A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

LA TARDE AGONIZABA [Mi poema]
Alberto Guirao [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Esa noche la tarde agonizaba
en las fauces voraces del sosiego
entre tanto la luna lo observaba,
yo andaba allí como anda un ciego
y a mis dudas salida no encontraba.

Ese cielo, traslúcido acetato,
se tornaba de pronto en gris plomizo
cual si fuera producto de un hechizo,
que se mira al espejo y ve es un gato
con sus ojos, ariscos y huidizo.

Pues me hallaba metido en el paisaje
solo y triste sin clavo al que agarrarme,
suplicando vinieran a ayudarme,
sospechando bebiera algún brebaje
y olvidara por siempre de acordarme.

No sabría decir cuanto pasó,
que las aguas al cauce retornaron.
Mas de pronto sentí que amaneció
aquel cielo y el sol resplandeció
y las dudas y miedos se esfumaron.
©donaciano bueno

Ocurre con demasiada frecuencia, no? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Alberto Guirao

ULISES

Háblame imaginación háblame de aquel que fui aquel que de multiforme imaginación háblame anduve tiempo no mucho anduve una peregrinación entre el tiempo sin trabajo ni imaginación háblame

Debo de ser fecundo e ingenuo Mi esperanza va al ponto, recostada en la madera, empujada por el mito hacia otra costa

Esto lo pienso a veces, así me siento consciente, y no me impide decirle:

Penélope, amor mío, cásate tú también con quién quieras,

vete y no pongas cuidado en nuestra curiosidad

En los libros prohibidos mi estirpe se consume: mi linaGe, algún VArón VAliente enVAlentonado por la SAL él otro antepasado de prudente SALud nuestra VOcación ALud opulencia

Ahora yo las muestro como vaciando mi origen, liberando memoria recargable Soy fuerte por los venideros, refrescando el elogio y su estatura

¿No lo entiendes, góndola rosada?

¿Acaso quieres que yo enferme, formatee al héroe atrincherado en caderas de Calipso?

¿Es que no ves que ya sentí prisión y busco ahora certezas en un lejano episodio?

Todo esto lo pienso y aún NO sé de Prenestina SÍ mis bienes repartidos, Madrid, fuera de casa, devorados NO Centocelle SÍ del viaje en vaNO o NO, según. Como McCandless

NO sé esos lugares en la lengua de la alondra

Pero SÍ sé la victoria de la fuga, nosotros luchando por siglos sin cuerpo

También conozco la consigna de la culpa, el cadáver total de la culpa, redimido en la fatiga del vencedor y su ducado

Tengo noticia igualmente de esos negocios vergonzosos que he pactado conmigo.

Hacia los últimos días la tarde nos muerde el paisaje, mastica en el pecho esa condición de súbditos

Somos sonámbulos con un solo presagio,

odiado como amigos que ha triunfado a pesar nuestro,

temido enemigo tras el muro

donde anotamos estados y apuntalamos destinos

CARVER EN CONCILIAZIONE

Pregunta si perdiste en Ilión las manos para luego fotografiar viviendas, si acaso un compañero asesinó a las muchachas camino a Picture Rock, si hablasteis en el bingo de tejanos

Deberías comentarle la tristeza simbólica que conduce a un sedal, que conduce a ti, que conduce a un parque de embrutecidos gorriones

. pero en vez de eso

paseas, cuentas, el suicidio de Ed, el cumpleaños de Scotty, el retratista sin manos, el plan

. de las tardes por el río

Esta mañana cuando la hija de esta mañana la hija de rosáceos dedos

. sin ir más lejos

. esta mañana

nos hemos sentido forasteros desfallecer y acudido al idioma

al desencanto previo a la gramática

La cabeza de la alondra, la voz de la alondra, las cuerdas de la alondra,

pero las mentes enteras Han llorado

la certidumbre de cuando vida era el frío

de tu silencio a tu lengua

Es esta la casa de tu investigación El confín donde aguarda la palabra en su cepo, la crueldad que escarbando registra su origen

Cuando miras la herida te entierras Cada día

prefieres el Castillo de los Ángeles Allí

tienen lugar nuevamente los sucesos

Han repuesto un film Tu mito Un film

y los créditos cuentan Pero quién

podría verte

si no quieres

NO HAY DIOS QUE LO RECUERDE

Todos aquellos slogans que a fuerza de verlos y escucharlos
los hemos incorporado a nuestro vocabulario
particular como una frase más

La asociación de basureros advierte que escalar en bicicleta tu nostalgia hará que se te salga el tabaco del bolsillo.

Nueve de cada diez flashbacks reavivan la escena a las afueras.

Si no conduces mal, ¿te gusta fabular?

Bienvenida al colegio mayor de tu pasado:

sé leche, mi amiga, derramada, sé salsa macrobiótica llenando las piscinas, sé hierba, mi amiga, purificando los libros con retraso. Sé confiada, Boccanera no engaña.

No es que el lugar no haya existido, es que no hay Dios que lo recuerde.

¿Te habrán robado ya el tabaco? ¿Habrán fumado ya el tabaco? ¿Habrán hecho con el tabaco ya otras cosas?

Compartido, el sexo es más:

fueron pelvis que son ruinas, fueron vientres que son ruinas, fueron ruinas que son ruinas… hay cosas que el tiempo no puede cambiar.

¿Habrán barrido ya el tabaco? ¿Habrá una chispa de tabaco aún prendida? ¿Habrán buscado y comparado y lo devuelven?

La hermandad de vicedecanos conectando gente vía mail:

«Queridas Antiguas Alumnas, queridos Antiguos Alumnos: ahora que tenéis hijos, que imposible es nada, que trabajáis en la ONU, que os recordáis mutuamente con aprensión y ternura…»

… Ahora que te han dejado sola frente al vigilante-fantasma del campus-fantasma…

– ¿Qué se le ha perdido aquí?

– Yo estoy amando esto, pero no ha venido nadie.

– Negativo. Proceda. Callar mata.

– Un paquete de tabaco.

Habrán quemado ya el tabaco. Habrán perdido ya el tabaco. Habrá caído, otra vez, sobre el asfalto.

(de Los días mejor pensados)

NO HAY LUGAR QUE TENGA QUE SER SIEMPRE

Asumes: Viviría en todas las ciudades. Eso has dicho.
Comprendo que ya has vivido en todas.
Hundes la cabeza entre las sábanas. ¿Qué ciudad hay allí?
No hay lugar que tenga que ser siempre. Eso has dicho.
No obstante: refractarse, adherirse, derramarse.
Reniegas del ahora eterno de postal.
Sobre una placa, en la región del trigo, vas a cruzarme el nombre con una línea roja.
Premeditas asaltar la periferia, no girarte, no asentir la gravedad del casco histórico.
Siempre somos buenos. Enmudece. Corre como nunca. No respondas.
Podríamos vivir en todas las ciudades. Okupar
la ciudad desencantada.

¿Quieres decirme qué haremos con tanta herencia?

I (Grupo familiar)

Resolución del pecado: la fotografía compartida nos hizo mendigos a las puertas del grupo familiar.

No importa quién se es, sino quién ha sufrido mejor: un mapache reciclando cócteles con los que embriagar el certamen del mártir.

No sorprende el silencio basal, sino preferir suciamente distancias y que el emoji nos salve el dialecto.

Al final, lo borroso en la descarga iguala ostracismos y sonrisas, el bautizo y la piscina, el resort eufemístico.

El consuelo del ególatra: cuando lo atiendes también estás (salvajemente mirando) hacia un lado muy prudente de tu vida.

II (Isla roja)

Un mal asesina anualmente a las palmeras. Mi padre vomitó después de la promesa varada en la isla roja. ¿Cuánto cormorán avistaríamos (la supuesta alegría de los demás)?

Buceé anonadado: el auténtico coral carece de caribes, convendría conocerlo en claro fotográfico. La ceguera me fue ajena; sufrida, en los ojos de mi madre.

¿Hasta cuándo costearán los viajes estivales? A cada esfinge un foro desinforma: los hijos de los hijos de la hidra.

¿Cíclica la edad de la poda y su cuidado? Esa iguana lo sabe: cómo deslumbra aquello que no quieres pensar. Un insecto que carga como tú con su horror.

Subo solo como en sueños. Una selva luminosa (más allá) la orilla (y después) mis padres en la proa, mareo e invidencia (a lo lejos)

tortugas que mueren avisando.

III (Sargazo)

Si debe ser encontrado, se derrama

Rentable

adjetivo de moda

Vuelve así el templo encogido, emplata bicitaxis en la selva precaria. Sus runas tendidas a idéntico sol, otro tiempo al silencio: exilio de aves, defor-estación. Un quiebro en la piedra es hoy traducido al plot twist: el fin de los mundos a la anchura de tu biblioteca.

También quieres ver aquel río que vuelve a ocurrir bajo otro domin(i)o: influencias fluyendo hacia la predicción. Te hará libre todo contador inexacto, cenote que por refrescar sugiera bisiesto.

¿Y aquello que, intuyes, sabrás de ti mismo no gracias a ti? Si sobre tus manos incienso ennegrece, el chamán va a hacerte sentir algo ofendidito. El mar, tu cuerpo, dan miedo, se encrespan. ¿Qué cruel minoría fondea en ellos?

Sargazo es recurso, el océano sacude hacia ti un cese de acciones y, aun así, dulce ofrenda.

Poema: el blanco pañuelo. Mueves y limpias y tal vez a nadie concierne

y aun así.

IV (Herencia)

El yo-cero se resiente. Quemando el merchandising creí confrontar tópicos (algo a lo que debernos) y luego saltaste tú a la carretera.

Garabateas el plan de los huérfanos: el ser escindido a cambio de mensualidad. Y nos reímos porque acechan desde la encimera (veteranos Happy Meal).

Más allá del maniqueísmo, quizás, los peces del pasado sean ciegos, presa fácil, en esa región primera

solemos irnos a ahogar.

Tomamos de nuestros padres las rezagadas parrillas (flor de VHS) Otras formas de nostalgia y guiones de emergencia Lo aleatorio del rebobinado Prohibido hablar de política

La instrucción en fortuna

(mantenerla-amaestrarla):

herencia que contar como

si pudiese volver a ocurrir.

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NACER ES UN MISTERIO [Mi poema]
Consuelo Hernández [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Nacer es un evento misterioso,
nacer aquí o allá sin saber cuando,
por qué y aun para qué, quién esperando
se muestra, cauto, alegre o dadivoso
o triste, displicente o muy dichoso
o asume lo que llega protestando.

Pues vienes, ¿por qué vienes? desconoces,
a veces cuando menos lo esperaban,
mas todos con placer te saludaban.
Y así que tú comiences dando coces
solo eres otro más de esos desbroces
que abundan con que tanto ellos soñaban.

Que naces y te dicen ya eres libre,
incierto pues no puedes decidir,
tu madre te ha tenido que parir
mas antes que de ensueño el alma vibre
empiezan ya a meterse en tu vivir
fijando tu destino hasta morir.
©donaciano bueno

Si hay alguien #libre que se manifieste! Share on X

MI POETA SUGERIDO: Consuelo Hernández

VOLVER A LA NIÑEZ

Volver a la niñez, se dice fácil,
al delantal de flores
al materile-rile-ró
al tuntún del diablo con el tridente al hombro
al ángel con el bastón dorado
a las madrugadas de cuatro de la mañana
a visitar los templos con devoción forzada…

Volver a los juegos de pelota
a escalar los montes de los Andes con frío avaricioso
cruzar el puente sobre el ruido infernal de la quebrada
con un miedo que muerde las agallas…

En verdad poco hay de memorable en todo esto
tal vez mi soledad entre la hierba
el diálogo inconcluso con los pájaros
mi permanente envidia de sus alas
y el sueño de la huida.

Mas para qué toda esta perorata de nostalgias
si al final sé que soy igual que el Amazonas o el Potomac
que siempre van
y nunca pueden volver a su punto de partida.

MENOS PAUSA

Desde hace varios meses
la menopausia que no perdona
me convirtió en la nocturna delirante.
Por las noches me visitan los fantasmas de la noche
muertos frescos
y otros más antiguos
corren entre escombros de la guerra
multitudes desplazadas
en mi insomnio buscan su refugio
tsunamis… tornados… y terremotos
abren en mis tierras nuevos cráteres.

Apocalíptica es mi noche
duerme la tribu
sacudo a mis hombres por los hombros
le arranco coraje a la tristeza
les restriego fotos,
documentos, películas, poemas
nadie me oye
sólo escuchan el teléfono móvil,
la música que bajan de Internet
un canto que no logro comprender.

Las flores se marchitan
el peligro del hielo nos acecha
la gata envejeció
sorda, ciega se quedó
ya no puede ver los pájaros
pero caza guiada por el tacto

Pasa la noche de mi delirio
amanezco sometida a la más pausa.

Hoy todo en mi universo es menos-paúsico.

MISIÓN

Vivir la vida
hasta escurrirle sus jugos escondidos
caminar descalza
por autopistas que no han sido trazadas
sin guías,
sin mapas
ni cartografías.

Tu misión es vivir
hasta ahitarte de todo lo que tu sangre solicite.

AMBICIÓN

Es difícil ser en este mundo
con alas que conocen otros aires
con esta perra vocación de animal libre…

Quiero volar,
salir del caracol
abandonar la disciplina de la forma
correr por otros rumbos
sin fronteras que recorten mis caminos
sin deberes que interrumpan mis sueños…

Sí, al sol desnudo en mis oscuras simetrías
a la húmeda luna y sus espejos
a la embriaguez de la cama.
donde vuelvo añicos la ecuación de mi soledad.

VEN

Ven a saborear esta música
que está mojando sin tregua mi piel
este fornicar de estrellas
esta constelación de cocuyos
nacida en las palmas de mis manos…

Ven a violar este cerco de deseos
a abrir la caja de sorpresas
hoguera de frondosos desaciertos.

Ven a gozar en el invierno
las reglas inéditas del fuego
estas visitas inesperadas del viento…

Vuelve a vivir la dulce muerte
en la herida que nunca cierra…

Ven a gozar
del amor
que volvió a despeñarse por mi falda.

VOCES DE LA PAZ

Mensajeros de otros cosmos
en la ventana del cráneo
hablan en lengua de truenos
cae una copa
en el fondo sepia de un paisaje
en aspavientos la soledad puebla la turba.

En el campo queda la Paz
sola
en un tremedal de cocodrilos
deseosos de la parte del león
de tentar al cuervo al estilo de la zorra.

Grande eres,
pero tus ojos buscan
el cordel que te rescate de la insondable sima
de las sanguijuelas voraces
de tu destino abortado
de este caos
de melodías sepulcrales
de colores otoñales en salones palaciegos…

Paz no-nata
algo escribes
intento ingresar en tu elemento
no logro cruzar a la otra orilla
me duelen tus heridas
me aísla tu soledad
resisto tu espera
me ahogo contigo en este destierro.

Pasa la muchedumbre indiferente
siento tu desánimo
reconoces mi rostro,
vienes hasta mí, me convidas
indagas sobre amor que nos une
soy tu caja de resonancias
soy el exacto diseño de mis deseos.

PARA SUICIDAS

A Boris, a Luis y a Walter in memoriam

Atrapa la llama que alumbra tus orillas
y posterga el descenso hacia el abismo
aunque sientas que
“no hay dolor más grande
que el dolor de estar vivo
ni mayor pesadumbre
que la vida consciente…”

Un veneno no sacia la sed de firmamentos…
no prives de la brisa a tus pulmones
archiva navajas y cuchillos
no visualices tu sangre a borbotones…

Enciende las luminarias de tu alma
olvida las balas que marcaron golondrinas
con muertes imaginarias
y con el placer que bailas cumbia o vallenato.
manda a la muerte a pudrirse en las letrinas.

Antes de que emprendas tu regreso,
descubre del cóndor su saber
y serena
sin vértigo,
sin asco
ante la carroña de los precipicios
aprende a navegar en las alturas.

FIN DEL POEMA

A Daniel de Francesco

Cómo escribir un poema
cuando en mi piel está fresco el rastro de tu cuerpo
cuando mi vida se define en el ritmo de tu andar,
tu silabeo de pájaro aliviado estrenando vuelo.

Cómo escribir un poema
hoy que mis oquedades están llenas
y la lumbre de tu sol
recorre mis venas.

Sí… es verdad que el poema llega a su fin
cuando la gana de amar nos roe el alma
cuando el fuego nos cae gota a gota
ya no tiene sentido
el monótono ritmo del poema.

HOY

Hoy, cuando todo luce
color de hormiga en mi planeta
siento el peso que como alquimista cambiaría
por la liviandad de la pluma
negándole a las piedras su materia.

Hoy quisiera no existir atrapada en este cuerpo
o ser libre como el pájaro que en medio de la tormenta
vuela a salvo por regiones más vastas.

Grito con voz de puente entre extremos imposibles
me revuelco en la hierba
me zambullo en la cascada de mi infancia
con la inocencia intacta.

Hoy decido por la libertad y la alegría
fidedigna llama que derrocho en el aire.

EL BARRIO QUE DEJASTE

De pronto una mañana
amanece fresco el recuerdo de tu barrio
rueda por sus calles tu accidentada juventud
el ritmo de tus pasos en la acera
corres con tus amigas colegialas
madrugas con el sol de la mañana
a diseñar tu maqueta de ilusiones
entre suntuosas casas con jardines
y guayacanes en flor,
guardianes de tus años de locura.

Vuelve tu amigo
aficionado a acariciar esculturas
disfrutas la soledad de su mansión
sus padres veranean
y comulgas con la hostia de los cuerpos.

En el templo, suenan las campanas
tu abuelita reza su última oración
a los huesos de los antepasados
los árboles detenidos en silencio
adornan las avenidas
con su amarilla fiesta cuotidiana.

Pides perdón por ser una tigresa de montaña
domesticada en el primer mundo
buscando inútilmente en el pálido recuerdo
la llave del paisaje que te habita.

MISIÓN

A Óscar Castro

Tu misión es Vivir la vida
hasta escurrirle sus jugos escondidos
caminar descalza
por autopistas que no han sido trazadas
sin guías,
sin mapas
ni cartografías.

Tu misión es vivir
hasta ahitarte
de todo lo que tu sangre solicite.

QUÉDATE CON LA PAZ

A todos mis paisanos

Después de tanto trecho recorrido
de tantas millas de letras indigestas
de tanta palabra oscureciendo tus calles
de tantas cordilleras y selvas desandadas…

después de todo
quédate con la paz.

¿Para qué tanto agitarse?
tanta espina punzarnos
¿para qué?
tantos rifles, municiones, flechas y arcos
si el blanco está en ti misma
y no lo ves.

Quédate tranquila.
Si te lanzas al vacío
sufres vértigo
si te encadenas a las cosas
te perderás en el enredo del anzuelo.

Mejor inúndate de paz
sin deseos que coman las agallas
no alimentes las fuentes de dolor

y por añadidura vendrá todo lo demás.

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RÍO ARLANZA [Mi poema]
Lídice Alemán [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Al bravo Duero que por iberia fluye
hoy pretendo dedicar esta semblanza
junto al afluente de Burgos, el Arlanza,
por donde avanza, va observando y huye.

De Arlanzón sacia su sed y distribuye
generoso a otro solícito Pisuerga
para que Valladolid que es quien le alberga
disfrute de caudal del río en su urbe.

Del Duero acaba lamiendo la ribera,
con el Canal de Castilla complaciente,
antes de arribar al cauce que le espera.

¡que enseñanza más notable y más señera!
son los ríos solidarios con la gente
¡qué mezquinos los humanos pareciera!
©donaciano bueno

Los ríos, ejemplos de solidaridad a copiar? Share on X

Nace en la sierra de Neila, cerca de Quintanar de la Sierra, en un paraje conocido como Fuente Sanza. Discurre por la provincia de Burgos y pasa por municipios como Castrovido, Salas de los Infantes, Hortigüela, Tordómar, Castrillo Solarana, Covarrubias o Lerma. Desemboca en el Pisuerga poco antes de la localidad de Torquemada (Palencia) para por fin llegar al Duero.

MI POETA SUGERIDO: Lídice Alemán

PUÑADO DE AGUA LÍMPIA

Madre termina el siglo
y yo putrefacta
impotente
tan clavada a la cruz

Mis dedos rígidos
no pueden evitar que resbales
ni impedir que caigan tus hojas
mas no te permitas ese rostro
dolorosamente vulnerable

Odio esta soledad que se interpone
Del otro lado los hombres el instinto
aquí la muerte que cautiva
que tantas veces se reitera
que me asusta

No basta con cruzar
faltarían el impulso los remos
Prefiero saber tu ocaso
melodía que vuela
sin códigos
hasta mi oído sordo

Miro desde la cruz
me veo tan oxidada
que el augurio del reloj me quiebra
No te he llenado de guirnaldas
antes debo concluir
este duelo con el viento.

EN LA ESPERA DEL GESTO

A Vasily, por la alerta.

Al golpear la puerta el miedo asoma
el olfato presiente la historia
la oscuridad que emana
Soy margen a la escucha del tropel
estatua que reposa en el parque
mientras sube la hierba

Van a tatuar mi cuerpo
dejándome atrapada en una ciudad
sin valles ni flechas
Mis ojos deletrean el estampido
palpan el límite
aprenden a saberse polizontes

Está rota la fuente y la sed hechiza
Las llamas surcan el jardín
obligando a cambiar de acera
El delirio se aproxima la carne huele

Nadie busque descifrarme
nadie quiera convocar la niebla
si llegan la hora y el gesto
si llega la caricia
y el río se desborda.

El universo está vacío

El universo está vacío
sólo yo lo habito como un fantasma
con una cola interminable de inseguridades

Se extinguieron los amaneceres
y cuando alcanzo a ver el sol
ya está caliente
He olvidado los sabores
de la risa
de la fe
El año tiene una sola estación
tan fría y desolada que provoca miedo
Yo insisto en alejarlo
con una taza de café que no bebo
un libro que ignoro

El universo está vacío
yo lo habito
a veces.

DE ESPALDAS UN DOMINGO

I
Las tardes no son precisamente
mi punto de partida
Pierdo claudico
Voy a ponerlas de rodillas
que pisoteen el ramaje sobre el fuego
espanten la traición del teléfono
y el cuervo que habita mis ojos
Las dejaré de espaldas un domingo
inútiles inciertas

En las tardes cae la flecha
me des-nombro
sé que más de la mitad se vuelve eco
El ave anuncia su último tramo

¿Qué hacer con este cuerpo que les pertenece
con esta costumbre de apenas un bosquejo?
¿Qué decirle a estos puños
cuando se tornan espuma?

En las tardes soy humo
la casa loba me embiste
Presiento la tempestad
salto al delirio
así procuro fabricarme la estructura
y pido que aplaquen el ruido
que cierren esta historia
que no sé

II
No trastornen este hilo ni escriban en mi frente
nada saben de hilvanar la transparencia
el impulso podría disgregarse
Ustedes avizoran
palpan el frío del acero
con él tendré que dividirme
en dos mitades
en dos gritos
si me escriben

En este espacio mío diseño sombras
labios rumores
he ahí la trampa que asfixia
el puño que extrema
el niño que merece biografía
y se ve descalzo sin nombre
Sentencia aturde
no le importa si el árbol es verde
saborea la profundidad de las raíces

Una letra acecha desde el fondo
acoda la tentación en los bordes
revuelve las espinas

No me anuncien
la inocencia es un fantasma
un reflejo nulo
podrían eternizarme en el vacío

Hagan de la hiena un cisne
rectifiquen el cerco
el golpe crece y no puede pasar inadvertido.

ALEGATO EN D MENOR (Fragmento)

Me siento sobre este muro
para divisar la grieta,
se están tornando violeta
sus entrañas, inseguro
es el tic que exhibe, puro
no tiene siquiera el fondo.
Ya nos muerde en lo más hondo,
aprieta fuerte la soga,
amenaza, insulta, ahoga.
Es muy tarde, mas, respondo

por lo que siempre le vi:
un tridente es lo mejor
que le distingue, dolor
nos deja su mano. Así
es ella, diga Dios si
vale sacudir la espada,
romper esta bofetada
que nos invierte el empeño,
levantar del piso al sueño
antes de volvernos nada.
(2004)

CARTAS DE LORIEN A SU INTITUTRIZ INGLESA (Fragmento)

París, 3 de Mayo

Cómo saber si un día serás grito
que logre hundir lo oscuro de mi casa,
cómo saber si notarás el rito
de convertirme, al verte, en una brasa.

Es mucha la penumbra, yo me aterro,
de que falten del prisma las orillas,
y los enajenados de este encierro
nunca logren atar sus pesadillas.

Es tanta la orfandad inconsecuente,
que temo sucumbir en el desnudo
sin encontrar jamás tu coordenada.

Así, cómo saber si de repente
precisas del adagio más agudo.
Hay demasiada niebla, demasiada.

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LA TIERRA [Mi poema]
Luis Antonio Chávez [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Una mujer huraña, otrora silenciosa y otrora tan esquiva,
a veces liberando la saliva o crujiendo con intensa saña.
Sobre tu piel amarillenta sin descanso desliza una maraña,
magma de promiscuos seres que a las pupilas de tu mirar cautiva.

La sangre ciega en lo profundo tus entrañas y en tu apariencia viva,
resolviendo jeroglíficos al escondite con el viento juegas,
garabatos de surcos trazados donde fluye el líquido que anega
el sinuoso cuerpo tan grande y tan pequeño de tu quietud furtiva.

Tal como si fueras mi corazón te quiero, tierra tu eres mi cuna,
bella doncella que tumbada al espejo sol cada nacer me esperas,
que cuando llega la noche y la quietud se anuncia cuidando la luna.

Yo, sacerdote tuyo, arrodillado y trémulo hoy le suplico al cielo
para que exculpes a la inconsciencia infantil de las humanas fieras,
liberando a cambio, prometo, de cadenas y dedicar desvelos.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: Luis Antonio Chávez

A MEDIA ASTA

A Fidel Castro “Se me derritieron los ojos”
Valentina Chávez (4 años)

El viento trajo la noticia y no lo podía creer
el corazón me decía que algo andaba mal
pues desde días atrás cantaba la aurora
en el patio de la casa.
No faltaron los fariseos,
aquellos que hacen leña del árbol caído
-incluidos quienes desafiaron al Comandante-
ya que la noticia me cayó como misil SAM 7
e incluso roquetearon mis nervios que ya de por sí
se mantienen alerta ante el acecho del enemigo.
Puse velas a la virgen de la Caridad del Cobre
¡Quería que se me cumpliera el milagro!
que el informe de los noticiarios fuera fallido;
arropé y arrullé esperanzas de que aún siguiera entre nosotros
que continuara expandiendo por los continentes
la solidaridad para los pueblos hermanos,
quise que las noticias a nivel mundial fueran una vil mentira
e incluso incendié un pequeño radio que traje conmigo
como recuerdo de mi exilio en Costa Rica,
pero mi pluma se quedaba a media asta
no podía más, mi corazón convulsionó,
es que el pesar que llevo en las venas
no me cabe en las manos
por eso abrí puertas, ventanas y la azotea
no dio abasto para que entrara el poco aire que nos queda
más la opresión en mi pecho seguía latente
entonces decidí
que con el alma en la mano viajaría a la Isla,
vi su cuerpo como siempre lo imaginé
y al verlo sereno, con entereza,
lleno de esperanza por un pueblo al que dio su vida
“se me derritieron los ojos”…
el Comandante en Jefe Fidel Castro ha muerto
que descanse en paz…

JUDAS

¡Suéltenlo!,
ya me dieron
las treinta monedas…

CATARSIS

a los poetas de alpiste
Cuando el verbo nos asiste
creemos tener el mundo a nuestro lado
y renegamos de Sor Juan Inés de la Cruz
por su canto impregnado de eucaristía
pues no concebimos la idea
de que el verbo sea universal
y nos sentimos más parientes de Vallejo
aunque lo que escribamos
no sea más que escupitajos
que no llegan ni a emparentarse
con la poesía oficial
y hablamos y hablamos
y se nos llena la cabeza de humo
y gastamos nuestros ahorros
por comprar un libro de Lezama Lima
mientras en la casa nos piden para el pan
ah, pero eso sí
que no nos pregunten
que cuál es la mejor poesía
porque rápido decimos que es la nuestra
y hasta nos “emperegueteámos”
diciendo que nuestra próxima residencia
será en la España del poeta rosa Rafael Alberti
de Miguel Hernández, el poeta campesino
y al leer nuestros escritos
creemos que hemos alcanzado la perfección
y nos damos paja diciéndonos
que ya están listos
para arrasar con el premio
Casa de las Américas
ah, pero que no nos hablen de Huidobro
porque no asimilamos su catarsis
y al responder con las peroratas que la voz nos da
decimos que para nuestro gusto
son mejor Veinte poemas de amor
aunque las niñas
se eleven con las canciones del General
y nos codeamos con intelectuales de medio cinto
que a la hora de los salmos
hurgan las palabras más bonitas
para atrincherarse
pero de miedo bajo la almohada
pues tememos que los luceros
nos apunten y nos digan
la historia te consumirá…

POEMAS RESCATADOS DEL OLVIDO

Exilio
Regreso a la casa del tiempo
mis pies desnudos
traen nostalgias acumuladas
busco rostros entre la muchedumbre ya no está Sultán -el perro de la casa-
y la enredadera se secó en la ausencia.
El árbol que sembraste detrás del patio echó nuevas ramas
echó nuevas ramas
las paredes –corroídas-
desveladas de tanta espera
cogieron hongos y otros bichos
habitan la casa de la abuela.
Pienso en las horas perdidas entre cigarros
las tazas de café que no bebimos
por salir a defendernos de la vida…
Pienso en el minuto aquel
que nos dijimos adiós con la mirada
¿qué fue de ti?
hoy te evoco
mientras una tenue llovizna baña mi piel.
Perdona
el canto de Silvio
me trajo tu recuerdo.

ARS POETICA

No te marchés todavía
aún no he encontrado el camino
¿Sabes?
Hoy no dormí lo suficiente
sin embargo preparé la coartada
para perderme entre tus piernas…

AMOR INÉDITO

Ven, siéntate a mi lado
que necesito compartir contigo
este aroma a flor selvática que se esparce
y nos envuelve en el grácil silencio de la noche.

Ven, que quiero asir en la mente
tu voz impregnada de ternura,
el hechizo de tu mirada y el color rosa de tus
mejillas,
porque estando a tu lado no existe ni existirá
ningún ruido mundanal que perturbe contemplarte toda,
serena y taciturna…

Ven,
que deseo saciar la pasión inédita del amor
necesito compartir contigo, el lenguaje titilante
que frenético hipnotiza a mi alma
bajo el suave verdor de primavera.

Ven, porque ahora ensayaremos una forma
diferente de amarnos, sin inhibiciones y
alejados del mundo exterior, pues
junto buscaremos compartir la ambrosía
que se ha desatado de nuestros cuerpos…

Ven,
que el mañana es como música prolongada del espíritu
y no habrá aurora ni ocaso que perturbe nuestras vidas
más que sólo la atmósfera que nos envuelve
las suaves caricias de mis manos
y el néctar de tu labios que hipnotizan…
(Del libro inédito: Cristales del alma)

LEGADO

a Marlon Rubén, mi hijo
octubre de 1994

Algún día sobre esta misma tierra
conocerás el abecedario de mis sueños
y comprenderás, que con ellos
quise descubrir mariposas
pero me creció la ansiedad primero,
que la luz que me señalaría el camino…

conocerás muchas cosas que aún no logras comprender
pues apenas tienes tres inviernos y medio sol
aunque ya empiezas a joderte por un mañana difuso…

entonces, haciendo alusión a tu signo
te encasquetarás en el toro para domarlo
pues no será fácil que te desmoronen los vientos…

Escudriñarás a las estrellas
la luz que les delegó el hacedor del universo
e intentarás comprender a los luceros
que hincharon sus pechos
hasta incendiar las horas
donde se izaba la esperanza…

entonces, vástago mío
al verme con bastón y copos de nieve en el cabello
serás tú el que se encandile
con la idea de jinetear la vida
y elevarás con tu dulzaina
otra tonada con diferente tono…

serán otros
los herederos de la historia
y tú hijo mío,
intentarás también conocer a miguel mármol
a los padres jesuitas, a monseñor romero, a…
por de pronto sólo te doy mis versos,
mi pluma, mi cuaderno…
porque tú harás lo tuyo
en el momento preciso…
Del libro inédito
“Los hijos del trueno?
Premio San Miguel, 1993

A MI HIJA QUE AUN NO NACE

a mi hija que aún no nace

Celebremos la noche
la conquista de un nuevo día
el verbo no conjugado
la voz añeja perdida en el miasma
el silencio vertiendo lo perdido…

Mujer,
veo tu vientre creciendo
y en mi ansiedad
pido diluyamos un nombre,
la química de lo que no se hizo…

Empujemos la noche…
el grito atrapado en la garganta
bebámonos las horas
hija
esta angustia crece
¡ya es tiempo de ver tus pupilas!
tu vocecita diciendo ¡papá!

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A UN POLÍTICO ILUMINADO [Mi poema]
Lourdes Casal [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

El señor Sánchez Gordillo,
un personaje muy pillo,
se ha pasado de listillo
asaltando el Mercadona
con sus doscientos secuaces,
robando a la luz del día
para que la gente coma,
pues según su teoría,
lo que sea que tu haces
tiene justificación
siempre que él así lo entienda.
¡qué ocurrente solución.
que se preparen las tiendas!
Aplicando sus vivencias,
una vez haya acabado
con todas las existencias
y logrado enviar al paro
a cantidad de personas
habrá hundido al Mercadona
y ya podrá celebrar
con todos sus seguidores
su desternillante idea,
dirá que son los mejores,
que han vencido en la pelea,
que se han puesto a trabajar
para que "to el mundo coma”.
-Asaltaremos las tiendas
que podamos encontrar
bajo la faz de la tierra
hasta que no quede ni una,
para a los pobres saciar
y que ya no exista hambruna
-¿mas y los profesionales
que así perderán su empleo?
-ese no es nuestro problema,
no sufren los mismos males,
esos no son de los nuestros.
Magnífica solución
la de este señor. Gordillo:
-vayamos a las parcelas
de afines agricultores,
cojamos lo que nos plazca
uvas, habas o melones,
hasta que digamos ¡basta!
y demóselo a otros más pobres
¡todo es así de sencillo,
ya verán sus reacciones!
Esta es la atroz realidad,
aquí termina este canto
a una idea original
de un político insensato,
que, ¡terrible situación!
se cree un iluminado.
Y aquí firmo yo el final:
"desvestir esto es lo que es,
a un santo ver del revés,
para ataviar a otro santo"
©donaciano bueno

Primero de mis poemas a gobernantes iluminados.  Hoy os presento, coincidiendo con la ruptura del pacto de gobernación de Andalucía de la que él es diputado, un texto que en su día escribí sobre el alcalde de Marinaleda, Sánchez Gordillo, de Izquierda Unida, que acompañado de un grupo de sus correligionarios del sindicato de obreros del campo, asaltó dos establecimientos comerciales de alimentación llevándose diferentes carritos con mercancías sin pagar, ante la perplejidad de los empleados, incluso violentándolos, justificando su acción en la necesidad que tienen muchas familias que no disponen de medios para comer. Expertos en robar y repartir miseria.

MI POETA SUGERIDO: Lourdes Casal

Columbia. Sorbona. (Primavera 1968)

Seamos soberbios,
insolentes
¡ahora!

Seamos impacientes
intransigentes,
intolerantes,
¡ahora!

En estos días
en que aun podemos
lanzarnos hacia el futuro
sin pesados lastres en los tobillos
sin vientres demasiado abombados,
o la pátina de oro sobre las pestañas,
pues sólo el que no respeta la realidad
puede cambiarla.

La realidad es como un vieja prostituta,
a la hay que conocer y pagar su precio
pero tenerla por lo que es,
y desecharla cuando llegue el momento,
o reconstruirla y hacerla princesa con la imaginación
y hasta quizás ¡milagro!, hacerla princesa de veras.

Este es el tiempo de ser osados.
Después de cierta edad,
todo se vuelve pornográfico.

Para Ana Veltfort

Nunca el verano en Provincentown
y aun en esta tarde tan límpida
(tan poco usual para Nueva York)
es desde la ventana del autobús que contemplo
la serenidad de la hierba en el parque a lo largo del Riverside
y el desenfado de todos los veraneantes que descansan sobre ajadas frazadas; de los que juguetean con las bicicletas por los trillos.
Permanezco tan extranjera detrás del cristal protector como aquel invierno
—fin de semana inesperado—
cuando enfrenté por primera vez la nieve en Vermont.
Y sin embargo, Nueva York es mi casa.
Soy ferozmente leal a esta adquirida patria chica.
Por Nueva York soy extranjera ya en cualquier otra parte,
fiero orgullo de los perfumes que nos asaltan por cualquier calle del West Side.
marihuana y el olor a cerveza
y el tufo de los orines de perro
y la salvaje vitalidad de Santana
descendiendo sobre nosotros
desde una bocina que truena improbablemente balanceada sobre una escalera de incendios.
La gloria ruidosa de Nueva York en verano,
el Parque Central y nosotros,
los pobres,
que hemos heredado el lago del lado norte,
y Harlem rema en la laxitud de esta tarde morosa. El autobús se desliza perezosamente
hacia abajo, por la Quinta Avenida,
y frente a mí el joven barbudo
que carga una pila enorme de libros de la Biblioteca Pública
y parece
como si se pudiera tocar el verano en la frente sudorosa del ciclista
que viaja agarrado de mi ventanilla.
Pero Nueva York no fue la ciudad de mi infancia,
no fue aquí que adquirí las primeras certidumbres,
no está aquí el rincón de mi primera caída
ni el silbido lacerante que marcaba las noches.
Por eso siempre permaneceré al margen,
una extraña entre estas piedras,
aun bajo el sol amable de este día de verano,
como ya para siempre permaneceré extranjera,
aun cuando regrese a la ciudad de mi infancia.
Cargo esta marginalidad inmune a todos los retornos, demasiado habanera para ser neoyorkina,
demasiado neoyorkina para ser,
—aun volver a ser—
cualquier otra cosa.

Domingo

Recorro las calles de este New York vestido de verano,
con sus guirnaldas de latas de cerveza
y envoltorios de helados,
con su fauna fantástica
desbordada por la Quinta Avenida,
por Broadway,
por Riverside,
toda la increíble fauna y flora
de esta ciudad increíble,
desde los hare krishnas hasta los escoceses con gaitas,
desde el aprendiz de violinista
hasta el discípulo de Marcel Marceau.
Recorro las calles e la ciudad,
obsedida por la pasión de nombrar,
azotada por la furia de fijarlo
y recrearlo todo en la palabra,
esta batalla irremisiblemente perdida
contra la caducidad de todo,
esta batalla incesante y dolorosa
contra la erosión,
el tiempo,
y el olvido,
que lo devoran todo.

Definición

Exilio
es vivir donde no existe casa alguna
en la que hayamos sido niños;
donde no hay ratas en los patios
ni almidonadas solteronas
tejiendo tras las celosías.

Estar
quizás ya sin remedio
en donde no es posible
que al cruzar una calle nos asalte
el recuerdo de cómo, exactamente,
en una tarde de patines y escapadas
aquel auto se abalanzó sobre la tienda
dejando su perfil en la columna,
en que todavía permanece
a pesar de innumerables lechadas
y demasiados años.

La Habana (1968) (I)

Que se me amarillea y se me gasta,
perfil de mi ciudad, siempre agitándose
en la memoria
y sin embargo,
siempre perdiendo bordes y letreros,
siempre haciéndose toda un amasijo
de imágenes prensadas por los años.

Ciudad que amé como no he amado otra
ciudad, persona u objeto concebible;
ciudad de mi niñez,
aquella donde todo se me dio sin preguntas,
donde fui cierta como los muros,
paisaje incuestionable.

Diez años llevo
sin catarla ni hablarla excepto en hueco;
cráter de mi ciudad siempre brillando
por su ausencia;
hueco que no define y que dibuja
el mapa irregular de mi nostalgia.

La Habana (1968) (II)

Que la he perdido,
la he perdido doblemente,
la he perdido en los ojos de la cara
y en el ojo tenaz de la memoria.
Que no quiero olvidarla y se me pierde,
aunque de pronto vengan marejadas
de nombres y borrosas
imágenes:
Soledad, Virtudes, Campanario,
Peña Pobre una tarde de verano
y el parque aquel minúsculo,
tapizado de pájaros,
cuando se conjugaban a anunciar el crepúsculo,
a anunciar en bandadas la nostalgia acerada
tras las horas de O’Reilly,
de libros y bigotes.

Hudson, invierno

Este paisaje irreal
la danza de los árboles
la iglesia que se vuelve, en la bruma, castillo,
y el río que renuncia a su fluir
y adopta
la rigidez y el brillo de un joven granadero.
Todo aquí te recuerda
el cielo siempre gris
los árboles, las piedras,
el río y el acero
Mundo que languidece pues no le has sonreído
tristemente te espera.

La Habana (1968) (III)

Jirones de ciudad
fragmentos sin contexto, los enlaces perdidos.

¿Cómo llegar a, y qué venía,
desde, por dónde iba aquel ómnibus?
¿Qué se me ha hecho la ciudad de entonces?

Preposiciones,
desarticulación,
preguntas.
Ya hace demasiado que estoy lejos.
Te me olvidas.
Que florezcas.
Hasta siempre.

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UN TUNANTE [Mi poema]
César Rodríguez de Sepúlveda [Poeta sugerido]New

MI POEMA ...de medio pelo

Alegre, vivaracho, pendenciero,
podríase decir que era un tunante,
un tipo por demás echao pa'lante
que igual era alabado por el clero
o que otros le acusaran de farsante.

Si es que hoy viviera el mismo, un caradura,
poeta algo mendaz de medio pelo
sacando a pasear un crecepelo,
haciendo una mención a la tonsura
de modo que eso sirva de consuelo.

Experto que en el arte de mentir
haciendo con palabras malabares,
diciéndole al lector que llueve a mares
al tiempo a un sol que abrasa resistir
cual fuera ese el cantar de los cantares.

¿Un jeta, un soñador, un mentiroso?
adicto y servidor de un tal Machado,
que intuye con la fe que Dios le ha dado,
y espera del lector que, bondadoso,
le pueda perdonar si es que ha pecado.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  César Rodríguez de Sepúlveda

MESTER DE VIDRIERÍA

Para Francisco Caro

Preparar
un boceto en cartón que nos sirva de guía;
soplar
el vidrio en placas,
añadiendo el color
(para el azul, cobalto,
cobre
para el rojo,
hierro verde,
manganeso amarillo);
cortar luego las formas necesarias
para ajustar el puzle;
aplicar la grisalla, dibujar
con precisión
cada minucia en las figuras:
los pliegues
de un manto, los rasgos
de un semblante, los jaeces
de una cabalgadura,
unas trébedes
al fuego, una cesta
con pan…

Cepillar bien las piezas
emplomarlas con
mano firme,
ensamblar el conjunto
en su armadura de metal,
hacerlo impermeable a la lluvia y los siglos,
situarlo
donde pueda su música de luz
escucharse alta y clara.

Y todo este milagro
perseguido arduamente,
entre iluminaciones y fatigas,
esta alta sinfonía de colores
lograda con esfuerzo y con ingenio,
que ahora se derrama por las naves del templo,

desde

las esbeltas ojivas, o desde
la flor caleidoscópica
del rosetón,
no es nada sin la luz, desaparece
cuando llegan las sombras.

Porque es toda belleza
el misterioso encuentro
de la lenta fatiga de los días
y una luz misteriosa que viene de muy lejos.

IDENTIDADES

Ya no debe quedar casi ninguna
del billón —más o menos, tiro a ojo—
de células
que formaban mi cuerpo
el día que nací.

Han ido renunciando,
descontentas tal vez
con el rumbo que el cuerpo iba tomando.
El caso es que no están.

Preguntan los filósofos:
si al paso de los años
va cambiando las piezas, una a una,
Ulises de su barco,
¿ese barco ya es otro o es el mismo?

A Ulises le da igual.
Él se ocupa del viento y de las olas.

Cuando hay que navegar, dice sonriendo,
sobra la metafísica.

ALTOS CÚMULOS

No hay que excederse con los adjetivos, nos
apremian los que entienden:
si se prodigan demasiado, el poema
puede sufrir graves daños, morir incluso,
abrumada
su débil armazón por tantos abalorios.
Tan inmoral, tan reprensible
derrochar alegremente adjetivos
como dejarse el grifo abierto o la luz encendida.

Y es verdad que hay en los adjetivos una cierta lujuria
despreocupada, zánganos
de la misma colmena en que se afanan
––ellos sí, irreprochables, eficaces obreros––
verbos y sustantivos,
gente mucho más seria; en cambio,
los adjetivos, cigarras de la fábula, cantan sin motivo
y a veces vienen a no decir nada, salvo a lucir
sus largos cuerpos serpentinos
de irisados reflejos…
Son por eso mal vistos los pobres
adjetivos, tachados de holgazanes,
cuando el resto de las palabras arriman el hombro para decir
lo que toca decir,
seriamente,
con eficaz y sobria gestión de los recursos.

Y yo, pobre de mí, amo a los adjetivos, amo
a estos entrañables haraganes.
a estos exquisitos inútiles.
Amo los trastos inservibles, el lujo o la excrecencia,
lo superfluo, la nata: ahí reside el goce.

No el virtuoso ahorro
sino el pecaminoso derroche de palabras,
traídas
de las profundidades, y ahora expuestas
al sol
como peces venidos del abismo,
con sus bruñidos lomos refulgiendo
cegándonos,
aturdiéndonos,
porque este derramarse, esta malversación, este delirio
es lo que hace soportable ––y a veces también grato––
el vacío.

UNA LÁPIDA MÁS EN SPOON RIVER

En memoria de Edgar Lee Masters

Yo era el merodeador del cementerio,
el fisgón de las tumbas,
el que venía aquí a recopilar
todos sus testimonios.

Al principio, recuerdo que subía
a esta verde colina
en demanda de paz. Buscaba sólo
dejarme acompañar por el silencio,
alcanzar una tregua con la vida.

Sólo tras muchas tardes
me reveló el silencio su textura:
el murmullo del río,
las hojas agitadas por el viento,
y, más tenue, un rumor
como de muchas voces compitiendo
por imponerse unas a las otras.

Así aprendí a escuchar. Fui descifrando
uno detrás de otro, sus monólogos.

Locuaces son los muertos
a poco que uno aguce
el oído (y yo siempre fui curioso).

Me obsequiaba la Muerte un ramillete
de historias subterráneas.
Yo aceptaba encantado, iba guardándolas,
iba haciéndolas mías.

Los oía agitarse al llegar yo,
esperando impacientes que llegase su turno.
Supe de la verdad de sus mentiras,
del áspid del deseo, o del rencor,
que en sus podridos huesos alentaba,
negándose a caer en el olvido.

A todos escuchaba con paciencia y amor.

Y ahora que soy yo el que, aquí enterrado,
suspira por tener quien escuche su historia,
nadie, ay de mí, se acerca a visitarme.

PARA SALVAR A LA BELLA DURMIENTE

Perfectamente inmóvil navega entre dos aguas,
—su corazón apenas un hilillo de sangre—
bajo verdes doseles que el otoño enrojece.

Maldición o milagro este existir sin tiempo,
su latir indeciso entre batir las alas
o persistir aún en el grávido mundo.

Densa fronda preserva su respirar tranquilo,
isla cuyas orillas apenas roza el tiempo,
frágil eternidad oculta y palpitante.

Fronda, veda el acceso a impertinentes príncipes,
preserva la penumbra donde yace el misterio,
siga soñando inmóvil su cuerpo de alabastro.

Que la esperanza de un final feliz
no perturbe la helada perfección de este sueño
pues también las perdices se acabarán un día:
tras el festín acechan la vejez y la muerte.

De Pájaro en la luz. Editorial: Mahalta.

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YO VENGO DE UNA TIERRA [Mi poema]
Luis Alfredo Arango [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Yo vengo de una tierra donde la mar no llega,
donde el sudor releva al baño del verano,
lugar en el que mirando de frente el sol nos ciega,
y resignada el agua dormita en el pantano.

Yo vengo de una tierra donde la mies germina
cercada de zarzas, majoletos, matorrales,
garabatos dibujando, allí el agua camina
por traviesos riachuelos y humildes manantiales.

Donde los verdes pinos, donde los encinares,
destilando su savia perfuman el ambiente,
no habitan limoneros, naranjos, ni olivares,
en su infinita quietud la soledad se siente.

Yo vengo de una tierra donde la mar no sueña
con marinos que fueron a lugares lejanos,
aquí la mies dorada permanece risueña
y los granos de arena no son los mismos granos.

Yo vengo y nunca me he ido de mi querida tierra
aunque ahora sea la mar que tengo más a mano,
ni la brisa marina el viento es de la sierra
ni ahora los paisanos son los mismos paisanos.

Yo vengo de una tierra donde muertos de sed
sus campos labrantíos saliva suplicando,
nunca he visto aquí un barco ni tampoco algún pez
sólo al amanecer los labriegos labrando.

Mañana vuelvo a la mar, a mi casa chiquita,
para de nuevo ir a pasear sobre la misma arena,
a tumbarme y a soñar, llevándome la pena
con el alma rellena de tristeza infinita.
©donaciano bueno

Esa tierra es la de Castilla la Vieja.

MI POETA SUGERIDO: Luis Alfredo Arango

Elegía.

Ahora tenés tiempo y tenés tiempo y recordame.
No me perdás en tu cabeza.
Tantas veces que juntaste fuego para mí,
para mis huesos.
Pero yo era leña verde.
Me quemaba con aquella comezón, con aquel chisperío.
Sólo para eso serví.
Para echar humo y hacer alharacas.
De puro gusto. De macho que me sentía.

Estaba nuevo y me quemaste por encima.
No te di mi corazón.
No.
solamente lo endurecí, lo templé. Me fui en retozos
y en aprender como se siente,
cómo se miente, cómo se olvida.

Te olvidé mucho. Sí.
Te olvidé tanto que
cada vez que te llamo palpo cenizas.

Estoy haciendo un poema, ¿qué te parece?
Para eso me pinto y para tiznarlo todo.
Estoy haciendo versos para vos.
¡Y vos nunca supiste qué era un poema!

Esto es como cantar en una cueva
y espantar a los fantasmas con la mano,
con ocote,
con humo, con humo, con humo que sigo siendo.

Supe lo de tu muerte y en vez de llorar hago rimas:
«Me dijeron que estás muerta,
que has hallado patria cierta…’

¡Babosadas! Puras babosadas,
como ves, no he dejado de ser el chivo pepe
que manoseaba las cuentas de colores de tu cuello.

Estoy ardiendo, ahora sí que estoy ardiendo,
de dolor y de vergüenza porque
jugué con tu fuego y se me ha ido de la piel a lo más hondo
tu terrible quemadura.

Me entristece no haber sido más que un niño,
que jugaba,
que aprendía en tu sabor
cómo es la carne, cómo el hombre es una bestia.

Pero ahora tenés tiempo y tenés tiempo y perdoname.
volveremos a juntarnos. Yo lo sé.
Llegaré, viejo tal vez y consumido,
llegaré hasta donde el pelo se te cae, a donde
todo se detiene, a donde
…¡yo no sé hasta dónde!

Marimba

Marimba
esqueleto de lluvias
palo
teta
cajón de la luna
me cantás en el mero rincón
en lo virgen del alma
donde tengo lo tierno
lo dulce
y este raro animal que
se viste de lumbre
he dormido en tu piel
en tu cauce que sólo conocen
los que aman tu voz
los que saben oírla
entre cientos de voces
animal del diluvio
espinazo
temblor de paloma
me cantás en el mero rincón
en lo oscuro del cielo
donde tengo lo triste
lo negro
lo más primitivo del alma
Sos mi lujo
mi amor
mi legítima esposa.
Tomado de El amanecido.

Qué será de vos Guatemala

Qué será de vos Guatemala
a mil años de aquí
pero no digamos tanto
a ciento y pico
qué será de tus huesos

No quiero ni pensarlo…
Guatemala-tu nombre-inmortal
estará sepultado
estará enterrado
tal vez
sobre los muñequitos de tu infancia

Triste infancia
bella infancia
la más terrible
la más bella
Guatemala felís-que-tus aras
nótese bien que no digo feliz
no hiciste más que bañarte
guacalearte todo el tiempo
con la sangre de tanto muchacho
de tanto viejo
de tanto niño tragado
apagado a flor de tierra…
Tomado de El Amanecido.

Canto florido

Bello país de la muerte lindísimo país
te gustan los cadáveres y para qué negarlo.

Desde que te sabemos
Hasta donde te recordamos
En tu memoria siempre
Nuestra sangre se mezcló con tus entrañas
Tierra con sangre
Agua con sangre
Fuego rociado
Salpicado con la flor ceremonial
de nuestras venas.

Hay sangre hasta en el aire que respiras
Hay ese aroma cálido y humeante…

Adoras los cadáveres en largos viernesantos
Los venerados cuerpos de oscuros santoentierros
cubiertos de ornamentos
de pétalos y llagas
expuestos a la vista de fieles extasiados.

A Juan Sacatepéquez lo enterraste
en una tela morada con oros y brocados
A Juan Comalapa
en un escaparate de plata del siglo
diecisiete
a Joyabaj en la caja de una marimba.

Entierras todos los días
todas las noches
a Juan Ixcoy, Juan Ostuncalco,
Juan Chamelco, Juan Cotzal
cubiertos con plumas de gorrión.

Al ángel Gabriel
a mi hijo Calixto Camajá
a Magdalena Milpas Altas
y Agustín Acasaguastlán
a Domingo Tzunum, Diego Matías,
Manuela Sapón, San Raymundo,
Gualán,
Zaragoza.

A los Santos Apóstoles Pedro y Pablo
a la bienaventurada siempre Virgen
María Cauqué, María Perpetua, María Sabina
María Candelaria
y no me alcanza este papel
la noche no me alcanza.

Asombroso país
alimentado con ángeles llenos de muertos
de flores húmedas y blancas
que no tuvieron tiempo
que nunca más se abrieron en sus labios
de corazones apagados en el polvo
de hermosas osamentas
de ojos recién nacidos
y leches y pezones
y manos amarillas
de rojas verdes manos…

Te embriaga esta canción
Te gusta
Te adormece
Vela tu siesta de saurio extravagante.

Ocho mil tablas de pino colorado / mil cajas de caoba /
cajitas blancas de seda / mortajas de cartón / como se
pueda / entiérrenlos como se pueda / con hojas de maxán
o con periódicos / los pobres que se vayan sin chamarra
/ sin trabas, sin petate / enrróllenle esta bandera /cuatrocientos
quintales de cera de colmena / incienso parafina /clavos para
crucificar / vigas / soleras, dinteles / puertas quebradas
y que abran una zanja de aquí hasta el Usumacinta…

País esplendoroso
Que nadie en ti pregunte
qué sentido tiene nacer, llover, crecer,
dar flor, multiplicarse.…

Que nadie haga pronósticos, ni cuentas,
ni cómputos acerca del destino
acerca de estos pueblos
regados
congregados alrededor del sol
Ni de las plazas brillantes
Ni de los muros caídos
y vueltos a construir…

Aquí nada es verdad
Nada perdura pero
¿Qué importa?…

La vida es un pañuelo
es un hermoso juego
es un instante de pólvora y colores
y nada más…

Tu fiesta predilecta es este gusto
de morir
vistosamente
en grandes ceremonias colectivas
o a solas
tal vez en una celda
con cuatro zopilotes
y un gato enmascarado
y todo por amarte
lindísimo país
poblado de cadáveres
y cráteres floridos.

Relieves de memoria

En Bonampak la tierra tiene ingravidez de plumas
dibujadas por el sol;
la tarde pinta murales de cadmio anaranjado;
cenizas de volcanes extinguidos se levantan
y en el aire inventan dioses y batallas.
Porque después de todo el sueño es nuestra única heredad,
en Uaxactún me quedo a descifrar la piedra donde duermen
-más que números y fechas- estas huellas de gente que murió,
que amaba, que también cortaba flores y aleteaba
tras el anca del jaguar y las sonoras pisadas de la lluvia.
En Tikal, escalinata prodigiosa,
soy un pobre forastero deslumbrado.
Recuperadas luna de otra edad,
fino envoltorio de polvo que guardo en la memoria,
no quiero más tesoro que estos nombres que descorren cielos
verdes,
ceremonias emplumadas con fragancia de copal y miel
silvestre.
Te sitiaron los pumas, Quiriguá,
te devoraron águilas y tigres amarillos
que tenían en los ojos jeroglíficos tallados
de un antiguo calendario.
Beso el barro,
amo el estuco delicado,
me inclino ante los sabios estelares,
ante el pueblo que contaba los luceros y escribió sobre basalto
la única historia verdadera que se ha escrito en esta tierra.

Diálogo donde me sincero

Anoche hablé con Homero y le dije
Mire Don
¿ya se fijó qué tragedia?
No hay Ulises que valga porque
no sabemos griego,
no podemos deleitarnos
traduciendo sus hexámetros.
Pero eso no es nada:
¡Ni siquiera podemos entender
al Rey Pascual de Olintepeque!
Somos huérfanos de padre y madre;
nacimos en esta tierra tan linda y
tal vez aquí nos moriremos,
sin ser grecolatinos, ni quichés,
ni gachupines?
¡Qué tragedia Don Homero!

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A MI MADRE [Mi poema]
Luciano Castañón [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Madre mía que estás en los cielos
rodeada de luz y colores,
hoy te quiero cantar mis amores
por tus tantos y santos desvelos.

Fuiste rosa rodeada de flores,
madre santa que dios te bendiga,
condujiste como diestra auriga
inculcándome a mi tus valores.

De tu inmensa bondad infinita
yo te ruego, madre, yo te imploro,
conseguiste bordar un tesoro
bendiciendo con tu agua bendita.

Si algún día al morir, madrecita,
al lugar en que tu estás subiera
sin dudarlo yo a ti te pidiera
proteger a esta flora marchita.

Que te añoro, madre, que te quiero
que te quise y querré mientras viva
recordando, madre, yo me muero,
del jardín a esa flor siempreviva.
©donaciano bueno

A todas las #madres Share on X

MI POETA SUGERIDO: Luciano Castañón

Ancianos

Ignoran los problemas esenciales.
Vivir es vegetar. La Cofradía
regala a los jubilados el día
de la Patrona distintos vales

que se pueden canjear por unos reales
hechos bollo y vino. La anarquía
duerme entonces como dormiría
un enfermo inyectado por sus males.

Nada. Aire. La vejez los invade
como el corte de secular guadaña
que cercenara sus preocupaciones.

Es barato el engaño del cofrade:
«Te soleas, ríes y vives». Daña
mirar tan inservibles corazones.

Niños

Lisa, lisa es la barriga que enseñáis;
os la tiñe o lame el sol,
ese sol que se incrusta en la angostura de las canes
iluminando vuestros sexos,
sexos que por infantiles y opuestos
hacen la delicia locuaz y procaz de tantas madres.

Niños,
testarudos o sonrientes, jugáis
moviendo vuestras tiernas piernas de alambre.
y con indiferencia paladina,
niños de Cimadevilla,
mostráis el culo al aire.

Mi padre no era marinero

Recuerdo con amoroso dolor
la dilapidación tonta
del obrero sonriendo
?sábado y domingo?
la miseria de su sueldo.

Me apenan los nueve duros
semanales
?por el año treinta?
de mi padre.

Si unos quisieran
ver su desvergüenza
y otros comprender
el sentido de su miseria…

Cuando las adormideras
son rotas
?hirviente el corazón y cálida la garganta?
es consecuente que la sangre corra.

A veces en Cimadevilla
vive un obrero que no es marinero.

La rula

Brilláis como el oro, residuales peces.
Metálico es vuestro torso verde
o amarillo. ¿En qué tono inaprensible
y vuestro mi pupila ahora se pierde?

Color de peces raudos bajo el agua;
(en el estanque peces de colores);
fantasmal color de peces en la lonja
allí donde mis ojos son deudores.

Te subastan, humilde calamar,
Y a ti también, sardina parabólica:
de ojo bicolor, contorno azulado
y ya sin tu velocidad diabólica.

Besugo, bruñido besugo, cara
de simple, dile con enfado a la mujer
que no te arrastre ni tu lomo clave,
asciende vengativo tu boca de beso
y muerde a la mujer donde más pueda doler.

Eres ancha, ancha raya;
cartílago rosa, raya;
aeroplano plano, raya;
masa viscosa,
pero graciosa
en la resbaladiza losa, raya.

-Pero qué feo, pero qué feísimo
es el pez que ahora veo.
-Si me insultas diré que son más feos
tu padre y tu madre, y no lo creo.

Congrio ?tiemble la voz?, es
tu boca de rana y labios de risa
estuche pluridentado y temido
por el pescador.
Ya sin vida, qué
bueno eres en tu circunferencia de nido.

Una palidez de enfermo
trasuda el lenguado liso.
Bonito azul, ¿sabes que tu contorno
tan exacto y convergente
lo envidia el geómetra más preciso?

Juntos estáis, ¿por qué, rape y merluza?
Mal compagina la gris elegancia
junto a la cabezota triangular
-de caperuza?.

Sable, ¿qué enigma esbozas en el suelo?
¿Qué murmura tu ondulación pringosa?
Rígidamente quedas impávido cuando
te dejan tendido sobre la losa.

El suelo de la Rula parece una pecera hueca.
En él ojos equidistantes
oblicuados por la muerte.
En brevísimas cimas, apiñados:
cachalotes locos, arácnidos de mar,
bondadosas tolinas, congrios ávidos,
peces de Cristo, pulpos del demonio
amedrentando un sueño de tentáculos.
Ya no sois peces, oh peces. Sin vuestra
libertad ácuea sólo sois seres ahogados.
Por la baba resbaladizo el suelo.
La alcantarilla rasgada bebe que bebe
el limo residual de peces muertos.

Vientre desnudo,
sangrienta agalla,
aleta y cola
mienten la playa.

La Atalaya

Atalaya, cima cimera,
de la ola marinera.
Desde ti se atalayaba
el oleaje en blanca geometría;
hoy, un destacamento militar
rompe tu armonía pecera
con alambres, uniformes
y voces de: «¡Fuera, fuera!»

Atalaya,
aún sirves para cobijar amor,
y para que a los niños les nazcan
los dientes de la inquietud aventurera,
tan aventurera como la ya lejana
de los playos cuando iban
a la caza ?y no pesca? ballenera.
?¿ Vienes a l’ Atalaya? ?
Pregunta la Filo a Rosa.
Van allá. Parlotea una
para que la otra cosa
mientras la tarde triste o rosa calla.

Calles

Calles, callejuelas tristes
en las que todo es vereda.
Encuentras la que no buscas
y buscas la que no encuentras.

Entra, tú, mira qué nombres:
Tránsito de las Ballenas,
Virgen de la Soledad,
el Callejón de las Fieras.

Si los quieres religiosos
hay Las Cruces y el Rosario;
belicoso: Artillería;
la Corrada es asturiano.

Calles trazadas por un
delineante loco que
tras reír su locura
innominado se fue.

Sube, baja, tuerce el pie
no hay iguales ni dos losas
ni dos casas. Con las nasas
no se cazan mariposas.

Callejuelas, callejones
de Cimadevilla,
que atenazáis corazones.

Alba y pez

De madrugada es cuando el borracho
cruza su vaivén en la calle pina
con el adormilado marinero
que va en busca del alba y la sardina.

Alba que irremediablemente llega
¿ya cobre de sol ya tristura gris?,
desperezando suave al nuevo día
¿nodriza de las dudas del vivir?.

No tan indefectible es el pez que
ansia el marinero desvelado,
pez en plural, pez agónico en el
aire que lo ve renacer atado
a una muerte de mil rebrillos húmedos
apagando su vida en los espasmos.

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CUMBRE VIEJA [Mi poema]
Teresa Melo Rodríguez [Poeta sugerido]New

MI POEMA...de medio pelo

 

El alma de la tierra se ha mostrado
por medio de un rugido,
preguntan y no saben por qué ha sido,
qué pudo suceder, qué le ha pasado
por qué con tanta rabia se ha enfadado
que a todos nos pilló desprevenido.

La bilis va expulsando de su vientre
airada y revoltosa
cubriéndole al paisaje de una losa,
trazando un garabato en la pendiente
con forma simulada de serpiente
y el cuerpo rutilante de una diosa.

Que hay Cumbres que se cuentan que son viejas
mas siguen doloridas,
parece estando muertas van dormidas
pues siguen adelante con sus quejas
tratando liberarse de sus rejas
de tanto que se sienten doloridas.

Caballo eres de Atila, donde pasas
jamás la yerba crece,
que el pueblo ha de tener lo que merece
puliendo a sangre y fuego con sus brasas
dejando vas las uvas hechas pasas
así se crea en Dios ni aun que se rece.

Quién sabe si del fondo del volcán
las voces de los muertos,
resurjan y no clamen en desiertos,
que sirvan de escarmiento a los que están,
adviertan de peligros que vendrán
y a todos pille atentos, más despiertos.
©donaciano bueno

Es cierto eso de que la #naturaleza a veces se rebela? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Teresa Melo Rodríguez

Las altas horas

El día de mi padre me decía al oído:

be careful, its my heart

Louis Armstrong dictaba en el oído
lo que nunca cantó.
Otro hombre perfecto fue su dueño.
Cantores, militares, ya no viven aquí.
Vive Daniela
el eterno retorno de la canción que pide
cuida mi corazón de alturas y cemento.
Y por la suerte cuido.
Levísima es la suerte a la que doy memoria.

Hija mía. Sé libre
ama con esperanza con ingenuidad.

Una taza de té empecé a tomar hace años
y hace más tiempo removía la carne temblorosa
que tomaría el té. Desde ese temblor
escribí, escribí:
ahora cuento las palabras
que quedan sin contaminar.

Dentro de mí el piso 23 la escuela
el corazón que cae.
Tú eres ese cuerpo sin fragmentar intacto.
Hija mía soy libre
te amo con esperanza con ingenuidad.
Quédate cerca de la puesta del sol:
quien la fragmenta y disecciona
no puede hacer que el sol se ponga para ti.
Quien diseca la palabra
no puede hacerte vibrar con palabra alguna.
Eso te doy las puestas de sol que fueron
las sobre mí
las que te inquietarán y aquietarán
y esta palabra sin contaminar
para que la bebas con fruición
como la leche de las altas horas
la acunes, aprendas y mastiques
y te haga luz en la hora violeta
cuando el sol se ponga sobre mí.

Luz ciega

para Belkys Ayón

La punta aguzada dando contra la superficie
el grafito. El vuelo de la mano forma los rostros ciegos
pera reconocernos. Otros ruidos.
La vi entonces asomarse a ellos
como veré mañana, en los ojos de Ilsia, las torres del tarot
convertidas en polvo. Otros ruidos
pueblan con insistencia nuestro mundo mudo:
la punta aguzada del disparo penetra el rostro ciego.
Ni lienzo ni piel resistirá.

Vi cosas que olvidé porque estaban ahí
y eran recias o débiles según como se mire
otros ruidos:
la punta del labio sonriente dando contra el ladrillo
contra una cúpula cercana
contra los muros del Country Club.
Y el rostro ciego se hacía permanente.

No sé lo que recuerdo como no sé dónde está lo que
no permanece. Sólo los otros ruidos: lo que fue la punta

aguzada dando contra los rasgos de cartulina
punta del labio que da contra los muros
y es estriada punta contra piel.

Otros ruidos no supe guardarlos para mí.
Otra luz ciega
donde asomar nuestra impotencia.

Los hermosos ahogados

I
De los mares de todas las islas ahogados
hermosos ahogados emergen para desandar
los trillos que sus propios pasos
abrieron en la hierba.
Fueron al mar
arrastrando sin saberlo la maldición del agua
y como agua dócil sus cuerpos
se abatieron frente a los elementos:
no reposan no duermen.

Ladrones de cuerpos toman sus huesos
los pasillos del cráneo y de los ojos
y parecen animar en breves lapsos
lo que las aguas ya tomaron antes
y fue tributo al espacio de la hierba trillada.

Hermosos ahogados de las islas
sin un pedazo de isla para los huesos
cansados del vaivén.

Es posible verlos a la luz del faro
como bañistas despreocupados de lo que agita
las ciudades y las oficinas

y simula vida
lejos de las pequeñas luchas
de los insectos breves.
Encima de las aguas
no hay aliento ya para los hermosos ahogados.
Ellos son nuestro pueblo submarino
lo que acaso dejemos al minucioso azar
como una pieza suelta el eslabón perdido
hasta la ocasión de entrar resueltos a las aguas.

II
Sostienen la isla y la socavan.
Ignoran nuestro peso en ella
si peso damos a tanta levedad.
Pequeños habitantes no nos miran
y les pertenecemos.
Esperan el naufragio el inevitable
choque la caída veloz:
imanes nos atraen a nuestro destino de agua.
Me pongo allí
en el imaginario tentador de la cama flotante
por nuestras hundiduras, alter ego
las hundiduras.

Lento es lento despeñarse.
Rocas abajo.

III
En la lechosa alfombra
donde descansa a tramos de la ruta marítima
el ahogado hace su propia ruta de sal
ruta de sedas presentidas en los animales vivientes.

El ahogado busca el punto de reposo
pero sólo en el movim
es capaz de mantener el recuerdo de su objetivo.

Ahogados de las islas.
Su hermosura es la desnudez
de nuestras vanidades.
Ahogados de la tierra.
Su hermosura no existe.

La creamos a voluntad
para sentirnos a salvo de un destino semejante.
Pero las aguas escriben su libro inalterable
en caracteres invisibles para el ojo del sol.
Ahogados de las islas
descifran en el libro la ruta venidera
como otros antes fijaron la suerte de las caravanas.

Debajo y encima de las aguas.

Dios es amor danger hay perro

Con la misma eficacia que el cartel de aviso
hacerte decir que lo comprendes. No dejo que me afecte.
El desmembrado cuerpo entra al iris espejeante, al violeta.
La sin cabeza entra con cabeza prestada.
Es fuera de programa. No dejo que me afecte.
Los clarinetes bajo el agua no cantan su reclamo
ave de cacería sálvate.

Tiene gestos humanos, por lo tanto cobardes
por lo demás comunes, por exceso gratuitos.
También ofrezco gestos. Donde la flor búlgara
se exhibe démodé. Y por amor cometo
los interesantes crímenes. Danger Hay perro.
Es decir trampa de agua para el ave
pared acolchada
caja de resonancia con salidas ciegas.

Yo te quiero dormir en la trampa de agua.
En el centro del corazón del pájaro
donde la profecía del insomne

donde la flor búlgara se exhibe démodé.
Y es fuera de moda estremecerse en la plana belleza
donde el misterio sea perdurable.

No dejo que me afecten los carteles de aviso.
Cuídate. Hay perro listo para morder
hay bestia entrenada para soplar la llamada patética
hay cuerno de caza sin sonido bajo el agua.
Cuídate dios será amor
pero yo ave de cacería
sé salvarme.

La breve duración

Leí un largo poema de William Carlos Williams
sobre el amor y los asfódelos. Entre lo que ignoro,
tampoco sé qué cosa es el asfódelo. Otras flores tuve
y de otros poemas gusté y también tuve otras ignorancias.
Es cierto que los poemas colocan cosas sobre el mundo
y que hay personas que no gustan de ellos
ni del mundo,
aunque serían mejores si tuvieran
aquello que tienen los poemas.
¿Qué tienen los poemas, William Carlos Williams?
Provocan la desazón de lo desconocido,
el deseo de asir el humo que emana
de lo que creemos conocido.
Tuve esta flor, por ejemplo, hace años,
sobre la pared de una casa en la que estuve viviendo;
en su patio las orquídeas cubrían el lugar
donde antes estuvo la caseta de madera;
en la caseta de madera, el padre de mi amigo,
una mañana nada especial
amaneció colgado de las vigas.
Las orquídeas luego cubrieron el lugar
pero no borraron su aura de tragedia.

De entonces acá estas flores no perdieron hermosura,
pero igual son materia del suicidio.

Otra flor tuve que vi crecer bajo mi agua
—el lirio perenne descrito por Ariel—;
tenía pocas cosas, paredes alquiladas me servían de hogar:
todavía me sirven.
No tuve asfódelos, tuve éstas para mí.
Y de mí ellas no guardaron memoria.
Es vanidad de los poemas fijar los deseos del otro
y es vanidad de los poetas
creer que sus versos se fijan en el otro
como no lo hace la flor más que el tiempo
que le corresponde.
Si acaso guardaré algo para mí será lo mismo
que di a los otros que se me acercaron:
la breve duración de los asfódelos,
las orquídeas suicidas, los lirios de agua.

Pez peleador virtual pez

para Axel

Nevada la pared que oculta el pez
detiene el roce con que podría ser reconocido.
Deseaba un pez acariciable.
Si algo tornó leve un instante el rictus de la boca
fue ese lugar impreciso que emerge veloz
desde las aguas
y veloz escurre y se evapora.
Difuminado pez en el cristal nevado.
Si algo pudo quedar puesto de pie sobre la tierra
fruto iba a ser de la ascensión nocturna:
tiempo de respirar y dar la cara oculta
como un aletazo cortando la superficie líquida
tiempo de asomar los ojos transparentes

y de reconocer.

Para el oído del pez hubo palabras de aceite
por las que resbalaba inofensivo el mundo
hubo el reflejo de la casa posible días de tregue.

Del pez acariciable el rictus
el aletazo breve.

Ya no puedo confiarlo de la mano a la orilla
aunque tuvo el vientre tierras feraces lo que fue.
Allí quiso ver la casa del espejo enemigo virtual
pelea contra nadie.
No puedo ya contra el hermoso pez
detenerlo aceitar palabras nuevas
que reinventen la casa y transparenten la pared nevada.

Si algo iba a quedar de pie sobre la tierra
fruto del vientre sería y no del juego
de la casa de espejos.
Acariciable pez que desconoce la sangre semejante
la vena cristalina que le anuncia
que no hay enemigos ni guerra ni perdedor alguno.

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EL PERRO DE DIOS [Mi poema]
Juan Manuel González Zapatero [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Dios que existes, si existes dónde estás,
no vengas a embaucarme con misterios,
pretendas ocultarte en monasterios,
me adviertas con que viene Satanás,
o quieras seducir con magisterios.

No intentes distraerme con enredos
ni usar de tus monsergas y artimañas
y aun menos intrigar con las patrañas
acerca tus bondades y tus credos,
queriéndome enredar en tus marañas.

Pues juro te busqué bajo la alfombra
y voy hoy ya a morir sin encontrarte.
Que quise mas no supe como amarte,
al ver que te ocultabas en la sombra
ansiando con fervor por contentarte.

Y llego ya al final de mi destierro
buscándote, jugando al escondite,
pidiéndole a tu cielo que me invite
así fuera me adopte como perro
pues quiero disfrutar de ese convite.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Juan Manuel González Zapatero

LA AMENAZA

¿Es verdad lo que cuentan?
Los gestos de dolor así lo dicen,
las cabezas que gritan lo confirman.
El cielo no devuelve las miradas
y el pánico recorre con descargas
eléctricas los brazos de la gente:
si es verdad lo que dicen,
hay que irse preparando.

Pero ni tú ni yo.
Besémonos despacio
mientras corre la gente.
Tenemos un secreto talismán
que nos protege:
la manera en que hacemos el amor,
trabajando en silencio
por la paz de este mundo.

Así que amor, prepárate
y, si a pesar de todo
es verdad lo que dicen,
démonos aún más besos
y hagamos el amor hasta que pasen
de largo, una vez más, las amenazas.

EL VADO

Han pasado los patos junto al río.
El viento silba su canción precisa.
Los juncos han crecido muy deprisa
y la memoria nada en el vacío.

No sé lo que me trae a este lugar
una vez más, a verme en tu corriente.
La tarde cae cansada sobre el puente.
Creí que era posible recordar.

En esta orilla en forma de paseo,
ebrio tan sólo de mi propio sueño,
me pierdo por senderos de otra edad.

Todo ha cambiado, menos mi deseo.
Murmura el río. Cae rodando un leño.
Más arriba se enciende la ciudad.

LA LECTURA

Abro un libro, y en la santa lectura
la tarde me parece otra figura:
el cuarto humilde, la cortina grana,
el río de palabras, la ventana,
el cielo gris, la nube que destella,
el campo de color verde botella…

E imperceptiblemente (es un decir)
me gana la locura de escribir:
tomo un papel, ensayo una postura,
releo el libro, miro en mi alma oscura…
Pero apenas encuentro la manera,
pues la luz (ay, la luz) viene de fuera:

Lo que mi voz en un susurro nombra
con igual rapidez vuelve a la sombra.
Las cosas huyen como de la quema
dejándome el vacío y no el poema.
Y yo mismo me busco y no me hallo
hasta que al fin, cerrando el libro, callo.

DESAZONADA ESTAMPA

Desazonada estampa de los días
en que todo parece diminuto:
el vecino, la calle, ese minuto
que tardamos en dar los buenos días.

Desazonada estampa de los días
en que todo parece gigantesco:
el vecino, la calle, el arabesco
de otra voz que nos da los buenos días.

Sólo a veces parece que el paisaje,
girando mudo y fiel sobre sus gonces,
abre una puerta y nos invita al viaje.

Quisiéramos cruzarla. Pero entonces
nos sacan de esas vagas fantasías
el vecino, la calle, buenos días.
(Poemas del libro Sea de ello lo que fuere.)

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TIEMPO AL TIEMPO [Mi poema]
Luis Barahona de Soto [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

¡Ay, ahora el tiempo ya para mi no existe!
si al horizonte miro y no descubro nada,
los proyectos ya dormitan en mi almohada
bajo suaves plumas de su mirada triste.

Es en las noches que hasta el sueño se resiste
y en la vigilia sólo hay luz obnubilada,
adormilado el tiempo al devenir asiste
esperando asomar de nuevo en la alborada.

Muertos los sueños, di ¿la vida en qué consiste?
si la realidad anda triste, atormentada,
si de ilusión nuestra existencia no se viste
y por las noches la luna luce apagada.

Hoy a mi reloj de arena la vuelta he dado
para así poder comprobar cuanto me queda
sin distraer, para ello los otros he guardado,
no pienso, no quiero mirarlos mientra pueda.

Tiempo, que miserable fuiste en el pasado
tu, tan tacaño sobretodo en primavera
¿qué hice yo para que de mi te hayas vengado
y sin piedad no me adelantes qué me espera?

Despiadado, de sensibilidad ausente,
eres maligno, cruel, indigno y vanidoso,
yo te maldigo, tiempo, por impertinente
y a los infiernos te condeno por moroso.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: Luis Barahona de Soto

Soneto del licenciado Joan de Faría, abogado y relator en la Real Chancillería de Granada.

El cofre de oro fino y margaritas,
con mil preciosas piedras esmaltado,
que al persa rey por guerras fue ganado
del macedón, con muertes infinitas,

gran Duque, que sus glorias resucitas
y en ánimo te le has aventajado,
para las altas obras fue guardado
que el singular Homero dejó escritas.

Otro más rico es bien que se procure
para éstas del gran Soto, si se mira
el don cual es y a qué señor se ofrece,

porque tan docto estilo en honra dure
de España, de quien Grecia ya se admira,
y el príncipe que tanto honor merece.

Soneto de don Manuel de Benavides, señor de Javalquinto y Estivel y mayorazgo de Almanzora.

Bellas redes de amor, madejas de oro,
sartas de aljófar, púrpura, ámbar, nieve,
del celebrado rostro, a quien se debe
la singular belleza de Medoro,

rendíos al santo y venerable coro,
del rojo Apolo y las hermanas nueve,
que es bien que el mundo y su riqueza apruebe
lo que da el cielo por mayor tesoro.

Y así como linaje y fortaleza
pospuso a la caduca hermosura,
la antigua reina del Catay señora,

posponga y rinda la mortal belleza
al vivo ingenio y ciencia eterna y pura,
y venza al fuerte y bello el sabio agora.

Soneto de Pedro de Cáceres de Espinosa

Sacad a luz de la tiniebla oscura
del Orco, a vuestra Angélica elegante,
cual su Eurídice tierno tracio amante,
aunque con más consejo y más cordura.

Bien pudo ser igual su hermosura,
y mucho el Orco al Orco semejante,
y que uno en Ebro y otro en Ebro cante,
mas grande es la distancia en la ventura.

Que aquella volvió el rostro inadvertida
a la prisión antigua, y no ha alcanzado
volverla el muerto Orfeo al ser perdido;

mas ésta, ya a la luz del sol salida
merced del canto de otro no igualado,
jamás verá la muerte ni el olvido.

Soneto de Joan de Sosa, a los lectores

Albricias los que tanto deseastes
ver la que viva tantos desearon,
pues si en aquello tanto trabajaron
en esto lo posible trabajastes.

Y aun pienso que en deseo les pasastes,
que no sé si en deseos os pasaron,
y al fin no se podrá decir que la gozaron
cual se podrá decir que la gozastes.

Gracias a nuestro insigne Barahona,
por quien está ya más enriquecida
Angélica, que no con su Medoro;

que si ella le dió aquél mortal corona,
dest’otro la recibe, y gloria, y vida,
que es más que Imperio, y que belleza, y oro.

Soneto del licenciado Joan de Faría, abogado y relator en la Audiencia de Granada

Dichosa edad que aquel siglo dorado
aventaja el febeo movimiento,
y en cuanto ha rodeado el firmamento
en nuestra España el fruto ha mejorado.

Con un Apolo nuevo, enamorado
de Dafne no, de Angélica contento,
sus lágrimas cantando y su lamento,
del árbol que ellas riegan laureado.

Parnaso y Citerón con nuevas flores,
adornan frente y sien del nuevo Apolo
por mano de sus musas, confesando,

se mueren por Angélica de amores,
después que está sus lágrimas cantando
nuestro español ibero, Soto solo.

Soneto de Gregorio López de Benavente

La fama que mil ojos trae contino,
y el tiempo cuyo vuelo no reposa,
perdieron curso, y vista, y pluma honrosa,
en una enfermedad que a ambos les vino.

A remediarse fueron al divino
Apolo, el cual con lengua generosa
les dijo: Medicina más preciosa
sin advertir se os queda en el camino.

Decilde a Soto que el licor suave
que por Medoro Angélica vertía
él mismo os administre, y seréis sanos.

Hiciéronlo, y él hizo lo que sabe,
y cada cual cobró más gallardía,
más ojos, plumas, lenguas, curso y manos.

Consejos ciegos

Cuéntase originalmente las causas que movieron a los tártaros para venir primera y segunda vez sobre la China, y el largo cerco del Catayo en ausencia de Angélica, sobre cuya libertad va Libocleo en compañía de Organda a consultar a Demogorgón, príncipe de las hadas, el cual, habiendo respondido a ciertas cuestiones que le han propuesto, predice lo que ha de suceder casi en todo el mundo en aquellos tiempos.

Las lágrimas salidas de los ojos
más bellos, que en su mal vio amor dolientes,
y de los que siguiendo sus antojos
vagaron por desiertos diferentes,
entre las armas, triunfos y despojos
gloriosos, cantaré, de aquellas gentes
que tras su error, por sendas mil que abrieron,
del fin de Europa, un tiempo, al de Asia fueron.

De dos contrarias reinas casi inmenso
poder, que a la India y Citia tan distantes
juntó, y de dos guerreros más aun, pienso
mostrar, de vuestra casta y semejantes;
que si no son por quien se os paga hoy censo
del mundo, son por quien pagárseos antes
debiera, en cuya heroica valentía
lo mucho que os da el cielo os prometía.

Pues ¡oh, vos, grande y única esperanza
de espíritus gentiles, y coluna
de sus memorias vivas!, do no alcanza
olvido, tiempo, muerte ni fortuna;
a cuya voluntad, ceño y mudanza,
responde tierra, y agua, y aire, y luna,
dad favorable espíritu a mi canto,
que comenzando en vos se atreve a tanto.

Y recebid, según soléis, benigno
mi ofrecimiento humilde y sus iguales,
que no es (ya que presente pobre) indigno
de manos generosas y reales;
si aquí os ofrezco (aunque en metal no digno)
las perlas que en las faldas orientales
vertió, llorando, la que pudo y quiso
del siglo ser infierno y paraíso.

Y entre esta y la otra perla, o fino grano
de aljófar, que la crespa concha cría,
aquí el rubí y allí el diamante ufano,
que el uno al otro al sol vencer porfía,
de aquel minero antiguo y soberano
de vuestra singular genealogía,
y del principio suyo, con que ha sido
el orbe tanto tiempo esclarecido.

De aquel Bernardo, aquella gloria, digo,
de España y Francia, y de una y otra espanto,
que de ambas fue ya amigo, ya enemigo,
con pecho siempre leal y celo santo;
de tanto peso es ser de aquel Rodrigo
origen, que lo es vuestro, y darle es tanto
escaques de armas de ínclitos varones,
en que él pintase al fin vuestros girones.

Mas tú de un claro espíritu y divino,
¡oh musa, colma ya mis duras venas!,
pues sabes los secretos por do vino
a ser lo que sospecha el vulgo apenas,
diciendo, en alto estilo o peregrino,
las cosas de misterios tantos llenas,
cubiertas de tinieblas y de errores,
no sin afrenta y culpa de escritores.

Sabráse por qué causas fue movida
a fatigar los reinos del oriente,
de saña, y de furor, y ira encendida,
la emperatriz de la tartárea gente
allí do está la luz siempre ascondida,
y donde nunca el Sol mostró su frente,
sobre el cimerio Bósforo, a aquel lado
por donde el norte eriza el mar helado.

Dejando aparte el hiperbóreo suelo
hay otro más alegre, do la tierra
en fuerza y paz tranquila imita al cielo,
pues nunca teme hambre, sed, ni guerra;
allí entre montes hechos de alto yelo,
en una gruta de cristal, se encierra
la fada Filtrorana, cuya suerte
no está sujeta al tiempo ni a la muerte.

La cual no en otra cosa se entretiene
que, a veces, en tejer, de seda y oro,
aquel cendal sutil que Amor le tiene
cubierto el ciego rostro por decoro,
y aquel pabilo blando que mantiene
su fuego en cera virgen, y el sonoro
estambre, de que encuerda aquel discante
que rompe los candados de diamante.

También, a veces, remediar procura,
con yerbas o palabras no entendidas,
los vicios de fortuna y de ventura,
prestando a los defuntos otras vidas;
verdad es que a las veces se apresura,
y causa en el curar nuevas heridas,
bien como al que su astucia misma ciega,
y aparta el bien, y el mal que huye allega.

Llegó a noticia desta, un tiempo, que era
dispuesto por el cielo que Agricano,
emperador de aquella gente fiera
que descendió del monte Belgiano,
vendría a morir, siguiendo la carrera,
de Amor; el cual gran tiempo amó (y no en vano)
su hija, de quien nieto había tenido
y hijo, y della padre fue y marido.

La fada, por cubrir los hechos feos,
crió en Iberia al hijo, y a la madre
llevó tras los altísimos Rifeos,
con la otra gente que es de Amor cofadre;
vivió martirizado en sus deseos
el valeroso, más que cuerdo, padre,
que al fin, por olvidar, con mucha gente
pasó buscando a Angélica al oriente.

Cuya belleza entonces florecía
con fama sin igual, habiendo hecho
temblar, en vano, cuanto seso había
del mar de Arabia y Ponto a nuestro estrecho;
cercóla el gran señor de Tartaría
y conquistó su tierra, aunque no el pecho,
que no es el ciego Amor cosa tan ciega,
que abrace a quien por fuerza se le allega.

Después que fue de muchos defendida
la empresa, y fue de muchos conquistada,
dejaron muchos en su amor la vida,
y en su crueldad la sangre derramada;
la de Agricano entre ellas fue perdida,
perdida y no buscada, ni vengada
hasta que, no heredando otra persona,
la hija vino al cetro y la corona.

Que aunque era primogénito, heredero
del reino, Mandricardo, había salido
vagando por el mundo aventurero,
perdido en otro intento más perdido,
y por su ausencia, el gran senado entero
de la tartárea fuerza, había elegido
por reina a la alta dama y valerosa,
que hija de Agricano fue y esposa.

Y tuvo en su poder no sólo aquella
antigua posesión qu’el padre había
tenido, qu’es la gente que la estrella
del Polo ve, y en casas nunca fía,
mas todo lo qu’el cita alcanza y huella,
y la Sarmacia, y Ziggia o Circasía,
con todo aquel distrito comarcano
que tuvo el padre y que añadió el hermano.

La cual, después que reina y heredera
se vio del largo imperio, no olvidando
la muerte que a su padre (que antes era
su esposo), por Angélica, dio Orlando,
dejó su quieta silla, y brava y fiera
se vino, el femenil valor sobrando,
a conquistar la ajena, habiendo dado
fatiga a lo poblado y despoblado.

Por fieras gentes y naciones varias,
inquietas y enemigas de sosiego,
condujo sus legiones ordinarias
por fuerza, por amor, por precio, o ruego;
y algunas fue dejando tributarias,
y algunas fue allanando a sangre y fuego,
quitándoles su ley, honor, y haberes,
a batrios, sacas, sogdios, indios, seres.

Supeditó las tierras margianas,
y aunque la China bien se defendía
contra ella, fueron sus astucias vanas,
pues del copete la ocasión tenía,
que al fin rindió las fuerzas comarcanas,
y asedio al gran Catayo puesto había,
do es muerto Galafrón, su hija ausente
holgando en los extremos del poniente.

Tres años tuvo el cerco, y el postrero,
los chinos a tal término han venido
que, dándole gran suma de dinero,
con ella convinieron tal partido:
que si en aquél no pareciese entero
la reina, que en los dos habían servido,
le diesen la ciudad, y juntamente
lo que hay del Gange y su India al fin de oriente.

Y así los ciudadanos afligidos,
habiendo largas postas enviado,
a públicos lugares y ascondidos,
desde el Canopo ardiente al carro helado,
y desde la ciudad a los floridos
campos que el fresco céfiro ha ilustrado,
y no teniendo della nueva cierta,
estaban ya para entregar la puerta.

De aquestos un hidalgo, un Libocleo,
de clara sangre y hijo de Astrefilo,
tomando más a pechos, según creo,
la misma empresa, aunque por otro estilo,
anduvo con la fuerza del deseo
del alto Tanais al profundo Nilo,
vio la África y la Europa en su demanda,
y al fin le aprovechó la sabia Organda.

Que habiendo tanto y tanto rodeado,
de aquella conoció, por nueva cierta,
el traje de su reina, y el estado,
y cómo se casó, y que no era muerta,
mas qu’ella con Medoro había llegado,
y estaba presa, en la ínsula desierta,
donde el poder del Orco tan grande era
que de su libertad se desespera.

Y supo juntamente qu’esta fada,
con todas las demás quería juntarse
en un concilio, a que antes fue emplazada,
do un grave caso había de consultarse;
rogóle y aun metióse en la jornada,
quiriendo de sus fuerzas ayudarse,
que de la libertad allá tratase
de Angélica, y consigo le llevase.

Organda, aunque no afable ni amorosa,
forzada de su mucha cortesía,
por una senda varia y salebrosa,
le puso al pie del monte qu’él pedía;
le puso y le dejó, que a fada o diosa
apenas se concede, y aquel día,
y en otro aun a ellas mismas es vedado,
y nunca es de mortales pies pisado.

Entre India y Citia sube el monte oscuro
con ciegas nubes, y su cuello empina
sobre el Imabo y Caspio, tan seguro
que cumbre igual no ha visto allí o vecina,
a do, cercado cual de cava o muro,
de cavernosos riscos y ruina,
tan alto un templo insigne se levanta,
que con su frente casi al cielo espanta.

Allí Demogorgón, que enfrena y rige
las fadas, cada lustro las juntaba,
los hechos y aun las leyes les corrige,
sus aranceles rompe y otros clava;
a cuál con suspensión de oficio aflige,
a cuál por premio y por favor alaba,
a cuál castiga, a cuál le recompensa
el daño, si le han hecho alguna ofensa.

Pues siendo el año y día en que conviene
juntarse a cortes o al fatal consejo,
cual del Ibero, cual del Indio viene,
cual del Hircano, cual del mar Bermejo,
sin enfrenar caballo y sin que pene,
con yugo, del novillo el sobrecejo,
sin fatigar el mar ni el suelo duro,
rompiendo la región del aire oscuro.

Y al tiempo que llegaba Organda, fueron
llegadas otras muchas más honrosas,
que de oro y varias perlas compusieron
sus ricas vestiduras y preciosas,
con que en el consistorio parecieron,
las unas y las otras deseosas
de preferirse en la belleza a ciento,
y en gala, y tiempo, y en lugar y asiento.

Morgana sola, no como solía,
ni primera, ni más aderezada,
mas siendo junta ya la compañía
llegó, y más de una cosa ya tratada,
suelto el cabello al viento se rompía,
muy sucia y de sí misma despreciada,
del traje y parecer que tuvo cuando
cazada y presa fue del conde Orlando.

Al gran colegio se humilló, y camina
a sentarse en el más humilde puesto,
y, cual con hondo pensamiento, inclina
la vista a tierra, y no levanta el gesto;
a tiempo que algún caso grave Alcina
quería tratar, ya en pie, y viendo dispuesto
el cónclave al mayor daño presente,
así le aplicó el suyo diestramente.

¿Qué no se esperará de aquí adelante
en daño nuestro?, ¿en qué será estimado
nuestro poder?, si un caballero andante
ha sido sin castigo tan osado;
aquel señor de Brava, aquel de Anglante,
si ha sido siempre y es demasïado,
aquí en Morgana quiero que se vea,
que bien lo muestra el rostro y su librea.

¿Quién hay que ya no sepa claramente
el mal que ha recebido de sus manos?,
o viva en los desiertos do no hay gente,
o allá en los garamantas o britanos;
la destrucción de su hermosa fuente,
sus dragos muertos, muertos sus lozanos
y fuertes toros, su poder rompido,
y el edificio ilustre consumido.

Y no con esta injuria asaz contento
seguilla, y alcanzalla, y aun prendella,
¡qué ofensa!, ¡qué castigo!, ¡qué escarmiento!,
hacer escarnio, y risa, y burla della,
tomalle el inviolable juramento,
y que, por si no pueda hablar ella,
ni otra en su lugar, ni quita fuerza
el alegar que hecho fue por fuerza.

Así quedó privada de esperanza
aun de llorar su misma desventura,
pues ni tratarse puede de venganza,
ni desealla, sin quedar perjura;
a todas toca, a cada cual alcanza,
pues ella no lo trata ni procura
por no poder, y es bien que se provea
(aunque ella niegue) que vengada sea.
Sufriéndose esta injuria, nos manchamos
de infame cobardía y de vileza,
y más que a nuestro imperio le quitamos
el niervo principal de su grandeza,
y a otro la ocasión y puerta damos
con que se atreva a darnos más tristeza,
pues quien se venga bien, demás que ofende
a su ofensor, de muchos se defiende.

Así alargó su habla, disponiendo
las fadas a vengar el común daño,
el caso muchas veces repitiendo
por vario y detestable, y muy extraño,
después a Falerina introduciendo
también le hizo, con discreto engaño,
pedir la injuria, hasta allí olvidada,
del jardín roto y la perdida espada.

Las cárceres quebradas, la ruina
y el menosprecio, hizo allí patente,
que recibió de Astolfo Dragontina,
y al fin de Orlando y la francesa gente;
también las fadas blanca y negra inclina
que la muerte de Orilo juntamente
añadan, y con este y otro exceso,
más hojas y cuadernos al proceso.

Después mostró agraviada la Osofana,
la Lematuria, Antandra, y la Circina,
la Febosila, y Marcia, y Filtrorana,
y la Volupia, y Brigia, y Aquilina,
cual del esposo fiel de Galerana,
cual del de Flor de Lisa, y de Armelina,
y todas, con razón más clara y cierta,
del hijo de Beatriz y del de Berta.

Mas nunca Alcina en esto se metiera,
ni la ira le mudara el bel semblante,
si al claro hijo nunca conociera
de la infelice hija de Aygolante;
de verle o de gozarle desespera,
y amor y odio en el cerebro amante
pusieron mil imágines, do alcanza,
aquí restitución, allá venganza.

Perder no pudo, del profundo seno,
que le hubiese Rugero así huido,
no sé si más de amor que de ira lleno,
que mal tras tanto amor se sigue olvido,
mas presto se convierte en el veneno
del odio, que uno y otro es producido
del arco mismo con que el dios ofende,
qu’el alta brasa yela y nieve enciende.

Y así turbar la Francia procuraba
con tal revolución que, destruida,
dejase Bradamante a aquél que amaba,
y que él volviese a la viciosa vida;
para esto vio también lo que importaba
la libertad de Angélica perdida,
y della puso al príncipe demanda,
si no es que la esforzó y la puso Organda.

Sobre esto a la memoria reducía
aquel hadado anillo y lanza de oro,
las armas y el caballo de Argalía,
indigno de apreciarse por tesoro,
y el gran valor que Galafrón tenía,
que, en cuanto pudo, engrandeció su coro,
y de su bella hija la importancia,
para la muerte general de Francia.

Los daños hizo al fin universales,
y general la queja astutamente,
y que debían hacer castigos tales
que no sólo uno sea el que escarmiente,
mas todo el que a las alas desiguales
del águila soberbia alza la frente,
y aquel de quien por cierto se tenía
que si no le estorbasen la alzaría.

Aquí cesó de razonar cansada,
aunque no fue concluso su proceso,
que la querella se dejó entablada
porque se fortalezca en el progreso;
después dio quejas otra y otra fada,
herida la una y otra hasta el hueso,
haciendo más odioso de contino
el nombre de uno y otro paladino.

Si no es Morgana, todas juntamente
a voces piden el común castigo
en la romana y la francesa gente,
sin reservar amigo ni enemigo;
cual por agravio hecho abiertamente,
y cual por odio, y cual porque consigo
tiene rancor e invidia, en vituperio
de la grandeza del romano Imperio.

El público rumor también resuelto
quedó, en que debe Angélica librarse,
que si es su cuerpo de prisiones suelto
podrán con él mil almas añudarse,
será el agravio general absuelto,
vendrá la Francia y Imperio a castigarse,
ni de Águila habrá seña, o Flor de Lis,
ni memoria de Roma o de París.

Demogorgón, que tiene ya entendida
la queja, y cuanta parte tiene en ella,
pues su grandeza halla y ve ofendida
tras la común ofensa y la querella,
tres veces su cabeza sacudida,
eriza cual león las cerdas della,
y arruga la cuadrada y dura frente,
hablando así discreta y sabiamente:

Morgana el daño ajeno verá cierto
si tuerce el rostro en bien de su enemigo,
pues nunca el enemigo descubierto
ofente tanto como el falso amigo,
ni el hombre vivo en muchos vicios muerto
lo puede estar para su bien consigo,
ni la promesa y la esperanza ha hecho
menos que alzar a un vano intento el pecho.

Y al fin hadado amor traerá a Rugero
y acabará, olvidada Bradamante,
la espada ganará el bastardo ibero,
con ella morirá el señor de Anglante,
seréis vengadas todas por entero,
mas antes, por el oro del levante,
veréis dudosa mi verdad y incierta,
y en vuestro seso la esperanza muerta.

Si no queréis ver rota la coluna
de vuestro ingenio, en su primer batalla
no pongáis duda, que a su bien repuna,
de aquél en su tercera es bien guardalla;
en guerras desiguales, y en fortuna,
y en aplazado campo, al fin con malla
y arnés vestida, y con la espada amiga,
ni rota podrá verse ni en fatiga.

¡Oh, firme, y fuerte, y de muy larga vida,
si nunca ante la bella se rindiese,
o si con ella su interese olvida
y no la amase ni la aborreciese!;
romperse ha la prisión do está metida
con mengua cada cual del interese,
ya de la maga, ya del Orco fiero,
cuya secreta historia abriros quiero.

Neptuno, Amor, y Marte, un tiempo fueron
en grande división y diferencia,
que el principado entrellos pretendieron
y a Júpiter lo dejan en conciencia;
él y los que con él allí estuvieron
a mí me remitieron la sentencia;
yo dije que el que de los tres hiciese
mayor hazaña, el principado hubiese.

Y en la contienda el dios del mar, queriendo
ser el primero, hizo que engendrado
de un hombre humano fuese el Orco horrendo
en su ballena (o carne sea o pescado),
a igual de el grande pecho el cuello abriendo,
que Láquesis predijo que ahogado
había de morir, y afirmó Cloto
que no, si no de arriba abajo roto.

Y así le hizo de una piel tan dura,
templada ya en las aguas, ya en el fuego,
que no hay arnés tan fino, ni armadura
que muestre en su defensa más sosiego;
de Atropos supo que de amores jura
que ha de morir, y así le hizo ciego,
y sin distinto sexo, y más hiciera
si corazón y seso no le diera.

Con esto vive el Orco incorruptible,
de lazos muy seguro, qu’el garguero
de humana fuerza no es comprehensible,
que con el pecho tiene un hueso entero,
y más de hierro, que es indivisible
aquel cerdoso y encantado cuero,
y de concupiscencia, que o es pece,
o ni es varón, ni hembra, ni apetece.

Verdad es que consigo una matrona
ha mucho tiempo que conserva y tiene,
mas es porque entretenga su persona
en lo que más le agrada o le conviene,
la vida a sola aquélla le perdona,
y mata toda cuanta gente viene:
los hombres luego, y las mujeres guarda
para el efecto mismo, aunque se tarda.

Ha muchos años ya que el monstruo dura,
Neptuno vive alegre y confiado,
que la sentencia tiene por segura
y casi goza el alto principado,
Mavorte brama y pierde la cordura,
y Amor está encogido y fatigado;
ninguno de los dioses hablar osa,
y espérase el suceso de la cosa.

Pero dejada toda historia aparte,
conviene que se apreste luego Alcina
para el poniente, y a la diestra parte
derrame sus engaños Falerina,
a la siniestra busque por qué arte
los mares alborote Dragontina,
y vaya do quisiere esotra gente,
que Filtrorana basta para oriente.

Dijo, y sin tardar más, en un momento,
no pareció, y dejando aquel gobierno,
se vio del templo solo el fundamento,
que todo lo demás tragó el infierno;
el austro, el aquilón, y el otro viento
que en el poniente es amoroso y tierno,
las llevan, cada cual leda y ufana,
quedándose en el euro Filtrorana.

La cual ha mucho tiempo que tenía
en su poder, el hijo incestuoso
del gran emperador de Tartaría,
hadado como Aquiles el famoso;
con leche de leona y tigre cría
el niño, que ya es mozo valeroso,
quiérelo mucho y aun su muerte siente,
que sabe que le aguarda en el oriente.

Y así mil veces le amonesta en vano
que no vaya a la India ni la vea,
y que en el pueblo moro o el cristiano
podrá ganar la gloria que desea,
y si vengar la muerte de Agricano,
su padre, quiere, que muy cierto crea
que en el ocaso, con diversa suerte,
está quien le mató y causó la muerte.

Con cuentos de Marsirio, y de Agramante,
y de Gradaso, y Carlo, al mozo tiene,
y del gran Rodomonte y Sacripante,
entretenido el tiempo, y cuando viene
en ocasión, con obras y semblante
del fuerte Mandricardo, le entretiene;
que así en la ibera y en la selva hircana,
le tuvo muchos años Filtrorana.

Parte en la Iberia donde fue nacido,
de venenosos animales llena,
ya por el monte Cáucaso crecido,
que toda la circunda y encadena,
ya por el Ponto y Colcos le ha traído,
mas siempre, en el desierto o en la arena,
contino con un solo compañero,
y a veces con el rey de Ponto fiero.

Cien lenguas lo enseñó perfectamente,
que cada cual hablaba y respondía,
y las tres artes con que fue elocuente,
tras de contar, medir, y astrología;
en música salió más excelente
que en toda la demás filosofía,
que dicen que aplicaba el pensamiento
más a imaginación que a entendimiento.

Después danzar, después luchar le enseña,
jugar la lanza y revolver la espada,
que aquella edad tan tierna, de pequeña
es bien que crezca en esto ejercitada;
con letras solas sale zahareña,
de sus provechos floja y descuidada,
sin letras ruda, y desta sutileza
el cuerpo y alma adquiere igual destreza.

Después en ejercicios de la caza
gastarle hace muchos ratos vanos,
do no con solas liebres se embaraza,
leones rinde, y osos mata hircanos,
a pie las tigres sigue, y despedaza
las hienas y serpientes con sus manos,
y a veces a caballo, al cual primero
le hizo corregir con duro acero,

y a veces no rendido, aunque domado
sin qu’el feroz vigor perdido hubiese,
sin silla se lo dio y desenfrenado,
y le mandó que así le corrigiese,
haciéndole saltar de cada lado,
y que de encima dél corriendo asiese
la lanza, que en el suelo está tendida,
y alguna pieza sin sazón perdida.

Después que varias vueltas dio desnudo,
o con vestido y hábito ligero,
y que sufrir arnés y yelmo pudo,
vestir le hizo de pesado acero,
ceñir espada y embrazar escudo,
mas orden no le dio de caballero,
ni usar de su nobleza le consiente
hasta que lo reciba en el poniente.

A do, por ruego de las fadas, piensa
encaminalle; porque se entendía
que sólo el mozo a la común ofensa,
venganza muy bastante prometía;
que de su honor y daño, recompensa,
matando al conde Orlando, les daría;
pues ya Demogorgón dijo primero:
la espada ganará el bastardo ibero.

Mas aunque cierto por aquí se entiende
que en manos deste ha de acabar Orlando,
no sabe si el pronóstico se extiende
a que ambos mueran juntos peleando;
resfríala el miedo y el deseo la enciende,
y entre ellos se anda el tiempo dilatando,
mil pensamientos mira, muda, y vuelve,
y destos en ninguno se resuelve.

Aflígese ella misma, y se consuela,
y esfuérzase con esto finalmente,
que si es la lid en Francia no hay que duela,
que el mozo ha de morir en el oriente;
también conoce, por igual cautela,
que Orlando ha de morir en el poniente,
y así juntallos en París procura,
do tiene por ganada la aventura.

Mas a la fin, con pecho temeroso,
temió la vuelta que fortuna puede
dar en las cosas, y que un fin gozoso
frustrado en medio de esperanzas quede;
temió qu’el Conde siempre fue dichoso,
y que en valor a todo el mundo excede,
y cuántas veces le tiñó la espada
la sangre de Agricano desdichada.

Temió también que la ocasión podría
mudar cualquier prudencia de ligero,
mudar el hado, y el lugar, y el día,
y el fin dudoso en otro lastimero,
en cuanto la batalla se haría
do el Sol se ve resplandecer primero,
donde su dicha o la hadada historia
negaban al mancebo la victoria.

Temió también que si éste fue hadado,
de la cabeza al pie con fuerza tanta,
también al Conde guarda el mejor hado
de los cabellos altos a la planta,
en cuánto será Orlando mejorado,
y de la espada, donde el verso canta:
con ella morirá el señor de Anglante;
no se entendió y se entenderá adelante.

Ningún adivinar salió tan cierto
que no pueda exponerse de otra suerte,
y es éste tan dudoso y encubierto
que no hay quien lo construya ni concierte,
que o dice allí con ella ha de ser muerto,
o durará con él hasta la muerte;
bien puede ser triunfante y poseella,
gozalla siempre, y aun morir con ella.

Así que tales cosas revolviendo,
la fada amorosísima, en su pecho,
estaba el vario caso difiriendo,
por ver neutral y tan incierto el hecho,
aunque en la profecía está leyendo
un verso abajo puesto en su provecho,
do dice, declarando lo primero:
seréis vengadas todas por entero.

Morgana a tal sazón no había olvidado
su ofensa, ni este medio a su castigo,
mas busca el que le fue profetizado
si tuerce el rostro en bien de su enemigo:
ya intenta ver a Orlando coronado,
y váse a España al rey Alfonso, amigo
de Carlos y cuñado, en quien secreto
movió un piadoso celo y no discreto.

Que, pues de sucesores carecía,
si a Carlo en su derecho instituyese,
que ya era rey de toda Berbería,
haría que él de España lo fuese,
y, así como Agramante, moriría
Marsirio, por do toda Europa hubiese
la bendición, que al alma ayuda tanto,
del gremio de la Iglesia sacrosanto.

Por esta parte piensa levantalle,
a Orlando, el seso a pretensiones vanas,
pues cierto Carlos querrá España dalle
en pago de sus obras soberanas;
mas, porque en tal sazón no hay cierta, calle,
por causa de otras guerras comarcanas
dejólo así, y volvió sin dar la mano
a ver do para el hijo de Agricano.

El cual, como animoso, bien quisiera
salir de aquellas selvas, y ir buscando
con quien mostrar ser hijo de quien era,
las fieras y selvajes despreciando,
cuando un pequeño barco en la ribera
de un río, que del Norte frío abajando
lo que hay de allí al gran seno de Isos riega,
halló, y metióse en él, y al mar navega.

Ni sabe a dónde va, ni a do camina,
en el profundo piélago metido,
ni más que cielo y agua determina
que hubieran otro esfuerzo confundido;
mas él va alegre, porque se imagina
de aquella oscura confusión salido,
de Marte por ventura gobernado,
pues fue para su gloria preservado.

Mas en el tiempo que sintió Neptuno
la carga sin igual, que al mar espanta,
su cárdeno color vistió de bruno,
y con furiosas olas se levanta;
mostróse con bramidos importuno,
con tempestad tan grande y furia tanta,
que el cielo con el mar se confundía,
y el mar entre sus pies los aires vía.

Piloto nuevo, y nuevo marinero,
y navegante nuevo el mozo siendo,
un poco resistió al destino fiero;
mas contrastar las ondas no pudiendo,
licencia sin temor le dio al madero,
soltando el remo y entre sí diciendo:
¿de qué me valen esperanza y miedo?,
gobiérnete fortuna, qu’yo no puedo.

Tan a su gusto va y tan descuidado,
si ve subir el barco hasta el cielo
y si lo ve bajar, como arrojado,
a los abismos últimos del suelo,
como el que en tales cosas se ha soñado
y sueña que lo sueña sin recelo,
que aunque de verse fatigar se duela,
con entender que es sueño se consuela.

Parece que le dicen al oído:
tu vida en mil peligros va segura,
para mayores cosas has nacido,
y para más te guarda tu ventura;
cual dijo, entre las ondas sumergido,
el otro, en semejante coyuntura,
al pescador Amiclas: «Calla amigo
que César y su dicha van contigo.»

Yo sé que alguno, que entender porfía
las cosas, llamará locura aquesta,
ajeno de primor y cortesía,
y lleno de simpleza manifiesta,
mas yo por discretísima osadía
la tengo, que en gentil valor se enhiesta,
pues la esperanza de notables cosas
se debe a las personas generosas.

Y tengo por discreto pensamiento
el que lo que por fuerza ha de ser hecho,
aunque en su daño, hace muy contento,
quedando de su suerte satisfecho;
así llevado del furor del viento,
ya por camino tuerto, ya derecho,
el animoso mozo una mañana,
se vio salir en un puerto playa llana.

Sentóse a reposar de la fatiga
que la tormenta al cuerpo había causado,
no al alma, de descansos enemiga
si por la gloria es el trabajo amado,
y aunque la hambre a destemplanza obliga,
no ocupa de las frutas el templado
estómago, ni excede al ordinario
manjar que es a la vida necesario.

Mas mira al mar y al vario movimiento
con que sus montes de agua levantaba,
la gran batalla de uno y otro viento
con que, azotado, el fiero mar bramaba;
volvió después los ojos al concento
que, con diversas voces, ordenaba
la confusión, de tantas voces varia,
tan dulce cuanto menos ordinaria.

En esto aun nunca Filtrorana había
echado menos su presencia amada,
que en sí los varios casos revolvía
de la India, que le estaba encomendada;
la rica tierra que los seres cría,
de do la seda al mundo fue enseñada,
y toda Margiana fue midiendo
y por la ilustre China discurriendo.

Buscando por qué modo Arsace pueda,
triunfando del Catayo y de su gente,
subir a lo más alto de la rueda
que le ofreció fortuna en el oriente;
y así a la fada indujo (que atrás queda,
qu’es tarde sabia y poco diligente)
un yerro, bien contrario a su deseo,
con que engañase al ciego Libocleo.

Sabia qu’este cuerdo caballero,
por el Catayo, a Organda fue enviado
a que supiese della el verdadero
suceso de su reina, y el estado,
y así engañóla, y dijo que del fiero
poder del Orco nadie se ha librado;
forzóla a que esto oyese y entendiese,
y que esto al mensajero le dijese.

Porque después que oyó la profecía,
por falta de su ingenio no entendiendo
el verso oscuro, en que se prometía
lo que ella va buscando y pretendiendo,
de ver la bella libre desconfía,
según lo que del Orco está diciendo
Demogorgón, que en modo razonable
le demostró invencible y insuperable.

Y así con voz llorosa y fatigada,
al noble caballero le amonesta,
que deje por superflua y excusada
de libertar su reina la recuesta,
y pues que mucha tierra es conquistada,
que rinda sin defensa la que resta,
y que el intento a los cercados mude,
porque a ellos y a su patria en algo ayude.

Probóle que ninguno está obligado
a más de lo posible, y que el amigo
que a algún amigo lo que basta ha dado,
lo que le resta ha de guardar consigo;
y pues hacienda y sangre ha derramado,
como uno y otro ejército es testigo,
por su señora, y sabe que es perdida,
no debe derramar también la vida.

Y más si de perdella y derramalla
a Angélica le viene poco fruto,
pues no podrá del Orco liberalla,
cuyo poder y mando es absoluto;
ni puede con riquezas rescatalla,
ni dalle algunas parias ni tributo,
por donde se conozca, agradecida,
su voluntad y fe jamás rompida.

También, para inducillo a tal intento,
le trujo aquellos miedos al sentido
que da la ciencia al tibio entendimiento,
curioso en procurar lo no venido;
acuérdale que en signo erró violento
el Sol y Luna, al tiempo qu’él nacido
fue al mundo con aspectos que, en su abismo,
le muestran parricida de sí mismo.

Y más que si la guerra va adelante
por fuerza, le probó que al fin rendida
la China sería a Citia, y de pujante
vendría a desolada y destruida;
mostróle que la gente de levante,
de tierno pecho y delicada vida,
no basta a defenderse del airado
y duro cita, a guerras enseñado.

Mostróle que después de haber salido
con la victoria, en vano deseada,
si a Galafrón y al hijo habían perdido,
y Angélica está siempre encarcelada,
debía un nuevo rey ser admitido,
y si éste acaso no agradece nada
(costumbre de los príncipes más cierta),
que en él sería su fe, aun con obras, muerta.

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Luis Feria [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Miro al frente y encuentro dibujado,
diminuto un montículo en su frente,
anodino y con árboles pintado,
en paraje que finge inexistente.

Con su calva fragosa observo a un lado
pintado de ocre y tinte diferente,
impávido fisgándole al nublado
que adelantan las lluvias en septiembre.

En frente un caserón semi-derruido
por el paso del tiempo atormentado,
vigila permanente ensimismado
y a la escena se muestra dolorido.

Al pié, un río un susurro cuchicheando
ansioso va corriendo en la ribera:
las hojas de los chopos van lanzando
salmos tristes en oda plañidera.

Agrimadas las fuentes se han unido
para mandar al cielo sus mensajes,
un manto que empapado en un latido,
dibuja un acetato en el paisaje.

Un carro con sus bueyes arreando
por un vecino al que la frente ciega,
poco a poco avanzando va en la vega,
con traqueteo al son. Está escampando.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: Luis Feria

A LA LENTA CAÍDA DE LA TARDE

A la lenta caída de la tarde
amar la vida largamente es todo
el oficio del hombre que respira.
Alzar la mano y detener el cielo.
Destino de la luz, nunca te acabes.

LAS PALABRAS

Las palabras están vivas, y por lo
tanto traicionan; lo que expresan
hoy como verdadero y puro mañana
es falso y está muerto.
L. CERNUDA

Acaso no debiéramos escribir nunca más
sobre una página
pues las palabras son
mayores que la vida
y como a ellas tendríamos
que sostenerlas con el brazo
hasta que llegue el día que el cansancio lo
doble.
Las palabras son siempre más anchas que los labios,
mayores que la ausencia y que la infamia.
Tal vez debamos siempre escribir en los aires,
que el sol en los caminos las incendie un momento
y las vuelva a la nada,
al silencio
y al polvo,
las integre a la noche
y a su germen,
intocables y puras como una antorcha viva.

A UNA MUCHACHA

Si alguien sabe qué puede destruir a la muerte,
qué puede cercenar su mano vengativa,
venga ahora y lo diga cuando estamos a tiempo
de rechazar su fuego que cada vez se aumenta.

Si alguien supiera detener al tiempo
lo diga en este instante.

Cuando toque tu piel el daño no hay remedio;
será como el aceite que se extiende
y no puede volver al vaso donde estuvo.

Donde vivió la rosa vivirá para siempre
una raíz callada.
Donde el rumor de guijas por el río
silbará sólo el aire llorando por los huesos.

Que nadie escuche el ruido de lo que se destruye
si nada puede hacer por evitar la ruina.
Mejor venga la muerte y te corte de un tajo
y te transplante así donde nadie te vea
que no este grano a grano deshacer tu hermosura.

POETA ANÓNIMO

No sé quién eras; puede que yo mismo;
fui plural una vez.
Al leerme me leo;
en la rueda del tiempo vuelvo a ser.

Noviembre

Dime cómo es la vida cuando no sé estar vivo,
despójame de sueños, que la tierra no respira.
Que tu empresa y la mía sean sólo el poema
hiélame si algún día no me asombra mi oficio.
De Calendas

Taza rota

¿Qué haré yo sin tu ojal, dónde pongo mi flor,
cómo voy a decirte secretos a la oreja
si ya no tiene asa?
Currita, cuántas cicatrices;
esta vez no podré encolarte.
Pero no temas, no irás a la basura
sin tu leche diaria; toma ten.
Acaricio tu vientre nutritivo,
pongo los labios en tu borde
Con desazón; qué frío. Que se diga:
en su último día fue feliz.
No tiembles. Yo también te quiero.
De Salutaciones

El armario de mamá

Mamá se olvida la llave del armario
Sésamo ábrete: dentro
una gota de agua para verse mejor;
los pétalos que le sobran de la piel,
el pomo del que se unta el sol,
el cascabel para apariencia alegre,
los zapatos gastados de nadar para atrás a joven,
los ojos azules que se quitó porque el mar la perseguía,
sus manos que nos roban del peligro,
y al fondo el fondo al fondo
Yo,
hace mucho, allá lejos, muy antes de nacerme.

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REQUIEM POR VALPARAISO [Mi poema]
Luis Cardoza y Aragón [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Hoy ¡Dios! en Chile la tierra se ha incendiado,
pareciera que estuviera en son de guerra,
¡qué triste y tan violentada está la tierra!
¿por qué, señor, con nosotros te has cegado?

¡Por qué, pudiendo Tú, el agua no has usado
y saciar así la sed de nuestra gente?
Impasible, quieto, sentado, sonriente
y observando las desgracias te has quedado.

¡Malditas piras de llamas anegadas!
casas que a escombros derruidas has dejado,
de tanta desgracia el cielo se ha nublado

las caras viendo de tus súbditos ajadas.
Hoy junto a ti, Valparaíso, yo he llorado
y por sus almas un requiem he rezado.
©donaciano bueno

Por qué razón la naturaleza es tan #cruel? Share on X

El día 13 de abril al menos 15 personas murieron y 2.200 casas sucumbieron entre las llamas en el que ha sido definido por la presidenta de Chile como el "peor incendio" que ha azotado a la ciudad central de Valparaíso y que ya ha consumido 850 hectáreas.

MI POETA SUGERIDO: Luis Cardoza y Aragón

¡AH!

¡Qué laberinto
recto
de sol
céntrico!

Por mi
teléfono
rojo
me llamaba.

Una flor
llevaba
en la
mano
para
conocerme
a mí mismo.

Preguntaba
por mí
en los
muelles
donde
no estaba.

¡Qué laberinto
indescifrable
de vino
mítico!

Soñando
me veía
caminar
despierto.
Soñando
me veía
caminar
soñando.

Para
llegar
a tiempo
a ninguna
parte,
aprieto
el paso.

¿Para qué
buscarte?
Tú me
encuentras,
noche,
leona
negra.

Es el
presente
ciego
sagitario.

Es el
futuro
siempre
legendario.

Es el
pasado
sol
imaginario.
¡Qué flamígero
laberinto
viví!

¡Quiquiriquí!

ESPEJO

Mi sombra
muerta
me nombra
para que vuelva.

Asomado al espejo
nombro a mi sombra,
se asombra mi sombra
de no ser mi eco.

Cuando se vio en el espejo
tan distinta era de mí
que no me reconocí
y no sé si estoy muerto.

Cuando la vi en el espejo
tan parecida era a mí
que no la reconocí.

Dedicatoria total

Porque nada he deseado
aparte de tu amor
nunca perdí mi tierra
que me invento contigo.
Yo vivo enamorado
de luz, de mar y cielo.
Quisiera estar bordado
en tu alma y tu pañuelo.

TRES POEMAS

1
Deja los lirios, cielos, vanidades
de la utilería de vaguedades.
Gloria de la materia necesaria,
¡oh, absoluto unánime en un cuerpo:
infinita pleamar en un segundo,
vientre elemental, muslo concreto!

2
La realidad no tiene realidad
la realidad es el deseo
hace el deseo la realidad
real la realidad torna el deseo
el deseo es la realidad
vuelve la realidad sueño el deseo
realidad o deseo del sueño
sueño es la realidad del deseo
y deseo la realidad del sueño
deseo sueño realidad espejo
de Narciso trifásico en su infierno.

3
La muerte se suicida en mí todos los días.
Tú lo sabes, y cuando yo me muera
viviré mi vida,
como un príncipe de hiedra
sobre la torre abolida.

SIEMPRE

He vivido casi toda mi vida lejos de mis cielos.
Pero mis pies están marcados en los códices,
en la voz profunda de mi pueblo.
Camino sobre el mar y las nubes que me traje:
son mi tierra firme.
¿Quién me la puede quitar?
Cuando digo que estoy solo es porque no estoy en la plaza pública
sino en cada uno de vosotros,
como en los granos la granada.
Podríais enterrarme en la voz de cualquier niño
si tiene los pies descalzos y ha visto los volcanes.
Mis ojos siempre se abren sobre la luz primera,
y al cerrarlos, sobre mí cae siempre la sombra de mi infancia.
¿Y todo lo que he vivido,
me pregunto, toda el agua escurrida entre mis dedos,
todo lo bailado, no es un sueño?
No he tenido tiempo para soñar, amigos.
Apenas si he tenido para no morirme.
No puedo descifrar el símbolo
porque el símbolo no es un lenguaje.
Estoy tan cerca que no me veis
en las cenizas de los muertos
y en las manos de los niños futuros.
Tercamente guatemalteco,
no necesito recordar, me basta con palparme.
El sueño no tiene vocales,
pero tiene llamaradas y tambores mudos,
y las mismas fogatas
arden en las mismas cumbres.
…Si tiene los pies descalzos y ha visto los volcanes.

NIEVE

Cuando una hormiga cae
ninguno se da cuenta.

Cuando yo estoy sufriendo hasta la médula
sólo yo lo averiguo.

Y se me antoja hoy-no sé por qué zodíaco-
que si sufro lo sepa todo el mundo.

Y que no es justo que padezca solo.

Y que alguna mujer debiera estar llorando
sobre mis metacarpios.
Al menos, ayudándome a llorar.

Me siento solidario con todo aquel que tiene
alguna torva pena, alguna neuralgia,
alguna madre agónica, alguna cárcel suya.

Y sólo pediría una brocha imponente
para llenar los muros de palabras soeces,
hasta que todos sepan
lo enfermamente triste
que un hombre puede estar de igual manera,
de igual simple manera
como caer una hormiga.

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UNA ALMA LLENA DE AGUJEROS [Mi poema]
Anacleto Oló Mibuy [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Tengo un alma repleta de agujeros
que pude acumular y es infinito,
alguno que es mediano o que es chiquito
que tuve que aceptar sin poner peros.

Me duelen los que sangran por la herida,
pues fueron del amor muy mal curados,
y siguen fuertemente ensangrentados,
pasar nunca logré yo a mejor vida.

Los otros, los pequeños, nimiedades,
apenas si los siento o me molestan,
que están pero no están pues que no apestan,
son fruto de distintas veleidades.

De vez en cuando trato de observarles
por ver si con el tiempo sobreviven,
algunos con disgusto me reciben
diciendo si olvidar que he de pagarles.

No dejan que les cierna en una criba
haciendo un apartado a los bravíos,
mas pienso, la verdad, todos son míos,
deber es soportarlos mientras viva.
©donaciano bueno

Y tú, tienes alma, y si la tienes, cómo está? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Anacleto Oló Mibuy

Morir en el Exilio

(A Alberto OBAMA muerto en Madrid esperando, soñando, sufriendo)

Padre:

Ha muerto un guineano más.
No importa sexo, tribu,
circunstancias, lugar.
Ha muerto. Guineano,
hermano, paisano
que se apaga en un día
-y como todos-
con la marea del exilio;
con la soga de la nostalgia.
Y… mueren para no volver
ni a Guinea ni a la miseria.
Y… mueren para no vivir
la vida que no viven,
mientras la noche
el exilio indefenso
la pena y el dolor,
se miran mutuamente
de invierno en invierno,
entre sonrisa y sonrisa.
Que Dios acoja a los que se van…
A los que se van sin despedirse,
nide sus padres muertos en Guinea,
ni de sus ríos y bosques…
Y que la muerte de los muertos
no viole la muerte de los vivos.

Mis Hijos

Todo está aquí, para esconder sus cejas
en la mente de la noche al fracaso del sol.
oscura, como el ébano
de tus bosques…
El solse levanta cansado
de su alcoba de barro.
Todo está quieto Los pucheros se llenan
en las orilla de todas de lágrimas piadosas.
las esperanzas,
desplumando, com ansia, Porque todo está aquí
todas las frustraciones. En la quietud de los días,
sobornando lentamente
las hojas de la esperanza.
Todo duerme como el invierno dime que esas manos
seco del Ecuador, como las otras,
en una cama de polvo mis hermanos del aire
y gravillas rojas… y del cosmos,
Todo el cielo azul somos los dueños de mañana
se cubre todas las tardes sin la sombra de ayer.

Al Río Mumu

Me encontraron verde;
y verde me sentí mustio
en la soledad de la tarde
mirando el sueño del río.
Río de olas tristes.
Tristezas ahogadas del día.
El río se duerme
en su melancolía,
sin vientos ni hombres.
Mi río azul se hizo verde
con su losa muda.
Se hizo vivo en la noche
mientras todo dormitaba.
Río Mumu, Río Mumu.
Testigo de infancias agitadas.
Corre, guardando aguas
en la alcoba de la tribu.

LA VOZ DE LOS OPRIMIDOS

Mis poesías serán leídas un día,
debajo de mis árboles,
sin techos ni barnices de aire.

Será la vieja acurrucada
con su cestón de memorias iletradas.

Leerán los árboles fingidos
de muertos injustos,
y la tierra se moverá espesando
la melancolía de un nuevo sol.

En las tumbas se alzarán
esqueletos de negros invisibles
sentados en su banco de condenados.

Entonces mi poesía acusará
pondrá en cada boca de hueso, la sentencia
y el látigo macabro de penitencia.

Se levantarán todos los muertos
y los huérfanos tullidos de miseria;
algún dedo de papel aplastado
señalará entre los vivos de la historia
el asesino de la Libertad.

Allí se leerá mi poesía fúnebre
y mis líneas de Libertad cruel,
cantarán las gestas sepultadas
en cada flor y en cada árbol.

Muertos y vivos de corazón arañado
de cualquier negra injusticia,
mis poesías llamarán a la resurrección
con la voz de los que no la tuvieron,
con la voz de los oprimidos.
Antología de la literatura guineana, 1984.

YO NACÍ EN MI TIERRA

Yo nací allí:
allí donde el verdor primaveral
oscurece el color del rosal
y la noche entra callada
por las puertas falsas del bosque.

Nací allí chiquitín,
en una isla, sí,
del trineo mañanero,
en zumbidos de la tumba ronca;
rodeado de helechos verdes
en un lecho platanero.

Allí donde se alegra el sol,
y la luna enfría las noches
negras del cielo tropical;
allí donde los niños encharcan,
al molde, la tierra ecuatorial.

Nací allí, entre cantos
y fuentes de lágrimas;
entre ofidios inocentes
y paquidermos corpulentos,
en la frescura mansa de la selva.

Yo nací en ese pueblo
esculpido de ébano,
y rodeado de lagos misteriosos;
en la sombra de un árbol carposo,
vertí mi lágrima tierna.

Broté exuberante
en el misterio de tus máscaras
que guardan tu grandeza,
en la ternura de tus entrañas;
y sonreí, porque nací allí
recogido entre pieles.

Unas manos negras y temblantes,
recogieron mi pequeñez en el silencio;
unos pechos humildes y palpitantes,
abrazaron el capullo de un amor,
mientras una antorcha lucía
y acariciaba mi rostro anónimo.

Entonces del más viejo recibí
la lanza combatiente y herí,
por la sangre de la tradición,
el triunfo de la opresión
con un suspiro sellado.

Unas mujeres entonaron
la danza que abrió mis ojos húmedos;
el canto que corearon las cascadas,
entre ríos y pantanos heroicos;
me abarcaron los bosques habitados,
y África me llamó el Sol.

No le niegues a la flor,
que abonó tu calor,
si te clama en fervor;
no le niegues posar
sobre la tierra que regué
con mi ternura al nacer;
y yo te hablaré en tu corazón.

A UN JOVEN FUSILADO EN SANTA ISABEL

No te habrías preguntado,
con enigmas de tu negrura
Ecuatorial,
cuál es tu nombre
y qué secreto arcano
te reservaron tus padres
en la ahumada boca del Pico
Isabelino…

Y… ya te colocas la soga
de tu juventud
tragando las balas finales
de tus hermanos verdugos.

Y tu cuerpo soporta anónimas burlas
de tantos ojos ciegos
comiendo la libertad de tus huesos.

Mientras llevas confundido
el último sueño de algodón,
entre las tablas mudas
de tu última cuna.

Voy con esta luz de rimas
dejando flores estériles
en las burbujas de tu sangre,
y poniendo, piadoso
en cada carne de tu cuerpo destrozado
las letras muertas de tu libertad.

EL SILENCIO DE LA NOSTALGIA

Hay un silencio violento.
Una nostalgia elocuente.

Hay un silencio anochecido,
noche de muertes blancas;
silencio mudo de varios lutos
sin crespones negros.

Está prohibido derramar el llanto
por la ciudad del «silencio».

Hay un silencio de humo blanco
que se yergue sobre tejados de mimbre;
un silencio de cal,
cal viva para los muertos.

¿Dónde se retiró pavorosa
la esperanza ferviente de un pueblo,
y la luz de su buen lucero?

iQué estrellas alumbran hoy,
tanto dolor y duelo, y tanta pena,
la angustia que devora plácida
la ciudad del silencio!

¡Qué de esa quinta juventud;
qué se hicieron de las fecundas
viejas de mi aldea,
reponiendo congénitos cantares
que exultan los cimientos de hierba
de mi ciudad en silencio!

iQué de aquellos escudos fundidos
en la audacia tenaz
de un pueblo de batallas vencidas
en la crónica de su historia!

Aquellos osados gritos provocantes;
aquel terror desesperado de los bosques
solitarios;
¿Aquél desafío de zumbidos bélicos?

¿Qué, de las claras aguas espumosas
de tus ríos, que, azulados serpentean
entre los surcos fértiles
del pantanal lejano?

iQué misterio amansado, tu caminar,
habrá arrastrado al mar salado
que alimentó generaciones insípidas,
en un puñado de tierra
en un mantel de miseria futura!

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UN SEMBRADOR DE SUEÑOS [Mi poema]
Florencio G. Barbaza [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

A fuerza de leer se ha convertido
en un triste poema,
un texto que en el aire se ha fundido,
que avanza conociendo está perdido,
sin nadie que le salve de la quema.

Que va sembrando sueños a voleo
sin dar ni una a derecha,
al tiempo que presiente que él es reo,
inmerso como está en su devaneo
y miedo a que se pierda la cosecha.

Que es verso que ya nace desvalido,
sin nadie le haga caso,
e ignora si él merece haber vivido,
pudiérase mejor no haber nacido
sabiendo su destino es el fracaso.

Por mucho el susodicho se resista
no servirá de nada,
ni sirve aquí fingir que es comunista,
discípulo del dios, capitalista,
penado está a quedarse en la estacada.

Quizás sea mejor ir contratando
a un grupo plañideras,
que lágrimas por él vayan llorando,
lamentos por el suelo rebotando,
quizás mejor salir por peteneras.
©donaciano bueno

#Nacer para #morir, qué efímero? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Florencio G. Barbaza

ELOGIO A TUS OJOS

He mirado tus ojos serenos,
me be bañado en su luz tardecina,
y he sentido vibrar alma adentro
una voz misteriosa escondida…
Fiel remedo de acordes lejanos,
con arrullo de besos y brisas,
con susurro de mansas corrientes,
con acento de notas distintas,
con la amarga profunda tristeza
que evoca doliente la cítara lírica.

He mirado tus ojos serenos,
me he bañado en su luz tardecina,
y he logrado saber tus angustias,
y he logrado leer tus desdichas.
Hay un dardo mortal en tu pecho
y en tu frente una sombra querida,
una tenue tristeza en tu rostro
y en tu boca una vaga sonrisa…
algo raro que es todo un misterio,
que nadie lo acierta y no lo adivina.

No te importe la cruel carcajada
de esa gran muchedumbre que grita.
Ven a mi, pobre enferma del alma,
y en mis hombros amantes reclina.
Yo te doy el calor de mis brazos,
yo te entrego gustoso mi vida,
yo te ofrendo la miel de mis trovas,
yo seré tu cantor, alma mía…
quien arrulle con versos tus sueños
tus sueños marchitos, mimosa chiquilla.
1920

FANTASÍA CREPUSCULAR

En las postreras horas del crepúsculo,
cuando respira todo paz y calma,
y la tristeza reina en el ambiente
oloroso a sampagas…;
ese momento hermoso
del sol que se desmaya,
ocultando sus últimos fulgores
en las cumbres lejanas,
para dar paso a la plateada luna
que en luces se desata;
cuando pára el acento
de las corrientes mansas,
y de las ramas dormidas
descansan sosegadas
las mayas15 que anhelantes sólo sueñan
en la pronta alborada
para lanzar de nuevo por los aires
la voz de su garganta;
cuando parece que la gente toda
el calor del hogar busca en sus casas,
gusta en estas horas de quietud solemne
mi fantasía alada
de remontarse hasta el azul del cielo
a regiones soñadas
donde no existen viles opresores,
ni pasiones funestas y malvadas.
Nota 15: Pájaro diminuto, de dulce pio, abundante en los bosques del país.

Semejante ilusión mi mente crea
cuando en la imperial calma
de la tarde que muere lentamente,
cual la luz de una llama,
yo dejo en libertad mi pensamiento
que forja una añoranza;
sueño estar a tu lado, y es mi anhelo
y son mi dicha y mi alegría tantas
que con amor te llamo como un loco
buscando a la mujer que yo soñara

en un rato de ciego desvarío,
que con fervor pensaba,
recordando en el brillo de tus ojos
cual fulgor de alborada…

Mas, ¡nada! esta ilusión, fugaz, ligera,
sólo es vana esperanza
que aumenta mi dolor y mi agonía
que me roba la calma,
y arranca de mis ojos melancólicos,
sinceras, fugitivas, muchas lágrimas.
Abril, 1919.

CATILINARIA

Bien, aquí estoy, de cara al Universo,
Altivo el gesto y el mirar sereno;
Lanzando al viento mi sonoro verso,
De grato incienso y de perfumes pleno.

Desde mi alto sitial, indiferente,
Contemplo al pueblo que ante mi se inclina;
La pobre humanidad triste y doliente
Que por la senda del ideal camina.

Me encuentro solo, sin ningún recelo
A los Zoilos pedantes y ruines.
Yo tengo por bandera el ancho cielo,
Vibra mi voz en todos los confines.

Me inspiran compasión esos traidores
Que vallas van poniendo en mi camino,
Mi numen de centellas y fulgores
Les señala a cada uno su destino.

No me asusta el ladrido de los canes
Que celosos envidian de mi suerte;
Yo, como Cristo, repartiendo panes
Protejo al débil cuanto insulto al fuerte.

Soy el bardo rebelde que en sí encierra
Un corazón ingente y bondadoso;
Y mi verbo es de admonición y guerra
Que aplasta al necio vil, ruin y coloso.

No me)espanta la voz del sordo trueno.
Yo no conozco el miedo ni el fracaso,
Mi alma es un sol de resplandores lleno…
Sobre la ignata muchedumbre paso.

¡Oh, musa, ven a mi! Dame tu aliento,
Que quiero hablar retando al orbe entero,
Y aunque el dolor me abrume el sentimiento
No he de soltar mi cítara de acero.

Me gusta combatir. Amo la lucha.
Me siento fuerte ante el cruel tirano,
Y al torpe que mi voz no atento escucha,
Castigo impío con nervuda mano.

¿Qué me importa lidiar?–Si tras la lidia
Me aguarda entre sus brazos la victoria.
¿Qué me importa que otros con perfidia
Quieran manchar mi nombre envuelto en gloria?

Detesto el odio, la traición y engaño
Y a aquellos quienes me odian los perdono;
Podrán viles hacerme todo daño,
Mas no me harán temblar en mi alto trono.

Por encima del odio y de la inquina,
Todos pregonan mi carácter noble.
Yo proclamo mi sangre filipina,
Y tengo la altivez del viejo roble.

He heredado mi roja rebeldía
De un valiente sultán invicto moro.
Es mi sola heredad, y a fe mía,
Yo la guardo como único tesoro…
1920.

TRISTEZAS

Alma presa de dolencia,
Nunca encontrarás clemencia
Si no te acudes a mí:
Yo tu tristeza sentí,
Alma presa de dolencia.

Rosa de melancolía,
Toda pasión y dulzura,
¿Quien te dará su alegría?
Yo por tu bien te daría,
Todo mi amor y ternura,
Rosa de melancolía.

Todo es mentira en el mundo.
El desengaño encontraste,
Tu que mi afán despertaste,
Con tu desprecio profundo.
¡Todo en la vida es contraste,
Todo es mentira en el mundo!

Olvidemos lo pasado,
Ven de mis ansias en pos…
Ya que el amor ha tronchado
La existencia de los dos,
Olvidemos lo pasado.

Lejos de todo, olvidados,
Entre mil plantas y flores
Construyamos nuestro hogar;
Y por siempre enamorados,
Cantemos nuestros amores,
Ciegos a cualquier pesar,
Lejos de todo, olvidados….

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UN VAGABUNDO [Mi poema]
Leonor de Ovando [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo solo soy, humilde, un mendigo de las letras
que versos raudo escribe para matar el tiempo,
de aquí escoje una loa, de allí elije un lamento
y armonizar intento sin uso de más tretas.

Mi sed sacio en la fuente de los puros estetas,
recogiendo hortalizas voy de sus mismos huertos,
mi inspiración se arrima a los mejores poetas,
que yo hago cirugías a corazón abierto.

Vivo de sus vivencias, sueño sus mismos sueños;
anhelo lo que anhelan, deseo sus deseos,
escribo lo que escribo para que tu me veas,

pues que aunque las ideas tienen mismos empeños
no todas gozan de arte brillando en los museos,
yo verso guiños de alma, y espero que me leas.
©donaciano bueno

#En este #mundo de #dios, nadie se libra de ser #pordiosero de algo, por ejemplo de #cariño? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Leonor de Ovando

SONETO

El que’ ab eterno’ es hijo glorioso,
el hombre que’ ab eterno’ es Dios diuino,
el que’ a vestirse nuestra carne vino
ardiendo’ en vn amor tan amoroso;

el que nasçió’ en vn mundo tan penoso
por recobrarnos el perdido tino
y por endereçar el mal camino
que nos lleuaba’ al seno temeroso;

el que salió desnudo’ y con pobreza
siendo Dios rico’, y padesçiendo frío
sólo por dar remedio’ a nuestras penas;

esse reçién nascido, que’ es Dios mío,
con vos reparta de su gran riqueza
y os dé, señora’, el don de pascuas buenas.

De la misma señora al mismo en respuesta de otro suyo

Pecho que tal concepto ha producido,
la lengua que lo ha manifestado,
la mano que escribió, me han declarado
que el dedo divinal os ha movido.

¿Cómo puediera un hombre no encendido
en el divino fuego, ni abrasado,
hacer aquel soneto celebrado,
digno de ser en almas esculpido?

Al tiempo que lo vi quedé admirada,
pensando si era cosa por ventura
en el sacro colegio fabricada.

La pura santidad allí encerrada,
el énfasis, primor de la escritura,
me hizo pensar cosa no pensada.

El Niño Dios, la Virgen

El Niño Dios, la Virgen y parida,
el parto virginal, el Padre Eterno,
el portalico pobre, y el invierno
con que tiembla el auctor de nuestra vida.

sienta (señor) vuestra alma, y advertida
del fin de aqueste dón y bien superno,
absorta esté en aquel, cuyo gobierno
la tenga con su gracia guarnecida.

Las Pascuas os dé Dios qual me las distes
Con los divinos versos de esa mano;
los quales me pusieron tal consuelo,
que son alegres ya mis ojos tristes,
y meditando bien tan soberano,
el alma se levanta para el cielo.

DE LA MISMA SENORA AL MISMO EN LA PASCUA DE REYES

Buena Pascua de Reyes y buen día
(Ilustre Señor mío) tengáis este,
Adonde la clemencia sacra os preste
Salud, vida, contento y alegría.
Del niño y de los Magos y María
Tan bien sepáis sentir, que sólo os cueste
Querer, que sea el espíritu celeste,
Y así gocéis de la alta melodía.
Albricias de la buena nueva os pido,
Aguinaldo llamado comúnmente,
Que es hoy Dios conocido y adorado

De la gentilidad. Pues se ha ofrecido
En parias á los Reyes del Oriente:
Y su poder ante él está postrado.

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ES MALA, MUY MALA [Mi poema]
José Emilio Tallarico [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Es mala, que es muy mala.
La glucosa no tiene compasión,
ausente como está de corazón;
si quejas, ella dice le resbala
y así que le eches sal nunca se sala,
no atiende ni obedece a la razón,
que es cruel más que una bala.

Mas no hace distinción,
lo mismo sean Tirios o Troyanos,
-aquí se salvan algo los veganos-,
produce a su existir un desazón
que tienen que sufrir sin remisión,
cuidando cual se cuida a los hermanos,
se aguanta un mal sermón.

No creas que se queja
que intenta ella pasar inadvertida
en tanto va creándote una herida,
así de molestarte nunca ceja
haciendo de tu páncreas su molleja
que englute hasta pasar a mejor vida
peor, tras de una reja.
©donaciano bueno

Silenciosa acompañante de por #vida? Share on X

Yo soy diabético por la gracia de Dios y de mi madre que me lo dejó en herencia

MI POETA SUGERIDO: José Emilio Tallarico

CREÉS MIRAR LEJOS

Creés mirar lejos
pero son tus manos que palpan lo oscuro.
Deambulan por un ancho vacío
y de pronto caen, se cruzan,
nunca para rezar
sino para sentirse menos solas,
o para volverse oscuras y vacías
como ese aire que las nutre.

ACERCA DE UN VIDEO DE EZRA POUND

a Eduardo Dalter

El “tío” Ezra , acompañándose de un bastón,
recorre un camino arenoso lamido por las aguas.
Ingresa en una iglesia vacía
y se sienta en uno de esos largos y lustrosos bancos,
tan típicos, con su reclinatorio posterior.
No reza, da un giro mínimo, hacia la lente que lo busca
desde el pasillo principal.
Es él: il miglior fabbro, el impulsor, el erudito.
Una figura magra, un ojo anciano
en los corrales de la luz y la sombra.
(Uno de sus poemas se oye al fondo
y más al fondo golpean las aguas.
–Pull down thy vanity –así resuena la voz temblorosa.
–De lo que amas no te privarán –había dicho antes.)

Entonces vemos que regresa de su paseo matinal.
Lentamente viene hacia nosotros.

ELEMENTOS DE LA FLOR

Las manos como un cuenco
riegan la flor
para que entregue su fragancia.

Agua por aire cambio.

Aire de vos,
mojada.

DEL CORAZÓN SE TRATA

Como Locche, resiste a su modo.
Zarpazo más, zarpazo menos (rozaron, pasaron ya).
Lejos de cabalgatas áridas y de fatigas.
En el día, ante lo que se mueve en nombre del destino,
parece canturrear.
(Es único.)

USTEDES, IMÁGENES

Ustedes, imágenes
que no liberan ni condenan:
deambulen, solácense más o menos cerca
de la textura o el canto, festines de Maya,
crines, glorias carnavalescas.
En definitiva, vida sensoria son
(sus ráfagas, cordial derroche). Observo cómo se hamacan, lúdicas.

(Saben que cada día yo las protejo de la muerte.)

LE PENSEUR-1880

Con la pose forzada
ningún horizonte se entrevera.
Amargo rey que liba en los zanjones de la infancia.
Mole, quietud sin liberación
(un surtidor de náyades desbarata el futuro).
Extraño rey: ¿cómo es posible estar y no estar a la vez?
¿Quién forja el pensamiento?

ELOGIO DE LA EMOCIÓN TARDÍA

De mi helenismo tardío de cincuentón acorralado
poco puede esperarse.
Los nombres que Homero prodigó
para la permanencia y la metáfora,
reniegan de mi oficio.
Troya, Hades, Itaca: cielos ahora indiferentes
a los designios del amor.
Cada generación se prueba túnicas,
reescribe diálogos, se despacha con fárragos de citas y alusiones,
conmocionada ante esa enorme, inextinguible ceniza.

(Yo soy un impostor que gime porAriadna,
un pálido convidado de piedra.)

ACTUALIDAD DE LA TRISTEZA

¿Tendrás un firewall contra la tristeza?
¿Un adaptador de última generación
para que este caballo siga y siga,
y a la hora de beber el charco sea emoción del paisaje,
y el olvido un hallazgo en el aire,
una palpitación ajena al infinito pudridero?
Los chinos alojaron la tristeza en los pulmones;
con todo respeto por su reino explosivo,
yo propondría un sitio mucho más popular: las bolas.
Aquí decimos bolas-tristes, ¿no?
¿Alcanza la perplejidad del ser en el carnaval de la desdicha?
¿Y lo demás? ¿Almas del paraíso, samadhis, reencarnados?
¿Cuánto de enjuague cerebral y jugo de prozac
requerirá mi aplauso, mañoso de por sí?
Entonces, que la electrónica se acerque y nos ampare,
como si fuera una cosquilla para vos, para mí
contar con esa viejecita de tan poca prensa: la tristeza,
tristeza de los hombres que pasan.

ALLÁ LA VOZ, LA MÚSICA

Ni con los teros del temor,
ni con el cocoliche dulzón de la garganta,
tampoco con las piedras que tiramos al río
pudo hacerse el poema.
Tal como entonces, la comadreja mueve
con hocico pragmático su cría, reasegura el tiempo.
Faltan aquellas piedras, claro, y no hay voces
venidas de Calabria a colmarme de amor.
Pero el miedo es un lecho donde yacen ahora
la carroña y la máquina.
Infancia: ¿todavía construyéndote en mí?
Benvenuta nostalgia.

UNA ENTREVISTA DE TRABAJO

Yo quise traspasar el umbral de los cerdos.
Comí con ellos bajo el espíritu de las edades,
con la parte cautiva de mí,
con mis orígenes de pobre tipo fiel.
Fue inútil: la verdad, como una rosa fría,
sangró por mi boca.

LA SEÑAL PRECISA

El dogma del corazón nos hizo fuertes
(pero nunca supimos si la historia del amor humano
abrevó en el suburbio, o si aún se escribe
ante una luna temblorosa y porfiada).
A empellones regresa nuestra sangre,
tropezamos con sueños y banderas caídas,
en el rostro del enemigo conjuramos la profecía desolada.
Una mezcla de días y de noches brama como viejo dragón.
Todo el pasado está encendido, tras la cerca, afuera,
como esas luces de hospital.
Pasa un rencor que anduvo zigzagueando,
pasa la niña de aguas cálidas, suspira,
pasa mi gato soñador.
Al fondo de un placard miramos la señal precisa:
nudos en el pañuelo de la madre,
pilatos perfumados que la noche recobra.

POSTERIDAD DEL PARQUE

Trabajo vano de los cuerpos.
Palabras
por cuyas líneas disipadas
se empecina el rastro del amor.
Y el sol quema estos álamos. Siempre.

LO QUE NO CALLA

Pierdo “visión de tablero”
(como supongo le sucede a un toro
cuando avizora su objetivo).
Alguien podría aducir
un “fuera de contexto”
(y no andaría lejos).
Como una pena sin pena,
como un destino sin destino,
la “vía negativa” de Meister Eckhart
en su versión doméstica.
Y de pronto se condensa un poema en la mente.
El paisaje es el mismo, la desazón también.
Pero ahora hay un poema en la mente.

UN SURCO

a Graciela Zanini

Nadie tiene acceso
a la experiencia real de quien escribe
casa, amor, barcos, distancia,
la rigurosa relación del hombre
con sus cuitas
mientras llegan las cosas, golpean
con nudillos de plata,
golpean con áspides de bruma,
y es raro estar enmascarado
tras el velo de la pasión poética,
abriendo un surco tal vez,
echando harina o arañas de la mente ahí,
se conjetura
anduvo por aquí ese hombre,
pudo callar y no lo hizo.

COMO RAMAS SECAS

recuerdos que se queman como ramas secas
ceniza improductiva
donde no vibran glándulas ni manos
en la memoria duermen su distinguida ajenidad
sin aroma ni lágrimas
pérdidas alzheimers
que la vida preserva

LENTE INFINITA

a Bruno Francisco Tallarico

Hay un espacio para gobernar con la mirada
y un espacio para gobernar con los ojos.
En el espacio de la mirada me deshago,
en el de los ojos, recomienzo.
Ir y volver, de eso se trata.
Partir de una escritura conmovida
o de una esquina soleada.
Pero volver: del polvo a la inocencia,
de la extensión a la perplejidad.
Ir y volver. Como el acróbata
que debe recaer en sí mismo
y entonces transfigura ese aire que atesora
para saciar su vértigo.
Ciudad donde campean los colores frugales,
los pequeños olvidos.
En eso están los ojos al testimoniar,
procurando que nada se pierda en el espacio,
ni la estampida de la luz, ni sus reflejos.

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PREDICAR CON EL EJEMPLO [Mi poema]
Cecilio Acosta [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Pues siempre fue él un hombre comedido,
que al cuerpo le tratara con esmero,
no fue un truhán y aun menos pendenciero,
se tuvo por no ser ni resentido,
si excesos cometió fue ser sincero.

Tampoco un fumador empedernido
que en eso de fumar quiso primero
a ser de las mujeres pordiosero.
Si alguno alguna vez le vio bebido
permita aquí le tilde de fulero.

¿A drogas sucumbir? otra falacia.
Cumplía con el fisco y le pagaba.
Adicto a su trabajo se cuidaba
de ahorrar y no gastar en la farmacia
aquello que el trabajo le rentaba.

Su vicio, predicar con el ejemplo,
causaron al finado mil disgustos,
en forma de rechazo. Y es que a injustos
al hombre no hay quien gane así que al templo
acuda pues se oculta tras arbustos.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Cecilio Acosta

LA CASITA BLANCA

Luzcan tus tardes de zafir y grana;
rosal disfrutes de tu mango injerto;
goces, en medio a perfumado huerto,
las auras frescas de gentil mañana!

No insomnios turben tu tranquilo sueño;
no sombra empañe tus ensueños de oro,
de esos que suben hasta el alma coro,
o infiltran en la sien dulce beleño!

Palomas bajen a picar tu suelo,
que al lado esté de tu casita blanca,
y a pocos veas que su vuelo arranca
la turba inquieta hacia el azul del cielo!

Mires cual sitio de encantada Ninfa
tersa laguna cual a veces vemos,
y ánsares níveos de pintados remos
cortando lentos la argentada linfa!

Haya no lejos alfombrada loma,
que se alce apenas a la tierra llana,
y allí subas a ver cada mañana,
si elalba ríe, o cuando el sol asoma!

Haya manto de verde y de rocío
en el momento que los campos dora
la pura luz de la rosada aurora;
y en calle de naranjos que va al río

y se abre al pie de la felpuda falda,
césped encuentres para muelle alfombra,
follaje rico para fresca sombra;
yfruta en que el color es de oro y gualda.

A un lado esté la vega; el campo raso;
los ya formados sulcos por la reja;
el último que traza y detrás deja
la tarda yunta en perezoso paso;

y montado en el sauce culminante
el canario gentil ser rey presuma
y, ajustando la de oro regia pluma,
a vista de su imperio gloria cante!

La partida de caza vocinglear
la quinta deje al despuntar el día;
ágil salga y festiva la jauría,
atraviese del valle a la ladera,

recorra sin ser vista la cañada,
y tras de tramontar los altos cerros,
saltando observes los pintados perros,
entre alegres ladridos, la quebrada;

y después de subir agrio repecho,
de la cima en los altos miradores,
divisen los cansados cazadores
alzarse el humo del pajizo techo!

Al terminar el día, el afán duro
del campo cese, que el vigor enerva;
llegue buscando la feliz caterva
descanso en el hogar libre y seguro!

La parda luz de la tranquila tarde
apague de la noche al fin el velo;
a poco luzca en el remoto cielo
de las estrellas el vistoso alarde;

y mientras el aura entre las hojas suena,
haya para el placer bebida helada,
en barros de primor blanca cuajada
y en medio a bromas mil rústica cena!

Cerca esté del cortijo la vacada
que a las veces se sienta estar bramando,
y alt iempo del ordeño, en eco blando,
se queje la paloma en la hondonada;

Venga en totuma con su pie de plata
la blanca leche a rebosar la artesa,
que el aire luego con su soplo espesa,
temblar haciendo la movible nata!

Que el ave matinal tus pasos siga,
vuele confiada a tu graciosa mano,
y allí pique atrevida el rubio grano
que tú propia tomaste de la espiga!

Que tengas frutas que en sazón maduren,
y vayas con tu cesta a recogerlas;
que tengas fuentes que salpiquen perlas;
que tengas auras que al pasar murmuren!

Murmuren cantos bellos, celestiales,
que sirvan a borrar fieras congojas,
de esos que forman al temblar las hojas,
o el arroyo al mover de sus cristales!

Ante el altar que en sacras llamas arde,
por ti tu madre su oración eleve,
que grato Dios hasta su trono lleve;
y El mismo en urna misteriosa guarde!

No la mía separes de tu historia;
no mis deseos más te sean ignotos;
ni olvides nunca mis fervientes votos,
ni me apartes jamás de tu memoria!

La gota de rocío

«No hay brillo como el mío
(Dijo ufana la gota de rocío
Al verse aclamar bella
En medio al campo en que el ornato es ella),
Ni quien cual yo, galana,
Sea orgullo y primor de la mañana.
En globo pequeñuelo,
Sobre hoja que ya dora
La prima luz de la rosada aurora,
Soy breve suma del fulgor del cielo
Que, en vastos horizontes,
Se ve en valles lucir, y se ve en montes.
Y soy también, para mayor decoro
De mi almo origen y mi cuna de oro,
Delicado vapor que en ondas sube,
Llega tal vez a la flotante nube,
Tal vez instable de la altura baja
Y en el aire suspenso en perla cuaja.
Bordo a veces las flores
Para de ellas beberme los colores,
Y en formas mil distintas,
Cada cual de por sí fijable apena
En el mudar de la movible escena,
Del iris tomo las variadas tintas.
El aura me regala
Con los aromas que el vergel exhala,
Y, por verme temblar, con ala leve
Jugando me conmueve.
Yo nazco con el día,
Tengo palacio en la arboleda umbría,
Y en aguas bellas de matiz cambiante,
Ya semejo al cristal, y ya al diamante.»
Así la gota en su discurso ciego,
A tiempo que de ráfaga impelida,
De la hoja desprendida,
Llegó a caer y disiparse luego:
Tal vi una vez en mi jardín acaso;
Y prueba así este caso,
Que el mundano esplendor es de un momento,
La vida nada, y el orgullo viento.

Madrigal

Echó de menos la Aurora
Una vez su luz que dora,
Y como día tras día
Pálida siempre salía,
Dando quejas lastimosas,
Lloró perdidas sus rosas,
Y en encontrarlas se aferra
Corriendo cielos y tierra…
Delia, ya sé que es robado
El esplendor con que brillas,
Y que la Aurora ha encontrado
Sus rosas en tus mejillas.

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