A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

ALGUNA VEZ, SEGURO… [Mi poema]
Julián Axat [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Hay veces que me angustia una certeza
acerca de mi estancia y del futuro,
hay veces, reconozco que es muy duro,
que acecha ese presagio a mi cabeza
lo veo todo oscuro.

Hay veces que en el ánimo tropieza.
¿Saldrá mañana el sol? No estoy seguro.
Si el fruto de la rama está maduro
al fin ha de caer. Es mi certeza.
Mas sigo y no me apuro.

¿A qué pensar acerca del destino?
¿De qué sirve volar? Intento vano.
¿Pensar, sufrir, dudar?, eso es humano.
Andar es lo más sabio. Que el camino
no es digno de un gusano.

¿Quién pone aquí la ley? ¿quién las distancias?
Yo solo soy del hombre un monigote
que vino sin saberlo, de rebote
y habrá de retornar sin sus ganancias,
que anduvo haciendo el zote.
©donaciano bueno

Dime si acaso tú también te sientes un #monigote...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Julián Axat

LOS POETAS TUERTOS DE CHILE

¿Y si los poetas de Chile hubieran quedado tuertos para siempre?
fusilados sus ojos en una pared del olvido por
los carabineros que de nuevo trae la muerte
& dejan un Neruda amputado
sin mirada desde el sarcófago
meditando en las vaciadas calotas de todos los poetas de Chile
con antifaz de piratas encendidos
& sus versos arruinados con postas de goma
un Huidobro embravecido en la barricada con una venda sangrante
un Teiller encapuchado arrojando pétalos de sangre
los Parra como cíclopes de los nervios ópticos
desarmando la lógica de la pirámide social injusta
todo tan antipoético
como el fantasma de Bolaño preso en otra comisaría

¿Y si los poetas de Chile hubieran quedado tuertos?
sus calaveras sostenidas como Hamlets al viento
& todos los ojos apiñados en un plato
por la saña de su presidente Piñera
para comida de las aves negras de la peste /de la Historia

ENCUENTRO DE EGRESADOS

Veinticinco años
Encuentro de egresados

El exitoso
El miserable

Al que la vida le sonrió en la cara
Al que la vida se le rió en la cara
Al que la vida le salió muy cara

El que se ha reído de la vida
El que recibió risas en la vida
y al que la vida se le rió

El que exhibe sus pequeños logros
y esconde sus grande fracasos

El que muestra
El que oculta
El que no tiene nada que ocultar
El que no tiene nada que mostrar

Los que hace veinticinco años
tenían toda la vida por delante
Los que hoy tienen toda la vida por detrás

Aquel de quien se esperaba todo
y aquel de quien ya no se espera nada

Los que desde la nada exhiben sus logros
Lo que no logran exhibir ya nada

El que fue
El que se quedó
El que ya no está
El que es como si no estuviera

Los que llegaron
Los que están de viaje
Los que no llegaron nunca
Los que quedaron en el olvido
Los que ni siquiera pudieron partir
Los que no saben adónde ir
Los que no tendrían que haber ido

Encuentro de egresados
Veinticinco años.

LOS ALIENÍGENAS EN EL PATIO DE SU TRASERO

en el horizonte
en el aire
en la noche
el próximo domingo
se vienen
Los Alienígenas

en las alcantarillas
en el subsuelo de la Patria
en los próximos nacimientos
se vienen o ya irrumpen
Los Alienígenas

en la tierra y no en el espacio
con el Sol entre las manos
de los márgenes y vértices
llegan con sus escafandras al viento
Los Alienígenas

por de pronto vienen
más que nunca
con manuscritos de luces
los ovnis de oro
para salvarnos
el próximo domingo
en el patio de su trasero
son/ y serán
Los Alienígenas.

Gui Rosey

Pienso en Gui Rosey
y evoco a los nuestros que también se los tragó la tierra
o la tierra que les tiraron encima/
sin saber si habían muerto
a los contratados para encontrar su tumba
pienso en Bolaño que también buscó a Gui Rosey
y nosotros lo copiamos para buscar las tumbas de los
nuestros
Marsella siempre la misma
inmigra o emigra la hormiga argonauta que lleve su
nombre
el dato preciso para dar con cadáver/cuerpo bellosinio
cometa atrapado para siempre/en las fauces de una ostra
traficantes de diamantes encienden flores
Rimbaud también desaparece en Marsella/con la
garganta seca/podrida
el murallón de su rostro/el poeta surrealista de 1941
puerta asimétrica abriendo dimensiones opuestas
cuántos vinieron tras el misterio
cuántos se perdieron/y nada…
sólo un nombre en los anales de la poesía
ni una pista en la ciudad que lo lleve
al sitio del derrumbe/de la perdida
el puerto estalla de noche sin viento
hace más de 50 años el mismo ojo rasante
el que se escapa de tanta tristeza
Marsella es menos real ahora que antes
se pregunta la plegamar que se lo haya tragado
la nube o habitación vacía que consume flores
amigos/monstruos/cielo de palabras rastros
observa los mismos astros que él observó en el puerto
aspirar en éxtasis el sepia del agua
cuál es la gota que pudo rozarlo/te prohíbo salir le dijo
puedo verlos partir al amanecer
a babor armaban cadáveres exquisitos
para importar al norte estribor
de eso vivirían por unos años
el barco y ellos en el horizonte
festejaban la resistencia inconclusa
aquello/que debería ser hecho por todos
y todavía esperamos

te preguntaste
por la malla delgada
perceptible de a ratos
que envuelve las cosas
evisceraciones
de un aire irrespirable
vino el día
nos arrojamos al mundo
salimos
antes
que la noche de invierno petrifique las hojas
creímos (creemos)
sólo otro igual podía (puede) matarnos
mariposas en la estrella que se iba apagando…

ayer pensaba en el fósforo que dejaste
sobre la mesada de la cocina
la fuerza que un objeto hace
para penetrar en el mundo
para sostenerse sin caer dentro de sí mismo
y uno está ahí para juntarlas
y chocárselas de improviso
esa imagen lo único que me importaba
el fósforo apoyado sobre la mesada
un resto extraño y apagado de tu presencia
que es a la vez todo el mundo
mi mundo
el tuyo
lo nuestro
se prende y se apaga
como el fósforo/la luz…

hoy estuve todo el día
dando vueltas sobre lo mismo
qué distancia separa
la violencia política
de la violencia poética
me fui encontrando
gente
con la misma obsesión que yo
sea por desgracia o aventuras
tiraban sus ojos a rodar por el suelo
y embadurnados de costra
los querían lavar
para intentar ver todo de nuevo
encendían el fósforo
e iban mirando como se apagaba sólo
hasta quemarse las yemas
para luego dejarlo al olvido

y entonces salíamos a recorrer el mundo
en búsqueda de lo mismo
un fuego
una lepra
ya no la revolución
cómo llamar a esta secta
de versos torturados
reescritores de rastra afilada
juntando la rémington
sobre la mesa de disección
un paraguas y la piel del tabicado
¿se puede picanear un poema?
conjeturo qué sí
conozco a varios poetas torturadores
tan letrados que son
tan autoridad
y pesados- de la vieja guardia
los poetas torturadores te meten corriente
en las pelotas y las tetillas del verso que justo
tenías en la punta de la lengua
y violan tus pasiones hasta sacarte lo mejor
(ni épica te queda)
par-a-ta-xis
y sale eso que no podías decir porque te dolía
porque vos la poesía la hacías con risa
pero ellos todavía creen en el suplicio creativo
y dale con la maquinita inspiradora que chupa y chupa

pienso en las últimas palabras
de los poetas humildes/ miserables/ menores
desterrados/deambulantes/caídos o vivos
conspiran una voz que desconozco
están hablando de nosotros
bien bajito
ojos blancos ácidos
los ojos luces
los ojos sucios que/reptan
por el piso de la noche
aire ya sin mallas

entonces sonrío
nos reímos todos
el arpegio
la comisura
y ellos pensando
que la revuelta puede ser algo simple
o acaso caber en nuestra sonrisa
ellos
en nuestra sonrisa
¡qué joda!
que nostálgico el chico…

no hay punto de madurez
en el que las civilizaciones envejecidas
las extremas generaciones
militaricen los rayos
los vacíen de luz
hagan del verso una piedra

o acaso los poetas
no fosilizan sus versos
cuando ya no tienen nada que decir

soles oblicuos
agonizantes
negros
decadencia de los muertos-cuerpos
¿heraldos?
sin hacerlos desaparecer
cuando hablo a las divinidades anónimas
que parasitan la tierra
rueda dentada de la sombra en el estuche de la noche
te llamo por todos los nombres del mundo
granjero de la naturaleza/poeta/vivo/luz
que escudriña el cielo sobre las tumbas
señales del espanto
es acaso la estación
donde se detienen
las apariciones de la vida

“… ojala electrifiques la energía de
tu tormenta interior”
Mario Santiago Papasquiaro

cuál es el punto
en el que la intensidad de luz
se cotiza en sangre
¿derramada?
¿negociada?
y
la tormenta interior del poeta
se convierte
en
apagón estrepitoso
de electricidad
en el que la noche y sus reinos
esperan el momento de tragar
y de pronto
como quien pierde esperanzas
se enciende una lámpara
de la nada misma
la biblioteca como dragón
el sol invisible movimiento de la lámpara
en la noche de una boca
se acercan otras
tan afiebradas o más bellas
Alejandría de sus gruesos labios
se desdoran/se abjuran
todos los menores aún vivos
abrazados entre sí
por extraña telepatía de aquellas hogueras

fatuos fuegos remontan la superficie
Hofmannsthal: “¿en qué otro sitio esconder la
profundidad sino en la superficie?”
nadie la ve
y estaba allí hace años
el cuerpo latía allí
no hace falta desenterrarlo
estaba en una boca

si no podemos decir “nosotros”
nuestra debilidad es
el vacío de ojos
flores muertas
sin chispa de ángel
o sus pétalos en tachos de basura
o más bien:
…poesía: aún estamos con vida
& tú me prendes con tus fósforos
mi cigarro barato

¿Qué hace un Hijo?
filma su rostro o lo pinta
se saca una foto y la pone junto a sus padres
se queda con la insignificancia de un poema
formas de regresar al instante
que relumbra de peligro

yo conozco
un hijo que/
encontró un poema
de su padre y
se lo fumó en
una noche
de angustia

la duda
antes/el terror
ahora/cortarme las venas
la distancia del agujero
decadencia
vacío de luz que no vuelve
o simula un regreso a tientas
cuando la voz de ellos
en nuestra garganta
¿toma la palabra?
….
no fulminan
tus ojos
la simpleza
tan sólo un recuerdo
ahora
que nada cambie
el pensamiento
no debería ser más rápido que/la luz

entiendo la poesía en
saber descubrir a tiempo
al ángel disfrazado de fantasma
sentado a nuestro lado
encendiendo un cigarro
y te atrapé…

nada es bastante real para un fantasma
ni siquiera la luz capturada
ni siquiera nuestra maldad
encendemos un fuego
para percibir ocultamiento
en nuestras mentes escritas

Nosotros no existe
o diluida Babelia
de esferas
subterfugio ni…
al compás de valores
cera líquida endurece
NO- SOTROS
de cambio-uso
velas
de compra
verso invisible
velas escrito al limón
aparece/oculta lo escrito
NO-S-otros sí
escribimos la novela
aquellos ¿la gran novela de la Dictadura?
de quién dejamos de hablar

hay una estatua
lugar común de la historia
justo ahí… Me….
dejé TNT
volaron los recuerdos
en piedritas nombres
piedras caídas de ex lugar común
nada más que nombres
piedritas quedaron
ganas de duelo
¿así no se recuerda mejor?

la disolución de un nódulo/lóbulo
imposible/antinatura/lúpulo
sin pleura o forma descompuesta
muda sombra invertida (Leviatán gusta tragarse
toda la luz)
(Lupus-lobo del hombre-hominis-lupus)
elegir morir
y no tener entierro

si estamos acostumbrados a deambular
como morgue sin cuerpo
certificada sin tiro de gracia
exhumarse a uno mismo
hasta encontrase NN (dije TNT)
cadáver apagado
sin interruptor
es decir: sin causa
dictámen falsario
pero cierto
¿bana la maldad?

a esta altura
Antígona se ríe
y brinda con nosotros
por no llorar…
por no desobedecer…

si elegimos desaparecer
ya no duele
la ausencia de luz

texturas crucificadas
entre relámpagos inhallables
panales anónimos
mordedura de perro
canto jovial de príncipe enclaustrado
ardor sanguinario
desorbitar sentidos para ver
rabia inyecta 4,5 ml de morfina en vena femoral
sonido de violín histérico histriónico
clivaje al sol parte cristal
NO ABRE PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN
hambre sobre todo
¡deja mucha hambre!
sin fuerza
pasa un grito
imperceptible zumbido
de la nada
no enciende nada

Santiago
Santiago
encerrado/en
el último agujero
Maldonado
(ver pista perros)
¿en el sitio
que el grupo
de tareas
GENDARMERÍA
escondió la
poesía?

(el día de los muertos o la sociedad de los poetas
desaparecidos)
la noche de cada …. al año
los muertos (¿son muertos?) conspiran en osarios
rechinan huesos al armarse y desarmarse
el día de cada ….al año
formas breves
en el instante que dura la juntura
ahítos de la mano
monstruo vertebrado de puro calcio
avanza sin regimentar
calaveras con ojo vacío en la frente
canto o lamento fusilado de ultratumba
se juzgan
se celebran
se recuerdan
y se entregan a la muralla de la noche
que nunca los olvida
que siempre los hace aparecer
en emisarios disfrazados
filamentos que viajan a mí por la mañana
para ser poema

¿dónde mi cotidiana herencia de luz?

¿Quién ha de serenar entonces mis cien estatuas
que de la luz se desprenden y enloquecen?

el eclipse entre mi cuerpo
y la voz de bronce
es perdida de presagio
la aureola de un santo se apaga
en la mañana
cuando las putas se arrancan sus párpados
y se los pegan en la frente de su blancura
Regreso a Gui Rosey
a la voz tragada por la misma voz
un agujero dentro de otros mil agujeros
y la flor crepitante sobre la superficie de otra tumba NN
ya no es la Marsella y su océano de 1941
en donde yace enterrado todo el mal que
obstruye y traga de lleno a todos los poetas menores

el terror puede cortar el espacio y tiempo de tal forma
que el cuerpo y la voz -a distancia- coincidan
coronados en un sueño demasiado real.

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HAY VECES QUE LA VIDA… [Mi poema]
M. de Zequeira y Arango [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Hay veces que la vida te da palos
y piensas que de allí ya no hay salida,
y vuelves a empeñarte en la partida
sufriendo diferentes varapalos
pues sientes que tu vida ya no es vida.

Hay veces que el averno caprichoso
se enfrenta contra ti con fiera saña,
deduces que padeces de migraña
y el alma se te encoje y deja un poso
que siega el corazón con su guadaña.

Maldices la razón de haber venido
a un mundo en el que nadie te respeta,
te sientes como perro en la cuneta
un tanto abandonado, mal herido,
que sirve a los demás de cuchufleta.

Los hombres ya se sabe son crueles
que leña siempre harán de árbol caído,
si observan que al fracaso te has rendido
verán de colocarse tus laureles
dejándote tirado y desvalido.

La vida tiene un halo de maltrato
el éxito es llegar, lo conseguiste,
la vida rinde honor al que resiste
haciéndole un regate, un garabato
y al tiempo demostrar que te reíste.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: M. de Zequeira y Arango

EL MOTIVO DE MIS VERSOS

Canta el forzado en su fatal tormento,
Y al son del remo el marinero canta,
Cantando, al sueño el pescador espanta,
Y el cautivo cantando está contento:

Al artesano en su entretenimiento
Le divierte la voz de su garganta;
Canta el herrero que el metal quebranta,
Y canta el desvalido macilento.

El más infortunado entre sus penas
Con la armónica voz mitiga el llanto,
Y el peso de sus bárbaras cadenas;

Pues si el dulce cantar consuela tanto
Al mísero mortal en sus faenas,
Yo por burlar mis desventuras canto.

A LA VIDA

Vida, que sin cesar huyes de suerte
Que no eres de ningún bien merecedora,
¿Por qué quieres llevarme encantadora
Con alegre esperanza hasta la muerte?

Si el tiempo que risueña te divierte
Es el mismo al fin que te devora
Por qué te he de apreciar si a cada hora
Se me acerca el momento de perderte.

Mas, ¿qué pierdo en perderte? La vil parte
De la miseria humana, el cuerpo indigno
Que debieras más bien de él alejarte,

Si a más vida, mas males imagino
Ya me puedes dejar, que yo en dejarte
Harto que agradecer tengo al destino.

EL DESTINO

Del grueso tronco del mejor madero,
Suele arbitrariamente el artesano,
Hacer que salga de su docta mano
El asiento que ocupa un zapatero:

Toma otras veces este mismo obrero
Una porción del leño más villano,
Y forma con instinto soberano
El busto de una diosa o de un guerrero.

El destino también inicuamente
Al artífice imita en sus deslices,
Haciendo venturoso al delincuente;

Y aquellos que debieran ser felices
Por sus nobles virtudes, inclemente
Los deja miserables e infelices.

CONTRA EL AMOR

Huye, Climene, deja los encantos
Del amor, que no son sino dolores;
Es una oculta sierpe entre las flores
Cuyos silbos parecen dulces cantos:

Es néctar que quema y da quebrantos,
Es Vesubio que esconde sus ardores,
Es delicia mezclada con rigores,
Es jardín que se riega con los llantos:

Es del entendimiento laberinto
De entrada fácil y salida estrecha,
Donde el más racional pierde su instinto:

Jamás mira su llama satisfecha,
Y en fingiendo que está su ardor extinto,
Es cuando más estrago hace su flecha.

EL VALOR

Brame si quiere encapotado el cielo:
Terror infunda el lóbrego nublado
Montes desquicie el Bóreas desatado,
Tiemble y caduque con espanto el suelo:

Con hórrido estallido el negro velo
Júpiter rompa de la nube airado:
Quede el Etna en las ondas sepultado:
Quede el mar convertido en Mongibelo:

La máquina del orbe desunida,
Cumpliendo el vaticinio, y las supremas
Leyes, caiga en cenizas reducida:

Por estas de pavor causas extremas,
Ni por las furias que el tirano
Como temas a Dios, a nada temas.

A LA INJUSTIC1A

Al tribunal de la injusticia un día,
El mérito llego desconsolado,
A la deidad rogándole postrado
Lo que por sus hazañas merecía:

Treinta años de servicios exponía,
Diez batallas, herido, acreditado,
Volvió el rostro la diosa al desdichado
Y dijo: no ha lugar, con voz impía.

Mostró luego el poder sus pretensiones,
Y la ingrata a obsequiarlo se decide,
Aunque oye impertinentes peticiones;

Y cuando injusta al mérito despide,
Al poder por razón de sus doblones,
La deidad decretó: como lo pide.

CONTRA LA GUERRA

De cóncavos metales disparada,
Sale la muerte envuelta en estampido
Y en torrentes de plomo repartido
Brota el Etna su llama aprisionada.

El espanto, el dolor, la ruina airada,
Al vencedor oprimen y al vencido,
Huye esquivo el reposo apetecido,
Sólo esgrime el valor sangrienta espada:

El hombre contra el hombre se enfurece,
Su propia destrucción forma su historia,
Y de sangre teñido comparece

En el sagrado templo de la gloria
Cese hombre tu furor, tu ambición cese,
Si el destruirte a ti mismo es tu victoria.

LA ILUSIÓN

Sic transit gloria huius mundi.

Soñé que la fortuna en lo eminente,
Del más brillante trono, me ofrecía
El imperio del orbe, y que ceñía
Con diadema inmortal mi augusta frente:

Soñé que hasta el ocaso desde oriente,
Mi formidable nombre discurría,
Y que del septentrión al mediodía,
Mi poder se adoraba humildemente;

De triunfantes despojos revestido,
Soñé que de mi carro rubicundo,
Tiraba César con Pompeyo uncido:

Despertóme el estruendo furibundo,
Solté la risa y dije en mi sentido,
Así pasan las glorias de este mundo.

LAS MUJERES AMAN A LOS HOMBRES

Solamente por interés

Verás amigo un burro alivolante,
A un buey tocar la flauta dulcemente,
Correr una tortuga velozmente
Y hacer de volatín un elefante:

En requesones vuelto el mar de Atlante,
Y de Guadiana el agua en aguardiente,
El Ebro, Duero y Tajo con corriente
De generoso vino de Alicante

Verás durante el sol lucir la luna,
Verás de noche el sol claro y entero,
Verás para su rueda la fortuna

estos portentos, sí, verás primero
Que puedas encontrar mujer alguna
Que quiera al hombre falto de dinero.

LA APARICIÓN DEL COMETA

No envidio la pluma de Cervantes,
Ni del Argivo la sonora trompa,
Ni el lauro de Colón por más que rompa
Nuevos caminos a los navegantes.

No codicio los pinceles de Timantes,
Aunque el tiempo sus tintes no corrompa,
Ni de Alejandro la triunfante pompa,
Ni el distinguido empleo de los almirantes.

No apetezco ver los muros de la China,
Ni conocer a Napoleón me inquieta
Por más que suene en la inmortal bocina.

Otra cosa anhela mi pasión discreta,
Y es que siempre me viera mi Corina
Con la atención que el vulgo ve al cometa.

A NARCISA EN SUS DÍAS

¡Qué estupendo banquete, qué función
Te preparo, oh Narcisa, que festín
Tendrás las ricas frutas de Turín,
Las tortas te vendrán desde Tolón.

El rey de Esparta tocará el violón,
El de Palmira trinará un violín
Y Alejandro vendrá con el flautín
Que tocaba el ilustre Agamenón.

Treinta mil reposteros te vendrán
De Pekín, de Moscú y de Jaén
Y un millón de princesas de Tetuán:

De Sajonia será dorado el tren;,
Y contigo los dioses beberán
Del licor que bebió Matusalén.

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CORTARSE LA COLETA [Mi poema]
Serafín J. García [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cortarse la coleta. Ya hace tiempo
que él quiso recortarse la coleta
haciéndola sencilla, más discreta,
al ver que resultaba un contratiempo,
con una metralleta.

Que ausente de peleas y batallas,
pues Roma moriturus, ya está muerta,
dispuesto a suicidarse en la cubierta
de un circo atiborrado de canallas
echando la compuerta.

Cual César en romano paladino
fundando en lo caduco eterna gloria,
pretorio prominente de la historia
con tinta va trazando su camino
llegando así hasta Soria.

Pues Soria es el final, allí se acaba,
lo mismo que Numancia y que Sagunto,
la lucha y el asedio. Que ese punto
a fuerza de bandazos ya expiraba
y el sol se hace difunto.
©donaciano bueno

#Y tú, alguna vez has pensado en cortarte la coleta? Share on X

Cortarse la coleta. Significa retirarse definitivamente de una profesión, afición o actividad. La expresión procede del ambiente taurino donde se empleaba para indicar que un torero se había retirado definitivamente de los ruedos.

MI POETA SUGERIDO:  Serafín J. García

Cavilando

¡Qué porquera es la vida! ¡Puro dirse’n amagos!
Nos pasamos los años enfrenando esperansas,
que soltamos despiadas, a lo largo’el camino,
sin poder apariarnos a la dicha desiada.

Cuando semos gurises, de ganosos por criarnos
pa ser libres y dirnos po’ande quieran las ganas,
nos parece qu’el tiempo march’a tranco’e tortuga
y que nunca yegamos a la edá’mbicionada.

Pero dispués de mosos ya risulta distinto.
Los quereres comiensan’abrir brocas en’l’alma.
y un’angurria tan grande de vivirlos nos dentra
que cuasi no d’abasto la ración d’esperansas.

Y de aflitos que andamos por agenciar la dicha
ni sentimos los días, que de galope se alsan,
yevándose’n su juida promesas ya dijuntas
que se nos despintaron al dirnos a orejiarlas…

Hasta que un redepente nos encontramos viejos
y hayamos que jué un soplo la mocedá pasada;
que los deseos duraron lo que una brasa’e ceibo;
que jueron nuestros sueños como la espuma en’l’agua.

Y entonce’comprendemos qu’hemos andao al ñudo,
aplastando el matungo, mochando las rodajas,
sin conseguir más nada que una cansera bruta
y una runfla’e ricuerdos p’amargarnos el alma.

Y queremos dar güelta, ser gurises de nuevo;
pero ya no podemos pegar la reculada;
hay que seguir pa’elante, metiéndole sidera,
aunque las juersas mermen y ya la fe’sté gasta…

¡Qué porquera es la vida! ¡Puro dirse’n amagos!
Nos pasamos los años enfrenando esperansas
pa campiar una dicha que, dejuro por hembra,
¡más matrera se pone cuanti más es desiada!

Hembra

Pa dentrarme’en el alma juiste artera y mañosa.
M’engrampastes a juersa de tarimba y carpeta.
Con dispacio y baquía, como quien cincha’l monte,
preparaste la trampa pa embretar mi soncera.

A ocasiones mansita como yegua’e piquete
y a ocasiones lo mesmo que un venao de matrera;
di a ratitos tristona, redetida en suspiros,
y otras güeltas beyaca, negadora y perversa;

rebenquiando ese cuerpo cimbrador com’un’unco
-and’hicieron tuitas mis miradas querencia-,
y enyenando’e promesas esos ojos dañinos
que almarean más juerte que la mesma giñebra,

pecho adentro, di a poco, te me juiste ganando,
sin temor de qu’el güeso se pudiera dar güelta,
pues jugándola en vaca con mandinga, ¡dejuro!,
cualquier cancha te sirve y ande quiera echás güena.

Pa la trensa del laso que pialó mi cariño
desbarbaste los tientos con prolija destresa.
¡Baquianasa la china! ¡Ni campiando a candiles
s’encuentra otra que sirva pa empardarte siquiera!

Yo, asonsao por tus tretas, no patié la celada;
m’enredé’n tus mentiras de mujer cabortera;
y en mi rancho de adobe, munchas noches escuras,
p’alumbrarme p’adentro tu ricuerdo ju’estreya.

Te desiaba y te véia po’ande quiera que juese;
cuanti más vos me juías yo te creiba más cerca;
bien a láito’e mi catre, cuando el sueño lerdiaba,
‘taban siempre tus ojos aguaitando mi pena…

Y a la larg’aflojastes. Y te truje a mi rancho
carculando que traiba lo mejor de la tierra.
Y tu boca jué chica pa potrero’e los besos
que salían en tropiyas de mi boca sedienta.

Pero vos pastoriabas la ocasión pa burlarte,
pa encajarme las patas como mula mañera.
¡Pucha, ustedes las hembras son pal hombre más piores
que manada de chanchos cuando dentra’la güerta!

Ya cumpliste tu gusto. ¡Podés dirte, canejo!
¡Por respeto al cuchiyo no te tuso a lo yegua!
¡Rejuntá tus percales y marcháte’n seguida
d’este rancho, que al ñudo quiso ser tu querencia!

¿Qu’esperás? ¿Cres de juro que no aguanto la marca?
¡Si mujer de tu laya po’ande quiera s’encuentra!
¡Podés dirte tranquila; tengo juersa’entuavía
y me sobran rodajas pa domar una’usencia!

¿Y aura? ¡Güe! ¿Tas yorando? ¡No faltaba más qu’eso!
¿Arricién te das cuenta que no sirve ser puerca?
Te metés’hacer barro pa dispués remorderte
y amolar con tus yantos. ¡No negás que sos hembra!

Romance del Veinticinco de Agosto

«Irritos, nulos, disueltos»,
cantaba el viento en los talas,
y acompasaban el canto
los boyeros con sus flautas.

«Irritos, nulos, disueltos»,
repetían las calandrias
mientras colgaban caireles
de música entre las ramas.

Y el clarín de los horneros
campo adentro repicaba,
sembrando la buena nueva
entre un júbilo de alas.

Y aunque era invierno en el tiempo,
hasta grillos y chicharras
desherrumbraban sus élitros
para unirse a la cantata.

Estaba de fiesta el campo
y el monte lo acompañaba
porque era fecha de gloria
para la tierra «orientala».

Y el mismo cielo, allá arriba,
alternaba nubes blancas
con su azul, como ofreciendo
para la bandera franjas.

Cuentan que aquel veinticinco
fue de punta a punta un alba,
pues hasta la tardecita
parecía una madrugada.

Todo en él era comienzo,
todo en él era esperanza,
y hasta el sol se detenía
para ver nacer la Patria.

«Irritos, nulos, disueltos»
los actos que subyugaban,
el viejo afán artiguista
en fruto al fin se trocaba.

Y por eso «írritos, nulos,
disueltos», todos cantaban,
hombre y ave, insecto y árbol,
flor y espina, viento y agua.

MATRERO

Resueyo del monte cuajao en coraje.
Altivo aletazo de la liberté.
Cerno endurecido de macheces gauchas
que sólo la muerte consiguió ablandar.
Corazón caliente de los campos potros
latiendo en la entraña de la soledá.
Tutano’e los cerros filosos y ariscos.
Colmiyo’e la sierra. Facón del pajal.
Tropero de sombras, domador de rumbos,
patrón de horizontes baquiano y audaz,
tu vida jue un libre volido de tordo
zurciendo distancias, sin nunca anidar.
Tuviste por cama los pastos del monte.
Por techo, el ramaje del coroniyal.
Jue arruyo’e tus sueños el canto’e los ríos
y el silbo’e los vientos entre el flechiyal.
Dos gauchos con alas rondaron tus noches:
el tero alarife y el libre chajá

Y en los recovecos de tus madrigueras
sus trampas de espinas armó el ñapindá.
Y cuando cruzaste, tajiando la noche,
se hinchó el campo’e lomas pa verte pasar;
chistó la lechuza, cayaron los tigres,
y los cimarrones dejaron de auyar.
Pa vos lució el alba sus pilchas rosadas;
pa vos abrió flores punzó el sucará;
por vos muchas noches la luna, mimosa,
en’lanca’e tu flete se vino a sentar.
Y juiste la estampa más gaucha y airosa
que en sueños las chinas miraron pasar,
prendido a los flecos del poncho el misterio
¡y al cinto el rumbero de la libertó!
(de “ Tacuruses»)

CACHIMBA

Sos lo mesmo que yo. Vivís p’adentro,
ajena a tuito lo que te rodea.
Como nada tenés ni esperás nada
gastás el tiempo en rejuntar peresa.

Y no sentís curiosidá ninguna
por lo que pasa ajuera,
ni comprendés al viento ni al arroyo
que corren siempre y siempre tienen priesa.

Vos no tenés apuro.
Sos como esos que ya han pegao la güelta,
cansaos de ver que tuitos los caminos
no son más nada que esperanzas güecas.

Dejuro’e tanto cavilar a solas
te jue projundisando la tristeza,
y aprendistes asina que en la vida
dirse o quedar lo mesmo fastidea.

Por nada te afligís. Pasás el tiempo
sin quejarte del sol que te chucea,
y a veces se propasa y te desnuda
pa vichar hasta el fondo’e tu agua quieta.

Sólo al cielo querés. El es tu amigo.
Naide^más has hayao que te comprienda.
Por eso, cuando ve^ que está contento,
feaíegrás vos tamién y sos» más güeña.

A oraciones se agarran de retoso:
él te enyena de nubes, te ensucea,
y vos lo arremedás pa desquitarte
luciendo los colores que él amuestra.

Como si jueran novios,
otras veces las priendas se carabean:
vos por el día le emprestás tu espejo
y él de noche te empriesta sus estreyas.

Con eyas te pasás hasta que aclara,
entretenida en ver cómo chispean,
dispertando la envidia
de los bichos de lus que pasan cerca.

Y no ambicionás más. Eso te basta
pa dir engambelando la esistencia.
¡Que corran los arroyos y los vientos!
Vos preferís quedar pescando estreyas.

Sos lo mesmo que yo. Tamién yo vivo
sin ruido y aplomao por la peresa.
Tamién me gusta cavilar a solas
y rumiar dispacito mis tristesas.

Sos lo mesmo que yo. Sin afligirnos
refalamos los dos por la esistencia.
A vos te basta un redondel de cielo
y a mí la intimidá de una vigüela.

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ESOS BESOS QUE ME DISTE [Mi poema]
Juan José Alcolea [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Los besos, los que un día me negaste
que, ingenuo, te pedí y no me los diste
fingiendo que jugabas al despiste
haciendo mi ilusión se fuera al traste,
yo sé te los guardaste,
pues vi que te reíste.

Seguro es que los tienes bien cuidados
lo mismo que se guarda al oro en paño,
y aireas con frecuencia cada año.
Los besos cuando son acalorados
se comen a bocados.
sabiendo no hay engaño.

Los otros, a escondidas, los robados,
que nunca de buen grado me ofreciste,
aquellos que entregar tú no quisiste,
los tengo a buen recaudo congelados.
Si un día son besados
será porque volviste.

Los besos del olvido no son besos
mejor sería decir son sucedáneos,
cual fueran de otras bocas, son foráneos.
Recuerdo aquellos tuyos tan espesos
en labios bien impresos
y así tan espontáneos.
©donaciano bueno

#Besos más que besos, besos fetén...? Share on X

MI POETA SUGERIDOJuan José Alcolea

VIENTO

Viento, tú que vas y vienes
de tu rosa en derredor,
viento dime ¿Dónde habita
el dios que cuida el amor?
¿En qué refugio?¿En qué cima?
¿En qué galaxia o que sol?
¿En qué alejado silencio
plantó su tienda ese dios?
¿En qué acabado desierto
tiene su jardín la flor?
¿Bajo qué luna se enfría
la fuerza de su calor?
Si lo vieras, viento, dile…
dile que me busque…yo
llevo en relojes de sangre
su ausencia en mi corazón.

¡AY!

¡Ay! Quién pudiera tener
tras el silencio el olvido
y recordarte después.

¡Ay! Quién pudiera tener…

Sentir la sangre varada
en esteros del ayer
y ser sangre enamorada.

¡Ay! Quién pudiera tener…

Y de nuevo renacer
del desierto de la nada
y en ti saciarse la sed.
¡Ay! Quién pudiera tener…

Y tras la quieta jornada
sentir de nuevo en la piel
el beso de tu mirada.

¡Ay! Quién pudiera tener…

ROBADME DEL PASAR…

Crece el silencio sobre el alma mía
y en ella dulcemente se me posa
cual en la cima leve de la rosa
se duerme el agua cuando viene el día.

Viene tan pura, tan clara la alegría
tan llena de pudor y tan hermosa
que el cáliz de mi cuerpo se rebosa
y añora otra celeste lejanía.

Mañanas que de luz, pausadamente,
me dais la claridad como alimento,
mudadme a una distancia diferente.

Robadme del pasar en que me intento
y, en otro ansiado mar, calmadamente,
levad mi corazón con otro viento.

C L I M A X

El sol en la ventana florecía
una tarde de Marzo, mansamente.
Tu boca era un panal ebrio que urgente
clamaba de mi boca compañía.

El tiempo se paró por si podía
quedarse así de amor alzadamente
y un sueño de naranjas en poniente
cuajó horizontes donde muere el día.

¡Qué denso el palpitar se fue callando!
¡Qué pobre la palabra contenida!
¡Qué plena en su canción la sangre hablando!

El aire era de luz. De luz la vida.
De luz ese clamor que fue granando.
De luz busca mi voz ser tu medida.

ASÍ

Como el monte al albor se va creciendo
ceñido por la luz que le rodea,
así tu viento, amor, en su tarea,
perfila este rumor en que me enciendo.

Así, sin ruido apenas, va puliendo
tu labio este cantil que me rodea
y va mi sangre haciéndose a tu idea
y yo de ti me voy aconteciendo.

Así, como el talud de fina arena
se va del aire cálido besando,
así ya tu caricia por mi vena.

Así, como esa lluvia que serena
va el suelo de sabores aventando,
así tu yugo, amor, y tu cadena.

DESPUÉS

Después, cuando los ojos no acaricien
la rosa en su mirar,
cuando el viento no siembre ya el oído
con su rumor de mar,
cuando el cielo en la noche, transgredido
por el silencio astral,
no pueble de murmullo este latido,
mi sueño…¿Dónde irá?
Cuando el miedo no acucie con su ruido
de llanto por llegar
y cese el corazón su ritmo herido
de tiempo y de lugar,
si el hueco de mi ser ya no lo anido,
mi ausencia… ¿Dónde irá?
Si ya con mi canción no soy el río
que llora en el canchal,
si no lleva en su son la voz mi vibro
ni el verso mi anhelar,
si no siento el calor de esta contigo,
si no te puedo amar,
si no eres tú ese dios a que me inclino
Amor… ¿Qué queda ya?

PARTIDA

Cada día su propio desconcierto,
su propia dimensión establecida,
tablero de ajedrez con la partida
propuesta del futuro en que me inserto.

Tan sólo del final el jaque cierto
y, mientras, despiezándome la vida
jornada tras jornada, trampa urdida
al mar de la esperanza en que me vierto.

Cada día los cuadros del tablero
con ciega exactitud, calladamente,
me ofrecen la distancia en la que muero.

Cada día, latiendo más urgente,
mi ronco corazón, por compañero,
arriesga otra jugada indiferente.

PULSIÓN

Labio insistente del mar
que en el talud de la arena
dejas un beso y te vas.
Débil huella que se queda
en su destino a esperar
el labio que la condena. .
Vaivén que viene y se va
y marchándose regresa
para volverse a extrañar.
Y así por la eternidad
tú, ronco son, y en la arena…
en la arena hambre de sal.

NOCHE

La noche planta jardines
de oscuridad. Cementerio.
Las muertas niñas deshojan
-¿qué sí?… ¿qué no?- crisantemos.
La luna afila despacio
su redondez con el sueño,
mientras recorta a las niñas
trenzas – ¿No?…¡Sí! – del tiempo.

VELEIDAD

Me vienes y te vas,
tu rastro por mi cieno
mi rostro por tu altar.

Me vienes y te vas…

Mis límites más ciertos
invades y, al pasar,
hambre y dolor de tu verbo.

Y sin embargo te vas…

DEJADME LA VOZ

que quiero
más que cantor ser cantar
más ser música que tiempo
más que sangre, libertad

Dejadme la voz que quiero
palabra ser
y volar

PARA PONERLE NOMBRE

a lo que el corazón me grita
esa inaccesible pulsación de sombra
ese oscuro batir del sentimiento
para robar palabras que sólo escucha el aire
para alumbrar auroras que rompan sobre el tedio
para que
herida ronca que al callar supura
sepáis del hombre que en mí derrama el tiempo

DEJAD QUE OS COJA LA MANO,

que mi piel con vuestra piel
descanse de su cansancio.
Dejadme que de la miel
del dulce calor humano
me sacie de tanta sed
y dejadme, terminando,
que peregrine después.
Hay manos que están buscando
el calor que yo les dé.

ESTÁN LLOVIENDO MARIPOSAS MUERTAS

por un otoño de árboles inmenso
La levedad alcanza cotas imposibles
y la nostalgia adorna el alma de recuerdos
Todas las memorias se agrupan convergentes
y sopla irreverente por el alma el viento cierzo
Mas pasará este tiempo dorado de angostura
y pasará la luna frígida de invierno
y en las abiertas colinas de la aurora
para otro sueño
el sol de marzo renacerá de nuevo

LA NIÑA Y EL ÁRBOL

Las mariposas adornan
cerezos: Es primavera.
¡Qué triste si no se espera!

Y el agua, la luz y el viento
saltan, refulgen y vuelan.
¡Qué triste si no se espera!

La niña se desabrocha
de pechos la botonera..
¡Qué joven la primavera!

Si no tuviera mil años
ni mis altas ramas yertas…
¡Qué triste la primavera!

Que triste el árbol, que alegres
manos que por ti crecieran.
¡La niña su blusa abierta!

NO MÁS TARDE

¡Ahora!, no más tarde ni más lejos,
¡Ahora es el momento y es el lance!
silencio puro que está presto a la escucha
o voz cual brizna
fugaz que cruza el aire.
¡Ahora ya sin más o siempre nunca
derrámese mi voz hasta entregarse
derrámense los hondos argumentos
que máscaras se obstinan en cerrarle.
¡Ahora o nunca más! Este es el tiempo,
en esta herida rota de la sangre,
en este desguazarse de la vida
por muelles acostados de la tarde.

FE DE VIDA

Eres,
no puedes evitarlo,
esa es tu herencia, tu límite, tu afán,
tu contenido.
Eres,
con toda la extensión de la palabra,
con toda su dureza y con su estría.
Eres.
El ser es tu noción, tu fe, tu sueño,
tu terca sensación, tu sola herida.
Eres.
En río, en transición, en esa espera
del qué serás el día en que no fueres.
Futuro hacia un pasado eres.
De tiempo encarcelado, malherido,
de luz, de oscuridad, de amor
de muerte eres.
Y ser es tu pasión, tu voz, tu vida,
tu pálido rumor, tu peso inerte,
la sangre que te fluye y la partida
que juegas con tu Dios.
Suerte pues eres.

TE ME VAS

Te me vas,
hoja que el viento corta y leva
cual rota percepción de viva imagen te me vas.
Cual bronce que diluye en un silencio
su tránsito de vibro y de campana te me vas.
Cual ala de una voz que no es pregunta,
cual ansia de un pecado desgastado te me vas.
Te me vas,
música fue mi labio en tu presencia y te me vas.
Tacto de sed mi lengua en tu respuesta y te me vas.
Te me vas
Árbol que ayer tejió penumbra y cielo y te me vas.
Calladamente luz, callado empeño,
puntada de intención en lo imposible
e, impunemente, ahora, te me vas.
En plena oscuridad,
por noche ajena,
heridamente ausente
y te me vas.

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EL TREN DEL AMOR [Mi poema]
Rafael Obligado [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Quisiera ser un cántaro en la fuente,
el agua que resbala a su albedrío,
la lluvia que saltando va en el río
y toda junto al mar se hace presente
como tu amor y el mío.

La lágrima que escapa de la frente
allí donde el calor se torna en frío,
produce al que lo siente escalofrío
y obliga a respirar tan insistente
como el amor bravío.

Quisiera ser el pájaro que entona
su trino en mi jardín cada mañana,
la escarcha con su imagen casquivana
que a fuer de ser tan bella ella es llorona,
y finge ser malsana.

Comprendo yo quisiera, que no he sido,
mas quiero dejar claro me arrepiento,
el tren pasó, yo sé, que bien lo siento
¡maldita indecisión!, no haber subido
que hoy ese es mi tormento.
©donaciano bueno

#Dicen que el tren solo pasa una vez en la vida? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Rafael Obligado

PENSAMIENTO

A bañarse en la gota de rocío
Que halló en las flores vacilante cuna,
En las noches de estío
Desciende el rayo de la blanca luna.

Así, en las horas de celeste calma
Y dulce desvarío,
Hay en mi alma una gota de tu alma
Donde se baña el pensamiento mío.

LÆTITIA

Con tu sonrisa embelleces
Y haces tus quince lucir;
Te lo habrán dicho mil veces:
Blanco pimpollo pareces
Que comienza a entreabrir.

Sobre tu seno palpitan
No sé qué lumbres dudosas;
Cuando tus formas se agitan,
A respirarlas incitan
Como un manojo de rosas.

En tu infantil hermosura,
Llena de vivos sonrojos,
Hay tal hechizo y frescura,
Que hasta la luz es más pura
En el cristal de tus ojos.

Cuando caminas, tu traje
hace susurro de espumas;
Y, por rendirte homenaje,
De tu sombrero en las plumas
Canta la brisa salvaje.

Los que te miran pasar
Con esa audacia triunfante
Y esa sonrisa sin par,
Juran, al ver tu semblante,
Que tú no sabes llorar.

Juran verdad. ¡Pues mejor!
¡Fuera pesares y engaños,
Y no contraiga el dolor
Esos dos labios en flor
Donde sonríen quince años!

BASTA Y SOBRA

¿Tú piensas que te quiero por hermosa,
Por tu dulce mirar,
Por tus mejillas de color de rosa?
Sí, por eso y por buena, nada más.

¿Que entregada a la música y las flores,
No aprendes a danzar?
Pues me alegra, me alegra que lo ignores;
Yo te quiero por buena, nada más.

¿Que tu ignorancia raya en lo sublime,
De Atila y Gengis-Khan?
¡Qué muchacha tan ciega!… Pero, dime:
Si lo supieras, ¿te querría más?

OFRENDA

¡Ah! yo que en torno de tu sien he visto
Perennemente suspendida el alba,
Y encenderse en el cielo de tus ojos
Como una estrella el esplendor de tu alma,
Ha querido mi ofrenda de poeta
Consagrar a tu imagen solitaria,
Azucena de luz, donde mi espíritu
Posó un instante las ligeras alas.

LA FLOR DEL SEÍBO

Tu «Flor de la caña»,
¡Oh Plácido amigo!
No tuvo unos ojos
Más negros y lindos,

Que cierta morocha
Del suelo argentino
Llamada… Su nombre,
Jamás lo he sabido;

Mas tiene unos labios
De un rojo tan vivo,
Difúndese de ella
Tal fuego escondido,

Que aquí en la comarca,
La dan los vecinos
Por único nombre,
«La Flor de Seíbo.»

Un día – una tarde
Serena de estío –
Pasó por la puerta
Del rancho que habito.

Vestía una falda
Ligera de lino;
Cubríala el seno,
Velando el corpiño,

Un chal tucumano
De mallas tejido;
Y el negro cabello,
Sin moños ni rizos,

Cayendo abundoso,
Brillaba ceñido
Con una guirnalda
De flor de seíbo.

Miréla, y sus ojos
Buscaron los míos…
Tal vez un secreto
Los dos nos dijimos.

Porque ella, turbada,
Quizá por descuido,
Su blanco pañuelo
Perdió en el camino.

Corrí a levantarlo,
Y al tiempo de asirlo,
El alma inundóme
Su olor a tomillo.

Al dárselo, «Gracias,
Mil gracias!» – me dijo,
Poniéndose roja
Cual flor de seíbo.

Ignoro si entonces
Pequé de atrevido,
Pero ello es lo cierto
Que juntos seguimos

La senda, cubierta
De sauces dormidos;
Y mientras sus ojos,
Modestos y esquivos,

Fijaba en sus breves
Zapatos pulidos,
Con moños de raso
Color de jacinto,

Mi amor de poeta
La dije al oído:
¡Mi amor, más hermoso
Que flor de seíbo!

La frente inclinada
Y el paso furtivo,
Guardó aquel silencio
Que vale un suspiro.

Mas, viendo en la arena
La sombra de un nido
Que al soplo temblaba
Del aire tranquilo,

– «Allí se columpian
Dos aves», me dijo:
«Dos aves que se aman
Y juntas he visto

Bebiendo las gotas
De fresco rocío
Que absorbe en la noche
La flor del seíbo».

Oyendo embriagado
Su acento divino,
También, como ella,
Quedé pensativo.

Mas, como en un claro
Del bosque sombrío
Se alzara, ya cerca,
Su hogar campesino,

Detuvo sus pasos,
Y llena de hechizos,
En pago y en prenda
De nuestro cariño,

Hurtando a las sienes
Su adorno sencillo,
Me dio, sonrojada,
La flor del seíbo.

SOMBRA

¿Has podido dudar del alma mía?
¿De mí que nunca de tu amor dudé?
¡Dudar! ¡Cuando eres mi naciente día,
mi solo orgullo, mi soñado bien!

¡Dudar! ¡Sabiendo que en tu ser reposa
cuanta esperanza palpitó en mi ser,
y que mis sueños de color de rosa
el ala inclinan a besar tu sien!

Por eso, lleno de profundo anhelo,
me oyó la tarde, divagando ayer,
decir al valle, preguntar al cielo:
¿Por qué ha dudado de mi amor, por qué?

La luz rosada de la tarde bella,
huyó a mis pasos para no volver;
y la naciente, luminosa estrella,
veló sus rayos para huir también.

Y mudo, triste, solitario, errante,
el alma enferma, por primera vez,
hundí en la sombra, y se apagó un instante
la luz celeste de mi antigua fe.

Perdido en medio de la noche en calma,
brumoso el río que nos vio nacer,
de alzar el vuelo a la región del alma
sentí la viva, la profunda sed.

¡Fugaz deseo! Tu inmortal cariño
ardió en la noche, y en su llama cruel
la mariposa de mi amor de niño
quemó sus alas y cayó a tus pies.

A UNA POETISA LUSITANA

Pues las pides, en tu busca
van mis flores ignoradas,
con su modesto perfume
y risueñas esperanzas.
No temas, no, que en sus hojas
tu labio encuentre al besarlas,
ni punzadoras espinas,
ni amarga ofrenda de lágrimas.
No temas, porque han crecido
bajo el amparo del alba,
a la margen de mis ríos,
mirando cielos de nácar.
En sus diversos colores
y en su pureza sin mancha,
llevan débiles reflejos
de los astros de mi patria.
Son humildes, pero tienen
infantiles arrogancias,
cierto orgullo de ser hijas
predilectas de la Pampa
y celosas mensajeras
de mi tierra americana.
Si los vientos de la Europa,
desdeñosos, sesga el ala,
no acarician nunca el seno
de mis pobres expatriadas,
guárdalas en tu santuario,
tierna virgen lusitana,
guárdalas para corona
de tus sienes inspiradas,
donde, lejos de mi tierra,
vivan cerca de tu alma.
Si en las tardes del Mondego,
o del Duero en las mañanas,
estremece tu alma virgen
tierna música de cañas,
y del nido de tus labios
vuela en versos tu plegaria,
acuérdate del que un día,
en las márgenes del Plata,
enseñó tu dulce nombre
a las cuerdas de su arpa.

HOJAS

¿Ves aquel sauce, bien mío,
que, en doliente languidez,
se inclina al cauce sombrío,
enamorado tal vez
de las espumas del río?

¿Oyes el roce constante
de su ramaje sediento,
y aquel suspiro incesante
que de su copa oscilante
arranca tímido el viento?

Mañana, cuando sus rojas
auroras pierda el estío,
lo verás, húmedo y frío,
ir arrojando sus hojas
sobre la espuma del río;

¡Y que ella, en rizos livianos
llevando la hoja caída,
las selvas cruza y los llanos…
para dejarla sin vida
en los recodos lejanos!

¡Ah! ¡cuán ingrata serías,
y cuán hondo mi dolor,
si estas hojas, que son mías,
abandonara, ya frías,
como la espuma, tu amor!

UN CUENTO DE LAS OLAS

A Celmira Jurado

¿Quién no ha visto en las orillas
del hermoso Paraná,
esa banda, siempre verde,
siempre móvil del juncal?

En las horas de la siesta,
cuando todo duerme en paz,
en las cuerdas de esa lira
van las olas a cantar.

Almas buenas y sencillas,
venid todas, y escuchad
lo que dicen esas olas
en el arpa del juncal.

Cuando el delta en muda calma
bajo el sol de Enero está,
y el silencio es más sensible
porque arrulla la torcaz,

Ellas cuentan una historia
que repiten sin cesar,
una historia en que hay un nido
y un cantor del Paraná.

Sucedió que en varios juncos
reunidos en un haz,
con totoras y hojas secas
hizo nido un cardenal.

¡Con qué orgullo miró el ave,
bajo el sol primaveral,
sobre el agua movediza
columpiándose, su hogar!

Una rama de un seíbo,
inclinada hacia el raudal,
le dio sombras, flores rojas…
cuanto un árbol puede dar.

Y extendiendo hasta aquel nido
largo vástago un rosal,
fue en sus bordes, la mejilla
de una rosa a reclinar.

¡Qué contenta estaba el ave!
¡Qué prodigio musical
era entonces su garganta!
¡Qué inquietudes y qué afán!…

Pasó el tiempo. En el estío
los polluelos no son ya
tan pequeños, y hasta suelen
breves trinos ensayar.

Pero el río fue creciendo,
fue creciendo más y más,
y hubo un día en que una ola
saltó al seno del hogar.

¡Qué aleteos bulliciosos
les produjo el golpe audaz!…
siempre ha sido de la infancia
festejar la tempestad.

Recio viento de los llanos
una tarde hirió la faz,
con el choque de sus alas,
del soberbio Paraná;

Y las olas, irritadas,
empinándose a luchar,
en espuma convirtieron
su serena majestad.

¡Cómo duermen los pequeños
mientras brama el huracán
y las ondas los salpican
con su polvo de cristal!

Se vio el nido estremecerse,
y a su empuje, vacilar,
mas sus crestas no alcanzaron
a la altura del juncal.

Pues si el río fue creciendo
cada día más y más,
él también fue levantando
sus varillas a la par.

Almas buenas y sencillas
que en la tierra hacéis hogar,
elegidlo con la ciencia
del pintado cardenal.

VISIÓN

Se sueña, se presiente, se adivina,
estremécese el labio y no la nombra;
el alba la ve huir de la colina
velada entre los pliegues de la sombra.

Espira el melancólico perfume
de la rosa en un féretro olvidada;
se deshace en incienso, se consume
a la rápida luz de una mirada.

Hermana de la tarde, pensativa
en el fondo del valle resplandece;
un instante deslumbra, y fugitiva
en el pálido azul se desvanece.

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AL HAMBRE NO HAY PAN DURO [Mi poema]
F. Bermúdez y Ortega [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Al hambre no hay pan duro se decía
cuando era yo pequeño.
Mejor es perecer en el empeño
que hacer del abandono, no hay tu tía,
pensando eres un leño.

Mi madre que era experta en esas lides
de panes y los peces,
mi madre que entendía de almireces
hacía distinción en lo que pides
y si es lo que mereces.

¡Mendrugo me espetaba, eres mendrugo!
frunciendo el ceño y hosco,
mas siempre me guardaba a mi el corrosco,
fingiendo que mi hermano era el besugo
yo me comía el rosco.

Las madres ya se sabe son capaces
de al hijo dar su vida,
y empiezan desde el punto de partida
a urdir la trama que aúne a los rapaces
sin dar una estampida.

Después los hijos pasan y le ignoran,
tienen otros amores,
los hijos cual avispas con las flores
con polen de otros órganos afloran
y expanden sus olores.

Mi madre era una santa en su ceguera
y el pan era mi llanto,
que estaba prohibido a cal y canto
dejarle que él al suelo se cayera
besando igual que a un santo.
©donaciano bueno

#También a ti te lo decía tu madre de pequeño? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  F. Bermúdez y Ortega

PAISAJE

Es hora del profundo silencio de las cosas.
Ya todo, aletargado, parece que dormita
bajo el halago de una pesadumbre infinita
que hace las horas tristes, y lentas y tediosas.

Discreto, el sol occiduo dibuja y prende rosas
de púrpura en las nubes; un aura leve agita
las frondas en silencio y apenas precipita
del viejo mar en calma las ondas rumorosas.

La tarde, flor de ensueño, doblega el áureo broche
y tiembla a la primera caricia de la noche
que esparce desde oriente su inmensa cauda bruna.

Mientras como un heraldo divino de esperanza
asoma, tras la noche ilumínica que avanza,
su rostro de oro pálido y magnifico: la Luna

MELODIA BREVE

(En la alta noche)

Aura suave y manso río,
la onda breve besa esquiva
la ribera pensativa
con un beso breve y frío.

Es la noche; reina Estío;
desde el cielo, sensitiva
flor de luz, la Luna Estiva
se retrata pensativa
en los cristales del río.

Besando el silencio grave,
rima el aura en vago giro,
el romántico suspiro
de un rumor dormido y suave.

Y cual eco peregrino
al rumor de brisa y ola
llega en ritmo suave y fino
a la orilla quieta y sola la
doliente Barcarola
de un noctivago marino….

PINCELADA

(Para Valentín Giró, Poeta)

El Sol, ya a fin de la jornada,
desde occidente vigila
como una enorme pupila
de roja sangre inyectada.

Amplia mar, ensangrentada,
grave, imponente y tranquila,
finge la luz que vacua
en la celeste morada.

Con dulce melancolía,
la tarde doliente y fría,
va cerrando el áureo broche.

Mientras grave y lentamente
va conduciendo a Occidente
su catafalco la noche.

LEVE Y BREVE

El mar en calma; la brisa leda
riza apacible la blanca espuma
y sobre el agua tiembla la bruma
como un inmenso jirón de seda.

Por sobre el manto de la neblina
flota el celaje de una luz blonda
y acariciando de luz la onda,
surge la luna, plácida y fina….

Surge 1a luna plácida y riela
sobre la magia de la onda bruna,
y a ras del agua, bajo la luna,
lánguida y sola cruza una vela….

RIMAS PARA TUS OJOS

(A Elvira)

Yo he visto en los salones del Oriente,
el resplandor magnífico de plata,
de la Hostia enorme que al romper la noche
majestuosamente se levanta…

He visto el resplandor de las estrellas
sobre el cristal undívago del agua;
luciérnagas he visto entre las sombras
brillar con luz fantástica.

He visto, a los celajes de la luna,
sobre el temblor de las marinas aguas,
gemas, que fingen en la inquieta onda,
la fantasía de un ensueño nauta.

He visto fuegos fatuos en las noches
cruzar el tedio de la sombra opaca,
fingiendo en el misterio de las sombras
como brillantes lágrimas de plata.

Lo que no he visto ni en el cielo mismo,
en el encanto de sus noches claras,
es el prodigio de la luz que emerge
de tu pupila misteriosa y rara.

ROMÁNTICA

(Para H. Ducoudray)

Y trémulo de amor, convulso y ciego,
caí por fin ante sus pies de hinojos
enloquecido de pasión y luego;
sin que del labio se escapara el ruego
le hablé con la elocuencia de los ojos.

Le hablé con la elocuencia delirante,
del lenguaje del alma que está ansiosa,
y en ese vago y misterioso instante,
la nieve de su pálido semblante
se tornó sonrosada y luminosa….

El alma al labio se asomó,
lo mismo que un reclamo de amor,
y en el mutismo de aquel instante vago
de embeleso en que a su alma reclamó la mía:
apuré de su boca la ambrosía,
disuelta en el temblor de un casto beso….

MENSAJE LIRICO

(A S. M Grecia L.)

La nota más pulcra que duerme en mi lira,
¡oh! dulce Regina, Princesa de Amor,
el sueño quebranta, despierta y suspira,
por ser en tus manos de nácares, flor.

Permita ¡oh! Señora, que llegue a tu regio
palacio de perlas, de oro y marfil,
el eco melifluo del mágico arpegio,
que a ti da mi lira, Princesa gentil.

Tu mano es de nácar, divina Señora,
tu frente divina, de nácar también;
de un rayo de luna y un beso de Aurora
surgiste del cáliz de un lirio al nacer.

FANTASIA HEBREA

(Para Gastón F Deligne, Poeta)

Sobre el negro prestigio de su lacia melena
se desprende la lluvia de un millón de diamantes
y fulgura en sus ojos pensativos y amantes
el encanto apacible de una noche serena.

En el ritmo sonoro, de su voz de Sirena
hay el tremolo vago de cadencias distantes,
y en la rosa divina de sus labios fragantes
se adormece la risa con un nimbo de pena.

Esa tarde, en el Templo, rezaba de hinojos
ante el Cristo, y mirando su melena y sus ojos,
su belleza emotiva de jovial Nazarena.

En mi alma tradujo la ideal fantasía
que leyenda la historia del divino Mesías
y la triste y hermosa María Magdalena.

DESOLACION

¡Y fue mi anochecer en pleno día,
y el dolor, con su mano despiadada,
partió mi corazón como una espada
ahogando la ilusión en la sangría…!

¡Y perdí la noción de la armonía,
y hasta mi firme anhelo de belleza
cayó desorientado en la tristeza
de la noche sin luz de mi agonía….!

Al resto de mi fe pedí su egina,
y a la voz suplicante de la vida
permaneció la fe impasible y muda;

y de la fe impasible al torpe agravio,
derramó su veneno sobre el labio
la copa aterradora de la duda…!

ATRIO

El misterio es el alma de la virgen Poesía,
en el lago es silencio y en la estrella temblor;
dad al verso el lenguaje de los largos silencios,
como en lago y estrella que el misterio nimbó.

Dejad siempre velado bajo el ala del verso,
para ciertos espíritus, lo más blanco y mejor;
tal así como bajo de una tímida niebla
el matiz impreciso de una incógnita flor.

Lo que dice el absurdo inarmónico idioma
de los labios que hablan, es salvaje dicción;
en la lengua divina de la Maga Poesía,
el silencio idealiza la palabra mejor;

Así tal, bajo el césped, como en tórpido limbo,
la fragante violácea de su encanto de flor;
¡tal así, tras el velo de la bruma flotante
da una estrella lejana su indeciso fulgor…!

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NADIE, NUNCA, JAMÁS [Mi poema]
Carlos Guido y Spano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Traspasar ese umbral es un misterio,
nadie, nunca, jamás lo ha traspasado,
nadie, nunca, jamás desde otro lado
ha venido de vuelta al cementerio
que se haya equivocado.

Nadie, nunca, jamás que aquí se diga
ha cruzado esa puerta sin falleba,
-la puerta no se sabe a donde lleva-
así que lo bendiga o lo maldiga,
la duda ponga a prueba.

Detrás, quizás, se encuentre ya el vacío
que allí nada se ve, todo está a oscuras,
de allí nada se sabe. Ni los curas
consiguen reducir su escalofrío
a base de suturas.

Nadie, nunca, jamás. Cavilaciones.
Conjuras, sugerencias o amenazas,
de algún predicador o algún bocazas
que intenta trasladarte sus razones,
ponerte sus mordazas.
©donaciano bueno

#Y tú, qué piensas? Acaso conoces alguno? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Guido y Spano

NENIA

(Canción Fúnebre)

En idioma guaraní,
una joven paraguaya
tiernas endechas ensaya
cantando en el arpa así,
en idioma guaraní:

¡Llora, llora urutaú
en las ramas del yatay,
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú ­
¡llora, llora urutaú!

¡En el dulce Lambaré
feliz era en mi cabaña;
vino la guerra y su saña
no ha dejado nada en pie
en el dulce Lambaré!

¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!
Todo en el mundo he perdido;
en mi corazón partido
sólo amargas penas hay ­
¡Padre, madre, hermanos! ¡Ay!

De un verde ubirapitá
mi novio que combatió
como un héroe en el Timbó,
al pie sepultado está
¡de un verde ubirapitá!

Rasgado el blanco tipoy
tengo en señal de mi duelo,
y en aquel sagrado suelo
de rodillas siempre estoy,
rasgado en blando tipoy.

Lo mataron los cambá
no pudiéndolo rendir;
él fue el último en salir
de Curuzú y Humaitá ­
¡Lo mataron los cambá!

¡Por qué, cielos, no morí
cuando me estrechó triunfante
entre sus brazos mi amante
después de Curupaití!
¡Por qué, cielos, no morí!…

¡Llora, llora, urutaú
en las ramas del yatay;
ya no existe el Paraguay
donde nací como tú-
¡Llora, llora, urutaú!

HOJAS AL VIENTO

¡Allá van! son hojas sueltas
De un árbol escaso en fruto;
Humildísimo tributo
Que da al mundo un corazón.

Allá van, secas, revueltas
En confuso torbellino,
Sin aroma, sin destino,
A merced del aquilón.

Esas hojas los ensueños
De la vida simbolizan,
Cuando puros divinizan,
La ventura o el afán;

Son emblemas de risueños
Devaneos que en su aurora
La ilusión virgen colora,
¡Y que nunca ¡ay! volverán!

¡Hojas mustias y sombrías!
ya las ramas que adornaron,
Tristemente se doblaron;
El pampero sopló allí.

Las agrestes armonías
Que otro tiempo al aire dieron,
De la tarde se perdieron
En la bruma carmesí.

Allá van, sí, desprendidas
Por las ráfagas de otoño.
Sin que dejen ni un retoño
En su tránsito fugaz;

¡Pobres hojas esparcidas,
Por el viento arrebatadas,
de las vegas encantadas
A que dieron sombra y paz!

FLOR DE LA VIDA

Esta noble sentencia
Que tengo en blanco mármol ya esculpida,
me dijo un sabio de ática elocuencia
Que recuerda a Platón: «la inteligencia
Es la flor de la vida».

AMIRA

¿Conocéis a la rubia y tierna Amira?
¡Qué belleza, qué flor, qué luz, qué fuego!
Su andar se ajusta al ritmo de la lira,
Hay en su voz la suavidad de un ruego.

El flamenco nadando en la laguna
Entre el verde juncal, no es más gallardo:
Espira un vago resplandor de luna,
Tiene la fresca palidez del nardo.

Hace soñar; la mente se colora
De su candor al virginal destello;
Se sueña con las rosas, con la aurora,
Con las hebras de luz de su cabello.

Parece que un espíritu celeste
Siguiéndola invisible la perfuma,
Y que su blanca y ondulante veste
Por el aire agitada hiciese espuma.

Ayer la vi pasar en lontananza,
E imaginó mi alma entristecida,
Era el ángel de la última esperanza
Que buscaba, el sepulcro de mi vida.

SOLEDAD

¡Oh soledad! ¡Oh murmurante río,
A cuya margen espontáneos crecen
Los árboles frondosos, que el otoño
Despoja ya de su hojarasca verde!

Huésped errante de la selva oscura
Di en estas limpias aguas. ¡Cuántas veces
Me vio la tarde, absorto en mis recuerdos,
Contemplando su plácida corriente!

La gran naturaleza, de mis penas
Oyó el lamento que hacia Dios asciende:
En su templo inmortal a quien la invoca
Seguro asilo y bálsamos ofrece.

Al dejar sin retorno estos lugares
Tan dulces a mi afán, llevo indeleble
Una impresión de gracia, de frescura,
Y hasta el sahumerio del paisaje agreste.

Como esas aves de amoroso instinto
Que en busca de calor el aire hienden,
Así mis pensamientos al amparo
De los afectos íntimos se vuelven.

¿Pero en cuál mejor sitio hallar la calma,
Y este silencio arrobador, solemne,
Que al fatigado espíritu conforta
Mientras las horas se deslizan breves?

Es aquí donde exhausto peregrino
Quisiera alzar mi solitario albergue,
¡Y arrullado del aura y de las ondas
Vivir lejos del mundo, para siempre!

SONETO AT HOME

¡Hijos queridos! En la paz bendita
del heredado hogar hallad defensa
contra el violento entorno que nos tensa
contra el combate cruel que nos agita.

Como en vuestros abuelos se condensa
reconoced caballeresca cita
con la conciencia que a lo heroico invita
y rechazad vivir en la vergüenza.

Ejemplo es vuestra madre de la entrega.
Servid a los demás. Es su camino.
Intransitado y viejo al cielo llega.

Esto de mi docencia me imagino
que de un padre a sus hijos se trasiega:
que cada cual sea fiel a su destino.

TROVA

He nacido en Buenos Aires
¡qué me importan los desaires
con que me trate la suerte!
Argentino hasta la muerte
he nacido en Buenos Aires.

Tierra no hay como la mía;
¡ni Dios otra inventaría
que más bella y noble fuera!
¡Viva el sol de mi bandera!

Tierra no hay como la mía.
Hasta el aire aquí es sabroso;
nace el hombre alegre, brioso,
y las mujeres son lindas
como en el árbol las guindas;
hasta el aire aquí es sabroso.

¡Oh, Buenos Aires, mi cuna!
¡De mi noche amparo y luna!
aunque en placeres desbordes,
oye estos dulces acordes
¡oh, Buenos Aires, mi cuna!

Fanal de amor encendido,
borda el cielo tu vestido
de rosas y rayos de oro:
eres del mundo tesoro,
fanal de amor encendido.

¿Quién al verte no te admira
y al dejarte no suspira
por retornar a tus playas?
Deidad de las fiestas mayas,
¿quién al verte no te admira?

De tus glorias que otros canten,
y a las nubes te levanten
entre palmas y trofeos.
Yo no asisto a esos torneos:
de tus glorias que otros canten.

Tu esplendor diré tan sólo,
si no del ya viejo Apolo
con la lira acorde y fina,
en mi guitarra argentina
tu esplendor diré tan sólo.

Voluptuosa te perfumas
de junquillos y arirumas;
cuando te adornas y encintas,
en las áureas de tus quintas
voluptuosa te perfumas.

Goza del Plata al arrullo
llena de garbo y orgullo,
criolla sin par, blasonante
de tu destino brillante,
goza del Plata al arrullo.

Triunfa, baila, canta, ríe;
la fortuna te sonríe
eres libre, eres hermosa;
entre sueños, color rosa,
triunfa, baila, canta, ríe;

¡Cuántos medran a tu sombra!
Tu campiña es verde alfombra,
tus astros vivos topacios;
habitando tus palacios
¡cuántos medran a tu sombra!

Bajo de un humilde techo
vivo, en tanto, satisfecho
bendiciendo tu hermosura,
que bien cabe la ventura
bajo de un humilde techo.

La riqueza no es la dicha;
si perdí la última ficha
al azar de la existencia,
saqué en limpio esta sentencia:
la riqueza no es la dicha.

He nacido en Buenos Aires
¡qué me importan los desaires
con que me trate la suerte!
Argentino hasta la muerte
he nacido en Buenos Aires.

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CADA DÍA, UNA PENA [Mi poema]
Luis A. Ambroggio [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

He pasado en la calle donde estaba
tirado un perro muerto,
la gente se paraba y le miraba,
que al pobre miró un tuerto, comentaba,
haciendo un aspaviento.

Estaba por demás despanzurrado,
trillado y hecho añicos
cual fuera que tuviera mil hocicos.
La pena se encontraba humilde a un lado,
su aguja y acericos.

Los perros, ya se sabe, son humanos
que tienen cuatro patas,
que suelen soportar las garrapatas
y saben comportarse como hermanos
así que anden a gatas.

Algunos hay que guardan las esencias
de apego y de nobleza,
al amo siempre agachan la cabeza,
logrando así ganar sus complacencias
cual signo de grandeza.

¡Qué lástima que dan los sentimientos
que al alma le enternecen!
Hay perros que a las vísceras escuecen
y humanos que te importan tres pimientos,
no lloras si fenecen.
©donaciano bueno

#Bonjour tristesse! Share on X

Los seres humanos somos muy propensos a compungirnos ante las desgracias ajenas. En general todo es pura fachada. Solamente la renuncia personal a nuestros privilegios es una demostración palpable de la profundidad de esos sentimientos.

MI POETA SUGERIDOLuis A. Ambroggio

MI PRIMER VUELO

Hoy me entregué al viento
con alas grises de alivio
en la libertad del cielo.
Miré el azul de cerca
y el horizonte no era sólo poesía
sino también referencia.
Fui yo, no me llevaron
un poco como pájaro,
niño mimado del aire
titubeante en los primeros pasos.
Volar es la fascinación del alma.
La tierra me espera
con brazos de madre.
Con mi sonrisa feliz
le traigo algo del sol triunfante.

EL PESO DE LOS CUERPOS

Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo de murmullo de los vientos.
-Vicente Huidobro

La sentencia de un cuerpo
vence la apatía de los dioses.
Cuerpos dóciles ante la furia de las ondas.
Cuerpos aferrados al morir y resucitar
y ser luego luminosos.
Cuerpos que son árboles, que son mares,
que son tierra humedecida
que son clamor y ausencia,
que avanzan en el viento
y lloran y reclaman millones de veces
el camino de vuelta
porque nunca pierden la memoria.
Cuerpos-espíritus que se elevan
desafiando a la muerte
como una lumbre sin tregua.

Nosotros les damos a los cuerpos sus alas.

DOS RETRATOS DE UN OFICIO

1. El Director

Cada nota encendía una herida de amores
Juan Ramón Jiménez

Este y el otro sonido le rozan el alma.
Implora a la melodía con sus ojos
Mientras trazan los dedos el dibujo.

Los violines tienden una cama de seda.
Encanta el aire de su rostro ido
El obóe meloso de otro planeta
La viola que vagabundea los recuerdos.
Conjura la flauta, el contrabajo, los vientos,
El rayo, una tormenta armoniosa
Que lastima mágicamente su cara.

Sus brazos navegan las olas de un lago
Con cisnes de un triste misterio.
Hay árboles lejos en la partitura
Que revive en el huracán musical de su cabeza,
Bosques susurran la lucha verde
De furiosos amantes,
El tímpano destila gotas de plata,
Más tarde recoge sonriente el paisaje dormido,
Y finalmente la calma.

¡Bravo! Lo aplaude el pueblo
Con mis manos sin guantes.

CANTO II

Epopeya desnuda de la paz no valorada:
les cuesta a los próceres levantar los dolores que tienen
pero viven audazmente otro día somalí, sudanés,
en cualquier gheto.
Se ha glorificado erróneamente como héroes de la guerra
a los muertos.
Sobrevivir no pertenece a la rutina.
Estamos condenados a vida
so pena de una muerte cotidiana.

Epopeya del amor y el sueño:
las puertas que se abren adelante,
adentro, al lado, están infectadas
y, sin embargo, se besan
con una pasión que los encierra
y crean horarios de ilusiones.
El himno enarbolado del orgasmo
está hecho de una sola raza.

Epopeya del lenguaje,
El abecedario de cada aliento,
«ese cuerpo hacia todo
esos ojos abiertos.»

Epopeya de la lágrima
Mundo húmedo de resúmenes inauditos
Agua viva del río de los cuerpos.

La necesidad que mendiga a las manos disfrazadas
gestos con ventanas, llantos de cocodrilo,
tiburones sueltos en campaña.

Epopeya del mundo diario
que, desde el silencio cobardemente vemos.

La mítica Troya ya tuvo su canto.

CANTO IV

Aguas destiladas de culpa;
aguas heridas,
olas vitales.
Baño sagrado.
«Ganges ser que no bañas»
Triunfo erótico de humedades curváceas,
acumulación explosiva de vapores
previo a la tormenta que castiga,
en el vaivén de la vida, símbolo inundado de totalidad.

Regeneración bautismal
para seguir sirviendo al dios que con su látigo domina.

Aguas, fáciles o dificiles,
con las que todo mal o bien
comienza o acaba;
el acopio y la nada.
Las guerras y las iras por sí solas se consumen.
Llega al fin la paz bronceada
en palomas blancas
extendiendo con sus besos
en forma de pico
un ramo de olivo mágico.

El cielo decreta un arco iris
enarbolado durante doce horas,
entre el sol y las nubes grávidas.
Doce horas y la noche
(La humanidad se compone
pendularmente de noches).
Aunque crezcan de nuevo las murallas,
o engañosas telas de arenas,
como páginas de tiempos y sombras,
y las gaviotas vuelvan a comer basura,
la esperanza resucita en los mortales
hacia una vida en flores,
alba pura y sana
con un almanaque que dice
«mientras germine el olivo
de palomas liberadas
animando el reloj azul
en plazas rejuvenecidas
sobre el lenguaje intenso del agua,
brotarán parejas ilusas,
raíces encendiendo llamas.»

LOS HABITANTES DEL POETA

La Afrodita sin brazo izquierdo
del Museo Británico
irradia sueños empolvados
y lo acompaña.

Espíritus, musas, hechos con dirección desconocida,
ídolos húmedos,
sombras con tatuaje de calendario,
sombras que miran con agujas de olvido
jamás se van de la fiesta.
Protagonizan soledad y derrota
un mundo de héroes conquistados.

El poeta no está solo.
Reza el Diario de Ana Frank
y resucita muertos.
Un lugar, al otro lado del mundo,
le quita el sueño.
El silencio lo deja exhausto y grita muertes premeditadas
en un amor dos caen sepultados
durante noches sin limites.

Con la sociedad que el poeta crea,
escucha las dulces flautas de Tesalia.
La belleza lo tortura en el banco del juicio.
Asume la topografía sabia del cuervo
y enciende con símbolos una danza transparente.
Cosecha amantes en la blancura de las olas,
en el tiempo redondo de la luna,
muere antes de morir
en el cementerio inconcluso de los recuerdos.

En su fuga imposible
Nunca está solo el poeta,
lo poseen voces
inasibles y punzantes,
lo consume el aroma fatal de su amada,
la palabra,
esa divinidad salvaje
que copula con espejos indisolubles.

LEYENDA DE DRYOPE

Dicen que cada árbol es una diosa escondida
y que gotas de sangre brotan cuando le arrancan
sus flores.

Dicen que cada árbol es una ninfa que sufre,
con el capricho de un desgajo, heridas de amor.

Dicen que cada árbol es una madre con pies de raices
para el niño que juega bajo su sombra triste.

Dicen que estas diosas, madres que el niño abraza
en su gozo,
se enternecen con los llantos y crecen.

Dicen que la muerte se ha quedado sin árboles;
que las lágrimas no son fértiles;
que las mitologías han sido quemadas;
que las madres no son diosas
y que los niños ya sueñan sin bosques.

OLAS DE FUEGO

Mis besos suenan
como gotas de agua
abriendo al caer
tu mansión de agua y de seda.
Tus besos no suenan
forman agua con mi agua
naufragio divino
de varias profundidades

No sé si llegaremos a ser un mar
de ritos evaporados.

LA DUDA

Dudar es caminar en el mundo de las ideas
al mover una pieza en un juego de ajedrez;
es preguntarse siempre el porqué de lo que sea
dejando abierto el interrogante cada vez.

Dudar es andar esta vida cruel y humana
en el paso ebrio de su rígida estrechez
y saber lo que se sabe, poco y nada
sin encontrar casi nunca razón a lo que es.

Dudar es ir viviendo la muerte poco a poco
como en un encierro sofocante de vejez
enfocar las cosas y no obtener el foco
que las capture todas con perfecta nitidez.

Dudar es un buscar sabio sin encuentro
del pensar mismo en su insaciable avidez,
es el hombre en sí definido muy por dentro
en carne y alma con su incógnita a través.

PATERNIDAD

Hoy escuché
una expresión extraña
entre los pasillos
de la burocracia.
En el trabajo
un intercambio corriente de palabras:
«Esta es mi creación»
alguien decía
mientras con orgullo de padre
una carpeta de formularios cargaba.
De creación hablaba
con orgullo de padre.
Creí haber escuchado algo
y no haber sentido nada
sobre los papeles muertos
de la burocracia.

ALELUYA

«Mujer, ¿porqué lloras, a quien buscas?»
«Maria» (Jesús)
Juan 1.

«¿Mujer, porqué lloras?»
la piedra que tapaba el amor muerto,
el sudario de dolores del hijo agonizante,
el sepulcro del silencio negro
están vacíos, iluminados,
tienen olores a día nuevo.

Mujer, por qué lloras
las ataduras de los cuerpos
y buscas vanamente al que vive
al espíritu del amanecer y al canto de los felices
entre la triste pérdida de los muertos.

Mujer, tócate bella y presagia
a la tierra, a los ladrones, a los vientos
que tu amado, tu hijo, tu hermano,
o tú misma hecha universo,
más allá de las noches pasajeras,
no has muerto.

¡Pobres los resucitados que no quieren vivir!
¡Pobres los que viven muertos!
¡Pobre Dios que muere a cada rato
en el suplicio del desamor frecuente!
¡Pobre el que no sea un aleluya en su rostro,
un corazón de paz, un grito lleno
para todos los crucificados,
y para ti, la aparición purísima de un beso!

¿Magdalena, por qué lloras?

ÁNGELES CASADOS

Dios dijo:
“intercambien los anillos”
y desde entonces vistieron
en sus manos blancas
aros de oro,
rejas, recuerdos, rosario
ríos enredados
de impulsos y lágrimas.

Aros de oro
en sus manos blancas
cárceles exquisitas
en sus ojos los años;
en los años sus esferas,
absolutos milagros.

A la eternidad llevan
círculos que irradian
el misterio gracioso
de un voto lejano
y promesas cerradas.

Dios por fin les dijo
que se den un beso
y con pasión de barro
dejaron de ser ángeles.

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A OTRA COSA, MARIPOSA [Mi poema]
Manuel del Cabral [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Conoces de las letras el lenguaje,
manejas con destreza el diccionario,
escribes con la fe del fedatario
que excluye los yerbajos del follaje.

Y lo haces con un ritmo cadencioso,
de métrica dominas sus secretos,
la rima se derrama en tus libretos
pintando un panorama primoroso.

No existe un contrincante en tu peleas
y nadie usa mejor el catalejo
que pueda prevenir el oleaje.

Mas tienes un vacío en las ideas,
admite lo que escribes suena a viejo
no sabes disfrutar de ese potaje.
©donaciano bueno

#Por mucho que te esfuerces no llegarás a nada! Share on X

MI POETA SUGERIDOManuel del Cabral

NIÑO MUERTO EN UN PATIO

Tal vea no diga nada, ni siquiera del patio.

Todo está en aquel sitio.
Su caída levanta todas mis cualidades,
porque sé que estas cosas
son las que bien me obligan a no desperdiciarme.

Tal vez no hable con nadie sobre este niño muerto.

Yo llegaré a mi casa como todos los días;
me sentaré a la mesa, tomaré mi jengibre,
quizás acaricie el pelo de seda de mi gato,
y tal vez dos palabras conmigo o con mi hermano
sobre la lluvia o sobre la cosecha.

Tal vez no hable con nadie…

¿Qué puede hacer la edad de la palabra
donde la eternidad parece un niño?

GUITARRA PANADERA

Sólo el silencio es amigo.
Pero también
no es amigo… si lo mudo
se oye bien…

¿Quién mide el aire y lo pone
cuadrado como pared?
¿Quién lo pone tan pequeño
que cabe en el puno… quién?

El mapa se está llenando
de dientes como el menú.
Pero no importa:
el humo de mi guitarra
da caliente pan azul.

AIRE

En una esquina está el aire
de rodillas…
Dos sables analfabetos
lo vigilan.

Pero yo sé que es el pueblo
mi voz desarrodillada.
Pone a hablar muertos sin cruces
mi guitarra.

Pedro se llaman los huesos
de aquél que cruz no le hicieron.
Pero ya toda la tierra
se llama Pedro.

Aquí está el aire en su sitio
y está entero…

Aquí…
Madera de carne alta,
tierra suelta:

Mi guitarra.

AIRE DURANDO

¿Quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?

Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja…

Este sudor … ¿Por quién muere?
¿Por qué cosa muere un pobre?
¿Quién ha matado estas manos?
¡No cabe en la muerte un hombre!

Hay muertos que van subiendo
Cuanto más su ataúd baja…

¿Quién acostó su estatura
que su voz está parada?
Hay muertos como raíces
que hundidas… dan fruto al ala.

¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?

Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja…

¿A QUIÉN VIENE A VER USTED?

Hoy está el pueblo en mi cuerpo.
¿A quién viene a ver usted?
Usted no ve que esta herida
es corno un ojo de juez…

Usted que se trae los grillos,
¿a quién viene a ver usted,
que anda más con el instinto
que con los pies?

Usted que trae el olfato,
pero con luz viene a oler;
meta la conciencia aquí…
y no la deje en la piel.

Usted que se trae la bala,
viene a saber por qué fue…
Si hay un rico en este lío,
¿a qué viene? ¿Para qué?

Aquí só1o hay una boca,
hay una voz, una sed.
Un trozo de grito sangra.
¡Lo cortaron como res!

Usted que se trae las llaves,
¿a quién viene a ver usted?
Vea estas manos callosas,
ropa rota y sin zapatos
unos pies.

Usted que se trae las manos
pesadas como pared…
¿no ve el hambre?
¿no la ve?

Tápenle el grito a este hombre;
y aunque es más la voz que el pie,
pónganle grillos, que sólo
el pobre cabe en la ley…

¿No ve que la sangre huye
y no se sabe por qué …?
Pero yo sé que hay aquí
quien se la quiere beber …

¿A quién viene a ver usted?

NO LE TIRE ..

No le tire, policía;
no lo mate, no;
¿no ve
que tiene la misma cara
que tiene usted?

Corre roto,
sin zapatos.
¿No lo ve?

Corre tal vez
con una honradez tan seria
que corre en busca del juez….

Acérquese, policía,
pero guardando el fusil.
Acérquese.
¿No lo ve?

Se parece a usted,
y a mí…

Mírelo bien.

Huye de la tierra y siempre
se va con ella al partir…

Acérquese… No le hiera
ni con el ojo
su dril…

Mire sus pies …
Mírelo bien …

Policía, no le tire.
Fíjese
que corre como la sed…

CAMINA

Camina el jefe del pueblo
después de beber café.
Y una voz que no se ve,
grita al oído:
-Mire, jefe, que hay un hombre
que allí está herido.

-Lo sé.

Camina el jefe del pueblo
después de beber café.

Y vuelve la voz y dice:
-Jefe, que un hombre no ve;
tiene llanto entre los ojos,
y tiene plomo en los pies.

-Lo sé.

Sigue caminando el jefe
después de beber café.
Y la misma voz le grita:

-Murió un hombre allí de sed.
¿Qué haremos, ahora, jefe?

-Que haga pronto el hoyo usted.

Y el jefe sigue su rumbo,
pero también
el jefe sigue pensando …

Piensa sólo a qué hora es
la otra taza
dc café…

HABLA COMPADRE MON

Lo que ayer dije yo
a gritarlo vuelvo ya:
¿tierra en el mar?
No señor,
aquí la isla soy yo.

Algo yo tengo en el cinto
que estoy como está la isla,
rodeada de peligro.

Sí, señor, mi cinturón:
ola de pólvora y plomo.
Aquí la isla soy yo.

Cabe, lo que dije ya,
siempre aquí, como le cabe
el día en el pico de ave.
¡Qué bien me llevan la voz
las balas que sueño yo!

Y no está lejos del hombre
de tierra adentro y dormido
la verde fiera que siempre
nos pone un rabioso anillo…
Estoy hablando del mar
porque en él hay algo mío…

¿Pero estoy hablando yo
de una Antilla, tierra en agua?
No señor,
con la cintura entre balas,
al mapa le digo no.
Aquí la isla soy yo.

AIRE DURANDO

¿Quién ha matado este hombre
que su voz no está enterrada?

Hay muertos que van subiendo
cuanto su ataúd más baja…

Este sudor… ¿por quién muere?
¿Por qué cosa muere un pobre?

¿Quién ha matado estas manos?
¡No cabe en la muerte un hombre!

Hay muertos que van subiendo
cuanto su ataúd más baja…

¿Quién acostó su estatura
que su voz está parada?

Hay muertos como raíces
que hundidas… dan fruto al ala.

¿Quién ha matado estas manos,
este sudor, esta cara?

Hay muertos que van subiendo
cuanto más su ataúd baja..

DONDE LA VOZ PARECE MÁS DEL ÁRBOL

Donde la voz parece más del árbol.
Donde el hombre es un árbol.
Aquí, donde los ojos de los niños…

Tal vez aquí no puedo decir nada.
Tan cerca estoy de cosas que están siempre desnudas.
Puede mi tiempo ahora herir la tarde.

Yo vengo de tan lejos y de tantas palabras,
vengo de tantas manos y de carne con precio,
vengo de tantos vientres con inéditos gritos,
que me sube la voz igual que un ojo.

Aquí, donde este hombre
para decirme que no tiene ropa
desentierra los huesos de su sonrisa:
su azucena valiente y definida,
su azucena harapienta.

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FIESTA EN LA PLAZA [Mi poema]
Luciano Cavido [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Fijando la mirada en el albero,
avanza lentamente cabizbajo,
parece una campana sin badajo
enfrente a un enemigo pendenciero.

Comprende que su vida se ha acabado
mas tiene hasta el final que resistirse,
que debe de luchar antes de irse,
incluso si la vida le ha fallado.

El toro se presenta ante el suplicio
sabiendo la importancia de ese reto,
que debe de embestir, no estarse quieto,
cerrándole hasta el mínimo resquicio.

Y salta hasta la arena decidido
a ser figura allí, morir matando,
quizás no sea hoy, no sabe cuando,
depende lo que opine el del tendido.

Que el hecho de morir no es cosa suya
tampoco él decidió ir a la plaza
a cuestas con la muerte de amenaza
y menos le clavaran con la puya.

La muerte ya le viene en el paquete
por arte de cualquier birlibirloque,
la muerte se agazapa en el estoque
clavándole con saña el estilete.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDOLuciano Cavido

LA VÍCTIMA

Con soberana elegancia y paciencia
De esclava, teje su trampa la araña.
Aguardar a su victima es su hazaña.
Atacar a su victima, su ciencia.

Por el sedoso hilo se despliega
Funámbula a su ritual de muerte.
El desdichado insecto que la advierte,
Acepta su destino y se entrega.

Abdomen artesano y ocho patas.
Veloz desplazamiento, ojo certero,
Le bastan para asirse a su doctrina.

No la creo, por esto, mi asesina.
Ella sabe muy bien por qué me mata.
¿Acaso yo sabré por qué me muero?

A QUIEN CORRESPONDA

En la cadencia de tu fino trazo
Se transfigura un hondo sentimiento,
De tus palabras brotan, lo presiento,
Un manantial de culpa y de fracaso.

Me dirás que del alba hasta el ocaso
Tu joven corazón está latente.
Dirás que eres feliz, pero me mientes.
Conozco esa expresión, paso por paso.

Contestaré tu carta con mi puño
Para que el pulso de mi sangre sientas.
Y sin decirlo, sepas que comprendo

Que en estas horas crueles y violentas,
No hay un dolor más grande y más horrendo
Que hallarse lejos ya de su terruño.

LA ROSA ARTIFICIAL

La rosa artificial seca la mano,
De aquel que la sostiene y que la observa.
Reluce su belleza entre la hierba,
Pero su vida allí transcurre en vano.

Resiste primaveras y veranos,
Inviernos y el otoño imperdonable.
Más nunca podrá ser flor respetable,
Cual rosa de jardines cotidianos.

El alquimista huye con recelo.
Y Dios en su rincón muerde sus labios.
A nacido por obra de los Cielos,

Para que una mujer mire y se asombre.
No ha sido ni será fruto de sabios.
Se sabe tan bastarda como el Hombre.

A MILTON

Sintiéndose en su hogar, advenedizo,
Como Dante, tal vez, en su Florencia,
Milton pierde y recobra el Paraíso.
Venciendo de sus ojos la impotencia.

Ese Milton leal republicano.
Ese Milton políglota y profeta.
Ese siervo de Dios, ese cristiano.
Ese Gran Dramaturgo, ese Poeta.

No ha querido la gloria de su nombre.
Lo demuestran las líneas que profesa:
“Enciérrase a la vez tanta vileza,

Matándose a un buen libro como a un Hombre”
Se ha llevado un dolor bajo la tierra,
No ver la libertad de su Inglaterra.

AQUÍ MI CORAZÓN QUE SE DESHACE

Aquí mi corazón que se deshace.
Claudica ya su miserable duelo.
Dieron las puñaladas muerte a Otelo.
Yo aguardo, en cambio, otro desenlace.

Quiero mudar mi voz, palabra y frase.
Dejar caer mi verso por el suelo.
Ondulante y rendido cual pañuelo,
o cual Hamlet, que agónico renace.

Aquí mi corazón, tamaña empresa
No logra sostener. Aunque yo creo,
Que El beso de la muerte de Romeo,

Se halla en todo labio que nos besa.
Procuro resistir, pero el brebaje,
Más ágil que el puñal, cumple su ultraje.

BELLA AFRODITA

¡OH, bella muchacha quién te tuviera,
Para ser a tu lado un hombre hermoso¡.
Si hasta Dulcinea, la del Toboso,
De su ideal primor se arrepintiera.

Qué esconde tu gracia tan lisonjera,
Que todo hombre sueña ser tu esposo.
Darte pretendo un beso tembloroso,
Para que tú lo calmes y me quieras.

Pero vedada estás a los mortales.
Y como tal, mi anhelo se marchita.
¿Que somos ante ti, Bella Afrodita,

Los que amamos a seres irreales?
Nada quizás… o bien yo me equivoco.
¿Ilusos, poetas, ingenuos, locos?

NADA HABRÁ

Cierto es que cada cosa en este mundo,
Con afanoso celo milenario,
Esconde a cada paso su contrario,
Que así como distingo lo confundo.

Mi voz que todo nombra, no evidencia.
Al afirmar certeza afirma duda.
Y ver, tocar, oler y oír, no ayuda
A vislumbrar el fin de la existencia.

Cuánto hay de aquel pájaro en la rama.
De la rama y del pájaro que observo.
De mis sustantivos ojos y del verbo,

Que observa aquel pájaro y la rama?
Nada habrá. O Quizás, habrá lo adverso.
Más…¿cuánto hay de cierto en este verso?.

DÓNDE ESTABAS

Mis hombros son vastos y hondos precipicios,
Que se yerguen tarde, cuando ya el vacío,
Me observa cayendo hacia el negro río,
Donde caen las sobras y los desperdicios.

Cruzo derrotado el umbral del hospicio.
Ese que me brindas y que yo he aceptado.
Hacia él me arrastro con pasos helados,
Pero es tan inútil tanto sacrificio.

Al mirar tu mano hacia mí extendida,
Una extraña queja trepa a mi garganta.
Sorda, mustia, hueca, vana, inexistente.

Que acaso responde, displicentemente,
Al tenaz llamado de mis noches tantas.
¿Dónde estabas, dime… Vida de mi Vida?.

SONETO

No vuelve el corazón a vuestro puerto.
Lo observo ya perderse en lontananza.
Esconde su destino algo incierto.
Grabado lleva un nombre: Esperanza.

El condenado a muerte, desespera.
Y viejo llora su Dorada Infancia.
El sabio, pide a gritos su ignorancia.
Y la semilla sufre ser madera.

Si tú supieras que cada flor que acechas
Con tu mirar, es flor irrepetible,
La vida no sería tan terrible

Como lo es…si acaso tú supieras.
Ni el arco vuelve a ver jamás su flecha,
Ni aquella flecha, a quien, por ella muera.

REMBRANDT

En Van Dick, Jan Van Goyen, Durero,
En Frans Hals y Rubens y Leonardo,
En Velásquez, Lorrain, Caravaggio,
Está el rostro de Rembrandt…¡Miradlo¡.

En Carracci, Poussin, Tintoretto,
Guido Reni, Jan Steen, en El Bosco,
Willen Kalf, Pieter Bloot y en El Greco,
Como a un ser irreal, veo su rostro.

De su Leiden humilde a la cumbre,
Sólo hubo una línea muy frágil.
Ser un hijo de Holanda no es fácil,

Fue una sombra luchando en la lumbre.
Y ya solo, ya frente a su espejo,
Decidió ser el otro… el reflejo.

EL REY POETA

Alegre el Cortesano llama a la multitud:
¡El Rey es un poeta, que viva el Rey, que viva¡
El pueblo fervoroso de pronto se cautiva
al ver al Rey Poeta blandiendo su laúd.

Arpegios delicados preludian su Rapsodia.
Su voz retorna al griego y empieza la batalla.
Sus versos enamoran y el público desmaya.
Lo adora el que lo ama, lo ama el que lo odia.

El pueblo encandilado no escucha lo que dice.
Él habla de la guerra, mas eso no interesa.
El público lo abraza, el público lo besa.
Palabra de Poeta nunca se contradice.

Y cuando el verso acaba, siguiendo el protocolo,
Regresa el Cortesano, volviendo al mismo grito:
¡El Rey es un poeta, que viva el Rey bendito¡
y como acto seguido, el pueblo queda solo.

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SU PERRITO FALDERO [Mi poema]
Gastón Fernando Deligne [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Señora, sí, su perro, su perrito,
tan mono, tan simpático y mimoso,
su perro tan amable y chiquitito
que saca a pasear con su lacito
y suele relamer tan cariñoso.

Su chucho, el que saluda a los vecinos,
y haciendo malabares mueve el rabo
marcando el territorio en los caminos,
el mismo al que le importan tres cominos
mear así no encuentre algún lavabo.

Aquel del que presume de belleza
y espera haciendo gala un comentario
que alabe cuando salta su destreza
y ensalce como mueve la cabeza
o escuche algún piropo del contrario.

Que no sabe decir cuánto lo siento,
el mismo que hasta a usted no le hace caso,
procure que no suelte su excremento
y evite que se escuche un juramento
llevando una bolsita por si acaso.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Gastón Fernando Deligne

LOS GALARIPSOS

En la liana vistosa y empinada
funden los galaripsos su esbelteza,
como una aspiración que se anonada
-temblando de pasión- en la belleza.

Tejiéndose al imán de sus amores,
su follaje nervioso, se estremece;
y presume quizás, al echar flores,
que es el árbol amado el que florece.

Teclado son de vientos vagarosos
y cual la mirra de sagrado rito
en espiral remóntanse, ganosos
de holgar entre el planeta y lo infinito.

INCENDIO

Dormida esta la ciudad,
bajo los limpios reflejos
de una luna sin mancilla
en un nacarado cielo.

Allá lejos zumba el mar;
acá suspira el misterio
y en las hebras de la luz
flota en su hamaca el silencio.

¡Qué de fantasmas de rosas,
en blando revoloteo
invaden calladamente
los cortinajes del lecho!

¡Qué tropel de diminutos
y ágiles duendes aéreos
se deslizan impalpables,
paz y calma repartiendo!

Todo, hasta el aire, es marasmo,
todo, hasta la luz, es sueño;
todo, hasta el duelo, es quimera:
¡Sólo el mal está despierto!

De cuya presencia adusta,
de cuyo empuje soberbio,
hablan, gritan las campanas
con vibrante clamoreo.

Y allá al lado del poniente,
entre oleadas de humo denso,
asoma el robusto monstruo
su roja cresta de fuego.

«Venid» parece que dice;
parece que clama: «os reto»,
con su ruido de agua grande,
con sus crujidos siniestros.

¿Quién no lo vio…? Era uno solo,
y revistió en sus efectos,
los mil tonos, las mil formas,
de un espantable Proteo.

Como niño que en petardos
entretiene el raudo tiempo,
así niño en unas partes,
todo lo estallable uniendo,
estallaba en un volcán,
del raro volcán contento.

Enamorado, otras veces,
Del uno al contrario extremo
Iba hablando con su amada
a puras lenguas de fuego,
hasta perecer con ella
en blancas cenizas vuelto.

Ora bajando intranquilo,
ya presuroso subiendo,
ya contra el viento accionando
ya corriendo contra el viento;
escudriñando unas veces,
otras veces destruyendo;
dormido como un león,
en súbito apagamiento;
para surgir más robusto,
más voraz y más tremendo;
con profundidad de abismo,
con escalofrío de vértigo
era tristemente grande,
era noblemente tétrico
y hermoso terriblemente
¡aquel conflicto de incendio!

Pero más hermoso aún
el alcance del esfuerzo
que trajo el coloso a tierra,
junto a las ruinas deshecho.

Y más hermoso el que prueba
que Jesucristo no ha muerto;
que el mal sólo es transitorio,
que el bien es el solo eterno.

Porque ¿sabe acaso el ave,
después que el ciclón va lejos,
lo que la rama querida
y el dulce nido se hicieron?…

Lo sabe la caridad,
y es solamente por eso
que abre, mirando a las víctimas
¡su manto color de cielo!

ANGUSTIAS

(Al poeta amigo, Arturo Pellerano Castro)

Su mano de mujer está grabada
hasta en el lazo azul de la cortina;
no hay jarrones de China,
pero es toda la estancia una monada.

Con un chico detalle,
gracia despliega y bienestar sin tasa,
a pesar de lo pobre de la casa
a pesar de lo triste de la calle.

Cuando el ardiente hogar chispas difunde,
cuando la plancha su trabajo empieza,
para cercar de lumbre su cabeza,
en sólo un haz se aduna
el brillo de dos luces soberanas;
un fragmento de sol, en las ventanas;
un destello de aurora, en una cuna!

¡Qué sima del ayer a lo presente!…
Allá, en retrospectivos horizontes,
la desgracia pasó sobre su frente,
cual una tempestad sobre los montes.

Era muy bella, ¡por extremo bella!;
y estuvo en su mirada
la candente centella
donde prendió su roja llamarada
la pira que más tarde la consume,
la que le hurtó, de tímida violeta
con el tierno matiz, todo el perfume.

Fue su triste caída,
lo mismo solitaria que completa;
y como en casos tales de amargura,
desde ella hasta Luzbel todo es lo mismo;
una vez desprendida de la altura,
cebó en ella sus garras el abismo.

Quedó al horror sumisa
con expresión que por tranquila, espanta;
apagada en los labios la sonrisa,
extinguida la nota en la garganta.

Flotó en la hirviente ola
con el raudo vaivén del torbellino,
y se encontró… sentada en el camino,
entristecida, macilenta, y sola!…

Pero así como planta que caída,
después que la desnuda
rama por rama la tormenta cruda;
a pesar de la fuerza que la azota,
de la raíz asida
queda, y más tiernos sus renuevos brota;
cuando estaba su oriente más distante,
y más desfallecida la materia;
brotó la salvación dulce y radiante
por donde entró señora la miseria.

Si es cierto que invisibles
pueblan los aires almas luminosas,
hubieron de acudir a aquel milagro,
como van a la luz las mariposas.

Así el suceso su mansión inunda
con tintes apacibles:
la gran madre fecunda,
naturaleza sabia y bienhechora,
miró piadosa su profunda pena,
palpó la enfermedad que la devora;
y en su amor infinito,
la puso frente a frente de una cuna;
a la vez que vocero del delito,
de calma y redención anunciadora!

¡Quién dirá lo que siente
al verse de la cuna frente a frente!…
Su corazón de madre se deslíe,
y al hijo que es su gloria y su embeleso,
le premia con un beso, si es que ríe;
le acalla, si es que llora, con un beso.

Al calor que la enciende
¡cuántas cosas le dice,
que el diminuto infante no comprende,
tan tiernas a la par como sencillas!…
Es un desbordamiento de ternuras,
sin valladares, límites, ni orillas!…

De pronto, en su alma sube
la hiel de sus pasadas desventuras;
y mientras surca y moja sus mejillas
llanto a la vez de dicha y desconsuelo,
cual si Dios la empujase desde el cielo,
¡cayó junto a la cuna de rodillas!

Y ante el espacio estrecho
que ocupa aquella cuna temblorosa,
como se abre el botón de un alba rosa,
la rosa del deber se abrió en su pecho!

¡Reída alborescencia
la que de Angustias el camino ensancha,
escrita en surcos de la urente plancha
y en serena quietud de la conciencia!

¿Hay algo oculto y serio
entre los pliegues de su afán constante?…
la vagarosa bruma de un misterio?…
La audaz de la vecina
que, cual prójima toda, es muy ladina,
quita al misterio la tupida venda,
desparrama la cosa
con todo este chispear de vivas ascuas:

-«El chiquitín, un sol; cerca las Pascuas;
y le trae preocupada y afanosa
el trajecito aquél que vio en la tienda».

Por eso, y así el Bóreas yazga inerme
o airado soplo con violento empuje,
Angustias canta, el pequeñuelo duerme,
la plancha suena, la madera cruje.

JOSEFA A. PERDOMO

Ya se integró al espíritu fecundo
que un tiempo hiciera palpitar su lira,
ya es átomo y celaje y blando efluvio
del perfume, la luz y la armonía.

Nos deja en sus melódicos cantares
inmaculado resplandor celeste,
como el halo divino de una estrella
cuando traspone trémula el Poniente.

Enamorada del ameno valle
y del florido soto fue calandria
que alguna vez al éter ascendiera
con la serena majestad del águila.

Gloria y honor del sexo en que el futuro
vincula honor y gloria y alegría,
fue de aquellas que irradian las virtudes
prez del hogar, que los hogares nimban.

Y es de aquellas criaturas venturosas
cuya vida fue salmo, hermoso y noble;
y ante cuyo sepulcro esparce adelfas
y cíñese la patria de crespones.

CANTIGA

Cuando el viento ladra;
cuando gruñe el trueno;
a pares se miran
los nidos repletos.

Si el mal confinante
fulmina certero
sobre un ala sola,
¡herirá dos pechos!

Así de las almas:
con doblados nexos
se juntan y ligan,
cuando gruñe el trueno,
cuando el viento ladra,
cuando oprime el cerco
de egolatrías sordas
e intereses ciegos.

Viandantes amables,
vosotros -¡sea presto!-
seréis de la vida
conjuntos viajeros;
¡y el mal circunstante
no podrá soberbio
descargar un golpe,
sin alzar dos ecos!

Que sólo os fulminen
(¡mi voto oiga el cielo!)
nublados de rosas,
granizos de ensueño.

Y ya de partida,
vosotros -¡sea presto!-
hagáis el gran viaje,
cantando y riendo.

Quisqueyana

Mientras combate hermano contra hermano,
la savia tropical fecunda amores,
y cuaja frutos y burila flores,
sin aprensión de invierno ni verano.

Mientras riega la sangre loma y llano,
espíranse de valles y de alcores
voluptuosos arrullos gemidores
que no interrumpe el grito del milano.

Y cuando para el trueno belicoso,
quédense los occisos alazanes,
¡oh, combustión solar!-a lo que arbitres;

que en esta tierra donde no hay volcanes,
donde no hay ofidiano ponzoñoso
ni felino feroz, tampoco hay buitres.

Memento

Los Magnos de la Patria, en lazo estrecho
tornaron indomable su impericia
ante el altar donde la unión oficia.
Abríguese la unión en nuestro pecho.

Para alentar el ponderoso hecho
que la victoria diademó propicia,
amaron el derecho y la justicia.
Amemos la justicia y el derecho.

Ese el alto tribute, y no los dones
de evanescente incienso y vano ruido,
a su santa memoria y sus blasones.

Cuando la bien amada ha fenecido,
recordar sólo el nombre -¡oh, corazones!-
es una ambigua forma del olvido.

Entremés olímpico

La raza de Saturno, derribada
por el ligero soplo de una idea,
baja a morar sobre la triste Gea,
en una lamentable desbandada.

Con su atributo y distintivo, cada
dios osa abrir nueva pelea;
y mueve la dolosa contra-idea,
penetrante y sutil como una espada.

A devolver sonrojo por sonrojo
al nuevo cielo, voluntad y brío
previene airado su rencor tremendo;

y se apresta a la acción; pero creyendo
que el Olimpo a la postre es un enojo,
y la inmortalidad, un grave hastío.

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ALUCINACIONES [Mi poema]
José Antonio Pamies [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

He visto reflejado en mi pupila
a un alma que arañaba mi inconsciente,
lo sé porque venía a mi de frente,
me dije come y calla y espabila.

Y así que yo quisiera despistarla
la imagen cada vez más resistía,
no pude descifrar qué es lo que hacía,
por mucho que intentara yo espantarla.

Opté a cerrar los ojos y enconderme
debajo de la almohada, mas seguía
cual fuera que una luz me perseguía
queriendo deslumbrarme y ofenderme.

Sentí como se abría allí una fosa
y pude comprobar que me metía
y cómo se ponía allí una losa.

La imagen pegajosa se reía
al ver aquella estampa lastimosa
a punto de morir. Y amanecía.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: José Antonio Pamies

Otro tiempo

Llueve
sobre la arena herida,
se empaña el corazón,
suena el teléfono
de los años perdidos,
ya sé que no te reconoces
en el candente espejo
que la noche desdibuja al pasar,
nadie contesta al otro lado,
es otro tiempo,
fuera han dado el aviso
de quebrantar la norma
que nos mantiene unidos,
sed de reloj abierto
contra esta caduca alegría
de permanecer,
el amor
se resquebraja en las paredes
de este desierto inútil
anterior a nosotros,
signos furtivos, llueve
sobre la arena herida,
es otro tiempo,
nadie contesta al otro lado.

Just like heaven

Pirotecnia verbal
sin salto al vacío,
no me engañan
esas formas huecas
de la experiencia común.
Porque estoy
casi tocando el cielo,
entre Wallace Steven
y The Cure,
en ese límite
de la palabra precisa
y la imaginación creadora,
donde las sustancias avivan
la puerta de un silencio
revelador.
Lejos de gurús
de la mercadotecnia,
donde la poesía y el arte
crecen, como la vida,
de forma natural.

Poema en New York

No me impresionan
los rascacielos,
sin embargo esa lluvia extraña
que de repente caía
sobre las aceras
humeantes y pegajosas
de agosto en Manhattan
tenía un fuerte significado
que algún día,
atravesando Times Square
entre anuncios veloces y luminosos
que apenas puedo visualizar,
comprenderé secretamente.
La alquimia inútil finaliza
en este punto del camino,
tirado sobre el césped
de Washington Park
desentraño la aurora:
esta ciudad era el lugar
y tú, verso claro,
eres ahora
mi único reloj.

Anochecer ateniense

Sobre reflejos circulares
caminan nuestras sombras
al contemplar la luz,
esta luz rojiza sobre el cielo
que asesina la tarde,
y se disparan los instintos
huérfanos de tierra
hacia ninguna parte,
recuerdo entonces
cuando estabas aquí,
antes del mundo que me aguarda
con sus círculos de muerte
y sus redes sin sentido
que desprecian el arte,
ahora lo sé,
albergo tus cenizas
desprendidas del cielo
mientras la noche avanza,
rememoro la vida,
cuando el destino era fuego,
certeza palpitante en el poema
y al otro lado nadie.

Velocidad del canto

En la pura velocidad del canto
se autodestruye la belleza herida,
estación sin nombre que araña
cada segundo de tu piel,
silenciando todo hueco de luz
vaga la tarde en su discurso roto,
ninguna razón
es capaz de detener la noche.

Desaparecer

Desaparecer junto a la luz del mediodía
en la contemplación exacta de las cosas,
no decidir ni hacer valoraciones
acerca de este oculto don que la materia
abiertamente plantea en tus ojos de ahora,
extender la mirada del poema
que desde un preconcebido estruendo numerado
alguna herida sombra amenaza con cerrar,
aplazar esa urgencia inmediata
que te aboca absurdamente a los escaparates,
arrojarse a la razón de la naturaleza,
no pensar, no señalar con la vida,
depurar el lenguaje en el diamante del día
que avanza con su propio ritmo hacia la tarde,
reducirlo hasta sentir su entraña,
canto vivo al son de una experiencia singular,
veladas certezas sin voz eclipsan la noche
celebrando el fulgor del universo,
donde late esta silente verdad concebida
en un vacío abierto, en la reposada escucha
de la cifra innumerable y su desierta nada.

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LAMENTO POR MIS VERSOS [Mi poema]
Manuel Lozano [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Mis versos son igual que las cloacas
frecuente es que se muestren pestilentes,
se dejen arrastrar por las corrientes
que allí donde se encuentren se embarrancan,
de cienos repelentes.

Mis versos son presente sin futuro,
conmigo morirán cuando yo muera
tirados como un perro en carretera,
por ellos nunca habrá quien diera un duro
no hay nadie que les quiera.

Se irán como una puta por rastrojo
penando sin que acaso encuentren cura
capaz de sumergirse en su locura
lo mismo que se entierra algún despojo
en una noche oscura.

Lo bueno de este caso es que yo mismo
jamás me enteraré. Mas hoy presiento
que están ya condenados. Y el momento
cercano se aproxima hasta el abismo.
Y escribo este lamento.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Manuel Lozano

SHE DID IT THE HARD WAY

Bette Davis, quid numinosum

La gota de lepra se derrama en el mapa.
La heredad quema su oprobio
y vuelve viuda a saciarse del pan de sus hijastros.
¡La permanencia, la permanencia, la permanencia fugaz
en la asqueada falsificación del cielo!
¡Aquí esta sangre!
¡El desierto de Lo Suyo -inmisericorde- trepando en las carnicerías
como si ofreciera las más tenues migajas de la murga!

Asomada a este reino, Señora de llagado mirar,
con vestidos muy largos
y una estrella rota, blanca y áspera
caída sobre el musgo,
¿qué escombros irías a reverenciar por la fiesta?

¡Un nido de antífonas para la piel de trapo!

Asomada a ese reino, Señora Iniciatoria,
evocatriz y radiante,
muda y evocatriz,
embrutecida por el hambre que mana de tus piernas,
entiérrate en viñas de agua oscura
porque el musgo crece.

La trapecista quema su manjar.
¿Ya reverbera otra intercesora
porque dices la canción de cuna de tu tibio cadáver, dulcísimo?
¿Y el antifaz de cachorro perdido entre los álamos?
La gota de lepra se derramó en el mapa
y supe de mi corazón.

VISITACIÓN EN ROJO

Mínima desmesura en el iris del viajero.
¿Qué consiente esta fauna girando hasta la extenuación
sin escritura descrifrada
por los basurales del amanecer?
Creíste siempre la historia del traficante de insomnios,
el comensal de usuras,
el avieso del ruego,
el amargo trapecista en el verdín de una noche,
el ruín triturador de la memoria incestuosa.
Ahora lo sabes, vas a saberlo:
un filoso saldo de cuchillos te seguirá
aun entre las tumbas y las comadrejas.
¡La tribu maquilla, al fin,
los jirones de un antifaz en llamas!

Quien oculta su herida o su belleza,
también está usurpando las llaves del reino.

CORONA DE ADAM KADMÓN

¿Escalofriante este cielo?
Un blues derrama espuma de lirios en la cruz de los días.
¿Caliente el resplandor que transfigura?
Ha sido el tiempo de las puertas.
La tempestad elige la piel y se oye clamar
en los tinglados del arrobamiento
como tigra tatuada hasta el principio.
Un bosque de vidrio subirá desde el barro,
un aullido instalará para siempre entre tus crías
la terrible belleza del caído.
¿Qué verbo indescriptible parte de esta boca
y se arroja disfrazado de virgen
a curar los jirones de tu alianza en el tiempo?

-Tigra tatuada, tigra esfinge, vélame el instante-

El alba es un largo manantial lleno de ojos.
Ya no podrás decir del trance sino el brillo,
el inefable a costas de mi piel y sus genealogías.
¿Me ayuda el terciopelo de un espejo de mano
para recuperar el tenue olor en esta fábrica de maniquíes?
(Sólo te habita la desposesión.
Fría sed el desmayo tras un bosque de vidrio.)
Crece bajo los pies el hijo del insomnio, fútil y errante.
Mañana será hijo del trueno y pescará hombres
con la unción del delirio.

-Tigra de luz, tigra aciaga, transverbérame-

Un hacha de pavor ya dividió a los amantes.
¿Quién puede guardar un anónimo fragmento
siquiera en la azotea de las pesadillas?
Ni áncoras ni catacumbas tendrán piedad
por esta dinastía abierta al relámpago.
Tus pasos llegan a la Mansión Oblicua de un hombre sobre el mundo.
Las huellas gimen por la erosión.
Sangre y nieve, nieve y sangre para lamer
frente al bosque memorial de las encarnaciones.
De esta piel te revisten de gloria
aunque carne de tinieblas sea la palabra
con que fundo el estrago y la gracia de mis hijos.
¿Aquí la plenitud del soplo,
la sacratísima perfección del desterrado?
Es que naces aún de las espinas
y con un hormiguero de entrañas me construyen el trono.

EL QUE PREDICE

Me dejaste, madre, con una gangrena
desde el porvenir de nieve
y yo te maldije, aún buscándote.
No se hizo en mí sino una luz de lágrimas,
incluso encarnada -incluso anunciadora.
El huso sueña un muaré amenazante
sobre la carne ciega del degollador.
Canto frente a la ponzoña que no está.
¿Acaso un monstruo no apuñala
la vejez endurecida en la cama del niño?

Nupcias de vendedor de diamantes
donde antes callé a mi chinchilla amaestrada,
arde inmunda la guerra por los corredores.
¡A ver a la Virgen comiendo de su muerte!
Poseso agredido en medio del iris,
estalla la fiesta antes del principio.
¡Las nervaduras, las que amaste,
las teatreras cavando en un erial de moscas!
Tantas veces -al amanecer- dibujarás el límite
vuelto corpúsculo de humillación y usura.
Si aceptara sepultarme en el vacío de piedad,
¿qué ramificación de ofrendas
para un desierto en Namibia?
¿Cuándo el faisán de sangre
lamiendo en la lluvia vertedora del grito?
¿Pero quién me desclava esta música?

Banquete de telarañas, madre,
donde hiciste del velo una orgía de heridas.

HAMBRE EN LA CASA

El muro de cristal en medio del océano:
nadie desate la maldición.
Es necesaria la herida que te coma y te beba
para que la palabra se cumpla.

LA TRANSFIGURACION DE LOVECRAFT

Cuando no sean necesarios los jirones
del blanco esplendor de tu vacío en fuga
-el cercano en la piedad, tal vez el pavoroso-,
ni acariciar la mano ardida de la fiesta
porque aquello ha de cumplirse en esta brisa,
gotas del nombre escarchado bajarían por la piel.
Las telarañas del delirio se clavaron aquí
por tu languidez de espinas, pródigo errante.
La perpetua geometría
lame ahora el muelle donde embriagas
la caída fabulosa de los otros.
Hay una fosa de ausencia en el encuentro.
¿Qué estuche artificial acentuará las demoras,
si señalar el fuego es tu ley,
si cubrirte de escamas tu costumbre?
Oíste el himno:
¿Pero qué acantilado recibe a las mareas?
¿Qué pálido violín con raíces frenéticas
para el nadador de naufragios?
El feto desplegaría su hechizo.
Desertaste del hombre.
Fiebre, moscas y sueños.
Un tibio, dulce olor a crimen
reconoce en mí al desolado.

ZAHORI

Te desgarran, sol rojo, hasta el hartazgo.

El águila le comía las vísceras.

¿En qué estambres fijas el vértigo baldío
como una leyenda, como un doble panal,
apenas como viento?
Arrópame al destejerme.

Huesos para saltar la luz
surgiendo entre las tumbas.

¿De acuerdo, entonces, con la herida
que corta la palabra?

Cuerpo encendido en el temblor.
¿Adónde tu transparencia?
Plantaciones y catacumbas guardianas.
Sucede desde el principio.

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POLISECTAS [Mi poema]
Porfirio Salazar [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Políticos mediocres hay montones,
su mérito es ser fieles al Partido,
se sabe aquí cual es su cometido,
expertos en gritar y echar sermones
lanzados al tendido.

Son ecos repetidos de una banda
expertos en jugar con emociones,
que salen a aventar en sus balcones
con lemas que lo escribe aquel que manda
y da las bendiciones.

Y a veces se convierten en matones
por ansias de poder no reprimidas.
Repiten te han de dar lo que tu pidas
pues ellos son que trazan los renglones,
devotos del Rey Midas.
©donaciano bueno

Política, el único oficio que, para ejercerlo, no precisa de conocimientos, eso sí, deberás estar dispuesto a profesar obediencia ciega y aprender a mentir como un bellaco sin importarte que se note.

Solo uno o todos los caminos...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Porfirio Salazar

LOS SONETOS DEL CRISTO DE LA PIEDAD
INVOCACIÓN

Al verte escarnecido y torturado,
con ojos de piedad mirando cielo,
la soledad estalla en mi desvelo
cuando bebo tu cuerpo desollado.

Todo tu ser, de nieve, inmaculado
llueve sin fin. Cautivo por tu celo,
despierto entre las dudas que cincelo
con las espinas de tu ser llagado.

¿A qué dolor me empujas, Dios, ceniza,
con qué dolor descifro esta memoria
de ser sólo vivir que martiriza?

Hazme volar del lodo y de la escoria,
hazme entender que el hombre que agoniza
en esa cruz es signo de mi historia.

CRONICA PARA NO MORIR SIN FE

Es difícil ajustar cuentas,
olvidar los pasaportes al abismo,
esos que compramos cuando la congoja
entraba a nuestra casa.

No es fácil mantener
la vigencia de la última foto,
porque el tiempo no perdona ni retrasa
la partida de sus trenes,
pero más difícil es mentirle a Dios
que siempre brilla en nuestros ojos,
como lámpara de aceite
en medio de la tregua
de unos ojos despiertos.

Durante siglos,
rotos harapos,
el amor ha marchado,
encendido con sombra,
rompiendo ventanas,
posando para ser fotografiado
en las crónicas del egoísmo.

Quien dispuso horrores,
supo extraviar el pan y la dulzura.
Son tantos los caídos
que los dedos de las víctimas
ya no alcanzan
para contar las agonías.

No hay Dios ni cielo
en medio de la calle,
sólo el hombre y sus horrores impunes.

Ojalá que cuando el hombre
proponga la paz,
Dios no haya muerto.
(Del libro: Ritos por la paz y otros rencores, 1999)

CONFESIONARIO

Duele la piedra de la vida / sombra/
duele el deseo que se aleja de nosotros /cuerpo/,
duele el rito de la lágrima,
flor de barro
amasada por el miedo.

Gime el cigarrillo,
¡qué buenos fuimos a la hora del valor!
Porque viviendo en el intento,
siendo plan de luz en el camino,
triunfo de batalla
antes de contar los muertos,
estuvimos cerca de la muerte,
en plenitud de estar muriendo
en el impulso del viento,
con el dolor o su filo
en el umbral de los ojos.

Porque perdidos o callados,
amando lo imposible,
no hicimos lo posible
para ser lo más humano
entre la sombra.

Duele la vida y todo el viento
porque no pintamos un ojo en el amor
para mirar al mundo desde adentro.
Porque fuimos sin ser de veras.
Porque fuimos y no creímos.
Porque estamos muertos.
(Del libro: Animal, sombra mía, 2008)

POEMA DE LA HUIDA

“A veces caigo en mí, como viniendo de ti”.
Vicente Gerbasi

Otra vez buscándote…
Otra vez tu mirada fresca,
el perfume de tu risa
en un recóndito hemisferio.

Hundo esta cadena de aventuras
en un oleaje que te busca, cuerpo,
y te espera en rito de temblores.

Otra vez esperándote.
Creyendo que eres cielo
o mar que tiembla.

Heme aquí, relámpago,
levantando mi cuerpo y tu deseo
como ardiente leña,
desahuciado de amor
cuando el silencio tiene canas
y los poemas mueren de fiebre.

Amor, congela este sepulcro de deseo
que es mi cuerpo,
llévatelo, arráncalo de mí,
de modo que al despertar tu alma y la mía,
como una sola ante la muerte,
huyan sigilosas del recuerdo,
de este asombro de ser sólo ceniza.
(De: Selva, 2007)

PALABRAS PARA UN MÁRTIR

I
Tu voz es un muro de niebla
donde revuelan pájaros
tras la prisa de la bruma más doliente.
Poderoso el acento
que se deshoja del árbol de tu boca,
marcha,
colérico trueno,
por los parajes de la gloria y el pánico,
porque eres pan de nuevas luchas,
búsqueda del ser,
ansia del fusil
en el centro de la aurora.

II
Siembras rosas de poesía
en los cárdenos caminos de la piedra,
y avanzas como silbo de agua
a la fuente de las palabras misteriosas
donde no se quiebra la arcilla
de tu cántaro.

Sales por las ventanas de los siglos
y rompes la casa del pasado
con el dominio de tu puño,
con la fragancia olorosa a flor
de tus palabras,
con la mano invencible
que no mendiga
pedazos de mérito
ni hurga la llaga del exterminio.
Avanza tu espíritu,
astro tras el paisaje del viento,
y amanece en la hora presente
como un día que retorna
de un viaje terrible
al reloj de la historia.

III
En la bóveda tus huesos
ya no existen
ni el milagro de los panes
ni la sombra.
Si digo lucha y veo tu nombre
el mar se cae
y en su itinerario de olas,
eres una fuerza más, un ahínco
en la colmena de la espuma;
rebelión y luz, mártir en el eco de las naves.

Duermes, viñedo y mar,
miel en la hojarasca,
y destruyes con tu espada rabiosa de felinos
al solitario de siempre
cansado de cortar
los vuelos
de una pobre compasión.

IV
Despierta, despierta,
hombre de pueblo, mártir nunca muerto,
siembra la semilla,
abona los pétalos del jardín
del barrio devastado,
ahora que nos hemos quedado sin héroes,
sin sombra, sin clamores.
Barniza con tu aceite
los sedientos labios de la tierra
y en sus surcos
pon nueva semilla,
haz florecer el lirio de verdad
con todas sus hojas
de resurrección.

Despierta, despierta,
devora el pan hambriento a los espantos,
desanda tus caminos de muerte
y vuelve a la vida, marea sin fin,
con tu oratoria de lloviznas,
para que inundes de proclamas
los verdinegros ríos del silencio
y calmes la sed que nos ahoga…

LUNA DE INVIERNO

“La luna, vieja amiga, ha vuelto”.
Dimas Lidio Pitty

Abro mi ser y en sueños se congela
la huesa de mi cuerpo y de mi mente.
Sin palabras, confuso entre la gente,
vivo sin mí, vestigio de candela.

La luna fue testigo y centinela
de pájaros durmiéndose en mi frente.
Lejos del mar, el alma entera siente
la soledad con ojos siempre en vela.

La muerte a toda prisa corre trunca,
regresa sin llegar y casi nunca
afila los demonios de su lanza.

La luna es el aviso de la muerte,
la luna cruel, la luna de mi suerte
dormida en una tímida esperanza.

LECCIÓN DE INSOMNIO

Amanezco entre lápidas oscuras,
inextinguible llama del quebranto.
Quiero talar el árbol de mi llanto
y todo su ramaje de locuras.

El tiempo siembra lágrimas maduras
si no perdura el ave de mi canto.
Será lamento el filo del espanto
si el tiempo bebe pálidas ternuras.

Pervivo en un instante de agonía
y cierro las ventanas de mi día
si la noche se atreve a conquistarme.

Novio del agua me pregunto a solas:
¿podré cerrar los ecos a las olas
de este sueño que añora esclavizarme?

ORACION POR LA MUERTE DE UN NIÑO

“En el agua que bebo está tu llanto.”
Jean Aristeguieta

Tu muerte tiene olor a marejada,
a ira de amor y a paz de firmamento.
La fe del mundo rómpese en el viento,
en exilio de luz atormentada.

Tu voz era la paz de la cascada,
esencia de la rosa y del sarmiento.
Como laúd del alba en el portento,
tu voz era la lluvia torturada.

Si avisar, te fuiste con la brisa,
los cañones talaron tu sonrisa
rescatada de un cántico del río.

Eterno niño, ruiseñor de altura:
¡en los atardeceres tu figura
música será, nunca más vacío!

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EL HOMBRE ES LO QUE TIENE [Mi poema]
Jorge DeBravo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Escucho, veo, leo, pienso, aprendo,
que es mucho lo que tengo que aprender,
si acaso poco más sé que leer
y de esta vida, juro, nada entiendo
¿qué puedo, dime, hacer?

Estrujo cuanto acierto a mi cerebro
y a aquello que no alcanzo lo persigo,
le pongo a platicar como un amigo
y encuentro es retorcido cual enebro
y hablarle no consigo.

Procuro no guardar la equidistancia
que sea con su dueño más cercano,
le lleve, si es posible, de la mano,
y excuse por piedad a su ignorancia
cual buen samaritano.

¿Y qué debiera hacer? Si fui a la escuela
y aquello me enseñaron no se lleva,
y hoy pone en mi un cerrojo, una falleba,
de todo lo que digo nada cuela,
ni Adán existe ni Eva.

Debiera de poner una querella,
mejor tildar aquí de incompetentes.
Usando a nuestras mentes inocentes,
quisieron cocinar una paella
con falsos ingredientes.

Disculpo sin embargo a los que antaño
cual loro a sus ancestros repicaban,
que ausentes de maldad nos enseñaban
a hacer lo que el borrego en un rebaño,
lo que a ellos les mandaban.

La vida va creando sus patrones
que cambian cuando al hombre le conviene.
Si a aquello que molesta no se aviene
muy pronto creará nuevas lecciones,
el hombre es lo que tiene.
©donaciano bueno

Acaso es que ya no existen los #principios? Share on X

MI POETA SUGERIDOJorge DeBravo

Desvestido

La noche, deseosa, apenumbrada,
te quitó sin pensar las zapatillas…
y -por sentirse blanca y alumbrada-
desnudó blancamente tus rodillas.

Luego -por diversión, sin decir nada-
la noche se llevó tu blusa larga
y te arrancó la falda ensimismada
como una cosa tímida y amarga.

Después te colocaste travesura:
desnudaste tus pechos por ternura
y -hablando de un amor vago, inconexo-

porque sí y porque no, a medio reproche,
desnudaste también, entre la noche
la noche pequeñita de tu sexo.

Parto

Mujer, toda mi sangre está presente
contigo en esa lucha que sostienes.
Contigo está mi amor incandescente
y en tu llanto y en tu duelo me contienes.
Nunca en la vida estuve tan de prisa,
tan lleno de relámpagos y ruegos,
como ahora que ha muerto tu sonrisa
y están con tu dolor todos tus llantos y fuegos.
Nunca estuvo mi amor tan a tu lado,
nunca como esta noche de tortura,
cuando sufre mi amor crucificado
en el mismo tablón de tu amargura!

Poema

Desde que el primer hijo -en noche de tortura-
se desprendió de ti como un brazo viviente,
la carne se te ha hecho una fruta madura
y el amor como un pan se te ve y se te siente.

Tus mejillas se han vuelto suaves como pañales,
la voz se te ha llenado de ternuras y almohadas,
palpitan en tus ojos dos tiernos animales
y son como dos sombras tus manos sosegadas…

Hijos

Por la hija que ríe estoy doliente,
por el hijo que llora estoy en pena,
porque los dos me han puesto la colmena
del alma toda abierta y toda ardiente.

Porque los dos han hecho que ese diente
con que la vida muerde y envenena,
me clave más veneno entre la vena
y me vuelva el espanto incandescente.

Porque los dos son chorros de esperanza.
Porque los dos me pedirán mañana
un mendrugo de paz que no se alcanza.
Porque tendré que darles la campana
de la muerte, del odio y la venganza.
y nutrirles la voz con sangre humana.

Resurrección

Esta noche sedienta yo me he preguntado
quién eres y quién eres.
Porqué es triste tu carne como un leño apagado
y porqué tienes llena la boca de alfileres.

Y despacio, esta noche yo te he separado
como un árbol de amor, de las demás mujeres,
y haciendo de mi sangre un agua he bautizado
con ella tus angustias y placeres.

Y le he dicho a la muerte que no puede matarme!
Y le he dicho a la vida que no puede vencerme!
Y le he dicho a la tierra que si logra enterrarme,
a donde ella me entierre tú irás a recogerme!
Y le he dicho a la nada que si logra apagarme,
tú, con tus grandes besos, volverás a encenderme!

Hombre

Soy hombre , he nacido,
tengo piel y esperanza.
Yo exijo, por lo tanto,
que me dejen usarlas.
No soy dios: soy un hombre
(como decir un alga).
Pero exijo calor en mis raíces,
almuerzo en mis entrañas.
No pido eternidades
llenas de estrellas blancas.
Pido ternura, cena,
silencio, pan, casa…

Soy hombre, es decir,
animal con palabras.
Y exijo, por lo tanto,
que me dejen usarlas.

Esta canción amarga

Sufro tanto que a veces ni siquiera
sé si sufro por mí o por el obrero.
El sufrimiento nace, simplemente.
Es como un árbol ciego.

No lo busco, lo llamo ni lo aguardo.
Nace cuando lo quiere.
Es como un chorro de alcohol, como una
almohada de alfileres.

Es amargo y sangriento a medianoche
y a veces -sin permiso- en las aceras.
Me anuda la camisa hasta asfixiarme.
Me riega ácidos malos en las venas.

Sin embargo, hermanos, cuando falta
es como si mi carne estuviera vacía.
Como si no corriera el jugo de mi sangre.
Como si a chorros, roja, se me huyera la vida.

Nocturno sin patria

Yo no quiero un cuchillo en manos de la patria.
Ni un cuchillo ni un rifle para nadie:
la tierra es para todos,
como el aire.

Me gustaría tener manos enormes,
violentas y salvajes,
para arrancar fronteras una a una
y dejar de frontera solo el aire.

Que nadie tenga tierra
como tiene traje:
que todos tengan tierra
como tienen el aire.

Cogería las guerras de la punta
y no dejaría una en el paisaje
y abriría la tierra para todos
como si fuera el aire…

Que el aire no es de nadie, nadie, nadie…
Y todos tienen su parcela de aire.

Prevalecer

Cuando el cielo os absorba las entrañas
y quiera avergonzaros comparándose
con el cielo animal de la mirada,
volved los ojos hacia la infinitud
que lleváis escondida debajo de los párpados.
Volved los ojos hacia los ojos mismos.
Con eso basta.

Y cuando el viento os quiera avergonzar
comparando sus manos infinitas
con vuestras dos sencillas, tiernas manos,
hundid las manos en el amor, echadlas
a madurar en pura sangre humana.
Echad las manos entre las manos mismas.
Con eso basta.

Este es mi amor

Este es mi amor, hermanos, este esfuerzo
denso, maduro, alto,
estos dedos agónicos y este
manojo de entusiasmo.

Yo no os amo dormidos:
Yo os amo combatiendo y trabajando,
haciendo hachas deicidas,
libertando.

Amo lo que de dioses se os revela
ante el miedo y el látigo,
lo que suda, viviente y guerrillero,
en el fondo del hueso americano,
lo que es amor no siendo más que carne,
lo que es lucha no siendo más que paso,
lo que es fuego no siendo más que grito,
lo que es hombre no siendo más que árbol.

Profundidad

He aprendido a mirar de una manera más viva:
como si mis abuelos por mi sangre miraran;
como si los futuros habitantes
alzaran mis pestañas.

Yo no miro la piel sino lo que en la piel
es fuego y esperanza.
Lo que aún en los muertos
sigue nutriendo razas.
Lo que es vida y es sangre
tras la inmovilidad de las estatuas.

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VISTO, NO VISTO [Mi poema]
Julio Cortázar [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A veces, solo a veces, me desnudo,
me encanta deshacer de la coraza,
atarme la corbata sin el nudo,
del alma el alimento tomar crudo
juzgando las miserias taza a taza.

Que aquí donde me veis de punta en blanco
-no creas, lo que veis son apariencias-
me gusta relucir, que no soy manco,
que guardo mis dineros en el banco
y voy desparramando mis esencias.

No quiero presumir, soy prepotente,
y a veces yo me encuentro acomplejado,
O creo que soy dios. Y de repente
me veo resbalando en la pendiente
tratando de exculparme de pecado.

Pues pienso que soy todo y no soy nada
y hay veces que hasta dudo si es que existo.
Ni sé si soy el amo en la manada
que al poker ha ganado una jugada,
o soy alguien que fue. Visto y no visto.
©donaciano bueno

#¿Y tú quién eres, acaso lo sabes? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Julio Cortázar

OBJETOS PERDIDOS

Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.
(Mendoza, Argentina 1944)

LA MUFA

Vos ves la Cruz del Sur,
respirás el verano con su olor a duraznos,
y caminás de noche
mi pequeño fantasma silencioso
por ese Buenos Aires,
por ese siempre mismo Buenos Aires.
Quizá la más querida

Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

Siempre empezó a llover
en la mitad de la película,
la flor que te llevé tenía
una araña esperando entre los pétalos.

Creo que lo sabías
y que favoreciste la desgracia.
Siempre olvidé el paraguas
antes de ir a buscarte,
el restaurante estaba lleno
y voceaban la guerra en las esquinas.

Fui una letra de tango
para tu indiferente melodía.

UNA CARTA DE AMOR

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.

BOLERO

Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:

Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Y este fragmento:

La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos

y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo,
mi amor.

NOCTURNO

Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado
como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si me querían, y si esperaban verme.
En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer sube y baja una pequeña escalera
como un capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la ventana que tengo a mi espalda.

(esto de los caballos me recuerda a cierto relato)

EL BREVE AMOR

Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,
me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en le espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente
para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiédose en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo-
(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos ?)

PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amàs
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caìda la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazòn
habìa que tirarlos
habìa que llorarlos
habìa que inventarlos otra vez.

HAPPY NEW YEAR

Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Asì la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

EL INTERROGADOR

No pregunto por las glorias ni las nieves,
quiero saber dónde se van juntando
las golondrinas muertas,
adónde van las cajas de fósforos usadas.
Por grande que sea el mundo
hay los recortes de uñas, las pelusas,
los sobres fatigados, las pestañas que caen.
¿Adonde van las nieblas, la borra del café,
los almanaques de otro tiempo?
Pregunto por la nada que nos mueve;
en esos cementerios conjeturo que crece
poco a poco el miedo,
y que allí empolla el Roc.

ESTA TERNURA

Esta ternura y estas manos libres,
¿a quién darlas bajo el viento ? Tanto arroz
para la zorra, y en medio del llamado
la ansiedad de esa puerta abierta para nadie.
Hicimos pan tan blanco
para bocas ya muertas que aceptaban
solamente una luna de colmillo, el té
frío de la vela la alba.
Tocamos instrumentos para la ciega cólera
de sombras y sombreros olvidados. Nos quedamos
con los presentes ordenados en una mesa inútil,
y fue preciso beber la sidra caliente
en la vergüenza de la medianoche.
Entonces, ¿nadie quiere esto,
nadie?

TALA

Llévese estos ojos, piedritas de colores,
esta nariz de tótem, estos labios que saben
todas la tablas de multiplicar y las poesías más selectas.
Le doy la cara entera, con la lengua y el pelo,
me quito las uñas y dientes y le completo el peso.
No sirve
esa manera de sentir. Qué ojos ni qué dedos.
Ni esa comida recalentada, la memoria,
ni la atención, como una cotorrita perniciosa.
Tome las inducciones y las perchas
donde cuelgan las palabras lavadas y planchadas.
Arree con la casa, fuera de todo,
déjeme como un hueco, o una estaca.
Tal vez entonces, cuando no me valga
la generosidad de Dios, eso boy.scout,
y esté igual que la alfombra que ha aguantado
su lenta lluvia de zapatos ochenta años
y es urdimbre nomás, claro esqueleto donde
se borraron los ricos pavorreales de plata,
puede ser que sin vos diga tu nombre cierto
puede ocurrir que alcance sin manos tu cintura.

HABLEN, TIENEN TRES MINUTOS

Hablen, tiene tres minutos
De vuelta del paseo
donde junté una florecita para tenerte entre mis dedos un momento,
y bebí una botellas de Beaujolais, para bajar al pozo
donde bailaba un oso luna,
en la penumbra dorada de la lámpara cuelgo mi piel
y sé que estaré solo en la ciudad
más poblada del mundo.
Excusarás este balance histérico, entre fuga a la rata y queja de morfina,
teniendo en cuenta que hace frío, llueve sobre mi taza de café,
y en cada medialuna la humedad alisa sus patitas de esponja.
Máxime sabiendo
que pienso en ti obstinadamente, como una ciega máquina,
como la cifra que repite interminablemente el gongo de la fiebre
el loco que cobija su paloma en la mano, acariciándola hora a hora
hasta mezclar los dedos y las plumas en una sola miga de ternura.
Creo que sospecharás esto que ocurre,
como yo te presiento a la distancia en tu ciudad,
volviendo del paseo donde quizá juntases
la misma florecita, un poco por botánica,
un poco porque aquí,
porque es preciso
que no estemos tan solos, que nos demos
un pétalo, aunque sea un pasito, una pelusa.

AFTER SUCH PLEASURES

Esta noche, buscando tu boca en otra boca,
casi creyéndolo, porque así de ciego es este río
que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados,
qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor
sabiendo que el placer es ese esclavo innoble
que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.

Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni
esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.

EL NIÑO BUENO

No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies
no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo.
Acepto este destino de camisas planchadas,
llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras.
El largo desarreglo de los sentidos me va mal. Opto
por el dentífrico y las toallas. Me vacuno.
Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente
para traerte un pescadito rojo
bajo la rabia de gendarmes y niñeras.

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ACERCA DE MI OPINIÓN [Mi poema]
Hilario Ascasubi [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Me gusta más aquel que no hace ruido,
que pasa por aquí sin decir nada,
que el tipo que lanzando va un balido
gritando ser el rey de la manada.

Me gusta el que es ingenuo e inocente
y menos quien presume, es picaflores;
a aquel que nunca dice lo que siente
el hombre que reparte sus amores.

Admiro de la vida la belleza,
no puedo soportar el pesimismo
que insiste en contagiar de la tristeza
incluso así lo diga el catecismo.

No quiero decir nada, no me mires,
no escuches lo que digo, no hagas caso,
no sirve que tú intentes, que lo estires
el eco siempre es eco aun si es fracaso.

¿Y a quién le importa a mi lo que me guste,
si soy desconocido, un principiante?
El mundo, esa entelequia, es un embuste
y yo soy, quien lo escribe otro ignorante.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Hilario Ascasubi

Advertencia a los uropeos cosquillosos

Van tres gauchos liberales
a quejarse, con razón,
de una floja y ruin aición
de dos gobiernos desleales.

Siendo gauchos, como tales,
se explicarán sin rodeos,
sin que dentre en sus deseos
ni un remoto pensamiento
de hacer en el fundamento
agravio a los uropeos.

Dedicatoria

Señor conde Palmetón:
a usté por lo bien portao,
y el haberse acreditao
¡tan lindo en su Intervinción!

Callejas, de refilón,
a nombre de la gauchada,
le dedica esta enflautada
celebrando entre otras cosas,
¡que en ancas le largue Rosas
por el Harpy una ensilgada!

¿Sabe lo que es ensilgada?
Es una vaina, patrón,
sin grano, y ¡con su perdón¿
que jiede a bosta quemada:

medio aceitosa, y buscada
en los pagos del Tandil
y propia para el candil
de cualesquier baladrón;
conque, atráquele, patrón,
esa mecha a Mistre Pil.

Isadora la federala y mazorquera (Fragmento)

Sabrán que esta moza al fin,
no es porteña, es arroyera,
pitadora y guitarrera
y cantora del tin tin.

Que vino de la otra banda
junto con los invasores,
y que sabe hacer primores
por todas partes donde anda.

Y que hace mucho papel
como güena federala
pues se refriega en su sala
con la hija de Juan Manuel.

La encuhetada

Hoy hará una trasnochada
apretando el imprentero,
y allá al rayar el lucero
piensa acabar mi versada.

Siendo ansí, a la madrugada
le echaré en la población;
pero antes hago intención
(se lo alvierto por si acaso)
de ir a pegarle un albazo
llevándosela, patrón.

Por ahora voy a largar
solamente el primer trozo,
y hay otro más cosquilloso,
que después le he de atracar
hasta hacerlo corcoviar
a ese conde Palmetón;
y le asiguro, patrón,
que no desprecio a otro inglés,
más que a ese maula, y después
a otro de un zaíno rabón.

Conque, va sabe, temprano,
mañana al venir el día,
me cuelo en la imprentería
de Hernández el Valenciano,
y me agarro mano a mano
a cimarroniar con él:
y en cuanto acabe el papel
dándomelo, de ahi mesmito,
me guasquiaré, patroncito,
a su casa de tropel.

Verá, señor, con qué esmero
ha pintao la estampería,
que le ha hecho a mi versería
Musiú Lebas, el santero.

¡Ah, francés, lindo!, ansí quiero
pagarle muy rigular;
y ansí tienen que alumbrar
los que pretiendan libritos,
con diez y ocho vintencitos
al tiro y sin culanchear.
Su amigo, Luciano Callejas.

La refalosa

Mira gaucho salvajón
que no pierdo la esperanza
y no es chanza
de hacerte probar que cosa
es «Tin Tin y Refalosa»
ahora te diré como es:
escuchá y no te asustés
que para ustedes es canto
más triste que viernes santo
Unitario que agarramos
lo estiramos o paradito nomás
lo agarran los compañeros
por supuesto, mazorqueros
y ligao con maniador doblado
ya queda coco con codo
y desnudito ante todo
¡Salvajón!
Aquí empieza su aflicción
luego después a los pieses
un sobeo en tres dobleces
se le atraca
y queda como una estaca
lindamente asigurao,
y parao lo tenemos
clamoriando y como medio chanceando
lo pinchamos y lo que grita
cantamos «la refalosa y tin tin»,
sin violín.

Pero seguimos al son
de la vaina del latón
que asentamos el cuchillo y le
tantiamos con las uñas el
cogote.
¡Brinca el salvaje vilote
que da risa!
……………
Finalmente:
cuando creemos conveniente,
después que nos divertimos
grandemente, decimos que al salvaje
el resuello se le ataje;
y a derecha
lo agarra uno de las mechas
mientras otro lo sujeta
como a potr de las patas
que si se mueve es a gatas
Entretanto nos clama por cuanto santo
tiene el cielo;
pero ahí nomás por consuelo
a su queja
abajito de la oreja
con un puñal bien templao
y afilao
que se llama quita penas
le atravesamos las venas
del pescuezo
¿Y que se le hace con eso?
larga sangre que es un gusto,
y del susto
entra revolver los ojos
……………
¡Que jarana!
Nos reímos de buena gana
y muy mucho
al ver que hasta les da chucho;
y entonces lo desatamos
y soltamos;
y lo sabemos
parar para verlo
refalar ¡en la sangre!
hasta que le da calambre
y se cai a patalear,
y a temblar
muy fiero, hasta que se estira
el salvaje; y lo que espira
le sacamos una lonja que apreciamos
el sobarla y de manea
gastarla De ahí se le cortan las orejas,
barba, patillas y cejas;
y pelao lo dejamos
arumbao,
para que engorde algún chanco,
o carancho.
……………
Con que ya ves, Salvajón
Nadita te ha de pasar
Después de hacerte gritar
¡Viva la Federación!

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ADIÓS, AMOR, PERDÓN, LO SIENTO. [Mi poema]
Porfirio Mamani-Macedo [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Escribo donde escriben los poetas
en tanto a tal palabra me resisto,
escribo mientras vivo, que me visto,
tornando la memoria a las pesetas,
los tiempos del pasado con sus tretas
queriendo demostrarme que aún existo.

Escribo cual si fuera otro sedante,
de píldora una más de las que tomo,
seguro de gozar cuando me asomo
no importa no más sea que un instante
o que haya quien me tilde de pedante,
o aquello que es peor, que soy un plomo.

Escribo con la gracia de un postizo
que en medio de la bulla va y se cae,
tropieza cuando pasa o se distrae,
la pluma de un poeta advenedizo
que piensa que sumido en un hechizo
se tuerce, se revienta o se contrae.

Escribo para nadie, para nada,
tampoco sé decir para qué escribo
usando unas palabras de derribo,
trazando verso a verso a mano alzada
lo mismo se hizo antaño. con la azada,
la rima y la medida de recibo.

¿Poeta yo? ¿qué es eso, ser poeta?
poeta es revolcarse como el viento,
subirle hasta el altar al sentimiento
igual que hace el pintor con su paleta,
recoge del delirio una receta
y dice, adiós, amor, perdón, lo siento.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Porfirio Mamani-Macedo

LA SOMBRA

Protege sombra la sombra que camina,
no su destino, ni las voces que derramando
va tras unas huellas que en la oscuridad se pierden.
Devuélvele la aurora y los signos
que otras manos le arrebataron de su vientre,
en aquel tiempo que la memoria no olvida.
Sólo quiso ser un hombre, no el espectro de un hombre.
Toda la distancia errada,
ni las llagas que de su cuerpo brotan,
abarcan su destino, sólo su recuerdo.

Díctale en la noche, sueños, no visiones
que de la lumbre, ya despierto, lo distancian.
Muéstrale los ríos virginales que se ocultan
de sus ojos marchitados.
Devuélvele la luz en su difícil laberinto imaginado.
Sólo quiso ser un hombre, no el espectro de un hombre.

EXTRANJERA XXVII

Dime tú, piedra, qué quedará de nosotros
de este rostro azotado por el viento
de aquel corazón entristecido que me busca
de aquellos ojos que son la luz y la tormenta.

Tiempo de abundancia y de agonía
protege los errantes pasos
de aquella extranjera peregrina de los mares
de aquella sombra indefinida que se forma a mi costado.

Seguramente nos verán pasar por un puente de París
Cruzar un oscuro parque de Berlín
Huir de una ciudad como Madrid.

Tú, bella extranjera, más allá de las fronteras que se forman
espérame, allá, donde siempre ha de brillar el sol.

POETA EN UN VALLE

Pasar lo vi diciendo:

«Yo amar quisiera
la peregrina estrella
que mis ojos tantas noches imaginan,
no el desierto que a mi voz depara
la rara suerte que me presenta el día.

Para qué orar
me digo cuando oro,
al lado de este muro frío
que del viento me protege,
si nadie consolar
podrá mis ojos
que en la soledad se pierden
con los días»

Pasar lo vi por este río
como sombra encadenada a su destino.
Llevaba en su mirada
una herida
profunda como un valle
que en el desierto espera
ser nutrido por la lluvia.

Hacia el mar lo vi andando
buscando con sus ojos una sombra
que a sus pasos guíe
hacia otro rumbo que no sea la muerte.

«Te esperé, noble Esperanza en el camino.
Pregunté por ti a los que duermen.
Grité tu nombre en el desierto,
mas sólo el eco de tu nombre,
me trajeron
las tristes aves que del mar vinieron,
huyendo
por todo aquello que sus ojos
desgraciadamente vieron
crecer sobre las aguas de sus mares»

Vi que aves y hombre se alejaban,
hacia un lugar donde ambos ignoraban
ver el agua que a sus labios prometieron,
otros labios, que de esta tierra nunca fueron.

LUNA

Por una calle lo vi
pasar como un espectro
con extraña voz diciendo:

«Dime que no estoy muerto
despiadada Luna
que en esta dura noche
alumbran las estrellas a mis ojos.
Quedarme yo quisiera
a mirar por los pasillos
la indescifrable noche.
Rudo despertar das para mis ojos,
Imagen que de la oscuridad te acercas,
como un ocaso
que huyendo aleja las sombras a los mares.
Mas estos ojos
buscando van en las tinieblas
unos dulces ojos
que de las tinieblas los aleje.
Qué ha de ser sino esta palabra;
que con dolor ya nos oculta,
la noche, la sombra desnutrida.
No es sólo mi nombre
lo que en la penumbra pena,
son más las voces
que desgraciados
soportar en su alma ya no pueden,
son los niños
que abandonados fueron
en el vientre de la noche.
Son los muertos
que en el inferno habitan;
son también los hombres
que mirar no quieren lo que miran.
Dime, complicada Luna,
Si esperar mi ojos deben,
la luz que otros ojos pueden
traer para consolar,
los pasos que dando voy por este mundo.»

Lo vi, con voz cansada,
por un sagrado valle alejarse
mirando la sombra que en la noche lo seguía.
Vi que de sus ojos
no lágrimas sino palabras
brotando iban
y en medio de tal oscuridad brillaban
con el reflejo que de la luna les llegaba.

SUS OJOS

Cansados los negros ojos
del raro caminante
que en la negra oscuridad
iba diciendo:

«Dormir no pueden estos ojos
que me dan la oscuridad,
no la luz
que a todo ser viviente anima»

Y palpaba con sus manos
cada roca humedecida
que a orillas de los ríos
parecían esperarlo.

«Limpiar quisiera el polvo
de estos ojos
que de la luz
huyendo van sin quererlo.»

Luego con la punta de su pie desnudo
buscaba el suelo firme
y no rodar más
hacia el profundo valle
que sólo él imaginaba,
en la noble travesía,
que todo su cuerpo hacía en vano
porque nadie en la otra orilla lo esperaba.

«Mas estos ojos
que todo el dolor me muestran
no me muestran lo que busco
todavía en este oscuro valle
donde me trajeron
otras voluntades
que hoy no puedo verlas.»

Infatigable iba dando voces
unas que con dolor ya resonaban
otras que sin fuerza en el ruido se perdían.

EL VIENTO

Por la oscura senda la dura sombra iba
Luchando con el frío viento
que de alguna parte alguien le soplaba.
Apenas a mí su voz me alcanzaba:

«¿De qué lado malvado viento,
vienes a perturbar mi solitaria marcha,
qué labios azuzan tu instinto,
qué extrañas fuerzas
sobre mi cuerpo te dirigen?
Continuar debo yo este camino
que tanto tiempo
los dioses prometieron a mis ojos»

Quebrada la sombra iba entre las piedras
con humana voz diciendo:

«Salir quisiera de este indeseado
tiempo que la muerte acosa a mis ojos.
Mirar quisiera yo tus ojos
Noble Esperanza, en este valle,
antes que todo tinieblas sea en mi alma
y nada mover pueda mi cuerpo,
ni el desventurado viento
que sin razón mis pasos va truncando,
ni la desnuda noche
que cabalgando va por los desiertos deshielados
para cobijar mi nombre entre sus manos.»

Más eran los ruidos
que sus pasos en el charco hacían,
lo que de él hasta mí llegaban.
El sonido de su hambrienta voz
con suavidad el viento aniquilaba.
Así, ya despuntaba para mí otro día,
y otra larga noche para él,
el frío viento a sus ojos ofrecía.

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