A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

TODOS PASAMOS [Mi poema]
Enrique Badosa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy pasas tú, paso yo, pasamos todos.
cada uno, cada cual vamos pasando,
lentos unos, raudos otros caminando,
a menudo vamos cuerdos o beodos.

Entre tanto divagar vamos sembrando
y esperando una migaja recoger
que permita a nuestro espíritu crecer
y acabar nuestro final ya defecando.

Y así un día y otro día ¿quien lo sabe?
aunque listo sea nunca ha de prever
será hoy, quizás mañana que esto acabe.

Sólo piensa en el final pues el ayer
está lejos y presiente hay algo grave
que es posible que le vaya a suceder.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDO:  Enrique Badosa

ES HORA YA DE HABLAR. EN ESTA PUERTA…

ES hora ya de hablar. En esta puerta
el día terminó. Ven y reposa
junto a la luz de nuestras noches blancas,
la luz de estar a solas.
Ya todo es del amor, y velaremos
en las palabras tenues,
pues de nuevo sucede que la noche
deja de ser oscura en nuestras horas.
Agua fresca en tu voz, yo que la bebo,
tú cercana, tan cierta,
dormir y despertarnos poco a poco
en palabras de amor madrugadoras.
La luz de cuanto hablamos, fue dejando
un horizonte azul en la pared…
¡El día una vez más, y ven conmigo
a dar un nombre nuevo a cada cosa!

EPITAFIO DE UN POETA RENEGADO

EN arrebato de autocomplacencia,
después de tanto premio bien ganado
y de cubrir su cráneo devastado
con los laureles de la Gaya Ciencia,

comete la patética insolencia
de declarar, muy alto y descarado,
que ateo de la Musa se ha tornado
y que la inspiración sólo es paciencia.

Que ya no esperará la voz suntuosa
de la supuesta diva caprichosa,
y será magistral siempre que quiera.

La Musa, no remisa, sí vejada,
le arranca la peluca laureada,
e «ipso facto» su cráneo es calavera.

PUESTO QUE CADA DÍA ES MÁS DE NOCHE…

PUESTO que cada día es más de noche,
vuelve al placer de tus primeros libros,
acaricia las cosas familiares
que sientes extraviadas por cercanas,
recuerda el conversar de tus mayores,
sus gestos que te amparan todavía,
aquel mirar que te enseñaba a ver,
repósate en los nombres con que amaste,
vuelve a tus oraciones cuando niño
y con la sencillez de la confianza
saluda a Dios y espera en su amistad.

EN MEMORIA

¿QUÉ caminos te tienen escondido?
Un roce te apartó de nuestro lado,
y dejaste de andar por un cansado
viento de puertas rotas al olvido.

Hacia un buscarte a ti tan sólo has ido.
Te inicias en tu muerte. Te has llamado
fuera de este lugar acostumbrado.
Te alejas de vivir. Te has conseguido.

Qué pronto te apartaba el pensamiento
de nuestra soledad tan acallada.
Pero queda el silencio que te nombra.

Ya recorres, veraz, extraño, lento,
tu plenitud sabida y encontrada,
donde vive en tu luz tu misma sombra.

EPITAFIO DE UN POETA RENEGADO

EN arrebato de autocomplacencia,
después de tanto premio bien ganado
y de cubrir su cráneo devastado
con los laureles de la Gaya Ciencia,

comete la patética insolencia
de declarar, muy alto y descarado,
que ateo de la Musa se ha tornado
y que la inspiración sólo es paciencia.

Que ya no esperará la voz suntuosa
de la supuesta diva caprichosa,
y será magistral siempre que quiera.

La Musa, no remisa, sí vejada,
le arranca la peluca laureada,
e «ipso facto» su cráneo es calavera.

PUESTO QUE CADA DÍA ES MÁS DE NOCHE…

PUESTO que cada día es más de noche,
vuelve al placer de tus primeros libros,
acaricia las cosas familiares
que sientes extraviadas por cercanas,
recuerda el conversar de tus mayores,
sus gestos que te amparan todavía,
aquel mirar que te enseñaba a ver,
repósate en los nombres con que amaste,
vuelve a tus oraciones cuando niño
y con la sencillez de la confianza
saluda a Dios y espera en su amistad.

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HISTORIA DE UN BORDILLO [Mi poema]
Carmen Prada Alonso [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Sentado en el bordillo de una acera
a solas con su rabia y su lamento,
cansado de aplacar su sufrimiento,
calmando el malestar a posadera,
premiando en el reposo a su cadera
respiro da al sudor y toma asiento.

Pues Dios quiso que fueras de cemento,
y siempre permaneces solitario,
no pensaste que un día, solidario
del poeta tú fueras su argumento
para versos, brillando cual sarmiento
en la hoguera y encima su sudario.

Quizás ese compadre que hay sumiso
algún día te acerque a la memoria,
este acto de bondad, día de gloria,
que hoy traigo a colación con tu permiso
¡Te has ganado, oh adoquín, el paraíso
entrando a formar parte de esta historia!
©donaciano bueno

Eso si que es una #obra de caridad? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Carmen Prada Alonso

VARADA

Varada en el mar de tu luz,
bajo los rayos húmedos del alba,
siento el vértigo del júbilo
que me hace sonreír,
para que Tú me sonrías.
En este espiritual desierto
me llenas de amor sin plazos,
me siento ser, más que hacer,
me dejo seducir por ti,
renazco y me renuevo,
y el néctar de siempre Tú
me hace porción de tu pueblo.
Te escucho amorosamente,
sin distracciones,
y con firmeza proclamo tu primacía.
En mi alfar está al solaz
la alcarraza que guardará
la lluvia fresca de tu palabra,
y ofreceré agua al peregrino,
y el peregrino a otro peregrino,
cristianos unidos en tu amor,
semillas que fecundan
el vientre de todas las tierras.

Varada en el mar de tu luz
proclamo tu primacía.

SIN DÍA SIGUIENTE

Asomas tu cuerpo a la luz no poseída,
que llega, como siempre,
cruzándose con los espectros sin manos
atrapados en las paredes rotas.
Corren bajo tus nubes imaginarias
los ecos de las lágrimas no nacidas,
que llenan los claros del dolor.
Cada segundo empujas las dunas cenicientas del miedo,
dejando la huella de tus pisadas sin ruido,
silenciando la sangre del latido amordazado.
Fijas el mundo al suelo para poder guiarte,
sin correr las cortinas de tu vida,
buscando no encontrar la mirada asesina.
En tu alacena sin luz
escondes las especias de tus sueños,
con susurros de pieles apretadas que sucumben al horror.
Ante tus ojos pende el racimo de uvas al que el tiempo
va arrancando una a una,
descubriendo el tétrico esqueleto
que empieza a anunciar la desnudez total.
Seguirán de las vides brotando más racimos,
y más irán perdiendo su abrigo, y más esqueletos irán llegando.
Sientes el miedo en tu destino que se burla de tu inocencia
al creer que puedes guardar las que quedan
para una mesa sin día siguiente.

IMAGINARIO

Aplastando la recortada silueta negra
se desploma la luz
que se deja embadurnar
por la nieve manchada de hollín.
Los ojos blancos
de un tren celestial,
coronan el sueño bravío
de algún perdido Olimpo.
Se atiesan los bucles de desteñido cobre
en la cabeza de Júpiter,
que sacude el azul
con quebrados suspiros de amantísima ira.
Anunciación de somnolientos brillos
en explosiones de tibios lamentos
de la madre Tierra.

EL SUEÑO DEL DESTINO

La sombría cabellera enmarañada
cubre el sueño del destino.
La luna, invisible,
ilumina solo la muerte
que arrastra el otoño.
Un broche de esperanzas rotas
cae marchito
a los pies de la noche,
mientras el aire, gris y vacío,
enfría el quejido
de las luces soterradas.

REGRESO A SARÓN

Añoraba las caricias
de la espuma entre mis dedos,
y aquella querencia de las rocas
que se adherían a mis pisadas,
la arena que tatuaba mis pies,
y la isla de los dioses
hacia la que remaban mis sueños.
Añoraba mis pensamientos,
sutiles como las mareas,
blancos y cálidos, como la leche
recién salida de la ubre generosa.
Añoraba el reto de mi cara
al sol del amanecer,
y aquel azul que hice mío
para embozarlo en mis ojos
entonces inocentes.
Y salí de la cueva arrugada
que me había atrapado,
y que cambió a jalde
el rosado de mis párpados rotos
en el tiempo perdido.
Volví, anhelante,
en un atardecer de olor a algas,
alzando esperanzada
mi vuelo ceniciento.
Solo había sido mía la ausencia,
el hechizo continuaba inamovible.
Batieron sus plumas las olas,
como el perro que retorna a su amo,
girando caracolas en el aire,
lamiendo mis sequedades.
Se levantaron las brisas
haciéndome corro
de alocados juegos.
Oraron mis ojos,
enmistecidos en el brotar de mis lágrimas.
Y la luna veló mis heridas
con miradas de sal.

INSTANTE MÍSTICO

Respiro cipreses
y tañires de campanas, mientras la piedra
calienta mi carne.
Me dejo mirar sin pudor
por los ojos amarillos
que lo ven todo,
escondidos bajo las coronillas
que los beatifican.
Siento en mis dedos jugar
alientos de siglos
que ya no son,
que sucumbieron atrapados
en muertes y ferias.
Me aroma el incienso del silencio
que se desmaya sobre mi piel,
y me unto avariciosa
en los óleos que manan
del momento sublime.
Detengo la diáspora
del chorro mutilado
de mis esperanzas,
y acaricio las crines sedosas
del instante que ansío perpetuo,
burlándome de las sombras
que, durante segundos,
he alejado de mí,
con la osadía de una victoria
que sé, efímera.

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SOMOS GNOMOS [Mi poema]
Juan Carlos Abellá [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Solo tú y yo sabemos lo que algunos ignoran,
solo tú y yo libamos de los mismos secretos,
somos dos almas simples con sus dos esqueletos,
que aman, odian y gimen, que sonríen y lloran.

Somos dos animales como son los gusanos,
como son las alondras, como son las perdices,
poco más que unas moscas con algunos matices
que vagan en invierno con un sueño en las manos.

Como dos meretrices metidas en harina
a la espera que un día nos pidan matrimonio,
obviando el pretendiente sea el mismo demonio
inmersos en el fango de la verdad supina.

Somos, nada sabemos, ni siquiera qué somos;
vamos, ¡quién lo supiera! sin saber dónde vamos,
ni tampoco sabemos el por qué nos amamos,
de un circo imaginario, por un quizás, dos gnomos.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Juan Carlos Abellá

DISTICOS

No guardes nada, compañera mía,
con siete llaves a la luz del día.
Abre la absurda puerta monacal
al íntimo tesoro virginal.

Que en este mundo no hay candado fuerte
para los bandoleros de la muerte.
Nos da el adiós un sol en cada día
con sangrante pañuelo de agonía.

A este poniente de esplendores rojos
ya nunca más lo mirarán tus ojos.
Rompe la cerradura de tu vida

vierte la miel del ánfora escondida.
Que en este mundo no hay candado fuerte
para los bandoleros de la muerte.

Whisky

Mago rubio, mago rubio,
néctar del encantamiento,
cuando azota los cristales
el llanto frío del cielo.

¡Cómo desatan tus manos
la cadena del destino,
taumaturgo de los sueños
sumidero del olvido!

Borras este mundo triste,
y es fiesta la soledad.
Los sueños que ya no sueño
otra vez vuelvo a soñar.

Mago rubio, mago rubio,
cuando tu la llamas viene
la novia que no fue mía
porque la llevó la Muerte.

Y ríen los ojos lágrimas
y arden besos efusivos
Los besos que no se dieron,
lo que nunca fue vivido.

Se anula, el tiempo, se anula
el continuo despedirse,
con la fantasmagoría
de olvidados imposibles.

Mago rubio, mago rubio,
néctar del encantamiento,
cuando azota los cristales
el llanto frío del cielo.

AL TIEMPO

Oh! padre de los días que vienen y se van.
¿qué designio funesto desmesura tu afán?
Hace millones de años que deshojas las vidas
en tu propio regazo paterno amanecidas.
Ob! padre de los días ¿qué destino inclemente
te arrancó las entrañas, que así, perpetuamente,
apuñala los días la insania de tu brazo,
abriéndoles la herida sangrienta del ocaso?
¿Para quién, maquinando punición expiatoria,
eslabonas la enorme cadena de la bistoria?
Con cuerda de esperanza, deseable de sufrir.
nos atas a la rueda del nacer y el morir.
Inexorablemente deshojas esta flor
de frustánea alegría, de amargante dolor,
que en tu mano renueva con loca obstinación
el abrazo salvaje de la reproducción.
Oh! padre de los días, apacigua tu empeño
mientras pasa el divino fantasma de mi sueño.

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MI POETA INVITADO:  José Manuel Gallardo

III

He llegado a entender
que el azar a veces es prolijo
y permite que una composición
creada por alguien
quizá una tarde de verano,
de palabras dispuestas en la página,
hablase de mí;
milagro
de la comunicación en diferido.

Y ahora que ha crecido el árbol,

dime, pájaro errante,
dime si será tu casa
o si ha crecido en balde.

INCOLORA

Si te acercas,

si tu mano acaricia la corriente,
el río es transparente.

Si soy un cuerpo,

si todo lo que aquí soy y aquí dejo
es lo que mi cuerpo —yo— percibe;
si estos versos que os dejo,
y los movimientos que realicé al dejarlos
son mi forma de ser —soy yo—,
de expresar que mi cuerpo está en el mundo.
Si soy un cuerpo,
tomadme así: anatomía, fisiología,
neurología, experiencias vividas,
intencionalidad corporal.
Si esto es así,
si soy un cuerpo,
abridme y mirad cómo en mis vísceras,
en las circunvoluciones de mi materia gris
no hay nada que no podáis ver
cómo envejece y se pudre,
cómo este cuerpo en movimiento
que soy yo
es mi consciencia corporal e intencionada.
Si esto soy yo,
si soy un cuerpo,
un árbol,
una casa.
De: Casa Árbol Persona. Editorial: Huerga & Fierro.

AMOR Y MELANCOLÍA [Mi poema]
Julián Martín Martín [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Andando tú haces camino
Mientras vas tiempo matando.
Otras cosas vas obviando
Renunciando así a adivino.

Eres magma de emociones
Soñando como en un cuento,
Eres quien va a paso lento
Sin más, sin contemplaciones.

Otros cruzan a tu lado
Que opinan que el paraíso
Una ilusión con permiso,
Exclusiva es del osado.

Ni siquiera la esperanza,
Otrora fuera agonía,
Solista será, templanza,
Fuente de filosofía.

Amar sin contemplaciones,
La raíz de la alegría,
Tiene en jaque a sinrazones.
Amor y melancolía.
©donaciano bueno

Acróstico: AMOR ES ESO QUE NOS FALTA

(Composición poética o normal en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, son leídas en sentido vertical y forman un vocablo o una locución)

MI POETA SUGERIDO:  Julián Martín Martín

JUNTOS

Vamos sintiendo juntos la angostura
al cruzar por el mismo pasadizo,
tú con mi liviandad, yo con tu hechizo;
tú con mi oscuridad ,yo con tu albura.

Vamos pagando juntos el peaje
al afrontar los mismos desalientos,
fieles de mis momentos tus momentos,
unidos tu equipaje a mi equipaje.

Juntos con nuestros vicios y virtudes,
con nuestras pequeñeces y amplitudes.
Juntos en la armonía o la desgana.

Juntos con nuestras dudas e ilusiones….
Que si no es junto a ti, faltan razones
para intentar amanecer mañana.
[del libro Cauces del Silencio]

UN POCO DE ILUSIÓN

Dejaré sobre tu alma dolorida
estas gotas de alivio y de esperanza;
en ocasiones la palabra alcanza
lo que no se consigue con la huida.

Es débil, caprichosa, reducida,
y tan despacio la ilusión avanza
que se evapora tenue en lontananza
antes de penetrar en nuestra vida.

Pero aunque a veces nos abruma el peso
hay que formar con ansia ese proceso
que consiste en luchar con valentía

y mantener el rumbo con firmeza.
Nunca se acaba lo que no se empieza.
Nunca se alcanza lo que no se ansía.

EN RECUERDO DE A F. G. LORCA (I)

¡Ay, noche de terciopelo!
En tu oscuro laberinto
rugió un sonido distinto
y se hizo de noche el cielo;
ajado quedó el pañuelo
sobre la piedra enlutada
y se estremeció Granada
pues la tierra al recibirlo
soltó un quejido de mirlo
con el ala desgarrada.
Y a la luz de la luna
vieja de brillo
se perdió la aceituna
junto al tomillo.
Roja sangre de sus manos
copió la tierra de arcilla
quebrándose por la orilla
los romanceros gitanos.
El alba olvidó en los llanos
Acércate poesía
de madrugada
con la melancolía
de estar dañada.
No han podido malos vientos
erosionar una vida
que fue pródiga y fluida
en amor y pensamientos;
al contrario, sus acentos
se agrandan la memoria
fieles a su trayectoria.
¡Qué ironías de la suerte;
Quisieron darle la muerte
y lo llenaron de gloria!
Verso de notas rico
derecho subes
que escribes Federico
sobre las nubes.
Acércate poesía
de madrugada

estrofas rotas de espera
y una cara blanca y cera
iba perdiendo el aroma
cuando acaricia la loma
la neblina mañanera.
Sigue pasión inquieta
no te detengas
que te llama el poeta
para que vengas.
Circulan distorsionados
ecos del «gato garduño»
y alzó el silencio su puño
sobre símbolos cruzados;
Suspiros amordazados
se hundieron en el ambiente
y de la llorosa fuente
los manantiales se abrieron
y con las sombras tejieron
un responsorio doliente.
con la melancolía
de estar dañada.
No han podido malos vientos
erosionar una vida
que fue pródiga y fluida
en amor y pensamientos;
al contrario, sus acentos
se agrandan la memoria
fieles a su trayectoria.
¡Qué ironías de la suerte;
Quisieron darle la muerte
y lo llenaron de gloria!
Verso de notas rico
derecho subes
que escribes Federico
sobre las nubes.
[del libro Cauces del Silencio]

EN LA TIERRA DE TU ETERNIDAD

A la memoria de D. José Mª Gabriel y Galán
(Un día en Guijo de Granadilla)

Me he encontrado contigo esta mañana
en tus campos de vírgenes jarales
que eran esa ventana
por la que contemplan a raudales
las bendiciones de la fe cristiana.
Predispuesto a saciarme de hermosura
vagué entre los calveros y la umbría
y contemplé la hondura
que en edeniales chorros de armonía
empapaba el ambiente de dulzura.
Puse mis labios sobre el curso frío
de un veneno sangrante en la ladera,
y el entorno bravío
en aquella eclosión de primavera,
llenó de calma mi pesar sombrío.
Debajo del olivo de una huerta
me cobijé sediento de impresiones
y, con el alma abierta,

bebí con avidez las emociones
que en el sentido la quietud despierta.
En las calles alegres del poblado,
al calor misterioso de su gente
me sentí desbordado;
como al bajar del cerro, la corriente
desborda de frescuras el sembrado.
Allí supe que aún eras querido.
Allí se contemplaba tu deseo.
Allí tu busto erguido.
Allí tu vieja casa museo
para tener perenne tu latido.
Me acerqué al cementerio, amplio y severo,
donde todo tesón y lucha acaba.
Junto a tu sitio austero,
quedé mirando al sol que resbalaba
acariciando tu cerviz de acero.*
Cuando aún quedaban tantas mariposas
que levantarse en las mañanas quietas,
se rompieron tus rosas.
Cuando ya no las dicen los poetas
¿Dónde irán las palabras amorosas?
[del libro Versos tendidos al oreo]

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CUANDO BAILA LA NIEVE [Mi poema]
Luis Frayle Delgado [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cuando baile la nieve desde el cielo
y en su efímero mar extienda un manto,
cuando se oiga el repique sacrosanto
de los copos pudriéndose en el suelo.

Cuando giman de noche las estrellas
sobre piedra de cal blanca y callada
y reflejen su amor iluminada
como saben amar las cosas bellas.

Cuando escuchen de amor sones y paz
y en la torre ya tañan las campanas,
se perciban las músicas cercanas
da por hecho que estás en Navidad.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Luis Frayle Delgado

ESAS HOJAS MUSTIAS

que estallarán de tristeza
en algún crepúsculo de octubre
irán muriendo suavemente
sobre la tierra materna

Escucha, amiga,
detrás de las arboledas otoñales
se oye una música cálida
en los arreboles del anochecer.

Ese resplandor de oro en el horizonte
recoge los frutos
de todas tus sonrisas y tus lágrimas
y el amor que has guardado
durante tantos años.

Cultiva tu jardín secreto
y cuida la buena tierra de tu alma.
Con manos amorosas
cubre de cariño las semillas
como llevabas a tus hijos en el seno.
Después del invierno
arden las tinieblas.
Salamanca, en mi biblioteca, 21 de octubre, 2012

I
MUCHOS SE HAN IDO,

otros no han llegado.
Sólo algún pajarillo frágil
baja a beber en los canteros del huerto
o se balancea sobre una rama.
Aparece graznando alguna urraca insolente
o alguna oscura grajilla.

Aquellos aguiluchos que planean sobre las nubes
en largas bandadas
¿emigran hacia el Sur?

Este estío persistente
me hace añorar la luz tamizada del otoño.
La luz se filtra en el alma
entumecida por el fuego del verano.
Y la colorea con el verde suave, indeciso,
que poco a poco, amarillento,
la penetra hasta el interior del silencio invernal
y la empapa de un dulce tedio húmedo.

Entonces brotan de nuevo los tiernos sentimientos
y la nostalgia de amores perdidos.
El Refugio, 16 de septiembre, 2012.

II
DETRÁS DEL MONTE

las nubes estallan de promesas.
La oscuridad luminosa
cubre amorosa los campos.

Dice adiós el verano
entre húmedas cortinas transparentes.

Gritan de vivos colores las petunias
y las vides verdean jubilosas.

Esta lluvia benigna calma y sosiega
mi corazón ardiente
y me siento a contemplar el tiempo fugitivo.

La brisa lenta de la tarde
llama al otoño,
evangelio de la serenidad
que busca mi alma.
El Refugio, 20 de septiembre, 2012

III
EN MI AGRESTE REFUGIO

encuentro mis tesoros.

Huyo de las aulas doradas
donde se exhiben los grandes
y admiro complacido
la plenitud de los pequeños
que pasan por el camino.

Yo también, libre… de amor…, de odio…
contemplo el atardecer de mi vida
cuando se me llenan los ojos
de rostros vivientes
y se me hunden
en este ardiente sol crepuscular
que lentamente huye…
El Refugio, 20 de septiembre, 2012.

IV
AQUELLOS NUBARRONES DE AYER

que se burlaban del sol
han engendrado una oscura niebla
y me ocultan el cielo.

Veo mejor las cosas
con esta luz indecisa
y sé que detrás está el misterio.

Se amortigua la verdad insolente
que me grita mentiras desde fuera
y miro hacia dentro
para escuchar las cuitas del silencio.

Sigo las huellas del caminante.
Me voy metiendo en las llamaradas del poniente
para hundirme en ese mar de estrellas.
El Refugio, 25 de septiembre, 2012

V
YA SE HAN IDO.

Vivieron el estío en pareja
tuvieron sus crías en campaniles y torres de ondas sonoras,
zancudas, metieron las patas rojizas en el lodo de las charcas
y se van en bandadas.
Estarán ahora cruzando Estambul.

Planeaban elegantes al mediodía, largas alas,
cerca de las nubes,
gozando del último sol del verano,
oteando el Sur.

¿Quién ha diseñado tu figura pesada y leve, grácil y poderosa?
Cuidas a tus padres, piadosa,
y vienes a criar hijos en las tierras calientes
de Castilla.
Huyes del frío, que hiela los corazones.
El Refugio, 28 de septiembre, 2012

VI
TU SENTIMIENTO OSCURO

como el otoño de la vida, D. Miguel,
que se va metiendo y se hunde en el invierno
de la muerte.

Te admiro, denso pensador,
y me das miedo.
No quiero mirar contigo hacia el abismo.

Desde la serenidad de una tarde de octubre
siento vértigo de mirar tu alma.

Locuaces sabios
están haciendo de ti un fetiche
de barba canosa,
tus anteojos
y tu pechera negra.

Y nadie responde a tus preguntas.
Te abismas en el “sentimiento del vacío”
en el último desconsuelo
como la “sombra de un sueño”
hasta llegar a la consolación
porque quieres que Dios exista para poder amar.
¿Sabes amar, hierático Rector?
Dime ¿qué es el amor?

El amor es una tragedia que engendra
todas las tragedias de la vida.
“Lo más terrible, lo más trágico que en el mundo existe”
Domingo por la tarde. Salamanca, 7 de octubre.

VII
MIRO EN EL ESPEJO DEL TIEMPO

y veo una figura en el ocaso,
como una mujer de mil caras
que me abandona
en un vacío paisaje otoñal.

Va perdiendo el color a estallidos amarillentos
y se refleja en el poniente que se abrasa.
Alargo mis manos y se desliza entre mis dedos.

Se desgajan las hojas de mi alma
para morir sobre la tierra
bajo los interrogantes escritos en el cielo.

Mis ojos penetran hasta el fondo de la memoria
traspasando el cristal
y se encuentran con el hondón de los años.
Las galeras en que atravesé los mares
y los verdes campos,
las ciudades descubiertas
y los restos de mis naufragios.
Salamanca, 12 de octubre, 2012.

VIII
Veo mi jardín como el otoño,

hojas marchitas.

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LA ABDICACIÓN DE LAS MASAS [Mi poema]
Asunción Escribano Hernández [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy clamo por los pueblos oprimidos
que añoran la bendita libertad,
y en cambio sufren bien de autoridad
de aquellos que se creen bendecidos,
donde hay uno que ostenta la verdad.

Los mismos, esos pueblos sin campanas
ni torres sin relojes ni veletas,
de gentes que se esconden o están quietas,
atentos al que porta las cananas
so pena que les mande a hacer puñetas.

Pues siempre aquí es el mismo el que los manda,
el resto son peones del montón,
si alguno se desmadra, represión,
se expulsa del partido, de esa panda,
y acusa de a la causa su traición.

Y así todo es de todos mas son ellos
los únicos que gozan y disfrutan
viviendo como dios. Y no se inmutan.
Respiran y se mesan los cabellos,
si alguno se rebela le ejecutan.

La vuelta a las andadas del negrero
quien tiene ordeno y mando en esta plaza,
si hay alguien no coincide se amenaza
o se hace sin pudor su prisionero,
que aplican sin respeto su tenaza.
©donaciano bueno

Existen demasiados #dictadores en potencia? Share on X

El árbol no deja ver el bosque. A veces las ideologías sirven de parapeto para llamar dictablanda a la que es una autocracia pura y dura.

MI POETA SUGERIDO:  Asunción Escribano

PUNTOS DE FUGA

I
No tienes fronteras. El aire no te roza.
Un pájaro quiere bautizar tus manos
pero están sobre el agua,
haciendo palpitar el brillo de la tarde.

La noche comienza a acariciar tu cuello
y se deja resbalar, como un chal
cansado, sobre tu rostro de seda.

El aire, el pájaro o la noche
te son extraños.

Porque tú perteneces a la lluvia.

II
Alimentas tu celda de silencio.
Te cansan los minutos
y el juicio al que se entregan las caricias.

Miras caer las hojas de un otoño
que se parece a tu infancia.
Un lienzo de musgo ante los ojos
te basta para ser.

No conoces ya la palabra lejanía.

III
Vives en ese océano disuelta
de vértigos y brisas,
sitiada por la orilla más convulsa
que perfila los objetos con su nombre
y tu forma de mirar, enhebrada
al parpadeo del sol en el asfalto,
engarzada en la liturgia del viento
sobre el agua.
La tarde respirando su propio asombro
y tú a punto de arrancarte
esa frontera
asfixiante que es la piel.

No hay nada más doliente
que ese silencio que en tus venas
no acaba de estallar.

UNA LLAMADA ES COMO UN PRESAGIO

Te llamaba línea, y dibujaba tus contornos
en la arena, dejando disolver los límites
precisos en la anchura prodigiosa del abismo.
Curva, y moldeaba en ondas la armonía
de la tarde con su espesor de cauce.
Siembra, y las cosas restallaban
como trigo furioso bajo el viento.
Lluvia, y sentía amanecer la almohada
húmeda de jazmines ebrios y rocío.
Esperanza, y los niños se reían
con las manos abiertas, blancas y espumosas
de los estanques somnolientos en otoño.
Fuego, y en la noche palpitaban los perfiles
de los astros al son del cierzo sobre el río.
Te llamaba cirio y estiraba mi presencia
para rozar tu luz levemente con los dedos.
Te llamaba salmo e invocaba la música
del relámpago en abril y su haz de lumbre.
Te llamaba aire, conteniendo la respiración,
para asumir en una bocanada larga tu presencia.

Recibía tu llamada desde dentro, pero
afuera las cosas te gritaban. Señalaban
tu nombre y tu existencia como fiebres,
como llamaradas, como incendios bruscos.

Y te amaba en otros nombres sin saberlo.

Selección de poemas

El poema
«Pero un poema es una criatura verbal hecha de maravillas»
Juan Antonio González Iglesias

Los eruditos hablan de artefacto
cuando estudian las líneas del poema
en su asiduo gesto de inventario.
Nombran sus engranajes previsibles
cual mecanismos estrictos de reloj
donde embridar su furia desatada.
Explican que en ellos se acomodan
las piezas del mecano de la lengua
como un riego previsto exactamente
en el mismo minuto cada día.
Escriben sobre sílabas pautadas,
ritmos computados con metrónomo.
Yo prefiero el nombre desvelado
del poeta que ha penetrado en la fronda
luminosa en desvarío: Criatura,
que comprende la vida y el aliento.
Su corazón de lluvia está repleto
de arterias de llamas que conjugan
la suma insensata de contrarios.
Paradoja la apodan los expertos
sin poder concebir lo incomprensible.
Pero a mí me gusta imaginar
que es el fulgor de la ebriedad
destilada por locos y por sabios
que asisten a la unión entre las cosas
cual pájaros radiantes ya sin jaula.
Palabras que hacen de todo lo que
existe firme nudo que disuelve
los ojos del lector en catarata.
No hay otra manera de ascender
sino a lomos del poema y contemplar
el mundo desde lo alto de su cumbre.
Sólo puedo pensar la maravilla
como el lugar de partida y llegada
del fanal milagroso de los versos.
Y puestos a escoger entre prodigios,
elijo aquellos atardeceres lentos,
sus turbios arrabales y desdichas
que hicieron de la vida del porteño
un abrazo de húmedos zaguanes
e infinitas auroras y ponientes.
También las azucenas en la noche
donde reclinar cansancio y miedo
como hizo ardiente el carmelita.
Los ojos verdes de la de Nevares
donde se podía oír batir el mar.
Las cancelas del cielo de Tarquinia
con su sueño de potros y cervatos.
La ceniza que alzada ante la luz
es proclamada a modo de esperanza.
La gravitación quieta de horizontes,
la risa confundida con la fuente,
las pequeñas cosas en pañuelos,
la libertad de estar presa en tu nombre,
Preciosa y su sonaja hecha de luna,
el don que no se halla entre las cosas,
la búsqueda exacta de lo que eres,
el aullido interminable del vivir,
el fruto que es resumen ya del árbol,
los hombres que con luz van más deprisa,
la vida que canta y se entrecruza,
la noche tras el sol tan de repente,
el cansancio de ser y de haber sido,
el taxi y el amor conjuntamente,
las espinas que no son tan pequeñas…
…Y tantos…, que no son artilugios
sino habla en amor con quien escucha.

No sabría definir que es un poema.
Pero en ellos resguardo yo mi vida
del tiempo, del mundo y su tristeza.
Como íntima hoguera frente al frío.

Epifanía

Una tarde de verano. La luz resbala
por el mantel que espera ansioso
la inflamación feliz de la merienda.
A lo lejos los niños alzan al aire
la liturgia punzante de sus risas.
La lentitud es profanada solamente
por el vibrar de las alas de una abeja,
mientras se acerca a las flores de lavanda.
Apenas es nada esta melodía
que reverbera invicta entre mis ojos.
Apenas este momento podría
presumir de intensidad o trascendencia.
Aunque tiene en su levedad el fulgor
de aquello que es puro y transparente.
Sólo asisto a lo que es, contribuyendo
a no romper su sagrado transitar
impreso únicamente en el presente.
Lo dejo ser y cae y posa su gracia
sobre el mundo, con una contundencia
que hace daño por su verdad, por su bien,
por su belleza, por su vacío y por su nada.1
1 «No sabemos qué hacer con un momento epifánico, no somos capaces de preservarlo» (Adam Zagajewski: El Cultural de El Mundo, 20/10/2017)

La caída

Un obelisco tumbado por el viento.
Una torre como la cáscara de un huevo
frente al golpe del hierro feroz de unos alones.
Un pájaro en descenso ahora de sangre
por la espuela del pico despiadado de un halcón.
Mi padre.
Todo Cicerón, y César, y Séneca, y Sócrates,
que no sabía nada —yo ahora tampoco—,
a los que él amaba tanto, también en vuelo
de caída con la firmeza de su peso
y de su hechura.
Transformados en babas y temblores
que obligan a pensar aquella dignidad
de la que hablaban.
¿Qué es lo que todavía continúas aguardando…?
Ya no hay grandeza,
sólo necesidad y una plegaria balbuciente
ayúdame que nos señala la puerta hacia la lumbre.
Mi padre, que fue farallón y torre
y faro y altozano y castro tierno.
Hay que mirar siempre de frente a la tristeza
nos decías. Pero a ti la honda arcada
de la espalda y el quebrantado mimbre
de las piernas hoy no te dejan.
Escribo sonámbula tu nombre en este muro
y blanco en alto lo pronuncio: Papá,
y me repito —o acaso me convenzo—,
con un nudo de esparto en la saliva,
que es posible volver a vivir tras la desdicha.

El último carmelita

Una cámara delante, y detrás
pregunta un hombre por lo más simple:
la oración. El carmelita orlado
por el fulgor impreso en las paredes
habla dulcemente del diálogo
con lo alto y también con lo más bajo.
La unión entre palabras y silencio
para decir lo obvio no escuchado.
Sorprenden los términos que elige:
belleza, vacío, huida, apego
bondad, amor, mística y espíritu.
¿En qué conversación podrían usarse
sin parecer un loco o un extraño?
Mira lento al hombre que le busca
para llenar las horas de un programa.
Detrás de ambos un valle levanta
su inmensa ciudadela hecha de viento.
Los extremos se citan en su vida,
las horas se comparten entre el blog
y la intimidad silente con la Luz.
El mundo intuye el poder de callar
y Beret lo canta a los más jóvenes:
Guíame con tu silencio que así sí
nos entendemos. Es ya el último
carmelita. Hoy no hay nadie que escoja
esta vida de paz y de armonía.
Sin él, está vacío el paraíso
y su aire será respirado
sólo por gorriones y turistas.
Y puestos a citar, una pizarra
allí recuerda: Dios es el silencio
del cual proceden todos los sonidos.
Al fondo, los trinos de los pájaros
ponen banda sonora a la entrevista.
De El canto bajo el hielo

HUELLA

“Y luego se esconde detrás de la claridad”
(Mª Zambrano)

Claridad que nace de lo hueco.
Vacío de sí para dejar ser al ser.
Las huellas lo señalan
y las alas indican con su canto su guarida.
Pero no deja de ser nada,
más allá de toda búsqueda,
de darle una forma a la ausencia de sentido.
Nada…,
y junto a la nada el silencio,
que expresa la renuncia al discurso cansado.
Algo ya lo anuncia,
una rama que danza el enredo del viento.
Pero no nombra al hueco,
que no tiene nombre.
Solo señala el lugar de su ausencia,
la redondez de su forma
que juega a hacer luz del aire.
En el centro del tiempo, rasga,
como una saeta, el aire un pájaro.
Túnel de sed y luz, abre una vieja herida.
En el centro del tiempo relampaguea el trino,
hilo de nada que incendia el día.
Como si una huella perdida
abriera en la piel
un espacio de mar, con su canción antigua.

Ascua de luz y de ceniza,
escucha una voz que no es suya
y reclama el nudo de lo que no se nombra:
mantel, milagro o nieve.
No hay palabras que puedan decir la forma.
No hay preguntas que puedan señalar el rumbo.
Ya no hay más que una mirada
que se une en vertical con la lluvia.
Ser lluvia es saber el color del lienzo
que cada espejo del amanecer dibuja.
Ser, dentro, como es la respiración,
cuenca infinita del espacio.
No poder nombrar al hueco
que no tiene nombre,
solo señalar el lugar de su ausencia.
No hay sonidos que no procedan
de la tela del latir de una cigarra,
contra el turbión del vibrar de un sauce.
En este encuentro de música y silencio
queda para el tacto un espacio,
y la sensación que produce
el extremo de lo que no entendemos,
y es más nuestro que nuestro propio yo.
Todo se dice a sí mismo en su presencia,
anudando en su ser la ausencia de señales,
la cesación del tiempo,
el sentir que no piensa,
sino que conoce la vida como suya,
realizada de nuevo sin renuncia.
Hay otra forma nueva de ser árbol.
Sin contar ya los ritmos
y la hechura de las ramas,

Solo me acarician alas
sino dejando su presencia
para que del todo sea,
y diga de su vida lo que dice.
Y conocer su semejanza desde el centro
“deslumbrado” y “aterido”
al mismo tiempo.
Escuchando la voz que nada dice,
porque lo dice todo,
a la herida que se abre
y que intuye en el roce presentido
lo que es y no es al mismo tiempo.
Silencio,
la tarde duerme un sueño de paisajes
que alguien pintó en la pupila callada
de un pincel herido.
Canta un pájaro en la nada.
¿Es solo un silencio
o mis ojos perdidos en el sueño?
Entre el pecho y las manos descansa un bosque.
Ha abierto su herida, la madrugada,
y pregunta por el nombre
que olvidó en la siembra.

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MI ÚLTIMO BAILE [Mi poema]
Juan Carlos Villavicencio [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Aquí se acabó la fiesta.
Mi último baile me espera.
Mi condición altanera
pronto va a echarse la siesta.

La borrachera de vida
ya va soltando su lastre,
va de desastre en desastre
agrandándome la herida.

La felicidad fingida
ya se apagó o se fue al traste,
pues aunque fue muy querida
murió de tanto desgaste.

Ya me abandonó la novia,
mi agradable primavera
se fue con otra cualquiera,
ni siquiera ya me agobia.

Y así me llegó el ocaso
casi fue sin darme cuenta;
y en esta feria tan cruenta
ya a mi nadie me hace caso.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Juan Carlos Villavicencio

LA CRUZ DE ANÍBAL

Delenda est Carthago
CATÓN EL VIEJO

Fríos atardeceres de tantas horas de batalla,
a través de rocas i vientos,
distancias inocentes para la sangre que luego
ofrecería a una sacerdotisa astral.
Griega o fenicia de azul i delgada silueta
le muestra las cartas de luna, sacrificio
i extraño retorno a la angustia de elefantes
sobre el hielo: militares calaveras.
Ya sabe del azar i sus pesares,
mas no olvida tal camino, ni las muertes, ni la propia.
Sus manos se derriten ante los ojos de féminos fuegos
i se entrega –nuevamente— a ella,
esperando nacer a la condena de otro juramento.

* Catón el Viejo terminaba todos sus discursos con esta frase, que significa «Cartago debe ser destruida». En realidad, la raíz de la palabra delenda significa «borrar», como en el inglés delete, o las palabras españolas indeleble y deletéreo.

DESNUDAS HUELLAS POR EL MUSGO

(Canto muerto a mi hermana Coté i a su risa ausente)

El eco de sus horas se adivina.
Reitera el viento su sonrisa de vidente amante
i la nostalgia del destino en contra de su piel,
i las raíces.
Hay duendes perdidos ahora sin sus manos en el fuego.
Hay ausencia de sus trazos i hay reflejo entre la tierra
que no es más i no entendió.
He ahí ella en el jardín gritando su sonrisa
i la traición insoportable a las esferas.
Pero hay dioses i hay amigos guardando
tus huellas por el aire.
Hay sátiros i ninfas sonriendo a la espera de tu voz
asomada en la luz del sol o de tus noches,
insistiendo en verte repetida en las hojas de todos
los manzanos i en tus ojos ahora fríos,
que empiezan a entibiar.

PTERSEUS

Ha venido a romper la huella de sus tiempos
sobre el trono,
oscuro grito del hastío i el tatuaje de la luna
grabado en sus perdidas miradas,
ajenos por olvido, o apenas siendo objetos.
Ha crecido rojo como el sol de oriente
i su furia para quitarles ya la lluvia
i entregarles el desierto.
Sí, han caído color sangre tres cabezas de mujeres
i serpientes:
ahora de cenizas otras alas i otras herraduras de plata
reflejando el incendio de los templos
i de todos sus misterios el derrumbe,
o silente un nuevo abismo sin piedad.

OTRO FARO PARA UN CIEGO

Acaso daba la ventana hacia el Sur,
cuando el reloj cayó gris sobre el hielo
i un abismo se presentaba inundando
mi retorno a un vacío sin fronteras.

SIN REFLEJOS UNA DUDA

Nada indigno puede caber jamás en el santuario de su cuerpo.
Si la maldad habitara esa hermosa mansión,
también la bondad querría morar en ella.
WILLIAM SHAKESPEARE

Un nuevo esbozo de pintura trazado en un océano,
lo hace retornar al recuerdo de esa isla perdida donde está.
Ahí debe dormir, mientras él,
cubriéndola de otoños,
intenta descifrar los tatuajes viajando hacia sus ojos,
bajando,
más atrás.
Una caricia resbala como una cascada de pinturas
por su sangre,
o una caja liberando esa música que la devolvería
a reconocerse frente al templo que es su luz,
ahora oculta.
Pero él no sabe entre muros i palabras
cuáles son sus huellas por el prado,
antes que amanezca,
ni cómo abraza o si lo mira ciego lanzando dados más allá.
Sólo va dejando líneas rojas sobre el bosque de sus vuelos,
iterando el suave baile de esa figura abriendo puertas
i entreveros del ayer. Escondida,
ella roza en otro mundo cada escena que él le entrega,
inventando o recreando, otra vez,
en el agua la silueta vista reflejando su verdad i no mentiras.
Cuál es cuál.

EL DOMINIO DE LA BESTIA

Mais les pauvres bêtes qui veulent prouver leur amour
ne savent que se coucher par terre et mourir.
JEAN COCTEAU

El pozo recibe sus caras i la sangre muerta.
Invisible en el respiro,
la bestia camina ordenando un dominio perdido
mientras guía los metales por el bosque.
Aparta el fuego de la luna resguardando aquel silencio:
un dios en las tinieblas refiere otra historia
sin asco ni perdón.
Composición de Philip Glass

SIC ITUR AD ASTRA

Hay la huella de la lluvia i de una piedra retornando al río,
desafío al sol i a aquellos que olvidaron el musgo i el perdón.
Nostalgia de un futuro lejos para navegar a través
de nuevas aguas
–la oscuridad de lo ignorado más allá-
olvidando la avaricia o la impiedad del tiempo ajeno,
aquel rencor,
donde no volverá a ver otro atardecer en ese mundo.

Las ruinas de un faro ahora bajo el mar,
la lágrima que no cede en el adiós.
2010

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MALDITOS FARISEOS [Mi poema]
Juan Ángel Torres Rechy [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Vivimos disfrutando de la vida,
no vemos ni miramos a otro lado,
cretinos, cual quien ama a la bebida
se agarra a la botella a la que cuida
o niña que protege al que es su amado.

Vivimos como vive la simiente
que nace en lo frondoso de un buen prado,
se muestra jovencita y sonriente
obviando que es del agua la corriente
un don que se merece y le ha tocado.

Vivimos orgullosos, presumiendo
y a quien sufre sus lágrimas echando,
mentiras montaraces construyendo,
los gozos y prebendas defendiendo,
creyéndose el mejor y despreciando.

Hay pocos, algunos hay, no hay muchos
que salen a fardar con el ejemplo
haciendo dejación de los cartuchos,
que en esto de ayudar ellos son duchos.
Prometo este es mi dios y este mi templo.
©donaciano bueno

Di algo, cuál es tu #Dios con mayúsculas? Share on X

En este mundo hay escasez de personas que prediquen con el ejemplo y exceso de aquellas que hacen gala de sensibilidad ante las miserias humanas. Que he visto a jovencitas insensibles ante un hombre tirado en la acera y se les cae el alma al suelo ante un perrito al borde de una cuneta. Es habitual ver a políticos de izquierdas apelar a la pobreza en el mundo para captar voluntades (votos) pero a ninguno que renuncie a sus prebendas y viva como pobre. Comentan que decía uno de esos falsos predicadores: «es tanta la congoja que me produce cuando veo la miseria, que tengo necesidad de meterme una gran mariscada para que se me pase«.

MI POETA SUGERIDO:  Juan Ángel Torres Rechy

EL HADO DE UN POETA

Para Alfredo Pérez Alencart

Celebro con tu brazo la victoria,
Del ser en su pureza de poesía.
Se sigue de la fe y la valentía,
El sueño de una fama muy notoria.

La gracia para el bien no es transitoria,
El don de lo inmortal tiene valía.
Lo bello del honor es alegría,
Sacada con esfuerzos de una noria.

Por eso yo quisiera regalarte,
El fruto de mi huerto empobrecido.
Deseara ver mis letras en un arte,

Tocado por un cielo amanecido.
No obstante, aquí no mana ni una parte,
Del hado con que fuiste bendecido.

ALFREDO, LA AMISTAD EN EL CORDERO

Alfredo, la amistad en el Cordero
la puerta a nuestras pláticas ha sido.
Nuestras conversaciones e intercambios
culturales en Él han descansado.
Una fraternidad nos asemeja.
Pero la magnitud de tus creaciones,
de tus tormentas el estruendo lírico,
como una roca me hacen verte, como
un imperio. Luciérnaga de piedra
arde en tu nombre la ira del amor.
Suzhou, China, 2 de junio, 2018

EL POETA DESCONOCE LA ABUNDANCIA

A J. R., filósofo

El poeta desconoce la abundancia
de la vida, el gozo inmaculado,
vibrante, recostado en el regazo
de la noche. Para él solo la errancia.
Opaco, lo que no cupo en las bodas
de los emperadores y los héroes.
Lo ignorado, al beso escapadizo,
vertical como espina, como estrella
elevada, sin causa de existir.
Aquí tienes su hacienda: el silencio,
rímel, labial, rubor de lo divino.
Suzhou, China, 8 de junio de 2018

HAY COSAS EN LA VIDA QUE NO CABEN

Para Alexander Stilke

Hay cosas en la vida que no caben
en el mismo lugar donde las sombras
ocupan el espacio del sentido.
No siempre la razón nos determina,
ni nos crea. Las causas del escrito
de nuestras narrativas se diluyen
en fantasmagorías. Sin saberlo,
las representaciones de la mente
pueden no ser sino el silencio oscuro
de una obra sin actos y sin público.
Habría que diseñarle un nuevo orden
a la remota ciencia de lo bello,
que de las proporciones recupere
la perfecta figura del espíritu,
y su imperio sin límites visibles.
Suzhou, China, 15 de junio, 2018

LA TIERRA QUE MÁS AMO NO SE ENCUENTRA

A Don Jesús Hilario Tundidor,
reconocido por los Viernes del Sarmiento.

La tierra que más amo no se encuentra,
en ese territorio no descrito
por los mapas. No está ahí la voz
del sol acompañada por silencios,
al pie de la existencia.
Ahí solo se vive cuando muere
el sueño de la vida con su gloria.
Todo es distinto a como no era antes,
y nada de lo previo permanece,
al pie de la existencia.
El peso de la fama no se siente,
ni la tristeza surge de las flores,
todo en el tiempo como no fue visto
aparece, y no muda su forma,
al pie de la existencia.
Desde ahí mis palabras como pájaros
de seda nunca al cielo no han rogado,
ni han pulsado las cuerdas con sus plumas,
del misterio dormido en esta noche,
al pie de la existencia.
Suzhou, China, 26 de junio de 2018

MI ESPÍRITU VOLCADO A LAS TAREAS

A mis amigos de los Papeles del Martes

Mi espíritu volcado a las tareas
de este día, verano de exámenes
finales y de algunas impaciencias,
desvía la mirada del cuaderno
y pone su atención en la ventana.
Las alas en el viento de los pájaros
le arrancan al instante sus sonidos.
Las aguas en el mármol de la fuente
se rompen y renacen más joviales.
Como si fuera el sueño caprichoso
de un ermitaño, o de un prisionero
en un país remoto una visión
cautiva sus sentidos, los suspende.
Cabello cristalino, un lunar
en su rosa mejilla, sus palabras
como lirio un aroma puro vierten.
Quiere saber mi nombre, cuánto tiempo
llevo aquí. Me pregunta si conozco
su canto. Yo no puedo dirigirle
una mirada. Siento que en mis ojos
hay algo que no quiero que ella vea.
Me pide que en su libro yo le lea
algunos versos. Siempre aquí conmigo…
Hasta que a mi ventana solo encuentro
la hora que declina, y el delirio
de mi alma extraviada entre las sombras,
que deja el sol al mundo cuando sueña.
Suzhou, China, 25 de junio de 2018

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ENTRE LOAS Y CONDENAS [Mi poema]
Pedro Shimose [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La añoranza no tiene desperdicio,
pues ella siempre es fiel, abracadabra,
-la tierra dicen que es de quien la labra-
¿a qué viene vivir sin algún vicio?
Me quitan el alcohol y me desquicio,
pues ya perdí ese don de la palabra,
¿sin sexo y sin dinero? al precipicio,
que noto me han echado un maleficio,
¡maldita de experiencia tan macabra!

¿Vivir de los recuerdos? me interesa,
mejor será soñar y dar de bruces
que ver que estás clavado entre dos cruces
mirando fijamente a una pavesa,
que posa en tu calvicie y que la besa
pues que ella no gozó de muchas luces
al tiempo que ¡malditas avestruces!
se vuelven a cagar sobre tu mesa
saliendo a presumir de sus testuces.

Las sombras nunca han sido de mi cuerda
prefiero a las lisonjas y piropos,
mirando y ver nevar mientras los copos
le van cubriendo a todo lo que es mierda
cuidando de que alguna no se pierda,
tratando de esconderme tras los chopos
mirando hacia el tendido por si hay topos
y alguno en un descuido no me muerda
o pierda ya las hebras cual guisopos.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Shimose

PRELUDIO DE ALABANZAS

Acallados están los sones de la discordia, Señora de las Hazañas.
Te gobierna el espanto con sus lanzas y cuchillos.
El odio se derrite en tus hogueras, se funde en tus metales rencorosos
(escucha el chisporroteo de tu sangre resentida quemándose
en la madrugada).
A caballo, por la espada, llega la muerte con su escalofrío,
Baila en el ayllu, conversa con los curacas y nos hunde en la piedra,
con el sullu y las tinieblas del pasado.

Alabado sea tu nombre, Señora de las Hazañas;
Alabados sean tu lago, tu ciudad, tu sol, tu luna, tus bosques y tus ríos.

APARICIÓN DE LA PIEDRA

Tu soledad, tu nombre, tus abismos,
tu sombra dolorida y tu estatura,
tu reino de profundos ostracismos
y tu arduo solsticio de amargura
me llevan a la oscuraraíz de tus mutismos:
el tiempo indescifrable de la altura.

ALTURA DE LA PIEDRA

Sueño del cóndor, sueño exacto
del aire en vuelo azul, tu luz perfecta
estalla en el espacio
(la soledad me duele en tu hermosura)
y la palabra crea, canta, augura
la realidad sin tiempo que me espera.

La realidad sin tiempo es su trabajo,
tu pan y tu salario.
Su música me exilia en la poesía,
fundida a precipicios y horizontes.
Vuela en tu quietud la geometría
Tan alta como un claro pensamiento,
tan diáfana como un diamante herido
por un lejano fuego.

Arde tu forma en silencioso incendio.

Caes y ruedas, sonora,
por el silencio pensativo.
Tu voz en el altiplano
resuena como un vivo
eco humano.
Caes y ruedas, sonora.

Caes y ruedas, sonora,
por los paisajes devastados.
Tu oscuridad me destruye.
Por los cielos callados
la luz huye.
Caes y ruedas, sonora.

Caes y ruedas, sonora,
por los círculos del fuego.
Sordo a tu reticencia.
A tu número, ciego.
Tu verdad es mi impaciencia.
Caes y ruedas, sonora.

LA PIEDRA Y LOS ESPEJOS

Este es el país de los espejos.
Desde la cordillera veo sus horizontes líquidos,
veo cómo la noria del tiempo carga y descarga la lluvia y los granizos.
(Se derrama en la noche tu silencio, aroma de infinito).

Piedra azul inmensa en los espejos, el hombre te llevó por sus caminos
a lomo de vicuñas y en alas de cóndores.
¡Ah, por fin, el agua de la aurora prometida!
Pequeño y dulce mar donde el hombre de los ojos lánguidos contempla
su abandono.
Te hundes en la espiral del tiempo, piedra de sol y luna,
pero nada puede rescatarte del fondo de las aguas.

Desde el rencor y el cierzo veo tus cristales congelados.
Salido de mi cuerpo al contemplarte, desciendo a los espejos
con los hombres que no saben lo que quieren,
con los hombres que no saben si te amas o te odias
soltándote en carrera de guanacos,
¡ay, los cristales de la nieve!
Ojos de llamas en la piedra,
balsera en los espejos de la tarde,
¡ay, los cristales de la lluvia!
¡Oh poesía de caminar sobre la nieve, de navegar tus lagos
y cosechar las rosas del crepúsculo!
A la oración me elevo hasta las nubes, sobrevuelo el totoral
vencido por el sueño y regreso a combatir contra las fuerzas
oscuras de la vida,
sufriendo entre las piedras mi ignorancia, mientras la luna desentierra
los fuegos de la noche.

ANALES DE LA PIEDRA

Yo la describo así: honda, infinita, con soles y arcángeles y luna.
En sus manos florecen las antorchas y en su pecho crece una ciudad
de ahorcados.
Su amor es un tajo en el camino y ella perdura en el resplandor de sus montañas.

Sube por el amor y su materia hecha de luz.
A veces
me detengo en sus plazuelas
a contemplar sus palacios incendiados, su granito quemado y sus papeles,
a escuchar sus discursos y mentiras,
a meditar sus muertes,
a ver cómo la arrojan desde los balcones,
a recorrer sus calles carcomidas por los ácidos del tiempo.

Su piedra perseguida, sus laderas de cobre derrumbado, sus kantutas,
refuerzan el poderío de la sangre agitada en las banderas.
Me pierdo en sus colinas,
en su erosión terrible
y me encuentro en el frío, junto a las murallas de la muerte.
En su cráter se desploman las sombras, brilla como un lago
iluminado por la noche clara.
Se encienden las luces de las casas, los faros de los coches y fluyen
los aceites de un odio espeso.

Es la patria, me digo, este hierro candente, esta asfixia de gorgueras
de lino almidonado, de armaduras de hierro, de pepitas de oro lavadas
en las cribas de la lluvia.

Por sus alambres y derrumbes voy,
por un río de aguayos y sombreros. Veo su fuerza
por los autobuses, por el sudor y las botellas,
por los hombres y mujeres que salen de las fábricas, que van
de la oficina a los desfiles a aplaudir el llanto y los embustes;
por su salario y su jornal sin tiempo,
por su fronda de luces y ruidos,
por sus hilos y avisos luminosos,
por su grito, por el gas azulenco de las represiones,
voy por los cerros llenándome de la belleza hiriente
de su cielo azul.

Yo la describo así: tormento, herida, dulcedumbre,
cúpula de luz, resplandeciente
latido indestructible de
la libertad.

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MENDIGO DEL PECADO [Mi poema]
Yonny Rodríguez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Dice Dios: tú sé bueno, no hagas eso,
si lo haces, ten cuidado, que es pecado,
que ajado de maldad esta ese queso
no me vengas después no te he avisado.

Dice el cuerpo: del gusto yo estoy preso
presiento que el placer está a mi lado,
deja ya de comerme tanto el seso
que hoy deseo gozar de ese bocado.

Yo no debo mostrarme amilanado
que aunque Dios me lo pida, es mi deseo,
buena cuenta he de dar a ese guisado
pues no debo al guisado hacerle un feo.

Si me gusta el conejo con patatas
y me impide comerlo la razón
que hace daño, me dice, al corazón,
y el deleite me lanza sus bravatas,

a quién debo hacer caso ¿a Dios? O sigo
atado a ese placer que me interesa
¿soy culpable mi mente sea obsesa?
¡confieso del pecado soy mendigo!.
©donaciano bueno

La vida sin el #pecado sería más #insulsa? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Yonny Rodríguez

EL DÍA

La mañana dispersa
Claridad y vida.
Cualquiera podría ver en ella
a la redentora de este
tempo de sangramento
que devora a la nación.

Sin embargo no tardarán
los corceles de fuego
en inundar de carmín la tierra,
en tronchar la carne como
rayo
que
cae.

Luego en una maceta
vemos a un lirio,
supremo como sí mismo.
Quisiéramos imitar su vida,
su fe,
pero no,
el lirio no es ninguna persona que
combata veinticuatro / siete
su dilema por vivir,
por superar este día
al que ahora le sangran
ojos y manos -efecto del caos-
y lleva el vestido hecho jirones.
Ensombrece -se cierra el día-.
El saldo: llanto, dolor,
Depredación humana.
Del libro inédito «Equipaje»

DESDE ADENTRO

La lluvia es un arpa:
los hilos de arribabajo.
Hoy cae una
suave y helada melodía
plácida como sí misma: no daña.
Misteriosa desciende,
en su caída crea mapas en los cristales,
artes que desvanecen enseguida.
Más allá hay insectos, pájaros, ramas
que la sacuden de sus alas.
El manto está allí enfrente
y brilla, percute en techos y calles,
se une al caudal; los residuos son
dócilmente desprendidos y llevados
desde su sitio, luego desaparece.
La tónica alegría del agua
inquieta, urge
con deliberada calma a salir.

SENSATEZ

Nadie puede afirmar con propiedad que amanece,
que los ruidos y los polvos esparcidos en la cama
son recuerdos inservibles en
la médula lunar de lo añorado.

HACER UN ALTO

Toda huida es vana si vamos
con plenilunios en la mirada:
para ver mejor hay que tener
los ojos cerrados.

BOYAS

Alarmantemente
efervece
el nivel de cuerpos
desde todas latitudes.
Es probable
verlos pronto
podrirse,
amontonarse
en los mares.

MI ELEGÍA

Fragmento

Ojos anegados
de lágrimas que titilan y no caen.
Este dolor
no se alardea;
¡recrudece en lo más hondo del pecho!
La masacre de la naturaleza
Arrasa con impiedad mis obeliscos.
¡Cómo se ensaña ella,
Cómo pone colorado
el verde de mi devoción!
Los pinos en su llanto
se inclinan unos contra otros;
quisieran escapar de
la sierra que los hostiga.

Cuando cada ocote exhala brea
-sangre densa y ambarina-
no hace menos que llorar así
la vida que se le escapa.

Hay tristeza en mí
por lo Hunahpús e Ixbalanqués caídos,
por los que anhelaron punzar al cielo
con su andanada de agujas.

Solo queda una desolación de pinos
traslapados en el suelo
como si de una batalla se tratara.
Ya no hay verdioscuras cabelleras
remolidas por el viento
ni animales que construyan nidos
en sus ramas.

Ahora mismo me escalofrío de aflicción;
es un dolor semejante
a la pérdida de un amigo.
Nos vimos crecer;
soy apegado a sus hojas,
a su resina.

Cabañas y Morazanes
están representados en ellos.
Son gallardos Lempiras,
estelas mayas de fibra y savia.

Quiero volar, abrazarlos;
contarles bajito que lo siento,
que siento tanto lo que padecen.

SOLO QUEDAN LOS DIOSES

¿Alguien recuerda a los humanos?
Eran seres inquietos, atroces, obstinados.
En pie nada dejaban.
Creyeron acercarse a algo grande
cuando en realidad alejaron la vida.
Languidecieron como uvas contra el sol.
Un día
sin saber qué hacían en aquel lejano mundo
acabaron con todo
consumidos por caldos de ignorancia.
Nunca pudieron superarse a sí mismos.

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UNA MOTA DE POLVO [Mi poema]
Agustín B. Sequeros [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Una mota de polvo, eso soy yo,
apenas la pavesa de una lumbre,
un alfiler clavado en una cumbre,
poco más, poco menos que un yoyó

que baila y va llevando incertidumbre
deseando dar un día algún zarpazo,
entiende que a su cuello anuda un lazo
y trata de evitar que se derrumbe.

Apenas de un suspiro algún retazo
de un sueño que al espíritu atenaza,
la sombra de un aliento de una baza
o menos de pintura que un brochazo.

Un tipo que ama el sol pasando el rato
expectante mirándose al ombligo,
esperando al final sea su amigo
que se observa y que besa a su retrato

Y tú, ¿quién eres tú? Quizás de un flato
al vientre, de un golpe una patada
un hueco taladrado en una nada,
la huella en la pisada de un zapato.
©donaciano bueno

Y tú, #sabes quién eres tú? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Agustín B. Sequeros

LA HORA VIOLETA

Desciende
la hora violeta.

Dame tu mano
y tu sién,
ladera_morada
de la misericordia.

Pene, corvas y pies
recógelos con cuidado.

¿Y el horizonte?

Horadado:
solo quedan rescoldos,
solo queda lo que ha dado en llamarse dolor.
(julio 2015)

POÉTICA

Alas, no.
Colibríes u otros pájaros
que besan corazones aterrados
o moran en labios, tampoco.

Palomas, menos aún:
ni en manos, ojos
u otras partes del cuerpo,
a punto de huir o herirse.

Luna, depende.
Luna llena, menguante,
creciente y nueva, sí.
Otras no.

Tañer de rosaledas,
no y no.

Ascenso al Pabellón de los Budas Fragantes,
ni en mayúsculas ni en minúsculas.

Música de tu rostro, probablemente no.

Tierra, sangre, tensión, semen,
sí.

Vulva henchida,
también.

Piedra, sí.

Olor a mosto
fermentando
y masa de pan caliente,
sí, sin más.

Amor a secas
o a punto de sublevarse,
huesos, médulas y dolor, sí.

Contra el viento y la marea del destino, sí

Sonidos, a discreción.

Colores, todos
(negro y rojo con prioridad)

(Agustín B. Sequeros, Manifiesto contra el Neo-Modernismo en la poesía, 2014-2015)

POEMA DE AMOR

Estoy dispuesto a estar contigo
sin sexo.
Estoy dispuesto a quererte ilimitadamente
sin sexo
Estoy dispuesto a estar a tu disposición
sin sexo.

Sin querer poseerte.
Sin querer que nadie me posea.
En permanente fiebre.

ALTERCADO

«Wil je me verlaten, poëzie?»
(Remco Campert,
De Stad, 2014)
Para Armando Corveille Guerra

¿Me vas a dejar
aquí tirado, poesía,
a esta hora impropia de la tarde?

Me das la espalda
como a un amante desechado,
sin volver la vista atrás.

Caerás de bruces
en la gola untuosa de algún bardo.

Te dejarás seducir
por el hocico baboso
de poetas pedantes.

Irás a adorar en aquelarre
a algún infame flatulento
en comandita con machorros
y aleladas beatas
de la nueva era.

Vete.

Seguiré solo,
en la búsqueda
del festín de la palabra.
(Marzo, 2015)

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ERES BELLA [Mi poema]
Emilio Rodriguez González [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Eres bella, y presumes de sonrisa,
sabes bien al mirar cuánto reluces,
que eres flor que destaca en la repisa,
que deslumbra al pasar si vas a misa,
bailándote al andar se dan de bruces.

Eres bella moviendo las caderas
cual soldado presume de valiente,
la flora que aposenta en las laderas,
junto a mares retozan las palmeras,
mostrando su beldad al sol naciente.

Eres bella. Tú sabes que eres bella
mas no pienses que siempre durará,
rutilante, te sientes cual estrella
que en la noche con luz propia destella
mas un día sin duda apagará.

Eres bella cual piedra que refresca
al brocal de tu lindo manantial
mientras traza una imagen arabesca
horadándose va una pequeña muesca
en tu bello semblante natural.

No dejas de pensar que dios te ha dado
un halo que en la noche se ilumina
que induce hasta los ciegos al pecado.
Disfruta, mas no olvides te ha tocado
por azar que algún dios puso y germina.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Emilio Rodriguez González

EL AIRE

Subiremos a las torres de la noche
la guardia del maíz
y de los besos,
que están los cuchillos en huida,
que está la muerte novia
y el sendero
es pan de soledad en robles lentos
a golpes de distancia.
Subiremos las manos atadas
por si lloran los cipreses,
por si el agua,
por si el viento cabalga
y viene triste
de tanto cementerio.
Tenemos la culpa los hayales
de que duelan a dolor
todas las flores,
de que no haya pan ni manos tibias
que llevarse a la boca
los senderos.
La paz es un árbol raro,
una cadena
que nace solamente cuando el paso
de alguna soledad
roza las piedras,
cuando la voz o los cuchillos
han sido condenados
y todos sabemos que la tierra
alarga ya su brazo.
Las aguas podrán subir
al árbol
y ser tejas
para una casa nuestra,
sólo nuestra
donde no tenga lugares
el cansancio.
La muerte es un pájaro azul
que va de paso,
buscando en los trigales de la noche
un grito de esperanza.
El aire que nos lleva
es para siempre
el único enemigo y el jardín
donde ha nacido la voz
y está la risa
que se fue una noche así
cuando nos era necesaria.

EL PUEBLO

Habitamos el silencio desde
siempre
y tenemos el hogar a manos llenas,
a la altura de la voz,
al alcance de las aguas
y los besos.
La frágil geografía del corazón
se nos sube por los dedos
o palomas
en busca de la miel
que nace de la noche,
de tanta soledad o cementerio.
Olvidamos de corrido
aquel abecedario
de la risa.
Sabemos cantar sendas y montañas,
domar la sabiduría de los ríos,
pero nunca hemos podido
matar la soledad
como una alondra,
como un rosal de impronta voluntaria,
de flores cada hora
y cada aliento.
Habitamos el silencio y los tambores
nos dicen que la muerte
es un parásito
cosido a nuestra piel,
aunque nos duela,
aunque por siempre
nos grite a fuego lento.
Habitamos la piedra, el tronco
y la piedad.
Tenemos el silencio
como un libro
que escribe la tierra
a pasos de reloj.
Tenemos la nieve y tan de corazón
que no sabemos
donde acaba el amor
y empieza el cielo.
Se nos ha dado la aurora
y los caballos,
el techo de pizarra
y el pan que sabe a rezo.
Se nos ha dado la piedra
donde un día
podremos morirnos, confortados
por el todo secular
de su silencio.
Aquí somos amigos de los árboles,
verticales al amor
y al prado floreciendo.
Sabemos de memoria los trigales
y vamos por el tiempo
con las manos sombrecidas,
con las zarzas sangre arriba
y una forma de esperanza
entre los dedos.

LOS DÍAS DEL FRAGOR

Viniste, pero tan a deshora
que la noche fue borrada
en tu retrato.
Tras largas despedidas
nos quedan los restos
del silencio
y un golpe.
como cal
en el borde de la aurora.
Ahora cuento los días
del calendario
por las pausas
del aliento.
Y escucho las ventanas.
los armarios
y toda la jugosa lentitud
de las miradas.
Los días de fragor
se han alejado,
pero guardo el aliento
en las alcobas.
Un resto alcanforado,
los incendios
que dan sentido al grito
de esta huida.

DE NOCHES APILADAS

De los espejos vienen
estos días de alambre,
con miradas torvas
que encadenan las horas.
Y dentro de los años
se nos queda dormida
la cadencia sin tiempo
que maltrata y enciende.
Recorridos de niebla
que disfraza las cosas
y las vuelve de espaldas.
Pero todo es etéreo
todo sigue fluyendo
como el río cansado
de besar tanta orilla.
Los pinares caminan
y también se nos visten
con los trajes de fiesta
de los días no censados.
De cuántas madrugadas
nos queda la memoria,
de los días guardados
en las áreas de silencio,
se construyen los siglos
de la audacia manida.
Madrugadas de pasmo
para la luz doliente.
Marcapasos del tedio
se descuelgan del muro,
como aullidos, las horas.
Miramos desde dentro
de este incendio
palpando con los ojos
la piel de la llanura.
Nos quedan las palabras
y los días sin sueño
para seguir llevando
este camino anclado
en todos los silencios.

ESTADO DE SITIO

La tapia cenicienta
que confluye
en un rincón de luz
enfebrecida,
delimita los tiempos,
los afanes
de aquella infancia
lenta

que no tuve.

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Y DIOS CREÓ ZAZUAR [Mi poema]
Fernando Arrabal [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Dios, que al mundo creaste en siete días
y en un sueño a Zazuar, quizá en la siesta,
de un delirio, borracho, en una fiesta
o en un lance hacedor de fantasías
o un despiste o laguna de tu testa.

Oh, tú, mi Dios, insigne carpintero
que de un tronco arrancaste aquesta astilla
y olvidaste en los llanos de Castilla
sin llegar a tocar, lamiendo el Duero,
relegando aparcado allí en la orilla.

Cuatro casas de adobe, cuatro gatos
y en el centro emergiendo una bandera,
esa espiga de iglesia pinturera
que ha de pasar al sol tan buenos ratos
mirando lo que en torno sucediera.

Y un regacho por agua relamido
con su orilla, sus cañas y choperas,
algún sapo aturdido en sus laderas,
y un puente sin oficio, resentido
que intenta no salir por peteneras.

Zazuar que aunque parezca andas perdido,
nimio grano de arena al universo,
tú eres hoy ya la patria del converso
que este poema pensando en ti ha parido
con nostalgia presente en cada verso.
©donaciano bueno

Si no conocer #Zazuar, a qué esperas...? Share on X

Zazuar es un insignificante grano en medio de la inmensidad de este planeta tierra donde un día Dios, mis padres o quien quiera que fuera decidió que naciera el que ésto escribe.

MI POETA SUGERIDO:  Fernando Arrabal

CLÍTORIS

(en toda inocencia)
Ventana de la mar para la tempestad y sus olas
Sol de la almendra para el dardo y sus trompetas
Luna del crepúsculo para lo lascivo y sus caprichos
Carne del impudor para el deseo y sus tumultos
Concubina del pubis para el macho y sus males
Pimentero de la fusión para la alcoba y sus tigresas
Armonía de la verticalidad para el carnívoro y sus chupetones
Estampilla de lefa para el creador y sus alucinaciones
Joya del orgasmo para flauta y sus dedos
Pleno de existencia para la intimidad y sus ritos
Taller del amor para el martirio y sus brasas
Corazón del espasmo para la eyaculación y la lamida
Flor del furor para el sádico y sus mordiscos
Molino de delicias para la pistola y sus tiros
Margarita de Eros para el libidinoso y sus fervores
Nicho de enigma para la penetración y sus rayos
Ciprina de adoración para el tallo y sus carnavales
Botón de ligue para el príapo y sus caprichos
Rosa de besos para el adorador y sus puros
Calibistri de locura para el bullicio y sus dilecciones
Concha de seducción para lo precioso y sus himeneos
Escudo de delirio para el ruiseñor y sus caprichos.
Copete de ardor para la fantasía y sus nudos
Mandolina de calor para la flecha y sus intrigas
Fresa de diluvio para el delirium y sus tremens
Nido de culto para el marqués y sus ataduras
Cajón de erección para el clavicordio y sus pasiones
Mechón de embrujo para la daga y sus toques.
Tesoro de fiebre para el falo y sus quemaduras
Cetro de la llama para la ceremonia y sus frenesíes.

SONETO DE ODIO Y AMOR A ESPAÑA, I

Te recuerdo cruel y misteriosa
me alboroto pensando en tus mamones
la más guapa de todas las naciones
eres bella y con ojos de viciosa.

Al pegarme te vuelves más hermosa
con tus azotes y tus mojicones,
rompiéndome la crisma a bofetones
mi niñez la forjaste dolorosa.

Si en tus labios acerté con tanto tino
en tus cejas mi pubis se alojaba.
En el sur de tu piel me desatino

distribuyes tus besos con la lava,
representas belleza en batería
¡ay que patria tan causa de manía!

SONETO DE ODIO Y AMOR A ESPAÑA, II

Cabeza de mujer y pies de arcilla
soñadora encerrada en caracola
madre de utopías; banderola
derrumbada y cruel en mi boardilla.

Cual menina de carne en una silla
abandonada a su suerte de amapola
a mi tierra le digo sin pistola
«orgulloso me siento de mi orilla».

Coso digno de envidias para algunos
o de olvido, o de odio, o de deseo
reposado en su horror tan aceituno

le levanto la historia y le entreveo.
Tras decenios de fuga y pesadilla
hoy, España, te beso en la mejilla.

TESOROS DE LA ESPAÑA DE HOY

Collage de F. Arrabal

En la España del cajero
poderoso Caballero
es Don Dinero.

Banca, yo al dólar me humillo
él es mi amante y mi amado
pues de puro enamorado
de continuo ando verdillo
pues el cheque, dando brillo,
hace todo cuanto quiero.

Poderoso Caballero
es Don Dinero.

Oigo Patria tu follón
y escucho el rico concierto
que cantan de Bolsa a puerto
las pesetas y el zurrón.

Miré los muros de la Patria mía
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera del caudal cansados
por quien reluce ya su roñería.

Doquiera la mente mía
sus alas rápida lleva
allí un buen Banco se eleva
loando tu fiscalía

Poderoso Caballero
es Don Dinero.

Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman
el cielo se deshace en rayos de oro
España se estremece alborozada.
Oigo flotando en olas de armonía
rumor de besos y batir de alas
mis párpados se cierran… ¿Qué sucede?…
Repta ya la SERPIENTE MONETARIA.

En la España del cajero
poderoso Caballero
es Don Dinero.

Poesias y lienzos de Fernando Arrabal

IV
¡Con qué jubilosa exactitud el color,
celoso de la forma,
concibió los matices
en las alas
de la libélula!
¡Con qué fulgores precisos
la armonía
puso colofón
al destello irisado de su gama!
¡Con qué reverencia justa los afectos
variaron los tonos
para una belleza
más sentida que creada!
¡Con qué regalo infinito
los infinitos colores
dejan de ser hermosos
para aparecer sublimes!

VII
Parecióle a la belleza
museo estrecho la tierra;
buscó en el aire,
y en los confines del primor y la armonía
encontró a la mariposa vanesa
¡Qué misterios se esconden
tras sus murallas de púrpura!
Tanto prodigio con tanta concordia, tanta variedad con tanta permanencia,
que su mesura no se explica
descomponiendo sus elementos.
Pompa de la inefable gracia,
consecuencia de los atributos sutiles
que nada puede enmendar
un átomo de su hermosura.
Sus alas vestidas de ceniza
se revisten del esplendor
de su purísimo manto
tan sin freno de fineza
como picado de excelencia.
Empeñada en el descubrimiento palabras me faltan
donde devoción me sobra.

VIII
¡Mira con qué donosura
entran cien pies
en la existencia!
Es vagabundo el ciempiés
que no cuenta su camino
por zancadas,
sino por desfiles,
Para un solo paso
¡qué afán tan concurrido!
No tiemblan tanto sus patas de torpeza
cuanto de recato.
Su cuerpo fajado de rodillas la divagación hospeda. Saboreando el zanganeo su corazón no sabe si la corazonada le guía o la costumbre le lleva. Contemplando sus pies tan reducidos sueña con caminos infinitos. Pide al tiempo le permita un tiempo el que desea una eternidad de merodeo.

XXII
El escarabajo supone un creador
conquistador de exactitudes
pero rendido a la medida.
Grande es el adorno de su caparazón,
mayor el de su destino,
ayer larva, anteayer huevo,
hoy caminante coprófago.
¡Cuánto apetito siente!
¡Con qué gusto, de excrementos se ceba!
Desmenuzados sábenle mejor,
porque nada es todo.
Ahondo en la esencia sin recelo,
con celos lo contemplo
y se enciende mi celo
ante un banquete de heces.
Cada manjar eternidad merece.
Convidada a un ágape único
donde el que convida inconsciente
es convite del convidado.
Al favor de mirar corresponde
el fervor de admirar.

XXXIV
Estampa barnizada
que reducida a redondez de laca
reproduce el firmamento inmenso.
Con prodigio pródigo el artista
regala, uno a uno, meteoritos
pintados a cada mariposa.
Con qué gozosa felicidad ahondo
en la esencia de la obra,
experimentando el diminuto deleite
y sacando los inolvidables contentos.
Sus alas plegadas en el cerrado escenario convexo
revelarán la función.
Cuando la estampa se hiende en dos mitades
los bordados negros y las alas aparecen, la mariposa hace mutis. ¡Con qué conato se abalanza al cielo!

XXXV
El hondo sentimiento
da el diminuto resplandor
a la luciérnaga.
La noche vestida de penumbra
se reviste de centellas.
El lúcido reclamo
encubre la obscuridad
y esconde lo incierto de la sombra.
Avivada la luz
se despierta el ansia
crece el estremecimiento
al paso de la gana.
Alumbrando y desalumbrando el apagón
a medida que su corazón se enciende iluminado de amor.
El candil de la encandilada
parpadea en las tinieblas,
sutileza pronta,
chispa de ingenio.
¡Habrá luces mientras haya luciérnagas en celo!
Del poemario «Mis humildes paraísos», Ediciones Destino, Barcelona, 1985.

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LA GUERRA OLVIDADA [Mi poema]
Jaime Alejandre [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Un día no lejano hubo una guerra,
vivir en ese tiempo era matar,
los dientes se afilaron de una sierra
trocando al español la vida en perra
los odios disfrutando al pasear.

Hubo un día, de eso hace algunos años,
se hallaron en disputa el bien y el mal,
y a españoles trataron cual rebaños
sin pararse a pensar en tantos daños
trocando a este país en lodazal.

Fueron tiempos de dolo y de tristeza,
tan impropios de un ser que es racional,
que al acecho escondido en la maleza
nos hicieron podrir en la pobreza
y a la España en inmundo un carnaval.

Y al fin llegó la paz. Falsa premisa.
Pocos años debieron de pasar,
y hoy los bandos, que van o no a la misa,
ya olvidaron la guerra tan deprisa
predispuestos sus sables a sacar.
©donaciano bueno

Acaso el se humano lleva el #odio inoculado en la #sangre? Share on X

La guerra civil española fue una tragedia con un final feliz en la medida de lo posible (transición). Durante un tiempo ha formado parte del subconsciente de quienes la vivimos. Sin embargo, los jóvenes actuales, algunos, están dispuestos a cometer los mismos o similares errores.

MI POETA SUGERIDO:  Jaime Alejandre

(De “Lo que queda”)

No tristes, no. La mansedumbre
gozosa del que vuelve, en ellos.
Ese sosiego de navegante que regresa
sin urgentes afanes de ver
en sus ojos, desmesuradamente ciegos,
ni gestos ya de la melancolía.
La paciente esperanza de la rama
que atrás deja su última primavera,
en ellos. No tristes, no.
Estos versos son el resplandor
feroz, sí, de quien vivió
al borde de sí mismo,
rebelándose a ser sombra,
y en la hora del regreso calló manso,
sin más prisa que la del atardecer
que a su hora llega siempre
y no se envanece aún por ello.
No, tristes no. El entusiasmo
tímido del que vuelve, en ellos.
Estos versos son ya la promesa
que incumpliré y son el recuerdo
de un hombre que luchando
contra Dios, contra el Diablo,
las joyas del Diablo acarició,
la serenidad de Dios cosió a su sombra.
(De “Derrota de regreso”)

Mis piernas ya,
apenas para arrodillarme;
para que lo rompieran,
mi corazón.
Mis ojos,
para una ceguera
progresiva
e
instantánea.
Si acaso para toser,
mis pulmones;
para escupir,
mi lengua.
Soporte de artificiales dientes,
mis encías.
Para callar,
mi boca.
Para soltar el cabo,
mis manos.
Cansadas.

Y mi pensamiento,
para perseguir
sin dar alcance
al mí que de mí huye.
O para huir
del mí
que ni me quiere dar ya alcance.

(De «…y más allá de mi vida»)

Raíz que busca la oscuridad,
loco estuve.
Hoy soy el tallo
que crece hacia la luz,
y por tu luz crece.

Llegó el día en que dejé
de pedir en los hoteles
cuartos que tuvieran buenas vistas.

Todo cuanto un día quise ver
va siempre conmigo a todas horas;
ilumina el paisaje al que mis ojos
tienden buscando el infinito.

Tú mi panorama, mi horizonte,
el mar cuando atardece,
la imagen de todas las postales
del mundo. Tú mi mundo.

Llegó el día en que dejé
de buscar el mejor sitio
en el cine, en el teatro.

Ningún asiento ya podía
ser bueno siquiera
si tú no estás sentada aquí
a mi lado, que es el lado
del sueño de las cosas.

Tendré sesenta y tres

años cuando vuelva
el sol a ocultarse en
un eclipse y traiga
en la sombra espectacular
de su prodigio la conciencia
de que todo ya habrá sido echado,
que no me restará más que morir
y una torpe resignación
y un, tardío ya, arrepentimiento.

Hay veces que el amor (o la ternura)

nos monta una emboscada y
el alma como añicos de cristal
molido y por fin inofensivo
se retuerce en luz o remolinos.

Suele ser que uno se ha hecho,
(no digo que se haya hecho ilusiones,
ni membretes de flores en el agua,
ni cruces en el pecho en primavera,
no, sino que digo:) uno se ha hecho
viejo: la artrosis lo atormenta
y la ya impalpable ceguera de los días
cada vez más importantes, cada
vez más fugitivos le urgentiza.

Sí, hay veces que el amor (o una caricia)
nos monta una emboscada
en selvas, arcadias o en la sangre,
y el alma, acostumbrada a reventar
y luego sobre sí resucitarse,
se hace definitivamente añicos
mucho más que absurdos:
inútiles,

tardíos.

Mi mano derecha si pudiera

conversar otra vez en portugués.
Mis ojos aún abiertos si pudiera
esparcir este verso al viento
de la sabana de Kahama.
Mi vientre femenino si pudiera
en el tuyo, amor, poner la vida.
Mis lágrimas de siempre si pudiera
cantar hoy con la voz de adolescencia.
Mi cuello invalidado si pudiera
alguien decirme dónde he estado tanto tiempo.
Mi pasado por saber quién soy.
Mi pulmón más sano si pudiera
pisar la luna y ver el mundo
insólito, pacífico y callado.
Mi frente tanguecida si pudiera
regresarte, libro de poemas ahogado
por bastardos en el Tíber.
Mi recuerdo -si es que queda- si pudiera
detener tu sufrimiento
austral de eternos equinoccios
y devolverte lo que una vez tuviste.

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MEDALLA DE PLATA [Mi poema]
Norberto James Rawlings [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pues fuiste tú hecha a golpe de metralla,
que sudas como nadie en los fogones,
y sabes despertar las emociones,
si lloran vas les dices come y calla.

Objeto de diseño blanca o rosa,
de luenga barba en testa con mil capas,
y el cuello ese tan verde con que atrapas,
redonda, respingona y picantosa.

Tu hermano, ese es el ajo, tan pequeño,
haciendo vais unidos buenas migas.
En casi todos platos te prodigas
ornando a la comida con tu empeño
mostrando eres muy suave y cómo ligas.

Ingrediente esencial eres, cebolla,
cuando hago una tortilla de patata,
medalla yo te otorgo aquí de plata
y cuelgo hoy en tu cuello con su argolla.
©donaciano bueno

Hay alguien al que no le guste? Share on X

La medalla de oro queda reservada para los huevos sin los cuales no habría tortilla y, por supuesto, para la patata.

MI POETA SUGERIDO:  Norberto James Rawlings

Esbozos de tu tristeza

Trepidación, monotonía,
sombra de luz que no alumbra.
Tu orilla está repleta de invisibles puentes.
Como diminuto y opaco sol,
la soledad brilla en el horizonte,
la tristeza es eclipsada por la alegría de la multitud,
el ruido, la música.
Ocurre que estás sola.
Ocurre que tu alrededor es de soledad,
tumulto, follaje, paz y fiera guerra.
Torres y estiradas sombras,
que a la vez se disputan el poco espacio
y reconstruyen el paisaje,
edades,
ecos que se anulan,
triunfos que relegan la importancia
de ciertas alturas, sin importar
la presencia de flores o pájaros y, pese a todo
siguen importando los callejones,
el maíz tierno, un buen trago,
un paseo por Juan Dolio.

Óyeme viejo willy

Óyeme viejo Willy cochero
fiel enamorado de la masonería.
Óyeme tú George Jones

ciclista infatigable.
John Thomas predicador.
Winston Brodie maestro.
Prudy Ferdinand trompetista.
Cyril Chalanger ferrocarrilero.
Aubrey James químico.
Violeta Stephen soprano.
Chico Conton pelotero.
Vengo con todos los viejos tambores
arcos flechas
espadas y hachas de madera
pintadas a todo color ataviado
de la multicolor vestimenta de «Primo»
el Guloya-Enfermero.

Vengo a escribir vuestros nombres
junto al de los sencillos.
Ofrendaros

esta Patria mía y vuestra
porque os la ganáis
junto a nosotros
en la brega diaria
por el pan y la paz.
Por la luz y el amor.
Porque cada día que pasa
cada día que cae
sobre vuestra fatigada sal de obreros
construimos
la luz que nos deseáis.
Aseguramos
la posibilidad del canto
para todos.
s.p.m. 1969

Llamas de la noche

En presencia del fuego
en el ardoroso mapa de sus llamas
tu rostro asume nuevas formas
y te pareces a ti misma (re)inventada
En la indetenible
carrera del sopor otoñal
emigran las hojas a lomos del viento
Insectos de ámbar y luz
Perros mudos que afligen al poeta
ante el arribo del alba
permutan sus ladridos
por el repique de campanas
¿Quién extinguirá las llamas de la noche?
¿Qué sombras darán cobijo
a estas perennes y cambiantes luces?

No tuve libros

Yo no tuve libros
ni bicicleta.
Toda la poesía de los días
logre captarla
en difusos colores
de lápices ajenos.
Solo fue mía
la temprana edad de lo triste.
La antiquísima soledad del hombre.
Las tibias noches del puerto.
La sal marina.
La brisa
y un incansable amor a la vida
y a la música que la hace posible.

Yo para mis sueños
no tuve protección suficiente
y como hojarasca
rodaron muchos anhelos.
(Sabor de almendra tierna tuve
por muchas horas).

La angustia
fue como ineludible signo heredado.
La soledad
marco permanente
de toda alegría en asomo.

Lección

Observa hijo cómo rasguña
el mar las orillas de la playa
cómo a dentelladas húmedas
impone su reino salobre.
Cuando canta el mar
se embriaga de sol la brisa
se cuela su música amarga
entre blancas cortinas de agua
y construye la distancia
con invisibles partículas
de transparencia diurna

Patria portátil. Santo Domingo. 2004.

Ozama

La ciudad puede cotidianamente
despertar y morir
en su horizontal crecimiento.
Pueden los mondos funcionarios del régimen
multiplicar sus espejos
renovar sus roperos
sin que los líquidos de tu cólera
laven de sus solapas
los colores de la sangre.
Esa es su marca: señal convenida.

Cuando los diminutos ángeles populares
rescaten nuestras banderas pisoteadas
ignoro qué escondidas muertes
qué húmedas y oscuras historias
podrán retener tus aguas.

Pierden majestuosidad las lilas
en tus espejos.
Pienso que no tendrías razón de existir
a no ser por la aleve aridez
que recorre el corazón de esta isla.

Uno a uno

A Juancho Lamouth

I
Uno a uno
han silenciado los perros.
Una a una se han apagado
las lámparas amargas
que rodearon tu borrascosa existencia.

Ahora desciendes hermano.
Ahora se escapa raudo tu cuerpo
de obrero apaleado por la angustia.

Ahora cesa la oscura lluvia
que abatía tu corazón de hombre sencillo
crece el racimo de hojas apagadas
que siempre quisiste para los hombres
y que para ti no tuviste.

II
Ya no te alcanzan las sales del viento.
Ya no te alcanzan los continuos dolores
que aquí permanecen
te ha ausentado la muerte hermano.
Estás exento del odio y lo amargo
que nos toca vencer
del largo trayecto que nos toca recorrer.

No descanses hermano
esa que ahora tienes
no es la paz que mereces.

Los inmigrantes

Aún no se ha escrito
la historia de su congoja.
Su viejo dolor unido al nuestro.

No tuvieron tiempo
-de niños-
para asir entre sus dedos
los múltiples colores de las mariposas.
Atar en la mirada los paisajes del archipiélago.
Conocer el canto húmedo de los ríos.

No tuvieron tiempo de decir
-Esta tierra es nuestra.
Juntaremos colores.
Haremos bandera.
La defenderemos.

Hubo un tiempo
-no lo conocí-
en que la caña
los millones
y la provincia de nombre indígena
de salobre y húmedo apellido
tenían música propio
y desde los más remotos lugares
llegaban los danzantes.

Por la caña.
Por la mar.
Por el raíl ondulante y frío
muchos quedaron atrapados.
Tras la alegre fuga de otros
quedó el simple sonido del apellido adulterado

difícil de pronunciar.
La vetusta ciudad.
El polvoriento barrio
cayéndose sin ruido.
La pereza lastimosa del caballo de coche.
El apaleado joven
requiriendo
la tibieza de su patria verdadera.

Los que quedan. Estos.
Los de borrosa sonrisa.
Lengua perezosa
para hilvanar los sonidos de nuestro idioma
son
la segura raíz de mi estirpe.
Vieja roca
donde crece y arde furioso
el odio antiguo a la corona.
A la mar.

A esta horrible oscuridad
plagada de monstruos.
Oyeme viejo Willy
cochero
fiel enamorado de la masonería.
Oyeme tú George Jones
ciclista infatigable.

John Thomas
predicador
Winston Brodie
maestro.
Prudy Ferdinand
trompetista.
Cyril Chalanger
ferrocarrilero.
Aubrey James
químico.
Violeta Stephen
soprano.
Chico Contón
pelotero.

Vengo con todos los viejos tambores, arcos y flechas
espadas y hachas de madera
pintadas a todo color
ataviado
de la multicolor vestimenta de “Primo”
el Guloya-Enfermero.

Vengo a escribir vuestros nombres
junto al de los sencillos.
Ofrendaros
esta patria mía y vuestra
porque os la ganáis.
junto a nosotros
en la brega diaria
por el pan y la paz.
Por la luz y el amor.
Porque cada día que pasa
cada día que cae
sobre vuestra fatigada sal de obreros construímos

la luz que nos deseáis.
Aseguramos
la posibilidad del canto
para todos.
Sobre la marcha. 1969. Poesía completa (Biblioteca de las letras dominicanas nº 69). Kindle Edition.

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SOLO ANTE LA DUDA [Mi poema]
José María Cumbreño [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Parece que fue ayer cuando la nieve
caía suavemente en aquel monte,
vistiéndose de blanco el horizonte,
marcando del paisaje su relieve.

En medio yo observaba ensimismado
atento a lo que en torno sucedía,
viniendo a despertar la melodía
de un pájaro que andaba despistado.

Debieron de pasar algunas horas
que el velo de la noche se echó encima,
y en medio del silencio la calima
se puso a suspirar por sus esporas.

De pronto entre las nubes se asomó
luciendo de la luz su mejor gala,
la imagen virginal de una zagala
y tal como allí vino se esfumó.

No pude lamentarme de esa ausencia
pues tal fue la impresión que desperté,
y es hoy que lo recuerdo que no sé
si aquello fue real o una videncia.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  José María Cumbreño

EL MAL DE ALTURA

Es el mar la referencia
respecto a la que se mide
la elevación de un punto.

Como si la quietud fuese
una propiedad del mar.

El peldaño en el que el pie
se apoya para subir
pierde su sentido
tan pronto como el pie deja de pisarlo.

Barajar no disminuye
el número de cartas:
las mezcla y cambia su orden.
Pero es ese orden distinto,
distinto en cada mano,
el que da y quita valor a los naipes.

Pese a que la profundidad y la altura
no coinciden en el plano,
una implica a la otra.

Cuanto mayor el edificio,
mayores sus cimientos.

El lastre se justifica
por su razón contraria.

El buceador sueña todas las noches
que cae por un despeñadero.
El alpinista, que muere ahogado.
Los dos se levantarán decididos
a escribir por fin un tratado del vértigo.

La decisión que se toma
incluye, al revés de lo que parece,
las decisiones que no se tomaron.

La vida y las vidas posibles.
Los niños que no tuvimos.
Los niños que habríamos tenido.

No conviene realizar recuentos
con frecuencia.
A lo sumo, las comprobaciones
confirman límites conocidos.
Y siempre que se hace inventario
se acaba con la impresión
de que falta algo.

Las luces que parpadean
en las pantallas
de la torre de control.

La luz extraña del faro,
que gira sin moverse.

Despegues y aterrizajes.

El ancla y las velas
no se usan a la vez.

Sin saberlo,
aquellos que han aprendido a volar
han aprendido a naufragar.

ESTADOS DE LA MATERIA

El cuchillo existe porque hiere.
Porque quema existe el fuego.
O quizá no.
No estoy seguro de que lo contrario
no sea también verdad.

Aún no he aprendido
a reconocer las setas venenosas.

Hay hombres que se comen a las vacas
y hombres que las consideran sagradas.
El oído de los ciegos
se desarrolla más.
Los sordos saben leer los labios.

Cuando un imán se rompe,
cada trozo se convierte
en un nuevo imán.

La materia tiene estados
como los tiene la conciencia.

En una progresión ascendente
cualquier término
posee mayor valor que el anterior.

Las fases son partes de un proceso.
Pero con los procesos ocurre
como con el cuchillo y el fuego,
que para ser necesitan
algo que quemar
o alguien a quien herir.

Las líneas verticales …
¿caen o se elevan?

El orden, combinatoria y fábula,
se inventa.
Es un mecanismo de ficción
que a su vez crea ficciones.

Miles de personas se han levantado
al mismo tiempo para ir al trabajo.

El orden, oposición y fábula,
se inventa.
Teje redes imaginarias
que atrapan vidas reales.

De diez a dos y de cinco a ocho
para pagar una hipoteca
durante treinta años.

La falsa proporción
entre el delito y la pena.

Los herederos aguardan su turno
en el registro de la propiedad.

Muere el creyente confiando
en la resurrección de la carne.

Hay hombres que se comen a los cerdos
y hombres que los consideran impuros.

Ya no quiero entender lo que digo.

Si escribiese de derecha a izquierda,
el hielo del que están hechas las letras
comenzaría a derretirse.

ÚLTIMA NOCHE EN SODOMA

No me lo reproches.

Además,
¿quién sino tú me enseñó la costumbre
de dejar siempre unas nueces
y un poco de vino caliente sobre el mantel?
¿Quién sino tú ponía sábanas limpias
en la habitación de los invitados,
a pesar de que nadie, lo que se dice nadie,
podía llamar a la puerta a tales horas?
¿Quién sino tú?

Así que, por favor, deja de repetir
que debo darme prisa,
que para qué me entretengo en hacer todo esto
si sé que no voy a volver.

Aún no ha amanecido.
Aún me queda algo de tiempo,
lo presiento,
para regar la higuera del jardín
con la paciencia con que tú solías,
para dar de comer a los perros.

Fíjate.
Fíjate en lo quieta que está
el agua del estanque.
En la manera que tiene
de aceptar su destino
de océano triste
cubierto por la hojarasca.
Fíjate.
El lugar de la devastación
ha de ser algo semejante
a esas sillas de mimbre
olvidadas por descuido bajo la tormenta.

No, no me lo reproches.
¿No entiendes que es preciso
que todas las luces de la casa
permanezcan encendidas?
¿No entiendes que sólo así,
cuando por última vez vuelva el rostro
desde el último recodo,
me marcharé convencido
de que en efecto hubo una ciudad?

Y será esta ventana lo que brille a lo lejos.
Mientras dure el aceite en las lámparas.
Y resultará sencillo creer que tú me esperas
detrás de su indolencia.
Que me pedirías que entrase
como si hiciese mucho
que estuvieras esperando
y me lavarías los pies en silencio.

Y es que aún no ha amanecido.
Y es que aún puedo pararme a coger
unos cuantos higos verdes por el simple deseo
de notar la quemazón de mi esqueleto
entre la inercia de las sombras.

Así que, por favor, deja de repetir
que debo darme prisa,
que para qué me entretengo en hacer todo esto
si sé que no voy a volver.

A fin de cuentas,
tampoco sé cómo comprenderé,
qué cambio en el color
del agua o qué chirrido
de nubes restregándose
me indicará que he llegado
por fin.

Y tú eras quien insistía,
acuérdate,
en que los preparativos de un viaje,
aunque lo parezcan,
no son las corbatas ni los pocos libros
que uno decide meter en la maleta.

LA ESTATUA DE SAL

Y la rueda resbala sin avanzar,
resbala sin avanzar …
– Pablo García Baena –

Se han ido las aves acostumbrando
a anidar en mi boca.

Han descubierto al fin
que al tronco aquel, retorcido y nocturno
en lo alto del cerro,
jamás suben las serpientes.

Bajo la lluvia, Sodoma conserva
el candor de las piras apagadas.

Veo ciegos que se sientan alrededor de un pozo.
Veo mujeres con el vientre
abierto por el eclipse.
Veo panes sin cocer.
Veo niños que derraman
su saliva sobre los hormigueros.
Veo dátiles y nueces encima de una mesa
donde no hay comensales.
Veo el rumor oculto de las premoniciones.
Veo la higuera, los perros.
Veo el sigilo, transparente y dócil,
del veneno en las copas.
Me veo a mí misma,
caminando sin entender nada:
huyendo; simplemente huyendo.

No conoce la sombra el rostro de su esclavo
ni el fuego es rama que arde.

Ninguna puerta puede cerrarse por completo,
porque no volver no es no regresar.

Bajo la lluvia, Sodoma
va rindiendo sus piedras como bosques al fuego,
va olvidando, gota a gota,
el lugar al que sus calles llevaban.

Hay días en los que aún me pregunto
por qué miré hacia atrás.

Puede que algo asustase a los asnos.
Puede que Lot no me oyera.
Ya no lo recuerdo.

Desde aquí, la llanura cobra su dimensión

de hoguera y aljibe,
de espacio donde las aves
se reúnen y emprenden el camino del sur
para pasar otro invierno.

Llueve.

Llueve como si el agua
pesase más que la piedra,
más que el esfuerzo del carro
atrapado en el lodo.

Llueve.

Llueve como si nada fuese a sobrevivir
a la lluvia, como si esta lluvia
se llevase consigo
lo que ni tan siquiera la sal pudo quitarme.

SOAR

He plantado una higuera al lado del estanque
para que endulce el agua la sombra de los frutos.

Tengo perros y un horno donde cocer el pan.

Imagino que el tiempo continuará pasando:
volverá a germinar una semilla
en el excremento de alguna bestia,
sellarán los eclipses el vientre de las vírgenes,
y seguirá precediendo a la lluvia
ese olor a placenta de la tierra mojada.

Ya no estoy seguro de que mi nombre
sea el que sacudió la boca de aquel ángel.
Tal vez las vísceras de los corderos
no augurasen la destrucción de la ciudad.

¿Y si no fuese yo
el que debería haberse salvado?
¿Y si aquellos extranjeros
se hubiesen confundido de puerta?

Me lavaré los pies, pondré sábanas limpias
en la alcoba de los huéspedes,
y aguardaré junto al fuego
hasta que se consuma mi memoria.

Imagino que el tiempo
es una escudilla volcada sobre la mesa.

¿Y si yo jamás me hubiese marchado?
¿Y si no hubiera creído
que el aceite que en el candil se quema
impide la incubación de las aves?
¿Y si en realidad aún estuviese en Sodoma,
paseando por el jardín,
observando cómo las hormigas
arrastran un escarabajo muerto?

Exige la llanura un tributo de hogueras
al que se atreve a cruzarla.

El vino se habrá enfriado, lo sé;
pero no espero a nadie,
porque nadie mide
lo que mide su sombra.

Me pregunto si será cierto
eso de que todos murieron.

Me pregunto si de verdad
huir me ha salvado de algo.

GOZNES

Incluso las puertas de una casa
en ruinas
pueden abrirse sólo hacia un lado.

EL ÁRBOL

Ten en cuenta que el árbol crece en dos direcciones,
pero sólo una brinda un lugar a la sombra.
(Del libro LAS CIUDADES DE LA LLANURA)

LA SEMILLA

La memoria del bosque aguarda bajo el yermo
a que la lluvia anuncie su pacto con la sed.

Porque es una semilla la paciencia del árbol.
Porque un árbol sin sombra también puede dar fruto.

La mujer del leñador
se mira el vientre y sonríe.

La evaporación y el deshielo.

Dejar de ser para ser.

La memoria del bosque
moldea en silencio la forma de una hoja
y el recuerdo de una caída.

Cuando ascienda la savia al verdor de la luz,
inmolándose,
dudando entre el haz y el envés.

El polen, que parecía tan frágil,
sobrevivió al desierto.

Dejar de ser para ser.
Negación.
Vértigo del preludio.

Un crujido de nubes estremece el aljibe.

Inútilmente aletea, inútilmente intenta
respirar el insecto apresado en el ámbar.

LEÑA

El alpinista que perdió los dedos,
amputados por el frío,
después de tocar la altura.

Ha sido luz la ceniza.

Para que la leña arda,
hay que dejar que se seque.

Fueron los célibes los que plantaron
los frutales del jardín,
los que amontonaron ramas
y troncos con los que avivar el fuego.

Los aludes.

El olor del humo.

El mismo cuerpo no pesa lo mismo
a medida que asciende.

Se acumula la arena
en la desembocadura.

El hacha, por sí sola,
no derriba ningún árbol.

Algunos frutos no pueden comerse
en cuanto se han cogido.

El montañero que ataca la cumbre
adivina en sus manos insensibles
los síntomas de la congelación.

ÁRBOL SIN SOMBRA

No tala el leñador los troncos de los árboles,
sino sus sombras, que arden más despacio.

Llueve sin remordimiento en el mar.
Agua dulce que accede a ser estéril.
Agua maldita que nada fecunda.

Los cálculos del topógrafo
revelan dónde iniciar el desmonte.

La desembocadura traicionará al deshielo.

Servidumbre inescrutable
de la sed y la fatiga.

Si el calor no instilara
a la tierra el afán de la arena
ni al surco el del cauce seco.

La equidistancia
del río evaporado.

El hedor de la leche corrompida en las ubres.

Semen de sal.

El insomnio de las embarazadas
ha podrido la cosecha.

Durará la vida lo que dure el fuego.

Los árboles no darán ya sombra
en la que sentarse a descansar.

ÁRBOLES DE HOJA PERENNE

Es el hielo el esqueleto del agua.

Debe de haber un lugar
por donde este río pueda vadearse.

Cartógrafos escrutando
la nervadura de una hoja.

El aserradero.

Deja la invisibilidad del frío
un rastro de cristales empañados.

Polen de piedra.

Árboles que florecen en invierno.

Las aves migratorias.

Es el vapor la nostalgia del agua.

Los circuncisos riegan las orquídeas de plástico.

El invernadero.

Crecerá más fuerte el frutal
si se poda,
pero dará menos sombra.

Ombligos cauterizados con ámbar.

No arde la leña seca: se consume.

La rama sin memoria
al menos posee espinas.

SOMBRA SIN ÁRBOL

¿Quién no lleva un nombre que antes
no haya sido el de un muerto?

El agua de la desembocadura
no ha regado ningún jardín.

Impide la cría más fuerte que la otra coma.

Las flores trasplantadas
no arraigarán.

La mujer que no sobrevive al parto.

Una palabra dicha entre la luz
no proyecta luz.

El pescador está cebando los anzuelos.

Dibuja el compás un círculo
cuyo eje delimita magnitudes
como el tiempo o la distancia.

Son opacas las puertas de madera.

La esterilización de los sementales.

Las raíces han atraído a la noche.

El célibe mira al sol fijamente.

Un niño marca con cal
el contorno de la sombra
que dan los árboles que aún no han talado.

EL BOSQUE

Las raíces fatigan
la tierra sobre la que se levantan los templos.

El ladrillo será muro;
la rama, arco tensado.

Las fábricas de papel.

Mástiles de embarcaciones hundidas.

Las rapaces nocturnas
aguardan a que sus presas
se confíen y terminen durmiéndose.

Nada crece
debajo del eucalipto.

Vigas vencidas al fin por la altura.

Unos alcornoques medio quemados
descubren el lugar
hasta el que llegó el incendio.

¿Por qué se hace de madera
la empuñadura del hacha?

Han comenzado a desbrozar las excavadoras
los límites del bosque.

Conoció el carbón la savia y el fuego,
pero no es árbol ni ceniza.

ÁRBOLES DE HOJA CADUCA

Los circuncisos se orientan
por la sombra de las ramas
que renuncian a sus hojas.

Tiempo en ingravidez.

El cordón umbilical
del que penden los ahorcados.

Órbitas en equilibrio.

Puntales en las minas.

La piel comestible de algunos frutos.

El recelo de la cáscara.

Óxido arborescente.

El hundimiento prolonga
la caída.

Líneas de flotación.

Así como el imán no es sino hierro que al hierro
atrae.

Inercia.

El lugar que señala
la brújula del buque varado en el bajío.

Rozamiento.

Hay que enterrar enseguida todas las veletas
y mutilar a los agrimensores.
(Del libro el ÁRBOL SIN SOMBRA)

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NO ES LO MISMO GRITAR QUE GRITAR [Mi poema]
Carlos Aganzo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mi calle tiene un halo de misterio,
la valla de un colegio lame un lado
a ratos silencioso, alborotado,
de juegos de los niños es su imperio,
yo miro y me recreo alucinado.

Pared con su pared hay un cercado,
solar de diversión para los toros,
a veces ambos gritos hacen coros,
resuenan en el aire entrelazados
así suden, lo sé, distintos poros.

Yo intento separar ambos desgarros
no puedo desligar, no encuentro modo,
¡qué difícil aislar agua del lodo!
los gritos que son limpios de los guarros
que sangra al corazón o del beodo.

Ambos gritos expresan la alegría,
ambos gritos rezuman mismas fuentes,
mas ambos son opuestos, diferentes,
unos suenan a muerte y agonía
y otros manan de bocas de inocentes.
©donaciano bueno.

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Grito: Sonido agudo y estridente emitido con la voz de manera fuerte o violenta. Generalmente representan emociones a veces tan opuestas.

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Aganzo

UNGÜENTO DE NARDOS

Con ungüento de nardos
has lavado esta noche
los pies del joven príncipe
que se refugió en tu casa
ebrio de amor, como ebrios sus discípulos
de amistad en la cena de la despedida.
Con tus propios cabellos
le has secado los pies y en este acto
le entregabas tu alma y el reino de tus padres,
bien que la traición rondaba
entre las copas de vino
y los trozos de pan
que iban de mano en mano.
Y él supo en ese instante,
aspirando muy hondo el ungüento de nardos,
que tú no le faltarías
en el minuto fatal del abandono,
aliviando con lágrimas
su resquebrajado corazón de ángel caído…
¡Y qué suave su piel,
tan joven todavía,
perfumando tu alcoba y las estancias
más íntimas del corazón!
«Tú habrás de ser, hermana, la primera,
cuando el amado regrese de las sombras
en comprobar el milagro del amor»
Desde entonces el llanto
por amor se llama Magdalena.
Y todo estaba escrito.
Y todo sucedió al tercer día.

Finalidad del alma

Recuerdo una frase bella indefinida
como un beso viejo
que ha perdido el olor aunque mantiene
temblor sin superficie.

Recuerdo un rostro amado en la distancia
como el polvo seco
que ha dejado una hoja del otoño
antes de ser aire.

Recuerdo tu ausencia
como un dolor de manos;
una oración que dice:
“La finalidad del alma es el deseo”.
Y después, el silencio.
(De “Manantiales”, 2002)

Poema II

Más te podan, negrillo,
más vida nos das en primavera
y sombra en el verano.
Así, como tú, los hombres buenos:
la raíz bien en tierra,
la copa llena de pájaros
y las ramas dispuestas a dar cobijo siempre
a aquel que lo necesita.
Y frente al leñador, el tronco firme.
(De “Como si yo existiera”, 2004)

Un hombre solo

Dime dónde están ahora
aquellos que gritaban
mi nombre entre las palmas.
Dónde cuando el dolor
de la traición y el engaño
se fue llagando en mi frente
como corona de espinas.
Cómo es que dejaron sola
a mi madre, al amigo
para mí más querido,
aquel que reposaba ayer sobre mi pecho
con dulzura de ángel
y hoy va deshabitado,
apartando a su paso calaveras
en este oscuro Gólgota
de los desengañados…

¿Cómo has podido, padre,
dejarme aquí tan solo,
oyendo únicamente la voz de los soldados
que se juegan mi túnica,
y ese sordo lamento
de los que esperan la muerte
sin remisión posible?
¿Por qué si me trajiste
aquí como el heraldo
más alto de tu templo?
¿Por qué si tuve entera
Jerusalén a mis plantas,
si me amaban los niños,
si tenía la dulce sonrisa de María
envuelta en la pomada
que alivia las tristezas del camino;
si hubo doce leales
que partieron conmigo
el pan de la concordia?
¿Por qué este aliento amargo
de hiel que hay en mi boca
rota de ángel caído?

Tanto dolor de Dios
para un hombre tan solo.
(De “Caídos ángeles”, 2008)

Coherencia

¿Debe un hombre que dice
ser fiel a la causa de su patria
empuñar el fusil, subir al monte,
y activar explosivos
bajo los coches de los generales?
¿O acudir al trabajo cada día
y educar a sus hijos en un mundo distinto?

¿Acaso debe un hombre
fiel a la tradición de sus mayores,
desnudarse en silencio,
dejar su ropa y sus lamentaciones
doblados en un banco
antes de entrar, solícito, en la cámara
de las dudas profundas,
sin mirar a los ojos al soldado
que le empuja a la puerta?
¿O mejor debería
armarse de coraje
y buscar ese hueco en la alambrada
que conduce hasta el bosque
donde la belladona
embriaga el olfato de los perros?

¿Debe un hombre que dice
amar la libertad y la justicia
sobre todas las cosas
recostarse en la tierra
delante de los carros de combate
o sentarse en la vía
a esperar que detenga
su corazón el tren de las infamias?
¿O debe ir cada día
prudentemente al aula,
sembrar en sus alumnos
su semilla de sueños
y esperar que germine
cuando estén las espadas envainadas?

¿Acaso debe un hombre
coherente con su obra literaria
caer ebrio en las calles de la noche,
perder un brazo en lucha contra el turco,
o una mano en un lance callejero
o la honra en lo oscuro de un prostíbulo
y dar fin a su vida con pistola?
¿O quizás retirarse
donde habita el olvido
y dejar para nadie
versos que ayudan a entender el mundo,
palabras de consuelo
para las horas grises,
retamas de verdad
en el fulgor incierto de la noche?

¿Debe un hombre que dice
abrazar con fe ciega su destino
apurar la amargura de los cálices,
entregarse al castigo
brutal de los verdugos
en lugar de quedarse
oculto entre las sombras de un olivo
y encontrar la mañana
en un campo florido de azucenas?

¿Debe un hombre que ama
negar que hubiera amado
si no dejó la vida en el empeño?

¿Debe un hombre ser hombre,
crecer, hacerse viejo,
y legar a sus hijos
el miedo de sus padres?
¿O buscar en el magma palpitante
de su sangre caliente
los restos que aún perviven
de la antigua locura
con la que modelaron
los dioses su cabeza?
(De “Las voces encendidas”, 2010)

HABITAS LAS PALABRAS

Lo cierto es la palabra.
Eugénio de Andrade

I
Habitas las palabras
como hachas encendidas de memoria
donde constantemente se pronuncian
tus actos ordinarios.

Habitas las palabras
como dardos de amor
de punta placentera y venenosa.
También como interiores
escalas musicales
que mueven los cimientos
fonéticos del alma.

Habitas las palabras
como bosques de ensueño o de locura,
donde pacen los ciervos
que te están esperando en otra orilla.

Y ellas viven, también, entre tus labios,
metáforas del alma.
Te distraen de la muerte.
Te enredan con sus cantos de sirena.
Te previenen de mí. Quieren que admitas
que sólo con sus besos
podrás ser inmortal.
No las escuches.

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TE ESPERARÉ [Mi poema]
Iván Segarra Báez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ayer soñé contigo y tú no estabas
y quise imaginar que no te irías,
después ya comprendí que no existías,
volviendo a disfrutar porque me amabas.

De nuevo percibí que me esperabas
asido como estaba a tu cintura,
temiendo desvelar a mi alma impura
y en ésto que eras tú quien me besabas.

Y en esta incertidumbre me mantuve,
no sé cuanto duró, aún no recuerdo,
que anduve sumergido en este infierno.

Y así escuche que baje de esa nube
herido el corazón insiste, artero,
pues sé que tú eres mía y yo te quiero.
©donaciano bueno

La #imaginación y el #deseo viajan juntos? Share on X

Leimotiv, la famosa canción de Armando Manzanero.

Esperaré -: Armando Manzanero
Esperare
a que sientas lo mismo que yo,
a que a la luna la mires del mismo color.
Esperare
que adivines mis versos de amor,
a que en mis brazos encuentres calor.

Esperare
a que yayas por donde yo voy,
a que tu alma me des como yo te la doy.

Esperare
a que aprendas de noche a sonar,
a que de pronto me quieras besar.

Esperaré
que las manos me quieras tomar,
que en tu recuerdo me quieras por siempre
llevar que mi presencia sea el mundo que quieras sentir,
que un dia no puedas sin mi amor vivir.

Eperaré
a que sientas nostalgia por mi,
a que me pidas que no me separé de ti.

Tal vez jamás seas tu de mi
mas yo mi amor esperaré.

MI POETA SUGERIDOIván Segarra Báez

ANTES QUE ANOCHEZCA

To remenber
Reinaldo Arenas
Cuba
(1943-1990)

Reinaldo Arenas, templado corazón de melón.
¡Mándame el libro de las flores,
para volver a verte,
para volver a verte!

Este siglo de las luces se acerca fatal
y otra vez el mar, golpea fuerte
tu Celestino antes del alba.

El mundo alucinante, que escribiste
te seguirá esperando cuando vuelva a verte.
Morir en junio, Con la lengua afuera,
Será un milagro viril
de la humana verdad en ti derramada.

¡Reinaldo Arenas, alguien se acerca!
¿Será Fidel Castro, Trujillo o Batista?
¡No temas más, ya nadie podrá tocarte!

Con los ojos cerrados,
he visto,
el calor del verano,
que golpea afuera;
bello desnudo del alba,
precioso viento del mar asesinado
por un sistema castrista de la muerte viva.
Cuba, Guantánamo y La Habana
se mecen en el pozo del leprosodio cubano
mientras asesinado por el verdugo monarca castrista
Cuba es una niña asustada y violada.
Antes que anochezca
sobre las oscuras golondrinas
he divisado tu hermosura;
hermano de las luces, Reinaldo Arenas.

Con los ojos cerrados, de amor a vivo fuego
surgieron tus palabras de tierno maricón
de mundos olvidados, templados
y cansados principios amariconados.
Todos los polvos son para ti hermosos
polen sagrado de tierno dolor.

¡Inreverente texto descarnado,
fusil y aceite de locuras,
gitano abrumado de la luna,
paraíso, cordón umbilical,
pantomima del mar,
revolucionaria golondrina,
mariposa en tallo lunar,
pétalo marchito, arenal sin fondo,
coqueto paladín de la muerte,
bello mariscal templado de la ira,
alucinante bañista del tejado,
moribundo centinela siempre en fuga
que pareces un falo pintado por Dalí!

Dolor inmenso en tu corazón valiente
sentiste el dolor del leprosodio cubano;
ahora eres libre como la flor del malva.

No habrán soldados enloquecidos,
barricadas humanas ya cansadas,
ni castrismos enfurecidos,
ni tumbas comunistas,
ni alacranes malditos,
ni estalinistas, ni lenistas, ni nazistas,
para ocultar por más tiempo a la Literatura
tu hermoso cuerpo,
hermoso rey de este verano.

Reinaldo Arenas, destellos de luz
en la plegaria callada y sacra de la vida.
Moriste por un deber, por un valor,
por un bello principio amordazado
en el mismo semiciclo de la guerra.
¡Ojalá que tu alcoba
se llene de limones, de naranjas azules y redondas,
de tiernos compañeros que te den la vida
No-dolor, no la muerte,
como todos los humanos.

Reinaldo Arenas, antes que anochezca,
mándame el libro de las flores,
para volver a leerte,
para volver a leerte,
antes que llegue
este azaroso verano de la muerte.

Con fusil en mano
prenderé una vela
por tu alma, por tu costado,
por todo lo que te hicieron los humanos,
porque en el mundo se acabe la guerra
y porque mañana
en el mismo semiciclo
de la guerra cubana
en busca de su libertad
el bello nombre
de Reinaldo Arenas
brille soberano,
antes que anochezca.

IX

«El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos»

Pitágoras

Descubrimos que la vida se va asesinando
entre pétalos descalzos y llantos desnudos,
como símbolos desterrados
de pequeñas muertes desoladas y tristes.

El tiempo
va trasnochando horizontes muertos de frío
y todo se acuesta entre la nota absurda
de la sombra en pena de la risa muerta.

Descubrimos que los cuerpos son el cosmos,
un deseo que se retuerce en el mar de la lujuria.

X

«El mejor placer de la vida es hacer lo que la gente te dice que no puedes hacer»
Walter Bagehot

Y la vida se hace un rostro de tinieblas muertas
donde no hay un «Ave María» que te salve
de la desgracia absoluta de los hombres.
Y el camino se pierde para seguir a los hombres.
Cada noche respeta esta soledad tan amarga,
tan dura, hecha de rosas que tienen espinas.
Donde el pecado caído es el amor
y te lastima
y en sus cenizas tú te enredas con la muerte pequeña
que todos llevamos dentro del alma moribunda
y la palabra se hace misterios de la noche,
un refugio sin sol, un eco sin dicha
y lo banal es el espejo
de todo lo que vivimos
del recuerdo a la sombra de la vida,
de la nostalgia sin vida de la muerte fría
que no acaba jamás
con la palabra
«Melancolía».

COMO ME SIENTO

Me siento como se siente el agua
entre mares de cenizas.
Mi fuerza es un ciclón
que choca contra el viento.
¡Será que soy de espuma,
de silencios muertos!
Sé que no conozco
los gorriones sedientos.

Mi mundo es una playa sin orillas
y mi cuerpo tendido de azucenas
no conoce la desgracia
aunque la viva cerca.
¡Seré un marinero sin puerto,
un abismo suicida
que llorará sobre el tiempo!

¿Cómo me siento vida,
cómo me siento?

DOLOR DE AMOR

¿Cómo me duele Cielo, cómo me duele?
Saber que tu ausencia
no tiene nombre, no tiene alas.
Volarán mil pronombres en la alcoba.
Un río de azucenas, hoy vendrá ha cenar.

¿Cómo me duele Cielo, cómo me duele?
Saber que te he perdido
entre la multitud de casas
de la ciudad aquella.

¿Cómo me duele Cielo, cómo me duele?
Saber que vas de la mano con alguien,
saber que te quise y que me quieres,
saber que te he perdido entre suspiros,
saber que por este amor, yo muero.

¿Cómo me duele Cielo, cómo me duele?
Mirarte en la distancia de los cuerpos,
sentirte naufragio, pesadilla y vida.
Desvelarme en la ausencia
de una playa sin cuerpo
y desmembrarme en tu mirada
como un atardecer sin alma.

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