A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

MIS VERSOS SON EL AIRE… [Mi poema]
Francisco de Medrano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mis versos son el aire que respiro,
la sangre de mis venas, mi alimento,
la sed que de ansia sacia al ser sediento,
rejilla en donde al mundo yo le miro
y quedo muy contento.

Mis versos rosas son que han florecido
en un jardín plagado de emociones,
allí del cielo se oyen las canciones,
allí tejen los pájaros su nido,
son mis evocaciones.

Retazos son del alma que ha sufrido
cruzando por los mares y desiertos,
mil plantas que ha plantado allí en sus huertos
y buenos, malos frutos recogido
en tiempos más inciertos.

Mir versos son mi fe y aun mi esperanza
de no ser relegados al olvido,
los sueños que en tinieblas yo he vivido
que un acto son de amor de mi labranza
y aquí yo he recogido.
©donaciano bueno.

O acaso #exagero un poco...? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: La creación sea poética o de otro tipo tiene un tratamiento similar al de un hijo. Aunque no lo sean, a todos los ves guapos. Considerenlo un atenuante.

MI POETA SUGERIDO:  Francisco de Medrano

Qué busco, ciego yo, con tan mortales

¿Qué busco, ciego yo, con tan mortales
y ansiosas bascas? ¿Pienso que podría
satisfacer la sed inmensa mía
un mar de aquestos bienes (¿diré? ¿o males?)?

¿No vi ya? ¿No probé cuán desiguales
son de aquello precioso que ofrecía
su vanamente hermosa flor, que el día
robó, descubridor de engaños tales?

Paremos ya, paremos: que el sosiego
en sólo aquel un Bien que sin mudanza
mueve cuanto ve el sol, hallar podremos.

Mas ay, que cuando verle pienso, y llego
yo a asirle, me deslumbra, y sin tardanza,
cual rayo pasa, y ciegos le perdemos.

Estos de pan llevar campos ahora

A LAS RUINAS DE ITÁLICA, QUE AHORAN LLAMAN SEVILLA LA VIEJA, JUNTO DE LAS QUALES ESTÁ SU EREDAMIENTO MIRARBUENO

Estos de pan llevar campos ahora,
fueron un tiempo Itálica. Este llano
fue templo. Aquí a Teodosio, allí a Trajano
puso estatuas su patria vençedora.

En este çerco fueron Lamia y Flora
llama y admiraçión deel vulgo vano;
en este cerco el luchador profano
deel aplauso esperó la voz sonora.

¡Cómo feneçió todo, ay!; mas erguidas,
a pesar de fortuna y tiempo, vemos
estas y aquellas piedras combatidas.

Pues si vencen la edad y los estremos
deel mal, piedras calladas y sufridas,
suframos, Amarilis, y callemos.

No siempre fiero el mar zahonda al barco.

No siempre fiero el mar zahonda al barco
ni acosa el galgo a la medrosa liebre,
ni sin que ella afloje o él se quiebre
la cuerda siempre trae violento al arco.

Lo que es rastrojos hoy, ayer fue charco,
frío dos horas antes lo que es fiebre;
tal vez al yugo el buey, tal al pesebre,
y no siempre severo está Aristarco.

Todo es mudanza, y de mudanza vive
cuanto en la mar aumento de la Luna,
y en la Tierra, del Sol, vida recibe.

Y sólo yo, sin que haya brisa alguna
con que del gozo al dulce puerto arribe,
prosigo el llanto que empecé en la cuna.

El rubí de tu boca me rindiera

El rubí de tu boca me rindiera,
a no haberme tu bello pie rendido;
hubiéranme tus manos ya prendido,
si preso tu cabello no me hubiera.

Los del cielo por arcos conociera
si tus ojos no hubiera conocido;
fuera tu pelo norte a mi sentido,
si la luz de tus ojos no lo fuera.

Así le plugo al cielo señalarte,
que no ya sólo al norte y arco bello
tus cejas venzan y ojos soberanos;

mas, queriendo a ti misma aventajarte,
tu pie la fuerza usurpa, y tu cabello
a tu boca, Amarili, y a tus manos.

Profecía del Tajo en la pérdida de España

Rendido el postrer godo a la primera
y última hermosura que en el suelo
vio el sol, del Tajo estaba en la ribera,
moviendo embidia al cielo,
de su adorada fiera.
La real corona y cetro el ciego amante
derribaba (¿y qué no?) a los pies de aquélla.

Huéllalo todo altiva, y con semblante
fiero otra vez lo huella;
y él, ay, pasó adelante:
¡oh maldulce deleytel Puso luego
calma enojosa en su corriente el río
para advertir, aunque ofendido, al ciego
rey, en su desvarlo,
deel hyerro assí y deel fuego

que le amenaza: «En punto desdichado
ofendiste a esa ‘ermosa, oh godo injusto,
que vengará con tanto y tal soldado
África, de tu gusto
y de tu real estado
despojándote. ¡Ay, ay, quánta fatiga!;
¡quánto afán al caballo y al valiente
infante amaga! ¡a lança y a loriga!
Mueves contra tu gente
¡quánta diestra enemiga!

Ya suena el atambor; ya las vanderas
se despliegan al viento; ya, obedientes
al açicate, corren en hileras
los ginetes ardientes
y las yeguas ligeras.

No escusas, no, la lança y el trançado
arnés, en sólo el ámbar y el curioso
peyne (¡oh varón!, ¡oh rey!) exercitado:
¿no vees quán espantoso
vaja el campo, y formado?

Mira cómo Tarife, travesando
osado por las huestes y valiente,
tu enseña abate, y Muza destroçando
(asombro de tu gente)
los campos va talando.

Conoçerás allí al nunca vencido
Almançor, que en tu mengua se engrandeçe.
Mas al conde, ay, ¿no vees quán sin sentido
y hierbe y se enfureçe,
buscándote ofendido?

No assí medroso gamo, no assí presto,
será que deel hambriento lobo huya,
qual flaco tú deel émulo molesto:
haviendo a aquesta tuya
prometido no aquesto.

Trayrá -presago yo- al godo su día,
tras no muchos diziembres, la africana
armada que ya el Çielo ayrado guía:
cayrá tu soberana
y antigua monarquía.

Quien te dice que ausencia causa olvido

Quien te dice que ausencia causa olvido
mal supo amar, porque si amar supiera,
¿qué, la ausencia?: la muerte nunca hubiera
las mientes de su amor adormecido.

¿Podrá olvidar su llaga un corzo herido
del acertado hierro, cuando quiera
huir medroso, con veloz carrera,
las manos que la flecha han despedido?

Herida es el amor tan penetrante
que llega al alma; y tuya fue la flecha
de quien la mía dichosa fue herida.

No temas, pues, en verme así distante,
que la herida, Amarili, una vez hecha,
siempre, siempre y doquiera, será herida.

Soneto iii a s. pedro, en una borrasca, viniendo de roma

Pescador soberano, en cuyas redes
los monarcas mayores han estado
dichosamente presos, y cambiado
en gloria sus prisiones y en mercedes;

tú que abrir y cerrar el çielo puedes,
con poderosa llave, a tu ganado,
y alcaçar en la tierra has alcançado
con colunas de pórfido y paredes:

los ojos vuelve al mar enfureçido,
y pues tal vez osó mojar tu planta
aun siendo ‘ollado de tu fee animosa,

su ’inchazón rompe, acalla su rüido,
y enseñado dicípulo, levanta
mi fee y mis pies con mano poderosa.

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ALMA INQUIETA [Mi poema]
Francisco de Terrazas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Por qué las emociones
les pierde a los humanos,
por qué son tan insanos
en sus apreciaciones?
Si el odio le hace daño
sólo al que lo padece
¿por qué es que año tras año
el odio tanto crece?

Él es ese alma inquieta
que a este mundo no entiende,
no sabe qué pretende
mas él no es marioneta.
No encaja en esa grieta
y a consejos no atiende,
de su ignorancia pende
este humilde poeta.

Que insiste en descubrir
la vida y sus misterios
sea en los monasterios
donde algo hay que exprimir.
Su esfuerzo en resistir
hurgando en muchos predios
y sometiendo a asedios
la tela que zurcir.

Y aunque él no es muy consciente
se irá sin saber nada
ni entrar en la pomada
de dios y de la mente.
Y aunque, banal, presiente
que no existe respuesta
seguirá tercamente,
ingenuo, en esta apuesta.
©donaciano bueno.

Comentario del autor sobre el poema: El ser humano conoce que hay misterios que nunca habrá de descubrir pero él, terco, sigue y sigue y sigue…

MI POETA SUGERIDO:  Francisco de Terrazas

¡Ay basas de marfil, vivo edificio…

¡Ay basas de marfil, vivo edificio
obrado del artífice del cielo,
columnas de alabastro que en el suelo
nos dais del bien supremo claro indicio!

¡Hermosos capiteles y artificio
del arco que aun de mí me pone celo!
¡Altar donde el tirano dios mozuelo
hiciera de sí mismo sacrificio!

¡Ay puerta de la gloria de Cupido
y guarda de la flor más estimada
de cuantas en el mundo son ni han sido!

Sepamos hasta cuándo estáis cerrada
y el cristalino cielo es defendido
a quien jamás gustó fruta vedada.

A unas piernas

¡Ay basas de marfil, vivo edificio
obrado del artífice del cielo,
columnas de alabastro que en el suelo
nos dais del bien supremo claro indicio!

¡Hermosos capiteles y artificio
del arco que aun de mí me pone celo!
¡Altar donde el tirano dios mozuelo
hiciera de sí mismo sacrificio!

¡Ay puerta de la gloria de Cupido
y guarda de la flor más estimada
de cuantas en el mundo son ni han sido!

Sepamos hasta cuándo estáis cerrada
y el cristalino cielo es defendido
a quien jamás gustó fruta vedada.

Rayendo están dos cabras…

Rayendo están dos cabras de un nudoso
y duro ramo seco en la mimbrera,
pues ya les fue en la verde primavera
dulce, suave, tierno y muy sabroso.

Hallan extraño el gusto y amargoso,
no hallan ramo bueno en la ribera,
que – como su sazón pasada era –
pasó también su gusto deleitoso.

Y tras de este sabor que echabanmenos,
de un ramo en otro ramo van mordiendo
y quedan sin comer de porfiadas.

¡Memorias de mis dulces tiempos buenos,
así vay tras vosotras discurriendo
sin ver sino venturas acabadas!

Dejad las hebras de oro ensortijado…

Dejad las hebras de oro ensortijado
que el ánima me tienen enlazada,
y volved a la nieve no pisada
lo blanco de esas rosas matizado.

Dejad las perlas y el coral preciado
de que esa boca está tan adornada;
y al cielo, de quien sois tan envidiada,
volved los soles que le habéis robado.

La gracia y discreción que muestra ha sido
del gran saber del celestial maestro
volvédselo a la angélica natura;

y todo aquesto así restituido,
veréis que lo que os queda es propio vuestro:
ser áspera, cruel, ingrata y dura.

Soñé que de una peña me arrojaba…

Soñé que de una peña me arrojaba
quien mi querer sujeto a sí tenía,
y casi ya en la boca me cogía
una fiera que abajo me esperaba.

Yo, con temor, buscando procuraba
de dónde con las manos me tendría,
y el filo de una espada la una asía
y en una yerbezuela la otra hincaba.

La yerba a más andar la iba arrancando,
la espada a mí la mano deshaciendo,
yo más sus vivos filos apretando…

¡Oh, mísero de mí, qué mal me entiendo,
pues huelgo verme estar despedazando
de miedo de acabar mi mal muriendo!

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QUISIERA VER LA LUNA [Mi poema]
Elena Tamargo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Quisiera ver la luna cual poeta,
quisiera ver el mar de agua sediento,
la lluvia que al caer llega a su meta,
un lápiz asentado en su carpeta,
del hambre su sustento.

Quisiera despejar el cielo incierto,
invierno convertir en primavera,
ser esa flor que vive en algún huerto,
pensar que aunque dormido no estoy muerto,
incluso ser quimera.

Yo quisiera escribir sobre tu cuerpo
y cubrirlo de pétalos de rosas
y decirte palabras amorosas
mientras trato llevar a mejor puerto
las olas revoltosas.

El sueño que a un lugar lo lleva el viento
y de un manto vestir de terciopelo,
y que pueda sentir lo que yo siento
las lágrimas las deje para adviento,
o para el desconsuelo.

Mas somos nada, así tal como somos
unos simples reptiles en la tierra,
en las tardes de fútbol unos gnomos,
para coleccionar, de álbumes cromos,
actores de una guerra.
©donaciano bueno.

Soñar no cuesta nada.... Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Elena Tamargo

Compás de espera

Mi pasado está invadido
y lloro lentamente.
Me ha llenado de miedo una noche en el Neva
me ha llenado de fe una tarde en Bakú.
Se quedó Samarcanda como alguna promesa
y la calle de Arbat para soñar a Eszenin
siempre, siempre.
Erré como torcaz
aplastada en la calle por un caballo ciego.
Me dan miedo mi pueblo y sus hombres
mientras Jesús del Monte se derrumba en silencio.
Una ciudad de espejos y banderas
y su empinada ronda de tenores.
Yo regreso a mis pájaros
al pequeño amarillo que no canta.
Ya no tengo balcón ni noches junto al mar
y otra campana traza mis compases de espera.
Estorbo como estorban los almendros
y en el farol se queman algunas mariposas.
Ciudad y almendro y yo
ay, qué desgracia.

Sincopada o fuera de tiempo

Todos los días se matan en La Habana
dos millones de gatos y quinientos caballos.
Quinientas yeguas solas sostienen el rencor de su dureza
se abrazan
en la pira arrogante del león babilónico.
Trasgos de sangre suspenden el azul y el animal del trópico
se agota.
Diez millones de vacas ya murieron
tres mil palomas agonizan
y el olor de los lirios se deslíe
en un prurito de ácidas hormigas.
Los ciudadanos temblando se repliegan
a construir el escenario de la nada
si no quedan caballos ni lengua ni jazmines
si los trenes de leche detuvieron su paso
donde cantaa la belleza
y ahora se escuchan los terribles quejidos de las vacas
si los lirios, los gatos, las palomas
son animales muertos.
Pero yo no he venido a ver el cielo
cómo voy a ordenar pedazos de paisajes
ordenar los amores que son fotografías
y luego tambor tosco, bocanada de sangre.
Ay, voz lejana
ay, voz de la sordera
estás aquí bebiendo mi humor de niña muerta
quiero llorar mi talco, como lloran las niñas
porque yo no soy ni mujer ni poeta ni azucena
soy el agua y el vino y el aceite
una llaga tal vez que debe al fuego
y me andan buscando.

Habana tú

Y hoy está crecido el mar
no es que la marea suba por un hecho natural
es que llora Yemayá
Juan Formell

De niña, entre las grietas de la tierra
buscaba en ti mi aurora
a semejanza mía, a semejanza tuya
cuerpo oscuro y esbelto de mi sueño.
Puras ante la espera las imágenes
emisarias de la tarde que caía
pegada a su horizonte.
Tenías en secreto tu espigón de metales
inclinada en tu borde busco el ancla perdida
te busco en el regreso, estás llena de pájaros
vuelve a secar tus manos y cuéntamelo todo.
Era esto el abandono y lo sabías.
Óyeme estos lamentos que me salen ardiendo
yo sólo te deseo,
la sombra de aquel tiempo en ti misma entrevista
con inútil ternura
y tú me dabas fuerza
rendida y dócil como el mar sabe serlo.
Aquel concilio que tantos han cantado
sin una urgencia propia como ésta de este instante.
Tampoco fue tu culpa si no les comprendiste la amargura
faltándoles la leche y el abrigo
te lo dieron todo, vida que no pedías.

Fragmentos de La Habana

Pensar, robar, gozar
todo un único espasmo.
Arpegia y pica, Lázaro.
Salta de los tejados cuando nadie te vea
y muestra el interior de la sonata.
Aquella criatura desenfrenó la nada.
Es la maldad tan natural lo que te bambolea.
Veo tu insomnio a su manera
veo el disco girar y a los hombres
veo charcos, tranvías
veo enormes pedazos de La Habana.
A los negros los veo
resonando a sus pies el toque de los siglos.
Negros espirituales.
Blanco el mantel del primer desayuno
blanco mi abuelo
blancos en el exilio, desconcertados
borrachos de blancura
blancos los hospitales
negro mi cuerpo en el primer amor.
Llegan las mariposas a confirmar que ardí
y me dejan besando su jadeo
la inútil ceremonia
junto al candil oscuro.

Mar de mi patio

Y si llegaras mar
cuando mi cuerpo fuera tierra arada
y lloviera en mis ojos?
Alga y sal de prusia calentura
¿no te crecen las uñas?
Te veré frente a frente
presa en tus quemaduras, levantando las cejas
dejando ver los ojos con esa indiferencia.
Cómo tú eras cuando yo te elegí.
Diosa naciendo y destronando diosas
si tú al verme fijaras la mirada.
Ven hacia mí, no tardes
puedo perder las fuerzas.
Estoy sola bailando y en mi musgo
me pisan miles de pies desesperados.
Sácame este mareo
este jilguero tosco que custodia mi blanco
esta brújula adivinando el este.
Si te demoras se deshace mi estatua
este cuerpo que danza maravillosamente.
–¿Qué hora es que no llegas
perfumando las calles con tus pescados frescos?–
Mar de mi patio, mar atormentado
lo que me duele
es que mis días
se vuelvan más y más de tierra.

Habanera yo

Soy otra vez muchacha en el invierno
y nadie me regala una gardenia.
Pero el regreso de mis lunas
ahíjo taciturna del fondo de la calle
casi feliz, aletargada
bajo esta piedra roja.
Retozo como un campo florecido
es la herencia adecuada de una mujer despierta
un sueño desprendido del cuerpo que lo ha usado.
Los lirios de Rosita
mis únicos testigos
esperan la lechuza
en el silencio mío del oeste.
Vuelvo en la medianoche de este invierno
acércate a escuchar mi tambor y mi oboe
acércate con riesgo de hechizarme.
Ciudad, ciudad
no mates mi manía de ser bella
de pasearme desnuda y cepillarme el pelo.
Ciudad con pajaritos y cisternas
el probable lugar donde acabó una historia.
Ay, mi ciudad
mi pasto
mi sitio recurrente
a la hora en que duermen las palomas.
Ciudad que has bendecido mis vigilias
arrástrame hacia el mar
sin farolas ni víctimas
con algas en mi pelo
y en tu pelo de sal.

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ARTILUGIOS [Mi poema]
Pedro Chadicadi [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Llenando va su estancia de artilugios
a ver si alguno de ellos le ilumina,
la luz, la que precisa el que camina
y busca resguardarse en los refugios
con riesgo de topar contra una mina.

Precisa acompañarse de un sustento
que sirva de alimento en su camino,
que escasa su zamarra está de vino,
los sueños se han marchado con el viento
tratando de encontrar con otro sino.

Pues todo aquí está lleno de cacharros
mejor será agarrarse a ver si hay uno
que sirva de placebo. Y en ayuno
cual mula que le arrastre a nuestros carros
en una mostración de ser muy tuno.

Que inventos hoy existen a porrillo,
hay tantos que los tienen hasta hartarse
y dudan a elegir con cual quedarse
pues eso de elegir no es muy sencillo
igual que ante la duda de casarse.

Cacharros, artilugios, cachivaches,
inventos tras inventos, más inventos,
inventos para estar todos contentos
que vengan a ayudar en nuestros vaches
dispuestos a enterrar los sentimientos.
©donaciano bueno

Incluso para sustituir los #sentimientos? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Pedro Chadicadi

Azules incendios

1
Desgajen el maleficio del sempiterno aullido.
Se han marchado mis hijos
bajo atribuciones noctívagas que ajan mi aliento.

Cómo enjaular con alambre cada rosal.

2
Puedo oírles
azules incendios;

resurge, patriótica floresta. La boca ametrallada
de los perros te busca.

Aire sepulcral,
a veces callar es tu único nombre.
[Del poemario Cuando aúllan los perros]

Telúrica rueda

El fusil del viento me roba una palabra:

ovalado y hueco, trueno humano, acribillado
el silencio nacen los hijos del mar.

Como vaho entre las vértebras del país,
quejumbroso residir tu voz cayéndose al crepúsculo.

Ven caballo desde los mausoleos,
herrados en ti la patria;
en telúrica rueda sangre bebes
mientras te cabalga delirante estrella.

No quiero que mis muertos deshojen.
[Del poemario Cuando aúllan los perros]

Los cerros nos resguardaron de la inconsciencia

Yo quiero devorar la estrella que se descuelga en esa
/montaña

sabe al silencio que desgarra el viento
….es espejo que arde el fuego en nuestro rostro

Me imagino en el desierto
en la cordillera americana
en la cuna, qué cuna, hombre de mar

Los árboles a pie de ese cerro como anclas
sujetan la sangre de aves que cantan
que ya no soy hijo
ni tuve dos muertes
ni mi madre estalló su parto, naciendo el espejo
pero que soy pájaro y cantan mis alas

Es así como escalo hasta el techo de mi casa en Niebla
/de Chile
para desprender mi sombra al mar que escucho
que descubrí su canto también desde las alturas:
………..el canto del silencio, en el desierto
…..en la cordillera americana
…..en la cuna, qué cuna, pájaro
De Memoria de pájaro (2019).

En las puertas del cráneo

Las campanas ladran en el jardín
y la primavera canta esa nueva canción de los recién
/nacidos

Las antenas las cuales me aprisionan
desde que yo, Pájaro, seré arrojado a ese micro mundo
………..lanzando versos y plumas sobre una hoja
…………………abrí las puertas del cráneo:

miré mi cuerpo
miré la jaula
miré el cerebro que envejecía
miré los tatuajes de la muerte
miré a contraluz el fondo de la jaula
……….mis plumas se sacudían como serpientes
……….algunas caían quemándose
……….como cuando el invierno se alimenta del
……….paracaídas de los recién nacidos
miré el fondo que se fundía
miré otro yo que no saltaría
miré ese yo que si saltaría

Los astronautas establecen habitable este cerebro
Los cerros aúllan
La lluvia no cesa
………Las voces de los pájaros van de piedra en piedra
Miré
miré finalmente
miré como retrocedía el tiempo
miré sus ojos
…………–saltemos juntos– presentí que me decía
miré su boca cuando de un grito hizo aparecer mi
…………./lengua
miré su lengua cuando de un lamido mi plumaje
…………./reventó
………….como capullos sin raza
miré su miedo
………….–toma, Pájaro, este último invento: la palabra.
De Memoria de pájaro (2019).

Entre el sonoro canto de niebla de Chile

Rayo, tu despides con esa luz, el parpadeo de una piedra
asustada. De esa miel lamen los perros y enloquecen.

Pero el nido se empapa de la última lluvia del invierno,
como cuando el soplido del relámpago
alimenta esa última gota; la primera gota: sol verde.

Busquen en los estómagos de abejas.
Busquen en los ovarios del océano pacífico.
Busquen en los pasajeros de la tierra.
Busquen en los pedruscos idiomas de los acantilados
Busquen en los hondos bares
Busquen en los huesos del rayo
Busquen en los torbellinos de sus cerros
Busquen en los hombres de mar: semidioses de la costa
Busquen en los aparejos del pelicano
Busquen en los dientes del caballo
Busquen en los fluidos de la luna
Busquen en los pies de los trabajadores
Busquen
…………en los
………………..restringidos cantos del gallo
…………………………ante la mirada acechante
……………………………………………del tiempo:

Yo vi tragarse de un zarpazo el nido de Niebla de Chile.
De donde yo vengo el mar habla el mismo lenguaje:
………………………………………………..Castro de Chiloé
………………………………………………..pero no de Chile
es el mismo varón, hecho de greda y agua,
quien canta al borde esa voz azulada que me enseñó
mi Madre: (hijo o hija)
…..sal al mundo, yo te doy la vida, guerrero o guerrera.
……..Lleva nuestra tierra a otro pueblo, pero recuerda:
…………………donde el mar te reconozca.

Niebla de Chile: rayo eres, rayo serás:
ten la tierra de mi pueblo que es tu pueblo:
reconóceme, rayo de la costa.

El parto de un hombre

Libera viento esa sangre muerta
mientras muta su pelaje con el pelaje de la noche

bocas de árboles que giran los vientres:

………..Hablo desde los árboles
………..para que entiendan mi parto

Escaleras florecen en mi pecho

Y yo que he abandonado la alevosía del océano,
lleno de venas como musgo está mi pecho,
he venido a caer a los pies del cielo,
las nubes embisten entre sí, he venido a caer;
escaleras florecen en mi pecho
y a América balancearse al borde, en cuyas calaveras clorofílicas;
el viento es mi piel, pero últimamente, pulmones arrimados
a las blancas hojas, empuñadas, devastadas,
y es donde únicamente he venido a caer, por este ciclo
de abrir y cerrar de ojos, donde encerrado las aguas
refulgen la sangre como granadas;
ya no gruñe, acaso, mi América, tu empedernida alma,
amasándote cuyas y todas las manos
de este cielo en donde he venido a caer,
qué, cuándo depondrás el pisoteo brutal
de mis hermanos abandonados por la piedad?
es que acaso, mi América, viril, he dejado de escuchar
tu verdadera proclamación, aterciopelado vaivén?
Y, este viento, es tu alma que recorre la
preñez de las piedras salpicadas desde mis manos, o
cauces arremolinados que intentan pronunciar
toda tu piel continental.
Yo no sé si el ave, como ampolletas parpadeantes
que se queman, ha surcado y rasgado esta manta gallarda,
pues, de día, los dialectos se despedazan al abismo solar,
pues, aun de noche, alcanzo a ver al último rostro en ti, América.
De Cuando aúllan los perros (Inédito).

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CUAL AVE QUE TORNÓ A SU NIDO [Mi poema]
Francisco Morales Santos [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cansado de vagar por las esquinas
de imaginarias playas otoñales
donde debe evitar los matorrales
que le van susurrando golondrinas.

Los montes, las montañas, las colinas
que a su paso le salen a raudales,
los unos que le tientan, los caudales,
las otras que le asustan, las divinas.

Las horas consumiendo a paso lento
escaso ya de sueños y quimeras,
sin nada que sembrar en sementeras
y falto ya de ingenio y de talento.

Cual llamas van quemando su sarmiento,
exhausto de arrastrarse en carreteras,
en baches y entre diques de cemento,
sólo acierta a decir ¡cuánto lo siento!
¡nunca quise salir por peteneras!

Lo que quedan, palabras al olvido
colmando de tristeza al firmamento,
un silbido en la noche, un esperpento,
de un ave que a morir tornó a su nido
¿más? nada más, un cuento, un cuento, un cuento.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Morales Santos

PEQUEÑO POEMA CONTRA LOS CULPABLES DE QUE LAS COSAS SIGAN COMO HASTA HOY. 

Con lo que odio las aguas quietas,
sólo a la espera de que algún cristiano
se lance de cabeza
para deglutirlo
sin dejar, siquiera,
la huella de un círculo concéntrico,
(un odio semejante
al que le tengo al arma
que se hace la mansa
en una funda).

Con lo que odio las aguas quietas, digo,
me exaspera la gente sosegada:
la que arrulla que te arrulla el sueño
de que el tiempo pasado fue mejor;
la que no dice, ¡ejem!,
esta boca es mía,
este país es mío;
la gente que joroba
por quitarnos el aire con sus quejas
de hipocondría pura

y que hoy, como siempre, se la encuentra
sembrando una rosa
y cortando un clavel.
publicado por Magna Terra Editores 2008

Orgullosa oponente de la muerte

Frida Kahlo
se retrató a sí misma:
plenilunar,
estoica,
reconstruida.

Creó su atmósfera propia,
su antimuerte,
su territorio libre.

Creó sus reglas de juego
para apostar por la vida.

Y para no obviar detalles
posó de cara a la muerte
bajo una luz cenital.

Cuánto temple en el gesto,
cuánto enigma,
cuánto fuego rodeándole las manos,
los ojos y la boca,
cuánta palpitación votiva.

La suya es una saga
en la que el sufrimiento
se vuelve un contrafuerte.

RESPLANDORES

Al remover la tierra,
se abre un paréntesis
y en él afloran trozos
de antigua alfarería:
vasijas, vasos,
incensarios, platos;
aparecen piedras talladas y redondas
que han de rodar por más siglos;
figurillas de jade de collares;
cuchillos de obsidiana
con la sed apagada para siempre;
se levantan estelas
que nuevamente empiezan
la tarea de relatar hazañas
de caballeros tigres,
y en nombre de sus antiguos dueños
hablan pitos y flautas zoomorfos;
toman forma:
un canal de riego,
una terraza,
un altar ceremonial.

Al remover la tierra afloran
calaveras y huesos:
unos muestran floridas inscripciones,
otros, el más reciente ayer.

TU NOMBRE, PATRIA

Una gota de miel que se desliza
en dirección al pecho,
en las primeras horas del día,
iluminada con ganas
por el sol;
gota tibia y espesa
de poder curativo insospechado.
Gota inquieta, florida,
permanente,
auténtica, fiel
y memoriosa.
Gota en el aire
y en los labios gota
es tu nombre,
Guatemala.

LA MAGIA DE LA DANZA

Para encontrar el pasado,
sólo dos agujeros ocultos
debajo de las cejas
le bastan al presente.

El bailador, entonces,
se libra del acecho
de su propio mundo:
mundo hecho de costumbres
que empañan su mirada,
mundo dado en raciones
de tortillas con chile
y de frijoles,
mundo de días y noches
medidos con la misma vara.

Y detrás de la máscara se vuelve
Luzbel,
o Fierabrás,
o Tecún,
o un par de Francia…,
o Pedro Avilantaro.

EL PAPEL DEBIDO

Cuando oigo entonar a Joan Baez
una de sus hoy viejas canciones
de protesta
—»Brothers in arms»—
pienso
que aun cuando hayan sido
gestos frágiles de hermandad humana,
endebles como un puente
de bambú o de lepa,
han ayudado a exorcisar eclipses,
una vez en Viet Nam,
otra en Sudáfrica,
otra en Nicaragua…

SABIDURIA ANTIGUA

a Mario Payeras

De seguro que si las aves fueran
el corazón del universo,
nunca habría pasado inadvertida
su lección de elevarse
con espíritu fuerte
bajo los temporales,
pues los pájaros saben
que no hay invierno que dure cien años
y que, al pasar la tormenta,
la primera semilla que brota
es el sol.

RESPLANDORES

Al remover la tierra,
se abre un paréntesis
y en él afloran trozos
de antigua alfarería:
vasijas, vasos,
incensarios, platos;
aparecen piedras talladas y redondas
que han de rodar por más siglos;
figurillas de jade de collares;
cuchillos de obsidiana
con la sed apagada para siempre;
se levantan estelas
que nuevamente empiezan
la tarea de relatar hazañas
de caballeros tigres,
y en nombre de sus antiguos dueños
hablan pitos y flautas zoomorfos;
toman forma:
un canal de riego,
una terraza,
un altar ceremonial.

Al remover la tierra afloran
calaveras y huesos:
unos muestran floridas inscripciones,
otros, el más reciente ayer.

Por las noches

‘ Deja para la poesía las palabras’. Vinicius de Moraes

Te reclamo desnuda como una espada
dispuesta a la batalla.
Tu piel entre las sábanas
posee los hechizos del mito y el tamaño
de las islas deseadas
en años de inocencia.

Tus bellas formas cantan
himnos contra la sombra y el olvido;
tus formas, para quienes
la luna resplandece,
cada noche se entregan
como la vez primera:
temblorosas, sí, pero voluntarias.

Sueño imperfecto

Si en vez de ojos
me hubieran puesto piedras
de ríos cristalinos
o fragmentos volcánicos
o semillas
de ojo de venado.

Con los húmedos
ojos de un molusco
me habría conformado
para no tener nada
con las lágrimas;
quizá no contaría codazos
ni empellones
ni andaría buscándole bolsones
de luz a las ciudades.

El ánimo que falta
para que siempre giren
en torno a lo que vuela
o se desliza
o camina;
lo que cuesta aguantar a las personas
que viven con neurosis,
callándose la gana
de decirles
que son como cebollas.
Lo que cuesta mirar,
y sin embargo no me perdonaría
ignorar tus ademanes.

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EL SONETO DE LOS YOES [Mi poema]
Georgina Ramírez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

YO no sé por qué escribo como escribo,
y tampoco por qué YO hablo tal cual hablo,
si debiera YO estar en un establo
o subirme al altar YO es de recibo.

Ni sé para qué digo que YO vivo,
y aun menos YO comprendo por qué amo,
si al cielo YO en apuros le reclamo,
e inseguro YO estoy lo que percibo.

Por no saber YO ignoro si ahora miro,
y si algo YO no entiendo, lo resalto,
cuando digo YO voy, me doy el piro.

Y aunque nunca YO he sido un adivino,
YO, guapo, listo, rico, fuerte y alto,
le beso a mi otro YO, pues que es divino.
©donaciano bueno

#El burro siempre delante pa' que no se espante? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: Es muy corriente hacer uso de palabras cortas, yo, el, aquí, allí…etc…a la hora de hacer uso de la métrica. Yo aquí he querido hacerlo así de sopetón, al tiempo que doy satisfacción al ego del YO.

MI POETA SUGERIDO:  Georgina Ramírez

Piel de durazno

¿Cómo apagar el fuego que dentro quema?
si ni siquiera la piel
disuelta
intenta calmar el volcán
que detonó el encuentro

aún en solitario
sigue encendido el refugio
donde antes tú.

Hay una filtración
en mi cama

no hay materia que resista
tanta humedad

humedad si te nostalgio
humedad si te deseo

No fue posible
dos idiomas más disímiles
en este adiós.
(Del libro artesanal «Piel de durazno»).

Mantis

Se abre la pierna para fracturar el mundo

Y la boca
que en vano intenta desviarse
se enreda

Un caudal en ráfaga
hace estragos
los olores arañan

la lengua devora todo resto
cae rendida ante el follaje
perece

Hay presas que merecen ser mordidas

El último alfabeto

Te aprendí
en todos los idiomas
hasta el peso exacto de tu cuerpo

tu mirada
tus caminos

Estabas
entre mis manos
y no pude percibirte
sostuve mi puño
para no perderte

sólo la nada
me pertenece

Noviembre cuarto

Hoy ha muerto mi padre
sólo el movimiento de mis labios
recuerda tierra

me hago nube

en casa pequeñas islas
naufragamos en intemperie

su aliento menguó
entre mis brazos
fragmentando el suelo

cerrando mis ojos con él

Intemperie

Él le regala su último adiós
La despide con la mirada envejecida
como quien ha visto tanto amanecer a su lado
que conoce todas las noches de su cuerpo

Ella le sujeta el alma
la anuda con palabras que ya no dicen
que son sólo errancia
Promete otra noche
una última noche estragada que no sepa de mañanas
que estalle en el temblor de las carnes

Hay recuerdos que no saben despedirse

Oráculo

Tengo tanta infancia blindada
me veo caer
y me aferro

¿Dónde los rostros que te reflejan
extraviados en lágrimas
que entran por mi ventana
y se revelan
en las letras
de un poema inconcluso?

En cada esquina de esta casa
está tu sombra
salpicada de noche
amaneciendo

Padre
no apagues la luz.

En el semáforo

Ellos te miran
esconden sus miedos
lavados al sol

la armadura de cristal
separa su hambre
de tu duda

Inevitable la luz verde

El laberinto de Creta

El hombre

en un lugar lejano
de su propia memoria

Fantasma de su ayer

¿Dónde quedó tu altura
dónde tus pasos
tu verde arrullando el día?

¿Dónde estás padre?

Aún el espejo
no te encuentra

Credo

No basta una plegaria
divagar en la tiniebla te ha extraviado
he nadado en la locura
y en tu nombre
madre
hoy me confieso

De pronto tus alas desconocieron el vuelo
y estalla en la ventana el mañana
la luz se hace miedo
te pierdo

No supe de esta oscuridad que eras
y deshago los peldaños que me llevan a tu infierno
ya no hay camino en ti

Se diluyen los días que te nombran

Nunca has sabido levar anclas
quizá por eso el naufragio
la deriva en los ojos

Peregrinación

Yo nunca pedí esta guerra

ni siquiera pedí la oración
que me cuelga del pecho

Yo no quería estar muerta
para pelearla desde mi tumba

Era imposible salir ilesa
de toda la oscuridad
que eres

Si al menos un árbol
revelara
todo lo que calla la noche

El ángel pidió
un sacrificio de amor
lo llevé a mi infierno
lo hice arder

Un pájaro intenta
el escampado en mi ventana
no sabe del diluvio dentro.

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A UNA FUENTE ENAMORADA [Mi poema]
Beatriz Giménez de Ory [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El agua de la fuente de mi aldea
es dulce como lo es la mar salada,
suspira si presiente una mirada,
-que en una sola imagen se recrea-,
cuidando al sonreír nadie la vea
y sepan que se encuentra enamorada.

A veces cuando sueña por la noche
en medio de un silencio recoleto
se aplica al recitar de algún soneto,
y lo hace disfrutando a troche y moche,
hurgando en la emoción con un derroche
más propia de un galán que acepta un reto.

El día que la fuente no suspire
será como otra fuente del montón,
-es algo que no admite explicación-,
quizás porque ande ciega o ya no mire
se vuelva como un loco y que delire
o puede ya no tenga corazón.
©donaciano bueno

Acaso las #fuentes no son entes vivos que guardan su corazoncito? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Beatriz Giménez de Ory

MEDIO POEM

El gallo veleta tien
medio pico y media cres,
una pata, y una alit,
un ojo y una pechug,
solo un muslo y media leng.
Sabe que ha perdido algo,
pero no recuerda qué.
– Si dejas de girar, te lo diré:
¡Has perdido a tu mitad!
¿Quieres parar de una vez?

LA OTRA MITAD

La otra mitad
del gallo
vive en el pueblo de al lado,
en una torre
pegada al campanario.
No sabe que es veleta
ni que es gallo,
ni que su mitad
vive en el pueblo de al lado.
Él cree que es campana
del campanario.

Vestida de rojo

Hoy llevo un vestido rojo
pitilín, pitinojo,
que me ha cosido mi abuela,
pitilín, pitigüela.
Tiene un rosal en las mangas
pitilín pitilanga,
y diez volantes que vuelan,
pitilín, pitilán, pitigüela.

Ay río que río

Ay río que río.
La sirena se ha dormido
en su camita de sal,
y ha aparecido en el río.
Ay, río que río, río,
baja que baja hasta el mar
y devuelve a la sirena
a su camita de sal.
Ay río que río río,
no se vaya a despertar.

Que voy a una boda

Cóseme un vestido
de hojas de espinaca,
bórdame un corpiño
con flores de lis,
que voy a una boda
y no tengo alhajas
ponme en las orejas
bolitas de anís,
y en la trenza, sueltos,
dientes de león.
¡Que voy a una boda!
¡Que me caso yo!
Llueva que llueva
Llueva que llueva
y vuelva a llover
que crezca el trigo verde
y yo también.
Cuando llueva que llueva
saldré al balcón.
con el agua que llueva
creceré yo.

Llueva que llueva

Llueva que llueva
y vuelva a llover
que crezca el trigo verde
y yo también.
Cuando llueva que llueva
saldré al balcón.
con el agua que llueva
creceré yo.
Llueva que llueva
campos en flor,
cuando llueva que llueva
me haré mayor.
(De Canciones de Garciniño, Premio Luna de Aire 2011, CEPLI.)

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MI POETA INVITADO: Chus Pato

Me asistían las rimas de un príncipe encantado

la respiración de sus versos:
llevar el corazón a punto extenuado, casi muerto
y vaciar los pulmones
en la explosión del verso
única definición que yo puedo aceptar como metáfora
el sentido abandonado
apatriado
—quiero ser jinete
la queja de su boca.
Le pedí que me pintara una tempestad
una tormenta en el velador
el bosque
los árboles
desnudos
la luz
la luz de la tormenta
en la vaina del roble
y los pájaros de invierno.

Agua-planeta-mundo: soledad viva y las grietas.

Cuando hombres del norte con sus cascos de corza boreal
Barca
Barca de Piedra
Barca-Piedra-Corazón, azul, gris, profunda
hacia nombres que no conoces
llevados
traídos, en la fuerza del idioma.

Corazón
en el éter.

Y el paraíso

igual que la abuela, que la cabra, la capilla, el prado
asciende
y las potras, ya yeguas de resplandor de luz, blancas
se acogen
se acogen en las aguas
y beben estas aguas
las mismas que tú pronuncias
y se embriagan con las aguas que hay, que no hay
en el junco

que trenzas
que viene
ahí, viene, allí viene
mayo
la gran rima interna
de flores cubierta

que destrenzas

hacia lo más difícil, que te sostiene, que incubas, que
no
la dicha

en el junco
salvaje.
Ultramarinos Editorial

EL RESENTIDO [Mi poema]
Yunier Mena Benavides [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A su sombra el resentido va incordiando
cual si fuera que la culpa ella tuviera,
no comprende que el que espera desespera,
ni pregunta y se responde así hasta cuando
por qué fue que todo aquello sucediera.

Lleva siempre a sus espaldas la congoja
del que sufre de un dolor incomprendido,
despechado con el tiempo que ha vivido,
incapaz, que del rencor no se despoja,
y no puede despeñarlo hacia el olvido.

Lleva el duelo restañado en sus entrañas
y aunque quiera despegar no halla consuelo,
derramando va sus lágrimas al suelo,
que en sus ojos lleva impresas telarañas
que aconsejan no escupir mirando al cielo.

Pues que el rictus es del alma un fiel reflejo
de esa hiel de una amargura putrefacta,
que horadando persistente en él impacta
mas no admite que haya nadie dé un consejo
pues, obseso, él está preso. Alea jacta.
©donaciano bueno

Se nota si uno está #resentido? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Yunier Mena Benavides

El poeta sentado

en la rama del árbol
Dos lobos aguardan
que yo vaya hacia ellos,
permanecen cubiertos de la transparencia.
Podrían subir, pero no suben.
Éste es el árbol más grande del bosque.
Los lobos intuyen las armas
con que muevo el viento y hago la llovizna.
Les ordeno a esos seres esbeltos en acecho
venir e inclinarse para que los deje
saciarse en la palma de mi mano.

La espiga en el delta

Me complace la espiga enraizada en el delta,
La abeja muriente en la corola
Después de haber besado la claridad del polen.
Me complace el arado de madera que fabricó mi abuelo,
La sabia paloma de la tarde
Que no ha inventado un dios para temer el rayo.
Albura y corazón las manos del abuelo
Ayudaron a engendrar otros verdes en el delta,
Verdes que fácilmente mecían los agostos.
¿Cómo nacen y mueren los valles,
Las melenas de los bravos leones;
Las garzas,
Cómo retoñan las garzas su blanco en el almendro?
Me complace la vida que corre en las patas del lobo y canta en la ballena,
La vida en los ojos de una mujer que amo.
Los jardines que las madres irrigan bajo el alero
Tienen muchos hermanos en los arrecifes
Y en el cuadruplicado vientre de los animales que rumian.
En cada reino viviente la espiga es numerosa,
Es lo que cruje en los aserraderos y en la boca de los comensales,
Es lo que debiera crujir en la boca de los que no comen.
Todo o casi todo está vivo,
La piedra que ha tocado el artista,
Los astros que son cirios en la noche del poeta.
Me complazco largamente palpándome la cara,
Las uñas me crecen y me palpo la cara,
El cerebro,
Los bíceps que pensarán algún día junto a mi cerebro.
Estoy vivo como las berenjenas que se dan en la desembocadura,
A su par gusto de la luz y del agua.
Mis raíces de hombre apresurado se esparcen a tumbos por la tierra.

De La espiga en el delta (Inédito).

Ahora

No es bueno
quedarse en la orilla,
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente
imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran
corazón de los hombres palpita extendido
VICENTE ALEIXANDRE

Algo pasa que ansío encontrarme con el mundo.
Si antes me establecí en los márgenes del río
Ahora quiero barca o nado,
Situarme al centro del flujo de manos y voces que la corriente arrastra.
Hola mano amiga, voz amiga,
Háblenme del hombre diario, de sus colinas verdes
?Tierra tomada de insectos y demás formas vivientes?,
Del hombre en las plazas y en las noches citadinas,
Del hombre en intemperies confortables y entre paredes confortables.
Háblenme del hombre vivo que se mueve en el espacio y el tiempo sin recato.
Él ha transitado los mares y los bosques en sus carruajes,
En sus rostros del hombre que transita aguas, labios, tierras
Con el pecho bien arriba para ser venerado u ofendido.
Avanzo por un camino estrecho,
Por una cuerda en la que el viento repica sus tambores y amenaza,
Pero morderé las arenas con orgullo
Cuando me acerque al próximo mar y su faz cruce
A golpes de brazos, de párpados, de sílabas;
A golpes de otros mares pequeños que aguardan en mí.
Morder la arena es asirse a los íntimos laureles,
tenerlos para asirse a ellos,
Jamás dormirse en la costa.
Algo pasa. Llévenme al parque al que los niños empujan sus trompetas,
A los patios donde se canta con guitarra
Y una mujer se equivoca de futuro.
Llévenme a las plazas, al encuentro con la luz infinita de la noche.
Ahora es mío este mar.
Contiene bondad y flaqueza, herrumbre y fe,
Liebres que silban en delgados montículos.
Ellas avisan, avisan, avisan.
Mientras sonrío y duermo las liebres colocan su aviso en mis oídos
Como las plumas desplegadas de la cola de un pavo.
Ahora es mío este mar,
No dejaré que se escurra imitando el aguacero,
No hay hombre sin mar hondo al que pueda lanzarse.
Mi mejor armadura es el salto,
Ese que aún no doy
O sí doy con mis fuegos, mis palabras y mi desnudez.
Salto hacia mí y hacia el mundo,
Hacia la noche salto, hacia ti;
Desde una colina sin verde que me queda
Y voy plantando bajo mi pecho en rechazo a la renuncia,
Y en rechazo a los soles que se apagan.
De La espiga en el delta (Inédito).

El último poema

¿Dónde espera mi poema final?
He pasado la vista o rodado los ojos
Por las sienes calladas de la noche,
Por sus muslos y dedos luminosos.
¡Oh cantadas llanuras de la noche!
Intuyo las piernas y pétalos rodantes
De las floras y las faunas ocultas,
Figuras que aspiran las rocas molidas del inicio.
¿En qué pico de volantes colores
Aguarda mi sílaba final?
¿Tendrá la misma fuerza de los Andes en pie
O temblará incrustada en un frío triángulo?
Me dan sonoro espanto los muertos y los vivos,
Las largas carreteras a través de los desiertos,
Morirme sin un canto o un arma que traiga el comunismo.
Cuando me echen encima la tierra y las estrellas
Me abrigaré de mares, cítaras, albahacas.
En mi último poema
Habrá un caballo libre de arneses tallados en magníficos oros
Y un colibrí escalando las brisas del planeta.

Ministerio

Ríos, palmas, cordilleras,
Torres donde el acero se aprieta entre el cristal como las piedras desnudas bajo tierra.
Noches que los planetas innumerados y el corazón de los grandes cetáceos no pueden llenar.
Cuerpos enormes girando, fluyendo, irguiéndose ante el cosmos dentado de silencio.
Y saliendo de la épica eternas armaduras,
Pesadas armaduras,
Espadas en brazos del orgullo,
Relinchos de gran tórax.
El terror se sube a mis párpados,
¡Oh mis párpados!,
Y es la gravedad cerrándome la vista.
¿Cómo lograría sentirme tranquilo en mis zapatos?
¿Cómo lograría sentirme tranquilo en estos hombros,
En estas piernas, en estos puños delante de la fiera,
A espaldas de la fiera, al flanco de la fiera?
¿Cómo cambiaría de sitio la estrella con mis manos,
Cómo rajaría de un golpe el tórax de la estrella?
¡Oh una muerte tan grande como los ríos juntos,
Como las noches juntas,
Como el bullicioso corazón de los cetáceos!
¡Oh, una vida tan grande!
Habré de consagrarme a mi tamaño.
De La espiga en el delta (Inédito).

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QUIZÁS, SEGURAMENTE [Mi poema]
Antonio García Teijeiro [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No sé, puede ser, quizás, seguramente,
llegará un día, se nublarán mis ojos,
como la hierba se esconde en los rastrojos,
y entre el pelo se agazapan los piojos
o se secan las ideas en la mente.

Y quizás ha de ocurrir, sin previo aviso,
a traición, como es que el sol también se esconde,
sin que se pueda prever tampoco donde.
Cuando ese momento cruel a mi me ronde
de percal listo andaré y el pelo liso.

Y puestos que es gratuito imaginar
prefería aquí idearla muy bonita,
una rosa engalanada, jovencita,
que en sus brazos a caer reta y me incita,
y me muestra sus encantos, a pecar.

Recuerda no hay inicio sin final,
que otra etapa es la que espera por delante,
tan intensa o aún quizás más excitante.
No te arredres y colócate al volante
sé constante y no te salgas del vial.
©donaciano bueno.

Comentario del autor sobre el poema: Puesto que ha de llegar, mejor esperarla sonriendo. Dice un refrán chino (creo que es chino), «si las cosas tienen solución, no hay de qué preocuparse; y si no la tiene, pues tampoco sirve de nada hacerlo».

MI POETA SUGERIDO:  Antonio García Teijeiro

YO QUIERO REÍR

Yo quiero reír.
No quiero llorar.
Yo quiero sentir
el verde del mar.

El verde del mar
y el azul del cielo.
Yo quiero, yo quiero
tal vez navegar.

Sí, sí, navegar
arriba, en el cielo.
Tratar de volar
de espaldas al suelo.

Un pájaro, un pez,
yo quisiera ser
y poder cruzar
las nubes y el mar.

HAY UNA COMETA

Hay una cometa
que flota en el cielo,
muy lejos del suelo
ligera y coqueta.

Hay una cometa
que imita a una nube:
ya baja, ya sube,
jamás se está quieta.

Hay una cometa
de vivos reflejos:
parecen espejos
buscando una meta.

Hay una cometa,
serpiente de espuma,
que deja a la bruma
de sueños repleta.

MI ABUELO COMPRÓ UNA BARCA

Mi abuelo compró una barca
de madera de ciruelo.
La echamos en el estanque
donde se refugia el cielo.

La barca no tiene remos
ni velas, ni marineros.
La empujan vientos de espuma,
Alegres titiriteros.

Las aguas surca la barca
de madera de ciruelo,
la barca llena de vida
que un día compró mi abuelo.

DOS Y DOS SON CUATRO BESOS

Dos y dos son cuatro besos.
Seis y seis son muchos más.
Pero a ti, niña bonita,
un ciento te quiero dar.

Tienes ojos embrujados
que parecen de cristal;
tienes labios de amapola
que siempre quise besar.

Cinco y cinco son diez besos.
Diez y diez son muchos más.
Pero a ti, niña bonita,
un millón te quiero dar.

DE OLA EN OLA

De ola en ola,
de rama en rama,
el viento silba
cada mañana.

De sol a sol,
de luna a luna,
la madre mece,
mece la cuna.

Esté en la playa
o esté en el puerto,
la barca mía
la lleva el viento.

EN MEDIO DEL PUERTO

En medio del puerto,
con velas y flores,
navega un velero
de muchos colores.

Diviso a una niña
sentada en la popa:
su cara es de lino,
de fresa, su boca.

Por más que la miro,
y sigo mirando,
no sé si sus ojos
son verdes o pardos.

En medio del puerto,
con velas y flores,
se aleja un velero
de muchos colores.

EN UN TROZO DE PAPEL

En un trozo de papel
con un simple lapicero,
yo tracé una escalerita,
tachonada de luceros.

Hermosas estrellas de oro.
De plata no había ninguna.
Yo quería una escalera
para subir a la Luna.

Para subir a la Luna
y secarle sus ojitos,
no me valen los luceros,
como humildes peldañitos.

¿Será porque son dorados
en un cielo azul añil?
Sólo sé que no me sirven
para llegar hasta allí.

Estrellitas y luceros,
pintados con mucho amor,
¡quiero subir a la Luna
y llenarla de color!.

TENÍA UNA GUITARRA

Tenía una guitarra
cansada, ya sin cuerdas.
Decía sus canciones
con la ronca madera.
Yo le pedía flores
azules que me diera.
Ella, resquebrajado
su sueño de madera,
con lágrimas mojaba
mis manos ¡tan pequeñas!
Alrededor volaban
palomas de madera.

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CAMBIAR DE OPINIÓN [Mi poema]
Antonio García Soler [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cambiar una opinión no es de chaqueta,
cambiarla por dinero es ordinario,
cambiarla por amor es temerario,
mejor pegarte un tiro en la bragueta
pudiendo así evitar ese calvario.

Cambiar una opinión es saludable,
cambiarla por que si, porque tú quieres,
haciendo caso omiso a las mujeres,
hacerlo pues que tú eres responsable
que prestas atención a tus deberes.

Cambiar porque lo dice el cura en misa,
cambiar porque lo indica algún maestro,
mostrando que tú no eres un cabestro,
cambiar como el que cambia de camisa,
cambiar por ser objeto de un secuestro.

Cambiar, si hay que cambiar pues adelante,
los cromos yo los cambio con quien quiera,
mas cuido no me roben la cartera,
también cambio de banco dios mediante
y cambio de camino y aun de acera.

Cambiar de ideología, quita, quita,
cambiar de religión, ni lo sospeches
¿de club de fútbol? Vamos, lo deseches.
Que a mí ya sabes que eso es que me irrita,
mezclado lo mamé en primeras leches.

Comprende que aquí yo hago una excepción
siguiendo de mis padres sus consejos
y aquel que nunca cambia de opinión
mejor será mandarle al paredón,
o a ver si se deshace de complejos.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Antonio García Soler

A VIDA

I
Otro día se sucede
a ese otro
semejante nuestro

Y así sucesivamente

Algo para otro
que tampoco lo recuerda
demasiado

Una amnesia floja
nos subasta
a su aire
en los días

Nadie lo enseña

II.
Quién volviera sin encuentro
A vida
A vida sólo

III – LVII
Todo presunto

NANA

– Si to es na, nene, na
Mi tía Milagros

Reclaman
los muertos queridos
una sonrisa
atroz y breve
como otra vida suya

Si aprenden
claman adentro

Atrás Ahora

No aciertan con los adverbios con sus manos

Calcinan
los días callan sin pausa

Se sobreponen a solas

POCO MÁS

El otro azul
queda a un palmo de luz
y media vida.
– No me jodas
INÉS ANDREU

Buscaba versos sueltos
en un cuaderno naranja,
casi octubre, estío casi.
Y encontré esto.

Los libros que no escribí
ya estaban
y están
bien publicados
por los días
que nos olvidan:
los mejores
también.

Poco más.

Los días enteros,
como el de ayer,
desperdicio:
de esta manera sencilla,
algo extraña,
en que un cuerpo
se parece solo
a su vida ahora.

TANTO

a mi alrededor,
tantas cosas,
sus días,
tanto espacio.

Y al final
estos errores:
los recientes,
ya vestigio.

Su destiempo
no prescribe.

A veces acierta.

GLOSA

Ocupado lector:

No temas
si no llegamos
a entendernos,
por ahora.

Y por estas
palabras tuyas,
nuestras,
aún menos.

Ni cotizan ni venden:
palabra.

LA ACEQUIA DE LA HIGUERA

Para Ginés y Olaya

Mi madre lavando
con su madre
en la acequia
de la higuera.

Lleno de ropa azulada,
volvían las dos, muy juntas,
con el lebrillo en la cabeza.

Un niño corría detrás.

Se asustaba
de los perros
y de la tarde.

CALLE DEL AIRE

Me da su mano
envejecida,
trabajada,
pero aún firme;
me mira contento,
me reconoce
y me llama
con el nombre
de mi padre.
No se equivoca:
me acerco
y lo abrazo fuerte,
porque estamos
con los pies
en esta tierra,
tan cerca aún
de este aire.

PADRE

pare, us recorde molt,
em dúieu de la mà, m´amostraveu el món
VICENT ANDRÉS ESTELLÉS

Tus amigos vivos
me hablan a mí,
pero se equivocan.

SUELO

Esta vida,
cualquier vida:
tampoco
otra apuesta,
esta mañana.

Parece mentira,
pero alguien
habló de mirar
un poco mejor
las nuestras,
ahora.

Tal vez
más despacio,
en este suelo
de todos.

Este que nos queda.

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LLEVANDO LA CONTRARIA [Mi poema]
Rafael María Baralt [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Estaba Dios sentado en su tronera
pensando y vigilante,
si el hombre nunca andaba hacia adelante
buscando una razón a esa manera,
la forma de cambiarlo en ese instante.

Veremos qué he de hacer, qué se me ocurre
a fin de esto evitar,
aquello que debiera de cambiar.
Pues tanto es lo que insisto que me aburre
y sufro al su torpeza contemplar.

Acaso esté en las marchas el problema,
que yo me equivoqué,
o acaso de mecánica no sé,
por qué me habré metido en tal dilema
a ver cómo descubro yo el por qué.

Y oyó una voz sacando de esa duda
que no es la maquinaria,
y está en la inconsistencia solidaria
que al hombre lo que digas se la suda
y tiende a ti a llevarte la contraria.
©donaciano bueno.

Es cierto eso de que el #hombre siempre lleva la contraria? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Rafael María Baralt

A Dios

Perlas son de tu manto las estrellas;
tu corona los soles que al vacío
prendió tu mano, y de tu imperio pío
espada y cetro al par son las centellas.

Por el éter y el mar andas sin huellas;
y cuando el huracán suelta bravío
sus mil voces de un polo al otro frío,
con tu voz inmortal sus labios sellas.

Doquiera estás; doquier llevan tu nombre
mares, desiertos, bosques y palacios,
cielos y abismos, el animal, el hombre.

Aunque estrechos la mente y los espacios
te llevan, ¡oh Señor!, sin contenerte;
te adoran, ¡oh Señor!, sin conocerte.

El mar

Te admiro, ¡oh mar!, si la movible arena
besas rendida al pie de tu muralla,
o si bramas furioso cuando estalla
la ronca tempestad que al mundo atruena.

¡Cuán majestuosa y grande si serena!
¡Cuán terrible si agitas en batalla,
pugnando por romper la eterna valla,
con cólera de esclavo tu cadena!

Tienes, mar, como el cielo, tempestades;
de mundos escogidos, prodigiosa 10
suma infinita que tu mole oprime.

Y son tu abismo y vastas soledades,
como imagen de Dios, la más grandiosa;
como hechura de Dios, la más sublime.

A la señorita venezolana Teresa G.

Si del Guaire gentil en la ribera
naciste ufana entre risueñas flores,
y sus plateadas ondas los ardores
del sol templaron en tu edad primera.

Si allí constante daba primavera
a tus tersas mejillas sus colores;
si todo te reía, si de amores
en torno a ti brillaba la pradera.

¿Por qué luego, del Betis seducida,
la maternal orilla abandonaste,
prefiriendo el extraño al propio cielo?

Vuelve, Teresa, a do empezó tu vida,
o pagando el amor que me inspiraste,
dame una patria en el hispano suelo.

POETA:

El ardor que me inflama, niño avieso,
a Celia ingrata justiciero inspira,
tu dios, ella mujer, y no te aira,
verla ostentar el corazón ileso.

CUPIDO:

Lleva con gloria de tu amor el peso, 5
y en tan grande ocasión pulsa la lira.
¿No es sublime el dolor que a Safo inspira
el canto no mortal, en bronce impreso?

POETA:

De intentar el gran salto no respondo,
ni de vate llorón, quiero yo estado, 10
fugitivo andaré. ¿Dónde me escondo?

CUPIDO:

Emprende ufano entre celestes flores.
Y en tanto muero de tu luz privado;
que no verte es morir ídolo amado.

Imprecación al sol

¡Rey de los astros, eternal lumbrera,
del vasto mundo, fecundante llama
que al hombre, al bruto, al vegetal inflama,
y luz, vida, y amor vierte do quiera!

Por ti se rige la anchurosa esfera; 5
el jilguero feliz trina en su rama;
brilla el rocío, y su caudal derrama,
de flores coronada, primavera.

¿Por qué, cual barro vil, inerte y ciego,
al malvado y al justo igual concedes 10
tus rayos de oro, tu esplendor, tu fuego?

¡Oh! La luz celestial, al bien propicia,
si severa castiga, da mercedes;
pues Dios no es la Igualdad: es la Justicia.

A Alberto Lista

¡Bien haya la piedad que augusta ofrenda
de oliva y lauro a tu inmortal memoria
justiciera dedica y tu alma gloria
a las celestiales musas encomienda!

¡Que en la patria infeliz acaso encienda 5
espíritu vital tu clara historia
y trueque en oro nuestra vil escoria,
llama de honor, que de virtud sea prenda!

Mas no será; que envejecida España
varones como tú ya no concibe, 10
ni en fecunda labor produce un hombre.

Murió la ínclita edad, ni héroe, ni hazaña
la presente enaltece, y triste vive
sin amor y sin fe, sin Dios, sin nombre.

Contestando a una invitación

No niego la costumbre: menos niego
su fin estomacal, su origen santo,
ni el alto rito que con dulce encanto
nos convida de Pascua el grato juego.

Entre pavo y jamón; al vivo fuego 5
que enciende el vino, repitiendo el canto
del vate alegre, y de una hermosa en tanto
cumpliendo el gusto, adivinando el ruego.

Mas sin que pueda el que con fiebre yace,
dado al demonio, en maldecida cama 10
oler siquiera la exquisita cena.

Al Parnaso con ella. Cristo nace:
adoradle y comed. la mesa os llama:
sois cristiano de pro, y es Nochebuena.

A Dios

Cielos, orbes y abismos reverentes
narran tu gloria, ¡oh Dios!, y tu grandeza;
y ante el sol inmortal de tu belleza
postran los santos las radiosas frentes.

Materia y forma, especies y vivientes 5
sacaste a luz con próvida largueza;
y bebe, sin cesar, naturaleza
copiosa vida en tus eternas fuentes.

Diste al hombre tu imagen, y un destello
es su razón de tu razón sublime, 10
con que pusiste al gran prodigio el sello;

pues sólo aquel es digno de adorarte
que en libre estadio el pensamiento esgrime,
y libre puedo, aunque en error, negarte.

A la Santa Cruz

Fuiste suplicio en que a morir de horrenda
muerte de oprobio y de dolor profundo
el hombre a sus esclavos, iracundo,
en su justicia condenó tremenda.

Y ora, contrito, religiosa ofrenda 5
de amores rinde ante tus pies el mundo
y de ti brota en manantial fecundo
consuelo al justo, al pecador enmienda.

¿Por qué trocado tu baldón en gloria,
y en júbilo por qué tu pesadumbre, 10
y en santo libro tu infernal historia?

Porque el Venido de la excelsa cumbre
dejó en tus brazos su feliz memoria,
y de su amor inextinguible lumbre.

Otra versión del mismo

Suplicio fuiste en que a morir de horrenda
muerte afrentosa y con valor profundo
el hombre a sus esclavos, iracundo,
en su justicia condenó tremenda.

Purificada por Jesús, ofrenda 5
de amor y cultos te consagra el mundo;
y hallan en ti consuelo el moribundo,
el justo premio, el pecador enmienda.

¿Por qué trocados tu baldón en gloria,
en dulce libertad tu servidumbre, 10
en santo libro tu infernal historia?

Porque el Venido de la excelsa cumbre
dejó en tus brazos su feliz memoria,
y de su empírea majestad vislumbre.

Al mismo asunto

Alto Portento del amor divino
tus oprobios, ¡oh Cruz!, torna en blasones
y el suplicio de esclavos y ladrones
de Dios a la mansión abre el camino.

Lábaro fuiste al magno Constantino 5
y por ti victoriosas sus legiones
anunciaron a pueblos y a naciones
nueva luz, nuevo altar, nuevo destino.

Entre cielo y tierra lazo fuerte,
del orbe antorcha, de la historia guía 10
en quien eterna la verdad reposa;

cuando vive y respira vendrá a muerte;
Tú con Jesús en el postrero día
asistirás triunfante y gloriosa.

Luzbel en la redención

I
Muere Jesús y al punto estremecida
siente crujir la esfera su cimiento;
enmudece la mar, párase el viento;
viste de luto el sol su luz querida.

Los muertos en sus tumbas por la vida 5
asaltados se ven, y hondo lamento
mustia levanta al alto firmamento
la tierra toda en su Hacedor herida.

Del redentor la sangre gota a gota
se derrama en Luzbel, y su tortura 10
descubre y su terror así el precito.

Nunca, ¡oh Dios!, el hombre agota
tan sólo mi dolor por siempre dura
inmortal como tú, cual tu infinito.

II
Y una voz le responde: «En medio al coro
de los benditos ángeles un día,
tu belleza sin par resplandecía
como en lóbrega noche ígneo meteoro.

Fugaz como él, riquísimo tesoro 5
perdió de gracia y luz tu rebeldía;
y el que al trono de Dios cortejo hacía
bajo al abismo en sin igual desdoro.

Allí tu reino; allí de tu delito,
y del antiguo honor cruda memoria: 10
allí eterno dolor, eterno llanto.

De tu rabia feroz vano es el grito:
venció la cruz, y su inmortal victoria
para el hombre es salud, para ti espanto.

III
Ni de sangre siquiera horrible llanto
en los ávidos ojos embargada
yace la lengua, y al feroz mirada
fija y sin luz, rebela su quebranto.

Así en presencia del Madero Santo, 5
su primera sentencia renovada
oye Luzbel, y con la faz velada
lloran los justos infortunios tanto.

Blasfemando de Dios alzan empero
«Derribaré la Cruz, dice, y triunfante 10
en trozos mil la arrojaré al profundo…»

Mas, ¿cómo ¡ay me!, sin arrancar primero
de sus eternos quicios de diamante
al alto cielo, el anchuroso mundo?

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UNA JOVENCITA [Mi poema]
Fabricio Estrada [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Allí, cerca de un valle en que el sueño habita
rodeado de un paisaje placentero,
donde el río canta, el pájaro recita
poemas de amor. E incluso que el romero
perfuma con su olor. Y el agua es bendita
En ese tan lindo e idílico lugar
vivía una flor. Era una jovencita,
-se me atraganta el oxígeno al hablar-
la más hermosa mujer del mundo entero.

Era la gracia a rabiar, era el salero,
tan pizpireta y graciosa esa mocita
que aunque de ella yo aquí presumir no quiero
no encuentro palabras que el lenguaje admita,
protagonista la tengo en mi florero.
Esa historia en estos versos que hoy describo
no paran de engrandecer sus alabanzas,
prometo que he de mirarla mientras vivo
mas no pidan equilibre mis balanzas.

Que aunque ahora aún es tierna flor de abril,
la vista afilada, miro y me recreo,
su esbelta figura, sus ojos de marfil.
Tal así es que una alucinación yo creo
afectar pudiera a mi mente tan febril.
Yo aquí me confieso: trampas hacer quiero
al tiempo, en previsión de que quizás no esté
el día del que hablé e imaginar prefiero,
que sepas que el amor se siente y no se ve.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Estos versos van especialmente dedicados ami nieta Geno que habrá cumplido los 14 años en previsión de que cuando llegue a esa edad de la juventud quizás yo ya no pueda verlo.

MI POETA SUGERIDO:  Fabricio Estrada

DEL TALLER DE POESÍA SALÍAN LAS LECTURAS MÁS TRISTES

La morada de mi cráneo
desgarrado lamento
pequeña molécula de mi carne
jamás humillada.
CLEMENTINA SUÁREZ

Caía el hacha cuando sonaba November Rain
y pocas lecturas hicieron de la ciudad
aquella postal de chicas audazmente flacas
que se iban a tomar café junto a las fuentes.
Teníamos que ir en busca de los poetas mayores
pero sólo encontramos sus versos hundidos,
las cuadernas auténticas
eran las de una poeta que había sido partida en dos por un hacha.
Una vez nos dieron la imagen de Frida
marchando junto a Diego en las movilizaciones comunistas
más coloridas de aquel mundo sepia
y algo traía el rumor de la muerte
porque Frida debía abrir el pecho de Trotsky
para chuparlo como un extraño mango del ártico
antes que cayera el golpe histórico
más importante del silencio.

Decir que la poeta conoció a Diego y a Frida
nos llenaba la boca.
Bastaba con esa sapiencia para ingresar al club de los primerizos.

Las chicas de las fuentes idearon la lectura
en el mismo lugar que Clementina soñó en dos partes;
debía ser una serenata llena de filos.
1991 y Clementina no le abría la puerta a nadie.
1991 y Clementina abría la puerta.
1991 y desaparecía la poesía
justo en el día en que Axl Roses se deslizaba
por el piano más lluvioso de aquellos días.

TODOS MIS MUERTOS EN MAYO

¿y el océano?: bandera de plomo.

No tenía nombre mi padre
pero bien que pudo
aguantar dos horas con un balazo en la nuca;
aguantó lo que duró su rabia
y luego se retiró en sinuosa espuma
con el vértigo que da, cuando lo mirás de cerca,
el reflujo de las olas.

Todos mis muertos en mayo
absoluto mes de sombra y espuma,
de lluvia como plaga transparente
de insectos innumerables.

Me preguntaban su nombre
y no tenía sentido decirlo
más que en las borracheras en el peor de los barcos.
Era mi padre y también todos los muertos.
Abro la cerveza
en el mismo mayo que ahora es océano.
Pocas cosas tienen sentido -pienso-
y no se puede ordenar el tiempo
como un puzzle perdido que amaste tanto
y que luego encontraste
con muchas piezas faltantes.
Todos mis mayos
rebalsan y se retraen como la espuma.

Debió ser una gran imagen
–con cada pieza encajando–
esa de un hombre de cuarenta y dos años
bebiendo al lado de su padre
de treinta y dos.

EL MEJOR VINO ES EL DE CASA

–DIJO A TODOS ESPARTACO KIRK DOUGLAS THRACIUS–
y todos bebieron a borbotones
como si la noche fuera agua.
Eso fue un día antes de la batalla
en la que Kirk haría fama y Espartaco infortunio.
Este sol incesante me trae semanas santas
pegado al televisor.
La de Espartaco era mi crucifixión preferida:
de ella aprendía que ir a la cruz peleando
era mejor que ir manso a ella.
Beber vino como agua y transformar
cada mansedumbre en una legión feroz
era el mejor milagro.
El éxodo de los esclavos hacia el sur de Italia
y la breve felicidad de los que huían;
alguien plagió a alguien
así como mi espada de madera enfrentaba
a la de mis amigos, breves ferocidades
que astillaban las tardes.
Veo glotones cargueros llegando desde el norte,
atracan
y los montacargas doblan la cerviz de la isla.
¿Vendrá un procónsul en ellos?
Para derrotar a Espartaco
enviaron a Marco Licinio Craso,
el hombre más rico de Roma.
El más rico contra el más pobre -me dije-,
el más esclavo de sus tesoros
contra el más libre de ellos.
Al día siguiente
el horizonte siluetaba miles de cruces
como puestos de frituras hay aquí
a lo largo de la Vía Apia.
Nadie delató a Kirk porque todos
soñaron con la libertad:
cuarenta mil del lado izquierdo de la cruz
y cuarenta mil a la derecha,
ladrones y esclavos buenos por millares.
Pedro un día
andaría por esta misma ruta
y jamás mencionaría a Espartaco;
en cambio, yo, desde entonces
y hasta el mismo borde de esta dorada cerveza,
aprendí a ofrecerle mi espada de madera
a los Cristos que mi abuela iba comprando
de cuando en cuando, desnudos y flagelados.

Por igual,
un poster de Kirk Douglas
tuvo su vela encendida
durante años.

Qué fronteras tiene lo que se mueve

lo que vuelve
nada
lo que se marcha
nada
lo que se mueve y lleva las fronteras a cuestas
lo que se agolpa
lo que empuja nada
frontera que tiene ojos
boca y latidos
que comen paisajes que come maizales
que comen sangre
con el otro estomago del hambre descrita
en los manuales
del inversor del funcionario del policía del sacerdote apaciguador
los otros ojos del desvelo porque mañana se debe el impuesto de guerra
y hasta el voto y las patadas de la tropa frenética
llevan
hasta el peluche que calma a la hija
la nana-himno silbada con la boca seca
las cornucopias mal atornilladas y sus frutos pútridos
la lluvia a la que disparan los soldados borrachos
van moviéndose como cardumen alevoso
para romper todas las redes con sus vocablos de pájaro nuevo
con su nube de comic sobre sus cabezas
para escribirles para colorear para imaginar
lo que dicen
mientras rompen cada pluma de aduana
y se beben de un solo trago el bloque de nieve de una bandera
que se derrite
que se vuelve abrigo en los desiertos
venda para torniquete luego de la mordida infecta de la bestia
cuando solo se ofrece la chaqueta de bronce de los próceres
la ostia solar en el horizonte de la misa
las ciudades que de lejos son cajas de munición
cajas de muertos
cajas para meter la ropa en la mudanza
para acunar al pequeño Moisés
que no avanzará ni cuatro metros sobre el río
y que habrá que buscar entre el plástico del golfo
llevan
todas las fronteras desmanteladas
y donde se detienen
fundan un país fácil de invadir
siempre con un nombre diferente con un rostro diferente
que se agolpa como un caballo hecho de pasaportes vencidos
de mochilas de tambos de agua de latas de sardina
y ni Casandra ni Lacoonte
ni Moctezuma
ni Elempira que jura por cada venado que salta como presagio
ni la baraja de la santera
por más que se revuelva al derecho y al revés
sabrán que se hizo de pronto tanta gente desaparecida
que fue noticia hoy
y que mañana andará invisible entre el Arizona
y los bosques más fríos de Vermont.

Negro

Y quizá seamos
los osos que regresan
a la radioactiva soledad de Chernobil;
el cellista bosnio que impuso silencio
a los francotiradores de Sarajevo.
Quizá seamos
el gato negro rezagado en la mudanza
y que nos maúlla, ya viejo,
al reconocernos, años después, de lejos.

(Un cellista que vivía en París
y se ofreció para un concierto en medio de la guerra.
Unos osos que regresan de su exilio
en un circo bielorruso).

Quizá eso seamos:
el gato que yo abandoné
y que ahora me reclama,
desde la vieja y radioactiva casa.
Sin música, Negro.
Solo.

Me probaré en la suerte de los loteros,

me iré en el desalojo de los perros de agosto.

Acamparé luego de la embestida de la locura y haré fogata,
frotando las piernas que se mueven a voluntad en dirección sur.

Tengo pocas armas que traficar
y apenas he intercambiado un par de plumas con los ángeles hambrientos.
Mala poesía se escribe con ellas, malos carteles incendiarios,
pocas epístolas, pocas enmiendas constitucionales,
pocas leyes para el vacío, pocas notas sinceras.

Declarada ciudad abierta a la ciudad le entraron hasta los budistas más reacios, todos de pronto con lanzallamas
y largas picas para revisar entre las grietas.
He permanecido insepulto por varias semanas
y ni aún tatuándome el nombre de Orestes en la cara
aparece una Electra que llore y ruegue por mí.
Los perros de agosto me llevan por los talones,
el desmantelamiento de las tiendas comenzó muy temprano.

Desalojados los ancianos han continuado con todo lo vivo que se mueve.
Desmantelan cuerpos. Estaciones de buses. Librerías.
Una mujer fue desalojada de su rostro.
El cielo fue desalojado de su azul.

Klao muere

Klao fue al casting.
En esto fue igual a Batman,
mi primer y viejo león de zoológico:
jamás escaparía de su propia imagen.
Klao apareció como extra majestuoso
en Alejandro, de Oliver Stone.
Se alzó sobre sus cuartos traseros y se midió ante Bucéfalo
estrella macedonia sacrificada en el set.
Cámara lenta en mi retina, Klao vivió un poco más.
Ahora está muerto.
Sobrevivió a servir de montura del rey Poro,
pero fue imposible
evadir a los cazadores del siglo XXI.
Fueron tras sus colmillos
y de su marfil antiguo hicieron esferas
para los billares.

Klao,
el elefante que hizo de panzer del siglo III a.C.
fue asesinado en su reserva en Tailandia.
Klao el elefante extra.
Lo llora Poro.
Lo llora Bucéfalo en su camerino.
Lo lloro como nunca lo hiciera
por un elefante.

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SU HOGAR EN LA PLAYA [Mi poema]
Ariel Montoya [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy ha vuelto a su hogar junto a la playa
después de larga ausencia,
todo seguía igual. La efervescencia
de las olas marcaban le la raya,
le hablaban de inocencia.

Nuevamente se aposentó en la arena
viendo el azul del cielo,
vino a llorar al mar su desconsuelo,
la marea empezaba a estar serena,
la brisa era su anhelo.

La luna, antes menguante, estaba llena,
la sal le salpicaba,
y en sus dulces mejillas horadaba
asiéndose a sus lágrimas la pena
que al alma le robaba.

Pensó quedarse allí él eternamente
perdida la mirada
y hasta plantar su última morada,
un sueño que volaba diligente
y al fin le despertaba.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Ariel Montoya

Guardabarranco

Oí su canto en la espesura de la montaña
y posaron sus alas en la gravedad de mi nombre.
Desde entonces mi existencia
picotea allá en el fondo de la vida
la rama del mundo donde anida mi estrella.

Luna callejera

Luna
tronchada por las mordeduras del cosmos
de tus atrevidos claros
bajan a la ciudad,
fracturados rayos
arrasando lo que iluminan.
Arengas de luces
motivan la postal citadina
con que transcurre la estación
viajando en la soledad de las calles.
Las membranas
de los semáforos
absorben
el celaje de su contorno
codificado
por el sigilo de los difuntos
maquillados
siempre en la juventud de sus espejos.
Crecía de noche la luna,
clara y pura en el universo como una
hostia
en medio del pecado.
El espacio,
la lejanía
definía un cielo inseguro
donde una mujer
horadaba el recuerdo.
El viento,
desgranaba los aullidos de los perros,
las sirenas de los carros
tejiendo
en el vuelo,
las escondidas pasiones
con que brilla este poema.

Esquipulas

A los hermanos Edwin y Noel Alcántara
En la memoria del verano
reposa este pueblo mío de Esquipulas,
yacen
en los zurrones de las nubes
inmóviles recuerdos
como penosas piedras
desnudas de los ríos.
Esta es la tierra,
del encuentro
y la partida,
precipicio desvanecido en el silencio.
Antes
de las calles
adoquinadas
antes
de la agencia bancaria
y del primer médico del pueblo
se dieron la mano
el verbo y la parábola
apareciendo la imagen
rasguñada y piadosa
del Señor de Esquipulas
que te dio su nombre,
aquel
Cristo Negro
de viajera fe,
impartiendo procesiones
todos los eneros.
Pueblo,
mi pueblo.
Depositario de mi ombligo,
lucero inmemorial
de la exposición
de mis sueños,
carne geográfica
de mis primeros pasos
por el mundo,
leñosa vertiente
del reencuentro con los amores perdidos,
ángulo de la dispersión
y semilla
y fruto
de alegrías compartidas.
A ti vuelvo
para reincidir en la partida,
para aprender
de la dinastía canicular
de tus agostos solariegos,
a ti vuelvo
fastidiado de la electricidad,
de los mudos
semáforos sin vacas,
de la falsa eternidad
disolvente
de entelequia y podredumbre.
¡Qué saludable es devolverle
a cada pulmón tu aire!
Encaramar la soledad
en tus montañas,
y decirle a tus fantasmas
que no serás uno de ellos.
Es bueno hacer contacto
con tus amaneceres,
bordear la luna
desde cualquier rendija casera,
perderte en el
viento negro de la noche
que sólo permite
verte a través de sus estrellas.

Recuento para el porvenir

Para Alfonso Sandino y Violeta Granera
Sobre las palpitaciones e la angustia
cabalgó aquel exilio
impuesto por la alquimia del odio
y los placeres de la maldad. Las guerras
de entonces
trajeron sombríos presagios en nuestras conciencias
de austeros señalamientos.
Ningún soplo de aliento
detuvo aquel florido oxígeno de nuestras juventudes
escabullidas de día en día
por sobresaltos y pesquisas cotidianas
de aquella urbana juventud
asaltada por furias y presagios.
La diferencia del tiempo no intervino en aquel exilio
signado por nuevas verdades,
centralizadas en el reencuentro.
Ahora,
con la resuelta pulpa del tolerante porvenir
edificamos
sobre las ruinas de aquella sublevada partida
proféticos cantos que subirán
hasta el más sordo criterio.
Pues ahora no podrán destruir el entramado firmamento
que resguarda manadas enteras de voces libres,
engavilladas materias que integran este humano proceso.
ahora
que se construirán las torres del futuro
sobre los escombros sollozantes de la malversada época.

Antes de todo

Tengo una tarde
de la que nada me pertenece
ni siquiera sus florecidos ambientes,
una ruta que trazar
antes que la noche encienda su silencio,
realizar las compras de la semana
antes que el dinero –como los díasse
esfume;
tengo que mirar a mis hermanas
antes que se marchen,
a Juan Carlos
las debidas recomendaciones
de hermano mayor,
un beso
a mis abuelas Juanas
antes que el tiempo
me cobre este reclamo,
decirles a mis padres
que siempre los he querido,
a mis amores
que siempre las veo en los jardines.
Tengo que revisar libros,
hay tanto todavía por hacer
que no es tiempo de morirse
esperando que
las crisis hepáticas,
las insuficiencias respiratorias
y las mordeduras del alma
no lleguen todavía.
Quedan pendiente
las canciones de Amauri Pérez,
los boleros matadores
de María Marta Serra Lima
y el aparto alucinante de mis hijos,
en cuyas venas
las correntadas de mi sangre se incubarán,
desvencijando estos domésticos fragmentos
de sombras infinitas,
estas ruinas
oxidadas en las entrañas de la desesperanza.

Preludio del desencuentro

Desde tu presencia,
emergida
de la sal y los sueños,
alza vuelo
una piadosa primavera
que retuerce
la herrumbre del misterio
y la soledad. Este adiós
-alertado por el tragaluz de la distanciarnos
llama.
No podremos
presidir esta escala,
girar
en su aire
contaminado por sordas fugas;
abrirnos paso
entre ávidas primaveras
picoteadas
por errabundas auroras.
Yo necesito
que este adiós
pronto ser marche
de nuestras agendas,
romper los hilos
que tejieron
espúreas edificaciones
con casa
perro
y fotografías de cumpleaños,
insertas
en las rotondas
ambulares de nuestras pupilas.
Este amor
se perderá para siempre
un día de estos,
sin remordimientos
que envenenen
la piedad de nuestras alamas,
sin mudas máscaras
de burla
empotradas
en las vacías
coronas del olvido.

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ESTA VIDA PERRA [Mi poema]
Francisco Sosa Escalante [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy se cayó un avión al mar, me han dicho,
con doscientos y pico pasajeros,
todos los que viajaban, extranjeros,
posible del azar fuera un capricho.
¡malditos agoreros!

Aquellos que iniciaron el trayecto
no pudieron prever tal desenlace
-lo que un día dios hizo hoy lo deshace-,
cada uno despeñó allí su proyecto,
para eso aquí se nace.

Se adelantó sin su consentimiento,
el trágico final no fue previsto,
no es cuestión de más tonto ser, más listo,
unirnos sólo queda al sentimiento
por deceso imprevisto.

Hoy muchos llorarán por los finados,
sus lágrimas inundarán la tierra,
y se volverán a oír sones de guerra
y afluirán agresores y agraviados
en esta vida perra.
©donaciano bueno

#Incertidumbre? maldad? Share on X

Hoy un avión con doscientos y pico pasajeros ha sido derribado como consecuencia de los daños colaterales de una guerra. Así, sin más más ni más menos. ¿Quién fue el causante? Quizá nunca se sepa ¡total, qué importa!

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Sosa Escalante

A Leila

Cuando marchite tus galanas flores
el que es de la beldad fiero enemigo,
y en vano pidas protección y abrigo
a los que fueron, Lelia, tus amores;

cuando todos te olviden; cuando llores
en triste soledad, sin un amigo
que de tu pena ruda al ser testigo
anhele disipar tus sinsabores,

entonces ven a mí: conserva el pecho
puro el recuerdo de su afecto santo
y olvida tu pasado desvarío.

Entonces, Lelia, ven; mi hogar estrecho
contigo partiré, que no lo es tanto,
que en él no quepan tu dolor y el mío.

La libertad

En vano el tiempo sin piedad consuma
Su eterna destruccion y al hombre arroja
Al no sér, y arrástrale cual hoja
De arbusto débil, ó cual leve pluma.

Hay algo que no muere entre la bruma
Del negro olvido, y á que no acongoja
De la nada el temor, ni se despoja
Jamás del manto de su gloria suma:

La santa Libertad! la noble idea
De la conciencia luz, que resplandece
Entre el humo y fragor de la pelea;

La santa Libertad! árbol que crece
Y al elevar su copa gigantea
Al hombre abrigo bienhechor ofrece.

A Quintana Roo

Allá en el libro de la patria historia
Tus nobles hechos con amor grabados,
Quintana ilustre, están; jamás borrados
De nuestras luchas por la vil escoria.

Salvaste de los tiempos tu memoria,
Sabio y patriota, esfuerzos denodados
Haciendo por doquier; ¡lauros ganados
En la tribuna, pedestal de gloria!

Los años pasan; su fatal carrera
Arrastra nombres al eterno olvido,
De vanas pompas insaciable hoguera;

Y en tanto el tuyo, de esplendor henchido,
De Anáhuac en el cielo reverbera,
Del manto de la gloria revestido.

Cuauhtemoc

Cuando el imperio por Tenoch fundado
Miró llegar desde el lejano Oriente
Como tremenda tempestad rugiente
Al invasor inícuo y desalmado,

De patriotismo y de valor dechado,
Con sed de gloria y entusiasmo ardiente,
Sublime te opusiste á aquel torrente
Y Anáhuac tuvo su mejor soldado.

¡Oh prócer inmortal! cómo fulgura
Tu nombre ilustre, de la patria gloria,
Tan grande cual tu propia desventura!

Los siglos al pasar, de tu memoria
No el brillo opacan, porque eterno dura
El libro sacrosanto de la historia.

La caída de las hojas (Sosa Escalante)

Cayendo están las hojas; por el suelo
Las arrastra impetuoso torbellino;
Perdió la selva su esplendor divino,
Sus nubes de oro nuestro limpio cielo.

En las ramas del árbol no su duelo
Lamenta el ave en armonioso trino,
Ni halla sombra el viandante en su camino,
Ni hay para el pecho bienhechor consuelo.

Tristeza nada más! el alma mía
Al ver marchitas las hermosas flores
Que grata primavera ayer vestía,

Recuerda que así pasan los amores
Dejando solo la memoria impía
Del goce disfrutado en días mejores.

Lazo de amor

Ese ángel puro que con dulce anhelo
Gozosos contemplais en este día,
Lazo es de amor que á vuestro hogar envía
Como una santa bendicion el cielo.

Lirio que brota á perfumar el suelo,
Ave parlera y fuente de alegría
En la vida tendreis que ayer corría
En triste soledad y amargo duelo.

Bendecid al Señor; brillante aurora
A vuestro noble corazon ofrece
Tras la noche de pena abrumadora.

Bendecid al Señor; él resplandece
En la dulce sonrisa encantadora
Del niño que un arcángel os parece.

Sor Juana Inés de la Cruz (Sosa Escalante)

Le dió la hermosa juventud sus flores:
Era bella y gentil; su gallardía
Allí en la corte vireinal lucía
Hiriendo pechos, inspirando amores.

Brillaban en sus sienes los fulgores
Del sacro fuego que en su mente ardia,
Y nunca el ave remedar podia
Las notas de sus cantos seductores.

Y cuando más el pueblo mexicano
Sus gracias, su virtud y su talento
Lleno de orgullo proclamaba ufano,

Dominada de oculto pensamiento,
Teniendo, acaso, horror al mundo insano,
Ocultóse en las sombras de un convento.

La coqueta

No es mentira, no lo es, que las sirenas
Hechizaban, cantando, al navegante
Que incauto las oia y delirante
De Sirenusa hollaba las arenas.

Y no es mentira, no, que entre cadenas
Cautivo se encontraba en el instante,
Y en vez de goces y cariño amante
La muerte hallaba tras agudas penas.

El que á dudarlo con teson se atreve
Y piensa de un hechizo estar seguro,
Alcanza el desengaño en tiempo breve.

Existe la sirena, yo os lo juro,
Y siempre existirá, pues es la aleve
Coqueta, del presente y del futuro.

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EMIGRANTES…A LA FUERZA [Mi poema]
Fayad Jamís [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pensaste que allí nacer daba derecho
a vivir y trabajar en esa tierra
pero nunca contemplaste que la guerra
te dejara mal herido y aun maltrecho.

Y tuviste que salir, y hoy emigrante,
-cuatro mendrugos de pan y una moneda-,
a pié, curva vas andando la vereda
mirando siempre hacia atrás y hacia adelante.

Pobre de ti, alma perdida, sin destino,
junto a la mochila a cuestas, trashumante,
que añoranza y amenaza es del viajante,
el que abjura y que perjura en su camino.

Tú, que imaginaste un mundo sin fronteras,
y has penado y entre lágrimas sufrido
a esos dioses que a este mundo le han partido
y si llamas ellos van por peteneras.

Sonámbulo te hallarás aunque no quieras
ausente en torno a otros ritos y costumbres,
tus fuegos ya no serán tus mismas lumbres
ni tus sueños velarán en sus hogueras.

Y si la suerte y el halo son propicios
y si quiere dios que encuentres cielo abierto,
agárrate a la barcaza en este puerto
y así lograr evitar los precipicios.

Que eres viajero, aunque a tu pesar viajero,
a merced de lo que dicten los humanos,
en esta tierra de farsas, simples granos,
que un puntapié a dar viniste en su trasero.
©donaciano bueno.

Comentario del autor sobre el poema: Las tragedias de los desplazados por las guerras en Siria que invaden Europa en busca de un mundo mejor son sólo un ejemplo.

MI POETA SUGERIDO:  Fayad Jamís

CON TANTOS PALOS QUE TE DIO LA VIDA

Con tantos palos que te dio la vida
y aún sigues dándole a la vida sueños.
Eres un loco que jamás se cansa
de abrir ventanas y sembrar luceros.

Con tantos palos que te dio la noche
tanta crueldad y frío y tanto miedo
eres un loco de mirada triste
que sólo sabe amar con todo el pecho.

Construir papalotes y poemas
y otras patrañas que se lleva el viento.

Eres un loco de mirada triste
que siente cómo nace un mundo nuevo.

Con tantos palos que te dio la vida
y aún no te cansas de decir: te quiero.

POR ESTA LIBERTAD

Por esta libertad de canción bajo la lluvia
habrá que darlo todo

Por esta libertad de estar estrechamente atados
a la firme y dulce entraña del pueblo
habrá que darlo todo
Por esta libertad de girasol abierto en el alba de fábricas
encendidas y escuelas iluminadas
y de esta tierra que cruje y niño que despierta
habrá que darlo todo
No hay alternativa sino la libertad
No hay más camino que la libertad
No hay otra patria que la libertad
No habrá más poema sin la violenta música de la libertad

Por esta libertad que es el terror
de los que siempre la violaron
en nombre de fastuosas miserias
Por esta libertad que es la noche de los opresores
y el alba definitiva de todo el pueblo ya invencible.
Por esta libertad que alumbra las pupilas hundidas
los pies descalzos
los techos agujereados
y los ojos de los niños que deambulan en el polvo
Por esta libertad que es el imperio de la juventud
Por esta libertad
bella como la vida
habrá que darlo todo
si fuere necesario
hasta la sombra
y nunca será suficiente.

ABRÍ LA VERJA DE HIERRO

Abrí la verja de hierro,
Sentí como chirriaba, tropecé en algún tronco
y miré una ventana encendida, pero la madrugada
devoraba las hojas y tú no estabas allí diciéndome
que el mundo está roto y oxidado. Entré,
subí en silencio las escaleras, abrí otra puerta,
me quité el saco, me senté, me dije estoy sudando,
comencé a golpear mi pobre máquina de hablar,
de roncar y de morir (tú dormías, tú duermes, tú no sabes
cuánto te amo), me quité la corbata y la camisa,
me puse el alma nueva que me hiciste esta tarde,
seguí tecleando y maldiciendo, amándote y mordiéndome
los puños. Y de pronto llegaron hasta mí otras voces:
iban cantando cosas imposibles y bellas, iban
encendiendo
la mañana, recordaban besos que se pudrieron en el río,
labios que destruyó la ausencia.

Y yo no quise decir nada
más: no quiero hablar, acaso en el chirrido
de la verja rompí cruelmente el aire de tu sueño.
Qué importa entrar o salir o desnacer.
Me quito los zapatos
y los lanzo ciego, amorosamente, contra el mundo.

Poema

¿Qué es para usted la poesía además de una piedra horadada por el sol y la lluvia,
Además de un niño que se muere de frío en una mina del Perú,
Además de un caballo muerto en torno al cual las tiñosas describen eternos círculos de humo,
Además de una anciana que sonríe cuando le hablan de una receta nueva para hacer frituras de sesos
(A la anciana, entretanto, le están contando las maravillas de la electrónica, la cibernética y la cosmonáutica),
Además de un revólver llameante, de un puño cerrado, de una hoja de yagruma, de una muchacha triste o alegre,
Además de un río que parte el corazón de un monte?
¿Qué es para usted la poesía además de una fábrica de juguetes,
Además de un libro abierto como las piernas de una mujer,
Además de las manos callosas del obrero,
Además de las sorpresas del lenguaje -ese océano sin fin totalmente creado por el hombre-,
Además de la despedida de los enamorados en la noche asaltada por las bombas enemigas,
Además de las pequeñas cosas sin nombre y sin historia
(un plato, una silla, una tuerca, un pañuelo, un poco de música en el viento de la tarde)?
¿Qué es para usted la poesía además de un vaso de agua en la garganta del sediento,
Además de una montaña de escombros (las ruinas de un viejo mundo abolido por la libertad),
Además de una película de Charles Chaplin,
Además de un pueblo que encuentra a su guía
y de un guía que encuentra a su pueblo
en la encrucijada de la gran batalla,
Además de una ceiba derramando sus flores en el aire
mientras el campesino se sienta a almorzar,
Además de un perro ladrándole a su propia muerte,
Además del retumbar de los aviones al romper la barrera
del sonido (Pienso especialmente en nuestro cielo y
nuestros héroes)?
¿Qué es para usted la poesía además de una lámpara encendida,
Además de una gallina cacareando porque acaba de poner,
Además de un niño que saca una cuenta y compra un helado de mamey,
Además del verdadero amor, compartido como el pan de cada día,
Además del camino que va de la oscuridad a la luz (y no a la inversa),
Además de la cólera de los que son torturados porque
luchan por la equidad y el pan sobre la tierra,
Además del que resbala en la acera mojada y lo están viendo,
Además del cuerpo de una muchacha desnuda bajo la lluvia,
Además de los camiones que pasan repletos de mercancías,
Además de las herramientas que nos recuerdan una araña o un lagarto,
Además de la victoria de los débiles,
Además de los días y las noches,
Además de los sueños del astrónomo,
Además de lo que empuja hacia adelante a la inmensa humanidad?
¿Qué es para usted la poesía?
Conteste con letra muy legible, preferiblemente de imprenta.

Contémplala: es muy bella

Contémplala: es muy bella, su risa golpea
la costa,
toda de iras y espumas. Pero no intentes
decirle lo que piensas. Ella está en otro mundo
(tú no eres más que un extranjero de sus ojos,
de su edad)
Dile, en todo caso, que te gustan sardinas fritas,
sobre todo una tarde en que llueve un inolvidable
vino blanco. Háblale del hermoso fuego
de tu patria.

Ella es clara y oscura como la lluvia
en que reina
su ciudad. Sus ojos se detienen en un punto
movedizo
entre la estación del amor y un tiempo
imprevisible.
Claro que a veces olvidas (por un instante,
es cierto)
tu oficio de notario, y, como ser humano al fin,
te pones a hablar líricamente de política.

Lo mejor
que puedes hacer es convencerte de que la poesía
te completa,
comprobar que has cruzado el lindero del horror
y la angustia,
escribir que una tarde recorriste
la bella ciudad empedrada
para encontrar lo que no podía ser el amor
sino el poco de sueño
que recuerda un gran sueño.

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PRESOS DEL PASADO [Mi poema]
Abate Marchena [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pongamos que has nacido en Senegal,
en Cuba o en la China comunista,
en Suiza, en un país capitalista,
y todo te parece a ti normal.

Pongamos que tus padres son ateos
o en cambio son fanáticos creyentes,
y sigues como todos las corrientes
cuidando de adaptarte a sus deseos.

Te enseñan que el amor es de por vida
y ves como la gente hoy se separa,
mas tú, tú seguirás dando la vara
tapando con tiritas esa herida.

Pongamos que pretendes liberarte
de aquello que inculcaron tus ancestros,
y asaltan el camino unos cabestros
jurando si traicionas con matarte.

Te insultan y te llaman mal nacido
te acusan al pasado de traiciones,
que debes respetar sus tradiciones
que has sido de otros predios abducido.

Pues todos desde niños somos presos
negados por romper las ataduras,
después cuando ya entiendes y maduras
desean ya esquilmar te hasta los huesos.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:   Abate Marchena

A Chabanó

Las humildes mansiones
desaparecen del linaje humano,
y las nubes preñadas
mis plantas huellan: lejos ¡oh profano
vulgo! a ti no son dadas
las sagradas armónicas canciones
oír que Apolo inspira,
no el oír los tonos de la acorde lira.

Rásgase el mortal velo,
que al hombre siempre encubre tenebroso
los sublimes arcanos,
que intenta en vano escudriñar curioso;
y a ti, Chabanó, en manos
de la sabia Minerva, al alto cielo
arrebatado veo,
cual lo fuera en otro tiempo Prometeo.

Las leyes de natura
sublimes y sencillas, ilustrado
con la antorcha Febea
la Diosa ante tus ojos ha mostrado;
cómo una misma sea
la que del monte en la caverna escura
forma el oro y contiene
los mundos que en sus órbitas retiene.

El oro apetecido,
que guerra y muertes trujo a los mortales
y que escondiera en vano
la tierra en sus entrañas: ya los males,
la codicia, el insano
furor a luz se muestran, del sumido
pozo con él parecen;
inocencia y candor desaparecen.

El mercader las naves
avaro apresta; el Aquilón sañudo
en vano se embravece,
y las olas del mar azota crudo;
el oro que se ofrece
a su esperanza busca y las suaves
playas trueca cuidoso
por el mar alterado y borrascoso.

No así bajo el reinado
del buen Saturno; que en inalterable
paz el mundo vivía,
y la doncella tímida y amable
su favor concedía
por premio de sus ansias a su amado;
mas ora la riqueza
¡oh mengua! compra y goza la belleza.

El sueño engañoso

Al tiempo que los hombres y animales
en hondo sueño yacen sepultados,
soñé ante mí los pueblos ver postrados
alzarme rey de todos los mortales.

Rendí el cetro a las plantas celestiales
de Alcinda, y mis suspiros inflamados
benignamente fueron escuchados;
me envidiaron los Dioses inmortales.

Huyó lejos el sueño, mas no huyeron
las memorias con él de mi ventura,
la triste imagen de mi bien fingido.

El mando y el poder desparecieron.
¡Oh de un desventurado suerte dura!
Amor quedó, mas lo demás es ido.

A una dama que cenó con el autor

Dase Dios por manjar a su escogido
pueblo en la pascua cena misteriosa;
Cristo es comida y mesa deliciosa
del hombre de amor tanto confundido.

Jesús asiste en gloria y prez ceñido
eternamente con su amada Esposa;
¡de amor omnipotente portentosa
hazaña! En tierra mora, al Cielo es ido.

Tú que por Diosa adora el alma mía,
bellísima Amarilis, a ti es dado
hacer tan gran milagro nuevamente.

Cristo se ha dado a sí en la Eucaristía:
¡ay! tú date a mi pecho enamorado,
y vivirás en él eternamente.

La Revolución Francesa

Suena tu blanda lira,
Aristo, de las Ninfas tan amada,
cuando a Filis suspira,
y en la grata armonía embelesada
la tropa de pastores
escucha los suavísimos amores.

Mientras mi bronco acento
dice del despotismo derrocado
de su sublime asiento,
y con fuertes cadenas aherrojado
el llanto doloroso
al pueblo de la Francia tan gustoso.

Cayeron quebrantados
de calabozos hórridos y escuros
cerrojos y candados;
yacen por tierra los tremendos muros
terror del ciudadano,
horrible baluarte del tirano.

La libertad del cielo
desciende, y la virtud dura y severa;
huye del francés suelo
el lujo seductor, la lisonjera
corrupción, el desorden;
reinan las leyes con la paz y el orden.

El fanatismo insano
agitando sus sierpes ponzoñosas
vencido clama en vano;
húndese en las regiones espantosas,
y con él es sumida
la intolerancia atroz aborrecida.

Dulce filosofía,
tú los monstruos infames alanzaste;
tu clara luz fue guía
del divino Rousseau, y tú amaestraste
el ingenio eminente
por quien es libre la francesa gente.

Excita al grande ejemplo
tu esfuerzo, Hesperia: rompe los pesados
grillos, y que en el templo
de Libertad de hoy más muestren colgados
del pueblo la vileza,
y de los Reyes la brutal fiereza.

El amor rendido

Las pesadas cadenas
del despotismo atroz ufano hollando,
cantemos, lira mía,
el acordado tono al cielo alzando,
la presente alegría
y las pasadas penas;
libertad sacrosanta, tú me inspira;
que sólo libertad suene mi lira.

Mientras fue mi morada
la esclava Hesperia, del rapaz Cupido
la flecha penetrante
de aguda llaga el corazón ha herido;
hoy peto de diamante
a su punta acerada
oponer quiero, y, de firmeza armado,
sus amenazas arrostrar osado.

¡Oh deidad inclemente!
¡Oh Cupido implacable! ¡Oh santo cielo!
¿Qué beldad peregrina
Viene a las Galias del hesperio suelo?
¡Oh belleza divina!
A tus pies reverente
me postro humilde, y ante ti rendido,
Amor, confieso a voces, me ha vencido.

Al duro yugo atado
la cerviz humillada, al fiero en vano
perdón ¡ay Dios! le pido;
que en mis lloros se ceba el inhumano,
y al carro en triunfo uncido,
con el dedo mostrado,
el quebrantado cuerpo puede apenas
arrastrar las gravísimas cadenas.

De mis ojos cansados
huyó por siempre el apacible sueño,
y en perenes raudales
de amargo llanto el porfiado empeño
de mis penosos males
en mi daño obstinados
¡ay! los ha para siempre convertido,
y en quebranto inmortal ¡ay! me ha sumido.

Deidades sacrosantas
que en Olimpo subido hacéis manida,
muévaos mi humilde ruego;
apagad en mi pecho la encendida
llama de amante fuego;
postrado a vuestras plantas,
de vos aguarda un triste este consuelo;
mas ¡ay! que al desdichado es sordo el cielo.

¡Oh deidad sobrehumana!
A ti fue dado, hermosa, solamente
la pasada alegría
tornar ¡ay triste! al corazón doliente;
ablanda, Diosa mía,
tu condición tirana;
mira cuál a tus pies ruego amoroso;
di una sola palabra, y soy dichoso.

A Amarilis

Soledad deliciosa, bosque umbrío
¡ay, cómo en tu retiro busco en vano
alivio al inmortal quebranto mío!

Me hirió de Amor la poderosa mano,
de Amor la flecha aguda envenenada
que contra mí lanzara el inhumano.

¡Oh mil veces feliz edad dorada
en que fue la ternura y la firmeza
del constante amador siempre premiada!

Agora al rendimiento, a la fineza
se retribuye indiferencia fría,
al obsequio humillado cruel dureza.

¿Qué mal Dios en su cólera daría
el siempre infame honor a los mortales,
que tanto de natura los desvía?

Él el pudor nos trajo, él sus fatales
leyes a Amor impuso, y él los bienes
más dulces transformó en acerbos males.

De mi dulce enemiga los desdenes
el acaso los causa, y hace en llanto
mis ojos dos raudales ¡ay! perenes.

Sigue, Amarilis, de Cupido santo
las leyes, del amor sigue el sendero
exento de pesar y de quebranto.

Honor, de la natura comunero,
ejercite en el vulgo su tirana
dominación y su poder severo.

Tú escucha del Amor la soberana
voz, que al deleite agora te convida;
que esta la edad en su verdor lozana.

Huye la primavera de la vida
cual un ligero soplo, un breve instante,
y nunca torna si una vez es ida.

Vendrá ¡ay! la vejez corva, y el amante
que agora sólo espira tus amores,
y que esquivas más dura que diamante,

Lejos huirá de ti; de adoradores
la turba que te cerca de contino,
cual brillo suele de caducas flores

tal desparecerá; que del destino
esta es la ley severa, inexorable;
éste de la hermosura el hado indino.

Tal la purpúrea rosa, que al amable
Céfiro abrió su seno, el soplo airado
del vendaval deshoja, y despreciable
yace y marchita en el florido prado.

La primavera

¿Ves, hermosa, la fuente que bullendo
el céfiro menea blandamente?
Amor la agita: mira su corriente
hacia el amado arroyo huir riendo.

Mira volar la abeja susurrante
en torno de las violas olorosas,
y su néctar le ofrecen amorosas,
zagala; que es la flor también amante.

¿No escuchas gorgear los ruiseñores,
de aguda flecha el tierno pecho heridos,
y en meloDiosos trinos no aprendidos
explicar sus dulcísimos amores?

¿No ves las palomillas amorosas
exhalar sus arrullos inflamados?
¿Los pichones no ves enamorados
responder en querellas cariñosas?

Todo es amor; la alegre primavera,
al universo nueva vida dando,
naturaleza yerta va inflamando,
que Enero con su escarcha entorpeciera.

Y tú, por más que lo rehuyas dura,
has de rendir a Amor el cuello erguido,
que todo se avasalla ¡ay! a Cupido:
tal es la ley eterna de natura.

Elegía a Lícoris

Del airado Mavorte la crueza
¡oh! no cantes, mi lira, ni la insana
sed de sangre, el furor y la fiereza.

Mas di de Venus, reina soberana
de Pafos, el poder; di los amores
y de las Gracias la belleza humana.

Canta del Dios vendado los loores,
de Cupido certero las doradas
flechas, su blanda risa, y sus favores.

Deja, Cupido santo, las preciadas
aras de Chipre, y en tu fuego ardiente
enciende mis entrañas frías y heladas.

¡Oh mil veces fatal ruego, imprudente
súplica, por mi mal bien acogida!
¡Oh condición de Amor cruda, inclemente!

Baja de Olimpo el pérfido, y fingida
piedad muestra en su rostro y apostura
dulce el falso, y sonrisa fementida.

«Del Betis a la orilla una hermosura
(amarla es tu destino eternamente)
te ofrezco; parte, corre a tu ventura».

Dijo y voló; yo loco encontinente
el Manzanares dejo, y desalado
al Betis corro con anhelo ardiente.

Ya no hay más libertad ¡ay! ya aherrojado
Lícoris en durísimas prisiones
me tiene, al duro remo ¡ay! amarrado.

Yo triste los pesados eslabones
arrastro, mientras que tormenta horrible
levantan en mi pecho las pasiones.

Amor en fuego ardiente, inextinguible,
me abrasa sin cesar; jamás la hoguera
aparta, que esquivar me es imposible;

que el crüel me persigue por doquiera,
cual cierva a quien fatal punta acerada
el costado rompió con llaga fiera;

que el monte, el llano corre la cuitada,
el doliente bramido al cielo alzando,
del rabioso dolor siempre aquejada.

Así mi cruda pena va aumentando
la aguda flecha con que Amor me ha herido,
siempre el enfermo pecho lastimando;

la imagen de Licoris, el bruñido
cabello de azabache, la alta frente,
el sonrosado labio, el cuello erguido,

y el hablar, y el reír suavemente
Amor grabó con punta de diamante
en el mezquino corazón doliente.

Mora Licoris en mi pecho amante,
Licoris mora en él; vos amadores,
de Gnido desertad la ara humeante.

Ved cuál la abandonaron los amores
y a Lícoris festivos rodeando
de guirnaldas la ciñen de mil flores.

El sangriento Cupido está aguzando
la inevitable flecha, y falsa risa
va por sus labios pérfidos vagando.

¿Quién de mi dulce bien vio la sonrisa,
y cantar pudo la ambición, la guerra
que los tronos trastorna, rompe y pisa?

Obra de un Dios maligno es nuestra tierra;
el duelo la pasea de contino,
que todo bien lejos de sí destierra.

Y cuando el placer muestra su divino
rostro, nosotros necios le esquivamos,
¡oh del error efeto el más indino!

Que la flor de la vida así pasamos;
la vejez nos señala el tenebroso
ataúd, que en vano tristes evitamos.

Gusta, Lícoris mía, el delicioso
néctar de amor, agora que te es dado
del tiempo del placer nuestro enviDioso,
y nunca sin desdicha despreciado.

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UN LINDO CEMENTERIO [Mi poema]
Florencia Pinar [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Corral triste de un pueblo castellano
en el que un nicho gris espera abierto,
un campo de sarcófagos sediento,
a expensas del error de un cirujano,
que habrá de fracasar un día incierto.

Enjambre con sus celdas, mausoleos,
silente que soportan sus historias,
de glorias convertidas en escorias,
memorias dormitando en camafeos,
trofeos que ensalzaron sus victorias.

Son tierras de secano, de barbecho,
con tapias que al adobe dan cobijo
mirando al más allá, ese acertijo,
garitas con cipreses al acecho,
del soplo de la vida en su escondrijo.

Tú, humilde cementerio y solitario
penando pues las yerbas ya no crecen,
marchitos pensamientos languidecen,
plegarias que acompañan al osario
y grietas moribundas que fenecen.

Si fuera yo el que hiciera el cementerio
de rosas le pondría muy florido,
ausente de mortajas y misterio,
cuidando no se hiciera nada serio
que todo allí estuviera permitido.

Lo haría diferente, más bonito
pintándole en el centro un buen templete,
la orquesta tocaría rock. Y un grito,
un canto a la amistad que habría escrito,
haría en los oídos un boquete.

Al sueño le alzaría un monumento
marcado en letras de oro para todos,
confetis volarían con el viento,
amor el leitmotiv de aquel evento,
así fueran abstemios o beodos.
©donaciano bueno

A qué viene hacer aún más triste a la #tristeza? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: Hay que eliminar la tristeza del mundo, como se huye de la lepra. Al fin y al cabo, lo que no tiene solución, no tiene solución. Y sería más práctico recordar los momentos felices que nos dieron. Con música.

MI POETA SUGERIDO:  Florencia Pinar

Canción de una dama que se dice Florencia Pinar

¡Ay! que hay quien mas no vive
porque no hay quien d?ay se duele,
y si hay, ¡ay! que recele
hay un ay con que s?esquive
quien sin ay vivir no suele.

Hay placeres, hay pesares,
hay glorias, hay mil dolores,
hay, donde hay penas de amores,
muy gran bien si dél gozares.

Aunque vida se cative
si hay quien tal ay consuele
no hay razón porque se cele,
aunque ay con que se esquive
quien sin ay vivir no suele.

Glosa 

Será perderos pediros
esperanza qu’es incierta,
pues cuanto gano en serviros
mi dicha lo desconcierta.

Cresce cuando va más
un quereros que me hace
consentir, pues qu’a vos place
mis bienes queden atrás.

Mas verés con mis suspiros
la pena más descubierta,
pues cuanto gano en serviros
mi dicha lo desconcierta.

Canción de unas perdices que le enviaron vivas…

Destas aves su nación
Es cantar con alegría,
Y de vellas en prisión
Siento yo grave pasion,
Sin sentir nadie la mía.

Ellas lloran que se vieron
Sin temor de ser cativas,
Y a quien eran más esquivas
Esos mismos las prendieron:
Sus nombres mi vida son
Que va perdiendo alegría,
Y de vellas en prision
Siento yo grave pasion,
Sin sentir nadie la mía.

El amor ha tales mañas…

El amor ha tales mañas
que quien no se guarda dellas,
si se l’entra en las entrañas,
no puede salir sin ellas.
El amor es un gusano
bien mirada su figura,
es un cáncer de natura
que come todo lo sano.
Por sus burlas, por sus sañas,
dél se dan tales querellas
que si s’entra en las entrañas,
no puede salir sin ellas.
Es de diversas colores
que quien no se guarda dellas,
si se l’entra en las entrañas,
no puede salir sin ellas.
Es de diversas colores,
críase de mil antojos;
da fatiga, da dolores,
rige grandes y menores,
ciega muchos claros ojos;
y aquellos, desque cegados,
no quieren verse en clarura;
hállanse tanto quebrados,
que dicen los desdichados
es un cáncer de natura,
a quien somos sojuzgados.
Éntranos por las axilellas
cuándo quedo, cuándo apriesa,
con sospechas, con rencillas;
y al contar destas mancillas
tal se burla que s’confiesa,
y aun las más defendidas
señoras del ser humano
cuando déste son heridas,
si saben y son garridas,
y a ellas come lo sano
y a nosotros nuestras vidas.

(Cancionero de Hernando del Castillo-1511)

CANCIÓN

Hago de lo flaco fuerte,
voy a lo más peligroso,
quiero bolver a la muerte,
puedo huir y no oso.

La voluntad me condena
y en ello consiente amor,
do por avelle temor
hago del hilo cadena.
No contradize mi suerte,
voy a lo más peligroso,
quiero bolver a la muerte,
puedo huir y no oso.

CANCIÓN

Cuidado nuevo venido
me da de nueva manera
pena la más verdadera
que jamás yo he padecido.

Yo ardo sin ser quemado
en bivas llamas de amor,
peno sin aver dolor,
muero sin ser visitado
de quien por beldad vençido
me tiene so su bandera.
jO mi pena postrimera,
secreto fuego ençendido!

CANCIÓN

Tanto más creçe el querer
y las penas que sostengo,
quanto más quiero esconder
el grado que de vos tengo.

El grado creçe mirando
en tanto que más os miro,
y las penas sospirando
si de vos mirar me tiro.
Ya no me puedo valer,
que en punto de morir vengo,
quanto más quiero esconder
el grado que de vos tengo.

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MIENTES MÁS QUE HABLAS [Mi poema]
Francisco Antonio Gavidia [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Por favor, no me insistas, no estoy loco,
suplico no hurgues más en mi cerebro
ni lances a traición ningún requiebro,
no intentes otra vez comerme el coco.

Pues con solo escucharte me sofoco,
no persistas, que sepas no comparto,
de engaños y monsergas ya estoy harto,
que yo no invoco a nadie ni provoco.

Tus artes y destreza, embaucador,
marraste al pretender elegir presa,
pido, horror no te cause ni sorpresa,
¡no soporto lo hediondo de tu olor!

Y aun pretendes de mi sacar provecho
extirpando y vaciándome la sangre,
diciendo que sin ti pasaré hambre
cual si no fuera un hombre hecho y derecho.

Pues conozco al igual que tú las tablas
y hasta el ego e intereses que te mueven
te diré lo que otros no se atreven:
¡mentiroso, que tú mientes más que hablas!
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Qué manía tienen algunos de llevarte a su terreno. La mayor parte de las veces esto obedece a intereses espurios. No te dejes engañar.

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Antonio Gavidia

LA CALLE

¡Aborreced la suerte, cuya mano
le premia su egoísmo al opulento,
y le allana la senda al miserable,
y lleva a las alturas al perverso!

¡Aborreced la suerte que levanta
una muralla al paso de los buenos,
y abre una sima a la virtud y ahoga
el corazón más noble entre sus dedos!

La calle es la morada del mendigo.
La indiferencia la cubrió de hielo.
Y en ella, al sol, al aire y al espacio,
El mendigo es su libre prisionero;
Con la ciudad por cárcel, se detiene
A las puertas, no más: no pasa dentro!
Es cojo; tiene grillos a las plantas.
Es manco; sus esposas son de hierro.
Es sordo; ni él se escucha, está murado.
Es mudo; tiene una mordaza. Es ciego;
Está preso en la tumba.

La miseria,
He allí al invisible carcelero.
¿Quién dice que la suerte ?¡Oh, tú que pasas
cerca de esos harapos y sin verlos!?
quién dice que los hombres, algún día
no te puedan poner la mano, y luego,
llevándote a la puerta, al sol, al aire,
entregarte a las calles prisionero?
¿Volviste, pues, la vista al desgraciado?
¿Quién la volverá a ti, si no la has vuelto?
¿Alargaste la mano al desvalido?
¡Quién te la ha de alargar, si no lo has hecho!
¿Apagaste su sed? ¿Saciaste su hambre?
¿Diste una cama al doblegado al sueño?
No diste agua, ni pan, ni diste cama:
¡Ve soñoliento, pues, sediento, hambriento!

¡Ah! Muchas veces, quien negó un bocado
vio a su mesa doblársele el sustento;
quien negó una limosna, vio doblarse
la plata en la arca, el grano en el granero;
quien negó un lecho, descansó tranquilo
hasta muy tarde, abandonado al sueño.

¡Alza, que llega el día!…
…el de la muerte;
¿Quién no la vio llegar sobrado presto?
¿Y entonces quién no pide una limosna?
¿Quién, Señor, ante ti, no es pordiosero?

SONETO

¡Cómo el ardor del entusiasmo engaña!…
Y tú, soñando, con audacia loca,
Intentabas salvar de roca en roca,
La sombría altitud de esa montaña…

Aquí el súbito escarpe, allí la huraña,
Honda caverna de espantable boca;
Mucha la asperidad, la fuerza poca…
¡Y subir apoyado en una caña!

Y bien, si es la verdad; sépalo el mundo;
sientes sangrar tus pies, sientes vacío
Tu cielo azul; tu dolor, profundo:

Noche en tu frente; ent us entrañas, frío;
Flaca tu fe; tu espíritu, iracundo…;
Ya es tiempo de gritar: ¡Valor, Dios mío!

NEUROSIS

Sabe que es el espíritu un abismo
Y el corazón un mar:
Así es que dentro llevo de mí mismo
A la vez una y otra inmensidad.

Mis nervios, arpa viva, en el ramaje
Cuelgan del árbol de mi cuerpo y dan
Un gemido al pasar por su cordaje
La tempestad.

LOS SISTEMAS FILOSÓFICOS

¡Los sistemas!…Sucede que el pensador, hallando
Absorto, una cualquiera calidad del Supremo
Ser, del Ser invisible e ignoto, -como cuando
Se inflama el rayo súbito que de no al otro extremos
Del espacio, ilumina la cmbre, el cielo el llano,
La cabaña y el bosque, la aldea, el horizonte,
Y el viajero que errante buscó su senda en vano,
Y teme las tinieblas, las sombras, la quimera,
Ve a su luz cumbre, cielo, bosque, cabaña y monte,-
El pensador, he dicho, hallando una cualquiera
Cualidad del Gran Todo ¡una luz de una cumbre!,
Entonces…lo ve todo del color de esa lumbre.

LA HOJA EN BLANCO

El Duque: ¿Cuál fue su historia?
Vila: Una hoja en blanco, Alteza:
no revel? jamás su amor…..

…Y en negra, pálida pesadumbre,
asemejábase a la paciencia
sentada sobre un sepulcro
y sonriendo al dolor…

La noche de reyes, Shakespeare

Tú me puedes decir que yo amo a otra,
Aunque hace mucho tiempo que no la amo;
Hacer memorias de mis noches largas
Cuando por otra suspiraba en vano;
Decir que el corazón que yo te ofrezco
De amar y de sufrir está gastado,
Y que me vuelvo a ti en la hora tremenda
De la desilusión y el desencanto.
Y al decírmelo tú ¿qué he de decirte?
Y al afirmarlo tú ¿cómo negarlo?
Vale más que este amor sea tan solo
Una hoja en blanco.

Si antes; si ha mucho tiempo nuestra suerte
Me hubiera puesto de tu senda al paso
Y aquel mi corazón ardiente y firme,
Dócil de las pasiones al reclamo,
Te hubiera yo ofrecido, amiga mía,
Puro como ascua y como cera blando:
¡Ah, si antes; si t?entonces, amorosa,
y yo lo hubiera alzado ante los cielos,
hincada, como una hostia o como un astro,
dios con su bendición llenado habría
esa hoja en blanco.

No habría sido mi cariño estéril,
No habría entonces suspirado en vano,
No pensaría como ahora pienso
Que he hecho un desperdicio de mi llanto.
No hablemos de eso… Amaneció muy tarde:
Fue la aurora una fiesta de nublados:
Los pájaros temiendo por el día
Cantaron la tristeza de los campos.
Y bien sé que mi dicha está en tus ojos,
Sé que mi paraíso está en tus labios,
Sé que sólo tu nombre escribiría
En la hoja en blanco.

Lágrimas que no salen se hacen piedras
Y dogales los ayes no exhalados:
No sabes cuánto pesa mi silencio,
Cuánto hay de luto en mi sonrisa y cuánto
De deseos encierro, y de suspiros
Que antes que salgan a decirlos, mato.

Cuando algún día me halle con la muerte
Que me lleve al abismo de la mano,
Serán mis confidencias al sepulcro
Lo que tú por mi mal has ignorado:
La historia de este amor quedará siempre
Una hoja en blanco

ODA A CENTROAMÉRICA

Centro América duerme
silenciosa e inerme.
El sueño del olvido de los mundos:
Sus pueblos son estériles llanuras,
Zarzales infecundos.
Temerosas y agrestes espesuras
Que hincha de negra savia el egoísmo
Por esta selva lúgubre y sombría,
Su horrible paso en las tinieblas guía
Leñador infernal, el despotismo.

Ved el cuadro, que aviva
En la conciencia pública extenuada
El rayo de una lumbre fugitiva;
Ved extender la Historia
Su acusador legajo
¿Qué veis? El crimen coronado arriba.
¿Qué veis? El crimen inconsciente, abajo.
Los tiranos, la plebe,
Todos, los oprimidos, los que oprimen,
Todo pasa y se mueve
En un sudario fúnebre de nieve
Que de gotas de sangre siembra el crimen.

¡Oh, Patria! ¡Oh, Centro América!
Necesitáis con vuestras propias manos
Levantar vuestra lápida mortuoria
Que gravita en la tierra como un monte
E interrogar después el horizonte
Para encontrar el rumbo de la gloria.

No: no habían pensado
Los PRÓCERES augustos,
Cuando hace medio siglo proclamaban
Tu santa libertad y tu grandeza
En el noble estandarte desgarrado
Ni en el pueblo cobarde y maniatado
Sobre cuya cabeza
Su huella sepulcral dejará un día
Como estampa de sangre
El pie de la cobarde tiranía

No; la vehemencia que cual fuego abraza,
La indignación terrífica y solemne;
La sagrada iracundia
Con la que anatematiza y amenaza
La palabra de truenos de Barrundia.

La calma pensativa
Con que en la soledad de la noche
cuando alzan los espíritus el vuelo
Y los perfumes suéltanse del broche
Y el pensamiento se encamina al cielo;
Cuando tiende profunda sobre el orbe
La sombra, como trémulo palacio
su triste inmensidad de terciopelo;
Cuando, ¡oh natura!, tu suspiro exhalas
Y los ámbitos cruzan del espacio
Misteriosos enjambres
De almas errantes de impalpables alas;
La calma pensativa, inmensa lucha,
Del genio soberano,
Con que el gran Valle en el silencio escucha
Misterioso y profundo.
Inclinado a las simas de la ciencia;
Cual forja el porvenir, la Providencia,
Para este corazón del Nuevo Mundo;

La fuerza poderosa con que escruta
El espíritu inmenso de Delgado
Del corazón la misteriosa ruta,
Cuando extiende la diestra
Sobre el pueblo a sus pies arrodillado
Que espera sus palabras para erguirse
Y lanzarse al fragor de la palestra;

La espada, luminosa cual la idea
Con que Francisco Morazán, sondea
Donde su rayo el patriotismo fragua,
Para escalar las escarpadas cumbres
En que el laurel florece de la gloria
Y llevar por la mano a la victoria
El furor a las bravas muchedumbres;
Las épicas y ardientes aventuras,
Con que un día el coloso,
Gloria de El Salvador, hijo de Honduras,
Padre de Centro América glorioso;
Ensordeció los ámbitos del Istmo,
Surgiendo, como un león, con la bandera
Del derecho, trasunto de Mavorte;
Con sus huestes ardientes y bravías,
Luminosa cohorte,
Detrás de esas azules serranías
En que flotan las nieblas, hacia el norte;
El que sembró llanuras y montañas
Con victorias y hazañas,
Dando asunto a las rústicas familias
Para animar de noche sus vigilias
Con el nombre del héroe en las cabañas;

Toda esa fulgurante llamarada
Que cual gloriosa bruma
Está flotando, oh Patria, en tu memoria,
Los héroes de los triunfos de la espada,
Los héroes del triunfo de la pluma,
Que han tejido de triunfos nuestra historia;
Obra providencial, santo legado,
¡Oh! no eran para un pueblo esclavizado
Sobre cuya cabeza
Su huella sepulcral dejará un día
Estampada con sangre
El pie de la cobarde tiranía.

¡Oh, centroamericanos,
Despertad ya de la tremenda calma!
Y en vez del negro y gélido vacío
Que lleváis del pecho,
Poned en él un corazón y un alma
Formados por la audacia y el derecho.
¡Oh, centroamericanos!
No acabará la esclavitud si pronto
No os tomáis de las manos
Ni avanzáis en unión estrecha y fuerte,
Poniendo un sólo pecho como hermanos;
A ver si hiere a un pueblo de esa suerte
El destino que forja los tiranos
O si ellos en la empresa hallan la muerte
Sí, un pueblo yace en el tremendo sueño
Del baldón y el olvido
En que se hunden lo oscuro y lo pequeño,
Cuando el ánimo pobre y abatido
Vive esperando con vigor escaso,
Que le trae un camino
El ademán de loco del destino
O la brújula imbécil del acaso.
¡Oh, no esperéis que el dedo de la suerte
os marque el ignorado derrotero,
mientras dormís en estupor inerte
y al borde del abismo traicionero.
El porvenir no llega, inesperado,
Advenedizo sin misión ni nombre;
Llega porque es llamado;
Porque lo han engendrado
El valor y el espíritu del hombre
Y porque el hombre mismo lo ha creado.

No es hijo el porvenir de la fortuna
Ni es el azar el padre de la gloria,
Ni va sin ley y sin conciencia alguna
Sin fe e inteligencia,
Trazando los caminos de la historia
La mano de la oculta Providencia.

¡Oh! No habrían los mares
desvelado su seno
que un nuevo mundo encierra,
si el genio no venciera los azares
con que la chusma pálida se aterra,
para transfigurarse en el océano.
Al gritar ¡tierra! Al completar el viaje,
Ante el mar y las brumas y el misterio,
Como si un Dios al extender la mano
Engendrase en la sombra un hemisferio.

Los pueblos cuyo espíritu desmaya,
Al azar confiados
Que con ellos navega,
Abandonados a la fuerza ciega
Nunca alcanzaron a ganar la playa;
Sin fe, sin guía, sin razón, ni tino,
Jamás se salva el pueblo que se entrega
Solo a las tempestades del destino.
No es sociedad la turba que amalgama
El azar, y en que el pálido egoísmo
Su simiente derrama
Preparando la siembra de tinieblas
Que ha de segar después el despotismo.

Ved lo que os pide el porvenir: un lazo;
Unir el brazo, unir los corazones,
Una gran sociedad, un gran abrazo
Que una los corazones y una el brazo;
Así la tiranía que envenena
No hallará sin ligar los eslabones
Ni romperá jamás esa cadena.

¡Oh, minorías cultas, indolentes!
¡Minorías! La gloria será vuestra,
cuando inclinándoos sobre el pueblo rudo,
tendiéndole la diestra,
hagáis del pueblo indestructible nudo
y halle en la unión impenetrable escudo
la corrupción irónica y siniestra.

¡Un alma para el pueblo!
Ved lo que os pide el porvenir: un lazo
Que estreche los espíritus y el brazo
Y que os sostenga al ir hacia delante:
La democracia, formidable atlante,
Invencible coloso,
Vendrá, cuando en trabajo luminoso
Concentréis el espíritu que flota,
Como una fuerza cósmica gigante,
En la dispersa muchedumbre ignota.

Y un día el porvenir que hoy os aterra,
¡Oh, centroamericanos!
Vendrá a poner su antorcha en vuestras manos,
A la faz de los pueblos de la tierra…
Así el ardiente Izalco un tiempo era
Un declive sin faldas ni estatura
Donde al sol dormitaba la palmera
Abanico oriental de la llanura.

Una noche, el espíritu del mundo,
Concentrando su fuerza poderosa,
Sacó de las entrañas de la tierra
Una cima espantosa
Que arrojó de su cráter iracundo,
por sobre de las cimas de la sierra,
un torrente de luz que alumbró el mundo.

Ahora el navegante
Que el ardor de los trópicos agosta
Cuando en la noche espléndida y desierta
Al fulgor del Océano, vacilante,
Con rendida mirada
Busca los arrecifes de la costa.
Ve, cual mito de una hórrida odisea;
Cual si agitasen con terrible aliento
Los titanes del Istmo
Las flamígeras crenchas de una tea
Surgiendo de las sombras del abismo,
Cortando enhiesto al horizonte el rumbo,
Que tuercen a su vez los huracanes,
Y ensordeciendo al mar con su retumbo,
Cual titán vencedor de los titanes;
Al Izalco terrífico,
Monologando en sus tormentas bravas
En las tinieblas de la noche a solas,
Titánico y magnífico,
Bañado en el torrente de sus lavas,
Y alumbrando, el aplauso de las olas,
Las soledades de agua del Pacífico.

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