A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

CREER EN UTOPÍAS [Mi poema]
César Calvo [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Creer en utopías es normal,
creer y disfrutar imaginando
que el sueño ha de llegar, siempre abrazando,
un día de esa fuente a su brocal
siguiendo en esa lucha hasta el final
y siempre a la ilusión cuidar regando.

Creer cuando eres joven, necesario,
que todo ha de cambiar, eso es preciso,
soñar con acceder al paraíso
en tierra sin un acto funerario
e incluso si llevara hasta el calvario,
aprisa, sin parada ni un inciso.

Creer o desear, que no es lo mismo,
así que se confunda muchas veces,
creer que has de lograr lo que mereces
haciendo dejación del pesimismo,
o en cambio ostentación de tu altruismo
seguro la cosecha irá con creces.

Distinto es si eres viejo ya creer
pues todo a ti se te hace cuesta arriba,
que empiezas a cernirlo en una criba
y entiendes que no cuela, nada hacer,
los rotos no se pueden ya coser
se fueron al desagüe, a la deriva.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  César Calvo

Nocturno de vermont

Me han contado que también allá las noches
tienen ojos azules
y lavan sus cabellos en ginebra.

¿Es cierto que allá en Vermont, cuando sueñas,
el silencio es un viento de jazz sobre la hierba?

¿Es cierto que allá en Vermont los geranios
inclinan al crepúsculo,
y en tu voz, a la hora de mi nombre,
en tu voz, las tristezas?

O tal vez, desde Vermont enjoyado de otoño,
besada tarde a tarde por un idioma pálido
sumerges en olvido la cabeza.
Porque en barcos de nieve, diariamente,
tus cartas
no me llegan.
Y como el prisionero que sostiene
con su frente lejana
las estrellas:
chamuscadas las manos, diariamente
te busco entre la niebla.

Ni el galope del mar: atrás quedaron
inmóviles sus cascos de diamante en la arena.
Pero un viento más bello
amanece en mi cuarto,
un viento más cargado de naufragios que el mar.

(Qué luna inalcanzable
desmadejan tus manos
en tanto el tiempo temporal golpeando
como una puerta de silencio suena).

Desde el viento te escribo.
Y es cual si navegaran mis palabras
en los frascos de nácar que los sobrevivientes
encargan al vaivén de las sirenas.

A lo lejos escucho
el estrujado celofán del río
bajar por la ladera
(un silencio de jazz sobre la hierba).

Y pregunto y pregunto:

¿Es cierto que allá en Vermont
las noches tienen ojos azules
y lavan sus cabellos en ginebra?

¿Es cierto que allá en Vermont los geranios
otoñan las tristezas?

¿Es cierto que allá en Vermont es agosto
y en este mar, ausencia…?
De: Ausencias y retardos

Acércate a la candela

Vente conmigo al centro de la candela
aunque no exista fuego, aunque no exista.
Aunque no exista fuego donde se quemen
todas mis penas, vente conmigo al centro de la candela.
Ay, río de arena, río de arena, es el río que río,
es el río que río cuando estoy triste viendo mi tierra.
Mejor cierra los ojos para que veas como la vida es bella.
Dicen que ahora todo se ha vuelto mío, ay, río de arena,
dicen que ahora es mía toda mi tierra, cierra, cierra, río de arena.
Pero el patrón, el dueño de la cosecha,
a mí me dan el hacha y a él la leña,
para que quieres leña si no hay patrón que sepa lo que es candela.
Nosotros sí sabemos cómo encenderla, nosotros sí sabemos.
Apaguemos con fuego lo que nos quema,
vente conmigo negra al centro de la candela.
ay, río de arena, es el río que río cuando estoy triste viendo mi tierra.

CIUDAD DE LOS REYES (1968)

Pero esta noche Clayton es tan solo una carta,
entre cuyos renglones deambulan tres o cuatro carajos,
referencias más o menos precisas al porqué y para qué,
y la sueco rumana descarada que hizo de mi vida
el paraíso más negro de que tengo memoria.
Ingenuamente Clayton quema sus naves en la quinta página,
y habla de la vida que puede terminar en el amor,
aunque supone que hemos de estar en pie toda la noche
para alcanzar esa aurora.
Carta la suya que no leí antes debido me imagino
a un sorprendente instinto de conservación
y también, aceptémoslo, a que ignoro el inglés
Ya que se insiste en ella sobre lo que subyace debajo de los muertos,
el arte no es el mar sino tan solo lo que sostiene al mar y flota en él,
y me pregunta Clayton, se pregunta,
¿porqué nos es tan duro vivir en este mundo?
y luego de maldecir la reputación Maidenform de las limeñas
a fin de cuentas, que sentido tiene, porqué debo morir.
Entre tanto, es de noche, no hace frío y han pasado tres años.
Puedo decir que vivo, que he vivido como un condenado,
que escribí dos poemas aceptables
y mandé traducir el postergado y largo mensaje del buen Clayton.
Tres años han pasado, se han pedido refuerzos,
distintos personajes dicen las mismas cosas,
la sueco rumana fornica en la platea,
alguien grita y se arroja desde un palco, llueve en el escenario,
el público cansado de aplaudir y pifiar
se entretiene en desvestirse mutuamente, como quien no quiere la cosa
y yo dale que dale, impenitente, cubierto de basura,
preguntando porqué debo morir.
Cosa grave dirás, cuando ya no se busca el famoso sentido de la vida
y se rastrea en cambio una razón para irse al otro mundo
de allí que esto no sea sino una piedra para romper semáforos,
una señal de alarma, nada de soluciones,
aunque alguna palabra por su cuenta se lance a quitar hierbas del camino puesto que no hay camino, puesto que mi camino son mis pies
y tus pies son el tuyo.
Aquí entiendo porque te hablé al comienzo de Clayton y su carta,
todo este ansioso tiempo que pase sin leerla
he caminado sobre el mismo sitio,
como suele decirse, estuve cavando mi propia tumba,
y la inmovilidad no es precisamente la razón que buscaba.
Tú podrás explicarme
como fue que concebimos la peregrina idea de vivir,
la pendejada del amor eterno, toda esa gran fachada de cartón,
con destinos reducidos más tarde a tu saliva.
Séame permitido recordar ya en escena,
la platea colmada de verdugos oír sus manos rotas aplaudiendo
la caída del telón sobre nuestras cabezas, la triunfal seda de la Guillotina.
Séame permitido recordarte antes de ello,
largo gemido de oro en hoteles cubiertos por la nieve
y recordarme, verme, zapato desconfiado dibujando tu nombre
entre las hojas de la Place de Pepluie.
Creía, entonces, cosas, buscaba una palabra para sobrevivir.
Era Paris entonces un altillo del Hotel des Nations
y el amor como un pozo que cavamos a golpes en las noches feroces
sin saber que la vida requiere de la muerte, muriendo sin morir.
O es que una sola vez, bajo mi cuerpo
me viste tras de un vidrio humedecido, ordenaste llorando mis cabellos.
Si alguien ahora nos preguntara que cosa es un altillo, una moneda, Frank Sinatra cantando por un franco en la Gallerie de L´Odeon
sonara tu memoria como una casa sola
y yo envejecería estoy seguro en algún aeropuerto de esta tierra, esperándome.
Clayton tiene razón,
las únicas estrellas nos aguardan en el fondo del pozo
y solo son posibles cuando ya no lo son.
Nadie durmió jamás en un altillo,
Paris no existió nunca.
¿Que cosa es una noche frente al mar?
No hay mas ciudad que esta ciudad vacía
ni más sueño dorado que el insomnio,
estos papeles húmedos y vanos.
En las Casas de Cita, a estas alturas del verano
se insiste mas que nunca, hay buenos tragos.
Y si no hacemos el amor este año,
al menos, mirando hacia otro lado, haremos el amor.
No estaremos en pie toda la noche esperando la aurora
no por ello, querida, seremos más amargos,
no por ello seremos menos ágiles,
acaso así encontremos una buena razón para morir
y dejemos de ser, como dice Clayton
el cuerpo solitario en la ribera,
para ser la ribera, el río mismo,
dos cuerpos abrazados que al hundirse, se salvan.
Venid a ver el cuarto del poeta

Venid a ver el cuarto del poeta.

Desde la calle
hasta mi corazón
hay cincuenta peldaños de pobreza.
Subidlos.
A la izquierda.

Si encontráis a mi madre en el camino,
cosiendo su ternura a mi tristeza,
preguntadle
por el amado cuarto del poeta.

Si encontráis a Evelina
contemplando morir la primavera,
preguntadle
por mi alma
y también por el cuarto del poeta.

Y si encontráis llorando a la alegría
océanos y océanos de arena,
preguntadle
por todos
y llegaréis al cuarto del poeta:
una silla, una lámpara,
un tintero de sangre, otro de ausencia,
las arañas tejiendo sordos ruidos
empolvados de lágrimas ajenas,
y un papel donde el tiempo
reclina tenazmente la cabeza.

Venid a ver el cuarto del poeta.
Salid a ver el cuarto del poeta.
Desde mi corazón
hasta los otros
hay cincuenta peldaños de paciencia.
¡Voladlos, compañeros!

(si no me halláis
entonces
preguntadme
dónde estoy encendiendo las hogueras.)

Edipo ciego

Con ella se ha acostado en aquel cuerpo
donde un padre retorna, sin saberlo
ha mordido su cálida cintura,
la vieja cera de un amor sin nombre
gotea entre sus piernas abrasadas.
Con inútiles paños ha cubierto
aquel espejo donde
envejece de pronto, poseída
por la capa del Rey. Tiniebla es el recuerdo
y los cuerpos jadean sin memoria
pero luego conversan en el muro
sus sombras, viejas cosas, y se sientan,
velan la breve muerte de los hijos saciados.

El sabio

Permaneció en la ventana
durante largos, largos años, viendo
caer las hojas, la nieve, viendo caer
las hojas
y
la nieve.
Cuando se acordó de sus hermanos
éstos ya eran un pedazo de hierba.
Él durmió feliz: aquella noche
descubrió que los árboles
pierden sus hojas, que la nieve es blanca.

María Landó

La madrugada estalla como una estatua
como una estatua de alas que se dispersan por la ciudad.
Y el mediodía canta campana de agua
campana de agua de oro que nos prohíbe la soledad.
Y la noche levanta su copa larga
su larga copa larga, luna temprana por sobre el mar.

Pero para María no hay madrugada,
pero para María no hay mediodía,
pero para María ninguna luna,
alza su copa roja sobre las aguas.

María no tiene tiempo (María Landó)
de alzar los ojos.
María de alzar los ojos (María Landó)
rotos de sueño.
María rotos de sueño (María Landó)
de andar sufriendo.
María de andar sufriendo (María Landó)
sólo trabaja.

María sólo trabaja, sólo trabaja
sólo trabaja.
María sólo trabaja
y su trabajo es ajeno.

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SUEÑOS II [Mi poema]
María Cristina Azcona [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Sueño que bajo del cielo
recostado en una nube
que me desliza hacia el suelo
y de pronto, sin permiso, va y me sube.

Que me arrastra la corriente
de un tumultuoso aguacero
y trato cual un barquero
con fuerza, de amarrarme a un clavo ardiente.

Soy como soy ¿cómo soy?
ni sé y miento si me entero,
raudo a todos lados voy
aturdido, sin saber qué es lo que quiero.

Cuanto más creo, más dudo,
más seguro estoy, mas ciego,
yo no soy nada sesudo,
por no creer, ni a mi mismo yo me creo.

Que venga dios y lo vea,
no puedo pensar, no quiero.
Que nadie al mirarme crea
soy valiente, cual atrevido torero.

Soy como aquel penitente
que soporta una condena.
Es mejor ser alma en pena
que vestido, mortaja en cuerpo presente.

Estulto, soy indigente
que camina a la deriva,
que pasa por esta vida
tan ausente, que siente que nada siente.
©donaciano bueno

Tú si que sabes cómo eres? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  María Cristina Azcona

El pobre el sol y la luna

La luna reluce en espejos de agua.
De ingenuo esplendor su grácil figura.
De plata es la media faz que fulgura.
Sutil navega en su eterna piragua.

El sol aflora en carroza leonina
Y de oro pinta la beldad oscura
La noche de irse no lleva premura.
La luna mana su luz mortecina.

Mil trozos de prisma en cien mil guedejas
Agobian, fluido de plata, el paisaje.
La bruma la envuelve y ella se aleja.

Un pobre está quieto y quedo murmura:
¿Si Dios no me amara ¿Haría que encaje
Mi esencia en medio de tanta hermosura?

La paz

Plena de cien canciones ella avanza.
Por lomadas o ríos ya se asoma.
Con fulgor de blancura azul alcanza
La oscuridad del alma cual paloma.

Deja estela de gloria en la confianza
Que al corcel de la furia presto doma.
Tras su paso gobierna la esperanza
Conquistando a la brisa con su aroma.

Se transforma el desierto en la pradera
Si su tibia presencia ya es caricia.
Trastoca al frío otoño en primavera.

Al corazón, del odio y la avaricia
Con sereno silencio ya libera.
Puede hacerse real si hoy hay justicia.

Niño laborable

“Hoy será un domingo más que agradable
Sin duda.” Afirma el diario matutino.
Para José, quien es aún un niño,
No es esta expresión muy razonable.

Su padre lo obliga con voz de sable
A cubrir la esquina, a que revenda flores.
Su madre se ha ido, a huir de dolores
Que le hacían la vida insoportable.

“Deme una moneda, señor, vecino.”
Cómpreme una solita, sea amable.”
“Es para el pan y no para el vino.”

Pero la gente sigue imperturbable
Sin ver que José carente de amores
Es hoy un niño más que laborable.

La flor de la paz

Abre sus pétalos de terciopelo
Mientras la cubre gélido rocío,
Hecho de lágrimas que forman río,
De los que sufren sin tener consuelo.

Rosa el fulgor ya desvanece el frío
De su color bajo un celeste cielo.
Ya ni el dolor, el miedo o el flagelo
Sobreviven ante su aroma pío.

Quiere darnos paz bajo un sol dorado,
Esmeralda el cáliz, la faz sedosa…
Sentir que al fin el mundo está cambiado…

Flor que nos da su fruto, generosa…
¡Debería crecer sobre este prado!
¡En vez de muerte vil y guerra odiosa!

Las margaritas y el cisne

Verdinegras, las aguas estancadas
Quietas están como un espejo oscuro.
Súrcalas blanco cisne sin apuro.
Suave, en silencio, las alas plegadas.

Margaritas, al verlo alborotadas
Lo saludan detrás de verde muro
Dejándose caer abandonadas
Al embrujo del blancor tan puro.

De pronto al cisne espanta cruel sonido
Dejando a sus amigas sin amado.
Huye, blanco de miedo, estremecido.

Así el hombre deja al mundo devastado
Y yo doy testimonio consabido
Del horror de éste, su mortal reinado.

Oración de alternativa

¿Por qué el alma establece alternativa
Entre el buen obrar y el mortal pecado?
Sería más fácil que mientras viva
Se inclinara siempre hacia el mismo lado.
¿Por qué no se escabulle fugitiva
Hasta arrodillarse ante el Dios amado?
Y deja de negarse a ser soldado
De la sangre de Cristo rediviva.

Pero Tú la has querido traicionera
Que cada vez que pueda te ofendiese
Como si fuera por la vez primera
Y al encontrarte tu perdón pidiese.
Dejaste que se afirme en la quimera
Para que luego a tu redil volviese.

Oración del cartonero

Señor que sin desprecio me miraste
El día que encontré una cruz de acero,
A Ti no te repugna un cartonero
Si hasta a los pecadores Tú salvaste.

Jesús, te juraría que me hablaste
Y no me digas que no soy sincero.
De mi pobreza nunca te burlaste.
Sólo dijiste bajo “Yo te quiero”.

Que a tu Santa María Madre quiero
Que le encargues para mí un recado.
Que si de pronto sin querer me muero

Después de por ahí… haber pecado,
En la gran puerta del infierno, espero…
Que nunca te separes de mi lado.

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MI POETA INVITADA:  Mar Marchante Ortega

CUANDO ESTÁS DORMIDO

Sólo tú puedes salvarme del miedo absoluto al olvido,
de la imparable aguja del reloj sonoro,
del inequívoco incierto de la duda,
del latido inútil,
del corazón herido.

Sólo tu mirada devuelve la luz a mis ojos
cuando todo está perdido.

Sólo tu mano ocupa el vacío de mi pecho
cuando siento frío.

Sólo tu cuerpo es mi refugio…
cuando estás dormido.

NOSTALGIA DE LECHE

Hoy tengo nostalgia de leche,
de cuarentena roja,
de noches largas,
de gasas estériles,
de dolor sordo
y de puntos de sutura.

Hoy tengo nostalgia incierta
de no conocerte aún
de no entender tu llanto,
de no dormir contigo…

Hoy solo tengo la lluvia
metida en mi ombligo.

Y este dolor agudo en mi entraña
de que no estés ya conmigo;
este dolor de madre rota,
separada de su hijo.

Esta memoria absurda
de tristeza posparto
que se arrastra ya de lejos
y se alarga casi un año.
Hoy mi barriga fofa
ya no tiene hipo
ni se mueve ya a tu son
con la danza de tu ritmo.

Hoy mis pechos absurdos y vacíos
lloran tus labios.
Hoy mi abrazo cálido
tiembla de frío.

Noviembre dulce pa quien lo tenga…
Primavera cerrada y negra luna,
que hoy tus pasos te alejan
de mi vientre y de tu cuna.

TU MIRADA EN MI MIRADA [Mi poema]
María Antonieta Le-quesne [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Regálame una luna de cristal
con tu cara pintada en el espejo.
No preciso del marco, me da igual,
lo que ansío es de tu alma su reflejo.

Ni preciso te pintes. Natural,
que atractiva pareces a este viejo.
Con gran mimo pondré en un pedestal
a la altura mis labios por si beso.

Pues contigo no puedo ser neutral,
si alguna vez entiendes te cortejo,
no pienses soy avieso, un animal,
que tu amor solo ansío y tu gracejo.

En mi estancia pondré presto un mural
para darle a mi vista algún festejo,
y así, hablando de forma coloquial,
en apuros pedirte algún consejo.

Y si un día este viejo carcamal
a tu vista no asoma y no me quejo,
no creas me olvidé, llegó el final.

Tu vista en mi mirada he de llevar,
no la quiero vender ni subastar,
valdría un dineral. No tiene precio.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  María Antonieta Le-quesne

Sé que soy de la muerte

I
Sé que soy de la muerte
como la muerte es mía;
que son cortos mis días
de peregrinación
con esta cruz…
Sé que la muerte es mía
como soy de la muerte
y todos vosotros
que ireis después en pos…
pero siento la angustia
de esta lenta agonía
con acritud salvaje,
con desesperación.

II
…Y pensando en la muerte,
y pensando en mi espíritu,
me acirdé de vosotros,
caros hermanos míos,
que, enfermos de tristeza,
de soledad y hastío,
vagais oscuras sendas
con más o menos alma,
con más o menos penas…

Y siento la tristeza
de no poder hundirme en la belleza
de vuesrtros armoniosos
poemas inefables,
que aromarán la senda
pr donde fue mi vida
como un grano de arena.

Sé que soy de la muerte
y que me está cercana:
esta lenta agonía
ve las vacilaciones del espíritu,
que presiente la vida en un futuro
que no ha podido nunca definir.
….
Hermanos:
Yo presiento las alas del espíritu
acercarse a mi cuerpo.

ALMA QUE MUERES DE AMOR

Alma, que mueres de amor,
dime lo que es despertar
en la alborada de Dios,
cuando se muere de amor.

Yo sé lo que es enfermar
y agonizar de pasión,
pero no he sabido amar
para morirme de amor.

Alma, que mueres de amor,
dime lo que es enfermar
para morirse de amor…
¡Yo solo sé agonizar!

y, para hacerme morir,
sé que no habrá otro dolor:
en el curso del vivir
no he sentido otro mayor!

Y no me quiero morir
si no me muero de amor,
porque yo quiero vivir
la agonía del amor…

Alma, que mueres de amor,
dime lo que es enfermar
para morirse de amor…
¡Yo solo sé agonizar!

Recodo azul
Y todo pasará

Yo sé que hay signos que a mi vida marcan
un límite cercano…

¿La Muerte?
Pienso en ella como en la Primavera:
más ansias que cuidado…
(Pero pienso en la tumba
y siento frío, hermanos…)
– – –
Una tarde de otoño,
las flores temblarán en vuestras manos,
una vez, sus fragantes emociones
y caerán en mi tumba, con blandura
de infantiles, sangrantes corazones…

Y todo pasará…
Vendrá el crepúsculo,
tornaréis, cabizbajos, los más fieles,
—que me habréis despedido— a vuestro hogar…
pensaréis unas horas en la muerte,
y todo pasará…

Luego vendrá el invierno
y llorará la angustia
de inquietudes de siglos
en mi vieja emoción
y filtrará sus lágrimas,
sin un aromo nuevo
de manos cariñosas,
sobre mi corazón…

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QUÉ COÑO A MI ME IMPORTA! [Mi poema]
Manuel Bernabé y Hernández [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Qué coño a mi me importa, si eres negro
o blanco o amarillo, me da igual,
tampoco si lesbiana, homosexual,
ni sufro, ni me afecta, ni me alegro
que quieras ser un meme en carnaval.

Ni quiero conocer si en tus altares
un dios tiene un lugar de privilegio,
o en cambio tienes fe en el sortilegio,
si gustas disfrutar buenos manjares,
humilde es tu familia, eres egregio.

Y aun menos a quién quieres, a quien votas,
que me hables de tus nobles sentimientos,
me vengas con soflamas, con lamentos,
haciendo carantoñas, chirigotas,
pues todo a mi me importa tres pimientos.

Que no quiero saber, te lo repito,
tus logros, tus fracasos, tus miserias,
me vengas con sainetes ni comedias,
que aquello que has de hacer me importa un pito
e incluso tus lamentos, tus histerias.

Que sepas que en tus gustos no me meto
tampoco me interesa conocer
si tienes o no tienes que temer.
Si puedes que me guardes el respeto,
y siempre, que me dejes de joder.
©donaciano bueno

Qué importa si todos somos #detritus en potencia? Share on X

Manuel Bernabé y Hernández Manuel Bernabé y Hernández

FILIPINAS A ESPAÑA

I
La dulce Hija, postrándose de hinojos,
dice a la Madre, a tiempo que sus ojos
leve cendal de lágrimas empaña:
—Dios ha dispuesto el término del plazo,
y ya es la hora de romper el lazo
que nos unió tres siglos, ¡Madre España!—

II
¡Madre, sí, madre! Sobre mi haz tendido
va fermentando el anhelar dormido
y el germen abonado se agiganta;
la gratitud es flor del alma mía,
y no muere la clásica hidalguía
donde se irgue tu cruz, tres veces santa.

III
Puede venir el águila altanera
y hundir el corvo pico en la bandera
de gualda y oro, que nos da alegría;
podrán poner a mi garganta un nudo,
que cuando el labio se retuerza mudo,
irá a gritar el alma: «¡Madre mía!»
¡Dichoso instante aquél que vio a las olas
dialogar con las naves españolas,
llevando a Limasawa a Magallanes!
De entonces a hoy, portentos mil se han visto,
y es que el poder de España arraiga en Cristo,
manso y sin hiél, multiplicando panes.

I
Soberbio es tu ideal, como tu gloria.
Largos siglos ataste a la victoria
al carro de tu funesta monarquía.
¿Cómo no amar tu gesta no igualada,
si en las fronteras que humilló tu espada,
el gran disco del sol no se ponía?

VI
Mas, no es la espada omnipotente sólo
la que al brillar del uno al otro polo,
obró cien maravillas en el llano:
es la esencia vital de las Españas,
que al invadir palacios y cabanas,
prestó eficacia al ideal cristiano;

VII

Quien empuñó con varonil denuedo,
en los tiempos de Lope y de Quevedo,
«el cetro de oro y el blasón divino»;
quien sembró de fe en la individual conciencia
decoro en la mujer, que es otra herencia,
luz en las mentes y oro en el camino;

VIII
La que duerme arrullada por el cántico
de las ingentes olas del Atlántico;
la que empujó a Colón hasta la entraña
del mundo nuevo, que copió su hechura;
la que llevó a los pueblos fe y cultura
y auras de libertad… Esa es España.

IX
España, la invencible soñadora,
que monta rocinantes a deshora,
los toros lidia, viste la mantilla,
ama la jota y al danzón se entrega,
mas cuyo acero no es una hoz que siega,
sino arado que pone la semilla;

X
La patria de la vid y la verbena,
que fía a la guitarra su honda pena,
dominadora de la Argel moruna;
la que las tierras incas civiliza,
hidalgo pueblo, de otros cien nodriza,
única madre que meció mi cuna.

XI
Los claustros de tus Cuevas y tus Prados
noche y día miráronse atestados
de hijos nativos del saber amantes;
hiciste héroes y armaste caballeros,
y aun late en el cantar de mis troveros
la dulcísima lengua de Cervantes.

XII
¡Oh rica fabla espiritual! Simula
cordaje de una cítara que ondula,
—es blanda arcilla y música ese idioma,—
claro choque de perlas y corales,
remedo de los coros celestiales
que de Dios mismo su raigambre toma.

XIII
Si lloro, se unifica con mi llanto,
impregna hasta el kundiman cuando canto,
y es en la liza imprecación y alerta.
Podrán hurtarme mis veneros de oro;
pero, al perder tan singular tesoro,
es que habré sido traicionado, y muerta.

XIV
Rizal, Mabini, Del Rosario y Luna,
son vastagos comunes. La fortuna
dejó en su frente un evangelio escrito.
Si yo les di mi maternal entraña,
no empresa mía fué, sino de España,
fundir el alma en su troquel bendito.

XV
La Cruz de Arreehedera y Urdaneta
está en mis cielos, tabla es que sujeta,
cuando zozobra, al bien; porque a despecho
de las más encontradas ambiciones,
tu religión, tu fe, tus tradiciones,
han abrigo recóndito en mi pecho.

XVI
En el curso del tiempo, desenvuelto,
tú, España, volverás,—¿qué amor no ha vuelto?
presa en la red del propio bien perdido:
serás un ave, enferma de añoranza,
que va a volar cuando la noche avanza,
en dirección al solitario nido…

XVII
Si están ahitos de llorar tus ojos,
y en otros días te causara enojos,
la era de paz y de perdón se inicie.
¡ Oh, qué mejor que tras la despedida,
seamos como el agua, en dos partida,
que se torna a juntar en la planicie!

XVIII
Mientras la vista atónita vislumbra
la luz de redención en la penumbra,
e hijos del alma apréstanse a las lides;
¡vé, Madre! y digan valles y colinas:
«¡Gloria a la Madre España en Filipinas!
¿Loor eterno a ti ! Tú, no me olvides.»

HIMNO A RIZAL

Coro:
¿Quién es ése que sube al Oriente,
florecida y segada la mies?
Una patria corona su frente
y otra patria agoniza a sus pies.
Estrofa primera:
Es Rizal, el patrial superhombre,
niño a orillas del lago de Bay;
el Jesús trovador de una raza,
futura República del Sol oriental.
Carne indígena odiando la carne,
corazón más profundo que el mar:
su cerebro fué un mazo, y ya nunca
saldrán de sus huellas la espada, el sayal.
Estrofa segunda:
Convirtió sus dos libros en sátira,
y su sangre en la aurora de un sol,
y su muerte en la cruz que redime
a padres y hermanos, a un pueblo en embrión.
Ingerto hasta en sus médulas óseas
«una patria, una madre, un amor»;
trilogía social que le diera
tres glorias: de mártir, de sabio y de dios.
Coro final:
¡Oh Bathala, Criador de Malasia!
¡Padre Luz del país colonial!
iNo prospere ninguna autocracia!
¡¡¡Sea libre el solar de Rizal!!!

RIZAL Y EL PUEBLO

Triunfo o derrota lo que fué, la historia
es el heraldo audaz de su grandeza:
vivió sin mancha y sucumbió con gloria,
vendiendo, por un pueblo, la cabeza.
Mientras haya rumores de cadenas
y duerma el agro en dolorosa inopia,
aquella sangre que alentó sus venas
habrá de arder en la tierruca propia!
Fué caída, entonces, necesaria;
su muerte, origen de una vida intensa.
Venza el César o Dios. Su hermano paria,
sin zozobrar un punto, lucha y piensa.
Y así estará. Cuando la aurora baje
sobre las ruinas de la edad desierta,
¡romperemos el ciego tutelaje,
en alto el brazo, el pensamiento alerta!
Diciembre, 1911.

A RIZAL

Fuiste pincel, fuiste buril divino,
y fué tu lengua un órgano cantante
que recorrió la escala de diamante
de veinte idiomas de armonioso trino.
Fuiste escalpelo que con grande tino
instauraba salud a cada instante,
y tu vida, modelo de estudiante,
dejó abierto a la luz nuestro camino.
Pero, sabio y artista, no te adoro:
te glorifico por tu libro de oro
que rompió yugos demoliendo imperios:
Así tu gloria al Porvenir se enlaza…
. . .¿Oyes? Son las campanas de la Raza
que resuenan en ambos hemisferios.
Diciembre, 1917.

SALUDO A LA BANDERA

(Para el Instituto de Mujeres)

I
Por entre los años y por los senderos
en que peregrino, el Hada Ilusión
ha puesto en mi mano, cual flor de luceros,
envuelto en radiantes divinos letreros,
mi azul pabellón.

II
El cielo nativo le dio sus colores,
que dicen los sueños de un alma oriental;
cintila en su fondo un sueño de flores,
y en el relicario de sus dos amores,
vive un Ideal.

III
El dulce ilang-ilang le da reciedumbre,
la nivea sampaga su eterno candor;
la Estrella del Pueblo le baña en su lumbre,
y ¡ es toda la Enseña graciosa vislumbre
de patria mejor!

IV
Desde que la tengo altiva en mis brazos,
claro es el camino que va al Porvenir;
Dios y Filipinas duermen en sus trazos,
y ¡es mi sueño único, atada a sus lazos,
con ella morir!

V
¡ Lienzo peregrino, que eres la alegría
porque eres la gloria de nuestra Heredad!
Concédenos tu alma claridad que guía,
y ¡ sé tú la misma que ondee en el día
de la Libertad!

VI
¡ Vive por los siglos, mientras nuestras manos
hilan día y noche la rueca vital!
Mañana la mano irá a los gusanos;
j sólo tú, oh alto Símbolo de ensueños humanos,
serás inmortal!

VII
Por entre los años y por los senderos
en que peregrino, rezo una oración
cada vez que veo, cual flor de luceros
envuelto en radiantes divinos letreros,
mi azul pabellón.

RESURREXIT

(A la Bandera filipina)

Hoy que de nuevo tornas, Bandera santa,
emergiendo triunfante de tus agravios,
el pueblo, como un hombre, caiga a tu planta,
y se unan a besarte todos los labios.

¡Cómo deben quererte nuestros abuelos
que un día te empuñaron cuestas arriba!
¡Cómo deben amarte los pequeñuelos
que nunca te miraron surgir altiva!

Como aquel niño mártir que defendiera
con sangre de sus venas la Eucaristía,
no hay fuerza que en los lares o en la trinchera
te arranque de mis brazos, Bandera mía.

Sean tu Thabor firme los altos montes,
como un pregón realista de libertades.
¡Tu gloria cubra todos los horizontes
y guíe a las futuras humanidades!

Junto a efigies de santos que, entre la calma
del hogar, dan sus dones, irgue esplendente.
Así, robusteciendo la fe del alma,
irá la fe de la patria que nos aliente.

Y cuando, paseando tu gentileza,
en amplias marejadas al aire vibres,
cantando el epinicio de tu grandeza,
irá la caravana de pueblos libres.

Y así, dueña y señora de tu destino,
cuando los vientos rocen tu augusta frente,
se impregnarán sus alas de algo divino:
la Libertad que baja sobre el Oriente.

Tú luces en tus plieges timbres ufanos:
tu azul es nuestro cielo sin nubes vagas,
tu rojez es la sangre de mis hermanos,
tu blanco es la pureza de las dalagas.

¡Reina sobre tu pueblo, sombra propicia,
y sea por los siglos tu revivir!
¡ Tu triunfo marque la hora de la Justicia!
¡ Sé el índice glorioso del Porvenir!

Haz de las democracias tu única gloria.
Si alguna vez ya grande te enseñoreas,
buscando nuevos pueblos para tu historia,
Bandera, no te quiero. ¡Maldita seas!
Octubre, 1918.

19 DE JUNIO

¡Oh, fuerza evocadora del momento I
i Oh, el día más solemne de los días!
¡Loado tú, que viste el nacimiento
en una edad sin luz, del gran Mesías!
¡ Rizal! Mientras tu madre te acunaba,
sollozando un kundiman filipino,
i cuan dura la cadena que arrastraba
tu Patria, digna de mejor destino!
Ya de la tierna infancia en los albores,
haciendo del saber primer acopio,
dijiste que el amor de los amores
era la libertad del solar propio.
Nadie torció tu vocación. ¡ Malhayan
los ruines que empolvaron tus doctrinas!
La sangre que vertiste en Bagumbayan
tiñó de fuego el sol de Filipinas.
Tu obra de amor y libertad persiste,
y es llama viva entre los patrios lares.
Al recordar el día en que naciste,
su dios te aclaman todos los hogares.
En las preces del alba te invocamos,
bajo las sombras tu virtud nos guía;
y, al pie de tus altares, esperamos
el santo amanecer de un nueva día.
El áureo germen que la tierra entraña
fruta madura es, no ansiedad quimérica;
tu voz que un tiempo resonó en España,
ha despertado el corazón de América.
i Junio, mes de los signos lisonjeros,
que nos diste en Rizal savia de ideas!
; Gloria a ti, por los siglos venideros!
¡Toda la eternidad loado seas!
1924

A MI BANDERA

¿ Dónde estás, mi Bandera, que no ondeas
sobre las altas cúspides bravias ?
¿por qué no vuelves como en otros días
a ser palio de luz de las ideas?
Flota en la cumbre azul. Quiero que seas
amor de Ibarra, inspiración de Elias,
ángel que lleve santas alegrías
en cada amanecer a las aldeas.
Cuando retornes tú, Bandera fuerte,
su blanco traje vestirá la Raza,
—¡prenda, cuando más vieja más querida!—
Y a ti enlazada le verá la muerte,
¡ como un alma doliente que se abraza
al Ensueño más grande de su vida!
Octubre de 1919.

ANTE LA TUMBA DE RIZAL

¡ Somos los mismos! De la sien doliente
emana aún, al golpe del sicario,
nuestra sangre oriental, siempre caliente.
Aun sentimos el peso milenario
de un grave fardo, sin tener en frente
más visión que la triste del Calvario.

Aun el gemido de los parias zumba,
aun el ave rapaz grazna y anida
en este árbol moral que se derrumba;
y en su inútil dolor, de muerte herida,
prefiere a renacer, hallar su tumba,
esta generación entristecida.

Y ¿hasta cuándo, hasta cuándo, en su deseo,
el pueblo rudo,—eterno Prometeo,—
verá la luz y borrará sus huellas;
y abriendo al fin los negros horizontes,
tremolará por valles y por montes
la bandera del sol y las estrellas?

Rizal,—lo sé,— tú has muerto; y con tu muerte
de Redentor, cumpliste tu destino;
mas al matar del suelo filipino
un germen vil, por lo viciado, inerte,
fecundastes en medio del camino

otra semilla más vital, más fuerte.
Por eso, a veces, el dolor me ciega,
al ver mi Patria, que a su afán se entrega,
sin fe, sin ideal, sin esperanza;
al sorprenderla en afanosa brega,
cómo entre sombras sin cesar avanza,
y avanza en vano, porque nunca llega.

Hoy no es ya reacción, hoy es ya un crimen
sacar a flote férvidos empeños
de aquellos pueblos que inocentes gimen;
y otros quizás más locos, más pequeños,
en medio de su inercia y de sus sueños,
se irguen, se transfiguran, se redimen.

Al ver las huellas de la edad presente,
en medio de estas explosiones de ira
que colocan a hermanos frente a frente;
en medio del hedor que se respira
en esta sociedad indiferente,
toda desolación, toda mentira;

De estos lagos de crápulas y orgías,
que confunden las noches con los días,
de este inmortal e insoportable yugo,
que ni el esclavo ni la historia han visto,
se ha de herir el laúd de Víctor Hugo,
se ha de empuñar el látigo de Cristo.

¿Y por qué no?—La religión no medra;
y el despotismo a la impiedad se abraza
cual a la tapia destructora hiedra…
. . . ¡ Cómo en tan pocos lustros de mordaza
no ha quedado ni piedra sobre piedra
del templo secular de nuestra raza!

Sacerdote de apóstrofos y apodos,
¡cuál tronara mi acento sobrehumano
contra ésos sin amor hijos beodos,
que ni ante el nombre de su muerto hermano,
un momento siquier, se abrazan todos,
un momento siquier, se dan la mano!

¡ Malditos los imbéciles y estultos,
que alimentan en alas del cinismo
la impúdica ambición de los tumultos;
y como Judas, de avaricia llenos,
venden al pueblo, al Mártir, y a Dios mismo
por treinta sueldos, y . . . por mucho menos!

No triunfarán; porque a Bathala plugo
que ostenten los eunucos en su frente
la maldición eterna como yugo.
La fuerza que traiciona, es impotente;
y la raza en sus vicios más latente,
halla hasta en los disfraces su verdugo.

¡ Bien hayas tú, Rizal, hermano mío,
que ya en el polvo impenetrable y frío,
duermes el sueño postrimer del hombre!
De esta lucha mortal saliste ileso:
duerma tu alma tranquila, bajo el peso
que te diera, al morir, tu mismo nombre.
30 de Diciembre, 1907.

RENACIMIENTO FILIPINO

I
¡Dios uno.y trino, Padre que culminas
por sobre el oleaje de las cosas,
Señor, que las ventiscas avecinas,
como una catarata diluviana,
a las disoluciones pavorosas,
de esta casta macabra y prometeana;

II
Hoy que absorben nuestra onda ya ascendente,
con la fastuosidad delicuescente,
—pecado original de los plutócratas,—
Dios jeffrieano, cuyos manes vienen,
a envolver a los rubios y demócratas,
en piel igualitaria, que no tienen;

III
Que identificas a Colón y Américo,
por un milagro tuyo, como crismas
colonias de carácter isomérico;
i disipa los pecados capitales,
las tendencias en auge de las mismas
repelentes babosas imperiales!

IV
El portalira que vació la Gloria
de la Dominación y de la Raza,
desteje una plegaria monitoria.
El vive del afán de que la gresca,
que es a modo de olímpica amenaza,
del mapa tropical desaparezca. I
En esta marejada americana
es de mirar nuestra actitud interna,
i que es la actitud de la piedad cristiana!—
; Haz tu latría patriarcal un hecho,
porque cualquiera sociedad moderna,
vegeta a la intemperie del cohecho!

VI
El olor de la carne es como una
superna tentación. Y, ¡cómo integras
a la triste que fué de Sikatuna!
¡ Oh! Los lobos aullan. Y yo asisto
a la energía de las manos negras,
y a la profanación de Jesucristo.

VII
Mas, no ha muerto. ¡ Mentís! De los escombros,
clarineará a los hijos de la aurora,
la era de libertad, llevando en hombros
las tablas de la paz republicana,
y proclamando la sirena mora,
los salmos nacionales de mañana.

VIII
El porvenir es de él. Suya es la alianza
de autonomía y democracia; y suya
la descendencia que al futuro avanza;
y como Dios a quien juzgó Pilatos,
cuando el éxodo irónico concluya,
vendrá a juzgar a todos los ingratos…

IX
Hoy que resuella el habitual orgullo,
en este aristo y potencial murmullo,
como una sinalefa estrepitosa;
hoy que el retorno hacia el Azur de almas,
espolea a la virgen y la esposa,
en protesta de bocas y de palmas;

X
Hoy que nuestro limbás, de los añejos
peldaños del Makíling, se encamina
a dialogar con la ave neoyorkina,
y en la magnificencia de la cita,
diría al ave con amargos dejos,
su pena errante y centenaria cuita;

XI
Mis ojos desenrollan, y tal Argos,
sus prismas telescópicos, en torno
de los relieves ampliamente largos;
y veo aquí y allá; sorda carcoma,
riéndose de Ibsen, ante el bochorno,
de la causa común que se desploma;

XII
Las aves de rapiña en el pináculo,
de egregias pompas; Baltazar afirma
su pie de bronce sobre el tabernáculo.
¡ Oh, el siglo, en fin, de la aviación y el oro!
Morfológico siglo, que confirma
la leyenda empolvada del decoro!

XIII
i RENACIMIENTO FILIPINO! Late
la excelsitud de cielos y crepúsculos
en esta admonición para el combate…
Grande es el ideal de vuestro cántico,
pero son reductibles vuestros músculos
e inútil el atrevimiento atlántico…

XIV
Haced en el dolor un solo esfuerzo,
de millones de proles de Malasia,
y la vitalidad del Universo!
Monroe extinto surgirá. Y de un salto
sobre el dorso del Sol que aquí se espacia
tocaremos las plantas de lo Alto…

CANTA, POETA

A Salvador Rueda

Embajador de Madre Hispania. Alzo la copa
a lo alto del Ensueño por la salud de Europa,
ia Europa, uncida al yugo del Hado militar,
bautizada con sangre por aire, tierra y mar,
la Europa que ha rencores de hermanos entre hermanos.,
pero jamás de bardos indios y castellanos,
porque es la onda que corre por la arteria del verso
piélago de armonías que,baña el Universo.
La España de hoy es sorda a irrumpir de metrallas,
ahita de laureles en cesáreas batallas,
no quiere ya ser cuna del Cid y de Pelayo,
de la Armada invencible, los Tercios, Dos de Mayo,
la que hizo de los pueblos haz de suelo español,
en que no se ponía la hipérbola del sol.
Ramo de olivo porta en sus divinas manos,
que no quieren teñirse en sangre de cristianos,
y así, mientras la Europa riñe feroz contienda,
en la paz de su domo, ella labra su hacienda,
también como guerrero, de acero no humillado
que alegra la vejez, mirando en el pasado…
Ese es el pueblo tuyo, que canta Diplomacias,
del Rey Alfonso XIII, flor de las democracias
que, con la unción del Reino, te entregó el estandarte
para que tu voz fuera en mi indiano solar
el reparto y renuevo de un amor secular,
(el árbol que la entraña de nuestro bosque cría
en cada retoñar acrece su ufanía)
para que tu voz fuera el aviso y la proclama
de que el idioma hispano no muere, pues se le ama,
y España es Madre que no olvida a la hija ausente
a quien dio sangre e idioma en un rincón de Oriente,
y de que es ley que el vínculo espiritual exista
por cima del Destino, del Tiempo y la Conquista.
Heraldo de grandezas de la Matrona ibérica,
que pulsaste la cítara en la española América
y envuelto entre los pliegues de su argentino manto,
volcaste toda el ánfora de tu lirimo santo,
consiguiendo, al arrullo de la fabla rimada,
lo que soñara en vano tiranizar la espada:
Tú, que al partir de Cuba, inclinada la frente,
cogiste tierra «para besarla eternamente»,
lee en el libro abierto de mi Naturaleza,
donde es panal la Vida y otro dios la Belleza:
donde, como en un pórtico de Bienaventuranza,
encontrarás a cada aurora una esperanza,
y en la mujer, la flor, el nido y los alcores,
oirás la sinfonía de todos los amores.
El cielo, siempre azul, sin mácula ni daño,
que da eternal cobijo al propio y al extraño;
los árboles ciclópeos, que alzan la copa al cielo

y hunden, por defenderse, la raigambre en el suelo.
tutelar y simbólico de la Paz y del Arte,
de corteza tan amplia, que mide la cintura
de tres gigantes de descomunal figura:
el Apo y el Maküing, el Taal y el Mayón,
de fraguas encendidas, como un gran corazón,
incensario de fuego hirviente en el altar
de la Patria, como un eterno luminar,
como idea que salta del crisol de tu mente,
como el anhelo indígena de ser independiente;
la flor que aroma, el ave que trina, el río en calma,
como en el laberinto de sus dudas el alma,
te brindará su encanto la paz de los cañales,
desatarás tu rima bajo espesos mángales,
te pondrán en el cuello un collar de sampagas,
la flor amada de las vírgenes dalagas…
verás, al fin, un breve edén en el planeta,
que no pudo jamás soñar ningún poeta.
Canta, poeta, canta. Pienso, y no es desvarío,
que ha de inmortalizar tu canto al pueblo mío.

A MAGALLANES

I
Por tu gran historia, por tu gesta fuerte,
porque tu supieste vencer a la muerte,
cabalgando sobre las olas del mar;
porque nos trajiste la flama española
y porque a tu paso se abriera la ola
y el cielo insinuara su risa estelar;

II
Cíñete las rosas de nuestros jardines,
mientras mis corceles de apolíneas crines,
como los pegasos, brincan en tu honor.
Este es el divino país de leyenda
donde, hace tres siglos, alzaste tu tienda
que guardando viene Dios, Nuestro Señor.

III
¡ Señor, que en un día de claras locuras,
lanzaste tus naves, y entre las negruras,
honrando la espada, trajiste la cruz!
El sol de aquel día que dejaste España
es, señor, el mismo que ahora nos baña
y llena los trópicos de incendios de luz.

IV
No hay más que tu raza de sangre fecunda,
la raza de aquella Isabel Segunda,
que hizo de los pueblos la constelación.
Ubérrima raza que engendró titanes,
la misma que trajo a nos Magallanes
y envió a las Américas la nao de Colón.

V
No hay más que tu raza. No ha sido tan sólo
tu genio el que, abriendo las puertas del polo,
arrancó al mar indio la perla insular.
Fué el maravilloso imán del Destino,
«el cetro de oro y el blasón divino»,
que unía a sus glorias un ansia de amar.

VI
¡ Ira sagitaria, cuánto mal hiciste!
¡ Vana trayectoria la que recorriste!
i Reivindicadora isla de Mactán!
Si el audaz venablo hirió a Magallanes,
han venido nuevos claros capitanes
con sangre y tizona de aquel Capitán.

VII
Es la coruscante cadena de gloria,
troquel diamantino, lampo de la historia,
raudos galeones de un ensueño en pos;
manos que se agitan buscando otras manos,
bautismo de sangre de indios y de hispanos,
beso de dos razas que bendijo Dios.

VIH
Como vía-láctea que el cielo constela,
desfila a tus ojos el templo, la escuela,
todas las conquistas en fresco sartal;
vastagos limpísimos de tan áureas vides,
buscan a los hijos de Alfonsos y Cides
los conciudadanos del mártir Rizal.

IX
Mientras Filipinas su futuro labra
en agros y en urbes, es aun tu palabra
la que santifica boca y corazón.
¡ Déjese a la Historia juzgar el pasado!
¡ Amemos a España que nos ha enseñado
a acelerar la hora de la Redención^

X
La aurora despunta. Vírgenes y ancianos,
mirando a los cielos, alzan en sus manos
la patria oriflama de estrellas y sol.
¡Salud, Argonauta! te aclama tu gente.
Somos, por tu genio y Dios, en Oriente,
un pueblo de libres, un pueblo español.
Enero de 1921.

A CERVANTES

El amor no es locura de Quijotes
ni estéril toda humana tentativa,
no es el mortal histrión de menosprecio.
¡ Salve a ti, que entre cuerdos y entre zotes
de linaje inmortal, de timbre recio,
al Amor diste encarnadura viva,
a la Audacia geniales caracteres,
que buceaste en la divina entraña
de la quimera universal, tú que eres
el glorificador de las mujeres
y las andanzas y el valor de España.
* * *
¿Quién en la historia como tú? ¿Qué humano,
qué genio, qué blasón, qué ejecutoria,
a la sombra del lábaro cristiano,
ha de violar las nieves de tu gloria ?
Ante el poder espiritual que viste
tu alma hecha luz, ¿qué otro poder resiste?
¿ Qué poderío habrá de polo a polo
que pueda decrecer tu poderío,
si los demás son sólo
aventada ceniza en el vacío?

Fué en la época de oro de tu Raza.
¡Cómo el recuerdo a tu grandor se enlaza!
La Cristiandad miraba complaciente
cómo a sus pies la Humanidad dormía
de eterno subyugada,
cuando del Septentrión al Mediodía,
del norte al sur los pueblos redimía
la Cruz, en maridaje con la Espada.
Y España, la soñada del profeta,
que es la nación más grande del planeta,
que abrió las tierras, deslindó los mares,
que encontró al mundo a su sitial pequeño,
y hoy, al través de su esplendente vida,
ha de arrugar el ceño,
dama de eterna juventud, dolida
de la suerte de ser incomprendida;
aquella España sujetó la esfera,
y mientras una mano aventurera
ejecutaba las empresas grandes
arrastrando al león hasta los Andes,
la otra estampaba en las humanas gentes
el signo de la cruz sobre las frentes.
* * *
Mas, ¿qué vale adquirir hegemonía
y complacerse en bélicos despojos
si, cual las olas de la mar bravia,
los fueros de humana monarquía
vienen y van, nublando nuestros ojos?
A los tiempos presentes y distantes,
¿qué valen las conquistas resonantes
de Felipe Segundo,
ante la España que dejó Cervantes,
fuente y aduana espiritual del mundo?
Tres siglos ha. La Cristiandad aliada
armóse contra el turco, acaudillada
por un doncel bizarro, en cuya arteria
hierven sangre y alientos de la Iberia.
El sol de Media Luna
se oscureció en Lepanto eternamente,
y Juan de Austria, rehén de la fortuna,
como otro sol, al sacudir la frente,
se vio de luz y lauros coronado.
A la aurora siguiente,
de glorias ebrio y de lidiar cansado,
fué a pasear su regia lozanía
a bordo de una hispánica galera,
y allí, en el vago resplandor del día,
vio cómo en el sollado,
mezla de pudridero y de pesebre,
luchaba con el hambre y con la Intrusa
mustio, sin brazo, presa de la fiebre,
anónimo soldado,
también como él de pelear cansado.
* * *
¿ Quién que tu rostro escarnecido viera
podría predecir lo venidero?
¿Quién, entre tanta lástima, dijera
que de acre rincón de la galera
ibas derecho al inmortal venero,
y que luego, al través de las edades,
las campanas de todas las ciudades
cantarían unánimes tu gloria,
mientras a solas con tu libro invades
el Hogar y la Cátedra y la Historia?
¡ Nunca pudo la fuerza con la idea!
Ante la luz que irradia la Odisea,
ni al mismo Milón canto:
cabe el áureo Quijote o Galatea,
sombra es no más el Héroe de Lepanto.
* * *
Leí cien veces tu evangelio escrito
y aun el patrón de tu ideal persiste,
como un molde vaciado en lo infinito
en el mundo carnal en que viviste.
La locura divina del Quijote,
la lanza en ristre y cabalgando al trote
del Rocinante, es mal antiguo y nuevo
y a modo de la hiedra trepadora,
afinca su raíz en la conciencia,
y es tan santa dolencia
que no hay mortal que no la lleve ahora.
* * *
Tu Quijote, no el libro hurtado en vano
por una vocinglera medianía,
sino el que tú escribiste con la mano
que te dejó tu clásica hidalguía,
acendrada con hiél de cautivarios
que en tus Baños de Argel eterna gime,
es el lazo que entrambos hemisferios
en un amplexo espiritual vincula,
que robustece el sandugó sublime
pactado por el nauta y Lakandula,
arco que hasta en los trópicos ondula,
puente que por los mundos se levanta,
engarce de oro de un común empeño,
cien estirpes volando en Clavileño,
torre» no de Babel, en cuya planta
la humanidad su sinrazón redime
diciendo voces de única garganta…
* * *
A esta hora en que las almas,
—fragmentos mil de una cadena sola,—
rompen en una vibración de palmas
en la añeja Pacífida española,
te doy gracias, señor, porque comprendo
que, rotos ya los primitivos lazos,
el tronco colonial hecho pedazos
y deshecho el altar de la materia,
sólo le queda al pueblo filipino
la tabla del idioma cervantino
para ganar a su perdida Iberia.
Abril de 1916.

A QUEZON, GLORIA

I
QUEZON: decir tu nombre,
es tributar un cántico solemne y honorífico
al mérito, al trabajo, en loa al patrio amor;
Eres el Indio-Hombre,
que, en legación de patria, vas salvando el Pacífico,
regando en Yankilandia el árbol redentor.

II
¡Quezon, prez de las Islas!
El Pueblo, por mi boca, te inciensa, y entrelaza
su corazón al tuyo, agradecido a ti.
Como Moisés legislas,
y vienes de la América, Caudillo de la Raza,
como Moisés bajando del monte Sinaí.

III
¡Quezon, lucha en buena hora!
En el azul borroso del trópico, oportuno
se restituye el día de la emancipación.
Ya resplande la aurora.
¡Hermanos! batid palmas al ídolo, al tribuno
que anuncia y apresura la ansiada redención.

IV
¡Paladín integérrimo! La región pampangueña
confía inamovible en tu vital campaña,
porque ha vaciado en ti su incólume ideal.
Vé a tremolar doquiera la nacional enseña;
si brazos a millares se armaron contra España,
el tuyo es hoy bastante para acabar de un golpe con la tutela actual.
18 de Octubre de 1912.

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A BENEFICIO DE INVENTARIO [Mi poema]
Gracia Morales [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Los hombres, los humanos, inhumanos,
los mismos, los que siempre hacen la guerra
metiendo van a hermanos bajo tierra
cual fuera se tratara de gusanos,
fingiendo que el dolor a ellos aterra.

Matando sin saber por qué se mata
haciendo de los odios su estandarte,
obligan a que todos tomen parte
en esa que es hazaña tan ingrata
un día al despertar sin avisarte.

Las órdenes provienen de unos pocos,
el resto ha de seguir cual marionetas
creyendo en las consignas de profetas,
atentos a soflamas de esos locos
so pena ellos echarte a las cunetas.

No pueden resistirse. Dictadores
te obligan a luchar aunque no creas,
dejándote la vida en las peleas,
en nombre de algún dogma que tú ignores
del que ellos se declaran albaceas.

El sino es de los hombres con sus bandos.
El uno está a favor y otro adversario.
Los dos siempre mejores que el contrario.
Los dos de ese poder quieren los mandos.
El muerto a beneficio de inventario.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Gracia Morales

Tu casa

Tu casa suena a caricia de viento
golpeando suavito los cristales.
Suena a campanadas de medianoche
y al insomnio tranquilo de tus muebles.

Tu casa suena a un último cigarro
fingiendo sigilos de humo en tus dedos.
Suena a mi equipaje recién abierto
y a este silencio de pies descalzos.

A veces me acurruco y me quedo quieta
como pendiente de un miedo o un hallazgo
para aprenderme la voz de tu casa
mientras el mundo nos olvida, fuera.

POEMA DEL HUEVO TIBIO

En cuatro minutos, qué poco cabe.
Cabe un beso, un beso largo.
Caben miradas, celos y risa;
solo una, pero inmensa.
Cabe pensarte sin que me pienses.
Caben tus ojos, aun siendo grandes.
Cabe un deseo caído de estrellas.
Cabe lo único que da un momento:
el universo en un parpadeo
de números pares
y escaso de amor por falta de tiempo.

Bienaventuranza VI

Bienaventuradas sean aquellas mujeres
?tan siempre madres, esposas,
abuelas o hermanas?
que aprenden a levantar sus puños
en plazas, autobuses y dormitorios.
Bienaventuradas cuando dejan,
doblados sobre una silla,
el delantal, los suspiros,
la prudencia,
el temor, las cacerolas.

(Mujeres malabaristas,
capaces de dividir
entre ocho o quince el arroz,
los colchones y los besos;
mujeres cosidas a la tierra,
con ramas donde aletea un griterío de niños,
piar de niños que piden agua,
que piden, que piden,
cuánto piden,
subiéndose por los hombros y las piernas.)

Bienaventuradas
las mujeres que se agarran
bien fuerte las unas a las otras
y salen a recorrer las calles,
con pancartas de letra infantil.
Bienaventuradas ellas,
porque se han atrevido a gritar,
con su voz recién estrenada,
las palabras grandes, paz, respeto,
libertad, justicia, dignidad,
sin haberse cambiado de ropa,
en zapatillas y con pañuelos blancos
cubriéndose la cabeza.

La voz interior 2

(El buen tiempo)

Date prisa, mujer.

Se acercan felices los días
de las piernas al aire y el escote abierto
y todas debemos ponernos altas,
delgadas,
rectilíneas,
rubias o castañas cobrizo.
Date prisa,
porque andar por ahí
con el rostro sin playa y sin Margaret Astor
es señal inequívoca de exceso de trabajo,
de depresión, de extravagancia
o de limitados recursos económicos.
Venga, mujer, no pierdas más el tiempo:
reduce drásticamente tu consumo de calorías,
elige una crema anticelulítica,
depílate a conciencia,
ve a women’s secret o al Corte Inglés
y cómprate un biquini de la talla treinta y ocho.
Un último consejo, si me lo aceptas:
pruébate uno verde,
verde pistacho;
será el color de moda
en esta temporada.

“Estadística”
Le ha dado tiempo a nacer.
Le ha dado tiempo a ser niña,
brazos,
pies,
párpados,
boca,
un kilo setenta gramos
de movimiento y sollozos.
Ha tenido tiempo suficiente
para notar que nacía:
ser colocada de golpe en un espacio distinto,
abierto, horizontal y extraño.
Ha alcanzado a sentir, incluso,
eso que con dos años hubiera aprendido a llamar luz,
aire,
agua,
calor…
Pero no ha llegado a entender
que esa firmeza que la sostiene
y la mece despacio
es su madre, dieciséis años,
segundo parto y con fiebre;
ha habido tan poco,
tan poco tiempo,
que no ha podido estrenar el cariño
ni el sabor de esos pechos tristes
en los que apoya la cabeza.
Nadie le ha dicho
que se iba a llamar Maisha,
que hubiera sido alta, de manos grandes,
habilidosa para moldear
cuencos y figuritas de barro.
No le ha dado tiempo a saber
que será el decimoquinto bebé que muera ese día,
sin explicaciones médicas ni consuelo,
en su pequeña, siempre lejana, ciudad.
La voz en pie (2014)

Costumbres

Uno se acostumbra al insomnio
y acaba por reservarle sitio
en un extremo del colchón.
Se acostumbra
a llevar los puños deshilachados,
como el alma
o la memoria.
Uno se acostumbra a que los silencios reboten
sobre los mismos espejos.
Y hasta se acostumbra uno a la costumbre
cuando no queda más remedio.
***

esta pequeña lluvia que me acompaña
Alejandra Pizarnik

Siempre llueve cuando te vas,
aunque lo desmientan los meteorólogos
y los turistas tomando
el sol en las terrazas.
Siempre llueve una lluvia pequeña
como de sal o de ceniza,
una lluvia cortada a la medida de mis hombros
y con mismo recorrido que mis pasos.
Siempre llueve cuando te vas
aunque la gente siga caminando y se pregunte
por qué corro calle abajo
con las ropas empapadas.

Flores mustias en aguas desiertas.

Arenosa indiferencia
engullendo monstruos que no saben gritar,
donde el miedo parpadea
y supura por llagas de carnes inexistentes.

Habla y haz presente este pasado fuera de tiempo.
Desvístete ante mi desnudez camuflada.
No soporto más lo insoportablemente obvio
perdido en dobles sentidos.
La semana cruza la calle
y ya casi llega al borde del abismo.
No está la luz allí.
Nunca hubo llama ni sol,
solo penumbra engañosa y equidistante.

Vive Dios que ya está muerto
lo que nunca fue engendrado.
Vientres estériles con semillas huecas
no conciben sino dudas
que crecen y se perpetúan
en mudeces de ojos brillantes.
Esperaré hasta que los jazmines me hablen de amor…
… todavía balbucean besos en su cálido perfume.

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DEL AMOR Y SU ACTO REFLEJO [Mi poema]
Remigio Romero y Cordero [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

(Soneto Isabelino)

Supuso que él andaba enamorado
pues que eso no se sabe, se supone,
lo notas pues te pones colorado
mas otro más alegre hay que se pone.

Amor, llamas amor, que así le llamas
y algunos hay te dicen no conviene,
que dejes ya de andarte por las ramas
mas otro que a calmarse hay no se aviene.

Él tiene la apariencia de activista
mas muchos se lo achacan a Cupido,
a veces suena bien, primera vista

mas otros, ay, pensando ya se ha ido.
Tan simple e inocente como un beso
que acaba tropezando con el sexo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Remigio Romero y Cordero

ELEGÍA DE LAS ROSAS

¿Qué pasará de noche…? No hay mañana
que no tenga el jardín rosas difuntas…
Sobre estas cosas, cariñosa hermana,
¿por qué a Nuestro Señor no le preguntas?
Pasemos esta noche en la ventana,
los ojos fijos y las manos juntas,
para saber, mañana de mañana,
por qué tiene el jardín rosas difuntas.
Y velamos… Las doce, y, luego, la una,
y nada… A flor de soledad la luna,
en paz lo muerto y en quietud lo vivo…
Mas al prendernos Dios la luz del día,
la última rosa blanca en agonía
y las otras ya muertas… sin motivo…

ÉL ERA UN HOMBRE RARO

Él era un hombre raro… Su faz tenía grietas
como -tras el hervor negro del cataclismo-
la faz de los planetas
que dejan balanceando su miedo en el abismo…
Sin duda, era el más alto de los grandes poetas…
Tuvo el don de sí mismo…
Y conversaba a gritos con visiones secretas…
Y explicaba a la Noche no sé qué catecismo…
Un día le encontraron debajo de una encina,
completamente muerto, a la hora vespertina…
Sus ojos entreabiertos brillaban como un faro…
Jamás durmió este insomne de las palabras bellas…
y, como se pasaba siempre de claro en claro,
él fue quien puso nombres a todas las estrellas…

NOCTURNO I

I
Reza, Malena, reza… Reza o canta…
Me da miedo la noche de los páramos…
Debe pasar la muerte por el patio,
cuando ladran los perros… Oyes?… Ladran…
En la última ventana se ha posado
un lucero… Qué anuncian los luceros,
mientras invoca al miedo de la Muerte
la noche de los páramos, Malena…?
Reza o canta… Un salve, un padrenuestro…
Mis versos, otros versos: lo que fuera…
Oyes, Malena, cómo ladran…? Oyes…?
Es la muerte que pasa… Y, de mañana
se verá que algo ha muerto, algo, Malena:
los rebaños, las flores o nosotros…

II
Tuve el presentimiento… En la sauceda
graznó, anoche, el gran búho… La otra noche,
aulló el perro en la esquina de la casa,
sin que pasara nadie… Ves, Malena…?
Y cuando te miré, por la mañana,
en los ojos, tus ojos eran tristes,
como si vieran una cosa negra:
un féretro, unas andas… Ves, Malena…?
Las que bajaron a la fuente, hoy día,
volvieron melancólicas… Los cántaros
de tierra gris, estaban desbordantes…
Las que fueron por agua, oye, Malena…
Volvieron melancólicas… Los símbolos…?
Son, sin duda, los símbolos, Malena…

III

Y mañana, Malena, que amanezca,
algo que ha muerto… Miedo; tengo miedo…
Mañana, algo sin vida, algo, Malena:
los rebaños, las flores o nosotros…
Oyes…? Ladran los perros en el patio…
Podrá ser o no ser… Pero, quién pasa…?
Asegúrame, quién…? Ella, la Muerte,
la flaca, la tremenda, la espantosa…?
Oyes…? Ladran… Es ella…? Di, no es ella…?
Reza, Malena, reza… Reza o canta…
Debe pasar la muerte por el patio…
Reza o canta… Y mañana, sí, Malena,
algo muerto, sin vida, frío, rígido:
los rebaños las flores o nosotros…
(De La romería de las carabelas)

Nieves de diciembre

Nieves de diciembre y espumas salobres
del mar de la vida
sin pan y sin luz….
en las Noches Buenas de los niños pobres
comienza el calvario del niño Jesús….
con sólo un juguete
lacrado y con tildes
se haría la dicha de todo un hogar
y no se durmieran los niños humildes
soñando imposibles después de llorar….

Por que es que esta noche llaman Noche Buena,
si no es para todos el viejo Noel,
si hay niños sin madre, sin cuna y sin cena
enfermos de angustia, ahitos de hiel

Oh, la vida humana de tantos estragos
de muerte
de llanto
de negro dolor
sin duda van ciegos ya los Reyes Magos
y no ven que hay niños sin pascuas y amor
en las noches buenas de los niños pobres
comienza el calvario del Niño Jésus.

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LAS DOS MI ESPAÑA [Mi poema]
Margarita Laso [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Yo soy simple un turista de la playa,
de ese inmenso solar lleno de arena
donde hay gente desnuda que se baña
y se tumba después al sol que quema.

De invisible, esa línea que separa
el agua, intento inútil, de la tierra,
y juega al escondite y que prepara
su amenaza al fluido en son de guerra.

Del límite infinito que no acaba,
suave brisa sutil, fina y serena,
y gestas de navíos nos contaban,
historias que cantaron los poetas.

Tiznado cielo azul en que volaban,
aviones planeando cual gaviotas,
de gente en las américas soñaban
y pescadores de ilusiones rotas.

Mi estirpe está soñando con montañas,
el campo fue mi playa en la meseta,
los sembrados, las hoces, la guadaña,
irritante canícula en la siesta.

El viento en mies las olas simulaban
doblando a las espigas sus cabezas.
En surcos desnutridos correteaban
perdices como peces ¡qué belleza!

En ese espacio gris no había barcas,
ni velas a orientar la sementera,
el agua dormitaba allí en las charcas,
la arena deprimida en las canteras.

Y es ahora que aquí estoy que mi alma extraña
Castilla, aquí en Valencia variopinta,
tan cerca una de la otra y tan distinta,
así que para mí, las dos mi España.
©donaciano bueno

Tan cerca y sin embargo tan lejos? Share on X

Españolito (A Machado)

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

MI POETA SUGERIDO:  Margarita Laso

SANGRE FRÍA

I
Es un cajón de 90 x 90 x 90.
En él se exhibe la espléndida pitón.
Carnívora de bronce y estaño.
No oye a su mandíbula elástica quebrantar
los huesos calientes de su comida.

Está enroscada sobre su lujuria.
Sorda y satisfecha.
No puede estirarse pero sus anillos de serpentina
helados se tocan como presas.
Espera su merienda.
Por medio de una persiana
un ratón de blanco impecable
ha sido llamado a esta cena.
Será tragado sin que medie de cascabel o crótalo
advertencia alguna.
Sin que una orquesta de metales le despida.
Sin una danza funeraria.

El público está atento al momento del asalto.
El ratón merodea con unos saltímetros
esos pasitos que da en la epidermis el escalofrío.
Sus bigotes transparentes pronto temblarán
de una vez para siempre.

II
También yo
como la gorda constrictora
gozaré en la quietud estos banquetes.
Cada vez mis glándulas termo-sensibles me dirán
si has venido a lucir tu miserable gabardina
tu cola aguzada de escalpelo.
Si has venido quizás a llevarte la piel que mudo
o acaso
a mirarte en las placas y escudos de mi cuerpo.

¿No ves que tendrías que limar mis escamas?
¿Que arrancarme un colmillo?

III
Ven pues
que toda yo soy brazo que abrasa y destroza.
Y antes de engullirte
sabrás volar
con la sustancia tóxica que traigo en mi saliva.
Sabrás meterte en cintura.
Y engrosarme.

Ven
que notarás que soy ciega y siseo.
Que toda yo soy cuello y talle.
Que soy una víbora modesta.

Ven ratón que he perdido la línea.
Pero no el apetito.
Y tampoco el veneno.
(de Los lobos desarmados)

OSO

y sale del bosque el oso
su musculatura oculta
trae abrigo y debajo un brujo
sedoso no se desnuda
ante la sola idea de trozar mis partes
no se detiene
ávido el oso
de arrancar los lomos de las truchas con los dientes
en el corazón del remolino
hincar entre mis piernas el hocico
la ansiedad la sed la zozobra
el tirón de muerte que la succión mitiga

un dominio de demonios tus patas y mis muslos
maroma marcial llave poderosa runa y mandala

oso que muerdes los finos lomos de mi sexo

ya volverás al bosque
como el tigre a la arena
como al verdugo la máscara y la soga
ya volverás
como vuelve esta contorsionista
a bañar sus partes por partes
en los cultivos piscícolas del río
(de Los lobos desarmados)

Sangre fría

Es un cajón de 90 x 90 x 90.
En él se exhibe la espléndida pitón.
Carnívora de bronce y estaño.
No oye a su mandíbula elástica quebrantar
los huesos calientes de su comida.

Está enroscada sobre su lujuria.
Sorda y satisfecha.
No puede estirarse pero sus anillos de serpentina
se tocan como presas heladas.
Espera su merienda.
Por medio de una persiana
un ratón de blanco impecable
ha sido llamado a esta cena.
Será tragado sin que medie de cascabel o crótalo
advertencia alguna.
Sin que una orquesta de metales le despida.
Sin una danza funeraria.

El público está atento al momento del asalto.
El ratón merodea con unos saltímetros
esos pasitos que da en la epidermis el escalofrío.
Sus bigotes transparentes pronto temblarán
de una vez para siempre.

II
También yo
como la gorda constrictora
gozaré en la quietud estos banquetes.
Cada vez mis glándulas termosensibles me dirán
si has venido a lucir tu miserable gabardina
tu cola aguzada de escalpelo.
Si has venido quizás a llevarte la piel que mudo
o acaso
a mirarte en las placas y escudos de mi cuerpo.

¿No ves que tendrías que limar mis escamas?
¿Que arrancarme un colmillo?

III
Ven pues
que toda yo soy brazo que abrasa y destroza.
Y antes de engullirte
sabrás volar
con la sustancia tóxica que traigo en mi saliva.

Sabrás meterte en cintura.
Y engrosarme.

Ven
que notarás que soy ciega y siseo.
Que toda yo soy cuello y talle.
Que soy una víbora modesta.

Ven ratón que he perdido la línea.
Pero no el apetito.

Y tampoco el veneno.

mano

nadie te llama pero vienes
eres cual ricitos de oro
rompes la cama pequeña
y te tomas la avena

tal como en los misteriosos Cárpatos
en el mercado negro de los bosques
te comes además la mano del oso
servida así en su aceite
de ella extraes las garras
como del atún la espina
— la pieza más tierna y costosa- comentas
filtrando entre los labios una larga falange

bárbaros tramperos y músicos
celebran
y ricitos que se divierte
—pero si es de cría mejor- explicas
—si es de cría
mejor—

Valdivia

me llamas con humedad
me humedeces con llamas
tu cama es una plantación de palmeras

olla silbadora
el vértigo mío
vértigo viejo como tu espíritu
vértigo tu espíritu
viejo tú.

Sé que las ratas

sé que las ratas me morderán el corazón
pero ésta es una despedida

reí y fui

loba
loba en el palomar
loba en el palomar de tus jadeos

buches y espumas rociaron la aurora de los sudores
jadeos tus de palomar él en loba

aunque
entre graznidos y hendiduras
entre zureos grumosos
loba
entre palomas en tus jadeos
digo adiós

la pena canina cubro de vidrio
lengua y falanges apago al fuego
aros y poros al polvo cocido

esta cachorra arde bajo las burbujas

aullidos sollamados invitan a las ratas

ellas escuchan su piel de chamiza que crepita
sus uñas que raspan el celo cristalino

la esfera de calor de su cuero esquilado las convida
olorosa

sé que me morderán el corazón
lastimero
pero no permitiré que tú lo muerdas
ésta es una despedida.

En la memoria de mis sentidos

en la memoria de mis sentidos
canoa el dolor de labios

mi cuerpo sobre el tuyo

mis brazos
turbamar
en tu cabeza

la piel del pecho
rosa
la piel del pecho

tus piernas son las puertas de las mías
tus piernas la piragua

mi boca sobre tu boca
busca la sal de su sexo

como la red pincha las aguas
en la memoria de mis sentidos
se hincan tus dientes

mis labios se espantan beso de peces
mis labios se riegan rosa partida

beso partido
rosa de peces

-no te vayas- te dice mi boca colorada
-no te vayas- te dice la memoria de mis sentidos.

Erosonera (I)

tuve un hombre y él me tuvo

ahora somos memoria de carboncillo
ciclistas en la siesta de la ceniza
pero tuve un hombre
y él me tuvo

crudo abrió el beso en la yema del pubis
sentó la oreja para oír mi caracol caliente
mientras borrando pecas
hundí la nariz en el musgo tremente
de sus ingles
la lengua para lamer su venar violeta

tuve un hombre
fue pan en remojo su boca de abrir cajoncitos
mordiente su hacer de muslos y mejillas

él me tuvo
fue tristeo de agua mi pecho de dos pozos
crujiente mi hacer de cejas y ranuras

ahora somos memoria de carboncillo

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UN SONETO PARA VIOLANTE [Mi poema]
Raúl Garduño [Poeta sugerido]New

MI POEMA ...de medio pelo

Llamarlo poesía es una broma,
si aceptas no rimar es tu derecho,
sin métrica el poema está barbecho,
un plato a degustar que no hay quien coma.

La magia aquí se encuentra en el acento
la música que brilla y que se asoma,
distinto al verso libre que es Sodoma,
si alguno te lo dice, eso es un cuento.

Admito existe prosa emocionante,
y alguno que otro texto muy ocurrente,
mas debes de aceptar que es diferente.

La regla añade luz a su semblante,
el arte y la emoción con que florece
gozando del aplauso que merece.

Violante me ha encargado hoy un soneto,
intento aquí ir cumpliendo con su reto.
©donaciano bueno

Una cosa es #prosa_poética y otra el #verso_clásico, no crees? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Raúl Garduño

I

Ahora escribo,
pongo árboles y caminos frente a mis pies
y comienzo a dar saltos
aplastando el corazón del tiempo.
Vine solo.
Sólo el dolor del árbol me conduce
mientras el aire parte en dos la tarde
y mojadas palabras
son repetidas por duras rocas en lo alto.
Extiendo las manos
para recibir hojas y lluvias,
llanuras dispuestas como una blanca muchacha
en el horizonte;
caminos estos
en los que ando como un desconocido.
No he oído cuando alguien ha dicho:
he ahí el camino que conduce al mar.

II

En la casa silenciosa vivo.
Cargo con la vejez de mi almohada,
con mis labios alucinados
con una sed rotunda en el paso
cuando olvido mi nombre.
Veo la tarde
que rueda en la lluvia
como una canica sucia y olvidada,
veo el río
que se echa a andar sobre las aguas,
y estoy contento
de que el solitario que soy
no lo sea tanto.

III

¿Quién me prohíbe un bosque, o dos, o tres?
He borrado la eternidad con una mirada eterna
y he puesto el pie a medio patio
para que todos le vean el rostro torpe.
¿Quién rompe mis palabras
antes de ser dichas?
¿Qué danza condenada hay que bailar?
Ahora injurio,
ah, bandolero sol enemigo,
ahora peleo,
ah, testimonio de agua,
tremenda partitura doblegada.
Recuerdo pianos y máscaras.
Ah, ladrones,
a la noche le han robado una palabra,
una sola palabra.

IV

No miréis el miedo
que entra por la ventana como un canalla.
La luz anuncia, hermanos,
un regocijo de hojas francamente verdes,
una batalla de pétalos contra la rosa,
una dura canción creciendo como un árbol,
una piedra sosteniendo firmes vegetaciones,
una campana cayendo en la lejanía,
una banda de hielos inquietantes.

V

Tal parece, ah luz, que la vida
envuelta en sus celofanes brillosos,
carga con la tempestad del regocijo
y que la sorpresa viene al fin
como una muchacha difícil.
El cielo pone trozos de oscuridad
en la respiración de un ave.
Todo el mes ha llovido
mientras pensábamos en la lluvia.
¡Soporta, oh dicha,
tus plomizos ensayos amargos!
Alguna vez te abandonaremos,
te pondremos en una hoja ciega.

VI

A las alturas de la memoria
viene el mástil dorado
como la esbeltez de la tarde,
viene la campana que aprende nuestra voz
la luna dentro de cajones avasallados.

Dolor disecado es el mío.

Hablo de plantas
que crecen en un ojo de vidrio,
hablo del canto redondo en que me muero
y veo que así se van juntando lienzos,
ropas donde dejamos olvidadas palabras.

Descubro la oscuridad
degollada por el sol,
y pienso, Corazón mío,
en los días estrellados sobre el mantel,
en la terca llovizna como una cárcel
que nos encierra a todos
entre sus columnas de nieve.
Digo que estoy solo
y que granizos barren la mirada del cielo
como una austera y apagada escoba.

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MI POETA INVITADA:  María José Castejón Trigo

MINIMAL ART

el arte contuvo la regla
y revoloteó pensando el número
alcanzó el lugar de su orden
y estableció su significado
anotando entre incógnitas
mínimas soluciones precisas
que dieron a la historia
largas filas de bronce
que fundidas en plásticos
traspasaron el espejo
de la reflexión arcaica
en palabras sin significado

AZUL , GRIS , ROSA

Sin solución
el llanto
le preguntó
a la razón
un día
por su omisión
y la razón
repuso
que tal lamento
engrosaba las filas
del firmamento
que sin estrellas
se descompuso
en las nubes azules
de un gris intenso
tan depresivo
que el rosa
acudió
con gran alivio.

YO CONFIESO… [Mi poema]
Mariano Melgar [Poeta sugerido]New

MI POEMA...de medio pelo

 

Confieso que he vivido…
plácidamente recostado en una nube,
obsesionádamente observando cómo ésta baja o sube,
haciendo caso omiso a lo que a mi alrededor ocurre.

Confieso que he vivido...
pensando que pensaba, soñando que soñaba, sintiendo que sentía,
en una enorme y permanente fantasía,
sin ser plenamente consciente de lo que en el mundo hacía.

Confieso que he vivido...
huyendo de la terrible hipocresía.
Intentando conjugar lo que decía y lo que hacía
sin conseguir que ambos hechos navegaran en la misma sintonía.

Confieso que he vivido...
preso mi corazón de tantas emociones,
de dimes y diretes, adulaciones, cuchicheos y tantas sinrazones,
de voluntad ausente para tomar mis propias decisiones.

Confieso que he vivido...
haciendo trampas en el solitario de mi vida,
de mis deseos cautivo, obsesiones, impulsos y manías,
atrapado en la tela de araña de mi esencia descosida.

Confieso que he vivido...
vendiendo mi alma al diablo en cada instante,
predicando humildad y disfrutando de una vida confortante,
traicionando lo que digo y lo que hago como el mayor farsante.

Confieso que he vivido...
buscando al infinito Dios desesperadamente,
escudriñando con pasión los misterios de mi mente
o, quizás, más cercano intentado encontrarlo entre la gente
sin haber logrado satisfactoria ninguna respuesta hasta el presente.

Confieso que he vivido...
y ahora me corresponde hacer el último relato de mi historia,
rememorando momentos intensos que guardo en la memoria
y con valor y coraje mirar al frente. Es mi dedicatoria.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Mariano Melgar

¿Por que a verte volví, Silvia querida?

(Elegía I)

¿Por qué a verte volví, Silvia
querida?
¡Ay triste! ¿para qué? ¡Para trocarse
mi dolor en más triste despedida!

Quiere en mi mal mi suerte deleitarse;
me presenta más dulce el bien que pierdo:
¡Ay! ¡Bien que va tan pronto a disiparse.

¡Oh, memoria infeliz! ¡Triste recuerdo!
Te vi… ¡qué gloria! pero ¡dura pena!
Ya sufro el daño de que no hice acuerdo.

Mi amor ansioso, mi fatal cadena,10
a ti me trajo con influjo fuerte.
Dije: «Ya soy feliz, mi dicha es plena».

Pero ¡ay! de ti me arranca cruda suerte;
este es mi gran dolor, este es mi duelo;
en verte busqué vida y hallo muerte.15

Mejor hubiera sido que este cielo
no volviera a mirar y sólo el llanto
fuese en mi ausencia todo mi consuelo.

Cerca del ancho mar, ya mi quebranto
en lágrimas deshizo el triste pecho;20
ya pené, ya gemí, ya lloré tanto

¿Para qué, pues, por verme satisfecho
vine a hacer más agudos mis dolores
y a herir de nuevo el corazón deshecho?
De mi ciego deseo los ardores
volcánicos crecieron, de manera
que víctima soy ya de sus furores.
¡Encumbradas montañas! ¿Quién me diera
la dicha de que al lado de mi dueño,
cual vosotras inmóvil, subsistiera?

¡Triste de mí! Torrentes, con mal ceño
romped todos los pasos de la tierra,
¡piadosos acabad mi ansioso empeño!

Acaba, bravo mar, tu fuerte guerra;
isla sin puerto vuelve las ciudades;
y en una sola a mí con Silvia encierra.
¡Favor tinieblas, vientos, tempestades!
pero vil globo, profanado suelo,
¿es imposible que de mí te apiades?

¡Silvia! Silvia, tú, dime ¿a quién apelo?
no puede ser cruel quien todo cría;
pongamos nuestras quejas en el cielo.

Él solo queda en tan horrible día,
único asilo nuestro en tal tormento,
él solo nos miró sin tiranía.

Si es necesario que el fatal momento
llegue… ¡Piadoso Cielo! en mi partida
benigno mitigad mi sentimiento.

Lloro… no puedo más… Silvia querida,
déjame que en torrentes de amargura
saque del pecho mío el alma herida.

El negro luto de la noche oscura
sea en mi llanto el solo compañero,
ya que no resta más a mi ternura.

Tú, Cielo Santo, que mi amor sincero
miras y mi dolor, dame esperanza
de que veré otra vez el bien que quiero.

En sola tu piedad tiene confianza
mi perseguido amor… Silvia amorosa.
El Cielo nuestras dichas afianza.

Lloro, sí, pero mi alma así llorosa,
unida a ti con plácida cadena,
en la dulce esperanza se reposa,
y ya presiente el fin de nuestra pena.

Yaraví

¡Ay, amor!, dulce veneno,
ay, tema de mi delirio,
solicitado martirio
y de todos males lleno.

¡Ay, amor! lleno de insultos,
centro de angustias mortales,
donde los bienes son males
y los placeres tumultos.

¡Ay, amor! ladrón casero
de la quietud más estable.
¡Ay, amor, falso y mudable!
¡Ay, que por causa muero!

¡Ay, amor! glorioso infierno
y de infernales injurias,
león de celosas furias,
disfrazado de cordero.

¡Ay, amor!, pero ¿qué digo,
que conociendo quién eres,
abandonando placeres.
soy yo quien a ti te sigo?

Yaraví II

Por más que quiero
De la memoria
Borrar la gloria
Que poseí;
Por todas partes
Cruel me persigue:
Siempre me sigue,
Siempre ¡ay de mí!

Procuro en vano
No dar oído
A aquel sonido
Que un día oí,
Cuando mi prenda
Juró ser mía
Y me decía:
« Seré de ti ».

Su voz entonces
Fue mi contento,
Su juramento
Me hizo feliz;
Mas sus recuerdos
Me son mortales,
Y entre mil males
Llego a gemir.

¿Por qué ha perdido
Su fiel firmeza,
Y su promesa
Olvido ruin?
Cuando yo fino
Más la quería,
Me borró impía
Del pecho vil.

Esta inconstancia
Cruel y severa
Calmar debiera
Mi frenesí.
Pero sólo hace
Que se acreciente
Mi llama ardiente,
¡Llama infeliz!

Amor infame,
Dime ¿hasta cuándo
Quieres vil mando
Tener en mí?
Borra a esa ingrata
Del pecho mío,
No más impío
Me hagas morir.

Yaraví III

La prenda mía,
en quien tenía
puesto mi gusto,
hoy me persigue
con odio injusto.

Ya yo en sus ojos
sólo hallo enojos;
cuando antes era
su vista sola
mi dicha entera.

Ya su voz suave
llenar no sabe
mi triste oído;
sus dulces ecos
ya se han perdido.

Murió el acento
en que el contento
tuve cifrado,
ya no me dice:
«Tú eres mi amado»

Si me escuchara
yo le clamara:
«¡Siempre eres mía!»
Y quizá entonces
se apiadaría.

Pero enojada
mi prenda amada
oírme no quiere.
Ya mi esperanza
del todo muere.

Prenda querida,
por quien la vida
me quita el llanto,
¿Por qué me tratas
con rigor tanto?

Daré contento
mi último aliento
si esto has querido;
pero no digas
que infiel he sido.

Deme la muerte
tu mano fuerte
con dardo impío,
como al matarme
digas: «Es mío!»

Y por divisa
de mi ceniza
pongas delante:
«Bajo esta losa
yace mi amante».

Yaraví IV

Vuelve que ya no puedo
vivir sin tus cariños,
vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Mira que hay cazadores
que con intento inicuo
te pondrán en sus redes
mortales atractivos;
y cuando te hagan presa
te darán cruel martirio.
No sea que te cacen,
huye de tanto peligro.
vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Ninguno ha de quererte
como yo te he querido,
te engañas si pretendes
hallar amor más fino.
Habrá otros nidos de oro,
pero no como el mío:
por quien vertió tu pecho
sus primeros gemidos.
vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Bien sabes que yo
siempre en tu amor embebido,
jamás toqué tus plumas
ni ajé tu albor divino,
si otro puede tocarlas
y disipar su brillo
salva tu mejor prenda,
ven al seguro asilo.
Vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

¿Por qué, dime, te alejas?
¿Por qué con odio impío
dejas un dueño amante
por buscar precipicios?
¿Así abandonar quieres
tu asiento tan antiguo?
¿Con que así ha de quedarse
mi corazón vacío?
Vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

No pienses que haya entrado
aquí otro pajarillo;
no, palomita mía,
nadie toca este sitio.
Tuyo es mi pecho entero,
tuyo es este albedrío,
y por ti sola clamo
con amantes suspiros.
Vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Yo solo reconozco
tus bellos coloridos,
yo solo sabré darles
su aprecio merecido,
yo solo así merezco
gozar de tu cariño,
y tú, sólo en mí puedes
gozar días tranquilos.
Vuelve mi palomita.
vuelve a tu dulce nido.

No seas, pues, tirana,
haz las paces conmigo,
ya de llorar cansado
me tiene tu capricho,
no vueles más, no sigas
tus desviados giros,
tus alitas doradas
revuelvan que ya expiro.

Vuelve que ya no puedo
vivir sin tus cariños,
vuelve mi palomita,
vuelve a tu dulce nido.

Yaraví V

«Donde quiera que vayas
te seguiré, mi dueño»
Así en eco halagüeño
mi bien me consoló.
¡Oh suave, oh dulce acento!
Pero ¿para qué canto?
Callado, placer tanto
guste mi corazón.

Yaraví VI

Sin ver tus ojos
mandas que viva
mi pecho triste;
pero el no verte
y tener vida
es imposible.

Las largas horas
que sin ti paso
son insufribles.
Vivo violento,
nada me gusta,
todo me aflige.

El sol me envía
para alegrarme
luz apacible;
mas si no trae
tu imagen bella,
¿de qué me sirve?

En mi retiro
aguardo solo
hasta que viste
de negro luto
el orbe entero,
la noche horrible.

Mientras los astros
van silenciosos
al mar a hundirse,
yo revolviendo
estoy las penas
que el pecho oprimen.

En mi desvelo
mi amor y pena
suelo decirte;
pero estás lejos,
no oyes mi llanto
ni por mí gimes.

Por largas horas
mi amarga queja
mi alma repite,
hasta que el cielo
para mal mío
de luz se viste.

Entonces veo
ser todavía
más infeliz,
porque el desahogo
que me da el llanto
la luz me impide.

¡Ay! Así vivo,
dando a mi pena
giros horribles;
y así muriera
si eterna fuese
la ausencia triste,

Hacer tú puedes,
¡ay vida mía!
que yo respire,
amando fina
a quien tan solo
de tu amor vive.

Yaraví VII

¿Con que al fin, tirana dueña,
tanto amor, clamores tantos,
tantas fatigas,
no han conseguido en tu pecho
más premio que un duro golpe
de tiranía?

Tú me intimas que no te ame
diciendo que no me quieres.
¡Ay vida mía!
¡Y que esa ley tan tirana
tenga de observar perdiendo
mi triste vida!

Yo procuraré olvidarte,
y moriré bajo el yugo
de mis desdichas;
pero no por eso juzgues
deje de hacerte sentir
mis justas iras.

Muerto yo, tú llorarás
el error de haber perdido
un alma fina;
que aún muerto sabrá vengarse
éste mísero viviente
que hoy tiranizas.

A todas horas mi sombra
llenará de mil horrores
tu fantasía;
y acabará con tus gustos
el melancólico espectro
de mis cenizas.

Yaraví VIII

Ya mi triste desventura
no deja esperanza de tener
alivio;
y el buscarlo sólo sirve
para darme el tormento de mirar
lo perdido.

En vano huiré buscando regiones
donde olvidar a mi dueña
querida.
Con la distancia tendrá mi pecho
sus recelos y su amor
más fijos.

Lloraré cuando estés lejos mis males,
y emitiré los más tristes
gemidos,
y no tendré el consuelo de verte,
ni de que sepas mis crueles
martirios.

Decidme querida dueña:
¿que causa pudo mudar ese pecho
tan fino?
No te mueve a compasión el verme
que huyendo de tus crueldades
expiro?

¿Con qué corazón oirás decir
que por ti murió quien firme
te quiso?
No seas, amada prenda,
no seas de mi desdichada vida
cuchillo.

Soneto

No nació la mujer para querida,
por esquiva, por falsa y por mudable;
y porque es bella, débil, miserable,
no nació para ser aborrecida.

No nació para verse sometida,
porque tiene carácter indomable;
y pues prudencia en ella nunca es dable,
no nació para ser obedecida.

lo que es flaca no puede ser soltera,
porque es infiel no puede ser casada,
por mudable no es fácil que bien quiera,

Si no es, pues, para amar o ser amada,
sola o casada, súbdita o primera,
la mujer no ha nacido para nada.

Soneto

A Silvia

Bien puede el mundo entero conjurarse
contra mi dulce amor y mi ternura,
y el odio infame y tiranía dura
de todo su rigor contra mí armarse.

Bien puede el tiempo rápido cebarse
en la gracia y primor de su hermosura,
para que cual si fuese llama impura
pueda el fuego de amor en mí acabarse.

Bien puede, en fin, la suerte vacilante,
que eleva, abate, ensalza y atropella,
alzarme o abatirme en un instante;

que al mundo, al tiempo y a mi varia estrella,
más fino cada vez y más constante,
les diré: «Silvia es mía y yo soy de ella».

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CASTILLA LA VIEJA [Mi poema]
Daniel Rodriguez Moya [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

Campos yermos de Castilla
la de humildes humerales,
de surcos horadados sobre gredas rectilíneas
por el arado romano, labriegos que esparcen las semillas,
pardas tierras baldías de centenos y trigales.

Castilla por las flores perfumada
sembrada con abrojos y plantas olorosas
-tomillo, salvia, espliego, mejorana-
de zarzas y malezas, jarales, miajitas y majadas,
de hierbas montaraces y de rosas.

Castilla de caminos polvorientos,
do pastan los rebaños de ovejas trashumantes
¡qué alegre sinfonía del cencerro y campanillas!
¡que inteligentes los perros!. Pastores y zagales
vagando en las cañadas en busca de rastrojo y cebadillas.

Castilla, de mesones y posadas,
la de altos llanos, roquetas, peñascales y quebradas,
cárdones alcores, encinas, carrascales, matorrales y pinares,
de verdes vides de colmenas sembradas,
refugio donde habitan los alcones y las águilas reales.

Castilla, recia y dura,
así ahora miserable, ayer dominadora,
siempre presente, indomable, noble y leal señora,
plagada de fantásticas leyendas y de épicas historias
orgullosa de su fantástica andadura.

Castilla, oscura y sobretodo asceta
reproducida en claro oscuro por pintores,
tu alma impregnada está de iglesias, de curas y sermones,
en semana santa se vive la Pasión en tus sobrias procesiones,
bañada por el Duero que ensalzaron juglares y poetas.
©donaciano bueno

Castilla la Vieja es el nombre de una de las antiguas regiones históricas de España anteriores a la actual división en comunidades autónomas. Estaba ubicada en la zona norte del antiguo Reino de Castilla, al norte del Sistema Central

MI POETA SUGERIDO:  Daniel Rodriguez Moya

Corn Island

Junto al perfil inquieto de los árboles
de una playa sin tiempo
te sostienes ingenua, sin gravedad apenas
y una sombra es tu piel.

Mirla Dixon, que esperas
que en los sueños de algún hombre del mar,
aparezcas de noche también tú
y pueda la mañana
desperezarse lejos, sin sabor a salitre.

Es posible otro azul, alguien te dijo,
otro quebrar del agua más amable.

Mirla Dixon, las luces
que se ven a lo lejos
igual que ojos brillantes que en el sol parpadean
no son barcos distintos a los que ya conoces.

Son los mismos que atracan cada noche en tu cuerpo
y se marchan temprano hacia otras costas.

Retrato generacional

Y despertar sobresaltado,
tras un sueño que no me pertenece,
de una esperanza ajena,
de una promesa a otro, ya incumplida.

Y comprobar
que igual que del pasado nada es mío
del futuro tampoco
quedará algo en mis manos.

Un murmullo

Todos los ruidos del mundo
forman un gran silencio.
Joaquín Pasos

Da igual que sea en un bar
o al abrigo del fuego
al principio del tiempo de los hombres.
Siempre ha habido un murmullo envolviéndolo todo:
Las voces de la tribu ocupando la cueva,
el clamor de guerreros tras la caza,
el estruendo incendiado en las revueltas,
el grito enardecido en un estadio,
aplausos y ovaciones en la televisión,
las risas de los niños que juegan en los parques.
Un zumbido presente todo el tiempo,
como un motor en marcha que nunca se detiene.
Ni siquiera en las noches se detiene,
temblor de luz eléctrica y de vértigo.
Son frases inconexas que abrazan la cadencia
de las ondas acuáticas
si se lanza una piedra en el centro de un lago.
Alguien cree que hay silencio justo antes
del disparo de gracia en un fusilamiento,
pero el eco devuelve repetidas
las últimas plegarias de los ejecutados.
Siempre ha habido un murmullo envolviéndolo todo,
un ruido permanente.
Más que el miedo al silencio,
el temor de sentir
las cosas que se dicen en voz baja.

Homenaje a Nicanor Parra

Sucede algunas noches
que el viejo Nicanor
abandona su casa de Las Cruces,
se acerca hasta la playa
y el mar le trae en las olas
diálogos de Hamlet:
Palabras, palabras, palabras.
Él escucha las frases
y todo se asemeja a la primera vez.
“Pareciera que no ha pasado el tiempo”,
escribe Nicanor cuando vuelve a su casa.

Winnipeg

Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece.
Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie.
(Pablo Neruda, Trompeloup, 4 de agosto de 1939)
El año de tu muerte y el lugar
grabado en una lápida pequeña
es toda la certeza que hay de ti.
Ni siquiera tu nombre y tu apellido,
José Manuel Bernardo,
la fecha en que naciste,
mil novecientos treinta, en la ciudad de Soria,
tendrían que ser exactos.
No sé mucho de ti.
Tan sólo que contabas una historia
que a los niños del parque les gustaba
aún más por escucharla con tus frases
de acento castellano
que nunca se endulzó.
De tus días de infancia recordabas
el trabajo en el campo, la muerte de tu padre,
la huida, los camiones,
las voces extranjeras en la noche.
El punto de partida del relato
comenzaba en un barco a punto de salir
con el nombre remoto de Winnipeg,
en un muelle de Francia.
Un larguísimo viaje del que siempre decías
que el mar estuvo en calma y las señales
que ayudan a las naves a llegar a buen puerto
se mostraron propicias hasta Valparaíso.
Cada vez que narrabas tus andanzas,
parecía la vida, a pesar de los golpes,
las derrotas y pérdidas,
una gran aventura,
igual que en las novelas con héroes y malvados.
Recorriste ciudades y paisajes
tan distintos en todo, tan opuestos
a los ásperos campos que pisaste de niño.
A menudo te hablaban de un lugar,
la más bella ciudad edificada
sobre la tierra firme del nuevo continente.
Del sol de amanecer sobre sus muros pálidos
devorando la cal,
y el cielo recortado por la frágil silueta
de iglesias coloniales.
Allí debo morir, en Cartagena de Indias,
que descansen mis huesos para siempre
al lado de una playa que voy a conocer.
Un brillo iluminaba tus ojos casi opacos
al contar esa parte de la historia.
Desvelabas tus planes que luego postergabas,
por falta de dinero, por cansancio.
Allí debo morir, en Cartagena de Indias,
que la vida me deje abrazar esas playas,
que mis huesos se fundan en su arena.
Es posible que en Soria nadie sepa tu nombre.
Pasaron muchos días, una guerra,
y la mala memoria se adueñó de los viejos.
El año de tu muerte y el lugar,
Los Chiles, Costa Rica, dos mil nueve,
grabado en una lápida pequeña

Los periódicos

Los periódicos son papeles lentos.
Nos cuentan que mañana
habremos enterrado un nuevo día
que no va a repetirse.
Así pasan sus páginas,
como briznas, un agua que emborrona
titulares, esquelas, anuncios por palabras.
No sé cuál es su magia,
si el olor de la tinta, sus manchas en los dedos
o tal vez sean sus fotos, nunca claras del todo
como el amanecer en un puerto con bruma.
Los periódicos nunca se recuerdan
pero llenan estantes de memoria imperfecta.
Es algo que aprendí poco después
del día en que murió el abuelo Tomás.
Él me enseñó a hojearlos, a leer entre líneas,
también a que se hicieran necesarios.
Esos lentos papeles de los que desconfío.

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CUANDO YO ERA JOVEN [Mi poema]
María Eugenia Brito [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Cuando joven ¡parece fuera ayer!
dieciocho eran los años que tenía,
el mundo a borbotones me comía
y toda mi obsesión era correr.

Correr, correr, correr, siempre correr…
Vivir la vida atropelladamente,
un receso a dormir y otro a comer
y el resto era vivir intensamente.

Debía que llegar a donde fuera
antes que otros. Tenía de impedir
que nadie me pudiera perseguir
ganando y mejorando en la carrera.

Pues toda mi obsesión se resumía
en lograr alcanzar del objetivo
la experiencia soñando que vivía
y escribir la palabra: conseguido!

Ahora en que ya soy algo viejo,
-mejor, que he superado los setenta-,
del cuerpo sigo, sabio, su consejo
y a dictados del alma tengo en cuenta.
©donaciano bueno

Ya casi no me acuerdo, y tú? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  María Eugenia Brito

EXILIO

I
Ayer te llamé
y mi propia sombra
respondió en el teléfono.

II
Adiós te dije dulcemente
y la calle creció creció
como la noche.

III
Tu cuerpo lucha en la pared.
Mi cuarto
no puede dejarte ir
sin herirme.

IV
Fantasma trasnochado del amanecer
Cantando tu propio tango
De pie llorando
Ante el balcón de una mujer
También fantasma.

HISTORIA

Bajo los verdes árboles planté mi cabellera
Y los hice girar
Cada una de sus hojas eran mis pelos
Y mis brazos ya no subían al cielo
se quedaban quietos.
Sólo otros brazos hacían brillar sus hojas.
Como la luz del día
me fui llenando de grietas
mis piernas conocieron infinitas historias
también fui cortada

Y así, cortada,
desmesuradamente abierta,
el agua me penetró y
me penetró la luz

de las escuálidas ranuras
de esas fatigadas ranuras
perseguidas

de los muertos que buscándose
me buscaban.

Deseaban mi negra cabellera.
Yo hice girar mi cabellera
como una lisa bandera verde por la tierra
y fui raíz.
Sus brazos ciegos
me cortaron la boca
y fui su voz
por la que hablaron
los que un día colmándose
me colmaron.
Parí entonces las suaves colinas de Santiago
que quisieron ser árboles del cielo.

Parí a la insolente
la sorprendida
erótica
nieve de los Andes.

Esa es una voz nunca encontrada.

Parque central

Abandonada de ti
te llevo en mí
como la antigua Venus
su belleza en los brazos rotos
sabiendo que al final de mí
me esperas tú
para cortármelos.

MILAGROS

I
Te dieron Judas como nombre.
Fuiste tan desechado
como amado.
Te regalaron la corona de espinas
¿el manto?
Porque la historia se hizo por y para ti
la humanidad lloró con tu desdicha.

Los árboles son desde entonces el cetro del suicida
boca abajo del cielo.

La muerte fue soñada por los hombres
como la gloria del justo como la libertad
porque la vacilación y el amor fueron tu destino.

Cristo hizo para ti toda la historia.
Tenías que morir después de él a voluntad y solo.
Quien no ha muerto de amor no vivió nunca
y el abismo sí tiene hermosos ojos.

II
Aun sus mejores lágrimas
fueron para ti.
No para mí
ni para otras.
Ni para la eternidad que al fin y al cabo
era sólo una vertiente de su amplio deseo

¿Hija de Dios?
¿Espejo de Dios?

No contentada con ser ángel
Sino mujer:
Mujer martirizada.

III
Por ti,
la historia pudo ser oída.
Ya nunca más el árbol pudo ser sagrado
la luz se rompe entre sus ramas quebradas.

Tú fuiste el más amado de los discípulos:
se te dio el placer del sacrificio
y el horror del milagro.

Nunca pudiste verle el rostro,
hacer tuya esa mirada
fue tu acto de denuncia

No sabías que ése era también tu innombrable rostro
volcado para siempre a la eternidad.

Yo era sólo una de ellas.
Como tú conocí el placer del sacrificio
el horror del milagro.
Era sólo una de ellas
Ahora soy todas.
Tú me diste el bálsamo.
Él me llamó María Magdalena.
Y mis lágrimas pudieron limpiar su llanto
Caricias fueron.
Mis lágrimas pudieron lavar su llanto
doblándolo en mi cara
como el llanto de todas mis hermanas.

Y por ese bautismo tuve que cruzar todas las aguas.

IV
Tu roja boca fue mi bálsamo
también mi sepultura.
Pues para siempre mis ojos fueron lágrimas
y mi carne lecho:
lecho de tierra
lecho desterrado.

Volcaste la eternidad en mi regazo
Por eso ahora soy una errabunda:

Bien sabes el placer que da la muerte
La dulzura de su abrazo
el fin de la memoria
y su tristeza
Tu sola mirada me trocó los sueños
Como tú,
producto
convertida en nostalgia.
De esta manera
me abrí a las posibilidades germinales
no pude ser sino un error huyendo de sí mismo
no pude ser sino camino
entre una ausencia y otra ausencia
entre una nada y otra nada
brotaron los nombres de tu sombra
brotó el calvario de tu sombra
brotó mi quebrado nombre
y las palabras.

V
Si vieran la sorpresa del ángel al verme
Casi violeta
Atravesada por el murmullo intermitente de las aguas.

De bajada
exánime de tanto escribir palabras y palabras
para los innombrados
siempre vestidos de luto.
Cruzando las calles con mi transparente gasa
y mi sudor de mujer
recién parida.
Rodeando todos los cercos del cielo

VI
(El legado)

Tus clavos y tu sangre fueron
estrellas
en el firmamento profundamente angosto
de tu mano
cupo el dolor del mundo
y en tus piernas dios se estremeció.

Conseguiste al fin ser oída
ante los pies de tu madre
vieja
como tus heridas y tus brazos cortados.

Por eso
tus clavos y tu sangre fueron
estrellas
Del mismo modo
que los azules ataúdes con que nos clava el universo
son nuestra raíz angosta
desterrada
siempre y al fin sujeta por la tierra.
Nuestro cuerpo¿un desdén?
¿una gloria?
Tu cruz¿nuestra nostalgia?
como cuando se mira un madero de leños ardiendo
sabiendo que afuera no nos espera nadie.

MUROS

I
Solitaria
de tanto hablarme a mí misma me hice muro
muro de murmullos ininteligibles
me hice guarida me volví eco
terminé medio persona medio arista.

II
En mi cuarto
las paredes quieren ajusticiarme
pues soy su fragmento desprendido.

Sobrevivo sin duda a mis espaldas.

III
Diseñada para completar la tierra
esfera de tu propio nacimiento
esfera blanca
perfilando el duro rectángulo del cuarto
donde me exhiben
puro rectángulo del síntoma y la nada
Sólo mis manos permanecen abiertas.
Sé que las paredes me desean.

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CONSEJOS VENDO Y PARA MI NO TENGO [Mi poema]
María F. Josefa del Castillo [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Escucha bien lo que digo
pero a mi no me hagas caso,
sé ciego sólo contigo
y no hagas más el payaso.

No dejes que los listillos
te metan por liebre gato,
desean ser tus amigos
¡ingenuo, no seas beato!

Piensa que estás rodeado
de muchos predicadores
que te ofrecen algo a cambio
de que les des tus favores.

Todo lo que hay en el mundo
se mueve por intereses,
no consientas ni un segundo
que te atrapen en sus redes.

Para lograr ser tu mismo
sigue este sabio consejo
y evitarás el abismo
antes de llegar a viejo:

Aprende tu a discernir,
consúltale a tu cerebro
y no te dejes influir
ni atiendas a los requiebros.

Sólo hazte caso a ti
y mándale al carajo al resto
aunque insistan veces mil
que ellos están en lo cierto.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  María F. Josefa del Castillo

Afecto 46. Deliquios del divino amor en el corazón de la criatura, y en las agonías del huerto.

El habla delicada
Del amante que estimo,
Miel y leche destila
Entre rosas y lirios.
Su melíflua palabra
Corta como rocío,
Y con ella florece
El corazón marchito.

Tan suave se introduce
Su delicado silbo,
Que duda el corazón,
Si es el corazón mismo.
Tan eficaz persuade,
Que cual fuego encendido
Derrite como cera
Los montes y los riscos.
Tan fuerte y tan sonoro
Es su aliento divino,
Que resucita muertos,
Y despierta dormidos.

Tan dulce y tan suave
Se percibe al oído,
Que alegra de los huesos
Aun lo más escondido.
Al monte de la mirra
He de hacer mi camino,
Con tan ligeros pasos,
Que iguale al cervatillo.

Mas, ¡ay! Dios, que mi amado
Al huerto ha descendido,
Y como árbol de mirra
Suda el licor más primo.

De bálsamo es mi amado,
Apretado racimo
De las viñas de Engadi,
El amor le ha cogido.

AFECTO 45 (I)

Deliquios del Divino Amor
en el corazón de la criatura
y en las agonías del Huerto.

I
El habla delicada
del Amante que estimo,
miel y leche destila
entre rosas y lirios.

Su meliflua palabra
corta como rocío,
y con ella florece
el corazón marchito.

Tan suave se introduce
su delicado silbo,
que duda el corazón
si es el corazón mismo.

Tan eficaz persuade,
que, cual fuego encendido,
derrite como cera
los montes y los riscos.

Tan fuerte y tan sonoro
es su aliento divino,
que resucita muertos
y despierta dormidos
.
Tan dulce y tan suave
se percibe al oído
que alegra de los huesos
aun lo más escondido.

AFECTO 45 (II)

Al monte de la mirra
he de hacer mi camino,
con tan ligeros pasos
que iguale al cervatillo.

mas ¡ay Dios!, que mi Amado
al huerto ha descendido,
y como árbol de mirra
suda el licor más primo.

De bálsamo es mi Amado,
apretado racimo
de las viñas de Engadi:
el amor le ha cogido.

De su cabeza el pelo,
aunque ella es oro fino,
difusamente baja
de penas a un abismo.

El rigor de la noche
le da color sombrío
y gotas de hielo
le llenan de rocío.

¿Quién pudo hacer, ¡ay Cielo!
temer a mi querido?,
que huye el aliento y quede
en un mortal deliquio.

Rotas las azucenas
de sus labios divinos
mirra amarga destilan
en su color marchitos.

Huye, áquilo; ven, austro,
sopla en el huerto mío;
las eras de las flores
den su olor escogido.

Sopla más favorable
amado vientecillo;
den su olor las aromas,
las rosas y los lirios.

Mas ¡ay!, que si sus luces
de fuego y llamas hizo
hará dejar su aliento
el corazón herido.

«Afecto 8»

Fénix, el alma se abrasa
del Sacramento al ardor,
para que muriendo así,
reviva a tan dulce sol.

Cante la gloria si muere,
pues en tan dulce dolor
descanza en paz, en quien es
centro ya del corazón.

Publique su muerte al mundo
el silencio de su voz,
para que viva en olvido
la memoria que murió.

Cerró los ojos el alma
a los rayos de este sol,
y ya vive a mejor luz
después que desfalleció.

Hacen clamor los sentidos,
sentidos de su dolor,
porque ellos pierden la vida
que ella muriendo ganó.

afecto 40

afectos a la pasión de cristo,
y deseos de participar en ella. si se estimara la impresión de las llagas, ¿por qué no las angustias?
El día de la santa Cruz, leyendo cómo Nuestro
Señor ofreció su santísimo cuerpo y sangre, para
entrar en su pasión, se deshacía mi alma en vi-
vos deseos de que mi cuerpo y alma, si se puede
decir, se consumiese y aniquilase en padecer y
amar a Su Divina Majestad.
El día de las llagas de mi padre san Francisco,
leyendo las angustias y tristezas del alma santísi-
ma de Nuestro Señor en el güerto, conocía
estas cosas, como si dijera: ¿por qué aquel favor
de comunicar mis llagas solo has de admirar; y
siendo parte tan principal de mi pasión, las an-
gustias y dolores interiores que yo padecí, no se
reciben con resignación, consuelo y hacimiento
de gracias? Como el que decía: “yo llevo en mi
cuerpo las llagas del Señor Jesús”: se gozaba de
padecer por el nombre de Jesús, contumelias,
angustias, dolores, destierros (hasta llegar a

tener tedio al vivir), porque se miraba como
coheredero con Cristo; y así decía: si tamen
compatimur, ut et conglorificemur, teniendo por
señal de la pasión de Cristo cualquiera cosa de las que el Señor padeció en su santísimo cuerpo y en su benditísima alma, se gloriaba en la cruz y en la tribulación.

copla

Sin penas, no hay merecer
Sin trabajos, no hay gozar.
Vengan dolores y penas,
Que tanta gloria han de dar.
(Del Capítulo xviii de Su Vida)

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¿REALIDAD VIRTUAL? [Mi poema]
María Josefa Mujia [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Me encuentro aquí en la calle mirando lo que pasa,
mi testa está vacía pegada a la pared
mirando al duro sol, el mismo que me abrasa
al tiempo que mi cuerpo muriendo va de sed.

Mi brazo se alza al cielo que sigue con su guasa
en haz zigzagueante, derecho y del revés,
mis pelos son candelas dispuestos a la brasa,
los ojos se me nublan y ya no pueden ver.

Exhausto voy de sueños rellenos de melaza,
que raudos vuelan libres en la imaginación;
la calle y lo que pasa, lo que ocurre en la plaza

a mi no me interesa, me creo una coraza,
así muera de sed o sea de inanición
pues sufro en la visión real que me atenaza.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  María Josefa Mujia

La ciega

Todo es noche, noche oscura,
Ya no veo la hermosura
De la luna refuljente,
Del astro resplandeciente
Sólo siento su calor.
No hay nubes que el cielo dora,
Ya no hay alba, no hay aurora
De blanco y rojo color.

Ya no es bello el firmamento;
Ya no tienen lucimiento
Las estrellas en el cielo;
Todo cubre un negro velo,
Ni el día tiene esplendor.
No hay matices, no hay colores,
Ya no hay plantas, ya no hay flores,
Ni el campo tiene verdor.

Ya no gozo la belleza,
Que ofrece naturaleza,
La que al mundo adorna y viste;
Todo es noche, noche triste
De confusión y pavor.
Do quier miro, no quier piso
Nada encuentro y no diviso
Más que lobreguez y horror.

Pobre ciega, desgraciada,
Flor en su abril marchitada
¿Qué soy yo sobre la tierra?
Arca do tristeza encierra
Su má tremendo amargor;
Y mi corazón enjuto,
Cubierto de negro luto,
Es el trono del dolor

En mitad de su carrera
Y cuando más luciente era
De mi vida el astro hermoso,
En eclipse tenebroso
Por siempre se oscureció.
De mi juventud lozana
La primavera temprana
En invierno se trocó.

Mil placeres halagüeños,
Bellos días y risueños
El porvenir me pintaba,
Y seductor me mostraba
Por un prima encantador.
Las ilusiones volaron
Y en mi alma sólo quedaron
La amargura y el dolor.

Cual cautivo desgraciado
Que se mira condenado
En su juventud florida
A pasar toda su vida
En una horrenda prisión;
Tal me veo, de igual suerte,
Sólo espero que la muerte
De mí tendrá compasión.

Agotada mi esperanza
Ya ningún remedio alcanza
Ni una sombra de delicia
A mi existencia acaricia;
Mis goces son el sufrir:
Y en medio de esta desdicha,
Sólo me queda una dicha
Y es la dicha de morir.

El árbol de la esperanza

Árbol de esperanza hermoso,
En copa y ramas frondoso
Y elevado yo te vi:
Ora en el suelo tendido,
Destrozado y abatido
Te miro, ¡triste de mí!

Sin hojas y sin ramaje,
Marchito y seco el ropaje
De tu frescura y verdor:
¡Cuán corta tu vida ha sido!
Contigo todo he perdido
De la fortuna rigor.

En tu tronco yo apoyaba
Mi porvenir, y esperaba
Recoger tu fruto y flor;
Bajo tu sombra solía
Recrear mi fantasía
Y adormecer mi dolor.

Siendo de edad aun temprana,
En tu corteza yo ufana
Catorce letras grabé;
No eran dichas ilusorias,
Ni de amores ni de glorias
Las palabras que tracé.

Contigo se ha derribado
Todo el bien imaginado
Que el pensamiento creó;
Cual oscilación ligera
Toda ilusión hechicera
Contigo ya se extinguió.

El amor

Ídolo falso que el mortal adora
Y que insensato te erigió un altar,
Por quien el hombre su miseria llora,
De quien recibe solo un gran pesar.

Jamás cante tus triunfos, niño ciego;
No herirme pudo tu terrible arpón;
De tus saetas, de tu ardiente fuego,
Conservo ileso y libre el corazón.

Nunca manche las cuerdas de mi lira
Regando en ellas llanto de dolor
De engaños mil que tu deidad respira,
Con que penas sin fin causas traidor.

Mi puro labio de tu copa impía
Jamás gusto la emponzoñada miel,
Que al brindar viertes con sagaz falsía
Muerte, veneno y amargura y hiel.

Nunca mi oído se inclinó a tu acento;
Siempre tu halago lo creí falaz.
Mi alma inocente no perdió un momento
Su dulce calma, su tranquila paz.

Nunca cantar, tirano, tu victoria
Ni tributarte vil adoración
Es mi laurel, mi orgullo, dicha y gloria
Y el mas grato placer del corazón.

Si mi mejilla en llanto se humedece
Y si en el corazón hay amargor,
Si en el la angustia, la dolencia crece,
No es del acíbar de tu copa, amor.

No te conozco, y de esto me glorío!
Tu nombre odioso escucho con horror,
Y, al ver que causas males mil, impío,
Te dice el labio: ¡Maldición, amor!

Se que interés te vence, abate, humilla;
Se que los celos te dan gran temor;
Se que el mortal te inclina la rodilla.
Yo te desprecio y te maldigo, amor!

Versos

“Si mi mejilla en llanto se humedece
Y si en el corazón hay amargor,
Si en la angustia, la dolencia crece,
No es del acíbar de tu copa, amor…
¡No te conozco, y de esto me glorío!
Tu nombre odioso escucho con horror,
Y al ver que causas males mil, impío,
Te dice el labio: ¡Maldición, amor!…
Sé que el interés te vence, abate, humilla;
Sé que los celos te dan gran temor;
Sé que el mortal te inclina la rodilla.
Yo te desprecio y te maldigo, amor!”.

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NO SE PUEDE AMAR LO QUE NO SE CONOCE [Mi poema]
Hovik Keuchkerian [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Por qué si al cielo ha puesto dios tan alto
obvió aquí el de ponerle a una escalera,
de modo que acceder pueda cualquiera.
Yo que a veces lo intento y pego un salto
no acierto comprender si Él me quisiera.

Debiera haberle puesto a ese tejado,
-a qué viene el hacerlo inalcanzable,
que impulsa a sospechar que es muy probable
que el mismo por el tiempo ya esté ajado,
quizás es que resulte inhabitable-.

Probable es que pensara los humanos,
gozando los placeres de esta vida
no quieran iniciar esa subida.
Mejor sea en la tierra ser gusanos
que hacer en otro espacio su guarida.

Que aquello que se ignora o desconoce
tampoco puede amarse ni desea.
Pedir que no se vea y que se crea,
cual ciego, sin tocar, sin algún roce,
luchar es con fantasma en la pelea.
©donaciano bueno

Siempre poniéndonos las cosas tan difíciles...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Hovik Keuchkerian

El Amor mueve el mundo

Vivo en una duermevela.
¿Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de correr,
de romper con todo,
de huir,
de hacerse un ovillo
con el solitario deseo de que el tiempo pase?
En días me busco,
en días me encuentro
y en días me suicido.
No me he movido pero no estoy dónde estaba.
Quiero saber si soy verdad o si me engaño.
A veces camino solo,
a veces la soledad me acompaña,
a veces me río de mí,
a veces la risa soy yo,
a veces hablo pero no me escucho,
a veces escucho pero no puedo hablar,
a veces me callo y mi conciencia me escupe
venenos de a cincuenta céntimos la garrafa.
Y todo porque a veces quiero ser yo,
pero a veces me miro y entonces sufro,
y mi corazón hecho papel y lapicero
escribe renglones desesperados.
Mis ojos lloran arena,
mi alma huye perseguida por mí mismo,
mi sangre acaricia la esperanza,
y al tocarla yace costra.
Busco mis manos para protegerme
pero son de humo,
un humo podrido, desdentado y yonki.
Y todo porque a veces
quiero ser yo pero a veces me niego.
A veces no sé quién soy.
Soy cada uno de los lugares en los que he estado.
Soy los caminos que me quedan por recorrer.
Soy los puentes que dinamito cuando me marcho,
que si tengo que volver ya volveré por otro lado.
Soy un sueño en el que tengo una pesadilla por no poder soñar.
Soy lo que me hace llorar
y cuando lloro soy yo,
cada una de mis lágrimas.
Soy los espasmos de una polla sin agujero.
Soy la gangrena en unos pezones de miel.
Soy la tristeza de una paja a oscuras.
Soy una muñeca hinchable buscando un alfiler.
Soy el cartel de aforo completo de un tanatorio.
Soy la resaca de un abstemio de besos.
Soy la Lluvia y soy el charco.
Soy la necesidad de que algún día el amor mueva el mundo.

Me han dicho

Me han dicho que es un listo.
Me han dicho que es un creído.
Me han dicho que tiene negocios sucios.
Me han dicho que es mala gente.
Me han dicho que la tiene pequeña (o grande).
Me han dicho que es gay.
Yo sé de lo que hablo porque conozco a su ex.
Pero luego hay mucha gente que habla bien de él.
Eso es porque no tienen personalidad.
(Y TÚ SÍ… NO TE JODE)
¿Por qué nadie viene a opinar a la cara?
Aunque no sepan de lo que hablan,
da igual.
Sería mucho más

Pues la verdad es que no

Los libros que tenía que leer en el colegio
la mayoría no los leía.
Los comentarios de texto eran copiados.
De niño no hacía prácticamente nada sentado o quieto
salvo cagar o dormir.
(En una ocasión cagué mientras andaba.
Fue bastante desagradable).
No podía estarme quieto
¡no leía ni obligao! Y estudiar,
estudiaba, ¡obligao! Simplemente no me gustaba.
Empecé a escribir ya fuera de mi casa.
Surgió un día, no recuerdo exactamente cuál,
con 20 o 21 años.
Fue como una necesidad.
Necesitaba poder leerme las cosas que tenía
que decirme a mí mismo
o a los demás y que nunca les diría…
Cómo cambian las cosas.
(Las cosas que cambian son las que están vivas).
¡Coño! Si hasta dudaba con las bes, las uves,
las haches, los acentos… Sigo dudando.
Empecé a boxear
prácticamente a la vez comencé a leer…
No soy un devorador de libros como muchos
que hay por ahí… Los admiro.
Me sigue gustando no estar mucho tiempo quieto
y rodearme de personas alrededor de una mesa.
Así es muy complicado leer.
De vez en cuando,
muy de vez en cuando,
compro el periódico…
Será porque no me lo creo.
Supongo que debería sentirme atraído, interesado,
por lo que dicen otras personas
que escriben o han escrito…
Eso es así, he leído algunos que me han gustado,
pero solo cuando me apetece.
Cuando no me apetece no es así.
A mí me gusta escribir, necesito escribir.
Lea o no lea, necesito decirme cosas,
necesito decir cosas.
La forma de decirlas no me preocupa mucho
(cómo las digo sólo depende
del estado de mi corazón y de mi cabeza,
y ese estado fluctúa con facilidad.
Pero siempre escribo).
La afinidad con otros, en la escritura,
tiene una importancia muy relativa.
No hago daño a nadie escribiendo.
Simplemente me siento y escribo
lo que se me viene… Es como tirarse un pedo.
Cuando viene, viene. Y mejor es que lo dejes salir.
No cumplo las normas… Tampoco las pedí.
Tengo mi ordenador, o lápiz y papel, y siempre
puedes pedir, por favor, una servilleta
en cualquier bar o restaurante.
Siempre por favor. Auténtico,
sería verdad.
Menos mal que las opiniones
me hacen el mismo daño que los besos.
Ante cualquier duda sobre
lo que acabas de leer,
consulta con tu farmacéutico

Internet

Hay un gilipollas
en un país desarrollado
(en los otros tienen problemas
graves, es decir todos aquellos
que tienen relación
con la supervivencia)
que se ha grabado sacándose
un ojo de cristal
de la cuenca del ojo,
se lo ha comido
y lo ha cagado.
Se lo ha vuelto a poner
(lo limpió antes,
eso también está grabado)
todo esto lo ha hecho
al mismo tiempo
que recitaba pasajes del Apocalipsis.
Este gilipollas anunciaba el fin
del mundo conocido
mientras ingería
su propio ojo de cristal para
luego
defecarlo
y volverlo a colocar en su sitio.
Está colgado en Internet,
en YouTube.
Todo el mundo lo ve,
todo el mundo lo comenta,
es el video más visto en Internet
el último mes.
¡Es un genio!
¡Es un genio!
Él es un genio
y los demás gilipollas.
Vamos a sacarnos todos
los dos ojos.
Así seremos el doble de genios
La putada es que, agujero del
culo
sólo tenemos uno.

Siempre para arriba

Dieciocho peldaños tiene
la escalera de mi casa,
la que une la parte de arriba
con la parte de abajo
(la parte que une lo de arriba
con lo de abajo
es siempre la hostia).
De niño ya contaba los peldaños
de la casa de mis padres
eran dieciséis.
Dieciséis peldaños,
dos menos que ahora.
En ocasiones me doy cuenta
de que no los he contado
y empiezo a contar una vez
ya en la escalera
y apuesto contra mí
mismo,
¡a ver si calculando
rápido
por intuición
al terminar la escalera
mi pie cae en dieciocho!
Cuando acierto
me digo:
¡Bien hecho!
Pero siempre los cuento
para arriba,
para abajo nunca los cuento.
En casa de mis padres
me pasaba lo mismo.
Muchas veces me gustaría
Volver a esa escalera…

Conversación

El sobrio al borracho:
-«Muchas veces no entiendo nada».
El borracho:
-«¡Ah!, ¿que hay veces que sí?».

LA CASA DE EMPEÑOS DEL DIABLO

Cómo decir esto sin darme asco,
sin llamarme cobarde desde mi cobardía,
sin ahorcar mi sangre a cada letra sudada,

sin reírme de mis sueños de plañidera.

Cómo decir esto sin ser la vergüenza
de llorar mis cansancios elegidos,
mis elecciones erróneas,
mis aciertos no buscados,
mis buscadas huérfanas,
mis tesoros olvidados.

Quiero morir…
¿Me oye alguien?
¡Quiero morir!

No resurgir,
no resucitar,
no ser alma por una vez…
Reencarnarme en un sueño infinito de lucesombras,
de huecos hondos, de charcos quietos,
de sorderas de paz.

Nadatodo me consuela, nadatodo me destruye.
En la nada me crezco, en el todo me diluyo,
en el nadatodo me acurruco, me aíslo,
me crezco, me conozco,
me sucumbo…

Es una especie ya extinta de escorpión rosa como la pantera, la flor y mi ojete,
que engulle mis ideas, mis sentires,
mis espíritus, con el agijón de su boca
desde mis abismos.

Cada día me vacío, cada día me recargo,
y en mis cargas soy liviano, ligero, humo.
Soy aire.

Estoy incómodamente cómodo en cualquier lugar,
en cualquier lugar estoy cómodamente fuera de sitio.

Mi sitio es la nada, mi sitio lo es todo,
no me fío de mí, no confío en mí,
mi confianza es mi lastre.
Mi lastre mi duda, mi duda…
mi redención de mujer bendita.

Mi yo es mi cadena, mi sustento,
mi bautismo, mi entierro,
mi amuleto, mi descrédito,
mi caminar, mi tropiezo,
mi veneno, mi vacuna,
mi remedio, mi quebranto
mis cuernos, mi cornalón,
mi droga dura, mi vino “sin”
de pordiosero.
El bueno, el feo y el malo en el mismo esqueleto.
No valgo para quererme.
En mis odios me amo…

En mis conductas me ardo,
en mis quemaduras soy cicatriz,
en mis cicatrices secas sangro
palabras de niño escuálido.

Mis dudas me hacen fuertedébil,
mi sangre condiciona mi vida,
mi vida es mi sangre, mi condición,
mi pecho sin labios…

Escribo esto con un arpón floreciendo de mi esternón de dentro a fuera, de fuera a dentro,
follándose mi pecho.

Quiero ya. Quiero ya. Necesito ya. ¡Exijo ya! ¡Suplico ya! Mi féretro.

Un féretro con paredes de besos,
escupitajos, latigazos, de caricias, de te quieros olvidados,
de te odios pero yo me lo he buscado,
de cadenas, lodos, tiritonas, orgasmos.
Corridas de tarado,
borracheras de perro lastimero arrastrado.

De poemas a una mujer sin contorno,
sin sangre, sin piel,
sin huesos, sin vicios confesos.
Sin rostro, sin olor, sin tacto,
solo con voces tapadas de engaño.

Voz con sabor a lejanía, a distancia con sollozos
lágrimas marcadas fuertes en mi montaña,
con sabor amargo a recuerdos no recordados,
de besos, otra vez, que nunca llegaron.
Quiero ya mi féretro…

Que alguien recite un salmo, por favor.
A ser posible un enemigo,
para que alguien sonría sabiendo mientras me hundo para ser pasto de mis hermanos los gusanos, que ya me callo.

Podría decir adiós, podría…
Pero no lo haré.
Haré lo que mis padres me enseñaron,
estar callado cuando hablan los mayores,
que son muy sabios.
¿Los mayores son muy sabios?
¿Los mayores son muy sabios?
¿Los niños entonces qué son?
¿Qué son los niños?
¿Me responde alguien?
¡¿Me responde alguien?!

Los niños son dioses de arcilla,
templos no profanados,
agua sudada de pura agua,
la última gota de la primera lluvia,
la primera de la última,
la cuneta dorada de una sonrisa larga,
me alegra oír eso…

Mis mayores enemigos son sabios,
mis mayores sabios son enemigos,
los tengo a todos guardados en las alforjas de mis cojones, lo escupo a diario cuando me pajeo, me toco, me hurgo,
pensando en algo guarro.

Voy a ponerme a cuatro patas.
Si…
Empezaré a rebuznar de agudo a grave,
de grave a agudo,
en una escala de rebuznos, in crescendo,
hasta que Platero sea yo, y yo Platero.
Si tengo suerte se me acercará un asno con barba blanca y bastón quebrado, renqueando, entre paso y pasodoble, para explicarme que está pasando.
No lo entenderé…

No quiero entenderlo.
No deseo comprender las tormentas de mi sueño.
Lo que quiero es sentir un poco menos.
Dejar de sentir… si me lo permiten sus señorías.

Ya no estoy a cuatro patas, no…
Ahora estoy tumbado boca abajo.
Como los chupitos de tequila que quemaron mi hígado dándome luz en mi oscuridad,
en mis letargos,
en mis fantasmas de la ópera mudos…
por tener un catarro.
Estoy boca abajo… Sí, estoy boca abajo.

Diez cadáveres de hombres que fracasaron por no llegar muy alto, por no hacer lo que dice la Biblia, la tradición,
las pautas, la historia,
el sentido común, el guión,
me hacen de colchón de esparto espartano.

Diez almas de mujeres libres, libres…
Son mis sábanas que andan revoloteando
sobre mi espalda desnuda,
jugando a la paz sea contigo hermano, haciéndome cosquillas en la punta del nabo.

Me quiero sonreír,
pero al hacerlo me sorprendo,
me duelo…
Me han arrancado los labios. Sí…
¡Me han arrancado los labios!
¡El de arriba y el de abajo!
¡El de abajo y el de arriba!
Mis dientes son mi burladero,
mi telón de sarro sarraceno.
Me han arrancado mi arma de destrucción masiva: mi palabra…

-¿Pero que coño está pasando?
¿Cuándo?¿Cuándo?¿Cuándo?
¿Cuándo perdí mis labios?-

Contesta sonriendo uno de estos señor que son muy sabios, muy elegantes, muy listos
y muy preparados y que controlan las reglas legales de este juego macabro:

-Los perdiste al mismo tiempo que tu libertad, al mismo tiempo que tu libertad,
asno entre los asnos,
rey majadero de majadero de majaderos adoctrinados.
Claquetea, susurra, confiesa,
llora ahora hablando solo con tus dientes al sol temblando sin labios…
Ya es tarde, payaso. Grito.
Sí. Grito.

Grito como un sordomudo al que le acaban de amputar un brazo y tres legañas colgando del sobaco, no del suyo, del de su hermano,
que somos todos, que estaba al calor helado durmiendo un rato corto, pero largo…

Las diez almas de mujeres ya no revolotean,
se están comiendo los cadáveres que me sujetaban desde abajo.
El hambre nos hace sangre, raza única,
mentes no pensantes,
el hambre encadena nuestras almas
a una verdad que nos hermana.
Instinto. Instinto. Instinto.

Buen provecho mis amadas almas,
solo es cuestión de nada de tiempo que me precipite en viaje largo.
Solo queda un cadáver, que sujeta mi desnudez,
en nada seré un descalabro y ya no podré rebuznar…
Algo ocurre, algo ocurre, extraño…

El último cadáver está hablando…
¡Está hablando!
Una de las almas ya no revolotea,
está quieta supurando ojos llorosos de sus propios ojos mirando al cadáver que le está hablando.
Le está hablando con mis labios…
¡Le está hablando con mis labios!
¡El hijo de puta tiene mis labios!
Mis labios en otro cuerpo, que soy yo, rebuznando, dicen:

-Gasté todo mi tiempo mientras te estaba esperando.
Solo mis labios son míos,
el resto del cuerpo, el tuyo sin labios,
por no tenerte…
Por no tenerte- digo.
-Lo empeñé en la casa de empeños del diablo-.

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SAL Y PIMIENTA [Mi poema]
Antonia Torres Aguero [Poeta sugerido]New

MI POEMA ...de medio pelo

 

La lupa que él disfruta en su pupila
lo ve todo tan claro que adivina,
-diría más que lupa es una mina-,
si alguna vez se duerme la espabila
y vean, no hay que echarle gasolina.

Si hay algo que no entiende dice ¡quieto!
no sufras, que voy yo y que te lo explico;
yo solo sé que pronto me hará rico,
-el resto de su vida es su secreto-,
pues quiero, han de saber, ni le suplico.

Metido ya en harina ¿saldrá él listo?
Consciente lo que tiene que decir
empieza por pensar lo que escribir
tan grande que permita darse el pisto
y todos lo quisieran bendecir.

No hay duda que no vino en el paquete
pues que él cuando nació era un cegato,
y todo es consecuencia de algún trato
que pudo comenzar siendo un juguete
y tuvo que acabar como un chivato.

Es magia, pues la lupa es como hermano,
si hay algo que no ve pues se lo inventa,
si digo que vivir no trae a cuenta
me abraza, va y me agarra de la mano
y a mi me hace feliz. Sal y pimienta.
©donaciano bueno

El #hombre como el #burro siempre vuelve a las andadas? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Antonia Torres Aguero

SEGUNDA INMERSIÓN

Andre Racz en la memoria.

«La memoria arroja y deja en seco
una multitud de cosas retorcidas;
una rama retorcida en la playa,
devorada; lisa y pulida
como si el mundo rindiera
el secreto de su esqueleto,
rígido y blanco».

T. S. Eliot

Llevarse de la vida solamente
algunos tesoros encontrados en la arena:
trozos flotantes, boyas de madera, brillantes colores,
conchas, caracoles
los restos que sobreviven de un desastre náutico
los pequeños tesoros reunidos
cada verano
dispuestos a lo largo de la costa
para descifrar el paisaje.

Cada piedra tiene aquí su correspondencia
sus concavidades en mordisqueadas rocas,
se coleccionan piezas, redes
en donde cada espacio vacío del rompecabezas
quema como la sal
en los surcos de las manos de los pescadores.

Sólo restos,
pedazos dispersos de un libro benévolo
materia encontrada al azar para leer las señales,
el íntimo mapa de la existencia.

NO ES DE LA FOSFORESCENTE RAMA DE ABEDUL

de donde cuelga la imagen
ni está en el tiesto de café en el fondo de la taza,
ni en el humo de cigarro al final de la fiesta
ni tampoco en su sabroso olor entre mis dedos.

apenas si se puede contener la tentación de escribir sobre una fotografía,
imagen desteñida de una memoria mecánica,
cuando todo es imagen qué se puede decir;
mejor es amarrar la barca a la orilla de esta página
mientras las confusas instantáneas de la realidad
den vueltas y vueltas como un disco en el pick-up
desprendiéndose de toda palabra innecesaria
toda metáfora de más:
y ya en la orilla, sólo el abedul,
su fosforescente rama
para observar el cielo.

CISNEROS HABLA A SU HERMANO AMBULANTE

Los libros son adobes de una torre que nunca edificaste,
poeta ambulante,
y ofreces tus poemas en canastos al mejor oído postor.
Ahuecas la cabeza para que no te detenga
la sorna de tus hermanos,
el duro asfalto de la tradición, la historia de la desmemoria.
Vistes la ingenuidad impenitente
en una gastada camisa limpia
para no contagiarte con la vergüenza ajena
soy poeta, escribo versos y cuento historias,
pero no escribo para usted
adivinas de soslayo el desprecio y la desconfianza
no hay corazón que te aguante
otro siembra el árbol, tiene el hijo y escribe el libro
porque eres de otro país, ambulante, de otro tiempo.
Porque naciste cuando el musgo envejecía entre los nuevos puentes sobre el río.

SE OYEN PASAR ESTACIONES AÉREAS

Me espera aún la otra casa frente al mar,
húmeda y oscura ahora,
ensancha sus paredes al tímido sol del invierno.
En tanto,
la casa construye su propio recuerdo
sus estaciones aéreas
¿de qué sirve imaginarla
extendiendo su gris alfombra de arena,
su teatral mar de papel azul?
Los barcos zarpan húmedos al alba
en esta casa de playa
como aquella noche en que aguardamos al paso del cometa
los ojos de niños tras el lente
en un abril benigno cuando el verano ya había sido sepultado
y mientras el hermano menor dormía
seguimos al envejecido astro bordeando el mar.

Aún me espera la casa
con un mar más cinematográfico ahora,
para hallar las horas perdidas de la infancia
en un mes cruel
y en una playa
arenas en que nada florece.
*S. Quasimodo

NOTAS PARA EL REENCUENTRO

I
El despunte de tu rostro en la ventana
(una quebrada de Valparaíso al fondo)
es un gesto de romanticismo,
aquí en Valdivia o en cualquier parte.
El aire es uno solo entre las dos ciudades
y tu barba oxidada,
el viento marino quizás,
es la más bella poda de otoño a la que haya asistido.

II
Como tarde de domingo
entre café y los libros de siempre
un viento que trae pastosas canciones
(un viento literario, por cierto) lo desordena todo.
La vieja memoria confunde
tus recuerdos y los míos; un poco de nostalgia,
el cóctel perfecto.

III
La plaza es una fotografía
(la intervención de lo real)
el desembarco en la ciudad-puerto de los encuentros
mi hombre-muelle en quien llevar a cabo
la puesta en escena de esas metáforas
que imagino en mis viajes (imaginarios también),
algunas figuras de una retórica manoseada
(como las bancas del muelle)
que ensayo en mis sueños hasta el cansancio
la ansiedad de atracar en ti
fondear, primero, tu desánimo
y allí
en el centro,
otra vez,
recrear en la materialidad del abrazo
el lugar del poema.
de Las estaciones aéreas (Valdivia, Barba de Palo, 1999)

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EL MONTE EN MI MEMORIA [Mi poema]
María Negroni [Poeta sugerido]New

MI POEMA...de medio pelo

 

La resina
El monte, los pinares, de las más intensas vivencias forman parte de mi infancia.
Esqueléticos árboles desafiando al cielo y al viento siempre sumisos. Las fragancias
destiladas por su maltrecha faz. De su savia, las inocentes y transparentes lágrimas,
cadenciosas resbalando sobre las crueles heridas sin piedad abiertas por el hacha.

Las hojas
Es el mismo el que siempre permanece presente en mi subconsciente imaginario.
El húmedo y penetrante olor de la apaisada tamuja suspirando tras la lluvia de verano.
El susurrante sonido a ratos cadencioso de las insistentes pisadas sobre el manto
acolchado de gris algodón en sus parduzcas explanadas, pozos, montículos y vados.

La fauna
La monocorde coral y siempre alegre sinfonía en do menor del gorjeo de los pájaros,
y suave cimbrear de las ramas mientras, como saltimbanquis, vuelan de salto en salto.
La sorprendente aparición allá en la lontananza con sorpresa de una liebre despistada
tras de una noche de juerga buscando el cobijo en su guarida al clarear de la mañana.

Las setas
Cómo recuerdo la ilusión de mis inolvidables largas caminatas en busca del tesoro,
los nícalos y setas, que apenas escondían los subsuelos tras las vendimias en otoño.
Puro divertimento, como chiquillos jugando al escondite entre los hongos y nosotros.
Los gritos de ¡eureka! y el eco repicando al descubrir a esos codiciados en un corro.

La leña
El terco repicar de las campanas anunciando a los vecinos el final de la veda y el acopio
de leña, piñas y cándalos, que en el crudo invierno nos serviría para alegrar el horno.
Las encinas, las bellotas, los pinos, tullidos enebros, los arbustos, las astillas, los abrojos,
la vendimia y de palos las gavillas imprescindibles para facilitarle al asado los rescoldos.

Reflexiones
Recuerdos apresuradamente ahora escritos sobre la fina arena de la playa de mi mente
que dejo plasmados en previsión de que la marea que está a punto de llegar, lentamente
ayudados por la brisa cubra los textos borrándolos sin ninguna consideración. Y de repente
aparezca la neblina, oscurezca mis ojos y deje ya de percibirlos ni siquiera vagamente.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  María Negroni

Alteridad

este miedo
que se quedó
acurrucado en la infancia
roba de lo que será
sensaciones remotas
peor que eso come
cosas
que ni siquiera ve
ladra
hasta no ser
sino un espejo astillado
donde mi vida aún
se haga y se contemple
y después
-si es que hubiera un después-
alza un bastión de palabras
entre un idioma extranjero
y lo extranjero de sí
no sé por qué
esta herida no me alcanza

0.0016 kilómetros de palabras
confinadas a un poema
curiosa manera de decir
un hombre caminaba por la muerte
lo atravesaban
formas
un poco arrepentidas
graduaciones
de lo que no tuvo
el aire
que inhala por minuto
el mundo
cada vez que se extraña
el resto
fue aritmética mayor
saber caer y no caer
evaporarse
como una herida transparente

Por decirlo así

me acosté con la noche cuando el sol
de este lado del sur
más ruidoso que el ruido
avanzaba
hacia el final de algo

y allí se intercambiaban
lo que pudo haber sido
y lo que siempre está siendo

como un cuerpo
abierto al fin

a la locuacidad de lo que calla

de Arte y Fuga Pre-Textos 2009.

(canon inversus)

la rosa es sin por qué
Angelus Silesius

una mujer
espera
a la orilla del río
para decir lo que no sabe

y el río la ve
y no la ve
y ella
en su desnuda inexperiencia
a punto de llegar
a lo que busca
eso
que tal vez podría decir
pero no sabe
querer

canta
canta como dormirse
en el regazo del agua
que la escribe
como llamando
al río de su cuerpo
que calla de deseo
en la indecisa noche
que lo inspira

y así
en la medida de las cosas
espera
lo que ansiaría preferir

un líquido temblor
una música incumplida
para saber
qué dice
cuando dice
no saber

otoño en la ribera
abiertamente noche

no hay
más historia que ésta

una mujer que invade
la página nerviosa del deseo
como una muerte atenta
a lo que vive
dentro de ella

esa impaciencia
por ser lo que sería
si el corazón hablara
tranquilo en su orfandad

y el río la ve
y después no la ve
y ella
que ignora lo que supo
sin por qué la inverosímil casa
de las cosas

canta
está cantando ahora
como emprender un vuelo
hacia sí misma

y el río se va
se va la pena escrita
llevándose su imagen
a las tierras del mar
donde ella
todavía no nació
y es ya
una desinencia.
(de Cantar la nada).

Improvisaciones en babel

al estilo de cendrars o del franco alsaciano arp
que posaban de
políglotas

enamorada de las palabras que acentúan
lo inentendible o verosímil

en aras de pequeñas
desorientaciones
imprescindibles

querida:

exponerse por ahí es verdad que luce el gesto / pero fluctuar entre
representar algo y ser eso / ha sido tarea de cíclopes / desde mary
carmichael para acá.
lo que sucede en el n° 3 de mercer street /
(hay un museo holográfico) / no entra en el atadito de sus cosas / y
el calor y la violencia de un corazón de poeta / negocian desde siempre
mal con el cuerpo.
me pregunto / si no tirarse por la ventana
cual anónima / que no pudiera caminar hasta londres bastaría / o si la
guerra con su destino es el leit motiv del canto.
te escucho hablar / como si escribieras tu
epitafio / como si lo hicieras adrede.

YO MISMA

yo misma
te puse un diploma
de verdugo en las manos

y después me interné
por la frente helada
de tu voz

como si fuera una autómata
una aprendiz alerta

a tu menor pronunciación

después
llovió durante noches

y hubo monstruos fabulosos
y un primer plano sin respuesta
a orillas del odio

y todo eso ocurría
en el hogar común
de las palabras
a orillas de un río tenebroso

«por favor
nada de angustias»

EL DESIERTO ES…

el desierto es un animal
ávidamente inconcluso

y la luz
un desierto
ávidamente más grande
que el desierto

cuando la noche se encrespa
la sombra escribe en el lomo
de esas arenas suntuosas

el desierto medita

aparte de eso
sólo es visible aquello
que está adentro de la visión

TANTAS VUELTAS

tantas vueltas de piel de toro
tantas chapas de hierro y bronce
no protegen

el viento vuelve a traer
su carga de antiguas culpas

¿en qué nombre del alma
soy yo la abandonada?

¿en cuál la que abandona?

toda navegación instaura
el río que la lleva

así en la huída
así el pájaro ingrato

obsesionado por tus muros.

EN UN RINCÓN

en un rincón
lo que termina de morir
en el otro
lo que no termino de matar
(porque esa rabia es todo lo que tengo)

el poema hila el silencio
entre dos casas

OJALÁ ME TUVIERAS

ojalá me tuvieras encerrada
en la noche del exilio

me acunaras
para poder morir
antes de morir

eso dije

después pregunté
¿qué exilio? ¿de qué noche?
¿cómo podria acunar la muerte?

después
tu cuerpo fue el exilio
y la noche
y la canción de cuna

imposible morir
en tanta oscuridad con lámparas.

(a Virginia woolf)

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DEMOCRACIA vs POPULISMO [Mi poema]
Carlos Mondaca [Poeta sugerido]New

MI POEMA ...de medio pelo

(Decálogo)

Democracia es sin dudar esa falacia
del que trepa por querer fruta comer*
pues lamenta lo que tiene que perder
si no gana soportando esa desgracia.

Democracia, esa promesa que se esfuma
cuando ven que están muy cerca del poder,
democracia esa mujer de muy buen ver
que pudiera evaporarse cual la espuma.

Democracia, esa palabra rimbombante,
el panal al que las moscas siempre acuden,
si se ensucian las patitas se sacuden
con la gracia y la destreza de un farsante.

Democracia, esa mentira que hace gracia
pues se sabe la verdad, que está vacía,
cuando acceden al poder ya no hay tu tía
actuarán cual dictador, partitocracia.

Democracia es demagogia travestida
de un ropaje transparente y perfumado,
una especie de virtud que Dios le ha dado
y se muestra hacia el poder agradecida.

Democracia agua es que nace limpia y fina
que se enturbia y que se vuelve putrefacta
la mirada allí se queda estupefacta
y al final tizna, lo embarra y contamina.

Democracia es no mirar hacia el tendido
cuando observas el morlaco va de frente
y te quedas tan borracho de aguardiente
acusando a ese contrario estar bebido.

Democracia eso es hacer un juramento
prometiéndose a cumplir con su programa
para luego ya admitir fue una soflama
y al final que las promesas lleve el viento.

Democracia es publicar falsas promesas
a sabiendas que después no has de cumplir
sobre base a lo que quieres conseguir
llevando hasta votar sus mentes presas.

Democracia eso es medrar sin miramientos
despreciando si n prejuicio al que te ayuda
y al que viene a reclamar pues se la suda
que otra vez a él no le vengan con lamentos.

Democracia y populismo aquí es lo mismo
una muestra de egoísmo y de cinismo.
©donaciano bueno

Los partidos políticos se han convertido en sectas donde todos obedecen al líder de la misma.
Solo las listas abiertas traerían un soplo de libertad y esperanza.

La #democracia es el menos malo de los sistemas? Share on X

MI POETA SUGERIDOCarlos Mondaca

La Muerte de Don Quijote

Se moría el heroico caballero:
le abrazaba la fiebre las entrañas:
volcán en que fundieran las montañas
la vida secular del ventisquero.

Rocinante soñaba con los viajes,
cuando al claror del sol o las estrellas,
fulguraba la gloria de sus huellas,
bajo la santidad de los ultrajes.

Y Rucio era feliz…. Tranquilo y grave ,
bajo el inmenso dombo de los cielos,
pacía sin visiónes, sin anhelos,
como el que todo ha visto y todo sabe…..

Todos eran felices…. Solamente,
Don Quijote en su cruel melancolía,
más implacable cada vez sentía
la corona de angustia de su frente.

Y vió las grandes aspas del molino,
estremecidas en su alegre giro,
bajo un gran viento, como un gran suspiro,
por todas las crueldades del destino.

Sintió todo el dolor de las pedradas,
que lloviera sobre el galeote,
el infame librado del garrote
con esfuerzos del alma y de la espada.

Y anegado en un piélago de pena,
comprendió que hasta Sancho lo engañaba,
que hasta esa alma sencilla era una esclava
de la humana maldad en la cadena.

Y entonces solamente brotó un largo
arroyo de sus ojos ya vidriosos,
un infinito llanto silencioso,
cuanto más silencioso más amargo.

Y al frío de la alcoba solitaria,
en el tedio infinito de sus horas,
ante la santa imagen seductora
arrodilló la mente visionaria.

Y en el silencio augusto de la noche,
vió sus dos ojos, como dos estrellas
y oyó la dulce voz de la doncella

con las melancolías del reproche.

Y fué un licor celeste su amargura,
y se olvidaron todos sus agravios;
y una santa sonrisa entre los labios,
entregó el caballero su alma pura.

Pero no… Tú no has muerto, ¡ oh Don Quijote!
Tú no puedes morir!… Es necesario
que otra vez ensangrientes tu calvario,
que otra vez te apredeé el galeote.

Tú no puedes morir!… Ciñe tu espada,
cabalga el Rocinante de tu idea;
y otra vez a luchar por Dulcinea,
de cobardes y viles ultrajada.

Vuelve otra vez al mundo. ¡Caballero!
Llénanos con tu espíritu las almas,
y haz perecer las miserables calmas,
al homérico golpe de tu acero.

Dale a mi corazón tu santo ensueño,
tu infinita pasión, tu fé creadora,
tu sublime locura redentora….
¡ Oh Don Quijote, venga a nos tu reino!

CANSANCIO

Quien pudiera dormirse, como se duerme un niño;
sonreírle al ensueño del goce y el dolor,
y soñar con amigos y soñar el cariño,
y hundirse, poco a poco, en un sueño mayor.

Y cruzar por la vida sonambulescamente,
los ojos muy abiertos sobre un mundo interior,
con los labios sellados, mudos eternamente,
atento sólo al ritmo del propio corazón…

Y pasar por la vida sin dejar una huella…
Ser el pobre arroyuelo que se evapora al sol…
Y perderse una noche, como muere una estrella
que ardió millares de años, y que nadie la vio.

LOS RECUERDOS

Son aves que se alejan en un vuelo
sin vuelta, los recuerdos… Y un momento,
queda en el corazón, como un lamento,
su aleteo de seda por el cielo.

Cuando tiende la noche el primer velo,
un recuerdo se va, pálido y lento…
—Hay aroma de flores en el viento.—
Y lo vemos partir sin desconsuelo.

Alguna vez se piensa en los ausentes:
y una vaga inquietud llora su queja,
y hay un leve temblor sobre la fuente.

Y apagado el temblor nada se siente:
pero en cada recuerdo que se aleja
vamos agonizando lentamente.

LEJANA

Llueve… Cae la noche mansamente,
y el dolor de la sombra angustia y pesa…
Y esta lluvia tediosa que no cesa
de gemir en el alma y el ambiente.

Pienso en todo y en nada… Suavemente,
siento un vago recuerdo que me besa…
Una esquila solloza su tristeza;
y algo pasa aleteando por mi frente.

Temblorosa campana del convento,
tal vez trae tu queja la plegaria
de la que pudo ser y nunca fue…

Tiene humedad de lágrimas el viento:
llanto tal vez de aquella solitaria,
de aquella que me amaba y que no amé…

POR LOS CAMINOS

Bajo un mundo de ensueños abrumados los hombros,
por todos los caminos, de un asombro a otro asombro.

Por sendas que no alegran azucenas ni nardos,
como un rey consagrado con corona de cardos.

Y sangrarán mis plantas una huella muy larga,
y la verán mis ojos con alegría amarga.

Y será como un río, como un río fecundo,
donde se purifique todo el dolor del mundo.

Gris, fatigosa, eterna, como la vida, sube
la senda, hasta fundirse con la cima y la nube.

—Envueltos en la inmensa claridad deslumbrante,
más allá del cansancio y el dolor, ¡adelante!

Plenos de la infinita vida que nos circunda,
recogidos y graves como una mar profunda.—

Mira los campos, mira su vida hecha verdor,
más dura y más intensa donde hubo más sudor.

Mira los campesinos, vuelta la espalda al cielo.
sobre la tierra en una larga actitud de duelo…

—Tierra-Madre que nunca se cansa en sus amores
de parir alegrías y amamantar dolores…—

Y al buey, que lleva el peso del yugo en el testuz,
duro como el oprobio glorioso de la cruz;

Tardo, lento, indeciso, porque nadie lo espera;
muerto para la inmensa voz de la primavera…

Mira por los caminos los asnos cenicientos,
las orejas tendidas hacia los cuatro vientos.

Míralos cómo pasan con andar peregrino,
bajo un cielo de ensueño, por el largo camino.

Y los pájaros locos, que desprecian el suelo,
y al tocarlo en su vuelo, le dan algo del cielo.

Mensajeros del polen, creadores del trino,
alegres y ligeros como un sorbo de vino.

Y la fuente que piensa, y el arroyo que canta,
como lima en la roca, como beso en la planta…

Mira el río que trae resplandores de lumbre,
candor de ventisquero, y amor de sol y cumbre.

—Ansia de la montaña que hasta el mar se dilata;
amor inmaculado, con alburas de plata.—

Álamos que se yerguen en un éxtasis santo,
donde las brisas quiebran el cristal de su canto.

Altos álamos, tensos como un brazo hacia el cielo,
que orando por la tierra, le dan sombra y consuelo.

Álamos, faros, cruces, amor del peregrino:
¡oración de la tierra y gracia del camino!

* * *

¿Amada, ves?… Se atrista la campiña silente,
el río se hace turbio y el camino doliente.

Los árboles se tuercen, agoniza la fuente,
y se alejan las aves desesperadamente.

Y entre la niebla trémula de la ciudad lejana,
como un grito de angustia la voz de la campana…

¡Mujer amada, juntos! ¡A vencer el destino!
La esfinge nos espera, sentada en el camino;

Hay voces que nos gritan desde la sombra inerte;
¡pero nosotros somos más fuertes que la muerte!…

EL POEMA DE LAS CALLES

«A Max Jara, poeta, en testimonio de mi admiración.»

MI CALLE

Estas calles amables tienen un gesto amigo.
Mi calle me conoce. Cuando vuelvo a su abrigo,
los árboles se mueven con largos movimientos
pausados, y las hojas, donde suspira el viento
su oración musical, dormidas bajo el rayo
del sol, me dan sus sombras en un lento desmayo.

Sus casas blancas tienen un aire de pureza,
un aire humilde y bueno, que reconforta y pesa
tan blandamente… Calles con aire provinciano,
tranquilas, silenciosas…
Como de un mar lejano,
la voz atormentada de la ciudad. — La vida
fluye, corre y se pierde, sin rumor; recogida
como en meditación.
Aquí se aquieta el ansia,
y una mano de seda, bañada de fragancia,
resbala adormeciendo los nervios, largamente…

¡Estas calles amables!… Bajo su sombra, siente
mi espíritu una inmensa quietud. En sus ventanas,
la luz tiembla con algo de una mirada humana;
y sus puertas humildes se abren tan cariñosas,
como si se animaran, y hasta se tornan rosas
las espinas que hieren,
y en estas calles buenas,
maternalmente buenas, ni recuerdo que hay penas:
y cuando en las entrañas traigo el horror del Centro,
¡parece que estas calles me salen al encuentro!…

En su iglesia más pobre que una ermita aldeana,
he vuelto a ver el rostro de la Fe, tan lejana,
y en la voz temblorosa de la vieja campana,
la mística plegaria de mi edad más temprana.

Aletea un instante la oración de la esquila,
y cae en el silencio de la tarde tranquila.

Se oyen voces de niños, la tristeza de un piano,
el temblor de las hojas y un rumor muy lejano.

Ha venido la noche y ha encendido la gracia
de sus ojos de estrellas.
Tremulan las acacias
sus incensarios blancos.— Todo el aire está lleno
de perfume y de paz.
En el fondo sereno
de los muros, anuncian, las ventanas, la santa
comunión del hogar.
Y la calle me encanta
con sus tímidas luces, con sus sombras amables,
sus árboles fragantes y su amor inefable…

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A UN MADRILEÑO DE PRO [Mi poema]
Martha Kornblith [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Pausado y silencioso hoy te has ido
de puntillas pasos dando por el aire,
fiel siempre a ti tal como habías querido,
sin ruido hacer, sin molestar a nadie.

Caminante, al fin llegando a su destino
sin ni un daño hacer en este corto el viaje,
tal cual viniste arribando a tu destino
con la mochila ligero de equipaje.

Fuiste, cual Machado dijo, un hombre bueno,
madrileño y un castizo con solera,
a la vida toreando muy risueño,
echarte al mundo supiste por montera.

Hoy recuerdo tu papusa a medio lao
mas chulapo y elegante que un pincel,
chupa y gayumbos, bailando un agarrao,
con tu parienta ese chotis tan chipen.
©donaciano bueno

Presumiendo de madrileño (gato) castizo Share on X

Ayer dia 8 de enero de 2014 a las 6 de la mañana ha fallecido en Madrid el abuelo de David, que en paz descanse, recemos por su alma.

*papusa, medio lao, chulo, más elegante que un pincel, chupa, gayumbos, bailar muy agarrao, parienta, chotis y chipén, son expresiones del lenguaje castizo de Madrid, del que él era un digno representante.

MI POETA SUGERIDO:  Martha Kornblith

De Oraciones para un dios ausente (1995)

Por eso dedicamos nuestros libros

a los muertos.
Porque tenemos la vana convicción
de que nos escuchan.
Nosotros, cómplices de oficios
menos inocentes,
creemos que seremos dioses
en otros mundos
porque pensamos que la felicidad
es la distancia del milagro
cuando soñamos con una palabra,
cuando vemos alzarse los aviones.

Mi primer síntoma

Mi primer síntoma
fue callar la protesta.
Sólo hubo tardes
de presencias inútiles.
Asistir a la hora exacta
para ahogarme
en silencios no descifrados.
Si no pudieron los expertos
quién hará hablar a la renuncia.
Las luces de neón en el camino
dicen más de mi ruina cotidiana.
Desde entonces
he dejado de merodear
en el pasado.

Por eso me volví poeta

Por eso me volví poeta
porque pasa lento el tiempo en soledad.
¿No es apenas un peligroso instante
lo que sostiene nuestra cordura?
¿No depende la locura
de nuestra única, frágil, cuerda?
¿No pende ella de un solo término,
del preciso término
aquel que nos salva
o nos condena?

Tus padres te miran.

Tus padres te miran.
Ellos habitan en tus delirios.
Te recuerdan las fechas,
el cumpleaños, el aniversario.
Te corrompen tus sueños.
Conspiran en las viejas fotos.
Te anuncian tu próxima liberación.
Tus padres te dicen:
Todo tiene solución
menos la muerte.
Pero yo sé que nunca más
callarán mis nervios
y me hundiré en mi muerte simbólica.
Sin más definiciones.

Me dices que te hable sobre mi vida.

Me dices que te hable sobre mi vida.
Yo te propongo un poema sobre la locura.
Me propones una frase para desarrollar un poema.
Poema es momento presente, lo que me ocupa.
Me dices que me ponga en el lugar
de la que me hubiera gustado ser.
Yo te digo que una actriz de cine
famosa para vivir y ser amada por miles
que es como volar por encima de una playa
y saber que aquella gente me mira y me llama.
Eso es morir.
O suicidarse.
Vagar como un fantasma ausente
en la conciencia de miles sin cuerpo ni cara.
Para verlo tomar palco entre miles estupefactos
y llamarme.
Suelo volar como una paloma herida
en una playa interminable
y dejar rastros de sangre
ante el tin tin ausente
de tu teléfono,
llamarte es confrontarme con la realidad inexorable
de un fracaso.

(Del libro Oraciones para un Dios ausente)

A veces la vida viene

A veces la vida viene como la carta más baja
rozamos con otros transeúntes
la suciedad en las aceras
habitamos los árboles, los pájaros
pedimos el pan como los pobres.

A veces
la vida viene como la vileza.
Entonces nos aferramos a la suerte
frenéticamente.

En todas las casas…

En todas las casas
habitará una hermana poeta
-loca además-
que busca su propia desdeñable
génesis
(aquella que ya conocemos)
En todas las casas
habitará una hermana
que le pedirá a su hermana poeta
que escriba la historia
de la familia
Esta poeta (loca de la casa)
pasará a formar parte de esta saga
el día en que deje el teléfono
desconectado
en el filo de la madrugada.

¿QUIÉN PUEDE DECIR QUE HE PERDIDO?

¿Quién puede decir que he perdido?
Si no es menos naranja la naranja porque se pudre
si no es menos árbol el árbol porque se tuerce
si nos cubre el hábito del cielo,
el hábito de la mañana
el hábito del día
Todo esto hemos hecho
fructuoso o no
es nuestra piel, nuestro nombre
No podemos recorrer todos los jardines
no podemos tener todos los silencios
Este camino es nuestro único camino
nuestras raíces se han aferrado
al oro y al barro
hemos cosechado en la podredumbre
Que nuestro privilegio, nuestra ganancia
es la costumbre y el viaje
es a lo que me refiero.

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