A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

YO ESCRIBO AQUÍ Y ¡QUIERO QUE ME LEAS! [Mi poema]
Manuel Zabala Ruíz [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo escribo aquí, y algunos me echáis flores,
lo que induce a pensar, soy un florero.
Agradecido estoy por los honores,
de su incienso me encuentro prisionero.

Soy corriente que avanza entre las olas
de impetuoso y ciclónico aguacero,
a sabiendas quizás no esté yo a solas
lo que impulsa a idear y a ser sincero.

Mi portfolio está abierto a caracolas,
a gorriones, pardillos y a vencejos
y hasta quiero me lean los cangrejos
y si fuera casual las amapolas.

Bienvenida a todos los consejos
siempre aporten ingenio y lozanía
¿buenos, malos? ¡qué más da!. Ya, los viejos,
virtudes son que aprecian la hidalguía.

Y puesto a todos las GRACIAS debo dar,
a quien lea debiera ser primero,
que a todos les intento yo agradar
¡Poemas del Alma, a ti también te quiero!
©donaciano bueno

#Poemas_del_alma.com el Portal que me permitió reiniciarme en este mundo de la poesía.

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«A ti, y a todos los que día a día trabajan por alumbrar y dar a conocer alguna idea en forma de verso, a los que dedican parte de su tiempo a comentar, y en especial a los que tienen el coraje de leer mis humildes textos»

MI POETA SUGERIDO:  Manuel Zabala Ruíz

BIOGRAFÍA HUMILDE

Asno: príncipe bíblico, transportador de dioses…
Cargada está de aureolas tu antiquísima raza;
hueles a nacimiento, a pesebre, a establo,
a palmas de victoria y a bienaventuranzas…

Tenor en decadencia, tu voz se ha vuelto escándalo.
Pobre judío errante, sin usuras ni lujos,
hace miles de años que no cambias de temo
y tu elegante frac lo ha desteñido el uso…

Ermitaño salvaje, meditas el breviario
que el rondador del indio dice con triste dejo; ,
y, como si asumieras el dolor de su raza,
tienes el pesimista caminar de los reos…

Tus ojos son dos negras recetas de dulzura;
cultivas el silencio como una hierbabuena,
¡Oh, discípulo amado de Platón o Aristóteles!:
eres el proletario reloj de las aldeas…

Gozas como un buen sabio en espantar las moscas,
dar coces a los perros, a los diablos patadas,
arrancar con los dientes la hierba del camino
y escribir jeroglíficos de cristal en el agua…

Tú insultaste a Balaam en hebreo legítimo;
y, por sabio que tiene rebeldías audaces,
te castigó el Eterno, como a los niños malos,
con dos orejas grises, lanudas y gigantes…

Yo sé que irás al cielo con sayal franciscano
a ponerte al servicio del divino portero;
pero, óyeme: allá arriba, no entones los maitines
ni espantes con tu rabo las estrellas del cielo…
De Teoría de lo simple, 1964.

EL VALS DEL PRIMER ENCUENTRO

¡ Que lejana está la tarde
de nuestro primer encuentro!
Por algo que oí en tu voz
se me ha agolpado el recuerdo
y un torreón de tristeza
se me desplomó aquí adentro.

Han pasado tantos años,
tanto llanto, tanto duelo,
que me parece imposible
recuperarte en el tiempo.
Y me quiero regresar
donde mis ojos te vieron
para nombrarme en tu voz
como enjaula de jilgueros
y embriagarme una vez más
en el mosto de tu cuerpo.

¡Cómo se apagó la tarde
en el agua de tu pelo!

CUADERNO DEL SALMISTA

Tu voz acongojada en melodía
preludia en su rumor la caracola;
tu voz de nebulosa lejanía
viajera en el arpegio de la ola;
esa voz que inventó la luz del día
en sonata de sol y barcarola;
esa voz del Jordán que me dijiste
y vuelves a decir cuando estoy triste.

En los astros tu mano fundadora,
en la ría de plata refulgente,
en el rojo tumulto de la aurora,
en el motín violeta del poniente,
en la inleve magnolia soñadora,
en las palpitaciones de la fuente,
en la edición de lujo de las flores
y en el iris cuajado de colores.

Todo me diste para el tiempo incierto
que habitaré este cuerpo desnaciente;
amontonaste de dulzura el puerto
para la erranza por el mar doliente;
tuve tu amor de par en par abierto,
amor, amor legítimo y ardiente,
y tu palabra con dulzor de caña,
la que habló en el Sermón de la Montaña.

Me diste para el breve desentierro
la llorona guitarra enamorada,
la soledad con su portón de hierro,
la voz de la calandria en la alborada,
la esperanza en las rutas del destierro,
el verbo con su luz encarcelada
y la muchacha, música en la niebla,
boquita en luz y ojazos de tiniebla.

La párvula fogata de la rosa,
el mesón de Belén muerto de frío,
la huerta rozagante y buenamoza,
la piedra charlatana de mi río;
esta muerte puntual que nos acosa
en sueño y en fulgor y en desvarío
y el monte de los astros balbucientes
donde mueren de lila los ponientes.

El buche alborotado de violines,
las arpas con perfiles de canciones;
altaneros los gallos mandarines,
la romántica abeja entre ilusiones;
el aroma que teje en los jardines,
la placita de amor de los gorriones;
la linda mariposa de ojos brujos
que entreabre su cuaderno de dibujos.

La lluvia excursionista en el celaje,
mala traza el gorrión: mota de trinos;
el limonero con su verde encaje,
los búhos: querubines de ojos chinos;
la tarde pinturera en el paisaje,
los adioses que van por los caminos
y ese lado perfecto de las cosas
que aroman el vivir como las rosas.

Tú guardas el ocaso en la laguna
entre peces y cisnes de colores
y bordas los encajes de la luna
con dibujos de espejos y de flores;
tú incendias el plafón del agua bruna
donde sueñas dorados pescadores;
y dejas que se lleven los barqueros
un noctámbulo enjambre de luceros.

¿Con qué sedas bordaste la mañana
que me ha puesto a cantar como un jilguero?
¿Con qué trinos forjaste la campaña
que le ha puesto de plata al campanero?
¿Con qué esencias cuajaste la manzana
de rosa y miel y fuego colmenero?
¿Qué cítaras colgaste en los turpiales
que pulsan los cantores cipresales?

Me has pensado en amor desde aquel día
en que fundó tu mano el universo;
desde el pasado de la melancolía,
desde el escombro pálido del cierzo;
desde el rocío y su cristalería,
desde que la palabra se hizo verso;
y luego de pensarme en la semana,
me pensarás mañana de mañana.

Que me has querido va cantando el río
en su fabla de piedra melodiosa
y repite en brillantes el rocío
engarzado en el nácar de la rosa;
y me dice en su gozo manantío
el vaivén de la espuma vagorosa;
y el viento en el palmar estremecido
se me ha puesto a gritar que me has querido.

Te he visto en la pupila estremecida
que tiene en el suburbio la pobreza;
en la rústica mano encallecida;
en la madre que muere de tristeza;
en la muchacha que perdió la vida
cuando la vida a florecer empieza;
en el zaguán de un hospital perdido,
en la cárcel, la tumba y el olvido.

He sentido tu amor de tal manera
que vivo la ilusión de conocerte;
este amor es amor de primavera
sin abalorios de la mala suerte.
¡Alma mía! ya ves cómo te espera
más allá de la vida y de la muerte.
¡Hazle entrar, no sea que, cansado,
se aleje para siempre de tu lado!

Y ¡mira como soy de inconsecuente!
(Amargos son los vinos de mi vaso).
Te hablo de amor y mi palabra miente,
te digo ven y, al punto, te rechazo;
te ansío con el cuero y con la mente
y abomino el calor de tu regazo;
me habitas con ternuras de infinito
y, al poco rato, yo te deshabito.

Y así voy por mi mar, de tumbo en tumbo,
cayendo y levantando a cada paso.
Navegante sin brújula ni rumbo,
pirata en aventura y en fracaso.
Me yergo, a veces, y otras, me derrumbo
buscando una esperanza en el ocaso
y solo encuentro en soledad y frío
el carrusel chirriante del hastío.

De modo que yo tuve un paraíso
del Éufrates al Tigris de mi casa;
y permuté la gloria sin permiso
y perdí la zagala montaraza;
hice de la esperanza caso omiso
y de las ilusiones, tabla raza.
Ferié el amor, puse la dicha en venta
y todo lo perdí sin darme cuenta.

Mi vida es un puñado de hojarasca
en las manos traviesas del destino;
un ave fugitiva en la borrasca,
un puente desolado en el camino;
la muerte de la aurora antes que nazca,
parábola del triste peregrino
que perdió el principado y la princesa
por darse en cuerpo y alma a la tristeza.

¡Amigo Dios! ¿Qué puedo darte mío
si todo lo que soy tú me lo has dado,
este cuerpo de barro labrantío,
esta alma con su tiempo alborozado;
la libertad, el sueño, el albedrío,
el futuro, el presente y el pasado?
¡Permite, pues, que te devuelva en canto
este poema que me duele tanto….
De Obra poética completa (1998)

ALTER EGO

Dentro de cada hombre alguien anda en puntillas
recogiendo puñados de cosas olvidadas;
y madruga a pasearse por los barrios el sueño
y tiende ropa blanca en el patio del alma…

Riega por la mañana, de cubos a colores,
un poquito de aurora en cada pensamiento;
y el ángel jardinero, en los labios dormidos,
derrama mariposas de palabras en vuelo…

Se asoma a la ventana abierta del espejo
y no descuida nunca su honda vigilancia;
su cómplice es la sombra, policía secreto
que duerme, por las noches, debajo de la cama…

Almacena los rostros, los nombres y las fechas;
se roba las palabras del libro que leemos,
y, muy de tarde en tarde, por puro compromiso,
nos devuelve la obscura peseta de un recuerdo…

A veces está triste como sombrero usado
y nos amarra un nudo cíe angustia en la garganta,
y nos pone en las manos, de sorpresa, el pañuelo,
y nos hace llorar porque le viene en gana…

Otras veces nos deja con la mano en el rostro
y sale vuelto ensueño tras la ciudad perdida,
o se queda mirando, como un niño embobado,
el cuento, a todo lujo, de la tarde infinita…

Travieso, como un niño que ha faltado a la escuela
se pone tan sencillo como un día de pueblo
nos llama por el nombre, nos confunde las cosas
y hace andar las pantuflas difuntas del abuelo…

Nos lleva a todas partes como terno de fiesta,
y, cuando se enamora, borracho de alegría,
pierde la compostura, busca algo en los bolsillos
y toca una llorosa guitarra pequeñita…

En la hora vulgar de cualquier tarde obrera,
Dios le anda, a grandes pasos, con un libro de versos
y todos nos miramos la cara sorprendidos
de un repentino olor a tulipanes frescos…

El día de la muerte se esconde en los armarios
y pregunta a las gentes: -De quién es ese muerto?
y en evidente angustia, al pie de nuestra cama
se juega una baraja con las cartas de duelo…
De Teoría de lo simple (1970)

ÓLEO SALVAJE

Junto al arroyo humilde, en la verde espesura,
amamanta a su cría con maternal cariño;
y ella, ahíta de mimos, de manjar y ternura,
se duerme en la maleza con rezongos de niño…

De pronto suena un tiro… Y la cierva, al instante,
se revuelca bramando con temblores ariscos,
y, con la piel manchada de arena y sangre humeante,
rueda al agua que estalla en cromáticos ciscos…

Gime entre convulsiones de súbita agonía
y, en las revueltas aguas de cristal aceituna,
acaricia con lánguidos ojos buenos su cría,

que temblando la llora con humilde voz tierna,
mientras, en el hocico, espejean de luna
opalinos rezagos de la leche materna.

De Rumbo al otoño (1986)

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MI CASA JUNTO AL MAR [Mi poema]
María José López Tavani [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Vivo cerca del mar. En una casa
nada espectacular, algo corriente.
Un colegio resopla, intermitente,
cuando salen los niños a jugar.

Como el agua la vida se trasvasa
cual si nada ocurriera en el lugar.
Los árboles vigilan a mi hogar
luciendo las naranjas con su guasa.

Cuando nace la flor en primavera
de perfume me embriaga con su olor,
-cual níveas mariposas de color-
su manto le engalana la pradera.

Por la tarde yo salgo a pasear
cuando el sol se relaja y ya no abrasa,
con la fuerza que tuve y ahora escasa,
las ganas de seguir y de luchar.

Es un bajo pequeño, sin balcones,
y en el lado exterior una terraza,
donde acudo a pensar. Con una taza
que anima mi velada en las sesiones.

Cauto aún, reconforto en esa brasa
esperando llegue un día ya a volar.
Entretanto, no paro de soñar
y creer lo que ocurre es que no pasa.
©donaciano bueno

¿Ver o no ver. Pura #rutina? Share on X

Es una casita pequeña, vulgar, eso sí, cómoda, muy cómoda. Y lo más importante, es aquí donde paso mis días.

MI POETA SUGERIDO:  María José López Tavani

Grado a grado

Tengo planetas
geometría y selva
sin inicio sin final
recorro mi péndulo
elijo el tamaño de mis huesos
las mujeres que alimento
y las extrañas que desnudo.

Cada quien

Seguiré entre lobos y vampiros
que no atacan
estanques donde mi reflejo
otorga las señales
desnuda camino hacia la torre
la veo arder como he visto otras
en el delirio cada quien es su verdad.

Péndulo de amatista

Mi péndulo oscila
la fuerza que devora
en frecuencia histérica,
de rodillas hacia el paraíso
con el litio a cuestas.

Intermitencia

Intermitencia encarnada
melodías para interceder
por mi voluntad
péndulo para despertar
péndulo para dormir
hija y Nardo del Doctor Frankenstein
sólo quien resiste
sólo quien conoce
el hilo de las sombras.

Los dados

Los dados en tu vibración
sea uno sea seis
desprendimiento
medias verdades
soy el fenómeno que te persigue
adicta a lo que no puedo tocar.

Todas mis combinaciones

Todas mis combinaciones
mujeres y hombres gimiendo en soledad
un deudor sin descifrar
campo minado con mis criaturas
hambre que no espera nada
vidas que creen demasiado
gracias que no saben dónde van
fotografías de cuello frágil
en puntas de pie vuelvo a esconderme.

Bipolaridad

Dormida o deambulando
sobre lunas que crecen o menguan
olas que inventan mi carácter
un amor es un siglo
un duelo es un milenio
escribo para ser incienso
evitar el delirio o la ausencia.

Multitud

Donde no sabés entrar
los espíritus silvestres
los impacientes con filo
los fenómenos en show
multitud
que puede guiarte hasta mi cuerpo.

MultiPolar

Las voces filosas intentan ahogarme
los avaros salen al encuentro
junto con los jueces
los jinetes avanzan
lo que no soy se vuelve mío
y lo que soy se esconde.

Inmóvil en el día
dormida junto a las casualidades
cercenados mis dragones.

Ojos de pájaro

Habitada por revelaciones que sacudirán a los gigantes
tengo cuarzo en mi piel para recibir la rueda que gira sobre el mar
ya fui la oscuridad
ya fui encerrada
no soy eterna todavía porque tengo miedo,
pero sé
en cada parpadeo
las divinidades se reúnen
para que lo ilimitado comience.

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SER LIBRE, ESA ASPIRACIÓN [Mi poema]
Marcelo Báez Meza [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ser libre, aspiración que queda en eso,
¿acaso el corazón transita libre?
deseo que a la emoción convierte en beso,
no existe sensación de igual calibre.

No es libre uno de amar, que es prisionero,
embriagado del néctar que estremece
y atrapado en su garra allí fenece
cual gotas soportando el aguacero.

Ser libre es no ser preso de ataduras,
ni haber de recurrir a la dispensa,
decir de cada cual lo que uno piensa
aplicándote a duras y maduras.

Es volar sobre azul, flotar, vivir
cual niño con su aspecto caprichoso
en espacio de sueños tan goloso
haciendo del presente el porvenir.

Hacer pudiera el mundo discurrir
igual si alrededor todo flotara,
la imagianción haciendo que explotara
como nadie pudiera concebir.

Sobre todo ante todo presumir
de ser de uno mismo hoy su mismo dueño
el climax alcanzando muy risueño
para al final de humor y amor morir.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Marcelo Báez Meza

ABLUCIÓN

Nací cuando tenía treinta y tres años
Respiraba como un pez que extrañaba el mar.
El cordón umbilical en mi cuello
Momento vital el de la primera imagen
Lloré porque me habían expulsado del paraíso.
Mi madre era blanca como lo blanco
Y más bella que lo bello
Era una mujer que me traducía la realidad.
A los cinco años me contó toda mi vida
Desde el momento en que estuve escondido en su vientre
Hasta el día de mi muerte.
La ablución no se hizo esperar:
En un lavabo se me bautizó para ser humano.
Desde entonces echo de menos el agua de la placenta
Se me limpió de las algas y arenas del océano amniótico.
Mi padre era más taciturno que una sombra.
Cuando tenía cincuenta meses
Me llevó a la sala de un cine
A los diez años me prestó sus viejos diarios.
Por ellos supe cada tarde
Yo portaba el virus de alguna locura
De esa manía de registrar imágenes
Y de ser el vigía de las realidades
El incautador de las cosas.
El hacedor de versos con cicatrices
Vocablos íntimos
Como una oración pagana.

LA PUERTA No. 3

Abriré las puertas del cementerio para liberar a mis muertos
Cortaré las alas de los ángeles de piedra
Con ellas mis hermanos escaparán del purgatorio
¿Por qué se construyeron los camposantos
en el borde las ciudades?
Yo no quiero llevar allá a mis muertos
Quiero hundirlos para siempre en el río
¿Quién diablos me asegura
que ésta es en verdad la puerta de la nueva vida?
¿Quién se atreve a confesar
que el demonio le regaló sus alas a dios?
No sé qué ansían plantear estas preguntas
Pero ya las he escrito
Para nada pienso borrarlas o clarificarlas
Yo solo sé que me voy a morir y no me importa

ZAGUÁN DE ALUMINIO

Puerta del oscuro zaguán:
eres el límite donde se comunican la ciudad y mi encierro
Vivo con rasgos ajenos
Me escondo de mí y de los demás
¿Qué haré cuando acabe de hurtar
todos los rostros del puerto?
Imagino que le pregunto mi nombre a la gente
Debería de existir alguien que sepa algo sobre mí
Busco las líneas de mis manos
Alguien las ha borrado
No le pediré a ningún transeúnte que me dibuje una
Tan solo una línea imaginaria que me permita existir

LA AUSENCIA SOLO SE DEFINE A PARTIR DE QUIEN SE QUEDA

Quise enseñarte la ciudad que no conocías
El filo de Suburbia
La puerta número tres del cementerio cuya inscripción rezaba:
Hic novae vitae porta est
Por allí habríamos entrado a un paradiso
A ver las estatuas que cobran vida en la noche
Me habría gustado tomar contigo líneas de buses en las
/que nunca te habías embarcado antes
Ir a los mercados donde venden
Libros usados con títulos no imaginables
Todo esto es como un poema nunca escrito
Un verso que se llevó la ría
De nada sirve escribir lo que pudo haber pasado
La puerta el cementerio miente:
Esta no es la puerta de la nueva vida

ASTERIÓN

Deambulo por allí ocultando mi nombre
Sé que alguna esquina esconde a mi redentor
Desconozco la forma de su castigo
Temo el filo de sus dagas
¿Cómo será su rostro hecho del mío?
Él me ayuda a conocer mejor la ciudad
Su acoso me hace huir hacia barrios insospechados
Está despierto mientras duermo
Sabe cómo concluir mi biografía
No hace más que contar los pasos que doy
Se escabulle entre portales
O por los rincones de algún bar
Cuando me aborde confesará:
Vengo por tu extremaunción
Lo reconoceré porque sus rasgos
Ansiarán parecerse a los míos.

A Yolanda Meza

La luna ha menguado
insertando a la ciudad entre sus paréntesis
Las premoniciones del ventilador
giraban en sentido contrario al de las rotaciones del planeta

En la muerte de Genaro vi mi propia muerte
Junto a estas visiones llegó una sorpresa;
leer mi obituario en el periódico
Las estrellas son puntos suspensivos
escritos sobre la ciudad para prolongar la noche.

* * *

A Víctor Báez

La ciudad está inundada
Ahora es como una gota más de arena

Desde el reverso de la lluvia
vi cómo el estero se rasgaba
El Sosiego es un clavicordio que yo no sé tocar

La ciudad ha sido asediada

Sus calles se alargan para huir de sí mismas
Los portales alucinan formando túneles
Ebrios elementales iluminan cantinas
¿Siguen los cines soñando sus fábulas?
¿Sigue intacta la soledad
en los últimos asientos de los buses?
* * *
Me abandono a los presagios y a este verso que lees
Me niego a construir cualquier metáfora
Hay algo en los periódicos que me obsesiona
Sólo sabré qué es cuando lo encuentre
¿Por qué los hechos deben darse en un orden?
El paisaje se ve inconcluso a través de la ventana
No existe armisticios entre noche y día
porque el eje que los une se ha oxidado en el invierno

Repito ciertas palabras, ciertas frases, ciertos temas
como la lluvia ciertas gotas
¿No he sido capaz de leer los signos que me circundan?

¿Qué es la vida
sino imágenes que pasan frente a nuestros ojos?
Lástima que no haya mapas para estos menesteres
* * *
Deambulo por las calles ocultando mi nombre
Sé que alguna esquina esconde a mi Redentor
Nuestro vínculo Secreto:
Víctima y victimario son el mismo

Desconozco la forma del castigo
Temo los filos insomnes de las dagas
¿Cómo es su rostro hecho de mi rostro?

Sólo conozco el sonido de sus pasos
y su aliento que flota en la lluvia
Cuando me aborde confesará:
«Vengo por tu extremaunción»
Lo reconoceré porque sus rasgos
ansiarán parecerse a los míos
Sólo él podrá salvarme

Es la única forma de que se cumpla el designio:
Uno de los dos tiene que morir
para que el otro viva
* * *
Instrúyenme sobre cómo dejar desierta una ciudad
Detesto el cotidiano ruido
de autos, radios, gentes
Al igual que tú prefiero el vacío que las calles heredan
cuando todos huyen durante los días de guardar
Que desalojen cines y parques
que nadie siga las estelas que esparcen nuestros pasos
Odio la ciudad nocturna de los faros que falsifican la luz
¿Qué haré
cuando no quede de ti más que signos?
* * *
La soledad ya no cabe en la butaca de un cine
La gente y los carros
van en dirección contraria a mis pasos
El rostro que ví en el estadio no lo volveré a ver
¿qué vínculo innombrable
me une a la gente que no conozco?
* * *

Para Vanessa

Abriré las puertas del cementerio
para liberar a mis muertos

Quebraré los hechizos
para que las estatuas vuelvan a ser humanos
Cortaré las alas de los ángeles de piedra
Con ellas mis hermanos escaparán del purgatorio
Estoy harto de escuchar que la muerte es un sueño
¿Por qué se construyeron los cementerios ‘
en el borde de la ciudad?
Ya no quiero llevar allá a mis muertos
Prefiero hundirlos para siempre en el río
¿Qué diablos me asegura
que esta es la puerta de la nueva vida?
¿Quién se atreve a confesar
que el demonio le regaló sus alas a Dios?

La Eternidad subasta los obituarios
No sé que quiere decir esta frase pero ya la he escrito
Por nada pienso borrarla o clarificarla

Yo sólo sé que voy a morir y no me importa
* * *
A tu pelo van a buscarte los tristes monasterios
Nada es tan inasible
como la imagen que yace en el fondo de la ola
Algo grita en el filo de una burbuja de cerveza
Tu sonrisa es la trama del instante más nítido
Cambias de título a las canciones
Bebemos despacio el sonido de las cosas
Lees el anuncio y piensas en las horas que nos hacen compañía

Te escondes en el humo del cigarrillo
Respiras imperceptiblemente
como si le pusieras puntuación a la realidad
El silencio es sólo un signo
al cual le pones significado con un gesto
* * *
Odio los jadeos humanos de los gatos en celo
Perturban mi insomnio horizontal
La distancia entre la ciudad y yo
es de cuatro o cinco siglos
No me guareceré en ninguna casa zodiaco
¿Cómo entender una isla
si se la separa del archipiélago?
No hay nada más hermoso
que ver como un bar se va quedando desierto
Y yo me quedo solo
Más solo que la Santa Trinidad
* * *
Siento en mis dientes el temblor de la máquina de escribir
Pistas para reconocer a una mujer infiel
No, Capitán
No hay móviles comprometedores
Tengo coartadas para cada sospecha
Tomaré un liquid paper y me borraré
Dios está en todas partes pero atiende en Guayaquil
Sólo puedes buscan,e en las páginas amarillas
¿Es ésto lo que me parece ser
o lo que los demás creen que es?
Esta vez no despertarás bella durmiente del bosque
No hay descanso en este mandala
Elabora los ejercicios de la intuición
* * *
Enemigo invisible es la peste que ha arrasado la ciudad
En lo que ahora soy ya nadie confía:
Alguien que no puede tomar su destino

Mi carta astral yace en la mano de un desconocido de Vilcabamba
Temo ver en sus ojos
la claridad de la que siempre he huido
Desconozco cuando cometí el asesinato del que se me acusa

Maldita la brújula que engendra la incertidumbre
porque sólo sirve para sumirnos más en el vacío
No hay bastón más frágil que el de la culpa
Las siguientes vidas no bastarán para borrarla

No escuché la voz que me rogaba no indagar más
Mis pasos van dejando estelas torcidas
Hace frío y duelen los tobillos
No podré salir de esta ciudad fundada varias veces
El río la rodea e impedirá mi escapatoria

La voz me anuncia que la única ventura será desconocer quien soy

Son pocas las imágenes que definen nuestras vidas
Pocos son también los símbolos que dirigen nuestro futuro
Cursilería del que se obstina
en buscarse y resumirse en sus propias sentencias
¿Qué imágenes y símbolos guían mi vida?
Mido cada palabra que ha de construir mi respuesta:
No he hallado aún tales símbolos e imágenes
¿No era yo el que no podía descifrar los enigmas?
¡Cómo pesan mis ojos!
No hay guía más frágil que la del bastón de la culpa
* * *
Es tiempo de tatuar las calles con los pasos

En el bus el silencio estampa decenas de bocas

Una cerveza humedece palabras que han de mezclarse
con canciones de algún cassette regrabado
o con la radio que novela un partido de fútbol

La ciudad acuesta su insomnio sobre el anochecer
Va resquebrajando los relojes digitales

No sólo con palabras se llenan los silencios

Esta es la ciudad que contiene todas las ciudades

No quedarán las calles suspendidas en la lluvia
No quedarán las calles suspendidas
No quedarán las calles
No quedarán
No
* * *
No sé si eres hombre o mujer
He escarbado en tu tierra, en tu lodo lleno de jaibas
para ver aunque sea un segundo los esplendores de tu sexo

Tienes nombre de mujer y de varón

Cientos de ciudades te contienen
No hago más que buscarte desesperado entre ellas

No cuentes ahora mis pasos
Escribo sobre ti para corroborar que existes
¿Y qué hay sobre mí?
¿Quién escribe para probar que existo?

Desde que tu estigma adorna mi voz
has reescrito las líneas de mis manos y de mi rostro
He visto en tus calles del sur
casas de caña y madera
como si fueran juegos de naipe barajados por el viento

Si 5e desvaneces junto a todas tus ficciones
te tomarás lenguaje en algún renglón de estas crónicas

Esa será nuestra redención.
* * *
Le pregunto mi nombre a la gente
Debe existir alguien que sepa algo sobre mí
Vuelvo a casa como quien vuelve a las mazmorras
Veo la máquina de escribir en ninguna parte
Siento que me pide un papel
para que pueda tatuarla con versos,
con una palabra que la salve del silencio
* * *
La soledad ya no cabe en la butaca de un cine
La gente y los carros
van en dirección contraria a mis pasos
El rostro que vi en el estadio no volveré a verlo
¿Qué vínculo innombrable
me une a la gente que conozco?
* * *
No vaya huir de ti
No puedo escapar de donde nunca he estado
Ahora estoy en tu nombre
Quiero la muerte de mi imagen para amarte
Busco en tu rostro lo que en mí no encuentro
Te tengo atrapada en mi figura
Mi discurso te violenta, su mecanismo te estrangula
Te amo porque pienso poder tenerte
Siempre queremos eternizar lo que tememos perder
* * *
Invadimos buses para memorizar rutas desconocidas
En la calle la gente fingía no seguirnos
Contamos los puntos suspensivos de los semáforos
Nuestros cuerpos visitaron
hoteles que daban la espalda a los crepúsculos
Otras veces prefirieron parques de masturbadores
y harapos de casas abandonadas

El goce fue otra forma de escisión

Te busqué entre la gente que llenaba
los últimos asientos de buses, cines, aulas
Al igual que la ciudad
estábamos hechos de pequeñas fisuras
Nos perdimos en ella por intentar conocerla demasiado
Si la recorrimos con nuestros pasos
O desde los buses
fue sólo para leerla desde ángulos distintos
Quisimos abarcarla toda
y terminamos construyendo una distinta de la real
* * *
Aunque siempre he temido el fuego
prefiero que mi cuerpo sea incinerado
Las cenizas deben ir al río
donde se deslizan las lanchas en las que escapaba de la ciudad

Por ahora sólo quiero convencerme
de que todas las muertes posibles están lejos
¿He de confesar que me obsesiona
cómo ha de ser mi extremaunción y que por ahora
sólo me presto a celebrarla?

Que el día posterior a mi muerte sea de sosiego
Que las cosas tangibles retornen a su cauce
Que la ciudad no cambie en lo absoluto
Que no se transformen sus calles que se alargan
huyendo de sí mismas
que sigan rodando los buses fantasmas por las madrugadas
que hayan más sánduches de pernil y colas en los kioscos azulados
que mi doppelganger me perdone la vida que me tocará vivir
y desista de matarme a la vuelta de la esquina
que las lanchas del río
sigan ayudando a los que se quieren exiliar
que los parques noctívagos
sigan acogiendo masturbadores
que los bares acojan cónsules y plebeyos
y que nos dejen beber hasta que se sequen
que los manglares sigan delimitando las fronteras de la ciudad
que jamás muera la voz que siempre dice estas líneas:
Dig if you will the picture
of you and I engaged in a kiss
que cada medianoche siga despertándose
la estatua de la mujer desnuda de la Biblioteca Municipal
que los cines no se queden ciegos
que las radios no se queden sordas
que los moteles graben para siempre en sus paredes
la música de la erolalia
que los noticieros y periódicos sigan mentiroseando con sus verdades
Que las cosas sean lo que parecen ser
Es necesario abrir y cerrar paréntesis en el tiempo
Nadie es insustituible
Que mi obituario no aparezca en los periódicos
Son muchas las cosas inútiles que se publican estos días
Si no te molesta cambiaré de tema:
Hoy he pensado de repente en volver al mar
Sin embargo he decidido quedarme

La verdad es que no conozco otra ciudad.
que se desfigure con tanta perfección bajo la lluvia
* * *
Tras las cortinas la ciudad plagia nuestro frenesí
Se ha decretado el día de los animales en celo
Se han desalado las orgías en cines, iglesias, bares
Que tus movimientos despierten
Podemos ser otros e imaginarlo sin decirlo
Aumentaremos la duración de la noche
que se obstina en expulsarnos de su matriz
¡Inseguridades!
¿Sabes tú qué nos hace habitar este segundo?
El tiempo del espasmo ha llegado como un forastero
La libertad de ser prófugos será nuestro estigma
* * *
Recuerda lo que Marlon Brando le dijo a María Schneider:
Todo lo que está fuera de este lugar
es una m.
Sólo contamos tú y yo, el resto no existe
Pero este no es nuestro último tango
y esta danza se la ejecuta en forma horizontal
Velos hasta llegar a tu cuerpo
Figuras sin definir
Tus poros se dilatan hasta abrirse
y me entierro en tu cuerpo
Las velas rojas no hablan de un funeral
sino de una fiesta en la que sumaremos nuestras desolaciones
Profano el rostro más oscuro de tu piel
despojándote de tu lencería
Somos carbón para avivar la fragua de la eternidad
Posiciones que se le olvidaron al kamasutra
No nos despojemos de estas máscaras de dioses
La vuelta a tu cuerpo en 80 minutos
El falo crece hasta interrogar tu fugacidad
Es el cetro donde danzas sentada
Grita, agoniza
La muerte llega en el próximo orgasmo
Nada podrá salvarnos de nosotros
Podemos morir cuantas veces queramos
Sólo somos un conjunto de sonidos
El lenguaje fue desalojando de este desvarío
Abres tus piernas y me introduzco hasta el fondo
Me acurruco en tu matriz
y volveré a nacer dentro de 9 siglos

Hacemos el amor
Hacemos la muerte
Hacemos el rencor

Me conecto a ti y nos electrocutamos discontinuamente
Acoge la leche de la vía láctea
Este es el semen de todos los hombres de la tierra
De ti saldrán las nuevas generaciones
* * *
Desenredo tus raíces de mis paisajes interiores
Me llega el desquiciamiento
Proviene de tu grito
y va desordenando cada caos como un Demiurgo [INCOMPLETO] * * *
Eclipses diurnos de luna
Confusiones se anidan en los primeros planos de tu rostro
No hay realidad sino realidades
Una sobre otra/ Una dentro de otra
Birrealidades
Trirrealidades
Tetrarrealidades
Pentarrealidades
de tu rostro

La arena ya no marca el tiempo lineal
Sino el tiempo que nos resta
Ya no hay
rayuelas de carbón sobre el suelo
¿Cuál de los dos dejó caer la ficha?
* * *
La mantis religiosa copula con su pareja
Lo hace sabiendo que tiene que matarla cuando la fecunde
¿Es eso el amor? ¿Asesinar lo creado, lo construido?
Dices que amo las imágenes que voy creando de ti
Inseguridades: ¿Sabes tú quién eres? ¿Quién soy?
¿Quiénes somos?
* * *
Estos días van apagando sus lumbres en mí
Quizá tan sólo seas una de mis sensaciones
como el mar izando sus nubes aciagas
Soy un oleaje desdibujado que se propaga desde ti
El amor es conjurar una hechicería mayor
Dura el tiempo que tardamos
en arrancarnos los alfileres
que nos han clavado bajo los cabellos
* * *
Yo sólo era· alguien que entretenía su tedio de diosa
Le pesaba sentir como el tiempo se recobraba en sus hábitos
Ahora sólo quedan los números de su teléfono
Uno que otro libro
Ese videocassete con imágenes de [INCOMPLETO] apoyada sobre su mano como si estuviese [INCOMPLETO] Ignoro qué neurosis de destino me impulsaba a pegarme a su falda

Crucificaré sus recuerdos en mis nuevos hábitos
Quiero que a esta máquina le duela cada letra que la invoca

Golpeo cada tecla
como ansiando crear un ritmo que pueda contenerla
No quiero compartir con nadie mi fantasma

Me regaló un paraíso de azufre
y la pulsera que llevaba su dragón negro
Como siameses
cada vez que nos separábamos me invadían los latidos de muerte
Huir de ella era un camino que me devolvía a ella
Cuantas veces intenté sustituirla
Matarla habría sido ascenderla a mito
Si le puse varios nombres
era porque no pude distinguir los rostros que la habitaban

Intento rememorarla con vestigios de la ciudad.
líneas tomadas de sus sueños
testimonio de gente que creyó haberla conocido
Ella sostenía el hilo de oro
para que pudiese adentrarme en la ciudad
¿Debo confesar
que jamás descubrí lo que había más allá del estero y de los manglares?
¿Debo acaso decir
que esos eran los límites de la ciudad que ella me había inventado?

Leía cada tramo de su cuerpo
Buscaba alguna inscripción
Algo que me dijese quién era
No había papeles que corroborasen que existía
Quise presentarla a mis amigos pero se negó
Era como si temiese que la gente la delatara
por no ser real
Nuestra historia se reduce a una imagen:
Una lancha que se incendia sin alcanzar el muelle
Este texto será su tumba
* * *
Entre la espada y la Ciudad
Es necesario ingerir anticonceptivos

Precisamos de papel higiénico y un bolígrafo
para hacer los poemas más suntuosos
REPLAY: Precisamos de papel higiénico y un bolígrafo
para hacer los poemas más suntuosos

¿Por qué insistimos en hacernos daño?
¿No es suficiente con lo que nos hace esta maldita ciudad?

Tomemos todas las líneas de buses
Arribemos al filo del suburbio donde las cervezas son más frías
Corramos hacia el último muelle
Las lanchas nos permitirán la huida
Agárrate fuerte

Tapa tus oídos con mis palabras
Sálvame del ruido de los motores
No observes las caras de los tripulantes
Solo en nuestras soledades y angustias podernos contemplarnos

Sólo uno más
Sólo un movimiento más y será jaque para el pasado
¿Has bailado alguna vez con el diablo
bajo la pálida luz de la luna?
Cuidado
Otro avión va a caer sobre nuestras sombras
En caso de emergencia
Avisar a nadie

Día nacional de la insanidad
Que se desbaraten las casas de caña
Que se asalten mansiones
Que se baile sobre los inodoros y cadáveres del 2 de noviembre

Nada será como antes
Que regresen los incendios a nuestras calles
Que los piratas rapten a las últimas vírgenes

Atención
El triángulo más sórdido:
La ciudad + tú + yo
¿Oónde está la hendija más ansiada?
Paren las rotativas
Solamente en el luto de la separación
puedo amarte

El carnaval inundó la ciudad de vacío
Ahora es sólo un pueblo de sensata desolación
Calles desiertas .
Todo parece haber sido arrasado por filibusteros anónimos
Me pregunté: „¿Y si no hay buses que me lleven al mar?“

La ciudad ha sido saqueada

„Sólo deseo excluirme de ella» me dije
„No importa cómo logre escaparme
Pagaré cuanto sea por ser liberado
Estoy harto de estar cansado de esta ciudad»
* * *
Debo hablarte de un hombre
que construyó la ciudad de esta ciudad
Un tono de relato es lo único que tendré aparte de saudade
Voy a contarte todo como si no lo entendiera

La ciudad de este hombre cabía en su habitación

Creo que estaba construida con cartón o madera
Quizá estaba hecha de la ciudad porque parecía ser real

El hombre pensó haber construido un mapa de símbolos, una maqueta que soñaba la ciudad

Hay algo que espero no te moleste
Es el hecho de repetir tantas veces la palabra ciudad

Me niego a utilizar sinónimos
Urbe o Metrópoli desdibujarían el sentido de nuestra ciudad sin sentido
El hombre tomó nombres de barrios y calles y los rompió
para darles un significado que dormía en ellos
Cuando dijo Alborada pensó que era el punto
al cual el amanecer descendía para luego extenderse por toda la ciudad
Dijo El Paraíso y recordó que ese barrio
estaba pegado en la falda de una montaña
Entonces pensó que la Ciudad era el infierno

El acto que estaba por ejecutar precisó de más símbolos
y se dijo: Sauces, Acacias, Ficus, Pradera, Ceibos, ad infinitum
Ahora tengo un jardín que puedo incinerar

Y entonces la ciudad copuló con el fuego
El hombre empacó sus cosas y se fue al mar
Guayaquil, marzo de 1990
Ganador del Ismael Pérez Pazmiño de 1990

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AL DIOS DE LA VERDURA [Mi poema]
María Calle Bajo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Al dios de la verdura, humildemente
doy gracias y hoy entono esta oración,
con toda mi ferviente admiración
por ser tan generoso ese ingrediente
que adoro por ser fácil su cocción.

Admito vos no sois muy populares,
que el vulgo a la verdura no la aprecia,
el niño, pobrecito, que os desprecia
pues miente mientras va llorando a mares,
si comes, dicen, sufres de alopecia.

Mas quiero que se sepa y aquí digo
que sois bien saludables y sabrosas,
tan llenas de nutrientes y jugosas,
y a todas sin distingos yo os bendigo
cual fuerais las más bellas de las rosas.

Sois tantas que a nombraros no me atrevo,
verduras cada cual mucho más ricas,
jamás yo he de hacer caso a los lloricas,
pues nunca pagaré lo que hoy os debo,
dios, gran competidor de las boticas.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  María Calle Bajo

“Todos los días menos hoy”

Con tintineo de fondo y pisadas acorazadas,
tenue luz de farola.
El cielo ya no es testigo de nada.
Los bancos quedaron mudos,
las palabras deshilachan el tiempo.
Lejos de conversaciones, se ametralla la basura.
Cerca de palos selfis, se abrazan, famélicos.
Sonrisas esquivas que nutren estampan florales.
Fotos mortales, fotos de mentira, mentiras de realidades.
Despojos en grupos, despojos triviales.
La sociedad nos acoge, entre elogios testimoniales,
sin surtir el efecto, solo desgaste.
Militancia de lenguas viperinas.
Carcasas. Política. Enmiendas.
Chasquidos, pieles artificiales,
bohemia de luto, lastres.
Ya todos quieren ser inmortales.

PROSTÍBULO

A pocos metros se prostituye el tiempo,
un atajo orgásmico provoca;
este viento que atrae tu celo,
Pubis que arrojan gotas.

A escasos pasos se masturba el cielo,
cuello que provoca espasmos,
flagela la lengua.
Húmedo el fuego.
Goteo.

En parcos culos se azotan,
lamidas incandescentes.
No gimen los pechos,
Penetran.
En grotescos muslos resbala,
el péndulo quieto,
Residuo.

Boca a boca,
espasmos.
Pasadizo inquieto.

Pozo bajo mis huellas

Amarres, son eternos, ellos.
Ellos, eternos, son amarres.
Son ellos, amarres eternos.
Eternos, ellos son, amarres.

Flujo

Se quedan en arteria,
ese tú en ese yo:
grieta que agrieta, diapasón.
Porcelana de fina piel,
epidermis de gruesa cura,
en oropel tu reloj,
en la ingesta de la duda,
las muecas de tu latido,
no las gime tu dolor,
unen juntas con holgura,
las demandas, sin razón.

“DE MÍ PARA UN TI,
HACIA UN TÚ DE UN YO”

Latido

Llamadme corazón, cardio, inconsciente,
impulso, irracionalidad, llamadme
imprudente o sentimental. Soy el músculo
del ayer, el pálpito del presente, el quiebro
del mañana.
Pero lejos de cualquier vanidad,
soy un amor racional.

Inmensurable

Y acaso llegué al mar, sin cribar
arena en mis labios,
quejido de brisa junto al salitre
en tu boca.

Y acaso llegué desnudo,
sin posar mi cuerpo embestido,
con la pianura de olas se acobarda un
furtivo.

Y acaso llegué adentro, sin tropezar
en la roca,
con narcisos de agua dulce, vivientes
entre derrotas.

Soy el instante del ya. P
Soy la mordida de Eva. A
Soy el perpetuo momento. U
Soy la costilla de Adán. S
Soy el aquí, el ahora. A

M E T A L

En el precipicio de su cuello
no se entrelaza un collar,
cae su cabello doliente,
la daga de ese lugar.
Efecto placebo,
remanso de paz.

ESTRECHA DISTANCIA

En ausencia de mí, tengo todo a mi cargo.
Mantengo el estoque certero por si en un ruinoso quejido
caen de bruces los testigos.

En presencia de ti,
se custodian avenidas donde se cruzan las Calles
de esas leguas de alquitrán que recorrieron
las pausas;
en los jardines juiciosos de aromas
se escondían los besos…
Se mantenían los huesos menudos
y los pétalos mermados,
y la razón vaporizada,
y la nocturnancia, crecía en un cortejo de grillos, erizada…

En presencia de nosotros,
ambos somos los maestros de esa forma basal,
la que construye raíces, tronco, ramas y hojas,
la savia de ti y de mí
donde los frutos se racionan.
Pulpa de una simiente
acto presencial…

…Estructura del ESTAR.

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NO SOY YO, ES MI CEREBRO [Mi poema]
Maribel Andrés Llamero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo no soy nadie, solo un cerebro,
que él es quien manda, yo le obedezco,
si alguien me alaba no lo merezco,
si a él le echan flores yo lo celebro,
si le denigran, yo lo padezco.

Y aunque no quiera, él va conmigo,
por más que intento no se despega,
me tiene inmerso en una refriega
y así le diga que él no es mi amigo
si me descuido va y me la pega.

Yo soy quien sufre y él es quien manda
yo en esta orquesta solo hago el ruido,
y aunque quisiera no lo consigo
pues la batuta yo en esta banda
si soy sincero nunca la sigo.

Ya lo he dejado por imposible
pues soy consciente que desafino,
y aunque me esfuerce no encuentro el tino,
soy un pelele, irremisible,
solo las penas me quita el vino.
©donaciano bueno.

Y tú, acaso eres algo más que un #cerebro? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Maribel Andrés Llamero

Campos de tierra

Esto es Castilla,
mi cuerpo tan seco,
esta carne prieta y dura como alpaca,
levantada por leves lomas, colinas
modestas, algún apacible remanso.
Esto es Castilla,
los ojos oscuros color de barro,
la piel y las trenzas recias, pardas.

Vengo de la tierra del pan y del vino,
donde otros antes que yo
escondieron la cebada
que no saciaría su hambre ni su sed.
Soy nieta de emigrantes, carbón humano,
las entrañas unidas con alambre,
mujeres y hombres ceñidos de esparto
y entregados al delito del trabajo
manual. Ellos me levantaron el alma
con golpes de azada que aún retumban
en el amor áspero y tierno que me puebla
los surcos de las severas costillas.
En frágiles pasos de albarcas me han traído
para que un día yo soltara
las hoces de la siega, la esteva del arado
y cantara estos poemas;
me han colmado la boca de trigales,
me han confiado toda la luz,
la digna primavera de la maleza.

Soy de un hogar que se seca y se adhiere
como costra en los codos de la tez morena.
Soy de un hogar compacto hasta la grieta,
donde el roble sólo sangra si lo partes.

Ay del agua oculta —dentro siempre dentro—
en nuestro pecho, quién oirá este canto
de labranza que cargo en las espaldas,
quién este ruido de savia entre los huesos.

Esto es Castilla,
y todos los árboles
que me brotan en hilera
señalan que debajo
fluye un río.

La nieta del molinero

muele la tierra muele muele
muele el trigo molinero
muele pan
son sus manos morenas
pan pan pan
muelen
pan trigo pan
guarda la maquila o el dinero
de los que vienen de Gema Jambrina y Moraleja
a Casaseca
muele pan pan pan
muele
el hijo del molinero corre y juega
y me sueña dormido
entre sacos calientes
muele
ochava media ochava y fanega
sólo muele por el día
si lo hiciera por la noche
la Guardia Civil

pam

muele muele muele muele
pan pan pan y pan
el trigo en la panera
la cebada en el costal
la piedra para el cuerpo
muele
salvado salvadilla
harina harinilla
muele

sonríe la tolva está lista
la piquera con grano
ya muele muelen
sus manos
Castilla
la tierra
muele
el molino que no conocí
la espalda
el alma
Castilla
muele
muele la tierra
muele
a mi abuelo.

De los yugos

Esta vida se les va llenando de vacíos.
Se han limpiado tantas veces de sangre
las almas y la boca, han resistido
la cencellada y los sabañones,
el peso de la pala enferrujada que cava
para sus propios difuntos, saben bien
que no hay lumbre para el niño que agoniza.
Esta vida se les va llenando de vacíos.

Me dice mi padre que en estos campos
mudos aprenda a acallar las palabras
porque todo lo que no es silencio, hija,
acaba por ser aullido.

Far West

Esta planicie sigue siendo el oeste
y en mí siempre cupo el espanto
de los grandes desiertos,
de la soledad de la encina de Castilla.
Jamás laberinto más terrible
que aquel que no conoce muros.

La noche se cierne aquí sobre nosotros
de una sola vez y por entero
y cuando el sol te inunda
—qué hacer si te calcina—
nadie se puede guardar.

Abandonados somos a la llanura.

De azul ultramar

Nunca me gustaron
los peces de mi pueblo.

Fueron los primeros peces que vi
y se me hicieron toscos, contrahechos,
bajo esa piel verdosa macilenta,
bajo ese brillo gris terroso y sucio.
Pescarlos con anzuelo era muy fácil
y eso me ofendía.
Nada había en ellos de aquel dulzor
de sus aguas, cuajado el cuerpo de espinas
su gusto era denso, de interior,
carne cerrada y polvorienta.
Eran carpas y lucios y a los black bass
todos en la aldea los llamaban blasblas.
Sus nombres
familiares,
eran también
como de secano.

Los otros, los de los documentales
eran, con sus aires de ultramar,
generosos en belleza
—el paladar se deshace a lo soberbio—
con formas y colores cegadores.
Su exotismo era viajar por colosales
mares, colmados de otras vidas,
en armónicos cardúmenes de esmalte.

Eran esos los peces que hipnotizaban
nuestro imaginario de meseta.

Tiempo después, cuánto me he preguntado
por qué no me gustaban los peces de mi pueblo,
con la ternura de intuir que entonces
era bonito lo que nos era ajeno.
Haber querido ser otra y saberme
al fin ahora como ellos:
del lado de los que,
lejos del mar abierto,
hubieron de habitar un hogar
tan duro y poco fértil al sueño.

Por qué no me gustaban los peces de mi pueblo
si esos peces eran hijos de mi mismo suelo.

Defensa de la retama

El Tajo es más hermoso que el río que corre por mi aldea,
pero el Tajo no es más hermoso que el río que corre por mi aldea
porque el Tajo no es el río que corre por mi aldea.
Alberto Caeiro
Vuelvo de mis anhelos trashumantes
y se me hacen de plata todas las rutas,
de azafrán las carreteras, las retamas
custodian mi camino a casa.
Y qué importa que nadie a acompañarnos baje,
siendo tú tan recia y sencilla.
Yo puedo habitar tu soledad
con las vacas de mi abuelo: Guinda y Viboreta;
con las piernas delgadas de mamá;
con mi padre sacando al choto a los ríos;
la abuela cuidando la nogal.
Las amapolas y las lilas pueblan
estas páginas de primavera.

Esto es Castilla,
nunca fue la mejor, sólo la nuestra.
Esto es Castilla, lo que somos,
mi cuerpo, preso como arbusto a este suelo,
el espacio donde habitan los abrazos
urdidos, mimbre, con empeño.

Tengo estos prados metidos en los ojos
y cuando brotan me salvan
como al paisaje. El horizonte
se nos talló en el pecho
siempre en pie para recomenzar.
Ya vamos, Castilla, ya vamos.
Seguimos avanzando campo horizontal,
campo tenaz.

TERRITORIO Y FRAGILIDAD

Conozco un no-lugar
suspendido entre dos lugares.
Un espacio sin identidad igual a otros
donde el tiempo acecha fuera

sin atreverse a entrar
donde nada sucede
salvo la nada de la espera.
Es la inexistencia
de las coordenadas espaciales la dimensión alucinada.
«Buen viaje» repiten mecanos sin deseo
vacío el lenguaje
al sellar el rostro de busto remoto
que ya no te pertenece.
«Buen retorno a la vida».
Puerta 146 y es cada una
igual a todas umbrales idénticos
de otros mundos —dónde estoy
se miran unos a otrosa dónde pertenezco
dónde mi lugar—.
En el nuevo laberinto rizoma
los carteles señalan
gritan
acusan:
Pasajeros en tránsito
en trance

y unos seres como pequeñas cobayas sufrientes
se revuelven inquietos en sus asientos
cegados por luces de colores
aturdidos por puertas corredizas
escaleras mecánicas
señales refulgentes
avisos sonoros
desesperados
por la incomodidad de no estar
en ninguna parte
por el dolor de vivir en la grieta
que separa quienes hemos sido
de quienes vamos a ser
en unas horas. Por la angustia
de no pertenecer aún
a nada.
Ya no estoy aquí,
pero todavía no he llegado.

Sostenerse en esa coma
en esa ausencia
en la pausa de la oración
en el suspiro
en el instante de tomar aire
para recomenzar.
Vivir en el margen ficticio
a tientas tambaleándose
sobre el puente inestable y aséptico
en tránsito
en tránsito
en tránsito
en tránsito

donde cada uno aguarda
su propio trasplante.

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QUIZÁS UN DÍA ESCRIBA UN VERSO [Mi poema]
María Antonieta Humeres [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Quizás ocurra que un día un verso mío
deje de ser mío para ser de todos,
pueda ser vitoreado cual los toros
en los cosos de las letras con gran brío
o enterrado entre las ciénagas y lodos.

Quizás haya algún día yo escriba un verso
que alguien aprecie y lo guarde en su cartera,
de contrabando atraviese la frontera
y como un virus se expanda al universo
o tal vez mejor en lodo se pudriera.

Quizás un día aquello que yo escribo
armado por diferentes artimañas
se inserte muy indiscreta en sus entrañas
para hacer que el que lea sea cautivo
o echen al estercolero esas patrañas.

Quizás un día después que me haya ido
un distraído que a mi sobreviviera
para gozar a mis textos recurriera
redescubriendo a este mundo que he vivido,
será aquello que ha de ser, lo que dios quiera.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  María Antonieta Humeres

Población de atardeceres

Nocturno

El día muere en sudarios que cien amapolas tejen;
en lucha sin fuerzas contra la añoranza
revivo esta tarde mil atardeceres.

Gusanos de luces de pupila tenue,
lanzan las estrellas su viejo mensaje;
una canción nace.
Guitarras azules, surgidas del viento,
las hojas confunden mi acento
y te llaman.

No vengas. No turba mi sueño pasado.
La noche, llorando su sombra en las ramas,
traspasó mi alforja y la dejó vacía.
No tengo recuerdos, tan sólo esperanzas.

No vengas, no vengas. Mi voz no ha llamado.
La noche y la angustia tal vez son las mismas
pero yo he cambiado.

Un canto sencillo

¡Déjame libre el corazón, bien mío!
Quisiera sentirme en esta primavera
libre como el ave
y alcanzar el cielo con el pecho lleno
de ansias jugueteantes.

Si miro hacia el lago,
espejo tranquilo,
presiento tus ojos bajo el agua quieta,
buscando los míos.

Al llegar la brisa, con su aliento tibio
me trae tus besos
y al entrar al río,
son tus manos suaves vestidos de espuma
que juegan conmigo.

¡Déjame volar!
¡Déjame volar, bien mío!

Hoy me has dejado sola
y he volado hacia el viento
con mis alas de ave,
el corazón vacío.

Y era aire la brisa que besó mi rostro
y el lago era ciego y era ajeno el río.
¡No quiero volar libre!
¡Átame al amor, bien mío!

Porque me llamo mujer

Para aplacar tu sed haré mi sangre vino
y mi silencio verso
para servir de antorcha a tu esperanza.
Si se cansó tu cuerpo soy silencio.

Si tienes sed de amor
abro mi pecho al sol para ser fuego
y para encenderte el pecho me haga llama.

Si me quieres liviana soy espuma;
si me quieres alta soy montaña.

Y porque soy mujer soy fuego y vino
y soy silencio y verso
y soy montaña.

Y porque soy mujer soy todo y nada.

Círculos

Guijarros que caen sobre el agua quieta
de mis pensamientos,
dejan tus palabras círculos cocéntricos.

Con sus brazos largos, curvados, que crecen,
alcanzan un fondo por años dormido
y las viejas liras,
tanto tiempo mudas,
sienten la caricia de sus dedos finos.

Huracanes nuevos que vuelven las hojas
del recuerdo antiguo,
quiebran los guijarros superficies lisas
del sentir dormido,
y los viejos fuegos de mi sino arcaico
renacen al toque del abrazo sabio.

Huyen las palabras, ondas fugitivas,
hacia el infinito;
calladas las liras, se aquieta el sentido,
los fuegos se apagan
y en el fondo, liso del vivir tranquilo,
bajo el agua inmóvil,
no ha quedado nada.

Ayer y hoy

Aquí llega otro día y ya no soy la misma
que fui ayer, o hace un año.
Ayer y hoy, mañana,
fugaz y eterno cambio.

Las horas que se alejan o éstas, que me alcanzan
con paso inexorable, me ven dejando marcas;
y ya no soy la misma.

Ayer tenía abiertas, quemándome en el pecho,
tristezas desgarradas;
ahora, un dolor nuevo,
que si decir el verso da dolor, más duele
sentirlo arder, adentro.

Y aquí llega otro día y ya no soy la misma
que fuera hace un momento;
ayer llevé la angustia cerrando mi garganta,
ahora llevo un verso.

Poema sin nombre

Se dice y desdice tu amor inconstante.
Un día tu sangre destila impaciencia,
tus ojos me buscan, tu paso se aleja.

Se dice y desdice tu amor inconstante.
Te ofrecen mis brazos sus rosas turgentes
y luego, en la ruta del beso distante,
tus labios se pierden.

Se dice y desdice tu amor inconstante.
Me encuentras, me besas y desencuentras;
y yo, con el alma desnuda en las rosas,
esperando, quieta…

La roca inquieta

Besa, besa, mar, mi piedra ardiente;
yo soñé con viajar, viajar,
y estoy atada a la tierra eternamente.

No tengo otro horizonte
que aquel que tú me pones en los ojos,
ni sé de otras arenas que éstas,
que tú traes y tú llevas.

Acaso estás celoso de otros besos,
porque el sol y la luna también besan,
pero no tienen voz y es tu murmullo
el que trae las voces de otra tierra.

Besa, bésame, mar, y en cada beso,
arráncame un pedazo de alma inquieta.

Babel

„…y era entonces la tierra
la de una sola lengua y de las mismas palabtas…“
y entonces fuimos uno.

…y vinieron los siglos
y los siglos pasaron…

Ya nunca más tus sienes supieron de mis manos;
bebías tú de otras fuentes,
yo confundía mis cántaros.

Hoy, si pudiera decirte
de la curva de mi espalda,
tus hombros junto a los míos
harían carga¡s livianas.

Si tú pudieras contarme
de la sombra de tus párpados,
ventanas para tus ojos
serian mis ojos anchos.

Has bebido de otras fuentes
yo he confundido mis cántaros
y somos dos, ya no uno:
hoy no podemos hablarnos.

Dolor de la ausencia

Cómo duele tu cuerpo cuando alientas ausente.
Tus ojos y tus manos,
que yo llevé en mis ojos, poblando atardeceres,
ahora son extraños,
y duelen.

Cómo duele la sangre en los latidos
que dicen la existencia,
me duelen tus pupilas.
Prendidas a mi carne las he ,sabido mías
y ahora son ajenas.

Cómo duelen las risas que no son carcajadas
y quedan suspendidas
y duelen las palabras que nunca fueron dichas,
me dueles en las curvas vacías de los brazos
y en los besos sin besos
y en los labios frustrados.

Búsqueda

He buscado en tus ojos,
caracoles sombríos,
y no he encontrado nada.
Sólo mis dedos mansos
bebieron en tus manos
la ternura que ansiaban.

¿Por qué miras y callas?
¿Te huyen las palabras?

¿Acaso aquellas lunas
que encendían tu pecho
apagaron su brillo
en este diario andar?

Dime, amor, que no tema,
que sólo se durmieron.

Y un día, al estrecharse
tu cuerpo con mi cuerpo,
dirá tu voz dormida:
Amor, la luna ha vuelto.

Mensaje último

Sacadme del camino, posadme entre la hierba
si está mi cuerpo herido.

Que piedras trabajadas por las manos extrañas,
sin amor de los hombres
no me acojan dormida.
No crecieran mis manos pescadoras de estrellas
no alcanzaran mis brazos dimensión infinita.

Partid, dejadme sola,
como un vagón desnudo, despojado y abierto,
mi corazón vacío.

Partid, dejadme sola, dormida entre la hierba,
que carne de mi carne yo haré mi cuerpo tierra,
mis lágrimas, rocío.

Perspectivas

…y junto a tu rostro
otro,
y otro, y otro…
y todos son uno
al tocarme los ojos.

Cien rostros que acusan
mil rasgos distintos,
que en mi perspectiva
se dan como un todo.

Y todos son uno,
el tuyo,
tu rostro.

Dualidad

A veces, tan cobarde,
cubriera mi cabeza con cuévanos profundos
y no supiera nada,
y otras, tan osada,
prolongaran mis manos su caricia infinita
para alcanzar un mundo.

De miedos y osadías forjadas mis palabras,
valiente algunos días
mostré al alma desnuda,

abierta, tan abierta,

y otros, tantos otros,
oculta en esta inercia,
tan silente y cerrada.

Retorno

Las formas se abstraen, la voz se silencia,
las manos, la carne se tornan ajenas
y dicen mis ojo,s los años del tiempo.

Soy joven y eterna.

Por siglos y siglos se funde mi cuerpo
en un beso salobre de mar y de tierra;
por siglos y siglos soy agua que fluye
hacia el gran solitario
torrente perdido;
soy río y soy luna mecida en sus brazos.

Y al volver el alma al silencio primero
retorna a la sangre la vieja conciencia:

Mujer, nací amor al comienzo del tiempo
y en mi carne nueva llevo sangre antigua
a la vez soy joven.
Soy joven y eterna.

Desmateria

La sombra danza en el viento
vertiendo noche en su copa;
el viento lleva en su danza
cien cascabeles de sombra.

Y en la noche de la angustia
(viento-noche, viento-sombra)
mi cuerpo se desdibuja.

Las manos del viento cubren
con su abanico mi boca.

Ya no vengo del pasado,
ni soy presente, ni ando
para alcanzar con mis manos
lo que nunca llega. Vago.

Mi cuerpo no tiene forma,
mi corazón es un canto.

La noche danza en el viento
y el viento canta en su boca.
En mi noche de silencios
la soledad tiene notas.

Diario andar

Cómo seguir escribiendo, Señor,
si tú me entregas
la vida abierta, abierta…

Si el sol besa mis labios…
si un día no lo alcanzo
a vivir, cuando otro día
se muere entre mis brazos.

No sé, Señor, qué hay
en este andar y andar;
estoy aquí,
no resto,
me abalanzo.
Primer premio del Ismael Pérez Pazmiño de 1964

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UNA PATADA AL MUNDO [Mi poema]
Miguel Ortega Calderón [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Quién no ha tenido una vez la tentación
de propinarle una patada al mundo,
¡oh,aciaga noche! hundido en lo profundo
en el andén del tren de una estación?

Cuando dices adiós a la esperanza
sin conocer la razón, por qué se ha ido,
en sollozos y lágrimas hundido
bailando sin saber macabra danza.

¿Quién no ha sufrido ese dolo e iracundo
ahogado sin consuelo en esa balsa,
harto ya de escuchar música falsa
ha en vano jurado a dios en un segundo?

Yo sí, yo un día accedí a esa cicuta
y, cual Sócrates, ingerí el veneno.
Creyendo el resultado fuera bueno
sentí lo putrefacto de esa fruta.

Mas volvieron a sonar nuevas canciones
y de nuevo a brillar la primavera,
pues aunque dura hubo de ser la espera
sólo el fin ya no admite soluciones.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Miguel Ortega Calderón

A don Tito Cerda y su silencioso transitar

Es, Tito Cerda Llona, un caballero
de antiguo cuño. Camina hoy, por el
mundo?… Diría yo, que levita él,
como nooó queriendo hacer callejeros

ruidos; cual incógnito pasajero…
de este «planeta azul» de oropel,
donde la angustia por el vil papel:
¡al hombre común vuelve rastrero!

Silencioso, cuasi aéreo… Su estampa
es hechicera; ¡nos subyuga el Maestro!
¡Cuanto canta o declama, nos atrapa

con su voz de ungidos leal registros!
la oscuridad, es su presencia, escapa
¡es luz de bondad, cual infinito astro!
Guayaquil, 7 de noviembre de 2008

Semblanza

Jorge Luis Pérez Armijos:
él nació en Guayaquil
y vino a empoderarse
de su ritmo y frenesí.

Pata caliente, el man;
de deambular trashumante…
Fue a estudiar a Madrid:
¡su triunfo fue rutilante!

Su flamante título, es:
Periodista y Publicista;
Comunicador Aüidio
Visual; todo un artista.’

El Relacionista Público,
y además, descollante
poeta: «Rimas sin sarcasmo»,
su poemario diletante;

señero ideario romántico
donde se da con ardor
y pasión dosificada…
a su eros… ¡sin candor!

Con emoción controlada…
¡cual corresponde al varón!
Con sueños y metas fijas
que, ¡lo harán triunfador!

En el ramo comercial
de su padre y bisabuelo,
antes de fundar: ¡hogar!
él afianzará el vuelo;

pisará bien en el suelo
que la «ruta» que lo lleve
hacia la meta soñádora…
¡del que ensueña, y, se atreve!
Durán, 27 de abril de 2013

Ave fénix

¡No! ¡No estoy derrotado!
Tengo para resarcirme
y siempre refocilarme:
¡la experiencia del pasado!

Vamos a ordenar la casa
y desempolvar los muebles;
poner cortinas nuevas a los ventanales
y enmantelar la mesa.

Mesurar el escritorio;
despoblar de libros la cama;
ventilar más la estancia
y fumigar el dormitorio;

los muebles forrar con lienzos nuevos;
alfabetizarme en informática
y cibernetizarme en robótica:
intentaré ser así… ¡un hombre nuevo!

Un neo-consumista de la nueva era:
¡escalva estresadora y novelera!
Durán, 19 de mayo de 2008

Soneto elegiaco a

Enrique Antonio Ponce Morán,
con previsiva conciencia del tiempo
y del espacio: ¡escogió del campo
,,su» Alejo Lascano pa’ descansar!

Allá, hoy en ese su pueblito rural
los restos, las reliquias de su cuerpo
en el suelo natal que amó con ampos
sentimientos por la eternidad

se enraízan en sincretismo telúrico
con el mismo afecto que siempre
demostró en los momentos volcánicos

de su pasión terrígena de hombre:
¡montubio intenso, alegre folclórico;
ungido con identidad tan célebre!
24 de marzo de 2009

A una Miss Ecuador

De mirada franca, grácil, serena…
La princesa del barrio: ¡qué hembra!
Se me espeluznan todas las hebras:
¡de mi piel, barba y blanca melena!

Tiene un cuerpo de Diosa, ¡mi reina!
Que esclavo suyo -a sus pies cual sombra-
me prosternara por siempre; se siembra
para cosechar… ¡yo ya sembré, nena!

Estos luengos años… en tu honor:
¡un enjambre de afectuosas ternuras;
castas miradas y turbado arrebol!

Acariciaron tu regia figura
de vestal, de nuestro hermoso Ecuador.
¡Disfruto de tu amistad, señora!
Durán, 14 de febrero de 2010

Esquizofrenia globalizada

Para Saidél Brito, fraternalmente

El perro que Isidro Vargas Habauc
amarró y ,,dizque»: ¡de hambre y sed mató! ¿…?
Sólo fue un truco al que él recurrió
¡reclamando humanidad, a plenitud!

De la prensa amarillista, sin virtud,
sus multimedias a fondo utilizó…
¡al ser ético y moral horrorizó!
¡El suscitador disfruta esa acritud!

La doble moral del hombre evidenció:
¡solidaridad perruna motivó
la supuesta muerte por inanición

del can que el mismo Vargas libertó!
¡Mientras ahora el genocidio permanente
al homo-sapiens: ¡lo ha vuelto indiferente!
Guayaquil, lunes 28 de julio de 2008

Pensando en ti, abuela

Hoy no me queda más por visitar
que el cementerio de mi ciudad;
reposan con desencarnada piedad,
¡allí, amores que me hicieron vibrar!

Bisabuelos, padres, tíos y sobrinos;
una retahíla de amigos queridos;
cientos; tal vez miles, de conocidos…
¡que insensibles: ,,gozan’’ el sueño eterno!

Pero, por sobre ,,todos’’, visitaré
primero a mi amada abuela
e inclinado al nicho, le contaré

¡que mi vida es grosera cantinela;
que quizás otros aires buscaré
y me le perderé: ¡aunque me duela!
Guayaquil, 13 de septiembre de 2005

¡Depresivo!

Sólo quiero: Apoltronarme…
A sentir transcurrir la tarde
con la curiosa impaciencia
de quien ve pasar con indiferencia
¡su igual, su sombra o su cadáver!
Guayaquil, 13 de septiembre de 2005

Recordándote… Betty

En marzo te conocí
la fecha no la recuerdo…
un año, casi, ha pasado,
y aunque me hube equivocado
¡te tengo presente, aquí!

Traumado e insensible…
mi corazón destrozado:
tres veces se ha negado:
¡lo nuestro es imposible…
no quiero seas el cuarto:
,,por mi temor, defraudado’’
dijiste, muy consternada

Por ti, yo me derretí…
Y cuando lo comprendí
la emoción fue congelada
¡no eras tú para mí!
Durán, 8 de marzo de 2004

¡Como Robinson Crusoe, me siento!

Proletario, en afectos…
en este ,,valle de lágrimas’’
dó el homo-sapiensa, adyecto,
con sus ideas peregrinas,
mancillar: ¡siempre pretende
—con sus pezuñas de lobo—
el ampo suelo del Edén,
impoluto, habita
en el alma de cada mujer.
Con este ,,sino’’ me siento, aquí,
como Robinson Crusoe
en su isla, de más a tierra:
¡en humanidad, desierta!
Guayaquil, febrero de 2002

El pájaro… tirándole a la escopeta

Con una gentileza sospechosa,
el pícaro se empeña en verme
el miércoles… y, al despabilarme,
descubro su amabilidad perversa;

su alegre y pícara sonrisa…
denuncia que desea el pelo tomarme;
pensé entonces, del truhán voy a desquitarme
¡lo veré yo, congelada la risa!

¡Respetémonos! No se llega a viejo
de pendejo… ,,el gallinazo me gana
en tiña, no en malicia», ¡canejo!

Búrlese de su abuela, tarambana,
antes de intentar hacerme: ¡cangrejo!
¿Cómo le quedó el ojo, mi pana?

Con todo respecto para sus jóvenes
años, este viejo servidor
Miguel Ortega Calderón
¡El que se pica, paga!

Premonición fatal

Epicedio de Katty Herrera Ortega, flor tempranamente cortada del jardín de la vida

2 de febrero de 1977 – 24 de septiembre de 1995

Su muerte prematura
anunciaba la dama:
¡si le decían que no,
ceñuda se mostraba!

Tenía premoniciones
de su fría y cercana;
constante presencia
rondándole su karma;

y sucedió cierta
aciaga mañana,
¡qué pronto en el camino
su vida terminaba!

Apenas tenías diez
y ocho años, niña amada;
¡tu vida una promesa…
la muerte cascarrabias!

Sin mediar patologías;
en plena flor, muchacha
te arrancó la vida
que aún no disfrutabas.

La parca artera,
de su gracia prendada,
sin pensar en el vacío
que su ausencia dejaba,

le cortó la existencia
cuando iba hacia su casa
de una fiesta y baile
¡qué feliz celebraba!

Volviéronse pesar,
alarido y drama…
¡Las risas que precedían
el fulgor del alba!

Sus padres angustiados
que, con temor la mandan…
¡zas, el presentimiento
con horror confirmaban!

El golpe cruel y rudo
la noticia propaga;
¡y el duelo eterno
en sus vidas ancla!

Sus restos al siguiente
día a la tumba bajan.
¡Era la de mi padre
la que a mí m peleaba

entre manotazos
y risas, unas semanitas
antes, al pedir yo
la posesión a su máma

del documento aquel,
apto para bajar
el heredero caído
al terreno fatal

del decesado anteriorM
con derecho a pasar:
¡sus huesos en compañía,
con él, al más allá!

Premonición funesta
que, en la tierra acunara,
y en el cielo, San Pedro:
¡un nuevo ángel ganaba!

Y desde entonces
con absoluta calma
solícita vigilia
su querida morada…

¡Y sus sonrisas alegres
en felices cascadas
vierte, cual bendición,
sobre la gente que ama!

En vida, sobrina mía,
Katty te llamabas;
Serafín o querubín
¡desde ahora, colorada,

te diré hasta el fin!
¡Niña desencarnada,
descansa en paz! El cielo
virgen te proclama.

Mariel Córdoba

En tu pecho armiñado encierras,
a la par que un amante corazón,
resonancias de metales ancestrales
que nos hacen vibrar de emoción.

En el pasillo como en el tango;
el bolero, el vals, y la ranchera;
igual baladas que canción protesta;
la milonga, samba y chacarera:

Triunfa en tu estirpe magnífica el gracejo
de la mujer hispanoamericana;
¡regia, prima donna, tu canto es súmmum
hermanando a Ecuador y Argentina!

Mariel Córdoba, ¡artista insigne!
Tus estilos variopintos imprimen
glamour a la tesitura de tu arte
dando a tu presencia gran soporte…

Y con bellos arpegios nos regalas:
¡ya! en agudos, graves o en susurros
tus lúcidas y magistrales galas

destacando, así, la vibrante urdimbre…
de los acentos y primorosos timbres
de tu voz canora y edulcorante.

Parabienes mil, Mariel internacional;
euterpe energía, ¡siempre triunfante!
Guayaquil, 7 de julio de 2006

A Francisco Alanche Muñoz

Fresco, franco y transparente;
respetuoso, bonachón… siempre sonriente;
auténtico, leal samaritano,
no se envanece con su obra;
con humildad que asombra
i sin presumir de filántropo…
silenciosamente, sin aspavientos:
¡cuántos sufrimientos y quebrantos:
oportuno, mitigas, a tu prójimo!

Alache Muñoz Francisco: ¡un señor!
La vida te ha ungido con la aureola
amable de los varones escogidos.
Con la estirpe noble de tus padres,
heredaste, de lelos, sus virtudes
elevadas de Cristianos solidarios.

Modelo de bondad bien entendida,
unificas, con tu ejemplo, a tu familia:
años, hijos, primos y sobrinos…
observando a diario la enseñanza,
¡zas!… muy pronto imitarán el paradigma.

Mi antiguo y dilecto amigo,
imitando a San Francisco, el clérigo…

Ayudas, en tu entorno, a jóvenes y viejos:
mitigando hambres calagurritanas;
invitando con gentileza humana
granados manjares de la cocina criolla,
o dándole discretamente: ¡el dollar!

Para que, ala vuelta de la esquina,
a comer se sientan, en cualquier silla…
No sufriendo la angustia y la zozobra,
con el tigre del hambre, que devora:
hígado, estómago, páncreas, corazón;
obnubilando el cerebro y la razón.

Amigo, cultiva esa vocación que Dios
la instauró en tu noble corazón.
Ahora ya no existen… familiaridades ni hijos
con fraternal solidaridad, el
homo-sapiensa, alienado, en involución…
estragado en egoísmo: sin valores ni moral,

desecha a sus raíces e ingonra olbligaciones.
¡Sigue siento así, no lo resientes!
Que, el de arriba –el creador– tu Señor
te devolverá ,,setenta veces siete»
lo que en su nombre des con alegría y emoción:
¡Arrivederci, hermano; este verso y terminamos!
Guayaquil, 1 de mayo de 2003

A una dama ¡enamorada!

Distinguida y sin poses;
de elevada estatura…
de sonrisa espontánea
y belleza estatuaria

es Verónica de la Parra
una dama bien centrada
que a Jorge Luis, el poeta,
lo arrastra de un ala
con su maternal mirada:
¡de novia y compañera!

Que jura hacerlo feliz
si él deja de fumar
«como turco en glacial páramo»
y beberse las bielas frías:
«como árabe sediento»
en el oasis de un ardiente
y alucinante desierto.

Cuya visión proverbial
se materializa en ella;
por eso él le re-jura
que cuando ellos se casen
¡dejará él: pucho y botella(s)!
Durán, 2 de julio de 2013

Viejo verde

¿Sabe usted lo que es
un viejo verde, viril?
¿No? Pues bien, ahí le va,
dama adorable y gentil.

Es un hombre fresco y tierno
vigorosamente sano
de cuerpo y alma;
su savia energizante
le da la gallarda lozanía,
y a despecho de su edad
y plateadas níveas sienes
e inclinaciones galantes
por el bello sexo de Eva.

Y sin traumas amatorios
cree aún en el amor leal,
generosamente dado…
sin mezquinas condiciones,
e insiste sensato, ¡tenaz!
sin opresión estresante,
en buscar compañera
para amarla serenamente,
¡con pasión sacrosanta!
lo poco o mucho de existencia
que al «galán» le queda…
Y lleno de esperanza,
con experticia y pasión;
con profesado respeto
y muy sentida emoción:
¡hoy le confiesa el amor
que por usted siente al respecto,
señora, de su corazón!
Guayaquil, 14 de febrero de 2005

Arroz viejo

Arroz viejo: ¡rendidor!
Hombre de edad avanzada
cuya mente alborotada…
¡dinero trueca en pasión!

Por miradas de esplendor
y frases almibaradas…
Caiditas de ojos dadas
con insinuante atracción;

caricias inconfesables
y descarriada ilusión…
al pobre hombre la emoción
lo vuelve irrazonable.

Cae:
¡Papaya da, redondito;
de yapa lo da todito!
Luego
Cual pepa de guab limpia,
lo dejan chiro y solito…

Y, como en el canto de la calandria:
«A usted no lo conozco»;
¡su amor no he sido yo!
¿Está usted loco, señor?
Guayaquil, febrero de 2003

Homenaje a doña Rosario Sansores Prén

Rosario Sansores Prén, a ti,
la ilustre poetisa mexicana
sin poses; con humildad soberana…
y modosa apostura: ¡aquí!

Al ser galardonada, en Guayaquil;
Ciudad de la ría y el estero, Reina;
reverenciáronse ambas: ¡muy humanas
con donaire, bonhomía y pedigrí!

Hoy, cuarenta y cinco años después;
la estela de su presencia y paso;
cual perenne cometa, su impronta es:

referente de lo que debe ser
un emblema, un ícono sin ocaso:
¡en el cielo yucateco y el parnaso!

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MUCHACHO, QUÉ SERÍA [Mi poema]
Numa Pompilio Llona [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Muchacho, qué sería yo mirando
al sauce que se lleva la corriente,
sus olas en el agua irreverente
cuando dejan de andar. O acaso cuando
siente, o mas bien tal vez cuando presiente
y a punto de morir sigue intentando
asirse a una avestruz, llegar al puente
y en lágrimas de pena naufragando.

Muchacho qué sería yo observando
lo que el público docto no consiente,
la luna cuando el cielo está durmiente
cayendo desde allí. Precipitando
su destrucción total. Y en esa entente
su idílico fulgor desmoronando
¿El cielo sin la luna? ¡qué indecente!
¡una luz que se apaga tiritando!

Muchacho cosas hay que nunca mueren
pues se guardan con celo en el sagrario
¿una imagen del mar, un relicario,
dos almas de un Olympo que se quieren,
un río, acantilado, un monte? Armario
donde lapas los sueños son y adhieren
cada cuenta de vida en un rosario,
las amarras soltando si la hubieren.
©donaciano bueno

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«Pedruscos en el camino»: cada día una semilla.

 

MI POETA SUGERIDO:  Numa Pompilio Llona

Los arqueros negros

Tras el hombro el carcaj: un pie adelante;
con el brazo fortísimo membrudo
tendiendo el arco; y, con mirar sañudo,
inclinado el etiópico semblante,

así, en hilera, el batallón gigante
de dolores me acecha torvo y mudo;
y sus saetas clava en mi desnudo
ensangrentado pecho palpitante! …

¡Mas no de tus flecheros me acobardo
ante el airado ejército sombrío;
sus golpes todos desdeñoso aguardo!…

¡Manda a tu hueste herirme, oh Hado impío,
hasta que lancen su postrero dardo!
Hasta que se halle su carcaj vacío.

Desolación – el poeta y el siglo

A D. Fernando Velarde

¿Cómo cantar, cuando llorosa gime,
Sin esperanza y sin amor, el alma;
Y por doquiera, con horror, la oprime
De los sepulcros la siniestra calma?

¡Cuando de los espíritus el vuelo
Ata doliente, universal marasmo;
Y, con sus alas azotando el suelo,
Palpita moribundo el Entusiasmo?

Cuando, si un generoso pensamiento
Surge en el alma y su dolor halaga,
Del piélago sin fin del desaliento,
En las ondas inmóviles naufraga?

¡Cómo cantar, cuando el audaz poeta
Al mundo cierra con desdén su oído;
Y el noble acento de su Musa inquieta
Muere en la vasta soledad perdido?

Cuando la envidia, que aún las tumbas hoza,
Con torvos ojos pálida le espía;
Y sus entrañas a traición destroza,
Y escarnece el dolor de su agonía?

Cuando la turba de plagiarios víles
A sus cantos se lanza jadeante,
Revolcando en su lodo, cual reptiles,
Su corazón sangriento y palpitante?

Cuando su canto ardiente y sobrehumano
Amalgama y confunde el vulgo idiota
Con las míseras rimas, donde en vano
Mezquino vate su impotencia agota?

Cuando, si el noble y dolorido bardo
Su alma descubre rota y destrozada,
En su honda herida revolviendo el dardo,
Le arroja el vulgo imbécil carcajada?

¡Cómo cantar, cuando en la sed de fama
La generosa juventud no arde;
Ni el santo fuego del honor la inflama,
Ni hace de heroica abnegación alarde?

Cuando de Patria y Libertad los nombres
En ningún corazón encuentran eco,
Cual se apagan los gritos de los hombres
De los sepulcros en el hondo hueco?

Cuando, al amor, ya sordas las mujeres
y al brillo indiferentes de la gloria,
Corren en pos de frívolos placeres
Y ansiosas buscan la mundana escoria?

Cuando el justo derrama inútil lloro
Y bate el vicio triunfadoras palmas,
Y, entre el aplauso universal, el oro
Es el sol refulgente de las almas?

Cuando, como Proteo, a cada hora
Nuevas formas reviste el egoísmo;
Y en los áridos pechos sólo mora
Estéril duda, fúnebre ateísmo?…

¡Ay! cuando en torno el ojo atribulado
Descubre sólo corrupción, miseria!
Y doquier, al espíritu humillado
Huella con pie triunfante la materia!…

¡Oh! en tan inmensa postración, el vate
Su turbulenta inspiración acalla;
La llama extingue que en su pecho late
Y en los sepulcros se reclina, y ¡calla!

¡Y nada, nada su silencio amargo
Un solo instante a interrumpir alcanza,
Ni a turbar el horror de su letargo,
Ni a encender en su pecho la esperanza!…

¡Ay! yo he palpado el corazón humano;
Y muerto ¡para siempre! le encontré…
¡Muerto! … Rompamos, generoso hermano,
Nuestro laúd con iracundo pie!
Lima, Octubre de 1852

A D. Juan Arguedas

¡Ya no existe el amo. Murió, poeta;
y en su altar colocaron al deseo!
Doquier que giro lo mirada inquieta,
miseria y fango y egoísmo veo.

Disfrazado interés, mira secreta,
en las sonrisas cariñosas leo;
y aunque encubierto con falaz careta,
es cada hombre… un comerciante hebreo:

viejos son ya los niños, las mujeres
en almoneda corazón y mano
ponen, cual avarientos mercaderes;

inocencia, amistad, virtud, decoro…
¡mentidos nombres! ¡El linaje humano
postrado yace ante el becerro de oro!

Desde mi estancia

(Al eminente crítico y poeta argentino don Calixto Oyuela)

Mi ventana, que se abre a la campiña
Do se extiende fantástico paisaje,
Cubre del huerto trepadora viña
Con la tupida red de su ramaje;

Entre su fronda, hasta la oscura estancia
Filtra su blanca luz la luna llena
Que, alumbrando los campos a distancia,
Surge en el cielo fúlgida y serena;

Dando tregua a misérrimas congojas,
Contemplo yo, de la penumbra opaca,
El arabesco de las negras hojas
Que en argentado fondo se destaca;

De la cumbre de próxima montaña
Desciende el aura y el follaje agita;
¡Y siento entonces emoción extraña,
Ansiedad soñadora e infinita!…

¡Afuera, allá, las mágicas florestas,
Dormidos valles, encantados montes!…
¡Y esos hierros, y ramas interpuestas
Ante aquellos grandiosos horizontes!…

De la terrena cárcel tras la reja,
Mira así el alma con dolor profundo
El infinito que su luz refleja
En los oscuros ámbitos del mundo;

¡Y así contempla en la penumbra hundida,
El lejano ideal de su ventura,
Por entre las malezas de la vida,
Donde, a veces, de lo alto descendida,
La divina pasión sólo murmura!

Doce años después

¡Todo se ha transformado en los lugares
Que hoy recorro doliente y solitario,
Y que fueron un tiempo el escenario
Del drama de mi dicha y mis pesares!

Del corazón los ídolos y altares
Juntos cubre del tiempo ya el sudario;
¡Todo lo disipó su curso vario…
Como el viento la espuma de esos mares!

¡Ay, en tan vasta ruina y tal mudanza,
Sólo inmóvil mi espíritu subsiste,
Huérfano del amor y la esperanza!

¡Y fiel a sus dulcísimas memorias,
Pensativo contempla, y mudo y triste,
La tumba de sus sueños y sus glorias!

Noche de dolor en las montañas

(A don Juan Valera)

Rugió la tempestad; y yo, entretanto,
Del monte al pie, la faz sobre la palma
Vertiendo acerbo inextinguible llanto,
Quedé en su pena, adormecida mi alma;
Cuando cesó el sopor de mi quebranto,
Limpio estaba el azul, el viento en calma…
¡Y con asombro y amargura y duelo,
Alcé mi rostro a contemplar el cielo!…

Sirio radiante sin cesar lucía;
Saturno, inmóvil, del cenit miraba
La vida universal… La Láctea Vía,
Que con luz taciturna centellaba
Y al orbe en ancho círculo envolvía
De brillantes escamas, semejaba
La infinita, simbólica serpiente
Que se está devorando eternamente…

¡Cuánto silencio! ¡Oh Dios! ¡Cuánto reposo!
¡Y cuán honda y fatal indiferencia!
¡Cuán extraño ese todo prodigioso
Es del hombre a la mísera presencia!…
¡Al comprenderlo, un pasmo doloroso
Penetra y acongoja la conciencia,
Y en sus abismos íntimos clarea
Una tremenda e implacable idea!

Gira el mundo en el vasto firmamento
Con pompa augusta y majestad suprema,
Y se agita, en acorde movimiento,
De los astros sin fin el gran sistema…
¡Y el hombre pasa, alzando su lamento,
Y de su propio ser con el problema!
¡Sufre y muere!… ¡y no turba su caída
El perpetuo banquete de la vida!

Ser inmenso encerrado en su egoísmo
Parece el universo soberano,
O un colosal y ciego mecanismo
Que gira sin cesar; ¡y el ser humano
-El que, entre todos, siéntese a sí mismo-,
La arista deleznable, el leve grano,
Que va a saciar, sin que eludirlo pueda,
La actividad de la gigante rueda!

¡Un resorte es, tal vez, de aquella vasta
Maravillosa máquina divina,
Mas resorte que sufre!, ¡que se gasta,
Y que siente su próxima ruina!
¡Ser cuya triste pequeñez contrasta
Con su instinto que a lo alto se encamina!
¡Que vive un día en cautiverio infando,
Eterna vida y libertad soñando!

¡Vive! ¡en su mente el doloroso drama
Llevando de sus propios pensamientos;
Conjunto extraño, mísera amalgama
De opuestos y encontrados elementos;
Mezcla de sombra y de celeste llama;
Antítesis de todos los momentos;
Híbrido ser; en medio a cuanto existe,
De la fatalidad víctima triste!

Como el príncipe aquel infortunado
De los extraños cuentos orientales,
Que, en su inferior mitad petrificado,
Lloraba inmóvil sus eternos males;
A la inerte materia encadenado
El hombre, así, por vínculos fatales,
De las regiones ínfimas del suelo
¡Ansioso mira y suspirando el cielo!

Más dichosos, del ángel puro y fuerte
No oprime el barro la sustancia aérea;
La inmóvil planta, el mineral inerte,
Son insensible estúpida materia;
Siente el bruto los males de su suerte,
¡Pero no a su dolor y a su miseria
Da una perpetua y céntuple existencia
El cristal refractor de la conciencia!

Sólo él, que se llama el rey egregio
De la vasta creación puesto en la cumbre,
Sólo él recibe el alto privilegio
De la razón, con que su noche alumbre;
Él tiene el pensamiento, signo regio
Que en su frente refulge, interna lumbre,
Del Universo misterioso espejo,
Y de su propio ser sombra y reflejo.

El sol, de eterna majestad vestido,
Que nace en calma allá en el océano,
Cuando, como de amor estremecido,
Palpita y se alza su cerúleo llano;
Cuando bullente mar de oro fundido
Su faz semeja; y su vapor liviano
Flota en los aires, y escalando el monte,
Desvanece el perfil del horizonte;

Cuando, en las altas cúspides quebrados,
Hieren los dardos de oro las montañas…
Y de los hondos valles y collados
El humo se alza ya de las cabañas;
Y el distante mugir de los ganados
Se oye, y la voz de montes y campañas;
¡Y de la tierra la anchurosa escena
De luz, de vida y de rumor se llena!

Los espumosos rápidos torrentes
Que, de los montes rudos y sombríos
Relumbrando en las ásperas vertientes,
Bajan al valle; los sonoros ríos
Que, en caprichosos giros refulgentes,
Por entre bosques, pueblos y plantíos,
Se pierden en confusa lontananza…
¡Como un sueño de amor y de esperanza!

La hora augusta, callada y ardorosa
Del meridiano universal sosiego,
Cuando la Tierra extática reposa
Bajo su blanca túnica de fuego…
Las sombras de la tarde misteriosa;
De la campana el clamoroso ruego,
Mientras el sol se oculta paso a paso
En las pompas sublimes del ocaso;

Del labrador alegre los cantares,
Que, más feliz que próceres y reyes,
De la diurna faena a sus hogares
Al paso vuelve de sus tardos bueyes;
Las voces de las granjas y lagares;
El tropel y balido de las greyes
Que en silencio al redil el pastor guía,
A las vislumbres últimas del día;

Venus que asoma rutilante y pura
Del dudoso crepúsculo entre el velo;
La muchedumbre de astros que fulgura
En el profundo cóncavo del cielo,
Mientras cubre aún la tierra sombra oscura.
¡Y el alma siente indefinible anhelo
Bajo esa inmensa y trémula techumbre
De viva, ardiente y fulgorosa lumbre!

¡La aparición de la triunfante luna
En el azul más claro del vacío,
Que con serenos rayos la laguna
Argenta y la montaña y selva y río
La misteriosa oscuridad que aduna
Tal vez la noche en su recinto umbrío,
Mientras del mar en la tiniebla oculto
¡Resuenan los gemidos y el tumulto!…

Las nebulosas noches en que vela
El firmamento sombra vaporosa,
Cuando la luna trémula riela
En la mar alterada y tenebrosa,
Y su argentada rutilante estela
Sigue el vaivén del onda silenciosa…
¡Y en el alma se eleva, conmovida,
Como el recuerdo de otra augusta vida!

¡Las montañas inmobles y severas
Que se reflejan en el hondo lago,
Cuyo luciente espejo auras ligeras
Tan sólo agitan, en amante halago;
Sus ondas que en las plácidas riberas
Lentas expiran con murmullo vago;
Los nevados que elevan a lo lejos
Sus cúpulas de fúlgidos reflejos!…

Los azulados pálidos albores
De la aurora en los valles indecisa;
El amante susurro de las flores
Que el soplo inclina de la fresca brisa;
De la escondida frente los rumores;
De los cielos la fúlgida sonrisa;
La blanca nube que en su fondo rueda;
La tórtola que gime en la arboleda…

Del panorama espléndido del mundo
Cada aspecto magnífico y diverso,
Cada acento sonoro o gemebundo
Del himno augusto en la creación disperso,
De un sentimiento incógnito y profundo
Llenan su corazón; y al universo
Estrecha su alma con gigante abrazo,
¡Y unirse quiere en perdurable lazo!

¡Perpetuamente contemplar quisiera
De la tierra y los cielos la hermosura;
Y, siguiendo en su rápida carrera
A la gloria e inmortal natura,
Al revolver de la celeste esfera,
En éxtasis de amor y de ventura,
Del éter por las vastas soledades
Atravesar con ella las edades!

¡De la ley de la muerte vencedora,
Gozar quisiera de inexhausta vida,
Sin noche, sin ocaso y sin aurora,
Sin término, ni valla, ni medida!
¡Y la infinita sed que la devora
Así saciando, al universo unida,
Su espíritu fundiéndose en su esencia,
Abismarse en la cósmica existencia!…

¡Que es la vasta creación, con los fulgores
De sus eternos astros, con la orquesta
De sus seres, y cantos y rumores…
El coro inmenso, la perpetua fiesta
Entre la cual, la humanidad, de flores
Marcha ceñida, y a morir dispuesta!
¡Ifigenia inocente y resignada
Ante ignota deidad sacrificada!

¡Comprende que es inútil su esperanza!
¡Que -blanco de la cólera tremenda
Del destino implacable o la venganza,
O ante su altar propiciatorio ofrenda-,
Por fuerza oculta arrebatado avanza
Gimiendo el hombre en la terrestre senda,
A cuyo fin le espera silenciosa
La universal y sempiterna fosa!…

¡Oh indecible dolor!… ¡Oh desventura
Eterna, inevitable e infinita!
¡Contradicción fatal! ¡Ley de amargura
A nuestra raza mísera prescrita!…
Si por doquier a la infeliz criatura
Su propia y triste condición limita,
¿Por qué esta sed que nos devora interna
De amor, de vida y venturanza eterna?

¿Por qué esta ansia de espíritu gigante
Puesta en un ser efímero y mezquino?
¿Por qué este anhelo inmenso e incesante
De lo eterno, inmortal y lo divino,
Si el sueño irrevocable de un instante
Sólo es la vida que le dio el destino;
Niebla que en el azul del firmamento
Veloz agrupa y desvanece el viento?

¡No! Armada de la séptuple coraza
De firme voluntad el alma fuerte,
El golpe esperarás con que amenaza
Tu inerme seno la infalible muerte,
¡Oh, tú, de Adán desventurada raza,
Hija desheredada de la suerte!
¡Y le opondrás la calma y la grandeza
De tu heroica invencible fortaleza!

De la enemiga tribu prisionero
Y próximo a sufrir muerte cruenta,
Atado al tronco el índico guerrero
Las breves horas de su vida cuenta;
Inmóvil, silencioso y altanero,
No a sus contrarios apiadar intenta;
Su suerte acepta; y de la turba impía
Desdeñoso la saña desafía;

En lo pasado engólfase su mente
Largo tiempo, al rumor que en la enramada
Forma el viento que le habla tristemente
De su selva, su choza y de su amada…
Levanta, alabo, la inclinada frente;
Centellante recorre su mirada
De sus verdugos el salvaje coro…
¡Y al fin entona un cántico sonoro!

¡Un cántico de muerte y de victoria!
¡Himno a la vez triunfal y plañidero!
Que toda encierra la sangrienta historia
De sus luchas de guerra en el sendero.
¡Apoteosis de su propia gloria!
¡Consolación de su suplicio fiero!
En su labio crispado al fin expira…
¡Y el cuerpo entrega a la inflamada pira!

Así ¡oh tú, alma generosa y fuerte
Que el soplo alienta de viril potencia!
Aceptar debes de la adversa suerte
La injusta cuanto bárbara sentencia;
El aspecto cercano de la muerte
Mirarás con estoica indiferencia;
¡Y, al morir, sin flaqueza y sin quebranto,
Entonarás tu funerario canto!

Y en él dirás: de tus fugaces años,
Las luchas, los cuidados y dolores,
Incertidumbres, dudas, desengaños…
De la instable fortuna los rigores;
De la callada edad los lentos daños;
De los seres más caros y mejores
La inesperada eterna despedida,
Que extingue la mitad de nuestra vida.

De invisibles contrarios el asedio
En la terrestre encarnizada guerra;
La ponzoña letal y sin remedio
Que allá en su fondo nuestra copa encierra;
La creciente congoja y hondo tedio
En nuestro triste viaje por la tierra…
¡Y aquel amargo y desdeñoso acento,
Muriendo, arrojarás al firmamento!

¡Del propio crimen que nosotros, reo
Sufriendo atroz suplicio en la alta roca,
No, de Jove, el antiguo Prometeo
Con viles ruegos la piedad invoca;
Encadenado el torso giganteo,
Cerró el silencio del desdén su boca;
Mas, sublime, lanzó, con frente enhiesta,
A la eterna justicia su protesta!

¡Sí!, que, al morir, elévese a lo menos
El grito de la mísera criatura,
Y traspasando los etéreos senos,
Allá resuene en la celeste altura;
Que en los espacios mudos y serenos
Eterno vibre su eco de amargura…
¡Y que después deshágase y sucumba,
Y en polvo caiga en ignorada tumba!

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YO NO QUIERO MAUSOLEOS [Mi poema]
Miguel Moreno [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo no quiero mausoleos
donde cuelgan los trofeos
y la gente va a llorar,
que entre las alas del viento
donde anida el pensamiento
allí quiero descansar.

Me podrían enterrar
al lado de un encinar,
o en la sombra de una acacia
o a la orilla del camino
o el lagar donde hace el vino
que eso a mi me haría gracia.

Que yo nací entre pinares,
montes con grandes lunares
pero tuve que emigrar,
en otoño hacia otros lares
de naranjos y olivares
y hoy mi sueño ya es volar.

Volar sin saber a donde,
allí donde dios se esconde
en su insigne madriguera,
o donde se pudre el hombre
bajo una fecha y un nombre
y el que espera, desespera.

Da igual  cielo o sea el mar
que entre volar o nadar
no tengo mucha elección,
tengo miedo a navegar
y tampoco es el volar
santo de mi devoción.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Miguel Moreno

La garza del alisar

Tendido sobre una roca,
orillas del Macará,
caída el ala del sombrero,
melancólica la faz,
macilento y pensativo
un bello joven está,
que, así le dice a un correo
de Cuenca, lleno de afán:
– Correo que vas y vuelves
por caminos del Azuay,
a donde triste y proscrito
ya no he de volver jamás;
di ¿qué viste de mi Cuenca
en el último arrabal,
en una casita blanca
que orillas del río está,
rodeada por un molino,
perdida entre un alisar?

Y le responde el correo,
lleno de amabilidad:
-Diez días ha que salí
de los valles del Azuay,
y vi del río a la margen
la casa de que me habláis,
rodeada por un molino,
perdida entre un alisar.

-Está bien, pero no viste
en ese sitio algo más … ?

-Te contaré, pobre joven
que vi una tarde al pasar,
una niña de ojos negros
y belleza angelical,
toda vestida de blanco,
paseando entre el alisar.

-¡Ay! no te vayas, correo,
por Dios suspende tu afán;
tú que dichoso visitas
las calles de mi ciudad,
aunque estés de prisa, dime
de esa joven algo más!

-Caballero, cual los vuestros,
cual los vuestros eran ¡ay!
los ojos encantadores
de esa niña del Azuay:
tras de unas negras pestañas,
como el sol que va a expirar
velado por densas nubes
que enlutan el cielo ya;
melancólicos, a veces,
miraban con grande afán
a todos los caminantes
que entraban a la ciudad.
¡Pobre niña, pobre niña!
Cubierta su hermosa faz
con las sombras de la muerte
y una palidez mortal,
otras veces contemplaba
las hojas del alisar
que, arrastradas río abajo,
no habían de volver jamás:
pobre niña, ni lo dudo,
estaba enferma y quizás
ese momento se hallaba
pensando en la eternidad!

-¡Ay! mi correo, correo
tan veloz en caminar;
tú que dichoso transitas
por donde mi amor está,
dime, por Dios si supiste
de esa joven algo más!

-Cuando una vez de mañana
paseábame en la ciudad,
vi esparcidos por el suelo
rosas, ciprés y azahar
que formaban un camino
que, yendo desde el umbral
de una iglesia, terminaba
en la casa de que habláis;
luego escuché en su recinto
el tañido funeral
de una campanilla, y luego
de la salmodia el compás,
y olor del incienso me trajo
el ambiente matinal…!

-Dime, por Dios, ¿no supiste
quién se iba a sacramentar?

-Una niña a quien llamaban
por su hermosa y triste faz,
y por que vestía de blanco,
¡la Garza del alisar!

-Oh basta, basta, ¡Dios mío!
¡es ella… suerte fatal…!
¿Y habrá muerto… ? -Era de noche
cuando dejé la ciudad,
olor a cera y a tumba
percibí en el alisar…

-¡Valor! no tiembles, termina
mi suplicio es sin igual!

-Infeliz, yo vi las puertas
de la casa… -¡Acaba ya!

-Con un cortinaje negro
y abiertas de par en par…!

-Bendito seas, Dios mío,
acato su voluntad…!
Ella muerta, yo entretanto
proscrito, enfermo jamás,
jamás veré ya esos ojos
que empezaban a alumbrar
mi camino… Nunca, nunca
sino allá en la eternidad…!

¡Si volvieras!

Viva, te amé tanto, ¡tanto!
Muerta, te amo mucho más;
mañana, resucitada…
¡cómo te pudiera amar!

Perdida

Qué he perdido? ¡Mi lengua se resiste
a pronunciar el adorado nombre!
Corazón, ¿qué perdiste?
-Lo que más dulce en la pasión existe,
Señor, lo más querido para el hombre:
¡Una alma! ¡Esa alma tuya que me diste!

La novia

Corazón enfermo
y alma amante y sola,
si cantar pudiera:
¡Ya tengo mi novia!…
¡Qué triste la vida,
qué lentas congojas
sin unos amores,
sin una paloma!
Cualquiera, a los veinte,
vive en la memoria
de una rubiecita
cándida y hermosa;
y recibe flores,
y devuelve trovas,
y ama, si es amado;
si no, canta y llora.

Y yo, sin ventura,
sin ser una roca,
sino un vatecillo
que sueña y adora,
vivo que me muero,
soñando en la gloria.
¿Dónde hallaré un alma,
cual la mía, sola,
y las dos se encuentren
como dos palomas?
¡Si en vez de ser hombre,
yo fuera paloma,
ya un nido tuviera,
ya tuviera esposa!
¡Late, pecho mío!
¡Oh alma soñadora,
ya estás en el cielo,
ya vino la novia!
¿Quién más linda que ella?
¿Quién como mi Dora?
Aún no abre el capullo
mi abrileña rosa.
Ni las auras sepan
¡silencio, alma loca,
que ya como a mía
la adoro a mis solas!

La niña y el escribanillo

-Escribanillo, di, ¿qué
escribes sobre las aguas?
-¡Ay, niña, estoy dando fe
del juramento que acaba
de hacerte el joven que aquí
te espera tarde y mañana!
-¿Es posible? Pero allí
yo no veo escrito nada.
-Así no verás, Leonor,
que él te cumpla su palabra;
pues las promesas de amor,
¡son cual firmas en el agua!

Reposo

¡Me asusto de mí mismo!
¡Yo quisiera esconderme en un abismo
más profundo que el mar!
¿La fosa, el polvo inerte?…
¡Mi muerte no es remedio de su muerte;
ansío más, aún más!

Mi mal imponderable
pide de amor un piélago insondable;
pero éste, ¿en dónde está?…
¡Me arrastro, casi muerto,
en tu costado, por mi dicha, abierto,
Jesús, a descansar!…

Cantares de Elena

Crié una paloma hermosa,
mi esperanza y mi ilusión,
mas, ella huyó veleidosa…
¡Ay, paloma…! ¡Ay, corazón…!

Palomita de mi huerto,
de ojos de dulce mirar,
¿conque es cierto, conque es cierto
que huiste del palomar…?

Yo formé del pecho mío
un nido, para ti, fiel,
y ahora lo dejas vacío:
¡palomita, eres muy cruel!

¡Quién me diera en mi tormento
arrancar del corazón
tu imagen o el sentimiento
de esta horrible decepción!

Aprende: esas dos palomas…
Van juntas en pos de ti,
y aunque traspasan las lomas,
juntas vuelven hacia mí…

Y me dicen: -¿Hasta cuándo
te ha prometido volver…?
Y les contesto llorando:
-¡Mañana, al amanecer…!

Y de mañana en mañana
va creciendo mi dolor,
y como él ¡suerte inhumana!
también se aumenta mi amor!

Vuelve, palomita ausente,
mi pecho es tu palomar;
como supe amar ardiente,
así sé yo perdonar…

¡Ay! ¿por qué dar al olvido,
que te ofrecí con amor,
para que tejas tu nido
rosas y malvas de olor…?

Como un inocente niño
cuanto tuve te ofrecí,
aun de mi madre el cariño
lo sustraje para ti…

Y creció en el pecho mío,
por instantes, mi pasión,
¡y ahora lloro mi desvío,
ay paloma, ay corazón…!

Vuelve, palomita ausente,
mi pecho es tu palomar;
como supe amar ardiente
así sé yo perdonar…

Vuelve, vuelve, te lo ruego
por nuestro soñado edén,
por mi amor ardiente y ciego,
y por el tuyo también.

Mas ya no tendrán su día
tanto amor, tanta ilusión;
¡adiós esperanza mía…!
¡Queda muerto el corazón…!

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UN BOBO [Mi poema]
Juan Francisco Charvet [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Escucho a Mozart por la noche y leo
a un tal Machado o a algún otro poeta,
hasta que llega el toque de corneta,
los ojos ya se nublan y no veo.

Filtrando voy los duros de pesetas,
si algún verso me gusta, me recreo,
haciendo caso omiso a los profetas
pues la verdad se pudre en el aseo.

Creo que aún estoy vivo mas no creo
en aquellos que afirman ser estetas
subiendo a los altares con mil tretas,
a convertirse en centros de deseo.

Huyo de los que creen ser adobo,
el centro, la comidilla en los saraos.
Yo, desnudo aquí, detesto a esos fumaos,
sólo soy yo y mi flacidez, un bobo.
©donaciano bueno

Acaso tú te crees que eres #muy_listo? Share on X

Huye de los que se auto-proclaman virtuosos de algo. En general sólo son respuestas a la falta de reconocimiento por parte de los demás. Además, siempre existirán otros, callados, que son mucho mejores.Éste es un sarcasmo.

MI POETA SUGERIDO:  Juan Francisco Charvet

Solo la muerte acalla los lamentos

¡Qué triste es ver que el corazón que un día
palpitó junto al nuestro, enamorado,
desciende incontenible en su agonía
y se queda después quieto y callado!

¡Saber que al ser al cual tanto se ha amado,
la mano del destino le extravía,
saber que inútilmente se ha llorado
y saber que no existe un «todavía»!

Tener que contentarse, alegre y fuerte,
con lo poco que el mundo le ha ofrecido
por más consuelo y paz que se ha pedido;

¡Tener que soportar sin un gemido
hasta el feliz momento en la muerte
cambie, con su sudario, nuestra suerte…!

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MI POETA INVITADA:  Marta Ávalos

la polución

Podemos morir de éxito
¿Se alarga la muerte con este poema o la está acelerando?
¿Cuán largo puede ser un poemario que hable del fin de algo? [Así te quedas aunque sea
leyéndolo] Te estoy dando pistas para que sigas el rastro que te conduzca por el camino de mi inseguridad y
una vez allí ¿Qué harás?
El aire que respiro ¿está contaminado por el hombre o por mí? ¿O sale contaminado de mí?
Da igual
Simplemente te hago todas las indicaciones
¿No las ves?
Era mi único propósito
SIEMPRE lo ha sido
Siempre busco el final de las cosas
El aire que inhalo es tan denso
Que podría hasta romperlo
Pero parece q lo que mejor se me da es contaminarlo
Podemos morir de éxito
Pero yo me tengo que quedar
Porque siempre me estoy dejando
No sé dónde estoy
No dejo que nadie se vaya porque yo me marcho primero incluso sin querer
Mi mente hace ya que se fue
¿Qué diferencia hay?
Además ¿Por qué tendría yo que ser de otra manera? ¿Cómo y para qué? Si me encanta la
incertidumbre. Con lo atractivo q es ser impredecible y contradictoria. Porque no hay ninguna
certeza.
Te dejo. Así podré por fin respirar mi aire denso y contaminado

Sonora

Háblame de odio
Es lo único que aceptaré porque agoté todas las máscaras
Mi alma me siente a mí
Pero yo no a ella
Disparos
De palabras
De balas de ruido
No tengo tiempo para ser peor
Lo gasto todo en ser mejor
Derrocaré todos los matices
Para vivir siempre en los extremos
La música será mi equilibrio
Mi reloj medidor del desequilibrio sonoro

OTRO DE LOS NUESTROS [Mi poema]
Elvira Daudet [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Por qué debo dejarme seducir
por algo en que creyeron mis ancestos
siguiendo como lo hacen los cabestros,
debiendo de engañar o de mentir
sin nada que pensar ni que decir
mas que él es de los nuestros.

Por qué he de imaginar lo que no veo,
por qué debo creer lo que no he visto,
por qué si a ese mensaje me resisto
e intento demostrar que no soy reo
me impiden someterme al compadreo
de un dios sea Buda o Cristo.

Debieras de creer lo que no viste
teniendo que fingir que estás dormido
y todo lo que dicen no has oído
jugando con frecuencia así al despiste
o andando como un sordo empedernido
contento simulando estando triste.

Si libre es aprender a discernir
el trigo separando de la paja,
me tienen que crear una mortaja
si quieren que no piense conseguir
que deje de pensar, antes morir,
cambiarme la chaquera o de baraja.
©donaciano bueno

#Dónde va Vicente...eso no va conmigo Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Elvira Daudet

ABRIL, MALDITO ABRIL

La luz pura de abril esconde mil cadáveres.
El poeta se inclina, se descalza,
en un zapato deja los lentes con cuidado,
y al final besa el Sena con labios temblorosos
de lirio, que se entrega musitando los versos
del más triste poema de amor que se haya escrito,
entrecortado por los golpes de agua.

(Las furias maldijeron su linaje
y Hitler hizo el resto: lo redujo a cenizas.
Él se salvó, mas con el alma herida.
¿Quién podría recomponer la vida
con el humo de los cuerpos amados,
un botón inocente, una fotografía;
huir de la tortura de imaginar sus muertes
en las grises salas del manicomio?
A veces, sólo a veces, salvaban las palabras:
los rezos familiares en hebreo,
las ingenuas palabras en rumano
llegadas en socorro de la infancia,
las amorosas palabras en francés,
y los versos de Schiller o de Goethe
-demasiados idiomas
para cantar la angustia un hombre solo-.
Consolaba el amor, inevitable
riesgo, fulgurante pared de hielo
que debía ascender para alcanzar el Gólgota).

Desde que lo abrazara con el último aliento,
no se puede mirar la piel del Sena
sin hallar los pétalos morados de sus versos
en la líquida lengua de ramera
que engulle y regurgita cuanto toca,
como hizo con el cuerpo maltratado
del más conmovedor de los poetas.

LIBERTAD

Desde niña intuí que eras muy cara
al ver los descarnados rostros de tus amantes
-a esas alturas, la mayoría había muerto
con tu nombre de azúcar en los labios
y un extraño fulgor en la mirada-.
Loca de mí, seguí su mal ejemplo
y me enganché al batallón de parias
que por hallarte pierden cuanto aman.

Nadie me dijo nunca al perseguirte
que debería dejar en el camino
tajadas, aún sangrantes, de mi propio corazón;
desprenderme del sueño del amor,
romperme las costuras del cuerpo,
desfondarme, y vaciarme entera.
No imaginé que ahora, al cabo despojada,
te hallaría en el postrer recodo.

Finalmente soy libre, sin amos, sin horarios,
libre de decir lo que quiera, llueva
o no el azufre, pues nada pueden hacerme ya.
Mas me sabes a poco, perdona que te diga;
ni por asomo eres la libertad soñada.
Libertad a deshora no me sirves
cuando todo hace aguas, el mundo retrocede
y los jerarcas celebran tus exequias;
yo confirmo que tengo la pólvora quemada
en batallas perdidas,
y el corazón latiendo a toda prisa
como vierte el reloj la última arena,
avanzando hacia nada.

Libertad, tus alas llegan tarde, con sarcasmo,
a una guerrillera quebrada por la artritis,
a la amante con ceniza en la sangre
que fuera ardiente lava,
a una madre que es nicho de sus hijos.
Y es más, sin esperanza
de que pueda llegar el hombre nuevo
a este lodazal sin adjetivos.
Libertad que me duele como una puñalada
al ver que mis hermanos vuelven a ser esclavos.

Y ahora te pregunto, ¿de qué puedes servirme
sin cuerpo ni energía para cambiar el mundo?,
sin amor, ¿de qué sirves?
Yo necesitaría un corazón para estrenar
contigo Libertad, para vivirte
y sorberte hasta el tuétano la esencia,
y tú sólo me sirves de notario
para firmar mis últimas palabras.

BALANCE

Todo está consumado, es hora del silencio.
Os di la entraña,
lo que tuve más mío y verdadero
en el extraño viaje
que me correspondió:
el frío violeta y el horror de la España
del grito sofocado por los ríos de sangre
que pudrieron mis ojos infantiles.

Los grumos del dolor inconcebible,
mis tres mejores versos, escritos al futuro
en la sangre más joven, más entera,
coagulada en las rosas fallidas del invierno.
Abrí sin compasión los labios de la herida
para mostrar el cráter de lavas destructoras,
la triste cordillera de cenizas
que invadieron la aorta y ahogaron el amor.

Es hora de callar, todo está dicho.

ESPERANDO A LOS BÁRBAROS

«Un día el Imperio decidió que los bárbaros
eran una amenaza a su integridad»
J.M. Goetzee

¿Por qué tiemblas?, si está calma la tarde
transparente,
alumbrada por Dios para tus ojos.
Los almendros derraman su perfume.
y aún hay vino en tu copa,
de la cepa más vieja y soleada,
que mimaron los siervos de tu hacienda
porque es para tu labios.
Si el dolor de los hombres ha quedado
detrás de la muralla que te guarda
para que no lastime tu tierno corazón, di,
¿por qué te tiemblas
y haces bailar el vino de tu copa?,
solo porque han tintineado los cristales
preciosos en la mesa, y a lo lejos
se escucha galopar a mil caballos.

¿Qué te hizo creer el elegido
para gozar lo que de todos era?,
depositario único del rayo
de la belleza estremecedora..
Qué delicado pétalo en la retina tienes,
solamente por rico, que la naturaleza
no les diera a los hijos de nadie,
que te hace percibir, clarividente,
la última pincelada de la mano del genio
-temblaba, como tú tiemblas ahora,
al oír el galope de la muerte-.

Has pisado las huellas de los grandes guerreros,
de poetas que alumbraron el mundo
con sus palabras de oro.
¿Afinaste en el viaje tu mirada miope
en los ojos de hombres desgraciados?
¿Qué amor desmesurado o qué dolor avalan
tu paso por la tierra? -Ella se fue con otro,
ni un polvo de tu viaje que dejara memoria-.
Volviste convencido que el hermoso escenario
fue diseñado sólo para ti, un regalo
de boda de ese Dios generoso con los tuyos..
¿Qué prodigio atesoras, niño de porcelana,
que no sea pagado con la sangre del pobre?

Mas no temas, los bárbaros no vienen
siempre estuvieron dentro: sois vosotros.

PESADILLA VIRTUAL

Ayer tuve una extraña pesadilla:
soñé que como Ulises regresabas,
rescatado del Hades por Apolo.
El sombrío Caronte te cruzaba
de nuevo la laguna, mas en sentido inverso.
Los ardientes vapores del azufre
te besaban los labios y encendían tu aliento,
librándote del frío riguroso.
Ascendías después hasta la cueva
de Cumas donde tiene su nido la Sibila,
con la cual yacías
a cambio del secreto de la vida.
Y volvías al mundo, donde aún vivo,
con la promesa de quedarte oculto.
Te instalabas en esa rara vecindad virtual,
tan cercana y distante, mandándome mensajes,
ay, cifrados con tus palabras de antes,
que yo iba hilando estremecida.
Hasta que comprendí que habías vuelto
para que te siguiera hasta el Averno.

MORITURI

A Pier Paolo Pasolini, muerto a palos
y enlodado por los hijos de la noche.

Esperad, antes que me golpeéis,
quiero advertiros, hijos de la noche,
implacables ángeles de las sombras,
que sé llorar en todos los idiomas.
En francés he gemido, con éxito notable,
en el Barrio Latino y en el andén del metro,
en tiempos de Ben Bella, de De Gaulle y Bumedian.
Al pie del Vaticano y en las playas de Ostia
he llorado -en italiano, claro- a un cristo
sucio de sangre y barro, de voz insobornable.
Y en Wall Street, en Bowaris y en Harlem,
acosada por millares de espectros,
hombres sacrificados al dios Dólar,
mis lamentos han sido en un yanki perfecto.
Asombraos, también sé gemir en griego antiguo.
Lo he probado en el Ágora ateniense,
mientras el tren pasaba desdeñoso
y se tambaleban los cimientos
del templo de Teseo.
Y también he llorado en el Pireo,
junto a un sarnoso can apaleado.
Pero lloro mejor en castellano,
en esta hermosa lengua, que es mi idioma,
rizo el rizo del grito y el lamento,
y no es por presumir de virtuosa,
que me ha costado sangre el aprenderlo.
Antes de golpearme, ahora que estáis a tiempo,
decidme, azules criaturas de la muerte,
¿qué idioma preferís para el recreo?

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YO A VECES CUANDO LEO ME PREGUNTO [Mi poema]
José María Egas [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

A veces cuando leo me pregunto
si entiendo todo aquello que yo leo
si lo que guardo allí en mi camafeo
es aquello que más gusta. Y punto.

A veces al leer yo pienso y dudo
si lo que interpreto es lo que ellos dicen,
pues que otros esos versos los bendicen,
o debo al comentar quedarme mudo.

A veces no, que algunas, muchas veces,
sospecho de mi vista pues no veo
algo que discernir. Y como ateo
no creo ya en los panes ni en los peces.

Y dado que en las letras soy turista
mostrando mi trasero siempre voy,
de nuevo me pregunto ¿yo quién soy
para meterme en la mente del artista?

A veces me pregunto, ay, si yo fuera
un típico farsante en este mundo
capaz de elaborar una quimera,

que todos la leyeran y aprendieran
aunque la dedicaran un segundo
y al final con orgullo la aplaudieran.
©donaciano bueno

#Acaso tú eres de los que nunca se preguntan nada...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José María Egas

Diálogo de cumbres

Un diálogo de cumbres ensordece el espacio…
El huracán famélico, reacio,
pugna por destrozar su cadena en los montes.
La tempestad remata sobre los horizontes
quién sabe qué tremenda cosas definitivas…
Un hálito anormal circunda las altivas
mesetas que avisoran el arcano.
En todo hay una especia de temblor sobrehumano.
Y la escena es olímpica, misteriosa, gigante,
digna del padre Homero, de Shakespeare o del Dante!
Es un soplo inmortal… el que circula, acaso,
hasta en las mismas vértebras andinas…
Y queda estupefacto el Chimborazo
entre la emulación de las iras divinas!…
Cada fuerza pretende superar al conjunto.
La escena formidable va subiendo de punto
hasta lindar los éxtasis de la emoción suprema.
Ya no se sabe si es realidad o poema
el asombro inaudito… Mas la grandeza es tanta
que es dolor en los ojos y nudo en la garganta!

«Qué será? —dice el viejo patriarca diamantino—.
¿Será que de improviso se ha truncado el destino
de la tierra en su viaje por el azul celeste?
¿Qué insólita amenaza, qué sortilegio es éste
que empieza a hacer flaquear mis bases de granito?
Yo, que por los siglos vivo mirando de hito en hito
panoramas excelsos… Yo que soy el vigía
del cielo de la Raza, de esta América mía
radiante de heroísmos y prodigios sin nombre.
Yo que en mis flancos pude resistir (no te asombre!)
a Bolivar, el grande entre los grandes,
soberano y magnífico.
que en su delirio estremeció los Andes
y alucinó el Pacífico.
Yo que he vivido y palpo maravillas sin cuento,
nunca, de veras, nunca sentí lo que ahora siento.
Estupor… Sobresalto… Ansiedad… Desvarío…
Mareo de grandezas, temblor de escalofrío.
Una onda sutil que me recorre y hace
como que a fuego lento me consuma y abrase.
Qué será? Su tú puedes, dímelo, cumbre hermana!
Tú que sabes hablar en tu lengua de fuego.
De dónde esta inquietud penetrante y arcana,
este fatal desasosiego?
Algo raro en tu rostro adivino.
Ya empieza a crepitar la emoción en tu fragua.
Golpea en las tinieblas, interroga al destino,
transfigúrate y habla!… Qué es?» Y el Tungurahua,
desplegando el orgullo de su oriflama al viento,
le dice «calla, calla, que todo lo presiento.
Es sangre de mi sangre, aliento de mí mismo
lo que exalta las cumbres y agiganta el abismo.
Lo que hace estremecer el panorama inmenso.
Lo que da la ansiedad que te deja suspenso
y sin saber cómo ni por qué te extravía.
No lo sabes, hermano? Tanta grandeza es mía!
Es nervio de mis nervios y dolor de mi entraña,
fuego de mi volcán, cumbre de mi montaña,
aureola de mi sien nevada y pensativa.
No le ves? Como todo lo que tiende hacia arriba
infunde una solemne majestad al proscenio
deslumbrante y sublime,
donde agita sus cóndores el genio
con la fe del apóstol que redime!
No le ves? No le palpas? Espíritu sin mengua;
orgullo de una raza, flor y prez de una lengua.
Atalaya de un mundo, faro de ideología,
norte de la justicia y de los pueblos guía.
Nació para romper coyundas y prejuicios.
Adoró la virtud, fustigando los vicios.
Templó su corazón en fraguas de Vulcano
y ante sus ojos negros palideció el tirano!
Rebelde como un himno de luz, de independencia;
con su mano ciclópea libertó la conciencia.
Supo, como las grandes, de dolor y ostracismo.
Y en cada golpe pudo superarse a sí mismo.
Es él. ¿No ves como alza sus trompetas la gloria?
Es Montalvo que pasa redivivo en la Historia!»

Alma

Hablando a media voz, sin que nadie la entienda,
Alma, la dolorosa virgen, va por la senda.
Tiene los bucles rubios, las miradas azules,
y es casi una ilusión hecha de finos tules.
Blanca, toda irreal, en éxtasis divino,
va con los ojos muertos, fijos en el Destino…
Un mal aristocrático su belleza extenúa…
Se aleja como un símbolo por el viejo camino
donde cae en monótona vaguedad la garúa.
Un mal aristocrático su belleza extenúa…
Espiritualizada, femenina, exquisita,
con las miradas húmedas de emoción infinita,
Alma, la dolorosa, huella su triste vía
con temblores de nervios y sudor de agonía…
La pobre tiene un gesto de perdón para todo.
Santificó su vida con celestes martirios;
y de este fango humano de miseria y de lodo
ella resurge intacta con su veste de lirios!
Pero Alma ya no puede con su carga de angustia,
sus afanes y lágrimas, bajo la tarde mustia.
Y agotada, en silencio, huella la triste vía,
con temblores de nervios y sudor de agonía.

Sigue dolientemente por el jardín

Sigue dolientemente por el jardín… Tus rizos
ondulan como el diáfano cendal de mis quimeras;
y tus ojos, que se abren como dos paraísos,
tienen todo el prodigio de las adormideras.

Sigue dolientemente… La tarde es un tesoro
y el jardín una alfombra de jazmines caídos…
No quiero que al milagro de tu belleza de oro
se despierten en mi alma crepúsculos dormidos.

Sigue por el jardín… Está cayendo el día…
Sigue hasta que se pierda tu inefable silueta
bajo el azul sin nombre de mi melancolía…

Que yo, como un romántico, besaré mis dolores
y tendré la locura de sentirme poeta
cuando caiga la tarde sobre el jardín sin flores.

Pleitesía

(Hoja de álbum)

La historia tuvo un siglo perfumado y galante
sólo para que un siglo te sirviera de augur.
No hay línea que copie, ni verso que te cante,
ni rosa en la pradera, ni estrella en el levante
que rime con la gloria de tus sueños de azur!

Inefable y romántica… Te llamaron María
por tu ingenua frescura de leyenda oriental.
Eres todo el ensueño, toda la poesía!
Tus manos son las manos de la santa de Hungría
y tu pecho un escudo de realeza imperial.

Y como el Padre quiso que el universo fuera
espejo de cien lunas para tu encarnación,
en cada maravilla te puso una quimera:
Para seguir tus huellas sembró la Primavera,
para copiar tus ojos, cada constelación!

La última tarde

La vida siempre igual! … Con su color de tedio,
con sus tardes lluviosas que estremecen de frío
y son como la angustia de este mal sino remedio
que nos va consumiendo de locura y hastío!

Dejar que el alma llore con su misma dolencia
y se pierda en canciones vagas y misteriosas…
Seguir viéndolo todo con esa indiferencia
del que sabe el amargo secreto de las cosas!

Ya no nos queda nada!… Ni aquellos ojos negros
que eran como el encanto de una noche dormida…
Ni aquella risa loca que iba fingiendo allegros
en ese pentagrama lírico de la Vida!

Y sentir un perfume como a novias lejanas…
Y el corazón llorando con un dolor eterno,
con ese dolor místico que tienen las campanas
que lloran al crepúsculo de una tarde de invierno.

La lluvia sigue hilando su canción de abandono…
Ha llegado la tarde final en que mi vida
cantará sus tristezas, y con su mismo tono,
así, como una flauta, se quedará dormida…

Líndica

(A una gitana)

Y se llamaba Líndica… Gitana
de ojos bandidos y de faz morena,
que, en el cortejo de su caravana,
pasó por los eriales de mi pena.

Me dijo frases truncas:… de la Muerte,
del Amor, de la Vida y del Arcano,
descifrando misterios de la suerte
en las líneas absurdas de mi mano…

Quise hablarle de amor. Y de repente
se estremeció su corazón de Oriente
con mi devota ingenuidad cristiana.

Y en ese instante, con unción secreta,
fundí mi raza blanca de poeta
con su raza maldita de gitana!

Figulina

(Hoja de álbum)

Pasas con chic de aristocracia suma
frívolamente sobre mis martirios.
Pareces hecha con blancor de espuma
o levedad finísima de lirios!

Una serena majestad reviste
tu vida espiritual que sufre y calla…
Resumes toda la elegancia triste
de una puesta de sol que se desmaya.

Mensaje blanco de las primaveras!…
Albura espiritual!… Oh! figulina
de ponerte a exhibir en las vidrieras!…

Porque eres grácil, impecable y fina,
al tocarte parece que tuvieras
fragilidad de porcelana china.

Sonetos de la tarde

I
Despacio, y como atentos a la voz del destino
diluida en el grave son de los campanarios,
íbamos silenciosos por el viejo camino
Donde se alzan escuetos árboles milenarios.

Lejos lloraba el ángelus desde la triste ermita…
se desmayó la hora trémula en el ocaso.
Y tuvieron la angustia de esa tarde infinita
las hojas que caían muertas a nuestro paso.

Ella y yo por la senda triste… la fuente clara
rimaba sonatinas como si fuesen para
nuestro amor, para ella, que tenía en su frente

una vaga dulzura crepuscular dormida…
Yo la dije un secreto triste como la vida
y ella cerró los ojos melancólicamente.

II
Ingenuamente pones en tu balcón florido
la nota más romántica de esta tarde de lluvia.
Voy a hilar mi nostalgia de sol que se ha dormido
en la seda fragante de tu melena rubia.

Hay un libro de versos en tus manos de luna.
en el libro un poema que se deshoja en rosas…
Tiendes la vista al cielo… y en tus ojos hay una
devoción infinita para mirar las cosas.

Tiembla en tus labios rojos la emoción de un poema.
Yo, cual viejo neurótico seguiré con mi tema
en esta tarde enferma de cansancio y de lluvia.

Y siempre cuando mueran crepúsculo de olvido,
hilaré mi nostalgia de sol que se ha dormido
en la seda fragante de tu melena rubia.

La clave

Piensas que has de poder!… y no reparas
en que si no hay licencia,
por más que tu propósito alcanzaras
la misma realidad será impotencia!
En cambio, se hará todo
si la divina voluntad lo sella.
Y podrá la partícula de lodo
surcar el infinito y ser estrella!

La canción del enemigo

Y yo te bendigo,
cordial enemigo,
por todo lo malo que fuiste conmigo!
José María Egas

Vuelve a tus rediles, corazón extraño!
Todo lo que pierdas lo voy a ganar…
Yo mismo me duelo de tu desengaño
cuando te acurrucas para hacerme daño
y te empequeñeces al verme pasar!

Deja el abandono de tu yermo frío.
Vuelve a los rediles de Nuestro Señor!
Ya ves que me duelo de tu desvarío…
Y te hago una seña, corazón baldío,
desde la inclinada torre de mi amor.

Yo bien te dejara la loca esperanza,
la inútil locura de seguir detrás…
a ver si tu pobre guijarro me alcanza
hasta la inasible bienaventuranza
de los que vivimos nuestra vida en paz.

Yo bien te dejara, con tu orgullo insano,
perdido en la selva de tu confusión.
Pero es que no puede mi amor soberano…
Tengo, por instinto, que tender la mano
y abrir los nidales de mi corazón.

Por eso te busco; por eso te sigo
en los laberintos de la multitud.
¡Y sin que lo sepas, cordial enemigo,
te doy, por lo malo que fuiste conmigo,
venganza de estrella, de nardo y laúd!

Pero no te exaltes, corazón pequeño!
Vuelve a la montaña, vuelve a tu redil.
Acaso al conjuro de tu loco empeño
se afine el instinto de mi clavileño
y se haga más puro mi canto de abril.

Acaso no puedas malograr la fina
hebra de mis blancos telares de amor…
Y sólo consigues con tu mala espina
que colmen mi vaso sangre divina
los dulces viñedos de Nuestro Señor.

Sal de tu egoísmo, sal de tu recodo,
y abre tus murallas para comprender…
¡Yo soy un poeta que vive a su modo,
porque ya lo tiene perdonado todo
cuanto los humanos le pueden hacer!

Y así no comprendes… Acaso algún día
—de tantos que lleva la rueca fatal—
en que nada esperes, porque todo hastía,
¡rezarás por mí Salve de melancolía
sobre tu difunto pecado mortal!

De profundis

Bien está la vida… porque Dios la quiso!
Porque es una lejano y azul paraíso
y es una promesa y una tentación.
Porque es una santa vía de amargura…
(Yo sé de una estrella de malaventura
prendida en la noche de mi corazón.)

Yo sé de una estrella de malaventura
que es como la clave de mi senda oscura,
que rige un sistema de fatalidad…
y sólo quisiera bendecirlo todo:
la albura del cisne, la mancha del lodo
y la furia inútil de la tempestad!

Bien está la vida… porque Dios es bueno!
Qué importa un ligero sabor de veneno?
El tónico fuerte sentará mejor.
Los dioses conserven filones de oro…
Y sé que prodigan su rico tesoro
con la gentileza de un nuevo dolor.

Yo sé que prodigan su rico tesoro,
ha tiempo que saben mis ojos lloro,
que cerré mis labios a toda canción.
Y voy por la senda que fijó el destino,
con una paciencia de benedictino,
labrando la copa de mi corazón!

Acaso parezca sutil ironía
ponerle dos alas a la fantasía
para que fabrique dorada Stambul…
Y vaya en su vuelo, por sobre las cosas,
dejando un reguero de piedras preciosas
en el infinito de la tarde azul.

Acaso parezca delirio insensato
llevar la locura de un dulce arrebato
de melancolía por una mujer!
Ya que los humildes no tienen derecho
ni al lujo inocente de rasgarse el pecho
por una mentira que nunca ha de ser!

Pero nada importa… Dirán que la vida,
como una elegante mujer aturdida,
sobre las blanduras de un sueño cayó…
Y desde su lecho florido de rosas
ensalma las penas y olvida las cosas
con el desconsuelo de lo que perdió.

Dirán que el camino penoso fue largo…
Que la desventura, con nepente amargo,
mojó nuestros labios en la extrema unción.
Dirán que a los buenos el odio quebranta….
¡Pero los calvarios de Semana Santa
tienen un Domingo de Resurrección!

Dirás que es muy duro, que vacila el paso
de los infelices que burló el fracaso
cuando una sirena les hizo dormir.
Pero hay que infundirles vigor a las alas,
aunque el sortilegio de las cosas malas
enmarañe todo lo que ha de venir.

Yo tuve la gloria del padre Infortunio!
Me helé con enero, me abrasé con junio.
Y ya no me duelen fatigas ni sed.
Porque sólo añoro, con unción divina,
de las romerías de mi Palestina
los atardeceres de mi Nazareth!

Bien está la vida… porque Dios la quiso!
Tiene su serpiente cada paraíso.
Tiene su manzana cada tentación.
Bien está el camino de santa amargura.
Y bien esa estrella de malaventura
prendida en la noche de mi corazón!

El verso imposible

No sé qué verso me duele…
Verso sin luz ni palabra.
Quiere salir… y no puede.
Y se hace un nudo en el alma.
Y se marchita y se muere
en un silencio de lágrimas.

Yo no sé de donde viene.
Qué es lo que sobra o le falta.
Si es ala que no se atreve
o es amor que no se alcanza.
Pero es un verso que duele.
Y es dolor que ya no canta.
(La vida se me desprende
en esta noche de plata).
Eco que nadie devuelve.
Visión que nunca se aclara.
Soplo que Dios no lo quiere.
Verso sin luz ni palabra.

Y no sé hasta dónde llegue
con su aridez desolada.
Belleza que se me pierde.
Maravilla que se apaga.
Verso que se alza impotente.
Gloria sin vida y sin alas.
Espuma que se adormece
sobre las olas cansadas.
Y es que a sí mismo se vence.
Y al fin se borra y se calla.
Sólo mi amor lo comprende.
Pero el amor lo salva.
Este verso me duele
ya va a morirse en el alma…!

Estancia de amor

¡Quisiera ser más bueno, señor! ¡Para mirarla
desde el humilde valle de mi resignación!
Si tu ley es tan dura que condena a olvidarla,
yo no sé lo que haría… Te pediré perdón
Mi culpa es la locura de querer engastarla
como perla preciosa sobre mi corazón…

Culpa que hace más bueno, debe ser culpa santa.
¡Ya ves cómo, en silencio, te bendigo, Señor!
Y bendigo la nieve polar de su garganta
y bendigo los pétalos de sus labios en flor,
ese rostro de virgen, esas manos de santa
y esos ojos nostálgicos de otro mundo mejor!

Ama…!

Ama… y sabrás que tu vivir incide
en amplias soluciones armoniosas…
El alma sólo con amor se mide!
Y su ley es la misma que preside
en ritmo universal todas las cosas!
Abre tu corazón! …Une! …Coincide!…
Es tan fácil que des lo que dios pide
como dan las estrellas y las rosas!

Arias íntimas

¡Señor!… ¡Si es la inicial de mi destino!
¡Si no puedo olvidarla!… ¡Si es tan buena
como el azul de este paisaje andino!
¡Si es una hermana que salió al camino
como una bendición para mi pena!…

Hecha de ritmo, aromas y cristales,
ella es quien hace despertar el día…
Por ella hay en la fuente madrigales,
amanecen con perlas los rosales
y tienen las alondras melodía!

¡Yo quiero hacer en mis ensueños vanos
dos hemistiquios de sus labios rojos,
y traer de mis líricos arcanos
alburas de marfil para sus manos
y nostalgias de mar para sus ojos!

Mi vocación azul se la ofreciera.
La he dado toda mi melancolía.
Por ella se agostó mi primavera,
¡y sin embargo en mi dolor quisiera
tener algo que darle, todavía!

El amor

Deja que venga solo, deja que venga piano,
alegre, doloroso, como quiera venir.
Que arome de silencios tu corazón cristalino
y pueble de luceros tu noche de zafir.
Pero nunca te empeñes en forzar el arcano!
Amor es un tesoro que se cae de la mano…
Es arpa de los cielos que la tendrás que oír.

Deja que venga solo… Que llegará en un día
de sorpresa inefable para tu corazón.
Cuando traigas del valle de tu melancolía
humedad en los ojos y en los labios canción.
Pero nunca te empeñes con inútil porfía!
Amor vendrá de suyo, como un Ave María
a tu madrugadora campiña de ilusión!

Vas lacrimarum

No te arrimes mucho sobre mi desgracia
ni afines tu oído para mi canción.
Porque es tan dolida y humilde mi gracia
para las finuras de tu aristocracia
y las maravillas de tu corazón!

Yo sé que me sigue tu cariño santo
como una estrellita de felicidad.
A veces te lloro, y a veces te canto!
Pero me da pena que te mires tanto
sobre la fontana de mi soledad!

Mis invernaderos dañarán tus rosas…
Grave y pensativa te hará mi laúd.
Yo soy un enfermo que tiene sus cosas…
Retira en silencio tus manos piadosas
de la herida mala de mi juventud!

Yo soy un enfermo que tiene sus cosas…
No busques alivio para mi orfandad.
Serás, con tus manos floridas de rosas
y con tus unciones misericordiosas,
como una hermanita de la caridad,

pero yo no quiero que por mí desveles
el sueño dorado de tu corazón.
Ni agotes tu néctar ni seques tus mieles…
Que ya puse al margen de mis horas crueles
la dulce ironía de mi salvación.

No sé qué destino te puso en mi vera…
Ni qué bebedizo de magia sutil
dejó que mi pobre ceguedad te viera
pasar en las glorias de tu primavera
como una infantina de cuento de abril!

No sé qué herbolario, ni qué hechicería
o qué libro malo me dio su licor…
Pero, misterioso faquir, yo quería
deslumbrar en ansia de mi fantasía
con tu fabulosa leyenda de amor.

Y no sé qué alquimia doró mi desgracia…
Y fue todo música y luna y canción!
Y soñé rondeles floridos de gracia
para las finuras de tu aristocracia
y las maravillas de tu corazón.

Pero ya sangraba la herida secreta.
Ardía en silencio la llama fatal.
Y, cuando quisimos coronar la meta,
triunfó la injusticia de nacer poeta,
rodó mi celeste vendaje ideal…

Y sólo quedaron las alas marchitas,
el libro soñado.. lo que pudo ser!
Y algún misterioso temblor en mis cuitas
por tus inefables miradas benditas
y tus pecadoras manos de mujer!

Algún escondido retazo de pena…
Algún idealismo y alguna inquietud…
Y no sé qué dulce bondad nazarena
para esta fatiga, para esta cadena
del santo suplicio de mi juventud!

Tengo, por estirpe, mi solar cristalino.
Mi heráldica sabe de la Flor de Lis.
Vibran abolengos al tender la mano…
Y va por la vida mi amor franciscano
como un hermanito del Santo de Asís.

Pero no te acerques con unción de gracia,
ni afines tu oído para canción.
Porque te pudiera tentar la desgracia
de hacer la corona de tu aristocracia
con las maravillas de mi corazón.

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VERGÜENZA TORERA [Mi poema]
José Villacreses [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo lancé a la mar un sueño
y el mar me lo devolvió,
yo pienso que él se creyó
que ese niño era aún pequeño,
que no sabría nadar
y antes que se fuera ahogar
de mi se compadeció.

Y otro día mandé un verso a navegar
en la piel de terciopelo de la brisa,
en un barco de vapor con su divisa.
Entusiasta yo me puse a contemplar
a ese viento que menguante recogió,
y plácidamente en ella se durmió
retornando enrollada en su sonrisa.

Y una vaca, imaginé que era lechera,
que a un toro un día debía de lidiar,
intentando echarse al mundo por montera
se le olvidaron los trastos de matar.
Fue un segundo en el que el toro se arrancó,
malicioso, hizo un mohín y un ojo me guiñó,
haciendo a mi vergüenza prisionera.

Y vi florecer un día
a la vida en una rosa
y en sus pétalos mimosa
rezumaba la alegría
pero un día se murió
y tras ella me fuí yo
pues ella a mi me quería.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  José Villacreces Vinueza

Inspiración

El día que ya no ames
ni rías, sueñes, ni sientas,
serás un rostro sin huellas,
sin arrugas que te marquen
al rayarte los sentidos;
ni la inspiración te llega
que es privilegio divino
y que en instantes fugaces
hay que atraparla antes
que se esfume al paraíso.

Escenarios de diarios

Que la tristeza gris esfume de mis ojeras
y se extinga el rictus de amargo de mi boca
que otra vez la llama en sonrisas se prendiera
y alumbre mi corazón que en las noches solloza.

No sabes lo que sufro con este abandono
los colmillos de la pena muerden mis entrañas
emponzoñando con olvidos mis nervios rotos
y perforando más al cedazo de mi alma.

La vida tormentosa es tan ruin que a veces
lo cotidiano es una irónica comedia
que enrumba por abismos el maldito camino.

Sin saber que presagios malignos estremecen
y acorralan en escenarios de tragedia
teatros de la vida con despiadado destino

Festival de primavera

Mi alma está inflamada por avalanchas de penas
que como nieve en lágrimas blanquearon mis sienes
y ahora al deshelarse con el sol de primavera
se nutre con la savia que sana y reverdece.

Gorjea mi corazón con el ambiente festivo
y silencioso sonido del jardín en floración,
la policromía de flores, pájaros y trinos
con el zumbido de abejas orquestan su canción.

Se escucha a la vida despertar adolescente
los lúdicos espasmos de niño llegan al final,
mientras instintos juveniles queman las arterias.

La sonrisa en alientos del rostro se desprenden
con orgía sentimental que embellece al festival
de volátiles efluvios de inspiración terrena.

Al terminar el día

Últimamente todas las tardes muero
cuando lenta llega la hora vespertina
me invade un pavor cuando termina el día
como que nunca amanecerá de nuevo.

¿Será que hay que entrenar para la muerte
en curso febril y divino que Dios dicta
cuando gota a gota se vacía la vida
y la melancolia te deja inerte?

O será que en varias etapas uno muere,
cada vez en que te asfixian las angustias
y en catarata mortal se precipitan.

Como vorágine de penas que envejecen
que hace de tus ilusiones flores mustias
y de tu alma heraldos que estigmatizan.

Día triste

Yo quiero desandar todo lo andado
y todo lo dicho desdecir deseo
me siento como un conejo asustado
que convive con un cruel desasosiego.

Son esos días que el dolor abruma
son noches que no declina la tormenta,
recuerdos que gimiendo hacen espuma
como intemporales olas en la arena.

Ámame ahora que más lo necesito
recógeme todo el llanto de la niebla
para regar mi corazón que está desierto.

Juro que rescataré lo que he perdido
para darte todo lo que mi alma anhela
aunque sé muy bien que nada me merezco.

YO SOY COMO UN GITANO

Llegue al mundo como forastero de la vida
como árbol sin raíces, como agua que va al mar,
deshojo el tiempo hipotecando fantasías
entre mágicas vivencias cambiando de lugar.

Odio lo cotidiano por su monotonía
me encanta la aventura de todo lo incierto
voltear calendarios acelerando mi vida
y romper ataduras partiendo a otro puerto.

Vender las ilusiones me dicta mi conciencia,
ser bálsamo de penas con cantos de arlequín,
sonrío a los mendigos minados de indigencia,
soy trovador ambulante que quiere ser feliz.

Soy mago ilusionista que saca el rey de copas
robándome problemas, sorteando los caminos;
presagio futuros declamando mis coplas
ladrón de aquellas penas que cambian los destinos.

Orate voluntario trapeador de tristezas,
brujo itinerante de conjuros de ensueño,
piropeador urbano suscitador en ferias,
bufón y saltimbanqui de dichas pregonero.

Los cantos de sirenas recorren por mis venas,
mi alma golondrina borracha emigrará
en cuerdas de guitarra colgadas de poemas
al ritmo de mis alas que no se detendrán.

No quiero que mis ansias terminen con mis días,
mis alocadas anhelos jamás claudicarán,
siempre estaré sediento de ignotas lejanías,
caminante peregrino buscando el más allá.

Ahora que me encuentro sumido en el letargo,
congelada mi sonrisa en mi amarga canción,
siendo los latidos de mi corazón gitano
que evoca despertares de una nueva floración.

SOÑANDO CON ELLA

Elegía a Riobamba

Un día soñé que en el cielo yo dormía,
no sé bien si estaba muerto o inmóvil descansaba,
desperté de pronto y comprobé que no nacía
sino que en un vientre yacía obsesionado;
rasgué el cielo y desde una grieta por ventana
observé el universo de policromas regiones,
diseñadas por Dios, el arquitecto inspirado,
que amasó con tierra y agua paisajes legendarios;
vi una explanada como nido entre volcanes,
ese lecho entre cráteres debe ser fecundo
con arcilla de raza bravía como abono,
incubará seres que germinarán en titanes
como Condorazo, Hualcopo y Daquilema,
amalgamados con agua del Chibunga y greda,
con barro fino y caliza esculpirán a Paccha
y a las “huarmis” Puruhaes, tomando como molde
las redondeces de la joven cordillera,
firmes en la columna vertebral del continente
para fraguarse en el horno del Sangay ardiente
y pasear con faldas de neblina por las tardes
con caravana de llamingos delineando el horizonte,
incendiado por el ocaso del sol en el oeste;
mire a Lavalle con centauros relinchando,
en la llanura de Tapi estaban granaderos
con potros argentinos malambeando contra el suelo
y tamborillando con boleras y sus cascos
huequeando para grabar sus hazañas para el tiempo;
para que Velasco cuente en sus épicas historias
y Maldonado mida paso a paso ese terreno,
vi a Bolívar escribir delirante sobre el hielo
para que su éxtasis se congele para siempre.

Me dije tenso esta tierra es especial ¡ carajo !
Y conmovido empecé a observar profundamente:
colchas y ponchos verdes cobijaban sementeras,
alfombras tus campiñas parecían desde arriba,
las ramas de los árboles nerviosas se estremecen
como costillar de arpas sacudidas por el viento,
orquestando en ritmos y en notas de la quenas,
de las hojas y rondadores en andina sinfonía;
el ciclón hace que esgriman los sigses y las chilcas,
ésta lucha entre comillas se va con la tormenta
tejiéndose entre ellos con cómplices abrazos
y en paz el campo agreste a orillas del barranco;
las tórtolas en bandadas hacen huecos en el aire
coqueteando con los mirlos jugando a la escondida
y gorriones lúdicos se interponen a esos idilios;
yo estaba en el recreo en traviesa algarabía,
cayéndome del capulí con la rama en ese día.

Son vivencias colgadas como cuadros surrealistas:
como el tren como cometa volando por el cielo
o las flores despegando en quindes convertidas,
telúrico imaginario desintegrado en pedazos
cuando vi mariposas con sus pétalos vibrando
absorbiendo del sol estival la energía
y los colibrís firmando colores en el aire,
al ver cocuyos en la noche, pensé que una estrella
se rompió repartiendo partículas fugaces
entre himnos y sones de onírica fanfarria;
son imágenes frescas que penetran hasta el fondo
de nuestra alma por nostalgias como hendijas
y solo se escucha el latir de las arterias,
cuando recuerdos y saudades muerden la memoria.

No eran fuegos artificiales en una noche negra
festejos con chamizas del Sangay y el Tungurahua,
es abril y están de fiesta con venia del coloso,
un pendón de arcoíris disparaba voladores
impactando en el terciopelo azul del infinito
y un poeta loco rayaba con una estrella
itinerantes signos que escriben como bólidos,
un epigrama en el calidoscopio del cosmos
que inmortaliza a todos los que nacen en mi tierra,
haciendo que una lágrima mía se desprenda
desde el núcleo de un lucero al soñar con ella;
desperté un momento al humedecerse mi retina
y en vorágine de prismas miré la orografía,
con Riobamba en urna de inaccesibles cristales
custodiada por helados centinelas naturales.

Entonces vi mi niñez en recuerdos retratada,
una calle angosta de mi infancia en que jugaba
con aromas de colmena vi gente caminando
con gestos bondadosos de virtud y de esperanza,
hombres de actitud noble con sus manos abiertas
y estancias solariegas con flores adornadas,
donde abejas hacendosas destilan sus fragancias.
De pronto entre estas praderas labrantías
vi una dama noble de alcurnia distinguida
que se mira en la laguna de Colta como espejo
peinándose la lluvia como liquido cabello
y un rayo refulgente se pone por diadema,
como flash de una foto grabada en la pupila
y en mi cofre de neuronas está guardada
como una joya incrustada entre montanas.

Luego miro un coloso venerable con sus canas
mirando cóndores que escriben con sus alas,
la heredad del abolengo glorioso al espacio.
Absorto de mi sueño en una cálida placenta,
sabiendo que no nacía todavía, pregunté,
al hacedor de todo, al Señor que me explicara,
que son esos ciclópeos de granito increíbles?
Con pausa mágica al oído, El me confiesa;
el es su esposo y se llama Chimborazo
es el aristocrático corazón del planeta
y de ella el nombre no te digo, lo sabrás un día,
pero le dicen por bella “Sultana de los Andes”,
¡ es Riobamba exclame ! , anhelo nacer en Ella
y en un lejano abril en Ella…también morir quisiera.

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LOS ENGAÑABOBOS [Mi poema]
Edgar Bayley [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Decidme ¿quién maneja vuestras vidas?
¿los dueños, quienes son de vuestros sinos?
¿quién mueve por vosotros los destinos?
¿quién cura si es que existen las heridas?
¿quién debe diseñar vuestros caminos?

Decidme ¿quién se aplica aquí el derecho,
a hacer de su opinión un referente,
quién debe sugerir lo que la gente
debiera decidir, si está bien hecho,
que es bueno, es oportuno y consistente?

Un día ha de llegar que aquel que nazca
las riendas tomará del que es su sino,
trazando el caminar de su camino
haciendo lo que entienda o que le plazca
sin nadie que interfiera en su destino.

Los otros, los que son predicadores
dejado habrán sus tierras en barbecho
-pues lo ancho para mi, pa’ ti lo estrecho-
de modo ya no habrán nunca señores
que tengan sobre el otro más derecho.

Que un día ha de llegar, yo estoy seguro
que el hombre deje hacer de marioneta,
moviéndose al vaivén de la veleta
cual fuera que es sujeto de un conjuro
por alguien que los hilos los sujeta.

Pues hoy quienes nos mandan son farsantes
seguros como están con tantos bobos,
expertos en engaños como en robos,
que llegan con ideas delirantes
en esa profesión de engañabobos.

Astutos, que con malas artimañas
acceden a las mieles del poder
diciendo si te he visto hasta más ver
tejiendo van sus redes cual arañas
que sirven para allí permanecer.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Edgar Maldonado Bayley

NOTICIAS

para saber de mí me he puesto el traje aquel
el peine la visera y he recorrido en pocos ademanes
la calleja y la gloria y toda lámpara
oh mi dios mi dios cuánta ternura en un carbón
en la pared rugosa en mi casa en mi papiro
estas vísperas digo estas vísperas de cambio
y sueño y lluvia y confusa sacudida
a punto llegan a mi trapo ardido
a punto para llenar de helechos la ventana
para saber tu nombre tu verdad tu acaso
el maullador olvido que sube en mi garganta
intimidad que deja en pie cada palabra
dicha al pasar mientras me arropo y salgo
y en los dardos de ayer a cal y canto
en el pan en la voz en la rampa órfica y desnuda
por donde asciendo a trompicones esperando
con llanto desigual con grito mudo
allí sorprendo ardores un destrozado simio
expuesta mano al sol ahumada envejecida
Sin labios ya me sorbo mis harapos
mangoneo así tanta vaharada oscura
Y me deslío a pedradas hacia abajo
muñón llameante florecido de espanto y pura oreja
epifanía coral vorágine que aprieta
el turbio amor y la esperanza ahíta
de tanto lecho monocromo violencia sin sentido
pero a todos a mí nos íngurgita y lanza
opio temible bruñida radiación
la misma latitud el mismo buitre.

EL BRAZO

Entrega tu sueño
al pájaro del alba.
Tú ya no puedes penetrar el aire.
Vuelve
con los brazos abiertos,
en silencio.
No despiertes al mar.
Entrega tus tambores.
No te expliques nada,
deja al cielo la noche.
Ya es hora.
Cada recuerdo queda
con su guerrero propio.
No te expliques nada,
no pidas el rescate
ni la palabra justa.
El nido abre su piel
para alojar tu voz.
La rosa del viento
aclara tu alfabeto.
Los coros descienden
a la luz de otra luna.

Yo entrego mi temor
y la esperanza.
Toda noche vuelve
al borde del espejo.

Vuélvete,
deja tu nombre
y tu defensa.
En el claro del viento
otra palabra te sorprende.
Los árboles giran
quince años atrás.
La espesura del alba
ha cambiado los tiempos.

Abandona más todavía;
espanto,
trinos,
el agua de siete colores,
tu mano sumergida,
aquella rosa,
estos labios
y el sombrero
de los cuatro puntos cardinales.

Deja fluir tu brazo
sobre el mundo.
Nada más que tu brazo.
(de Buenos Aires, poesía, Buenos Aires, 1954)

OFICIO DE VIENTO Y SOMBRA

frente a las pruebas de la noche
coraje de prolongar con tu voz
el silencio opulento

por aquí he marchado
al alba
retenido
pasajero
entre el viento y la sombra
entre las ramas

no relegar a un mundo aparte
las donaciones del viaje

me tiendo a su costado
conozco el fluir de este camino
esta mezcla de mí mismo
de mis manos
esta ignorancia

coraje otra vez para ser
al mismo tiempo
la piedra y el horizonte
y descubrir entre los anuncios del desprecio
los indicios del sol
de un camino abierto
reconquista del mar y la intemperie
(de La vigilia y el viaje – Poemas 1944-1960, Buenos Aires, La Razón Ardiente, 1961)

MARTES DE CARNAVAL

a Jorge Souza
a Paco Urondo

lejos de helena de troya
del hotel notre dame
de hans de islandia
y del mar de hojas desiguales y motores ahogados
lejos del sombrero olvidado en la última estación
lejos de las madrugadas y los días siguientes
de las cruces y el pálido fuego
circuido por vagabundos
lejos de la sonrisa del bien perdido
de la bahía y la noche rectangular
lejos del sol piel del amor
de la eugenia posible
de la madurez esquina posible del mundo
lejos del ascenso de la incisión más bien
de la ternura a la raíz del sur
lejos del punto de vista y los párpados lentos
de algunas islas detenidas para siempre
en el corazón y en las manos
lejos de algunas calles
de algunos dolores y compromisos
de escenas a la luz de las estrellas
y de conversaciones entre caballeros
lejos del rostro
lejos del trapecista internacional
lejos de la cascada
por donde corre tu vida
lejos de los nombres
de los días sumergidos en la amistad y el amor
lejos de las líneas telefónicas
de los precios módicos y los sueldos mensuales
lejos de las organizaciones
y de las plazas a la hora del amor
lejos del insulto
del olvido y las intemperancias
de algunas trompadas y grescas
de algunos incidentes policiales
lejos de la pálida existencia
de la oscura o la brillante
lejos de la caída o el ascenso
de algunas noches en blanco
de algunas pasiones en procura de lo absoluto
de canales por donde iban tus días sin saberlo
hoy recorres las calles de tu ciudad
es un martes de carnaval
quisieras ver otra vez algunos rostros
hace unos años pasaste la treintena
y procuras dominar unas pocas palabras
desconoces el nombre del porvenir
y el horario de los trenes
tengo hijos y amigos
voy al encuentro del día siguiente
las máscaras me rodean
bebo en un viejo vaso
entro en la caravana
oh mis lecturas mis embarcaderos
abro las puertas de par en par
(de Obra poética, Buenos Aires, Corregidor, 1976)

ABRIR LA PUERTA

me pregunto
y es una pregunta inmoral
si servirá de algo abrir esa puerta
que da al patio
a la tierra
al viento del mundo
a los pasos de la gente
me pregunto
si servirá de algo escribir
a estas horas de la noche
en el silencio de mi habitación
con la puerta cerrada

sería tan sencillo
me digo
abrir por fin la puerta
y asomarme y mirar
dejando que me lleven
los pasos y la sombras del camino
me pregunto si servirá de algo explicar
por qué no explico
cuando tanta palabra y confidencia
intentaron traducirme
y ponerme al descubierto

si servirá de algo abrir la puerta
me pregunto
y andar por el patio
por el mundo entre la gente
abrir de par en par la puerta
para que todo pueda cumplirse
como la hoja de un cuchillo al extremo de un puente
como la red y el roble que salvan la alegría al final del espectáculo

como el canto de las aguas y el susurro de la siesta
como la playa en sombras y el lecho infinito de los amantes reencontrados

para que todo pueda cumplirse
la luz la noche la inocencia
el nombre que pasa entre las ramas
la puerta se abrirá enteramente
se abrirá por fin la puerta
por si alguno
quiere volver a entrar o salir
o curiosear entre mis cosas
o esperarme mientras vuelvo
y si tardo y no regreso
salir al viento
y olvidarme
(de El día, 1968. Luis Soler Cañás, Generación poética del 40, Buenos Aires, ECA, 1981)

LOS DESIERTOS REALES

los desiertos reales
los mares imaginarios:
no hay palabras para elogiar a esta magnolia
tampoco hay forma de destruir las palabras
ni el oficio de florista

(guarden compostura:
en la soga de colgar se agita la flor blanca)
una tez de flores de cerezo
la última gota de sangre
los desiertos reales
los mares imaginarios
no pueden compararse a esta magnolia
(de Nuevos poemas 1977-1981, Antología personal, Buenos Aires, CEAL, 1983)

EN COMÚN (fragmentos)

II
volvemos por horas a tantos silencios del mundo
nos despertamos para no desnudar la memoria
ninguna soledad existe
ningún eco de los ojos
unidos sobre las manos los nombres
para sostener lo mejor de cada uno

tu evidencia prolonga la tierra
tus labios halagan el sobresalto
tu alegría tu tristeza extreman la libertad de los refugios
tus puertas han desplegado sus molinos vivientes
tus palabras guardan para todos el hábito de las pupilas

esta noche acrece el curso que que te rodea

IV
lento acero interrumpe el sueño
los ojos abiertos
los labios a que llegamos los dos
un día cualquiera un vínculo cualquiera
el humo empeñoso
el roble y su apoyo más allá de los meses
un día cualquiera y el claro entendimiento
las buenas nuevas de los muros

en el ámbito del roble
en el rostro del alba
en el paso contraído de la lluvia
en la cita secreta
en la cita pública
en el comienzo y ahora
ahora
en todas las fuentes del reloj
en sus órdenes despiertas
en la hierba húmeda
y en la fría de la violencia y el arrojo del azar
nuestra libertad futura hace su nombre
y el curso de sus manos

IX
en tu misma confianza como un astro
como tus sueños alrededor de mis palabras
mis ojos no cambian
mi horizonte abre tus brazos

en los cinco días del cielo
tu confianza disuelve los ponientes

es esta claridad la que buscaba
esta rueda persuadida por el aire
(de La generación poética del 40, Buenos Aires, Ediciones culturales argentinas, 1981)

DE TODOS MODOS

ella se va sintiéndose llamada
abre este sol su mano extiende
rechazo amor
una quimera

su oficio es ser de todos modos
aquí estará
su nombre sabe
nada la oculta
ni destello falaz
tormenta sol
ni la avenida

vuelve a ser furor helada fauce
presagio estrella nacimiento
aplomo y ansiedad
dulzura imprecación testigo
aquí está
para ser de todos modos

ESTADO DE SITUACIÓN

(poema inédito)

Quieres sostener en pie los pilares
de un barracón caduco.
Por el techo
y las paredes
entran el viento y el agua.
Se confunden el río y el mar cercano.
Quieres mantener sobre las olas
el muelle semihundido,
mientras el tumulto de la corriente
arrastra flores,
troncos,
un mascarón de proa.
Todos se han ido,
estás solo
en una lucha insensata.
No tienes más que una débil camisa,
un pantalón raído y una pala en la mano,
entretanto el agua supera tu cintura
y las olas grandes te voltean y sacuden;
te vuelves a levantar
y esperas tontamente la salida de la luna.
Nada queda del pueblo ya,
lo que plantaste se fue,
los amigos,
los compañeros no están;
se ahogaron los animales.
Las líneas que escribiste,
las promesas que hiciste
se ahogaron también
y,
sobre todo,
se ahogó el amor cruel,
refugiado en la copa del árbol.
(de Intramuros, n° 8, octubre 1998, Buenos Aires; Argentina)

LOS HOMBRES Y LOS AÑOS

a uno y otro lado de la muralla
los años quedan clausurados en su primer regazo
en los ojos abiertos hasta el amanecer

hablo de la sed y el sueño líquido del hombre
de los deseos de la esperanza el insomnio en el extremo del valle
del enjambre de la memoria y nuestras mandíbulas fuertes
del temblor la ronca membrana de los rieles
y el humo del poblado

hablo de los vidrios lentos a la madrugada
de la parturienta amenazando la medianoche
con sus gritos y sus cadenas puras
hablo de los fusiles y la sangre fluyente
herida
descompuesta
de las horas por llegar
de los frutos de la ternura
de los ojos digitales
mezclados a la multitud en las manifestaciones

hablo del amor adolescente
y de las ventanas del alba
de los expedicionarios perdidos
inmóviles en espera de la claridad
hablo de los niños y la demencia lindando la poesía
de la mentira la humillación las torturas renovadas

hablo de cosas simples
en las manos extendidas
gratuitas

es necesario inventar el mundo
iluminar los ojos
ver la extensión abierta a nuestro impulso
una rama en la luz
acunada por las voces de los héroes anónimos
castigada por el peso muerto de los consuelos

la alegría de las conversaciones ingeniosas
el contagio de los sentidos
el buen apetito la sed de buena ley
el olvido y la palabra absorbidos en la fronda
la siesta a ras del suelo
el debate moroso de los reptiles
el plácido quejido del pajonal
el polvo del camino ahogando las viñas
el apremio de las multiplicaciones
el vacío irremediable
del signo viejo y nuevo
(de En común (1944-1949), Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999).

ÚNICOS

la única mujer que me ha querido
el único hombre que ella ha querido
la única mujer que yo he querido
el único hombre que la ha querido
y el tiempo
el paso
y una serena piel
la u
laud
au
por siempre
(de Poemas inéditos, Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999)

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AMANECE Y HACE FRÍO [Mi poema]
Jorge Spíndola (Chubut) [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Hace frío. Amanece. El sol no asoma,
metido como está en su madriguera.
La escarcha, es esa nieve mañanera
que alumbra la neblina tras la loma.

Los pájaros se muestran ateridos,
y empieza a despuntar la sementera.
Yo en tanto voy buscando quien me quiera
en campos con amores prohibidos.

Pues cala hasta toparse con mis huesos
de modo que produce escalofrío,
mi vida un panorama es tan sombrío
qué ausente anda de abrazos y de besos.

Hace frio, Amanece, la añoranza
es ahora la cobija con que abrigo,
los sueños de que antaño fui testigo
hoy mueren arduo escasos de esperanza.
©donaciano bueno

#Mañana de niebla, tarde de paseo, se decía Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Spíndola (Chubut)

i love you luisa

la luisa que yo conozco
no es ni por asomo
la luisa que ella dice
que fue bella que bailaba
la luisa lisa y llanamente
este montón de huesos que apenas anda/
la loca esa que anda enaguas
vendiendo lotería en la puerta del mercado
la luisa que ella dice
que ella nombra con babas en el labio
es la pura memoria que le baila en la cabeza
sólo su memoria detenida
en los tiempos de frondizi
y aquel auge del petróleo
la memo luisa mareada de manos
la más hembra del maracaibo
bailando can can en los piringundines
con dólares en el corpiño
cuando la saipen oil y el plan con.in.tes
la más cara enredada de giles
bañada de whisky en cada orgasmo
– i love you luisa / arañando en un bolero/
la sola memoria del sexo fermentado en cocaína
– i love luisa and patagonian
– i love baby aun cuando las huelgas
nada queda de aquel auge de esos días
sino la memoria fornicada
que puso a estos huesos de patitas en la calle
donde el tiempo pasa y nada queda de la saipen
de la standard oil que arrojó
las máquinas al mar por no dejarlas/
nada queda sólo la luisa
con las enaguas al viento
los labios rojos silbando frank sinatra
– che vos / comprame lotería
por san cayetano pibe / comprame lotería.

jerez volcado

te digo que soy viejo
yo era pez
un pez espada de perfil
siempre yéndose
yo era un pez espada
navegando adentro de una roca
mi mar es una piedra oscura.
cuando era pez
vivía en el cielo negro
de una piedra gaseosa
y había un túnel en el fondo
había un barco siempre lejos.
después me puse chico
niño de hombre
me puse a deshacer a pelotazos
el portón de la casa de mi abuela
le pegué tantas patadas
que le hice un agujero
y nos fuimos con mi perro
y hacía frío
afuera del agujero del portón
de la casa de la madre
que criaba pájaros y los soplaba
hacia el favor del viento (ayayay)
resbalaba
yo resbalaba sobre calles escarchadas
con agujeros en los zapatos
mi perro caimán
lamía mi alma agujereada
se comía la tierra de mis uñas.
soy un hombre viejo
el viento ahora ronca
una vez quebró un poste de luz
delante de mis ojos
y cayeron los cables con pájaros
electrocutados
no había luz
eso fue cuando era niño de hombre
porque otra vez yo andaba en el agua
y era una manzana salada
una manzana verde de mar
hecha polvo en el oleaje
espuma de manzana
lamiendo las orillas de la tierra.
te digo que soy un hombre viejo
cómo será ser nada
cómo será esa nada
que rodea nuestra vidas
soy viejo
ya lamí el himen fosforescente
ya soplé con tus pezones margaritas
ya deshojé la punta de tu leche
y he vuelto a dormir adentro de un ombligo
ya sé que para volar
hay que arrancarle la piel a una doncella.
dame un trago de jerez
y un beso
tus pies son tan delicados/
me los bebería de un solo trago.
y ahora la lluvia,
te digo que soy viejo,
la lluvia lava las mentiras
cae sobre los cementerios
y deja como nuevas las tumbas
y las cruces
la lluvia es buena para el pelo
la lluvia moja el mar en este instante
hacen el amor la lluvia con el mar?
nacen hijos de ese amor?
hombres de agua que calmarán la sed
que hay en este mundo?
ahora mismo soy un niño viejo
adentro de una piedra
mirando llover y llover
sobre el lomo de los siglos

no sé
tomemos otro trago de jerez.

la leyenda del remero tuerto

érase una vez a orillas de un río
la dicha y la desdicha
de un tal remero tuerto
cuyo sustento era cruzar
personas de un lado a otro
con su chalupa verde musgo
sobre las aguas de tal río.
a veces por agujero
de su ojo se escapaba
todo ese cansancio de la tarde,
otras veces un silencio
se le caía como piedra
sobre el agua
destruyendo el espejo de su cara.
pero en su otro, el ojo bueno,
había luz y en él la vida
se posaba seriamente/
el ojo atento preveía
las crecientes la lluvia
la gran noche sobre el cielo.
que este remero cierto día
tuvo un solo pasajero
que para males era ciego
– quiero dir del otro lado
señor remero tuerto
– son veinte pesos
si no trae mucho peso,
señor pasajero ciego.
y así tuerto y ciego
emprendieron su viaje sin demora
– que está bueno el día
– que voy a casa de un mío hermano
que siembra porotos y discordias
que estando en la mitad de ese río
se le zafa el remo a tal remero
con tanta mala suerte
que le pega tan justito
en su otro, el ojo bueno,
arrancándolo de cuajo como yuyo
que cortan los machetes
y en pegando un grito de dolor dice
– hasta aquí llegamos compañero
– muy bien- dice el ciego
bajándose del bote
en el medio de ese río
vaciando su ceguera en la corriente.
en tanto que el remero
boya sin sentido
preso de esas aguas
sin nada de ojo bueno para
adivinar la luz o la penumbra
solo
como un ojo de agua
girando a la deriva.

YA LO SÉ

yo ya sé
lo que es el amor.

yo aprendí a beber vino
cuando trabajaba
en la pampa de salamanca
al borde de la ruta 3.

aprendí a beber callado
mirando las martinetas
que se iban siguiendo la alambrada.

de vez en cuando un camión
como un incendio perforaba la tarde
y pasaba
dejando un suspiro en las retinas
de los perros.

a lo lejos había
un molino negro
el viento agitaba sus pedazos

molino deshecho
sin aspas para el vuelo
chaperío sin alas
llorando en pozo de la noche.

yo bebí borracho en las alturas
a mi no me digan nada.

perdí una camisa
buscando ovejas en la nieve

perdí los sentidos
mareado en una torre
que se alzaba como un sueño
en la chatura de la estepa/
un mirador creo que era.

y ya sé lo que es el amor
(por las noches yo dormía
en un catre adentro de una casilla)

después de apagar el alumbrado
(un lister a todo culo)
desaté los perros
y me quedé bebiendo
con los ojos mezclados con la noche

con la piel hecha un silencio
como un solo cuerpo enmudecido por la pampa.

en la pieza brillaban
por la luna
las latas de aceite supermóvil multigrado/
el viento ladraba a la ventana.

el viento es un perro desgraciado
aullando en las orejas del insomnio.

los vehículos pasaban en la ruta
con ráfagas de luz en esa pieza.

y por eso
yo ya sé lo que es el amor

yo recé borracho el padrenuestro
para que
un auto con dardos veloces pasara iluminando
el cuerpo de thelma tixou
que brillaba en el almanaque
de aquella noche de aquel invierno
de esos años.

thelma estaba espléndida en esas soledades
tenía un vestido rojo
que ardía ante mi boca
cuando las luces
la encendían como llama en pleno vuelo.

yo ya sé lo que es la sangre
cuando arde como aceite en la penumbra.

el cuerpo de ella era un planeta
girando en el abismo
y yo su único habitante/
me ataca como una sed cada vez que me acuerdo de esa diosa.

el amor es como apretar una foto de thelma tixou
en la garganta de la noche/
o el amor es otra cosa
animal que se espanta
que vuela lejos
y uno
no ha tenido el gusto.

LOS DOS ZAPATOS EN EL AIRE

una amiga mía dice
que es difícil ser poeta
que es un peligro andar
mostrando las costillas por la calle
o en un libro
yo le digo que no que no es difícil
más jodido es ser acróbata
o albañil en las alturas

no es difícil escribir
lo difícil es no caerse para arriba
o para abajo

que eso fue lo que le pasó al finado Justo Cárdenas
por ejemplo el llegaba en pedo a la obra
y se ponía revocar con un pie afuera del andamio
hacía equilibrio
y un día se ve que se olvidó
y apoyó los zapatos en el aire

el resto ya se sabe
Justo está enterrado dos metros bajo tierra
y sus hijas dicen que Justo está en el cielo

no es difícil ser poeta
(yo escribo palabras al borde del andamio)

PASO DEL GUALICHO

Escapado de mi hacia lo otro
Voy hacia vos con el cuerpo confundido
Con un caballo de sombras
Voy al borde de todos los caminos
Todo paso es un paso en falso
Estoy en el paso del gualicho
Donde se estorban los sentidos
Se enturbia uno
Confunde ombligo de dios
Con aromas de tu boca
Detenido ante la cruz
Que rayaste contra el piso
Voy preso de este animal hacia lo hondo
Va espantado de sí mismo
Pisoteándome la cara
Tengo quebrado el tobillo de la cara
Gualicho es tu perfume
Tu aroma me hace chico
Que tira piedras a la noche
Estoy bailando con un hueso de nube en cada mano
Y vos sos dulce como un aire de tomillos
Estoy quebrado existo debajo del deseo
Y a causa de esa boca
Sangra luz mi boca oscurecida.

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NACER Y FENECER [Mi poema]
Pablo Méndez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Presiento que el futuro se me hizo hoy ya presente
que el tiempo que ha pasado no puede ya volver,
de vino y rosas días me acabo de beber
quedando disfrazados de música indecente.

Sospecho que estoy muerto -me palpo y aun respiro-
que al cuerpo en que hoy yo miro llegó su atardecer,
y en esta certidumbre comienza a anochecer.
la luz que iluminaba mi mente es mi castigo.

Quisiera hoy yo encontrar donde aplacar mi miedo
en pinos o entre hayedos o donde muere el mar,
o dónde pueda ahogar, dónde esconderme puedo
y libre de recelos poderme suicidar.

Pues la vida se escapa, las rendijas del tiempo
ni hojarasca ni el viento consiguen taponar,
la congoja que siento no la puedo ocultar
sólo toca esperar a que llegue el adviento.

No sirve atormentarse, no sirve pretender
de tu historia ser reo ni tampoco mendigo,
prepara tus alforjas y acomoda tu abrigo
Dios nos trazó el destino: nacer y fenecer.
©donaciano bueno

Tal es así que ni #dios puede #cambiarlo? Share on X

Todos nacemos ya con la fecha de caducidad impresa con tinta indeleble incapaz de ser leída por el ojo humano. Pero ahí está.

MI POETA SUGERIDO:   Pablo Méndez

Niña y otoño

Las niñas bajan despacio la cuesta.
Mi hermana no pudo ir al colegio.

En un banco se besan dos adolescentes.
Mi hermana no pudo amar a nadie.

El otoño ha vuelto y ensucia las calles.
La tumba de mi hermana se llenará de polvo.
de Una flecha hacia la nada, 1994

Ana Frank no puede ver la luna

Hoy, Ana Frank cumpliría ochenta años,
¿cómo será ese sueño hondo
de cumplir y cumplir
ochenta años?
quién puede bajarse
del tren de la vida y mirar caminos
ochenta años
ochenta, ahora tendidos
en el árbol viejo de la muerte,
ochenta años
yo miraré por ti los fresnos,
apagaré las velas,
celebraré la luna,
besaré a mi mujer,
este es mi regalo:
felicidades.

Perdón por el poema

No, no sabéis lo que es
desear que una madre muera,
(dolor me da sólo escribirlo),
verla deshacerse cada día:
cada vez más pequeña,
no saber si sufre, si tiene vista,
si sabe que está muriendo,
si escucha el dolor
y la angustia de los demás,
no, no sabéis lo que es
preguntar a las enfermeras:
cuánto tiempo,
sentir
su respiración
como un lamento débil y hondo,
decirle: muérete ya,
y llévate contigo
todo lo que amaste en la vida,
pero muérete ya
pues no hay dolor más grande
que el olvido imposible,
ni luz más dolorosa
que la que no puede apagarse.

Los paraguas de la tarde

Los paraguas de esta tarde eran extraños,
me hablaron, me dijeron verdades
de tu tiempo y el mío,
sabios, como viejos que hablan de la vida,
todos a la vez
gritaban y gritaban,
era la lluvia también,
y la noche, y el miedo
a seguir solitariamente acompañado.

Paseando por el Parque Gloria Fuertes

Te gustaría el vagabundo que duerme
esta mañana de abril, en el banco
del parque que lleva tu nombre,
y más aún, la pareja, que mañana viernes,
se besará en aquella esquina
como si fuera a terminarse el mundo,
aquí estoy, recordando aquella casa
tuya dos calles más abajo, donde
me preguntabas por las novias
que no tenía, y por mis sueños
que empiezo a ver
en el bulevar de la distancia,
vengo del médico, fíjate, tengo
angustia, dolor de cabeza,
y una tristeza que a ti ya
te gustaba poco en aquellos
últimos años de tu vida,
murió mi madre, algunos
amigos, y un montón
de preciosas palabras,
pero me queda tu jardín
y la poesía, la poesía siempre
de tu mano, de la de todos,
como un pulmón verdadero y ágil
para seguir viviendo.

DESPUÉS DE TANTO Y DIOS EN NADA

Al fin dios era una mañana de domingo,
solo eso, los amigos reunidos en el bar,
la playa solitaria de septiembre,
la plaza y los ancianos al sol de mayo,
el viejo roble del colegio, la fruncida
escalera de la infancia, al fin…

al fin dios, sin pensar demasiado,
como un nadie entre algodones,
en el ayer de todos los pueblos,
en el olvido de todas las mañanas,
solo dios, un árbol, un niño,
el banco del parque donde otro sueña.

PEQUEÑA ESTACIÓN ABANDONADA (Definiciones)

jardín:
ya están sus manos
sobre la mesa

hombre:
manantial oscuro
anocheciendo

niño:
lugar de donde
nadie vuelve.

árbol:
imagen de todo
lo que no muere.

música:
un no sé qué
para volar
por fin.

En Londres

Debería darme vergüenza
llevar estos pantalones tan rotos
y esta cara tan triste.

Debería estar en las calles
viviendo el idioma que vine a buscar,
y no en esta habitación
añorando mi casa, dibujando
el rostro de mi pueblo.

Debería ser feliz
pero siempre falta algo.

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SE NOS VAN [Mi poema]
Juan Velasco Moreno [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Se nos van. no sé por qué pero se van,
poco a poco, lentamente, suavemente,
en silencio y a hurtadillas, al tran tran,
imposible de parar, tarea ingente.

De este espacio donde algunos escribimos
¿cansados de aparecer, hastiados, muertos,
yendo de nuevo a sembrar en otros huertos
o hartados de repetir lo que sentimos?

Si amigos son de ley, seguro volverán
y pelillos lanzaremos al olvido,
y con ellos los afectos tornarán
así que en un casual se hubieran ido.

Como el fuego que se apaga nos dirán
que el rescoldo se asentó en el subconsciente
y aunque pudo parecer que anduvo ausente
al abrigo entre poemas siempre están.
©donaciano bueno

Estos versos van dedicados a todos aquellos que han ido desapareciendo de las páginas de Poemas del Alma, últimamente sin saber por qué: Margarita di Martino, Albertosa, Rubén Maldonado, el Hombre de la Rosa, Crystal CG, Abuelo pepe y muchos otros, seguro, que ahora no recuerdo o que yo no he tenido la suerte de leer.

#Poco a poco casi sin hacer ruido? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Juan Velasco Moreno

BAILAORA

Su brazo trazó en el aire
una estela de misterios
y sus plantas palpitaron
quebrantando los silencios.

Luego se abrieron sus ojos
como lagos bajo el cielo
y esperó que de él bajara
un rutilante lucero.

Pero el brillo estaba ya
arrebujado en su cuerpo
y encendiendo sus mejillas
de un albo casi perfecto.

Ágil sonó la guitarra,
con arrullos palomeros
que encabritaron sus carnes
y despeinaron su pelo.

Un casamiento de palmas
con roncas voces de aliento
hicieron correr su sangre
desde los pies hasta el cuello.

Crepitó la lumbre oculta
bajo sus ropas de yelo.
Clamores de llamaradas
dieron contorno a su cuerpo.

Fue cadencia y luego gracia,
fue tormenta y luego verso,
fue lujuria derretida
en arrebato poseso.

Inflamada por la danza,
se quemótodo su cuerpo.
Voz y guitarra callaron
oprimidas por el miedo.

Cuando el fuego se apagó
y todo quedóen silencio,
cuatro guitarras de plata
purificaron su cuerpo.

De Cuando gemido me siento

EN CASA DE LA DOÑA

Tan soberbia y distante su apostura
era, que nadie osaba aproximarse
ni a su beldad divina insinuarse
al ver su gesto de afectada altura.

Confiado a mi mejor y fiel ventura,
con osadía, la obligué a pararse
y le dije, sin tiempo a preservarse,
que aspiraba al placer de su hermosura.

Mi actitud la cogió desprevenida,
pues nadie antes le habló con tal descaro
que viera su altivez comprometida.

Entonces yo pensé: lo tengo claro.
Si ella, ahora, a su lecho me convida,
verá de qué es capaz un tipo raro.
De Andanzas amorosas de un discreto libertino

EPIGRAMA III

La primera vez que fui
a parrandear de amores,
me encontré con tantas flores
que ninguna recogí.

Una dejé por temprana,
otra fue por deslucida,
la tercera por parida…
Le pudo el miedo a la gana.
De Andanzas amorosas…

EPIGRAMA VII

En la carreta, dormido
sobre la paja ahuecada,
me encontró una descasada
bien armado y mal vestido.

Me montó como un jinete
que se dispone al asalto,
mas me atacó de tan alto
que se descascó el ojete.
De Andanzas amorosas..

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Rima LXXIII – Poemas de Gustavo Adolfo Bécquer)

«Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron»

EL TUERCEBOTAS [Mi poema]
Eduardo Galeano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo que nací en llanuras de Castilla,
de sed sedientas y horizontes fríos,
entre tierras de páramos baldíos
en que el águila anida o la abubilla,
y el Duero, que soñando va en la orilla,
hoy el viento me arrastra hacia levante,
¿quién le hubiera contado a este emigrante
que el agua iba llegar a su mejilla!

Debieron de pasar más de treinta años
desde aquellos pinares de su infancia,
-la tamuja tan fresca y la fragancia
de resina y de ovejas los rebaños-
trocaran a este yermo castellano,
sus chopos retozando en la ribera,
de palmas y naranjos prisionera,
¡quién lo hubiera predicho a este villano!

Hoy amante de dos acompañantes,
sus ansias de volar pone el sombrero
debiendo declarar que ambos les quiero
distintos uno de otro y tan distantes.
El paisaje plagado de gaviotas
trae un soplo nostalgia en la memoria,
¿quién le iba a decir al dictar su historia
que el mar pondría el fin al tuercebotas?
©donaciano bueno

A cuestas con la #morriña? Share on X

Comentario: Dice un refrán que el burro no es de donde nace sino de donde pace. Y hasta cierto punto es verdad. Aunque las raíces siempre permanezcan ahí ancladas en la infancia.*Tuercebotas=pelanas.

MI POETA SUGERIDO:  Eduardo Galeano

La utopía

Qué tal si deliramos por un ratito
qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para adivinar otro mundo posible

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga
de los miedos humanos y de las humanas pasiones

En las calles los automóviles serán aplastados por los perros
la gente no sera manejada por el automóvil
ni será programada por el ordenador
ni será comprada por el supermercado
ni será tampoco mirada por el televisor

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega

En ningún país irán presos los muchachos
que se nieguen a cumplir el servicio
sino los que quieran cumplirlo
Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajermos para vivir
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie nadie
tomará en serio a nadie
que no sea capaz
de tomarse el pelo

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero

La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio
porque la comida y la comunicación son derechos humanos

Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestion

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla

La justicia y la libertd, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda

En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria

La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés
y el 6to mandamiento ordenará festejar el cuerpo

La iglesia dictará tambien otro mandamiento que se le había olvidado a Dios:
amarás a la naturaleza de la que formas parte

Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo

Seremos imperfectos
Porque la perfección seguirá siendo
el aburrido privilegio de los dioses
pero en este mundo
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día
como si fuera el primero
y cada noche
como si fuera la última.

EL SISTEMA

Los funcionarios no funcionan.
Los políticos hablan pero no dicen.
Los votantes votan pero no eligen.
Los medios de información desinforman.
Los centros de enseñanza enseñan a ignorar.
Los jueces condenan a las víctimas.
Los militares están en guerra contra sus compatriotas.
Los policías no combaten los crímenes, porque están ocupados en cometerlos.
Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan.
Es más libre el dinero que la gente.
La gente está al servicio de las cosas.

El Bosco

Un condenado caga monedas de oro.
Otro cuelga de una llave inmensa.
El cuchillo tiene orejas.
El arpa ejecuta al músico.
El fuego hiela.
El cerdo viste toca de monja.
En el huevo, habita la muerte.
Las máquinas manejan a la gente.
Cada cual en lo suyo.
Cada loco con su tema.
Nadie se encuentra con nadie.
Todos corren hacia ninguna parte.
No tienen nada en común, salvo el miedo mutuo.
—Hace cinco siglos, Hieronymus Bosch pintó
la globalización— comenta John Berger.

Día de los desaparecidos (Agosto, 30)

Desaparecidos:
los muertos sin tumba,
las tumbas sin nombre,
las mujeres y los hombres que el terror tragó,
los bebés que son o han sido botín de guerra.
Y también:
los bosques nativos,
las estrellas en la noche de las ciudades,
el aroma de las flores,
el sabor de las frutas,
las cartas escritas a mano,
los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo,
el fútbol de la calle,
el derecho a caminar,
el derecho a respirar,
los empleos seguros,
las jubilaciones seguras,
las casas sin rejas,
las puertas sin cerradura,
el sentido comunitario
y el sentido común.

FUEGOS

Cada persona brilla con luz propia
entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos
y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento,
y hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos,
no alumbran ni queman;
pero arden la vida con tantas ganas
que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende.

El Miedo Manda

Habitamos un mundo gobernado por el miedo, el miedo manda, el poder come miedo, ¿qué sería del poder sin el miedo? Sin el miedo que el propio poder genera para perpetuarse.

El hambre desayuna miedo.
El miedo al silencio que aturde las calles.
El miedo amenaza.
Si usted ama tendrá sida.
Si fuma tendrá cáncer.
Si respira tendrá contaminación.
Si bebe tendrá accidentes.
Si come tendrá colesterol.
Si habla tendrá desempleo.
Si camina tendrá violencia.
Si piensa tendrá angustia.
Si duda tendrá locura.
Si siente tendrá soledad.

El miedo global

Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.

Y los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.

Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.

Los automovilistas tienen miedo a caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.

La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.

Los civiles tienen miedo a los militares. Los militares tienen miedo a la falta de armas.

Las armas tienen miedo a la falta de guerra.

Es el tiempo del miedo.

Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.

Miedo a los ladrones y miedo a la policía.

Miedo a la puerta sin cerradura.

Al tiempo sin relojes.

Al niño sin televisión.

Miedo a la noche sin pastillas para dormir y a la mañana sin pastillas para despertar.

Miedo a la soledad y miedo a la multitud.

Miedo a lo que fue.

Miedo a lo que será.

Miedo de morir.

Miedo de vivir.

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