A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

LO NUNCA VISTO [Mi poema]
Liliana Bellone [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Aunque no lo creáis tengo una fuente
que echa un fluído de blanco virginal.
En verdad, no es una fuente muy normal,
así sea se pare de repente
o aumente su caudal.

Lo que hace diferente a esta chulada
es que el agua no expulsa, que echa leche
y es que más que una fuente es la releche
que la da ¡qué pasada! azucarada
¡qué gusto, que aproveche!

Si la insisto me suelta chocolate,
pues de vaca la leche es merengada
¡ay por dios, oh Jesús qué disparate!
que alguien traiga y me cure este dislate
tiritas y pomada.

Y es que, amigos así me lo han contao
y a escribirlo aquí hoy no me resisto,
que un chiquillo hasta el caño se ha acercao
le ha pedido y le ha echado Colacao
¡esto es lo nunca visto!.
©donaciano bueno

#Recordáis la canción de la vaca lechera? Share on X

A todos aquellos, y en general a los que se auto-titulan de progresistas, capaces de asimilar sin rechistar cualquier tradición que llegue de fuera e incapaces de respetar las nuestras, en nombre mío y el de mis nietos, aquí les digo, no nos robéis la inocencia, los reyes magos de Oriente son tres, Melchor, Gaspar y Baltasar, y no son reinas, al menos así a mi me lo contaron, de niño lo disfruté y aún hoy a mis setenta y seis años así lo sigo creyendo.

MI POETA SUGERIDO:  Liliana Bellone

LA COSTURA DE HORTENSIA

Cose Hortensia
En la galería con geranios cose y recuerda la tarde
Cuando la llevaron a visitar a su abuela
Una tarde con geranios
Y la abuela cosía con hilos
De colores una alfombra rara
Para volar
En esos años las tardes
Y los días eran largos muy largos
Hortensia cose con hilos blancos
Los volados de su blusa de organdí
Han caído al piso cintas
Puntillas y dedales

Vienen desde el túnel del tiempo
Su tía
Y su bisabuela
Perfumadas
En un coche tirado
Por caballos negros
Un coche extraño que ella veía en un corredor
Donde había otros coches
Pomposos
Porque eran tiempos
De pompa
Y había que inclinarse
Como lo hacía la abuela
Con su sonrisa blanca
Y sus manos como husos
Que cosía y cosía
Junto a Carmen que cosía y bordaba
Con hilos celestes como si fuesen
Hilos de luna
El verano me ha traído un recuerdo
Piensa Hortensia
Pero también
El olor de la tierra mojada
En febrero
Las manos de Crisóstomo
Sobre mis dedos
Que jugaban un anochecer
Crisóstomo
Voy ahora casi azul
Con mis venas de nada
A tu encuentro
Sobre un horizonte de capullos
Pierdo pie y caigo
A la laguna
Donde bogan patos salvajes
¿De dónde llega
Este olor
A tierra mojada?
Hace mucho calor hortensia
En febrero
Hay truenos
El jazmín atribula el aire
Duérmete
Liliana.

JACULATORIAS

Te encontré
Aquella tarde dorada del otoño
Y desde aquella tarde
Todas las tardes
En tu celda
Amada
Jardín cerrado
Dijiste
Y tu voz me enseñó la poesía
Definitiva
De la luz
Encienden las velas
Atardece
Ahora la luz todo lo invade
¿Oyes las plegarias?
Estamos acá aguardándote

PASA EL TIEMPO

I
Qué maravilla: pasa el tiempo
En esa época tu padre era tan joven
Ahora tú eres el que parte a la guerra
Tu pelo de noche
Tus ojos de noche
Y vas a la guerra
Calzas tus sandalias
Tu espada y tu armadura
Te miro desde el lago de mis ojos
Donde cada mañana me sumerjo
Con mis amigas
Y juego a ser garza
Libélula
Cigüeña enamorada
De otra ave zancuda
O de un ser extraño
Y velloso
Como un paquidermo
Con colmillos
Y soy Lina y Cloris
Silvia
A veces Cloe
Y pongo azúcar
En la mano del amante
De Doris
¿Oyes Melibeo?
II
Piso la losa
Que pisaste
Abuela
Pequeña heroína
Del siglo XIV
En aquel ignoto lugar
De los Alpes
Allí viví
En edades de hielo
Y en edades de violetas
Mientras mis descendientes
Caminaban por las galerías
Y sonaban los clarines
Convocando a la guerra.

LO NUMINOSO

I
Es la tarde y el otoño entra en la catedral
Repite hermana tu rosario
Que rezaban los abuelos
Y tu madre en tardes tristes
Nonas
Repite las letanías hija
Como tu madre
Y tu abuela

II
Suena el órgano
Sube a los cielos
Jesús resucitado
Llama a sus apóstoles
Subió a los cielos
E n una nube
Y nadie más lo vio
Pero vendrá de nuevo
De la misma manera
Y repetiremos
Las tardes
Las tardes

ASTILLAS DE LUZ

I
1
Vejez
Te adueñaste de su cuerpo
Compañera inexpugnable
En otro tiempo he de encontrarte
Y he de agradecerte
Lo que hiciste por él
Por nosotros
Por ti
Por ella
Vaciaste sus células
Y sus cabellos
2
Lo había encontrado
Detrás de una columna
En un templo
Porque él volvía de la guerra
Se hallaron a través de los siglos
3
Ninfa total
Vejez
Toma mi cuerpo
Llévame a la luz
II
1
Mientras en un recodo
Cortado entre la osa mayor
Y los gemelos
Eres el primer
Pastor
Y te acuestas con el sol
Entre tus mieses
Y tus cabras
Hace frío afuera
¿Oyes el viento?
2
Miro las flores
Que crecen sobre la escarcha
Mira a los niños que crecen
Mira el día
Y la noche
Luna mía
Estrella delfín rosa
De mar anémona libro
Llave nube
Duérmete sobe mi hombro
Otra vez
3
Labraba la tierra
Sus frutos para entregárselos
A Dios
Su frente se inclinó
Sobre el hombro desnudo
4
En otro rincón del tiempo
Entre el centauro y el can celeste
Creces entre las ninfas
Todo quedará en ti: tu alma
Tu cayado
Tu trigo tu pan tu rosa
Tus ovejas tu cuerpo tu mano
Te habrás salvado
Y yo seguiré
Escribiendo
Sobre tu cuerpo
En el refugio de la Rosa Eterna
Marzo, 2010

Y ENTONCES

Y entonces repetí la dulzura
Del verano las noches del verano
El recuerdo de las noches
Del verano y el relicario de María del Huerto
De Carmela
Entonces repetí
Repetí el bálsamo
Del aire el verano
Repetí el trino de los pájaros
Los grillos
En este recodo de tiempo madre
Van quedando los días
El hálito que respiramos
La porción de nada
La porción de rosa
El chianti que gustaba a mi padre
Sus sueños
El verano
Siempre el verano
Las estrellas
La barca de las estrellas
Las caminatas bordeadas
Por el trébol del verano
Las tormentas de verano
El recuerdo
Las sombras
Luego vendrá la noche helada
Y me disolveré en el viento.

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Gloria Fuertes

Chiste en verso

El cocinero Fernando,
pasaba el día pensando
-sin pensar en lo que hacía
se le olvida echar la sal,
nunca pela las patatas
y le sale el guiso mal.
La paella sin arroz.
(¡Qué atroz!)
Lo peor fue el otro día…
Encerrado en la cocina,
peló viva a una gallina
y en el horno la metió…
(Pasó un rato…)
Y la gallina gritó temblando:
– Fernando, Fernando,
o enciendes el horno
o me pones las plumas.
¡Que me estoy helando!

UN DÍA, LENTILLA [Mi poema]
Vicente Monroy [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Vivo en piso alquilado sin puertas ni ventanas
donde las amapolas no salen a pasear,
como no tengo vistas no puedo ver el mar,
las olas disfrutar, ni el sol en las mañanas.

A veces me pregunto si en realidad soy ciego
y aunque a ver no me niego no consigo mirar
lo que hay tras de los muros, no puedo respirar,
que no puedo regar ni cultivar mi ego.

Y no hallo quien me baile, no tengo una mirilla,
ni nadie hay me acompañe para llevarme al bar,
se sincere conmigo y allí un trago tomar
pudiendo así olvidar que un día fui lentilla.
©donaciano bueno

No hay mayor #ciego que el que no quiere ver? Share on X

Hay veces en las que las obsesiones nos impiden ver más allá de nuestras  propias narices, surten el mismo efecto que una lentilla que con el paso del tiempo se vuelve opaca

MI POETA SUGERIDO:  Vicente Monroy

DEJASTE DE ESCRIBIR

Canciones intocables, lugares anchos y largos,
cervezas abiertas cuando teníamos veintidós
y las conversaciones duraban y duraban.
¿Qué te puso tan triste, que dejaste de escribir
esos poemas que nos gustaban tanto?
De las fiestas de aquel verano largo
recuerdo una. Muy cerca de la noche,
cayó un aguacero cálido de pronto,
rompió los toldos, desbordó la piscina.
Tú saliste a bailar casi desnudo, riendo como un loco.
En medio de la calle saltabas en los charcos.
Terrible hermano:
los jóvenes heridos también somos jóvenes.
Te fuiste pisando sitios que el sol no tocaba nunca.
Casas, prados, otros trenes
pasaron en el viaje del que vuelves.
En el porche desconchado ahora crecen aloes
y geranios enredados sólo en sí mismos.
El frescor sigue llamando a la siesta.
Aunque ya nadie lo escucha, sigue llamando.

EL EXTRAÑO OCIO

Cruzabas la piscina como un trazo
reflejado del cielo, fugaz,
quedaba tras de ti
un leve lodo turbio, te miramos brillar.

Los gestos de la noche son inconfundibles,
pero nada palpita al final del universo.

El corazón es pequeño.

Se oyen pasos de animales
que descienden a beber
en la desembocadura.
Niños que aman a otros niños
en el interior del bosque, temblorosos.
Más allá, el rumor de la autopista
que a veces confundimos con el mar.

Algún día, acostumbrados,
lo llamaremos silencio.
Después de tanto orgullo, de tanto extraño ocio,
alcanzaremos algo para poder perderlo.

UN POETA SALE A CORRER DE NOCHE

Inventabas poemas en medio de la noche,
en el sueño eran claros, pero cuando despertabas
habías olvidado las palabras.
Entonces salías a correr tranquilo,
libre del peso de algunos versos tristes.
En la calle, la canción del cielo,
máquinas expendedoras reluciendo
debajo de la lluvia, nubes negras
cayendo del espacio
entre el vacío y el suceso puro.
¿Quién animó todo esto
y lo hizo brotar así de lento, impedido,
de su propio interior, de las palabras
que lo nombran? Esta lenta zozobra
de todo lo que veo, ¿quién la soñó?
No fuiste tú. Tú amabas
el silencio en los parques, el olor de los hombres.

EL MAL HOGAR

¿Quién descargaba aquel peso del deseo
que doblaba la lona en el otoño
bajo las hojas secas y las avispas muertas?
Raros hongos asoman en los bordes de la loza.
¿Cuántas palabras de aquellas
que dijimos en verano
encontraron un destino?
¿Rebota todavía, aunque inaudible,
su eco en el jardín?
Murmuraste vencido:
Quizás nunca se apaguen.

Recogimos madera, escalamos un árbol,
nos manchamos las manos y la cara.
Cuando la cabaña estuvo terminada, pensamos
que no era nuestra imagen de un hogar,
pero era tarde. El invierno nos había sorprendido.
Dormimos abrazados.

Si todo el silencio del mundo
cayera sobre esta noche
y ardieran las ciudades de Europa,
no lloraríamos.

Hoy que viajamos

La foto muestra un mantel sucio de vino,
la merienda se alarga y cae la noche,
alguien dice que la sola idea del mar le empapa,
que la sola idea del sol le seca,
una ambulancia baja la avenida distante,
salpicando intermitentemente
las hojas de los árboles de luz naranja, de luz azul.
No siempre sé lo que siento, y hoy que viajamos
por espacios amplios o de ritmo eléctrico,
parece raro estar mirando este paisaje ondulante,
el agua que alguien derrama, los edificios blancos,
y pensar: me encuentro bien,
pero detrás algo me inflama, inexplicable,
irrespirable como un aire de fuego.
Somos jóvenes, pero eso durará poco.
¿No se agitaban las ramas como diciendo:
es cierto, hay algo más allá que es hacia lo que vamos,
sin remedio arrastrados por esta suave brisa
aunque las raíces nos mantengan sujetos
al suelo un instante más?
No siempre sé lo que siento, pero hoy,
aquí,
puedo decir firmemente lo que quiero:
que nada escape de la circunferencia
que trazó la belleza a nuestro alrededor,
pero que nada, sobre todo, nunca
revele la medida de su radio.
Incluido en Las estaciones trágicas. © Suburbia Ediciones, 2018.

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Octavio Paz

Poema La vista, el tacto de

A Balthus
La luz sostiene ingrávidos, reales
el cerro blanco y las encinas negras,
el sendero que avanza,
el árbol que se queda;

la luz naciente busca su camino,
río titubeante que dibuja
sus dudas y las vuelve certidumbres,
río del alba sobre unos párpados cerrados;

la luz esculpe al viento en la cortina,
hace de cada hora un cuerpo vivo,
entra en el cuarto y se desliza,
descalza, sobre el filo del cuchillo;

la luz nace mujer en un espejo,
desnuda bajo diáfanos follajes
una mirada la encadena,
la desvanece un parpadeo;

la luz palpa los frutos y palpa lo invisible,
cántaro donde beben claridades los ojos,
llama cortada en flor y vela en vela
donde la mariposa de alas negras se quema:

la luz abre los pliegues de la sábana
y los repliegues de la pubescencia,
arde en la chimenea, sus llamas vueltas sombras
trepan los muros, yedra deseosa;

la luz no absuelve ni condena,
no es justa ni es injusta,
la luz con manos invisibles alza
los edificios de la simetría;

la luz se va por un pasaje de reflejos
y regresa a sí misma:
es una mano que se inventa,
un ojo que se mira en sus inventos.

La luz es tiempo que se piensa.

PENSANDO EN LAS MUSARAÑAS [Mi poema]
Ballerina Vargas Tinajero [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo, que nací entre pinos y carrascos
y entre campos plagados de amapolas,
donde el sol se tomaba siempre a solas,
la mar se reflejaba en unos charcos
sin barcos, sin grumetes y sin olas.

Yo, que fui cocinero antes que fraile
en invierno sembrando la semilla,
y en verano a segar, qué maravilla,
demostrando destreza en ese baile
en campo abrupto y seco de Castilla.

Yo, que anduve pensando en musarañas,
y que tuve que hacer de marioneta,
comportando cual hace una veleta
y que solo logré tener migrañas
por el canto de un duro o una peseta.

El que un día creó su propio altar,
repartiendo de indultos a porrillo,
gozando y presumiendo de bolsillo,
dedicando su tiempo a predicar
y menos a aplicarse y sacar brillo.

Que a menudo abusó de prepotente
demostrando el rey ser de la manada,
el que al mundo le daba una patada,
hoy se encuentra cual fuera un indigente
dispuesto a retornar hacia la nada.
©donaciano bueno

El mismo #final que para todos, no? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ballerina Vargas Tinajero

Lo mío no es normal

Hablo sola más que con la gente
Me imagino en pelota picada a todos
Los que veo con gabardina
Memorizo matrículas porque sí
Por si los conductores son unos asesinos y luego
Me veo declarando ante la Policía
Me pongo retos absurdos
si el agua ha hervido la próxima vez que la mire
si llego a la esquina antes que la gorda
Que cambiarán mi destino
O me imagino con todo lujo de detalles
Las peores desgracias
Que mi madre se muere
Que cierra la Cruzcampo
Que reponen Cosas de casa

No me gusta hablar de mi vida
Ni de mí
No cometan el error
De confundirme con lo que escribo

Me dan ganas de moler a palos
A los caris a los chiquis a los peques
A los pervertidos que abusan
Todo el rato del diminutivo
Evito los espejos porque me asusto
Porque me niego
Porque ya no no no
a lo Amy Winehouse
Me reconozco en ellos
Y si veo un montón de niños saliendo del colegio
Sólo puedo pensar en el momento
En que sean ancianos abandonados
O si tienen algo de suerte
Ya estén muertos

No llevo bien el contacto físico
Pero a veces
Echo de menos un abrazo largo y silencioso
O una respiración entrecortada
Perdida en mi pelo
Un polvo breve

Quién me entiende

Odio el rosa
Y los pájaros
Y a las pájaras
Y los libros de autoayuda
Y las personas constantemente felices
Me revientan
Y todos esos culturetas que hablan
Y no escuchan
Y se empeñan en encasillar clasificar etiquetar
Y sientan cátedra y establecen los márgenes
De lo que es y no Poesía
para ellos

Otras veces entro en clase y me dan ganas
De mandarlo todo a tomar por culo
Y decirles a mis niños que el sistema
Que la vida es una mierda
Y que entre estas cuatro paredes
No van a aprender nada importante
Al menos de mí
Que estoy tan perdida
Como ellos con quince
A dos de los cuarenta

Me gustaría tanto poder enseñarles
Cuándo hablar o guardar silencio
Cómo querer a quien debas
Cuándo insistir o dejar marchar
O animarles a inventar algo útil
por ejemplo
Unas llaves que no se pierdan

Yo lo único que puedo enseñarles ya

Es cómo reconocer a destiempo
sin espantarse demasiado
Una mente enferma.

Fuera de lugar

Como si fuera un personaje
En un escenario equivocado
Heidi cuesta abajo rodando
En el basurero de Springfield
O Vampirella que acosa
Al mojigato de Michael Landon
En La casa de la pradera

Como si cada cual
Tuviese su canción
Su melodía
make your own kind of music
Y luego estuviese yo
Como un mechero apagado
En mi propio concierto
Tocando la guitarra con muñones
Sin lograr sacar nunca
coño pero si esto
es una zambomba
Ni un puto acorde

A veces de noche

Acaricio mi cabeza despacio
Como si esta mano no fuese mía
Y no sé quién es
Quién aparece pero
Su presencia me trae
El verano escondido en tu regazo
Un susurro de escamas de sal
El imposible descanso

Apocalipsss

Porque elegiste la senda del pathos
Imaginas cataclismos
Porque eres así de estúpida
Haces que una palabra suya
Baste para sanarte
O poner un violento fin
A tu solitario mundo
Y llega el momento
Y entonces la tragedia
Es que no pasa nada
El cielo no se cae sobre ti
La tierra
con muy buen criterio
No te traga
Y tienes que seguir ahí
Aguantar el tipo
Y admitir a tu pesar
y tu tendencia al dramatismo
Que las consecuencias
No son para tanto

Descubres lo que ya sabías
Que encajas bien los golpes
Que tienes el sentido del ridículo
A prueba de bombas o pelotas
Como la vagina de una stripper
Del Super Pussy de Bangkok
Y ya no importan el diámetro
Ni la dureza del palo

Pero el mundo huele un poco peor
Porque algo
vaya usted a saber
si aurícula o ventrículo
esta vez
Se te pudrió por dentro

O no te has duchado

Reflexión

Hay que ser muy cabrona
una indeseable de hecho
Para ir llenando de sombras otros ojos
Descargando porque sí los palos
Sin mirar sobre quién
El daño que te hicieron

Huyes de la caricia esperando el golpe
Desprecias las palabras melosas
Porque tarde o temprano
Sentirás su filo candente
La miel olerá a azufre

Como una perra desconfiada
Que prefiere morir de hambre
A bajar la guardia y aceptar
De mano de nadie
Más veneno recubierto de huesos

Por suerte pequeña

Tú no eres así
Te dice tu mirada ausente
Que ya no te reconoce
Desde el otro lado del espejo
Contra el que se estampan
Una pulga desnortada
Y tu malgastado tiempo.

PERDONA

Perdona si a veces lloro a destiempo.
Si alguna vez,
cuando dices medio en broma que me quieres,
mi mirada se pierde y me hundo
en un silencio de piedras.

Si me revuelvo nerviosa cuando me miras
e intento zafarme de tu abrazo
y te doy, sin querer,
un rodillazo en los huevos.

Y disculpa, amor,
si mientras duermes te toco despacio,
casi con recelo, y te observo extrañada,
como si fueras el primer ser vivo
con el que me encuentro.

Perdóname.

Es que soy feliz.

Y no contaba con ello.

VOTOS

El amor me ha vuelto cursi.
Ya no puedo escribir
poemas gamberros y todo
son latidos y luces y tardes
y noches… y no me aguanto.
Pero no te querría menos
si te dijera, amor (ya estamos),
que me gustas más que un bocata
de sobrasada o un jamón
ya cortadito;
que te cedería gustosa
el primer trago largo de todos
los botellines de Cruzcampo
que me toque en suerte beber;
que mi lugar favorito en el mundo
está justo en ese hueco donde
tu pecho y tu hombro confluyen;
que me hago la olvidadiza a veces
solo para que te repitas,
por cómo disfrutas,
por cómo cuentas y adornas
tus historias de la mili.
Que un día sin ti suena
a banda sonora de Titanic
tocada con flauta a trompicones
por un alumno con asma
de 1º de la ESO.
Que me encanta
que me imites roncando,
que bailemos como el culo
y que destrocemos en el coche
Rock ‘n’ roll star.
Y que, a pesar de no entender todavía
cómo funciona tu mente cuando se trata
de meter la comida del súper en el carro,
espero, en fin,
pasar los días que nos queden juntos,
como la tristeza y el chocolate,
como los hijos y el miedo,
como el cocido y los gases,
como el lavabo y los pelos.

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UN HOMBRE Y SU DUDA [Mi poema]
Ana Gorría [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que ha llegado hasta aquí sin tener casa,
sin nada, ni sustento que alimente,
le impulsa a presentirse indiferente,
ausente de la vida y lo que pasa,
dudando si es que vive o lo presiente.

Brotando de la herida a borbotones
sintiendo que la llaga no restaña
ha intentado meterme en la maraña
del mundo irracional y apreciaciones
de esa lluvia de cieno que le empaña.

Y ha bajado y subido a sus mansiones
donde dicen que anida el raciocinio,
cual aducen que lo hizo el joven Plinio,
y ha tratado de hurgar las emociones
sin tener de las mismas su dominio.

Y ha brincado plagiando a los bribones
que se atreve a saltar de rama en rama
intentando ascender a alguna cama
a través de ventanas y balcones
sin saber si era aquella a la que ama.

Y así fuera que no sea el más listo
en las telas de araña se ha enredado
y en lucha por salir más se ha embrollado
para luego llegar y darse el pisto
evitando señalen despistado.

Sólo sabe, hay quien dice, él es un hombre
que ha llegado a arrojarse hacia el abismo,
difícil y el más arduo silogismo,
sólo un ser que no tiene quien le nombre,
y quiere ser quien piensa, ser él mismo.
©donaciano bueno

#Ser uno mismo, a veces se pone cuesta arriba? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ana Gorría

Spider

Louise Bourgeois

A solas con la fiebre,
temblando,
sobre la niebla azul

qué camino trazar,
por qué la urgencia
a quién alzar
este
alfiler de vidrio
incandescente,

cómo cesar la luz,
dónde
depositar
los firmamentos

que arrastro entre las manos,

sin voz,
con la emergencia del hambriento

que niega los eclipses,

el óxido ordinario de las tardes,
lo fácil de las líneas,

que apuesta el estupor
a la temeridad de las visiones,
con la fe del que arriesga
en el costado
la sal de la victoria.

Ovillo

Como una cucaracha boca arriba, roza la voz las cosas,
tocándolas en vano.
Como madeja sucia de hilo negro, la voluntad baldía.
Soñar y deshacerse.
Y lejos, el fantasma que condena. El látigo apagado.
Los naufragios.

Escombrada

Es la cornisa rota y el mundo que se cae.

Igual que el sueño, vuelve
la tarde a ser carne apagada,
cáncer en las paredes de la luz.

Oscuridad que tiembla en un alambre.
Del libro “Araña” (El gaviero ediciones, 2005)

en ausencia de símbolos

la voz en su mediana incandescencia
así
la lejanía
leve espiral de sol
vientre
llanto

decir es lo que duele

entraña

golpe tras golpe
como pólvora seca
sobre la escarcha
Del libro “El presente desnudo” (Cuadro de tiza ediciones, 2011)

UMBILICAL

si estación transparente resuelta en luz herida
lento espacio sin voz
abriéndose a la tierra
canción hasta el dolor sueño de cal:
ardiendo
qué hilo no nos separa de la nada.

Trasluz

Hogueras que se encienden en las faldas del sueño:
la luz, que no dormida, agota las luciérnagas.

Enfermo de horizonte, el cansancio que incendia
su clave de amapola.

Los párpados cansados de la noche,
la altura de la luz,
su almena rota,
el dardo meridiano que se extingue
después de las ventanas.

ARIADNA OLVIDA EL MAR

El rostro reclinó. Desde la orilla
todo era paz. Olor. Inmensidades.
Verdades concedidas al espacio,
suavemente oscilando entre las ramas.
Aspiró el aire frío que se abría
como un sol de papel en los pulmones.
Saber del mar su luz, su pasadizo.
Atrás dejar la sal. Volver a casa.
De Araña. (2005)

CRISTALES

Oscurece. El cielo está temblando
en sus añicos como una barca rota.

Carne y silencio. La roca en el pantano.
La mano que se aleja.

Vibrando, las estrellas acarician el suelo
con su lengua de sábana o asfixia.

La fiebre es el incendio que naufraga
debajo de las puertas.
De Araña. (2005)

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MI POETA INVITADO:  Rafaél de León

DUDA 

¿Por qué tienes ojeras esta tarde?
¿Dónde estabas, amor, de madrugada,
cuando busqué tu palidez cobarde
en la nieve sin sol de la almohada?Tienes la línea de los labios fría,
fría por algún beso mal pagado;
beso que yo no sé quién te daría,
pero que estoy seguro que te han dado. ¿Qué terciopelo negro te amorena
el perfil de tus ojos de buen trigo?
¿Qué azul de vena o mapa te condena al látigo de miel de mi castigo?
¿Y por qué me causaste esta pena
si sabes, ¡ay amor! que soy tu amigo?

http://www.poetasandaluces.com/poemas/65/

SUBASTAS DE VOTOS [Mi poema]
Pablo Molinet [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

Recuerdo que mis padres me decían
que en tanto se acercaban elecciones
los votos en el pueblo se vendían
siempre al mejor postor.
Yo entonces de esas chanzas me reía
tratándoles de obviar explicaciones
creyéndome que aquello que se oía
debía al buen humor.

Mas vuelvo ahora a pensar cómo sería
y observo con tristeza y con dolor
que aquello tanta gracia a mi me hacía
hoy se hace al por mayor.
Y es que hoy el Parlamento es un mercado,
un puro trapicheo en que el valor
del voto allí emitido está dopado
según el jugador.

Que todo lo que importa allí se vende
al precio que lo exige el obtener
aquello que se ansía en lo que pende
su dios que es el poder.
Y así que ya no existan las pesetas
y así que no quisieran ofender
los unos amenazan con mil tretas,
los otros con joder.

Y el pueblo se pregunta por qué vota
si nunca sus promesas cumplirán
haciendo del votar su chirigota
sin miedo al qué dirán.
Pues eso, dije digo y digo Diego
en tanto su botín repartirán,
los otros cuando lleguen dando el pego,
igual que ellos harán.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: Pablo Molinet

CIELO DE INVIERNO

Despierto; el cielo de invierno
ya es claro en la ventana:
recuerdo fotos del Pacífico Sur,
South Cape, Tasmania,
soledad tan gris del tiburón blanco.

Salgo. La dama del jardín me dice «cuídate»
en su lengua de caracoles y de agua.

Las hordas de rebozo y letanía
marchan oscuras y marchitas.

El pueblo es un puño de piedra
entre cuyos dedos me deslizo.

Frente a South Cape aletas cruzan
en un escalofrío de espuma.

No hay nadie en la calzada
Hoy es domingo y hace frío.

Canta una tórtola y después calla.
Un rumor de pleamar crece a lo lejos.

El viento asalta el valle.
Una aleta dorsal brilla en las nubes.

En el cementerio termina la calzada;
de ahí parte un camino
y se curva en la distancia.

ALLÍ ESTABAS, SENTADA EN LA OSCURIDAD

¿De qué pliegue del desierto venías
cuando toda rabo agitándose
cruzaste el matorral enjuto?

A la carrera con tus patas cortas
custodiaste nuestro andar.
Te quedaste en el umbral de la planicie,
entre arbustos de gracia submarina.

Fuera y dentro de nosotros
la arena color hueso
se disparaba en la penumbra.
Algo dúctil y potente nos empujaba
hacia ninguna parte.
Éramos limadura de hierro en un papel;
un niño la movía con un imán para formar figuras.

Si veíamos las luces de la carretera,
¿en dónde pisábamos que todo era distinto?

Regresamos silenciosos de miedo y maravilla.

Allí estabas, sentada en la oscuridad,
ardías como una veladora.

Declaración del peregrino

Me contaron que Jesús
juega con los pájaros en el desierto,
por San Antonio del Coyote,
bajo una acacia florecida.

En San Antonio del Coyote no hay acacias.
Me volví a la cama de sanguijuelas de mi vida.

Una tarde vi dragones en las nubes.
Sopló el viento; los oí cantar
en las campanas chinas de un jardín a solas
y volví a buscar la escalera de cuerdas
que el zeppelín de Dios arrastra
todo el tiempo en todas partes.

Me he muerto y he nacido tantas veces.
Le he bailado al fuego.
He visto el claro vientre escamoso de la primavera
en su descenso hacia costa y serranía.

Distingo el infierno por su grave ceño,
el paraíso por la sonrisa
que me pone en la boca cuando estoy allí;
distingo a los demonios por su caridad,
a los ángeles porque no esconden las zarpas.

Lejos de luces y veredas la libertad huele a sudor.

En San Antonio del Coyote,
cerca de El Fénix y de El Cambio,
seguí a los pájaros hasta una capilla rota;
en un muro alguien pintó una acacia florecida.

El Jesús de los Pájaros es sólo un hombre enamorado, por eso los pájaros se posan en sus hombros.
Cantan los gorriones, cantan en mi oído.

La máscara de llorar

Para entrar donde habita mi asesina
prendo una veladora y me pongo la máscara
de madera musgosa, casi tierra.

Mansión sin techo, muros fracturados.
Vigas llenas de hongos se pudren en el pasto.

Se acerca mi asesina.
Huele a pájaros muertos en el ático.
Por la ventana rota de su cara
veo ese patio donde siempre llueve.
No tiemblo cuando roza mis mejillas
ese tacto tan húmedo y tan ávido.
El capullo vibrátil de la llama
es más firme que toda fortaleza.
Este filo brillante,
mi sonrisa debajo de la máscara,
de todo me resguarda.

Así armado le digo:
“Presencia de las ruinas,
rapaz, depredadora,
no me doy a tu pálido resplandor
ni a tu perfume negro,
no me trajiste tú,
comedora de lágrimas,
mi voluntad me trajo,
no soy más tu presa.
Si vine de tan lejos
fue para oírte cantar.”

Responde con los pájaros del ático
que añoran para siempre
el emplumado corazón del viento:
Morí. Morí. Morí.

Calla. El canto se sostiene solo,
después se desvanece.

Para volver de ahí
aferro a la veladora mi atención
como hacen los muertos en su día.

La máscara se cae.
Los pájaros del parque
destellan en mi oído
como el último Sol
sobre la fuente quieta.

Águilas

Charcos en el cemento donde lavábamos la ropa.
Charcos sobre liquen marrón
que el primer Sol transfiguraba.
Escamas de una bestia fabulosa
en cuya presencia el clan del box
cumplía su ceremonia
a cinco pasos del cemento,
sobre un pasto tan verde
como el paraíso.

Arroja una moneda al polvo.
Agáchate hasta tocarla con el índice
y gira muy rápido hasta que todo
se vuelva un cono acuático.
Para. Respira. Anda derecho.
Gánale a tu vértigo.

Ponte en cuclillas. Abre los brazos.
Avanza a saltos:
en ese andar con piernas
cortadas, vuelo.
Se llaman “águilas”.

En guardia zurda la pierna izquierda
es la pata picuda del compás;
el brazo derecho jabea al frente
para que el zurdo sea
mayal del gancho
filo del upper
lanza del cross

Sumérgete y pega abajo,
emerge de repente y dale arriba,
encaja su revancha de cruzados y directos.

Si te adivina a la izquierda
aparécete fantasma a su derecha,
si te sabe a la derecha asáltale la izquierda;
si se aleja acércate,
si se acerca aléjalo
cánsalo, sacúdelo,
“¡tiempo!”, grita el réferi.
Eres una cosa de poleas e ingenios giratorios
lanzada al abordaje
y si los puños del otro desbordan tu torpeza
repliégate e inténtalo otra vez,
no anheles el tercer minuto,
no desees que todo acabe,
suplica que siga para siempre.

Y así cumplía su ceremonia sudorosa
el clan del box.
Irreales en la luz acuática,
erguidos sobre el altozano bermejo del dolor.

Brillaba la malla ciclónica como recién escupida
por una araña de metal.
Y estar presos
era escalar un guijarro de ocho mil metros.

Así nos abandonaba la mañana
y el mediodía se desplomaba
casa de vidrio sobre la tarde
y nosotros andábamos
con sus escombros en los ojos.

Hoy era hoy y mañana igual.
Las celdas como grutas submarinas,
los pasillos acechados por murenas.

Hoy. La columna de Sol y de aserrín
que descendía por la claraboya del taller
como una niña que bailaba sola.

Hoy. Los baños
donde el dios de las violaciones
levantaba la cabeza.

Hoy. El gigante acorazado
a las puertas de la vida.

Y la tarde era un ternero degollado
cuya sangre nos bañaba.

A esa hora en que todo el negro del mundo
se agolpa en el cielo y la garganta,
un cetrero soltaba sus dos águilas
en el baldío junto a los muros del penal.

Arrojadas a la inmensidad,
boomerangs angélicos
giraban sobre el patio.

Y a esa hora en que el encierro avanzaba en guardia,
todo se desvanecía, salvo las águilas.

¿A qué vienes?

Con algo de animal pacífico y algo de ninfa
te acercas con un perfume de tierra húmeda,
¿a qué vienes, hermosa del color del parque,
dama de frío y de crepúsculo?

¿Qué castillos de cristal se quiebran en el viento?
Tengo un trozo violeta entre las manos

Qué negro rosedal centellea de hálito en el corazón,
un látigo de neón azota el nardo de la sombra

¿A qué vienes con tus perpetuos diecisiete
y tus ojos de baldío donde agoniza como un tigre el día?

Cuando acaricias eres lluvia, hermana del jardín recóndito

¿A qué vienes, misteriosamente desnuda
como la noche, como el otoño?

¿A qué vienes, tristeza, a que regresas?

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ESPAÑA, ESE PUZZLE [Mi poema]
Olegario Víctor Andrade [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Recuerdo cuando niño, de pequeño,
aquello de «si no…..ya no te ajunto»,
después habría paz en el asunto
y todo se quedaba en el empeño.

Recuerdo, ¿tu te acuerdas aún, Mariano,
de aquel lema «Santiago y cierra España»?
te debes de acordar de esa campaña,
recuerda fue en un tiempo no lejano.

Comprendo que has perdido la memoria,
se te ha olvidado ya, fue un «santo y seña»
¡qué triste es la memoria si es pequeña!
incluso al recordar hitos de gloria.

Conviene que medites un momento
haz, pues, en tus paseos un receso,
que un beso no se goza si otro beso
ha olvidado lo amable de la historia.

Tu imagen de profeta con un puro,
de que haya nuevos cambios a la espera
no tiene parangón. Que es la repera
de quien se da de bruces con un muro.

No quiero ni pensar que en el futuro
el puzzle de esta España se quebrante
y aún menos sospechar que algún farsante
nos deje un panorama aún más oscuro.
©donaciano bueno

¿Me ajuntas? No te ajunto Share on X

Mientras que los nacionalistas van dando, con su insoportable matraca, paso a pasito en pro de su obsesión, la independencia, el Gobierno se fuma un puro observando los toros desde la barrera. El adoctrinamiento logrará invadir todos los poros de la sociedad especialmente cuando éste se produce desde la infancia, y será capaz de convertir a  los ciudadanos en borregos de su rebaño. Después, cuando se pretenda reaccionar, ya será tarde.

MI POETA SUGERIDO:  Olegario Víctor Andrade

SAN MARTÍN

I
No nacen los torrentes
En ancho valle ni en gentil colina;
Nacen en ardua, desolada cumbre,
Y velan el cristal de sus corrientes,
Que ruedan en inquieta muchedumbre,
Vagarosos cendales de neblina.

No bajan de la altura
Con tardo paso y quejumbroso acento,
Copiando flores, retratando estrellas
En el espejo de su linfa pura,
Mientras en la lira del follaje, el viento
Murmura la canción de sus querellas.

Se derraman sin rumbo
Por ignotos y lóbregos senderos,
Caravanas del ámbito infinito,
¡Cual si quisieran sorprender al mundo
Con el fragor de sus enojos fieros,
De libertad con el potente grito!

Nació como el torrente,
En ignorada y misteriosa zona
De ríos como mares
De grandes y sublimes perspectivas,
¡Do parece escucharse en los palmares
El sollozo profundo
De las inquietas razas primitivas!

Nació como el torrente,
Rodó por larga y tenebrosa vía,
Desde el mundo naciente al mundo viejo;
Torció su curso un día,
Y entre marciales himnos de victoria,
¡Desató sobre América cautiva
Las turbulentas ondas de su gloria!

II
Cual tiembla la llanura
Cuando el torrente surge en la montaña,
La espléndida comarca de su cuna
Se estremeció con vibración extraña
Cuando nació el gigante de la historia;
¡Y algo como un vagido,
Flotó sobre las mudas soledades
En las alas del viento conducido!

Lo oyó la tribu errante
Y detuvo su paso en la pradera;
Vibró, como una nota,
De la selva en las bóvedas sombrías,
Flébil nota de místicos cantares,
Y el Uruguay se revolvió al oírla,
En su lecho de rocas seculares.

El viejo misionero
Que en el desierto inmensurable abría
Con el hacha y la cruz vasto sendero,
¡Tembló herido aquel día,
De indefinible espanto,
Cual si sentido hubiese en la espesura
El eco funeral del bronce santo!

El soldado español creyó que oía
Cavernoso fragor de muchedumbre;
Que los lejanos bosques, que ostentaban
Sobre el móvil ramaje
El áureo polvo de la hirviente lumbre
Del sol en el ocaso,
¡Eran negras legiones de guerreros,
Que con acorde y silencioso paso
De las altas almenas descendían
Chispeando los aceros!

¡Presentimiento informe del futuro!
¡Voz celeste que anima en la batalla
Al esclavo que lucha moribundo,
Y al opresor desmaya!
¡Pavorosa visión, habitadora
De los viejos derruidos monumentos,
Que guardan de los siglos la memoria,
Y que anuncia a los siglos venideros
Los grandes cataclismos de la historia!

Aquella voz decía:
«Ya nació el salvador, ¡raza oprimida!
Ya nació el vengador, ¡raza opresora!
Ya la nube del rayo justiciero,
Asciende al horizonte rugidora,
Y se alza el brazo airado,
Que va a rasgar el libro de las leyes
De la conquista fiera,
¡Y a azotar con el cetro de sus reyes
El rostro de la España aventurera!»

III
Dejó su nido el águila temprano,
¡Ansiaba luz, espacio, tempestades,
Playas agrestes y nevados montes
Para ensayar su vuelo soberano!
Buscaba un astro nuevo
Perdido en los nublados horizontes,
¡Y fue en su afán gigante
A preguntar por él al Oceano!

¿Qué se dirán a solas
El águila de América arrogante,
Mojando el ala en las hurañas olas,
Y el hosco mar Atlante,
De la alta noche en la quietud sagrada,
Y al rumor de la playa estremecida,
Escuchando en la atmósfera callada
Rodar el mundo y palpitar la vida?

Acaso el Oceano
Le repitió al oído los cantares
De aquel errante cisne lusitano
Que estremeció con su dolor los mares;
O le dijo más bajo,
Con ademán profético y severo:
¡Allá! ¡Tengo guardada,
De mi imperio en el límite postrero,
Como una nave misteriosa anclada,
La roca en que en tiempo venidero
Otra águila caudal va a ser atada!

No detuvo su vuelo
El águila de América arrogante;
Iba buscando en extranjero cielo
La estrella fulgurante
Que soñaba en el nido solitario
De la selva uruguaya,
Y fue a posarse un día
Del mar hesperio en la sonora playa.

Tronaba por los montes
De la guerrera tempestad la saña,
Y vio flotar al viento,
Sobre la débil indefensa España,
¡De la conquista el pabellón sangriento!
Y el ave americana
Soltó de nuevo el turbulento vuelo,
Cruzando rauda la extensión vacía
¡Y fue a buscar al águila francesa
Entre el estruendo de la lid bravía!

Bailén la vio severa
Entre el tropel de la legión bizarra
Que el suelo de la Patria defendía;
¡Y la marca sangrienta de su garra
Quedó estampada en la imperial bandera
Conocida de valles y montañas,
Que las lindes de un mundo había borrado
Sembrando glorias y abortando hazañas!

Mas no era aquel el astro que buscaba:
No era el rojizo sol de Andalucía,
El sol de los ensueños
Que con afán inquieto perseguía.
Allí un pueblo esforzado reluchaba
En la alta sierra y la llanura amena
Por sacudir el extranjero yugo,
Para amarrar de nuevo a su garganta
De los antiguos amos la cadena.–

¡Volvió a tender el vuelo,
Cargada de laureles
Y entristecida el águila arrogante!
Buscaba por doquier pueblos libres,
Y hallaba por doquiera pueblos fieles.–
Hasta que al fin un día,
Vio levantarse en el confín lejano
Del patrio río en que dejó su nido
De libertad el astro soberano,
¡De libertad el astro bendecido!

IV
Un mundo despertaba
Del sueño de la negra servidumbre,
Profunda noche de mortal sosiego,
Con la sorda inquietud de la marea.–
Y en la celeste cumbre,
Las estrellas del trópico encendían
Sus fantásticas flámulas de fuego
Para alumbrar la lucha gigantea.–

Un mundo levantaba
La desgarrada frente pensativa
Del profundo sepulcro de su historia,
Y una raza cautiva
Llamaba al Salvador con hondo acento;
Y el Salvador le contestó lanzando
El resonante grito de victoria
Entre el feroz tumulto de las olas
Del Paraná irritado,
Al sentirse oprimido por las quillas
De las guerreras naves españolas.–

¡Fue un soplo la batalla!
Los jinetes del Plata, como el viento
Que barre sus llanuras, se estrellaron
Con empuje violento
En la muralla de templado acero;
Y se vio largo tiempo confundidas
Sobre la alta barranca,
Y entre el solemne horror de la batalla,
¡La naciente bandera azul y blanca
Y el rojo airón del pabellón ibero!

Fue la primer jornada,
Del torrente nacido en las sombrías
Florestas tropicales;
La primera iracunda marejada,
Y su rumor profundo
Llevado de onda en onda por el viento
Del Plata, al Oceano,
¡Fue a anunciar por el mundo
Que ya estaba empeñada la partida
Del porvenir humano!

V
Al pie de la montaña,
Centinela fantástico que ostenta
La armadura de siglos,
Que abolió con su masa la tormenta,
Fue a sentarse en gigante de la historia,
Taciturno y severo,
Pensando en la alta cumbre
Donde el nombre argentino a grabar iba
Con el cincel de su potente acero.

La voz que llama al águila en la altura
Y el huracán despierta en el abismo,
Es la voz de la gloria
Que llama a la ambición y al heroísmo;
Con misterioso, irresistible acento,
Aquella voz que imita
Rumores de batalla,
Murmullos de laureles en el viento,
Himnos de Ossián en la desierta playa.

Lo oyó el héroe y la oyó la hueste altiva,
Que velaba severa,
¡Soñando con la patria y con la historia,
Al pie de la gigante cordillera!
Y al sonar de los roncos atambores
Largó el cóndor atónito su presa,
Y la ruda montaña, conmovida,
Doblegó la cabeza
¡Para ser pedestal de esa bandera!

VI
¡Ya están sobre las crestas de granito
Fundidas por el rayo!
Ya tienen frente a frente el infinito:
Arriba, el cielo de esplendor cubierto;
Abajo, en los salvajes hondonados,
La soledad severa del desierto;
Y en el negro tapiz de la llanura,
Como escudos de plata abandonados,
¡Los lagos y los ríos que festonan
De la patria la regia vestidura!

¡Ya están sobre la cumbre!
Ya relincha el caballo de pelea
Y flota al viento el pabellón altivo,
¡Hinchado por el soplo de una idea!
¡Oh! ¡Qué hermosa, qué espléndida, que grande
Es la patria mirada
Desde el soberbio pedestal del Ande!
El desierto sin límites doquiera,
Oceanos de verdura en lontananza,
Mares de ondas azules a lo lejos,
Las florestas del trópico distantes,
Y las cumbres heladas
De la adusta argentina cordillera,
¡Como ejército inmóvil de gigantes!

¿En qué piensa el coloso de la historia,
De pie sobre el coloso de la tierra?
Piensa en Dios, en la Patria y en la Gloria,
En pueblos libres y en cadenas rotas;
Y con la fe del que a la lucha lleva
La palabra infalible del destino,
¡Se lanzó por las ásperas gargantas,
Y lo siguió rugiendo el torbellino!

VII
Débil barrera oponen a su empuje
Los arrogantes tercios españoles,
De Chacabuco en la empinada cuesta,
Que como roja nube centellea
Mientras el viento encadenado ruge.–
¿Quién detiene el torrente embravecido
Cuando el soplo de Dios lo aguijonea?
El torrente llegó, rompió la valla,
Y se perdió veloz en la llanura;
Y al mirarlo pasar lo saludaron
Las nubes agitándose en la altura.–

¡Reguero de laureles!
Sólo una vez el sol de su bandera
Palideció con fúnebre desmayo:
Aquella ingrata noche de la historia,
Que cruzó como nube pasajera
Barrida por cien ráfagas de gloria.
Para borrar sus sombras, encendimos
Con corazas y yelmos y cañones,
En el llano de Maipo inmensa hoguera
¡A cuya luz brotaron dos naciones!

VIII
Los vientos de Oceano,
Llevaban en sus alas turbulentas
A los valles chilenos,
Mezclados al rumor de las tormentas,
Los lastimeros ecos fugitivos,
Que los sauces del Éufrates oyeron
Del arpa de los míseros cautivos.

Aun quedaba un pedazo
De tierra americana, sumergido
En la noche de error del coloniaje,
¡Para ser redimido!
Aun yacía en oscuro vasallaje
Aquel pueblo bizarro,
Que cual robles del monte despeñados
Con ímpetu sonoro,
¡Vio caer a sus Incas, derribados
De su trono de oro
Bajo el hacha sangrienta de Pizarro!

¡Sonaron otra vez los atambores!
Hinchó otra vez el viento la bandera
Que desgarró de Maipo la metralla,
Y a la voz imperiosa del guerrero,
¡Bajó la espalda el mar, como si fuera
Su bridón generoso de batalla!

IX
¡Salud al vencedor! ¡Salud al grande
Entre los grandes héroes! Exclamaban
Civiles turbas, militares greyes,
Con ardiente alborozo,
En la vieja ciudad de los Virreyes.–
Y el vencedor huía,
Con firme paso y actitud serena,
A confiar a las ondas de los mares
Los profundos secretos de su pena.–

La ingratitud, la envidia,
La sospecha cobarde, que persiguen
Como nubes tenaces,
Al sol del genio humano,
Fueron siguiendo el rastro de sus pasos
A través del Oceano,
Ansiosas de cerrarle los caminos
Del poder y la gloria,
¡Sin acordarse, ¡torpes! de cerrarle
El seguro camino de la historia!

X
¡Allá duerme el guerrero,
A la sombra de mustias alamedas
Que velan su reposo solitario!
¡Ay! No arrullan su sueño postrimero,
Como soñó en la tarde de su vida,
Los ecos de las patrias arboledas!

Allá duerme el guerrero,
De extraños vientos al rumor profundo:
Los vientos de la historia,
Que lloran las catástrofes del mundo;
Y acaso siente en la callada noche
Pasar en negra y lastimera tropa,
Fantasmas de los pueblos oprimidos,
¡Espectros de los mártires de Europa!

¡Cómo tembló la losa de su tumba
Y se agitó su sombra gigantea
Cuando sintió rugir a la distancia
El sangriento huracán de la pelea,
Y vio caer exánime a la Francia
Bajo los cascos del corcel germano
En medio del espanto de la tierra!
¡Ah! Quizá levantó la yerta mano
Para ofrecerle en el desastre inmenso,
A falta de su espada,
¡La espada de Maipú y de San Lorenzo!

XI
¡Un siglo más que pasa!
¡Una ola más del mar de las edades,
Una nueva corriente de la historia,
Que arrastra a las eternas soledades
Generaciones, sueños y quimeras!
Hace un siglo recién desde aquel día,
Fecundo día de inmortal memoria,
Cuando el lejana misteriosa zona,
¡El salvador de América nacía
A la sombra de palmas y laureles
Que no habían de bastar a su corona!

Un siglo nada más; un paso apenas
Del tortuoso sendero
Que lleva al porvenir desconocido.–
Un siglo nada más, y el grito fiero
Ya no se oye, del indio perseguido
Por la implacable fe del misionero
Y la avaricia cruel de sus señores.–
Ya ha crecido la hiedra,
De Yapeyú en los áridos escombros
Que alzan la frente airada
De la luna a los lívidos fulgores,
¡Como tremenda maldición de piedra!

La aurora de este siglo
Nació en los tenebrosos horizontes
De un inmenso desierto.–
Tribus errantes y salvajes montes,
La barbarie doquier; y el fanatismo
Fue ascendiendo, ascendiendo,
Como un rayo de luz en un abismo,
Y al bajar al ocaso,
¡Alumbran su camino
Los millares de antorchas del progreso,
Del pensamiento al resplandor divino!

Ayer, la servidumbre
Con sus sombras tristísimas de duelo,
Cadenas en los pies y en la conciencia,
¡La sombra en el espíritu y el cielo!
Hoy en la excelsa cumbre
La libertad enciende sus hogueras,
Unida en santo abrazo con la ciencia;
Los dos genios del mundo vencedores:
¡La libertad que funde las diademas,
Y la ciencia que funde los errores!

¡Milagros de la gloria!
Tu espada, San Martín, hizo el prodigio;
Ella es el lazo que une
Los extremos de un siglo ante la historia,
Y entre ellos se levanta,
Como el sol en el mar dorando espumas,
El astro brillador de tu memoria.–

¡No morirá tu nombre!
Ni dejará de resonar un día
Tu grito de batalla,
Mientras haya en los Andes una roca
Y un cóndor en su cúspide bravía.–
¡Está escrito en la cima y en la playa,
En el monte, en el valle, por doquiera
Que alcanza de Misiones al Estrecho
La sombra colosal de tu bandera!

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Rubén Darío

España

Dejad que siga y bogue la galera
bajo la tempestad, sobre las olas:
va con rumbo a una Atlántida española,
en donde el porvenir calla y espera.

No se apague el rencor ni el odio muera
ante el pendón que el bárbaro enarbola:
si un día la justicia estuvo sola,
lo sentirá la humanidad entera.

Y bogue entre las olas espumeantes,
y bogue la galera que ya ha visto
cómo son las tormentas de inconstantes.

Que la raza está en pie y el brazo listo,
que va en el barco el capitán Cervantes,
y arriba flota el pabellón de Cristo.

NO ME DIGAS… [Mi poema]
Esteban Nicotra [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

No me mires que no puedo respirar,
que no logro suspirar cuando te miro,
si a tus ojos los confundo con el mar
y me incitas a temblar porque te admiro.

Que te veo y no me paro a imaginar,
tu figura me resulta inigualable,
tu destreza con tu garbo al caminar
atraganta hasta mi voz e impide que hable.

¿Qué me pasa que a mi cuerpo hace temblar
y mis músculos se paran o tiritan?
Unos dicen que lo que hace es palpitar,
que es amor y son tus brazos que me invitan.

No me atrevo, no quisiera tropezar,
si es verdad, de ti preciso me hagas caso,
no permitas que me pueda así anegar,
hoy te pido por favor da el primer paso.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Esteban Nicotra

TE DESCUBRO EN EL CIELO

Te descubro en el cielo
cuando se va la tarde
como a estas estrellas primeras
que limitan la noche,
que la hacen humana,
para que mis ojos la recorran
como los viejos navegantes.
Cada una es un punto en la memoria,
donde contigo me reúno.
Vuelvo de este viaje,
y traigo el corazón, recuperado,
de mis manos a tus manos hermanas.
de La vida que se vive, Brujas,

UNA MAREA DE HIELO SUBIRÁ

Una marea de hielo subirá
desde los pies a la boca.
La vida, casi una fiebre,
irá huyendo como un río
hasta el último pantano de los ojos.
Y no sabremos por qué estamos muriendo.
Los grandes rascacielos de la noche
seguirán escuchando el rumor de las calles
y la frente será un témpano.
La lámpara,
hipnotizada insistirá sobre estos párpados
desesperadamente inmóviles…
Mudas presencias,
las formas familiares
van buscando rincones de olvido.

ANTES DEL ALBA

A la mejor juventud argentina

1
He sufrido.
Pero he defendido
mi alegría con franqueza
y generosidad.
No he sabido, ni querido,
medir mi vida,
ni calcular.
Estoy solo,
con mis pocos símiles.
Bendigo mi entrega
a mi pasión
innegociable.

2. En el galpón

Uno al lado del otro acostados
como larvas esperando la muerte.
Las vendas inútiles
sobre ojos que miran
hacia adentro.
El sudor de la fiebre
y el pus en las heridas.
La desgarrada sonrisa
vuelta hacia el futuro.

3. Hasta que resuciten

Somos los fantasmas vivientes
de aquellos muertos.
No viviremos nuestras vidas
hasta que descansen en paz.
Y eso será
cuando resuciten
en cada uno de nosotros.

EN LA ALTA NOCHE

En la alta noche escribo
desde mi baja condición humana.
El día ha pasado como un río crecido
de margen a margen arrasando.
Sobreviviente en esta orilla
del silencio y el reloj de la sangre,
escucho los ruidos de la casa y la ciudad
como los últimos signos
que quedaron detrás del paso
que ya no deja más persona viva.
Insomnes, almas en pena, parias,
son las últimas sombras
de este otro infierno, las últimas,
absortas, libres, tiritando
la soledad de un amor constante
más allá de la muerte.
Después del genocidio.
La vida que se vive, Editorial Brujas, 2006

ANTES DE LA NOCHE

Antes que estas nubes grises
cubran con su herrumbre el cielo
ese ebrio tiene que encontrar
su voz para poder cantar;
antes que las luces se enciendan,
en un silencio de escenario fatal,
tendríamos que poder oír la voz de la tragedia,
como un relámpago,
sobre la plaza de la ciudad;
antes de que llegue la noche
tienen que brillar unos ojos
(que sólo supieron llorar
y hace años que están secos);
antes que tú y yo tengamos que callar,
debe llegar como una ola,
hasta estas paredes fantasmales,
un rumor como un mar;
antes de que sea tarde
y acunados como niños,
gusanos en su capullo invernal,
tengamos que volar;
antes que este aire extraño,
confuso, se pierda en el alba
y la vida normal vuelva a empezar,
antes de que nos dejemos de amar,
antes de que el silencio silente
como el grito de una multitud
amorfa de estadio
no nos deje escuchar;
antes de la noche final,
cuando los gallos giman,
y los pájaros enloquecidos
crucen al azar,
¿veremos las ciudades del sol:
su rostro de verdad?
La vida que se vive, Editorial Brujas, 2006

LA HORA OSCURA

Bajo este cielo plúmbeo,
que oscurece en pleno día nuestras horas,
vives tu vida y lees
en este bar ermita,
el sueño de otros, en páginas
luminosas de vida que palpita.
Y ya el viento, que anuncia la tormenta,
agita las hojas de los árboles,
arrastra las noticias que murieron,
mece una cabellera en su vaivén,
pero no anticipa un límpido día,
ni el sol de un porvenir.
Es solo el recuerdo, in natura,
de una historia que no fue.
Esta hora oscura de nuestro tiempo
ensordece en su dominio
el grito callado
de los que no tienen un mañana.
Saldrás a la calle, a la llovizna,
fría, amarga, indiferente,
con la terca ardiente rabia
del que espera el amanecer
como si fuera un cataclismo,
el resonar en un cielo naciente
del clamor que es el anuncio
de lo que nombra esa palabra
que ya nadie se anima a pronunciar,
o se ha olvidado, en tanta mansedumbre,
en tanto conformismo amancebado.
Pero ya es la noche y la lluvia
es solo noche y lluvia,
y las pocas sombras fugitivas
corren a refugiarse.
La hora no entrega una señal,
las luces de las avenidas
iluminan alienadas
un silencio sin nadie.

ELLOS VUELVEN

En la noche,
como traídos por las olas negras,
entre el sudor salobre de las sábanas,
ellos vuelven.
Llegan hasta tu cuarto a oscuras
y flotan sobre tus párpados caídos,
hasta que te levantas, insomne.
No dicen nada,
te miran con sus ojos de corderos,
sonríen, cantan su canción muda,
como tantos años atrás.
Y tú caminas y caminas,
entre las dunas,
entre las zarzas y el viento,
hasta que tus pies
pisan la arena firme de la playa,
y tu paso va recto y seguro,
hasta que te internas
en el agua helada del alba.
La vida que se vive, Editorial Brujas, 2006

Terror del día

El terror del día
hace temblar el cuerpo
como si estuviera desnudo.
Cerrar los ojos, apretar los dientes, beber el propio
aliento,
puede llegar a salvarte.
O tal vez el calor de tus recuerdos.
(Es extraño ver cómo quedan las cosas de los que
se han ido.
No se hablan más que a sí mismas,
como si estuvieran ciegas).
Todo está bien mientras nada se mueva.
No hay que arriesgarse al azar de las calles;
la mañana mira por los ojos de las estatuas:
todo se refleja en su iris vacío.
Y los huesos gimen
su dolor de carne, de pequeña luz,
tan fácil de apagarse.
El cuerpo se ampara a sí mismo,
como las manos ocultan la llama
a los golpes del viento.

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Jorge Luis Borges

El remordimiento

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

SOLO Y VACÍO [Mi poema]
Pablo Monforte [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Está sólo y vacío sin agarre,
sin nadie que le invite y tome asiento,
con barco a la deriva y sin amarre
dejando aquí la broza en lo que barre
vagando por el mundo como el viento.

Está sufriendo al sol del sufrimiento
que araña en su penar alguna herida
-maldito y tan bendito advenimiento-
antes pueda pensar que me arrepiento
a la espera el final de la partida.

Ni siquiera ya el verso es una excusa,
no sé qué pinto aquí, no es un lamento.
Si atraer a mis trovas a una musa
y mi mente se muestra tan obtusa
no consigo lograr, aunque lo intento.

No quiero sufrir más, que ya la puerta
cerrada está a los pájaros y sueños,
ni hay manzanas ni peras en la huerta
que volaron hacia otra mente abierta
en busca más lucida de otros dueños.
©donaciano bueno

Sufrir no sirve de nada, o si? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Pablo Monforte

EROSIÓN

El tiempo avisa,
y aun así
uno lo sabe traidor.

Lo hace
con la contundencia de un púgil
curtido en la lona,
lo hace
con el olor a hospital
que reconoces tuyo
(es que nunca lo fue)
con esta ciudad
en la que hace tiempo que no vives, pero
te mueres un poco
cada día -mientras andas resignado,
quizás con macilenta mueca-
y piensas, ahora sí
soy mucho menos yo
y más
el que voy a ser.

Avisa en voz baja, sibilino,
cuando te anestesian el llanto y
la felicidad es entonces
una película de Wilder
a las dos de la madrugada,
un claro entre las nubes. Todas esas risas que habitan
en los hijos de otros.

Antes me decía
que era muy joven
para estar triste. Cierto es.
Pero como suele ocurrir
el tiempo ofrece razones
cuando ya es demasiado tarde.
(inédito)

FECHA EN ROJO

Despertar un octubre
como montón
de palabras tachadas,
intacto y sin roce.

Despertar
con la taxidermia
de un nombre
en la boca,
con el podrido alimento
de eternas distancias.
Con el coraje
del que carga fantasmas
sobre la espalda.

Despertar
con puño cerrado,
con mirada arrasada.

Con la esperanza
de que
esta vez
la lluvia
también a ti te arrastre.
(de Cronología del óxido, Harpo Libros, 2015)

TRUEQUE

Vivir es también un poco
la búsqueda de un reemplazo
tras otro
la pérdida de un lugar
un desfile de sustitutos
mentiras nuevas
que hagan
olvidar las viejas.

Es dejarlo
así como a trozos
repartido entre los que amamos
y los que ya no nos quieren
-tantas veces los mismos-.
Es acabar despojados
livianos, incompletos
para entender la verdad que es

no reconocerse
ser adultos
estar solos.

Es una ciudad cien veces acuchillada.

Pero el deseo de transitar su hemorragia
no es mayor que el miedo
a las caricias que anidan
su ciclópea piel.

Es por eso que te avisa: Voy a doler.

Y te mantiene siempre a raya,
como buena ciudad de equidistancias
de murmullos átonos
de hambrientos silencios.

De vidas apretadas
y nieve ardiente.
De milagros agazapados,
espaldas ajenas.

Barcelona quizás te diga:
“Voy a romperte el corazón”
y pensarás mientras,
quién podría escucharlo aquí
caer sobre la acera
escuchar los añicos
agarrarlos antes de que verse engullidos
por una alcantarilla
por su aparato digestivo
de anuncios comerciales
y polución de diseño.

No.
Pero es posible que te haga otro favor.

Porque Barcelona abre los ojos
a todos esos que están solos
y aún no se dieron cuenta.

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José Espronceda

La desesperación

Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oír los aquilones
horrísonos bramar,
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas
la tierra iluminar.

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.

Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.

Que el trueno me despierte
con su ronco estampido,
y al mundo adormecido
le haga estremecer,
que rayos cada instante
caigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamento
me agrada mucho ver.

La llama de un incendio
que corra devorando
y muertos apilando
quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano,
volverse todo tea,
y oír como chirrea
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Me gusta una campiña
de nieve tapizada,
de flores despojada,
sin fruto, sin verdor,
ni pájaros que canten,
ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre
la muerte en derredor.

Allá, en sombrío monte,
solar desmantelado,
me place en sumo grado
la luna al reflejar,
moverse las veletas
con áspero chirrido
igual al alarido
que anuncia el expirar.

Me gusta que al Averno
lleven a los mortales
y allí todos los males
les hagan padecer;
les abran las entrañas,
les rasguen los tendones,
rompan los corazones
sin de ayes caso hacer.

Insólita avenida
que inunda fértil vega,
de cumbre en cumbre llega,
y arrasa por doquier;
se lleva los ganados
y las vides sin pausa,
y estragos miles causa,
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Las voces y las risas,
el juego, las botellas,
en torno de las bellas
alegres apurar;
y en sus lascivas bocas,
con voluptuoso halago,
un beso a cada trago
alegres estampar.

Romper después las copas,
los platos, las barajas,
y abiertas las navajas,
buscando el corazón;
oír luego los brindis
mezclados con quejidos
que lanzan los heridos
en llanto y confusión.

Me alegra oír al uno
pedir a voces vino,
mientras que su vecino
se cae en un rincón;
y que otros ya borrachos,
en trino desusado,
cantan al dios vendado
impúdica canción.

Me agradan las queridas
tendidas en los lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello…
¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!

UN ÁRBOL EN LA MEMORIA [Mi poema]
Camila Sosa Villada [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Tengo un árbol pintado en a memoria,
lo cuido cual si fuera un hijo mío,
le abrigo en el invierno si hace frío,
intento que se aleje de la escoria,
no vaya a resbalar que caiga al río.

A veces que se encuentra delirando
le saco a pasear a se serene,
no acierta a comprender lo que le viene
desnudo ya y de afectos desgajado
en medio el temporal que llueva o truene.

Su instinto maternal va a ras del suelo.
Por más que yo le animo y que le abrazo
no logro tamizar con mi cedazo.
Tan grande es su dolor, su desconsuelo,
que me hace hasta pensar soy un padrazo.

Le insisto siempre escampa cuando llueve,
no hay mal más del mil años que perdure.
Espero de esta herida que suture,
o al verme a mi llorar si se conmueve
y así ya con el tiempo que se cure.
©donaciano bueno

Es posible que el #árbol no deje ver el #bosque? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Camila Sosa Villada

instrucciones para mi muerte 1

en mi epitafio debería leerse:
aquí yace carne de arrabal que fue pudriéndose en vida,
todo su cuerpo estaba lleno
de pequeñas pero insoslayables cicatrices,
su pelo era oscuro y estaba un poco seco.
vivió como una dragqueen las veinticuatro horas del día,
fue travesti hasta la muerte.
pensaba que el mundo era profundamente homosexual.
creyó.
tuvo una profunda fe, hecha de antiguas decepciones.
creyó en la vegetación, en las selvas,
en las porciones vírgenes de la tierra,
creyó en un corazón-imán que nos mantiene atados
a este planeta y a este destino,
creyó en el destino y en el azar,
creyó en la muerte,
en los hombres que amó aun cuando mintieran,
tenía fe ciega en que siempre es más noble
la mentira de vivir en otro mundo,
que la miserable verdad que nos da como limosna el capitalismo.
creyó en sí misma, se conoció,
se tomó el corazón con la mano y le cosió la palabra: resiste.
creyó en la resistencia, en lo salvaje,
en las mujeres salvajes,
en los territorios salvajes donde se muerde y se lame
para decir lo mismo.
creyó en la ternura, en el precio de la ternura,
creyó en la fiebre, en el dolor, en la vejez
y en la rabia.
fue rabia contundente, indomable y necesaria.
creyó y amó e hizo daño como cualquiera
aunque eso no justifique ninguna de estas tres estupideces.
sobre el final de su vida fue escabulléndose en su idea de sí misma,
fue encontrando una madre y un padre en su propio pecho.
un asilo para ella y su infancia, como las carpas que se hacen de niños
en el patio de la casa.
quiso ser madre y tuvo madera para serlo
pero en los dados fue desafortunada.
como hechos significativos logró colgarse de un trapecio,
visitó finlandia y sólo finlandia,
fue actriz y prostituta,
le costaba diferenciar en qué momento era una
y en qué momento era la otra.
conoció el mar a los 30 años y quedó sangrando.
escuchó buena música y se traicionó,
una y otra vez, una y otra vez,
como si una vez fuera demasiado poco.
a las cartas de amor las comenzaba pidiendo perdón,
su último amor fue es y será el único.
no gustaba a los hombres, pero les sacudía el espíritu.
ya lo decía el blues: nadie es perfecto porque nadie es libre,
los desengaños amorosos ajaron su carne,
resecaron su corazón y le cambiaron la índole:
su dulzura se agrió.
le llevó toda la vida reconciliarse con su padres.
la razón de su cansancio eran 33 años
de la más agresiva resistencia a todo.
le gustaba sonreír pero no le gustaban sus dientes.
el público fue el esposo que decidió conservar.
con la tristeza bailaba todos los días el vals.
murió feliz pronunciando los nombres de sus amigos,
hizo cruzar sus recuerdos hasta el más allá.
para justificar su carne le bastaba
una foto de niño en la que se revelaba
que el mundo debía tratarlo con más piedad.

Instrucciones para mi muerte 2

La máquina del mundo vomita humo,
Escupe para arriba, sus mil sobras y lamentos.
Del cielo nos llueve un ácido que perfora
El endeble futuro cada vez más breve.
Al grito de alguna sirena se produce,
Se ordena, se activan las bombas,
Se prende la luz de los 10 mandamientos
En la estéril Wall Street
Se ponen en marcha los engranajes asesinos,
Las religiones activan sus artificios de seducción.
La única solución que supimos encontrar
Para la falta de dios y de ternura,
Es sembrar, sembrar aquí y allá,
Construir, mezclar los metales,
Cambiar el curso de los ríos y contenerlos,
En profundos diques en los que duermen
Muertos anónimos.
Pudimos tocar la superficie de la luna,
(Hasta que sea demostrado lo contrario)
Pudimos comunicarnos al instante
Con los amores que están cruzando el océano,
Pero no podemos evitar aún la triste matanza
Que repetimos, una y otra vez,
Hasta perder la índole en los vertideros de sangre.
Nos ha sido prestada una bestia para ser huéspedes
Con nuestras pobres almas huérfanas,
Somos huéspedes de un cuerpo que resiste incluso
Más allá de la muerte, con todas sus armas,
Las embestidas del deterioro.
La bestia que nos aloja aprende a hablar,
Le susurramos las órdenes que ejecuta a la perfección,
Y es similar, en forma y espíritu,
A las demás bestias que pueblan los continentes y los mares.

Y aún en nuestra calidad de huéspedes,
somos incapaces de frenar la matanza.
Todos los días muere una travesti.
Muere asesinada por un cliente,
Por un fascista, por un ciego violento.
Muere de soledad, muere de tristeza,
Muere ahogada en silicona líquida que
La hace implosionar como esos volcanes
Que nos cubren de cenizas y muy de cuando en cuando,
Con suerte, de fosforescente lava.
Mueren de sida, en hospitales públicos
A los que con suerte, alguna compañera de ruta,
Se acerca a decirle con desesperación: todavía no cruces.
Mueren de frío, de hambre, de orfandad,
De malos recuerdos,
De unas depresiones profundas de las que el mundo,
Con sus mil artes para excavar y extraer,
No puede sacar nada más que lágrimas.
Lágrimas de ojos de hombre
Con una transparencia de mujer.
Todos los días, al despuntar el alba,
En la superficie de la tierra,
Mueren las travestis anónimas,
O mejor dicho, innominadas.
Y son pocos los que lloran tan triste pérdida.
La pérdida de las guerreras,
De las amazonas del cemento
Que aún en su máscara de maquillajes,
Ejercen su libertad.
Y qué se hace en la máquina del mundo?
Se sigue echando humo, poniendo a funcionar
Las fábricas,
Ordenando en filas a los estudiantes,
Dictando el gusto de las naciones,
Mezclando con el agua las mil supuraciones
De la revolución industrial.
Las travestis no hacen marchas multitudinarias
Que son mostradas en todos los medios de comunicación
Para evitar su matanza.
No.
Aprovechan una vez al año la indiscreción del gay parade,
Y salen a revolear sus pezones como mariposas emperadoras,
a menear el culo de una vereda a la otra
y a confirmar que la única causa por la que vale la pena morir
es la libertad y el amor a esa bestia que nos fue prestada
En esta corta zona de desamparo llamada vida.

la selección natural perdió el rumbo

la selección natural perdió el rumbo
y el hombre se siente por encima de la fauna y de la flora,
los cazadores por encima de la víctima.
los jóvenes se sienten superiores a los viejos,
los hombres creen ser mejores que las mujeres,
las mujeres creen ser mejores que los hombres.
hombres, mujeres, niños, adolescentes y ancianos
creen ser superiores a las travestis.
el rico se siente superior al pobre
el contemporáneo se siente mejor que el clásico
y el clásico hace volar el barrilete de su eternidad.
los heterosexuales se creen mejor que los homosexuales
pero el homosexual con dinero se siente mejor que el puto pobre.
el homosexual atlético saborea su imagen en el espejo,
y su narcisimo le hace creer que es mejor que
el maricón gordo que lamenta no ser mejor que nadie.
los bellos subestiman a los feos,
los inteligentes a los tontos,
los tontos a todo el mundo.
la familia es superior a la soledad.
las mujeres y los niños siempre van primero.
todos creemos merecer algo por haber vivido.
sólo es necesario alguien que nos haga reír,
no creo en merecimientos,
sólo sé que las plantas son superiores a todos
y los perros son las mejores mascotas.
nina simone es mejor que sus colegas,
y nadie podrá igualar a jessica lange.
mi vieja es la mejor cocinera del mundo,
y a las historias de amor hay que hablarlas en primera persona.
al fin y al cabo, en esta partida de justicias e injusticias,
la muerte siempre tiene las mejores cartas.

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EMIGRANTES [Mi poema]
Alberto Hernández [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es aquí, donde hoy vivo, que hay mucha gente,
todos tan diferentes, de otros países,
unos hay que olvidaron ya sus raíces,
otros sé que las tienen siempre presente.

Todos los que conozco, seres humanos,
bailan al mismo ritmo que aquí se toca,
pisan como nosotros la misma roca,
suturando sus puses los mismos granos.

Unos vienen huyendo de alguna guerra
a otros les mueve solo un plan de aventura,
para hacer su dorado, o poner sutura
al hambre y la miseria, la vida perra.

Van cual almas impías, mochila al hombro,
sin conocer siquiera qué les espera,
con la mano vacía en la faltriquera,
guardando las vivencias para su asombro.

Detrás fueron dejando sus ilusiones
embriagados de rabia y desesperanza,
van andando el camino con su mudanza
intentando entender a las sinrazones.

Esperando les llegue quizás un día
en que lo que hoy hicieron den por bien hecho,
que las flores renazcan sobre el barbecho,
celebrando aquel hecho con alegría.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Alberto Hernández

La tumba

Sin cementerio
En plena soledad
Disfruta de su exilio.

La ira

Muerde el instante. Una llaga visible en la mirada.
Siempre retornar y no hacerlo,
Quedar en el mismo sitio, envuelto por la linfa de los días.
El país es una de las tantas derrotas. La única, quizás.
La pérdida, la muerte, el estupor, los tantos vacíos en el estómago.
Las ganas de extraviarse en el barro. Ser atropellado por una tormenta de grillos.
La ira, esa acumulación de insectos en las venas.
No hay otro país. El que nos quedaba a un costado, muere sin ayuda.

POEMAS ANDARIEGOS

(Textos extraviados una vez y otra vez)

Todo relámpago estima que ha sido utilizado
para descubrir el rostro del asombro. De lo contrario
se comportaría como el fenómeno que se anuncia
antes de pisar la alfombra.
(…)

Un violín atado a la ventana
hace esfuerzos por escapar a la calle.
El genio, el Stradivarius que lleva
en la madera, no le permite
ciertas extravagancias.
Con razón el estudiante llora
cada vez que advierte su silencio.
(…)

Sin ánimo
de lanzarse al abismo
el poeta (el que contempla el vacío
con media sonrisa)
inicia el ejercicio de su depuración.
(…)

Le ha sido dado a la multitud
el don de la quimera. Por eso
-al abandonar el lugar del abuso-
ahonda el grito
el fracaso del vértigo.
(…)

La profundidad del beso
lo condenó a un silencio mudable
y sin medir las consecuencias
de la única palabra
que pudo pensar
se desató del abrazo
intentó un monosílabo asiático
y huyó.

–para Israel Centeno–

Como todos los cielos caben
en la ceguera cóncava de un solo exilio.
Adalber Salas Hernández
*
…nadie se libra de su biografía.
Javier Cercas
*
Hoy es siempre todavía.
Antonio Machado

Exilios

1.-
Son varios
Son varios los exilios y uno solo
Son todos los exilios en los huesos

En el estiércol que consume las noches
En la pelvis que sostiene el borde que tragamos.

Y así
Suspendidos en el aire mientras las nubes pasan
Los ojos
Y unos pájaros que flotan en el barro.
Son varios
Son muchos los exilios que han signado la carne:
Son tantos descontados
Son otros olvidados, espiados, carcomidos.
La muela de una hora estrangula el olvido.
Nos quedamos atrás en el atrás del miedo.
En ojos que no miran, precisos y plurales
Comidos de otra tierra y en polvo se olvidaron.
Ciego es el exilio, cóncavo su cielo:
Y airado por la muerte, el sol es tan distinto,
Tan distinta la vida y tan distinta la muerte.

2.-
Yo fui carne de exilio y estuve un tiempo muerto.

3.-
Fui sombra de mi sombra y regresé hecho sombra.

4.-
Son tantos los olvidos
Son tantos los exilios
Era tanta la muerte de los que se perdieron
Fueron los huesos de mi joven padre
En un camposanto de tumbas desterradas.
Son tantos los exilios
Los que llevo en la sombra
La que hinca mis huellas y se asoma
Desorbitados ojos / relámpagos y sueños.
Un desierto amaga la arena de la sangre:
El exilio regresa conmigo en la penumbra.
Nada queda de aquello
Nada queda de ahora.
Tanto exilio, ensogado a la angustia
Vértebra de animal suficiente y piadoso.

5.-
Exilio,
Son tantos los exilios.
Cierro los ojos y pronuncian mi nombre.
Regreso a la crueldad del sobresalto.
A un solo exilio.

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Rosalía de Castro

Adiós, Ríos, Adios Fontes

Cantares Galegos, 15

Adiós, ríos; adios, fontes;
adios, regatos pequenos;
adios, vista dos meus ollos:
non sei cando nos veremos.
Miña terra, miña terra,
terra donde me eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei,
prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiña do meu contento,
muíño dos castañares,
noites craras de luar,
campaniñas trimbadoras,
da igrexiña do lugar,
amoriñas das silveiras
que eu lle daba ó meu amor,
camiñiños antre o millo,
¡adios, para sempre adios!
¡Adios groria! ¡Adios contento!
¡Deixo a casa onde nacín,
deixo a aldea que conozo
por un mundo que non vin!
Deixo amigos por estraños,
deixo a veiga polo mar,
deixo, en fin, canto ben quero…
¡Quen pudera non deixar!…

Mais son probe e, ¡mal pecado!,
a miña terra n’é miña,
que hastra lle dan de prestado
a beira por que camiña
ó que naceu desdichado.
Téñovos, pois, que deixar,
hortiña que tanto amei,
fogueiriña do meu lar,
arboriños que prantei,
fontiña do cabañar.
Adios, adios, que me vou,
herbiñas do camposanto,
donde meu pai se enterrou,
herbiñas que biquei tanto,
terriña que nos criou.
Adios Virxe da Asunción,
branca como un serafín;
lévovos no corazón:
Pedídelle a Dios por min,
miña Virxe da Asunción.
Xa se oien lonxe, moi lonxe,
as campanas do Pomar;
para min, ¡ai!, coitadiño,
nunca máis han de tocar.
Xa se oien lonxe, máis lonxe
Cada balada é un dolor;
voume soio, sin arrimo…
¡Miña terra, ¡adios!, ¡adios!
¡Adios tamén, queridiña!…
¡Adios por sempre quizais!…
Dígoche este adios chorando
desde a beiriña do mar.
Non me olvides, queridiña,
si morro de soidás…
tantas légoas mar adentro…
¡Miña casiña!,¡meu lar!

POETA, INVENTOR [Mi poema]
Izaskun Gracia [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo sostengo que el poeta es inventor
de historias que construye con palabras,
con ladrillos arrancando en su interior
o sacando de su entorno alrededor
para hacerlas felices o macabras.

Muchos creen que el poeta ha de llenar
de sus filias y fobias en los textos
y ellos gozan del poder de interpretar,
de experiencia y de razón con que alegar
pues para eso en estas lides son maestros.

Dependiendo de quien sea ese poeta
-muchos hay que escribieron a voleo-
que el poema solamente es una treta
de llevar al lector hasta una meta
que le añada la emoción en su paseo.

Todo es fruto o un invento de la mente
que rezuma por sus poros fantasía,
y es el caño tan fluido de esa fuente
que incita cuando aprecia de repente
una idea y puede hacerla poesía.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Izaskun Gracia

Encontrar voz que case con los árboles que no dan sombra

con mentiras construidas al amparo de lo que no se recuerda
y no(s) conviene
y construir entonces la historia de lo que no fuimos
y presentarnos
sin mácula
ante otra traición
ante otro grito en el vacío
[que nos revele callando] como perdido entre algodones
sacudido de nuestras verdades
para bailar al son de tu no ser
y de mi silencio

idos

entre bosquejos de otros posibles

cambiados los géneros soy al fin protagonista de tu relato

abrazando mi rol con el paso de tu desconocimiento
encarnando incluso lo descartado
lo exiliado de tus palabras por el pavor a la crítica
o al rechazo privado de quien quizá no importa
y ahora que ha huido el invierno
rumio mi actuación a la espera de otros cielos
de otro cierre para nosotros
que nunca fuimos.

derretida la savia que unía las nubes

sujeta la lluvia que no termina de romper
cae el cielo deshecho sobre las ventanas
a tu sombra como árbol
en este astillarse eterno
doliente bajo las uñas de quien no te ve.

puedes gritárselo al alba porque todavía estamos solos

a pesar de los kilómetros y los días a nuestra espalda
aún no hemos hallado refugio y nos resbalan en esta tierra los pies sin cimientos
las ganas de encontrar lo que inconcediblemente no buscamos
como si intentáramos aprender un idioma nuevo cada jornada
como si
cobardes
no fuéramos más que una compañía intermitente al amparo de lo desconocido

será tu marcha silenciosa y repentina

y nos sorprenderá con las manos manchadas de otros asuntos
como si por anunciado nos hubiéramos olvidado de esperar lo obvio
como si la ausencia de enfermedad no reportara otro vacío
y permaneciéramos ufanos saciados de una existencia que nunca fue nuestra
prometo velarte cuando llegue el momento y dedicarte las horas que me faltaron
no cubriendo mi deuda pero sí demostrando que siempre te tuve
que corres por mis venas más de lo deducible
y tu presencia en mí no es sólo un recuerdo a narrar a los que se acercan

a Julia, mi abuela

tu silencio es mi descanso
el bálsamo que aleja los males y relaja la guardia en este reino de trincheras
donde la palabra es sinónimo de mentira
y su omisión esconde traiciones no desveladas
tu silencio es síntoma de mis desvaríos
de mandíbulas desencajadas por el cansancio de lo falso
y la invención agria pegándose a la lengua
al despertar cada mañana con un amargo sabor de genocidio en el paladar.

ESTANDARTE

y si
después de recorrer el mundo y escarbar tu nombre
estandarte salvador que todo lo puede
no te encuentro
y si
rebelada contra las angosturas me descubro débil
e incapaz de cruzar mis puentes
me quiebro
qué bandera ensalzaré entonces
a quién callaré estos errores

eta
munduan zehar ibili eta zure izena hastakatu ondoren
zutoihal salbatzaile ahalguztiduna
aurkitzen ez bazaitut
eta
mehartasunen aurka asaldaturik ahul aurkitzen badut neure burua
eta nire zubiak zeharkatzeko ezgauza
apurtzen banaiz
zein bandera goratuko dut orduan
nori isilduko dizkiot aktas hauek

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Interpretar lo que pensó o quiso decir un poeta es un ejercicio de alto riesgo.
Como ejemplo, Pequeño vals triste de Lorca, cuya letra les dejo aquí abajo.
Muy distintos son otros poetas como Antonio Machado. Ver mi versión sobre el mismo musicado por Leonad Cohen:  Pequeño vals triste

Pequeño vals triste (García Lorca)

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del «Te quiero siempre».

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

ENREDADOS [Mi poema]
Miguel Espejo [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Enredados de la vida en la maraña
de quien dice ser tu hermano, ser tu amigo,
que proclama va mirándose en tu ombligo
y promete se refleja en tu legaña.

Que te arropa con su abrazo complaciente
y se envuelve amablemente en tus problemas
y se ofrece a resolverte tus dilemas
presumiendo de que siempre él va de frente.

Que se muestra solidario y compungido
y aunque poco habló contigo te conoce,
que es tan listo que lo intuye con un roce
muy letrado. que es muy docto y muy leído.

Ese, amigo, lo que quiere es enredarte
y sacar con disimulo tus entrañas
siempre a base de promesas y calañas
cual vampiros que la sangre han de chuparte.

No te dejes engañar, no seas lelo,
mas aprende a cribar quien te merece
no te avengas y no digas que te escuece,
los santos sólo habitan en el cielo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Miguel Espejo

ESCRITURA

Escribo por hastío
– sobre todo poemas que nunca salen de mi boca –
por desolación y falta de palabras.

El ruiseñor de la vivienda, mi casa, ha quedado sin lengua
desde el día, no lejano por cierto, que lo llamé a mi puerta,
aunque lo extraño era que yo no tenía puerta ni casa
o tal vez sólo una casa cerrada
con una pequeña ventana en lo alto del techo
apuntando al cielo.
Estoy en la tierra.
Quiero estar en la tierra
A cada instante necesito repetírmelo
recordar que no me encuentro flotando
en constelaciones sin nombres, en desiertos gigantes.

Amé con una desesperanza entre mis manos.
Me he separado de la desesperanza total
o quizás me abandonaron
todos los impulsos que he conocido.
Estoy sin instintos
como una vieja comadre
a la que le extirparon la lengua.

Ebrio de contradicciones y de dolor hubiese debido
abandonar la poesía
hablar de metafísica, de crítica literaria y de historia.
Pero la única historia que me interesa descifrar
la he perdido en la tormenta de esta época.
Escribo para aparentar un oficio.
Yo que siempre me he rebelado a tener algún oficio
pienso ahora que lo único que hice fue buscarlo.
Yo que nunca pude salir de mí y que nunca estuve en mí
busqué un refugio en la memoria tergiversada.

He inventado mi historia
porque no pude tenerla.

Mi biografía es mi sombra.
de «Larvario»

¿Dónde estás Padre?

Cierta Noche me encontraba,
Sobra la vida reflexionando,
Y entre más reflexionaba,
Más me iba preocupando.

Hasta que llegué al punto,
De cómo surge la vida,
O que si Dios, es un asunto,
Que de pronto se nos olvida.

Y sin querer, sin pensarlo,
Me pregunté: ¿Quién es Dios?,
¿Dónde tengo que buscarlo?,
Para demostrarle mi Amor.

Y no encontré respuesta,
Porque yo no la sabía,
Así que formulé una encuesta,
Para saber si existía.

Al otro día temprano,
Ingresé en la catedral,
Pero sólo vi humanos,
Que observaban un altar.

Y me llamó la atención,
La Fe de una señora,
Que con mucha devoción,
Prendía una veladora.

Después empecé a observar,
Cuánto lujo en los altares,
¿Y es que a Dios le van a agradar?
Tantas cosas materiales.

Me salí decepcionado,
Porque a Dios no encontré,
Y pensé desesperado,
Encontrarlo, no podré.

Así, que emprendí el camino,
Sin saber por dónde ir,
Dejando solo al destino,
Mi sendero dirigir.

Hasta detenerme en la plaza,
Observando a unos niños,
Que jugaban a la casa,
Con Amor y con cariño.

Tomados de una mano,
Brincaban entusiasmados,
Cuando de pronto un anciano,
Llegó y se sentó a mi lado.

Y volteando la mirada,
Al mismo tiempo los dos,
Él a los niños señalaba,
Diciéndome: ahí está Dios.

Prosiguiendo en seguida,
Ya sin dejar de hablar,
En las cosas de la vida,
Es donde él debe estar.

Pues pongamos por ejemplo,
A Dios y su devoción,
Si él construyera un templo,
Lo haría en tu corazón.

Para poder vivir,
Y también manifestarse,
En tu forma de sentir,
De amar y de expresarte.

Para construir un mundo,
Donde no exista el dinero,
Donde no haya moribundos,
Ni tampoco, limosneros.

Si quieres encontrar a Dios,
Vestido de ser humano,
Ponle el rostro de tu Amor,
De tu enemigo o tú hermano.

O quizás sea una rosa,
Un bebe o un ruiseñor,
Lo que quieras, cualquier cosa,
Porque Dios, Dios es Amor.

Esto fue lo último que dijo,
Pues al voltear la mirada,
Mi mirar se volvió fijo,
Puesto que no encontré nada.

Y fue cuando comprendí,
En mi pensar de mundano,
Que cuando a Dios Conocí,
Le puse el rostro de Anciano.

CORÁN

Nos sentamos a orillas de un río
para ver pasar el cadáver
de nuestro enemigo,
pero, detrás de él
pasa también nuestra vida.

ANGUSTIA

con los brazos en cruz
corriendo
desesperadamente
hacia una página en blanco
para expresar
lo inexpresable.

PETRÓLEO

antes que la tierra caiga
al centro de la nada
lo que reste de nuestros cuerpos
será alimento
de máquinas y de hijos desconocidos.

BUDA

Los cuatro dolores de la vida
son, en realidad, un solo dolor:
la vida.

AUTISMO

En dónde me encontraba yo
no lo supe un solo instante de mi vida.
En el fondo, no sabía qué era yo
qué era dónde.

LA ÚLTIMA ESTACIÓN

Si nos preguntamos para qué
nos detenemos
y dejamos una página en blanco.

A veces sentimos
que toda nuestra vida
es una página en blanco.

REPRODUCCIÓN

atravesamos el tiempo
por inmensos desiertos de carne.

LA ENEIDA

escribir poemas inconclusos
es la tarea de todo poeta
de todo hombre.

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José Angel Buesa

El clavel seco

Como el clavel del patio estaba seco,
yo, entristecido por sus tristes males,
bajé al jardín para cavar un hueco,
en buena sombra entre dos rosales.

Y eran rosales cerca, gajo a gajo
en una cercanía indiferente,
pero al cavar un poco, vi allá abajo
sus raíces trenzadas locamente.

Así, esta tarde, descubrí el secreto
de un cariño verdadero, hondo y discreto,
transplantando un clavel que se secó.

Y, en nuestra indiferente cercanía,
qué loco ensueño se descubriría
si alguien cavara un hueco entre tú y yo.

HE EXTRAIDO DEL TINTERO [Mi poema]
Boris Elkin [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

He extraído del tintero este poema
de líquido empapado, emborronado,
le he escurrido sacándole la flema
y en huesos le he dejado cual fonema
terso, blanco, vistoso y destintado.

Le he tendido a orear y le he secado
procurando a su lado hubiera viento
no estuviera en peligro, amenazado,
y lo he vuelto a dejar acicalado
cediéndole un lugar en este asiento.

Nadie puede pensar que es traicionero
pues denota que se encuentra muy a gusto
renunciando a volver a su tintero
ni que he sido un ingrato, traicionero,
cada uno ha de elegir lo que es más justo,
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Boris Elkin

DE CARNE SOMOS

¿Echala a m´hija
porque viene a llenarnos de vergüenaza
tráindonos de regalo ese nietito
sin que naides supiera?
¡Vaya un pecao más grande!
¿Qué la gente ha de ráirse de nosotros?
¡Pacencia!

Y al final, ¿qué cara… ncho saben ellos
pa venir a meterse en casa ajena?
Mi hija es mi hija,
y su tata no la echa puerta ajuera
porque compriende bien que esa disgracia
le puede suceder a mas güena.

Las leyes de la vida están escritas
dende que vino Adán y Eva,
y es al ñudo que el hombre escriba otras
pa marcar el camino´e la decencia.

Tuitos somos de carne
y nos corre igual sangre por las venas.
Y…-perdonándome la comparancia-
también nos parecemos a las betias…

¿Ellas? Se juntan como Dios manda.
¿Nosotros? Po´el civil o por la Iglesia…
Pero puestos a mirar las cosas
no se alcanza a notar la diferencia,
ya que al final del cuento nos risulta
que se han juntao… un macho… y una hembra.

¿Qué culpa tuvo m´hija
si no pudo paliar contra esa juerza?
Pa mejor, comenzaron sus amores
cuando dentró a puntear la primavera
-que jue pal tiempo que cortó el cabestro
el malacara pa seguir las yeguas-.
Cuando el toro rompió los alambraos
y al trotecito se nos jué la perra…

¿Echala a m´hija
porque viene a llenarnos de vergüenza
tráindonos ese nieto de regalo
sin que naides supiera?
¡Valla un pecao más grande
lo de cumplir con lo que Dios ordena
y criar el hijo
en vez de malparir sin que la vena!

EL COBARDE

Un muchachón de manos engrilladas;
un comisario «bravo» y un alcalde
que, sabiéndolo al mozo, bien seguro,
le escupen su desprecio «pa que hable».
-Lo mataste a traición, seguramente…
Y el mozo le contesta: -Sepa, alcalde,
que los hombres nacidos en mi tierra
muy poco matan de traición a naides.
-Sin embargo-interrumpe el comisario-,
nunca matan de frente los cobardes.
-¿Y cuándo esa fama, comisario?
-Te la ganaste bien aquella tarde
qu’el finao te insultó delante é todos
y vos, como faldero, te achicastes.
-Aquello jue otra cosa, comisario;
me achiqué con razón, no por cobarde.
Aquella tarde me allegué hasta el pueblo
pa buscarle rimedios a mi madre,
que había quedao solita, allá en el rancho,
quemándose de fiebre sobre el catre.
Si me achiqué, señor, no jue de miedo.
Jue su voz que me gritó:»¡Párate!»…
Es muy fiero, señor, pa quien ya siente
que la muerte comienza a aproximarse,
encontrar que no hay naides en el mundo
que le empreste un poquito de coraje,
sin tener quien le rece un padrenuestro,
ni tener quien le pida un «Dios te salve».
Pero ayer me cobré. Mi mamá ha muerto;
y ya sin su cariño que me ate,
m’encaminé pal pueblo, bien seguro
de no encontrar branquera que me pare.
Estaba en el boliche el «hombre guapo»
hablando de bravura, de coraje…,
«que a los hombres los reta como a chicos…»,
«que no encuentra varón que se le cuadre…».
Por eso, al dentrar yo, ni m’hizo caso,
y con desprecio comenzaba a ráirse
cuando mi zurda le cruzó la cara
pa evitar el decirle: «¡Acomódate!»
Sacó el facón y me vino al humo.
La carrera conmigo l’era fácil…,
y el hombre, entusiasmao siguramente,
tiró un hachazo…, se quedó pagando…,
buscando sitio pa poder dentrarme,
y sonzo juera yo de no cobrarme.
-¿Tenés más que agregar?
-Sí, comisario:
¡qué no güelva a tratarme de cobarde
sin soltarme una mano, por lo menos…,
por si tiene antojo de probarme!

CHARQUEANDO.

Para aquellos que no sepan
qué quiere decir «charqueando»,
aclaro que es el recurso
pobre, de algunos paisanos
que se meten de jinetes
siendo flojitos pal basto.
Y apenitas el bagual
se agacha y pega dos saltos
pierden toda su apostura,
quedan desacomodados
y se agarran al apero
para evitar el porrazo.
Y a mi me pasa lo mismo;
pensaba anotarme un tanto
creyendo que domar versos
no es cosa que dé trabajo.
Y ya metido en el baile,
no se extrañen si me aguanto,
ya «que no ha nacido el potro
que me revuelque en el pasto».
(Disimulen, aparceros;
no digan que voy charqueando.)

CONTESTANDO.

¿Por que me empeño en escribir en «gaucho»
en lugar de escribir versos modernos,
y me aferro al pasado con las fuerzas
con que el ombú enraíza en el terreno?
¿Que por que me empeño en escribir en gaucho?.
Ha de ser, yo calculo, porque tengo
esta paisana voz para mis cantos
y este pobre decir para mis versos.
Y ha de ser por capricho del destino
que me quiso elegir como instrumento,
sin probar la apagada resonancia
que se encierra en la caja de mi pecho.
Pero voy a cantar, mientras me quede
una nota en la voz, vida y aliento
para avivar las brasas recubiertas
por la ceniza que acumula el tiempo
y el olvido que ponen los ingratos
sobre el pasado que quisieran muerto.
Honrar la tradición no es una forma
de escribir para nuestro lucimiento:
es poner devoción en cada estrofa;
es vivir venerando los recuerdos;
es sentir emoción límpida y serena
frente a la estampa de un paisano viejo,
y es querer el retoño que aparece
junto a las ráices de su noble abuelo.
Sentir la tradición, es asomarse
a ese pozo de luz de nuestro acervo
y reiniciar la marcha hacia el futuro
sin olvidar lo que quedó atrás nuestro.
Si un país sin tradición es como un rancho
que se derrumba, falto de cimientos,
¿como es posible, entonces, que sus hijos
no den su apoyo para sostenerlo?
Yo cumplo mi deber de esta manera:
¡escribo en «gaucho» porque así lo siento,
y hay treinta años de camino y surco
que me enseñaron a querer lo nuestro!

EL AGÜELO

¿Qué le vamos a hacer?
Me basuriaron, áura que voy pa’viejo;
a la edá que a los hombres no les hace
vivir un año más o un año menos
y no es cuestión de andarle mezquinando
a los ojales, cuando sobra cuero.
Risulta qu’esta tarde,
cuando volvía contento, de un arreo,
sentí que unas chirolas m’estorbaban
y llegué al boliche’Del Recreo’
-no diré pa’tomar, porque no tomo-,
pero m’hija, usté sabe, soy agüelo,
y no quise venirme pa’las casas
sin tráirle golosinas a mi nieto.
Dentré y pedí, sin reparar en naides:
‘Me da unos caramelos;
treinta de aquellos que parecen guindas
y veinte d’esos…’
De una mesa de truco medio al fondo
sentí que se me rieron,
y una voz que conozco hasta dormido,
porqu’es aquella que mintió tan fiero,
me revolvió la entraña preguntando:
‘-¿Así que son pal’nieto?’
Y me volvió a cargar:
‘-Y la Ramona
sigue linda, nomás?Le dá recuerdos,
y digale que espere sentadita
si cré que yo vi a dir al casamiento’.
Yo tuve tentación de atropellarlo
y matarlo a lo perro;
ya que ni ansina pagaría la cuenta
que te quedó debiendo de hace tiempo.
Pero pensé que te dejaba sola,
qu’eras muy poco pa’cuidarlo al nieto,
y juntando valor pa’ser cobarde,
dejé que piensen que le tuve miedo
y agarré los paquetes y me vine.

¡Nieto! Venga pa’cá:
¡sus caramelos!

EL OVERO.

Degollalo, Cipriano, degollalo;
ya el matungo no tiene más rimedio:
hace dos o tres días qu’está cáido
y es inútil buscarle un aliveo.
-Anoche al acostarme, yo pensaba
en eso mesmo que m’estás diciendo,
y esta mañana preparé la daga
pa despenar pa siempre al pobre overo;
pero,¿sabe, mi vieja, lo que pasa?.
Me alcanzó a conocer a veinte metros,
y levantando un poco la cabeza
m’hizo un relincho corto, dend’el suelo.
Me arrimé pa matarlo,
y vide en sus cansados ojos negros
yo no sé que mirada tan extraña
que me tembló la daga entre los dedos
y me puse a pensar:¡que diría
al saber que soy yo que lo degüello!
‘¿Es ansí cómo pagan los cristianos
dispués que uno está cáido y está viejo?’
‘Este es un bien pa vos-quise esplicarle-.
Sentirás un dolor cuando entre el fierro;
pero dispués verás, cuando la sangre
dentre a chorriar y a coloriarte el pecho,
te sentirás liviano como en antes
y todo ese dolor se te irá yendo…’
¡Y sacando coraje, ni sé di’ande!,
con una mano le tantié el pescuezo,
y cuando estaba a punto ‘e degollarlo
me maniaron la mano los ricuerdos.
Recularon los años de mi vida
y m’entraron a arriar los pensamientos
pa los tiempos aquellos que denguno
me prestó más servicios que’l overo.
Yo tenía pa’quel tiempo veinte años
y él sería un potrillo ‘e tres y medio…
cuando una vez por cosas…
por sonseras que cuasi ni me acuerdo,
le pegué unos hachazos en el tuso
al comesario mesmo.
Y tuve que juír. Mi suerte estaba
puesta en las patas de mi parejero,
y pa ganar el monte
vadeó los ríos, jinetió los cerros,
y si de un galope no cruzó los Andes
jué porque nunca le pedí ese esjuerzo.
Dispués, cuando unos ojos
que no sé si eran brujos o hechiceros
m’enredaron pa siempre y armé’l rancho
`pa tener en mi rancho ¡dos luceros!,
mi overo puso el anca pa’llevarte;
…y como pa dir al cura estaba lejos…
hizo la vez de cura, de padrino
y jué testigo ‘e nuestro casamiento.
Después de algunos años,
cuando el gurisito cayó enfermo,
¿quién se galopió las doce leguas
que hay estendidas dende aquí hast’al pueblo,
y quién se galopió las otras doce
pa venir hasta aquí con los rimedios?.
Por eso, no me animo a degollarlo;
dejalo al pobre overo
¡que se muera solito allá en el bajo,
que yo perdí el coraje hasta pa verlo!

MI CHALA.

No sé si es cosa `e mandinga
o es un regalo del cielo;
algunos dicen qu’es malo;
pa mí se me hace qu’es güeno…
Ricién me dijo el dotor
qu’esta fatiga que tengo
es por culpa del tabaco
qu’está minándome el pecho,
¡y me ordenó que lo deje
si quiero salvar el cuero!
Pero dejar el tabaco
áura que ya voy pa viejo
y no tengo en que afirmarme
pa tironear los recuerdos…
¿dejar el tabaco dijo?
¡Si es cosa que ni pienso!
Hacen años, muchos años,
yo trabajaba ‘e boyero
cuando prendí el primer chala
pa quemar mi aburrimiento.
¡Qué lindo se ivan las horas,
que pronto volaba el tiempo
y qué hombre me sentí
con el chala entre los dedos!
Cuando mi madre se jué
sin tiempo pa darme un beso,
¡quién otro sino mi chala
me acompañó al sentimiento
y se quemó sin renuncios
con tal de darme consuelo!
Más tarde,cuando el amor
dentró a golpear en mi pecho
ese amor qu’es vida y muerte,
qu’es triunfo y renuncianiento
y que nos mata de a poco
porque se vive muriendo,
¡si habré domado impaciencias
pitando como murciélago!
Y al fin,¿pa qué?: pa que un día
barriera todo el pampero…
Ella no tuvo reparos
en aventarme los sueños.
Cuando esa tarde me dijo
que no perdiera más tiempo
y supe que otro varón
se había ganado su aprecio,
¡menos mal que tuve el chala
que supo darme un consejo
y m’entretuvo la mano
que andaba tanteando el fierro!
Dispués cambié de querencia;
me dijo :»Hacete resero.
Nada hay mejor que el camino
pa quien no tiene un afecto».
¡Las noches que habré pasado
tendido sobre el apero
sin mas estrellas que el chala
parpadeando en el silencio!
Más tarde,cuando la vida
m’enredó entre los puebleros
y entré a borroniar cuartillas
pa darle forma al ricuerdo,
¡quien otro sino mi chala,
me ayudó a escribir los versos!
¿dejarlo,porqu’el dotor
me vino con ese cuento
de qu’el tabaco hace mal
y está minándome el pecho?
¡Deje nomás que me mate!
¡Si por él estoy viviendo!

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F. García Lorca, Poeta en Nueva York.

Vuelta de paseo
Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.

Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.

Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.

Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.

Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!

UN DIOS A MI MEDIDA [Mi poema]
Andrés Ferreyra [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Si un Dios pudiera hacer a mi medida
lo haría más amable, menos cruento,
y humano más, para que el sufrimiento
evitara sangrar la misma herida.

Si diseñar a dios, si eso pudiera,
lo haría con los rasgos de algún niño,
inocente, jovial, barbilampiño,
y en sus ojos pintada una quimera.

Le haría que paseara por el mundo
y al idem tal cual es lo descubriera.
Si fuera eso posible, le puliera
borrando con ardor lo más inmundo.

Mas ya que lo que digo no es posible
dirijo mi lamento a quien a Él le ha hecho
-que a mi también me hicieron de un desecho-
al menos no anduviera inaccesible.

Pues ves como este mundo se está ahogando
y tú sigues pasmado, tan tranquilo,
al menos no nos tengas más en vilo,
empiézale a adornar. Sigue pintando.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Andrés Ferreyra

Coplas frente al espejo

Mi vieja toalla amarilla, ya no seca como antes,
si parece que fue ayer su color era brillante.
Y así con todas las cosas, sean horribles o graciosas,
donde pululan las larvas mañana habrá mariposas.
Es la razón un espejo, una aguada inagotable,
en la que beben los sabios y no se ve el miserable.
Y así esta la cosa acá, allá y por donde usted quiera,
hace falta agua potable y espejos que no nos hieran.
Ardua tarea es hermanos, la del cepillo de dientes,
ir a fregar las mentiras de aquel que no se arrepiente,
porque habrá dientes con sarro, que se ríen sin complejos,
pero hay otros peligrosos aunque brillen desde lejos.
La brocha es una caricia, que la ciencia le dio al hombre,
Entre tantas bofetadas que no tienen aún nombre,
irritaciones feroces, que nos tienen a los coses
y despreocupaciones dignas, de vivar a vivas voces.
Y así marchan tiempo y hombre… ciencia, virtud y verdad.
Amo al esclavo

Amo al esclavo, fisura repetida,
asaltante que irrumpe en la madrugada,
y nos deja en el medio de la nada
entre escombros de vela derretida,
usurero y sobretasa desmedida,
colectivo que no llega a la parada,
caballero de la muerte, tres espadas,
apurando despedidas a la vida,
enemigo de amigos a encontrarse,
recluta del realismo y de lo burdo,
tercero de amores al enamorarse.
¡Pónganme a salvo! ¡oh pies! Que si me aturdo,
riesgos corro y no hay que perturbarse
con pulseras que dividen en absurdo.

Magdalena

En el arco de tus pies, me duermo al abrigo,
como quien encuentra amparo en el desierto,
tiendo mi cuerpo, el cielo me es abierto,
y nada el precio pago por estar contigo.
Me alivio el peso de cargar solo conmigo,
mojas mis labios, besas mi frente y despierto,
la ternura de tu silencio es un concierto,
en tus suspiros de amor y es mi castigo,
por ser tan tuyo y porque ya no serás mía,
por dejarte otra vez y dejar en ti mi pena,
derrumbes de escombros, del alma que tenia.
Por lavar en mis manos tanta sangre ajena,
limpiar mis pecados, escritos en letanía,
tu eres santa, casta y pura, Magdalena.

Que sirva de homenaje

A quien conozca los dolores de garganta
del que se traga las ganas de llorar,
quien blasfema y maldice (antes de orar)
el que ama, el que ríe, aquel que canta,
al que escucha a Vivaldi y se encanta
a la hora de relatos decorar,
aquel que osa la muerte demorar
y estoicamente el miedo aguanta,
al que se defiende a capa y espada,
el que transita caminos de cintura,
el iletrado que escribe cuentos de hadas,
quien no duda en echar mano a la tintura,
al que abre la puerta a la majada,
que sirva de homenaje esta escultura.

Desde la tierra

Se alza el grito que ha ahogado la metralla
y vuelven las voces que parieron tus entrañas
para decir: que el que olvida se engaña
y la verdad es verdad aun cuando se acalla.
No descansaran en paz, aunque hallan puesto vallas,
los asesinos podridos de odio y saña,
especie brutal de naturaleza extraña
que solamente se duerme bajo acero de mallas.
Oscuros perros corren, se rascan y se ladran,
ha vuelto el vuelto que les debía la suerte,
naciendo en brotes que a la tierra taladran
con renovado brillo, alegre y fuerte,
resueltos ojos, llenos de brillo que se cuadran
firmes, de pie, para gritar: ¡ya no a la muerte!.

Zona de pájaros

Zona de pájaros
es el sitio en que he nacido,
hace siglos
y pájaro he sido
cargando
en las patas,
el nombre del
primer nido,
del que tantos volaran
y que
para
vengarse del olvido,
tomaron
a Ferreyra de apellido.

¿Donde termina?

¿Dónde termina el dolor y su aparato,
que ha venido por mis huesos y mis tripas,
que sonríe mientras juega con su pipa,
esperando que me haga en los zapatos?
Son los años y el destino (veo en su trato)
aburridos niños que solo participan
de lo finito, de que la muerte emancipa
al hombre, después de pasar sus malos ratos.
Es el hombre piel de víbora o brillantina
cubriendo el cielo que en los mares se refleja
o en la blancura polar de la salina,
Es fruta fresca en la mesa o fruta vieja
que se pregunta: ¿este dolor donde termina…
terminará después de la última queja?.

Paloma

Han despertado los pájaros, al ruido
de los motores de una ciudad dormida,
que antes del día sale en viaje de ida,
a correr tras luces que gritan: prohibido.
Sigue al alba el sol y algún ungido
trasnochador acierta en su guarida
y entra a jugar centavos de su comida
el quinielista que en sombra ha devenido.
Arde cartón , vidrios y mampostería,
autos se arrastran donde no hay salida
y huele todo a cloaca y rosticería.
La paloma, enferma, de plomo pulida,
es postal decadente de la porquería
en que el huevo pone y deja la vida

Los inspectores

Los postigos
cierran los ojos
al sol de una siesta de verano,
mientras los inspectores,
transpiran bajo sus sacos
e intentan,
descubrir un almacén entre las sombras,
y una anciana abraza los niños
llorando,
tras la última puerta de la casa.

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Este Amoroso Tormento, Sor Juana Inés de la Cruz

Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,
se que lo siento y no se
la causa porque lo siento.

Siento una grave agonía
por lograr un devaneo,
que empieza como deseo
y para en melancolía.

Y cuando con mas terneza
mi infeliz estado lloro
se que estoy triste e ignoro
la causa de mi tristeza.

Siento un anhelo tirano
por la ocasión a que aspiro,
y cuando cerca la miro
yo misma aparto la mano.

Porque si acaso se ofrece,
después de tanto desvelo
la desazona el recelo
o el susto la desvanece.

Y si alguna vez sin susto
consigo tal posesión
(cualquiera) leve ocasión
me malogra todo el gusto.

Siento mal del mismo bien
con receloso temor
y me obliga el mismo amor
tal vez a mostrar desdén.

ESCRIBIR EN LIBERTAD [Mi poema]
Elizardo Martínez Vilas [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

A eso de escribir versos yo me aplico,
no sé si lo hago bien o lo hago mal,
es lo mismo que a dios cuando suplico
desconozco si existe o me es igual.

De vez en cuando hay algo que publico
esperando alguien me lea hasta el final,
si alguno me replica, rectifico,
que exista a quien no guste es natural.

Que escribir por que sí lo hace cualquiera
tanto si es ilustrado como lerdo,
incluso que agradarle te dijera
quedar contigo bien, no como un cerdo.

Otra cuestión será que alguien te lea
la duda del que escribe. Sempiterno
debate en que se fragua la pelea
que viene desde antaño. del averno.

Que escribir es tirar un pez al mar
cada uno donde guste, donde quiera,
a la espera de que alguien al pescar
con gran suerte a ti mismo te leyera.

Pues que siempre fue ansiado el más vendido,
a que ahora nadie compra, es la verdad,
las redes han llegado y confundido.
que el arte debe ser bien compartido,
y escribir sin atadura es libertad.
©donaciano bueno

Escribir sin libertad, eso es posible? Share on X

El arte es libertad para crear y percibir. Cuando el arte se convierte en mercadería al alcance de unos pocos pierde su impronta.

MI POETA SUGERIDO:  Elizardo Martínez Vilas

Corbatita Voladora

Yo tengo cosas de genio,
Se me ve que soy bohemio
Y me gusta trasnochar.
Pero hay algo que me inquieta,
No me quiere por poeta,
Y yo no voy a cambiar…
No le gustan las auroras,
Corbatitas voladoras,
Ni mi forma de pensar.
Y me dice abandonado,
Porque soy desalineado,
Porque escribo y sé soñar…

Yo soy un poquito altivo,
Será por eso que vivo
Con orgullo mi humildad,
Y a pesar de que la quiero
Y que por ella me muero,
Yo no voy a claudicar.

Me lo dice el corazón,
Si me quiere que me quiera,
Así mismo como soy…

En el barrio la critican,
Y le dicen ¡pobre chica!,
En quien se ha ido a fijar.
Y no saben que en mis letras
Vive el alma de un poeta
Que a empezado a palpitar…
Sé que el padre no me quiere,
Pues opina que prefiere
A un obrero de verdad.
Su viejita me interpreta,
Pues se acuerda del poeta
Que la hiciera suspirar.

Me lo dice el corazón,
Si me quiere que me quiera
Así mismo como soy…

EN TUS BRAZOS

Yo me cegué en tus ojazos
Y fui a caer en tus brazos.
Y entre tus brazos yo fui feliz,
Porque te amé con delirio.
Yo fui a caer en tus brazos
Y así llegué hasta el martirio;
Te juro que enloquecí,
Cuando por dentro me vi,
Y comprendí lo que hacía.
Quiero mirar hacia dios,
Aunque me muerda el dolor,
Aunque me cueste morir.

Por quererte llegué hasta el martirio,
Cuando vi que mi casa dejaba
Y, aunque mi alma en tus brazos quedaba,
Te dejé, que es igual que morir.
¡cómo duele en la carne el zarpazo!
¡así duele escapar de tus brazos!
De tu brazos, que a mí se aferraban,
Gritando: ¡mi vida se irá si te vas!

Hoy, con el alma en pedazos,
Temblé al pensar en tus brazos
Y cada noche de horror grité,
Grité tu nombre querido.
Quise volver a tus brazos
Y al ver los pibes dormidos,
Te juro que enloquecí
Cuando por dentro me vi
Y comprendí lo que hacía.
Quiero mirar hacia dios
Aunque me muerda el dolor,
Aunque me cueste morir.

Cómo Nos Cambia La Vida

Quítate el rouge de los labios
Que no me marque su sello…
Estoy herido de agravios
Y ese rouge es un veneno…

Vení, sentate a mi lado…
¿por qué te has pintado el pelo?
¿por qué has tiznado tus ojos?,
Si son tus ojos tan negros.

¿no te bastaba un cariño?…
Si me dan ganas de ahogarte,
Pero es tan blanco tu cuello
Que termino por besarte.

¡cómo nos cambia la vida!…
Toma ese espejo y mirá…
Vos sos aquella que un día
Llevé confiado al altar.

Pero… qué estoy diciendo…
Si la culpa es solo mía.
Te arranqué de la pobreza
Para traerte hasta aquí.

Te hicieron mal las alturas,
Toda esa falsa alegría
Que destrozó la pureza
De la flor que recogí.

¿por qué me acerco a tus labios,
Si son dos brasas de fuego?
¿por qué me acerco a tus labios,
Si sé que en ellos me quemo?

Salí, salí de mi lado,
Mirá el color de tu pelo,
Mirá el dolor de tus ojos
Que eran más puros que un cielo.

Vos destrozaste mi vida
Y, ya ves, por no matarte,
Cierro los ojos y sueño
Y te veo como antes…

¡cómo nos cambia la vida!…
Toma ese espejo y mirá…
Vos sos aquella que un día
Llevé confiado al altar.

Anselmo Laguna

Me llamo Anselmo Laguna
y voy en pos de mi sueño,
si me acompaña la luna
por esas cortadas
de tantos recuerdos.
Me llamo Anselmo Laguna
y llevo en el corazón
un ansia que se desata,
me espera mi ñata
juntito al portón.

Si ya no salgo ni juego,
ni fumo, ni bebo,
por ella y su amor.
Ni sé lo qué es un domingo
de sol y de pingos,
ni sé donde voy.
Si hasta la gente me mira
con cara de asombro, ni puede creer,
que aquel muchacho alocado
esté tan cambiado por una mujer.

Me llamo Anselmo Laguna,
ella está en mi corazón.

Descorazonado

Cuántas veces en la vida nos sentimos amargados,
sin más fuerzas que el aliento que te ayuda a no morir.
Cuando todo se nos niega y hasta el ser que más amamos
se nos va con el consuelo de tener con quien sufrir.
Una noche de mi vida cuanto más había soñado
me gritó que había muerto su cariño para mí.
Golpeé con rabia su puerta, la llamé desesperado,
porque allí quedaba toda mi razón para vivir.

Descorazonado…
Vi rodar el mundo deshecho a mis pies.
Y en esa angustia de desesperado,
¿quién piensa en la dicha de otro querer?
Descorazonado…
Rodé por las calles pensando morir.
Y ahora que todo el mal rato ha pasado,
te digo que vale la pena vivir.

Cuando ya, ni de la gente ni del mundo me confiaba,
cuando todo era tan triste, tan oscuro para mí.
Cuando este dolor tan mío como garra se clavaba,
otro amor llegó a mi vida, hoy he vuelto a sonreír.
Es por eso, si algún día te sentís desengañado,
y al pensar que estás deshecho, el dolor te hace reír;
no te olvides que una noche yo también desesperado
no encontraba más consuelo que un rincón para morir.

Corazón Cobarde

Corazón cobarde… corazón que no quiere
Dicen las mujeres al verme pasar.
Corazón cobarde… corazón que no quiere,
Que nunca en la vida ha sabido soñar.
Corazón cobarde… pero ellas qué saben
Del enorme tormento que hay dentro de mí.
De este grito de angustia, que no brota y se muere
De los labios sellados, porque la perdí.

Mi alma está seca,
Cual cáliz vacío,
De tanto llorar.
Mi vida está llena
De ausencia y de frío
Y no lo sabrán.
Mas, si acaso una noche,
Oyera sus pasos
Saldría a gritar.
Porque tengo mi vida
Y mi alma en pedazos
Y los ojos ya secos
De tanto llorar.

Corazón cobarde… corazón que no quiere,
Oyen mis oídos y debo callar.
Corazón cobarde… y mi amor se muere
Con los brazos vacíos de tanto esperar.
Corazón cobarde… pero ellas qué saben
Del enorme tormento que hay dentro de mí,
De este grito de angustia, que no brota y se muere,
De los labios sellados, porque la perdí.

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Miguel Hernández

Para la Libertad

EL HERIDO

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

LA VIDA TAL COMO LA PINTAN? [Mi poema]
María Gómez Lara [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Antaño él era un tipo que soñaba
crear una familia numerosa,
sembrando algún clavel y alguna rosa,
y cómo la fortuna la regaba
con mimo a relación tan amorosa.

Soñaba en este mundo seducido,
la vida tan cercana al paraíso,
un Dios al que acudir si era preciso,
el mismo que lo había bendecido
y nunca a perdonar era remiso.

Y un día descubría las tormentas
viniendo aquel idilio a destrozar,
saliendo en esa angustia a protestar
al verse entre esas heces tan mugrientas,
tentado de querer tirarse al mar.

Sentía que le había traicionado
aquel el que en su infancia le enseñaba,
diciendo ser verdad lo que contaba.
La vida le decía que era un cuento
y el ser honesto al fin Dios lo premiaba.
©donaciano bueno

Almas cándidas, o acaso me engañaron como a un chino? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  María Gómez Lara

CONJURO

your burning temple next to mine

repito el verso de Blaga en la tormenta
como un conjuro un amuleto algo de ti

me aferro
no lo suelto burning temple
sola esperando a que toque tierra el huracán
next to mine dijiste alguna vez

your burning temple
y oigo el crujir del viento contra las ventanas
next to mine
y me cubro la cabeza cuando se va la luz

We shall remember once too late
y es tarde ahora que llega el estallido
this very bench where we are seated
cuando no queda nada en pie

entre las tinieblas

sino el radio de pilas
y la voz del locutor
–the worst is yet to come

Espero acurrucada eso peor
me obstino en aquel verso burning temple
como un delirio next to mine como la fiebre

Aquí no hay templos ni fuegos

pero de miedo convoco algún rescate
y aprieto en el puño este conjuro
de cuando hubiéramos podido
salvarnos del desastre.

TRAS COSTURAS

casi aterrizamos en la isla
y voy buscando el reverso de una ola

un resquicio en donde el mar
camine casi expuesto como yo
mostrando las costuras

un pliegue
donde sumergirme

apretando arena entre los puños
para ir destejiéndote de mí
te llamaré agujero luego sal.

EMILY DICKINSON

Nací el mismo día que Emily Dickinson
casi dos siglos después
y las cosas han cambiado un poco
desde entonces

no tuve
su entereza ante el dolor
ni su oído sutil para las revelaciones

vivo en un edificio alto
donde no llegan los pájaros
sólo un ruido de sirenas
que no canta

es una ciudad inmensa
aquí todos somos Nadie
pero no hemos aprendido
a guardar el secreto:

al caminar regamos
nuestra nada en las esquinas

Nací con la piel oscura
en un país del trópico

y vine a buscarla a este estruendo
tan lejano de su voz
que se enredaba en las praderas

la imagino callando en los ladrillos
veo sus manuscritos de letras apretadas

como ramas de tinta negra
que se quiebran
en cualquier envoltura
en la lista de mercado
y se enlazan otra vez
para inventar el mundo.

Nací un diez de diciembre como ella
y no traje ese silencio

sin embargo

gracias al conjuro
de repetir sus versos
mientras cambian los semáforos

estoy a flote

todavía.
Deontratono, XXVII Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe a la Creación Joven. Visor libros. Bogotá – Madrid. 2015.

Astillas

Los verdaderos poemas son incendios
Vicente Huidobro

voy frotando una astilla contra otra
y es inútil

no habrá fuego
en mis restos de madera

pude rescatar del naufragio
un trozo de leña

hueco de tormenta
atravesado por tanta agua salada

lo quebré
para inventar dos trizas que se juntan
dos chispas
que no estaban
el revés de un vacío un agujero

aquí sigo todavía estrellando mis astillas

nada que encender
y te haces humo
nada que apagar
y eres ceniza.

La luz inútil

La soledad es estar ahora entero
Arturo Carrera

qué extraña completud

ya sin relojes
ni calles cerradas

qué extraña completud el aire abierto

la sola luz
la luz inútil

al fin sin nudo ciego

para qué ver si nada que alumbrar
de este equilibrio hueco

ningún nombre
ningún árbol

ningún edificio torpe que vaya a derrumbarse

para qué el estupor suspendido
si no hay dónde caer.

La otra muerte

no habíamos visto antes
la mano amenazante
el arma
y otra muerte

que no
se entreveía

no habíamos intuido
el ruido del viento contra los cristales
la ruptura

no sabíamos cómo
cubrirnos del estruendo
cómo esquivar las balas
en el aire no

creíamos
que fuera a ser así tan inmediato

mirar a todos lados
temiendo al asesino y no
veíamos aún esta otra muerte dibujada

no escuchábamos sus pasos
acercándose
no contábamos con la sombra
nos estaba velado
el monstruo tras la puerta

caminábamos tranquilos sin saber
que hace ya tanto llevábamos a cuestas
una muerte otra más antes del miedo.

Variaciones sobre la muerte

I.
Si es por la muerte, su peso es doble y ya no nos suelta.
No es por las puertas donde se asoma nuestro abandono.
José Lezama Lima

será por las ventanas
cuando quedan entreabiertas en la noche
la muerte se va acercando
no abandono sino brisa
tras los vidrios

los empuja
casi imperceptible
van cediendo

no hace falta quebrarlos
ellos mismos son la llave
sin puerta

mientras nosotros
esperamos

II.
golfo de sombras anunciando el puerto
Luis de Góngora

pero es agua todavía es tormenta

vemos una forma cóncava
apenas dibujada entre la bruma

y nos vamos anudando sin la tierra
para zarpar después donde no hay barcos.

Mudanza

Rara vez nos asiste
en las tareas pesadas
como mover los muebles,
cargar las maletas,
o recorrer caminos con zapatos apretados
Wislawa Szymborska, “Algo sobre el alma”

Dice Szymborska que al alma
le aburren los trasteos
no corre armarios
no empuja cajas

Ojalá sea esta vez la rara vez

Ahora
que moví ciudades
y libros
y maletas

y atravesé la tierra
cargada de equipaje

y llegué a este país de extranjeros

no estaría demás
un alma
que me echara una mano
llevando algunas cosas

Mi alma
si la tengo
si la tuve

está perdida en estos huesos torpes
que no levantan
ni una mesa ni una silla

está atascada en este cuerpo enclenque y distraído

que poco sabe
poco entiende
poco carga

y hasta se lleva a sí mismo a duras penas:

un día
por ejemplo
le sobran las manos
no ve dónde ponerlas

otro
en cambio
tiene unos pies
que se despiertan
extraños a la tierra

se creen alas
pero no vuelan
lo intentan y tropiezan

y al otro
la espalda se le tuerce
aunque no lleve nada
quizás le pesa el aire

tal vez en esos días
el alma se aparece:

le endereza la espalda
le entrelaza las manos
le empuja los pies para que avancen

Convendría
entonces
mudarme
un día de esos

(no antes
ni después)

cuando pueda caminar
con los zapatos apretados.

Octubre

Naciste
en otoño como yo
decías
y es de nuevo octubre

querías arrastrarme
con tus hojas secas

querías convertirme en caída
y yo habría sido abismo
para que te quedaras

contestaba siempre
que diciembre es otoño
aunque los árboles sean ramas
y el aire nos congele

a fuerza de palabras me abría espacio
entre los tiempos medios

asentías complacido
inmóvil todavía contra el suelo
pero hecho ya huella ya huida

Llega otra vez octubre
y no queda ni tu sombra

camino para borrarte ante todo no me detengo
y sé que voy a estar bien mientras los pies aguanten

esquivo a zancadas esta ciudad que era mía
la que fuiste derrumbando con las manos

me aferro entonces
a la nieve que no tuve:

yo nací en invierno
yo nací en invierno
yo nací en invierno.

Para borrar tu ciudad

para borrar tu ciudad fantasma
tuve que trazarle pasos a tus pasos

cruzar caminos
aparecer surcos

y había que cavar hondo
para aplacar la maleza

me aferraba a los rastrillos a las palas

cargaba herramientas de hierro
como un niño recoge sus crayolas

luchaba contra el cemento
decía que era tierra:

a fuerza de palabras lo ablandaba

para borrar tu ciudad
fui construyendo la mía.

Contratono

único tono
el agua contra el agua
Blanca Varela

aprendimos
a despertar en medio de la noche
con el ruido del agua

conocíamos la errancia
de hace años nuestro sueño era frágil

los ojos entrecerrados casi abiertos dormíamos
como quien vela

atentos al derrumbe
las manos en la cabeza
por si los escombros
y los pies alzados
ya para correr

pero una madrugada gota
a gota
lo intuimos

oímos resonar
el nuevo escape

algo nos cantaba
en contratono

que esta vez huir
sería quedarse.

Un pozo

Quiero no recordar lo que no hemos olvidado,
arrojar una piedra en el pozo de la ausencia
y escuchar cómo suena a agua y a oscuridad
Nikola Madzirov

quién sabe cómo suenas
pero digo que el agua cura

y eres un pozo vacío
que se llena

de a poco menos hondo cada vez

todos los días
camino sobre el cemento

huyo
de las esquinas que derrumbaste con las manos

esta vez no hay líneas ni relojes
no hay caminos

una tarea sin tiempo redundante

una materia extraña que moldeo
con las horas
con los dedos con los codos

puede ser agua barro arcilla

ya no se trata de ganar una carrera
es apenas cubrirte con algo.

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LA NOCHE Y EL DÍA [Mi poema]
Mirta Edith Larcher [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

La noche está lluviosa y amanece
sembrada de una triste melodía,
en tanto nace el sol, la tez fenece,
y al aura que da vida se engrandece
dotando de una dulce algarabía.

Por caminos oscuros va la noche
escondiendo al hacer sus travesuras
y en el sueño aparece algún fantoche
que en tinieblas nos va haciendo un reproche
cual pillos monaguillos a los curas,

El día va marcando el marca pasos
de ese tiempo que empieza y despereza
anotando sus logros y fracasos,
es momento de hacer llenar los vasos
de alegría, esperanza o de tristeza.

Y es al fin que se ultima su destape
cuando tornan los pájaros al nido
haciendo que la vida se solape
y en borrones de niebla que se atrape
y se observe cansado se ha dormido.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Mirta Edith Larcher

ES PROBABLE

Que persista la memoria.
La vida luce una apariencia de todas las ansias.
Pero yo…
no sé jugar a eso.
Lo simple no me acostumbra.
de seguro
anunciaré
las fracturas de mañana y me cegaré
con sus estrellas finitas… alguien dirá…
de mis obsesiones
pesimistas
rumorosamente
invadiendo
la claridad mágica de mi gran isla.

Mas yo… vivo…gozosa reposada en lo profundo.
Y ella soy. La que miraba… (oculta)…
Esa intensidad que me enamora y
me retorna y
nadie encuentra.
Es probable
que prolongue mis visitas al desván. Para jugar… a lo que sé…

Tal vez
tenga la suerte la gran suerte de no ser
interrumpida
nunca más.

VISITACIONES 2

Ya hemos girado los silencios del pasado
nos hemos podado las viejas letrillas de cauto mediodía
prejuicios sorbidos en la miga voraz de los caminos
orfandades calladas masticadas bajo manteles
y un pensamiento alado que nos leva que nos erige en torres azules pervividas.
Ya hemos diluido utópicos ríos de velada materia
sosteniéndonos en el mínimo alambre de cordura tratable
con la insignificante vertiente del primer destete terreno. Salvaje vegetal ilíaco…
Hoy…
a la diestra mansa, ( no ilusoria del trayecto)
nos celebramos en la vida sucesoria
con este manojo de fuegos y de ceibos que son presencia amada, conocida,
sumatoria de ayeres relumbrándonos la sangre.
Porque el viento sabe de brillos blanquecinos que se exaltan
con un veraz incendiolumbre
de toda brama de toda sombra de todo paso. A cada paso. A cada duda, por todo miedo…
llegó la calma con sutil rubor en sus carruajes, llegó el jarabe que despeja
pulsaciones grátiles y cierra heridas anclas de pipiolos. Esplendidez…
Han vendido con augurios de octubre y julio y hasta noviembre, renacidos, fortificados,
unidos, glorificados.
Como ballet de araucarias trinantes a la vera del camino, son frutal cosmogonía,
magia buena, sueño lindo. Los padres primigenios del asombro. Los abuelos…
y traen
vaporosas mantillas con rulos de nubes e hilos de luna
escarpines del cielo
dulces piececitos de escogida hebra con plumón de centellas.
Un lazo de noche sonríe en puro satén, entre albardillas de estambre rubí.
Y revolotea en zigzag
la airosa cadenilla
con suave sereno amarillo limón.
Ya hemos ensayado arrorróes villancicos noninonis …sanasanas…
Ya hemos bendecido visitaciones cárdenas :orado junto a tantas nuestras
inmanencias y otra vez y otra vez otra vez
habrá de seguir el talismán acuoso oxigenándonos el tiempo
enhebrando la vida en todo espacio
anidándonos el mundo del patio trasero
porque todos llevamos alago así de pájaros
eso de querer dejar su estampa el sello una huella
ese huevecillos..
insólitos vuelos , diferentes cielos…
en que los frutos maduros corten su ligamen e inauguren más milagros
con su inolvidable
primer llanto.

HOMBRE

Sufrir titánico epopéyico lanza incluida se desangra
se retuerce de suplicio estertóreo
se desarma se congela anónimo siniestro rugido griterío queja aúllo berreo gruñe
sin vientres
sin gracia. Interiores entrañas secretos palmas.
Oscuridad. Se ahoga se conduele
lastima
fagocita
insiste
entre sangres coágulos y llagas orificios estrías veneno
grumos cuajos líquidos sus objetos sus ansias
los espacios más campos la baguala el dinerillo las monedas el oro los rubíes el sol y
sus estrellas la fama la fuerza el paso y
otro más alto más manos
más
mas arriba
¡DUELE DUELE DUELE SER…!
¿ QUIÉN?
¿ QUÉ?
Fue fui fuimos todos somos
toda igualdad mísera se está matando y asesina
a ambos lados su áurea
paradojal
bidimensión
a la par
que se estrangula una lógica
y su terrible soledad.
Pero

no hay hambre
no otra
no la de él
menos la mía.

Entierro empolvo alucino
Y
resta algo….

Lo hurtan.
Lo tiene.
Al poder.

Lo tiene…
su búsqueda su magallánico dueño disputándose reinados medallas sillas y membretes posiciones ALTERNATIVA
sangrienta feroz
brutal
por monomanías
el
único capaz de soportar de resistir tanto calvario.

EL PUDOR DE MIS NOCHES

Como piña que madura estalla entre sábanas de ébano
y cascaritas de lima
pétalos cerveza y nuez al revés
zumo imperial de los silencios.

Sábanas crujientes de luna llena lunitas de harina y leche
preñez de amores libélula
sobre callados misterios.

La noche camélida sumisa se resguarda
bajo abrileña ruana de colibríes en cinta.
Pudor naranja pudor cercano pudor de moras y ceibos.

Deja
que baje párpados
busca estas manos
sedientas
de piel y candor
siémbrame al poema que turgente envuelve
al redondo satén del pezón!

¿Acercas tu espiga tu fuego tu cala
traes
a sorber
de mi fruta laguna de mis índigos sórdidos a todos los senderos traes?

¿Acaso murmuran
impenetrables
allá
los ojos del nocturno?
¡Bébete mi néctar AMOR, junquillos bébelos…
HAZME
de aníes y abedules el lecho…!

(Dormiríamos así
tibios
como un
dorado
pan)

NÉCTARES

La vagina abierta calamidades Afrodita
sus riendas sus labios libertinos sucios de amores tardíos
indecorosa picante desveladamente impúdica Pandora sus
principios aguados
las manos sus falanges de olvido por engendros
y abandonos
los caminos la tierra el aire sus agallas y suspiros
han perdido
los desiertos
sus vinos sus cactos la altura el verde
los zumos contaminación de mujer equis equis- y-y y………….. Verdad. Torpeza: Mujer.

Ahora va hacia el ánfora
minuciosa
como cualquier toxina al saneamiento va lenta puntillosa nimia delicada
bella
que guarda
encierra
acumula todos los males del mundo
morbos ofensas traiciones gangas
vagabundas
dentro muy profundo
abajo los males
se dice
no viviente
los espejos rotos sus costumbres esqueletos moscas
sus disfraces las fauces el fanal
sin destino
los senos los órganos el talud un eslabón
la punta del reloj su cúspide el orgasmo
el semen su palabra blanca ultrajada humillada
sin pupilas sus ojos de adentro
por debajo de ásperas crines anímicas.
Todo.
Pus.
Sífilis. Intersticios puntos densidades.
Muerte.
Lágrima.
Pubis
Vello y huesos poros .
Cierra casi…lo decide lo hace cubre como gato
y
deja
fuera
libre
a la Esperanza.

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La noche y el día (I)
A Delia, bailarina oscura
La música traiciona el sentimiento,
Delia, en tus ojos, tan divinamente
que hacen su noche oscura transparente
de sobrenatural entendimiento.

Los astros, que armonioso movimiento
rige, mintiendo amor, calladamente,
buscan en tu mirada el aparente
reflejo a su encendido pensamiento.

Nocturno afán no pudo a ti engañarte;
la luz que fue en tus pies, bailando, estrellas,
tus pasos, no tus ojos, la mintieron.

Te fuiste con la música a otra parte,
hurtando tus pisadas a sus huellas
con sombras que a la noche te volvieron.
José Bergamín

ME DICEN QUE SOY VIEJO [Mi poema]
José Lezama Lima [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Me dicen que soy viejo,
de arriba abajo miran,
la cara es el espejo
y el rictus el reflejo
de los que a nada aspiran.

Se sientan, se levantan,
algunos con respeto,
muchos otros me asaltan
mean, driblan y saltan
como si fuera un seto.

Me gritan y me dicen que soy viejo
y aunque no lo quisiera es lo que soy,
de lo que antaño fui sólo el pellejo,
mi vida va hacia atrás como el cangrejo
quisiera no mas ir a donde voy.

Ser viejo no es pecado,
que al fin todos seremos
frutos que se han secado
piltrafas de un pasado
listos, seamos memos.

Tú también que hoy presumes
de ser joven y fuerte
verás que te consumes
y aunque hoy aún no te abrumes
tendrás la misma suerte.
©donaciano bueno

Tú, si tú, dentro de poco ya serás #viejo, o no...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José Lezama Lima

UNA BATALLA CHINA

Separados por la colina ondulante,
dos ejércitos enmascarados
lanzan interminables aleluyas de combate.
El jefe, en su tienda de campaña,
interpreta las ancestrales furias de su pueblo.
El otro, fijándose en la línea del río,
ve su sombra en otro cuerpo, desconociéndose.
Las músicas creciendo con la sangre
precipitan la marcha hacia la muerte.
Los dos ejércitos, como envueltos por las nubes,
se adormecen borrando los escarceos temporales.
Los dos jefes se han quedado como petrificados.
Después cuentan las sombras que huyeron del cuerpo,
cuentan los cuerpos que huyeron por el río.
Uno de los ejércitos logró mantener
unida su sombra con su cuerpo,
su cuerpo con la fugacidad del río.
El otro fue vencido por un inmenso desierto somnoliento.
Su jefe rinde su espada con orgullo.

AH, QUE TÚ ESCAPES

Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no quieras creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.

Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los más extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.

RUEDA EL CIELO

Rueda el cielo -que no concuerde
su intento y el grácil tiempo-
a recorrer la posesión del clavel
sobre la nuca más fría
de ese alto imperio de siglos.
Rueda el cielo -el aliento le corona
de agua mansa en palacios
silenciosos sobre el río
a decir su imagen clara.
Su imagen clara.

Va el cielo a presumir
-los mastines desvelados contra el viento-
de un aroma aconsejado.
Rueda el cielo
sobre ese aroma agolpado
en las ventanas,
como una oscura potencia
desviada a nuevas tierras.
Rueda el cielo
sobre la extraña flor de este cielo,
de esta flor,
única cárcel:
corona sin ruido.

SON DIURNO

Ahora que ya tu calidad es ardiente y dura,
como el órgano que se rodea de un fuego
húmedo y redondo hasta el amanecer
y hasta un ancho volumen de fuego respetado.
Ahora que tu voz no es la importuna caricia
que presume o desordena la fijeza de un estío
reclinado en la hoja breve y difícil
o en un sueño que la memoria feliz
combaba exactamente en sus recuerdos,
en sus últimas playas desoídas.

¿Dónde está lo que tu mano prevenía
y tu respiración aconsejaba?
Huida en sus desdenes calcinados
son ya otra concha,
otra palabra de difícil sombra.
Una oscuridad suave pervierte
aquella luna prolongada en sesgo
de la gaviota y de la línea errante.

Ya en tus oídos y en sus golpes duros
golpea de nuevo una larga playa
que va a sus recuerdos y a la feliz
cita de Apolo y la memoria mustia.
Una memoria que enconaba el fuego
y respetaba el festón de las hojas al nombrarlas
el discurso del fuego acariciado.

UNA OSCURA PRADERA ME CONVIDA

Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.

Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.

NO HAY QUE PASAR

I
No hay que pasar puentes de conchas de desprecios
de recomenzar la búsqueda de las vihuelas crecidas
o por más señas un brazo redoblante a castillo cerrado
a traspiés de araña que presagiaban los lotos
voy atravesando festones descolgados escamas destrenzadas
mandando en las planicies bajo arco de boca moribunda
y boquiabiertos presagios que mueven la corteza a desmayo
el agua a fresa nivelada y el latido a salto alto
por ahora silenciosos quilates del timbre y embates despertados
entre crisis de plateados placeres que chilla la pecera
y las escamas y la más aislada hebra que asciende
hasta confinar con la concha que ve sonar lo rubio
a impulsos de los ojos tirados contra la pared cariciosa
a rendijas de otoño por ahora no te creo crecida
ni olvidada intrusa rubí decaído en hilo por escamas furiosas.

II
Mi mano de mármol gris mis olvidos o mi sola alma
la navegación a medianoche hasta abrirse las tijeras
y destruirse la rosa para dar cinco campanadas
destruirse la rosa al pulsar el pájaro sin destruirse
ni hundirse si resbalan violines o perros al septentrión
o lo que ya cae en agua desluce su amargura
y la medialuna se entierra y el balcón escampa por primera vez
dime olvídame o deja de inclinar la torre y su sonrisa
y su plumón irisado acompasa el destilar del túmulo
por última vez el vidrio espolvorea las herraduras no las rosas
no las sortijas voladoras cuando el mármol descorre
cuando el mármol detiene una mirada fatal
o el inmoderado moribundo en azul, rubio oscuro
destruye el mármol o la mujer viajera colorea
sus estanques que se reafirme porque la torre muere y chorrea
o que franjas de mármol de cuchillo y mi alma mojada.
¿No sabes que las puertas abiertas voltean los perros lanudos mirando al septentrión?

MADRIGAL

El tallo de una rosa se ha encolerizado con las avispas
que impedían que su cintura fuese y viniese con las mareas
cuando estaba tan tranquila en las graderías de un templo
y un marinero llamado por la palabra marea
se ha unido la los clamores de alfileres sin sueño
y le ha dado un fuerte pellizco al tallo de una rosa
lo que no merecía lo que no alcanzaba en su sonrisa
en su cítara en su respiración tornasolada
la cólera de un marinero
mil manos que se alzaban en el remedo de un beso
en esta pirámide de besos
para que en lo alto más despacio más pañuelo más señorita
una rosa una rosa
que no puede aislar ni unas cuantas avispas encolerizadas
que la han vencido que se le han: pegado tenazmente a los flancos
y ya son ramita entre dos recuerdos.
Desconchamiento de lunas que no vienen
sus escamas de otoño
pero el niño que se ha quedado detenido frente a los encantamientos
de un caballo blanco
se apresura en su dulce memoria de lunares
a evocar sus regalos para ingresar en la nieve
entre dos recuerdos de aire pulsado entre dos conchas
que recorren un hilo de sienes de sien a sien
como entre dos recuerdos
un dedo besado atormentado desnudado
una muchedumbre de Perseos enlunados
que esperan a los más crecidos cazadores de medianoche
porque ha llegado el día que no se alcanza con media docena de cítaras
redondas espinas siempre festón de nieve enhebrado
que se adelantan con la crecida del aire
de dos conchas entre dos recuerdos
entrecortados silbidos en las graderías de un templo
hasta el instante en que es la sangre de hoy
hojas del recuerdo en las ventanas de las joyerías
ojos que miran cómodamente la avispa mordiendo el tallo de una rosa
para negártelo en el aire guante fronda lenta flauta
la misma rosa que ha inclinado su frente para recoger tu pañuelo
y esconderlo hasta que pasen los cazadores de medianoche.

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Félix María Samaniego

El viejo y la muerte

Entre montes, por áspero camino,
Tropezando con una y otra peña,
Iba un Vejo cargado con su leña,
maldiciendo su mísero destino.
Al fin cayó, y viéndose de suerte
Que apenas levantarse ya podía,
Llamaba con colérica porfía
Una, dos y tres veces a la Muerte.
Armada de guadaña, en esqueleto,
La Parca se le ofrece en aquel punto;
Pero el Viejo, temiendo ser difunto,
Lleno más de terror que de respeto,
Trémulo la decía y balbuciente:
«Yo … señora… os llamé desesperado;
Pero… «Acaba; ¿qué quieres, desdichado?»
«Que me cargues la leña solamente.»

Tenga paciencia quien se cree infelice;
Que aun en la situación más lamentable
Es la vida del hombre siempre amable:
El Viejo de la leña nos lo dice.