nuestra.

Poesía

-¿Oyen? – preguntó con una voz lejana.
Los otros lo miraron sorprendidos.
-¿No oyen los chicotazos? –insistió el hombre.
Los otros miraron sus ojos secos y su cara tendida
hacia un ruido que nadie más oía.
En el cuarto había un olor terrible. No se sabía
si era agradable o desagradable.
De uno de los muros colgaban unas conchas negras.
-De todas, ella es la más lujuriosa y despilfarrada.
Cuando me toca atenderla, me hace sudar sangre,
pero también yo se la saco.
¿La oyen? Me sigue llamando, Oiganla. Llora
al llamarme porque ama el placer y los vicios.
Ojala y yo no me pierda nunca en sus extravíos.

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DE NOCHE ME DESPIERTO [Mi poema]
Gaspar Octavio Hernández [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

De noche me despierto dos, tres veces,
de día no me canso de dormir,
de pronto cuando pienso en escribir
-la vida siempre da lo que mereces-,
me duermo pues no puedo resistir.

No sé por qué será me viene el sueño
cambiando de momento y de lugar,
quisiera ahora dormir y he de esperar
e intento no morir en el empeño,
soñando con ponerme a descansar.

Ocurre con frecuencia que desechas
un trasto que se muestra ya obsoleto,
-cual fuera que le pierdes el respeto-,
y justo en un segundo en falta echas
y goza de ponerte en un aprieto.

Por mucho que se esfuerce el que lo intente
las cosas no saldrán como él quisiera,
se habrá de conformar como cualquiera,
tratando de aceptar lo que se encuentre
desde hoy hasta ese día en que se muera.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Gaspar Octavio Hernández

Ego Sum

Ni tez de nácar, ni cabellos de oro
veréis ornar de galas mi figura;
ni la luz del zafir, celeste y pura,
veréis que en mis pupilas atesoro.

Con piel tostada de atezado moro;
con ojos negros de fatal negrura,
del Ancón a la falda verde oscura
nací frente al Pacífico sonoro.

Soy un hijo del Mar… Porque en mi alma
hay -como sobre el mar- noches de calma,
indefinibles cóleras sin nombre.

y un afán de luchar conmigo mismo,
cuando en penas recónditas me abismo
¡pienso que soy un mar trocado en hombre!
Del libro: La Copa de Amatista.

Canto a la Bandera

Se detuvo el mancebo en la rampa, frente al mar
transparente. Comenzaba a brillar la mañana. En una
de las naves de Aguadulce fondeadas en el puerto, hercúleo
marino de color de bronce -cantando un alegre cantar de
aldea- enarbolaba el pendón tricolor del Istmo.

El mancebo sintióse inquieto de entusiasmo: el
entusiasmo le hizo poeta y le inspiró este canto:

¡Ved cómo asciende sobre el mar la enseña
que refleja en sus vívidos colores
el mar y el cielo de la patria istmeña!
¡Mirad…! ¡Es la bandera panameña,
vistosa cual gentil manto de flores!

¡Ved cómo asciende al mástil del velero
serpenteando con lánguida armonía
bajo la luz del matinal lucero,
mientras canta fornido marinero
con ruda voz, canciones de alegría!

El céfiro de Ancón, puro y fragante
como beso de virgen, acaricia
la tenue seda del pendón flotante
y tierno idilio sobre el mar sonante
con el céfiro la bandera inicia.

¡Bandera de la patria! ¡Con celajes
de púrpura encendida, con pedazos
del cielo de los ístmicos paisajes
y de marina espuma con encajes
tejieron nuestras vírgenes los lazos!

¡Bandera de la patria! Las estrellas
en tus colores su fulgor derraman
perennemente vívidas. Por ellas,
los hombres duros, las mujeres bellas
¡en patriotismo férvido se inflaman!

¡Ellas, en nuestros fuertes corazones,
la llama avivarán del heroísmo,
cuando al grito marcial de los cañones,
enemigo clarín vibre canciones
bajo el ardiente sol de nuestro Istmo!

Ellas reavivarán en nuestras almas
amor por nuestras fértiles campiñas
sembradas de naranjos y de palmas,
donde -tras de luchar- núbiles niñas
nos ceñirán de mirtos y de palmas…

¡Bandera de la patria! Sube…,sube
hasta perderte en el azul… Y luego
de flotar en la patria del querube;
de flotar junto al velo de la nube,
si ves que el Hado ciego
en los istmeños puso cobardía,
desciende al Istmo convertida en fuego
y extingue con febril desasosiego
¡a los que amaron tu esplendor un día!

Aria de Gratitud

Para Demetrio Korsi

¡Yerras…! Yo no te adoro
por tus cabellos de oro
ni por tu tez de nieve,
ni por las melodías
de cascabelerías
que hay en tu risa breve…

Te adoro porque sabes
ungir el alma rota
con bálsamos suaves
que tu ternura brota.

Te adoro porque ansías
regar tus armonías
en las naves sombrías
del templo de mi alma,
donde hace tantos días,
bajo siniestra calma,
yacen mis alegrías.

Alma celeste y triste,
alma que padeciste,
como el dulce Jesús,
insólitos agravios
-llenos de hiel los labios-
clavada en una cruz;

Alma que desprendida
de la cruz del Dolor,
ofreciste a mi vida
tu amor como una flor;

Te adoro.
porque una
noche que el alma nombra
con infinito duelo,
fuiste un rayo de oro
que desgarró mi sombra;
¡fuiste un iris de luna
que sonrió en mi cielo!
Del libro: La Copa de Amatista

La Agonía del Guerrero

Con ojos que denuncian pesadumbre,
mira el postrado capitán, colgada
de vetusta pared, la fina espada
con que pueblos redujo a servidumbre.

Ver le parece la musgosa cumbre
-de fresca sangre y lágrimas bañada-
donde su mano, del acero armada,
terror diera a enemiga muchedumbre.

-Inútil esperar -trémulo exclama-,
y, cual serpiente a quien la furia encona,
se retuerce de súbito en el lecho;

La Patria, envilecida; infiel mi dama,
mi acero inmóvil, rota mi corona…
¡Ah!, con la espada atravesadme el pecho.
Del libro: Melodías del pasado.

Idilio,

A Pascual Guerra y a Zoila Rosa.
Se amaban. . . .y a la luz de casta aurora
él la llevó a su nido florecido,
y entre el perfume del fragante nido
él puso ante ella su alma soñadora.

Se dijeron en líricos instantes
íntimas cosas de pasión. . . .y luego,
del amor hondo y puro bajo el fuego,
se juntaron sus bocas tremulantes.

Y así irán por las sombras de la vida;
Ella al amor romántico rendida
y él, con el alma ante el amor absorta,
verán, después de raros embelesos,
que ante el divino encanto de los besos,
la vida es corta. . . .demasiado corta!

Alma de ayer,

Hoy la recuerdo a mi pesar. . . .Y surge
de las mismas entrañas de mi historia
y con doliente súplica me urge
para que más la adhiera a mi memoria.

Y al recordarla en el instante miro
el balcón donde vi por vez primera
cintilar su pupila de zafiro
sobre el azul de la celeste ojera.

Miro otra vez los trémulos doseles
que en su ventana entretejiera Flora,
donde asomaba en marco de claveles
cuando era apenas niña soñadora.

Miro otra vez sus blancas vestiduras;
la contemplo otra vez de blanco toda,
cual si soñaran siempre sus ternuras
con la plácida noche de la boda.

Después!. . . .Después!. . . .El trágico descenso!
oculto en el prostíbulo el querube!
su virtud, como el humo del incienso,
dejó su aroma y se perdió en la nube!

Después!. . . .las noches! El placer! La orgía!
amante sin amor de un viejo verde!
Después. . . .la calma estúpida y sombría
del que ignora el valor de lo que pierde

Luego. . . .dolerse de incurable herida;
sentir que en el dolor nadie nos nombra;
sentir que el mismo corazón se asombra
al contemplar nuestra fatal caída,
y ver que entre las sombras de la vida
somos tan solo imperceptible sombra!

Tal su leyenda. . . .Hoy siento, al recordarla,
estremecerse el propio pensamiento;
quisiera de mi espíritu arrancarla
y deshojar sus páginas al viento.

Pero Ella surge del Pasado. . . .surge
de las mismas entrañas de mi historia
y con doliente súplica me urge
para que más la adhiera a mi memoria.

A una hermosa que viste pollera,

Multiplicando su iris, en tu pelo
resplandecen peinetas de diamantes,
lo mismo que luceros, fulgurantes
en el fúnebre raso de hosco cielo.

Al rubí de más visos deslumbrantes
avergüenza la púrpura del velo
que se enrosca a tu busto, con anhelo
de adormirse en tus senos odorantes.

Bajo el nítido albor de la trencilla
y el encaje que adornan tu pollera,
es torre de marfil tu pantorrilla,

que tiembla a las violencias del Deseo,
cuando rimas, bailando placentera,
a las notas del punto, un zapateo.

Canción de árboles,

Arboles enflorecidos
en el sendero lejano;
soy de vosotros hermano,
frescos árboles floridos.

Como en vosotros, se aferra
en mi ser el sacro anhelo
de ir—rasgando aéreo velo—
con la frente al ras del cielo,
con el pie al ras de la tierra.

Y lo mismo que vosotros,
en fraternales amores
dejo que caigan en otros
seres hermanos mis flores.

Arboles enflorecidos
que sois en la azul pradera
nidos de flores, tejidos
por el Hada Primavera.

En vuestros ramajes vi
retozar los ruiseñores,
como retozan en mí
los pensamientos de amores.

Arboles enflorecidos
en el sendero lejano;
frescos árboles floridos:
soy de vosotros hermano.

Y cual regáis a los vientos
vuestras flores, vuestras hojas,
al viento doy pensamientos
y recuerdos y congojas.

Vengo de abajo, de abajo,
de lo oscuro donde empieza
toda montaña. No trajo
mi alma la triste grandeza

del ser que nace en la cumbre
y, olvidado de sí mismo,
se pierde en la muchedumbre
como el río en el abismo.

Vengo de abajo. Mas hube
de comprender que es mejor
el árbol que hacia la nube
levanta su rama en flor;

es mejor que el arroyuelo
que nacido en el glaciar,
—cerca, muy cerca del cielo—
viene a morir en el mar.

Arboles enflorecidos
en el sendero lejano;
frescos árboles floridos;
soy de vosotros hermano.

¡Ah! Yo seré vuestro hermano,
hasta la noche gloriosa
en que del hosco gusano
nazca la azul mariposa.

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BRINDIS POR MADRID Y BARCELONA [Mi poema]
Félix Pita Rodríguez [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

(Sátira)
Desconozco lo que sabe la Carmena
que ha llegado a la alcaldía por chiripa,
asemeja a una reinona en su colmena
con obreras que son güais, y algún guripa.

Pues parece una fontana de ocurrencias
que deambulan como un pato mareado,
pues «no sabe, acaso duda o no ha pensado»,
mientras hacen sus lavados de conciencias.

Bien vendría interviniera el tal Carmona,
que el futuro de Madrid me causa pena
y empezara por dejarla algo más mona.

¿Qué decir de Barcelona? Se han colao
eligiendo como edil a una meona
y a la jefa del redil, Ada Colao.
©donaciano bueno

Y aun hay quien afirma que los pueblos tienen los #dirigentes que se merecen? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: La actual alcaldesa de Madrid parece más despistada que un elefante en una cacharrería. Con su corte de anti-sistemas, sin ninguna experiencia de gestión, no hacen otra cosa que improvisar y dar palos de ciego. El tal Carmena es el tonto útil socialista que la mantiene en el poder. Barcelona con su alcaldesa Ada Colao no es ajena a este mismo tipo de similitud.

MI POETA SUGERIDO:  Félix Pita Rodríguez

CÉDULA

No sé si alguna vez fui un cerezo silvestre.
Tal vez fui nieve, mirto, vilano, lluvia fina;
acaso un verde, trémulo, insecto del rocío.
No sé si alguna vez fui un cerezo silvestre,
pero a veces un ámbito de ramas en el viento,
cierta expresión de alturas debatiéndose.

Acaso allí.

No digo que no fuera, ni digo que es posible: estoy contando cosas que no tienen remedio.

NO SÉ SI CON PALABRAS

No sé si con palabras, pero sé que está escrito.

Este mundo que tengo tan nuevo entre las manos,
viene desde la hondura nebulosa del tiempo. Ayer tú eras.
Y eras también mañana. No sé cómo explicarlo.
Pero el futuro ayer da de pronto a tus ojos
algo tan conocido, algo tan conocido,
que voy sabiendo lenta, lento, muy lentamente,
que mi ceniza estuvo donde durmió la tuya
y que jugaron juntas el mismo amargo juego.

No sé si con palabras, pero tampoco supe
nunca de qué color tiene la luna el pelo.

¿De dónde surge ahora, si sabes, el paisaje,
que me pone las manos débiles como ramas,
como ramas dobladas en el viento?
No sé si con palabras. Pero sé que está escrito
allí donde te apoyas, allí donde te duermes en el viento.

Hay un barco que llega donde boga tu pecho.
Hay una luz quebrada de cristales cada vez que me quejo.
Hay algo más, hay algo más, hay un surco de fuego
que me dice vibrante en tu frente de almendro,
dónde puse otra vez mi firma de silencio.

No sé si con palabras. No sé. Cuesta trabajo
mantener en su sitio lo que a fuerza de muertes
ya no tiene remedio.

Pero me es conocido ese coral. La luna y el velero
me son desde otro tiempo residentes del pecho.
No sé cómo explicarlo. No sé.

Pero tú que ahora estás, ya estabas otra noche,
otra noche distante, entre los brezos.
Todo tiene la helada profundidad lejana
de una niña entrevista, caminando, dormida, en un espejo.

Hay un lago también, que vuelve y vuelve, también,
bajo tu pecho. No sé. No reconozco, no puedo, su reflejo,
pero si alzas los párpados, estás,
estás si vuelan, repitiéndose, en el aire, tus dedos.

¿De dónde esta fatiga? ¿Por qué tan prisioneros
nadie sabe de quién, esos que no se pueden llamar,
siquiera, apenas, casi, recuerdos de recuerdos?

Este mundo que tengo tan nuevo entre las manos,
viene desde la hondura nebulosa del tiempo. Ayer tú eras,
Y eras también mañana. No sé cómo explicarlo.
Tal vez pueda decirte solamente esta noche
que el zumo de otras noches es su mismo silencio,
que cinco muertes antes tu mano ahondó en mi pecho,
que cinco muertes antes me dijiste gimiendo
lo que gimes ahora, repitiendo, gimiendo.
Tal vez pueda tan sólo decirte en esta noche
en que glacial, extraño, cálido, bien amado,
un aire fatigado gira junto a mi cuello,
tal vez pueda decirte tan sólo, no sé con qué palabras,
no sé cómo, sin poder explicarlo,
que eres la misma, que eres,
no sé, pero recuerdo.

MI CASA

Una de cal y otra de luna,
esta es la fórmula precisa,
una de cal y otra de luna.

Sobre la puerta, la divisa
en el escudo del frontón.
Sobre la puerta la divisa:

“En lo más alto el corazón.”
Nada lo estorbe ni lo impida:
En lo más alto el corazón.

Que él ponga el precio y él decida
—si es contra mí, tanto peor—,
que él ponga el precio y él decida:

Siempre diré: tuvo razón.

RETRATO

Un candor cierto por la persistencia de tu tesis brillante;
un candor y otras cosas que no pueden nombrarse.
Ciertos pájaros claros de evidencia metálica;
cierta anfibia manera de pronunciar la erre,
y una sombra y su acento de haber perdido siempre
varias frutas maduras.
Eso va delatando, como un jardín cualquiera,
tu sentido del tacto.

El color amaranto no te va bien volando.
Te recoge, te ciñe, como un color guerrero.
Y más que no recuerdo.

Parlamenta, convence. Tu ternura sin ruedas, sin ángeles
ni cintas, de placidez de alfombra, puede sacar partido.

Y es lo que no se espera lo que tiene remedio,
lo que puede ser cierto.
Una muerte tan dulce siempre llega a destiempo,
entre el doblado miedo, jícara persistente
donde tu corazón guarda mis arrabales.

¡Oh, mi dulce hoja verde!

CIERRA LA PUERTA, AGUARDA

Cierra la puerta, aguarda.
Llegará lo que esperas cuando ya no lo esperes.
Ponte en el corazón la verja más segura.

Que no entre nadie, nadie, no hay sitio,
está ocupado hasta el rincón más alto,
donde la última estrella
viene en la madrugada a lavarse las manos.
Cierra la puerta, espera:
te ha de nacer un día el azar más seguro,
y tú serás su dueña.

A Isabelita

Para retribuirla de una dedicatoria banal,
esta página sin copia.

Estas son las voces oscuras, las sin palabras…

Aquí otra vez, recuerdo.
Muertas lunas de arena lo señalan.
Este cielo de alpaca
y una armonía crujiente, demoledora, amarga,
que baja de los robles y se ensaña
con mi sangre de flores fatigadas.

Aquí otra vez, recuerdo:
era como un latido sin palabras.

Yo estuve en este mundo.
Recuerdo, pero ¿cómo? Su latitud helada.

Todas las puertas ciegas,
las huertas desveladas.
Una sombra sin hombre en ese muro,
con silencios gritaba.
¡Qué fulgor de semillas de agonía
deshaciéndose en lucha con el alba!

Aquí estuve otra vez, recuerdo:
un corcel entre llamas
y el mensajero muerto
galopando incansable por las landas.

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LA VIDA ES UN SUEÑO DISLOCADO [Mi poema]
Filoteo Samaniego [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pues la vida es un sueño dislocado,
como un muerto que piensa aun está vivo,
una copia que expira en un archivo,
la fuente en la que el caño ya se ha ahogado.

Tan fuerte como odiar a un ser querido
para luego volver a ser amado,
sentir que en un desierto estas perdido
para poco después ser encontrado.

Señor, dime si fuiste tú el que un día
le robaste el destino a mi esperanza,
al alma de hoy. mi lágrima vacía,
el corto recorrido, a mi distancia.

Ahora ya de buscar vivo cansado
no sé, no puedo, no quiero ya buscar,
el verso excusas son ¡a qué negar!,
y un quite para mi ego desolado.
©donaciano bueno.

Un #sueño, lo dijo Calderón y añado yo, sí pero dislocado Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Filoteo Samaniego

ULTRAJE DEL RÍO

Vagaron por el río, muerte y vida,
como hermanas o amantes,
unidas al cuerpo de la orilla;
avanzaron hacia el fondo del mar,
dominio del olvido.

Se abrieron los ojos prendidos del cocuyo
y aquéllos, del incrédulo y su asombro.

Flotaron, en la noche, cruces sobre cada nombre;
y nadie aprendió tanto nombre sumergido.

Advino ese noviembre sin razón
y se indignó el agua ultrajada.

Surgieron la queja y el reclamo
y nadie pudo responder el clamor del agua absorta.

Tras las cañas aguaitaba un ojo abierto,
un tajo de luz,
machete que hendía las pupilas.

Valieron más la ceguera y la noche.

Valió esa víspera
anegada de insectos y de lluvia,
de huesos doloridos,
de pieles descarnadas.

Fue hora de morir, de golpe, por querer vivir,
de golpe.

Miro ahora el espejo del río;
¿en dónde sumergirme;
en qué fondo de azogue;
hacia dónde, hacia el limo, hacia el reflejo?

Voy por las aguas, río adentro,
hasta el hogar del pez,
llevando el peso de propia pesadumbre,
para volver al ojo sorprendido,
y verme en redoblada hondura.

Salir del mí al mundo circundante,
al habla común,
entablar el diálogo y no obtener réplica.

En un lado la imagen sobre el agua, bajo el
agua.

Y en el otro,
los demás y yo,
imagen aún no inmersa,
viéndolos hundirse, como yo mismo,
en abismos y ocultas razones.

El cuerpo desnudo de la tierra

¿Dónde encontrar al testigo,
al hombre despierto que vive su tiempo con un gozo
sustancial y claro;
al que toca las aguas y ve;
al que planta el árbol y ve;
al que ciñe un duerpo de amor y ve el amor;
al que traspasa con sus ojos la distancia
y la duda?

¿Dónde reside el ángel, y dónde sus mañanas?

Ángel sometido en pleno vigor de vuelo y de horizonte,
llevas, contigo, lejana sombra en los ojos…
tú, que crees que el hombre es triste
o que haperdido la voz;
tú, que callas ante el eco y el alarido,
ven y escucha este ardiente testimonio:

Cada mar tiene un sentido, un ritmo, una distancia;
cada mar guarda sus albas, su brisa y sus navíos.

Pero a este mar nuestro,
esencia misma del mar,
le brotaron, de sus entrañas abisales,
magmas de lava gris,
llagas de azufre y costras pavorosas;
mar con alma, gestor de tierras islas, de seres tierra,
de rocas incesantes,
de cuerpos sin memoria dormidos a la sombra
de los farallones:

He aquí el resumen del paisaje,
la forma del mundo subsistente
arraigada al tiempo,
contacto primigenio de especies,
residuo de los siglos en la gran confusión.

Vencimiento (I)

Evidencia y muerte
en la eternidad que me niegan
tus armas de polvo,
tus caminos de humo.

He aquí el compromiso:
transar con el otoño vagabundo;
elegir el consentimiento del junco vencido;
asir la mano del alba cuando, temblorosa,
se anida en los muslos locos,
y amar la carne profunda en sus nieves
y torrentes.

¿Quién abre la flor sin nombre
de tus ojos?

¿Quién gime en tus senos sin reposo?

¿Quién habla, fuera de ti, sobre ti misma,
en sombra de deseo prolongadas,
sin freno ni medida,
aun insatisfechas?

Vencimiento (II)

Idioma vencido de tus labios:
palabras muertas de nieve
brotan, como almendra antigua,
amenazada de males, de albas,
de murmullos.

Y la roca, y la arcilla, sin alas
se aferran al aluvión, huyen del viento
y funden su soledad en la extraña máscara:
rasgos fijos del amante en la edad, imprecisa
y sin tiempo, de la amada.

Fuente alerta, estrella detrás
de la mañana,
tu cuerpo se impacienta sin tormentas
y sin nadie.

Arco de sol y hierba mordida porque
las cenizas del vencedor
urgen la agonía de la flor tenaz.

Fardo de placer, que nunca soporta
te vence, con su peso, en la noche:
el canto se acumula en tus silencios,
y un torrente habita e impacienta
tus surcos cavilosos.

Vencimiento (III)

La puerta del alma medio abierta:
por allí, te exilias del ardor del día,
preservándote.

Más acá, serías como un fantasma
tachonado de agujas, miradas y dicterios

Incesante herencia de crepúsculos,
revives el mar, la ola elemental, el eco
transparente y mágico.

Pero el reino de tu cuerpo tambalea
se cierra el libro.

Nace el enigma y la evidencia de vida
y habla el silencio.

Estás presente y se me abren tus camino
de fuego y tus depuestas armas de luz.
¡Yaces, al fin, vencida!

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EL RIO DE MI PUEBLO [Mi poema]
Mario López [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

El río de mi pueblo no es cualquiera,
que el mismo tiene el agua cristalina,
escaso está de estress y adrenalina,
si metes y te llega a la pernera
es una cosa fina.

Pues él desde la infancia te conoce,
te acoge como a un hijo en su regazo,
el río más que río es un padrazo,
dispuesto está contigo a cualquier roce,
si sufres da un abrazo.

Que allí no existen sapos ni serpientes
y en cambio solo alegres pececillos
que juegan a esconder con los chiquillos,
los odios se los llevan las corrientes
o haciendo van novillos.

Mas debo de decir muy a mi pesar
que el río que aun existe no es lo que era,
que aquel, el que yo llevo en mi mollera
ni mira ni sonríe ni ha de hablar,
no tiene quien le quiera.

Aquel río del pueblo, el Arandilla,
sin peces ya y sin niños, su maleza
esconde bajo el puente su pereza,
el agua resbalando ya no brilla
se ha muerto de tristeza.
©donaciano bueno

Quien nos lo iba a nosotros a decir...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Mario López

Poema de la teoría de Einstein

Veo crecer a mis hijos… Desconozco
a Einstein, su teoría sobre el Espacio
y el Tiempo. Veo las nubes pasar, lentas
sobre nosotros, sobre la provincia de Córdoba
y sus campos. Bujalance,
donde vivimos… Me pregunto a veces
si el universo gira ¿desde cuándo
y alrededor de quién y hasta qué día…?
Incluyo a Mario López, coetáneo
y a veinte siglos de Virgilio, a todos
los poetas del mundo que gravitan
muertos o vivos dentro de la misma
fracción de tiempo-luz, sístole apenas
del corazón del Todopoderoso.
Miro las gentes. Pienso en ellas. Sufro
Con ellas. Temo que se sientan solas.
Miro las cosas, pienso en los olivos,
sus raíces clavadas a la tierra
con vertical ahínco tal nosotros
a la esperanza con angustia asidos.
Dolor, hambre, injusticia… Tú nos oyes…
¿Cuánta fugaz eternidad nos queda
de Poesía…? ¿Qué insondable vacío colma
de ansiedad nuestro tiempo…? ¿Qué demencia
nos pone cerco…? Nubes radioactivas
con el almendro en flor la primavera
nos aproxima. En tintas melancólicas
se añejan los periódicos. Satélites
artificiales nos fotografían
con implacable precisión. Vivimos
televisados para los vecinos
de Europa, nuestro barrio. Locutores
se turnan para hablarnos de esas cosas
que al parecer ocurren en el mundo…
Vivimos… Desconozco la teoría
de Einstein. Solo entiendo las violetas.
Quiero decir las cosas que perduran
Efímeras tal un deseo bueno.
Veo crecer a mis hijos. Hoy reían
conmigo… Las violetas y su aroma
son eternas también. ¿Por qué estar tristes?

LEJANÍA DE CÓRDOBA

(Paisaje de otoño)

Los árboles azules de la raíz desnuda
se volvieron de oro. La tarde fue muy larga
con su luna menguante llorando en los arroyos.
En los surcos un ala nada más, escondida
y en su confín, las torres enjoyadas de niebla
cruzando los cambiantes cielos de la Campiña.
Un rumor de agua oculta ya hecho brisa en guitarras
coronaba la testa de los bustos romanos
-cadáveres de mármol naciendo de la tierra
feraz, desentrañando la verdad más profunda.
Y al bisel del crepúsculo, más allá, al horizonte,
donde los ríos no acaban y las tardes se olvidan:
Córdoba humo de sueño lejano, deshojando
sus hondas campanadas como un árbol de siglos…

AQUELLA

Por el sabor de la hoja
del limonero mordida
despiertas en mi garganta
con perfume de arriates
bajo la lluvia.

Y recuerdo
que te conocía.

Yo
estuve
contigo en lejanas tardes
y tú dejabas mis labios
besar tu frente y mis ojos
quedarse en ti…

Sí… recuerdo
que te conocía…

Tú eras
aquella y yo te pintaba
mi corazón en los vidrios
con niebla de tus balcones…

Los ubi sunt

UBI SUNT DE MUCHACHA LEJANA
«Perpetuidad. Aquí yace la señorita F.L.A. que perdió la vida
a los dieciséis años de edad y pasó a otra mejor
el 31 de Octubre de 1862. R.I.P.»
(Epitafio. Patio Romántico del cementerio de Bujalance. Córdoba).

De tu existencia apenas si nos queda el recuerdo
de un segundo apellido condenado a extinguirse
y esa fotografía de niña lejanísima
que paulatinamente va enturbiando el olvido.

Pienso en ti -en estas cosas que poco se meditan,
siendo, a pesar de todo, cuestiones importantes-.

Pienso en tu breve estancia terrenal, pasajera,
tal la brisa o la niebla o el verdor de los campos.

¿Qué quedó, pues…?. ¿Qué aroma de qué flor
permanece
disecada entre páginas amarillas de libros…?

¿Qué canción detenida…?. ¿Qué corazón latiendo…?

¿Qué ríos nuestras vidas que en Dios no
desemboquen…?

Sólo nubes que pasan… El árbol de tu sangre
con pájaros risueños embriagando tu cuerpo
de viva primavera, tu sonrisa, tus ojos,
tu voz, ya cercenadas las raíces del eco…

Espejos sin memoria donde tú te miraste
con adelfas de fiebre o amor en las mejillas
esa brillante víspera de tu baile más pálido
cuando rojos violines ya gemían por tu nuca…

Oh labios que no existen después de haberte dicho…

Pienso en amigas tuyas de bellísimos nombres
y delgada cintura cuyos rostros quedaron
en aires de familia o acaso sólo en versos…
Laura, Beatriz, Ofelia, Ernestina o Elvira,
desde mil ochocientos, recordadas en cintas
de sombreros antiguos guardados en roperos
donde aún se agita un viento con sol de naftalina…

SIETE CANCIONES (1968)

LA SAL

La sal
por el aire iba,
como sin ir,
hacia donde
la conversación quería…

(La sal
iba por el aire,
paloma de gracia herida…).

Sal andaluza
en los labios
azules del Mediodía
disuelta
en espuma

o alas
de abanico
o de sonrisa…

(La sal
iba
por el aire…).

LOS PUERTOS

(homenaje a R. Alberti)

Mirad
un toro de espuma
desmandado
en La Marina.

Un
toro
de mar y luna
embistiendo
a las salinas.

Un
toro
«loco de atar»
a favor
de la marea.

Por Dios
que el toro no crea
que Cádiz es Gibraltar…

¿Quééé…?
¡Un toro bravo de mar!

CAL MUERTA.CIELO VIVO…(1969)

172
ÚLTIMA GEÓRGICA
Y en el mes de Diciembre a la comarca
te asomabas también. No desde aquellos
señoriales balcones de los hierros
labrados que arreboles de crepúsculo
doran y sus heráldicas de piedra.

Al pueblo te asomaba diluido
en algo tan de todos como el aire
cuyo temblor al mediodía es ala
del más dulce cristal quebrado en éxtasis.

Ala de sol para la geografía
de la provincia. Mapa de silencios
invernales. La escarcha. El labrantío.
Las perdices. Las liebres. Los olivos
con su mágica fronda entre la niebla,
apenas eco, pulso en lejanía…

Fríos, desnudos cielos a horizontes
de ignoradas candelas al ocaso,
sueltas, flotando como cabelleras
nostálgicas de humos ya deshechos.

Caminos de herradura hacia los pueblos
de solitarias calles melancólicas
donde la hierba crece junto al hondo
rumor que los molinos aceiteros
insinúan tras sus tapias encaladas.

Trigales en agraz junto a las eras
del ruedo ya en penúltimas esquinas.

Puertas al campo de las almazaras.
Los montones de orujo con su aroma
de cálido regazo inexpresable.

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A ESE MOLINO VIEJO [Mi poema]
Gloria Díez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A ese molino hundido que hoy no muele,
sin agua y con su piedra ya dormida,
que aún suspira al pensar en la partida
de su alma y de su espíritu, y le duele.

Que ahora, ciego, finge desconocer
que el destino es el sino de los tiempos,
los cielos se han tornado cenicientos
y de allí se han despedido hasta más ver.

Hoy miro y en tus ojos ya no veo,
-posible es me traicione la memoria-,
las pesas dando vueltas a la noria
y el agua cantarina en mi paseo.

Que hoy el musgo que ha invadido el exterior,
dibuja un escenario y desdibuja
un aura más propicio de una bruja,
de miseria, de tristeza y de dolor.

Un árbol, sólo un sauce te acompaña
con ramas, impasible al desaliento,
el viento ayer feliz ahora es cruento.
Eres molino viejo, eres mi España.
©donaciano bueno

#Y tú también miras hacia atrás? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: Dónde está ese país moderno, pujante, en el que se miraba al futuro con optimismo. Ahora las noticias sólo nos hablan de disputas de gallitos de peleas.

MI POETA SUGERIDO:  Gloria Díez

TU, POTRO DE LA NOCHE

Huye, huye deprisa,
tú, potro de la noche,
la tormenta en las crines,
la pezuña de plata,
y en la sangre
ese furor alado,
que te transforma en viento,
apenas roza el alba.
(De Dominio de la noche)

NUNCA DEBÍ CRUZAR

Nunca debí cruzar
labio, ni espada,
mientras el leve otoño
se derrumba,
como un vómito gris
sobre los árboles.

Un tigre doble anida
en la sagrada sombra
del crepúsculo.
Su aliento jadeante,
me mantiene en feroz,
altiva vela.

PALOMAS

Palomas,
cuatro,
descendiendo de un árbol
—flor de muerte en el pico—
me ofrecieron la paz.

¡Oh, cómo se alejaron!
las alas como arcángeles
y la luz tachonando tornasoles
—flor de muerte en el pico—
contra el cielo sonámbulo.

Los frutos del invierno,
más dulces que la miel de primavera,
desbordaron mis manos
y un llanto de ternura incandescente
llovía sobre el loco corazón.
(De Inocente ceniza)

Ardientes luciérnagas cruzan

Ardientes luciérnagas cruzan
los caminos más oscuros.

Ama la soga que te
hiere el cuello
y el esparto será
pálida luz de luna
fluyendo por tu espalda.

Atrapadme

(Ulises frente al Día)

Atrapadme,
con amarras de sombra
en mástiles del aire,
antes de que lance el alba
su grito azul en los sauces.

Antes que cruce el pecho
y manche el labio
el zumo amargo
de un corazón
muerta mora-madura
y herido mono-sabio.

Antes de que en el hombro
nazcan alas
de aguda seda verde
y pluma blanca.
Antes de que me broten
en la cintura leve
las espadas.

Atrapadme en el aire,
atrapadme en el viento.
Antes que parta el día
(asombrado vencejo)
atrapadme.

Estío

Un relincho de fuego
—prolongado, ululante—
fue la tarde.

Debiste ver el mar
curvar su lomo antiguo
como el de un gran centauro,
desbordante de espumas
bajo la fresca noche.

¡Qué sabia oscuridad!
El sol nos ciega más
que esta dulce tiniebla
tan grata al corazón.

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A UNA TAPIA [Mi poema]
Giovanna Pollarolo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Al lado de mi casa hay una tapia
pared da con pared a un cementerio,
curioso yo introduzco allí mi napia
confiando descubrir algún misterio
pues esa es mi terapia.

Observo con fruición los movimientos
cuando suelen salir las comadrejas,
solamente percibo los alientos,
el aire que chirriar hace a las rejas
su ruido y aspavientos.

Y aunque atento miro, nunca vi nada,
salvo hojas removidas por el viento,
la sombra de una losa iluminada
ni un grito, ni un sonido, ni un lamento.
de alguna rata osada.

Y aunque nada descubrí yo no desisto,
mirando he de seguir hasta que muera,
preguntando qué soy yo y por qué existo
a quién pase por allí y que yo viera
que sea algo más listo.

Paso a paso yo voy, tu vas, venimos
sin cierto conocer a dónde vamos
y así seguimos sin parar, seguimos
aunque a veces parece nos cansamos
que un sueño perseguimos.

Mientras unos se van otros más llegan,
van jugando al escondite o al despiste
algunos antes de llegar reniegan
así es la realidad aunque sea triste,
los árboles nos ciegan.
©donaciano bueno

Dice un refrán que a veces los árboles nos impiden ver el bosque. La realidad es que está ahí pero nosotros no lo queremos ver.

MI POETA SUGERIDO:  Giovanna Pollarolo

A VECES OCURRE

te despiertas a medianoche
enciendes la luz y la luz no se enciende
caminas a oscuras, adivinando.
O te quedas pensando
tratando de olvidar que tienes sed.
O frío
tanto, tanto frío
sabes que necesitas una frazada pero no te levantas
prefieres no levantarte
esperas que venga el sueño. Esperas, esperas.
El sueño tarda pero termina por llegar.
Y al día siguiente
sin saber por qué
aprietas el interruptor
y el foco se enciende
recuerdas el frío y ves una frazada, estaba a la mano
ahí, a un paso.
Puede ser que te preguntes
¿qué me habrá pasado?
o no te preguntes nada porque ya es de día;
dices: ya pasó la noche y no quiero pensar
pudo haber sido un sueño.
Y te lo echas a la espalda, como todos los sueños.

BIEN DIFÍCIL

es ser la musa de un poeta en estos tiempos
eres su mujer y él se aprovecha
de todas esas imágenes que lo asfixian
una casa una mujer unos hijos
y él hubiera querido alas
pero construyó una casa lee el periódico y hace el amor durante el día
cada vez con menos entusiasmo
por las noches escribe
habla mal de ti
y cuando te encuentras en esos poemas
quisieras borrarlos porque a romperlos no te atreves
eres sólo la musa de un poeta
que no canta que se aburre
aunque después explique que no es por ti
eres apenas el pretexto
para desencadenar viejos fantasmas
quizás hubieras querido ser la musa
de un poeta de otros tiempos
y aún esperas ese poema que un día soñaste
cuando no habían construido una casa.

TODAS PIENSAN

que tengo suerte
les he contado que por las mañanas
despido a mi marido
desde la ventana, una sonrisa
nuestro hijo en mis brazos
voy todos los días al mercado
me adorno a media tarde
mientras estreno en la puerta
la sonrisa de bienvenida.
Nunca espero en vano
nunca un suspiro, un miedo
pero a veces, de madrugada espío
el ir y venir de la gente, la calle
y él me llama
quiere que vuelva a la cama
¿no tienes frío?, susurra. Me besa.

Tengo suerte, yo sé,
pero estoy aburrida.

EL LLEGÓ CON LA LUNA LLENA

La noche era clara
el mar calmado y azul.
Esa noche la luna se mostró entera
sin la sombra de ninguna nube;
eran las doce
y nuestros cuerpos proyectaban sombras
como si estuviera amaneciendo.
Mirábamos el cielo, el mar, la arena
a cincuenta metros se distinguía
cada roca
cada ola punto de reventar
hasta las botellas y las latas vacías de cerveza
abandonadas en la orilla.
Milagro de milagros
amanecía en plena noche
y él acababa de llegar.
Me dio un beso, bebimos, bailamos.
Bendije, entonces, mis peregrinajes
a la cruz
el conjuro de la bruja
experta en amores
mis avemarías
el mismo deseo tres veces repetido
que formulé ante la luna nueva
cada noche.
Pero él, acabada la fiesta, se deshizo de mi abrazo
y dijo: no sé por qué he venido
no te amo,
no sé qué estoy haciendo aquí.
Y recordé la piedra que tiré al río
las noches sin luna,
mi falta de fe.

HA PASADO YA UNA SEMANA

y no hemos notado ningún cambio.
Todavía queda la mitad
del pastel de choclo
que hicimos el día de su partida.
La ropa sucia que dejó
está limpia, pero mojada:
con suerte si mañana hay sol
la plancharemos por la tarde.
Todavía se nota la forma de su cuerpo
en el hueco de su lado de la cama;
seguimos almorzando a la misma hora,
Por la noche vemos televisión:
el mismo noticiero
los mismos comerciales.
Nadie ocupa su sillón.
tampoco su puesto en la mesa.
Me lo habían advertido:
es como cuando a alguien
le amputan un brazo o una pierna
y aunque sabe que le falta
el dolor lo despierta por la noche,
justo ahí, donde ya no hay nada.

EL PRIMER VIAJE QUE HICE CONTIGO

fue de Tacna a la Boca del Río
un sábado de invierno por la mañana.
Compraste dos Inca Kolas y dos mixtos en el Italia
y yo saqué a escondidas dos toallas de mi casa.
Había apenas una tenue resolana
zurumbe,
acá llaman zurumbe a la neblina de mediodía que refresca y alivia
los calores del verano, te expliqué;
no era verdad, pero la palabra te gustó y me creíste
a pesar del invierno.
Te hablé de una playa llamada Pozo Redondo
que parecía de postal:
algún día levantaré ahí una casa para mi vejez, dije
y te fui indicando el camino.
Cuando llegamos empezó a brillar el sol
la playa también te pareció hermosa
como el sueño de la casa mirando al mar, en lo alto.
Ahí mismo, en la arena
junto a la inmensa roca que nos protegía del viento
hicimos el amor por primera vez.
El sol cegaba mis ojos, pero creo que fui feliz.
Anochecía cuando regresamos
y yo me senté muy cerca de ti, juntas nuestras manos.
Mirando la carretera, mirándonos
nos detuvimos varias veces
te gustaba el olor limpio del desierto
y el silencio y las estrellas y el cielo despejado.
Juramos que nos amaríamos siempre.

Tuve que detener el auto al costado de la carretera
lloré hasta cuando el sol me hizo saber que era mediodía
y el calor me agobiaba.
Entonces me soné la nariz
y el pañuelo se llenó de sangre.
Se me ha roto el corazón, pensé.

REENCUENTRO

Estás igualita, me dice
Los años no han pasado por ti, le miento.
Me casé, tengo dos hijos, decimos las dos a la vez.
Me va bien, sí muy bien.
Tenemos que vernos más seguido.
Sí tenemos.
¿De qué hablábamos antes?, me pregunto.
¿De qué, cuando no teníamos, hijos, marido, ni empleada?
cuando no era necesario encubrir ni adornar
una máscara bien puesta, casi cara.
Hablábamos, entonces, del futuro
cada una soñaba lo que ahora no es
o lo que ahora es, pero distinto
casarse, tener hijos
irse de la casa que parecía una cárcel
decirle adiós para siempre a las monjas
una vida de postal, sin ropa sucia
ni platos que lavar
esas cosas no se sueñan en los sueños.
Hacemos entre tantas máscaras sonrientes
el primer brindis
el segundo y el tercero
alguien ha traído las fotos de entonces
leemos los autógrafos
reímos de lo mismo de siempre, los profesores
que entonces eran más jóvenes de lo que somos
vuelven a parecernos viejos aburridos. Ellas,
solteronas histéricas, viejas amargadas
recordamos los grandes amores
que no acabaron en matrimonio
soltera, casada, viuda, divorciada, monja
sin hijos, con hijos, uno, dos, tres
cumplido ya el anuncio del juego de la soga
nos asombra la relación de compañeras muertas
las recordamos, nos entristecemos
bebemos, fumamos
contamos nuestras miserias, somos amigas
de una tarde
comparamos el tamaño de los penes de nuestros maridos
su habilidad o torpeza en la cama
los amantes.
No hay madre Giusseppina espiando detrás de la puerta
papá que nos mande a dormir, ni exámenes pendientes.
Días marcados por los timbres entre el recreo y la clase
nos recuerdan ahora la felicidad. Estaba ahí
y no lo sabíamos.
Como no podíamos saber que veinte años después
estamos soñando al revés
y lo daríamos todo por empezar de nuevo
cuando las cartas no habían sido todavía echadas.

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MIRANDO AL MUNDO [Mi poema]
Fabio Fiallo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Me acerco en mi escondrijo tratando ver el mundo,
desde lo más profundo ¡curiosidad malsana!
No entiendo lo que ocurre, me acerco a la ventana,
cuanto más me aproximo le veo más inmundo.

Me gustan las personas humildes, deportistas,
que llevan sus bolsillos preñados de ilusiones,
sin ser nada egoístas, reparten sus pasiones
y no hacen distinciones de oriundos y turistas.

Que miran al futuro subiendo la colina
así que sea parduzca la tarde y cenicienta,
cantando el río vaya la música contenta
y viendo que en los chopos desciende la calima.

Que observan los frutales que anidan las orugas
sudando van las flores, buscando van la fresca,
dispersos los olores perfuman la floresta
sus vergüenzas al viento como racimos de uvas.

Turbios los matorrales protegiéndole al arroyo,
un hoyo junto a otro hoyo manque muy desiguales,
sin lid ni distinciones de amores a raudales,
y a aquel que lo precisa facilitando apoyo.

Mas no es esto que veo, que esto es lo que quisiera,
la vida en la pradera como buenos hermanos
gozando del buen tiempo cogidos de las manos,
jugando a que soñamos y siempre en primavera.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Fabio Fiallo

Gólgota rosa

Del cuello de la amada pende un Cristo,
joyel en oro de un buril genial,
y parece este Cristo en su agonía
dichoso de la vida al expirar.

Tienen sus dulces ojos moribundos
Tal expresión de gozo mundanal,
Que a veces pienso si el genial artista
Diole a su Cristo alma de don Juan.

Hay en la frente inclinación equívoca,
Curiosidad astuta en el mirar,
Y la intención del labio, si es de angustia,
Al mismo tiempo es contracción sensual.

¡Oh, pequeño Jesús Crucificado,
déjame a mí morir en tu lugar,
sobre la tentación de ese Calvario
hecho en las dos colinas de un rosal!

Dame tu puesto, o teme que mi mano
Con impulso de arranque pasional,
La faz te vuelva contra el cielo y cambie
La oblicua dirección de tu mirar.

Era Una Tarde

¡Oh, mi amada! ¿te acuerdas? Esa tarde
tenía el cielo una sonrisa azul,
vestía de esmeralda la campiña
y más linda que el sol estabas tú.

Llegamos a las márgenes de un lago.
¡Eran sus aguas transparente azul!
En el lago una barca se mecía,
blanca, ligera y grácil como tú.

Entramos en la barca, abandonándonos,
sin vela y remo, a la corriente azul;
fugaces deslizáronse las horas;
no las vinos pasar ni yo ni tú.

Tendió la noche su cendal de sombras;
no tuvo el cielo una estrellita azul…
Nadie sabrá lo que te dije entonces,
Ni lo que entonces silenciaste tú…

Y al vernos regresar, Sirio en oriente
rasgó una nube con su antorcha azul…
Yo era feliz y saludé una alondra.
Tú… ¡qué pálida y triste estabas tú!

Plenilunio

Por la verde alameda, silenciosos,
íbamos ella y yo
la luna tras los montes ascendía,
en la fronda cantaba el ruiseñor.
Y le dije… No sé lo que le dijo
mi temblorosa voz…
En el éter detúvose la luna,
interrumpió su canto el ruiseñor,
y la amada gentil, turbada y muda,
al cielo interrogó.
¿Sabéis de esas preguntas misteriosas
que una respuesta son?
Guarda, ¡oh, luna, el secreto de mi alma;
cállalo, ruiseñor!

Astro muerto

La luna, anoche, como en otro tiempo,
como una nueva amada me encontró;
también anoche, como en otro tiempo,
cantaba el ruiseñor.
Si como en otro tiempo, hasta la luna
hablábame de amor,
¿por qué la luna, anoche, no alumbraba
dentro mi corazón?

Era una tarde

¡Oh, mi amada! ¿te acuerdas? Esa tarde
tenía el cielo una sonrisa azul,
vestía de esmeralda la campiña
y más linda que el sol estabas tú.

Llegamos a las márgenes de un lago.
¡Eran sus aguas transparente azul!
En el lago una barca se mecía,
blanca, ligera y grácil como tú.

Entramos en la barca, abandonándonos,
sin vela y remo, a la corriente azul;
fugaces deslizáronse las horas;
no las vinos pasar ni yo ni tú.

Tendió la noche su cendal de sombras;
no tuvo el cielo una estrellita azul…
Nadie sabrá lo que te dije entonces,
Ni lo que entonces silenciaste tú…

Y al vernos regresar, Sirio en oriente
rasgó una nube con su antorcha azul…
Yo era feliz y saludé una alondra.
Tú… ¡qué pálida y triste estabas tú!

El silencio de unos ojos

Qué me dicen tus dulces ojos negros,
tan cargados de sombras, ¡oh, adorada!
que en la noche me basta su recuerdo
para llenar mi corazón de lágrimas.

Qué me dicen tus dulces ojos negros,
en su silencio lleno de palabras
tan leves, que el oído nunca advierte
cuando se adentran en mi oscura entraña…

Tal dos aves que buscan su refugio
en un agrio peñón de oculta playa,
y en su áspero nidal, en vez de cánticos
alzan al cielo súplicas calladas.

En tierra de Quisqueya

Gloriosos argonautas que en el «9 de Julio»
desplegáis a los vientos un blanco pabellón,
cuando en el lar nativo pregunten vuestras damas
cómo son en Quisqueya campos y cielo y sol,

Responded que los campos son montes de esmeralda
y se oye en cada rama un pájaro cantor;
que mil variadas flores perfuman el ambiente,
que es un zafiro el cielo y es un topacio el sol.

Si inquieren por nosotros.-¿Son felices?… Decidles:
-Los vimos en cadenas vencidos a traición…
Mustias están sus frentes, sus brazos abatidos,
y en sus pechos no caben más odio y más dolor.

Aprended en nosotros, ¡oh pueblos de la América!
los peligros que encumbre la amistad del sajón;
sus tratados más nobles son pérfida asechanza,
y hay hambre de rapiña en su entraña feroz.

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RESENTIMIENTO [Mi poema]
Gustavo Ossorio [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hace un viento que pela. La maleza
sembrando al alma va resentimiento
cual aullido que aupado va en el viento
y espolea al jamelgo con fiereza.

Que una mezcla es de rabia y de tristeza,
amargo, es un clamor sin aspaviento,
que presto viene a dar al sentimiento
una vuelta de tuerca en la cabeza.

Nadie sacará de allí, por muy cruento
no se podrá extirpar de la sesera
ni siquiera un conjuro consiguiera
sea el motivo o fuera el argumento.

Pues que un grito en el aire es, un lamento,
que ha infectado de pus a la mollera
cual lapa que le absorbe al pensamiento
causándole dolor a quien tuviera.
©donaciano bueno

Huye de los #resentidos, su odio no les deja ver más allá de sus #telarañas de sus ojos Share on X

Los pensamientos obsesivos, por mucho que lo intentes, dificílmente conseguirás extirparlos de tu cerebro.

MI POETA SUGERIDO:  Gustavo Ossorio

CELEBRACIÓN OCULTA

Las cosas que ignoro suenan como una sal en mis sentidos.
Y mi muerte ronda con nombre supuesto
Escuchando los rumores terrenales.
Veo cómo a mi alrededor se sostienen
Sin dedos, sin habla, las visiones,
Y los prodigios que mi alma desconoce
Por una obscura escalera ruedan entrechocándose.
Por eso comprendo la dura luz que pasa
Y me roza para hacerme amar su fruto.

Difundo la gloria que recubre mi piel como un manto
Y voy alejándome de mi huella
Que ya no es posible reconocer entre mil.
A través de ardiente estrago miro
Y los sucesos de la noche retumban inmóviles
Para sellar la puerta firme.

¿Dónde te hallo?
Llena de ondas lúcidas,
Tus pasos dan color a los deseos
Y en mi corazón se levanta una imagen que me mira
Y luego se va, sin oír que la llamo.

Yo no sé qué secretos inmensos
Taladran los sueños con tu nombre
Desde que giras apenas visible;
Pero quiero irme,
Irme con tus ojos removiendo las partes del amor
Para borrar los estigmas.

Cada día descubro palabras que te revelan
Y nuevas marcas en el cielo
Que nos convierte en emanaciones resplandecientes:
Ante mí tengo tu fe
Y la piedra inmortal de donde vienes,
Tu dulce noche y el aire que sale de tus cabellos
Tengo tu llave y una figura
Que sobrevive a la interrogación
Y se deleita bajo tus manos.

En mi casa entro
Y allí, entre plumas y hondas aguas
Te oigo de pronto, detenida en el aire,
Con una nube para mi libertad.
Eres breve indescifrable
Y tus labios remueven el origen de las confusiones.

¿Para qué voy,
Cautivo y ejercitado en el porvenir,
Si tú me arrebatas a las cosas malignas?

Hay en cada soledad una desesperada lengua que arde
Y nos presagia símbolos inútiles
Pero yo acojo lo inalterable de tu voz
Y con ello la arena para abatir el terror.
Te vas hasta el límite más trágico de lo obscuro
Y yo quedo en el recuerdo
Sólo identificado por tu señal de estampa diestra.
Te vas,
Pero una codicia que roe mi corazón te atrae
Y entonces me amas con impetuoso estupor
En el gastado abismo en que las sienes
Castigan al rayo por sus violencias.

Acaso nunca sepamos quién llora para abrasar nuestros sueños,
Acaso nunca lleguemos a encontrar nuestro árbol protector,
Ni veamos su doble copa acallando con su arpa
El habla enemiga que cambia los rostros.

Henos aquí en edad de amar.
Henos aquí soberanos del delirio
Para igualar las jornadas y la ruina sorda,
Libres de los pies que agobian con su falsa esperanza,
Libres de la sangre que desencanta,
Con nuestra luz sin juicio,
Con nuestros cuerpos aterrados por la contemplación.

He aquí nuestro círculo oculto,
Nuestra tierra y nuestra entraña.

PRESENCIA NUMEROSA

Flor
Número del día
Anillo del cielo
Vivo espejo presente

Tus ojos
Espuma de luz
Sueño de estrella
Tus cabellos
Ala infinita
Agua disuelta

Brilla en tu llanura interior
Claridad
Cierta palpitación pasea por tu nombre
Una llama azul
Sostiene tu dulce rumbo
Alrededor de tus sienes
Se precisan los viajes del viento
Lámpara tenue
Ah la lejanía
Cada flor
Cada beso tuyo
En actitud de fin
De tu paso
Va desprendiéndose la noche
Como una gran edad.

ESPACIO DE LOS OJOS

Donde yo espero
Y la lengua estaciona esa claridad tuya
Y borra los sucesos de habitar
Y prolonga el tránsito de mi sangre
Dónde y para qué
El cabello
Su frecuencia y su estío sin contacto
Entre mis dientes el vértigo de acto y de ser

Oh mientras soy seguro y aguardo
Mientras derribo el antiguo velar
Salgo
Guío y mi calor se levanta entre aguas
Cada hora cada hora

Negra vida de sonido semejante a días
O pasos resplandecientes
Soy número y fin
Reposo y párpado iluminado
Tú decides el asilo del extraviado tiempo
Entre tibio morar y mano arrasada
Tú decides asimismo lo inexpugnable del miedo
Lo pavoroso de los huesos en sordo subterráneo

Sobre distantes armas
Sobre insectos rituales en la noche
Oh perdida lenta llama
Qué piel de piedra amarga o cortante sueño
Qué obscuro movible fondo de límite

Tú das metal abismo apenas al humo que oigo subir
Contiene sobre hierba sobre tiempo unido
Los ojos
El océano
Ojos tuyos gran puerta y lluvia para defender el eco
Ojos y viento nocturno inundado
Conciencia espacio íntimo del relámpago
Vamos con una voz y un beso vegetal
Miro en la dirección del rayo
A devorar mi propio mar
A pregonar la propia línea nevada y a punto de latir
Miro en la dirección del rayo
Pero sólo veo la sed viva de tus ojos.

VÉRTIGO O VIAJE

Sube el llanto
Por un borde dividid
Por un despertar
Hacia la lengua y lo que viene

Yo he perdido mi presencia
Yo he dejado justamente el humo inesperado de mi cabeza
Sobre la oscuridad que va moviéndose

La muerte se conturba
Y torna a su óxido redondo
Memorable estar y llama
Mientras el cuerpo se abre
A su acto desconocido
Por la arena o la mañana clavada a la noche

Qué puede qué podría poder el ruido del error
Ante la mano caída de la espera
Qué podría el error opuesto al fin
Olvidado de la sangre
Con una persecución y un área de sal ahora
Yo perdí mi presencia
Pude haber el secreto de ir y de venir
Por el invierno

Que día y paso en la atmósfera de vidrio
Para siempre.

LLAVE ENCENDIDA

El extremo silencio de los ojos
Y ese ruido de la vida
Que no vemos
Que está
Innumerable y sin poder avanzar
Alrededor de los dedos
En las uñas y en el delirio
Me anuncian el aire indescifrable
Donde crece un árbol para dar sombra al sueño
El calor se apodera de nuestros secretos
Cae de la cara como una palabra
Como una arena iluminada
Le escucho
Soy su victima y le amo

El calor que ahuyenta la angustia exterior
Abre tu corazón como una definitiva lámpara
Y alza algo más el sol a fin de no abrasarte

Este es el prolongado ánimo de eternidad
Que hace la flor
O echa a volar su olor de indefinido azul

Pero hay el agua y la sal detenida
Hay la invisible serpiente en libertad
Que confunde las lenguas

No lo olvidemos si no queremos morir

Es que nunca entraremos
Nunca tendremos la fuerza para entrar a la revelación
Que nos ata las manos
Que rueda por la piel y se detiene en los besos?
Es que nunca tocaremos su entrada de dulce vapor?

Nunca si no desertamos del espejo
Que continúa el error de nuestro ser
Si no cerramos la historia con una gran llave negra
Si no abandonamos para siempre estos pájaros engañosos
Estos días crispados
Llenos de cavernas y palabras envejecidas
Por un breve rito y en contacto de tormenta
Para contener tu mirada
Para abarcarla y rodearla
Sin necesidad de ir y venir por tus ojos
Hemos de arder en el temblor sin término
Que asigna al aire mi respiración.

HELADA VOZ

Que vengan esos primeros sueños,
Que vengan con su quemante copa de voces,
No los recordaré
Porque mi cara es otra, y ya no hablo.

Entre tantos afanes,
He deseado que lleguen;
Que llegue, porque sólo es uno.
Y quizás vaya conmigo,
Con su vida fija pegada a mi cuerpo
Como una piel transparente.
Pero ya no lo conozco:
He estado solo, cavando en mi arcilla.
Sale el habitante con su libro de horas
Y se va por entre las cosas,
Con una figura inanimada.
¿Recuerdo, recuerdo todo?
En la noche que brota de la respiración,
Besando el camino pegado a los muros transfigurados.
Todo es distinto.
Desesperado, me maldigo
Porque nadie pasa por mi lado,
Y el fuego se hiela entre los ciegos sonrientes.

¡Ay, cómo volver a poseerte, fuego obscuro
Que yo sabía hallar!
¡Cómo rodear de nuevo la tiniebla, sin tocarla,
Hasta caer en el confuso patio
LLENO DE SANGRE!

¿Será preciso decir alguna verdad siniestra?
Yo no puedo, mientras mis días sean sutiles
Como un espacio de esperas.
No puedo, porque me preocupa la santidad
Y acumulo méritos para seguir muriendo.
No puedo,
Porque las piedras de mi casa crecen cada noche
Y ya no sé dónde estoy.

Pero ¿para qué seguiré escondiendo la visión
A todos los ojos?
Ella se adelanta a mi voz
Y dice a todos mi nombre.

A todos calienta con su mano encendida
Y en el día escandaloso,
En el corro de las presencias enemigas
Me denuncia y me abandona.

¡Qué falso brillo se junta en la bajada!
¡Qué ambiguo ser atraviesa por nuestra imagen
Para apagar el último cirio!

Los sueños hechos por ajenos dedos,
Y la puerta que de pronto se abre
Para dar paso al agua,
Y el atardecer ancho y fijo como sordo tatuaje,
Todo esto es lo que va a quedar sobre mí
Cuando desde el pozo profundo
Sólo vea una luna terrible
Y nadie oiga mis gritos.

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AL BUEN TUNTÚN [Mi poema]
Diego Alfaro Palma [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

En mi gris caminar hacia el olvido
he descubierto un nido, he dicho un nido,
el nido meditaba allí escondido
al auspicio valido de una teja.
¿Una teja? junto a una comadreja,
la sombra que del cielo se ha caído
un sueño que no ha sido reprimido,
el rescoldo aun caliente de una queja,
quizás fuera el final de una madeja
que huérfana ha quedado ya sin hilo,
de una mecha que consume ya el pabilo
o algo que a un lamento se asemeja,
la mirada perdida de una vieja,
un bulto sospechoso ¿es ese un bulto?
que ha caído de una teja en un tejado
el mismo que cobijo había dado
al crujido y que aquí pido su indulto.
Y al tiempo que esto digo, y que lo escribo
lo que hace un rato pensé hoy me desdigo
y ya antes que de escribir haya acabado
diga lo que yo diga lo maldigo,
perdonen pues no sé ni lo que digo.
No quiero descubrir qué me ha pasado
pues todo de corrido me ha salido,
la clave es que el cerebro hoy no he gastado.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Diego Alfaro Palma

Semilla

En la ventana de un bus
empañada por el cansancio de un viaje
un niño con ojos de silencio
sin disculparse, casi como un relámpago,
trazó con uno de sus dedos
la solución al enigma del universo.
Observando su obra,
la conjunción de números y letras,
empuñó -sin gesto- la manga de su chaleco
despidiendo la bruma y sus vacíos
para así poder admirar el paisaje.

Migajas

A Fernanda

Recoge estas migajas de silencio
Presiónalas contra tu cuerpo
Y vuelve a arrojarlas
Para que otros pájaros regresen.

Partitura

de la lluvia nos ha quedado la música
nuestro silencio
un mensaje anotado por pequeños dedos en la ventana.

El globo

Sólo pedaleando desde ese mundo
conseguirías dar la vuelta
tomarlo del cordel
y sostenerlo calle abajo
Detenido en una esquina
tenderías las manos hacia un poste
para intentar atarlo
para que suspendido en el viento
nos señale el camino de regreso.

Albatros

A Audrey Tautou, que nunca leerá este poema

La cita con tu ausencia estaba concertada.
No me quedó más que llegar antes
Pagar las entradas, tomarme un café
Y conversar con el empleado.
Ya sentado en la merecida butaca
Tu sombra fue una sola sombra larga
En la oscuridad de ese viejo cine
En donde se proyectaba una mala película francesa:
Un recodo para unos cuantos amantes furtivos.
Enamorado del rostro de la protagonista
Salgo a la calle, me arreglo el abrigo,
Te espero un momento
Y converso contigo como si estuvieras.
No ha muchas fuentes de soda por estos lados;
Una prostituta se me acerca
Y me pide un cigarro.

Desayuno

Dos manos enlazadas sobre la mesa
Dos orillas unidas por el silencio
El humo del pan tostándose, el agua hirviendo
No importa lo que haya ocurrido
Eso queda entre nosotros.
Recuerda, solo dos cucharadas de azúcar.

Cumpleaños

Al doblar mi pijama
descubro que huele a ti
las demás pertenencias yacen dentro del bolso
y sobra espacio
tanto como para que puedan acomodarse
y comentar los detalles de esta jornada
sus otros compañeros de viaje
partieron tan pronto como llegaron
las botellas de vino y tu regalo.

Otras lluvias

Mi rostro era el jardín
en pleno diluvio anual
Nada sino reconocerse
en el verde soldadito
arrojado a su suerte en la terraza.

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LECTURAS DE MI INFANCIA [Mi poema]
Esther María Osses [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A mi desde pequeño me enseñaron
debiera respetar a los mayores
pues que ellos de la vida son doctores,
y debo de imitar a los que amaron
e hicieron de las obras sus amores.

Siguiendo las divinas enseñanzas
me tuve que aplicar a sus verdades,
haciendo de las mías nimiedades,
debiendo de cantar sus alabanzas
y al tiempo destruir mis voluntades.

Andando y comportando por la vida
creyendo en la divina providencia,
haciendo dejación de mi impaciencia,
y dando a la bondad la bienvenida,
teniendo siempre en cuenta la decencia.

¡Pues Dios nunca te ahorca así que apriete,
y méritos tú harás para ir al cielo!
Ya sabes, de placeres ten recelo,
si sufres pues te encuentras en un brete
verás que Dios te sirve de consuelo.

Me pongo hoy a buscar y no me encuentro,
si acaso en el presente me he perdido,
tuviera yo la culpa por qué ha sido,
debiera de mirar solo hacia dentro,
y dudo si aun mis padres me han querido.
©donaciano bueno

Dónde quedan hoy aquellos sabios #principios que me enseñaron? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Esther María Osses

La Semilla

Semillita, semillita,
¿Cuando subes a jugar?
Hace tiempo que te espero,
ya me canso de esperar.

Ya fabrico las raíces
con ellas he de tomar
el pan que me da la tierra
y el agua que tú me das.

Semillita, Cuanto tardas!
si vieras que bello el sol.
Sal a ver las mariposas
que te esperan como yo.

Ya fabrico un tallo verde
para subir a la luz
ya fabrico dos hojitas
y respiro como tú.

¡Al fin! Ya viene vestida
de verde. ¡Que bella está!
Ella misma hizo su traje
con agua y sol de verdad.
Del Libro: Semillitas
Lectura para niños

Niños Descalzos

Cuántos niños descalzos!
Dime por qué.
Nunca tienen traje nuevo,
dime por qué.
Nunca tienen un juguete,
dime por qué.
Ni siquiera han visto el lago,
¿Por qué? ¿Por qué?

Son niños de mentira,
dime, ¿lo son?
¿O son niños de veras
como yo soy?
Sus casas son de hojalata,
o de cartón;
la lluvia las deshace,
las quema el sol.

Les diré que se muden
_No lloren más.
Mi casa de muñecas
es buen hogar.

Sonetin Para Jugar

Erase un puerto
de aguamarina.
Un sol abierto
tras cada esquina

Allí tan cierto
que me ilumina,
niño despierto
crece y camina

Jugando llora,
soles ofrece,
risa derrama.

Hora por hora
jugando crece,
David se llama.
Del Libro: Crece y Camina

La Lluvia y el Barco

Aquí nació la lluvia entre higuerones.
Nos trajo a los portales la alegría
en su potro de crines relucientes.
Iba por los barrancos, impetuosa,
iba por las llanuras, reposada;
iba dejando espigas en la loma,
en los rastrojos huella de alhelíes.

Trajo a la puerta un diminuto río
un río de juguete, navegable;
al son de las goteras ya crecía,
plantaba sitio en puertas y ventanas,
se enroscaba en la luz, bajo los mirtos,
¡ay, el cañaveral, cómo lo amaba!
La niña estaba allí. Rubias las trenzas.
Descalza. Con un sueño entre las manos.
Una temprana angustia por el sueño,
y suspenso, ese adiós entre los labios.
Pequeña diosa, de la nada un mundo
hizo bajo la lluvia, luminoso.

Soltó su sueño en el caudal efímero.
¿A dónde irá sin brújula en la noche?

Qué rápido, qué alegre entre las hojas,
sin boga retozaba, inverosímil;
única mariposa solitaria,
¡qué blancas alas nuevas para el viaje!
Así, jugando, un día y otro día,
este era un río, un puerto, nunca el mismo.
Siempre la misma niña entre los árboles.
Y con cada alborada repetida,
en sueños, con la lluvia, navegando,
este era un barco que jamás volvía,
un barco de papel en el que siempre
un viajero de niebla naufragaba.
Del libro: Poesía en Limpio

Nostalgia

Ahora sé que es tu mar el que me llama.
Tu mar azul, tu rojo mar, tu verde mar,
tu mar de mil colores,
el que me sigue en puertos y ciudades
taladrándolo todo hasta la ausencia.

Sé que es tu sol. Tu rojo sol,
tu sol azul, tu verde sol, tu sol de mil colores,
el que disperso y uno, sobre el aire,
me sigue y me persigue por el sueño.

Tu sol, tu mar, tus mares me reclaman.
Como al grano de arena las arenas,
como a la gota el manantial reclama,
sé que me espera el mar, el sol me llama.

¡Yo soy la estrellamar que supo de alas!

(Ante la actitud de las jóvenes patriotas guatemaltecas
durante los inverosímiles días de junio, invasión de 1954)

«Se os preguntará por los señores de Xibalba acerca de nuestra muerte, que están concertando y preparando por el hecho de que no hemos muerto ni nos han podido vencer, ni hemos perecido en sus tormentos, ni nos han atacado los animales. Tenemos el presentimiento de que usarán la hoguera para darnos muerte. Todos los de Xibalba se han reunido, pero la verdad es que no moriremos».

Popol Vuh, Capítulo XII.
Atala

Voz de la selva herida, flecha y ala,
rebelión ancestral, soplo de fuego,
incitaba, ferviente como un ruego,
a vencer o morir la voz de Atala.

Anunciaba otra vez la noche mala
un ilonel iluminado y ciego.
Iba ya desvelada, sin sosiego,
la sombra de Tecum en Guatemala.

Alom, Kaolom. El templo profanado,
el grito del hondero amordazado,
Atala sin saberlo redimía.

Atala, con su luz enarbolada,
Atala por la tierra, tierra amada,
la tropa juvenil enardecía.

Marta Lydia

Otra vez extranjero, rubio auriga,
los nativos maizales pisoteaba.
Marta Lydia era un cáliz, una espiga,
que Chahal amoroso custodiaba.

Por esa antigua pena que fustiga
la estirpe de Balam, muda y esclava,
no doblegó la ráfaga enemiga
su verde corazón de cielo y lava.

Infalible, segura, el pulso fuerte,
una sola consigna de odio y muerte,
ella, tan frágil, ¡ay! tan sensitiva.

Ella, la flor, celeste guerrillera,
abatirá, conquistador, certera,
tu sien, la del Tonathiu, rediviva.

Gabriela

Era en ella el amor. La edad del trino.
La clara diosa, Atit, besó su frente.
Ella, vaso sagrado, limpia fuente.
Casa de oro, Gabriela, miel y vino.

Pero la noche que Iztayul previno
cayó de pronto a medio sol naciente.
Oscuro pacto de águila y serpiente
vendió la flor, la casa y el camino.

¡Adiós amor, querida primavera!
Atormentado sueño de obsidiana
tiñó de sangre la canción primera.

Ella, de pie, sonriendo todavía,
del héroe herido silenciosa hermana,
cortando nieblas esperaba el día.

Cielos Viajeros

De tan hermosa pesca, pescadora,
¿qué más pedir? Ya vi la primavera.
Ya me dijo el enigma de la aurora
la noche en mi barquilla, prisionera.

¿Qué más pedir? ¡Morir! Morir ahora,
Nahuel Huapí, besando tu ribera.
Ser ese lampo que tus albas dora,
ser esa flor perdida en tu pradera.

Pero no. Más allá de este paisaje,
señalados me son otros senderos.
¡Al mar, al norte! ¡Proseguid el viaje!

Cielos australes, en mi red viajeros,
bogando váis conmigo hacia el oleaje
que no sabe de inmóviles luceros!
Del libro: La Niña y el Mar

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¿POR QUÉ ME SIGUE? [Mi poema]
Guillermo Blest Gana [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No sé por qué me sigue a todas partes
si no le debo nada y me persigue.
Pues yo creo que tiene malas artes
por más que le reclamo sigue y sigue.

Quisiera que se vaya de mi lado,
de una vez me deje en paz, se olvide,
si yo me porto bien y no he pecado
y ella sólo me ve, nada me pide.

Comprendo que me pongo muy pesado
pues en la sombra está y no me molesta.
Y a veces cuando estoy malhumorado

me sigue, permanentemente al lado,
lista para salir a la palestra
repicando si un mosco me ha picado.
©donaciano bueno

Por mucho que lo intentes jamás podrás #librarte? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Guillermo Blest Gana

MIRADA RETROSPECTIVA

Al llegar a la página postrera
de la tragicomedia de mi vida,
vuelvo la vista al punto de partida
con el dolor de quien ya nada espera.

¡Cuánta noble ambición que fue quimera!
¡Cuánta bella ilusión desvanecida!
¡Sembrada está la senda recorrida
con las flores de aquella primavera!

Pero en este hora lúgubre, sombría,
de severa verdad y desencanto,
de supremo dolor y de agonía,

es mi mayor pesar, en mi quebranto,
no haber amado más, yo que creía,
¡yo que pensaba haber amado tanto!

SONETO

Mujeres, mundo, sociedad, engaños,
de vosotros por siempre me despido.
¿Recuerdos?Ni ambiciono ni los pido,
y quiero solo huir de vuestros daños.

Cortos han sido del placer los años,
largos los años del dolor han sido:
cada sonrisa me costó un gemido;
cada culto de fe, mil desengaños.

engaños, mundo, sociedad, mujeres…
Recorramos el libro de mi historia
para contar mis dichas y placeres:

primeros sueños de ambición de gloria,
adoración después de falsos seres,
llanto por fin y luto en la memoria.

Crepúsculo

¡Hora de bendición, hora de calma,
cuánto places al alma!

Los recuerdos de un bien desvanecido
ha largo tiempo ya, su faz doliente
levantan de los muros del olvido
y a reposarse vienen en mi frente.

Dulce, inocente, bella y amorosa,
sueño feliz de juvenil deseo,
entre las nubes de topacio y rosa
de mi primer amor la imagen veo.

Y en lontananza, deshojando flores
de exquisita y purísima fragancia,
con las vagas memorias de mi infancia,
los delirios sin fin de mis amores.

Con dulce y melancólica sonrisa
a mi se acercan los fantasmas bellos,
y juegan al pasar con mis cabellos
como ligera y perfumada brisa.

Uno me llama su primer amigo,
otro me nombra su primer hermano,
y uno muy bello, al estrechar mi mano,
me dice: ‘Siempre viviré contigo’.

Y se alejan despuéa, y mis deseos
su vuelo siguen con alado paso,
mientras en los vapores del ocaso
me fingen mis primeros devaneos:

Sueños de dicha, aspiración de gloria;
de amor, poemas dulces, ignorados;
pueblos libres; tiranos destronados…
¡Quimeras que aún adora mi memoria!

Y se acercan de nuevo en leve giro,
besando al paso mi abrasada frente,
mientras la luz, que muere en occidente,
me envía un melancólico suspiro.

¡Suspiro triste, de armonías lleno,
queja tal vez de un corazón que me ama,
postrer rayo quizás de aquélla llama
que fecundaba mundos en mi seno!

Mundos de amor, de dulces armonías,
poemas encantados y risueños
que alumbraba, en el mundo de mis sueños,
el bello sol de mis hermosos días.

¡Volved, volved, espíritus amantes!
Joven aun, mi corazón palpita:
si enfermo estoy y como flor marchita
me veis, volved, espíritus errantes.

¡Volved, volved! Ya veo vuestras galas,
ya el pecho arroja su mortal angustia;
batid así sobre mi frente mustia
con tierno amor vuestras doradas alas.

Joven yo soy: el corazón valiente
es como roca por el mar batida.
Venid, llegad, tormentos de la vida,
¡siempre serena miraréis mi frente!

Ya de diamantes se tachona el cielo.
Fanales llenos de esplendor y gracia,
venid corno después de la desgracia
nos vienen la esperanza y el consuelo.

¡Salud, puros ensueños de la mente!
¡Salud, bellos fantasmas del pasado!
Quien os tiene, jamás es desgraciado.
Venid a reposar sobre mi frente.

Uno se acerca y me apellida amigo,
otro me nombra con amor hermano,
y uno muy bello, al estrechar mi mano,
me dice: ‘¡Siempre viviré contigo!’

¡Cuánto places al alma,
hora de bendición, hora de calma!

Si a veces silencioso

Si a veces silencioso y pensativo
a tu lado me ves, querida mía,
es porque hallo en tus ojos la armonía
de un lenguaje tan dulce y expresivo.

Y eres tan mía entonces, que me privo
hasta oír tu voz, porque creería
que rompiendo el silencio, desunía
mi ser del tuyo, cuando en tu alma vivo.

¡Y estás tan bella; mi placer es tanto,
es tan completo cuando así te miro;
siento en mi corazón tan dulce encanto,

que me parece, a veces, que en ti admiro
una visión celeste, un sueño santo
que va a desvanecerse si respiro!

El primer beso

Recuerdos de aquélla edad
de inocencia y de candor,
no turbéis la soledad
de mis noches de dolor:

pasad, pasad,
recuerdos de aquélla edad.

Mi prima era muy bonita,
y no sé por qué razón
al recordarla palpita
con violencia el corazón.
Era, es cierto, tan bonita,
tan gentil, tan seductora,
que al pensar en ello ahora,
algo como una ilusión
aquí en el pecho se agita,
y hasta mi fría razón
me dice: ¡era muy bonita!

Ella, como yo, contaba
catorce años, me parece,
mas mi tía aseguraba
que eran solamente trece
los que mi prima contaba.
Dejo a mi tía esa gloria,
pues mi prima en mi memoria
jamás, jamás envejece,
y siempre está como estaba
cuando, según me parece,
ya sus catorce contaba.

¡Cuántas horas, cuántas horas
de dicha pasé a su lado!

¡Pasamos cuántas auroras
los dos corriendo en el prado,
ligeros como esas horas!
¿Nos amábamos? Lo ignoro:
sólo sé lo que hoy deploro,
lo que jamás he olvidado,
que en pláticas seductoras,
cuando me hallaba a su lado,
se me dormían las horas.

De cómo le di yo un beso,
es peregrina la historia;
hasta ahora, lo confieso,
con placer hago memoria
de cómo la di yo un beso.
Un dial solos los dos,
cual la pareja de Dios,
cuya inocencia es notoria,
nos fuimos a un bosque espeso,
y allí comenzó la historia
de cómo la di yo un beso.

Crecía una hermosa flor
cerca de un despeñadero;
mirándola con amor
ella me dijo: ‘Me muero,
me muero por esa flor’.
Yo a cogerla me lancé,
más faltó tierra a mi pie;
ella, un grito lastimero
dando, llena de terror,
corrió hasta el despeñadero…
y yo me alcé con la flor…

Dos lágrimas de alegría
surcaron su rostro bello,
y diciendo-. ‘¡Vida mía!’,
me echó los brazos al cuello
con infantil alegría.

Fuego y hielo sentí yo
que por mis venas corrió,
y no sé cómo fue aquello,
pero un beso nos unía…,
dejando en su rostro bello
dos lágrimas de alegría.

Después… ¡Revoltosa mar
es nuestra pobre existencia!
Yo me tuve que ausentar,
y aquella flor de inocencia
quedó a la orilla del mar.
Del mundo entre los engaños
he vivido muchos años,
y a pesar de mi experiencia,
suelo a veces exclamar:
¡La dicha de mi existencia
quedó a la orilla del mar!

Recuerdos de aquella edad
de inocencia y de candor,
alegrad la soledad
de mis noches de dolor;

¡llegad, llegad,
recuerdos de aquella edad!

Mirada retrospéctiva

Al llegar a la página postrera
de la tragicomedia de mi vida,
vuelvo la vista al punto de partida
con el dolor de quien ya nada espera.

¡Cuánta noble ambición que fué quimera!
¡Cuánta bella ilusión desvanecida!
¡Sembrada está la senda recorrida
con las flores de aquella primavera!

Pero en esta hora lúgubre, sombría,
de severa verdad y desencanto,
de supremo dolor y de agonía,

es mi mayor pesar, en mi quebranto,
no haber amado más, yo que creía,
¡yo que pensaba haber amado tanto!

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LOS OTROS TIEMPOS [Mi poema]
Esther Giménez-Salinas [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

El tiempo en que hoy vivimos
tan lleno y tan cargado de amarguras
no puede presumir de ser mejor
que aquel a recordar cuando nacimos,
asi fuera preñado de estrechuras,
sin tanto resplandor.

De aquellas mis raíces
aun guardo una gran parte entre algodones
cual fueran de oro en paño. Y las comparo
con éstas que hoy, vulgares meretrices,
me vienen a mi estancia a dar lecciones
mostrando su descaro.

Quien dice que aquel tiempo
pasado fue mejor. Yo aquí lo firmo.
Y sigo defendiendo con ardor
así pueda sonar siempre a destiempo
que antaño, cuando niño, lo confirmo,
yo allí viví mejor.
©donaciano bueno.

Acaso los tiempos pasados no fueron mejores...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Esther Giménez-Salinas

Albada

Alguna vez he visto amanecer.
Todos sabéis cómo es: de la negrura
resurge un débil brote sin querer

de luz que el ojo apenas asegura
-si de un color, si de otro, siempre cálido-
que duele, que molesta, que depura

su recién vida, crítico y crisálido,
a punto de quebrársele la pata
al tembloroso cervatillo escuálido.

Se pone en pie, se estira, se dilata…
Mientras, el ojo, ya desperezado,
comienza a reinventar su flor y nata

-color, tono, matiz, significado-
como si no supiera que la luz
nunca ha atendido a Adán ni a su legado.

El Sol confuso alarga la testuz,
se asoma a ver quién mira y nos conoce
aún tras la Tierra-costra-tragaluz

y en confianza nos brinda el primer roce.
¿Quién es padre de quién? Se dice El Hombre
-obtiene de Natura tanto goce

que no queda camino que no alfombre-.
¿Qué sirve de la luz, tautología,
si no tiene perrito que la nombre?

Y el Sol siguió saliendo cada día,
incombustible siempre a nuestros símbolos,
motor casi inmortal de poesía.

Pasando por el forro de los nimbos
cada cantar, si alondra o ruiseñor,
si hacemos desayunos con Pan Bimbo,

si tú, si yo, si bien o mal de amor…
Sin embargo, la ciencia y la costumbre
me obligan a encontrarle al esplendor

un estatismo impropio de su lumbre,
un apagarse lento y sostenido
que no podemos ver desde la cumbre,

que no queremos ver pero es sabido,
se sabe ya seguro, se presiente,
se acabará. Sabéis ya cómo ha sido:

viajante del Oriente al Occidente
mientras captas de él fulgor de vela,
de toda su reacción la suficiente

aletargada luz que nos revela.
Alguna vez he visto algún ocaso.
Sabéis cómo será: deja su estela

la luz; después se va, poeta acaso.

Antes del examen

Ansiedad. Corazón. Viejo bolero.
Cargada de café miro tu boca
descafeinada. Amor, espero, espero…
Paciente está tu lengua, ¿por qué evoca

tal vez a Garcilaso? Mal agüero:
es torre de Babel con la que enroca
mi rey marmóreo, príncipe, hechicero.
Poeta: lee los versos de una roca

y aprende de las olas. Luego, escribe
en húmedos idiomas su querencia
sobre mi playa abierta y calla. Avive

tu lengua la mudez de la impaciencia,
que acecho en tus palabras el declive
por ansia de otros modos de sentencia.

Anti-dormeuse

Deja dormir en paz, necio guisante.
Desiste en tus esféricas razones,
que ya me tienes hasta los colchones
de lo que te mandara hacer Violante.

¿Qué va a pensar mi dueña y qué mi amante?
A qué tanto pinchar reputaciones
si no te salvará ni Indiana Jones
cuando en la senda estés del elefante.

Tu sola presunción me es tan molesta
que crudos ni cocidos ni al jamón
consigo soportaros en la siesta.

Y ahí sigues, germinando en mi edredón,
robándole a mi paz lo que te presta,
haz sediento de luz y desazón.

Chagrin d’amour

No hay estrellas fugaces ni horizontes.
La tierra inmóvil ve cómo el Sol muere
olvidando marcar días y noches.
La Luna es una cara oscura. Duerme.

Después de primaveras no hay veranos.
Mayo es glacial y abate la turgencia
tallando un verde intrínseco y ajado.
Los aromas, antígenos de alergia.

Todo es lo que parece. Nada existe.

De vuelta a los tejados

De un primer salto
me subiré en el Árbol de la Vida.
Está desnudo ya de primaveras
y no se quejará.

Segundo salto:
en la terraza del segundo piso
un par de truchas jóvenes se quieren
y mueren por amor.

Del tercer salto
directamente al límite del cielo.
Gorriones, despertad bajo las tejas
o no traeréis el alba.

Un cuarto salto…
¡He estado tanto tiempo por el suelo!
Se me olvidó la brisa erizadora
del quince al diecisiete.

El quinto salto.
¿Es Luna mi sonrisa? Me regala
unas pupilas nuevas que destellan
también por la mañana.

Después del examen

Y contigo aprendí
el vuelo con motor de los vencejos,
la urbanidad precisa
de un gorrión
y su descuido espía.

La distinción de estimas y de aprecios;
a plancharle la ropa
a la pasión
y dónde se coloca.

Y también aprendí
los nombres en el nombre del silencio.
y que hay que darle gusto
al profesor
lo mismo que al alumno.

Fin de curso

Se sabe del amor por la querella
entre lo que has ganado y has perdido;
esa lucha ampulosa del sentido
contra la dependencia que lo sella.

Quizás en la tendencia a dejar huella
para que nadie más caliente el nido
o en el reír perverso, enloquecido,
tocando el centro exacto de una estrella.

Es la butaca incómoda de un cine:
la mente más curiosa y transitoria
se sienta por que el fin no se termine.

En el beso final, la vasta Historia.
Ese breve esplendor que nos define
la intemporalidad de la memoria.

Fuegos fatuos

Esposo:
Quiero cerrar los ojos,
entre la oscuridad buscar la nada.
Hallar en mis despojos
la libertad soñada:
no puedo desclavarme tu mirada.

Esposa:
Pero no son tus cruces
más que de dioses mártires y mías.
A imagen me reduces,
altar donde me expías
es tu mirar rezándome elegías,

eternas, como llagas
que han de doler por más que resucite
de tantas muertes vagas.
Cristiano es el desquite;
un fin sin fin de ojos sin remite.

Al último suspiro,
difusa entre lo humano y lo celeste,
le contaré que aspiro
a Ti, que desde el Este
me elevas como un dios tras esta peste
de inmendables errores,
de taliones corruptos y de atilas
cuidándonos las flores.
Mientras de arañas hilas
con sedas de mi alma en tus pupilas.

Esposo:
Me das el Universo
por un gran verde-miel caleidoscopio
igual por el reverso.
Igual parece propio
tu espejo de quimera, igual mi acopio

de fuerzas resistentes
a otra visión daltónica del Mundo.
Pero el iris son lentes
y aumentan en profundo
el bicolor mosaico en que me hundo,

el mar de algas que mecen,
que lentamente rozan, ciernen lento
y acariciar parecen
como amoroso viento
hasta cegar el cuello, el pensamiento.

Esposa:
De agua extrasalada
se escuece tanto valle, pudre, anida
muertos de tanta nada.
Ojos cavando herida.
Sangra paloma inútil concebida

sin alas y sin tacto.
Cree que en el horizonte será un ave,
allí, en lo más abstracto
después de ti. No sabe
que ni siquiera existe aunque lo alabe

como tú apenas eres
frontera imaginaria de amor-llanto
aunque estás, los difieres,
pero ellos mientras tanto
a escondidas reflejan, mezclan canto.

Esposo:
Quiero cerrar los ojos…
y entre la oscuridad también advierto
tus dos infiernos rojos,
los soles de desierto
secando y agrietando el pecho abierto.

Esposa:
Se apaga, se silencia,
se va desmoronando y se hace trizas
cada brizna de esencia;
me esparces, me atomizas,
requemas, desintegras las cenizas.

Esposo & Esposa:
Las tiras a los ojos
para que observe bien: yo soy la nada.
Ni tan sólo despojos
ni libertad vetada.
Una mota de polvo en tu mirada.

Haces de luz

Recuerdo que una vez te di un poema
con los ojitos prietos y asordado,
que aún no llegaba a ser, que era un poema
en estado embrionario.

Se haría de mayor un buen soneto.
Qué habría sido de él si a cada paso
torpe y atropellado, si al boceto
de cada simple hallazgo

no lo esperara un molde de sorpresa,
de asombro rescatado, tu crisol
tallando calabazas en calesa
como quien ve algo nuevo bajo el Sol.

Y al fin creció y se alzó de entre el tumulto;
se irguió luciendo altivo el capirote
de las maneras propias del adulto:
a ser sin ser y a hacer sin que se note.

Pero cuando la luz de la mesilla
-tu lámpara genial, tu falsa luna-
se apaga a largo trecho de la orilla
y vuelve El Coco raudo hacia la cuna,

le apremian veinte toques en el hombro:
¿por qué no das la luz de un nuevo asombro?

Hallar al fin

Mirarte a ti a los ojos más atenta.
Perderse en línea recta en la que busco.
Sólo encontrar la puerta tras la puerta,
espejo en el espejo más minúsculo.

El Aire, el Agua, el Fuego, solo estrella.
El Big Bang de moléculas del Mundo.
Responderse «verdad » por si se acierta
y no acertar. Volverse a un mismo punto.

Leerte a ti en los ojos un poema.
Buscarte donde estás, cavar la justo,
descifrar los estratos de La Tierra
y no acertar. Volverse eterno alumno.

Azar. Hallar al fin. Mirarte dentro:
certeza de que no hay Quinto Elemento.

I was thy will

If thy soul check thee that I come so near
Swear to thy blind soul that I was thy Will.
William Shakespeare

I
Cuando apenas me dejas sino ausencia,
el pétalo marchito de uno mismo;
cuando deshoja el tiempo tu apariencia
a ráfagas dentadas de cinismo;

cuando los frutos yacen derrocados
y yo me suelto aún verde de tus ramas;
cuando crecen desiertos en los prados
como vaca voraz, envuelta en llamas;

cuando no estás ni estoy, recuerdo el día
que El Ciclo interrumpió la flor señera;
al tiempo burló al tiempo que moría
para en ti ser perpetua primavera.

Porque si al fin te ajases, no lo olvides:
mis versos recomponen sus ardides.

II
No ha de truncarse El Mundo
si tú no quieres.
Si es que fugaz te gusta,
será obediente.

Pero las plantas
dicen que entristecemos
si no nos hablan.

In the lap of the Gods

Fluyen desde tu cuello arpados vórtices,
rizos de aire se escapan por tus besos
entre blancas paredes que del eco
debieron contener secretos códices.

De tus arañas tela la que enclava
innüendos en magias amatorias;
enrockados por arte de rapsodia,
mitad Hendrix, mitad María Callas.

Excitan tus caderas el Olimpo,
reina del corazón descapuchado.
Cambias por vodka el líquido de Baco
ungiendo de milagros el sonido.

Rebel of gods, although you spread the wings,
your messages won’t tell why love can kill.

La dourmeuse (Paul Valéry)

¿Quemando está secretos en su pecho
mi amiga mientras huele alguna flor?
¿Con qué vano alimento su candor
se torna irradiación desde su lecho?

Soplo, ensueños, silencio satisfecho;
Paz, más fuerte que el llanto o el dolor,
aplacas la onda grave y el ardor
que en su sueño conspiran al acecho.

Haz durmiente de sombras y de olvido,
tan bello y tan temible es tu sosiego
-cierva junto a una vid, cuerpo tendido-

que aunque el alma esté presa del vil fuego,
tu forma -con tu brazo por vestido-
vela, mientras en ti mis ojos ciego.

La renaissance marine

Desde el primer momento en que tus ojos
miraron, todo tú, recién nacido,
ya te asombró la parte de la sombra.
Ya la supiste límite y sus haces
fluyeron hacia ti en su esencia misma
como, criba de luz, los quiere El Mar.

Dices que ves tan claro bajo el mar…
Que azules son allí todos los ojos
-el pulso azul también- y que una misma
canción suena al morir y al ser nacido:
ese canon de luz con el que tú haces
el pianísimo ciclo hacia la sombra.

Pero tú sabes bien que eres de sombra
e inventas fosas nuevas en tu mar.
Tan pronto son de añil cuando las haces
como les das la luz con nuevos ojos
-niño, ¿quién te contó cómo ha nacido
o cómo nacerá otra vez la misma?

No temas que en la copia de sí misma
también habrá un lugar para tu sombra.
Donde la luz del verso aún no nacido
la cuides en su cáscara de mar,
la curioseen sagaz tus térreos ojos,
la pintes sin salirte de sus haces.

¿Me dejas ayudarte a pintar haces?
Los hay color de luz, de vida misma,
diamantes que se incrustan en los ojos,
carbones que forjó la vieja sombra,
¡y mira el rayo aquel de Sol y Mar
que al Mundo en el albor le fue nacido!

Aprendes de la luz en que has nacido
y su nombre le das a cuanto haces.
Pero ya caes cansado. De alta mar
fluyes despacio ya porque yo misma
te dé un beso y te arrope con tu sombra.
Te velaré, mi amor, aunque tus ojos,

tus ojos, niño nada más nacido,
ya dan a luz la sombra entre mis haces,
sueñan mi misma vuelta al mismo mar.

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CLAMO AL CIELO [Mi poema]
Gloria Young [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy clamo al cielo para pedir la paz,
que las luchas evite, irracionales,
que a los hombres convierte en animales
y demuestre que evitarlas es capaz.

Y pido a dios, si es él menesteroso,
se apiade de la vida de las gentes,
de niños y mujeres inocentes,
que pueblan el planeta proceloso.

Y si el cielo ni el mismo dios pudiera
a quien pueda, que impere la cordura
de este mundo de rabia y de locura
que al invierno convierta en primavera.

Y aquí elevo mi voz a iluminados,
los mismos que se muestran prepotentes,
con la única verdad adoctrinados,
que sean comprensivos e indulgentes.

Y aquellos que padecen obsesiones
de ideas harto absurdas, delirantes,
mirémosles cual son, cual maleantes
poniendo una querella a sus traiciones.

Y puesto que la estancia, es evidente,
se muestra tan escasa y diminuta,
tratemos de evitar toda disputa
sembrando la alegría en el ambiente.
©donaciano bueno

La #paz todos(?) la queremos pero...? Share on X

Si los humanos fuéramos más tolerantes, otro gallo nos cantaría.

MI POETA SUGERIDO:  Gloria Young

SOY

Soy recinto
de todas las palabras colgadas en el viento
de la luz que atraviesa mi curva cordillera
de la canción del sueño
del mar con sus espumas
del alma desbocada al filo de una estrella

soy
voz que no se esconde
que explora sus tejidos
que aúlla en el misterio de todos sus silencios
que murmura a la vida
que acecha en la vigilia
que da vuelo a la risa venciendo la nostalgia.

Soy agua
de la lluvia
del mar
de la tormenta
y busco los tesoros
y lavo
las memorias

soy mujer
de este siglo
escalando esperanzas
cabalgando corceles
de amor y de ternura
abriéndome los poros
al olor de las frutas
soltándome el cabello
surcando la dulzura
aquí
en la penumbra
de la
puesta del sol.
del libro Mujer, Prensa y Poesía.

AHORA YA NO ESTOY SOLA

como un río
escapándose hacia el mar.

Vuelvo
a la mujer que siempre
va conmigo.

La que tiembla
cuando la soledad mueve
las puntas de la noche
o ríe cuando los caminos están
plenos
de los mitos cotidianos
en los abismos
de mi misma.
del poemario Templo de Agua.

ISADORA REDONDA

Redondez de tierra
cuando dejaron de creer que era cuadrada.

Redondez de sol
extinguiéndose en el horizonte
del mar
entre las sombras ondulantes
que acarician la tarde.

Redondez de luna sobre la montaña mágica
en el preciso instante que los lobos
aúllan.

Redondez sobre la yerba
verde
y las sombras de las ramas
secas
y las espigas bailando al vaivén
de la brisa
que grita tu espera.

Redondez de los planetas
girando interminables
en la galaxia inmensa.

Redondez inacabado del eclipse azul
cegando la mirada
despertando al gallo y sus gallinas
en el amanecer fugaz.

Redondez del aro y la pelota
en los juegos infantiles permanentes.

Redondez de luna escondida
detrás del árbol místico
de rojo tronco
y ramas como garras
buscando atrapar los miedos
que habitan en tu vestido
de agua.

y dentro de ti el secreto del mar
amniático
con las suaves olas
que vienen
y van.
Puerto Armuelles, 29 de abril de 2007

Estos pliegues de la vida

Estos pliegues de vida
colgados a los huesos
esta cintura aún visible
donde te aferras
a ratos
estos muslos anchos recios
que trotan tus espacios
esta cadera ahuecada
estuche para tus manos
estas piernas que te asfixian
con nudo de terciopelo
desde la oscura garganta
hasta el fuego
-tierno
mástil
que trastorna los sentidos-
estos pies que te caminan
estas manos que te hurgan
esta mujer que te quiere,
aquí
en el cuarto imperfecto.

La luna es el día incendiado bajo el árbol.

La luna es el día incendiado bajo el árbol.

El agua quema mi garganta
sólo una palabra fresca
inunda mi cuerpo y mi alma.

Es la palabra que juntó nuestros pasos
en cualquier esquina
y tropezó entre sombras
y adoquines
y encontró el camino del mar
perdido.

Es la palabra amarrada
a la muerte de los relojes
y a la lluvia del domingo azul
con su espuma
que lava mi vientre de polvo.

Es la palabra que cruzó la calle y entró al hotel
al cuarto
y se acostó en la cama.

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MI POETA INVITADO: Hugo Mario Bertoldi Illesca

Soltándote la mano

Hay un punto crucial donde intersecta
a línea del amor con su destino;
llí donde pasión y desatino
on cómplices en la traición perfecta.
El corazón de gérmenes se infecta;
on los celos y el temor clandestino
perder, a sufrir, al vespertino
resagio de mirada circunspecta.
Callando la razón, habla el instinto;
ste manda soltar la mano asida
ue, liberada, muévese distinto.
Amorosa, cordial, reconocida,
sta, al intuir el mal extinto,
aludará feliz y agradecida.

Momento de Luz

Hay razones que el corazón entiende,
son esas las que dan a mis dedos
a ocasión de expresar que, aún con enredos,
a Vida es desafío que se tiende
ual cable sobre el cual quien se defiende
ejor es quien confía en sus valores,
ual pájaro que muestra sus colores
ara ganar la lid con sus rivales,
abedor de que tiene otros avales
ara lograr de la hembra sus favores.
s un día especial, pues, los Milagros,
ctos de rara, inédita ocurrencia,
caecen con genial contundencia
ual mágicos conjuros a ‘conflagros’…
quien vivió momentos flacos, magros,
eivindícase gracias al portento
n el cual, el más puro sentimiento
riunfa sobre la farsa traicionera
ando a la merecida, tesonera,
uchadora y leal, ¡merecimiento!