A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

DEL HOMBRE Y SUS CIRCUNSTANCIAS [Mi poema]
Antonio Soto Alcón [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que el hombre nace y crece hasta que un día
comienza a decrecer
y acaba por decir hasta más ver
siguiendo la divina profecía
que indica su destino es fenecer.

Que hay quien nace y no tiene que comer,
y un día y otro día
saltando va de vía en otra vía,
-la estancia aquí del hombre es padecer-,
dudando si es que al fin lo lograría.

Y sigue caminando a la deriva
sin rumbo, siempre a ciegas,
en busca de una luz que anda furtiva
que anime y le permita sobreviva
salvando de la quema y las refriegas.

Que el hombre es ese ser que no se entera
que aquí él es temporero
y debe de sudar, pues que el sombrero
no sirve a mitigar tan tensa espera
muriendo en algún ruedo cual torero.
©donaciano bueno

#O no se entera o no quiere #enterarse? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Antonio Soto Alcón

PUBIS PÚBER

La muerte, sí,
pero mientras viví
qué hermoso fue todo.

Todo en ti es milagro:
vulva, labios, flor,…
Beso negro de mi boca,
por ti se cierrran los mares
y se desbordan los ríos,
por ti y solo por ti
vivo y muero.
Rincón oscuro de mi alma,
llaga roja de mi sed.

Me preguntas, Glauco,
cuál es la flor más hermosa
de tu jardín,
y yo sin dudarlo, te respondo:
la de tu mujer, Glauco,
la de Viniria con diferencia.

Abre tus largos muslos
y que mis ojos los admiren.
Ahí, en tu frondoso valle quiero vivir,
de tus manantiales frescos quiero beber.

COMO ESOS VIEJOS BARCOS

Como esos viejos barcos
que atracan al atardecer,
a los que nadie espera,
y al final, nadie llora cuando parten,
así tu vida, cuando avista
el último faro que alumbra tus días,
alejándose hacia ese oscuro mar
de donde jamás se regresa.

AVISO A LA MUERTE

Si me sorprende la muerte
que no diga:
“Estos ojos fueron míos,
estas manos, estos labios”…
Ella bien sabe a quién perteneció
mi boca y mis palabras,
a quién le permití poseerlas.

JARDÍN

Un árbol y un pájaro me bastarían
si tu corazón no existiera antes que ellos.

EN LOS TANATORIOS

De madrugada en los tanatorios,
siempre se espera a que un ángel
entre por la ventana.
Mientras unos lloran desconsolados
a la palidez de ese rostro,
otros -con semblante serio- hablan
y cuentan historias de éste
que reposa al otro lado del cristal;
sin embargo,
el que yace entre lirios y rosas,
sonríe vagamente feliz
a todo lo que ha dejado atrás:
dolor, llanto, traición, envidias, pasiones.

ESPERANDO EL POEMA

Mientras llega el poema
contaré los pelos de tu pubis.

OSCURO AMOR

Cuando acercas tu pubis a mi rostro
toda la noche cae sobre la tierra.

OBDULIO

Obdulio,
si las rosas no te dan placer
busca el placer en las margaritas.

CLAUDIA

Claudia,
los semáforos se entrometieron
en nuestro camino.
Mientras tú los cruzabas en verde,
a mí se me pusieron todos en rojo.

Si te gusta #Antonio_Soto_Alcón... Share on X

MI POETA INVITADO:  José Antonio Funes

A manera de consejo

Nunca dediques poema a mujer alguna.
Los amores posan y luego pasan
ante la cámara absurda de la vida,
mientras los versos avergonzados quedan,
heridos en su honor
de ver a la ingrata que se va con otro,
o se adentra para siempre en la niebla del nunca más.

Piensa en la lluvia
y su vieja canción sobre los techos,
en el mar que guarda
un cofre de versos a cada poeta,
en el viento viajero
que sabe bien de faldas y sus secretos.

Nunca dediques poema a mujer alguna.
Mejor díselo al oído,
en esa intimidad
donde la poesía es una caricia inédita,
el bálsamo que alivia
todos los dolores del mundo.

Canto del agua

Aprendemos del tiempo
a no malograr su jugo transparente,
a detenerlo en las ventanas o encerrarlo a besos.

Porque la noche es golosa con las horas;
no entiende que tu piel es un laberinto
donde mis manos despedazan el sueño.

Y más allá de eso,
subo con la luz en tus peldaños dulces,
derribo copas,
hago cantar el agua de tus labios.

Y todo es bello
como un violín en las manos de un ángel ,
como un canto
o un silencio perdido entre dos pájaros.

No solo por escribir escribo

Es que necesito escuchar a ese otro,
a quien le brillas o le sangran las palabras,
el que sufre porque todo el universo no cabe en un poema
y porque no hay adjetivo
para explicar la mirada de esa muchacha.

Es que me gusta asomar el alma por la ventana
para espiar a la noche con sus flores y sus fieras.
Escribo, no para sacar panes donde hay hambre,
sino para escucharme a mí mismo
palabras que enmudecen ante la muerte.

Euclides pudo haberlo dicho

El amor es un punto
donde un hombre y una mujer
se unen.

El amor es un punto
donde un hombre y una mujer
se separan.

El amor es un punto.
Editorial Gravola

YO ENVIDIO [Mi poema]
Jorge Luis Pérez Armijos [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo aquí a veces quisiera renunciar
a la patria del pueblo en el que vivo,
aun a fuer de tener que ser mendigo
de un permiso en algún otro lugar.
Pues los oriundos no saben apreciar
lo que otros reconocen de su historia
trucando la verdad de la memoria
y no le cejan jamás de denigrar.

¡Yo envidio a ese pueblo ecuatoriano
tan humilde, sencillo y tan chiquito,
que supieron lanzar en Quito el grito
sin ceder la altivez de ser indiano!
Felices de enseñar a visitantes
su pasado primitivo y colonial
y de ambos a la vez sentirse igual
lo que hoy son, que vinieron, los de antes.

Pues la historia es el bagage natural
de padres que a nosotros precedieron,
lucharon trabajaron y sufrieron,
realizando cosas bien y otras muy mal.
Es preciso estudiarlas a granel,
forzoso separar paja del trigo,
a los dos refugiando y dando abrigo
salvando con cautela ese dintel.

Que mirando al pasado siempre hay sombras
y entre esa oscuridad algunas luces,
evitemos poder darnos de bruces
empezando a mimar a las alfombras.
Y en la tela que forma esa maraña
valuemos el papel que ésta ha jugado,
¡lo que otros pueblos hubieran deseado!
aprendiendo a querer a nuestra España.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Luis Pérez Armijos

Quintetos julianos

A la reina del cerro Santa Ana

Estrella, con tu fino salero
resaltas en tu belleza criolla,
¡relumbra grácil de tu esmero
la pureza que cual una joya
parpadea en gratos luceros!

¡Retumba a la ola de tu encanto
el fulgor bravío que esconde
bajo la profundidad de un canto
esa franca serenidad donde
late en secreto el albo manto

que vela tras tus ojos oscuros:
es tu inquieto corazón puro
que en darse a Guayaquil se ufana
y con benevolencia lozana
acepta que los dos sean uno!

Cruces de noviembre

Sus lágrimas no hicieron el río.
El río ya estaba ahí.
Si no, ¿por qué
precisaban piedras para hundirlos?

Plomo y piedras su Última Cena.
¿Cómo desayunarán
aquellos valientes
que ejecutaron esa condena?

¿Habrá volado la calle antes
de que la cubran de piedras?
Como volaron ellos
y por eso les pusieron lastre.

¿De qué color era el río?
¿Cómo era la consciencia?
¿Dudó algún gatillo?
Guayaquil no será el mismo.
17 de noviembre de 2015

Amor de verano pasado

¿Dónde estás, amor de verano?
Tu memoria la he descuidado.
Busqué entre mis recuerdos, en vano
tu nombre, mas lo he olvidado.

Aunque tu nombre se ha volado
junto a él un día joven fui,
mas diez veranos me han pasado
y ya sus letras yo las perdí.

Hoy que volvió a mí tu recuerdo
te volví a sentir feliz, cálida
y sentí otra vez que me pierdo
tocando tu piel de luna pálida.

Tronó mi lira en verso yambo
al volver tu olor de alcachofa
y me enredé en tus pelos zambos
al recordarte en esta estrofa.

Te recordé feliz en la playa
y te vi reír en la terraza
tus ojos, estrella que estalla,
pasean mi azúlea plaza.

Amor del verano que pasó
qué suerte fue olvidar tu nombre.
Tú ya eres mujer y yo hombre:
si llego a recordar tu nombre
o si te llego a volver a ver
dejarás de sólo recuerdo ser.
Si te evoco, te mato, mujer;
tu memoria impoluta quedó,
mas el tiempo igual avanzó.
Septiembre de 2014

Sonetillo a Guayaquil

La celebro con risa
y cántole sin velo,
la ahondo con esmero
si ando su algarabía.
¡Es cuna de flores mil,
es la bella Guayaquil!

La bella, la estrella,
ha vuelto a Octubre.
¡Guayaquil es la reina
que en mi pecho sube
cual espuma de alba
retumbando certera
mi palpitante alma
que amarla anhela!
Octubre de 2014

Y yo aún no sé cómo se llama

A Wayne Kemp

Aunque son años desde ese día
recuerdo aún cómo se veía
la noche que la invité a bailar.
Hablamos de todo, luego de más
y al despedirnos dijo «si te vas
espero que volvamos a quedar».

Amanecí con esa sonrisita
y la llamé para agendar cita
apenas terminé de desayunar.
Pero un recuerdo se me esconde
cuando al teléfono me responde:
de su nombre no me puedo acordar.

Pues arece que está permitido
que aunque un nombre esté omitido
puedan dos igual llegarse a gustar.
Cuando es una cuestión de instinto
una rosa por un nombre distinto
aún podrá su cariño entregar.

Y a pesar de lo que no sabía
esa relación igual florecía
hasta que con la rodilla doblada
yo le entregué un viejo anillo
que escondía tras su flojo brillo
una inscripción que no decía nada.

Mas pensé que sería informado
estando ya frente al abogado
que iba a unirme con mi dama,
pero después de que ella firmó
cuando por mí el juez le preguntó
dijo ella «no sé cómo se llama».
UPF, 5 de octubre de 2015

Jacinto está ahí

En la casa de un poeta
un pájaro abre la puerta
deslumbrándonos cuando vuela
con el silencio de su estela.
En la noche con que me visto,
en qué rincón de mi hastío
posáronse los lentes míos
y ahí se quedaron dormidos.
11 de noviembre de 2015

por contreras

A Santiago González

Bajo un corto y descalzo cielo
fusilaron a pedro contreras.
Durmió dieciséis horas enteras
y no soñó con el leve velo
de un perdido último anhelo.
Le dijeron que de madrugada
quedaría su deuda saldada,
que conocería al Redentor,
su único posible Salvador;
mas se tardó la hora pactada.

Y por eso Pedro durmió tanto.
Mientras dos campanadas sonaban
ante el Coronel, que almorzaba,
no hubo quién ofreciera llanto
cuando iba Pedro bajo el manto
gris que de sábana a sudario
convertiría cuando un notario
atraviese en línea certera
el nombre de un Pedro Contreras
archivado en asuntos varios.

Se cuadran tres rifles a mansalva
y con eso llegan las ofrendas:
ni cura, cigarrillo, o venda.
—Quiero que ninguno use salvas
—dijo con su aliento de malva.
—¿Una última petición? —terca
voz a sus oídos le alterca.
Asoma un silencioso velo.
Su bandera brame en el cielo.
—Sí: que me disparen más de cerca.
12 de diciembre de 2015

Cruces de noviembre

Gritos ahogados incesantes
les raen sus ropas como hiedras.
Ojos sin lágrimas anhelantes
llevan el vientre lleno de piedras.

Sumergido el ímpetu seco,
el agua se tiñe en sus heridas.
Retumba en la calle el eco
desde su memoria sumergida.

¿La hunde al adoquín la calle?
¿Atraviesa a la piedra el alma?
¿Cuánto lastre la sangre precisa
para oír la clamante prisa
que el río erosionó a calma
logrando que el dolor se acalle?

Soneto a Leonora

¿Por qué llegas, Leonora?
¿Di por qué me has buscado
poniéndote a mi lado
precisamente ahora?

Leonora, mi tormento.
Tu verbo es mi sentencia,
mi ansia es tu presencia,
tu ausencia, mi lamento.

Tu salero y tu maña
quemándome la entraña
a mi temple derrocó.
Si tu sol ya me quemó
más tu ausencia me daña
con tu voz que es sin tu voz.

Ojomeneo a Guayaquil enguayaberado

Guayaquil de mis sabidos
¡cómo brota del estero
tu ciudadano bielero
en un pasillo perdido?

Pana enguayaberado
llevas en la frente el sino
de ese fulgor octubrino
que nos dejó por legado

fino acorde rasgado
en el olvidado trino
que por mandato divino
Olmedo ha enviado…

Guayaco en guayabera:
¡son tus manos el reflejo
del cansancio sin complejos
que nos lleva a nueva era!

Guayaquil de mi relajo,
mi aliento aguardentoso
ya te declara gustoso
¡viva Guayaquil, carajo!

Ley de la ex

En mi vida, no hay duda,
si sucede cosa alguna
siempre es la más reciente
la que en mis gustos presente
se sitúa cual la mejor.

Describo la situación:
¿Cuál fue peor borrachera?
La que sucedió apenas.
¿Poema que mejor hice?
El que recién me leíste.
¿El disco que más me gusta?
El que tengo en escucha…

Aunque esta fijación
también tiene excepción:
a la que más he querido
no es la que se ha ido
justamente ya recién:
yo a esa olvidé.

Nostalgia no embelesa
la memoria de aquella
que el tiempo más alejó,
mas lo que pasa es que yo
con el tiempo inoportuno
voy perdiendo el buen gusto.

Soleares a tus lágrimas

Ante el féretro mortal
tu agónica ausencia:
una premonición fatal.

En la cúpula oscura
donde fui y soy hastío
por silente amargura.

Algún día el derroche
de tu usurpada presencia
me llevará con la noche.

Tú, agónica ausencia,
¿donde fui y soy hastío
de tu usurpada presencia?

Aves raras

A Abel Meeropol

Aves raras a la costa,
moto oscura y alma negra.
En la intersección mora,
aves raras nos espera.

Galante escena a la vista.
Testa blanca, boca rota,
el monte que se rebosa,
y un ave de rapiña.

Fruto verde o selene,
y desatender al caos,
pudriéndose bajo un árbol,
aves raras se nos vienen.

Vive, sueña, siente – Poema a Rotaract

Reprime el deseo de esperar
o dejar que otros se encarguen.
Te cansarás de mirar al cielo
a ver si alguna lluvia cae.
Rompe esquemas cual solución:
a que llueva no esperes, haz llover;
crea el cambio y sé la lluvia.
Trata ser el cambio que quieras ver.

Soleares a la tempestad

Tal como lo encontré escrito en una curiosa tipografía

Yo no sabía si el hache de pe era ya loco o si el viento lo dejó así. Luego, mucho después, caí en cuenta de que a lo mejor tampoco había sido ciego antes del vendaval, pero en ese momento no lo había pensado. Sólo sé que en ese momento, cuando lo recogimos, el viejo, con el pecho jodido, dijo esto:

«¡Ay, el fulgor de los aires!
¡Ay, el fulgor del hastío!
¡Ay, por qué el aire trae
la tempestad del destino?

»Un Rey que en su corona
sólo reina confusión,
de su tormento desploma,
repta, y luego, emerge
una borrasca infernal,
la que nunca se suspende;
un bufón sabio lo busca
do en el cielo sombrío
todas las almas ululan.

»Eran cuatro que eran dos:
un bufón, un sabio, un rey,
y un loco: sólo una voz.
Mas la tormenta atrajo
de un averno remoto
visitas de otro caos.

»De una rajada tela
raída veintitrés veces
una ave blanca vuela;
tempestad de tempestades,
el Rey de emperadores
se embarca en su cauce.
Otra alma, Rey también,
de oído inundado,
sufre el aire que tal vez
le habría sofocado
en voces intempestivas
soplo danés de antaño.
Hubo también quien volando
andaba lavándose las
manos, creo yo en vano,
luchando contracorriente
en ese rojizo viento
teñido de sal o muerte.

»Vi una paloma negra,
vi una de curioso pico,
era tacaña cigüeña
hija del viento marchito,
que causaba tanto ruido
como mil quinientos gritos.

»Las cosas se disolvían
con el cantante soplido
desgranándose en harina;
ya éramos tres las almas
vagando en el tormento,
bajo esas otras almas.

»Vi dos que juntas volaban,
ninguna era Francisca;
mi aliento se escapaba,
ni amor ni empatía
el cuerpo me calentaba:
sé que sentí que moría
cuando vi dos almas juntas,
las que muertas juntas yacen,
supuse que eran puras,
y caí cual muerto cae».

—¡Cállese, viejo hijueputa, no me venga con pendejadas, ¿qué va a haber visto nada? —le dije, o algo así le dije, no sé ya. Ciego y loco. El punto es que ahí mismo se desfalleció. Cayó como caen los hombres, en el suelo.

Por no hacerle un feo, lo fuimos a llevar al cementerio de la quinta de Vueltalarga. Ahí lo enterramos en una caja propiedad de doña Marita. Como nunca le supimos el nombre, no le marcaron nada. Nadie ha venido a preguntar por él.

Rosca de Reyes

Detrás del paso de la estrella
van los tres sabios con sus ofrendas.
Con el oro para el rey va Melchor,
Gaspar lleva incienso, con fervor,
y Baltasar, de alma perfecta,
va presto detrás, con las maletas.

Melchor habla: «¿Qué llevas, Baltasar?
¿Oro o incienso vas a ofrendar?».
—Para Dios o para Rey, lo vuestro,
yo llévole algo más ameno.
—dice ya dejándolos en vilo
el mago que viene de Egipto.

Calmado el rey negro respira:
«Lo que yo traje se llama mirra».
—¿Qué es eso? —les pregunta Gaspar
—Es algo que sirve para callar;
¿qué mas te da? —dice el Rey mayor
y todos se callan ante Melchor.

Cruzando el Mediterráneo
Dice Gaspar, dejando el remo:
«¿Por qué traemos tanto carbón?
¿Y por qué sólo voy al remo yo?»
—Tú remas más bonito callado
—sentencia locuaz Melchor el blanco.

Conversa el rojo con el negro
inquisitivo, pero muy quedo:
—¿Y este recorrido tan largo?
—Es que somos más reyes que magos.
—¿Por qué no tenemos quien nos reme?
—Pues somos más humildes que reyes.

Cerca de las puertas de Belén
se recorre el rumor que son tres
y sendos presentes ellos traen.
Van tras esa estrella que yace
sobre aquel humilde pesebre
donde les espera Dios, alegre.

Y cuando al niño al fin lo ven
atento les saluda José.
Su don le ofrece el fiel Melchor:
«Es de Atenas el Oro mejor».
—Incienso para un Dios celebrar
—adjunta presto el indio Gaspar.

José que bien ya ha percibido
que uno ha desaparecido
pregunta por el Rey de Egipto
y le dicen sin algún decoro:
«pues detenido se fue el moro
por haber querido traer opio.»

Marea

1
Todos sabían que estaba enamorado de ti
menos yo.
Tomé mi verbo y lo convertí en prosa.
Cumplí la promesa que habría de romperse
porque detenerme y especular no hubiere sido correcto
cuando ya estaban las cosas habladas.
¿Por qué ser feliz y enamorarme si es culpa tuya
hacer una llegada tardía al ardor de mis entrañas?

Que no te sorprenda saberme aún enamorado,
pero ahora sin oportunidades.
La pasión no tiene caducidad,
mas la fortuna no siempre sonríe, y
sólo lo hace para los audaces.
Remaré en mi mar de agonía.

2
Remo en un mar de agonía.
La noche arropó a la noche
y encerrada está en su broche
nuestro secreto de aquel día.

Y temo al verte destaparlo,
mi acierto de melancolía;
a mis pasos huecos de Gran Vía,
y a mi silencio sin buscarlo.

Busco a tus pasos con los míos
dentro de mis recuerdos te huelo;
con tu voz sereno mi hastío
y desde la distancia te velo;
y a tu inverosímil regreso
anhelante, al dormir, yo beso.

Estrella de Octubre

¡Belleza sin par!
¡Profunda la mar
de ese mirar
al que olvidar
será castigo!
¡Yo no consigo,
pitiminí,
encontrar en ti
fino detalle
que innoble halle!
Mi soberana:
¡sé que el Santa Ana
por ti suspira
y uno mi lira
a su anhelo
que sin un velo
va a reclamarte
para amarte
pues, tú, estrella,
eres tan bella
que tu dulzura
es de altura
de flor en abril!
Tú eres mía.
¡Eres Guayaquil!

Soneto a una señorita Vigilante

Señorita, lo digo plano,
yo entiendo la situación:
lléveme, no más, al canchón,
pero cogidos de la mano.

Vigilante ojos de fiera,
no he venido a quejarme,
puede usted a mí citarme
tantas veces como requiera.

Cómo podré presentar queja,
su autoridad me abulta;
veo en usted una compleja
pasión que uniforme oculta.
Acepto mi culpa si deja
su teléfono tras la multa.

Soñé

Hoy me levanté pensando en ti,
en ti me levanté pensando.
No sé por qué, mas sé cuánto.
Por ti toda la noche
pasé recordando.

Soñé que vivía suspirando,
y que iba hablando de ti
y para ti suspirando.
Y el recuerdo tuyo
llegó susurrando.

Ya que hoy me levanté pensando en ti
contigo pasé la noche soñando.
No sé cuánto perdí despertando,
porque sólo pensando en ti
podré vivir abrazado;
y ya que me levanté
hoy pensando en ti
me fui a dormir
yo de nuevo,
volando.

Si te gusta #Jorge_Luis_Pérez_Armijos... Share on X

A UNA MERETRIZ EN DECADENCIA [Mi poema]
Gonzalo de Berceo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Tú, linda casa que amenazas ruina,
que a forasteros les brindas tu portal,
de aquí sean o de marte te da igual,
que vendes el placer en cada esquina.

¡Pobre mansión compuesta de argamasa
chamuscada por sol pero sin toldo,
que bailas al vaivén de alguna brasa
y observas las pavesas y el rescoldo!

Cada día que pasa es tu morada
aceite de un candil que se consume
para de inanición morir ajada.

Del cigarrillo la última calada
a expensas ya de que esa luz se esfume
y ponerle un bozal a tu almohada.
©donaciano bueno

Ese oficio, dicen que el más antigua del mundo, tiene una triste decadencia.

Da igual lo que pidiera… Siempre quise
que, de una puta vez, se iluminara
tu rostro indiferente y me abrazara
el fuego de tu cuerpo sin tabú.
(Gonzalo de Berceo)

MI POETA SUGERIDO:  Gonzalo de Berceo

¡Eya, velar! ¡Eya, velar! ¡Eya, velar!

Velat, aljama de los judíos,
¡eya, velar!,
que non vos furten al Fijo de Díos.
¡Eya, velar!
Ca furtárvoslo querrán,
¡eya, velar!,
Andrés e Peidro et Johán.
¡Eya, velar!
Non sabedes tanto descanto,
¡eya, velar!,
que salgades de so encanto.
¡Eya, velar!
Todos son ladronciellos,
¡eya, velar!,
que assechan por los pestiellos.
¡Eya, velar!
Vuestra lengua tan palabrera,
¡eya, velar!,
havos dado mala carrera.
¡Eya, velar!
Todos son omnes plegadizos,
¡eya, velar!,
rioaduchos mescladizos.
¡Eya, velar!
Vuestra lengua sin recabdo,
¡eya, velar!,
por mal cabo vos ha echado.
¡Eya, velar!
Non sabedes tant de engaño,
¡eya, velar!,
que salgades ende este año.
¡Eya, velar!
Non sabedes tanta razón,
¡eya, velar!,
que salgades de la prisión.
¡Eya, velar!
Tomaseio e Matheo,
¡eya, velar!,
de furtarlo han gran deseo.
¡Eya, velar!
El discípulo lo vendió,
¡eya, velar!,
el Maestro non lo entendió.
¡Eya, velar!
Don Philipo, Simón e Judas,
¡eya, velar!,
por furtar buscan ayudas.
¡Eya, velar!
Si lo quieren acometer,
¡eya, velar!,
¡oy es día de parescer!
¡Eya, velar!
¡Eya, velar! ¡Eya, velar! ¡Eya, velar!

El pobre caritativo

Milagros de Nuestra Señora – versos 525 a 564

V
Era un omne pobre que vivié de raziones,
non avié otras rendas nin otras furcïones
fuera quanto lavrava, esto poccas sazones:
tenié en su alzado bien poccos pepïones.

Por ganar la Gloriosa que él mucho amava,
partiélo con los pobres todo quanto ganava;
en esto contendié e en esto punnava,
por aver la su gracia su mengua oblidava.

Quando ovo est pobre d’est mundo a passar,
la Madre glorïosa vínolo combidar;
fablóli muy sabroso, queriélo falagar,
udieron la palavra todos los del logar.

«Tú mucho cobdiciest la nuestra compannía,
sopist pora ganarla bien buena maestría,
ca partiés tus almosnas, diziés Ave María,
por qué lo faziés todo yo bien lo entendía.

»Sepas que es tu cosa toda bien acabada,
ésta es en que somos la cabera jornada;
el Ite, missa est, conta que es cantada,
venida es la ora de prender la soldada.

»Yo so aquí venida por levarte comigo,
al regno de mi Fijo, que es bien tu amigo,
do se ceban los ángeles del buen candïal trigo;
a las Sanctas Virtutes plazerlis há contigo.»

Quando ovo la Gloriosa el sermón acabado,
desamparó la alma al cuerpo venturado,
prisiéronla de ángeles, un convento onrrado,
leváronla al Cielo, ¡Dios sea end laudado!

Los omnes que avién la voz ante oída,
tan aína vidieron la promesa complida:
a la Madre gloriosa que es tan comedida,
todos li rendién gracias, quisque de su partida.

Qui tal cosa udiesse serié malventurado
si de Sancta María non fuesse muy pagado,
si más no la onrrase serié desmesurado,
qui de ella se parte es muy mal engannado.

Aun más adelante queremos aguijar:
tal razón como ésta non es de destajar,
ca éstos son los árboles do devemos folgar,
en cuya sombra suelen las aves organar.

El clérigo simple

Milagros de Nuestra Señora – versos 877 a 940

IX
Era un simple clérigo pobre de clerecía
dicié cutiano missa de la Sancta María;
non sabié decir otra, diciéla cada día,
más la sabié por uso que por sabiduría.

Fo est missacantano al bispo acusado,
que era idïota, mal clérigo provado;
Salve Sancta Parens sólo tenié usado,
non sabié otra missa el torpe embargado.

Fo durament movido el Obispo a sanna,
dicié: «Nunqua de preste oí atal hazanna.»
Disso: «Diçit al fijo de la mala putanna
que venga ante mí, no lo pare por manna.»

Vino ante el obispo el preste peccador,
avié con el grand miedo perdida la color,
non podíe de vergüenza catar contra’l sennor,
nunqua fo el mesquino en tan mala sudor.

Díssoli el obispo: «Preste, dime la verdat,
si es tal como dizen la tu necïedat.»
Díssoli el buen omne: «Sennor, por caridat,
si disiesse que non, dizría falsedat».

Díssoli el obispo: «Quando non as cïencia
de cantar otra missa, nin as sen nin potencia,
viédote que non cantes, métote en sentencia,
vivi como merezes por otra agudencia.»

Fo el preste su vía triste e dessarrado,
avié muy grand vergüenza, el danno muy granado;
tornó en la Gloriosa, ploroso e quesado,
que li diesse consejo ca era aterrado.

La madre pïadosa que nunqua falleció
a qui de corazón a piedes li cadió,
el ruego del su clérigo luego gelo udió:
no lo metió por plazo, luego li acorrió.

La Virgo glorïosa, madre sin dición,
aparecio’l al obispo luego en visïón;
díxoli fuertes dichos, un brabiello sermón,
descubrióli en ello todo su corazón.

Díxoli brabamientre: «Don Obispo lozano,
¿contra mí por qué fust tan fuert e tan villano?
Yo nunqua te tollí valía de un grano,
e tú ásme tollido a mí un capellano.

»El que a mí cantava la missa cada día,
tú tovist que facié yerro de eresía;
judguéstilo por bestia e por cosa radía,
tollisteli la orden de la capellanía.

»Si tú no li mandares decir la missa mía
como solié decirla, grand querella avría,
e tú serás finado hasta el trenteno día,
¡Desend verás qué vale la sanna de María!»

Fo con estas menazas el bispo espantado,
mandó envïar luego por el preste vedado;
rogó’l que’l perdonasse lo que avié errado,
ca fo él en su pleito durament engannado.

Mandólo que cantasse como solié cantar,
fuesse de la Gloriosa siervo del su altar;
si algo li menguasse en vestir o calzar,
él gelo mandarié del suyo mismo dar.

Tornó el omne bueno en su capellanía,
sirvió a la Gloriosa, madre Sancta María;
finó en su oficio de fin qual yo querría,
fue la alma a gloria, a la dulz cofradía.

Non podriemos nos tanto escrivir nin rezar,
aun porque podiéssemos muchos annos durar,
que los diezmos miraclos podiéssemos contar,
los que por la Gloriosa denna Dios demostrar.

El clérigo y la flor

Milagros de Nuestra Señora – versos 401 a 460

III
Leemos de un clérigo que era tiestherido,
ennos vicios seglares ferament embevido;
peroque era locco, avié un buen sentido,
amava la Gloriosa de corazón complido.

Comoquiere que era en ál malcostumnado,
en saludar a ella era bien acordado;
nin irié a la eglesia nin a ningún mandado,
que el su nomne ante non fuesse aclamado.

Dezir no lo sabría sobre quál ocasión
ca nos no lo sabemos si lo buscó o non,
diéronli enemigos salto a est varón,
ovieron a matarlo: ¡Domne Dios lo perdón!

Los omnes de la villa e los sus companneros
esto como cuntiera com non eran certeros,
defuera de la villa entre unos riberos,
allá lo soterraron, non entre los dezmeros.

Pesó’l a la Gloriosa con est enterramiento,
que yazié el su siervo fuera de su conviento;
apareció’l a un clérigo de buen entendimiento,
díssoli que fizieran en ellos fallimiento.

Bien avié treinta días que era soterrado:
en término tan luengo podié seer dannado;
dísso’l Sancta María: «Fizistes desguissado,
que yaz el mi notario de vos tan apartado.

»Mándote que lo digas: que el mi cancellario
non merecié seer echado del sagrario;
dilis que no lo dexen ý otro trentanario,
métanlo con los otros en el buen fossalario.»

Demandóli el clérigo que yazié dormitado,
«¿Quí eres tú que fablas? Dime de ti mandado,
ca quando lo dissiero seráme demandado
quí es el querelloso o quí el soterrado.»

Díssoli la Gloriosa: «Yo so Sancta María
madre de Jesu Christo que mamó leche mía;
el que vos desechastes de vuestra compannía,
por cancellario mío yo a éssi tenía.

»El que vos soterrastes luenne del cimiterio,
al que vos non quisiestes fazer nul ministerio,
yo por ésti te fago todo est reguncerio:
si bien no lo recabdas, tente por en lazerio.»

El dicho de la duenna fue luego recabdado,
abrieron el sepulcro apriesa e privado;
vidieron un miraclo non simple ca doblado,
el uno e el otro, fue luego bien notado.

Issiéli por la boca una fermosa flor
de muy grand fermosura, de muy fresca color;
inchié toda la plaza de sabrosa olor,
que non sentién del cuerpo un punto de pudor.

Trobáronli la lengua tan fresca e tan sana
qual parece de dentro la fermosa mazana;
no la tenié más fresca a la meredïana
quando sedié fablando en media la quintana.

Vidieron que viniera esto por la Gloriosa,
ca otri non podrié fazer tamanna cosa;
transladaron el cuerpo, cantando «Specïosa»,
aprés de la eglesia en tumba más preciosa.

Todo omne del mundo fará grand cortesía
qui fiziere servicio a la Virgo María;
mientre que fuere vivo verá plazentería,
e salvará la alma al postremero día.

ESCOMIENZA LA VIDA DEL GLORIOSO

Vida de Santo Domingo de Silos – versos 1 a 36

I
En el nomne del Padre, que fizo toda cosa,
Et de don Ihesuchristo, fijo de la Gloriosa,
Et del Spíritu Sancto, que egual d’ellos posa,
De un confesor sancto quiero fer una prosa.

Quiero fer una prosa en román paladino,
En qual suele el pueblo fablar a su vecino,
Ca non so tan letrado por fer otro latino:
Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

Quiero que lo sepades luego de la primera
Cuya es la ystoria, metervos en carrera:
Es de Sancto Domingo toda bien verdadera,
El que diçen de Silos, que salva la frontera.

En el nomne de Dios, que nombramos primero
Suyo sea el preçio, yo seré su obrero,
Galardón del laçerio yo en él lo espero,
Que por poco serviçio da galardón larguero.

Señor Sancto Domingo, dizlo la escritura,
Natural fue de Cañas, non de basa natura,
Lealmente fue fecho a toda derechura,
De todo muy derecho, sin nula depresura.

Parientes ovo buenos, del Criador amigos,
Que siguíen los ensiemplos de los padres antigos.
Bien sabíen escusarse de ganar enemigos:
Bien les veníe en mientes de los buenos castigos.

Juhán avíe nomne, el su padre ondrado,
Del liñaje de Mans un omne señalado,
Amador de derecho, de seso acabado,
No l’falsaríe su dicho por aver monedado.

El nombre de la madre deçir non lo sabría.
Como non fue escripto non l’devinaría;
Mas váyala el nombre de Dios, e Sancta María:
Prosigamos el curso, tengamos nuestra vía.

La çepa era buena, emprendió buen sarmiento,
Non fue como caña, que la torna el viento,
Ca luego así prendió, como de buen çimiento,
De oír vanidades non le prendíe taliento.

Si te gusta #Gonzalo_de_Berceo... Share on X

FORASTERO [Mi poema]
Rosabetty Muñoz [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A fuer de ser sincero, soy huraño,
que impermeable soy a los te quiero,
y aunque sé que me estoy haciendo daño
trato siempre evitar ser traicionero.

Pues nunca quise ser de algún rebaño,
que un pastor me indicase a mi el sendero,
ni aún de sed beber del mismo caño
y distinto elegí, a ser primero.

Hoy que estoy al final de algunos años,
un trasto sólo soy en un trastero,
una vela que extingue en candelero.

Y harto ya de sufrir tantos apaños
me encuentro sin lugar, les soy sincero,
forastero en el mundo, forastero.
©donaciano bueno

#Uno debe ser solo de uno mismo? Share on X

Nunca he sido, pongo un ejemplo, de…el Real Madrid, de tal o cual cofradía, Partido…etc…evitando manejen o manipulen mis emociones. He preferido aparecer como un verso suelto solamente sujeto a lo que dicta mi cerebro. Y a controlar mis emociones.

MI POETA SUGERIDO:  Rosabetty Muñoz

HAY OVEJAS Y OVEJAS.

Las que comen de cualquier pastizal
y duermen con una sonrisa de satisfacción
en los potreros.
Las que caminan ciegamente
por los caminos acostumbrados.
Las que beben despreocupadas
en los arroyos.
Las que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas van a dar lana abundante
en las esquilas
y serán sabrosas invitadas
en las fiestas de fin de año.
Hay también
las que tuercen las patas
buscando campos de margaritas
y se quedan horas y horas
contemplando los barrancos.
Esas balan toda la gran noche de su vida
encogidas de miedo.
Y hay, por fin,
las malas ovejas descarriadas.
Para ellas y por ellas
son las escondidas raíces
y los mejores y más deliciosos pastos.
(De Canto de una oveja del rebaño. Santiago: Ediciones Ariel, 1981)

NO SE CRIAN HIJOS PARA VERLOS MORIR

Cuando el mar se llevó a sus tres hijos
ella estaba acodada en la puerta de
su casa, pensando en ollas aladas y repletas.
De pronto cayó en un vacío del que surgió
vieja y encorvada. No necesitó entrar para
vestirse de negro. Ya estaba recogiendo flores
cuando salió su hombre con la radio en la
mano, desamparado y tembloroso.

Ella es una sábana flotando sobre nosotros.
Nada detiene el remolino que alienta su vuelo.
Desde su vientre deshabitado
los ovarios violeta se abren como flores nocturnas.
La ansiedad es un arrecife
donde acerados corales hieren los cuerpos amados.
Sin hijos bajo sus ojos
quisiéramos las madres
ofrecerle un trozo de pañal
para vendar sus muñones o un arca
donde recoger los salados restos.
(De Hijos. Valdivia: El Kultrún, 1991)

Deseo

El deseo es un barco poderoso
arriando anclas y cadenas
en medio de la noche.

Estallando con el estrépito
de las posibilidades.
Bajo el silencio crispado
el ansia apenas perceptible.

Es también, el despliegue de luces
en las islas de canales tan angostos
donde un barco, más que navegar,
acaricia.

El río de la noche

El río de la noche es otro
atravesado y solo en la ciudad que duerme.
Le gusta que le lleve naranjas y poemas
que no le tema y le tema
arrullándome con alemanes hermosos
que miraban el cielo para construir su casa
y hombres tristes que se perdieron tierra adentro.
“La vida les debe lo innombrable”
y me abre los brazos oscuros.
“Podrías dormirte dulcemente”.
Me habla como a una amapola
que tiembla en el viento.

Pero amanece y no es el mismo.
El río de la noche no me reconoce
entre todas las muchachas
que cruzan el puente.

MUERTOS QUE TRANSITAN

a Jorge Torres

Ciertos muertos se llevan sus objetos preciados
o vuelven
para dejarlos caer
cambiarlos de lugar.
Lloran en los rincones
por el retrato de la amada.
Abren cajones giran llaves encienden luces
Y, sin embargo,
nada les devuelve el ardor.
Les parece carne la página de un libro
sangre, la luz que atraviesa los visillos,
músculo el brazo del sillón.
Sólo ellos, ciegos y terrosos
son puro residuo evanescente

LA FLOR DE LA DICHA

Aquí, a orillas de la mesa
con la ventana entreabierta
y una tetera silbando monocorde,
el instante despliega su andamiaje.

Descanso el rostro sobre el brazo
y me dejo recorrer por esta paz.
Ya antes de todo, ahí
en ese sitio
estaba concentrada la plenitud.

El fuego, la luz, los objetos amados
reunidos en capullo
se abren sin aspavientos.

Es la flor de la dicha
que estalla unos segundos
y perfuma, al extinguirse,
los demás momentos del día.

BASURA

Ahora tenemos aquí
una bolsa negra que contiene un niño.
Sabemos que sufrió.
Que se retorcía.
Que se le pegaba el nailon
en la abertura de la boca.

No alcanzó a reír.
No alcanzó a colgar
de la ternura de un pezón.

Pisadas en la arena.

La visión no es clara
pero supone un pueblo hundido
por el peso de la culpa.
El enrarecido aroma
de huesos deshechos
y ojos circulando clandestinos.
Cedemos el territorio amado
dejamos del regocijo
un residuo parecido al cansancio.

Perspectiva.

Donde se fija la mirada
aparece una herida.
La grieta palpitante,
un ojo abierto hacia los otros.
La culpa es un cuervo sobrevolando
la ceguedad.
A veces, apenas, un estremecimiento
del eterno orificio cósmico
situado en el ardor
remitido a sí mismo
estallando continuamente.

Si te gusta #Rosabetty_Muñoz... Share on X

LA MALDAD [Mi poema]
Jacinto de Evia [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Escúchame maldad, tu indiferencia
no podrá doblegar mi pensamiento
ni aunque añadas bondad al sentimiento
y justifiques de dolor su ausencia.

No has de conseguir pida clemencia
pues tal iniquidad y tal pericia
capaces son, tal llenas de malicia,
de al mal inocular malevolencia.

No tienes compasión, piedad no tienes,
eres perversa, mal nacida e inmoral,
no tienes caridad, tú, flor del mal,
presa estás del capricho tus vaivenes

¿Mas que sería sin ti del pobre bien?
¿en dónde él colgaría sus laureles?
Si tú no estás, qué sirven oropeles,
en los rieles moriría bajo el tren.

El mal y el bien son dos hermanos
por antojo de azar mal avenidos;
pues que imposible es lograr sean amigos,
al menos que se cojan de las manos.
©donaciano bueno

#Qué bonito sería este mundo sin los malos! Share on X

En la vida los valores no tienen sentido sin un punto de referencia con el que comparar. Así, alta-bajo, listo-tonto…etc…Lo mismo le ocurre a la maldad y ésta es la razón por la que su existencia se hace necesaria.

MI POETA SUGERIDO:  Jacinto de Evia

Sueño amoroso

Con qué gusto entre los brazos
de Nise gocé un favor,
que eterno juzgó mi amor
por ser de tan fuertes lazos:
mas, ¡ay!, que breve los plazos
llegó mi dicha a gozar,
pues sólo vino a estrujar
del alma tan dulce empeño,
en breves sombras de un sueño
que se acabó al despertar.

A una rosa

Sol purpúreo de este prado
que en los rayos de tus hojas
si das envidias al sol
ofreces lustre a la aurora.

Los jilgueros de este valle
festejan tu hermosa pompa,
y admirando tu beldad
por dulce objeto te rondan.

Todos tu carmin nevado
labios de coral los nombran,
y el rocío que te esmalta,
dientes que guarda tu boca.

Uno entre otros lisonjero,
o se atreve o te toca,
queriendo beber el ámbar,
y el rocío de tus hojas.

Si fiado (ignoro) en sus alas,
o en favores que le otorgas,
por descanso de su vuelo
escoge tu airosa copa.

¡Oh qué requiebros te dice!
y aun con ellos enamora
una azucena, que al lado
te acompañaba gustosa.

No sé si a su dulce acento
fuiste insensible o sorda,
o a sus importunos silbos,
como a los vientos la roca.

Mas no, ingrata, bien oíste;
(¡oh cuántos celos me ahogan!)
pues espinas que te guardan
no te esquivaron honrosas.

¡Oh qué escarmientos me enseña
esa tu inconstancia loca!
no pienso prendar el alma
de otra flor ni de otra rosa.

Qué mal se guarda la belleza
en el campo se ostenta hermosa;
que como muchos la miran
su beldad alguno logra.

Ya la cítara que un tiempo
te celebraba gustosa,
como está triste su dueño
gime también ella ronca.

Mas ya la pienso quebrar
de mi firmeza en la roca;
y pues ya no pienso amar,
tampoco cantar me importa.

Romance

Si esta ciudad de tu ingenio,
oh Arvildo, luces gozó,
el cielo de Catalina
goza hoy también tu esplendor.

Y porque explayas tus rayos,
a vista del mismo sol,
entre accidentes los suyos
benigno Cristo ocultó.

Si Juan del Cordero sacro
fue la voz que le anunció,
hoy de un Juan y este Cordero
feliz anuncio es tu voz.

Con que al mesmo tiempo logras,
no sólo del Verbo Dios,
pero de la voz también
ser eco y aspiración.

Si el vergel de Catarina
se esmalta de tanta flor,
el Favonio de tu aliento
fragancias hoy respiró,

siendo tu elevado ingenio
la abeja, que en su candor
néctar estudia sagrado,
por paladearnos mejor.

El paladar delicado
es el convidado hoy,
que como es manjar de sabios,
es muy sutil su sabor.

A un puquio o manantial, que se halla en el valle de Lloa, a las raíces del monte de Pichincha.

A la raíz de un monte excelso
un humilde valle alberga
cristal mucho en breve espacio,
hijo altivo de una peña.

De tan soberbio presume
que desconoce la tierra,
y en los saltos repetidos
esfera en el aire anhela.

¡Oh qué ufano se halla
el prado del cristal con la soberbia!,
pues de un ojo de sus aguas
por Polifemo se ostenta.

Y al Polifemo del cielo,
que de luces se alimenta,
le arrojaba las de nieve,
por batirle aun en su esfera.

Cielo se halla del bosque,
y tan dueño de las selvas,
que el registro de su vista,
la más oculta penetra.

Tan bella copa al subir
hace el puquio, que creyera
Que hay árboles de diamantes
como de esmeraldas tiernas.

En dos ramos se dilata
el tronco, que la sustenta,
y en sus repetidas flores
al Abril y Mayo albergan.

Tan esmaltados se miran
de su florida belleza,
que entre el verde de sus hojas,
sólo lo vario se apuesta.

Munición de argentería
contra las plantas asesta,
porque pretende de Flora
ser martinetes de perlas.

Y aun la mano de marfil,
como anillo se la arrea,
siendo engaste la esmeralda,
y él el diamante a quien cerca.

También recama el vestido
con la plata de sus venas,
aprisionando en mil lagos
matices que la hermosean.

Dos cintas de resplandor
en dos corrientes despeña,
para que en cárcel de vidrio
sus vistosas hebras prenda.

Aqueste cristal un valle juzgo
que avaro le niega,
porque, a conocerle Apolo,
mucho Hipocrene perdiera.

Y en los dos montes de Quito
su Parnaso repitiera,
en cuya cumbre sus cisnes
dulcemente se aplaudieran.

De aqueste pecho de plata
suave néctar recogieran
las Musas, y en él lograran
sus alumnos las cadencias.

Divulgue, pues, ya la fama
sus corrientes, que a su empresa
anhelaran mil Virgilios,
mil Orfeos, mil sirenas.

A dos arroyos que nacen de una peña, y a otro que se destila de otra en forma de pluvia.

Mucho cristal en su seno
concibe una adusta peña,
y ya dolores de parto
en quejidos roncos muestra.

Todas las Ninfas del bosque
que le asisten en su pena,
le anuncian que dos arroyos
en cruel batalla le aquejan.

Por gozar el mayorazgo
sin duda de aquella selva,
que la ambición, aun en riscos
no falta quien los fomenta.

Su pecho en dos partes rompen,
nadie cede en la contienda,
y escamados vivoreznos
materno fuero atropellan.

Y por verse ricos de aguas
más altivos se despeñan;
a que impele el precipicio
cuanto es mayor la riqueza.

Un río que, caudaloso,
aqueste orgullo contempla,
breve muerte entre sus aguas
A su sobervia apareja.

Hallando en su propia infancia
su cuna tumba funesta;
¡oh qué de altos pensamientos
su fin al principio encuentran!

Una peña, que cercana
miraba aquesta tragedia,
trasuda en menudas gotas,
tanto este susto la aqueja.

Lágrimas serán sin duda,
con que su malogro endecha;
que llanto aun de un pedernal
saca la desdicha ajena.

Y si es que hay terrena nube,
advertido yo dijera,
que no el cielo ya en las plantas,
mas el suelo llueve en ellas.

Y aun hay quien diga que es nácar,
en las que conciben perlas,
y en ricas sartas el bosque
ciñe su madeja crespa.

Aprisionando plumajes,
que de esmeralda la arrean;
que aun lo insensible las galas
vanamente hoy aprecia.

El dueño de aqueste sitio,
Flora diré, ya más bella
que esotra, más casta Venus
que la que Chipre celebra,

de este llanto compasiva
ataja en curiosa senda
aquel cristal malogrado,
que antes vano se despeña.

Con que apacible en sus ondas
más advertido pasea
por celosías de flores,
por enrejados de hiervas,

fabricando en breve espacio
a esta Flora y Venus nueva,
de oloroso jaspe casa,
en que siempre el Mayo alberga
,
donde su consorte amado,
donde sus dos hijas bellas
logran en lazo amoroso
dichas que el cielo las feria.

Si te gusta #Jacinto_de_Evia... Share on X

UNA CALADA [Mi poema]
Camila Henríquez Ureña [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

En la piel tengo un remiendo
avejentado y sin brillo
igual que ese cigarrillo
que apagado está durmiendo.
Y aunque de blanco se viste
no se ocultan sus andanzas,
ha bailado en muchas danzas
y nunca aparenta triste.

Que precisa de costura,
y de adecentar su escote
para que en el estrambote
no se asome la mixtura.
Que se note está viviendo
aunque sea una calada
y casi no quede nada
y se acabe consumiendo.

Sus múltiples cicatrices
nunca exentas de veneno,
son bocadillo de cieno
y placer de meretrices.
No atiende a contemplaciones
y a todo hace oídos sordos
son como caballos tordos
embriagados de emociones.
©donaciano bueno

Si el #tabaco mata, que se joda? Share on X

Así es el alma, llena de costuras.

MI POETA SUGERIDO:   Camila Henríquez Ureña

Angustias

A mi esposo, ausente en Europa

Torna a morir el sol. Así pasando
van de tu ausencia los terribles días,
en mi semblante pálido marcando
la huella de profundas agonías.

Torna a morir el sol. El hogar mío
de arpegios infantiles está lleno;
pero rueda del párpado sombrío
una rebelde lágrima a mi seno.

¿Podré, cuando regreses a mi lado,
rico de porvenir, rico de ciencia,
presentarte el tesoro inmaculado
de este grupo de amor y de inocencia?

¡Yo no lo sé! Cuando la muerte lanza
su aliento destructor sobre este suelo,
desfallece en mi pecho la esperanza
y me finge el terror mi hogar en duelo.

Yo no he visto en los círculos de Dante
más terrible ansiedad, más cruel angustia;
se rinde el corazón agonizante,
y el alma siento desolada y mustia.

¡Y tú sufres también! También los brazos
extiendes a tu hogar con el deseo,
y luchas del deber entre los lazos,
cual otro encadenado Prometeo.

¿Por qué dejé que tan prolija ausencia
así emprendieras en momento aciago,
si me siento morir sin tu presencia,
si en todo miro aterrador amago?

¿Si miramos los dos, lentas y frías,
entre duda y afán pasar las horas,
sin que calmen futuras alegrías
las nubes del pesar abrumadoras?

Imposible vivir así, llevando
la angustia en el espíritu, la muerte;
imposible vivir agonizando,
sin luz el mundo y la existencia inerte.

¡Acaba, llega! ¡Que el hogar sin calma
es de mis penas intimas remedo;
que tiemblo por los hijos de mi alma;
que la vida sin ti me causa miedo!

Llegada del invierno

Llega en buen hora, más no presumas
ser de estos valles regio señor
que en el espacio mueren tus brumas
cuando del seno de las espumas
emerge el astro de esta región.

En otros climas, a tus rigores
pierden los campos gala y matiz,
paran las aguas con sus rumores,
no hay luz ni brisas, mueren las flores,
huyen las aves a otro confín.

En mi adorada gentil Quisqueya,
cuando el otoño pasando va,
la vista en vano busca tu huella:
que en esta zona feliz descuella
perenne encanto primaveral.

Que en sus contornos el verde llano,
que en su eminencia la cumbre azul,
la gala ostentan que al suelo indiano
con rica pompa viste el verano
y un sol de fuego baña de luz.

Y en esos campos donde atesora
naturaleza tanto primor,
bajo esa lumbre que el cielo dora,
tiende el arroyo su onda sonora
y alzan las aves tierna canción.

Nunca abandonan las golondrinas
por otras playas mi hogar feliz:
que en anchas grutas al mar vecinas
su nido arrullan, de algas marinas,
rumor de espumas y auras de abril.

Aquí no hay noches aterradoras
que horror al pobre ni angustia den,
ni el fuego ansiando pasa las horas
de las estufas restauradoras
que otras regiones han menester.

Pasa ligero, llega a otros climas
donde tus brumas tiendas audaz,
donde tus huellas de muerte imprimas,
que aunque amenaces mis altas cimas
y aunque pretendas tu cetro alzar,
siempre mis aguas tendrán rumores,
blancas espumas mi mar azul,
mis tiernas aves cantos de amores,
gala mis campos, vida mis flores,
mi ambiente aromas, mi esfera luz.

EL AVE Y EL NIDO

«¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.
Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.
Pero me miras y te estremeces,
y el ala bates con inquietud,
y te adelantas, resuelta, a veces,
con amorosa solicitud.
Porque no sabes hasta qué grado
yo la inocencia sé respetar,
que es, para el alma tierna, sagrado
de tus amores el libre hogar.
¡Pobre avecilla! Vuelve a tu nido
mientras del prado me alejo yo;
en él mi mano lecho mullido
de hojas y flores te preparó.
Mas si tu tierna prole futura
en duro lecho miro al pasar,
con flores y hojas de la llanura
deja que adorne tu libre hogar».

LA RAíZ

«Sobre los campos danza la gracia de las flores
y resuena la verde sonata del follaje;
se han vaciado en el aire mil ánforas de olores;
el color fluye y colma las venas del paisaje.
Mientras mi pie devuelve a la ardorosa tierra
el beso de las ramas que rozan mi cabeza,
yo pienso en la raíz que en el polvo se entierra,
pedestal ignorado de la vital belleza.
La raíz que en silencio, como madre amorosa
mantiene al fruto, oculta bajo la opaca alfombra,
y extiende con la rama y eleva con la rosa
hacia la luz, el lento trabajo de la sombra.
Lo externo puede siempre renovarse. La hoja
cae, el tallo se quiebra, la flor pierde sus galas,
el fruto aguarda una mano que lo acoja,
mas la vida no cierra su palpitante olor.
Y la planta renace, si la raíz atenta
Sostiene su latido misterioso y fecundo.
Ella nada posee, mas todo lo sustenta
Y por sus venas corre la fuerza que creó el mundo.
Amor, toda mi sangre te cierto por la herida.
¡Bébela y al sol alza tu impetuosa hermosura!
Soy una entraña, un nudo secreto de la vida,
una raíz, henchida de eternidad oscura».

VIVAZ

«Alta, fría, flexible,
con apariencias frágiles,
acero,
brutal mano de viento
la desnudó. Rehizo
su verde velo.
Labio de sol violento
la resecó. Le ofrece
rocío nuevo.
Boca ávida de hombre
la despojó. Ha brotado
para volver a darse desde dentro.
Sobre la tierra ruda,
sólo un poco de sombra, de frescura,
sólo un gesto, en silencio».

Viaje por el espejo

«Penetraré en tu fondo delicado,
transparente
tu transparencia,
en la profundidad que no se mide
con la materia.
Vagaré por tus largas avenidas,
tu inagotable sucesión de puertas,
me hundiré en tu universo de distancias
de cristal.
Déjame entrar en mí. Vengo cansada
de vagar por la imagen de mi sombra,
hacia adentro, sin alba de otros ojos,
¡sin miradas en la inmensidad!
En tu pupila viva,
navegaré a través de mi infinito,
hecha luz».

FUTURO

Cuando yo haya dejado de existir, en la vida
¿qué se creará con esta materia ahora reunida
en mí? Y esta energía, este aliento divino,
¿en qué transformaciones renovará el destruir?
Ser y no ser yo misma: continuar la existencia
disgregada, disuelta, esparcida en esencia.
Levantarme del polvo con la savia secreta,
ser con el viento, abrazo que circule el planeta,
con el agua, llevar en mí la claridad,
con el grano de arena, realizar la igualdad.
Repetir de la carne el gesto dolorido
en el cansado cuerpo de un animal sufrido,
y volver, con la muerte, a la inmortalidad.
Al ojo de la estrella dar mi curiosidad,
gemir con el mas ávido en todas las riberas,
brillar en las auroras de nuevas primaveras
y en invisible rayo de idea, con mi ardiente
inquietud, incendiar un alma indiferente.
Punto en el universo, vibración, chispa, arista,
átomo en todo. Acaso cuando mi yo no exista
se colme al fin mi anhelo de sentir y de ser.

A La Patria

Desgarra, Patria mía, el manto que vilmente,
sobre tus hombros puso la bárbara cueldad;
levanta ya del polvo la ensangrentada frente,
y entona el himno santo de unión y libertad.

Levántate a ceñirte la púrpura de gloria
¡oh tú, la predilecta del mundo de Colón!
Tu rango soberano dispútale a la historia,
demándale a la fama tu lauro y tu blasón.

Y pídele a tus hijos, llamados a unión santa,
te labren de virtudes grandioso pedestal,
do afirmes para siempre la poderosa planta,
mostrando a las naciones tu título inmortal.

Y deja, Patria amada, que en el sonoro viento
se mezclen a los tuyos mis himnos de placer;
permite que celebre tu dicha y tu contento,
cual lamenté contigo tu acerbo padecer.

Yo ví a tus propios hijos uncirte al férreo yugo,
haciéndote instrumento de su venganza cruel;
por cetro te pusieron el hacha del verdugo,
y fúnebres cipreces formaron tu dosel.

Y luego los miraste proscritos, errabundos,
por playas extranjeras llorosos divagar;
y tristes y abatidos los ojos moribundos
te ví volver al cielo cansados de llorar.

Tú sabes cuántas veces con tu dolor aciago
lloré tu desventura, lloré tu destrucción,
así cual de sus muros la ruina y el estrago
lloraron otro tiempo las hijas de Sión.

Y sabes que, cual ellas, colgué de tus palmares
el arpa con que quise tus hechos discantar,
porque al mirar sin tregua correr tu sangre a mares
no pude ni un acorde sonido preludiar.

Mas hoy que ya parece renaces a otra vida,
con santo regocijo descuelgo mi laúd,
para decir al mundo, si te juzgó vencida,
que, fénix, resucitas con nueva juventud;

que ostentas ya por cetro del libre el estandarte
y por dosel tu cielo de nácar y zafir,
y vas con el progreso, que vuela a iluminarte,
en pos del que te halaga brillante porvenir;

que ya tus nuevos hijos se abrazan como hermanos,
y juran devolverte tu angustia dignidad,
y entre ellos no se encuentran ni siervos ni tiranos,
y paz y bien nos brindan unión y libertad.

¡Oh Patria idolatrada! Ceñida de alta gloria
prepárate a ser reina del mundo de Colón:
tu rango soberano te guarda ya la historia,
la fama te presenta tu lauro y tu blasón.

A mi madre

Aquí, a la sombra tranquila y pura
con que nos brinda grato el hogar,
oye el acento de la ternura
que en tus oídos blanda murmura
la dulce nota de mi cantar.

La voz escucha del pecho amante
que hoy te consagra su inspiración,
a ti que aun eres tierna, incesante,
de amor sublime, de fe constante,
raudal que aliento da al corazón.

Mi voz escucha: la lira un día
un canto alzarte quiso feliz,
y en el idioma de la armonía
débil el numen ¡oh, madre mía!
no hallo un acento digno de ti.

¿Cómo tu afecto cantar al mundo,
grande, infinito, cual en sí es?
Me basta si te miro,
si la dicha y el bien sueño a tu lado,
porque tu vista calma
los agudos tormentos de mi alma.

¡Ay! Que sin ti, bien mío,
mi espíritu cansado languidece
cual planta sin rocío,
y con sombras mi frente se oscurece,
y entre congoja tanta
mi corazón herido se quebranta.

Oye mi ardiente ruego,
oye las quejas de mi angustia suma,
y generoso luego
olvida que la pena que me abruma
te reveló mi acento
en horas ¡ay! de sin igual tormento.

Escúchame y perdona:
que ya mi labio enmudeciendo calla,
y el alma se abandona
con nuevo ardor a su febril batalla,
y débil mi suspiro
se pierde de las auras en el giro.

¿Cómo pintarte mi amor profundo?
Empeño inútil, sueño infecundo
que en desaliento murió después.

De entonces, madre, buscando en prenda,
con las miradas al porvenir,
voy en mi vida, voy en mi senda,
de mis amores íntima ofrenda
Que a tu cariño pueda rendir.

Yo mis cantares lancé a los vientos,
yo di a las brisas mi inspiración;
tu amor grandeza dio a mis acentos:
fine fueron tuyos mis pensamientos
en esos himnos del corazón.

Notas dispersas que en libres vuelos
y a merced fueron del huracán,
pero llevando con mis anhelos
los mil suspiros, los mil desvelos
con que a la Patria paga mi afán.

Hoy que reunirlas plugo al destino,
quiero que abrigo y amor les des:
esa es la prenda que en mi camino
al soplo arranco del torbellino,
y a colocarla vengo a tus pies.

El Cantar de mis Cantares

Cuando los vientos murmuradores
llevan los ecos de mi laúd
con los acentos de mis amores
resuena un nombre, que de rumores
pasa llenando la esfera azul.

Que en ese nombre que tanto adoro
y al labio acude con dulce afán,
de aves y brisas amante coro,
rumor de espumas, eco sonoro
de ondas y palmas y bosques hay.

Y para el alma que en ese ambiente
vive y respira sin inquietud,
y las delicias del cielo siente,
guarda ese nombre puro y ferviente
todo un poema de amor y luz.

Quisqueya ¡oh, Patria! ¿Quién, si en tu suelo
le dio la suerte nacer feliz,
quién, si te adora con fiel desvelo,
cuando te nombra no oye en su anhelo
músicas gratas reproducir?

Bella y hermosa cual la esperanza,
lozana y joven, así eres tú;
a copiar nunca la mente alcanza
tus perfecciones, tu semejanza,
de sus delirios en la inquietud.

Tus bellos campos que el sol inunda,
tus altas cumbres de enhiesta sien,
de tus torrentes la voz profunda,
la palpitante savia fecunda
con que la vida bulle en tu ser,

todo seduce, todo arrebata,
todo, en conjunto fascinador,
en armoniosa corriente grata,
hace en tu suelo la dicha innata
y abre horizontes a la ilusión.

Y ¡ay, si oprimirte con mano ruda
quiere en su saña la iniquidad!
Tu espada pronto brilla desnuda,
te alzas potente, y en la lid cruda
segando lauros triunfante vas.

Naturaleza te dio al crearte
belleza, genio, fuerza y valor;
y es mi delirio con fe cantarte
y entre lo grande siempre buscarte
con el empeño del corazón.

Por eso el alma te buscó un día
con ansia ardiente, con vivo afán,
entre las luchas y la porfía
y entre los triunfos de gallardía
con que el progreso gigante va.

Mas ¡ay! en vano pregunté ansiosa
si entre el tumulto cruzabas tú:
llevó la brisa mi voz quejosa;
silencio mudo, sombra enojosa
miré en tu puesto solo y sin luz.

Tú, la preciada, la libre Antilla,
la más hermosa perla del mar,
la que de gloria radiante brilla
¿huyes la senda que ufana trilla
con planta firme la humanidad?

A tu corona rica y luciente
falta la joya de más valor;
búscala presto, que ya presiente
para ti el alma, con gozo ardiente,
grandes victorias de bendición.

¡Patria bendita! ¡Numen sagrado!
¡Raudal perenne de amor y luz!
Tu dulce nombre siempre adorado,
que el pecho lleva con fe grabado,
vibra en los sones de mi laúd.

Y pues que mueve nombre tan puro
de mis cantares la inspiración,
y ansiando vivo tu bien seguro,
la sien levanta, mira al futuro,
y oye mis cantos, oye mi voz!

Si te gusta #Camila_Henríquez_Ureña... Share on X

BEBERSE LA VIDA [Mi poema]
Iván Oñate [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No sabemos por qué ni lo sabremos,
e ignoramos el qué, cómo ni cuándo,
poco a poco a la vida nos bebemos
y seguimos aquí disimulando.

Labrarnos pretendemos un futuro
y él responde que así les vayan dando,
que espere sin pensar, fúmese un puro,
y el que venga detrás vaya arreando.

Dispuesto a atravesar este desierto
la vida paso hoy aquí filosofando
-en tanto uno respira no está muerto-
y mientras que se pueda disfrutando,

La verdad, la que importa, eso es muy cierto
todavía es que vamos caminando
y soñando aunque esto sea despierto,
cuando llegue el final no se hará andando.

Por si acaso me siento y tomo un vino
poco a poco el espíritu alegrando,
momento que es tan plácido y divino,
me invita a no pensar que estoy pensando.
©donaciano bueno

En esta vida hay que ser #pragmático? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Iván Oñate

Estación Cochabamba

Era la tarde de un día
hecho para siempre. Yo venía del Sur
sin resignarme todavía y
con un número en la mano
buscaba una puerta
o una tumba, yo no sé.

Pero di con plazas, con calles
que no conducían a ninguna parte,
Con muros negros como los abismos que salían a detenerme o
a empujarme
hasta dar con los andenes de una estación
de fierros detenidos y tristes.

Y allí
con el papel en la mano
como una llave o un cirio inútil
fue que los vi, a los tres,
Al viejo al hombre y a la niña
o tal vez me equivoco
A la vieja
al hombre y al niño
o tal vez

A los tres viejos o a los tres niños
pero ella era hermosa y el hombre era fuerte
y el viejo pensativo y venían
sucios
agotados
moribundos pero con furia, como si una tormenta
de rayos y polvo
los hubiera humillado en su miseria, o fueran
los ángeles sobrantes
de una caída brutal sobre su propia tierra.

Y pasaron
sin siquiera verme,
pasaron simplemente,

Y yo dejé caer esa llave
que no sonó
porque no hay sonido
cuando algo cae al abismo.
(de El Ángel Ajeno, 1983)

Los huesos de Vallejo

Ya no veré París

Porque el tren en que arribe
estará cansado, cargado de vacas, de banano chorreando moscas,
de borregos para el matadero, de jóvenes
que consultan su destino en libros prestados y
en estrellas ajenas,

de travestis
que se depilan al apuro y con dos monedas
de espuma,

de ilusiones,

de ojos como los míos
estará cargado,

y limpiándome la cara con un trapo
me iré con los brequeros filipinos, con
los jóvenes esclavos
venidos de la Arabia
a beber un litro de vino en alguna cantina,
en alguna mesa taciturna
donde apoyaré mis codos y dormiré,

dormiré
hasta dar con los huesos de Vallejo,

con la dirección
de alguien
que resultó ser un terreno baldío,

o con los ojos
de la portera
que despertándome
me lanzará fuera, afuera de la pensión
y me encontraré en una plaza
rodeado
por desconcertados muchachos, que como yo, nada saben
de los que vinieron
o no vinieron, de los que se quedaron en el mar o en una cantina
dándole vueltas a París,

LA POESÍA

Habría que buscar
en los enramajes del sueño, en los múltiples
ríos
que procedieron a la sangre
con su violencia oscura. En el paso lento
de niebla
cubriendo la tierra de reflexionado dolor,
de consabido amor
o de estremecimiento.

Habría que buscarte
clavando un cuchillo furioso
en el árbol que dejamos olvidado y
que delira con mudo sudor
la soledad del mundo a nuestro regreso. Con dedos
crispados de verdadera ansia
buscarte entre los párpados de los muertos,
o en la nieve
que cubre largos, insomnes trenes
cruzando la noche
como cordilleras solas. En todo eso,
en la poderosa sombra
que es capaz de extender la muerte,
en la muerte que es capaz
de recoger la sombra, buscarte,
con el corazón lamido por los perros, allá,
en el ocaso
donde terminan los cielos
y da comienzo el suburbio
con sus ángeles recién caídos,
con estos naipes marcados
a la recuperación del reino.

BIOGRAFÍA APÓCRIFA DE BORGES

a María Esther Vázquez

Madre
apiádate de Borges
el enamorado. Cuídalo
que no resbale. Tu niño está preso
de la peor de las cegueras,
esa que permite ver la luz
del otro lado, de todo
lado.

Luz que no pudieron sospechar
y peor
tocar las palabras.

Ayúdalo a vencer
los oscuros temores
que heredamos en la sangre y
esos otros,
más profundos y terribles,
que se esconden entre las páginas
de los libros.

Madre
consuélalo por la fatiga,
por el insensato propósito
de renunciar a ser Borges, aquel
en cuyos brazos
jamás desfalleció la mujer amada.

Anúnciale
que los materiales de un poeta
son la humillación y la angustia.
La convicción inexorable
de un destino desdichado.

Recuérdale
que conocerá la gloria. A su alrededor
se levantará un universo, un mundo
embellecido por su álgebra y por su fuego,
una ciudad
querida y detestada.

Una ciudad
donde millones de seres
tomarán el ascensor o el subterráneo
pero con la certeza
de haber perdido su destino.

Una ciudad
donde existe la única mujer. La única.
Y ella no lo ama.

EL ACUSADO

Yo,

que he sido cruel, tierno, torpe,
lúcido y
alguna vez
en ojos de un amigo que amé y
luego olvidé en una taberna: poeta,

deambulo
borracho y desnudo a medianoche. Por ciegas
y gimientes salas
tropiezo con vagos hombres vestidos de enfermero
y algo sufre
algo se lamenta interminable
cuando la noche cae
y me da a beber
su sombra y su veneno. ¿Quién está aquí?
¿Quién está aquí? Algo pasa,

una bandeja donde flota un algodón, un niño y
un guante muerto
pasa. Y mientras busco una salida,
entre los dedos del médico, desesperadas
laten todavía unas vísceras antes de caer
en las fauces del perro. ¿Estás acaso por aquí
Carlota, mi hermana? ¿Dime?

¡Por Dios,
ya es tiempo de que paren esta lluvia!

¿Cómo saber
si eso que me lastima desde la niebla roja
es la realidad
y esta agua y esta sangre y este dolor
solamente frutos de mi repodrida cabeza?

Cómo saber
si todo está empapado. Y desnudo,
no hay lugar para un fósforo, peor
para el resplandor de un ángel
o de un rayo
señalándome la tiniebla exacta
donde habito. Porque entonces,

en su definitiva luz
yo vería la soga que espera
y sabría por fin,
quién es el acusado y
quién acusa.

Pero no os desesperéis
mis buenos hijos de cura párroco, ya tendréis
tiempo
para todos mis traumas
servidos en una mesa. Juro
que los legaré a la posteridad
como aquel magnánimo que legó el riñón, o su testículo derecho.

Por ahora,
tiradme una manta, una ironía
con su corrosión amable dentro del pecho,
que ya no aguanto con este frío,
con esta culpa.

como en este sueño.

La caída

Señor Dios del insecto,
de la ameba
que desasosiega al intestino recto. Dios
de la fatiga que levantó al Duomo de Milán
para que en la niebla
se manifieste. Dios
del ingenuo
que se toma fotografías
arrimado a la torre de Eiffel. Dios,

del otro ingenuo
que se toma fotografías
arrimado a la brevedad de un ángel. Dios,

de la música y del silencio
pero también del verdugo
que afina su instrumento. Dios,
de lo vivo y de lo muerto

De los que deliran
olvidados
en la estantería atroz
de una morgue. Dios

que se nombra cuando se alcanza la cima de un orgasmo
pero también
cuando hay que reconocer lo querido
en el fondo de un cajón
o de un abismo. Dios,

de lo que nace y muere
y en el trayecto se corrompe. Dios

de mis padres y de mis hijos
venidos o no pero al fin hijos. Dios solitario,
colega que tachonas ciego
un borrador incesante, afrentoso. Dios
sin Dios para tu perdón, sin Quién
para que te corrija.

Dios sin recursos a Ti mismo.
Dios abandonado, Dios
ateo.
(de Anatomía del Vacío, 1988)

La Guerra

I
Yo volvía impreciso
de un oscuro y solitario viaje. De la felicidad
que no me esperó
con su final perfecto. Y encontré
la tierra devastada,
tajeada de ira por ríos ausentes, por charcos
de humo y sangre
como luna olvidada y muerta. Entonces,

por entre los gritos y las flamas de furia
escuché el grito
que destinado estaba para mis oídos
ciegos:
era mi niño,
lacerado y tierno
casi un susurro deshaciéndose en la ceniza
que dejó
aquel rayo. Pero,
el niño que recogí entre mis brazos
bien pudo ser el amigo
o el enemigo, o quizá
yo mismo,
cuando mi padre me olvidó
con una maleta
en algún hotel de la tierra. Era la guerra,
esa que les sucede a los otros, allá,
a lo lejos,
en el futuro o en los libros de historia, la
misma
que nos afrenta en las calles, en las camas,
en las almas, en las caries,
en las cantinas olvidadas de Dios y
de su propio dueño: la guerra.
(de Anatomía del Vacío, 1988)

Si te gusta #Iván_Oñate... Share on X

A TOMAR VIENTO [Mi poema]
Nicolás Suescún [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El viento de Levante, prepotente,
un poco de humildad bien le vendría,
se puso a deslizar por la pendiente ,
mas quiso retornar y no sabía.

Demuestra ser muy poco complaciente
tratando de llegar siempre el primero,
por mí puede seguir, así reviente,
mas pido que respete a mi sombrero.

Pues sigue sin cesar, más le valdría
pararse a reposar algún momento.
No puede descansar ¡quién lo diría!
que preso siempre está del movimiento.

Le increpo cuando salgo a pasear,
por mucho que le grito él va contento,
que el tipo nunca para de soplar.
Perdonen que hoy le mande a tomar viento.
©donaciano bueno

Hay algo más #molesto que el #viento_de_Levante? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Nicolás Suescún

NO DEPENDE DE MÍ

No depende de mí.
Es algo que se contrae y se expande
sin que yo pueda hacer algo al respecto.
Sin embargo,
me han aconsejado que sea prudente,
que reconozca mi impotencia en esta materia.

No depende de mí,
pero siento en el fondo que debo hacer algo,
aunque no resuelva ni siquiera el problema
de la identidad del desconocido
que no quiso participar en esta tarea
que me he impuesto, sin saber muy bien
de qué se trata, como si me la hubieran dictado
en un sueño que he olvidado.

No depende de mí,
sino de algo que me mueve y me lleva
más allá de lo razonable y lo sensato,
quizás más allá de la locura,
en un punto donde ésta da la vuelta
y llega -¡oh, milagro!- a la suprema cordura,
donde la emoción y la razón
son una y la misma cosa.

No depende de mí,
porque nada de lo que he escrito
ha sido razonado, pensado, planeado,
o hecho con alguna intención
que no sea el acto mismo de escribir
lo que siento muy hondo, muy hondo.

No, no depende de mí.

EL FILÓSOFO

Está el filósofo en la foto
en blanco y negro
contra un fondo de árboles
con grandes flores blancas,
o bajo un cielo poblado
de enormes estrellas?
¿Y está él iluminado,
muy blanca su camisa
y su mata de pelo,
por el sol, o bajo la luz,
muy blanca, de la luna?
¿Y qué esta explicando
con esa mano fuerte, levantada?
¿Acaso que la realidad
tiene dos o más explicaciones
pero es una misma realidad?
Pues solo la foto, y él la explica
sin darse cuenta
-su trabajo es explicar
incansablemente
el ser y el mundo?
nos demuestra
que la luz de la luna
es la misma ?reflejada?
luz del sol, que la ilumina.

LA PUERTA

Tengo sueño. Siempre sueño
que despierto, que veo mejor.
Me hallaba en el terminal marítimo
cuando un terremoto destruyó
la ciudad y toda la república.
A eso debo mi vida,
a mi pasión por el agua,
por su música,
por la sinfonía eterna del mar.
Años llevo desde entonces
recorriendo el mundo
y aquí estoy, ante la puerta.
Toda puerta, pienso,
para que sea de verdad una puerta
debe estar cerrada,
de lo contrario es un agujero
necesario para que pueda yo
pasar al otro lado.
Esto no lo dice la ciencia
sino el Tao
que es el camino
entre el vacío y la plenitud,
sabiduría milenaria
que dice que el cuarto
tampoco sirve para nada
si no tiene puerta,
es decir,
que el vacío del cuarto
es útil y es un cuarto
por el vacío que le es propio,
y el de la puerta
-y las ventanas.

¡Qué dicha vivir en este país tan bello!

¡Qué dicha vivir en este país tan bello
donde la gente ama tanto los toros
y la sangre en la arena! ¡Qué bella la sangre, tan roja! ¡Qué bueno vivir aquí
donde los policías juegan a la ruleta rusa
no apuntando el revólver
hacia su propia cabeza
sino hacia la cabeza de los adolescentes,
donde los asesinos ríen al matar
y acumulan cadáveres
que tiñen los ríos de púrpura
y nos cubren con un velo bermejo! ¡Qué hermoso país es éste
con tantos matices del rojo,
aunque la sangre con el tiempo
se vuelva negra,
y aunque nuestras fiestas delirantes de alegría
las presida y clausure
el esqueleto del capuchón y la guadaña!

Jamás tantos muertos

Jamás tantos muertos rondaron la casa de los vivos,
jamás tantos vivos habitaron la casa de los muertos.

Nunca se oyeron tantas voces, nunca tanto silencio,
nunca se fue al traste tanta cosa,
y se pudo más y se hizo menos.

Siempre es que hemos vivido tanto tiempo
que uno ya se pregunta
qué sería de la tierra sin el peso gravoso de los hombres,
y qué sería de los hombres sin la tierra.

Ahora son las diez de un martes o de un muerto
y mi sangre corre, corre la de los vivos
a dieta de sopas de sangre de sabores diversos,
y huesos enlatados, cadáveres en polvo,
todo el corpus delicti de la A a la Z.

Infancia 1

El mar, inmenso, azul,
profunda tumba de piratas y tesoros,
estaba allá muy lejos
detrás de las montañas.
Era una ausencia.

Los ríos, también, eran grandes ausentes:
sus aguas bajo la tierra
corrían espesas y oscuras,
arrastrando desperdicios,
y la belleza también se escondía,
rara vez salía a la calle
pero a veces a veces se asomaba con el sol en el patio
o en los ojos del gato,
y los viajes tenían que ser imaginarios,
pobres ensueños tibios en los fríos rincones
donde empezaban los caminos,
así que todo viaje era un proyecto,
todo proyecto un viaje secreto, inconfesable,
y los potreros donde jugaba fútbol
se iban llenando de casas:
había que caminar mucho
donde no hubiera extraños.

El camino de la escuela a la casa:
ese simulacro de la Odisea.

Los pedazos
La vida ya no tiene sentido para ella
y se le rompe el corazón, ya roto,
en más pedazos, y yo, ¿qué puedo hacer,
ya casi muerto y hablando oscuro?
Es que hay algo que me espera,
lo presiento, en la noche,
un mar silencioso o un laberinto
imaginado, sin salida.
Y hay tantas preguntas sin respuesta.
Hay tantas cabezas rotas
como piedras destrozadas en el camino,
como ideas olvidadas
y decepciones, sueños truncos.
También tengo yo roto el corazón,
y sólo ella, lo sé, pueda tal vez
recoger los pedazos uno a uno,
los suyos y los míos.

La casa de N

II
N escribe una fábula: «El hombre y el río del tiempo». Una vez un
hombre se sentó en la ribera de un río a esperar que se secara. El río
no se secó, pero el hombre no murió de sed.

Moraleja: Los modernos no podemos hacer fábulas a la antigua.

VII
El Amargo le dijo a su sombra: «Desde hoy no volveré a jugar contigo».
La sombra le respondió: «Te equivocas, como siempre». Pero él no oyó
nada, no creía que la sombra hablara.
***
En el estruendo
la paz interior,
círculos perfectos
en los charcos.
***
No hay mayor placer que estar con uno mismo, ni mayor tormento.

X
Explogans de N. Convierta sus sueños en millones. El que nace y
renace se deshace. La unión hace la rosca. Mejor matar que curar,
más barato. Cultiva los vicios y llegarás al cielo.

XXI
Aquí reina la noche entre mí mismo, y el ayer cae, la noche cae, todo
cae irremisiblemente, las piedras y los relojes, los hombres y sus sillas,
y los ángeles.

Pequeño poema a mi padre en espera de una larga y tendida conversación que muy probablemente jamás tendrá lugar

Con usted no puedo hablar de nada
a pesar de que mis ojos
y mi nariz sean suyos
—me lo han dicho—
o de que yo haya sido
su mayor imprudencia
—me lo han dado a entender—
y de que en cierto modo
sea usted quien camina
—soy yo quien lo sospecha—
cuando voy por la calle.

Si te gusta #Nicolás_Suescún... Share on X

LA VIDA, ESA BENDITA FLOR [Mi poema]
Dennis Avila [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La vida, esa bendita flor, la vida,
dichoso el despertar cada mañana,
respirar y asomarse a la ventana,
feliz al mundo dar la bienvenida.

La vida, es esa alfombra divertida,
que se exhibe vestida de torera
su gracia y su belleza placentera,
sobria a veces y alguna vez bebida.

La vida es esa niña que atrevida
tan linda, tan alegre y pinturera
inunda a nuestro hogar en primavera.

Aunque pudiera haber otra mejor
me gustaría guardarla en alcanfor,
me llena de dolor su despedida.
©donaciano bueno

#Una_flor al alcance de tus manos? Share on X

De la vida se ha escrito de todo, bueno y malo. Cada uno la pinta como le place. Este es un humilde canto a la misma.

MI POETA SUGERIDO:  Dennis Avila

Ausencia

Pensar que uno es el hombre
que un día despierta a la par de una mujer
y ella está más humana que nunca
y uno está más despierto que vivo.

Saber que éste es el instante
en que las miradas chocan
y ahí las paredes indecentes de luz
y por allá las ropas.

Volver a las estaturas a lo largo de los cuerpos
y otra vez estas pieles descalzas
estos mismos aparatos digestivos.
Hombre y mujer
de pronto dos ríos arrancándose las aguas:
a esto se le llama dos ángeles caídos.

Se hace el amor, se hace el odio
pero antes del amor
todo un mundo de cosas aburridas
que después se lloran a solas en un cuarto.

Prehistoria del deseo, post aniversario
de la culpa
dejemos las cosas en paz, estos son
los tamaños.

Y pensar que uno es el hombre
que otro día despierta a la par
de lo que llamaremos ausencia.

Paz

Te declaro la Guerra
porque la paz no se define entre tecnología
entre edificios y corbatas.

La paz se siente cuando llegas a tu casa
y te conduces a tu desorden
– por los momentos
hermoso
donde nadie reclama las perchas
de tu ropa herida.

La paz es la dificultad de palabra en tu cólera
el temor a que una estupidez te co:
conformarte con arrancarle
las alas a una mosca.

La mano, instrumento de la piedra
no se compara a la paz de tus sentimientos
en buen estado
ni al color de tu sangre
fluyendo a patadas del corazón
aquella tarde que por fin pusiste el amor
en otra parte.

Por eso te declaro la paz.
Que gane el mejor perdedor.

Al derecho del espíritu

Me preparo para ver tu acontecimiento
y ver tus ojos: evolución
de párpados prehistóricos
y ver la sombra sobre las paredes: anda cerca
/la luz
pero es mucho pedir viniendo de tu ausencia.

Me presento con mi tristeza a tiempo incompleto
porque tropiezo con amables esquinas canadienses
a pesar de que el día acabe con los ojos abiertos
y una noche no pueda ocupar todo tu cielo.

Pero déjame contarte: he recibido todo tipo /de amenazas
heredero del futuro, mi piel dice mi raza
digo estrellas
constelación con mis lunares.
Cosa mejor: ya no tengo un lugar en el espacio
soy del tiempo
un lugar en el tiempo
el otro día el otoño me arrancó unas hojas.

Me gusta decir agosto
me gusta decir aquel abril
¡qué prohibido otoño el del trópico
de mis recuerdos paisanos!

La historia es el cementerio
de los sobrevivientes.
Me paré sobre un glaciar
y me dolió un dinosaurio.
Vivir es el único pretexto para evitar la muerte.

Este no es un libro de amor.
Es un libro de vida.

MUTACIÓN

Los poetas no se van:
su destino es un grillo
que raspa las paredes de la noche.

Al abandonar un país
creen dejar su infancia,
y lo que sigue
son pasos de niño sobre el mundo.

Alguien les niega un algodón de azúcar,
y no hay nada más triste
que la luz extinguida de un poeta
veinte años después
frente a un juego mecánico.

Inclinan la balanza
por un lugar en el camino
y cada regreso
es un volver mamífero.

Su maquinaria de hormigas
abre un sendero de hojas.

Los poetas son árboles en fuga
queriendo echar raíces
en un planeta propio.

FRONTERA

Traigo –en el fondo de mi encuentro–
dos mitades.

Vienen de un lejano verano,
inmersas en su hora necia,
y antiguas
como la edad misma de los acantilados.

Arrastran dos ganas de llegar,
intentan huir a lo deseado;
han escuchado que es ahí
donde las cosas viven.

Una quiere quedarse;
la otra, solo quiere cumplir un sueño,
para que dos mitades
en un bus, en una calle, en un cuerpo
no tropiecen.

En esta cábala de esperas
seguirán buscándose.
cada una se quemará por dentro.

Soy mi ciudad. Soy mi país.
Soy un pedazo de tierra.

Traigo en el fondo de mi encuentro
las mitades de un río
que juntas se apedrean.

VEINTE MIL LEGUAS DE VIAJE PERSONAL

El Nautilus
fue una mantarraya de hierro
que me seguía por las noches.

Cansado del capitán Nemo,
de un pulpo gigante
y otros hechos literarios,
decidió habitar mis pesadillas
con los hilos de agua
que dejaba tras de sí
cuando salía de mi cama.

Lo recuerdo
como el papalote de Neptuno,
saliendo del océano
–hasta nublar el sol–
para caernos encima.

El Nautilus fue un submarino
que dio color
a la oscuridad del mar.

Vuelvo al libro de Verne
para repetirme:
es una máquina buena,
pero algo de este miedo
aún enciende sus motores
en el agua de mi pecho.

Si te gusta #Dennis_Avila... Share on X

PERDONE CABALLERO SI ME EXCEDO [Mi poema]
Juan Ramón Torregrosa [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Perdone, caballero, que no guarde respeto,
comprendo si alguien dice que soy un inconsciente,
que soy un mal nacido, que en qué vergel me meto,
que al opinar me excedo, nado contra corriente.

Lo mio no es dilema, no soy un atrevido,
mas no existen los grises, que todo es blanco o negro,
sólo es la consecuencia del tiempo que he vivido
y de ese maremagnum en que me desintegro.

Que un idioma en el mundo sería un gran invento,
el resto a la basura pues todos son bastardos,
de madre mal paridos, un cuento sobre un cuento,
para entenderse sobra poner tantos bolardos.

¿Parir, tantos, pa’ qué? ¡fuera las meretrices!
y dar satisfacción a algunos mercenarios.
Si basta que con uno podamos ser felices
¡el resto han de penar en los confesionarios!
©donaciano bueno

#Más_claro, agua...? Share on X

Manifiesto: «Por un idioma único en el mundo en el que todos….intentemos entendernos»Comentario del autor sobre el poema: La historia de la Torre de Babel tiene guasa. Lo que no la tiene tanto es que se siga insistiendo en la riqueza cultural de los idiomas como medio de comunicación, o mejor, como yo siempre mantengo, de incomunicación y una demostración más de la estulticia humana. Si con uno todos se entendían, ¿para qué hacía falta crear más?.

MI POETA SUGERIDO:  Juan Ramón Torregrosa

Sonetillo con avisos

Sonetillo con avisos
para el año dos mil diez
que remite a los amigos
el que escribe, que lo es.
…..
Ayer, sin ir más lejos,
estaba yo en las nubes
cuando veo que subes
con un par de verdejos.

-¡Vamos, fuera complejos!
-exclamaste- No incubes
dudas ni oigas, si tú ves
que te va, más consejos.

Del qué dirán ni caso.
En un pispás se pasa
la vida, y a este paso,

si te descuidas, ni eso.
O la tomas con guasa
o te la dan con queso.

PRESENCIAS

Quietud de las horas
gozadas sin tiempo.

Anhelos en vilo
buscándose absortos.

Cielos estrellados
de hondura insondable.

Rincón de los juegos
con olor a barro.

Cómo acechan, vuelven,
deleitan, agobian,

en días conclusos,
truncados y pobres,

sin oído amable,
sin mirada firme,

sin paz,
………….sin consuelo.

VIDA RETIRADA

Pozo profundo, galerías
por donde el agua dulce mana,
palmeras, dátiles caídos,
verdor y fruto de una infancia
colmada de soles y asombros;

Dunas, soledades, caminos
con hervor de cigarras locas,
higueras, jínjoles, hinojos:
no quieras otra luz ni aroma,
otro anhelar ni más promesas.

Sólo un tranquilo estar, el gozo
libre de los días completos,
como los frutos de la tierra
que te sostiene y da sustento,
como el agua que canta y calma.
* del libro Cancela insomne, Aguaclara, Alicante, 2013.

Si te gusta #Juan_Ramón_Torregrosa... Share on X

MI POETA INVITADO:  Pablo Malmierca

Arena en el plato,

el pan acero,
el agua turba,
la mirada fija en las pupilas de una muñeca de trapo.

La locura asoma
ajena al paso del cometa,
una voz desde la lejanía
babosa sobre la ventana.

Vestida con los andrajos de la ira,
en una silla de musgo
busca su identidad
en el fragmento de un espejo.

La nada le devuelve imágenes
marcadas por la corrosión de la vida,
su rostro comienza a deshacerse
entre sus manos de ébano.

Sin comprender,
atada a un mundo aprehendido,
acerca sus brazos,
la dificultad del camino.

JACULATORIA

Vivimos tiempos de pontífices falsarios,
en cada monte una herejía,
miles de profetas reescriben su historia.

Se erigen los apóstoles de la verdad absoluta
sobre cuerpos que muestran la verdad de la esperanza,
la demagogia ha inundado
sus oídos de amaneceres.

Escupen sobre ti
palabras que murmuran obscenidades,
jaculatorias como letrinas.

Tu prédica
resbala
sobre pieles dañadas por promesas.

Te regalan un camino que transitar,
rechazan todo de ti,
la muerte del lenguaje
es permiso de la vida.

APNEA

Vivimos el mundo pantalla
disociamos realidades
ajenos al sufrimiento
marcamos la existencia a golpes de pupila.

Nos venden
la impudicia de sus razones
para agasajar a un cuerpo
que hace tiempo no nos perteneces.

Nacemos aislados del dolor,
nos mantienen vivos
en la asepsia de la lejanía.
La velocidad nos seda
para manejarnos en la distancia de la conciencia.

En la parálisis de la apnea
buscamos respirar,
recuperar el latido,
volver a creer en el hombre.

EXCUSEN SI ME EXCEDO [Mi poema]
Gabriel Paredes Villegas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Para mí, Machado, excusen si me excedo,
fue ¿cómo fue, cómo diría?
un observador del alma, ese vigía
que cobijo va buscando en un hayedo.

Ese ser con alta fe pero sin credo,
que, respirando amargura,
sacó a pasear entre surcos la locura
de quien anduvo el camino con denuedo.

Ecologista y pintor. Las emociones
inundaron su ideario
muchas veces somnoliento o solidario
que hoy adornan a cantantes sus canciones.

Ante todo un hombre bueno, un sevillano
andaluz reconvertido,
que, obligado, al azar renunció a su nido
e introdujo en el paraje castellano.

Madrid, París, Baeza, Segovia y Soria,
son de Antonio el gran paisaje,
un ir de aquí para allá, un peregrinaje,
ésta última la antesala de su gloria.

Machado es todo, un verso, y es la poesía,
del sentir del pueblo, esencia,
y es pudor, loor de música y cadencia,
la íntima y más proverbial sabiduría.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema:

¿Castellano o sevillano?
¡qué más da! ¿Que su saeta
fuera Serrat quien cantara?
Hoy quiero besar la tiara
de Machado, el gran poeta.
Y aquí le extiendo mi mano.

MI POETA SUGERIDO:  Gabriel Paredes

Yo vengo de una tierra muy parecida al Edén

Yo vengo de una tierra
muy parecida al Edén,
entre ríos y montañas
y quiero darla a conocer.

Encontré a don Camilo
enrumbaba pa’ Buena Fe,
al cruzar por mi camino
enseguida lo saludé.

Siendo hombre andariego
va sin rumbo por doquier,
monta burro, caballo
en bicicleta o a pie.

No conozco su procedencia
naidien sabe de donde es,
para espantar las dudas
hoy mismo le preguntaré.

-Güenas tardes don Camilo
en tiempo que se deja ver,
de bajo de este tamarindo
quiero conversar con usted.

De años somos amigos
no me acuerdo cuando jue,
creo que en algún rodeo
lo vide por primera vez.

Montaba chúcaro potro,
arisco negro corcel,
por más que caracoleaba
ninguna vez pudo caer.

Aprietando bien las crines
con la juerza de su ser,
se mantuvo firme arriba
logrando a si prevalecer.

Recuerdo a dos bandidos
que lo quisieron someter,
enfrentó a esos forajidos
sabiéndoles responder.

Se abalanzó uno primero
intentándolo sorprender,
esquivó el ataque fallido
el fulano lo vi descender.

Saltó er filudo machete
listecito pa’ acometer,
dos planazos en la espalda
y se echaron a correr.

Demostrando valentía
bravura supo imponer,
montubio recio y bragao
como muy pocos se ven.

Cualquier trabajo realiza
sembrar, regar o recoger,
la ociosidad no conoce
nunca le falta que comer.

Siendo amigo sincero
correcto en su proceder,
quiero saber don Camilo
¿de dónde ha venido usted?

-Yo vengo de una tierra
muy parecida al Edén,
entre ríos y montañas
que hace tiempo la dejé.

En la negra madrugada
cuando er sol va a nacer,
clarito cantan los gallos
anunciando el amanecer.

Y cuando las vacas mugen
el ordeño habrá que hacer,
leche fresca y calientita
y espumosa hay pa’ beber.

Las gallinas cacareadoras
anuncian que van a poner,
entregan el huevo diario
fruto de su propio ser.

El burrito trabajador
cumplidor con su deber,
lleva a lomo la carga
sin prieguntar el porqué.

Yo vengo de una tierra
que no deja de florecer,
lo que se siembra produce
arroz, cacao, soya, café.

Jartos frutos tropicales
pechiche, cauje, canistel,
piñas, naranjas, guayaba
zapote, caimito y mamey.

Fragante jardín colorido
hay variedad pa’ escoger,
rosaledas, lirios, jacinto
jazmín, hortensia y clavel.

Brotan plantas medicinales
ruda, sábila, llantén,
uña de gato, tamarindo
verdolaga y escancel.

Yo vengo de una tierra
de tempestades al granel,
nos inunda, nos ahoga
y nos hacen padecer.

Los inviernos son inviernos
a cantaros viene a llover,
se hinchan los flacos ríos
raudos empiezan a correr.

Tumban los viejos puentes
los muros no quedan en pie,
anegando nuestros sembríos
naidien los puede detener.

Pero también traen alegrías
el pescador saca en su red,
guanchiche, dama y dica
hay abundancia por doquier.

Fresca lluvia agua bendita
nos trae la vida al caer,
transformando los desiertos
haciéndolos reverdecer.

Yo vengo de una tierra
cultivadores de su saber,
con el verso en amorfino
enamoramos a la mujer.

Al pasar una montubia
rimas hay que componer,
demostrando galantería
la intentamos convencer.

-Señorita no la conozco
pero la quiero conocer,
porque me está gustando
su bonito proceder.

Ese lindo pelo negro
azabache que tiene usted,
retinto bien parecido
al oscurecido café.

Si acepta mis cumplidos
¡juro! la voy a querer,
formaremos nuestro nido
en las ramas de un laurel.

No le ofrezco riquezas
sólo tengo mi chalet,
con mis pollos y gallinas
muy felices hemos de ser.

Yo vengo de una tierra
mucha sangre vi correr,
en las luchas liberales
peleando junto al coronel.

Mi coronel Nicolás Infante
aguerrido en su proceder,
antes que pedir amnistía
él prefirió morir de pie.

Después Pedro J. Montero
los sabanales hizo arder,
anduvimos de montoneros
hasta morir o vencer.

Yo vengo de una tierra
que todos deben conocer,
de montubios campesinos
orgullosos de su proceder.

Amorfinos del río

Por onde pasa un río
nunca habrá tierra mala,
generoso con er plantío
abundante vida regala.

Por su corrientosa entraña
va nadando en Boca Chico,
guanchiche, chane o dama
raspabalsa, barbudo y bío.

Atarrayando con er bajío
pesco: viejas coloradas,
guacucos, bagres de río
y unas guaijas de montaña.

Nuestro río no se amansa
nunca se deja dominar,
de verano callado pasa
en invierno ha de bramar.

Diciembre tiempo inicial
arrecian los aguaceros,
embravecido temporal
a mediados de febrero.

Inundados hasta el guargüero
entrando el mes de abril,
hay un refrán muy certero
“en abril aguas mil”.

El río amigo gentil
se vuelve traicionero,
saliéndose de su redil
nos anega los terrenos.

No hay quien le ponga frenos
cual caballo desbocado,
la cosecha perderemos
se nos ahogará er ganado.

Si er río juera muchacho
lo metería en cintura,
con unos dos bejucasos
le quitaría su bravura.

Pero también trae frescura
cuando en él nos bañamos,
al campo le dan hermosura
aquellos ríos campiranos.

Gabriel Paredes
guayaquileño; 1962 –
Enviar por correo electrónico
Escribe un blog
Compartir con Twitter
Compartir con Facebook
Compartir en Pinterest
Amorfinos del monte
No sé qué tiene mi monte
de él; yo vivo cautivo,
lo transito, lo trabajo
como todo campesino.

Agarro filoso machete
y voy abriendo camino,
descuajando la montaña
pa’ preparar el sembrío.

Llegando er día preciso
aspergeamos la semilla,
en este gentil paraíso
nuestra esperanza germina.

Brota der suelo el plantío
regado por los aguaceros,
muestra el sol su poderío
abrazando los terrenos.

Gran abundancia tenemos
en cada ciclo cumplido,
pasamos los días contentos
viendo er monte florecido.

Mi monte es prodigioso
gran verdor lo engalana,
plazarte, bejuco, bototo
y miles plantas nos regala.

Sabrosas y dulces papayas
zapotes, guaijíes, caimitos,
pomarrosas, anchas guabas
lima, limón y tamarindo.

Sembrando las tierras bajas
en los extensos pozales,
por la cuenca der Guayas
amarillean los arrozales.

Sobre inmensos tendales
la gramínea es colocada,
virando y virando el grano
por los soles es secada.

Plátano, café, cacao
lo que se siembra emana,
en este mi monte sagrado
tanta abundancia no acaba.

¿De dónde vienes, amorfino?

¿Amorfino de onde vienes?
¿Amorfino pa’ onde vas?,
¿Qué omnipresencia tienes?
¡Que en todos laos estás!

Vengo andando caminos
de quien me quiera cantar,
soy la voz del campesino
que naidien puede acallar.

Traigo mi propio lenguaje
aunque me saben criticar,
entre amigos y compadres
nos entendemos al palabriar.

En las fiestas patronales
hago presencia en Balzar,
amorfineando a raudales
bajando voy hasta el Daular.

Raudo salgo a Flavio Alfaro
Jipijapa, Chone, Paján,
doy la güelta en Milagro
toco Yaguachi y Durán.

Alzo er velo a Montalvo
a Quevedo y Catarama,
después visito er Guabo
Santa Rosa y Machala.

Estoy en boca de todos
de los que tejen palabras,
en la rima me acomodo
al bordonear las guitarras.

El verso es libre

Nuestro verso nace libre
¡déjenlo! por los montes vagar,
nuestro verso no es de naidien
si no; del que los quiera cantar.

Soy la mata del amorfino
a cada rato florece,
pa’ que recoja er indigno
lo que mi pecho le ofrece.

Mi verso montubio crece
cual sembradío mañanero,
nuevo fruto aparece
aunque le falte aguacero.

Traigo er verso romancero
de adentro de la sabana,
reposado en mi guargüero
pa’ trinar una semana.

En la noche campirana
me acompaña una estrella,
er poeta se engalana
cantándole a su doncella.

Hago el verso a mi manera
lo aspergeo sin temor,
pa’ cuando er día que muera
lo recoja el compilador.

Pa’ rimar el amorfino

Pa’ rimar el amorfino
se necesita inteligencia,
esta amontubiada ciencia
regalo de lo divino.

Aguzar bien er sentido
buscar la rima primero,
crear un verso certero
a pocos es permitido.

Son como hijos paridos
sin ayuda de comadrona,
nacidos de la persona
en su mente concebidos.

Er montubio campesino
va desgranando palabras,
al sonar de las guitarras
canta er verso repentino.

Al cual llaman amorfino
coplas de nuestras tierras,
aquellos versos encierran
saberes del hombre antiguo.

No faltará sabio ladino
que escuche su composición,
arrebatará la creación
editándola en un libro.

Poeta der siglo XXI

Soy un poeta montubio
de este siglo veintiuno,
y vengo a cantar mis versos
como no canta ninguno.

si yo no digo lo que soy,
si no les muestro mi mundo,
sino me asomo a este portal
¿quién valorará lo montubio?

Lo montubio y la ciudad
siempre anduvieron juntos,
hay que saber agüaitar:
un montubio es vecino suyo.

Er monte no queda lejos
sólo nos separa un muro,
antes que esto juera ciudad
esto era un campo montubio.

Er montubio priesente está
cada vez que toman desayuno,
en er café con bolón,
en er queso con maduro.

En la tortilla de maíz
en los mangos, en los frutos,
en er arroz con menestra
que devoramos con gusto.

Er montubio volando va
como pájaro en arbustos,
entre mitos y leyendas
de los cantares montubios.

Tienen un saber natural
razonamiento profundo,
un lenguaje con identidad
propio de su terruño.

Este saber vengo a declarar
pa’ no quedarme mudo;
antes de irme de aquí,
a mi campo con mi mulo.

Aquí hay un hombre de verdad
que siempre quiere ser justo,
trabajador, amigo leal;
téngalo usted por seguro.

Corazón sin retoño

Tristemente caen las hojas
en el jardín del olvido,
torbellino hecho suspiro
de un amor que ya murió.

No habrá reconciliación.
Bórrame de tus recuerdos,
en aquel jardín desierto
nunca crecerá una flor.

Florecido en el dolor
viejo amor apasionado,
marchitose deshojado
por descuido de los dos.

Moribunda tierna pasión,
no te ausentes de mi lado,
por culpa de tus agravios
desfallece el corazón.

Moribunda tierna pasión,
sin dulzura y sin halagos,
nuestras flores se secaron;
no florece el corazón.

Si te gusta #Gabriel_Paredes... Share on X

IDEAS! [Mi poema]
Rafael Vargas González [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ideas son efluvios que insistentes
existen aunque tú nunca las veas,
que brotan de la savia de las mentes
cual rios con geniales afluentes
y un agua del que tú siempre alardeas.

Ideas que aunque ignoras las cortejas
pues son a divulgarse reticentes,
y admiras pues valoras y aconsejas,
resistes a meter entre las rejas,
quisieras que estuvieran más presentes.

Hay otras que andarán por el desván,
las viejas, las que están ya desgastadas,
o esconden por aquel del qué dirán,
dormidas, que esas nunca aflorarán
e incluyo a las que fueron apocadas.

Ideas de la buenas, las fetén,
se cuentan con los dedos de las manos,
¿preguntas quién la tuvo? no se quién,
vinieron al tran tran con su vaivén
de sitios que se cuentan muy lejanos.
©donaciano bueno

A qué se debe que escaseen tanto las buenas #ideas? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Rafael Vargas

El tiempo. Quién nos iba

a decir que el tiempo
nos mataría antes de comenzar.
El tiempo nos ha contagiado
y sometido. Nuestro tiempo
nos ha condenado a vivir
una vida que suplanta a la vida,
una jodida metáfora colectiva.
Los niños mueren por culpa del tiempo.
El ahora, es su ahora
y las miserias del poder
con nuestra mansa pasividad,
han programado para ellos
el ayer del porvenir.
Hay en sus ojos
parte de nuestra muerte.

Tras arrancar setenta calendarios

ya no te engaña el candor de las violetas,
con el éxodo de los sueños
la vida es ya
una muchacha que nos olvidó,
ya ni recuerdas cuándo adquiriste la locura
de gastar la existencia
sembrando fábulas como un dios ebrio.
El tiempo mueve su dolor…
Y cuando te haces con él
y lo guardas en los sargazos del alma
como el ruiseñor guarda el suyo
para la ribera, hay que imponerse a la fuga.
¿A dónde ir si no a la vida?
Detrás de la muerte sólo hay más muerte.
Que el mármol no nos corrompa
ni la tramposa inmortalidad tampoco.

Cambio mi vida por el sueño de un niño

o la sombra de las palabras
por el alma de un río
o la flexible gracia del guepardo
por el lastimero gemido del Stradivanus
o la apasionada tinta de la amapola.
Cambio mi vida por el iris de una perla
o la transparente cruz de la libélula
por la honda raíz de la siguiriya
o la angustiosa fugacidad de la mariposa

Cambio mi vida porque no se adonde ir…
¡Decidme, para qué la quiero!
Si pudiera olvidarme de lo visto y oído,
de los dos rostros de la verdad, de tanta nada.
Elegir nos deja más sedientos. Sí. Ya sé:
al poeta sólo le alimenta el hambre.

El paradero de la luz (fragmento)

El sur, éste sur hermoso
y miserable, es una gran herida.
Tierra de paso de razas
y de tiempos, mezclando
saber y barbarie…

Hubo un día en que quise

ser viento.
Vestirme de fina brisa
con incrustaciones de nube,
rodar por los siglos
como el azor se coge del aire,
pero los años me ensenaron
la horizontalidad del agua.
Fundé mi fe en los hombres
y estos se traicionaron,
averigüé su amargura
y la mía se hizo infinita,
quise para ellos el más alto azul
y prefirieron la greda,
pasar los duendes del rocío.
Y reincidieron, una vez y otra,
como perdidos niños.

Las nanas del galeote

Yo, tierra, destinada a ser tierra,
tierra primordial
inocente y sencilla,
de rotaciones incontemplables,
cada día asciendo un peldaño
hacia esa otra tierra de surcos celestes
donde madura la luz(…)
Por eso, yo, mitad barro, mitad
transitoria carne; tosca arcilla
o mantillo fértil verticalmente alzado
que se nutre en tus pechos de ensueños,
más hijo de tu raíz que de mi sangre,
quiero pagarte en callado verso
cuanto me diste en polvo y alma.

Alto es el cielo

Alto es el cielo
pero no para el que vuela más allá de las nubes,
ni para el que en él encubre su miedo o su arrogancia,
sino para quien se atreve a mirarlo
con ojos de inocencia, como acabado de nacer.
Alto no es quien desde el promontorio mira
a quienes pasan por debajo
o el que desde la gran muralla observa el horizonte
y juzga que todo está a sus pies,
sino el que nunca baja la mirada ante los hombres
y jamás halla fango en sus manos;
alto es quien por la calle va dejando vivas
y frescas amapolas y la luz de sus ojos
reparte entre los hombres;
no quien habla alto, ni el que a muchos habla,
ni el que imparte doctrina,
sino el que en la sucia taberna
escucha al extranjero o al sin voz,
el que duda y no halla nada sólido,
sino movimiento, tránsito.
Alto no es quien irrumpe en el templo
con voces estridentes,
sino el que en él, ensimismado,
escucha su voz, que surge de una grieta;
no es alto el músico porque al sonar el instrumento
a todos complazca y de todos se sepa admirado,
sino el que al tomarlo siente cómo en él vibra el mundo
y en sus dedos la nada del aire se llena de sentido,
pájaros que vuelan hacia el norte,
nimbos tejiéndose en la aurora.
Alto el que se entrega, el que se da,
el que lleva siempre a un niño
arrullado en sus ojos, el que se rinde por amor,
el que por amor destruye el palacio,
el que perdona, el que al llegar a casa,
secándose el sudor, exclama,
bien estuvo el día, lo he vivido.

La luz nadie la escoge: llega,

siempre virgen y siempre diferente.
El poema nace de la raíz
del instinto y de la luz.
La luz que lo piensa,
que le da sentido y lo fija.
La luz donada que geometriza
la vastedad del lenguaje,
el ritmo, la música
y los alfabetos de la noche.
La luz que deja pasar el infinito
balido del silencio.
La luz no se ve, es un hecho:
médula, hueso y esencia del poema.
La luz que hace diferente al poeta.

Si te gusta #Rafael_Vargas... Share on X

POEMA FUTURISTA [Mi poema]
Gonzalo Espinel [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Desde aquí a unos mil años, quizás antes
el mundo dado habrá la vuelta al mundo,
serán programadores gobernantes,
lo que no habrá cambiado, los mangantes
ni el olor que destilan nauseabundo.

Penuria no ha de haber, será rareza,
los perros irán todos con tirantes,
endeudados, con votos de pobreza,
ciscándose en la mar naturaleza
las flores sed tendrán de perfumantes.

Autómatas, seremos monigotes,
internet suplirá a nuestra conciencia,
hartos ya de pensar, seremos zotes,
apenas unas motas, unos motes,
esclavos al dictado de la ciencia.

Lo gracioso es que entonces no habrá coches
que, androides, volaremos con dos alas,
la luna alumbrará más por las noches,
camparán a sus anchas los fantoches
lanzando contra el viento sus bengalas.

¿Y el cerebro, tendrá un papel? Ninguno.
Un chip hará las veces del cerebro.
Cual máquina seremos cada uno,
de hierro, de metal. Inoportuno,
a la emoción haciéndole un requiebro.
©donaciano bueno

#Hoy hacer de Julio Verne comporta un alto riesgo? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: Dentro de mil años, quizás antes seremos máquinas teledirigidas por los dueños del ma(u)ndo, el cerebro habrá delegado su función en un chip y las emociones habrán sido enterradas en un funeral ad hoc.

MI POETA SUGERIDO:  Gonzalo Espinel

Los rostros del amor

Siempre el amor fue manantial de vida.
Fragante viento por la azul mañana.
Maletero de viaje en la ventana.
Relámpago en la noche estremecida.

Y volcán para el pecho donde anida.
Néctar de Sol para la flor temprana.
Árbol con alas. Golondrina hermana.
lluvia de paz para lavar la herida.

Ah, quién pudiera conservar la llama
purísima del sueño cuando se ama
y no como agoniza sobre un leño.

Porque alentamos la explosión del fuego
y en el ocaso del orgasmo ciego,
se vuelve hastío lo que fuera un sueño.

Baratillo de palabras inútiles

Inútil el saludo de „buen día“.
Inútil el decir „feliz cumpleaños“.
El uno por rutina es desengaño
y el otro por vejez es ironía.

Decir „estoy seguro“ es fantasía.
Decir „amor eterno“ es un engaño.
„Mi más sentido pésame“ es un daño.
Decir „estás muy bien“, hipocresía.

Si buscas un trabajo con reclamo,
te mienten si te dicen „yo lo llamo“,
pues nada servirá tu maestría.

Tan sólo son palabras muchas cosas.
A veces son inútiles las rosas
y, qué pena, también la poesía.

Diario íntimo

Sobre la inercia de la ausente vida
este miércoles tres, pasa de largo.
Nada deja de nuevo y, sin embargo,
ya comienza a doler su despedida.

Amaneció sobre la faz dormida
de la ventana y removió el letargo.
Luego avanzó con su arrebol amargo
y alternó la dulzura con la herida.

Día presente que te agotas tanto
–Fugaz versión de senectud y canto–
Cómo duele tan hondo tu partida.

Tal vez un Sol me cubrirá mañana,
pero tú no estarás en la ventana
recobrando un espacio de mi vida.
– – –
A veces vuelves y el cristal sombrío
del alma ya no copia ese momento.
A veces vuelves, pero el sentimiento
duerme en el fondo del profundo hastío.

A veces vuelves como algún navío
que regresó por voluntad del viento.
Como el ave del sur que sin aliento
regresa a casa cuando siente frío.

Pero el invierno sepultó las llamas
y ya no quedan nidos en las ramas
de aquellos árboles que están desiertos.

Jamás se junta el agua que ha corrido
Y cuando vuelve un ser que se ha querido,
el alma es una tumba con dos muertos.

Tal vez mañana

Tal vez mañana soñaré despierto
en una esquina del edén perdido
con la frágil cabaña como nido
y el pequeño collado como huerto.

Tal vez mañana me verán cubierto
por esta tierra que me habrá vencido
con el puñal del incesante ruido
y la canícula feroz del puerto.

Amo el pálido Sol que se desgrana
con la fresca ventisca en la mañana
como un beso de paz sobre la vida.

Muy lejos de tumultos y oropeles,
donde un árbol me preste sus pinceles
y un poema, su luz estremecida.

Suposiciones

Suponer que la antorcha matutina
sólo es la piel con que la sombra muda.
Suponer que la rosa se desnuda
para ocultar su desafiante espina.

Suponer que al amor y la rutina
para fundirse no les falta ayuda.
Suponer que el fantasma de la duda,
tras el misterio de la muerte, atina.

Suponer que la vida que nos tiene,
ya ninguna respuesta la sostiene
porque sólo de sombras se alimenta.

Y si sólo el morir no se supone,
ya no un porta que Dios nos abandone
ni importa ya queja esperanza mienta.

Autorretrato

Yo, el impuro, el audaz, el descreído
guardián de vanas cosas y de nada,
sigo engrosando la fugaz manada
por esa imposición de haber nacido.

El que quiso seguir incomprendido
por no haber solución en la mirada.
El que esconde en su absurda carcajada
frustración de pureza y de latido.

Nadie mejor para escarbar la sombra
sin dejarse engañar cuando se nombra
el misterio que a todos alucina.

El que disfruta de su magra suerte,
el que avanza seguro con su muerte
a la ausencia total que se avecina.

Teoría del camino

Ver al recuerdo descorrer su manto
en la mirada que navega ausente.
Saber que el fuego se apagó en la mente
y comprender que hemos vívido tanto.

Saber que se olvidaron en un canto
las ilusiones con su voz ardiente
y que la senda que marcó el presente,
es igual retroceso que adelanto.

Saber que el tiempo todo lo despoja
y en soledad el Cosmos nos arroja
en el azar de un torbellino oscuro.

Saber que la batalla no descansa
y que nada nos dice la esperanza
cuando se siente que ya no hay futuro.

Balance de los días

Los días cuando viven del pasado
es que no encuentran la mejor salida.
Los míos ya iniciaron la partida
y me siguen cantando en el costado.

Fueron puntuales con el ser amado
y con aquellos que me dieron vida,
con las venas de sangre compartida
y con las piedras del camino andado.

Ya renuncian a todas las pasiones
y en su tránsito gris, las ilusiones
van muriendo de sed, una tras una.

Y mientras tanto el corazón avanza
bebiendo lo que queda de esperanza
en un erial que quiso ser laguna.

Celda sin muerte

No se muere una vez. Nos atropella
la muerte con porfiado desatino.
Aquella viene y va por el camino,
pero nos marca su profunda huella.

Yo la he visto llegar como centella,
cabalgando el amor, la sed, el vino.
Ella quiebra mi voz y mi destino
y me involucra en su tenaz querella.

Habita en la nostalgia de la casa
por los muertos amados. Y en la brasa
del estridente puerto que lacera.

La muerte me descubre si me escondo,
me tumba, me levanta y le respondo
con el cansancio del que nada espera.

Cuestionario de la vida sencilla

Un espacio pequeño donde pueda
cobijar esta paz que me rescata.
Estas viejas sandalias y una mata
de verdor para el aire que me queda.

Y una hamaca colgando en la arboleda
donde el suelto que arrimo se desata.
Esas dos esmeraldas de la gata
y mi perra lamiéndose su seda.

El árbol tierno de los días grises
esparciendo en el aire sus ratees
y un silencio bebiendo melodía.

Un amor que se vuelve golondrina
y en la ventana siempre una colina
que con su tierra me amará algún día.

Año nuevo

Un año que se va y otro que viene.
La vida es la costumbre que se vierte
sin nada ya de nuevo qué ofrecerte
en el Ir y venir que la retiene.

Y aunque la dicha o el dolor mantiene
entre las veleidades de la suerte,
más puede el apetito de la muerte
que el espacio vital que la entretiene.

Pero siempre aparece una ventana
mostrando en otro rostro la cercana
presencia de una llaga desmedida.

Y entonces devolvemos la mirada
hacia el camino sin pedirle nada
porque estamos en deuda con la vida.

Antipoema

Cruzo la raya del formato y digo
que la rosa no es flor sino embustera.
Doy buenos días para dar tontera
y a veces por la culpa me maldigo.

Por ser irreverente desabrigo
mi testa que parece posadera.
y como el cielo se cayó en la acera,
en vez de un ángel pasará un mendigo.

Me río si me tilda de poeta
y si descubren mi afición discreta,
me someto al cinismo sin perdones.

Y por las ganas de joder, derribo
mi corazón y con los pies escribo
un poema de quesos y jamones.

Tributo del olvido

Tal vez dirán mañana que un poeta
de lento paso y de perfil austero,
murió sin conocer que era extranjero
en la centuria de la luz inquieta.

Tal vez sabrán mañana de un esteta
que con la música pintó un lucero,
que del amor equivocó el sendero
y de su siglo despreció la meta.

Dirán que estuvo mágico su verso
y que el nuevo reloj del Universo
no andaba con el tiempo de su canto.

Tal vez su voz olvidarán un día…
Y siempre tendrá tiempo la armonía
y siempre habrá más tiempo para el llanto.

Espacios sin retorno

Los días van dejándonos ocasos
de sueños que marcaron el camino,
de esquinas que torcieron el destino,
de orillas que salvaron los fracasos.

Los días van dejándonos retazos
de júbilo, de amor y desatino.
Son tragos que apuramos como el vino.
Los d1as no recobran nuestros pasos.

Son espacios borrados de la vida
con seres que enterramos en la herida.
Son líneas en la frente y la mirada.

Nos cubren con escarcha la esperanza
y cuando la fatiga nos alcanza,
ya no nos dejan ni nos quitan nada.

De qué cielo

De qué cielo nos hablan, si la suma
de todo lo que somos se nos queda:
La ventana, la puerta, la vereda,
el refugio del árbol que perfuma…

De qué cielo nos hablan, si la espuma
del mar quiera besarnos y no pueda,
ni podamos tampoco que la seda
de unos labios ardientes nos consuma

Y si somos la suma de otras cosas
que v an desde l as zarzas a las rosas
y desde el sacrificio a la quimera,

qué seremos, si todo lo vivido
quedará por decreto del olvido
sin nosotros, allá cuando se muera.

Metáforas del viento
Relámpago, arco iris del misterio
que rompe los timbales de la noche.
La Luna se diría que es un broche
que puso al Universo en cautiverio.

Arbusto es surtidor de monasterio
fluyendo en tierra virgen sin derroche.
La vida solamente es un reproche
que aguarda con paciencia el cementerio.

Gorrión, violín del árbol cada día.
Navío es alcatraz en pesquería.
Nostalgia es golondrina en la ventana.

Y yo, lo mismo da trino o graznido,
ángel, demonio, soledad o nido,
si al fin y al cabo he de morir mañana.

Mar

Bestia divina. Mi perfil herido
que a zarpazo en tu orilla se desata,
con su lengua salobre te rescata
de cadenas de espuma y de bramido.

Suelto mis barcos de papel y mido
tus exactos dominios de pirata,
a ver si el corazón se me dilata
o en tu testa lo dejas embestido.

Ah, dame tu demencia de lirismo,
oculta con tu voz en el abismo
rosado y musical de un caracol.

Y en tus horas de lánguidos cristales,
apágame en tu lecho de corales
y enciéndeme en la puesta de tu Sol.

¡Qué lejos del amor!

Qué lejos del amor estoy, qué ausente
de su fontana azul y de su nido.
Sólo queda este tiempo ya perdido
sin oír su canción adolescente.

Qué lejos de la tibia luz. Al frente
el paisaje se tiende sin sentido
y el alma navegando en el olvido
va buscando su ruta inútilmente.

Qué lejos del amor y su campana
asumiendo el perfil de la mañana
cuando estaban mis ojos como espejos.

Ah, si sólo la paz me devolviera…
Pero es tarde para otra primavera.
¡Qué lejos del amor estoy, qué lejos!

Como la espuma

Tú, que en las aguas de tu geografía
recoges mi naufragio de ternura
y que tejes tus nidos de ventura
con mis desnudas ramas de agonía.

Y que vives en cada melodía
con tu delgada esencia de dulzura.
Y que en la placidez de tu cintura
desvanece el perfil de cada día.

Todo mi corazón viaja contigo
cuando yo de rodillas te persigo
por la totalidad de tu Universo.

Guárdate mi ilusión, mi desconsuelo,
mi cuaderno, mi lápiz, mi pañuelo
y la rama más verde de mi verso.

Si te gusta #Gonzalo_Espinel... Share on X

UNA AÑADA MUY ESPECIAL [Mi poema]
Manuel Mora Serrano [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Aquel año las uvas maduraron
más pronto de lo que era allí habitual
cuidando de evitar el vendaval
de forma que en el pueblo celebraron
mezclado con el mosto el bien y el mal.

Se cuenta y es verdad de aquella añada
que el vino resultó muy prematuro
cual fuera todo el fruto de un conjuro
que quiso bendecir siendo agraciada
por Baco y así fuera en el futuro.

De entonces a esta parte allí las uvas
se cogen celebrando el carnaval,
la música no para, es natural,
y empiezan a bailar hasta las cubas
mostrando su alegría al personal.

Que insisto, la vendímia es una fiesta,
racimo el personaje principal,
el vino el campeón, como es normal,
la viña el escenario en la floresta
y todos a libar del manantial.
©donaciano bueno

Alguien se acuerda hoy de los vendimiadores trashumantes? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Manuel Mora Serrano

LA SOLEDAD DEL QUE AMA

La soledad del que ama aquello que no debe ser.
Del que ama su soledad pero anhela verla compartida,
es la más cierta, la más absoluta soledad.

Si bastara pronunciar un nombre para materializar un beso,
si bastara imaginar lo que pasó para que ocurriera de nuevo,
¡qué hermosa y deseable, que plena y rotunda
/ sería mi soledad!

En vano alargo las manos para aprisionar la
/sombra imaginada.
En vano me revuelvo en el lecho frío buscando
la huella de su cuerpo,
sólo la noche y la lluvia peregrinan en tomo a mi soledad.

Doy vueltas en ese carrusel sombrío hasta el
/cansancio total
y siento que te vas entre las sombras absolutas
uando retoma, y me cerca y abruma la verdadera soledad.

Resplandor de leche y de rocío

Por estar esperando como la esperé
no sé lo que daría. Por mis presentimientos,
por la angustia del conocimiento y las torpezas
quisiera volver con ella al mismo sitio de ayer.
Estuve al acecho de su desnudez.
Cuando el traje negro que la cubría cayó
y la estatua advino ante mis ojos, me di cuenta
que a ella le cabe en todo el cuerpo la palabra mujer.
Iba a ser mía, pero temía tocarla, temía muchas cosas.
Pensaba que un beso podía transformarla
y yo quería que siguiera siendo como eran sus carnes:
un resplandor de leche y de rocío
La fiesta de la posesión suele ser mortal.
Esa muerte súbita y hermosa de la vida.
Labios y cuerpo, pecho y profundidades
abruman al amante cada vez.
Es la prueba de fuego. En pocos minutos
hay que ir armado a la batalla
de la violenta ternura, con la suave violencia
de la lucha feroz de las entregas.
Cuerpo a cuerpo un cuadro cubista se construye
con aspas que son brazos, molinos como labios
moliendo en el río del goce
hacia las cataratas del olvido.
Y al final de esa lucha evitando la muerte
la muerte real que espera siempre afuera
surge de entre las sábanas manando leche y rocío
totalmente desnuda: la palabra mujer.

Disipación de los atardeceres

Necesito tener el consuelo de tu olvido
o la consolación de tu desprecio
si no hay esperanza de eternidades
amar no tiene sentido
Todo dolor paga su precio
Toda compañía anhela soledades

La memoria es tan vana como los sueños
Y el sueño no es más que un resplandor
Vanos son los recuerdos y las edades
¡Ay! Ni de nuestras soledades somos dueños
Lo único que nos pertenece es el error
de creer que existen las verdades

Todo se disipa en los atardeceres
para surgir titilando por las noches
convertido en materia de los sueños
Nada es más hermoso que esos seres
que del silencio hacen derroches
creyéndose grandes siendo tan pequeños

Yo te colocaría en la ribera
de todos los olvidos y de repente
no sabría si existes o no existes
Porque solo es preciso que haya primavera
y la conjugación del verbo amar en el presente
Todo lo demás existe si persistes

Nada se abandona Todo se recupera
El vacío se llena de sí mismo
No basta la eternidad No es suficiente
En el fondo del ser vive una fiera
que se alimenta del germen del abismo

Los destinos suculentos

Si ahora en tu madurez quieres sentirte niña otra vez.
Si quieres que vuelvan a ser tus carnes jóvenes y tiernas,
cierra los ojos y deja que te bese,
cierra los ojos y deja que yo estriegue
tus suculentos destinos con mis manos.
Si quieres regresar a tu hermosa adolescencia
y que canten en tu piel nuevas melodías,
deja que te acaricie lentamente,
deja que entre en ti el fervor tibio
con que entra al pan caliente el hambre mía.
Si quieres ser más joven y bella que como eras
cuando ninguno de los dos nos conocíamos,
si quieres ser la inefable doncella que fuiste,
bastaría que dijeras: Abrázame amor
y milagrosamente se aromarían
los oscuros rincones de tu carne
donde crecen los sollozos.
Porque si en verdad deseas estas cosas,
si estás decididamente dispuesta a ello,
si anhelas esos milagros prodigiosos,
cierra los ojos y deja que te bese,
cierra los ojos y deja que yo estriegue
tus suculentos destinos con estas manos.

Una muchacha cualquiera

Me quedé mirándote. Sin esas ropas hubieras sido
(una muchacha cualquiera.
Pensé que si te hubiera conocido en algún paseo por el campo
me hubiera sido fácil y hasta elegante decirte: Hola hermosa,
e imaginarte con los brazos en la cintura,
(mirando de medio lado
un poco esquiva y sonreída, pero profundamente complacida.
A lo mejor hubiéramos charlado descuidadamente
(junto al camino.
Ahora nadie sabrá lo que hubiera pasado entre nosotros
si tú hubieras sido una muchacha cualquiera.
Por esas cosas que te cubren, has dejado de ser
(una muchacha más.
Has dejado de ser lo que yo hubiera querido:
(una simple muchacha.
Desde donde estaba contemplaba los vellos
(oscuros de tus piernas
en el breve paréntesis que abrían tus faldas
(y el zapato conventual.
Imaginé tu desnudez, imaginé cómo serías sin
(toda esa ropa alejadora.
Te vi entonces, tímida, con el cuerpo encogido, temerosa de mí.
Temerosa del primer contacto, de la audaz
(caricia estremecedora
y quise reírme a carcajadas y me reí por dentro hasta sentir dolor.
Como una radiografía tomada con toda
(la sensualidad de mi mirada
me quedó tatuada tu figura en la soledad de tus soledades
y vi cómo en las noches se estremecía tu cuerpo
(hermoso y puro de mujer.
Desvié aquellos pensamientos pecadores y pensé
(al mirar tu rostro grave,
en lo hermoso que hubiera sido para los dos,
(si tú no hubieras sido
lo que eras, si tú hubieras sido, simplemente,
(una muchacha cualquiera.

Lo inolvidable
Ella me besó con verdadero amor
una vez en mi vida.
Besos di y recibí a granel
de eso mismos Labios.
Ninguno podía compararse.
Ese fue un beso de verdad
de esos que se dan
una sola vez
entregando el alma.
No solo sentí que perdonaba
lo que la hubiera hecho sufrir
sino que me enseñó
a sentir una emoción distinta
no solo por ser el último beso
que podíamos darnos
sino por haber sembrado en mi ser
con la sensación
de no haberla amado en vano
el sabor y el sentir irrepetible
de lo que ella fue
y de lo que su beso fue
como resumen de una historia
de amor: Inolvidable.

CUARTEL DEL SUENO

Aquí nadie piensa en el atardecer.
Las vacas, misioneras dóciles del rocío,
con sus lenguas ásperas, en paz pastan.
Las ciguas palmeras palmo-pitean sus sonoros
/ chuis-wis-wis
y a carcajadas rumbo al arroyo
ríe su nombre relincho el Julián chiví.
Todo es crudo y cierto, menos el vuelo blanco
casi sueño, de las garzas del sur.

Alguien nos regala un fresco gris
en los lejanos salones del oeste.
Todo, hasta los árboles, vuelven el rostro
para ver el jugueteo de las aves últimas
en las casi oscuras parcelas del valle.

Yo estoy contigo, amor que estás lejísimo
haciendo la última guardia del día
y recogiendo el lienzo plegable de su bandera de luz.

Si te gusta #Manuel_Mora_Serrano... Share on X

UN DIOS INSENSIBLE [Mi poema]
Mariela de la Peña [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es tanta la miseria de este mundo
que un dios no ha de ser Dios si es impasible
a ver esta injusticia tan horrible,
pues yo que no soy dios grito iracundo
y dudo si es mi Dios o me confundo.

Al menos no es el Dios del que me hablaron
basado en el amor, que es infinito,
que siempre ante el abuso pega un grito
dechado de virtud al que rezaron
y hoy dudo fue verdad o lo inventaron.

Tampoco es ese ser que bondadoso
al ver a alguien que sufre se desvive,
mirando así impasible su declive.
Quizás no pueda ser tan poderoso
y pueda aquí pecar de fantasioso.

Que sepa que yo a él no le perdono
que venga a declararse omnipotente
y acepte maltratar a un inocente.
Aquí quede constancia, lo pregono
jamás a la bondad yo la traiciono.
©donaciano bueno

Este tema de #Dios no hay quien lo entienda, o si? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Mariela Peña

NO PODRÁ BORRAR LA LLUVIA

Maljut

Nos vemos como no somos,
perdidos en formas establecidas.
Nos fragmentamos una, dos, una, dos veces;
Dejamos a un lado el paraíso,
para ir al reino.

Reino sin riqueza
reino de ilusión
reino de la tierra
reino de lo más bajo
reino de miseria
reino sin rey
sin reina
sin Dios.

Sólo a través de mí se llega al padre.
¿Lo has escuchado?

Sube los seis escalones
Toma tu tiempo, mas no te detengas.
Llegarás a la pirámide soñada,
llegarás a casa.

Dios no quiere tus flores
Dios no quiere tu oro,
Tu incienso, tu mirra.
Dios quiere que te ganes el pan con el sudor de tu frente.
Dios quiere que seas como Él;
se lo pedimos un mal día,
nos creó a imagen y semejanza.
Nosotros mismos nos expulsamos del paraíso,
mas no caímos. Explotamos.

Nos vemos como no somos,
perdidos en formas establecidas.
Nos fragmentamos una, dos, una, dos veces;
dejamos a un lado el paraíso,
para ir al reino.
Sin darnos cuenta que siempre
estuvimos en casa.

No podrá borrar la lluvia

I
Y retiemble sus centros la tierra,
después. El sonoro rugir del cañón.

Caminamos en silencio,
nuestros ojos gritaban.
Boca encintada,
manos unidas,
ese día no hubo sol,
no ha habido sol en cincuenta años.

Lo hago por ti y por los hijos que no tuve.
Por mi madre que no me vio volver.
Por los gritos de lucha antes que de los de auxilio.
Por los corazones latentes que no podrá borrar la lluvia.

Ese año nos quitaron la medalla de oro,
ganamos la eternidad.
Olimpia, ven y borra mi cuerpo,
que mi alma sigue luchando,
que nunca podrán limpiar las calles
ni el suelo condenado a sacrificio,
fuimos ofrenda un mes después,
bañados en cempasúchil, brillando en veladoras.
Nunca podrán limpiar las calles, ni las páginas en la historia.

II
No perdono. Ni perdonaré,
ni mis hijos ni mis nietos lo harán.
No perdonan las calles, las pancartas,
los zapatos abandonados,
no perdona la plaza, las grietas del pavimento.
No perdono. Ni perdonaré. Porque no olvido.
Porque no te he olvidado a ti, hermano,
mi camarada que escuchaba música en su cuarto,
que jugaba a la libertad entre libros y cuadernos,
no olvidan los escalones
ni las ventanas rotas.
No olvido. No quiero olvidar.
Porque tampoco me he olvidado.

Gritaré tu nombre. Gritaré su nombre sesenta y ocho veces,
buscaré en el cielo luz bengala producto de un deja vú,
producto de un sueño.
Despertaré temprano; lucharé por ti,
por los hijos que no tuviste,
Por la madre que no te vio volver.
Gritaré en lucha antes que pedir auxilio;
Lucharé por los corazones latentes que no podrá borrar la lluvia.

Lucharé.
Para que nada, nada, haya sido en vano.

Un día después

Toma flores.
Deshójalas: una por una.
Toma insaciable amor,
entre tus manos,
entre tus piernas.
Deshójalo: uno por uno.
Toma mis labios,
exprímelos con los tuyos.
Deshójalos: uno por uno.

A estos ojitos tristes un día después,
guárdalos bajo la tierra de tus macetas;
han de echar raíces,
crecerán, así, tristes:
como el gato que duerme bajo tu cama;
crecerán hojas verdes,
nacerá amarilla la flor de iris.
Tómala.
Deshójala: pétalo por pétalo.

Pequeñas manos que buscan.
Pequeñas manos que buscan enredarse en las tuyas.
Pequeñas manos que buscan enredarse en las tuyas, así: pálidas, resecas. Así: mis manos.

Busca mis bragas en la obscuridad,
tómalas,
Deshójalas: hilo por hilo,
hasta quedar tan solo encaje negro. Guárdalo.

Cuando veo tus ojos a medio morir,
cuando te escucho gritar;
ahí es cuando me vengo,
ahí es cuando me vengo en tu cama,
ahí es cuando me vengo en tu cama, en la tierra, en el reino, en el centro del universo.
Quedando acostado,
momentáneamente sonriente, tranquilo.
Quedando renovado. Con tus ojos a medio vivir.
Tomando aire,
tomando alcohol,
tomando la decisión de llamar un día después.

Tuve el descaro de buscar en otros cielos
la visión que sólo puedo ver por tu ventana.
Tuviste el descaro de invocar un “te quiero”
cuando me recuperaba de un espasmo.
Tuvimos el descaro de amarnos
cuando son tiempos de guerra.

Quedando inconformes, anhelando.
Quedando inconformes, anhelando que todo sea cierto.
Quedando inconformes, anhelando que todo sea cierto aquí y en los tres mundos restantes: bastos, copas, espadas y oros.

Deshojándonos: uno por uno

Ronroneos

Los días son más largos,
llegas con el sol siendo verano.

Despiertas temprano
ronroneas, maúllas.
Te escondes bajo la cama,
vuelves a salir cuando la lluvia se acerca.
Te escabulles, saltas, trepas,
llegas a lo alto.
Desde ahí ves la ciudad
los cerros, el tráfico,
las nubes, los otros gatos.

Eres solsticio cuando sonríes,
cuando abres los ojos,
cuando cantas.

Te acuestas en el sillón,
quieres que te acaricie mientras duermes.
Sueñas con el mar, con peces de colores,
sueñas que navegas,
que eres quietud y no tormenta.

Y despiertas temprano
ronroneas, maúllas.
Llegas siendo verano.

Lotería

El mundo,
El sol, La luna, La campana, La escalera,
El barril, La botella, La estrella,
El cantarito, La maceta, El corazón, La botella,
El músico, La botella,
El bandolón, La botella,
El paraguas, La botella,
La calavera,
La botella,
La botella,
La botella,
…La muerte.

El borracho.
Ni El soldado ni El catrín,
El borracho; en una noche,
en una noche callada, en una noche tumulto,
un día, un día de estafas,
un día de dolor, en su casa,
en su casa cocina, en su casa campo minado,
o en cantina, o en un bar.
Me topé con él.
A obscuras, frente a las cartas,
frente a el árbol de la vida.

Olor a jabón, hierba,
al cuero de su chamarra y licor de canela,
en la mezcla perfecta de dosis iguales.
Los componentes de un cuerpo terrestre,
sometidos a la materialidad del reino,
sometido a parecer humano.
Extraño y hermoso ser en cautiverio,
cuidando de un pedazo de tierra que no le pertenece;
no le pertenece nada,
no le pertenece a nadie.

Se tambalea en las aceras,
caminando en zigzag,
usando siempre los mismos zapatos;
bajo la lluvia tormenta huracán,
se tambalea en las aceras,
caminando en zigzag.

Con el brazo izquierdo:
sostiene una caguama,
la cuida.
Con el brazo derecho:
amarra la cintura de La sirena,
la cuida aún más.

La sirena.
Ni La dama ni La chalupa,
La sirena; amarra la cintura de La sirena,
amarra la cintura de mí.

¡LOTERÍA!
Pude gritar al fin.
Pudiendo demostrar al mundo
que El borracho también te puede hacer ganar.

Credo

Creo en el amor Todopoderoso.
Creador de lo inhumano y soberbio.
Creo en su solo hijo, la desolación,
que fue concebido bajo los efectos del alcohol.
Nacido de las no vírgenes
y padeció bajo el poder de un perdedor.

Fue exiliado, muerto y sepultado en los recuerdos;
descendió de lo terreno, al tercer intento,
resucitó de entre las esperanzas muertas.
Subió al cielo,
por un momento se sentó a la derecha de la infinidad de los deseos,
desde ahí viene a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el amor oscuro
de alcantarillas de ciudades, en el amor profundo.
Creo en el amor de locos,
insensatos, asesinos,
camaradas, curas y santas.

Amor de rebelión y hospicio,
amor damnificado, de caos, resortes,
huracanes, de terremotos y causalidades.
Creo en el amor de dos…
de dos días, dos años, dos vidas.

No somos almas gemelas.
Somos almas que conspiran.
Creo en el amor de zapateros,
de carniceros, de putas y floreros;
de tierra, hojas, espinas.
Creo en el amor de los ciegos,
miserables y olvidados.
Creo en amor de ventanas,
paredes y terrazas.
Amor de solitarios, rechazados y humillados.
En el amor de lobos, serpientes y cazadores;
creo en el amor de los rencarnados,
de los que pelean a muerte,
de los que triunfan y besan.

Creo en amor de niños,
de ancianos,
de veleros,
de manos,
amor de cintura para abajo,
de caricias o araños.
Amor crucificado.

Creo en el amor santo.
Creo en la iglesia de tu alma,
la comunión de tu silencio,
en el acumulo de pecados,
la putrefacción de la carne
y la muerte etérea….

Amén.

Las malas

I
Búscame
¿Qué esperas?
ven por mi cuando esté sola
apaga mi voz, no pasa nada
nunca ha pasado nada
es claro, ¿de quién es la culpa?
es tuya hija, ¡pobrecita!
eso le pasa por andar sola
¿Qué esperas?
Ven por mí cuando no hay un hombre a mi lado
Tócame
Estrújame
Grítame
Viólame

MÁTAME

No pasa nada,
nunca ha pasado nada
es claro, ¿de quién es la culpa?
es tuya hija, ¡pobrecita!
¿Para qué se viste así?
Esta es la última foto que me hice
la que usarán para pedir ayuda

¡SE BUSCA!

Es mujer
como tú, como yo
como tu madre y mi madre
Es niña
como la que fuiste, como la que fui
su cabello es largo
corto, rizado, ondulado
lacio, lo tiene pintado
rapado, en trenzas
como el tuyo, como el mío
Sus ojos son obscuros
cafés, negros,
son claros, color miel
verdes, grises, azules
como los tuyos, como los míos
Si la ven, ella es
alta, es robusta
es delgada, es bajita
sus cejas son pobladas
tiene una marca de nacimiento
como tú, como yo
La vieron por última vez en
la parada del camión
en la escuela
en el centro comercial
en el bar, en tal colonia
iba rumbo a su trabajo
iba regreso a su casa
como a ti, como a mí.

II
Si hoy no puedo hablar
tú lo harás mañana
aquí estamos
te doy mi mano
mis ojos, mi voz
te doy el tiempo
te doy las armas
Aquí estamos
unidas por la tierra
bajo el cielo infinito
buscando la cualidad más íntima
para abrazarnos
Aquí estuvieron
las chamanas,
las brujas, las putas
las culpables
las locas, las malas
tu abuela, mi abuela
cada mañana pido ser una
caminar descalza sin importar las brazas
danzar frente a la hoguera
para que no nos quemen en ella
Aquí estamos hermana
si hoy no puedo hablar
tú lo harás mañana
y gritaré tan fuerte
para que puedas volver a casa.

Si te gusta #Mariela_de_la_Peña... ? Share on X

HE VISTO A DIOS NACER EN UNA ESQUINA [Mi poema]
Fermín Herrero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

He visto a Dios nacer en una esquina
de un viejo cementerio junto a un nicho,
estaba acurrucado como un bicho
en medio de aquel campo, de esa ruina.

Lamento al corazón cuando resbala,
por mor de la desidia o la pereza,
haciendo una traición a su destreza
o miedo a tropezar con una bala.

Las penas se me han ido acumulando
y aun siguen escondidas a la espera,
pues sé que aquel que espera desespera,
mejor será olvidar, les vayan dando.

Que tuve el corazón hecho pedazos
a punto de quebrar por la pendiente,
ausente de caricias y de abrazos
no pude vislumbrar que hubiera un puente.

Tenía yo un amigo y ya se fue
así que se marchara yo impidiera,
se fue por el camino que viniera
por qué no me pregunten pues no sé.

Así que tú la invites la memoria
por mucho la reclames no hace caso,
tener mucha memoria es un fracaso,
mejor será olvidarse de la historia.

Mucho antes tú te vayas me iré yo,
que nadie a mi me ha odiado ni me engaña,
distinto a lo que hacen hoy de España,
la que honra por los barcos no vendió.

Se sabe que tú habrás de fallecer
mas cuándo no se sabe, nadie sabe
nos tengas que decir hasta más ver,
saber nunca sabrás, esa es la clave.

No seas inocente ni, sabiondo,
ni intentes descubrir lo qué es el mar
pues nunca tú hasta el fondo has de llegar,
que así no lo parezca está muy hondo.

Y un día cuando menos te lo esperas
resulta que te vienen a buscar.
Por muchos que les quieras despistar
salir ya no podrás por peteneras.
©donaciano bueno.

Anda, #dame_tu_opinión por fa! Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Fermín Herrero

Para una mujer que al alba.

CÓMO ESTÁS y me dices: con los nervios
a flote, me abandono en seguida y apenas
puedo seguir un orden, se me va
el santo al cielo. El aire tira
mucho, los arces cabecean. Recuerdo que llorabas
con un cuarteto para cuerda de Brahms
y de pronto pensé: lo que se eleva
es frágil. Te rompiste. El viento desmelena
los arces del jardín. Sonríes. Lo mejor son
las nubes, dices, creo que lloverá. Y sonreímos.
(De La gratitud)

Canta el mirlo en el arce, vuela

Canta el mirlo en el arce, vuela,
y, mientras atardece, estoy leyendo
de nuevo “El grano de mostaza” del maestro
Eckhart. No tengo caridad ni templanza alguna,
nada de nada, ni modestia, ni honradez,
ni amor siquiera. Da vueltas y más vueltas
un murciélago, está también perdido.
En el momento en que renuncio
me arrepiento, me puede la codicia,
la soberbia, el apego. Hay días sucios,
mucho. Y muchos. Que a duras penas.
Ahora el mirlo va por el sendero,
picoteando aquí y allá, distraído,
calibra bayas, mueve piedrecillas.
Qué no sabrá de lo que ignora. Y cómo
olvida. Ha oscurecido. Apenas si se ven
las letras del maestro, que no podré decir.
Aunque cada mañana vuelve el mundo
y su celebración. Espero que me encuentre
tan impropio de mí mismo como pueda.
Que no puedo, que no. Y aun así.
(Poema Inédito)

ACANTILADO

La claridad en el acantilado, un mar
de luz la luz del mar en el aire
de junio. Cómo voy a morir después
de haberte amado al límite, a cielo
abierto, a mar abierto, en esta luz
sin desmayo. Semilla al viento, entrando
en las olas, la sombra desprendida de una higuera
nuestros cuerpos esclarecidos. El mar
y el cielo. El cielo, el mar. La línea
del horizonte. Espuma y piel, al desnudo.

Era el otoño. Ayer. Era el otoño sin consuelo
en el rigor de los límites, muriendo
bien a las claras por los chopos, la tarde
adentro. Sabía a destrucción. Ahora me levanta
al aire de la sierra, se cimbrea, me desnuda
por las ramas pues no hay más raíz
que la pupila. Ahora, al fin, la mirada no es de nadie
y es suficiente —el tiempo a mi favor, sin sombra
alguna los caminos—. Acaso todo sea igual
que siempre. Y sin embargo cambia: lo que puedo
decir, lo que no puedo. Ahora me levanta
lo que declina —la desnudez está madura—. La raíz
busca el sueño. Me alegra, me yergue, me va
tomando, en crecida. Las tardes altas, dejarlas
fermentar. Porque no son de nadie. Ni tampoco la hoja
es el árbol, ni hace octubre. Cuando puedo decir
del musgo y las ciudades. Es suficiente: lo demás
es barbecho. Qué alto por el árbol que me piensa
y qué puro y qué frágil este otoño que busca
el sueño, su evidencia. Y era el otoño sin consuelo
cuando la luna huera barruntaba que iba
a cambiar el astro. Era el otoño. Se fue.

Wurzlen-

QUE TODO ES REGALADO, ACUÉRDATE

Que todo es regalado, acuérdate,
que en mucho has de tener, más allá
de ti, cualquier amor, cualquier indicio
de amistad, de misterio compartido.
Vivimos de milagro y eso es suficiente.
Es cierta la belleza aunque lacere,
sobrecoja, remanse y niegue el tiempo.
Que es de admirar por junto, de parte
a parte, lo pasado y lo por venir,
de plenitud en plenitud. Si bien
una sola constancia bastaría. Una sola.
Que de tanto contento no se te acaben
estos días si deja de alumbrar el sol,
que dejará. Actúa como si no lo supieses
y, ante lo inevitable, como fuere razón.

Todo poema acota un espacio

y lo funda, baliza un territorio. Aquí
la altura es páramo
y remanso -los hombres callan- pero
el agua baja de los montes y su voz
desnudándose al aire me traspasa. Muchos
aquí se van y pocos
vuelven, los que se quedan vagan
como espectros rulfianos pero
su corazón sin catastrar ignora
la prisa y los registros. Aquí
los frutos son de otoño y cuando
llegan, porque las casas dan
al invierno y la flor se desploma
en ruina al pasmo de las noches
en pueblos sin escuela ni tabernas. Pero
todavía en algunos
es virtud la templanza y no se pierde
el hombre por el lucro o la apariencia. Estos
son los dominios del silencio. El tiempo
aquí se para. Y me traduce.
– MOJONERA –

Buscaba el modo de atisbar el silencio

más alto. Olía todo el monte a flor
de bizcoba en la tarde que conoce
sólo un confín y en cambio ensancha
los límites. Trataba de buscar el desaliento
donde expresa lo oscuro sus motivos
sin miedo a las respuestas. Contra
todas las formas de mirada fósil
resistía, cruzado por los pájaros, donde
hubiera demora, erosión
y fermento. Por qué lentas veredas
apartado de todos, y de todo, donde
la libertad estuvo,
y la memoria, iba al encuentro
del ojo que desnuda y nos ahonda.
AJUSTE –

Con cerca de setenta años y una hernia

discal que nunca se operó mi madre
está cavando el huerto. La recuerdo
siempre así, sin parar, desviviéndose
por nosotros, sus manos de penuria inquietud
día y noche, la abnegación echada al hombro hasta
dejarlo todo aviado y acabar molida: frota
que te frota ordeñando, acarreando, frota
que te frota barriendo, fregando, vareando
en la era la lana de los colchones, haciendo aulagas
para prender la lumbre y caldear la casa… Siempre
así, sudando como una descosida, sin dar abasto
y pese a todo -igual que el resto de las esclavas
de posguerra- no tiene derecho
a pensión. Cuando puede ver el parte se hace
cruces de lo bien que hablan los políticos.
ESTADO DEL BIENESTAR –

Los girasoles son contorsionistas

a piñón fijo, su mirada preludia
la salida del sol y en él se embeben.
Son extraños aquí, parece
que sintieran pudor de su origen,
trasplantada su mala conciencia desde
las subvenciones de Bruselas. Suelen,
por eso, frecuentar testarales, redimirse
pedregosos de cerro en cerro. Aun con
todo, cautiva su belleza -porque además
no requieren abono y apenas necesitan
agua para criarse, les bastan
unos pocos chaspazos a tiempo-. Pero
es efímero su fulgor amarillo,
doblados bajo el peso del aceite
agachan pronto la cabeza, ennegrecen
hasta fundirse en el terreno. También
en esto son como nosotros. Si hay agua a mano,
en su vejez de octubre los aturden bandadas
de pardales atiborrándose de pipas. Su simiente
es tenaz, mas baldía; resisten en invierno
el gradeo y la sementera, pero, al crecer, les va
robando el cereal la mirada nutricia
del sol. También en esto nos delatan.
– DE LO EXTRAÑO Y LO PROPIO –

Al fondo de las cárcavas el matorral

se espesa, corren ríos invisibles. El agua es
la memoria y mis ojos vagan lejos. Nada
existe que no sea abandono pues alguien
se encargó de borrar las trochas de las recuas, el aliento
final de quienes se negaron
a vender y murieron solos. Nadie
los enterró. Después de saquear las casas
cercaron con alambre la ignominia, se llevaron
las tejas y las losas, y los indicadores
de los pueblos. Por último fundieron
las campanas, robaron. Robaron.
El agua es la memoria y mis ojos
vagan lejos. Quebradas, rañas, torrenteras,
la corriente invisible en la maleza donde
la soledad se llama espino. Entre las ruinas
-silencio y medias hoces, fragmentos
desteñidos de cartas, óxido de herraduras-

se escucha todavía la voz de los arrieros
trabada en las mujeres. Los ojos vagan
lejos. Son las iglesias cuadras, broza
los cementerios, pena. El agua es
la memoria. Por todas partes suelas
de abarcas, zarzas, zarzas y más ortigas, zarzas
y únicamente zarzas.
– BUIMANCO –

Del libro Tierras altas, Editorial Hiperión, año 2006.

Si te gusta #Fermín_Herrero... Share on X

DECONSTRUYENDO…ILUSIONES [Mi poema]
Gonzalo Cordero Dávila [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Amigo, el sol ya no es lo que parece,
la luna falta está de sentimientos,
lo que dicen sucede, no acontece,
¡despìerta de una vez de tantos cuentos!

Hasta el alma es pura ficción, el alma
no existe, nadie la vio, es un invento,
la sensatez, tranquilidad, la calma,
mentiras en constante movimiento.

Y qué decir y hablar del corazón,
¡qué listos los poetas! lo han vendido
para el hombre abandone la razón
lamentando de un día haber nacido.

Todo imaginación. Sólo los ojos,
hacedores de todo lo que observan,
son igual que los endoscopios, cojos,
que siempre cuando miran se exacerban.

El mundo no es real. No te lo creas,
los sueños son nuestra única mirada,
duda de ti y de todo lo que veas
tu eres solamente una “m”, no eres nada.
©donaciano bueno

Comentario del autor sobre el poema: Fue Pedro Muñoz Seca, escritor y autor de teatro español, el que de sí mismo decía que él era una eme seca (mierda seca, con perdón).

MI POETA SUGERIDO:  Gonzalo Cordero Dávila

Diciembre

La vida, flor de trébol en el prado,
murmullo y luz errante en la fontada,
pone esta vez en mi jardín cerrado
la dulce primavera más lejana.

En tremante esmeralda de sembrado
palpita el haz de la extensión aldeana;
y sobre ella, radiante y azulado
se queda toda el día en la mañana.

Olor de incienso, pajas y floresta
tiene hoy día la casta perspectiva
del campo que Belén pone de fiesta.

Camino del distante Nacimiento,
Navidad de la dicha primitiva,
¿por qué no vuelo alegre como el viento…?

Tragedias ignoradas

Melancólica tarde solariega
que lloras en la paz de las colinas,
a donde el eco de los valles llega
con las íntimas quejas vespertinas;

senda que el retamal en oro riega
y erizada de indómitas espinas,
de las silentes granjas de la vega
a los bohíos del erial caminas;

¿en dónde está la flauta gemidora
que el dolor del crepúsculo sentía
como si fuese el alma de aquella hora?

Tarde estás muda, senda estás desierta;
así, de toda animación vacía,
queda esa choza, en el breñal, abierta.

Y el indio ya no vuelve. ¡Pobre hermano
que de la vida al llamamiento vino
para vivir besando aquella mano
que a la abyección torciera su destino!

¡Súbitamente iluminose el llano
ante su faz de ignoto peregrino…
cerró los ojos al dolor humano,
y se perdió por el postrer camino…!

Con su propio azadón se abrió la fosa
que iba a sembrar su corazón inerte
del camposanto en la quietud llorosa;

y vi hundirse su carne atormentada
por el hondo silencio de la muerte
en el consuelo inmenso de la nada.

El esquilón dolido de tristeza,
amargaba la pompa solitaria;
¡y era en toda la gran naturaleza
el recuerdo del sol una plegaria!

La luna su apoteosis de pureza
impuso a la honda soledad agraria,
y yo, ante el surco en que el misterio empieza,
vi en la muerte una noche necesaria;

porque no tiene la existencia encanto;
¡para el que cruza por la faz terrena
como una amarga encarnación del llanto!

Y ante el ser que en martirio se convierte
y la vida que es cárcel de una pena.
¿que fuera de la vida sin la muerte…?

Dura de agosto el calcinante fuego;
pero en la linde azul del Cabugana
se consuela la vista del labriego
con las nieblas que deja la mañana.

La bendición del cielo está cercana;
pronto del campo el íntimo sosiego
palpitará al clamor de la besana
y al dulce peso de la vida, luego:

laderas que sin él no hubisteis flores,
tierra desnuda que vistió su mano
del cariño de todos los verdores;

con su ausencia llorad vuestro infortunio.
¡Adiós maizales del abril lozano,
y trigos de oro del ardiente junio…!

No se vuelve

Eran las cuatro… y jueves… Al camino
que se va desde la urbe a la alquería
robó alegre su toque blanquecino
la gente aldeana que al hogar volvía.

Sonó por las tabernas del vecino
henchida de rural melancolía,
alguna concertina que se vino
con un novio a la feria de aquel día.

Oliéndose a totoras y cantueso
corría el viento, que en la sementera
la primera hoja alzábase travieso…

Sentí los años de la edad primera
y, herido de nostalgias de regreso,
sólo pude pensar: ¡quién se volviera!

De «Omnia lugens»

Llanura del Azuay, vieja llanura
de alegre sol y cariñoso día,
que entre setos, collados y verdura,
te pierdes en la agreste serranía;

los diáfanos torrentes de la altura,
con sus ritmos de extraña melodía,
te adormirán: aromas y frescura
tendrás del monte en la quietud bravía;

pero la dulce lira gemidora,
esa que vive y siente, cuando llora,
encanta este rincón americano,

no te ha dado la gran Naturaleza.
Nació, cuando del indio la tristeza
invadió el corazón del castellano.

De «Amaritudo magna»

Su huerto, pobre huerto, no recibe
la caricia de su agua bienhechora;
y no sé cómo, si él ha muerto, vive;
¡y no sé cómo, si él ha muerto, enflora!

No habrá una abeja que sus flores libe;
tendieron todas su ala emigradora,
pues en julio faltó quien las esquive
del frío viento que en las peñas llora.

Cada día en el bosque que él criara
muere algún árbol que sin él no pudo
seguir luchando con la tierra avara,

y yo, que sé que lo plantó su mano,
me acuerdo de él, y, de congoja mudo
me abrazo a los despojos de ese hermano.

Por mi tristeza

Él, que fue como el sol, alegre y bueno;
que irradió claridad en la existencia;
y del abismo al nebuloso seno
se llevó como antorcha su conciencia:

que dio su llanto al corazón ajeno,
y, en la envidiable paz de la creencia,
se fue del mundo con el rostro lleno
de la diáfana luz de la inocencia:

en la amable expansión de su alma franca,
como el cielo, la brisa o la pradera,
llevaba el lauro en la cabeza blanca…

Le vi cruzar los campos paternales,
contrastando el laurel su primavera
con el oro senil de los trigales.

A la tarde fugaz de la alquería
ya sólo vuelve mi alma. ¡Hora por hora,
se hizo triste la senda y llegó el día
en que otra gente en la alquería mora!

¡Tierra de mi niñez!… ¡se perdería!
y aunque nadie mi ausencia en ella llora,
cuando vuelve el recuerdo a hacerla mía,
mi sol la tarde de esos campos dora.

Y desde el poyo del hastial ruinoso,
o la paz de los vientos corredores,
siento llegar el nocturnal reposo.

Despiértanse en la sombra los candiles,
y, en la estancia que fue de mis mayores,
hay laureles de sombra en sus perfiles.

Y le vuelvo a encontrar en donde quiera
que al éxodo fatal detuvo el paso:
a la azul inocencia mañanera,
al lloroso tormento del ocaso.

Mi dolor no le llama ni le espera;
mas yo a la sombra que pasó me abrazo,
y me quiero engañar con que le viera
y a los días de ayer la vida atraso.

Esta noche, a la lluvia, está desierta
la calle… entre el gotear de los aleros,
su recuerdo, sin voz, llama a mi puerta…!

Suena la hora en las torres misteriosas;
están negros y mudos los senderos:
¡cuánto frío de lluvia habrá en las fosas…!

Ayer y hoy mi vivienda está callada.
Dura en ella un crepúsculo lejano:
se queda indiferente a la alborada,
y le busca el calor del día en vano.

Me puso, para siempre, la jornada
ante la inmensa soledad de un llano,
que no cruzó la voz de mi llamada,
y mi padre, al confín, ¡se hundió en lo arcano…!

Desde entonces la sombra del alero,
como mi sombra, es triste. En la tortura
de hoy, esa noche de mis cosas quiero…

Sin el consuelo de una estancia obscura,
cuando escuché este día el son postrero,
¿a dónde se volviera mi amargura…?

Si te gusta #Gonzalo_Cordero_Dávila... Share on X

QUÉ SERÍA SI TÚ FUERAS [Mi poema]
Gabriel Villagómez Viteri [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Muchacha, ¿qué sería si tú fueras
una ave solitaria de alas tristes,
que aunque traten de cortarlas te resistes
y a aquel que lo intentara destruyeras?

Imagina, muchacha a un campanario,
con campanas plegadas y sumisas,
que se apagan si el cura dice misas
o se duermen a la hora del rosario.

Figúrate que sabes que tú existes
y a pesar de ello al cielo tu ascendieras,
y al pisar en el suelo convirtieras
en humo todo aquello que persistes.

No eres más que la escarcha en la mañana,
un esbozo que germina como el el trigo,
ese sueño que surge a edad temprana
y en invierno serás tu mismo abrigo.

Nunca habrás de ser lo que has querido
-el espliego, tomillo o mejorana-,
badajo que hoy, tan libre en la campana,
se ha de quedar muy pronto sin sonido.

Muchacha sé tú misma. En esta vida
no mires ni al vecino ni al de al lado,
los consejos que el médico te ha dado
sólo han de ser tu punto de partida.
©donaciano bueno

Pues, puestos a imaginar, #imaginémonos no? Share on X

Comentario del autor sobre el poema: Consejos vendo y para mi no tengo. Lo más importante de la vida es ser auténtico. Sé tú mismo/a

MI POETA SUGERIDO:  Gabriel Villagómez Viteri

¡Lo que somos los humanos!

En el viejo cementerio donde todo es podredumbre
donde no llegan los ecos de la humana algarabía,
olvidada para siempre de la ignara muchedumbre
duerme triste y silenciosa la adorada vida mía…

Sobre un tálamo de flores que sembré en el campo santo
y velada por el viento que a las cúpulas agita,
hoy contemplo con los ojos inundados por el llanto
una caja de madera que su cuerpo deposita…

Fue una casta virgencita. Su belleza cautivaba
a los míseros mortales que miraban su figura.
¡Quién, al verla tan hermosa como buena, no exclamaba:
Es un ángel con la forma de una mística criatura…!

De sus formas seductoras que turbaron mis sentidos,
ya no quedaba más que polvo que remueven las gusanos.
¡Pobrecita! De sus voces que arrullaron mis oídos,
queda un eco que repita: «¡Lo que somos los humanos…!»

Convencimiento

Al fin me he convencido que la vida es un daño
que se quién nos hizo por un designio infando.
Que el dolor nos persigue y el placer es huraño,
que se nace con llanto y se muere llorando.

Y vivo convencido del triste desengaño
que encierra aquel enigma del vivir suspirando…
Sólo sé que de cierto sólo existe el engaño
y que la vida misma nos está traicionando…

Tengo la certidumbre de que no hay dicha humana,
de que el goce es anuncio de una pena cercana…
¡Por eso siempre vivo escéptico y huraño!

Desde que tuve el uso de la razón serena
y conocí el horrible secreto de la pena,
desde entonces la vida me causó mucho daño.

Si te gusta #Gabriel_Villagómez_Viteri... Share on X

MI POETA INVITADO:  Ricardo Zelarayán

LA GRAN SALINA

La locomotora ilumina la sal inmensa,
los bloques de sal de los costados,
los yuyos mezclados con sal que crecen entre
las vías.
Yo vacilo…
y callo…
porque estoy pensando en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La palabra misterio hay que aplastarla
como se aplasta una pulga,
entre los dos pulgares.
La palabra misterio ya no explica nada.
(El misterio no es nada y la nada no se explica
por sí misma.)
Habría que reemplazar la palabra misterio
(al menos por hoy, al menos por este
“poema”)
por lo que yo siento cuando pienso en los
trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La pera trepida en el plato.
La miel se despereza en el frasco cerrado,
para desesperación de las moscas que la
acechan posadas en el vidrio.
Pero yo no me explico
y hasta ahora nadie ha podido explicarme
por qué me sorprendo pensando
en la Gran Salina.
El hombre de chaleco del salón comedor
se ha quitado los anteojos.
Los anteojos trepidan sobre el mantel de la
mesa tendida.
Todo trepida,
todo se estremece,
en el tren que pasa a mediodía por la
Gran Salina.
Yo me he sorprendido mirando
la sombra del avión que pasa por la
Gran Salina.
Pero eso no explica nada.
Es como una gota que se evapora enseguida.
Hay que distraerse, dicen.
Hay que distraerse mirando y recordando
para tapar el sueño
de la Gran Salina.
Un piano colgado como una araña del hilo
se ha detenido entre los pisos doce y trece…
Un camión pasa cargado de ventiladores
de pie
que mueven alegremente sus hélices.
En 1948, en Salta,
fuimos a cazar vizcachas y ranas,
la conversación se apagó con el fuego del
asado,
abrumados como estábamos por el cielo negro y estrellado.
Nerviosamente encendíamos y apagábamos
las linternas
hasta quedarnos sin pilas.
Tampoco puedo explicarme por qué sueño
con pilas de linternas,
con pilas para radios a transistores.
Ni por qué sueño con lamparitas de luz,
delicadamente guardadas en sus cajas
respectivas.
Ni por qué me sorprendo mirando el
filamento roto
de una lamparita quemada.
Nunca he visto…
nunca he podido imaginarme
la lluvia cayendo sobre la Gran Salina.
Yo no tengo objetivos pero me gusta
objetivar.
Desde chico intenté cortar una gota de agua
en dos
(con una tijera).
Aún hoy intento,
apartando las cosas de la mesa
o ahuyentando amigos,
imitar, imaginarme, la lluvia sobre la
Gran Salina.
Tomo una plancha caliente y le salpico gotas de agua.
Pero aunque pueda imaginarme todo,
nunca podré imaginarme
el olor a salina mojada.
Anoche llegué a mi casa a las tres de la
mañana.
En la oscuridad tropecé con un mueble…
y allí nomás me quedé pensando
en lo que no quería pensar…
en lo que creía bien olvidado!
Pero en realidad me estaba escapando
del sueño estremecedor de la Gran Salina.
Y ahora me interrogo a mí mismo
como si estuviera preso y declarara:
“La Gran Salina o Salina Grande
está situada al norte de Córdoba,
cerca (o adentro, no recuerdo)
del límite con Santiago del Estero.”
Estoy mirando el mapa…
pero esto no explica nada.
La caja de fósforo queda vacía
a las cuatro de la mañana
y yo me palpo a mí mismo, desesperado,
con el cigarrillo en la boca…
Habría que inventar el fuego, pensarían
algunos.
Yo en cambio pienso en los reflejos del tren
que pasa de noche junto al río Salado.
No puedo dormir cuando viajando de noche
sé que tengo a mi derecha el río Salado.
Pero aún así sigo escapando del gran
misterio…
del misterio de la sal inagotable de la
Gran Salina.
Recuerdo cuando arrojábamos impunemente
naranjas chupadas
al espejo ciego y enceguecedor de la Gran Salina.
(A la siesta, cuando la resolana enceguece

más que el sol.)
Esperábamos llegar a Tucumán a las siete
y a las dos de la tarde tuvimos que cambiar

una rueda
junto a la Gran Salina.
Un diario volaba por el aire…
el sol calcinaba las arrugadas noticias del

mundo
del diario que caía sobre la Gran Salina.
Y vi pasar varios trenes
y hasta un jet…
Los pasajeros de los Caravelle
o de los Bac One-eleven,
no saben que esa mancha azulada,
que a lo mejor están viendo en este mismo

momento,
desde ocho mil metros de altura,
esa mancha azulada que permanece durante

escasos minutos,
es la Gran Salina,
la Salina Grande.
Pero el jet anda muy alto.
La Gran Salina no conoce su sombra que

pasa.
Los pasajeros del jet duermen…
se sienten muy seguros.
En el jet no hay paracaídas
Los jets no caen. Explotan.
Hace unos años,
un avión que no era un jet volaba, creo,

sobre Santa Fe.
De pronto se abrió una puerta
y una camarera tuvo que obedecer calladita
las sagradas leyes de la física,
y demostrar su inequívoco apego a la ley

de la gravedad.
Una ley dura como las piedras metidas en la
boca de Demóstenes
que, según dicen, hablaba mucho.
Aquí hay que hacer un minuto de silencio.
Primero por la dócil camarera sin cama del
avión.

Después, por las palabras muertas,
muertas por no decir nada…
misterio, por ejemplo,
que sirve para no explicar lo inexplicable,
lo que yo siento cuando pienso en la

Gran Salina,
lo que traté de no pensar un día que
caminaba por la Gran Salina
tratando de distraerme y de no pensar dónde

estaba,
escuchando una canción de Leo Dan
que pasaba LV12 Radio Aconquija
y el Concierto en sol de Ravel por la filial

de Radio Nacional.
¿Qué pensaría Ravel, el finado,
si caminara como yo en ese momento
por la Gran Salina?
Ravel, púdico sentimental,
te imagino tocando el piano que hoy vi

colgado
entre el piso 12 y el piso 13.
Sí, pobre Ravel de 1932
con un tumor en la cabeza que ya no lo

dejaba componer.
Ravel tocando solo,
de noche (pero eso sí, absolutamente solo)
los “Valses nobles y sentimentales” en medio

de la Gran Salina.

Estoy seguro que si hubiera interrumpido

al escuchar el silbato lejano de la locomotora,

para ver el haz de luz a la distancia

y la penumbra sobre la Gran Salina
Días pasados fui al Hospital.
Hace años yo andaba por allí,
despreocupado y con mi guardapolvo blanco

Pero ahora, de simple paciente,
sentí el ruidito angustioso
¡Trank!
de la máquina de hacer radiografías.
¡Y que pase otro! gritó el enfermero.
Pero el otro no podrá explicarme
por qué tengo sed,
por qué voy detrás del agua cautiva de la

botella
y de la sal capturada en el salero,
yo, tan luego yo,
capturado en el sueño de la Gran Salina.
Un amigo, alto funcionario estatal,
me ofreció su pase libre para viajar por todo

el país.
Total, me dijo, es un pase innominado,
cualquiera lo puede usar…
si se lo presto.
El pase sin nombre me deslumbró
como la marca de la cubierta que leí y releí
cuando cambiábamos la rueda junto a la

Gran Salina.
Pero después pensé en Tucumán
(mi segunda provincia)
y en las vértebras azules del Aconquija
horadando las nubes blancas.
Ahora me entero que mi amigo,
el del pase sin nombre,
se separó de la mujer.
Aquí me callo…
Pero el silencio me hace pensar ahora
en lo que no quise pensar cuando miré el pase
sin nombre que me ofrecían,

en lo que dejé de pensar hace un momento…
cuando vi pasar el ascensor con una mujer

silenciosa
que no me quiso llevar.
Olvidemos el ascensor pedido
y pensemos de nuevo, de frente, en la sal
(cloruro de sodio)
y en el misterio…
Pero como nada es misterio
hagamos una traducción de apuro:
miss Terio
o miss Tedio
o chica rodeada de teros asustados
o algo por el estilo.
Pero no hay distracción que valga.
El ayudante de cocina del vagón comedor
se rasca la cabeza de tanto en tanto
pero sigue pelando papas sin distraerse
en el tren que se acerca a la Gran Salina.
Y el ascensor perdido con la mujer silenciosa
sigue recorriendo kilómetros entre la

planta baja

y el piso quince.
El sastre de enfrente que ya comió
se asoma a tomar aire con el metro colgado

en el cuello.
Yo pienso en comer, como se ve…
Son exactamente las 14 horas, 8 minutos,

30 segundos.
Y también, no sé por qué,
pienso en el acorazado de bolsillo Graf Spee
que en los comienzos de la última guerra
se suicidó antes que su capitán
frente a Punta del Este.
El Graf Spee yace a treinta metros de

profundidad.
Ya nadie se acuerda de él.
Ni siquiera los hombres-rana
que bajaron a explotar sus entrañas.
Pero hasta los hombres-rana
salen a comer a mediodía.
Y a veces, para comer,
sólo se quitan las antiparras y los tubos de

oxígeno.
Todavía hay gente que se asombra viendo
comer a esos hombres
con patas de rana.
Los hombres-rana reclaman al mozo la sal

que se olvidó!
¡Dale!…¡Dale!
Hoy almuerzo con amigos
(si es que no se fueron).
Miraré de costado la sal y pediré pimienta en vez,
porque tengo miedo de quedarme callado,
ya se sabe por qué.
No quiero quedarme callado
ni distraerme,
ya se sabe por qué.
En realidad no se sabe nada
del sueño de las pilas,
de la lluvia sobre la sal,
de la chica del ascensor,
del sastre asomado con el metro colgado
o del tren que pasa de noche indiferente
junto a lo que ya se sabe
y no se sabe.
……..
Hace años creía
que “después del almuerzo es otra cosa”…
es decir que las cosas son otras
después del almuerzo.
Este poema (llamémosle así),
partido en dos por el almuerzo
y reanudado después, me contradice.
No comí postre
¡Siento la boca salada!
Pero no voy a insistir.
El domingo pasado,
en casa de un amigo poeta,
conocí a un chileno novelista e izquierdista
que se fue a Pekín y que, posiblemente,
no vuelva a ver en mi vida.
Tímidamente, entre cinco porteños y un

chileno izquierdista,
metí la frase de Lautréamont
que como buen franchute es uruguayo
y si es uruguayo es entrerriano.
Una frase (salada) para terminar

(o interrumpir) este poema:
“Toda el agua del mar no bastaría para lavar
una mancha de sangre intelectual.”
Editorial Argonauta