A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

LA RUEDA DE LAS EMOCIONES [Mi poema]
Legna Rodríguez Iglesias [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

PRIMAVERA
Llegaste al fin, ansiada primavera,
esbelta y lujuriosa con tu estío,
de flores dando el pisto en la pradera,
y el agua susurrando por el río.

VERANO
Te vas y llega el sol con su calima,
la playa luce cuerpos que se engrasan
a cuestas con su carga de autoestima,
y mimos que son besos que se abrasan.

OTOÑO
El sol huye. Se asoma la morriña.
Las aves construyendo van su nido.
Se viste de amarillo la campiña
y acaba dormitando el dios Cupido.

INVIERNO
Invierno, yo sé bien, no eres la muerte
así que te asemejes al averno.
Mas llueve y surge, oscuro, un aguafuerte
aciago y de apariencia sempiterno.
©donaciano bueno

Es cierto que a cada #estación se corresponde con una #emoción distinta? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Legna Rodríguez Iglesias

Chupar la piedra

Al citrino lo cupo con cuatro lenguas
la lengua de la palabra
la lengua de la salud
la lengua del frenesí
y la lengua del conocimiento
aparentemente una de las lenguas
está dividida en dos
tampoco la mandarria tritura al lapislázuli
por el contrario
lo quiebra dulcemente y le da poderes húmedos
le da el don de los sueños
el don de la tierra
el don de las ciudades con límites y flora
nadie ve al lapislázuli debajo de mí
nadie me ve
por eso no la he chupado
aunque sé que la venturina tiene sabor a oxígeno
a mi carente oxígeno
me falta eso que las muchachas llaman habilidades
no soy habilidosa pero soy amorosa
y el amor es señal de sabiduría.

Los médanos no

No puedo perseguir la chiva de Oscar Cruz
porque esa chiva no es mía
ni es mío el desierto
ni Oscar Cruz me pertenece.
Las ambiciones fluctúan
de todas las circunstancias
en las que he deseado participar
ninguna ha sido tan deseada
como esa persecución.
Colocando sobre mí el dedo de la autocrítica
me pregunto si merezco perseguir la chiva
¿incluso si la chiva no fuera de Oscar Cruz
soy merecedora de perseguirla?
¿incluso convirtiéndome en la chiva
soy merecedora de que Oscar Cruz me persiga?
De todos los abrazos que mi grandfather me dio
sólo uno me lo dio por la noche
y cuando me lo dio
hombre demente
habíame confundido con la patria.
Colocando sobre mí otra vez
el dedo de la autocrítica
me pregunto si haber sido confundida con la patria
fue una circunstancia que merecí.

La costumbre

Siempre le pido a mi mano
una paja matutina
con el dedo que le sigue al dedo gordo
para salir a la calle en forma
y enfrentarme al mundo
y vencer
el dedo del medio también me agrada
pero no tiene tanta movilidad
los dedos largos sirven para otra cosa
el anular y el meñique
inútiles por completo
más cuidado con el gordo
ese es un dedo que vale
por cinco
a mi mano no le falta
un solo dedo.

Tregua fecunda

Sobre el ataúd de mi grandfather
hay flores nacionales
ese hombre luchó en una guerra
hace más de sesenta años
una guerra por la libertad
liberarse de lo que lo ata
es la lucha común.
Sabía leer y escribir
con cierta facilidad
pero no mejor que yo
fue una lástima
que quien practica la autopsia
le dejara el marcapasos
en el fondo de su pecho
ahora bajo las flores
hay un marcapasos vigilándome
¿Qué esperaba mi grandfather de mí?
¿Qué sembrara una flor nacional
en el fondo de mi corazón mangrino?
Que en paz descanses, grandfather
ya escribí cosas, grandfather
y esa es la mejor revolución
que haré.

Cien años después

Todavía nada aquí
se parece a tu forma de pensar.
La ciudad está dividida
por una línea llamada Flagler Street
y por otra línea llamada Miami Avenue.
De modo que tenemos cuatro partes
norte y sur
este y oeste.
Tan simple como se dice
aunque un río
modifica el espacio.
Tan claro como se escribe
aunque un centro comercial
modifica el espacio.
La frustración de la semejanza
te convierte en enemigo.
Todavía nada aquí
se parece a tus recuerdos.
Estás en la Coral Way
apretando el botón del semáforo
para cruzar hacia allá
y eso no te trae
ningún recuerdo.
Estás en el Panther Coffee
mirándole los labios
a la mujer de la barra
y eso no te trae
ningún recuerdo.
Estás en Barnes & Nobles
mataperreando entre libros
que nunca vas a comprar
y eso no te trae
ningún recuerdo.
Estás en una estación de metro
Allapattah,
me parece
mirando en la basura
una flor de marihuana
y eso te hace
sonreír.
Estás en una oficina
de Niños y Familias
pidiendo comida gratis
junto a diez haitianos
y eso te recuerda
a un edificio en República
Dominicana
donde había diez haitianos
mezclando agua y cemento
desnudos.
Estás en la casa
de tu abuelo en Westchester
y por alguna razón
has olvidado
a esa persona.
Estás dando pedal
con el izquierdo: pedal
con el derecho: más pedal
los letreros que dicen
Little
Havana
te confunden.
Estás en la cocina
de una pizzería
poniendo tocino
sobre la masa
y eso ni te va
ni te viene.
Estás en el Jackson Hospital
sacándote los ovarios
in segura.
Alguien que amas
está contigo siempre
cada vez que te mira
bajas la cabeza.
A partir
del recuerdo original
en tu mundo original
serás tu semejante.
Alteración
y distorsión del recuerdo
en un espacio
moralmente
alterado.
Antecesor el recuerdo
y sucesor el recuerdo
no te quejes.
Todas las ciudades
están divididas
por una línea
o varias.

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QUE TE QUITEN LO BAILAO [Mi poema]
José Luis Perales [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Si sientes la nostalgia te domina
y ves que te hace daño,
si envidias a ese tiempo en el que antaño
ahora en la penumbra se adivina
mas guardas cual si fuera de oro en paño.

El tiempo en que el mundo era pequeño
los sueños infinitos,
sin cuentas que saldar, sin requisitos
y a nadie disculpar, tú solo el dueño
de ingentes emociones y sus gritos.

Si intuyes que hoy te embarga la morriña
con ganas de llorar,
presientes que tu fin está al llegar
cual llega la vendimia en una viña
mandando los sarmientos a quemar.

Y aflora en tu semblante la memoria
del tiempo en que feliz,
ingenuo, un principiante, un aprendiz,
jugabas dando vueltas a la noria,
en busca de unos pollos de perdiz.

Procura desprenderte de lo triste
mirando hacia otro lao,
gozando de lo mucho disfrutao
jugando con el mal siempre al despiste,
y en tanto, que te quiten lo bailao.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  José Luis Perales

EL AMOR

El amor…
es una gota de agua en un cristal;
es un paseo largo sin hablar…
es una fruta para dos.
El amor…
es un espacio donde no hay lugar
para otra cosa que no sea amar…
es algo entre tú y yo.
El amor es llorar
cuando nos dicen adiós;
el amor es soñar
oyendo una canción.
El amor es besar
poniendo el corazón…
es perdonarme tú
… y comprenderte yo.

El amor es parar
el tiempo en un reloj;
es buscar un lugar
dónde escuchar tu voz.
El amor es crear
un mundo entre los dos.
Es perdonarme tú
… y comprenderte yo.

El amor
es una boca con sabor a miel;
es una lluvia en el atardecer…
es un paraguas para dos.
El amor
es un espacio donde no hay lugar
para otra cosa que no sea amar…
es algo entre tú… y yo.

CANCION PARA UN POETA

Por qué has hecho sonar hoy las campanas?
por qué has abandonado las callejas que
te vieron pasar día tras día?
¿por qué te has ido, amigo federico?
¿por qué se queda cuenca sin poeta?
dormida
bajo los sauces del río que pasa;
bajo el murmullo del viento, la casa
de un poeta de mi ciudad.
dichosa
la soledad salvaje que gozas,
bajo el feliz compás de las hojas
de los álamos, al soplar el viento.
poeta que cantas a mi ciudad, escucha mi voz
y dime si yo podré, servirte de trovador;
p orque en tus poemas tiembla mi voz
y se recrea,
p ensando en aquel rincón
de nuestra tierra.
mañana
escucharé doblar las campanas
y de nuestra ciudad, las ventanas
te darán su adiós de laurel.
poeta
el viento llevará mi tristeza;
cubriré mi rosal y mi hiedra,
con un sudario de crespón morado.
poeta que buscas otro lugar sobre las nubes;
descuida que tu rosal jamás se marchitará
y en cada calleja de tu ciudad, en cada piedra
oculto en cada rincón,
habrá un poema, dormido
bajo los sauces del río que pasa;
bajo el murmullo del viento y tu casa,
poeta de mi ciudad.

EL PRIMER AMOR

Se acabó
El calor de verano y el sol
La ciudad
Se ha vestido de grises y nubes

Y el amor se esconde
Para hablar, quien sabe a donde
Y en algún rincón
Unos cuerpos se unirán
Primer amor
Primer amor
Después se irán.

Junto al mar
La ciudad aparece desierta
Ya llegó
A la humilde buhardilla el poeta

Sobre la bahía
Ya no vuelan golondrinas
Bajo algún farol
Unos labios rezarán
Te quiero amor,
Te quiero amor,
Después se irán.

Volarán
Las inquietas gaviotas
Con la cadencia de un viejo vals
Sobre las olas

Dormirán
En el suelo las hojas
Y junto al puerto los marineros cantarán.
Junto al mar… te quiero amor
Te quiero amor, después se irán.

TE QUIERO

Cada vez que te beso me sabe a poco
Cada vez que te tengo me vuelvo loco

Y cada vez, cuando te miro, cada vez
Encuentro una razón para seguir viviendo
Y cada vez, cuando te miro, cada vez
Es como descubrir el universo

Te quiero, te quiero
Y eres el centro de mi corazón
Te quiero, te quiero
Como la tierra al sol

Cada vez que la noche llena tu pelo
De cada estrella blanca yo siento celos

Y cada vez, cuando amanece, cada vez
Me siento un poco más
De tu mirada preso

Cada vez, entre tus brazos, cada vez
Despierta una canción y nace un beso

Te quiero, te quiero
Y eres el centro de mi corazón
Te quiero, te quiero
Como la tierra al sol.

Qué Canten Los Niños (Homenaje a Las Aldeas SOS)

Que canten los niños, que alcen la voz
Que hagan al mundo escuchar
Que unan sus voces y lleguen al Sol
En ellos está la verdad

Que canten los niños que viven en paz
Y aquellos que sufren dolor
Que canten por esos que no cantarán
Porque han apagado su voz

Yo canto para que me dejen vivir
Yo canto para que sonría mamá
Yo canto por que sea el cielo azul
Y yo, para que no me ensucien el mar

Yo canto para los que no tienen pan
Yo canto para que respeten la flor
Yo canto por que el mundo sea feliz
Yo canto para no escuchar el cañón

Que canten los niños, que alcen la voz
Que hagan al mundo escuchar
Que unan sus voces y lleguen al Sol
En ellos está la verdad

Que canten los niños que viven en paz
Y aquellos que sufren dolor
Que canten por esos que no cantarán
Porque han apagado su voz

Yo canto por que sea verde el jardín
Y yo, para que no me apaguen el Sol
Yo canto por el que no sabe escribir
Y yo, por el que escribe versos de amor

Yo canto para que se escuche mi voz
Y yo, para ver si les hago pensar
Yo canto porque quiero un mundo feliz
Y yo, por si alguien me quiere escuchar

Que canten los niños, que alcen la voz
Que hagan al mundo escuchar
Que unan sus voces y lleguen al Sol
En ellos está la verdad

Que canten los niños que viven en paz
Y aquellos que sufren dolor
Que canten por esos que no cantarán
Porque han apagado su voz

Que canten los niños, que alcen la voz
Que hagan al mundo escuchar
Que unan sus voces y lleguen al Sol
En ellos está la verdad

Que canten los niños que viven en paz
Y aquellos que sufren dolor
Que canten por esos que no cantarán
Porque han apagado su voz.

¿Y Como Es Él?

Mirándote a los ojos, juraría
Que tienes algo nuevo que contarme
Empieza ya mujer, no tengas miedo
Quizá para mañana sea tarde
Quizá para mañana sea tarde

¿Y cómo es él?
¿En qué lugar se enamoro de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale
¿por qué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón, que me ha robado todo

¿Y cómo es él?
¿En qué lugar se enamoró de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale
¿Por qué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón, que me ha robado todo

Arréglate mujer, se te hace tarde
Y llevate el paraguas por si llueve
Él te estará esperando para amarte
Y yo estaré celoso de perderte

Y abrígate, te sienta bien ese vestido gris
Sonríete, que no sospeche que has llorado
Y déjame, que vaya preparando mi equipaje
Perdóname, si te hago otra pregunta

¿Y cómo es él?
¿En que lugar se enamoró de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale
¿Porqué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón, que me ha robado todo

¿Y cómo es él?
¿En que lugar se enamoró de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale
¿Porqué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón, que me ha robado todo.

Un Velero Llamado Libertad

Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar
Una camisa, un pantalón vaquero y una canción
Dónde irá, dónde irá

No se despidió, y decidió batirse en duelo con el mar
Y recorrer el mundo en su velero
Y navegar, nai na na, navegar

Y se marchó
Y a su barco le llamó libertad
Y en el cielo descubrió gaviotas
Y pintó, estellas en el mar

Su corazón buscó una forma diferente de vivir
Pero las olas le gritaron: Vete
Con los demás, nai na na, con los demás

Y se durmió
Y la noche le gritó: ¿dónde vas?
Y en sus sueños dibujó gaviotas
Y pensó, hoy debo regresar
Y regresó
Y una voz le preguntó: ¿cómo estás?
Y al mirarla descubrió
Unos ojos, nai na na, azules como el mar

Y regresó
Y una voz le preguntó: ¿cómo estás?
Y al mirarla descubrió
Unos ojos, nai na na, azules como el mar

Y se marchó
Y a su barco le llamó libertad
Y en el cielo descubrió gaviotas
Y pintó, estelas en el mar.

Y Te Vas

Yo te di, te di mi sonrisa,
mis horas de amor,
mis días de sol,
mi cielo de abril.

Te di mi calor, mi flor.
Te di mi dolor.
Te di mi verdad, mi yo.
Te di lo que fui.

Te ofrecí, la piel de mis manos,
mi tiempo mejor,
mi humilde rincón,
mis noches sin ti,
mi vida y mi libertad
y un poco de amor.
Lo poco que fui mi amor,
lo poco que fui.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

Yo te di, la luz de mis ojos,
mis horas de miel,
mi llanto de hiel,
mi respiración,
la luz de mi amanecer,
mi leña y mi hogar,
el canto de mi gorrión
y un poco de pan.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

Y tú te vas, que seas feliz.
Te olvidarás de lo que fui
y yo en mi ventana veré la mañana vestirse de gris.

Una Canción Para La Paz

Que se borre la imagen del pasado
si el pasado es de muerte y desconsuelo
y que nazca un futuro de esperanza
para los que un mal día la perdieron
que se llene la tierra con sonrisas de niños
y que pare la guerra para siempre
Que hoy la luz se vuelva a encender
que suene una canción de amor
que todos los hombres
que llenan la tierra
apuesten unidos por la paz
y todas las voces se eleven al cielo
al grito de libertad.

Que camine la gente confiada
por un campo sin minas y sin muertos
y que sea pasado y olvidado
este presente loco y violento
que nazca la esperanza en los ojos de todos
y el abrazo fraterno para siempre.

Que hoy la luz se vuelva a encender
que suene una canción de amor
que todos los hombres que llenan la tierra
apuesten unidos por la paz
y todas las voces se eleven al cielo
al grito de libertad.

Que se llene la tierra con sonrisas de niños
y que pare la guerra para siempre
que hoy la luz se vuelva a encender
que suene una canción de amor
que todos los hombres
que llenan la tierra
apuesten unidos por la paz
y todas las voces se eleven al cielo
al grito de libertad.

Dime

Dime…
Por qué la gente no sonríe?
Por qué las armas en las manos?
Por qué los hombres mal heridos?
Dime.
Dime…
Por qué los niños maltratados?
Por qué los viejos olvidados?
Por qué los sueños prohibidos?
Dime.
Dímelo Dios, quiero saber.
Dime por qué te niegas a escuchar.
Aún queda alguien que tal vez rezará.
Dímelo Dios, quiero saber.
Donde se encuentra toda la verdad?
Aún queda alguien que tal vez lo sabrá.
Dime…
Por qué los cielos ya no lloran?
Por qué los ríos ya no cantan?
Por qué los has dejado solos?
Dime.
Dime…
Por qué las manos inactivas?
Por qué el mendigo de la calle?
Por qué las bombas radioactivas?
Dime.
Dímelo Dios, quiero saber.
Dime por qué te niegas a escuchar.
Aún queda alguien que tal vez rezará.
Dímelo Dios quiero saber.
Donde se encuentra toda la verdad?
Aún queda alguien que tal vez lo sabrá…
Pero yo no…
Dime…
Por qué la gente no sonríe?
Por qué las armas en las manos?
Por qué los hombres mal heridos?
Dime.
Dime…
Por qué los niños maltratados?
Por qué los viejos olvidados?
Por qué los sueños prohibidos
Dime…
Por qué los cielos ya no lloran?
Por qué los ríos ya no cantan?
Por qué los has dejado solos?

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QUE HUELE A AÑEJO [Mi poema]
Alexis Gómez Rosa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Dios me libre de los que, complacientes,
abrazan el futuro con sus manos,
y líbre Dios de los que, ciudadanos,
van nadando en su mar contracorrientes
como hacen los veganos.

Que sufren y en sus frentes se reflejan
lo cierto de un futuro tan incierto
y sueñan que al final verán su huerto
salvando el lodazal que ahora nos dejan
no viendo ya está muerto.

Que van mirando al alma en su reflejo
haciendo espiritual lo que es humano,
desprecian lo que alcanzan más cercano
cambiando de lugar por ser añejo,
peor, si éste es cristiano.

Que expectantes pasando van los días
esperando quizás llegue un mañana.
Desde el frágil dintel de su ventana
otea en su interior, las averías
de su alma barbacana.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Alexis Gómez Rosa

La tregua de los mamíferos.

Sale de mi cuerpo a hurgar el cuerpo del día.
Crótalos, buitres, portaviones U.S. Navy,
Alunecen visibles en mi balcón de luna invisible,
Clausurando en mi cuerpo todo el azul de los días.
Árbol de instantáneos reflejos soñolientos.
Tatuaje grabado en la piel seca del muro.
Vistióse el alma de mujer y fue a presenciar
el bombardeo.
Llamémosle al alma flor de Anacahuita
Y a la mujer canarí
Espejos pizarras, erosiones 105 milímetros,
cumplen su ley nostálgica de sangre
y los días de intramuros.

A un lado el campo de la madam sagá
y las playas de nácar,
y al otro lado los dientes
de la guerra sobre aristas urbanas;
empinados
o apoyándose en el pulmón más hondo,
sobre aristas urbanas.
Todas las noches son blancas
(ciérrase un ojo)
Toda blancura es negra
( enceguecemos).

El día se alarga

El día se alarga, se alargaba, añadiendo
A su guardarropía naturaleza, el zapato de Pedro
Piel y agua;
La casaca Olivero, digamos
Piedra y sol, somormujada en los cascotes;

Casas fueron aquellas que habitaron allí,
Juan carpintero y su mujer tan mucho;
Cheché Demetrio,
Perdido entre sus huesos,
Con leche de bija levantaba la cría.
Aquellas fueron casas cobijadas por hombres
Bajo el sermón de las piedras.

Tierra de luz, estragada, sitiada en lengua
Sarampión de micromitin que lame los hidrantes
De las esquinas,
Otea el Máuser la cabeza que acogerá
Su ardiente plomo (cuerpo y cabeza
De hidra);
La oscura boca del Máuser.

Dicen las malas lenguas que soy

Poeta: eso dicen las malas lenguas que soy: un decir
parásito al coro.
Argamasa de música y letras con todos los sentidos,
haciéndole la vida imposible a los buceadores de sueños,
a los enamorados que, en los palcos
de la luna, les desenrollo la lengua y la sacudo.
Bah, dizque poeta, y no poder empinarme en tus palabras
para echar florecitas a ese amor que me dieron
en préstamo.
Ni tampoco llevar, con legítimo orgullo
y sacerdotal desasosiego, el matrimonio de dos cuerpos
por mi poesía.
Error de la benevolencia (¿de cálculo?),
seguro que error de apreciación:
grave, muy grave, en el saludo rotundo que circula
(amantísimo),
lirismo del viento de Long Island.
(Para corazones de capa y espada,
una tonadilla de niebla y alcanfor).

Clandestinos

Los amantes de mi tiempo,
los de la última tanda,
su amor entrado en carne derramaron
por el otoño dormido, en el otoño
recobrado.

En el trópico íntimo de una playa
nocturna, o en la ilusión de metrópolis
del malecón al filo de la madrugada.

En el huracán sin ruta
de una cita automovilística,
asi en el jacuzzi amable de aguas
efervescentes aún más amables.

En el happy hour del piano bar
del Jaragua su luna, o en el perfume
acuartelado de un suspiro
en un hotel de chinos.

En el cinema invierno de las 9: 15
allá un film de Visconti6
o en el revival glorioso de una cafetería
de l Conde, de alucinante ideología,
o en el palco rojo de un estadio
de béisbol.

En el tiempo petrificado de un museo
de la ciudad colonial.

Muchos vieron arder la sombra en la madrugada
del puente.

Casas dormitando su miseria en el río
Después de un nutrido bombardeo… vuelve,
Volvío a ser roble la ceniza;
Piedra Caribe
El muro gnomo y la casa de oración…,
Abrió luego su pórtico al aullido. Oremos.
Vísceras de menesterosos, ¿quién dijo?,
Cartílagos de plástico, fibras de vidrio y poliéster
Por las reventadas vitrinas, hierve la vida
En un oscuro convivio de ratas invioladas,
Colgados maniquíes en el desfile,
Frete a mis ojos:
Chorreantes las luces de mercurio.

-Quiero ir a Higüey, negro,

(se hizo sentir la voz madre);

Llévame con las niñas de Higüey
Que no es nuestra esta guerra, ¿cierto?
Los hombres pactaron con la muerte Cordero
De Dios.
La muerte risueña de las cuatro de la tarde
A la mañana ellos bajaron
(la muerte lo veía bajar),
Al claro firmamento en la riada del Ozama;

-Los muchachos salieron a buscar pan de fruta
En las inmediaciones de Villa Duarte.
Villa Duarte y sus cruces.
Cercana en la frente
Oeste la Ciudad Colonial;
Sans Soucí
A mi derecha brota un disturbio de cotorras.
(El cielo bajo, encapotado, nubes las aeronaves).

Una columna de humo desde el molino

Un disparo
(-Están tirando de los Molinos)
Nos separaba del infierno;
Meriño abajo, la sangre amotinada, consagró su plural de voces
En espiga: piernas, brazos,
En el cenit de los hombres,
Llegó Douglas Lucas
Con su ojo punitivo acuartelando la vida;
Con su ojo punk,
Temido, remitió la vista
A deletrear su antropofagia.
Adviene un cuerpo mí a inquirir por su origen,
Su patria potestad de geometrías
Precisas
Delinearon dos ojos de ribetes lechosos.

Cerca de aquí se escucharon ayer dos explosiones.

-Dios bendiga este hogar.
En toda puerta de Cristo, sálvese quien pueda.
Hijos del hombre, ¡Padre¡,
Por qué me has desprotegido;
De tu carne a mi carne, hay un grito abandonado;
Retorcidas calles lacrimógenas por casas nudos;
Sombras por árboles abismándose al oído,
Tiembla la luna de los hambrientos.
Flanco derecho del río,
Sale un cuerpo en mi cuerpo
Flanco izquierdo,
Sigilan los endriagos
Día y noche nochísima en los rostros del tiempo
Sorprendido:
Se cubren las cabezas suplicantes.

A dos ojos mortíferos del fuego,

Se levanta el rango taciturno del polvo
A bautizar mi horario degollado.

La ciudad bajo su telón al igual que un ahorcado
Sus ojos.
En el bar, frente al baluarte Conde,
Aun azulaba el escalofrió que dejó
En camilla Fernández Domínguez con su muerte,
Entre dos ambulancias de un monocorde infinito.

Las agencias de prensa reseñaron su muerte.
Los niños y niñas patrullaron su muerte,
Escoltada por negras leyendas de agua y tierra.
Capozzi, Ilio Capozzi;
Riviere, Andre Riviere.
Era una vez el territorio dominicano por Tauro
Conducido en su hemiciclo solar.

42,000 marines de grises portaviones
Y helicópteros.
-Está agria la piña, caballero.
Uno, dos, tres, cuatro; uno, dos, tres, cuatro;
Media vuelta a la izquierda, se puede observar
Un hermoso campo de latas y neumáticos
A pocos kilómetros del hospital militar,
El río sube a depositar ahogados en la cena.

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ANSIAS DE AMAR [Mi poema]
Mercedes Halfon [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Esta noche. mi amor, cuando soñaba
que en tus labios sedientos derretía
he sentido el dulzor de una sandía
y cómo al paladar le refrescaba.

Y he besado esa arista con ahínco
gozando de la miel que destilaba
al tiempo que con fuerza le abrazaba
y pude despertar pegando un brinco.

No sé si tú sabrás lo que se siente
cuando el ansia percibe lo que añoras
y te azuza de forma persistente.

Y en ello obnubilada está tu mente
y no existe otro objeto que el que adoras
creyendo estás muriendo dulcemente.

Pues yo he muerto en la vida varias veces,
¡qué digo! con frecuencia, a todas horas,
pensando siempre en tí, como mereces.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Mercedes Halfon

Lo que pone a mi corazón a sonar como una alarma

¿Qué es eso que viene de noche
a pisar las tablas de madera
sobre las que nuestro mundo se sostiene?
¿Qué es eso que recorre como el frío
las cosas donde viví
y elige lugares para aquietarse
como el costado de la heladera
desde donde emerge como una descarga
eléctrica sobre una ciudad
abandonada?

No hay nada
ni habrá nada tampoco
cuando despierte.

No vi llover en tu casa del árbol

no subimos los peldaños de madera
para apreciar ese pasto tan verde
que su nombre es provenir
es que el pasto tiene un nombre
y una voz, como todo lo que nos rodea
¿si comiera la comida que vos preparás sanaría?
Los rayos ciegan los ojos de los iluminados
resplandecen los árboles en el pensamiento
mi casa se ha desmoronado, se ha perdido
yo misma como un lobo soplé hasta derribarla
y ahora vago mirando este pasto
y los árboles
buscando un lugar que una vez pensé
pero nunca fue mío.

Una lámpara para ver situaciones no ideales

El principal problema a afrontar
es que siempre sucede todo
al revés de lo planeado
una tormenta eléctrica afuera
y adentro nos quedamos sin luz.

Sobre la ropa tirada repienso mis dominios

en suspenso el sol, un alma, no sé
si la tuya o la mía, los dos estamos perdidos.
Las plantas se secaron, el enduido también secó
y de los escombros barridos crece
una comunidad de hormigas
que no pertenece a ninguno
cuando me encuentro sola les doy calor
sé que eso que vuelve, que crece sin chance
aunque no tenga cimientos ni lenguaje
es más fuerte que yo.

Ya pasó la noche para el cielo

sigue demostrando su altura
este jardín no es tuyo
ni tampoco los papeles
donde se imprimen las palabras de aliento
tus amigos sostienen tazas en las manos
te dan de beber
ha vuelto a empezar el verano
que aprendiste apoyar el cuerpo sobre las rocas
nunca se apaga la última luz en una ciudad
aunque no sepas exactamente
qué te trajo hasta ella.

Casettes escritos con birome azul

Estoy sentada frente a un lago quieto
como en una fotografía
el puente que va hacia allá está roto
una vez mi padre pescaba y cayó
entre las maderas, el cuerpo
se sostuvo solo por su cabeza.
Hubo un tiempo en que la música tenía dos lados
siempre había uno preferido.
Miro el lago crispado
por el viento que avisa que la noche
viene:
yo también estoy del otro lado de esa música
creyendo que las mejores canciones
quedaron atrás.

En este bosque

Pasaron cosas importantes.
Fui amiga de unos perros
trepé laderas pronunciadas
sintiendo el poder que da
el cansancio a un cuerpo.
Sobre todo ese chico de Olavarría
unos años mayor
me habló el último día del verano
me alcanzó para un año entero
qué fácil a los nueve es pensar en casarse
por una frase nada especial
alguien levemente lejano, unas pocas palabras
y me sigue alcanzando.

* *

Semana de lluvias
desde la ventana todo se ve mojado y gris
el agua lleva y trae su pena.
En días así,
genero mi propio calor
no espero palabras amables.

* *

Ibas a abrazarme pero en vez de eso me quemaste
con una fuente que sacabas del horno
vimos mi mano que empezaba a enrojecer.
Alguien podría decirme de mis heridas
yo prefiero desperdiciar la juventud
en algo que sea realmente un desperdicio
pero este es mi romance
intentar la cercanía
la mano punteada por el fuego
las papas en el piso.

* *

Somos tres islas o mejor
una formación para mirar desde el aire
con grietas minerales, piedra volcánica,
caracoles antiguos y algas diminutas
unidas por debajo de la tierra.
Si fuéramos ideas
seríamos un diagrama de Venn
algo que forma parte del universo
y que al cruzarse
da un resultado misterioso.
Islas es lo que somos
a veces el agua nos distrae
pero no nos mueve.

* *

Nadie va a robarte en la cara
porque entonces no sería un robo
sería otra cosa con otro nombre
algo parecido al amor
una esponja vegetal que se hincha
va perdiendo semillas negras
flota y no tiene amigos
algo parecido a un enamorado.

* *

Tengo la mayor parte de mi cuerpo cubierta
en la cartera dinero
algunos cigarrillos
monedas para viajar
cosas que puedo necesitar más adelante
voy en colectivo
algo que no detecto
tensa el arco en dirección única
una pregunta para hacerle a los desconocidos
¿estás bien
o a veces estás triste?

* *

Hace once días que estoy sola
nada se detiene en la cinta de embalar
voy a decir después hablamos
cerrando la puerta del auto
o cortando el teléfono
y no me ven más el pelo.

Por el momento sólo interesa rescatar
lo que se puede de la casa
un cambio climático
tirar el chicle y morder el papel.

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MAÑANA, ME DIJISTE [Mi poema]
Hernán Bravo Varela [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Mañana, me dijiste que mañana
me harías muy feliz
y yo con ese aspecto de aprendiz
lo quise comprender de buena gana
tu entente en buena lid.

Después te pregunté si me querías,
si yo era tu sustento,
y distes un abrazo que, contento,
me hizo allí pensar siempre serías
princesa de este cuento.

Y es que era primavera y los rosales
pintaban con su flor,
idílico, un paisaje de color
capaz de restañar todos los males,
de amores el dolor.

Y en esta dilación llegó el invierno,
con él también el frío,
y, antaño, el cielo azul tornó sombrío
torciendo los renglones del cuaderno
como un escalofrío.

Las lluvias torrenciales, las tormentas
mataron nuestro amor.
Y hoy dudo si eso fuera lo mejor
tratando de evitar luchas sangrientas
salvando nuestro honor.
©donaciano bueno

Amor y desamor, dos polos que se tocan? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Hernán Bravo Varela

(VEINTICINCO CENTAVOS, POR EL AMOR DE DIOS)

Mi padre muerto vino el otro día.
Me dejó dos cobijas y una almohada
y se volvió a morir como solía.

Estaba oscuro, pero todavía
puedo verme temblando en su mirada.
Mi padre muerto vino el otro día.

Ni cuento de terror ni brujería:
mi padre apareció como si nada
y se volvió a morir como solía.

Con todo y que murió de neumonía,
lo vi muy tarde, ya de madrugada.
Mi padre muerto vino el otro día.

Apenas me duró su compañía
lo que tarda en hacerse una redada
y se volvió a morir como solía.

En su ausencia, llegó la policía
y dejé las cobijas y la almohada.
Mi padre muerto vino el otro día
y se volvió a morir como solía.

RESACA

A Washington Cucurto

“En cuanto a ti, el desierto.
Suelta la música,
ábrete la carencia,
dolor, la duna franca;
cansado de pensar
lo húmedo y lo seco,
separados;
la playa o la creación
y tu cabeza.
¿No escuchas
las reverberaciones,
la bilis en el blanco
por obra de la luz
o de su espectro
que no alcanzas
porque lo de la abuela
no se toca?
Pues sí, lo que parece
un vómito
común, tu soledumbre,
su nana por la noche
del lavabo
—así de blanca y doble
tu desaparición,
así
de inútilmente puros
cráneo y hemisferios
que a fuerza de pensar
te brillan fuera—,
tan sólo fue
tu propio llamamiento.
En cuanto a ti,
que confundes
escala y escalera,
lo único
posible es el comienzo.”

(GRENZGEBIET)

En vez del muro, todo lo que hay
es una galería al aire libre
de fotos sobre el muro,
una secuencia horizontal.

Las fotos
muestran hombres tirados en el suelo
con los ojos abiertos y la boca cerrada,
con las manos y frente rajadas por las púas,
a la sombra del muro.

Desde lo alto , una ventana abierta.

Cadáveres en línea vertical,
del otro lado.

Otros que, de camino a la oficina
o de vuelta a su casa, quisieron asomarse
a través de los bloques,
e imaginando cómo sería la vida a quince
centímetros, espiaron por primera
y última vez el más allá del muro.
Cadáveres
tirados en el suelo, de este lado.

*

“Pensé que no me tocaría”, dijo
mi padre aquella noche
mientras tapaba la televisión.
Picas, mazos, martillos y ganzúas,
jóvenes que venían
del otro lado, sin pensar que ahora
sería cuestión de dar
un paso hacia adelante, dar la espalda.

Mi hermano y yo escuchamos a mi padre
relatar noticias
que no pudimos ver sino en fragmentos.
Él vio el muro cayéndose a pedazos
y nosotros su nuca, sus hombros, sus omóplatos,
como la mano con que nos tapaba
los ojos en la escena de amor de una película.

POÉTICA

“Eras la piedra,
aunque me parecías
llamar como una boca:
seguidilla
tu círculo cerrado,
aparición del agua
que te gritaba esposa.
Sin ser guijarra,
te creí encinta.
A pleno sol,
entre palomas
que salen al campo,
la piedra —tú—
había estado sola,
solamente.
Fácil el día en que el cielo
sea azul
(decirlo, decir algo)
con levantar el vuelo
de la vista.
Quien camina tu ruta
debajo de la nieve
no ve claro;
el silencio que bate
cardinal,
sin centro, todavía.
El alma de lo dicho
no es un pájaro.
Apenas frío, busco
tu dicha, enmudecer.
¿Cómo llegar a ti
sino callando?
Pero si dirigiera
mis pasos a tu inicio
dejándote de hablar,
me mentiría.
Quiero decir ahora,
destemplado,
el bosque al que me invierno.
En la nevada tanta
se hizo noche,
oscura la blancura.
Parvaba alrededor,
de blanco, como nieve.
Adidía.”

VEINTICUATRO

…y esa vela velándote
la demasiada sombra
para verte,
tendida ahí,
en un aparte níveo.
Indecididos,
indeterminados,
no sé si el corazón,
corazonada,
o si exterior bodega,
como suele
pasar al dividir
la noche sobre dos.
Memoria mía,
están por apagarse
los pabilos posibles,
y esa muerte
va de pedir
a despedir
—se nos agotan olas
para romper con eso
que solía
hundirse en una trama—;
de cortar a cortar
por el camino
más largo hacia la sombra
en lo que vuelves
de no volverme a ti;
va de clavarse
a desclavarse,
y esa vela
te aluza muellemente
los ojos del dormir,
y el 24 en puerta,
el cuarto 24,
a las afueras
de cuanto nos fantasma,
no sabe ser un día
después
ni sus contadas horas.*
*José Alfredo Jiménez, “Las ciudades”.

FABLILLA

A Amalia Bautista

HACE ya mucho frío,
en un reino lejano
a quien, por tu cesura,
viene y versa
un ayer en plural
-pasado el tiempo-,
vivía la música
al margen del oído.
En tu patio
de dulces disyuntivas
-el manto
de hierba o la corola,
peras o manzanas-,
donde un alcázar
interior te diera
alcance,
ya queda sólo
la sordina inmensa.
Ventanales abiertos
y círculos (no sé)
cerraron
como si, más o menos,
dos que tres goznes fueran
gozo mío.
Érase un azulejo
que no jugó a trinar
con fuego. O sea, a dúo
junto al fénix,
por dos montes (de veras)
y un canto por camino.
De noche,
movidos por el cielo
del amor
que se pone en Oriente,
tuvimos una fe
de lirios y astromelias,
un origami
en práctica de vuelo.
Pero en ausencia nuestra,
se calca el desenlace
-colorín…-
de lo que estuvo unido
-…colorado-:
Y el cuento es cierto:
quien te escuchó callar
oyó el invierno.

CHILLIDA

A Nicolás Pinkus

ENTRE que fue
para nosotros tanta
la puerta que se nos
habría de haber
abierto encima, estamos
aquí en medio,
llegados. Ven,
que no se cierra el aire
a sostenerse en pie,
a dar con una casa
donde sobre el espacio
para mover las cosas
del lugar que ocupaba
su vacío;
para quitar los ojos
de la llave
que abría el agua
en dos, los que quedamos
desviviéndonos
por llegar a salir.
Consistiera el quehacer
en no tapar el sol
con la palabra
que tuvo a bien
darnos en sombras
su acero sin forjar,
la voz de su incendiarse.
Ayer,
no movimos un dedo:
el alabastro estaba,
el peine que peinaba,
ese camino
de volver
a tomar el camino.
Ahora
que se le hace de noche
al mundo y a la puerta,
pasa de largo, estate
tú también,
como una aldaba. Pasa.

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SE MUERE LA GENTE [Mi poema]
Manuel del Águila [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Así es la vida y la muerte.
Cuando dios creo a la vida
lo hizo dando por perdida
vestida de mala suerte.

Los días se pasan, la gente se muere,
se pasan las horas, se muere la gente,
los sueños se abrasan, la gente se muere,
en estas demoras, se muere la gente.

Se apaga el sonido, la gente se muere,
los cielos tan grises, se muere la gente,
el sol que ha teñido, la gente se muere,
con sus cicatrices, se muere la gente.

Se fue el presidente, la gente se muere,
lo mismo que el Papa, se muere la gente,
de cuerpo presente, la gente se muere
se fue de este mapa, se muere la gente.

Se extingue el planeta, se muere la gente,
por todas esquinas la gente se muere,
se fue al fin Violeta, se muere la gente,
tras tantas inquinas, la gente se muere.

Llueven los balazos, se muere la gente,
como odios a mares, la gente se muere,
hechos a pedazos, se muere la gente,
muertos a millares, la gente se muere.

Lo mismo en saraos se muere la gente
que en las sacristías la gente se muere
por todos los lados se muere la gente
creyentes o impías, la gente se muere.

Se mueren los listos, la gente se muere
y los subalternos, se muere la gente,
y los anticristos, la gente se muere
los niños mas tiernos. se muere la gente.

Todo está podrido, la gente se muere,
todo ya está muerto, se muere la gente
que el tiempo se ha ido, la gente se muere,
le ha mirado un tuerto. se muere la gente.

Se muere la gente, la gente se muere
quieran o no quieran, se muere la gente
lento o de repente, la gente se muere.
Como ellos debieran se muere gente.

No sé si habrá luz un día,
mientras tanto, mientras tanto,
que suene una melodía
para apagar tanto llanto.
©donaciano bueno.

MI POETA SUGERIDO:  Manuel del Águila

El trapero

Fíjate, fíjate qué fantasía:
por pellejos de conejo,
por unos zapatos rotos
y por botellas vacías;
por trapos viejos y sucios;
por podredumbre y desechos,
el trapero,
¡Qué hidalguía!
Te da, a cambio, un molinito
de papel azul y rojo,
sobre una caña amarilla,
que rompe el aire y lo riza
con giro de alegría.
Azul, rojo y amarillo,
¡Fíjate qué fantasía!
Te dan sangre, oro y cielo
por lo que no te servía.

Coplillas de la molinera

Tiene,
¿sabes qué tiene, madre, la molinera…?
Cerezas en la boca,
manos de almendra,
fuego en los ojos negros
y un redondeo de gloria
en las caderas,
por eso, madre,
el molino me atrae
me atrae y me lleva;
y cuando no la veo,
en el agua del cauce
echo mi pena.
Dime madre, ¿qué tiene,
qué pícara cosilla,
la molinera…?

El Poeta

Manuel me llamo; mi nombre,
mi viejo nombre es Manuel,
que suena a cruces y a olivos
a mar en calma y a miel.
Manuel, mi padre, mi sangre;
fuente y columna quebrada
porque así lo quiso él.
Tuve dos madres Dolores;
una que no conocí,
según dicen paz y luz
y otra con la que viví,
luz y paz también y amor;
amor de amparo y ternura
tras la nieve de una piel.
De Manuel y de Dolores,
nací yo, solo Manuel.

Por que nací…

Por que nací en la orilla de un mar riente y viejo,
llevo dentro de mí un marino que manda
y un marino que sueña y mira las estrellas.
Aparejé mi vida como un bello navío
que tendría que cubrir muy largas singladuras
y luché, en lo posible, por gozar los favores
de los vientos divinos que soplan con clemencia
y agradecí su impulso, en mis velas hinchadas.
Pero no quise nunca sacrificar lo humano
porque Dios da la vida en el alma y la piel:
un arpa vibradora al aire de un suspiro
y un cuerpo sensorial
que se estremece al goce.
Si miro sosegado la agenda inmaterial
del tiempo que se fue, no hubo quiebros rotundos;
no hubo largas fisuras; los días fueron felices
y livianos los roces.

No espero nada ya; al menos esos dones
que las vida nos trae, como un aroma nuevo
y, a veces se despiden
cubriéndose de grises desengaños y adioses.
Mi vendimia está hecha; quise cortar racimos.
demasiado en agraz y supe su aspereza;
también gocé la miel del fruto sazonado
con el grato reposo de sentirme invadido
como esta tierra seca que cerca y me ampara
y se esponja en favores si el agua la penetra.
Pero octubre llegó, la vendimia está hecha
y su jugo exprimido espero consumirlo
sin embriaguez ni pena; (tranquilo, sosegado),
mirando al sol ponerse, se repite insistente,
sosegada y serena.

Coplillas de la gasolinera

Tiene,
¿sabes que tiene, madre la molinera…?
Cerezas en la boca,
manos de almendra,
fuego en los ojos negros
y un redondeo de gloria
en las caderas,
por eso, madre,
el molino me atrae
me atrae y me lleva;
me atrae y me lleva
y cuando no la veo,
en el agua del cauce
echo mi pena.
Dime madre, ¿que tiene,
que pícara cosilla,
la molinera…?

La escavadora

Me asomé a la ventana; creía que un seismo
derrumbaba las casas.
No eran todas, era solo la tuya;
la tuya que guardaba
como un álbum antiguo, momentos y momentos,
gestos, palabras, voces, enfados, besos… todo
lo que es la vida
y siega un último suspiro.
No era un seismo, no; era su muerte en un instante,
ferozmente mordida por la firme mandíbula
de una amarilla y cruel excavadora.
Monstruo y gusano al par,
derrumbó tus balcones, tus paredes,
aquella puerta encristalada y cómplice
de unos besos de larga despedida.
La vi entrar con estruendo
de hecatombe y de guerra,
sin piedad, sin mirar y sin sosiego;
y llegar al jardín y penetrar
en la blandura verde del geráneo;
en la erizada y débil resistencia del rosal;
en el blanco temblor del jazminero
que lloró con estrellas diminutas.
Un momento después, ya no había nada:
de las vidas, los ecos, los momentos;
de los sitios y sombras del recuerdo,
quedaba piedra y tierra
retorcidos herrajes y maderas rotas,
fragmentos de cristales y ladrillos.
Pero flecha de luz, desafiando al aire,
asombrada, amarilla por el polvo,
la rama de un rosal con un pequeño brote,
inicio ya fragante de una rosa,
inhiesta su verdad de primavera
orgullosamente decía:
yo vivo aún y doy mi aroma a quien se acerca.

El mar

El mar es un milagro;
un milagro que prueba la grandeza de Dios.
¿Cómo sería aquel día, en que el mar ya fue mar?…
¿Qué medida apurada dio límites diversos
de aena adormecida; de hiriente acantilado;
de alocado arrecife; de misterioso fiord;
de oloroso pinar o de palmera tibia
a la volupta ola que sonríe o que brama?…
¿Quién le enseñó ese canto, rítmico, resonante,
que se crece en estruendo con fiereza de selva,
o se adelgaza en rezo, en beso o en caricia?…
Campana de arrebato, adormilante mana,
amoroso susurro, sirena de los dioses;
¡camino de Jesús!
debajo de tu canto ahogador de silencios,
la arboladura rota sueña sus singladuras;
la ciudad sumergida su pulso vertical;
el mármol su reflejo; el oro su destello;
el ánfora su vino
y el incienso la ruta temblorosa del aire.
Sepultados deseos de romper ese cerco
de medusas y cactus Prometeos apagados ,
esperan impacientes
esa verde cadena de los húmedos iris,
liberadora escala,
para buscar heridas en los rayos del sol.
Encima de tu canto, ahogador de tinieblas,
el horizonte curvo que se agranda al arribo;
la inmensa lejanía fabricada de cercas;
de inmediatas espumas; de tangenciales rizos;
la genésica pugna de la orilla en la orilla
con su eterna sonrisa y su eterno tesón,
limador y erosivo, dicen que el mar es único,
y el más grande misterio, y el más grande milagro…
¿Cómo sería aquel día
en que el mar ya fue mar?…

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IGNORANDO SABER [Mi poema]
Raúl Alonso [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

No eres quien dices ser, que eres camino
de un viento que empujado a la deriva
va el salvado filtrando en una criba
en busca inesperado de su sino.

Tampoco eres destino, que barrunto
que aun sigues sin saber quizás quien eres,
te agarras como a un hierro a los placeres
dejando que otros hablen del asunto.

Que, ignorante, no sabes, no contestas,
simulas vas mirando hacia otro lado,
no encuentras quien te ayude en tus deberes.

No quieres enfrentarte a las apuestas
el tiempo de dudar ya se ha pasado,
y aunque ignoras saber, no te zahieres.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Raúl Alonso

Soledades

La multiplicación
de intimidades muertas,
algunas luces persisten
mientras otras se agazapan
tras las bocinas y los timbres.
Un hombre y una mujer
se advierten en la arena.
Es el preámbulo de una nada
ofensiva y sigilosa.
La avenida se siente Evita
“mis callecitas negras”, dice.
En el bar piden la cuenta
(el ocaso de una página blanca)
Es mi vos y tu yo,
en otros pechos y otros minutos.

Distancia

Odio la distancia
con mi oxígeno, con mi saña.
Un centímetro ya es distancia.
La peleo, la espero por las noches
detrás de ese arbusto muerto
y la castigo con mis nudillos,
con mis codos, con mis empeines,
la muerdo fuerte
/ le arranco sangre /
Ella se mantiene erguida
y me grita,
me humilla, me pisotea,
me recuerda con voz cascada
que hoy será otro día
en el que no podré aferrarte a mí
y leerte al oído alguito de Felisberto.
Poemas de LO AMARGO POR MIEL (Gogol, 2018)

Todo me desasiste

Todo me desasiste.
Hay nubes. Llueve barro.
La tierra cae del cielo
con un suspiro blanco.
El trueno se desliza
como un escarabajo
que va escalando piedras.

Se genera un atasco
en la avenida triste
que añora su ser páramo.

Una avioneta lenta
sobrevuela mis labios.

El aviador la mira,
desde el parque, nostálgico.
«Yo era el aviador»
piensa. Canta algún pájaro.

Se deshace este mundo
asido por las manos
del temporal eterno.

Lo reconstruye un claxon.

Todo me desasiste.
Hay nubes. Llueve barro.

En la laguna

El viejo palpa el junco. Lo recorre
con sus yemas augustas. Y lo arranca.
Repite el ritual con otros pocos
en la laguna donde están las garzas.
Él las contempla. Su corazón tiene
un poso amargo que no toca el agua.
Pero le gusta ver sus vuelos rasos
en la serena superficie lánguida.
Con los tallos fabricará una cesta
y meterá entre paños su nostalgia
para soltarla luego a la deriva.

Miró el atardecer

En medio de un camino
que la tarde alumbraba
miré el atardecer.
El Sol me iluminaba.

Fue como si se abrieran
las flores de las ramas
en un árbol sin hojas
retoñando de almas.

Fue como si el torrente
puro y fuerte del agua
brotara en un desierto
regándolo de almas.

Fue como si la bóveda
celeste se llenara
de un resplandor intenso
encendido de almas.

El Sol me iluminaba.

Y creí en los cantos
largos de mi nostalgia.
Se elevaban gozosos
por toda la galaxia.

Y ya no fueron míos,
ni mía la mirada
que me mostraba cómo
todo resucitaba.

El Sol me iluminaba.

Mi alma se quedó
sola como las playas
cuando los melancólicos
paseantes se marchan…
y se queda la orilla
con la espuma del agua
y la sombra del vuelo
de las gaviotas bajas.

El Sol me iluminaba.

Pero cuando se queda
más solitaria el alma…
con el Amado vive,
con el Amado ama,
con el Amado siente,
con el Amado canta,
con el Amado hace
fecunda la palabra.

Los rayos parecían
arroyos de esperanza
abriéndose en los seres
que apagaron su llama.

No era un mediodía,
ni una mañana clara.
Era una tarde fría,
de invierno, sosegada.

Se me olvidó que iba
de regreso a mi casa.

Luego lo recordé.

El Sol me iluminaba.

El Amor de Bodhisattva

Bodhisattva murió como morimos todos:
escuchaba los cantos de las aves doradas.
El dulce Om de Dios era la música
de los días pasados que volaban.

Sonaba el Om en las montañas próximas.
Sonaba el Om en las ciudades claras.
Sonaba el Om en los felices seres
donde la compasión hizo una casa.

Bodhisattva murió como morimos todos:
reía con las hojas y bailaba
musitando: Aún no terminé. Mucho me queda
Padre, regrésame cuando me vaya.

Sabía de su muerte, y sin embargo
la esperó sin preguntas. Con sus palmas
hacía hermosos gestos en el cielo
como si fueran dos cometas blancas.

Bodhisattva murió como morimos todos:
Miraba al sol: era el Sol de su infancia.
Conoció que las cosas se movían
en busca de una unión que no encontraban.

Cuando murió, las nubes de la tarde
parecían ballenas que se amaban.
Mirábamos aquel lento viaje
que las unía y las separaba.

—Entre las cosas separadas hay
como un hilo invisible de distancia—
pensé. Pero él me dijo: Coge el hilo
de todas ellas y fabrica el Alma—

Bodhisattva murió como morimos todos
cuando el Padre nos llama al corazón. Si lejana
es la Luz que dimana toda vida,
cercanos son los hilos de Luz de que nos arrastran.
El Amor de Bodhisattva, Hiperión, 2004

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COCINERO ANTES QUE FRAILE. [Mi poema]
Valentín Arteaga [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo he sido cocinero antes que fraile
soñando con estrellas Michelín,
viviendo como un chino Mandarín
y he sido pagafantas de algún baile.
y okupa en la batalla San Quintín.

Y he sido el ayudante de un deseo,
de un cura el monaguillo en sacristÍa,
el lapsus que antecede a la amnistÍa,
las ninfas que ayudaron a Perseo,
el eco que de él mismo se reía.

Y en duelo, de las velas candelabro
que echando va sus lágrimas al viento,
haciéndole un reproche al sentimiento
en acto pendenciero tan macabro,
tan sádico, esperpéntico y cruento.

Legajo de un archivo en Salamanca,
el cardo despistado en un florero,
silencio, expectativa de un te quiero,
el hueso de aceituna que atraganta,
la sal que desparrama de un salero.

Y aunque quise ser dios, ¡qué más quisiera!,
juro que de mi mismo, me he reído,
que todo lo que escribo lo he sentido.
La vida es una eterna borrachera
pues cuerdo no merece haber vivido.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDO:  Valentín Arteaga

TANTUM ERGO

“Un cíngulo de sol el horizonte fuese
sujetando esta túnica que nos traba el andar,
pero cómo nos dobla las espaldas la vida,
cómo pesa el milagro de la existencia a cuestas.
Mas, al cabo romeros, venimos con los labios
tatuados de música florecida en la lucha.

Nos sentamos contigo para aclarar las fuentes
de estas manos que nunca sembraron manantiales;
que han rodeado todos los bordes del aljibe
de la sed como un vaso que embriagarse anhelara.

La Misa es como el Pozo de Jacob en la siesta.
Nos subirán las aguas por el cauce del pecho,
una lluvia de pájaros inundando la orilla
del corazón reseco que te mira a la boca.
Eres igual que un faro para los navegantes.

No soltéis, sacerdotes, vuestros temblantes remos.
Lentos marineritos de la aurora, llegad
como un barco en la sangre frutal y navegada.
Las olas se te incendian cabe a los tabernáculos;
y en los expositores suena la adoración
como un golpe de agua que en la madera cruje.

Rezamos y las anclas hechamos jubilosos
en los tiempos futuros que trasluce el breviario.
La Misa es como un buque donde todos cabemos.”

Poemas en voz baja

“Qué querrás Tú decirme, me pregunto
mientras ando hasta Ti sin conocerte
todavía, Señor. tú me has llamado
y me he echado al camino sin dudarlo.

No sé ni dónde estás, pero yo voy
andando que andarás; puede que tarde
toda mi vida ya por el viaje.
Yo sé que te veré. Tú me has llamado.

Lo que más me preocupa es qué querrás
Tú decirme. No sé
qué pueda contestarte ni me importa
¡Debe ser muy hermoso cuanto digas!

Pudor

Un pudor casi en cueros va envolviéndote
todo el cuerpo en el rostro en este instante
de música o de río. Son tus ojos
una playa en el sol; desvistense
a contraluz los dientes, el flequillo
resonando en las cejas. Y sonríes
qué pensamientos, árboles, tal como
un relámpago en sombra junto al mar
de la memoria ahora desnortara
las barcas de la tarde. Está desnudo
el cosmos en tu rostro. Por las olas
de tus mejillas, aire detenido,
respira la emoción, fruta el ambiente
un perfume de albatros, un mareo
o un imán de qué lluvia. Te he encontrado
perforando el poniente. El cuello es
dulcísimo arrecife, un archipiélago
de ternura el mirarte, bienvenida
tu existencia a esta orilla del silencio
mojado entre tus labios. Ah, tu boca…
Ah, quédese por siempre dibujada
en mitad del paisaje -sed en línea-,
del horizonte lleno de deseos
desvistiendo tu estío. No te muevas.
Tu rostro es esencial. Tienes la magia
del perfil del ensalmo, todo el cuerpo
hasta tu cara irrumpe como un río
del que yo fuera afluente interminable.

«De Un rostro va en su música»

Para qué amontonar en los graneros

¿Para qué amontonar en los graneros
si Dios tiene las manos dadivosas?
Admirad los milagros sin floreros.
El resplandor se sale de las rosas.

¿No cuida Dios de un solo pajarillo?
¿No dirige una estrella si se mueve?
¿No coloca en el leve canastillo
la claridad del nardo y de la nieve?

Oh dulcísimo Santo providente,
intercesor del aire y la azucena,
de la lluvia que arrecia y su corriente.
¡Que no nos falte el pan en la alacena!

Ah, el Niño entre tus brazos, que sostiene

¡Ah, el Niño entre tus brazos, que sostiene
tu corazón y el nuestro con firmeza!
¡Ah, tanto amor de Dios! ¡Cómo previene
el Niño de este cierzo o su tristeza!

El Niño tan a gusto entre tu pecho.
Tan a gusto en tus manos todavía.
El Niño de este siglo tan maltrecho
que ampara de la sed y su sequía.

Cayetano de Dios, niños contigo,
niños en procesión por la ciudad.
Con una mano en ti, con otra el trigo.
¡A ver si se hace el mundo claridad!

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PENSAR EN VALENCIA [Mi poema]
Francisco Sánchez Bautista [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

«Pensar en valencià» dice un letrero,
pensar, mejor pensar, eso sería
sin nadie que le ponga ningún pero,
que puestos elegir coja el sombrero
optando al que más sombra le daría.

Y a mi que me pusieron Donaciano,
-sigue el letrero- y …»nunca en castellà»-,
aun dudo si hoy me llamo Donacià,
debiera proseguir en castellano
y al ano si debiera llamar à.

Que yo cuando nací ya era cristiano
y nunca me dejaron elegir,
me niego a que me intenten dirigir
e impidan si he de ir directo al grano
en eso de pensar y de decir.

Pensar, se ha de pensar como uno quiera,
pensar es lo que al cuerpo es el comer,
no hay nadie que lo deba de imponer,
que dejen de inmiscuirse en tu sesera
y solo tú verás lo que has de hacer.

Y al resto que les dejen escoger
o sea el que más réditos obtenga
dejando de lanzarle alguna arenga
que obligue así a decir lo que hay que hacer
y nunca aquí a pensar lo que a él convenga.
©donaciano bueno

Basta ya de #adoctrinamientos? Share on X

Lo que somos, lo que pensamos depende en gran parte de las ideas que con buenas o malas intenciones nos hayan inculcado de pequeños.

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Sánchez Bautista

VIRGILIO

Y ya las sombras más largas caen de las montañas,
y convidan al sosiego
-Virgilio, Égloga I-

Os anuncio que ahora es un espíritu
tan leve como invicto, el que se acerca
esta tarde de otoño a visitarme
con un tierno mensaje inmarcesible
cuando el paisaje se desnuda, lento,
de su fronda caduca y enfermiza.
Noviembre es tibio como un limbo y cala
con su color de pálidos follajes
como un duelo entrañable. Lejos pían
los pájaros, y el sol último enciende
de bermellón las crestas de los montes.
Sobrecogido, indago: ¿Es que fue siempre
así de desolado este momento
en que el día agoniza acompañado
de una loca algazara pasajera?
Me abismo en inquietudes. Y mis ojos
quisieran retener la luz que huye
incendiando colinas y apagándose
más allá de los montes.
Y es entonces
cuando él llega sereno y reconcilia
(maestro de dulzuras y piedades)
lo tierno, lo cordial y lo afectivo,
con la razón, origen de la duda.
Su voz de mansa selva me apacigua
y me infunde en el alma un delicado
deseo de fundirme en el misterio
cuajado de temores, cuando el véspero
de tibio resplandor mueve mis pasos
y me invita a soñar en algo hermoso,
esencial, sustancioso, indestructible,
mientras pienso en Virgilio y en sus veinte
siglos de serenísima belleza.

LÁZARO CALLA

…y se le vio cómo trataba de enderezar de nuevo
sus pasos por la vida imprecisa y vaga
Reiner María Rilke

¡Oh, Lázaro, sabemos de tu muerte
y resurrección, pero no sabemos
de tu segunda ‘muerte, de tu agonía,
tu eterna soledad entre los hombres,
qué fue de ti después de tu regreso
del reino inacabable de las sombras!
¿En qué edad de tu segunda vida
pasaste por el trance —tú, nacido
e tu última muerte}
¿Te volvieron a amar los tuyos} ¿Hubo
curiosos que vinieron a ti, Lázaro,
a que les explicases la experiencia
de tu vida y tu muerte} (\Tú, el único
sorprendido por otra nueva vida,
que podías hablar de este misterio\)
¿Sonó igual tu palabra} ¿El mismo acento
persuadió a alguien} ¿Qué ser querido
volvió a tu mesa a compartir tus viandas}
(Te supo igual la vida} (Saboreaste
los ricos frutos con el mismo gusto}
¿Y tus manos, oh Lázaro, volvieron
a tactar los objetos, a temblarte
de atávica emoción en la caricia}
Hace ya dos mil años, y esta tierra
que pudriste dos veces sigue muda.
Y todos esperamos un testigo
que diga: «Yo conversé con él, tuve
su aterrante respuesta, su mirada
delatora de niebla, ante la mía».
Me abisma tu silencio y me estremece
la nada que me intuyes; y te inquiero
con la misma vehemencia que otros hombres
te instaron a que hablases, contestases
la inquietante pregunta.
La respuesta
¿será vana por siempre}
Diros, Lázaro,
da una luz, una huella, un rastro sólo,
cómo fuiste acogido entre los hombres,
de aquello que pasó entre ti y el mundo
después de tu regreso de la Muerte.

ELEGÍA

AHORA, padre mío,
no me llevas contigo a los frutales
de la humilde heredad, ni me señalas
el fruto arrebolado
como fuego incipiente entre las hojas
de los verdes baldares de los árboles.
Mayo llega vestido de albarillos
y moradas ciruelas. Y está el níspero,
agridulce, llenándonos la boca
de una blanda saliva estimulante.
Barroco y bien vestido está el paisaje
rumoreante de abejas y de avispas
a las puertas de junio, el deseado.
Y llega la canícula y nos dora
levemente el paisaje; pronto, octubre
acortará los días, y mis ojos
han de buscar las ácidos manzanas,
los ásperos membrillos y los dátiles,
estas tardes de otoño, cuando llega
de nuestro mar un aire húmedo y denso
con promesas de lluvias deseadas.
Con los mínimos días de noviembre
vendrán los leves pájaros del frío
buscando la tibieza de los huertos.
¿Somos sólo nosotros diferentes
por la memoria, que nos hace tristes,
y ante el tiempo que pone en nuestra sangre
una gota de muerte para siempre,
como puso en la.tuya, padre mío}.

Introducción.-

Una nube polvorienta
se levanta. He penetrado
en la tierra cenicienta
el campo seco y quebrado.

Montes de greda, chumberas
orillando los ramblizos,
albardines, baladreros
y pastizales sequizos.

Cantaelgallo, tierra lunar y de una claridad alucinante, donde es proverbial que a sus alrededores acudan los cuervos, en busca de alguna raquítica higuera donde llenar el buche:

Cantacuervos,
Cantaelgallo,
el sol llega
mañaneando
entre olivos
y barrancos.

Caminante
de estos páramos
donde el agua
niega el claro
son alegre
de su salmo.

A la altura del puente sobre el mermado río Chícamo, aprendiz de barranco, detiene sus pasos y vuelve a contemplar tan impresionante pueblo –Abanilla-. Sobre este río, agónico y difuso, ya en el 2004, escribí el siguiente romance:

I.
Río Chícamo, pequeño
río que cruza Abanilla
entre jarales, retamas
y un lecho de duras guijas
entre erosionadas gredas
por donde el agua camina
gorgoteante, deliciosa,
lenta, transparente y limpia,
escoltada de olivares
y rodales de hortalizas
y empenachadas palmeras
haciéndole de vigías.

II.
El agua baja filtrada
desde El Cantón y Barinas,
y el Chícamo la recoge
con necesaria avaricia
acumulando arroyuelos
y aprovechando avenidas
entre apretados oasis
de árboles que fructifican:
albarillos, tapalahojas,
peras, dátiles, fresquillas;
lo vegetal hecho azúcar
al sol puro de Abanilla.

III.
Cómo alegras nuestros ojos
río de presencia mínima,
alivio de secarrales
cuando la sed los hostiga.
Por ti se hacen más hermosas
estas vegas escondidas
entre gredosos barrancos
que hablan de geologías
hechas ramblas, pedregales
y leves escorrentías,
que a través del tiempo han hecho
perenne germen de vida.

IV.
Río Chícamo, pequeño
de nombre y de gracia esquiva,
aquel que a tu lado pasa
y en tus márgenes medita,
asombrado se pregunta:
¿Dónde tú entraña nutricia,
río casi arroyo, charco
de agua emergente, o sumida
entre oscuros minerales
que con tu paso haces rica
y jubilosa la tierra
con sus dulces aguas mínimas?

V.
Hijo de los manantiales
y de las fuentes exiguas;
oriundo de envenamientos
y aprendiz de fontanillas.
Por tu gracia tiene el ave
breñal donde nidifica
y un refugio de humedales
donde la esquiva limícola
y el picoverde, y el mirlo,
y el laudino y la zurita,
vienen a beber sus aguas
cuando abrasa la canícula.

VI.
¡Río Chícamo, tú llevas
en tu pequeñez la vida!

Palmeras, tarayes, baladres, carrizales, producto de una débil humedad se alzan alrededor de este histórico pueblo, al que por ese raro encanto, es conocido como “la Palestina de Murcia”. Mientras miro y remiro, casi embelesado, un ruidoso bando de voraces tordos desciende sobre los palmerales. Fue la visión de estos campos, personal y apasionada, la que me inspiró muchos de mis poemas encerrados en títulos como: “Tierra de sol y angustia; Voz y latido; Cartas y testimonios; y la sed y el éxodo”. De este último libro es el soneto aquel que clama:

Sobre este secarral se alzó la vida
rabiosamente gris, desesperada.
Imagen torturante de la nada,
dolorida visión, campo suicida.

Agresiva es la luz tan cernida
e inhóspita la tierra erosionada.
¿Dónde el hombre y su atávica mirada
escrutando esta muerte indefinida?

La triste realidad lo ha desbordado
y se duele el tiempo padecido
y se siente indefenso y marginado.

Aquí surgió un clamor desasistido,
y se sintió pequeño y agobiado
quien levantó su casa en este ejido.

Los hombres de estos pueblos, por su tesón y ánimo de supervivencia, han mejorado mucho. No así las tierras, cuya sed es proverbial…Estas son las reflexiones que viene haciendo este cronista en su viaje a las tierras del secano de Murcia…y el recuerdo imborrable de estas tierras calcinadas.

Francisco Sánchez Bautista, del libro “Asclepios o la añorada infancia de Miguel espinosa. Otras prosas y artículos de opinión”. Real Academia Alfonso X El Sabio. Murcia 2007.

Palabras suyas.- “Fortuna es la cuna de mi poesía. Creo que mis obras han sido como una crónica testimonial de un tiempo. No soy un poeta moderno ni antiguo, porque se puede hacer poesía sacando a la luz lo que sucede en la actualidad, pero teniendo como reflejo lo que pasó hace dos mil años… fue en Fortuna donde yo me hice poeta”.

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COMER, COMER, COMER… [Mi poema]
Esther M. García [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

De todos los placeres de la vida
hay uno primordial que es el comer,
comer mientras que pueda apetecer,
dejando hasta que el cuerpo te lo pida
ansioso, que hay que ver para creer.

Comer y disfrutar de los sabores,
comer hasta que estalle la barriga,
correr en la carrera cual auriga
tan ávido en gozar de los honores
llegando hasta la meta se persiga.

Comer siempre engullendo sin mesura,
comer hasta morirse de ansiedad,
mostrando pretensión a ser voraz,
comer, y es que comer no tiene cura,
pegando una patada al antifaz.

Comer, tragar, sin pausa y sin parar,
sin nadie que te pueda detener,
fingiendo con la excusa de crecer
yantar, zampar, rumiar y devorar,
comer, comer, comer, comer, comer.
©donaciano bueno

A veces se confunde comer con tragar? Share on X

Dedicado a todos aquellos para los que el comer pasa de ser un placer a ser un problema de salud.

MI POETA SUGERIDO:  Esther M. García

Museo viviente de patologías

I
La familia es lo único que mata.
Su belleza no reside
en los elementos que la conforman,
sino en la armoniosa proporción
con la que un miembro de ella
destruye a otro miembro de la misma.

La familia es vaho marino
que exuda el bronco sueño
de un jardín negro donde florecen
las más diversas patologías.

Toda familia es una enfermedad
y el deber de todo miembro enfermo
es sobrevivirle.

Alteración cerval de la conciencia

Su lenguaje es el delirio,
castiga con los súlfures mares de su lengua.
Belleza que rompe por atravesamiento
del lenguaje.

Dice la enfermera
-define el trauma-
y enumera la simetría de la catástrofe:
un padre que acaricia
por las noches a su hija.

Una mano es una mano
pero también los dedos,
la presión, el dolor, la herida.

Dolor amputado,
miembro fantasma que habita
el convulsionado cerebro.

Recuerdo sepultado.
Un muerto apesta el cadáver
de la ahora viva.

Trauma es la seducción,
la mano que lanza el golpe,
el golpe y el impacto
que no dejó cicatriz,
o herida física.

Por dentro, la memoria ejecuta
el rito sombrío;
la rememoración oculta, siniestra.

Asociación libre, una lección clínica

L’Amoureuse Initiation

Manos,
cabezas cortadas
del inmenso árbol de la noche,
caen por los rincones de la casa.

Digo casa para decir manicomio,
para decir locura, diciendo histérica,
diciendo: No, papá, para por favor,
¿qué estás haciendo?

Digo el grito, el desgarro.
Contemplo el lúcido dolor
con que alumbra la casa
esta herida.

Lección clínica en la Salpêtrière

(Sesiones de los martes)

6:00 Am

No querer el blanco aséptico
No amar el olor limpio
del piso y la ropa de cama
recién lavados
No querer la voz
que pregunta sin emoción
¿cómo se encuentra hoy?
No querer responder
Ahogarse en la saliva
del rizomático vocablo
Ahogarse en la espuma zafírea
del cerebro coagulado.

20/45

Estoy enamorada de un hombre
un hombre al que le salen alas por la boca
un hombre que corre entre el fuego que me incendia
entre las piernas
Yo tendría 20
tú tendrías 45
Estoy enamorada de un hombre
y su nombre me llena de ceniza la boca
y hace que la sal
amarga
blanca
delirante
fluya de entre mis piernas
Yo tendría 20
tú tendrías 45
Estoy enamorada de un hombre
de su barba
de su estómago flácido
de sus lentes
de su tatuaje en la mano
de todas las palabras que escribe
pero que jamás
me ha mirado
Voy a encontrar un sitio en donde pueda ocultarlo

una bodega
un pan
un recuerdo
una caja sellada
o dentro de mi sexo
de donde jamás podrá salir

La cerda

La cerda era tierna de carne y sentimiento
la cerda creía en el amor
El amor ese animal de andar despreocupado
lento
Ése animal que devoraba hasta el último hueso
y era peligroso
voraz
y en extinción
La cerda se aburría de la piara
se abría camino entre las verdes venas de las veredas
y se perdía lejos
muy lejos
allá donde duermen los cabellos del sol
Sus patitas rosadas prendían fuego a los campos
sus orejitas pequeñas percibían el sonido
del sexo recién hecho
y la concha rechoncha de la choncha chanchita
quería cochar gozar cazar cualquier cosa que la hiciera volar
lejos
muy lejos
ser una cerda en el aire

¿A quién buscas chanchita
chachita
muchachita
pequeña cerda de pequeñas patitas
y orejitas?

¿A quién buscas perdida en las verdes venas de las
veredas de la vida?

oink
oink
¿oink?

La cerda sonrosada
jugosa
y tierna
persistía
Seguía en la búsqueda
del amor
Ese sucio animal
que se revuelca en el suelo
escupiendo mil nombres

Ahí va la pequeña
ahí va
la gran cerda
con la concha a punto de reventar
hasta que encuentra a su amor
a su sucio animal

Y he aquí que su olfato la había llevado
hasta los pies de un hombre
y he aquí que el amor tenía ojos oscuros
como el lodo en que ella se revolcaba
y en las manos traía el arma para
matar
para amar

Qué hermoso era el amor
con sus manos tintas en sangre
con su instrumento tieso
(dale
duro
dale)
entrando y saliendo de su interior

El interior adiposo sanguinolento
y tierno

de la cerda
marrana guarra
puerca
que creía en el amor

La cerda hozaba
gozaba
era destrozada y desollada
Ella se venía y se venía
venía
y venía
(30 minutos)
como sucede durante la muerte
como sucede en el acto último de amor

La cerda era tierna de carne y sentimiento
Ahora la voluptuosidad de su carne jugosa
amorosa
está en un aparador.

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LA ABUELA ESTÁ SOLA [Mi poema]
Pedro Andreu [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La abuela vive sola. Nadie sabe
cómo llegó hasta allí, de dónde vino,
no tiene relación con el vecino
y nunca en su felpudo ocultó llave
temiéndole al destino.

La abuela es educada, no molesta,
no hace fiestas ni ruido por las noches
ni objeto es de protestas o reproches,
ni parte forma ya de alguna encuesta
que mida los derroches.

La abuela ya no vive, sobrevive,
al lado de su gata y su paciencia,
por no tener no tiene ya conciencia
y empieza a meditar para qué vive,
y excusa su presencia.

No tiene algún cartero que la escriba*
pues que su dirección se ha hecho desbroce,
hace mucho olvidó lo que es el goce,
sólo espera del cielo una misiva
mas cuándo desconoce.

Sentada ahora en su silla balancín
siguiendo en la mirada el balanceo,
se deja acompasar del devaneo,
dispuesta con su gorro y su batín
que es su único recreo.

Quizás sea mañana que a la cita
no encuentre quien la llore y nadie acuda.
Se irá cual ella vino ayer, desnuda,
mustia, rosa arrugada, chiquitita,
y sin cambiar de muda.
©donaciano bueno.

*En alusión al cartero de Neruda

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MI POETA SUGERIDO:  Pedro Andreu

(Cuarentena)

El mar arrastra a la arena de la playa
sirenas con la ropa arañada, desnucadas.
Sale el sol y las moscas desovan
sobre carne y escamas futuras epidemias.
Los curiosos han ido invadiendo la arena.
Después llegan gaviotas, albatros, algún perro
asilvestrado que mastica los huesos.
Toda la noche fueron varando cuerpos.
Desde el pasado miércoles
no parte ningún buque de los muelles.
Hay cientos de sirenas desnucadas:
una canción borracha las atrae a la costa.
En las islas más grandes el hedor de las muertas
propaga ciertas pestes que han diezmado el turismo.
Has oído en la tele a un médico forense;
no sabe qué decir tras las autopsias.
Por las calles murmuran los vecinos
que hay suelto un asesino en serie.
Y guardan a sus hijas en los sótanos
y fuman más que antes
y se han comprado rifles y practican
disparando a latas de cerveza en sus jardines.

(Al final del verano)

Trabajar en algo que nunca nos gustó.
Ganar lo justo para estos quince días de descanso.
Ir publicando, a veces, cada bastantes años,
un libro de poemas. Sentarnos a las tardes
a pensar qué le haríamos a la vida
si supiéramos, si nos quedaran fuerzas.
Darse un baño en la playa, ya de noche,
para sentirse al menos menos muerto.
Nadar hasta quedar sin brazos
y distinguir apenas las toallas
en la orilla. Adivinarla a ella
entre las sombras, desnuda como un juego.
Saber que haremos el amor,
que nos revolcaremos en la arena,
como perros mojados.
No precisamos más. Ahora es agosto.
Y la vida, por un breve momento,
es algo cierto que no nos sabe a poco.

Un callejón a solas con el viejo
que te espera a ti mismo
dentro de treinta años.

De la vida me acuerdo.
Calzaba tus sandalias, iba en bici
conmigo hasta los faros vacíos.
Decía que era el mundo
una cosa sin frenos
donde poder perdernos.
Pero le fallamos. Nos cansamos
de tanto pedalear.
De Alquiler a las afueras-Ediciones La Baragaña

De hormigas y cigarras

Te dijeron: trabaja, sé oveja y buey y yugo,
cómprate una casa, odia a las cigarras,
olvida el arpa en un rincón oscuro,
haz dinero, calla, córtate la melena,
mantente al margen de la vida, no llores,
o que nadie te vea, fuma menos o nada.
Y aquí estás, sin embargo,
declarado enemigo
de los hombres hormiga, amante
de los desnudos ciclos de la luna,
jardinero de plagas, de pie ante el mundo.
A solas con tu cuaderno y tus plastidecores:
aplastando tu corazón de niño
contra esta puta realidad de hombre.

(inmigración)

martina decía cosas como
[si hubiera nacido en usa yo sería
la poeta más grande de toda la tierra] cosas como
[ habría sido tan grande como anne sexton
hubiera dejado mis pulmones doblados sobre el cuero
del auto en mi garaje para que el dióxido de carbono
los lamiera despacio hasta la muerte] y su acento chicano le dejaba en la boca retazos de desierto
y en las latas de cerveza vacías parecía que agonizaba dios
[yo no he nacido en usa] confesaba martina
[pero he estado en el baño de una gasolinera de arkansas
con sean penn comiéndome las tetas tras un rodaje] y yo me quedaba callado escuchándola
su acento mexicano poblado por coyotes
[eso también es poesía eso también] afirmaba martina
antes de que folláramos sobre el suelo de linóleo de su cocina
y dejáramos perdido todo de palabras obscenas
en español de hermosillo sonora méxico e inglés de pensacola florida usa.

Bosquejo

Bosquejo de una biografía cualquiera
A los cuatro, me escapé de la guardería
para perseguir gatos abandonados en el parque.
A los diez le abrí la cabeza a mi mejor amigo
con un ladrillo: cien puntos. Y gracias que está vivo.
A los doce nos desahuciaron del piso
y mi padre ocupó un motel abandonado a las afueras.
Nos daba de comer latas que calentaba
en un hornillo en el aparcamiento.
A los trece descubrí que la literatura
era un pájaro negro que devoraba por dentro
mis gusanos. A los quince me largué a Barcelona.
Y la guardia civil llevándome de vuelta a los seis días.
Y mi madre llorando. Y la única vez que me pegó mi padre.
Nunca me olvidaré del cinturón de cuero entre sus manos.
Hecho en España a mitad de los ochenta.
A los diecisiete conocí las drogas y el amor,
que corría sin cabeza por el patio, como el pavo
de navidad al que mi abuelo cortó el cuello
de un tajo con un hacha.
A los veinte abandoné una carrera y me largué
catorce meses a las playas de Bali a fumar marihuana
y a pensar que la vida era una catarata
interminable, llamándome.
A los veintiséis plantamos a mi padre
debajo de una higuera que el mismo había plantado.
A los treinta he vivido con la mujer más rubia
que nunca había imaginado.
A los cuarenta visito cada sábado a mi madre,
que vive en una residencia para ancianos.
Me la llevo a comer a restaurantes baratos
y dejo que me hable de la vida como si desde las afueras
todo fuera más nítido y lejano,
y a momentos parece
un perro que persigue su cola hacia el alzhéimer.
A los cincuenta, el futuro me espera.
No sé si llegaré jamás a los sesenta.
Nadie quiere tener setenta y siete años,
cuando los días han de ser una escopeta
descargando cada vez más cerca de tus pies.
Mi abuela vivió ciento catorce años.
Parece que a la muerte le temblaban las manos con ella.
Y que tardó bastante en acertar de lleno
su viejo corazón de porcelana roja.

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EL ABUELO (Vital Aza)

Padre, si se va el abuelo
no le dé entera la manta.
Coja usted el cuchillo y corte
que con la mitad le basta.
¡Ten compasión hijo mío!
Mira que está vieja y mala.
No importa padre, no importa
otras peores se gastan y…
la otra mitad restante,
así podrá usted guardarla
para cuando sea abuelo
por si acaso lo despachan.
Lloró abrazándole el padre
y el abuelo, quedó en casa.
Más, no espere buenos frutos
quien da malas enseñanzas.

UNA PANCARTA [Mi poema]
Manuel Amaya Zulueta [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

A solas voy pintando una pancarta
con un fondo en la tela claroscuro,
la mueca de una boca y gesto impuro,
un nudo que aparezca en la garganta
y una copa en la mano de cianuro.

Habré de reflejar que, sacrosanta,
un día yo abracé lo trascendente
y hoy me encuentro acercado a la pendiente
apenas arropado con mi manta
escasa por demás e inconsistente.

Y una luz apuntando a una escalera
que intente destacar cada peldaño
los mismos que he subido año tras año
en esta dilatada y tensa espera
de miedo, de dolor y desengaño.

Y un lema destacado en letras rojas
que obligue al que lo mire a que lo lea:
que un loco fue inconsciente en la pelea
deshojando al albur todas las hojas
a sabiendas no hubiera quien le crea.
©donaciano bueno.

Así es la #vida, a veces tan dura de #digerir Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Manuel Amaya Zulueta

Soledad

Andando por las nubes, por la nieve,
por el silencio de mi muerte y sueño
quedó la soledad yerta un instante.
Un bordón en la mar huye del iris
un cuello en la mar vuela en el viento
un cántico del alma ya es del hombre.
Rodeado de estrellas siente frío
el interno pulmón, la blanca pena
la sufrida razón que nunca acalla.
y entre sombras ajenas, centinelas
de nuestra soledad, pasa la vida
callando, meditando y en silencio.
Nadie va por el mar para traernos
tasalas de los ángeles ni el alma
de los pavos reales de la infancia.
Nadie va por el mar buscando el éter
ni el aliento vital ni la liviana
sangre que casi tiene ya en los labios.
Nadie va por el mar para buscamos
el fin del corazón ,seno del labio
oculto fondo de ,suave palabra.

Carissa

Cuando vengas a ver mi cuerpo que sea sábado,
que luzca luna nueva en los perdido;
ven leído y no casto, arrodillado,
que tu mano no esté de sangre limpia.
Yo podré aguantar la mentira de tu abrazo
y cerraré los ojos y te dejaré actuar;
gozarás de mi cuerpo hasta hartarte,
yo acariciaré en tanto tus rodillas.
Ven, deja de ocultarte en el rencor,
ven paso a paso a mí, como era entonces,
descansa aquí, en mi pulso, pues no de otra
manera puede ser cuando se trata
de establecer aquello virginal
que cantas como amor en tus cuadernos.

(Primeros compases del Concierto para Violín, OP.64, de Mendelssohn

ADÁN Y EVA EN EL JARDÍN

Imaginar siempre un Edén
Rubén Darío

La musculatura era la de un cuerpo,
concavidad de amor que figuraba
música por los dedos lujuriantes,
sinuosas bocas amplias se os abrían
al cielo, sin espanto, y las serpientes,
cuando silbaban por la verde yerba
se quedaban un rato a contemplaros,
y la más atrevida os enroscaba
por las cinturas y los finos torsos;
murmullo sin palabras, sin sentido,
la sangre se paraba cuerpo abajo,
tan blanca y tan minúscula esbozó
un pez sobre las losas del jardín;
ligados forman en el blando césped
vuestros cuerpos figuras que se tragan
el horizonte azul hasta su fondo.
Más tarde os empezó a cubrir la noche.
¿La razón?, finitud que no impedía
dulces acciones; ni pensabais; gráciles
los pechos: “¿Tienes frío?”,
“¿Nos amamos de nuevo?”
“Ven, échate un poco hacia la locura”.

CUADERNO DEL BÉARN

(Breves poemas de libro inédito)

47
El ojo del abismo
me pasa por la espalda
el andrajo de miel.

58
En la estera del vientre
el árbol se evapora
cuando huele a semilla el sueño.

128
Duerme la luna
Bajo el olvido
Del renglón niño.

3
Por el húmedo sol
las tres palomas arden
con guirnaldas de miel.

10
El otoño exprimía
carrozas de limón sobre los bosques.

292
Todo límite es
lágrima domada.

4
Proveer una forma de escritura
da visibilidad a la materia.

7
He sido un ser de plata
salvo para el Misterio.

1947
El cello, voz de Adán.

136
Como la arcilla en la mano del alfarero,
así estoy yo en tu boca.

294
Revelase el lugar de la semilla
el interior de luz
del pájaro de nieve de la noche.

39
Tuberculosas hojas del otoño
con toquillas de miel por el jardín.

18
Dentro de las campanas
se pone un chal el aire.

37
Ella se perfumó
con tres dólmenes de arpas.

283
Dolores de las lilas en la capa
de sosa del silencio.

1947
El agua no es la araña,
la araña es el dragón
que se cree semilla.

170
El dolmen arrasó sin gravedad
el ribete de fruta de la colcha.

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CON PERMISO [Mi poema]
Fernando Aínsa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pido permiso a dios, quien nos hiciera,
he de olvidar aquí ponerle nombre,
aquel que en un mal día creó al hombre
y a mi madre feliz que me pariera.

El mismo dios, al mismo al que hoy quisiera
hacer de mi cosecha aquí un reproche
dudando si al tratarse de la noche
esté dormido aún y no me oyera.

Pues puestos a crear una obra de arte
mostraste habilidad de alguien muy zafio,
que hubieras evitado el epitafio
teniendo nada así que reprocharte.

Mas puestos a aceptar tu imperfección
y dando nos armaste de paciencia,
inspira a los que saben de la ciencia
capaces sean de hacer su corrección.

Pido permiso a dios para decirle
lo que nadie en el mundo se atreviera,
nunca quise decir que él no existiera
así sea incapaz de percibirle.

Y que siempre he querido yo inventarle,
si digo lo contrario mentiría,
preciso conocer si él me querría
y yo en compensación debiera amarle.

Y puesto que otra vez vuelvo a la duda,
y otra vez más mirando hacia otro lado,
ignoro conocer si le he encontrado
o miento aquí al saber la verdad cruda.

Locura para amar. Que la otra cura,
delito del saber está en la mente,
no tiene solución por muy insistente,
sólo es cuerdo el estado de locura.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Fernando Aínsa

BUENAS NOCHES

—¡Buenas noches, tú!
—Si, es hora de dormir (Erik Knudsen)
Es más tarde de lo que crees.

Me dices “Buenas noches, tú!
—Sí, es hora de dormir”
y soñar con el país hundido en aquella visión lejana.

Lo sabemos:
cada día menos posibilidades,
menos aplazamientos,
algún resto de promesa,
astillas de aquellas ilusiones.

Por eso no puedo dormir.

OLISQUEANDO

Yo sé que cuando no estoy a tu lado
hueles la almohada
donde descansan mis recuerdos
y resucitan sueños olvidados.

Mohín del rechazo con que los interpretas
creo respirar luego al recuperarlos.

Así,
como los perros,
olisqueando,
nos reconocemos
en la distancia que compartimos
noche a noche.

SOBREVIVIR AL OTRO

¿Dónde he leído
“No quisiera despertar suavemente la viuda que llevas dentro”?

Si me despierto en la noche
soñando lo indebido
espío tu respiración
escudriño como oscila tu pecho en la sombra.
Entonces me quedo más tranquilo
Puedo reanudar mi pesadilla.

Si no sintiera tu palpitar
estaría tentado de acariciar tu mano,
pero temo despertarte
o encontrarla inmóvil y fría.

No me gustaría tener que sobrevivir con tu recuerdo
No quiero asistir a tu incineración
No quiero recibir un frasco con tus cenizas
Sospecho que tú tampoco.

AQUEL A LO MEJOR UN DÍA

A lo mejor un día intentaré vivir tu vida
cuando tú ya no puedas hacerlo.

Abriré los libros que dejaste en lectura interrumpida
me disfrazaré con tu ropa y pintaré mis labios ante el espejo
con el carmín con que me sedujiste,
cubriré de falso rubor las mejillas y su aire demacrado
con tus potingues ya rancios,
disimulando ojeras
(si puedo)
para seguir sin ti en el corso de la vida.

Hurgaré en los cajones de tu cómoda
(intruso como nunca antes lo fuera)
escarbando en tu pasado
y te soñaré
para intentar
—¡por fin!—
comprender el secreto
¿por qué una noche tiré todo por la borda
para seguir por treinta y tantos años tus pasos?

CUANDO LA OIGO HABLAR…

Cuando la oigo hablar con los perros me conforto:
sé que sigue ahí
—en la cocina, el porche o el jardín,
no importa dónde—
su presencia me asegura de muchas otras cosas,
imponderables que mantienen la tela de araña donde me balanceo
sobre el vacío que me rodea.
Una tela que tejió con sutil sabiduría
en treinta y cuatro años de vida compartida.

Los llama,
dialoga con ellos,
porque de sus miradas obtiene la respuesta que yo,
avaro, por no decir egoísta,
eludo darle, cuando debería susurrarle:
“Todavía te quiero”.

“POST TENEBRAS LUX”

ese resto de hotel en tu sonrisa
Erik Knudsen

De Ginebra tengo el vértigo de ese cuarto del hotel descalabrado.
Fue una noche de hace muchos años.
Desde el ángulo de la cama revuelta
sentada en la penumbra con las piernas abiertas
me invitas en silencio a perderme en la parte más sombría de tu cuerpo.

Un mareo,
una foto sin negativo para el recuerdo,
eso me queda,
un modo de compensar el escalofrío de haber mirado aquella tarde
en el parque de los Bastiones
los ojos de mármol de Calvino.

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¡MENUDO EMBROLLO! [Mi poema]
Luis Artigue [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Lo he leído. Quizás lo haya escuchado.
¿Qué más dá de dónde era la fuente?
lo que importa es el fondo. Que te cuente.
Si lo pude escuchar o lo he soñado,

si el impacto me vino de repente
o me pude sentir acongojado
obligando a mirar hacia otro lado
no hace al caso aunque fuera maloliente.

Y es que aquí lo que cuenta es el meollo,
que la chicha es el trigo y no la paja
aunque fuera pequeña, una migaja.
¿Quién me pudo meter en este embrollo?

Ahora mismo me encuentro anonadado
no sé, ya no me acuerdo ¡vaya rollo!
me he perdido, lo dejo, no me enrollo
pues no sé qué decir o lo he olvidado.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Luis Artigue

Las amantes

Lejos del estruendo de la épica

abrazadas yacen las amantes;
planeando a ras del suelo sus poemas corporales.

Les pareció la noche tan hipócrita y gélida,
tan inexacto el lecho mineral, monorrítmico,

que abrazadas yacen las amantes,
consumido ya el sándalo del deseo por la estancia.

Es tan inapropiada la palabra
frente a la primacía lingüística del tacto.
Es tan inapropiada la razón
que abrazadas yacen las amantes,
fundidos al silencio sus poemas corporales.

Bajo un techo elevado,
un cielo traspasado mientras vuela la entrega
lejos de lo finito,
abrazadas yacen las amantes.

Acompasadamente,
como si los latidos dialogaran,
salen dos soledades al encuentro
proclamando en un lecho la estación de las lluvias.
Miel de helecho.

Como el género virgen en casa de un platero
al pasar por el yunque
abrazadas yacen las amantes,
enredados sin dueño sus poemas corporales.

Confrontados
en una noche plena que deja cicatrices,
en una noche ajena a todos los deslices,
en una noche llena
de instantes intangibles que ayudan a existir.

Lejos del estruendo de la épica…

De La ética del fragmento (Pre-Textos, 2017).

DE ESTE LIBRO NO ME LIBRO

Para resultar aún más inútil y por eso imprevisible
este libro debería ser gratuito
y desobediente.
Debería empezar por el final
como se empieza a vivir tras los primeros desapegos
y el desamor, el desengaño político, el afrodisíaco
contacto con la muerte
van añadiendo ritmo a la existencia.

Podéis no estar de acuerdo ni despiertos
pero siempre hay alguno entre vosotros
que lo ve de otra forma, que pilota su mente;
que sobrevivió al naufragio
e insinúa
que hacer repaso es humillar al tiempo,
que hay que seguir a flote si compensa,
que conviene
leer con lápiz y hacer cosas absurdas
para no ahogarse dentro de la normalidad.

De hecho
el río sigue su cauce y la vida su curso
pero yo te recuerdo desnuda
cuando entro en esos monasterios-restaurante de Centroeuropa;
te recuerdo borracha
cuando la luna y las luces de neón rielan en un embarcadero;
te recuerdo enterrada
porque ya me he perdonado a mí y a Dios,
porque he vuelto a escribir
como quien guisa a las cuatro y treinta y seis de la mañana.
Y lee un periódico atrasado.
Y da cuerda al reloj.
Y se pone a vivir y a improvisar
como si barajara las cartas de póker.
Y te echa de menos por vicio.
Y publica de nuevo por vicio.
Y llora
por pernicioso vicio de opulento inconfeso…

Para resultar más inútil y por eso imprevisible
este libro debería ser gratuito.

(De Empezar por el número tres. Poesía 1995-2005)

CONOCÍ A UN ASPIRANTE A SANTO CUYA MENTE POCAS VECES HACÍA PIE Y CUYAS PREGUNTAS APENAS CABÍAN EN EL MUNDO

A Chema.

«Pueden reducirme el espacio pero no la libertad»
me dijo con la cadencia rota
de su hereje voz de vino.
Tras cinco años y un día
se había sobrepuesto al olor de las gasolineras
y al teleclub demolido de su juventud
flirteando impunemente
con cada higiénica cajera de farmacia.

No le gustaban ya
los besos con sabor a medicina
y en los mercenarios clubes de alterne
se sentía como un noble:
de él aprendí algo sobre la dignidad
que no viene en la Biblia de la Vida Moderna, no.

Nuestras intimidades asediadas
se reunieron por casualidad geométrica
en el invierno de la rehabilitación
mientras el párroco penitenciario
aún le decía en sueños:
«Dios aprieta pero no ahoga».

Nos envolvimos en cierta empatía de franela
e iniciamos como niños-soldado la peregrinación
al otro lado de lo que sabíamos
pues así se empieza. Tras punto y seguido.

Intentar ser libre implica imaginar,
discrepar,
creer,
tener bandera propia…

Oh Capitán, mi Capitán:
todos los vapuleados de esta era
necesitarían tu indirecto adiestramiento.
Yo aún conservo como actitud intrépida y en tu memoria eterna
la costumbre de vivir
y un grito de asombro redondo como un abrazo.

¿Dios aprieta pero no ahoga?

La vida aprieta igual que un mendigo callejero
estruja su viejo acordeón
como diciendo:

produce música

o revienta.
(De Por si acaso la vida.)

CANCIÓN DE CUNA

A mi hermano César.

Voy a dejarte escrito este poema
antes de que se enfríe;
que te enfríes.
Hace viento
y a estas horas ya todo parece una plegaria
pero,
¿qué podemos perder?

Mamá ha llorado mucho
aunque tal vez podamos recoger lo derramado
cuando vuelvas.
Sí, tal vez.

Hoy le he hablado de ti a una maga quiromante
con novio y besos lentos como un jueves de marzo.
He dicho algunas cosas afiladas y rojas
pero la ingravidez no está de moda.

Venga, vuelve
que es demasiado pronto.
Da otro sorbo
de aire como quien pide otra copa.
Gin con labios cremosos y no hace falta hielo,
ya me entiendes.
Sé que insiste el invierno
pero no estarás sólo.

¿Sabes? Te escribo raudo
en esta habitación color memoria
que tú mismo pintaste hace algún tiempo.
Ahora miro mis manos
y me río de los libros.

De pequeños yo te leía historias
sobre piratas, indios o amores mitológicos
pero hoy de qué te sirve el sudor de la tinta
en la cárcel del sueño.

El médico nos habla de tiempos de gangrena
y el paro me da igual desde que no respiras.
Hace varias semanas crujientes que ese lecho
te sabe de memoria.

¡Yo protesto!

La rebeldía no cura
pero ahora
qué podemos perder.

Papá dice que voy muy poco a verte
pero ese box de urgencias huele igual que La Antártida
y desde ahí yo miro al mar con empatía.
Aún soy mayor que tú
y conozco los nombres de todas tus heridas
(al pegar mi oído en tierra
mido tus taquicardias).

Venga, que todo pasa
y si no estás de acuerdo
vuelve y lo discutimos.

Sí, sonámbulo,
gritándole a la vida hasta quedarte ciego,
sorprendido,
gastado de viajar sin equipaje o rumbo,
en tren, a nado
guiado por sirenas y el goteo del suero,
deslizándote…
Como tú quieras vuelve.

Guardo para ese instante
algunas lunas llenas dentro de tu petaca
de plata
y un abrazo
intenso y de juguete;
de mentira.

Lo escribió Jeannete Winterson:
-Te quiero
siempre es una cita-.

Por no hacerle preguntas a esta casa de nieve
ahora que los letreros de la noche están locos
voy a dejarte escrito este poema
en tu almohada materna

antes de que te enfríes;
que se enfríe.

(De Tu aroma en la licorería.)

HUBIERA SIDO HERMOSO SOBREVIVIR JUNTOS AL MARTIRIO QUIRÚRGICO PARA RECIBIR LUEGO ESAS SUGERENCIAS MELÓDICAS COMPUESTAS PARA SER DEGUSTADAS POR DESAHUCIADOS

A Sonia.

Otra vez observé a una muchacha lírica
divertida y abstracta como la banda de Count Basie
cuando despliega su saxo poseso Lester Young.

Entonces
-la derrota en principio proporciona inocencia
y cierto desvalimiento de algún modo atractivo-
había en mis venas ríos de ron con granadina,
me parecían las nubes relleno de colchón
y llevaba en bandeja el corazón en una mano
como esas camareras de la Calle
Cincuenta y Dos.

Sí, ella
solía también mezclar los nombres de su agenda
y decir ¡ven y fúmame! a los desconocidos
como para saciar su sed de disonancias;
tenía una voz rasgada de radio nocturna,
sonrisa experta, miedo, la cabeza afeitada
y un tumor cerebral
(a veces pienso
que sin el jazz absoluto de la muerte
no habría religiones ni poesía).

Improvisaba.

Porque la decadencia está llena de destellos
yo hablé mucho con ella hasta que me hipnotizó
con sus hermosos modos de marionetista
y lloré la noticia de su fallecimiento
así,
como si nadie antes hubiera muerto…

Aún suelo recordarla con un pendiente solo
como las chicas traviesas

(De Tres, dos, uno? jazz)

HE CONSEGUIDO QUE NUESTRA VIEJA ÉPICA CICATRICE PERO AUNQUE ME ARRANQUEN EL DEDO ÍNDICE SEGUIRÁ SEÑALANDO LA DIRECCIÓN DE TU CASA

A Donal Savage.

Conocí a un loco
tan febril y estrafalario como un líder ungido.
Sus palabras parecían los vestigios de oxidadas utopías.
En su casa bebíamos absenta, fumábamos free jazz
y le cerrábamos la puerta al acreedor encorbatado durante el desalojo.

Oh, la adolescencia legendaria.
Oh, el ánimo abollado…

Recuerdo sus soliloquios y recuerdo la música
-Ornette Coleman al saxo
como un poeta maldito desertando del idioma-
cada vez que la reminiscente culpa pequeñoburguesa
me aloja en el barato Motel de la Tristeza.

Conocí a un borracho hijo del hombre
capaz de supervisar el catálogo de nuestras revoluciones.
Los distribuidores de camisas de fuerza lo tomaron al final como rehén
para que todo siga como siempre.

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EN MEMORIA [Mi poema]
Julio Aumente [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

(A la memoria de Enrique)

No recuerdo a mi padre y de mi madre
guardo un recuerdo vano;
y de Enrique, quien era el más cercano,
gran amigo de alma, mi compadre,
hermano, más que hermano,
quien fuera confidente y cirujano,
sólo sé que huyó tras del estío
haciendo uso cabal de su albedrío
sin decirme ni adiós, que no es cristiano.

Del pueblo tengo un tímido recuerdo,
de amigos de parranda
no queda nadie ya. Toda la panda
marchóse uno tras otro y ya me pierdo
que dios es el que manda.
Quizás sólo el sabor de la vianda,
las faldas alargadas de mi abuela,
el arte de otro hermano con la azuela
y el frío en el invierno y la bufanda

se acerca, va y se cuela en la gatera
que tengo en la memoria.
Que ha pasado tal tiempo de esta historia
que, escasa, si ahora queda una gotera
no encaja ya en la noria
de un burro que tirando fue insumiso
después de tanto andar algo cansado
y quiere hoy recordar agazapado
haciendo a aquellos años un inciso .
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Julio Aumente

Al filo de las noches

Un cuerpo que se entrega no es difícil hallarlo.
Eso eras tú, un hermoso cuerpo divino y vivo.
Una breve cintura, un racimo dorado
en tus ojos brillando entre los ríos de Agosto.

Pero es fácil que un cuerpo fulja como una gema
si como amor se mira, con verdadero amor.
Amor y no esa débil pasión que muere a un tiempo
con el último goce de los cuerpos vencidos.

Para mí la palabra, para ti la caricia;
para mí la sonrisa y el arco de tus cejas,
para mí el fruncimiento de tu labio rosado,
superior, tibio, altivo, carnal, condescendiente.

Pero el amor no muere porque nunca ha nacido
en ti, que languideces al tocar de los dedos.
Tú buscas el secreto, la dulzura, el peligro
del momento robado al filo de las noches.

La amistad para ti, o el amor, eran sólo
nombres a que invocar en las horas perdidas.

Pasaje con campanas

Son ya las seis y media y es domingo. Febrero
trae uno de sus días soleados y dulces
en los que ya se siente rozar la Primavera.

Desde este mirador veo Córdoba: sus torres
y sus casas bañadas en el sol de la tarde,
con un silencio apenas roto por unos pájaros
o por llantos de niños en las casas cercanas.

A veces toda la ciudad vibra entera
y el aire es dulcemente rasgado
por la campana de un convento que toca a Vísperas.
Primero es el Císter, luego la Encarnación,
lejos se oyen apenas Santa Isabel y el Corpus.

Después viene el silencio a dominar de nuevo.
Por la campiña se vuelve el aire tenuemente violeta
y en la sierra los montes oscuramente azules,
¿acaso no es la tarde como una nueva aurora?
San Jerónimo cubre su perfil de naranjas.

Un rumor de caballos sube desde la calle.
Las campanas repiten su llamada insistente
y los pájaros huyen de las torres. El Ángelus
se extiende en toda Córdoba entre sol y silencio.

En la blanca azotea de un convento apartado
del mundo por ligeras celosías de madera,
una monja recoge las ropas ya secadas.

La última campana ha cesado. Imperceptiblemente
la tarde va dejando jirones de sí misma
en las cumbres más altas de Sierra Morena.

Lejos hacia Granada las luces van huyendo
y ni un rayo de sol queda ya en los tejados.

Los jardines ocultos van despertando al frío
y de un balcón oscuro surge un rumor de música.
La noche viene lenta casi como la muerte
que se espera, no llega y de pronto ha llegado.

Sarcófago de Córdoba

Allí se reclinó el cuerpo cansado
de aquel que buscó y no halló la absoluta belleza,
verde jardín que refresca el surtidor,
no más, no más sino dormir eternamente.

Filósofo abúlico o dacio mílite,
noble patricio o emperador divinizado,
en tan deslumbrador rectángulo de mármol
rosado mineral, tal si de Paros,
con luz lunar iluminada luce
vegetal o animado relieve caliente e inmortal
en cuya puerta, innominada, resquicio cierto incita
a traspasar el dudoso dintel ignoto.

Puerta indecisa que separa
sucio mundo presente de un más dichoso prometido;
Hades funesto así lo aceptas sin pavor alguno,
senda de luz y silencio abierta ante tus pies,
niebla acogedora te envuelve en tu mortal deceso,
esplendor evanescente que hace traslúcido el frío alabastro.

Sarcófago de Córdoba que en ti mismo devoras
cruel ciudad desdichada a la vulgaridad entregada con desidia.

Descansa ahora y luego resucites,
corta fusión perecedera,
para de ti volver, alta realeza,
polvo o aire, del agua, triunfal de nuevo en ti reconvertirme.

Paseo marítimo

Un mar está lejano,
acaricia arrecifes.
Pez o rojo coral
en luz clara reviven.

Doras con tu presencia
el tibio, el puro, el cálido
dulce y húmedo viento.
En tu cuerpo descanso.

Tus ojos son el mar,
el mar eres tú mismo
-bronce aún débil-, un cielo
pesa en tus hombros, vivo

cuerpo amado. La arena
-luz que se entrega atodos-
sobre las piedras blancas
reverbera sus oros.

La luna en su menguante
roja se nos ofrece
como fruta lejana
que estrellas paladeen.

Tú estás allí y el mar.
Yo aquí frente a la tierra
con su forma tangible
que nos separa espesa.

Nos desune, gravita
lo sólido. Interpone
su densidad, distancia.
Nos va borrando nombres.

Oh, dulce amor, recuerdo
para siempre. Qué limpios
los que el aire me trae,
memoria sin olvido.

Viento de aquella mar
salado en nuestra sangre,
déjame en el presente.
Calla el alma. No sabe.

DE POÉTICA

Torna voluble el facistol girante
de talladas caobas enceradas y oscuras,
donde en pintados pergaminos lucen
árboles genealógicos hasta Olimpos sublimes.

Comnenos, Lusignan, Valois, Hohenstaufen,
Hungría y Aragón, Plantagenet-Anjou;
es tal tanta belleza suntuaria que habría de ser mentira
–real verdad y mentira del hombre o de la historia, quién la sabe–.

Pues sí, amigos, poética concurrencia,
lucháis como jauría hambrienta por vana dominación.

Tomad mi parte, pavoneaos en el jardín de la fama.
Sin ambición, me quedo errante en mi pasado, en mis salones…
La antesala, 1981-83.

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UN LUGAR DEL QUE ACORDARSE [Mi poema]
Juan Manuel Bonet [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Aunque no quiera acordarme
me niego a morir ¡pardiez!
sin volver alguna vez
al lugar. Y enamorarme

de ese tipo turulato,
luenga barba y gran bigote
visionario, mas non zote,
que en la testa lleva un plato.

Lanza en ristre, su relato
del verbo es el estrambote,
de molinos el azote,
siempre al frente su alegato.

Con su imagen espigada
que simula un garabato,
este loco muy sensato
va arengando a la manada.

Bravo, experto en postureo,
que instigando a malandrines
va retando en los maitines,
y rezando en el toreo.

Con semblante pinturero
besa el polvo del camino
mientras traza su destino
con su amigo el escudero

bonachón y timorato,
tan orondo, con su panza
que en su burro a nada alcanza,
tan ingenuo y tan pacato.

Y así parezca estár loco,
caballero que es andante,
con su fusta y su desplante
va embistiendo hasta el sofoco.

Siempre a lomos de un trotón,
de enfrentamientos vicioso,
resulta triste y gracioso
si se pega un tropezón.

¡Vive dios! Que iluminado
pareciera tan virtual
que solo existe otro igual
y es Cristo resucitado.

Evidente tiene un mote,
el de la triste figura,
de obligatoria lectura,
de la Mancha, es don Quijote.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDO:  Juan Manuel Bonet

CONTRA LOS POETAS FUNCIONARIOS

Dijiste, mi viejo amigo Viteslav,
mejor que nadie,
Praga
la de los dedos de lluvia.
Mas ahora reinas, tras la chapa
de una negra limousine rusa,
sobre Praga
la de los dedos de sangre.

BODEGÓN CUBISTA

Quatro botellas, un periódico de la noche,
unas sombras chinescas, un bote de píldoras
adelgazantes, un ticket de tranvía, el recibo
de la luz, un invitación a la ópera,
el inform de un espía:
sólo faltan, para que este bodegón
pueda adejetivarse de praguense,
la sombra de un cúpula
y un poco de espuma de cerveza.

ESPERA EM WILANOW

Por el canal entre hojas muertas
se desliza el cielo de octubre,
tan alto como el sonido
de tus pasos dentro de mí.
En la otra ribera, una carreta
avanza.Un pájaro pesca.
Mientras te espero, retengo
en mis ojos los elementos
que hoy, después de tanto tiempo,
componen este poema.

Sin ti

Sin ti la melancolía, el frío,
el caminar por la ciudad
pierden su gracia, y yo pierdo
mi Norte. En vano busco en los libros
palabras que me lleven al vuelo
de tu cuerpo, voces que me acerquen
a tus oídos, engañosas nubes
que compensen la grave ausencia
de los únicos ojos, de la única
risa, del mundo todo que me falta.
Sin ti la melancolía, el frío.

ESCRIBIR

Escribir –como si nada fuera importante–
el sencillo irse de las horas
sentado en la terraza de un café
de una provincia española.
Escribir, como si estuviera escrito
que el ruido de esas tazas sobre el mármol
tuviera que pasar el arroyo claro
de unos versos.
Escribir, como si nada fuera.
La patria oscura, 1983.

The World at Night (1940)

Neón del alma, qué sordid hotel anuncias
en la noche de este París dolorido,
calle del París del cuarenta, neón
del alma, hermano neón, qué inhumanidad
desvela tu luz lívida tan sin rumbo,
este terrible París último, ámbito
de los placeres de la estirpe más turbia,
caros restaurantes del mercado negro,
tangos idos, lupanares verdigrís,
cines sólo para el soldado alemán,
luego las mañanas azules de antaño,
desierto iluminado, infame desierto
del alma mía, ya pianista y poeta
murieron, Hotel de París ya sin alma,
escuchando lluvia andina sobre el zinc.

Un domingo en el Marne (1953)

La vida es bella en el río, en la pantalla
fluyen serenas las aguas a ambos lados
de la barcaza, el color de las guinguettes,
tan demóticos paraísos entre ramas,
espacios de baile y vino blanco frío
rumbo a los cuales navega la mirada
en esta segunda posguerra del siglo,
parece mentira que Marne sea también
el nombre de una batalla, tan cercana
en el tiempo, navegando, los taxis
del Marne en la primavera de las guerras,
hoy en el irse de este río retornan
el piano de Poulenc, los cuadros, los trenes
en la memoria, por siempre la banlieue
color cereza, la vida es bella en el río.

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A UN TAL GARZONCILLO [Mi poema]
Ida Gramcko [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

(Sátira política)

No crean, que es ejemplo de un tipejo
que trepa siempre andando resentido,
pues él aunque aun es joven ya es un viejo
y sigue de iletrado empedernido.

Que el cargo le ha tocado en una rifa
llegando a lo más alto, a ser ministro,
soñando en gobernar como un califa,
y en boca de Chiquito* él es un fistro.

Garzonet, garzonazos, garzoncillo
culpable de un legado que se agripa.
Por mucho que quisieras sacar brillo

llegaste a ser Menistro por chiripa
sembrando de gazapos tu banquillo,
que, sepas, no has pasado de guripa.

Las ratas, malolientes, rastro dejan,
mejor, por consiguiente, si se alejan.
©donaciano bueno

Cuanto más lejos...mejor? Share on X

¿Educación, para qué? Pido aquí un respeto para hacer uso de mi libertad de expresión insultando a aquel que me venga en gana (sic), incluidos los ministros que hoy se sientan en los estrados del Gobierno sin que tengan que aportar ningún bagaje positivo que se les conozca, y que han llegado ahí en nombre de los pobres con el único objetivo de hacerse ellos ricos. 

*Chiquito de la Calzada, famoso humorista español que, entre otras, hizo famosa esa palabra «fristro».

MI POETA SUGERIDO:  Ida Gramcko

CASI SILENCIOS

La piedra cae el fondo. Así caen todas
las piedrecillas. Un día, algo que remueve
las aguas las hace correr, precipitarse,
abriendo heridas en la fina arena. El
agua toda es llanto. Pero un rayo de
sol aparece. Las aguas se hacen claras.
Al fondo, lentamente, las piedrecillas
hallan al fin sitio. Y encima de las aguas,
flota una flor entreabierta: la
conciencia.

La esencia no es pérdida de tierna
presencia.
La esencia es la presencia
de lo intemporal,
de lo divino y sobrehumano.

El cambio, para que lo sea,
tiene que cambiar siempre.
He ahí la permanencia.

La muerte es lo único
que no es curable.

Para lo más hondo, yo no creo
en instantes. Lo supremo jamás
es actual.
El amor sin mortal asidero,
no se somete al tiempo.

Porque lo que está sometido
al devenir y no al alcance
de lo más luminoso y más puro,
aunque sea emotivo, es ligero.

Lo que no conocemos no es misterio.
Son aspectos insignificantes
del mundo material.
Conocemos lo eterno, lo inmenso,
lo máximo, —es suyo, es mío
y sólo es así—
y ante tamaña luz,
¿caben hallazgos,
descubrimientos o sorpresas?

Un afecto puede ser hermoso pero,
ante el sentimiento único e inmutable,
nos resulta pequeño.
Como la yerba ante el astro.
Como el guijarro ante la nube.
Como fronda salpicada de frutos ante
el cielo en que alumbra una sola flor
áurea y suprema.

PAISAJE AL FONDO DE UN ESPEJO

Estaba exhausta del paisaje eterno:
el mar, una cigarra, una columna,
yo, asomada a las aguas del espejo.
(La cornucopia era una crencha rubia).
Mirándome la frente y el pañuelo
en ascensión a las pupilas húmedas
por la trémula escala de los dedos;
mirándome en la luna,
en el claro de luna del espejo.
A su charco avancé, clara y desnuda.
Alrededor hallé el paisaje eterno:
el mar, una cigarra, una columna…
Oí la voz del mar en el silencio;
la voz de la cigarra en la penumbra;
enlacé la columna con mi cuerpo
y al fondo del espejo vi una ruta,
los árboles y el cielo.
Era un jardín no visitado nunca.
Vi estatuas maceradas cuyos senos
caían a la yerba como frutas,
vi fugaces destellos
de fuentes moribundas,
y una flor columpiada por el viento
volaba en el cristal ajada y mustia.
Oí la voz del mar en el silencio:
El jardín se derrumba…
Se amarán las estatuas, los espectros
de mármol que se ocultan
a la sombra de un pino o en el denso
caracol de una gruta,
Se amarán las estatuas y sus besos
serán huecos sonidos en la tumba
de sus cuerpos sin vida, de los miembros
que en la lápida marmórea los sepultan.
Caerá el amor sobre la piedra, muerto.—
Y me habló la cigarra en la penumbra:
—La salvación es el viviente gesto
que se alza de tu ser como una lluvia.
¡Riegue tu surtidor el campo yermo!
El jardín se derrumba…
Te preparan las hojas blando lecho.
¡Abandona la rígida columna!
Cruza el radiante y virginal sendero,
toca la misteriosa cerradura.—
Me encaminé al espejo,
llamé a las puertas de cristal; rotunda
pronuncié mi palabra de consuelo.
El mar sonó a lo lejos… mas ninguna
voz respondió a mi acento.
Volví a tocar… llamé al amor de nuevo;
pero las puertas continuaron mudas.
Ni resonancia ni eco
callaron mi pregunta.
y llamé largo tiempo…
y me enlacé al espejo con angustia.
Hubo tormento
y lucha
hasta que un brusco y singular estruendo
llenó la mansa alcoba de iracundia.
Vi descender, agónico, el espejo
y le tendí mis dedos como brújula.
Pero el naufragio se cumplió. Fragmentos
de paisaje clavados en mis uñas
miré y aún miro en el temblor sangriento
de mis manos convulsas:
un hilo de agua, un pedestal desierto
en que una estatua levantó su espuma,
y una flor azotada por el viento
que en una arista de cristal se mustia.
Mientras el mar suspira en el silencio
y llora la cigarra en la penumbra.

LA MARIPOSA DISECADA

Eras en el jardín, sobre los ramos,
ensueño real que aprisionara un niño
en un cesto de mimbre que su mano
agitaba por sendas y macizos.
Hoy eres cromo rígido del campo,
un paisaje minúsculo en un nicho.
Ataúd de cristal vela tus párpados
—oro y azul— dormidos.
Los lirios están lejos, y los pájaros.
Las mariposas viven en los lirios.
Mueven el ala pura en el espacio
como en un dedo pálido un anillo.
Y tú estás sola, inmóvil, en un marco,
como el retrato de un velero antiguo.
Alas de sol. Antenas de amaranto.
Rosa caída en aluvión marchito.
La red del hombre vio cómo tu raudo
corazón se embriagaba en un pistilo
y te clavó, con estilete amargo,
en la cana de un viejo pergamino.
Ángel de terciopelo, castigado
a la pared, a la quietud, al vidrio.

EL ESPANTAPÁJAROS

Nunca amaste los pájaros. Es cierto.
Ni los niños que huyeron de tu sombra
¡crucifijo del hombre contra el cielo!
Se deshizo la ronda
en el jardín; volaron los insectos;
después, las mariposas…
Sólo quedó, en la soledad, tu espectro,
y un niño sólo en la pradera sola,
inválido y sediento.
Lejos de ti, volaron las palomas,
y la ronda infantil en otro huerto
levantó sus columpios, sus coronas…
Sólo permanecieron los almendros
abrieron sus corolas
glaciales como témpanos.
¡No podían volar! Y las bellotas,
los manzanos en flor y el limonero.
Pasaban, fugitivas, las alondras.
¡Pudiste detenerlas en su vuelo!
Pasaron golondrinas y gaviotas,
y mirlos y jilgueros,
y enamoradas tórtolas…
Y maduró tu fruto en el silencio;
en el silencio, sonrosadas pomas,
labios mudos, se abrieron.
Pero hoy el viento sacudió las hojas,
dispersó las semillas y los pétalos
y el pezón de los árboles se agota
en exhausto racimo amarillento.
¡No veles ya! Se marchitó la fronda.
¡Despídete del cerco!
En una alegre emanación sonora,
la infancia, en ronda florecida, ha vuelto.
Los pájaros celebran su victoria
picoteando tus restos:
tu pecho de aserrín, tu sien de estopa,
la hilacha sin color de tus cabellos.
Te sostiene una estaca melancólica
como al retrato de un payaso muerto.
¡Oh trágica derrota;
oh racimo de harapos verdinegros;
oh maniquí del campo que sollozas
mirando el alto nido y el alero,
hermano del fantasma, de la escoba,
del ciprés y del cuervo!
Hermano mío… ¡llora!
Llora conmigo sobre el campo yermo.
y aprende a amar los pájaros… ¡Que te oigan
cantar los niños y te escuche el viento!
Como un ángel caído al que perdona
la mano celestial, sube hasta el cielo.
¡Que se levante un ala milagrosa
en cada uno de tus hombros, quiero!
¡Que emprendas en tu muerte, que es tu aurora,
el viaje azul al paraíso eterno
en donde un niño solitario toma
gajos de luz que no consume el tiempo
a un árbol sin otoño y sin carcoma!
El niño aquél, inválido y sediento.

TELA DE ARAÑA. (BALLET)

¡Oh bailarina del desván, comienza!
La música del viento toca el arpa
carcomida y sin cuerdas.
Descorre el polvo su cortina opaca;
se encienden las luciérnagas.
¡Oh bailarina del desván! Ya danzas…
Desde el palco de un cofre te contemplan
atónitas pupilas de esmeralda.
En el caos, la herrumbre y la tiniebla
subes, ¡oh danzarina!, con la ráfaga
del aire de la noche; eres la estrella
de graneros y criptas subterráneas.
Ahora te miro, lúcida y ligera,
frente a mi corazón, como una lámpara.
Saltas, danzando, con tu malla negra
sembrando con tu paso una luz blanca
que permanece inmóvil, una estela
húmeda y vertical como una lágrima;
y en el raro columpio de tus hebras
¡mínima equilibrista en red de plata!
con tu sombrilla: mosca, pirueteas.
Cruzas, en espiral, paredes rancias
iluminando pátinas añejas.
Pero has perdido un escalón, resbalas…
Mi mano se levanta, ávida, abierta.
Danzas en ella el aire de una flauta
que un grillo toca entre las hojas secas.

HOJA SECA

Tu mínima mortaja puede cubrir mi rostro cuando muera;
tu mínima mortaja movida por el soplo
de la brisa, hoja seca.
Toda la sangre humana, todo el amor y el odio
caben en la columna vertebral que atraviesa
tu leve cuerpo dócil que hoy vaga sin reposo;
toda la sangre humana y el dolor, hoja seca.
Porque todo se vuelve nubecilla de polvo
después de haber salvado la carne y la osamenta.
Así, cuando mi rostro, que hoy es ávido insomnio,
se libere del cráneo que en su máscara encierra,
y entregue al aire el cáliz de su último despojo
y se expanda en delgada voluta polvorienta,
llueve sobre mi ausencia con el último otoño
que humedezca mis pardas cenizas en la tierra;
ven a mí, en la caída vesperal y el sollozo
de las últimas lluvias que inunden mi corteza.
Desciende de aquel tilo familiar, de aquel olmo
en que dejó mi mano, mortal, profunda huella.
Cuando de mis mejillas fugaces y mis ojos
quede apenas la franja de lo humano y la estela
de un gesto, de una risa, de una mano, de un torso
febril, de una cabeza;
cuando sólo perdure la orilla de un escombro
y un nombre entrando al reino frutal de la leyenda,
permite que mi sombra duerma el sueño más hondo,
ese sueño que en auras inefables despierta,
bajo tu blanda toca tutelar o tu embozo
vegetal, hoja seca.
¡Qué grande hoy mi presencia, frente a tí, a quien invoco!
Mañana, bajo tu alda virginal, ¡qué pequeña!

EL CUERVO

A Edgar Allan Poe.

Solo quedan, roídos, los peldaños
de una escalera en sombras;
una percha que incita con los garfios
de dos cuernos agudos, y unas ropas
sobadas por el tiempo y el espacio
y ausentes de calor y de memoria;
sólo un tapiz de raso
con manchas de oro y un sillón con borlas;
un abanico abierto, y un retrato
erguido, solitario, en una cónsola
un espejo que es agua de los años
con amorcillos en la cornucopia.
¡Ah, ya lo ves! Y mis dormidos pasos
que suben, sin querer, mientras azota
el viento en los cristales como un pájaro
con las húmedas alas en zozobra.
¡Ah, ya lo ves! ¿Acaso
soy el espectro errante de Leonora?
De mi cuerpo, caído campanario
se alejaron las últimas palomas.
Hoy sólo anida un cuervo en mi regazo
como en una cornisa melancólica.
Poema de Poemas de una psicótica (1964).

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MIMADA PRIMAVERA [Mi poema]
Rafael Antúnez Arce [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

La primavera mimaba
la flor que estaba dormida,
y al sol y al aire a la vida
de nuevo el verde brotaba.

Sobre el campo juvenil
las aguas regateando
un meandro iban trazando
¡benditas aguas de abril!

Mientras tanto en la ribera
de aquel paisaje florido
recordé yo haber vivido
sin pensar que me muriera.

Y hoy ya al final del camino
entre espinos y jarales
aún escucho a los zorzales
y me relajo ante un pino.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Rafael Antúnez Arce

Fuego

El fuego nace en cualquier sitio.
Mira, la piedra es fría, mas si frotas
una contra otra saltarán las chispas
capaces de arrasar todo el invierno,
de podar las púas y yemas del corazón
como quien mata la risa y el llanto.
Incluso las calles heladas
arden con una llama tenue y siempre
a punto de expirar -pero ya nunca-
en los sueños de cartón de un mendigo
que vive por no ceder a la escarcha.
El fuego brota de la chistera de un mago
cuando menos se espera:
en tímidas miradas de autobús
abiertas a ese cielo de lo incierto,
en tazones rellenos de café
de un desayuno solo en la cocina;
y a veces nos congela, nos detiene
en el propósito de no quemarnos:
amiga, la otra noche, donde no había nada,
de repente un fuego.

Aforismo (III) Leave a comment

Tu pensamiento abusa de ti.
Te aguijonea como un enjambre
de avispas furiosas.
Las ondas se suceden
como piedras lanzadas en el lago.
Y quedas reducido
a un punto, a una línea en el tiempo.

Abre la cerca,
susúrrate despacio una canción de cuna.

Nada que decir
1

No sé por qué estoy aquí. Y sin embargo los gestos se entregan a la mirada habitual del tiempo: la preocupación, las prisas, el miedo a quedar bajo la noche. No hay nada extraño. Ni siquiera habitar un espacio tan frágil en una masa esférica del universo.

Las horas, el deseo como un residuo flotando sobre la nada, la voz del hombre convertida en alarido horrible bajo la música.

¿Qué es la música?

En mi sillón se acumulan cenizas, repito cada madrugada, camino sin orientación; las manchas del dolor son profundas.

Sácame de este laberinto que soy, repetida en mí la mecánica celeste. Extrae lo que es tuyo y reúnelo contigo. He comprado unos billetes para casa, pero el autobús no acaba de llegar. Tecleo estas palabras. Tecléame la vida a las nueve en punto. Necesito despertar.

2

En la lejanía hay una casa de ladrillos rojos. Un seto, un viejo árbol con unos dientes de cerdo clavados en su corteza. Yo también quiero vivir allí. Ver cuándo cambian las estaciones y los campos mudan. Esa casa imaginaria, donde la mente cambia de tono según se transforma su amor.

Mi habitación podría ser cualquiera; mientras, la rama me avisa, y me vuelvo y no la veo. Estoy ciego, por eso busco la raíz de lo invisible en la carnalidad aparente. Algo me llama, las gaviotas con sus agónicos chillidos, una huella de mis labios colgando de sus alas. Casi las había atrapado, el sueño era hermoso, y una muchacha rubia sonreía, con sus manos transparentes como mi voz, empotrada en un muro transparente también, pugnando por salir.

3

Por la ventana escucho los grillos. Hace días que no salgo de aquí. Leo una página, y luego otra. Me estoy entrenando para las olimpiadas. Cuando mi cabeza es incapaz de absorber más, abro el libro y me inoculo la morfina de la historia. Sin embargo sé que esto nada tiene que ver con la mansedumbre. Un desvío para la ansiedad antes de que llegue al islote. ¿Saben su significado los grillos? Su música desvanece como un torrente impetuoso.

Sí, debes saberlo: estoy cansado de mi individualidad. No reafirmo. Opérame esas intenciones que no sobreviven más de dos segundos. Mándame un pasaje a donde no alcance el látigo de la sombra, y abrocharse la camisa sea una cuestión de estado. Puede ser este mismo lugar.

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