A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

NOTICIAS FALSAS/false news [Mi poema]
Ángel González [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Digamos yo nací donde he querido,
pero eso ya sabemos que es mentira,
pongamos soy un sueño que delira
diciendo que a sus padres ha elegido,
después de haber luchado ha conseguido
ser dueños de su gira.

Decir podrá decirse lo que quiera
mas eso no lo acerca a las verdades,
así que tú lo creas si persuades
a aquel que lo que dices él quisiera
oír que dicen de él, sus falsedades,
y que alguien las creyera.

Que cuentos hoy se dicen a patadas,
sostienen, pues que existen escuchantes,
así sean noticias que farsantes
se muestren disfrazadas como honradas;
que a ti no te las den, pues van mezcladas
de sueños delirantes.

De algunos que sacando van tajada
a base de que piquen inocentes,
llevando a sus mentiras a creyentes,
y abuso del derecho de pernada,
tratando de fingir como si nada,
sacándote los dientes.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Ángel González

Me basta así

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
entonces,

si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo, mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)

¿Cómo seré cuando no sea yo?

¿Cómo seré
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

Camposanto en Colliure

Aquí paz,
y después gloria.

Aquí,
a orillas de Francia,
en donde Cataluña no muere todavía
y prolonga en carteles de «Toros à Ceret»
y de «Flamenco’s Show»
esa curiosa España de las ganaderías
de reses bravas y de juergas sórdidas,
reposa un español bajo una losa:
paz
y después gloria.

Dramático destino,
triste suerte
morir aquí
paz
y después…
perdido,
abandonado
y liberado a un tiempo
(ya sin tiempo)
de una patria sombría e inclemente.

Sí; después gloria.

Al final del verano,
por las proximidades
pasan trenes nocturnos, subrepticios,
rebosantes de humana mercancía:
manos de obra barata, ejército
vencido por el hambre
paz…,
otra vez desbandada de españoles
cruzando la frontera, derrotados
…sin gloria.

Se paga con la muerte
o con la vida,
pero se paga siempre una derrota.

¿Qué precio es el peor?
Me lo pregunto
y no sé qué pensar
ante esta tumba,
ante esta paz
«Casino
de Canet: spanish gipsy dancers»,
rumor de trenes, hojas…,
ante la gloria ésta
…de reseco laurel
que yace aquí, abatida
bajo el ciprés erguido,
igual que una bandera al pie de un mástil.

Quisiera,
a veces,
que borrase el tiempo
los nombres y los hechos de esta historia
como borrará un día mis palabras
que la repiten siempre tercas, roncas.

Esto no es nada

Si tuviésemos la fuerza suficiente
para apretar como es debido un trozo de madera,
sólo nos quedaría entre las manos
un poco de tierra.
Y si tuviésemos más fuerza todavía
para presionar con toda la dureza
esa tierra, sólo nos quedaría
entre las manos un poco de agua.
Y si fuese posible aún
oprimir el agua,
ya no nos quedaría entre las manos
nada.

Ciudad cero

Una revolución.
Luego una guerra.
En aquellos dos años que eran
la quinta parte de toda mi vida,
ya había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.
Pero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente,
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
papeles y retratos
en medio de la calle…
Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.

Milagro de la luz

Milagro de la luz: la sombra nace,
choca en silencio contra las montañas,
se desploma sin peso sobre el suelo
desevelando a las hierbas delicadas.
Los eucaliptos dejan en la tierra
la temblorosa piel de su alargada
silueta, en la que vuelan fríos
pájaros que no cantan.
Una sombra más leve y más sencilla,
que nace de tus piernas, se adelanta
para anunciar el último, el más puro
milagro de la luz: tú contra el alba.

Otro tiempo vendrá

Otro tiempo vendrá distinto a éste.
Y alguien dirá:
«Hablaste mal. Debiste haber contado
otras historias:
violines estirándose indolentes
en una noche densa de perfumes,
bellas palabras calificativas
para expresar amor ilimitado,
amor al fin sobre las cosas
todas».

Pero hoy,
cuando es la luz del alba
como la espuma sucia
de un día anticipadamente inútil,
estoy aquí,
insomne, fatigado, velando
mis armas derrotadas,
y canto
todo lo que perdí: por lo que muero.

ME BASTA ASÍ

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos si hacernos daño
–de eso sí estoy seguro:
pongo
tanta atención cuando te beso–;
entonces,

si yo fuese Dios,

podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando –luego- callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
Constelaciones: existes.

Creo en ti.

Eres.

Me basta.)

SE FUE SIN HACER RUÍDO [Mi poema]
José Luis Hidalgo [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

No fui como mi padre, más quisiera,
tampoco me acerqué hasta mis hermanos,
que a nadie yo alcancé. Y ahora las manos
no tienen quien les mime, que les quiera
ya excepto los gusanos.

Mi padre (solo sé lo que recuerdo)
pues pronto a su pesar fue a por tabaco,
pagando el enfrentarse a un buen morlaco,
(del año en que lo hizo ya hoy me pierdo),
pues yo aun era un retaco.

De mí siempre ignoré lo que pensara,
tampoco si se hiciera él ilusiones,
o pudo soportar sus frustraciones
al verme allí creciendo alguna tara
cual pluma a sus tachones.

Mi padre era un buen hombre o eso dicen
aquellos por tabaco que aun no han ido,
(lamento yo no haberle conocido)
el agua algo tendrá si la bendicen,
se fue sin hacer ruido.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDOJosé Luis Hidalgo

Ahora que ya estoy solo te llamo suavemente

Ahora que ya estoy solo te llamo suavemente
y bajas a mi boca como un fruto maduro
desde el árbol eterno donde existes y velas,
con las ramas rozadas por los astros desnudos.

Ahora que ya estoy solo puedo morir. Tú sabes
que a la muerte hay que ir sin que nadie nos llore,
ocultando las rosas del amor que encendimos
y el que sólo fue sombra que soñamos de noche.
Por eso está ya el fruto temblando entre mis dientes
mas no quiero morderlo sin que tú me lo digas.

Algo más

Nunca he sabido si acaso la muerte
era algo más que tocar una rosa
y sentir que sus pétalos rojos
se ocultaban, de pronto, en la sombra.

Me he perdido de noche en un bosque
y vino a encontrarme la luz de la aurora,
y he comprendido que el sol encendido
dora de nuevo las lívidas lomas.

Porque la muerte no toca a los hombres
cuando en lo oscuro sus cuerpos se borran.
Sabe la tierra que late su entraña,
sabe la noche que todo retorna.

Sólo los hombres no saben. Pensamos
que el corazón es igual que la rosa.

Hoguera de amor

Este día que viene a mis labios
esgrimiendo su zumo de oro,
moja el alma en su triste belleza,
y la embriaga de sueños remotos.

Todo acaba en su luz amarilla.
Los recuerdos se borran, y de otro
me parecen las manos que tocan,
me parecen las cosas que lloro.

No pensar en las hojas que sufren
y olvidar el dolor de sus troncos.
No saber si las nubes que nacen
vuelven ya de un oscuro retorno…

Mas sentir en el pecho, encendida
por el viento que trae el otoño,
una hoguera de fuego que, alegre,
quema el mundo con un amor loco.

Imposible

Nunca la palma blanca del amor
podrá tocar en ti y abrir las fuentes
de un alegre vivir, limpio y desnudo,
que cante como un pájaro en tus sienes.

Nunca, porque el amor deja a los hombres
cuando dejan de serlo con la muerte.
Como sombra de nube, si se apaga
la luz, también el amor muere.

Después del amor

El zumo de la noche me gotea
con racimos de estrellas en la cara,
y madura mi frente su luz triste,
como una fruta sola sin su rama.

He perdido mi tronco; ardientemente
ha tajado el amor en sus entrañas
con un hacha sombría. En otro cuerpo
la ceniza enrojece de mi savia.

A solas con la noche me he quedado,
con mi carne tendida, fruta amarga.
y suena el corazón, bajo mi pecho,
con un crudo tañido de campana.

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¿QUÉ COÑO ES LA HISTORIA? [Mi poema]
Nicanor Parra [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Que el mundo ya la historia no digiere,
mejor es se atraganta,
se escapa un buen relato a su garganta
mostrando solamente lo que quiere,
aquello que a él le encanta.

La historia es cada día más extensa,
ninguno hay la detenga,
y un día ha de olvidar de donde venga
dejando en mal lugar a alguna prensa
que a él no le convenga.

La historia llena está de sarpullidos
causándole un eccema,
cada uno ha de salvarse de la quema
los gritos, los clamores, los aullidos,
que causan su dilema.

La historia, esa señora, es presumida
que muestra sus encantos,
seduce con sus risas con sus llantos
a veces bien vestida o desvestida,
la historia es de unos cuantos.

La historia lleva a cuestas sus mochilas,
verdades y mentiras,
de ingenuos dibujantes de esas tiras,
de sabios, de escritores meapilas
que alguno hay con sus iras.

La historia ya es pasado, ya no existe,
¿pues qué coño es la historia?
Apenas si me alcanza hoy la memoria.
No creas lo que dicen, si no viste
son frutos de la euforia.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDONicanor Parra

Cartas a una desconocida

Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!

SENSACIONES

I. ENSUEÑO
Los ojos rebosan de plumas cansadas
y yo voy dilatándome
cual la niebla olorosa se dilata en la sombra.
Los caminos se están diluyendo en los parques
y una acequia está quieta.
Yo no sé si es que parto o que llego
si es que hablo o que callo.
En las puertas distantes y opacas
los amigos de antaño
se están envolviendo en la tenue penumbra
de las plumas que llueven.
Hay paisajes de bronce en los charcos
y en los acantilados
suenan rondas de niños de palo
y de niñas de mármol.
Caminando por las avenidas y llanos
yo dejé mis recuerdos guardados
en los charcos de bronce.
Me quedé con la risa brincando
en la lágrima helada
mientras cruzan la tenue penumbra
los amigos de antaño.
Entretanto le busco el manubrio
a mi bicicleta
que da volteretas de cien pejerreyes
sobre un cometa torcido.
He llegado cargado de plumas risueñas
al portón de mi casa.
Y no sé si volver o quedarme
si quedarme o seguir.
Yo me siento bajo un eucaliptus
mientras pasa a mi lado
equilibrando un remolino en la cabeza
una gallina de cristal.
Mi madre me trae en tres ampolletas de plumas
un puñado de pepas menudas.
Yo me vuelvo hacia atrás.

REMOLINO INTERIOR

Me gusta que no me entiendan
y que tampoco me entiendan,
camisa de seda tengo,
pero también tengo espuelas.

Si digo que yo te quiero
no es cierto lo que dijera,
y acaso no te saludo
no es cierto que te aborrezca.

Cuando recorro la plaza
me gusta que no me entiendan,
pastillas de menta compro
para corretear la pena.

Voy a sentarme a la plaza
de pena, de pena, pena,
y acaso a la plaza llego
la plaza, plaza me alegra.

Si digo que por las piedras
circula una voz de seda,
quiero decir que en el río
me bebo la luna llena.

Y como quiero que nadie
sepa lo que me interesa
me pongo a amansar potrancas
celestes sobre la arena.

Y como Chile es mi fundo
me gusta seguir la cueca,
con una chaqueta corta
y un pañuelito de menta.

Al viento lo voy siguiendo
con un chicote de abejas,
el viento, viento se esconde
detrás, detrás de las puertas.

Si vendo a mi negra vendo
todo lo que a mí me queda,
pero la vendo y la vendo
para que nadie me entienda.

Y acaso quiero que nadie
me pida mi yegua yegua,
le digo que si es de noche
se asusta de las estrellas.

Y acaso es de día claro
se asusta de las espuelas,
yo quiero que nadie entonces
me entienda ni que me entienda.

Cuando me subo a los árboles
es luna mi calavera,
me gusta, me gusta, gusta,
me gusta que no me entiendan.

Pero hablando en serio serio
que nadie me niega niega
que cuando subo a caballo
me pongo mis dos espuelas.

IMAGEN DE MI PADREZ

Yo tenía un fiel amigo
de lento mirar cansado
triste como un jardinero
y puro como un relámpago.

Tenía las manos suaves
como el corazón de un pájaro
al andar casi danzaba
y hablaba casi cantando.

Como ríos paralelos
vagábamos por los campos
yo lo confundía a veces
con la sombra de algún árbol.

El cielo que lo cubría
no podía ser más alto
y el nardo azul de su alma
no podía ser más nardo.

Si hubiera sido de agua
¡qué compañero tan claro!
serenos como sus ojos
nunca se verán dos lagos.

Amigo dulce dormido
que nunca será olvidado
ni en el día en que se cierren
para mí todos los astros.

XII

Que mi salud es débil,
Que no resisto los rigores del trabajo intelectual,
Que mi pensamiento es inestable y que a menudo me
equivoco en mis apreciaciones sobre la verdad de las
ciencias y las magias del arte,
Que soy descuidado para con mi persona,
Que no me baño con regularidad
Y que mis cabellos y mis uñas crecen sin control,
Que he derrochado mi hacienda en beneficio de los pobres
de espíritu,
Que he favorecido más de lo justo y necesario a los
enfermos,
Que he permanecido largas horas en los cementerios
Disfrutando paganamente de la soledad y del silencio
consagrado a los muertos,
Que en momentos de desesperación y orgullo he escupido
el rostro de los ídolos,
Que he vuelto ebrio al templo y caído dormido en los
bancos de las plazas y en los tranvías,
Y que gasté mi juventud en viajes inútiles y estudios
innecesarios.

CATALINA PARRA

Caminando sola
Por ciudad extraña
Qué será de nuestra
Catalina Parra.

Cuánto tiempo ¡un año!
Que no sé palabra
De esta memorable
Catalina Parra.

Bajo impenitente
Lluvia derramada
Dónde irá la pobre
Catalina Parra.

¡Ah, si yo supiera!
Pero no sé nada
Cuál es tu destino
Catalina Pálida.

Sólo sé que mientras
Digo estas palabras
En volver a verte
Cifro la esperanza.

Aunque sólo seas
Vista a la distancia
Niña inolvidable,
Catalina Parra.

II

AUTORRETRATO

Considerad, muchachos,
Esta lengua roída por el cáncer:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales.)
¿Qué os parece mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué decís de esta nariz podrida
Por la cal de la tiza degradante.

En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -Nada.
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo para qué,
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con sabor y con olor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!

Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan,
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales,
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.

EPITAFIO

De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!

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LA VIDA DE LOS LIBROS [Mi poema]
Natalia Velasco [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo.

 

La vida de los libros es tan corta
que apenas pareciera que fue ayer
la imprenta la inventara Gutenberg,
que el libro la distancia no soporta
echándose a perder.

Que el libro hoy se ha tornado analfabeto,
de tanto que mirándose al ombligo,
creyendo ser de letras fiel testigo
no supo adivinar que un parapeto
dejara sin abrigo.

Los libros se subieron a la parra
creyendo ser los dueños del cotarro,
sujetos tan precoces a un catarro,
sintiéndose anfitriones de una farra
y hundiéndose en el barro.

Adiós ya a ese placer de la lectura
el órgano vital será el oído,
la vista ya se habrá reconvertido
y el alma ha de acudir, si tiene cura,
allí donde ha venido.

Que el libro habrá pasado a mejor vida,
lectores no ha de haber, solo escuchantes,
pues máquinas serán las que, parlantes,
leernos han de hacer lo que se pida
e incluso ser pedantes.

Por más que se discuta la sentencia
así tarde en llegar ya está dictada,
que al libro estamos dando una patada.
La culpa habrá que echársela a la ciencia,
que nadie somos nada.
©donaciano bueno

#Adiós al libro, o no es más que una amenaza...? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Natalia Velasco

De cuando me llevaron al huerto

Tiene gracia.

Una tomatera detrás de una valla electrificada
es una cosa muy poética.

Y la casa tan lejos

y la tomatera tan roja

y ella no la toques,

no la toques

y yo, ¿qué hace una tomatera
detrás de una valla electrificada?

Tiene gracia porque es un recuerdo electrocutado,
porque el rojo, digan lo que digan,
no es un color cálido: el rojo puede ser
electricidad, digo, la fuerza que tumba un cuerpo;
puede ser el color de una tomatera
o de la tierra
si el cuerpo cae con la fuerza suficiente.

/r/

Voy a aprender idiomas raros
para evitar la erre
de desarraigo
errático
destierro.

Para que conjugar el pasado no suponga un acto de

violencia

y hacer de otros alfabetos el escondite perfecto.
Serán lenguas que no digan ausencia
que no digan lejos;
lenguas con un orden sintáctico
que hable de la importancia de las cosas,
de prioridades.

Así, poco a poco, me desordeno:
le pierdo la pista al sujeto
y aprendo a decir hogar en cinco idiomas
y busco en ellos el hueco,
la excusa.

Y a pesar de todo
acabaré arrancándome la lengua
para olvidar las cosquillas detrás de los dientes;
acabaré arrancándome la lengua y ya no habrá
desarraigo
errático
ni destierro.

Final de línea

Imagino una casa nueva
que no huele a cerrado
unas llaves con forma distinta
vecinos nuevos que pasean
a perros nuevos.

Imagino buscar a tientas el interruptor de la luz
en paredes que hablen un idioma más amable.

Hace meses que salgo a la calle y pienso
huir debe de ser esto
−pegarse siempre a la pared al doblar esa esquina
respetar los semáforos en rojo
leer todos los días los carteles en el metro

POR SU SEGURIDAD
NO CRUCE LA BANDA AMARILLA
HASTA QUE EL TREN ESTÉ TOTALMENTE PARADO

ATENCIÓN A LAS PUERTAS
ALÉJESE CUANDO SUENE EL TONO DE AVISO

SI VIAJA DE PIE
SUJÉTESE−.

Huir debe de ser subir al avión
imaginar que vuela marcha atrás
aguantar la respiración para caber
en las fronteras aguantar
la respiración
y esperar a que revienten todas las costuras.

Escena romántica en camión frigorífico

Diecisiete kilómetros.
El rumor de la lluvia se mezcla
con el de los fonemas exóticos
/resuenan en las paredes aislantes
de la parte de atrás de un camión frigorífico/.

No vamos a ningún sitio en concreto.

Un camionero muy gordo,
con los ojos azules y pelo en los nudillos.
Lleva una camiseta de publicidad en alfabeto cirílico.
Con los ojos clavados en la carretera, habla de su mujer;
le deseo a todo el mundo una historia de amor
como la mía.

Quince kilómetros.

No vamos a ningún sitio en concreto,

Tomar tierra

Se recomienda el uso de medias de compresión durante vuelos largos
músculo estrías sudor
¿Cuándo descubriste que este país era una isla?
piel fina palmas suaves uñas largas
Me gusta cruzar puentes viajar en avión subir a las azoteas porque siento
que aún me queda un poco de gravedad en el centro del estómago.
celulitis ropa de deporte grasa abdominal
Hace meses que me aterra el contacto con el suelo.
carne flácida hombros rectos depilación láser
He visto amanecer por la ventanilla derecha del avión;
en la de la izquierda todavía era noche cerrada.
asfixia rodillas crujido contractura

XXX

—mírame—
han desaparecido los callos
de las palmas de las manos
las manchas blancas de la ropa de fibra
los cardenales de los antebrazos
el polvo en los ojos

—mírame—
he perdido altura y ya no queda cuerpo:
¿cuándo empezó el salto a ser caída?

La palabra que busca no está registrada en el diccionario 

perder la lengua materna debe ser
como quedarse ciega por dentro

como quedarse sin piel
sin bordes

debe ser liberador
que las cosas dejen de tener nombre
que pierdan la forma
y se vuelvan líquidas
poder bebérmelo todo

y que me sepa para siempre la boca
a ningún sitio.

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José Ángel Buesa

POEMA DEL LIBRO

Entre todos mis libros, es éste el que prefiero
éste que un día dejé a medio leer
lo cerré de repente, lo puse en el librero,
y ya lo cubre el polvo del ayer.

Recuerdo que era un libro de una belleza
era como si en cada frase floreciera un rosal
pero temí de pronto que me desencantara
si seguía leyendo hasta el final.

Y ahí está en el librero, donde lo puse un día
tal vez un poco triste por lo que no leí,
pues recordé, muchacha, que casi fuiste mía,
y al guardar aquel libro, pensé en ti…

ACERCA DE LOS AFECTOS [Mi poema]
Víctor Peña Dacosta [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Jugando una partida a los afectos
a muchos que antes tuve he desechado,
algunos que mantuve por despecho,
y hay otros que al tomarme mucho a pecho
me hirieron y al final ya me han fallado.

Que afectos son un arma con dos filos,
se muestran con frecuencia bipolares,
capaces de subirte a sus altares,
bajarte a los infiernos resentidos
haciendo comprender que llueve a mares.

Afectos que simulan ser amores
efectos de un deseo o de empatía,
que pueden producirte una sangría
y a veces se convierten en rencores,
calvario, larga y dura travesía.

Vivir es imposible sin aprecio,
mas debes de medir bien su trazado,
sentando solamente allí, a tu lado,
tratando de evitar sea algún necio
que a ti la mala suerte te ha asignado.
©donaciano bueno

#El que avisa no es traidor...? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Víctor Peña Dacosta

Sr. Chinarro

Lo peor no ha sido que te marcharas
como te fuiste (y los dos sabemos
que te fuiste de muy malas maneras),
ni que te marcharas cuando te fuiste
(y sabes que no pudo haber momento más inoportuno),
sino que, vengas cuando vengas
vengas como vengas, y lo hagas
cuantas veces estimes oportuno
regodearte con mi amor pazguato,
yo seguiré esperándote de brazos
y pecho abiertos, abjurando
de partículas interrogativas
y pretéritos que no pueden
entender, imbéciles, que has vuelto,
que al fin has vuelto y que esta vez
quizá sea para siempre.

(La huida hacia delante)

ANTIRRETRATO

No soy nada: apenas lo que aparento
y, a veces, ni tan siquiera eso:
pura fachada sin sustancia
de esporádico escritor sin talento
que levanta sus días con gomina,
se calza la cara de ir al trabajo,
bebe un poco y toma alguna pastilla
para paliar pequeños dolores cotidianos.

Soy lo que soy: apenas algo,
una mancha que se oculta a las sombras,
un borracho que lee de vez en cuando.
Un tonto más entre tantos que siguen
con emoción la Liga y frialdad el telediario.

Otro hombre de mediana edad temprana
que hace tiempo emprendió la cuesta abajo.

No soy casi: insisto, existo si acaso.

Ya ni Facebook se altera
con mis golpes de estado.

ANTIRRETRATO (CARA B)

Apenas soy algo: un hueco repleto
de vacíos que se llena con nada.
Poco más de metro y medio: una clienta
exigente, una fiera en la cama, una
cuenta corriente de visa cansada
que procura no meterse en más líos.

No soy nada: apenas tuya en los ratos
que no soy de otro, solo yo en tus labios
y nunca en mi alma; más mía que nada,
tan mía como de nadie y de todos.

Un unicornio que embiste el tiovivo.

Una señora, un poco cría, un sinsentido
que envejece a pierna cambiada
y ahorra la mitad de lo que gana
para invertirlo en mapas y libros.

No soy nada, ya lo he dicho:
una niña que se hace dura o blanda
cuando llama a casa cada semana
y, pase lo que pase y caiga quien caiga,
siempre tiene los pies fríos.

Soy lo que soy. Ni mucho ni poco.
Suficiente para meteros
a todos vosotros en líos.

CARTA ABIERTA DE LO QUE QUEDABA DEL VÍCTOR PEÑA DE 19 AÑOS DIRIGIDA AL ACTUAL VÍCTOR PEÑA ANTES DE DESAPARECER PARA SIEMPRE

Tú antes molabas.
BART SIMPSON

No quiero ser duro contigo,
que bastante tienes con lo que tienes.
Mírate, esto no era lo pactado:
eres la publicidad engañosa
de lo que yo prometía. El reverso
caducado de una tapa dorada.

Eres Kennedy y Zapatero.
El casi pero al final no.

Eres la alergia de la primavera,
una oferta que sale cara.
El delirio sin aires de grandeza.
Eres la realidad tras la esperanza,
la resaca de las celebraciones
y las agujetas del sexo
mediocremente salvaje.

Eres Rod Stewart.
Guti.
Obama.
Tao Lin.
Eres peor que los Strokes.

pero no quiero ser duro contigo.
Solo quería despedirme:
no te veré pagar una hipoteca
ni ponerte (aún) más gordo.
No veré cómo te casas y te largas
de luna de miel a un infierno carísimo.
No veré cómo te compras un coche
y malvendes tus discos de vinilo.

No te veré caer en el voto útil
ni en las rebajas de Ikea.
No pasaré la vergüenza
de oírte blasfemar pidiendo
una cerveza sin alcohol.

No te veré morir.

NO ME PIDAS LO IMPOSIBLE

No me pidas lo imposible:
porque bajarte la luna,
limpiar tu cueva de dragones,
partirte en dos follando
o amarte con la fuerza de los bares
son hitos al alcance de cualquiera,
promesas que no valen nada.

A mí déjame demostrarte
que, sin dejar de ser un niñato,
me has hecho un hombre, pídeme
gestos de épica cotidiana
y prometo ser tu héroe siempre
que no tenga excesiva resaca.

Pídeme lo posible: que vaya
a las fiestas de tu pueblo
y visite sobrio a tus abuelos,
que baje un poco la música,
que no coma tanto y me pierda
alguna vez algún partido.

Que te baje una comedia romántica
y haga el esfuerzo de empezar a verla.
Dime que te cuente cómo me ha ido
en el curro, que no hable tanto de política
y que deje el móvil mientras comemos.

Pídeme que te pida que te cases conmigo.

Pídeme que me corra dentro.

EL LADO OSCURO

Tener hijos es cosa de mediocres,
ineptos sensualmente, analfabetos
sexuales o de gente irresponsable.

O es un pobre y mezquino agarradero
para dejar constancia de su paso
por el tiempo de la vida. A través de otros.
La adopción de este medio deshonesto
delata su estulticia y su ignorancia.

JOSÉ MARÍA FONOLLOSA

No sé quién eres pero tengo
la sensación de quererte*,
quizá por motivos morales,
económicos o de costumbre.

Tal vez sea el típico afán posesivo
del hombre capitalista en esta
sociedad patriarcal e interesada.

O por protegerte de quién sabe,
tan pequeñito, feo y poca cosa.
Calvo, como el abajo firmante
en cualquiera de esas noches
en las que pudo haber terminado
engendrándote sin darse cuenta.

No sé si eres promesa o amenaza.

Sé que tu llegada indica
un cambio radical de vida,
un nuevo ciclo, otra etapa.
Ampliación del campo de batalla.

Aún no sé si serás parche o broche
a una relación preciosa que hiciste
tambalearse durante unos meses,
pequeño malnacido tocahuevos.

Pero ya eres una excusa perfecta
para quedarse en casa, apuntarse
a terapia, suicidarse o matar
a alguien en tu nombre, Diego Pablo.

Y aun así te miro con miedo
y desconfianza, sin atreverme
a quitarte el envoltorio
ni pulsar el botón de encendido.

Quién sabe.

Espero que traigas garantía
y acrecentado el instinto
de supervivencia. Busca
en tu interior, no temas, debes
creerme: yo soy tu padre.

ADAPTACIÓN AL MIEDO

Acostumbrarse a las molestias diarias,
a que se mueran los abuelos.

Hacerse a la idea de que envejecen
los padres y maduran los amigos.

Andar un rato por las tardes.

Verse de pronto envuelto en un debate
sobre hasta cuándo es mejor dar el pecho.
Tener una teoría al respecto.

Apuntarse a cursos de idiomas
o al gimnasio, y actualizar los blogs
al menos una vez a la semana.

Hacer la cama siempre al levantarse
y fregar antes de que se acumule:
hacerse fuerte en la rutina.

Ser un hombre a la hora de hacer colas:
no dejar que se cuelen las marujas
ni nos venza el desaliento.

Medir la vida en estados de Facebook
y la aceptación social en “me gustas”.

Abrir un plazo fijo a un interés
razonable y defender que conviene
una reforma fiscal moderada.

Seguir los partidos sin pegar voces.

Hacerse chequeos de vez en cuando,
que total no cuesta nada. Enterarse
de cuáles son los mejores productos
para mantener limpia la piscina.

Irse de vacaciones con los suegros.

Atender cuando oyes “señor”
por la calle. Aprender a hacerse el nudo
de la corbata y a arreglar los enchufes.

Entender por qué sube la hipoteca.

Asumir que es cada vez más difícil
cumplir el sueño de hacer un trío.

Gastar mucho menos dinero en libros,
reducir el tiempo de siesta.

Hablar en las reuniones de vecinos.

Aprovechar los descuentos del súper,
preferir los conciertos en teatros,
elegir cortinas de seda blancas
que combinen con la mesa camilla,
buscar porno duro gratis, cervezas
negras y ginebras de marca, vinos
con un ligero regusto a manzana
de nombre extranjero. Decir que es suave
pero con mucho cuerpo. Fijarse
en cómo va resbalando la lágrima.

Usar reloj.

Adaptarse, como todos, al miedo.
Amortiguarlo con pastillas.

Apagar el despertador antes de que suene.

Ponerse camisa para ir a trabajar.

SELFIE

Sigo contigo. Porque te quiero mucho.
Cualquier otro argumento
sería maquinación.
MARTA SANZ

Un hombre corriente que posa
la vida, simula la foto y congela
su sonrisa enfrentando el negativo
de la cámara y vuestras miradas.

Como un mártir aguarda el relámpago
aislado frente a una multitud inhóspita.

Sabiéndose perdido de antemano.

Autorretrato del héroe contemporáneo
hundiéndose en estos tiempos de mierda.

Pero no está solo: le acompaña
y casi parece protegerle desde abajo
una mujer de sonrisa menos forzada,
resiliente de la luz y las sombras.

Por suerte el picado deja ver su escote.

Al fondo, un amanecer rojizo,
que si no es apocalíptico lo parece,
despliega nubes amenazadoras
sobre un sol agonizante que bosteza.

Se equivocaba Lennon, se equivocaba
o, al menos, se pasó de listo:
la vida es, simplemente, aquello que pasa.

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LA RAZÓN DEL SER HUMANO [Mi poema]
Ángel García López [Poeta sugerido]New

MI POEMA … de medio pelo.

 

Hurgando en las esencias me he perdido
pues no he encontrado nada,
ignoro si las mismas ya se han ido,
a fuerza de insistir se han aburrido
o que es tierra quemada.

Por más que aquí he buscado e insistido
razón a su existencia,
lograr esa verdad no he conseguido,
la causa porque un día haya nacido
ni armado de paciencia.

Venir aquí, sentir, estar, vivir,
tocarse a cada rato,
gozar, sufrir y el tiempo consumir,
y a veces, con frecuencia, discernir
pasando así un mal rato.

Sabiendo que esta vida es un misterio
que al hombre no le alcanza,
dudando entre encerrarse en monasterio
tomársela con miedo o con criterio
o darse a la pitanza.
©donaciano bueno

#Esta última es la más práctica o no...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ángel García López

(Premio Nacional de Literatura y el Nacional de la Crítica)

El baile

Porque tu pie no es árbol, sino vuelo,
paloma desmandada, extenso ramo,
la nota más viajera a tu reclamo
solucionó lo grávido del suelo.

Porque tu pie volaba por el cielo
con peso de sonoro miligramo,
la nota más viajera, como un gamo,
buscó lo forestal del violoncelo.

Y, entonces, fue la música. El Danubio
sonaba por un vals, y un gnomo rubio
danzaba entre los vuelos del vestido.

Tu pie giró al impulso de la orquesta,
y en los bosques de Viena una ballesta
fue preparada para herir lo herido.

De cuando nos nevaba y te reías

Llueve la nieve y llueve en tu mirada.
La nieve nieva y llueve tan deshora,
que a tus ojos, tan negros, los decora
de una pequeña ruta de nevada.

Está nevando nieve enamorada.
La nieve por tus ojos se enamora
nevando tu mirar, que nieva y llora
la aurora del nevero deshojada.

Te ha nevado la voz, y, de repente,
tu risa abre a la tarde la alegría
saltando de tu boca como un copo.

Me has lanzado una bola hacia la frente.
Y ha vuelto a sonreír tu niñería
mientras beso tu risa y te la arropo.

Quien puso en ti su mano tuvo ardiendo

Quien puso en ti su mano tuvo ardiendo
la carne y perfumó su corazón.
Desde entonces mi piel se ha acostumbrado
a dormir en una sola habitación.

Después de tanto tiempo de visita
los dedos aprendieron la lección.
Las brasas de por fuera son por dentro
distintas al tocarlas como son.

Andar entre tus cosas una noche
es igual que asomarse a algún balcón.
Los brazos se hacen huéspedes sabiéndose
un jubileo y una jubilación.

Desde entonces no hay nada que no sepa
a mercado y a venta de ocasión.
Quien puso en ti su boca ha conocido
las pavesas de su incineración.

Amar es muchas veces una herida
con una cicatriz de quita y pon.
Quien deja sus dos ojos en tus labios
enferma al encontrar su curación.

Ahora recuerdo cómo anduve a tientas
hasta oírle la voz a la emoción.
Quien puso en ti su mano ha sucumbido
al fuego de su propia combustión.

Así como el atleta

Mi cuerpo es como un pájaro. Me alzo
sobre una cordillera de gorriones.
Las alas me empujaron en el salto,
se me llenó la carne de motores.

Hoy he vuelto a la vida. Libre, gano
mi oficio milagroso de ser hombre.
He tocado una nube con mis brazos
y le he robado al águila su polen.

Quise sentir el mundo, lo delgado
del límite del día con la noche.
Corrí sobre la pista del milagro
indagando el secreto del azogue.

Debí de ser gacela, ardilla, gamo
perseguidor del aire de los bosques.
Mi pecho respiraba como un campo
lastimado de músicas y flores.

Luché contra el equipo de los nardos
y el fuego de amarillos girasoles.
Competí con la pluma de los pájaros
y el latido voraz de los relojes.

Sin sentir en los músculos cansancio
llegué, libre, a la meta.
Desde entonces
traigo una lluvia nueva entre mis párpados.

¿Fui yo? Nadie creyera. El horizonte
se me llenó de cánticos y aplausos.
Hoy le vencí a la vida en el deporte
de alcanzar la alegría con las manos.
De «Tierra de nadie»

Besarte no es amor, es irte oliendo

Besarte no es amor, es irte oliendo
igual que huele el macho a su collera;
es saberte paloma mensajera
al gavilán las alas abatiendo.

Besarte no es amor, es ir pidiendo
besana donde hundir mi sementera;
es ser igual que el toro en la pradera
huyendo de la hembra y embistiendo.

Igual que el ciervo oculta el baluarte
donde el celo resiste y le reclama,
así mi boca llega hasta tu boca.

Porque besarte entonces, no es besarte.
Es dejar en los labios la proclama
donde la sangre asusta de tan loca.

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Alberto Cortez

Soy Un Ser Humano

Más allá de cualquier ideología
Mas allá de lo sabio y lo profano
Soy parte del espacio, soy la vida
Por el hecho de ser un ser humano.
Yo soy el constructor de mis virtudes,
Como lo soy a la vez de mis defectos.
Torrente inagotable de inquietudes
Genial contradicción de lo perfecto.

Yo puse las espinas en la frente,
Los clavos en los pies y ambas manos
Después rompí a llorar amargamente
La muerte irreparable de mi hermano.

Por mi se hace polémica la duda
Quien soy? A donde voy? De donde vengo?
A través de los tiempos tan aguda
Que por ella renazco y me sostengo.

Soy el que abrió la caja de Pandora
Que guardaba los males del planeta.
No escapo la esperanza, en buena hora.
Por ella sobrevivo y soy poeta

Yo soy quien ha creado las prisiones
y la lucha fratricida y la injusticia
Pero también he inventado las canciones
Y el encanto sutil de una caricia.

En nombre de mi Dios
Soy asesino, embustero, fanático y tirano.
Desafiando las leyes del destino
Tengo sangre de siglos en las manos

Mas también en su nombre soy la rienda
Que consigue domar a tanto potro.
Seria sin un orden la merienda
de comernos los unos a los otros

Soy el poder
que condena los instintos naturales del hombre.
Mi censura, reptando por oscuros laberintos
Impone la moral de su estatura.

Yo soy un individuo entre la masa.
La coincidencia es sólo un accidente.
Busco esposa, doy hijos, tengo casa,
Soy la opción de un cerebro inteligente.

Que vale mas, inquietud de mi existencia,
Cuando llegue el final y quede inerte,
Si el arte, por fijar mi trascendencia,
o el eterno misterio de la muerte.

Por todo,
Mas allá de cualquier ideología,
Mas allá de lo sabio y lo profano
Soy parte del espacio, soy la vida
Por el hecho de ser un ser humano.

HISTORIA DE UN FRACASO [Mi poema]
José de Diego [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

La historia que hoy escribo es de un fracaso
que empieza cuando empieza la internet,
las web, las punto com, las punto net,
de aquella fantasía el primer paso.

De ingenuos siempre en busca de El Dorado
dispuestos a encontrar pepitas de oro,
proyectos a la caza del tesoro
de sueños y esperanzas tan sembrado.

Llegábamos allí con los Portales,
cual madres presumiendo con sus hijos,
y el agua bendecida en sus botijos
buscando recoger a los caudales.

Se hablaba de san Google con asombro,
así que en ese tiempo aun no era santo
(de Terra que hoy ya está en el camposanto)
y algunos que hoy no existe ni el escombro.

A cuestas cada cual con sus esquemas
los martes al final de cada mes
fintábamos colgados de un arnés
buscando un inversor para sus temas.

Que aquellos eran tiempos de emociones,
de planes, de proyectos, de energías,
y hoy traigo a colación aquellos días
así tornaran falsas ilusiones.

Después se vino abajo la burbuja
cual naipes se derrumban del castillo,
corriendo de un tirón aquel visillo,
tan lleno de emociones, tan granuja.
©donaciano bueno

#Fue bonito mientras fue...? Share on X

Comentario: Entonces estaba en boca de todos eso de los Portales TemáticosFuimos viendo como poco a poco se iban viniendo abajo algunos de los proyectos más sonados. Incluso los Bancos sucumbieron a aquella tentación. Solo algunas redes sociales, Facebook, Twitter…etc.. han sobrevivido. La red se popularizó y hoy la clase media, todo el mundo dispone de su propio blog.

MI POETA SUGERIDO:  José de Diego

EL «OJO DE AGUA»

Con los rumores de su eterno coro,
brota la fuente de la peña dura …
¡el «Ojo de Agua» que, en su cuenca oscura,
de un cíclope en prisión derrama el lloro!

en tanto salta el surtidor sonoro
por la ancha verja, que el recinto mura,
tiembla en el fondo de la linfa pura
el pez de rosa con estrellas de oro.

En el misterio y en la sombra oriundo,
¿de qué hondo abismo o ignorada
orlilla surge a la luz el manantial profundo?

¡Raro prodigio! ¡Culta maravilla!
El pan de Dios lo tiene todo el mundo…
¡pero, el agua de Dios sólo Aguadilla!

ARTE POETICA

A una coqueta

Una leyenda, tu azarosa vida;
tu espíritu voluble, una dolora;
tu boca un madrigal es que atesora
la dulzura en sus frases escondida.

Es de tu frente la risueña aurora
idilio tierno que al amor convida
y en tu faz palpitante y encendida
una égloga de flores puso Flora.

De una armonía celestial emblema,
tienen tus ojos la cantante llama
que alumbre y da la inspiración suprema.

¡Y todo en ti es poesía y todo ama!
¡Y no eres un magnifico poema
porque eres un magnifico epigrama!

LA BORINQUEÑA

¿Qué alma, llorando su infeliz destino
dentro del himno popular se agita,
al ascender la música infinita
en el fondo del aire cristalino?

Vibra en la flauta el prolongado trino,
la tempestad en el tambor palpita,
gime el violín, el clarinete grita
y solloza profundo el bombardino…

Es el acento múltiple, anhelante,
de la perdida caravana errante
que del nativo hogar la suerte implora…

¡Es el alma de un pueblo sin enseña!
¡Es la dulce, la triste «Borinqueña»,
madre ideal que por sus hijos llora!

POMARROSAS

En las orillas de los viejos ríos,
que llevan sus corrientes rumorosas
por los bosques recónditos y umbríos,
nacen las pomarrosas
pálidas, escondidas, aromosas,
lejos del sol, como los versos míos….

En el suelo feraz, que el agua inunda,
yérguese el tronco en la raíz profunda,
al son perpetuo del raudal sonoro:
¡y absorbe, en cada poro,
el jugo que le nutre y le fecunda
y el resplandor de sus manzanas de oro!

Como los astros, al tocar su meta,
brillan las pomarrosas reflejadas
en el móvil cristal de la onda inquieta…
como las granadas
y como las canciones del poeta,
flotan sobre la tierra coronadas!

¡Oh, fruto, en que la flor se transfigura,
sin dejar de ser flor! ¡Tierna hermosura,
que la fragancia con la miel reparte,
y es perfume y dulzura
y símbolo, en que muestra la natura
la virginal maternidad del arte!

¡Cuán misterioso de la tierra el seno!
La sombra de la muerte se difunde
en el abismo, de amarguras lleno…
¡E1 tártago se hunde
y, en vez de néctar de la vida, infunde
y alza a la flor maléfica el veneno!

Mas, no la pomarrosa, que transmuta
en rica savia y en potencia fuerte
la ponzoña que infiltra la cicuta…
¡Así mi alma convierte,
como el arbusto de la blanca fruta,
la sombra en luz y en navidad la muerte!

¡Amor! ¡Dolor! ¡Corriente combatida!
¡Esperanza inmortal! ¡Anhelo santo!
¡Ondas de mi alma y ondas de mi vida!
¡Fecundidad del llanto!
¡Renacimiento de la fe perdida!
¡Poemas del bien y rosas de mi canto!

¡Bendecid a las áureas pomarrosas,
que en las orillas de los viejos ríos
se elevan escondidas y aromosas!
¡Amad los desvaríos
del alma triste que, en los versos míos,
saca los frutos del abismo en rosas!

AGUADJLLA

Desde la bahía.

De las selvas y las ondas
se alza el pueblo en el regazo,
junto a las arenas blondas,
bajo las oscuras frondas,
como en un perpetuo abrazo
de las selvas y las ondas.

Coronadas de banderas,
erigen sus verdes lanzas
las altísimas palmeras,
y guarecen las riberas
con sus torres de esperanzas
coronadas de banderas.

Volando sobre las olas,
de un extremo al otro extremo
pasan las esbeltas yolas,
que, en el peligro supremo,
tienden las alas del remo,
volando sobre las olas.

Al pie de la cruz divina,
sobre el campanario enjuto,
algo muy leve se inclina…
¡y es la parda golondrina,
como una virgen de luto,
al pie de la cruz divina!

En las llamas de la tarde
envuelto el flanco terrizo
del Cuartel, relumbra y arde,
bajo el pabellón rojizo,
que es también un áureo rizo
en las llamas de la tarde.

Como una blanca misiva,
la mansión de tumbas llena
se abre al cielo pensativa…
¡y se extiende playa arriba,
grabada sobre la arena,
como una blanca misiva!

Parecen las sepulturas,
eternamente arrulladas
del mar por las ondas puras,
violetas de las llanuras,
gaviotas acurrucadas
parecen las sepulturas…

En las nubes de Occidente,
misteriosos espejismos
flotan sobre el sol muriente…
¡y se funden los abismos
y hay terribles cataclismos
en las nubes de Occidente!

El pelícano resbala
en lo alto de su elemento,
su grito de órgano exhala
y, apenas moviendo el ala,
como una cruz en el viento
el pelicano resbala.

A los lívidos luceros
abre el mar sus lobregueces,
en brillantes reverberos…
¡y, engañados y ligeros,
intentan picar los peces
a los lívidos luceros!

Ya se encienden los altares
de las casitas del monte;
ya se agrandan los palmares,
ya se ennegrecen los mares,
ya se apaga el horizonte…
¡ya se encienden los altares!

Como una ciudad del cielo,
Aguadilla se estremece
de las sombras en el velo
¡y, desprendida del suelo,
baja y sube y resplandece,
como una ciudad del cielo!

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Mario Benedetti

BURBUJA

En el silencio universal
por compacto que sea
siempre se escucha el llanto
de un niño
en su burbuja.

NIMIEDADES [Mi poema]
Luis Llorèns Torres [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Que no soy de este mundo, dijo Cristo,
y yo que Dios no soy,
hay veces que no entiendo por qué estoy,
y a hacer el paripé no me resisto,
que ignoro por qué vengo, a donde voy.

Los jueces que conozco no son jueces,
los hay son progresistas,
los hay conservadores, que en las listas
te juzgan dependiendo si a quien reces
coincide con su Papa. Son papistas.

Hablar de los maestros me incomoda,
lo digo aquí con pena,
sus filias y sus fobias les condena
metiendo en sus cerebros lo que es moda
a niños sin salvarse de su quema.

Mentir en democracia es lo habitual,
mentiras que hacen votos,
después se han de mostrar tan manirrotos
que el pueblo ya para ellos dará igual,
teniendo a sus amigos con sus fotos.

Respeto hoy no se tiene ni al respeto,
mas muchos hay se quejan
al ver si a una mujer la despellejan,
al tiempo que le crean parapeto
pues que ellos el respeto no aconsejan.

Pues cómodo yo aquí ya no me encuentro
con tantas falsedades,
trocando las mentiras en verdades,
que el mundo se ha tornado truculento.
O acaso ya estoy ciego. Nimiedades.
©donaciano bueno

#Y a ti que te parecen , nimiedades...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Luis Llorèns Torres

OJOS NEGROS

¡Ojos tuyos! Ojos negros, que el amor los enfurece.
Pupilas que se dilatan ante la azul inmensidad.
Astros donde la luz se ennegrece
para que haya estrellas en la claridad.

Viajeros en que el polvo de la Vía Láctea florece,
porque vienen jadeantes de la eternidad.
Cosmos en que a un tiempo amanece y anochece,
violadores de la física de la Divinidad.

Cimas que la seda de los párpados cubre de nieblas.
Noches que son luz anegada en tinieblas.
Días que son tinieblas inundadas de luz.

Ojos que son clavos que en ti me sujetan como en una cruz.
Y ojos consonantes, que al mirarme han rimado
su más dulce y armonioso pareado.

A PUERTO RICO

(A Tomás Carrión)

La América fue tuya. Fue tuya en la corona
embrujada de plumas del cacique Agüeybana,
que traía el misterio de una noche de siglos
y quemóse en el rayo de sol de una mañana.

El África fue tuya. Fue tuya en las esclavas
que el surco roturaron, al sol canicular.
Tenían la piel negra y España les dio un beso
y las volvió criollas de luz crepuscular.

También fue tuya España. Y fue San Juan la joya,
que aquella madre vieja y madre todavía,
prendió de tu recuerdo como un brillante al aire

sobre el aro de oro que ciñe la bahía.
¿Y el Yanki de alto cuerpo y alma infantil quizás?…
¡E1 Yanki no fue tuyo ni lo será jamás!

ANHELOS

Oh, los anhelos de ml amor insanos.
Quiero empañar tus límpidos cristales
y ver palidecer esos corales
sobre las perlas de tu boca ufanos.

Quiero que llore, herida en sus arcanos,
tu fuente de rosados manantiales
y que tiemble en tus tiernos maizales
la panoja rindiéndome sus granos.

Yo quiero ser tu vórtice y tu freno;
en el oleaje de tu amor, la roca;
noche en el sol de tu mirar sereno;

sol en la noche que tu trenza evoca;
serpiente en los nidales de tu seno;
y abeja en los panales de tu boca.

EL NEGRO

Niño, de noche lanzábame a la selva,
acompañado del negro viejo de la hacienda,
y cruzábamos juntos la manigua espesa.
Yo sentía el silencioso pisar de las fieras

y el aliento tibio de sus bocas abiertas.
Pero el negro a mi lado era una fuerza
que con sus brazos desgajaba las ceibas
y con sus ojos se tragaba las tinieblas.

Ya hombre, también a la selva del mundo fui
y entre hombres y mujeres de todas las razas viví.
Y también su pisar silencioso sentí.

Y tuve miedo, como de niño… pero no huí…
porque en mi propia sombra siempre vi
al negro viejo siempre cerca de mí.

PANCHO IBERO

(A Antonio Pérez-Pierret)

¡Pancho Ibero! Tronco de honda raíz ibérica
y encarnación de la América española.
Una ola te trajo a las playas de América.
¡Pancho Ibero! ¡Bendita sea la ola!

Tramas la dictadura, pero armas la revolución;
que eres a un tiempo pulpero y soñador.
Y sabes llevar con arte el clac…
pero prefieres tu sombrero de panamá.

Y mientras el Tío Sam en su águila cabalga
acaricias de tu cóndor las alas
y afilas en la piedra el cuchillo y la azada;

porque una noche sueñas en la Vía Láctea
y otra noche en la res que en la pampa destazas…
que no en vano nos vienes de Quijote y de Panza.

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MI POETA INVITADA:  Andrea Marone

Ya no recuerdo el lugar de la herida

Fue la muerte, no sé si el amor,
pero mi corazón —pulpa anaranjada
de mango crudo— quedó desollado
en una estaca de plaza pública;
me acovaché como un crustáceo
cuando baja la marea (sin descuidar
el caparazón tornasolado).
Mi ausencia encalló en tu costa brava,
lo vaticinaban las estrellas:
el ancla desvencijada de la barca
nos destinaba a un tierno vagar,
fueron meses que pasamos en silencio.

Fui una estatua de sal,
un espantapájaros inmolado
en cada ráfaga de zonda.

Céfiro helado cristalizando
el desamparo en mis pómulos
de tela y cartón. Hay un contraste
(entre aquella brisa y el mármol)
que recuerda nuestra fragilidad,
nuestra convergencia momentánea,
vital.

Verde eternidad imposible
(en el amor y en la guerra).
Las tardes en duermevela
tiñen mis circunstancias
con un sabor salado,
nostalgia de mi reclusión marina;
difícil de distinguir, olvidable.

No es trágico sólo
una condición de época.

ADIÓS, RELOJ DE PULSERA! [Mi poema]
Dionisia García [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

El reloj ya ha pasado a mejor vida,
aquel que, de pulsera,
los pelos fue dejando en la gatera
por culpa de otra joven pervertida;
que el móvil le ha ganado en la partida,
robando la cartera.

Después de cuantos años de amistades
y tantos presumiendo,
reloj ya estás pasando, estás muriendo,
testigo no eres ya de las edades
y a nadie ya hoy le apremias ni disuades,
mas mueres resistiendo.

Te adornen con alhajas o brillantes
de nada te ha servido.
Tampoco ya ese tipo presumido
-el mismo que fardaba de tirantes-,
que insiste en adornarse como antes
a ti te ha defendido.

De cuerda te enfrentaste hasta las pilas
buscando así adaptarte,
y el tiempo ha demostrado que cuidarte
garante no ha de ser. Que tus pupilas
desnudas se han quedado sin manilas,
testigo para el arte.
©donaciano bueno

#Los tiempos pasan para todos, incluso para el reloj...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Dionisia García

POETA MENOR

Qué importa ser poeta menor, si de la naturaleza gozo.
¿Qué es lo verdadero? ¿Quiénes lo aplauden?
Qué se yo de este mundo, de mi presencia en él,
del exterminio de cuanto he amado, de este cuerpo
y su declinar, día tras día, sin poder detener un instante
el soplo que mueve mi complicado ser.
Oh cielos, cuándo hablará mi Dios en sencillo lenguaje,
cuándo a mi mesa, y a mi fidelidad, ha de acercarse quedo.
Y, vosotros, a preguntar llegáis: a que me descubra
sin imágenes ni símbolos, sin preciso ropaje ante lo incierto.
Atentos, si inspiración o intelecto impulsa, si capricho,
necesidad o vanagloria acreditan la verdad del poema.

Interludio (De las palabras y los días), 1987.

MEDITACIÓN Y CANTO

Mientras seas, conmemora los días,
préndelos en varillas titilantes,
amparado abanico entre tus manos.

El transcurrir ligado a sus historias,
y, desde los registros de recuerdo,
podrás rememorar con impaciencia
cualquier atardecer sobre nosotros.
Es el rastro cuanto nos sobrevive
y unge carne de amar en falso sueño.
Las caricias, ay, las manos, y el beso
de aquella madrugada junto al álamo:
todo quedó grabado sobre el lienzo,
armonía con cintas de paisaje
en tímido desdén amanecido
hasta llenar el vaso de los ojos.

Mientras no sucumbimos, cumple al cielo,
prepara los manteles para el ágape,
reza conmigo el canto apasionado
a tanto pormenor que Dios ofrece.
Mnemosine, 1981.

EL FERVOR DE LAS COSAS

Me siento a esperar el poema
de espaldas a la luz
en la pequeña casa
que habitamos.
No puedo remediar el griterío,
la percepción de ruidos trepadores,
en este quinto piso, de horas menguadas,
sin paisaje. Sólo el fervor de las cosas,
su obediente compañía.
Diario abierto, 1989.

SI EL POEMA NO QUIERE…

Si el poema no quiere
detenerse contigo
abandona el empeño.
Vive sin someterte a la tortura
de quererlo alcanzar por insistencia.
Acógelo solícito si llega,
y aprovecha el instante
como bien dado.
Después sigue viviendo,
sin obsesiones de poeta,
entregado a las cosas.
Las palabras lo saben, 1993.

DEL POETA Y EL POEMA

Quien sus palabras sigue
no se instala en lugar definitivo.
Afirma las historias,
cuantos temas propuso en la escritura,
pero él es diferente con el paso del tiempo,
y cambia la mirada al presenciar la vida.
Su paisaje más íntimo
se muestra en ocasiones lleno de soledades:
otras, es un fulgor inesperado
que no sabe de sí, y tiene que dar cuenta.
Lugares de paso, 1999.

En San Michele

Homenaje a Ezra

En San Michele el cementerio un huerto.
Mañana de noviembre.
Los versos de la usura.

Silencio y tierra. Flores.
Los peregrinos buscan vestigios naturales.
La pisada de Pound en la pradera última.
Raíces de laurel. Yedra. Rocío sobre el césped.

Llegamos al lugar como a la posesión de un territorio.
Y no se oía nada. Y llovía.

A un joven poeta

Sobre la mesa el libro escrito
en esa edad que, al comparar,
siempre nos parecemos al más bello.

Tiempo el tuyo de sensaciones,
cuando todo huele a mañana y es hermoso.

Tus palabras, contrarias al destino,
detienen la esperanza, siembran oscuridades.

Yo invoco de nuevo la alegría,
el sencillo vivir entre las cosas.

En el declive de la colina

No puede permitir naturaleza
que tan escaso amor te haya humillado,
sin la jugosa avena entre los dientes,
sabiendo que morir es lo postrero.
Hablaron de tu hora. ¿Quién el destino sabe?
Te conocí airoso.
Morabas una cuadra con ramilletes verdes.
Vaho de la rosada boca
advertía tu sueño, inquieto a veces,
por cosquilleo de hormigas rubias
sobre el brillante pelo de las ancas.
De juventud los ojos
marcaban la frontal fisonomía,
cabeza hermosa
atraía de admiración el gesto
de quienes al pasar verte pudieron.
Solo ahora, en el declive de la colina
que recibió tus siestas,
recién cortado el heno de aquel lecho,
para morir quisieras.

El alba y la serena luz
no lograron atraer otro jinete,
levantar al derrotado,
vivir las agonías,
espolear los flancos
de un animal
hasta estallarlo
en plenitud gozosa.

Transcurrieron las necesarias noches.
Radiante el sol,
y las hormigas rubias sobre el anca.
El caballo, en soledad de muerte,
trémulo relinchaba.

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UN LERDO INCIPIENTE [Mi poema]
Ibán de León Santiago [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Recuerdo, yo fui un día muy inocente,
-comprendo ya han pasado muchos años-,
pensaba que el amor era indecente,
la leche se sacaba de una fuente,
las riñas se acababan con los años,
y dios omnipotente.

Pues dicen que una esponja es lo que yo era
que habían incrustado en mi cerebro,
y opinan fuera dios; la puñetera
sorbía lo que oía, lo que fuera,
que así fuera torcido cual enebro
entraba en mi mollera.

La noche por la cama me asomaba
a un mundo en que en verdad era otro mundo,
de un ser del que decían que me hablaba,
haciéndome entender que si pecaba
tendría un sufrimiento muy profundo,
y el sueño me robaba.

Recuerdo, yo fui un día muy inocente,
-comprendo ya han pasado muchos años-,
pensaba que el amor era indecente,
la leche se sacaba de una fuente,
las riñas se acababan con los años,
que un lerdo era incipiente.
©donaciano bueno

#Inocente, inocente..., te acuerdas? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Ibán de León Santiago

(Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde” 2018)

Lengua materna

Hablabas el idioma de los viejos,
conservabas palabras de una lengua
hundida entre las piedras de los ríos.
Tus labios reescribían el cauce de las aguas,
de los amaneceres,
las casas,
la gente de tu pueblo.

¿Qué cielo acompañaba tu cuerpo de maíz
al clarear el relámpago de la primera misa?
Salías antes del alba con el rosario en mano
a pedir por tus muertos.
Rezabas,
posadas tus rodillas en las losas del templo,
en tu lenguaje extraño,
que era un lento correr de tempranos arroyos.

Los santos, en lo alto,
escuchaban tus ruegos,
descendían a tu oído y el manantial del habla bordeaba tus cabellos.
Escuchabas tú sola, en el tumulto,
la palabra del dios y de tus dioses.

Aprendí a verte siempre,
tras la puerta,
cuando volvías, entrada la mañana,
—tus pasos recorriendo el polvo del camino,
la humedad de las hierbas—,
con tu lengua de luz,
la voz antigua,
retumbando en el púlpito del día.

Papalotes

¿Recuerdas aquellas mariposas
y el juego desmedido de las nubes?
Sentados en la tierra,
bajo la sombra exuberante de los mangos,
trazamos delicados papalotes
que el viento sacudía en lontananza;
ni el pegamento aquel —engrudo le llamábamos—,
ni el colorido del papel de China,
ni los levísimos carrizos,
sobrevivían al tumbo de los meses:
sólo unos días
y los sueños bajaban para ya no levantarse.

Volábamos:
tejimos una trampa para el tedio
y nunca,
como exigía el aire,
escuchamos
—debajo de nosotros—
el llamado nervioso de la tierra.

1987

Guardo tu nombre en una caja de zapatos.
Eran los siete años que abrían nuestro mundo.
De mañana,
tus labios repetían la historia:
encontrar nuestros pasos
para ir a la escuela tomados de la sombra.
En tus ojos de agua el calor encendía un poco de tristeza.
Me gustaba
tocar tus iniciales en el salón de clases.
Pienso en tu vida lejos de las aulas,
en tu desilusión presentida antes del recreo.
Te veo como entonces, Laura,
alegre por el ruido de los juegos.
Amaba tu sonrisa,
tus ocurrencias todas,
tus manos que apretaban
un puñado de hierba
arrancado de pronto en el camino a casa.

No sé qué signifiquen
las cinco letras que construyen tu ausencia;
las guardo en esta caja,
y pienso
que el llamado despunta
a las seis horas justas de los pájaros,
que el mundo recomienza entre nosotros
cuando cierro los ojos.

Éxodo de los durmientes

Salíamos de tarde.
Dejábamos atrás la puerta de la casa,
el patio,
un cielo de naranjos,
la risa de los niños surcada por los juegos.

El puente aparecía
sobre el pequeño arroyo.
Debajo las mujeres lavaban en las piedras.
A pie, siempre en silencio,
buscábamos el pueblo de mamá
tendido entre los cerros.

Llegar era perderse en los recuerdos
de una mujer que entonces
me parecía inmensa.
Campanas anunciaban
el fuego de las fiestas.
La plaza era un temblor a mediodía
manchada por el brillo del durazno,
los mangos y el zapote,
el barro,
los juegos pirotécnicos.
El mundo que rodaba hasta entrada la noche
nos devolvía al cuerpo de las sábanas
con el último grito de los cohetes.

Cuando la madrugada abría su sigilo,
el canto de los gallos
señalaba la ruta del regreso.
Doblábamos el vientre del camino
—el sueño confundido entre los ojos—
para allanar el aire
de las horas pasadas.
Mamá auguraba entonces
la desaparición de sus ancestros.

Confesión

Diré con una épica sordina:
la Patria es impecable y diamantina.
Ramón López Velarde

Yo que sólo canté
los días soleados de la infancia,
que descubrí el amor
a una edad en que gustaba
de jugar siempre a solas y en silencio;
que tuve entre mis manos
el germen de la lluvia;
yo que hablé con bondad de mis primeros años,
pues en ellos creí ver el galope
de ligeros corceles
en el patio de la casa,
que saboreé los frutos antes que el sol los madurara
y me empeñé en nombrar
la belleza de un tiempo
donde el miedo no tuvo un sitio perdurable,
alzo hoy la voz y no me pesa
decir que no era cierto,
que si existió el amor lo vi pasar
entre las páginas de un libro
del cual sólo conservo
estas pocas palabras,
que al surco de mis manos le faltó la semilla
y que aquellos corceles relincharon,
bárbaros y hermosos,
en el patio de la casa vecina.
Alzo hoy la voz, Ramón, y no me pesa
decir que los mangales
no fueron generosos:
sus frutos se pudrían
en las ramas con la primera lluvia,
que aunque vi reír a mis hermanos,
recuerdo oscuramente
su llanto tembloroso, el llanto de mi madre
y hasta el llanto del perro que recibió no el pan
sino el golpe de dios en las costillas.
Alzo hoy la voz,
a la manera del hombre que ha soñado,
y digo que mentí
para aceptar lo que he sido.

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UN RÍO ES UN GARABATO [Mi poema]
Rossy Evelin Lima [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

Un río es un garabato,
una especie de serpiente,
un meandro, una corriente
donde el agua pasa el rato;
un espejo de acetato
que buscando va insistente
a un amigo, otro afluente,
que le ayude a hacer más grato
su discurso al que agrandar
para al fin llegar al mar.

Un río no tiene abuela,
que es un verbo presumido,
disfruta de haber nacido,
no se queja aunque le duela.
Siempre mira hacia adelante
enfrentándose al futuro
como un tipo que es maduro
y no un triste rocinante.
Su destino es caminar
Para al fin llegar al mar.

Como el pájaro bravío
va marcando siempre el paso
pues que él sabe que al ocaso
ya dejará de ser río.
Tiene el alma de un poeta,
de un rapsoda, de un buen vate
siempre haciendo algún regate
siempre armando alguna treta,
entonando algún cantar
para al fin llegar al mar.

Un río, yo aquí me río
es un tipo algo pasota,
una especie de pelota
que navega a su albedrío;
un rey que se cree rey
que derrama su riqueza
mas sabiendo aunque le escueza
pronto el peso de la ley
a su puerto ha de llegar
para al fin ya naufragar.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Rossy Evelin Lima

(Poeta del Año en el The Americas Poetry Festival 2018)

Ratos rotos

Siempre escribía en mis ratos viejos
cuando la hora era un día
y vestido de negro bailaba el tiempo;
reposaban en papel mis letras,
largas historias le hacía a la vida.
En mis ratos viejos siempre escribía
en el viento, en las nubes,
el polvo y la gota eran mi tinta,
mis lágrimas todo lo borraban.
Viejos son los ratos donde escribía,
andaban contentísimas mis quimeras,
mis laberintos jugaban a encontrarme,
era la naturaleza la que movía mis manos,
dirigía mis ojos.
Escribía cuando se hacían viejos mis ratos,
locura escribía cuando el olvido
hacía rutina y eran unos viejos con
sentimentalismo los ratos rotos.
Anhelo.
El que lleva escondido en esa “H”
toda la melancolía del vagido
que sólo en el frío es percibido
Ratos, ratos, momentos
que se dejan morir,
porque, ¿quién soy yo para abrazarlos?
¿Qué son mis manos si ya no escriben?

No nos querían

“No nos querían” me dijo.
A las doce de la noche
lo despertaron los aullidos del perro
que agonizaba, un can pinto que los seguía
todos los días de camino a la milpa.
A las once él y sus hermanos se habían ido a dormir
con hambre, con el dolor de un hueco
que pesaba más que el machete
en sus manos de niño de ocho años.
A las nueve les habían traído un plato con comida,
“Tamalitos para los cubanitos” y cerraron la puerta.
Su mamá le dio todo al perro.
A las doce se habían despertado,
los más chicos apretaban fuerte otras manos,
los más grandes hundían los ojos
en el perro que se desdoblaba.
Su mamá les jaló la nariz a los seis
y los mandó a dormir.
“Así te estarías retorciendo”
le dijo su hermano Flavio.
Mi abuelo se imaginó de cuatro patas
y soltando alaridos,
“A lo mejor sí,
pero sin hambre.”

Perro negro

El perro negro que me ladra
es un espejo.
En el brillo de la calle, su alboroto
expulsa la baba que escurre en mis pasos.
mi abuelo decía que ese perro era el diablo,
un trato por tu alma.
.
El filo de mi espalda
busca la mano del perro diablo
para estrecharla
un alma por un trato,
.
el ladrido interminable,
mi espalda que corta su gruñido,
no hay mano que estrechar,
.
apenas y escucho los pasos,
el lomo se hace una caricia que bruñe.
.
Detrás del cancel
todos los hombres son diablos blancos.

Linaje

Mi abuelo nunca le arrebató
su rostro a la tierra,
se levantaba por las mañanas
con la suavidad de los girasoles.
.
Mi abuelo de azúcar
jamás combatió sus pasos
cuando arrastraba los huesos
y tiraba la caña a la molienda.
.
De apellido Aquino.
.
Mi abuelo jamás quebrantó el aliento,
levantaba la mano derecha,
transparente,
y recibía las piedras para hacer su caldo.
.
Los libros dicen que este apellido
proviene de Italia.
Para mi abuelo su apellido
se encarnece entre paja y junco.
.
Aquino, igual que sus hermanos,
herencia única de sus padres,
declaración de la condena
a la que siempre supo sobreponerse:
Aquí no.

Una promesa

Mar, si suelto la fuerza
prometes tragarme en un todo,
en un suspiro descarnado,
abrazarme con rombos corsarios
que me envuelvan en mi viaje hasta tu penumbra,
.
prometes lavarme primero los pies y los ojos
regresarme el asolado recuerdo de mis padres
y quitarme el temblor de estas compuertas
cerradas para siempre,
.
Mar, si mis manos no salen al combate de la vida
prometes sumergirme en el túnel desgastado del golfo
hasta encontrar el camarón de oro
que iré a ofrendarle a la Virgen de los Lagos,
.
prometes, mar, quedarte envuelto en esta caja
como una encarecida ofrenda, si decido no volver,
.
si decido que mi cuerpo descansará en tierra
y no en el nácar ensortijado de tu pecho.

Lancha

La pinté de azul para que entrara en sintonía con el río,
que los peces construyeran sus casas en ella.
.
Creyendo que soy su guía,
escriben historias con sus pequeños tridentes,
me avisan cuando se acerca
el diablo del mar para cambiar el agua
de mi cantimplora
por sal.

Mi herencia

Mi herencia es el dolor del mundo,
un fuego encendido y combatiente
dentro de costillas incisivas, como las lenguas
que en su desarrollo evolutivo
se convirtieron en alas.
.
Cansado de mirar al suelo, digo, al cielo,
me precipito descarriado y agónico, pero sonrío.
.
No es nada la pena si entre la bruma
ahondo con dos manos esta sonrisa,
esta sonrisa que mata soledad,
esta sonrisa que mata pasado,
que hace salvable esta vida tunca y tullida,
.
esta herencia mía, la cargo sin pena,
los viejos dicen que la vida terminará por acabarme,
que mi herencia me hará una joroba grande,
montañosa. Ya quiero que pase, sembrar en mi joroba
tres árboles de limón, un poquito de ruda,
que mi perro se canse de escarbar en mi espalda
y de enterrar huesos que no encuentre nunca,
.
esta sonrisa mata suerte,
rescata almas inundadas de estaño.
Ya siento mi joroba, haciéndose camino,
llenándome el pecho, estirándome el cuero
para hacer más amplia esta sonrisa,
esta sonrisa que mata.

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TRES PALABRAS NADA MÁS [Mi poema]
César Brandon [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Encima te he dejado, en la mesilla,
escritas con trazados temblorosos
apenas tres palabras, que hoy los posos
de lágrimas llenaban mi mejilla.

Vocablos que marcaban mi tristeza
sacados desde el fondo de mi aliento,
que me hizo detener ¡cuanto lo siento!,
lo duro ya se sabe es cuando empieza.

Adiós, mi amor, decía en mi misiva
en ella reflejaba el desaliento
que suele acompañar al sufrimiento
y escuece, le retuerce y le cautiva.

Espero simplemente que al leerlo
tus lágrimas se junten con las mías,
echándole un borrón de heces vacías
y entienda que hebra no hay para tejerlo.

Y acabe así por fin ya este dilema
que existe entre el amor, odio y la duda
que al alma le acompaña y la desnuda
y así, por fin, salvarnos de la quema.
©donaciano bueno

#Así de triste o no será para tanto...? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  César Brandon

(Ganador en el Concurso Got Talent)

Hola,
Esta carta debía haberla escrito hace dos años,
así que por esta vez permitirme hablar en primera persona
y os prometo que ya acabo.

Mamá, me encanta escribir a ordenador,
aunque detesto todo lo que trae el Word 2016 como predeterminado.
Sonará extraño, pero es como si la existencia me hubiese concedido la habilidad de leer entre opciones de interlineado
y la verdad es que detesto el cuerpo del Calibri, los once puntos y el 1,0 de espaciado.

Mamá, me enseñaste que la vida resumía en pedir disculpas, dar las gracias y decir por favor.
Y también en guardar cada cinco minutos los archivos de Word, porque en cualquier momento podía producirse un apagón y nos quedábamos días sin luz.
Mamá, gracias por tu gratitud, por todo lo bueno, de preocuparte del cuándo, del cómo, del dónde y con quién salía.
Yo y mi juventud.

A veces contestándote con mala actitud hasta que tú y tus collejas me recordabas que, pa mala, tú.
Mamá, lo siento por entender demasiado tarde que por más veloz que sea el amor a primera vista siempre quedará segundo si se enfrenta al amor de madre.
Por enseñarme que padre no sólo es aquel que tiene un hijo, padres son todos aquellos a los que los sueños les quedan pequeños, a lo poco que duermen para cumplirlos y aparte.
Lo siento por buscar lo extraordinario en otros planetas, por contestarte con mensajes cuando ya había encontrado vida en llamarte.

Mamá, ahora, ahora el mundo se detiene cuando hablo mamá, porque tú te casaste con la felicidad y no firmaste la separación de bienes.
Y ahora… jamás volverá a pasar por mi cabeza la idea de quitarme la vida, porque la felicidad me debe la mitad de todo lo que tiene.
Mamá, tal vez yo solo sea un instante,
como una de esas faltas de ortografía que en el Word 2016 se corrigen solas,
o se borra.

Mamá, tal vez yo sea eso.
Pero yo te quiero recta, a doble espacio y en Times New Roman.
Gracias.

INCENDIO (ALMA NÚMERO 12)

Tú: escalofríos; tú, escalando mi espalda con tus dedos; tú, trepando
los poros de mi ser…y los de mi piel también.
Tú: accidente; tus manos tocando mis rodillas; tus labios,
chocando con cada una de mis curvas. Tu lengua a oscuras en mi
cuerpo, sin miedo a caer en mi ombligo, o a perderse en el fondo de
mi corazón.
Tú: deshielo; tus dientes en mi cuello mordiéndome un beso; tú,
haciendo tuyos mis pechos y mi pecho: agitando mi respiración. Tu
aliento empañando cada kilómetro de mi cuerpo. Te conoces a la
perfección mis atajos…pero siempre has sido de elegir el camino más
largo; de hacerme esperar, de convulsionar mi cuerpo besándome
desde el final hasta el principio de mis piernas. En fin: tus dedos en mi
vagina haciéndome pensar que soy la responsable del calentamiento
global.
Tú: fuego; nunca pensé que un incendio en mi piel sería tan
húmedo…nunca pensé que tendría tantas ganas de quemarme.

LA TIERRA Y LA LUNA

Se acercaba el día de su decimoctavo cumpleaños,
y la Tierra se encontraba acostada boca hacia algún lugar del espacio porque desde que vio a la Luna no dejó de provocarse efectos mariposa en el estómago.
A ver si así podía poner un poco de práctica la teoría del caos… Y conocerla.
Pero la Luna era ordenada, meticulosa y apasionada de las cifras,
al principio no se fiaba de alguien de había tardado solo cinco billones de años en pedirle salir a una chica, que tal vez su interés era superficial y solo le interesaba las vistas, porque se comentaba que con ella los polvos… estelares, se veían de maravilla.
Pero el día de la cita la Luna se esmeró buscando en el armario una fase, preguntándose si no era muy atrevido vestirse ese escotado cuarto menguante, si maquillarse o dejarse ver los cráteres, si darle una oportunidad a una chica después de haber saltado para la humanidad y dado pasitos en falso para los hombres.
Y mientras la Tierra no paraba de preguntarse qué iba a contarle.
Tal vez lo de que después de los dinosaurios de mayor quería ser controlador aéreo de estrellas fugaces, que en la Tierra todos eramos ciudadanos de un lugar llamado Primer Mundo porque el segundo nos sabía a poco y el tercero estaba en vías de desarrollo.
Que en la tierra éramos unos extremistas religiosos un poco absurdos, y nos llenábamos la boca de orgullo gritando: «Mi Dios besa mejor que el tuyo».
Que en la Tierra no importa el color de la piel, que nadie te detiene para que justifiques tu existencia con un trozo de papel, que es más fácil ser mujer, que dos sí se pelean aunque uno no quiera y al revés, que uno no tiene suficiente con dos y busca a tres para inventarse que son felices los cuatro hasta que se multiplica el problema y cuatro acaba llamando al cero dieciséis.
Que los refugiados no están hechos de opiniones en internet, que en la Tierra no nos rompemos el corazón para recordar al pasado, que no somos tan simples, que después de una relación «fuimos» no se conjuga en el pretérito perfecto complicado.
¿Cómo iba a impresionar a la lúnatica que afectaba su gravedad? A la que dijeron que era imposible tapar el Sol con un solo eclipse y demostró que no era verdad.
Cuando lo único genuino era que la Tierra somos unos rebeldes a la hora de amar, que toda la Vía Láctea ya puede declararse en huelga que ese día iremos a trabajar, que no somos más que un instante en este lugar, pero vivimos como si la eternidad no fuese más que una hora que todavía no ha cumplido la mayoría de edad.
La Tierra podía contarle todo eso a la Luna, con algún que otro engaño, o simplemente empezar la cita diciéndole que era su cumpleaños.

SI HAY ALGO QUE NO SE OLVIDA

Y después de haber vivido tanto, tanto y a veces tan poco, a sus 89
años, el anciano charlatán, recordando su juventud al ver su reflejo en
un espejo roto que le ‹‹sentaba›› como la seda y le ponía ‹‹de pie››
como la soberbia…se dijo a sí mismo, es decir, a su yo del reflejo, a su
yo joven, a su pasado:
“Que los pelos que no tienes en la lengua nunca te crezcan en
el corazón. Nunca pares de bailar, aun cuando la música no
suene. Nunca dejes de besar aun cuando tus labios se
sequen. Porque si hay algo en este mundo que no se olvida…
son los bailes de salón y los besos con lengua”

SOL(EDAD) LA EDAD DEL SOL

Es un hecho. El sol tiene los mismos años que la soledad.
-Ya no puedo seguir así-?le dijo el sol al Universo-. Lo doy
todo por ellos y nadie da nada por mí. Universo, ya no puedo más. Me
quiero morir.
-Si quieres morir, enamórate ?le respondió el Universo?.
Ama. Nacer para morir es un suicidio sin elección; no es libertad, mi
querido sol. Yo que tú…elegiría ser libre, elegiría enamorarme…elegiría
ser asesinado por la compañía de otro corazón…Querido sol,
¡estréllate!
Y fue en ese momento, cuando el sol decidió dejar de estar
solo; decidió dejar marchar a la soledad.
Y la soledad, -la muy cabrona- encontró en la humanidad, a
su más fiel compañera.

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Tedi López Mills

Ceci n’est pas une pipe

Esto es una cara. Esto no es una cara.
Esto es un ojo. Esto no es un ojo.
Eso eres tú. Eso no eres tú.
Lo que sigue es miedo: búscalo,
dale la vuelta como a un conocido
con el que te topas en la calle, ignoras
viendo para otro lado, con culpa quizá
aunque el alivio la supera y te salva
del intercambio de cortesías con otro fantasma;
qué importa si por un quicio entra la duda.
Es mi ayudante, te aclaro, ¿carcome?
No si aprende a titubear sin propósito,
por arte, cazando la encrucijada perfecta
para quedarse ahí, en el umbral especulativo,
su brecha mermada por sobra de uso:
la duda baila un instante en esa orilla;
yo nunca la engaño para que se resuelva:
esto es esto; quién querría saber;
el bamboleo me gusta, previo
a la incertidumbre, seduce por su frágil
contacto conmigo: ahora, por ejemplo,
vendrá compasiva, melodramática:
truéname por la cola, si eso te sirve.

REO DE MÍ MISMO [Mi poema]
Jaime Siles [Poeta sugerido]New

MI POEMA …de medio pelo

 

Yo escribo donde escriben los poetas,
mejor los aspirantes,
aquellos, como yo, que haciendo tretas
esperan el aplauso a sus recetas,
sus loas fulgurantes.

Yo lanzo allí mi caña de pescar,
mas solo hay pescadores
buscando a sus poemas los honores,
sabiendo que los peces de ese mar
son peces de colores.

A veces me pregunto si a otros mares
debiera ir a probar,
y dudo si hasta el cebo he de cambiar
y hacer más atractivos sus sabores
o debo de aguantar.

Que en esto de pescar no estoy muy ducho,
de cebos soy un lego,
tampoco sé del mar. Mas tengo un ego
que espero ha de matar sin un cartucho
y de él nunca reniego.

Que escribo como moscas pillo al vuelo
cebando a mi esnobismo,
pues tengo tan clavado el catecismo
que así que nadie pique con mi anzuelo,
soy reo de mí mismo.
©donaciano bueno

#Nuestro querido y más sobrevalorado ego...? Share on X

MI POETA SUGERIDO: Jaime Siles

(XXVIII premio de poesía Jaime Gil de Biedma)

Marina

Una antorcha es el mar y, derramada
por tu boca, una voz de sustantivos,
de finales, fugaces, fugitivos
fuegos fundidos en tu piel fundada.

Una nieve navega resbalada
en resplandor de ojos reflexivos,
de sonoros silencios sucesivos
y de sol en la sal por ti mojada.

La turbamulta del color procura
dejar sobre tu tez la tatuada
totalidad miniada de la espuma.

Tu cuerpo suena a mar. Y tu figura,
en la arena del aire reflejada,
a sol, a sal, a ser, a son, a suma.

Grafemas

El dibujo sonoro de la línea
es anterior al tiempo de lo blanco.

El tiempo de la línea
—como el espacio y el ritmo de la página—
es anterior al ritmo del color.

El espacio y el tiempo de la línea
son interiores al blanco de la página.

Cuerpo textuado, la escritura
es un ritmo de espacios de color:
de blanco sobre negro,
de negro sobre blanco
en el espacio en blanco de la línea,
en el espacio en blanco de la página,
en el espacio en blanco del color.

La escritura es un ritmo anterior a ese cuerpo,
interior a ese espacio.

La escritura del negro sobre el blanco
sólo conoce un signo:
el invisible blanco
del color.
(Música de agua, 1983)

Hacia la página

Húmedas, ígneas, líquidas,
lejanas voces que resbalabais por el vértigo
con sonrisa mirífica y acuática.
Frías, fúlgidas, férvidas, selváticas
voces que me borrabais del idioma
la memoria marina de las algas.
Ácronas, créticas, crípticas, cromáticas
voces que conjurabais en la lengua
el lenguaje, el mundo, la palabra.
Voces sin signos, voces sin perfiles,
voces en el vivir visualizadas,
ponedme la pasión de poseeros
en el papel preciso de la página.
(Columnae, 1987)

Ipsa, sed altera; altera, sed ipsa

Todo discurso es circunferencia
del discurso, que siempre es referencia
a la lengua que ese discurso es.
De manera que toda referencia
al discurso será circunferencia
del discurso en que esa lengua es.
(Poemas al revés, 1987)

Himno a Venus

Amor bajo las jarcias de un velero,
amor en los jardines luminosos,
amor en los andenes peligrosos
y amor en los crepúsculos de enero.

Amor a treinta grados bajo cero,
amor en terciopelos procelosos,
amor en los expresos presurosos
y amor en los océanos de acero.
Amor en las cenizas de la noche,
amor en un combate de carmines,
amor en los asientos de algún coche,
amor en las butacas de los cines.
Amor, en las hebillas de tu broche,
gimen gemas de jades y jazmines.
(Semáforos, semáforos, 1990)

Bampo

Hay en el agua nubes
y hojas de cilantro.
Y, como en los veranos
de mi infancia,
el aire huele a hollín.
Bajo su lenta bóveda
rosas y tuyas forman
un transparente
centro geométrico
y su color me llega,
más que en la vista,
con la respiración.
Aspiro el loto
de roja lava nívea
y sé que un día
de hace varios siglos
estaba, estuve
estaré aquí.
(Pasos en la nieve, 2004)

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José Tomás Angola Heredia

BUSCANDO

Ando buscando
Ese rugido que nunca he oído,
Ese pasado que no he recordado,
Ese secreto que grita ser guardado.

Ando tras una imagen que no tiene retrato,
Tras un relámpago que no ha destellado,
Tras una melodía que no posee canción.

Ando tras la mudez que todo lo ha dicho,
Tras el artilugio que mueve esta roca planetaria,
Tras el agua para la sed que jamás calmaré.

Ando buscando lo que nunca conseguiré,
Lo que nunca estará a mi alcance.

Ando, pues
Tras de mí.

Sólo en eso ando.

MENOS QUE NADA [Mi poema]
Renata Durán [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Soy sombra que se esconde en el vacío,
que en torno al abandono se cobija,
un poso que reposa en la vasija
de un pobre y lagrimero desvarío
cual triste sabandija.

Soy tubo del que escapa la pomada,
no puede regresar pues no hay rendija,
sin hueco al que meter de una clavija
que sale a caminar y no hay posada,
ni puerta y no hay manija.

Soy mota que abandona su jornada,
de un soplo que desprende algún misterio,
humilde suspirar de un cementerio
que siente que le han hecho una trastada
pues nada toma en serio.

Soy ángel desnortado que ha caído
metido en un gran charco en medio el fango,
el paso equivocado de ese tango
mil veces por desgracia repetido
de una sartén sin mango.

Mas dime, ¿yo qué soy?, menos que nada,
un cero por detrás del otro cero,
un salto en el vacío, un agujero,
del aire que no existe, bocanada
sin agua un aguacero.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:   Renata Durán

Aquí en mi cuerpo…

Aquí en mi cuerpo
acabó de pasar el mediodía
y por mi piel respira un agua
atardecida.
Los labios están secos,
guardo en la lengua
los aromas.
Si acaso pusieras
tu mano
entre mis muslos,
sabrías que estás vivo.
Saborearías mi sal.
Haríamos un pozo
en el tiempo,
y dejaríamos que el sol
nos madurara.

Aquí pasa el silencio vagabundo…

Aquí pasa el silencio vagabundo.
Aquí cae la lluvia de la tarde,
y humedece los ojos de cristal.
Es la ciudad mi cárcel.
Y eres tú mi verdugo.
En tus brazos de fieltro
me someto al suplicio
de tus besos de hielo.
Repites los gestos conocidos
y penetras mi cuerpo somnoliento.
No tengo alma que vuele, cante
o gima.
Para el amor he muerto.

Aquí sentada así…

Aquí sentada así
compartiendo tu mesa.
Bebemos vino frío
y pelamos nuestras pieles
como frutas
aturdidas de sol.
Salgamos a la calle.
Digámosle a la gente
que tú y yo
habitamos el limpio
territorio del amor.
Cantemos esa suave
canción de la ternura
mientras enciendes
el motor de la rutina.

Creo que por fin te he despedido

Creo que por fin
te he despedido.
Porque logré
que dé lo mismo
que estés aquí
o allá.
De todos modos
estás lejos.

Después del amor…

Después del amor
vino el silencio
grité toda mi voz.
Morimos juntos
muchas noches.
Incendiamos
recuerdos – voces.
Arañamos las
caricias ajenas.
Nos desnudamos
de otros.
Quedamos
frente a frente
en silencio
para siempre.

Echo raíces en ti…

Echo raíces en ti,
vegetalmente hambrienta
de tu tierra húmeda
y negra.

Enredados los cuerpos…

Enredados los cuerpos
en el agua del amor
gimiendo sudorosos.
Latigazos de sangre
alucinados.
Me abres de par en par,
nos penetramos.
El deseo con sus brazos de sed
navega ahogando las fronteras,
rompiéndolas.
Más allá de nosotros el sol
amor, el sol
que es carne viva.

Estoy enferma de ti…

Estoy enferma de ti,
maltrecha adolorida.
Otros brazos me buscan
y no puedo abrazarlos.
Me besan y no puedo
responder con mis labios.
Ando desintegrada,
dispersa por el mundo.
Y solo hay un momento
en que me encuentro:
Cuando los dos
jugamos a ser uno.
Cuando te siento
indefenso
en mis brazos,
y pierdes la conciencia
de que nos separamos.

Fui luz, fui roca…

Fui luz, fui roca
ensangrentada
contra tus locas aguas.
Fui el aire
y las cosas cercanas.
De madera y de pan
para tus dedos insondables.
De aguda claridad
para tus ojos.
Fui todos los cuerpos
que besaste
a través de los siglos.
La piel de la memoria,
la estrella de tus sexos.
Fuimos los dos
la vida dividida
pero no separada.
Somos ahora
compañeros de viaje
y seguiremos siempre
en el polvo del tiempo.
Agua. Luna. Silencio.

Huella dejada…

Huella dejada
por el aire
en las arenas
de un planeta
que eché a rodar.
Trompo feliz.
Hoy se detuvo.

Me levanto del agua de la noche…

Me levanto del agua de la noche
deseosa de ti.
Despedazada.

Me ocupo inútilmente de mi vida…

Me ocupo inútilmente
de mi vida
mientras espero que
despiertes.
Estuviste a punto de
romper el cristal
que nos separa
y por fin encontrarnos.
Sólo viste tu imagen
reflejada.
No miraste al través.
Del otro lado estaba yo,
llamándote.
Llegaste a mí
sin darte cuenta.
Por una puerta entraste,
que no me conocía,
y te quedaste aquí,
sin saberlo.
Ahora te veo caminar
por la ciudad,
dueño de ti, sin anclas,
y me sonrío,
porque ese tú que anda
por ahí,
es el que está soñando.
Y aquí dentro de mí
te sueña el verdadero.

Mitad pez. Mitad viento…

«Hay hombres
mitad pez
mitad viento»…
Pablo Neruda

Mitad pez. Mitad viento
soy.
Agua vital,
que quiere ser bebida
sin agotarse nunca.
Agua que busca
humedecer las verdes
soledades ajenas.
Lava roja,
súbitamente gris
al contacto del aire
doloroso.

No es verdad…

No es verdad
que tú cuentas
conmigo,
ni con nadie.
Sólo cuentas
contigo
y tu mentira.
Entraste en el túnel
de ti mismo,
volcándote
en los otros.
Cuando te puse
enfrente del espejo
te encegueciste más,
y me dejaste
a la orilla de ti,
sin brazos para hallarte.

No podría obligarte…

No podría obligarte
a no seguir tu sino.
Eso sería negarte
todo lo que de carne eres
y que somos.
Vete ya a acariciar
largos cuerpos,
distintos a este mío,
desde el cual te diviso,
viviéndome de adentro.
Tú vives desde afuera.
Con sólo ser tocado
ya existes.
Yo necesito más.
Quiero manos de amor,
sabias manos que
atraviesen la piel
de que estoy hecha,
y conozcan
la pura consistencia
de mi barro.

No te gustó encontrarme…

No te gustó encontrarme
por la calle sonriente,
que tomara un café
sin nostalgia de ti,
al lado de tu mesa.
Que ya no te dijera
que hacías parte de mí.
No te gustó saber
que sigo viva,
que me río con ganas,
que disfruto las cosas
cotidianas
sin esperarte ni
desesperarme,
que construyo mi vida
libremente.
No te gustó saber
que no me tienes.
La vanidad ha sido tu enemiga,
ella tiene la culpa
de que no compartamos
ni siquiera
una charla.

No viniste de lejos

Viniste de tan hondo
que conozco tu nombre,
conozco tu dolor,
reconozco tu alma.
No viniste de lejos,
ni siquiera has llegado.
Estabas desde siempre,
como un lenguaje escrito
en el fondo de mí,
y te estoy descifrando.

Óyeme así, como al descuido…

Óyeme así, como al descuido.
No te des mucha cuenta.
Quiero contarte que te quiero,
sin decírtelo nunca.
Quiero besarte suavemente,
como te besa el agua
de la lluvia.
Así, muy quedamente,
sin que escuches siquiera
su gemido.
Quiero que me ames
a pesar de ti mismo.
Que me ames lentamente
y enciendas todo el fuego
que arde en mí para ti,
definitivo.

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HE PARIDO UN BEBÉ [Mi poema]
Franco Bordino [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

He parido un bebé ¿y ahora qué hago?
Lo tengo muy limpito, reluciente.
Le lavo con el agua de la fuente,
en trato y miramientos me deshago
que él es mi referente.

Le visto como nadie le vistiera,
que en esto de gastar nunca reparo,
comprendo que eso a mí me sale caro
mas debo de cuidar si alguien lo viera
no piense soy avaro.

Con ella paso al día muchas horas
tratando de cumplir mis ilusiones,
y vivo y me desvivo en sus renglones
soñando en transpirar por sus esporas.
La tengo entre algodones.

Comprendo aquí al que sea que lo dude
a mi con tantos años procreando,
respondo siempre, a dios con mazo dando,
solo falta que al niño lo desnude,
y a mí me vayan dando.

La miel para los asnos no está hecha
e inútil disfrutar si no conoce,
¡cariño! así se dice lo hace el roce,
yo espero con mi web buena cosecha,
que nadie la destroce.
©donaciano bueno

#Y tú también has parido una web? Share on X

MI POETA SUGERIDOFranco Bordino

(XVIII Premio Casa América de Poesía Americana)

Plegaria

Ábreme, Padre,
y dame un fuego que no duela
y un dolor puro del que nada aprenda.
Condúceme al camino
claro, a aquel que no tiene piedras,
que es estrecho para el espíritu:
al camino sin honor;

pon si no en mi mano la cara de un niño,
para estudiarla y conocerla
al tiempo que templarla
bajo mi llama dactilar;

dame un ramo de fresias
o una abeja que no muerda, y que yo,
concentrado, las tenga que cuidar.

Ábreme, Padre,
a las cosas pequeñas
que no entran en un hilo,
y ábreme así a tu amor
y a la pureza del servicio,
a las dulzuras vistas monocromas
bajo la sombra hostil de la noble Ambición;

ábreme sobre todo
a lo que no me pertenece y que no soy.
Aléjame de Mi Peligro.
Consérvame en tu amor.

Ábreme, Padre, al rudo azar:
dame un hijo, enemigos poderosos
y tempestades sin amarras;
algo que comer, nada que guardar;
Tú no sacies: mi sed, ¡arráncala de cuajo!
Ábreme para todos.
Aléjame de Mi Peligro.

Consérvame en tu amor.

Una noche

El íntimo silencio de la noche.
El rito rumoroso de los mates.
En la mesa, los gárrulos dislates
de un tétrico filósofo. El derroche
minucioso del tiempo en la factura
de un tímido poema. Yo no sé
qué veo en estas cosas ni por qué,
triviales como son, en su chatura,
se me antojan especies misteriosas
de una llana y sutil felicidad.
Que me guarden el sino o la Deidad
de ambiciones aladas o grandiosas.
Sólo pido un innúmero rosario
de noches de trabajo literario.

Otra noche

Traspasar el umbral por un quehacer
anodino, y hallar la noche espléndida.
Olvidar las tareas incompletas
tras la puerta, y salir a recorrer
las calles conocidas de mi barrio.
Buscar en las estrellas la figura
del tosco Orión, y sorprender, en cambio,
el círculo perfecto de la luna.
Respirar la fragancia de los tilos.
Demorarme en el banco de una plaza
para auscultar el pulso de los grillos.
Desandar el camino hasta mi casa.
Fumar furtivamente un cigarrillo.
Evocar estas cosas. Anotarlas.

Rimbaud

Que el crápula celebre la epopeya
del desbocado vicio; que el piadoso
destaque de él el místico y sinuoso
deseo de infinito. En su plebeya
y errática existencia, algo más rico
es lo que yo vislumbro. Veo a un chico
huyendo del infierno de su hogar,
y, para no tener que regresar,
lo veo acostumbrarse a la indecencia,
al hambre y la intemperie. Veo a un joven
furioso y resignado a que le roben
unos canallas su última inocencia.
Y mientras esta triste historia ocurre,
del corazón del réprobo discurre,
con trémula ternura, todavía
intacta y pura, la íntima poesía:
el versificador ?el talentoso
y tímido escolar? no ha perecido;
vive aún en el joven corrompido,
late aún en su corazón rabioso.
Sublime, para mí, es que en él, lo humano,
sobreviviera en medio del espanto.
Sus sonetos esconden el encanto
de la flor que florece en el pantano.

La idea de perder las cosas que amo

La idea de perder las cosas que amo
me aflige dulcemente. Me recuerda
que es fatua ingratitud todo reclamo,
que ahora soy feliz, aunque me pierda
el sórdido trajín de la costumbre
y no tenga conciencia de mi estado.
Corazón, no permitas que de herrumbre
te cubra este constante despistado.
Cuida el cálido rito de los besos,
la clara compañía del amigo,
del poniente los dulces embelesos,
la llama del destino que persigo.
Que nunca yo descubra que he franqueado
dormido el paraíso, y me he marchado.
[En: Franco Bordino, Los primeros indicios)

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YO NO ESCRIBO EN INSTAGRAM [Mi poema]
Julia Uceda [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Lo siento, yo no escribo en Instagram,
lo dicen los que entienden, que eso es malo,
si hoy quieres evitar ese regalo
de ver como tus versos penarán
sintiendo que al olvido quedarán
sufriendo un varapalo.

Y añaden, si pretendes ser famoso
precisas conseguir mil seguidores
que te hagan disfrutar de sus favores,
te lean y en quien puedas dejar poso
y que ello te permita hacerlo airoso
con tus aplaudidores.

Por eso de epatar ya he desistido,
-aquí debo admitir no es que no quiera-,
que me entra una congoja en la pechera
al ver que ni siquiera he conseguido
alguno por piedad me haya leído,
y ni a uno más se espera.
©donaciano bueno

#Esto si que es una pena no te parece... o no? Share on X

MI POETA SUGERIDOJulia Uceda

(Premio Nacional de Poesía 2003)

SONETO DE LA PIEDRA.

He de volver a la extensión callada
donde siempre moré, como una yedra
crispada, sin raíz, con una piedra
como base y también como almohada.

Espera. Mi cintura encadenada
tiene un nardo amarillo que no medra.
Tengo tan dentro ya de mí la piedra
que no siento la carne lastimada.

Espera, espera. Por mi sien doblada
un niño iba durmiendo y ha varado
su sueño por las playas de la muerte.

Como el de una paloma lanceada,
su grito me salió por el costado
trémulo y triste y apretado y fuerte.

Del libro “Mariposa en cenizas”

Confesión en negro

Ahora puedo decir: esto era
la mayor parte de la vida. Lamento
sin embargo, aunque no
con excesiva pena,
no haber tenido nunca un dormitorio,
aunque por otra parte,
qué podía yo hacer con tantos muebles
y con tanta madera arrebatada
a aquellas tierras en donde nació…
Fue roja mi primera cama.
Tenía una plaquita, de San José y el Niño,
en el pequeño cabezal.
Recuerdo todavía
a los mayores discutiendo
que su compra era urgente pues la niña
no cabía en la cuna.
Fué peor
no acceder a los libros que, mudos, me llamaban
porque venían y se iban
más lejos cada vez. Igual que mis amigos,
que mis casas, que las viejas butacas,
que los paisajes encontrados.
Quién sabe todavía
en qué casa, en qué cuarto moriré.
Sin embargo, me alegro
de haber tenido, en USA, tres objetos: la boina
de hielo del dolor
de cabeza, el teléfono blanco
-en mi tierra eran negros-
de Mirna Loy, y haber averiguado
lo que desayunaban, en altas copas cristalinas,
las heroínas y los héroes
del cine. Eran pomelos: esa fruta
cuyo amargor no puedo soportar.

¿Y del amor? Punto y aparte.
Los quise. Me quisieron:
todos fueron mis gatos. Y hubo también tres perros.
Lo sé: no ha sido tan terrible.

Decía hielo

¿Qué dijo?
¿Qué decía? Palabras, eso sí,
palabras eran, pero ¿qué palabras?
Caían sobre una mesa. Y había luz.
Una luz muy oscura.
Ahora las manos se agrietaron
buscando los sonidos, revolviendo
agujeros, bolsillos falsos, nidos
abandonados, hojitas de musgo
y hojas secas: todo lo quieto. Sacude
los recursos para encubrir, por si cayeran,
las palabras, al suelo, con un sonido comprensible.

Pregunta
a los árboles del más allá, de vez en cuando,
si se acuerda, al llanto de los helechos y a la nuez
en que la luz, copo de fe, se encierra.
Porque asegura
que las oyó y eran como rastrojos, nudos
de alambre, manzanas podridas y un rostro
volcando todo eso, echando todo eso, tan frío,
en la nuca inocente. Y helaba la dulzura.
¿Dónde se han escondido? ¿Desde dónde
la miran, las palabras, agazapadas, riéndose
de que no las encuentre, tan torpe?
Que se muera buscándolas, dirán.
Tal vez al otro lado…

Driving

Me pregunto si alguien, alguna vez,
podrá imaginarme, como yo no puedo,
formando parte de estos bosques, en los que no pienso,
de este mar, que a veces ignoro y del que huyo, a veces
-driving and driving and driving alone-: necesito
en otra lengua porque su sonido
pone el punto de soledad, de aislamiento, mejor,
a las tres partes: mujer en un coche, bosques, mar.

Siempre creo estar en otra escena
Y encuentro mi lugar en la que ya he perdido. Y eso significa
tal vez, que nunca estoy en parte alguna.

Pero alguien,
alguna vez, supongo con excesivo optimismo
sobre el valor posible de unos cuantos poemas, tendrá curiosidad
por saber cómo fui. Y pintara un atractivo cuadro si contempla
los hermosos paisajes que me acogieron
y que tan fielmente, aunque ya perdidos,
se pueden entrever en toda mi escritura.

Puede que el conjunto resulte hermoso.
Me gustaría verlo, pero será imposible.
De todos modos, quiero hacerle un favor al curioso futuro:
nada estará completo si se olvida
-driving and driving and driving alone-
de este verso extranjero.

El silencio

Hay un vacío en el que no se oyen las zapatillas.
Y otro más profundo: el que disuelve nuestras manos.
Y nuestro cuerpo. Y sólo flotan unos ojos
que no lo parecen. Aunque daría lo mismo
porque ya no pensamos con palabras
que todo lo confunden.
Además
¿para qué edificar un templo de un grito?
Un grito que no suena en la expansión de las constelaciones.
Un grito que no oye el pastor de planetas.
Un grito que se llena, como un cubo, de huecos.
Un templo que visitan arenas y huracanes.
La boca ha gritado,
¿de qué huerto ha venido? ¿En qué lejana flor
se hará otra vez silencio,
historia no aprendida
y vida sin pregunta?
¿En qué agua de otro tiempo
se pulió la mandíbula y su origen?
¿En qué apagado sol
se removió su cero antes del cero?
Gritar: tan sólo un accidente, una arruga en el aire.
Y un destrozo,
un harapo de algo; un desgarrón superfluo
desde el violento, desde el distraído
que empuja, pisa y habla alto. No grita.
Alto, sólo, habla.
Se oye su voz pavorreal.
Y el grito se desenrosca desde su sima profunda:
un poquito de aire que, primero,
tropieza con la esquina del pulmón,
garganta arriba. Luego ulula, asalta
la pared que contiene su infinitud,
su triste desmesura,
arañando su cárcel, resuelto en templo,
ecos en frío crisopacio que se aleja,
en el tiempo, de la boca: su nido.
Y nada alrededor. La boca mueve
sus alas sin sonido, sin sentido,
entre el agua y el huerto,
entre hueso temprano y légamo futuro,
entre el cero y el cero.
Entre el cero y su carga.

El tiempo me recuerda

Recordar no es siempre regresar a lo que ha sido.
En la memoria hay algas que arrastran extrañas maravillas;
objetos que no nos pertenecen o que nunca flotaron.
La luz que recorre los abismos
ilumina años anteriores a mí, que no he vivido
pero recuerdo como ocurrido ayer.
Hacia mil novecientos
paseé por un parque que está en París -estaba-
envuelto por la bruma.
Mi traje tenía el mismo color de la niebla.
La luz era la misma de hoy
-setenta años después-
cuando la breve tormenta ha pasado
y a través de los cristales veo pasar la gente,
desde esta ventana tan cerca de las nubes.
En mis ojos parece llover
un tiempo que no es mío.

Eterno oleaje

Será primero una ola niña
sobre la ciega playa. Luego
una delgada espuma persistente,
más tarde
un redoblar de todo el horizonte
que avanza, que se empuja
para tomar contacto con la orilla.

En cada grueso oleaje, en cada arruga
del mar, en cada ojo
de espuma por la arena
de fuego, estará un hombre
por él y por su extensa
cadena de fantasmas. Por las sombras
que no tuvieron cuerpo;
por todos
los que anulados vagan
sin país, sin sepulcro.

Con la memoria
de los que fueron olvidados
volverán: «Ya llegamos
a la patria.» Y jamás
será la patria. Siempre
habrá otras olas, y anchos nudos,
gruesas crestas de mar. El hombre
irá pisando playas
de fuego, rocas
que hirieron otros pies,
algas que se enredaron a otras plantas.
Caminará por siempre
-a través de paisajes con recuerdos-,
el sol contra su espalda
y una arruga profunda
en la frente horadada por el viento.
«¿Era ésta mi patria?»
-preguntará de nuevo.
Y pasando de largo,
como un extraño entre los ríos,
regresará a la orilla
de que partió -no la recuerda-
pidiendo paz para sus muertos.

Hablo de la infancia

Escalera crujiente,
trozo de bosque organizado
por el que ir hasta la cumbre
de aquel desván lleno de sueños,
pájaros silenciosos
que viajan sin ruido.
Sobre ti estaba el premio
cubierto por el polvo
y lo muerto vivía
para mí, en mis ensueños.
Hogar sin sótanos,
todo aquello era hermoso
porque estaba creando su recuerdo;
viviéndote, sentía
que de algún modo ya te recordaba.
Y siempre que te acercas
entre la niebla, oigo
cómo se queja suavemente,
enmohecido por las lluvias,
el pesado cerrojo de una verja.
La del jardín acaso.

Inclusiones en un zafiro violeta

Quizá en el territorio del zafiro
los puedas encontrar.
Se reconocen en la lejanía
de haber sido, sin ser jamás ni voz ni tiempo
sino sólo recuerdo que, como ciega, palpas
en la incierta pared de la memoria.
Siempre jóvenes son,
aunque las hojas de todos los otoños unidos
intentan acercárseles.
Pero nunca los tocan. Los años, con respeto, se arrodillan
en los umbrales del zafiro, que es urna y universo.
Tal vez la muerte, un día,
suprimirá el espacio en que dialogan
las sombras fieles de quienes nunca fuimos.

También, entonces, tú habrás muerto.
De «Del camino del humo» 1994

La dama extraña

Para Alfonso Jiménez, in memoriam.

En la ciudad donde la lluvia
es una dama extraña
que viniera de paso y sin propósito,
me dijo, después de larga ausencia: «Yo no entiendo
tus poemas, ahora». El quería
decir. «Se me escapó tu vida
y ya no sé quién eres: sólo a quién me recuerdas.»
¿Sabía quién él era, me pregunto yo, ahora, que tampoco
lo conocí aunque nada enmascarar sabía?

La dama extraña había realizado su trabajo
demoledor en los que a ella se acogieron.
Su hermosa luz, su equívoca alegría,
la fresca sombra, el homenaje de los siglos,
que la aturdían como un vino, el orgullo
feroz de ser quien soy recreada en sus blondas,
y la humildad de los fantasmas a quienes ella
arrodillaba, en aquel tiempo.
Los que nunca aceptaron,
en aquel tiempo,
la reducción a la ceniza, al lienzo oscuro
en el destello de sus ojos ciegos, no bastaron
para impedir que con su dedo
no borrase todo fulgor; para impedir que no arañase,
hasta el harapo, la fuente de preguntas de cal viva,
el miedo de cal viva y de cemento.

A todos los recuerdo, agrupados y jóvenes,
ignorando los brazos de esa dama, lenguas de sombra,
que ya hacia ellos se tendían.
El grupo
muestra ahora las imperfecciones de la felicidad,
las arbitrariedades y desmanes de los días,
su sorteo de muertes y de números
trucados; ellos serían
los agraciados con el signo
de una generación desperdiciada
en pueblos sin futuro, en futuro sin pueblo,
que verdaderamente ama lo que nunca
ha de ser desamado.
Y han muerto, de otro modo,
los que saben y viven. Como aquellos
a cuyas dudas no podremos
ya nunca responder porque sus dados,
rodando en desventaja,
nunca habrían podido superar
al juego sucio de la vieja dama.

La extraña

La fatiga e’sedersi senza farse notare.
Cesare Pavese: «Il vino triste».

Me levanté sin que se dieran cuenta
y salí sin hacerme notar.
Había estado todo el día
entre ellos, intentando
hacerme oír,
procurando decirles
lo que me habían encargado.
Pero el recado que me dieron
no era preciso. El humo,
la música, el ruido de las risas
y de los besos -estallaban
como las rosas en el aire-,
eran más fuertes que mi voz. Cansada
de mi trabajo inútil,
me levanté,
abrí la puerta
y salí del hermoso lugar.
Desde la calle
miré por la ventana: nadie había
advertido mi ausencia.
Caminé. Volví el rostro:
ninguno me seguía.

Margarita

A un muchacho que murió en primavera

Yo no te conocí,
pero te ofrezco, sobre tu tumba abierta en primavera,
este pequeño sol para tus huesos.
Yo no te conocí. Oí tu nombre
cuando la luz del surtidor te dejaba quebrándose
y morían en tu oído, como cirios, las últimas palabras,
cuando rompías el hilo que te unía a nosotros
y escuchabas las flautas extrañas de la muerte.
Los lirios te buscaban la boca palpitante,
inmóvil te inundaba el sudor de la lucha,
tu cuerpo se quedaba parado en los relojes
y caían tus párpados sin querer mirar nada.
Los años te brillaban como auroras la tarde de la huida
y una mano apretaba tu corazón de niño
donde no tuvo tiempo de entrar una muchacha;
esa mano de hielo, en un giro fantástico,
como un robo inaudito desgajó tus raíces
y te lanzó a lo eterno, completamente solo.
-Arlequín en la danza sacramental del tiempo-.
Nada se había movido: aún estaba
con el último gesto que hiciste sin saberlo.
Ahora ya estás dormido en brazos de la tierra,
ante la primavera calzada de amapolas.
Yo no te conocí,
pero tu lecho abierto en primavera tendrá una margarita
porque todos ignoran que bajo el sol descansas,
que veintitantos años se han quebrado en tu frente
y que una niña mira tus balcones vacíos;
sobre tu lecho mullido en primavera habrá una margarita
porque todos dejaron a un lado tu recuerdo;
porque la calle gritaba como siempre esta mañana
y la gente reía sobre tus huesos rotos.

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LA LETRA CON SANGRE ENTRA [Mi poema]
Basilio Sánchez [Poeta sugerido]New

MI POEMA…de medio pelo

 

El alma se ha partido en mil pedazos,
-perdona si han llegado allí cascotes-
no puedo controlar ya los rebotes
que suelen provocarme los pelmazos
que dicen ser muy cultos y son zotes.

Que algunos hay no hicieron los palotes
que hacíamos nosotros en la escuela,
maestros atizando con la espuela
retando a los molinos cual Quijotes
sacando brillantez a la candela.

Maestros que jugaban a maestros
creyendo sus labores trascendentes,
nosotros, tan ingenuos e inocentes
rezando a todas horas padrenuestros
sirviendo a los maestros de clientes.

Alumnos siempre inquietos y curiosos
partidos a estacazos y a trompazos,
curtidos al calor de los abrazos
haciendo travesuras de mocosos
tratando de esquivarles sus balazos.

Del juego aquel al gato y al ratón
fue mucho lo que entonces aprendimos.
Tan fuerte esa experiencia que vivimos
profundo se grabó en el corazón,
y es que hoy al recordar aun sonreímos.
©donaciano bueno
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Comentario: En estos tiempos en los que al niño no se le puede «propinar» ni un solo cachete, yo agradezco a mis padres y mis maestros aquellos mandobles merecidos que me dieron. Por supuesto que lo hicieron pensando en mi bien.

MI POETA SUGERIDOBasilio Sánchez

(Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe 2017)

Añoro la ceguera que es un punto de luz.

Bebo de la memoria como otros
del agua de las fuentes, de los vasos
de la antigua liturgia.

Después de mucho tiempo,
ahora vivo despacio, sin intimidaciones,
sin que pueda la noche ganarme en sutileza
ni la muerte en sigilo.

Soy el hombre que no ha salido nunca
de los alrededores de su mano, el que se ha hecho
perdonar por la nieve
y el que anda por las habitaciones
preservando en silencio la sustancia
de su felicidad.

Quien para guarecerse
necesita los nombres de todos los que ha sido,
recordar las palabras con las que cada día
ha vivido o ha muerto.

DERIVA

Inclinado como los porteadores,
taciturno como los que excavaron
su casa a la intemperie,
retraído como los que alejándose
del mundo convirtieron
su dolor en costumbre.

En la fragilidad de lo creado,
en el lugar de nadie entre la noche
y las ocupaciones de la noche,
sentado ante la mesa que separa
lo bajo de lo alto,
lo que se ha recibido de lo que se carece.

Quedarse o salir fuera,
decir una palabra o no decirla,
alimentar un fuego o apagarlo.

No hay nada razonable que no tenga una fuga.
El pensamiento avanza con su imagen
hasta el poema cojo.

CARTOGRAFÍA INCOMPLETA

La noche sin prestigio en el silencio
de un paseo de provincias.
Una luz encendida en la penumbra
de una escenografía desertizada.

Un misterio cercado por las contradicciones,
un secreto entrevisto,
el fraseo de lo humano ante el asombro
de lo que permanece sin sentido.

Las islas repentinas de una infancia evocada.
El universo entero en un frasco de Morandi.
El vaho de tu palabra en el espejo
sobre el que reinventamos el lenguaje.

Cuando sale a la calle, ¿qué puede hacer un hombre
que es consciente de sus limitaciones
y que además escribe
ante la expectativa,
afianzada en la noche, de enfrentarse
de nuevo con lo inmenso, con lo que desconoce?
¿Quién puede mantener en lo que dice
la solvencia de sus significados?

CORRESPONDENCIAS

Mientras llega la tarde con su peso
de cristal de Murano
y el horizonte traza a la altura del cielo de los ojos
la línea imaginaria del origen del mundo,
te paras a pensar que la existencia
mantiene entre nosotros
y las cosas con las que convivimos
una oculta cohesión; que hace crecer
a nuestro alrededor
un orden silencioso de pequeños afectos
en el que todo gira alrededor de todo:
un sistema perfecto, pero desmoronable,
tan insustituible como frágil.

Es por eso, quizás, por lo que ahora,
mientras llega la tarde, arrodillándote
como los paleontólogos,
inclinas la cabeza y te incorporas
de nuevo a tus asuntos como si nada hubiese sucedido.
Resuelto a ser paciente,
a no desdeñar nada por insignificante.

BAJO LA LLAMA AZUL DEL ALQUIMISTA

Heredero
de las caligrafías medievales,
el poema tiene que iluminar lo que la época
confunde u oscurece,
lo que es noche cerrada, superstición o miedo.

Sin embargo, el poeta
no es más que un alquimista
que hace de su dolor un linimento
para las torceduras del espíritu;
el chamán que suscita,
allí donde los hombres construimos
una pared o un muro,
la idea de una ventana, la ilusión de una puerta.

EL POZO

Si no somos ninguno de nosotros,
¿quién canta todavía en plena noche?

El saco de arpillera con el pan de los pobres,
el laboreo del óxido sobre las herramientas
condenadas a la inactividad.

En lo alto, las nubes
como los pensamientos imprecisos del mundo.
El corazón, un vuelo de polillas
en un bolso de lona.

Ninguna luz alivia
en las profundidades de los pozos
la clausura del agua,
no hay otro testimonio de la altura que el de nuestra caída.
Porque es lenta y callada y minuciosa
la gestación del daño,
el camino delante de nosotros
solo pone distancia, solo separación.

Aquí, en la convergencia de las aguas,
en el corazón desconcertado de los nadadores,
un gran ojo de ciego se abre en nuestras manos
y en silencio nos lleva.

La noche ha confiado su heredad a la noche.
¿Quién canta todavía?

MATERNIDAD

Cada mañana, a solas,
antes de que regresen los bañistas,
de que empiecen a posarse los pájaros
sobre la arena fina,
puramente geológica,
que el aire de la noche ha ido cerniendo,
la vemos por la orilla recolectando conchas,
cristalillos pulidos,
escamas transparentes
que dejan en sus manos un rescoldo violeta:
la brasa aún no encendida
de esa forma sumaria de la luz con la que irrumpe,
desde sus fundiciones,
un sol recién nacido que bebe silencioso
de la leche del mar.

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REPTILES VIRTUALES [Mi poema]
Vicente Barberá Albalat [Poeta sugerido]New

MI POEMA… de medio pelo

 

Yo he visto a culebras y serpientes,
y a escuerzos que asomando en las rendijas,
haciéndose pasar por sabandijas,
sabiendo son reptiles repelentes
luciendo van sortijas.

Y a sapos y a ratones y alimañas,
lagartos, cocodrilos y caimanes,
y a bichos, que yo he visto aquí a rufianes
lanzándose a pescar con malas mañas
subiéndose a alazanes.

Y a víboras, dragones, salamandras,
así como a pitones y anacondas
y a ratas asquerosas tan hediondas
queriendo demostrar, verde y con asas,
que dan sopa con ondas.

Y a humanos que trepando cual reptiles
metiendo sus pezuñas en el lodo,
te insultan ocultados tras su apodo
conscientes que ellos son correveydiles,
la sombra en un recodo.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Vicente Barberá Albalat

HUMO DE BAR

Noche oscura de otoño.
Calles llenas de luz que no es tuya.
Hombres que viven en esa luz
y que pasean por esas calles.

Hombres que miran, ven y no sienten.
Duros corazones de almas insensibles,
de orejas sin oído.
Luz, música; alegría y tristeza.
Bullicio de gente y algarabía de niños.
Vida y muerte; principio sin esperanza
y fin sin aprovechamiento.
Humo quemado que calientas ambiente de bar.
Palabras en el aire. Tiempo perdido.
Escuela vacía…

La noche será otra vez oscura.
Las calles seguirán alumbradas.
Un niño llorará y pedirá pan.
Un perro hambriento husmeará por
entre los cubos de basura.
El pobre gemirá
en lo alto de la nevada montaña.
Desdichas se ensañarán
con tus hermanos.
Y tú, hombre, seguirás impávido,
inmóvil y quieto,
Mientras el humo de tu cigarro
enturbia la sala de tu memoria.
Vicente Barberá, Sant’Ana, de Oliva, 1965.

AQUEL OCULTO BESO QUE TE DI

Mientras la nieve cubre las montañas
y el cielo se viste de azul celeste,
pienso en la última noche que pasé
mirando las estrellas relucientes,
y al azul alzando mi mirada,
añoro el postrer día en que te vi.

Contemplando de nuevo el firmamento
alrededor de mi estancia distinguí
una sucesión variada de ilusiones
que con pesada envida acaricié.

Pienso en la última noche que pasé
mirando las estrellas relucientes
y de nuevo acaricio la dulzura
de aquel oculto beso que te di.
Vicente Barberá, Ciudad, de Gandía, 1965.

COMO TÚ

A san Juan de la Cruz

Como Amy Winehouse,
frágil fiera tragada por las olas
del éxito y la angustia.
Como Dolores O`Riordan,
sin tiempo de acabar ese último disco
-un poema en mi caso-
donde al fin se desnudan palabras de otro tiempo.
Quizá como John Keats,
cantando a un ruiseñor.
O como Federico, sin tumba conocida.

Siempre pensé que mi muerte
-era una vanidad, un pensamiento obsceno-
tendría un halo de tragedia.

Pero ahora sé que no,
ahora sé que mi muerte
será como la tuya:
en la celda más fría,
entre el amor y el odio de los nuestros,
pero abrazado a un crucifijo.

Y ahora sé que mi vida
se parece a tu vida,
pues ambos encontramos el amor
yendo tras Él por cumbres y cunetas,
por prados florecidos y solares
de olvido y de desguace.

Su amor nos encontró
después que nos condujo tras sus pasos
por el horror y la belleza
para aprender a verlo en todo.

Su amor nos encontró y eso hemos dicho.
Con una diferencia:
tu palabra fue luz,
la mía sólo un rastro de penumbra.

Publicado en “la noche y sus etcéteras. 24 voces alrededor de san Juan de la Cruz”. Editorial Gravitaciones, 2018

VERÁS, MI AMOR

I
Y en casa de mi abuela, oculto en un armario,
dormía un libro viejo: La Juanita.
Me lo llevé a la hora de la siesta,
la mirada cansina,
al amparo del roble,
en soledad sin techo,
al lado del romero y del tomillo.
Cubierto por la sombra
abrí por cualquier página:
la vida de la niña era en todo un ejemplo.
Empecé a dormitar
y a recrearme en ti,
porque tú eras mi libro y todos los recuerdos.
Al despertar, el libro estaba allí,
pero tú no.
Sólo el rumor de las abejas.

VERÁS, MI AMOR

VI
… En mis manos la luz, a veces aparente,
parece una señal,
imagino que vieja, en el temblor del tiempo.
Y me gusta mirarla
y pensar que en mi rostro se refleja,
que borra la tristeza de mis ojos.
Pienso que debería ser así todas las veces
y para todos siempre.
Pero también la luz
es sombra horizontal en una cueva
repleta de alimañas.
Y tú las ves y temes que te roben
esa escasa alegría,
que se quiebre tu vuelo
sin remisión, herido por la ausencia.
(De DESPUÉS DEL AMOR, Olélibros, 2018)

V

…Los seres de la rambla,
ocultos o en el aire,
juegan entre las flores
o nadan en las charcas.
Viven cumpliendo los mandatos
de ese ser inasible
que nunca ha visto nadie,
que consiente u ordena
el ritmo de las olas y del tiempo,
el crujir de la roca
y el volar de una abeja que se acerca
y zumba sobre mí.
Todo sigue un compás desconocido,
como de muerte,
y el concierto es extraño.
Su música entorpece mis silencios
por su poder sagrado y ancestral.
Nada puede alterar su pentagrama.
Todas las luces y las sombras
son obra de ese ser incomprensible
que ordena que los días amanezcan,
que las nubes no lloren en verano
o altera el calendario de las risas
haciendo que los miedos aparezcan,
porque todas las cosas, todas,
han de pedir permiso, sin saberlo,
para que abra la puerta del misterio
y haga entender hasta a las piedras
que el veloz vuelo del vencejo
pueda alterar la vida de la rambla

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