A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

ADELA [Mi poema]
David Mayor [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

No te llamas Adela, sin embargo,
permíteme que aquí te llame Adela,
la que un día sacó de su letargo,
a este corto aprendiz de pelo largo
haciéndole clavar luego su espuela.

Adela, tan coqueta y descocada
que extinguió cual pabilo de una vela.
Adela, que fingida enamorada
sólo espera ser pronto consagrada,
la estrella rutilante de zarzuela.

La misma que soñaba en ser portada
o hacer de figurante en pasarela,
grotesca repintada la mirada,
souflé que en un momento queda en nada,
los rasgos imprecisos de acuarela.

Adela, la que amaba los saraos,
aquella que excusé yo era locuela,
sonrisa de ancho mar, pelos rizaos,
los ojos relucientes y aniñaos
la que aprendió latín mas no en la escuela.
©donaciano bueno

El nombre es lo de menos, qué importa? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  David Mayor

DOWN BEAT

Respira sosegado, los ojos hendidos,
la luz de un foco que se apaga.

Sabe de la poesía sin mimbres
y de la tentadora hipérbole,
sabe que su música puede parecerse al llanto,
que en el club ya no hay ni público.
En otra parte, Pre-textos, 2005.

CAPITULO DIECISÉIS

Ahora que visto y no visto
se limpia el aire y sólo hay
incandescencia de estrellas
en un cielo que es pizarra para escribir,
reconoce que nada es necesario
en la historia del hombre, todo
son ventanas donde asomarse,
palabras a las que no pertenecer ya
y no pertenecer todavía,
poemas que son cartas de barco.
Otra novela, Cartoneritaniñabonita, 2011.

CORREDOR DE FONDO

Sobrevalorado
como las palabras,
siempre de segunda mano,
los poemas corregidos, el amor triste
o las consideraciones de un profesor,
finge detenerse en las sombras
pero avanza como autómata
por una ciudad cualquiera
donde el tiempo no se ha detenido
y todo es más claro y más peligroso.

Hacia el fondo corre, allí sueña
ser ágil y vagamente felino,
sueña con cambiar la vida.
31 poemas, Pre-textos, 2013.

SALIR DE CASA

Atraviesa la plaza, gana la cuesta, para qué
apresurarse, permanece de pie, sólo
quiere estar en sus zapatos, acaso
se equivocó de siglo, de oficio, de país,
ni siquiera sabe si acertó con el disfraz
perfecto de persona inofensiva
que teme a hombres y alimañas.

Las personas son otras
cuando las cambiamos de sitio:
Hay pájaros que salen a la sombra
de quien piensa devorarlos.
31 poemas, Pre-textos, 2013.

TIEMPOS NUEVOS

A veces soñábamos
con estar en otra parte, amar
el béisbol, los animales raros,
pasear despacio por los muelles
de una ciudad lejana;

a veces, sabíamos
que el mundo es lo que parece
y otras, que lo más bello puede ser
lo que no puede ser.
31 poemas, Pre-textos, 2013

DERECHO FUNDAMENTAL

Un amigo es agua para beber,
cierta manera de pedir un vaso, el grifo
que se abre, las líneas de un río
en el que sumergirse
a leer el lado claro de la vida.
Conciencia de clase, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2014.

TARDE Y TEMPRANO

Todo parece estar a punto de ser otra cosa,
cualquier sitio es el centro del mundo,
cualquiera puede ser un lugar extraño,
estar en varios sitios a la vez.
Lo apuntaste como lema.

Vivir es dos veces.
El aire que respira un niño es el mismo
que respira el viejo sentado a su lado.

Capítulo cuatro

Los libros tienen el poder de hacernos cambiar de sitio.
Apaga la luz y cierra la ventana.
Un muelle, un pasadizo secreto,
la clemencia del recuerdo y el inicio de un sueño.
No estar es el estado perfecto.
Cualquier libro
trata de una aventura.

Capítulo cinco

Ni la vida ni la literatura siguen las reglas clásicas:
exposición, nudo y desenlace.
Inconexas y desarticuladas, no se conforman
con lo que tienen entre las manos.
Hay algo más que perseguir: el recorrido
es el dibujo que describen
los días.

Capítulo seis

Lo que más amo me deja sin palabras.

Capítulo siete

Lo contado es esencialmente cierto.
Un hombre soñador y montañas de hielo en el mar.
El Forward
salió con destino incierto,
arrastrado hacia donde todo vale lo que vale,
con un tripulante mensajero:
el amor es lo que parece.

Capítulo nueve

Fuera hay hielos a la deriva
capaces de impugnar la realidad,
un pedazo de ella.
Y una orca negra sin mancha
de ballena blanca,
otra novela minúscula e íntima
es lo que te espera.

Capítulo diez

Polizontes
repitiendo las veces de la suerte
en esa hora tranquila
en que el mundo parece detenido,
se preguntan dónde estarán
las vidas que podrían haber sido.

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ACOSO ESCOLAR (Bullying) [Mi poema]
Francisco Cuaresma Borrero [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Pues yo llegué hasta allí sabiendo hablar
la lengua universal de los paisanos,
mas tuve que aprender de otros arcanos
que hablaban los oriundos del lugar.
so pena ser villanos.

Los niños en la escuela me esquivaban
debido a que esa jerga no sabía
consciente que el rechazo me escocía,
mas ellos cuanto peor yo lo pasaba
de mi más se reían.

Curioso es que yo nunca protesté
llevándo los berrinches a mi casa,
que allí me los comía, es lo que pasa.
En tanto que los niños, sabes que
tomando iban a guasa.

Sus mofas y sus risas, sus desprecios,
a mi me hacían daño, poco a poco
al punto que me fue comiendo el coco.
A fuer de conformarme que eran necios
creí volverme loco.

Y un día, sin dudar, firmé mi ausencia
al ver que no tenía solución
tirando en parapente del balcón.
Y tuve que al final pedir clemencia
sin más explicación.
©donaciano bueno

Eso que siempre existió y ahora llaman Bullying? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Cuaresma

Despedida

Cauterizar la herida del olvido
es como machacar el hierro frío.
Aunque tu corazón nunca fue mío,
prefiero mi condena a este despido.

Percibo cómo un ángel se me ha ido,
quien me trajo tan dulce desvarío,
ya nada ha de ocupar ese vacío,
más que el tiempo, caduco y aburrido.

Si tú no estás conmigo y a mi vera
así, el abatimiento se derrama
sobre mi corazón, que no es quien era,

porque cuando le quitan a quien ama,
no se siente venir la primavera,
aunque florezca el lirio y la retama.

Náufrago

es como un mar, sin viento ni marea,
es como espiga, sin fruto maduro,
camino en la tiniebla, no seguro,
como llama en el aire, sin su tea.

como decir verdad, sin que lo sea,
como vil aquelarre, sin conjuro,
como en camino, inexorable muro,
como saber que estás, sin que te vea.

Dios mío, qué tedioso y aburrido
me resultan estos días sin color,
donde las cosas nacen sin sentido,

donde el protagonista es el dolor
donde mi mejor tiempo, se me ha ido
detrás de lo que fue mi gran amor.

Instante

Aquel día que en mi recuerdo mora
sólo tiene la luz de tu semblante,
una pizca de ti, un solo instante,
un revuelo de mar que me enamora

no dejo de pensar a toda hora
aquella luz de cielo tan radiante,
tus dedos y mis dedos, como un guante
sacudido de ciencia embaucadora.

toma mi pobre corazón herido,
y sácalo de mí para quedarte,
con ese fuego lento, enardecido

inflado de amargura, siempre hundido
en esa sima negra que me parte
por el hecho de haberte conocido

Mayo

Yo recordé tu vientre tembloroso,
rebosante de perla nacarada,
saturado de vida derrochada,
entre los dulces valles de tu embozo.

Herida restañada por el gozo,
vertida miel, en sábana empapada,
somnolienta después, alma abrazada
y expulsado al final, de tu reposo

Si me quisieras como yo te quiero,
¡Ay, mugido sin cuernos! ¡Mi secreto!
Mayo fue como el pájaro agorero

a cuya sombra, encojo y me someto
a este puñal doliente, mi Lucero,
que cada día, contra mi pecho aprieto.

Toná

Madre ¿por qué estás desnuda?
eres pilar de este templo
y sufrida de la fragua,
¿por qué tan sola en tu adentro?

Himno de alaridos,
como perro golpeado,
huye despavorido.

La libertad depravada
¿por qué tan buena y sufriendo?
en su raíz, por el golpe,
herido de puñal ciego.

Hueles a metal,
a sangre y a entendimiento,
a melodía infernal.

¿Por qué siguen tus senderos
negros corceles y espadas?
De la raza de sueños
eres la fiel matriarca.

Vieja de los nuestros,
eres madre dolorosa,
sin palios ni incienso.

¡Huye, huye de las bridas
que persiguen tu misterio!
abandona ya tu esencia
¡vete, vete a paso lento!

Madre dolorosa,
riegas con tus ojos dolor y sueños.

Seguiriya

De luto está la luna
yunque mi mortaja,
oyendo ya los tambores que suenan
por el monte grana.

¡Qué filito de toro!
curva de naranja
¿Quieres dibujar cercos de mi sombra
en la luz de plata?

Los cinco escopeteros
blancos de guadaña
tres pasito a paso vienen primero
los otros dos tardan

¡Oh mi maíta negra!
de lanza encalada
por los miradores de abismo negro
pierdo mi esperanza.

Ya se va mi caballo
al coso de plata
para cuando vuelva maíta mía
guarda tu plegaria.

¡Oh maíta de mis carnes!
¡Maíta del alma!

Soleá

Eres la reina de reyes
sin alcázar ni esperanzas
pero con tus doce golpes
(guitarra, tacón y palma)
te deslizas libremente
entre silencio y palabra.

Dama escurridiza
entre las humanas almas
quien no te conoce
jamás te ama.

Pululas entre los hombres
como melodía fantasma
espíritu del dolor
que bajo el polvo reclaman
huesos sin nombre ni patria.

Merced La Serneta
Alcalá, Triana…

La tarde de cien estacas
enseñó su palma de oro
brillo de crines clavadas
y se aleja perezoso
el párpado de sutil ámbar.
Soleá de mis entrañas.

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TE ESPERO [Mi poema]
Juan Vicente Piqueras [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Te espero, y aunque sé que no vendrás,
no puedo soportar tu ausencia. Espero.
Soy idiota, lo sé. Mi desespero
me insiste en que vendrás y no te irás.
Soy reo del cartero.

Pues sé dijiste adiós y que te fuiste,
así que se repita nunca aprendo,
me ahogo entre tus aguas zambullendo
y sigo aquí esperando estando triste,
y en ello persistiendo.

Te espero aquí tumbado junto al sol,
la noche al clarear frente a la luna,
iluso al contemplarte en tu tribuna,
la luz resplandeciente de un crisol,
queriendo ser tu hambruna.

Quiero parar las horas y no puedo,
me agarro a tu presencia y difumina,
recorro de tu mente cada esquina
y cuanto más te siento más me enredo
y más me contamina.

Mas nunca yo ignoré que tú te irías,
los toros siempre vi desde mi albero.
¿Idiota o no?, no sé. Mi desespero
mentíame al decir que volverías.
Te digo adiós, me muero.
©donaciano bueno

El que #espera desespera, dice a voz, el cantar...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Juan Vicente Piqueras

SÚPLICA

Sigue tejiendo, amor, y destejiendo
jerseys y leguas para mi derrota,
bufandas para el viento que me lleva,
el frío de mi fuga
y el invierno que soy. Sigue tejiendo.

Sigue diciendo no
al desaliento y a tus pretendientes.
Y no les digas no, diles mañana,
y mañana también diles mañana.
lo mismo que yo a ti. Hasta que regrese.

Cuando cansado ya de derroteros,
harto ya de perderme y de morarme
en regazos de magas o en riesgos de sirenas,
regrese a ti, y no sepas
qué hacer con el quehacer de tanta espera
como ahora no sé qué hacer conmigo.

Me he convertido en nadie.
Tendré que regresar a tu regazo,
apoyar mi cabeza donde ahora está el ovillo
que guía mi retorno.

Y cuando llegue a ti ya no sabrás quién soy.
Cuando te abrace abrazarás el aire.

Juan Vicente Piqueras (Atenas, 2012)

VASOS DE SED

Si dudas de tu sed, si no te atreves
a preguntarle o a ponerle un nombre,
si sólo sabes que buscas un agua
que la sacie y no hallas sino pozos,
y en ellos ecos que te llaman, bebe.

Si la sed al beber desaparece
es que era sólo sed. Sigue buscando.

Pero si crece en ti cuando la sacias,
si quieres no dejar de tener sed
sino seguir bebiendo día y noche
vasos de sed, no hay duda:
puedes llamarla amor, seguir sufriendo,
y saber que no existe quien te guía.

YO QUE TÚ

Yo que tú me amaría, llamaría,
no perdería tiempo, me diría que sí.
No dudaría más, escaparía.
Daría lo que tienes, lo que tengo,
por tener lo que das, lo que me dieras.
Me soltaría el pelo, lloraría
de gozo, cantaría descalza, bailaría,
le pondría a febrero un sol de agosto,
moriría de gusto, no pondría
ningún pero a este amor, inventaría
nombres y verbos nuevos, temblaría
de miedo ante la duda de que fuese
sólo un sueño, me iría
para siempre de ti, de allí, conmigo.
Yo que tú me amaría.
Me diría que sí, me faltaría
tiempo para correr hasta mis brazos,
o al menos, qué sé yo, respondería
a mis mensajes, a mis tentativas
de saber qué es de ti, me llamaría,
qué va a ser de nosotros, me daría
una señal de vida, yo que tú.

DOS ISLAS

No hago vida de mí. Cuando estoy solo
no hago vida de mí. Te necesito
a cada instante, siempre, incluso cuando
no sé quién eres tú ni dónde estás
ni qué quieres de mí. Cuando estoy solo
siento que estoy en mala compañía.
No sé hacer vida de mi soledad.
Pero no sé tampoco no estar solo.
No sé de mí sin ti. Te necesito
tanto como te temo. Amo tus manos
tal vez porque no están. Amo el abismo
abierto entre nosotros (¿qué es nosotros?),
que no existimos. Busco otro pronombre
que no sea tú ni yo, nosotros, nadie,
una especie de yu, de to, de tuya
de Mogador para tallar la barca
de madera y mentira
donde huir dónde, juntos, deseándonos.

Somos dos islas una frente a otra
que aman el mar que las separa y une.

LA SED A NOSOTROS

Como una palabra en fuga que se hubiese detenido desnuda para entregar sus ropas a nuestro deseo y le dijera: – No soy el amor.”
Vladimir Holan

Lo mismo que las calles conducen a otras calles,
los pasos a otros pasos y la sed a nosotros,
la incierta claridad de la mañana
ilumina el cansancio
de buscar sin descanso a quien nos busque.

Tal vez en una esquina de la noche
nos hemos visto y nunca lo sabremos.

Lo mismo que las horas nos llevan a otras horas,
los días a otros días y el dolor a nosotros,
las manos del amante no encontrado
nos entregan un ramo de renuncias
y la promesa de no morir solos.

Mientras, tal vez, su cuerpo,
ahuyentado por nuestra propia urgencia
en encontrarlo, se nos va adentrando
en la sangre, en el sueño,
a través de las calles o ayer o estas palabras.

ADVERBIOS DE LUGAR

Aquí es donde estoy yo. Esté donde esté
yo siempre estoy aquí donde me ves.
Esta casa, estas caras, estas cosas
cansan, porque aquí cansa.
Aquí hace sed de irse, sed de allí.
Pero allí es el lugar donde jamás podré estar,
donde yo soy imposible. Vaya adonde vaya,
allá donde yo llegue será aquí
y estaré ya esperándome a mí mismo
con un ramo de rosas iguales en la mano.

Ahí es tu aquí.
Ahí parece un grito porque es donde te duele.
Yo quiero estar ahí, donde estás tú,
tú aquí o, mejor, los dos allí, remotos, juntos
porque lo vivo es lo junto.
Ahí hay el amor que no hay aquí.
Esas cosas tocadas por tus manos,
eso que piensas, dices, callas, sueñas,
esos lugares donde estás sin mí,
eso deseo, eso necesito.
Y ser tu ahí, tu aliento intercalado.

Allí es la salvación, el espejismo
nacido de la sed de estar aquí.
Allí sí que seríamos felices,
donde tu aquí y mi ahí estarían juntos,
comerían perdices que no existen.
Allí es la lluvia aquella
que cae sobre este páramo sediento.
Allí es Jauja, el Dorado. No hay palabras
que puedan dar idea de aquel sitio.
Las palabras son éstas, nunca aquéllas.

Yo estoy aquí y tú ahí y allá nosotros cuándo.
Esto es piedra. Eso es seda. Aquello es mar.

Aquí, hogar imposible, íntima ausencia,
odiado domicilio, cárcel del cada día.

Ahí, calor del tú, tu vida mía,
tesoro de tu isla, aire de amor.

Allí, donde no estamos, llueve sobre la vida
que nunca será nuestra y nos aguarda.

LA ESPADA Y LA PARED

(modos y modismos de escribir)

Escribo de puntillas, a escondidas,
a trancas y barrancas,
a tientas, no a sabiendas, al vuelo, a duras penas,
contra viento y marea, a pies juntillas.

Escribo a ratos perdidos los ratos que he perdido.

Escribo entre la espada y la pared,
me agarro a un clavo ardiendo,
me busco las cosquillas.

Escribo al buen tuntún, sin ton ni son, a secas,
a la buena de dios, a lo que caiga.
Escribo a tumba abierta, dando tumbos.

Escribo para no hacer otra cosa,
por puro vicio, por pasar el rato,
para matar el tiempo, el gusanillo,
mil pájaros de un tiro, tiro piedras
a mi propio tejado, porque sí.

Pienso en las musarañas, rizo el rizo,
pierdo ripio, predico en el desierto,
cultivo habas contadas, naranjas de la China,
pongo pies en pared, pierdo las riendas.

Escribo para irme de la lengua,
para que no le puedan crecer pelos,
para que se me vaya el santo al cielo,
para estar en las nubes o en la higuera.

Escribo para no perder el hilo,
para caer de un guindo, si es posible en la cuenta,
para que se me venga el mundo encima.

Escribo entre la espada y la pared
y en lo que digo aquí hay gato encerrado.
Sus ojos verdes brillan por su ausencia.

AQUÍ YACE

La aldea no se acaba.

Se apaga, simplemente, brasa a brasa,
nombre a nombre se extingue.

Uno a uno, lo mismo que llegaron,
se van yendo los últimos.

Los últimos campesinos y las últimas madres.

No mueren empujados por los niños que nacen.
Aquí hace mucho tiempo que ya no nace nadie.
Mueren como llevados por el aire de arriba.

Cuando hayan muerto las últimas manos
que sabían hacer pleita
el mundo quedará en manos de aquellos
cuyas manos ya no sabrán qué hacer.

La aldea no se acaba.

Yace aquí, en lo que escribo.
Juan Vicente Piqueras (Padre 2016)

PALMERAS

Nacemos de la sed. Somos palmeras
que van creciendo a fuerza de perder
sus ramas. Nuestros troncos son heridas,
cicatrices que el viento y la luz cierran,
cuando el tiempo, el que hace y el que pasa,
ocupa el corazón y lo hace nido
de pérdidas, erige
en él su templo, su áspera columna.

Por eso las palmeras son alegres
como los que han sabido sufrir en soledad
y se mecen al aire, barren nubes
y entregan en sus copas
salomas a la luz, fuentes de fuego,
abanicos a dios, adiós a todo.

Tiemblan como testigos de un milagro
que sólo ellas conocen.

Somos como la sed de las palmeras,
y cada herida abierta hacia la luz
nos va haciendo más altos, más alegres.

Nuestros troncos son pérdidas. Es trono
nuestro dolor. Es malo
sufrir pero es preciso haber sufrido
para sentir, como un nido en la sangre,
el asombro de los supervivientes
al aire agradecidos y estallar
de alta alegría en medio del desierto.

MUSEO DE LA ACRÓPOLIS

Una mano de mármol, pero sólo los dedos,
sobre un hombro de mármol sin cabeza.

Un brazo erosionado que nadie tiende a nadie.

Un caballo sin patas.
Un jinete que es sólo sus muslos.

Dionisos a pedazos, recompuesto.

Un toro sin cuernos que está siendo devorado
por un león que no está,
sólo sus garras.

Admiramos lo desaparecido.
Tal vez nuestra cultura nace de estas ausencias,
de lo vacío, de lo que no hay.

También nosotros somos lo que queda
de nosotros,
lo que nos falta,
el hueco que nos cuida.

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SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA [Mi poema]
Francisco Muñoz Soler [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Santiago ayer y siempre cierra España,
que España no se alquila ni se vende,
que está en la historia viva y ella enciende
el ansia de agarrarse con gran saña,
al hilo que la prende.

Y así hubiera una rata traicionera
que saque a replicar sus alegatos
la historia juzgará por ser pacatos
a quienes dicen ser lo que dios quiera
y hacer de pelagatos.

Que #España no es de nadie, eso es seguro,
mas no hemos de dejar nos la arrebaten
y aún menos la troceen, la maltraten,
o quieran separar plantando un muro
para que nos la maten.

Que aquello que costó tantos esfuerzos
y empeños que enterraron nuestros padres
no pueden soportar tales desmadres
por parte de quien dicen ser mastuerzos,
gentes de malas madres.

Los pueblos que presumen de cobardes
que miran a otro lado y se amilanan
son esos que a la historia la profanan
haciendo dejación de sus alardes
mostrando que no la aman.

Y así se encuentre el cuerpo amenazado
y pueda destilar pus por la herida
España no ha de ser nunca partida
Que lo hemos de impedir. Quede firmado.
Que siempre estará unida.
©donaciano bueno

Hay gentes empeñadas en volver a las #tribus? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Francisco Muñoz Soler

HUERFÁNO EN LA CIUDAD DEL PARAÍSO

Qué difícil, qué difícil
es volver a casa
desde el corazón del paraíso,
esta noche rememoramos a Aleixandre
a orillas de la mar
en el hermoso Palmeral de las Sorpresas,
ubicado donde había un silo
cuando disfrutaba el poeta.
La evocación de recuerdos
me hace frágil y volver
por el paseo de la belleza
sólo con mis respuestas,
amplifican las voces contrarias
y los recuerdos de besos y caricias
instaladas en mi memoria
me hacen sentir más huérfano
cuanto la noche es más hermosa.
Y esta noche el cenit
fulge con más brillo, Aleixandre
cubre con su paleta de versos
la mar, el aire y las gentes
de la ciudad del paraíso.

CERTEZA

A mi hijo se le murieron los abuelos,
a uno no lo conoció, al otro por fotos,
ha asimilado que los abuelos se mueren
y da por bueno y lógico que moriré cuando sea abuelo,
en su seguridad yo le pregunto, mirándole a los ojos,
tendrás hijos, por supuesto, me dijo íntimamente convencido.
Y seguimos en lo nuestro, en lo incierto….

HALLAR ARDUOS ANTROPÓLOGOS DE EMOCIONES

Me conmueven las menudas sabidurías
que en todo fallecimiento se muere.
JORGE LUIS BORGES

Hallar arduos antropólogos de emociones
de las sensaciones vividas, capaces de rescatar
las diminutas esencias que aún bullen
en insospechadas frecuencias, rozándose con las texturas
de nuestros finitos cuerpos, sumergiéndose
en los interiores laberintos de nuestros entrañas,
de avezadas incógnitas, de un dial aún no hallado.
En qué magnífico mar vierte el río de la vida las sintonías
de conocimientos, afectos y sonoros pensamientos,
las imágenes captadas por pretéritos ojos,
la mágica energía transmisora de endémica vida?
¿Qué magma recibe esas esencias cuando el ser fallece?
Quizás no volverán esas íntimas y esenciales sabidurías
porque los recuerdos están mezclados con los sueños,
y todos llevamos una Alejandría dentro.

DESNUDOS, ESCARNECIDOS

En el momento de morir
sólo te llevas lo que has dado.
WILLIAM BLAKE

Desnudos, escarnecidos
por los egos
traspasan la sombra,
huérfanos de compasión,
flacos de amor,
turbados de indiferencia,
vacíos como su interior,
raquíticos de codicia.

SI DESCUBRIÉRAMOS LA VERDAD

Si descubriéramos la verdad
de lo que realmente somos,
se plegarían tierra y cielo.
Y entonces qué sería
de nosotros en esta turbación
donde se mata por Dios.
Seríamos libres o indefensos,
gozaríamos del sosiego y la luz
o penaríamos en la oscuridad,
mientras tanto, gocemos en la duda

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España – Jorge Luis Borges

Más allá de los símbolos,
más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios,
más allá de la aberración del gramático
que ve en la historia del hidalgo
que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue,
no una amistad y una alegría
sino un herbario de arcaísmos y un refranero,
estás, España silenciosa, en nosotros.
España del bisonte, que moriría
por el hierro o el rifle,
en las praderas del ocaso, en Montana,
España donde Ulises descendió a la Casa de Hades,
España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma,
España de los duros visigodos,
de estirpe escandinava,
que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas,
pastor de pueblos,
España del Islam, de la cábala
y de la Noche Oscura del Alma,
España de los inquisidores,
que padecieron el destino de ser verdugos
y hubieran podido ser mártires,
España de la larga aventura
que descifró los mares y redujo crueles imperios
y que prosigue aquí, en Buenos Aires,
en este atardecer del mes de julio de 1964,
España de la otra guitarra, la desgarrada,
no la humilde, la nuestra,
España de los patios,
España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios,
España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad,
España del inútil coraje,
podemos profesar otros amores,
podemos olvidarte
como olvidamos nuestro propio pasado,
porque inseparablemente estás en nosotros,
en los íntimos hábitos de la sangre,
en los Acevedo y los Suárez de mi linaje,
España,
madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones,
incesante y fatal.

Comentario: A la memoria de Don Santiago Abascal Escuza, fallecido en el día de hoy en Amurrio, ejemplo de hombre libre, resistente a la intolerancia, que vivió y murió como si fuera extranjero en su propio país.

FIESTAS EN VERANO [Mi poema]
Ada Salas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es España. Es Madrid, Y esto es agosto.
Hay fiestas en los pueblos. La alegría
se expresa libremente cada día
aflorando sonrisas en el rostro
como en Andalucía.

Fanfarrias. Canciones. Chirigotas.
Ruidos de pasacalles y pachangas.
Todo el mundo ríe feliz. Charangas
bailando algunos chotis o unas jotas
a ritmo de bullangas.

En honor de algún santo, Isidro o Roque,
pues que aquí cualquier santo es un pretexto,
para hacer una fiesta. Que del resto
se ocupa la sangría o lo que toque
o esté el cuerpo dispuesto.

Fiestas, en todos lados, fiestas, fiestas,
que la vida se pasa y son dos días,
las penas al pajar. Son naderías.
Después ya ha de tocar subir las cuestas,
los tiempos de sequías.
©donaciano bueno

Eso es lo que debiera ser la #vida, una #fiesta? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ada Salas

Solo el ave

Sólo el ave conoce
los exactos perfiles.
De sus ojos aprendo
el universo miniado
el eterno poniente que oscurece
las islas.
Puedo ver la verdad:
el lento claudicar del horizontes
y su amarga
caída.

A qué región…

A qué región me llegaré a buscarte
ahora que reposas a mi lado
en forma de deseo
hombre
cuya belleza apenas
conocía. Cada día me ciñe
su cilicio de ausencia.
Me has herido de vida desde toda
tu muerte

y no hay sueño bastante a tu vacío.

Hay libros que se escriben…

Hay libros que se escriben sobre la carne misma.
Son esas cicatrices que nos hablan
y sangran
cuando el tiempo se rinde a su derrota
un puñado de signos que apenas
comprendemos

y eran el beso intacto de la vida.

Te has ido…

Hay libros que se escriben sobre la carne misma.
Son esas cicatrices que nos hablan
y sangran
cuando el tiempo se rinde a su derrota
un puñado de signos que apenas
comprendemos

y eran el beso intacto de la vida.

La casa…

La casa que abrigó tu corazón
será una ruina. Furtivos
en la noche
la habéis abandonado.
Oscura en el jardín la tierra removida.
Quise
decir traición

y dije llanto.

NO LIMPIAN LAS PALABRAS…

No limpian las palabras.
Alumbran una isla en el lugar
del miedo y extienden una rama
al paso de los pájaros. Acogen
cuanto nace del hambre de las cosas
y mueren en silencio.
Pero su amor no limpia.

Como no limpia el llanto el rastro
de estar vivos.

La sed, 1997.

FUE CANTO ESTE DOLOR…

Fue canto este dolor.
Tiene cuerpo

y caído

lo que fuera el poema. Oscura
vocación de profecía.

La sed, 1997.

LAS PALABRAS QUE DIJE YA NO…

Las palabras que dije ya no
me significan. No sabía que a todo
le sucede lo mismo
y que mueren de tiempo
también
las palabras. O seré yo
tal vez. O seremos lo mismo.

Un oscuro temblor donde resuena
lejos

lo vivido.

Lugar de la derrota, 2003.

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MIS ALFORJAS [Mi poema]
Yolanda Morató [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Llevo mi alforja al hombro y sus serones
que están hechos de esparto,
en ambos emociones yo reparto,
mis vicios, mis recelos, mis pasiones,
y algunos que desecho, que estoy harto.

No sé por qué, me asustan los reptiles
de tono tan verdosos.
Si no llevan cananas ni fusiles
pudiendo ser amables y gentiles
o incluso que se muestren amorosos.

Ayer salí a volar por el espacio
a lomos de mi mente
fijándome en el mundo muy despacio
hurgando si era choza o era palacio
y ser en consecuencia, consecuente.

Pues reo soy de amores y rencores,
de fobias y de filias,
son gustos que yo amaso cual colores,
los cardos que se mezclan con las flores,
juntadas, separadas por familias.

Que no hay capazos, sacos ni hay espuertas
para las emociones
que vienen aflorando a borbotones
llenando a rebosar todas las cestas
pisándole a este obseso sus talones.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Yolanda Morató

CAEN CAJAS

Todas las mañanas del cielo
caen unas cajas
y cuando las abrimos
dentro no hay nada.
Algunos protestan, otros se ríen.
¡Maldita gente que nos lanza
más nada allí donde la nada reina!
Pero con el tiempo he comprendido
que no puedo vivir
sin mi caja vacía.
Me abrazo a ella
y tacho un día más
en el calendario.

MISTERIO

La ignorancia produce risa
a los propios ignorantes.
El conocimiento produce lágrimas
a quienes lo salvaguardan.
Los llantos de unos hacen reír a otros.
Las masas suman uno.
Hay tanta gente sola.
La mediocridad es un misterio.

11

Los desplazados,
los palestinos,
las mujeres
y los niños.
Los refugiados.
Los americanos.
Los soldados.
El plural tiene el poder
de borrar al ser humano.

Quien sufre por el fracaso
de un amor
que no se dejó domesticar
se encuentra a salvo
en el barco sin rumbo
de «las enamoradas».
La cosecha mortal
que sembrando el terror
recoge el suicida
se cobija en el granero
de los refugiados.

Es un eficaz truco de magia;
en la masa no se distinguen
los enigmas del herido
y resulta más fácil admitir
la facilidad del desastre,
que todo valga
en el amor y en la guerra.

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YO QUIERO AL SER HUMANO [Mi poema]
Sara Herrera Peralta [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo quiero al ser humano
Le quiero al sanitario que me atiende,
al pobre que mendiga y doy la mano,
a aquel que me desprecia o no me entiende,
y al que huele tan mal que el odio extiende,
carnívoro o vegano.

Le quiero porque sí, que él es mi amigo
y actúo como el buen samaritano
y pongo a quien nos hizo por testigo.
y a todo que se mueve lo bendigo
lo mismo que un cristiano.

Excepto a los farsantes y malajes
así, sin distinción, los quiero a todos,
mas odio a los que cambian de ropajes
propensos a medrar con sus chantajes
borrachos o beodos.

Aquellos que nacieron pa’ jodernos
políticos mediocres, chupatintas,
que van a emborronar nuestros cuadernos,
pues hijos son de puta sempiternos
aun tengan buenas pintas.

Pues que yo amo la paz. Y las caricias
con fuerza, a puñetazos las defiendo.
Y he perdido la fe. Las inmundicias
están por todos lados. Sus milicias
armas andan blandiendo.
©donaciano bueno

Acaso fue el mismo #Dios el que creó la maldad? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Sara Herrera Peralta

ENUMERACIÓN

Dicen que en esta casa vivió Sylvia Plath.
Londres es hoy un montón de niebla
con hijos que se entrelazan.

Esta es la vieja trampa de la muerte:
¿a dónde van, con tiento, las voces del enfermo?

Mientras, lo divino invade esta atmósfera,
haciéndose vieja entre azulejos
de una cocina barata.

Ven, toma mi cuerpo,
acaso mañana el temblor.

Sé que el amor salva,
tengo las manos de una mujer enloquecida,
las calles son mías.

Agárrame, voy a contarte
la historia de un fracaso.

Cuando la vida venga a pedirte
que sacrifiques tu piel
y tu vacío,

búscame en la distancia.

Este aire de felicidad
es una venganza.
Mis manos inventan los delitos.

Donde murió el abuelo,

yo hacía croché dos días antes

con lana de color ocre.

Ese
me pareció el mayor castigo del mundo.

PARÍS, MON AMOUR

París era mi abuelo en la distancia
diciendo adiós y cuídate,
el murmullo de la época adolescente.
París era el sueño de tantos
que París fue grande siempre:
la Concorde, Notre-Dame, Sacre Coeur.
Me equivoqué. París era distinta
a la ciudad de las guías que mi madre
había comprado. Aprenderé francés,
me dije, con acento extranjero
delante de un espejo.
Luego llegué con la soledad
de una niña de pueblo, en medio, tan pequeña,
de los parisinos abarrotando la plaza de Châtelet.
París tenía el olor de un panadero gordo
amasando harina de trigo,
olor a café, a libro viejo, olor a lluvia,
a suciedad en el metro, a restaurantes
chinos, libaneses, marroquíes, argentinos,
olor a queso, a crêpe,
a mostaza,
a vino, olor a algo parecido
a un sueño enfrascado y envuelto con un lazo
rojo, gigante, diciendo bienvenida.
París era bullicio, era gente nueva,
era un trabajo, hasta que un día
maldije al señor aquel que me acusó:
ahora venís a robarnos el empleo.
París ha sido tantas cosas
que París tiene que quedarse
a la fuerza en la memoria
de una época que acaba.
He perdido muchas cosas,
pero el balance es positivo, podría decir:
he ganado el amor y he ganado en la lucha,
he ganado en ser más sabia
como los sabios que se contentan
con lo puesto,
he ganado en sentirme yo
en medio de esta ciudad que te persigue,
he ganado porque he aprendido
una lengua
que será siempre ya mía.
He ganado las cosas
que ganan los que pierden:
saber que el miedo es el problema
de la fórmula sagrada,
saber que si no hemos vencido
nos queda a´ún el futuro en la pala
de la mano,
el corazón enraizado en muchas tierras
sin saber qué significado le dan en realidad
a la palabra patria.
He ganado en París todo lo que he pretendido
como una niña que aprende
a anudarse el lazo del zapato,
echa a andar y se deshace.
He aprendido que echar de menos
es el primer deber al salir de casa,
he aprendido a abrazar por el auricular
de los teléfonos,
a reírme de mí misma,
a estar alegre.
He aprendido que la vida es solo instante,
he aprendido a elegir,
o a intentarlo.
París ha sido frío, espeso, y algunos años
no ha tenido ni un verano,
pero puedo decir
que en París he querido parecerme
a Louise Bourgeois adolescente,
a Colette o a Simone de Beauvoir.
De puntillas bajo la lluvia
he bailado junto a la Torre Eiffel
como si alguien hubiese planeado
el fin del mundo.
Llegué también con los brazos abiertos
y en París me estrujaron el corazón
y luego aprendí a calmar el dolor terrible
de lo injusto. Pero debo dar las gracias,
no olvidar que un país se hace casa
tan pronto como una aprende de memoria
los planos del tren y el metro.
Pienso en París amaneciendo
con el pijama puesto, llena de nostalgia,
porque ya no quiero nunca más quedarme sola.
Hacer la maleta pensando en París
es algo parecido a comenzar de nuevo
sin miedo a los idiomas o a los habitantes,
comprender la soledad de los árboles
y reconocer el frío antes de tener que sacar
la ropa de invierno.
Habitaré otras ciudades
y seguiré tachando idiomas y haciendo listas
de sueños y pendientes
y en el balcón seguirán la abuela,
mamá y papá, diciendo, adiós, hasta la vista,
y nosotros de la mano.
He tenido miedo. He crecido en medio
de rincones oscuros y caminos de piedra,
pero París tiene los ojos azules de mi padre
mirándome fijamente y diciendo
mantén el corazón tranquilo,
sonríe a quienes te hagan daño,
no olvides nunca
de dónde vienes.
Por eso París siempre será
un lugar
lleno de gris y hojas muertas,
la ciudad de los edificios señoriales
que yo misma construí sobre cada uno
de los lunares de mi cuerpo.
Por si algún día vuelvo a quedarme sin nada
y tengo que volver,
no me digas au revoir:
nunca me habré ido.

DESPEDIDA

Ven, ya no tengo miedo,
he limpiado mi cuerpo de todos los peligros.
Para despedirnos, cerremos los ojos,
paremos el ritmo de los días,
impidamos que llegue el año nuevo.

LAS MANOS DE MI ABUELA

Las manos de mi abuela,
como ese temblorque pregunta en qué costumbre

y con qué fuerza
se inicia un soliloquio,
un pájaro en la noche
silba a los huidos
y a los muertos pide
que regresen.
Las manos de mi abuela:
esta orfandad,
esta repentina acumulación
de desamparos.

LA FELICIDAD

Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
WISLAWA SZYMBORSKA

Serás mujer.
Serás delgada.
Luego serás normal.
Podrás estudiar
aunque serás secretaria.
Y serás hermosa.
Serás de media estatura.
No usarás tacones.
Serás elegante.
Te casarás.
Antes aprenderás idiomas.
Viajarás a países lejanos.
Ganarás lo justo.
Firmarás una hipoteca.
Conducirás un coche.
Irás al cine.
Fumarás tabaco.
Bailarás en discotecas.
Escucharás las canciones de tus padres
y música electrónica.
Te marcharás pronto a casa.
Tendrás hijos.
Olvidarás tus primeros novios
y tendrás alergias de primavera.

Que no se enoje la felicidad
por considerarla mía.

SECRETO

La desilusión de un poeta,
el más antiguo de los ornamentos.

LA ENFERMA

Lo falso solo tiene sentido
en los hospitales.

Nunca es una palabra que jamás rozará mi piel.
Conozco el dolor. Conozco la pérdida.
En París fui una niña enferma.

Pero me basta el amor.

Si le temo al miedo, una vez fui más allá:
ahora soy una mujer con dos cabezas
y un corazón hinchado.

Tres. Uno, dos y tres cadáveres.

La niña enferma, la niña muerta de miedo.

Mis abuelos hablaban de guerra:

mi venganza, ahora, será vivir.

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TIEMPOS FELICES [Mi poema]
Olalla Castro Hernández [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Eran tiempos de abril. Los ruiseñores
rondaban mis oídos con su canto,
mostraban los capullos lindas flores
lanzando fresco al viento sus olores
pintando en el jardín, tupido, un manto.

Tiempos de amor, a secas, sin matices
con nieve al sol gozando en las colinas
donde dios era Dios. Y otras actrices
ornaban el paisaje de barnices
para luego guardarse en las vitrinas.

Tiempo en el que se usaban agasajos
¡oh, aquella ingenuidad, tanta ignorancia!
Sólo en charcas había renacuajos
las campanas tañían sus badajos
y hacían más amable nuestra estancia.

Las aguas con figuras saltarinas
trazaban sus meandros sinuosos
al ritmo acompasado de las minas
que en la mente agolpaban sibilinas
haciéndonos vibrar y ser dichosos.

Eran tiempos sin rotos ni costuras
ni rastro de insultantes meretrices,
ausentes de maldad, conciencias puras,
plagadas de penurias, siempre a oscuras.
Simples tiempos en que éramos felices.
©donaciano bueno

Qué tiempos aquellos tan felices! Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Olalla Castro Hernández

UNA HILERA DE OJOS

Pero a veces se entiende que decir yo
es tratar de nombrar una hilera de ojos,
un collar hecho de huesos y de piedras.
Levantar la piel.
Rastrear las pisadas de las otras.
A partir de sus huellas,
descifrar este baile.
Dirimir cuántas voces
se han pegado a tu voz
(si acaso hubo una voz primera o sola).

Abrir la vaina.

Separar con los dedos las semillas.

ESTA CEGUERA BLANCA

Si no hay un tú
que haga prender mis ojos,
que propague en mi cuerpo el incendio
que asola la mentira del «mí misma»
(que no es más que rincón, esquina, celda
donde las manos no pueden extenderse).

Si no hay un tú que me haga de baliza,
que señale dónde acabo yo
y empieza la arcilla de los otros.

Si no hay un tú:
esta ceguera blanca para siempre.

ESTOS DEDOS QUE BAILAN

Nosotras,
en el patio de atrás
de una casa muy grande,
oreando el rencor con los brazos en alto
y el dolor de los siglos en los hombros.
Nosotras,
estirando este rencor tan blanco,
dejando
que todo el sol del mundo lo atraviese.
Nosotras,
vigilando el fuego de otros,
cocinando los huesos de otros
para hacer esta sopa
que a otros servirá de alimento.

¿Y qué tenemos nuestro
más allá de estos dedos
que bailan alrededor
del cuello de las bestias,
de estos dedos que matan
con un movimiento rápido, preciso,
y cocinan lo muerto
para dar de comer a una estirpe maldita?

Nosotras
y el rencor que se tiende
en los patios traseros de las casas.
Nosotras:
¿para cuándo otras manos,
otra historia, otra estirpe?

ELLOS VENDRÁN

Ellos vendrán de noche
y con manos de sombra
saquearán nuestra ciudad recién fundada.
Quemarán nuestras casas,
matarán a los hombres,
violarán a las mujeres
mientras silban.
Robarán nuestras bestias
y asaltarán las despensas
mejor abastecidas.
Comerán y beberán hasta hartarse.
Reirán hasta dolerles las mandíbulas.

Antes de que despunte el alba
se irán como vinieron:
levantando una nube de polvo
y volviéndose pequeños,
cada vez más pequeños
(hasta parecer inocentes
del grito, del semen, de la llama).

Para que no los olvidemos,
nos dejarán el destello del fuego
y un puñado de hijos bastardos
a los que rehuir y querer
a partes iguales,
desde el hueco terrible de la culpa.

I

Era tan grande aquella sed de blanco.
Ansiábamos el hielo y sus destellos,
el deslumbre punzante de la escarcha.
Bajo su resplandor, fundar el mundo.
Soñábamos con ir siempre más lejos,
con ser los primeros en pisar esa nieve.
Una luz oblicua alargó nuestras sombras
y extraviamos la escala.
Nos creímos gigantes.
Corrimos hacia el brillo
de la única forma en que sabemos
correr hacia las cosas:
con una red pequeña entre las manos
y un arpón escondido en la garganta.
Agarramos el hielo con nuestras manos tibias.
Lo agarramos
hasta que todo lo que brillaba se deshizo.

II

Desde que salimos de Greenhithe
siento este iceberg pegado a las palabras.
De lo que pienso se desprende la nieve
que rueda cuerpo abajo y golpea mis pies
antes de amontonarse al filo de la cama.
Tengo miedo.
Pensamientos dentados
nadan a mi alrededor trazando círculos
cuando llega la noche.
Puedo ver asomarse sus aletas.
Hay algo cuarteado
en la mirada triunfal del capitán Franklin,
algo en el optimismo de la tripulación
que hace aguas.
Los buques en los que avanzamos
dibujan sombras gigantes en la escarcha.
En esta tierra
donde nadie pronuncia la palabra progreso
nuestros barcos son un par
de criaturas monstruosas
que navegan muy juntas:
dos ballenas
con estómagos repletos de personas
que a su paso abren rendijas en el hielo.
Somos solo estos monstruos
que parten en dos un mundo que tirita
y lo dejan atrás, como si nada.

III

Me mantienen viva unos paños de tela:
los mismos bajo los que aprieto mis pechos
para guardar el secreto
de sus formas convexas.
Mi nombre no es John sino Virginia.
Si alguien llegase a pronunciarlo
mi cuerpo jironado acabaría bailando
sobre un trozo de hielo,
después de pasar de mano en mano.
Con el cabello muy corto,
engolo la voz cuando digo “A la orden”
y, llegado el momento del licor y los naipes,
me retiro a un rincón
y remuevo en silencio mi cautela.
He buscado en los ojos de los otros
pedazos de mi miedo, en vano.
Estoy sola aquí.
De noche, oigo el hielo romperse
mientras los marineros fuman
y me untan con su risa pegajosa.
Oigo el hielo romperse y me pregunto
cuánto tardará este mundo agrietado
en urdir contra nosotros su venganza.

IV

Llevamos con nosotros el sello
de nuestra civilización tan avanzada:
20 jarras de cristal y 2 vajillas;
300 pañuelos (de seda, cómo no)
y 5 relojes de bolsillo;
24 toneladas de carne,
2 de tabaco, 35 de harina;
20000 litros de sopa,
8000 de licor y 1200 libros.
Leo a Dickens
mientras los hombres beben
y sueltan sus bravatas.
Dos borrachos pelean en cubierta.
Oigo los puños golpeando la carne
y los vítores entusiastas de quienes miran.
Sé que alguien los separará
justo antes de que puedan matarse
y cada cual volverá a su camarote.
Quedará la sangre sobre el suelo,
la maraña de hilos rojos
que rodaron del labio a la madera.
Esta mancha es lo que somos:
la delicada porcelana
que vinimos a mostrar a los salvajes.

V

Hace días, nuestros barcos
quedaron atrapados en el hielo.
Decidimos abandonarlos
y dirigirnos hacia el sur,
buscando una salida
a este laberinto que deslumbra.
Ahora devoramos con avidez
las latas de conserva
y seguimos andando.
El viento nos sacude.
Recibimos disparos de escarcha en pleno rostro
y hablamos con la lengua entumecida.
Anoche enterramos en la nieve
los primeros cadáveres.
Pude ver la verdad
en los ojos redondos de los muertos,
como en la bola de cristal de un adivino:
aquello que nos mantiene vivos
nos está envenenando.
Lo mismo que nos mata nos sirve de alimento.
Ese es el castigo
que esta tierra eligió para nosotros

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QUIÉN ENSEÑO A LOS VIRUS A MATAR [Mi poema]
Ramón García González [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Quien enseñó a los virus a matar,
quién hizo que haya gentes que murieran,
y obviando que pudieran suplicar
un día decidió tirar al mar
y tantos inocentes se perdieran.

Quién el que haciendo fue la vista gorda
pues tuvo que mirar hacia otro lado,
al ver que esa malade había llegado
tirando la esperanza por la borda
y al hecho maldiciendo resignado.

¿De donde surgió el bicho tan malsano?
Si es cierto que algún hombre lo inventó
debieran de amputarle, digo yo,
la mente con la que hizo a ese gusano
que tanto fue el dolor que nos causó.

O acaso fuera un dios que despechado
quisiera en un momento así vengar
del hombre al que trataba apaciguar.
Quien fuera que lo hiciera no es cristiano,
le mando hoy a la mierda a pasear.
©donaciano bueno

Si alguien lo sabe que levante la mano? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ramón García González

Faro de Cullera

A Joaquín Rodrigo, dueño de esa luz

No sé si este Sol nacido
entre naranjas y mar,
llegará en su caminar
a ver nada parecido.
Ni si al ponerse ha perdido
la gracia y se desespera.
Sólo sé, que cuando muera,
si es que el Sol puede morir,
volverá para latir
sobre el Faro de Cullera.

Mujer

Decir, Mujer, es decir:
Manantial de la Belleza.
Natural Naturaleza
que nunca puede morir.
Decir, Mujer, es abrir
el labio al amor primero
y sentirse prisionero
en un verbo de pasión,
donde aprende el corazón
por primera vez: ¡Te quiero!

Mediterrania

Si alguna vez no sintiera
frente a mis ojos el mar.
Si no pudiera soñar
despierto por su ribera.
Si mi tumba no tuviera
tierra de su litoral…
dejaría el manantial
de mis ojos, siempre abierto,
para ser, después de muerto,
cenizas, pero de sal.

¿Quién puede saber del viento…?

¿Quién puede saber del viento
lo qué la veleta sabe,
ni quién poner como el ave
la gracia en un movimiento?
¿Quién pone más sentimiento
cantando qué un ruiseñor,
ni quién como un soñador
más verdad en sus quimeras?
Todo y más, si tu quisieras,
decirme una vez: ¡Amor!

Interior

Para mí, la Poesía,
es un jardín inventado
donde sembrar lo soñado
es el pan de cada día.
Pequeña filosofía
de mi manera de ser.
Pues más vale embellecer
lo que nunca se ha tenido,
que dejar en el olvido
el último amanecer.

Soñador

Soñaba que compartía
contigo un sueño de amor
y que te llamaba flor
el arcángel de María.
Soñaba, ¿qué soñaría?,
entre cantos gregorianos
y estos sueños artesanos
de alcanzar lirios ajenos,
que al despertarme tus senos
aun perfumaban mis manos.

A José María Pemán

Estaba José María,
el de «El Divino Impaciente»
con los ojos como ausente
frente al mar de su bahía.
En qué verso pensaría
y en qué nombre de mujer,
que rodaron sin querer
dos perlas por sus mejillas,
tristes como las semillas
del sol al atardecer.

Sonata a Rubén Darío

No existe un sueño de amor
sin un nombre de mujer,
ni existe un amanecer
que no despierte una flor.
Todo es posible, Señor,
para el que piensa y medita
que el poeta necesita
del amor para vivir,
como, Rubén, el decir:
Margarita… Margarita…

Generacional

No te dejaran vivir
como quieres, ni soñando.
Vivirás amortajando
tu verdadero sentir.
Y un día habrá de venir
en que al mirarte al espejo,
no encontrarás ni un reflejo
de tu primer ideal:
Perla sobre el lagrimal
de tu corazón ya viejo.

Oculta verdad

Hay una oculta verdad
en un ser recién nacido
y en ese débil latido
de un corazón sin edad.
Es cuando en la oscuridad
transforma su cuerpo en nido
y en el se queda dormido,
esperando ese momento,
en que le sale al encuentro
por primera vez Cupido.

Encuentro con la mar

No me asombré al ver tu verde,
ni tu azul, ni tu esmeralda,
ni la espuma de tu espalda
que enamorada se pierde.
No sentí, que yo recuerde,
tus atardeceres rojos,
ni recogí los despojos
de alguna desilusión.
Sólo dije: «Soy Ramón»
y te subiste a mis ojos.

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ME AHOGO, LO SIENTO [Mi poema]
María Alcantarilla [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Me ahogo. Lo siento. Es que me ahogo.
Tanta chusma no puedo soportar,
tanto tonto del culo que curar,
necesito expresar mi desahogo
evitando que tenga que explotar.

Lo intento y no me puedo relajar
sólo puedo vivir si desconecto,
no comprendo a los hombres, su intelecto,
su inconexo y constante divagar,
soltado de exabruptos por el recto.

Abandono. No puedo. Lo he intentado.
Soy consciente que no lo he conseguido.
Me encuentro como un lelo en tanto ruido,
inane, descreído y fracasado,
cual ave que no encuentra ya su nido.

Necesito volar. Pensar que ha sido
una horrible y grumosa pesadilla,
donde de árbol caído se hizo astilla
para irse a clavar al resentido
cigarro un día fue y hoy es colilla.

Aquí bajo el telón a la palabra,
la misma que debiera ser lumbrera,
que ha muerto por mor de una alambrera
quedando su apariencia tan macabra
escasa de sabor, inane y huera.
©donaciano bueno

Habremos de #morir con las botas puestas? Share on X

María Alcantarilla  María Alcantarilla

Lujuria crítica

Decir que nada valió la pena
Es entregarse, de una vez y para siempre,
Al deceso,
Las esquelas,
A lo injusto…
Y,
¿Por qué no?,
Contemplarse deformado en el espejo
Sin saber que el miedo acecha porque tiene
Suficiente potestad sobre estos ojos…

Decir que nada valió la pena
Es volver, sobre los pasos, al camino,
Desandar lo que, con gusto, ya avanzamos
Para obrar dejando a un lado lo hilarante
Y sentir que, de poder, nunca quisimos…

Decir que nada valió la pena
Es, -al fin-, cavar sin miedo nuestra tumba
O rezar porque el despecho ya no espera
Que la voz entienda ahora de albedrío
Cuando ayer, por necedad, sólo gemía.

MEJOR NO

He venido a buscarte hasta el pasado
y todo se ha cubierto de una lámina de voces indistintas
llamando por el nombre a quién, allí, pregunta
por su haber, por su conciencia: María.
He venido sin tirar migas al suelo
como el niño dispuesto a perderlo todo en el camino:
una flor, un caramelo,
el libro con palabras donde entonces
leíamos en alto nuestra suerte:
seremos, ¿era aquello?
He venido a buscarte hasta la últimas esquinas
de un tiempo plagado de nostalgia,
una luna de entonces extinguida,
un deseo abisal de ser yo mismo
a pesar de quien me toma,
quien camina hasta mis pies
como una tumba abierta a la tristeza:
remota, sin presente.
He venido, ¿no lo ves?, a rescatarme,
a urdir un nuevo plan donde sea acaso
mejor no regresar si no es contigo.

LA HIJA QUE NO TUVE

La hija que no tuve me llama por mi nombre
y se desdice en todas las vocales.
Juega a confundir nuestros papeles
como el viento confunde nuestras caras
y amenaza con un nuevo bautizo cada día
y se acuclilla en pos de cada río.
La hija que no tuve me recuerda al ser
que un día fue niño en mí y fue misterio.
Al verla, me gusta convencerme de los días,
mirarla y ver en ella la verdad y los milagros.
La hija que no tuve trae a casa a los huidos
y les habla de la familia
con una mansedumbre
que recuerda más a un alma anciana.
Reparte los cubiertos
y separa las sillas del abismo
¿y sirve el pan?
como si todos fuéramos iguales
y pudiésemos cambiar nuestro destino,
volver a reencontrarnos al comienzo
y cumplir al fin cada promesa.

UN DÍA DE LLUVIA

Hace falta algo más que un día de lluvia
para limpiar los pies de quien camina.
Algo más que descalzarse en los hogares,
descalzarse ante el amor y su resaca
como el mar inflamado
cuando el astro aspira a poseerlo.
Algo más que la miseria asaltándonos la voz
Mientras mentimos al otro y le mentimos
a quien somos y a quien fuimos;
hace falta algo más que una intención
para enjuagar el alma de temores,
algo más que dulcifique al vivo y al descalzo,
que nos ate el alma al pie
mientras la lluvia cae y nos recuerda.

IN MEMÓRIAM

Acudo hasta tu nombre y soy de nuevo
la niña que pasea dando saltos
por una acera limpia de guijarros
y encuentra el corazón
donde otros no ven más que cemento.
El camino nos lleva siempre a casa
y estás, como la luz, en cualquier parte
mirando cómo crezco y sigo andando
con toda la impericia que la edad
no restaña ni deja que olvidemos.
Sé que tengo la voz y las ideas
volcadas hacia el mundo,
que cuidas de que el mundo no me hiera
y ríes con mi risa como entonces
y agradeces la suerte y la alegría.
Sé que todos repiten que soy grande
pero tengo en la memoria cierta edad
donde la vida se para y permanece
en un vaso de leche con galletas,
un umbral donde el sol es tan pequeño
que cabe entre las dos y nos ocupa.
Porque, al final, apenas queda eso:
la imagen desbordando a la retina,
el velo de tu luz, como una calle,
llamándome a saltar, de línea en línea,
y ya no soy la niña ni soy grande
y el tiempo es un ardid donde el recuerdo
nos guarda para siempre.

UNA ORACIÓN PAGANA

Madre nuestra que estás en cada cosa,
santificado sea el mundo y su tristeza muda,
venga a nosotros el don de distinguir que el reino es este
y en él nos encontremos,
hágase la voluntad de quien contempla la luz y la acaricia.
Danos hoy nuestra voz y nuestra hambre,
alaba la torpeza de quien ama y se confunde de figura
como también acierta al distinguir que amar lo nutre,
y déjanos caer y levantarnos tantas veces como el día,
y danos potestad para elegir,
sin la pesada carga del recuerdo.

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ESPAÑA, TU ESPAÑA, NUESTRA ESPAÑA [Mi poema]
Cristóbal Zapata [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

España, nuestra España, qué bonita,
tan única, distinta y tan dispar,
aquel que un día viene y te visita
no puedes ya evitar que lo repita,
e impida enamorarse del lugar.

Pues gozas del amor y del deseo
que, sabes, le subyuga a tanta gente
haciendo que germine la simiente
y luego se construya un camafeo
logrando que le bese la corriente.

Y todo eso a pesar que eres muy vieja,
cargando con los siglos de tu historia
cual fueran cangilones de una noria
que fueron deshaciendo en la madeja
de un hito con sus baches a la gloria.

España, tan diversa y tan distinta,
tal llena de diez mil contradicciones,
hoy vienen a mirarte otras regiones
por ser tan salerosa y variopinta
a hacerles despertar sus emociones.

No importa que haya algunos que te ofendan
e incluso de los que ahora son tus hijos,
los hechos son los hechos, entresijos
habrán de demostrar los que te vendan
haciendo de sus fobias sus cortijos.
©donaciano bueno

Me gusta saber que dejo una parte de mi mismo en cada campo de batalla, a cambio de un poco de gloria #Blas_de_Lezo Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Cristóbal Zapata

VENUS ANADIOMENA

Nada más hermoso que el nacimiento de Venus:
irrupción del cuerpo,
aparición de la belleza,
suceso oceánico.

Los griegos lo sabían bien:
la mujer es una creación marina,
un fruto de las olas
y la espuma.

PUERTO BOLÍVAR

El mar entra por todo el cuerpo
como una corriente de aire, como un rayo de sol.
Entre el discurrir marino de las mujeres en el muelle
comemos cachema con José Luis y Enrique
mientras nuestros miembros se llenan
de luz.

TOURIST HOTEL

Su hombro estuvo brillando en la noche
con un resplandor polar
como la punta de un iceberg
en la superficie marina:
faro, foco, fanal afilado
en el vértice de su cuerpo.

Lo miré deslumbrado y lo seguí,
como un barco ebrio
que se guía por la luz.

KARINA

Le decían Karina.
Se parecía a la cantante venezolana de moda (entonces).
Ella adoptó el apodo como su nombre de guerra.
Trabajaba en un prostíbulo de cuatro reales
en una calle oscura de Puerto Bolívar
donde siempre parecía de noche
(incluso al mediodía, como en un cuadro de Magritte).
Era pintora aficionada.
En sus ratos libres se sentaba en el balcón de su casa
y hacía bocetos del muelle, de la vereda de enfrente,
de sus pocos y apurados transeúntes.
Oí la historia y fui una tarde.
Tenía una dulzura contenida y ejercía sin esfuerzo
la distancia aprendida en el oficio.
Mientras yo procuraba
hacer algún amor sobre ella
(por el placer de tocar en el ocaso su cuerpo de pintora)
la descubrí mirando el paisaje portuario tras la ventana
con sus ojos puros de artista que busca la luz,
donde sea que se encuentre.

MUJERES PEINADAS POR LA LUNA

Para asegurar el crecimiento
de sus cabellos,
las mujeres y las niñas
se lavaban el pelo con la primera lluvia
de mayo.
Entonces, un aura lunar
flotaba sobre sus cabezas.

Había niñas cuarto creciente
cuya luz iba aumentando con los días
bajo sus cerquillos taciturnos.
Un ejército de muchachas luna llena
con sus cabelleras curvas como el deseo.
Y una multitud de mujeres menguantes
con sus hermosas crines de yeguas profundas.

Durante algunas semanas
las mujeres brillaban
como hadas noctámbulas.
Y nosotros nos quedábamos de pie,
mirando hipnotizados
sus peinados llovidos,
sus metamorfosis secretas
a la luz de la luna.

LAS MUCHACHAS

Se llamaban Nube

Tránsito

Caridad

Esperanza

como un coro de sustantivos abstractos,
como la encarnación campesina de las virtudes
teologales/

Pero portaban lo concreto y lo profundo:
las trenzas tejidas como fustes barrocos,
las axilas húmedas de rocío,
las piernas crecidas como ríos,
los sexos-bisagras entre el pasto
y la noche.

BOCCACCIO

Todas las mujeres y los hombres por igual alabaron el novelar.
Decamerón, “Jornada primera”

Entonando canciones de amor,
con paso lento,
los jóvenes se internaron en el jardín.
En la hora nona de la ciudad apestada
comenzaba a nacer otro cuerpo,
extremadamente florentino.

SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA

(Museo Thyssen-Bornemisza)

Con un hisopo delicado
el restaurador limpia el rostro de la Santa,
como si curara las heridas del tiempo.
Sobre el lienzo aún late el cuerpo de Fillide Melandroni,
la hermosa cortesana que amó y pintó Caravaggio
(muerta a los 37 años).
Debajo del aura
todo la delata:
la mano sobre la empuñadura de la espada,
su escote pronunciado,
la mirada desconfiada, de reojo (al espectador).
Debajo del aura
hay una mujer que sospecha.

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EL HOMBRE Y SU REALIDAD [Mi poema]
Antonio Manilla [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que el hombre siempre nace con sus sombra,
se tumba si él se tumba y no se asombra,
y así que lo quisiera no despega,
pues siempre le persigue y siempre llega.
Es doble el que se acuesta en una alfombra.

Me miro y no conozco. Como extraño
me observo al despertar año tras año,
y sigo sin saber si vivo o muerto
he llegado a este punto tan incierto
de dudas tan relleno y desengaño.

No sé si estoy aquí o es un fantoche
el ser que se aparece cada noche
cuando voy a dormir. Y es que yo a oscuras
no sé si he de acogerme a las maduras
o a duras he de hacerle algún reproche.

Y es que soy o no soy. Quizás no sea
ni una llama extinguida de una tea
ni la voz que en desierto llega y clama
el eco inexistente de soflama
el pis de una meada que no mea.

Quizás todo es virtual, que nuestros ojos,
a cal y canto echados los cerrojos,
así que lo parezca nada exista,
nos haya traicionado nuestra vista,
seamos poco más que unos antojos.
©donaciano bueno

Es #real lo que vemos o está solamente en nuestra retina? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Antonio Manilla

MANZANO

Por el techo fantasma de la casa
se cuela el firmamento. El viento enfila
escaleras, pasillos: su susurro
de navaja apresura el canto del mochuelo.

La luna se demora en las estancias
que fueron comunales, encendiendo
un reguero de vida en los objetos,
metales oxidados por la lluvia
que penden de unos clavos que no venció la edad.

El suelo de madera está podrido y cruje
a cada leve avance, por las luces vacías
penetra muy intenso el olor de un manzano
que alguien plantó hace mucho y respira invisible
con las ramas dobladas por los frutos.

Un día ese frutal,
cuando no estés ya tú, continuará
aligerando con su aroma el mundo,
enfrentando a la grave noche el leve
imperio de hermosura
de cuanto existe opuesto contra el tiempo.

Sobrevivió a los hombres, perdurará a los muros
y dará fe de vida, entre ortigas y polvo,
más allá de tu ruina,
de que una vez aquí se alzó esta casa
piedra a piedra erigida por los tuyos.
(de “Suavemente ribera”, Editorial Visor, 2019)

SUB SOLE

Mejor que tú lo sabe

quien ha vivido tantas primaveras
como para dejar que algo le maraville
aunque vital florezca y se alce y cumpla
su cometido con la tierra toda;

aquel que en el desdén de él fenece
porque signó en un sueño su fortuna
y pronto vio acercarse a un anciano
con las ropas raídas y sin nada;

el que al amor le fía la existencia
y el rumbo de su ser
y tarde reconoce que camina
llevado de la mano por un niño;

quien ha vivido tanto y tanto invierno
como para juzgar con impiedad
a una bestia al acecho de comida
en el mundo invadido por la nieve.

Mejor que tú lo sabe
el mundo entero:
no existe novedad; la vida se repite.

(Y por los siglos
se expande, igual que un gen,
con todo, siempre,
en variante infinita, el mismo error humano,
la cepa resistente de ese virus
salido de la caja de Pandora:

la infatigable búsqueda de la felicidad).

VIDA EN CICATRIZ

Sabes que volverás
Félix Grande

Nunca debes volver
a donde ardió, sin consumirse, el tronco
de la felicidad, la rama de la dicha,
el palo del bienestar,
las astillas de los buenos momentos,
la hojarasca de la fortuna,
el serrín del amor.

A los lugares donde la llama de tu alma
quiso prender hoguera.

[SI ES QUE LA EDAD TE INCLINA]

Si es que la edad te inclina
a este huerto inconcluso
y aquí buscas la sombra
de alguna sombra amada
arrebatada al tiempo,
quizá debas saber
un par de cosas:
que nadie vuelve nunca
del vientre de estos hoyos
que sólo guardan restos,
pero también
que nadie muere nunca
mientras alguien le guarda
un asiento en su mesa,
un lugar en su casa,
un latido en su cuerpo.

ESCULTURA DE ARENA

Elevan contra el tiempo alada instancia
de eternidad, instante detenido,
infancia perdurable. Una oración
para parar el curso de los astros
y que se torne estatua el mundo. Nunca
consiguen otra cosa que esculturas de arena.

En el filo del día, recortados
contra el celaje quieto del estío,
rompiendo el equilibrio del crepúsculo,
persiguen a la tarde los vencejos:
ignoran que se va sin importarle
lo que ellos hagan para retenerla.

Mientras se esfuman en el leve aire
que precede a la noche
—igual que por ensalmo se van y viene el viento—,

luce un instante más, reflejado en sus alas,
el sol que se derrama
con el rojo fulgor de un vino añejo.

MATER MATUTA

El milagro mayor del mundo
ocurre cada día ante nosotros.

Al margen del amor y de los sueños,
se recompone el orbe cada noche:
recupera su forma cuanto fue uno
hasta el día anterior
y alborotó en fragmentos el crepúsculo
—su alta hilatura de vencejos
lanzados al albur como unos dados.

Ajeno al hombre y su pasión de fuego,
a sus vanas creencias y temores,
a su oración alzada hacia la nada,
acontece el milagro
cotidiano.

Vuelve, grandilocuente, el alba.

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Hagamos de cuenta – Daysi Zamora

Hagamos de cuenta
que el pasado no existe.

Hagamos de cuenta
que lo que fue no fue.

Y que vos me querés
y yo ya no te temo.

Memoria

Pudimos no conocernos, pero nos conocimos.

La memoria cubrirá con su pátina de oro
este breve momento de nuestras vidas
que en sus distintos trayectos
apenas se tocaron. Y ahora regresan
otra vez a sus órbitas.

Y más que la memoria, guardará el corazón
nuestras conversaciones. La intimidad construida
a punta de palabras acrisoladas
hasta volverlas puras.

MI ACCIDENTADO PASEO EN BICI [Mi poema]
Antonio Rivero Taravillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Andaba tan campante en bicicleta
mirando ensimismado aquel paisaje,
gozando placentero de ese viaje
cuando un punzón clavóse en mi bragueta
llevando a tambalearse a la cuneta
y víme en un forzado aterrizaje.

¡Carajo! yo me dije, ¿qué habrá sido?
en tanto que mirando al punto tal
vi a una avispa tamaño sin igual
posada dulcemente en ese nido.
Que un manotazo le dí. Y otro berrido
salió desde mi boca. Es natural.

Después, perdón, bajé la cremallera
y al verme aquel capullo amoratado
pensé, si dios así me lo ha mandado
no debo de objetar.Y en mi perrera
metíle con cuidado cual cualquiera
guardara a su tesoro más preciado.
©donaciano bueno

Maldita #avispa, a ver, qué le hice yo para tal cosa? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Antonio Rivero Taravillo

TU NOMBRE ES MAUD

(Homenaje a W. B. Yeats)

Ahora que ya tengo tu rechazo
condesgarrándome el pecho,
corre, quema etapas, apresúrate,
y con él, o con otro, da lo mismo,
ten una hija hermosa que te copie.

Renovada tu imagen, la esperaré,
para repetir mis yerros.

THE LAST ROSE OF SUMMER

Sabiendo que nunca me equivoqué
sino en las cosas que yo más quería

Luis Rosales

Gracias a ti, excesivo aire acondicionado,
que acatarras mi imagen
y ya puedo aparecer congestionadamente
disimulando las lágrimas

(de haber sido en primavera
hubiera tenido que pretextar
la primera alergia de mi vida);

y gracias, Luis Rosales: tu “Autobiografía”
es con, su desolación, estética coartada,
y portas sobre tus hombros mi fracaso.

Este verano, súbitamente,
el primer día de mi invierno.

ARDBEG UIGEADAIL

El mejor malta del mundo
en la Jim Murray’s Whisky Bible 2009,
pero no por su sabor ahumado o su recuerdo
a arenques en salazón
según una prueba de cata;

no, el mejor
porque lo probé contigo una tarde
cuando aún el amor era posible.

Hoy daría todos sus barriles
por una sola gota
de agua –aunque fuera del grifo–
abrazándote en la cocina.

¡Single Malt! Desde que tú te fuiste,
más solo que nunca.
Y, como afirma la cata, persistente.

WHISKY CON HIELO

I
Entre 700 y 1.000 años
de edad tiene este hielo
desprendido de un glaciar,
su transparencia en el whisky.

Trescientos años de margen de error:
cuatro o cinco veces el plazo
de mi existencia.

Agua de muchas vidas.
Uisge bheatha.

II
Ayer,
contigo,
el mejor whisky del mundo
con un agua común.

Pero hoy cambian las tornas:
muy lejos,
el mejor hielo del mundo
–tardará mucho en licuarse–
y un whisky corriente.

Y si es cierto que entonces
te tenía junto a mí,
hoy ocupas mi pensamiento,
destellando aún
como el hielo en el vaso
cuando el whisky se ha ido.

III
Es un buen whisky de 12 años.
Mezclado con el hielo de 800,
hacen buena pareja.
Qué importan, pues, los otros doce

que a ti y a mí nos separan.
Cuando todo termine,
aún te seguiré amando;
como este hielo
que, cristalino y puro,
no se derrite.

ESCENA DE INTERIOR

Han follado
nueve minutos como nueve meses,

engendrándose y creciendo
hasta salir.

Ahora duermen:
un dedo de él en su vagina

como un pezón
en la boca de un niño.

CONSIGNACIÓN DEL MISTERIO

He visto tu cubierta en otros sitios,
te he desdeñado en otras mesas de novedades,
en las estanterías.

Y hoy, finalmente te abres
como una tienda de campaña en la mesa,
tus letras cobijando la noche.

Esta ciudad, con tus versos,
ya no es un desierto. ¿También
tú, en otro ejemplar, me reconoces?

Nuestro encuentro, esta cita,
¿en qué otro volumen figuraba?
En un libro saldrá también al paso

de otro que igualmente lo verá
en ciudades distintas
hasta que un día al fin lo compre y lea.

Otro libro mío está ahora
de cara, suplicando a los clientes
que no lo lleven aún si no ha llegado

el momento, y la librera lo regaña
por chafarle la venta, sin saber
el instante ya escrito de la compra.

Un paraguas que aguarda la tormenta
no de fuera, sino en el interior,
para abrirse.

Los dedos de la tela,
las varillas del hombre, el pronóstico
de un tiempo muy mudable, pronunciado

por un borracho mudo en otro idioma.
Igual que un pararrayos de madera
está seguro de parar el golpe

del que sabe ya las cenizas.

VIVIR

Si no es bisiesto,
un año se descompone
en trescientas sesenta y cinco zancadillas.
Por el contrario, una vida
se va –se fue– en un suspiro.
Lo que tarda en picar una cobra.
Lo que se toma una bala
en atravesar un naipe que es
en realidad una carta del Tarot.
La vida es haber eludido
tantos traspiés,
resbalar sobre el cartón satinado
y dejar de ser bípedo, un charco
de sangre que se va,
no de semen que viene.
Vivir es ensayar esa caída.

EN ESTE INSTANTE

Esa temperatura exacta
(afinada hasta lo infinitesimal
pero variable
según mil circunstancias
irrepetibles),
en que la cerveza está a punto de calentarse
pero alcanza su sazón
y su mejor sabor, ya amenazado de muerte:
cuando pide ser bebida en un último sorbo
consciente de su marcha,
rica como no ha estado antes;

así,
gases, burbujas
y la rareza de lo líquido
donde todo amenaza a este estado,
el breve tiempo que le queda
a nuestro sistema solar
antes de enfriarse para siempre:
hay que aprovechar esos millones de años
irreparablemente transitorios
–aprisa, corre, bebe, paladea–
en este instante.

IMRAM

Una navegación extraordinaria.
Eachtraí: aventuras maravillosas
cruzando el mar. Así ahora
he venido a esta isla que dejaron
los marinos atrás. Marcó su estela
la senda de las focas y delfines,
camino de ballenas, hasta aquí,
empedrado de espumas
y con losas de algas y de arenques.

Una navegación extraordinaria
no desde Irlanda, hacia su costa.
San Brendan no viajó a lugar más mágico.

Sobre la colina de Tara,
vi yo
mi sombra,
mi luz.

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TE BUSCO, AYER [Mi poema]
Marta López Vilar [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

(Carta al tiempo)

Te busco tiempo, ayer, te busco en vano,
no dejo de buscarte y me arrodillo
mas sé que ya no estás, que eres tan pillo
que nunca he de alcanzarte con mi mano.

Te busco y a perderte no resisto,
conozco bien tu espíritu inhumano,
te has convertido pronto ya en anciano
y es que pasaste aquí visto y no visto.

Y así que ambos seamos coetáneos
nunca pude sentirte como amigo,
lo puedo ahora decir pues fui testigo
que juntos anduvimos cual foráneos.

Y a quien dice que el roce hace el cariño
aquí les contradigo. Que es incierto.
Y es que yo sigo vivo y tú estás muerto.
Nada añoro de ti. Pero hazme un guiño.
©donaciano bueno

Oh, el #tiempo corre sin parar y al parecer sin cansarse? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Marta López Vilar

Mar y noche

Ese rumor de redes blancas
apresando la calma cada noche,
la alegría del agua se hace luz
y llega al cuerpo con tu voz
y tus palabras es el amor, gemelo de estas olas.

Reconóceme, soy estas aguas que buscaron su patria
y tu ternura para entender la sed y el deseo.

La ofrenda

Te entrego el débil cristal verde de mis ojos,
la arena helada donde florecen ramas muertas
cada invierno.
Mi nombre, todavía.

Te doy lo que me queda tras el viento,
esa sombra vacía que deambula en los tejados
esperando ofrecerte lo que fue:
cuerpo detenido entre la luz
cuerpo hermoso, presente, que no renuncia
a la alegría.

Después de un sueño

De muy lejos vengo, como el viento claro
que abandoné en tu voz
pata protegerte de la muerte.
No me despedí de ti,
Por eso ven a mí
y sálvame como tantas otras noches
de mis sueños.

Nunca llovió en su memoria
como aquí llueve por dentro, cada día.

MLV

«Transformación»

avec toutes ses eaux mortes.
Martine Broda

Ninguna huella queda ya entre la nieve.
Tampoco quedará su frío cuando el sol la toque
para convertirla en agua que, de tan pura, dolerá en los labios.

Y yo la beberé.

La luz matará esta memoria blanca.
No será el mar ni el plomo oscuro de la noche,
sino el cuerpo desnudo de la aurora,
cada día.
No quedarán ni las sombras
y todo se irá lentamente por el río,
se limpiará de nombres y de barro,
y no sabré quién soy
cuando anochezca.

PARÁPONO

(QUEJA)

Me envuelve la voz de lo que nunca dije,
ese destierro fértil de las cosas perdidas
que embadurna mis ojos con la sal de los mares
que nunca navegué para encontrarte.

LA SIBILA

¿Habrá otro nombre para el lugar

donde no hay recuerdo tuyo?

Eugénio de Andrade

-¿Habrá otro nombre para un lugar vacío,
para la sombra cayendo en las ciudades,
para el vino derramado, para el corazón
latiendo en mi memoria?

-Será un lugar desnudo, cerrado
por el tiempo, donde el invierno
florece anónimo y mezclado
entre tus manos.

-¿Habrá otro nombre para su recuerdo,
para la nieve iluminada cada tarde?

-Será tu muerte, tu pérdida dormida sobre el frío,
la palabra esperada imitando tu alimento,
el desierto, los surcos de su voz,
su compañía.

MARESIA

Me quedo aquí, hermosa y alegre como me hiciste,
esperando que regreses del mar
y con tu olor me traigas tu presencia y tu comienzo,
tu principio sin fin que me conmueve.

Eurídice

Quédate así un instante,
que esta luz que ahora me cubre
la memoria —ese paraje inhóspito y helado—
nunca convertirá en final lo que ahora brilla
como una lluvia débil cayendo de los árboles.

Es la prueba más hermosa
de estar vivos para siempre.
La única, tal vez.

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QUE NO SOY COMO QUISIERA [Mi poema]
Osías Stutman [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo no soy como quisiera.
Contento no estoy conmigo
Y aunque intento, no consigo,
-tengo el alma prisionera-
de mí mismo ser mi amigo.

La verdad es lo que es
y aunque el cielo lo impidiera
soy un chopo en la ribera
que avanza dando traspiés
como un borracho cualquiera.

Que a mi mismo no me entiendo
por más que a mi espejo miro.
Soy esclavo de un suspiro
que poco a poco va yendo
a pegarse al fin un tiro.

¿Un tiro? ¡dios, madre mía!
que la pólvora me asusta.
Y a mi el ruido me disgusta
y la sangre es una orgía
que me azota con sus fusta.

Pues no sé por qué yo soy,
ni siquiera sé si he sido
si debiera haber venido
tampoco hacia dónde voy
y me encuentro confundido,

aquí me declaro insulso,
tonto del haba, paleto
un tipo inane, un sujeto
a el que el cielo le echó un pulso
y él le tuvo un gran respeto.
©donaciano bueno.

Lo que el #cielo se merece? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Osías Stutman

ÉCRITURE (II)

A José Corredor-Matheos

El lenguaje ya usado no puede ser
inocente. El uso previo lo engarza
en la memoria misteriosa que siempre
reaparece, nunca se pierde. Navega

en mar nuevo de significados pero esa
memoria implícita no se va, sigue
aferrada a esa y esa palabra,
vampiro que roba y ensalza

como medusa quemando la carne
en el mar. Miro esa roja mancha
en mi brazo al sol, la quemadura

y la mirada y mis recuerdos ya no son
nuevos ni inocentes. El lenguaje es niebla
decorativa que fascina al lector.
De “Los Sonetos (De Gombrowicz)”
Barcelona, 1997.

LA MUJER INVISIBLE

El buen hombre invisible, en sus vendajes,
es más real que esa Reina nerviosa. Todo
envuelto en las densas neblinas de Abril,
en el atardecer de Nueva York se recorta su figura.

Su mujer invisible se pasea desnuda,
camina a mi lado, su silueta en la niebla,
y siento su tibieza y los olores de sus pliegues.
Nunca la vi, no conozco su rostro, pero fuimos amantes

seis años. Cientos de veces vi mi simiente
en el aire, flotando, dentro de sus huecos.
Su sudor cayó sobre mi rostro, tisana tibia, única,
mientras me montaba invisible, como rocío de la mañana.

No sé si es negra, blanca, roja, color del marfil,
pálida o rosada como una rusa. ¿Rubia? Habla poco,
quiere ser escritora, ama a hombres y mujeres
al azar. Me dice que a veces «pone los ojos en blanco».

Evita la niebla y las sombras del crepúsculo.
Demasiada neblina blanca hoy y no la espero.
Se exalta oyendo «Nabucco», suspira y se sacude
con la música, tiembla sin frío, y recuerda la patria.

Habla con eco, su saliva es dulce como la miel,
es pegajosa, abundante, visible cuando sale de su boca.
Estas son algunas de sus frases y preguntas:
«La soledad destruye a la mujer y completa

al hombre» que es dudosa cita de Chanel. «Cada
salida es una entrada», dicha en invierno.
¿Ofelia es hombre o mujer? pregunta siempre.
Los nuestros son amores intrincados y difíciles.

COSAS ARGENTINAS

(Recuerdos sentimentales*)

Hago una Lista de Mis Memorias
Preferidas (del Pasado): (Quiero) Un anillo
de plata vieja en el meñique de la mano derecha.
El beso a una foto (en la cartera, junto al pecho,
la nalga). Ese gesto quiero. Volver a la sedería
quiero.

La estatua del patricio romano en yeso,
con un blanco huevo en la mano derecha (Museo
De La Cárcova). Dos pinturas quiero: La barba
negra de Cándido López, maraña detallista
y el menudo colegio rabínico en llamas. Oler
quiero

«…aquellos polvos rosados que
aumentaban tus colores». Las punzadas
del amor. Los desaires, las traiciones.
Los desencuentros (Quiero). Las únicas
budineras uruguayas invadiendo la casa vacía.
(Quiero)

La Proximidad y El Alejamiento. El Amor
Perdido. Usted sabrá, dicen. Quiero mirar
y ver. El espectador (el público) quiero ser:
Ambos observan cuando el otro, olvidadizo,
se cree a solas. Simpre recordar
quiero.

Recordar es desarmar, es el desvelo
argentino en su nido, la fuente
de las tragedias. Dudas, proximidad
y lejanía, gestos, olores, desnudas
sorpresas, avaros recuerdos emotivos,
la sangre

hirviendo en las venas, la tapicería,
la sedería Víctor. Todo eso forma otro
memorable pasado, la repetida obsesión
como cabalgar en la noche. Es el comentario
público, la descripción de la infancia. Mi infancia, reiterada
interminable, de compras en el Centro
acompañando a mamá.
* Dedicado a Roberto Aizenberg. Las budineras provienen de Felisberto Hernández. La cita es de Ivette, de Pascual Contursi.

LA FACILIDAD

Amores:

No hay consecuencias lógicas
del pasado. El pasado es
sólo suma y resta de defectos

elegidos. Recuerdos de la fama,
los cansancios, el corazón de vacíos.
Lo único que sirve es la soledad,

el aislamiento, insular vida
sin nadie. Eso es lo mejor.
Sonido sin ecos, palabra sin fulgor.

Oír y escuchar, en silencio, el oído
gana. Así se salvará la libertad
despótica y ruidosa, escandalizada.

Esperas:

Es ella la que me hipnotiza en silencio.
Soy su víctima, su higo rojo, mesmerizado,
en silencio, como una planta, un cactus,

un libro abandonado, mudo, peor que cenizas,
un pecado verdadero, imperdonable y vulgar,
en la biblioteca vacía, en su penumbra.

Todo está en la voz, la nuca
tensa, el tono, el suave pronunciar. Sólo
eso salva a la literatura y su hundimiento.

Imágenes:

Agua marina limpia en el rostro
y un portal de fuego, evocan poesía
como espuma de mar, oleaje, aire fino.

La mujer rubia hablando a un espejo,
el gran rodete de oro sobre la espalda,
diciendo que no puede esperar más.

El puerto en calma, rojo al atardecer
como un incendio. A lo lejos un hombre
mueve algo negro con un palo, sin esfuerzo.

Mirando el agua, mirando la leche hervir,
la carne temblando. Interminable lectura, seca,
desesperada, los olvidados textos en la mano.

Así la facilidad enseña, torpe, tranquila.
Impide escribir sobre la duda y la certeza,
engendra la lectura seca, interminable.
De “Los Fragmentos Personales”
(Premio Anthropos de Poesía 1995) Zaragoza, 1998.

LOS SOLDADORES

No se puede soldar
el hierro cuando truena.
No se puede soldar
frente a una mujer.

El hierro no responde,
nada se pega cuando truena.
Fierro gris cuando ella entra.
Los soldadores no pueden

ignorar esos signos. Ella
entra y los soldadores comen,
el hierro rojo espera.

Ella se va sin saludar
y el cielo truena, truena.
Hoy ya no se puede soldar.

Mañana puede ser,
si ella no viene. Y van a soldar
felices y serios, soldaduras eternas.

EL ESCRITOR EN EL SIGLO XX

¿Qué soy cuando escribo (poesía)?
¿Un espejo? ¿Un soñador? ¿Gogol
en Petesburgo? ¿La amistad
desgarrada en la noche? ¿El amigo
que me doblaba la edad? Eso pregunto,
yo que tendría que saberlo ahora,

a esta edad. Tan viejo como Dante
si hubiera vivido sus dos mitades del camino.
Ser Dante o Virgilio* es difícil
decisión y nadie nos permite ya
ser los dos. Y no nos creen
ni nos escuchan. “Fui Dante

y Virgilio” digo y nada pasa. Es
como el único ladrido que oí en
el desierto, de noche, hace años
en un lugar que ya no se puede visitar,
sembrado de minas explosivas.
Sonido sorprendente, inusitado. Sonido

que quita el sueño y produce ese hormigueo
que hace escribir urgente. Pero todo esto
es irrepetible Y por lo tanto no hay nada
que comprender. Es olor de cebolla
bajo las uñas y dura días.
Es enredo conceptual molesto,

interminable y que sólo desfallece
sin mejorar ni empeorar.
Es la sofisticación literaria de pensar
como hablar, funciones tan distintas,
que es imposible saber cómo podemos
leer lo escrito y pensar en escribirlo.

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AUTORRETRATO [Mi poema]
José Daniel Espejo [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo soy de la belleza un artesano,
un tipo perroflautas e indigente,
un aprendiz del habla, un asistente
que osó tocar el cielo con la mano
chocándose de frente.

El mismo que ha pasado divagando
cual pollo desnortado sin cabeza
queriéndose ocultar en la maleza
sin dios al que rogar y al paso dando
en busca de riqueza.

Un fatuo, un engreído, un ignorante,
que no alcanzó más lejos que a un balido
y fuera dando tumbos descreído
creyéndose algo más que un figurante
a fuer de estar bebido.

Y yo soy, o creo, es lo que pienso,
un abogado defensor de empeños
que anduvo apabullándose entre sueños,
adicto, dependiente del incienso
de falsos halagüeños.
©donaciano bueno

#Y qué le voy a hacer si yo nací...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José Daniel Espejo

LA TIERRA SANTA

Amo cosas. Pienso que así
resuelvo la papeleta. Me cuelgo
sus símbolos del cuello
me pongo camisetas. Has visto
la película, has montado en la atracción,
ahora compra esto. Amo
cosas, las hago mías, aunque ellas
no quieran saber nada, saco brillo
a mi espada de plástico
para matar por ellas.

PAREJAS Y UNIDADES

Amor y nada. Café y azúcar.
Cigarrillos y niebla. Poetas turcos.
Tú y yo. Palabras y cosas,
ciudades en llamas, pasado
y futuro. Mi casa
y la Espiral.

NUESTRA PEQUEÑA GUERRILLA

Conquisto los días.
Les disparo cigarros o poemas.
Los cerco paseando
por la orilla de un río eterno,
o al menos tan eterno y fugaz como cualquiera.
En casa, tras la cena,
la tele facilita el asalto final.
No es complicado. Entonces
se abren, se convierten en polvo
delante de mí.
Todas las mañanas empieza la batalla.
No hay bandera. No hay botín.
Apenas odio
costumbre
miedo
a ser un prisionero de guerra en las celdas del Tiempo.

TODOS LOS DÍAS

Cuando alguien responde tú no tienes
ni idea de nada es que has dado en el clavo
y como cada vez que alguien da en el clavo
has hecho daño. Es el momento perfecto
para decir tampoco tú me conoces, como
si tú también hubieses sido herido
en esa batalla gratuita que nadie sabe
quién empezó pero en la que conviene
no salir derrotado, ni rendirse.

EL PEZ

Si prestas atención
pasan mantarrayas por encima de ti,
camino del abismo.
Son figuras que no verás más,
te hacen digno un momento de esta noche
y luego desaparecen.

NIGHTSWIMMING

Formas del olvido mueven
los pies de los nadadores nocturnos.
Su lenguaje es el de las viejas constelaciones,
los cuatro versos de la rosa de los vientos.
Rasgan la superficie de los ríos
mientras el tiempo actúa a su favor
y sutiles sonidos alejan el silencio.
El primer requisito es hacerse innecesario,
pesar poco.

LA CAÍDA

Me levanto llevándome
las manos a la cabeza.
No me acuerdo de nada
pero no noto que me falten cosas.
Soy un tipo valiente
así de golpe. Soy feliz
y ni siquiera me sorprende.

LA MÁQUINA

Nos perseguimos
para matarnos.
Esperamos el momento oportuno
para el golpe por sorpresa
la emboscada definitiva.
En la práctica esta guerra
se reduce a una larga
continua vigilancia. Lo peor son las noches
afilando cuchillos.

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PERDÓN, YO NO SOY GAY [Mi poema]
Elisa Díaz Castelo [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo no soy gay, que yo lo sé, ¡qué pasa!
¿acaso es algo malo no ser gay?
tampoco yo he nacido para rey
y sigo aquí sin reino con mi guasa
pues soy hombre de ley.

Que no soy gay, lo siento, no me obliguen
les pido por favor, no me interesa,
ya pueden ir en busca de otra presa,
olvídense de mí, si me persiguen
tengo una mente obsesa.

Ignoro por qué el mundo homosexual,
el que antes se escondía en el armario,
se muestra tan conmigo hoy solidario
y quieren que yo sea igual, tal cual,
viviendo su escenario.

Que no soy gay y no estoy orgulloso
y es que ello se lo debo al que es mi sino
pusiera haberlo sido, que el destino
a veces él se muestra glamuroso
y a ratos es mezquino.

Que en esto estoy contento con mi suerte
y en otras componendas no me meto
las miro de soslayo y las respeto
y así he de ser desde hoy hasta la muerte
a fuer de ser cateto.
©donaciano bueno

De esconderse en el #armario a ir presumiendo por las #esquinas Share on X

Traigo aquí a colación un artículo que el, políticamente incorrecto, escritor Fernando Sánchez Dragó publicó en su blog de Libertad digital  con motivo del día del orgullo gay,  en Madrid, bajo el título «Orgullo Gay. Dos millones menos uno», en el que hace hace un análisis pormenorizado del evento y dice textualmente «Odio las muchedumbres y las manifestaciones, odio la barahúnda, las avalanchas y los rebaños, odio todo lo que altere el silencio, la quietud, la soledad y el buen gusto»

MI POETA SUGERIDO:  Elisa Díaz Castelo

Credo

Creo en los aviones, en las hormigas rojas,
en la azotea de los vecinos y en su ropa interior
que los domingos se mece, empapada,
de un hilo. Creo en los tinacos corpulentos,
negros, en el sol que los cala y en el agua
que no veo pero imagino, quieta, oscura,
calentándose.
Creo en lo que miro
en la ventana, en el vidrio
aunque sea transparente.
Creo que respiro porque en él pulsa
un puño de vapor. Creo
en la termodinámica, en los hombres
que se quedan a dormir y amanecen
tibios como piedras que han tomado el sol
toda la noche. Creo en los condones.
Creo en la geografía móvil de las sábanas
y en la piel que ocultan. Creo en los huesos
sólo porque a Santi se le rompió el húmero
y lo miré en su arrebato blanco, astillado
por el aire y la vista como un pez
fuera del agua. Creo en el dolor
ajeno. Creo en lo que no puedo
compartir. Creo en lo que no puedo
imaginar ni entiendo. En la distancia
entre la tierra y el sol o la edad del universo.
Creo en lo que no puedo ver:
creo en los ex novios,
en los microbios y en las microondas.
Creo firmemente
en los elementos de la tabla periódica,
con sus nombres de santos,
Cadmio, Estroncio, Galio,
en su peso y en el número exacto de sus electrones.
Creo en las estrellas porque insisten en constelarse
aunque quizá estén muertas.
Creo en el azar todopoderoso, en las cosas
que pasan por ninguna razón, a santo y seña.
Creo en la aspiradora descompuesta,
en las grietas de la pared, en la entropía
que lenta nos acaba. Creo
en la vida aprisionada de la célula,
en sus membranas, núcleos, y organelos.
Creo porque las he visto en diagramas,
planeta deforme partido en dos
con sus pequeñas vísceras expuestas.
Creo en las arrugas y en los antioxidantes.
Creo en la muerte a regañadientes,
sólo porque no vuelven los perdidos,
sólo porque se me han adelantado.
Creo en lo invisible, en lo diminuto,
en lo lejano. Creo en lo que me han dicho
aunque no sepa conocerlo. Creo
en las cuatro dimensiones, ¿o eran cinco?
Creí fervientemente en el átomo indivisible;
ahora creo que puede
romperse y creo en electrones y protones,
en neutrones imparciales y hasta en quarks.
Creo, porque hay pruebas
(que nunca llegaré a entender),
en cosas tan improbables e ilógicas
como la existencia de Dios.

Escoliosis

En la búsqueda de la forma,
se me distrajo el cuerpo. Es eso,
nada más, asimetría.
La leve errata vertebral,
el calibraje óseo,
la rotación espinada. Es el hueso
mal conjugado.
Es una forma de decir
que a los doce años
ya se ha cansado el cuerpo,
que le pesa el aire
y su gravedad es otra.
Es la puntería errada de mis huesos,
la desviada flecha.
No es lo que debiera, mi esqueleto
quiso escapar un poco
de sí mismo. Se le dice escoliosis
a esa migración de vértebras,
a estos goznes mal nacidos,
hueso ambiguo.
A esa espina
dorsal
bien enterrada.

A los doce años se me desdijo el cuerpo.
Porque árbol que crece torcido, nunca.
Porque mis huesos desconocen
el alivio
de la línea,
su perfección geométrica.

Me creció adentro una curva,
una onda,
un giro
de retorcido nombre: escoliosis.
Como si a la mitad del crecimiento
dijera de pronto el cuerpo mejor no,
olvídalo, quiero crecer para abajo,
hacia la tierra. Como si en mi esqueleto
me dudara la vida, asimétrica,
desfasada de anclas o caderas,
mascarón desviado, recalante.

Mi columna esboza una pregunta blanca
que no sé responder. Y en esta parábola de hueso.
De esta pendiente equivocada. De lo que creció
chueco, de lado, para adentro.

Se me desfasan
el alma
y los rincones. Mi cuerpo:
perfectamente alineado desde entonces
con el deseo de morir y de seguir viviendo.

Si las vértebras, si la osamenta quiere, se desvive,
rota por no dejar el suelo, si se quiere volver
o se retorna, retoño dulce de la tierra rancia,
deseo aberrante de dejar de nacer
pronto, de pronto, con la malnacida duda
esbozada en bajo la piel, reptante. Tengo adentro
una serpiente blanca, un río, un manso
desnivel, un arrecife,
un reflejo de luna que tiembla, una banqueta
vencida por un árbol. Paralelamente. No es eso
no es
eso
no
eso no,
no es ahí, donde ahí acaba,
donde empieza el dolor empieza el cuerpo.

Si se duele, si tiembla, al acostarse
un dolor con sordina, un daltónico dolor vago,
si el agua tibia y la natación, si la faja
como hueso externo, cuerpo volteado,
si los factores de riesgo y el desuso,
si el deslave de huesos. Es minúsculo
el grado de equivocación, cuyo ángulo.
A los doce años se me desdijo el cuerpo,
lo que era tronco quiso ser raíz.
Es eso, el cuarto menguante,
la palabra espina, la otra que se curva
al fondo: escoliosis. Es el cuerpo
que me ha dicho que no.
Del libro Principia, Tierra Adentro, 2018.

Disertación sobre el origen de la vista (4-VII-2018)

La primera vez que me miraste de ese modo,
tratando de descifrar el acertijo de mi cuerpo,
mi sangre se espesó de pronto, fui piel
plenamente, a mediodía. Años más tarde
supe que nuestros ancestros submarinos
desarrollaron en la piel un par de leves hendiduras
más sensibles. Eran los ojos: dos agujeros negros
en los que caía el mundo. Lo que fue temperatura
se hizo luz, por primera vez vista, traducida del tacto.
– Pero yo ya lo sabía de algún modo.
Sin decírmelo me mostraste
que mirar es tocar, una variante
que no precisa
cercanía. Tenías razón
en mis manos, mis labios,
mis alargadas clavículas, lo visible
y manso de mi cuerpo. Me conocías
a flor de vista, a golpe de ojo y sin saberlo,
es cierto, me tocabas. Que eso te consuele.

Agujero negro

Ahí estaba
el cadáver del perro
en el centro del jardín.
Nos esperó su muerte
las dos noches, brillando de sed
bajo la luz inútil de la luna.
Imagino la escena desde la ventana,
la lenta transformación del cuerpo
en materia, en hueso, en aire
venenoso. Mis ojos
sobre su lenta huida de sí mismo,
implosión de estrella diminuta,
agujero negro en el corazón
del pasto, a dos metros exactos
del ave del paraíso,
atada a su tallo y moribunda,
impedida para el vuelo, imposible
soltar amarras y convertirse
en ave carroñera y saciar su hambre.

Ahí, en el centro del jardín, empezó el mundo:
me mostró el perro su destiempo, su hundirse
en sí mismo y el acto a voz en cuello
de la muerte. Desde entonces
gira mi vida rigurosa, mis días en ciernes
espirales, en torno al sitio exacto
de su cuerpo. Y éste se traga mi pasado,
devora días y obras,
el jardín y su casa que hace años no existen,
las comidas de domingo,
el piano desdentado y la abuela
sentada al tocador con sus perfumes,
cada frasco, cada olor ennegrecido,
la vajilla suspendida, girando
ante la gravedad enorme de ese centro,
en el que se desliza sin luz toda mi vida
y las horas y días que se han ido
y los años que me faltan
para siempre.
Del poemario “Principia”

Cuenta regresiva

Ya le falta al cuerpo poco trecho,
una numeración implícita de años, pocos,
y olvidamos de golpe cualquier cifra,
rompe su ímpetu el tenue infortunio,
nos echamos a perder y no volvemos
a lavarnos las manos.
Ya falta al fin muy poco, poco trecho.
Ya están las hierbas secándose en el aire,
los pájaros rompen su vuelo
y se comen sus alas.

Manual para sostener niños pequeños

para Aurelia

A mi amiga le da miedo cargarlos
y la entiendo: ese peso incierto entre las manos,
todo calvicie, boca y uñas diminutas.
Aparte están las tías que siempre dicen:
pero que no se le vaya la cabeza.
Luego, hay que pensar en tantas cosas,
dar soporte a la espalda, prevenir que lloren
y no olvidar la leche que hierve en la cocina.

No sé si estamos hechas para tanto ajetreo,
no nos damos a basto con nuestra poca vida
y casi siempre es suficiente el ruido
de la página en blanco, el guión
que en la pantalla pestañea su paciencia.
Nos basta el sonido que hacen las palabras
unas contra otras como cuentas de vidrio.
No reconocemos el llanto de los niños.
No podemos leer su partitura de corcheas.

Para ayudar a mi amiga a superar su fobia
le digo que piense, al acoplar su cuerpo,
en el doblez del brazo, firme y relajado,
de quien escribe inclinado a la mesa.

Aún así, tiene miedo mi amiga
de esos escuincles que se retuercen
y empeñan en caerse, que son todo
jabón que se escapa entre manos,
nombres resbalosos, cosas
que se rompen de un grito
contra el suelo.

Es conveniente
afianzarlos al pecho
para que nuestro latido parco los arrulle
y, si estamos de pie, hay que mecerlos
como quien, indeciso,
no sabe hacia dónde dar el primer paso.

Y las flores en carne viva de sus bocas
abiertas, imperiosas, es mejor no verlas.

Son movimiento hirsuto, retruécanos.
En sus encías de tiburón germinan
dos mudas de dientes, sus huesos

son maleables como plata fundida.
No hacen más que morirse
a cuentagotas, devorar los minutos
con su llanto asombrado.
Son todo comisuras, cromosomas,
y ya los lleva lejos el latido
limpio y ágil de su corazón,
diminuto reloj empedernido.

Pero habrá sin embargo
que cargarlos, sostener
esos sus cuerpos tibios
de pan recién horneado.
Y renegar de su ciega autonomía,
sus ganas de escaparnos desde ahora.

Son tan ligeros y sin embargo pesan.
Quizá es eso de cargar la vida ajena,
tener en brazos su cuerpo de ventaja,
sin otro remedio que desistir un poco
de uno mismo, ser de la estatua
la base, la columna,
ser de otra vida un personaje secundario,
una vigilia remota y no tener palabras
para nadie ni conocer
la forma del consuelo.

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INHUMANOS [Mi poema]
Catalina González Restrepo [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Las horas y los días pasan, pasan,
y tú que eres consciente sufres, sufres,
llegan unos y anuncian que se casan,
al poco tienen hijos y te abrasan
y al fin ya eres abuelo y das de bruces.

Y pasas media vida así estudiando
y luego a trabajar para encontrar
trabajo con que puedas sufragar
las deudas que tú mismo irás creando
y que has acumulado al jubilar.

Algunos hay que pasan presumiendo,
otros no se hacen más que lamentar,
todos van al andar retrocediendo
y el futuro feliz no consiguiendo
para al mismo lugar luego acabar.

Buscando siempre a dios y a la verdad
a sabiendas que nunca lo encontramos
y no querer saber la realidad,
dechados somos seres de maldad,
presos de nuestros egos. Inhumanos.
©donaciano bueno

Cuantos días forman una vida? Depende... Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Catalina González Restrepo

EN VEZ DE LA PÁGINA

Yo,
acostumbrada a hurgar en las bibliotecas,
lastimada por el olor a moho,
alérgica al polvo,
prefiero hundirme en tus piernas cálidas,
ávida de beber esa humedad que calma la sed
sólo por un instante.
Yo,
decidida a abandonarme,
acepto tus arbustos,
en vez de la página fría y estéril
que al fin y al cabo viene de ti.

VAIVÉN

De tanto vestirnos y desnudarnos
estamos envejeciendo.

Nuestras imágenes en múltiples espejos
se van quebrando lentamente.

¿Qué traje elegimos hoy
el de la vida o el de la muerte?

SILENCIO EN LA MESA

Mientras masticamos la carne del abandono
alguien ha corrido una silla
para sentarse y beber con nosotros.

Vivimos en sonidos que no podemos decir,
improvisamos un concierto que jamás vendrá:
el piano suena muy alto y mis voces callan.

Morir es mejor que oír,
los músicos son niños con hambre.

DIOSES PEQUEÑOS

Dormimos como hermanos,
reptiles a punto de despertar,
en una cama que no es de nadie.

Estamos enfermos,
amar es un vicio
que nos ha dejado ciegos.

Todo lo sentimos ajeno,
sólo tenemos el miedo
y esta maleta que empacamos
y desempacamos al ritmo del deseo.
(de Afán de fuga, 2002)

CRISTAL

La imagen se repite
como una pesadilla infantil.

El cuerpo de la juventud
reflejado en habitaciones
donde los espejos cubren las paredes
y el miedo se confunde con la inocencia.

Aprendimos el juego del deseo
hasta la vergüenza,
hasta quedarnos sin cuerpo
ni espejo.

HORA

El día te fue dado
para interpretar
cada signo,
los anuncios del clima
y los de tu cuerpo:
para elegir cómo cubrirlo,
con qué alimentarlo
y cuándo embriagarlo;
adónde lo conducirá
cada paso tuyo
y adónde lo llevará la vida,
sin saber en qué instante
se esfumará
o qué enfermedad lo acosará;
para decidir
cuándo pones perfume
en tus manos,
en qué momento
saldar tus deudas
o darte en el amor.

La noche te fue dada,
engaño sublime,
para hacerte creer
que duermes y descansas.

EL POETA DE LA BAILARINA ANÓNIMA

Una bailarina ronda tus páginas,
mis pies ni siquiera aparecen.

Ella se ha ido,
pero se detiene en tu retina.

Podría ponerme zapatillas,
danzar,
y sólo la verías a ella.

Seguirás disfrutando banquetes en soledad
que quemarán los paladares,
ella será alimentada por tu memoria
mientras muero de hambre.

VIAJE

Hemos sometido nuestros cuerpos
a los rigores del instante
y este mundo se ha agotado
para nosotros.

El frío nos ha llevado al hastío,
el verano amenaza con devorarnos.

Sería mejor cambiar todo el equipaje
pero la memoria es caprichosa,
en las aduanas hemos perdido
algo irremediable.

ALIMENTO

Revisamos nuestros buzones
esperando siempre la última carta,
vivimos para recibir.

Somos como pájaros que guardan las alas
mientras sus corazones laten
en pechos calientes.

—Yo cargo tus palabras en la cartera
como una limosna extra—.

No podemos dormir,
soñamos con anillos en cada dedo,
que mides mi torso con tus manos
y descubres la piel
antes de que se marchen los invitados.

PROMESA

La señora, vestida de negro, exhibe su viudez
mientras nosotros compartimos el postre.

Nos habla de esa llama
que se enciende y apaga,
nos mira a los ojos,
dice que se la jugó toda y no perdió,
la muerte nos hace vulnerables a la verdad.

Desordena su pasado
y se alegra de tu mano sobre la mía.

Quizás adivina que hace rato sueño con llegar a casa
y que lentamente dejas caer mi falda,
la misma de esa vez,
cuando cenamos con tus amigos
y aún no éramos nada.
(de La última batalla, 2010)

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