A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

MÁS QUE PALABRAS [Mi poema]
Richard Piñeyro [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Palabras que se ignoran, palabras que se cruzan,
que al corazón le encoran, que hieren pues se azuzan,
palabras sin sentido que andan disimulando,
que antes de hablar se han ido sin nadie saber cuando.

Palabras obsoletas o que han quedado mudas
que no endulzan sabores pues permanecen crudas.
Palabras que te aman o aquellas que te hieren,
que al cielo le reclaman, de pena que se mueren.

O quedaron sin habla, de sustancias vacías,
que van arrastrando odio o que son palabras frías,
que saltan al espacio y van formando el eco
o exprimen el gaznate que se quedó reseco.

Palabras que se esconden o no atienden razones,
que cual camaleones con su lengua te atrapan
y a veces que derrapan cual ruedas de camiones
y que sin parangones de mentiras se empapan.

Palabras muy confusas que levantan pasiones,
que son papel de estraza que envuelven las ideas,
palabras que se tiran pues son palabras feas
o no admiten excusas pues son lamentaciones.

Palabras que se adornan, palabras que oscurecen,
que raudo se retuercen de sucias que se tornan,
más falsas que Pilatos, que al que pueden sobornan,
que tienen mil formatos y a nadie le obedecen.

Pacíficas, mordaces y algunas violentas,
que suenan truculentas o tornan aburridas,
para adornar los cuentos sedosas, relamidas
que suenan tan fingidas que no salen las cuentas.

Palabras sin renglones, de trenes sin traviesas,
que se han quedado tiesas, objeto de traiciones,
sin hilos ni costuras, sin reivindicaciones,
que van dando lecciones de honor bajo las mesas.

Torpes y hasta indolentes precisan tenacillas,
sean gruesas, sencillas, para sacar los dientes,
malsonantes, procaces, vacías de ingredientes
que no hallan sus clientes siquiera en las capillas.

Que rabian, rumian, gritan y a veces que berrean,
y cuando escuecen mean, hablas que son malditas
y en ello se recrean pues muchas son gratuitas,
se esconden con sus citas para que no las vean.

Palabras que se pierden, se encuentran o se añoran
en tanto otras se ignoran, si no sueltas te muerden,
engullen o devoran, que el labio te retuercen,
e impiden que remienden las flemas que le afloran.

Llenas de vaguedades, palabras sin palabra
de bocas de los viejos, de todas las edades,
que solo son pellejos de tantas nimiedades
malditas sean las bocas, malvados quien las abra.
©donaciano bueno

Como se puede deducir de este texto, las palabras en poesía dan para mucho. En realidad, lo son todo.

MI POETA SUGERIDO:  Richard Piñeyro

Esta piel negra

que me cubre los sueños
(…) esta piel
anochecida por la rueda de la historia
(…) este remolino de noche
que viene desde siglos reclamando
un aire de justicia a la mañana
(…) será de todos los colores
el horizonte anhelado de mi raza.

A Richard Piñeyro, en memoria

A Richard Piñeyro,
poeta y preso político de la
dictadura uruguaya, 1956 – 1998

“Era un poeta barrial. Hablaba
de los tallarines con tuco, del vino
salpicado de estrellas, de los transparentes, del otoño”
(Luis Bravo)

estás jodido negro medio negro
las antologías no se ocupan de vos
(el covisunca negro
en mil novescientos ochenta
(esa mujer la beba
el google que no habla de vos piñeyro
richard
negro y tupa tas jodido
(penal de libertad 1973 – 1980
poeta
(ta oscuro el asunto dicen
las antologías no se ocupan de vos
pero sí los torturadores
ellos y los del servicio de
frontera
(no estás en la antologías pero
me acuerdo del abrazo en la parada del 105
por felipe cardozo
(la tortura negro
ha sido especial para você
la muerte negro medio negro
sólo arregla la mitad de las cosas
de lo otro tendremos que ocuparnos
(qué facil esto de aparecer en las
revistas
ser invitado a los jardines
fastuosos
(no estás en la lista negro
quizás por carencia de poesía en felipe
cardoso
en los barrios populares
se sabe
hay carencia de poesía.

CARTAS A LA VIDA

Un día
una persona
caminará por una calle
recibirá el sol
sin pensar en nada
(como tiene que ser)
caminará
(sol)
y no te recordará
(como tiene que ser)
y caminará por una calle.
Y habrá sol.

“El otoño y mis cosas”
Ediciones de Uno, Montevideo, Uruguay,1992

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EL MUNDO ESTÁ ATRAPADO [Mi poema]
Pedro Piccatto [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El mundo está atrapándose en sus flemas
por culpa de una clase dirigente
que olvida que es votado por la gente,
espera que resuelva sus problemas
y siente que le mira indiferente.

El mundo no es futuro que es presente,
que hastiado ya de tantos teoremas,
-silogismos, soflamas y fonemas-,
convierten su bondad en indecente
ahogada entre potingues y otras cremas.

El mundo se demuestra inconsistente,
ausente al devenir de cada día,
-oscuro atardecer sin alegría-,
gozando y despreciando al medio ambiente
y haciendo ostentación de su osadía.

Trazados por tipejos populistas
que saben ocultar ser sanguijuelas
sacándoles la sangre y aún las muelas
a fieles que se apuntan en sus listas
y luego machacarles con sus suelas.

Políticos que afilan sus azuelas,
expertos en augurios futuristas,
del arte de mentir nuevos artistas,
gozando de clavarles las espuelas
a ingenuos que desprecian cual turistas.
©donaciano bueno

Los políticos, dicen, no hay uno bueno. Ya lo define el refrán: el que reparte, parte y se lleva la mejor parte.

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Piccatto

Ah corazón, deja que tus luces siembren…

Ah corazón, deja que tus luces siembren otras estrellas sobre el cielo.
Deja corazón que tus luces vayan prendiendo rosas sobre la soledad
y sean ellas el dulce puente por donde cruzará la claridad del hombre.

Deja corazón que tus luces se abracen a la hierba que sostiene el rocío con amor,
y sea el recuerdo extasiadamente doloroso de la vida
un silencio lejano, no más…

Ah corazón deja que tus luces vayan prendiendo rosas sobre la soledad,
y acuérdate que eres sólo un rumor que no debió nacer.

El agua es bella...

El agua es bella aunque no tenga flores.
Lo piensa el mar pero su sueño es otro.

Vivo andar de amapolas perseguidas
sueña que le retiene una sirena.

Y cada ola quebrándose en la espuma
le hace gozar la rosa azul deseada.

Para cuando el jacinto…

Para cuando el jacinto encienda el aire
y la sangre desdeñe su hora mala,
el agua fácil de estas evidencias:

El agua fácil de estas evidencias
para cuando no creas.

El aire…

El aire,
enorme ala
se duerme bajo la claridad de la flor.

De ahí viene ese afán de quietud
que tienen los jardines.

En el fino relámpago de un beso
se tocan,
noche a noche,
estrella y flor.

De ahí viene ese afán de amor
que tienen los jardines.

Melodía de darnos…

Melodía de darnos…
la sagrada melodía de darnos.

Ese es el gran acierto de las almas.

Es llevar para siempre en nuestra vida
el esplendor abierto de una fruta.

Hay horas…

Hay horas
de flor casi en comienzo;
de mariposas que se mueren solas;
de jazmines prestados a la nube
y de azules perdidos para el agua.

Horas
de aroma abierta, fiel.
(EVIDENCIAS, III)
De: Las anticipaciones

XX

Mira hacia arriba el hombre cuando sueña
y cuando sueña,
vuela.

El hombre es casi pájaro.
Diríamos mejor:
¡se siente pájaro!

Y múltiple de alas y de sueños,
sube…
¡gigante dulce!

El pájaro también
si vuela
es porque sueña.

…Y la pasión del pájaro y del hombre
es soñar…
es volar!

El pájaro y el hombre
son la pasión
en ascensión.

Una campana…

Una campana
y tres calandrias
toman mi corazón,
(éste sólo de aljaba)
y lo reparten:
mitad
para la niña y el anillo
algo
para la estatua y la limosna,
y lo demás
al naranjal
y al viento.
(MALVA VI)
De: Las anticipaciones

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YO INTENTO COMPRENDER [Mi poema]
Antonio María Flórez Rodríguez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo intento comprender a los que ladran
que son notoriedad dando codazos,
y suelen escribir con gruesos trazos,
empujando rogando que les abran,
o a gritos disparándote a balazos.

Yo intento comprender con mucho esfuerzo
a quienes predicando van razones,
fingiendo consagrar sus corazones,
saltos dando a degüello como escuerzos,
rienda suelta a sus egos, sus pasiones.

Yo quiero comprender a los que opinan,
a aquellos que cuando hablan siempre mienten,
que ocultan a la audiencia lo que sienten,
culpando a responsables si adivinan,
matando a mensajeros si presienten.

Yo intento comprender mas no comprendo
a los que insisten la vida es un vergel
que sigue a los humanos resistiendo
y acerca hasta el Olimpo. No pretendo
ser más listo que un buen libro en su anaquel.

Yo quiero comprender y sólo entiendo
a aquellos que derrochan fantasía,
que al proscenio saliendo van diciendo:
no dejen de soñar que hoy es buen día,
así que haga mal tiempo, esté lloviendo.

Y es que al fin hoy me encuentro ante la duda
de saber quien soy yo, qué es lo que siento,
si debo alguna vez cambiar de muda,
si a la fruta me habré de comer cruda
y si este árbol de vida es mi alimento.
©donaciano bueno

Por más que intentes comprender hay veces en los que los humanos juegan a ponértelo difícil.

MI POETA SUGERIDO:  Antonio María Flórez Rodríguez

De «Desplazados del paraíso» 2003:

I – Paraíso

Un día de estos
cuando el tiempo no pase sobre el tiempo
Un año de estos
cuando el tiempo no sea tiempo
Un siglo de estos
cuando la nieve
no sea invierno
ni el amor
la primavera
entonces podré decir
que el Paraíso
fue una hermosa ilusión
en la mente de Dios.

1
Ese lugar
que tú mencionas en tus sueños,
sigue ahí,
donde siempre estuvo.
Pero la lluvia aún no llega
para lavar las cenizas ni la sangre coagulada
de lo que fuera el dintel de tu casa.

2
Mi madre
me daba besos
y mi padre libros;
así me iba la infancia,
navegando en sueños.

II – La huida

Ya los griegos pensaron que un remo contra el agua es
una alucinación de los esclavos,
¿quién no hasido mordido por un sueño en ropaje
de humo?
José Antonio Gabriel y Galán
«Alguien ha huido»

12
Ella los mira
y los espera con paciencia.
Ya llegarán.
Huyen ellos del dolor y de la muerte.
Y así se les van los días (y las noches).
Se les va la vida. Fugitivos amantes
de recuerdos y rencores.

13
Acostarse lentamente
sobre la hierba:
a morir o a soñar.
Así no más.

III – La muerte

Tú, noche, que eres la última entre las últimas
flores de la tiniebla, cuyo tallo se empapa aún
de las tintas negras del crepúsculo, préstame
tu canto abrio de silencio…
Nuno Júdice

«Simulación de la muerte»

23
La muerte es algo más que un canto alrededor de tu cuerpo
putrefacto, de tus insatisfechos anhelos y deseos, de tus podridos
rencores, de tus sueños insanos y concupiscentes, de tu aguada
materia de tercas obsesiones. La muerte. La muerte no es la
imagen que de ti guardarán los que te arrullan con su treno
monocorde y basto, no es el túmulo mineral y licuescente en que te
irás convirtiendo, no es la nada que tú tanto temías o el todo que
tanto esperabas. La muerte.

24
La muerte es y no es, la muerte. La muerte es lo que es.
La muerte.

IV – Tocando a las puertas

Cuando deseamos la nada, estamos inventando el olvido.
Mas esto nos es dable contemplar
en el borroso espejo de la vida.
Francisco Brines
«Identificación en un espejo»

28
Esta calleja
da a un prostíbulo
con olor a néctar
y a perfumes turbios.
La miro de frente,
pero se escabulle en el reverbero
de las sombras. Pasa a mi lado
y no la siento. ¡Qué ciego estoy!

29
Muchachas de sonrisa vaga
y labios audaces,
esperan en los muros. Sus piernas
desnudas son blanquísimas
a la luz amarillenta de las farolas
de la medianoche. Marineros,
soldados y beodos
pasan en lujuriosa procesión
ante sus altares. Rezan canciones tristes
de amores idos y dolores presentidos.
Pecarían por unas monedas,
pero en el fondo siguen esperando
a ese rubio muchacho que un día
les mostró el camino de Europa
y les prometió volver para enseñarles
el sentido equívoco de los vientos contrarios.

32
Es una locura
caminar por estas calles,
así,
tan peligrosamente.
pero a eso me obligas,
buscándote, mujer,
sin esperanza.

V – Perdido amor

Porque seremos eso Vivos
jamás muertos Enamorados
Pere Gimferrer

«Mascarada»

34
El amor es eterno
mientras dura,
dijo el poeta con sabia hondura;
y siendo nosotros mariposas, arañas
o mosquitos -lo que es leve y fugaz-,
¿cuánto durará esta eternidad
que ya nos desborda y hastía?

36
Ella cantaba un fado.
Y las luces mortesinas del amanecer,
-desnudas sobre su cuerpo-,
temblaban. Era la ardiente saudade
de aquellas manos ya ausentes.

38
Agonizo.
Es mi vida una batalla perdida.
¿Qué puedo decir?,
lo he dado todo por ella. Todo.
Una herida cerrada es la única huella,
y su olvido. Su olvido que se adorna
de ínfimos desprecios.

43
Todas las cosas
que fueron tuyas
ya no son tuyas.
Así es.
Tan frágil la vida,
tan terca la nada.

44
Ese lugar
que tú mencionabas en tus delirios,
ese país sin nombre del que huiste,
ya no es más testigo
de tus sueños y juegos preferidos.
La lluvia arrasó con todo,
con las huellas, las raíces, el amor y los caminos.
Ya no hay retorno.

45
¿Y la mujer que amabas?
Las aguas me llevan ciudad adentro,
y la dejo atrás, sin nunca irme.
Desterrado del paraíso.
De «Desplazados del paraíso» 2003

Busco

Busco a la salida de los días,
la noche,
y en ella a tus ojos
de relámpago.
Te busco a ti
en el fondo de mi copa,
y a nosotros,
pensamiento sin nombre,
al filo del alba.
De «Antes del regreso»

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LA FÁBULA DEL MONO Y EL PEZ [Mi poema]
Ricardo Paseyro [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Era un mono que observaba
con asombro en su semblante
como un pez allí nadaba,
y el buen simio cuestionaba
si era un pez o era un farsante.

¡Vive dios!, se preguntaba,
si librara yo a ese pez
del final que le aguardaba,
quizás dios me compensaba
por mi gesto de honradez.

Pues si al agua yo metiera
largo tiempo a mi cabeza
es seguro que muriera,
fuera así que presumiera
de experiencia y de destreza.

Y fue así que su alma buena
con probada rapidez
sacó raudo hacia a la arena.
Y aquel pez murió de pena
por el mor de una memez.

Que hay que siempre meditar,
cuando al otro no se entienda
y ponerte en su lugar.
Cada cual ha de jugar
viendo el otro no se ofenda.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo Paseyro

POESÍA

Inútilmente peregrino, viajero
de los infiernos, voy en llanto, en niebla,
busco la lumbre de la tierra, el signo
del infinito, el sortilegio, y siento
que una luz embrujada me traspasa,
lumbre de perfección, luz absoluta,
torbellino más bello que la muerte.
Cerrado círculo de fuego,
inasible frontera fulminante
que me llama y me tiende su alto abismo
devorador, su tenebrosa
belleza que destruye las palabras
y los cantos y todo espejo humano,
cerrado círculo de fuego,
¿por qué tentar mi inanimada arcilla,
hipnotizar mi soledad, llamarme
al último horizonte,
por qué hacer estallar mi corazón
en pedazos del sol, en ciegas chispas
y en temblorosos rayos dividirme?
Mortal imán sagrado
que me quema los ojos y la vida,
Dios poderoso que arrebata el alma,
voy en llanto y en niebla hacia su límite,
hacia el límite ardiente en que fulgura
inasible y callada, Poesía.

El costado del fuego, 1956.

POÉTICA

Si la palabra se descuida
el adjetivo no da vida,
mata. Regla de la poética
determinada por la ética:
nuestra dotación, al nacer,
fue la entidad, no el parecer.
“Insondable, inmutable, eterno,
absoluto”: con tal infierno
de voces que retumban, Hugo
rinde homenaje a Dios. Le plugo
cederle ciertas propiedades:
tal vez las otras facultades
las reservaba para sí.
El Todo no se mide así…

Ajedrez, 1998.

ARTE POÉTICA
Para Juan Rafael Cortés

Artífice sin artificio,
artesana del arte sano,
mi mente transmite a la mano
las arduas reglas del oficio.

El corazón sangra en la mente
a quien no alcanza la razón
pues necesita la pasión
para subir a inteligente.

Trabajarán juntas las dos
mas ningún poema es perfecto:
cada cual encierra un defecto.
Tal es la ley que dictó Dios.

Ajedrez, 1998.

Poema del sueño

El sueño con su fondo de algas,
de violentos islotes, de anguilas luminosas,
de pesados oscuros esqueletos,
me retiene en su limo, en su arenal hundido.Fauna de gelatina
—pulpo, estrella de mar, caracol, agua viva
me guarda entre mus alas, estrangula mis ojos.
Espanto las figuras, la cintura
de barro, el apretado mar
nocturno. Mi pie se mueve apenas
como una raíz moribunda.
Abro el agua. Las respiraciones
marinas me rechazan. Oscila
como un ancla perdida.
Busco la luz. La onda
sombría me golpea. Estoy inerte.
Respiro hielo,
incendio
mi boca con el aire ya quemado,
vienen a mí los buzos del vacío
viscoso, hipnotizandome:
pulpos, corales séricos, medusas
de suave y blanco labio alucinante.
El sueño con su océano de monstruos.
Soy
un arbusto marino que dormita
en un valle sin tiempo
En Viena. — 12-XI-49.

Desaforado

Mi corazón no puede más conmigo.
De pronto, a todo escape,
se va, suelta la brida, en huracanes.
Desaforado y loco
no piensa en mí, no atina que me deja
sin compás, malherido.
Yo no alcanzo a seguirle,
no acierto el paso justo en la intemperie,
siento pesadamente el alma, estoy
fuera de la cadencia fiel del mundo.
Y de pronto regresa. Hasta que un día…

Dios de los impacientes

El esplendor de Dios es su vacío.
Sin luz, en el reverso de la estrella
reside el paraíso.
¡Estar solo en la sombra poderosa!
señora del silencio y del olvido!
Jugaré el alma por llegar más pronto
a ese lugar tan lejos de mí mismo:
me volveré a la luna
o más allá si hubiera otro camino
guíame tú, Dios de los impacientes!—
donde morir sin nunca haber vivido.

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DE QUÉ SIRVE SER BUENO? [Mi poema]
Juan Van-Halen [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

De qué sirve ser bueno si nadie te conoce,
si nadie te conoce nadie te habrá leído,
si nadie te ha leído, no obtienes ningún goce,
cariño es sin el roce que pasa inadvertido.

No intentes predicar si estás en un desierto,
que estando en un desierto nadie podrá escuchar,
si nadie ha de escuchar es cual si hubieras muerto,
y si te hubieras muerto ya nadie podrá amar.

Si escribes bien o mal lo debes de mostrar,
echándolo a volar mezclado con el viento,
volando por el viento desde uno a otro lugar
y al corazón tocar llegando al sentimiento.

Si plantas una rosa en un lugar baldío,
echando un desafío sin agua y sin abono,
sin agua y sin abono por más que pongas brío
muy pronto has de morir así que exista ozono.

Ni venga Dios a verte, las hadas te protejan,
las ruinas te cortejan pues nadie ha de leerte,
que incluso ni con suerte si ven no lo aconsejan,
ni acercan ni se alejan que nadie va a quererte.
©donaciano bueno

Ahora dicen si no estás en las #redes es como si no existieras, es cierto? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Juan Van-Halen

EL POETA SUEÑA A JUAN RAMÓN JIMÉNEZ MIENTRAS HABLA EN VISOR CON JESÚS GARCÍA SANCHEZ

Era en Visor. Los libros, callada compañía,
acunaban la tarde mientras Jesús hablaba.
No sé qué me decía, sé que yo le escuchaba,
y él hablaba de versos igual que cualquier día.

En un lugar tan mágico como una librería,
donde los locos sueños jamás encuentran traba,
la charla crece y crece, y el tiempo no se acaba.
Eso ocurrió, y la tarde se nos desvanecía.

Un tiempo sin relojes desterraba el hastío,
y entonces descubrimos a Juan Ramón, parado
frente a un estante. El traje gris y la barba oscura,

en la mano una vieja edición de Darío.
Estaba allí, mirándonos con aire ensimismado,
perdido entre la niebla que orlaba su figura.

AS DE CORAZONES

El recuerdo es la torpe certidumbre
de que somos olvido,
de que lo nuestro es más de ayer
y apenas queda tiempo.
Si llamamos
al miedo por su nombre,
si convocamos luego a la memoria
y escanciamos el riesgo de su látigo,
de su gélida lezna,
una noria de ciegas agonías nos inundará el pecho:
actos que un día deshojamos
y otro, fielmente, destruyó el olvido.
Regresarán promesas no cumplidas,
palabras que quisiéramos no haber salvado nunca,
besos no deseados
o hermosos rostros idos cuyo retorno quema.
Estoy aquí ante el tiempo,
ante el niño que un día alertó mi estatura:
frente a frente los dos
como un milagro del espejo. Nadie
ha abierto los cajones hondos de la tristeza,
mas los años se han hecho resurrección y espina.
Y bien sé que el retorno
es duelo y destemplanza.
En este niño
hay acusación, el viejo eco
de preguntas abiertas como heridas.
Pues la memoria siempre
es la terca enemiga que nos niega el silencio.

DON FRANCISCO DE QUEVEDO RECIBE UN DESAFÍO

Anoche fui de vinos, recorrí los tugurios
de una ciudad perdida para siempre en los sueños,
y cumplí, entre las nieblas, fabulosos empeños,
lejos de realidades y sensatos augurios.
En el rincón más sórdido de una ignorada venta
encontré a don Francisco de Quevedo. Escribía
a la luz temblorosa de una vela, y bebía
jarra tras jarra, tantas que he perdido la cuenta.
Un soldado, borracho, le espetó un desafío,
y, uniendo falta y gesto, desenvainó la espada.
Don Francisco, en silencio, sostuvo su mirada,
manteniendo la calma frente a aquel desvarío.
Luego dejó caer hasta el suelo la capa:
sobre su pecho el rojo de la cruz de Santiago.
Miró la espada cerca, gustó de un largo trago,
midió del torvo tipo calandrajo y gualdrapa.
El soldado, de pronto, recobró sus cabales:
un santiaguista era demasiado enemigo
La oscura sala, espesa, era mudo testigo.
El acero, aún desnudo, brillaba en los cristales.
Sirvió vino el ventero, embridado el resuello,
alguien cantó, y al fondo desgarró una guitarra.
Se olvidó el desafío, se desbocó la farra,
Quevedo alzó la capa otra vez a su cuello.
Fuese manso el soldado, que fue tan altanero,
sin conocer quién era tan frío caballero.
(De “Espejismos” (Antología), 2005)

EL SEGUNDO ALFANJE

(Bagdad, Irak)

El hombre allí,
en medio del enorme salón de oros y mármoles,
con un traje cortado en Inglaterra,
impecable de oscuro azul bajo sus negros ojos,
más brillantes a la luz de las viejas arañas
solemnes y algo impropias,
y su sonrisa amable de vendedor de alfombras
en el bazar de Khan el-Khalili
allá en El Cairo de su juventud y de mis recuerdos,
arqueando su bigote ridículo
en los gestos de su boca grande,
mientras me expedía esas amables palabras,
tan repetidas,
de quien recibe por obligación a un molesto desconocido.

La Guardia y sus colores,
resurrección atípica de Abderramán III,
en los amplios y mudos salones,
en corredores, puertas y pasillos,
hasta llegar a aquella estancia tan desproporcionada;
hasta llegar al hombre del traje inglés,
de los ojos que tiznan,
del bigote flotante,
que no era un vendedor de Khan el-Kahili,
ni Bagdad era El Cairo,
aunque vendía la rara mercancía nacida en su palabra,
que no estaba a la venta en el mercado
y era tan apreciada por él y por el mundo.

Fueron más de tres horas,
con ritos y distancias que prescribe el arte de la esgrima,
en las que yo intenté saber más de aquel hombre
del que su pueblo hablaba comúnmente en susurros.

Frente a mí una leyenda,
entre tazas de té que un gigantón llenaba sin dejar apurarse,
y un alfanje lujoso de acero y pedrería
colgado en la pared, no sé si una advertencia
o un lujo del Oriente,
mientras los dos, el hombre y el visitante incómodo,
vendíamos, comprábamos,
la extraña mercancía que llamamos noticias
y el tiempo ingrato pronto condenará al olvido.

Habló de guerra, de petróleo, de armas,
de una infancia indigente,
del joven que atentó contra el tirano Karim Kassem,
de su fracaso,
de su exilio en El Cairo,
del destino imparable que llevaba su nombre,
de pueblos y países como si el mundo fuese
sólo un juego de mesa,
y las vidas valiesen lo que una ficha aislada en el tablero
que descarta quien gana.

No levantó la voz,
nunca mostró alegría ni desánimo,
hablaba quedamente,
desde una cercanía nada cómplice,
con esa convicción de quien no duda,
de quien nunca contempla que puede equivocarse.

El hombre, al fin, era su certidumbre.

Locuaz e inteligente, no hubo ni un solo instante
en que me pareciese que hablaba con un loco.

Después de aquellas horas que se me hicieron briznas
de un tiempo sin relojes,
otra vez los salones silenciosos,
los corredores y las puertas,
los pasillos, la Guardia y sus colores.
Abderramán III en Medina Azahara.

Y atrás un hombre frente a su destino.

Saddam Hussein era
como un segundo alfanje que no vi reflejado en los espejos
de aquel salón tan desmedido
como la propia Historia y sus argucias.
(De “Bajo otro tiempo”, 2013. Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla”)

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PRISIÓN Y LABERINTO [Mi poema]
José Parrilla [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Vivimos en lugares con calles que se cruzan,
con llaves y candados, cerrojos y fallebas,
que van en paralelo y lineas que bifurcan,
que algunos van por uvas, cuando otros van por brevas.

Caminos que se anegan en lodos que se pierden
ausentes de esperanza, plagados de misterio
que miran y te acechan y si pueden te muerden,
y acaban y conducen de dios a un monasterio.

Trayectos sin destino, senderos retorcidos,
sin aura en sus figuras, columnas ni cimientos,
disléxicos, ahítos que son incomprendidos,
sin sueños ni sonrisas, sin llantos ni lamentos.

Sendas que no son sendas o se han difuminado,
que buscas y no encuentras, jugando al escondite,
se han ido o se han dormido, sin habla se han quedado
se ocultan o te ignoran pues no salen al quite.

Caminos polvorientas, veredas, carreteras
borrachas de avaricia, de mosto y vino tinto,
como telas de araña o el trigo va en las eras,
así son nuestros egos, prisión y laberinto.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  José Parrilla

9 / REY BEBER

Escribidme la muerte, apuntad al suelo las pistolas; enten-
ded, entended la tragedia del vaso alto con whisky y la con-
ciencia de su belleza.
En la mesa, hay un cenicero de metal, corazón, colillas con res-
tos de saliva, rouge, música, besos, pista de Rialto, noches, noche,
frío, sábado, puerto, mujeres, hombres, policías, pitadas, cantos.

Busco un ratón, un avestruz, o un indio.

Busco las patas de una prostituta joven, en un cabaret blan-
co, y busco vacas con garganta, ternura colgada de la come-
ta, en manos del muchacho verde.

Que hacen a esta hora las niñas de los patios, ester, y
mary, y betty y ann onetti.
Pueden haber muerto de repente con una muerte tierna de
sombrilla.
Pueden estar llorando, despacio, o abriendo y cerrando los
ojos para conocer la oscuridad de la noche.

Una niña mea en cuclillas después de catorce años de
nacer. Qué ruido.

Todos están muertos detrás de las paredes, todos van a
morir lentamente, como el agua, o las tres y diez de la maña-
na, con una muerte tierna, sin sonido, de sombrilla.

Yo estaba loco

“Yo estaba loco.
Y eso me impidió
hacer una locura”

“Yo soy Parrilla.
No traigo escuela, ni doctrina ; no soy Maestro ni Jefe.
Debo decir que no me asusta tener discípulos; además, conozco el Manicomio y la historia de las
religiones.
no tengo discípulos.
(Lavarse los pies y tomarse el agua.)
no tengo discípulos.
¿Donde esta´ vuestra nariz? Los jóvenes poetas desdentados, que no saben hablar sino es con alguien;
no habrá puntas del carretel.
Pese a todo, no hanse ofendido ni me han abandonado.
A veces me encuentran ; si los veo, me pagan el café, me invitan con cigarros y me presentan a sus
novias.
Comprendo que se permita a un individuo enseñar matemáticas y corretear escendedores de gas. nada
sirve para nada.
Comprendo que haya también tanto sujeto que hace arte, escribe, pinta, mira, o habla de arte.
Esta fauna es despreciable porque tiene arrogancia o vergüenza de mear ante vecinos.”

“Era un sueño
una vez, con zapatos.
Era la niña.
Maté al padre y a la madre
de la niña,
que la habían usado
doce años
Le di un fémur a ella,
Y ella golpeaba la mesita
Y se reía de la cara
que los monstruos
sacaban de la cara
de sus padres”.

NENA MÍA estamos desnudos

casi
y tu boca y tu lengua son /como este aire
apresado por mi mano en tus axilas,
nena con los cigarrillos los muslos
el pequeño pintado vientre
los besos escapados del humo
tuberías
mientras yo siento un dolor
/de cabeza
una luna maquinista
un amor dorsal de pitadas densas
bronce del amando tu sexo
tu ahora
tu disposición ojos antebrazo
y quererte a las cuatro y media /de la mañana
en el patio de mis piernas
conmigo y
y te quiero por el ojal del alba
por el recuerdo de un ángel /parturiento
por tu calor de tren de naipes
por el por la duda el despido
y tu cara aún y
mi boca en tu boca tu sexo.”

“Señoras, retratos:

Ha empezado la fiesta,
La fiesta llega al fin,
el fin llega a la efe,
yo aparezco desnudo
yo sonrío navaja,
yo tropiezo cabello (…)
Leo:
Abajo la idea y el pensamiento,
abajo de nuestro pie lo que ellos sienten,
abajo de nuestra orina, el
te quiero, tus manos, etc.,
porque las momias son ceniza
porque las naranjas son crepúsculo
porque alguien debe decir que todo ha terminado
porque va todo a empezar
por una letra.
Aquí hay luz,
por mucho negro que pongamos
porque esto es el recuerdo y el origen de la poesía
porque no tenemos otra bandera que los dientes
azulados,
cinc, cocina, bosque.

Puedo hablar ahora
que estoy muerto
y nadie va a pedirme
que jure la bandera (…)”

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LA VIDA TAL CUAL [Mi poema]
Antonio Zerolo Herrera [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Pues todo aquí fenece, nada queda,
por mucho que se insista será en vano,
los chopos que hoy están en la alameda
un día, cuando acabe ya la veda,
el hacha le hará astillas con la mano.

Que todo es temporero, las virtudes
incluso en esta vida los cilicios
no habrán de retrasar, nunca lo dudes,
el tiempo que te espera. Los aludes
no sufren ni al mirar los desperdicios.

Ni el alma viene al caso ni es motivo
a hacer de aquel que dicen no la tiene
un signo distinción a seguir vivo,
-vivir o no vivir no es de recibo,
no importa si conviene o no conviene-.

Después vendrá el olvido. Es natural.
de aquellos que quedaron a la espera
que llegue otro volcán a hacer el mal
marcando a la esperanza su final
pues nunca ha de volver la primavera.

Y así es que van cayendo las bellotas
del árbol de su madre que es la encina,
dejando tras de si ilusiones rotas,
creyéndose uno más de los idiotas,
soñando ver detrás de la colina.
©donaciano bueno

Todo pasa y nada queda pero lo nuestro es pasar...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Antonio Zerolo Herrera

Quiero morir en paz con mi conciencia

Quiero morir en paz con mi conciencia
sin haber en el vicio encenegado
el apellido humilde, pero’ honrado,
que recibí como sagrada herencia.

Cuando se cumpla la mortal sentencia
quiero estar de los míos rodeado,
valeroso y sereno, cual soldado
que luchó por el Arte y por la Ciencia.

Quiero morir en el edén de España,
que si nó la riqueza y la fortuna,
le debo el dulce ambiente que me baña;

y que arrullen mi sueño en La Laguna
los pinos que coronan la montaña
y el mar de Atlante que meció mi cuna.

A Santa Cruz

Celebra tu glorioso aniversario,
y admire el mundo la inmortal hazaña,
en que su lealtad y amor a España
selló con sangre el corazón canario.

Penetra reverente en el santuario 
donde están las banderas de Bretaña,
hoy, que a los golpes de enemiga saña,
subes cual nuevo Cristo a tu Calvario.

De allí acuden recuerdos a millares
a confortar tu espíritu; devora 
en altivo silencio tus pesares.

Lucha y calla; el derecho no se implora.
¿Si has vencido al coloso de los mares,
¡ira de Dios! no has de vencer ahora?

A Olga Aguilar

Alta, rubia, gentil, ojos de cielo,
-de esos ojos que matan dulcemente-;
formando la corona de su frente
doradas hebras de sedoso pelo.

Llegó a las urnas, levantóse el velo, 
y al verla tan hermosa y sonriente
unánimes votaron con la gente
todas las flores del canario suelo.

Imagen de belleza peregrina
que circunda del triunfo la aureola, 
es modelo de gracia femenina;

y arde en sus venas, como hirviente ola
de fuego de pasión, mezcla divina
de la sangre francesa y española.

Las folias

Música original la de mis lares,
pues conmueven el alma del patriota,
desde la isla, hermana de la jota,
hasta el viento que zumba en los pinares.

¡Oh, las folías!… Tienen sus cantares 
un recuerdo de amor en cada nota;
pero hay algo también que a veces brota
del undívago seno de los mares.

Allá en las noches plácidas, serenas,
cuando flota el misterio en el ambiente 
y reposa el Atlante en las arenas,

más que el oído, el corazón lo siente:
¡es la voz, es la voz de la sirenas
que cantan a la isla eternamente!…

Los personajes de Galdós

Cuando expiró el maestro, asombro de la gente,
por ser el prototipo del genio y la constancia,
yo sé que penetraron en la mortuoria estancia,
todos los personajes que concibió su mente.

El lecho rodearon cubriéndolo de flores 
-piadosa y delicada señal de sentimiento-
y no se oyó una queja, ni un grito, ni un lamento,
que sólo tienen llanto del alma los dolores.

«Fortunata» y «Jacinta» cogidas de la mano
el coro presidían de la nocturna vela, 
y próxima a este grupo, tan bello como humano

de las protagonistas de la inmortal novela,
sin apartar los ojos del venerable anciano,
estaba de rodillas la pobre «Marianela»!…

La laguna

(Después de la estación veraniega)

Ya La Laguna triste y solitaria
vuelve a su natural recogimiento,
a ser la típica ciudad canaria
donde se reconcentra el pensamiento.

Florón el más antiguo de Nivaria
en un valle fecundo tiene asiento,
y allí crecen el pino y la araucaria,
que son las liras rústicas del viento.

Sólo el gremio escolar que se declara
amante del bullicio y la alegría, 
le presta animación con su algaraza.

O se escucha la mística armonía
del órgano, al pasar por «Santa Clara»
en la tarde otoñal, lluviosa y fría.

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EL SUEÑO POR NACER [Mi poema]
Alfredo Pérez Alencart [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El sueño por nacer. Hoy el terreno
cansado de esperar está baldío,
repleto de rastrojos, y hace frío,
que sembrar no se puede ni centeno.

A la espera de ese nuevo amanecer
en que el sol y la lluvia se aproximen,
las hojas de los árboles se animen,
germine la semilla y vea nacer.

Que hoy testigo en mi celda prisionero
sólo espero salir y ver el agua,
su empuje sin igual y su aguacero,
o el fuego que se avive de mi fragua.

Del cielo que aparezca el resplandor
encumbrándose al color del arcoíris
y refleje en el centro de mis iris
ese impulso que dicen que es amor.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Alfredo Pérez Alencart

Uno

No es azar que este viento de tormenta derive hacia mi rostro:
ya acompañó al amado galileo en la colina de las calaveras,
al Che Guevara en la quebrada del Yuro
o al César cuando recibió viles puñaladas.
Desde muy atrás
se pronuncia el viento porque pisa cielos en carne viva
y nunca pierde el llavero de los aposentos
donde sabe dejar constancia de su mordedura.

Cada caricia, cada zarpazo: formas de un reencuentro
después de éxodos inevitables. Un pulso del viento con el hombre;
una visita sin gota de cansancio a quienes
lo esperan o se desesperan con su largo aliento.

Cada viento vuela sobre el paisaje que más adeuda,
sobre las cumbres donde solemnemente traza la ruta
de sus peregrinaciones.

Me cubre un viento de tormenta,
un viento negro como salido del fondo de la noche
para presidir el tribunal de los espantos.
¿Por qué se demoran los ingratos? ¿Acaso sus puñales
no están suficientemente afilados?
A estas alturas tengo los ojos abiertos a mi falaz condena.
A esta realidad el viento me trae noticia de vergonzantes asambleas.
A esta memoria no hay cascotes que la silencien.

¿Adónde pretendes marcharte, viento de tormenta, si aquí,
en mi cuerpo, tienes piel y huesos para no saciarte jamás?

Dos

Husmea el viento,
acecha por los rincones hermosos de la primavera,
se torna dócil entre tus manos porque parece pertenecerte.
En vano le convidas amor hasta en los sueños. ¿No ves
que el viento está hecho de lejanías? ¿No comprendes
que repentino se torna el viento salido del vientre de los mares?

Una copa puedes derramar entre tantos presagios,
un brindis por el viento legado por milenios de probar mundo,
una oración para que bellos pájaros se suban a su hombro
y contentos canten
al pasar por nubes llenas de agua, guitarreando
cara al cielo, de espaldas a la lluvia
parturienta de vida.

Después te descuelgas del pendiente de las adivinas,
posándote en la nada, en el emborrachado aletazo del viento
que todo lo destapa porque no se acuerda de su sombra
cobijada en el pasado, contrabandista
de sueños inútilmente vivos, de raíces de infinito
alimentando múltiples eternidades.
¿Qué come el viento si no partículas de polen vagabundo?
Así hace germinar sus venas,
así se desparrama para no apagarse nunca,
así va en blanca caravana junto a infinitas golondrinas.

Lo encontrarás luego de cualquier desalojo,
pisando cenizas por si obtiene pálido vino que libará
en ardorosos ceremoniales, bailoteando
con bulla jubilosa o marcando el paso
en la alta cúpula de los cipreses.

Cuando ya estés quieto, mira los ocasos cayendo asustadizos
al fondo de la meseta, más allá de las montañas,
yéndose con el viento
para volver mañana con el almíbar del día.

Recuéstate en la hierba,
recuenta lunas extraviadas y embalsama tu vida
con la brisa del amor que invade los sentimientos.

Tres

A veces el viento se quema bajo el espíritu del mediodía.
Entonces no gruñe ni regala su danza de direcciones distintas:
ya no nos pasa por encima, ya no examina de pronto
nuestras vidas.

Y blasfema, y culpa de su fijeza
al sol anaranjado y al negro abrazo de algún imán.
Suda el viento como sudan los hombres
que no pueden descansar en el privilegiado lugar del paraíso.

Cuatro

De niño vi cómo el viento hacia volar a Marilyn Monroe.
Ella asomaba desde la hoja de un calendario que el viento
había arrancado del desvencijado taller
donde arreglaban la moto Honda chacarera de mi padre.

Vi volar a Marilyn regalando su blanca piel a los aires
y al imaginario de un ser despertando al alboroto de la carne.
Todavía hoy me froto los ojos
y ella aparece ondeando clarísima sobre el aire,
regresando sobre mí, volando conmigo entre árboles y luciérnagas,
entre lloviznas e infancias que no se arrugan
con el paso de los años.

Marilyn tanteaba mis cabellos y con sus labios llenos de carmín
parecía desearme buena suerte.

Voy creciendo
pero sigo esperando aquel mismo viento.

Cinco

El surazo ventea su frío a la amazonía y la acatarra
y pone triste por unos días.

No baja de mentira dicho viento asustante.
Apenas lame y ya se instalan los escalofríos, las chompas,
las frazadas.

La selva calurosa conoce en agosto a un visitante
que baja drásticamente su temperatura.

Boca abajo el surazo hace estremecer a mis paisanos.
Boca arriba también anda el aire agarrotando el vuelo
de los gavilanes.

Pasa un viento helado para aquietar a la gente.
Pasa una sombra de cuero
y todos se meten a la cama para no morirse de pena.

Seis

Avanza y avanza el viento solar hacia la órbita de la Tierra.
Viene de esa casa vecina para acostumbrarnos
al zumbido del Universo.
Tiene un calor más alto que las llamas.
Tiene una velocidad rebosando los kilómetros, los segundos.
Tiene protones y electrones que van libres
abriendo las distancias.

El viento solar levanta auroras boreales
y coloca a nuestra vista la cola del cometa Halley.

Vigilemos su vigilia
para que no nos incendie por dentro.

Siete

¿Caminar viento en popa,
moverse uno a todos los vientos,
ir contra viento y marea,
echarse el viento,
arrimarse a buen viento
o dejar atrás los vientos?

Ocho

Venían a buscarme los vientos para interrogarme por el pasado y el porvenir. Yo demoraba mi respuesta, les ponía vendas para que se extraviaran por las lindes del planeta. Ah con la insistencia de los vientos que no tienen moradas. Horneaba mis palabras a fuego lento, las ponía en un cofre y después perdía la llave. Pero los vientos probaban mi alma susurrándome elegías o nombres de personas queridas. Pero los vientos pedían socorro en todas partes. Tomé pulso a la noche del mundo e hice sentar a los vientos bajo la perfecta sombra de un frondoso tamarindo. Allí coloqué sandalias a cada uno, les embadurné de azogue y di cierto alivio a sus ansias de saberlo todo. Ah, con los vientos que mientras viajan van trazando la cartografía de las revelaciones.

Nueve

En Portugal también los vientos tienen códigos indescifrables,
genealogías volando en alas de la nostalgia,
prolijas costumbres de ataviarse conforme a las estaciones.
Yo tomé sus medidas más allá de la frontera,
arriba del castillo de Lisboa o en una solitaria playa
de la península de Troia.

Diez

Piadosos vientos
traen silabarios
para confidencias
luego del bautismo.

Descansa el alma
si oye al profeta
purificándole
con agua de vida.

Nacen parábolas
para oferentes
orando al Señor
pleno de misterios.

Las ceremonias
son al interior
porque sólo la fe
ventea más amor.

Once

Ahora que llega agosto agradezco el viento fresco que viene hasta mi piso de Tejares, el aire refrescante que escala a la habitación compartida con la dueña que me enseña a amar el amor. Tengo al río Tormes corriendo al costado y es la propiedad del agua quien destierra el calor invasor de la meseta. Ahora que llega agosto, el viento fresco toca puntualmente el timbre de mi casa: dejo que entre y siga su rumbo hasta la mesa donde escribo —o leo— las siempre veneradas Palabras.

Doce

Bajo un soplo de viento recé mi amor a Cristo.
Al final del versículo volviste a aparecer tú, Jacqueline,
para que prosiga la creación.

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QUASIMODOS [Mi poema]
Juan María Oliver [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Ansias de sed. Los pájaros hambrientos
arrastran sus pezuñas sobre el lodo
que pasan junto a mi. Van codo a codo.
posible sean mas de mil. Quinientos

seguro que yo he visto que, beodos,
me muestran sus pelajes cenicientos
y van como si tal. Sus aspavientos
pudieran demostrar ser Quasimodos.

No son de aquí, de allá, que nadie sabe
si son vino clarete o vino tinto,
de pelaje y de aspecto muy distinto,
fallebas que al abrir no encuentran llave.

Ni encuentran nadie digno que desclave,
nadie que les redima el inodoro,
que incluya a su penar algo de cloro
o inyecte en su pensar algún jarabe.

Son seres que andan muertos. Mas, qué digo,
zapatillas andantes. De un planeta
una especie de sombra. Silueta
de un duende desprendido de un ombligo.
©donaciano bueno

Quasimodo era un niño jorobado que fue abandonado al nacer cerca de la catedral de Nuestra Señora de París, y habitaba en la catedral de Notre Dame, tocando las campanas. Hay una ceguera y sordera física que han sido suficientemente estudiadas y diagnosticadas por los especialistas. Existe, sin embargo, otro tipo de ceguera y sordera mental a la que nadie le ha hincado el diente. Son los zombis.

MI POETA SUGERIDO:  Juan María Oliver

EL ENSUEÑO

Sueña más, sueña mucho, y siempre…
Oye: el ensueño tiene sublimes armonías.
El ensueño es un pájaro de plumaje de seda
Que solloza en las tardes dolorosas y dulces
Las baladas extrañas del país de la niebla!

Él se abisma en las noches melodiosas, y llora,
—Bardo triste y enfermo,— su nostalgia suprema
De la luz; y en la tarde apacible del huerto
A la sombra le rima su divina tristeza…

Él es el artífice magno que enciende en la arista
De las claras y vividas gemas,
El iris que evoca las cortes lejanas de Oriente,
Los cuentos radiantes y antiguos, las pálidas reinas
Y los magos que exploran en torres sombrías
El eterno desfile de astros y azules estrellas…

¡El ensueño es un pájaro azul que comprende
El secreto del bien y del mal de la pena!
Él vuelve á tus manos sus ojos tranquilos
Y al mirar el blancor de tus manos recuerda
El marfil de los Cristos dolientes, amargos y tristes,
Que guardaban las viejas abuelas
Con los largos rosarios benditos, y antiguas
Estampas de santos y mártires de rostros de cera.

El vuelve á tus ojos sus ojos tranquilos y puros,
Y al ver en tus ojos esa luz que estremece y apena,
Recuerda las claras pupilas mojadas de llanto
De las pobres hermanas mendigas y enfermas
Brillando indecisas en la honda penumbra
De las grandes y azules ojeras.

¡El ensueño es un sabio que conserva en los labios
El sabor agridulce de la fruta suprema!

¡Oh extraña sombra taciturna y doliente
Que mi verso protejes, que mi huerto atraviesas
En la desolación de la tarde, — como una
Divina encarnación de mi fe y de mi pena;—•
Bajo las alas del Ensueño juntemos
Nuestras cabezas ebrias
Del vino de la vida, — y en la tarde que muere,
Melancólicamente, con honda tristeza,
Deshojemos las rosas purpúreas de los besos,
De los besos que sangran y al morirse se quejan
Como divinos pájaros que en la paz del crepúsculo
Riman una sonata a la primera estrella!

A su Alteza el Odio

Ave César!… Mi alma, cortesana
Del Ensueño, se inclina y te saluda…
¡Oh Príncipe que cubres tus miserias
Y tus llagas augustas
Con el velo de las hipocresías
Y los rencores!..—Príncipe que aguzas
Tus puñales terribles, bajo el arco
De tu dulce reír, entre tus púrpuras
Manchadas en el vicio y las blasfemias
De las plebes lejanas y fecundas!..
¡Oh César, que las razas dolorosas
Que no saben ser fuertes, te columbran
Como un Mesías salvador que llevas
Al solemne pavor de las llanuras
Donde la sangre, bajo el sol tranquilo,
Entre los anchos tajos, se coagula!
—¡Oh hermano de las rabias impotentes
Padre de las tragedias de amargura
Y de las negras manos criminales;

Dios, que en los labios trémulos de Judas
Hiciste florecer el beso innoble
De la traición oscura
Que dio muerte a Jesús! —¡Oh sacerdote
Que pontificas siempre en las impuras
Sombras de los tugurios, encendiendo
El furor de las cóleras injustas
Que hasta en la carne blanca de las vírgenes
Vienen a hincar su negra dentadura!
¡Oh Príncipe escarlata de los credos
Del deshonor y de la infamia impúdica,
A quien condecorara el Egoísmo
Con la Gran Cruz de Honor de la Locura!..
—El Anatema de mi alma sea
Sobre tu frente vil, como una culpa!

Van hacia ti los salmos del desprecio.
Tuyas son las estrofas que la angustia
Dicta a todas las almas dolorosas
Que visten los andrajos de tus púrpuras,
—Oh maestro de las solemnidades
En que triunfa el puñal ó la cicuta!
Tuyas son las grandezas del Pecado
Que pasa hollando flores y blancuras
Y las glorias de todos los Caínes,
Oh Gran Emperador también son tuyas,—
¡Oh Gran Emperador de la venganza
Que haces doblar las frentes taciturnas!

Tu corona está hecha de dolores
Y de flores monstruosas…
De las urnas
Donde están las cenizas de los mártires
Caídos en tus aras, por tu culpa,
Surge una lumbre pálida que todas
Las muchedumbres, ebrias o sañudas,
Veneran, porque esa luz divina
Que brota de las urnas,
¡Es la gran apoteosis de los mártires
Muertos por el puñal de tus comunas!
¡Oh hermano de las rabias impotentes
Padre de las tragedias de amargura!

En los días aciagos, cuando sienta
Acá en mi corazón tu mordedura,
O cuando suene en medio de las noches
Serenas y profundas,
El rumor de las hojas homicidas
Que en el silencio de la sombra aguzas,—
Yo no me ocultaré… Iré á buscarte
Y en medio de la iras de la lucha,
Despreciando el furor de tus puñales,
Cabalgará mi fe sobre tus furias
Como sobre el horror de los oleajes
La santidad solemne de la espuma!

Ave César! Más grande que tu imperio,
Mi alma noble y fuerte, te saluda!

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MIRANDO HACIA EL PASADO [Mi poema]
Nieves Chillón [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Hoy he vuelto a mirar hacia el pasado
observando a través de la mirilla
a ese humilde terruño de Castilla
donde un día algún dios hubo creado
de padres, carpinteros, una astilla.

Tirando en parapente la mirada
haciendo el striptease de un garabato
me recreo pasándome un buen rato
con la mente trazando a mano alzada
de esa historia común algún relato.

Que aunque el sueño se muestra tan lejano
y el recuerdo aparece inconsistente
aún percibo el suspiro de la gente
y el calor de su espíritu aldeano
mostrándome a las claras lo que siente.

Cual chopos adornando la ribera
de ese río que, escaso de caudales,
hoy en mi alma clavando van puñales
los recuerdos de aquella sementera
del trigo las espigas, los frutales.

Los gorriones, sus nidos y los huertos
con pozos que, sufridos, no manaban,
los pinos que en el monte lamentaban,
los tiempos que avecinan tan inciertos,
de resina las gotas que lloraban.
©donaciano bueno

Recordando los tiempos de la infancia Share on X

Comentario: La nostalgia viaja con nosotros permanentemente.

MI POETA SUGERIDO:  Nieves Chillón

Autorretrato

Soy una muñeca rota cosida con hilo rojo.
Mi pelo rubio y sedoso cayó a tijeretazos
en mechones desiguales rubios y sedosos.
Estoy maquillada con bolígrafo
llevo tatuajes,
tengo envoltorio de chicle
en el compartimento de las pilas
y los labios pintados de rosa fucsia.
Olvidé lo que sabía decir,
pero me veo en ti,
soy tu imagen, dolor y semejanza.
Lo mismo que Dios con sus criaturas
hiciste lo que sabías:
Crear,
jugar,
romper.

Off

Cuando se apague el latido de los transistores
y deje de fluir la electricidad por los circuitos en los huecos de las paredes
las muñecas se cortarán sus venas de pvc
sin que sus ojos de cristal derramen una lágrima.

Bajo las palmeras de luz azul y rosa
escuchando la oscuridad de las olas contemplaré el fin del mundo,
la muerte de los bisturíes eléctricos
la agonía de los perros abandonados en los quirófanos a oscuras.

Máquina de refrescos III

Acerco mi oído a esta lata de cerveza
para escuchar el mar lleno de espuma.
Si mezclo con mi saliva una pastilla azul
resucitaré esta noche en el esqueleto de un niño.
Las caracolas han quedado obsoletas.
Han clausurado las fuentes
para vendernos botellas de colores.
El útero mecánico escupe chocolatinas
las vejigas sintéticas contienen la sangre en los hospitales.
Si tengo que morir que sea con todos los píxeles en su sitio
y rezaré para esquivar el cáncer que sobrevuela mi tejado
mi ensalada
mi ordenador
mi teléfono móvil
cuando averigüe cómo o a quién dirigirme.

Juventud

Los niños y los jóvenes
al contemplar lo hermoso
sienten deseos irremisibles
de deshojar, romper
para ver cómo cruje la turgencia
quebrada de los tallos,
cómo un huesecillo se parte
y el equilibrio se dispersa en numerosas
y pequeñas escombreras.

Gota de sangre

Una gota de sangre
en la página 20
me dice que caemos
y que puedo vivir y morir
al mismo tiempo.
(Todos pertenecen al poemario El asa rota, Diputación de Granada, 2015)

Luces

Las diminutas palomitas rojas que flotan en el agua
e iluminan cada una un recuerdo,
las mariposas blancas atrapadas en tubos de cristal,
la luz azul de las pantallas reflejada sobre las olas de mi frente,

prenderé uno a uno los hilos incandescentes de mi casa
y cada fósforo vivirá entre mis dedos doce segundos luminosos
porque tengo la nieve metida entre los huesos y este invierno
ya no tengo más luz que un nido de serpientes asomadas al techo
ni otro calor que sus lenguas eléctricas a un centímetro de mis pechos
con su sangre tan helada como la mía propia
cortocircuitándose de frío.

Beginhof

Desde este jardín se abarca
la redondez del cielo

los árboles miden la diferente
estatura de nuestra fe

los cristales de las ventanas
parten por la mitad dos siglos
idénticos en la manera
de escuchar a los pájaros
y en el hambre furiosa de ser libres.

Pronuncia erizo

Pronuncia erizo
y que un rayo de sol
me peine el vello rubio de mi brazo

escribe con la uña
every day is like sunday
y ordena copiarlo cien veces
para que me lo crea,

llévate lejos la palabra
pájaro y deletrea
amor y espinas
cuando la luna crezca
invocada por la mentira
de los poetas.

Cada vez que las dices
otro golpe de remo
me aleja de tu orilla.

Adiós a Penélope

He decapitado definitivamente a Penélope
por sumisa
por no reconocer
que Ulises ya dejó de ser Ulises
por convertirse en un pájaro violeta
enjaulado en un taller de costura
por su libresca paciencia
por vivir de las rémoras.

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LA BELLA OTERO [Mi poema]
Emilio Oribe [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Bella Otero eres ayer, que hoy no te quieren,
nadie viene ya a colgarse de tus ramas,
los halagos se convierten en soflamas,
de tí mofan a sabiendas que te hieren
pues desprecian acostarse ya en tus camas.

Y aunque sufras te dirán que a otros prefieren,
que fornidos ellos son y más apuestos,
tienen ansias por vivir, con más arrestos,
para asirse hasta ese fuego en el que ardieren
que ellos son para el amor mucho más diestros..

Que en tu brotes no se aprecian ilusiones
y las hojas ya marchitas se han caído,
ni los pájaros construyen ya su nido
alejando de su trino a los gorriones
no más queda de tu karma algún ronquido.

Pues tú exenta ya te encuentras de dar frutos
y no puedes agradar a otros quereres
sorda y ciega, sin respuesta a los placeres,
tú serás hazme reír de sus esputos
de quien fuera como tú, de otras mujeres.
©donaciano bueno

Aquella bella Otero, hoy... Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Emilio Oribe

LA HOGUERA

He aquí que yo había levantado la gran pirámide.
Eso es: la gran pirámide
con mis dioses, para quemarlos vivos.
Los había juntado sobre la playa,
frente al océano,
porque a ellos los culpaba de todos
mis dolores íntimos.
Eran millares de dioses de marfil y de papel.
Iconos aindiados de Sud América,
entre reproducciones de anticuadas
mitologías griegas o germanas,
ya sin valor.
Después de haberles consagrado,
durante años,
toda mi obra, mi amor y mi vida,
ahora que ninguna de estas cosas
tenía sentido inmortal para mí,
resolvía quemarlos sin piedad.
Cuando iba a arrimar la mecha de fuego
al montÍculo sagrado,
oí cantar un ave en la alta urna de mi frente.
La cósmica virtud de aquella música!
Atraída por ese canto, surgió poco a poco,
la luna dorada y gloriosa del seno del mar.
Suspen so ante los dos milagros,
arrojé la llama al océano, pensando:
Este holocausto deicida
ya no tiene objeto.
Y para quemar dioses siempre hay tiempo!
Y me puse a gritar, frente al océano:
– Mientras tengas un pájaro en la bóveda
frontal, que con su canto
haga ascender la luna de las aguas,
bien puedes, oh, poeta,
perdonarles la vida a tus Dioses!

EL GRITO

I.

Era allá enMelo,
ciudad de coloniales casas
en medio de la pánica llanura interminable,
y cerca del Brasil.
Y o gozaba la gran revelación
de la naturaleza
en la amplitud de mi niñez bravía
y en el caudal del júbilo divino.
Si. Allá en Melo,
ciudad con casas de abolengo español,
con grandes patios,
en cuyo centro
los aljibes se abren, circulares y sonoros.
Yo era niño y solía
gritar junto al brocal de algún aljibe,
con temor, inclinándome,
hasta ver flotar mi imagen
en un agua de espejos,
para escuchar así, maravillado,
músicas primitivas de los ecos.
A cada grito,
fidelidad sorprendente!,
el eco melodioso y misterioso,
respondía desde el agua,
desde la penumbra,
tal vez, decía yo, desde más lejos …
¡Cuántas incomprensibles harmonías
y presagios
en el arcano,
de aquellas músicas,
diáfanas y fieles!

II

Hoy he aprendido
que oculto en mi espíritu cisternas que responden
a mis gritos supremos,
con ecos, ya gigantes, ya confusos,
o melodiosos, entre puros límites.
Y soy feliz,
más aún que en los días de la infancia
al oír, lleno de ansiedad,
qué claro responde el eco de la sima interior
al grito que no puedo reprimir
y se escapa, gigante, de mis labios!
Incomparable éxtasis,
respuesta del más allá de la carne,
cuyo secreto no adivino
y cuya finalidad no vislumbro!
He de vivir así, oyéndome;
extasiado en el clamor de mis internas simas,
y tal vez obtenga de ese modo
en mí,
la solución de los enigmas eternos.
Pero . ..
Hoy pienso que tal vez pueda agotarse
ese obediente cántico del ánima . . .
Mi Dios! ¿Será posible?
Y sin embargo!
Mañana, cuando eleve el verdadero
e irremediable grito, decisivo y fatal,
¿responderá la música del eco?

PALOS TELEFONICOS

Recuerdo que cuando yo era muy niño aún,
sentía curiosidad supersticiosa,
al apoyar mi oído en los palos del teléfono,
y escuchar,
el rumor aquel, asombrado y tan hondo,
grave. . . continuo. . . abrumador. . . lejano …
Para acentuarlo más,
daba golpes con mi puño en la madera,
y el ruido entonces adquiría
sonoridades nuevas y encantos increíbles.
En el campo,
donde el silencio llega a lo absoluto
y molesto,
a veces descendía de mi caballo
y apoyaba mi cabeza
en un palo telefónico,
para apreciar la música de los alambres,
y deleitarme durante mucho rato,
con el ruido impreciso y sin matices.
Alguna vez, adolescente, enfermo
con altas fiebres,
ya percibir creí rumor análogo,
que pesaba en mi tímpano,
hasta hacerse obsesión auditiva, profunda …
Ahora,
si en la noche
me recojo en mí mismo,
para escuchar las voces elegidas,
y descifrar los himnos más perfectos
de un interior abismo de armonías,
no puedo concretar ningún acorde,
ah, ni una nota musical a veces,
ni un cantar fácil,
y entonces pasan horas terribles para el alma,
en que sólo oye subir de lo más hondo,
algo sin contornos,
grave … continuo . .. abrumador … lejano …
como el ruido de los postes telefónicos . ..

PERFECCIÓN DE LAS PAMPAS

Cuando se está solo
en medio de las pampas,
uno es el centro
de una circunferencia cuyo límite
se halla en el horizonte.
Perfección de pensar!
En ese instante,
si uno mira hacia el fondo de sí mismo,
lleno de soledad, puede notar,
que su alma es el centro
de una circunferencia, cuyo límite
se encuentra en un umbral de alba y sombra.
También, en esa forma, si es de noche,
en medio de las pampas
oh, curioso espejismo!
se ven brillar estrellas,
que en realidad aún no han asomado
por encima
del remoto horizonte …
– Ah, pero si entonces,
uno mira hacia el fondo de sí mismo,
se ven brillar estrellas allá adentro . ..
¡y qué estrellas tan puras!,
que en realidad,
están ocultas en la densa sombra …
Más allá del umbral en donde el alma asoma!

LAS GARZAS

Pálido de estudiar,
me fui al campo. Sufría
falta de voluntad.
Y qué fatiga en la muy joven frenre!
Además,
desencanto infinito de saber …
Y de amar.

II
Un indio de la estancia
me hizo un regalo muy original.
Cinco ga rzas -¡oh, asombro!- que hablaban
después de muchos años de enseñanza tenaz:
una era rosa, otra blanca, otra gris;
otra amarilla más que el oro, y otra ve rde.
Esto, que os parece fundamental
paradoja cientÍfica, es muy cierto.
Quien lo dude , que hable con mi capataz.
El indio me dijo:
– La garza rosa será el Amor, la blanca será
la Fe, la gris, la Duda, la de oro, la Ambición,
y la verde , la Esperanza inmortal!
– Cuando quieras, amigo enfermo,
con ellas hablarás.
Dicho esto, me entregó las cinco garzas.
Yo las quise interrogar
en seguida, gozoso del·prodigio.
Entonces,
la garza rosa dijo: Vuelve a amar!
la garza blanca dijo : Vuelve a creer!
la garza gris me dijo: Vuelve a dudar!
la garza de oro me gritó al oído,
-Vuelve a ambicionar!
La garza verde no me dijo nada.

IIl
Amar – Creer – Dudar – Ambicionar!
¡Palabras crueles y terribles!
-Muy pronto alteraréis mi nueva soledad
oh, pajarracos, despertando mi corazón! –
pensé, lleno de angustia.
Y me puse a degu llar
cuatro de aquellas aves,
la rosa, la blanca, la gris y la de oro,
con mi antiguo puñal.
Sólo he quedado con la garza verde.
La esperanza!
¡Pero esa nunca va a querer hablar!

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OCHENTA AÑOS, BUENOS DÍAS [Mi poema]
Carlos Molina [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Quizás no escriba más, nunca ya escriba
vivencias que hoy afloran de mi infancia,
que huela ya a polilla mi lactancia
y olores a pureza no perciba.
Ochenta años. ¿son muchos o son pocos?
depende si midiéranse en los mocos
que hubieran destilado en mi nariz,
los años que cortados de raíz
se fueron deslizando como locos
del día en que dejaron la matriz.
Que ochenta años son muchos o son pocos, si comparas
con los que dicen duró Matusalén.
Y reparas
que no llegan a cien.
Y entiendes que tú así te encuentras bien
ausente de tristeza y de sofocos.
Y sigues y no paras
y al mundo y sus peleas tú te encaras
a cuestas tus alforjas como un burro,
buscando siempre a Dios, buscando un curro,
cual hombre que fingió ser de mil caras.
Que ochenta años abarcan lo que abarcan. Me parece
recordarme haber visto a los pastores,
fornidos leñadores,
los perros, el ganado, las ovejas
y a viejas deshilando sus madejas,
con la hoz a sufridos segadores,
y a las uvas pisar en los lagares,
y del ser que se aprecian sus andares*
para luego ser rey en la pitanza;
¡que estos ojos sufrido han su matanza!
Y atrapando resina en los pinares.
Y ha llegado a ver, y es que él ha visto
el arado romano y el candil,
y podría contar otros diez mil
artilugios, si quisiera darme el pisto,
como al euro matando a la peseta.
Y aunque piense que no lo creerías
soy amable con las tecnologías
el móvil, el blacberry o la tableta,
la internet, el wallapop son naderías,
que hoy me enfrento con soltura a cualquier meta.
Y aunque a veces presienta ser un churro.
no me canso de pensar, nunca me aburro.
Ochenta años, ochenta bendiciones,
cada uno muesca más en la canana.
Mas sé, no es mi deseo dar lecciones,
que tengan un buen día. Hasta mañana.
©donaciano bueno
(…y sus poemas de medio pelo)

80 años dan para mucho. Permiten haber conocido el arado romano, la fotografía en blanco y negro y las nuevos tecnologías, la fotografía digital…etc… Yo, que hoy los cumplo, así lo dejo escrito para la posteridad.

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Molina

LA YERRA HUMANA

“Víctor Cristino Larrosa”,
de esta vida es lo que queda,
el nombre, que es como un símbolo
una roja herida abierta.
Víctor Cristino Larrosa
es un mártir de esta tierra,
más mártir que el Nazareno
de la lejana leyenda.

A Jesús le ungió los pies
el llanto de Magdalena,
y una mano de mujer,
una mano blanca y tersa
como un leve roce de alas,
como se sedosa guedeja,
puso un halo de ternura
en su blanquísima testa.

Víctor Cristino Larrosa
es hijo de mujer negra
y su piel es del color
oscuro, como la tierra.
Siendo su madre la peona
anduvo como una jerga.

Tiritó en sus noches largas
con la perrada pulguienta
que lamían fraternales
las interminables grietas
de sus pies acribillados
por la escarcha cuchillera.

Siendo el gurí de la peona,
también fue peón a la fuerza,
su sueldo se lo pagaba
la lonja de una azotera.
Él era útil pa’ todo,
nunca le hizo cara fea
ni a los trabajos más fieros,
ni a las más sucias tareas.

Era pa’ arrear los terneros,
pa’ picar y alcanzar leña,
pa’ los mandaos del boliche,
pa’ pastorear las ovejas,
pa’ aprontar el mate amargo
con suma delicadeza
y el dulce de la señora
habiendo gente de afuera,
que en las familia pudientes
es de elegancia una muestra
“tener a un negrito chico
haciendo estas menudencias”.

Pero ¡Ah…! Dice la patrona,
“tiene también sus problemas,
porque esta es gente muy mala,
muy ingrata, muy perversa,
después que los hace gente
los educa, los enseña,
¡cochinos! dan con la pata
por única recompensa.

Víctor Cristino Larrosa
tan sólo once años cuenta
y llena sus grandes ojos
el agua de la tristeza.
Suele sentirse feliz
cuando la tarde silencia,
entonces viste el crepúsculo
de azul oscuro las sierras.
Cuando su barril panzón
en el agua limpia y fresca
le redondea su carita,
carita color de tierra,
juega a que le sonríe
la imagen que allí contempla
y en sus blanquísimos dientes
la ternura centellea.

¡Ay! Al peoncito de Leoncho
negros peligros le acechan.

Es otoño, tiempo fresco,
cuando la mosca ralea,
el tiempo en que el estanciero
se decide a hacer la yerra,
pues siendo el clima templado
se evita la gusanera,
que casi siempre el patrón
es celoso con su hacienda.

Hoy despertó la mañana
en la fronda barullenta
y una algazara de pájaros
estalló desde la selva.
Era la vida bullente
sobre la natura inmensa,
la que incesante transforma
destruye, construye y crea.

Ardiendo están los fogones
que con sus rojizas lenguas
parecen escupir chispas
como una lluvia de estrellas.
Ya empezó la fiesta bárbara
del músculo y la destreza,
y en la fragua del instinto
arden pasiones siniestras.
Como serpientes con alas
los lazos que zigzaguean
van describiendo en sus círculos
un presagio de tragedia.
Lejos, allá en el rodeo
muge doliente la hacienda,

¡Ay! Al peoncito de Leoncho
negros peligros le acechan.

El halcón enrosca víboras
en las oscuras molleras
y al patrón se le ha ocurrido
hacer distinta la fiesta
marcando una res humana…
¡que eso sí sería una yerra!

¡Ay! Cristino, niño negro,
implume pichón que tiemblas
y en tus pobres once añitos
arrebujas tu inocencia.
¡Ay! Que nueve hombres fornidos
tu pequeño cuerpo aprietan
y que una marca candente
se hunde en tu espalda morena.

¡Ay! Tu carnecita niña
que el fierro brutal la tuesta.
¡Ay! Que aún sigue tu martirio,
que allá en la vieja manguera
te van a atar sobre un potro
de una salvaje imponencia
y reatarán tu pequeño
sexo que está en florescencia.

¡Ay! Ya castraron tu vida.
¡Ay! Ya segaron tu estrella.
Galopes contrabandistas
redoblando entre las sierras,
dicen que Pancho Cardozo
llega a la estancia siniestra
cuando están por culminar
en la fatídica yerra.
Y hay una voracidad
como de fauces abiertas,
la fosa en que enterrarían
al mártir flor de inocencia,
dolor flotando en la noche
de la anónima tragedia.

Pero es que Pancho Cardozo
es hombre de sangre entera,
y salva a su niño mártir
que hoy anda solo en la tierra,
como un clamor de justicia,
como una viva protesta,
frente a la cobardía humana
que paraliza su lengua
pues las leyes no castigan
a la canalla opulenta.

Pero ante Pancho Cardozo
que no es de arriar con las riendas
huyen las nueve alimañas
por las escarpadas sierras
con la cobardía en el traste
donde tendrían la conciencia.
Y sólo Pancho Cardozo
junto a su niño contempla
el cielo, que sigue mudo
con profunda indiferencia
y la estúpida frialdad
de las lejanas estrellas.

Pero yo canto opinando

No vengo por jactanciarme
No soy mejor que ninguno
Yo soy solamente uno
Que no quiero entropillarme;
Disculpen si al presentarme
Sin posturas de dotor
Opino sobre el valor
Grande, profundo y sincero
Del payador verdadero
Y del falso payador

Hay mozos divertidores
Dicharacheros, traviesos
Y algunos creen que son esos
Verdaderos payadores
Yo no les niego valores
Pero falta bizarría
Si no encrespan la poesía
Como las piedras de un cerro
Serán como dijo Fierro:
Cantores de fantasía

Muchos de nuestros hermanos
Hombres con la barba entera
Mueren en la cordillera
En la selva, en los pantanos
Es entonces mis paisanos
Muy superior la ocasión
De hacer un canto varón
Que el canto pa’ divertir
Qué más le puedo decir:
Pa’ mi trai tufo a traición

Cantar pa’ entretenimiento
Cantar pa’ hacer olvidar
Es decir, pa’ no pensar
Es cantar sin fundamento
El que pulse el estrumento
Con él debe honrar la vida
Lanzar su trova sentida
Pa’ quien lo quiera escuchar
Ya que el asunto es largar
Sin cansarse en la partida

Bordar coplas con estrellas
Hacer chispear bicho ‘e luces
No afirmar los caracuses
Hacerse a un lao de la huella
Juir en cuantito atropella
El malón como un pampero
Eso es chasquearse aparcero
O como elegir muy mal
Si es vistoso el pavo real
Es más gaucho el teru tero

Lo más lindo del paisaje
Aparcero, no se asombre
Dejuramente es el hombre
Su esperanza y su coraje
Quien algo el pampero ataje
Sus coplas va emparejando
Y ahí quedan como pintando
Redotas, triunfos y amores
Pa’ no ser solo cantores
Que se divierten cantando.

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SOLEDADES [Mi poema]
Eduardo Nogareda [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Soledades. De un día que el destino
quiso hacerme nadar contracorriente
entrando en mis entrañas displicente,
llenando de pedruscos mi camino.

Soledades. De un tufo maloliente,
que hediondo se posase él en mi sino
con heces que destilan de ese vino
picado de amargor y asaz mugriente.

Malditas y malvadas soledades
que herís mi corazón sin hacer ruido,
huyendo de puntillas con la aurora.

Que aunque a veces sois meras nimiedades,
os ruego, por favor, desde aquí os pido
soledades, yo espero una demora.
©donaciano bueno

La soledad es una fuente de inspiración? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Eduardo Nogareda

TIERRA

las manos de la mujer que desbroza el terreno
parecen las alas de un pájaro enfermo
que se mueve entre los matorrales
y no se arranca nunca a volar

esta persona entera de pronto se detiene
se yergue lentamente sobre sus pies
y se queda mirando hacia lo alto
mira preguntando
quieta como la tierra

la tierra mira al cielo desde sus arrugas
igual que la mujer
pero el cielo desde su lejana tersura
no las ve a ninguna de las dos

NO CON PALABRAS

no quiero hablar de ti con palabras sino con remos
acostumbrados al humano trato
no con palabras sino con palancas
capaces de pequeños actos heroicos
con objetos de mesa todos hechos con madera sin pulir
con canoas cansadas pero llenas de ilusión

no con palabras ni con pelucas
quiero hablar de ti con espesuras y distribución de colores
con ejercicios de difuminación sobre el cielo del atardecer
en el río Cebollatí

no quiero hablar de ti con palabras
sino con seres que dispongan de alas
con alas quiero hablar de tu vuelo
quiero que la manera de hablar de ti
sea una traslación de materia viva
al mejor estilo de la golondrina

no con palabras ni con trajes largos
sino con rumores de agua aquietada entre árboles
que se están inclinando sobre el cauce
como hombres que preparan el amor.

Baile

viento entre las hojas para mis ojos
jazmines del aire para tu baile
golondrinas parleras para los de afuera
maderas calladas para los reproches
besos de agua para la tierra

no abran tijeras
no cierren puertas

manteles de perdón para mis faltas
barcos al pairo para tus labios
candil soplado para los de al lado
palomares vacantes para los miedos
sueños floridos para la almohada

no cierren alas
no apaguen hornos

cestos de mimbre para mis palabras
siesta de aviones para tus bienes
polvo corriente para los de enfrente
mariposas de herrumbre para los años
colchas de arena para el sosiego

no corten hilos
no pongan punto.
(de Aunque la orquesta se duerma, 2013 y 2018)

El grito del hilo

el grito del hilo cuando lo cortan no explica
hasta dónde duele la herida y no sabemos
si conoce el hilo los motivos de la tijera

a nadie le dice la res si sabe
lo que va a pasar en el matadero

la brisa que mece a la soga pendiente de la rama
no divulga el secreto del hombre que ahora
coloca su cabeza en el círculo fatal
como quien se asoma a la ventana
de la casa señalada
donde un milagro se anuncia
(de Faltan datos, 2020)

Mano y tranca

grieta y juntura
algo fecal y jazmines
mano y tranca
destrucción y crecimiento
vaivén
genuflexiones y bailongos
hospitales nerviosos y mares de la tranquilidad
pausas de mate y prisas que matan
soledades suburbiales y bullanga céntrica

vine porque quise
vine porque te quiero

quedan madreselvas pero sobran plásticos
llegan golondrinas y se van personas
todos se fueron al shoping o partieron para marte
para amarte
maduran caracteres y se disparan cabezas
alerta amarilla y cuneta roja
vuelve odiseo pero penélope no está
llora agamenón pero clitemnestra no perdona

vine porque quise
vine porque te quiero

brasas y brisas
carbones y cohetes
carnaval y tesis
asado y academia
vamos al estadio
bodas y terapias
zurcidos y cadenas
maneras de buscar

vine porque quise
vine porque te quiero

huesos de amor polvo en el aire
río de la plata río de libertad

mausoleo del que no es y albañiles de lo que debe ser

marcha militar
marcha camión
marcha del silencio

vine porque quise
me quedo porque te quiero.
(de Acá no es, 2016)

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EL PECADO DE LA POESÍA [Mi poema]
Juan Parra del Riego [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Quizás que hoy escribir sea pecado
sabiendo que al final nadie te lee,
y nunca nadie habrá que lo bandee,
muy pronto el tiempo diga eres pasado.

De tontos es tan simple pareciera
sembrar sin recoger, como escribir,
así tuvieras algo que decir
si el texto entre la tierra se pudriera.

Y aun te atreves a decir que es poesía,
que elaboras licor que es de primera,
¡anda ya con el cuento la lechera!
sólo un muerto será en la librería.

Mas si acaso no fuera inteligente
yo me acuesto durmiendo a cielo raso,
entre tanto me arropo en mi parnaso
y disfruto al nadar contracorriente.
©donaciano bueno

Cada uno hace lo que hace frecuentemente sin saber por qué lo hace, o no? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Juan Parra del Riego

AL MOTOR MARAVILLOSO

Yo que canté un día
la belleza violenta y la alegría
de las locomotoras y de los aeroplanos,
qué serpentina loca le lanzaré hoy al mundo
para cantar tu arcano
tus vivos cilindros sonámbulos, tu fuego profundo
¡oh, tú, el motor oculto de mi alma y de mis manos!

¡Qué llama enloquecida se enreda en tus fogones
y hace girar la rueda líquida de la sangre
y atiranta las poleas de los músculos
para mecer los columpios súbitos de las sensaciones,
cuando corro, beso anhelo, callo, sufro, espero, miro,
salta mi alma en una loca carcajada,
floto en sedas de suspiro
o en el charco solitario de la sombra en que me estiro
se me copia el corazón como una estrella desolada.

¡Y qué electricidades
se me van por los alambres calientes de los nervios
hasta el cerebro, caja de las velocidades
azules y negras y rojas de todos los sueños…!
Zumba la turbina sutil de hondos dolores
y saltan imágenes,
y hacia donde ya no alcanza el ojo triste
con sus sedientas ruedas de colores
corre el tren de las imágenes…

Y qué émbolos oscuros se agitan sin cesar,
y qué carbón jadeante de soles escondidos
te hacen andar
a todo vapor, a todo vapor,
cuando se me hincha el corazón de una salvaje alegría,
o se me quiere romper de dolor
y de melancolía.

Motor humano: tú eres
la única maravilla de este mundo doloroso,
por tu inmortal prodigio: el beso de las mujeres,
el pensamiento firme y armonioso,
la palabra que salta rotunda, patética y viva,
por la célula furtiva
que trabaja en sus telares nuestro ritmo misterioso;
teje un día la Esperanza,
otro día el Sufrimiento,
otro día la Alegría.
Yo siento
cuando queda tensa y viva sobre mi alma la Energía.
¡Motor de la explosión de toda la vida mía!
¡Hondo motor que hace mi cólera y llanto
mi callada pasión y mi fuerza y mi canto,
más ligero,
más ligero,
con la carga de esperanza que es única conquista:
tú, la máquina del único sendero sin sendero;
yo, tu alado y sangriento maquinista!

De Himnos del cielo y de los ferrocarriles

Poliritmo Dinámico

A GRADIN, JUGADOR DE FUTBOL

Palpitante y jubiloso
como el grito que se lanza de repente a un aviador,
todo así claro y nervioso,
yo te canto, ¡oh jugador maravilloso!
que hoy has puesto el pecho mío como un trémulo tambor.
Agil,
fino,
alado,
eléctrico,
repentino,
delicado,
fulminante,
yo te vi en la tarde olímpica jugar.
Mi alma estaba oscura y torpe de un secreto sollozante,
pero cuando rasgó el pito emocionante
y te vi correr…saltar…
Y fue el ¡hurra! Y la explosión de camisetas,
tras el loco volatín de la pelota,
y las oes y las zetas
del primer fugaz encaje
de la aguja de colores de tu cuerpo en el paisaje,
otro nuevo corazón de proa ardiente,
cada vez menos despacio
se me puso a dar mil vueltas en el pecho de repente.
Y te vi, Gradín
bronce vivo de la múltiple actitud,
zigzagueante espadachín
del golkeeper cazador,
de ese pájaro violento
que le silba a la pelota por el viento
y se va, regresa y cruza con su eléctrico temblor.
¡Flecha, víbora, campana, banderola!
¡Gradín, bala azul y verde! ¡Gradín, globo que se va!
Billarista de esa súbita y vibrante carambola
que se rompe en las cabezas y se enfila más allá…
Y discóbolo volante,
pasas uno…
dos…
tres…cuatro…
siete jugadores…
La pelota hierve en ruido seco y sordo de metralla,
se revuelca una epilepsia de colores
y ya estás frente a la valla
con el pecho…el alma…el pie…
y es el tiro que en la tarde azul estalla
como un cálido balazo que se lleva la pelota hasta la red.
¡Palomares! ¡Palomares!
de los clásicos aplausos populares…
¡Gradín, trompo, émbolo, música, bisturí, tirabuzón!
(¡Yo vi tres mujeres de esas con caderas como altares
palpitar estremecidas de emoción!)
¡Gradín! róbale al relámpago de tu cuerpo incandescente,
que hoy me ha roto en mil cometas de una loca elevación,
otra azul velocidad para mi frente
y otra mecha de colores que me vuele el corazón
Tú que cuando vas llevando la pelota
nadie cree que así juegas:
todos creen que patinas,
y en tu baile vas haciendo líneas griegas
que te siguen dando vueltas con sus vagas serpentinas.
¡Pez acróbata que al ímpetu del ataque más violento
se escabulle, arquea, flota
no lo ve nadie un momento,
pero como un submarino sale allá con la pelota…!
Y es entonces cuando suena la tribuna como el mar:
todos grítanle: ¡Gradín! ¡Gradín! ¡Gradín!
Y en el ronco oleaje negro que se quiere desbordar,
saltan pechos, vuelan brazos y hasta el fin
todos se hacen los coheteros
de una salva luminosa de sombreros
que se van hasta la luna a gritarle allá:
¡Gradín! ¡Gradín! ¡Gradín!

Canto al Carnaval

Libertad maravillosa de la risa,
la ciudad corre en las ruedas de colores, ¡Carnaval!
Ya en las plazas y torres, ventanas y esquinas,
saltando como una niñita la luna
cuelga los teléfonos de las serpentinas
para tu furiosa fiesta universal.
¡Columpios de risas! ¡Árboles de amores!
Los novios calientan la noche con su corazón.
Ya aquel ha corrido por un frac… ¡va pálido!
Rosada de sueños
ella piensa en algo furtivo y fantástico
que sólo esta noche podría pasar…
(En los cascabeles hay duendes pequeños
que dicen: ¡no dudes! ¡vamos a soñar!
¡Vamos a bailar!
¡Vamos a cantar!
La noche abre dulces ventanas de seda
y si tú no vienes por siempre te quedas
en la desolada perla de esperar.
¡Vamos a cantar!
¡Vamos a bailar!
Y por la Avenida
que quema las frutas de la iluminación
ya el Corso va alzando con su delirante
cabeza de máscaras la gran ilusión.
Veredas con luces felices de puertos soñados.
Las casas se besan, se gritan, se abrazan
a nubes de música y de serpentinas,
y la opera loca de gritos pintados
avanza soñando su incendio feliz.
Acrobacias bufas…ventriloquia rara
súbita escopeta de aquella nariz
La lágrima negra de esa blanca cara.
Cleopatra sobre un coro de trompetas
saludando a las estrellas y al amor!
¡Timbales! ¡Flautines!
Latones de escándalo…absurdas cometas.
El aire abre planos y frescos jardines.
Locura, alegría, palidez, amor!
Pasa el carro lento de las odaliscas,
La comparsa blanca, la del verde humor,
pasa la comparsa de las Diez Franciscas
el carro tremendo del Emperador!
Reinas y payasos,
-por el aire vuela un bastón colorado-
los pierrots que enredan la luna en sus pasos,
tambores de Oriente de golpe encantado,
y saltos de espejos y noches y frutas.
Ya llegan los negros del baile sensual
con piernas de títeres y risas de luna
que se duermen sobre el bombo tropical;
los negros fantástico e imaginativos
que se dramatizan en vagos y vivos
saludos de monos y gestos de chivos
que se ríen por la médula espinal.
Trae un auto una súbita bandeja de ángeles
y tras otro, Walkiria de veloces cabellos de papel
cruza uno que se aleja tirando los divinos
cascabeles de un lunático arlequín.
Pasa la astronómica murga de los chinos
-qué triste, adelante, va el pálido y dulce mandarín!
Me corta el jinete
de una serpentina con su duende azul!
(Cuidado con esa niña que es como un juguete
defendiendo sus alas de tul)
Y el corso levanta la noche en sus brazos dorados.
Largo trópico de música por la calle popular.
Atrás turbia pena de dientes morados,
esta es mi pirueta, mi nariz, mi andar!
Y miro esa casa:
el balcón se ríe con barbas de cintas y velos,
suena una ventana…un antifaz pasa…
y yo soñé que es ella que está con los otros
bailando a esa música de agua y violoncellos…
Las estrellas corren en sus bicicletas
plateadas y azules por el “boulevard”
saltan, como rosas, tristes morisquetas,
y yo ya estoy loco de nunca alcanzar
la boca fantástica de ese antifaz fino
que toda la noche me hizo palpitar.
Pero en esa esquina
cuatro dominós se han quedado quietos,
y yo tengo miedo en aquella esquina
de los dominós parados y quietos.
¡Vamos Ana!
¡Dame el brazo Margarita!
En esa casa hay un baile que parece la campana
de una locura infinita!
Préndete, a mi, Josefina!
en mis barbas coloradas llevo el circo del amor!
Yo sé lo que no te ha dicho esa loca serpentina
que en tu moño fue durmiéndose como si fuera una flor.
Pero el Corso pasa…
¡Pasa!
¡Trampolín para el acróbata lívido del corazón!
¡Regatas de aguas, de cintas, de payasos y mujeres
con sus viñas de alegría y sus bocas de ilusión!
Pasa el corso…
Pasa…pasa…!
Y ya la calle está sola…por el suelo hay una máscara perdida
Y es tan grave este último payaso que se mete en esa casa de
una sola ventanita encendida!
Y otra vez el Corso rompe en su camino
La nube de gritos que es su cascabel!
¡Los osos! Las hadas…la reina…el bandido…
son todos los cuentos que a la calle han salido
fabulosamente libres de sus casas de papel…!
Llega la volanta de las colombinas
-a la rubia de la risa yo le tiro esta flor-
Se va la volanta de las colombinas.
Y serenata de serpentinas
van llamándola en la calle con sus flautas de color!
Perdidos, antiguos, plateados, fragantes
pedazos de música me dan su temblor.
-Hay baile en aquellos balcones distantes-
Y yo sé que es ella la de aquellos guantes
que tras el cristal da su espalda en una
disolución de luna
que sobre el negro corpiño le abre su flor.
Pasa el Corso con su río
que va a perderse a la luna con su estrépito triunfal.
Y en la ciudad que se queda como un gran teatro vacío
yo siento que el corazón mío
se pasea como un gato solitario y fantasmal.
¡Se va el Corso! Se va el ruido
Pero yo me cuelgo, mágico, a tu luz y tus amores
Carnaval!
¡Salud inmensa aventura de las aguas y las flores
que nos dejan las cabezas como trompos de colores
dando vuelvas, vueltas, vueltas
en tu mano de cristal.

LEJOS

Con alas de oro, de plata y música
me fui a la vida.
Cabeza cana que nunca olvido
luna dormida en mi corazón.

¡NOCHE BUENA MÁGICA!

Era en Lima, la áurea ciudad colonial…
Te acuerdas, oh, madre, de la Nochebuena
tan sentimental?
Yo aun miro la cena,
los hilos de plata que el árbol llovía.
Dios era en la casa
el buen compañero de aquella alegría.

BESOS

Sonidos de palomas besándose a la luna
me has dejado en la boca.
Panales de alegría delirante y salvaje
me has dejado en la boca.
Corazones de niños colorados y puros
me has dejado en la boca.
Campo con su alegría de chivos y campanas
me has dejado en la boca.
Tu palidez terrible y azul como mi muerte
me has dejado en la boca.

CARTA DE MI MADRE

Carta que esperaba antes con temblor
carta que ahora apenas
leo distraído por el comedor.
Carta de ella…la carta que solo
ya me hace temblar
palidecer o gritar…
¡Cartero! ¡Qué tarde llegaste hoy día!
Con su sordo alcohol me iba a envenenar.
Carta de ella… ¡Carta que ya solo espero!
¡Alegrías súbitas en mi corazón!
O unas dudas raras con las que me muero
Solitario y pálido como un ladrón.
Carta de mi madre que ya te he olvidado
por la que ella solo me puede mandar
¡Ay! Carta que tantas veces me has salvado,
esta vez…¿No me puedes perdonar?

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EL POETA Y SU MUNDO [Mi poema]
Lucio Muniz [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Poeta de la vida y de la muerte,
del acto de nacer y despedida
que, odiando, va cantándole a la vida
a espera que su cuerpo quede inerte.
Poeta va tentándole a la suerte,
agnóstico, creyente o descreído,
dudando conocer por qué ha nacido,
de un buen día encontrarte y de quererte.
Poeta del planeta, del espacio,
que andando va corriendo y va despacio.

Poeta del amor y de las flores,
del cielo, el mar, el sol, la luz y el viento,
del halo misterioso del aliento,
de la sombra que es ciega y los colores.
Poeta que en constante movimiento,
mirando va hacia atrás, hacia el pasado,
la mente que es la fuente que ha creado,
dolor que es frustración, resentimiento.
Poeta de la euforia y la alegría,
belleza, la bondad, la fantasía.

Del alma, de la ciencia que no miente,
del miedo que es un ser incomprendido,
del buen manjar gourmet, ¡oh, ese cocido!
cual boca relamida de indigente.
Que sueña con las letras aún dormido
y a cosas, las más nimias hinca el diente,
cual viento ve que sopla de relente,
viene y va, pareciendo haber bebido.
Poeta aquel que ignora que es poeta,
siempre atento en su estado de retreta.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Lucio Muniz

Casona

Elías Regules ha dejado “huella”
que opone una Casona a “La Tapera”
en el costado de la carretera;
(supe estar una vez, dentro de ella).

La cuidan con orgullo, como estrella
recortando en el cielo su figura.
Sus ventanas, balcones, su estructura,
están firmes y el tiempo no los mella.

Pobló la soledad en esa zona
en que fue levantada junto al río.

Tiene algo de palacio la casona
que es memoria del poeta nativista.

La disfruto al mirarla y me sonrío
con mayor interés que el de un turista.

Puente viejo

El puente viejo aún pasar se deja
hasta la orilla donde vibra el río.
Algún caballo o carro se refleja
en aguas, donde afila filo el frío.

El puente tiene gusto a cosa vieja
por el tiempo encantada y hay lisuras
ya desprendidas de maderas duras
pero que blandas son, al que se aleja.

Interrogo qué gente habrá pasado
andando indiferente a su costado
sin la vejez pensar, del viejo puente

que soporta la fuerza del torrente,
erguido en la madera, humanizado,
y aguantando el puñal de la creciente.

Soneto por Van Gohg, y por Akiro Kurosawa

No vuelan esos pájaros y vuelan
sobre la mies que no es, y es mies temblando
y bajo un cielo blando, amarillando.

Los pájaros, figuras que modelan
su propia imagen en el aire, andando
están, ese paisaje decorando.

La paleta vibrada y luminosa
exalta las virtudes de la mano
del dueño, artista- genio-ser-humano
que en la tela se incrusta, más que posa.

Pone el óleo con furia y se destroza
con chispazos violentos de Vulcano,
y encuentra comprensión y eco en su hermano
para asumir su cruz que es cruel y hermosa.

LA HUIDA DE EGIPTO

El tiempo es poco, pero tiempo queda
para evitar el filo de la espada.
La nueva anunciación está anunciada
y es imperioso huir mientras se pueda.

José soñó su sueño y fuerza es ceda
y se apresure a Egipto, así salvada
su familia estará, de una emboscada,
(que exterminio será lo que suceda).

Muerte inocente de bebés de brazos
Herodes ha ordenado y va a cumplirse.
Aunque haya oscuridad urgente es irse

tragando las distancias en los pasos.
(La luna abre las alas con sigilo
y linternas le presta al dios del Nilo).

OPHELIA

Sir John Everet Millais, un niño él,
fue un alumno avanzado y conocido
después, por su aptitud y el colorido
de los paisajes a los que fue fiel.

Elizabeth Siddal, sufrió en su piel
por posar para John, un aterido
estado posterior, y él, dolorido,
supo por críticas más hiel que miel.

Pero quedó su “Ophelia”, permanente
de amapolas y lirios; y la dura
posición de Siddal en la corriente

de boca abierta y de final lisura.
Una mano, vacía, palma al cielo;
la otra, oliendo a flor, como su pelo.

Propuesta

Qué propuesta la mía:
ocurrírseme ahora
escribir despoemas
cuando un viento de espadas
viene a cubrir la tierra.

Despoemar
no es olvido del color de la rosa
o de la espuma de las olas
dibujando
caballos en la arena
ni es tampoco cerrar los oídos
a los pájaros altos
que decoran con flautas la arboleda.

Despoemar
es abrir bien los ojos
y ahondar en grises
la paleta baja
para desembocar en la injusticia
y combatirla a fondo
y ras de tierra.

UNO

Uno
que anda de paso
en esta Tierra
sin ambiciones desmedidas;
uno
que mira noticieros
y lee diarios
y quiere sonreír
y escucha radios
y se entera de que todo lastima;
uno
quisiera entonces rebelarse
gritando fuerte
y levantando puños
(o tan acostumbrado a la impotencia
atacar con el tallo de una rosa
y hasta cuidando
que no tenga espinas; uno).
Uno
que anda de paso
por el mundo
sin ambiciones desmedidas.

ESTAR DESPIERTO

No puedo desmayar
debo estarme despierto
oyendo el canto
luminoso
del que sin intereses
combate simplemente por la vida.
Debo codear al que se duerme
-y ser codeado-
para intentar que seamos uno sólo;
juntos-testigos
mano a mano.
Debo buscar el verso claro
como adhesión elemental
que ayude a modelar el mundo
del futuro.

Debo pensar que cada día nutre
las raíces
para que crezca el árbol
sosteniendo
la rama en que mañana
estará el fruto iluminado y sano.

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RESIGNACIÓN [Mi poema]
Luis Carrillo y Sotomayor [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Aunque diera mis besos a puñados
y endulzara el deseo de quererte,
declarara con tacto mis pecados
sé que un día no cambiará mi suerte.

Aunque fuera que el tiempo me sonría
y a tu lado el gozo se haga fuerte
y sintiera del fuego su alegría
sé que un día no cambiará mi suerte.

Aunque quiera mirar hacia el pasado
pintando tu figura en aguafuerte,
la memoria la imagen ha borrado,
sé que un día no cambiará mi suerte.

Y si fuera. quisiera que no fuera,
que estuviera mi cuerpo y alma inerte
todo el sueño del mundo me bebiera
ni tú ni nadie evitará mi muerte.
©donaciano bueno

Y la mala suerte, esa que siempre acompaña a los gafes? Share on X

La suerte está presente en todas las facetas de nuestras vidas. A veces en forma positiva y otras, las más, de forma negativa. La muerte, sólo una vez. Y ésta es definitiva.

MI POETA SUGERIDO:  Luis Carrillo y Sotomayor

LLORAS, ¡OH SOLITARIO!…

Lloras, ¡oh solitario!, y solamente
tu llanto te acompaña, que, lloroso,
el eco usurpa deste valle umbroso
y triste oficio desta dulce fuente.

¡Ay cómo en escucharte alivio siente
mi pecho, en sus diluvios caudaloso!
A no ser natural tu son quejoso,
mereciera una ausencia tu corriente.

Lloremos juntos, pues, y dure tanto
que al brío desta fuente presurosa
le dilate sus términos el llanto.

Mas vencerá mi ausencia querellosa,
pues de una ausente ingrata el dulce encanto
es causa a más efectos poderosa.

Hablando un ausente a la fuente

Lloras, oh solitario, y solamente
tu llanto te acompaña, que, lloroso,
el eco usurpa deste valle umbroso
y el triste oficio desta dulce fuente.

¡Ay, cómo en escucharte alivio siente
mi pecho, en sus diluvios caudaloso!
A no ser natural tu son quejoso,
mereciera una ausencia tu corriente.

Lloremos juntos, pues, y dure tanto
que al brío desta fuente presurosa
le dilate sus términos el llanto.

Mas vencerá mi ausencia querellosa,
pues de una ausente ingrata el dulce encanto
es causa a más efectos poderosa.

A una ausencia, partiéndose en galeras

Usurpa ufano ya el tirano viento
a las velas los senos extendidos.
¡Adiós, playas, ya os pierdo! ¡Adiós, erguidos
montes a quien venció mi pensamiento!

Ya es mar también el uno y el otro asiento
en mis ojos, de lágrimas ceñidos,
por perderos, oh montes, más perdidos:
tal pierdo, triste tal, así tal siento.

Ya esconde el ancho mar, en sí orgulloso,
las frentes de los cerros levantados,
en sus soberbias olas caudaloso.

Así divide ausencia mis cuidados;
mas no podrá jamás, oh dueño hermoso,
de ti, mis pensamientos abrazados.

A la alteza del pensamiento y su consuelo

Pues servís a un perdido, y tan perdidos,
dejadme, pensamientos desdichados.
Basten los pasos por mi mal andados,
basten los pasos por mi mal perdidos.

¿Qué, osados, me queréis? ¿A do, atrevidos,
montes altos ponéis de mis cuidados?
Mirad vuestros iguales fulminados,
mirad los robles de su piel vestidos.

Dan vida a mi mediano pensamiento
el ver un pino y una fuente clara
en esta soledad que el alma adora.

El árbol tiembla al proceloso viento,
corrida el agua, de humildad, no para;
que el alto teme y el humilde llora.

A los despojos del rayo de Júpiter

Viste de ejemplo el tronco y de fiereza,
este que ves Centímano arrogante,
aun muerto, dura en el feroz semblante
el ánimo que opuso a tanta alteza.

Parias en humildad da a la grandeza
del siempre vencedor Altitonante,
y así el árbol humilde el arrogante
rostro humilla, humillando su cabeza.

Señales mira en él del rayo ardiente
de Júpiter; respeta los despojos,
¡oh tú!, que admiras, triste, esta memoria.

Frescas aún viven en la altiva frente;
toma en ella consejo, abre los ojos,
y vete, que harto debes a su historia.

Al ejemplo de cosas que fueron y se acabaron

El imperioso brazo y dueño airado,
el que Pegaso fue, sufre paciente;
tiembla a la voz medroso y obediente,
sayal le viste el cuello ya humillado.

El pecho anciano de la edad arado,
que amenazó desprecio al oro, siente,
humilde ya, que el cáñamo le afrente,
humilde ya, le afrente el tosco arado.

Cuando ardiente pasaba la carrera,
sólo su largo aliento le seguía;
ya el flaco brazo al suelo apenas clava.

¿A qué verdad temió su edad primera?
Llegó, pues, de su ser el postrer día,
que el cano tiempo, en fin, todo lo acaba.

A la ligereza y pérdida del tiempo

¡Con qué ligeros pasos vas corriendo!
¡Oh, cómo te me ausentas, tiempo vano!
¡Ay, de mi bien y de mi ser tirano,
cómo tu altivo brazo voy sintiendo!

Detenerte pensé, pasaste huyendo;
seguíte, y ausentástete liviano;
gastéte a ti en buscarte, ¡oh inhumano!
mientras más te busqué, te fui perdiendo.

Ya conozco tu furia, ya, humillado,
de tu guadaña pueblo los despojos;
¡oh amargo desengaño no admitido!

Ciego viví, y al fin desengañado,
hecho Argos de mi mal, con tristes ojos
huir te veo, y veo te he perdido.

Al cuidado de la memoria del amor

Mientras que bebe el regalado aliento
de tu divina boca, ¡oh Laura mía!;
mientras asiste al Sol que roba al día,
por más hermosa luz, luz y contento,

tu dueño; o ya repose -¡oh blando asiento!-
su cuello en ése que a la nieve fría
prestar color, prestar beldad podría,
¡vuelve, si no la vista el pensamiento!

¡Ay, si acaso, ay de mí, lucha amorosa
la lengua oprime! ¡Oh bien dichoso amante,
si no más, si oprimiere desdeñosa!

No olvides a tu ausente, a tu constante:
que es ave el pensamiento, ¡oh Laura hermosa!
y llegará a tu Fabio en un instante.

Al desengaño de la fiereza del amor

Cuando me vuelvo a mí, y el dulce engaño,
que en deleznables lazos busco y sigo,
conozco al alma, aunque tirano amigo,
por corto tengo el mal, por corto el daño.

Mas cuando no, con el dolor tamaño
que el alma abraza, querelloso digo:
«¡Ciega mi enfermedad, duro enemigo!
¡Oh Amor, tal eres en tu enojo extraño!»

Cruel estrella se entregó a mi suerte,
pues de ciegos recelos oprimida,
desconociendo el bien, el mal advierte.

Mas sólo alienta en mí tan honda herida,
el ver que el tiempo, si me da la muerte,
el mismo tiempo me ha de dar la vida.

A la flor de la juventud

De Flori tierna flor, coroné el suelo,
cual de gloria la frente de un Albano.
Albano gime, Flori llora en vano.
¡Ay, cuánto ríe aquesto el alto cielo!

De larga envidia mi purpúreo velo
colmó la presunción de algún verano.
Pues Diciembre me vio, mas inhumano,
como era tierna flor, me robó el hielo.

Vaso lloroso, oh caminante, encierra
y bien lloroso, pues lo ha sido tanto
de mi caduca flor, caduca tierra.

Blandas palabras di, sosiega el llanto;
así tu juventud burle la guerra
de aquel ladrón de su florido manto.

A la eternidad del pensamiento

No sólo envidia al suelo, no envidiada
sólo tu altiva frente de una estrella
era, ¡oh gallarda torre, cuanto bella
temida, y cuan temida respetada!

Ya (¿qué no allana el tiempo?) derribada
creces llanto a Sagunto; niega vella
la yedra, huésped que se abraza en ella,
o ella se esconde en ella de afrentada.

No le prestó su fe, su fortaleza;
mas ¿qué homenaje deja el tiempo duro
que en brazos de sus alas no dé al viento?

No hay bronce que a su fuerza esté seguro.
Tú, triste, eternidad, valor, firmeza
busca, no a bronce o torre, a un pensamiento.

CANCIONES

1

«Huyen las nieves, viste yerba el prado,
enriza su copete el olmo bello;
humilla el verde cuello
el río, de sus aguas olvidado;
para sufrir la puente,
murmura de sus ojos la corriente.

Muda a veces la tierra, triste y cano
mostró en blancura el rostro igual al cielo.
Desechó, ufano, el hielo;
vistió el manto florido del verano;
mostrónos su alegría,
en brazos de horas, el hermoso día.

El que altivo luchaba con la tierra
y, aunque fuerte, temía entre sus brazos,
da apacibles abrazos
al alto roble que templó su guerra;
y, siendo tan violento,
sólo es ladrón en flores, de su aliento.

Muestra el fértil otoño, caluroso,
el escondido rostro en fruto y flores,
envidian sus colores
en arco el iris, en su carro hermoso
el dueño del Oriente:
afrenta el hielo la risueña fuente».

Esta verdad dijeron, cuando daba,
celos, deshecha el alma en triste llanto
por tu ausencia, entre tanto,
que mi dicha tu olvido disfrazaba,
para engañarme, en perlas:
salió el alma a los ojos para verlas.

Mas la esperanza firme, por ser mía,
así altiva responde a su tirano:
«Vuelve el invierno cano,
volverás, Celia, cual la escarcha fría:,
en su verdad espero,
si a manos antes de mi fe no muero».

2

Baña el cansado rostro, caluroso,-
en el soberbio mar el sol, y, triste,
celos y agravios viste
el viudo prado y viudo cielo hermoso,
y, por gemir enojos,
trocara en lengua sus dorados ojos.

De su tierno escuro temerosas,
son cárcel de sí mismas, enojadas,
las flores, encerradas
entre sus verdes brazos, y, llorosas,
niegan su blando aliento,
por no darle a la noche envuelto en viento.

Los laureles, que alzados requebraban
con amorosa voz el alto cielo,
prestan lenguas al suelo,
y endechas lloran los que amor cantaban:
y, por su dueño ausente,
llanto es la risa de la hermosa fuente.

La blanca Aurora con la blanca mano
abre las rojas puertas del Oriente;
ofrece, firme ausente,
las lágrimas lloradas, verde, el llano,
que él medio heló al verterlas
y entre esmeraldas las guardó por perlas.

Desata, alegre, el placentero gusto
la dulce voz del ruiseñor pintado;
lamenta en delicado
acento el mando de la noche injusto,
y, firme en su congoja,
ya en voz es ave, ya en color es hoja.

El álamo, que fue a la temerosa
vid, de la noche escura amparo y guarda,
trepa, alegre y gallarda,
a ver del claro sol la luz hermosa,
y por la nueva dada,
le corona la frente levantada.

La tristeza que el cielo, el ancho prado,
pasa sin sol; el gusto y alegría
con que recibe el día,
al verse de sus rayos coronado,
mi pecho, ¡oh Celia!, siente:
en tu presencia, vivo; muerto, ausente.

3
Crece a medida de mi ausencia amarga,
que es de mi fe la basa, su fiereza,
con mi amor firmeza,
más fuerte y alto mientras más se alarga.
¡Ay!, soberbio gigante
el cielo mide, un tiempo tierno infante.

De mis dulces memorias oprimido,
corre al soberbio mar más presuroso
Guadalete quejoso
dure tanta memoria en tanto olvido,
y, de la fe admirado,
huye, no corre ya, de mi cuidado.

Antes, del tiempo, la cerrada pluma
corte a sus filos negará, rendida;
la mar embravecida
antes no escribirá con blanca espuma
contra la nave airada
la sentencia en sus olas fulminada;

antes, cuando el sol sale más hermoso,
dejará de envidiar tu rostro bello,
y el cristalino cuello,
de su carro el Aurora, presuroso,
y las discretas flores
lo mejor de su ser en tus colores,

que deje el pecho tan dichosamente
de adorar esos ojos soberanos
y ofrecer con sus manos
su laurel, aunque humilde, a aquesa frente;
y a mí, el que he merecido,
Guadalete, por firme, entre su olvido.

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EL SILENCIO [Mi poema]
Luisa Luisi [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Andando va el silencio por la calle
rompiendo con el viento su atadura,
la luz que le acompaña es su ternura,
el sol sólo refleja algún detalle
que expande al desfilar de su hermosura.

Se oculta, va metido en la maraña,
-guardando siempre va su compostura-,
haciendo disfrutar a los que cura
con su arte de sanar o su guadaña
si acaso soledad es su amargura.

Es cauto y se hace fuerte por la noche,
comienza a despuntar en la alborada
cuando siente que su alma está calmada,
incomoda el rugido de algún coche
o el cencerro es que avisa a la manada.
©donaciano bueno

Es verdad que el silencio tiene patas? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Luisa Luisi

YO SOY UN ÁRBOL

Yo soy un árbol de una estirpe extraña
A la tierra sujeto fuertemente
Por las hondas raíces de mis muertos…

Del fondo de los siglos a mi llega
La savia fecundante y misteriosa
De mis instintos ancestrales
A través de millares y millares
De generaciones desaparecidas.
Y asciende por mi tallo
Cada vez más arriba
Hasta llegar al Infinito
En una flor suprema
Que nadie ha visto aún…
Chupan del suelo extraños atavismos
Mis seculares raíces poderosas.
Y mi copa magnifica sacude
En los aires
La verde músico del pensamiento
Chupan del suelo instintos ancestrales
Mis muertos para mí desconocidos,
Y forman en la tierra una red apretada
De sensaciones, de egoísmos.
Y de tendencias indescifrables …
Pero cuanto más hondo
En el humus fecundo de la tierra
Hundo mis trágicas raíces.
Mas alto sube el pensamiento mío
En ansias de Ideal…
Yo soy un árbol de una estirpe extraña …

Pero a veces la savia descendente

Vuelve a la tierra hacia los muertos míos;
Y por abismos en el alma abiertos
Yo miro bifurcarse indefinidamente
Mi personalidad …
Y bajo hasta lo hondo de la tierra
Sintiendo palpitar en mis entrañas
Las almas misteriosas de mis muertos.
Oh! la vida profunda, los tesoros ocultos.
Todo ese mundo negro de la sombra
Hasta donde yo bajo en mi conciencia
Por las hondas quebradas de mí misma!
Ah! cómo siento entonces la fuerza incontrastable
Del pasado,

Y cómo tiran hacia abajo, cómo atraen
Las voces de los miles de individuos
Que culminan en mil…
Yo los siento rebullir, todos míos.
Dentro de mi; pueblo inmenso.
Desconocido, fuerte, en donde asiento
Mi conciencia de un día;
En tanto que la fuerza de la savia
Tira hacia arriba en ascendente anhelo
Para dar flor suprema de Idealismos
En una venidera Humanidad …

Yo soy un árbol de una estirpe extraña
Que sobre el mundo extiende
La maravilla verde de su copa
Pensante y armoniosa.
Mientras hunde en la tierra
La red inextricable de sus muertos…
Yo soy un árbol de una estirpe extraña …

MEDIODIA DE PRIMAVERA

Otra vez junio a t¡!…
Yo siento que tu vida me penetra
Como una esencia milagrosa!
Surge del seno oscuro
La fuerza nueva en la fecunda hora :
Lejos de las ciudades febricientes
En donde el ritmo artificial se agosta :
Lejos de la neurosis, de la histeria.
Que acechan los cerebros en la sombra
Al pulsar de la vida apresurada
En su premura loca …

Otra vez junto a ti!
En la paz infinita de tus campos.
Donde la vida secular se enflora! …
Cuánta paz! … El silencio luminoso
Llena el ambiente de doradas notas;
Y se siente brotar humildemente.
La vida humilde, maravillosa.
De la hierba escondida y del retoño nuevo!..

Hay un ritmo tan hondo, en la frondosa
Verdura de tus Montes,
En el cantar sereno de las hojas
Que besa el aire, y estremece todas;
En el agua que copia
El azul infinito, y tan hondo, tan hondo.
Que es abismo de luz vertiginoso;
Hay un ritmo de vida tan gloriosa

En este Mediodía entre la Sierra;
Hay tanta savia que con fuerza brota.
Tanta energía de vivir; florecen
Con tal empeño las borrajas espinosas.
Las verbenas humildes.
Las margaritas rojas;
Todas las hierbas todas las malezas
Con voluntad tan prodigiosa
Buscan el sol que las fecunda y llama
Para abrirse en corolas
Pálidas o encendidas.
Que yo también, como la hierba heroica
Cuya energía de vivir se enflora.
Siento el ansia tenaz de abrirme toda
En perfumados cálices de gloria!…

Toda la savia en mis arterias canta
El canto de la Vida generosa ;
El rumor de la linfa cancionera
Que salta entre los rocas:
Y hay un trinar de pájaros en mi alma.
Y un aletear en mi cabeza loen ;
Y toda soy el agua cristalina
Que entre los peñas brota;
Y toda soy los pájaros que trinan

En una algarabía melodiosa
Entre las romos, en los nidos altos.
En lo tierra caliente y protectora!…

Cuánta paz!… El silencio luminoso

Lleno el espacio con su luz sonora!…
Y me enredan, me abrazan, me enloquecen.
Y me llaman con voces tentadoras.
Las ramas verdes, las espinas negras.
La música armoniosa
Del agua y de los pájaros unidos:
El perfume de Vida de las blancos corolas.
El olor de lo tierra húmeda y blanda
Que se abre, se corta, ondula o se desploma
Para estrecharme entre sus brazos negros
Y fundirme en su esencia milagrosa!…
Oh! Madre Tierra, fecundante y honda.
Matriz maravilloso de la Vida!
envuélveme en tus brazos, absórbeme en tu sombra!
Haz de mi, enlazada a tus entrañas
Por raíces tenaces, vigorosas,
Un árbol prodigioso por lo humano ;
Un árbol secular de tiernas hojas.
De una perenne juventud vestido
Por sus dulces corolas.
Y que abrigue en sus ramas paternales
Los nidos de las aves armoniosas!…
Oh! Madre Tierra, entre tus brazos negros.
Está la paz suprema y bienhechora!…

SILENCIO

En el silencio están todas las cosas
como en el hondo seno de la tierra:
gérmenes que no brotaron todavía,
potencias escondidas
que pueden ser maravillosas rosas…

Gestación inconsciente, duerme en el silencio,
la música triunfal de todas las poesías,

Antes de hablar el último mensaje
se hará un vasto silencio misterioso
sobre la tierra henchida de esperanza….
Silencio creador!… Sólo el vano murmullo de los hombres
impide tu creación…
Ah!, si algún día
cesara todo ruido sobre el mundo,
el alma estremecida,
sucumbiría a la potencia muda
del silencio de Dios!…

INQUIETUD

Ah! la inquietud constante de mi alma
En perpetuo buscarse en ella misma!
Sentirse y no sentirse: estar.
Y no encontrarse, en un tormento
De cada instante, y todos los instantes!.. .
La búsqueda angustiosa
Del propio ser que en nuestro ser se esconde
Por debajo la herencia, el hábito, el prejuicio.
Y todos los abismos del pasado
Que en la conciencia se abren!…
Comprenderse capaz de inmensas cosas
Con poderse decir: «Esta soy yo!»…
Saber que hay una perla iridiscente
En el fondo más hondo de uno mismo.
Y perderse año a año sin hallarla
En este inmenso océano del yo!…
Preguntarse angustiado en qué momento

Es nuestro propio corazón que late :
Cuándo soy yo que le hablo y que le río;
Cuándo resbalan por mi rostro
Lágrimas mías, jugo de mí misma:
Y cuándo son tristezas ancestrales,
Y cuándo son las voces de los muertos
Que desde el fondo de los siglos hablan!…

Ah! la conquista lenta y dolorosa
De nuestro propio yo!… Tortura inagotable
Que renace día a dio. y se complica
Con el dolor de un Imposible nuevo
En una angustia prometeana! …
Sentir que desde el fondo de la Vida
Alguien quiere vivir, y que se ahoga;
Que hay un ser que nos llama
Desesperadamente en la conciencia;
Alguien que grita dolorosamente:
Libértame de ti!…
Hazme a la luz divina
De la existencia libre; quita la lápida.
La funeraria y plúmbea losa del prejuicio
Que pesa sobre mi, con todo el peso
Del error, de la falsa certidumbre.
De la ilusión, del espejismo diario!…
Soy yo!… Soy yo!… Soy tu olma verdadera
Que quiere ser, y que a la vida tiende
Con la fuerza suprema de la Vida! ..
Dame luz, dame aire, dame espacio:
Ah! déjame vivir!…
Sentir la voz torturadora
Siempre, siempre en mi misma,
Y no saber de qué lugar profundo
De mi naturaleza llama
Desesperadamente, eternamente.
La voz de mi conciencia verdadera!…
¡Vivir, vivir en la verdad! .. .
Yo quiero Libertarte, alma mía, de mi misma.
Y no sé dónde estás!…
¿Dónde le escondes.
Prisionera divina y dolorosa?
Habla más recio, que te sienta fuerte
A través de la herencia y la costumbre;
Yo te tiendo mis brazos, alma mía :
Ah! poderte encontrar…
Ser al fin Yo! …

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TIRARSE A LA PISCINA [Mi poema]
Tamara Grosso [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Me tiro a la piscina. Tú te tiras.
Espera que me tire yo primero.
Empieza ya contando tus mentiras
y pueda yo después decir te quiero.

Lo mismo tú que yo somos dos tiras
de un comic de un pasado aventurero,
alcemos al pasar nuestro sombrero,
arrojando valor a nuestras miras.

Tú sabes como yo cuando suspiras
que un nudo se nos hace en la garganta.
Que hace tiempo pasó la guerra santa
y al fuego ya enviamos nuestras iras.

Vayamos sin dudar a lo concreto,
ambos dos reciclemos nuestras pilas,
que nadie piense somos meapilas,
y nunca nos perdamos el respeto.
©donaciano bueno

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La vida es un constante ejercicio de negociación.

MI POETA SUGERIDO:  Tamara Grosso

Sin título

No tengo nada para decir cuando estoy muy bien.
No tengo nada para decir cuando estoy muy mal.
Ni cuando caigo en picada.

Es que solo se escribe una y otra vez
el mismo poema
y el mío dice:
mirá,
al final, otra vez
estamos saliendo a flote.

Naturaleza salvaje

Del papel sale una leona
es amarilla
está hecha de líneas simples
sobre el fondo verde.
Nunca me sentí
autorizada a dibujar la selva
porque no es mía,
no es mía.
¿Cuáles son las cosas
que deberían tener dueño?

¿Pero mi cuerpo?
¿No debería ser yo?

Durante estos años aprendimos demasiado.
La primera persona que amé decía
que está mal decir “demasiado”
refiriéndose a algo bueno
como amar o aprender.

Durante estos años aprendimos a respetar.
¿Es posible respetar demasiado?
Es algo que me pregunto temblando.
Es algo que me pregunto con miedo.
Es algo que digo con miedo.
Es algo que por eso digo.

En estos años aprendimos que hay que decir
lo que da miedo decir.

En estos años aprendimos que siempre es demasiado el miedo.
Y que nunca es demasiado hablar.
Que hay que salir hablando
como una leona que sale del papel.

Amarilla, sobre las hojas verdes.
Me ánimo a dibujarla,
es mía la naturaleza salvaje.

Día 15

Le escribo poemas de desamor
a mi oficio
que me prometió cosas y no cumplió.
Le escribo poemas de desamor
a los movimientos políticos
en los que busqué refugio y no encontré.
Le escribo poemas de desamor
a mis poemas viejos
que no tienen la fuerza que necesito
que me envíen desde el pasado.
No le escribo esos poemas
a las personas que amé:
para ellas la promesa
de que voy a seguir tratando de ilusionarme
como si no hubiéramos aprendido juntas
que casi todo termina mal.

Día 16

Quisiera haberme hecho
un tatuaje de adolescente
del que ahora me arrepienta.
Tener dibujado un revolver
un símbolo incorrecto
a la vista de todos.
Llevar el error
marcado en el cuerpo
ser un recordatorio en movimiento
de que hay vida después de equivocarse.

Construcción

Este poema va a ser
una casita
a la que puedas venir
cuando todo refugio
se vuelva hostil.

Clases de escritura

No podés
trabajar con las palabras
y usarlas
como si no tuvieran poder
es como ser
la policía
salir a la calle
con el arma en la cintura
acercárnosla a la cabeza
y decirnos que es
para cuidarnos.

III

Beccar empieza a inundarse
es justo la hora
de volver a casa
las chicas salen del edificio
llueve y no tienen con qué cubrirse

una corta una bolsa
la otra se ríe
se tapan con la capa negra
las gotitas hacen ruido sobre ellas
alguna mete un pie en un charco
Beccar no se inunda
es el miedo
de la que nunca vivió cerca

la bolsa es perfecta para protegerse hasta la estación
cuando llegan se la sacan
y ya no llueve

la parte de atrás de la estación de Beccar
siempre resbala

el tren está por venir
las chicas no saben qué hacer con su capa
una lo toma
la otra se queda
su amiga le dejó la bolsa para protegerse
no la necesita
tampoco quiere dejarla tirada
se la ofrece a un desconocido:
¿te querés tapar?

V

La plazoleta que está
frente al Palacio Pizzurno
me parece el mejor lugar
de la ciudad
para sentarse en el piso

es temprano y hay sol
está llena de chicos fumando
que seguramente se ratearon del colegio

puede que no sepan
que se están besando
en horario de clases
frente al Ministerio de educación

VI

Si el río no me pareciera horrible
escribiría un poema sobre el río
pero no me gusta

ni en La Boca
gris desteñido
ni en Puerto Madero
encajonado entre las casas de los ricos
ni en zona norte
que está escondido

podría ir a Colonia
porque todos dicen
que allá es el mismo río
pero parece otro

me gustaría ir a verlo
pero si no se parece a sí mismo

ya no tendría ganas de hablar sobre él.

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