A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

CARNE DE CAÑÓN [Mi poema]
Natalia Menéndez [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Que los pobres son carne de cañón
aquí nadie lo duda,
cual calvo debe al pelo su aflicción,
el débil tiene fe en la religión,
el gordo la esperanza la ve cruda
pues debe de engordar sin remisión.

Hundido como está en su desventura
atento anda al azar,
pensando que algún día ha de llegar
quien dé la solución, quizá sea un cura,
chamán, un arribista, un caradura,
un tipo predispuesto a él a engañar.

Es como yo, que sufro de diabetes
y estoy desesperado,
que sueño que un buen día me he curado
y atento, siempre estoy a los diretes,
y vuelta a reprochar por qué te metes,
sabiendo que es un bulo y te ha engañado.

Que no hay nada peor que tú ambiciones
si nunca has de lograr,
y debes de salir a mendigar,
expuesto como estás a que leones
te dejen sin siquiera los calzones
e incluso sin las ganas de soñar.
©donaciano bueno

Los #buitres siempre andan al acecho allí donde olfatean que hay carnaza? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Natalia Menéndez

EL LENGUAJE DE CALIBÁN ES UN CÓDIGO DE SANGRE OSCURA

Le impusiste un idioma a Calibán
y ahora él muerde tu mano.
Le enseñaste tu lengua
para seguir la línea de sangre trazada,
para postrarse ante el padre,
para no cuestionar al amo.
Sin embargo a veces,
algunas noches,
cuando los lobos aúllan con vehemencia
y el trueno quiebra el silencio,
Calibán olvida tu lengua
y blasfema en la suya,
la lengua de los volcanes y la selva.
Esa lengua de sangre oscura de la madre,
la sangre de la bruja desahuciada,
y se lamenta
en su código salvaje,
se pregunta dónde está la ternura,
el orden de las cosas,
si es posible contener la náusea,
regresar al útero,
volver a nacer.
De Calibán (Torremozas, 2020)

CALIBÁN O LA RUEDA DEL TIEMPO

Ya sé que el tiempo nos convierte en patria,
en crepúsculo o desierto.
El agua se filtra por las paredes de la cueva
donde Calibán se oculta.
Se han librado mil batallas sobre este suelo.
Se ha derramado sangre sobre este polvo.
Ha habido caza,
luchas encarnizadas,
se ha destrozado la siembra,
y Calibán huye
con los pies mojados
y el deseo incorrupto
de morder la tierra.
Cuando la orfandad busque abrigo
tallaremos el destino sobre la piedra,
complaceremos a la fiera,
alimentaremos su ego y amaremos
a toda su estirpe.
Calibán contempla las ruinas
de su desagravio.
Por el sendero que traza la sombra,
la muerte y el tiempo apremian
y aguardan en una esquina,
como animales heridos que salen al paso.
De Calibán (Torremozas, 2020)

Cuello derretido en helado de maracuyá

Tu cuello licuado resulta
escandaloso e infinito
como constelaciones;
tuve que ensuciarme las manos
y cubrir mis ojos desairados
ante el deshielo
para así sobrevivir.
Tuve que vivir una noche eterna,
una noche secreta
llena de palabras.
Aún existe en mi memoria
un asolador recuerdo tuyo al que
debo dar muerte,
un inesperado suspiro de hielo
que vanidosamente oculta
sus cicatrices.
de La nostalgia del caníbal (KRK, 2007)

Aves de paso

Los hoteles de Europa conservan nuestro rastro,
repiten nuestros nombres,
la plaza Dam, Nyhavn, el río Moldava
y las farolas de aquel parque inglés acumulan misterios,
saben de ti y de mí, guardan secretos de alcoba
y hojas de ruta.

Hubiésemos querido vivir en París,
o saborear una huida bajo un sol alemán.
Incluso ahora, con nuestra silueta
en esas fotos junto a las ruinas,
un recuerdo roto me visita cada día,
y siento que el tiempo que se abalanza sobre los edificios
de la plaza de la ciudad vieja, sobre el foro romano,
sobre el cementerio judío es una sombra que
extiende sus ramas, su desordenada maleza.

El mundo se termina y la vida se derrama
sobre los lienzos de aquel museo,
el agua se desliza sobre los cristales del tranvía
y nosotros, con la maleta hecha y los deseos cumplidos,
hubiésemos querido vivir en Praga,
echar raíces, invadir sus calles, hacer brotar
días escritos en agua con sus amaneceres y sus certezas.

Los hoteles de Europa conservan nuestras huellas
reproducen nuestros miedos,
y tras el regreso ya no somos los mismos.
La vida se termina y el mundo se derrama
y nosotros, con la efímera mirada de aves de paso,
hubiésemos querido morir en Praga,
aunque fuese de amor o de nostalgia.
De El Síndrome Kalashnikov (Trabe, 2012)

WABI-SABI (del japonés)

(O la aceptación de la belleza de las imperfecciones y del ciclo natural de la vida y la muerte)

Seguir vivo a pesar de que el tiempo
derrame su sangre,
desgaste los huesos y me obligue a ver partir
a los que más quiero.
Seguir vivo y amar las cicatrices,
las líneas de expresión
que no son más que las huellas
de cada paso necesario para ser yo mismo.
Seguir vivo y aferrado al polvo del que vengo
aun sabiendo que es el final de la autopista,
y entender que las canas reabren heridas,
que las arrugas oscurecen el espejo
y la calvicie emborrona la belleza.
Seguir vivo y viejo y a pesar de todo
no emprender la huida:
ser soldado hasta el último rescoldo de esta guerra.
De Invadir Babel Torremozas, 2017)

ALICIA DECAPITADA

Esto no es una carta de despedida, es un aullido,
un hachazo necesario, porque dicen que acumular recuerdos
es una forma inútil de avanzar, pues se gira sobre el mismo eje
y siempre se llega al mismo punto: la herida.
Por eso, para salir del círculo hoy mato tus recuerdos, uno a uno, desincrustando de la piel primero tus palabras,
luego tus olvidos (qué paradoja) y por último
las mil maneras de cerrar los ojos, el batir de alas,
los pájaros negros cayendo como clavos sobre nosotros.
De Invadir Babel (Torremozas, 2017)

Labios sellados con limón exprimido

Resplandece la tarde al despedirse
con un gesto de tristeza ante el desahucio,
los labios dulces desgranando
poco a poco el fruto que mi mano extiende.
Es sólo un sueño en el que muerdo un labio,
con la voz silenciada
subo una montaña,
saboreo el caudal de un río de cítricos
desde tu boca al mar.

En otoño, los anocheceres

En otoño, los anocheceres
son un abrazo imprevisto que sin querer me arropa,
una caricia helada sobre mi espalda triste.
Desde la ventana busco el brillo amargo
que muestra Rigel,
sólo así vislumbrará  mi cordura
una estación que nace entre mis dedos.
Quiero recordar el eco de los vientos
que habrán de susurrarme que las ramas se desnudan.
Dame cobijo – igual que mi sexo  te acoge en penumbra –
antes de que la seronda  sea sólo despojos de un muerto.

Si te gusta #Natalia_Menéndez... Share on X

A UNA ORILLA [Mi poema]
Pedro Casariego [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Al lado de la acera está la orilla,
que siempre anda mirando allí al que pasa,
así que, algunas veces, sea escasa
se muestre adormecida en la mirilla
que al firme le repasa.

La orilla es esa linea tan difusa
que va marcando al suelo las distancias,
se esconde ante las puertas. Las acacias
le cubren con su sombra con pelusa,
sujeta está a desgracias.

La orilla, si es del río, es muy distinta
que en río, que se sepa, no hay aceras,
y es más bella lindando a las praderas
de chopos y de flores variopinta
y verdes sus laderas.

Elige, las orillas van por barrios,
la que quieras echarte por montera.
Yo mantengo una orilla en la frontera
que marca de mi boca el pintalabios
para el que a mi me quiera.
©donaciano bueno

Las #orillas, los extremos se tocan? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Casariego

Mis labios

Mis labios
como dóciles
ruidosas segadoras rojas
que piden un relincho
de gasolina
porque besarte
es cortar hierba
hierba
hierba
olor a hierba
olor a hierba
recién cortada.
Mi cuerpo
hervidero de hierba
helada
para enseñar anatomía
y botánica
y mi cuerpo
enseñanza
hierba que nadie recoge
hierba que el viento pisa
hierba que se hace suela
de mil zapatos vacíos.

Tu cama
fría y pedregosa
es el lecho de un río:
Eres río
eres río que llora
bajo mis abrazos de madera
madera que flota
madera que no sabe penetrar
eres río
eres río que se desborda
eres río y en mis labios
en mis labios desembocas.

1977 (son tres poemas de una serie que incluye uno o dos más)

¡Ella es!

16 de enero de 1987

¡Detrás de un cristal hay tres!
¡Es la tercera!
¿Ella es?
¡Roja como un diccionario
y mucho más suave que el papel!
¡Ojos en cuclillas y grises!
¡Ella es!
¡Muchos días tiene el 16 de enero
en el sueño de Manuela!
Y el hielo…
ahora juegan al ajedrez
el hielo y su noche
¡Trabajadora su cuna,
perezosos los pasos de Manuela!
Dinos qué exclama tu silencio,
dinos cómo será tu voz.
El universo hambriento…
¿cuándo le darás una cucharada de tu risa?
¡Que espere el universo!
¡Paciencia, luna! jManuela duerme!

Esta soledad

para Juan (regalo)
c. 1980

esta soledad es hija de una altura equivocada
yo tengo el vicio del cielo
soy el único propietario
del aire huesudo y de los pájaros fáciles

los huesos azules del cielo
forman un espacio largo y delgado
y se quiebran en tormenta
y bajan en agua
para acabar en lápida sin nombre

el rojo de mis manos es un misterio
porque brota de ríos blancos que se inclinan como lápidas

a través de la tela metálica
cabizbaja la mala hierba roba el principio del otoño

en otoño los ladrones de cielo
llevan silencio en el pico y tumba en las alas

me agarro a la tela metálica
y no tengo dinero

las mujeres redondas siempre tienen dinero
pero cuando miran hacia lo alto para celebrar una cama nueva
alguien impide el cielo con una navaja de aire

me agarro a la tela metálica
y no tengo mujer redonda

yo tengo el vicio del cielo porque tengo miedo
Porque soy cobarde

mujer entera no puedo darte nada plancha mi tormenta
LA CENA ES A LAS 6.
YO SOY EL CAMARERO.

Falsearé la leyenda

1976

Quiero pintar de blanco la hierba de la pradera
y el compacto césped que recubre los jardines;
todos pensarán que venció la fuerza del desierto
y yo seré durante años el Dueño de la vida,
dejando que me acaricie la tibieza del sueño alado
y tiñendo al atardecer lo que brotó del rocío;
mi pincel será la cascada cuyo estruendo nunca percibo
y mi pintura las aguas que en ella se enroscan furiosas,
y los que por los aires naveguen
verán surgir la nieve del pecho abierto del Verano,
variarán de canción los motores aceitosos
y enarcarán las cejas los pilotos sin mirada.

Danzaré entre las hojas chamuscadas por el frío
y los demás conmigo,
pero ellos caerán extenuados
y sus músculos heridos servirán para tensar mi nuevo arco
y clavar en sus corazones suplicantes mensajes de amor
que sin duda secará el aliento de la lluvia;
y arrebataré a los niños la dejadez que me apasiona,
se marchitará colgada de las moreras,
como los plásticos sucios en el invierno espinoso.

Beberé el líquido que corre con el Nilo,
despojaré de su piel al fornido rinoceronte,
falsearé la leyenda y ésta me pertenecerá,
poseeré los campos de maíz y los quejidos sin motivo,
dividiré el tesoro del pirata para llevármelo entero,
y, llegado el momento,
cuando las ilusiones ahoguen el desengaño,
nada quedará sin ser devuelto
y mi alma os alegrará con una sonrisa.

Knock-out

1979

ella afirma que pertenece a la Iglesia Evangélica.
yo la creo.
me dice que debo unirme a su Iglesia.
toco su ronca boca y oigo su voz suave.
ahora intenta adivinar mi profesión:
¿eres marinero?
¿estás loco?
¿vendes cítaras?
yo no respondo.
vivo tan lejos de sus preguntas,
dentro de un corazón alquilado.
todas las mujeres son vuelos,
¿es ella un vuelo chárter
en un avión que se avería?
silbo mientras pienso la respuesta.
aquí no hay ventanas,
pero sé que llueve,
una lluvia triste como gallo sin cresta.
siempre agua,
jamás maná.

me dice que silbo descaradamente mal.
estamos en la cama casi desnudos

(yo aún llevo mi camiseta o mi coraza.
y una medalla tapa un círculo
de su piel).
algo hay entre mis dientes.
no sé qué es,
quizá un último billete.
quizá una declaración de amor disfrazada de billete de mil.
ella está evangelizándome,
me dice que debo unirme a su Iglesia.
busco calma en su extraña fe.
ella tiene tantas almas como un noble ruso,
no dejaré que me salve hoy.

mis garras acarician,
cuando me vaya de aquí
recobraré la felicidad de mis garras desgarrando la vida.
ella me mira,
yo numero sus lunares como antes numeré sus penas.
le digo que soy militar retirado con jugosa pensión,
finquita y Jaguar,
y ella me dice:
cierra la boca,
cielo,
yo soy una ciudad de chicas.

quiero amarla, quiero quererla.

pienso en otra mujer,
me destruía sentada en un bidé.
ya no pienso,
ya no.
cojo un cigarrillo,
y mi mechero abre su ojo de llama.
ella ve cómo fumo nuestra pobre pipa de la paz.

a las diez y cinco nos damos cuenta de que el Juego sobrevive.
jugamos.
la empujo
y cae sobre la cama blanca como ermita.
knock-out.

La vida dudada

c. 1983

La vida dudada
la vida es tan corta
que un solo minuto
podría ocultarla.
Gimen de infinito
las catedrales
suben sus sombras
todo lo tapan
todas las vidas
también la espalda
del ángel sabio
también la nuca
del escarabajo alto.
Todo lo enlutan
las vidas dudadas.
Y la boca
de la catedral tatuada
grita de vidrio
y ensombrece el invierno.
Bendita condena
si nos alarga
porque el hombre enfermo
ama la roca
que lo endurece
ama el silencio
que lo supera
también los dientes
y su ternura.
Campanas llaman
al campanario
y muy lejos
remolino de carne
todo precio es poco
para lo que no acorta la vida.
Alas débiles la vida
se tambalea y nubla
la vida dudada
un solo minuto.
La vida
tiembla en el campo de la esfinge
una llama de alegría
contra un incendio vivo.
La vida parte
hacia cielos enterrados
cuidado con la vida
con la mujer que planta
cipreses
y tormentas huérfanas.
La vida hiere
la vida lanza
piedras de pájaro sin nido
contra las catedrales altas
y saltan los cristales
se convierten en ceniza
que nos abriga.
Para vivir lanzamos
estas piedras peligrosas
y sencillas
para vivir curamos
los tatuajes y los campos.

Vivir
bendito castigo
si nos lleva
hacia el amor
en almohadas
de roca y sangre.
Nada remedia
la ingratitud del olmo
la vida hiere
nada riega
los abedules secos.
Corazones sin traje
para vivir
y el desierto resuena
con nuestras pisadas.
Mil pies tiene el camino
y nosotros quietos
se yergue el camino
y nosotros quietos
para no morir.
La vida dudada
la misma vida otra vez.

Santa tierra desterrada

1980

Tú sigues siendo
el misterio de las apariciones que nunca aparecen
pero
dentro de mí
alguien
cambió
y no volverá a cambiar
jamás

ya no hay llanuras en mis montañas
ya no hay llanuras y yo
yo olvido un sótano de recuerdos dos sótanos llenos
y persigo sombreros alegres para dejar de olvidar
aunque ya se sabe
los sombreros huyen
y la alegría
y los gatos que no nos felicitan.

Olvido.

Olvido porque ya soy viejo o ya soy joven:
he sido tantos alborotos
que ya soy viejo
he visto a tantos morir mi muerte
que ya soy joven
he servido a tantos príncipes
he ambicionado piedra he falsificado labios y he jadeado
no he faltado a la cita y ahora
ya no hay fuego en mi fuego
o todas mis mentiras son mentirosas
y sólo el cansancio me da vida
y sólo tocas mi cansancio
y ahora
hoy nada me duele y tú no me dueles

las tiendas de ultramarinos y los cines de verano
y los guerreros indefensos
desaparecieron
ni siquiera los fabrican
fíjate qué triste

herrumbrosas y ajenas
nuestra soledad es siempre de los otros
herrumbrosas y ajenas y tan herrumbre
las soledades que en mi acontecen
sin ruidos y sin silencios

hoy nadie me duele y tú no me dueles
mujer
tan callada y pobre
como una grieta
santa tierra desterrada
yo que para escandalizarte he robado escándalos
sólo Judas pudo amarte como yo te amo
sólo Judas y sobre ti veo
al cielo que ganó el concurso de cielos
y al cielo loco que ganó el concurso de nubes
y hasta al único caballo que cabalga

santa tierra desterrada
tierra santa
mi tierra prometida
dama de la mayor distancia
te he deseado siempre
desde el primer reloj

pero
dentro de mí
alguien
cambió
así que pronto llorarán mis risas
y se arrastrarán mis vuelos
pronto
oiré un viento raptando hojas
y las noches sabrán ser días
entonces
inmediatamente

Ayúdame
soy un cristo que no tiene cruz
soy un cristo de crucigrama
ayúdame
tú la espina más remota
tú sueño que se desmaya
tú pequeña niebla de piel
tú que no mereces ser el cepillo de dientes de María Magdalena
tú puedes ayudarme
tú puedes ayudarme complicándome la vida
complícame la vida
complícamela

tú que árida siempre te alejas
dame abrazo y herida
dame abrazo y herida para tener abrazo

tu que no existes
sólo tú puedes.

Envejeces

Envejeces

Envejeces
Marie
egocéntrica campeona de yo-yo
envejeces
Marie
se despintan tus cabellos
envejeces
Marie
por los siglos de los siglos
abandóname
Marie
ha llegado el telegrama
que esperaba recibir
en el hueco de mi tiempo.
Envejeces
Marie
telaraña la red de tu sonrisa
herrumbre el hierro de tu mirada
envejeces
Marie
relicario soy
que al besarte atrapa
la reliquia de tus labios
envejeces
Marie
con el vuelo de los pájaros
con el paso de los años.

Si te gusta #Pedro_Casariego... Share on X

UN SUEÑO DE DUDOSA FACTURA [Mi poema]
Dora Castellanos [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

La luz resplandeciente fundía el acetato
de un sueño que pacato mostraba su alma ausente,
dudando si paciente trazaba el fiel retrato
de un halo inexistente o un flato de alegato.

Escrito en el ambiente con lápiz de grafito,
ya fuera manuscrito en piedra o en madera,
se fue por la gatera donde se asoma el grito
o huyendo del silbato que le hizo prisionera.

Que un día fue testigo subido en su palmera
mirando fijamente cual culpa ve al castigo,
como hace un invidente que mira a su alambrera
o en una sementera sumiso aflora el trigo.

Y así fuera marchito o mostrara perezoso,
no tuviera principio ni medio ni final
juro que me entretuvo, pues se mostró vicioso
y si ésto así no fuera, no tuve un sueño igual.
©donaciano bueno

A qué se debe que la mayor parte de los #sueños sean #malos? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Dora Castellanos

Algún día

Un día llegarás;
el amor no espera.
Y me dirás:
Amada, ya llegó la primavera.

Un día me amarás.
Estarás de mi pecho tan cercano,
que no sabré si el fuego que me abrasa
es de tu corazón o del verano.

Un día me tendrás.

Escucharemos mudos
latir nuestras arterias
y sollozar los árboles desnudos.

Un día. Cualquier día.
Breve y eterno,
el amor es el mismo en primavera,
en verano, en otoño y en invierno.

Amor, como los ríos

Oculta fuerza de agua soterrada,
nos sorprendió el amor tan de repente,
que al mirarse a los ojos hondamente
se desbordó el amor en la mirada.

Y brotó aquella fuente enamorada,
con fuerza tan vital y jubilosa,
que fue en verdad y amor la más gozosa
en que jamás me viera arrebatada.

Fue aquel amor, pasión tan verdadera,
-¿era tierna o sensual, dulce o ardiente?-
¡ya nunca más sabremos cómo era!

Que tus labios juraron en los míos:
vivirá nuestro amor eternamente,
y nuestro amor pasó como los ríos.

Anclado en la mitad de mis sentidos…

Anclado en la mitad de mis sentidos,
corazón, eres barco solitario;
cuéntame el inefable itinerario
de los amores y los tiempos idos.

Velámen roto y mástiles vencidos;
flotando en el refugio del estuario,
tú quisieras un ímpetu corsario
para encontrar océanos perdidos.

Surto en mitad del alma, has escuchado
el oleaje fiel de los latidos
y no sabes aún si te han amado,

tú que conoces todos los olvidos.
¡Corazón, triste barco abandonado
y anclado en la mitad de mis sentidos!

Como un ala fugaz

Hay algo en ti que nunca permanece
y fluye de tu alma como un río;
algo que te ilumina y te ensombrece,
algo resplandeciente, algo sombrío,

como un ala fugaz que te ennoblece
el placer, el dolor, el albedrío.
Algunas veces goza, otras padece
lo que hay en ti que nunca será mío.

Aquello que en el éxtasis nos llega,
lo que el dolor en lágrimas entrega,
lo que el amor entrega en poderío.

Lo que está más allá de todo goce:
que siempre en el amor me desconoce
aquello en ti que nunca será mío.

Con hilos de atarraya

Entre la fina red
que siempre estoy tejiendo
con todos los sentidos
prisionera me encuentro.
En la urdimbre sutil
de verdad y misterio,
de amor, olvido, pena,
ansiedad y recuerdo,
yo misma como un pez
me confundo y me enredo;
yo misma día a día
los hilos voy tejiendo;
cuando sé lo que amo
ya no sé si lo quiero.
En las confusas noches
en que pienso y más pienso
las barras de mi cárcel
como un escualo muerdo.

Contradictorio amor

A Nancy Pulecio Muñoz

Quemadura glacial de fuego y nieve,
contradictorio amor, tierno y violento,
cerebro ardido, loco pensamiento;
ansioso corazón que no se atreve.

Su voz nos extermina y nos conmueve;
su vivo manantial muere sediento.
Amor, amor, amor, este que siento
como la vida misma eterno y breve.

Algo dentro del ser padece y canta
breve canción, larguísimo gemido
que hasta el infierno mismo nos levanta.

No sabe del amor quien no ha podido,
con un grito clavado en la garganta,
gozar el paraíso prometido.

Deslumbramiento

Era lirio en el aire y fragancia en el viento;
ondas sobre las aguas y temblor en el río;
cuando vi su hermosura, con todo el pensamiento,
grabé su amado nombre para llamarlo mío.

Nunca supe la hora ni el exacto momento
en que amé su mirada. Sólo sé que tardío
su amor llegó a mi vida con el deslumbramiento
de una fruta en invierno, de una flor en estío.

Por menos presentido, todo fue tan hermoso
como ver cuando caen nieves en primavera,
lluvias en el verano, lágrimas en el gozo.

Después de haberlo amado que mi alma responda
si sabe por qué existen sobre la tierra entera
el perfume en el aire y el temblor en la onda.

El mejor día

Alma mía que trémula y ansiosa
te asombras ante tanta maravilla:
el sol en la luciérnaga que brilla,
todo el bosque fragante en una rosa.

Un día el agua eterna y silenciosa
has de surcar en vacilante quilla;
el fuego que encendió tu lamparilla
apagará la noche misteriosa.

Hay algo en existir que te aniquila.
La vida es un anillo que se cierra,
la muerte un ojo insomne que vigila.

Puede el último ser el mejor día:
verás al alejarte de la tierra
la luz eterna de la poesía.

Elegía del amor gozoso

Amor, gozo por ti, por ti padezco;
por ti la sombra que ilumina el mundo
y esta sed de fulgor en que anochezco;

por ti mis bellas horas tenebrosas
en que deshoja sin pudor el alma
su túnica de espinas y de rosas;

tus manos con el tacto de la vida,
mi espíritu cubierto de zozobras,
tu cuerpo con la veste desceñida;

mi panal de amarguras y de mieles,
el campo de la frente coronado
con una rama negra de laureles.

Por ti mis cuatro cirios encendidos,
la muerte viva en ataúd gozoso,
los edenes hallados y perdidos;

el jardín interior de mis aromas,
mis ciervos vulnerados, tus jaurías,
tu gavilán voraz de mis palomas;

tus fieras azuzadas, tus mastines,
mi queja entre la noche como un grito,
tu voz de funeral y de festines;

mi pradera agostada de rosales,
tus viñas en agraz para el olvido,
la cosecha en sazón de mis eriales;

tu faro entre las sombras, desafiante,
tu mar embravecido contra el mundo,
tu playa inaccesible y delirante.

Amor y siempre amor. amor altivo,
humillado, exaltado, desolado;
amor por lo que muero y lo que vivo.

Por ti todos los males y mis bienes:
tu lirio inmemorial y la manzana
y este cielo infernal entre mis sienes.

Por ti lo que desdeño y lo que ruego,
el fuego de la vida turbadora,
la muerte entre mi túnica de fuego.

Por ti, maldito amor, amor bendito,
la claridad de mi desesperanza,
mi esperanza clamando al infinito.

Por ti, siempre por ti. Por lo que espero;
lo que no espero ya, por esperado.
Por ti, sólo por ti, mientras me muero.

Erguida flor

De ti se nutren todas mis raíces:
me nutro de tu voz, de tu mirada
y de ti, porque vivo enamorada
de lo que piensas y de lo que dices.

La carne triste y los cabellos grises
iremos al final. La llamarada
de nuestra gran verdad, será olvidada
cuando yo muera o cuando tú agonices.

El tallo, la raíz, la flor, el fruto,
fueron savia de amor que en un minuto
para nosotros maduró la vida.

Sin sombra, sin frescura, al sol y al viento,
porque en tu propia savia me sustento,
soy una flor al infortunio erguida.

Eterna huella

Quedarás como huella sobre mi brazo,
como marca sobre mi corazón.
Cantar de los cantares

No pasarás en vano por mi vida,
ni encontrarnos fue obra del acaso;
que por tu abrazo quedará en mi brazo
la fuerte huella que el amor no olvida.

La llama que de ti quedó encendida
arde sin consumirse en mi regazo.
Amor que más juntaste con el lazo
terrible de la sangre y de la herida.

En mí no fuiste gozo pasajero
sino la esencia de la tierra pura
floreciendo en el árbol verdadero.

Y para siempre brillará tu estrella,
porque de amor dejaste en hermosura
sobre mi corazón eterna huella.

Hacia mi sombra

Vuelvo a la oscuridad donde he vivido.
Tu claridad de mi dolor se aleja
y sobre el alma trémula me deja
un tenue resplandor de luz y olvido.

Soy un ciego que busca el bien perdido;
ya su amor en mi amor no se refleja.
De la noche sin término se queja
el que la luz de Dios ha conocido.

Perdí tu amor, en plenitud y lumbre.
No sabes que tu fe resplandeciente
iluminó mi abismo hasta la cumbre.

Quizá vuelva a encontrar tu estrella clara
porque otra llevará sobre la frente
la luz que alguna vez me iluminara.

Hay algo en ti que nunca he conquistado…

Hay algo en ti que nunca he conquistado;
vana sombra que no me pertenece,
algo que me conturba y me estremece:
flor de amor que jamás he deshojado.

Es algo indefinible, atormentado;
noche que no se acaba ni amanece;
cual sórdido cilicio permanece
entre la carne viva, soterrado.

Algo entre la locura y el espanto.
Grito que va a llegar y nunca llega,
cercano al resplandor, próximo al llanto.

¡Oh trágico dolor de herida ciega!
Amor por quien suspiro y me levanto,
hay algo en ti que nunca se me entrega.

Si te gusta #Dora_Castellanos... Share on X

UN MUNDO “MUY” FELIZ [Mi poema]
Juan de Aguilar [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Libremos el planeta
de olores, malolientes, perniciosos,
llevando hasta la meta
los suaves y olorosos
que solo del amor sean viciosos.

Alcemos nuestras voces
que suenen más allá de la montaña,
sirviendo de altavoces,
quitando esa maraña
que todo lo que pilla va y lo empaña!

Un mundo tan feliz
al que ese mismo Huxley no mejore,
sabiendo a regaliz,
con sueños se decore,
nos torne hasta la infancia, y que se añore.

Pongamos fin al fin
pintando a nuestro globo de colores,
cual fuera éste un jardín
do lucen los colores
logrando que germinen solo flores.

Vivamos la aventura
de hacer del mundo un sueño, una quimera,
poniendo una sutura
allí donde Dios quiera
soñando permanente es primavera.
©donaciano bueno

Aldous Huxley, famoso, entre otros, por su libro El Mundo Feliz

Puestos a hacer el #mundo, qué costaría hacerlo más #saneado...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Juan de Aguilar

A un avaro

Donde jamás el sol sus rayos tira
y todo es confusión eternamente,
vive aquel, que con hambre y sed ardiente
cerca el remedio, sin remedio, mira.

Fruta le ofrece y a cogerla aspira;
mas ella de su mano diligente,
se burla, y de sus labios la corriente
al Eridano hondo se retira.

Di que admiras de Tántalo la pena,
y género tan grave de tormento
tu asombro advierta, porque más te asombre

que cuanto escuchas en la historia ajena
por ti se dice, disfrazado el nombre.
¡Oh, pobre en tus riquezas avariento!

Soneto

Perfecto Libro, que a la Estampa ha dado
bien entendido Autor, eres confieso,
al Encarnarte, advierto estás impreso,
como al Nacer al mundo, a luz sacado.

En la Circuncisión, fuiste cortado,
y al adorarte Reyes miro expreso,
sabios, te leen Rey, Dios Hombre, y esto
tu Autor, con una Estrella ha señalado.

Haciendo huyas a Egipto, hizo cubrirte,
para en Jerusalén, después mostrarte
tres días a sus Doctos, y aplaudirte:

A una Columna, quiso rubricarte,
y si en la Cruz, el Título inscribirte,
en el monte Tabor; iluminarte.

Soneto

Al verte pobre ya, de amor inmundo,
y del divino amo, enriquecida,
bienes del mundo, Magdalena olvida,
porque es del mundo el bien, mal sin segundo.

En lo que logra del amar del mundo,
de lágrimas un mar, que arrepentida,
anegando los yerros de su vida,
de doloroso llanto, es mar profundo.

Las plantas riega con amante anhelo,
del que en su voluntad, todo se encierra,
¡o mil veces feliz, raro desvelo!

El modo natural en ti se yerra,
que siempre le agua da a la Tierra, el Cielo,
y hoy al Cielo le da el agua, la Tierra.

Soneto

Raro Fénix de Amor, que en vivas llamas,
esplendor inmortal tienes logrado,
leños de aroma son, los que has juntado
en olor de virtudes que derramas.

Alta Hoguera te eriges, que así amas
afectos recogiendo enamorado,
que el Pecho, en sacro amor, todo abrasado,
hoguera es elevada, en que te inflamas.

A rayos del Sol Cristo, Ave lucida,
del corazón las alas, velozmente
bates, por verte en fuego renacida.

Fénix te considero, en Pira ardiente,
que él en su muerte nace a nueva vida,
y es tu Ocaso en la Tierra, al Cielo, Oriente.

Si te gusta #Juan_de_Aguilar Share on X

A ESE MUNDO [Mi poema]
Homero Aridjis [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Este grupo de seres tan iguales,
de colores y tipos variopintos
donde todos pretenden ser distintos
y le culpan al resto de sus males.

Donde el hombro es un signo de grandeza,
en que algunos han puesto su mirilla,
permanecen sentados en su silla
despreciando al que sufre en su pobreza.

Esta panda de seres egoístas,
que no piensan jamás en el de al lado,
la penuria les trae sin cuidado
y medran sin pudor cual alpinistas.

Que malgastan su tiempo en las peleas
con orgullo de ver quien es más fuerte,
esos mismos que ignoran que la muerte
pronto a ser va testigo de albaceas.

A este grupo de bobos que, tan necio,
no ha aprendido a gozar de lo que tiene,
que ansía y a adaptarse no se aviene,
-y aquí me incluyo yo-, miro y desprecio.
©donaciano bueno

#Por qué siempre están en una permanente #pelea? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Homero Aridjis

A veces uno toca un cuerpo y lo despierta…

A veces uno toca un cuerpo y lo despierta
por él pasamos la noche que se abre
la pulsación sensible de los brazos marinos

y como al mar lo amamos
como a un canto desnudo
como al solo verano

Le decimos luz como se dice ahora
le decimos ayer y otras partes

lo llenamos de cuerpos y de cuerpos
de gaviotas que son nuestras gaviotas

Lo vamos escalando punta a punta
con orillas y techos y aldabas

con hoteles y cauces y memorias
y paisajes y tiempo y asteroides

Lo colmamos de nosotros y de alma
de collares de islas y de alma

Lo sentimos vivir y cotidiano
lo sentimos hermoso pero sombra.

Abril es ella quien habla por tus labios…

Abril es ella quien habla por tus labios
como un joven sonido desnudo por el aire

En la noche ha volado con tu vuelo más alto
con risa de muchacha
como el fuego nocturno de los frutos del viento
donde vibran los pájaros

Manzana del amor
su voz bajo la lluvia es un pescado rojo

Embarcada en sus cuencos con los ojos absortos
es la virgen gaviota que ha bebido del mar

en el agua su sol mariposa de luz

Al hablarte me escuchas…

Al hablarte me escuchas
desnuda de conceptos
renuncias a ti misma
para volverte aire
y al vuelo de mis pájaros verbales
concibes la palabra
siempre virgen y madre
vas perdurando los instantes
en tu cintura poderosa
algún día
cuando pierda al mundo
me harás permanecer.

Anverso

No veo tu sonrisa entre mis labios
apurar la prolongada espera
en tu abandono de luciérnaga a la noche;
sólo tengo asida entre mis brazos
la inexpresable lucha
de penetrar en el bosque sin fondo de tu sueño
que empieza en la penumbra.
Sólo el afán de arañar las escamas de la tierra
y volcar la savia del origen
en tu canasto de riveras blandas,
para encontrarte a ti,
en el hueco de tus verdes plantaciones
como un todo revuelto entre mis manos.
Sólo mis párpados abiertos
confundidos en el incendio de absorberte
en tu acuario de humo,
bajo la soledad de unos cerebros desyelmados.
No veo tu presencia desdoblada
ahondarme y contenerme,
sólo mi furia de hombre
en las grietas de ti misma
persiguiéndote sin alcanzarte.
Sólo la noche posada en tus cabellos,
la noche raspándonos los ojos,
la noche uniéndonos y separándonos
como división eterna entre los cuerpos.

Asombro del tiempo

(Estela para la muerte de mi madre Josefina Fuentes de Aridjis)

Ella la dijo: Todo sucede en sábado:
el nacimiento, la muerte,
la boda en el aire de los hijos.
Tu piel, mi piel llegó en sábado.
Somos los dos la aurora, la sombra de ese día.

Ella la dijo: Si tu padre muere,
yo también voy a morir.
Sólo es cosa de sábados.
Cualquier mañana los pájaros
que amé y cuidé van a venir por mí.

Ella estuvo conmigo. En mi comienzo.
Yo estuve con ella cuando murió, cuando nació.
Se cerró el círculo. Y no sé
cuándo nació ella, cuándo morí yo.
El rayo umbilical nos dio la vuelta.

Sobre la ciudad de cemento se alza el día.
Abajo queda el asombro del tiempo.
Has cerrado los ojos, en mí los has abierto.
Tu cara, madre, es toda tu cara, hoy que dejas la vida.
La muerte, que conocía de nombre, la conozco en tu cuerpo.

Dondequiera que voy me encuentro con tu rostro.
Al hablar, al moverme estoy contigo.
El camino de tu vida tiene muchos cuerpos míos.
Juntos, madre, estaremos lejanos.
Nos separó la luna del espejo.

Mis recuerdos se enredan con los tuyos.
Tumbados para siempre, ya nada los tumba.
Nada los hace ni deshace.
Palpando tu calor, ya calo tu frío.
Mi memoria es de piedra.

Hablo a solas y hace mucho silencio.
Te doy la espalda pero te estoy mirando.
Las palabras me llevan de ti a mí y de mí a ti
y no puedo pararlas. Esto es poesía, dicen,
pero es también la muerte.

Yo labro con palabras tu estela.
Escribo mi amor con tinta.
Tú me diste la voz, yo sólo la abro al viento.
Tú duermes y yo sueño. Sueño que estás allí,
detrás de las palabras.

Te veo darme dinero para libros,
pero también comida.
Porque en este mundo, dicen,
son hermosos los versos,
pero también los frutos.

Un hombre camina por la calle.
Una mujer viene. Una niña se va.
Sombras y ruidos que te cercan
sin que tú los oigas, como si sucedieran
en otro mundo, el nuestro.

Te curan de la muerte y no te salvan de ella.
Se ha metido en tu carne y no pueden sacarla,
sin matarte. Pero tú te levantas, muerta,
por encima de ti y me miras desde el pasado mío,
intacta.

Ventana grande que deja entrar a tu cuarto la ciudad de cemento.
Ventana grande del día que permite que el sol se asome a tu cama.
y tú, entre tanto calor, tú sola tienes frío.

Así como se hacen años se hace muerte.
Y cada día nos hacemos fantasmas de nosotros.
Hasta que una tarde, hoy, todo se nos deshace
y viendo los caminos que hemos hecho
somos nuestros desechos.

Sentado junto a ti, veo más lejos tu cuerpo.
Acariciándote el brazo, siento más tu distancia.
Todo el tiempo te miro y no te alcanzo.
Para llegar a ti hay que volar abismos.
Inmóvil te veo partir, aquí me quedo.

El corredor por el que ando atraviesa paredes,
pasa puertas, pasa pisos,
llega al fondo de la tierra,
donde me encuentro, vivo,
en el comienzo de mí mismo en ti.

Número en cada puerta y tu ser pierde los años.
Tu cuerpo en esa cama ya sin calendarios.
Quedarás fija en una edad, así pasen los siglos.
Domingo 7 de septiembre, a las tres de la tarde.
Un día más, unos minutos menos.

En tu muerte has rejuvenecido,
has vuelto a tu rostro más antiguo.
El tiempo ha andado hacia atrás
para encontrarte joven. No es cierto
que te vayas, nunca he hablado tanto contigo.

Uno tras otro van los muertos, bultos blancos,
en el día claro.
Por el camino vienen vestidos de verde.
Pasan delante de mí y me atraviesan. Yo les hablo.
Tú te vuelves.

Pasos apesadumbrados de hombres
que van a la ceremonia de la muerte,
pisando sin pisar las piedras
de las calles de Contepec,
con tu caja al cementerio.

Tú lo dijiste un día:
todo sucede en sábado:
la muerte, el nacimiento.
Sobre tu cuerpo, madre, el tiempo se recuerda.
Mi memoria es de piedra.

México D.F., 2 de septiembre de 1986
Contepec, Mich., 7 de septiembre de 1986

Ayer y hoy

Tu paso, como una sombra,
era difícil de seguir,
y al perderte en una esquina
sólo quedaba en mí, como en la calle,
un vago sentimiento de vacío.

Tu cimbreo, tu cintura
me estremecían
y el jardín parecía tener más rosas
y el verano calor,
pues en mis labios de niño aún no había
la palabra que define al amor.

La edad nos separaba,
como a dos cuerpos,
no de tamaños distintos,
sino de espacios diferentes.

Y mis manos asiéndote,
mis brazos abarcándote,
no podían asirte,
no podían alcanzar tu cuerpo, tu mirada.

Cae la lluvia sobre junio…

Cae la lluvia sobre junio
El espíritu de la mujer que ama
corre en tu cuerpo se desnuda en las calles

La vida en los rincones
sostiene el equilibrio del mundo
con un algo de Dios que asciende de las ruinas

Los hijos del hombre hacen su universo
sobre un barco de papel que se destroza
pero la alegría no está precisamente allí
sino en la proyección de otro universo

Nada debe detenerse
volverá septiembre y después abril
y los amigos que no acudieron esta primavera
estarán con nosotros en un invierno previsible

Amo este tiempo
donde los perros son sagrados
y los insectos titubean en los vidrios

Te amo a ti por efímera por susceptible al frío

La ciudad se ilumina para nuevas proezas

Cuando la sombra duerme su cuerpo se ilumina…

Cuando la sombra duerme su cuerpo se ilumina
su rostro reflejado atraviesa cristales
y finalmente se instala en todo brillo

Sus dedos trenzan en el aire
los bellos frutos de los días de mayo

Muda en la respiración muda de las cosas
la voz de una mujer pasa buscándola

Desnuda en el esplendor irreparable
sus ojos se abren como un río
de luz y de sonido

Déjame…

Déjame
estoy lleno de ti,
no te perderé,
llevo conmigo tu esperanza invicta
y los diluvios de tu claustro;
he visto levantarse de tus pupilas
el sentimiento inaugural del hombre,
pero todavía no tengo la sangre
y la tierra y la palabra
no me pertenecen

Déjame entrar a tu íntimo alfabeto…

Déjame entrar a tu íntimo alfabeto
para saber lo tuyo por su nombre
y a través de tus letras
hablar de lo que permanece
y también de auroras y de nieblas
Déjame entrar para aprenderte
y girar en tu órbita de voces
hablándote de lo que me acontece
describiéndote a ti
Quiero dar testimonio a los hombres
de tus enes y tus zetas
desnudarte ante ellos como una niña
para que todos se expresen con acento puro.

Donde el ensoñado y el soñado…

Donde el ensoñado y el soñado
van por un solo camino
se levanta un cuerpo

Por ese adentro de mujeres que hablan
de pasadas contiendas en las que no estuvimos
otro cuerpo se abre

y todo aquello que los cuerpos forman
es en la sombra
un brillo solitario

Ella violenta y pública…

Ella violenta y pública
en el peregrinaje lento de las horas
que resbalan coloreándose hacia el alba

ella
exterminada y recobrada
por batallones en su misma mano

faz que se dobla en el arco
haciéndose durar

plenitud quebranto inclinación
centro donde el esplendor se esparce
o se concentra con el instante a la deriva

con los fetiches
con los proscritos de las calles
con las mujeres que llaman con susurros

con los que esperan que lo oscuro amanezca
para que su techo sea un techo dorado

ella con lunas negras
pareja y cada uno de los oponentes
sobre el hallazgo y el trance

al fondo de su secreto brilla
alberga alas que la ascienden
ojos que develan sus brumas

la noche es su aurora
sacude en el pasmado al desertor
teje un manto de espanto en torno
de aquellos que niegan la justicia.

Si te gusta #Homero_Aridjis... Share on X

DOS SUEÑOS DIFERENTES [Mi poema]
Ricardo Carballo Calero [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Hablo de ti, de mí, de lo que pasa,
del día en que tú y yo nos conocimos,
de aquellas experiencias que vivimos,
del fuego que abrasó y que ya no abrasa,
los besos que nos dimos.

Hablo hoy de ti, de mí, como en pasado
apelando para ello a mi recuerdo
ahora que, aun dudando, aún estoy cuerdo
después de tantos años abrazado
a algún mensaje tierno.

Hablo de ti, de mí, de los amores,
ardientes, desmedidos, tan intensos
en que sólo eran los mares más inmensos,
de aquel jardín onírico de flores,
de nuestros universos.

Hablo hoy de ti, de mí, de nuestras vidas,
tú joven, yo mayor, dos inocentes,
los dos bebiendo el agua en mismas fuentes,
las ansias de volar no conseguidas,
dos sueños diferentes.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Ricardo Carballo Calero

Al lado del pozo de la vida

Al lado del pozo de la vida escrutas las aguas oscuras:
acechas tendiendo los oídos ansiosos a la piedra que tiras,
dura y pesada pregunta que inquieta la verdad del fondo
húmeda tierra de fango que los pies con que pisas ansían.
Al lado del pozo de la vida buscas en ella la verdad.
Pero la verdad y la vida son una, y están sobre la tierra.
Taladran, sedientos, los ojos sólo aguas y arcillas estériles.

Pasa, entre tanto: la hermosa, como una mujer en silencio.
Podrías besarla sino intentaras oírla;
a su talle han de ceñirse, han de besar sus labios
sin preguntarle su nombre, que, púdica, niega al amante,
o que, tal vez, ella ignora, la casta de la flor venturosa.
De tu pregunta hoz, en el heno se oxide y more
-harta de segar aires- que es lecho de amor para el prudente.
No rinden labios de moza más dulces las mieles del beso
porque murmullen un nombre al ruego del amante importuno.
De «Entre el verde y el azul»

Alto nombre

Nombre de suave lienzo y blanco lino,
paisaje donde nevó rosas heladas,
primavera cuajada en amor joven.
Cuántas huidas, cuántos escalofríos
entre tú y yo levantaron nuestro puente.
Puente de plata o tela de araña, dulce,
donde al amanecer la niebla se columpia.
Mi vida es un acercarse a la tuya.
Al morder la primera fruta de oro,
el zumo por los labios resbalaba.
Era la pasión como una novia antigua.
Nombre de limpio vidrio y aire tamizado,
en soledad arrodillada encendido,
de campana en campana por los campos vuelas.
Como un animal sagrado vagabas;
alto zumbido de otoños olvidados
bajo tus pies, arcángel de los pies blancos.
Esparciendo luz y oliendo a flor,
Planeas sobre mí, ángel en ruinas.
¿Qué brisa, qué amor, qué pena deshojada,
qué fuente dorada o qué cristal de estrella
sueña tus sueños cuando estoy dormido?
Al latirte el corazón de viento,
florezco bajo tus alas desnudas.
De «Angel de tierra»

Belleza mascadora de chiclet…

Belleza mascadora de chiclet,
donde la feminidad alcanza el límite del vigor,
y los músculos campan durísimos,
inaprensibles al pellizco galante.
Próxima a las puertas del sexo,
te mantienes un milímetro distante de la salida,
y tu amenaza de desbordar el área de juego
es más una travesura que subraya
la curvatura de tu trayectoria,
falsamente estirada en súbito zig-zag.
En esta hora de indiscriminación sexual,
tus posibilidades de cotización son precarias,
y tienes que disimular tu feminidad,
para acercarte al varón de cabellos largos e ideas cortas.
Así, tu cuerpo es hermoso,
a pesar de las descuidadas prendas que lo disfrazan.
Así, tu boca es dulce,
a pesar de las toscas palabras que la manchan.
Sabrosa arcilla del paraíso, cubierta
por la seca ortiga del escombro.
Eterna y pura naturaleza, avasallada
por efímera y densa cultura.
Hay que amar la blanda pulpa de tu cielo,
por abajo y arriba
de la dura corteza de tu tierra.
De «Avalón»

Elegía veneciana

Me podéis borrar del Libro de Oro,
mis compatricios.
Hace tiempo que no pienso si el Turco sube o baja,
y mis buques están anclados en el muelle.

No me tienta ocultar mi calva
bajo la tiara de dogo.
Un cuerno y un ropaje largo no me preservarían
de los arañazos de tantos senadores.

Que otro celebre sus nupcias con el mar.
La boca de esa esposa es demasiado amarga.
Me prefiero soltero, libre de tal belleza,
que derriba cuando quiere y traiciona a sus hombres.

Tú, Fóscari; tú, Dándolo; tú, Loredano, me mirais
sin duda con el horror con que a un hermano perdido.
Quizá tengo sangre de algún Otelo ignorado,
y mi tono no es originario de Aquilea.

No me retratarán Bellini ni Tiziano;
oscuro moriré, pobre gallo olvidado.
Pero veo al mar royendo las piedras de Venecia,
y encuentro triste el carnaval de la vieja Serenísima.
De «Avalón»

En lo alto del bosque está mi eremitorio…

En lo alto del bosque está mi eremitorio.
Llegaste cuando el cielo de otoño auguraba nieve.
Un camino perdido te conducirá a mí.
El invierno nevó fuera mientras dentro
calentaba el gozoso verano.
Quedaste prisionera.
La nieve borró los caminos.
No sabrías regresar.
Te tendré a mi lado mientras el invierno reine.
Sé que te marcharás en la primavera,
cuando el deshielo abra de nuevo las veredas.
Pero tengo la esperanza de que no te veré marchar
Soy ya muy viejo,
y moriré antes de que puedas cruzar el umbral.
Me cerrarás los ojos con tus suaves manos.
Y cuando el sol endurezca la tierra,
te irás sobre tus pies ligeros como las horas.
Pero yo no te veré marchar,
durmiendo para siempre con los ojos cerrados,
soñando que aún estás, que estas siempre
cerca de mí, en lo alto del bosque,
en mi eremitorio, mientras fuera
cae, día tras día, año tras año,
vida tras vida, eternamente, la nieve,
que borró los caminos y te impide partir.
De «Venusberg»

Flautista (Auletés)

En Lokbias tañe una flauta,
en Sanssouci;
así consuela su nostalgia
Ptolomeo;
Friedrich también.
Estrujadora Alejandría,
severa Postdam;
es melancólico ser rey,
leyendo a Cátulo o a Voltaire.
Cercano a la orilla de Libia
o a la llanura central de Europa,
el auletés,
pensando en legionarios o cosacos,
mariposa nostálgica, chupa la miel
de la triste flor de la flauta,
combándose bajo el klaft o el tricornio
la nostálgica cabeza colgada del más allá.
No importa estar borracho
y pellizcar la grupa de los días, o
disponer las compañías de plomo
sobre una mesa rococó.
Dura carga es ser rey,
basileus o könig,
capitán o sobornador
contendiendo con césar o kaiser
mediante fuego de oro o fuego de cañón.
Bañar en el río tibio de la música
el alma cansada de espiar,
es natural;
hila tristeza el rey así,
el auletés,
Lokhias o en Sanssouci,
larva llorosa, para encapsular,
que el dolor en seda es menos ruín.
Por eso siempre al atardecer,
tañe en Lokhias, en Sanssouci,
la misteriosa flauta real.
Bajo la luna pura y cruel,
entre la zozobra del vivir,
hila su lágrima el auletés.
De «Oratorio»

La bacante y Dionisios

-En la noche escuché tu voz.
Entre sueños fui llamada por ti.

Sin pereza aparté la ropa de mi lecho.
En seguida puse mi pie en el frío suelo.

Y pisé las aliagas para subir a tu monte.
Apretando los espinos busqué tu cumbre.

En una mano el tirso, en la otra el collar de la fiera.
Levantaba la vid en la derecha, con la izquierda arrastraba el animal.

Bajo las estrellas desparramé mis cabellos.
En las sombras desaté mis ataduras.

A sedientos sorbos, mi sedienta garganta acabó con tu vino.

Borracha de ti mismo, en el gemido de mi boca ardes.

Puse mi corazón, como un racimo, bajo tus pies de vendimiador .

Mi espalda, como una yegua virgen, al estallido de tu relinga.

Me hice gesto en todas las liturgias que te honran.

Me hice palabra en todas las oraciones que suben hacia ti.

Sabes bien que soy tuya: desde tu trono recibiste mi ofrenda.

Mi amor resplandece a tus ojos: se ve su llama desde el más allá.

Sin embargo, me dejas arder en el fuego que me escuece.
A pesar de todo, no alejas el torrente de angustia que me empapa sin descanso.

Desde el fondo de mi amor despreciado clama a ti mi tormento.

Mi ternura de paloma lucha con tu crueldad de buitre desgarrador.

Si tu brazo poderoso me arrastró a la noche de tu misterio;
si con voz de tórtola acurrucada me llamaste al bosque de tu nido

¿por qué golpeas mis senos rendidos con el granizo de tu dureza?
¿hasta cuándo clavarás en mi dulce vientre las saetas de tu furor?

-Ama, calla y aguanta, si de verdad amas.
Envuélvete en tu dolor y en tu noche, si me tienes por placer y por luz.

¿Piensas que se puede amar a un dios sin llegar a ser diosa?
¿Piensas que puede nacer una diosa sin que muera una mujer?

Porque me eres bienvenida, he de macerar tu cuerpo para las nupcias.
Porque has de gozar conmigo, te igualaré a mí.

Te quemaré, te quemaré, para que en chispas subas.
He de herirte, he de herirte, para beber tu sangre.

¿Cómo has de nacer en tu ser de mañana si no agonizas en tu ser de hoy?
¿Cómo nacerías para mí si no murieras para ti?

De las tablas de tu ataúd he de hacer tu cuna.
Amasando tus cenizas esculpiré el cuerpo que ya no perderás.

Cuando me dices crueldad son tus labios de tierra los que me hablan.
Cuando tengas tus labios de cielo me has de decir amor.
De «Oratorio»

Maniquí negra

Un sol nocturno bruñó con su óleo tus largas piernas.
Donde el hueso se junta a la piel, brilla con blancura de acero.
Tu risa de granizo repica en el pandero de la luna,
que exhala la música tejida por la dulzura de tus pies.
Cisne sombrío que resbala por las teclas de un lago dormido.
Hogueras de tinieblas, mujer de humo y sueño, que brotas
con el misterio enrollado a tu regazo, boa de ondulantes anillos;
con el amor ceñido a tus caderas, velo de tibio rugir;
con el paraíso echado sobre tus ropas, estola de florido fuego.
Tu madre aúlla en la selva -nidos de muertos en los árboles-
mientras caen las granadas alrededor de su choza.
Tu hermana grita en el asfalto -las pancartas caídas, los perros-
mientras los gases lacrimógenos hinchan sus párpados.
Tu prima de la manigua¹ agita los pechos locos
mientras canta la rumba de ronca voz.
tu cuñada de la sabana estremece la grupa
picada por el tábano del tam-tam.
Todas son estruendo y relámpago, cohetes de amor y dolor.
Pero tú sólo resbalas en silencio, das vuelta y te mueves
con líquido avanzar,
lujosísimo tulipán para la fiesta del dorado jardín.

¹Terreno de la isla de Cuba cubierto de maleza.
De «Salterio de Fingoi»

Mujer dormida

¿Dormida? ¿Hecha cuajado río o luna?
¿Fuera de ti, pálida voz de la tierra?
¿Labio de mármol que oscuro anhelo calla?
No oso acercar manos que tiemblan
a la desnuda y yerma saudade de tu cuerpo.
Bajo las pestañas no sé qué cabalgadas;
qué perfecci6n de bosques y senderos;
qué bueyes con cuernos de laurel adornados
con pardas muchachas en los lomos florecidas.
O nada, o sólo el negro sueño, olvido;
dos profundos pozos sin eco y sin llegada,
tu frente sin huella un mar de nieve,
el corazón como una estrella acostumbrada.
Y el blanco amor que te cubre, nube,
granizo es ya, que te conserva, nítida,
como una paloma posada más allá del arrullo.
Lejos de ti; amarte, verte de lejos;
la cabellera, mortaja de tu sueño.
En soledad, sin hombres y sin dioses.
Grises peñascos; mazorcas huecas; hiedra.
De «Anillos de agua»

Oh tú, alegre, que los brazos levantas desnudos…

Oh tú, alegre, que los brazos levantas desnudos,
de espesos racimos de azúcar cargados,
mientras el amanecer sonríe en tu boca;
en cuyo cuerpo de los frutos canta la sangre,
toda canción, campana de tierra, vida.
Por tu garganta de paloma el arrullo sube,
lírico azogue, termómetro de nieve,
temperatura de la dicha, clima exacto.
Joya del hombre, alhaja del universo,
juego de Dios, vino del cielo, alegría.
Alegría. Más ¿alegría? La gracia pesa.
Lágrimas de orballo -¡ay cuantas! -pide la rosa.
La muerte ronda la flor de la mariposa.
Cuánta tristeza en tus blandas pestañas,
ácido lecho el río de tu risa.
Tan indefensa, tan frágil es la belleza.
Un contracanto de oscura melodía
el alma escucha en la cascada centelleante.
Cordero sin tacha que en el prado salta,
el dolor embaza los ojos que te quieren.
Almendro en la noche enraizado.
El luto brota en el lino del noviazgo.
¡Qué triste eres criatura de alegría!
De «Salterio de Fingoi»

Petit-cru

En Tintagel suena un cascabel. Petit-cru.
Vino de Avalón, la isla de las hadas. Tristán
para la rubia Iseu lo atrajo. Alegra el corazón
su música hechizada. La amiga es
por el embrujo, lejos del amigo, feliz. ¡Dios:
el desdichado envió a la desdichada la dicha! Renunció
al talismán para que pudiera la reina, separada de él,
vivir dichosa, y la rubia encuentra alegre el vivir.

Hermosos son los mantos forrados de blanco armiño,
gentiles las cabalgadas por el matorral en la corte de Marés,
y los torneos en los que los caballeros muestran amorosas divisas.

Dulce el recuerdo de Tristán como sonrisa del amanecer.
El cascabel del blanco cachorro es más fuerte
que la copa fatal que la imprudente prudencia materna
llenó de amor y de muerte y abrasadora pasión.

Pero ¿cómo la amiga en la ausencia del amigo se siente
con cuerpo ligero, con alas de alondra, con el espíritu
gracioso? La reina piensa. Desvela el secreto.
Hechizo de amor es. El desdichado desea
la dicha de aquella que es su dolor.
Petit-cru. Los labios adornados de dulce
amargura requieren el ser milagroso. Del regazo
le tira el cascabel. No quiero, amigo hermoso
la alegría mientras tú estas triste, señor;
la vida mientras tú mueres. Bebemos el vino
juntos, debemos morir o vivir.

Desde la florida ventana arroja el cascabel al mar.

Arrastrando su larga cola bordada camina
por los pasajes del llanto al sombrío sepulcro del dolor.
De «Poemas colgados de un cabello»

Un cabello de ángel

Un cabello de ángel
colgando del cielo,
si no es la espada de Damocles,
es soga para el espíritu,
gemido equilibrista,
que, en él agarrado,
puede mecerse sobre la tierra
y creer que es la araña de un hilo
arrancado de su propio cerebro,
cordón umbilical que lo vincula
a su nido que está en el azul.
Pero no sabemos
qué es el norte, qué es el sur,
el cenit y la nada,
la vida y la muerte,
la tierra y el cielo,
cuál es el metro que lleva al paraíso
y qué aeronave nos conduce al infierno.
De «Poemas colgados de un cabello»

Si te gusta #Ricardo_Carballo_Calero... Share on X

ESAS URNAS OBSCENAS [Mi poema]
Manu Cáncer [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

¡Qué pena! Hoy esta voz está de luto,
no tiene ya vocablos. Su gangrena
no pudo resistir, murió de pena
y aún quieren robarle el usufructo
en urna que es obscena.

Hablar, ¿para que hablar, qué es la palabra
de qué sirve decir si algo es mentira?
¡Si sólo son lamentos de una ira!
Será mejor la boca no se abra,
se queme en una pira.

Pues ¿que es la voz sin ley?, una soflama,
que clama en el desierto de rebote,
de algún verso vacío su estrambote,
pavesa que se extingue de una llama
la jerga de un mal zote.

Mis tímpanos se han roto. Los oídos
están acartonados y obsoletos,
no pueden superar los parapetos
envuelto como están entre los ruidos
por falta de respetos.
©donaciano bueno

#Urnas, sí, pero #legales y sin trampas? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Manu Cáncer

La canción de todos los días

Yo vengo de un almendro y he venido
a despeinar
a esa muchacha.
A viajar
por los mapas de lluvia
y driblar a la muerte.
Llegaba
de un olivo y he venido
para desocupar la nada,
para vender palabras
con olor a tomillo;
yo vengo a resbalar
entre tus pechos con olor dulce a Oriente.
Vengo desde la vid y por suerte soy feo,
feo como la tierra:
mi corazón tiene una puerta
donde anidan
las lágrimas y cantan los jilgueros.
Sobre tu piel
llena de estrechos y llanuras
he venido. Vengo
desde un naranjo viejo
y camino el camino
de tus sobacos salados por el sol,
y de tu vientre
salto a tu paladar.
Soy como un saltamontes
en la temperatura de tu piel,
me siento como un pez
en el agua lentísima de las mareas de tu cuerpo.
Soy un gorrión que vuela
de los pesebres tiernos de tu boca
con dirección al libro de tus muslos.
Llegaba de un almendro
y ahora
resulta
que he venido.

La canción del presagio

Es profeta
hasta el junco
hasta el agua y la noche:

que me estoy muriendo.
Oh, amor, aguja de reloj
congelada en mi fuego,
sólo
soy
un sonido de luna,
y te llamo y te escucho
en el eco
del llanto.

que me estoy muriendo.

La canción del viajero

Baila conmigo en esta noche,
salta,
grita,
y abraza,
sé latido
de vida y amor lento, muy lento,
vívelo
casi todo
en esta noche.

Llorar a mi manera

Que me dejen llorar
con lágrimas igual a lapiceros,
con lágrimas iguales a los pájaros,
sólo quiero
que me dejen llorar
a mi manera.
Que me dejen llorar
como lloran los radios en la madrugada,
como los exiliados,
que me dejen
llorar a mi manera.

Moja mis quemaduras

Amor, amor, amor,
moja mis quemaduras
con una sola frase de esperanza sencilla,
una sola caricia
azul
de madrugada,
con una sola noche más.
Amor, amor, amor,
hazme vivir,
hazme resurrección callada,
amor, dame luz a beber, dame luz, dame luz,
dame coraje apasionado, háblame,
moja mis quemaduras
con una sola sílaba de esperanza,
una sola caricia
azul de madrugada.

Poema de viento

Cuando te vas, todo es de viento,
sólo viento.
Las rosas no son rosas,
no hay sonidos de luna,
ya no quedan milagros.
Cuando te vas,
quiero no perdonar,
quiero cerrar mi puerta de ternura,
quiero coger mi patria y marcharme
con ella,
quiero arrancarme el agua de la vida.
Quiero dormir tranquilo
para perder locura y despertar distinto.

Quiero volver del viento

Quiero volver del viento,
escrutar las palabras
y hablarte,
hablarte con mis manos llenas de cicatrices y regueros.
Quiero morir con los olivos,
silbar dentro de un grillo,
quiero morir
con los olivos.
Con el otoño intenso
me marcharé también,
seguramente caminando
por la desolación de grandes avenidas llenas de hojas,
con manos de naranjos encogidos.
Sé que voy a llorar,
llorar como hace tiempo,
llorar con los oídos, llorar con mis diez dedos,
sé que voy a llorar
hasta que me enronquezca el corazón,
hasta que yo -yo mismo-
sea otro.

Saberlo todo

La noche
se hizo para mirarte
mientras duermes
y admirar tu quietud, con ternura,
decirte cosas al oído,
saber que estás en paz.
Saber que amarte
es saber todo.

Tu nombre y la sonrisa

Si últimamente he sido soñador
fue por sentirte,
por hablarte,
por despertar
junto
a tu boca.
Con eso me bastaba.
Por si cambio de nombre en esta noche,
créeme,
esto es todo
lo que puedo escribir
para ti.
Tu nombre (y tu sonrisa)
significan mi elipse
remendada:
créeme,
aquí están
todas las viejas lágrimas, las bromas
y también
las preguntas.

Vino de la mañana, dile que la he querido…

Vino de la mañana, dile que la he querido,
que la he querido con corazón de niño, de fe, de vagabundo,
dile que la he querido y mándale mis labios.
Ábrete paso
por entre sus cabellos,
resbala por su espalda,
hazlo como un susurro, vino de la mañana.

Si te gusta #Manu_Cáncer... Share on X

HUBO UN TIEMPO… [Mi poema]
Ernesto Cardenal [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hubo un tiempo que el tiempo no retubo,
que pasó sin chistar, sin hacer ruido,
mi espacio preferido. Fue un descuido,
mas recuerdos me trae por un tubo.

Hubo un tiempo, lo sé, no lo he soñado,
en que yo no dudaba. Era inocente.
Creía en Dios, la patria y en la gente,
pudiendo abrir la boca, sin candado.

Pronto supe es mentira, que si avanzas,
cada paso que das, más retrocedes
y aunque quieras pararte ya no puedes
obligando a bailar en esas danzas.

La vida son mentiras y verdades
y falsas apariencias y egoísmos
y he aprendido a huir de silogismos
mandando a pasear las vanidades.

Que hoy la vida es tumbarse al cielo raso
contemplando el fulgor de las estrellas
pudiendo comprobar como son bellas
y acercarlas y darlas un abrazo.

Botar con mucha fuerza a la pelota
disfrutando cual fueras aun un niño,
al penar de este mundo haciendo un guiño,
hasta ver se ha pinchado y ya no bota.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO: Ernesto Cardenal

Acuarela

Los ranchos dorados cercados de cardos;
chanchos en las calles;
una rueda de carreta
junto a un rancho, un excusado en el patio,
una muchacha llenando su tinaja,
y el Momotombo
azul, detrás de los alegres calzones colgados
amarillos, blancos, rosados.

Corn Island

El agua de South
West Bay es más
azul que el cielo

pero tus ojos son
más azules que
south west bay

Y en las cuevas de
(…)
han llegado ya
las lluvias de mayo,

han vuelto a
florecer los malinches colorados

Y el camino del
Diriá está alegre
lleno de charcos;

pero ya vos
no estás conmigo.

El estrecho dudoso

(fragmento)

Y los perros. Los perros de Pedrarias.
El indio tenía un palo
y le echaban primero los perros cachorros
(para enseñarles montería) .
Cuando los tenía vencidos con el palo
soltaban los lebreles y los alanos de Pedrarias.

Los indios preguntaron al Demonio
(¿a los brujos? ¿a las brujas? ¿a la Vieja del Volcán?)
cómo se verían de libres de los españoles
y el Demonio les contestó:
Que él podía libertarlos de los españoles
«haciendo que los dos mares se juntaran
(¿el Canal de Nicaragua?)
pero entonces perecerían los españoles
(¿el Canal Norteamericano en Nicaragua?)
juntamente con los indios»

el pueblo bendice al rey
por haber mandado que el dicho Pedrarias
vaya a castilla
y no puede andar sino es en una silla sentado
porque como es hombre de ochenta años e tullido
e muy abarisioso
no piensa sino en acrecentar su hazienda…
está muy viejo y tullido casi syempre en la cama
y no puede andar sino es en vna silla sentado
que vuestra magestad le devia dar equivalente provecho)
y descanso
y proveer de rremedio a esta gob ernaçión
Y ya tenía noventa años y no moría nunca
ni iba a Castilla. Estaba tullido y enfermo
y gobernaba con mano de hierro (monopolios
robos sobornos prisiones espionaje elecciones fraudulentas…)
y no moría -Se metía en un ataúd todos los años
y hacía que le cantaran el Oficio de Requiem.

Murió de 90 años.
Fue enterrado en La Merced junto a Hernández de Córdoba.
En la Catedral enterrada de un enterrado León
o hundido bajo el agua. ¿León Viejo dónde está?
Hay ladrillos, ruinas rojas, en la orilla.
Los pescadores dicen que han visto torres bajo el agua
en las tardes serenas.

Y han oído campanas

Campanas tocando solas movidas por las olas

La capital de Nicaragua está allí espectral
bajo el agua. Un borroso sueño… Un conquistador degollado
Pedrarias enterrado con todas sus banderas.
Después un Asesinato y un terremoto…
Un gobernador tirano y sus dos hijos
(dos hermanos tiranos)
Y salta una mojarra.

El Lago de León Viejo es el Lago de Managua.
¿Hay un nuevo León viejo?
El mismo Momotumbo retumba todavía.
…Y los ladridos de los perros de Pedrarias…

NON DEBE EL CRONISTA DEJAR FACER SU OFICIO

Epigramas

1. Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica.
Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,
otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(escritos para conquistarte a ti) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta.

2. De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
(si acaso)
y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
del olvido, y los incluyo también en mis versos
para ridiculizarlos.

3. Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

4. Esta será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.

5. Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fui a mi cuarto
y escribí ese artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.

6. Yo he repartido papeletas clandestinas,
gritando: ¡VIVA LA LIBERTAD! en plena calle
desafiando a los guardias armados.
Yo participé en la rebelión de abril:
pero palidezco cuando paso por tu casa
y tu sola mirada me hace temblar.

7. Epitafio para la tumba de Adolfo Báez Bone

Te mataron y no
nos dijeron donde
enterraron su cuerpo,

Pero desde entonces
todo el territorio
es tu sepulcro

o más bien;
en cada palmo
de territorio nacional
en que

no está tu cuerpo
tú resucitaste

Creyeron que te
mataban con una orden
de ¡fuego!

Creyeron que te
enterraban

Y lo que hacían
era enterrar una semilla.

8. ¡Mi gatita tierna
mi gatita tierna!

¡como estremecen
a mi gatita tierna

mis caricias en su cara
y su cuello

Y vuestros asesinatos
y torturas!

9. ¿Has oído
gritar de noche
al oso-caballo

oo-oo-oo-oo

o al coyote
solo en la noche
de luna

uuuuuuuuuuuuuú?

pues eso mismo
son estos versos.

10. Cuídate, Claudia,
cuando estés conmigo,

porque el gesto más leve,
cualquier palabra, un suspiro

de Claudia,
el menor descuido,

tal vez un día
lo examinen eruditos

Y este baile de Claudia
se recuerde por siglos

Claudia, ya te lo aviso.

11. ¡Mi pelo largo!
¡Mi pelo largo!

Querías tu
muchacha con
el pelo largo

Yo lo tengo abajo
de los hombros

Crees que esta esquina
de la vendedora de guayabas

donde voz me encontraste
con terror y con júbilo

(aunque sólo demostraste
palidez y silencio)

la borrarán
los Ángeles,
les champs-elysees?

12. Ella fue vendida
a Kelly & Martínez
Cía Ltda.,

y muchos le enviarán
regalos de plata

Y otros le enviarán
regalos de electroplata,

y su antiguo enamorado
le envía este epigrama.

13. Tomarse con los brazos el uno al otro,
dándose cada uno a los brazos del otro.
Qué diferente sentirte dentro de uno
que sentirse uno solo dentro de uno
es decir, vacío.
¿Será que es soledad tu abrazo
y tus besos sólo sed?
Me parece oírte que de mí no te sacias nunca.
Yo que fui antes buen catador de amarguras.

Epitafio para Joaquín Pasos

1. Aquí pasaba a pie por estas calles, sin empleo ni puesto,
y sin un peso.
Sólo poetas, putas y picados conocieron sus versos.
Nunca estuvo en el extranjero.
Estuvo preso.
Ahora está muerto.
No tiene ningún monumento.
Pero
recordadle cuando tengáis puentes de concreto,
grandes turbinas, tractores, plateados graneros,
buenos gobiernos.
Porque él purificó en sus poemas el lenguaje de su pueblo
en el que un día se escribirán los tratados de comercio,
la Constitución, las cartas de amor, y los decretos.

2. La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche llegar a la frontera.
El nombre de ese hombre no se sabe.
Hay muchos hombres más enterrados en una zanja.
El número y el nombre de esos hombres no se sabe.
Ni se sabe el lugar ni el número de las zanjas.
La Guardia Nacional anda buscando a un hombre.
Un hombre espera esta noche salir de Nicaragua.

3. Tal vez nos casemos este año,
amor mío, y tengamos una casita.
Y tal vez se publique mi libro,
o nos vayamos los dos al extranjero.
Tal vez caiga Somoza, amor mío.

4. ¿Crees que esta esquina de la vendedora de guayabas
donde vos me encontraste con terror y con júbilo
aunque sólo demostraste palidez y silencio)
la borrarán Los Angeles, Les Champs-Elysees?

5. ¿No has leído amor mío, en Novedades:
CENTINELA DE LA PAZ , GENIO DEL TRABAJO
PALADÍN DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA
DEFENSOR DEL CATOLICISMO EN AMÉRICA
EL PROTECTOR DEL PUEBLO
EL BENEFACTOR…?
Le saquean al pueblo su lenguaje.
Y falsifican las palabras del pueblo.
(Exactamente como el dinero del pueblo.)
Por eso los poetas pulimos tanto un poema.
Y por eso son importantes mis poemas de amor.

6. Uno se despierta con cañonazos
en la mañana llena de aviones.
Pareciera que fuera la revolución:
pero es el cumpleaños del tirano.

7. Ileana: la Galaxia de Andrómeda,
a 700.000 años luz,
que se puede mirar a simple vista en una noche clara,
está más cerca que tú.
Otros ojos solitarios estarán mirándome desde Andrómeda,
en la noche de ellos. Yo a ti no te veo.
Ileana: la distancia es tiempo, y el tiempo vuela.
A 200 millones de millas por hora el universo
se está expandiendo hacia la Nada.
Y tú estás lejos de mí como a millones de años.

8. Como canta de noche la esquirina
al esquirín que está sobre otra rama:
«Esquirín,
si querés que vaya, iré
si querés que vaya, iré»,
y a su rama la llama el esquirín:
«Esquirina,
si querés venir, vení
si querés venir, vení» ,
y cuando ella se va a donde él está
el esquirín se va para otra rama:
así te llamo yo a ti,
y tú te vas.
Así te llamo yo a ti,
y tú te vas.

9. Si cuando fue la rebelión de abril
me hubieran matado con ellos
yo no te habría conocido:
y si ahora hubiera sido la rebelión de abril
me hubieran matado con ellos.

10. Cuando los dorados corteses florecieron
nosotros dos estábamos enamorados.
Todavía tienen flores los corteses
y nosotros ya somos dos extraños.

11. Las pesadas gotas parecen
pasos subiendo la grada
y el viento golpeando la puerta
una mujer que va a entrar.

12. La persona más próxima a mí
eres tú, a la que sin embargo
no veo desde hace tanto tiempo
más que en sueños.

13. ¿Has oído gritar de noche al oso-caballo
00-00-00-00-
0 al coyote-solo en la noche de luna
uuuuuuuuuuuuuuuú?
Pues eso mismo son estos versos.

14. Sobre el mojado camino en el que las muchachas con sus cántaros van y vienen,
cortado en gradas en la roca,
colgaban como cabelleras o como culebras
las lianas de los árboles.
Y una especie de superstición flotaba en todas partes.
Y abajo:
la laguna de color de limón,
pulida como jade.
Subían los gritos del agua
y el ruido de los cuerpos de color de barro contra el agua.
Una especie de superstición…
Las muchachas iban y venían con sus cántaros
cantando un antiguo canto de amor.
Las que subían iban rectas como estatuas,
bajo sus frescas áncoras rojas con dibujos
los cuerpos frescos de figura de ánfora.
Y las que bajaban
iban saltando y corriendo como ciervas
y en el viento se abrían sus faldas como flores.

15. Viniste a visitarme
en sueños

pero el vacío
que dejaste cuando
te fuiste

fue realidad.

Gethsemaní, KY.

1. En Pascua resucitan las cigarras
-enterradas 1 7 años en estado de larva-
millones y millones de cigarras
que cantan y cantan todo el día
y en la noche todavía están cantando.
Sólo los machos cantan:
las hembras son mudas.
Pero no cantan para las hembras:
porque también son sordas.
Todo el bosque resuena con el canto
y sólo ellas en todo el bosque no los oyen.
¿Para quién cantan los machos?
¿Y por qué cantan tanto? ¿Y qué cantan?
Cantan como trapenses en el coro
delante de sus Salterios y sus Antifonarios
cantando el Invitatorio de la Resurrección.
Al fin de mes el canto se hace triste,
y uno a uno van callando los cantores,
y después sólo se oyen unos cuantos,
y después ni uno. Cantaron la resurrección.

2. Ha llegado al cementerio trapense la primavera,
al cementerio verde de hierba recién rozada
con sus cruces de hierro en hilera como una siembra,
donde el cardenal llama a su amada y la amada
responde a llamada de su rojo enamorado.
Donde el reyezuelo recoge ramitas para su nido
y se oye el rumor del tractor amarillo
al otro lado de la carretera, rozando el potrero.
Ahora vosotros sois fósforo, nitrógeno y potasa.
Y con la lluvia de anoche, que desentierra raíces
y abre los retoños, alimentáis las plantas
como comíais las plantas que antes fueron hombres
y antes plantas y antes fósforo, nitrógeno y potasa.
Pero cuando el cosmos vuelva al hidrógeno original
-Porque hidrógeno somos y en hidrógeno nos hemos de convertir-
no resucitaréis solos, como fuisteis enterrados,
sino que en vuestro cuerpo resucitará toda la tierra:
la lluvia de anoche, y el nido del reyezuelo,
la vaca Holstein, blanca y negra, en la colina,
el amor del cardenal, y el tractor de mayo.

3. Como las bandadas de patos que pasan gritando,
que en las noches de otoño pasan gritando,
hacia lagunas del Sur que no han visto nunca,
y no saben quién los lleva, ni hacia dónde van:
así éramos llevados hacia Ti sin saber adónde.
y como las bandadas de patos que vienen del Sur,
en primavera, de América del Sur,
y pasan por Kentucky gritando de noche!

4. Hay un rumor de tractores en los prados.
Los ciruelos rosados están en flor.
Mira: están en flor los manzanos.
Amado, ésta es la estación del amor.
Los estorninos cantan en el sicómoro.
Las carreteras huelen a asfalto recién regado
y los carros pasan con risas de muchachas.
Mira: la estación del amor ha llegado.
Todo pájaro vuela perseguido por otro.

5. Ha venido la primavera con su olor a Nicaragua:
un olor a tierra recién llovida, y un olor a calor,
a flores, a raíces desenterradas, y a hojas mojadas
(y he oído el mugido de un ganado lejano…)
¿O es el olor del amor? Pero ese amor no es el tuyo.
Y amor a la patria fue el del dictador: el dictador
gordo, con su traje sport y su sombrero tejano,
en el lujoso yate por los paisajes de tus sueños:
él fue el que amó la tierra y la robó y la poseyó.
Y en su tierra amada está ahora el dictador embalsamado
mientras que a ti el Amor te ha llevado al destierro.

6. Como las lechuzas que sólo ven de noche, y como
el mediodía es la medianoche de los murciélagos,
en esta tarde luminosa de julio ¿no será otra la luz
y no será tan sólo lo oscuro lo que vemos:
el tanque de agua plateado, la puesta de sol,
las golondrinas revoloteando, este libro de Suso,
el avión que cruza como un pez por el cielo de julio?

7. Los automóviles van y vienen por la carretera,
frente al noviciado, como las olas del mar.
Se oye el rumor lejano que va creciendo
y creciendo más y más, el acelerar del motor,
el susurrar de las llantas sobre el asfalto mojado,
y después decrece y decrece, y no se oye más.
Y otro motor a lo lejos vuelve a comenzar.
Como las olas del mar. Y yo corría como las olas
por carreteras asfaltadas que a ningún sitio van.
Y a veces me parece que todavía corro por ellas,
y que es un sueño que ya he llegado a algún lugar,
y no estoy viendo en paz pasar los automóviles
sino que he mirado este lugar distraídamente
desde el efímero automóvil que acaba de pasar.

8. Los insectos acuáticos de largas patas
patinan sobre el agua como sobre un vidrio.
Y patinan en parejas. Se separan
y se persiguen y se emparejan otra vez.
Y pasan toda su vida bailando en el agua.
Tú has hecho toda la tierra un baile de bodas
y todas las cosas son esposos y esposas.
Y sólo Tú eres el Esposo que se tarda
y sólo yo soy la esposa sola sin esposo.
Los tálamos de los pájaros están verdes
y las parejas de grajos vuelan jugando,
las parejas de grajos negros, jugando
y gritando: ¡A A A A! ¡A A A A!

9. 2 am. Es la hora del Oficio Nocturno, y la iglesia
en penumbra parece que está llena de demonios.
Esta es la hora de las tinieblas y de las fiestas.
La hora de mis parrandas. Y regresa mi pasado.
«Y mi pecado está siempre delante de mí.»
Y mientras recitamos los salmos, mis recuerdos
interfieren el rezo como radios y como roconolas.
Vuelven viejas escenas de cine, pesadillas, horas
solas en hoteles, bailes, viajes, besos, bares.
Y surgen rostros olvidados. Cosas siniestras.
Somoza asesinado sale de su mausoleo. (Con
Sehón, rey de los amorreos, y Og, rey de Basán.)
Las luces del «Copacabana» rielando en el agua negra
del malecón, que mana de las cloacas de Managua.
Conversaciones absurdas de noches de borrachera
que se repiten y se repiten como un disco rayado.
y los gritos de las ruletas, y las roconolas.
«Y mi pecado está siempre delante de mí.»

Es la hora en que brillan las luces de los burdeles
y las cantinas. La casa de Caifás está llena de gente.
Las luces del palacio de Somoza están prendidas.
Es la hora en que se reúnen los Consejos de Guerra
y los técnicos en torturas bajan a las prisiones.
La hora de los policías secretos y de los espías,
cuando los ladrones y los adúlteros rondan las casas
y se ocultan los cadáveres. Un bulto cae al agua.
Es la hora en que los moribundos entran en agonía.
La hora del sudor en el huerto, y de las tentaciones.
Afuera los primeros pájaros cantan tristes,
llamando al sol. Es la hora de las tinieblas.
Y la iglesia está helada, como llena de demonios,
mientras seguimos en la noche recitando los salmos.

10. Como latas de cerveza vacía y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televisión
y desaparecen, así ha pasado mi vida.
Como los automóviles que pasaban rápidos por las carreteras
con risas de muchachas y música de radios…
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos
y las canciones de los radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, Boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.

11. La bocina de este auto en la carretera me es familiar
y este viento silbando en los pinos
y estremeciendo el techo de zinc del noviciado
me recuerda mi casa. Alguien llama desde el auto.
Pero mi casa, Junto a la carretera
donde estaban siempre pasando los autos,
hace años fue vendida y en ella viven extraños.
El auto era desconocido y ya se fue.
Sólo el viento es el mismo. Sólo el silbido
de esta tarde lluviosa de otoño es familiar.

12. Los árboles parecen cabelleras de muchachas pelirrojas
y rubias. Las hojas mojadas, rojas y doradas
están cayendo, y cayendo, como cabelleras.
Otra vez es otoño. Ha pasado un año rápido
como el tren que pasó pitando detrás de los árboles,
y el avión de plata que pasó volando y ya no vuelve
y los pájaros que pasan volando, hacia Hispanoamérica.

13. No sé quién es el que está en la nieve.
Sólo se ve en la nieve su hábito blanco,
y al principio yo no había visto a nadie:
sólo la pura blancura de nieve con sol.
El novicio en la nieve apenas se ve.
y siento que hay Algo más en esta nieve
que no es ni novicio ni nieve y no se ve.

14. Detrás del monasterio, junto al camino,
existe un cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de cigarrillos vacías, aserrín
y zinc, plástico envejecido, llantas rotas,
esperando como nosotros la resurrección.

Imitación de Propercio

1. Yo no canto la defensa de Stalingrado
ni la campaña de Egipto
ni el desembarco de Sicilia
ni la cruzada del Rhin del general Eisenhower:

Yo sólo canto la conquista de una muchacha.

2. Ni con las joyas de la Joyería Morlock
ni con perfumes de Dreyfus
ni con orquídeas dentro de su caja de mica
ni con cadillac
sino solamente con mis poemas la conquisté.

Y ella me prefiere, aunque soy pobre, a todos los millones de Somoza.

3. Se oyeron unos tiros anoche.
Se oyeron del lado del Cementerio.
Nadie sabe a quién mataron, o los mataron.
Nadie sabe nada.
Se oyeron unos tiros anoche.
Eso es todo.

4. Tú eres sola entre las multitudes
como son sola la luna
y solo el sol en el cielo.

5. Ayer estabas en el estadio
en medio de miles de gentes
y te divisé desde que entré
igual que si hubieras estado sola
en un estadio vacío.

6. Pero en la noche vos tu arroz y tus frijoles fritos,
con una cuajada fresca, y una tortilla caliente,
o un plátano asado,
los comés sin guardaespaldas.
y tu jícara de tiste no la prueba primero un ayudante.
Y después tocás si querés en tu guitarra una canción ranchera,
y no dormís rodeado de reflectores y alambradas, y torreones.

7. Ayer te vi en la calle, Myriam, y
te vi tan bella, Myriam, que
(¡Cómo te explico qué bella te vi!)
Ni tú, Myriam, te puedes ver tan bella ni
imaginar que puedas ser tan bella para mí.
Y tan bella te vi que me parece que
ninguna mujer es más bella que tú
ni ningún enamorado ve ninguna mujer
tan bella, Myriam, como yo te veo a ti
y ni tú misma, Myriam, eres quizás tan bella
¡porque no puede ser real tanta belleza!
Que como yo te vi de bella ayer en la calle,
o como hoy me parece, Myriam, que te vi.

8. Recibe estas rosas
costarricenses,

Myriam, con estos
versos de amor

mis versos te recordarán
que los rostros

de las rosas se
se parecen al tuyo

las rosas
te recordarán
que hay que cortar
el amor,

Y que tu rostro
pasará como
Grecia y Roma

Cuando no haya
más amor
ni rosas de Costa Rica

Recordarás, Myriam,
esta triste canción.

9. Recuerda tantas muchachas bellas que han existido:
todas las bellezas de Troya, y las de Acaya,
y las de Tebas, y de la Roma de Propercio.
Y muchas de ellas dejaron pasar el amor,
y murieron, y hace siglos que no existen.
Tú que eres bella ahora en las calles de Managua,
un día serás como ellas de un tiempo lejano,
cuando las gasolineras sean ruinas románticas.
¡Acuérdate de las bellezas de las calles de Troya!

10. Hay un lugar junto a la laguna de Tiscapa
-un banco debajo de un árbol de quelite-
que tú conoces ( aquella a quien escribo
estos versos, sabrá que son para ella).
Y tú recuerdas aquel banco y aquel quelite;
la luna reflejada en la laguna de Tiscapa,
las luces del palacio del dictador,
las ranas cantando abajo en la laguna.
Todavía está aquel árbol de quelite;
todavía brillan las mismas luces;
en la laguna de Tiscapa se refleja la luna;
pero aquel banco esta noche estará vacío,
o con otra pareja que no somos nosotros.

11.Todas las tardes paseaba
con su madre por la Landetrasse

Y en la esquina
de la Schmiedtor
todas las tardes

Estaba Hitler
esperándola para verla pasar

Los taxis y los omnibus
iban llenos de besos

Y los novios alquilaban botes
en el Danubio.

Pero él no sabía
bailar. Nunca se atrevió
a hablarte

Después pasaba sin su madre
con un cadete.

Y después
no volvió a pasar.

De ahí más tarde
la Gestapo
la anexión de Austia,

La guerra mundial.

12. Otros podrán ganar mucho dinero
Pero yo he sacrificado ese dinero
para escribir estos cantos a ti
o a otra que cantaré en vez de ti
o a nadie.

Si te gusta #Ernesto_Cardenal... Share on X

MALA SUERTE [Mi poema]
Rafael Cansinos Assens [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Te fuiste y te busqué con tanto ahínco,
¡qué triste que es sentirse abandonado!
Te fuiste y aun te hubiera perdonado
mas me ha pedido el alma dar un brinco
pues sé que estoy gafado.

Que de este oscuro mundo de aventuras
quisiera su algoritmo descifrar.
Bendita sea esa cifra. Que tocar,
he recurrido a Dios y sigo a oscuras,
hundido en alta mar.

Pues siempre yo he jugado al veinticinco
y nunca a mi en la vida me ha tocado
¿será la suerte a mi me ha abandonado?
Que anduve obsesionado con el cinco
y sigo obsesionado.

Si al levantar yo apoyo el pié derecho
y nunca he tropezado con un gato,
no arrastro una chinita en mi zapato,
si siembro todo encuentro está barbecho
y no soy mentecato,

¿por qué se ceba en mi la mala suerte?
Será quizás que yo no tengo olfato,
¿o acaso la he infringido un desacato?
Que en tí yo he de creer hasta la muerte
así que sea cegato.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Rafael Cansinos Assens

Dalet

La mujer es un sueño, es nuestro sueño, ¡oh hombres! Y ha nacido de nuestra ternura
y de nuestra plenitud en la soledad.
La mujer ha nacido de la profundidad masculina, como las nieblas se elevan del vasto
sueño de la mar; y somos nosotros los que la hemos creado con todos sus atributos.
Todo en ella es obra nuestra; y hemos creado sus senos manifiestos y su sexo enigmático.
La mujer es nuestro sueño, ¡oh hombres!, y ha nacido de nuestro sueño como las diosas y como las sirenas;
y ha tomado de nuestro sueño toda la ambigüedad.
Todo es en ella vago e impreciso; y nada hay en su cuerpo que tenga la medida, cierta y
eficaz, de nuestro puño cerrado, lleno de fuerza y plenitud.
La mujer es un sueño ante nuestros ojos profundos, y por eso se asemeja a tantas cosas su cuerpo desplegado;
por eso es comparable a las serpientes y a las grandes aves y a las ánforas
y a las liras; y por eso, cuando destrenza su cabellera, nos parece un prodigio.
Por eso es variable y distinta como un sueño; como un sueño de mediodía y de medianoche,
y también como un sueño matutino que roza ligero las sienes del durmiente; como un sueño
de adolescente distinto del que ciñe la frente de los hombres maduros con la gracia de un poniente sobre un páramo.
Por eso, ¡oh hombres!, cambia constantemente ante nuestros ojos y nuestro corazón; y por
eso su desnudez nos embriaga tan locamente como un sueño.

Guimel

En el silencio del crepúsculo canta así la sirena, la sirena terrible que ruge como un
tigre, y al eco de su canto, mi corazón se agita como un encarcelado.
Y como en un buque que va a zarpar, así quisiera embarcarse de nuevo en su inquietud
para surcar las calles de la inmensa ciudad.
En busca del amor de cada día, ¡nuevo y distinto, y prodigioso como un tesoro hallado!

Guimel

En busca de la dicha ignorada, que se persigue a través de las calles como se persigue
la fortuna sobre el tablero de un ajedrez; en busca de la dicha ignorada, que hace
describir, a través de las calles, círculos más extraños que los de un beodo.
Mi alma aguarda de nuevo el nuevo día, para consumirse de ardor y de impaciencia;
para seguir tras de los bell0s pies y echar sus redes sobre los corazones.
Para buscar de nuevo la huella perdida y girar de nuevo en la rueda de los tahúres y
las cortesanas; para arrojar de nuevo, en la tabla de la suerte, el dado de mi corazón.

He

Como un aventurero tras de la fortuna, tras del amor de este día que aún no me ha sido revelado y que acaso todavía
me aguarda.
Tras la mujer desconocida, cuyas caricias serían mías esta noche y colmarían esta noche
mi nostalgia.
Y en cuyos brazos reposaría tranquilo un momento, mientras cantaban las codornices
en la madrugada.

Cantos a mi corazón

A Catalina de Burgos

Alef

Veo a los amigos que un día hicieron conmigo el prodigioso viaje de la juventud
y los hallo cambiados y desconocidos; la sombra de un cuidado se extiende sobre sus
frentes y, con la vista baja, parecen avergonzados de haber sido jóvenes un día.
En aquel tiempo, ya lejano, parecían tener alas y exhalaban un hálito de fuego por
sus ávidas bocas; sus frentes resplandecían como altas tiaras.
Pero hoy son semejantes a viudas que se envuelven entre velos; y con sus frías miradas parecen advertir que han muerto
ya para el amor.

Bet

Ciertamente, alma mía, que otro que yo, no podría comprenderte: porque eres enorme
como una gran ciudad.
Y eres como una nave para los marinos, y como un arado para los trabajadores de la
tierra; y como un velo para las mujeres. También como un vaso para el bebedor.
Semejante al mercader astuto, que a cada uno muestra lo que ha de agradarle, así sabes
hacer: y así te exhibes, abrumada de dones.
Pero luego, cuando la turba se dispersa, sabes ser, ¡oh alma!, mi alma, verdaderamente mía.

Dalet

Los que no me conocen, se admiran de mi audacia y se duelen de verme hacer lo que
ellos no osarían con su alma pequeña; pero los que saben, no comparten sus temores.
Como se ve a un atleta soportar grandes pesos con complacencia y a un juglar caminar
sobre el fuego, así me ven agitarme entre la multitud; sus ojos han visto en mis labios una
sonrisa astuta.
Y al ver que me abandono a los demás, seguro y diestro como el que se lanza a un abismo, suspendido por la cintura,
dicen admirados: «¡Oh qué alma verdaderamente maravillosa!».

Guimel

Como la abeja ama los jardines, así amo yo la multitud: ¿acaso podría hacerse un panal
con una sola flor?
Como abeja industriosa, así amo yo la multitud y clavo mi aguijón en los corazones;
y de la locura del loco y la necedad del necio, sé hacer un panal maravilloso.
Y hasta el hombre opaco, que es como un guijarro ennegrecido, sirve a mi alma como
sirve una hoja verde para adornar un fruto.
Como abeja industriosa, así revuelo entre la multitud; pero, luego, cuando la turba
se retira, este panal prodigioso, sólo a ti te lo ofrezco, ¡oh alma mía maravillosa!

Si te gusta #Rafael_Cansinos_Assens... Share on X

BENDITO MAL SUEÑO [Mi poema]
Teresa Mateo [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Soñé que en ese sueño me moría
y en esto desperté. No fue pa’ tanto.
Pensar que me llegué morir de espanto
y todo se esfumó. Cómo sería

que quise a dios pedirle un adelanto
del sueldo que creí que aun me debía.
Ocurrió porque el cielo oscurecía
y vi que se cerraba a cal y canto.

Hay veces que la vida es un mal sueño
para luego explotar, todo es mentira.
No te puedes fiar. Que de la ira

no es fácil retornar a estar risueño.
Ni hay tiempo que perder, cuando esto ocurra
procura disfrutar hasta que aburra.

Alárgalo tal cual el chicle alarga
y observas como crece y se recarga
gozando mientras ves que se espanzurra.
©donaciano bueno

De ti depende el adjetivo #calificativo? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Teresa Mateo

SEÍSMO ERES TÚ

¡Dame tus dedos, acres
de olor a gasolina.
Esos dedos cerrados
que precintan la oscura
mercancía del vértigo!
Ernestina de Champourcín

Cabalgamos libertad
tras las dunas,
con las plantas de mis manos
buscando tu agua.
Cabalgamos libertad
sobre líneas imaginarias,
con los océanos de tu boca
empamando mi tierra.
Mi amazona vence a tu héroe.
Atroces caníbales los labios.
Y ladran los perros,
y bésame los arrecifes.
No me imagines mujer terrestre,
sirena varada
orillada en tu vientre.
Escríbeme secretos en la nuca,
siendo yo refugio,
siendo tú cénit.

HASTA CUÁNDO IBAS A SER BANCO RECIÉN PINTADO

Llevas el reloj de tu vida
con la mía atrasado,
es por eso que los trenes
que tienen mis dedos
se marchan antes de que aparezcas.
Me disparaste a quemarropa
siendo bala perdida,
es lo que tiene besar con los ojos cerrados
y quedarte a vivir soñando,
haciendo que mi sentido común
fuera el de tu tacto.
He intentado tantas veces encajar
en la silueta de tu cadáver,
pintada en el suelo,
solo para que me abraces,
que al final tanto frío me ha quemado.

Tan solo me queda arrancarme
tus puntos suspensivos del corazón
y que sea la primavera la que me sangre.

Quién me iba a decir
que a una herida tan
profunda sólo le hacía
falta un punto.

El final.

TARGELIÓN

Acabemos con esto de una vez.
Puedes pasar esta tarde a recoger tus cosas,
yo fingiré que estoy bien.
Tu cajón ya está vacío.
Vacío aguijón,
vacío sístole sin diástole.
Te olvidarás de algunos calcetines
y del cepillo de dientes.
Dónde meter tanto vacío.
Vacío invasor,
vacío arpón mata-sirenas,
plaga bíblica, este vacío.
Tú fingirás qué estás bien,
te ayudaré a colocar as cajas en el maletero,
como quien se muda
antes de que llegue el desierto,
como quien es capaz de suicidarse
antes de entregarse al enemigo.
Vacío.
Acabemos con esto de una vez.
Me morderé las ganas de besarte
saboreando el polvo como única posibilidad
ante la violencia de tu sonrisa
y la torpeza de mis tanques.
Nos aseguraremos de que no queda nada.
No hay nada,
ojalá no hubiera nada.
Acabemos con esto de una vez,
que he perdido la cabeza
y no sé dónde colocarme el pelo.

ERES UN MONTÓN DE POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN CUALQUIERA

Estoy escuchando la canción
tu canción,
una canción,
podría ser cualquier canción,
como esta noche, una noche cualquiera
en la que se me ha clavado
la espina de tu recuerdo entre los dientes
convirtiéndome en todas esas ganas
de abrir el frasco de la mermelada de fresa.
No hay kilómetros suficientes para medir
la distancia desde este punto hasta tu punto,
la mido con el espacio sobrante
de entre mis dedos desde que tú no,
y qué lejos
y qué lento el tiempo,
se me ha ido de las manos sin despedirse,
ahora permanece en la arena
de una playa desierta sin huellas.
Sabes a huida y sólo me has dejado relojes de cal.
Estoy escuchando la canción,
tu canción,
una canción,
podría ser cualquier canción,
como esta noche, una noche cualquiera
en la que pienso que qué hija de puta toda la historia de la música.

MI ANIMAL

Porque el amor anhela su sepulcro en la carne;
quiere dormir su muerte al calor, sin olvido,
al arrullo tenaz que la sangre murmura
mientras la eternidad late en la vida, insomne.
ROSA CHACEL

Me he mirado a la cara
y he desarmado al sentido.
Mi animal tiene hambre.
Mastica los recuerdos
de un pasado que no existe.
He saltado por la ventana
que se abre cuando se cierra una puerta.
Mi animal tiene hambre.
Devora esquinas de mares,
tú despides calor y con adioses
me dejas tiritando
dentro de la recámara
como si no fuese yo arma de fuego,
como si no fuese yo pólvora negra,
cápsula fulminante.
Tengo la boca llena de tierra de por medio.
Chirrían mis dientes que son las balas.
Se me caen de los bolsillos
y los meto debajo de la almohada.
Mi animal tiene hambre
de noches arrasadas por incendios,
de estepas y caballos,
de sol de media noche.

Si te gusta #Teresa_Mateo... Share on X

¡FANÁTICOS! [Mi poema]
Alfonso Canales [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Fanáticos, cerriles, son obsesos,
no pueden emitir juicios cabales,
tienen un paredón. Son animales
reos de obcecaciones. Están presos.
Del cerebro, no más, son sus eriales.

Se ciscan en los otros. La ceguera
les hace presumir ser superiores.
Pe hache o pedriguí. Que en sus sensores
ha venido a alojarse la sordera.
De un sueño, nada más, son cantautores.

No importa si la historia se hace añicos
pues ellos cortarán donde convenga;
se sienten cual auriga en una arenga
más altos y más guapos y mas ricos
así que venga el sol por donde venga.

Que yo he nacido aquí, tú eres charnego*,
¿de dónde son mis padres? ¡qué te importa!
Tu no hablas catalán. Pues calla y corta.
Perdona si te acuso de borrego.
¡Si no tienes cuidado te deporta!.

No intentes convencerles. Las razones
sin duda que en sus mentes se ausentaron.
Ahora tienen basura. Se llenaron
de un virus que es letal: las emociones.
Y tanto fue insistir que inocularon.
©donaciano bueno

Los #fanatismos son el cáncer de esta sociedad? Share on X

(Los nacionalismos se curan viajando. Miguel de Unamuno)

*Sólo hay algo peor que ser charnego/maketoser un charnego/maketo abducido. Término despectivo con el que se identifica al venido de otras tierras de España.

MI POETA SUGERIDO:  Alfonso Canales

El poeta se lamenta de la fugacidad del querer humano

¿Adónde va el amor, por más que duela
el corazón a cada estrecho paso;
con qué peso se hunde, en qué fracaso
el beso se anonada y se cancela?

Abrígalo si puedes: va que vuela
su precario calor, al cielo raso.
Mira que con frecuencia se da el caso
de que a la vuelta el velo se desvela.

¿Adónde vamos a parar con tanta
ráfaga que se va por un postigo,
si el cisne se nos muere cuando canta?

¿Qué puede alimentarnos este trigo
que siempre se nos queda en la garganta?
¿Adónde vamos a parar, amigo?

La cita

Amor, amor, amor, la savia suelta,
el potro desbocado, amor, al campo,
la calle, el cielo, las ventanas libres,
las puertas libres, los océanos hondos
y los escaparates que ofrecen cuando hay
que ofrecer al deseo de los vivos.
De los vivos, amor, de los que olvidan
que un día no habrá puertas ni ventanas,
ni potro ni raudales de la hermosura
para estos, estos ojos, estos ojos
donde habrá que engastar unas monedas
-y otra bajo la lengua-, por si acaso
al barquero le sirven o al que busque
sueños de ayer, de hoy, bajo la tierra.
Bajo la tierra, amor, trufas, estatuas,
oro, cántaros, dioses
apagados, amor, tesoros, premios
de la ansiedad.

Amor, dame la mano,
no te conozco, amor, no importa, dame
la mano, amor, no la conozco, nunca
importa demasiado conocerse.
Abre los ojos, no, no puedo, abre
la boca, ¿dónde está tu risa, dónde
se duerme tu palabra? Amor, no tengo
más risa, más palabra: Amor.

Te doy a cambio lo que esperas.
¿Tú lo sabes, tú sabes lo que espero?
Amor, ¿tú tienes lo que espero?
Es amor, amor y el mundo
como está, como es, con estas vías
abiertas con las cosas
que con amor se hacen, con la gracia
de hacer las cosas con amor, con tiempo
para formarlas con amor, con fuerzas,
aguas de amor para apagar el miedo.

Navegación de la tristeza

Acediae impugnationem non declinando
fugiendam.
Casiano

Cuando en el río de soledad que, a veces, nos recorre,
un álveo seco, piedras
con huella de lavados imposibles,
verano interminable de guija al sol, de insecto al sol,
de raíz sin esperanza,
notamos una barca por la greda,
que aventa el polvo con los remos podridos de carcoma,
sola bogando, hincando
el astillado palo entre costillas
de calcinadas reses,
es él quien anda.

Y ara
acompasadamente en nuestro espanto,
contra todos los peces,
frente a todos los panes
que son objeto de milagro para las extasiadas muchedumbres.
Él, es él quien navega
entre lo innavegable,
forzado del hastío, entre esturiones de granito y lava.
Él, él, quien contusiona
la brizna
pajiza de la caña, la hoja
terriza de los álamos,
desesperada del ayer que puso
su palma al cielo.

Entonces no hay que huir, hay que sentarse
a ver pasar las malas horas,
la simiente libada por arañas,
por escorpiones y por buitres
que intentan la corola del esparto,
en un invierno sin nieve,
para una miel de cieno que en lentas olas cunde.

Entonces detened la fluxión de la arena,
orad, decid detente,
armaos de los prestigios
que aporta la memoria de las flores;
desanudad las sogas de los cuellos,
que somos para algo,
y evaporad la imagen del Maldito
evocando al Señor, tres veces puro.

Oh aquellos días claros de mi niñez…

Oh aquellos días claros de mi niñez, aquellos
días entre jardines, entre libros y sueños,
a qué poco han quedado reducidos: las piedras
brillantes al sol alto del dulce mediodía
-¡qué amarilla se ha puesto de aquel sol la memoria!-,
las pequeñas calizas, los cuarzos y pizarras
polvorientas, suaves, bajo los almecinos,
aún tienen un rescoldo de recuerdo en mis manos;
el jazmín del estío- ¡qué fue de aquella nieveI-,
que daba olor de fiesta a la tranquila noche,
aún lo siento en el pecho, cuando cierro los ojos;
y el rumor de las olas, lenta, lejanamente,
en mi interior florece cuando llueve el silencio.
Calor, olor, rumores: a qué poco han quedado
reducidos los días lejanos y felices.

A veces el sonido de una piedra, cayendo
en una verde alberca, me hace creer que nunca
debió formarse un hombre sobre aquel que gozaba
sobresaltando aguas tranquilas. Y quién sabe
si hoy, corriendo esas aguas hacia mares futuros,
también piensan que nunca debieron de ser ríos.

Pájaro herido

Vuelo inútil : la luna ya ha perdido tu espíritu
y tu canto ya tiene por estela el silencio.
Pronto, estrella llovida, recipiente de nada,
nublarás unas flores o el brillo de una piedra.

Ni un rumor, ni una lágrima multiplican tu muerte,
ni un suspiro da eco tristemente a tu pico:
nadie siente que pierdas tu lugar en el aire
y que, al igual que duermen peces entre las olas
y hombres entre la tierra, no tengas tu descanso
en los azules vientos que acarician tus alas.

Y las nubes ya saben que es tu último,
y que, pronto tu boca la canción de tu vida
cantará silenciosa: pero guardan su llanto,
pero guardan su llanto para los olivares.

Planta tuya

Tierra mía, florido campo en el que
sepulto mi raíz, los ojos quedan
en la copa, mirándote, y aún viven
la ocasión más que el resto de la carne
vegetal, o se inclinan con la espiga
que el viento del amor amaga, y besan
vibrátiles el muro de las sombras
desde las que me surto de divina
majestad. Tierra mía, acariciada
tierra mía, gritante tierra húmeda,
avariciosa de simiente, canta
tu júbilo, derrama tus olores
íntimos, al contacto con mi agudo
aspirar, toda labios, toda grieta
manante, pues adviertes que progresa
mi condición hasta animal hombría,
y sabes que te sé, campo de urgente
roturación, llorando por mi savia
de hoy. Enredaderas son los tallos
ya, gestos concentrados, brazos, muslos
que atenazan o rozan levemente
con unción, esperando el cataclismo
que nos habrá de sepultar en una
profundísima falla. Suenan músicas,
mas no se oyen. Se alzan las paredes
del mundo, y no se ven. Se prueban todos
los caminos, se afinan los violines
recónditos, e irrumpe la añorada
melodía infinita.

Qué indefinible tristeza, cuando uno escucha…

Qué indefinible tristeza, cuando uno escucha
las palabras casi sin sentido
que surten de miles de labios
y que se van, sin orden, amontonando en el aire,
las palabras como insectos que liban
en miles de orejas ambulantes, las palabras
que se disuelven, como olas, sobre la playa de la tarde,
adelgazando, trocándose en espuma,
en humedad, en nada. Y qué tristeza finísima,
qué sombra, qué aire de tristeza,
cuando uno piensa que es imposible comparar
a estos seres que se agitan con las nubes
que circulan por las calles del cielo,
o con el ir y venir del viento
entre las hojas de los árboles.
Y sobre todo, qué inmenso desconsuelo
cuando uno se da cuenta
de que estas tristes reflexiones en torno
a estas criaturas que giran en la tarde
lo han convertido a uno en alguien
infinitamente abandonando, en alguien que,
desde el otro lado del tiempo, escucha,
lleno de soledad, el fragor
de éste monótono rebaño de corazones.

Razón de amor

Todo buen poema de amor es prosa.
T.S. Eliot

Porque estás ahí delante -siempre delante, eso sí-,
pero confieso humildemente que no puedo encerrarte en
un cauce.
No sé cómo poner música a la música,
como dar olor al jazmín,
color al sol que se hunde por la tarde,
como quien dice: esto se ha acabado,
no esperen ustedes que salga mañana por la mañana.

Yo no sé si me explico,
pero es que hay cosas que no son para cantadas,
sino para dichas llanamente, después de tomar una
cerveza.
-Está lloviendo-, apunta uno:
y en dos palabras se encierra un terrible suceso,
algo que hiere los tejados.
y deja caer sobre los charcos más lágrimas
de las que pudieran derramar los humanos ojos,
incluso poniéndose en lo peor de las cosas.
-Es de día-: y con ello
entra el sol en el alma, como una aguja caliente,
y nos sentimos seguros de que, por el momento,
Dios no nos olvida.

Y así con el amor
uno vive, viviendo.
Uno olvida que, cada día, Dios nos pone tierra
bajo los pies,
aire sobre la boca y azul en las pupilas.
Uno olvida que el corazón se apoya, cada día,
como un blando sillar,
en otro corazón.

Y cuando se cae en la cuenta de todo
-esto no sucede a menudo-,
resulta imposible medir un verso con los dedos
Un gran tajo circunda a los amantes,
y lo demás puede decirse en dos palabras.

Soneto

En el que el poeta toma prestadas las palabras
de John Donne para desabrigar infundados temores…

¿Qué haremos en invierno -me preguntas-,
sin un mal cobertor que nos defienda
del frío? ¿ Qué participada prenda
abrigará las desnudeces juntas?

No te sé contestar. Y descoyuntas,
pura, abierta, entregada a la contienda
del amor, ese cuerpo, a suelta rienda.
y se me escapa el alma por las puntas.

Aún es verano, y la calor es tanta
que no comprendo la frialdad. Y sudo
cuanta humedad rehuye la garganta.

¿Pero existe el invierno? ¿Y es tan crudo
su rigor? Si es así, ¿qué mejor manta
para tu desnudez, que, yo, desnudo?

Si te gusta #Alfonso_Canales... Share on X

LA PAZ [Mi poema]
María Enriqueta Camarillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La paz es como el mar sin olas que insistente
se arrastra dulcemente nadando hasta la orilla,
es esa brisa suave que lame tu mejilla
y sientes que el amor te está tendiendo un puente
¡es una maravilla!.

La paz es cual si al cielo tocaras con la mano,
como es el agua fresca que emana de algún río.
La paz hace el efecto de un salto en el vacío,
de confesión el acto que aplaca al que es cristiano
y ya se siente pío.

La paz se representa con, blanca, una paloma
que vuela en libertad mostrando su pureza,
la misma que encontramos en la naturaleza,
durmiendo al cielo raso cuando la luna asoma
tan llena de belleza.

La paz hace a la guerra cual huevo a una castaña,
¡maldita esa costumbre de hacer siempre la guerra!
¡malditos los que nacen para arruinar la tierra!
y al arte que es vivir convierten en guadaña
o en una motosierra.
©donaciano bueno

Es la paz un #deseo #inalcanzable? Share on X

Comentario: Hay personas que llegan a este mundo y se dedican a hacer el bien. En cambio otras pasan toda su existencia incordiando o haciendo el mal. Ambos dos se dicen son seres humanos.

MI POETA SUGERIDO:  María Enriqueta Camarillo

FIELES AMIGAS

¡Buen tiempo hacía!
que no os veía!…
¡Cuánto mis ojos
os extrañaban!
Tarde por tarde
os esperaba….

¡Ya estáis aquí
junto de mi alma!…
¡Venid a mí,
amigas mías,
queridas lágrimas!…

LUZ Y SOMBRA

Al teñirse de arrebol
la esfumada lejanía,
dicen todos;__»Nace el sol.
¡Es de día!»

Cierra el sol su rojo broche,
y al tender la sombra el manto,
sube al cielo, como un canto,
este grito,__»¡Es de noche!»

Mas no están siempre en razón
los que al ver el infinito,
lanzan en coro ese grito.
Yo, para saber lo cierto,
vuelvo mi vista a un balcón;
si está ese balcón abierto
y alzada la celosía,
digo al instante:__¡Es de dia!»
Mas si le miro cerrado
como flor que aprieta el broche,
mi corazón, desolado,
clama en voz baja,__»‘Ea de noche!»…

Al mar

Mientras tu canto resuena,
yo pienso en la patria mía…
Por sólo enterrar mi pena
en tus orillas de arena,
vine de mi serranía.

Vine por dejar mis males
en tus hondos arenales…
Mas, a tu abierto horizonte,
prefiero mi oscuro monte,
y a tus algas, mis rosales…

No cambio mis negras frondas
por tus aguas de colores;
mas vine a oír sus rumores,
porque dicen que tus ondas
curan los males de amores…

Así dijo el agua

En tanto que caía mansamente,
díjome el chorro en el pilón derruido:
«Del jardín de tu dueño aquí he venido;
hoy canté mis canciones en su fuente.

El rumor celestial de mi corriente
cosas tan dulces murmuró en su oído,
que el dueño de tu amor, agradecido,
ha puesto en mí sus labios reverente…»

Dijo así en el pilón. El sol ardía,
eran de fuego sus fulgores rojos…
Y yo que en fiera sed me consumía,

al tazón me incliné y bebí, de hinojos,
ese beso que él puso en la onda fría,
y que nunca pondrá sobre mis ojos…

A una sombra

Sólo te vi un instante …
Ibas como los pájaros:
sin detener el vuelo,
sin mirar hacia abajo…
Cuando quise apresarte
en la red de mis manos,
sólo llevaba el viento
un perfume de nardo,
y ya lejos, dos alas,
borrábanse en ocaso…
¡Oh, visión que brillaste
como fugaz relámpago!
¡Oh, visión peregrina
que, cual ave de paso,
cruzaste por el cielo
de mis soñares vagos!
Tras de ti, cual mariposas,
mis anhelos volaron,
y aun no tornan del viaje
que soy fiel y te amo.
Te amo con la locura
porque en tu vuelo rápido,
no viste que se alzaban
hacia ti mis dos manos…
Porque ante mí pasaste
como sueño fantástico,
porque ya te extinguiste
como los fuegos fatuos.
¡Oh, aparición divina,
bella porque has volado!
¡No retornes del viaje!
Yo, con pasión te amo,
porque fuiste en el cielo
de mis soñares vagos,
solamente dos alas
y un perfume de nardo…

Renunciación

Sacó la red el pescador, henchida,
y en tanto que, feliz, del mar se aleja,
en voz más dulce que la miel de abeja
el Señor a seguirle le convida.

-Quien por buscarme, su heredad olvida,
será en mi hatillo preferida oveja-,
dice, y el pescador las redes deja
y vase tras Jesús con alma y vida.

Yo que ni redes ni heredades tengo,
que no sé de riquezas ni de honores,
que ignoro los orgullos de abolengo,

yo dejo, por seguirte, mis amores…
Eran mi bien, Señor… A ti ya vengo
más pobre que los fieles pescadores…

Vana invitación

-Hallarás en el bosque mansa fuente
que al apagar tu sed, copie tu frente.

Dijo, y le respondí: -No tengo antojos
de ver más fuente que tus dulces ojos;
sacian ellos mi sed; son un espejo
donde recojo luz y el alma dejo…

-Escucharás, entonces, los latidos
del gran bosque en los troncos retorcidos;
o el rumor de la brisa vagorosa
que huye y vuela cual tarda mariposa…

-Bástame oír tu voz; tiene su acento
gritos de mar y susurrar de viento.

-Hay allí flores, como el sol, doradas,
y otras níveas cual puras alboradas.

-En tu mejilla rosa está el poniente,
y la blanca alborada está en tu frente.

-Hay allí noches profundas y tranquilas…
-Esas noches están en tus pupilas.

-Hay sombra en la maleza enmarañada…
-Hay sombra en tu cabeza alborotada…

-Lo que se siente ¡allí, no lo has sentido.
-A tu lado el amor he presentido.

-¡Ven! Ese bosque misterioso y quieto
va a decirte al oído su secreto…

-¡Es en vano el afán con que me llamas!
¡Si tú ya me dijiste que me amas!…

-Hay un árbol inmenso, majestuoso,
de altísimo follaje rumoroso;

en él, como serpiente, está enredada
una gigante yedra enamorada…

-Tú eres ese árbol majestuoso y fuerte:
¡deja que en ti me apoye hasta la muerte!

Abre el libro

Abre el libro en la página que reza:
‘Donde se ve que Amor sólo es tristeza’,
y con tu voz de oro
que tiene sortilegios peregrinos,
¡ahuyenta, como pájaro canoro,
la sombra de esa frase, con tus trinos!…
Porque es tu voz tan dulce y lisonjera,
que si dices que Amor tiene dolores,
el dolor se resuelve en primavera,
y todas sus espinas echan flores…
¡Deja escapar tu voz, oh, dueño mío!,
y haz de esa frase triste sólo un canto:
tú puedes, con las lágrimas y el llanto,
hacer notas y perlas de rocío.
Es tu voz el crisol en que se funde
la invencible tristeza;
tan pronto como empieza
su acento a levantarse, luz de aurora
en el viento sus ráfagas difunde,
y en los abismos el dolor se hunde…
¡Es tu palabra eterna triunfadora!
Abre ya el tomo, y con tu voz suave,
destruye ese sofisma peregrino.
Seremos, mientras hablas, tú, cual ave,
y yo, como viajero absorto y grave
¡que se para a escucharte en el camino!…

Lejos

¡Lejos!… Ya no me miras ni te miro…
Tal se alejan las hojas en su giro
llevadas por los vientos inclementes…
Mas no se apartan los que están ausentes:
puede unir la luna con sus reflejos
a todos los que aman desde lejos.
Yo te amaré por siempre con el mismo
afán; y tú también, en tu lirismo,
evocarás mi imagen desde aquellas
regiones. Así se aman las estrellas,
y así las mariposas en su anhelo,
sueñan subir para llegar al cielo…
¡Feliz quien lo anhela nunca alcanza!
ese podrá vivir con su esperanza.

…No oiré tu voz desde esta lejanía,
ni tú tampoco escucharás la mia.
No todos los amores
tienen, como la mar, dulces rumores:
hay amores que viven ignorados,
hay amores callados…
¡Oh! ¡Salve a quien enlaza con ternura
lo que vive en silencio o que murmura;
al que lleva hacia el sol las golondrinas,
al que junta la hiedra con las ruinas!
¡Oh, tierno amor que en nuestro pecho existe
con toda la dulzura de lo triste!
¡Él ha de recoger tus juramentos
cuando lleve hacia ti mis pensamientos!

…Los que ven, dos a dos, cruzar las aves
por los abiertos horizontes suaves,
no han visto en su abandono y sus congojas
al ave entre los árboles sin hojas…
Yo estaré así, cual ave entristecida
que va, sola, cruzando por la vida.
Y allá… tu corazón, viudo y sombrío,
que llora eternamente por el mio,
vivirá, del amor en el santuario,
cual monje escondido y solitario…

El Relato del Romero

-Era tan linda la estrella
que vi -dijo el peregrino-
que absorto caí de hinojos
en medio de aquel camino…

Y le respondí: -Los ojos de ella,
tienen reflejo más fino
que el de la más fina estrella.

-Vi también -dijo el viajero-
cómo el viento iba alfombrando
con azahar el sendero;
al ir la flor revolando
iba en el aire dejando
perfumes y transparencia…

-Ella -interrumpí al viajero-
tiene más fragante esencia
que la flor del limonero.
Me mira por un instante
con asombro el caminante,
y luego dice: La brisa
que jugaba en rededor,
poniendo en blando temblor…

-Así, así es su sonrisa.
-La nieve del ventisquero-
sigue contando el romero-,
la nieve que allá en la altura…
-Así, así es su blancura.
-Mas ¡basta ya de mentir!-
exclama con arrebato
el peregrino al oír
que interrumpo su relato-.
¡Basta! ¡Que no puede haber
ninguna diosa o mujer
más hermosa que una estrella!
Y yo, entre la luz suavísima
que mi lámpara destella:
-¡Ella sí!- clamé -. ¡Sólo ella!…
Y señalé a la Purísima.

Si te gusta #María_Enriqueta_Camarillo... Share on X

COMO UN BONIATO [Mi poema]
Carlos Bousoño [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Nunca supo vivir. Fue un pordiosero,
uno de esos que están en las esquinas
pidiendo una limosna. Junto al clero
vivió de la emoción. Frases divinas.
Apelando al buen dios, al mundo entero,
intentando, esperando si acoquinas
poniéndote el sombrero.

Un tipo sin igual, zarrapastroso,
despistado al que el traje vino grande,
que anduvo por igual haciendo el oso,
un virus pernicioso que se expande
que deja en cada etapa algo de poso
y se espera al final muera y se ablande
a fuer de ser baboso.

Que anduvo a su pesar de bote en bote
jugando al despistar a cada rato.
Tan sólo fue la sombra de un rebote
que sale reflejado en el retrato
de un ser inexistente, un monigote,
algo deforme, así, como un boniato
con forma de pegote.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Bousoño

Salvación de la vida

Ven para acá. Qué puedes decir. Reconoces
tácitamente a la aurora.
El aire se ensancha en irradiaciones o en círculos
y todo queda listo para una eternidad que no llega.
Yo y tú y todos los otros sumados,
enumerados, descomponemos el atardecer,
mas la fuerza de nuestro anhelo es una victoria levísima.
Somos los herederos de una memoria sin fin.
Se nos ha entregado un legado de sueño
que nos llega a las manos desde otras manos y otras
que se sucedieron con prisa.

Llevemos
sin parsimonia nuestra comisión delicada.
Pongamos
más allá de nosotros, a salvo de la corrupción de la vida,
nuestro lenguaje, nuestros usos, nuestros vestidos,
la corneta del niño, el delicado juego sonoro,
la muñeca, el trompo, la casa.

Salvación en la palabra

A Jorge Guillén

1
Dejad que la palabra haga su presa lóbrega,
se encarnice en la horrenda miseria
primaveral, hoce del destino, cual negra teología corrupta.
Súbitas, algunas formas mortales,
dentro del soplo de aire
permanente e invicto.
La palabra del hombre, honradamente
pronunciada, es hermosa, aunque oscura,
es clara, aunque aprisione
el terror venidero.
Hagamos entre todos la palabra
grácil y fugitiva que salve el desconsuelo.
…Como burbuja leve la palabra
se alza en la noche, y permanece
cual una estrella fija entre las sombras

2
Y así fue la palabra
ligero soplo de aire
detenido en el viento,
en el espanto,
entre la movediza realidad y el río
de las sombras. Ahí está detenida
la palabra vivaz, salvado este momento único
entre las dos historias.
…De pronto el caminar fue duradero
y el hombre inmortal fue,
y las bocas que juntas estuvieron
juntas están por siempre.
Y el árbol se detuvo en su verdor
extraño, y la queja
ardió en una zarza
misteriosa.

3
Allí estamos nosotros.
Allí dentro del hálito.
Tú que me lees estás allí
con un libro en la mano.
Y yo también estoy.
Tú de niño, cual hombre, como anciano,
estás allí.
Tu corazón está con su amargura,
ennoblecido y muerto.
Y vivo estás.
Y hermoso estás.
Y lúcido.

4
Todo se mueve alrededor de ti.
Cruje el armario de nogal, salpica
el surtidor del jardín.
Un niño corre tras una mariposa.
Adolescente, das tu primer beso
a una muchacha que huye.
Y huyendo así, huye nada,
quieto en el soplo tenue.

5
Y así fue la palabra entre los hombres
silenciosa, en el ruido
miserable
y la pena,
arca donde está el viento detenido
y suelto,
acorde suspendido y desatado,
leve son que se escucha
como más que silencio, en el reposo
de la luz, de la sombra.

Así fue la palabra,
así fue y así sea
donde el hombre respira,
porque respire el hombre.

Sosténme tú

Sosténme tú… Sosténme en esta espuma,
en tan dudosa espuma, en tan extraño
vivir; en este sueño, en este engaño,
en esta incertidumbre, en esta bruma…

Pero me voy. Callada, cierta, suma,
me espera la deidad del rostro huraño,
y lentamente del vivir me extraño.
Hacia otra ley mi cuerpo que se esfuma.

Y tú, campo de amor… Y tú, levanta
tus ojos ciegos. Mírame de frente.
Yo no soy yo. Mi cuerpo ya me espanta.

Mírame bien. No soy aquél. Enfrente
está ya el mar. No soy, no soy… no canta
nada. No soy… Amor, escucha, tente…

Subida del amor

Mira los aires, alma solitaria,
alma triste que sola vas gimiendo.
Asciende, sube. Amor te espera.
Dios te espera en la cima de tu vuelo.

Aleteante, temblorosa y blanca
te veo subir entera entre los vientos.
Te vas dorando. Solar eres.
Clara y solar sobre los cielos.

Alma sola de Dios junto a su rostro,
rostro de luz que cubre el firmamento.
Inmensa estás tocada en luz naciente.
Inmensa estás la luz de Dios bebiendo.

Cara con cara junto a Dios, contemplas.
Cara con cara yo te veo.
Vida con vida, luz con luz,
cielo con cielo.

Luz de amor, luz de vida
lenta en los aires bajar siento.
Fundida luz de Dios con luz del alma.
¡Oh claridad en el silencio!

Tú y yo

Tú y yo, los dos, bajo la luz del día,
bajo la luz que dura en lo inocente,
¡Oh, sí, los dos, bajo la luz riente
queremos ser! Queremos… Yo querría.

Contra la sombra o la melancolía,
contra las injusticias del presente,
quién te tuviera siempre, siempre… ¡Tente
amor pequeño, campo de alegría!

Y aquí los dos mirándonos. sin vernos.
Aquí los dos hablando. Sin oírnos.
Buscándonos a tientas. Sin tenernos.

Y el tiempo ya empujándonos a un irnos
inacabable. No podemos sernos
jamás. Entrando siempre en el morirnos.

Vale la pena

Vale la pena, vale la condena
contemplar en la tarde que se inclina
a poniente la paz de esta colina,
dulce en la hora de la luz serena.

Vale la pena contemplar tu pena,
aunque me duele como aguda espina,
vale la pena noche que avecina
su rostro duro y su tenaz cadena.

Vale la pena el alentar, la vida,
vale la pena el río con tu llanto,
vale la pena la amistad mentida,

la luz mentida, el verdadero espanto,
la noche negra de la atroz partida,
y tu amargura que me importa tanto…

Ven hacia mí…

Algo en mi sangre espera todavía.
Algo en mi sangre en que tu voz aún suena.
Pero no. Inútilmente yo te llamo.
Aquella voz que te llamaba es ésta.

Ven hacia mí. Mis brazos crecen, huyen
donde los tuyos la mañana aquella.
Ven hacia mí. La tierra toda oscila,
se mueve, cruje. Vístete. Despierta.

Oh, qué encendida el alma
en su secreto puro, si vinieras.
Sin esperanza, entre la luz del día,
mi voz te llama.
El eco. La respuesta.

Verdad, mentira

Con tu verdad, con tu mentira a solas,
con tu increíble realidad vivida,
tu inventada razón, tu consumida
fe inagotable, en luz que tú enarbolas;

con la tristeza en que tal vez te enrolas
hacia una rada nunca apetecida,
con la enorme esperanza destruida,
reconstruida como el mar sus olas;

con tu sueño de amor que nunca se hace
tan verdadero como el mar suspira,
con tu cargado corazón que nace,

muere y renace, asciende y muere, mira
la realidad, inmensa, porque ahí yace
la verdad toda y toda tu mentira.

Y tu amargura que me importa tanto…

Y tu amargura que me importa tanto
vale la pena. Vale el mundo todo:
vale la piedra oscura, el sucio lodo,
y la pureza con su turbio manto.

Aquí estamos los dos. Vale el quebranto
en el que tantas veces yo me acodo;
vale la pena el ir codo con codo
en el huir de un carcelero espanto.

Vale la pena negra desbandada
por la llanura que no tiene ocaso.
Vale la pena, vale la jornada.

Vale la pena ese final, acaso,
de una noche infinita, abandonada
en el hondón de un sideral fracaso.

Y tú que tanto amas, tanto ríes…

Y tú que tanto amas, tanto ríes,
tanto adivinas y conoces tanto,
¿dónde el escudo para que te fíes,
dónde el pañuelo de enjugar tu llanto?

¿Dónde el camino que no veo ahora?
Dímelo o llora y el mirar suprime.
¿Es ya la noche que no tiene aurora?
Dímelo, dime.

Y sin embargo tu vivir empaña
mi vivir con un vaho que es ternura,
que es caliente rumor que me acompaña
la noche oscura.

Y sin embargo con tu mano guías
y a tientas toco lo que apenas veo
y digo acaso para que sonrías
lo que no creo.

Y toco apenas y tu bulto aprendo
y torpe sigo lo que tú me indicas.
Lo que no miro, lo que no comprendo,
tú multiplicas.

Tú multiplicas, o quizás es tu invento
porque lo vea aunque quizá no exista.
Entre la noche de mi pensamiento
dulce es tu vista.

Dulce es tu vista, tu mirar risueño
que mira un llano donde estaba un monte
y que a mi alma de temblor pequeño
llamó horizonte.

Dulce es tu vista que miró aquel lago
y lo llamaba alegre mar bravío.
Tu generoso corazón es mago.
¡Lo fuese el mío!

Y yo te quise más

Yo iba contigo. Tú, con tristes ojos
parecías la tarde en la mañana.
Mi amor, al verte triste, atardecía.
Atardecía, pero alboreaba.

Pues yo te quise más. Para alegrarte,
la luz del mundo celebré más ancha.
Y mi alma entonces exhaló el perfume
agreste y fresco que madruga y canta.

Como el jilguero su garganta oprime
en donde suena una experiencia humana,
se escuchaban arrullos, liras, voces,
y tambores, venturas, violas, arpas.

Y el mundo era el sonido no vivido
que en mi interior vivía y resonaba.

Si te gusta #Carlos_Bousoño... Share on X

[/su_spoiler]

Canción 4 – Alcántara

Cuando termine la muerte,
si dicen a levantarse,
a mí que no me despierten.

Que por mucho que lo piense,
yo no sé lo que me espera
cuando termine la muerte.

No se incorpore la sangre
ni se mueva la ceniza
si dicen a levantarse.

Que yo me conformo siempre,
y una vez acostumbrado
a mí que no me despierten.

ERA AGOSTO… [Mi poema]
Esther de Cáceres [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Era agosto, verano, allí en la plaza,
yo era un niño jugando a la pelota
a solas con un sueño de melaza
que observa que se esfuma y que rebota
y sigue y va a la caza.

Era un niño, no más, con su inocencia,
la misma que hoy el tiempo ha revertido,
de etapa de la vida una secuencia,
que obliga a pronunciar: sueño cumplido,
¡bendita penitencia!

Esa vida que suena a un alegato,
de la que yo tan sólo un hombre he sido,
que anduvo por aquí pasando un rato,
un hombre condenado, desvalido,
que fue a pagar el pato.

Y hoy, perdido, que a gritos nadie alcanza,
dando tumbos se va de orilla a orilla,
sin nada que ofrecer y sin fianza.
De aquella candidez, de esa semilla
no queda ni esperanza.

Era agosto, verano, allí en la plaza,
yo era un niño jugando a la pelota
a solas con su sueño de melaza
que observa que se esfuma y que rebota
y sigue y va a la caza.
©donaciano bueno

#Como tú, como todos o no? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Esther de Cáceres

Canto de las flores

Desde un rincón del día dorado
escondidas flores me llaman.
-¡Por tu amor sé escucharlas!-
Me recuerdan tu alma,
¡ay, sólo conocida por los ángeles!

Sólo flores,
las escondidas flores
cantan!

Sabemos sólo flores
sobre ellas,
apenas apoyadas
tu cara -y tu alma
y mi cara- y mi alma.

Desde un rincón del día dorado
escondidas flores me llaman.

Cristal de amor

Cuando te veo
tan solo entre los hombres y los árboles
quiero olvidarme de este Amor en sombra
que sonríe y que arde
para cantarte y dibujar tu imagen
en el aire!

Y tengo que volver a esta penumbra
en que el amor me hace
arder y sonreír para mostrarte
en cristal solitario
tu imagen -otra vez quilla de barco
que rompe el mar y el aire!

Ay! lúcido racimo de uvas frescas
en mis manos trocado
en rojo y silencioso coral lento
como el verano!

Ya te roba tu vértigo
al cristal solitario;
vuelves a ser apasionada marcha
entre libros, y árboles, y llantos.

Yo me quedo mirándote: sólo eres
un gran viento que corre, quema y canta
amor en todo árbol
y en todos los rincones de mi alma.

Un gran viento que corre, quema y canta
y que en profundos mares del verano
desgaja, silencioso, mil corales!

El ángel del jardín

Cuando el verano sueña ardientes pausas
entre los árboles,
el ángel del jardín me acerca los jardines
y hace cantar el agua.

Las flores amanecen
porque aquel ángel pasa,
me acerca los jardines
ardientes pausas
pasa…

Él las mira; me mira…
¡todas las flores son una mirada
y ojos y rosas cruzan
su luz de alma!

Ángel, flores y yo sólo soñamos
el jardín de jardines
descendido hasta mí cuando en la tarde
este ángel canta.

El fuego

Ya lejos de los árboles ardientes y mortales,
yo me acerco a cantarte!
Recuerdo la alta llama;
los grandes bosques que tu mano quema;
los muros derribados
entre las voces que la angustia vela;
y el metal de la guerra
por donde corres como vena ciega.

Recuerdo el gran secreto
con que te guardo dentro de mis huesos,
cuando en las horas lentas
el verano te esconde
en cada flor sedienta.

Y te amo, hijo del Aire,
Fuego -Casa de Amor- barca del Aire,
barca del día en el Aire!
Único árbol despierto a través de la Muerte!
Más sólo que la Muerte!

El silencio

Los pájaros
desde el silencio
cantan.
Desde enjambres de amor y de tormento
cantan.
Desde prisiones y en la dilatada
casa del aire
cantan.
Entre cipreses de la muerte
cantan.
Pero un pájaro solo que ha atravesado el Fuego
solo en lo alto
solo y extático
en misteriosos cielos de silencio y alma
canta.

El tiempo de pasión

Es un ciprés que nace entre antiguos cipreses,
plantado por mis manos;
mirado y remirado por los ojos que lloran
en mi cara; los ojos que te amaron
cuando antiguos cipreses eran sólo columnas
de un gran cielo tranquilo.

Música de la Muerte redobla entre tu cuerpo
y mi cuerpo. Redobla entre tu sombra
y mi sombra.
Redobla en los confines del Amor y la Noche…

Música de la Muerte llora todas tus muertes;
va corriendo entre todas
las hojas de ciprés: dice tu muerte,
y llega hasta el recuerdo
de aquel gran mediodía
del arduo amor,
-¡un melodioso estar
Tú y yo, como dos rosas,
en un resplandor mágico
de largos oros!-

Estábamos envueltos en un aire de fuente
en primavera!
Tú y yo
¡ciegos al día
y a las estatuas frías!
¡Oídos impenetrables
a la lira del aire!
¡Sólo almas reposando
sobre el alma del sándalo!

Ahora estás muerto, Amor, bajo todas las rosas
tristes, ardientes, ávidas, que mi pasión deshoja.
Y por mis sienes, como de una herida,
corre tu sangre, última flor de vida.
Ya llega a mi mejilla -sola flor sin espinas-
y canta su pasión, su vida herida.
Yo te he tendido, Amor, sobre las flores tiernas,
preso y libre de mí, nocturno y frío,
y desde mis abismos te remiro.

Ya estamos otra vez, como dos rosas,
junto a la más esbelta
fuente eterna de Amor. -Huyen redobles
de tu Muerte entre noche-.
¡Canta la fresca aurora!

Huyes de mis manos…

Huyes de mis manos,
forma del vaso sencillo y seguro:
-¡pero desde el sueño te canto
como si tú también fueras sueño!

Huyes de mis manos
por caminos que ningún pájaro conoce;
y mi voz te persigue
heroica, como un secreto fino y terco.

¿Eres sólo una voz
callada y sin recuerdo?
¡Forma del vaso sencillo,
profunda como el sueño!…

La fuente

Entre árboles extáticos
y flores soñolientas,
cuando todos los astros del verano
caen sobre los jardines con ardiente cadencia
tus surtidores cantan
sobreviviendo!

Remotas aguas, columpiados barcos
descansan en tu dulce cara quieta.
Tus tranquilos mármoles
se dan al aire y sueñan
y la gran noche mágica
del jardín se levanta
para ver nuestro encuentro.

La muchedumbre de las fuentes canta
por esta sola boca tuya ¡Fuente!

Ya puedo amar sin vértigos
este espejo de sombras, este canto;
porque ciñes los mares de mi ser en la noche
y detienes el Tiempo!

La noche

I
Un alto mar de sombra ya invadió todo el Aire,
y en el gran sueño oscuro
relucen, solitarios,
los vastos ébanos con que el Amor talla
arcas insomnes de secretos pianos.

Bajo la noche
busco antiguas estatuas.
Exploro el hondo bosque donde el Recuerdo posa
su extraña mano de cautela y llama.
¿Son mis desconocidas gacelas ya dormidas
o son lentos follajes?
¿Es una cabellera perdida entre los tréboles
en la extensa morada de fragancias del Aire?

¡ Soy yo, soy yo, yo misma
perdida entre los árboles,
sola entre oscuros árboles!

Soy yo, soy yo, yo misma
en cristal apagado
y dormidos esmaltes!

Dejo el bosque secreto, dejo el jardín sin cisnes;
atravieso los muros invisibles del Aire,
y ya estoy en el ámbito
de la gran noche sola!
-Alguna de mis muertes se ha quedado llorándome!

II
Vienen las Soledades y juntas contemplamos:
Ya no hay más que la Noche
¡una gran flor de sombra
quieta bajo el rocío!
¡La Noche y yo -¡su llanto!-

Hasta que se despierta
la oscura flor… ¡Ya se truecan las lámparas!
¡Ya un aire de gacelas
se acerca a despertarme!
¡Los mares del Día cantan!

Las campanas del valle

Tiembla el aire, desata las fragancias
si cantan las campanas
llamando a los nostálgicos
seres del valle.

Son locas llamaradas
tendidas a una música lejana
que sólo en sueños viene
con acento velado
por un camino tierno de amapolas
y de lento descanso.

Cuando nos despertamos
a saber otra vez del destierro y las lágrimas
las campanas encienden el aire del desierto
y, también desterradas,
hacia las más lejanas campanas de aquel reino
cantan y cantan.

Los pianos

¿Qué piano me recuerdan
las nubes esta tarde?

Lejos de acantilados
en donde el mar se rompe
llorando!;
lejos de ciegas llamas
que una mano desata
para su muerte incauta,
ya no eres gris espada
ni violento relámpago!

¡Las nubes me hacen dulce
tu recuerdo en la tarde!

Como se planta un árbol
hoy dejo sobre el mundo
tu imagen:

Tú eres como los pianos
distantes en la tarde.
No acantilado: blanda
playa de seda y algas
a donde mi amor llega
cantando!

Las lentas melodías
a tu alrededor vagan,
como aquellas gaviotas
que se acercan a un barco
y le hacen una nueva
quilla blanda!

¿Qué piano me recuerdan
las nubes esta tarde?…
Tú eres como los pianos
y las nubes distantes!

Manos de amor

¡Qué cercanas, qué lejanas,
tu mano y mi mano juntas!
Me enloquezco cuando siento
que entre el amor de sus palmas
una mano taladrada
les separa los dos pulsos.

-Ya se acercan, ya están juntas,
como una flor con su tallo,
tu mano y mi mano juntas!
Quiero sentirles la sangre
junta;
¡las vivas raíces juntas!

¡Ay! Todavía las separa
el resplandor de una rosa
con su ser, que es, como el tuyo,
terrible, tierno, traslúcido!

Toda la noche tu mano,
convertida en una rosa,
fue sangre de sueño y flor
sobre el sueño de mi mano
silenciosa.

Melodía de los cisnes

Cisne tú, como cisnes de un olvidado lago
que se asoma al recuerdo con violetas tranquilas!
Viajas como los cisnes en que el Amor descansa
con una luz antigua
cuando somos el sueño de una sola flor sola,
Tú, Cisne de los cisnes
y Yo -tu melodía!

Ya el otoño se cierra con un oro sombrío…
Un gran pétalo solo
camina por el cielo de las flores dormidas.
Y cisnes del Recuerdo
hunden en el silencio de remotos jardines
su cuello y su concierto: su apagado abanico.

Sólo tú, extraño ser que me escondes los cisnes
quedas bajo la luna!
Y todas las violetas sumergidas se apoyan
sobre tu ser de cisne
sobre mi melodía!

No pasarás por el camino…

No pasarás por el camino
a la hora en que mis ojos te buscan,
cuando los pájaros vagabundos se van de la tarde
y llora en la noche mi voz.

Mi corazón te esperará en la puerta de los días
¡pero no llegarás!
¡Y ha de cerrarse la oración en mi soledad!

¡No pasarás por el camino!
Pero yo he de esperarte otra vez,
cuando los pájaros vagabundos se van de la tarde
y llora en la noche mi voz…

Nocturno herido

Mientras las nubes pasan sobre el tapiz antiguo
del tiempo herido
yo olvido el suave musgo y los pies vivos

porque tu ser tendido
yacente en mis rodillas
me atrae como la sed. Hacia tu muerte
como hacia el mar me inclino
y me busco en tu faz como en espejo
hasta que el día declina.

Duermo entre tus imágenes
redobladas y vivas
y la aurora sorprende un raro sueño:

Yo voy corriendo mi veloz carrera
sobre mármoles fríos.
Pasan las nubes… son veloces… miran
un ser yacente, un templo entre cipreses
por el agua del mar humedecidos.
Miran una gran fuente
plantada como un árbol
en medio de la tarde y el olvido…
Sola imagen tranquila
de tu muerte tendida en mis rodillas.

En fuente y ser de muertes yo me miro
y pasan nubes
sobre tu ser tendido,
sobre mi ser que el Tiempo no atraviesa,
sobre un tapiz de tiempo
que fuga y permanece;
sobre un césped de tiempo
donde la cruz de Amor se planta cada día
y mis pies silenciosos y desnudos caminan!

Si te gusta #Esther_de_Cáceres... Share on X

UN PUEBLO DE TIERRAS SIN PREGUNTAS [Mi poema]
Adolfo Burriel Borque [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es de un pueblo de tierras sin preguntas,
de iglesias y campanas siempre a solas,
allí donde relucen amapolas
y a todo los paisanos sacan puntas
en luengas merendolas.

Un río, varias casas y una alberca,
y un camino que acerca al cementerio,
¡el muy desaliñado y poco serio!
que todo en ese pueblo está muy cerca
y lleno de misterio.

Parece ser lugar desocupado
con puertas y ventanas que han dormido,
no hay gateras ni gatos, ningún nido.
Las aves han tornado a su pasado
de tanto que han mentido.

Ocurre que hace tiempo que es de noche
quedándose la vida descuidada,
el cielo dio respuesta por callada
lanzando hacia el pasado algún reproche,
cual de hijo una patada.

La calle anda vacía de suspiros,
al monte se han echado las plegarias,
los sueños se han tornado ya unos parias
desnudos andan muertos por los tiros
de balas arbitrarias.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Adolfo Burriel Borque

Donde no cubren…

Donde no cubren
las aguas,
ni los vientos
son cúpulas
o pájaro,
ni transitan la niebla
otros caminos,

allí,
la palabra es el viaje.

Elegía por la República Española nº 134, 1974 (de Robert Motherwell)

Sois los negros destellos de las voces,
el absurdo color de los ojos
cegados,

alzad conmigo el vaso,
como si no estuviera
la barrera sombría del penúltimo
sueño,
la pared miserable
de hierro, sal,
y olvido.

Hablan las rosas rotas…

Hablan las rosas rotas
de la noche terrible,
callan las mariposas quietas
su tristeza de ocaso,

ay la distancia al sur
que disfraza los ríos
y el océano,

la oquedad del alma
bañada por las sombras
del retorno,

la dulzura invisible
de la fragilidad
del ave.

(Y el viaje se detiene
en el frío temblor de las espaldas
negras del hombre).

Huerto de la media legua

Para Julio Palazón

Principio de la danza,

rosas abiertas
a infinitud de labios.

Invisibles

La arena se refugia en el enigma
de sus ojos,
la lluvia
resbala por la piel,
como las lágrimas del día
que incumple su promesa,

como el refugio del recuerdo
cuando no sobrevive la esperanza.

Viajan donde la herida es invisible
y solo heredan
la sutileza del crepúsculo.

Jardines de Verlaine

La diosa,
violada por la luz,
agita
la trémula lujuria del recuerdo,

desnuda bailarina de cristal.

La caja gris

La caja gris
-perdida lejanía-,
lejanamente gris,
perdida en paraísos
de sueños de manzanas.

La caja gris
-ánfora de metal manchado-,
manchadamente gris,
ángeles vengativos
de viajes y de pájaros.

La caja gris
-cerrada, gris-,
cerradamente gris,
la caja gris
que adivinó la muerte de la rosa.

La herida tiene…

La herida tiene
sangre de cobra,
caverna de pez ciego.

La herida
diezmó los árboles,
la sangre de los labios
desató la tormenta inesperada…

Mi fiel caballo rojo…

Mi fiel caballo rojo
ama las lejanías,
turban sus alas
la belleza del ángel,
hilos azules cierran
el viejo laberinto,
frágiles vientos
se llevan sus relinchos,

pero cabalga,
igual que la distancia que se olvida
en el ensueño de otros viajes.

Para otro sueño azul

Azules,
como el silencio,
como el vuelo de algunas mariposas,
como el temblor del marinero,
como el final de la explanada,
beato azul Angélico,
como la noche azul,
azul de luz hallada,
lo mismo que los ojos
azules
a lo lejos.

Su desnudo arrebata…

Su desnudo arrebata
el brillo a los cuchillos.
Su piel es sombra estéril
de páramo, licor de soledades.
En sus pezones
no hay lunas,
habitan las arañas.

Si te gusta #Adolfo_Burriel_Borque... Share on X

DE CUANDO MATAR ERA LA NORMA [Mi poema]
Ana Inés Bonnin Armstrong [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Mataban los vivos, lloraban los muertos.
los altos, los bajos, grandes o pequeños,
los que allí pasaban con ojos risueños,
que nada importaban si ciegos o tuertos,
que a todos mataban
y se desangraban
y ahora ya están yertos.

Mataban los vivos, penaban los muertos.
y los secuestraban metiendo en un zulo,
con rabia, con saña, sin gran disimulo,
y allí les dejaban los ojos abiertos,
que a todos mataban
y se desangraban
y ahora yacen yertos.

Mataban los vivos, violaban los muertos.
pobres e inocentes cual vil sanguijuelas,
clavando con saña y maldad sus espuelas
dejando tirados, de lloros desiertos,
que a todos mataban
y se desangraban
y ahora yacen yertos.

Mataban los vivos, sangraban ya muertos.
sin cura y responso que echarse a la boca
entre los aplausos de una gente loca,
cual meros rastrojos quemaban los huertos,
que a todos mataban
y se desangraban
con sus excrementos.
©donaciano bueno

En recuerdo de cuando la Organización terrorista ETA, formada por cobardes gudaris, aplaudidos por el pueblo, todos los días mataba a inocentes, mujeres, mayores y niños, en base a no sé qué tipo de reivindicaciones nacionalistas de algunos vascos, y cómo los representantes de Jesús, sacerdotes, de esta llamada Iglesia Universal, Católica, Apostólica y Romana les negaba la posibilidad de tener un funeral cristiano. Ver para creer. 

MI POETA SUGERIDO:  Ana Inés Bonnin Armstrong

Hombres descalzos

Grávida luz, me hiere tu silencio;
quéjate, grita, rómpeme la sangre
con un feroz escalofrío.
Será la muerte, sí, pero no importa.
¡Morir hasta que el mundo resucite!
Morir hasta que sean en el mundo
los hombres recorriéndolo descalzos:
¡la humanidad por fin enriquecida!

Hombres descalzos;
por su planta desnuda, justos, buenos.
Hombres que al ir andando en carne viva.
sintieran el dolor de cada hombre
latir en cada piedra que rozaran;
sintieran cada gota de rocío
temblar a cada sed, a cada lágrima,
morir a cada muerte, y gota a gota,
encadenando así nuevos rocíos.

Hombres descalzos;
por su planta desnuda,
sobre la tierra lentos y seguros,
como una enredadera sorprendente,
como si Dios sus águilas postrase,
y fueran en el mundo las palomas.

No me dejes, amor, en la añoranza…

No me dejes, amor, en la añoranza.
Dame, por fin, seguro y alto vuelo.
Desarráigame, fíjame. Recelo
que aquí no lograré paz ni bonanza.

Mi sed inextinguible se abalanza
y busca un ancho río, paralelo
de un mísero y exhausto riachuelo.
¡Amor! Sacia mi sed; dame pujanza

para volcarte en molde sin orillas.
¿Por qué, por qué te ciñes y encastillas
cuando posees fuerza de coloso?

Quisiera derramar esta ternura,
que rebasa mi pecho, en la mesura
de un pecho inmensamente generoso.

¡Oh buen amor!

¡Oh, ternura divina siempre en llamas!
¡Oh buen amor, paciente, generoso!
Llegas a mí, brindándome reposo;
no me impones tu afán, porque me amas.

¡Oh ternura divina! De tus ramas
presiento el florecer maravilloso.
Tú quieres que yo sea fruto hermoso,
cosecha de tu huerto. Me reclamas.

Escucho conmovida la voz tuya.
Me llega triste; no le doy consuelo;
rechazo su dolor y su agonía.

Perdóname, Señor. Cuando destruya
las ansias que me clavan en el suelo,
entonces iré a Ti sin rebeldía.

¡Si yo no pido tanto!

¡Si yo no pido tanto!
Amor es lo que pido.
Briznas de amor para esta sed del mundo,
tan grande y tan sumisa.
Un diminuto amor, pero constante,
que dé su mano al que su mano tienda,
que limpie las miradas y los ojos
llene de dulcedumbre.
Algo de amor en esos corazones
que no aman a los niños,
que son capaces de cegar a un pájaro,
de aplastar las hormigas.
Algo de amor; apenas un murmullo
de amor en cada pecho de criatura
hacia todos los seres,
hacia todas las cosas.

¡Si yo no pido tanto!
Briznas de amor para esta sed del mundo.

Te busco y no te encuentro…

Te busco y no te encuentro. ¿Dónde moras?
¿Lates sin realidad? ¿Eres un mito,
una ilusión, un ansia de infinito?
Y si amaneces, ¿dónde tus auroras?

¿En qué tiempo sin tiempo van tus horas
desgranándose plenas? ¿Nunca el grito
humano dolor quiebra el bendito
silencio que te envuelve? ¿Nos ignoras?

Partículas de ti fueron llegando;
mi mar inquieto se convierte en río;
hay trinos en el aire, canta el viento.

Canta la vida toda. Por fin siento
que estés, pero, dime, dime: ¿cuándo
puedo saberte para siempre mío?

Tú sabes

(…) Aunque me sepas, ¡mírame!
¿Y si yo no pudiera?
¿Si al buscarme,
me desmoronara. los desconociera,
¡tus ojos, ellos, sobre mí, como una brizna de calor!
y dejáramos de ser?
Ellos, sobre el mundo.
No nos importará repasar el camino,
andarlo y andarlo.
No me importará.
Ni la noche. Ni el mar que nunca duerme.
Ni ese dolor difuso de las cosas.
Ni un casi aliento imperceptible de espacios vacíos.
Ni ese tu «poco más» al que temo y abrazo
con todas mis fuerzas,
como si fuera un zumo mío que yo quisiera exprimir
para fugar en él
toda esta carne dolorosamente viva,
todo este corazón, miembro a miembro, ganado.
Porque era meta deseada y única!
Pero mi corazón está aquí, sin ellos, ¡mío!,
dándome soledad,
retorciéndose a cada muerte, a cada engaño,
queriendo engendrarse hijos que no se le mueran,
y odiándome porque se los destruyo si los nace.
se los destruyo después de haberlos amado
hasta preferir que mueran.
El sentirlos vivir es esta angustia, Señor,
esta extrañeza de mí, de los otros, del mundo,
es lo que balbuceo enajenada:
lenguaje del primer hombre que ya quiso desprenderse.

Tú venías

Tú venías.
Sobre un mar infinito de lumbre venias soñando.
Y en tus ojos, despierta, venia la flor en su nieve.
Tantos pájaros eran contigo, que arpegios gozosos
imantaron la seca llanura, ¡y todo fue vuelo!
Fue en el aire canción de azucena tejiendo su encaje.
Fue una danza de luz en espigas fervientes, despacio.
Fue clamor de rocíos abiertos a grávidas lunas
que soñaban tu aurora imposible, tu ansiado rescoldo.
Pude verte, sin ti, junto al eco de aquella «fontana»,
tu «bendita ilusión» abrazándote ya sin huida.
¡Pude verte!
Qué umbral te retrajo de mí? ¡Qué desiertos
sobre el mundo mis ojos, poetas! Y, oí tu mirada.
La escuché, derrotando caminos, abriéndome cauces
donde ardía la gota de agua, minúscula, y firme,
donde todo, la tierra y el cielo, mi nombre y tu mano,
era, ¡y eran! por ser con ternura de rosa y de nieve.
Uno a uno se alzaron los nidos.
¡Uno a uno! ¡Qué amor en tus ojos, poeta, qué amor!
¡Cuántos pájaros eran volándote!

Y venías.
Sobre un mar infinito de lumbre venías soñando.

Vergüenza

(Ante una muerte)

Cae tu muerte en mi corazón, llenándolo de vergüenza.
Le grito a mi corazón: «¡Nunca!»
Pero él levanta una nota y me contesta:
«Siempre», murmuro. «¡Siempre!»
El eco repite sobre el mundo: «¡Siempre, siempre!»
y todos los poetas,
con tu muerte doliéndoles, avergonzándolos,
responden: «¡Siempre!»
Porque, mientras tú morías,
mientras tus manos que morían aún intentaban volar
todos los poetas abrazaban su canción.
¡Y oyeron su vergüenza!
La oyeron viva, con sangre y nervios,
como humana criatura
contra humana criatura.
Y esa vergüenza gritó señalándonos:
«¡Vosotros!»
No, no pudimos huir:
espigas, árboles, flores, se desbordaron,
una pared de alas se amontonó.
Senderos y caminos,
el mar,
enredaderas azules,
el agua de las fuentes,
luchaban, se oponían.
¡Amor! ¡Amor!
«¡Vosotros!»
Fue inútil; no, no pudimos huir:
notas, notas, notas, cubriéndonos, amarrándonos.

Nuestra muerte diaria,
¡qué parecida a la tuya!
¡Perdónanos!
Ya que como tú, mientras morimos,
aún nuestras manos intentan morir.

Y la pequeña sombra se hará más descuidada

Seré para mí lo que otros fueron.
Y mi mano impiadosa no me mitigará.
Ni mis ojos sabrán verme.
Ni dulzura me daré sin regateármela.
Y me arrancaré toda moneda y toda luz.
Me haré pobre con el designio milenario
de la maldad del mundo.
Apretaré mis manos que lucharán por desasirse.
Cerca, el mar, acechará algo muy querido.
Y soñaré que grito y no gritaré.
Y gritaré más hasta romperme el corazón de angustia,
hasta poder ver mis manos cómo salen de sí mismas.
Muchas manos veré mientras las mías quedan atadas.
Y con tremenda lentitud volveré a quererlo.
A querer mis manos dos y libres,
dispuestas a mi voluntad, obedientes.
Cerca, el mar, por primera vez sin horizonte y sin color,
Su color estará en las manos que me dejan.
Que las que queden conmigo no tendrán color,
como el mar.
Y las convertiré en ávidas e impiadosas,
en capaces de ahogar algo muy querido.
Una pequeña sombra blanca y sumisa
seguirá junto al mar.
El mar me pedirá su color y yo se lo negaré.
Y la pequeña sombra se hará más descuidada.
Volveré a querer mis manos dos y libres.
Y ellas seguirán atadas como las manos de los muertos.
Pero las manos de los muertos se liberan.
Las libera Dios que retrocedió el mar.
Así liberará Él las mías,
que quedarán dos y libres.
Y aquellas que salieron de mí me perdonarán
porque serán perdonadas;
por toda moneda que les robé,
por toda luz que les mentí.

Y sonreirán ante las manos suyas obedientes
que sufrieron atadas hasta que Dios las separó.

Lejos, el mar.
Lejos, el designio milenario
de la maldad del mundo.
Cerca, mis manos, dos y libres,
generosas, azules, obedientes.
Y, otra vez, ¡el horizonte!

Y nunca sin amor fueron los nidos

Amor llena mis ojos,
que con amor yo quiero mirar todas las cosas.
Yo sé que si las miro con amor resplandecen;
yo sé que si las miro con amor se me entregan.
Jamás donde hubo amor los mundos se agotaron;
jamás donde hubo amor cesaron las palomas.
Y nunca sin amor fueron los nidos,
y si el nido no fuera la vida no sería.
¡Oh, qué gozo, los nidos, por tan desamparados!
¡Qué alegría saberlos, muy cerca de nosotros,
alzándose en el alba!
¡Qué alegría saberlos!
Amor llena mis ojos.
Iré dándote, amor, como a río invencible,
y nunca gota a gota, a manantiales.
Llegarás a lo seco,
llegarás a lo árido;
recorrerás la sed viva y eterna;
florecerán contigo las raíces
y del surco se dará lleno de flores.
Esmaltarás la tierra ¡toda! sin mesura,
y hasta el rincón más mísero y pequeño
tendrá el amanecer que le otorgaron.

Amor llena mis ojos;
que en la inmensa amapola de tu luz me derrame
sobre el reseco nido, y así los nidos sean.

Si te gusta #Ana_Inés_Bonnin_Armstrong... Share on X

EL ÚLTIMO RESBALÓN [Mi poema]
Erika Münchaussen [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Ya empiezo a morir, Señor,
Señor, no me quieras tanto,
respétame con mi llanto
que muera con mi dolor.

Que este triste desencanto,
con su maldad me acongoja,
deja que el viento recoja
la liviandad de este canto.

Que me muero aunque quisiera
mejor aún no haber nacido,
pues que vivir no he sabido
y ahora muerto estoy de espanto.

No quiero que me aconsejen
en este instante preciso
pues me muestro ya sumiso,
y no es justo lo festejen.

De nada ha de servir reces
a algún dios. Que tu plegaria
no impedirá que este paria
se disuelva entre sus heces.

Piensa que un soplo divino
o aún mejor, que intrascendente,
resbaló por la pendiente,
y se fue por donde vino.
©donaciano bueno

#Nacer está bien, pero para qué? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Erika Münchaussen

Besos al cielo

Su muerte no significa su olvido,
porque ella vive en todas las flores rojas,
blancas, amarillas y rosas
que existen en la Tierra.

Y cada vez que las veo, le recuerdo…
Tan frágil y bella.
Tan fuerte por dentro,
como el perfume Anaïs, Anaïs.

Para que su vuelo se perpetúe
en la fragancia de las rosas».

Mi nombre no fue Irene

Trató mi alma como basura. Tiró mi carne a los perros.
Ignoró mi dolor y mi amor pero intenté darle mi cariño (y a veces mi odio)

Al final me marché de su vida…

Sin grandes conflictos.

Sin demasiados reproches.

Todo porque fui algo imperfecta en mis modales

y tal vez le amé (y a veces le odié) sin disfraces.

Por desgracia mis poemas y mis besos eran reales.

Pero lo único que deseaba, era una parcela de gratitud…

Ilusiones…

Puede que esta imagen en blanco y negro nunca más vuelva a ser real.
O tal vez se repita dentro de unas semanas, unos meses, años, o dentro de otras vidas.
Pero me gusta pensar que ese chico eres tú y la chica que te besa soy yo.
Y que esa pareja, que está desnuda haciendo el amor, somos nosotros.

Me gusta pensar, que por fin conoceré un amor sincero.
Un amor que me haga más auténtica, que realmente me haga volar hasta las estrellas.
Que por unas horas el mundo que nos rodea sea menos corrupto, que por unos instantes nosotros también seamos mejores, construyéndonos el uno dentro del otro.

Alma junto a alma, cuerpo junto a cuerpo.
Y que todo el universo que ambos creamos sea extraordinario.

Me gusta creer que las cosas imposibles, pueden ser posibles con sólo mirarte.
Me gusta pensar que el romanticismo aún vive en tus ojos, que no eres tan sólo un amante.
Y que transciendes la pasión para llevarme a mí también de la mano.
Me gustan las meras ilusiones basadas en viejos deseos.

Hilos de Luz

Amor
Noche y día…

Amor
De luceros y universos
Dentro del alma,
Luces que tintinean ronroneos.

Amores tejidos
En las costuras de la Tierra
Con sus hilos hacia la Luna
Y de bocas encendidas en los besos.

(A Borja – 2013)

“Ilusiones basadas en viejos recuerdos”

Puede que esta imagen en blanco y negro nunca más vuelva a ser real.
O tal vez se repita dentro de unas semanas, unos meses, años, o dentro de otras vidas.
Pero me gusta pensar que ese chico eres tú y la chica que te besa soy yo.
Y que esa pareja, que está desnuda haciendo el amor, somos nosotros.
Me gusta pensar, que por fin conoceré un amor sincero.
Un amor que me haga más auténtica, que realmente me haga volar hasta las estrellas.
Que por unas horas el mundo que nos rodea sea menos corrupto, que por unos instantes nosotros también seamos mejores, construyéndonos el uno dentro del otro.
Alma junto a alma, cuerpo junto a cuerpo.
Y que todo el universo que ambos creamos sea extraordinario.
Me gusta creer que las cosas imposibles, pueden ser posibles con sólo mirarte.
Me gusta pensar que el romanticismo aún vive en tus ojos, que no eres tan sólo un amante.
Y que transciendes la pasión para llevarme a mí también de la mano.
Me gustan las meras ilusiones basadas en viejos deseos.

El poema sigue siendo la persistencia de sonidos

Mi nombre es amor
Yo te quería
como una flor blanquita
una flor marchita
que no se borra ni si quita.

Vivir y sentir
lo que está por venir
liberar y difundir
cualquier forma para decidir

Si te gusta #Erika_Münchaussen... Share on X

La Plegaria – José Zorrilla

Helos al pie de la cruz
En oración reverente;
La virtud brilla en su frente
Como la primera luz
Del sol que alumbra en Oriente.

Niños tal vez desvalidos
Que pasan desconocidos,
Con la inocencia en el alma,
Como en desiertos perdidos
Con sus racimos la palma.

Angeles acaso son
Que, el mundo sin conocer,
Llevan en el corazón
Una sublime oración
Y las virtudes de ayer.

Sus ojos ven solamente
A través del blanco velo
Que cerca el alma inocente,
Vida en la tierra inclemente,
Luz y armonía en el cielo.

Ven en el alba colores
Y en el llano hierba y flores,
Sombra, del valle en la hondura,
Y en el aire ruiseñores,
Y peñascos en la altura.

Para ellos, música el viento
Es, si las alas despliega,
Si en las secas hojas juega,
O entre las flores se pliega
Con lascivo movimiento.

Y son las flotantes ramas,
Del sol a las rojas llamas,
Del prado, verdes espumas,
De aérea serpiente, escamas,
De águila terrestre, plumas.

Y son los hombres hermanos,
Y oran por ellos contentos,
Hasta que los hombres vanos
Pongan, leones hambrientos,
En su inocencia las manos.

Sabe ella que es virgen bella,
Y él un ángel hechicero,
Porque no dudan él ni ella
Que ella es de virtud estrella,
Y él de inocencia lucero.

Mas ¡ay! que del pedestal
A la sombra cobijado,
Acaso un ojo carnal
Está en la virgen posado
Con una idea brutal.

Y sobre la tez de rosa
La lágrima de dolor
Que ella derrama piadosa,
El hombre la cree de amor,
Y llama al ángel ¡hermosa!

Que tal vez pintarse intenta
Aquella avara pupila,
De torpes formas sedienta,
Mil perfecciones que aumenta
En esa virgen tranquila.

Así incompletas y vanas
Las cosas del mundo son,
¡Que a turbar vienen livianas
Esa angélica oración
Con imágenes mundanas!

¿Por qué, pintor, ideaste
Una plegaria tan bella,
Si la cruz que levantaste,
Luego, pintor, la ultrajaste
Pintando al hombre tras ella?

¡No digas quién la creó!
culpa no arguya!
¡Que en ambos
Tú fuiste quien la pintó,
Mas la malicia no es tuya,
Que quien la escribe soy yo.

PONGAMOS QUE… [Mi poema]
Sara Búho [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Pongamos que yo soy un mal vasallo
que sigue dando pasos de rebote,
pongamos que yo soy un monigote
que miro al que está al lado, como y callo.

Pongamos que hoy quisiera yo poner
mil huevos y que sé no soy gallina,
que soy un cocinero sin cocina
con hambre, que hoy no tiene que comer.

Pongamos, sé que es mucho suponer,
que soy un tipo y se hace aquí el valiente,
se lanza hacia el vacío en parapente
y en eso que quisiérase esconder.

Pongamos que soy calvo y muy bajito,
alguno exclamará que eso es mentira
¿Y qué me importa a mi si eso me inspira
a escribir estos versos que hoy he escrito?

Según esta versión lo que aquí importa
cual político alcanzar es el poder
aunque al súbdito debiera de joder,
segar la yugular, mejor la aorta.
©donaciano bueno

La #inspiración puede con todo? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Sara Búho

Declaración de musa

Lo que lees no es una dedicatoria, es un aviso:
No pienso parar hasta que cada palabra que escribas pierda totalmente su sentido.
Pienso reinventar cada uno de los versos y los besos que has ido regalando por ahí durante años.
Voy a colarme entre tus oraciones así como entre tus sábanas.
Voy a dormir en tus horas vivas y en tus horas muertas.
Voy a esconderme en el sabor de cada sorbo de cerveza que saboreen tus labios.
Voy a ser tan parte de ti, que tus poemas van a ser puro narcisismo.

Ojalá

En este ojalá caben todos los de Silvio Rodríguez

Ojalá ahora que ya no puedes verme,
sea cuando más guapa me imagines.
Ojalá me imagines.
Ojalá me busques en otras bocas;
que busques y busques y me encuentres en todas.
Ojalá te despiertes sobresaltado y acompañado
y que tristemente te des cuenta de que no soy yo,
que no volveré a ser yo,
que entiendas que no puedes encontrar a tu lado
a quien has empujado al olvido.

Quiero que experimentes el amargor
de una despedida
cuando no se dice adiós,
pero se siente.
Quiero que me eches de menos con resaca;
resaca del alcohol que bebas,
y del que te eches en las heridas para sentirme
de alguna manera.
Ojalá sientas despedirte de mí en todos y cada uno
de los besos que no vas a volver a darme.

Ojalá me alcancen las horas y logre olvidarte,
y asuma que el olvido es una ecuación en la cual
“tiempo” y “espacio” bailan
para que “nosotros” deje de ser el resultado.

No te quedes por mí

Una noche de tantas
esperando que hagas más,
y me digas menos.

Una noche de tantas para aprender
que esperando no todo llega,
que el tiempo no alcanza al reloj,
y que el corazón no se marchita pero se cansa.

Teresa

“Recuerdo mirarte desde abajo y verte menos inmensa
de lo que hoy te recuerdo.
Cuánto pude aprender de ti
y qué poco tiempo tuve.
Lo sé porque cuando me concentro en pensarte,
acabas por no caberme en el pecho;
me vuelvo una niña,
esa que jugaba con tu caja de botones
mientras me recitabas en calé
los poemas de tu padre”.

“Diagnóstico”:

«Te quiero.
No sé muy bien quién eres
pero los médicos dicen que voy a olvidar mi nombre y yo aún recuerdo el tuyo.
No sé si te gusta el té o el café,
si tus dedos encajan en mis costillas como las teclas de un piano
o si, por un casual, querrías bailar conmigo
en la cocina o en cualquier lado.
No sé si me devolverías los besos
y tengo unas ganas insanas de acariciarte el pelo.
Pero hay algo que sí sé,
sé que acabo de mirarte y tu iris
ya estaba clavado a fuego en mi retina.
Y sé que no sé qué día es hoy, pero he recordado tu nombre y has suspirado
como si pronunciando sus letras
acabáramos de salvar el mundo”.

Constelaciones

No tengo nada que decirte,
hablar entorpece cada pulso acelerado
y mirarte es gritarte a frenazos.

Parpadeo como si pudiera escapar
de tu imagen,
suspiro como si fuera capaz de desalojarte
de mi estómago
y río como si pudiera engañar a la tristeza.

Desde que no pasó nada,
por el papel pasa de todo menos el tiempo;
por mi piel sólo pasas para que recuerde las huellas que no dejaste.
Desde que no pasó nada
mis dedos cuando escriben tienen más memoria que el tiempo,
y me señalan culpable de todas esas huellas que no dejaste.

Te veo sonriendo,
cambiando a tu antojo las constelaciones de pecas que adornan tus ojos
con solo una mueca de felicidad incierta
ante mi incierto modo de mirarte cada peca.

Eres un boca a boca sin distorsionar
y yo una supernova clavada en tu pupila.

Comparto una mirada al cielo sólo con aquellos
que son capaces de encontrar el universo en tus ojos.
Comparto una mirada al cielo sólo con aquellos
que son capaces de encontrar el universo.
Comparto una mirada al cielo sólo con aquellos
que son capaces de encontrar.
Comparto una mirada al cielo sólo con aquellos
que son capaces.
Comparto una mirada al cielo sólo con aquellos.
Comparto una mirada al cielo.
Comparto una mirada.
Comparto.

No tengo nada que decirte,
hablar entorpece cada pulso acelerado
y mirarte es gritarte a frenazos.

Si te gusta #Sara_Búho... Share on X