A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

DE POLÍTICOS Y OTRAS HIERBAS [Mi poema]
José Cadalso [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Qué triste este mundo incierto
tan lleno de brabucones
que se suben a balcones
predicando a cielo abierto.
Que resoplan y que gritan
desplegando sus pendones,
imponiendo sus razones
pues que ellos nunca recitan
versos que a los corazones
conmueven y a amar invitan.

Políticos trapaceros
que hoy, a la vieja usanza,
visten votos con organza
cual si fueran pintureros.
Y ofreciéndote dineros
sugieren que a ellos les votes
-hay muchos bastante zotes-
que ignoran son temporeros.
Y si no cogen rebotes
y amenazan con sus cleros.

Tipos son zarrapastrosos,
muchos hay que son mangantes,
otros muestran ser farsantes
a cuestas con sus acosos.
Casi todos comediantes,
saben venderte una burra
cual si fuera oveja churra
o una rata con tirantes.
Y a tu nobleza baturra
la engatusan. Son liantes.

Míralos. Son funcionarios
que no han dado un palo al agua.
Sin sudar, que a ellos la fragua
no les gusta. Son sectarios.
Presos de sus egoísmos
y en sus luchas fratricidas
sólo adoran al Rey Midas
que es quien manda en ellos mismos.
Van con idas y venidas.
Se les nota en sus cinismos.
©donaciano bueno

Los #políticos no son de fiar, o sí? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  José Cadalso

A la muerte de Filis

En lúgubres cipreses
he visto convertidos
los pámpanos de Baco
y de Venus los mirtos;
cual ronca voz del cuervo
hiere mi triste oído
el siempre dulce tono
del tiempo jilguerillo;
ni murmura el arroyo
con delicioso trino;
resuena cual peñasco
con olas combatido.
En vez de los corderos
de los montes vecinos
rebaños de leones
bajar con furia he visto;
del sol y de la luna
los carros fugitivos
esparcen negras sombras
mientras dura su giro;
las pastoriles flautas,
que tañen mis amigos,
resuenan como truenos
del que reina en Olimpo.
Pues Baco, Venus, aves,
arroyos, pastorcillos,
sol, luna, todos juntos
mirad me compasivos,
ya la ninfa que amaba
al infeliz Narciso,
mandad que diga al orbe
la pena de Dalmiro.

A la peligrosa enfermedad de Filis

el campo está sin flores,
los pájaros no cantan,
los arroyos no corren,
no saltan los corderos,
no bailan los pastores,
los troncos no dan frutos,
los ecos no responden…
es que enfermó mi Filis
y está suspenso el orbe.

Al pintor que me ha de retratar…

Discípulo de Apeles,
si tu pincel hermoso
empleas por capricho
en este feo rostro,
no me pongas ceñudo,
con iracundos ojos,
en la diestra el estoque
de Toledo famoso,
y en la siniestra el freno
de algún bélico monstruo,
ardiente como el rayo,
ligero como el soplo;
ni en el pecho la insignia
que en los siglos gloriosos
alentaba a los nuestros,
aterraba a los moros;
ni cubras este cuerpo
con militar adorno,
metal de nuestras Indias,
color azul y rojo;
ni tampoco me pongas,
con vanidad de docto,
entre libros y planos,
entre mapas y globos.

Reserva esta pintura
para los nobles locos,
que honores solicitan
en los siglos remotos;
a mí, que sólo aspiro
a vivir con reposo
de nuestra frágil vida
estos instantes cortos
la quietud de mi pecho
representa en mi rostro,
la alegría en la frente,
en mis labios el gozo.

Cíñeme la cabeza
con tomillo oloroso,
con amoroso mirto,
con pámpano beodo;
el cabello esparcido,
cubriéndome los hombros,
y descubierto al aire
el pecho bondadoso;
en esta diestra un vaso
muy grande, y lleno todo
de jerezano néctar
o de manchego mosto;
en la siniestra un tirso,
que es bacanal adorno
y en postura de baile
el cuerpo chico y gordo,
o bien junto a mi Filis,
con semblante amoroso,
y en cadenas floridas
prisionero dichoso.

Retrátame, te pido,
de este sencillo modo,
y no de otra manera,
si tu pincel hermoso
empleas, por capricho,
en este feo rostro.

Anacreóntica

¿Quién es aquél que baja
por aquella colina,
la botella en la mano,
en el rostro la risa,
de pámpanos y hiedra
la cabeza ceñida,
cercado de zagales,
rodeado de ninfas,
que al son de los panderos
dan voces de alegría,
celebran sus hazañas,
aplauden su venida?
Sin duda será Baco,
el padre de las viñas.
Pues no, que es el poeta
autor de esta letrilla.

Epístola dedicada a Ortelio

Desde el centro de aquestas soledades,
gratas al que conoce las verdades,
gratas al que conoce los engaños
del mundo, y aprovecha desengaños,
te envío, amado Ortelio, fino amigo,
mil pruebas del descanso que consigo.

Ovidio en tristes metros se quejaba
de que la suerte no le toleraba
que al Tíber con sus obras se acercase,
sino que al Ponto cruel le destinase;
mas lo que de poeta me ha faltado
para llegar de Ovidio a lo elevado,
me sobra de filósofo, y pretendo
tomar las cosas como van viniendo.

Oh, ¡cómo extrañarás, cuando esto veas,
y sólo bagatelas aquí leas,
que yo criado en facultades serias,
me aplique a tan ridículas materias!
Ya arqueas, ya levantas esas cejas,
ya el manuscrito de la mano dejas,
¿por qué dejas los puntos importantes?
y dices: «Por juguetes semejantes,
¡No sé por qué capricho tú te olvidas
materias tan sublimes y escogidas!

¿Por qué no te dedicas, como es justo,
a materias de más valor que gusto?
Del público derecho, que estudiastes
cuando tan sabias cortes visitastes;
de la ciencia de Estado y los arcanos
del interés de varios soberanos;
en la ciencia moral, que al hombre enseña
lo que en su obsequio la virtud empeña;
de las guerreras artes que aprendistes
cuando a campaña voluntario fuistes;
de la ciencia de Euclides demostrable,
de la física nueva deleitable,
¿no fuera más del caso que pensaras
en escribir aquello que notaras?

¿Pero coplillas, y de amor? ¡Ay triste!
Perdiste el poco seso que tuviste».
¿Has dicho, Ortelio, ya cuanto, enfadado,
quisiste a este pobre desterrado?
Pues mira, ya con fresca y quieta flema
te digo que prosigo con mi tema.

De todas esas ciencias que refieres
(y añade algunas otras si quisieres),
yo no he sacado más que lo siguiente:
escúchame, por Dios, atentamente;
mas no, que más parece lo que digo
relación, que no carta de un amigo.
de todas las antiguas más hermosa,
el primero dirá con claridades
por qué dejé las altas facultades,
y sólo al pasatiempo me dedico;
que los leas despacio te suplico,
y si conoces que razón me sobra,
calla, y no juzgues que es tan necia mi obra.

Pero si acaso omites este asunto,
y la crítica pasas a otro punto,
cual es el que contiene la obra mía
faltas contra la buena poesía,
Conozco tu razón, mas oye atento;
con Ovidio respondo a tu argumento:
Siqua meis fuerint, ut erunt, vitiosa libellis,
Excusata suo tempore, lector, habe.
Exul eram; requiesque mihi non fama petita est;
Mens intenta suis ne foret usque malis.

Significa (y perdona la osadía
de interpretar de Ovidio la armonía,
porque en la traducción es consiguiente
que pierda la dulzura competente,
como sucede a todos los autores
en manos de mejores traductores):
El tiempo en que esta obra yo compuse,
las faltas que hallarás, lector, excuse.
Quietud busqué, no fama, desterrado,
por distraer a mi alma del cuidado.

Adiós.

Letrilla satírica

Que dé la viuda un gemido
por la muerte del marido,
ya lo veo;

pero que ella no se ría
si otro se ofrece en el día,
no lo creo.

Que Cloris me diga a mí:
«Sólo he de quererte a ti»,
ya lo veo;

pero que siquiera a ciento
no haga el mismo cumplimiento,
no lo creo.

Que los maridos celosos,
sean más guardias que esposos,
ya lo veo;

pero que estén las malvadas,
por más guardias, más guardadas,
no lo creo.

Que al ver de la boda el traje,
la doncella el rostro baje,
ya lo veo;

pero que al mismo momento
no levante el pensamiento,
no lo creo.

Que Celia tome el marido
por sus padres escogido,
ya lo veo;

pero que en el mismo instante
ella no escoja el amante,
no lo creo.

Que se ponga con primor
Flora en el pecho una flor,
ya lo veo;

pero que astucia no sea
para que otra flor se vea,
no lo creo.

Que en el templo de Cupido
el incienso es permitido,
ya lo veo;

pero que el incienso baste,
sin que algún oro se gaste,
no lo creo.

Que el marido a su mujer
permita todo placer,
ya lo veo;

pero que tan ciego sea,
que lo que vemos no vea,
no lo creo.

Que al marido de su madre
todo niño llame padre,
ya lo veo;

pero que él, por más cariño,
pueda llamar hijo al niño,
no lo creo.

Que Quevedo criticó
con más sátira que yo,
ya lo veo;

pero que mi musa calle
porque más materia no halle,
no lo creo.

Mientras vivió la dulce prenda mía…

Mientras vivió la dulce prenda mía,
Amor, sonoros versos me inspiraste;
obedecí la ley que me dictaste
y sus fuerzas me dio la poesía.

Mas, ¡ay!, que desde aquel aciago día
que me privó del bien que tú admiraste,
al punto sin imperio en mí te hallaste
y hallé falta de ardor a mi Talía.

Pues no borra su ley la Parca dura
-a quien el mismo Jove no resiste-
olvido el Pindo y dejo la hermosura.

Y tú también de tu ambición desiste
y junto a Filis tengan sepultura
tu flecha inútil y mi lira triste.

No basta que en su cueva se encadene…

No basta que en su cueva se encadene
el uno y otro proceloso viento,
ni que Neptuno mande a su elemento
con el tridente azul que se serene,

ni que Amaltea el fértil campo llene
de fruta y flor, ni que con nuevo aliento
al eco den las aves dulce acento,
ni que el arroyo desatado suene.

En vano anuncias, verde primavera,
tu vuelta de los hombres deseada,
triunfante del invierno triste y frío.

Muerta Filis, el orbe nada espera,
sino niebla espantosa, noche helada,
sombras y sustos como el pecho mío.

Si el cielo está sin luces...

Si el cielo está sin luces,
el campo está sin flores,
los pájaros no cantan,
los arroyos no corren,
no saltan los corderos,
no bailan los pastores,
los troncos no dan frutos,
los ecos no responden…
es que enfermó mi Filis
y está suspenso el orbe.

Todo lo muda el tiempo, Filis mía…

Todo lo muda el tiempo, Filis mía,
todo cede al rigor de sus guadañas;
ya transforma los valles en montañas,
y apone un campo donde un mar había.

Él muda en noche opaca el claro día,
en fábulas pueriles las hazañas,
alcázares soberbios las cabañas,
y el juvenil ardor en vejez fría.

Doma el tiempo al caballo desbocado,
detiene al mar y viento enfurecido,
postra al lén y rinde al bravo toro.

Solo una cosa al tiempo denodado
ni cederá, ni cede, ni ha cedido,
y es el constante amor con que te adoro.

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TOCAR PELO [Mi poema]
Amos de Escalante [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

De joven me decían, lánzate,
si quieres «tocar pelo» has de luchar
que aquí lo que se trata es de libar,
sin miedo a fracasar, convéncete,

te expones a probar ningún bocado,
que el mundo es de valientes. La aventura
tendrá su recompensa. Y asegura
que nadie a ti te tilde de apocado.

Mas hoy viene otra moda y ya no sé
si acaso en vez de dar me he de dejar,
debiera o no debiera disfrutar
poniéndole a mi miembro un buen corsé.

Presiento que me quieren confundir
que en esto del amor yo soy un lego,
preciso de un bastón, como hace un ciego
que deba en estos lances dirigir.

Pregunte, no sabría qué decir,
no quiero presumir lo tengo claro,
si debo de decir que estoy en paro
o que hago a lo que salga a presumir.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Amos de Escalante

La casona

La ponderosa torre fulminada
se yergue al cabo del sendero rudo,
y el firme estribo y hazañoso escudo
dentro de la sonora portalada;

brocal roto, capilla destejada,
altar sin santo, campanario mudo,
y el tronco de un ciprés negro y desnudo,
guardián de aquella ruina desolada.

¿Dónde están, oh solar, los que surgieron
del oscuro linaje y te fundaron
y ser y nombre y majestad te dieron?

Luz de breve crepúsculo pasaron,
como niebla montés se deshicieron,
como ruido en el aire se apagaron.

Nuestro soldado

Roto, descalzo, dócil a la suerte,
cuerpo cenceño y ágil, tez morena,
a la espalda el morral, camina y llena
el certero fusil su mano fuerte.

Sin pan, sin techo, en su mirar se advierte
vívida luz que el ánimo serena,
la limpia claridad de un alma buena
y el augusto reflejo de la muerte.

No hay su duro pie risco vedado;
sueño no ha menester, treguas no quiere;
donde le llevan va; jamás cansado

ni el bien le asombra ni el desdén le hiere:
sumiso, valeroso, resignado
obedece, pela, triunfa y muere.

A Elena

Cuando en silencio duerme el bosque umbrío
y el astro virgen de la noche oscura
vierte su lumbre misteriosa y pura
sobre las ondas trémulas del río;

húmeda el ala tenue del rocío,
recorriendo la brisa la espesura,
vuelve a la flor la vida y la frescura
que el sol robóla del ardiente estío.

Tal vez un alma en juvenil aurora,
pálida flor que marchitó el verano,
triste las muertas esperanzas llora;

mas si acaricia a su dolor temprano
aura de amor, alegre se colora
y reverdece el corazón humano.

Soneto

Medir mi pobre espíritu no sabe
la vasta inmensidad del cristal frío,
ni en el menguado pensamiento mío
¡oh mar! la suma de tus leyes cabe.

Ciencia no alcanzo que en mi mente grabe
de pueblos, nautas en tu azul bravío,
el nombre, historia, lengua y poderío,
su henchida vela y carenada trabe.

Ansia de contemplarte no vencida,
en lid sañuda o reposo inerte,
tráeme a tu ribera entristecida;

y halagan mi ilusión sin comprenderte
tus hondas voces, aye de la vida,
tu augusta paz, silencio de la muerte.

Soneto

Con ruda saña el padecer se encona
en el doliente pecho que fallece,
y mi lozana juventud parece,
marchita y deshojada su corona.

En vano altivo el corazón blasona
de ilusorio valor, su angustia crece
y el porvenir incierto se oscurece
y la esperanza amiga me abandona.

Si el alma mía decretaba el cielo
que en prematura ancianidad perdiera
su ardiente fuego y generoso brío,

que como planta de infecundo suelo
su triste amor sin florecer muriera,
¡por qué me hiciste amar, por qué, Dios mío!

Al Cristo de mi cabecera

Tú velas en la Cruz, donde clavado
te deja y vergonzoso y dolorido,
más que el odio de un pueblo fementido,
la pesadumbre inmensa del pecado.

Tú velas en la Cruz, y descuidado
duerme a tus pies mi espíritu rendido
en brazos del silencio y del olvido,
de un sueño en otro sueño transportado.

No sabe si hallará cuando despierte
los dolores y halagos de la vida
o el juicio y resistencia de la muerte.

Si tú, Señor, le compadeces, cuida
de hacerle amar tu hora, la de verte,
si esperada quizás, siempre temida.

En Monte Carceña

En tus quebrados senos, oh Cercena,
retoña el roble que robusta quilla
dio a las cántabras naves, y en Sevilla
plantó, hace siglos, la cristiana enseña.

¡Oh, si de nuevo en tu cerrada breña
hallaren presa el hacha y la cuchilla,
aún lograran los mares de Castilla
lucir hazañas que la mente sueña!

Sóbrale jugo a la silvestre rama;
fáltales sangre a los mortales pechos
que a esfuerzos nuevos y a grandezas guíe;

sangre que el hielo trueque en viva llama,
ociosas quejas en fecundos hechos,
y a la loca fortuna desafíe.

Un dolmen

Rústico altar que a un Dios desconocido
el religioso cántabro erigía;
sepulcro que los huesos escondía
del muerto capitán y no vencido.

Silla de excelso juez, cadalso erguido
donde la sangre criminal corría,
donde el bígaro ronco repetía,
llamando a guerra, su montés bramido,

rayendo el musgo que tus lomos viste,
en vano el arte codicioso indaga
señales que declaren lo que fuiste;

en ti la antorcha del saber se apaga,
yerto gigante de la cumbre triste,
envuelto en ondas de la niebla vaga.

El olivo

«Vense mis hojas tristes, y apagado
su brillante matiz, desde que yerto
y angustiado Jesús dejó en el huerto
mi tronco en sangre y en sudor bañado.

Mas del santo rocío penetrado
a eterna vida en nuevo ser despierto
y cuando el campo palidece muerto
soy de verdor perenne coronado.

Fecundizada en el temprano brote
por lágrimas de un Dios la savia mía
unge al monarca y unge al sacerdote,

y dejóme del huerto la agonía
paz en mis ramos que la guerra acote,
luz en mis frutos que dilate el día.»

En San Pedro del Mar

Súbito estalla el fiero galernazo,
las antes quietas aguas se embravecen,
y el mar y el viento y las tinieblas crecen,
y mengua el día, el corazón y el brazo.

Rota su lancha, del postrer pedazo
los náufragos en vano se guarecen,
cuando ya salvos de morir perecen,
sórbelos uno y otro maretazo.

Quédales Dios no más: su fe le implora;
y haciendo sacro altar de Peña Calva,
un sacerdote, al funeral testigo

las manos tiende al mar, y dice y llora:
del Dios el nombre, que persona y salva,
¡Mártires del trabajo, yo os bendigo!

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EN NOMBRE DE LOS POBRES [Mi poema]
Ricardo León Román [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

En nombre de los pobres yo me acuso,
en nombre de los pobres me rebelo,
en nombre de los pobres grito al cielo
y exijo pues le veo muy confuso.

En nombre de los pobres yo protesto
lanzando voy al aire mi alegato,
no quiero que se muera ningún gato
ninguna flor fenezca en un mal tiesto.

En nombre de los pobres indigentes
e incluso de los malos desgraciados,
de aquellos sin hogar, los desahuciados,
o aquellos que se mueren de repente.

En nombre de los pobres yo renuncio
a ver y a que mis ojos puedan ver
a aquellos que no tienen qué comer
y en prueba de bondad aquí denuncio.

Denuncio, sé muy bien de lo que hablo,
cual Góngora yo soy inteligente,
-pues rían mientras ande yo caliente-
me apodan soy Iglesias, un tal Pablo.

El nombre de los pobres reivindico,
que en nombre de los mismos me he hecho rico.
©donaciano bueno

#Que hay #mentiras... y mentiras sangrantes, o no? Share on X

Este caballero, Pablo Iglesias, ha logrado en un escaso periodo de tiempo, recién salido de la Universidad, sin haber dado un palo al agua, pasar de un piso de protección oficial en una zona deprimida de la ciudad de Madrid, Vallecas, a comprarse una finquita en una de las mejores zonas, la Navata, y de ganar un sueldo mínimo a dos máximos como corresponde un Vicepresidente de Gobierno y, no podía ser menos, el de su señora, también Ministra por la gracia de dios.  Todo en nombre de los pobres. A esto se le llama progresar. Hoy los famosos círculos de participación se han convertido en un punto.

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo León Román

HORAS DE AMOR

¿Te acuerdas? Quise, con impulso leve,
sobre tu pecho colocar mi oído
y escuchar el dulcísimo latido
con que tu blando corazón se mueve.

Prendí en mis brazos tu cintura breve
y hundí mi rostro en el caliente
nido de tu seno, que es mármol encendido,
carne de flores y abrasada nieve.

¡Con qué prisa y qué fuerza palpitaba
tu enamorado corazón! Pugnaba
tu talle, en tanto, más, con ansia loca,

bajo la nieve el corazón latía,
y, en su gallarda rebelión, quería
saltar del pecho por besar mi boca…
De Las horas del amor y de la muerte

DE PROFUNDIS

De lo profundo de mi pecho clamo
plañendo en las tinieblas mis gemidos.
Oye, Señor, no cierres tus oídos,
que con angustia y con pavor te llamo.

Ve el dolor, la vergüenza en que me inflamo,
no mis maldades; oye mis quejidos
como avecicas nuevas que en sus nidos
hoy ya saben piar a tu reclamo.

Si sólo a nuestras culpas atendieres,
¿quién podría aguardar que le asistieres?
Mas la efusión de tu piedad nos salva.

Todo está en el corazón

No a conocer la vida, sino a amarla,
viniste al mundo; del amor naciste;
si es bella y es mujer, ¿quién a gozarla,
varón, mozo y poeta, se resiste?
Goza, como los niños y las aves,
del blando seno y el caliente nido;
no te apures jamás porque no sabes
de dónde vienes y por qué has venido.
Amor lo es todo, conocer no es nada:
¿quién la razón de la Razón conoce?
Deléitate en los brazos de tu amada
sin descender al fondo de tu goce.
Huye del triste, apártate del sabio,
de aquel que estruja la razón y el seso;
no se hizo la miel para su labio
ni su labio se hizo para el beso.
Nunca la duda el corazón te enfríe;
marchita su ilusión quien la razona:
no escudriñes el bien; goza y sonríe;
no te asombres del mal: ama y perdona.
No esquives los suavísimos regazos
del amor y la fe: ponte de hinojos,
que aquí está la verdad; tiende tus brazos,
abre tu corazón, cierra los ojos.
Huye de ese mortal desasosiego
que interroga a las sombras del Destino,
la vida es ciega y el amor es ciego,
pero nunca equivocan el camino.
Amalo todo, bebe de las rosas,
como la abeja, el zumo y la dulzura,
entrégate a la gracia de las cosas:
la vida, como el arte, es la ternura.
No deslustres su cándido atavío,
ni levantes la punta de su velo;
¿qué logras con pensar que está vacío,
que no es cielo ni azul tu hermoso cielo?
Renueva el corazón a cada hora
y aprende a renacer cada mañana,
como el paisaje al despuntar la aurora,
como el sol que amanece en tu ventana.
Sé artista, sé poeta, sé el espejo
del ancho mundo; aunque después te roben
los años su esplendor, no serás viejo:
la poesía es el arte de ser joven.
No te atraigan las sombras del abismo.
¿Qué importa adónde vas, de dónde vienes?
No busques nada fuera de ti mismo:
todo en tu propio corazón lo tienes.
De La lira de bronce (1901)

LÁGRIMAS

Y Esta es mi vida , Ternuras
y compasiones y lástimas
risas que suenan a sollozos,
besos que saben a Lágrima…….

Alegrías que transcienden
a tristezas mal curadas
y desventuras que lloran
aunque parecen que cantan

Pena de todos los seres
que por el mundo se arrastran
compasión del que me odia
compasión del que me ama

Dulces las melancolías
las ilusiones amargas
triste el amor, triste el vino
y acre el pan y turbia el agua

Como las penas Presente
lloro las penas pasadas
y estoy padeciendo hoy
como el ayer y el mañana.

No sé olvidar en la memoria
tengo en mis cruces clavadas
yo llevo a todos mis muertos
insepultos en el alma.

Y esto fue toda mi vida

Lagrimás……………..

A MI MAESTRO Y AMIGO EL SR. D. FRANCISCO J. BELDA
Y PÉREZ DE NUEROS

Lo pide el arte y el amor lo quiere,
que en la portada vuestro nombre escriba
para que el mió junto al vuestro viva
lo que este libro fraternal viviere.

Por dilatada que la gloria fuere,
jamás pudiera presumir de altiva
la de un libro mortal, agua furtiva
que en mansas ondas se reparte y muere,

¿Quémucho que aquí escriba el nombre vuestro,
si vos, en arte y en amor maestro,
lo escribisteis, murando á lo infinito,

y en columnas más fuertes y gloriosas?
¡Ha tiempo que con manos amorosas
dentro del alma me lo habéis escrito!

¡Tengo una sed, Dios mío!

Más se despierta cuando más se bebe;
para esta sed no hay río
que agua bastante lleve,
ni fríos pozos de cuajada nieve…

¡Tristeza vespertina
que con viejas canciones me arrebatas!
¡Ay de la mandolina
que en suaves caminatas
acompañó mis dulces serenatas!

¡Oh fruto sazonado
del árbol de la vida, hermoso y fuerte!
Apenas te he gustado:
sólo encontré al morderte
el sabor de ceniza de la muerte.

Amor á lo divino
con todas las angustias de lo humano;
secreto peregrino:
ante tu obscuro arcano
arde mi corazón, tiembla mi mano.

¿Por qué no envejeciste

tú también, corazón? ¿Por qué guardaste
la lumbre y te dormiste?
¿Por qué no despertaste
y las ascuas aún vivas no apagaste?

¿Por qué las ardorosas
fiebres de amor infundes en mis venas,
cuando las puras rosas
de mis noches serenas
se han tornado en heladas azucenas?

No de los claros ojos
que, con dulce mirar, al buen Cetina
dieron tantos enojos,
la lumbre peregrina
el alma y los sentidos me ilumina.

Ojos negros, gitanos,
profundos como abismos del infierno;
maliciosos, tiranos,
á mi precoz invierno
con fuego abrasan que parece eterno.

Dejé una noche abierta

—sin ver á estos ladrones que pasaron—
del corazón la puerta,
y, entonces, penetraron,
y hallando sola el alma, la robaron…

Al nacer la mañana,
por aliviar mi pena y mi fatiga,
me asomé á la ventana:
guiando una cuadriga
pasó el Amor cantando su cantiga…

Aun siento de sus labios
en los míos la ardiente quemadura;
que, inocentes y sabios,
con su viva dulzura
semilla me dejaron de locura.

Mas ya no tengo el brío
de la pasada mocedad; es tarde
para el amor. ¡Dios mío!
Ante su bravo alarde
tiembla de miedo el ánima cobarde.

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ADIÓS, TARARÍ QUE TE VI! [Mi poema]
Enrique Rojas Guzmán [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Hace tiempo que sueña que no existe,
que un buen día amanece y se evapora,
se diluye, evanece y decolora,
desnudo, en una nube se desviste,
consciente existe el cielo al que él añora.

Presiente sube y baja, baja y sube
lo mismo que hace el aire, como el viento
dejando en su camino un sedimento
cual fuera la figura de un querube
que mira y que sonríe, su aspaviento.

Subido al caballito de la noria
que existe en su gran parque de atracciones,
después de recibir las bendiciones,
luchando va corriendo hacia la gloria
movido por sus nuevas ilusiones.

Frustrado por el mundo que aquí deja
y el ansia que antes tuvo de volar,
contento ya se encuentra de acabar
dejando al fin desecha esa madeja
que aquí no fue capaz desenredar.
©donaciano bueno

Merece la pena #sufrir por #dejar_este_mundo? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Enrique Rojas Guzmán

“El miedo se desliza con su mentira absoluta”

El miedo se desliza con su mentira absoluta
y viene a confundirme
a rodearme de impaciencia

Te observo por encima de la tarde
a hurtadillas
profanando la soledad
que me impregna y me acobarda

Rozas mis palabras
acariciando sutil mis sombras y mi garganta
el borde de mi silencio que se clava abriendo la puerta de mi tristeza
disipando lo que queda
de ese secreto a voces que tú me enseñas.
Premio I Certamen de Poesía “Un viaje de versos” convocado por la editorial romana “Pagine”

POEMA I

Todo vuelve a ser aquello que fue,
aquella historia que devoraba el polvo
y estampó los antiguos amores que ya no nos conocen.
Aquel beso inédito
que pellizcaba mis sueños de un futuro eterno.
Vuelve a ser igual aquel precipicio
que debajo de mis pies se hizo minúsculo.
Donde yo desabrochaba tus labios
con el miedo y la impaciencia,
con aquella pasión que me impedía ser yo.
Todo vuelve a parecerse a aquella primera vez destilada
en la que ardimos abrigándonos a oscuras,
cuando nos obligó la noche.

POEMA II

De aquel poema recuerdo su momento, su historia,
su callada tristeza.
Recuerdo todavía el soliloquio de su música,
el canto desafinado del corazón que lo rodeaba.
Aquellos besos con sabor a salitre y arena,
con sabor a playa bañada de invierno.
Aquel viento que despeinaba tu cuerpo
meciéndose a la orilla
de una luna de plata.
Aquel llanto perdido,
llanto y risa de un futuro inesperado.
Aquellas tardes, de rutina y silencio
que negaron al poema la sangre y la vida.
De aquel poema ha resucitado el hombre
que ahora lo recuerda
y lo reinventa.

POEMA III

Aquel pasado me alcanza. Lo siento
como el sueño que nos mantiene vivos
en la noche arruinada por el insomnio,
honda y oscura, como tu mirada apenas;
como el vaivén de las tardes
amontonadas desde entonces.
Se derriba el presente, este ayer fatigado
que me amordaza los sentimientos
y se hace cómplice del tiempo sostenido.
La tarde se vuelve como tu presencia
y no me alcanza el aire que te sujeta,
apuntalado, recosido, encallado,
donde el miedo resiste los ataques de la vida.
Aquellos años gastados de hiel,
aquellos siglos de sacrificio y esfuerzos
iluminaron entonces nuestra esperanza.

POEMA IV

Recuerdo que me dejé llevar por tus labios inauditos,
recuerdo la tarde huyendo despavorida, herida de ti;
recuerdo el tiempo que ardía entre mis manos y las tuyas, recuerdo nuestro encuentro zozobrando donde la vida, recuerdo tu nombre rodeado de besos,
recuerdo el aire apasionado que cruzaba la calle,
recuerdo un silencio transitorio refugiado en tus labios, recuerdo un nuevo mundo gimiendo entre mis brazos, recuerdo el olor bendito de mis lágrimas,
recuerdo el sabor maldito de las tuyas.

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Pasatiempo

Cuando éramos niños
los viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana
no existía
luego cuando muchachos
los viejos eran gente de cuarenta
un estanque era océano
la muerte solamente
una palabra
ya cuando nos casamos
los ancianos estaban en cincuenta
un lago era un océano
la muerte era la muerte
de los otros
ahora veteranos
ya le dimos alcance a la verdad
el océano es por fin el océano
pero la muerte empieza a ser
la nuestra.
Mario Benedetti

COMO UN OKUPA [Mi poema]
Ramón Xirau [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Al borde del sendero al cielo raso
he venido a vivir como un okupa
gozando de la gloria del parnaso
a solas con la luna y con su lupa,
a nadie haciendo caso.

He irrumpido sin trabas ni permiso
sin nadie que impusiera condiciones,
y nada de llamar, sin previo aviso,
y todo que robar como ladrones
que asaltan algún piso.

Compañeras de viaje las hormigas
y arriba tan pequeñas las estrellas,
¡qué dulce el navegar viendo esas vigas
tan raudas, relucientes y tan bellas,
y amables, tan amigas!

A solas soy okupa con mi sueño,
que vivo sin candados ni cadenas,
gozando libertad, de mi soy dueño ,
evito que me caigan más condenas
o muera en el empeño.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Ramón Xirau

Cerezas

A Octavio Paz
en su aniversario

Rojas las cerezas,
rojo el claustro iluminado
de vidas limpias. Claridad.
¿El sol, cántico de fuego?
Rojas las cerezas?
todo luz, todo mar
todo claustro.

Gradas

A Ana María

I

Las estrellas nos miran lentamente
cierran sus ojos las bahías. El arco
de luz cerca los cabos en la ruta del fuego,
foques, banderas en las barcas, fosco
el fuego atónito de las naranjas,
en el aguanueva de los naranjales. Las bridas
de caballos pensados, pesados, imaginados,
lentamente nos guían igual que las estrellas,
cobarde noche, no puede con nosotros
tu oscuridad de marivientos
y raíces en el acantilado. Ah, todo canta, canta
en las encrucijadas del desierto: arco breve del mar.
Calamar, astro-nieve, lentamente
me deslumbran (el sol en las espumas
hace castillos breves de marinieve y trigo).
Los labriegos se mueven ?leve moverse?
Como en casa de Brueghel, como
Los ríos se mueven; no, que se anudan
en las pinturas altas de balcones abiertos,
en las huellas en un sueño que reflejan
las purísimas
aguas de un ojo que no veo
ni puedo ver con ojos
carnales, oh dioses del mar, oh dioses encendidos.
(Grupo exacto e intacto de flores amarillas
en las sendas del bosque, en los atajos
de la vista me cercan, beben, cantan ?no,
no me cercan. Ah, barcas. Lentamente
los ángeles de viento y de poniente
ríen, las flores de los áloes
me esperan no sé dónde o lo sé poco,
más allá de las fuentes
oh barcas. Todo es ejercicio de belleza
sobre las olas azulencas.)
Los áloes, las miradas del cabo
?mar adentro?, flores de espuma, crecen.
Mediodía. Todo es silencio y en la roca
el mirar Tuyo crece, nunca
visible, mas visible eternamente
como la ola visible arena toda
como tronco y maderas todos leves
como la luz sencilla memoriosa
Mente.
(Chillan gaviotas-naves oro leve y Dios
pensar del pensamiento horrorizado el pico
restauradoramente-isleño y cree y creo
mimosaluzcongojahonestaohfleuve
de mirar irritado, malquiere, maloduele
oh barcas, barca, barcas
oh las barcas)
Una hoja navega en este río
y es verde y pura mar de luz y mar.

XI

Barcas de mar azul,
los olivos ramos y remos de todo pájaro
hablan, cantan, Gregorio, con luz
que no admite tinieblas. Se abren los libros,
se abren todos los signos ?barcas, barcas?
las estrellas nos miran lentamente,
cierran sus ojos las bahías. El arco de la luz
a pesar de Dolor, canta, todo canta,
cuando las naranjas maduras, en el campo
verde caen y son luz,
ah, mar, de barcas, barcas, barcas,
en la bahía abierta, en el cristal
de la bahía de las barcas, barcas, cuando
las naranjas se abren en el cielo.

Templo

No sé si el tiempo nos busca anillo de luz
no sé si las naves azules
ven olas de luz en el camino
del templo. No sé si las miradas de las olas
renacen en las hojas, en las yedras,
en las arenas.
Las encrucijadas del viento, las ferias de la mañana
encienden, noche adentro,
las zarzamoras del fuego.
Mundo: ejercicio de los equilibrios leves
cae y no cae en el atardecer encendido,
no sé si nos ve en las yedras del templo.
¿Nos mira, nos mira, nos mira Sinnombre?
Sé que el silencio estalla
en las fresas vivas
de la tarde.

La luz de los naranjos

La luz de los naranjos.
Todo universo es árbol,
cae en el sueño de tu cuerpo,
se duerme
en los párpados del agua.
En la noche de tus ojos
ascendían las barcas;
el naranjo colgaba
cielo adentro
olas doradas de la tarde.
Sueño de los naranjos
cerca del tiempo incierto,
nacen y crecen, viven,
árbol de luz, las playas.
El mundo es sabio en el camino
de los amarillos eternos, enamorados
Del aire.

Nuestro otro

Nuestro Otro, todo es claro en el paisaje,
las velas en el mar, los sauces en el campo,
el amor en los ojos, los soles hacia el sol,
claror del mundo, claror de nuestro sol,
olas, olas, ríos breves,
ah, playas
el limonero todo verde
ilumina el espacio
y lentamente, enamoradamente, todo
es belleza.
Todo es sencillo, todo claro.
Mirad:
el mundo es tal como se ve.

El arco de la luz

El arco de la luz
a pesar de Dolor, canta, todo canta,
cuando las naranjas maduras, en el
campo
verde caen y son luz,
ah, mar, de barcas, barcas, barcas,
en la bahía abierta, en el cristal
de la bahía de las barcas, barcas, cuando
las naranjas se abren en el cielo.

Fresas

Las fresas rojas
son rojas,
las nubes blancas
son estas nubes blancas,
la hoja verde amarilla
es verde es amarilla,
la muchacha clara
es la muchacha clara,
las olas azules
son las olas azules,
todo está en todo menos Tú,
rojas, las fresas
¿sangre? no sangre
fresas, campo en el alba.

Gavillas

Anudamos la luz. Brillan las gavillas, la cesta

llena de frutas sabrosas.

Y pasa el río y el tiempo nos pasa

de la cosecha. Pasan vientos

quieren tiernas las aves rojas
en el esqueje de la tarde.
Navegan lentamente los animales del cielo.
Verde la noche

La luz

los juncos, las frutas

cerca sí, muy cerca, las gavillas.

Carta

(Recuerdo de Vermeer)

Suave brilla el espacio del rostro
cabellos dorados
los ojos, los ojos no se distinguen
miran de cierto
triste risteza —¿sorpresa?—

La ventana, abierta, te repite
y tus ojos no ven
leen, sí, palabras invisibles—
—¿poco visibles?
miran la carta y no miran

El cuello albo del todo
junto al verde
doradamente verde
es la tarde ya tarde quizá la tarde

¿Qué miras y qué ves si miras
con los ojos invisibles
ausentes ojos?
La tarde más bien, augurio del deseo
suave y muy suave el campo el campo
verde verdísimo campo de la tarde. ~

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LOS TRES CICLOS DE LA VIDA [Mi poema]
Nerea Delgado [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

El futuro, ese enigma que hoy no tengo.
¿Pasado? Ya está muerto, no interesa,
-un beso apasionado que no besa-,
al que lanzo una coz. Y lo sostengo.

¿El presente?. En él hoy me entretengo
día a día, paso a paso y hora a hora.
Soy hombre que al ayer ya no le añora,
donde otro ha de llegar de allí yo vengo.

Que un sueño fue mi vida en este establo
en que nunca gocé de un abolengo.
Nadie puede negarlo, sé de qué hablo.

Mi existencia trocada es un devengo
que gracias deba a dios, quizás al diablo,
son siete las historias que hoy mantengo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Nerea Delgado

Aviones a 4000 poemas de altura

Lo primero que veré mañana al despertar
serán tus ojos.

Y no serán ojos,
sino el mejor paisaje
donde el sol se ha dejado caer
en las primeras horas del día.

No serán ojos,
serán monte,
río
y cabaña.

Serán chimenea, leña y fuego
calentando los versos
de nuestra pared.

También camino,
huellas,
polvo.

No serán ojos,
serán estrellas fugaces
a plena luz del alba.

Escaleras de piedra,
pájaros, lluvia fresca.

Serán películas en domingo
mientras nieva afuera.
Partida de cartas.
Un beso junto a la hoguera.

Serán notas por debajo de las puertas.

Cervezas frías,
cuellos cálidos,
cena preparada,
postre de sábanas blancas
y luna creciente a la que los dos aullamos.

Mañana por la mañana
tus ojos no serán ojos,
serán beso de buenos días,
verso de buenas noches,
orgasmo de buenas madrugadas.

Serán masaje en la espalda,
sonrisa en la penumbra,
niños jugando en la plaza.

Guitarra sobre el sofá,
Springsteen cantándonos «The River».

Ventanas frías,
luces lejanas.
Carreteras secundarias,
niebla en las curvas,
animales salvajes tumbados en la cama.

Serán botas manchadas de barro,
vaqueros sucios,
bolsillos llenos de pipas.

Aviones a 4000 poemas de altura.

Madrugadas,
desvelos,
mantas de ganchillo en la terraza.

Tus ojos no serán ojos,
serán árbol, rama, espantapájaros.
Huerto y nuevos frutos.

Incluso charco,
zarza,
araña y lagartija.

Serán primaveras dentro de inviernos.

Serán todo lo que no se ve pero está.

Serán todo lo que no hace falta decir,
porque ya lo decimos con las manos.

Zorro desentrenado

De los errores se aprende.
De los errores aprenden los listos,
pero tú…
Tú piensas que hay errores que no son errores
y de los que crees que nadie se da cuenta.
Y recaes.
Una y otra vez,
como un cerdo revolcándose en su propia metedura de pata que jamás admitirá.
Recaes hasta la estupidez y la soledad.
Y sigues intentando agrandar una bola de nieve en pleno agosto,
ridículo como alguien que corre detrás de un autobús y lo pierde.

Talas el árbol donde estoy subida
-porque hasta hace poco todavía confiaba en poder alcanzar las estrellas-
me haces caer en un pozo de realidad que me negaba a creer,
con los pantalones rotos y no por moda,
con las gafas más limpias que nunca
para verte mejor.
Para veros mejor.
Para ver,
después de tanto tiempo mirando hacia otro lado.

Vuelve el frío cada vez que te abres la camisa,
en tus ojos existe Laponia,
tu corazón es una tarrina de helado caducado mordisqueado por todas las butacas de la última sesión del cine.
Pero hay un calor nuevo,
transparente y rocoso que me cuida la garganta.
Y ahora tu astucia fracasada es el motivo de mi risa.

Te miras en el espejo con la poca vergüenza
y el escaso respeto
de quien sólo se quiere a sí mismo,
pero no te has dado cuenta de que ya te has perdido.

Seremos nosotros.

Gulliver

No has querido estar a la altura;
yo vivía en la zona de los aviones
y tú a ras de suelo con ella
en su coche
escuchando sus canciones de festival.

Cada vez que me abrazabas
me llenabas del barro maloliente que compone su pelo.

Has preferido llegarme por las rodillas
a levantar un poco más la cabeza
y explorarme el corazón.
Pero quién va a querer elevarse hasta el corazón,
escalar todas estas costillas eternas y puntiagudas,
¿quién se la jugaría?
tú no.
Quién va a querer pasar del ombligo
si tiene todo lo que necesita debajo de una falda ajustada sin compromiso.

Asesino.
Borracho sin excusas.
Francotirador sin remordimientos.

Tenían razón los que me aconsejaron que me alejara,
ahora ya no hay vuelta atrás:
me he quedado atrapada en tu falsedad,
atada de pies y manos con las cuerdas de tu sonrisa hipócrita,
amordazada
con la boca llena de la saliva de ella.
Vomito.

Voy a caer desde aquí arriba
como un Gulliver capturado.
Ojalá alguien llegue a tiempo para enseñarme a volar.

Mi propia sangre

Ahora sé que no eres el hombre de mi vida
ni el hombre de mi muerte.
Ahora sé que el vestido que me regalaste
estaba hecho de flores muertas.
Ahora ha llegado el momento de cargar el rifle
incendiar tu cabaña de madera
y derretir la nieve del camino que nos une para que te ahogues.
He encontrado oxígeno fuera de tu burbuja
el color ha vuelto a mis mejillas
y se ha borrado mi nombre de la esquela del periódico.
He conseguido respirar lejos de tu dióxido de carbono
lejos de tu saliva contaminada
lejos de tus manos manchadas de otro pelo negro.
He tardado pero por fin mi barca está preparada
para cruzar el río desbordado
y llegar a la orilla donde las palmeras son altas
pero no tanto como para no ver lo que esconden
-mentiroso-
a la orilla donde yo no pasaré hambre
y me dará igual que te llenes la boca en el primer bar de carretera que te deslumbre
con luces de neón y un vestido blanco asquerosamente ceñido.
Desconocerte es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Hoy por fin he vaciado mis venas de tu contaminación.
Hoy he vuelto a sentir mi propia sangre.

Reencuentro

Me esperarás en la puerta del restaurante
tomando el sol y un vaso de vino
vistiendo camisa blanca y quizá un sombrero
de pie junto a una silla de mimbre
sujetando un cigarrillo que mancharé de pintalabios después de saludarte.

Giraré la esquina del taller de guitarras
en dirección contraria al viento.
Me verás aparecer
ya sin bufanda
sin abrigo
sin bloques de hormigón bajo los zapatos
caminando por la superficie de este mar de callejones antiguos
con el flequillo alborotado
y una mochila llena de poemas colgada del hombro derecho.

Te miraré como quien mira su libro favorito de la infancia
recién sacado de una caja de cartón
recuperada del fondo del desván
junto a viejos cuadernos de notas y recetas de cocina.

Me rodearás con tu brazo
y me sentiré inmortal
sabiendo que ése será mi mejor cinturón de seguridad.

No tengo un bólido de color rosa
ni aviones con los que recogerte a la salida del trabajo
ni siquiera tengo bicicleta
pero creo que podemos llevarnos bien con el «paso a paso».

Volveremos a encontrarnos
justo a tiempo
mortales y decididos
con las manos preparadas para cualquier fuego.

Cambio climático

Ahora que en los días de lluvia hay dos huellas distintas de barro sobre el felpudo
ahora que he hecho las paces con el invierno
puedo salir en manga corta a la calle
saludar a los tenderos que cogen las nueces con guantes de lana
y volver a casa sin tos.

Puedo sentarme sobre las parabólicas de las azoteas
en pantalón corto
con las piernas colgando
y retransmitir a toda la ciudad que el cambio climático existe.
Que existe y que hoy me ha invitado a desayunar.

Puedo hacer flores con el vaho de los niños que juegan en el parque
y repoblar los balcones de la avenida que todavía creen que el invierno no tiene color.

Puedo negarle al estanquero el mechero que quiere regalarme:
el fuego duerme de 2 de la madrugada a 9:30 de la mañana
en mi cama
con las mantas en el suelo y la almohada doblada
con una camiseta de un grupo de rock’n roll del que no queda ningún componente vivo.

Puedo subir la cuesta guardándome el soplido del viento en la funda de mi cámara,
puedo liberarlo
para que despeine mi flequillo
y haga tambalear en el salón los altavoces donde suena Keith Richards:
nada se destruye cuando tú eres el terremoto.

Si llevo botas es porque todavía quedan cristales en los pasos de cebra
del accidente que hubo anoche
cuando llegaste a casa con las luces de los semáforos en una caja de cartón.
Viniste a iluminar las paredes llenas de fotografías
y acabaste nombrándome amante eterna del sol.

Ahora que bailo alrededor de una hoguera de bufandas y abrigos
no dejes que pare la música
no dejes que vuelva el frío.

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DE ADIVINOS [Mi poema]
Coral Bracho [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La vida es laberinto de caminos,
que varios se presentan al azar,
e ignoras qué trayecto has de tomar.
Y llevan, diferentes, a destinos
que sueles ignorar.

Ocurre que no estás muy preparado
y empiezas de pequeño ya a dudar
pues nadie te ha enseñado a ti a bregar
en este mar de inciertos con cuidado
de andar y no chocar.

Tumbarme a ver qué pasa, eso es lo mío,
que el cielo ya ha cosido sus ventanas,
y no tiene ni iglesia ni campanas
y en las noches produce escalofrío
con esperanzas vanas.

Que vivir se me ha vuelto cuesta arriba
y me encuentro al final sin un atajo,
y aunque avanzo hacia arriba, voy pa’ abajo
y no puedo cernerla en una criba
cual hombre que es colgajo.

No entiendo para qué tantos caminos
sin haber revisado ya el terreno
y el riesgo de perderse. Y es obsceno
que no pongan señales. De adivinos
está el infierno lleno.
©donaciano bueno

La #vida, qué es la vida, alguien lo sabe? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Coral Bracho

Desde esta luz

Desde esta luz que incide, con delicada
flama,
la eternidad. Desde este jardín atento,
dede esta sonbra.
Abre su umbral el tiempo,
y en él se imantan
los objetos.
Se ahondan en él,
y él los sostiene así:
claros, rotundos,
generosos. Frescos llenos de su alegre volumen,
de su esplendor festivo
de su hondura estelar.
Sólidos y distintos
alían su espacio
y su momento, su huerto exacto
para ser sentidos. Como piedras precisas
en un jardín. Como lapsos trazados
sobre un templo.

Una puerta, una silla,
el mar.
La blancura profunda
desfasada
del muro. Las líneas breves
que lo centran.
Deja el tamarindo un fulgor
entre la noche espesa.
Suelta el cántaro el ruido
solar del agua.
Y la firme tibieza de sus manos; deja la noche densa,
la noche vasta y desbordada sobre el hondo caudal,
su entrañable
tibieza.

Oigo tu cuerpo

Oigo tu cuerpo con la avidez abrevada y tranquila
de quien se impregna (de quien emerge,
de quien se extiende saturado, recorrido de esperma) en la humedad
cifrada (suave oráculo espeso; templo)
en los limos, embalses tibios, deltas,
de su origen; bebo
(tus raíces abiertas y penetrables; en tus costas
lascivas -cieno brillante- landas)
los designios musgosos, tus savias densas
(parvas de lianas ebrias) Huelo
en tus bordes profundos, expectantes, las brasas,
en tus selvas untuosas,
las vertientes. Oigo (tu semen táctil) los veneros, las larvas;
(ábside fértil) Toco
en tus ciénegas vivas, en tus lamas: los rastros
en tu fragua envolvente; los indicios
(Abro a tus muslos ungidos, rezumantes; escanciados de luz)
Oigo en tus légamos agrios, a tu orilla: los palpos, los augurios
-siglas inmersas; blastos-. En tus atrios:
las huellas vítreas, las libaciones (glebas fecundas),
los hervideros.

Una luciérnaga bajo la lengua

Te amo desde el sabor inquieto de la fermentación;
en la pulpa festiva. Insectos frescos, azules.
En el zumo reciente, vidriado y dúctil.
Grito que destila la luz:
por las grietas frutales;
bajo el agua musgosa que se adhiere a las sombras. Las papilas, las grutas.
En las tintas herbáceas, instilantes. Desde el tacto azorado.
Brillo
que rezuma, agridulce: de los goces feraces,
de los juegos hendidos por la palpitación.
Gozne
(Envuelto por el aura nocturna, por los ruidos violáceos,
acendrados, el niño, con la base mullida de su lengua expectante, toca,
desde esa tersa, insostenible, lubricidad –lirio sensitivo que se pliega en las rocas
si presiente el estigma, el ardor de la luz– la sustancia, la arista
vibrante y fina –en su pétalo absorto, distendido– [joya
que palpita entreabierta; ubres], el ácido
zumo blando [hielo], el marisma,
la savia tierna [cábala], el néctar
de la luciérnaga.)

Sobre el amor

Encendido en los boscajes del tiempo, el amor
es deleitada sustancia. Abre
con hociquillo de marmota, senderos y senderos
inextricables. Es el camino de vuelta
de los muertos, el lugar luminoso donde suelen
resplandecer. Como zafiros bajo la arena
hacen su playa, hacen sus olas íntimas, su floración
de pedernal, blanca y hundiéndose
y volcando su espuma. Así nos dicen al oído: del viento
de la calma del agua, y del sol
que toca, con dedos ígneos y delicados
la frescura vital. Así nos dicen
con su candor de caracolas; así van devanándonos
con su luz, que es piedra, y que es principio con el agua, y es mar
de hondos follajes
inexpugnables, a los que sólo así, de noche,
nos es dado ver y encender.

Mariposa

Como una moneda girando
bajo el hilo de sol
cruza la mariposa encendida
ante la flor de albahaca.

La brisa

La brisa toca con sus yemas
el suave envés de las hojas. Brillan
y giran levemente.
Las sobresalta y alza
con un suspiro, con otro. Las pone alerta.

Como los dedos sensitivos de un ciego
hurgan entre el viento las hojas;
buscan y descifran sus bordes,
sus relieves de oleaje, su espesor.
Cimbran
sus fluidas teclas silenciosas.

De sus ojos ornados de arenas vítreas

Desde la exhalación de estos peces de mármol;
desde la suavidad sedosa
de sus cantos,
de sus ojos ornados
de arenas vítreas,
la quietud de los templos y los jardines
(en sus sombras de acanto, en las piedras
que tocan y reblandecen)
han abierto sus lechos,
han fundado sus cauces
bajo las hojas tibias de los almendros.
Dicen del tacto
de sus destellos,
de los juegos tranquilos que deslizan al borde,
a la orilla lenta de los ocasos.
De sus labios de hielo.
Ojos de piedras finas.
De la espuma que arrojan, del aroma que vierten
(En los atrios: las velas, los amarantos.)
sobre el ara lebísima de las siembras.
(Desde el templo:
el perfume de las espigas,
las escamas,
los ciervos. Dicen de sus reflejos.)
En las noches,
el mármol frágil de su silencio,
el preciado tatuaje, los trazos limpios
(han ahogado la luz
a la orilla; en la arena)
sobre la imagen tersa,
sobre la ofrenda inmóvil
de las praderas.

Tus lindes: grietas que me develan

We must have died alone,
a long long time ago.
D.B.

Has pulsado
has templado mi carne
en tu diafanidad, mis sentidos (hombre de contornos
levísimos, de ojos suaves y limpios);
en la vasta desnudez que derrama,
que desgaja y ofrece;

(Como una esbelta ventana al mar; como el roce delicado,
insistente,
de tu voz.)
Las aguas: sendas que te reflejan (celaje inmerso),
tu afluencia, tus lindes:
grietas que me develan.

—Porque un barniz, una palabra espesa, vivos y muertos,
una acritud fungosa, de cordajes,
de limo, de carroña frutal, una baba lechosa nos recorre,
nos pliega; ¿alguien;
alguien hablaba aquí?

Renazco, como un albino, a ese sol:
distancia doloroso a lo neutro que me mira, que miro.

Ven, acércate; ven a mirar sus manos, gotas recientes en este fango;
ven a rodearme.
(Sabor nocturno, fulgor de tierras erguidas, de pasajes
sedosos, arborescentes, semiocultos
el mar:
sobre esta playa, entre rumores dispersos y vítreos.) Has deslumbrado,
reblandecido

¿En quién revienta esta luz?

—Has forjado, delineado mi cuerpo a tus emanaciones,
a sus trazos escuetos. Has colmado
de raíces, de espacios;
has ahondado, desollado, vuelto vulnerables (porque tus yemas tensan
y desprenden,
porque tu luz arranca —gubia suavísima— con su lengua,
su roce,
mis membranas —en tus aguas; ceiba luminosa de espesuras
abiertas,
de parajes fluctuantes, excedidos; tu relente) mis miembros.

Oye; siente en ese fallo luctuoso, en ese intento segado,
delicuescente
¿A quién unge, a quién refracta, a quién desdobla? en su
miasma

Miro con ojos sin pigmento ese ruido ceroso
que me es ajeno.

(En mi cuerpo tu piel yergue una selva dúctil que fecunda
sus bordes;
una pregunta, viña que se interna, que envuelve los pasillos
rastreados.
—De sus ramas, de sus cimas: la afluencia incontenible.
Un cristal que penetra, resinoso, candente, en las vastas
pupilas ocres
del deseo, las transparenta; un lenguaje minucioso.)
Me has preñado, has urdido entre mi piel;
¿y quién se desplaza aquí?
¿quién desliza por sus dedos?
Bajo esa noche: ¿quién musita entre las tumbas, las zanjas?
Su flama, siempre multiplicada, siempre henchida y secreta,
tus lindes;
Has ahondado, has vertido, me has abierto hasta exhumar;
¿Y quién,
quién lo amortaja aquí? ¿Quién lo estrecha, quién lo besa?
¿Quién lo habita?

Las aves ven

Es el arco
que encierra
y que sostiene la imagen:
la plenitud del mar. Luz
de insaciada transparencia. Bajo la tierra
se entreteje la historia:
aguas que engendran sus recintos. Bullir de peces
Ecos que dejan su opacidad, briznas, rastros
que emergen. Estallidos que fijan
su estupor en los muros, la flor, la piel
de sus calcinaciones. Las aves ven.
Los peldaños encienden sus oleadas sedosas
frente a los lechos que germinan; la sombra
oculta su espesor.

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ADMIRO A SCHOPENHAUER [Mi poema]
Mercedes Castro [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Admiro a Schopenhauer cuando dijo
palabras tan nefastas de este mundo
y empiezo a comprender a Segismundo
vendiendo su alma al diablo. El que maldijo
la suerte de morir, tan iracundo.

Versículo a versículo voy dando
valor a cada cosa que merece,
al niño que en la cuna cuando mece
se muestra dormidito. Y yo mirando
presiento que a mi alma le enternece.

La flor de que una rama nace y crece
lanzando su perfume al universo,
ternura que destila de algún verso
que te hace meditar. Y te apetece
gozar de la belleza del reverso.

Y el acto de soñar. Mirar no quiero
a quienes vanidosos se declaran
reyes del mundo ser. Y se burlaran
haciéndose pasar por un palmero
de quien fuera existencia les prestaran.

Quisiera así pensar que los extremos
a veces quedan cortos o se pasan
a penas tocan fuego y ya se abrasan
o saben descubrir lo que no vemos
si no puede rodar, ellos lo engrasan.
©donaciano bueno

Demasiado #pesimista...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Mercedes Castro

QUERIDO

Querido,
no es que estuviera
dormida.

Es que necesitaba
despertar.

APRENDIZAJE FORZOSO

Cuando era más pequeña
todo iba bien,
o al menos eso parecía
según mis recuerdos.

En días como hoy
me pregunto
para qué coño habré crecido.

Poema de la niña de rebajas

La niña suspendió,
la niña no vale nada.

La niña dejó al novio,
la niña, pobre, no tiene
quién la valga.

La niña tiene veinticinco años
y ya está acabada y sola.

Y qué va a ser de la niña
ahora.

Quién quiere una niña vieja:
la cambio por una lavadora.

Quién me quiere una niña rota.
No sabe querer.
No puede llorar.
Nunca la enseñaron a amar,
pero sí a sufrir.
Puede ser aún que aprenda.

Quién me compra a la niña,
quién se la lleva.

Es un regalo, es un tesoro,
sólo tres asignaturas más
y tiene la carrera hecha.

Es una ganga, una ocasión,
una inversión para el futuro.

Si la doy no es por mala,
es por no poder atenderla.
Una cuestión de paciencia, no de calidad.

Llévensela, señores,
ahora que están a tiempo,
que aún tiene restos de inocencia,
y dulzura en los ojos,
y allá abajo, adentro, en el fondo,
un algo de moral.

Llévensela mientras sea fértil,
llévensela mientras no amargue,
llévensela mientras pueda andar.

Sólo necesita un empujón,
una puesta a punto.
Pilas nuevas.

Que mi niña vale mucho.
Que mi niña sabe mucho.
Que tiene un corazón muy grande,
mi niña,
y un alma de oro
y una cabeza que no le cabe
en el pecho.

Aprovechen la oportunidad
antes de que se le acaben a ella.

Que se me va,
que vuela,
que me la quitan de las manos,
que me quedo sin ella.

Apúrense, señores,
aprovéchense mientras puedan.

Miren qué ganga, mi niña.
¡Si ni siquiera viste santos!
¡Si no tuvo más que un novio!
¡Apuntito como estaba de ser alguien en la vida!

¡Si es un partido!

Un poquito de amor, y ríe.
Una gota de fe, y aprueba.
Un mínimo de paciencia y se levanta.
Una nada de atención y florece,
y germina,
y fructifica y da cosecha.
¡Y sólo hay que regarla una vez a la semana!

A mí me dio muy buenos resultados,
pero me cansé de ella.

Vamos, vengan, corran,
al primero que me la pida
se la concedo.

Apúrense que se acaba,
cuídenmela, líbrenme de su peso,
quiéranmela, enséñenle a dar besos.
Aprenderá.

Vale mucho mi niña,
con sus poemas y sus libros
y su melancolía y su deseo.
Y sus suspensos.

Lástima que no se haga de querer sola.
En el fondo es un problema de marketing.

Que no la rebajo,
que no regateo,
que la doy por lo que es,
que se escapa en un momento.

Llévense a mi niña azul,
señores,
antes de que se me vista
de negro.

POEMA DE LA CURACIÓN

Ya no me duele nada.

Nada me duele
cuando te miro,
y mira que lo siento,
pero sin dolor.

No se me alborota
el alma,
no se me escapan
suspiros,
ni me tiembla el pulso,
ni me revela el rubor.

Y siento pena,
una poca,
mi amigo,
cuando en tus ojos
veo
que no brillan
los míos.

Pero ya no me duele
nada
de tanto que me dolió
el adiós.

LOS POETAS AMIGOS

Para José Ángel Valente

Los poetas amigos
cuya mano apretamos en escasos momentos
-José Angel ahora que vuelve hacia la luz-,
los poetas amigos,
otros que permanecen a la espera
mientras en ellos crece nuestro afán
y hallamos en sus páginas
el rigor que la vida nos niega y nos oculta,
los poetas del alimento
que nos dieron la dicha cuando no había motivo.
Los escasos poetas que ungen con la esperanza.
Gracias os sean dadas por la ingrata labor
en que afanáis los sueños
mientras el mundo pierde los estribos.

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PENSAR, CREER, DUDAR [Mi poema]
Pilar Adón [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Me piden que yo tengo que creer
¿por qué yo he de creer, si yo no creo?
e insisten en que mande ya a paseo
mi cerebro y mis ojos . Y que ver
es un deseo ver, que yo no veo.

Me dicen no me agobie, que no piense,
¿por qué no he de pensar si es que yo pienso?
me encuentro en un consenso y un disenso,
difícil equilibrio tan circense,
mas yo sin meditar soy indefenso.

Me insisten en que sea complaciente
incluso que me muestre aborregado,
que admita a ese cenizo que hay al lado,
y entienda su problema: la simiente
que es germen de la duda, su pecado.

Pensar, creer, dudar, tres disyuntivas
¿a cual me he de agarrar cual clavo ardiendo?
Creer, ese ejercicio que no entiendo.
Pensar, sólo son drogas adictivas.
¿Dudar? Mejor. Dudando me entretengo.
©donaciano bueno

La #duda es lo más sensato o es también un problema? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Pilar Adón

LA VIDA REPETIDA

A veces sucede que toda la ingenuidad
de los seres adoptados como propios
se acerca y se adhiere para llenar los ya colmados vasos
de incertidumbre.
Abriendo los párpados al eterno insomnio
e impidiendo la respiración feliz -o, al menos, sosegada-
de la hija que descansa en el hijo,
tiritando. Como un animal.

Salvajes las mareas, pero no hay otra cosa.
Ritmos y palabras.
Llegar al lodazal.
Que las masas de vapor acuoso se sostengan sobre su cabeza
y que el cuerpo de frágil hija humana se transmute
en frágil líquido.
Mientras el sol mantiene su centelleo tardío.

El hijo ha vuelto a casa caminando
tras sus clases en la mansión Lady Hood.
Siempre ha valorado la práctica del ejercicio físico,
con una asfixia en el cuello, vulgar.
Empezar no es sencillo, pero cuando se empieza…
Ha deseado echar a correr. Apartarse.
Girar y girar. Hasta volar.

Galanteo

Garantízame una melodía polaca
fabricada de nieve y barro
con gotas de marginalidad.
Ofréceme un viaje de madera
por las vías de un tren en desuso
con verdes mareas y guaridas
habitables.
Cántame como Piaf rota
y luego ocúltame.

No vendas más planos
de pinturas inacabadas,
y deja de perseguir amapolas
por los pasillos encalados que desembocan
siempre
en el mirador.

La sonrisa arrugada de piel mordida
no provoca ya memoria
y tus manos, blancas, de artista expatriada
mendigan tantos méritos,
que los círculos van rotando
en direcciones opuestas.

Recluye con tu genio
la sofisticación de miradas nuevas
y mañana procura salvar del ahogo,
sin súplicas,
a la niña muerta que descansa en todos tus cuadros.

Vuelvo a clavar

Vuelvo a clavar por los marcos
rajados de humedad
las chinchetas de cabezas rosadas
y puntas fieles
que ingresan en la madera
y se asientan como flechas
para soportar el peso invariable
de las manitas
de mis muñecas.
Con vestidos de niña
aterciopelada.

Vuelvo a observar el susto aterrado
de las caras andrajosas
de mis muñecas hembras.
Y vuelvo a temer (imaginar)
un temblor en sus ojos.
De harina.

No puedo abrir los ojos.

No puedo abrir los ojos.
Cerrados persisten con un peso que duele e inquieta.
Ya no ensayo más amplias sonrisas.

Los labios secos de ayuno y de sed.
El irrespirable sol irrespirable. Sol.

Estudié el origen de la energía.
Ejemplos de dilatación del tiempo,
anomalías excéntricas y anomalías medias.
Calculé el área de un círculo (pr²).

Las mareas de los agujeros negros.
El horizonte de sucesos.

Y, sin embargo, ¿dónde la fórmula de la existencia?
¿Dónde la teoría de la conservación?

¿Y la ecuación para evitar el acabamiento?

¿Dónde la permanencia?

La ciudad interior

Desde fuera, la existencia de un ser pausado
parece más bien sencilla.
Eleva las manos hacia el cielo cuando observa las nubes
y recuerda que en China, desde hace siglos,
los suelos se diferencian por su color:
la tierra negra del noreste;
blanco, el suelo del desierto;
la tierra roja al sur del Yangtsé.
Azul o verde el fértil suelo del sur.

Sencilla, parece la realidad del ser pausado
que se detiene, al caminar, y observa con gesto dubitativo
las intersecciones del camino.
Tranquilo y reservado,
perdió los textos sagrados durante su último viaje.
Olvidó seguir las rutas más seguras.
Exploró, sin sus compañeros, los mandatos de la belleza.
Sacrificó las horas en dirección a un oasis
y, quizá, consideró las audacias de su serenidad.

Lamentó, en ocasiones, ofrecer un rostro tan triste.
Lamentó, en ocasiones, presentar un aspecto tan cansado.
Lamentó, con frecuencia, no ser otro. No ser nada,
mientras la lentitud de su nombre arrastraba, una vez más,
sus pasos desconcertados
hacia la gloriosa lejanía de la antigua Ruta de la Seda,
que pasaba ante las montañas de Xinjang.

Alimento

Yo… Lo sé. Tengo ese miserable aspecto
del que va demandando cariño por las puertas.
“Quiéreme un poco. Quiéreme un poco…”
Los ojos nostálgicos hacia el coche que se aleja
y la espalda estrecha que se detiene por última vez para decir adiós.

Yo… Lo sé. Persigo la mirada comprensiva de todas las madres
y a veces las manos grandes de cada padre.
El susurro al teléfono que me diga: “todo está bien”
mientras la niña del pañuelo negro gira y gira
esperando la llegada del sosiego.
El apaciguamiento de la marea oscura que sube.
Y sube a la boca desde el alma que se creía ya aliviada
pero que no. Porque el alma, aunque se suponga el éxito sobre ella,
cuando es dolorosa y cuando tiene la tez de la angustia,
sobrevive.

Yo… Lo sé. Me estoy ahogando y no entiendo nada.
Dejé que tomara mi mano y me arrastrara hasta la orilla.
“Vas a ver un milagro”, me dijo.
Y la niña de los zapatos negros con lacito
me miraba a la cara y me mostraba sus dientes de conejito.
Perdón. Perdón. Perdón.” Parecía suplicar. “Yo no fui. No fui yo…”

Yo… Ahora cuento las varillas azules que se insertan
en aquel jarrón transparente y me pregunto:
(uno, dos tres…)
¿Por qué lo haces?
(cuatro…)

Las ordenes

EL SILENCIO NUNCA es tan grande
como cuando algo lo rompe.

SOLO QUIEN TIENE el amor
lo cree imprescindible.

No descuido la escritura
sino a mi misma.

Ingeborg Bachmann

¿QUIÉN ME VA A CUIDAR cuando sea vieja?
¿Quién me va a esperar, feliz de verme?
Cabello de nudos. Sin cepillados nocturnos.
Peines y espejos de plata.
Sola en mi sillón. Harta del cansancio y los sermones.
Sin hijos que me bañen,
me cocinen asado con puré,
me traigan jerséis de talla grande,
me laven los pies y las axilas
cuando queden ya pocos motivos para existir.
Vencida por los razonamientos
sobre aquello de recoger lo que se ha sembrado.
Celebraciones, cumpleaños y fiestas
en perspectiva de una soledad redonda.
¿Quién va a venir a verme
los fines de semana?
Si no soy madre.
Si vivo sin reconocer la devoción, el auxilio.
La ternura. Las vistas a los amigos dolientes.
Entre evasivas, papeles y libros,
alejada del sentimiento original.
Escapando de la llamada primera.
Sin saber que es la entrega.
Qué la piedad. Qué la delicadeza
de los niños fotocopia. Su mente dulce y sencilla
como trozos de manzana asada. Como bolsas
de osos Haribo.

¿Quién va a abrazarme cuando sea vieja?
Y esté sola. Y no haya quien quiera hablarme. Y
las cortinas se prendan fuego
y las llamas asciendan hacia el techo. Y nadie
pueda acercarse
al teléfono. Para llamar al servicio de extinción
de incendios.

Yo (Yo… Lo sé. Tengo ese miserable aspecto)

Yo… Lo sé. Tengo ese miserable aspecto
del que va demandando cariño por las puertas.
‘Quiéreme un poco. Quiéreme un poco…’
Los ojos nostálgicos hacia el coche que se aleja
y la espalda estrecha que se detiene por última vez para decir adiós

Yo… Lo sé. Persigo la mirada comprensiva de todas las madres
y a veces las manos grandes de cada padre.
El susurro al teléfono que me diga: ‘todo está bien’
mientras la niña del pañuelo negro gira
y gira esperando la llegada del sosiego.
El apaciguamiento de la marea oscura que sube.
Y sube a la boca desde el alma que se creía ya aliviada
pero que no. Porque el alma, aunque se suponga el éxito sobre ella, cuando es dolorosa y cuando tiene la tez de la angustia,
sobrevive.

Yo… Lo sé. Me estoy ahogando y no entiendo nada.
Dejé que tomara mi mano y me arrastrara hasta la orilla.
‘Vas a ver un milagro’, me dijo.
Y la niña de los zapatos negros con lacito
me miraba a la cara y me mostraba sus dientes de conejito.
Perdón. Perdón. Perdón.’ Parecía suplicar. ‘Yo no fui. No fui yo…’

Yo… Ahora cuento las varillas azules que se insertan
en aquel jarrón transparente y me pregunto:
(uno, dos tres…)
¿Por qué lo haces?
(cuatro…)

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Poema de la Duda – José Angel Buesa

Nuestro amor ya es inútil como un mástil sin lona,
como un cauce sin agua, como un arco sin flecha,
pues lo que enciende un beso lo apaga una sospecha,
y en amor es culpable el que perdona.

Ya es sombra para siempre lo que miró la duda
con su mirada amarga como una fruta verde;
y el alma está perdida cuando pierde
el supremo pudor de estar desnuda.

Así, frente a la noche, te he de tender la mano
con un gesto cordial de despedida,
y tú no sabrás nunca lo que pesa en mi vida
la angustia irremediable de haberte amado en vano.

 

PREFACIO [Mi poema]
Unai Velasco [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Luchas cainitas, destrucción y muerte,
conflictos y más guerras. Los matones
se muestran pululando a borbotones
con ansias de venganza. Que la suerte

en manos siempre está de algunos pocos.
Son presos de sus odios o venganzas.
La sangre siempre prima en sus balanzas.
Nadie les parará. Son unos locos.

Y es que la paz ha muerto a puñetazos
partida en mil añicos. Los abrazos
vertidos son al fuego de la fragua.

Yo amo la paz. Sueño con la posguerra.
Muero por ver la calma en esta tierra
igual que amo el amor y al sol y al agua.
©donaciano bueno.

El #amor es el caldo de cultivo para el odio, y al revés Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Unai Velasco

PELIGROSA ES LA NOCHE EN LA PÁGINA 167

«Dieron las nueve, y Hans
aún no había llegado a casa.»
Hesse, Bajo las ruedas, Alianza, p. 167

Peligrosa es la noche en la página 167

si resulta
que es de día, y eso
tal vez no pase hasta el capítulo siguiente.
Si resulta que interrumpes con besos envasados
al vacío para el trabajo pero
resulta que, deja, aguanta, que se me está muriendo Hans
Giebenrath en estas últimas líneas.

Peligrosa es la noche para Hans
Giebenrath si decido
cerrar el volumen verde
porque es de noche y te dejaste la luz
del pasillo
encendida la muerte del joven Giebenrath
entre interruptores blancos y no quieres
llorar con grasa en los dedos tú buscas
lo lírico
en una lata de aceitunas.
Y resulta que a mi se me está muriendo Hans,
que Hans Giebenrath se muere ya
en la 166
y, oh, cuánta muerte manoseada y blancoamarilla
rugosa
y negra sin la dignidad
siquiera
de morir en cursiva, sin que yo le deje morir
en las páginas que Hermann planeó
figuras de plomo en aquel
todo a cien, su muerte
en ciento y pico páginas
interrumpida y peligrosa porque
llegas tarde a tus cosas y tengo la comida
enfriándose
en la mesa
como se está enfriando
en la alberca
el cuerpo frío de Hans Giebenrath
en la peligrosa página 167.

LOS HELECHOS

‘Parque Jurásico’: «rodeados de plantas…»

La Enciclopedia Salvat, vol. 15

Todavía siguen ahí todas aquellas películas (los helechos
inadvertidos)
que no querríamos volver a ver más,
ya pasó, dijimos
habituales fáciles de palabra rápida
todo el peso de los días recostado (en los helechos)
en el gesto acostumbrado.
Ignorando que
más allá de la extensión infinita de los contenidos extra
más allá del montaje del director, permanecerán
ante todo
no las películas más audaces
sino las más felices,
sostenidas
no rescatadas
nostálgicos no,
como se recupera aquello que nunca se ha ido.
Permanecerán para bien o para mal (los helechos)
como pequeñas piedras de adoración
secas y precisas,
manutención en los bolsillos
irreversibles
del bañador.

Hoy siguen ahí con su insistencia sana (y lanceolada)
que algún día parecerá salvarnos
o nos salvará, quién sabe,
porque merecía la pena citarse en el cine
como una gran decisión adulta y aún
no estaba demasiado claro qué demonios era
aquello del dolby surround. Ahora
sus voces sigilosas (sus hojas)
nos rodean o nos envuelven.
Siguen ahí, en efecto,
urdieron una espesura apropiada,
autoridades del tránsito de nada sirve
tener miedo (de los helechos)
si su presencia
el día en que volvamos
es más vívida que todo lo que alguna vez tuvimos
que lo que no tuvimos jamás,
si su presencia
de golpe
nos acorrala
si se impone sin publicidad y sin cortes
si su emulsión nos deja secos en el sofa
en el interior
del coche volcado de una noche tormentosa y selvática
a retazos nuestras ropas
los cristales rotos del parabrisas
la pierna herida de Jeff Goldblum
perseguidos por el Tiranosaurio Rex
huid
huid
hacia la valla
hacia el perímetro electrificado
(en dirección a los helechos)
atravesadlo
de nuevo atrapados por decenas de

gallimimus gallimimus gallimimus

gallimimus gallimimus
Del poemario El silencio de las bestias, La Bella Varsovia, 2014:

INTROITO

Para Gema, que giró conmigo

«Omnes in…»

Lo que se lleva esa casa de ahí por delante es un viento muy fuerte.

Por eso queríamos crecer a salvo buscar
un lugar mejor nos llamaban los cazatornados
era la mayor serie de tormentas en doce años mejor
permanecer juntos vivíamos
para esto nos decíamos
que vivíamos para esto comiendo hamburguesas en casa
de la tía Meg y todo el rato pensando en el área de succión
cuál
pensábamos y no sabíamos hacia dónde crecer qué viento
volteaba los postes sin desperdigarlos no teníamos
ni idea teníamos a Dorothy I y a

Dorothy II y a cuatro Dorothys más y las hamburguesas sabían
tan bien y el cielo se estaba poniendo verdaderamente verde
por donde crecía crecíamos juntos en la canción o el
torbellino buscar el eje cuál comer la carne
de Oklahoma besar la mejilla de la tía Meg siempre
siempre siempre juntos Rabbit Joey Heinze y
Dusty y Joe y Bill también hacia el centro hacia el eje de succión
cuál
crecer como un perro que corretea junto al porche
y no se aleja demasiado era
la mayor tormenta de los últimos doce años y nos parecíamos
tanto a las mazorcas ni te imaginas uno y luego otro y otro como
postes de pino en hilera poderosa
al viento
al viento distinto que nos reúne
que no nos tumba y nos mantiene aquí porque
gira sobre sí mismo.

Hacia ese lugar crecíamos.

QUE SOMOS BUENOS

Para Jade, que trajo los ciervos

«también las fieras salvajes»
Salmo VIII

Tengo miedo de las avispas
tengo miedo amarilla ictericia amarilla
hueso de pollo alojado en la garganta de las bestias
alojadas en la garganta.

Caballos blancos cinchas azules ¿qué has de temer?
de cincha amarilla y caballo ictericia temes
las patas otorgadas de los ciervos
que duermen sobre las hojas.
(Detente y escucha.)
Mientes cristal venido abajo.

No no tendré no tengo miedo soy bueno y observé
ciervos blancos ciervos traducidos de sol
contra mi ventana.

Mientes cristal venido abajo vienen a tu portal
por la mañana.

No temo al temor temo al portal
temo tu anillo negro de los malhumores
los camellos de adoración despacio
su camino incierto soy muy bueno
tengo el control sobre mi cuerpo y no temo que nada temo
no temo amarilla ictericia. Que somos buenos.
(Detente y escucha.)
Caballos blancos de pezuñas buenas ofrecidas
no tengas miedo de los ciervos de tendida pezuña hendida
y ligera
en su lugar
tendido azul abierto manillar del pecho ¿quién oye el
zumbar? también hizo a las fieras salvajes las avispas
el amarillo pollo entretenido hizo tu garganta
zumbaran porque enmendamos el temor
aquí
porque nos da la gana zumbaran alejándose de rica miel
zumbando y sin miedo sin miedo tu voz arrebatada hollada
ligeramente habla.

Quiero hablar quiero decirte que no deseo que a nada aspiro
que no temeré no temo a la avispa ictericia pero
tengo un hueso de pollo alojado en la garganta
tarasca de dientes por contar cervatillos blancos.
Yo tengo
el anillo azul de la ataraxia
somos buenos sabemos que
somos buenos que las avispas miden de un centímetro a
centímetro y medio amarillo punzón blanco de ciervo
que duerme en la ventana mentira
que duerme en los árboles y baja de día al portal.

Tengo miedo del miedo de las avispas del miedo de los ciervos
no dejes
no que somos buenos que ofrecemos nuestro cuerpo
en pira de bondad detente
y escucha sobre todo escucha y que así sea y que así
sea.

ALELUYA

Arrojábamos cal viva a las mansiones temibles
y por eso nuestra alegría era más blanca.

Quizá ninguno dijera jamás
nunca una palabra sobre el júbilo
pero es cierto que no podíamos dejar de hablar
y sacudirse el salitre llegó pronto,
pronto llegaron las costas y fue cierta la bahía,
nos convencieron los acantilados.

A veces nos enfundábamos mal las mallas verdes y los ojos se abrían
y nos confundíamos como reptiles
o el pelo se nos ponía lacio, somnoliento y fingido
o íbamos por ahí con los dedos detenidos de hadas,
pero siempre había alguno que trastabillaba a medio calzón
y en seguida saltábamos y el puerto se llenaba de luces,
suficiente para seguir conversando, golpeando las mesas,
alborotando el pan. Anochecía al este de la isla.
Anochecía como una industria secreta,
un país alargado de códices, parlante y silencioso,
que averigua mástiles tras la vegetación.

Así que este es el país que crece hacia adentro,
este es el país del árbol inmenso
y bailábamos a su alrededor esforzando a las aves
a su alrededor del árbol
inmensos alígeros en sombras sospechosas
con transparencias estrictas del país
inmenso bailando
bailando
alrededor de un árbol en el país
con festines transparentes a qué son por los puertos
al pie cantando
en el puerto cantando los apaches pies peluches
sin sombra, sin sombra.

También hubo momentos en las playas lúcidas
para confesar que apenas sabíamos el nombre de los árboles
que en nuestra lengua no crecía el gran magnolio ni la menta medicinal,
pero el agua disimulaba las piernas y los cangrejos dijeron: enmudeced.

Habíamos pasado los días antiguos de andar la tabla
de esquivar las culebrinas de tambor dorado,
se nos pusieron los pies duros
y la ropa envejeció.

Al fondo, quieto, un farallón:
el tiempo empobrecido por las anémonas.
Poema escrito para la antología Serial (El gaviero, 2014):

la tira elástica del bañador deja pequeñas marcas en la cintura

«the slow breeze in the pines»

Robert Hass

Para salvar una vida humana hay que tener
la taquilla limpia y el corazón templado
Michael Newman tenía un brazo ligeramente más
largo que el otro toda clase de información sobre las aves
de Santa Monica L. A. y cierta inclinación progresiva
hacia la tristeza pesaba la playa por las tardes gaviotas volaban
al ras y se desconcentraba triste si estaría triste Pam bajo las
palmas su primer ahogado le costó cuarenta quilómetros a medio
gas entre los pinos y un reguero de pinocha estremecida en la segunda
pensó en Paul ojos azules sin saber que escribirían de su brazada
en el Tampa Tribune con los años también
con los años se adjudicó un método para el miedo a mediodía
cuando el hambre administraba mal los riesgos Newman
medía su caseta de vigilancia de un modo digamos místico y el miedo y el
calor quedaban sometidos a una figura rectangular casi casi transparente
como una cometa desarbolada por el sol o
una toma subacuática
y aun pensaba en lo extraño de titular en México el serial
Guardianes de la bahía pero la extrañeza
duraba poco y las aves volaban más bajo era la hora de ir a cambiarse
prácticamente.

ESTABULACIÓN DEL BUEY APIS

para Carlos Loreiro

Se ha hecho ya medianamente tarde y el viento
da una costumbre avara a los manteles.
Si todavía alguien quisiera trabajar los cuchillos,
cansar la corteza de los quesos o dar aquel sorbo que sobra
a una conversación vencida, deberá hacerlo ahora, con esta luz,
. venir
a la mesa de lo mayores, mover su poca silla al lugar
donde las voces ya han escogido su timbre y practican
la seguridad alegre de lo pronunciado.
Pero veréis: todo lo que se oiga en esta hora difícil
pagará con su tierna entonación
la altísima cuenta, la cifra larga de todo lo que hasta aquí
hemos dicho.

En alguna parte alguien deja correr el agua, hierve un cazo,
y la grasa
se va soltando de los platos.
Insistir, desistir, pedir más pan para otra tanda
es simular un camarero absurdo
para hacer pelotas de miga con los dedos:
el humor no acierta si no es precisa ya la puntería, y no hay
esculturas nobles en los pasillos del cansancio. ¿En qué cesta
te traerán la hogaza que no alimenta?

Tratar de pensar el día será decir los lugares en los que te detuviste:
la hornada del día con niños ardiendo,
la opacidad advertida, las geometrías disímiles que has visto
en algunos coches de ferrocarril, en la subida,
en tu regreso a la calle en Sant Pau,
la contabilidad facilísima de amigos en los trabajos de arriba –dos–
y haber pensado en Carlos Loreiro en Madrid
cuando te habló de su amor en San Petersburgo y de la abolición
de la capa gascona por orden de algún rey –el rey no lo recuerdas–,
y haber pensado también que, en caso de escribir hoy un poema, mencionarías
. de pasada
a Carlos. Eso, y el anuncio de una película con Fassbender
encapuchado y todavía héroe homérico, pura
pieza de ajedrez tallada sobre el nombre de una madera oscura que no sabes o crees quizá saber aunque
esa convicción caerá con la consulta de un precioso libro de láminas.

Desatender, atender estos asuntos, decírmelos en la edad y sus palomas,
no será una omisión, tampoco un episodio de malos modales.
Quienes conmigo se sientan a esta mesa apenas me habrán visto
agacharme y ajustar un poco más el nudo de los zapatos.
Cuando me levante, porque desde luego querré levantarme,
pisar fuerte será un deseo, sí. Por eso
he decidido ignorar mis lecturas de agricultura,
los métodos sobre el terreno, los muchos previos ensayos de tipo general
. que indican
que andamos sobre la tierra por humildad del suelo,
que el provecho de esta andadura a quien más nos asimila
es al cerdo proverbial.

Sí, así lo he dispuesto todo para mañana por la mañana.
Como esas mujeres del poema en Montale, el cántaro bien alto,
más cerca de la sed. Traer nuevas sartenes negras.
Iré con cuidado, revisaré el sermón de tapa dura.
Le he quitado sol a la ternera más puta del rebaño,
la que peina el través de la cerca, la que se envalentona con la invención.

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LA PRIMERA Y LA ÚLTIMA VEZ [Mi poema]
Jorge Arbeleche [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Recuerdo aquella cita, fue en otoño,
tú andabas preguntándome quien era,
atónita, al oír no lo supiera
pues hube de inventar, como el bisoño
se encuentra en una espera.

Después de aquella cita, la primera,
jamás otra hubo fuera la siguiente,
y hoy sigo preguntándome insistente
qué tuvo que impulsarme a que mintiera
y ser tan inocente.

Y en cambio, qué me hubiera sucedido
si armado de malicia y artimañas
hubiera penetrado en tus entrañas
haciéndolas cual roto a un descosido
usando malas mañas.

Preguntas que hoy no encuentran la respuesta
ni asisten cuando apelo a la razón,
quizás es que no existe explicación,
inútil recrearse en una apuesta
si atañe al corazón.
©donaciano bueno

Es esa la #etapa en la que vas a por uvas? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Arbeleche

Rapiña

La Ausencia es una rapiña
un arrancón un hueco un arrebato
es el sordo alarido de los mudos
es un relincho ciego un niño muerto
un ángel quemándose en el aire
es un caballo desbocado sin corcel ni jinete
es una araña roja pespunteada de negro
es el lugar donde existió un latido
un corazón en redoblante
un estallido de campanas
un huracán una tormenta
una brisa una caricia una voz
y luego
ahora
un eco sin comienzo sin fin y sin sonido.

Trazos

Mirar el horizonte cuando
la tarde se arrodilla camino
a la oración, arropar
el ojo en el oro de ese cuenco
donde nace
el bálsamo morado de los higos

porque el día
a veces
muere
en una raya roja
a veces
en una raya blanca y
a veces
no se ve

entonces trazarla
desde el enjambre en ascuas
donde germina
exacta
la semilla del aire.

Helena

Cuando vieron a Helena, que hacia
ellos se encaminaba, dijéronse unos
a otros, hablando quedo, estas
aladas palabras “No es reprensible
que los troyanos y los aqueos,
sufran males por una mujer como
esta, cuyo rostro se parece al de las
diosas inmortales”
La Ilíada, canto III

Helena

Soy Helena.
La más odiada de todas las mujeres.
La más amada.
Por mi pasión se derrumbaron
murallas y guerreros. Torres erguidas
invencibles, mordieron el olvido. Yo,
sola, les salvé la memoria.
Con el polvo se confundieron
el trono la corona y el cetro.
Todo el orgullo cedió a la pasión bella.
Voló con el humo la ciudad poderosa
la más alta la que ostentaba
la indestructible almena.
Me culparon de todo. Me otorgaron de todo.
Me privaron de todo. De nada me arrepiento
de aquello que me acusan. Fui la única
que amó con desmesura. Soy la que más amó.
Y fui la más amada. Preferí
la gloria del tálamo a la ternura de mis hijos.
De nada me arrepiento. Soy la más puta,
y acaso la más santa. Ofrendé a mis dioses
mi gracia y mi desgracia.
Mi amante fue el más bello cobarde
que Troya me brindara. Plantó en medio
de mi lecho el árbol del jazmín. Y floreció.
Él es el más hermoso,
más aún que la espuma del mar.
Igual a un dios en la batalla o en su sueño.
Mató al tiempo cuando duerme,
en el jardín de su vigilia lo detiene,
mientras yo tejo cuentos y canciones que luego
cantarán los niños y pastores
entre riscos y cabras montañeras.
El juicio de los siglos tal vez me absolverá.
Fui tan perdida así como ganada.
De nada me arrepiento.
Soy la que más amó.
Y fui la más amada.

El entrevero

feroz
es el abrazo el nudo el entrevero
no se sabe dónde empieza
o termina el dedo alargándose
en la pierna uno es todo
todo es uno arriba el pie
la boca la cabeza abajo
en vuelo lengua y labio
en combustión los nervios erizados
de estreno la piel ya desgastada
vuelta virgen carcomida a veces
a veces renacida en ritual de inocencia
u oficio de blasfemia escándalo sagrado
de lujuria en vértice y caída
en boda bestial o sacramento
en aire aspirado como hostia bendita
o masticada a dentelladas de manjar
furtivo fugaz furioso fugitivo
iguales uno u otro apenas un espejo
los separa de un lado parecen ángeles
portadores de la misericordia del otro
dos fieras desgarradas en desposorio de delirio
en ascenso y descenso por la cuesta
empinada de una cópula
culpable de inocencia

Arquitectura

Si magro el cuerpo para tanto gozo
el alma ¿adónde si no es en el cuerpo?

El de perfecta ingeniería de células y venas
el de la sinfonía coral de linfa y sangre
navegando la red fluvial de las arterias
desde la baba del bebé hasta el jugo
menstrual que al ritmo de la luna danza.
La gota en el pezón desborda
la blanca leche de la gloria.

Y el alto jazminero se derrama.

El cuerpo de púbicas llanuras
el que relumbra como el que se pudre
el cofre donde se pliega el alma
como la seda fina con el aroma
del azahar de pie. El del diseño
exacto aún para los feos. Templo
donde amantes y amados tejen el mudo
inaugural de los enigmas. El de la fiesta.
El que la anuncia y el que la despide.
El que le guarda el eco. El que camina
derecho hacia la niebla y la penetra
con todas sus antorchas encendidas.

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QUE VIVA LA VIDA [Mi poema]
Martín López-Vega [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Nacer para morir. Inevitable.
Nacer para morir, aunque no quieras.
Nacer para morir, así no se hable,
o quieras tú pedirle al olmo peras.

Nacer para morir, impertinente
a largo plazo sueños permitiendo,
nacer para morir ¿plácidamente?
y ver como la gente está sufriendo.

Morir, ¿a qué morir? Viva la vida,
Vivir y disfrutar cada jornada
pegando al discurrir una patada
negando así ya darla por perdida.

Vivir cada minuto, a cada instante
a fuerza de dudar si es inconsciente
cual agua que desprende de una fuente
se muestra agradecida como un guante.

Vivir como si ná, como si nada,
gozando sin cesar a tutiplén,
si algunos recriminan que les den
mirando sin pararse hacia otro lado.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Martín López-Vega

PARA EL TIEMPO QUE VENDRÁ

Para el tiempo que vendrá
burilamos nuestra huella,

para que sobre ella pise
y la borre,

para el tiempo que vendrá
y nos conocerá por un libro de estampas
en las que buscará a los audaces,
a los libertos, a los abnegados,
y en las hileras de iguales acomodados
reparará apenas en un estilo, en un peinado,
un motivo de risa repetida
a costa de quienes sus afanes empeñaron
en vanos prestigios fugaces;

para el tiempo que vendrá
a descubrir ruinas nuevas que revelarán
nuestros equívocos sobre el pasado,
y habrá hecho de nuestra lengua
una jerigonza deliciosa en la que hablar
de cosas prodigiosas que nunca hubiéramos soñado,

para el tiempo que vendrá y querrá saber
cómo nos amamos, el motivo de nuestro sufrimiento
y en qué nos distinguimos del triste rebaño,

para el tiempo que vendrá a culparnos
mientras nos imita, para ese tiempo también nuestro.

CAFFÈ GOTICO

(Via della Stelletta)

Soy un animal propenso a la elegía. Debe existir
alguna taxonomía que me clasifique. He aquí
el mantra silencioso del Pantheon desde hace siglos,
he aquí las palmeras felices del Gianicolo,
he aquí el oro del otoño romano. Tengo en el cuerpo
aún la mirada de la mujer de ayer en el Caffè Gotico
como una invitación a intercambiar
las generalidades animales. El tiempo es una cuchilla
y rasga el aire del día, trae otra ciudad:
tú y yo en el mismo lugar. La elegía comienza.
Veníamos de la Via dei Portoghesi,
el corazón abierto sin anestesia.
Tantas cosas han cambiado desde entonces.
Se congeló el agua en las fuentes,
se descongeló y volvió a manar, sucia.
Ahora tengo todo cuanto deseo. Pero también
algo que no quiero y me persigue:
me tengo a mí, todo cuanto ya no tengo.
Sólo soy el que ya nunca seré.

AJEDREZ

Dice: -El ajedrez tiene sus normas.
El rey está atado de pies y manos,
es la reina quien hace y deshace a su antojo.
Yo prefiero la vida diagonal del peón.

En el ajedrez no muere el caballo por la rabia,
no hay una rebelión de peones
ni es posible la locura pasajera de un alfil
que mate a los suyos o a sí mismo por desesperación
o amor. Y así será mientras las piezas respondan
a un designio ajeno, a la mano que las dirige.
Sólo es humano el enroque, el esconderse
cuando huir no es ya posible.

¿Qué sería de las piezas, si libres?

ECUACIÓN

(11-M)

Nos enseñan a resolver
pequeños problemas matemáticos:
el corazón partido por dos,
la melancolía que tiende a infinito,
las permutaciones de la tristeza y la alegría,
la raíz cuadrada del desasosiego.

También algún teorema
de apariencia extraña
pero fácilmente demostrable:
la felicidad = lo único que al compartirse
se multiplica.

Pero ¿cuál es la fórmula del sentido?
¿Cuál es el resultado de la operación
que incluye la vida perdida,
el viaje roto por la dinamita?

El Gran Calculador calla.

Y una pregunta más:
si digo que el mundo sigue siendo,
a pesar de todo, hermoso,
¿es que he hecho mal las cuentas?

OLÍMPICA PRIMERA. NADADORA

A Gemma Mengual

Gemma, todo tu cuerpo es de oro,
eres la medalla del agua
y el agua es lo mejor, el clásico lo dijo.
Tu cuerpo es el verano y yo quiero
vivir para siempre en el verano –eres tú
la placidez del estío que no acaba, abierto
como tu sonrisa, reflejo del sol en el agua.
Un gesto tuyo a flote es la cifra
de un estado de ánimo, verte sería ver pasar la vida
si no fuera porque en ti la vida no pasa, está
y ya no huye. Quién estuviera
nadando en tu postal, que es día feliz.
No eres mortal. Eres el verano,
y te envidian los delfines.

GLORIA EN EL GRAN CANAL

A Gloria Mascuñana

El día puede ser ventana Puede ser espejo
Ventana a través de la cual entra la luz que ilumina el mundo
Espejo que devuelve un contrario y deja en tinieblas lo verdadero

Hay días que
amenazan a Occidente las velas del tedio
A Oriente sólo huele a desventura
El Norte es el país al que juré no volver
El Sur es región de la que no existe mapa

Entonces
un espejismo quiebra el espejo del día
y aparece tu recuerdo
en un vaporetto que surca el Canal Grande
dentro de ti por primera vez
Vuelven tus ojos al descubrir la maravilla
Quién fuera capaz de volver a mirar el mundo con ojos así

Un espejismo quiebra el espejo del día
Gloria en el Gran Canal
Gloria en el Gran Canal

CAFÉ ATLÁNTICO

Un viejo café colonial frente al puerto
de una ciudad a la que vuelves, mas no regresas
-no hay ningún recuerdo que haya permaneciddo
salvo la lluvia de una tarde por lo demás ya lejana.
Hay al lado un British Bar pero esto no es Lisboa
y las agujas de todos los relojes corren en la dirección cierta.
Hace un año escribiste aquí, bajo el volcán, versos
que hubieran podido ser los últimos.
Haces recuento: nada ha ocurrido desde entonces
que justifique el arrepentimiento. Hoy la has conocido
-y has abierto su bolso, buscando algo,
y has entrado descalzo en su cuarto,
habeis hecho el amor de esa forma mecánica aunque hermosa
que aún sirve de alivio del cuerpo, pero no ya del alma.
Dejas aquí su nombre, Laura, para cuando se haya borrado.
Ha vuelto el ejercicio del amor, pero no su fuego.
Al menos esta vez quedará algo en la memoria:
la curva minuciosa de sus pechos,
los sonidos del orgasmo
-los mismos que repetiremos, a solas, en laa agonía.

BALADA DEL MAR DE ADRA

Mar de Adra No eres el mismo mar de mi infancia
No jugué en tus playas de arena negra
No conozco el viento que agita tus palmeras
No sé qué luz es esa intermitente en tu horizonte
ni qué coches estos que cruzan veloces hacia lo desconocido

Mar de Adra No llegué a ti por voluntad propia
Aunque esté solo Aunque ahora te hable

Mar de Adra No eres el mar que buscaba
No es aquí donde desvelaré mi secreto
No es este viento el que traerá el aroma de quien fui
No es esa la luz que habrá de mostrarme el camino
ni es esta la carretera por la que podría huir

Mar de Adra No llegué a ti por voluntad propia
Aunque esté solo Aunque ahora te hable

No te conozco Mar de Adra Ni me conozco

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MALDITOS DATOS MÓVILES! [Mi poema]
Pablo Fidalgo Lareo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cojo el móvil. Problemas. Ya sin datos.
¿Y ahora que voy a hacer? ¡Maldita sea!
Otra vez más metido en la pelea
sin poder conectarme con mis gatos.
¡qué rabia! ¡me cabrea!

Otra vez, otro salto en el vacío,
¡qué desgracia! me muero a cada paso,
no puedo soportarlo más. Que paso.
Y aunque deba de pagar ¡Me río!
Y al móvil no hago caso.

¡Tacaño! oigo gritan mis michinos.
¡Mentiroso, qué poco te importamos!
Cuando llegues a casa nos cagamos.
y no olvides jamás somos felinos
que a veces arañamos.

Asustado, sujeto a esa amenaza
no he podido a sus retos sustraerme.
Espero que no griten na’ mas verme,
que soy un facilón, una nenaza,
y dejen de quererme.
©donaciano bueno

Nuestra prolongación, el #maldito teléfono móvil? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Pablo Fidalgo Lareo

Hubo un hombre caminando por Italia

Una noche de lluvia y un hospital secreto
Hubo una enferma allí dentro
Bella como nada que yo haya visto

Hubo un gran amor un gran viaje
Hubo un ser poseído por algo que no era de este mundo
Hubo una mujer enferma
Que secó al hombre cuando llegó al hospital
Todo se definió desde entonces
Hubo un parto limpio
Hubo un vocabulario al que limpiarle la sangre
Hubo una primera vez

Hubo alguien que me detuvo en la puerta del hospital
Y entonces empecé a hablar
Dije si no me admites como a un enfermo
Admite que el mundo es salvaje y que llueve
Que he tenido que huir
Admite que quizá el verano de mi vida
Está en el jardín de tu hospital
Admite que este día ha sido difícil para mí
Y que puede que tarde tiempo en curarme

Hubo un médico traicionado
Hubo un hombre y una mujer que escaparon del hospital
Hubo después de muchas noches de lluvia
Una mañana de luz

Hubo un hombre y una mujer
Que envejecieron pensando
Será sólo un momento

Lipari

La primera regla del viaje es no olvidar
que cuando se acabe estarás muerto.
Has de viajar sin nada, cambiar tu vida.
¿Durante cuánto tiempo puede uno
encerrarse en una habitación de hotel
fascinado con las vidas ajenas?
Hemos de perderlo todo como el niño
que se dirige a la primera palabra.

La primera vez grabamos desconocidos.
Ahora nos grabamos cada noche
confesándonos ante el mar.
Venimos a la isla de los arrepentidos.
Mi forma de amar es un combate a muerte
entre un objeto y yo.

Estoy dando la cara por un sueño que aún no conozco
pero mi amor comprende que hay actos
superiores al de dar la cara.
Ya nunca tendremos vergüenza
de haber nacido equivocados.

Mi amor aprende en mi cuerpo la diferencia
entre la pobreza y la miseria.
Grabamos nuestra verdad de exiliados
atrapados en su propio viaje sin retorno.
Si recuerdas las casas de las que venimos
nuestra belleza es una exageración.

Ispica

Si dejas en el mar a un recién nacido
es capaz de nadar hasta el horizonte.
Siempre decían lo mismo
todo lo que sabes lo aprendiste
antes de cumplir tres años, antes de la separación.
No aprenderás nada nuevo nunca más.
Sigo abriendo la boca dentro del agua
para asegurarme que la sed es toda mía.

Decían solo haces bien las cosas pequeñas.
¿No crees que pelear por los restos materiales
es una forma extrema de expresar el amor?
¿No es una última pelea por la verdad
cuando ya no existe la justicia?
Siempre fuiste ajena, solo el deseo de juventud
unió nuestras vidas violentas.

Una vez entramos vestidos en el mar y fue perfecto.
Busqué el momento de vencer tu resistencia
cuando tu veneno aún no significaba nada.
Tú me amabas, me tocabas, me discutías
mientras mujeres enfermas morían a mi alrededor.
Las actrices y las furias se tocaban
a través de mis brazos heridos y de la sal.

He comprendido de una vez por todas
por qué no debía acercarme a los desconocidos.
Sé que aún he de aprender una última cosa
pero aún queda tanta vida por delante
que por primera vez no necesito darme prisa.
Tú y yo amamos esta generación de recién nacidos
que necesitan que alguien los lleve al mar adecuado
para nadar y sentir que llegarán lejos
sin ocupar el lugar de nadie más.

Palermo

Llegamos en pleno invierno y decimos
¿Hay una habitación libre para mí?
¿Un amor? ¿Un espacio que se pueda abrir?
¿Un vacío legal? ¿Hay tiempo aún para excitarse?
¿Me vuelves a cambiar las vendas?

Ahora comprendo la diferencia
entre el simple deseo de volver a la infancia
y la absoluta necesidad de renacer.
He destruido la habitación de hotel.
He renacido sin haber llegado
a reconocer en mi tragedia una primera vez.

Me seco, me limpio, me protejo del frío.
Soy envuelto por personajes desconocidos
que me hacen callar y me desprecian.
Mi historia con el teatro fue solamente
mi relación con un inmenso telón.

Mi forma de pagar fue tan salvaje
que toda mi deuda ha sido perdonada.

Punta Raisi

Algunas veces pienso que los diferentes,
los que se sintieron una vez tan fuera como yo,
me acogerán. Es falso.
Otras veces pienso que aquellos
que sufrieron en su cuerpo la represión
que yo estoy sufriendo en este momento
me acogerán. Es falso.
Otras veces pienso que mi violencia
ya no tiene credibilidad, que puede sustituirse
por la pasión, la furia y el exilio. Es falso.

¿Quién tiene una moral superior? ¿Cómo es su cara?
Nadie quiere acoger un agujero en la historia,
nadie se arriesga a caer por un lugar desconocido.
Nadie sabe cómo hacerlo suyo.

He estado tiempo midiendo mis palabras
imposibles de medir, midiendo actos
absurdos como nosotros mismos.
Yo me defiendo del lenguaje que es muerte.
Amo a un ser extremo hoy y siempre.

Mi deseo aún no contiene ese error de base
que convierte a los deseos en sagrado.

A los que vamos al teatro

A los que vamos al teatro
No nos hace falta hacer el amor
Bailamos durante toda la noche
Y por la mañana siempre hay mucho que hacer.

La condena

La condena. Bela Tarr
Solo aprendí
Que es lo mismo irse del pueblo
Que quedarse
Es lo mismo irse del teatro
Que quedarse
Que es lo mismo tener padre
Que no tenerlo
Que es lo mismo bailar
Que no bailar.

Alguien me pregunta siempre

Alguien me pregunta siempre
Por qué vienes al baile
Si no sabes bailar
Y yo le digo
-Por si alguien puede enseñarme.

Pasamos el tiempo en habitaciones

Pasamos el tiempo en habitaciones
Y por la luz que tenemos
Nadie puede saber desde la calle
Hasta dónde llegaremos
Puede que mi madre llame
Y ya no pregunte por mí
Que llame y no me lo digan
Tocaremos el techo antes de que caiga
Pero nuestra juventud está en el suelo
En el suelo de la cocina
En el del baño
Donde nos quedamos dormidos
Nosotros hablamos
Mientras ellas nos miran
Las tiramos al suelo
El suelo no está tan sucio como creemos
Podemos apagar la luz
Tocarnos el pelo
Decir lo que pensamos o no decirlo
Dormir un poco mientras ellas
Preguntan por qué tenemos que hacer esto
Si nosotros no somos así
Las dejamos solas
Y todo lo importante se enseña así
En el suelo de la cocina o el cuarto de baño
Yo aguanté más días que mis padres
Sin salir a la calle
Y mirando al techo aprendí
Qué fácil es llamar loca a una mujer
Y qué difícil llamárselo a un hombre
Lo que contáis de vuestros padres no me lo creo
Mis padres serán los últimos en llegar
Me agarraré al lavabo
No dejaré que me levanten
Lo que ellos hacían en la calle
Yo lo hago en casa
Con más dolor
Con más sentido
La casa está sucia
Y esta vez no vamos a limpiarla
Ha debido pasar más tiempo del que creíamos
No diría que somos mejores que antes
Pero si alguien nos preguntase
Qué estuvimos haciendo durante aquellos días
Creo que podríamos responderle
Sin contarle toda la verdad.

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MI MUNDO [Mi poema]
Adán Echeverría [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mi mundo se alimenta de un incierto
prejuicio, de escribir y de pensar.
A veces yo le saco a pasear
por la estrecha rendija de mi huerto
y empiezo allí a regar.

No tengo un protocolo o seguimiento
que siempre avanzo yo a salto de mata.
A veces, sin querer, meto la pata
y siento que se asoma el sufrimiento
como a una triste rata.

No acepto se inmiscuyan en mi mundo
y si alguien lo intentara le intercepto.
Yo soy así. Quizás no sea correcto.
De este reino animal tan nauseabundo
un tipo circunspecto.

No obstante sigo y sigo laborando
y a ratos más pausado aún escribiendo
y así que sigo vivo, percibiendo,
al mundo, a dios, al rey con mazo dando
y siempre resistiendo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Adán Echeverría

Llueve en Ensenada

Llueve en Ensenada
y los culpo a todos
a las palomas de la lámina del techo
a los techos encimados unos sobre otros en estos montes
las casas que se juegan el equilibrista entre los cerros
las mujeres que caminan hacia arriba
y hacia abajo y hacia arriba
Llueve en Ensenada
Allá los delfines y la bruma
y la llamada del barco de las 12 de la noche
los nuevos misterios peregrinos oceánicos
Llueve en Ensenada y todos me decían que No
que todo era polvo y migraciones
que todo era sequedad y
¿qué harás para darnos agua, dime?
Pero llueve en Ensenada
y desde esta habitación la memoria te persigue
Desde arriba seguirás mirando la bahía
y esos delfines que juegan con la espuma
los cangrejos violinistas
inmensas gaviotas grises blancas gordas de sangre
y este desamparo en que me pierdo tan cerca de tu nombre
tan lejos de tu encierro de sal

Un dolor hay en el pecho

Me recuesto en la silla en esta abierta biblioteca
y un dolor camina sobre el pecho
los caballos están llegando ¿iremos al encuentro?
que la noche se adelante al sueño
que la noche se adelante Noche quebradiza
tus dolores comparsa y mi sonrisa a medias palabras
Hay un pequeño dolor en el vientre
en los ojos el agua arde arde arde
y sé que no estoy bien
que el café de siempre se convierte en vino
oh mesías de mí o mi mesías: do you talkin’ to me?
No sé la fecha
pero el cuervo canta canta canta
y las luciérnagas enseñan el camino
Caeré en el pozo lumínico de esos corazones
que me esperan en la casa ¿qué cosa esperan?
¿mis ardillas insaciables? la luna cara luna carísima
y el sol en las monedas ¿dónde estás señor?
¿en el inodoro?
la otra noche vino jesucristo a decirme en sueños
toma tu mujer e hijos y huye a disneylandia
que el huracán se ha pervertido
Los caballos siempre los caballos
mis hijos en el lomo arre caminaré los cielos
las escarchas de la nieve y cuando vengan las lluvias
despertaré a mirar las luciérnagas trepadas en tu vientre

Me recuesto en la silla de esta biblioteca
con el dolor de pecho y sonrío
Ven putita ven a doblarte de rodillas
la muerte mira la agridulce felación
vendrán tiempos mejores
cuando la gusanera sea el tobogán de escape
Dile a jesucristo que cuando mande a sus caballos
no nos llene de estiércol la bóveda celeste

Detened las atrocidades

Uno despierta antes que el sol
se tiene que levantar para la milpa
para dibujarse encima del océano
para caminar los árboles subir camiones
preparar la comida de los nuestros
Uno se levanta y respira profundo
se cuelga la mañana en la sonrisa
y si hay tiempo bebe café
Recuerdo a mis abuelos y a mi madre
quemar tortillas para el agua caliente
e imaginar el café negro.
Uno se levanta entusiasmado
la mañana igual se mira profunda y abierta
Luego vienen las ideas los recuerdos la nostalgia
a rezumar la líquida memoria
y uno sabe que tiene que andarse con cuidado
Porque la milpa es peligrosa
el océano la cañada el caminar por la montaña
el subir elevadores o andarse por el metro
atravesar mercados y valles para llegar al trabajo
o al aula de la escuela Todo es peligroso.
Uno se mira solo y recuerda a los hermanos
hijos amantes las madres doloridas de abandono
en la búsqueda constante del milagro
: saber si los desaparecidos
retornarán sus pasos.
Uno se mira solo Se sabe solo
Se esconde entre la noche
Es la historia de las desapariciones
el miedo a los caminos
En los ferrocarriles
los tranvías y todas las autopistas que nos conducen
a la decadencia. Uno lo sabe
lo anticipa Pero no logra comprenderlo.
Detened los días los relojes
Lavad la sangre Sacar su olor a través del miedo
Y uno se levanta antes que el sol…

Despertar

y no recordar las noches pasadas
y no reconocer el techo y las paredes
ni las fotos colocadas en el buró de la cama
ni las propias sábanas
y no encontrarse los pantalones
los calzones y los zapatos
buscar el interruptor de la luz
en esta oscuridad que aún abraza
escuchar en el silencio los murmullos
saber que hay alguien a un lado de nosotros
y no reconocerlo
sonreír al absurdo
seguros que lo repetiremos

Mater duricísima

¿Qué suena?
Tantos corazones anaranjados corazones anaranjados
¿Qué ruido?
Es el gemido de los alumbramientos
¿A qué hora nos dimos por vencidos?
Cuando la palabra madre planeó sobre los bosques
y las montañas todas dejaron su renacer de ríos
Ahí está mamá
nos espera junto a la bahía
los oleajes del desespero no pueden con sus piernas
está de pie con las alas extendidas recorriendo amaneceres
en mi cuerpo
¿Qué suena?
Tantos corazones en el latir de brisa nueva
De nuevo es ella a la conquista del oficio
Ellas a devorar mercados con las manos siempre inquietas
a remover la plastilina de las uñas
a mirarse en los espejos siempre recias hermosas gesticulan ordenanzas con los amplios senos que nos amamantaron
y tanta noche en vela
Ahí está mamá……..decían
Yo sólo veo el sol cuando me habla

Náufrago

Los poemas me han abandonado
me han dejado en este inmenso mar a la deriva
no me han quedado más que las estrellas
que danzan en el firmamento
mientras mi cuerpo flota

Los poemas eran aquella firme isla en la que habitar
pero he sido expulsado de esa patria
apátrida y caído en la desgracia
esperaré por las gaviotas
que se han de devorar mis ojos
y arrancarán esos pedazos
que alguna vez me fueron dando forma

esa habitada palabra entre mis cejas
salió con la sal hacia otras mentes
navego
náufrago de voz.

El saber

A veces quiero un disparo bien dado en la frente
que pueda poner al día todas mis ideas
que pretenda llevarme cerca
de la realidad
y acariciarte oh maldita vanidad
irresoluble
en el camino quedan los sueños
la maldita materia de fallidas esperanzas
a qué rendirse
a qué luchar
permanecer
siempre
estático
sentir el proyectil
el plomo
el golpe
la fuga
a veces me es necesario ese disparo
para saberme verdaderamente
inmortal.

Debo dejar de ser amable

Contigo no puedo seguir adelante
contigo la luz
es demasiada para esta oscuridad que permanece en mi rostro
No es cosa del amor o de arrebatos
sino del tiempo en que nos hemos decidido a romper
romperlo todo sin medir las consecuencias
con la seguridad de poder mirarnos siempre

Las batallas cariño son eternas
y en el acosarnos qué cosa nos resuelve
hay que dejar aparte los enredos familiares
y esas múltiples economías en que jamás logramos coincidir
que lo de la pensión que lo de la ropa de los niños
¿acaso es que la luz de mi piel no puede bastarnos?

A mí me bastan los besos en la madrugada
y escuchar el ronroneo de los niños al soñar
pero no basta este mercurio en que nos hemos cocinado los sueños
hay siempre más para poder medirnos en el sufrimiento
¿acaso los adioses cortos? ¿acaso los reclamos de todas las tardes?
en pájaros negros se nos van las alegrías cariño
y a qué cosa debemos tanto el sueño

No hay más bebé
tú tienes que partir en estas madrugadas de silencios
y yo
tendré que enterrarme de nuevo en otras carnes

Tengo que dejar de ser amable contigo
tengo que hacerte rabiar
tengo que escupirte al rostro y en el pecho
toda la suciedad de mi alma
para que al fin
en cada lágrima se vaya diluyendo
la hipócrita esperanza de un nosotros
que ya nada propone

El último trago
será a la media noche.

Salida de emergencia

Hoy contemplo lejana la salida
esa claridad ¿espejismo?
Escondo el rostro dentro del gemido
porque el grillete ni siquiera eres tú
es el amor que me cerca en sus espinas
y cómo duele

Quiero salvarme de ti.

Bloqueo de escritor

Esta hoja blanca me sacó la lengua
esta hoja blanca no se deja rayar
esta hoja blanca se sacudió las letras
esta hoja blanca
hoy se siente victoriosa

Esa noche me levanté sin la sombra
para usar de bastón la palabra
Camino al escritorio
al apuntar sobre la hoja blanca
la palabra se quedó sin rostro
y tropecé con el poema.

La noche junto al río

Junto al río un árbol crecido de ramajes
y en cada rama un gorrión enrojeciendo
Se abrió el gorrión para que el canto escapara
y el canto flotó sobre el río
se fue enredando a las ramas del árbol
Bajo el árbol se nombraron tantas veces
se llenaron de pasto los cabellos…Se fueron abriendo
la noche entre los cuerpos……los cuerpos para el día
Se abrieron tanto el amor que se les metió el canto
y en cada canto el gorrión palidecía
El río se fue secando entre los cuerpos
el árbol junto al río
Se fue secando el amor
y ahí…………en el pasto
donde tantas veces se rodearon la carne
quedaron enmohecidos.

Yo me pregunto

¿qué son las historias si no un poco de ficción?
¿No es el oleaje el que siempre nos trae un pulpo hacia los ojos?
Me pregunto por el sabor del café
el aroma del chicle y el escozor que deja la orina en los labios
Y es que de tanto preguntarme me fui quedando ciego
Yo me pregunto: ¿y el destino? ¿cuál es su fuente mágica?
Hay un millar de hormigas caminando por mis huesos
y una poca de hierba que no me deja alimentar
Un brazo de árbol quebradizo y el origen de la incontinencia
qué linda eres mujercita con tus pies descalzos
Yo me pregunto si es el lodo el que te asusta
………………..o la puerta al final de mi cabeza
Hay un millón de ratas jugando con tu carne
y un puñito de aceitunas ajustándonos el vientre
……………………Por eso siempre me visto de gris
y cuando puedo me digo en un susurro
…qué hay de las historias sin un poco de ficción.

El hombre feliz

En esta encrucijada espero por el hombre feliz
He visto pasar carretadas de payasos
esos convertibles rojos que siguieron hacia el norte
mujeres con los ojos pálidos de amor
pasaron también de rodillas
Tres niños pasaron corriendo
el primero con el cabello largo y el rostro lleno de pecas
la segunda era una niña gorda con el vestido azul manchado de pastel
el tercero un niño con el sombrero de paja y los pantalones rotos
La cruz del pavimento que no termina de crecer
se convirtió en círculo
porque los niños descalzos giraron y giraron
Me vieron y se quedaron silenciosos bajo mi sombra
¡eah vamos sigan su camino! aullé
El gran ojo del sol fue diluyendo entre las nubes
cayeron gotas
los niños y la niña gorda me salpicaron los zapatos con sus ganas
tuve que correr tras ellos para castigarlos
exhausto caí sobre los charcos
su risa me mordía los pies descalzos
El hombre feliz jamás llegó a la encrucijada.

Puritana

Si en vez de hacer el amor
hiciéramos algo neutro
como regalarnos pay de manzana
los cuervos de nuestras noches
serían anaranjados
y todos tomaríamos limonada
en el amanecer

El corazón es una barra de hierro forjado
trabaja noche a noche en conquistar su alegría
cincuenta telarañas le protegen la honra
y secan los garajes de inhábiles días
el mexicano canta
el mexicano baila

el corazón es la pastilla para este mal de amores
abierta superstición para reconocerse
una mujer recoge las frutas rodadas por el suelo
y desde los altos techos oferta la semilla

el corazón se despedaza en arco iris
es el neón creciendo en avenidas
el cinturón armado para el baile de los cuerpos
el mexicano grita
el mexicano traga

el corazón se colma en los jardines
ella siempre a tiempo con la tarea intacta
cuenta un borracho las líneas para llegar a casa
el corazón le sangra el corazón de alas

el mexicano es un disparo doble
ríe desde lo alto
llora en los callejones
y ahí….ante las fronteras
el mexicano habla una lengua
que apesta tanto a muerto

con la sandía en brazos sigue haciendo fila
canta su ronda eterna a los fantasmas
hay una anciana cargada de mentiras
una cueva que aun esconde a los ladrones

porque bajo la luna los soldados se desnudan
y junto a cada hilera de púas se ponen un zapato
confunden la cebolla con el cuarzo
y en cualquier habitación se besan las axilas

el mexicano es un gorrión tirado a media calle
el mexicano ama el mexicano ladra
sol derribado dobladas las rodillas

las mujeres ríen la carcajada frutal
la lluvia regurgita
el corazón del cielo el corazón de helio
plomizas nubes encima de nosotros
debajo sólo las canicas

el mexicano corre desnudo ante la lente del fotógrafo extranjero
como un elixir ácido se esparce con el viento

el mexicano sube a la cuerda floja
grita desde lo alto:
¡Arriba el mole de guajolote!
……………………………………..y en plena carcajada
………………..salta sobre los charcos de la ciudad

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AQUÍ DONDE AHORA VIVO [Mi poema]
Nicté Toxqui [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Un punto en el universo
en esta tela de araña,
yo una extraña musaraña
que no sabe hacer ni un verso.
Donde presumen de ser
mejores y diferentes
del de al lado, de otras gentes
que pululan por doquier,
como virus de migraña,
en un país que es España.

Indigente, un pordiosero,
un malaje, un mal nacido,
sinvergüenza y descreído,
un extraño, un forastero,
un sin dios, patria ni rey,
tan ajeno a los presentes,
que intentó tender sus puentes,
sometiéndose a la ley.
Y aunque anduvo prisionero
nunca sirvió a un desafuero.

Una mosca cojonera
que vino y que supo que
el que antecedió se fue
como le ocurre a cualquiera.
Que ha vivido en mil lugares
y en todos sitios ha visto
a tipos dándose el pisto,
pretenciosos a millares,
paseando a la bandera
del sol que a la sangre altera.

Pintando el mismo perfil,
pues dios todos ser quisieran.
instigando ya que esperan
ser jefes de otro redil.
Seguidos de apesebrados,
de adoctrinados y lerdos
que se muestran como cerdos
sucios y descerebrados.
Olvidando estos obsesos,
que son de sus egos, presos.
©donaciano bueno

A qué obedece eso de #ser_de...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Nicté Toxqui

En la mañana me clavé una astilla.

Para sacarla tomé una aguja
y empecé a descoserme la piel
poco a poco hasta llegar
a la superficie
debajo
de mi superficie.
No sé nada de leer la mano
pero la astilla atravesaba
la línea de la vida.
Tampoco sé de premoniciones,
pero todavía me arde y punza.
A mi epidermis pertenecen
limbos con traspatios
donde la sangre no logra
llenar mis líneas largas
que prometen años, amor
y otras cosas menos esenciales.
Aún con tantos intentos
la astilla no quiere salir
por completo. Se asoma
y se esconde
como si quisiera pertenecer
a otra cacerola.
Pero no soy tan tibia
como se piensa,
y sobre todo
soy ajena
a los hervores y quemaduras.
Sucede que las cosas
me atraviesan
o al menos intentan
aferrarse a mis lugares
más sensibles.
Yo también poseo
algunas astillas sueltas.
Es la fascinación
de mis heridas
y su cicatrización
lo que hoy descubro
cotidiana, sin extrañeza.

Un muchacho me explica cómo manducar guayas.

Yo lo dejo hablar porque el sur brilla en nuestro vocabulario
y nunca será tarde para volver a casa
si nombramos lo que nos hace agua la boca.

Olvido cómo se llama por prestarle atención
a la cáscara verde y delgada
que se riega por la comisura de sus labios.

Él no pregunta cómo me llamo.
La guaya es una fruta a la que quisiera
pedirle prestado un nombre.

Guarda la cáscara y la siembras, dice
a ver si entendiste cómo pelar la guaya
hasta sacarle jugo.
Y me da tres frutitas.

No recuerda que llevarse los objetos a la boca
es una forma de reconocer el mundo.
No encuentro el silencio para decirle
que yo desde niña reconozco
el sabor vinoso y agridulce
de la guaya y otras cosas.

Saco dos semillas de mi boca.
Las observo en mi mano
y observo al muchacho.

Imagino un árbol de guaya
alzándose en el centro de la casa,
quebrando el piso.

Me pregunto si tendré la suficiente buena mano
para hacer que todo crezca
en medio de la nostalgia,
si la cuchilla para recolectar los frutos
no será usada para tajar el árbol
con el pretexto de una plaga.

Él no sabe que yo sé
que el árbol de guaya es hospedero
de la mosca negra de los cítricos.
Me pregunto si a todo lo que se puede llevar a la boca
le corresponde un precio.

Estoy cansada de masticar mis propias palabras.
La carencia es tan peligrosa
como la saliva de la mosca negra
que anestesia y muerde en los días más calurosos.

Engullo la última fruta.
Prefiero al árbol de guaya dentro de mí.

Apuntes para una casa entomológica

1
Abuela colecciona
una plaga que amenaza en lento

una abuela podría coleccionar cualquier cosa,
poner cualquier cosa, de cualquier modo,
en cualquier mueble,

sólo una que es mi abuela podría

poner ahí en el mueble único rincón de la casa
como si la casa se redujera a unas maderas
articuladas
conservadoras
de cualquier carne
cajas
homicidas

En el armario vive
un centro de orden que protege
la casa contra un desorden sin límites

todos construimos una idea de casa
y son temibles triunfos

2
Una habitación propia se vuelve ajena
Hay una silla menos en el comedor
Un espacio vacío como la falta obvia
de un hígado o una arteria interrumpida
(las tantas maneras de no decir

economía de palabras)

A veces recordamos
formas de nombrar
lo que nos pertenecía

Apenas nos deshicimos de los
diarios o periódicos que dicen

Años y cuerpos de tinta
nos manchan las manos

Nuestros lugares linfáticos
se pueden llamar memoria
hongos o polvo

3
La búsqueda profunda
conlleva el tanteo
de lo que no se está
buscando

Una huella barrida
antes de la metamorfosis

Quintane observa
ciertos muebles sirven de zócalo a otros muebles

Zócalo es el librero más agujereado

Por cuanto más se barre más
visible se vuelve el escombro

Enfermedad forestal o gula de almidón:

los pedazos de la casa se llenaron de borlas café

No saber que era residuo de librero
No saber que era excremento de gusanos
No saber qué era la mierda del derrumbe

4
Buscamos lo que pueda articular
el verdadero nombre de la plaga
El lugar donde ocurrieron
los primeros hechos relevantes
La primera polilla
Su colonia
Los motivos
El síntoma
irreversible

Sabemos que buscan lugares oscuros
porque nosotros también los habitamos.
Sabemos que algunas especies
pueden vivir en perfecta armonía,
fuera de la depresión mirando
tele y novelas por nostalgia

Aun si la huella de carcoma es clara
allí reina el orden o aquí el orden no es un reino
el derrumbe voluntario no es opción
en una casa que nos incuba todavía:

pequeñas larvas al calor
de bombilla en invierno

5
la polilla está frente a mí y a veces pienso en el odio. come por el placer de vivir. el autor agujereado. mi abuela preguntará por su libro. preguntará por los demás cadáveres. una buena forma para decir adiós. el lado fácil de la gente difícil. despierta que la vida sigue. a veces pienso en una mandíbula descolocada. una abuela con mandíbula rota. sin lagrimales. sacúdela dice. mátala. acerca una bolsa. vamos dice a asfixiarla. pienso en el odio. la polilla está frente a mí: alcanzo diccionario

Ternura.
f. Actitud o acción amable y cariñosa.
Requiebro.

Bostríquidos

(Fragmentos de un homicidio
que nos quieren hacer olvidar
por la mañana)

no un día a media tarde, no una hora casual, cuatro de la tarde o cinco, no oscurece ni el velador chifla. Decir las diez y todo sereno también es la intemperie nocturna, humedad y frío, alergias, gripas

Ese día se trasluce con muchos otros

la obsesión de entender lleva a la ruta del abuelo que va por jugo de naranja todos los días de la semana, excepto a las once de la mañana que camina como cualquier vecina en chanclas y saluda
quiero imaginar que algo le advierte del algo Es sábado sumergido en la calle mal pavimentada quiero pensar que él también tenía una llave porque si no tenía llave las cosas pueden mirarse desde el picaporte sin necesidad de abrir Pienso hubiera sido mejor esperar al hedor o extrañamiento
la ausencia representada en la silla del comedor

pero nunca es obvia la muerte

Según el protocolo único para la investigación en el delito de homicidio,
El Ministerio Público tendrá que tener en cuenta diversas cuestiones referidas
a los aspectos generales de la investigación en caso de muerte,
la investigación ministerial debe centrarse en las causas de la misma
e identificar el cuerpo con celeridad; analizar el reproche al imputado
mediante los posibles motivos en el accionar de la persona;
tomar en consideración las medidas de prueba como la necropsia,
exhumación, análisis de restos óseos, entre otros peritajes,
con el propósito de revelar signos de agresión o de tortura
y llevar a cabo el interrogatorio de testigos bajo el principio de libertad
de declaración con el objeto de recabar
información necesaria para la investigación

: Pero yo tengo muchas preguntas y nadie quiere resolverlas

¿Podemos guardarlo en una maleta
como si pudiéramos trasladarlo a nuestro antojo?
¿Puede caber un cuerpo entero sin ser descuartizado?
¿De qué están hechos los féretros si no es de cedro
para que no habite ningún otro gusano sino los propios?
¿Cómo son los carroñeros que llevamos dentro?
¿Hay algo acaso más cariñoso que unas mandíbulas
deshaciendo cada milímetro de nuestra carne?
¿La descomposición es también un acto de amor?

Traté de conservar su rostro en formol
pero fue más efectivo escribir su nombre
entre las libretas de mi primaria
Todavía no lo conozco. Solo puedo
escribirlo de dos maneras
sonriendo
y sangrando.

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NUNCA FUE SU DUEÑO [Mi poema]
Agustín Fernández Mallo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que nunca el dueño fue. Y es que su vida
siempre anduvo al albur de los vaivenes,
sus padres, sus abuelos y sus genes,
el dÍa y el lugar de su venida
al mundo y sus andenes.

Y no se decantó por un idioma
y el dios al que venera le fue impuesto,
y no eligió el rebaño. Que cabestro
es ser bobo, rastrero, la carcoma
que come algo indigesto.

Después siguió abrasándose en la hoguera
intentando ser él. Y navegando.
sacando la cabeza y sorteando
poniéndose y quitando la guerrera
y a todo dios retando.

Y es así que acabó como un veleta
a golpes de trompeta manoseado.
No tiene vuelta atrás. ¡Qué enrevesado
saber que del azar es una treta,
que él siempre fue un mandado!
©donaciano bueno

Venimos con una #mochila a las espaldas? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Agustín Fernández Mallo

Poesía con matemáticas

Describe la bola el movimiento parabólico y traza
en su espalda la golfista un arpegio equivalente.
Se tensa el cielo y los pechos
más mercurio que nunca completan la silueta
del océano de césped,
a contrapelo
llueve.

La geometría del agua no supera
al golpe seco de silencio cuando jadea la atmósfera y toca suelo.
Esfera contra esfera. Se apagan
(expectantes y sin fondo) tus pezones, ventanas
del hotel de playa en invierno
(suena el claxon, tu marido espera).
Ningún caddie te elegía
los palos como yo
___
La soledad no tiene dimensiones.
La soledad es un extrarradio moteado
de irreconocibles objetos,

[aguarda la materia
la pata que le devuelva fe en su silueta]

un cuerpo se mueve entre ellos,
la soledad se hace doble;
por fractal aritmética
se reduce a ½ al mismo tiempo.
___

La casa convierte en 3 las 4 [infinitas] dimensiones de los sueños.
Las 3 de la casa las reduce a 2 el papel.
La escritura contrae ese papel a un hilo de tinta de dimensión única.
La metáfora concentra lo escrito en un punto sin dimensión y se propaga infinita sobre lo escrito:
regresas a aquellas dependencias del sueño. Por la noche
llegas a casa, encajas
la llave en la cerradura. Se pone en marcha
un mecanismo solo a ti reservado.
___

…¿Nacer? Una fecha, una cifra.
¿Vivir? Sus decimales.
¿Qué cifra es la muerte? dices.
Donde comienza el periodo…

Antibiótico

(FRAGMENTO de próxima publicación en mayo 2012, Visor)
la esperanza cóncava que se forma
al mear sobre nieve,
mapa:
genoma y cassette de territorio,
el cuerpo:
fundir pistas, alterar pistas,

vemos en el alma cristal,
materia pulida,
pero es rugosa y en sus crestas
radiaba incandescente el espectro
de lo que vendría,

los valles tampoco eres tú,

un átomo emite un electrón
y reordena el mundo

[repetimos]

un átomo emite un electrón
y reordena el mundo,

aunque hay flashes y humus allí abajo
los acordes están hace tiempo repartidos,
pasa un coche

sin luces, se lleva por delante
todo cuanto le es irreversible: su propia luz,
la mujer que cruza de acera, una bolsa
de basura que

emite sus residuos
y reordena el mundo,

en el mismo centro de masas de tu edad
no hay masa, luz
que avanza a hachazos
hasta la bombilla desnuda del dormitorio

[agua, espacios blandos],

toda bombilla es polvo de orina,
incolora pupila,

me apago, y una ninfa susurra desde el televisor,

tranquilos, vengo del futuro
para traeros algo mejor,

y sin embargo faltan muescas
en mi sistema métrico decimal,

encontraste un papel con grasa
del primer bistec de la Creación, latas
de Fanta Free aplastadas,
el envoltorio de unos Panini de Knorr
que se venden a pares por si se vive a pares,
[y contienes la risa] residuos de un espacio tomado
por la sordomuda expansión
de las costumbres,

una tecla muy rara en mi teléfono
concentra todas las letras en ceniza
[también las no escritas],

y fresas y monigotes copiados
para un jersey tricotado, tira del hilo, una luna
llena de quimioterapia,

qué cubo de hielo en un desierto
hubiera sido tu nariz operada,
damos vueltas a la Tierra en espiral para pensar
que todavía es plana, que el Equipo-A y Jorge Luís Borges
no son la misma cosa,
que el verano es
el aparato cazamosquitos en su enchufe: vigila
cada noche el Universo por ti,

pero tarde o temprano amanece, el sol,
tabulado en la persiana indica
que su verso es siempre el mismo verso,
y que además

está vacío,

suspensivos de luz,
pero, ¿qué luz?,

un átomo emite un fotón
y oscurece el mundo…

Un poema sin título

Hay una aparente paradoja en todo esto:
el agua es transparente pero oscurece la ropa,
hacemos cola en el fast food
(graffiti-comida), nos gusta la Nocilla,
el café aguado, el aire
que revuelven tus dedos y no vuelve, la vista
de la calle a través del cristal manufacturado.
Nos gusta lo que, existiendo,
no existe,
comprar camisetas blancas y zapatos caros,
silbar aquella canción de Roxy
fue la señal, nos gusta, sobre todo,
pensar el cielo en la tierra,
saber que tenemos razón para que
nos traiga sin cuidado tenerla.
Nos gusta comprar discos repetidos
de Esplendor Geométrico, vivir
una manzana más abajo de la cabeza de Newton,
(llovió y no quiero secarte el pelo, árbol de navidad de agua)
nos inquieta la pregunta: por qué los aviones
toman tierra y no derrapan, por qué los libros
son más altos que anchos, por qué el amor
(solución de una ecuación irresoluble) finge
su existencia.
Sabemos que el firmamento es cavidad resonante
de mensajes que se perdieron, y de aquellos que nos llegan
el emisor ha muerto. Sabemos la contradicción
de guerra humanitaria, que gana
quien derrama más sangre y después escucha
(graffiti-concierto) a Bach en los escombros del patio,
yo mismo a veces creo haber defraudado tanto
que me entregaría al cuerpo de cualquiera,
a lo que es pura ruina y carencia
y como el agua oscurece.
Me muero por piratear esta noche
los 50 gigabytes de tus pezones,
y qué más da Punk No Dead que Opus Dei Forever
si te imaginas que al final el cielo fuera sólo un anuncio
de papel Albal nos tararea Sr. Chinarro
en la ranura de tu sexo. Hay una aparente paradoja
en todo esto: envasado al vacío nos vendemos tiempo.

INSTRUCCIONES PARA HACER UN POEMA

teorema de descomposición temporal
en factores idempotentes:
la vida de cada persona podrá trocearse
en los siguientes pares temporales:
un momento
[infinitesimal aunque infinito] en el que no se quiere seguir viviendo,
y al instante otro
[de idénticas dimensiones] en el que se desea más que nunca
continuar.
Así, la suma da cero.

demostración: no importa
la cantidad de tiempo que inviertas
en crear un poema,
importa que parezca
haberse creado en un instante y solo,
que solo te atraviese,
que solo desaparezca.

Como si hubiera perdido la fe en el sueño

Desde que en 2013 se confirmó la existencia del bosón de Higgs,
el vacío no es la nada, sino un lugar lleno de partículas.
Queda así la nada reservada para el lenguaje de la poesía,
las religiones, el ámbito de lo que algunos llaman lo difuso.
La realidad, por mediación del lenguaje, como un río
se ha creado a la vez que escindido.

Ello me plantea un problema, radical duda que se hunde
en el lodo de mi lenguaje aprendido:
buscarte en el vacío o en la nada, en cuál
estás tú ahora.

Mordemos el anzuelo de agosto, por la noche
mis cuñados y yo salimos al corral, un cigarrillo,
uno dice que el suyo es de contrabando y entra
en sus pulmones todo el Atlántico que lo trajo, el otro sueña
con tumores y fractales y pareciera que allí afuera
estuviéramos también fuera del mundo.
Las ventanas mostraban una luz que ya no nos pertenecía.
Las montañas no son románticas, sólo reales, digo.
El canto de los grillos sugiere una sola alma.
Comentamos algo
de una crisis financiera que pasará y se llevará
nuestra parte iluminada
—Ia casa emitía luz por otras muchas rendijas-,
el azul de la ceniza será la primera incandescencia
—¿no ves acaso fuegos fatuos en los ojos de los gatos? —.
El agua y la tierra de río no comparten
naturaleza pero envejecen al mismo tiempo.
Alguien nos llama para la cena.
Tres colillas aplastadas a punto
de formar una letra.

Esta noche el objetivo es aumentar de volumen, imitar
al agua que no corre,
alcanzar el estado del hielo.

A la luz blanca le brotan colores para anunciamos
que se va al recreo, al lavabo, de vacaciones,
pero va de compras

—la luz compra el mundo, siempre ha querido comprar el mundo,
ocuparlo todo es su misión, nunca ha descansado y nunca descansará, incluso los agujeros
negros se hallan saturados de luz, auténticas multinacionales de la luz—,

pero aquí, ahora mismo, es noche cerrada
y la de las estrellas no satisface lo anteriormente dicho
—mucho menos la de la luna: llega con la suciedad
de lo adquirido en segunda mano—.
El páramo se curva más que el ojo, así que
es inmenso, el viento husmea en el frío un boquete de salida.
Algo brilla entre unos matorrales, me agacho,
una tarjeta de crédito.

La había perdido años atrás, las espinas de los cardos
perforan la banda magnética, roedores han limado
la media luna de sus dientes en la fecha de caducidad, un manto
de liquen cubre los dígitos de control y mis apellidos,
no mi nombre,
me dejan huérfano.
En seguida recuerdo:
mi primera cuenta corriente, Caixa Galicia,
un amigo había dicho
«así me ayudas a que me prorroguen el contrato,
después la olvidas y ya está».
La meto en el bolsillo —un acto reflejo—.
Al instante la dejo donde estaba.

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SER HOMBRE, ESA TAREA… [Mi poema]
Marcos Ana [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Ser hombre, esa tarea tan penosa
y además de ser hombre, ser honrado,
hacer que sople el viento de costado
y luego aparentar que es cualquier cosa.

Fingir que se entusiasma ante una rosa,
quererse no mostrar sensible al llanto,
(que nunca ese trabajo es para tanto),
sobre el canto encendido de una losa.

Ser hombre, ser valiente o no ser nada
pues que aquí nunca caben medias tintas
y no existe el derecho de pernada.

Ir a bailar, siendo amo de la pista,
el dueño y defensor de la manada
siempre presto en estado de revista.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Marcos Ana

Autobiografía

Mi pecado es terrible;
quise llenar de estrellas
el corazón del hombre.

Por eso aquí entre rejas,
en diecinueve inviernos
perdí mis primaveras.

Preso desde mi infancia
ya muerte mi condena,
mis ojos van secando
su luz contra las piedras.

Mas no hay sombra de arcángel
vengador en mis venas:

¡España! es sólo el grito
de mi dolor que sueña.

Mi casa y mi corazón

(sueño de libertad)
Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.
Que entren la noche y el día,
y la lluvia azul, la tarde,
el rojo pan de la aurora;
La luna, mi dulce amante.
Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.
Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.
En: Te llamo desde un muro).

Imaginaria

Al pintor Miguel Vázquez.

Al que sorprendí una noche llorando
en la cárcel de Burgos.

Oídme amigos. He visto
con los ojos soñolientos
algo que quiero contaros.
Es la madrugada. Un preso
enfrente de mí despierta.
Se incorpora sobre un codo.
Lía un cigarro. Se sienta.
Mientras fuma tiene ausente
la mirada, como dormida la frente
(Sueña el viento en la ventana)
Tira el cigarro. Se inclina.
Saca un pedazo de pan,
se lo come lentamente
y después… rompe a llorar.
(Quizás no tenga importancia…
Yo os lo cuento)
Ya sabéis que a mí las losas
me han gastado hasta los huesos
del corazón,
pero ver llorar a un hombre
es algo, siempre, tremendo.
Y este preso no es un árbol
que se ha roto. Sigue ileso.
Pero de pronto ha venido
todo lo “suyo” a su encuentro
en esta noche tranquila…
Con su dolor en mi pecho
le miro. No puede verme.
Sus ojos están muy lejos.
Sus ojos cerca, llorando
tan suave, tan hondamente
que apenas si mueve el aire
y el silencio.
Un “alerta” le estremece.

(Por el patio
se oye cruzar el relevo)

La vida

¿La vida?

Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río,
cuando se cubre de pájaros.

Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.

Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves
como la choza de un pobre.

Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.

¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?

¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una sepultura
y la canción de mis losas?

Veintidós años… ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma…

Escribo a tientas: el mar, el campo…
Digo bosque y he perdido
la geometría de un árbol.

Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.

(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario).

Decidme cómo es un árbol

Decidme cómo es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las estrellas, del aire.

Recitadme un horizonte sin cerradura
y sin llave como la choza de un pobre,
decidme cómo es el beso de una mujer,
dadme el nombre del amor
no lo recuerdo.

¿Aún las noches se perfuman de enamorados
tiemblos de pasión bajo la luna
o solo queda esta fosa,
la luz de una cerradura
y la canción de mi rosa?

22 años, ya olvidé
la dimensión de las cosas,
su olor, su aroma,
escribo a tientas el mar,
el campo, el bosque, digo bosque
y he perdido la geometría del árbol.

Hablo por hablar asuntos
que los años me olvidaron.

No puedo seguir:
escucho los pasos del funcionario.

Mi corazón es patio

La tierra no es redonda:
es un patio cuadrado
donde los hombres giran
bajo un cielo de estaño.

Soñé que el mundo era
un redondo espectáculo
envuelto por el cielo,
con ciudades y campos
en paz, con trigo y besos,
con ríos, montes y anchos
mares donde navegan
corazones y barcos.

Pero el mundo es un patio
(Un patio donde giran
los hombres sin espacio)

A veces, cuando subo
a mi ventana, palpo
con mis ojos la vida
de luz que voy soñando.
y entonces, digo: “El mundo
es algo más que el patio
y estas losas terribles
donde me voy gastando”.

Y oigo colinas libres,
voces entre los álamos,
la charla azul del río
que ciñe mi cadalso.

“Es la vida”, me dicen
los aromas, el canto
rojo de los jilgueros,
la música en el vaso
blanco y azul del día,
la risa de un muchacho…

Pero soñar es despierto
(mi reja es el costado
de un sueño
que da al campo)

Amanezco, y ya todo
-fuera del sueño- es patio:
un patio donde giran
los hombres sin espacio.

¡Hace ya tantos siglos
que nací emparedado,
que me olvidé del mundo,
de cómo canta el árbol,
de la pasión que enciende
el amor en los labios,
de si hay puertas sin llaves
y otras manos sin clavos!

Yo ya creo que todo
-fuera del sueño- es patio.
(Un patio bajo un cielo
de fosa, desgarrado,
que acuchillan y acotan
muros y pararrayos).

Ya ni el sueño me lleva
hacia mis libres años.
Ya todo, todo, todo,
-hasta en el sueño- es patio.

Un patio donde gira
mi corazón, clavado;
mi corazón, desnudo;
mi corazón, clamando;
mi corazón, que tiene
la forma gris de un patio.
(Un patio donde giran
los hombres sin descanso)

Mi vida

Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio.
Y un trocito de cielo
por donde a veces pasan
una nube perdida
y algún pájaro huyendo de sus alas.

Yo denuncio

Yo no pido clemencia. Yo no pido
con un hilo de voz descolorida
perdón para la vida que me deben.
Odio la voz delgada que se postra
y el corazón que llora de rodillas
y esas frentes vertidas en el polvo,
hecha añicos la luz del pensamiento.

Yo no pido clemencia. Yo no junto
las manos temblorosas en un ruego.
Arden voces de orgullo en mi palabra
cuando exigen -sin llanto- que las puertas
de la venganza oscura se derriben
y a los hombres descuelguen de sus cruces.

Yo no pido clemencia. Yo denuncio
al dictador cadáver que gobierna
la vida de los hombres con un hacha
y ahora quiere dejar para escarmiento
mi cabeza cortada en una pica.

Yo no pido clemencia.
Doy banderas.
Paso de mano el golpeado
corazón de mi pueblo prisionero.

Carta urgente a la juventud del mundo

Si la juventud quisiera
mi pena se acabaría,
y mis cadenas.

(Decid ¡basta!
Haced la prueba.)

Vuestros brazos son un bosque
que llena toda la tierra;
si enarboláis vuestras manos
el cielo cubrís con ellas.
¿Qué tiranos, qué cerrojos,
qué murallones, qué puertas
no vencieran vuestras voces
en un alud de protesta?

(Todos los tiranos tienen
sus pedestales de arena,
de sangre rota, y de barro
babilónico sus piernas.)

Pronunciad una palabra,
decid una sola letra,
moved tan solo los labios
a la vez y la marea
juvenil atronaría
como un mar cuando se encrespa.

Pero, ¿quién soy yo, qué barco
de dolor, qué espuma vieja,
qué aire sin luz en el viento
acerco a vuestras riberas?

Como campanario de oro
vuestros corazones sueñan.
La juventud es la hora
del amor, su primavera.
¿Por qué mover vuestras ramas
alegres con mi tristeza?
¿No es mejor que yo me coma
mi pan solo en las tinieblas;
que mis pies cuenten las losas
veinte años más, mientras sueñan
mis alas entre las nubes
de un cielo roto en mis rejas?

Pero la vida -mi vida-
me está clamando en las venas;
abrasa loca las palmas
de mis manos; lanzaderas
clava y desclava en mi frente
y el pensamiento me quema.

Ved nuestros tonos. Ya somos
como terribles cortezas;
claustrales rostros, salobres
ojos que buscan a tientas
-sedientos de luz y sol-
una grieta entre las piedras.

No sabéis lo que es vivir
muriéndose a vida llena;
grises, sobre grises patios,
sin más luz que una bandera
de amor…

Ni lo sepáis nunca…
Más si queréis que esta lepra
jamás os alcance el pecho,
no dejéis «mi muerte» quieta.
No dejadme, no dejadnos
con nuestras sienes abiertas
y en un cerrojo sangrante
crucificada la lengua.

Levad vuestros pechos. ¡Pronto!
( Es bueno que esta gangrena
os revuelva las entrañas.)
¡Echad abajo mi celda!
Abrid mi ataúd; que el mundo
en pie de asombro nos vea
indomables, pero heridos,
sepultos bajo la tierra.
¡Que no queden en silencio
mis cadenas!

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QUIEN NO SE EMBARCA NO CRUZA LA MAR [Mi poema]
Jorge Teillier [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

A veces sabes bien que no interesa
meterte en un proyecto empresarial
pensando en la conciencia lo que pesa
si luego en vez de bien te sale mal.

Empiezas con el cuento la lechera
gozando y visionando ya el final,
después sale deforme el animal
o bien todo al contrario a lo que espera.

Mas dime ¿qué es la vida sin los retos,
un niño sin pisar en algún charco,
la foto de tu artista sin su marco,
el hecho de trepar sin parapetos?

Que aquí debes ponerte a navegar
a veces sin pensar ni tener remos,
dudando si al final lo lograremos,
pues nadie si no embarca cruza el mar.
©donaciano bueno

Acaso los #retos no son la salsa de la #vida? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Teillier

EDAD DE ORO

Un día u otro
todos seremos felices.
Yo estaré libre
de mi sombra y mi nombre.
El que tuvo temor
escuchará junto a los suyos
los pasos de su madre,
el rostro de la amada será siempre joven
al reflejo de la luz antigua en la ventana,
y el padre hallará en la despensa la linterna
para buscar en el patio
la navaja extraviada.

No sabremos
si la caja de la música
suena durante horas o un minuto;
tú hallarás –sin sorpresa–
el atlas sobre el cual soñaste con extraños países.
tendrás en tus manos
un pez venido del río de tu pueblo,
y Ella alzará sus párpados
y será de nuevo pura y grave
como las piedras lavadas por la lluvia.

Todos nos reuniremos
bajo la solemne y aburrida mirada
de personas que nunca han existido,
y nos saludaremos sonriendo apenas
pues todavía creemos estar vivos.

LOS TEJADOS SE INCLINAN

Los tejados se inclinan
bajo el peso de las lluvias
de infinitos inviernos.
Frente al violento resplandor
de los árboles frutales
una anciana dormita en la cocina.
Duerme porque ya hay demasiado tiempo,
porque ya no hay esposo,
ni hijos, ni fuego en la cocina.
El tiempo ha sido demasiado largo.

DESPEDIDA

Me despido de mi mano
que pudo mostrar el rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño.

Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.

Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.

Me despido de las virtudes y de las gracias del planeta:
los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.

Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.

Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas en que las calles se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias-

Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.

Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia
–la sal y el agua
de mis días sin objeto–

y me despido de estos poemas:
palabras, palabras –un poco de aire
movido por los labios– palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.

PARA HABLAR CON LOS MUERTOS

Para hablar con los muertos
hay que elegir las palabras
que ellos reconozcan tan fácilmente
como sus manos
reconocían el pelaje de sus perros en la oscuridad.
Palabras claras y tranquilas
como el agua del torrente domesticada en la copa
o las sillas ordenadas por la madre
después que se han ido los invitados.
Palabras que la moche acoja
como a los fuegos fatuos los pantanos.

Para hablar con los muertos
hay que saber esperar:
ellos son miedosos
como los primeros pasos de un niño.
Pero si tenemos paciencia
un día nos responderán
con una hoja de álamo atrapada por un espejo roto,
con una llama de súbito reanimada en la chimenea,
con un regreso oscuro de pájaros
frente a la mirada de una muchacha
que aguarda inmóvil en el umbral.

LETRA DE TANGO

La lluvia hace crecer la ciudad
como una gran rosa oxidada.
La ciudad es más grande y desierta
después que junto a las empalizadas del Barrio Estación
los padres huyen con sus hijos vestidos de marineros.
Globos sin dueños van por los tejados
y las costureras dejan de pedalear en sus máquinas.
Junto al canal que mueve sus sucias escamas
corto una brizna para un caballo escuálido
que la olfatea y después la rechaza.
Camino con el cuello del abrigo alzado
esperando ver aparecer luces de algún perdido bar
mientras huellas de amores que nunca tuve
aparecen en mi corazón
como en la ciudad los rieles de los tranvías
que dejaron hace tanto tiempo de pasar.

PEQUEÑA CONFESIÓN

BLUE

Veré nuevos rostros
Veré nuevos días
Seré olvidado
Tendré recuerdos
Veré salir el sol cuando sale el sol
Veré caer la lluvia cuando llueve
Me pasearé sin asunto
De un lado a otro
Aburriré a medio mundo
Contando la misma historia
Me sentaré a escribir una carta
Que no me interesa enviar
O a mirar a los niños
En los parques de juego.
Siempre llegaré al mismo puente
A mirar el mismo río
Iré a ver películas tontas
Abriré los brazos para abrazar el vacío
Tomaré vino si me ofrecen vino
Tomaré agua si me ofrecen agua
Y me engañaré diciendo:
«Vendrán nuevos rostros
Vendrán nuevos días».

NOTAS SOBRE EL ÚLTIMO VIAJE DEL AUTOR A SU PUEBLO NATAL (Fragmento)

7
Me cuesta creer en la magia de los versos.
Leo novelas policiales,
revistas deportivas, cuentos de terror.
Sólo soy un empleado público como consta en mi carnet

de identidad.

Sólo tengo deudas y despertares de resaca

donde hace daño hasta el ruido de alka
seltzer al caer al vaso de agua.

En la casa de la ciudad no he pagado la luz ni el agua.
Sigo refugiado en los mesones,
mirando los letreros que dicen «No se fía».
Mi futuro es una cuenta por pagar.

IMITANDO A UN FANTASISTA

I

¿Para qué buscar la gloria, tonta etiqueta
o publicar versos en absurdas revistas?
Las estrofas que un día dejó fluir mi mente
las comprarán por nada los libreros de viejo
y cual vuelo de becasinas se irán mis dedicatorias.

Pero, por lo menos, alguna hoja servirá
para que un niño fabrique débiles barquitos
o una pareja de amantes antes de subir a un hotel
lea un poema mío comprado en liquidación.

SI ALGUNA VEZ

Si alguna vez
mi voz deja de escucharse
piensen que el bosque habla por mí
con su lenguaje de raíces.

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