A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

EL MUNDO AL REVÉS [Mi poema]
Isaías Gamboa [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

No puede comprender lo que está viendo,
quisiera no pensar que es retrasado.
Que va como alma en pena resistiendo
a fuerza de a si mismo estar mintiendo
mirando sin cesar hacia otro lado.

No acierto a comprender por qué no acierto,
quisiera descubrir lo que ha pasado
en este cielo azul hoy tan incierto.
Que a lomos de una ola en mar abierto
no puedo cabalgar. Y estoy cansado.

De nada ha de servir que pegue un grito
así pueda ocurrir que me rebele
o sea que al azar ya me remito.
¡Que injusticia! es la frase que repito,
y tengo que calmar porque me duele.

Matar para comer, ¡hay que estar loco!
¿Acaso no existía otra manera
de hacer que en este mundo poco a poco
pudierase ir saciándose el sofoco?
Tal atajo no es digno de lumbrera.

Y aún peor es morir de inanición,
con tanto que libar como existiera.
El que lo hiciera no siente compasión,
es insensible, no tiene corazón,
esclavo, tiene el alma prisionera.

Las lágrimas se han ido diluyendo
mientras mira a sus ojos disecando
al ritmo que otro muro construyendo.
Quisiera así evitar salir huyendo.
Y en tanto aquí me sigo fustigando.

Pues tal como es, hacer pudo cualquiera
-discrepo que este mundo hiciera dios-
en medio de una enorme borrachera.
Seguro estoy de que si hoy lo repitiera
sería diferente. Y habría dos.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Isaías Gamboa

LA SONRISA DEL RETRATO

Pintaba un gran artista la figura
de una mujer; pero en la boca había
un rasgo que a su genio se escondía,
que escapa al pincel y a la pintura:
una sonrisa de ideal belleza,
que era como un destello de ternura
perdido en una sombra de tristeza.

De repente el pintor, en la ansia loca
del genio que al crear se inmortaliza,
en un golpe de luz trazó en la boca
la secreta expresión de la sonrisa.

Miró su obra el artista un largo rato
con la muda ansiedad del embeleso.
Y, después, en un íntimo arrebato,
acercóse frenético al retrato,
y borró la sonrisa con un beso.

SONETO A MI MADRE

Tez de América y ojos del oriente,
bozo de seda, labios abultados,
y cabellos oscuros, hacinados
como un crespón sobre la tersa frente.

He aquí la juventud resplandeciente
con sus sueños de gloria acariciados
por los primeros lauros conquistados
a despecho del mundo indiferente.

Pero allá, tras un velo imperceptible,
la sombra de los íntimos dolores
que nacen del amor a lo imposible.

Reflejos de tormentos interiores,
y esa amargura inmensa, indefinible,
del que halló espinas en lugar de flores.

ANTE EL MAR

Mi pensamiento como una golondrina,
pasa rozando el mar con sus alas,
y mi imaginación,
pájaro salvaje y
vagabundo, recorre distancias inmensas,
atravesando velozmente los aires.

BYRON
A mis ojos vacilantes, vagos, húmedos y tistes
que reflejan tus destellos áureos, lívidos y rojos
a mis ojos, bajo el cielo, contra el cual furioso insistes
con tu rabia de Satán.
Otra vez en mi camino, cual te he visto tantas veces,
apareces, en mi ruta de cansado peregrino,
¡Turbio mar!

Sobre el muelle tembloroso de tus alas incesantes
se retuercen, gimen, gritan
y se agitan, anhelantes de catástrofe fatal,
te contemplo, mar brumoso,
mar rugiente y espantoso, mar hirviente,
¡Ronco mar!

No has cambiado, siempre el mismo
siempre el móvil y profundo, vago abismo,
que en sus vórtices quisiera lo existente sepultar,
no has cambiado, no has cambiado, mas mi vida, sí, la mía,
que es distinta, muy distinta de cual era en aquel día
que te vi por vez primera,
muy distinta el cual era,
¡Fúlgeo mar!

Bien recuerdo En los anhelos de mis locas esperanzas escrutaron sus pupilas tus azules lontananzas,
mas allá de lo visible, mas allá
yo era el pájaro atrevido que escapábase del nido,
y al mirar de las gaviotas el constante y ágil vuelo
bajo el cielo, yo quería
ir como ellas y con ellas do tu imperio acabaría,
¡Raudo mar!

Y partí… Fue una mañana. Fajas grises
extendían sus cortinas y tapices
sobre fúlgidos umbrales,
sobre muros de palacios celestiales
en el limite ilusorio de la azul inmensidad,
y el acaso
iba abriendo en tus olajes los senderos a mi paso,
los senderos que la suerte ha trazado en mi existencia
conduciéndome a la muerte
¡Negro mar!

Y riberas
extranjeras
me esperaban, diferentes
tierras, pueblos, lenguas, gentes
con que no soñé jamás
y contrastes de alegrías
del amor, melancolías
del dolor, acerbas penas
insondables, cual tus aguas de amargura siempre llenas,
¡Torvo mar!

Y otra vez ante mi vista
te presentas! Y mi pecho se contrista,
se estremece, languidece,
cuando veo con pesar
que no tengo aun rendida y acabada
la jornada, la espantosa, gran jornada de la vida,
¡Luengo mar!

En mi alma
y en tu alma que conozco yo ,la calma
nunca ha sido, ?nunca! … Siento
que algo tuyo en mi se agita, tus tormentas, tu tormento,
tu inconstancia, tu amargura,
tus protestas a la altura con tu voz de tempestad,
y cual tu, también he ido, viajador de polo a polo,
siempre adusto, siempre grave, siempre triste, siempre solo,
Vasto mar.

Hoy ¿ A dónde? Ya la nave
que me espera, tiene un rumbo
¿Y mañana? ¿Quién lo sabe?
Es mi suerte como un tumbo que de playa en playa rueda,
Sin que nadie decir pueda
De do viene, a donde va!

Triste, mísero despojo del naufragio de la vida,
mi existencia, como un ave cuyas alas están rotas,
a regiones siempre ignotas
por tus ondas va impelida, va impelida,
¡Lento mar !

Yo, el errante peregrino
a quien dio fatal destino varia senda,
¿dónde plantaré mi tienda?
¿a qué golfo de ventura mi barquilla arribará?
En el frío desamparo de la ausencia sobre un atrio,
he soñado en los vergeles de mi hermoso suelo patrio…
Mas su imagen no me alegra.
En su cielo se ha extendido una torva nube negra…
Profanando el sacro Monte,
yo me acojo bajo el ancho pabellón de tu horizonte,
¡Libre mar !

¡Leve el barco! Si está escrito
que parezca lejos, solo y olvidado, oh infinito
mar, recíbeme y sepúltame en el fondo
de tus lóbregas entrañas, lo más hondo, lo mas hondo
tal que nadie pueda hallarme ni turbarme
¡Nunca más !

Y al arrullo de tus olas, cadencioso como un canto,
duerma yo mi último sueño misterioso bajo el manto,
de tus cándidas espumas, de tus iris, de tus brumas,
¡Verde mar!
Isla de Trinidad 1901.

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Matio Benedetti

Mundo

No vayas a creer lo que te cuentan del mundo
en realidad el mundo es incontable
en todo caso es provincia de ti
no vayas a creer lo que te cuentan del mundo
aun los que te aman mienten sobre
probablemente sin saber que mienten
en la vigilia te sentirás lejano
testigo de tu mundo desde el mundo
sin nubes de tu aliento en los cristales
la humareda del hombre se elevar en la noche
y no sabrás de donde viene el fuego
pero la expectativa te volver humilde
en el mundo el abismo es un oficio
las preguntas en vano / una vieja costumbre
los desatinos / marca de abolengo
no vayas a creer lo que te cuentan del mundo
(ni siquiera esto que te estoy contando)
ya te dije que el mundo es incontable.

SOÑANDO UNA VEZ MÁS [Mi poema]
Otoniel Guevara [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Si hoy yo pudiera hacerme otro cerebro,
o si dios al hacer me consultara,
haría al que es actual un buen requiebro
evitando que fuera cual enebro
torcido, y si es posible enderezara.

Gustaría que fuera rellenito,
de rosas su perfume lo adornara.
pintado en su interior y aseadito,
haciendo del amor un requisito
y al desagüe tirar lo que sobrara.

Pondría un envoltorio transparente,
de neón un letrero que avisara
que es preciso al pensar ser consecuente,
ser amable, sincero y ser prudente,
y a palabras insulsas las parara.

Con un lazo al trabajo el fin pondría
tendiéndole a lucir al sol de oriente
esperando que el mundo lo vería.
Ignoran lo feliz que eso me haría:
¡poder todos mirar siempre de frente!.
©donaciano bueno

Y tú, si pudieras cambiarías tu cerebro? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Otoniel Guevara

Nacionalidad

Mi país es el mar
que envenena a sus peces con espuma.

Mi país es el cielo
donde la muerte es gris y acuosa y fría.

Mi país es la tierra
con un bosque de cruz y calavera.

Mi país es montaña
que en lodo y sangre oficia su derrumbe.

Mi país es extraño
pero simple:
Se llama El Salvador y usted dirá.

Los perros

Aquí, en este silencio que no da sosiego a las catedrales,
aún resuenan los relucientes machetes que no soportaron transitar la
amargura.
¿Cuántos de nuestros pastores advirtieron la sombra?
¿Cuántos de nuestros hermanos no adivinaron la luz?
Seguimos a oscuras. Sin luz. Sin sombras.
Dudando de ser humanos, en el mejor de los casos,
cumpliendo con el simple ofertorio de respirar, en el más deplorable.
Siento que los perros sí sospecharon. Que en el fondo de sus ladridos
desataban la horrenda homilía del miedo.
No a la muerte, que es burocracia fugaz,
sino a la caravana de instrumentos, cada cual con su luz,
con su apretada nostalgia,
con su suave e incomprensible vibración.
Los perros sí sabían, por eso ladraron.
Y aquéllos les rebanaron el nervioso cuello, les clausuraron la voz;
y los otros hicieron de metal sus instintos
y olvidaron las lágrimas que en sus ojos animales
ya lamentaban
este tiempo maldito.

Dulce eva

para Raquel Cañas,
a la salud de ningún Adán

El verano teje enredaderas
para atrapar tus caminatas solitarias entre el verde del parque
para llenar de luz tu rostro desvanecido por el llanto

¿Por qué buscás el amor
en los incendios de las grandes ciudades?

Ningún portal reconoce tu nombre
Ningún jardín recuerda tus otoños
Y de silencio están cubiertas las paredes y los boletos para el cine

De nada sirve tu pañoleta verde contra el rojo de los semáforos
De nada el prendedor de tu amante muerto
De nada tu vientre palpitante contra el hollín de los días

¿Es que todavía te atormenta el recuerdo
de tu primera noche fuera del paraíso?

Asunto equino

El chofer del bus
empuja el acelerador y frente a él
se rompen las nubes frescas, blancas y eternas.
Ignora que Pegasso lo conduce más allá del sol,
más allá de la miserable realidad.

Atisba el semáforo en rojo
pero en su imaginación es el ojo de un cíclope
que amenaza a la humanidad con el exterminio.
El, por supuesto, es un heraldo de la redención
montado a lomos de Rocinante.

¿Cómo explicarle al hombre del volante
que su auténtico nombre es Amadís
cuando conduce a su brioso corcel diesel
hacia el castillo
donde espera una doncella su rescate?

Pobre hombre.
Sin Cervantes, sin Leonardo, sin Rachmaninoff.
Cuando por fin yace destripado en cualquier punto de la carretera
ni su viuda, ni sus huérfanos, ni sus amigos y vecinos
concebirán en él al héroe
que no alcanzó a llegar a tiempo
para conquistar el Olimpo aplastar monstruos rescatar a su amada.

Antropología con la corbata rota

Ahora sí que te fuiste
Ahora sí que no estás

La lluvia
que tanto amamos
cuando erizó nuestros cuerpos
que luego sin freno entibiábamos
maceró la tinta de tus cartas
y de mis poemas

Las palabras que nos enlazaron
ya no existen

La noche dejó de ser la pizarra
donde escribir
nuestros sueños irrealizables

Unicamente ha quedado de vos
un sórdido equivalente de tu esqueleto
para que sobre él
reconstruya
tu carne
y mis besos.

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José Angel Buesa

Soñar

Soñar es ver la vida de otro modo,
y es olvidar un poco lo que realmente es,
un sueño es casi nada y más que todo,
más que todo al soñarlo… casi nada después.

–  –  –  –

Por eso yo no sé si mi sueño es sólo un sueño,
yo no sé si algún día lo tocará mi mano
y yo no sé, ni me importa, si es grande o si es pequeño
pero mi sueño es sueño porque lo siento en vano.

PONGAMOS QUE SOY…TRUMP [Mi poema]
Alice Lardé de Venturino [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pongamos que yo soy un comediante,
que gozo fabricando mil enredos,
un tipo inaguantable, petulante,
de mal genio, carácter mal talante,
que va tomando el pelo con sus credos.

Pongamos que este tipo está vendido,
incorrecto, político, un farsante,
fatuo, maloliente y presumido,
y aunque no lo aparente, está podrido
del centro, por detrás y por delante.

Pongamos que es un lerdo empedernido
o un listo que aparenta ser un lerdo
que lanza el argumento consabido,
que él sabe razonar, no está bebido
y «si algo lo hice mal ya no me acuerdo».

Pongamos que soy Trump. ¡virgen maría!
¿has dicho Trump? por dios, no me lo creo,
si fuera eso verdad, me moriría.
Excuse, que eso dios nunca lo haría
ni así fuera se vuelva un fariseo.

¡Y a mi qué más me da! Quien le ha votado
habrá pensado bien por qué lo ha hecho,
pues no quiero pensar que la han cagado.
En tanto atento espero en mi tejado,
la próxima a pensar y a lo hecho pecho.
©donaciano bueno

También tú crees que Trump es el diablo? Share on X

La tradicional representación del diablo en la forma de un ser verdoso con tridente, cuernos y rabo es sustituida por la de un tipo rubio con pinta de peleón y pelo amarillo oxigenado.

MI POETA SUGERIDO:  Alice Lardé de Venturino

Los lirios

«Los lirios, sus corolas abrieron, perfumando
con su embriagante aroma mi túnica violeta,
y de mi cuerpo cálido se iba posesionando,
haciéndome sentir una ansiedad secreta…»

«De sólo imaginarme…»
De sólo imaginarme que tu boca
pueda juntarse con la mía, siento
que una angustia secreta me sofoca,
y en ansias de ternura me atormento…

El alma se me vuelve toda oído;
el cuerpo se me torna todo llama
y se me agita de amores encendido,
mientras todo mi espíritu te llama.

Y después no comprendo, en la locura,
de este sueño de amor a que me entrego;
si es que corre en mis venas sangre pura,
o si en vez de la sangre corre fuego…

LA ORACIÓN DE LA MADRE

Que sea este hijo mío fuerte y bueno;
que sea sano y franco como el buen campesino
que no tiene en el alma ni hieles ni veneno;
que su palabra tenga la propiedad de un vino
generoso y divino
que embriague y fortalezca
al espíritu débil, y que por él florezca
la energía en los seres de trágico destino…

Que sea un luchador;
que nunca se acobarde su espíritu sereno
ante las asechanzas de que el mundo está lleno;
quiero que sea un férreo domador de las cosas
y que bajo su planta de hábil dominador
se dobleguen las fieras, los astros y las rosas…

Que sea enérgico y valiente,
templado en el acero de un elevado ideal;
que siempre lleve erguida su magnífica frente
luchando por el bien y desafiando al mal,
y que al fulgor que emane de sus profundos ojos
plenos de ensoñación,
se recubran de flores los punzantes abrojos
y que cada guijarro se torne un corazón…

Que ame la Justicia sobre todo,
y, aunque no la practiquen los demás,
él la ejerza sin esperar jamás
ninguna recompensa, de la misma manera
que la tierra
brinda sus frutos sanos y sabrosos:
que ayude al débil y reprima al poderoso
que al pobre quiere convertir en lodo,
que encarrile al caído, y al mendigo
tienda la mano como un buen amigo…

Que ame el trabajo que a los seres
eleva y dignifica;
y que rebelde huya de los zafios placeres
que al individuo nulifican;
que sea un orgulloso defensor de su nombre
y de su dignidad;
y que sobre los hombres
que le traten ejerza su superioridad,
una influencia benéfica que a todos los envuelva
en una fuerza viva de energía y bondad.

¿Cuándo vendrás?

¡Cuándo vendrás, amor, que tanto espero!
¡Cuándo vendrás, amor, a darme vida!
¡Desfallezco esperándote….! ¡Ya muero
entre mis propias llamas consumida!

Soy una antorcha humana que fulgura
encendida de amor, en el camino,
y busco de otra antorcha la hermosura
para hacer, de dos fuegos un destino….

¡Soy una antorcha humana que fulgura
eternamente viva y crepitante!…
¡Cuándo vendrás, amor!….¡Fuego y ternura,
ya saltan de mis poros desbordantes!….

¡Cuándo vendrás, amor, que tanto espero!
¡Cuándo vendrás, amor, a darme vida!
¡Desfallezco esperándote….! ¡Ya muero!
entre mis propias llamas consumida…!

SED

¡Tengo un hondo deseo de estar hoy en el campo
por ver cómo se mecen los dorados trigales;
acostarme en la grama y escuchar ese canto
rumoroso, del viento, entre los carrizales!

Sumergirme en las ondas de la fuente armoniosa
y correr como cierva por la verde pradera,
mientras cae la tarde simulando una rosa
que ya mustia se dobla en plena primavera.

Y después ¡oh mi sueño! escuchar de natura,
mientras lenta me duermo, la sonata divina,
y soñar que en tus brazos de infinita ternura
estoy aprisionada como una golondrina.

ALAS…

Según como las utilices
las manos pueden servirte de alas:
Ponlas al servicio de tu pensamiento
y verás cómo, ennoblecido, te elevas
sobre las miserias humanas…
Si los ríos son la sangre generosa
de la montaña inconmensurable,
el pensamiento del hombre es la sangre
más noble de la humanidad…
Empínate sobre las cumbres:
¡las cumbres incitan al vuelo…!
Un golpe de ala hace flexible y dócil
el movimiento;
varios golpes seguros y persistentes acumulan
todas las energías necesarias al vuelo…
Escucha, amigo:
¡según como utilices
las manos pueden servirte de alas!

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Mario Benedetti

¡A la muerte de un canalla!

(un tributo al Dictador Fidel Castro)

Los canallas viven mucho, pero algún día se mueren
Obituario con hurras
Vamos a festejarlo
vengan todos
los inocentes
los damnificados los que gritan de noche
los que sueñan de día
los que sufren el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
vamos a festejarlo
vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabó el alma negra
el ladrón
el cochino
se acabó para siempre
hurra
que vengan todos
vamos a festejarlo
a no decir
la muerte
siempre lo borra todo
todo lo purifica
cualquier día
la muerte
no borra nada
quedan
siempre las cicatrices
hurra
murió el cretino
vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabó el monstruo prócer
se acabó para siempre
vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que éste
es un muerto cualquiera
vamos a festejarlo
a no volvernos flojos
a no olvidar que éste
es un muerto de mierda.

QUE ME PONGAN UN BOZAL [Mi poema]
Carlos Montemayor [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Si siguen inventando más idiomas
seguro es que algún día llegará
que existan más lenguajes que carcomas,
cada uno sólo a él mismo le hablará.
¡Con pan tú te lo guises, te lo comas!

¿Más idiomas? ¡más sordos, mas autistas,
más incultos de jergas presumiendo,
más rumiando, más menos digiriendo.
Con señas hablaremos cual turistas
para aburrir y al orbe confundiendo!

Con falsos argumentos no me vengas,
que el idioma debe ser universal,
si se ha de conversar, es natural,
harto estoy de escuchar ya las enmiendas
prefiero que me pongan un bozal.

¿Un bozal? Sí, un bozal, que soy un burro.
Mejor dicho no soy, que a mi me obligan.
Con falsos argumentos me fustigan,
y hasta yo cada día a mi me zurro
pues no logro entender por qué castigan.
©donaciano bueno

No habría bozales para tanto bocazas, o si? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Carlos Montemayor

Memoria

Estoy aquí, en la casa, a solas.
Aquí están los muebles, el aire, los ruidos.
Tengo un sentimiento tan transparente
como el vidrio de una ventana.
Es como la ventana en que miraba la nieve al amanecer,
hace muchos años, cuando era niño.,
y pegaba la cara contra el cristal y comprendía toda la vida.
Es un deseo en calma, como la tarde.
Es estar como están todas las cosas.
Tener mi sitio como todo lo que está en la casa.
Perdurar el tiempo que sea, como las cosas.
No ser más ni mejor que ellas.
Sólo ser, en medio de la mi vida,
parte del silencio de todas las cosas.

XI

Una mirada clarísima se yergue innumerable
cuando en la mujer empieza el mundo.
Esparce un aroma de lluvia sobre la vida,
un aroma de barro, de río,
elevado el sonido primordial de las piedras.
Vuelve los ojos desde su altura, desde su carne,
hasta el silencio en que todo cae y resurge.
Nada podemos olvidar, si la recobramos.
Nada podemos amar, cuando nos doblega.
Nada la detiene, nada nos sacia.

He vuelto sin rencor a tu abrazo y al mundo.

Al deseo que no espera más prendas
que su propia certidumbre en los labios.
Al quemarme aliento de tu voz cuando lloras
o ríes mojando de estrellas nuestras almas y recuerdos.
Al sabor que sólo quiere entender la luz de tu saliva,
la verdad de tu espalda estremecida, tus cálidos muslos,
tu pubis húmedo, origen de lo que existe y desea existir.
*
Hay vestigios radiantes en los sueños que tienden
sus constelaciones
y en el espumoso mar las van dejando caer
y sólo reflejan en tus ojos.
He vuelto al origen de nuestra propia caricia,
de nuestro doliente placer que es un océano incansable,
un incandescente diamante.
*
Un sedero nos conduce a la desmemoria, otro a la luz.
Una puerta es de marfil, otra de viento y música.
¿Cómo atravesar la puerta correcta
—digo, si hubiera una tal puerta—
y eludir el camino donde aún nos hallamos?
Reconozco en esta quietud
la señal que proviene de tu aliento
y desde lo más remoto me llama.
*
¿Hay algo eterno, entonces,
que aguarda tras la caricia deseada,
en los cuerpos que se desvisten del cansancio
y abrazan su carne fugaz y sudorosa,
siempre intolerante y apresurada?
*
¿Es lo mismo, acaso, que presentí en tu tibieza;
en los senderos de tus piernas
que me llevaban y traían
desde el vacío hasta la orilla de tu cuerpo,
el asombro de seguir en ti y contigo
atento a la respiración que de mis brazos
lentamente retornaba a tu cuerpo
mientras dormías y te cubrías de sueños?
En algún lugar, en el pliegue del deseo,
en la estrella donde el sudor aún brilla,
algo que pareciera eterno espera,
atisba mi desvelo,
tiende la caliente sábana de su instante.

II Pongo mis manos en tu cuerpo para saber dónde estoy.

¿En verdad, me escuchas?
Quisiera explicártelo de algún modo.
En las manos que tendía hacia ti
fueron cayendo nevadas y lluvias,
soles del verano, estrellas, llanuras,
noches como una cascada de plata en hondas minas.
Era difícil entender así,
mañana tras mañana, verano tras verano,
que brotaba en tu lecho el silencioso tallo
con el mismo y persistente destino.
Se mecía su flor en el jardín,
en la ribera y en los emparrados,
en ramas de naranjos y nogales,
igualando colores, perfumes, tamaño,
luminosidad, momentos del día.
Y la flor liberaba en su perfume tu aliento
que me guiaba durante noches e inviernos
para saber el sitio a donde ibas,
recuperar tu voz cuando cambiaba
o reconocer el fulgor que te envolvía.
*
Después, mientras estuve a solas, varios años,
cuando los inviernos me apartaron de ti,
era asombroso ver la nieve cubriendo incesante
las siluetas de ríos, árboles, bardas, colinas, calles,
y no extraviar el sitio desde el cual te recordaba.
*
Aún así, cuando nos reuníamos, la ropa era ligera.
Un suave soplo bastaba para apartar de nosotros
el algodón, el lino, el abrigo de lana, el cobertor,
la camisa, las medias, el hastío, el reloj,
y volvíamos a empezar,
con paciencia y furor, con insaciable desnudez.
*
Y alguien, en lo más alto de nuestro amor, tocaba a la puerta.
Y había una puerta de sueños y otra de viento y música.
No queríamos abrir ni atender
el llamado ajeno de lo que nunca fuimos.
Las puertas se abrían y el destino entraba ruidoso
y festivo.
Nos dejaba intactos el deseo y las tardes,
los otoños e inviernos, lluvias y sequías,
los bosques nevados y también incendiados.
Nos llenaba los ojos con su luz rutilante
y aceptábamos con júbilo la risa, la música
y la inmensidad;
también la desnudez y nuestra orilla en el lecho.
*
Cuando se abrieron las puertas, de pronto,
vi que afuera de nosotros, allá,
muchos caminaban en los senderos
de la desmemoria y la luz;
se cruzaban de uno a otros, corrían,
se detenían a mirar el horizonte.
En medio de ellos, como de un viejo verano a otro nuevo,
de un inicial invierno a otro que termina,
recolectábamos la arena de los senderos
para curar las pequeñas heridas que en nuestra piel
habían producido las almohadas y las sábanas
de las confesiones.
Nada parecía más inmortal que tu risa.
Nada escuchaba más profundamente que tu respiración.

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Nicolás Fernández de Moratín

Autógrafo

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».

LA MUERTE Y EL DIABLO [Mi poema]
Juan Bello Sánchez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La muerte se aproxima a nuestras vidas,
campando va a sus anchas por las calles,
del cielo en las montañas por los valles,
a cuestas con sus idas y venidas,
la muerte va diciéndote que calles.

Se mueve sin cesar a sus antojos
que allí donde algo hay vivo se aposenta,
y si alguien no lo aprueba tiene en cuenta.
Cerrando del que pilla va los ojos,
la muerte siempre canta las cuarenta.

No sabe de bondad, sin compasión,
se acerca, aquí te pilla, aquí te mata.
E incluso si es mal día te maltrata.
La muerte solo trae perdición,
así vaya vestida con corbata.

Si un día por tu puerta ves que pasa
habrás de hundir el rabo entre las piernas,
que el diablo siempre anduvo en las tabernas
y es que él siempre la vida toma a guasa
llegando incluso a hurgar entre las piernas.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Juan Bello Sánchez

Turismo de interior

En la ventanilla, la distancia verde
que ensaya la hierba. Pienso:
aproximarse al océano es alejarse
de la orilla. Coinciden los neumáticos
con el asfalto dócil.
Nos marchamos de algún lugar
que todavía no conocemos.

En la ventanilla, el horizonte entra
en la puesta de sol con los pies
sucios. Nuestros ojos mansos acuden
a la sombra de los árboles. Tendemos
a refugiarnos en lo cotidiano,

como ciervos que bajan a beber
al mismo río, aunque el agua sea otra.
(de Todas las ?estas de mañana)

Nada extraordinario

Echas una ojeada a la calle
donde no sucede nada extraordinario,
o todo es tan común
que no le dedicas demasiada atención.

Lo cotidiano
lucha por vencer su transparencia.

Y entre todas esas cosas
—el sol que cae de los árboles,
los coches cansados,
la mujer empujando el carrito de un bebé—
va ofreciendo puerta por puerta
el vendedor ambulante
una primavera en miniatura.

La velocidad de las cosas cuando nadie mira

La casa se mueve muy despacio,
como una alfombra
sobre la que se revuelve la hojarasca.
Los huecos que dejan las personas
cuando se marchan
dan forma a las sillas.

Miro el otoño: la distancia es mayor
en los cajones
donde hay fotografías o cartas.

Las cartas llegan siempre
desde algún punto del pasado, pienso.
Y el pasado es un barco
que no termina nunca de hundirse.

LA VELOCIDAD DE LAS COSAS CUANDO NADIE MIRA

La casa se mueve muy despacio,
como una alfombra
sobre la que se revuelve la hojarasca.
Los huecos que dejan las personas
cuando se marchan
dan forma a las sillas.

Miro el otoño: la distancia es mayor
en los cajones
donde hay fotografías o cartas.

Las cartas llegan siempre
desde algún punto del pasado, pienso.
Y el pasado es un barco
que no termina nunca de hundirse.

YA HA OSCURECIDO

Poco se puede añadir a eso,
es un día cualquiera, una ciudad cualquiera,
todo está en su justa medida,
llegan palabras desde alguna parte,
lo que uno llama
una conversación entre amigos en un bar,
lo que otro llama
un televisor encendido en el cuarto contiguo.

Todo lo que vemos está detenido ante nosotros,
esperando su momento,
llegan luces desde alguna parte,
lo que uno llama
estrellas consumidas hace millones de años,
lo que otro llama
una linterna que nos muestra el camino en la noche.

EL COSTURERO

Siempre había hilos de muchos colores,
agujas de distintos tipos,
un único dedal.
Alguien dijo haber oído cómo pasaba el tiempo
pero un dedal no es una campana.

Mi abuela cosía, bordaba manteles
para usar en fechas señaladas.
Los que cosen saben que todo puede ser reparado,
mi madre cose para que las cosas no se dispersen.

El costurero estaba en mi armario, en la parte alta.
Acudíamos allí por diferentes caminos,
cada uno con sus propias razones.
Mis motivos eran siempre poco prácticos,
tal vez por eso nunca encontraba lo que necesitaba.

Mi abuela primero dejó de coser, después dejó de recordar.
Dejar de recordar no es lo mismo que olvidar,
lo que cambia es la intención.

Aún conservamos algunos de esos manteles.
El tiempo no es un héroe
pero sobrevive a todo y a todos como un héroe.

TRABAJANDO EN UN VIEJO RECUERDO

El quinqué está encendido,
una hora difícil de precisar,
mi abuela se inclina sobre la máquina de coser
para remendar uno de sus muchos mandiles.

Puedo oír su bisbiseo
mientras el cuarto se va volviendo más y más oscuro,
ahora que estoy solo
y la noche cae sobre personas y cosas,
sin hacer distinciones.

LA LAVANDERA

Volvía por el camino más largo de la tarde,
una mujer lavaba a mano un montón de ropa
sobre la piedra de un viejo lavadero.
El agua que arañaba las prendas estaba helada,
el cielo enrojecía lentamente.

Ya me estaba alejando cuando la mujer me dijo:
Esta solo es otra forma de mirar las cosas,
más limpias, más puras,
dejando que el agua las cruce.
Y continuó lavando la ropa,
el sol acabándose poco a poco.

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UN POEMA, UNA AVENTURA [Mi poema]
Miguel Antonio Jiménez [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Un poema es un trayecto a la aventura
que empieza sin saber si ese camino
va a llenarse de abrojos. Y el destino
ha de hacer muy pesada su andadura.

Escribir un poema, esa locura
de quien siendo consciente que él es cojo
echa a un lado su miedo y su sonrojo
tirando la vergüenza a la basura.

Que así sepa que existe una fisura
que le hace resultar inconsistente
se ríe con frecuencia de la gente
mostrándole al pasar su caradura.

Y comienza sabiendo que el poema
en sí no es mas allá que unos renglones
donde mezcla venganzas con pasiones,
inútil descifrar ese dilema.

Poema es ver la cara de ese tipo
que mira hacia ambos lados pues se quema,
e insiste en resolver ese problema
y no puede evitar. Y le da el hipo.

Un poema es la vida, una pasada,
ir de acá para allá donde le llevan,
sabiendo que bien pronto le relevan
y unirse sin chistar a la manada.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Miguel Antonio Jiménez

CRECE UN ÁRBOL EN MI VOZ

Crece un árbol en mi voz
como un árbol tiembla su raíz
bebo el verdor del sueño de su música
de mis sienes brota limpio un tallo
la sangre es un fluir de tierra y fuente
la rosa que se hace densa tiene mi voz
desnudo el olvido lleva el deseo del mar
como un flor de sed que mueve el alma
tiemblan las hojas los sueños y mi voz
poseyéndome como honda corteza donde la vida escapa
un recuerdo de agua en una luz de carne
semejante al amor es un ala el olvido
en la tierra que sube de mi voz
nutrida con la savia en el hilo de un beso
y madura hacia dentro como un fruto
donde observa invisible la mirada
un latido de flor un sueño de hojas
como una sed nacida en tiempo roto.

TIBIA EL ALMA

Tibia el alma arde en la brisa
afina el viento su breve latir
en tu cintura sueño a flor de agua
donde una luz seduce
el íntimo retozo de tu vuelo.

CONTORNO DE LA LLAMA

A.C.S.

Desnuda va la sangre en su llama
de río su luz traspasa el agua y el lenguaje
así de sueño estiràndose fino como un ala
subiendo en giro luz al aire forman
de viento simas ahondan la madrugada del viento
vino y mar fugan el fuego en su mirada
dios solar en el silencio tierra y agua
donde corre en la arena la demencia del uno
alma quemada en la llama del iris
astro de música en un tacto sin cuerpo
robada claridad su luz de sueño
diluye los colores en la escritura el fuego
semilla enamorada que germina
en la carta de muerte que giran sus vocales.

AMANTE DEL AMOR

Se abre en rueda mi mano y gira el pecho
la elevación del agua sus pezones
en el sonoro vínculo del ser
irse es retornar en el hilo del beso
danza el fuego la cera del deseo
gota amada de instantes capturados
talle el reloj de tu minuto carne
ondas de labios al pie rosas germinan
tacto violeta en el latido mudo de la piel
estirada hasta el punto crecido del orgasmo
fuga la noche el deseo y en sus límites
la llama del lenguaje funde cuerpos.

SER O NO SER

Al aire estás y no es el aire
sino una cosa muda que alguien piensa
y susurra en tu piel como un pensar del aire

Es tu voz y no es tu voz
sino un recuerdo en la garganta
que va espigando sueños
en el aire del día

Estas al sol y no es el sol
sino naranjas húmedas que llenan de amarillo
el nocturno día que en redondo se muestra

Con Dios estás y no es Dios
sino el efecto de alas que produce tu fe
llenando de plumas la metafísica del arte

Siento que me miras y no me miras
es una comunión de sentidos donde finge el ojo
oler el tacto de la luz

Tienes la sed del agua y no es el agua
sino un ardor de vida que transparenta el sueño

Al misterio te muestras y no es misterio
sino un árbol que habla desde el verde
aquello que todos ven presente en sus detalles

Me despiertan tus pasos y no son pasos
sino suspensos del alba
de una angustia que piensa

Sientes amor y no es amor
sino un rumor de sangre que respira tu pecho
hasta absorber la savia
que en tu aliento se capta.

EL ARTE

“Y todo el Nilo en la palabra Nilo”.

Jorge Luis Borges

Sin palabras sin pausas sin silencio
el mar en el azul es un Picasso
dentro del fuego de agua que lamina su forma
un astro tembloroso inventando nostalgias
el gris el blanco el negro en su grito
va latiendo en romance va en angustia
a través del ángel y la espada y los enigmas
un caracol de noche un oído de sombras
un lamido de virgen unos labios de miel
una respiración de párpados y nubes
un anónimo un deseo una letra en el ojo
un niño aleonado en su piel de leopardo
un quiero una amapola muriendo de amarillo
una rotunda flor de transparencia
al agua un hongo dulce
un tiempo levantando la música del tacto
una voz un árbol un pleonasmo ambiguo
un esqueleto de aire fundiéndose en la brisa
una savia de alas que elabora la altura
un inmenso mugido una ola en ansias
una tabla llameante que cabecea el presente
un animal desnudo persiguiendo el destino
un salto de potro en soledad
un mundo germinando de carnes y de hierbas
una jauría de cuerpos un hueso aullando
un hilo de sangre girando los sentidos
una melodía que circula en sílabas
un temblor de sienes y un sentir
una furia de cielo y carne niña
un crujido de seda un remolino
una lentitud de mar que gratifica el goce
inmaterialidad de la palabra que anula distancias
un nacimiento continuo un comienzo sin fin
un boceto de lluvia una ciudad
sin palabras sin pausas sin silencio
una mujer desparramada al fuego
un color inédito vibrando en la mirada
un cómo es posible que nadie
un horizonte de voces un laberinto
una fiebre de muslos un acento de noche
una palabra que fluye sin sueño
un nocturno que muere de afrodisia
una noche dilatada en la seducción de su mito
una fábula insomne dilatando la muerte
una violencia muda un combate interior
una ternura que agujerea el instante
un yo quedando en los declives
una ironía que rechina en los dos
un sexo perdido una avaricia amada
un rumor creciendo en lo invisible
un equilibrio de miedo una luna descalza
unos senos donde expira el viento
una mordida un delirio un menudo de danza
un lenguaje de ser en movimiento del alma
un lenguaje una esencia infinita
una plumilla que retoza el lenguaje
un símbolo de voz donde canta el poeta
sin palabras sin pausas sin silencio
una estatua de luz una esfinge de lava
un pensamiento como escena visible y verdadera
una mitología que cede a la vida
y es mito y es vida y es amor
un arte de tu noche y un Picasso.

EL AMOR

Como ave parte y en señal de fuego llega
de su hueco brotan flores creciendo en brasas
en llama una paloma forma el aire
del sueño mi lengua incendia un astro.

En la flama su raíz conoce el mundo
girando sobre si la llama insiste
en esa música que canción de aire se vuelve.

FÁBULA ROSA

Húmedo el movimiento de la rosa que silba
goteando desde el alba su vacío.

ESTE SUEÑO

Este sueño sin párpados es un rumor herido
y este aire de vida es un redondo sueño
donde tus ojos ruedan y me siento su dueño
en el agua que juega consumiendo el gemido

Eres mi agua mi fuego mi primera noticia
la pregunta que envuelve la palabra que asoma
su voz hiela en el aire que toma
mi agudo fuego mi mirada en caricia

SONETO CON ESTRAMBOTE

Senos peras parecen tus violines
desnudos en mi música los muerdo
como cuerpos en fuga los recuerdo
en la gimiente forma sus delfines

Son la carne redonda de sus curvas
que el sueño toca al aire suspendido
en la música forma del gemido
en el verde sombra de sus curvas

Inclina ya la tarde tus pezones
y a través de la música diluye
el mundo que consiente tus razones

Son formas pero son ondulante caricia
fundiéndose en la página que fluye
como tus dos sentidos de justicia

SI ESTAS MANOS

“El alma es como una mano”.

Aristóteles

Si estas manos creativas
pirámides que crecen desde el frío
atrajeran tu forma
con su fuerza hacia si
y si la lluvia fuera
una fina fábula
que reconstruye el sueño
y los dedos miraran
coserse el horizonte
en mis yemas rosadas
y se inflamara en el meñique
la tristeza pausa que dora mi ejercicio
aquí la vida
sensación de mis manos
olfateara el suspiro
de tu memoria insípida

COSAS

«Y navegué toda la noche desde Homero hasta Joseph Conrad”.

Jorge Luis Borges

Otra vez esta vez
con lluvia en los cristales
con miradas y con nubes
cantando al interior de estas cosas que rompen
en la luz de la vida el sentir que las vence
y dejan de ser silla
y dejan de ser mesa
y agarran nuestra voz
y chillan con nosotros y escapan de su forma
como forma de unirse
a lo que escapa
y un silencio de agua
se va quemando en el aire
y hacen agua del verbo
y un barco de papel
tiembla de cosas
y en la corriente besan
el cristal que la lluvia
como cosa consciente
les brinda en la humedad
que habla su nombre.

UN DIA LLUVIOSO

Trae la guitarra el día lluvioso
gimiendo hacia adentro en el alcohol
enferma el tiempo su flor
y su barro de sueño enuncia el aire
en un decir de muerte espesos ríos
persiguen sus orillas como una selva hollada
cuando Dios estaba aún azul dentro del hombre

DUARTE

Si pudiera crecer en el ángel de tu ira
como una lengua muda que se le escapa al sueño
la ausencia lograría al borde de tu herida
el argumento de lo no creado
si pudiera verte por dentro desnudo de palabras
una luz granizada imantaría distancias
y grabaría la página que se alza en tus latidos
como un número espeso que circula en la sed.

LEON FELIPE

Este hueco
iba cavando en mí
como con manos
cava el tiempo el lenguaje
escuchándose sin voz
nadando en el eco
de una idea que fluye
palmo bajando
gimiente palabra
del origen.

MECIÉNDOSE EN EL AGUA

A mi madre Juanita Alcántara

Meciéndose en agua su mirada
roba una estrella carne de su luz
y el corazón desnudo en la palabra
al imán de la forma define su pureza
cuajando en la raíz del mediodía
su llama de costumbre en los demás
curva el sol sobre el tiempo sus labores
circula en el olvido la memoria del alma
toda la sombra es mundo y el mundo su mirada
y una forma sin mundo es la inocencia
derramado en latidos el viento de tu agua
derritiéndose en vida se desvanece el aire
en el pulso de luz de tu ternura.

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Lope de Vega

Un soneto me manda hacer Violante

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.

Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

ALMA SAMARITANA [Mi poema]
Carlos Arturo Imendia [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Daría mi alma al diablo si el diablo lo admitiera
partiendo del supuesto que el alma sirva de algo,
si poco es lo que queda, coger lo que quisiera
o con piedad pidiera decirme nada valgo.

Pues mi alma anda jugando con las cartas marcadas
haciéndome renuncios al tiempo en dos partidas,
fingiendo ser amable o entre las barricadas,
donde me siento reo de las causas perdidas.

Me indica sea bueno y a veces me traiciona,
cuando más me motivo, cuando más me intereso,
no sé si soy humano, no sé si soy persona
que lucha y que fracasa por alcanzar un beso.

Que temo aquí al pensar si ella es samaritana
que abraza a los que sufren así no haya razón
dudando al elegir, que nunca da en la diana,
si es justo eso que algunos tildan de compasión.
©donaciano bueno

Y tú por qué darías tu alma? Share on X

Los católicos hablan de caridad, de compasión, de limosna; los llamados progresistas de izquierdas, de justicia distributiva; todo el mundo se da golpes de pecho ante la gente que pasa penurias pero nadie es capaz de renunciar a sus prebendas.

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Arturo Imendia

EN MI CUMPLEAÑOS

(Fragmento)

I
Otras veces, de gozo conmovido,
Saludaba la aurora de este día
Después de haber con gratitud sentido
el dulce abrazo de la madre mía

¡Ah! Cuán distinto es lo que ahora siento
En esta fecha de pasado encanto…
¡En dolor se ha cambiado aquel contento,
Aquella risa se ha cambiado en llanto!

Hoy triste me senté cerca del lecho,
Cual si llegar mi madre allí debiera,
Para estrecharme a su amoroso pecho,
Como en tiempo feliz ella lo hiciera;
De “Repertorio Salvadoreño”, San Salvador, 1889.

LA NUEVA LIBERTAD

Decid al pueblo que no más consienta
en inclinarse ante ningún magnate;
que es amplio su derecho y que es afrenta
el respeto a la ley: que muera o mate.

Decid al periodista ponga en venta
su pluma contra el bien: que siempre trate
el orador, con expresión violenta,
de injuriar al contrario en el combate.

La calumnia, el ridículo, el engaño,
que el interés envuelve y eslabona,
son armas poderosas para el daño,

hay que usarlas; con ellas se corona
el triunfo personal que exige amaño…
Esta es la libertad que hoy se pregona.

“Dolor Supremo”

Llamaron á la mesa: Muy despacio
Me dirigí á sentarme,
La cabeza inclinada sobre el pecho,
Pensando en cosas graves.
***
Ocupé mi lugar en este estado,
Y á los pocos instantes,
Volví la vista en torno de aquel sitio
Con aflicción muy grande.
***
No pude suspirar…sentí en el alma
Dolor inexplicable,
Y en mi semblante pálido surcaron
Lágrimas abundantes.
***
Terrible situación! No tuve fuerzas
Ni para levantarme…
…Por la primera vez vacío estaba
El puesto de mi madre!

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Amado Nervo

Jesucristo es el buen Samaritano

Jesucristo es el buen Samaritano:
yo estaba malherido en el camino,
y con celo de hermano,
ungió mis llagas con aceite y vino;
después, hacia el albergue, no lejano,
me llevó de la mano,
en medio del silencio vespertino.
Llegados, apoyé con abandono
mi cabeza en su seno,
y Él me dijo muy quedo: «Te perdono
tus pecados, ve en paz; sé siempre bueno
y búscame: de todo cuanto existe
yo soy el manantial, el ígneo centro…»
Y repliqué, muy pálido y muy triste:
«¿Señor, a qué buscar si nada encuentro?
¡Mi fe se me murió cuando partiste,
y llevo su cadáver aquí dentro!
»Estando Tú conmigo viviría…
Mas tu verbo inmortal todo lo puede:
dila que surja en la conciencia mía,
resucítala, ¡oh Dios, era mi guía!»
Y Jesucristo respondió: «Ya hiede»

EL SOL, MI DIOS [Mi poema]
Leoncio Bueno [Poeta sugerido]New

 

El sol, bendito sol, bendita fuente
de luz, la que ilumina nuestras vidas,
y al tiempo da calor, con su aliciente
al alma va curando las heridas.

Bendito resplandor que a la mañana
le adorna con un manto de alegría.
Quien nunca ha visto el sol siente desgana.
La luna sin el sol se moriría.

Ejemplo de bondad, es solidario,
no atiende a condición de pobre o rico,
el sol sigue su propio calendario,
¡por fa, que salga el sol, yo aquí suplico!

Bendita la emoción al poder ver
del cielo se entre corre la cortina
gozando de la magia y el placer
que da calor, mi dios, la luz divina.
©donaciano bueno

No en vano en las antiguas civilizaciones el sol era objeto de #adoración! Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Leoncio Bueno

LÁZARO

A VÍCTOR MAZZI
poeta y obrero de andamio

Pienso entre mi fondo,
aquí donde el viento está bobo
y no llega el murmullo de las cosas,
¡pienso todavía!

Antes, que había sido de mí?
Donde están las voces fraternas?
Habrán niños durmiendo bajo los puentes?
Seguirán adelante la lucha los obreros?
Esta temporánea muerte
debe abonar un germen de futuras rebeldías.
Así será. No importa pudrirme en la mazmorra
Es dichoso estar muerto a medias,
en trance de un mañana decisivo, comprobando
que se proyecta vida a otros más muertos.

La carne me abandona,
pero quédanme fieles las uñas, el coraje
y las ganas crujientes de nuevos alaridos.

En torno de mis huesos
mis ánimos erizan sus fogatas.
No moriré, quiero pegar el último aletazo.
Fuera de mi morada gallinazos estólidos.
Lázaro saldrá. Lázaro vive…. ¡Lázaro!… ¡Lázaro!…..

CARTA A MI MADRE EN EL DÍA DE SU CUMPLEAÑOS

Mamá Sara:

Estás leve y anciana,
tus pulmones se encorvan
cual dos águilas ciegas.

¿Hasta cuándo se extiende tu condena?
Desde niña, bajo el mando
de la rígida patrona.
¡Cuántas veces he escuchado
tu sollozo en las penumbras
de las lúgubres cocinas!
¡Que duro nos costó medio vivir!

Pero entonces, eras fuerte campeona,
te incitaban la esperanza
y los destellos de mis ojos cuando niño.

Han pasado muchos años,
años de soledad, de golpes y batallas.
Ahora, soy un hombre,
y por serlo de veras
me han clavado en las rocas.

Y tú madre, prendida a la batea,
hoy te duermes de vejez, de cansancio
en lo mejor de la tarea,
con tu dulce cabeza medio hundida en el agua
como nube de blanco amanecer.

Y pensar que la vida no mejora,
que seguimos crispando los puños por el grano,
que nos tapan la boca con máuseres y plomo,
que lustramos con sangre la faz de los metales.

¡Los patrones siempre quieren ser más ricos!
Por eso estoy fiero,
mi voz, un estallido que se agranda.
Y quisiera hacer algo, ¡arrancar muchas cabezas!
Pero hoy, sólo me salen estos versos,
esta espiga de amor que quiere hacerte joven.

EN BUSCA DE LA FELICIDAD

Un día arrojé a los vientos todas mis vestiduras
mi persona postiza
mi dentadura postiza
me quedé igual que cuando vine al mundo
bailando al son de la zampoña tocada al pie del lago
por un colla
y vinieron a mí los peces y las aguas y las
golondrinas arrechas de la comarca
juntos realizamos las más increíbles orgías
fui tomando mi auténtica figura
mi inconfundible olor
comprendí que la felicidad
consiste en andar completamente desnudo
invadiendo la tierra.

WAYNO DE COMAS

Hablo aquí, en este lugar, atrapado
al alambre de púas del combate social.
Hablo aquí, donde antes no había nada,
siento cada día aumentar mi jaleo.
mi voz, bien subversiva en esta tierra tomada
al impulso de tantos.
Somos 700,000 mil artistas preñados de violencia moderna,
entre ellos, muchos mejores que yo
hablan y escriben vaticinios.
Soy uno de tantos arrimados parábolas en un papel rayado.
Confieso: estoy experto en tomarles la palabra a quienes me rodean,
las tomo, les doy vueltas las meneo,
devuelvo de tal forma que ni los mismos padres reconocen a sus hijas.
Un día la masa dijo ¿somos o no somos?
Tomamos estos cerros, he aquí, se alza una obra grande
enganchada al remolino de la era espacial.
Mañana vendrán historiadores gringos: sociólogos,
psicólogos, antropólogos.
Dirán: “Qué interesante… ¿Koumas ega un paisaje lunag?”
Exacto. Vinieron los hombres de la masa,
no tenían agua para beber
pero sembraron árboles.

ASNOGRAFÍA

Cojo la pluma y nada
cada vez soy más zopenco
Quevedo

Tumbo y retumba pero aun no suena,
ni truena
mi escuálido quirquincho.
Siembro, podo, barbecho. Siembro,
vuelvo a podar, aparejo
sin descanso, mas no veo
crecer mi verdolaga.
Ando, trajino, sudo
la gota gorda hollando
estrambóticos senderos,
y siempre estoy reptando a tientas
lejos de mi propio recoveco.
¿Hasta cuándo no voy a articular mi rebuzno propio?
Hiervo, cocino, aderezo, sirvo
y a la postre cuaja, pero no cuaja
mi propia salsa.
Tiempo ha que machaco y le doy de alma
a esta mollera chúcara
por saborear deveras mi sandía.

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DON LADIS [Mi poema]
Betina Barrios Ayala [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

De nombre Ladislao, como Kubala,
don Ladis le llamaban al gachó;
del día en que a ese pueblo aquel llegó
pasó por esa tierra haciendo gala
de mucho que aprendió.

Que así era aquel buen mozo, un pinturero,
calzando los zapatos de charol,
al mus jugando siempre de farol,
alzándose la capa y el sombrero
con un brindis al sol.

Vestía pantalones de campana,
gabán de plexiglás, con brillantina
el pelo se atusaba y con gomina,
bigotes que pintaba en la mañana
con negra tinta china.

Don Ladis, por demás, era galeno
novato pues recién era egresado,
soltero, picarón y algo viajado,
gustaba más que a un burro gusta el eno
gozar de un buen bocado.

Forofo del gran Presley y rock and roll
salía él a bailar desmelenado.
De aquel viejo pick up que había llevado
sin miedo se apuntaba al descontrol
como un descerebrado.

Mas tal modernidad no duraría
que al médico cambiaron de destino.
Don Ladis, la chinita en el camino
de un pueblo que antes de él ya se moría,
y que él cambió de sino.
©donaciano bueno

De como ese fue un pueblo y sus circunstancias...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Betina Barrios Ayala

MITOLOGÍAS

Quieren agua, que les dé
algo
una luz encendida

Es que tengo la fórmula
la encontré
en la ventana hacia el desierto
por la que miraba de niña
arriba en la cama, todo
parecía arena después
de la quebrada, los cerros
eran llanos, el piso
arcilloso, las plantas
xerófitas

Rulfo dijo todo lo que había
visto ya
los animales, sus formas
de habitar
las macetas, los monos
comen huevos, y así
las palomas se fueron al fin, dejaron
de atosigar a las flores, los días
se hicieron bellos con ese ser
medio humano medio
animal

Era mi amigo
era mi hijo, el único
que tuve, pero no el único
que dejé morir entre los árboles.

FALSAS MANIOBRAS

Tengo que empezar a escribir
sobre estas cosas que elijo sin pensar
artificios suenan
como viento y pájaros
arrabal de hojas cruzan
este cielo

Los materiales nobles se hacen blancos por el sol
el agua el viento el tiempo
recuerda
la casa interior

Nadie más habita esta plenitud quieta
de redescubrirse en la sombra

Dentro de mí misma hay juegos peligrosos con los que lidiar
agua tibia en los ojos todos los días por amor
a un país
y a esos otros soles que me eclipsan

DEFENSA

Brilla, cielo despejado y negro, denso
como manto, petróleo
bajo alas eléctricas

Dentro de los pozos también hay ligeros puntos, blancos
destacan en la breve marea oleosa, oleaje, mi vida
¿dónde estás mientras surco el cielo?

Última vez que usted entra a Bolivia sin su documento venezolano

Tú sabes, dije
y me clavó los ojos

No me da miedo ser una estrella

2023

Está caliente, abultada, duele
al pisar y ando deseando el aire

Hasta ahora no había sentido algo así
en el nudo de mi pierna
es la izquierda, herida
la razón por la que mi andar es cojo
ya tendría que haberlo sabido
pero me echo a correr sin pensar
para no pensar, y romper
el viento hasta sentir todo eso diferente
como un sifón de soda que efervesce
al interior de esta cápsula, estirar
frente al río, comer el agua con los ojos
pisar el miedo en cada paso, correr
es un deporte muy bueno, pero tiene
mucho impacto, correr
hace que le pueda pasar esto
póngase hielo y haga baños inmersivos
de sal, sal fuerte, que desinflama

Pero no funciona. Nada
enmienda este deseo de fundirse
con el mundo, explotar el cuerpo
hasta sentir algo brutal
como la muerte misma, hasta
subir al barco de cemento y observar
el agua verde del parque, el deseo
roto de seguir el viaje perseguido
y atar orillas que brillen
para volver a empezar.

VALPARAISO

En la bahía coronada bajan
torrentes, piernas, colores
sinuoso terreno pleno de líneas
segmentos, cables, caucho, vidrio
chapa, madera
estamos
vivos
al interior de un cuadro

La mañana se cuela
café entre los barcos
grises del puerto
pescadores, navegantes, leones
de mar en el mar
negro, cobalto, los rizos
rojos de furia. No temas:

es el buzo entrando, muerto
en el ojo de dios

Una Habana en La Boca
gruas y astilleros, aquí el retazo es
la marca, el sueño antiguo, monstruos
donde la historia respira
dormida
en el espacio

Es necesario errar, ver heridas
las paredes, la fractura
continua sin dolor
el sucio, negro
en las ventanas, los gatos
en los techos a punto
de caer, perros
boyando en el agua
ríos de cemento
que bajan entre libros
peldaños, escaleras

Aquí el tiempo yace encendido
en el lomo de los peces y animales
la risa enloquecida, borracha
su temerosa oscuridad, el silencio
en los cerros de luces encendidas
en la noche veo dinosaurios
constelados.

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DEL REBAÑO, NI HABLAR [Mi poema]
Ricardo Lindo Fuentes [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Nunca fui de algún rebaño,
no lo soy, nunca lo he sido,
con mis versos yo me apaño
mas a nadie le hago daño
de lo demás yo me cuido.

Que soy libre como un verso,
como el aire , como el viento,
que se observa en el reverso,
y al que nunca tergiverso,
mas no diré que lo siento.

Que no obedezco a listones
así padezca de apneas,
ni me subo a los balcones,
ni adoctrino con canciones
ni hago teatro en las plateas.

Que yo soy sólo quien soy,
indigente, algo paleto,
mas sé bien por donde voy
y en la misa en la que estoy
y en el resto no me meto.

No me tachen de sabiondo,
ni de fatuo peregrino,
que esta vida es cante jondo
y en sus notas yo me escondo
y emborracho con mi vino.

Por si acaso, si algún día,
ven que labro en otro huerto
súbanse a la sacristía,
récenle un avemaría
que este menda ya está muerto.
©donaciano bueno

Acaso el mismo hecho de #nacer nos convierte ya en #borregos? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo Lindo Fuentes

POR AQUÍ PASAN LAS ESTROFAS DEL AIRE

Por aquí pasan las estrofas del aire.
Por aquí pasaba un río.
Era lento y soñoliento y a ratos vertiginoso,
como una doncella dormida,
como un panal a mediodía.
Ahora pasa por aquí una calle
con almacenes y cafeterías.
Pasan por ella transeúntes como peces,
algunos vestidos de verde,
otros de rojo,
otros de gris,
señoras con carteras,
mendigos harapientos,
pidiendo una limosna bajo el oro del sol,
y pasan dos enamorados azules,
y pasa una pausada procesión bajo el sol.
Yo creo que esta calle se acuerda de cuando era un río
y pasaban por ella los cayucos,
yo creo que esta calle que recorren los labios
tiene una vocación de estrellas y de peces.
Guarda rostros amables,
rostros hoscos,
rostros tristes,
suaves rutas de buses,
y un amor infinito de grandes nubes blancas
que navegan sobre ella como si fueran barcos.
Tiene calmadas, lentas, horas de oro encendido,
vendedoras que venden en la acera
imágenes de yeso colorido,
y un largo canto rumoroso, un largo canto
de voces que recitan la ferviente cantinela del día.
Yo creo que esta calle
se acuerda de cuando era un río.

ADVIENTO

El sol inmaterial desnuda por el alma
Su rostro de desnuda oscuridad.
Tan sólo en la quietud tranquila
El pino
Rumor bebe de viento.
Tiempo de Adviento.
Un ángel
Late por los ramajes,
Batiendo leves olas de silencio
Alma adentro.

Luna

Pozo de las estrellas,
Lago quieto que avanza
En la casa del aire
En las manos del agua,
Plato donde la luz está servida,
Suspendida nodriza de los sueños.

Lluvia

I
Está lloviendo en toda la superficie del aire,
Y es como el nacimiento de la muerte,
Que ama envolverse en las olas de la altura.
El lago late bajo el agua del aire,
Porque descienden las nubes con su gran verdad
Para escribir su superficie azul.
Quieto, tomo una taza de café.
Ya estoy tan lejos de mí mismo,
Y me he ido volviendo tan pequeño,
Que espero borrarme pronto de todas las memorias.

II
De la maravillosa altura cae el agua,
Plata gris de lo alto,
Que viene a enriquecer el sueño del volcán dormido
Junto al lago.
Inmóvil y sereno como un patriarca de la Biblia,
El antiguo volcán instala su silenciosa soledad
Y cae el agua.
“La paz es una de las formas del olvido”
piensa, y vuelve a dormirse en la gran lluvia gris,
mientras envuelve su cabeza entre las nubes,
que guardan el oro súbito de un rayo.

El señor de la cada del tiempo

I
Una campana mueve el aire,
Y hay panes, peces, y una copa de vino sobre la mesa.
Alguna vez alguien creyó en un día que nunca acabaría
(y no sabemos si eras tú o era yo)
hecho de juventud, belleza y gracia.
El sol alumbraría para siempre la heredad
Del infinito jardín pequeño.
No sabíamos que estaba por delante
El vino de los días amargos.
Para una mariposa.
Trae un mensaje del jardín que un día creímos visitar.
Mueve Jesús el aire que rodea
La alta campana de bronce,
Y el áspero cordón raspa su mano herida.
Construye otra palabra,
Otra forma de vida,
Mientras baja las gradas de piedra del campanario,
Cubierto de estameña,
Y su humor no es alegre,
Sino silenciosa,
Alta,
Dulce conciencia.

II
Pero cómo habríamos de permanecer aquí,
Junto a lo que es bello,
Los hermosos cuadros del pintor,
La bella copa labrada,
Las flores del jardín.
El viento ha esparcido cenizas en mis cabellos,
Y en la planta que sube oigo la voz
Del viejo amigo muerto.
El día naciente también debe morir.
Tendrá que trabajar como el amigo,
Y dar hojas y frutos y semillas.
Después se refugiará en el crepúsculo,
Como se ha refugiado el amigo
En la honda tierra.

III
Ceniza, lluvia, vino,
Algo latía en los dormitorios de la ausencia.
El rostro de las aguas recogía
Un alto pino ingrávido,
El eco de una nube que pasaba,
Y ese pino del agua y esa nube
Que no consignaría libro alguno,
De sueño estaban hechos.

El guerrero

Batidores que baten
Niebla y silencio,
Hacedores de lluvia,
Chaques inciertos,
Fabricadores
De otro universo.
Esmeralda de hojas
Por las eras solares,
Otro vivo viviente
Del riente maíz riente,
Harina que da vida
Para dar vida muerte.

Canto de los abuelos

Ya habrá tiempos de paz,
Ya habrá tiempos de vida
Cuando pasen los días
Aciagos.
Otros serán los días,
Otras las glorias
Y acaso sean
Otras también
Las miserias.
Pero un gran pueblo surgirá
De obras rientes y fuertes,
Un moreno pueblo por las tierras
Que un día amamos
Nosotros
Los que nos vamos.

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MI POETA INVITADO:  Fritz Perls

Yo soy yo y tu eres tu

Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y,
Tu no estas en este mundo para cumplir las mías.
Tu eres tu y yo soy yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos,
y coincidimos, es hermoso.
Si no, pocas cosas tenemos que hacer juntos.
Tu eres tu y yo soy yo.
Falta de amor a mi mismo,
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falta de amor a ti,
cuando intento que seas como yo quiero.
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tu eres tu y yo soy yo.

DEL TIEMPO Y SUS CIRCUNSTANCIAS [Mi poema]
Samuel Noyola [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ahora que los años han pasado,
y que ya se aproximan malos vientos,
que unas ramas del árbol se han rajado
y otras mustias esperan sus advientos.

Hoy que algunos retoños ya han brotado
y la savia rezuma en los almendros,
con sus tallos, de olor acicalados,
tan lucidos de jóvenes engendros.

Que se mide el paisaje en perspectiva
tiralíneas usando y cartabón,
resbalando la lágrima cautiva,
observando en la vida algún borrón.

Ya subido hasta su alma, su azotea
decidido a tirarse en parapente
se dedica a escribir a quien le lea
sin saber si mañana habrá un siguiente.

Mas si fuera mañana no haya rastro,
o alguien note la ausencia de sus versos,
se ha subido a los lomos de algún astro
a explorar con placer sus universos.

Volverá con un aire renovado
a contaros del cielo su aventura
como vuelve al redil cualquier ganado,
o que abraza el cordón a su atadura.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Samuel Noyola

Asisea

Ridículo padre
Bajo el cielo de Tucson
Que mandas todavía cartas de amor

A la madre.

No olvido mi nombre sellado en tu cara,
herrado a tres sílabas
y en labios de ella generoso chispazo
abriendo con fe lo oscuro,
fuego en el espejo desvelado del alba.

No venga más memoria
a perturbar
flor de sangre inquieta en el costado.

Seismona

Voy a arrojar un número de granos.
Casi caso la pluma con papel
en un pacto de signos deslenguados:
forcejeo de ideas emplumadas.

Seismona duerme con un arco
para mojar las flechas en el sueño.

Desplaza sobre el llano la memoria,
se cruza con la sombra del venado
y las huellas de un tigre perdido
que traza el ocho de la fiera en celo.

Seismona sueña con Ocho-Venado
Garra-de-Tigre y cambia de postura
sobre el lecho de pieles atigradas
que tatúan su cuerpo cada noche.

Seismona sueña con un charco
para quemar las fechas en el viento.

Años luz o luciérnagas

Todas las noches
llegan en coche espacial
Son una luz viajera
Son llamas bastante añejas

En donde esté siempre veo
palpitando las luciérnagas
Pero la raza no cree aunque las vea
Se trata del miedo ancestral
que encandila un gobierno animal

Sin ofender a la inocente fauna
Subiremos hasta ellos
en el elevador de las alma

Cuando tranquila mente la muerte
nos invite a abrir los sellos
del sueño de ojos abiertos
donde el cuerpo es una casa
de vitalicia renta pagada

Llegaremos hasta ellas
Beberemos sin botella
La leche de las estrellas
Aquel día dormí temprano

Tres extras
terrestres de tres metros
iluminaron mi nombre
con un bautizo estelar

Desaparecido de la almohada
desatomizado como el Doc Spock
en otro planeta me tambaleaba
embriagado en la visión

Cuando desperté me llamaba Sol

Siempre las noches buenas
llegan en nave solar

Son una luz verdadera
Luciérnagas bastante viejas
Viajaremos hasta ellas
Beberemos sin botella
La leche de las estrellas
¡Come together, right now, over us!

U-FO-FO-FO-U-FO-FO-FO-U-FO-FO-FO

La espera

Podría esperar a que la Inspiración
me muerda una oreja, y en la espera
encender el incienso de mariguana,
el televisor o llamar a Tabata
para que me traiga una botella de tequila,
beberla en el cuenco de la calavera.

Pero puede llegar cuando distraído
más ando, cuando me saco un moco
o duermo enamorado. Sin embargo,
sospecho que Doña Inspiración no me espera.

Así que me acerco al Libreto, paro
la oreja, miro la realidad con estrías,
y su ojo descarado me contempla.

Vértigo cantando

Es la mujer del hombre lo más bueno
Lope de Vega

Te quiero de golpe, amor,
somos el reflejo terrestre de alguna estrella.

Para ti la llama espiritual de mis besos
y el sol profundo del deseo,
déjame a mi la altura y el abismo del corazón,
déjame el rascacielos en la sangre.

Porque desde la firme rosa madre vengo cayendo,
como abeja en celo volaba vagabundo
hacia la soledad de un jardín más oscuro,
caí largo hasta que el vértigo me hizo mártir,
luego me perdió para siempre el infarto del amor.

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Jorge Luis Borges

Reloj de arena

La arena de los ciclos es la misma
E infinita es la historia de la arena;
Así, bajo tus dichas o tu pena,
La invulnerable eternidad se abisma.

No se detiene nunca la caída
Yo me desangro, no el cristal. El rito
De decantar la arena es infinito
Y con la arena se nos va la vida.

En los minutos de la arena creo
Sentir el tiempo cósmico: la historia
Que encierra en sus espejos la memoria
O que ha disuelto el mágico Leteo.

Todo lo arrastra y pierde este incansable
Hilo sutil de arena numerosa.
No he de salvarme yo, fortuita cosa
De tiempo, que es materia deleznable.

APRENDER A NADAR [Mi poema]
Alberto Masferrer [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo, que he sido estrafalario, y me he sentido un maniqueo
y hasta un tonto en el recreo, como un lelo en parvulario,
y en todos sitios he sido, al menos es lo que creo,
adefesio en camafeo de un más triste escapulario.

Que un buen día subí al cielo para luego descender,
sin podérmelo creer, retándole a dios y al diablo,
que fui preso en un establo y el rey de un amanecer,
que pasé de merecer a ignorar de lo que hablo.

Yo que siempre fui consciente de saber lo que decía,
que nunca quise ser río al que lleva la corriente,
que pequé cuando, inocente, a los sabios discutía
hoy, cuando la noche es fría, me siento cual indigente.

Que he llegado hasta el ocaso y en su maraña me enredo
y hago todo cuanto puedo para no hacer de payaso,
hoy, que ya ando paso a paso, pues que caminar no puedo
mirando al cielo me quedo y al resto no le hago caso.

Y me siento a meditar dando un barrido al pasado
a todo lo equivocado sin poder rectificar,
quisiera tirarme al mar para comprobar si nado
pues dudo si, equivocado, no aprendí un día a nadar.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:   Alberto Masferrer

Así habrás de vivir

Serás como el viento, que canta mientras sopla,
y no inquiere «de dónde viene ni para dónde va”.
Te contentarás, como el agua que corre, con ser
una fuerza sumisa y desprendida.
Como la brisa, que se impregna de la fragancia
encontrada al pasar, así disfrutarás de las venturas que
te ofrezca la vida: sin apegarte a ellas; sin rehacer tu
camino para gustarlas otra vez; sin tristeza por haberlas
perdido. Aquellas dichas que a nadie cuesten lágrimas,
esos son los fulgores con que has de iluminar las horas
grises de tu vida.
Y que te aliente la esperanza de que hay Ojos que
ven y’ Oídos que oyen, aunque estén más allá de las
estrellas; y de que, así como para el agua y para el
viento, un día habrá reposo para tu corazón.

Blasón

Un andrajo de mi vida me queda: se perdió
en misérrimas luchas lo que era fuerza y flor.
Rateros y falsarios hacen explotación
de mi luz, de mi anhelo, de mi fe y mi valor.
¡Cuánta odiosa mentira serví, sin querer yo!
¡Cuánto lucro y engaño con mi luz se amasó!
Porque fui humilde y simple; porque en toda ocasión
creí que quien me hablaba tenía sed de Dios.
Lo que no profanaron los demás, lo mejor
que me dio el Destino, eso lo manché yo;
porque siempre fui débil, inestable, y porque soy
tal vez un pobre loco que enloqueció el fervor…
Y entre el diablo y el mundo hicieron de mi sol,
en vez de luz, tinieblas; en vez de paz, dolor.
Mas yo no culpo a nadie de mis caídas, no;
ni me inquieta un instante mi justificación:
si por necio o por débil mi vida fracasó
y en mi jardín florecen el mal y el error,
inútil ya sería saber si he sido yo
el culpable o la víctima de una maquinación.
Si el fruto está podrido, es que el gusano halló
en él propicio ambiente para su corrupción.
¿Fue la obra de un demonio, del azar o de un Dios?
Es igual… No revive la flor que se agostó.
Ahora con los harapos de mi fe y mi valor
y lo que todavía me resta de ilusión,
he de alzar un castillo y en él, como blasón,
en un palo de escoba y hecho un sucio jirón,
haré flamear al viento mi enfermo corazón.
Y en ese vil andrajo que será mi perdón
escribiré con sangre, menosprecio y rencor
este emblema del hombre que es su propio señor:
“Para juzgarme, nadie; para acusarme, yo.”

Así habrás de vivir

Serás como el viento, que canta mientras sopla,
y no inquiere «de dónde viene ni para dónde va”.
Te contentarás, como el agua que corre, con ser
una fuerza sumisa y desprendida.
Como la brisa, que se impregna de la fragancia
encontrada al pasar, así disfrutarás de las venturas que
te ofrezca la vida: sin apegarte a ellas; sin rehacer tu
camino para gustarlas otra vez; sin tristeza por haberlas
perdido. Aquellas dichas que a nadie cuesten lágrimas,
esos son los fulgores con que has de iluminar las horas
grises de tu vida.
Y que te aliente la esperanza de que hay Ojos que
ven y’ Oídos que oyen, aunque estén más allá de las
estrellas; y de que, así como para el agua y para el
viento, un día habrá reposo para tu corazón.

HAZME SUAVE EL INSTANTE

Hazme suave el instante. Mañana, esta noche, tal vez he de partir.
Y será para ya no volver… Para ya no volver jamás. . . jamás… Pasarán milenios y edades y eternidades, y yo no volveré.
Rodaremos de mundo en mundo por toda la inmensidad de los cielos, y no volveremos a encontrarnos. Y aun si nos encontráramos aquí mismo, una y otra vez, no sabrás quién yo soy, ni yo te reconoceré.
Porque sólo se encuentran los que se compenetran; los que vencieron la barrera de la separación; los que se adivinaron y sacrificaron, uno en aras del otro, los mil egoísmos del ser.
Por eso, hazme suave el instante: porque una vez yo muera; una vez la primera palada de tierra caiga sobre mi féretro, ya nada servirá que me llores y que te lamentes de no haberme endulzado el amargo vivir.
Ahora, ahora que vivo o padezco, todo es hiel o miel para mi alma. Una sonrisa, una palabra, una mirada, un simple gesto cordial, es medicina y alivio para mi atribulado corazón. Después, ya perdido en las tinieblas del sepulcro, nada me servirá.
Ahora me puedes dar amor. Después, sólo palabras vanas y lágrimas tardías.
Por eso, hazme suave el instante; hazme suave el instante, si es que sientes deseos de endulzarme el amargo vivir.
Después, ¿qué?. . . ¿Qué haré yo con tus negros vestidos y tu semblante contristado? ¿De qué me servirá que suspires, y descubras en mí cien virtudes y gracias que antes no conociste? ¿De qué me servirá que enaltezcas mi nombre y te abismes en la contemplación de mi ser?
¿Fui bueno, malo, cariñoso, áspero, cordial o incomprensivo? Fui … ya no soy … Ahora soy, no más, una sombra, un nombre, nada. Ahora, que me recuerdes o me olvides, es igual, y todos tus lamentos los cambiaría yo por una sola suavidad que me hicieras cuando yo aún existía.
Por eso, hazme suave el instante, este instante que es la realidad, la sola y accesible realidad.
Si nos separamos sin fundirnos, ya nunca más nos hallaremos. Porque tendremos que aprender una lección distinta de la vida. El Destino arrastrará a cada uno a expiar y aprender la lección que no logró aprender, y la culpa que no alcanzara a expiar. Un huracán dispersará nuestras almas, y un foso inmenso dividirá nuestras vidas.
Acaso andaremos el uno junto al otro, sin sospechar que un tiempo nos amamos, o creímos amarnos. Y por no haber sabido amarnos, porque todo no era sino egoísmo y vanidad, andaremos extraños el uno junto al otro. ¡Y ya nunca sabremos quién es ni adónde fue aquel a quien no supimos amar!
Por eso, hazme suave el instante, este instante, este único instante en que tu corazón puede aislarme de la eternidad.
Sí, hazme suave el instante.
Del poemario: “El Rosal Deshojado”

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Joaquín Sabina

Socorro pido

Si nos hundimos antes de nadar
no soñaran los peces con anzuelos,
si nos rendimos para no llorar
declarará el amor huelga de celos.

La primavera miente y el verano
cruza como un tachón por los cuadernos;
la noche se hará tarde, tan temprano,
que enfermarán de otoño los inviernos.

Cuando se desprometen las promesas,
la infame soledad es un partido
mejor que la peor de las sorpresas.

Si me pides perdón socorro pido,
si te sobra un orgasmo me lo ingresas
en el banco de semen del olvido.

REENCARNACIÓN [Mi poema]
Mariano Lizcano [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Mucho antes de nacer yo ya vivía,
no digan que es mentira o que lo invento
y debo de penar por mi osadía,
que todo lo que digo es sin cimiento.

Que yo vivía sé, lo sé seguro
así que algunas cosas no recuerde,
-memoria es esa cosa que se pierde
por culpa de un despiste o de un conjuro-.

La duda me corroe y se atraganta,
¿será verdad aquello que yo veo
o acaso lo confundo con deseo?
pues pienso y se hace un nudo en mi garganta.

Y así cuando esto acabe volveré
otra vida a vivir y este momento
en que escribo, no digan que es un cuento,
ni sueño, estoy seguro, lo veré.
©donaciano bueno.

Quién dice que no existe la #reencarnación? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Mariano Lizcano

CAPITULO XIX

DONDE SE CUENTA 1A AVENTURA DEI.
PASTOR ENAMORADO, CON OTROS EN
VERDAD GRACIOSOS SUCESOS

Poco trecho había alongado
don Quijote y Sancho Panza,
cuando vieron de venir,
hacia donde ellos estaban,
cuatro jinetes montados
en pollinos con albardas.
Estudiantes eran dos
y, los otros, por las trazas,
eran simples labradores,
pero los cuatro llevaban
como si fueran regalos.
A los cuatro les pasaba
lo mismo que a todo el rnundo
que al Quijote contemplaba.

Saludóles Don Quijote,
les dijo que, si llevaban
el mismo camino que él,
a ir juntos los invitaba.
Y así, les dijo que él era
don Quijote de la Mancha,
y por el apelativo,
con razón se le llamaba,
Caballero de los Leones.
De “Romancero Quijano”. Segunda parte.

Incluyo estos dos siguientes poemas que Mariano me dedicó en 1996
con el siguiente texto:

“Para ti, Justo, que sembraste conmigo
un campo donde alimentar sentimientos”.
Mariano.
Premio “Cencibel” Valdepeñas, 30-11-96

II

SALGO A TU CORAZÓN y me contagio,

porque cuando respiro el aire
de tu anchura
dejo que me arrastre
el torbellino de esencias
que, entre marañas verdes
de sarmientos,
se enreda el ansia
de mi desmedida pasión
por bañarme en la perezosa fuente
de tu vino.

V

SOBRE MI GENEROSA COPA

vierto todo el campo
encerrado en la botella.

Y al beber este vino
un enjambre hacendoso
de trabajadoras abejas
me recuerdan
el proceso ejemplar
que has soportado
desde que te cerniera
la primera brisa de tu cielo.
Ahora te tengo ante mis ojos,
radiante, tentador, fascinante,
esperando que mi paladar
se regocije en tu gloria.

V

Traigo un verso verde
que me delata,
que se monta en mi anhelo
y vuela perseguido de brujos,
se esconde en las estrellas,
me asesina de culpas
y me araña en la frontera
que separa mi cuerpo de la nada.
Mi voz se vuelve pobre.
y su grito me revienta en el estómago
mordiéndome con temblor de llanto.
Me apoyo en mi ménsula imaginaria
reposando de mi lesivo sueño.
Me escondo en mi aquelarre solitario
donde confabulo miedos
y lloro incertidumbres.

Al final descubro tu existencia
y vuelvo a ti,
no puedo cambiar la historia,
tu dios, Baco, te inmacula
para que bautices penas.
Tu color se ríe en mis ojos.
y cuando mi paladar prueba tu sangre
me despierto a la vida.

XX

No te quitará el viento tu sabor.
ni la luna romperá tu levadura.
El invierno te dejará desnuda
prisionera en tu gruta,
mitad tierra, mitad aire.
Tu dueño y compañero
cuidará tu recinto,
te quitará impurezas;
porque sabe que tu sueño
despertará en la primavera
y tiene que prepararte
un traje mullido y aparente;
ocres orgánicos
que reflejen tu flora.
que extiendan tu cabello
leñoso y verdinegro
por donde colgarán
las perlas de tu gracia.
tu riqueza integral,
tu tesoro escondido
que aflora al sol
por una magia oculta
que revienta por tus venas
generosas y dulces.
como un canto silencioso
de naturaleza y de vida.
De “…Y me hice mosto y llanura hasta encontrarte”

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LA VIDA SIN HUMOR [Mi poema]
Juan Pérez Zúñiga [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

¿Qué sería de la vida sin humor?
Le daría al trasero una patada
de quien fuera, que le hizo esa trastada,
a ese mismo que le trajo sin pudor
y le hizo una putada.

Lo sabemos, no somos trascendentes,
todo empieza y se acaba, es limitado,
si comienza a soñar, ya es noqueado,
mas sigue superando ese incidente
de sueños embriagado.

Las penas, las penurias y el dolor
de su cuerpo y de su alma no se apiadan,
y así sea no quiera, le degradan
mas se arropa agarrándose a un amor
y allí todos naufragan.

Querer huir ¿a dónde? Una locura.
Pues que juguete es viejo y arrugado
al que medio y mitad ha despreciado
tirándole a ese cesto en la basura
donde termina ahogado.

Sólo el humor nos salva del temor
del saber que algún día esa manada,
ha de ser conducida, condenada
donde dicen no existe resplandor
mas nadie sabe nada.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Juan Pérez Zúñiga

Melania espelefucia

Como el fasgo central de la pandurga
remurmucia la pínola plateca
así el chungo del gran Perrontoreca
con la garcha cuesquina sapreturga.

Diquelón, el sinfurcio, flamenurga
con carrucios de ardoz en la testeca,
y en limpornia simplaque y con merleca
se amancoplan Segriz y Trampalurga.

La chalema ni encurde ni arropija;
la redocla ni enchufa ni escoriaza,
y en chimplando en sus trepas la escondrija

con casconia ventral que encalambrija
dice la escartibuncia mermelaza:
¡Qué inocentividad tan cuncurrija!

A los niños de Cubas (con motivo de la fiesta del árbol) (fragmento)

El árbol se muestra siempre
generoso y agradable
con el hombre. le da frutos;
adorna sus heredades;
le proporciona el invierno
leña para calentarse,
y ante todo, buena sombra,
cosa que suele faltarles
á aquellos que lo desprecian,
que son unos miserables.
¿Por que? Porque no agradecen
el bien que el árbol les hace.
según absurda leyenda,
yo se que en algunas partes
tachan al árbol de cosa
perjudicial, porque atrae
los pajarillos, que luego
sin dar una perra, saben
ir traslado a sus buches
las cosechas de los cereales;
pero eso es una tontuna;
lo que los pájaros hacen
en limpiar granos y plantas
de insectos de mala clase.
No debéis, pues, causar daños
a los arbolitos, aunque
no sea mas que por una
razón que esta a vuestro alcance.
¿Por que razón? Porque es cosa
propia de gente cobarde
causar daño a quien no puede
defenderse del ataque.
……
Cuida, pues en vuestros campos
con gran cariño los arboles
y en vuestros pechos el árbol
de la Cruz, que a los mortales
es el que da mejor sombra
si el sol del Mal los abate.
Y no olvidéis hijos míos,
esta fiesta memorable…
¡ y Dios guié vuestras vidas
e ilumine a vuestros padres!

Situaciones enigmáticas

Pues, señor, no me cabe en la cabeza
cómo algunas familias que yo trato
viven hoy, cuando nada está barato;
lo digo con franqueza.
Los huevos, el calzado…, todo vale
cuatro veces más que antes, y al ver esto,
del vecino calculo el presupuesto…
y, nada, no me sale.
A mí no me digan que los hijos
de Andrés, el albañil, comen patatas.
Desde que ellas, lector, no están baratas,
están ellos canijos.
¿Y hacia dónde dirige uno la vista
para hacer un menú que cueste poco,
si el subir todo ya de un modo loco
no hay Dios que lo resista?
Por una coliflor, nueve pesetas;
por cien gramos de queso, treinta reales,
y tres duros, justitos y cabales,
por un par de chuletas;
diez pesetas o más por un ungüento;
por un cubrecorsé de los más pobres,
cinco duros o seis, y por cien sobres,
un pápiro de a ciento…
Esto exigen, sin ruidos ni etiquetas;
mas no suben los sueldos, ¡qué puñales!
¿Y cómo el que no gana veinte reales
va a gastar diez pesetas?
¡Es la vida, señores, un regalo!
Solo puede comprar el comestible
quien esté en la opulencia, y lo sensible
es que, además, es malo.
¡Si hay algunos comercios que dan grima!
¡Si de suela hacen lenguas pistonudas!
¡Si venden latas de sardinas viudas
con talco por encima!…
¡Y que haya uno comprado solomillos
a diez reales no más, y a real las nueces,
y a dos tristes pesetas muchas veces
el par de calzoncillos!…
¿Cómo viven algunos que yo sé?
¿Cómo compran langostas las de Ortiz,
llevan medias de seda las de Ruiz
y viaja Salomé?
La espléndida patrona Paz d´Bries
les da frito variado a Pla y a Trigo
por diez duros al mes, y yo la digo:
-Patrona, ¿qué les fríes?…
Cuatro muelas auríferas Luz Toro
(que no tiene un botón) exhibe ahora.
¿A quién habrá quitado esta señora
las cuatro muelas de oro?
Como el gasto de algunos es tremendo
y las perras no acuden al bolsillo,
lo que ocurre quizás será sencillo;
¡pero yo, la verdad, no lo comprendo!

El lago helado (fragmento)

Resurgen sollozos del fondo del lago.
Son fríos y tristes.
Del fondo del lago resurgen sollozos.
Algunos son verdes.
Las ondas, sopladas por brisas de hielo,
gimiendo titilan,
y en la superficie, que es caramelácea,
no hay rosas ni lirios.
El hada del lago galopa en su cisne
(no hay lago sin nada),
y el albo rocío se posa en sus frescas
azules narices.
dos almas de hielo se encuentran en medio
del húmedo lago,
y rígidas gimen, se esfuman, semejan
sorbetes picudos.
He dicho que en medio del lago de hielo
dos almas se encuentran;
la púdica nieve, sombría y menuda,
les cubre las patas.
…………………..
Ya creo haber dicho que surgen del lago
vibrantes sollozos.
Los témpanos triunfan burlando los guiños
del pálido Febo.
Del lago el espíritu en nítida escarcha
se envuelve y se esfuma…
El fondo está abajo… La luna está arriba…
¡Carape! ¡Carape!…

¡Cómo ha de ser!

Cayó Cánovas al suelo;
hubo un cambio radical,
y yo, que soy oficial
segundo con entresuelo
por mi mal,

fui á darle cuenta sencilla
de caso tan estupendo
a mi adorada costilla
(que por cierto estaba haciendo
mantequilla).

—¿El Gobierno cae? ¿no es chanza?
(me preguntó sin tardanza)
Pues, hijo mío, si cae,
¡verás qué cola nos trae
la mudanza!

Mi mujer lo presentía.
L a primera cesantía
fué para mí, sí, señor.
¡Ser la primera la mía!
¡Cuánto honor!

Con paciencia sufro el daño
de aquel acuerdo brutal;
y como estoy sin un real,
¡soy cesante de tamaño
natural!

Reniego de los carlistas,
maldigo á los fusionistas,
odio á los conservadores
y aborrezco á los señores
zorrillistas.

Y quien diga que he tenido
color político, miente.
En política latente,
soy hombre descolorido
totalmente.

Y me limito á pensar
en aquellos expedientes
que solía estropear
rodeado de un millar
de escribientes,

sobre un sillón achacoso,
testigo de cien bravatas,
que me ponía furioso
con el reuma nervioso
de sus patas.

Muchos me dicen: —«Quizás
pronto á los tuyos verás
en el poder»… ¡Habrá impíos?
¿Nó saben que yo jamás
tuve míos?

«Veo m i suerte tan negra,
que ya n i canta mi lira
n i el mucho beber me alegra.
¡Que parta un rayo á m i suegra
si es mentira!

Desempeñar un destino
¿qué es? Vivir empeñado
y el día menos pensado
ser uno á San Bernardino
trasplantado.

¡Tras una vida angustiosa,
la cesantía espantosa!
¿Destinitos?…. No los quiero;
me haré albañil, carpintero
cualquier cosa!

Y acaso veréis mañana
este anuncio estrafalario
inserto en la cuarta plana
del pintoresco diario
de Santa Ana.

“En Madrid, calle del Oso,
número tres duplicado,
un ex-poeta, ex-jocoso,
ex-oficial, ex-letrado
y ex-dichoso,

fabrica de mil maneras,
expende con gran rebaja
primorosas ratoneras
y elegantes tapaderas
de tinaja”

¡Poner yo carpintería,
después de tanta parola!….
¡Ah! Mi mujer bien decía
que el tal cambio nos traería
mucha cola.

Viéndome tan apurado,
debía haberme tirado
al patio por la ventana;
pero lector no me ha dado
la real gana.

Desafinaciones

—Lo que es eso no me cuela.
¿Canta en el Real?
—No le gusta
cantar música de iglesia.
—Entonces, ¿qué diablos canta?
—Lo que usté ha dicho, zarzuelas.
— ¡Ah, vamos! forma en alguna
compañía de la legua,
y andará de pueblo en pueblo…
—No señor, no canta fuera.
Está ahora en el Teatro
del Joven llanos.
—¿De veras?
—De primer tenor.
—Pues bien,
ó él ó l a chica se quedan
contigo; porque, si acaso,
será partiquino, ea.
—Señor, no ponga usté motes
al novio de Madalena.
¿Se le llama partiquino
impugnemente á cualquiera?
Sepa usté que es mu honrao
y tié limpia la concencia.
—Bueno, mujer, no te enfades
y sea lo que tú quieras.
—Lo que yo sé es que ese oficio
debe de ser cosa buena.
Dicen que hay un tal Gayarre
que canta coplas mu serias
y gana un millón diario
que, según creo, es mu cerca
de mil reales tos los meses.
¡Con^que ya vé usté si es breva
haber¿dao con un primer
tenor pa mi Madalena!
—Pues que Dios se le conserve.
—Señorito, Dios lo quiera.
Llegó la noche, y aun cuando
llovía con mucha fuerza,
lleno de curiosidad
me dirigí á la Zarzuela
y le pregunté á un comparsa
que estaba junto á la puerta
del escenario, chupando
la punta de mía correa:
—Dígame usted, buen amigo,
y perdone la molestia:
—¿Trabaja el tenor Blas López
en El reloj de Lucerna?
—Sí señor.
—Bueno; mil gracias.
Tomé asiento en mi luneta,
y vi que, efectivamente,
no era mentira que fuera
primer tenor el futuro
de la hija del ama seca,
pues me fijé en los tenores
que salieron á la escena,
y López era el primero
comenzando por la izquierda.

Totum Revolutum ó el costurero de mi señora

Doa ovillos de estambre del siete,
tres madejas de seda del dos
y a su lado un pequeño paquete
de blancas pastillas que aumentan la tos.
Retacillos de lanas y paños,
varias tiras de madapolán,
alfileres de todos tamaños
y algunos dibujos del tiempo de Adán.
Dos tijeras que cortan aveces,
una estampa de San Agustín
y una carta con cuatro sandeces
de no sé qué amiga que está en Ajofrin.
Tres ochavos, y de un alfabeto
varias letras que envueltas están
en l a copia de un himno á San defeque
alivia dolores doquiera que dan.
Azabaches, cordón y trencilla,
varias muestras defrivolité
y unos rollos de alpaca, lanilla,
tartán, bombasí, muletea y piqué.
De botones, muchísimas clases,
algodones de vivo color
ó eí costurero de mi senora.
y un papel que contiene estas frases:
«Me debe seis reales José el aguador,»
Varias cajas de agujas y cintas,
dos tarjetas del conde del Flan,
y patrones de prendas distintas
que yo no sé cuándo nicómo se harán.
TJn prospecto del Circo de Price,
dos hebillas de origen inglés
y un papel muy doblado en que dice:
«Chorizos baratos: Verónica, 3.»
Imperdibles que suelen perderse,
calendarios de tiempos atrás
y una cinta en que pudo obtenerse
la exacta medida del pié de San Blas.
Jaboncillo de sastre, corchetes,
dos puntillas, algún entredós,
un dedal y diversos carretes
con hilo del cuatro, del tres y del dos;
en pedazos un broche de acero
y una cédula de vecindad…
¡No hay más cosas en el costurero
que tiene en su cuarto mi cara mitad!

El clima de Madrid

A l venir de Castrofuerte
4 Madrid á establecerte,
me preguntas, caro Arturo,
por su clima, y te aseguro
que no se qué responderte;
pues aunque nunca he salido
de la villa coronada,
su clima no he comprendido
y á deducir he venido
que esto ni es clima ni es nada.
Quien al tiempo desafía,
aquí se vuelve cobarde,
pues se abrasa al medio día
y coje una pulmonía
en cuanto empieza la tarde.
¡Vive Dios que se lucieron
los que este pueblo fundaron!
¡Cuánto dinero gastaron
y qué clima le pusieron!
¡No sé dónde le buscaron!
Con un clima que dá grima,
tenemos la muerte encima
los vecinos de Madrid,
sin poder dar en el quid
de agenciarnos otro clima.
Nadie lo puede aguantar
y á cualquiera vuelve loco,
pues no puede uno llevar
ni mucho abrigo, ni poco,
ni un abrigo regular.
Merced á este clima impío,
tras un dia abrasador
viene otro dia de frió,
y al siguiente hace un calor
de padre y muy señor mío.
Con este variar sin fin,
los termómetros están
ya tan hartos de tragín,
que me parece que van
á promover un motín.
El barómetro tambian
sufre en Madrid sin casar
un tan extraño vaivén,
que en su aguja muchos vén
la aguja de marear.
Pues si sientes alegría
viendo un dia bonancible,
claro y seco, es muy posible
que te halles al otro día
con una humedad horrible.
Ven, pues, á la capital
y hallarás seguramente
una vivienda decente,
un tiempo muy desigual
y un amigo consecuente.
Mas aunque bien se te estima,
la habitación no te amueblo
si al venir no traes encima
un par de arrobas de clima
del que gastan en tu pueblo.

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UN CUENTO CORTO [Mi poema]
José Luis Argüelles [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El cielo aquella noche estaba oscuro
teñido de una especie de acetato,
un cielo muy propicio para un gato
que fuera tras la sombra de un conjuro.

La niebla hacía mella en el ambiente
mirándole a la luna de soslayo,
-preciso aquí aclarar, me parta un rayo-
del hecho que ocurrió yo fui consciente.

Llevaba en la mirada dos lucernas
de modo si algo había lo notaba
y en menos de un tris-trás lo merendaba
gustando más visitas si eran tiernas.

De pronto una ratita apareció
cantando al susodicho una balada,
fue tanta esa emoción que llegó un hada
y aquí es donde este cuento se acabó.

Y el sol volvió a brillar como si nada.
©donaciano bueno

Los #gatos son tan malos como los pintan? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José Luis Argüelles

CAMARADA GORRIÓN

Te he visto en las mañanas frías del invierno
aletear humilde en el esquema de una rama,
desde los árboles desnudos, solos,
y eras la cifra audaz del nuevo día.

Posado en un balcón te he visto
con tu mínimo canto sin adornos,
pero más resistente que la noche
y frágil como todos los hijos del oxígeno.

En urbanos jardines casi muertos,
donde el insomnio de las horas pone un huevo gris
para los viejos melancólicos,
y en el alegre patio de una escuela.

Te he visto compartir las migas de mi pan,
jovial como si fueras camarada agradecido.
Y de ti aprendo a ser instante breve de una luz
que llega, y pasa, y hace daño, y es hermosa.

SOBRE UN TEMA DE CERNUDA

Estuvo bien que lo dijeras tú,
con esa fama de altivez huraña,
al hablar de la guerra de España
–una causa perdida, digna– y tu

fervor último pese a la derrota.
Fue al cabo de los años, exiliado,
tras escuchar a aquel viejo soldado
de la Lincoln. Tan solo la fe importa.

La noble fe que dice tu poema
y vive más que la traición o el daño,
una historia contada con olvido.

Bien estuvo ese verso y ese tema:
recordar, recordar contra el engaño
el valor de otros, su deber cumplido.

TUS LABIOS

Tus labios otra vez
para que el frío,
este ladrón de acostumbrados guantes,
no irrumpa en nuestra casa.

Tus labios siempre frente a los escoplos
con que regresan,
implacables,
la insatisfacción y sus sombras.

Tus labios vivos contra el muro
de tanta hora imperfecta,
de la infección de las noticias,
cuando el día se desvanece
en las calles sin nadie,
bajo las luces amarillas de los insectos.

Para salvar la primavera
con sus muertos recientes,
con sus cifras insomnes
y los venenos de los poderosos,
la verdad insumisa de tus labios.

Tus labios cuando calman
todo el dolor del mundo.

PROTESTA Y ALABANZA

Este triste y colérico consuelo
(algo así dijo Geoffrey Hill que es la poesía)
reúne luz y sombras en la página,
incendia la memoria con sus músicas
y excava las raíces de un jardín inverso.
Busca la duración,
pesa sílabas y alza imágenes sutiles,
pero nos deja intacto el daño de los días
y jamás restituye,
pleno,
aquel instante en que supimos un desnudo,
la rosa del amanecer en esos labios,
todos los sueños de la juventud insumisa.
Solo protesta y alabanza caben
(palabras que escribió Sophia de Mello)
en su recinto exacto,
aquí donde la vida comparece
como un eco lejano,
casi desvanecido,
con su rastro de amor y nada.

CEMENTERIO DE VEGADOTOS

A Aquilino Fernández (Quilino el de Polio),
in memoriam

No pisarás la tierra de esos muertos.
Junto a la noche extensa,
bajo la indescifrable luna,
recuerda sus canciones minerales,
cicatrices azules, el remendado mahón,
la introspección de los inviernos en sus miradas.

No pisarás la tierra de esos muertos.
En la frágil orilla de los días,
afirma sólo aquel valor y sus palabras,
lejos de la derrota de los hierros oxidados
por el cansancio de la lluvia y el diente de la ortiga,
lejos de la firmada liquidación de los principios y las obras,
lejos del desamparo de las galerías cegadas
por el lodo del vencimiento.

No pisarás la tierra de esos muertos.
Sobre la herencia grave de su desacato,
deja que las raíces busquen lo profundo,
y construyan los pájaros o las hormigas,
que la niebla culmine el homenaje de sus bóvedas
y se suelden los húmeros afines.

Descansad. Descansad, vosotros los guerreros
de los años de sílice y clandestinas lámparas,
cuando el miedo envolvía las páginas y el pan,
cuando los delatores cobraban sus treinta monedas
y grandes coches negros vigilaban las esquinas
desde una ceja, el látigo de los comisarios.
Descansad. Descansad bajo tantos helechos,
al lado de los peces milenarios
y las vacas que pastan mansamente
nuestra desolación y el abandono.

No pisarás la tierra de esos muertos,
tú que miras ahora la ceniza del paisaje.

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AMIGO EN LA DISTANCIA [Mi poema]
Miguel Ángel Zapata [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Amigo, la distancia es la prisión
que entre ambos interpone sus barrotes,
no se pueden forzar aunque los frotes
la fuerza siempre está en el corazón.

No intentes ahacarle a la razón
que ella misma se siente incomprendida,
que argumentes no sanarán la herida
negados de cumplir esa misión.

Los hechos no son más que lo que son
y tal como ocurrieron se presentan
sobre el ritmo, lo marca el diapasón.

No hay pomada que cure a esa traición
cuando sufres y ves no sedimentan
o presientes llegó tu perdición.

Eficaz hacer caso a la oración
que al alma dan la paz y la sustentan
y así sea no cure, es bendición.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Miguel Ángel Zapata

Uno se cansa de estar solo

Uno se cansa de estar solo delirando
con su ventana en medio de la calle,
entre la nieve que arrastra
su blancor por los callejones olvidados.
Uno se cansa de salir a buscar la
misma mujer con el cabello
largo hasta los pies.

Tal vez en eso consista el arte de la soledad:
escribir repetidas veces la isla con su cielo lila
y la esbeltez del faro que derrama su luz sobre
nuestro cabello alborotado.
Tal vez sea sólo eso: una brújula sin memoria
para el tiempo que vendrá.

La vela del cuervo

Nadie sabe por qué la ciudad esconde el lenguaje
oscuro de las aves y los muertos.

El cuervo permanece callado, no quiere abrir la
bisagra y dejar salir su luz por la rendija de una
bocacalle.

Más allá del sueño de los cipreses está la sombra de
una manzana verde, la puerta que nos lleva a la
felicidad.

Dicen que la soledad nos llega con la lluvia, y que
la arena de las playas sube como un viejo reloj
hacia las torres derrumbadas.

El vino le habla al fuego, tu perro te mira escribir y
presiente las nubes que lo distraen en el jardín.

El sonido de una nube es como una campanada de
agua.

Nadie sabe por qué la puerta sigue cerrada, y los
pájaros no han vuelto a suceder.

Sólo hay una ventana, y desde ahí se ve a una mujer
con su deslumbrante cabellera trotando sobre un
caballo blanco.

La lluvia siempre sube

¿Hasta dónde me alcanzará esta lluvia?
César Vallejo

Ahora comprendo porque la lluvia
siempre sube por el corredor del cielo
para encontrarte.
Hoy quiero salir a caminar y volver
cuando sea necesario.
¿Por qué siempre hay que volver?
¿Por qué no esperar a que la lluvia se
suspenda como una acróbata en el malecón
para que nosotros podamos contarle nuestras
perlas al mar?

¿Y cuando la lluvia suba, por qué no retornar
a la casa que te espera?

Y allá arriba pareciera que todo ha muerto,
hasta el faro de la playa que te llama
con la neblina de la noche.

Abajo los perros soñolientos beben agua de
las calles, y los cuervos solitarios acampan
temerosos en la pradera de la playa.

Mi casa está sola: su luz amarilla se niega
a desaparecer en el pasillo.

El cielo que me escribe

Cielo blanco sin polvo ni memoria. Cielo que limpia la visión del ave clavada sobre la arena. Cielo de algas y peñas en el moho: aire de ninguna flor, brisa de ningún árbol donde no se escribe el poema ni el diario de la muerte. Cielo mío que calla a tiempo el sonido del ave sobre la arena. Cielo mío que no escribe su visión por el ave ni la arena, sino por el moho y el alga que verdea el espejo ya disuelto.

Menoscuarto Ediciones

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Jorge Luis Borges

A Elvira Sureda Montaner

Yo he quemado en mi lámpara el sándalo
de tu haz de palabras
Otra mañana tiembla
en tus manos
Tendidos de rodillas los violines
rezan sus incensarios
Jadeantes lejanías
se disputan
el aduar de un ocaso
La caravana lanza un ebrio lazo
horizonte de hierro
que derriba de bruces las ciudades
y en el prado relinchan los luceros

AZORÍN vs MACHADO [Mi poema]
María Antonieta Flores [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Ambos dos mis afectos se reparten
habría que decir que hacen un trío,
pues ellos con sus textos hoy comparten,
desde el día en que huí del kindergarten,
las noches del invierno en que hace frío.

Amo la descripción de sus paisajes
-el mismo tren, la misma carbonilla-,
el dolo y la nostalgia que en sus viajes
-posadas, ventas, fondas- sus bagajes,
haciendo van lectura a su cartilla.

Y así sea Azorín que escriba en prosa,
los dos son el anverso y el reverso
que ponen su obsesión en una cosa
plasmada en su experiencia dolorosa
que afecta a su país, que es su universo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  María Antonieta Flores

rejoneada

padezco bajo las palabras
la astuta vida de los insectos
en las rendijas
y los pájaros buscando rumbo
mientras sucede todo
porque adentro es más exacto
en el corredor de la sangre erecta
me detengo a respirar
tu deseo que me alumbra

auspicioso

buenas hierbas
de olivo el mortero
sal que alimenta mi tierra
coronas que mis manos arman
y alejan los espantos de las puertas
la templanza llega con sus dones
con paciencia se trituran los aromas
mientras oro por ganancia

la parsimonia de mis hombres

sembrados en mis huesos
que a decir horadan
crueles y generosos
de los torpes me aparté
antes de darse ellos cuenta.

La hoyada

un lugar así no te detiene
temblando

pero ha venido esa excitación a tu carne
y la necesidad

de cerrar los ojos
para recordar

cerrarse
para no ver

los cuerpos que se abrazan en sus besos

sabes del ritmo de tu apetencia:
la dura contracción de tu vacío

pero tu instante es breve

pueden asaltarte
una voz se acerca con la mano extendida

la multitud no se apacigua por tu deseo

si tuvieras un rosario
pulirías una de sus cuentas

así lo llevas adentro

es blanco el tejido que te venden
de barato precio
y con prisa

en tus restos de aire
el plomo

insigne la violencia de los pájaros
y un golpe que a tu hombro recuerda

multitud de multitudes

sólo una gota cae
espesa

duelen las membranas

¿detenerte?
te preguntas

sólo buscas de llegar
pasar la llave
soltar los pesos de esta cárcel
desnuda
respirar una mínima seguridad de nada

con un sorbo de agua fría
recoges tus cabellos

atrás el bullicio y la rudeza

el silencio no te llega.

De el señor de la muralla

J) De cómo una dama consciente
entrega sus riquezas y joyas a quien
recorre los campos de guerra
empuñando la aniquilación.

Señor de la Muralla
portadora
alta sobre toda cabeza
imploro un poco de tu fértil riego
Mira este rostro de ágata
promesa de sabias noches
la tolerancia de mis suaves pies
Recíbeme
dame la fuerza
la metamorfosis y la destrucción
Alójame
Hazme engendro de toda noche
Cuervo o ciervo de laderas
Soy cántico de antepasados
un nuevo hechizo
fragmento del cuarzo de los relojes
la de los signos y vientos favorables
el astrolabio
Fela fela
es tu orden
simple promesa del tiempo

O) Se cuenta cómo después de bodas
y celebraciones, la cumplida esposa,
nunca olvidada por el Señor, da el
paso de rigor.

Aguardo
lúcida
el amanecer
Si uno cree en cada palabra
Si se ansió y gozó la tenue caricia de un tirano
Si se debe dejar que el aire escape
vuelta ceniza hasta que la hoguera se detenga
hasta la purificación
si así y sólo de ese modo
uno mira al espejo
agota un traje de lino puro
brazaletes y cadenas en los tobillos
todo suspendido
quieto
rico en sombras
las miradas de mis muertos
aplico una última gota de nardo
sueltos los cabellos
Al fin
dislumbro la claridad
frasco mínimo de veneno
Me ve sucumbir
mi frialdad convulsa
las palabras no dichas ni pensadas
el desorden
mi mano arrastrando las sedas
Su pronta furia
Su desnudez brillante no logra detenerme
Sólo diviso el terror de sus manos.

Cazador

Cazador
este reposo que tanto necesitas
este rigor
la carne almibarada
el olor del deseo descansa sobre este aire florecido
Cazador
este encuentro no habla ni da cuenta de la pasión que conmina
da cuenta de tantas debilidades y desazones
este sentarse cimbreando los deseos
las rodillas que se juntan y se frotan por tu nombre
Cazador
entiendo el desespero
entiendo la sorpresa
los nuevos linderos
la amenaza.

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José Martinez Azorín

Ensayista, novelista, autor de teatro y crítico español, nacido en Monóvar, Alicante. Trabajó activamente en política durante los primeros años de su carrera. Fue uno de los escritores que a comienzos del siglo XX luchó por el renacimiento de la literatura española. Fue el propio Azorín quien bautizó a este grupo con el nombre de Generación del 98, como se le conoce en la actualidad. El tema dominante de sus escritos es la eternidad y la continuidad, simbolizadas en las costumbres ancestrales de los campesinos. Obtuvo el reconocimiento de la crítica por sus ensayos, entre los que destacan El alma castellana (1900), Los pueblos (1904) y Castilla (1912). Se le conoce sobre todo por sus novelas autobiográficas La Voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). Azorín introdujo un estilo nuevo y vigoroso en la prosa española. Su obra destaca asimismo por la sagaz crítica literaria que realiza en textos como Los valores literarios (1913) y Al margen de los clásicos (1915). Fue el máximo representante de la Generación del 98, movimiento literario que él definió, conceptualizó y defendió.

Antonio Machado

Poeta y prosista español, perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98. Probablemente sea el poeta de su época que más se lee todavía. Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros poemas aparecieron en 1901. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. En Madrid, por esas mismas fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo, que morirá en 1912. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua. Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel, estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa de Benamejí, de 1931. Su primer libro es Soledades, de 1903, unos poemas de carácter modernista, en los que destaca la emoción del momento y el sentido oculto de lo que le rodea. Campos de Castilla, de 1912, supone, aparte de una indagación sobre sí mismo, una consideración poética de un paisaje castellano humanizado de -la España que bosteza- junto con la emoción del amor perdido, y constituye uno de sus libros más conocidos y populares. En 1917 se publicaron Páginas escogidas, y la primera edición de Poesías completas. De esa época queda una importante obra en prosa, de tipo filosófico, Los complementarios, publicada póstumamente, que constituye un conjunto de impresiones, reflexiones acerca de lo cotidiano y esbozos. Nuevas canciones, de 1914, continúa la línea sentenciosa y filosófica donde cada vez destaca más la crítica social, sin que desaparezca la resonancia lírica. Hubo nuevas ediciones de Poesías completas, en 1928 y 1933, con la aparición de dos apócrifos, -Juan de Mairena- y -Abel Martín-, más un tercero que se llama como el poeta, que son autores de los nuevos poemas y de comentarios en prosa. También pertenecen a esta época algunos sugerentes desarrollos poéticos del surrealismo. En 1936, publicó un libro en prosa, Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo, que constituye una colección de ensayos que le presentan como uno de los prosistas menos convencionales del siglo XX. La guerra le impulsó a escribir poemas de tipo circunstancial y político, como ocurre en La guerra, de 1937, que no desdicen de su producción anterior. Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero

SUPONGAMOS… [Mi poema]
Hugo Lindo [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Supongamos que hallamos a un puntito
en medio del bullicio entre la gente
y a tu chepa se sube y pega un grito
que se escucha de Oriente hasta Occidente.

Supongamos que, así suene inaudito,
él es un burro andante y va volando
y que accede a un estrado y saca un pito
y el tipo envalentona allí pitando.

Imagina que él fuera un elefante
que entregando va leche a domicilio,
se cree que es un punto equidistante,
y canta por la noche como un grillo.

Dejemos la razón por un momento,
pensemos que se encuentra levitando
perdida en lo más hondo de un aliento
y a todo lo que encuentra va retando.

Creyendo que es vulgar ventilador
que a broza a la que pilla va beldando,
protestando pues siente un mal olor
y sufre incontinencia y va apestando.

Poner, es suponer, aquí soñando
que en vez de ser quien es, es un borrico,
si así fuera, no siga imaginando
que deja ya la pluma y cierra el pico.

Que aunque finge, su ingenio prodigando,
va echando a tomar viento sus cuartetas,
que invadieron su mente, delirando,
para no oírlas más. Y a hacer puñetas.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Hugo Lindo

No es esto

¿No és ésto?

No es esto
lo que quiero decir.

Ni esta otra cosa.

Y cada vez que pienso una palabra
digo
o es esto,
no.

Cubre una red sonora
un extenso vacío.

Quiero cantarlo todo
desde el centro
de su más pura realidad,
desde el milagro
que vibra en tierra
y vuelva el sentido y aire y fuego y agua,
desde la elemental
y dormida sustancia de la arena
hasta el metal dorado
que hace brotar las lámparas del día.

No es esto,
no.
Todavía no es esto.

Mejor borremos una a una, todas
las palabras escritas.

No.
Todas, no.

Bien pudiera haber una,
quizá solamente una,
que lo diga.

Dimensión de la esperanza

Tierra, madre marchita y ampulosa,
Madre vencedora y vencida,
Regazo de la hiena y de la mariposa,
Del santo y del homicida:
Creemos en tu ruda maternidad, en tu dolorosa
Pasión de ser el sitio de la vida.
Creemos en tu lloro fecundo
Que hace crecer la mies y madura la poma
Y riega sobre el mundo
Con excelsa locura
La virtud, el amor y la aventura,
Y el trino y el color y el aroma.

Y pues somos creyentes de tu rito,
Apáganos ya el grito
Del hombre mutilado, de la virgen desnuda,
Del niño escarnecido y de la viuda…

Brillen de nuevo en la campiña
Los prados de esmeralda,
Y florezca la niña
Que recogía moras en su falda.
Sea dado rezar como otras veces
—mas no al igual que los abuelos
que elevaban sus preces
al reino de los cielos:—
Mezclada la oración con el trabajo,
Vencidos los blasfemos,
Dios será con nosotros aquí abajo.

Y entonces rezaremos,
Puestos a la otra orilla de la guerra,
Con el pecho frutal, con el alma encendida,
Una oración, de pie como la vida:

“¡Padre Nuestro que estás en la tierra…!”

De la poesía

I
Bien: es lo que decíamos ahora.
Encenderse de lámparas sin motivo aparente.
Alzar copas maduras
y beber los colores de la nieve
como quien bebe alas de paloma
o brinda con angélicas especies.

II
Claro: lo que decíamos ahora.
¿Para qué detener en las palabras
lo que se va por ellas, y revierte
en el propio minuto del encanto
a su silencio tenue?
¿Para qué definir lo que pudiera
relatarse jeroglíficamente?

III
Exactamente: de eso hablábamos.
De no decir el nombre de las cosas
ni aquella calidad de las aprieta,
sino sólo su sombra,
mejor dicho, el milagro
sonoro de su aroma.
Dejar que las palabras
por sí solas,
tomen hacia el prodigio
la ruta aérea de las hojas.

Amada mía

Amada mía: ¡el tiempo, el tiempo!
¿Qué sabemos nosotros de sus alas
o de sus garras?…
Todavía gira
La racha de un aroma deleitoso.
Todavía tus dedos
Tiemblan con un temblor de ramas tiernas
Cuando arrimo a tu ser mis soledades
Buscando el agua lenta de tus ojos…

¿Pero quién profetiza? ¿Quiñen nos graba
en la piedra y el bronce? ¿Quién nos dice
que en la marea de tu pelo un día
no se posen gaviotas extranjeras?

¿Quién asegura que el destino es firme
cuando el destino asoma por mis voces
y te dice un arrullo transitorio
disfrazado de ilímite esperanza?

Créeme eternamente este minuto,
Pero sólo el minuto, eternamente.

¡Maravillosa flor la flor de escarcha
que huye de sus aristas y su forma
para trocarse en lo que no sabemos
y dejarlo de ser al otro instante!

¡El tiempo, el tiempo, el tiempo!…
¿Qué sabemos nosotros de sus aguas
ni cómo nuestras velas de ternura
hallarán su horizonte o su naufragio?

Amada mía: el tiempo es tiempo de aire,
Y más de aire nosotros que volamos
Entre el arrullo dulce de un segundo
Y el silencio del polvo innumerable.

Créeme eternamente este minuto,
Pero sólo el minuto, eternamente.

Última fuga

Era volviendo la emoción arriba,
Trasponiendo la leche de los astros
Hasta llegar al corazón del día
Por nuestro propio corazón de barro…

Era olvidando el grito y la sonrisa,
La móvil trayectoria del gusano,
La dimensión y el fuego de la herida
Que nos convierte en huéspedes del llanto

Era yéndome a patrias imprevistas
Por caminos de amor, cilicio y canto:
Como San Juan, como Fray Luis solían
Vagar en la neblina de los páramos:
Como Teresa fuerte, dulce y fina
Se iba en la miel de sus silencios altos…

Era así, renunciando a nuestra ínfima
Condición de pupilos del espacio,
La posesión exacta de la huida
Y el inefable beso del milagro.

Hondura del dolor

¡Qué lección aprendiste de la tragedia, oh tierra!
Se te empapó la carne de silencio infinito,
Las cruces te brotaron como árboles de guerra
Y las aves trocaron su canto por el grito.

Sentiste que corría sobre tu piel la ausencia,
Que el llanto de los hombres te calaba los poros,
Que hasta la hierba estaba urgida de clemencia,
Que eran de polvo y sangre los ansiados tesoros.

Viste pasar la inmensa caravana de viudas
Con los hijos a cuestas. Los jóvenes de antes
Retornar con las cuencas vencidas y desnudas,
Con los miembros rasgados, lívidos y sangrantes.

Laceró tus oídos el lamento blasfemo
De aquél que fue a la muerte por el amor asido,
Y retornó a encontrarse con el dolor supremo
De la copa vacía y el lecho envilecido.

Escuchaste el crujido de la máquina fuerte
Que sucumbió al empuje del enemigo artero,
Y al capitán marino que desafió a la suerte,
Lo hallaste entre residuos de carbón y de acero.

Limonero del patio

Limonero del patio, yo recuerdo
tu matinal constelación dorada,
tus maduros planetas en el suelo
cantanzo zumos de amarillas gracias;
tu manera sutil de estar volando
en la invernal atmósfera del agua,
mientras en tu ramaje, las chiltotas
eran mudos ovillos de fragancia.

Recuerdo tu amorosa continencia,
tu dulce charla de hojas agitadas
y la quietud celeste que subía
hasta el perfume en tus dormidas aguas.

Y luego, a tu redor, manos inquietas,
nudos de voces, coros de algazaras
festejando inocentes, tu escondida
población de luciérnagas intactas.

Me fui de ti. Mi corazón te añora,
¡verde pilar de aromas en la infancia!
Mi soledad te busca en libros viejos,
cartas de amor y flores disecadas,
yendo corriente arriba por los años
a la acidez impúber de tu estampa.

Y me entristece a ratos tu recuerdo,
el frutal abandono de tu dádiva,
porque en tu olor se me enredó un cariño
y con el tiempo se ha tornado lágrima.

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