A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

NO PUDO SER, NO PUDO SER [Mi poema]
Tomás Salvador González [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

No pudo ser, no pudo ser,
los planes que él hacía se esfumaron,
los sueños que tenía se escaparon
en busca de otro nuevo amanecer;
simientes puso y nunca germinaron,
amores que antes tuvo le olvidaron
diciendo si te quise hasta más ver.

Que hacer, nada hay que hacer
por mucho que se insista la esperanza
se niega ya a bailar en esta danza,
consciente nada tiene que ofrecer,
se olvidan los recuerdos, la añoranza
e insiste en el deber de la templanza
diciendo que hay que ver para creer.

Se enciende y va apagando lentamente,
-la vida es la colilla de un cigarro
que enciende y que produce un gran desgarro-,
y un día sin su aviso, de repente,
pues nunca fuiste cauto de prever,
le avisa lo que tienes que perder
lo mismo que te ocurre en un catarro.

Pues todo se ha tornado de una vez
no existe ya el placer ni la alegría,
suturas para el alma que ponía
se fueron resbalando hasta los pies.
Cual sembrador de sueños sin cosecha
contempla como extingue ya su mecha
tornando a su existencia del revés.
©donaciano bueno

La vida es un proceso ineludible hacia la decadencia? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Tomás Salvador González

LA CASA DE LA LUMBRE

Allí donde dos cuerpos se desnudan
para abrazarse,
la vida escancia un difícil resplandor
que los amantes beben en las bocas,
en los ojos, cuando buscan una mano donde asirse,
cuando besan el pecho o los hombros
ya sin darse cuenta, cuando abren los ojos un instante,
pero no para ver
–no saben lo que buscan–,
pero se cercioran
antes de cerrarlos y dejarse
en brazos de la muerte dulce,
la acunadora,
que se aprovecha y los mece,
y así los acostumbra,
con imágenes:
un animal que la memoria trae,
un prado con un chopo,
las sandalias azules,
que saltan para hundirse muy lejos,
en la blandura de un gran ojo,
en una boca que duerme.

Ni los maestros japoneses:

Ni los maestros japoneses,
ni Kline, ni la línea
capaz de resumir de Brueghel
podrían compararse a las ramas vivas
y desnudas de estos castaños.
Ningún rigor
trazaría sin confundirse
el entramado que dibujan
sin confundirse ramas
y yemas, líquenes
blanquecinos y brotes
de color caramelo.

Pero no es tanto la precisión
como la luz perdida que se escapa
de nuestras intenciones.

nocturno

1
noche es entrada:
como una muchacha que se acerca a las hogueras
la salamandra vino a la luz del ático,
pero en la cal,
en la pared dos manos
cuando se apaguen las linternas
y descubra el viajero
la trampa en la estación de paso,
y sea tarde y no haya ya escondrijo:
la salamandra detrás de la madera;
busca pizarras, cree que es de piedra la pared,
su mirada asimétrica, son desconocidos,
se acuerda, las ortigas serían salvación
y no la mala sombra de estos marcos,
siquiera la fijeza,
una salida.

2
es rudimento,
la noche es rudimento de nómadas
que ofrecen aguardiente,
la luz es de sirenas,
una turbina llamando despierta cañerías,
la luz es del trabajo, de los grifos,
la tierra oscura de nadie,
pues es un vuelo raso,
o talud de ojos más humanos, la lechuza.

3
los amigos hablan del azar,
del rey del juego, en la cerrada
manta mamíferos y aves,
se habla de los dos,
maestro y perdedores en los pasillos del hotel,
una mirada es rudimento:
edward g. robinson parece la lechuza.
Y el carpintero, el jugador de fiesta
en fiesta de los pueblos: el local lo barren
antes de comer, después lo riegan varias veces
el cemento, el traje de domingo, las mangas
en el baile fugaz de las cosechas;
noche es una voz desde la barra,
o una cabeza asomada a los pilones:
lavarse es ya volver.

4
después dinero y lujos, pero derrota
es sin duda la más vieja de mujer,
si no, mirad los barrios bajos,
siempre los mece un alboroto
que sube desde el río:
tres callados, absortos en las ranas.
Ven acá,
ven acá, venid,
de un coche atravesado bajan tres,
una sollozos:
Ven acá remediaora
y remédiame mis males
que se rompe el corazón, que
no son argos los de a pie,
tres que dormirán solos esta noche
troncho de repollo, muy desnudos.

5
en la ciudad alta,
los guardas vigilantes, los hierros
van en coche; por el centro, mercancías,
dan vueltas
y más vueltas, gatos
de caza
dejan atrás gatos en celo,
laberinto de los comerciantes, rejas
en las joyerías,
noche es acecho,
dicen que conocen por la forma de andar
a los rateros.

La luz ya no son bultos,
arboledas.

UNA PIZARRA MUDA

En las curvas, los faros
alumbraban el desmonte,
y a veces un rimero de trozas regulares,
pero en los tramos más o menos rectos
veíamos en la cuneta
los grandes pinos sin trozar,
hileras de cuerpos desnudos,
relucientes bajo la lluvia.
Quien conducía levantó
sin dramatismo, como quien se recoge el pelo,
las manos del volante.
Qué tristeza, dijo, qué rabia,
mientras relucían delante de nuestros ojos,
limpios y esbeltos,
desnudos cuerpos esperando.
Cuando volví en el otoño,
buscando no sabía qué,
ya se los habían llevado:
el monte aún seguía negro,
varales
que no había merecido la pena cortar,
tocones enfriándose
en su sección pulida,
tierra removida por los arrastres,
roderas y tamuja chamuscada.
Me adentré hasta un árbol,
el único que se mantenía erguido.
Era puro carbón,
de una negrura quebradiza
que parecía brotar de la tierra.
Ni siquiera me atreví a tocarlo.
En las grietas de la corteza
crecían hongos blanquecinos,
exquisitas y ácidas láminas
extendiéndose vivas
como una nueva piel.

Perdona este incendio apagado,
pero en este tiempo que tú me das sin querer
todo se vuelve signo nuestro,
incluso en este incendio
que se resistía intacto y sordo en mi memoria;
de monte bajo
se puebla el paredón
que era ceniza,
una pizarra muda,
sin estrenar
o recién borrada encima de las casas blancas…
Y entre la retama y los brezos,
a la sombra y con la humedad
de las escobas,
rebrotan los castaños y los robles
del monte originario.
Reverberan con esta luz los viajes,
las roderas, los tocones ocultos
entre las hojas nuevas. Las imágenes
de muerte y resurrección intercambian sus voces,
y somos tú y yo los troncos desnudos
que se llevaron,
los tímidos micelios.
Entramos y salimos
en la pizarra renegrida.
Una tiza nos dibuja como un matorral
y un trapo húmedo nos borra
y nos devuelve a la negrura
que ha ardido. Quien observa
incapaz de ver, quien se adentra
con el presentimiento del sentido,
pero sin poder apresar un significado,
en realidad atraviesa su casa.
No se atreve a tocar su cuerpo
por temor al rescoldo,
pero vuelve la cabeza,
mira su interior desolado
y guarda en la retina
un árbol,
los despojos de un árbol
que se salvó quemándose.

La canción es siempre,
dice siempre sin tristeza
ni consuelo:
es una canción de muerte.

Los largos dedos sin luz,
la abuela espesando el chocolate
enseñan una canción de muerte,
pero los muertos abren sus puertas,
caminan con los vivos y les muestran intactos
la cocina y el huerto,
las calles y las gentes que habían desaparecido.
La muerte mece un árbol
que se quemó,
y allí en su muerte
brotan todavía las hojas
y anidan los pájaros
muertos para siempre.

La canción es siempre,
dice siempre sin tristeza
ni consuelo:
es una canción de vida.

MONK

cristalino
ardilla
piñón y
ardilla
una piedra
el humo que sé aguantar en la nariz
el frío que sé aguantar
cristalino la ardilla
el humo
la niebla
el estornino cristalino
no importa si lento o veloz
no importa el taxi
no importa la ciudad
las panteras son ágiles
en la lentitud
también en la lentitud
lo único que importa es cristalino
cris
t a ta
li
no.

el más pequeño palitroque
puede volverse cepa en la memoria,
bulbo el rebujo de papeles,
semilla el tamo que se barre.
Nadie sabe de antemano lo grande
y lo pequeño,
atendemos lo urgente,
lo que se hace necesario y visible
en nuestra lengua de hojas
de periódico. Nos desentendemos
de maneras diversas,
y sin maneras sordos apartamos
a lugares oscuros las imágenes
que vienen de la vida:
el pozo que mi padre decide en medio de los campos de secano,
la cal con que dibuja los límites del círculo,
la zanja donde iba a cimentar el palomar,
la buchina, el ciprés, los dos sauces,
la caseta, los meses felices
en que crece como un árbol
y deja que aniden los pájaros
en su cabeza.

Palabras

Palabras
y la nube
deshilachándose imprecisa
palabras
como regiones despobladas
y una aldea
ni musa, ni ángel,
ni duende,
un muerto
las palabras de un muerto,
la voz sin deseo de un muerto,
la voz sin carne,
sin silla,
los pulmones de tierra,
la ceniza aventada
de un muerto
una mirada desde la tierra, un puñado
de compuestos nitrogenados
una bocanada de interiores
a donde no llegan los pozos
no puedo detenerme.
No hay tiempo ni matorral.
Una carretera vacía
y la aldea de un muerto.
De Restos de la Infancia

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PRESO DE CONCIENCIA [Mi poema]
Carmelina Soto Valencia [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Retire usted su ofensa, no consiento
que nadie a mi me llame calavera,
se suba sin permiso a mi pechera
y envíe a mi persona a tomar viento
cual fuera una cualquiera.

Disculpe señor juez, si he sido malo
hoy vengo aquí a contarle por qué ha sido,
se trata de un mal trago que he tenido
a costa de sufrir un varapalo
y es él quien me ha perdido.

Le pido comprensión, sea indulgente
vuecencia sabe bien que yo no miento,
pues tuve un arrebato en un momento
no pude controlar, vino de frente,
y bien que lo lamento.

Comprendo que yo soy un tipo raro
que echando va suspiros en el viento,
se acerca a los altares de un convento
pidiéndole al buen dios le dé su amparo
sin arrepentimiento.

Mis padres me educaron bien de niño
y hoy dicen todo aquello fue un fracaso,
¿a quién obedecer, debo hacer caso?
no puedo desprender de su cariño,
posible di un mal paso.

Pues dudo si lo que hago es lo correcto,
cautivo, sigo escaso de paciencia,
amañe usted un poco la sentencia
tratando de argüir algún defecto,
soy preso de conciencia.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDOCarmelina Soto Valencia

Pretéritas

Hacia atrás en los siglos, mis abuelas tranquilas
amables, amorosas, lejanas y señeras.
Las pardas cabelleras al cuello recogidas.
Las pardas cabelleras…
Mujeres que rindieron sus cabezas maduras
-trigal auri-moreno cuando el otoño llega-.
Alguna va en mi sangre repitiendo su infancia,
rencorosa y callada como una niña ciega.
¿Y de dónde venían? Oh montaña de Antioquia
por ellas abonada para el gusto del trigo.
Por montañas de Antioquia su oración y su canto.
Sus sombras capitales para siempre conmigo.
Suaves niñas lejanas, hacia atrás, mis abuelas.
El cordón de mi sangre gira en sus huecas manos
como inocente lino…
retorcido en la rueca del tiempo.
(Patios hay con claveles y patios hay lejanos
como en las rojas tierras de Castilla).
¡Júbilo de mi sangre!
Mis manos inocentes
jugaron con las flores de sedosa mantilla.
Retrocedo en el tiempo centurias para verlas
por detrás de mis hombros en adorables filas.
Mujeres silenciosas, saudadosas, austeras,
entre linos y espliegos para siempre tranquilas.
Por detrás de mis años, sus ojos de violeta
escrutan mi destino.

Los amantes

Los que se amaron deben quedar ciegos.
Porque sus gestos sean sin sentido.
Porque sus brazos giren sin gracia ni provecho.
Como las tempestades…
ciegos.

Ciegos como banderas después de la victoria
o como las espadas
que están siempre desnudas y gloriosas.

Qué rencor por los ciegos
y por las tempestades.
Y por los que creen que el amor es la hartura.
Oídlo bien: El amor es el hambre.

Del amor inocente

Por ti es la vida diáfana y ligera
y el dulzor en el fruto diluido
y es el trino y el viento en la pradera
y el perfume en el nardo preferido.

Por ti tiene razón la primavera
y la luz y la tarde y el sonido.
Y por ti el corazón arrepentido
vuelve desnudo y casto hasta su vera.

Por ti saben los ríos el camino
que conduce otra vez hacia la nube
y el viñedo la sangre para el vino.

Y hasta el lirio, sin índice ni huella,
por línea recta, sin saberlo, sube
su fiel aroma a la lejana estrella.

Esquema del amor en el tiempo

Estabas sin luceros en mi aurora de niebla
o en ansias marineras por mis playas salobres?
O en los caminos ásperos? O en arrecifes duros?
O en el tendido anhelo y el dolor de los hombres?

Porque en el día entusiasta de zumbidos remotos
ya presentí caricias de miel desprevenida.
Yo llenaría de risas infantiles la tarde
y de llanto creciendo mi confidencia ardida.

Estabas sin luceros -planeta soterrado-
amor puesto a la orilla de mi voz en el tiempo.
(Ya todos los caminos eran tan familiares
que hasta sabías la muerte de enredadera al sueño)

Transitabas confiado y yo te presentía
en las oscuras llamas de todas las pupilas.
El tacto de tu aliento apenas me llegaba
-anzuelo al pez de sangre por mis aguas tranquilas-

Dónde estarás ahora, raíz desenterrada:
detrás del metal trémulo de mi silencio frío?
te dolerá en la sangre mi oscura cabellera ?
te dolerá en los ojos este recuerdo mío?

En dónde estará ahora tu voz fija creciendo
sin que la pena viva de mi canción la cante?
Te manchará los labios mi ausencia como un vino?
Te dolerá en los huesos mi oscura voz distante?

O cruzaré tus aires como oscura paloma
con su muerte de cielo, de nube y de rocío?
Te doleré en los hombros como una enredadera
o seguirás pendiente de mi sed como un río?

Balada del recuerdo

Llueve una lluvia fácil… negligente.
Casi sin desazón. Casi sin ruido…
Y en un sitio del alma… en el olvido
los recuerdos me asaltan de repente.

Recuerdo cosas… cosas… todavía
como si todavía las viviera.
(Aquel amor que tanto me mintiera
acaso sin saber que me mentía).

Una ciudad tan buena como el trigo
surge de pronto en tierras desiguales.
Un calendario pulcro… sin señales.
(Voy por las calles de anteayer contigo).
Nuestras miradas con amor -sin dudas-
redescubrían cosas evidentes:
la tierra con sus árboles, las gentes,
nuestras manos vacías y desnudas.

La lluvia por las calles recorría
con el sol enredado en sus cristales.
-Noble ciudad de agudas catedrales
(Me cuentan que allí vives todavía).

Todo nos separaba y nos unía.
Un gesto, una canción, una mirada.
El amor era todo… y era nada…
y era eterno no más porque moría.

Y nadie puede sepultar sus muertos
tan verdaderamente sepultados
que no puedan volver, si recordados,
a los brazos amantes y desiertos.

Las horas no se pueden devolver
ni lo que en ellas fue pasión o grito.
(Aquí todo es igual porque está escrito
y ya no es cierto porque está en ayer).

Aquí todo es igual. Nada envejece
al margen de las horas sin fortuna.
El mismo grillo con la misma luna…
y todo como estaba permanece.

Y como en los recuerdos no varía,
el viento lleva aún sobre sus hombros
de aquella nube grande los escombros.
(Y nunca acaba de pasar el día).

Nuestros rostros se miran a través
de la lluvia o la luz recién nacida.
Aquí la muerte pasa inadvertida
bajo el verde implacable del ciprés.

Los rostros de este sitio no regresan
jamás al ejercicio cotidiano.
(Aquí mi mano vive entre tu mano.
Aquí los corazones no nos pesan).

Eres. Soy. Cuánta soledad en torno.
Aún vivo y vives. Sorprendente llama.
Viajamos bajo el sol. Sobre la grama.
(Aquí en el calendario no hay retorno).

Canción

Iba mi corazón
-caracol sin lamento-
impulsando, sangriento,
su pequeña canción…

Y luego la ilusión…
engaño…
ensueño…
La muerte grande…
lo demás, pequeño.
Ah qué inútil empeño
Corazón! Corazón!

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UN HOMBRE DE PELO EN PECHO [Mi poema]
Celedonio Flores [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Un hombre de verdad, de pelo en pecho,
de aquellos que hoy no abundan,
que impiden que farsantes les confundan,
al ancho llaman ancho, estrecho estrecho,
y nunca ellos redundan.

Que al pan le dicen pan y al vino vino,
no se andan con rodeos,
ni suelen esquivarte en sus paseos
cual fuera el que no paga de inquilino,
y uso hace de tuteos.

Valiente, fuerte, osado va de frente,
pues que él nunca se esconde,
si tienes que encontrar ya sabes donde,
no busques donde arrastra la corriente
y él siempre te responde.

El hombre del que os hablo en un buen hombre
quizás fuera algo rudo,
sin trampa ni cartón casi desnudo,
si tiene algún defecto, no se asombre,
es que es algo tozudo.

Que el blanco siempre es blanco, el negro, negro,
y sigue una premisa,
la mano dar, decir eso es va a misa,
lo mismo si es ajeno o si es su suegro
le añade una sonrisa.
©donaciano bueno

#De estos hace ya un tiempo. Yo los conocí y tú? Share on X

Comentario: Se dice es un hombre de pelo en pecho de aquel que está chapado a la antigua: Se refiere al hombre, viril, osado, fuerte, valiente.

MI POETA SUGERIDO:  Celedonio Flores

Autoretrato

Pinta de «shushetín», visto a la moda
porque el sastre me cobra el mismo precio;
al pantalón planchado no lo desprecio,
y el «yuguillo» encolao no me incomoda…

Remato una verbena con whisky y soda;
encurdelao no soy matón ni necio.
Le tengo «al carro de la vida» aprecio,
pero emberretinao… ¡la juego toda!…

Como no soy vicioso, ni la «carpeta»
ni el burro más ligero ni el más maleta
le han sacao mucho vento a este bacán

Pero, artísticamente, soy «milonguero»,
porque…, a una opereta de Lehar, prefiero
los canyengues que siempre tangueó Cobián…

Desde el retazo blanco más amable

Desde el retazo blanco más amable
renace mi incongruencia que compite
con la próxima vez que me remite
a la junta agrupada detestable.

Como el viento o el calor insoportable
que revoca las copas y derrite
el alquitrán tachado se repite
en rincón de la vela desmontable.

La enemiga perfecta de sandalia
no soporta ni acepta los listones,
en la victoria como en la derrota
mucho saben los niños de invenciones,
su afirmación terrible es represalia
y ese amor no se vé pero se nota.

Muchacho

Muchacho
que porque la suerte quiso
vivís en un primer piso
de un palacete central,
que pa’ vicios y placeres,
para farras y mujeres
disponés de un capital.

Muchacho
que no sabés el encanto
de haber derramado llanto
sobre un pecho de mujer;
y no sabés qué es secarse
en una timba y armarse
para volverse a meter;

que decís que un tango rante
no te hace perder la calma
y que no te llora el alma
cuando gime un bandoneón;
que si tenés sentimiento
lo tenés adormecido
pues todo lo has conseguido
pagando como un chabón.

Decime
si en tu vida pelandruna,
bajo la luz de la Luna
o si no bajo un farol,
no te has sentido poeta
y le has dicho a una pebeta
que ella es más linda que el Sol.

Decime
si conocés la armonía,
la dulce policromía
de las tardes de arrabal,
cuando van las fabriqueras
tentadoras y diqueras
bajo el sonoro percal…

Sonatina

La bacana está triste, ¿qué tendrá la bacana?
Ha perdido la risa su carita de rana
y en sus ojos se nota yo no sé qué penar;
la bacana está sola en su silla sentada,
el fonógrafo calla y la viola colgada
aburrida parece de no verse tocar.

Puebla el patio el berrido de un pebete que llora,
tiran bronca dos viejas y chamuya una lora
mientras canta «I Pagliacci» un vecino manghín,
la bacana no ríe, la bacana no siente,
la bacana parece que ha quedado inconsciente
con el mate ocupado por algún berretín.

¿Piensa acaso en el coso que la espera en la esquina?
¿En aquel que le dijo que era muy bailarina
con tapín de mafioso, compadrito y ranún?
¿En aquel que una noche le propuso el espiante?
¿En aquel cajetilla, entallao de elegante?
¿O en aquel caferata que es un gran pelandrún?

¡Oh la pobre percanta de la bata rosa!
quiere tener menega, quiere ser poderosa,
tener departamento con mishé y gigoló,
muchas joyas debute, un peleche a la moda.
Porque en esta gran vida el que no se acomoda
y la vive de grupo, al final se embromó.

Ya no quiere la mugre de la pieza amueblada,
el bacán que la shaca ya la tiene cansada,
se aburrió de esa vida de continuo ragú;
quiere un pibe a la gurda que en el baile con corte
les dé contramoquillo a los reos del Norte,
los fifí del Oeste, los cafishios del Sú.

-«¡Vamos, vamos pelandra! -dice el coso que llega-,
esa cara de otaria que tenés no te pega,
levantate ligero y unos mangos pasá».
Está el patio en silencio, un rayito de luna.
se ha colado en la pieza mientras la pelandruna
saca vento de un mueble y le dice: -¡Tomá!

Villa Crespo

Barrio piringundín, barrio malevo
donde aprendí a mancar la vida maula
en mis días papusos de purrete
compadrito y piernún, callao y taura.

Barrio de contras bravas, tus hazañas
que rubricaron fieras puñaladas
deberían saberlas los mocosos…
En la escuela tendrían que enseñarlas…

Mirador de Seghezo, arquitectura
estilo medieval…, medio-romántica:
parecía decir con voz de macho:
el que no es malandrín, de aquí no pasa.

La quinta de la Lunga, los perales,
tentación de pandillas malandrasas,
entrevero de piernas y de alambres
cuando el tano tiraba la mancada.

La academia San Jorge, la academia…
donde cobraban cinco la bailada;
«Si me habré compadriao mis chirolitas
despatarrando cortes y quebradas».

El Mocho, el Cachafaz, Pata de Alambre,
David, La Portuguesa y el Lagaña;
los hermanos Balijas y Fresedo
(El pibe Paternal, de larga fama).

Allí manqué debute las miserias
de los fiocas varaos a pan y agua,
y el amor que se acaba en el ayuno
del que quiere vivir de salto y carta.

El café Venturita y los Istueta,
los matinés y los bailes de Peracca.
El café La Morocha y el barbijo
de Arolas, compadreándole en la cara.

Arroyo Maldonado, barbijo taura
que en las aguas del Plata desangraba,
cara al sol, como un hombre sin renuncios
del que acecha en la sombra y no da cara.

Arroyo Maldonado, cuneta rea,
agua-fuerte brutal de mi barriada,
hablar de Villa Crespo y no nombrarte
es tirar las palabras a una zanja…

Es decir que a este barrio milonguero
como a vos lo ha tapado la ignorancia…
Yo florezco en jardines con mis versos,
vos ahora no sos más que una cloaca..

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Felipe Pardo y Aliaga

A Gallo en Fiambre

Es ancha, es larga, es mal formada, es honda,
la nariz de que voy a darte informe.
Ancha: no puedes su extensión disforme
recorrer en un día a la redonda.

Larga: en las nubes no dirás que esconda
mejor su cumbre el Chimborazo enorme.
Mal formada: no es fácil que te forme
símil que a su estructura corresponda.

Honda: no lo fue más la hoya romana,
do lanzarse uno solo entre millares
osó con fortaleza sobrehumana.

Mas compara por temas singulares
el pueblo a un colmenar cada ventana,
y la llama NARIZ DE COLMENARES.

HISTORIAS INVENTADAS [Mi poema]
Evaristo Carriego [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Esta noche soñé. Que últimamente
no consigo dormir, que me desvelo.
Presiento me deslizo y caigo al suelo
como hace el que se lanza en parapente,
resbala sobre el hielo.

Me encuentro en un impasse, en sobresalto,
y es que él al trabajar no se fatiga,
ni piensa en los demás. Que a la deriva
me deja a mi tirado en el asfalto,
y eso a él le importa una higa.

Convierte a mi descanso en un suplicio
a base de inventarse mil historias.
cual vueltas cangilones dan las norias,
te lanzan sin pudor al precipicio
tirando las escorias.

Historias son que inventa mi cerebro,
me trae por la noche a mal traer.
Después, si me despierto, hasta más ver,
me dice si te he visto no me acuerdo,
que ¡ver para creer!
©donaciano bueno

El #cerebro nunca duerme, o si? Share on X

MI POETA SUGERIDOEvaristo Carriego

Aquella vez que vino tu recuerdo

La mesa estaba alegre como nunca.
Bebíamos el té: mamá reía
recordando, entre otros,
no sé qué antiguo chisme de familia;
una de nuestras primas comentaba
-recordando con gracia los modales,
de un testigo irritado- el incidente
que presenció en la calle;
los niños se empeñaban, chacoteando,
en continuar el juego interrumpido,
y los demás hablábamos de todas
las cosas de que se habla con cariño.

Estábamos así, contentos, cuando
alguno te nombró, y el doloroso
silencio que de pronto ahogó las risas,
con pesadez de plomo,
persistió largo rato. Lo recuerdo
como si fuera ahora: nos quedamos
mudos, fríos. Pasaban los minutos,
pasaban y seguíamos callados.

Nadie decía nada, pero todos
pensábamos lo mismo. Como siempre
que la conmueve una emoción penosa,
mamá disimulaba ingenuamente
queriendo aparecer tranquila. ¡Pobre!

¡Bien que la conocemos!… Las muchachas
fingían ocuparse del vestido
que una de ellas llevaba:
los niños, asombrados de un silencio
tan extraño, salían de la pieza.
Y los demás seguíamos callados
sin mirarnos siquiera.

«Caperucita roja» que se nos fue

¡Ah, si volvieras!… ¡Cómo te extrañan mis hermanos!
La casa es un desquicio: ya no está la hacendosa
muchacha de otros tiempos. ¡Eras la habilidosa
que todo lo sabías hacer con esas manos…!

El menor de los chicos, ¡pobrecito!, te llama
recordándote siempre lo que le prometieras,
para que le des algo… Y a veces -¡si lo oyeras!-
para que como entonces le prepares la cama.

¡Como entonces! ¿Entiendes? ¡Ah, desde que te fuiste,
en la casita nuestra todo el mundo anda triste!
y temo que los viejos enfermen, ¡pobres viejos!

Mi madre disimula, pero a escondidas llora
con el supersticioso temor de verte lejos…
Caperucita roja, ¿dónde estarás ahora?

Como aquella otra

Sí, vecina: te puedes dar la mano,
esa mano que un día fuera hermosa,
con aquella otra eterna silenciosa
«que se cansara de aguardar en vano».

Tú también, como ella, acaso fuiste
la bondadosa amante, la primera,
de un estudiante pobre, aquel que era
un poco chacotón y un poco triste.

O no faltó el muchacho periodista
que allá en tus buenos tiempos de modista
en ocios melancólicos te amó

y que una fría noche ya lejana,
te dijo, como siempre: «Hasta mañana…»
pero que no volvió.

Como un deslumbramiento de rubias primaveras…

Como un deslumbramiento de rubias primaveras
irradian y perfuman las dichas prisioneras
de todos tus encantos ¡Oh, poemas paganos!
Heroína y señora de rondeles galanos:

Para que siempre puedas orquestar tus mañanas
calandrias y zorzales mis selvas entrerrianas
te ofrecen en mis trovas. Que en todos los momentos
te den las grandes liras sus más nobles acentos,

y revienten las yemas donde el placer anida,
en las exaltaciones gloriosas de la vida
que surgen en el cálido floreal de tus horas,
como un carmen de auroras, ¡eternamente auroras!

Conversando

El libro sin abrir y el vaso lleno.
-Con esto, para mí, nada hay ausente-.
Podemos conversar tranquilamente:
la excelencia del vino me hace bueno.

Hermano, ya lo ves, ni una exigencia
me reprocha la vida…, así me agrada;
de lo demás no quiero saber nada…
Practico una virtud: la indiferencia.

Me disgusta tener preocupaciones
que hayan de conmoverme. En mis rincones
vivo la vida a la manera eximia

del que es feliz, porque en verdad te digo:
la esposa del señor de la vendimia
se ha fugado conmigo…

Cuando llega el viejo

Todos están callados ahora. El desaliento
que repentinamente siguiera al comentario
de esa duda, persiste como un presentimiento.
El hermano recorre las noticias del diario

que está sobre la mesa. La abuela se ha dormido
los demás aguardan con el oído alerta
a los ruidos de afuera, y apenas se oye un ruido
las miradas ansiosas se clavan en la puerta.

El silencio se vuelve cada vez más molesto:
una frase que empieza se traduce en un gesto
de impaciencia. ¡La espina de esa preocupación…

Y cuando llega el viejo, que salió hace un instante,
en todas las miradas fijas en su semblante
hay una temerosa larga interrogación.

Después del olvido

Porque hoy has venido, lo mismo que antes,
con tus adorables gracias exquisitas,
alguien ha llenado de rosas mi cuarto
como en los instantes de pasadas citas.

¿Te acuerdas?… Recuerdo de noches lejanas,
aun guardo, entre otras, aquella novela
con la que soñabas imitar, a ratos,
no sé si a Lucía no sé si a Graziela.

Y aquel abanico, que sentir parece
la inquieta, la tibia presión de tu mano;
aquel abanico ¿te acuerdas? trasunto
de aquel apacible, distante verano…

Y aquellas memorias que escribiste un día!
-un libro risueño de celos y quejas-.
¡Rincón asoleado! Rincón pensativo
de cosas tan vagas, de cosas tan viejas!…

Pero no hay los versos: ¡Qué quieres!… ¡Te fuiste!
-¡Visión de saudades, ya buenas, ya malas!-
La nieve incesante del bárbaro hastío
¿no ves? ha quemado mis líricas alas.

…¿Para qué añoranzas? Son filtros amargos
como las ausencias sus hoscos asedios…
Prefiero las rosas, prefiero tu risa
que pone un rayito de sol en mis tedios.

Y porque al fin vuelves, después del olvido,
en hora de angustias, en hora oportuna,
alegre como antes, es hoy mi cabeza
una pobre loca borracha de luna!

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MI POETA INVITADO:  Joaquín Pablo Posada

El Burro

(Porque el hombre se alza en su soberbia,
y se cree tan libre
como el pollino del asno montés.
JOB, Cap. II, vers. 12.)

En los tiempos de Job el pacienzudo
era tenido el burro en gran valía;
para probarlo al mismo Job acudo,
que en esos tiempos criticar solía
al hombre presuntuoso, torpe y rudo
que libre como el burro se creía,
como si el burro nada menos fuera
que un ciudadano inglés de nuestra era.

Mas ‘témpora mutantur’ tu destino
¡Cuán diferente es hoy de lo que fue!
Cuando acaso te encuentro en un camino
cargado con dos tercios de café,
bailando al son de un palo el torbellino,
no pudiendo tenerte más en pie,
viene el recuerdo triste a mi memoria
de aquellos tiempos de tu antigua gloria.

Los hombres de este mundo son ingratos,
el hombre es de perverso natural;
esa invención que llaman ‘garabatos’
es invención infame, criminal;
¡Cuántos te proporciona malos ratos
el hombre vil con su invención fatal!
Por eso, aunque de horror me despeluzno,
disculpo tu fatídico rebuzno.

No puedo menos que fruncir las cejas,
llenándome de justa indignación,
cuando te veo sin rabo y sin orejas
tirando de un pesado carretón;
al ver que tú, infeliz, nunca te quejas
ni quieres sacudir tu humillación;
al mirarte sufrir, noble pollino,
con el digno valor de un granadino.

Hay veces que al mirar tu desventura,
al mirar esas tuertas angarillas
lastimar ¡oh, dolor! la matadura
que te hicieron sangrienta en las cosillas,
mil lágrimas yo siento de amargura
rodar quemantes por mis dos mejillas…
Sí, lloro al ver que hay hombre a quien se ocurra
tratar al burro así, y así a la burra.

¿Quien habrá que hondamente no se duela
al ver de Cartagena el cruel zambote
añadirse a la carga de panela
-de sobornal a guisa- echarle al trote,
entonando su torpe cantinela,
los pies cruzando, ¡oh burro! en tu cogote?
Semejante espectáculo, a Nerón
ablandara sin duda el corazón.

Dichosamente te dotó natura
de una noche cachaza, burro amigo;
con ella de tu suerte la amargura,
de tu destino bárbaro, enemigo,
sufres con tanta calma… mas, ¿qué digo?
Para los golpes: tu existencia dura…
¿Hallarte un parecido? ¡Intento vano!
¿Más sufrido que tú? ¡Ni un espartano!

Si ingrato el hombre y bárbaro no fuera,
premiar supiera ¡oh burro!, tus servicios:
si en mi mano tu suerte ¡ay! estuviera,
te colmara de honor y beneficios.
Y si un instante dictador me viera,
aun a costa de ingentes sacrificios
en cada plaza mandaría al momento
al burro levantar un monumento.

¡Pobre pollino! Si el americano
pensara que sin ti nada sería…
Si no hubieras pasado el oceano
para venir aquí, ¿quien serviría
en tu lugar al vil, rústico insano
que a palos, con crueldad, torpe te guía?
Si por el burro bienhechor no fuera,
¿tendríamos mulas para andar siquiera?

De paz emblema el burro – no de guerra-
¡El burro! ¡El burro! ¡Oh bella patria mía!
Si grandes almas hay en esta tierra,
si hay aquí quien aprecie la hidalguía
y las virtudes cívicas que encierra
en sí el noble animal, haced que un ida
se tribute homenaje a su virtud,
y una estatua le alzad en gratitud.

ZOMBIS POR UN TUBO [Mi poema]
Francisco Luís Bérnardez [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo soy de los que piensa que la vida
un día llega aquí y nos sobrepasa,
-algunos hay, de entrada les abrasa-
al resto ya nos da la despedida,
gozando con su guasa.

Yo un día vine aquí y aún me pregunto
si acaso algún oficio me asignaron,
lo dudo porque no me preguntaron,
si tengo algo que ver con este asunto
o es que se equivocaron.

Acaso no encontré motivaciones,
acaso no me di por enterado,
acaso soy un pobre desgraciado
que no ha sabido dar con las razones
y sigue adormilado.

Quisiera no pensar que he sido un lelo,
que nadie pueda dar por aludido.
El hecho que vivir no haya sabido
no sirve de lamento ni consuelo,
posible fue un descuido.

Pues miro y veo zombis en mi entorno,
-que aquí todo navega a la deriva-.
Yo soy como el cedazo en que se criba
el trigo y se hace pan. Después al horno.
¡Y viva dios, que viva!
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDOFrancisco Luís Bérnardez

Amor antiguo

Amor antiguo, cuya sombra empaña
mi cariñosa propensión de ahora,
eres como una sombra de montaña
sobre el encendimiento de la aurora.

Amor antiguo, cuya pesadumbre
traba la agilidad de mi alegría,
eres la tiranía de la cumbre
contra la libertad del mediodía.

Amor antiguo, cuya voz sofoca
la nueva vocecita del cariño,
eres palabra de proyecta boca
en una boca inédita de niño.

Amor antiguo, cuyo sentimiento
hace caber el mundo en nuestro llanto,
eres el alma convertida en viento
y eres el viento convertido en canto.

Amor antiguo, cuya remembranza
cada amorosa perspectiva cierra,
eres esa emoción que sólo alcanza
quien se acuerda del mar desde la tierra.

Amor unitivo

Tan unidas están nuestras cabezas
y tan atados nuestros corazones,
ya concertadas las inclinaciones
y confundidas las naturalezas,

que nuestros argumentos y razones
y nuestras alegrías y tristezas
están jugando al ajedrez con piezas
iguales en color y proporciones.

En el tablero de la vida vemos
empeñados a dos que conocemos,
a pesar de que no diferenciamos,

En un juego amoroso que sabemos
sin ganador, porque los dos perdemos,
ni perdedor, porque los dos ganamos.

El destello

Aunque el cielo no tenga ni una estrella
y en la tierra no quede casi nada,
si un destello fugaz queda de aquella
que fue maravillosa llamarada,

me bastará el fervor con que destella,
a pesar de su luz medio apagada,
para encontrar la suspirada huella
que conduce a la vida suspirada.

Guiado por la luz que inmortaliza,
desandaré mi noche y mi ceniza
por el camino que una vez perdí,

hasta volver a ser, en este mundo
devuelto al corazón en un segundo,
el fuego que soñé, la luz que fui.

La lágrima

No sé quién la lloró, pero la siento
(por su calor secreto y su amargura)
como brotada de mi desventura,
como nacida de mi desaliento.

Quizá desde un lejano sufrimiento,
desde los ojos de una estrella pura,
se abrió camino por la noche oscura
para llegar hasta mi sentimiento.

Pero la siento mía, porque alumbra
mi corazón sin esa luz sin tasa
que sólo puede dar el propio fuego:

Rayo del mismo sol que me deslumbra,
chispa del mismo incendio que me abrasa,
gota del mismo mar en que me anego.

La palabra

En cada ser, en cada cosa, en cada
palpitación, en cada voz que siento
espero que me sea revelada
esa palabra de que estoy sediento.

Aguardo a que la diga el firmamento,
pero su boca inmensa está callada;
la busco por el mar y por el viento,
pero el viento y el mar no dicen nada.

Hasta los picos de los ruiseñores
y las puertas cerradas de las flores
me niegan lo que quiero conocer.

Sólo en mi corazón oigo un sonido
que acaso tenga un vago parecido
con lo que esa palabra puede ser.

Romance

Aquellas cosas profundas
Que yo apenas entendía.
Desde que el amor las nombra
Me parecen cristalinas.

Aquel tiempo de otro tiempo,
Que sin gloria transcurría,
Desde que el amor lo empuja
Tiene lo que no tenía.

Aquella voz apagada
Es una voz encendida
Desde que el amor de fuego
Su fervor le comunica.

Aquella frente desierta.
Aquella frente perdida.
Está mucho menos sola
Desde que el amor la habita.

Aquellos ojos cerrados
Están abiertos y miran
Desde que el amor les muestra
Riquezas desconocidas.

Aquellas manos desnudas
Ya no son manos vacías
Desde que el amor las llena
Con su propia maravilla.

Aquellos pasos sin rumbo.
Aquellos pasos sin vida.
Ya tienen rumbo seguro
Desde que el amor los guía.

Aquel corazón oscuro
Luce una luz infinita
Desde que el amor lo alumbra
Con su verdadero día.

Aquel pobre entendimiento
Tiene una fuerza más limpia
Desde que el amor lo inflama.
Desde que el amor lo anima.

Aquella pluma de siempre
Vive una vida más viva
Desde que el amor la mueve,
Desde que el amor la inspira.

Aquel mundo sin objeto
Tiene una razón precisa
Desde que el amor eterno
Lo sustenta y justifica.

Aquella vida de antaño
Responde a peso y medida
Desde que el amor confunde
Su existencia con la mía.

Soneto interior

Aquí donde la tierra es menos tierra,
donde el agua es el agua del olvido,
donde el aire es un aire sin sonido
y donde el fuego ya no mueve guerra;

Aquí donde la tierra se destierra,
donde el agua carece de sentido,
donde el aire prefiere estar dormido
y donde el fuego su pasión encierra;

el hombre de mirada pensativa
substituye las cosas de su casa;
la tierra, con su carne fugitiva,

el aire, con el aire de su aliento,
el agua, con su propio sentimiento,
el fuego, con el fuego que lo abrasa.

Amor unitivo

Tan unidas están nuestras cabezas
y tan atados nuestros corazones,
ya concertadas las inclinaciones
y confundidas las naturalezas,

que nuestros argumentos y razones
y nuestras alegrías y tristezas
están jugando al ajedrez con piezas
iguales en color y proporciones.

En el tablero de la vida vemos
empeñados a dos que conocemos,
a pesar de que no diferenciamos,

En un juego amoroso que sabemos
sin ganador, porque los dos perdemos,
ni perdedor, porque los dos ganamos.

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A UNAS PERRAS GORDAS [Mi poema]
Enrique Alvarez Henao [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No puedo recordar, les soy sincero.
Que un día como ayer, de otro cualquiera,
mirando a mi tullida faltriquera
me quise desprender de su dinero
sacándola hacia afuera.

Las cuatro perras gordas que allí había
al verse molestadas cuando hurgaba,
-ignoro cuanto tiempo las guardaba-
quisieron responder a lo que hacía
soltando una patada.

Por dios, les respondí ¡malditas perras
con mimo que cuidé! no agradecidas,
habiendo sido esclavas del rey Midas
hubierais soportado muchas guerras
y acaso hoy carcomidas.

Se ponga en mi lugar, me contestaron
¿no sabe lo del roce hace al cariño?
Estando tan cuidadas como un niño
y tan a gusto aquí que nos dejaron
ajenas al rapiño,

que cuesta mucho ya cambiar de estado,
nos hemos hecho ya acomodaticias
ajenas al placer y a las codicias.
Digamos que nos traen sin cuidado.
incluso las noticias.
©donaciano bueno

#Para ti la perra gorda...? Share on X

Hoy en día apenas se usa la expresión Para ti la perra gorda pero hasta hace unas décadas era muy común su uso sobre todo para zanjar una disputa verbal en la que una de las partes desistía de seguir discutiendo y la decía a modo de zanjar el tema, como si le estuviera dando la razón a la parte contraria pero no dándosela en realidad. La «perra gorda» era una moneda española, acuñada en 1870 por primera vez. Tenía un valor de 10 céntimos de peseta (moneda anterior al euro). Por debajo de ella estaba la «perra chica» que equivalía a 5 céntimos de peseta.

MI POETA SUGERIDO:  Enrique Alvarez Henao

La abeja

Miniatura del bosque soberano
y consentida del vergel y el viento,
los campos cruza en busca del sustento,
sin perder nunca el colmenar lejano.

De aquí a la cumbre, de la cumbre al llano,
siempre en ágil, continuo movimiento
va y torna, como lo hace el pensamiento
en la colmena del cerebro humano.

Lo que saca del cáliz de las flores
lo conduce a su celda reducida,
y sigue sin descanso sus labores,

sin saber, ¡ay! que en su vaivén incierto
lleva la miel para la amarga vida
y el blanco cirio para el pobre muerto!

Los tres ladrones

Época fue de grandes redenciones:
El mundo de dolor estaba henchido
y en Gólgota, en sombras convertido,
se hallaban en sus cruces tres ladrones.

A un lado, en espantosas contorsiones,
se encontraba un ratero empedernido;
en el otro, un ladrón arrepentido,
y en medio el robador de corazones.

De luto se cubrió la vasta esfera;
Gestas, el malo, se retuerce y gime;
Dimas, el bueno, su dolor espera.

Gota de agua

Penetra el viejo sabio al gabinete
a recordar su ciencia micrográfica,
y sobre el transparente porta-objeto
coloca una brillante gota de agua.

La somete al examen microscópico
y la escudriña con febril mirada,
y torna a ver lo que en antiguos tiempos:
monstruos enormes de figuras raras.

Y remira esa hambrienta turbamulta
de infusorios de formas tan fantásticas,
y ve que unos a otros se devoran
como en los mares de la especie humana.

Abandona de pronto el microsopio
y murmura, calándose las gafas:
¡ cuántos monstruos se irán también matando
ocultos en el fondo de una lágrima!..

La carcajada del diablo

I
¿Contento está el Diablo?… Contento está el Diablo.
Prestadme mi lira que voy a cantar.
Con Dios no me entiendo, con hombres no hablo;
Que vengan mis almas, mis almas; ¡Ja, Ja!

II
Que el trueno refuerce mi ronco rugido;
Que vibre mi pecho que roto no está
Que no me enternezca del rayo el ronquido,
Que el eco lejano repita: ¡Ja, Ja!

III
Luzbel me llamaba; conservo las huellas,
De aquella imponente figura real;
Mis ojos brillaban con lumbre de estrellas,
Hoy dicen que hieren mis ojos… ¡Ja, Ja!

IV
Festejo mis bodas con ecos extraños,
Hoy hace un minuto me echaron de allá;
Hoy hace mil siglos que vivo mil años;
Hoy hace mil años de siglos… ¡Ja, Ja!

V
Ayer esperanzas, recuerdos, delirios;
Hoy sólo memorias, ya muertas quizá;
Hoy sólo mis ojos parecen dos cirios
Que velan mi propio cadáver… ¡Ja, Ja!

VI
¿Te acuerdas, oh Diablo, cuando eras implume?
¿Te acuerdas, demonio, cómo eras allá?
Tu voz un arrullo, tu aliento un perfume.
¿Te acuerdas de aquello? te acuerdas… ¡Ja, Ja!

VII
Romped con la mente, del cielo los tules,
Dos puros luceros lejanos soñad;
Así eran mis ojos, mis azules;
¡Dos puras lejanas estrellas! ¡Ja, Ja!

VIII
Mi faz irradiaba la luces del día;
Mis labios se hicieron de rosa coral;
Blancura de mármol, mi cuello tenía,
¡Blancura de mármol. mis alas!… ¡Ja, Ja!

IX
Hubiéranme visto cubierto de galas
Llegar hasta el trono del mismo Jehová
Hubiéranme visto rasgar con mis alas
¡Los puros espacios del cielo!… Ja, Ja!

X
Hubiéranme visto cuando era querube
Mi diáfano undoso ropaje llevar
De aurora que llega, de cándida nube,
De noche de bodas, ¿te acuerdas?… ¡Ja, Ja!

XI
Hubiéranme visto, hubiéranme visto,
Más bello que el ángel del huerto quizá,
Allá cuando a solas llevárale a Cristo
¡La copa sin fondo y amarga! ¡Ja, Ja!

XII
Mi frente era altiva, mi aspecto era grave,
Severas mis formas, grandioso mi andar,
Mi pecho guardaba los trinos de ave,
¡Hoy guarda rugidos mi pecho! Ja, Ja!

XIII
De todos los seres fui el mas atrevido,
Yo nunca soñaba tan pronto bajar:
Yo nunca pesaba que fuera el olvido
¡Tan hondo, tan hondo, tan hondo!… ¡Ja, Ja!

XIV
Yo mando, le dije; y El dijo yo mando,
Yo mando en mis Cielos, afuera Satán,
De entonces no he vuelto, ni vuelvo, ni hay cuando
Reciba su eterna caricia. ¡Ja, Ja!

XV
Por tanto a su trono tornar nunca pienso;
No puedo ya nunca su altura escalar;
Ni en forma de nube, ni en forma de incienso,
Ni en forma de niebla, ¡de nada!… ¡Ja, Ja!

XVI
Ja, ja, de las almas que buscan un Cielo
Y llevan un áspid para ellas fatal;
Ja, ja de las aves que lanzan su vuelo
Sin playas, ni oasis, ni espacio, ¡Ja, Ja!

XVII
En medio del alma lo llevo grabado,
Su imagen serena no puedo arrancar;
Y nunca pretendo volver a su lado,
¡Y un tiempo lo quise, lo amaba!… ¡Ja, Ja!

XVIII
El sér que a mí llega, por El siempre sufre;
Comprende que nunca lo vuelve a encontrar,
No hay tales calderas, ni plomo, ni azufre;
No hay tales crujidos de dientes. ¡Ja, Ja!

XIX
Tan sólo en la ausencia mi infierno está urdido;
Querer mucho y siempre, sin nunca olvidar,
Querer mucho y siempre al Sér más querido
¡Sin verlo hace tiempo, ni nunca! ¡Ja, Ja!

XX
La ausencia es mi tema, la ausencia es mi trama,
Con ese castigo soy duro y tenaz;
Con ese castigo yo alejo al que ama,
De todos los seres queridos. ¡Ja, Ja!

XXI
Mi reino es la ausencia sin tregua ni calma,
No hay sapos, culebras ni ardiente metal;
Mi reino es la ausencia de la luz en el alma,
¡Mi ausencia es la ausencia del alma!… ¡Ja, Ja!

XXII
Al diablo con esos amores malditos,
Exclaman aquellos que van a olvidar:
La ausencia, la ausencia sin llantos ni gritos
¡Es sólo el castigo que guardo! ¡Ja, Ja!

XXIII
Siniestra es mi danza, siniestra es mi danza:
Yo sólo comprendo lo que es el jamás
Y el irse por siempre la muerta esperanza
¡Como alma que llevan los diablos! ¡Ja, Ja!

XXIV
El diablo está herido, el diablo está herido,
¡Herido en el alma, no puede olvidar!
Qué triste es la ausencia del Sér más querido.
¡Romped esa lira que quiero llorar!

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TRES VECES TE NEGUÉ [Mi poema]
Carmelina Vizcarrondo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Tres veces te negué, fueron tres veces,
tres veces que sentí ese desencanto,
tres veces que sufrí, no sabes cuanto,
las ganas de abrazarte que mereces
a cuestas con mi llanto.

Tres veces renuncié ¡cuánto lo siento!,
no supe descubrir que te quisiera,
pasaste deslizándote a mi vera
igual que cada día lo hace el viento,
invierno o primavera.

Después, cuando te fuiste y amainara
al aire quise echar mi sentimiento.
La lluvia que pasaba ese momento
me vino a reprochar echando en cara
lo inútil del intento.

Y sigo aquí, después de tantos años,
asido a la andanada del recuerdo,
dudando si te abrazo o no estoy cuerdo,
¿por qué razón no tuve los redaños,
y entonces fui tan lerdo?
©donaciano bueno

El tren pasa una sola vez... Share on X

Comentario:
«El tren solo pasa una vez en la vida», «es una oportunidad que no puedes desaprovechar»,»lucha por tus sueños», «por el amor de tu vida no lo arruines»…Muchas veces oímos frases de este estilo. Parece que vivimos con oportunidades únicas con momentos decisivos en los que todo depende de cómo actúes para que encuentres el éxito o el fracaso.
 

MI POETA SUGERIDO: Carmelina Vizcarrondo

Búscame

¿Qué no me encuentras?
¡Si es que no me has buscado!

Búscame tras tu sombra
o en las retinas de tus ojos claros.
Búscame entre tus dedos
o en tu boca de sándalo.

Yo soy un soplo vivo
a tu vida arraigado.

Búscame por tu alcoba
entre tu sueño alado,
o por la senda rosa
de aquel amor lejano.

Por sobre tu orgullo,
en las flores azules de los prados.
Yo estoy dentro de ti
como un amor sellado.

¿Que no me encuentras dices?
Siendo en tu misma vida
que me pierdo…
¡Si es que no me has buscado!

Es el mar, aquí está, y te impregna todo el alma

Es el mar, aquí está, y te impregna todo el alma
desde la última luz buena de espejo a aurora
y desde el pabellón amado en los anhelos
de algunos vientos suaves casi humanos y puros,
igual que los amores y esperanza en la música
con el total consuelo de la estival fragancia;
así es tu caudal, mira manecillas del sueño
dibujadas al tiempo de las olas halladas
con el instrumental lego de las flores blancas.
Se expone en la alabanza la rama de las nieblas
imprecisas y secas justo detrás del mundo,
la ciudad disimula alguna tarde en tinieblas
sin eludir letargo que la fama acarrea,
al resumen ardiente de toda ceremonia
limada en el encuentro del aire y el deseo
de un verso de fortuna tan tierno y obediente
sobresale en el cielo justo el último verso
el monumento libre que silva desde el aire
Conmigo es fácil siempre multiplicar encuentros
ausentes de lisonjas conducidas al son
de olores derramados en la rosa atrevida,
se decora el invierno con algunos chichones
de clavel y de águila sabiendo incertidumbre
en el prado de la casa escrita entre los labios
del diluvio pudiente hospedado en el escrito
que te sigue en razón celebrando utilidad:
bien sin vivir bien sin nacer la voz encendida,
te sigue hasta la gloria de la fe y del amor
oriente embelesado en arenas amarillas.

El rayo de sol

¡Que se escondió un rayo de sol
por debajo del árbol en flor!
Van las niñas a cogerlo,
pero es lagarto y veloz
y no deja que las manos
le apaguen su resplandor.
Cinco pares de manitas,
diez manitas y un cartón.
Una sobre de la otra,
sobre de ellas el cartón,
¡y todo a la vez
sobre el sol!…
…mas el sol dando un saltito
se trepó sobre el cartón
como una puñaladita
de luces y de emoción.
¡Qué inútil las diez manitas
contra los juegos de Dios!

Duerme alma mía

Duerme alma mía, y descansa.
Desde hoy velaré yo.

Duerme que te estoy cantando
nanas de mi corazón.

Sosiega tu vida inquieta
saturada de dolor.

Velará mi cuerpo sano
tu sueño reparador.

¡Ya bastante has trasnochado
por esas calles de Dios!…

Duerme que te estoy cantando
nanas de mi corazón.

Duérmete que si no duermes,
volverá por ti mi amor.

Loíza Aldea

La carretera asfaltada
le va coqueteando al río
y le hace seña en la curva
con su codo de peligro

Los árboles espinosos
hacen punzante el camino
y un automóvil glotón
se traga el paisaje vivo.

La ceja negra del puente
sobre el agua en remolinos
va remolcando cantares
y poemas vitalicios.

Atrás un dragón de azúcar,
en sus marfiles pulidos,
lleva una carga amargada
por contrapesos de hipos.

Más acá nube de pájaros
con nostalgias en los picos,
Cerca del cerro, a lo lejos,
martilleos de relinchos.

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A UN PAPAGAYO MUY PESADO [Mi poema]
Gregorio Gutiérrez González [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Es guasa, no lo creas, que es mentira
que era un día, mediaba el mes de mayo,
aquí no he de mentir ¡me parta un rayo!
-ya sabes la nariz también se estira-,
se aupó sobre mi chepa un papagayo.

Mirándome de frente y de soslayo
haciéndose el gallito, lleno de ira,
subióse hasta una mesa y me la tira
tan fuerte que por poco me desmayo
gritándome ¡al imbécil que delira!

Yo, haciendo me tapaba los oídos
-los loros ya se sabe que repiten-,
a más que le insistía ¡no me griten!
más altos se escuchaban sus berridos,
que inútil fue impedir que desgañiten.

Si yo decía ¡calla!, él repetía,
¡bocazas! si decía, oía bocazas.
Pensé, mejor es darle calabazas
fingiendo que al payaso no le oía,
que al no gustar, dos tazas.

El público expectante presenciaba
del loro su actitud tan agresiva.
¡A qué vino el meterme en la diatriba!
De tanto repetir tonto del haba
me quedo sin saliva.
©donaciano bueno

#Escupiendo al cielo...? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Gregorio Gutiérrez González

DIOS

No es preciso morir, no, para amarlo;
No es preciso morir, no, para verlo;
Quererlo comprender es adorarlo;
No poderlo alcanzar es comprenderlo.

Dios es grande doquiera que se busque,
A la tierra bajad, subid al cielo;
Porque es grande mirándolo en lo grande,
Porque es grande mirándolo en pequeño.

Una línea trazad, seguid por ella
¿A dónde vais? No lo sabéis, es cierto;
Mas sabed que si fin tiene esa línea,
Encontraréis a Dios, Dios que es el centro.

¿Veis esa gota? Es agua; es una gota,
Tiene mundos y mundos y misterios
Iguales o mayores que los mundos
Que pueblan eso que llamamos cielo.

Es que ante Dios nada hay pequeño o grande,
El fiel de su balanza es tan perfecto
Que un insecto y un mundo se equilibran
E igualan ante El, que los ha hecho.

Confiad en el Señor y os dará alivio,
Que es grande, justo, poderoso, eterno;
Confiad en el Señor, y os dará ayuda,
Que más que justo y poderoso, es bueno.

AURES

De !peñón en peñón, turbias, saltando
Las aguas de Aures descender se ven;
La roca de granito socavado
Con sus bombas haciendo estremecer.

Los helechos y juncos de su orilla
Temblorosos, condensan el vapor;
Y en sus columpios trémulas vacilan
Las gotas de agua que abrillanta el sol.

Se ve colgando en sus abismos hondos,
Entretejido, el verde carrizal,
Como de un cofre en el oscuro fondo
Los hilos enredados de un collar.

Sus cintillos en arcos de esmeralda
Forman grutas do no penetra el sol,
Como el toldo de mimbres y de palmas
Que Lucina tejió para Endimión.

Reclinado a su sombra, cuántas veces
Vi mi casa a lo lejos blanquear,
Paloma oculta entre el ramaje verde,
Oveja solitaria en el gramal.

Del techo bronceado se elevaba
El humo tenue en espiral azul…
La dicha que forjaba entonce el alma
Fresca la guarda la memoria aún.

Allí a la sombra de esos verdes bosques
Correr los años de mi infancia vi;
Los poblé de ilusiones cuando joven,
Y cerca de ellos aspiré a morir.

Soñé que allí mis hijos y mi Julia…
Basta, las penas tienen su pudor,
Y nombres hay que nunca se pronuncian
Sin que tiemble con lágrimas la voz.

Hoy también de ese techo se levanta
Blanco-azulado el humo del hogar:
Ya ese fuego lo enciende mano extraña,
Ya es ajena la casa paternal.

La miro cual proscrito que se aleja,
Ve de la tarde a la rosada luz,
La amarilla vereda que serpea
De su montaña en el lejano azul.

Son un prisma las lágrimas que prestan
Al pasado su mágico color;
Al través de la lluvia son más bellas
Esas colinas que ilumina el sol.

Infancia, juventud, tiempos tranquilos,
Visiones de placer, sueños de amor,
Heredad de mis padres, hondo río,
Casita blanca… y esperanza, ¡adiós!

¿POR QUÉ NO CANTO?

A mi amigo el Señor Domingo Díaz Granados.

¿Por qué no canto? ¿Has visto a la paloma
Que cuando asome en el oriente el sol,
Con tierno arrullo su canción levanta,
Y alegre canta
La dulce aurora de su dulce amor?
¿Y no la has visto cuando el sol se avanza
Y ardiente lanza rayos del cenit,
Que fatigada tiende silenciosa
La ala amorosa
Sobre su nido, y calla, y es feliz?
Todos cantamos en la edad primera,
Cuando hechicera nos sonríe esa edad,
Y publicamos necios, indiscretos,
Muchos secretos
Que nuestro pecho debería guardar!
Cuando al encuentro del placer salimos,
Cuando sentimos el primer amor,
Entusiasmados de placer cantamos
Y evaporamos
Nuestra dicha al compás de una canción!
Pero después…nuestro placer guardamos,
Como ocultamos el mayor pesar;
Porque es mejor en soledad el llanto,
Y crece tanto
Nuestra dicha en humilde oscuridad!
Solo en oscuro retirado asilo
Puede tranquilo el corazón gozar;
Solo en secreto sus favores presta,
Siempre modesta,
La que el hombre llamó felicidad.

¿Conoces tú la flor de batatilla,
La flor sencilla, la modesta flor?
Así es la dicha que mi labio nombra;
Crece en la sombra,
Mas se marchita con la luz del sol !
Debe cantar el que en su pecho siente
Que brota ardiente su primer amor;
Debe cantar el corazón que herido
Llora afligido
Si ha de ser inmortal su inspiración.

Porque la lira, en cuyo pié grabado
Un nombre amado por nosotros fue,
Debe a los cielos levantar sus notas,
O hacer que rotas
Todas sus cuerdas para siempre estén.

¡Pero cantar cuando insegura y muerta
La voz incierta triste sonará!….
¡Pero cantar cuando jamás se eleva
Y el aire lleva
Perdida la canción, triste es cantar!
¡Triste es cantar, cuando se escucha al lado
De enamorado trovador la voz!
¡Triste es cantar, cuando impotentes vemos
Que no podemos
Nuestras voces unir a su canción !
Mas, tú debes cantar. Tú con tu acento
Al sentimiento más nobleza das;
Tus versos pueden fáciles y tiernos
Hacer eternos
Tu nombre y tu laúd…. Debes cantar!
Canta, y arrulle tu canción sabrosa
Mi silenciosa, humilde oscuridad!
Canta, que es solo a los aplausos dado
Con eco prolongado
Tu voz interrumpir!…. Debes cantar!
Pero no puedes, como yo he podido,
En el olvido sepultarte tú;
Que sin cesar y por doquier resuena,
Y el aire llena
La dulce vibración de tu laúd.
No hay sombras para ti. Como el cocuyo
El genio tuyo ostenta su fanal;
Y huyendo de la luz, la luz llevando,
Sigue alumbrando
Las mismas sombras que buscando va.

PRESENTACIÓN MEMORIA SOBRE EL CULTIVO DEL MAIZ EN

Señores socios de la Escuela de Ciencias y Artes.

Como es obligación que a todo socio
De nuestra Escuela, impone el Reglamento
Presentarle, por turno, una Memoria
Llena de ciencia, erudición y mérito;

Yo, que a fondo he estudiado agricultura,
Que he meditado y consultado textos,
Y que largas vigilias he pasado
Atento siempre y, consagrado a eso;

Por amor a las ciencias y a las artes,
En favor de la industria y del progreso,
Y sólo en bien de mi querida patria,
Mi Memoria científica os presento.

No usaré del lenguaje de la ciencia,
Para ser comprendido por el pueblo;
Serán mis instrucciones ordenadas,
Con precisión y claridad y método.

No estarán subrayadas las palabras
Poco españolas que en mi escrito empleo,
Pues como sólo para Antioquia escribo,
Yo no escribo español sino antioqueño.

En fin, señores, buenos e indulgentes,
Que estos trabajos aceptéis espero;
Y si logro ser útil a mi patria
Veré cumplido mi ferviente anhelo.

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Gabriela Mistral

El papagayo

El papagayo verde y amarillo,
el papagayo verde y azafrán,
me dijo «fea» con su habla gangosa
y con su pico que es de Satanás.

Yo no soy fea, que si fuese fea,
fea es mi madre parecida al sol,
fea la luz en que mira mi madre
y feo el viento en que pone su voz,
y fea el agua en que cae su cuerpo
y feo el mundo y Él que lo crió…

El papagayo verde y amarillo,
el papagayo verde y tornasol,
me dijo «fea» porque no ha comido
y el pan con vino se lo llevo yo,
que ya me voy cansando de mirarlo
siempre colgado y siempre tornasol…

CUANDO NO PUEDA MÁS [Mi poema]
Guillermo Aguirre y Fierro [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo sé muy bien que el tiempo ya pasó
y sé muy bien que nunca volverá.
Por más que insista yo sé que se esfumó,
el tiempo fue, la infancia se alejó
¡qué lejos queda ya!

El viento se llevó aquello que soñé,
la edad de la inocencia, la ilusión,
aquello en que creí y ya no creeré,
aquello que esperaba y nunca ya veré
¡pues se echa ya el telón!

Que así me vaya, cuando no pueda más,
la vida rota esté ya en mil pedazos
aun quedará un resquicio en tus abrazos
y estando cerca yo sé me besarás
uniendo nuestros lazos.

Pues ten seguro, allí te esperaré
con la emoción del día en que nos vimos,
¡felices los momentos que vivimos!
que nunca en el futuro olvidaré
¡qué unidos nos sentimos!

Mirando ensimismado tu sonrisa
gozando el primer beso en las acacias,
allí donde empezaron las audacias
las ansias por amarnos tan deprisa
y a dios dando las gracias.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Guillermo Aguirre y Fierro

El brindis del bohemio

En torno de una mesa de cantina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.
Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada,
la vida de los sueños.

Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del “feliz año nuevo”…

Una voz varonil dijo de pronto:
-las doce, compañeros;
digamos el “requiescat” por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos…

– Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiere a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: Mi esperanza.

¡Bravo!, dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y substancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa
y brinde por… Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso…

Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía…

Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de negrura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas
lleguen hasta las grietas
formadas de metal y de granito,
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata…
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague…
¡vamos!, porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones, y reír, y todo.

Se brindó por la patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.

Solo faltaba un brindis, el de Arturo,
el del bohemio puro,
de noble corazón y gran cabeza;
aquel que sin ambages declaraba
que solo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.

Por todos lados estrechado, alzó la copa
frente a la alegre tropa
desbordante de risa y de contento
los inundó en la luz de una mirada,
sacudió su melena alborotada
y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos;
por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dio en pedazos
uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi madre!.. bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía;
y lloró de alegría
sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
que en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi madre, bohemios, que es dulzura
vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella…

El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.

Otro romance maduro.

Morando van junto al prado
jardines de copa plana
son destrenzados los hilos
con pocos clavos alados.

Tiene un sencillo candado
cajón de los siete meses
los inventos horneados
de la picardía extrema.

Sella el rayo que matiza
un estribillo de nada
enamora y acompaña
con ceremonia sencilla.

Un nuevo bien comprendido
la suma antigua preciosa
mina de lucero y filo
complicado del querer.

Frío desagradecido
de encendedores no quiere
la maceta del jazmín
va alejándose de nuevo
minando todo el crepúsculo
viven como ven los vivos.

En medio coincide un pueblo
desde unos ojos y un todo
de blanco aprende el consuelo
y sale de nuevo al mundo
con un manojo de hechos.

Ya sin la zanja dormida
el recuerdo del principio
tarda una noche completa,
en cepos arrepentidos
va la tristeza volcada,
puja el resumen que puebla
el mediodía inocente
que surge con valentía.

Allí quizá pueda estar
iluminada mi torre
con un azul silencioso
de mariposas hermosas
que escapan de mis pesares,
la ristra de pormenores
que lleva al convencimiento
de círculo hueso y roce
en la duda descentrada,
en el deseo imposible.

Qué belleza lleva el canto
al comprender el desastre…
el pretendido de seda
precede al remedio pardo
cuando el celo del alambre
bebía geranio extraño
como un canario rizado.

Llega del Sur al instante
la lentísima soberbia
en los solapados montes
con la aurora suspendida,
en la espuma de los metros
progresaban margaritas
sendas de traca y espuela
y todos los llanos buenos.

Con promesa salpicada
para refrescar el viento
no puede enredar la cerca
la bufanda de los cuadros.

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CHARLES AZNAVOUR …tema compuesto por Georges Garvarentz en el año 1962

Yo se muy bien que un día yo despertaré
y para mi el sol no brillara
el amor que te di no será ya tu amor

Por mi bien por mi bien
y sin dolor ni llanto yo me alejaré
derecho iré sin ganas de volver
sin mirar para atrás yo quisiera borrar
tu mirar tu besar
y tu voz mi amor

Y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto te dejaré
sin lágrimas y sin gritar
más temblará el fondo de mi piel
me veré libre al fin y el reposo hallaré

Por mi bien por mi bien
yo me iré a otro cielo y país
para olvidar tu frialdad cruel
y mis manos que están hoy repletas de ti
buscaran soñaran y tendrán otro amor

Y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto será mejor que pueda una razón tener
que ahogue en mí mis ansias de querer
y encontrar libertad para mi corazón

Por mi bien por mi bien
para soñar a otros brazos buscaré
y solo así tu nombre olvidaré
más tú nunca podrás a mi lado volver
y mi mal y temor y el dolor quedarán

Y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto yo no te dejare de amar
y por tanto por tanto yo no te dejare de amar

EL MUNDO, ESA INCÓGNITA [Mi poema]
Francisco Martínez de la Rosa [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

¿Qué le pasa a este mundo, quién lo sabe?
¿enfermo, no está enfermo, está muy sano?
¿es joven, se resiente o ya es anciano?
¿los hombres son culpables de que acabe?
Yo en esto soy profano.

¿Habremos de hacer caso de agoreros
o en cambio a los que dicen nada pasa?
¿Tendremos que tomarnos todo a guasa
sabiendo como somos temporeros?
Mi idea aquí es escasa.

Que algunos hay que dicen se nos muere,
comiencen a oficiar el funeral,
el mundo es un eterno carnaval
y el hombre donde pisa lo zahiere.
Y a mi eso me da igual.

Las causas desconocen, los motivos
los sabios si no saben las inventan
basando en argumentos que sustentan
el hecho de no ser desaprensivos
razones que les rentan.

El mundo gira igual que la veleta
y el nafta que genera raudo el viento
que está constantemente en movimiento,
la vida es este mundo no está quieta,
quizás todo es un cuento.
©donaciano bueno

#Basta ya de predicadores metiendo miedo? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Francisco Martínez de la Rosa

La perdiz

Cesa un instante siquiera,
Cesa, avecilla, en el canto,
Y no atraigas a los tuyos
Con tu pérfido reclamo:
El mismo dueño a quien sirves,
Te arrancó del nido amado,
Te robó la libertad,
Te desterró de los campos;
Y por complacerle ahora,
De tanta crueldad en pago
A tu esposo y a tus hijos
Tú misma tiendes el lazo.
La voz del amor empleas,
Brindas con dulces halagos,
Cuando la tierra y el cielo
A amar están convidando;
Pero entre tanto escondida
La muerte acecha a tu lado,
Pronta a salpicar con sangre
Las bellas flores del prado
¡Ay! deja al hombre cruel
Valerse de esos engaños;
Llamar con voz alevosa
y vender a sus hermanos.

La soledad

Único asilo en mis eternos males,
Augusta soledad, aquí en tu seno,
Lejos del hombre y su importuna vista,
Déjame libre suspirar al menos:
Aquí, a la sombra de tu horror sublime,
Daré al aire mis lúgubres lamentos,
Sin que mi duelo y mi penar insulten
Con sacrílega risa los perversos,
Ni la falsa piedad tienda su mano,
Mi llanto enjugue y me traspase el pecho.
Todo convida a meditar: la noche
El mundo envuelve en tenebroso velo;
Y aumentando el pavor, quiebran las nubes
De la luna los pálidos reflejos:
El informe peñasco, el mar profundo
Hirviendo en torno con medroso estruendo,
El viento que bramando sordamente
Turba apenas el lúgubre silencio,
Todo inspira terror, y todo adula
Mi triste afán y mi dolor acerbo.
La horrible majestad que me rodea
Lentamente descarga el grave peso
Que mi pecho oprimió: por vez primera
Se mezclan mis sollozos a mis ecos,
Y apiadado el destino da a mis ojos
De una mísera lágrima el consuelo…
¡Llanto feliz! Cual bienhechor rocío
Templa la sed del abrasado suelo,
Calma la angustia, la mortal congoja
Con que batalla mi cansado esfuerzo;
Y en plácida tristeza absorta el alma,
No envidiará la dicha ni el contento.
Solo en el mundo, de ilusiones libre,
De vil temor y de esperanza ajeno,
Encontraré la paz que vanamente35
me ofreció con su magia el universo.
¿Qué importa que a mi planta mal segura
Aún falte tierra en que estampar su sello,
Y al carcomido escollo amenazando,
Me estreche el mar en angustioso cerco?
¿No me basto a mí mismo? ¿No me es dado
Alzar mis ojos sin pavor al cielo,
Sentir mi corazón que quieto late,
Y el mundo contemplar con menosprecio?
Yo vi en la aurora de mi edad florida
Sus encantos brindarse a mis deseos:
Gloria, riquezas, cuantos falsos bienes
Anhela el hombre en su delirio ciego,
En torno me cercaron: oficiosa
La amistad redoblaba mi contento;
La pérfida ambición me sonreía;
Me brindaba el amor su dulce seno
Temí, temblé, me apercibí al combate,
Demandé a mi razón su flaco esfuerzo;
Y apenas pude en afanosa lucha
Rechazar tanto hechizo lisonjero.
¡Qué fuera, o Dios, si al rápido torrente
Yo propio me arrojara! En presto vuelo
Pasaron cinco lustros de mi vida,
Y el cuadro encantador huyó con ellos;
Huyó, volví la vista, lancé un grito
Y en vez de flores encontré un desierto.

El huérfano

Mientras el crudo diciembre
Arroja nieve y granizo,
Y del palacio las puertas
Conmueve el ábrego impío,
A su amparo en noche oscura
Se acoge un mísero niño,
Que abandonaron sus padres
Y no halla en el mundo asilo:
Ambas manos junto al pecho,
Tiembla de susto y de frío;
Y hasta el aliento le falta
Para demandar auxilio…
¡Jamás tuvo el inocente
Quien oyera sus suspiros,
Quien enjugase su llanto,
Quien le llamara su hijo!
En el hueco de unas rocas
Le hallaron recién nacido,
Sin más protector que el cielo,
Ni más padre que Dios mismo;
Sólo Dios, que abre su mano
Para el tierno pajarillo,
Y hasta en el aura derrama
Las semillas y el rocío.

Huérfano desventurado,
No llores tan afligido;
Y llama a la misma puerta
Que hora te sirve de arrimo:
Llama otra vez, que su dueño
En blando lecho adormido,
En sueños ve los tesoros
Que conducen sus navíos;
Y no ha de ser tan cruel,
Que al escuchar tus gemidos,
Te niegue un pobre sustento,
Te niegue un mísero abrigo.

«¡Amparad piadosos
A un niño infeliz;
Y Dios os lo premie
Mil veces y mil!
Solo y desvalido
¡Ay triste! nací;
Que mi propia madre
Me alejó de sí…
Si madre tuvisteis,
A Dios bendecid;
¡Y en memoria suya
Doleos de mí!
Nunca una palabra
Cariñosa oí;
Llanto de mis ojos
Por leche bebí…

Por Dios y su Madre,
Piadosos abrid;
Si no, a vuestra puerta,
Me veréis morir!…»

Apenas estas palabras
Sollozaba el huerfanito,
Cuando dentro del palacio
Sonó de un can el ladrido;
Cien esclavos acudieron;
Y amenazaron al niño,
Si en mal hora el dueño adusto
Despertaba a sus gemidos.

La tormenta

¿Hubo n día jamás, un solo día,
cuando el amor mil dichas me brindaba,
en que la cruda mano del destino
la copa del placer no emponzoñara?
Tú lo sabes, mi bien: el mismo cielo
para amarnos formó nuestras dos almas;
mas con doble crueldad, las unió apenas,
las quiso dividir, y las desgarra.
¡Cuántas veces sequé con estos labios
tus mejillas en lágrimas bañadas,
tus ojos enjugué, y hasta en tu boca
bebí ansioso tus lágrimas amargas!
Con suspiros tristísimos salían,
mezcladas, confundidas tus palabras;
y al repeler mis manos con latidos,
tu corazón desdichas presagiaba…
Todas, a un tiempo, todas se cumplieron:
y si tal vez un rayo de esperanza
brilló cual un relámpago, el abismo
nos mostró abierto a nuestas mismas plantas.
¿Lo recuerdas, mi bien? Morir unidos
demandamos al cielo en noche aciaga,
cuando natura toda parecía
en nuestro daño y ruina conjurada:
la tierra nos negaba hasta un asilo;
la lluvia nuestros pasos atajaba;
bramaba el huracán; el cielo ardía,
las centellas en torno serpeaban…
¡Ay!, ojalá la muerte en aquel punto
sobre entrambos el golpe descargara,
cuando sin voz, sin fuerzas, sin aliento,
te sostuve en mis hombros reclinada.
‘¿Qué temes? Vuelve en ti; soy yo, bien mío;
es tu amante, tu dueño quien te llama;
ni el mismo cielo separarnos puede:
o destruye a los dos, o a los dos salva.’
Inmóvil, muda, yerta, parecías
de duro mármol insensible estatua;
mas cada vez que retumbaba el trueno,
trémula contra el seno me estrechabas;
en tanto que por hondos precipicios,
casi ya sumergido entre las aguas,
a pesar de los cielos y la tierra
conduje a salvo la adorada carga…
Ahora, ¡ay de mi!, por siempre separados,
sin amor, sin hogar, sin dulce patria,
el peligro más lev me amedrenta;
la imagen de la muerte me acobarda:
ni habrá un amigo que mis ojos cierre;
veré desierta mi fatal estancia;
y solo por piedad mano extranjera
arrojará mi cuerpo en tierra extraña.

Reloj de arena

¡Cuán rápida desciende
la arena ante mi vista;
y cada leve grano
lleva un mísero instante de mi vida! …
Tardos los juzga el Tiempo,
y el curso precipita,
y el frágil vidrio estalla
entre las manos de la Muerte impía:
Al viento arroja el polvo
con bárbara sonrisa;
y amor, gloria, ilusiones
al borde de la tumba se disipan…
¿Dónde voló mi infancia,
mi juventud florida,
mis años más dichosos,
mis gustos, mis encantos, mis delicias?
Todo pasó cual sueño.
Todo finó en un día,
cual flor que al alba nace,
y al trasmontar del sol yace marchita.
Mi corazón sensible
a la piedad divina,
a la amistad sincera,
del amor a las plácidas caricias,
abrió su incauto seno,
exento de perfidia;
y la maldad proterva
clavó con sangre en él duras espinas…
¿Por qué, decid, crueles,
desgarráis tan aprisa
la venda de mis ojos,
que el fementido mundo me encubría?
Amar es mi destino.
Amar mi bien, mi dicha.
El cielo bondadoso
para amar me dio un alma compasiva.
Si aborrecer es fuerza,
trocad el alma mía.
Que el odio y la venganza
en mi pecho jamás tendrán cabida…
¡Así, Dios de clemencia,
mis súplicas recibas
con tu piedad, y enjugues
las lágrimas que riegan mis mejillas!

La niña descolorida

Pálida está de amores
mi dulce niña.
¡Nunca vuelven las rosas
a sus mejillas!

Nunca de amapolas
o adelfas ceñida
mostró Citerea
su frente divina.
Téjenle guirnaldas
de jazmín sus ninfas,
y tiernas violas
Cupido le brinda.

Pálida está de amores
mi dulce niña.
¡Nunca vuelven las rosas
a sus mejillas!

El sol en su ocaso
presagia desdichas
con rojos celajes
la faz encendida.
El alba, en Oriente,
más plácida brilla;
de cándido nácar
los cielos matiza.

Pálida está de amores
mi dulce niña.
¡Nunca vuelven las rosas
a sus mejillas!

¡Qué linda se muestra,
si a dulces caricias
afable responde
con blanda sonrisa!
Pero muy más bellas
el amor convida
si de amor se duele
si de amor respira.

Pálida está de amores
mi dulce niña.
¡Nunca vuelven las rosas
a sus mejillas!

Sus lánguidos ojos
el brillo amortiguan;
retiemblan sus brazos;
su seno palpita.
Ni escucha, ni habla,
ni ve, ni respira;
y busca en sus labios
el alma y la vida…

Pálida está de amores
mi dulce niña.
¡Nunca vuelven las rosas
a sus mejillas!

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Sor Juana Inés de la Cruz

EN PERSEGUIRME MUNDO, ¿QUÉ INTERESAS? 

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.

Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,

teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.

A VECES ME PREGUNTAN DE QUIÉN ERES [Mi poema]
Germán Pardo García [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

A veces me preguntan de quién eres,
si hubiera sido ayer, soy de mis padres,
aquellos que me ponen los deberes,
los mismos que disfrutan mis quereres
y sufren mis desmadres.

Mas si eso fuera ayer. Que hoy la respuesta
no guarda relación con la pregunta.
Se intenta conocer de ti la orquesta,
a quién tú has de sentar a mesa puesta,
los bueyes de tu yunta.

El lado en que te encuentras, lo que piensas,
si acaso eres del Betis o creyente,
a quién de sus errores les dispensas
qué compras, con qué llenas tus despensas,
si sigues la corriente.

Que un item hoy solo eres de una encuesta
que intenta conocer a quienes votas
sacando así tajada a tu respuesta,
si alguno hay que te mola o te molesta
o eres un tuercebotas.

Objeto de deseo al que ofrecerle,
sabiendo lo que quiere, le interesa,
poder ganarle allí para venderle,
obviando así el tener que convencerle,
cazando ya otra presa.
©donaciano bueno

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Antiguamente cuando te preguntaban tú de quién eres, se refería a cuales eran los nombres de tus padres, hoy solo lo hacen pensando en cómo sacarte los higadillos.

MI POETA SUGERIDO: Germán Pardo García

UTENSILIOS DE TRABAJO

Mirad mis utensilios de trabajo.
Son humildes: cualquier cosa del suelo.
Carbón para escribir, húmedo velo
de retamas y un poco de cascajo.

Con ellos cumplo mi labor de abajo.
Dura labor, pero mi afán de vuelo
se apoya en estas cúpulas de cielo
convertidas en piedras del atajo.

Volverlas a las nubes es mi culto.
Por ello siempre se me escucha oculto
sacando estrellas de la roca viva.

Cada golpe que doy alza algo inmenso,
dejándome el espíritu suspenso
sobra otra inmensidad definitiva.

FUERZA DEL MUNDO

Vuelvo del infinito con mi herida
de estrellas y mis ojos aterrados,
y busco la piedad de mis ganados,
mis colmenas, mi casa abastecida.

Me aguarda la humildad y una comida
de legumbres, los frutos sazonados
de la última estación, y los collados
tranquilos y la acequia arborecida.

Y al llevar a mi boca el alimento
que yo mismo sembré, los zumos fríos
la carne de la fuerza y el sustento,

caigo a los pies de los apoyos míos,
abrazando la sal del pavimento,
la fiel ceniza, los salubres ríos.

Un caballo en la sombra

Montañas, sólo montañas.
Soledad de cielo y campo.
Nunca otra noche en mi vida
como esa noche de espanto;
de asolación en los aires
y poderío satánico.

Por medir la oscuridad
griten la sombra, angustiado
y el grito, profundamente
quedó en la sombra temblando.

Potestades, Poderíos.
Rondas luces, viento aciago,
y de pronto la presencia
de un caballo.

Era negro como el ídolo
de la noche, y un penacho
de crines atormentadas
cubría su cuello bárbaro.

Potro de climas indómitos,
nadie lo hubiera humillado
con el rigor de unas riendas
o la amenaza de un látigo.

Iba sin rumbos en la noche
por los caminos dramáticos,
y cabalgaba la muerte
sobre el poder de sus flancos.

Sentí caer en mi espíritu
la maldición de los astros;
grité en la sombra, en la sombra
por ahuyentar el presagio,
y el grito, profundamente
quedó en la noche temblando.

A la distancia, alaridos;
fatalidad en los ámbitos,
y un temblor como de fuga
de un caballo.

Después, silencios fatídicos.
Soledad de cielo y campo.

Invocación a la noche

Separa de mi ser todo elemento
que la materia a su pesar inclina,
y envuélveme en tu acuática neblina
dejándome desnudo el pensamiento.
Indúceme al jardín donde el aliento
Se satura de estrellas y la harina
que el molino ennoblece y aglutina,
convierte en desnudez su sedimento.

¡Pensar! Y que mis sienes escarpadas
cintilen como antenas capturadas
por la luz electrónica de un rito

donde la Eternidad piensa desnuda,
sin Dios, sin mente, sin piedad ni duda
ni el gran dolor del pensamiento escrito.

Un hombre vuelve al mar

Lanzo mi cuerpo a trascender sobre la playa,
cual si fuera un atún al que asedia el pelícano.
Fracasó mi fabular terrestre.
No pude traducir el silabario de las orugas
y le rondo mis vínculos al mar.
Esquivo el mundo, salival espejo
donde están los escándalos mirándose;
el amor y su artilugio de serpiente
deslizándose voraz por nidos de palomas;
el odio en la desnudez de las espadas
y el corazón y sus saltos de canguro.
Incendié mi campamento de beduino,
mi tolda de traficante vagabundo
que permutó batracios por estrellas,
y me confío al árbol genealógico del agua.
Fraternicé con los dorados tulipanes
y vertí en campesinos atanores
rocío a los helechos pubescentes.
Clamé que soy el taumaturgo que transforma
los linfáticos sueros y conjura
la aparición del cáncer en el alma.
Que soy hijo de alondras y mis coros
resonar de volcanes apagados.
Mi divina simulación aquí concluye,
frente a los jeroglíficos del mar.
Cuando desaparezca de esta playa
decid: era el hermano natural de las esponjas,
el gemelo sinuoso de los pulpos,
el amante sexual de las madréporas
y el árbitro salar de las tortugas.
Ya no estaré con mi fulgor de azufre,
mas sí en identidad de nave líquida.
Decid entonces: vino a confundirse
con su placenta de potasio y yodo
v a conocer a su violento padre.
En la ribera se vistió de lluvias.
¡Era de agua y lo retiene el mar!

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Miguel de Unamuno

El Cristo de Velázquez

¿En qué piensas Tú, muerto, Cristo mío?
¿Por qué ese velo de cerrada noche
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno cae sobre tu frente?
Miras dentro de Ti, donde está el reino
de Dios; dentro de Ti, donde alborea
el sol eterno de las almas vivas.
Blanco tu cuerpo está como el espejo
del padre de la luz, del sol vivífico;
blanco tu cuerpo al modo de la luna
que muerta ronda en torno de su madre
nuestra cansada vagabunda tierra;
blanco tu cuerpo está como la hostia
del cielo de la noche soberana,
de ese cielo tan negro como el velo
de tu abundosa cabellera negra
de nazareno.Que eres, Cristo, el único
hombre que sucumbió de pleno grado,
triunfador de la muerte, que a la vida
por Ti quedó encumbrada. Desde entonces
por Ti nos vivifica esa tu muerte,
por Ti la muerte se ha hecho nuestra madre,
por Ti la muerte es el amparo dulce
que azucara amargores de la vida;
por Ti, el Hombre muerto que no muere
blanco cual luna de la noche. Es sueño,
Cristo, la vida y es la muerte vela.
Mientras la tierra sueña solitaria,
vela la blanca luna; vela el Hombre
desde su cruz, mientras los hombres sueñan;
vela el Hombre sin sangre, el Hombre blanco
como la luna de la noche negra;
vela el Hombre que dió toda su sangre
por que las gentes sepan que son hombres.
Tú salvaste a la muerte. Abres tus brazos
a la noche, que es negra y muy hermosa,
porque el sol de la vida la ha mirado
con sus ojos de fuego: que a la noche
morena la hizo el sol y tan hermosa.
Y es hermosa la luna solitaria,
la blanca luna en la estrellada noche
negra cual la abundosa cabellera
negra del nazareno. Blanca luna
como el cuerpo del Hombre en cruz, espejo
del sol de vida, del que nunca muere.
Los rayos, Maestro, de tu suave lumbre
nos guían en la noche de este mundo
ungiéndonos con la esperanza recia
de un día eterno. Noche cariñosa,
¡oh noche, madre de los blandos sueños,
madre de la esperanza, dulce Noche,
noche oscura del alma, eres nodriza
de la esperanza en Cristo salvador!

A L B A

Blanco estás como el cielo en el naciente
blanco está al alba antes que el sol apunte
del limbo de la tierra de la noche:
que albor de aurora diste a nuestra vida
vuelta alborada de la muerte, porche
del día eterno; blanco cual la nube
que en columna guiaba por el yermo
al pueblo del Señor mientras el día
duraba. Cual la nieve de las cumbres
ermitañas, ceñidas por el cielo,
donde el sol reverbera sin estorbo,
de tu cuerpo, que es cumbre de la vida,
resbalan cristalinas aguas puras
espejo claro de la luz celeste,
para regar cavernas soterrañas
de las tinieblas que el abismo ciñe.
Como la cima altísima, de noche,
cual luna, anuncia el alba a los que viven
perdidos en barrancos y hoces hondas,
¡así tu cuerpo níveo, que es cima
de humanidad y es manantial de Dios,
en nuestra noche anuncia eterno albor!

O R A C I Ó N F I N A L

Tú que callas, ¡oh Cristo!, para oírnos,
oye de nuestros pechos los sollozos;
acoge nuestras quejas, los gemidos
de este valle de lágrimas. Clamamos
a Ti, Cristo Jesús, desde la sima
de nuestro abismo de miseria humana,
y Tú, de humanidad la blanca cumbre,
danos las aguas de tus nieves. Águila
blanca que abarcas al volar el cielo,
te pedimos tu sangre; a Ti, la viña,
el vino que consuela al embriagarnos;
a Ti, Luna de Dios, la dulce lumbre
que en la noche nos dice que el Sol vive
y nos espera; a Ti, columna fuerte,
sostén en que posar; a Ti, Hostia Santa,
te pedimos el pan de nuestro viaje
por Dios, como limosna; te pedimosa
a Ti, Cordero del Señor que lavas
los pecados del mundo, el vellocino
del oro de tu sangre; te pedimos
a Ti, la rosa del zarzal bravío,
la luz que no se gasta, la que enseña
cómo Dios es quien es; a Ti, que el ánfora
del divino licor, que el néctar pongas
de eternidad en nuestros corazones.

¡Tráenos el reino de tu Padre, Cristo,
que es el reino de Dios reino del Hombre!
Danos vida, Jesús, que es llamarada
que calienta y alumbra y que al pábulo
en vasija encerrado se sujeta;
vida que es llama, que en el tiempo vive
y en ondas, como el río, se sucede.

Avanzamos, Señor, menesterosos,
las almas en guiñapos harapientos,
cual bálago en las eras remolino
cuando sopla sobre él la ventolera,
apiñados por tromba tempestuosa
de arrecidas negruras; ¡haz que brille
tu blancura, jalbegue de la bóveda
de la infinita casa de tu Padre
-hogar de eternidad-, sobre el sendero
de nuestra marcha y esperanza sólida
sobre nosotros mientras haya Dios!
De pie y con los brazos bien abiertos
y extendida la diestra a no secarse,
haznos cruzar la vida pedregosa
-repecho de Calvario- sostenidos
del deber por los clavos, y muramos
de pie, cual Tú, y abiertos bien de brazos,
y como Tú, subamos a la gloria
de pie, para que Dios de pie nos hable
y con los brazos extendidos. ¡Dame,
Señor, que cuando al fin vaya perdido
a salir de esta noche tenebrosa
en que soñando el corazón se acorcha,
me entre en el claro día que no acaba,
fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,
Hijo del Hombre, Humanidad completa,
en la increada luz que nunca muere;
mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,
mi mirada anegada en Ti, Señor!

EL DÍA EN EL QUE FRANCO RESUCITÓ [Mi poema]
Hilarión Cabrisas [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Estaba él descansando dulcemente
ajeno a lo que ocurre,
lugar donde la gente ya se aburre
que allí se duerme en paz plácidamente
y el tiempo no transcurre.

En medio del silencio ignominioso
tirado a la bartola,
cual beodo amarrado a su farola,
tocándose la panza, perezoso,
sin nadie hacer la ola.

Pensando que a este mundo él era ajeno,
que ya le han olvidado,
-la historia forma parte del pasado
el odio y el rencor son el veneno
que al aire deja helado-,

sintió como del suelo levitaba
y él mismo se movía.
Se puso a meditar qué sucedía
si acaso algún malvado le atacaba
pues mal a nadie hacía.

Y en esto que se oyó de desbandadas
un ruido silencioso,
llegando a percibir algo borroso
a tipos que volviendo a las andadas
tildaban de mocoso.

De nuevo he de luchar contra gigantes,
que así que ya esté muerto
me jacto de que sigo muy despierto.
Persigo a malandrines y a tunantes
y en ello me divierto.

Perdóneme señor, es la mudanza,
apenas un par de horas,
oyó que alguien decía. No hay demoras.
Y culpe a los que mandan la tardanza,
lo hagamos a deshoras.
©donaciano bueno

#Los políticos siempre manoseando, a vueltas con el Caudillo Share on X

Comentario: A colación con el cambio de la tumba de Franco. Mirar hacia el pasado solo cuando sirve para mejorar aquello que se hizo mal, como método de aprendizaje. El resto no sirve de nada.

MI POETA SUGERIDO: Hilarión Cabrisas

A Safo

Porque eres canallesca, porque eres exquisita,
y porque eres perversa, y porque eres fatal,
mi carne pecadora tu carne necesita
para libar las mieles de las flores del Mal.

Porque tiene tu vientre albor de margarita,
y tus piernas, columnas de tu templo carnal,
guardan el Tabernáculo de mi hostia maldita
y ocultan el secreto de mi anhelo sensual.

Porque tus ojos glaucos, para el hombre inconstantes,
brillan faunescamente, lesbianos, inquietantes,
cuando pasa una núbil doncella junto a ti,

anhelo pecadora, tu lascivo contacto
para la complicada consumación del Acto,
¡Con la santa lujuria que está latente en mí!

De profundis

¡Te perdí para siempre! El torbellino
de la ciudad, te arrebató inclemente.
Ya nunca volveré a besar tu frente
ni beberemos juntos nuestro vino.

La vida bifurcó nuestro camino;
ya no vamos del brazo alegremente,
ni apaga nuestra sed la misma fuente,
ni tú oyes mi canción, ni yo tu trino.

¡Y no hubo ni un adiós! Fue lo insondable:
el silencio… el dolor… lo irremediable…
¡la atroz sonrisa y la fingida calma..!

Después, cargué mi amor rígido y yerto.
Lloré mucho; recé, velé a mi muerto,
¡y me enterré el cadáver en el alma..!

La lágrima infinita

¡Esa!… La que en el alma llevo oculta;
la que no salta afuera ni se expande
en la pupila; la que a nadie insulta
en un alarde de dolor: la grande,

la infinita, la muda, la sombría,
la terca, la traidora, la doliente
lágrima de dolor, lágrima mía,
que está clavada en mí profundamente!

La que no da una tregua ni un consuelo
de dulce sollozar. La que me hiere,
y me punza, y me obsede, y pone un velo
turbio en mis ojos; la que nunca muere

ni nace a flor de rostro; la que nunca
refrena su latir; la que no intenta
asomarse a la faz y queda trunca,
y hace la pena interminable y lenta…

Cántaros secos, áridos, mis ojos;
páramos sin frescura ni rocío;
febricitantes de escrutar los rojos
límites, del espacio y del vacío…

¡Esa!… La que no llega, ni ha llegado,
ni llegará a los ojos nunca… ¡nunca!…
Mi lágrima tenaz que no ha mojado
el Sahara estéril de mi vida trunca,

¡Ésa… no la verás, porque en la calma
de mis angustias, se ha trocado en perla!
Para verla hace falta tener alma;
y tú, ¡no tienes alma para verla!…

Mar sin orillas

Un dolor se me va y otro me arredra;
ola que se marchó y ola que viene
a batirme, y apenas se detiene
sobre mi viejo corazón de piedra.

Ola que llega, y rompe, y salta y medra
del dolor de la roca, y se mantiene
sólo el instante aquel que le conviene
para arrancarle hasta su airón de yedra.

Lucha sorda y tenaz; mudo combate
de la ola que se va, vuelve y se abate
en el peñón que su ira desafía…

Dolor perenne, inextinguible, intenso,
rudo y fiero combate en este inmenso
mar sin orillas de la vida mía…

Sed de ti

¡Qué sed tengo de ti! Eres la fuente
que corre cristalina ante mis ojos,
y son inútiles mis brazos flojos
para hacer que se tuerza la corriente.

Inútilmente domo mis antojos,
y trato de olvidarte inútilmente:
sueña mi mente con tu tersa frente
y con el vino de tus labios rojos.

¿Qué daño habré hecho yo, que en mi camino
todo me llega tarde? Si es mi sino
cargar el fardo de mi vida trunca,

¡que no te vuelva a ver! Yo te lo pido
por Dios… ¡Cuánto mejor hubiera sido
que no te hubiera conocido nunca!

Síntesis

Vive tu vida y ámala, sea buena
o mala para ti: ese es tu sino.
Si te punzan las zarzas del camino
haz un yambo votivo de tu pena.

Ten tu copa de amor bullente y llena,
y embriágate de amores y de vino,
Baudelaire te lo dijo: haz un divino
canto a PAN DE TU VIDA ardiente y plena.

Musicaliza todo : tus dolores,
tus placeres, los páramos, las flores,
vive en perenne Domingo de Ramos.

Y espera anacreóntico la muerte
diciendo ante el enigma de la suerte
como Rubén: -¡Señor!… ¿A dónde vamos?…

¡Sólo entonces sabrás cuánto de quise!

Cuando yo muera… -ha de llegarme el día
antes que a ti- al cerrar mis ojos yertos,
piensa que si aún hay vida entre los muertos,
te seguiré queriendo todavía.

En mi ansiedad suprema de agonía,
mis labios secos, torpes y entreabiertos,
aun sin calor, se moverán inciertos
por balbucear tu nombre, amada mía.

Ése será tu triunfo. En esa hora
tú, de mi vida absurda embrujadora,
sabrás, al fin, cuánto te amé y sufrí…

Y dirás: «A las otras mintió amores;
pero ninguna le causó dolores
de amor, porque no amaba sino a mí…»

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HAY QUE COMER SANO [Mi poema]
Helcías Martán Góngora [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Cinco veces comer, es lo más sano,
lo dice el que es experto,
cinco veces mejor si eso es del huerto,
cinco veces peor y es más insano
si de animal es muerto.

Lo que es bueno, al comerlo está muy malo,
lo malo está muy rico
mas cuesta un dineral, que cuesta un pico,
le pega a tu bolsillo un varapalo,
que es duro y no mastico.

Y así tilden a alguna de basura,
peor estar a dieta,
la comida no puede estarse quieta
cuando llega al estómago madura,
y al culo y la bragueta.

Si habremos de comer y eso es seguro,
¿a quién he de hacer caso?
la duda aquí se truca en un fracaso.
Quien venga ha de sacarme de este apuro
con vino en un buen vaso.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Helcías Martán Góngora

Himno de Santiago de Cali

Gloria siempre a Santiago de Cali,
flor y fruto de nuestro país,
mundo y patria que es cuna y es aula,
es taller, templo, estadio y jardín.

Precursora de la independencia,
fiel heraldo de la libertad.
Nuestros padres ganaron la guerra
y nosotros ganamos la paz.

Tierra madre, feraz tierra buena
que a la pena ancestral pones fin,
donde nadie es extraño ni esclavo
y es hermoso nacer y vivir.

Canta el río canciones de cuna
y alza el viento el humano pregón;
te nevamos tatuada en el pecho
con estrellas sobre el corazón.

Domadora que selva y pantano
transformaste en fabril colmenar,
abres rutas y cumples la cita
con las cumbres andinas y el mar.

La legión de tus hijos mayores
que juraron vencer o morir,
te esculpieron en piedra de siglos
y fundaron sobre el porvenir .

El paisaje se tiende a tus plantas
y te rinde sus armas el sol,
monta guardia la caña de azúcar
y es el valle lección de verdor.

Sobre el ara del Valle del Cauca
prometemos tu hazaña exaltar
y grabar en la cima tu nombre
y acrecer el legado inmortal.

Tríptico conyugal

1.
Todos los días, junto a mí, lo mismo
que la luz enclaustrada en el diamante:
de día y noche amurallando instantes,
de noche y día conjurando el sismo.

Todos los días en el cataclismo
de mi ser y las horas delirantes,
hasta salvarme del humano abismo
en que se hundió mi planta itinerante.

Todos los días en el maremoto
y el naufragio. En el alba y las tinieblas
de mi lecho y el ángelus remoto…..
Y las noches que son amor o nada
porque los días con tus manos, pueblas
y entronizas la paz reconquistada.
2.
Toda mi soledad se hizo navío
para seguir tus huellas emigrantes
y la sangre también trocóse en río
y el río se hizo cuerpo del infante.

Anclada estás en cada sueño mío
desde ayer, para siempre, desde antes
que el llanto preludiara en el rocío
mi nocturna canción de navegante.

Te diste así, a mi efusión marina
en fruto y flor y pájaro en la rama
y fuego que en crepúsculo germina.

Con Helena y Ronsard el tiempo hallamos.
Somos hoguera en la infinita llama,
savia y raíz en el eterno ramo.

3.
Que he de morar en tí, y en cada rosa
que tú siembres, morir de poesía;
en el silencio y en la diaria prosa
soy el heraldo de tu profecía.

Llama que con tu incendio se desposa,
ala que se desborda en sangre mía;
hermana y madre y solidaria esposa,
compañera en la noche y en el día.
Yo te elegí entre todas las mujeres,
país de amor y huerto florecido,
lumbre del hijo en mis atardeceres.

Adelaida de luna y terciopelo:
¡en la orilla del mar desconocido,
toco en tus manos el umbral del cielo.

Sonetos españoles

1.
¿Por qué será que en castellana tierra
yo me pongo a soñar la tierra mía,
y al centro de la mar alzo la sierra
y en la montaña azul marinería?

En paz de amor puede encender la guerra
mi corazón con tácita anarquía,
hacer la noche en la mitad del día
y ser la sed que ante la copa yerra.

Pero tengo al final de esta llanura
una palmera para la ternura
y una clara verdad que me sosiega.

El alba crece entre mi humano limo
y cuando llegue el día de la siega
me entregaré a la luz como un racimo.

2.
España, estás en mí, como una espada
sobre el costado del amor abierto,
esquife anclado en el seguro puerto
de tu sangre en mi ser multiplicada.

Llego con la sandalia desatada
a la llanura y al sellado huerto,
y el corazón se suma a tu concierto
con un clamor de herida campanada.

En mi infancia de bosques te sabía
honda lección del cielo que no pasa
y árbol de luz para la sombra mía.

Hoy que te palpo con asombro ciego
comparto el pan que se doró en tu fuego
y habito en tí, como en la propia casa.

3.
Estos campos sagrados que me ofreces
cuando miro en la noche los collados
quedan en mi recuerdo iluminados
con olivos de luna y con cipreses.

Alza las torres como lentas preces
a los cielos por tí reconquistados
y no hay villa ni alcor donde no reces
entre un vuelo de arcángeles dorados.

Cruzas por mí lo mismo que un camino
y en tu casa de amor soy el cimiento
yo, el nómada sin tierra, el peregrino.

Me posees y labras sin fatiga
y en las viñas del Cid soy un sarmiento
y en el trigal de Dios soy una espiga.

4.
Tú me colmas, España, tú me habitas.
Mi soledad con tu presencia llenas
y a tu encantada cárcel me encadenas
con tus manos que inician margaritas.

A tu abismo de luz me precipitas.
Me levantas en todas tus almenas
y me salvas, al par que me condenas,
con tus palabras en mi sueño escritas.

Tú me llevas, España, de la mano
a través de los íntimos senderos,
lazarillo del hombre americano.

Y en este agosto del solemne estío
sueltas al surtidor de tus luceros
sobre mi sed de abandonado río.

5.
Déjame recordar en las mañanas
la teologal ciudad donde yo vivo,
a Popayán donde tu nombre escribo
con un abecedario de campanas.

Déjame que recuerde sus lejanas
torres donde tu Dios está cautivo,
que vague por sus calles pensativo
intuyendo tu rostro en las ventanas,

Con un clamor de Oscuros vendavales
diga también la tempestad de oro
la verdad de mis anchos litorales.

Que yo desde tus montes inmortales
uno mi voz al infinito coro,
como las sumergidas catedrales.

España, VIII de 1954

6.
Sobre esta rada tropical añoro
tu faz, España, en el feliz verano
sumada al viento y al nocturno coro
de las profundas aguas del océano.

¡Quién pudiera volver al castellano
solar -atravesando el mar sonoro-
a sembrar con la palma de la mano
este renuevo de Castilla de Oro!

Al encinar me doy en la palmera
y al olivar en todos los manglares
que crecen en mi orilla marinera.

Tan sólo en sueños regresar yo puedo
-a través de las vías estelares-
a Santiago, a Granada y a Toledo.

Buenaventura, 1962

7.
Península inmortal de carne y hueso
por el mar de mi sangre circundada,
que yo grabé en el mapa con la espada
de Mio Cid en secular proceso.

Sobre el tórax del tiempo dibujada,
desde América siempre yo regreso
en los galeones de Don Blas de Lezo
y el corcel de Jiménez de Quesada.
Entre el vuelo de coplas y saetas
sobre la piel celtíbera de toro
pinté al azar retablos de poetas.

Retorno, España, de la mar-océana
y reintegrado al milenario coro
hablo a mi Dios en lengua castellana.

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UN DESCLASADO [Mi poema]
Laura Victoria [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

He aquí, llegó por fin un desclasado,
bisoño, otro producto del azar,
quizás por un descuido, un despistado,
cual pollo sin cabeza, desnortado,
inútil, sin saber ni un paso dar.

De cómo, cuándo y qué sin conocerlo,
desnudo que así dios le trajo al mundo,
dispuesto ya a gozar y a padecerlo
y si algo él ha de ansiar a merecerlo
tratando no pararse ni un segundo.

Miradle como llora, que asustado
empieza ya a penar sin conocer
el rol que en este mundo le ha tocado.
Después, cuando del mal esté saciado
habrá de comprender y así a temer.

Que ungido del papel de figurante
tendrá que afianzarse en lo que pueda
tratando de imitar a otro pasante
así que el que le toque sea un farsante
del árbol que hace leña en lo que queda.

Hasta el día en que, pronto más que tarde,
habrá de retornar por donde vino
-vivir ya es bien sabido está que arde-
así que alguien pretenda hacer alarde
la vida es con la muerte nuestro sino.
©donaciano bueno

#La vida vs La muerte, ¿por qué no lo dicen de pequeño? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Laura Victoria

AMOR NO ES…

Ya ni versos escribo, sólo queda
este soñar de lágrimas teñido,
y una queja distante en el olvido
azul lejano de tu voz de seda.

Amor no es, es algo que remeda
la desmembranza del rosal caído,
donde ya ni las sombras hacen nido,
ni el viento en rondas de cristal enreda.

Algo que ayer fue lirio de mi fuente,
frescura de mi noche, y suavemente
luminar en mi senda florecida.

Algo que en mi agonía aún retengo,
porque es la única verdad que tengo
y no puedo arrancarla de mi vida.

ENTREGA

Envuélveme…..No temas.
Ante tu fuego vivo
mi carne se deslumbra,
y surge castamente
entre el temblor rosado
de mi liviano traje
para poder ser tuya.

¿No aspiras en el aire
una fragancia débil
que enerva y que conturba?
¿No sientes que tu aliento
se prende como un velo
de sombra en mi cintura?…
Ya ves que hasta mis ojos
en esta noche tienen
fulguración oscura,
y en tus rodillas firmes
mis manos se desgranan
como rosas maduras.
Y al enredar tus dedos
en mis cabellos claros
siento extraña frescura,
mientras caen tus besos
en mi boca sedienta
con la humedad fragante
que se raja una fruta.
Aspírame despacio….
Iniciaré mi entrega
sobre tu carne oscura,
y me alzaré del fuego
santificada y bella
como se alza del mármol
una estatua desnuda.

DESEO

Sobre la tibia arena de la playa
tu amante cita con placer espero;
el sol retuesta mis desnudos hombros
y entre mi falda juguetea el viento.

Ya con salobres aguas cristalinas
el mar de añil acarició mi cuerpo;
llevo en los labios un coral partido
y una concha prendida en los cabellos.

Las esmeraldas de mis ojos tristes
aguardan tus pupilas de bohemio,
y mis manos germinan las caricias
que brotan al contacto de tus dedos.

Ven, ya se abren cual rojos amarantos
los capullos en flor de mis deseos,
y entre mis labios trémulos se enciende
la loca llamarada de mis besos.

SOLOS

Vámonos silenciosos por las hondas
avenidas de palmas,
y dejemos la luna que se tienda
como una enredadera a nuestras plantas.

No derrames la copa de tus labios
entre mis manos blancas,
porque son porcelanas palpitantes
que transparentan el fulgor de mi alma.

Deja que la mudez de nuestras bocas
devore las palabras,
mientras la fría claridad del cielo
tiñe de azul la placidez del agua.

Es inútil que dejes tus pupilas
vagar entre su túnica rosada;
solo hallarás entre mi cuerpo tibio
una glacial coloración de nácar.

Quiéreme así, con la sonrisa triste,
con las pupilas al placer selladas;
y si a tu beso me traiciona el llanto,
bésame más… sin preguntarme nada.

SALVAJE

No me mires así que me haces daño…
Qué bellas tus pupilas de inconsciencia
que tienen el hondor de los abismos
y el verde oscuro de las aguas muertas.
Qué fuertes esos músculos maduros
bajo la carne aceitunada y fresca,
que tiene a veces el temblor de un niño
o la tensión salvaje de una fiera.

No me mires así que me haces daño…
Con ese aliento abrasador me enervas,
y frente a ti soy gajo que se dobla
rindiendo sus frescuras a la tierra.
Cómo rompe el crepúsculo sus oros
en el lustroso añil de tu cabeza
mientras tus manos torpes se resisten
al loco impulso que en tu ser golpea.

No me mires así con esos ojos
oscuros de inconsciencia…
Dobla mi talle entre tu brazo fuerte,
embriágate en la flor de mi belleza.

Sobre la felpa tibia de los musgos
seremos yo el silencio: tú la selva!

CUANDO REGRESES NO HALLARÁS SIQUIERA…

Cuando regreses no hallarás siquiera
las huellas del pasado.
En el parque los cisnes se murieron
y las verbenas rojas se secaron.

Esos versos liliales que me oías
cogiéndome las manos,
cambiáronse por otros calcinantes
que visten mi alma de ropaje cárdeno.

Y esas dulces promesas que en tus brazos
hacíasme temblando,
son una cuerda rota en mis oídos
y ni un eco doliente me dejaron.

Naufragaron también en mis pupilas
tus ojos de gitano,
y en mi boca se helaron en silencio
las huellas calcinantes de tus labios.

Cuando regreses no hallarás siquiera
vestigios del pasado.
En el parque los cisnes se murieron
y en mi boca tus besos se borraron.

CEGADA LUZ

Te busco aún imagen ya perdida,
cegada luz, desorbitado viento,
esperanza tan sólo sostenida
por la ternura de mi pensamiento.

Algo tuyo quedose entre mi vida
como afilada flor de sufrimiento;
sangra mi llanto por tu propia herida
y sube tu canción por mi lamento.

Esa es la causa de mi mal cercano,
la certidumbre del inmenso hastío
que dobla las espigas de tu mano.

Porque tú eres la espuma de ese río
que nace en tus llanuras de verano
y muere en mis crepúsculos de frío.

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INFLUENCERS [Mi poema]
Guido Martínez Carbonell [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Son listos, muy fanáticos y ricos,
se asoman cada día a su ventana
que en esto de anunciar nadie les gana,
y empiezan a charlar usando el pico
con labia que a presencia la engalana.

Tienen miles de fans, sus seguidores
aplauden a rabiar y él los trabaja
pues guardan siempre el as de la baraja.
Se portan cual si fueran corredores
que inician la carrera con ventaja.

Compiten entre si para en la lista
ser ellos number one sin discusión
y adornan y engalanan su balcón
lo mismo que lo hiciera ese rentista
que sigue y va a la caza del millón.

Expertos en lograr admiradores
que aplaudan a rabiar cada ocurrencia,
contentos de gozar con su presencia
rendidos ante el rey de sus amores
y acaben como presos de conciencia.

Les llaman influencers. Profesión
que añade la emoción a sus bondades
cuidando que aparenten ser verdades
logrando que les sigan un montón
y compren a rabiar sus novedades.
©donaciano bueno

Hoy es más famoso y valorado un #influencer que un Premio Nobel.? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Guido Martínez Carbonell

Pandémico

Abandonados
hasta los huesos,
abandonados de
abrazos y de ayeres,
de ver el largo
camino de la hormiga
como un sueño.

Abandonados
al incierto dictado de
políticos y científicos,
de amaneceres
que amanezcan,
de frescas caricias
que tomen vuelo.

Abandonados a
lo usual de la llama
que no entibia,
a lo inusual
de la escarcha
que deja penas,

a niños para
explicar la historia,
a filósofos y
religiosos sobre
puntos suspensivos,

abandonados sí
por sobre todo y
a pesar de todos

abandonados
por nosotros mismos.

Inmigrantes

Vení a mis
brazos,
tengo un
territorio abierto,
es un círculo
de suave sol
que alumbra
hombros desiertos.

Vení con
la primera aurora
de Nigeria
o Afganistán,
cuando sincera
el cuerpo desnudo,
la flor, el alma,
la piedra.

Vení a tomarnos
las manos,
en Lampeduza,
o Erzurum,
hoy los umbrales
de Austria abren,
los de Suiza
festejan.

Vení como un
nuevo hijo de
Europa, Asia,
Africa o América,
hoy mi esperma
te enseña,
tu óvulo
me enriquece.

Mirame a tu
lado, mis
brazos están
de par en par,
no amurallan,
ni disecan,

están abiertos
como mi patria,
mi historia,
mi sangre,

como el cosmos
que siempre
nos abarca y
nos debemos.
………………………
Con la cara lavada
el mundo recién
comienza,

y te nace una luz
de muy dentro,
luz de manzana,
de sabor a mar,
o a luna en
cuarto creciente.

Con la cara
lavada los espejos
del lunes te dan
su mejor beso,
transcurren
tan tiernas
las horas que
el sentido común
palidece,

los libros corren
a tus manos,
se encienden
hogares en las
montañas,
porque a ese
rostro lavado
las distancias
no llegan,

sales al shopping
y extraños
te saludan,
por las calles
vecinos te festejan,
escuchas madrugar
los pájaros,
el primer canto
del gallo, el silbato
del tren a las 6
de la mañana.

Muy cerca
de todo vas feliz
con la cara lavada,
salpicada de
flores, con la piel
de la vida
recién descubierta.
…………………
En Miami
yo me distinguí
de todos.

Me construí
una casa única,
con subsuelo
blindado,
para sobrevivir
al huracán.

Me suministré
la más deliciosa
comida,
el mobiliario
de moda,
juegos
entretenidísimos.

Al día siguiente
vi la devastación
del huracán:
árboles, playas,
todo el
menaje urbano
destruido:

sobreviví con el
mayor confort
y ahora
que anochece
en soledad,
me doy cuenta
que olvidé
lo principal:

mis vecinos.
……………………
Ese niñito
de la villa
que va corriendo,
adónde va?

Sus pies
revolotean
un mundo
muy terreno,
casi sin alas,
casi sin letras.

Un mundo
que sus ojos
no recorrerán,
un dormitorio
de amaneceres
ajenos.

No tendrá
mensajes
de amor,
ni películas
en donde ser
un superhéroe.

Solo
cumpleaños
desteñidos,
piñatas
hambrientas,
reyes magos
que dudan en
estar de vuelta.

Su vida es
como un gran
club: ría o llore
al otro siempre
le parecerá
lo mismo.

Ese niñito
sigue corriendo
y correrá
hasta salirse
de la sociedad,
aquella que
lo acaricia
por fuera,
aquella que
lo expulsa
por dentro.

Curriculum vitae

Me estrellé
en un avión
y sobreviví.

Tuve cáncer
y me curé.

Superé el primer
desamor y
el de hace
un rato.

Amé (y amo)
a mis hijos
desde el
primer parto.

Hundí mis pies
en Luxor,
Varanasi,
Roma,
y New York.

Experimenté
casi todo
en la vida,

a tanta
velocidad
que le saqué
ventaja,

pero todavía,
cuánto
la deseo,

cuánto
me cuesta
comenzar
cada segundo.

Cuando me esperes

Cuando me esperes
y no me encuentres.

Cuando me busques
y no haya venido.

Así como pasan
los mendigos por las ciudades,

algún día estuve,
cualquier día me habré ido.
……………………
Yo no titulo,

no escribo
poesía, ni prosa,
mucho menos
prosa poética.

Yo no nací
desnudo, siquiera
me visto desde
esta mañana,
no moriré
desnudo, seré
ya otra cosa.

No partí
de Babilonia,
o Persia, China,
India,Grecia, o Roma:
la historia no
admite divisiones,
solo oculta una
línea, su sentido.

Yo no titulo.

No sentenciaré
si el árbol tapa
el bosque o el vaso
está medio lleno
o vacío,
hay bosques
diminutos y vasos
de vacíos.

No oraré
en Jerusalén,
La Meca,
Varanasi o Ise:
Dios tiene la palabra,
Dios, el único Dios
el que está floreciendo.

No diré alguna cosa
cuando comienza
una brisa,
ni citaré
a Parménides,
cuando ha corrido
tanta agua bajo
el puente.

Yo no titulo.

No he visto
a Miguel Ángel,
ni a Van Gogh,
Delacroix o Duchamp,
menos aún los
artistas rupestres,
artesanos o grafiteros,
todos ellos me vieron
y me siguen mirando.

No tengo continente
africano, asiático,
americano
ni europeo,
me desbordan
los océanos
de tus ojos,
los glaciares de
cualquier ausencia.

No optaré por
«roban pero hacen»
o «matan
pero ordenan».

No aparezco, ni
parezco, ni perezco:
el aquí es ahora,
por ahora asumo,
asumo y asumo,

yo no titulo,
como en otros tiempos
todavía me extraña
todo, todavía
te echo de menos.
………………
Por qué te fuiste de mi ciudad?
Te fuiste.
Tan lejos me dejaste, tan solo,
escribiendo poemas de amor
en los baños públicos.

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MI POETA INVITADO:  Jorge Reyes

El arrabal, de noche,

deja romper sus focos a pedradas.

Las casas, trepando al horizonte,
están cogidas como con las uñas
de las faldas de los peñones.

Los perros dedicados a traperos
se espulgan todo el día y, con cuidado,
se cuentan las costillas.

Para las manadas hambrientas
hay pasto entre las piedras.

Hay quien viene a buscar en las quebradas
lo que no encuentra en su casa.

Las calles sufridas nos esperan.
con mal olor y sin aceras.

Todas las casas se han cerrado
a que pasen de largo los fantasmas.
Cualquier día el silencio aglomerado
hará saltar los vidrios de una ventana
y la gente del barrio
no volverá a pasar junto a la casa.

En todas las cantinas
hay un indio que canta,
rasgueando la guitarra sucia
y con voz deshilachada.

Apretados por las manos que alientan
y los ojos que hurgan
y por el zarandeo de las palabras,
entre gritos cortados,
los indios bailan.

Hasta que el alba trasnochada
viene de no sé dónde,
las carretillas de los barrenderos
destartalan en la madrugada
y las escobas echan polvo a los luceros.

El rondín del Zámbiza ha ido
despejando la tormenta de silencio
y el sol, con alboroto de chiquillos,
entra en el arrabal, sin respeto.
(De Treinta poemas de mi tierra.)

LIBERTAD PARA INSULTAR [Mi poema]
Jorge Robledo Ortiz [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

(¡Viva la libertad de expresión!)

Un tiempo hubo en que el hombre, los humanos
soltaban salivazos sin barreras,
no existían ni formas ni maneras,
los pedos se cogían con las manos.
Salir por peteneras,

aquello era molar. Si molestaba
no importa, era lo justo, lo normal,
que hacer era gracioso el carcamal
y a aquel al que la mofa le tocaba
su queja daba igual.

En que insultar al rey era la moda,
al rico, al que ganaba un buen dinero,
lo hacía entre alharacas el rapero,
lo hacía el versolari y el rapsoda,
y más si era al del clero.

Podías insultar al que quisieras
lo mismo si era un zurdo o si era un diestro,
que aquello era gozar como un cabestro,
no había que pensar lo que dijeras,
la mofa era lo nuestro.

¿Reirte del paisano, del vecino,
y hacerle al que quisieras cuchufletas?
Te olvidas de hacer uso de las tretas,
y así ofenda le importas un pepino
mandarle a hacer puñetas.

El tiempo en que insultar era la norma,
lo opuesto a que mis padres me enseñaron.
Hoy dicen que esos tiempos ya pasaron,
conviene de que hagamos ya reforma
a lo que nos dejaron.

¡Oh, aquellos en que aquí se veneraban
de alumnos a los que eran sus maestros,
los médicos sanaban a los nuestros,
la mala educación nos reprochaban
que hoy tildan de siniestros!
©donaciano bueno

#Contradicciones? Share on X

Esa época es hoy, en que hasta es preciso recurrir al fútbol para demandar respeto pero en el que en el nombre sacrosanto de la libertad de expresión, todo vale y en la que las leyes amparan a los que no lo tienen. Siempre tuve en cuenta eso de que tu libertad termina donde empieza la mía. 

MI POETA SUGERIDO:  Jorge Robledo Ortiz

YA NO MÁS CORAZÓN

Ya no más, corazón, te he permitido
que la quieras sin tiempo y sin medida,
que bordes tu esperanza inadvertida
al ruedo juguetón de tu vestido.

Ya no más, corazón. ¿No has comprendido
que ella no quiere entrar en nuestra vida?
Si eras tan débil en la despedida,
corazón, no debiste haber querido.

Te advertí, corazón, que era inasible,
que no adoraras tanto un imposible
para que no sufrieras su desdén.

No me creíste, corazón cobarde,
y hoy ya comprendes demasiado tarde
que yo te lo decía por tu bien.

RECUERDO

Te recuerdo en el llanto y en la risa;
en la estrella, en el verso y en la rosa;
en la opulenta copa que rebosa
y en el trozo de pan que se precisa.

En la luz que gastó la mariposa
para ser mariposa y no ser brisa;
en la tranquilidad que se improvisa
y en la diaria inquietud que nos acosa.

En la noche que sube hasta la frente;
en el cielo que alfombra cada fuente
y en el cielo ensatado en la oración;

en la angustia que rige cada paso;
en el rojo cansancio del ocaso,
y en el cansancio de mi corazón.

FATIGA

Ya no te quiero tanto. Poco a poco
mataste la ansiedad de tu cariño,
y el alma atormentada de aquel loco
vuelve otra vez a ser alma de niño.

Presiento el reventar de otra quimera,
describe un semicírculo el poniente,
y la esperanza de otra primavera
promete al corazón otra simiente.

Enflora la ilusión, el alma espiga.
Agonizan la angustia y la fatiga.
En las pupilas se detiene el llanto,

y una voz interior me va diciendo,
que aunque sigo tu imagen bendiciendo,
estoy dejando de quererte tanto.

SIMPLEMENTE

Nos dijimos adiós.
La tarde estaba
llorando nuestra despedida.
Nos dijimos adiós tan simplemente
que pasó nuestra pena inadvertida.

No hubo angustia en tus ojos
ni en mis ojos.
No hubo un gesto en tu boca
ni en la mía.
Y, no obstante, en el cruce de las manos
calladamente te dejé la vida.

Fuiste valiente con tu indiferencia
y fui valiente con mi hipocresía,
nos separamos como dos extraños
cuando toda la sangre nos unía.

Pero tuvo que ser
y fue mi llanto,
sin una escena ni una cobardía.
Tú te fuiste pensando en el olvido
y yo pensando en la melancolía.

Hoy sólo resta de esa vieja tarde
un recuerdo,
una fecha
y una rima.
Así, sencillamente nos jugamos
el corazón en una despedida…

SIEMPRE TÚ

Entre el mínimo incendio de la rosa
y la máxima ausencia del lucero,
se quedó tu recuerdo prisionero
viviendo en cada ser y en cada cosa.

Te recuerdo en la cita milagrosa
que se dan la mañana y el jilguero,
y en el aire, traslúcido tablero
donde escribe en color la mariposa.

Todo me habla de ti. Sobre la brisa
persiste la nostalgia de tu risa
como una dulce música remota.

En los labios tu nombre me florece,
y al saberte lejana, me parece
que me bebo tu ausencia gota a gota.

VÁMONOS CORAZÓN

Vámonos, corazón, hemos perdido,
ya nunca espigarán tus ilusiones.
Recoge tu esperanza y tus canciones
y partamos en busca del olvido.

Vámonos, corazón, ya tu latido
sólo podrá contar renunciaciones.
Guarda su nombre con tus oraciones
y si debes sangrar, sangra escondido.

Vámonos, corazón, tu fe no existe.
Al fin y al cabo tu naciste triste
y triste en cualquier puerto morirás.

Vámonos, corazón, ya no la esperes.
Bendice su recuerdo si así quieres,
pero marchemos sin mirar atrás.

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Mari Mar Estévez

Vigía

Pierdo la mirada en la frontera azul del horizonte.
En esa línea rotunda que separa en dos el mundo.

Busco los goznes que unen los azules
para evitar que se plieguen uno sobre el otro
y toda la materia del cielo se desplome hacia el fondo marino.

A veces me parece oírlos rechinar,
entonces mis ojos se abren desorbitados,
intentando ver más allá de ese lugar inalcanzable,
más allá de ese barrote imaginario
que nos mantiene encerrados en el mundo.

No hay escapatoria,
algún día cederá esta esfera sobre sí misma.

Qué será de nosotros
cuando los miedos se hagan cataclismo
y seamos aplastados por el azul vibrante,
sin poder ver los astros colapsando sobre nosotros.

QUERIDO DIARIO [Mi poema]
Jorge Montoya Toro [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Tú que sabes de mi, que me conoces,
que escrito en el papiro de mi mente
conmigo siempre vas, sigues presente,
conoces de mi vida y de mis goces
igual que un buen cliente.

Querido, mi diario, tu existencia
presente llevo escrito en mi recuerdo,
que así no me lo roban ni lo pierdo
y evito si lo hiciera penitencia
si acaso fuera un lerdo.

Tampoco nadie un plagio puede hacerte
sacando a pasear a sus miserias,
airearte sin pudor como en las ferias
se hiciera con los monos. Ni venderte.
Tiznarte con bacterias.

Y a aquel que quiera hacer de ti un poema
película o el guión de un melodrama,
saltar con tu experiencia hacia la fama,
haciendo del mal fario y de la quema
el núcleo de la trama,

que sepa que esta historia aquí se vende,
quien quiera disponer, pase por caja.
Yo tengo el comodín de la baraja
prometo el argumento tiene duende
no es agua de borraja.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Jorge Montoya Toro

LA AMADA INDEFINIBLE

No podría encontrar la verdadera
palabra que trazara tu figura.
Y a veces le pregunto a mi amargura:
¿Cómo era, Dios mío, cómo era?

¿Era un ángel que vino en primavera
en forma de azucena que perdura?
¿Un poco de candor entre la impura
materia terrenal, perecedera?

Mas por mucho que quiero, no defino
su encanto inmaterial, ese secreto
que encierra su mirar esmeraldino:

Y la llamo Azucena, Estrella, Rosa,
sin que en ningún vocablo halle completo
el perfume de su alma misteriosa.

SONETO A CRISTO

Aquí estoy, mi señor. Soy la paveza
que queda del incendio de la llama…
soy el adolorido, por que ama.
El que busca tu aliento de tibiesa.

Por tí mi soledad muere, y empieza
la plenitud de tu bondad derrama.
Dame la paz que el corazón reclama.
Entrégame tu nombre de pureza.

Si prendas pides de verdad, te entrego
mi corazón, de amor crucificado
en el crisol divino de tu fuego.

Soy paveza, lo se. Rescoldo helado.
Me abrumaba tu luz y anduve ciego.
¡Me rescató el raudal de tu costado!

SONETO PARA UN SENCILLO AMOR

Me gustas porque sí. Sencillamente
mi corazón te quiere. No hallaría
la palabra de íntima alegría
que te expresara lo que mi alma siente.

Y yo te quiero así. Tan simplemente
como el agua al paisaje, como el día
a la rosa que alza su ufana
frente a la primavera floreciente.

Te amo con sencilla transparencia,
con un amor apenas insinuado
que se vuelve silencio en tu presencia.
Con un tan dulce corazón herido
que si no te dijera que te he amado
lo sabrías oyendo su latido.

UN SENCILLO AMOR

Me gustas porque sí.
Sencillamente mi corazón te quiere.
No hallaría la palabra de íntima alegría
que te expresara lo que mi alma siente.

Y yo te quiero así.
Tan simplemente como el agua al paisaje,
como el día a la rosa que alza su ufana
frente a la primavera floreciente.

Te amo con sencilla transparencia,
con un amor apenas insinuado
que se vuelve silencio en tu presencia.
Con un tan dulce corazón herido
que si no te dijera que te he amado
lo sabrías oyendo su latido.

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Eduardo Saravia

La durmiente

Soy el sueno de la mujer que amo:
despierto cuando duerme.
Cierra los ojos y me eiicuentra,
tendido en una carna, a su costado;
nos levantamos a pasear por donde no hay carninos,
no existen palabras que alcancen al silencio.
La mujer que amo
es una sombra blanca entre mis manos,
la noche desnuda me la entrega.
Sabe que al despertar
morirán las cosas que tocamos juntos,
se perderá lo andado.
No despierta,
pero ya siente que la luz del día
comienza a interponerse entre nosotros,
ya siente que me alejo.

BORRACHOS O BEODOS ¡QUÉ MÁS DA! [Mi poema]
Negma Coy [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

Somos humanos, somos cristianos,
impredecibles cuando la gente
ves que se arrastran como gusanos,
a los que tienen sangre en las manos
y se lamentan constantemente.

Somos borrachos, somos beodos,
de ojos vendados, somos clementes,
los que presumen de malos modos.
los que empujando van con los codos,
los que murmuran penosamente.

Somos los listos, de ojos de gato,
los que van recios lanzando al viento,
los que padecen resentimiento,
los que perviven pasando el rato
bajo las sauces de algún lamento.

Somos ¿qué somos? nadie lo sabe,
unos lo intuyen, otros lo inventan,
otros precisan de algún jarabe
que les consuele y esto se acabe
mientras disfrutan y se alimentan.
©donaciano bueno

Alguien sabe qué somos y puede demostrarlo? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Negma Coy

Seres

Yo soy de aquí
Mi raíz está trenzada con la raíz del maíz.

Antiguas y sabias
madres y abuelas
hijas y hermanas
comadronas y llamadoras de espíritus
luchadoras y liberadoras de almas
tejedoras y escritoras
lunas y soles
ciclos y verdades
baktunes y k’atunes
jaguares y pájaros carpinteros
nawales y sanadoras de vidas
tadas marcaron nuestro camino.

Con sus manos de jade y sus pies de caña
tejieron mi nido,
con su esencia de K’oy
vaciaron las maletas ante seres medicina,
alivianaron mi carga,
y hoy empuñando la vara
ellas, mis ancestras y yo
entregamos esa tormenta a las guardianas de todas las vidas.

Sí, somos las de los pies descalzos
las que acariciamos el cuerpo de mamá tierra,
las que besamos a las abuelas piedras
como lo aprendimos desde las vidas pasadas,
somos cantos de sobrevivencia,
somos razón de cambio irrefutable,
y recibimos sabiduría cuando la niebla cubre nuestra cabeza.

Somos a las que has dejado burlada y discriminada,
somos a las que has dejado violada y abandonada
pero también somos las que enfrentamos al opresor con su rostro desfigurado.

Otra vez ebria

Ahora estoy ebria de amor por ella.
Sí, es por vos vida kaqchikel
es tu manantial de amor la culpable
porque ahora me tambaleo
al son de la chirimía y el tambor.

Ahora me hinco a los pies de un apuesto pino,
mi tejido, el pino y yo, somos uno
nos miramos y sonreímos,
ordeno montañas en mi lienzo
entre las montañas encuentro al Abuelo Kan,
trenzo colores
decoro la fauna y la flora a mi antojo
puedo cambiarle colores al arcoíris
los mismos que tiñen mi sangre,
estos son la causa de mi ebriedad.

Me fascina estar picada
ebria por vos mi hermosa Chi Xot,
estando así vivo plenamente
me regocijo en el gran regalo de los abuelos
ese que nace en el corazón del fuego
ese que sigue embriagando mi alma.

Sobre la bestia

I
Corrí
asustada pero corrí,
íbamos como las hormigas tras las migas
corriendo detrás de aquella bestia.

¿No tendría que ser al revés?
¿Huir de esa cosa aterradora?

Nuestras garras de hambre
nuestras garras de padecimiento
se sujetaron a las costillas de la bestia,
que lo habíamos logrado
eso pensábamos,
pero era al revés
la bestia había atrapado nuestros cuerpos,
y nuestros sueños también.

II
Las otras veces
yo había esperado
arriba de la bestia,
tenía un lugar para los tres,
para mi nawal
para mi bebé
y para mi tanate de ilusiones.

III
Sobre la bestia
el viento raspa mi rostro,
rasga mi corazón
pero mi bebé permanece intacto,
está prendido de mi pecho
aferrado a la vida
succionando valor para enfrentarla.

Arriba
En tanto la bestia busca mi alma
le hablo a mi hijo
le cuento las historias de la abuela
para que no olvide a la familia,
le canto como el grillo
para que no olvide nuestro hogar,
mientras mi nawal lo arrulla
para que no olvide nuestras luchas.

Vidas noctámbulas

Podemos encontrarnos
en las alucinaciones nocturnas
mientras paseamos con nuestro ch’umilal,
libertinos entre las nubes de pom
dejaremos que nos guíen las aves bicéfalas,
seguiremos el rumbo de estas aves guardianas
acariciaremos nuestras alas
mientras devoramos kilómetros
para llegar allá
en donde los seres son eternos.

Nutrido nuestro espíritu
lleno nuestro tecomate de ternura,
regresaremos,
regresaremos con el pecho colorido
y complacidos de nuestro deleite nocturno.
Al descender
transitamos sobre el lago de Atitlán,
en donde haremos una pausa
para ver a la abuela luna
flotando sobre él.
Ah el lago
las pequeñas olas
de su cuerpo tibio
siempre extienden
el cabello ondulado de la Abuela Luna,
la besan y le acaricia su mejilla de plata,
ella en cambio
chapotea los pies y las manos
salpicando su cariño.

Una vez salpicados
podremos seguir,
que nos sorprenda el amanecer
sentados en la punta del cerro Kupilaj
allá, en la hermosa Chixot.

Kame

Rïn in uchuq’ab’il
xk’üt chi nuwäch toq k’a in k’o wi chi rupam Qate’ Ruwach’ulew
chi ruchi’ ri nimaläj Xib’alb’ay
chuwäch ri b’eleje’ choliq’a’n
woyob’en wi rusik’inik ri qati’t qamama’ Kame toq nupo’ ri tukr.

Toq xoqa’ ri ramaj chuqa’ ri k’ojlem
nuch’umilal xiruya’ kan jub’a’ chik
k’a xtitz’aqät na rusetesik nuk’aslem.

K’o na jun q’ij, rat chuqa’ rïn
xtiqak’ül qi’ pa choliq’a’n
chi rupam ri Xib’alb’ay
toq xjalwachitäj yan quchuq’ab’il.

Nab’ey k’o chi yojb’e’ ok chi rupam ri nimaläj palow akuchi’ e k’o wi rije’
akuchi’ konojel yexajon,
k’a ri’ niqapo’ qi’ kaq’ïq’
k’a ri’ niqapo’ qi’ müs
k’a ri’ niqapo’ qi’ jiq’onem
richin kuqub’ab’äl k’u’x.

Kame

Soy energía
me lo enseñaron cuando en el vientre de la Madre Tierra estaba
en la puerta del inframundo
frente a los 9 escalones
esperaba el anuncio del keme transformado en búho.

A la llegada del tiempo y espacio
mi ch’umilal quiso dejarme
hasta completar el ciclo de mi existencia.

Pronto, vos y yo
nos cruzaremos en los escalones
en el vientre de Xib’alb’a
y seremos nueva energía.

Pero antes entraremos al mar junto a ellos
en donde todos danzan,
para convertirnos en viento
para convertirnos en brisa
para convertirnos en suspiro
de esperanza.

Peraj taq sipanïk

Jun po’t man choj ta nich’on chawe’
rija’ nusik’ij jun pach’un tzij chi re awanima,
jun po’t man choj ta yatruküch
rija’ nuq’etej ak’u’x,
jun po’t man choj ta yatrupïtz’
rija’ numalalej ruwa’ ak’u’x,
jun po’t man choj ta yatrukïch
rija’ nuk’ät nub’onij ach’akul.

Jun po’t nuk’üt chawe’
ronojel ri juna’ ri ruxak’om pe ri’ rik’in ajowab’äl
richin ruk’aslemal
chuqa’ richin qak’aslemal.

Jun po’t nutzijoj chawe’
achike rub’eyal yataläx pe chi ruxe’ ri aq’al richin kamïk
achike rub’eyal ri jeb’ël taq b’onil ri nikiyoj ruwäch ri tz’ilanem
achike rub’eyal nichajïx ruch’akul Qate’ ruwach’ulew.

Ri po’t
re’ jun pach’un tzij richin naq’etëj ri xkib’än kan ri ojer qawinaq
jun ojer tzib’awuj b’atz’ rub’anikil ri man xetikir ta xkichüp el ruwäch ri emajonel
rija’ ri nataxik richin qab’anob’al richin qati’t qamama’
rija’ etamab’alil, rija’ na’ojinïk, rija’ jun k’äs cholq’ij.

toq nitz’ïs kichi’ jun ka’i’ peraj
nikitz’ïs k’aslem
nikitz’ïs na’ojil
nikitz’ïs uchuq’ab’il k’aslemal pa setesïk,
nikipach’uj ch’ab’äl
nikipach’uj nima’etamab’äl
nikipach’uj b’ix
nikipach’uj pach’un tzij ri niqab’än jantape’,
yojkib’ochi’ij rik’in ri poch’on
rik’in ri pajon
rik’in ri k’ajin
rik’in ri kumatzin
rik’in ri b’aq’otin…

Toq jun po’t naläx
chi ruxe’ ruq’a’ taq tra’s
chi ruxe’ runaq’ ruwäch qatata’ q’ij
nok jun chik alk’wal richin ri ach’alalri’ïl
ruma ri k’o chi niya’ ruq’ij chuqa’ ajowab’äl chi re
achi’el xub’ij kan rute’ wati’t
“Wal: Tak’awomaj chi re apo’t ri nayäk kan chuqa’ tak’utuj chi re ri nawokisaj chi katruchajij”.

Lienzos de herencia

Un huipil no te habla
te recita al alma,
un huipil no te cubre
te abraza el corazón,
un huipil no te aprieta
te acaricia el pecho,
un huipil no te mancha
te tatúa la piel.

Un huipil te enseña
los años de amor y esfuerzo
para su supervivencia
y para nuestra existencia.

Un huipil te cuenta
el resurgir bajo las cenizas de muertes
el relucir de colores para opacar el desprecio y discriminación
el preservar el cuerpo de la Madre Naturaleza.

El huipil
es un poema abrazable que hicieron nuestros ancestros
un códice de hilos que los invasores no pudieron desaparecer
es la memoria de nuestra cultura
es ciencia, es arte, es un calendario vivo.

Cuando los lienzos se unen
bordan vidas
bordan conocimientos
bordan generaciones de energías en espiral,
trenzan voces
trenzan sabiduría
trenzan cantos
trenzan poesía cotidiana,
y nos enamoran con el poch’on
con el pajon
con el k’ajin
con el kumatzin
con el b’aq’otin…

Desde que un güipil nace
bajo los brazos de los duraznales
bajo los guiños de Papá Sol
es parte importante de familia
meceré respeto y amor
como decía mi bisabuela
“Mija: Agradecéle al güipil que guardas y pedíle al huipil que te ponés que te cueíde”.

Rech’eroj

Chupam rumuxu’x ri kaj?
ri qati’t ik’ nib’ixan,?
chupam rumuxu’x ri kaj
rija’ nikikot toq nib’ixan?
chupam rusib’ilem ri pom akuchi’ nijub’üb’ ajowab’äl
?ri nan nib’ixan
?k’o k’a pa ruq’a’ raqän ri nimaläj kaj.

Toq noqa’ ri ramaj
?ri qati’t nichapatäj?
nichapatäj ruma rajowab’al jun nïm k’iyruq’a’ kär
?rija’, xretamaj ruwäch ri nimaläj rajowab’al.?
K’a ri’ xutz’apïj k’a runaq’ ruwäch?
k’a ri’ k’a xkikot pa ruq’a’ chuqa’ xuna’ rujeb’el q’etenïk,?
nisiksot ruch’akul toq xuna’ chi rupas xa eqal eqal nisolotäj el?
ruq xtzaq qa’ pa pop?
rupo’t xuch’anab’a’ rujiq’onem.?

Pajala’ ri ïy mama’aj
?xkitzu’ ri nik’ulwachitäj ke la’ ruma ajowab’äl,?
ch’anel k’a nixajon ri nan ik’?
weqon k’a ruwi’ rik’in yuchusi’j?
rutz’apin k’a runaq’ ruwäch,
?ri ïy mama’j?
xkich’anab’a’ chuqa’ kina’ojinik.?

Ri ati’t ik’ janila najowan?
chuqa’ ke ri’ nuk’üt chi qe
?chuqa’ nikikot rik’in rusipanïk.

Nrïl k’a ri’ chupam taq saqila’,?
nipa’e k’a ri ramaj chi la’ pa kaj.

Nijiq’ijox el ri jeb’ël qati’t ik’
nujäq runaq’ ruwäch
?nutotaj rusumal ruwi’
?k’a ri’ nusipaj k’a ri saqil richin qab’ey?
chuqa’ nusipaj rajowab’al chi qe’?
xe tal nib’ixan k’a
chupam rumuxu’x ri nimaläj kaj.

Eclipse

En el ombligo del cielo
?la abuela luna canta,?
sumergida en el ombligo del cielo
?ella canta,?
en la celosa y apasionante nebulosa de pom?
ella canta
?acompañada del místico cosmos.

Cuando el tiempo se cumple
?la encantadora abuela es sorprendida
?es atrapada por un calamar gigante de demencia cariñosa?
ella, reconoce cada uno de esos centímetros de ternura.?
Decide cerrar los ojos
?decide disfrutar de cada instante de aquel majestuoso acto,
?su cuerpo agitado siente como lentamente su faja se desata
?su corte se cae sobre el petate?
y su huipil desnuda hasta su aliento.?

Los nietos descubren?
aquel episodio de amor,?
la abuela danza desnuda?
con claveles en el cabello
?y con los ojos cerrados,?
los nietos,?
desnudan también sus pensamientos.?

La abuela Luna ama
¿enseña a amar?
y se regocija en su regalo.

Se encuentra cubierta de destellos,?
hay una pausa en el firmamento.

La bella abuela luna suspira
abre sus ojos?
agita su cabello
¿decide iluminar nuestro camino
¿nos hereda su amor?
mientras sigue su canto
en el ombligo del cielo.

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César Vallejo

A lo mejor, soy otro… 

A lo mejor, soy otro; andando, al alba, otro que marcha
en torno a un disco largo, a un disco elástico:
mortal, figurativo, audaz diafragma.
A lo mejor, recuerdo al esperar, anoto mármoles
donde índice escarlata, y donde catre de bronce,
un zorro ausente, espúreo, enojadísimo.
A lo mejor, hombre al fin,
las espaldas ungidas de añil misericordia,
a lo mejor, me digo, más allá no hay nada.

Me da la mar el disco, refiriéndolo,
con cierto margen seco, a mi garganta;
¡nada, en verdad, más ácido, más dulce, más kanteano!
Pero sudor ajeno, pero suero
o tempestad de mansedumbre,
decayendo o subiendo, ¡eso, jamás!

Echado, fino, exhúmome,
tumefacta la mezcla en que entro a golpes,
sin piernas, sin adulto barro, ni armas,
una aguja prendida en el gran átomo…
¡No! ¡Nunca! ¡Nunca ayer! ¡Nunca después!

Y de ahí este tubérculo satánico,
esta muela moral de plesiosaurio
y estas sospechas póstumas,
este índice, esta cama, estos boletos.