A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

DICEN…¡HABLADURÍAS! [Mi poema]
Alejandro Collantes de Terán [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Y un día apareció, sin saber cómo,
y otro día se fue, no importa cuando,
mas dicen que alguien vio que iba paseando
por ese palomar como un palomo
con las alas cortadas musitando.

Dicen, los que aseguran que le vieron
que andaba dando tumbos su alma en pena,
prisionero arrastrando una cadena
y ese traje de rayas que zurcieron
con hiel y que produjo su gangrena.

Dicen, lo digo yo que fui su amigo,
que nunca pudo ser lo que él quisiera
que el tiempo vino a hacer que se pudriera
durmiendo al cielo raso cual mendigo
pues no encontró en la vida una asidera.
©donaciano bueno.

Dicen...que esas son #habladurías? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Alejandro Collantes de Terán

RONDEL DE DON PRESUMIDO

Sí. Si tuviera naranjos
de hoja larga, verdeviva,
sí, si tuviera naranjos
la calle te rondaría.

Si tuviera olor de patios,
surtidores de agua fina,
arroyo de piedras bajas,
y estrellas de celosías,
si tuviera olor de dulces
la calle te rondaría.

Balcones de resolana,
ventana de anochecida,
y en una quiebra del suelo
una cadena de hormigas
que se me llevará el tiempo
que la espera muy deprisa,
si tu calle fuera así,
la calle te rondaría,
como no es así tu calle
no he de rondarla en la vida.

LA HUERTA DEL REY (Fragmento)
[….]En medio se ve la casa,
la noria en su terraplén,
una alberca de tres fondos
y un merendero chinés
– Begonia, Yerbaluísa –
y un merendero chinés [….]
Las siete y las ocho

Por entre la noche
no se ven las horas,
se duermen los números,
las manos se borran.

De un aguijonazo,
el minuterillo
las VII alborota
y a las VII y media,
el frío, la ropa
fría, el agua y
el recuerdo, toman
por el cuerpo triste,
por el alma sola.

Dios. Labor. Arriba,
las VIII, con sol,
la mañana borda.

LA OFRENDA DE LAS DOS ALAS

No le mires de ese modo,
déjale beber su vino
sobre la rosa y el lodo;
porque hay tiempo para todo
y para todos, camino.

II
No le dispares tu flecha,
que será flecha perdida
y vuelve a rimar la endecha
de la vereda derecha,
luminosa y florecida
de tu vida.

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JUEGOS DE NIÑOS [Mi poema]
César Arconada [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Hoy no existen juguetes, que los juegos
se han tornado en programas y consolas,
allí es donde se embarcan siempre a solas
para ser los esclavos de sus egos,
de tiros y pistolas.

Los niños de hoy ignoran que hubo un día
en que el juego consistía en compartir
los sueños por las ansias de vivir
e impedir se dictara una amnistía
pudiendo resistir.

Adalides de un dios imaginario
enfrentado a malvados y truhanes,
la espada hecha de palo, ganapanes,
de un supuesto sublime imaginario
plagado de desmanes.

Que eran tiempos de trapo y hojalata,
caballitos tallados en madera,
dispuestos a agrandar al que quisiera
la ficción cual si fuera una fumata
pues que era la repera.
©donaciano bueno
Alguien conoce hoy la tuta, el hinque, la dola...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  César Arconada

¡Vive Dolores!

¡Qué dolor aquel día, camarada,
qué sobresalto ahogaba los latidos,
qué nube empañó las alegrías
cuando dijeron:
Está nuestra Dolores en peligro!
Mientras de gozo aullaban los chacales,
mientras los torvos buitres enemigos
graznaban de alegría en los aleros
de sus viejos palacios y castillos,
a la orilla del Tajo, un ruiseñor
expresaba su pena en dulces trinos
y en Aragón bajaba la mirada
por no llorar un viejo campesino,
y en Bilbao un obrero junto al yunque,
su angustia repicaba en el martillo,
y en cualquier fría sierra de Castilla,
en el regazo de la madre, un niño
pedía que le hablasen de Dolores,
porque ella era canción en sus oídos…
¡Qué dolor por los valles y los montes,
qué dolor por collados y caminos,
qué dolor por los viejos olivares,
qué trémulo dolor llevan los ríos!
¡Qué dolor el de España,
qué dolor el del pueblo, el de sus hijos
cuando se supo:
la vida de Dolores, nuestra madre,
está en peligro!
Y la pena de ayer es ya alegría,
y luce el sol que nubes empañaran,
y el corazón en nuestros pechos late
con ritmo de gozosas esperanzas
y el rumoroso viento mensajero,
desparramando albricias, va hasta España
para decir:
¡Dolores vive!

Eternamente Stalin

España tiene luto de crespones,
sobra de cielo y amargor de hiél,
sangran pena y dolor los corazones,
los pueblos, ya por siempre, están sin Él.
Y del las olivar ondas sediento del Tajo, de y más el arrullo sombra,
Cesar M. Arconada 59
y la flor de Granada en su capullo
su nombre amado con tristeza hoy nombran.
Mas Él presente sigue en valles, angosturas,
llanos de sol y pedregosas cumbres,
y torna en viva luz las amarguras
y hace leve la triste pesadumbre.
La fragua de su causa el temple acera,
su nombre alas de audacia da a la gente,
donde está su palabra y su bandera
brota la lucha en caudalosa fuente.
Porque nos dio el aliento con que escribe
la hazaña el héroe y el amor la vida,
en el alma de España Stalin vive,
nuestro pueblo español jamás le olvida.
Jamás ha de olvidar que cuando España,
revuelta en sangre y en traición sañuda,
ya era vendida inerme a gente extraña,
Él nos tendió su generosa ayuda.
Tronchaba la metralla flor de niño,
turbión era la vida, el canto lloro:
tomó Él las flores bajo su cariño
y de aquella semilla hizo un tesoro.
Y la madre española, madre de luchadores,
hoy con su corazón en duelo preso,
quisiera junto al féretro colocar unas flores
y en la frente estampar el postrer beso.
En la lucha del pueblo Stalin vive
y en la lucha nos lleva a la victoria.
¡Quien abraza su causa eternidad recibe,
porque eterna es su causa, eterna es su gloria!
(España Popular, México, 652, 27 de marzo de 1953)

Y LOS PUEBLOS DE ESPAÑA…

Y los pueblos de España también lloran
por el sol apagado, por el cielo
de negro tul vestido, por la aurora
hecha en la sangre espanto, frío y hielo.
Los hombres de Madrid y Guadarrama,
los del Ebro y Teruel, los impulsivos
mozos que combatían en la llama
del Batallón Stalin entre olivos;
los que hoy su nombre escriben en los muros,
los que dicen su nombre en las canciones,
los que mueren al alba del futuro
con su nombre en los bravos corazones;
esos sencillos hombres hoy sin gozo,
el pobre campesino y el obrero,
la cariñosa madre, el viejo, el mozo,
la guardia armada de los guerrilleros,
bajan los ojos y repliegan alas,
y con sus férreos puños de semilla,
una lágrima enjugan que resbala
cual perla de dolor por sus mejillas.
Y con el mismo puño húmedo en llanto,
que el dolor aunque inmenso nunca abate,
hoy por Stalin juran, sin quebranto,.

A Alberto,

en Moscú, 1960

Que todos te atoleden, toledano,
es justo, como al Tajo dar laureles,
pues la pura verdad, no corre en vano
la Sagra por tus venas y pinceles.
Pero tú no eres sólo olivo y llano,
camino carretero y cascabeles,
pan y cal de Castilla, y hortelano
de cantos, huesos, cerros y alcaceles.
Venero de bondad, luz de alborada,
justicia y rebeldía aquijotada,
por los hombres amor, eso eres tú.
La España torrencial y luchadora,
la España viva ayer y viva ahora,
más un pico y veinte años en Moscú.

CUENTAS GALANAS

Y en Washington sus cuentas echan los mercaderes
de la guerra y del crimen y del odio y de la horda:
El pueblo es dócil. Franco nos da plenos poderes.
Compramos un tesoro por cuatro perras gordas.
Sobre este río un puente. Que vayan los expertos
a ver los yacimientos de azogue, cobre, plomo.
Que se explore el calado de los mejores puertos.
Haremos en seguida más de treinta aeródromos.
Minas, costas, mesetas, ciudades y poblados…
Nos da Franco de España sus riquísimos dones.
Y por si fuera poco, nos ofrece soldados
seguros y aguerridos.

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A LA BENDITA PATATA [Mi poema]
José María Quiroga Plá [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Fue una noche de vino y aguardiente
como el hecho en la Biblia se relata
que Dios mismo creara una simiente
tan preciada, agradable y consistente
nombre dando después a la patata.

Y es quizás, pues posible es me lo invente,
que bendita la hiciera una beata,
pues milagro es mostrarse tan crujiente,
cuando apuntas y vas a hincarle el diente
y observas como cruje y te delata.

Que capricho es de dios para indigente,
para el negro y el blanco y la mulata,
se muestra tan jugosa y complaciente
cuando sabes llevarle la corriente,
y siempre al paladar se muestra grata.

Y así fuera que dios en su torpeza
de adornarla por fuera se olvidara
dotándola de un halo de belleza,
si te adentras por dentro la corteza
es seguro al probar te compensara.
©donaciano bueno

Como ocurre con los humanos, la #belleza está en el interior? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José María Quiroga Plá

La ventana…

La ventana… Una ventana
para orear y asomar
el corazón a la mar
perennemente lejana

y ver pasar, por el zarco
fondo de la atardecida,
la estela de nuestra vida,
múltiple con tanto barco,

con tanto salto del viento
y con tanta isla desierta,
con tanto rumbo no escrito.

¡Ventana! Y el pensamiento
como una pupila abierta
de asombro ante el infinito.

¡Qué aljibe de claridad…!

¡Qué aljibe de claridad
la plazuela del convento!
Se le duerme encima el viento
y en derredor la ciudad,

ciñéndola como tapia
entre cuya tosca piedra
cuarteando va la hiedra
memoriales de prosapia

en tanto, por el bardal,
descuelga en hebras morosas
la atardecida su miel

hasta el desmayo carnal
con que se aplasta en las losas,
pisado y sucio, un clavel.

Abre los ojos…

Abre los ojos. Ahora
ciérralos, para mejor
aquilatar el primor
con que dibuja la hora

su hermosura, en filigrana,
a través de la hermosura
somera, en que a fondo apura
su paleta la mañana.

Y si tu cámara oscura
a dar por trasunto al día
formas de capricho empieza,

no pienses que desvaría:
que también la fantasía
se llama naturaleza.

Deja dormir el pasado

Deja dormir el pasado,
en subterráneo desierto,
con su vago olor a muerto
y su cielo abovedado.

No caces en él. Reserva
tu atención apasionada
para oír, de madrugada,
crecer el sol y la hierba.

En la cantera del día
aprende a picapedrero;
a ser herrero, en la fragua

de la pena y la alegría.
Corta la flor del romero,
que no se la lleve el agua.

La realidad reflejada

Para Guillermo y Francisco Rello, mis buenos amigos

En el silencio obscuro de la noche,
ha pasado la estudiantina por la calle
en una lírica estela de armonías…

(¿Qué viejo dolor has despertado en mi alma
-¡oh romántica música!-
Y con qué nueva lanzada
laceraste mi corazón?)
Oyendo los sones fugitivos,
he sentido ascender en mí
-tal una irisada y cristalina burbuja
en la paz de un remanso-,
de lo más recóndito de mi pecho
hasta los labios,
la caricia leve y susurrante
de un nombre de mujer, inefable.
Y el nombre, al salir de mi boca,
Se ha deshecho en un largo suspiro…

Allá en el cielo,
una estrella ha parpadeado;
el saetazo diamantino de una fuente
dijérase que, en su borboteo,
tiene un reprimido trémolo de angustia.
Una flor blanca se ha deshojado…

(¿Qué viejo dolor has despertado en mi alma
-¡oh romántica música!-
y con qué nueva lanzada
laceraste mi corazón?)

CUANDO te vuelva a encontrar…

CUANDO te vuelva a encontrar,
mañana, esta tarde, acaso
dentro de un mes, ante un vaso,
en el cine, en un bazar,

quién sabe si en la parada
de un autobús… Bastará
una sonrisa quizá,
apenas una mirada,

y, como dos colegiales,
nos iremos de la mano,
a descubrir otra vez,

bajo los arcos triunfales
del atardecer urbano
el mundo en su desnudez.

En Madrid y Marzo de 1919.

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ESTO ES JAUJA (o el mundo feliz) [Mi poema]
José Moreno Villa [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Vivimos en un mundo de plúmbeos pedigüeños,
allí es donde aprendemos el mismo abecedario
-quien no llora no mama-, y así es desde pequeños.

Queremos una casa, pedimos un salario,
se ruega una ayudita, nos libren del abismo,
por madre, por cada hijo y a costa del erario.

La educación gratuita, la sanidad, lo mismo,
nos saquen de penurias, nos libren del mal fario.
todos los practicantes de un mismo catecismo.

Que pague el papá Estado pues él tiene el dinero,
nosotros pobrecitos, somos desheredados,
metan más funcionarios, basta de ser austero.

Subamos las pensiones y a los desocupados,
así sean iguales o sean diferentes,
que todas las penurias tengan los días contados.

Seamos exquisitos, no huraños, complacientes,
todos iguales, justos, ausentes de torpeza,
con los que pasan hambre, los pobres indigentes.

Vivamos consecuentes con la naturaleza,
ecologistas sabios, que nadie una flor mate,
cuidemos el planeta que él es nuestra riqueza.

Qué lindos animales, que nadie les maltrate,
para comer no maten, eviten los azotes,
que nadie les estrese, cometa ese dislate.

Que los niños aprueben, así resulten zotes,
sean vagos o traviesos, del profesor mofando;
si se caen no rían, que nadie ponga motes.

Si el arca no resiste pidámoslo prestado
para sacar a flote a nuestro chiringuito,
subamos los impuestos a costa del que ha ahorrado.

Es la marimorena, que aquí todo es gratuito,
viviendo así felices con el riñón forrado,
que pague quien lo pague que a mi me importa un pito.
©donaciano bueno

Que aquí el que #no_llora, #no_mama? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José Moreno Villa

LA VERDAD

Un renglón hay en el cielo para mí.
Lo veo, lo estoy mirando;
no lo puedo traducir,
es cifrado.
Lo entiendo con todo el cuerpo;
no sé hablarlo.

A JACINTA NO SE LE CONOCE EL AMOR

Así es Jacinta
dictadora siempre del mundo de sus líneas.
Jamás sensiblera
jamás caediza,
jamás inflada o roma,
pesada o cautiva.
Nadie le conoce el amor
sino el que comparte su penumbra tibia.
Todos conocen su elasticidad,
o su aspecto de diana esquiva.
Sólo uno conoce el declive
de su alma cuando amor la visita.

A MI HIJO

Vienes, hijito, cuando ya la luna
domina todo el cielo de mi vida.
Cuando suplanta el búho
al ruiseñor vivaz y tempranero.

Vienes cuando tu padre
no sube ya los montes;
y prefiere, callado,
mirar cómo fue todo, cómo todo
se fue quedando atrás en el camino.

Déjame tu manita de Arzobispo,
manteca más que carne, leche viva,
que mañana será mano de obrero
con alma de señor.

Tu manita expresiva,
que agarra el biberón con impaciencia
y, a medida que bebes,
se afloja, se separa,
se mueve alegremente
como rama nutrida en busca de aire.

Déjame ver tus ojos, que ya miran
los colores y formas de las cosas
sin entender el alma;
casi, casi lo mismo que tu padre.

Tus ojitos que ya me reconocen,
que ya ven en los míos algo tuyo;
que ya se ven en mí
como yo en ti me veo, flor tardía.
Y ríeme al llegar, cuando aparezco
en el breve escenario de tus ojos.
Ríeme así, con ancha boca, encías,
paladar, boca intacta,
boca sin dientes, todavía entrañas,
color de corazón oxigenado.

Ríeme, flor tardía.
y borra así la raspa
de haberte dado cita
en un mundo que ofrece y nunca cumple.

BAILARÉ CON JACINTA LA PELIRROJA

Eso es, bailaré con ella
el ritmo roto y negro
del jazz. Europa por América.
Pero hemos de bailar si se mueve la noria,
y cuando los mirlos se suban al chopo de la vecina
Porque, —esto es verdad—
rito exige su capilla.
¿No, Jacinta?
Oh, Jacinta, pelirroja, peli-peli-roja
pel-pel-peli-pelirrojiza.
Qué bonitos, qué bonitos, oh, qué bonitos
son, sí, son, tus dos, dos, dos, bajo las tiras
de dulce encaje hueso de Malinas.
Oh, Jacinta,
bien, bien mayor, bien supremo.
Ya tenemos el mirlo arriba,
y la noria del borriquillo, gira.

CARAMBA 1

Con el almejón
—ojos de mar, de párpados duros—
anda el bisturí
de mi pluma Steffen mojada en carne de Taití,
rezumante de sueño tse-tse
y voz de café.

Pero en la cerveza
radica el secreto maravilloso de la almeja,
como dice el fraile a la canonesa.
¡Ca… ram… ba,
qué frío por la escalera!

COLOQUIO PATERNAL

La luna reina como pocas noches.
Camináis lentamente.
Llevas a tu mujer como si fuera
un ánfora sutil que el tacto rompe.
¿Cómo será?… ¿Será niñito el hijo?
¿Sus ojos serán grandes y expresivos?
¿Lo quieres ya sin verle?
Lo quiero ya porque eres tú conmigo;
porque no puede oler sino a nosotros;
porque tiene el color de nuestra carne,
por ser carne de entrambos.

En idilio paterno
camináis bajo el sueño de la luna
con otro amor que la pareja novia;
con un amor que pesa en las entrañas,
no aquel que vuela sin dejar prenderse.

Ya no es anhelo Amor, es fruta hecha.
Y os queréis como quiere
el escultor sus manos.
Hay gratitud en este nuevo amor.
¿Gracias a Dios? ¿decís?, pero pensáis
gracias a ti, además.
Y luego con inmensa y muda voz:
gracias a todo, a todo,
a la luz, al momento, a los jardines,
al cielo, a los volcanes, a los ríos,
al aire que mecía tus cabellos
y a la estrella que vimos en el aire?.
Luego, tú, el padre,
en un silencio breve, pero lleno,
dijiste para ti:
¿Viene del viejo mar, soy como un mito;
acaricié la vida
como un alma pagana;
pero viví también la oscura selva
que tortura a las almas religiosas;
y, al fin, cuando mi edad
es luna, tiempo y muerte,
hago esta flor sencilla
en un vaso muy joven. Soy un loco.?

La pareja siguió pensando al hijo.

CONGOJA

Súbitamente,
al bajar la tiniebla,
te sentí muy lejos,
en una región indefensa
y a merced de todas
las grandes inclemencias.

Te sentí borrosa
y plañidera;
el corazón sin ancla
y sin vela.

DESPUÉS DE TODO ERAS TÚ LO QUE YO BUSCABA

En las letras de un cantoral,
entre la retama y el jacinto serrano,
en el ancho mar, en la taberna inquieta,
en el fondo de la copa verde,
después de todo eras tú lo que yo buscaba.
Preguné muchas veces a las guías turísticas
dónde suspira el lugarejo ignorado por la epopeya;
pregunté a los filósofos por la llave del secreto;
fuí devorando pregunta a pregunta mi vida,
y después de todo resultas tú lo que yo buscaba.
Pude leerlo en mil detalles:
verte y enmudecer,
verte y olvidarme del mundo,
verte y hablar luego por las calles solitarias,
verte y sentir el cuerpo,
verte y huir hacia los confines de mí mismo.
Desmadejado y alma en pena,
emaginé que lo mejor era llorar en los ocasos,
ler los libros místicos
y contribuir a la redención de los débiles.
Y, en todo, en todo, en absolutamente todo,
no había más qu ela busca de tu persona.
Sí, después de todo eras tú la búsqueda.
Y aquí declino ya todo examen y toda crítica.
Tú, con tus faltas y tus sobras;
tú, con tu maravilloso complemento rubio a mi color de bronce.

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Carpe Noctem – Aldous Huxley

No hay futuro, no hay más pasado,
ni raíces ni frutos, flores pasajeras sólo.
Túmbate tranquila, túmbate tranquila y la noche perdurará,
silenciosa y oscura, no por un espacio de horas,
sino eternamente. Déjame olvidar
todo menos tu perfume, todas las noches menos ésta,
la pena, el infructuoso llanto, el pesar.
Sólo túmbate tranquila: este lánguido y suave embeleso
florecerá al borde del sueño y se esparcirá,
hasta que no haya nada más que tú y yo
abrazados en un silencio intemporal. Pero como
el que, condenado a morir, por la mañana estará muerto,
yo sé, aunque la noche parezca eterna, que el cielo
antes que el sol del mañana pronto se iluminará.

Comentario Aldous Huxley, célebre por su obra de ficción y sus ensayos, autor mundialmente conocido por su novela ‘Un mundo feliz’, encontró, sin embargo, en la poesía, desde su más tierna infancia, su primer y mejor vehículo de expresión, hasta el punto de convertirse en su primera vocación literaria. A pesar de haber labrado su carrera literaria como novelista y ensayista, nunca dejó de ser poeta.

OH, DIOS, NO TE COMPRENDO [Mi poema]
Pedro Pérez Clotet [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

No te comprendo, Dios, no te comprendo,
ni comprendo a este mundo y a sus guerras,
que nunca acierto a ver lo que tú encierras,
si dices la verdad o estás mintiendo
o eres malo, tan malo que me aterras.

¿Por qué, si tú eres uno e indivisible,
hay otros que se arrogan el derecho
a hacerte pupa a ti. Y así que, horrible,
no sepa a quien creer? Que inamovible
me acerque hoy hacia ti con mi despecho.

Dios, tú, pobre dios, que nos hiciste,
a tu imagen real y semejanza.
O es que poco después nos confundiste
y en nuestro corazón creaste un quiste
o hiciste atravesar con una lanza.

Si nadie ha de tomar tu nombre en vano
¿a qué viene levanten tu bandera
los que quieren reivindicarte? Hermano,
ese es mi dios, de apodo ciudadano,
el resto aquí será lo que dios quiera.
©donaciano bueno

Es cierto que tendríamos que ser #Dios para #comprenderle? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Pérez Clotet

Ya no se ven los ojos

Ya no se ven los ojos
por tu arroyo de plata,
ni el sol finge en el monte
una ciudad dorada.

Ya eres sólo un pedazo
de esa tierra desnuda,
fea y árida,
donde el hombre deshoja,
rosa de yelo, el alma.

¿En dónde te escondiste
paisaje de la infancia”

Oh, qué triste música

¡Oh, qué triste música,
viejo árbol en el suelo!

Antes, las tiernas aves
te colgaban su acento
más claro, sus más dulces
albas, y su voz de oro
te regalaba el cielo.

En cambio, ¡Oh pobre árbol!
en tu ramaje seco
sólo vibra ahora un coro
de pájaros de hierro,
que se pierde en el bosque
como un negro lamento.

¡Qué triste, sí, tu música,
viejo árbol en el suelo”

La noche de San Juan

¡San Juan –San Pedro-,
noche ancha, noche clara
De deseos!
Azul profundo, distante
lleno de estremecimientos.
Bengalas de olor de auroras
en los balcones del cielo.

Sumiso pueblo esquivo

Sumiso pueblo esquivo -cal y nube-,
hoy como ayer un agua fugitiva
tras cada posesión; tras cada goce
un aguijón de cálidos beleños.

Hoy como ayer, mañana como siempre,
tan cierto amor que crece en el olvido.

Porque sí

Porque sí, porque cada mirlo
lleva su azul y tierna
primavera en el pico.

Porque sí, porque cada viento
levanta olas de humo
en la lluvia de enero.

Porque sí, porque cada estrella
trae su noche prendida
en su temblor de seda.
Porque sí,
la razón mas cierta.

Cifra de la mañana

Vuelan ceros en grácil primavera,
vuelan por el claror de esta mañana
sostenida de enero,
ya la nada, ya torres de creciente valor,
las torres que se olvidan de su dulce camino
para labrar collares de humanas seducciones.

Pero no, no hay país
encumbrado en el ala de una nube,
no hay simas, minas de oro, paraísos
brotados al capricho de unos ojos.

Fulgura el sol helados corazones, derrumba
la brisa oro y azul. Y tu verdad
se hace dócil Guadiana por el aire.

Tu verdad—¿anchos ceros desnudos, tiernas joyas? —
llega extraña, dispersa, balbuciente,
verdad de árbol, de pájaro, de río,
de nieve, de colina, de horizonte…

Y cruje la mañana y su medalla
se cubre humos lentos, de altos mohos.
¡Y acaso entonces cruza con el viento
el brillo de la cifra salvadora!

Más allá del amor

Si en el amor la noche nos abrasa,
no es del amor el límite tan sólo
la profunda tiniebla. Dulce pluma
también le brinda el pálpito inefable
del misterio remoto, en voz, caricia.
Pluma o trémula llama que nos funde
con la pasión ardiente -¡oh puro fuego!-
de tantas altas noches inmoladas
noches del alma claras, trascendidas.
Nunca el amor, hoguera de la noche,
que en las divinas luces se contempla,
mas soledad nocturna de los hombres.
Nunca el amor, si el hombre sabe amarlo,
luz de nieves más tristes y fugaces.
Cuando en las noches negras desvalidas.

NOCHE TOTAL

Negro silencio. No temas
que esta noche se te escape
de las manos, alma, esta
eterna noche del mundo

Como un ave se ha posado
en el pretil de tus ojos.

Como una fugaz violeta
de negrura se ha enredado
a tus manos, palpitante.

No se siente ni el halago
de la nieve en el sendero.

Ni se adivina la espada
desvelada de la estrella.

Ni se vislumbra el brillante
girón del cielo en el río.

Ni siquiera sueña el agua
sus altos sueños de espuma.

El duro cielo no tiene
esos vivos horizontes
verdes, amarillos, granas,
de las noches del estío,
carruseles de los ojos.

El cielo está quieto y mudo.
Perdido en la munda tierra

Abraza bien, alma mía,
la hogaza de esta gran noche,
eterna noche del mundo.

Esta noche fugitiva,
que se ha posado en tus ojos.

Negro silencio. No temas
que esta noche se te escape
de las manos, alma, esta
eterna noche del mundo

Como un ave se ha posado
en el pretil de tus ojos.

Como una fugaz violeta
de negrura se ha enredado
a tus manos, palpitante.

No se siente ni el halago
de la nieve en el sendero.

Ni se adivina la espada
desvelada de la estrella.

Ni se vislumbra el brillante
girón del cielo en el río.

Ni siquiera sueña el agua
sus altos sueños de espuma.

El duro cielo no tiene
esos vivos horizontes
verdes, amarillos, granas,
de las noches del estío,
carruseles de los ojos.

El cielo está quieto y mudo.
Perdido en la munda tierra

Abraza bien, alma mía,
la hogaza de esta gran noche,
eterna noche del mundo.

Esta noche fugitiva,
que se ha posado en tus ojos.

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COLOFONIA – A UN PINO RESECO [Mi poema]
Hugo Mayo [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

(Romance heroico)

Sonora esa palabra, colofonia,
¡qué gratos los olores de la miera!
los pinos cuando envuelve la neblina,
del aura en una tarde cenicienta.
Sumiso, triste ese árbol decadente
sajado por el vientre en su corteza,
las lágrimas soltando hasta la pica
cual sangre que se exhuma por las venas.
Mullido el susurrar de la tamuja,
septiembre el paraíso de las setas,
el vuelo sin parar de los gorriones,
las liebres con su hogar, las madrigueras.
Su fin siempre al acecho pues la daga
un día ha de truncar las emociones,
la carne hecha serrín o hecha viruta
o tablas si es que el cuerpo así dispone.
Recuerdos que devuelven al pasado
onírico de un niño y sus vivencias,
del monte susurrante aquel misterio,
los sueños incipientes de un poeta.
©donaciano bueno

Es preciso #soñar para ser #poeta? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Hugo Mayo

ME IDENTIFICO

Soy Hugo Mayo, un poeta distinto
Soy a mi manera
–Como temo intoxicaros, olvidad que soy poeta
Les permito llamarme como quieran–
Al mundo llegué, según mis padres, el día domingo,
Cuando apenas el alba se pintaba
Noviembre 24 señalaba el calendario
Mi cuna: un fondeadero; Manta
Manta entonces era pequeña y paupérrima
Hoy, puerto con rompeolas, ciudad que maravilla,
Aunque le pese a cualquier otro puerto
Mi rebeldía, como mi mar, la doy en tumbos
Poseo la reciedumbre del algarrobero
Mis primigenios: un bosque y un océano
Así, la engendración de savias y aguasal,
a no dudarlo, he sido, soy y sigo siendo

Un día, resuelto, «le torcí el cuello
al cisne de engañoso plumaje» que cantaba
Los patocuervos no me perdonaron
Buscaron en bandada atacarme en mi reducto,
pero los desplumé; y, apenas si pudieron
No contentos me llamaron el verdugo del verso
Sin embargo, sigo siendo Hugo Mayo,
un poeta distinto. Soy a mi manera
«El primer hombre de nuestra más alta poesía»,
dictamen de un Aedo
Aún más, vadeando lo imposible, publiqué
«Motocicleta», revista que proclamó la revuelta
Si miento, acaso, en varias Antologías
Estoy de cuerpo entero.

LA VIDA ES UN TRASPIE

Si digo «treinta y tres» -orden del médico-
me golpea mi propio yo adentro
Y hasta me voy hundiendo
y el tapeteado corazón se bate a solas
No sé si pido lo imposible
Que aunque me resulta un quitasueño
la vida es un traspié buscado
Y a mi manera cruzar la mar intento
Pero hay agua maligna en sus mareas
Y a qué esa señal que no descifro
si en la espelunca donde me encierro
escribo mi vida en un poema.

LA RECETA FATAL

Sardesco un perengano
se marchó sin lograr la paciencia
percelando su barba
pero se detuvo cuando vio le perseguía
un perro Collie propiedad de un peluquero
«La Risa Seca» -la peluquería-
tenía un letrero:
«Sólo de 12 a 1 se atiende a forasteros»
El Sardesco recordó
lo que le dijo una gitana:
«Para viajar hay que afeitarse
y tomar un taxi tranquilamente
una mañana o antes».

VISION DE ESQUINA

A Antonio Bellolio,
clínico de la línea.
A NADIE LE INTERESA

La soledad en que habito
es igual a un corazón cazado a tiros,
después de una tormenta
Si nada de esto importa,
siempre en las noches río,
como la muerte,
frente a un zaguán cerrado
Puede dejarme un precipicio,
el sitio que se esconde
Para evitarlo,
pongo mi sombra en ángulo
Pero, a nadie le interesa
si me tropiezo con la vida
la víspera de un viaje.

POEMA PARA UN DISCO

La sombra de mi sombra me persigue
Con poemas de Neruda y de Vallejo
despierto el corazón cuando amanece

Alfa soy en los muelles de la espera
La lluvia de mi cielo me bautiza
Como el caimán enamorado intento

Busco las siete lunas del suicidio
y apago en mi ventana la esperanza
Tengo citas secretas con mis versos

Marco el punto y coma de mi vida
Me negué hospedar una ironía
y tallo en palisandro mi figura

Botero en los lagos de la duda
a mansalva ahogo mi cumpleaños
Me alimenta la espiga de mis sueños

El novio de la noche sigo siendo
En mi mantel tendido para cenas
poemas de Neruda y de Vallejo

LA TOS DEL CERDO

Hasta me voy de filo cuando muerdo
la tentación del carretero
de fumar la distancia en un cigarro
Pero desarmándome en medio de la calle
estoy de estos engaños
Recordé lo del tango
«A mí me toca emprender la retirada»
Sin embargo de atrás una noticia traigo
La tos del cerdo ha sido siempre
un caso clínico polémico

SEPELIO DEL PAPAGAYO K

A José María Eguren

En la loma de los limoneros
ochenta y siete papagayos lo enterraron.
Yo también.

Por caminos torcidos de maizales secos,
con inquietadores asobios lejanos.
Yo también.

Con la preñez clandestina de cabras morenas,
y el parpar de unos patos montunos.
Yo también.

En la loma de los limoneros
ochenta y siete papagayos lo lloraron.
Yo también.

Bajo una llovizna mojando, angustiada.
Oyendo chirridos de grillos salvajes.
Yo también.

Mientras dos caloyos huían, atontados;
y un rano, reviejo, miraba tristón.
Yo también.

Entre los humazos de unos pajonales
y el mugido fúnebre de un buey.
Yo también.

Desde la loma de los limoneros
ochenta y siete papagayos regresaron.
Yo también.

Con el vientecillo que esconde la siembra.
Por entre senderos que abrió el leñador.
Yo también.

Trayendo el silencio del asno paciente.
Brindando hospedaje a un hondo pesar.
Yo también.

Con espinaduras de los cardoncillos.
Un guabo tendido en la sombra negra.
Yo también.

A la loma de los limoneros
ochenta y siete papagayos van los martes.
Yo también.

HOMENAJE A MANTA

“Manta, mi ciudad y mi cuna
¡Te saludo de pie, enardecido,
buscándote en la noche de tu origen!
Aquí tu hijo que un día se alejó,
igual a muchos, sin decirte palabra,
trayendo el corazón para estrellarlo,
y poniendo un beso de amor sobre tu suelo
¡Suelo en el que hice bailar cuando era niño,
un muñeco de felpa y un trompo de hojalata!.
“Manta, mi ciudad y mi cuna
El mágico ancladero. El puerto que embelesa.
¡Un poema engastado en el Pacífico!
Me acoge tu inmenso mar con su oleajes,
Y está golpeando duro.
Los vientos, desatados, me saludan,
grabando sinfonías en las jarcias
De tus mujeres, un dormido verdor
sobre los ojos, alegra mi llegada
La casa donde nací, la vieja casa,
me ha esperado impaciente años muchos.
Quiso el tiempo guardarla cual reliquia,
capricho que he cercado con mis lágrimas.
De mi pasado ya casi nada
A veces un recuerdo redivivo.
Mi silabario donde aprendí está enterrado
No hay cruz que lo señale
Sólo queda mi amor que es infinito, amor sin riendas,
Mayor que en su pasado.

Pero hay algo que me turba,
Que va arraigándose en mi estada
El anchuroso abrazo que viene de mis padres,
Transidos en su tumba.

Manta, mi ciudad y mi cuna
Te saludo de pie, enardecido,
Izando banderolas de alegría.
Toda mi sangre ardiente en homenaje
¡Mi explosión es un júbilo!
Si pudiera robarte,
En holocausto daría mi propia vida
Sin embargo, ¡cómo te roban mis retinas,
cuando mi inspira una puesta de sol
sobre tu océano!

DESIREE LUBOWSKA

Molinete hidráulico.
Naufragio en la visión irresistible.
Curva sobre el horizonte.

Espiral enigmática
que descontorsiona la penumbra
en hélices pluricolores…
Célula de la locura cuerda

Logaritmo embrujado
en un espasmo oceánico.
La Danza encontró sus péndulos
en tus senos vibracionistas…

Todo el pentagrama
se multiplica con tus dorsos caderales.

El declive de tus ojos
pluraliza la invitación a tu órbita
de desnudeces voltaicas.

Amalgama
con el vacío.

Pleamar
rebosada por el maremoto de los ritmos.

Ebullición
en el panorama de la musicografía.

Unica clave
en el noviformo sensualismo astral.

Tempestad dispersa:
el imán de tus pies
varía el rumbo de los hemisferios…

LA DENTADURA Y EL AMOR

Las cosas son así, hay que aceptarlas
aunque pesquemos sin quererlo
un pequeño resfriado
Que un diálogo de besos

podría cambiar la dentadura
frente al amor que arde
Sanseacabó es cierto
si alguien presta pronto la suya
Los odontólogos van a cerrar
sus clínicas ante este anuncio
«Se alquilan dentaduras de asnos»

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REVIVIENDO… [Mi poema]
Pedro García Cabrera [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Hoy he vuelto, después de algunos años
al sitio donde un día yo naciera,
la iglesia sigue enhiesta, no hay rebaños,
las casas con su adobe con apaños
y el río casi seco en la ribera.

Rindiéndole al ayer pleitesía
dando chance a mi impulso freudiano
he hablado con la gente que allí había
que extraños para mí, no conocía
agarrando a mis nietos de la mano.

Solo viejos, algunos me saludan
y firman mi visita con un hola,
que en pié siguen allí pues nunca mudan
y se echan a temblar cuando estornudan
temiéndome aparezca alguna estola.

Y he vuelto a recordar aquellos años
y adornar mis historias de un señuelo,
la plaza y sus oscuros aledaños,
el rollo y la picota y sus peldaños
la estatua allí colgada de mi abuelo*.

Me he sentido feliz, aunque algo triste
por el paso del tiempo y la añoranza
al ver lo que pasó, que ya no existe
retornando a Madrid, como si un quiste
me hubiera apuñalado con su lanza.
©donaciano bueno

Imborrables los recuerdos de la infancia? Share on X

*En la fachada de mi casa natal, en Zazuar (Burgos), cuelga la imagen de cuerpo entero de mi abuelo Carlos Bueno tallada por él mismo con el siguiente lema: «Amo y constructor de dichas obras. Año 1932.

MI POETA SUGERIDO:  Pedro García Cabrera

A la mar voy todavía

A Luis Hernández Alfonso, en Madrid

Dime tú, mar, ahora ¿a qué naranja
he de tender mi frente?
¿Debo arrancar de cuajo tus arenas,
golpear tus rumores,
escupir tus espumas,
matar tus olas de gallina de oro
que sólo ponen huevos de esperanza?
La paz te he suplicado y me la niegas,
mi ternura te ofrezco y no la quieres.
Pero algo he de pedirte todavía:
que no hagas naufragar a mi palabra
ni apagar el amor que la mantiene.

Aún mi mano en la mar, así lo espero.
(La esperanza me mantiene, 1959)

Nana de una Isla

Ella había nacido para el mar.
Las curvas de su espalda,
desde muy pequeñita,
tenían cumpleaños de olas.
Se despertaba
con rumores de playa en los costados,
con sus cabellos de alga en las arenas
y el pez de la sonrisa
nadándole los labios.
Crecíase hacia adentro,
hacia sus libertades submarinas,
que tomaban el sol abriéndole los ojos
en tirones de sueños y resacas.
Por la noche soñaba con sirenas.
Un día se fue al mar:
iba llorando soledades.
Una lágrima fue su salvavidas.
De ella tomó volcán, intimidad y contorno.
Y se quedó flotando entre las aguas.
Ahora es una isla que llaman Tenerife.
(Vuelta a la isla, 1968)

A mi sobrina

María de los Ángeles García Soto

Un día habrá una isla
que no sea silencio amordazado.
Que me entierren en ella,
donde mi libertad dé sus rumores
a todos los que pisen sus orillas.
Solo no estoy. Están conmigo siempre
horizontes y manos de esperanza,
aquellos que no cesan
de mirarse la cara en sus heridas,
aquellos que no pierden
el corazón y el rumbo en las tormentas,
los que lloran de rabia
y se tragan el tiempo en carne viva.
Y cuando mis palabras se liberen
del combate en que muero y en que vivo
la alegría del mar le pido a todos
cuantos partan su pan en esa isla
que no sea silencio amordazado.
(1964)
(Las islas en que vivo, 1971)

Islas del despertar

Basta de ser colillas apagadas
del cenicero de los mares.
Ombligos de la sed,
sólo un placer de humanidad nos puede.
Vivimos como ardemos y pensamos,
con nuestro sentimiento de volcanes
y la melancolía de estar solas.
La pirotecnia de un amor de fondo
nos acelera el ir aunque parezca,
de tan veloz, cronómetro parado.
Esperar no es un fin.
Borrón y cuenta nueva a la molicie
de rumiar soledades.
Nuestro malotaje de esperanzas
no oculta el puño de la rebeldía.
Y hemos roto el pijama del silencio.
Ni somos descendientes
de una lengua cortada
ni queremos sudar hiel y vinagre
ni seguir siendo súbditas
de una feria de olvidos.
No deseamos otras pertenencias
que no sean las alas de los vuelos.
(Ojos que no ven, 1977)

Piloto de mi muerte

Cuando el hielo le gane la partida
a la hoguera en que ardo,
cuando ya sea mito mi existencia,
enterradme en los bordes de la mar,
donde sigan las olas defendiendo
la libertad que siempre ha fecundado
la isla de mi cuerpo,
el timón nunca roto
que dio rumbo a mis pasos
y me llenó las venas de horizontes.
Vida tendré mientras mi sueño viva
y su rumor levante mi palabra
desde los pies del agua sin fronteras
hasta las sienes de la eternidad.
(Desvirgando soledades, 8-V-79)

Polución

Ahora sí que estamos en capilla.
Ningún juez ha firmado la sentencia
para dejar de ver el rostro de los días,
los cabellos del aire,
los pies de las montañas.
Las fábricas se salen con las suyas:
inmolan
lo que aún nos quedaba en el haber.
Y la muerte produce dividendos
en esta sociedad a tumba abierta
que llaman de consumo.
Hasta a la mar le duele el horizonte,
la soledad de nuestra compañía.
Está perdiendo el aire los pulmones,
la mar sus esperanzas
y los ríos sus muslos sin regazo.
Y no digamos nada de las penas
de quienes van la noche trabajando
para dar con el alba.
Haced un plebiscito.
Y que voten los árboles
con sus nidos vacíos,
las aguas con sus peces flotando a la deriva,
las desprovistas madrigueras.
Y que voten también los desiertos,
las islas, las arenas,
los cestos de basura de las calles,
el beso de los novios y los cines.
Sí, votemos por el sueño de la vida
los que estamos al borde de la muerte.

(Ojos que no ven, 1977)

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A OSCURAS [Mi poema]
Concha Zardoya [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo andando sólo voy en compañía
de mi alma cual valiente aventurero.
Me paro a reposar donde yo quiero
que, triste, voy vendiendo mi alegría,
y aireando el desespero.

A solas viajo yo con mi conciencia
que ausente me acompaña ensimismada,
metiéndome en tamaña encrucijada
armado de una dosis de paciencia
y un aura despintada.

Camino sin saber bien hacia a donde
el polvo del camino me conduce,
a oscuras, mas se ve la luna luce
aparece, reluce y luego esconde
si ve no me seduce.

Mas sé que siempre han sido las neblinas
las sombras que anduvieron a mi lado,
las mismas que en mis sueños me han culpado
de ser un timorato y que mis ruinas
yo me las he ganado.

Pero qué cosa es la conciencia? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Concha Zardoya

En otra orilla

(A Rosalía de Castro)

En otra orilla estás, en donde sueñas
con el Sar y sus aguas de ceniza,
con montes grises y árboles desnudos,
con las dolientes brumas de las rías,
los tristes charcos negros de la lluvia
y el largo, largo viento que gemía.

En otra orilla estás, ya sin campanas,
pero sueñas aún con esas íntimas
aguas de hondas fuentes que lloraban
por desvalidas aves fugitivas.

Y la verde frescura de los campos
en la noche se acerca hasta tu orilla.
En la otra ribera te acompañan
los sueños que soñaste en la vida,
cumplidos ya, colmada primavera
de tu alma dulce, pura, sensitiva.

Y el más largo silencio de los muertos
te da su paz y larga compañía.

La noche

«Duérmete» —dicen
los que no duermen.

Se abren las sombras:
sus brazos te mecen.

Las aves del sueño
en ellas se ciernen.

Tus ojos, despacio,
a un pozo descienden.

Los pájaros, hondos,
tu sueño protegen.

Dormida, te salvan
de voces que temes.

Dormida, la noche
te vela sin verte.

Dominio del llanto

¡Ay! La tierra que habito, sin dinteles
se ofrece resignada al verde llanto
que de la nada viene al universo,
dominando en el centro de los ojos.

Hasta el cariño es agua de tristeza.
Hasta el cariño es césped vulnerable.
Y de lágrimas nacen las violetas,
el suave musgo negro de las ruinas.

¿Duros cielos que buscan el olvido
Propagan el dolor sobre la nieve?

¿Duros cielos agolpan, tumultuosos,
las legiones del llanto en los países?

¿Son los ángeles fieros, despeinados,
huidos del Señor y de sus tronos?

¿Son los caballos ciegos de los bosques,
en galopar frenético, sin rumbo?

¿Son las manos del viento, enloquecido,
golpeando las torres y los senos
de las vírgenes nubes, de las niñas
que lloran sin saber los sueños tristes?

¿O es el rayo de Dios que incendia y pide
torrentes de dolor para apagarse,
o refrescar la sed que tiene viva
con el llanto crecido entre los hombres?

Y el corazón se estalla como un fruto,
calcinado de amor bajo los árboles:
el compasivo llanto le convierte
en una roja flor desesperada.

El abanico

Ha cerrado tu mano el abanico
y sonreír tu boca sólo sabe
en dulce faz que el tiempo no ha borrado
todavía.

Desde tu ayer me miras y su niebla
encubre días, noches, largos años.
Más joven que yo eres, madre mía,
y parece que buscas un refugio
que yo quisiera darte sin dudarlo.

Hija mía
serías tú… Soy vieja —ya lo sabes—,
mas tu cuna sería el corazón
que no envejece nunca en su ternura:
en él te mecería dulcemente.

Y mecer tu sonrisa yo sabría.
Tu abanico ha de abrirse al nuevo aire
con ademán feliz y gesto suave:
la gasa rasgaría de gris niebla.

Trasvasadas sonrisas tuyas, mías,
unirán el pasado y el presente.
Han trasvasado amor de las dos almas:
se abre el abanico lentamente…

Y de nuevo a tu lado soy ya niña
y tú madre otra vez, con tu abanico
que abres y reabres sonriendo.

La cabra que danza

a trompeta del fauno
acompaña la danza:
gira y brinca a la sombra
de un arbusto, la cabra
que al son mágico baila
de un alegre comás
de música inventada.

Espejo antiguo

Mitad en sombra,
mitad en luz,
el espejo es ventana
o caverna difusa
que se adentra
en un callado espacio
sin salida.

Estatuilla de Concha

Itálica belleza sobrenace
al mirar la estatuilla que recibo
de una mano amiga:
trasciende como un éxtasis o sueño
que se había perdido.

Desnudo casi

Desnudo casi,
¿mirando lo que escribo
ante tus ojos?
¿Aquel lejano punto
que te miraba a ti,
luminosa pupila
que entonces te veía
desde su oscura cámara
para que yo pudiera
hoy contemplarte
con íntima ternura
de renovada infancia?
No importe que yo dude:
tú me sonríes. Basta.

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UN MAL PASO [Mi poema]
Manuel Adrián López [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Pongamos yo soy malo y tú eres mala,
que tú eres petulante y yo un pillín,
que soy en este juego el comodín
y tú eres la belleza que resbala.

Pongamos que me acerco y te protejo,
cual fuera aquel valiente Sandokán,
me pides que te acerque hasta el diván
y me haces el amor y yo me dejo.

Pongamos, suponer, que nos amamos
y logras ascenderme hasta el parnaso
y allí somos los dos que resbalamos.

Esta historia es secuencia de un mal paso,
ausente el qué dirán. Que lo creamos,
si incierto es o verdad no hace hoy al caso.
©donaciano bueno

Puestos a poner...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Manuel Adrián López

Volví a leer sus versos memorables

premiados por origenistas
jueces de manos tiznadas.
Fui en busca de una pista
indagué en las profundidades de sus libros
me sumergí
dejé que el sargazo de pueblo polvoriento
me asfixiara.
Disequé la lombriz
me disequé a mí mismo
introduje el bisturí
sin temblarme la mano.
Debo pretender que todo ha sido una pesadilla
el resultado del Zoloft
mezclado con el vino.
Me he convertido en minero
excavador en busca de evidencias.
Recolecté las historias que iban llegando de:
Isla de Pinos
Shenandoah
Pinar del Río
devoradas por el comején de una isla.

El altar ha colapsado.
Su grandeza ante mis ojos.

Lo peor de ver a un hombre sin máscara

no es su verdad.
La verdad es circunstancial
se manipula
se le puede aplicar una pátina
ese verde gris
de las ánforas griegas
la nostalgia de un objeto hallado a la entrada
del cementerio
o una canción de un trovador oportunista
“huracán no atormentes mi sol/suficientes celajes oscuros
soporta el amor.”
Escuchar planes de guerra
falsedades para reubicarse
puede causarle a uno
mínimo…
un huracán interior.

Ves desfilar los episodios combatientes
desoladoras imágenes recibidas con el cuerpo desnudo
con el fusil erecto
vistiendo cierto antifaz
intentando hacerte sucumbir
ante un nuevo plan despiadado.
Lo peor de ver a un hombre sin máscara
es no poder recuperar ni un solo verso
única posesión suya
de valentía
herramienta efectiva para la seducción.

Vuelve el sablazo de la madrugada

se oye el silbido de un pájaro
que no lo es
más bien un hombre herido
vacunado con lo que ha podido pagar.

Nunca aprendí a silbar.
He cambiado caricias
por paseos
por un ostensorio
que ahora brilla en espera
de ser comprado
por otro falso religioso.
Se confunden mis pesadillas
con la música del drogadicto.
Él busca un respiro
debajo de las escaleras
y yo me mantengo
escondido
detrás de las persianas
espiándolo.

No he superado las madrugadas.
No he logrado tomar café en la mañana
con otro que lo quiera hacer conmigo.
No miro a este hombre repulsivo a los ojos
por temor a parecérmele.

Desprenderse

pisar el abismo.
Sí pisarlo.
Tocar su pared con la yema de los dedos.
Es rocosa
áspera
color berenjena.
Te hacen un recibimiento de alfombra roja
esperan paciente
a la primera arcada.
Han ido aplicándote el veneno
microscópicamente
gotas agridulces
para que no te enteres del plan.
Eres un adicto
y este es tu proceso de desintoxicación.
O lo rebasas
o te quedas en la ceremonia de premios
que han inventado
los de capuchas marrón
los de sonrisas ahuecadas.
Esos que te persiguen
desde la niñez.

Es domingo y uno debe barrer los pisos de madera

lustrarlos
aunque es imposible de borrar la evidencia.
Aquí han vivido asesinos.
Dentro de estas cuatro paredes
salpicadas por la angustia
han masacrado sueños.
Es evidente del derrumbe que ha existido.
Apuntalados han permanecido.
Esta casa es una carnicería de barrio
las moscas se amontonan
sobre los muslos rollizos
sobre los pies deformes
entre las grietas que ha ido creando
la decepción.
(Todos los poemas pertenecen al libro inédito, El abismo en los dedos)

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El gran amor  José Angel Buesa

Un gran amor, un gran amor lejano
es algo así como la enredadera
que no quisiera florecer en vano
y sigue floreciendo aunque no quiera.

Un gran amor se nos acaba un día
y es tristemente igual a un pozo seco,
pues ya no tiene el agua que tenía
pero le queda todavía el eco.

Y, en ese gran amor, aquel que ama
compartirá el destino de la hoguera,
que lo consume todo con su llama
porque no sabe arder de otra manera.

 

CUENTAN DEL LOCO PANERO [Mi poema]
Enrique de Mesa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cuentan del loco Panero
que un día fue al editor
y le espetó: vea señor,
aquí le traigo un florero
y en el mismo hay una flor.

El editor recelando
al ver que un papel sacaba
pensó que un tonto del haba
a él se la estaba dando
mientras un ojo guiñaba.

¡Vive dios, a ver que es eso!
dijo esforzando el gaznate
a ver, menudo dislate,
mas me gusta, que es avieso,
es distinto, un disparate,

que es digno del mejor vate,
es perfecto, original,
no he visto en tiempo otro igual.
Sin hacer ningún regate
le felicito, chaval.

Aquí tiene mil pesetas
y otros tantos de la lana
le daré cada semana.
Le prometo, que a poetas
no les pago con tal gana.

De este modo, de esta guisa
cada viernes puntualmente
el poeta aun incipiente
se dio a conocer. Premisa:
creer y ser insistente.
©donaciano bueno

Un #loco muy cuerdo...? Share on X

Así es como, dicen, se dió a conocer el gran poeta Leopoldo María Panero

MI POETA SUGERIDO:  Enrique de Mesa

«Voz del agua»

Era pura nieve,
y los soles me hicieron cristal.

bebe, niña, bebe
la clara pureza de mi manantial.

Canté entre los pinos
al bajar desde el blanco nevero:
crucé los caminos,
dí armonía y frescura al sendero.

No temas que, aleve,
finge engaños mi voz de cristal.

Bebe, niña, bebe
la clara pureza de mi manantial.

Allá, cuando el frío,
mi blancura las cumbres entoca:
luego, en el estío,
voy cantando a morir en la boca.

Tan solo soy nieve,
no me enturban ponzoña ni mal.

Bebe, niña, bebe
la clara pureza de mi manantial.

«De sol, silencio y soledad cercado,
huidera la pasión, la razón quieta,
lo más puro del alma se destila…»

«Erótica»

Cayó sobre tu espalda
la llama de tu pelo,
y quemó la blancura
su ondulación de fuego.

Entre los áureos rizos,
por el amor deshechos,
yo vi calientes, húmedos,
brillar tus ojos negros.

Sin desmayar, erguidos,
redondos, duros, tersos,
temblaron los montones
de nieve de tus pechos.

Y de amor encendida,
estremecido el cuerpo,
con amorosa savia
sus rosas florecieron.

El clavel de tus labios
brindaba miel de besos,
y fue mi boca ardiente
abeja de sus pétalos.

De la crujiente seda,
que resbalara al suelo,
emergió su blancura
tu contorno supremo.

Y al impulso movido
de ardoroso deseo,
se cimbró entre mis brazos
y quedó prisionero.

Me abrasaban tus ojos.
Me quemaba tu aliento.
Y apagó las palabras
el rumor de tus besos.

Tierra hidalga

Es la Mancha. La llanura
solitaria, sin un brote,
que entimbrara la locura
del hidalgo Don Quijote.

El solar rancio, manchego,
donde persiguen los ojos
un espíritu andariego
por los surcos de rastrojos.

Al noble loco de antaño,
muerto de melancolía,
pues la cordura al engaño
de la razón le volvía.

Nobles manchegos varones,
no ensoñéis un ideal;
adormid los corazones
quietos en el pegujal.

Dulce luz el campo baña.
Yérguese con señorío
de la iglesia, la espadaña,
sobre el blanco caserío.

Silencioso campanario
que, discreto, no importuna
el coloquio milenario
de la tierra con la luna.
[1905]

“Voz del agua”

Era pura nieve,
y los soles me hicieron cristal.

bebe, niña, bebe
la clara pureza de mi manantial.

Canté entre los pinos
al bajar desde el blanco nevero:
crucé los caminos,
dí armonía y frescura al sendero.

No temas que, aleve,
finge engaños mi voz de cristal.

Bebe, niña, bebe
la clara pureza de mi manantial.

Allá, cuando el frío,
mi blancura las cumbres entoca:
luego, en el estío,
voy cantando a morir en la boca.

Tan solo soy nieve,
no me enturbian ponzoña ni mal.

Bebe, niña, bebe
la clara pureza de mi manantial

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EL LOCO – Leopoldo María Panero

He vivido entre los arrabales, pareciendo
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces,
he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas
y aprendido a nutrirme de lo que suelto.
Fui una culebra deslizándose
por la ruina del hombre, gritando
aforismos en pie sobre los muertos,
atravesando mares de carne desconocida
con mis logaritmos.
Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla
y que mis padres me sedujeron para
ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos.
He enseñado a moverse a las larvas
sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír
cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran.
Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar,
y decían con los ojos «fuera de la vida», o bien «no hay nada que pueda
ser menos todavía que tu alma», o bien «cómo te llamas»
y «qué oscuro es tu nombre».
He vivido los blancos de la vida,
sus equivocaciones, sus olvidos, su
torpeza incesante y recuerdo su
misterio brutal, y el tentáculo
suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies
frenéticos de huida.
He vivido su tentación, y he vivido el pecado
del que nadie cabe nunca nos absuelva.

Comentario Leopoldo María Panero fue un poeta nacido en Madrid en el año 1948 y fallecido en el año 2014 en Las Palmas de Gran Canaria. En su familia no ha sido el único en interesarse por la poesía; su padre, quien falleció cuando Leopoldo tenía tan sólo catorce años, y su hermano también se dedicaron a la lírica. Sin embargo, el dato que resalta de su vida personal es que por más de tres décadas, decidió vivir en la reclusión de los hospitales mentales, luego de repetidos ingresos en centros psiquiátricos que había enfrentado desde su juventud. A pesar de llevar una vida que a simple vista puede resultar dura, Panero ha sabido capitalizar sus puntos fuertes y nunca ha dejado de escribir, produciendo obras de diversos géneros que le han valido premios y reconocimientos en más de una ocasión. De sus libros publicados destacan los poemarios «Por el camino de Swan» y «Last River Together», con su famoso poema «La canción del croupier del Mississipi», las obras en prosa «Dos relatos y una perversión» y «Papá, dame la mano que tengo miedo», y los ensayos «Mi cerebro es una rosa» y «Prueba de vida. Autobiografía de la muerte».

C’EST LA VIE [Mi poema]
Atahualpa Yupanqui [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Vivir es consumirse lentamente,
echar leña y pasión a cada instante,
seguir siempre de frente hacia adelante,
borracho disfrutando en el presente
cual caballero andante.

La vida es estertor, escalofrío,
así Damocles roce con su espada,
tratando de salir de la manada,
haciéndole algún guiño al albedrío
o dando una patada.

Que vivir sin soñar no trae a cuenta,
un peñazo, es un tocho, muy aburrido,
sería más mejor no haber comido
pitanza que ha salido tan grasienta,
como un pedo fallido.

La vida sin amor, una cagada
¡qué pena de Calisto y Melibea!
la historia interminable de una tea
que antes de dar a luz ya está apagada
o muerta en la pelea.

¿Què decir del humor? una pedrada
con saña y con furor a la alegría,
azúcar y limón que en la sangría
te indica que sin ella no eres nada
de jugo está baldía.

No pediste venir y aquí has venido
cual pollo desnortado sin cabeza,
comienzas a sentir por qué alguien reza
e intentas comportarte presumido
mostrando tu torpeza.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Atahualpa Yupanqui

Destino Del Canto

Nada resulta superior al destino del canto.
Ninguna fuerza abatirá tus sueños,
Porque ellos se nutren con su propia luz.
Se alimentan de su propia pasión.
Renacen cada día, para ser.
Sí, la tierra señala a sus elegidos
El alma de la tierra, como una sombra, sigue a los
seres
Indicados para traducirla en la esperanza, en la pena,
En la soledad.
Si tú eres el elegido, si has sentido el reclamo de la
tierra,
Si comprendes su sombra, te espera
Una tremenda responsabilidad.
Puede perseguirte la adversidad,
Aquejarte el mal físico,
Empobrecerte el medio, desconocerte el mundo,
Pueden burlarse y negarte los otros,
Pero es inútil, nada apagará la lumbre de tu antorcha,
Porque no es sólo tuya.
Es de la tierra, que te ha señalado.
Y te ha señalado para tu sacrificio, no para tu
vanidad.
La luz que alumbra el corazón del artista
Es una lámpara milagrosa que el pueblo usa
Para encontrar la belleza en el camino,
La soledad, el miedo, el amor y la muerte.
Si tú no crees en tu pueblo, si no amas, ni esperas,
Ni sufres, ni gozas con tu pueblo,
No alcanzarás a traducirlo nunca.
Escribirás, acaso, tu drama de hombre huraño,
Solo sin soledad …
Cantarás tu extravío lejos de la grey, pero tu grito
Será un grito solamente tuyo, que nadie podrá ya
entender.
Sí, la tierra señala a sus elegidos.
Y al llegar el final, tendrán su premio, nadie los
nombrará,
Serán lo «anónimo»,
Pero ninguna tumba guardará su canto ..

Caminito del indio

Caminito del indio,
sendero coya
sembrado de piedras.
Caminito del indio
que junta el valle
con las estrellas.

Caminito que anduvo
de sur a norte
mi raza vieja
antes que en la montaña
la Pachamama
se ensombreciera.

Cantando en el cerro
llorando en el río,
se agranda en la noche
la pena del indio.

El sol y la luna
y este canto mío
besaron sus piedras,
camino del indio.

En la noche serrana
llora la quena
su honda nostalgia.

Y el camino sabe
cuál es la coya
que el indio llama.
Se levanta en la noche
la voz doliente
de la baguala.
Y el camino lamenta
ser el culpable
de la distancia.

El Poeta

Tú piensas que eres distinto
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte
más allá de las estrellas.

De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar,
eres como un pobre ciego
que no sabe adónde va…

Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan
por un pedazo de pan.

Poeta de tiernas rimas,
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas
del hachero y sus miserias.

Vive junto con el pueblo,
no lo mires desde afuera,
que lo primero es ser hombre,
y lo segundo, poeta.

Si una guitarra triste me dijera

Si una guitarra triste me dijera
que no quiere morir entristecida,
me pondría a rezar sobre su herida
con tal de recobrar su primavera.

Si un triste trovador hoy me pidiera
un poquito de luz para su vida,
toda la selva en fuego convertida
para su corazón yo le ofreciera.

Mas, de poco valió la proclamada
pujanza de mi anhelo, si callada
la muerte te llevó, Daniel Reguera.

Pasa tu zamba por la noche oscura,
y el eco de tu voz en la llanura
sigue buscando luz y primavera.

El Grito (poema)

El corazón es un arco.
Casi no cabe en el pecho.
Y vuela quebrada arriba
El grito de los arrieros.

Peligro, marcha, atención.
Coraje, pena, despecho.
El grito salta en las piegras
Atropellando el silencio.

Alegrías pasajeras.
Sombras que duelen adentro.
Angustia de cien caminos
Tienen los gritos del cerro.

Poncho azul y colorado.
Buen caballo y buen apero.
El corazón, como un arco
Que ya no cabe en el pecho.

Y en la mitad del camino
Un grito que llena el cerro,
Diciendo cosas distintas
Aunque parezcan lo mesmo.

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La vida a veces” – Jaime Gil de Biedma

La vida a veces es tan breve
y tan completa que un minuto
– cuando me dejo y tú te dejas –
va más aprisa y dura mucho.

La vida a veces es más rica.
Y nos convida a los dos juntos
a su palacio, entre semana,
o los domingos a dar tumbos.

La vida entonces, ya se cuenta
por unidades de amor tuyo,
tan diminutas que se olvidan
en lo feliz, en lo confuso.

La vida a veces es muy poco
y tan intensa -si es tu gusto-
Hasta el dolor que tú me haces
da otro sentido a ser del mundo.

La vida; luego, ya es nosotros
hasta el extremo más inmundo.

Porque quererse es un castigo
y es un abismo vivir juntos.

[su_url de youtube=»https://youtu.be/vv-bDYCcU1I»]

QUÉ TRISTE ES ESCRIBIR… [Mi poema]
Alma Pérez Canela [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Qué triste es escribir sin que te lean,
echarte a navegar sin tener barco,
sin pies para meterlos en un charco,
ni luz alrededor y que te vean
así pongas un marco.

Sin rumbo ir rebotando a la deriva
con alma de ignorante o de indigente,
sin madre a que adorar, que no esta viva,
sin ansias de volar en parapente
cual ave que es furtiva.

Qué triste es soportar a la tristeza
y a un dios no percibir que encomendarte,
ni flor a que admirarle su belleza
o a ti mismo mirarte y no encontrarte
tocando tu corteza.

O ser sin sol de algún paraje oscuro
cual agua vaga absorta por el río,
colilla descolgando de algún puro
o ser un estertor de escalofrío
la espalda de un vil muro.

Sentir que estás ahogándote en tus flemas
sin nadie que a salvar venga al rescate
y llega dios a darte jaque mate
y observas con dolor cómo te quemas
tan loco de remate.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Alma Pérez

Amo la Vida

Amo la vida ..
me aferro a ella
como se aferra el firmamento.
a sus misterios , luceros , y estrellas.

La gran energía que fluye a mi espíritu;
a el emanar sangre por mis venas;
nutre mi alma filtrada de dichas,
filtrada de amores , metas , y penas.

Un «ENTE «existente…
sacia las fibras de mis sentidos
«AMO LA VIDA «…siempre latente …
bella y efervescente.

«Celia Cruz» «Reina de la Salsa»

Símbolo del ritmo latino . Esencia del sabor caribe.
Nunca olvidó en sus cantos corazones contritos,
marginados seres , ni el sueño de una Cuba Libre.

«Bienvenida Seas » ; Anfitriona de Coros Celestiales «.
Así te reciba San Pedro cuando a su puerta llames.
Angeles … y arcángeles celebrarán tu arribo al cielo.

Y tu dirás ; el saludo convencional y presto :
«Azúuuuuucaaa ,,,,Azúuuuucaaaa «.
En esa dimensión ; continuarás tu vida eterna .

Con gozo estarás ; junto a tus primogénitos ; Beny Moré ,
Compay Segundo -e – inolvidable Tito Puente.
Y … Jehová exclamará a la balanza del Perdón :
» !Aleluyaaa …Aleluyaaa !

Y … celebrará tu sencillez , perseverancia , tenacidad ,
paciencia , comprensión y amor ; de ¡ cuarenta …y tantos años !
junto a Pedro ; (tu cabecita de algodón ) .

Desde el paraíso verás …
-a infieles maridos en llamas ,
y ufana cantarás aquella famosa balada …

«Que le den candela ;
que le den castigo
que lo echen a la olla
y que se cocine en su vino.

Eres y serás ; «única en tu gremio «.
Aunque reluctantes , pero con resignación …
hoy deseamos … descanse en paz tu alma .
«Celia Cruz Reina de a salsa .»

Con Extasis Medito …El Universo

Silencio en las estrellas , y miles de galaxias proveen
de lumbre al universo . Alguna vez erró el astrónomo ;
creyendo su color de un verde intenso . ¿Acaso ignoraba ?
que a mezcla de colores, no es mas intenso el verde sino el rojo .

«Tierra » … tu atmósfera disemina …
una porción del componente azul del sol ;
y nos brindas el color azul del cielo .

¡ Oh sol; te adoro ! cuando luces brillante … seductor …
un resto de mezcla de luz , menos azul ;
y nos das un color amarillento .

Emites intensamente el verde ,
donde tu energía solar es mas fuerte .
Visión humana , ¡que equívocas respondes !
a mezcla de otros colores , y el color verde intenso .
En mis planetas y estrellas favoritas …

Marte, Antares y Arturo ;
hay tantos misterios y maravillas ,.Marte en el mes de junio ,
su superficie absorbe óxido de hierro ; y con preferencia
refleja . parte naranja del espectro .

«Antares» ( nombre griego ) ,
Honras tu nombre cuando hacia el sur alumbras …
gran parte de la noche , – e – igualas – a – » Marte» ; tu rival.

«Arturo » … nombre varonil que apasiona . Emites un color
anaranjado . ¿Porqué omites … el color verde intenso ?
¿es el crema pálido -o – blanco , el color del universo ?

Vidas

Vidas rectas … y curvas.
Vidas con soberbia … por avaricia.
Vidas con lascivia … por la ocasión.
Vidas … con repudio por la diferencia.

Vidas trágicas … por elocuentes victimarios.
Vidas con caridad … por aparente democracia.
Vidas con orgullo por honor.
Vidas con envidias … por lo ineptos.

Vidas que luchan …. por ilusiones.
Vidas que sufren … por seres inmolados.
Vidas que olvidan los mandamientos.
Vidas que se aferran a la vida.

Vidas con ideas … » pre – históricas «
» moderna artillería » … si;
pero … añejas tácticas de guerras.
Vidas … que mueren en vida.

Vidas …en absurda lucha.
Vidas vidas en el desierto….
y …por «lógica de lo ilógico»; se esfuman.

Vidas que rieron … vidas que lloraron.
Vidas … que alguna vez ; amaron.
Vidas … vidas … vidas ….
que mercenarios truncaron.
«Y dijo Jehová … No Matarás ?

Si Yo Fuese Santa Claus

Viajaría con mi armónica en mi lindo trineo.
Cantando villancicos, y prodigando bendiciones;
– a – corazones contritos.

!Si Yo Fuese Santa Claus! «Iniciaría Decretos»…
Donde el rico y poderoso; el pobre – el – humilde,
el pre – potente, y hasta el demente…
sus ideas donaran; – a diálogos de paz.

Si Yo Fuese Santa Claus! «Convertiría Los Mísiles»
y Armas Caóticas; en Salud… Abrigo y Hogar.
Y para el «Aguijón del Hambre «…
a quienes lo sufriesen; el «Mendrugo… el Pan».

!Si Yo Fuese Santa Claus! «Colmaría de Virtudes»:
Vigilia; – a – centroamericanos; en el » Mercado Común».
Intuición; -a – suramericanos, en el «Mercosur y Pacto Andino».
Entereza – Y – Sabiduría; -a – caribeños en el «Caricom».

Si Yo Fuese Santa Claus; seria mi patria un paraíso.
Al pasar mi trineo por Panamá; Puente del Mundo,
y Corazón del Universo», como presente otorgaría:
Por oro: Sabio Consejo. Y por plata: Un Aviso:

Observar; como «Mirilla Microscópica» el T.L.C.
Evitar la soledad en «El Canal de Panamá»;
ignorando el «viejo Ego»; de «Maravilla
Imprescindible», y «Auto -Eficiente «.
«Fe; Unión y Creatividad».
Las soluciones factibles…
-a- Prosperidad y Mercado Libre.

Si Yo Fuese Santa Claus….
Habría un convenio. Una Biblia.
Sin omitir consonantes, sílabas, – o – vocales.
Todo esto haría «YO». Y mucho… pero… mucho más…

!SI YO FUESE SANTA CLAUS!

Patria Idolatrada

«PATRIA …IDOLATRADA»…
«Desde Mi Exilio.»

«Arpegio de ilusiones»…
me inspiró «El Caudillo Eterno»;
y en alas desertoras …a tierras extrañas…
mi alma …te llevó cautiva.

Mi corazón; añorándote insistente…
contrito por tu ausencia;
fué escalando su agonía …
destrozando así imperioso …su prepucio frágil.

¡Indescriptible momento ! …precioso … sutil …
en el que hice caso omiso;
a vanas emociones…
equívocas pasiones … y riquezas deleznables.

¡PATRIA …IDOLATRADA!
¡cuánto añoro tu regazo!
con regocijo en mi espíritu …
seré de ti …cautiva eterna …
besaré tu suelo ardiente… y retornaré a tus lares.

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Boca de llanto me llaman – Jaime Sabines

Boca de llanto, me llaman
tus pupilas negras,
me reclaman. Tus labios
sin ti me besan.
¡Cómo has podido tener
la misma mirada negra
con esos ojos
que ahora llevas!

Sonreíste. ¡Qué silencio,
qué falta de fiesta!
¡Cómo me puse a buscarte
en tu sonrisa, cabeza
de tierra,
labios de tristeza!

No lloras, no llorarías
aunque quisieras;
tienes el rostro apagado
de las ciegas.

Puedes reír. Yo te dejo
reír, aunque no puedas.

Comentario:Jaime Sabines Gutiérrez como escritor fue muy productivo; si bien difundió su poesía desde los 18 años, con «Horal», su primer poemario, comenzó en 1950 una serie de publicaciones que culminaría pocos años antes de su muerte. Sabines reconoció la importancia del estudio técnico para su evolución como escritor, para encontrar su propia personalidad, sin dejar de inspirarse en Neruda o Lorca, entre sus otras fuertes influencias. Su amor por su padre quedó plasmado en un poema que el mismo autor consideró su mejor obra, «Algo sobre la muerte del mayor Sabines«.

EL PECADO, ESA BENDICIÓN [Mi poema]
Gabriela Kizer [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Me gusta trasgredir. Y es que el pecado
es para mi en la vida un aliciente,
lo llevo aquí a mi lado permanente
es una bendición que dios me ha dado.

Soy pecador. Confeso. Mala gente.
Que el corazón lo llevo acribillado.
Reniego con frecuencia del pasado,
disfruto resbalando en la pendiente.

Nací para pecar. Ese es mi sino.
Si puedo tropezar, voy y tropiezo.
Que en eso de rezar, yo nunca rezo
ni desando si anduve mi camino.

Que voy de sobresalto en sobresalto.
en mil charcos pisando, a trompicones,
preso de la maldad, de mil pasiones
que adoro con fervor, a las que asalto.

Subo y bajo. Y a veces me despeño.
Y vuelvo a resurgir de las cenizas
así vuelva a caer, quede hecho trizas.
Así es mi voluntad y éste es mi empeño.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Gabriela Kizer

ERA MÁS FÁCIL

Bastaba una señal, un dejo luminoso
para alargar la mano al aire
como hacia un cuenco de abundancias,
para temblar al pie de una página sin reverso.
¿Qué suerte de futuro permitía entrar
una vez y otra
al juego de avanzar con el trapo en los ojos?
Taima.
¿Cuándo me vine abajo?
¿Cuándo crucé los brazos sobre el pecho?
de Amagos, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 1999

PUERTO AZUL

Ustedes se escondían tras las piedras del malecón.
Tú eras rubia, acaso lo seas todavía.

Ustedes caminaban de noche y de día tomados de las manos.
Ustedes sonreían sobre granizados de fruta
y correteaban como niños a la orilla del mar.

Era el tiempo de ocultar cigarrillos
en los resquicios de una pared precisa.

¿Hasta dónde llegaba el aterrado asombro?
¿Hasta dónde la delicia de las manos ya sueltas?
¿Hasta dónde el sol, el musgo, el choque de las olas,
las voces lejanas, el gesto repetido del cangrejo?

Yo lo soñaba.
Punto por punto lo soñaba.
Pero no sé qué soñaba.

Mi placer está hecho de esa incógnita.

LO VIVO

Hambrientos de menos,
disponemos cada noche
del sueño de nuestros restos.

Lo hacemos con dulzura,
hablando sobre cualquier cosa.

¿Qué instante nos detendrá?
¿Habrá calor, lluvia?

Ahora nada nos orienta.
Ni siquiera la penuria que damos al corazón,
ni siquiera su peso muerto sobre los hombros.

Sombras debilitadas, nostálgicas
de sangre y de destino,
andan zumbando por la casa
que se ha tornado invisible.

No pudimos contener sus paredes
ni cambiar los cuadros de lugar.

¿Tenemos nombre aún?

No llega aquí la melodía
que hace olvidar el hambre a Tántalo,
ni los pasos de la muchacha que sin cesar camina
y conoce la hendidura de la sombra a la luz.

No queda para nosotros ni la gracia
del grano imposible de regurgitar.

Abre los ojos.

El moho se acumula en todas partes
y los pies se nos van y no caemos.

Hasta nuestros susurros se han vuelto borrosos.

¿Escuchas?

¿No ha concluido ya el tercio del año,
la irremediable cita con lo fútil
que queda de lo vivo?

¿Y lo vivo —la vibración de la larva
en el pantano, de la espiga;
la memoria del antiguo espejo de mano,
de la seda pegada a la transpiración;
los entrañables y repugnantes sabores—,
la irremediable cita con lo vivo?

Porque una cosa es el cese, y otra
sustraerle fragancia al devenir.

Escucha.

Ni Leteo ni sangre anegan la garganta.

Haber perdido el gusto al agua
nos ha salvado al menos de beber.

Busco mis pasos, que están perdidos
y no llevan mensaje de otro mundo.

Busco la flor trizada, dulcemente disuelta,
¿comprendes? Y un poco de tierra pastosa
donde poner a fermentar esta niebla,
y un vino seco para las tardes
y las magulladuras.

SIETE VIDAS

Conocí la tristeza
una lluviosa mañana de enero
poco antes de cumplir cincuenta años.

Yo, que creí que me las sabía todas,
comprendí de pronto que mi amante
no me quería tanto como decía.

No se aguaron mis ojos
(eso ya había ocurrido la tarde anterior
y la tarde anterior).
Tan solo le pasé un trapo con Maderol
a la mesita hindú de la sala
y luego un trapo seco
para que no se le fuese a empegostar
la caja de cigarros.
Pero fue un gesto escéptico, casi frío.

Miré sus lámparas y el amor
con que las había puesto hace nada.

Supe también que la palabra «empegostar»
es un americanismo y no figura
en el Diccionario de la Real Academia.

Repasé su piel, su ser, su rostro,
enteramente su cuerpo en la memoria,
y reconocí asimismo cuánto me los sabía.
Cuánto y cómo me los sabía.
Pero me dio flojera buscar la palabra
que reflejara esa intensidad.

Uno tiene derecho a sus venganzas,
me dije.

Durante toda la mañana
el sol estuvo saliendo y ocultándose.

Supe, por último, que seguiría buscando en sus ojos
la palabra definitiva,
que mi amor no caería de pie.

Pensé en los amores que tienen siete vidas
e intenté precisar por cuál íbamos.
Tal vez por la quinta, me dije,
quedan dos.

RÍOS

Que no hubo Sena, Támesis, Moldava.

Que faltó un chapuzón en el río Prut
al cual atribuir una fiebre reumática
y el debilitamiento progresivo del miocardio.

Que ningún caudal hizo a la tierra edificable,
ni dejó pasar la historia, los pensamientos;
ni reveló la transparencia sonora de la realidad.

Que lo que hubo fue lenguaje cenagoso, ríos sin nombre
en los que se pegaban los corronchos de las piernas
o amenazaban con eso y daba espanto.

Que transcurrieron horas anudándolas
en la piscina la Culebrita
porque de perderse la cola de sirena
cada vez que pongas los pies en el suelo
sentirás un terrible dolor.

Que aguardaba por mí la poción químicamente pura
a cambio de besos sostenidos, apretados contra las piedras,
rodeados de culebras de agua dulce reclamando la voz.

Que pudo haber sido más leve la creciente,
el ruido de los rayos cayendo tan cerca de la curiara,
el agua picada, tan repleta de pirañas.
Y si la curiara se vuelca tan solo trata de alcanzar la orilla.
¿Cuál orilla? Si las pirañas buscándome las piernas
con hambre vieja, aguas abajo.

Pero deja el desaliento, corazón,
todavía nos queda el pericardio.
Océano y Tetis riñeron para toda la vida
con el único fin de darle estabilidad al mundo.
¿Qué vas a pedir tú?

Ofrece tu pesar al Aqueloo
y recuerda la belleza con que Sófocles
cantó a sus sombras oscuras.

Recuerda el río de Heráclito, las metamorfosis de Ovidio,
los ríos en que entramos y no entramos.

Y cómo somos y no somos los mismos.

FÁBULAS

Ni todas las fábulas de reinos antiguos
que por mí aguardan
me ayudarán a olvidarte.

Intento, en vano, recordar el poema
en que esto fue dicho espléndidamente.

Ya ves cómo has vuelto a dejar mi casa
a merced de la vieja lámpara de aceite
sobre una mesa vacía, apolillada.

No voy a frotarla.
Sé bien que su hosco genio no habría de servirme
como no sirvió a la princesa Badrulbudur.

Tal vez el curso de los días
y los sencillos hábitos
vayan apaciguando el Ganges
y el color aceitunado del océano Índico
y un ángulo de tu rostro y Catay
y Cipango en mi respiración
y el sabor de tus ojos.

¿Qué más puedo decirte?

Sé que vendrán noches en que te sobrarán las manos
y no sabes cuánto lamento que este amor
no te haya servido para vivir.

Pierde cuidado.
Menos aún me servirá para morir.

Como San Brandán,
atravesaré nuevamente el Atlántico ignoto
hasta dar con la isla en la que no habrá bálsamos
ni deseo ni sed ni me bastarán el hebreo
ni el caldeo ni el árabe
ni siquiera tus manos me servirán de lengua.

Tampoco me sirve confundir a estas alturas
una pena de amor con el silencio de las sombras.
Desconozco la melodía para aplacarlas
y, sin embargo, noche a noche me duermo
canturreando un poco: me envolverán las sombras
o sombras nada más o voz de sombra

despedazada ya, sangrante

en la desembocadura del Hebro
o en la octava, en la novena cuerda de la lira
o sobre el barro de este callejón de puertas cerradas
y fantasmas que ladran (a mil besos de profundidad).
De Lo falso. Editorial: Visor Libros

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Blas de Otero: Juicio Final

Yo, pecador, artista del pecado,
comido por el ansia hasta los tuétanos,
yo, tropel de esperanza y de fracasos,
estatua del dolor, firma del viento.
Yo, pecador, en fin, desesperado
de sombras y de sueños: me confieso
que soy un hombre en situación de hablaros
de la vida. Pequé. No me arrepiento.

Nací para narrar con estos labios
que barrerá la muerte un día de éstos,
espléndidas caídas en picado
del bello avión aquel de carne y hueso.

Alas arriba disparó los brazos,
alardeando de tan alto invento;
plumas de níquel. escribid despacio.
Helas aquí, hincadas en el suelo.

Este es mi sitio. Mi terreno. Campo
de aterrizaje de mis ansias. Cielo
al revés. Es mi sitio y no lo cambio
por ninguno. Caí. No me arrepiento.

Ímpetus nuevos nacerán, más altos.
Llegaré por mis pies -¿para qué os quiero?-
a la patria del hombre: al cielo raso
de sombras ésas y de sueños ésos.

CARTA SIN DESTINATARIO [Mi poema]
José María Alemán [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hoy te escribo esta carta, que no es mía,
tampoco es para ti, seré sincero,
la flor que un día fuiste en mi florero
motivo de tristeza y de alegría
que tanto yo regaba y florecía
y mustia se perdió y casi me muero.

Que hoy dedico al mal fario esta misiva
y al maligno y maldito calendario
que trucó a nuestra vida en un calvario
y, aunque mucho lo intento, sigue viva
navegando en mi mente a la deriva
adherido a mi intenso imaginario.

Y es que sé que se fue. No trae a cuenta
a los sueños dotarles de esperanza
ni lamentos culpando a la tardanza
y aún menos responder con una afrenta.
Pues que el rojo tornose ya en magenta
y ahora es gris que al negro no lo alcanza,

he escrito esta soflama cenicienta
para así sofocarle a mi garganta.
No importa si estás bien o mal, Si aguanta
la pluma hasta el final o si lo intenta,
se quiere pignorar, se pone en venta
se lanza al precipicio o se atraganta.
©donaciano bueno

Carta a un #amor con miedo a que la reciba? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José María Alemán

El Último Crepúsculo

El sol en el ocaso apenas arde…
Vienen las sombras de la noche oscura
tras la luz vacilante de la tarde,
y el viento entre los árboles murmura.

Así también, mi sol oscurecido
se lleva de mi vida el dulce encanto…
¡Entre tinieblas vagaré perdido,
y cesará mi triste y flébil canto!

Del Canal

Está de dicha contento
mi buen amigo Pascual,
porque se acerca el momento
de su unión matrimonial,
cuando comience el canal.

No más miseria y pobreza,
ni godo ni liberal:
por montones la riqueza
recojerá cada cual
cuando concluya el canal

¿Revolución? ¡Ni por pienso!
Ni comedia electoral;
que el horizonte es inmenso,
y sin fin el mineral,
cuando comience el canal.

Y no falta alguna abuela
del buen tiempo patriarcal,
que diga: “¡No más escuela!
Gane el nene un capital
cuando comience el canal”.

Pronto quedará en olvido
el idioma comercial;
que debe ser preferido
el del sonido nasal,
cuando concluya el canal.

Tiene don Jorge una hacienda
sin vacas y sin corral;
y a nadie habrá quien la venda,
por serle cosa fatal,
cuando comience el canal.

Irene a todos desdeña
y no cabe en el sitial;
prepara la red y sueña
con pillar un mariscal
cuando concluya el canal.

En materia de elecciones,
aun siendo presidencial,
no habrá más agitaciones,
ni la ambición personal,
cuando concluya el canal.

Ni quien quiera ser prelado,
canónigo ni fiscal,
coronel ni magistrado,
sargento ni general,
cuando comience el canal;

ni tampoco zapatero,
ni sastre, ni mayoral,
ni cometa, ni platero,
ni aguador, ni menestral,
cuando concluya el canal.

Pues todos piensan, a una,
hacer un gran capital,
con buena dicha y fortuna,
por la industria comercial,
cuando comience el canal.

Mas, caro lector, te digo,
con mi franqueza genial,
que de alguien seré testigo
que busque su bien final
arrojándose al canal…

En el Valle de Pacora

La profunda tristeza
que en la ciudad, sin tregua, en mi se esconde,
alma naturaleza,
aquí cual humo se disipa, donde
todo a mi ardiente espíritu responde.

De mis prisiones libre,
de batallar y de ficción exento,
feliz dejo que vibre
mi corazón, de paz y amor sediento,
y de espacio y de luz mi pensamiento.

¿Qué importa el alto oficio
que en vez de halago el ánima tortura?
¿Qué importa el artificio
con que seduce siempre la hermosura,
si el deleite se trueca en amargura?

¡Lejos de mi memoria
tanta miseria y pequeñez humana,
la deslumbrante escoria,
y los delirios de la mente insana,
y la flaqueza engrandecida y vana!

¡Ni recordarme quiero
de gentes que sin alma y sin decoro,
con rostro placentero,
humildes se prosternan ante el oro,
y sacrifican todo a su tesoro!

Ni del comercio impuro
de la política de engaño y mengua,
que pone fuerte muro
entre hombres que hablan una misma lengua
y el interés divide y les amengua.

La vanidad, locura
en sociedad por todos consentida,
aquí, noble natura,
donde la dulce sencillez anida,
postrada queda, sin aliento y vida.

Y huyen de la cabaña
la ingratitud y el interés mezquino;
de la envidia la saña,
la ambición de honorífico destino,
y del vicio y maldad el torbellino.

Aquí, libre me siento;
allá, esclavo soy de todo el mundo:
el placer es tormento;
el poder, el engaño de un segundo;
y, ¡una triste ilusión, amor profundo!

¡Cuán dulce es la existencia
que me brindas, Natura, en tu retiro
de la verdad y ciencia!
Gozo de libertad, libre respiro,
y tu grandeza enajenado admiro!

¡Plácenme en la mañana
las flores salpicadas de rocío,
la música temprana
con que el ave saluda el sol de estío,
y el murmurar del argentado río!

¡Plácenme los rumores
del ramaje mecido por la brisa,
del bosque los olores,
del labrador la cándida sonrisa,
y la niebla que lejos se divisa!

¡Pláceme ver el monte
que limita el risueño y verde prado;
el remoto horizonte,
el árbol de mil frutos coronado,
y sobré el blando césped el ganado!

Y a la luz postrimera
del moribundo sol en el ocaso;
escuchar lastimera
canción de aves que vuelan al ocaso,
o van para sus nidos ya, de paso.

Todo es grande en tu seno
y habla, Natura, al pensamiento mío:
mi espíritu está lleno;
cesa mi sufrimiento y cruel hastío,
y a tus encantos con placer sonrío.

¿Qué falta a mi ventura?
Tengo amistad y amor por compañía;
tranquilidad, dulzura,
rica mesa en manjares, y alegría,
y grata sombra, donde paso el día.

Un árbol, una fuente,
la flor que nace al beso de la aurora,
vale más que la gente
sin corazón, y pérfida, y traidora,
a quien la envidia sin cesar devora.

Para mí, sólo anhelo
estos campos, la dicha y paz del alma,
un espléndido cielo,
los rumores y sombra de una palma,
¡y gozar en la vida amor y calma!

¡Adíos, Valle florido,
tranquila soledad! ¡Naturaleza,
no quedas en olvido!
¡Y tu hermosura y rústica belleza
recordaré doquiera con tristeza!

Herrera

Dejaste al fin la tumba de los Andes
Que dióte la victoria,
I vuelves con los lauros de los grandes
A honrar tu patria con excelsa gloria.
Sombra ilustre del mártir panameño,
Con llanto te saludo;
I no mi voz despertará tu sueño
Que el Tequendama en su rugir no
(pudo.
Quédate en paz, en medio de dos
Mares, en el centro del mundo,
Do pueda el libre levantarte altares
I verter llanto de dolor profundo!
Ahora ya mi patria te merece,
Cuando ella te relama;
Que el laurel de los grandes nunca
(crece.
Allí do la venganza el pecho inflama.
Como la vieja i corpulenta encina.
Ven a servir de sombra
Al ciudadano que hacia el bien camina,
I con genio i virtud su patria asombra!
I no permitas, no, que en esta tierra,
De todos codiciada,
Estalle cual volcán la cruda guerra,
Entre hermano i hermano provocada.
Tregua al rencor que a América se
(lanza
el fiero despotismo,
I habrá que combatir a fuego i lanza,
I vencer o morir con heroísmo!
I honre mi patria tu inmortal memoria
Con digno monumento;
Que con tu gloria ganará su gloria,
I con tu fama alcanzará su intento.
Así la senda el noble patriotismo
Encontrará en tu ejemplo;
Así cesa el estéril egoísmo,
Cuando ensalzada la virtud contemplo!
I duerme en paz, inmaculado Herrera,
En tu querido suelo;
Que, aunque es tu patria la nación
(entera,
Aquí, donde naciste, está tu cielo!

Tomás Martín Feuillet

Sólo y triste pasaste por el mundo
Regando con las lágrimas tu lira,
Tu pecho henchido del amor profundo
Que en su ilusión la juventud inspira.

Pasaste como el ave solitaria,
De la tarde a los últimos fulgores,
Una queja elevando en su plegaria
Al bien de su esperanza y sus amores.

Y amarga pena y realidad sombría
Siempre hallaron tus ansias por doquiera;
Nublado estaba el sol de tu alegría
De la vida en la hermosa primavera.

Alzaste entonces la mirada al Cielo
Al ver aquí la pequeñez humana,
Y fue un gemido de hondo desconsuelo
El que brotó de tu alma soberana.

Y tú me diste tus primeros llantos
Y sentí con tu acerbo sentimiento;
Con entusiasmo recogí tus cantos,
Fruto de tu dolor y tu tormento.

Porque de niño siempre fui tu amigo
Y admiré tu elevada inteligencia,
Y como hermano dividí contigo
Las penas que amargaban tu existencia.

Aún hice más: al escuchar tu lira
Enmudecí ante el poeta istmeño,
Y al mundo te mostré, que ya hoy te admira.
En un oriente espléndido y risueño!

Después seguiste tu árido camino
En pos de la amistad y los amores,
Y negro siempre para tí el destino,
Al pasar, marchitábanse las flores!

Y sin nada que al mundo te ligara,
Solo, a tu misma vida siendo extraño
Quisiste que con ella se acabara
El inmenso pesar del desengaño!

Por eso fuiste a combatir valiente,
Haciendo a tu desgracia un sacrificio;
La gloria, en vez de un móvil esplendente,
Fue para tí tan sólo un artificio.

Y, ¡Oh dolor!, el puñal del asesino
Arrebató tu mísera existencia
Cuando era digna de mejor destino,
De Dios teniendo la fecunda esencia.

Mas otra gloria, amigo, has alcanzado
Con tu cantar de inspiración del alma;
La gloria de un poeta infortunado
Que en nuestra patria se llevó la palma.

La gloria de tu genio, que es la gloria
Que en este mundo para siempre dura,
Que brilla de los pueblos en la historia
Y del bardo en la humilde sepultura. . .

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La carta – Ramón de Campoamor

Mi carta, que es feliz, pues va a buscaros,
cuenta os dará de la memoria mía.
Aquel fantasma soy que, por gustaros,
jugó estar viva a vuestro lado un día.

Cuando lleve esta carta a vuestro oído
el eco de mi amor y mis dolores
el cuerpo en que mi espíritu ha vivido
ya durmiendo estará bajo unas flores.

Por no dar fin a la ventura mía,
la escribo larga… casi interminable…
¡Mi agonía es la bárbara agonía
del que quiere evitar lo inevitable!

Hundiéndose al morir sobre mi frente
el palacio ideal de mi quimera,
de todo mi pasado, solamente
esta pena que os doy borrar quisiera.

Me rebelo a morir, pero es preciso…
¡El triste vive y el dichoso muere!…
¡Cuando quise morir, Dios no lo quiso;
hoy que quiero vivir, Dios no lo quiere!

¡Os amo, sí! Dejadme que habladora
me repita esta voz tan repetida;
que las cosas más íntimas ahora
se escapen de mis labios con mi vida.

Hasta furiosa, a mí que ya no existo,
la idea de los celos importuna;
¡Juradme que esos ojos que me han visto
nunca el rostro verán de otra ninguna!

Y si aquella mujer de aquella historia
vuelve a formar de nuevo vuestro encanto,
aunque os ame, gemid en mi memoria;
¡Yo os hubiera también amado tanto!…

Mas tal vez allá arriba nos veremos,
después de esta existencia pasajera,
cuando los dos, como en le tren, lleguemos
de vuestra vida a la estación postrera.

¡Ya me siento morir!… El cielo os guarde.
Cuidad, siempre que nazca o muera el día,
de mirar al lucero de la tarde,
esa estrella que siempre ha sido mía.

Pues yo desde ella os estaré mirando;
y como el bien con la virtud se labra,
para verme mejor, yo haré, rezando,
que Dios de par en par el cielo os abra.

¡Nunca olvidéis a esta infeliz amante
que os cita, cuando os deja, para el cielo!
¡Si es verdad que me amasteis un instante,
llorad, porque eso sirve de consuelo!…

¡Oh Padre de las almas pecadoras,
conceded el perdón al alma mía!
¡Amé mucho, Señor, y muchas horas;
mas sufrí por más tiempo todavía!

¡Adiós, adiós! ¡Como hablo delirando,
no sé decir lo que deciros quiero!
¡Yo sólo sé de mí que estoy llorando,
que sufro, que os amaba… y que me muero!

Comentario

Ramón de Campoamor fue un escritor nacido en Asturias, España, en el año 1817 y fallecido en Madrid en 1901. Provenía de una familia adinerada, perteneciente a la nobleza por parte de su madre y que recibió una educación muy completa desde pequeño. En su adolescencia, se trasladó a Galicia y realizó estudios de ciencias, para más tarde embarcarse en la carrera de medicina; sin embargo, todos estos emprendimientos duraron poco, y fue gracias al consejo de un intuitivo profesor universitario que dio una oportunidad a las letras. Pocos años después, ya encaminado y con un objetivo claro, colaboró con diferentes publicaciones periodísticas, tanto con sus propios poemas como a través de la redacción y la dirección. Cabe mencionar que la crítica lo ha confrontado en más de una ocasión con su coetáneo José Zorrilla. Campoamor fue un autor muy prolífico e incursionó en diversos géneros, desde el drama hasta la poesía. Entre sus obras más destacadas, se encuentran la pieza teatral «El castillo de Santa María», la zarzuela «Jorge el guerrillero», los poemarios «Ternezas y flores» y «Los amores de una santa», y los ensayos filosóficos «La originalidad y el plagio» y «La metafísica y la poesía ante la ciencia moderna». A continuación, su poema «Cantares» encabeza nuestra selección de sus obras.

NO ME TOQUEN LAS MANDANGAS [Mi poema]
Jorge Campos [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Dejen ya de tocarme las mandangas,
dejen ya de pisarme los talones,
guárdense sus soflamas y pregones,
sus premios, sus sonrisas,  sus pachangas
y falsas bendiciones.

No mancillen las plazas y los foros
con mensajes de voces hilarantes
impropias de hombres buenos. Que farsantes
desnudan, prostituyen sin decoros
para encubrir mangantes.

Váyanse a trabajar a otros terrenos
sedientos de que lleguen quienes vendan
esperanzas o sueños que convengan
y si pueden refocilen en sus cienos
así que estos hediendan.

Pícaros, sinvergüenzas y tramposos
¡huir de aquí, buscaros otras presas!,
vosotros de verdades sois compresas
destilando de líquidos mierdosos
y de heces inconfesas.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Campos

La ciudad desnuda

En esta ciudad sólo habitan grietas.
Aquí sólo queda el esqueleto de una guerra,
la hora indecisa de la tierra temblorosa,
un lago crecido que apesta a heces,
troncos desnudos sin copa,
la taquicardia de adictos a las balas.

Sólo quedan unos pocos
—cada vez menos—,
los que no se resignan al olvido,
los héroes de mármol con antorchas en sus camas.
Los edificios están vacíos.

Un niño apunta a transeúntes
dibujados en el pavimento
y grita con periódicos en el estómago:
¡La ciudad ha sido destruida!
(De Ruinas del árbol, Editorial 400 Elefantes, 2017)

Derrumbe

Lo triste no es morir.
Es nuestra salvación,
la manera de conceder al destino el privilegio
de resolver lo que no hemos concluido.
Lo triste es quedarnos a punto,
con la miseria ensartada en las manos llenas de mierda,
con el ¡Dios mío! a medio grito,
con la herida de hambre medio abierta,
y la cabeza desnuda y sin techo,
fracturada por el último derrumbe.

Promesa en el abismo

Quizá mañana sí te ame.
No estoy seguro
pero hoy sólo quiero prometerlo,
como me prometo todas las noches
despertar temprano
y no cumplirlo.

La última hora

Quisiera mantener apagada la luz por el resto del tiempo
para no saber del vómito de mi sombra en exilio
para evitar el reclamo lánguido
de la irreversible hora de la muerte repentina
a media luz.

Deslave

De todo lo circunscrito a la penumbra
del paisaje en la cumbre del colapso
sólo quedan las quejas de ancianos
desesperados por respirar
que mucho se esfuerzan por remover las cadenas
de sus fauces llenas de lirios podridos.
Y ahí, abierta la sepultura de sus glorias,
en la esperanza del grito del juicio
nos traspasan la antorcha inútil de vida
prófuga de cantos de revoluciones inconclusas
en la mañana aterida.
Nací enfermo de incertidumbre.
Sigo desnudo
con barro vendando las fracturas de mis guerras.
No tengo madero al que abrazarme
frente al deslave que se avecina.

Credo

Ella es el mundo que otros desgarramos
José Emilio Pacheco

Creo en la piedra que se lanza desde el espacio
para hacerse arena frente al mar.
Creo en la piedra antigua que la palabra usa para esculpirse universo,
y es llave que abre el sepulcro en la gran victoria sobre la muerte

se despedaza
y fracciona
como cráneos que se parten
al ocaso del pensamiento en el cosmos sacrosanto

la poesía es piedra que agrieta,
y vuelta pan del desierto
vislumbra desde el fondo de la propia existencia
provocando nueva luz de luz,
fuego inconsumible:
combustión de vida.

Éxodo

El único remedio contra los amores
sería matarlos.
C. Martínez Rivas

Sólo supe de miradas debajo del mar
al entregarme en el verbo
de la boca de un pez plateado
que enerva olas.

Tu voz partió el mar en dos
colmando cavernas transparentes
para cruzar desde el otro lado,
y fue tu boca la que arrancó
el esqueleto de mi cuerpo
lanzándolo fuera del agua
a caer en playa blanca de peces muertos.

Sed de sal

Hay dos vertientes
que se extinguen en tu cuerpo
y hacen agua en tu boca apacible.

Amo el mimetismo de tu sombra
en la clandestinidad del campo.
Amo tu voz de agua,
la pesadez de tus ojos
agrietados
cuando los cierro
con la palabra en ruinas.

Es tu agua
brote de la vid,
agua salobre que parte mi lengua.

Tengo sed de lo que escapa.
Sed de grietas.
Sed de sal.

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CREDO – Mario Benedetti

De pronto uno se aleja
de las imágenes queridas
amiga
quedás frágil en el horizonte
te he dejado pensando en muchas cosas
pero ojalá pienses un poco en mí

vos sabés
en esta excursión a la muerte
que es la vida
me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas
cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte
o te cruces conmigo en los pasillos del sueño

está demás decirte que a esta altura
no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo
ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort
ni en el flaco perdón de dios

a esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo
en general
y en tus ojos y tus manos
en particular.

Comentario

Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia (Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920-Montevideo, 17 de mayo de 2009)1 fue un escritor, poeta y dramaturgo uruguayo, integrante de la generación del 45, a la que pertenecen también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Su prolífica producción literaria incluyó más de ochenta libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de veinte idiomas.

MATAR PARA COMER [Mi poema]
Wáshington Delgado [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Matar para comer, comer para vivir
matar, comer, vivir, sobrevivir.

Quizás llegue ese día, no sé cuando,
que el vivir y matar, ambos se ignoren
o juntos al parchís jueguen y exploren
un modo de existir más, disfrutando.

Quizás pasen los siglos o mil años
y dios en su bondad, en su grandeza,
pudiera retocar ya su torpeza
que a ingenuos ha causado tantos daños.

Pues yo, en esta ignorancia, no comprendo
por qué razón al mundo hubo de hacer
debiéndose matar para crecer
y en este sin vivir no me convengo.

Matar, siempre presente, es la constante,
matar, aunque matemos a inocente,
matar, matar, matar siempre presente,
matar por el placer a cada instante.

Espero que ese nuevo amanecer
se muestre solidario, más amable,
tratando de evitar que uno es culpable,
no haciendo a las especies padecer.

Lo mismo se podría disfrutar
tomando pastillitas de colores
relleñas de alimentos, de sabores,
tan simple. Y facilitas de tomar.
©donaciano bueno

#No resulta cruel que un #dios que haga un mundo en el que para #sobrevivir unos seres deban #matar a otros? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Wáshington Delgado

Los pensamientos puros

Señor rentista, señor funcionario,
señor terrateniente,
señor coronel de artillería,
el hombre es inmortal:
vosotros sois mortales.
Es curioso como la podredumbre
se adelanta a veces al cadáver.
Soportad vuestro olor, mostradlo
si queréis, poquito a poco.
Pero no habléis.
Señores, enseñad el trasero,
pero no lloréis nunca,
cierta decencia es necesaria
aun entre las bestias.
Pensad en el cielo, también
en las alas blancas
y en la música de las arpas
dulcemente tocadas
por vuestras dulces manos.
Pensad en vuestros libros de lectura,
en las viudas tísicas y abandonadas
que ayudaréis con una trompeta de oro.
Pensad en vuestros billetes, en los veranos
junto al mar, en la mucama rubia,
en el amante moreno, en los pobres
que besaréis en la otra vida,
en las distancias terrestres,
en los cielos de almíbar.
Pensad en todo, vuestros días sobre la tierra
no serán numerosos.

¿Nunca nos libertaremos?

Para ser bueno hay que servir
al que paga; para ser bueno
no hay que pagar al que sirve.
Así ganaremos el cielo.

El que no tiene manos que trabaje
con los pies y el que no tiene pies
que venda su alma.
¿Nunca nos libertaremos?

Somos grandes, hermosos y fuertes;
tenemos bellos libros y sabias palabras
que nos dicen: todo está bien.
¿Nunca nos libertaremos?

Una historia maravillosa
nos han contado. Somos siervos
de dioses guerreros y santos.
¿Nunca nos libertaremos?

Hoy es de día o de noche.
El sol no es sol sino una piedra.
La felicidad es cosa de otro mundo.
¿Nunca nos libertaremos?

Elegía en 1965

Después de tanta sangre, no derramada en
vano, sólo quedó la nieve teñida de carmín.
José Santos Chocano

Después de la batalla, los combatientes muertos
parecen esperar, con oído en la tierra,
una última llamada o la mano benévola
y amiga de la historia, no el silencio tenaz
que los cubre y oculta sobre un cálido suelo
vanamente poblando de hierbas y guijarros,
árboles y alimañas.

Se diluyó el escándalo de la fusilería,
cesaron los fragores de obuses y metralla,
el sol brilla en la paz de un cielo irreprochable.
Los boquetes abiertos en la tierra parecen
tan naturales como las aguas del riachuelo,
el vuelo del halcón o esa nube sin sueño,
sin prisa, sin memoria.

Sobre la tierra esperan muy tranquilos los muertos.
La historia indiferente los dejó abandonados
bajo un cielo vacío. Pobre muertos inermes,
no los abriga el sol ni molesta la lluvia.
Sobre sus cuerpos rígidos discurren las hormigas
en callado desfile.

Los muertos apacibles yacen de cara al cielo
con los ojos abiertos. Parece que quisieran
llenar de sol sus almas tempranamente muertas.
La tierra los acoge, los escuda la sombra
de los árboles quietos y las cambiantes nubes,
en tanto huye la historia. ¿Qué les dice la inmóvil
tierra, el distante cielo? Solamente les dicen
que ya no hay esperanza.

Los muertos extraviados en el mar de la historia
encuentran en la tierra una morada estable
mientras la primavera pasa con sus amores,
pasa el brillante estío, pasa el otoño lánguido
de las guerras perdidas y, al final, el invierno
llega pausadamente para cubrirlo todo
con desamor y olvido.

Un caballo en casa

Guardo un caballo en mi casa.
De día patea el suelo
junto a la cocina.
De noche duerme al pie de mi cama.
Con su boñiga y sus relinchos
hace incómoda la vida
en una casa pequeña.
¿Pero qué otra cosa puedo hacer
mientras camino hacia la muerte
en un mundo al borde del abismo?
¿Qué otra cosa sino guardar este caballo
como pálida sombra de los prados abiertos
bajo el aire libre?
En la ciudad muerta y anónima,
entre los muertos sin nombre, yo camino
como un muerto más.
Las gentes me miran o no me miran,
tropiezan conmigo y se disculpan
o me maldicen y no saben
que guardo un caballo en mi casa.
En la noche, acaricio sus crines
y le doy un trozo de azúcar,
como en las películas.
Él me mira blandamente, unas lágrimas
parecen a punto de hacer de sus ojos redondos.
Es el humo de la cocina o tal vez
le desespera vivir en un patio
de veinte metros cuadrados
o dormir en una alcoba
con piso de madera.
A veces pienso
que debería dejarlo irse libremente
en busca de su propia muerte.
¿Y los prados lejanos
sin los cuales yo no podría vivir?
Guardo un caballo en mi casa
desesperadamente encadenado
a mi sueño de libertad.

Globe trotter

Sobre arenas tan interminables como el día
imaginando nubes, palmeras, aguas, noches de luna
he caminado por los desiertos, toda mi vida.

Bajo luces de neón, atravesado
por el estruendo de los automóviles,
implacablemente gobernado por señales rojas y verdes,
he caminado por los desiertos, toda mi vida.

A menudo soñé con dulces samaritanas
y siempre he despertado en un autobús:
ajadas oficinistas me rodeaban, muertas de sueño, encadenadas
a una vida polvorienta y sin una gota de agua
en el corazón. Con insaciable sed
he caminado por los desiertos, toda mi vida.

Sin cesar he subido las escaleras del hotel.
Nunca vi la palmera ni el manantial soñado
ni el arco iris de la paz ni la paloma del perdón.
Ángeles despiadados me miraban sin verme,
me preguntaban por mi nombre y mis señas,
me echaban el humo en la cara
y me indicaban con desdén
el camino del paraíso que nunca era un paraíso
sino las mismas arenas, el desierto
por donde he caminado, toda mi vida.

Si entraba en el salón vetusto
el viejo inquisidor se atragantaba,
lanzaba al aire el humo, el café, la sonrisa
y me preguntaba por Mariena.
¿Mariena, Mariena? ¿Quién es Mariena?
Suspendida está en el aire, lejos de este desierto
y yo nunca la he visto.
Vivirá en su isla rosada, en su casa pequeña,
en su granja con gansos y conejos o se habrá ahogado
en las aguas azules del mar Mediterráneo.
Ese oasis no me sirve,
el viejo inquisidor se marchó hace tiempo y me ha dejado
una angustia inútil, un nombre
que he de llevar a cuestas para nada
mientras camino por los desiertos, toda mi vida.

Las estrellas de los policías brillan y tintinean,
los estudiantes pasan con libros o muchachas bajo el brazo,
la niebla ligera se levanta para que duerma en la calle
esta primera noche primaveral del año.
De buena gana leería una novela de Voltaire,
conversaría con mis viejos amigos,
tomaría un café, fumaría un cigarro.
En el arenal interminable todo es un sueño tan desesperado
como la niebla, las palmeras y la dulce samaritana.
He caminado por los desiertos, toda mi vida
y nunca me acompañó nadie.

A veces se dibujan ante mis ojos historias de fantasmas:
aposentados en lujosos palacios ahuyentan
a los escopetados compradores durante el día,
en la noche alimentan y consuelan a las pobres gentes.
Otras veces son ladrones: después de años de cárcel y miseria
roban con fortuna una casa opulenta
y disfrutan los goces de la vida
o reparten limosnas a la puerta del templo.
En la soledad del arenal no hay palacios ni opulentas casas
ni pobres gentes ni fastidiosos compradores
ni puerta ni templo ni limosna
ni goces de la vida.
Toda mi vida he caminado por los desiertos
y ahora estoy triste.

Una vendedora de claveles canta o llora en mi oído.
¿Qué haría yo con un clavel en el desierto?
He caminado solo y sin equipaje toda mi vida,
estos claveles son también un desesperado sueño
aunque la melodiosa vendedora me contemple con lastimados ojos
como si ella fuera el fantasma y yo la pobre gente
llegada en la gran noche a las puertas del palacio lujoso.
He caminado por los desiertos, toda mi vida
y nunca llegué a ninguna parte.

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El glotón – Jean de la Fontaine

Para su cena, un glotón,
ordena que con presteza
le sirvan un esturión.
Exceptuando la cabeza
le come, enferma, le dan
cien lavativas copiosas,
y le dicen, con afán
que ponga en orden sus cosas.
«Amigos, dijo el glotón,
tenéis sobrada razón,
y puesto que he de morir,
haced que sin dilación
me puedan aquí servir
el resto de mi esturión.» –

Comentario (Château-Thierry, Francia, 1621-París, 1695) Poeta francés cuya fama se debe a sus doce libros de Fábulas, consideradas modelo del género. Nació en una familia acomodada: era el hijo mayor de un consejero del rey encargado de la guarda de dominios forestales y de caza. A su llegada a París, en 1635, fue novicio en una orden religiosa durante un año y medio y luego siguió estudios de derecho. En 1652 compró el cargo de maestro particular trienal de Aguas y Bosques y en 1658 heredó de su padre otros dos semejantes. El ejercicio de sus funciones le dio ocasión de observar la vida rústica y le permitió consagrarse a las letras al mismo tiempo.

YO PROTESTO [Mi poema]
Arturo Reyes Aguilar [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Protesto. Que me niego. No lo admito.
No quiero que haya nadie que me pise.
Incluso si el que lo hace ya me avise.
Que sepan su pesar me importa un pito,
con pan él se lo guise.

Ni así llenen la boca de alquitrán
jamás podrá tapar nadie mi boca
consciente de las iras que provoca,
y es que es en erupción como un volcán
que expulsa lava y roca.

Protesto. Aquí reniego. Me rebelo.
No quiero discutir. No me apetece.
¿Quisieran convencer? no lo parece.
Si insisten en querer tomarme el pelo
verán que mi ira crece.

Conmigo nada sirven amenazas
que yo soy solo yo y mis convicciones,
no admito nadie venga a dar lecciones,
ni quieran atrapar con sus tenazas
y aun menos con sermones.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Arturo Reyes Aguilar

A MÁLAGA

Único bien que me otorgó la suerte
fue en tu regazo ver la luz primera,
sentirme de tu mar en la ribera
casi cegado por tu luz al verte.

Rinde la lucha el corazón más fuerte
al huir la riente primavera,
y del dolor la dentellada fiera
quedó, al sentir, mi corazón inerte.

Me hirió el dolor con indomable encono,
y hastiado de sufrir solo ambiciono
dar ya fin para siempre a mi camino

del zafir de tu cielo a los fulgores,
bajo el chal irisado de tus flores,
cabe las ondas de tu mar latino.
(Béticas, 1910)

UN RUEGO

Niña hechicera de esbelto talle
como la palma que allá en el valle
su alta cimera nunca abatió,
de tez de nieve, nácar y rosa
y tan modesta pura y graciosa
como mi mente te concibió.

Aunque al oírme sientas enojos,
aunque las tintas de los sonrojos
al escucharme tiñan tu faz,
aunque me hieras con tu despecho,
aunque gigante brote en tu pecho
de ira y de rabia, chispa fugaz.

He de rogarte, bella Dolores,
ángel hermoso de mis amores,
grata esperanza, dulce ilusión,
que no te pongas tan pronunciado
y tan torcido y almidonado
ese demonio de polisón.

SIESTA APACIBLE

El sol ardiente acaricia
con sus fúlgidos destellos
la llanura y la montaña:
al almiar y al granero
próvido el trigal sonríe;
pica el pájaro en el huerto
el ya sazonado fruto;
bajo el chopo corpulento
duerme el pastor, y el rebaño,
vigilado por los perros,
entre las breñas floridas
sestea; sólo el silencio
turban la brisa en las ramas;
el balar de algún cordero;
del ave, que entre las frondas
se posa, el dulce gorjeo;
en los corrales vecinos
el reto, que siempre es reto
del gallo el canto, y el lánguido,
dulce, quejumbroso acento
con que canta una zagala
de rostro cuyo abolengo
oriental copia en sus ondas
el fugitivo arroyuelo
donde lava, que retrata
sus ojos, grandes y negros
cual blanca es su dentadura
y son sus labios bermejos
y es su tez fina y morena
y son rizos sus cabellos,
que desbordan por debajo
del amplísimo pañuelo
que los cubre, y cual es mórbida
la arrogancia de su seno,
que oprime oscuro corpiño,
y cual es grácil su cuerpo,
que vela la tosca urdimbre
de su rojo zagalejo.
Suspende el cantar la moza
su faena y suspendiendo
la suya un zagal garrido
que con otros compañeros
en los cercanos trigales
agaleillan en el suelo
las espigas que cercenan.
Y brota el cantar, y el viento,
al recogerle en los labios
de la moza, tiende el vuelo
y hasta otros labios lo lleva,
que de los otros son dueños;
dulce cantar que á los labios
del mozo lleva este beso.
Dicen que el llover nos quita
pan y vino, por San Juan:
que llueva, que a mí, serrano,
me alimenta tu mirar.

JUVENTUD

¡Oh, dulce juventud, quién no te ama;
quién cuando lo ha perdido no te llora;
quién tu luz esplendente, quién tu aurora
al llegar á la tarde no reclama!

Torna á mí ¡oh, juventud!, ven y derrama
de nuevo en mí tu luz deslumbradora;
ven, que mi triste corazón te adora;
ven, que mi triste corazón te llama.

Sienta yo en mí tu boca de rubíes,
tus dulcísimos labios carmesíes
cual pétalos de rosas en capullos.

¡Oh, boca de carmín, llena de olores;
oh; boca de carmín, llena de flores;
oh; boca de carmín llena de arrullos!

ANDALUZA

Ya todas mis alegrías
se me han secado en el alma
que cuando el campo se seca
se secan todas las plantas.

Así cantó el Churumbela
delante de la ventana
donde solía asomarse
Dolores, la luz más clara
y la flor más perfumada,
según el mozo decía
casi á gritos, cuando hablaba
de aquella mujer, que era
su delirio y su esperanza.
Y al conjuro de aquel canto,
más dulce que una plegaria
y más dulce que un gemido
entreabrióse la ventana,
y apareció la cabeza
de Lola como engarzada
entre yedras y claveles
y jazmines y albahaca;
y con voz que desmentía
tiernamente sus palabras,
exclamó:
– Ya te lo he dicho;
ya te he dicho que no cantas
mal del tó; más yo te ruego
que no me des más matraca,
que estoy delicá del tímpano,
y tú con tus serenatas
me desvelas; con que hazme
el favor, si no te enfadas,
por lo que tú más estimes,
de izar ahora mismo el ancla
y dar al viento el velamen,
y de echar por otras aguas.
– ¡Que no me dieran un tiro
que me hicieran las entrañas
carbón de kó! ¡Tú no sabes
lo que pides! Si izo el ancla
y doy al viento la vela,
yo me muero de la rabia
que va a darme, y de la pena…
y del rayo que me parta.
– ¡Cuánta pena! ¡Un poco menos!
– ¡Si tú no sabes, gitana
desteñía, como te quiere
el moreno que te habla!
¡Si tú no sabes, delirio,
que sin ti toíto me falta
y tó me sobra en el mundo,
y si es que tú no te ablandas,
piedra por Dios tallaíta,
y me haces que me vaya
pa no volver ya más nunca,
yo te juro que mañana
me sacan los jabegotes
en el copo!

Y tan amarga
fué su voz, fué tan sombría,
y son a veces las lágrimas
tan elocuentes, que cuentan
que al llegar a la ventana
el mozo al siguiente día
iba cantando en voz baja:

“Ya el corazón tengo lleno
de rosas y de verdores,
que cuando Dios riega el campo
se llena el campo de flores.”
De “La Unión Ilustrada” (Alicante) el 19 de julio de 1914.

A MI MUSA (A MÁLAGA)

Málaga hermosa,
Málaga mía,
gala y orgullo
de Andalucía;
tú eres mi musa bella y riente,
tú, en cuyo seno Dios ha vertido
pródigamente, todo un torrente
de luz ardiente; Dios que ha tejido
para tu espléndido seno turgente
un chal, que envidian los del oriente,
con la más bella luz meridiana;
tú, la de tardes tan en fulgores
ricas, que en ellas abren las flores
al confundirlas con la mañana.

Málaga mía,
mágico emporio
de la hermosura;
donde es notorio
son tus hermosas, maravillosas
flores, ornato de tus jardines,
todas preciosas, todas airosas,
todas graciosas, todas afines;
cual los jazmines, como las rosas;
las que tus calles tornan vergeles,
las que Afrodita sólo remeda,
tus crisantemos de la Alameda,
cual tus bengalas de los Percheles.

Por tu riente
cielo, que brilla
cual de zafiros,
que es maravilla
cuyos encantos todos pregonan;
tristes suspiran los de ti ausentes,
los que, dolientes, solo ambicionan
verte de nuevo, cuando sus frentes
aren los años; los que pregonan
su amor y un himno de amor te entonan
en las lejanas verdes sabanas,
antes hispanas, antes íberas;
los que suspiran por tus praderas
en las praderas americanas…

Yo te amo toda,
Málaga mía,
perla irisada
del mediodía;
yo amo tus restos y tradiciones
– de tu pasado ricos trofeos-
la índole brava de tus pasiones
y el loco ímpetu de tus deseos;
y tus decires y tus canciones,
casi agarenas, en cuyos sones
amor sus dulces notas desata,
cuando a la nítida luz de la luna
da sus acordes, en la moruna
reja florida, la serenata.

Yo amo tus barrios,
tan populares,
en donde lucen
de mis cantares
las andaluzas musas morenas;
yo amo sus bellas típicas dotes;
yo amo tus playas, donde sus penas
dan al olvido tus jabegotes
cuando sus redes en las arenas
fulgen de plata viviente llenas;
yo amo y acato cual soberanas
tus bellas, galas de tus salones,
y las que ocultan, cual cortinones,
las campanillas en tus ventanas.

Yo amo a tus hijos,
y a los prendados
de tu hermosura,
que en inspirados
cantos, derroches son de armonía;
a los que siervos de tu belleza,
de tu majeza, de tu hidalguía,
cantan, cual canto yo, tu nobleza,
tu gentileza, tu bizarría;
a tus cantores, Málaga mía,
más inspirados, no más sinceros,
a los que orgullo son de tu historia,
los que tu frente nimban de gloria,
a tus poetas, mis compañeros.

Por tanto amarte,
no quise nunca
dejar tu seno,
donde se trunca
mi vida toda, donde he vivido,
donde he sufrido, donde he luchado
más olvidado que bien querido;
más aunque siempre más me han amado
lejos del nido donde he nacido,
¡cómo dejarte si siempre has sido
y eres musa de mis canciones!
¡cómo dejarte si tú los sones
de mis canciones das a mi lira!

Como dejarte,
cuando tus brazos
ciñen mi cuello
cual dulces lazos
que me encadenan; cuando propicias
son tus miradas, cuando me ofreces
tantos halagos, tantas delicias,
y me arrebatas y me enloqueces
y me embriagas con tus caricias;
cuando de madre, por fin, oficias;
cuando mirándome ya encanecido
por fin me llamas tu bien amado;
cuando dichoso y enamorado,
ser por ti amado ya he conseguido.

¡Ay, no te dejo,
no te abandono,
que es en tu seno
donde ambiciono
ver acercarse mi hora postrera,
cuando, ya a salvo mi caravana
dejar consiga tras la frontera,
siempre indecisa, siempre lejana,
de los abrojos que hallé doquiera
pose mi planta! ¡Ay, quien pudiera
tras tantas luchas y sinsabores,
dormir tranquila y eternamente,
bajo tu cielo resplandeciente,
bajo tus campos llenos de flores!
(Del Crepúsculo)

A LOS MÍOS

Yo quisiera sufrir vuestros dolores,
con el mío fundir vuestro quebranto,
derramar por mis ojos vuestro llanto,
sufrir de vuestra suerte los rigores.

Dejar tan sólo en vuestra senda flores,
las que al triste vivir le dan encanto;
veros tranquilos caminar, y en tanto
sufrir vuestros más hondos sinsabores.

Esto quisiera, y a mi Dios le pido
que en mi cáliz escancie el contenido
del vuestro, que es lo que mi ser ansía;

mas que lo otorgue el corazón no espera
pofipie si por vosotros lo sufriera,
el dolor ser dolor no lograría.

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A TROMPICONES [Mi poema]
Antonio Preciado Bedoya [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Voy andando a trompicones
la gente pasa, no mira,
hay alguno que suspira
y otros que hacen de mirones
y algún tipo que delira.

Cada cual va con su guasa
o su ignorancia supina,
los hay que son de la China,
todos según su argamasa
o su ascendencia divina.

La movida se acompasa
de un ritmo desenfadado.
Ahora mismo está a mi lado
un muchacho con su grasa
y el cabello almidonado

que muestra sin disimulo
y avanzando da bandazos
con descaro y a codazos
me ha empujado con su culo
y apartado con sus brazos.

Y hoy he visto a un pordiosero
que con su mano alargaba
y una frase mascullaba
pidiendo, creo, dinero
y a su dios se encomendaba.

Disfrazados de paisanos
de este jardín que es mi calle,
donde florece el detalle
de quienes somos hermanos
en lágrimas de este valle.

Muchos hay desarrapados
o con traje y con corbata,
todos, a salto de mata,
van así despreocupados
cuidando meter la pata.

Para mí todos los días
cuando salgo de paseo
esta fauna que ahora veo
es un mar de aguas bravías
que disfruto y me recreo.

Por demás es divertido
ver un mapa tan diverso,
ignorando el universo,
el cielo desentendido
y yo escribiendo este verso.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Antonio Preciado

MATÁBARA DEL HOMBRE BUENO

¡Atabé!
¡Atabé!
¡Ururé!
¡Matábara!

Tengo una hoguera de estrellas,
de las estrellas más altas,
y un lugar en plena luna
para que arda.

La claridad crece y crece
con fuerza de cien mañanas.
Cátala, catún, balé,
Catún balé caté cátala.
Tengo aquí una antigua vena,
innumerables pisadas,
un gran latido redondo,
cien volcanes
y una lágrima,
malabón caramba aché,
un tropel de viejas ansias,
un ay que ruge por dentro,
un pan,
una gota de agua
y cientos de ojos que miran
con una misma mirada.

¡Ah!
Los ángeles se han perdido
de las vías más andadas.
Cátala catún balé,
catún balé caté cátala.

¡Aquí tengo, para un grito,
polvo de trece gargantas!

Un hueso de cada muerto,
el largo de tu pisada,
y aquí yo te resucito
las vidas que te hacen falta.

¡Cátala catún balé,
catún balé caté cátala!

LOS SABE HERMANO Y LES TIENDE EL CORAZÓN

Desde cuando llegamos
hemos venido andando
con el dolor pegado a la piel,
a las manos,
a los pies, tan cansados de este camino largo,
y hemos aumentado
hasta ser una mancha indeleble,
hasta poder decir
que ya somos de aquí
como los ríos
o como las montañas.

Por eso es que en tu muerte estoy muriendo
y siento que resbalo por tus lágrimas,
por eso es que la herida que me duele
es tuya,
enorme,
abierta,
hermana,
por eso los mineros de Bolivia
me duelen en el alma,
por eso es que sumamos los dolores
y entregamos la hoguera que trajimos
al total de la rabia.

EN SUMA

Unánime,
colmado,
numeroso,
hoy me convoco a este levantamiento,
y oigo mi vocerío
llamándome en el eco de las viejas tonadas
y en los sangrantes alaridos que andan
por los alrededores de mis huesos.

Hoy en definitiva me congrego,
me afluyo sin cesar,
me arremolino,
subo por mis raíces
sin nacer todavía,
presentido,
y me empujo hacia afuera
y me encabezo
y, multitudinario, yo me sigo.
Voy mirando hacia atrás,
rememorándome,
cantando a coro una canción perdida.

Hoy me uno a mi gentío
y en la marcha,
al paso jubiloso de mis plantas,
florecerán las piedras del camino.

Chimbo

Me habís embrujao, morena,
ya me tenés amarrao,
me tenés que causo pena,
ya me tenés de tu lao.

Habís velao mi retrato
—una vela a cada lao—,
me habís dao tripa de gato
o tal vez me habís fumao.

Te habís metido en mi sangre,
sólo a tu lao quiero está,
y a veces ya ni siento hambre
de tanto en tu amor pensá.

Morena, ¿qué me habís hecho
pa teneme así socao?
¿Pa metete aquí en mi pecho,

morena, qué me habís dao?

Pero ya verás, negrona,
yo me lograré zafá;
tabaco ni querendona
me podrán asujetá.

Buscaré curación, negra,
iré pa onde el Colorao,
él me dará alguna hierba
cuando le explique mi estao.

Me dará un baño de ruda
con aguardiente y verbena,
pa que del mal me sacuda,
pa librame de esta pena.

y después de poco tiempo
a tu lao he de pasá
con la negra que yo quiero
sin que me podás jalá.

Ya ni las tripas de gato
con ponzoña de alacrán,
querendona ni tabaco
me podrán asujetá.
de “Jolgorio” (1961)

Dádiva

Busco al fondo de todos los cadáveres
sus tesoros abiertos.
Los que murieron niños
muestran a flor de tierra
sus recientes estrellas sepultadas.

¡Ah esta suerte de topo que me dieron!
¡Ah la confusa tierra que me llama!
¡Ah mis ojos despiertos que ven luces
detrás de las tinieblas más cerradas!

¡Un muerto me dio cal
para escribirle un claro verso al alba!

Ved que al norte de mí
se alza una hoguera pálida:
un niño recién muerto quiere darme
su anémica flor blanca
y me guiña su tumba
con la tímida luz de esa fogata.
de “Más acá de los muertos” (1966)

Andan

Los muertos andan
calculando alaridos para el viento.

Cuando cerráis los ojos,
sabedlo de una vez,
los muertos se alzan
y caminan secretamente vivos,
sin pisadas,
acomodando signos en el aire,
liberando palomas enterradas,
erigiendo colores escondidos
en la asomada cal de los fantasmas.
de “Más acá de los muertos” (1966)

Ánima Primera

Todas las noches salgo
a hablar con los fantasmas.
Todos llegan a tiempo con el viento
agitando sus nombres
en una multitud desesperada.

¡Ah!
Juana la lavandera
solo anda en noches claras.
Siempre me llega en lunas,
lunas,
lunas,
chapoteando el agua.

Ved que me lavan los ojos,
que me enjuagan la palabra
veintiún manos azucenas,
con agua de nueve charcas.

Ángel, ¿quién enjabonó
trece veces tus dos alas?
¿Entiendes, Dios, la blancura
de tu espléndida garnacha?

¡Guardián del noveno cielo,
llueve una lluvia de nácar,
porque Juana ensangrentó
una punta de su sábana!
de “Más acá de los muertos” (1966)

Su Voz

A ver, yo soy Manuel,
morí dormido
con un viejo dolor en la mirada.
Tú viniste a mi entierro
—¿lo recuerdas?­—
con un ramo de dardos bajo el alma.

Hoy dejo aquí a tu puerta
una viva raíz recién sembrada,
yo llegaré a regarla cada día
con la gota de rocío más temprana.
de “Más acá de los muertos” (1966)

Algo así como humano

Cuando le hicieron sitio,
ya fue tarde,
porque le había crecido otro cabello
y tenía en la lengua otra palabra.
También le habían crecido las uñas
y los dientes,
y, como es hombre,
le había salido punta en la esperanza.

Desde entonces se vive solitario,
se entretiene tejiendo
un látigo terrible con su barba,
cantando ese murmullo indescifrable,
mascando roca,
vigilando el alba
o atrapando luciérnagas
para hacerse un farol como la luna
y un faro para hormigas extraviadas,
cortando escamas de hojas,
para peces,
o parchando el tonel para sus lágrimas.
Cuando le hicieron sitio,
ya fue tarde.

Dicen que por las noches
se desata la piel
y que la cuelga
de la caña de azúcar de la entrada;
bebe un poco de hiel de sus panales
y se acuesta en el aire
con su viejo brasero como almohada,
que duerme a ojos abiertos
y que sueña,
qué sueñan los que sueñan,
y de mañana,
al minuto del sol,
cierra los ojos,
empieza su canción
y se levanta.

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La calle – Octavio Paz

Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.