A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

PINTAR LA LUNA [Mi poema]
Stella Manaut [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pintar quiero hoy la luna de colores
vistiéndola con traje de torera,
que el mundo así la viera pinturera,
gritándole un olé de mil amores.

Que plasme en mi pupila el arco iris,
pinceles a elegir los que quisiera,
colores, los que más le apeteciera
tomando en la paleta que es mi iris.

De olores. Yo querría desprendiera
los más embriagadores y gustosos,
balsámicos, fragantes y olorosos
cual fuera permanente primavera.

La luna tan perfecta con sus rizos
dontándola de aromas y colores.
¡Qué lindo el disfrutar de sus favores!
¡qué bello el sucumbir a sus hechizos!
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Stella Manaut

LA RISA DE LA LUNA

Fecundas las horas
con su carga
de luciérnagas dislocadas
y la melena ondulando
bajo la risa de la luna.

Nos enlazaba el aire
con su aliento de novicia;
las arrugadas sábanas
sudando bajo nuestros poros.

Soñamos futuros de luz,
lejanas promesas,
envueltas en un vendaval
de presagios.

EN EL SOSIEGO DE LAS SIESTAS

Gracias
por tu constancia.
Gracias
por tu amor
-pequeño, pero fiel-,
por estar ahí,
esperándome,
en el sosiego
de las siestas.

TIERRA RESECA

Si me das la mano
y la aprietas,
me estarás regalando
la pared
inquebrantable
de un futuro a dos;
el muro
de granito
que se incrusta
en la tierra reseca
de años compartidos

AMALGAMA

Quiero atrapar
tus pensamientos,
hacerlos míos;
amalgamar
las vivencias
de tus años
nuevos
y mis tiempos
lejanos.

ME CONVENCES

Me convence tu mano;
me recupera sensaciones
olvidadas entre las
hojas de mi libro de vida.
Me erizas en el susurro,
derrites mi escudo
con tu aliento de ave
encelada.
Deprisa, rebusco
vestigios de juventud
en los escondites
de mi cuerpo.
Por fin los encuentro,
y los acuno,
para ofrecérselos,
vírgenes de nuevo,
al ansia gozosa
de tu empeño.

ESENCIA DE MUJER SIN ALMOHADA

Viérteme en el cenit de tu crepúsculo,
invéntame nuevas latitudes,
deja que penetre
en la ultratumba de tus sentidos:
desnuda, despojada de piel.

Dime cómo gime una brizna de rocío,
méceme en los surcos de tu duda,
acaricia mi esencia de mujer sin almohada:
ávida, consciente de un ayer de mariposas.

LA VOZ MENDIGA

Voy llenando mis muertas soledades
con retazos de frases adobadas:
palabras que nacen
del limbo de mis ancestros
y buscan esa rendija
que las deje penetrar
en mis sentidos
para que se me derramen
por los poros,
uno a uno y sin tropiezos,
versos de tierra,
canciones de luz.

LA PÉRFIDA FUSIÓN DE LOS NARANJOS

Huyamos de las dudas,
enfrentemos
nuestros sentidos
a la pérfida
fusión de los naranjos.

Efervescencia de aromas
en la piel del alma
y la costra de esa duda,
quebrándose,
agrietándose,
como yermo barro
bajo un sol nefasto.

POEMA DE VIENTO

Si mi cuerpo,
ya usado,
fuera pájaro nuevo;
si supiera soñar una rendija
en mi jaula de miedos;
me sentaría,
gozosa,
junto al dulce camino
por donde tú pasaras
en tu tarde de otoño
implorando,
mendiga,
con las manos abiertas:
un poema de viento,
la huella de tu voz.

DESCONCIERTO

Tu cabeza en mi hombro,
con la tibieza de plumas
desconcertadas.

La almohada
de mi piel,
recibiéndote,
acunándote:
entrega
de dulce membrillo.

DEDICATORIA EN UN LIBRO PERDIDO

Cuando no sea para ti
más que un
recuerdo
en la sombra del
tiempo,
quizá el azar de
tu mano
elija este libro,
perdido
en la galaxia de
la biblioteca
-donde siempre permanecerán,
cosidos,
los ecos de nuestros gozos-
y, al abrirlo,
volará
por todos los rincones
de tu memoria,
la esencia de una mujer
que se acurrucó,
dulcemente,
en el nido de
tu madurez.

NUEVO METRÓNOMO DE INVENTADOS TIEMPOS

Jardineros de un campo de futuro,
sembramos semillas
cuando aun no era el tiempo.

Pero, el germen madurará,
despacio, en el recuerdo:
medidos los ritmos del mañana
en un nuevo metrónomo
de inventados tiempos.

La ilusión no se ha muerto;
sólo estaba dormida.

ALAS DE CANGREJO

A las gotas de hiel
de un ayer de pasiones,
el aire de mis sueños
traerá nuevas sonrisas.

Un bosque de naranjos
para tu frente amarga;
aroma de jazmines,
de lirios y azahares.

Soñaremos, unidos,
las flores del mañana,
más pálidas, si quieres;
de un aroma sutil,

pero, dulces y etéreas
como alas de cangrejo.

LOS AQUELARRES DE LA VIDA

Caen, lentamente, sin pausa,
las hojas de mi otoño,
pero la savia sigue intacta,
rejuvenecida en su esencia.

Y, seguiré volando,
-viajera de nubes-
por las cimas más altas,
por los valles
de cerezos en flor,
libando,
por los aquelarres de la vida.

CADENCIAS

Cadencias de nubes
agonizantes de silencio
y el monótono retorno
del vacío sin ti.

Volteo de campanas
con ritmo descompuesto;
paladas de segundos
en el limbo del olvido.

Es infinita la espera
tras la huida del tiempo;
se hace eterno ese segundo
que ya no quiere ser.

COMO GUSANO DE LUZ

Como gusano de luz,
cual linterna de
crepúsculos, tejeré
-las manos llenas
de pétalos de sol-
una túnica de estrellas
con que alfombrar tu casa,
para que no se arruguen
tus pasos, y sepas,
por fin, encontrarme.

CONFUSIÓN

Siempre habrá un hombre
que desquicie tu vida,
te confunda el alma,
trastoque tus sentidos.

Siempre «ese hombre»,
esperándote
en un tiempo del camino;
en cualquier recodo.

CRISTALES ROTOS

¿Por qué retuerces
los rastrojos de tu sueños?

¿Por qué se inunda
tu aliento de soledades?

¿Quién esparció por el éter
los cristales rotos de tu alma?

¡Incrústate en mi piel;
vomita tu dolor
en la almohada de mi pecho!

Despertarás del llanto,
renovado.

DELIU VAG ASCUG SONA…

Se me mezclan
las sílabas…
Se me enredan
palabras……

¡No sé si estoy viviendo….!
Se nubló la voz de mi sonrisa.

¿Dónde estará
el límite de mi precipicio?

Parado el ritmo cotidiano…
Autómata en la sombra…
Espera constante…
¡Esa nausea eterna
que atraviesa mis días!

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CARO AMIGO [Mi poema]
María Teresa Espasa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Caro amigo del alma, caro amigo,
retornar ya al pasado no es posible.
De aquellos viejos tiempos, vino y rosas,
rehenes somos, cómplices y abrigo,
de sueños que en nuestra alma noble y libre
guardamos cual hazañas licenciosas.

Separados por halos del destino,
cual agua que rebosa de una fuente
y el caudal se derrama hacia ambos lados,
cada cual fue eligiendo su camino,
diseñando una vida divergente
rompiendo sin piedad nuestros pasados.

El olvido de nosotros se ha adueñado
¿dónde quedan ya las ansias de volar,
y la sangre que hervía a borbotones?
Aquel castillo se ha desmoronado.
Nuestro fuego ya dejó de calentar
y mudos se han quedado los fogones.

Los recuerdos en mi nunca envejecen,
hoy aún son como lapas adheridas
a esa roca, mi mente malherida.
En ebullición aun siento como cuecen
en el aire sus lágrimas hervidas
cual nostalgia de la última partida.

Recordando nuestras cuitas junto al mar
en mi pecho se presiente el palpitar
¿qué tristeza, qué dolor ¿por qué ha sido?
Ahora lanzo un gran abrazo a navegar
esperando que lo logres atrapar
caro amigo, del alma caro amigo.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: María Teresa Espasa

NO ROMPAS LAS PALABRAS

No me pidas que rompa las palabras
de esta historia, tan nuestra,
tan privada, residente.
Acechada entre juegos de esquiva
reflexión y hálito inseguro.

No sugieras tu estancia
en el uso de sábanas gastadas.
No apartes los olores florecientes,
áspera canela, almizcle amargo,
para que en mi recuerdo
subsistan tu voz y tu mensaje.

Accede a enarbolar la frase oculta,
estandarte rival de mísera ponzoña,
altar ungido entre tanta incertidumbre,
cuando, al acertar el fin,
el abandono
ya no habite tan lejos y al cabo arrecie.

Entonces, no te rindas,
no me obligues, no restes,
no me engañes,
no juegues,
no me incites,
no me pidas que rompa
las palabras.

Y llámame,
cuando anochezca.

Avanzar despacio

Avanzar despacio,
presentir el misterio de una ciudad
que aparece,
si la miro.

Remontar sus calles, sus farolas,
romper el horizonte y la mirada
esperando que no existas.

Descubrir como el viento
inunda la fachada quieta
y lúgubre
con su afán acostumbrado.

Es una tímida sonrisa
que se aleja vencida ante el deseo.

Es una hora que también estalla
con el fervor de siempre
porque ha llegado la noche
y el día se ha perdido.

Sin embargo, llegaré al umbral
de la conciencia
o de un café,
intuyendo el sabor
de aquel peldaño último
que te conduce a la derrota
o a la sala de un teatro.
(De Desierto articulado)

Mirar aquel retrato

Mirar aquel retrato
donde solo tus ojos aparecen
es volver al escenario,
recorrer lentamente tu figura,
cerrar los ojos y pensar
en las cosas inútiles
que el tiempo amontona.

Porque las cosas ocurren así,
amontonándose
igual que la espuma
en un lecho de algas.
Pues bien,
hoy no hablaré de sentimientos
ni siquiera de la lluvia inesperada
que me invade.

Sólo hablaré del absurdo
que arrastra las cenizas de febrero.
(De El bazar de los insomnios)

Pequeña estación

Un frente de lluvias
invade el andén
alterando los ritmos
de la pequeña estación.

Conteniendo la impaciencia
busco atenta tu rostro entre la gente.
Me refugio después en un rincón
de la sala de espera
y la mirada espera al abrigo de
las miradas.

Lentamente abro mi cuaderno
y escribo,
escribo antes de que el tiempo borre
de la mente
todo cuanto he visto.
(De El gesto habitual de la torpeza)

Primera llamada

Te llamo para decirte lo que ya sabes.

Llueve y hace horas que te espero
en la puerta del francés.

Con la lluvia en los zapatos
y tu beso en la memoria, sigo aquí,
como nube que en la noche se instala,
sin atreverme a cambiar el lugar de la cita.

La duda de un engaño
y sombras apresuradas
cruzan ante mí.

(No sé que pensar…)
(De Cuando puedas llama)

Siempre alerta

No existe teoría más exacta
que la del amor y el olvido.

Siempre alerta,
como araña que teje
su trampa con desvelo,
sabiendo que el amor es la huella
de un instante fugitivo,
elegí convertirme
en simuladora
hierática
y sagaz.

Al principio la pasión lo era todo,
un ligero roce desataba
la furia del deseo:

tu aliento en la nuca,
el resplandor de la noche,
el sabor de la menta
en el café…

Ni siquiera podrías sospechar
a cuantos sujetos conocí.
Hombres de oficios y talantes
diferentes
que en mis manos sólo fueron
objetos de algodón.

Tiempo después
vinieron los inviernos,
llegaron las tormentas.
Alguien dijo:

“Toda seducción perjudica
a una mujer
por ser mujer”.

Queriendo superar algunas pérdidas
y acabar con el agravio,
decidí volver a la conquista y buscar
un cuerpo nuevo
entre la gente.

Preparé con esmero el engaño
(un rubor, una mirada, un sobresalto).

Inocencia fingida y temeraria
persiguiendo la huella
de otra imagen abstracta.
(De Diario de sombras)

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DESESPERANZA [Mi poema]
Blas Muñoz Pizarro [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Me acerco al mar y él dice no me llama,
la tierra y ella a mi no me conoce,
al cielo y él me trata cual desbroce,
e incluso ni el infierno me reclama.

Mi cuerpo se consume en una llama
y ya no experimenta ningún gozo;
hay veces que presiente baja a un pozo
en tanto que otra el alma se me inflama.

Ni soy de aquí, de allá ¿de dónde soy?
la angustia me desliza hacia el vacío,
camino a la deriva por un río.

Sonámbulo en tinieblas ahora voy,
triste, infeliz, atormentado y frío.
mi sino ya murió, ni ya hoy soy mío.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: Blas Muñoz Pizarro

LAS NUBES

Pasan las nubes sobre el mundo. Van
indiferentes a su bien, ajenas
a su daño. Ligeras, casi inmóviles,
reproducen los sueños desprendidos

del hombre que las mira. Otras veces,
se extienden con sus párpados cerrados,
grises alas de un sueño ya sin sueños,
sobre el silencio oscuro de la vida.

Pasan las nubes bajo el cielo raso
de un cielo azul e inalcanzable. Son
rehenes de la luz, hijas del día.

En ellas contemplamos el destino:
llegar, libres sin serlo, a nuestra noche
en el flujo invisible que nos lleva.

CONSUMACIÓN

ABRE tus ojos más allá de nosotros dos
y mira, contempla el mar: Bajo sus aguas
el misterio permanece. Así tu amor, tanto
naufragio, tanta sed. Ah, hondura sin medida.
La esperanza aquí no vale, sueños veladores.
Indeciso nadador, que no se atreve
a tanto augurio en oleaje,
sobre las insomnes arenas permanezco.
Bajo la luna ruedan su giro eterno
las aves de la noche. Sin fin,
sin fin la madrugada.
Amor, amor, mira.
Mira cómo nace la vida, cómo acontece el resplandor
de ese tu cuerpo blanco, ágil, vivísimo,
que a mi lado adolece no sé de qué,
mas no de entrega, de ofrecido reposo.
Que no.
Que no pasen jamás las horas,
este cálido aliento que llega de las islas.
Y cerrar,
sumir los ojos. Y ya no ver. Oír en cambio. Oír
el lejano clamor del torbellino, la trompa
funeral de las mareas, los reclamos abisales
que a sumergirnos convocan.
Besarte aquí, besarte
ciegamente mientras por las dunas rodamos
y nuestros cuerpos caen y se ciernen y dudan y flotan y al fin
sin fin
se precipitan.
(De “Naufragio de Narciso”, 1981)

PALIDECIDO espacio

de unos verdes velados
por unos grises fríos.
Solos, yo y un paisaje:
un camino entre prados;
la lluvia; y el silencio
del peso de las nubes.

La tenue veladura
que igualaba contrastes
fue luz y transparencia
bajo el pincel. Después,
los años extendieron
el humo de su espátula,
su pátina en el lienzo.

En su desolación,
la desnudez del cuadro
impregnaba la neutra
tristeza de la sala.
Mi presencia se hacía
necesaria al vacío,
como su negación.

A punto estuve entonces
de aceptar la renuncia
de quien se sabe herido
como el brillo del cuadro
por la usura del tiempo.
(Pero huí del museo.
Salí. Cerré la puerta.)

(Verde)
(De “La mirada de Jano”, 2009)

ESTACIÓN DE TÉRMINO

(Finalista y accésit de los Premios del Tren “Antonio Machado” de Poesía 2008, de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, Octubre 2008)

Días hay con instantes no esperados
donde el afán ajeno se aleja de nosotros
y en la distancia permanece
suspendido.

El eco sólo de una voz,
la luz fugaz de una mirada
o un nombre de sonido indescifrable
reverberan de pronto en la conciencia
y se encienden por dentro
como esos gránulos de polvo
que en la sombra destellan
cuando un rayo de luz los eterniza.

Aquí, en el centro mismo de la prisa,
bajo el metal oscuro de un cielo abovedado,
nada sucede alrededor de mí
mientras sucede.
Sólo ahora, como entonces,
en esta indefensión o en ese simulacro
con que otras veces vino a visitarme,
puede herirnos de nuevo el mortecino
fulgor de la memoria,
ese dedo de sal que hurga en la huella
de un dolor, de una ausencia, de un vacío.

Estoy en un andén al que he llegado
sin saber dónde ir, tan a deshora
que podría inventarme algún destino
con la urgencia impostada de quien sabe
que, a mis años, un hombre necesita
creer en un lugar al que llegar
para partir de nuevo hacia el olvido.

Estoy en un andén en el que estuve
silencioso y de pie junto a los míos
cuando aún estaban
cogidos de mi mano
sin poder impedir que se me fueran
cada uno en su tren,
siempre de noche.

Cada uno en su tren, como estas sombras
que por mi lado pasan sin mirarme.

Cada gesto es un nombre,
cada forma de andar, de ceñir la cintura
o de encoger los hombros
es forma de otra forma y es dibujo de un nombre:
disuelta en claridad, cada figura
se subsume en la distancia de mis sueños.

Rehenes de la luz que los recorta
contra una fuga de traviesas y raíles,
hacia su tren caminan los viajeros.
La embocadura ofrece al fondo
un sur de descampados,
un telón de desagüe de vagones y vidas.

Este tren va a partir y yo me quedo
de pie en esta estación
que es término y principio,
de todos los adioses:
lugar que sigue siendo símbolo de la vida,
metáfora del mundo, trasunto de la muerte.

Tal vez aún quede tiempo
para que, de la calle,
saliendo de las sombras, alguien llegue en silencio
y me toque en el hombro,
y me coja la mano como un hijo la coge
y me diga:
“No es hora todavía
aunque es muy tarde ya.
Vamos a casa”.
(De “El Limonero de Homero”, 2010)

SEMANA SANTA EN GRANADA

Duele la noche a martirio
de lirio en un agua oscura.
Federico, con un cirio

en su mano diestra, llora
al Jesús de la Amargura.
Con la izquierda, y a deshora,

abre y cierra un abanico
de versos y de arrebatos.

Algunos ojos beatos
inmolan a Federico.
(De “Viva ausencia”, 2011)

EL OTRO NOMBRE DE LA ROSA

Se rompe lo más frágil con tan sólo
nombrarlo, y no hablo del silencio puro
que duerme en su cristal estremecido
como el agua callada del estanque

sino de la verdad, esa insistencia
que en cada cosa anida, inaccesible,
esperando su nombre, nunca dicho,
desde su propio ser, en su mandorla.

Cuando decimos flor, ¿decimos rosa?
Y si decimos rosa, ¿qué decimos:
la flor que, invicta, vemos, en su tallo

o el nombre de un concepto insuficiente?
No sé, pero al decirlo nos decimos
(quien sólo dice yo, dice su nada).
(21 de abril)
(De “La herida de los días”, 2011)

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LAS TROLAS [Mi poema]
Julio Miranda [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Del día en que nací y en que era un niño
yo voy con mi canana y mi pistola
matando cuando encuentro alguna trola,
y observo no hace caso si la riño
así que los demás le hagan la ola.

A todo lo que entiendo no me gusta
le pego, pim pam pum, yo allí lo mato.
No importa si me acusan de maltrato
que insistan y me azucen con su fusta,
que incito a la maldad pasando el rato.

Presumo y me declaro un activista
mas debo de admitir ya estoy cansado,
del mundo la mentira se ha adueñado,
no tengo ya cartuchos, mi conquista
observo con el tiempo se ha alejado.

Que antaño la vergüenza y la mentira
asidas siempre andaban de la mano,
mentir no estaba bien para un cristiano,
mandando candidato hacia una pira
a un tipo al que tildaban de fulano.

Mis tiros se han perdido en el desierto,
la carga va con pólvora mojada,
quizás en dirección equivocada,
posible me ha mirado a mi algún tuerto,
la trola con el diablo esté pactada.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Julio Miranda

Danza

Bailo
con mi hija en brazos.

Comencé
para calmarla.
Hace rato que duerme
cesó la música
y yo sigo bailando.

He improvisado una danza algo salvaje:
vueltas a derecha e izquierda
ritmadas por golpes de talón
y gritos sofocados.

Se ha hecho de noche.
La cuna quedó atrás
el cuarto quedó atrás
la casa quedó atrás.

Avanzo
mientras bailo
por una tierra de incendios y humaredas.

Bordeo los cráteres
busco aberturas en las alambradas
evito los cadáveres

Las trincheras me obligan a dar largos rodeos.

Bailo y avanzo
giro, vigilo y giro.
Afortunadamente
mi hija sigue durmiendo.

Ella sonríe con sus ojos veloces…

ella sonríe con sus ojos veloces: todas
esas cosas pasan en una página? Sonríe
ahora con sus labios él se aferra
a los bordes del vaso y logra al fin
salir aunque con manchas de humedad: ella
sonríe como la música de cien espejos rotos
cuyos fragmentos abren limpiamente
cien mil heridas: sobre la nieve hay
huellas y esa historia del hombre de papel
es un poco infantil no te parece? Ciego
cae de espaldas al mar desde la mesa mientras
oye su voz burlona recitando: el hombre de papel
enamorado inventa
un poema con el que ella
juega en sueños
sin saberlo siquiera -él dice:
pero no siendo narrador
no logra involucrar
a ambos en una misma
historia verosímil
piafan caballos enseñando sus grandes dientes
puertas se cierran en hilera un viento se desata y
volando graciosamente
ella olvida el poema -dice ella
él no la olvida a ella – dice él
entonces
el hombre de papel
dobla la página.

Un poema como una bala…

Un poema como una bala
no tiene nunca su eficacia
aunque logre imitar su silbido

Un poema como la lluvia
lo más que hace es dejarte
ridículamente mojado

Un poema como el amor
llega siempre demasiado pronto
o demasiado tarde

Escribirás de nuevo
un poema
como un poema

I

4
desamado: no vuelvas
porqué ya no habrá nadie
y pensarás inevitablemente
que nunca hubo tampoco nadie:
ese será tu error
y tu condena

5
el recuerdo se disuelve como alka-seltzer
somos un eructo en la memoria de alguien
que también sobrevive disolviéndose

8
si el amor cuelga de un clavo como una vieja bufanda
su caricia vencida es una forma de agradecimiento

9
todo el tiempo al acecho para tan poca presa
–dice cansado el cada vez menos joven animal que palpita

11
vino la muerte
le dije: échate a mis pies
se echó a mis pies
para comerme mejor

12
si no sufres no sabes
y si sufres sabes cada vez menos

13
toda mi sabiduría se reduce a tocarte
mientras me dices: tonto

II

ya sabes: envejeces
hazlo con gracia
y con serenidad

(no es todo lo que sabes
y ni siquiera esto
lo sabes aún del todo)

que el viejo no te oculte
al niño
siempre vivo

(van el uno hacia el otro
y al encontrarse
morirás)

ya sabes: morirás
trata de hacerlo
con serenidad

si algún día vinieran a pedirme todo el amor que
me han dado, ni siquiera entregando hasta mis huesos
colmaría la medida de uno sólo de quienes me han
amado
verían entonces a qué mendigo hicieron rey
lo verían entonces, si ya no lo supieran

sé que muy pronto comenzaré a gritar de miedo
sé que me llevarán atado (y no te reconoceré)
sé que ya entonces no sentiré el frío (se habrá convertido en mi abrigo)
sé que ella no me visitará (y que muy pocos lo harán y que además no importa)
sé que vendrá su imagen (y ni siquiera podré escupir sobre mis ojos)
sé que a veces sabré (no tanto como ahora pero siempre más de lo deseable)
y la sabiduría me sirve para esto: antes de que suceda lo escribo

Yo lo que quiero es que me dejen tranquilo en un rincón, leyendo, bebiendo, escribiendo.

Una muchacha que pase de cuando en cuando por mi cuerpo y se lleve –sin maldad– otro pedazo.

Hablan del mar, sin ahogarse.
Hablan del cielo, sin intentar volar.
Hablan hasta de la tierra, sin sentir su peso en la boca.

Yo no. Yo lo que quiero es que me dejen tranquilo, con muy pocas palabras, com alguna caricia de tarde en tarde, y sin prometer nada, en mi rincón.

III

Otra historia.
El piensa suicidarse, metiéndose en la máquina de escribir. Con una mano afuera, daría vuelta al rodillo hasta quedar aplastado. Casi comi una hoja. Aunque grumosa. ¿Desventaja: la mano intacta? Sí. Pero quizás podría con ella teclear sobre su propio cuerpo dicha historia. Si bien luego sería incapaz de leerla y, por lo tanto, corregirla.
Entonces, duda.

IV

hago el amor todas las noches
con la misma muchacha distinta
más rápida en sus transformaciones
que el colibrí de mi deseo

estar cautivo
puede ser un vértigo

todo fluye mi amor en el amor
somos agua en el agua
fulgor música espuma
quietos sólo un instante
ciertos sólo fluyendo
cuerpos llamados siempre tú
bocas que siempre tú pronuncian
nombres de agua en el agua
de amor mi amor que en todo fluye

mi cuerpo es inocente

en cada juicio
lo condenan al amor

culpable de tu cuerpo

quémalo todo quémalo
todo quémalo
todo: los mensajes las fotos
los poemas las cartas: quémalo
todo
pero a mí no me podrás quemar
a mi recuerdo no lo podrás quemar
a mi presencia en ti no la podrás quemar
y (te) arderá.

Poemas del libro Anotaciones de Otoño (1987).

Insomnio

Alguien llega a su casa ya es de noche
se desnuda se baña se toma un trago
sigue siendo de noche
inexplicablemente
se sienta frente a la nevera
como si fuera el televisor
(contempla sus mundos congelados)
se acuesta se levanta
camina un rato por si el cansancio
pero no
se sienta frente al televisor
como si fuera la nevera
(contempla sus mundos congelados)
se acuesta se levanta
hace gimnasia por si el cansancio
pero no
toma otro trago
se acerca a la ventana
descubre abajo
la ciudad y el vértigo
sigue siendo de noche
(contempla sus mundos congelados)
(De Rock Urbano).

5
el recuerdo se disuelve como alka-seltzer
somos un eructo en la memoria de alguien
que también sobrevive disolviéndose

6
lo real es real
(pero no del todo)
(y nunca es todo lo real)

11
vino la muerte
le dije: échate a mis pies
se echó a mis pies
para comerme mejor

12
si no sufres no sabes
y si sufres sabes cada vez menos

15
rodeado de mujeres, me pregunto si me defiendo eficazmente de ella o me convierto en su fatal rehén, al verificar una y otra vez que ninguna de las que me rodea es, de hecho, ella.

17
Pasan pájaros. Tiempo pasa —y viento. Nubes —que no me miran. Yo paso. Ya dije adiós. No voy a repetirlo.
(sin título)

él quería escribir un poema perfecto
yo uno que matara de miedo de tristeza o de amor
ella quería escribir un poema como la vida

él se casó con ella
yo publiqué ella se divorció

sin pretenderlo envejecimos

él murió de tristeza
ella de miedo
yo no morí de amor.
(sin título)

Hago el amor todas las noches
con la misma muchacha distinta
más rápida en sus transformaciones
que el colibrí de mi deseo

estar cautivo puede ser un vértigo
(De Anotaciones de otoño).

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TRASTABILLANDO [Mi poema]
Cristina Sanz Ruiz [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

A ese señor que observa de reojo
y sufre pues no encuentra la esperanza,
que mira para atrás mientras avanza,
se rasca la cabeza por si un piojo
pudiera molestarle con su lanza.

A ese tipo tan falto de aliciente
que encuentra en el dudar un gran vacío
e impulsa a convertirse en desvarío
con riesgo de caerse en la pendiente
allí donde está el mal, donde hace frío.

Al mismo, al que no sabe o no contesta
o va mirando siempre hacia otro lado,
mejor, no quiere ver si es que ha pecado,
se esconde tras los mimbres de una apuesta
para ir de acá pa allá trastabillado.

A todos los que siguen sin su norte,
pues dicen, ya se sabe está muy lejos,
les pido aquí que acepten mis consejos.
Comprendan que la vida es un deporte
que debe practicarse sin complejos.
©donaciano bueno

La vida, una lección de filosofía...? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Cristina Sanz Ruiz

XVI Premio Internacional de Poesía Antonio Gala

Afasia, agnosia, apraxia

Pronto llegará la amnesia
y entonces no podrás
confundirte al rascar mis pies,
equivocarte con mi nombre,
regalarme toallas

(o servilletas

usadas de papel).

Después, otro día,
tus músculos ya pétreos,
no lograrás llamar
calor al frío,
comer gel de ducha,
o nevar el café
con copos de sal.

En ese cercano entonces
no sabrás quién soy
(no recordarás

que me llevaste en tu vientre,
que tus pechos calmaron mi llanto
y colmaron mi sed)

y yo no sabré si, en la oquedad del caparazón
que aún te sobreviva, resonará algún eco
de mis inútiles palabras de amor.

Tac de cerebro con atrofia frontal

Mírate,
qué fotogénico has salido
luciendo sinuosas curvas
de modelo. Me admiran
tus intrincados rizos modernistas,
simétrico encuadre,
un lienzo para Alfons,
recovecos donde Gustav
haría dormir, sobre un manto de flores,
bañada en oro, a una ninfa.
O quizás es eso: hogar de nereidas,
laberinto de amarfiladas suculentas,
arrecife de coral, exuberantes anémonas…

Que no te engañe la belleza.

Cuidado con los pececillos que alimentas.

Retorno

Es preciso tener todavía caos dentro de sí
para poder dar a luz una estrella danzarina
Friedrich Nietzsche

Ahora que vuelves,
desinhibida, al comienzo de todo
(la risa, el llanto, la comida)
demasiado al comienzo, sin palabras:
la risa original,
el llanto primario,
el hambre voraz,
el pañal empapado.

Me pregunto si antes eras así
mucho antes de ser quien eres
antes aún de haber sido quien eras
cuando yo te conocí.

Antes de dejarte consumir
por la rigidez de tus propias reglas
la tiranía del orden
el tormento de la higiene
el ahorro como meta

tal vez entonces —casi seguro—
asaltabas el lodo de los charcos,
en la garganta
naciéndote jilgueros,
y helada y desnuda y leve
te besaban las aguas de Fontibre
y saciabas la sed
mojada y perdida quizás
en alguna verbena.

Me pregunto
si en algún momento fuiste
libre y ligera. Pues así busco recordarte.
No como te recuerdo, no como eras
mientras yo he sido. No como fuiste.
Como tuviste que ser
alguna vez:

un alud de pasión desordenada.

Begoniaceae

He vivido inmune
a la belleza de las flores,
pero ahora lleno la casa
de plantas que llevan tu nombre.

No creo en los milagros y, aun así,
un vergel conjura
en mi salón la primavera
de tu invierno adelantado
—lo aprendí, quizás, de un olmo herido:
no mantengo la fe del poeta, pero
aún creo, quizás, en la poesía—.

Riego plantas que
se llaman como tú,
juego a mantenerlas vivas
como si acunar pudiera
en sus hojas
tu cabeza.

No sé si las odio,
si podría mi amor ahogarlas
en su rocío de agua salada.

Esquela

La orfandad me llegó
aquel día en que estuve enferma
y no posaste tus labios de azogue
sobre mi frente.

Demens. Editorial: El Toro Celeste.

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MI POETA INVITADO: Sergio Fernández Salvador

MÁS QUE EL ORO

Si de gastado cobre,
más valiosa que el oro es la moneda
que a la hucha oscura de esta tarde asoma
por la lábil rendija de unas nubes
y baja en tobogán de luz fundida
a nuestro invierno, como un rey humilde
que se hincara a besar los pies de sus vasallos.

¿Mereceremos tanto? Por si acaso
pongo su mansedumbre en el papel
por su luz bendecido ahora que aún da
calor al alma y tempero a los campos,
antes de que la oculte oscura nube
y aún esa otra más oscura nuestra,
la rara negra flor de la melancolía.

LA GLORIA LITERARIA

¿Y qué ambición más limpia,
mejor dotado premio que merecer cantarte,
cenizoso abedul que entre dos prisas
te cruzas en mi día?
¿No es suficiente pago el rumoroso
tintineo de las monedas de oro
que aún tiemblan en tus ramas
cuando están ya desnudos
los castaños, los álamos, los plátanos?

Se para uno a mirarte y ya le habla
del alma herida al alma tu tronco acuchillado,
la mirada espantada de tus ojos,
pero a la vez le cantas –si a escuchar acertamos– 
la melodía única
que brota de los surcos de tu blanca
corteza, tal de rollo de pianola.
¿Cómo no devolver canto con canto?

Cuando otros enmudecen esperando
la tarda primavera, tú creces hacia el frío,
y es clamor tu silencio y es abrigo
la lividez estoica de tus ramas,
la dignidad sufrida de tu invierno.

Tomáramos ejemplo de tu ejemplo
ante los fríos aires de la vida.

La Isla de Siloé

LA GRAN CONTRADICIÓN [Mi poema]
Fernando Beltrán [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Imagínate que Dios nunca existiera,
que el mundo hubiera nacido de la nada,
que la vida ya estuviera condenada
para hacer lo que el azar de ella quisiera.

Imagínate, si acaso tú pudieras
que este Dios se arrepintiera de haber hecho
a este mundo tan inútil y maltrecho
y atrás volver no pudiera aunque quisiera.

Imagína, puestos ya a imaginar,
que aquello que tú crees ser, no existe,
que la tierra es sólo un sueño que tuviste
y un mito resultara ser el mar.

La imaginación es esa bendición
que te permite volar a cualquier lado,
sin pasaje, sin espera y sin cuidado
de que pudiera explotarnos el avión.

Yo así la trato a la par con la razón
pues que aunque ambas me resulten tan opuestas,
caminamos siempre con las dos a cuestas
del ser o no ser, la gran contradicción.
©donaciano bueno

La razón y la imaginación van generalmente juntas aunque nunca revueltas.

MI POETA SUGERIDO: Fernando Beltrán

LA PALA DEL AMOR

hambrienta e insaciable, con forma de cuchara,
la pala del amor es una pala extraña, empuja eleva quiebra
engarza engulle, saca abismos de un charco
y una barca en sus redes cuando la hundes en tierra
y aparece de pronto el pez que cava
el túnel del amor, su pala extraña, rompe cruje
derriba inflama enferma, brota luz de los hoyos
más profundos y amontona después el sol hallado
entre las piernas frías de una alcoba
que no sabrá al final si ha sido
habitada o prestada, hueso o huésped,
si hace sombra al partir o quedó el fuego
doblado como ropa sobre el cuerpo desnudo de la silla
donde la intimidad calló mientras la piel hablaba,
la pala del amor es una pala extraña,
todos creen que la estrenan, pero nadie la observa
terca antigua manchada escrita de antemano,
gastada por los puños y oxidada en el hierro
que le da de comer a esa criatura
hambrienta e insaciable, con forma de cuchara
y en los bordes el filo más cortante, la pala del amor
su saliva de sangre, el hermoso albañil que antes
de empuñarla otra vez
escupió en cada una de sus llagas,
y esta vez sin saberlo eran mis manos.

POETAS

Hormigas.
Sólo hormigas
con enormes ojeras.
Seres insignificantes
a quienes salva sólo
su vocación de sombra.
El poema que escribo
y más aún
el verso que no alcanzo jamás.
Hormigas sin descanso.
La barca triste y rota del otoño.
Las mujeres que amé, las que me amaron.
El jersey que aun me pongo
del revés tantas veces.
Hormigas sin remedio.
Hormigas con memoria.
Los vagones de ayer
y la máquina absurda del mañana.
Hormigas avanzando hacia ningún lugar.
Y eras tú.
Criatura enamorada.
Hormigas transportando
todo el peso del mundo
a tus espaldas

LOS OTROS, LOS DEMAS, ELLOS

El serbio que destruye un colegio soy yo,
el ruandés que mata a machetazos soy yo,
el terrorista que coloca la bomba soy yo,
el hombre que dispara en un hiper de Texas soy yo,
el judío que bombardea un campo de refugiados soy yo,
el palestino que clama en el desierto soy yo,
el albanés que huye en un barco soy yo,
el marroquí que se ahoga al cruzar el estrecho soy yo,
el guerrillero que aún sueña en El Salvador soy yo,
el bebé somalí que se muere de hambre soy yo,
el médico sin fronteras soy yo,
el general que apunta soy yo,
el empresario que emite residuos radiactivos soy yo,
el enamorado que mata por amor soy yo,
el loco que muere por amor soy yo,
el político sin escrúpulos soy yo,
el funcionario corrupto soy yo,
el funcionario honrado soy yo,
el hombre capaz de lo mejor,
el hombre capaz de lo peor,
el hombre a secas, yo

LA SEMANA FANTÁSTICA

Viajo
de Cibeles a Sol,
camino a cualquier sitio, como siempre,
y en mitad de Ruanda,
rodeado por cebras y jirafas
que se estiran aún más en sus carteles
cuando me ven mirar.
El Corte Inglés anuncia
con bellezas letales
sus rebajas de infarto.
Regreso a mis rodillas.
El periódico abierto todavía
por la hueca mirada de esa foto
que me hiela la sangre.
Una madre muriéndose en Ruanda
y junto a ella una niña
sin semblante, sin lágrimas
mientras el autobús avanza
camino a cualquier sitio, como siempre,
atrapado en la jungla del horario.
Y es curioso de pronto
comenzar a pensar y a preguntarse
de qué tribu serán
las personas de al lado.
Hay una rubia tutsi al fondo del pasillo
y una anciana muy hutu
sentada junto a mí,
molestándome a veces con la torpe
incursión de sus brazos.
También hay entre todas las personas
seis o siete sencillas de fichar.
Encorbatados tutsis
con el gesto grapado a sus disfraces
y a su lado la trama milenaria
de los sufridos hutus de la calle.
Pero me dan más miedo el resto de los rostros.
Los ojos sin indicios.
Las frentes sin señales.
¿Serán hutus o tutsis?
¿Serán serbios o croatas?
¿Serán rojos o azules?
¿Serán pan o bocados?
¿Serán el blanco y negro de esta foto
o el festivo color de aquella valla publicitaria ?
Regreso a sus rodillas.
Tienen razón las chicas del anuncio.
Mejor cambiar de bando,
tenderme fijamente
en el cuidado césped de sus faldas,
acribillar mis sueños
con los suaves obuses de sus piernas
disparándose al aire,
alzar el velo oscuro
que a veces me persigue
camino a cualquier parte.
Cerrar al fin el diario.
Apoyar mis dos manos
-la hutu con que grito,
la tutsi con que amo-
en el tenue respaldo
de los días que pasan
y dejarme llevar por la alegría
de saber que ahora mismo
se celebra en Madrid
La Semana Fantástica

PREMIO NOBEL

En un bar de Madrid
la prostituta polaca
se dispone a enseñarnos el lugar
donde nació Szymborska.
Abre el cajón que está bajo la barra,
desdobla poco a poco un mapa.
lo extiende ante nosotros
con memoria infinita
y señala de pronto un punto negro
que nos hace temblar.
Suspira luego muy hondo
desde el filo
de sus uñas metálicas
y comienza a doblarlo nuevamente
sin conseguirlo nunca.
Se le ha caído un río
sobre la falda,
se le alza en los pliegues de la blusa
la montaña del hambre,
y le cruza de ciudad a ciudad, de pecho a espalda,
la oscura carretera de una noche
que no viene en los mapas.
Dice después que somos los primeros
en hablarle ese día de algo amable
y nos quedamos mudos
y extraviados
sin saber qué decir mientras doblamos
poco a poco el deseo
que nos llevó hasta ella
y regresamos luego al frío de la calle
con nuestro amor de siempre,
el cuerpo de la nada
donde los poetas emergen
desvalidos e inmensos como bloques
de viviendas pobres
cada vez que alguien nombra el esqueleto
de su ropa tendida.
Esta barriada al sur
que no es hermosa,
pero es quizá el lugar donde esta noche
también nació Szymborska,
donde anónima y muda la poesía
que no viene en los libros
aparece de pronto tras la barra
de una historia cualquiera,
en cualquier parte

LA HIJA DEL DRAGÓN

La hija del dragón tiene seis años.
La hija del dragón es mala a veces.
La hija del dragón es una espina
tan clavada a su padre
que no puede arrancársela
sin herirse a la vez, sin ser al tiempo
cabeza y corazón,
grito y caricia,
los extraños latidos
de esta vida que avanza
sin saber los porqués
sin conocernos nunca.
Hoy
he pegado a mi hija.
Por supuesto, podría matizarlo,
ablandar el cachete con palabras más tibias,
explicar mis razones,
mentir
como mentimos
los mayores también.
Pero el dragón no puede.
Camina por la acera
arrastrando el fantasma
de los días más tristes.
La hija del dragón tiene seis años.
La hija del dragón es una espina
tan clavada a mí mismo,
que ella siente el dolor,
yo siento el daño.
Esta ruina de ser
mal padre a veces.

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PARAÍSO TERRENAL [Mi poema]
Pilar Rubio Montaner [Poeta sugerido]New

MI POEMA …sugerido

 

Oigo a un tipo que farda de chamán
hablar de un paraíso terrenal,
un sitio de belleza sin igual
do todos los que habitan son felices.

Y tal como describe este truhán,
la vida es generosa y placentera,
folgando todo el día en la pradera,
pues todos por igual “comen perdices”.

Mas pido aquí licencia y su permiso
pues dudo de tamaña afirmación.
No crean que me asiste una razón,
respeto a quienes piensan de ese guiso.

Propongo aquí una idea original,
a ver si tengo suerte en el intento.
Iré a vender cual fuera un comercial,
pues siempre deseé vivir del cuento.

Y cuando sin permiso ya esté dentro,
-les juro por mi honor me comprometo-
vendré de nuevo a todos y os lo cuento
a riesgo de que sea mi último reto.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Pilar Rubio Montaner

Es una pena pero…

Todo concluye.
Hay cosas que mueren de golpe,
sin volver la cabeza, como es el caso de un pequeño
gorrión contra el parabrisas.
Otras, van yéndose despacio y son
tan irrecuperables como aquellas, así
la ternura
o el conocimiento,
o la dulzura de unas piernas, o en
definitiva el amor.
Es una pena pero
todo concluye
como se quedan interrumpidos en las fotografías
los amores eternos con dedicatoria,
las banderas,
el organdí de fiesta movido por el viento,
los atentados,
la cara eterna de los niños,
ese tiempo de escuela detrás de una mesa esférico y
azul como el globo terráqueo,
los mejores reportajes de guerra, o en
definitiva las vidas más corrientes.

Quizá sea ya tiempo

Has borrado el color de la añoranza
desciendes a la paz de nuestro olvido, lento
y necesario. Me escribes
con la lógica
desde el lugar de tu silencio.
Desertar del recuerdo quizá sea la forma.
Quizá sea ya tiempo de limpiar los zapatos,
de emprender el camino hacia días más lentos
donde escasee el fruto del deseo,
y las horas
no duelan por la simple querencia
de una piel.

77. nubes

Lo supo por los pájaros.

Se encontraba en el parque y una nube de pájaros la rodeó. Sin amenaza.
Como en un concierto de mensajeros cómplices y acogedores.

Pensó en el amigo ausente del que no pudo despedirse.
Del que ya no podría despedirse.

Recordó con tristeza los cirros emisarios: un tipo de nubes delicadas,
con aspecto de suaves plumas alargadas.
… / …
Sabía esconder las imágenes en el punto final de un párrafo cualquiera,
generar nubes entre cristales, domesticar y regalar la magia.

Conocía las caprichosas formas de la lluvia, el carácter huidizo de la Luna,
el lenguaje de los pájaros y el del mar.

Dedicaba largo tiempo a plantar rosas blancas,
dibujar mapas imaginarios y acariciar a su gato.

Conocía las pequeñas cosas importantes.

Y tenía, además, los ojos grises.
poemas leídos en «en minúsculas» de Pilar Rubio Montaner
(Editorial Difácil, Valladolid. 2013)

APACIBLE

Quieto. En calma.
Plácido. Sereno. Sosegado. Tranquilo.
Aplicado a personas y a cosas, aplicado a la vida y al tiempo, aplicado al viento sin violencia, aplicado al mar sin oleaje.
Asi lo recoge María Moliner.

POESÍA

‘Paterson’
Una ciudad. Una película.
Un conductor de autobuses que sonríe al escuchar los fragmentos de historias que suben a bordo, saca a su perro cada noche, endereza el buzón, habla con su mujer y el dueño del bar, y escribe en su libreta sobre las cosas sencillas de la vida.
Unos versos de William Carlos Williams:
«Durante tres años al anochecer
ha venido el gorrión
a dormir bajo el tejado del porche».

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LOS NUEVOS TALIBANES [Mi poema]
David Eloy Rodriguez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Están entre nosotros, tus vecinos,
aquel que cada día te saluda,
el mismo, el que te dice se la suda
la historia, que le importa tres cominos,
y esconde su rencor bajo la muda.

Están por todos sitios, todas partes,
pegando van sus tiros a la historia,
no pueden respetar ni a la memoria
de quienes construyeron sus baluartes,
tildando a los ancestros como escoria.

Derriban las estatuas, y al pasado
maldicen con los ojos del presente,
pretenden denigrar y es la simiente
del tiempo en que vivir les ha tocado
que hiriendo van a ver si se resiente.

Se erigen en togados, sus soflamas
son propias de ignorantes y gañanes,
que fingen ser de esencias los guardianes,
si observas verás se andan por las ramas,
no insistas, son los nuevos talibanes.
©donaciano bueno

#Dios nos libre de los #fanáticos! Share on X

Se atribuyen el derecho a revisar la historia sin ponerse en el contexto de la época. Capaces de destruir la obras de arte y todo lo que se es ponga por delante. Rezuman rencor por sus poros. A raíz del derribo de la estatua de Colón en los EEUU.

MI POETA SUGERIDO:  David Eloy Rodríguez

MARAT – SADE, 1998

El problema ahora
es que hay muchos vigilantes
y pocos locos.
El problema ahora
es que la jaula está
en el interior del pájaro.

***

El poema es la erección del ahorcado.
Demasiado tarde y para nadie. Pero ahí.

***

Esperan su oportunidad
como luces apagadas.
Su vida se tramita
como un expediente.
Tienen los ojos veloces,
las manos más tristes,
el tiempo contado.
Siguen el cable
hasta el enchufe,
que es el morir.

***

Cuando nacimos
ya habían traducido el mundo
en un lenguaje equivocado.
Las cifras estaban destinadas.
Las fórmulas tenían veneno.
Tuvimos que aprender
a respirar debajo del agua
y seguimos esperando
que la piel del tiempo
no nos vuelva locos.
No queremos ser tratantes.
No queremos ser esclavos.
Continuamos una senda de sangre.
No olvidamos de qué está hecho el camino,
no olvidamos.

MIEDO DE SER ESCARCHA

Miedo a la muerte.
Eso ya lo he dicho.
Raymond Carver
Miedo de ser escarcha.
Miedo de no poder mantener
la nieve bajo el sol,
la sangre bajo la piel.
Miedo de la soledad.
Miedo a estar encerrado.
Miedo de la muerte.

NACÍ en las ciudades.
Hui de la ciudad de mis padres.
Busqué personas con piel de arcilla,
tuve un sombrero,
ascendí por mujeres de yedra,
supe del milagro y la desolación.
La muerte que he visto
no ha ganado aún mis ojos.
Descubrí que la mejor forma de vivir
era no trabajar para el enemigo.

HABLAR como si sólo hubiera
unas pocas palabras
y fueran para siempre.
Todo poema debe ser la carta de un suicida.

ESTA ES nuestra materia:
palabras como espacios condenados
que debemos resucitar.
Nuestras manos no alcanzan a salvarse.
Nuestras palabras son pobres.
Caminamos entre ruinas.
Somos tramperos en un yermo.
Fabricamos cuchillos afilados,
sin embargo tan romos.
Lanzamos guijarros domésticos.

EL POEMA es la erección del ahorcado.
Demasiado tarde y para nadie. Pero ahí.

 NOSOTROS, TODOS NOSOTROS

y así somos quienes somos golpe a golpe
y muerto a muerto.
Gabriel Celaya

all I want is truth
just gimme some truth
John Lennon

Lo que piensa la ballena del arpón

Preguntarse por la libertad es preguntarse
por la longitud de la valla
y sus hendiduras,
por quiénes son los vigilantes,
por quiénes quieren pasar al otro lado.
Avanzan: sepulcros
a merced de la corriente.
Avanzan: como avanza el silencio.
Como se pudre un cadáver.

AMAN como escupen los enterradores,
flores carnívoras vigilantes,
cuchillos obligados a cortar.
Los que no saben del fuego
o de la llama,
los que enseñan a los niños
a decir que sí con la cabeza,
los peces que condenan a los peces
por nadar.

VIVEN en la fábrica de ecos.
Se codean para decir lo mismo.
Son esclavos complacientes.
Instrucciones de una mercancía
en diferentes idiomas.
Esclavos complacientes.
Son como la borra del café
que queda luego en el filtro.

ESPERAN su oportunidad
como luces apagadas.
Su vida se tramita
como un expediente.
Tienen los ojos veloces,
las manos más tristes,
el tiempo contado.
Siguen el cable
hasta el enchufe,
que es el morir.

COMO UN PAPEL de calco
que no calcara nada.
Como el motor de un avión
que no despega nunca.
Luces de ascensor,
cerillas mojadas.

No aman la vida: son
taxidermistas.
Un sordo cuenta la lluvia
que oyó llover esa mañana.
Palabras huecas: taxis de ceniza
que sólo pueden llevar olvido.
Claudicaciones. Formularios.
No hay dónde morder,
no hay música,
nada araña.
Lo inútil es injusto:
lo que no ayuda a vivir.
De veras que los siento:
las uñas del cadáver
siguen creciendo.

DE NADA les vale el maquillaje.
Luminosos y falsos como platillos volantes.
Son una enciclopedia de silencios.
Se disipan como la gaseosa.
Adivinan el periódico de ayer.
Tienen una tristeza de garaje.
Piedras en un río.
Flores eléctricas desenchufadas.
Viajan en un ataúd
que se está dando cuerda
a sí mismo.

PACTOS ROTOS, PROMESAS INCUMPLIDAS

Avanzaban los invasores borrachos
regando los campos con sal.
Nos quemaban los ojos,
nos dejaban ciegos.
No eran estos los bárbaros
que nosotros solicitábamos.

SI TIENES que detener
la mano que desciende
con un hacha,
hazlo.
Aunque tengas que pagar con
tus manos,
hazlo.
No hay que esperar candidez
de los acantilados.
La muerte es un desfiladero
por el que no pasan pájaros.

A RAS DE CIELO

Después de una larga plaga
que no acabó con todos.
Después de una noche oscura,
de un cielo abrupto,
de un aire feroz,
de una plaga voraz
que no acabó con todos,
los árboles que quedaban,
de raíces melancólicas,
levantaron los puños
henchidos de viento.

LOS CADÁVERES SON CONTAGIOSOS

El desierto da clases de espejismos.
Tiempo de oasis secos,
de animales domesticados.
Tiempo de crímenes elegantes,
de vasos de plástico,
de besos digitales.
Tiempo de salones interminables de espejos,
de manos enguantadas.
Los cadáveres son contagiosos.
Jardines vigilados y cementerios triviales.
Y, sin embargo,
paseamos entre estatuas,
podemos caminar entre los muertos.

Si le miras la boca al monstruo
verás que tiene los dientes cariados.
Hay termitas en las bases lunares.
Hay flores en los volcanes.
Hay pájaros en los vertederos.
El oso del cíngaro se ríe de su dueño.
El perro del tirano no tiene amo.
Están cruzando la frontera ahora
bandadas de pájaros sin dirección.

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ME SIENTO MUY FELIZ [Mi poema]
Luis López Álvarez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La vida es placentera y muy tranquila.
Comienzo en la mañana paseando,
si siento que al andar me voy cansando
me paro en un café, tomo una tila.

La gente aquí es locuaz, dicharachera,
amable a más poder y complaciente,
les sigo, si no entiendo, la corriente,
o finjo sonreír cual lo entendiera.

Vivir así, aquí puede cualquiera
con plata que no falte en el bolsillo,
al tiempo que a ese tiempo sacas brillo,
que Quito es lo más cerca a la repera.

Hoy día nació el sol limpio y rotundo,
camino voy con saltos por la acera,
saludo a los que pasan a mi vera,
me siento un ser feliz, el más del mundo.
©donaciano bueno

#Si no lo conoces no sabes lo que te pierdes Share on X

(Quito) Ser feliz debiera ser el mayor objetivo de los humanos. En cambio generalmente nos movemos por motivos que a veces a nos dirigen en sentido contrario.

MI POETA SUGERIDO:  Luis López Álvarez

Ley de Tordesillas

En Tordesillas convocan
la Santa Junta del Reino.
Las ciudades hermanadas
envían los mensajeros
que en la Junta representen
los que acudir no pudieron.
De todos los oficios salen
los que bregar por el pueblo.

De Avila llega un pelaire,
de Burgos un cerrajero,
de Palencia un alguacil
ha traído su consenso.
A Salamanca se escucha
por la voz de un pellejero,
por Medina un tundidor
y por León un herrero.

En Tordesillas promulgan
una ley de mucho aliento:
Que en el futuro a los grandes
se les quite del gobierno,
qu no guarden fortalezas
que no cuenten con guerreros,
que tiranias pasadas
no puedan volver con ellos,
que cuadrillas y parroquias
ejecuten lo dispuesto,
que los vecinos se acerquen
para prestar juramento.

La lucha larga ha de ser
por la libertad del Reino;
que no fuera libertad
la que los reyes le dieron,
que libertad concedida
no es libertad sino fuero.

Igualdad en el pechar
para el futuro queremos,
que se den mejores tratos
a los indios de este reino,
que nada se dé a los jueces
si bienes hay en un pleito,
y se libere a la Reina
de su vivir en encierro.
publicado por comunero .

Respuesta de Don Carlos

Desde Flandes dio Don Carlos
la deseada respuesta.
Adriano en adelante
se apoyará en la nobleza;
sobre dos gobernadores
descansará su regencia:
El almirante Fadrique
se valdrá de su paciencia,
y el condestable Velasco
usará de intransigencia.
Ya pueden los comuneros
prepararse a la contienda.
Los nobles al Rey se juntan
por conservar sus haciendas,
que el que tiene, por guardarlo,
busca ayuda de quien sea,
prefiere pagarle a extraños
a compartir lo que tenga.
publicado por comunero.

Carlos I condena a Los Comuneros

El otoño va avanzando
y las jornadas abrevian,
Adriano y su Consejo
han declarado la guerra.
Los días son más cortos,
las noches son más luengas,
los surcos ya removidos
están esperando siembra.
Para lograr distinguirse
hombres de la misma tierra,
se cosen cruz blanca al pecho
los que van por la realeza,
cruz roja de rebeldía
es la insignia comunera.
¡Que todas las cruces blancas
rojas de sangre se vuelvan!
El dieciséis de febrero
en Burgos de madrugada
entre faroles y cirios
un cadalso se levanta.
Unos frailes atraviesan
la vecindad congregada,
suenan trompas y tambores,
la voz de un pregón se alza:
«Que sepan todos los pueblos
de los mis reinos de España,
que en uso de mi poder,
al que nadie menoscaba,
más absoluto y real
que antes de que estallara
la rebelión de que sufren
las ciudades castellanas,
condeno, sin enjuiciarles,
y con sentencia inmediata,
doscientos cuarenta y nueve
Comuneros de más talla.
A morir si son seglares
y, si clérigos, que salgan
de los conventos e iglesias
perdiendo cuanto les valga.
Firmado en Worms, vuestro Rey,
Carlos Primero de España».
Al acabarse el pregón
mil murmullos se levantan.
Viva Padilla alguien grita,
nadie su voz sofocara,
que amapola comunera
en todo el trigal se ampara.
publicado por comunero.

El obispo Acuña

Muy pronto en Valladolid
de lo de Burgos se habla,
se enfurecen los vecinos
y se van hacia la plaza.
Traidores y criminales
contra nosotros batallan,
que grandes crímenes fueron
el que a Medina incendiaran,
y el asalto a Tordesillas,
que a sus vecinos mataban
por haber dado a la Junta
cuanto tenían en casa.

En los atrios y en los claustros
los campesinos verán
al obispo de Zamora
a caballo predicar:
«Tended palios y manteles
y en su interior arrojad
custodias, joyas, patenas
y vasos de consagrar.
La Iglesia cuanto más pobre
más a Dios se acercará».
El oro de los altares
es agua sin alumbrar,
llevándoselo a la Junta
al pueblo le brotará.
publicado por comuner

Quema de Mora

La guerra se va extendiendo,
larga la lucha será.
Un ejército imperial
a Mora tiene cercada.
La ciudad guardia silencio,
se diría abandonada.
Con Zúñiga a la cabeza
los imperiales avanzan.
«Os rendiréis los de Mora
o Mora será arrasada».
La artillería real
logra quebrar la muralla,
aguantan los defensores,
hacen frente a las mesnadas.
Luchando calle por calle,
luchando casa por casa,
van muriendo en el combate
o en el suelo se desangran.
Los imperiales se adentran,
ya la iglesia está cercada.
¿Quién se refugia en la iglesia
huyendo a nuestra venganza?
Son mujeres y son niños
o son los viejos sin armas.
Si son mujeres o niños
o si son viejos sin armas,
Comuneros son también
y morirán sin que salgan.
Los reales prenden fuego
la iglesia ya está incendiada.
Tres mil mujeres y niños
y viejos que están sin armas
se quemarán en la iglesia
sin poderla abandonarla.
En silencio queda Mora,
¡cómo crepitan las llamas!

En Torrelobatón

En Torrelobatón, Padilla
se impaciencia de esperar.
Los imperiales acampan
a una legua del lugar.
Los nobles de todas partes
acuden a batallar.
Padilla a sus hombres dice
que no es cosa de esperar,
que hacia Toro comunera
se tienen que replegar.

Antes de partir, Padilla
se retira a meditar
y escribe en un pergamino:
«Mañana se va a luchar,
aunque quedemos un puño,
hasta el fin combatirá.
Que nunca nos diga el pueblo
que nos echamos atrás,
si la suerte nos faltara
el valor no ha de faltar».

¡Quién viera a los comuneros
por las cárcavas bajar!
Como no hay luna en el cielo
no se tienen que ocultar.
Avanzan a duras penas,
trabajo les cuesta andar,
les azota la borrasca,
casi no pueden mirar.

En Peñaflor han sabido
que Padilla se les va.
Dos mil quinientos jinetes
han de lograrle alcanzar,
ocho mil infantes siguen
a los nobles en su afán.
Sabiéndose perseguido
Padilla decidirá:
«¡Que redoblen los tambores,
los pendones desplegad,
que no piensen los reales
que vamos huyendo ya!

Buscando lugar propicio
donde batalla librar,
en Vega de Valdetronco
quiere batalla librar,
mas el destino le obliga
a que espere en Villalar.
publicado por comunero

Batalla de Villalar

Ya apunta en el horizonte,
ya aparece Villalar.
Los soldades comuneros
salieron del lodazal.
Van corriendo por las eras
hasta las casas llegar
e instalando alli las piezas
comienzan a disparar.

Ya llegan los imperiales,
encima les tienen ya,
ya apresan a Maldonado,
ya comienzan a avanzar.
Padilla picando espuelas
lanza al aire, ¡Libertad!

Poco a poco caen sus hombres
heridos o muertos ya.
A Juan Bravo espada en puño,
le acaban de apresar,
poco a poco caen sus hombres
heridos o muertos ya.

Anochece ya en los campos,
sólo se oye el gritar
de comuneros heridos,
que acaban de rematara.

No tardan mucho los nobles
en pronunciar su sentencia:
Juan de Padilla y Juan Bravo
que paguen con sus cabezas,
y Francisco Maldonado
por vida quede en la celda.
Mas las tropas le reclaman
de un Maldonado cabeza,
y a Francisco Maldonado
le arrancarán en oferta.

Castilla, canto de esperanza

1521
y en Abril para más señas,
en Villalar ajustician
a quienes justicia pidieran.
¡Malditos sean aquellos
que firmaron la sentencia!
¡Malditos todos aquellos
los que ajusticiar quisieran
al que luchó por el pueblo
y perdió tan justa guerra!
Desde entonces, ya Castilla
no se ha vuelto a levantar
¡ay, ay!
no se ha vuelto a levantar
en manos de rey bastardo
o de regente falaz,
¡ay, ay!
o de regente falaz,
siempre añorando una junta
o esperando un capitán
¡ay, ay!
o esperando un capitán.
Quién sabe si las cigüeñas
han de volver por San Blas,
si las heladas de Marzo
los brotes se han de llevar,
si las llamas comuneras
otra vez repicarán:
cuanto más vieja la yesca,
más fácil se prenderá,
cuanto más vieja la yesca
y más duro el pedernal:
si los pinares ardieron,
¡aún nos queda el encinar!
Adaptación de la letra: José Aldea
música sobre melodías tradicionales de Castilla arregladas por José Torregrosa

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SEMANA SANTA EN QUITO [Mi poema]
Tomás Rosner [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La tarde permanece fría. Es abril,
tras mi ventana asoman nubarrones,
la luz se esconde detrás de gotas mil
jugando al escondite. Los sermones
de las iglesias pías, de pasiones
repletas, hablan de un ser muerto en la cruz,
sombras en procesiones recoletas,
Jesús de Nazareth, de anacoretas,
de fieles, de crueldad y de traiciones,
de hombres de poca fe ni rectitud,
culpa de las humanas sinrazones.
Es viernes de dolor y de emociones.
Recorro el visillo, miro al trasluz.
Un momento bastó y se fue la luz,
ya sólo se oirán lamentaciones.
©donaciano bueno
(Quito)

MI POETA SUGERIDO:  Tomás Rosner

Qué secuencia

La monja que,
cuando estalló la bomba de Nagasaki,
miró por la ventana del convento
y creyó
que la nube de hongo nuclear
era una manifestación de Dios.

De toda la zona,
ella fue la única
a la que no
se le detectó radioactividad.

No puede ser casual

“No puede ser casual
que cuando te acerco la cafetera para que la huelas
me digas que pare de usar el café
como si fuera paco,
pero que accedas a olerlo
para que nos paqueemos juntos
y recordemos a las paquitas de Xuxa
que eran más bien boludonas.
Que no puede ser casual
que también recordemos
que Natalia Oreiro
fue paquita
aunque ella no es ninguna boluda
pero que igual, eso no enaltece a las paquitas
como sujeto histórico”

Mañana no puede seguir siendo esto

Llueve en Buenos Aires
y todos quieren cambiar de vida.

Los porteños ya saben:
si el diluvio los agarra a las cinco de la tarde
en un café
de esos que guardan medialunas en campanas,
se abre un portal.

Para mirar a las cosas,
no hace falta
frenarlas.

Lo Difícil Es Seguir Escribiendo

“En este domingo
sin orillas,
la huella de dolor es mínima”.
Desde que pagué la suscripción para videollamadas,
las palabras de los amigos
volvieron a ser parte de una voz.
Subsiste un aftertaste
metálico,
es cierto,
pero se soporta.

Necesitaba estabilidad y creí encontrarla
en un cuaderno Avon.
Con una Bic escribí que
la histeria
es la historia del hombre
y una frase que a vos te encanta:
¡hay que descartar a los giles!

Que la chupen los periodistas:
recomiendan que
para leer poemas,
mejor andar distraído.
No vaya a ser que te entre una bala.
No serías responsable,
llevarías al colapso el sistema de salud.
No entendieron que
en cuarentena,
más vale una buena paja
que mil
pajitas de mierda.

Vivimos en un país de hombres vehementes.
El Toto
hizo un asado entero puteando a Francis Mallmann
y Alfredo Coto se jacta de haber convencido a todos los argentinos
de que su supermercado
es el más barato.

(¿Quién iba a decir
que, al final,
lo único sólido era la poesía?)

Ah:
evitá decirle a tu novia que sos un tipo moderno
cuando te indica que estás lavando mal los platos.

¿Por qué los locos

andan siempre
llenos de bolsas?
Porque tienen que ir
con todas sus pertenencias
encima.
Nadie
está dispuesto
a guardárselas.
Están solos:
fueron expulsados
de la zona de cordura
de las navidades en familia
de los torneos de tenis
de los despachos de los jueces
de los tiempos compartidos
del reino de la lógica.
No los protegen
ni las leyes de Newton
ni la Constitución Nacional
ni los baños florales
ni las flores de Bach
ni Bach
ni Rachmaninov
ni Empédocles
¡ningún helénico los protege!
Los locos
están preocupados
porque se perdió
lo artesanal:
ya no se empapelan
los libros para regalo.
A lo sumo
te dan bolsas
con un moño
impreso,
como si fuera
un par de medias,
como si fuera
un regalo de tía abuela.
Para contrarrestar
el fenómeno,
los locos
desarrollaron
una pyme
que fabrica
pasta base
con todos los puchos
aplastados contra el asfalto
de Avenida de Mayo.
El producto es ideal
para untar
las galletas de arroz.
Sin embargo,
las ventas son bajas:
los oficinistas
prefieren mermeladas
dietéticas.
Los locos
imprimieron un fanzín
para alertar
sobre la cara
de violaditos
que ponen los perros
cuando sus dueños
los visten
con ropa de invierno.
Los locos denunciaron
que a esos animales
les extirparon
lo último de salvaje y libre
que tenían.
Ahora
sólo les queda
un hueso falso de veterinaria
y, con suerte,
un balcón francés
donde les embotellan
los ladridos.
¡Esos perros son alérgicos al wi fi!

A los locos
nadie
les agradece
que recen
todas las noches
para que
a Buenos Aires
no lleguen
tsunamis
ni
terremotos.
Nadie
les agradece
que recen
todas las noches
para que a los mozos
del microcentro
les siga bastando
un gesto
para entender
que el cliente
necesita
un cortado.
Nadie
les agradece
que recen
todas las noches
para que
no
te conviertas
en el tipo
que usa chomba
y pasea un pequinés
los martes
a las ocho de la noche.
Nadie
les agradece
que recen
todas las noches
para que
a los que esperamos
en el andén
de Constitución
se nos afloje
esta planta
permanente
y sindicalizada
de dolor
que tenemos,
tejida
a crochet,
en el pecho.

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RESENTIMIENTOS [Mi poema]
Juan Gustavo Cobo Borda [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El tiempo que tardaste en recibirme
dudando que te hubiera traicionado,
lamento tú anduviste equivocado.
Si hubieras preguntado y no reñirme,
el duelo ya te habrías evitado.

Y hubieras eludido haberte herido,
lo mucho que los dos hemos llorado,
dejando al corazón tan resentido.
Recuerda que el rencor es un bandido,
no ayuda a resolver lo que ha pasado.

Excuso aquí decir la suspicacia
en nada a ser felices colabora,
y es mala consejera. En mala hora
después en tanto hurgar cae en desgracia.
De nada ha de servir si se deplora.
©donaciano bueno

El #remordimiento no arregla los #problemas? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Juan Gustavo Cobo Borda

Poética

¿Cómo escribir ahora poesía,
por qué no callarnos definitivamente
y dedicarnos a cosas mucho más útiles?
¿Para qué aumentar las dudas,
revivir antiguos conflictos,
imprevistas ternuras;
ese poco de ruido
añadido a un mundo
que lo sobrepasa y anula?
¿Se aclara algo con semejante ovillo?
Nadie la necesita.
Residuo de viejas glorias,
¿a quién acompaña, qué herida cura?

Retórica

Que tus errores no sean frutos del azar o del prejuicio
sino que tú los elijas
como quien elige su remordimiento
y el consiguiente castigo.
Y que conozcas, por fin,
tu íntima flaqueza y una abyección distinta.
Inútiles tus disculpas ante eso que aflora:
la cursilería, tan mal gusto.
Y que ojalá la libertad, arduamente conseguida,
te devore y te anule
concediéndote la dicha inadjetivable
de ser tú mismo
o sea nadie, nada;
apenas algo que se repite, y se repite.

Consejos para sobrevivir

I
Tu recuerdo me acorrala
y un animal, débil y acezante,
cura sus heridas con paciencia.
Me huelo buscando en mi piel
huellas de la tuya
y hay algo ciertamente espantoso
en dormir sin ti.
Repito,
un poco cansado de recalcar lo obvio,
que te quiero y ojalá nunca me olvides.
Pero esto es, o pretender ser,
un poema de amor.
Borra el énfasis,
diluye todo grito patético
y recuerda que la mayor sabiduría
consiste en desaparecer a tiempo.

II
Ahora, cuando mi vida
se parece cada vez menos a mi vida,
recorro las calles de piedra del pasado
y contemplo, turbio de asco e ira,
cómo todo se reduce a la muy larga torpeza
de incesantes comienzos.
Recuerdos enmohecidos, malas costumbres
y ese desasosiego que nos acoge
con rubor inevitable: la cobardía.
Repugnancia por días inmundos
y el seguir, con terquedad,
prisioneros de nosotros mismos.
Vieja y sagaz
la tristeza adivina nuestro único rostro valedero.
Entretanto, en el bosque nocturno,
el cadáver florecía de deseo.

Nuestra herencia

En verdad sólo los viejos odian con razón.
Sólo ellos han hecho el duro aprendizaje
de la trampa doméstica
Oponen así un aire paternal a la usura de los días
y logran llegar inmunes
al tumultuoso desorden de la fiebre,
la boca llena de flemas,
escupiendo sangre y maldiciones
mientras las visitas comienzan a retirarse, en voz baja,
y reanudan su charla en la habitación vecina:
pésames y condolencias.

¿Perdí mi vida?

Mientras mis amigos, honestos a más no poder,
derribaban dictaduras,
organizaban revoluciones
y pasaban, el cuerpo destrozado,
a formar parte
de la banal historia latinoamericana,
yo leía malos libros.

Mientras mis amigas, las más bellas,
se evaporaban delante de quien,
indeciso, apenas si alcanzaba
a decirles la mucha falta que hacen,
yo continuaba leyendo malos libros.

Ahora lo comprendo:
en aquellos malos libros
había amores más locos, guerras más justas,
todo aquello que algún día
habrá de redimir tantas causas vacías.

Ofrenda en el altar del bolero

¿Habrá entonces otro cielo más vasto
donde Agustín Lara canta mejor cada noche?
¿O seremos apenas el rostro fugaz
entrevisto en los corredores de la madrugada?
Aquel bolero, mientras el portero bosteza
y los huéspedes regresan ebrios:
aquel que habla de amores muertos
y lágrimas sinceras. Los amantes
se llaman por teléfono para escuchar
tan sólo su propia respiración.
Pero alguien, algún día, cambiándose de casa
encontrará un poco de aquellos besos
y mientras tararea:
Déjame quemar mi alma en el alcohol de tu recuerdo
escuchará una voz que dice: La realidad es superflua.

Salón de té

Leo a los viejos poetas de mi país
y ninguna palabra suya te hace justicia.
Ni nube, ni rosa, ni el nácar de tu frente.
El pianista estropeará aún más
la destartalada melodía,
pero mientras te aguardo,
temeroso de que no vengas,
Bogotá desaparece.
Deja de ser este bazar menesteroso.
Ni la palabra estrella, ni la palabra trigo,
logran serte fieles.
Tu imagen,
en medio de aceras desportilladas
y el nauseabundo olor de la comida
que fritan en la calle,
trae consigo algo de lo que esta tierra es.
En ella, como en ti, conviven el esplendor y la zozobra.

El 25 de febrero de 1984, siendo las seis de la mañana, Aurelio Arturo se me aparece en Buenos Aires

Tú estás muerto pero sobreviven los versos.
La ciudad que fue la tuya quizás también esté muerta.
¿O acaso Bogotá continúa en un inhóspito juzgado;
en un encorbatado oficinista
que toma tinto y lee El Tiempo?
Tu amistad, que conmigo fue buena,
no requiere de anécdotas.
Sobrevive en la alta prosodia
con que soñaste un país verde.
En el gesto, casi negligente, con que pusiste,
sobre la página en blanco, “lunas de cáscara de huevo”.
Ciertas gentes que como tú en la luz se desvanecen.
Lo dice Bergamín: Poesía es convertir
un momento histórico
en un instante eterno.
Bajo tu ancha sonrisa de seguro alentaba el mal genio
—esas cosas se advierten—
pero me aburre intentar tu silueta.

Corbatín, sombrero y chaleco: viejos tiempos.
No fuiste guía ni estrella
pero nos enseñaste a callar a tiempo.
Lejos de minucias estériles continuabas leyendo.
No citaré tus poemas.
No los usaré en contra de los necios.
Sin tener a mano tu poesía, te veo en sueños.

Retrato al óleo con sombrero y bastón del poeta cubano Gastón Baquero

Allí está, con su isla a cuestas
evaporada cada noche en el sueño
y reconstituida en el verde amanecer del poema.
Escrito a mano, cada verso
se baña en el aceite original
de un escalofrío nuevo.
No rompe con el pasado:
se limita a agregarle una palmera.

La brisa pasa por el sonajero

mientras monedas y llaves
tintinean en sus bolsillos cada día más anchos.
Más generosos de juguetes traviesos:
un galeón de Manila dentro de una botella, por ejemplo.
El café con leche manchó su corbata
pero su ancho sombrero
de pastor presbiteriano
recompone el equilibrio del universo.

Astuto como un leopardo de Kenia
lo acompañan un negro, una mandolina
y un ajiaco
con el hervor de todos los frutos de la tierra.

Lo inventó todo
y todo le hace genuflexiones con su cabeza
asintiendo ante el danzón de su palabra,
cariciosa y alerta.

Que las diosas del mar lo preserven.
Que la luz del Caribe
fecunde, por fin,
el pedregoso camino que no termina en Salamanca.
Que allí reine, ancho, plácido, terrible,
como cualquiera de sus certeros poemas.

Borges sueña el otro descubrimiento

La runa es una huella
sobre la superficie de la tierra.
Siémbrala con palabras
que sean granos de centeno, ajonjolí o avena,
Semillas más duras que la muerte.
De allí brotan las diosas
y con leve pie
salpican de girasoles
todo cuanto tocan.

Los héroes, dorados al fuego,
llenan de brío
la página ruda como cuero de carnero.
Por ello, entre hielos,
barcos daneses descubren América

Eric el Rojo, con espada de hierro,
trae un sol anterior a Dios.

Pero también el olifante
para beber un arroyo de lúpulo
o convocar a la guerra.

El largo cuerno, de toro o reno,
anuncia invierno o primavera
pero el otoño es tiempo
de amarillos pergaminos
con sus trazos elocuentes
y su caligrafía de erguidos árboles verbales.

(Sólo que ese dibujo de conceptos
se ve salpicado por diminutas hojas verdes.
Lenguas que vibran impacientes
caldeando el vaho de una boca
al exhalar el poema).

Antes que las naves,
la imaginación toca tierra.

Entrega

Ninguna fue más seductora.
Ni tuvo piel más tersa.
Ni se entregó con más abandono
al besarla debajo de la barbilla
ni irradió más alegría
desde las cinco de la mañana
hasta las diez y media de la noche.
Ni conversó con más entusiasmo
en su propio idioma.
Ni descubrió tanto mundo
—las luces del semáforo,
las gotas de lluvia
en el vidrio—
como esta mujer
de cinco meses apenas
a cuyos pies
caigo rendido
A Paloma

SHERAZADA

Es solo una historia
que invento ahora
para mantenerte
encantada.
Encadenada.

La de quien quiso
estar presa
y bendijo sus llagas.

Llama que arde
sobre piel que llama.

Eso te cuento,
Sherazada.

BÚSQUEDA

¿Qué aguijón
nos obliga a ir
tras espejismos?

¿Con qué fuerza
irreprimible
la sugerencia
de la dicha
nos encadena
a imágenes obsesivas?

Mares que rugen
dejan abierto un abismo.

Aquel que conduce
al más vasto
continente desconocido.

Las feroces selvas
donde late
el corazón imbatible
a la espera de quien
vuelva música
su delicado,
su atroz latido.

CINCO SENTIDOS

Te hablaré con música.

Así tus ojos
escucharán el asombro.

Al saborear la fruta prohibida
sentiremos
como bajo la piel
se palpan
nubes, arroyos, lejanías.

Exhalas el turbador perfume
de la aquiescencia consentida.

Inventamos nuevos sentidos.

LÍNEAS

Quisiera detenerme
en este día.
Permanecer en el mapa
de una piel
recorrida por milímetros.

Ardida y consoladora
como
la caricia de un niño.

Piel que obliga,
en hospitales y clínicas,
a que la muerte pase de largo
encandilada por ese fanal
al rojo vivo.

ORIGEN

La tarde se derramaba
morada y húmeda.

Un aire tibio
cura
las pieles fatigadas del día.

Y algo imprevisto
trae consigo
las incipientes ansiedades
de quien se asoma a una búsqueda.

Otea el ritmo
de tantos cuerpos
que en la pista de baile
de las calles
se intuyen
fulgurantes y únicos.

Pulidas las máscaras
para resistir así
el inmisericorde rayo
de una sola mirada
que nos traspasa desnudos.

Es la vida misma
quien te marca y te busca.

Asoma en los intersticios.

Se vislumbra en lo que tachaste
con transparente blancura.

Dice todo cuanto no dijiste.

El nombre que la saliva
amasa en la lengua
para hacerlo suyo,

El légamo de la vulva
abriéndose para recibir
esa fluida sustancia
que siembra y vivifica

La palabra errante
clavada en su sitio.

PACTO

Si ahora solo hay
plazos fijos
y amodorrada fatiga
porque me sacudes
con el vibrante latigazo
de tu risa?

Y pones sobre tantas
y tan erosionadas ruinas
el airoso pendón
de tu belleza imprevista?

Como cuentas de servicio
que llegan inexorables cada mes
—la luz, el agua,
la palabra y el fuego—
pareces naufragar
entre deberes ineludibles.

Pero traes también consigo
aquella legendaria ilusión
que caldea el pulso
y nos obliga a mirar,
con distracción obsesiva
el vasto enigma de la lejanía.

Por ello me consagro
a tu servicio,
honor y herida.,
entre desfallecimientos e ímpetus
para reestablecer ese sucio amasijo
de podredumbre y dulzura
de donde brota
un jardín y un circo.

Lo muy poco perdurable
que sobre esta tierra subsiste.

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VIVIR BIEN [Mi poema]
Giovanni Quessep [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Todos los humanos aspiran/aspiramos a vivir bien.

Todos los que viven bien quisieran que los demás también vivieran bien (si es posible un poco peor que ellos).

Todos los que no viven bien critican y envidian a los que viven bien.

Las ideologías (derechas e izquierdas) son un eufemismo que encubre a los que viven bien y los que no pueden o no tienen donde caerse muertos.

Cuando uno que no vive bien tiene un golpe de suerte automáticamente se pasa al bando contrario, de los que viven bien.(Presume y se vuelve radical)

Todos los representantes del poder de los que no viven bien cuando lo alcanzan lo primero que cuidan es ellos vivir bien. (y asegurar el futuro de los suyos).

La hipocresía es la reina de la fiesta entre los que viven bien y los que desearían vivir bien.

Muchos de los que aparentan vivir bien son unos infelices esclavos de su trabajo o de su empresa.

Muchos de los que no viven bien, son felices.

VIVIR BIEN, esa es la cuestión, es lo que importa.

©donacianobueno

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MI POETA SUGERIDO:  Giovanni Quessep

Alguien se salva por escuchar al ruiseñor

Digamos que una tarde
el ruiseñor cantó
sobre esta piedra
porque al tocarla
el tiempo no nos hiere
no todo es tuyo olvido
algo nos queda
Entre las ruinas pienso
que nunca será polvo
quien vio su vuelo
o escuchó su canto

Amara yo el olvido

Felicidad en ruinas
Lo que han visto mis ojos
Volver al tiempo amado
Ya fugitiva música del polvo

(Nada tendrá el amor
Si en jardines o nieve
La Quimera le cuenta
Del valle de la muerte)

Felicidad en ruinas
Lo que ha visto mi alma en el encanto
Amara yo el olvido
Y el reino de las hojas que he encontrado

Canción del que parte

Por la virtud del alba
quieres cambiar tu vida,
y aferrado a la jarcia
partes sin rumbo conocido.

Todo es propicio, los acantilados
y el arrecife duermen en la espuma,
tan sólo una gaviota espera
sobre el palo mayor de caoba y de luna.

Quizá te aguarden para darte
el amor y la palma del vino
o en la orilla sin nombre,
pescadores vestidos de un luto azul.

Vas solo con tu alma, barajando
canciones y presagios
que hablan del bosque donde la hierba es tenue,
lejos de la desgracia que en ti se confabula.

A tu paso verás las islas
que otorgan el sonido de un caracol,
verás tu casa, el humo
que ya aspiraron otros en la aurora.

Mas, ay, si te detienes
tal vez allí se acabe tu destino;
¿y quién podrá salvarte,
quién te daría lo que buscas entre hadas?

Duro es partir a la fortuna;
el hombre solo cierra los ojos ante el cielo
y oye su propia historia
si se rompe el encanto.

Pero, si quieres seguir, sigue
con la felicidad entre tu barca,
todo está a tu favor, el cielo, la lejanía que se abre
como el amor, como la muerte.

Canción y elegía

Abandonas la música del bosque
Oh cuerpo amado si olvidé tu nombre
¿Qué tiempo de castillo entre las ruinas
La clausurada torre?

Desde mi canto para qué leyenda
(Tejió el amor la túnica imprecisa)
Si el canto no es real si el caminante
No asciende a tu colina

Si sombra de un color es la palabra
Ceniza de la piedra es el destino
Y el poeta lejano de la noche
Al lado del olvido

Dónde la oculta voz que te nombraba
El extranjero la doliente luna
Viene venía por el mar de vino
La nave en la penumbra

Penumbra de la nave es el espejo
La púrpura o lo blanco de la muerte
Vendrás venías por el mar antiguo
Penélope doliente

La mano y el cristal en su premura
Oh rostro amado si perdí tu nombre
Nave del paraíso te deshojas
Solitaria del bosque

Quién moverá mis pasos en la arena
Celeste o gris si al reino desencanta
El hilo de la muerte o la memoria
Cercano de la nada

Vuélveme ahora a mi país de origen
Nómbrame el reino para mí celeste
¿Qué sombra de silencio por el agua
Paraíso de nieve?

Nave de casi ayer entre las manos
El mar no permanece a tus orillas
Ya fábula de un cuento para siempre
Y espejo de las islas

Cántico de dos rosas

No digas nada, escucha a las estrellas.
Tal vez te digan algo
de la rosa que hay en tu jardín
y la rosa del tiempo,
-la que está viva o muerta-
en la arena que arde.
La rosa que hay en tu jardín es bella.
No la amarga hechicera que te llama
desde tu nacimiento, rosa oscura
que te alumbra el final y las orillas
del aqueronte. No hables, que estás solo
con nada indecible, siempre lejos
del azul más profundo. Mira pues
si el agua va a una isla donde crecen
rosas ya sin ventura o venturosas;
y escribe y canta. Y oye a las estrellas
que hablan desde una página pedida.

Cercanía de la muerte

El hombre solo habita
Una orilla lejana
Mira la tarde gris cayendo
Mira las hojas blancas

Rostro perdido del amor
Apenas canta y mueve
La rueda del azar
Que lo acerca a la muerte

Extranjero de todo
La dicha lo maldice
El hombre solo a solas habla
De un reino que no existe

Esfinge

Feliz tú que no miras
los ojos de la Esfinge,
y no ves que es azul el laberinto
de su arena; terrible
conocimiento de una vida amarga
el que nos dan los últimos jardines.
Feliz tú que no sabes
quién teje la ilusión de tus tapices,
ni quién es la hilandera de tus días,
vendimiadora que da un vino triste.
Cantas tu himno, loco de esperanza,
y no sabes si mueres o si vives.

Mediodía

Pájaros. Araucarias. No hay esencia
sin claridad en este mediodía.
Toma la fantasía
que me da la divina indiferencia.

Profundo en la memoria
va el girasol que la mirada advierte.
No pasa el cielo de cristal. Oh muerte,
el polvo cesa de mover tu noria:

Músicas y alta rama
del tiempo en la delicia del que espera.
¿Quién viene? ¿Quién me llama?
Otra forma se inicia en la pradera.

Canto del extranjero

Penumbra de castillo por el sueño
Torre de Claudia aléjame la ausencia
Penumbra del amor en sombra de agua
Blancura lenta

Dime el secreto de tu voz oculta
La fábula que tejes y destejes
Dormida apenas por la voz del hada
Blanca Penélope

Cómo entrar a tu reino si has cerrado
La puerta del jardín y te vigilas
En tu noche se pierde el extranjero
Blancura de isla

Pero hay alguien que viene por el bosque
De alados ciervos y extranjera luna
Isla de Claudia para tanta pena
Viene en tu busca

Cuento de lo real donde las manos
Abren el fruto que olvidó la muerte
Si un hilo de leyenda es el recuerdo
Bella durmiente

La víspera del tiempo a tus orillas
Tiempo de Claudia aléjame la noche
Cómo entrar a tu reino si clausuras
La blanca torre

Pero hay un caminante en la palabra
Ciega canción que vuela hacia el encanto
Dónde ocultar su voz para tu cuerpo
Nave volando

Nave y castillo es él en tu memoria
El mar de vino príncipe abolido
Cuerpo de Claudia pero al fin ventana
Del paraíso

Si pronuncia tu nombre ante las piedras
Te mueve el esplendor y en él derivas
Hacia otro reino y un país te envuelve
La maravilla

¿Qué es esta voz despierta por tu sueño?
¿La historia del jardín que se repite?
¿Dónde tu cuerpo junto a qué penumbra
Vas en declive?

Ya te olvidas Penélope del agua
Bella durmiente de tu luna antigua
Y hacia otra forma vas en el espejo
Perfil de Alicia

Dime el secreto de esta rosa o nunca
Que guardan el león y el unicornio
El extranjero asciende a tu colina
Siempre más solo

Maravilloso cuerpo te deshaces
Y el cielo es tu fluir en lo contado
Sombra de algún azul de quien te sigue
Manos y labios

Los pasos en el alba se repiten
Vuelves a la canción tú misma cantas
Penumbra de castillo en el comienzo
Cuando las hadas

A través de mi mano por tu cauce
Discurre un desolado laberinto
Perdida fábula de amor te llama
Desde el olvido

Y el poeta te nombra sí la múltiple
Penélope o Alicia para siempre
El jardín o el espejo el mar de vino
Claudia que vuelve

Escucha al que desciende por el bosque
De alados ciervos y extranjera luna
Toca tus manos y a tu cuerpo eleva
La rosa púrpura

¿De qué país de dónde de qué tiempo
Viene su voz la historia que te canta?
Nave de Claudia acércame a tu orilla
Dile que lo amas

Torre de Claudia aléjale el olvido
Blancura azul la hora de la muerte
Jardín de Claudia como por el cielo
Claudia celeste

Nave y castillo es él en tu memoria
El mar de nuevo príncipe abolido
Cuerpo de Claudia pero al fin ventana
Del paraíso

Cercanía de la muerte

El hombre solo habita
Una orilla lejana
Mira la tarde gris cayendo
Mira las hojas blancas

Rostro perdido del amor
Apenas canta y mueve
La rueda del azar
Que lo acerca a la muerte

Extranjero de todo
La dicha lo maldice
El hombre solo a solas habla
De un reino que no existe

Diamante

Si pudiera yo darte
La luz que no se ve
En un azul profundo
De peces. Si pudiera
Darte una manzana
Sin el edén perdido,
Un girasol sin pétalos
Ni brújula de luz
que se elevara, ebrio,
al cielo de la tarde;
y esta pagina en blanco
que pudieras leer
como se lee el más claro
jeroglífico. Si
pudiera darte, como
se canta en bellos versos,
unas alas sin pájaro,
siempre un vuelo sin alas,
mi escritura sería,
quizá como el diamante,
piedra de luz sin llama,
paraíso perpetuo.

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ANDALUCÍA BONITA [Mi poema]
David Trashumante [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Andalucía tiene arte,
lo sabe to er mundo entero,
tiene gracia y gran salero,
tiene enjundia que reparte.
Su gracejo pinturero
se conoce en cualquier parte,
en humor punto y aparte,
pero no tiene dinero.

Andalucía rural,
de campos llenos de flores
donde hay unas con olores
y otras que huelen muy mal;
donde brilla el sol carnal,
chirigotas no hay mejores,
para gustos los colores
y a Cádiz en carnaval.

Andalucía bonita
blanca de cal y gris de heno,
saetas al Nazareno,
rezos a la virgencita,
de gracia santa bendita
y sufrimiento sereno,
Andalucía está lleno,
sólo de pan necesita.

La mar, la playa y el cielo
y en Sevilla la Giralda,
de volantes, esa falda
que organiza un gran revuelo;
cante jondo arrebujao,
los jardines y la Alhambra,
la Mezquita, esa guirnalda
del dios de los sarracenos.

Tú que inventaste la fiesta,
las casetas, los saraos,
para quedarnos sobaos
ese vicio que es la siesta.
Y el plato en la mesa puesta
hasta ponernos moraos,
flamenco y toros lidiaos
en la ola de la cresta.

Ahora eres prisionera
como buen paño guardado
y hasta el sueño que han robado
en arcones de madera.
Llegará otra primavera
y ese sueño almidonado
a orear será sacado
para envidia de quien quiera.

¡Oh, andaluces que observáis
vuestro entorno alrededor
sin saber por qué hay dolor,
sin conocer donde vais,
pensad cuando camináis
que el ser de allí es un honor
que embellece el resplandor
la tierra a que tanto amáis.

No dejéis que los olivos
los coja gente indigente,
que os saqueen el presente
o que os mientan como a chivos
por algunos tíos vivos
que se dicen dirigentes
mientras que otras pobres gentes
no pueden tenerse vivos.

Andalucía lozana
vestida de verde luna
como vosotras, ninguna
se asoma por la ventana;
que en la tarde se engalana
y ensimismada se acuna,
no conozco, no hay alguna
que luciera tan lozana.
©donaciano bueno

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Andalucía, una de las regiones más bonitas de España, cuna del arte y de la creatividad, lamentablemente está a la cola de casi todos los índices de avances socioculturales. Los andaluces deben despertar de su letargo.

MI POETA SUGERIDO:  David Trashumante

BITÁCORA

A Juana González
la pasión hecha preocupación.
En la noche, los remedios, la linterna,
en la noche, la linterna y las escamas
esparcidas por el cuarto, los remedios,
en la noche, la linterna loca en la noche,
simulando luces de naúfrago, los remedios,
en la noche, un zurcido a esta rota noche,
un remedio a la linterna que se apaga
debajo de las sábanas ahora, parpadea,
parpaparpadea, papaparpadea, paraparpadea
lecturas estroboscópicas de los mapas,
quema la bombilla, los remedios
de por para la singladura de la noche,
zurze, zurze, zurze la red de la noche,
una linterna al final del lunes,
remédiame linterna este lunes
que la noche no puede, los remedios
son pocos para tanta noche, parpadea
parpaparpadea, papaparpadea, paraparpadea
la linterna por poca pila, por poca pasta,
llegan más facturas a mi nombre,
la luz se apaga, los remedios, solo la noche,
solo la noche ahora, más cerrada,
las olas rompen contra mi puerta,
cada vez más fuerte, ya es lunes
y mi ojos en blanco
como dos lunas.

A VIVA MUERTE

Lo único que dejamos las personas
cuando nos esfumamos son las palabras.
Antonio Orejudo

Aquí el paredón que vaticina el eco de las balas,
el gran muro sin sombra que oculta las lamentaciones;
aquí la mano que tiembla agarrada a la valla
y el manantial sin alma donde abrevan los buitres.

Aquí donde planea el bombardero del sueño eterno,
donde acontece el calor de la sangre en los charcos,
donde el silencio come sus raciones de miedo,
y caen del árbol las frutas albinas.

Aquí el delta negro, aquí la grieta del mundo
que muestra su entraña que asciende en el humo
que oculta las rejas.

Aquí el butrón en la pared del alma,
la encrucijada ahogada entre alambres de espino.

Aquí los aljibes llenos de agua cruel,
las mordazas manchadas con petróleo reptil.

Aquí los fósiles milenarios de los ejecutados,
el látigo inflamado que todo lo asola,
los zulos estrechos como lombrices ciegas.

Aquí que se oxidan las lluvias de clavos
y supuran veneno por las grietas los nichos.

Aquí donde el polvo da náusea, donde
tanto todo que Hierro dijese para nada;
aquí donde sin lápida la trinchera, la zanja,
la estela, la fosa, la cuneta, la tumba.

Aquí donde se aviva el fuego frío.

Aquí donde se grita a viva muerte.

LA REENCARNACIÓN

Mantened la sangre fría hermanos.
Malcom X
Morí bajo el látigo abrasador de Amón Ra
por no querer arrastrarme más
sin beber un poco de agua.

Morí desangrada a manos de mi padre
por negarme al derecho de pernada de su señor.

Morí en la hoguera por tener fe
en la ciencia y en el saber o por ser bruja, por ser.

Morí en la playa bajo los truenos
de aquellos dioses de plata que llegaron
en casas flotantes y que montaban sobre
enormes cerdos.

Morí colgado del palo mayor,
extraña fruta en agraz,
por romper las cadenas de aquel barco negrero.

Morí ensartado por una bayoneta tomando La Bastilla
y semanas después, también morí dentro de mi madre
cuando le cortó la cabeza la guillotina.

Morí gritando viva Atahualpa, gritando viva Tupac Amaru,
gritando viva Simón Bolivar y viva Zapata, cabrones,
antes de que al galope me desmembraran vivo dos caballos.

Morí electrocutado en los vestuario de aquel estadio,
boqueando dentro de una bolsa en un oscuro calabozo,
enterrado vivo en una cuneta después de cavar mi fosa.

Morí acribillado a tiros en la Plaza de Tian’anmen, en Amritsar,
en Katyn, en Tlatelolco, en Badajoz, en Lonmin, en Vitoria,
en Casas Viejas, en Napalpí, en Guinea, en Zemla, en Génova, en Tahrir…

Morí de hambre por ser Armenio, por ser Kurdo, por ser Palestino,
por ser cubano, tibetano, ucraniano, gitano o Mapuche.

Morí lapidada por querer a otro hombre,
morí desfigurada con ácido por mi pelo suelto,
violada por querer estudiar, acuchillada por querer votar.

Morí apaleado por la policía en cualquier parte del mundo,
desaparecido en Chiapas por militares sin insignias,
torturado en Guantánamo, condenado a la horca en Chicago.

Morí en mayo y en cualquier otro día,
morí por la heroína guiando al pueblo,
roto en mil pedazos por cañones de agua
en una sentada pacífica.

Morí carbonizado frente a la sucursal bancaria,
arrojado al vacío desde el balcón de mi casa desahuciada,
morí de pena, morí con rabia, morí en la jungla
a machetazos contra las máquinas de acero
que me obligaban a abandonar mi poblado.

Morí de un tiro en la nuca
la única forma de hacerme olvidar las razones
por las que me negaba a ponerme de rodillas.

Morí tantas veces
que tengo la piel en carne viva de reencarnarme
y parece que nunca llegará el día
en que viva en un Mundo Nuevo y viva
para contarlo.

LXS FUMIGADORXS

Si tuviera un día entero de paz,
un día como este largo día de verano
con el silencioso crecer de los frutales
acompañando la caída de la sangre
sobre un sol como cualquier otro.

Un día de paz bien vale por una vida entera,
y, sin duda, una sola vida vale más
que lo que vale conseguir su paz duradera.

Pero no, hoy como siempre
el día explota en silencio
y los caballones del huerto
se agrietan imperceptiblemente.

Caen las bombas por donde se pierde el sol,
ese sol cotidiano que aquí fabrica en serie
un arsenal de negras berenjenas y verdes calabacines.

Quién sabe qué terror
habrá iluminado éste sol
con sus cañonazos de luz
al despuntar sobre el mundo.

La misma luz que enrojece los tomates
ha lamido hoy la piel delx insurgente;
ha corrido sus sombras cúbicas, por ejemplo,
por entre los escombros de Damasco
con la misma rapidez que aquí
una lagartija corre a esconderse
debajo de las tejas del tejado.

Tan poca paz no da para un día
ni ha dado nunca suficiente maíz
con el que saciar a lxs asesinxs.

La flor del baladre nace del veneno.

Hoy parecen llevar sangre las acequias.

Las judías se ahorcan colgadas de sus matas.

Hay muertos hacinados en el invernadero.

Tiembla el agua en las regaderas:
gritos en las iglesias,
gritos en las sinagogas,
gritos en las mezquitas,
ahogados gritos en todos los sótanos
donde enmohecen los cadáveres.

Exiliadxs, minorías étnicas, migrantes:
escuálidos frutos de la planta de la persecución,
esquejes de la pobreza, semilleros de metralla, viveros de la guerra,
vosotrxs que atravesasteis el mar de la muerte
para llegar, en el mejor de los casos,
a trabajar en un mar de plástico,
sabéis como yo que un día de paz
bien podría cosecharse a diario…

Pero incluso hasta aquí llega
el olor acre de lxs
fumigadorxs.

CUARENTENA

He limado del cielo las estrellas por punzantes,
he lamido del sexo el agua fuerte de tu grabado,
he limpiado los restos de carne de mi esqueleto
con un mondadientes de rabia y besado
de las piedras desnudas sus líquenes futuros.

He vencido a la nada con mi todo diminuto
y he venido a decirlo, atado al mástil de un poste telefónico,
sin sucumbir a las sirenas de las voces enlatadas,
he venido a dar voz a las plantas, a leer en voz alta
las pintadas sobre los muros más altos.

He bebido del veneno y del néctar,
saboreado la carcoma y el caviar,
he alimentado cada día ese hambre
de amor que nunca se sacia y con mi saliva
he intentado hacer corazas sobre los cuerpos
que solo hiendan los dedos de los niños
y corroan el guano de los pájaros en su vuelo.

He sido, en definitiva, un largo lamento
repleto de alegrías y llegado hasta aquí
sé quién soy, para quién hablo, desde dónde escribo
y aunque en las noche, a veces, el insomnio
me asalte con sus miedos
me abandono a lo que seré, tan lejos
de los hijos robados y la sangre en los platos,
de las ondas lisérgicas de los informativos,
de los likes, de los followers, del bronce de los premios,
de las vanas flores de los cerezos
que encierran las vallas de los cortijos,
definitivamente
soy lo contrario a los brazos amputados
de esta gran escombrera de abrazos.

Fui, soy y seré eso que ya no se estila, que ya no es tendencia, pasado de moda:
carne anónima, blanca escucha, pura sombra tras los pasos vivos de mi muerte.

Un ser sencillo y turbio, resilente en la insondable humanidad
que intenta preservar la vida diversa
en cada verso.

Desde siempre aislado en esta cuarentena que ahora llega
afiebrado por la indignación, enfermo de amor, sin cura alguna.
[Poemas pertenecientes a “AMOR” ANTOLOGÍA 2006-2019

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PARQUES DE LOS RECUERDOS [Mi poema]
Eugenio Frutos [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Esa tarde llovía y me pediste:
¡ven conmigo, voy a ver a mi padre!
Recuerdo como a un taxi me subiste,
la foto aquí la guardo con su encuadre.

Tres ramos, tres, llevabas en tus manos,
el silencio inundó todo el trayecto,
ni siquiera en el mismo nos miramos,
distraerte no quise ni un momento.

Era lejos, muy lejos, mas llegamos
a un llano donde estaba el cementerio,
inclinado, con tapias a ambos lados,
silencioso y tan lleno de misterio.

El parque predicaba la igualdad
que la desigualdad había muerto,
unas flores, no más, en un desierto,
en que solo reinaba la humildad.

Unas piedras cuadradas, repicadas
en miles de parterres descubiertos,
con fino tiralíneas alineadas,
sólo un número y del finado un texto.

El once y treinta y tres, ese era el nuestro,
y después de un buen rato lo encontramos.
Meditamos y una oración rezamos
recordando a quien fuera un gran Maestro.

De vuelta ya la noche apareciendo
pensamos lo cortita que es la vida,
tu padre ya se fue, y en la corrida,
nosotros tan deprisa envejeciendo.
©donaciano bueno

El llamado Parque de los recuerdos es un cementerio en el que los signos externos son iguales. Allí reposan los restos de héroes y villanos, nobles y plebeyos, ricos y pobres con un sólo número que los identifica, el nombre y la fecha de su deceso. (Quito)

MI POETA SUGERIDO:  Eugenio Frutos

Decoración

Un humo de tren borra
las sierras del telón.

Una casa sonámbula
se peina la baranda de un balcón.

Los árboles disponen sus atriles
en torno del chalet.

Y la lluvia ha borrado
la música de ayer.

Estribos los balcones,
toma el viento las casas como un tren.

Una luna-objetivo
proyecta una película sobre tu mirador.

Tu mirador, pecera
de las constelaciones.

Aviso:
NO HAY FUNCIÓN.

Nuestra protagonista
se embarcó -sensación-
esta tarde en la música
-barca remera- de mi acordeón.

Otoño

El viento
hace una flauta de cada camino,
con rosas de nubes en el pelo.

Canciones que peinan la yerba,
la yerba que perfila
el rostro del sendero.

Un azucarillo de trinos se deslíe
en la tarde. Y el mar abierto
se inyecta el narcótico del silencio.

Las luces errantes
-tejedoras inquietantes del cabrilleo-
fingen como si las aguas
fuesen a alzar el vuelo.
Y en vano a los picos vibrátiles
de mi pañuelo
intento atar los Puntos Cardinales,
en desbandada por el universo.

No siente mi mano el flujo
de los momentos
sobre pedestal de roca,
bajo la sombra de mis dedos.

Y si mis ojos constelan
su mirada en un deseo,
habrá una sombra callada
que me enmascare los puertos.

Anochecer en el puerto

Puerto solo, pesquero,
silencioso,
sin ningún marinero
que sepa con su pipa maniobrar
como con un velero.

Puerto y Tarde y Domingo.
-¡Oh, vela triangular de la emoción!-

Un teclado
de barcas iguales,
de algún viento olvidado
para la distracción.

El mar, la escena toda,
intemporalizada,
-completa y una para la mirada.
Y la costa -su anécdota-,
decoración.

Agua toda superficie en esta hora,
convexa, impenetrable,
sin aire ni luz que reflejar.
El mar se ha distraído,
de la costa olvidado,
y un algo inescrutable
se concentra en sí mismo a meditar.
Y la tarde tan sola -mas sin melancolía-,
pero con esta angustia que el silencio le viste.

– La tierra abandonada es sólo triste,
pero trágico el mar.-
Angustia del momento
que precede a la génesis del día
y la noche y la sombra y el color,
concertados en planos precisos:
Arquitecto sin par del suceder.
Las cosas, de dibujos concisos;
la voz, sustituida
por el gesto sencillo de la mano;
la mirada perdida,
desbocada, sin nadie que la pueda detener.

Hermético el mar en estas horas,
en espera del alba y la luna buceadoras
y de los rayos-agujas solares,
bordadoras
de los itinerarios de los mares.
-Luego el mar, traspasado de luna,
tiene un blanco temblor doloroso,
continuo:
el agua sin reposo
que pretende volar.-

Luces del puerto. Una
tras otra se encienden según
el ritmo que llevan las aguas,
una tras otra.
Ningún niño temeroso con más miedo del mar

que sus oscilantes
rayos que, al tocar
las primeras olas,
a la playa, tímidos,
vuelven a saltar.
Y lejos el faro:
nadador que un salto
lleva al mar abierto
y sus luces, por él reflejadas,
subirán tan alto, tan alto,
alto subirán
que, en ecos de estrellas convertidas,
-sintiéndose ínfimas-
las luces perdidas,
todas, las verán.

Pero más perdido que la luz el humo
que olvidan los barcos -mechones
de las cabelleras de los altos mástiles
que, oscilantes, sin rumbo ni canciones,
buscan la playa quieta
-o alto pararrayos o vieja veleta-
donde descansar.
Y que sólo encuentran voces de campanas:
playa única, móvil,
con hablas y recuerdos de sitios que no vimos,
pero que presentimos
acodados ya sobre
sueños irrazonables:
el puerto donde todos quisiéramos anclar.
Una costa de líneas matemáticas puras,
impalpables
como los meridianos
y el palacio exactísimo de la Esfera Armilar;
en donde se sintieran
dentro los horizontes más lejanos
y un llegar a buen puerto
que no fuera un llegar.
[Prisma]

Imagen de una noche

Era tu piel de caña perfumada,
tostada por el sol de tus ardores,
almohada feliz de mis amores
en la noche fugaz y enamorada.
Era como una túnica ceñida
a la carnosa flor que el alba espera.
Y eran lluvia feliz de primavera
mis miradas sedientas de tu vida.
Sirena del estanque cuyas aguas
brindaron a mis ojos el errátil
temblor de tu figura,
inasequible como el alto dátil
entre la gracia de la palma oscura,
-hay entre el cuerpo que en amor se duerme,
y el vivo anhelo que en amor se aleja,
una música extraña y exquisita,
como un quiebro de flauta que se deja
y un vuelo de violín para otra cita.

Movimiento de amor

Como goza la planta bajo el viento,
verdeando, brillando estremecida,
he mirado tu faz, temblando vida,
recogiendo en quietud el movimiento.

A eternidad elevas el momento,
la dicha como fuente contenida,
apenas temblorosa la ceñida
línea que mueves con tu dulce aliento.

Era un ritmo, primero en ajenado
en el concierto fiel de cada cosa,
y luego recogido y retirado

a la prisión estrecha y silenciosa
donde tu corazón enamorado
tanto vive cuanto más reposa.
[Dictado de amor]

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¿QUÉ ES LA VIDA? [Mi poema]
César González-Ruano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La vida ¿qué es la vida, quién lo sabe,
un soplo acaso, un sueño, una ilusión,
un tren que pasa rápido o es un ave
que vuela muy directo al corazón?

DINERO
La vida es bonita o es muy bonita
dependiendo de que ese alguien tuviera
rellena o muy rellena la cartera
con todo lo que el mismo necesita.
y disfrutar la vida placentera
subido en una pera limonera.

SUEÑOS
Pudiéndose sacar de la chistera
un sueño una ilusión o fantasía,
que truque la tristeza en alegría
logrando siempre sea primavera,
que el sol apareciera cada día
inmerso en una bonita melodía.

AMOR
Teniendo una agradable compañía
a su lado, el amor siempre a su vera,
el corazón atado a quien le quiera,
disfrutando con ella cada día.
Publicando la foto donde quiera
y ese amor todo el mundo conociera.

FELICIDAD
Dinero, sueños, amor. Yo quisiera,
subirme a mi escenario. Cantaría,
sin parar las canciones que sabría,
mientras viera como otro me aplaudiera.
Y entre tanta emoción yo ascendiera
al cielo, donde anida esa quimera.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  César González-Ruano

Viaducto

(Epopeya inconexa y simultánea de 1920)

Dedicatoria
A los objetos inanimados de mi cuarto, y en especial al almohadón que me regaló Esperanza; a los espejos del café; a los hijos de mi amigo Muñoz, enterrador amable, que juegan «a los muertos» y me llaman tío.

Explicación

Una tarde de mirada infinita
moldeaba entre mis manos un poema,
que al doblar una esquina como ave fujitiva
voló para cantar en una rotativa.

VOCES de todos tiempos a veces me llegaban
de los cafés lejanos espejos musicales
y azogados pianos.

Todas se me enroscaban -voces de todos tiempos-
en la garganta náufraga en aguas de pianos
y en músicas de espejos.

Preciso es confesar que los conejos y ratas como gatos
para peleterías caza por encargo el hombre-anuncio
untándose de queso las dos manos.

Yo he visto blancas manos de novias
arañar en el fango de las calles oscuras
donde han perdido algo misterioso.

Y he visto también adioses melancólicos
ciñendo el horizonte blanco y rojo
emigrante hacia América ajitando la lluvia.

A mi madre la he visto lavando su pañuelo
en sonrisas sociales poniéndose los árboles
delante de la cara para ocultar el llanto

mientras el elefante de la niñez
sorbía cubos de oxíjeno ávidamente
con su trompa postiza de goma ortopédica.

¡Dios mío he visto tantas y tantas cosas
que me da miedo contarlas con detalle
sin conocer vuestro corazón que puede ser cardiaco!

Recuerdo una que me hace temblar
como a un ahorcado friolero. Figuraos
que vi a un biplano subirse la media de la bruma

por debajo de la falda de la tarde.
Escupió por la hélice tosió de mala gana
y dejó a su jinete sobre el Mediterráneo.

Yo me quedé frotando mis zapatos
para envidia de pájaros cantores
y el pequeño esquimal de la pantalla

merendaba un sandwich de auroras boreales.
Es en el tranvía dorado del Oeste
donde mejor se aprecia el Polo ardiente.

Arden los esquimales en su hielo
mientras nosotros nos helamos en Agosto.
El lapón barbilindo encierra las estufas

de su aliento que huele a aceite conjelado
mientras el pingüino de Sevres de las galerías Lafayette
sacude de sus alas las etiquetas inaccesibles.

Y he visto muertos muy activos
que llevaban sus ataúdes entre nieblas
sonándose en el sudario sin recato

y a niñas morenitas del color de las aceitunas
con flojos calcetines a rayas encarnadas
bajo el paraguas de un escribano mecer sus muñecas.

Impermeables de China en New York
y kimonos de New York en China
vendían yanquis amarillos y chinos rubios.

He visto tantas cosas terribles y contrarias
que me duelen los ojos y las manos
ante la jesta que os estoy contando.

A una viuda de opereta vienesa
la vi pintando atroces símbolos en los severos muros
del Palacio de justicia mientras chupaba caramelos.

Todos debéis saber que la morsa adulta
cónsul en Dinamarca ahora se hospeda
en Metropolitan-Hotel de Copenhague.

Con estos mismos ojos que os cuentan
con palabras de Abril largos poemas
he visto a Marco polo repartiendo prospectos comu-
nistas con prólogo de Américo Vespucio en tinta china.

¡Lo que han visto mis ojos por entonces!
Datos cuenta que yo era un cojo cínico

que desnudaba damas recitando mis versos.
Jamás me he divertido de tal suerte
como el día que enamoraba a Doña Muerte.

La desnudé con pericia de cardenal romano
diciéndole al oído que era González-Ruano
el poeta cubista de esta vertiente pirenaica.

Cuando oyó mi nombre me dijo: «Te conozco
espero a que tu éxito sea mondo y lirondo
para traerte conmigo. Ya ves que se te aprecia».

Sonaba sus ligas amarillas y negras
como a un ataúd le hace sonar la tierra.
Yo la dije a la Muerte: «Querida

sin tópico te digo que eres lo que más quiero
en esta torpe Vida».
«Lo creo mas no rimes», me contestó graciosa.

Iba a perderme estúpido en argumento falso
como un mal escritor cuando el Viaducto todo
se desplomó en mis ojos.

Ahora lo que pasa pasa por estos ojos
y os podré contar estupendas historias.
La Reina viuda como un solo pendiente

en las azoteas de París riega la cintura de un poeta
con el río moreno de su brazo sin cauce.
Yo lo he visto cuando las estrellas venían dando voces.

Por volar a la diestra del Señor un ángel de cemento
se desprendió del muro y fue volando al cielo.
En nada asombró a los obispos de talla

que celebraban misa en la sillería anteayer subastada.
Medio muerto sin voz y sin corbata
he visto degollada la cuchilla por el cuello del reo

y he visto cómo San Juan Bautista
bailaba el fox con la cabeza de Salomé a cuestas
guiñando un ojo al Tetrarca.

Aplaudía conmovida la Tierra tocando los platillos
de los Polos mientras el mundo plegado era un acordeón
Alemania después de la guerra daba el tono menor.

Jime el viaducto como un violín en mis ojos perdidos
cuando Dios sopla con el carrillo izquierdo
democracias sociales con trajes de mecánico.

Hombres blancos negros rojos y amarillos.
Hombres multicolores pasan presurosos
los hay del color de las turquesas y los hay

a grandes rayas verdes sobre fondo encarnado.
Llegan los viandantes continentales perdidos
y los alegres continentes que no existieron nunca.

El Bautista baila siempre y cae al fondo del mar
sacando el corazón de Salomé que es color de plata.
El vientre del Tetrarca se llena de pasquines cubistas.

Algo estupendo pasa. Carlo Magno nos dice
que César tuvo un novio negro y jigante
que conoció en las Galias y ahora está en la Legión.

Yo me froto las narices con las truchas del mar Rojo
que venden las Pescaderías Coruñesas a bajo precio.
¡Atención! ¡Atención! El Sol cita a la Luna

en el antepalco de un cinema.
El amor no respeta ni al Cosmos.
Cruza rápido un hombre con América a cuestas.

El caballo de bronce de la plazuela
dio una coz al barquillero que enterraron los niños
comían el crepúsculo las criadas echando canela al

muerto. No se sabe cuándo dejarán su fiesta
pero le duelen las manos al que canta
tanto como la voz al que toca el piano.

Ruiseñores colgados de la tarde
querían escribir un texto de armonía
para las ranas jóvenes que sueñan tener alas.

Me enternece mirar cómo las niñas del cementerio
mecen a las tumbas en sus bracitos de lana roja
mientras los cipreses les limpian el moco con ternura.

La mujer que sube en los ascensores pintándose los
labios dejará el carmín por la escalera
al saber que salí hace un minuto.

Parió un caracol la gata mientras cacareaba.
Y las balas de máuser ponen camisas rojas
en los soldados que luchan cantando alegremente al

morir. He visto calles como piernas
poniéndose las medias tendidas en el balcón
donde cosía una camisa la esterera rubia.

Una mano gris vuela el invierno tímido
que pone catedrales blancas en los caminos.
Así el carro llegó lójicamente hasta el altar de San An-

tonio. Las estatuas del jardín comían los racimos
de granizo cuando me subía en aero plano y la rana im-
púber me pidió subir para ver los charcos de arriba

cansada de vivir en los cielos de abajo.
El destroyer persiguió a una sirena
y la violó junto a las rocas siguiendo su camino.

En el circo la hermana San Sulpicio
subía en el camello amaestrado
que dirijía un tonto comiéndose los guantes.

Yo sé que la Gioconda lloraba amargamente
en cuanto levantaba el pintor la pose de la sonrisa
y el modelo del Cristo se ponía las botas lavándose las

llagas. Como no puedo viajar a donde quiero
y cuando pueda no querré me paso el día
viajando dulcemente por la guía.

Compañía de exportación e importación de sueños.
Bajo el cielo del Trópico refresca el corazón
la cordial naranjada de la puerta del Sol.

En el camarote contaremos las etiquetas de los equipajes
y con las nuevas canas se calcula el gasto.
Inútil buscar en la química alemana de post-guerra

el quitamanchas para las aventuras inconfesables.
Por si esto fuera poco olvidamos el Partenón
mirando atentamente la punta del zapato de charol.

Dos tres cuatro o cinco años a lo más
dice el médico examinando el Debe y el Haber
de nuestro corazón alfilerado por bocas insaciables.

Sin embargo necesito vivir yo por mi parte
para jugar al ajedrez mi amor inmenso
sobre tu abrigo blanco y negro.

La prudencia como una perra muerta
queda al paso del tren en dos partida.
Para dos o tres años tiene cuerda mi vida.

El plomo de las nubes derretido aplaude en los cristales.
Mujeres con collares de churros bien dorados
se levantan la falda en el Tobogán de mi memoria.

He de coger la nube más blanca de mañana
para decir adiós desde el puerto huérfano
al batallón que salió hace tres días.

Una ciudad cualquier de la guía
se me ha roto en el pecho dulcemente.
Coged amigos esta congoja insólita.

Cervantes es ese cicerone tuerto con dos brazos
que en Esquivias nos enseña su casa
para ahorrar y adquirir una motocicleta.

En el sleeping las bombillas francesas
cantan coplas de Mérimée tañendo el filamento.
En Medina del Campo podéis tomar una cerveza tibia.

La de todos los años se desmayará este Carnaval
vestida de Pierrot con percalina.
Desabrochadla dulcemente con la cartera.

Yo hice lo del otro en el séptimo día
pero no pienso decirlo en una antolojía.
Buscar el eco de mi voz en la tormenta hijos míos.

El capitán fumaba en su pipa la rosa de los vientos
mientras el niño llorón de los naufrajios hablaba con
el loro y la madre reía en el fondo del mar.

Crispa sus puños el alto Ande de melena cana
y el Pirineo trae este invierno contrabando de algodón
que deja caer sobre la Navarra insomne.

Cuando termine mi carrera de Derecho
pienso denunciar a las chimeneas que falsifican nubes
defendiendo el pleito con la toga de la bruma.

Vinieron los trenes-ambulancias de heridos
con palomas metidas a enfermeras
de heroicos loros de pechuga ensangrentada.

Para conservar un gran amor tened presente
que no conviene quererse demasiado.
Por eso tú y yo reñimos gata mía

en los tranvías del Oeste y en los cinemas
donde dejo la melena sobre tus ojos
para que la recortes con tus largas pestañas.

La comisión de pinos de la Moncloa
protesta de que orinen en sus faldas.
Déjame beber cerveza alemana hasta morir de gusto.

Muñoz tú aunque no entiendes mis poemas
descerrajas los ataúdes hábilmente y me dejas
beber crepúsculos en las calaveras.

El arquero forzaba el nervio curvo
ahora mejor que nunca cable tendido
clavándose en el pecho de los puntos cardinales.

La rotativa se llenaba de pájaros-proclamas
de la aurora cubista donde cantan los patos.
La vaca superpuesta en la imajen jocunda

cuelga de la rama amarilla en un plano anterior.
Nuestra Señora se deshace en la copa de vermú
y el incienso se come con almejas.

Cuando volvía el marinero muerto
enterraban la barca y arrojaban al náufrago
al mar que le cocía en su hirviente puchero.

Los submarinos seguían destripando buques
mientras el Káiser desterrado ponía el estrambote
de su puño crispado al soneto del tratado de paz.

El ama de cría que llega de Asturias
nota cómo la ordeña el edificio de la Inclusa
y pide su sueldo a los aristócratas.

Pío X aplicó una cruz a su palabra
que fue volando con tan vertijinosa hélice
al campo de batalla suplicando la paz.

Hoy no me ha escrito el editor polaco
pero en los árboles circunscritos los poemas
maduran cuando cantan las cigarras.

Al fin de la carrera el galápago ojeroso
atropelló al camión asmático partiéndole una pierna.
Los hemisferios se agrietan zozobrando en camisa.

Encuaderno las hojas del invierno sin brazos
blancas de azúcar fría congo espaldas de muestras
amadas en el tren de la frontera el otro año.

Lloraba su canción el pobre efebo clavándose las es-
quinas en las axilas de un bosque depilado
cuando el adulto enternecido se arrancaba los hígados.

Pavos solemnes arrastran la Nochebuena
llenando de turrón los ojos de las viudas
que nos cogen de la solapa en los tranvías.

El cura protestante comía queso blando
viendo mecerse los patos de Debussy
en la hamaca del violoncelo viudo.

Mi amigo sacaba de sus baúles puestas de Sol
sorprendidas en El Cairo y Alejandría
esperando en el café la obrerita color de lila.

La escalera de caracol echa la baba del Invierno
y el viento ciñe las praderas soñadas
cuando el Otoño cae en el bock de cerveza.

El corazón hiposo que pedían los negros
dando voces y arrojando agua sucia por la boca
late por sí mismo en Belgrado.

Los ataúdes se llenan de novias
suicidándose el horizonte en el espejo
que se ahorca en la estancia del Poeta no nacido.

La sonrisa embalsama los horizontes
cuando tu vientre suave dice su curva entera
y el metropolitano se desnuda de estaciones.

No lo podían decir mis ojos sordomudos
pero las torres de la catedral gótica
cosen a las nubes por la cintura sin confín.

Ayer me trajeron en camilla de lona
roto para siempre el impermeable azul
que me compró Ferrer en Barcelona.

Se cuelga tu palabra morena y verde
del arco iris bajo el que pasa el tren militar.
No temas con la misma corbata volveré de la guerra.

No entendieron mi poema pero siglos desnudos
se bañan en la Obra llamándome Poeta
viniendo de puntillas por no turbar mi sueño.

Cuando ardía el crepúsculo en la sortija
el viento a mis pies tendido en un rumor
de yerba se hizo como un cordero.

Avanza el verano sobre la escarcha patinando
con un Agosto pueril e insospechado entre los brazos
que mecen la revolución rusa azul-naranja.

El proyecto de ley propone con voz clara
que la Primavera sea en Enero para favorecer
a los agrícolas andaluces que esperan la cosecha.

Arrastra al temporal cantábrico el pulpo joven
que tira con sus patas neumáticas del fleco de las olas
deshaciendo la cama de los Tritones perezosos.

Al salir del teatro la niña se subía
en las chimeneas del Hotel cosmopolita
llenándose de humo la garganta y los pantaloncitos

blancos. En el té de las cinco servirán esta tarde
sonrisas de tanguista pedigüeña
con mermelada y sangre de Teniente cojo.

Las barbas del abuelo de la Marcha triunfal
el nieto sin remilgos las cortaba riendo
para llenar con ellas el colchón de la boda.

Desconsolado muere el héroe sin haber podido
coser el roto que la cruz le hizo en el corazón
que sale entre sus uñas bien pulidas.

La taberna de Londres cargada de marinos
vomita sobre el Sena una baraja
y arde en la chimenea la nariz del banquero.

Nadie entendió ayer por la mañana
el anuncio de guerra pirenaica
que en la bolera el versolari canta.

El gallo blanco y filatélico incendia vengativo
la aldea castellana que arde y chilla
con el cacarear de estrellas en el Alba.

La alemana pianista limpió los dientes al piano
con el estropajo de sus dedos que mojaba en cerveza
mientras todos leíamos el diario y el menú.

El batallón que cruza la ciudad dormida
se vistió con las colgaduras dejando en los balcones
nubes blancas rojas y azules que gritan Viva Francia.

Cuando el japonés llegó a Inglaterra lloraba horrible-
mente viendo que sin sol no haría sus juguetes preciosos
que hacen dar saltos de colores a los niños.

Se metió las casas en los bolsillos el cacique
dejando la comarca en el campo picudo
que se clava en el pecho de los mozos.

La cabeza del apuntador en la concha del Coliseo
resultó una perla que la actriz inglesa
se montó al aire en un aro de suspiros.

El Hospital dando ventana con ventana
tiritando y borracho de cloroformo
cayó en la esquina como un mendigo de ladrillo.

Dejó a los árboles pelones la muda de la pluma
cuando el otoño hizo caer la hoja de las aves
que corrían piando por la estepa helada.

Dejaban entre el barro los chapines
huyendo del incendio de unos ojos
que quemaron sus cuerpos deseados.

Mañana cantará la cabeza cortada.
Atiende y préstame los ojos tranquilos
mientras el mono bebe su caldo.

Calamar vierte tu estilográfica
sobre el poema que no debe entender el tonto.
Los ventiladores elevan el café en nubes de palabras.

Pasan los vinos que emborrachan sin beberlos
y los poetas cantan desde sus árboles
arrojando la lira a los cerdos hambrientos.

Voces de todos tiempos a veces me llegaban…
Aquí el Viaducto sin fin vuelve a pasar entero
nuevamente por mí y yo por él

y él por todo y todo por nosotros.
¡Hasta nunca y siempre objetos!
Hélas!
[Viaducto]

Sobre quién era aquel que dijo…

Alguien cuando pase el tiempo
y encuentre mi calavera,
el tiro que no me he dado
buscará en la sien entera.

Y en las cuencas de mis ojos
querrá adivinar tal vez
lo que vi… cuando veía
y que yo nunca miré.

A ese piadoso erudito
que busque el paso borrado
-¡un débil paso terreno!-
de la vida de un cansado
de sí mismo, quiero dar
esta confesión tardía
resuelta en un epitafio
pues que puedo todavía:

Vino, venció. Fue vencido
en lo que quiso vencer.
Escribió, y en el tintero
dejó lo que quiso hacer
por hacer lo que quisieron.
Y se fue.
[Aún]

Noche marrueca

No te contesto porque no sé si he regresado.

Carta del Marqués de Cagigal

Fue o no fue
y eso no se sabrá nunca.

Pasó o se quiso que pasara
y eso no se sabrá nunca.

Lo oían
lo miraban
lo acompañaban guitarras de otro sitio
aguas sin dueño lo querían llevar Dios sabe adónde
los vientos de su sitio lo arrancaban.

Eso no se sabrá nunca.

Como yo me iba hiriendo al respirar y no sangraba
como todo era sorpresa de muerte y de deseo
como toda tiniebla así brillaba
eso no se podrá saber.

Cómo el mar estaba tan tranquilo
haciendo que no sabía nada
cómo iba blanqueando alguien las cosas negras
cómo aquella Luna sabía que era Luna de África
no se sabrá nunca.

Que amanecí sin darme cuenta
que crucé la calle sin pisarla
que cerré la puerta sin abrirla
eso no se sabrá.

Ni que estaban cinco muertos pidiendo limosna
tocando castañuelas de oro en la escalinata
ni que eran las cuatro sin que fuera la luna
no
eso no se podrá saber.

Cómo consentían que a esa hora sonase el gramófono
de donde traían resucitada
muerta de amor aquella sombra
a aquel alma desnuda que aún gritaba mi nombre
eso no se sabrá.

Por mucho que lo hablen
eso no se podrá saber.

Por mucho que lo sepan.
[Misterio de la poesía]

Andén

(Dalmacia)

Se cargan en vagones teléfonos, balandros,
mariposas llegadas de las islas de Grecia,
meses turcos, semanas,
canciones y camellos;
obedientes muchachos con ojeras;
ochenta bailarinas, ochenta;
amables asesinos,
campanas de provincia,
regulares Otoños y Ulises averiados;
parques que se fracturan con frágiles amores,
castillos y ruletas,
y, al fin, sale mi tren.

Tout est parti, madame.
¿Para qué consolaros?…
[Otros poemas]

Baedeker en inglés

(Casablanca)

Lady pulida, rubia y derramada
por los infames puertos, las pasiones
desbocadas por ti, que los carbones
enciendes, llama azul, con la mirada.

Se te quema el alcohol en la dorada
maravilla de carne a tropezones
de alientos negros, manos de ladrones,
si vestida de lady, desnudada.

Huellas de la miseria que obediente
la nieve sucia ya, saliva y brea,
exalta en el programa convenido,

muestras rota de noche al impaciente
nardo con pecas que la luz marea,
colonial, más que el whisky adormecido.
[Ángel en llamas]

El poeta a su obra

Poesía: ansia de no morir.
Y honda sospecha
de que he de morir para que vivas
sin mi antipática presencia.

Hija a la que estorba un padre loco,
lograda ya su plenitud perfecta.
[Otros poemas]

Compañero de celda

(Dormido en una noche de luna)

Si no de Grecia, de París cansado,
hijo del acordeón tuberculoso,
oruga de Montmartre y tenebroso
Narciso por los puentes bautizado.

Su corazón por nada preocupado,
pez inconsciente y nada temeroso,
latía en la alta mar de aquel hermoso
pecho que respiraba a mi costado.

No en monte Larmus sueños pastorea,
y sí en mi estrecha celda camarada,
su frente indiferente donde una

claridad literaria se pasea
ignorada por él y enamorada,
nuevo Endimión besado por la Luna.
[Sonetos de Cherche-Midi, en Poesía]

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UN CUENTO PARA UNA NIÑA [Mi poema]
Félix Ricaurte Castillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Sabes?
Tu vida es como el canto
más bello y más hermoso de las aves,
un rayito de luz,
un sueño que al trasluz
va conformando un manto
de flores, de sonrisas.
Tú eres aún más bonita que las brisas,
las alas de avestruz
desplegando un arco iris de colores,
de ensueño y fantasía,
de amor y de ternura
que rezuma dulzura
y expande mil olores.

Sólo a ti hoy niña mía
relato aquí esta historia
que guardo en la memoria.
Y aunque hay algo que me invento,
no pienses que es un cuento.
Que un día yo salí
volando al firmamento
aupándome sobre un soplo de viento,
con la imaginación.
Recorrí, lo prometo, medio mundo
y en medio mundo vi
un solo corazón,
tan grande, tan enorme,
tan lleno de emoción,
que si digo su nombre
provoco una explosión.

Y así anduve luchando
en más de mil batallas,
alguna vez dudando,
siempre dando la talla.
Me enfrenté a elefantes
con sus enormes trompas,
les vencí con las pompas
de un pompero gigante.
Gané a rinocerontes
con su cuerno en la testa
y a cebras con tirantes
y a fieras tan bravas y extravagantes
y a cobras tan siniestras.

Luché contra las olas
a bordo de un velero
-mas presumir no quiero-
pues yo fui un rompeolas.
Errante solitario fui soñando,
por todas las galaxias
y allí llegué sudando
y a dios dando las gracias.
Debes creer. La luna de Valencia
también escalé a lomos de un caballo;
y en la percha de un lindo rodaballo
yo me subí, fue una bella experiencia.

Caimanes, cocodrilos, camaleones,
a todos yo me enfrenté,
como iba de buena fe,
llamaron a los leones,
las aves todas, gorriones,
celebraron mi llegada
y tornose la jornada
con jolgorio y alegría
!qué reputación tendría
que hasta llegó de Almería
una burra despistada!

¡Ah, y otra vez monté en un saltamontes
caray con este bicho!
nadie lo hubiera dicho,
por poco me escalabro. Y fue en el monte
donde vagando anduve rebuscando,
que descubrí tesoros
y un día en un descuido los perdí.
Pero aunque no lo creas, ya no lloro,
pues te encontré a ti
el más preciado don de los que adoro.
©donaciano bueno

Un cuento para una niña es un esfuerzo de este escritor por acercarse a la imaginación de los niños.

MI POETA SUGERIDO:  Félix Ricaurte Castillo

La Maestra Rural

La maestra rural marcha a la escuela
con su paso menudo y diligente,
sobre la pedrería del relente,
mientras el ave da su cantinela.

Y, plegada a su falda, una chicuela,
de vivos ojos y de tersa frente,
la sigue, preguntando ingenuamente,
mil tonterías que saber anhela.

Llega. El enjambre, que de gozo grita,
le dice: “Buenos días, señorita.
Hoy le traigo bien hecha la tarea”.

Ella les brinda amante su ternura…
Se abre clases. La turba sonidea,
y el sol asciende por la azul altura.
Del libro: Breviario Lírico

A Veces Pienso

A veces pienso que verdad
es esta vida que vivimos;
y la ficción de que sufrimos
también supongo realidad.

Mas vuelve al punto ni! cordura
y me conduce a meditar
que es el placer fatuo brillar
y es el dolor fatua negrura.

Tan sólo es cierto ese vivir
del universo en general
mas la existencia individual
es pantomima de existir,

Este dolor del pecho mío
dura tan sólo lo que
la perfectísima hermosura
del iris dentro del rocío.

Esta ambición de ir hacia el bien
se alejará tan presurosa,
como dorada mariposa
de flor en flor dentro un edén.

Esta ambición del arte gayo,
con sus fulgencias de querube,
durará lo que en la nube
dura la rúbrica del rayo.

Mi ayer, mi hoy y mi mañana
—loca ficción de mi existencia—
forman un todo a la presencia
del tiempo eterno. ¡Oh vida vana!

Mi Lámpara

Por entre la negrura de los boscajes,
cuando los trinos duermen entre las ramas,
hila pacientemente sus hilos de oro
sola mi lámpara.

Cuando el viento nocturno mueve las hojas
y en ráfagas nerviosas viene a mi estancia,
no sé que frases dulces y placenteras
dice a mi lámpara.

Son cosas tan ternísimas que ella estremece
el corazón gaseoso de su áurea llana.
¡Quién sabe cuántos pechos también palpitan
como mi lámpara!

Cuando, el tiempo rodando, se hacen más negras
las sombras de la noche, para las plantas
de perdidos viajeros que andan cansados,
brilla mi lámpara.

Y si el pueblo duerme bajo neblinas
y ni una luz siquiera brilla en las casas,
para aquellos que sufren desvelo y frío
da luz mi lámpara.

Romeos y Julietas que hablan de amores,
antes de que la alondra salude el alba,
han visto muchas veces, luz triste y sola,
radiar mi lámpara.

Cuando el beso de hielo sobre mi frente
apague para siempre irá interna llama,
las imaginaciones supersticiosas
verán mi lámpara.

Campestre

Yo pensaba mirando la lozana
corola de una flor,
que lucía su primor
en desierta sabana:

¿para qué su belleza luce ufana
esta corola aquí
ignorada de todos? Cuando así
pensaba y me decía,
contemplé la avidez con que venía
hacia ella, un zumbante colibrí.

Un Lucero

Hay un lucero brillante,
que puntual su disco asoma,
lo mismo que a sus balcones
una romántica novia,
a lucir mil y un donaires
del azul bajo la bóveda.

Y yo, que los ojos míos,
sedientos de bellas cosas,
elevo siempre a los cielos
en las nocturnales horas,
ya le he tomado cariño
a la encendida corola
del lucero. Y él me mira
con pupila cariñosa,
pues comprende ¿no será?
que mi corazón lo adora.

Ya me es indispensable
como el aire de la atmósfera.
No sé que serían mis noches
si no viera su radiosa
personita de amorcillo
asomar siempre a esa hora,
a esa hora que bien me sé,
puntualito como novia.

Lo contemplo largamente
en las nocturnales horas,
como da un beso a una nube,
como suspira a una rosa,
como un sonrís da a la fuente
que tiernamente lo copia;
y como me dice adiós,
coquetón como una novia,
empinadito por verme
en la cumbre de la loma.

Y me parece el lucero,
en esa escena bucólica,
la imagen exacta y fiel
de esa otra estrella radiosa
que llevo perennemente
de mi espíritu en la comba.
Del libro: Poesías Líricas, Introflorescencias

Paisaje Sensible

Eran: la vela rota de una nave
y la rabia espumosa de la ola;
y la serenidad altiva y sola
del peñón, que es amparo para el ave.

Era el desmayo lento, melancólico,
tras la curva ideal del horizonte;
era el juego de tintes sobre el monte
do no cesaba el modular eólico.

Y el paisaje se fue palideciendo;
el mar durmióse y acalló su estruendo;
plegóse el abanico de la palma.

El arrebol de anemia se moría,
y ese paisaje lánguido fingía
un fiel espejo que copiara mi alma.

Matinal

Cuando aurora muestra el brillo de su frente,
con que al ave tornasola y regocija,
y la rosa vierte esencia qué prolija,
siendo todo luz, aroma y ritmo riente,

marcha el grupo de mujeres a la fuente,
estrechando bajo el brazo la vasija,
y quebrando con sus pies la baratija
que dejó sobre las yerbas el relente.

Y atrás, solas, van dos núbiles precoces
que, charlando, van ya en alto o quedas voces
alegradas por la aurora que respiran.

Al pasar frente a mi casa, las doncellas
ya no charlan, y sus ojos bajan, bellas….!
Y allá lejos ríen, ríen y me miran.

La Huerfanita

Delante de mi puerta pasó la huerfanita,
con sus labios de pétalos y sus ojos astrales,
cubriendo ruda veste sus formas virginales,
su pie dejando al paso la huella más bonita.

Iba fielmente impresa en su mirar la cuita!
(Oh la belleza triste de aquellos dos cristales
que límpidos pendían de sus dos lacrimales!)
Flor húmeda en rocío fingía su carita.

«Tus ojos, dos turquesas; tus labios, dos rubíes;
ocho perlas señalas si doliente sonríes…!
Eres rica genuina y pobre artificial»

Le digo, y se sonríe con honesto decoro,
mientras me ciega el lujo de sus cabellos de oro,
que sobre el burdo traje, son un manto imperial!

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MI CORAZÓN SE PARÓ [Mi poema]
José Franco [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mi corazón se paró,
pues vino un soplo de viento
y con gran atrevimiento
cogió impulso y lo mató.

La culpa la tuve yo
que lo lancé a navegar
sin conocer bien el mar
y en sus aguas se ahogó.

Sólo me queda llorar
por tal acontecimiento
que sin mi consentimiento
me impidió volver a amar.

Ahora me queda esperar
a que un día no lejano
al palparle con mi mano
vuelva el mismo a palpitar.
©donaciano bueno

Pobre #corazón! Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José Franco

Contaré una Historia

Contaré una historia
muy linda y lejana,
de un indio guerrero
que nació en mi patria.
El indio del cuento
se llamaba Urraca,
jefe de los indios
bravos de Veraguas.

Valiente el cacique
peleó cara a cara.
En las serranías
y por las sabanas
con piedras, con palos,
subiendo montañas,
prendiendo los montes,
construyendo lanzas.
El indio del cuento
Se llamaba Urraca.

Un día lo apresaron
las manos atadas
y así lo llevaron
lejos de la patria.
Pero dice el cuento,
dicen las ancianas,
que el indio bravío
rompió las amarras,
que volvió una noche,
que volvió a Veraguas.

Por eso se oyen
como unas campanas
sonar a lo lejos,
en las sierras altas,
que son las cadenas,
que rompiera Urraca.
Del Libro: Fábulas Infantiles

El Niñito Aquel

Fue un indiecito
que nació en Coclé
que no fue a la escuela
y aprendió a leer.

Era inteligente,
despierto, cortés,
y hasta sacristán
en Capira fue.

Ese indiecito
de pronto una vez
como General
lo vimos vencer.

Y una tarde triste
lo vimos también
caer traicionado
por gente muy cruel.

Sabes, niño bueno,
tu sabes, lo se,
a quién me refiero,
si no, te diré.

El niño indiecito
del que te conté
es el cholo grande
de Penonomé.

Victoriano antes
Lorenzo después
apellido y nombre
del niñito aquel.

Nueve de Enero

Nueve de enero. ¡Estudiante!
¡Patriota de sangre ruda!
Muerte cobarde es la cruda
realidad avergonzante.
Violento en puño sangrante
izaste tu corazón,
cuando nuestro pabellón
flameó en su derecho puro.
tiempo que nos hizo duro,
el pecho y la convicción.

El Día del Libro

Un mundo está recogido
al abrir un libro bueno,
el libro es mensaje pleno
y es el dulzor más querido.
En él se encuentra vertido
toda la sabiduría,
la pasión, la gallardía,
del hombre desde su inicio
el libro es laurel propicio
y es la mejor alegría.

Día del Maestro

Lleva en su alma prendida
la esperanza del mañana,
en su corazón se inflama
la nobleza conmovida.
El educador la vida
le dedica a componer
el alma para tener
las más nobles emociones,
son todas sus ilusiones
dar al alumno saber.

3 de Noviembre

Panamá viste de gala
en esta fecha gloriosa.
En la patria esplendorosa
el patriotismo se exhala.
Canta la Pica y la Pala
el himno puro al trabajo,
el panameño que trajo
la historia que se memora,
en toda la patria aflora
el sentimiento al pasado.

Simón Bolívar

¿Quién fue el gran libertador?,
se pregunta el estudiante.
Y la respuesta sangrante
va acompañada de amor.
Bolívar fue el resplandor
de la libertad más pura,
pues construyó su figura
entregando al continente,
su vida resplandeciente
de inmarcesible bravura.

La Moneda

La moneda es la riqueza,
del trabajo es esplendor,
nace del diario sudor
y es principio de grandeza.
Con la moneda se expresa
lo pujante de un país,
un pueblo vive feliz
si tiene en su economía
lo que produce alegría
para no ser infeliz.

El Escudo

El Águila en el Escudo
significa libertad.
La Rueda Alada, verdad
que camina hacia el futuro.
La Pica y la Pala, duro
sentido para el trabajo.
El Armamento colgado
es la paz que floreció,
cuando la patria surgió
soberana del pasado.

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AMOR EN EL TRASTERO [Mi poema]
José Antonio Moncada Luna [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Esa, la última vez que fui yo a verte
tú no estabas allí, no pude hacerlo,
las lágrimas venía a devolverte
las mismas que guardé sin tú saberlo.

Admito que no supe que al perderte
brotaba un manantial del lagrimero,
pensando que este fuera temporero
y no, como ocurrió, penado a muerte.

Mas fue todo al revés, que un avispero,
clavaba sin piedad sus aguijones
al alma y azuzaba sus pasiones.

Y es hoy que ya me encuentro en el trastero
que preso estoy de aquellas emociones
¡cómo te quise, amor, cómo te quiero!
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  José Antonio Moncada Luna

Las Voces Desde el Tiempo

España, nos trajiste tu lejano
manantial de gemidos y de orgullo,
tu valor castellano y arrogante,
tu quijotesco corazón de mundo.

Fue tu simple substancia, simple barro,
tu poblano sencillo, tu hombre oscuro,
el que trajo las sílabas de fuego
y rompió cordilleras con el puño.

Ahora en los escombros ultrajados
de éste que fuera sitio de tributos,
de esta ciudad antigua levantada
con el pellejo de los hombres rudos,

Puedo medir tus vísceras de rayo,
tu altanera clemencia de verdugo,
tus desgreñados sueños de conquista,
tu doloroso batallar desnudo.

Puedo medir tu sangre de torrente,
tu altanera clemencia de verdugo,
tu congoja de fraile misionero,
tu palabra madura como fruto.
* * *
Tu corazón, España, es rojo y blanco;
rojo león de corazón hirsuto;
con Fray Bartolomé blanco y humilde
en las palabras y el amor profundo.

Y aunque trajiste garras tenebrosas
para llenar de muerte los minutos
y una raza silvestre conquistaste
con tu cadena y tu galope duro.

Jamás te negaré, madre incansable
que fuiste dando ese linaje tuyo,
como nueva semilla combatiente
en las manos violetas del crepúsculo.

No negaré tu estirpe de titanes,
_claros héroes que nada los detuvo_,
con su alma triste y con su piel de acero
vencidos por la gloria y por el triunfo.

Trajiste muchas cosas con tu cáliz,
tu regazo evangélico y desnudo,
la harina de su sangre y de tus ojos
y tu fértil destino taciturno.

Tu Quijote perennemente triste,
tan íntegro en sus pasos de hombre puro
con su aurora callada y visionaria
y sus sueños sirviéndole de escudo.

Tu Cristo popular y silencioso,
con sus manos abiertas como el humo,
para llenar de paz el desvelado
camino de fantasmas y de luto.

Y por ese camino tormentoso
con sudor y peñascos iracundos,
ibas alzando torres y ciudades
de un porvenir eterno claro anuncio.

Ahora que te siento derrotada
canto tus cicatrices y tu orgullo,
tu antiguo amanecer, tu mano firme,
tus escombros sembrados por el mundo.

Elegía Sencilla a Don Quijote

Caballero sencillo de ternura orgullosa,
tu congoja infinita con el sueño renace.
Señor de la tristeza que el dolor ha vencido
bajo el peso glorioso de tu angustia implacable.
Oh Solitario amargo de escuálida figura,
Arcángel lacerado sobre la tierra insomne,
definitivamente la dimensión del hombre.

Oh Don Quijote andante, Oh Caballero eterno,
el valor errabundo despilfarró tu sombra
más allá del olvido, más allá de la muerte
como un perfil antiguo prendido de la aurora.
Caballero que tienes el valor suficiente
para que la derrota ciegamente violenta,
humedezca la harina de todos los silencios
y exprima las esponjas que brotan las tinieblas.

¿ Quién podrá compararse con tu inflamado llanto
ni burlar el desvelo de tu sonrisa armada,
con la dulzura herida de pie sobre el escudo
y el estandarte roto cubriendo la esperanza ?
Enemigo inclemente de todos los entuertos;
con el ensueño en ristre, de luz casi dolido
venías de la niebla con la edad de la espada
y en tus sienes cruzaron las alas del abismo.

Nada es mayor que tu altivez romántica,
tu singular locura, tu inútil desamparo,
tu castiza armadura de caballero andante,
tu galope atrevido en medio de relámpagos.
Nunca será perfecta la dignidad terrible
con que puedan los hombres sostener la justicia
si no es con tu palabra, que germina en tus labios
como medida exacta de tu melancolía.

Ni el cansancio ni toda la muralla de espinas
detuvieron tu gesto de infinita nostalgia,
y el delirio fue apenas un lucero monstruoso
que marcó para siempre las rutas de la mancha.
Sobre el tiempo camina tu ilusión taciturna
para llenar de cantos tu rostro insobornable,
y llevas el destino retorcido en tus manos
al trote incontenible que marca Rocinante.

Tras el fulgor herido de sombras repetidas
el horizonte es poco para medir tus puños,
porque estás en el cosmos donde rueda el vacío,
y porque con tu nombre puedes llenar el mundo.
La vida siempre tuvo esa sencilla forma
para llenar tus días de simples resonancias
y el amor te iba dando sus frutos desmedidos
en imposibles rosas de espinas desbocadas.

Marchabas torturado para que el mundo fuera
una comarca dulce sembrada de amapolas,
y para que la infamia cerrara sus dinteles
y el hombre reconstruya su porvenir sin sombras.
Iluso combatiente de irreales espejos,
gran herido en la noche por la vida y la fábula,
avanzas arrogante vestido de infortunio
con un gesto terrible que despierta montañas.

Los Derrotados del Llanto

Eras un campesino simplemente
con una voz de blancos caseríos,
con ruda mano de sembrar la tierra
y una vigilia de secreta espiga.
Hijo de humilde carne panameña,
la incertidumbre y el dolor te hicieron
llamarada de furia y de relámpagos.
Y te llamaron general aquéllos
que enterraron tus sueños de labriego.
General Cholo. General del pueblo.
Harapiento general campestre,
vestido por el trébol y la harina,
con charreteras de intemperie y sombra.
Como crecen los ríos en invierno
crecieron tus pisadas insurgentes,
y tu rostro de cobre familiar
surgió como una cordillera nuestra,
como un rebelde símbolo despierto
en la frente amorosa de la patria.
Por eso te encontramos paso a paso
en la dura faena de la angustia.
Y pensamos en tí cuando la lluvia
es un arpa de bosques substanciales.
Te encontramos al pasar un río
donde el ancho rumor es una queja,
y recordamos tu perfil guerrero
cuando algún labrador en su nostalgía
atraviesa la tarde con su canto.
Y sentimos tu marcha irreductible
en la terca esperanza de las siembras,
en el milagro azul de las cosechas
donde la fronda sueña muchas veces
que vuelves a poblar los horizontes
con tu amor maltratado y luminoso.

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