A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

A TODOS LOS DIOSES [Mi poema]
María Codes [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Los dioses, esos seres inventados
al ritmo que nacieron los idiomas,
poniendo así los puntos y las comas,
al cielo en que aparecen los nublados,
renacen los enfados y las bromas.

Los dioses esos seres circunspectos
-se ignora donde están pues nadie ha visto-,
que dejen de una vez de darse el pisto,
saliendo a demostrar si son perfectos
que aquí yo a conocer no me resisto.

Mejor si se juntaran unos cuantos
buscando a los que fueran más afines,
-la unión hace la fuerza-, y en pasquines
habrían de ahorrarse gastos tantos
comprando más trompetas y clarines.

Pues que ellos nunca salvan de las quemas
-se sabe que hay también categorías-,
sus armas siempre son las profecías
que tienden a se rompan tus esquemas,
exentos como están de auditorías.
©donaciano bueno

No sería mejor que solo hubiera #uno, sin competencia? Share on X

Se calcula que el mundo existen 4200 religiones, teniendo en cuenta que muchas son politeístas...

MI POETA SUGERIDO:  María José Codes

Herramienta de Madoz 

Ponga un cuchillo en su vida
con regla selectiva para cortar prejuicios
para cortar por lo enfermo, al milímetro
un agujero en la nada.

Aquel del surtido futurista
que no brillaba por el borde,
el que melló los colores célibes
hasta convertirlos en perfil de llaves.

Cortar lo que sobra de todo un hombre
los fundamentos del comercio internacional
las encuadernaciones y las miniaturas
de la fiesta que va por dentro.

Rogamos lea las instrucciones
no se equivoque al empuñarlo
y, sobre todo, no se lo ponga al cuello
puede morder.

Agradecimiento

Por el lamentable estado del cuello
sangriento se deduce
que ayer hubo festín de buitres.
Una víctima cándida de torpe lengua
sin duda alguna
por no imaginar su despiece
y desamparo.
Ignoraba la mala entraña
el icónico riesgo del deambular
en lo tocante a los campos de reyerta
y la noble labor de guillotina necrófaga.

Suturar la cabeza desmembrada
los flecos del escote
no dar el brazo a torcer
y declarar
con la boca llena de hormigas
que tiernos órganos vigilantes
de mamífero hembra
ofrendarán el cadáver
al voraz apetito público
que muestran los carniceros de mujeres
en mitad de una mano.

No es nimia la tortura
de reconstruirse, trozo a trozo
de acomodar el cigarrillo en la boca
y echar a andar errante en páramos
sin remedio ni pomada
como convicto fantasma holandés
a la busca estéril del resto propio
de la perpetua sombra intolerable.

El asesino del chico que se movía demasiado

(a JLAA)

«Nunca he sido detenido antes
ni sancionado, ni procesado.
Vivo con mis tíos y cuatro primas.
La situación económica de mi familia
es desahogada.
Sí, claro, estoy estudiando
el graduado escolar.
No, no milito
en ningún partido político
ni central sindical.

Estuve en Fuerza Joven,
rama juvenil de Fuerza Nueva.
Aquel 13 de septiembre acudí al Retiro
junto a otros nueve conocidos
a una acción de hostigamiento.

En varias ocasiones
habíamos sido asaltados
por gentuza que nos robaba
lo que llevábamos encima.

Los bateadores nos habíamos unido
por nuestras ideologías de derechas
pero no teníamos ningún fin político.
Cuando acudimos al Retiro
a realizar la limpieza
no pensamos que pudiera resultar muerta
una persona, y supongo
que, debido al nerviosismo,
nos cegamos y no llegamos a ver
el alcance de nuestro acto.

Eran como los mangos
de los instrumentos de labranza.
Los teníamos ocultos
bajo el balcón de un primer piso
en unos bloques de viviendas
de la calle Poeta Esteban Villegas.
Subimos por una rampa
y avanzamos hacia una cuesta
que da al paseo de Coches del Retiro.

Cuando yo llegué
el chico ya estaba en el suelo
recibiendo golpes de todos.
Ignoro en qué sitio del cuerpo le pegué
se movía continuamente.
Hubo un golpe final
no sé si mío o de otro
hizo que se convulsionara
repentinamente
y quedara inmóvil.

Llevo guantes negros hasta en verano.
Las manos me sudan.»

La noche se ata alrededor
de las farolas del Retiro
su aura nívea retiene el vuelo
de los insectos infernales.

[Ahora vivo en Greenwich, 11]

La desintegración de la mitad norte
continúa hoy día en la grieta media
colisiones en curso pueden indicar
la creación de un nuevo subcontinente.
Tras la orogénesis, el reloj de cuatro patas
se desplaza hacia la cama y, de pronto,
en otra dirección, ante la mesita del desayuno
separadas masas continentales
se conectan por un solo brazo albino
terminado en garra que empuja sobre un hombro.
De rodillas, ante Marasia,
la desintegrada parte sur.

[Ahora vivo en Greenwich, 14]

El acto ajeno es carnada sangrante.
La mujer traga saliva atrapada
en el arrebato de lo que sucede
—algo relevante e íntimo—
tras la cerradura, en el otro cuarto
habitado del hotel:
la inminencia del mediodía.

Un momento de espera inalterable
adopta el contraluz crepuscular de los sueños.
La absorta inmovilidad
denuncia la obsesión cruel
por el acoplamiento
noble coito de una mantis de atávico
instinto destructor.

Conversan dos menhires en la isla
sobre la dócil tierra de labranza
donde descansa el féretro infantil
enraizado, invisible y espectral.
Suenan las campanas del Ángelus
a golpe de riñón.
Asida la carreta con dos manos
la cabeza desnuda
un lazo de vida invisible y seminal
como una repetición insensata
de piernas de mujer
y del delirio.

De Conservar al vacío. Editorial TREA

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LOS MISTERIOS DE LA MENTE [Mi poema]
Andrea Rivas [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

De nacaradas fuentes mi espíritu ha saciado
inalcanzables ansias de experiencias de vida,
ha estudiado corrientes del uno y otro lado
y apagando los fuegos de la verdad vertida.

De pozos artesianos en mi mente el subsuelo
yo he cubierto buscando su punto de partida,
he explorando con saña las nubes en mi cielo
todo un error en vano, sin encontrar salida.

No desprecio el pasado, ni renuncio al futuro,
donde el saber no alcanza, saco imaginación,
es a ella que recurro, ya en mis sueños no hay muro
que me impida esperar cualquier explicación.

Hoy quisiera ser dios para acceder al mundo,
yo a los seres humanos presumo inteligente,
mas por mucho sondeo mi interior es profundo
ignoro a el más allá. Misterios de la mente.
©donaciano bueno

Existe Dios? Hay vida en otros planetas...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Andrea Rivas

Los hechos son estos
un cáncer en tu estómago me dejó sin padre
a los dos años

Nunca pregunté por ti nunca supe
tu cumpleaños ni la fecha de tu funeral
& siempre creí que eras ingeniero
hasta que en algún lado escuché que tú
tampoco entendías de números & ese día
asumí que quizá te hubiera gustado saber
que soy poeta

Casi alcanzo tu edad papá mi novio ya es tres años más grande que tú
& cuando peleamos pienso
qué me aconsejarías hacer pero qué puede aconsejarme
un hombre-a-medias un hombre débil que no conozco & que no tuvo las fuerzas
para quedarse a hacer lo que tenía que hacer
que era crecer para su hija & darle consejos
cuando ella también creciera & tuviera un novio
& estuviera perdida

Quizá a ti tampoco te dieron consejos papá
& por eso te moriste & no fue tu culpa
sino de los que no te hicieron entrar en razón
cuando te abalanzabas hacia la muerte
o te fuiste de mi mundo porque estabas harto de sugerencias
& creciste tumores que te llevaran a descansar lejos

¿Descansas papá
aún cuando escuchas mis quejas diarias
mi odio nocturno a tu debilidad
a haberte muerto con una lengua
que no me regalaste que no me enseñaste a hablar
…………………….—papá yo quiero escribirte en árabe & me da rabia
…………………….porque tú no supiste dejarme una voz mía que supiera hablar de mi sangre—
& luego mi arrepentimiento por no saber entender
que tú no podías decidir quedarte?

Cuando tacho tu apellido de mi nombre
no te niego
es sólo como cuando me niego a ver los videos
que guardan tus movimientos y tu voz
como negarme a darle play al VHS
donde dice cuándo naciste & qué te gustaba comer
si odiabas a los poetas
& si me querías & si tenías sueños
o si eras un buen amigo o un nefasto perdedor
pero papá quiero que entiendas
que yo no puedo saber esas cosas
que aprehenderte me hace daño
que tu imagen vacía es lo más cálido
& la mejor herencia que puedo pedirte
que este poema sólo existe porque yo sé
que mientras no inicie la videocasetera
yo puedo dibujarte un rostro & llamarte papá
& pedirte consejos & pensar que escuchas
que quieres escuchar que te gusta leer poemas
que te gusta que te hable que te gusta que te pida consejos
& cuando se reproduzca el conocimiento papá & sepa quién eres
& no me quede nada más por saber de ti
el poema se cierra
& te mueres papá
te mueres.

auto traiciones

esta lluvia no es más que una insoportable y fina niebla
estás caminando hacia mí
la fosca no me perfora los huesos
hay humo elevándose de tus labios:
Intento deslizarme dentro
pero tampoco yo logro ahogarme.
– – –
abro, en la oscuridad, los ojos, giras en la cama
tu espalda una ciudad con todas las luces encendidas
me pregunto dónde estaría mi hogar & suave señalo el sitio con el índice
tus omóplatos se hinchan mientras suspiras en sueños.
miro microscópicas puertas abrirme el paso.
– – –
el retrato de tu espalda
un tigre
estirar sus huesos al salir el sol
tras atravesar un inmenso río
en el momento exacto en que la luz
ocurre sobre sus omóplatos

La portentosa mujer que no sabía hablar

Si vieras a la que sin ti duerme en un jardín en ruinas en la memoria. Allí yo, ebria de mil muertes, hablo de mí conmigo sólo por saber si es verdad que estoy debajo de la hierba
Alejandra Pizarnik

Debajo de la hierba nuestros nombres verdaderos clausurados
en la piedra del encono duermen ignorantes
de los significados que andan sin carcaza para defenderse.
Qué extrañeza es para los otros
el mirarnos deshechas rehechas nauseabundas reinas de burdeles imaginarios de bosques imperios y habitaciones vacías
qué gracia les causa con qué conmiseración leen nuestras palabras líquidas los cúmulos de atrocidades que no van ni vienen porque no tienen nada que los mantenga fijos en una sola palabra. Si digo retórica quiero decir engaño pero también que me equivoco y no hay modo de organizar este big bang de ideas que no llegan a la siguiente neurona.
Todo esto para decir que si vieras cómo de cuántas maneras distintas ensayo la coherencia y esta prodigiosa manera de fracasar soy yo
pero no podrás nombrarme no seré el ejemplo de tu caso clínico
la portentosa mujer que no sabía hablar
porque ¿recuerdas?
nuestros nombres están clausurados no hay nombres y tú estás destinado a escuchar y al olvido
estás escuchándome no digo nada para qué decir
cuando cierres la página
la ausencia de puntos será la continuidad de tu vida

las jaulas

i.

crecimos separadas en la misma cruel y fina jaula de leones
de tu lado las aves erraban los vuelos comiendo trampas de infértiles semillas
de mi lado no había alas sino lombrices secas royendo la tierra con sus cuerpos fétidos
que nunca supieron convertirse en alimento.

afuera, aquí no, sino en el mundo prometido avanzaba
la caravana de todo lo que no existe, de todo lo que no era
y no sería nunca nuestro. como en un desfile largas, maravillosas cabelleras
flotaban vivientes velos sobre las caras de todas las que nunca nos dirían cómo
se hace para lanzar un suspiro y volver fecundo al mármol.
Nosotras, dentro, mirábamos.

ii.

y se abre la jaula
para encontrarnos en el umbral de todas las cosas. esto es lo que existe:
rotos, imperfectos sueños, recuerdos que hemos inventado para tener algo que contar,
el dulce pan nuestro de cada día deja caer sus migajas para que coman los gusanos, para que las aves
encuentren gusanos repletos de migas de pan. aprendemos a vivir
en este sitio hecho de palabras y también hay esto: tras las rejas
leones que hemos alimentado con silencio a cambio hoy, nos miran rugir.

iii.

quiero explicarte estos poemas:
te conocí en el borde, en ese límite
entre el ya no más & quiero aprender
a no estar sola. también tú estabas entendiendo
cómo se compone el mundo, también tú
descubriste que el cabello corto
no significa tierra infértil & me enseñaste a vivir con ello.
¿recuerdas? los leones que muerden los sueños a veces
se visten de rosa para las fiestas. tú y yo no crecimos
en la misma jaula pero sabemos cómo se siente algo
tan nuevo como la palabra poema
algo tan nuevo como disparar un verso & entender
que al otro lado de todo lo que nunca hemos sido
también hay alguien que está esperando.

Monsieur Martin

“aquí había alguien que estaba y estaba
que de repente se fue
e insistentemente no está”
Wislawa Szymborska

y esos días en los que no entiendo a la muerte
su andar fijo por la casa
midiendo probando todo lo que es suyo
su misteriosa manera de abrir portales y llevarnos un día
y dejarnos otros días como hoy
abrir la boca para llamar a M y recordar que no vendrá
que sus patas no aparecerán en el pasillo
que el tazón seguirá intacto con el agua impávida esperando ser derramada
y preguntarnos por qué no vendrá
si yo aún lo veo claramente
si siento en las noches su cuerpo
abriéndose paso en mi cama
desde los rincones y desde la repisa más alta
los insistentes ojos verdes juzgando
yo los vi cuando miraban rotundos
y no entiendo por qué no supe cuándo se contagiaron de muerte si ayer me miraban yo los vi
me miraban y se vaciaron los vi cuando estaban recorriendo los terrenos
rastreando el recorrido
entre los cuervos y el hueco bajo el arbusto
donde perdí a su cuerpo frente a la muerte vi sus ojos
que estaban y estaban y vi la tierra
la vi caer la vi y supe que él no estaba que no enterraba
nada huesos pero qué se enrosca
entonces sobre mi pecho y me quita el aire y los ojos
que me juzgan de quién
y a dónde entonces
se fue toda esa luz?

Yo sólo quiero ser Blair Waldorf

“You need to be cool to be queen. Anne Boleyn thought
only with her heart and she got her head chopped off”
Blair Waldorf

Todas las niñas crecen queriendo ser una princesa
(o no queriendo serlo)
yo quiero ser una perra
the crazy bitch que sabe pronunciar Louboutin
& que camina con francés refinado y zapatos caros sobre las víctimas de su mal humor
& que tiene la genética que combina con el Little Black Dress de Chanel
que no se acomoda ni al exceso de mi cuerpo
ni al vacío de mi cartera.

Para ser una perra, aprendí con Blair Waldorf,
es necesario tener una amiga que te perdone
& te haga sentir humana cuando el peso de tu egoísmo se rebele contra ti
pero cuando tienes ansiedad & baja autoestima
no sólo se vuelve imposible tener amigas sino que el egoísmo
se convierte en el único atributo que puede defenderte
porque para no parecer un ermitaño tienes que fingirte importante
& hacer un mundo aparte argumentando superioridad en vez de miedo.

No es que quiera ser una perra en realidad,
pero ser una perra es una opción mucho más saludable
que ser una pusilánime insegura
que es lo mejor que se puede ser
cuando tu única fortaleza es saber entregar tareas a tiempo
& preparar galletas que no vas a comer
porque sería injusto ser gorda además de antisocial & mala poeta.

Blair Waldorf tampoco quiere ser gorda
alguna vez fue bulímica
& a veces llora porque su novio millonario intenta venderla a su primo
& su amiga Serena la volvió a traicionar para irse con un empresario wannabe
que no puede ayudarla a llenar el vacío existencial de ser tan estúpida
pero que por un momento la hará sentir
como a Madame Bovary abrazada de Léon…
Emma Bovary es mi otra heroína
pero dejé de intentar ser como ella cuando entendí que yo nunca
podría tomar tanto arsénico sin terminar sintiendo compasión por mí misma
o vergüenza de mi lengua negra.

Blair también es autodestructiva
pero sólo porque puede sacar provecho de ello
como un fénix que se quema las plumas antes de renacer
o un boxeador en entrenamiento que recibe gustoso un jab de un boxeador más fuerte
para aprender a recibir golpes & poder defenderse en el ring.

Alguna vez practiqué box.
Entonces no quería ser una perra porque sabía golpear
& no necesitaba saber francés para destruir a nadie.
A mí no me gustaba recibir golpes para aprender nada
pero me gustaba dar uppercuts & dormir tranquila
sin rivales ni ansiedad
& sin desear ser alguien a quien no conocía aún
hasta que dejé de practicar como lo dejo todo
& me encontré a Blair Waldorf en la pantalla.

Blair también se cansaba de hacer las mismas cosas
& veía programas de televisión. Ella en cambio encontró a Rory Gilmore
una pobretona de abuelos ricos que siempre consigue todo lo que quiere
hasta que se da cuenta de que no tiene idea de qué es lo que quiere
& tiene un colapso nervioso que la hace renunciar a Yale,
la universidad a la que Blair siempre quiso entrar & que la rechazó
& por culpa de la cual se encerró a ver la vida de Rory Gilmore
& secretamente deseó ser la niña buena que entra a Yale
& que no necesita perderse en personajes ficticios
ni quiere ser alguien más.

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AMIRA [Mi poema]
Menchu Gutiérrez [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Amira significa en árabe princesa.
Amira huele a espliego, tomillo y mejorana,
frescura de la escarcha y la brisa en la mañana.
Amira sabe a beso y bocaditos de fresa.

Amira reproduce una dulce melodía.
Amira es palaciega, el nombre de una diosa,
jilguero divertido cantando al medio día,
de mi jardín florido la rosa más hermosa.

Amira es mi regalo, la ninfa pizpireta
pintando un garabato y sonrisas en el agua,
la musa y el aliento a los ojos del poeta
en busca inspiración de un sueño verde y grana.

Amira es muy sensible, el nombre del que aspira
a descubrir del cielo su espíritu en un hada.
Yo el hada ya encontré. Mis ojos son de Amira.
Regalo inesperado. ¡Libélula dorada!
©donaciano bueno

A mi hija Amira por haberle dado al que esto escribe la oportunidad de ser su padre.

MI POETA SUGERIDO:  Menchu Gutiérrez

AÚN ARRASTRARÍA EL MAR VIVO HASTA LA PLAYA…

Aún arrastraría el mar vivo hasta la playa,
por un instante de madrugada roja que te viera.

EL MURO ESTÁ LLENO DE NEGROS PÁJAROS…

El muro está lleno de negros pájaros,
sin aire, sin palabras.

Yo buscaba otro camino
lejos de adivinar el pasado
que han puesto ante mí como horizonte.

MI CASA SE OLVIDA ENTRE RAMAS

Mi casa se olvida entre ramas.
Cuelga la noche.
La luna gota a gota
templa el abanico del cántaro.
No me mira nadie.
(Poemas del libro La mordedura blanca)

Desplegó el mantel…

Desplegó el mantel y dispuso doce platos,
doce copas de vino, doce tenedores, doce cuchillos…
y se sentó a esperar, de espaldas a la mesa,
la llegada de sus invitados,
e imaginó:
once troncos erectos sobre once sillas,
y sus once cabezas servidas ante sus once platos,
y pensó:
‘Es una imagen justa.
La boca que alimenta el propio oído,
los ojos que buscan su propio reflejo…
justo es que estas cabezas cubran los platos
de esta cena no compartida’.

Cuatro poemas

Pienso toda la noche en el ramo
y en la figura que con la madrugada
se recorta, caída en el jardín.
Vienen con máscara los poderosos mirlos
y hunden sus picos de oro en la sombra humana
¿Y por qué fluye?
Vetas de sangre abiertas
recorren los brazos derribados en la hierba.
Cerca, la leña dispersa
devora su misterio.
¡Fuera verdad el ramo!
¡Pero los ramos se hicieron con manos dormidas!
Finos trazos de tinta
rayan el dibujo del horizonte,
golpeados por el sonido de mi corazón
que tiembla.
– – –
Resplandece la noche
y su mirada es venenosa,
las estrellas montaraces
se arremolinan en torno a los ecos.
La barca va por el río incendiado
prendida en el pulso que nutre mi corazón,
los graves timbales portan el peso de las sombras,
cortejo que avanza por las orillas,
y los remos son ayes
escritos en las llamas.

Mendiga brújula,
la deriva es el susurro
que viene del fondo del mar.
– – –
Brilla contra el corazón
el sol de la muerte.
Acequias duras llevan
la vela bañada en sangre,
ramas y cuerda que ataba la vida.
– – –
El ojo de cíclope
en la corteza del árbol
sobrevuela en círculos mi frente,
como airado mal sueño
perdido en una caracola.

Corre una brisa

Corre una brisa de invisibles, millares
gotas de agua,
por mi corona de noche
y almendra laminada.
Corre entre dos bocas
un solo hilo de almohada
es un telar callado
la noche.
Envejecen los paisajes,
depositan sus perfiles
en cristales distantes
los cabellos del río,
y no canto,
que estoy quieta en la nota,
alto estambre
del amor.

Rumor de diez noches…

Rumor de diez noches en diez diferentes estancias.
Después, se dejaba dormir. En vano yo retaba al sueño
gentil de su cayado, lo salpicaba con el rocío que germina
en las palmeras; invariablemente era su presencia y no la
mía la tentadora, la travesía, el cuidado, la gangrena.

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PSIQUIATRÍA EN EL METRO [Mi poema]
Mónica Ojeda [Poeta sugerido]New

MI POEMA...de medio pelo

 

Qué pensará la gente, ayer me preguntaba,
cuando en Madrid a la estación del metro yo accedía
y justo en el andén yo me paraba,
y absorto yo veía
a toda una muchedumbre que corría,
subían y subían,
bajaban y bajaban,
y nunca se paraban,
yo a ellos les miraba,
y no me sonreían,
tampoco saludaban,
siempre al frente miraban
¿por qué y en qué pensaban,
o qué es lo que veían?
¡que agobio, qué les pasa, por qué van de esa guisa!
¿por qué aquí toda la gente va deprisa?

Tal era el ajetreo
que de pronto el gozne de una puerta se abre y veo
¡qué angustia, qué mareo!
como si fueran de una colmena las enjambres,
se estrujan y se estrujan,
y para hacerse un hueco en el vagón empujan,
pudiérase pensar que es mediodía y tienen hambre.
Apresurado
un hombre obeso se mete de rondón sin dar los buenos días,
me mira de reojo
en un intento por apartarme de su lado
¿por qué me observa así, qué pensaría?
por su mueca interpreto que se está acordando de mi tía.
Otrora es un chico cojo con muletas,
después una chavala
ensimismada con una ipad a la nariz pegada,
y un joven con maleta
y con pedales una bicicleta,
carreras de obstáculos en pos de una silla vacía
y sólo, absorto, al fondo un adolescente en su melancolía.
En la próxima estación prometo que me bajo
tomo un poco de aire y me relajo
¡el metro a hacer puñetas!

Del Metro el tren es esa vía
de escape hacia los múltiples destinos,
un correcaminos,
y un laberinto en el que nunca has de liarte
y en el que de antemano deberás conocer donde apearte,
de lo contrarió no te llevará a ninguna parte en tu camino.
El metro es un gusano
que marcando va tu rumbo en sus líneas ufano,
repleto de personas de todos los pelajes,
-siempre el mismo paisaje-,
con seres indigentes,
de zoquetes y otros mucho más inteligentes,
de embaucadores mezclados con señoras y doctores,
de ricos, de plebeyos y villanos.
El metro es insistente
pues viene y va incansable sin pausa así constantemente,
y horada pensamientos penetrando hasta en las mentes
de todos sus clientes.
El metro es el mundo en todas sus vertientes
y nosotros los usuarios sólo los necesarios sufridos ciudadanos.
©donaciano bueno

(Madrid)

MI POETA SUGERIDO:  Mónica Ojeda

MÁSCARA #1

Mi rostro es una columna desvencijada;
una hernia en la velocidad del miedo que
me impulsa a matar hasta los más bellos insectos del silencio.
Ellos reproducen el ruido de la nada sobre los pedazos de mi cara.
El rostro es eco en la construcción de lo invisible
bajo los labios cosidos de nuestro último amanecer.
Pero el viento golpea con la tierra del llanto de las bestias
mis mejillas quebradas al sol:
ahora nidos carnosos se alojan en mi alma.
El monstruo y la persona
habitan la misma línea que parte la materia
en dos hemisferios míticos
de pulmones que respiran el aire de otras regiones
desplazadas más allá del sur.
El vacío de mí no es un abismo
pero posee el corto cielo de las cabezas de los animales
y el silencio que descompone
las piezas de mis mejillas quebradas al sol:
ahora hay nidos carnosos alojándose en mi alma.
En este mapa se trazan los límites de los fragmentos de mi semblante:
arriba o abajo es un espacio que no existe.
Toda descripción que nace de la observación
es luz y excremento.

[1] Cae con madurez el fruto que en verbo ardido lamió sus costillas al sol;
más de 365 veranos de su carne niñada en hueso negro constelado
se aflojan.
Rueda el fruto sobre la piel arqueada de las amapolas.

Se abre.

De su epicentro nace una guadaña como un párpado de acero cerrándose en la bruma
bautismal de su oleaje.

—Esto es lo primero que verás —sentencia la rama despojada del peso de su cabeza—
antes de atravesar la raza del otoño.

P e r s e c u c i ó n

Repto lo oscuro de la aorta de un bisonte atravesado por el mar
en medio de la teoría humana más violenta del poema.

Tus brazos umbilicales
madrezebra en las llanuras
ahorcan la prehistoria de la leche de montaña
leche de cal apagada,
leche de higo en cristal,
leche en la roca de la pintura sagrada del calavera poem
gruta de naturaleza táctil al Amazonas de tus glándulas rellenas de humores:
Big Bang de Dios por siempre muerto en los maremotos amén.

Palpo la atmósfera que humedece su atlas de la ira,
escarabajo mutante rodando las escaleras del magma de tu vientre,

¿me romperás contra la musculatura de los cetáceos axiales?
madretundra de las orcas
¿abrirás las cejas al frío goce de los volcanes?

Ellos se sueñan en la blancura de los fermentos de la noche en torrente.

Pliego mi ala junto a una noria de eterna venganza,
madrepiedra de los pálidos trasmundos
madrecidra constelando un infierno de intestinos que doran los rosales.

Tu baba salpica en todas las direcciones de los paisajes algebráicos:

CRÁNEO – CALAVERA = X

Incógnita en la lengua de los muertos.

Poema cero.

He oído que montas sobre las cabezas de las Furias
y te desbocas
y manchas los eriales de leche cuajada
leche mía coagulada
y ellas te la beben y te alumbran
un cráneo con cañones de plata apuntando hacia mi pecho
suite de estelas eléctricas y membranas saladas
madrealambre de las navajas
madrebuitre de los cinerarios
las tres se relamen las encías bajo el umbral tibio de tus riñones en flor:
tienen pezuñas y desgarran el camino de los ríos gástricos a los maizales.

Se derraman sobre la vía láctea cabalgándote.

Se orinan sobre las mazorcas de dientes pelándose al poniente.

“Madre e hija es una antinomia”,
te canta la clarividencia subacuática de tu trinomio de canes perfecto
y repites al sur de su estampida:

“Madre e hija es una antinomia
con patas y pelos de tarántula
en una jaula vacía para pájaros de hielo”.

Arden tus cabellos de elefantes marciales cruzando los desiertos
madremandril de sable
madreladrido de pez aéreo.
Quieres mi carne en tu leche terrible
cociéndose a la alta temperatura de los huracanes

(cardúmenes de esperma del dios muerto
pueblan encima de las aguas galácticas del norte).

Tiemblo en los refugios colapsados por tu vientre de ballena en histeria
Madremendrugo de la explanada
Madredrácula de los mausoleos
Las cabezas de las Furias sonríen torcidas a la sangre,
ateridas bajo muslos galgos y la perfecta escultura del tórax;
quieren cocinarme en tu néctar vencido de yedra,
forzarme la leche de hígados por la ranura celeste de sus madrugadas.

Mazorcas de dientes se pelan y muerden mis escombros quietos al pasar.
Me oculto entre las pieles de los vertebrados
y convierto mi cuerpo en un saco de plumas
que emerge fresco entre los fémures silvestres.

Madre e hija es una antinomia.

Un cráneo gastado vigila mi señal desnuda:

toda suerte de escape termina
en las profundas cavidades
de un animal muerto.
[*] El tórrido aliento de un órice despierta la montaña,

te despierta con ella y despierta a los viejos leones:

es hora de almorzar.

Todos los días en tu mente habrá un desierto sepultando la calavera de la poesía;

la llevarás contigo al exilio para defenderte de la inclemencia de tu sombra

siempre extendiéndose con movimientos de astros oscuros sobre los senderos.

Tu sombra es el reflejo más antiguo de tu cuerpo.
Pero cada mañana la calavera de la poesía pesará un poco más que ayer.
La arrastrarás hacia la cima de la montaña como una constante de vapor
nublando los sentidos de los cazadores;
una amenaza que el viento cubre de arena y que barres con tu única ala.

Sus cuencas libres empañarán tu interior
y escaparás manchando de sombra un dolor antes temido:
una fiebre que reblandece los picos y tiñe la hierba con moscardones.

A pesar del fracaso no soltarás la cabeza del misterio:
la subirás a la montaña
con el peso de su mandíbula empujándote a los cuernos en manada.

Descansarás con ella en un nido improvisado.
Retozarás con sus cuencas abiertas a la noche.

No te curará la carne, pero al día siguiente será tu casa.
[*] En tus sueños rapaces escucharás la voz demente del cráneo del poema
caja estelar rúnica
oráculo vaginal que inventa la poesía en los subsuelos de Marte
caracol jineteando el futuro en versos de esporas caucásicas
esporas indígenas meándose al viento planetario de los códices

Nortes que exorcizan cebollas y crines en tu viaje de la sangre
de ombligo del mundo a clítoris del fin.

Su voz será pelo de árbol
magullándose en el alba de tu buche,
pero eres un cóndor: nada podrá evitar
que la profecía te crezca en la digestión de una pelvis.

Papá, tú querías un hijo y

en cambio
te nació esta cabeza.

Una planta que crece hacia adentro.

Una uña.
Un estanque.

Por eso dijiste
callado a la placenta: “UN HIJO ES UN HOMBRE”.

Creías que serlo era irse callado de pesca
pescar la vida
sacarla del agua
y me llevas a pescar para que aprenda a ser un hombre
para que saque de la vida algo tibio que matar.

“Matar te hace hombre”, me dijiste.

Creías que serlo era irse risueño de caza
empuñar un rifle a un corazón con astas

reventarle el cráneo a la vida

tú piensas que eso que se inventa el bosque es un hombre
y me llevas a cazar contigo para que lo vea

me enseñas a dispararle a un árbol
a una nube todavía niña en mi cerebro

porque pienso demasiado fácil, dices
porque pienso cosas que se atraviesan

Y en cambio un hombre no arde de útero

dice la-madre-coja-de-las-axilas

ni sangra en los pasillos
ni riega su leche sobre las ecografías abiertas
ni se mete el dedo índice
para tocar a Dios
en un volcán de pelvis.

Una hija mata
pero como un hombre respirando al revés
en mitad del bosque.

Un amor umbilical rodeándote la manzana:

una hija es un ojo que muerde
—una mandíbula de leche–
un anzuelo al cielo de los cabellos

Por eso “pesca la muerte”, dice mamá lamiendo la escopeta

“caza la vida”

como una hija que es un hombre y una cabeza
como un río en una sábana de dientes mastodónticos
y el sexo abierto de las balas
goteando sobre la encimera.

Cae con madurez el fruto que en verbo ardido lamió sus costillas al sol;
más de 365 veranos de su carne niñada en hueso negro constelado
se aflojan.
Rueda el fruto sobre la piel arqueada de las amapolas. Se abre.

De su epicentro nace una guadaña como un párpado de acero cerrándose en la bruma
bautismal de su oleaje.

—Esto es lo primero que verás —sentencia la rama despojada del peso de su cabeza—
antes de atravesar la raza del otoño.

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ADMIRO A LOS QUE SABEN [Mi poema]
Fernando Mª Guerrero [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Admiro a los que saben más que yo,
que hay miles, dije miles, que hay millones,
me suelo enriquecer con sus lecciones,
mas nunca a los que dicen dios premió,
que dando van sermones.

Disfruto al contemplar los que predican
al tiempo que ellos van dejando ejemplo,
y no a los que me invitan a su templo
o nunca a dar ejemplo ellos se aplican,
con ellos me destemplo.

Me encantan las palomas cuando vuelan
volviendo al palomar donde está el nido,
testigos de la paz de un mundo unido,
mas nunca a los que gritas y desvelan
pegándome un berrido.

Me asombran los que dicen que se alteran
y vuelven la cabeza y se sonríen,
tan falsos que aquí pido no se fíen,
pues malos son que a mi me desesperan
y hasta hace que me hastíen.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Fernando Mª Guerrero

MI PATRIA

I Filipinas es un nido
formado de hermosas flores;
es un idilio de amores
sobre un mar embravecido;
es el delirio querido
que mi cerebro obsesiona;
es la impávida matrona
que, heredera de titanes,
tiene por solio volcanes
y centellas por corona.

II Filipinas es la maga
cuyos oráculos santos
calman los lloros y espantos
del corazón que naufraga;
es vino cordial que embriaga
con su ardor la fantasía;
es hechizo que extasía,
y es, en fin, eterna palma
que un henchido de calma
con sus lágrimas rocía.

III Mi tierra es noble y hermosa,
porque es su asiento el Oriente;
tiene estrellas en su frente
y en sus labios miel de rosa.
Cuando sonríe amorosa
la aurora le da sus rayos;
mas si padece desmayos
porque la hieren abrojos
brotan tristes de sus ojos
los crepúsculos malayos.

IV Frente a lujosa floresta
donde un río se destaca,
recostada en una hamaca
duerme el sopor de la siesta.
Las auras forman su orquesta,
un palio azul la sombrea,
y cuando la noche ondea
su obscuro y tupido manto,
hirviente arrullo de llanto
por sus mejillas serpea.

V Mi tierra es hada divina
que a mil caprichos se entrega:
suspira, retoza y juega
bajo la onda cristalina:
rompe el tul de la neblina
que arropa selvas de cañas,
y al trepar a las montañas
rojas al sol de la tarde,
bendice la lumbre que arde
en las pajizas cabañas.

VI Mi tierra noble y bendita
no cría en sus bosques fieras,
sino palomas ligeras
y flores de sampaguita.
Quien sus rincones visita
halla sombra hospitalaria:
¡aquí se abraza hasta al paria,
porque mi encantado suelo
es un pedazo de cielo
puesto en la mar solitaria!

VII Aquí son las alboradas
una ignición de rubíes;
aquí son nuestras huríes
tan tiernas y apasionadas
que funden con sus miradas
hasta las almas de hielo,
que dan, en un beso, el cielo
y que, con la fe de un niño,
fían a nuestro cariño
su corazón, sin recelo.

VIII ¡Oh, tierra de mis amores,
santa madre de mi vida,
que vertiste, en mi alma herida
el aroma de tus flores!
Llora, si tienes dolores,
si sueñas ser grande, espera;
pero te juro que fuera
para mí suerte afrentosa
ver nacidas en mi fosa
hierbas de savia extranjera.

A FILIPINAS

Virgen de la Malasia, ramo de flores
que argentan con su espuma los roncos mares:
tuyos son mis suspiros y mis amores,
tuyo el ritmo tembloso de mis cantares.
Ya está tu sien radiante libre de abrojos;
ya, como ayer, no arrastras veste de ilota,
y ya el alba soñada brilla en tus ojos,
y tu clámide limpia de manchas flota.

Tú eres hoy la sirena del mar malayo,
el hada rozagante que endechas quiere
y vive de los astros al níveo rayo,
cantando su amor puro que nunca muere.
¡Escúchame! En las rimas del bardo errante
flamea el sacro fuego del sol de Oriente;
deja que al son del arpa tu nombre cante,
porque beses siquiera su mustia frente.

Sobre un lecho, adormida, de piedras finas,
te arrullan de los bosques las auras suaves;
velan tus sueños de oro castas ondinas,
te murmuran mil trovas parleras aves.

Palpita en tus entrañas, arde en tu suelo
la áurea y candente lava de los volcanes;
sierpes de escamas ígneas hienden tu cielo
cuando ruedan crujiendo los huracanes.

Ondulando en el éter, sobre los campos,
despliega la neblina su blanco tul,
y la apolínea antorcha, con vivos lampos,
arrebola del cielo la veste azul.

En la cúspide esbelta de las montañas,
donde el águila altiva trenza su nido,
mecidas por la brisa sueñan las cañas
con la inflexión de un hondo flébil quejido.

A impulsos de la savia de su energía,
agitan las palmeras sus verdes plumas;
mientras allá, en la selva fresca y sombría,
van flotando calladas las densas brumas.

Como alígeras flores de oro y zafiro
llevadas por el hálito de auras sutiles,
los insectos se esparcen con manso giro
a libar la ambrosía de los pensiles.

Desde la agreste cumbre, suelta, hervorosa,
su penacho de linfas la catarata:
en él dibuja el iris su franja hermosa,
que el lago en sus cristales después retrata.

Por tu atmósfera vírgen, urna de aromas,
donde sus róseos labios la aurora imprime,
vuelan y se acarician blancas palomas,
suspirando de amores himno sublime.

Y cuando por las tardes el sol desmaya
sobre olas de esmeralda su frente roja,
niñas de tez morena van a la playa
a recoger las conchas que el mar arroja.

Son dulces y mimosas como las hadas,
rutilan en su rostro ojos traviesos,
y hay caricias eternas en sus miradas,
y hay un fuego divino que arde en sus besos.

Asidas de la mano, suelto el cabello,
cruzan nuestras praderas siempre inmarchitas,
ostentando en su grácil, flexible cuello,
perfumados collares de sampaguitas.

Y en la paz de los bosques, en donde vuela
el céfiro de mayo vertiendo olores,
con los ritmos dolientes de una vihuela
mezclan la voz sin mancha de sus amores.
….
¡Patria! ¡Patria bendita, ramo de flores,
que besan con sus ondas los roncos mares!
Ya que fuiste la cuna de mis amores,
¡Oh! sé también la tumba de mis pesares.
Noviembre 1898.

BAJO LAS CAÑAS

Solemne y honda la mudez del campo;
cálido el aire, el término azuloso…
Todo vibra de gloria bajo el lampo
de un sol que es siempre, cual Apolo, hermoso.

En el bochorno de la tarde estiva,
sueña la flor y duerme hasta la idea.
Sólo aparece como mancha viva,
allá en lo alto, la llama que caldea.

Silencio y paz… El único sonido
que el ambiente volcánico desgarra,
lo da, bajo el ramaje florecido,
con su música agreste, la cigarra.

El espacio es cristal; fulge y ondula
cual la cuerda de un arpa estremecida,
y mientras más el término se azula,
más bellos son los sueños de la vida.

¡Soñar! ¡Vivir…! Soñar bajo las cañas
y vivir a su sombra eternamente,
sin sentir esas penas tan extrañas
que ensombrecen el alma lentamente.

Soñar que el corazón es siempre joven
y que esa juventud es una gloria,
sin cuitas que en el vértigo nos roben
lo más caro escondido en la memoria.

Soñar así es soñar de color rosa;
vivir así es vivir en pleno idilio;
es tener en el alma, en vez de prosa,
una égloga admirable de Virgilio…

¡Oh, dulces soledades campesinas!
¡Oh, refugio de amor de los cañales…!
Tan sólo allí las almas filipinas
consiguen olvidar todos sus males.

Allí se escucha la palabra santa,
la dulce voz de la querida tierra,
esa que llora, y regenera, y canta,
y en sí las notas de lo grande encierra.

Allí todas las almas se expansionan
y se abren al amor los corazones,
y hasta las frentes tristes se coronan
con flores, muy abiertas, de ilusiones.

Allí, por un milagro, se ensimisma
el alma de la patria con la nuestra,
y allí la vemos, bajo el propio prisma,
dentro del corazón como maestra…

¡Soñar! ¡Vivir! ¡Soñar allí a la sombra,
con la vista clavada en el celaje,
que cuanto se contempla y aun se nombra
es filipino todo en el paisaje…!

Eso es soñar triunfando de la pena
y mover con la fe hasta las montañas.
¡Oh, dejadme soñar en mi hada buena
a la sombra piadosa de las cañas…!

FANTASIA CARNAVALESCA

Y cruzaban, y cruzaban sobre el lomo verdinegro
del antiguo Pasig23, todas
las espléndidas y gráciles, las espléndidas pagodas
como notas fugitivas y triunfantes de un alegro,
fusionando con las odas, con los ecos de las odas
que exhalaban de sus labios,
parecidos a sublimes instrumentos
de invisibles gnomos sabios,
los espíritus acuáticos y las diosas de los vientos.
Y cruzaban las pagodas,
y cruzaban las pagodas cual visión de mil colores,
como regias invitadas a las bodas
de la luz de las estrellas y el aroma de las flores.
Y eran flores, flores bellas,
las que mórbidas, y esbeltas, y rientes,
arrastraban al claror de las estrellas
y al sollozo de las aguas somnolentes,
sus disfraces de princesas,
de princesas refulgentes
y de históricas marquesas,
con magníficas diademas y con túnicas crujientes.

Nota 23: Río caudaloso que nace en la Laguna de Bay y cruza la capital del Archipiélago, donde vierte al mar.
…..
Ya arribaron todas, todas,
con sus pórticos y flámulas y sus globos de escarlata:
ya arribaron las pagodas…
Las pagodas han tocado la marmórea escalinata
del palacio del Gran Hombre
de mortífera sonrisa, y cuyo nombre
lo repiten la corriente de las aguas y los vientos en sus odas
y en los flébiles arpegios de su eterna serenata.
Ya están quietas las pagodas, ya están quietas
cual quelónidos fosfóricos
que han plegado sus aletas,
escindidas en las ramas de los bosques madrepóricos.
Ya las flores van brotando, flores bellas,
flores mórbidas, rientes,
que recogen, al claror de las estrellas
y al murmullo de las ondas balbucientes,
los cendales de sus pétalos divinos,
y las nieblas de sus túnicas crujientes
empapadas en la gama de color de los ardientes
paisajes filipinos.
Los voltáicos van vertiendo con sus ánforas de plata
raudales diamantinos,
y en la lámina del agua y en la breve escalinata,
la luz blanca va escribiendo mil ensueños peregrinos,
mil curiosas historietas
de mundanas e inocentes, de galanes y poetas,
y de flores, y de flores
que vibraron entre ráfagas inquietas
de los cierzos destructores,
y murieron en un vértigo de amores,
reposando todas, todas,
al igual de las gloriosas, las espléndidas pagodas,
que se aduermen, que están quietas
como saurios gigantescos, cual quelónidos fosfóricos
que han plegado sus aletas
desgarradas en las puntas de los bancos madrepóricos.
……
Está lleno el gran palacio. En los fúlgidos salones
los disfraces van bailando
y ondulando,
al compás de locos valses y corteses rigodones.
Está lleno el gran palacio. Los voltaicos sinfonizan
un poema de alas blancas y eucarísticos jazmines,
mientras mugen los trombones,
mientras miman los violines
con sus mimos que electrizan,
y rotundos bordonean los pastosos violoncelos
unas músicas de ensueño que la mente narcotizan
como un opio de los cielos,
y derraman los oboes
la armonía voluptuosa del amor y del idilio
que recuerda bellas páginas del gran Longo y de Virgilio,
¡bellas páginas soñadas en la Hélade y el Lacio,
tierra azul de las ideas!
con sus Dafnis y sus Cloes,
con sus Títiros agrestes y sus lindas Galateas…
¡Está lleno el gran palacio!
Y se agitan los disfraces en tumulto pintoresco,
y fascinan con sus ropas,
con sus ropas policrómicas, con su rostro pierrotesco,
y entre rápidas volutas del furioso torbellino,
burbujea efervescente, hasta el borde de las copas
delicadas y sonoras, la alegría del buen vino.
Las parejas se entrelazan,
las parejas sudorosas se entrelazan en la fiesta,
como ramas de mil árboles que se funden y se abrazan;
y a los sones de la orquesta,
que acaricia con sus flautas, sus oboes y violines,
los sedeños zapatitos y los nítidos botines
van trazando nuevas vueltas y espirales,
nuevas curvas ideales
a la luz de los voltaicos semejantes a jazmines,
a jazmines de florestas siderales,
de corolas luminosas, de pistilos colosales,
mientras sobre el lomo ingente del gran Pasig verdinegro,
las pagodas todas, todas,
las hieráticas pagodas,
se fastidian y bostezan, envidiosas del alegro,
las fantásticas pagodas.
…….
Ya amanece. Ya el sol bello pontifica en el espacio,
en su altar de azul y grana y con su hostia de topacio.
¡Ya está mudo el gran palacio!
Diciembre, 1903.

DOLORA DE PASCUA

¡Alma de Diciembre, perfume de Pascua,
que impregnas la arcilla de mi corazón,
y en lo frío pones de mi vida un ascua
de alegría ingenua y otra de ilusión…!

Sonajas y parches alzarán en coro
frente a los belenes pastoril canción,
y sobre el establo, una estrella de oro
marcará la senda de la adoración.

Son trozos de espejo los azules lagos,
algodón las nubes, lo demás cartón;
cruzarán un puente los tres Reyes Magos
y ordenará Herodes la degollación…

¡Ah! sí, muy dichosos los que todavía
no han roto los velos de la encantación,
y sueñan de noche, y también de día,
en que son las nubes copos de algodón.

¡Dichosas las manos de los pequeñuelos
que aun aroma el óleo de la tradición,
y dejan zapatos como barquichuelos
en espera de algo, sobre algún balcón…!

Si ellas no tocaran jamás una herida
ni tocaran nunca la humana ficción,
fueran inocentes por toda la vida
y en Belén durmiera toda su ilusión.

Pero se harán grandes, palparán desdenes,
tomarán un cetro: el de la Razón,
y ya no habrá el goce de erigir belenes
ni soñar en Reyes Magos de cartón…
………
¡Alma de Diciembre, beso de la Pascua
que aromas la arcilla de mi corazón!
¿Por qué en nuestras vidas no pones un ascua
de candor eterno y eterna ilusión?

MAS QUE TODO, MI CRUZ…

Hay un amor oculto en cada cosa
y en cada cosa una sutil tristeza,
lo mismo en una rosa
–vaso que Abril llenó de su belleza–
que en la fina y voluble mariposa
de lírica hermosura,
que, al posarse temblando en tu cabeza,
surmonta su locura a tu locura.

Cuando despunta un sueño
y florece en la vida una quimera,
el fondo de las cosas es risueño
porque es azul como una primavera.
Pero si un sueño muere
y la quimera amable nos olvida,
cada cosa es un dardo que nos hiere,
y lloran no sé qué miserere
las cosas de la vida.

Todavía eres joven,
pero yo voy haciéndome ya viejo,
y antes que tu primor los años roben
y te diga el espejo
la verdad de un encanto destruído,
permite que te envíe este consejo
del corazón, un poco entristecido:

Busca el amor oculto en cada cosa,
quédate con el alma de la rosa,
con su aroma y color;
y de las alas de la mariposa
toma el vuelo sutil, la gracia leve,
y hallarás en la vida, que es tan breve,
una divina suavidad de amor.
Busca en la quieta fuente
la armonía del agua que hace santa
la enorme soledad;
busca en la ondulación de la corriente,
que a veces llora y otras veces canta,
el hondo arcano de la libertad.
No interrogues al astro
perdido en el zafir,
por tu senda o tu rastro,
o lo que ha de venir.
Pregunta por su luz, tan dulce y pura,
pregunta por su inmensa trayectoria,
y si es verdad que en la celeste altura
existe o no la gloria.
Busca, en fin, un amor en cada cosa
y cada amor te ofrecerá su rosa.

Yo, mientras tanto, buscaré en las cosas
una lágrima oculta, una tristeza.
Es justo. En mis jardines ya no hay rosas
sino espinas: ¡las lleva mi cabeza!
He cambiado las llaves del cariño
por las llaves del cofre del dolor,
y voy, o como un viejo o como un niño,
muerto para las glorias del amor.
Quede en tus manos, pues, la mariposa,
quede en tus manos la divina rosa,
el agua mansa y la celeste luz,
y déjame en limosna la tristeza,
las espinas que ciñen mi cabeza,
y, más que todo, mi sangrienta cruz.

LA BANDERA

Corre el torrente alborotado y ciego,
y el Derecho parece una quimera;
pero aun hay fe, y allí donde yo llego
ha de llegar conmigo mi bandera.

Es bandera muy santa. Me la dieron
hombres ya muertos de mi propia raza.
Ellos la amaron mucho y defendieron
cuando tronó el insulto o la amenaza.

Y hoy la defiendo yo. No sea el torrente
la fuerza superior que la derribe.
Esa bandera es algo omnipotente
que flota y obsesiona, y siempre vive.

¡Vivirá…! Si algún día de mis manos
un golpe del azar la desprendiera,
en pos de mí vendrían mis hermanos
a tremolar de nuevo esa bandera.

Fija en la brecha está. Ese es su puesto;
allí la encontrarán otras edades;
allí irán a besar su hierro enhiesto
rayos de gloria o fieras tempestades.

Allí la mirarán, siempre clavada,
flameando al sol, las esperanzas mías;
vieja quizás, pero jamás hollada,
jamás vendida por el bravo Elías…24

Nota 24: Interesante personaje de Noli me tangere.

Y Elías es mi hermano. Su firmeza
arde en todas las almas filipinas,
ya la ciñan de flores o de espinas,
y satura de fe nuestra cabeza,

¿Y qué brazo mejor que el brazo hermano
para sostén de la bandera santa?
Ese la salvaría del pantano,
como la salva ahora y la levanta.

¡Alcémosla…! ¡Que llegue hasta los cielos,
que ondee y que restalle muy arriba,
que cubra con su gloria nuestros duelos
y que mantenga la esperanza viva!

Y aunque ciego el raudal se precipite
y parezca el Derecho una quimera,
nadie, mientras la fe no se marchite,
podrá decir que ha muerto esa bandera…
Junio, 1905.

MARCHA FUNEBRE DE CHOPIN

Pausas, grandes pausas, notas largas,
estertores musicales, lloriqueos de almas rotas,
fusión de cosas amargas,
y entre el lloro de las notas
lamentables y solemnes, melancólicas y graves,
un olor a flores mustias,
un vuelo de negras aves
cantando en el aire gélido la canción de las angustias.
Pausas, grandes pausas. (Va el cortejo,
con sus sombríos crespones,
por la calle silenciosa, de los cirios al reflejo,
farfullando rezos tristes. Los relinchantes bridones
estremecen sus gualdrapas
y sacuden sus airones
negros como las coronas, las estolas y las capas…)
Pausas, grandes pausas. Amarguras,
humedades en los ojos, en el pecho una honda herida…
¡Oh, flor de las sepulturas!
¡oh, tristeza de la vida!
…….
De repente un gran quejido, de repente un gran lamento.
una armonía inefable,
un suspiro sofocado bajo las alas del viento…
¡algo que queda imborrable…!
(El muerto va en la carroza,
anegada hasta los bordes de muchas rosas muy pálidas…
Detrás, la pobre familia que padece y que solloza,
¡caras de pena que cubren temblonas manos escuálidas!
El quejido pasa y muere
en languidez dolorosa,
y a lo lejos va llorando sus llantos el Miserere,
¡triste canción de la fosa!
…Y luego una melodía,
una música de ensueño y de aflicción resignada,
como el hielo, blanca y fría,
como el beso, delicada…
(El cuerpo es el del amado… ¡Adiós! Blanquea un pañuelo
sobre el negror de unos ojos
que suben desde el cadáver hasta la gloria del cielo
lleno de matices rojos…)
Crepúsculo. Entra el cortejo en la ciudad de los muertos.
Pausas, grandes pausas, notas largas,
armonías lamentosas, soledad de los desiertos,
¡inmensas cosas amargas…!

¡Oh, Chopín! ¡Oh, gran maestro!
(Ya están cayendo las hojas, ya está cayendo la escarcha).
Haz que suenen en el aire melancólico y siniestro,
cerca a mí, las armonías funerales de tu Marcha…
Octubre, 1905.

ANTIFONARIO- ORACIÓN DE TODA HORA

Santa Reina del amor:
tú sabes que noche y día
te rezo la letanía
y la salve del dolor.
Tú sabes que es el deleite
de mi alma sentimental
llenar de fragante aceite
tu lámpara de cristal,
y con mano temblorosa
mi luz votiva encender,
y enflorar con una rosa
tus leves pies de mujer.
Señora: por la belleza
de toda melancolía;
por la vesperal tristeza
de mi ruta; por la fría
cerrazón de mis mañanas;
por las rosas que en Abril
mueren solas y tempranas;
por toda brisa sutil
que besó flores amargas;
por toda negra visión
y por las horas ¡tan largas!
en que espera el corazón;
por los escollos adversos
donde se estrella mi esquife;
por mis lágrimas y versos
y por el mismo arrecife,
libértame del delito
de hablarte a veces en prosa;
libértame, y pues contrito
estoy de mi culpa odiosa,
guárdame en tu corazón
y en tu memoria también,
y dame tu bendición
por siempre jamás. Amén.

ORACIÓN MATINAL

Nuestra Señora de la mañana:
tú, que deslíes
sobre las nieblas tu suave grana;
tú, que te enjoyas de mil rubíes;
tú, soberana,
que te sonríes
como una dulce Fata Morgana,
pon en mi lengua sabor de mieles
y una sonrisa bajo mis labios.
No me des nunca laureles sabios…
Odio lo amargo: gloria, laureles.
Guíame al prado de tu optimismo,
donde el buen Emerson, todo sonrisa,
dijo su misa,
que era la misa de su pietismo…
¡Santa mañana, reina ideal,
vaso de lirios en eclosión,
arca de gemas y de cristal,
por tí suspira mi corazón!
Reina inmortal,
manda a mi pluma tu tentación,
toda la excelsa luz de tu edén;
libra mis sueños de todo mal,
y haz que a tu diestra me siente. Amén.

ORACIÓN DEL MEDIODÍA

Padre y señor. Tú, Mitra, el del ojo sanguíneo,
gran arquero celeste
que lo penetras todo con tu dardo lumíneo;
tú, el de la roja veste
con orlas y con flecos de eternas igniciones;
tú, Helios, y tú, Osiris,
por quien vive el imperio de las constelaciones
y se hace en las alturas el milagro del iris;
tú, bello emperador,
envíanos tus dones,
tus púrpuras de gloria y tu vital calor.
Derrite en tus brasas todos los corazones,
para que al fin, señor,
salgan del frío ártico de su inercia y desdén,
y en su nuevo ecuador
reciban el espíritu del arte nuevo. Amén.

ORACIÓN VESPERAL

Madona crepuscular
que de nostalgias te vistes,
cuando, tristes,
caen las rosas del otro lado del mar;
Madona, tú que, si pasas
sobre el camino del hombre,
dejas en toda frente prendidas las tenues gasas
de unas «saudades» sin nombre;
¡Madona! ¡Madona mía!
la de los ojos cargados de resplandores violeta,
fuente de melancolía
del poeta;
tiende tus pálidas manos
al que en tus velos de reina clara un dardo de ironía,
porque no entiende tu culto ni sabe de tus arcanos,
¡santa mía!
Dale a besar tus anillos
en que Véspero escintila,
tus collares, tus zarcillos,
tu boca roja y tranquila…
Y cuando tu seducción
divina y crepuscular
conquiste para tu rito algún nuevo corazón
que sepa quimerizar,
extiende sobre el neófito tus manos en bendición,
¡oh Madona!
y alrededor de su sien
pon las perlas de nostalgia que tiemblan en tu corona,
por toda tu vida. Amén.

ORACIÓN DE LA ALTA NOCHE

¡Noche…! Sulamita,
tan hermosa y tan negra cual mis propios pesares,
como aquella que muere de langor, y palpita
entre los nardos del Cantar de los cantares;
emperatriz augusta del silencio y la sombra,
noche meditabunda,
¡salve, mil veces salve! Por mi voz que te nombra,
por mi vida errabunda,
por mi senda cubierta de propósitos muertos
y de muertas venturas;
por la luz que no encuentran mis jardines desiertos,
por todas mis tristuras;
unge mi pecho en un claror de luna,
en un beso de brisas; dame el bien
de todos tus misterios, noche bruna,
y no me prives de tu luna. Amén.
1908.

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TORRE DE BABEL [Mi poema]
Minerva Salado [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Oigo decir, frecuente, sin igual
a gentes que presumen de correctos,
que multitud de idiomas o dialectos
enorme son riqueza cultural.

Que sea una riqueza, no lo dudo,
mas nunca desde el punto racional,
que a mi me va trocando en sordomudo,
aislando de esta vida en el ferial.

Perdonen si defiendo lo contrario
confuso ante esta Torre de Babel,
trocada en una lucha sin cuartel
y salen enemigos del armario.

Calculen un planeta que existiera
hablando un solo idioma en general,
que un niño japonés cascar pudiera
con otro de Estambul o Senegal.

Conversar evitando las fronteras
sin que nadie pudiera interpretar,
y a Medios todo el mundo comprendiera,
Gobiernos entendiendo al negociar.

De acuerdo así, según mi parecer
la manía que afecta a los humanos,
tantas jergas razón no han de tener
salvo el hecho de ser más provincianos.

Este es, en conclusión, humilde, un canto
-sutil idea donde las hubiera-
ese intento creando el esperanto,
vano empeño que de éxito muriera.

Mas no soy optimista, no lo crean.
Pasarían dos años, días, meses,
a otra lengua crear ¡malditos sean!
juntando una vocal o muchas eses.

¿Y el resto qué? igual que los dialectos
metería a remojo en un florero,
sus palabras colgando en su perchero
para orgullo de todos sus ancestros.
©donaciano bueno

¡Un solo dios, una sola moneda y un solo idioma!

Si los seres humanos fuéramos inteligentes hablaríamos todos uno, el mismo idioma. La multiplicidad, además de constituirse en un medio de INCOMUNICACIÓN, es utilizado por los nacionalistas como hecho diferencial para sus reivindicaciones. Todo ellos parten de una fuente universal, las raíces, y se han ido conformando y/o deformando a base de modificar, generalmente las terminaciones, gracias al lenguaje popular, y utilizados posteriormente por los politiquillos de turno en favor de sus propios intereses.

MI POETA SUGERIDO:  Minerva Salado

Postal

A Vivian, en su ciudad

Un negro viejo lustra sus botas en el sillón del Hotel Plaza
y sabe que la ciudad yace
en esas botas.
Los turistas activan sus cámaras fotográficas
para recoger la imagen del caminante
urbano de La Habana
quien sonríe con un aire desdentado
que huele a la chaveta
con la que trabajó la hoja de tabaco
durante toda su vida.

Ahora
la silla del limpiabotas
es su más celoso placer
la confianza de los paseantes
amigos de ‘allá afuera’
donde otros ciudadanos
en ciudades que él no ha visto
exhiben de mil maneras
sus orígenes.

Hoy por hoy
el negro Felipe
lustra sus botas en el sillón del Plaza
y se contenta.

Alicia en mi ciudad

Los espejos ocultos están frente al Paseo del Prado
para que tú los atravieses.
Del otro lado esperan todas las ilusiones
las piedras en el centro de otro orden
los rastros y los pasos.
Los espejos descubren los caminos
sin saber demasiado hacia dónde
penetran en las estridencias de los sueños
fantásticos como nunca antes
ilusorios
reales para los que olvidaron la esperanza.
El azogue de los espejos parece
una tentación a la que pocos renuncian
los otros yacen sobre las baldosas
sin tiempo para más
esperando en la raíces de una ciudad
que cada día se evade
sin dejar de ser ella.
Suplantada
acartonada
enmascarada
y sin embargo ella bajo toda escenografía
creada
encallecida
abandonada
hermosa para siempre

Ciudad ciudades (I)

Para Tenochtitlán, desde la isla Juana

La Habana húmeda a mis pies
desatada y húmeda como las caracolas
los ruidos e su nombre y el silencio de ti
de tu impaciencia rondándome los gatos de la sombra
y tú sin mi ciudad sin su herejía bajo la lluvia
sin la humedad que cubre las ventanas
los raíles de punta
el colibrí de ayer en la arboleda.

Ciudad ciudades (II)

No estuve para siempre en la ciudad
la amé con una queja con un grito de espanto
pero la amé sin fin
sin desconcierto
recorrí las costumbres de tus manos
el trazo de tu cuello el resplandor insomne de tu boca.
La ciudad me conmueve y atenaza
penetra con su daga mis vestigios
y encuentra la verdad bajo su talla.
Un canario despierta
y yo tengo un secreto como un nido
como un terrón de azúcar en la mano.

Ciudad ciudades (III)

Fue como una conquista la ciudad
cinco ratas huían por cada beso tuyo
cinco animales muertos
cinco cloacas trascendidas por cada virtud
en cada uno de tus gestos una hazaña
en tus cuestiones la razón de existir
los titubeos para abrirse camino entre los sueños.
No estuve en la ciudad no la atrapé en su época
pero se hizo entrañable sobre el suelo que nos crecía juntos
me poseyó su extraña alevosía la feroz certidumbre de tus manos
y comencé a fundar sobre cuerpo
catedrales
pirámides
canales
en el urgente espacio de su templo.

No estuve para siempre
pero grabé en su carne el nombre
de tus calles me asaltó la extensión de la llanura
en el temblor del tiempo.

No estuve pero supe encontrar sus laberintos
y al calor de sus grutas construí la palabra
que me acogió de nuevo como una identidad
y abrió las avenidas en que pude tocar
-ya para siempre-
el corazón intacto de los dioses.

Poema social

Alguien muere de frío en una tarde
en una calle gris en el aroma que cubre la nostalgia
en secreto mientras tu voz huye de mi sosiego
y entiendo la penumbra como aquel tulipán
o la vertiente noble que nos cubre.
Alguien muere de frío
ya no sufre
ya no palpitan leves sus pisadas
bajo el laúd de las piedras y el cobre de tu risa se eleva
por encima de la ciudad sus edificios la imagen en que andamos
y el silencio cayendo
donde cantan los pobres anochecen
para que en los portales nos besemos
en el atrio de la iglesia razone a nuestros pies
tropiece la intención a menudo en los cuerpos
mientras nos adentramos en el sagrado templo de la herencia.
Un sapo ata la lluvia la atrae sobre mí y el maíz crece
mientras yo te toco te beso levemente frente a los hombres
águila
que miran y sostienen esta hazaña de abril.
Detrás lo inverosímil lo profundo el pensamiento
mismo de los héroes que vuelve a la ciudad
donde alguien puede morir en tanto amo en tanto soy feliz
como el demonio y alguien paga por mí las veleidades
empobrece por mí
se crucifica.

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MI CICLO VITAL… [Mi poema]
Mónica Albizúrez Gil [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Cuando la tarde cae las flores se marchitan,
llega el amanecer y sus pétalos se inundan de la escarcha,
sale el primer sol de la mañana y sus hojas reflorecen
y nuevamente por la tarde languidecen.
Así es mi vida. Algunas veces mi cuerpo pide marcha
y otras, las más, presiento que dormita.

Navego entre las aguas procelosas
de mi tumultuoso océano personal e intransferible.
Por más que busco entre las rendijas de mis losas
no hallo ninguna que la pena merezca y eso es triste.

Mis ojos son el reflejo de mi alma
y mi alma lucha consigo misma inundada de recuerdos,
-en un intento vano trato de separar los malos de los buenos-.
pero, como siempre, después de la tempestad viene la calma.

Ya la tarde está al caer. Y el infinito
difuminado se refleja y languidece en mi mirada,
cojo mis bártulos y sigo andando despacito
a la espera de que quizás también amanecerá mañana.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Mónica Albizúrez Gil

Carnicera

dedos
desgajando
las penas de la infancia
allí
la carne viva
la carne fresca
y el cuchillo
escarbando
por fin
el recuerdo.

Dinosauria

Hay algo de dinosauria en mí
de ojo limpio y torpe pisada
de piel resistente llamada al exterminio
en el cuello alto
en los roncos gemidos
en el espasmo
algo de fósil cavernaria
de saliva inmóvil
de ternura y asco.

Don Juan trasnochado

qué luego llegaste al panteón
del arrepentimiento
qué afán de penitencia ahora
levanta el telón don tenorio
la escena anterior fue tu engaño
deja ya el ridículo
te lo exigen
estos tiempos
Inés
sobre la tumba
te lo ordena.

En el parqueo

entonces
no encontré la contraseña
y revolví
y busqué
y volví a revolver
y tiré la bolsa
y maldije
y lloré
porque algo
estaba fuera de control
abandonado en el sueño
despojado y mudo
como mi bolsa.

Independencia

Estrangulada
entre dos tiempos
ella frente a la puerta
el cordón umbilical
revirtiéndose
impredecible vínculo femenino
atando fuertemente
como nunca antes.

Informática

Cuando ya no esperé encontrar tu nombre
en la pantalla
y no me asustó el silencio
cuando ya no fuiste referencia en el tiempo
cuando la lejanía fue real
el olvido había borrado nuestros mejores archivos
éramos dos usuarios anónimos
en una intemperie infinita.

La buena de la novela

a veces
nostálgica
me formulo
las preguntas obstinadas de las novelas rosa
y digo serás tú el hombre
existe en verdad el destino
y me río ni destino ni hombre ni nada
solo la ilusión pasajera
el recuerdo lujurioso que se queda.

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UN NIÑO DURO DE PELAR [Mi poema]
Humberto Fierro [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Tan duro era ese niño de pelar
que puesto a hacer perder la compostura,
-si adulto se diría un caradura-,
dejaba sin aliento al verbo amar
pues no paraba nunca de incordiar
uniendo una locura a otra locura.

Conscientes que debían de educar,
-saliendo a torear al niño, un miura
que tanto les hacía de rabiar-
los padres se tuvieron que aplicar
con riesgo a les pudiera cornear
poniendo hasta en peligro su cordura.

Inquieto era ese niño, tan travieso,
tan lleno de inquietud, tan inconsciente,
-diría se reía de la gente
o a veces la quisiera dar con queso-,
que aquello remataba con un beso
feliz con su mirada sonriente.

Mas cuentan Dios les quiso compensar
del hecho y su paciencia con la gloria.
Yo hoy traigo a colación de la memoria
los ratos que debieron de pasar.
El niño es hoy un joven a imitar,
los padres los championes de esta historia.
©donaciano bueno

Los #niños son todos pesados? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Humberto Fierro

TU CABELLERA

Tu cabellera tiene más años que mi pena,
Pero sus ondas negras aún no han hecho espuma…!
Y tu mirada es buena para quitar la bruma
Y tu palabra es música que al corazón serena.
Tu mano fina y larga de Belkis, me enajena
Como un libro de versos de una elegancia suma.
La magia de tu nombre como una flor perfuma
Y tu brazo es un brazo de lira o de sirena.
Tienes una apacible blancura de camelia,
Ese color tan tuyo que me recuerda a Ofelia,
La princesa romántica en el poema inglés,
Y a tu corazón de oro… de la melancolía
La mano del bohemio permite, amiga mía,
Que arroje algunas flores humildes a tus pies.

EL FAUNO

Canta el jilguero. Pasó la racha.
Entre los mirtos resuena el hacha.
La rosa mustia se inclina loca
Sobre su fuente, cristal de roca.
El fauno triste de alma rubia
Tiene en sus ojos gotas de lluvia.

LA NÁYADE

Me creía orgulloso
Y un corazón muy seco,
Viviendo en mis dominios
Como un hidalgo tétrico.
Juzgaba que mi gusto
Fragante a tomilleros,
Era matar la corza
Batida por los perros.
Y al deshojar un día
Las rosas del Deseo,
Bañando las distancias
En luces de oro viejo,
La sorprendí en un claro
Que hacían los enebros
Y entre las rubias frondas
Los céfiros traviesos
Mecían el columpio
De un Fragonard de ensueño…
Yo la llamaba Náyade
Por sus marfiles griegos
Y por su talle lánguido
Como los juncos tiernos.
Me sonrió unas veces
Con un silvestre miedo,
Como la sensitiva
Que va a plegar sus pétalos;
Mas ¡ay! no era un espíritu
De encadenar con besos:
Temía despertarme
Pues sé que siempre sueño.
Y al fin, un dulce día
Se hundió en el lago eterno
Dejando entre mis manos
Los círculos concéntricos…
Y fuimos desgraciados
Y siempre lo seremos.

DILUCIDACIONES

Quizás la bondad única que recibí del Orbe
Es la de ver muy claro mi propia pequeñez.
El Ocaso de mi alma ni una mirada absorbe,
Ni una mejilla fresca baña de palidez.
Desvanecióse el ansia de la sabiduría
Desde que me visitan la Noche y el Dolor,
Yo no creo que un sabio pueda con su alegría
Borrar la certidumbre de un simple trovador.
Y todo lo que ahora conozco de la vida
Es que me encuentro triste de ser y de pensar …
Mi Musa es una sombra que guía mi partida
Con la fatal ceguera de una ola de la mar.
¿Qué escrutas, alma mía en esta eterna esfera
Si fuera de ti misma no tienes qué perder?
¿Por qué tornas los ojos, insólita viajera,
Si el llanto que tenías ya no te ha de volver?
Mis viejas ambiciones durmieron incoloras,
Mis sencillos afectos y mis odios también;
Y lejos de la playa de creencias sonoras
No sé mentir consuelos, ni quiero que me den.
Queda entre los recuerdos mi juventud amada
Que no ha de acompañarme con la desilusión,
No quiero buscar glorias ni quiero buscar nada,
¡Porque en cualquiera senda me pesa el corazón!
Me han familiarizado los días de fastidio
Con la idea rosada de tener que morir …
Yo no tengo Pegasos … Voy cansado al Exilio
¡Y no cantaré nunca la dicha de vivir!

NUESTRA SEÑORA LA LUNA

La luna vertía
Su color de lágrima.
Por una avenida
De espesas acacias,
Llegaba a la orilla
Del agua estancada
La desconocida
Pareja que hablaba
De días pasados.
Una historia maga
De citas y besos,
Una historia clara
De alegres sonrisas.
Los cisnes soñaban…
La luna vertía
Su color de lágrima.
Hasta la avenida
De espesas acacias,
Llegaba otra noche
La voz apagada
De otra pareja.
El interrogaba,
Ella respondía…
Era una lejana
Historia de amores
Ya casi borrada,
Una historia turbia
Que tenía clara
La angustia presente,
El interrogaba…
La luna vertía
Su color de lágrima.
Otra vez de luna
La avenida blanca
Estaba desierta.
No turbaba nada
El tedio infinito.
Ni la historia maga
De citas y besos,
Ni aquella lejana
Historia de amores
Ya casi borrada.
Estaba desierta
La avenida blanca.
La luna vertía
Su color de lágrima.

(De Poetas parnasianos y modernistas. Puebla: J.M.Cajica,
1960. Colección Biblioteca Ecuatoriana Mínima)

SUEÑO DE ARTE

Blanca estela dejaba el cisne blanco
En las mágicas aguas andadas

Y en gallardas y suaves balanceadas
Me mostraba la seda de su flanco.
Desde el césped frondoso de mi banco
A la Milo de mármol enlazadas
Trepaban las volubles lanceoladas

A ocultar el divino brazo manco.
Armoniosa la tarde descendía
Paipadeando su luz con agonía.

Ya la estrella de Venus fulguraba.

Y mirando unas flores abstraído
De repente salté muy sorprendido:
Impaciente Pegaso ya piafaba.

LA TRISTEZA DEL ANGELUS

En la puerta de piedra que le musgo lento cubre
he descansado viendo que se deshoja el día,
en las puertas de piedra de donde a fin de Octubre
veíamos Ponientes de equívoca alegría.

He aguardado el Angelus que su sonrisa abría
para Nuestra Señora la eterna Poesía.
Y he sentido el perfume silvestre, como antes
en el paisaje humilde que Mollet firmaría,
y mi corazón y mi alma delirantes
se dan sin condiciones a la melancolía…

A la melancolía, que invita a esta hora
a oír largamente el agua y el ruiseñor que llora.

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COMO UNA COMPRESA [Mi poema]
Valeria Mussio [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

La vida me he tragado a borbotones,
cansada de aguantar ya no es traviesa,
que soy lo que se dice una compresa
insulsa, sin atisbo de pasiones,
que va soltando el lastre que le pesa.

No encuentra ya el placer aunque lo tiente
así que permanentemente besa,
consciente de él hablar ya no interesa,
que hay tufo de apariencia maloliente
y siempre la razón la pinta espesa.

Él sabe que aunque tienta que no siente
que más que ser amado es consentido,
su rol es soportar cualquier berrido,
debiendo resistir a esa corriente
mas nunca darse debe por vencido.
©donaciano bueno

Tan #desechable...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Valeria Mussio

nadia comaneci

la cintura quebrada hacia atrás
de nadia comaneci y la única
sonrisa que dirige al terminar
la rutina. ver su nombre en el diario
y al lado la palabra
“perfección” durante
toda la década de los ’70 tener
14 años y ser una estrella
de rock en rumanía. los marcadores
no estaban listos para ella: 1,00
por cada vez que su abdomen la impulsa
hacia la barra alta
como por arte de magia
¿alguna vez
viste a alguien bailar en el aire
y caer
con gracia sobre
sus rodillas?
nadia comaneci es nombrada
héroe del trabajo socialista, nunca
le temblaron las manos ni
los pies sobre la viga, diría
era casi un robot de asalto
comunista. no, claro que no
si se es pequeña las cosas
invaden con más
fuerza cuando se es pequeña
no se está lista
para vivir el exilio de los padres no se está lista
para ser la heroína de toda
una nación nadia comaneci
corre
por un bosque rumano
de la mano de un traficante
de personas y cae
sobre suelo húngaro y cae
mientras corre cae
y respira.
deja rumanía y la URSS se cae
a pedazos, ceausescu
también cae
fusilado en navidad, el muro
de berlín se destroza y cae
en el eterno loop de la vuelta
del ángel sobre las barras asimétricas se repite
lo que solía escuchar de mi madre
señalando los pies de nadia en la colchoneta
al terminar cada ejercicio “ves
lo único que de verdad importa
es la manera elegante con la que aterrizamos en la tierra”

el sol entraba por la ventana solo para pintarnos las piernas

y vos estabas conmigo
y teníamos el pelo muy largo las dos,
yo tenía una fantasía vos me ponías
flores blancas y me hacías
trenzas hasta la cintura. al otro día
me mostraste una acuarela
de una chica que era
ojona y con cara de turca como yo
tenía flores por todo el pelo y me dijiste
“no sé, ni idea de dónde me salió”

si tuviera que reconstruir nuestra historia
sería algo así: estábamos desnudas en el suelo
tu pelo rojo tenía tonos naranjas a la luz
tu piel algunos tonos verdes, yo me arrodillé
y vos miraste hacia arriba, tus ojos
también tenían tonos verdes,
puse mis dedos como una pistola
que apunté justo sobre tu boca y dije
“te equivocaste
fui yo la que nunca te quiso”

cumplís los años el mismo día que trotsky,

camus y marie curie ¿podés creer
todo ese poder
en una sola fecha? en mis fantasías tenías
una harley y yo reconocía el sonido del motor
tres cuadras antes de que llegaras. acá estoy yo,
con mi vestido amarillo que solo existe
en mi imaginación y un pañuelo en la cabeza,
estábamos listos para tomar ruta llegar
a jujuy buscar a alfonsina, atravesar
el monte encontrar perú y bailar
con kevin y roberto

en perú si compran una birra es
porque compran dos. ojalá fuéramos así como ellos,
ojalá tuviéramos nombres de cometa,
tu banda siempre me pareció muy aburrida
pero vos sacudías bien el pelo entonces
enamorarme me pareció prudente en ese momento

siempre pensé que se ama con la misma intensidad
con que se unta manteca en las tostadas
en casa ya no queda nada en la heladera,
en casa apenas hay dos sillas y una mesa y quizá
nos fuimos escapando de eso

llegamos a colorado y bailamos el zapateo creek
en texas te esposaron sobre un auto, casi
caímos por un acantilado brillabas tanto
que todo el tiempo tuve miedo de estar dentro
de un episodio de supercampeones,
que patees la pelota y tarde cuatro minutos
quince segundos en llegar al arco, despertarme
y darme cuenta de que hace tres años que estoy en
coma.

el movimiento reversible de las olas que se lleva todo para adentro

yo tenía algo de cinco,
ella quizá diecisiete,
y creo que ese era el momento
de mi vida en el que más la amaba

un gran cuerpo de arena
húmeda se formó cerca de la orilla.
con mi hermana nadamos un poco
y subimos a la isla

caminamos por un rato largo
nos estábamos riendo,
estábamos jugando, hasta que
yo hundí un pie en el límite

la isla se deshizo
casi por completo
y yo caí al mar que ya no era
la orilla y tenía algo de
cuatro metros de profundidad

mi hermana saltó e intentó
sacarme ella sola del agua
la vieras, es tan flaquita
yo no sabía nada, yo
solo tragaba agua y apretaba
su cuello con mis brazos
hundiéndola conmigo

nos sacó alguien que hacía
surf por la zona. el bañero
no se inmutó, mamá
y papá en un principio se rieron
cuando nos vieron tan mojadas

mi estómago lleno de sal se hinchó
muchísimo, por primera vez tendría recuerdo
de lo que es tener dolor dentro del cuerpo
no olvidaría nunca
el dolor dentro del cuerpo

entonces yo siempre miro el mar ¿no?
como ese domingo en la isla. el mar
se comía la arena, el mar
me había venido a buscar de nuevo

porque cada vez que siento
que no puedo entrar en ningún lado
cada vez que reaparece el dolor
en el centro del cuerpo, mi cuerpo
se llama a volver al único
que lo deseó tanto
como para tragarlo por completo.

y cómo no vas a enamorarte de esta chica

nunca nadie pensó muy bien de vos querida
estabas ocupada queriendo
que un chico te pasee y tus amigas
se fueron cansando. te quedaste
dormida siempre y siempre
llegaste tarde a trabajar cinco minutos
antes de que cierre el local pediste
que te vendan todo y titubeaste
por horas
antes de decidir si vainilla o chocolate o si
no, querías
una amiga para siempre
y sumaste un millón de años de amigas
a cachitos, te dio hambre
a las 2 de la mañana y en la oscuridad
no encontraste la heladera, sino un agujero
en la pared que te transportó a la fiesta
más aburrida de tu vida. es decir,
la más divertida, en la que las chicas lindas
bailan sin moverse demasiado, tu amigo
siempre está listo para irse de manos
con tal de sentir un estímulo volcaste
una birra entera llegando al suelo
al menos tres borrachos te gedieron pero
vos bailabas como si fueras la reina de todo
bailabas
como si nadie te mirara
bailabas
como si nadie más existiera como si
fueras la única importante porque
sos de hecho la reina de todo y nunca
te importó tanto que no te quisieran los demás, y porque nosotras
te queremos como a nadie sos
nuestro equipo preferido sos
pasión desde la cuna hasta el cajón sos
en este superclásico que es la vida
tu barrabrava se llama 1 porque sos la mejor
nosotras somos tu tribuna del amor
todas siempre vamos a ser hinchas de vos

gauchito

la peluquería de caballeros que cerró
se convirtió en un local de la UCR

o mejor

en una fiesta de gauchos que cabalgan
y ceban mate con ginebra

voy a rezarle al gauchito
para que duermas mejor

sos un yuyo que rompe la pared
y crece para arriba

vas a vivir para siempre

te cebo un mate con miel que dice
podés entrar a mi casa

así
nos abrimos al cariño

en la mesa quedó una fuente
con restos crujientes de papa

con ojos de nena
la rascamos a escondidas

te miré y te toqué la frente
vas a vivir para siempre

le recé al gauchito por eso
vamos a vivir para siempre

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A ESA BENDITA PLAZA [Mi poema]
Magali Alabau [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

A esa bendita plaza,
del corazón simbiótico de la ciudad más linda,
a los pies desnudos del Pichincha,
esa alhaja de plata
¡coso de leyendas confidente
de dimes y diretes de la gente!
mística y creyente
en la que la historia se hizo historia
y los indios y los indianos reivindican tu memoria.

Ahora de la independencia, otrora plaza grande,
de leyendas preñada,
en el centro el libertador la espada blande
pregonando por los cuatro vientos a los andes,
de las Américas su derecho de pernada.
Eres del Ecuador plaza vistosa
por el colorido de tus visitantes regalada,
angostas calles, sin mácula, casas abalconadas,
¡eres hermosa!
de insignes iglesias y conventos rodeada,
bella entre las bellas por los cuatro lados biselada,
más que plaza eres un amor, como una diosa.

En tus entrañas el grito se hizo voz,
que, atónitos, los dioses en las iglesias repitieron
y a esa orden repicando las campanas les siguieron,
tal fue el clamor y tan atroz
que hasta los que entonces obstáculos eran se rindieron.
¡Eres tú, joya serena!
arropada por la ilustre catedral,
de Carondelet, el palacio municipal y arzobispal,
que hasta en la noche, cuando ya dormida sueña
vigilantes siempre están cuidando de su dueña
para que nadie intente su decencia mancillar
y que todos de tu presencia podamos disfrutar,
pues aunque sólo sea verte plácidamente reposar vale la pena.
©donaciano bueno

La llamada “Revolución de Quito”, “Revolución Quiteña” o “Primer Grito de la Independencia” fue un proceso que comenzó en Quito a finales de 1808, estalló el 10 de agosto de 1809, y finalizó para el año de 1812.

MI POETA SUGERIDO:  Magali Alabau

Poema 13

Desgajados los ojos
chorrean de lo gris lo blanco.
La ventana es un vaso rectangular
donde nada un papel con palabras.
Las manos deslizándose sobre la superficie lisa
una ofrenda al tiempo.
Los ojos desgajados mirando la ventana
convierten todo en blanco.
Viajes al papel sin líneas,
austero el día de palabras cuajadas.
melancolía es lo gris chorreando blanco.

Poema 34

El sueño recurrente.
Llego a la isla.
Un valle de mar rodeado por un muelle
Oscuro el amanecer
Un avión aterriza
y deambulo buscando.
Hay que montarse al avión.
Se va.
Busco a alguien
no sé a quién
El mar
El avión arranca.
Aterrada lo miro
Sola en la isla, en un muelle.

IMÁGENES

Cuando creí que ya me había olvidado
de las imágenes del ghetto de Varsovia,
de macilentos cuerpos
maltratados,
cuando creí me había olvidado
de cómo ataron los tobillos
y las manos,
y desnudos
fueron arrojados en las fosas
turbulentas
de lodo,
llegaron las fotos
de esos infelices
que murieron de frío.
Cuando me disponía a tomar el
avión para encontrar
el territorio del futuro
me han puesto al frente estas imágenes
de estrujados cartuchos
que pudieron ser tú o yo
o uno de ellos
con quienes yo jugaba a las muecas en Mazorra.
Cuando apenas me olvidaba del olor a gas
o de las filas de seres indefensos que rezaban en cuclillas
o de sus cuerpos sin vida
inermes en la sala
adonde entraron aterrados
descubro tu cara revirada y sin rasgos.
Apenas colocando mi maleta de viaje,
en la extrañeza de esas aportaciones
de la imaginación,
llegaron las imágenes.
Me prometieron que
las maletas llegarían
que seguirían mi rumbo
detrás de las asignaciones
y las líneas o colas como en Cuba se llaman.
Entramos dócilmente al camión
y fue ahí donde nos dejaron.
Reconozco tu foto.
¿Cuántos años
para hacer de tu rostro
una máscara de cal
pidiendo auxilio?
¿A qué nivel de una tarde cualquiera
me has traído
cuando ya me había olvidado
del orden impuesto en Birkenau
o en Auschwitz?
¿Tendrá alguien la imaginación
de descartar el orden
y ver el caos en ese planeamiento
de la infamia?
Yo conocí el cadáver
con blancas sogas en las manos
reposaba ya quieto
con su tarjeta de identificación,
desnudo, tapándose la pelvis
un noble gesto de pudor
ante la muerte.
Yo lo conocí, hablábamos.
Me enseñó su encía protuberante
los dientes amarillos que le ardían.
Viendo pasar esas maletas
por la rampa pienso
en aquellos judíos que hicieron
lo inimaginable.
¿Qué harías tú si un día
llegaran a tu puerta y te dijeran recoja la maleta?
¿Tendrías tiempo de tragar el veneno
que escondiste por si el momento llega?
Debe existir alguien
que no pudo aguantar la pesadumbre
diaria de estos seres.
Sí, alguien que existe en Sobibor
o en las afueras del Cotorro o de Treblinka
que haya derramado una lágrima cuando Carlos
fue tirado del camión al hueco
sin apenas un trapo cubriéndole los ojos.
Y tú, ese otro sin nombre,
¿qué gritos diste que aún
reverberas en mis sueños?
¿Qué gesto de entrega me has confiado
para yo recordarte en un poema?

LA CASA ESTA CERRADA

La casa está cerrada,
oye a la lluvia
respirar contra el piso.
Espero como siempre
sin esperar a nadie.
Espero mis latidos
con ganas que vislumbren
a las apariciones.
La lluvia contiene mi insistencia,
mis agravios persisten en la queja.
Espero al enemigo agazapada,
jugando a quién
se rendirá primero.
Siento el ruido de los pasos
en mis huesos,
en la dificultad de cada uno,
en ese movimiento equivocado
que traiciona.
Ahora voy hacia afuera
deseando estar adentro.
Espero como esos animales
que no saben hablar de sentimientos
que buscan un pedazo de algo
que no saben
mitigar el dolor en el abdomen.
La noche se abalanza
hacia la lluvia
monótona, severa, injusta.
¿Qué soy en esta bruma?,
¿semilla enterrada que se hincha?,
¿larva que el agua no soporta?
¿Soy sonido o temblor?
Un ente separado
que araña la cal
de las paredes
con su ruido.
Estoy en estos filamentos
de las gotas,
percatada de que en cualquier
momento mis fantasmas podrían
concretarse.
Hoy es Trotski,
su perra Maya,
la aurora,
el agua empantanada,
la carta que llega
y no respondo,
un sinnúmero de sueños,
el amor a los perros,
ese agarrarlos contra el pecho
y cuando mueren
encargarse una
hasta el último
detalle
y destello.
Parto
y pérdida,
la reducida piel, los otros ojos,
inevitable calvario de la espera.
Por más que quiera olvidar
las horas, la monotonía del día,
me despierta el ruido de la lluvia,
el movimiento de las hojas,
la caída del papel al piso,
la posible llamarada
prendiéndose en un fuego,
la falta de voluntad
que informa lo imposible.
Como un árbol marcado
esperando la herida
estoy ya sin moverme.
La herida que no cierra
que circula en el cuerpo
que demarca viajes,
peripecias y olvidos.
No me acuerdo de tu nombre.
¿Dónde has ido?
¿Hacia el paraje donde el bosque
termina, escapando
mis tormentos?
El alba te cura cuando muere,
el sol te aliviará cuando aparezca,
el canto de las ramas
apuntará la herida
en que me escondo.

IRME

Esta idea de irme
se la debo a George Gershwin,
a Billie Holiday,
a Janis Joplin.
Esta idea de quemar las naves
se la debo a John Updike,
a William Faulkner,
a Fitzgerald
y a Dos Passos.
Cuando me faltaban las raciones
y eran de baking soda las frituras
y llena de pobreza
llevaba compradores de muebles
a llevarse los vestuarios
y las joyas a escondidas,
me elevaba
esa música de un país
lleno de nostalgia.
Cuando esperaba
esa noticia milagrosa
telegráfica y telegrafiada.
dando el sello a mi destierro
era Gershwin con sus
acordes victoriosos,
quien me animaba
a pensar
en el futuro.
Sentada en el sofá
en uno de esos muebles
que nunca fue intercambio
de unas libras de arroz
o de unos huevos
esperaba que Billie
entrara
en la sala sin luz.
En cualquier momento
cantando alucinada,
me despertaría
avisándome de un fuego
que uno de sus cigarrillos
dejara en el colchón.
Y aquel fuego
provocado
por eso de no saber
dónde, vida, me mandabas,
a qué cuarto
a qué antro
aquel fuego
reforzaba la idea
de esa grandeza innata
del lamento.
Summertime en mi maleta
escasa,
con ese monedero
tan vacío
en ese registrar en vano
de qué es lo que permiten
que una lleve.
Me quitaron
lo irremplazable.
Todo lo que yo quería
lo dejé en esos
días de verano
días calurosos de plazas
y bosques en La Habana,
esa gloria del mar
y el malecón entero.
Dejé todo en esas casas,
dejé rostros
que no extraño
pero que quise o aún quiero.
Dejé esas noches
de paseos sin rumbos
tocando las ceibas
del camino,
dejé la risa en esas
piscinas del Hotel
Havana Hilton
que Janis
me hacía recorrer
de arriba abajo
sin pensar siquiera
que el hambre me asediaba.
La espera,
aún el tocadiscos toca
y aún la presidenta del comité
pregunta:
Anoche ¿no hubo un fuego
en el apartamento?
Y le miento a todas anchas
porque en esa fecha
y en esas omisiones
estaban todas las mentiras
perdidas de mi vida.
Era un ensayo -le decía
de una obra teatral,
no, no era fuego real
de esos prendidos
por el ocio
y por la angustia.
Y cada vez que concurría el miedo
a que me encierren
en esos calabozos de la Habana,
específicamente del Morro de La Habana
o en la Villa Marista
me decía confesaré enseguida
que ni me enseñen
los instrumentos
que ni tres perros
confesaré enseguida.
Miento.
Me escapé.
No soy hermana de esa
ni de la otra.
No tengo a nadie que me reclame.
He inventado un drama,
un buenísimo drama,
que soy hija adoptiva
de alguien inexistente
que soy la hija de Isis,
de la metrópoli,
del sol,
del siglo de las luces,
del quiero irme a otro planeta,
que estoy al vuelo
con esas notas
altaneras
que me dictan
los triunfos
que me esperan,
que me dicen que cabalgue
a Waterloo,
que me sumerja
en el mar,
que vea los peces
de colores,
que haga como ellos
y escape a las pirañas.
Que sí, que si puedo escapar
por ese invento
invento, invento.

Cuando me fui de Cuba
subí a ese avión
casi borracha,
sin vino
y sin licores.
Recuerdo que rezaba
run, rabbit, run.
Me fui de la prisión
que más quería
para hacerme, al fin,
ciudadana del mundo.
En esa caminata
entre la pecera
y las alas del falcón libertario
donde abandoné todos los amarres
porque me halaban
los zapatos
oí a Gershwin
oí a Faulkner.
Para romper con esos ligamentos
de mi infancia
y dejar crecer la culpa
me puse en los oídos
algodones del Norte.
Atrás dejé los taconcitos,
las falditas,
los ajustadores,
las risitas,
los disimulos
y las condescendencias,
y Janis, riéndose
y haciendo señas me gritaba
obscenamente, muérete
andrajosa, muérete
y olvida.
Vive este círculo
de música
de cigarrillos
de libertad restregada que hasta
los negros tienen.
Desvístete,
quítate el colcrín
y el maquillaje,
rómpete en dolor
y acompáñame
en este desafío
a mi hotel
donde te enseñaré cómo se muere.

La forma desaparece.
La música dispara más que algún
revólver.
Devuelve a ese ángel,
esa otra llave
que nos da la salvación.

En el avión,
cuando sirvieron Coca-Cola
creí que era champán.
En ese momento tan triste,
tan desgarrador,
en que mis conciudadanos
pasajeros
guardaban cartuchitos
de la tierra en que nacieron,
me dije,
al fin el mar.
Mar azul
mar de Gershwin
mar de mis sollozos
mar de la historia
mar azul de libertad
mar de amor
mar donde puedo
ser lo que soy,
mar de Janis,
mar de Faulkner,
mar de Sylvia Plath
mar de Anne Sexton
y de todos los muertos,
mar al fin,
mar.

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CANCIÓN TRISTE [Mi poema]
Irene Vallejo Moreu [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Camino sin caminar,
voy mirando más no veo,
¡qué difícil es pensar
y aún más difícil soñar
entre tanto desespero!

En los misterios no creo,
ni creo en el más allá,
triste me quedo al andar
y al infinito mirar
y divagar mientras muero.

Con mi vida no me hallo,
que es tan difícil vivir
que en mi empeño como y callo
como si fuera un vasallo
que no para de sufrir.

No os pido que me sanéis
de este mal que a mi me aqueja,
no quiero que de esta queja
saquéis una moraleja
ni mi dolor perdonéis.

Mi vida ya os he contado
en estos renglones tristes,
no pretendo que el pasado
a tornar vuelva a mi lado
al dolor que se resiste.

Que este penar desigual
no acabe en una condena,
yo suplico al dios del mal
que en el momento final
no castigue mi alma en pena.

En hora buena nací
y en mala hora me muero,
y aunque no quiera morir
quiero dejar de sufrir,
de cadenas me libero.

Mi alma es una prisión
y mi cuerpo el prisionero,
quitándome el sueño son
misterios de la razón
que más soportar no quiero.

La muerte es un fenecer
para de nuevo vivir
y otra vez vuelta a nacer,
desarrollarse y crecer
y nuevamente morir.

Así el mundo fluye y fluye
en esta noria maldita,
cada cual dribla y rehuye
y en su vagar restituye
y en su penar participa.

Que en la vida suena el gon
que anuncia el punto final
y aunque nos siente faltal
se prepara el funeral,
ya no existe solución.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:   Irene Vallejo

LO HEROICO

Soy la tenacidad de dar
-de darse-, ¿cómo recobrar mis fueraza?¿Mis fuerzas?¿De quién?
Soy el desgarro, quien subyace, fronterizo,
y se detiene, entrecorta su voz,
sabiéndose frágil, pedernal que oscila
y muta.
Soy el tránsito entre el héroe y su naufragio. Soy Eneas. Soy nosotras
también;
el que muta, quien reescribe la historia con un líquido susurro,
el hacha
que esgrime tu ternura. Soy una fuga constante y soy conquista,
la hendidura, casi siempre. Ella.
Hay algo en mí que no recuerdo. ¿Soy?¿Entonces, quién?
Un hombre también, una mujer
que sostiene al padre y levanta al hijo.
¿Soy Eneas?La que nunca
permanece idéntico a sí mimo
en lo pleno. En la plenitud vacía
o incompleta: mi heroísmo. Me quieren firme, inamovible.
Conforme al arquetipo. Pero
quien soy
vacila y cae y se levanta y cae, construyendo a veces,
diseñando un cielo rebosante
de latidos, galardones y cenizas.
Soy y fui y seremos débiles y errantes, condenados al origen invencible
del amor.

Poema de despedida

«Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame».

Lanzadera

Sobre el encrespado mar de lana
la madera une en su vaivén
el día y la noche,
veranos e inviernos,
consciencia e inconsciencia,
la vida y la muerte de Penélope
que inspira y expira,
expira e inspira
una y otra vez.
Veloz, regular, infatigable,
la lanzadera jamás rebela
en qué puerto está la luz,
en qué puerto las tinieblas.

Frases de «Manifiesto por la lectura»

01.
Las palabras son un hechizo cargado de futuro.

02.
Imposible debe ser soñado primero, para algún día hacerlo realidad.

03.
(…) Los libros han sido botes salvavidas para nuestro tesoro de palabras en los naufragios del tiempo.

04.
Puede que las palabras impresas no sean sino fantasmas de voces o sombras de mentes, pero nos importan.

05.
(…) Por eso, la lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecer lo que nos salva.

06.
Pero, en los cuentos, los pequeños, los débiles, los frágiles poseen siempre un talismán salvador…

07.
Somos la única especie que explica el mundo con historias, que las desea, las añora y las usa para sanar.

08.
El tiempo de cada lector se alarga por la confluencia entre la realidad tangible y el pasado reconstruido. La máquina del tiempo existe: son los libros.

09.
Gracias a la lectura, hemos desarrollado una anomalía llamada «ojos interiores». Descubrir los personajes de una historia se parece a conocer gente nueva, comprendiendo su carácter y sus razones.

10.
Muchas veces un pueblo duerme como el agua de un estanque un día sin viento, y un libro o unos libros pueden estremecerle e inquietarle y enseñarle nuevos horizontes de superación y concordia.

11.
El hábito de leer no nos hace necesariamente mejores personas, pero nos enseña a observar con el ojo de la mente la amplitud del mundo y la enorme variedad de situaciones y seres que lo pueblan.

12.
A veces encontramos en una página, prodigiosamente transparentes, ideas y sentimientos que en nosotros eran confusos, y así el oficio de vivir nos resulta menos caótico. En lo leído está el vocabulario de nuestras vidas.

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AIRE, AIRE… [Mi poema]
Lillian Moro [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Aire es, aire que penetra
las paredes de mi alma,
aire que le trae la calma
a ese magma analfabeta
de aquesta mi mente inquieta.

Aire es, aire que desliza
y susurra en mis oídos,
que se impregna en mis sentidos
como ser en buena liza,
como si fuera una tiza
travisuela y pizpireta
que dibuja en la meseta
un revuelto garabato
que se eleva desde el suelo
desafiante hasta el cielo
y provoca mi arrebato.

Aire, tu eres revoltoso,
dulce, pícaro, molesto,
de las damas indiscreto,
de los hombres talentoso,
que en invierno yo detesto,
como brisa, primoroso,
que te cuelas sin permiso
en los más bellos rincones,
la envidia de los mirones,
a ti es, a quien nadie ha visto,
que hoy dedico estos renglones.
©donaciano bueno

Yo a veces me he preguntado si ese dios que tanto buscamos no fuera el aire.

MI POETA SUGERIDO:  Lillian Moro

PIEDRAS EN LOS BOLSILLOS DE VIRGINIA WOOLF

Las toscas piedras llenaban tus bolsillos
porque no pretendías quedar flotando
como la dulce Ofelia.
El bastón lo dejaste colocado en la orilla
sobre la hierba húmeda.

El río te aguardaba.

Los aviones enemigos sobrevolaban
el cielo gris de Londres.

El río te aguardaba.

La gasolina escondida en el garaje
dispuesta para arder
antes de que tumbaran a patadas tu puerta
resultaba una opción demasiado dramática,
estridente.

El río te aguardaba,
te prometía un tránsito discreto
arropada con algas,
acompañada de diminutos pececillos.

A veces pienso
que quizás el impacto de tu cuerpo
con el agua tan fría
te hizo reaccionar,
pero ya tus gélidos y agarrotados dedos
no pudieron deshacerse con rapidez
de las pesadas piedras;
y fueron incapaces de mantenerte a flote
los adjetivos exactamente colocados,
los nombres tan cuidadosamente escogidos
en cada uno de tus párrafos
en esas construcciones sostenidas por un hilo invisible
donde la trama y el estilo y la vida
son una misma cosa;
no te ayudaron las últimas pruebas
que corregiste con esmero,
la desazón, las dudas ante un final que no te convencía
en tu última novela.

Este final tampoco.

Pero ahora te estás hundiendo sin remedio.
Imposible la segunda edición.

Lo primero que encontraron fue el bastón en la orilla.

LA HABANA

Como el amor
te adhieres en el alma con tu susurro melancólico.

Decir amor es recordarte
abrazada por álamos suntuosos,
con raíces que escarban tenazmente la tierra
buscando un asidero contra el feroz olvido.

Ciudad enardecida
entre densos vapores de sudor y lavanda,
te aquietas, sin embargo, aletargada, soñolienta,
con la apacible dejadez del verde humedecido
de tus jardines descuidados.

Te vuelves múltiple y diversa
en las piedras estoicas de las columnas y los muros,
los muros de las casas desvencijadas, carcomidas,
de puertas siempre abiertas,
con paredes rajadas por la desesperanza,
piedras que van cayendo con discreción solemne
al compás de la ruina,
como sordos latidos de un corazón exhausto.

Sembrada en adoquines o en asfalto,
impávida ante el tráfago de almas o gorriones,
transitada por miedos vestidos de paisano,
te alzas crepuscular, magnífica, maltrecha,
con tu belleza mórbida embadurnada de consignas.

No importan la erosión del polvo y el salitre,
la sordidez de las perennes cucarachas,
las aguas pestilentes,
los amorosos perros abandonados a su sarna,
los gatos del terrible festín de los hambrientos,
los cuerpos que se compran y venden por las sobras:
ciudad de socavones como desgarraduras
de un alma que no sana,
que no puede cerrar su herida, su desastre,
cada día aumentado como un remordimiento.

Oh ciudad dibujada con volutas de humo,
movida por el son que conjura la muerte,
nacida de la cópula del sueño de unos dioses:
ángel de la bahía,
alas empegotadas de melaza y penuria,
vulgaridad y alcohol,
permaneces, no obstante, con tus muertos ilustres,
con tus medias palabras contra toda retórica,
porque lo tuyo es resistir.

Quiero decir amor pero digo La Habana,
su metáfora.

JOSÉ LEZAMA LIMA

dónde los libros,
los empolvados, los queridos;
dónde el helado de fruta en sutil equilibrio
sobre el barquillo tan crujiente;
dónde la brisa que casi apaga el oloroso habano,
la Avenida del Puerto, las tardes de aquiescencia,
y esa tranquilidad crepuscular que mitiga la sordidez del día;
dónde la bondadosa porcelana,
el diario milagro del café,
la taza pequeñísima que aún quedaba visible
entre los grandes dedos;
dónde las madrugadas del asma recurrente,
el horrible pitido entre pecho y espalda,
dónde la medicina que siempre llega tarde
de tan lejos, tan lejos;
dónde las confituras,
el festivo papel de celofán hecho para envolver todo lo efímero;
dónde la madre;
dónde aquellos amigos —los de entonces, los únicos—,
que se fueron marchando poco a poco
sin ruido de palabras;
dónde los manuscritos importantes,
y los menos también, el simple y olvidado papelito,
el apunte fugaz,
el verso suelto que no llegó a ser parte de un poema,
quizás escudriñado ávidamente
ahora que ya no estás para prohibir la entrada
a los esbirros ilustrados:
que no entren, no, a esa casa
en una calle de simbólico nombre: Trocadero;
dónde los libros dedicados,
los huérfanos zapatos,
las cartas de Eloísa;
dónde el miedo, Maestro, siempre el miedo
cuando entre madrugada y madrugada
ibas creando el Paradiso.

NOCHE EN EL ANDÉN

Eres el tren que se aleja en la oscuridad
mientras yo me quedo con los últimos gestos inútiles
de haber querido alcanzarlo
mi paso apresurado
pero ya se iba
un punto pequeñísimo apenas;
sigo de pie en este andén de provincia
con el desconcierto que dejan los intentos fallidos,
aquí en la misma oscuridad en la que el tren se adentra
siguiendo la ruta acostumbrada de su itinerario.

Hace frío en el andén de Ávila;
el viento del norte hiere lo que queda de mí
mientras el tren se pierde en el olvido
como todos los trenes a los que he llegado tarde.

CÓMO SE CANSA EL CORAZÓN O ESTO QUE SUENA

entre pecho y espalda.
Ya ves, funciona bien,
y sin embargo a veces parece que no puede,
que se niega a seguir empujando los días,
latiendo por sonrisas
o casi reventar cuando aparece el miedo.

Pero se llama al orden:
cómo palpita en su mecánica costumbre,
qué gran sentido de la responsabilidad,
del trabajo bien hecho,
qué tozudez la suya de prolongar el caos.

RÓMPETE EL PECHO CONTRA EL MUNDO

deja tus dientes en el semejante
y besa el rostro de la crisis,
hazle el amor al más insoportable
momento cotidiano del ganarte la vida
en que te juegas un poema
o los libros cerrados hasta quién sabe cuándo.
Trepa al cuello de la inútil mañana,
bórrale el maquillaje y hasta la luz del sol
tan favorecedora. Hoy todo se ha hecho para ti:
el caballo salvaje galopará llevándote,
el mundo será tuyo cuando ensayes
la caída perfecta
el equilibrio del vacío
el vértigo del aire que te besa
como jamás ninguna:
serás dios, serás fuego,
pero siempre quemándote, quemándote.

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FRENTE AL ESPEJO [Mi poema]
Marco Fonz de Tanya [Poeta sugerido]New

MI POEMA ... de medio pelo

 

Desnudo estoy mirándome al espejo
cual Dios me trajo al mundo,
me veo y no conozco, ya estoy viejo,
escuálido, encorvado, cual pellejo,
perdida la mirada e iracundo.

¡Santo y seña, señor! oigo gritar
detrás, ¡oh, espejo inmundo!
me niego a que me quieras retratar,
quien conmigo desee intimidar
habrá de investigar mi yo profundo.

¡Vil espejo de vidrio tan banal!
que a mi me pones triste,
presuntuoso, de vidrio o de cristal,
plano, inane, tan simple y asexual,
pues sólo reproduces lo que viste.

Sin alma pues no tienes corazón,
así pidan consejo,
no podrás emitir ni una opinión
sujeta a admiración o decepción,
eres poco, no más, simple un reflejo.

Mas no podrán tildarte de bribón,
plebeyos sean o ricos,
tratando igual a todos del montón,
sin discriminación ni distinción
ya sean ilustrados o borricos.

Así impida entender tu apreciación
tu honestidad admito,
no pudiendo entender mi humillación,
que insensible, no tienes compasión,
por ser tan natural te felicito.

Y así admita no tiene solución
por si lo oyes hoy te grito,
en el alma, agradezco aquí un montón
que hagas caso así sea una excepción
a mi cuerpo adornándome un poquito
a cambio que en mi verso aquí te cito.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Marco Fonz de Tanya

DE AMOR BAJO LA LUNA

De amor bajo la luna

En ese jardín donde no nos separaron como a Eloísa y
Abelardo
creamos el amor bajo el lado descarnado de la luna.
Las brujas me besaban mientras tú cerrabas los ojos
los duendes te besaban a ti y mis ojos huían
despiertos.

Dentro de la vegetación la noche era el monstruo
y ahí no llegaba el lamento del hombre
ni el de Tristán ni el de Isolda.
Dentro sólo llegaba el sonido del fraternal abrazo
entre
el vacío y el espanto.

No cometimos el error de nuestros primeros padres
que la piedra lleva en su memoria
y cuenta a las nubes sobre el primer jardín humano.

Y odiamos estar en estos cuerpos.
Y amamos el haberlos conocido.
Pues mi cuerpo es lo deforme del espíritu
y el tuyo la espina del alma.

Valiente aire nocturno consejero de amantes
tímida tierra espantada por el deseo.
Fuego que fue habla en el sudor de Eva
y Adán, hambriento de Lilith,
cuenta que cuenta la historia de Romeo y Julieta.

En ese lejano jardín de nuestra
historia
Novalis cantó a Sofía y Fausto a Margarita.

Entre simetrías de vuelo
Dante vio por vez primera a Beatriz,
Werther se suicidó
y yo te
agarré por la cintura como un demonio abraza
un sueño.

No puedo decir qué tan lejos estábamos de la
perfección.

Y odiamos tener boca y
sexo.
Y amamos el aprender a nombrarlos.
Pues mi sexo es la inspiración del caos
y tu boca el principio de mis palabras.

Es ese jardín lloramos nuestro nacimiento
que era el comienzo de nuestra muerte.

Y concientes del destierro
nos amamos entre tritones y sirenas
gárgolas y arpías
el dedo índice y el medio
entre Chiapas y el infierno.

Después

El cuerpo es el patíbulo,
la horca, el garrote vil,
la Dama Angustia.
El cuerpo es Los fusilados
se hizo el otro silencio
se cercenaron las manos
y de los muñones se asoman búhos
con curiosidad demencial.
El cuerpo es la lengua azul del ahogado
con olor de incendio de bruja
y del humo verde nacen flores
con boca de sabor a grito
con grito que empuña diamantes.
El cuerpo es la bolsa de plástico
que asfixia lo valioso del polvo.

Por el mediodía

Sobrevivir a la sombra
ya que tiene más de uno que uno mismo
monstruo de papel de china
duplica su tamaño y su maldad
en una profundidad tal que parece superficie
y camina abismándonos los pies
y se arrastra serpentina ofreciéndonos
la vanidad de ser más grandes,
más anchos, más cuerpos gigantes
del pequeño carne, ofreciendo
más luna encajada en la tierra
negra por el veneno de ella
salir vivo después de mirar la sombra
poza de un Narciso impresionista
labor de ciegos, labor de ciegos.

Instante

Entre los dedos la cabellera
que cae como cien trompas de elefantes negros
alas de ángeles dentro de un pozo.

La seda es curiosidad de cocineras
el aliento entre las manos del campesino
es una bailarina de tul en una cueva.

Jalón de este a oeste
en la mirada de un chino
donde el sudor lo hace rey del tornasol.

La inquieta mano del sastre
busca agujas y olfatea orificios
la nariz es la flecha de la destrucción.

Tiempo de borrachos

La palabra viaja más rápido que su significado
mi paso es vacilante y ya estoy en la esquina
la luz es lenta con su procesión de imágenes
nada me susurra al oído un pastor de sonidos
y de repente la mar de ruidos me lanza sus olas
y mi sonrisa idiota es sabia porque nace virgen
siento un beso arrancándome los labios
y la botella es la respuesta semiótica
a lo desarrapado de la lengua
Pasa mi calle en sentido inverso
y lo real es un aforismo
y un aforismo es hormiga en el cosmos.

Tiempo para el mago (Joan Brossa)

–¿Es usted el mago?

–No, yo soy el conejo del mago,
la luz y su huevo
el huevo del nacimiento multiplicado
y la sed de la chistera en el escenario.

Momentos

Vuela y pregunta a San Francisco de Asís
si su amor perdona
las ansias de la sangre
los desvelos de la carne
la premura de su instinto.

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EL RELOJ DE LA VIDA [Mi poema]
Manuel Martínez de Navarrete [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

(o el hombre que no deseaba envejecer)

Esta es la historia inventada de un hombre que, setentón,
soñaba con regresar a los años de su infancia.
Voy a parar, se decía, las manillas del reloj
y con mi dedo meñique retrasar sin dilación
hasta lograr situarle justamente en mi lactancia.

Y es así como ese día y otro día el buen señor
con denuedo a la tarea se sumía en su constancia.
Tan grande era su deseo, su empeño y su convicción
que hasta incluso por las noches dedicábale atención
para así ganar al tiempo la partida en su arrogancia.

Lo que en principio era un juego convirtióse en obsesión
que al reloj y a la moviola con frecuencia recurría.
Preciso fue la razón que se apareciera un día,
mirándose en el espejo viera con preocupación
como su cuerpo cambiaba y cómo se envejecía.

Moraleja:
Que nuestro tiempo es el que es. Y que llegar a ser viejo
es motivo de festejo, de éxito y satisfacción.
No intentes ganarle al tiempo. Y disfruta de lo añejo,
no ansíes volver a ayer, no peques más de pendejo,
lo que ya no está a tu alcance ya no tiene solución.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Manuel Martínez de Navarrete

Duda amorosa

Si por una cosa rara
dos corazones tuviera,
en uno Filis entrara,
en otro a Doris pusiera,
y allí a las dos contentara.

Pero si uno solo tengo
no podré darlo a ninguna,
porque luego me detengo
en que si le doy a una
al rigor de la otra vengo.

Darlo a las dos es buscar,
si se examina despacio,
guerra en que siempre han de estar;
porque en un solo palacio
dos no pueden gobernar.

Qué hacer en tal confusión
no alcanzó; mas si supiera,
que no había de haber cuestión,
sin duda a cada una diera
la mitad del corazón.

Así una vez discurría,
y amor, que en mi pecho estaba,
en lo interior me decía
que si a dos darlo pensaba,
a ninguna lo daría.

que es la ley la más oportuna,
aunque de un tan ciego dios,
que se quiera sólo a una;
porque aquel que quiere a dos
no quiere bien a ninguna.

Luego el corazón lo di
a Doris; y mal pagado,
al punto me arrepentí,
de que no lo hubiera dado
a Filis. ¡Triste de mí!

A una inconstancia

Suspende, fuentecilla,
tu ligera corriente,
mientras que triste lloro
mis ya perdidos bienes.

¿Cuántas veces, estando
en tus orillas verdes,
Lisi me aseguraba
su amor hasta la muerte?

Aquí su diestra mano,
más blanca que la nieve,
en esta arena frágil
escribió muchas veces:

‘Primero ha de tornarse
el curso de esta fuente
que a su Salicio quiere.’

Mas tus promesas, Lisi,
no han sido menos leves
que el papel que escogías
para firmarlas siempre.

Las letras se borraron
por los soplos más tenues
del viento, y tus promesas
por lo que tú quisieres.

¡Ay, contentos soñados
de prometidos bienes!
¡Ay, inconstancia propia
de fáciles mujeres!

A unos ojos

Cuando mis ojos miraron
de tu cielo los dos soles,
vieron tales arreboles
que sin vista se quedaron.
Mas por ciegos no dejaron
de seguir por sus destellos,
por lo que duélete de ellos,
que aunque te causen enojos,
son girasoles mis ojos
de tus ojos soles bellos.

La separación de Clorila

Luego que de la noche el negro velo
por la espaciosa selva se ha extendido,
parece que de luto se han vestido
las bellas flores del ameno suelo.

Callan las aves, y con tardo vuelo
cada cual se retira al dulce nido.
¡Qué silencio en el valle se ha esparcido!
Todo suscita un triste desconsuelo.

Sólo del buho se oye el ronco acento;
de la lechuza el eco quebrantado,
y el medroso ladrar del can hambriento.

Queda el mundo en tristeza sepultado,
como mi corazón en el momento
que se aparta Clorila de mi lado.

Influjo del amor

“Célebres calles de la corte indiana,
grandes plazas, soberbios edificios,
templos de milagrosos frontispicios,
elevados torreones de arte ufana,

altos palacios de la gloria humana,
fuentes de primorosos artificios,
chapiteles, pirámides, hospicios,
que arguyen la grandeza americana:

¡Oh México!, sin duda yo gozara del gusto
que me brinda tu grandeza,
si causa superior no lo estorbara.

De tu suelo me arranca con presteza
el suave influjo de la dulce cara
de una agraciada rústica belleza”.

La mañana

Ya se asoma la cándida mañana
Con su rostro apacible: el horizonte
Se baña de una luz resplandeciente,
Que hace brillar la cara de los cielos.
Huyen como azoradas las tinieblas

A la parte contraria. Nuestro globo,
Que estaba al parecer como suspenso
Por la pesada mano de la noche,
Sobre sus firmes ejes me parece
Que lo siento rodar. En un instante

Se derrama el placer por todo el mundo

¡Agradable espectáculo! ¿Qué pecho
No se siente agitado, si contempla
La milagrosa luz del almo día?

Ya comienza a volar el aire fresco,
Y a sus vitales soplos se restauran,
Todos los seres que hermosean la tierra.
El ámbar de las flores ya se exhala
Y suaviza la atmósfera; las plantas

Reviven todas en el verde valle
Con el jugo sutil que les discurre

Por sus secretas delicadas venas.
Alegre la feraz Naturaleza

Se levanta risueña y agradable:
Parece, cuando empieza su ejercicio,
Que una mano invisible la despierta.
Retumban los collados con las voces
De las cantoras inocentes aves:
Susurran las frondosas arboledas,

Y el arroyuelo brinca, y mueve un ronco
Pero alegre murmullo entre las piedras

¡Qué horas tan saludables en el campo
Son éstas de la luz madrugadora,
Que los lánguidos miembros vigorizan
Y que malogran en mullidos lechos

Los pálidos y entecos ciudadanos!

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LA SIEMPREVIVA [Mi poema]
Manuel Ponce Zavala [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Una flor, esa será mi flor
la que un día renazca en mis cenizas,
cuando el cuerpo termine ya hecho trizas
y no sienta ni pena, ni dolor

Una flor tan llena de color
que el que vea, a mi me identifique
y superfluo sea, que alguien le explique,
el motivo de su gracia y pundonor.

Que aunque bella, se sienta incomprendida,
y parezca, así no sea, arrogante,
que en el mundo fue un triste rocinante
o una gota de agua en mar perdida.

Que de aquí fue sangrándole una herida
sin apenas notar el resplandorl
lo que opinan, que dicen, que es amor
oscuro acto de la piedad fingida.

Y puestos a elegir, la siempreviva
será mi preferida, que yo escoja,
aquella que yo muerto siga viva
mis versos a escribir aquí motiva,
pone el punto final que me sonroja.
©donaciano bueno

El #amor es tan complejo o se aprovecha de nuestra #debilidad? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Manuel Ponce

Las vírgenes caídas

A su primer suspiro,
nadie tendió la mano;
sólo el abismo.

Después mil brazos
corrieron al auxilio,
pero ya entonces
ella no quiso.

Corría ya.
Se deslizaba por el ventisco
glaciar abajo,
lanzada,
pero guardando el equilibrio.
Siempre reflujo abajo,
más aprisa, siempre en vuelo, casi en vilo.

Tú acelerabas, vértigo;
acelerabas tú, racha de siglos.
¡Dios mío!
¿Acelerabas
tú mismo?

Quillas contra el viento
sus mellizos,
cabellera de relámpago asido.

¡Miradla!
La miraban. Un solo guiño
de los obscuros lobos
le despojó el vestido.
Allá quedó,
jirones, el armiño.

Lo demás,
siguió, se fue en un grito.
No el suyo.
Más no digo.

¡Ay muerte más florida!

1
Nos ha traído una lengua lejana
a este puro silencio de bosque partido,
en el canto de ayer que se delata en nido,
en el silente nido que cantará mañana.

Callamos por la luz que se rebana,
por la hoja que se ha distraído
y cae. Yo estoy herido
de muerte, una muerte venial y liviana.

Cuelga en la luz, cuelga en la rama vencida,
en cuevas perfumadas se despeña,
y en dondequiera pienso y amo, me provoca.

¡Ay, ninfa descarnada! ¡Ay, muerte más florida!
Se prende una rosa, se prende una tarde pequeña
en el risueño plantel de su boca.

2
Entre dos continentes amarillos
y una marcha de perlas hacia dentro,
asomaba su prístina palabra
como semilla de su limpio mundo.

De sus labios colgaban los jardines,
gozosos de su alegre despedida,
y envueltos en su túnica sonora,
desflecaba los iris de su lengua.

¡Oh muerte, paraíso doloroso,
en tu mercadería de perfumes
anda luzbel de simple mariposa!

Pero en tus sienes, que las horas hacen
urna depositarla de sus mieles,
no tejeré ni una sola frase.

3
Después, cuando la sangre se gloríe
de haber ensortijado fieramente
millares de kilómetros febriles
en el pequeño huso de la estatua

y, rito silencioso el olvido,
trace por último su atenta firma,
para la identidad de la materia,
botín de pajarillos seculares:

reducirás a polvo el argumento
que tuve para hollar con pies altivos
los dorados insectos de la tierra.

Pero mientras ocurren los narcisos
a cegarme la fuente de los sueños,
tu enigma es floreciente margarita.

MISTERIOS GLORIOSOS

LA RESURRECCIÓN

Vuelva la muerte a su fosa
después que en la sombra inerte,
luchando en lid silenciosa,
rompió capullos de muerte
invencible mariposa.

LA ASCENSIÓN

¿Por qué, domador de azares,
vuelves a tus patrios lares
y a la paz donde te subes,
siendo pescador de mares,
te haces pescador de nubes?

LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO

Amor, no te conocía,
ni tampoco te creía,
hasta que tu fuego, amén,
me ha consumido recién,
¡y quién sabe todavía!

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN

La rosa que tiene imán
en el más alto desvelo
gira entornada hacia el suelo
buscando, si se lo dan,
lo que le faltaba al cielo.

LA CORONACIÓN DE MARÍA

El mar, un difuso toro,
el aire, una cuerda fría,
la tierra un libro de oro,
y todo junto es un coro
para cantar a María.

LA RESULTANTE DE UN PAISAJE

Voy a gusto
¿descuidadme, señores?
en la rueda del mundo.

Y sin remordimientos
y con mucha esperanza
a bajo precio.

Lo mismo voy mecido
en el verde columpio,
que muerto por el río.

Los árboles a una,
lanzaban con agrado
sus fumarolas verdes.

Pero allí se quedaban
?oh, qué tiernos?
dormidas en los brazos.

La sombra de mi cuerpo,
los hombres todos eran
dibujos caprichosos.

¡Qué torre disparada;
seguro que me iría
si el arco disparara!

Los ojos de agua, ledos,
tienen liras pulsadas
por ángeles secretos.

Y los ojos ?¡creedme!?
y los ojos dormidos,
cerrados para siempre.

Yo me voy a los árboles
del alba
donde labro mis cárceles.

La verdad no es amor,
ni te amo,
pena mía y de todos.

La verdad es decirla
a sabiendas
del punto de partida.

A JESÚS CRUCIFICADO

Yo te adoro en razón de lo increado,

temo en Ti por el brazo justiciero,
admiro en Ti la omnipotencia; pero
te quiero sólo por crucificado.

No te puedo querer en otro estado,
Ni esperar de otro modo lo que espero;
aunque sé que la infamia del madero
no es otra que la cruz de mi pecado.

Duélenme, sí, tu afrenta y el delito
que yedras enlazadas con tal arte
consuman en tus sienes de proscrito.

Pero yo no me canso de mirarte,
queriendo, si pudiera en lo infinito
crucificarte, sólo por amarte.
De El jardín increíble

AL CRISTO DE MI ESTUDIO

¿Cuándo murió mi corazón inerte,
que no muere de verte ajusticiado,
pendiente del marfil donde, labrado
es una fácil alegría verte?

Rota el ara, la vida se te vierte
por la heráldica brecha del costado,
¡oh cántico de cisne asilenciado
y torre en los suburbios de la muerte!

Yo en flores, Tú en escarcha estás cautivo;
Tú en tinieblas, yo en luces me derramo,
y en tu divisa gozo, sufro y amo.

Por una parte lloro compasivo,
mientras por otra olvido tu reclamo:
y es que de puro simulacro vivo.

OJOS DE CRISTO

Ojos de Cristo hablando con los míos,
de miradas que fluyen como ríos,
para que los remonten mis navíos.

Ojos, en donde sin estudio, leo
lo que mejor conviene a mi deseo:
ojos que ven por mí lo que no veo.

Ojos, que por señales convenidas,
son promesas, halagos, bienvenidas
y escape de mis ansias contenidas.

Ojos inevitables y presentes,
que acuden a divinos expedientes
para que no los juzgue indiferentes.

Ojos que me penetran como espadas
y, si corro por sendas extraviadas,
me mueven una guerra de miradas.

Ojos que si sucumbo en la contienda,
son a mis daños: vino, aceite y venda,
buenos samaritanos de mi senda.

Ojos que, centinelas apostados,
por mi descuido viven con cuidados
y por su compasión, disimulados.

Porque no quiero daros más enojos,
¡romped, ojos de Cristo, mis cerrojos!
pues me lleváis el alma tras los ojos.

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UN LIBERAL [Mi poema]
Emilia Guzmán [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Pues yo he sido ante todo un liberal,
un hombre que se jacta de respeto,
no juzgo qué hacen otros, me da igual,
solo exijo conmigo ser leal
que en sus vidas lo sepan no me meto.

No admito ni las mofas, los insultos,
cada uno, cada cual, con sus creencias,
sus filias y su fobias, sus indultos,
tendencias sobre sexos siendo adultos,
incluso a sus placeres y dolencias.

Me niego a que me vengan a contar
de vida sus amores, sus miserias,
debiendo esa retaila soportar
y aun menos que les deba consolar
o aplausos dar cual monos en las ferias.

Que yo soy yo, no más que un pobre diablo,
un ser inapetente al desaliento,
lo digo aquí, pues sé de lo que hablo,
un burro que metido en un establo
demanda libertad, su juramento.
©donaciano bueno

#Libertad, ese #tesoro que intentan sustraernos? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Emilia Guzmán

SOBRE LA POESÍA

A veces pienso:
¿Sera´ que la poesía tiene más que ver con el poder que con el arte?
¿Será que lo que quiere es confundir?
Desafiar la continuidad de las cosas quebrando secuencias,
¿construir una nueva que conjugue los caprichos de la lengua y la cabeza?

Lo más mundano, lo más banal, lo ridículo, adquiere de pronto cualidades exóticas.
Para justificarse no necesita más que la etiqueta y la voluntad encaprichada de un
degustador de palabrerías.

Mire usted que´ sencillo si me decidiera yo, decidida como soy,
a buscar dos palabras arbitrarias, con alguna r suculenta o una s hu´meda y escurridiza.
Diría:
…………………………………«Renacuajo viscoso
rascacielos corpulentos que con las alturas de sus paredes vidriadas me han provocado ya
……………………………..comezón en la garganta».

Diría yo que los vellos delgados de la espalda amada se han esparcido,
susurrando atrocidades,
señalando nuevos senderos
como ramas largas e infinitas que le alfombran los muslos tiesos y los costados de la cara
y se alumbran con el sol del mediodía.

Le pondría al sexo una cara ancha y rectangular, enrojecida, sudada y con los ojos de
vidrio ámbar supurando de excesos y secretos.

Y en el medio de todas las s y las r que tan sabrosas resultan al paladar, entrenado en la
exquisitez de las cosas sin motivo, no podría usted percibir en todo ese circo al animalito
desagradable, nocturno y grasoso, a los edificios que tapan la vista y amontonan a la gente
en cubículos y ascensores y a los muslos peludos de la amante gorda y temporal.

Le podría hablar de porquerías y usted quedaría fascinado por la elegancia.

Así es como funciona, la poesía digo, o al menos así funciona conmigo.
Y lo más entretenido de lo subjetivo es que aquí todos tenemos voz y todos tenemos voto.
Y como a mi me gustan las multitudes, me uno a ustedes a hacer poesía. O escribirla o
engendrarla. Lo que mejor satisfaga sus ansias de innovación.

Aquí puedo hacer lo que quiera:
Dictadora de un lenguaje.
Filosofa de los sonidos fascinantes de la palabra chancleta.
Guía excelentísima de los viajes que emprende la lengua en la jaula bucal.
Degustadora de arbitrariedades y confusiones.
Creadora de distracción y destrucción.
Porque La poesía es ridícula,
y aquí, finalmente, podre´ dejarme de rodeos y ser ridícula yo también.
De Espasmo: Muestra de poetas de Monterrey nacidos entre 1986-1997 (2017)

UN DESEO…

En un mundo alterno
desconocido
perpendicular a este.

que capaz existe debajo de las calles,
en las alcantarillas
o adentro de los espejos de ciertas casas
y al que solo puede llegarse sin querer cayéndose
en un pozo:

es una noche espléndida.
Antes, fue un día blanco y luminoso.
Ahora bailamos apretados y tomamos vino dulce,
en un jardín con árboles de esmeraldas
ranas brillantes como farolas.

No hay que irse a dormir nunca.
Nos miramos a los ojos y estos
relampaguean.

Es una noche espléndida de un verano que no termina…
El mundo parece infinito
y todo lo hermoso, incuestionable.
De Ser joven es terrible (Inédito)

GIGANTA

Soy enorme,
una giganta.
Camino y siento mis pies como anclas.

Me da miedo
vergüenza
estropear los jardines
espantar a los niños
ahuyentar a los pájaros.

Desde muy niña pude adivinar
la fragilidad de las cosas
cómo se arruinaban
se abollaban
se hundían
con mi tacto.

Quise no volver a tocar nada.
Nunca.

Pero no se puede vivir en este mundo sin transitarlo,
aunque sea para ir al baño.

A veces hay que
subir escaleras,
sentarse en el teatro,
en el metro, en las montañas rusas.
A veces hay que festejar los cumpleaños,
nadar en mares verdosos,
recostarse sobre un césped
juntar caracoles
besarse.
llorar desconsoladamente,
pedir deseos en las fuentes,
tomarse algunas fotos obligadas,
agacharse
para atarse los cordones,
para saludar a los niños
y a la gente pequeñita…
etc
etc
etc.
De Ser joven es terrible (Inédito)

EXPLORACIÓN DEL HOGAR

El hogar solo existe
en el espacio secreto
entra la idea y la palabra

El hogar no tiene puertas
ni ventanas, ni pasillos
ni recuerdos de remodelaciones.
No tiene cochera, no tiene jardín.
Tiene en cambio una sensación
de baldosas frías
de una galería sombreada
de cloro en los ojos
de un árbol de higos y un tapial blanco
al que me asomo para comerlos
de almohadas frescas y camas profundas
de olor a pecho y de manos ahumadas
de reflejos en espejos que cambian
y de un yo cambiante frente a un mismo espejo
de nieve detrás de una ventana
y el primer recuerdo de:
«Yo aquí y el mundo afuera»
«Yo aquí dentro y afuera cada cosa
dentro de sí misma».

Nace la idea de refugio
de nido, de búnker, de cueva, de morada
en el momento exacto en que comprendemos
que existir es, al principio y al final,
irremediablemente solitario.

Pero nunca una dirección, un número en la puerta, una coordenada.
El hogar es un secreto impronunciable.
De Ser joven es terrible (Inédito)

Incompatibilidad lingüística

No puedes culparme
si la palabra vibrant
no es es lo suficientemente vibrante para mí.
A mí, que entrené mi lengua para
escalar palabras como si fueran montañas.
A mí, que aprendí a hablar en una lengua que requiere
un enorme esfuerzo de articulación,
una lengua que no admite palabras que se pronuncien
sin hacerles la guerra o hacerles el amor.

Love?
¿Dónde está la r del AMOR?
Para mí no hay amor sin r,
para mí el amor necesita un terremoto para tener sentido.
El amor te deja la boca temblando,
te eriza los pelos,
te atropella,
te arrasa,
es un tren,
un trueno,
un colibrí.

Cuando yo digo te amo
la t es un cruz gigantesca y de madera,
se entierra en el campo baldío de la promesa;
es la cruz que atestigua el nacimiento de una civilización
es la primera prueba de nuestra existencia,
es la cruz que treparemos para sobrevivir a un diluvio milenario,
la misma donde te crucificaré si me fallas.

No se escapa tan fácil de un TE AMO,
no de los míos al menos.
Y tú con tus I love you,
sólo me recuerdas
una mala película en un cine solitario.

Tantas cosas caben en en tu boca cuando dices I love you…

No puedes culparme,
es que mi lengua es más ambiciosa.
A mí me gustan las palabras que suenan a promesa,
a superstición,
las que sobreviven incluso después de decirlas,
las que se quedan flotando
aéreas y burbujeantes
como fantasmas,
como ecos en una cueva
donde sólo queda el rojo vivo del fuego que encendimos,
el que nos protegerá esta noche, y las que vienen,
de todas las cosas cómodas e intermedias,
como tus I love you y las malas películas,
las palabras que no rugen,
las cosas cuya presencia no me hacen temblar.

Xictomatl

“Se me antojan unos tomates”
me dijo la chica polaca mientras encendía un cigarrillo.
En la iglesia, justo en ese momento, alguien empezó a cantar;
ángeles desconocidos,
cantándole a un dios todavía más remoto,
coronaron aquella frase banal y la llenaron de gloria.

De pronto mi boca también se regocijó con el recuerdo de un tomate gordo y suculento.
Me imaginé hundiendo los dientes en su pulpa roja
y cómo se chorrearía,
desde los costados de mi boca
hasta el origen de mi cuello,
el jugo rosado de un tomate maduro.

Dicen que a Díaz del Castillo unos indios en Guatemala
trataron de cocinarlo con todo y soldados;
y aunque me esfuerce,
no logro encontrar imagen más oportuna
para este coro de ángeles siniestros,
que un par de europeos a punto de ser guisados
con sal, ají y tomates.

xictomatl,
fruto gordo y con ombligo,
otro obsequio americano e inconsciente
a la vieja patria usurpadora.
Ahora recuerdo los vasos helados de jugo de tomate,
otro antojo heredado de mi madre
que dice que para ser feliz,
sólo necesita queso, albahaca y tomate.

Justo ahora los ángeles dejaron de cantar.
Sólo queda el rastro tenue de un piano que también emprende su retirada.
La polaca regresa del mercado con un tomate a medio morder en la mano;
yo la observo de reojo y me disgusta su camiseta chorreada de jugo,
los rastros de pulpa encarnados
en el espacio sutil entre sus dientes
Se despide de mí y levanta el tomate como un trofeo,
un corazón todavía tibio y latente;
sonríe triunfante,
parece que tiene la boca ensangrentada.

La miro y pienso:
“así no es como se come un tomate”.

Beso con los ojos abiertos

En Barcelona realizaron un estudio para entender por qué que cerramos los ojos cuando nos besamos en la boca. Dicen que es porque la vista monopoliza los sentidos y si nos besáramos con los ojos abiertos, no podríamos centrar nuestra atención en la boca que besamos. Creo que tiene sentido.

Yo no cierro los ojos cuando te beso, no del todo al menos.
Tú no te das cuenta porque cada vez que te espío
tienes los ojos cerrados como un cachorro,
un niño dormido.

Sentir tu boca como lo haría un ciego,
armada sólo de tacto, de gusto y de olfato,
no me dejaría más remedio que entregarme a ti entera y sin reparo,
sin la mas mínima consciencia,
en la oscuridad tierna de los ojos cerrados.

Una vez respiramos juntos, al mismo tiempo,
mientras nos besábamos en algún sofá ajeno.
Yo que tenía los ojos entreabiertos
pude ver tu pecho inflarse como un globo amarillo.
Exhalaste en mi boca tan divinamente
y me recordaste un verano en la playa,
un bebe celeste durmiendo la siesta,
una palabra inexistente,
una noche de navidad,
todas las veces que pedí perdón y las veces que dije gracias,
la primera vez que lloré de la risa,
el primer poema que me hizo llorar.
Y en ese momento, sin cerrar los ojos,
pensé en borrar todas las bocas que besé antes de la tuya,
pensé en cómo me gustaría que éste fuera mi primer,
mi único beso.

Yo no cierro los ojos cuando te beso
no quiero comprender la magnitud de esa boca.
No podría sobrevivir a esa transfusión de aliento
con los ojos completamente cerrados
porque adivino en la delgadez de ese respiro
la fuerza de mil besos,
los besos de toda una vida,
y eso sólo puede resucitarme
o quemarme viva.

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PENSABA QUE LA ALEGRÍA… [Mi poema]
Margarita Arroyo [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

 

Pensaba que la alegría
nacía del sentimiento
y pasado ese momento,
mi corazón se encogía.

Pensaba que la alegría
era un regalo del cielo,
le invoqué con mucho anhelo
y el cielo no respondía.

Pensaba que la alegría
era cosa de señores
y un negrito sonreía
al ritmo de sus canciones.

Pensaba que la alegría
se insuflaba a mogollón
con apretar un botón
al despertar cada día.

Pensaba que la alegría
era una cuestión de suerte,
como fue la de quererte
a ti solo vida mía.

Y miré hacia mi interior
y descubrí que tenía
cosas que desconocía
que le daban resplandor.

Que las sombras no existían
que todo era de color,
que mi duda era manía,
fruto de imaginación.

Y en este final del cuento
di gracias porque vivía
descubriendo en un momento
la suerte que yo tenia.
©donaciano bueno

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La alegría existe en demasía. Solamente hay que querer verla y atiborrase de ella. Como a los níscalos, hay que conocer donde se aposentan y poner todo el ímpetu en encontrarlos.

MI POETA SUGERIDO:  Margarita Arroyo

MIS MAESTROS

A un maestro fundamental:
León Felipe

Primero la palabra venturosa
de Dios: la soledad que entreveía
que me enseñó a intuir lo que quería,
a huir del mal y sorprender la rosa.

Algunos hombres con sus prodigiosas
maneras de sentir su cada día.
Y el placer de salvarme en la alegría.
Y el hecho de vivir en tantas cosas.

También el verbo y la palabra escrita
y aún el dolor del puñal amenazante
que te obliga a temer y a hacerle frente.

Y el temblor de una lágrima. Y la cita
precursora del verso y del instante
que se recuerda luego eternamente.

Con esta brida

Con esta brida me despojas
de más de en cuanto creo,
me seduces
y rompes para siempre en dos mitades.
Callas con cuanto sé,
con cuanto sé destruyes mi certeza
y parte alguna de mi casa queda a salvo
de este tiempo de ruido,
columnario de dios,
tormenta dulce.
Tan sólo tarayal,
que no olmeda me contiene.
Astucias de aire fijo ni refugio
servirán
para fingir sabiduría.
Voy sólo serpiente ciega
que sospecha otro limbo,
calle rota
con que salir a pedir consejo y nombres
cuando suenas proximidad,
celada,
y vuelves victorioso
aunque sé ?acaso?
que un tiempo inadivinable
tira de mí
como una lágrima salvadora.

Como una línea atada al corazón

Si tanto nacimiento aún aguarda,
cómo cegar las puertas,
someter cauces
o hacer un nudo en la camisa
por redimir el pecho y amansarlo.
Toda mi sien es sombra
que no quiere conocer
fuera de ti,
palabra suspendida,
verso de fuente,
trueno
que me tala sin fruto,
que suplico sin condición o fecha,
depuesta ya hace tiempo mi celada.
Esa herida que abre el fondo del misterio
ruega por mí
avivando las ascuas
que habrán de consumir
la ofrenda
que contengo como una línea atada al corazón,
a pesar de mi eco
y con su música.

ARTE MAYOR (V)

Te necesito, amor
con tus metales.
Agrio tu aliento
de tabaco y cerveza.
Tu pecho por mi espalda
tobogán que madura
en húmedos carbones.
Te necesito a trancos
galopando en mi nuca.

ARTE MAYOR (VI)

Estos fluidos nocturnos
quisieran ser cardumen
para en tu cuerpo mar
chuparle sus naranjos
al árbol de tus poros.
Menguar tu flacidez
con mis labios en punta
hasta extraer el sol
entre tus pliegues.

El raspar de mis hélitros
se vacía en suavidades
cargadas de tijeras
entrecortan mi pulso
en espejos filosos.
Siempre quise morir
entre los restos
de miliciano polen.
Me blanquea las retinas
tu hemorragia de peces.

MIS MAESTROS

A un maestro fundamental:
León Felipe

Primero la palabra venturosa
de Dios: la soledad que entreveía
que me enseñó a intuir lo que quería,
a huir del mal y sorprender la rosa.

Algunos hombres con sus prodigiosas
maneras de sentir su cada día.
Y el placer de salvarme en la alegría.
Y el hecho de vivir en tantas cosas.

También el verbo y la palabra escrita
y aún el dolor del puñal amenazante
que te obliga a temer y a hacerle frente.

Y el temblor de una lágrima. Y la cita
precursora del verso y del instante
que se recuerda luego eternamente.

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CASTILLOS DE ARENA [Mi poema]
Margarito Ledesma [Poeta sugerido]New

MI POEMA... de medio pelo

¿Por qué no me advertiste
que estabas construyendo de arena un castillo en tu mirada
con una puerta abierta apuntando al firmamento
y dos lindas ventanas con vistas a la playa?

Hubiera sido hermoso
ver en su interior la espuma blanca transparente,
ojear los intersticios de su magma. Y como soy curioso
navegar por los intestinos de las olas procelosas de tu mente.

Andar por sus alados corredores
los ojos vendados para con precisión escudriñar tu alma,
en los misterios de tu verbo recostarme al sol naciente,
en calma introducirme en el salitre de la profundidad de tus temores.

Ahora ya es muy tarde
La marea va arrastrado del castillo las arenas,
imposible es recordar las historias de niños que hacíamos alarde.
Poco a poco tu imagen se va difuminando. Es una pena.

¿Por qué no me dijiste, nena,
que tus pupilas habían decidido surfear sobre otras olas,
que soñaban perderse volando entre bandadas de gaviotas en la quietud serena.
La mar sedienta. Ahora, sobre la arena, van floreciendo caracolas.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Margarito Ledesma

Los monos enterrados

Me dijeron que venían
no me acuerdo de qué parte,
y que sabían cosas de arte
y que hartas cosas sabían.
y que venían a buscar
de esos monos enterrados,
mal hechos y mal forjados
que han dado mucho en sacar.
De esos que dicen las gentes
que los antiguos forjaban
y luego los enterraban
revueltos con sus parientes.
Son unos monos sin chiste,
con todas las patas chuecas,
que enterraban los aztecas
cuando fue la noche triste.
Y que ahora, según veo,
son cosas tan rebuscadas
que sacan buenas mantadas
y las llevan al museo.
Y duraron muchos días
buscando por dondequiera,
hasta en una nopalera
que era propia de mis tías.
Y después de harto buscar
y gastar bastantes cobres,
nada que hallaban los pobres
y hasta ya querían llorar.
Temprano se levantaban,
trabajaban todo el día,
y creo tanto les urgía
que hasta de noche escarbaban.
Y lo hacían con tanto anhelo
que casi no descansaban;
pero nada que sacaban
de abajo del entresuelo.
Y, al ver la navegación
y el mitote que traían
y que nada conseguían,
me dio algo de compasión.
Y, pensándolo tantito,
dije así: como entre dientes:
“¡ayúdales! ¡pobres gentes!
¡no seas malo, Margarito!”
Y, hablando ya en otros tonos,
les di tan fuerte ayudada,
que hallaron una mantada
de puritititos monos.
Lo malo está que no puedo
explicarles cómo fué.
tal vez algún día podré
aclararles el enredo.

DÚO POÉTICO

I

LA PARTIDA

Adiós, Chamacuero hermoso,
ídem, rincón bendecido,
tú que fuiste humilde nido
de aguilucho poderoso.

Adiós, Paraíso encantado,
vergel de sabrosas limas,
a ti van mis humildes rimas
hoy al partir de tu lado.

Con el alma entristecida
y el corazón acongojado,
hoy me alejo de tu lado
como el que pierde la vida.

Y al sentir el desencanto
de separarme de ti,
siento loco frenesí
y he llorado tanto… tanto.

Y triste y desconsolado,
mi alma consuelo no halla…
¡Voy nomás aquí a Celaya,
a un negocio del juzgado!

Y en esa larga semana
que muy lejos de ti estaré,
yo nunca te olvidaré
ni de tarde ni de mañana.*
*Y no digo que tampoco de noche porque en la noche casi siempre se duerme uno y se le olvida todo.

II

EL REGRESO

¡Salud, Chamacuero hermoso!
¡Ídem, rincón bendecido!
Otra vez vuelvo a este nido,
feliz, contento y dichoso.

Al partir, los fieros males
me hirieron con mucho anhelo
y lloré sin un consuelo
en el Empalme de González.

Más tarde la duda ciega
me hirió con su garra fría,
y lloraba todavía
frente a San Juan de la Vega.

Fueron mis lamentaciones
cual de huérfano que grita,
al pasar por Santa Rita
y las otras estaciones.

Pero donde mi alma cobarde
tuvo la mayor batalla
fue al apiarme allá en Celaya
como a las seis de la tarde.

Allí me hirió el dolor fiero
y lloré con frenesí
al acordarme de ti,
¡oh, inolvidable Chamacuero!

Allí, al verme solitario
y tan lejos de tu suelo,
lloré sin hallar consuelo
y hasta pensé en el osario.

Allí, al mirar la distancia
tan inmensa que nos separaba,
la vida se me figuraba
como un sueño de quiromancia.

Pero afortunadamente
hoy vuelvo a tus benditos lares
y de nuevo mis cantares
embalsaman el ambiente.

Y aquí, con honor sincero,
te juró de buena fe
que no te abandonaré,
¡oh, inolvidable Chamacuero!

***
Y luego le seguimos: de este cuero saldrán muchas correas, verdadediós.

MIS OTROS PERROS

Para todos los perros que he tenido
y para los que supongo que más tarde he de tener,
es para mí un verdadero placer
dedicarles este agradable corrido.

Porque el perro es el amigo del hombre
y de toda la humanidad,
y bien vale su cariñosa amistad
que de flores y versos el camino se le alfombre.
Porque si no nos preocupamos de su vida
y no tratamos de tenerlo grato,
nos puede dar un mal rato,
pegándonos una fuerte mordida
o arrancándonos la suela de un zapato.
Trátenlo, pues, con buena voluntad,
aunque le tengan algo de recelo,
y, sin dejar de alzarle pelo,
búsquenle una buena conformidad.
Y por eso a todos los perros amigos
gustoso les dedico esta merecida poesía,
pues es muy posible que se llegue algún día
en que todos seamos valiosos testigos.
¿Testigos de qué? — ¡Pues de qué ha de ser!
De todas las cosas que puedan suceder.

PLEITO DE COBIJAS

Pues hoy amaneció la novedá
de que Don Juan, el tío de Las Clavijas,
tuvo un tremendo pleito de cobijas
con su mujer, la güera Soledá.

Dicen que se acostaron muy temprano,
porque desde la tarde ya hacia frio,
sin que hubieran tenido ningún lio
y los dos con un humor bastante ufano.

Mas parece que, ya en la madrugada,
Don Juan quiso voltiarse de ladito,
y jaló las cobijas un tantito,
y dejó a la mujer descobijada.

Doña Chole, al sentirse en ese plan,
trató de remediar la situación,
y les dio a las cobijas un jalón
y, sin querer, descobijó a Don Juan.

Y Don Juan, todavía medio dormido,
sin saber ni la causa ni el origen,
gritó con fuerte voz: “¡No descobijen!”,
y jaló el cobertor y echó un bramido.

Y Doña Soledá, muy asustada,
entre dormida aun y entre despierta,
sintió que la dejaban descubierta
y le dio otro jalón a la frazada.

Mas Don Juan, a su vez, muy sorprendido
y todavía entre sueños y algo inerte,
les dio a las tilmas un jalón tan fuerte
que también Doña Chole dio un bramido.

Y, como eran así dos voluntades,
que jalaban con rumbos diferentes,
llegaron a ponerse tan renuentes
que de una colcha hicieron tres mitades.

Lo peor es que, al estarse jaloniando,
a oscuras y enojados de ribete,
no dejaron de darse algún moquete,
y dicen que ya se andan divorciando.

Mas la culpa de tales asonadas
y de tales disgustos cobijeros,
la tienen los demontres de obrajeros
por hacer tan angostas las frazadas.

HORAS DE PASIÓN

Era una noche silenciosa y fría,
el trueno con su ruido ensordecía
y se oia por dondequiera
la música callejera
del fuerte aguacerazo que caía.

Se sentía un fuertísimo calor,
el calorón que anuncia las tormentas,
y descargas eléctricas violentas
caian alrededor.

Todo callaba, todo estaba quieto,
y solo por momentos
se veian los relámpagos violentos
de aquel aguacerazo tan escueto.

No había faroles en la población;
todo estaba apagado, todo el calma…
solo yo aqui, adentro del alma,
miraba una grán iluminación.

¡SI!…. La iluminación de la ventrura,
la iluminación de la dicha y el placer,
porque yo tanteaba que aquella mujer
tenia que amarme con locura.

Y con paso feliz y rebosante
me apersoné al instante
para arrimarme junto a su ventana,
y hablarle de este amor tan importante
que no piensa en el mañana.

Y le platiqué todos mis amores,
y le dije muy recio que la amaba,
mientras llovía y relampagueaba
y la tormenta hacia muchos horrores.

Y entre aquel aguacero tas espeso,
en medio de aquella noche tan obscura,
se oyó una demostración de ternura,
es decir, el tronido de un beso.

Y otra vez nuestros labios se juntaron
para darnos otro beso,
Yo le dí uno en el pescuezo,
y entonces…….. ¡la llamaron!

En el inter, el trueno ensordecía
y se oia por dondequiera
la música callejera
del fuerte aguacerazo que caía.

COMO JULIETA Y ROMERO

El corazón humano de la gente
es cual vejiga que se llena.
Echándole mas aire que el prudente,
se va infle y infle hasta que truena.

Y como el mio tambien es de cristiano,
se ve muy atariado y sumergido,
pues si siguen cargándole la mano,
en dia menos pensado da el tronido.

Ya los ves, tus papás no se convencen
y no me dejan platicar contigo.
Está muy bien, yo no los contradigo;
pero siempre está bueno que se piensen.

Pues no pueden hallarse muchas veces
personas como yo, que sean honradas,
que sepan aguantar sus peladeces
y que no anden con chismes ni asonadas.

Yo procuro granjiarlos cuanto puedo
y les doy la banqueta y los saludo;
pero nomás se quedan como un mudo
y me echan unos ojos que dan miedo.

Y aunque vean que uno sufre y que se afana,
parece que les tiene sin cuidado.
Ya ves, ya remacharon la ventana
y al zaguán le metieron un candado.

Y de arrimarme a tu balcón no hay modos,
ni pisando quedito y sin botines,
pues sale tu mamá y avienta orines
y grita cosas para que oigan todos.

En verdad que yo ya me desespero,
y si siguen así estos asuntos,
no hay mas remedio que enyerbarnos juntos,
como lo hizo Julieta con Romero.

DISGUSTO ARREGLADO

Don Procopio me atrasó
con un seco que me dió;
pero yo lo amiserié
con un ¡zas! que le aventé.

Y así parejos los dos,
le dimos gracias a Dios,
y no fue necesidad
de quebrantar la amistad.

Pues él solo se quejó
que la boca se le hinchó,
y yo nomas me quejé
que un diente me resmillé.

Pero en resumen total
no resultamos tan mal,
y por eso entre ambos dos
le dimos gracias a Dios.

Y después del sofocón
y ya sin mala intención,
seguimos nuestra amistad
con toda regularidad.

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