A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

UN MUNDO FELIZ [Mi poema]
Ignacio de Jesús Valdés [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Saltamontes que saltas por la vereda,
gorrioncillo que brincas de rama en rama,
mariposa que libas de flor en flor.

Yo hoy a los tres os conservo entre alcanfor
con la esperanza, feliz, que un día pueda
sacaros a pasear sobre mi cama.

Y juntitos todos allí poder jugar,
ensimismados los cuatro mirando al mar
mientras el agua suave su amor derrama.

Con todos nuestros sueños viendo volar
en ese mundo feliz. E imaginar
que todos nos queremos y dios nos ama.
©donaciano bueno

Y todos #felices, o no? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ignacio de Jesús Valdés

Hojas de Acanto,

(A la memoria de Heberto A. Martínez.)

Te despidió la Vida con la loca
carcajada de histérica alegría,
y en el amargo rictus de tu boca
una dulce sonrisa se veía…

Te fuiste en flor de Juventud, y acaso
como postrer dolor, fuese contigo
la cruel visión de ver armado el brazo
del que un día se llamó tu fiel amigo.

Se hundió el acero entre tu pecho noble
Tú, que habías sido fuerte como un roble,
con una frase de perdón, caíste..

Y al pensar en tu madre tan querida,
se entreabrió ante tus ojos otra Vida
donde la encontrarás…y sonreíste…!
Del libro: Vibraciones

Voces Calladas..,

Oh! tú nunca sabrás que te he querido
con férvida pasión, pura y sincera,
que eres mi sueño la ilusión postrera
que en mis noches de insomnio he presentido!

Nunca sabrás, mujer lo que he sufrido
por este amor; más si posible fuera,
mi pecho ante tu vista te ofreciera
para mostrarte el corazón herido!

Pero es preciso que mi amor te calle,
que tú siempre lo ignores, aunque estalle
mi pobre corazón, mártir sombrío.

En tanto soñaré que tú me amas
y que con voz dulcísima me llamas
brindándome tus besos: “Amor mío….!”

Golondrina de Amor,

por Ignacio de Jesús Valdés
(Tríptico emotivo)
(Para Octavio Fábrega)

I
Cuando, con saña, tu desdén me hiere,
pienso, mi bien, con pecho entristecido,
que mi amor “es un ave que se muere
con las alas abiertas sobre el nido….”

Y sin embargo, aunque la fe se muere,
como el ave en el borde de su nido,
aunque sin tregua tu desdén me hiere,
pienso a veces con pecho entristecido,

que tú me habrás de amar, que es imposible
que no sepas que sufro lo indecible
por este amor rayano en frenesí;

que tú me habrás de amar, que, arrepentida,
a mis brazos vendrás, y enternecida
habrás de amarme como te amo a ti.

II
Y viniste a mis brazos, a la hora
en que mi corazón te lo imploraba
y fuiste tú la tabla salvadora
donde se asió mi fe que naufragaba.

Golondrina de amor! A mis aleros
hiciste que volviera la alegría
cuando tus dos ojazos cual luceros
inundaron de luz mi noche umbría.

Y viniste a mis brazos! Y viniste
a consolarme cuando estaba triste
cuando el sol de mi dicha se ponía.

Y como el alma se moría de Pena,
y como sé, mi bien, que eres tan buena,
que tú habrías de venir, ya lo sabía….!

III
Al fin te fuiste, Golondrina amada,
batiendo el ala con adiós doliente,
y en el confín lejano, lentamente,
se esfumó tu silueta idolatrada….

Te fuiste al fin y me dejaste el nido
sin luz y sin calor, huérfano y triste!
Golondrina de amor, por qué te fuiste?
Vuelve otra vez a nuestro alar querido!

Ya las aves no entonan sus cantares
para no contrastar con mis pesares
ni murmura su canto la fontana….

Y sin embargo calma mi agonía
El eco de tu voz que me decía
“No sufras, prenda, volveré mañana….!”

Mis Recuerdos,

(En el álbum de mi prima Etelvina)

Yo no guardo recuerdos de mujeres
que un día dizque me amaron con pasión
su memoria pasó con los placeres
que dejaron vacío el corazón.

Que hago yo con un rizo, con las flores
que, enamorada, una mujer me dio
si el nido que guardó nuestros amores
el soplo del Olvido desgarró?

Qué hacer con sus recuerdos, su pañuelo,
aquellas muestras de su antiguo amor?
Lo que a veces sirviera de consuelo
en otras ocasiona cruel dolor!

Por siempre se borró de mi memoria
hasta su imagen que mi dicha fue…
No conservo recuerdos que una historia
pudieran recordar….Todo olvidé!

Todo he olvidado….Todo he destruido….
En mi cofre de amor nada quedó….
Pero no….Si ha quedado algo escondido
que a mi furiosa destrucción salvó:

Son los recuerdos para mí preciosos
que han evitado que mi fe sucumba
y quiero me acompañen bondadosos
cuando descanse bajo helada tumba.

Esos dulces objetos de consuelo
son los sabios consejos de mi padre,
una cruz, un anillo y un pañuelo
que en horas de partir me dio mi madre!

Flores Marchitas,

Para obsequiarte, en mis amargas cuitas,
en mi pecho busqué flores divinas,
y en medio de hojas secas y de espinas,
allí sólo encontré….flores marchitas….!

Sus pétalos secaron del Invierno
el rápido aquilón y el cierzo frío….
Ay! si supieras que es el pecho mío
un páramo desierto….un polo eterno!

Y aunque sé que tu aprecio no merezco,
con ellas hago un ramo que te ofrezco
en prueba de amistad con mis pesares….

Mientras guardo en mi pecho entristecido
la esperanza de verlo convertido
en hermosa guirnalda de azahares……!

A mi esposa,

Así, pobres y humildes, nos queremos.
Así, con más fervor nos adoramos,
y así, siempre felices, cumpliremos
la promesa de amor que nos juramos.

Así la vida será siempre hermosa
porque la Duda ni el Dolor sentimos.
Y, cuando el Infortunio nos acosa,
bendecimos a Dios y sonreímos…

Y es que hay un ser que borra nuestras penas
Un ángel que hizo fuertes las cadenas
divinas que forjáramos los dos…

Un querube que es sangre tuya y mía,
que a nuestro amor en venturoso día
vino a traer la bendición de Dios!

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FANÁTICOS [Mi poema]
María Rosa Lojo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

En este mundo traidor
nada hay verdad ni mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.
(Campoamor)

En este mundo traidor
hay quien nunca te ha leído,
Campoamor,
pues que él es predicador
de su verdad, presumido.

– – –

Fanáticos del budismo,
del dios del catolicismo
los hay en contra, a favor,
del odio hacia el feminismo
del racismo y del machismo
del rencor y del amor.

Sectarios de tomo y lomo
que de argumentos ni asomo,
capaces de defender
la premisa y su contraria
pues que es su verdad palmaria
que todos deben creer.

Fanáticos a porrillo
que a lo suyo sacan brillo
y a los demás menoscaban,
obsesos de sus razones
que mezclan con sus pasiones
y sus vergüenzas no lavan.

Fanáticos a millares
más que hay gotas en los mares
que pululan como chinches,
exaltados, doctrinarios,
seguidores de idearios
que provocan sus berrinches.

Botarates extremistas
por demás siempre cuentistas
y en el rencor enfangados,
adictos intransigentes
que sembrando van simientes,
de odios llenos redomados.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  María Rosa Lojo

Medalla Europea de Poesía y Arte (European Medal of Poetry and Art-Homer)

La campana perdida

Cuando era niña, tuve una campana con poderes mágicos.
Era mínima, de bronce y de juguete, pero sonaba de veras.
Había que ocultarla bajo la cama los días de tormenta.
-No la muevas, no despiertes al trueno, no atraigas el rayo, no llames a la tempestad—
me decían.
Yo la colocaba en silencio entre los algodones de su caja.
De mí dependían el orden doméstico y el orden del mundo
–uno era igual al otro, uno estaba en el otro, bajo la misma ley–.
La noche entraba en el día.
Los sueños trepaban como la humedad por las paredes de la casa
No quedaba más que dormir, o leer.
–Bajo las mantas, entre los almohadones
un libro me contaba al oído
historias extraordinarias—
La tormenta cantaba lejos
con una voz finita y transparente que nunca sería rugido
Porque la campana continuaba recluida en su celda diminuta.

Cuando crecí dejé de creer en campanas mágicas.
Perdí la caja, perdí la casa de la infancia, perdí la memoria del lugar
Donde la campana había dormido en un silencio obediente.

Ahora la busco, sin embargo.
Quiero tormentas milagrosas para cambiar el orden de un mundo equivocado.
Quiero trastornar los signos de los tiempos y los climas de la tierra.
Quiero golpear a las puertas del cielo con un timbal de ira y de justicia
Dar órdenes al rayo y convocar al trueno
Para que desgarren la manta de sueño de los días nublados
Y alarmen a los poderosos
Y alegren a los justos con la buena nueva.

La busco, sí,
Ya que la sangre y el sudor y las lágrimas
Ya que toda plegaria, toda pasión y toda muerte
Han sido en vano.

En la llanura

En la llanura la vida es un manojo de hilos sueltos.
Una sombra que vuela como la flor del cardo, sin detenerse para siempre

En ningún sitio.
No hay nada que esperar en esta tierra
Donde las casas son frágiles como castillos de naipes
Y la voz de Dios se oye deformada y lejana
Como si llegara a través de un gramófono muy viejo,
O de una radio que transmite mensajes en una lengua indescifrable.
El viento borra también esa voz.
El viento borra todas las memorias depositadas por un instante
Sobre las sementeras y los pajonales
Como si nada pasara,
Como si nada hubiese pasado nunca en ese país de los ganados y de las mieses
Con ejércitos de niños pordioseros en las orillas de las ciudades.

Sin embargo al atardecer, cuando el sol se derrite y gotea sobre el mundo,
la pampa se hace traslúcida como el vidrio de una ventana,
se dejan ver
los yelmos inútiles y las espadas de óxido
los pies que se extraviaron en el falso camino de la Plata,
las espuelas nazarenas y las botas de potro
los fusiles, las lanzas y las carabinas,
las mantas con dibujos del sol y de la luna,
los uniformes azules y los ponchos rojos,
los anarquistas y los bandidos y los santitos ajusticiados
y los otros, los que nadie vio morir en ninguna parte
que llegan en busca de su nombre y de su sepultura
Nadie duerme en el descanso eterno.
Son bellos insomnes, que brillan en una caja oscura de cristal
Caminando a lo largo de la noche radiante.
Luces malas, los llaman.
Avanzan en procesión por la pampa redonda
Llevan sus propios huesos encendidos como cirios.

Desaparecen cuando llega el amanecer.
Desaparecen como si nunca hubieran existido
A esa hora en que la pampa se derrama en el cielo.
A esa hora en que el cielo es un abismo devorador de hierbas y de leguas.
Entonces camino por la superficie de la tierra azul,
alucinada por las grandes claridades
Y el cielo es una tela incandescente hecha de puntos que titilan
Son los ojos sin párpados de los muertos
Los ojos que reflejan sus pupilas quemadas contra la bóveda del aire
Los ojos que nadie ve, que nadie recuerda,
Porque ellos hacen la luz que nos ilumina.

El mate

Las caras se deshacen a última hora de la tarde.
El silencio borra las superficies como un restaurador que busca, al fondo, colores primitivos.
Los viejos rejuvenecen y los niños vuelven a sus memorias de antes de nacer
cuando eran una idea loca y flotante dispuesta a caer como la lluvia
sobre la extraña tierra.
El perro aúlla porque oye músicas inaudibles y un ángel desviado
le roza las orejas.
El mate pasa sin palabras de mano en mano.
Cuando se sorbe el agua, se sorbe un alma antigua, oculta e impalpable
bajo la yerba verde.

La luz argentina

En esta tierra no había oro ni plata,
No había palacios ni templos ni teatros ni pirámides
Ni grandes escaleras ceremoniales que llevaran al encuentro de Dios
Ni príncipes enjoyados como aves del Paraíso
Ni calendarios de piedra que señalasen la ruta de los planetas.

Los que llegaban del otro lado del mar
Buscaron los metales, las ciudades, los templos.
Pero las raíces de la selva bebieron el hierro y el verdín
De sus armaduras
Y los caranchos de la pampa devoraron los ojos
De las cabezas muertas
Y en los caminos más altos de la montaña
Donde no cambia la nieve
Quedaron sus cuerpos de congelados centinelas.

No había plata en la tierra de la plata.
Pero en los torrentes secretos de la selva,
En las lagunas del llano,
En los cauces tan anchos como un mar
la luna y las estrellas crecen de noche
Y tiñen de blanco fulgor el agua verde.
Los cuerpos que se sumergen arden sin fuego
con una luz tranquila que no ciega.
Es la luz de los ríos de la plata,
La luz argentina,
Sin peso ni medida,
Invulnerable al robo y la codicia
La luz de todos
Que fluye como el tiempo y que permanece.

Par délicatesse j’ai perdu ma vie.

Y la sigo perdiendo
Fluye como la sangre de las venas cortadas
Pero no me muero.

Estoy aquí para ser testigo y partícipe
de crueldades.

Niña vieja
Siéntate y aprende.
Es hora de que sepas:
El pez grande se come al chico
Las águilas y los cóndores roban pichones, gazapos y pollitos
Para destriparlos.
Lo perdido no vuelve
Por bueno que sea el conjuro que apliques
O tus amistades con hadas poderosas.

Niña vieja,
tonta,
también los pollitos inocentes abren bocas devoradoras
y agotan a los padres con sus demandas.
Las hadas tienen espalda de brujas
Y un rabo casi invisible de demonio
Te engañan frente al espejo.

Las llaves del Reino

Alguien dijo que se perdieron
Las llaves del Reino.
Nunca tuviste ni siquiera las llaves de tu casa
Y menos aún las llaves de Reino alguno.
Siempre estás entrando a todas partes al revés,
Por el costado,
Por una puerta mal cerrada o una ventana lateral,
Deslizándote, sucia, por el hueco de la chimenea:
Una falsa y rebelde aprendiz de Mary Poppins.

No hay alegría en esos cielos turbios que te miran bajar
Así de clandestina
Y cuando llegas a la sala, huyendo,
Con la cara manchada, los codos rotos
Ni tu padre ni tu madre te aguardan en la mecedora
Para darte refugio.
Cruje, vacía, la madera enrulada.
Cruje, y ya no hay escapatoria,
Ni siquiera un fantasma que te sirva de excusa.

Era la muerte quien te esperaba en Samarcanda
Y no has llegado al reino
Y la casa de infancia no es la misma.

Ese asiento ahora desnudo es para ti.

Dios es un carro viejo

Sentada a la mesa,
cuando todos se han ido o no han llegado todavía,
veo venir a Dios.
Dios es un carro viejo, roto, que tambalea por momentos.
Tiene una rueda más gastada que las otras,
y si la tierra de Buenos Aires no fuera desesperadamente llana
se habría despedazado en cualquier curva.
Llega de todos modos, facilitado por la llanura,
empujado por el viento que sopla de noche,
y se detiene junto a la puerta del jardín del fondo para que bajen mis muertos.

Bajan cansados, indiferentes, como si no estuvieran aquí,
como si no me viesen.
Su castigo es no verme. Mi castigo es verlos.
Les tiendo las manos y es inútil, no me tocan ni me huelen,
sin embargo el cuarto se llena de su perfume ciego, quebradizo.

Esos muertos no hieden.
Son como las hojas que se han puesto a secar entre las páginas de un libro. Dejan una aureola de color ocre, la huella de una sombra que fue cuerpo.
Las páginas que los contuvieron no se pueden leer.
El sudor y los jugos de la vida trastornaron las letras, las enloquecieron, desvaídas, transversas, no sirven para nada,
salvo como testigos, secos también, de aquella pulpa espesa.
Si Dios no fuera un carro viejo, tan viejo, me subiría a él.
Me acostaría en el fondo de ese carro para que me llevase a ver la tierra
donde parpadean las estrellas secretas, como ojos hundidos.

Pero Dios cruje, y golpea, y se partirá por el eje.

Me dejará en mitad de la pampa, sin rumbo.
Nunca fui baqueana, soy torpe, lenta, miope
como un animal insuficiente que cualquier puma liquidaría de un zarpazo.
No sé descifrar otros signos que los escritos en los libros.
El carro cruje, golpea, se partirá por el eje.

Lo abandono en el jardín, arrumbado,
que le crezcan enredaderas,
que le trepen hormigas,
que le hagan nidos los pájaros.

El viento que sopla de noche se ha llevado los muertos,
tan livianos son,
tan inestables.
Eran sólo un sueño –diré mañana— eran un recuerdo en un sueño.
Eran mi sueño de terror, para tenerme miedo.
Y si el carro no estuviera aún en el fondo del jardín,
si no fuera una ruina,
un camino de hormigas,
un racimo de nidales donde los pájaros despiertan,
diría que también fue un sueño,
una equivocación de la memoria,
una prueba patética de la inexistencia divina.

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BAILAR CON LA MÁS FEA [Mi poema]
Jaime García Maffla [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hay muchos que me ganan, corren más,
luciendo siempre van mejores trapos,
que saben más que yo, que son más guapos,
más altos, con más labia, y además
que pueden sustraerse a los gazapos.

Que saben contar chistes con las cejas,
con gracia, con ingenio y con salero,
y no como hago yo, que desespero
termino de aburrir a las ovejas
lo mismo sin orejas que un torero.

Que tocan la guitarra y a las chicas
les saben camelar, les vuelven locas,
son esos que disfrutan de sus bocas
y no como hago yo con mis platicas
que en vez de seducir son como rocas.

Tampoco yo soy rico, mala pata,
espero esto que digo alguien lo crea,
mas fui yo el elegido en la pelea,
escaso de atributos y de plata,
debiendo de bailar con la más fea.

Escucho de mi mente que delira,
que todo los que digo aquí exagero,
debiendo de cuidar ser más sincero.
Respondo que una cosa no es mentira:
que he sido y seguiré siendo un guerrero.
©donaciano bueno

A todos nos ha tocado alguna vez #bailar....? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Jaime García Maffla

RECONOCIMIENTO

Los ojos que me miran desde un cristal imaginario
Evocando los rasgos que tuviera un día
Nada tienen que ver o saben del final que me aguarda
Y no imagino.
Sin embargo
cuando lunas y soles hayan cumplido con su tránsito
Y de la memoria hayan partido imágenes y sueños eternos
Quedarán
como la parte mía no encontrada, los ojos que me miran

OTOÑO

A la mesa sentados a la tarde
quietos abuelos dóciles como el trigo
al oro de la sombra contemplan
sueños trozos de objetos
en el patio desierto la aurora
de la estirpe
breve tiempo
caer sobre los muros con alas apagadas.

PALABRA Y AIRE

Palabra, voz que dice
O se pide,
Y al decirse es don,
Su misma alma y ala
De uno a otro aire en vuelo ajeno,
Nos hace ese desconocido que da voces
Al cielo, para con ella ir a lo vacío
Aún a edificarnos, deshaciéndonos
En las separaciones que de ella ignora,
Y en el azar, frutal cargado de sus negaciones.
Ajena así al signo de su nacer y ser
Para darnos figura…Lo consigue en un nuevo
Sufrir de la conciencia al guardarse ignorada,
A solas y consigo bajo el manto de un Todo
Que se oculta, y debería acallar sus ecos para el tránsito
De la desolación a la consolación a aquel que en el naufragio
Sólo, a solas, alza sus manos hacia sí,
Cuando en el «otro» va y no va, ni en él ni en ella.
Palabra, entre los objetos del misterio,
En celo y en vilo, para la comunicación, para la elevación…

HERMANO EN MÍ

Hermano,
Te he buscado
Y van dos días sin saber de ti.
Te he buscado porque me he perdido.

Voy sin tu voz
Entre la oscura niebla
De un lance bajo cielos compartidos,
Que darse no debió, si tú estabas.
Alfredo, y así esta tarde dejo un frágil
Ramo de flores de palabras sobre tu corazón,
Que Icono es tu imagen, si en Bizancio
Isabel supo de la ruta de América…
Ademán en ausencia del que a tu ser se acoge,
Senda que sigo en andas de mi ser
Ahora tras la huella de tu vuelo que ignoro cuál su Norte…

LEJOS DEL PUERTO

I
Lejos, ¡Ay! ya del puerto,
Sí, tan lejos ya…
Cómo el litoral se va perdiendo,
Pues que eran otros destino y norte,
Mas sin saberlo, ni aún presentirlo,
Y tras creerse de esa otra materia, la de los suyos:
¿Dónde…?

II
¿Cuál? Lo han dejado,
Si entre contrarios signos, al partir
Hacia extrañas Ínsulas
Que ahí estaban, están en la mar alta
De la extrañeza, en la zozobra del extrañamiento;
Estaciones, estancias interiores, galerías
De su callar por vano:
Ese ir perdiéndose entre ondas y días
Agonías y quejas,
Firmamentos y llantos de su haber;
La carta de sus días, una navegación
O en sendas que así
Fueron también dolor, noche Íntima y duelo,
Cuando el dejar de estar se hace fijeza tras de cada pérdida.

III
Un aliento,
Una fe,
Creencia por querencia, sea
Entonces, pues
Mar o desierto, desde dunas de olas, que
Consigo mismo desahoga su alma:
En silencio se ofrece al silencio, tal fuera dicho, y
Si alguna brújula ha de orientarlo será su incertidumbre.
Huir es otro ir en el regreso
Eterno de su tacto en el viento,
Si mira en el paso del tiempo aquello que le hizo:
No hoy…

IV
Entregarse en las manos de ese
Tal destino:
Abandonarse.
¿Ha partido y qué busca en andas de su ir?
De ese ir en andas a un partir sin rumbo,
Salvo, ahora:
¿Ser llevado por el latido de la ancestral savia entre sus venas?

V
No es buscar, ni hallar. No es
Ser hallado ni estar perdido;
Sí estar lejos,
Aunque ajeno a sus actos, sobre una
Oscura superficie que ahora no lo acoge,
Entre el desamparo,
Sin siquiera las voces
Tan entrañables antes,
Presagios sobre playas de sólo ajenos labios
Que también suyos son,
Eran y hablaban de un regresar,
Memoria, conciencia, una noticia, algún sentir
Que al cabo hacen, dan en todo final saberse.

VI
Dejar de ser, de estar, de irse, ir…
¿A dónde?
Hacia aquello que haría su íntima
Y última verdad,
Palidez la distancia tras el haber partido,
Por propio fuero, o éste no,
Si a él, por no encontrado, ha de venir el secreto encontrarse.

VII
Lejanía la del puerto,
Alma, agua, superficie de lluvia
(Llueve), para la espera,
Y así otra vez en sí,
Sin don alguno,
Sin ningún adónde, en fin: el olvido se haría,
Su ancla segura en lo inasible,
Cauce entre la niebla
Para dejar de estar y ser y hacerse en lo dejado.
No es… ¡Cómo lo sabe!
Que no estuvo, ni está: no era por él ni pudo haberlo sido.

VIII
Materia, pues, de aquello
Que no ha de decirse, ni indicarse en señales,
Ni a otra distancia en ciernes,
Cercos, líneas de agua, cielos y pensamientos,
Que tal vez del lance
Fuera lo alcanzado por la caza,
En el dejarse, en ser lo así dejado,
Lo ofrecido, pues aparte quedó
En sacrificio, oblación la suya…

IX
¡Ah de otra rada!
De otra vida de alguien por las vidas,
Él en su espejo, que
Sobre la línea del horizonte
Se han de escribir la invalidez y la desprotección…
Decir, decirlo,
¿Pero quién oiría?
Sacralidad aquella lejanía, trascendencia el vacío,
Una canción de ¡A Dios!
Para estar unido a cuanto deja
A lo que le ha dejado
Y alejado, una canción será, así
Rito, consolación, llamado
Por las depredaciones, las desapariciones:
Separado de todos
Para otra vez hallarse en don unido a todos, tal lo estuviera…

XX
Al fin que fue alzada,
Desde cubierta,
Para otro inicio, otra así
Despedida, que habrá de hacerse
Encuentro en la pérdida, partida
Si de aquella se agitan ya las manos
En el muelle,
Dentro del pensamiento del afuera,
Afuera sí de todo pensamiento, por exilio y razón.
Razón del exiliado que es quien debe partir,
Lejos del muelle, desde sí aún más lejos por cercano…

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EL CAMPOSANTO [Mi poema]
Miguel Gane [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

Y dicen de este mundo que él avanza,
y dicen que el causante es el progreso
yo digo te la quieren dar con queso,
pues pongo a compararlo en la balanza
y debo de admitir su retroceso.

Que antaño cuando yo era un mequetrefe
el pueblo donde entonces yo vivía
un médico y maestro siempre había
y el guarda aquel civil era allí el jefe,
que fueran a robar no se temía.

Las gentes se tenían gran respeto,
acuerdos se cerraban con las manos
dispuestos a cumplir como cristianos,
y nadie establecía un parapeto
incluso con los seres más lejanos.

Y es hoy que ya no existe ni la escuela,
por tanto no hay maestro. El desencanto
cerrado como está ya a cal y canto
el médico ni está ni te consuela
que allí solo ya queda el camposanto.
©donaciano bueno

Es verdad que no hay mayor #ciego que el que no quiere ver? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Miguel Gane

Marina Abramovic

Yo nací del pan.

Como el hambre,
yo nací del pan.
Partieron una hogaza
en dos mitades
y colocaron el cuerpo
sobre una mesa.
Todos permanecieron de pie,
atentos y expectantes:
quién dará el primer paso,
quién morderá primero.
Unos acudieron
con las manos abiertas
y otros sacaron los cuchillos.
Grabaron
el pan con sus dientes,
en su piel,
dejaron las marcas
de las hojas afiladas.
Yo nací de ese pan herido que alimenta
a hombres y mujeres,
yo nací de su hambre,
pero también de su avaricia;
nací igual de blando, igual de tierno,
mi carne era roja
y mi textura escamosa.
Como el pan que fue mi madre,
también me hice migas en sus mesas,
les entregué mi cuerpo
para saciarse,
para descubrirse,
para existir.

Parirme
fue condenarme a morir.

El amor propio

Amas estar contigo misma,
amas encontrarte,
te eliges.

De todos los amores que has tenido
el propio es el que más te importa.

Amas los momentos que te guardas para ti:
tú te dedicas
las mejores canciones,
los mejores poemas.

Te posees con la fuerza del abrazo,
eres celosa con tu espacio,
no te importa que te llamen rara.

A veces, los mejores días son aquellos
en los que nadie perturba tu paz,
en los que nadie te pide explicaciones.

Estás enamorada de tu soledad
porque has entendido que ella será la única
que nunca te hará daño.

Sabes que siempre serás tu amiga más fiel,
no hay miedos en tu amor,
tu cuerpo es capaz de guardar
toda la luz del mundo:
eres la única que puede verse tal y como es
cuando se mira.

Y cuando haya que escalar montañas,
tendrás tus pies;
y cuando haya que nadar cien mares,
tendrás tus brazos;
y cuando haya algo por lo que luchar en mil batallas,
tendrás tus sueños,

y tendrás tu Luna
cuando te quieras amar.

Tu mejor victoria
es que no necesitas a nadie
para abrirte el mejor vino.

Amas tu compañía y tu soledad,
amas tu paz y tu guerra,
amas tu orden y tu caos,
tu lunes y tu domingo,
y cada instante que pasa
lo tienes un poco más claro:
tú, y nadie más que tú,

eres el amor de tu vida.

Llamada de mi abuela

Las vecinas me dijeron esta mañana
que anoche te vieron por la tele,
que hablabas muy bien,
que hablabas
como si nunca te hubieras ido.
Los de la fábrica me han preguntado
por las tierras
y yo les dije que tenía que consultártelo.
He engalanado la tumba del abuelo
y se puso a llover después de plantar
las rosas.
Este domingo fui a misa, escuché la liturgia
pero no me quedé mucho porque me dolían
las piernas.
Ha venido Nae a casa
y me ha colocado la leña.
Todavía no le he pagado,
pero si te mando un paquete pronto
voy a comprarle una botellita de aguardiente
para ti
y ya me las arreglaré con él.
Me han subido la pensión cincuenta leis,
es poco, pero estaba peor antes.
Las gallinas han puesto siete huevos
y dos de ellos son verdes.
Tiene que venir Vasile
para arreglar las bajantes
de la casa de madera
y le haré sopa
con los huesos que han sobrado
de la matanza.
Tengo que contarte:
mi tío Luca está muy enfermo.
Te he puesto champiñones a macerar.
Te he hecho mermelada de ciruela.
Te he congelado ortigas.
Te he comprado sábanas nuevas.

¿Cuándo vienes a casa?

Hay que saber irse

Hay que saber irse,
hay que saber abandonar el barco
sin hundirlo,
hay que saber cerrar la puerta
sin dar un portazo,
saber que a la piedra
no se le responde con más piedra,
que al daño
no se le responde con más daño.

Hay que ser elegante al marcharse,
entender que no hace falta
despedazar el abrazo
que una vez te dio calor.
No hay que romper las cartas
ni las fotos,
no hay que borrar los recuerdos
porque, más que un borrón
y cuenta nueva,
saber irse es una lección
y cuenta nueva.

Hay que saber marcharse,
comprender que las expectativas
son como el humo:
intuyes que surge de un fuego
pero ese fuego no se ve.
Nadie gana en las despedidas
porque ninguna victoria
es más triste
que decir adiós a un hogar.

Hay que saber irse
sin bombardeos,
cerrar la historia
sin destrozar el libro,
seguir caminando
sin mirar hacia atrás
y hay que entender que, muchas veces,
solamente seremos
la forma que escogimos
para decir adiós.

Todo lo que quiero decirte

Te diría tantas cosas tantas

te diría, por ejemplo,
que hoy hubo un eclipse solar
y, aunque apenas fue perceptible,
el mundo se volvió un poco más oscuro.

Te diría que solo sé escribir poemas de amor
si eres tú la que sonríe al otro lado.

Te hablaría sobre la belleza de los números pares,
sobre la extravagancia
de los libros de tapa dura
y la falsedad de los rotuladores permanentes
—¿qué hay de permanente en la vida?—.

Te diría que no me importan las causas sociales,
ninguna ninguna ninguna,
que nada importa
cuando tú me dices
que te duele una pestaña,
que te duele un lunar,
que te hiere un suspiro.

Te haría saber que soy un iluso,
que hay días en los que creo
en la palabra siempre
en la palabra matrimonio
en la palabra familia.

Y, sobre todo, te diría que te quiero,
que la vida es un poco más difícil sin ti,
que no me importa que se hayan muerto
García Márquez Vicente Fernández Philippe Noiret
porque tú haces de este mundo un lugar
lleno de libros de canciones de cine,
un lugar lleno de belleza.

Te diría tantas cosas tantas,

pero se ha caído WhatsApp.
Puedes hacerme lo que quieras, (Verso&Cuento). Ed.Aguilar

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UN HOMBRE SOLO [Mi poema]
José de Ciria y Escalante [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Soy un hombre que está solo, arrebujado,
con sus almas, con sus sueños, con su ombligo,
que no sabe si está muerto o está aún vivo,
como rama que es del árbol desgajado
y al que intento conocer mas no consigo.

Al que llevan desde un lado hacia otro lado,
cuando soplan malos tiempos, buenos tiempos,
marioneta que a los hilos mueven vientos.
Haga frío, haga calor o esté nublado,
soy un ente que está falto de cimientos.

Siempre a expensas de que llegue un terremoto
ando abstraído del temor acompañado.
Los misterios nunca me han abandonado.
En tinieblas yo presiento que ahora floto
ciego estoy pues ya no miro a ningún lado.
©donaciano bueno

Y tú, acaso también eres un #hombre_solo? Share on X

Estar solo es a veces un buen ejercicio para meditar; sentirse solo puede ser el principio de un problema.

MI POETA SUGERIDO:  José de Ciria y Escalante

Reloj

Para Adolfo Salazar

La madre abadesa
reza
con voz de estrella
Las novicias se han dormido
soñando
con los trasnochadores
La pantalla cinematográfica
aborta
un paisaje lunar
Y en lo alto del FARO
el torrero y su novia
se dan un beso en la boca
Los luceros agitan
las campanillas

Verbena

Para Eugenio Montes

Las carreteras vírgenes
cogidas de las manos
ofrecen sus vientres desnudos
a los aeroplanos

En un beso sin alas
me remonté a una estrella

Aquella nube blanca
que me enjugó las lágrimas
hoy ha muerto de pena

De mi sortija penden
todos los merenderos
y en mis hombros reposan
los senderos
HE CAÍDO
Las miradas de todas las doncellas
se habían enroscado en mis pies
ADELANTE
El humo de mi pipa pita como un tren

Angustia

Para Mauricio Bacarisse

Los árboles gimnastas
que han saltado en la pista
van recogiendo aplausos con el pico

Las banderas desnudas
sollozan en sus cárceles

Canciones insospechadas
naufragan en mi pecho

El otoño ha deshojado mi cartera

Un lucero extraviado
me canta junto a la almohada

Espuma

Las banderas rebeldes
cruzan los horizontes
Cristo
sobre las aguas
apacienta el rebaño de las olas

Jornada

Para Isaac del Vando-Villar, cuya sangre está plena del optimismo quieto de una media verónica

Mis ojos se han manchado
de Sol
Todos los ruiseñores tienen un libro
abierto

¿Será de Campoamor?
Al traje de Belmonte
le apolilló una estrella
El toro ha destripado con sus cuernos
al Sol
Y todos los recuerdos
se han vestido de blanco
en mi corazón.

ACUARELA DE LAS CARRERAS

A Cecilia Bonet

Pasa tu figura airosa,
de una suprema elegancia,
exhalando la fragancia
de la rosa
y de las lises de Francia.

Posas tu mirada honda
en el lejano confín
al pasar bajo la fronda
del jardín…
Y una mariposa ronda
por el sangriento clavel
de tu boca de escarlata
que dibuja una sonrisa
que recuerda a Mona-Lisa,
y la mariposa trata
de libar allí la miel.
Hay en tu rostro inquietante
una sombra de tristeza,
y en tus ojos una llama
de dolor…
Pareces por tu semblante
de insuperable belleza
de una dama
de la corte del Terror.

¡Oh, el cuadro sangriento
del viejo París
después del viento
de la guillotina!…
Perdieron fragancia
las flores de lis
del reino de Francia,
y el pueblo asesina
con saña cruel
a los cortesanos,
que mueren a manos
de sus servidores…
¡Reino de dolores
fue el reinado aquél!
Pasa tu figura airosa
de una suprema elegancia
exhalando la fragancia
de la rosa
de la Casa Real de Francia.

ANHELO

Para José del Río Sainz

Que nuestra voz, poetas, la voz del pueblo sea,
del pueblo que trabaja y sufre resignado.
Que sus grandes dolores en nuestros versos vea
y en ellos halle alivio su cuerpo fatigado.

Que nuestra musa sea toda la Humanidad
con sus negros dolores y sus ruínes miserias.
¡Fecundemos su cuerpo con nuestra sangre! ¡Amad,
hermanos, sus bellezas igual que sus lacerías!

Cantemos en un verso todo el dolor del mundo,
del mundo pobre y ciego que marcha lentamente.
Cantemos optimistas su supremo ideal
y será nuestro arte vigoroso y fecundo
y nosotros, poetas, marcharemos al frente
de la vida a los sones de una marcha triunfal.

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AGUADORES DE GUAYAQUIL [Mi poema]
Jesús Picota Carrillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Eres, Guayas, el río sin igual
que desde el malecón mira y asombra
a esa bella ciudad universal,
en que hasta la maldad anda a la sombra.

Tienes alma de enseña señorial,
por quien el Ecuador sube a la gloria,
espejo transparente cual cristal,
orgullo nacional y de tu historia.

Yo ante ti me descubro hoy, Guayaquil,
y nombro la ciudad de mis amores
por tu aspecto señorial y tan gentil.

Y aprovecho que estamos en abril,
y brindo por tus raudos aguadores
que son como a la salsa el perejil.
©donaciano bueno

Si no la conoces, te lo #recomiendo. Share on X

Guayaquil es una ciudad moderna espléndidamente bella. Nada que se le parezca a aquella que yo visité hace más de 40 años. En realidad fue la primera ciudad-estado en independizarse de la Colonia, España. Antes del llamado grito de Quito inicio de la creación de la Primera Junta de Gobierno Autónoma. Los aguadores pululan por sus calles a fin de aplacar los calores de su clima tropical.

MI POETA SUGERIDO:  Jesús Picota Carrillo

TU AUSENCIA

Me cuesta mucho aceptar tu silencio
y sentirte ausente en tu presencia.
Es como ver a la naturaleza,
pero sin poder sentirla, ni escucharla.
Es como una agonía, no estar a tu lado,
y saber que juntos,
reíamos y soñábamos,
aquellas noches, y aquellos días.
Que triste es que tu tierna naturaleza,
no logre entender,
lo importante que eres en mi vida,
como sería para una planta,
que sin su sabia moriría.
Que cruel es el destino,
permitir encontrarte y deleitarme,
para después sin escrúpulos,
de mi existencia arrebatarte.
Que triste es sentir tu ausencia,
pero más triste sería,
sentirla en tu presencia.

LA FLOR ESCONDIDA

Geisha polvoreosa,
mariposa de raudo vuelo,
de mirada insinuosa,
y de aterrizaje severo.
Anfitriona de visitas pasajeras,
y en cada una, tu mente viajera.
Luciérnaga de la noche,
que alumbras calles y senderos,
de pisos fríos y duros,
duros, como la vida misma,
germinando entre escombros,
como una flor escondida,
a la que le hace frente a la vida,
y se alza en su reto,
por sobrevivir, de los infortunios callejeros,
donde cada moneda,
su tronco endereza,
y al amanecer,
nuevas hojas nacen,
con cara de indescriptible tormento,
escuchándose el gemido,
de un doloroso lamento.

CALLE VACÍA

La calle está desierta,
transpira la avenida,
y a lo lejos un farol,
que opaco alumbra por la vía.

Del cielo las estrellas,
llovieron sus escarchas,
luciendo Eva Dolores,
los colores de su falda.

La luna riela en su cabellera,
lo más intenso de sus rayos,
que al pasar de primavera,
de nieve se visten sus años.

Sembrada está su sombra,
que se cansa por la vida,
ahogando la tristeza,
y su dolor en la bebida.

Recuerda que en su casa,
la inocencia durmiendo espera,
en un sueño de esperanza,
que despertar nunca quisiera.

TIEMPO Y VIDA

Las horas pasan como el viento,
sin detenerse en estación alguna,
para determinar el tiempo.
Y el hombre en su andar,
nota los años al pasar,
al pasar y volver la vista atrás,
observando un camino trillado,
que no se ha de volver a pisar.
Mas la mente, soñadora y viajera,
se aparta de la cruda realidad,
recordando lo que ayer,
quizás hoy pudo pasar.

UNA PATRIA EN AGONÍA,

Sangras Panamá querida,
por los malos hijos que abren tus heridas,
sin respetar a los mártires que sangraron por ti un día,
por verte libre, murieron en su agonía.

Hoy exhiben tus murales callejeros,
la avaricia de vampiros politiqueros,
prometiendo con mentiras al pueblo entero,
y con ansias de robar al campesino y al obrero.

Fueron manchados tus lindos tricolores,
por manos asesinas, de infames dictadores,
ultrajando con sangre de un pueblo traicionado,
cruelmente perseguido, abatido, y censurado.

Se escucha un lamento de tus entrañas,
por el demagogo político, con sus artimañas,
y se ha elevado hacia los altares,
el pesar de mi pueblo, en los barrios populares.

AGUADORES DE GUAYAQUIL [Mi poema]Jesús Picota Carrillo [Poeta sugerido]New Share on X

MI POETA INVITADO:  Carlos Manuel Gómez Pérez

Las balas

La policía
de mi país
mató a balazos
a un niño
y los periódicos dijeron
haber matado al demonio.

¡Muerte al demonio!
¡Desangren al demonio!
¡El demonio no!
Y los casquillos de las balas
cayendo,
como moscas,
sobre
las sucias botas.

El Diablo ha muerto.
Los policías lo han matado.
¡Honores!
¡Aplausos!
¡Vítores!
Han matado a un niño.

Nos están matando
como perros
los perros asesinos.

Estos abusadores
de profesión
con
sus bastones de mando
amansan
su pastel de carne
y de harina de hueso.

Yo he visto al país
levantarse
como Lázaro
con el hedor a libertad
característico de los muertos.
Pero
al final del día
los muertos vuelven a dormirse,
como perros,
porque
ningún periódico los resucita.

La tierra

Cuando Cristóbal Colón
llamó Juana a
la Isla de Cuba
siendo la isla,
isla,
y no mujer ni madre,
le atribuyó
cualidades de persona
como lo son
la traición y la locura.
Ojalá mi país
no se llame nunca como mi madre
porque la tierra
cuando abriga,
mata.

Las madres
no abrazan a sus hijos.
Madre,
tu abrazo me destruye,
madre muerte,
no me tapes con la tierra.
No tires
mi corazón
a un país oscuro,
porque allí
no echará raíz
ni dará flor
ni fruto.

La belleza

Polvo.
Hay demasiado polvo
en la casa del poeta.
Telarañas y libros…

Hay polvo
en la casa
y las sillas
se acuestan en las camas,
y los paraguas
se desayunan los sombreros,
y una viejita ha muerto
y su sillón
se está meciendo todavía.
Ha muerto y su sillón
se está meciendo todavía.

Polvo.
Hay demasiado polvo
en la casa del poeta.
Quien limpia la casa
destruye la belleza.

UNA DAMA ODIOSA [Mi poema]
Hersilia Ramos de Argote [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Hay algo más odiosa que la muerte,
esa dama que trunca nuestras vidas,
a veces sin remedio doloridas
por los crueles maltratos de la suerte?

Dios, tú, al que yo he dejado de quererte,
aquí, aunque lo lamente, me revelo,
hoy que, sumido en este desconsuelo,
muero sin desear mas nunca verte.

¿Por qué, qué te hice yo, cual es la causa
de esta condena a que hoy me has sometido?
¿acaso con tus normas no he cumplido?

Para lograr al menos una pausa,
si pudiera escapar, yo hubiera huido
o en las hondas tinieblas escondido.
©donaciano bueno

Acaso hay algo más #odioso? Share on X

Lamentablemente no existe ese escondite seguro donde esa dama macabra no pueda encontrarte.

MI POETA SUGERIDO:  Hersilia Ramos de Argote

Plegaria de Una Maestra

Héme aquí, oh Señor, ante esta inmensa
responsabilidad; ente esta excelsa
misión de conducir, de abrir caminos,
de señalar las pautas del destino,
de forjar en las fraguas del esfuerzo
la voluntad, el alma y el talento
de tantos, tantos niños sanos, fuertes,
ricos y pobres, míseros y débiles,
que se acogen confiados bajo mi égida
en los predios humildes de mi escuela.

Héme aquí, oh Señor, ante tus plantas
llena de fe, de afán y de esperanza.
Tú el justo, Tú el Divino, Tú el Maestro
Tú el conductor de hombres y de pueblos,
Tú el de la infinita sabiduría,
faro de la verdad y la justicia.

Tú que diste matiz a las corolas,
savia a las plantas, luz a las auroras,
dá a mi ademán la suavidad del pétalo,
a mi voz, la tersura de tu acento
a mi verbo, la concepción precisa
y a mi bondad, la táctica debida.

Quiero sentirme ungida con tu gracia,
sellada con el sol de tu palabra,
bañada en el panal de tu justicia,
impregnada de tu sabiduría
para labrar -abeja y alfarero-
con miel de aromas y arcilla de luceros,
el precioso panal, néctar divino,
que han de libar las almas de los niños,
colmenas de inquietud, núcleo, crisálida,
donde duermen los hombres del mañana.

Oda a La Patria

¡Oh Patria que te extiendes, egregia y soberana,
sobre un istmo radiante de luz y de verdor;
te arrulla el armonioso murmullar de dos mares
y te cobija un cielo de espléndido fulgor!

Tierra predestinada, que la Naturaleza
ha enclavado en el mismo corazón tropical
para que seas vórtice de los altos designios
que vislumbró Bolívar en su ensueño genial.

Surgiste en el consorcio de las naciones libres
con tu diadema diáfana de estoica dignidad;
tu historia es un compendio de férvido heroísmo
y tu lema, un baluarte de confraternidad.

Eres puente que abraza a los pueblos del mundo
en comunión de anhelos de paz y libertad,
y aunque pareces frágil, por dimensión geográfica,
grande eres por tu fuerza de solidaridad.

¡Oh dulce Patria amada, ubérrima y señera,
que vibras y palpitas con latido inmortal,
en cada sacro pliege de la bandera augusta
y en las trémulas notas del himno nacional!

Nosotros, los que abrimos los ojos en tu tierra,
y en tu entraña bebimos la sabia maternal,
somos, Patria, tus hijos. Y nuestra sangre es chispa
saltada de las vetas de tu ígneo pedernal.

Por eso la ofrendamos, solemne, en tus altares,
por tu soberanía, prosperidad y honor
y porque ondule siempre, altiva, inmaculada,
bajo tu cielo límpido, la enseña tricolor.

Flor Del Espíritu Santo

De nívea santidad, de astral pureza,
_en los bosques istmeños albergada_
semejas la eclosión de una alborada,
prodigio de la gran naturaleza.

Divina flor de excepcional belleza;
en las noches, la luna enamorada
de tu cándida lumbre, sosegada,
con reverente beatitud te besa.

La majestad de Dios en ti se asoma,
inmaculada, prístina paloma.
Del Espíritu Santo, los fulgores

circundan con unción tu transparencia;
y hay en tu augusta, señorial presencia,
efluvios de recónditos fervores.

Como mística hostia suspendida
sobre el silencio, agreste, estremecido,
de la selva profunda; cual latido
del corazón de Dios, Suprema Vida,

eres símbolo y mito en la escogida
tierra de Panamá. Riela, encendido,
de casto amor tu pétalo transido,
crisol del alma libre, redimida.

¡Flor sagrada! La Patria panameña
te hace un ara de honor junto a su Enseña
y, al acorde del Himno Nacional,

tu custodia de cáliz sacrosanto,
imagen fiel del Espíritu Santo,
esplenderá en su nimbo celestial.

(Poema premiado con la Medalla de Oro en el
concurso auspiciado por la Biblioteca Nacional
y el Departamento de Bellas Artes del Ministerio de
Educación para exaltar el culto a la Flor Nacional, 1958)

Este Grito

Este grito estrangulado
que agoniza en mi garganta
y se alarga en estertores
lacerando, como garfios, las entrañas;
este grito ardiente, trémulo,
que no pudo sublimarse en una estrofa
ni cuajarse en una lágrima;
que soñó, áurea libélula,
remontarse hasta libar el sacro polen,
miel de luz de las estrellas;
que anheló -prisma de agua-
ser gotita transparente,
diminuta luna diáfana,
con espejos,
donde un iris de ideal se perpetuara.

Este grito,
que en la celda tibia y blonda
de su omnímoda crisálida,
cuna fue de ardiente anhelo,
fragua viva de ilusiones,
núcleo férvido y vibrante
de inquietudes y esperanzas.

Este grito,
que cual flecha luminosa e incendiaria,
fue rasgando los cendales milenarios
de pretéritos atávicos
y de angustias y de ansias
enquistadas;
y en el árbol de la vida
puso el zumo redentor
de una nueva y fresca savia;
y de pájaros cantores y de nidos y de felpas
y retoños
pobló el lecho verde y tibio de sus ramas.

Este grito
que prendió la estrella guía
de otros rumbos y otras sendas
y otros mares y otros cielos y otras ansias,
y dejó la blanca estela
llena toda de su lumbre esmerilada.

Este grito
que hoy crepita, se retuerce
y se ahonda
en convulsas vibraciones
y se extingue lentamente,
abrasado en los umbrales
de su propia llamarada.

Este grito estrangulado
que agoniza en mi garganta
y se alarga en estertores
lacerando, como garfios, las entrañas;
este grito,
fiel imagen de mi vida desolada,
no tendrá jamás la gloria de ser trino
ni el embrujo inefable de ser ala.

(«…De los poetas espontáneos, los que nacen tales, podría decirse lo que decía Paul Valery de los pájaros: Que si pudieran decir precisamente lo que cantan y por qué lo cantan, no cantarían. Creo que algo de esto le pasa a esta poetisa cuyo lirismo le revienta por todos los poros del alma; le revienta, como Este Grito, «del embrujo inefable de ser ala». Este grito es el que la pone con frecuencia en trance de poesía y la hace cantar como el pájaro con «el zumo redentor de una nueva y fresca savia» que da a su canto, aunque ella no no sabe, «la gloria de ser trino»… y de ser grito sincero del alma.» OCTAVIO MÉNDEZ PEREIRA )

Mi Patria

Mi patria es un istmo con rumor de mares,
con cielos azules, con fúlgido sol,
y ondula en los vientos, en rítmicos giros,
la linda bandera, pendón tricolor,
con su azul de cielo, su blanco sublime.
Su rojo encendido en llamas de amor,
y sus dos estrellas brillantes y diáfanas
que alumbran senderos de liberación.

Mi patria es un istmo, puente entre dos mares,
puerta a la que asoma, pura en esplendor,
cuando dase al orbe, grandiosa y magnánima,
por la gran herida de su corazón.

Mi patria es un istmo con rumor de mares,
con cielos azules, con fúlgido sol,
con trinos y fuentes, paisajes y flores,
donde riela esplendida la risa de Dios.

El Escudo de Panamá,

Heráldico escudo de la patria mía,
lema del trabajo, la paz y el amor;
de tus nueve estrellas, la policromía.
baña el Istmo entero de áureo esplendor.

Musitan tus mares, tierra sacrosanta,
su eterno mensaje de unión y lealtad,
y el sol de la tarde marca la hora santa
del grito sagrado de tu libertad.

Majestuosa el águila, su soberanía
pregona a los vientos de uno y otro mar;
la pica y la pala cantan la alegría
del surco fecundo, del férvido lar.

Olvidados quedan guerras y rencores,
la rueda con alas se apresta a girar
por el patrio suelo sembrado de flores,
de trinos, de brisas, de dicha sin par.

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CAMINO DE ROSAS [Mi poema]
Ivone Del Pilar Miranda [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Osado, él está aquí retando al dios
que vino a diseñarle su camino
¿cual es esa razón por la que él vino?
ahora, una explicación os pide a vos.

Una piedra fue ¡qué digo! una losa
cual la que un día cubrirá su tumba,
tapando la rendija que allí alumbra
al despertar temprano de una rosa.

Una cosa es estar vivo; otra cosa
vivir y ser consciente que la vida
sea ésta la experiencia más hermosa.

Creer que nuestra vereda es primorosa
o pensar que plagada está de espinas
para al fin terminar en una fosa.
©donaciano bueno

#Retar a #Dios? Qué #osadía! Share on X

¿Acaso hay alguien que conozca la razón de sus existencia?

MI POETA SUGERIDO:   Ivone Del Pilar Miranda

Muerte que da vida

Quiero embeberme en tu cuerpo
renacer en un suspiro ya vivido
surcando las distancias del sexo
y terminando en un dulce gemido.

Cuanta nota de pasión en su lira
bajando lentamente por mi cintura
y que logra poner al límite y suspira
la señal de la muerte que da vida.

En una sinfonía de éxtasis de vida
danza tu placer… dulce y armonioso
sobre mi ansia plena, bendecida
qué pasión amor mío, qué agonía…

Tenerte dentro de mí, para permitir
que estés vivo así, agonizando en mí
para el sexo por amor sentir.

Como una dulce muerte que da vida.

De Eternos

Viviré
en tu sonrisa que me llena la vida,
acabaré
en el camino que me trazas,
arropada a la tibieza de tus manos
que dibuja mi soledad desnuda.
cuajaré
de inviernos tus sienes blancas,
lograré
plantar mi corazón en este beso…
duerme tranquilo,
ese… tu sueño eterno..

Mi agonía y tu pasión

La esencia de tu recuerdo es un placer en sorbos
donde me acojo temblorosa… donde te añoro…
te pienso… te sueño… te logro… y te absorbo…
qué haces para que te desee así, si no te puedo ver.

Tu piel al contacto con mis manos se confunden,
yo te deseo así… muy cerca de mí, dentro de mi ser
que me cobijes y estrujes el alma,
y la piel y tu recuerdo por siempre me eleven al placer.

Es como un último deseo, dónde estás… qué agonía.
Ven, calma esta sed de amar que de ti tengo
ven para llenarme y extasiarme de ti día a día
y de pasión puedas volar de mi ser, a lo más hondo.

Vuelve que sin ti no se qué hacer
me muero lentamente si tu pasión,
solo existes… solo en mi imaginación
es una inexplicable obsesión, vuelve por favor
cada vez que te recuerdo es… mi agonía y tu pasión.

Y se vistió

Pobre pena me da verlo así,
mirándose en el oscuro lago,
quitándose el vivo carmesí
de su piel y de sus recios labios

Así lo recuerdo aquella noche,
bebiéndose el dolor trago a trago,
mientras la luna hacía derroche
de ser su reflejo en aquel lago.

Más no pregunté por qué sufría,
con qué derecho, ya lo sabía,
si yo lo marqué desde tan dentro
tan dentro que con el me moría.

Presurosa me alejé de allí,
se vistió el amanecer de espanto,
el lago de un vivo carmesí
y su frío cuerpo con mi llanto.

Adiós

Si pudiése plantarte en el silencio
las voces que aún tengo en mis adentros,
te darías cuanta de que aquel viento
hace una sinfonía de tu vuelo.
Y no puedo negarte que me gustas,
como no puedo negar del mar su agua,
pero no voy a sujetar a mis alas
tu vuelo que me lleva al ras del suelo.

Mi derecho a la vida me sustenta,
a ser siempre muy amada y bien querida,
por eso a tus desplantes y despedidas
para irte en raudo vuelo hacia otras ramas,
lo dejo en un recodo de la vida.
Tu pierdes más que yo, lo sabrás tarde,
o nunca sabrás lo que te he amado.
Adiós y que nos toque en mismas partes
lo que en disparidad de sentimientos
en el norte por tu amor he sembrado…

Patria

Hermosa patria de mis amores,
aunque no pisaré tus tierras
me imagino que estoy contigo
sueño con volver a ser niño
y jugar por tus calles y entre caseríos
buscar un amigo o alguna novia
y jugar al escondido,
cuantos recuerdos de infancia
patria del alma, patria querida
pero algún día volveré para verte ser libre
y en vez de jugar al escondido
jugare toque y libre mi amada patria
pues así serás libre… libre como lo seré yo
recoger fotos y recuerdos
de mi padre y mi madre que un día al partir dejé
y se me hizo chiquito el corazón pues dejaba
a los seres que más amaba
a mi padre… a mi madre… a ti patria amada
y se me hizo grande el alma
para tener fuerzas para dejarlos por surcar distancias
y ser libre
aunque sea uno mas de ti patria
que alzó el vuelo en esos mares
te llevo arraigada en mi vida
cual luna que sales para alumbrar
a todos los que soñamos algún día regresar
y decirte aquí está tu hijo patria amada
a tus pies una vez mas.

Yo Lo Extrañé

Yo lo extrañe antes de conocerlo
Sus tiernas palabras, su elegante hablar
No sé soñar, pero pensé encontrarlo
Tenerle a mi lado y amigos poder amar.

En esta noche nostálgica con velo
Añoraba su elegante hablar
No sé soñar, pero desperté para verlo
Tocó a mi puerta y una flor me daba
Para mi tristeza acabar.

Yo lo extrañe antes de conocerlo
Y ahora amigo que lo vuelvo a encontrar
Bastara una sola palabra, solo eso
Para juntos volver a empezar.

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PERDÓNAME SEÑOR [Mi poema]
Juan Sierra [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Perdóname, Señor, si hoy he pecado,
pues lo único que yo hice fue pensar,
si no tuve intención de molestar,
solo intenté expresar lo que he pensado.

Perdóname, Señor, si mi cerebro
no para de incitarme a razonar,
no sabe regatear ni hacer requiebro,
y en su esencia se encuentra el opinar.

Perdóname, Señor, te lo suplico,
¿por qué es que a mi me quieren condenar
y hay muchos que se ofenden al yo hablar
y por qué el razonar yo reivindico?

La pira en que me inmolan no merezco
pues que a nadie hice mal. Si es mi penar
hacer siempre camino al caminar
y a quien manda, el cerebro, yo obedezco.

Si he de creer en ti, aquí te ofrezco
mi cuerpo, mi alma, mi espíritu, mi ser,
haz que mis ojos más no puedan ver,
descárgame la pena que padezco.

Yo quise huir del mal, yo he perseguido,
algunos no entendieron mi mensaje,
incluso que anduvieron mi paisaje
y a leyes de Abraham no obedecido.

Aunque quiera agarrarme no hallo un clavo,
nada a lo que aferrarme con denuedo,
quisiera lo inventar mas yo no puedo,
y cuando ya lo encuentro lo desclavo.
©donaciano bueno

Después de la #penitencia viene el perdón? Share on X

MI POETA SUGERIDO:   Juan Sierra

Trafalgar

A Rafael Laffón

En el perfume de una alcoba recién esterada

Encima de la cómoda
en un fanal con amores napolitanos de piernas de leche y bigotes finísimos
Cuando los cristales de los balcones muy bien cerrados
permiten que se comuniquen todos los cuartos con temerosas claridades de ascensión
y se distinga perfectamente el fondo de los cuadros más altos
Hay cajones que nunca podrán abrirse
en la certeza de que el mar es más temible mientras más azul

Entonces
Cuando un mediodía nos demuestra
que el recibidor del convento recorta en amarillo un chorrear de pájaros
y que los bancos de sal se hicieron con velas de fragata bajo un reinado femenino
Cuando alardean las playas su seguridad de ser olvidadas

Entonces
En la analogía de los sillones de plata con el resplandor de los inventos a cuarenta por hora
En la peluca de la anciana que zurce ropa bordada
en el rayo de sol que abre un domingo la soledad de la casa
En esa hora en que el almanaque no sirve para nada

El almirante encorsetado en oro exprimiendo su pecho lazos de seda blanca

Cristales frente al puerto

A Francisco Pachón

No sólo el desparpajo de los ladrillos ante la muerte de un padre de familia
Ni la cerveza dominguera entrando a sangre y fuego en los metales de la feria
Sino todavía una lumbre asiática amortiguada
en la convalecencia de panales y cuervos
O una tregua en aquel desorden resbaladizo del norte que exportaba corazones bajo la nieve.
Pero en todo caso
El sofá de la tarde
que ya se va enfriando en los postes de amarre
resecos
de batallas navales
o en el armisticio que firma un labio de mujer cuando se le dice bella
a la luz donde los titiriteros se remontan a fuerza de hambre
y los corales raídos del aire friegan el urinario
de nuestra conciencia que va desnuda
por un alambre de angustia
a los mataderos del cielo

…CTS. (Todo comprendido)

A Ernestina de Champourcín

Ese tranvía que barre las acacias de una avenida Sur
perfecciona un airoso túnel de sombra
a la temperatura en que fermenta un santo
entre claridades de ácido fénico y osamentas irónicas

Es la hora en que los soldados se visten de gala
con picos de nieve cruzados de sol
y las más altas bibliotecas trillan su ciencia en la flexibilidad del mar

La disciplina del mundo se quiebra en esa sombra que dan los eucaliptus
plantados en los andenes de las estaciones solitarias

Más tarde
un bergantín a contraluz soñaba el peso de las distancias
cuando el amor inventó el ángulo recto
Los aires refrescan epílogos de jazmín
en la nuca verdosa de administradores incorruptos
Yo lo he visto desde las laderas del crepúsculo en el mes de junio
El murmullo de Italia
ahonda el trote de esos caballos negros que llevan violetas en las sienes
Los colegios del Norte demandan la intrepidez rosa de la carne vencida
y la sal antigua sorprende un retablo hecho con oro de almendras
Mi afán morado se resecaba entre la angustia de los dos Continentes
y mi corazón corría al nivel de esas estanterías con baranditas
que existen en el interior de los grandes almacenes de calzados

Era en los comienzos del siglo XX

Bombardeo de poblaciones abiertas

(Sevilla, 1937)

A José María Cossío

Se ahogó el silencio en una tumba sin poros

Las calles se han regado con una claridad de inmediato suplicio
El espacio de los ángulos refleja una agresividad contenida
A los pájaros como siempre no les importa nada de lo que ocurre
El campo siempre ha sido aquí blando y verde
Siempre han brillado en el río los materiales de esta ciudad
Un pequeño vendedor de periódicos escudriña el cielo
Donde se rumorea una esbeltísima experiencia de motores

De pronto una estrepitosa novedad que retiembla
Y molesta mucho
A las bestias enganchadas en los carritos comerciales de reparto
Es la defensa antiaérea que ataca
Grandes pisotones lentos y negros sobre la tierra le contestan
Son los que realizan el servicio
Todas las digestiones se cortan con una frialdad despreciativa
Todas las azoteas alumbran resignadas el centro de su espoleta
Los ojos de las jóvenes compadecen a un moribundo invisible
Vemos que nuestra madre es también una criatura muy pequeña

Siguen las salvas en honor del gran cadáver del silencio
La luz se ha recogido en el aire con una serenidad de otro tiempo
Yo pienso en las naranjas embaladas que están sobre los muelles obligadas a jugarse la vida
Los enormes émbolos del odio vuelven a sacudir profundamente la tierra
Ya los relojes marcan sangre arrabalera entre vigas y ladrillos
Todos los años que puedan quedarnos de vida son manteados con indiferencia por una gran burla
La ley de la gravedad se desarrolla majestuosamente con una ira correctísima
Algo se reza mientras los oídos vigilan escondidos a la muerte

El silencio ha vuelto del cloroformo
Una soledad de geranios fracasados ya tomó nota de la venganza
La Cruz Roja vuela entre teléfonos y calles desiertas
La sirena final anuncia que el día ya ha envejecido
Y nosotros por esta vez hemos tenido suerte
[Claridad sin fecha]

Ayer y hoy

De un alba negra y lisa sin recelo
y un sabor a galleta tripulante,
nació este no fijarse en la medida
que sueña un halo para cada cosa.

De un pecho bajo y firme para el lloro
y la blancura opaca vigilada
por los palos de aquel barco noruego
atracado muy lejos de los muelles.

De un morado y sexual rapto de nube
a caballo en la luna de mi infancia
entre el verde alumbrado de las ocho
y el ramaje movible de algún cine.

De la niebla de aquel despacho donde
con legajos de un húmedo silencio
se hallaba disecada en su vitrina
la fragata que un día mandó mi abuelo.

De la piel de unos ojos en el claro
tibio cielo de marzo el año aquel
de barro y lluvia en que la primavera
sólo lució en las piedras de la calle.

De la sombra de añejo oro pulido
con manzana del trópico y almendro
o nublado regalo junto a un río
al acecho de música y piragua.

De algo de todo eso fue mi ayer:
demasiado altas las estrellas
para el regazo de quien oye un tiro
buscando caracoles en la playa.

Hoy que ya fue alejada en lo preciso
la joya del recuerdo al aire libre
sólo quiero la paz de lo que tengo
sin muebles con señales de naufragio.

Por un minuto de virtud serena
doy el amor más áspero y durable:
el amor que este clima de mis huesos
lleva -oh ángel de tierra- en su memoria.

Hoy mi dolor lleva el sonido claro
de muchas aguas como si tal cosa:
el perenne sonido que el azogue
del alba oye en los mares de mi sueño.

Sólo quiero girar la redondela
del Arte en el silencio de mi vida
por si logro vencer en lo posible
la sonrisa de algún marino loco.

Dejar en oración de pardo vuelo
ese beso tan grande nunca dado
que sepulta lo ciego de mi pena
con chaquetas de mármol en el aire.

Y a ver cuándo soy yo uno de esos muertos
que arrojan a diario las ciudades
en su promedio sol de defunciones
sin que el té de la noche se suspenda.

Sueño

Para Abelardo Linares

Anónimo, profundo, varado en la negrura,
un viejo buque yace junto al acantilado.
Un silencio pirata funde su arboladura
con la grandeza inmóvil y triste del pecado.

¿De qué amatista isla o nodriza ternura
descolgó un mudo gajo de horror lo inesperado?
Bajo aquel luto ciego de coral y amargura
surge la pena en vilo de cuerpo ajusticiado.

Y no son malhechores de Cantón o de Riga
los que aflojan el pecho mandíbulas y bocas
que amortaja la luna con cintillos de guerra.

Ahorcados, tallados en las húmedas rocas,
con el puñal del alba cosido en la vejiga,
son marineros lentos de la dulce Inglaterra.

Isla de Panay

Aún queda un resto de telescopio en el zaquizamí donde se pudren
las casacas galoneadas de los marinos
Aún resiste mi tía Paca tras los cristales de Cádiz su viudez
Allá va un sol contrabando de suspiros a cada golfo del atardecer
El mar se deja robar sus conchas por la mirada de un pobre hombre
Aún el oro es amarillo y Trini es un nombre

Yo me amplío tenue de malecones encendidos
al país donde la gente no se levanta para hablar
y las niñas moderan su risa en valles de percal
Mi corazón silba en gasas de ron
en etiquetas de esas botellas que no se venden nunca
los días en que las banderas caen por su propio peso

En las factorías se embalsaman las madejas de aire
El invierno se inclina hacia atrás como los palos de un navío
No quiero hacerte comprender lo que hay más allá del horizonte
Deja que las colonias se cautiven los domingos
y ese retumbo de pozo que nos recuerda los primeros salones de cine
Alegría de naufragar que brota en las aceras desiertas
Esperanza ya antes de nacer
todavía en el vientre de nuestra madre
de un clima con sordina de olvido

Un corto paseo

Estos paisajes son de cuando yo ya hubiese muerto
Algunos amigos de mi edad han muerto y no verán estos paisajes
Dios mío yo me aprovecho y los veo los miro antes de morir
Veo este progreso de la ciudad este cielo que se compadece de toda esta juventud
agobiada por la dictadura del trabajo
bajo la enorme generación de la especie humana
sin rincones de tabernas inglesas con barriles pintados de negro y rojo
sin clima ni horizonte para que sueñen lejanías mis ojos
sin fragatas ni islas desconocidas donde se profundice mi virtud
sin recogimiento de cales que archiven tragedias familiares
sin oro de retablo de iglesias pueblerinas que me apartaron de alientos de mujeres

Estos espacios residenciales estos bloques enormes de viviendas con sus pedruscos
grises exiliados en sus parterres
son fríos a mi recuerdo
son extraños a mí
son para los jóvenes no para que yo los disfrute
Parece que los estoy mancillando con mi presencia
como si me recreara en los pechos de una tanagra

Yo creo Dios mío que ya ha llegado irremisiblemente
naturalmente
mi hora de morir
Supongo que voy muy retrasado en mi muerte

La vejez

Para Alejandro Mateu Ros

Aquí estoy sometido al tiempo
altivo por la costumbre del dolor
mi corazón ya herido para siempre

Ningún ángel infantil sostiene mi mano
ningunos ojos compadecen mi firmeza
estoy solo
solo y terrible pero pienso
pienso en recuperar algún día el amor que no supe tener a los que me amaron
en poder ofrecer alguna vez a mis muertos la nobleza de mi silencio la tortura de mi
sangre los trabajos de mi esperanza

Aquí estoy al borde del final
ya falta poco para que termine
esta lucha admirativa por la frescura del mundo
esa ráfaga olorosa que iluminaba aquellas noches primaverales de la juventud
ese breve saludo que se cruza entre dos desconocidos
mientras regresan a su barrio después de la jornada
esta inmensa obligación de permanecer en la vida
esa palabra del hombre que juega suelta en el aire de la Creación

Cuando todo esto desaparezca
cuando todo termine
envíame señor ese ángel infantil que sostenga mi mano
esa mirada tranquila que compadezca mi firmeza

En un pueblecito de Milán

Los amigos se habían ido
Y quedé solo en aquel bar al borde de la carretera
Solo con todo el dolor de mi cuerpo con todo el peso de mi vida
Había una quietud suprema un silencio extraño y diferente
El silencio como un duelo con la conformidad inapelable del mundo
Yo estaba en un pueblecito de Milán
Pero no se veía el pueblo
No se divisaba ningún caserío en mucho alrededor
Acaso alguna pequeña fábrica aislada como una prisión en la tierra calurosa de junio
Ella cruzó con el último sol de aquella tarde de verano
Cruzó aquella muchacha la carretera montada en su bicicleta con dos botellas de leche
colgadas del manillar
¿Quedaría muy lejos el pueblo?
¿Llegaría tarde esta muchacha a su destino?
¿A lo largo de los años se ensangrentaría con la corona de los celos?
Yo seguía inmóvil frente a mi gran copa de coñac en aquel bar solitario al borde del camino
Inmóvil e ignorado por todo el universo
Lenta rueda la bicicleta de la muchacha segura de sus recados
Y lenta rodaba la tarde al aire libre de presagios
Mientras el tiempo se devoraba a sí mismo sin consumir nunca la inmensidad de su angustia

Muchacha cruzaste muy despacio por la carretera
Pero también cruzaste muy despacio por la tierra de nadie que atraviesa mi alma
Al final de los siglos recuérdame Señor lo que viví en ese pueblecito de Milán
Abrázame con aquel momento de dicha misteriosa y amarga
Abrázame con aquella muchacha de la bicicleta con aquel cielo resignado a su color
Abrázame con aquel instante silencioso desierto postrado en lejanías de tristeza insondable
[Álamo y cedro]

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MI PERDICIÓN [Mi poema]
Mario Llamazares Torrao [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La conocí en un bar una noche sin luna
después que la fortuna me enviara a pasear,
desnudo, sin lugar, sin esperanza alguna,
calmé mi desconsuelo en ese oscuro bar.

Era bella, atrevida, aquella mujer era
la flor de primavera, aun marchita, divina.
A mis ojos viciosos a mi me pareciera
la estatua que atractiva embellece una esquina.

Embriagado de miel, propenso al desvarío
-en amor al calor siempre sucede el frío-
su vida incursioné tras de un nuevo bautismo.

Qué duro lo pagué por lanzarme al vacío
solitario, sin red, hacia un mundo sombrío,
¡hoy sufro en la prisión asomado al abismo!
©donaciano bueno

Esto también es #amor? Share on X

Grandes obras de arte literario se han fundamentado compartiendo escenario en la existencia de mujeres fatídicas en el entorno de un lúgubre bar.

MI POETA SUGERIDO:   Mario Llamazares Torrao

LLueVE:

Llueve.

Y la lluvia crea cauces nuevos,
disuelve caminos viejos.
Entre las montañas que conforman
este valle en el que un día nos encontramos.

El río, inconsumible, se desborda.

Y nadie sabe dónde se encuentra.

Sé a ciencia cierta que, algún día
(probablemente tú y yo ya no estaremos)

ya no habrá río, ni valle, ni montañas.
Y una masa informe de agua sepultará aquel cruce

en el que solo, en la inmensidad de la noche,
temeroso,lleno de esperanzas,

te esperaba.

EL TieMPo:

El tiempo no es consciente

De nosotros.
Suceden oscuras nubes

Deprisa.
Sucede a veces
Un claro de luz.
Nos dejamos
Enredar por el viento
Sin comprenderlo.
La lluvia cae caprichosa
A su manera
Sin conocernos.

LA CuLTuRA:

Que dejen la cultura
A los jóvenes.
Que ellos se entretengan
Antes de que sus huesos
Sean polvo y suelo
De este planeta.
(Aún les queda
Algo de tiempo).
Que ellos vivan
Ficciones y fantasías
Que otros hicieron
Y murieron
Sin saberlo.
Que les dejen jugar con
El concepto de nación,
El de libertad,
El de democracia
Y hasta con todos
Los del sistema
Métrico decimal.
Todos tan arbitrarios,
Tan efímeros,
Pero con tanto sentido.
Es patético verlos manoseados
Por un viejo moribundo.

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MI POETA INVITADA:  Catalina Clara Ramirez de Guzmán

A LA AUSENCIA DE UNA AMIGA, HABLANDO CON ELLA

Cuando quiero deciros lo que siento,
siento que he de callaros lo que quiero:
que no explican amor tan verdadero
las voces que se forman de un aliento.
Si de dulces memorias me alimento,
que enfermo del remedio considero,
y con un accidente vivo y muero,
siendo el dolor alivio del tormento.
¿Qué importa que me mate vuestra ausencia
si en el morir por vos hallo la vida
y vivo de la muerte a la violencia,
pues el remedio sólo está en la herida?
Mas, si no he de gozar vuestra asistencia,
la piedad de que vivo es mi homicida.

SONETO A UN HOMBRE PEQUEÑO: DON FRANCISCO DE ARÉVALO (21)

Mirando con antojos tu estatura,
con antojos de verla me he quedado,
y por verte, Felicio, levantado,
saber quisiera levantar figura.

Lástima tengo al alma que, en clausura,
la trae penando cuerpo tan menguado.
Átomo racional, polvo animado,
instante humano, breve abreviatura:

di si eres voz, pues nadie determina
dónde a la vista estás, tan escondido
que la más perspicaz no te termina,

o cómo te concedes al oído.
En tanto que la duda se examina,
un sentido desmiente a otro sentido.
Espacio Lector Nobel

SUCEDE… [Mi poema]
Aleyda Quevedo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Sucede que estoy cuerdo y no estoy cuerdo,
que creo que estoy loco de remate,
que si un día lo estuve hoy no me acuerdo,
que si hablo siempre digo un disparate.

Sucede que me veo persistente,
y asomado hacia adentro no me veo,
cuando dicen que a mi toda la gente
me conoce aùn jugando en el recreo.

Sucede y es como si sucediera,
me zurcen por decir lo que yo pienso.
Soy un auto aparcado en la cochera,
un asno al que alimentan con incienso.

Sucede, al fin, que yo tengo una herida
que roe a mi corazón desde muy adentro
y le impide encontrar una salida.
Y aunque no fuera así, yo así lo siento.
©donaciano bueno

Hay veces en los que uno #duda de si existe o no? Share on X

¿Qués es la cordura? El mundo, en sí mismo, si lo miras con detenimiento, no es nada más que un simple manicomio.

MI POETA SUGERIDO:  Aleyda Quevedo

Poema de Cavafis

Despacio
sueltas tu calor
Tu lengua
ejerce la función
para la que fue creada
y cumples con el acto
de volverme animal sensible
tan parecido
al poema infinito
que escribiera Cavafis.

Algunas rosas verdes

Esta mujer de hechizos
de mentiras y yeso
teje las medias
más cálidas
para el día de su muerte
Una cruz
una caja de madera
algunas rosas verdes esperan por ella

No hay temor a la muerte
Solo pido
sea justa.

Ojos de testigo

El viento histérico rompe mis hombros
Ópera que desmorona la contemplación
del desierto
y hace tambalear al saguaro
rey de cactus
Las horas larguísimas
caminan como pesadillas

Después
lentamente llega la calma furiosa
y el cielo del paisaje ocre
se limpia para dejar pasar
la más pura y metálica luz del planeta.

HAIKU DE LOS PÁJAROS

Cuidaré de tus pájaros
pero me niego a hacer
el amor en la jaula

COARTADAS DE MEDIA NOCHE

Cortadas a media noche,
las flores de verano iluminan la habitación del hotel.
Las de color naranja excitan
hasta afectar
en esa zona que las mujeres confunden con:
deseo,
desgarro,
defectos.
Las flores fucsia y las excesivamente moradas
distraen y llegan a enervar.
Pero estoy húmeda,
lista para la noche en este hotel del mundo.
Piso un jardín de intimidades.
A las ramas verdes del follaje
las chupo una por una.
La clorofila aceitada me va dejando
las ganas de ir hasta el fondo,
Mas lo que hago antes de dormir
es leer los poemas de Szymborska.

DILEMAS

Hay palabras puentes dolorosos que no separan de la luz.
Llegan flotando, inútiles.
Palabras suplicantes, hirientes, rabiosas, porque que a veces los puentes rotos
de palabras se vuelven estambres flotantes y puntiagudos dilemas que te enredan y ahogan.

CORALES

No importa la profundidad del descenso
o la imposible maleza derramada en el camino.
Es largo y frío el viaje sobre oscuros caballos.
Ejercicio de inmersión y belleza piadosa
hasta pisar altos jardines de coral negro.
Entre mi dolor —que conozco tanto desde el lodo—
y el universo poco explorado por la falta de tus palabras,
me quedan flotando la impenetrabilidad de la música y la sal.
Las medusas atrapadas entre mis pestañas me jalan rápido.
Más no importa el precio del descenso.
Es necesario volver al camino consciente del miedo
y el aliento del océano golpeándome en la nuca.

BRAZADA

Curtida la piel, gastados los ojos, aprendí a bucear desnuda entre corales y piedras
cortantes. Brazada abriendo el lenguaje: mantener el codo más alto que el brazo,
las imágenes más brillantes son música.

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A UN PLATO DE LENTEJAS [Mi poema]
Jassín Antuna [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¡Qué pasada de legumbre,
revoltosas las lentejas,
a fuego lento en la lumbre,
mejor jóvenes que viejas!

Conozco bien el vicio de la gula,
de extasiarme ante un plato de lentejas
¡qué olor y qué sabor! Si tú las dejas
demuestras ser más lerdo que una mula.

Yo hoy aquí en estos versos me declaro
un buen amante de la buena mesa,
el hueso de jamón, esa sorpresa
que al caldo da sabor, eso está claro.

O ese almíbar de dioses, la grasilla
resbalando en la punta de mis labios.
Y el rojo pimentón, el pintalabios,
¡qué placer al comer, qué maravilla!

¿Y el chorizo? Ese ser estrafalario
que conoce a la perfección su oficio,
mas si el tocino falta me desquicio,
sería sin campana un campanario.

Admito que el comer resulta un vicio,
que una mesa y mantel son su escenario
y aunque hay más ingredientes, culinario,
si hay granitos de arroz, yo pierdo el juicio.

No puedo esperar más, venga el servicio,
que si es que de algo yo he morir prometo
que una gran cucharada yo me meto
antes de ya lanzarme al precipicio.

Con su ajito han de estar algo picante,
y a mi gusto también algo caldosas,
Amebas que en mi mar bailais mimosas,
¡que olor y qué emoción, vengan p’alante!
©donaciano bueno

Existen en la vida placeres dignos de aparecer en el ranking del hedonismo, como un buen plazo de lentejas.

MI POETA SUGERIDO:  Jassín Antuna

CRÓNICA

…henos aquí…

Todos viendo el revoleo de la mosca en el salón.

Estamos en silencio,
gritándole a la fosa negra.

Menos los zaguanes
y las cubiertas de metal helado
en donde azota el hambre
…………………………………………y el granizo.

Todos callados, agradeciendo…
…………………………o en la más perversa angustia.

Sucede que hasta la emoción humana
………………………………es un asunto de clase.

Sucede, también,
que la luz solar es compasiva.

Pero el concreto
………..del cuarto
…………..de un quinto piso
…………………….en un pobre barrio…
…………………………………………………..no.

Estamos en silencio
atentos a la sagrada palabra
………………………………………….de CNN.

Mi abuelo sembraba un naranjo
para alimentarnos a todos
pero creció un eucalipto.

Ahora, pasmado, pisa un mundo incomprensible.

El hombre, por segunda vez,
envidia la manera
del cerezo que vuelve
…………………………………………..en abril.

Y yo pienso…
……………….…en el “tejido social”.
Pienso que la seda blanca
resultó acetato de segunda.

Y yo pienso…
……………….…en el “tejido social”.
Pienso que la manta de maíz azul
sigue en manos de otras telas.

Renzo

Soñé con una terma volcánica
de hirviente linfa,

despierto en la espuma amarga,
perdido como hormiga que circunda nervaduras
de adoquines blancos.

Al santero, santero malvado, le digo:
¿Qué miras
desde tu choza, Renzo?
Yo sigo tendido en la arena
y el mortal bejuco
como escalera
arranca
para encallar en la madeja.
Pa’ escapar tengo
un palo y dos cristales.

Nunca rezo pero siempre exijo:
así, la coyuntura del hombre.

Parece una mosca ahogada
en el tazón de agua protista del perro.

Entonces,
¿cómo puede ser un ángel?

De la puna

Cuando mataste a los gorriones
tuve que enterrarlos.

Los llevé a la tierra yerma de la puna
donde el monzón nunca amaina.

Nación del amarillo escueto y jadeante
donde no hay azul con que batirlo.

Era un páramo de abundante nostalgia:
en la noche no
tilitaban los astros

y una comunidad de pavorreales quietos
que por plumas llevaban hojas como espadas…

Tuve que enterrar a los gorriones en la puna,
a los que eran nuestros.
En su tumba escribí la palabra silencio.

Juana y María

Una tarde Juana y María se treparon al tren.

La tarde se caía por los agujeros del costal de arroz,
las cazuelas de barro enmudecieron en los rincones,
los comales se enfriaron
y las jícaras se ahogaron en el pozo.

Juana:
¿Y si los trenes fueran al mar en vez de a la guerra?

¿Y si en vez de mandar balas al Bajío,
subiésemos tunas al monte?

¿Por qué nos levan, comadrita, de nuestra alameda azul?

María:
No importa a dónde nos lleven los trenes,
no importa qué traigan los costales,
no importa ya las gardenias a los pies de la parroquia.

Los hombres saben matarse,
no saben hacer frijoles.

Juana:
Oiga, comadrita,
¿y por qué obligan a nuestros huaraches
a correr por otros tepetates?

¿Ya no con canastas sino con winchesters?
¿Ya no con cántaros sino con colts?

María:
Los hombres dicen que es por patria.
Codician patria. Jadean y arañan por patria.
Hincan los muñones en el barro de la ciénaga por patria.

Juana:
Y cuando el sol se escape por la nuestra garganta
y la vida se escurra por nuestros vestidos,

cuando las moscas habiten las cazuelas que dejamos
y se marchiten las gardenias a los pies de la parroquia
¿sabremos lo que significa patria?,

le dijo Juana a María antes de treparse al tren.

Sombra

Me hinqué en la tarde y le chiflé a mi esencia.
Vino el galgo trompetando el viento.
Tomé, de nuevo, plumas y ramajes
para traer al éter visible solo por el ojo fuera.

Espectro que viene al tiempo de la luz
y se extiende en el yunque,
en la fragua de una unidad silvestre.

Celebro la llegada de mi alma al cuerpo,
llevo pasto al cordero de agua,
cera unida con astillas a las cestas,
eslabón esquivo del frío
de un calor.

Esta relación trinitaria
mastica junta amargos dátiles,
amargos dátiles nacidos en la honda arenisca de la duna.

Fin
al fideo no-humano
que reptaba,
reverencia a esto que se yergue.

Soy bípedo y puedo usar la tráquea,
una laringe para mezclar colores,
cerebro que clama el azúcar de granadas tiernas.

Veo unas venas tejidas a la tierra
nada menos que el anclaje
de un mástil endosistémico invadido de bocas.

Veo rampantes ocas que devoran
los restos del resto índigo del sol,
de esa luz que da, que nos mira
ardiendo en lo peligrosamente cerca.

En el parque

Vine al parque el día de mi cumple
para tomar algo de sombra en una banca verde
(mis amigos de la infancia venden armas y perico y fuman piedra y roban quemacocos)
mientras las palomas mueven el cuello

(Yo los vi comulgar en la parroquia
con sus trajes garzas en el estanque azul.
(Como pisadas (como manchas) estaban parados en el presbiterio frente a la crueldad de la sordera.

Hoy junto a esos perros
en la sombra de la banca verde
me burbujea el vacío
desde lo más adentro de mis órganos)
justo delante de los niños que bajan por los toboganes.

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YO ME AFLIJO [Mi poema]
Humberto Ramos Águila [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo me aflijo hoy pensando que la muerte
a mi me ha de llegar sin mas remedio,
que el cuerpo ahora vivo, se irá inerte,
llevado en ataúd al cementerio.

Envidio a los que creen, hablo en serio,
que el deceso es la antesala al paraíso
al que se accede siempre con permiso
de quien es el guardián de ese misterio.

Yo quisiera creer lo que no veo
para ver el más allá en mi destino,
y asegurar que estoy en el camino,

lograrlo, ese sería mi deseo.
Mas por mucho que yo me recrimino
ver mis dotes no logro de adivino.
©donaciano bueno

Pero sirve de algo #afligirse? Share on X

Así pasa la vida intentando descubrir su misterio con la seguridad de que nunca habremos de encontrarle.

MI POETA SUGERIDO:  Humberto Ramos Águila

LAS TROVAS DEL SILENCIO FLORECIDO

Alero de lontananza
al final de tu recuerdo.
Allí donde todo olvido
se arrincona en los espejos.

A la puerta de los días
tu candor de agua con cielo
quedó, en virtud de las trovas
de mi florido silencio,
Dilsy ojimel, Dilsy azul
con bucles cascabeleros.

¡La veta de miel lunada
que te nacía del pecho
para aflorarte en la boca
—sumo abril—, cuyo minero
primicial no puede ser!
¡ Y qué! Si aún tu cimbreño
corpiño —pomo de flor— i
rrumpe, intacto, en mis versos,

Dilsy ojimel, Dilsy azul
con bucles cascabeleros.
Los pájaros que encendían
la luz de tu traje nuevo,
con cristal de aroma encuerdan,
en mi alma, tu alejamiento.

Que, al arraigo de tus ojos
tan reidoramente negros,
en mi corazón germinan

paisajes de sentimiento,
Disly ojimel, Dilsy azul
con bucles cascabeleros.

Es que tu llanto lo traigo
en la sangre, de otro tiempo.

Yo apenas lo continúo
con mi oscuro extrañamiento.

Es miraje de perfume,
linde de éxtasis secreto.
Y, olvidado, seguirá
con mis cenizas corriendo,
Dilsy ojimel, Dilsy azul
con bucles cascabeleros.

RESTITUCIÓN

(Epitafio para un adolescente)

Muchacha, desprendido
el hilván de tu gracia,
en libertad quedaron
todas las mariposas
y las flores del mundo.

El Jardín Asomado

A Tus Quince Primaveras

Digo la aurora de vitral canoro,
la fragancia esculpida o sea la rosa,
el arco iris de la mariposa,
tus formas, que enraciman su tesoro.

Tu mirar digo, cuya gracia ignoro
si es cosa del rocío, o si es cosa
del agua saltarina y paisajosa
que moja en cielo su pincel sonoro.

Digo tu sonreír como extasiada
isla de aromas, pájaros, colores…
Digo tus crespos de recién lavada

tarde. Te digo hoy se quedó sin flores,
Yiselita, el jardín, por que las vieras
asomarse a tus quince primaveras.

Soneto Para Volver

A Gladis A Sus Quince Años

Permíteme soñarte quinceañera,
cuando –garza o palmera–, pubescente,
enarbolaste «colegialamente»
–asta de cielo– tú la primavera.

Permíteme soñarte sin que hubiera
brindádote la Vida falazmente
su Manzana, de todo acíbar fuente,
y aún rama de lirios mañanera.

Que, soñándote, pienso recobrarte
con tu traje de flor y tu sonrisa
deteniendo la aurora en la ventana.

Abril entonces volverá a encontrarte
junto a mi corazón, una mañana,
de nuevo, Gladis, quinceañal sin prisa.

Sin Mi, Poeta, Ni El Canto, Ni La Rosa, Ni Tu…

“Esse est percipi.” (George Berkeley:
“Treatise Concerning the Principles of
Human Knowlegde”)

Que cuanto atañe a ti canta o florece,
fluctuando entre el jardín y la canción.
Y un palomar que del corpiño crece.
empolla en tu garganta la pasión.

Que, al rumor de tus crespos, amanece
de repique y cananga la región.
Y una leyenda de tabúes te mece
de los pies a la boca, en tentación.

Configurando el talle del aroma,
anfóreamente tu cadera asoma
–samaritana– en el camino asceta.

Canta o florece cuanto atañe a ti…
Pues bien, ni el canto, ni la rosa, ni
siquiera tú serían sin mí, poeta.

Tarde Adentro

Mi guitarra alucinada
de misterio y de belleza,
por cuyo cordaje azul
la campiña se renueva,
colgada está de la rama
de un silencio gris sin espera.

Allá, esquinando la tarde,
el bordón abre la puerta,
en cuyo quicio sentada,
tras un portal con hortensias,
la prima –niña lilial–
me aguarda bordando estrellas.

Silva En Exaltación De Liliana Onírica

–Pomo de azul– Liliana: tus pupilas
soñé un cañal –encanecido verde
por virulíes de espuma y que no obstante
ríe con dentezuelos de rocío–.
(¿Lustral de mariposas?)

También que te nacían
cascabeles de luz entre los crespos
(¿O quizá de perfume?)

Más. Que el alma del monte
se hacía niña otra vez,
al prorrumpir en manantial de pájaros
la tempranita rama de tu reir.
(¿Goteando, por recién
cortada, primavera?)

Y al escindir tu blusa,
de puro pastoril, la tarde, égloga
eras tú, sugerida
de algún vitral en flor.
Y tu falda oriazul
con sobresaltos de recobro édenico.
(¿Insulas de guardado rosicler
o panales de cielo?)

Eso soñé de ti,
mi Liliana lilial
–torre de lirios–.

La Tarde Desandada En Corazón

This visible silence, still as the hour-glass.
Gabriel Rossetti: «Silent Noon».)

Entre el atardecer,
échase a desandar mi corazón…

Y la cabeza, errátil, descamino
hasta el hogar de la niñez. Por gusto
buscar allí, llamando. Allí no hay nadie.
De soledad, vaciaron los espejos.
Sobra, sin tiempo, ese despertador.
Mecen las mecedoras el silencio, suspensas.
En las camas, insomnes desnúcanse las colchas.
Y, al fondo de un baúl desmemoriado,
desechada, destíñese
–ya un trapito tan sólo– la esperanza.
Se quebró, derramándose,
la jarra familiar de la alegría…

Llamo de cuarto en cuarto a mamá. No me
(atiende,
ni me dice “¿Qué, niño?”
Entonces me da miedo tanta ausencia,
y a buscarla corro a la cocina,
donde, para sus hijos, ella panificaba
a diario el corazón, calladamente.
Mas tampoco allí doy con mamá. Es el fogón
el que solito está, con el ojo gastado
de enterrar su candela en las cenizas.
No hay nadie allí. Por gusto
buscar allí, llamando. Allí no hay nadie.

Desentechada la ilusión, retráigome
al taller de papá. ¡Qué va! Tampoco
él está y ni siquiera
la afanosa honradez de su martillo
reconfortando, a golpes temporales,
el ánimo andariego del zapato,
alicaído ya. Allí no hay nadie.

Hasta el alma arrincono y se me olvida
como una deshojada canción. Allí no hay
(nadie

En la casa de la tarde tampoco hay nadie.
Cerrada está la puesta y de allá vienen
ladridos de orfandad. Unos pericos
regresan de la escuela del recuerdo…

¡No hay nadie hoy!
Entre el atardecer,
échase a desandar mi corazón…

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A MI NADIE ME ENTIENDE [Mi poema]
Salomé Ureña de Henriquez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A mi nadie me entiende,
soy igual que aquel ser
que debiera haber muerto antes de nacer
para acceder directamente al limbo.
¿soy celta o soy wikingo?
no lo podré saber.
Yo soy igual que esos dos
que discuten sobre dios
y ninguno de ellos reza,
hurgando cada cual en su maleza;
y yo, que aunque ciego estoy, aún distingo
si es sábado o domingo,
les miro con fiereza
cual tigre vigilante que a su presa
no concede un respiro;
y es a dios a el que pongo por testigo
al mismo dios que creo que no creo
y si existe quisiera ser su amigo,
con el que yo flirteo.
Igual que hiciera el ínclito Tadeo
o Judas en su gran traición a Cristo,
me visto y me desvisto
sin descubrir si veo lo que veo,
o es lo que veré o aquello que ya he visto.
Un paso hacia adelante y otro atrás
voy dando tropezando en el camino
de pan falto y de vino,
echando una mirada hacia el parnaso,
intentando sea firme cada paso
ignorante, presumiendo de adivino,
inmerso en lo profundo de sus mares,
a punto de subirse a sus altares,
lamentos que sobre la arena extiende
los falsos argumentos
a secar. Y no comprende
por qué razón el viento
juguete es de cuerda en movimiento
que espera cada día
sangrando por la vía
espuma, expande hieles hacia adentro.
Así es,
yo siempre dando traspiés
vivo en la negritud encadenado,
no sé si ando despierto o mareado,
la noche no se enciende
y a mi nadie me escucha ni comprende.
©donaciano bueno

Momentos hay en la vida en los que, revelándose y sin saber por qué, uno se siente incomprendido por la sociedad.

MI POETA SUGERIDO:  Salomé Ureña de Henriquez

RUINAS

Memorias venerandas de otros días,
soberbios monumentos,
del pasado esplendor reliquias frías,
donde el arte vertió sus fantasías,
donde el alma expresó sus pensamientos.

Al veros ¡ay! con rapidez que pasma
por la angustiada mente
que sueña con la gloria y se entusiasma
la bella historia de otra edad luciente.

¡Oh, Quisqueya! Las ciencias agrupadas
te alzaron en sus hombros
del mundo a las atónitas miradas;
y hoy nos cuenta tus glorias olvidadas
la brisa que solloza en tus escombros.

Ayer, cuando las artes florecientes
su imperio aquí fijaron
y creaciones tuviste eminentes,
fuiste pasmo y asombro de las gentes,
y la Atenas moderna te llamaron.

Águila audaz que rápida tendiste
tus alas al vacío
y por sobre las nubes te meciste:
¿por qué te miro desolada y triste?
¿dó está de tu grandeza el poderío?

Vinieron años de amarguras tantas,
de tanta servidumbre;
que hoy esa historia al recordar te espantas,
porque inerme, de un dueño ante las plantas,
humillada te vio la muchedumbre.

Y las artes entonces, inactivas,
murieron en tu suelo,
se abatieron tus cúpulas altivas,
y las ciencias tendieron, fugitivas,
a otras regiones, con dolor, su vuelo.

¡Oh, mi Antilla infeliz que el alma adora!
Doquiera que la vista
ávida gira en tu entusiasmo ahora,
una ruina denuncia acusadora
las muertas glorias de tu genio artista.

¡Patria desventurada! ¿Qué anatema
cayó sobre tu frente?
Levanta ya de tu indolencia extrema:
la hora sonó de redención suprema
y ¡ay, si desmayas en la lid presente!

Pero vano temor: ya decidida
hacia el futuro avanzas;
ya del sueño despiertas a la vista,
y a la gloria te vas engrandecida
en alas de risueñas esperanzas.

Lucha, insiste, tus títulos reclama:
que el fuego de tu zona
preste a tu genio su potente llama,
y entre el aplauso que te dé la fama
vuelve a ceñirte la triunfal corona.

Que mientras sueño para ti una palma,
y al porvenir caminas,
no más se oprimirá de angustia el alma
cuando contemple en la callada calma
la majestad solemne de tus ruinas.

EL AVE Y EL NIDO

¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.

Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.

Pero me miras y te estremeces,
y el ala bates con inquietud,
y te adelantas, resuelta, a veces,
con amorosa solicitud.

Porque no sabes hasta qué grado
yo la inocencia sé respetar,
que es, para el alma tierna, sagrado
de tus amores el libre hogar.

¡Pobre avecilla! Vuelve a tu nido
mientras del prado me alejo yo;
en él mi mano lecho mullido
de hojas y flores te preparó.

Mas si tu tierna prole futura
en duro lecho miro al pasar,
con flores y hojas de la llanura
deja que adorne tu libre hogar.

LA LLEGADA DEL INVIERNO

Llega en buen hora, mas no presumas
ser de estos valles regio señor
que en el espacio mueren tus brumas
cuando del seno de las espumas
emerge el astro de esta región.

En otros climas, a tus rigores
pierden los campos gala y matiz,
paran las aguas con sus rumores,
no hay luz ni brisas, mueren las flores,
huyen las aves a otro confín.

En mi adorada gentil Quisqueya,
cuando el otoño pasando va,
la vista en vano busca tu huella:
que en esta zona feliz descuella
perenne encanto primaveral.

Que en sus contornos el verde llano,
que en su eminencia la cumbre azul,
la gala ostentan que al suelo indiano
con rica pompa viste el verano
y un sol de fuego baña de luz.

Y en esos campos donde atesora
naturaleza tanto primor,
bajo esa lumbre que el cielo dora,
tiende el arroyo su onda sonora
y alzan las aves tierna canción.

Nunca abandonan las golondrinas
por otras playas mi hogar feliz:
que en anchas grutas al mar vecinas
su nido arrullan, de algas marinas,
rumor de espumas y auras de abril.

Aquí no hay noches aterradoras
que horror al pobre ni angustia den,
ni el fuego ansiando pasa las horas
de las estufas restauradoras
que otras regiones han menester.

Pasa ligero, llega a otros climas
donde tus brumas tiendas audaz,
donde tus huellas de muerte imprimas,
que aunque amenaces mis altas cimas
y aunque pretendas tu cetro alzar,

siempre mis aguas tendrán rumores,
blancas espumas mi mar azul,
mis tiernas aves cantos de amores,
gala mis campos, vida mis flores,
mi ambiente aromas, mi esfera luz.

EL CANTAR DE MIS CANTARES

Cuando los vientos murmuradores
llevan los ecos de mi laúd
con los acentos de mis amores
resuena un nombre, que de rumores
pasa llenando la esfera azul.

Que en ese nombre que tanto adoro
y al labio acude con dulce afán,
de aves y brisas amante coro,
rumor de espumas, eco sonoro
de ondas y palmas y bosques hay.

Y para el alma que en ese ambiente
vive y respira sin inquietud,
y las delicias del cielo siente,
guarda ese nombre puro y ferviente
todo un poema de amor y luz.

Quisqueya ¡oh, Patria! ¿Quién, si en tu suelo
le dio la suerte nacer feliz,
quién, si te adora con fiel desvelo,
cuando te nombra no oye en su anhelo
músicas gratas reproducir?

Bella y hermosa cual la esperanza,
lozana y joven, así eres tú;
a copiar nunca la mente alcanza
tus perfecciones, tu semejanza,
de sus delirios en la inquietud.

Tus bellos campos que el sol inunda,
tus altas cumbres de enhiesta sien,
de tus torrentes la voz profunda,
la palpitante savia fecunda
con que la vida bulle en tu ser,

todo seduce, todo arrebata,
todo, en conjunto fascinador,
en armoniosa corriente grata,
hace en tu suelo la dicha innata
y abre horizontes a la ilusión.

Y ¡ay, si oprimirte con mano ruda
quiere en su saña la iniquidad!
Tu espada pronto brilla desnuda,
te alzas potente, y en la lid cruda
segando lauros triunfante vas.

Naturaleza te dio al crearte
belleza, genio, fuerza y valor;
y es mi delirio con fe cantarte
y entre lo grande siempre buscarte
con el empeño del corazón.

Por eso el alma te buscó un día
con ansia ardiente, con vivo afán,
entre las luchas y la porfía
y entre los triunfos de gallardía
con que el progreso gigante va.

Mas ¡ay! en vano pregunté ansiosa
si entre el tumulto cruzabas tú:
llevó la brisa mi voz quejosa;
silencio mudo, sombra enojosa
miré en tu puesto solo y sin luz.

Tú, la preciada, la libre Antilla,
la más hermosa perla del mar,
la que de gloria radiante brilla
¿huyes la senda que ufana trilla
con planta firme la humanidad?

A tu corona rica y luciente
falta la joya de más valor;
búscala presto, que ya presiente
para ti el alma, con gozo ardiente,
grandes victorias de bendición.

¡Patria bendita! ¡Numen sagrado!
¡Raudal perenne de amor y luz!
Tu dulce nombre siempre adorado,
que el pecho lleva con fe grabado,
vibra en los sones de mi laúd.

Y pues que mueve nombre tan puro
de mis cantares la inspiración,
y ansiando vivo tu bien seguro,
la sien levanta, mira al futuro,
y oye mis cantos, oye mi voz!

SUEÑOS

En horas gratas, cuando serena
reposa el alma libre de afán,
y el aura amena
pasa, de agrestes rumores llena,
y es todo calma, todo solaz;

cuando la Patria suspende el ruido
de las contiendas aterrador,
y confundido
quedar parece bajo el olvido
cuanto es angustias al corazón,

castas visiones vienen ligeras,
y en bullicioso giro fugaz,
cual mensajeras
de paz y dicha, nuevas esferas
al pensamiento mostrando van;

nuevas esferas donde la mente
vislumbra absorta mares de luz,
donde se siente
que extraños sones lleva el ambiente
sobre las nubes del cielo azul.

Enajenada la fantasía,
de esas visiones corriendo en pos,
mira a porfía
pueblos y pueblos buscar la vía
de esas regiones de eterno albor.

Rasga el destino su denso velo,
y a sus fulgores el porvenir
muestra a mi anhelo
como a esa altura, con libre vuelo,
Quisqueya asciende grande y feliz.

Sueños de gloria que halagadores
el ama sigue llena de fe;
bien que traidores
huyen a voces, y sus fulgores
envuelven sombras de lobreguez.

¡Ay! Es que entonces, Patria bendita,
cubre tus campos ruido fatal,
que a la infinita
región se eleva, y el alma agita
con emociones de hondo pesar.

Mas cuando calla la voz terrible
cuando sereno luce el confín,
y bonancible
pasa la brisa, con apacible
giro de blandos rumores mil,

cándidas vuelven esas visiones
arrobadoras en multitud
y esas regiones
a poblar vuelven extraños sones
y claridades de viva luz.

A esas esferas del pensamiento
quiero llevarte, Patria gentil;
si oyes mi acento,
si verte quieres en alto asiento,
dominadora del porvenir;

¡ah, quede siempre suspenso el ruido
de las contiendas aterrador;
que enternecido
desde su trono de luz ceñido
sueños de gloria te ofrece Dios!

LUZ

¿Adónde el alma incierta
pretende el vuelo remontar ahora?
¿Qué rumor de otra vida la despierta?
¿Qué luz deslumbradora
inunda los espacios y reviste
de lujoso esplendor cuanto era triste?

¿La inquieta fantasía
finge otra vez en la tiniebla oscura
los destellos vivísimos del día,
lanzándose insegura,
enajenada en su delirio vago,
de un bien engañador tras el halago?

¡Ah, no! Que ya desciende
sobre Quisqueya, a iluminar las almas,
rayo de amor que el entusiasmo enciende,
y de las tristes calmas
el espíritu en ocio, ya contento,
surge a la actividad del pensamiento.

Y surge a la existencia,
al trabajo, a la paz, la Patria mía,
a la egregia conquista de la ciencia
que en inmortal porfía
los pueblos y los pueblos arrebata
y del error las nieblas desbarata.

Ayer, meditabunda,
lloré sobre tus ruinas ¡oh, Quisqueya!
toda una historia en esplendor fecunda,
al remover la huella
del arte, de la ciencia, de la gloria
allí esculpida en perennal memoria.

Y el ánimo intranquilo
llorando pregunto si nunca al suelo
donde tuvo el saber preclaro asilo
a detener su vuelo
el genio de la luz en fausto día
con promesas de triunfos volvería.

Y de esperanzas llena
temerosa aguarde, y al viento ahora,
cuando amanece fúlgida, serena,
del bienestar la aurora,
lanzo del pecho, que enajena el gozo,
las notas de mi afán y mi alborozo.

Sí, que ensancharse veo
las aulas, del saber propagadoras,
y de fama despiértase el deseo,
brindando protectoras
las ciencias sus tesoros al talento,
que inflamado en ardor corre sediento.

Ya de la patria esfera
los horizontes dilatarse miro:
el futuro sonriendo nos espera,
que en entusiasta giro,
ceñida de laurel, a la eminencia
se levanta feliz la inteligencia.

Es esa la futura
prenda de paz, de amor y de grandeza,
la que el bien de los pueblos asegura.
la base de firmeza
donde al mundo, con timbres y blasones,
se elevan prepotentes las naciones.

¡Cuántas victorias altas
el destino te guarda, Patria mía,
si con firme valor la cumbre asaltas
Escúchame y porfía;
escucha una vez más, oye ferviente
la palabra de amor que nunca miente:

yo soy la voz que canta
del polvo removiendo tus memorias,
el himno que a tus triunfos se adelanta,
el eco de tus glorias…
No desmayes, no cejes, sigue, avanza:
¡tuya del porvenir es la esperanza!

SOMBRAS

Alzad del polvo inerte,
del polvo arrebatad el arpa mía,
melancólicos genios de mi suerte.
Buscad una armonía
triste como el afán que me tortura,
que me cercan doquier sombras de muerte
y rebosa en mi pecho la amargura.

Venid, que el alma siente
morir la fe que al porvenir aguarda;
venid, que se acobarda
fatigado el espíritu doliente
mirando alzar con ímpetu sañudo
su torva faz al desencanto rudo,
y al entusiasmo ardiente
plegar las alas y abatir la frente.

¿No veis? Allá a lo lejos
nube de tempestad siniestra avanza
que oscurece a su paso los reflejos
del espléndido sol de la esperanza.

Mirad cuál fugitivas
las ilusiones van, del alma orgullo;
no como ayer, altivas,
hasta el éter azul tienden el vuelo,
ni a recibirlas, con piadoso arrullo,
sus pórticos de luz entreabre el cielo.

¿Cuál será su destino?
Proscritas, desoladas, sin encanto,
en el vértigo van del torbellino,
y al divisarlas, con pavor y espanto
sobre mi pecho la cabeza inclino.

Se estremece el alcázar opulento
de bien, de gloria, de grandeza suma,
que fabrica tenaz el pensamiento;
¡bajo el peso se rinde que le abruma!

Conmuévese entre asombros,
de la suerte a los ímpetus terribles,
y se apresta a llorar en sus escombros
el ángel de los sueños imposibles.

Venid, genios, venid, y al blando halago
de vuestros himnos de inmortal tristeza,
para olvidar el porvenir aciago
se aduerma fatigada mi cabeza.

Del arpa abandonada
al viento dad la gemebunda nota,
mientras que ruge la tormenta airada,
y el infortunio azota
la ilusión por el bien acariciada,
y huye la luz de inspiración fecunda,
y la noche del alma me circunda.

Mas ¡ah! venid en tanto
y adormeced el pensamiento mío
al sonoro compás de vuestro canto.
¡Meced con vuestro arrullo el alma sola!
Dejad que pase el huracán bravío,
y que pasen del negro desencanto
las horas en empuje turbulento,
como pasa la ola,
como pasa la ráfaga del viento.

Dejad que pase, y luego
a la vida volvedme, a la esperanza,
al entusiasmo en fuego:
que es grato, tras la ruda
borrasca de la duda,
despertar a la fe y a la confianza,
y tras la noche de dolor, sombría,
cantar la luz y saludar el día.

MELANCOLÍA

Hay un ser apacible y misterioso
que en mis horas de lánguido reposo
me viene a visitar;.
yo le cuento mis penas interiores,
porque siempre, calmando mis dolores,
mitiga mi penar.

Como el ángel del bien y la constancia,
en los últimos sueños de la infancia
aparecer le vi;
contemplóme un instante con ternura,
y «Oye -dijo-: las horas de ventura
pasaron para ti.

«Yo vengo a despertar tu alma dormida,
porque un genio funesto, de la vida
te aguarda en el umbral;
y benigno jamás, siempre iracundo,
te encontrará, del agitado mundo
en el inmenso erial.

«Yo elevaré tu espíritu doliente;
disiparé las nubes que en tu frente
las penas formarán;
consagra sólo a mí tus horas largas,
y enjugaré tus lágrimas amargas
y calmaré tu afán.

«Seré de tu vivir guarda constante,
y mi pálido tinte a tu semblante
trasmitirá mi amor.
Y te daré una lira en tus pesares,
por que al eco fugaz de tus cantares
se exhale tu dolor.

«Y te daré mi lánguida armonía,
que los himnos que entona de alegría
la ardiente juventud
jamás ensayarás, pobre cantora,
porque siempre la musa inspiradora
seré de tu laúd.»

Dijo, y de entonces, cual amiga estrella
alumbra siempre, misteriosa y bella,
mi noche de dolor;
y me arrulla sensible y amorosa,
como arrulla la madre cariñosa
al hijo de su amor.

Y haciendo que en sus alas me remonte
a otro mundo de luz sin horizonte,
de dicha voy en pos;
y entonces de mi lira se desprende
nota sin nombre que la brisa extiende,
y escucha sólo Dios.

Yo te bendigo, fiel Melancolía;
tú los seres que anima la alegría
no vas a adormecer;
porque eres el consuelo de las almas
que del martirio las fecundas palmas
lograron obtener.

Por ti en los aires resonó mi acento,
y para dar un generoso aliento
al pobre corazón,
alguna vez la Patria bendecida
benévola me escucha sonreída
y aplaude mi canción.

No pido más: bien pueden los dolores
destrozar sin piedad las bellas flores
de la ilusión que amé;
que jamás, bajo el peso que me oprime,
mientras un rayo de virtud me anime,
la frente inclinare.

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MAÑANA CUANDO NO PUEDAN [Mi poema]
Guillermo Patterson Medrano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mañana, cuando no puedan
encontrarse nuestros ojos
porque abrirlos lo impidieran
ya la niebla o los abrojos
sellen ya nuestra ceguera,
mira aquella primavera
en que, postrado de hinojos,
te pedí que me quisieras
para siempre mientras fueras
cómplice de mis sonrojos.

Mañana cuando el solsticio
se aposente en nuestras vidas,
y descubra nuestro vicio
y también nuestras heridas,
mañana, cuando el azar
nos acerque al precipicio
recuerda que el caminar
es el más sano ejercicio,
lo importante que es llegar
a terminar las partidas.

Mañana cuando me vaya
quizás volando hasta el cielo,
de este tiempo junto a ti,
te ha de quedar el consuelo
que en cada verso que escribo
tendrás un trozo de mi,
piensa que yo aún sigo vivo
recuerda que un día fui
solamente para ti
yo, el sujeto de tu anhelo.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Guillermo Patterson Medrano

AL PUEBLO ISTMEÑO

Desde Nueva York
En el dia 3 de Noviembre de 1903

Augustos defensores del derecho
que la patria venís a redimir;
de patriotismo y fé llenad el pecho
pensando en nuestro bello porvenir.

Librad la patria del lazo estrecho
que la oprime y demás la hace sufrir…
Amorosos alzadla de su lecho
do se tiende, infeliz, para morir.

Y con vitor mostradle en lontananza
luminosos reflejos de esperanza
que empiezan la penumbra a desgarrar.

Ponedla en el camino del progreso,
Celebrad vuestro triunfo sin exceso
y hacedla de otra vida disfrutar!
Del Libro Jirones de Adolescencia. Roma, 1905

Tus Besos

Si con tus labios mis labios tocas
al aire dando de un beso el son
la acción vibrante de nuestras bocas
me llega, niña, hasta el corazón.

En cada beso que tú me ofreces
envuelto en pétalos de clavel,
de brindas, niña, lo que mereces:
ensueños – flores de tu vergel

Si yo cuitado por mis enojos
cansado inclino la ardiente sien,
libando miel de tus labios rojos
olvido cuitas, el mal y el bien.

Ante tus besos, dorada espuma
de tu cariño, bello arrebol,
huyen mis penas cual va la bruma
ante el fulgente mirar del sol.

Ya sabes, niña, por qué te beso
con los ardores de la avidez;
por ser el néctar del embeleso
causante en mi alma de la embriaguez.

RIMAS

(a Beatriz)

Mi niña, versos hoy me has pedido
y ya he tenido que comenzar.

Escribo endechas, aquí las tienes,
son de mis sienes, son de mi altar.

Son de mi mente son ¡ay! de mi alma
do nunca hay calma pues sabe amar.

Ella es un pozo oscuro y hondo
en cuyo fondo está el pesar,

No temas, niña, a sus negruras,
que ahí ternuras podrás hallar.

En la penumbra se ocultan goces
que no conoces, mas de un millar.

Si juntas a ella tu alma inocente
¡ay! de repente verás tornar,

lo negro en blanco, lo oscuro en claro
y el ser mas caro, te he de llamar.

MARIPOSAS

(para Romeo)

De mi vida en los albores
corría tras mariposas
que volaban presurosas
a ocultarse entre las flores.

Mas tarde tuve yo amores
e ilusiones vagarosas
que, huyendo, cual mariposas,
colmáronme de dolores.

Hoy atroces desengaños
que liban miel cual la abeja,
marchitan la flor de mi alma!

Va en cuerpo de pocos años
un alma muy triste y vieja:
La marchita flor de mi alma!

Los Amantes

(a Angélica)

Sus rostros y sus almas
cerca, muy cerca están.
Doquier amor y palmas,
solos, que pensarán?

Cuando me miro en tus ojos
mis labios buscan tu boca
y mi alma de gozo loca
se olvida de sus enojos.

Eso es dicha: lozanía,
juventud, sincero amor….
¡Todo es róseo en la vía
de esta humanidad en flor!

Tu Alma

(a Angélica)

Anhelo escribir unos renglones
Náyade hermosa, carnéfora romana,
Graciosa niña de bellas condiciones,
En que leas tu influencia soberana.
La influencia febril de tus acciones,
Inspiradas por la belleza humana
Condensada de tu alma en el crisol.
Alma de armiño ante el fulgente sol!

Tus Ojos

Mucho del Mundo y del Cielo se olvida
Al resplandor de tu pupila bella,
Radiante foco que al amor convida,
Instando a dar, cual mariposo, en ella,
Alegre fin a nuestra triste vida.

Tus Miradas

Cuando miro tus ojos encendidos
Hacia mi dulcemente dirigidos
Al olvido destierro mis enojos
Viendo impresa mi imagen en tus ojos..
Efímera impresión!… De tu retina,
Si me ausento, la imagen se elimina…

Dedicada a Angélica
Quién luego fué Doña Angélica Ch. de Patterson, insigne educadora.
Del Libro Jirones de Adolescencia. Roma, 1905

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COGITO ERGO SUM [Mi poema]
Kaira Vanessa Gámez Márquez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ayer me preguntaba de tanto me pregunto
por qué razón si hablaba nadie me contestaba,
por qué a mi padre amaba y él ahora está difunto,
por qué soñé que un sueño soñando me abrasaba.

De tanto como pienso no pienso en lo que pienso,
de tanto como escribo mi mente se degrada,
no sirven los halagos y aún menos el incienso,
que la tierra reseca no es la tierra mojada.

Yo le digo que pare pero él no me hace caso
y ya en este un sin vivir, vivir no importa nada
y sigue y me persigue y me sigue a cada paso,
me dice no pararse y al tiempo no se para.

Responde con silencio si le pido clemencia,
la apariencia de ciencia con nada se compara,
no sabe o no contesta brillando por su ausencia,
se esconde si reprocho pues nunca da la cara.
©donaciano bueno

A qué viene tanto #preguntarse? Share on X

La locución latina «cogito ergo sum», que en español se traduce como «pienso, luego existo», es un planteamiento filosófico de René Descartes, el cual se convirtió en el elemento fundamental del racionalismo occidental. Estos versos son un galimatías abrumador entre pensar y elucubrar. Un ejercicio absurdo.

MI POETA SUGERIDO:  Kaira Vanessa Gámez Márquez

La queda

Diferentes tiempos han transitado
en los ojos del emigrante herido,
murmura el soñante que no ha conocido
en los suyos a los dioses de su pasado;

él, que (un día vislumbró el insospechado
arbitraje mortal de un dios cretino)
en la altiplanicie absurda del destino
quedó a su propia ausencia condenado.

Extranjero ahí en la historia de sí mismo,
no sabía de emigrantes. Exiliados
eran esos movimientos de los dados
que le impedían ver la cara de sí mismo.

Pero un día allí, entre otros, indistinto
e sintió caer incierto en un vahído:
el vestigio de un amor claro y extinto
le entregó un viejo recuerdo desleído.

¿Era falsa o era cierta la memoria
de esa letea cortesana de la mente
que azuzaba su espejismo sutilmente
rescatando una mañana de la Historia

frente a él que era apenas un instante
de avatares que a sus gestos se entregaban?
Dividido fue a buscar a aquella amante
que hasta entonces sus cristales ignoraban.

No sabía ni siquiera que fue antes
de aquel día, que sus ojos la encerraron
en el cuarto que los sabios le ocultaron
a su alma, hogar de máscaras danzantes,

cuando un gesto irrumpió en su laberinto
de sueños y fantasmas postrimeros:
una cara de la vida de los muertos
vino a verse en su ventana sin aviso.

Para nada le sirvió en aquel recinto
declamar el sortilegio, ni sus ruegos,
ni pedirle a su interior parco y sucinto
sostenerse en el desierto de los sueños;

él se dio a lo más profundo del abismo
que se alzaba siempre allende sus recuerdos.
Cada vez que despertaba a rostros nuevos
sin sospechar, quedaba ido de sí mismo.

Destinado a olvidar estaba el viejo
—modelo de rigor y de heroísmo—
que su exilio era de todos el más viejo
y que no valió de nada el heroísmo

aquel día falaz del terco enero
en que, despierto, dejó el fondo de sí mismo
cuando el amor que se veía en él, espejo,
partió a escuchar el mar sin egoísmo.

Lauro

Invisible galardón de fuego
transita el continente de los días
amparado sabe Dios
en qué neblina
mientras llama a la codicia
de los ciegos.

Caminantes que se han ido tras el sueño
de sus sueños
lo anhelan como el cuervo presuntuoso
que enajena su denuedo aparatoso
en el augurio imaginario
de su vuelo.

Pero vano es el deseo.

El viajante que cabalga de Caracas
a la bruma
delira con la luz
………………………que ungiría lo perdido
………………………que saldaría lo que siente
que es señuelo
que es la llama
que en sí mismo
danza
ardiente.

Sin mi

poema ganador del 5° Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas 2020

a Auxiliadora Márquez¹

I
Vago oscura por una casa.
Algo me dice que deambulo
escrita en un cuaderno amarillo
que no recuerdo.
Ayúdame, abuela, a recobrar
mis manos.
¿Dónde me hendió la memoria
en qué pliegue me ha dejado varada
cuántas noches llevo
en este cuerpo desanudado
que no soltará sus huesos
hasta arrancarme de mí?

II
Abuela
hace frío en esta casa
oigo espejos sin hondura
-creo que no me mienten-.
Cada mañana soy la única letra de mi nombre
y cada noche
repito gestos que me vienen de otra casa
donde duermo con la mirada vacía.
Podría jurar que una como tú
me compone piadosamente
hasta darle un cuerpo a la sombra
sobre la cama.
He olvidado dónde estoy
y el pasado de esa voz que está por encontrarme:
no sé
no sé venir en su idioma
al mundo donde me retiene.

III
Esta casa ha escrito un rostro debajo de mi cuerpo
un idioma de lengua negra
separado de mi voz
me ha esparcido tras los dinteles.
Vine a dar allí
donde siempre estuve
impedida de la luz, de ser un huésped.
Soy la que me sujetaba oscura
el lugar del que se marcha
los baúles, el cerrojo, las paredes
lo que queda, un resto mío
del que no pude esconderme.

Abuela
no llores tras lozas de esta entraña vacía
de este lado eres el alba
que no viene porque sabe
que heredé la noche suficiente
para sobrevivir cien días más
y hallar, hallar, hallar,
hallarme sin dar
con nadie.
***
¹Ahora dirijo mi silencio por la casa, escrita escribo sombras que ya no puedo perder.

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MI POETA INVITADO:  Manuel García Cartagena

LA MAR

Mar ventana,
espejo muerto, luz dormida,
confesionario privado,
propiedad sin importancia,
inmueble natural.

Mar entraña,
náusea vespertina,
velamen imaginario, grito,
recurso evasivo, fuente.

Mar interior, alucinación.
Fábula.
Alga inventada, gnomo ebrio,
superación descartada, cuerpo.
Alcohol terrestre, historia lluviosa.

Mar alimento,
sal agorera, pez fundamental,
relato anfibio, dedo fugitivo,
sexo sumergido, vómito de nada,
relación recién cosida, metempsícosis.

Mar camino,
animal flotante, filtro del día,
cópula seca, promontorio en gotas,
meteorito destronado, beso.

Mar futuro incierto,
hijo y padre en la hora del sacrificio,
pan universal.

Mar boca de los vientos,
tambor atormentado, noche portátil,
excusa inhalable.

Mar pregunta.
Amor molusco, silencio empapado,
pañuelo musical,
motor del desengaño.

Asaltar
el velamen de uno mismo
con una uña sucia de vacío
o perder el vivir navegando hacia razones intuitivas; continuar
el ritmo de una travesía ajena,
o lanzarse al yo voy
sin pensar en el futuro;
atarse al mástil del desastre
y bogar sin rumbo en la Mar Encanallada.
¿Cuándo habrá de tragarte la tierra, oh mar?

Mar de nada,
red sin red o cansancio de los huecos,
síntoma transitivo, saliva sabia.

Mar grito.
Arañazo necesario en un cielo de promesas.

Mar rama cortada,
y la bomba de anoche continúa cayendo
sobre tus pupilas.

Hay seres que flotan en el principio,
razones que en el agua encuentran refugio,
y preguntas de un vivir
lejos de todo lo que se hunde en la mentira.

Mar locura,
planeta viscoso,
jardín de proxenetas, más allá
donde abejas destilan
calambres dulces y milagros dormidos.

Mar comercio,
ángel repetido, susto de pacotilla,
fango transitable o mañana,
razón paracaidista.

Mar misterio,
acceso alado, señorita,
amiga o estrella, roto del alma.
De vuelta al mapa de una cadera,
regresas al puerto de partida
y escuchas un recuerdo.

Allí donde la mar es una estatua increíble,
pierdes la noción del regreso
y permaneces en el flujo y reflujo del olvido,
qué importa.

Mar visita,
pelícano bachiller,
violeta bienvenida.

Mar soledad,
paloma atenta,
pasión de los rincones,
manantial detenido.

A orillas de un cuerpo has llegado,
en flotillas de ti misma
hasta una boca ajena,
a esa isla de carne y canto,
mujer matutina o hija del beso,
montaña que bosteza un sol pequeñito.

Costumbre de ver la mar como el fin de la tierra palpitante
DETENTE.
Nadie levanta su corazón con las manos sucias;
medusa libre del temor,
luz desenterrada en las entrañas del viento,
caes sobre las horas como el puñal del sol.

Mar experiencia,
tinta de los sueños,
invitación del ángel,
camino del motivo
terror del diccionario.

Nadie conoce el destino de la huella:
o se borra, o profundiza más en sí misma.
¿Quién sabe?
En la mar, las huellas se rebelan.

Mar inconforme,
meteoro discordante,
harina desafinada, alcohol de la espera.

Mar sexo,
espuma, empuje, locura de los pelos.
Sonata para sábanas y gemidos.

Mar ojo, sal malhumorada.

MARÍA SE LLAMABA, ERA MUY BELLA [Mi poema]
María Eugenia Marínez Garcés [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

María se llamaba. Era muy bella.
Tan bella que la Virgen parecía.
Radiante a más rabiar, hasta ese día
en que alguien le inquirió si era doncella,
y quiso descubrir, dejando huella,
lo mucho que del cante ella sabía.

Que hablaba del amor con desparpajo
mostrando al respetable su experiencia,
sin muestras de pudor, sin la prudencia,
alzando con descaro su refajo,
detalles que en su boca de estropajo
le vino a perturbar toda la audiencia.

María era bonita, muy bonita,
la cara allí causaba sensaciones,
¿y cara? más que cara de cojones,
doctora en descubrir lo que le excita
al hombre, y que no falla pues levita
y experta en negociar con las pasiones
©donaciano bueno

Hay veces en que las #apariencias engañan? Share on X

La palabra cara tiene dos acepciones: la primera se refiere a la faz, la segunda corresponde a algo que cuesta mucho.

MI POETA SUGERIDO:  María Eugenia Marínez Garcés

Identidad

Quizás debí nacer donde no olviden,
entonces yo también sería memoria.

Nací donde el recuerdo es un vil prófugo,
un renegado escondido en cada historia.

En mi tierra que es la mímesis de Cronos,
condenaron reo ausente al testimonio,
en la corte del horror fue sentenciado
a callar que es el morir de la memoria.

Biografía

Cada hombre habita
con temor su biografía,
la cárcel de escombros
que es su memoria.

Tiene un techo de letras,
testimonios,
y paredes de tiempo,
muertos y vivos.

La condena es impuesta
por la vida
bajo un nombre,
y el cadalso es su cuerpo
y sus miserias.

A tres pasos de sí
descubre
que existen soles
y también tinieblas.

El país que llevo

Llevo un país pequeño a las espaldas,
no tiene geografía, es de tiempo,
persiste como huella en la mirada.

Soy de esa tierra océano y continente,
mi cuerpo sus fronteras,
mi alma un símbolo.

Soy arena del Pacífico lejano,
mar que es mi sangre,
mi memoria vaivén de su marea.

Cuando sus olas regresan
traen consigo los olores de un estero,
las especias aferradas a mi lengua,
una casa que me brota bien adentro,
una tarde que revive a mis ancestros,
y en el alto horizonte que me espera,
soy ese mar,
un mar que es tiempo.

Aún con la muerte

No se abandona el mundo al morir,
imposible,
pervivimos en las flores, hechas polen
y pétalos en rosas que despuntan.

Anidamos en los vientres de insectos,
en sus alas ligeras y traslúcidas,
en el viento, su mapa, su camino,
y las tierras que éstos preñan de oquedades.

Anhelamos pastar con las vacas,
jugar con los perros,
ronronear como gatos en los tejados,
volar junto a las mariposas en verano,
caminar sobre el pasto y ser verde,
el intenso color de la llanura.

Aun con la muerte seguimos vivos,
en la luz de una mañana dilatada,
somos calor que anhela el rocío
y exhala cuerpos abrazados en sus camas.

Frío en la montaña
y aroma en el café recién servido.

Somos vértigo, sombras,
pulsión y angustia,
dolor en manos
cansadas de arañar los miedos.

Temblor en piernas atrofiadas
por las dudas,
palabras, ecos, silencios
y vacío en las grutas del alma.

Persistimos en el olvido
del nombre que no conserva una lápida,
del rostro impreciso en las fotografías,
y del registro público que inscribe la pérdida.

Uno vive en la muerte
para nacer en la forma de otros seres,
sin más propósito
que volver a ser
el hondo aliento de la vida.

El voyerista

En la foto hay un hombre,
me observa,
me sonrojo y esquivo la mirada,
con sus ojos de ayer ve un crucigrama,
la cuadrícula gris donde me escondo.

Mi refugio de piel no me resguarda,
de un mirar que desnuda el pensamiento.

Seguro afirma que mañana yo habré nacido,
y sé bien que en el hoy, apenas cuento.

Tiene el privilegio de emboscarme,
el hombre que la foto ha conservado.

Desde un lugar distante,
su memoria,
sus ojos me descifran
sin juzgarme.

Desolación

Si tengo la palabra
no haces falta,
preñan las letras
mi vientre austero
y paro,
sin cesar,
vocabularios.

En el decir atropellado de emociones,
asumo la forma que adquiere el texto
si lo lee la noche
que es un verso.

Trazo líneas onduladas de poesía,
emigro en lenguas
hasta hoy desconocidas.
Traduce mi boca
la sabia calma de la prosa infinita,
y soy letra,
susurro y carne el
mismo día.

Cuestiones

Acá escribo,
allá moran los hijos y las cosas,
la casa y su desorden.
Los restos de la noche
apilados yacen exangües,
héroes caídos.

A resguardo en sus trincheras
las cosas no saben,
están cerradas,
tampoco aguardan.
Los hijos saben y esperan,
deambulan incesantes por la casa,
tropiezan con la inmovilidad de las cosas.

Los hijos y las cosas se abren hacia mí
como ventanas,
grandes ojos por los que mirar afuera,
a la calle, y al interior de la casa.
¿Qué más podría observar a través de ellos?

Acá yo soy el tiempo,
allá discurre lento entre pasillos.
Las horas son piedras
que lanza una mano invisible,
golpean con fuerza los cuerpos y los rostros.
Dejan sobre las cosas
una leve capa de polvo y siguen;
en su trasegar impío, el tiempo
delinea la carne de los hijos,
se posa en sus miradas
que fustigan.
El tiempo se hace verbo
y las bocas de los hijos
paren víboras enredadas,
acertijos.

Acá el sol se levanta entre las sombras, victorioso,
allá lo cuelgo en el tejado cada día.
Acá suelo ser yo,
allá me inventan.

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PÁJAROS DE FUEGO [Mi poema]
Guillermo McKay [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pájaro volador de extensas alas
en cuyo vientre esconde los secretos,
artefacto sin alma, mis respetos
a ese viento que besas y resbalas.

Pájaro tan veloz que al infinito
con osadía miras, ves y rasgas
y desafiando al cielo les descargas
la amenaza fortuita de algún grito.

Tus venas de metal llenas de fuego
que explota de emoción dos corazones
repletos de aventura y emociones,

son un misterio, ese volar, un juego,
un cúmulo de duda y sinrazones,
creer y no creer, las dos versiones.
©donaciano bueno

La sensación de volar en un avión es parecida a la de sentirse entre el cielo y la tierra y al mismo tiempo no estar en ningún espacio reconocible.

MI POETA SUGERIDO:  Guillermo McKay

Soneto

Para Antonio Henríquez.

Aquí estoy yo! De pies sobre la roca
mirando siempre con mirada fría,
cómo las olas de la mar bravía
van preludiando una romanza loca.

Aquí estoy yo! Si mis ensueños toca
el hada Inspiración__toda armonía__
procuraré juntar con su alegría
la fiebre de dolor que me sofoca.

Y si entonces me siento enternecido
y presa de la angustia del momento,
pulsaré mi laúd y en un sonido

te diré que mi loco pensamiento
es un rayo de sol estremecido
sobre las brumas de mi cruel tormento.

Confesión

En un álbum

Amiga: yo soy un soñador. Canto
a la luz de la luna mis dolores
y bebo sitibundo de las flores
el néctar amargado de mi llanto.

Amo las mujeres; los tentadores
labios rojos que matan el Quebranto
con ósculos de miel, abrasadores;
los ojos que al mirar causan ardores.

me gustan más que los que dicen calma…
Pero… __ esa es mi suerte y mi fortuna__
me gustas porque sé que eres virtuosa,

porque tienes, ¡oh mujercita rosa!
un rayo blanquecino de la luna
reflejando en el cielo de tu alma……!

Pórtico

No tengo normas ni me ciño a pautas.
Mis versos los escribo como nacen;
y al dulce són de melodiosas flautas
las rosas de mi mente se deshacen.

No siga escuelas de encumbrados vates
pues me basto a mí mismo con mi lira,
¡que sabe apostrofar en los combates,
que sabe enternecer cuando suspira!

No es orgullo la gloria de mi lema.
Deseo combatir, pero de frente,
ensayando la fuerza de mi brazo.

Quiero triunfar para alcanzar la gema
que ha de brillar sobre mi cielo ardiente
como sol cabalgando en el Pegaso!
Del libro: Rosas de Juventud y de Ilusión. 1917

Supremo Anhelo

Día de la Patria. Todo es contento y
alegría. Hasta el mismo sol, desde el balcón de
Dios, ríe a carcajadas: carcajadas de luz.
Las flores esparcen su aroma más enervante;
los ruiseñores dicen sus cantos más harpados,
sus melodías más ARMONIOSAS. El pueblo, ebrio
de entusiasmo, recorre las calles de la ciudad
dando vivas a la magna fecha clásica…

A lo lejos una banda de música desgrana
la perlería sonora del Himno Nacional…
Sin embargo, en la triste soledad del conventillo,
agoniza un patriota que luchó en las guerras
de la independencia… Habla.
Cerca del lecho, una anciana lo escucha anhelante…
Lágrimas de dolor surcan su rostro…

–Madre: esta fiebre pertinaz y loca
me quema el corazón, seca mi boca
y siento en mi interior la despedida
que mi cuerpo cansado da a la vida.
¿ Qué vale el mundo todo y qué la suerte
cuando se está a dos pasos de la muerte ?
¡Cuando se tiene el corazón herido
parece una impiedad haber vivido!
No llores más… La muerte es mensajera
de una VIDA MEJOR… La primavera
eterna en cuyas blancas floraciones,
como rosas, perfuman corazones…

Presintiendo el espasmo de la crisis
(¡cuán cruel la enfermedad llamada tisis!)
¿ qué espero de esta vida melindrosa?
Cuando el arbusto viejo da la rosa
es preciso que enferme o que fenezca
y ceda su lugar a otro que crezca
rozagante, altanero, juvenil…
¡Que sólo así los necesita Abril!

¡Y yo he cumplido mi misión terrena!
Fuerza es que venga presto la serena,
la ensoñada beldad de eterno abrazo
Tengo frío el corazón y flojo el brazo,
y aunque mi fé de vencedor es mucha,
no habré de resistir la cruenta lucha,
ni mis viejos y débiles oídos
escucharán los roncos alaridos,
ni el gemir del cañón, ni la armonía
que tiene toda la fusilería…

–Madre: la fiebre ardiente me sofoca…
Me duele el corazón… Siento en la boca
ese amargor de hiel que es triste anuncio
de mi partida… Mi valor es nuncio
de la envidiable soledad del muerto…

Mira: yo no quiero que sufras… ¿Cierto
que no lo harás? Yo no quiero que llores,
ni que en mi tumba pongas BLANCAS FLORES,
ni que reces, contrita, por mi alma…
¡Feliz he de vivir en esa calma
que tiene el cementerio, ideal morada
donde no llega el hombre, Dios, ni nada!

Si soy de barro, como dice el cuento,
venga la tierra, pues, como alimento
de mi carne impura, carne de humano
que servirá de cárcel al gusano!
No quiero honores, llantos, ni lamentos…
Tan sólo cuando mi alma por los vientos
siga un rumbo ignorado, yo quisiera,
madrecita mía, que la bandera
istmeña fuese mi única mortaja…
¡Grandeza tánta no cabrá en la caja!

Si es cierto que me quieres tánto, tánto,
júrame por tu Dios glorioso y santo,
madrecita mía, que cuando muera
envolverás mi cuerpo en la bandera!
Así me iré dichoso al infinito
sin que exhale mi boca un solo grito…

Se me escapa la vida… Un denso velo
oculta a mi mirada el claro cielo…
Mira, un frío de muerte estoy sintiendo…
Me voy… Adiós… Adiós… Me estoy muriendo.
Pero escúchame, madre… Antes que muera…
Sí, madre… La bandera… Mi bandera!

Ha muerto el patriota. Llora la madre desconsolada.
Afuera, en la calle, la multitud alegre,
al són del Himno Nacional, grita al unísono:
«¡Viva el 3 de Noviembre!»…

Pena Interior

Mi corazón es un enfermo. Triste,
cansado de gustar tantos amores,
languidece y en sus últimos dolores
el negro chal de la tristeza viste.

Es un rosal mi corazón doliente!
Cuando sopla la brisa y lo estremece
se desborda en perfumes, de repente,
mientras la angustia de su mal acrece.

(Y mi alma se adorna con las rosas
que brotan del rosal estremecido:
rosas de sangre, sin olor, melosas….)

Y volviendo a la vida lentamente,
mi corazón palpita enternecido
cuando nace el crepúsculo en Oriente!

Sueños Blancos

Sueños inmaculados de mi pálida amada,
sueños de eucaristía, divinamente blancos;
con la inocencia casta, con el candor ingenuo
que poseen las flores del espíritu santo.

Ensueños de mi novia con mucho de ostia santa,
translúcidos y finos como velos de vírgenes,
y luminosos como crepúsculos de luna
desfalleciendo en matas fragantes de jazmines.

Tenéis las languideces de lirios ahogados
en lagos de armonía! Reminiscencias vagas
de amorosos placeres en jardines de cuentos,
de perfume y de flor, de venturas sin lágrimas.

Sueños hechos de nieve, de mármol y de aurora!
Ensueños de mi novia que alumbráis mi espelunca!
Yo os he visto subir hacia el azul sereno
teniendo cual dos alas dos pedazos de luna!

No sé por qué te Quiero

No sé por qué te quiero ni lo deseo saber….
Pero tú me hechizaste con tus sonrisas francas,
con las suaves caricias de tus manitas blancas,
finas manos de santa transformada en mujer.

Tu charla sonorosa como canción de fuente
y la melancolía que fingías tener,
cautivaron mi alma e incendiaron mi mente
que tuvo floraciones de fresco amanecer.

No sé por qué te quiero ni lo deseo saber….
Pero me encanta mucho besar tus labios finos
y sentir que me ahogan, dulcísima mujer,
las dos serpientes blancas de tus brazos divinos.

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