A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
MI SACRIFICIO [Mi poema]
Fernando Linero [Poeta sugerido]New
MI POEMA …de medio pelo |
Si le ves, dale un beso de mi parte, Que anduve siempre ausente de malicia Y que ignoré el difícil ejercicio Que lo intenté perdiendo incluso el juicio Ocurre cuando te encuentras en el fondo de un #pozo? Share on X |
MI POETA SUGERIDO: Fernando Linero
Suena mi armónica
Para Daniel Enrique, mi hijo.
Al lado mío sentado esta mañana
entre el caer de las hojas de Agosto
me has hecho volver a las campanas
a la pluma lenta que el viento deposita en los umbrales.
Tocas el aire
y por ti comprendo el vuelo de las aves,
la luz revoloteando en tu frente
como una mariposa.
Estamos bajo el mismo sol,
invitados a la misma nostalgia
a la misma honda noche y sus estrellas.
Porque amo las cosas
salto por encima del dolor
porque te amo suena mi armónica,
pido la palabra,
entre el caer de las hojas de agosto.
Y aún las tardes
Por el lecho de los días
resbalo sordo y sereno como un río al atardecer.
Triste soy de mirar el color de estas colinas
del ruido de espigas del viento.
Sé de la escasa luz que me indumenta.
Y aún las tardes alcanzan
para celebrar la hondura de las cosas
la ración de dolor que la vida se procura.
Creencia
Se necesita de una alta creencia
para seguir por el camino de las horas
con un sol negro que se abate implacable.
¿Cómo llenar algo hasta los bordes
cuando al arbitrio de las moscas
la muerte ebria danza
y el frío expulsa las brasas del hogar
y desaparecen los hechizos
las altas hierbas colmadas de inocencia?
Se necesita de una alta creencia
para llenar algo hasta los bordes.
Acaso el zumbido de un insecto
en el escaso vuelo de lo cotidiano.
Tu risa
Para mi hija Camila Fernanda
En esta país iluminado por el resplandor de la matanza
es el sol de tu risa el que nutre mi alegría.
La ventana de tu risa
irrumpe en la aridez de mis desganos.
Por el canto de sus pífanos
olvido que la tarde se desangra en los solares.
La eficaz diligencia de la muerte ajena parece.
Cuando sorteando bancos en la soledad del hombre
se me agota la savia de la luz,
son los humos de tu risa
los que en mí entran como el misterio del fuego
y me asisten en la hora incierta.
Hasta mi abismo descienden las hojas del sosiego
cuando por la ventana de tu risa me asomo.
A la vida se entra solo
La palma que está en el patio
nació sola, creció sola.
Nicolás Guillén
A la vida se entra solo.
Algunos con una camisa.
Otros con un racimo pero solos.
Bostezando o preñado de luz
cada cual con su tristeza.
Se entra sin saber qué se quiere,
qué se busca,
qué piezas encajan en el juego:
acaso los destellos del infortunio.
O el recuerdo de una ciudad triste.
O la imagen de una madre
que espanta el calor y las moscas
del sueño de su hijo.
Breves de memoria y de olvido
como los niños que ahora repintan la rayuela.
Como el padre dormido.
Como el amigo que no volveremos a ver.
Cada cual con su tristeza.
Se entra y es ya un lugar del sueño.
Algunos con el corazón atiborrado de palabras.
Otros portando una copa amarga.
Algunos en el mes de los ahogados.
Otros cuando las primicias del ciruelo.
Cada cual con su propia confusión.
Todos con la misma soledad.
Para Augusto César
Casi una elegía
He visto tus ojos sobre un largo estío
mientras cruzaba bancales de arroz.
La flor de los almendros
creció toda la noche bajo el cielo de la vigilia
al borde del hogar.
Tus manos con las que biseló el amor controvertidos alientos
buscan lejos ahora,
y el corazón
es agua profunda, espina irreversible.
El mar de mayo
dirige tus velas hacia lunas más apacibles,
hacia brisas fuera del alcance de la noche,
hoy pesando en la memoria, doliendo como un ala rota.
He visto tus ojos sobre las colinas del alba
mientras cruzaba bancales de arroz.
Apuntes para una autobiografía
Nací en Santa Marta el 4 de Octubre de 1957.
Tengo mujer, dos hijos que veo crecer y un perro.
No estoy atado a nada en particular.
De los 510.101.000. kilómetros cuadrados
que tiene la tierra de extensión
ni un sólo metro es mío.
Mi única preocupación
es acaso la de amar verdaderamente.
Acaso la de arder con aquello que amo.
Creo en el diálogo con la luz,
el diálogo con la tierra,
para exaltación de los sentidos.
Desde los 15 años escribo poesía,
creo que ella cura de cierto desencanto
de cierta melancolía,
permite así sea fugazmente
recuperar cosas perdidas.
Ayuda a comprender en algo
el sentido de lo humano.
Me gustan el mar, los libros,
la marihuana, las bebidas fuertes.
Me gusta recordar a los amigos.
Me gustan la música, la noche, los caminos.
He cruzado los dedos y respirado hondo.
He compartido con el ocaso
la gloria de no ser nada.
A mis años
en esta lucha por llegar yo no sé adonde
nunca he sentido envidia de nadie.
Solo el aire sabe del final de la ruta.
En lo profundo de mí guardo la esperanza
de que la muerte no sea más que un espejismo.