A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
DE UN RÍO ENAMORADO [Mi poema]
Carla Nyman [Poeta sugerido]New
MI POEMA… de medio pelo |
Ayer viajé hasta el río, la corriente Yo andaba adormilado bajo el puente Un río, respondí, no se enamora Que el río solamente es un voyeur, |
MI POETA SUGERIDO: Carla Nyman
Fragmento de «Elegía II»
A Javi
De ti y de mí nada puede fugarse
Aquí
bajo este techo que asegura
quedarse como una viga
(un hombre pasea rozando las nubes)
yo sé de mi cuerpo
a veces se hace presente
de este lado del tuyo
como una navaja del revés
Pero siempre existe el riesgo
las grietas
y este puñado de piedras
que fueron de un cielo que sí
amenazaba con caerse
Allá
donde ya no es
ni tú
ni yo
el espacio del error
el área del nunca
todo acaba con alguien acodado
muy solo
(esto es para quienes miran solos)
al borde de una ventana
de Elegías para un avión común
Fragmento de «Elegía II»
Podría llamarlo
lugar extraño
. sin identificar
hasta entonces conocido
un cuerpo cuando sale de otro cuerpo
es un cuerpo anestesiado
irreconocible al tacto
y queda un espacio roto
fallido
suenan los huesos
como si por ellos pasara la lluvia
luego el derrumbe
un saco de piedras contra el suelo
ahogarlo en el mar:
un cubo de plástico
en las diminutas manos de un niño
De Elegías para un avión común
Fragmento de «Elegía II»
Hoy he bajado a ver el mar
te he esperado y no estabas
Ven niña
y te hablaré de los océanos y los ríos
hay islas y peces bajo las islas
qué sencillo el calor
las lagartijas de un muro seco
Te he esperado
mientras me decía
volver a amar es el abandono de una herida que no
[cierra
y he pensado que tardabas demasiado
Vas a ver que cuando ya no te digan niña
cuando tú te extrañes niña al borde de la arena
volverás
esperarás como hago yo
y estas cosas que te digo se habrán evaporado
Pero el mar nos redime incluso ahora
que ya no podemos
que somos de la tierra
viejos pies como raíces
y a veces un poco de sal en las axilas
De Elegías para un avión común
Fragmento de «Elegía IV»
Eres todavía arena que cae en invierno
un escozor al vestirse y humillarse
desnuda bajo las sábanas
Dónde está la estampida de ciervos
el barco que me prometiste
Quiero el mar
y qué es este silencio que me asusta tanto
No puedo mojar los pies en tu cuerpo
dónde está tu cuerpo
Un árbol crece y se abre en mis manos
No cantan ya los pájaros ni escucho el viento
¡Es verano! Me digo ¡es verano!
Yo pienso en el verano y solo cae agua
Este árbol se agranda en mi cuarto
y tú te quedaste en el mar
Cómo conciliar los quilómetros
cómo pudiste marinero soñar con un árbol
y meter mis manos
. maniatadas
como raíces bajo tierra
De Elegías para un avión común
Fragmento de «Elegía VI»
Así
de un día para otro
una mujer se levanta camina hacia un sitio
pero
tarde o temprano vuelve
lanza la ropa sucia
el olor a pelo recogido unas pinzas
hace como que corre a un campo y juega
. a tirarse por un terraplén
le molesta el sujetador se mete bajo la ducha.
es que acaso
. a esta casa nunca va a mojarla el mar
De Elegías para un avión común
“DE QUÉ ME SIRVE ESTA JUVENTUD”
I
De qué me sirve esta juventud
ya solo crecen piedras en los árboles
Qué triste esta sombra
que se alarga y cruje y se rompe
hasta bajo los pies de un niño
Debo resguardarme en el suelo
hundir todos mis papeles las manos y los ojos
para cuando llegue la tormenta
Allí donde ocurre el murmullo de una hormiga
con la misma frecuencia que la de un beso al resbalarse
Y contradigo el Amor:
una palabra que da hambre
pero nunca de comer
Aun así me consuela despertarme boca arriba
con el pelo rojo y un olor a sulfuro
y escribir con el dedo
como quien se declara en las paredes de los baños públicos:
ven dios te desafío
la tierra cuando tiembla es casi el cielo
II
Hoy me he despertado en esta tierra con el peso de una vida
Este estar entre el día y la noche
y solo buscar palabras para el silencio
callarlo callarlo o aguantar hasta la náusea
como si estas dudas
como si el dolor
fueran un arroyo que se acaba en el cuerpo
Escucho todas las mañanas cómo pisan esta piel:
piedra tierra seca y dura
Y yo sé con la certeza de un niño
sé que los pájaros
esos bellos pájaros que picotean en mis tetas
y bañan luego sus picos en mi ombligo
cantarán algún día sobre mi tumba.
MI POETA INVITADO: Natalia Lara
Jorogumo
Rompí tu cama pequeña,
salían los negros resortes,
el óxido metálico de la noche
reflejo de la destrucción chirriante.
Mis colmillos de araña leona
en combate con tus fibras
para convulsionar los tejidos
de la depravación y sus púas.
Víctima que asfixio henchida,
espuma de sangre al origen
—s o l i t a r i o—
custodio tu cueva prolongada.
Erecto por los gritos y chispazos,
saboreas mi baba;
tú, mi cebovaronil y cromo
de cuatro patas.
Espesas a secas mi visita aturdido,
mis sedas de oro.
Nephila clavata al encuentro de tus huesos:
morirás de locura.
Evitarás la noche
—y el granizo—
la nube de falsas
c o n q u i s t a s.
Anima mundi: apoteosis
Para sumergirte en intrincada calle oscura
desnuda por completo
—s o n r i e n t e—
bajo lo que deja el tibio sol
envuelto en papagayos,
teclas y faroles vibrátiles,
“Fantasía” de Igor Levit
como guirnalda en un piano a lo lejos
para semejar la rosa obscena,
las lentejuelas aguacate que te embisten
amorosamente
en tu baile impar.
¿Acaso la disputa
……por tu condición divina?
¡Tiembla el infeliz!
¡Cruel espectador!
…
Alarga el instante,
……temperatura ceñida
fugaz antorcha
……cuello de loba,
lejos de la jaula
ahora que injertas tu alegría
…en el vestigio verdiazul
…de madrugadas vencidas.
¡Contempla tu río!
…..Apoteosis de arena
animal del mundo.