A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...

Donaciano Bueno Diez

Donaciano Bueno Diez

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Editor: hombre de mente curiosa, inquieta, creativa, sagaz y soñadora, amante de la poesía.

LAS MOSCAS, LAS HORMIGAS [Mi poema]
Luis Natera Mayor [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Aquí, donde ahora habito no hay conejos,
ni hay chopos, ni hay trigales, ni hay ovejas,
tampoco he percibido a comadrejas
no hay río y por lo tanto no hay cangrejos.

Ni hay níscalos, tamuja, ni hay bellotas,
y no juegan ni al mus ni al subastado,
hablando hasta un lenguaje deformado
que hasta dudas si putas son las sotas*.

Y no hay plaza mayor, casas de adobe,
ni hay montes ni hay frondosas arboledas,
tampoco los lagares ni hay bodegas
ni hay nada que le arriende y que le arrobe.

La iglesia del lugar no es una iglesia,
parecen campanarios adosados
sin nidos de cigüeña encaramados
que muertas padecieran ser de amnesia.

Y no hay campos de trigo, ni hay espigas,
ni siquiera pinares ni viñedos
y hasta huyeron del campo los hayedos
pues sólo unen las moscas, las hormigas.
©donaciano bueno

Tan #cerca y tan distinto Share on X

En estos versos trato de destacar la diferencia dentro de España de dos Comunidades Autónomas, Castilla la Vieja, en la que nací, y la de Valencia, en la que ahora vivo, sin pretender anteponer la una a la otra. *Allí se decía puta a la sota  de la baraja.

MI POETA SUGERIDO:  Luis Natera Mayor

INVOCACIÓN

Dadme la sombra de la luz
para borrar del mapa
los extraños indicios
de tanta desmemoria.
Dadme los ojos necesarios
para mirar de cerca
la herida de los ríos
que sangran de dolor.

CAPRARIA

Unamuno en Fuerteventura

Solo Don Miguel zurció tu ropa,
cosió tu arenal al viento
y te hizo madre
de los exilios y de los desiertos.
Sólo te llaman hija de desventuras
los coroneles,
los ingratos,
los obcecados siervos
de la fertilidad sin aire.
Sólo el anacoreta
bebe en el malpaís
y se sacia con poco
como el mar y el dromedario.

TE DEBO UNA PALABRA

Te debo una palabra
donde quepa mi sangre,
donde quepa el temblor
que me sostiene
en aparente calma.
Te debo el pan robado
a tu hambre de siglos,
a tus hornos cerrados
a la labor del día.
Aquí tienes la luna que te falta
y todos los geranios
de mis jardines rotos.
Te debo más que el agua
reclusa en una lágrima
y más que las mareas
de todas mis tristezas.
Acepta cuando menos
la corona de espinas
de mi cuerpo sin habla.
Lo doy todo por dicho.
No me queda siquiera
la última palabra.

OBSTINACIÓN DEL CANTO

Si algo queda en el humo de los días
que no se desvanezca
y pueda ser soporte
del vuelo de los pájaros
no es una catedral, sino una rama
o el milagro del nido
que en su cuerpo se tiene.
Si algo puede fundar
la voz del hombre
que respira y padece
con moderado alivio cuanto vive
no es la música etérea
que compone su pecho y se hace aire,
sino el canto obstinado de la vida,
que insiste en alumbrar
la noche y el silencio.

OTRO DÍA SIN TI

Otro día sin ti
sosteniendo la noche
con el rostro mojado y la tristeza
desatada de súbito.
Otro día en el mar
que me negó el acoso de las olas
cuando más deseaba
naufragaren la espuma.
Otro día sin límites
en el ocaso bronco
de las gaviotas ágiles de antaño.
Otro día soñando en el hechizo
del azar de tus alas
buscando el pan del beso
acercándome vana, inútilmente
a la orilla encantada de un otoño
que escribe en cada hoja
mi soledad sin ti.

¿HACIA DÓNDE?

¿Cómo escoger la flor,
la página vivida,
la mejor luna, el salmo,
la mirada, la voz…?
¿Cómo morir así de oscurecido
sin que el fragor del mar
me abra, por lo menos,
la puerta del silencio?

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POBRE ESPAÑA! [Mi poema]
José Joaquín Pérez [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Cuídate de los buitres carroñeros
que huelen la carnaza,
presumen de ellos ser los pioneros
en tanto van haciendo prisioneros,
de aquellos disidentes a la caza.

Y cuida de las fobias, quienes hacen
del odio el late motiv,
que ocultan su maldad bajo un barniz,
de antaño lo que hicieron lo deshacen
con fauces que te dejan cicatriz.

Rompiendo con pedruscos van tejados
a quienes precedieron,
sin ver ni respetar que ya murieron,
haciéndoles penar por sus pecados
y siempre maldiciendo lo que hicieron.

Recurso apelación a desvalidos
para ellos vivir bien,
gozando del fragor de ese vayven
fingiendo, que en verdad son resentidos
que sueñan con ser dueños de otro edén.

De aquellos que denigran el pasado
sin nada que ofrecer,
después verás no saben ya qué hacer
mas ellos de ser pobres se han curado,
diciendo mucho gusto, hasta más ver.

Que van tirando tiros contra todo
que suene eso a pasado,
excepto si es a ellos que ha gustado,
no importa si después queda allí el lodo,
que es eso que engañando habrán dejado.

Vacúnate y protégete de quienes
metiendo en la maraña,
te quieren destruir con odio y saña
negando los valores que tú tienes,
dejando tus despojos, pobre España.
©donaciano bueno

#Huye de los que se declaran #salvadores Share on X

La historia se repite. Hubo un día en que unos tipos que no tenían donde caerse muertos, aprovechando el descontento de una crisis económica, movilizaron a las masas en nombre de los pobres desfavorecidos prometiendo el oro y el moro. Poco tiempo tuvo que pasar para que tocaran gobierno. Como no saben construir hoy solamente se dedican a destruir el pasado, aliándose con independentistas, terroristas y toda esa patulea de la izquierda marginal. Su nombre: Podemos.

MI POETA SUGERIDO:  José Joaquín Pérez

La vuelta al hogar

Ondas y brisas, bruma, rumores,
suspiros y ecos del ancho mar,
¡adiós! que aromas de puras flores,
¡adiós! que todo cuanto se alcanza,
dicha, esperanza,
y amor me llaman allá en mi hogar.

¡Ya ve el proscrito sus patrios lares!
Ve azules cumbres lejos sombrear
grupos de nieblas crepusculares,
y el ansia siente del paraíso
que darle quiso
Dios en el seno del dulce hogar…!

Si peregrino, si solitario,
otras regiones se fue a cruzar
la ley temiendo de un victimario,
¿el caos qué importa si un sol luciente
brilla en su frente
y hoy sonriendo vuelve al hogar?

¡No más torturas en su alma libre!
¡No más memoria de su pesar!
¡No el odio estéril sus rayos vibre,
que el patriotismo ya sólo espera
por vez primera
calma y consuelo bajo el hogar!

Virgen de América, suspiradora
cautiva indiana, vuelve a gozar;
si atrás hay sangre, luz hay ahora…
Ayer el hierro y hoy es la idea…
¡Tu gloria sea
ver a tus hijos junto al hogar!

¡Cuán bella eres acariciando
todos unidos los que al vagar,
-errantes unos y otros luchando-
sufrieron ruda la tiranía
que hacer quería
huérfanos tristes sin pan ni hogar…!

¡Ya no hay festines patibularios!
¡Ya no hay venganzas con que saciar
su vil conciencia crueles sicarios!
¡Ya no hay vencidos ni vencedores!
¡Sólo hay de flores
castas coronas en el hogar…!

¡Mi dulce Ozama! Tu bardo amante
a tus riberas torna a cantar,
y tras él deja, por ti anhelante,
lejanos climas y humilde historia,
tierna memoria
¡del peregrino vuelta al hogar…!

Bajo tus ceibas y tus palmares,
sobre tu césped y entre el manglar
aún se oye el eco de los cantares
de aquella infancia, fugaz, que en horas
engañadoras
llenó sus sueños de amor y hogar!

Y, ¡ven! le dice cada paloma
tímida y mansa que ve cruzar
desde la cumbre de enhiesta loma,
cuando las alas tiende y su arrullo
mezcla al murmullo
del río que baña su dulce hogar!

Y, ¡ven! le dice ronco el estruendo
que hace en las rocas lejos el mar…
¡El mar!, que un día su adios oyendo
fue de ola en ola su adios llevando,
luego tornado
con hondos ayes del pobre hogar!

Y todo cuanto su ser le diera!
¡Ven! dice el polvo que va a besar
donde mañana como postrera
ráfaga cruce su vida breve,
donde se eleve
su tumba humilde junto al hogar!

Así, -suspiros, brisas, rumores,
lánguidas ondas y ecos del mar-,
adios decidme, que todo: amores,
gloria, esperanza, paz bendecida,
tiene hoy la vida
del pobre bardo vuelto al hogar…!

Ecos del destierro

¿A dónde vas, humilde trova mía,
así cruzando los extensos mares,
con el eco fatal de la agonía
que lanzo lejos de mis patrios lares?…

¡Ay! dime si a mi triste afán perenne
darás, volviendo, plácida esperanza,
o si rudo el destino su solemne
sentencia contra el bardo errante lanza.

Di si una pobre, triste, solitaria
madre que llora sin cesar, me augura,
dirigiendo hacia el cielo su plegaria,
penas amargas o eternal ventura.

Di si aún resuena lúgubre en su oído
aquel adiós del alma que le diera,
o si en su seno casto, bendecido,
mañana reclinado verme espera.

¡Ay! Dime, dime! En tan funesto día
dispersas vi mis ilusiones bella;
campos de flores, do el reflejo ardía
de un cielo azul de nítidas estrellas.

Y hoy… la experanza en abandono llora
en los escombros y cenizas yertas
de tantas dichas que aún el alma adora,
de tantas dulces ilusiones muertas…

Ve, ráfaga fugaz, del alma aliento,
cruzando abismos a la patria mía,
¡que a ti no puede un sátrapa violento
imponerte su ruda tiranía!

Juega en las linfas de Ozama undoso,
besa los muros do Colón cautivo,
de negra y vil ingratitud quejoso,
el peso enorme soportara altivo.

Y si en la ceiba centenaria miras
muda ya el arpa que pulsé inspirado,
con los trenos de amor con que suspiras
haz que vibre mi nombre ya olvidado.

Yo soy aquel cantor que entre su seno
la alondra cariñosa comprimía,
mientras en el nido, de hojas secas lleno,
verdes guirnaldas con afán ponía.

Yo soy el trovador de esas colinas,
que de Galindo en la feraz altura,
velado por las sombras vespertinas,
rindió culto al amor y a la hermosura…

Vé, ráfaga, suspira, gime y canta;
a mi ángel puro con tu incienso aroma;
«ella» el santuario de mi vida encanta
cuando su imagen en mi mente asoma.

Vé y si junto a mi madre, mi inocente
dulce huérfana implora por mí al cielo,
estampa un beso en su virgínea frente,
signo de amor y paternal desvelo.

Y a todo lleva, humilde trova mía,
así cruzando los extensos mares,
el eco de la angustia y la agonía
que lanzo lejos de los patrios lares…

Caudal

Caudal es cantidad
de agua que transita en un segundo,
que viene al punto dado en la corriente.

Si no se especifica el sitio en el que mides,
si es el litoral, si es el meandro,
si hay un lugar de agua que te ignora,
pongamos que el lugar en el que mides
se acerca a lo que resta, te resta de la boca.

Así el caudal varía, según tú lo alimentes,
según la infiltración de afluentes que reciba.

El agua se evapora, se merma así el caudal
que viene a reponer el hombre en su trabajo,
la nieve si se funde, la lluvia en su estación
que mide y que se crece en el final.

Las piernas que se abren,
el agua que al abrirse desemboca.

Duración

Mis alas te las dejo.
Agítalas con fuerza, toma impulso.
Yo prefiero quedarme entre los hombres,
volver a hundir mis pies en tierra blanda.

Qué si hasta el misterio se derrumba.
Me puedes encontrar detrás del árbol.
Quién ha dicho que el tiempo verdadero
nos tiene que durar más que la vida.

El Laberinto

Ella estaba detrás del laberinto.
Lo supe al conocerla.
Aunque al principio, al relumbrar su cuello
en la puerta fugaz de aquel hotel
(creo que podía ser el Miguel Ángel,
y había un piano-bar), jamás me habría creído
que era posible entrar con tanta suerte
ni en ningún otro hotel, ni en cualquier otra parte.
Tenías que haberla visto. Tenías que habernos visto.
Era casi imposible imaginar
a dos seres tan frágiles,
con un fulgor tan raramente humano.
Y el brillo se quedó dentro del pecho,
como un tibio dolor del corazón.
Poco después moriste, pero ya pude ver
que había una hebra invisible, un deseo capilar,
en ti y en ella,
de no tener más freno que la muerte.
Y se lo dije entonces, quizá hasta un poco antes:
eres como un cachorro de león asustada.
Tú sólo tienes miedo de tener
ese miedo más grande que la vida.
Eres como un cachorro de león asustada,
porque un león no se rinde,
no cesa ni claudica,
se encrespa en la batalla,
apenas retrocede
y muere de un impulso o ruge y toma aliento
y vence a dentelladas.
Me gustaría decirte que fue fácil.
Me gustaría decirte que aún es fácil.
Pero ella está detrás del laberinto
y no hay salida fuera de sí misma:
es un hotel costero abandonado
donde todas las puertas nos llevan hasta el mar.

El junco verde

«Jueves 11 de Octubre… Vieron pardelas y un
junco verde junto a la nao…
Con estas señales respiraron y alegráronse todos».
(Diario de navegación del Almirante).

I
Fugaz sobre el cerúleo Mar Caribe,
al soplo inquieto de la brisa, vuela,
y el dulce rayo matinal recibe
del inmortal Colón la carabela.

Él, de pie y en la proa, absorto mira
en lontananza vago punto verde,
que, cual juguete de las ondas, gira,
y en la vasta extensión del mar se pierde.

-«¡A virar!», grita trémulo, agitado,
con la emoción del que, temiendo, espera,
y ve en el porvenir ya realizado
lo que un sueño falaz tan sólo era.

Dócil cede la nave; en pos se lanza
de eso que informe en el abismo vuela;
¡dulce y vago vislumbre de esperanza
con que el alma del nauta se consuela!

En febril ansiedad Colón suspira,
sus ojos el espacio devorando;
y ya, a la luz crepuscular, se mira
cerca el objeto ante la proa flotando…

-«¡Hosanna! ¡Gloria!» -de rodilla entona.
«Oh, bendito el Señor por siempre sea!»
Y a un éxtasis de dicha se abandona
aquel genio inmortal que un mundo crea.

Agrúpase la turba que, insolente,
sacrificarlo a su furor quería
y dobla humilde, con fervor, la frente
ante el noble coloso que la guía…

Pero… ¿qué ha despertado así el delirio
de esos hijos del mar? ¿Cuál es el bello
talismán de esa fe, cuando el martirio
graba en sus almas tan horrible sello?…

-«¡Mirad -dice Colón- he aquí mi gloria!»
Y del océano su potente mano
recoge un junco verde cuya historia
guarda un profundo y misterioso arcano.

Aquel junco, viajero solitario
en la vasta extensión del mar,
encierra el fíat fecundo, poderoso y vario:
la esperanza inmortal de luz -¡la Tierra!

Reliquia del amor que la ígnea zona
ofreciera al intrépido marino;
rico florón de la primer corona
que sonriendo le ciñe ya el destino.

Por eso él a su seno lo comprime,
y en él sus labios afanoso sella;
pues ese junco el corazón redime,
donde el pesar profundizó su huella.

II
Mientras la brisa nocturnal soplando
rauda empuja la frágil carabela,
el extenso horizonte contemplando
en dulce insomnio, el Almirante vela.

¡Noche de sombras, de perenne anhelo,
en que cada celaje que fulgura
-débil reflejo de la luz del cielo-
el nuevo mundo que soñó le augura!

La sutil, vaporosa y áurea niebla,
nuncio del alba, en el espacio gira,
y el mar y el aire y los confines puebla
y todo aliento de placer respira.

Del tope de La Pinta, que se avanza,
«¡tierra!», dice una voz; y el eco vibra;
y ese grito sublime de esperanza
conmueve el corazón en cada fibra…

Allá -entre la infinita muchedumbre
de las galas que espléndida atesora,
tras la bruma lejana-, enhiesta cumbre
surge el beso del rayo de la aurora.

«¡Mundo de amor, risueño paraíso,
verde oasis de luz en mi desierto
yo te bendigo, porque en ti Dios quiso
brindarme al fin de salvación el puerto!»

Así exclama Colón; y en la ribera
de esa ignota región de maravilla,
en el nombre de Dios, con fe sincera,
tremola el estandarte de Castilla.

La hermosa Guanahaní, donde el lucayo
en su cabaña, que ceñía de flores,
viera pasar en lánguido desmayo
una vida de paz, dicha y amores,

fue la primera do la ruda planta
estampó esa falange triunfadora
que -al dulce amparo de la fe- levanta
suplicio vil junto a la cruz que adora.

III
Después que de Colón y de Castilla
la fama el triunfo por doquier pregona,
y ya Quisqueya, conquistada, brilla
cual joya de la ibérica corona;

Colón regresa a sus antiguos lares,
y al pie de los monarcas protectores,
de sus conquistas en lejanos mares
depone los magníficos primores.

Pero en su pecho, y recamado de oro,
de ricas perlas y coral, se mira
portentoso y espléndido tesoro,
reliquia santa que entusiasmo inspira.

Es un pedazo de aquel junco verde
que en las aguas del mar vió confundido,
y que allí guarda, porque allí recuerde
que está su corazón agradecido.

Con él lleva doquiera vinculado
un mundo de esperanzas y delirio;
con él la adversidad ha consolado
cuando la ingratitud le dió el martirio.

En la prisión, en el fatal camino
de su infortunio, lo llevó a sus labios;
con él lloró su singular destino:
la gloria que a la envidia causó agravios.

Y cuando aquella frente victoriosa,
donde un mundo encerró la Omnipotencia,
al rudo peso de calumnia odiosa,
sobre un lecho de mísera indigencia,

el reposo encontró que nunca hallara
en el seno radiante de su gloria,
fue su tumba del junco verde el ara
donde el mundo hoy venera su memoria.

El perfume de las nubes

He leído las palabras que aquel día
grabaste en unas hojas frente a un río.

Dejaste atrás la puerta
de madera tan gruesa como el cosmos,
subiste los peldaños de la entrada
y encaraste el ascenso de su Torre.

Pasaste dentro,
te sorprendió el aire acristalado,
llenos tus ojos blancos del rumor
de la hierba brotando en cada piedra.

Recordaste el murmullo último entre las carnes.

Pensaste que aquel sitio
podría gustarle a ella,
tu Torre construida sobre el mundo;
pero ella era del mundo sobre todo,
y tu mundo una Torre de silencio.

Saltaste más de cien
escalones de pensarlo
y el viento se volvió dulce al llegar;
el vino se acercaba a tus mejillas
borrachas del calor del que está solo.

Vindicaste tu orgullo de perdido
en la tierra vencida por los fuertes;
tu padre te observaba en un peldaño.

Tú sabías lo que sus ojos blancos
susurraban: -Nunca olvides cantar
a las estrellas del alba. -Tú olvidas
-contestaste-
que las empiezo a rozar.

He leído las palabras que aquel día
grabaste en unas hojas frente a un río
y he soñado tu Torre por el mundo;
dime, William ¿dónde marcháis los hombres
que habéis de cruzar el cielo
para hallar el sentido de las cosas?

¿Dónde ha quedado tu casa, tu mesa,
la tumba de tus hijos y tu amada?

Nos miras desde lo alto de tu Torre.

¿Y ahora qué?, canta el fantasma de Platón.
¿Y ahora qué?

¿Respiras el perfume de las nubes?

Areíto de las Vírgenes de Marién

Coro

Bellas hijas de Elim y del Turey,
el arieto de amor al viento dad,
y al son del tamboril y del magüey
aéreas en torno del Zemí danzad.

I
El momento feliz en que la vida
Louquo potente e invisible creó
la raza de Quisqueya, ennoblecida,
del caos confuso, ante la luz surgió.

Cacibajagua, la caverna ardiente
que guarda en su región Maniatibel
fue la cuna inmortal de Elim luciente,
padre fecundo de la indiana grey.

En ella el germen de la tierra indiana
inmóvil, mudo, mírase flotar,
y un beso de la luz de la mañana
hizo un ser amoroso palpitar.

Convertido fue en árbol, donde el viento
llegó en torno sus alas a batir,
y las hojas nacieron de su aliento
y los campos se vieron sonreir.

Del Turey derramó vaso de aromas
sobre el árbol de vida el Gran Zemí,
y montañas, erial, valles y lomas,
todo se adorna en la naciente Haití.

Coro

Bellas hijas de Elim y del Turey,
el arieto de amor al viento dad,
y al son del tamboril y del magüey
aéreas en torno del Zemí danzad.

II
Nació de ese árbol, en tan bella hora,
fecunda, esbelta, misteriosa flor,
castísima gemela de la aurora,
hija inocente del primer amor.

Y, a la sombra del árbol, dulce arrullo
alzaron las palomas de Marién
cuando el naciente, virginal capullo,
abrió la flor para esparcir el bien.

Pobláronse las vastas soledades
de seres mil en infinito amor,
que el inmenso confín de las edades
llenan de gloria, de virtud y honor.

El santuario del bosque, las cabañas,
que sombrean las palmeras y el bambú,
las pampas que circundan las montañas,
las vegas que regando va el Camú,

del culto de Marién ya propagado
repiten el sonoro yaraví,
mientras el perfume del aloe sagrado
lanza al aire el luciente canaí.

Coro

Bellas hijas de Elim y del Turey,
el arieto de amor al viento dad,
y al son del tamboril y del magüey
aéreas en torno del Zemí danzad.

III
Con flores de la ígnea índica zona,
con raras conchas del caribe mar,
llevad tejida la inmortal corona
que vais a los Zemís a consagrar.

Bulliciosas, ceñidas con la pompa
del misterioso rústico jardín,
el aire vago vuesto areito rompa
y llegue al trono en que se asienta Elim.

Deslizaos, como en medio de las hojas
la tierna madre, la primera flor,
cuando sintáis vuestras mejillas rojas
al beso ardiente del primer amor.

Dejad henchirse vuestro seno altivo
cual la fruta sagrada del mamey
cuando el dardo os arroje fugitivo
el dios fecundo de la indiana grey.

El Gran Zemí es el padre de la vida;
de él nos viene la luz del corazón,
el aire puro que al placer convida,
el principio inmortal de la creación.

¡Feliz momento en que al amor se dieron
todos los hijos del Supremo Ser!
¡Felices los que -amando- se rindieron
unidos a su omnímodo poder!

Coro

Bellas hijas de Elim y del Turey,
el arieto de amor al viento dad,
y al son del tamboril y del magüey
aéreas en torno del Zemí danzad.

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PRESENTACIÓN [Mi poema]
Luis Mizar [Poeta sugerido]

MI POEMA ...de medio pelo

 

Yo soy Manolo y, amigos,
un humilde guitarrista
que no aparece en la lista
de los discos más vendidos.
Yo canto por afición
y en agradarles me esmero,
si lo consigo prefiero
su aplauso de corazón
antes que me den dinero.
Mas si dinero me dan
no crean que lo desprecio,
no me importa el qué dirán
ni piensen que soy un necio.
Y ya, para terminar
esta breve alocución
doy comienzo a mi actuación
implorando su clemencia.
Pido su benevolencia,
que al final pueda lograr
gozar de su aprobación
y me den su complacencia.
Yo sólo soy un juglar
¡Va por la mejor audiencia!
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Luis Mizar

Salmo del viejo truco

Señor
Al pie de la letra he seguido tu consejo.
De mi rostro he arrojado la máscara.
Amigos y enemigos han visto
con acusador espanto mi verdadero rostro.

Señor
Fuiste audaz y te funcionó el viejo truco.
Tu sugerencia me trajo una camionada de repudio.
Mis amigos (alimañas pedigüeñas de tu lluvia)
niegan la franca sequía de mi Huerto.
Mis enemigos (pálidos mercenarios de tu fuego)
festejan el incendio de mi bohío.

Oh, Dios de mi desgraciado barro,
ahora que me miras convertido en vivaz antorcha
suelta las amarras de tu risa
pues, una vez más he sido víctima de tus trampas.

Salmo de la cuerda

Señor
En noches que son hondos abismos y desacuerdos
me despierta el apretón (no sé si justo o injusto)
de una cuerda rodeando mi cuello.
Otras veces he visto mi cuerpo
Colgando de un árbol
columpiándose
ante el soplo de un viento escandalizado.
Señor
¿Permitirás que una noche lluviosa
huérfana de luna y palabras
se vuelvan realidad mis sueños?

Salmo de la inocencia

Señor
soy inocente como un grano de trigo,
un tigre enjaulado o una gota de miel.
Señor,
Acuérdate que desde mi primer grito
procuro eludir tus senderos,
pero tus tercos senderos
siempre solicitan mis pasos.
Señor,
no te oculto nada; a tus ojos soy visible
como el reposo del agua en el cántaro dormido;
mis actos te huyen como un ciervo asustado,
pero solo y rodeado de tristes bejucos
en horas vulneradas, tu resplandor me encuentra.
Señor, soy inocente
como la voz del manantial,
soñada por los desiertos.
Desdeñoso y audaz me alejo de tu perdón,
y alejado de tu perdón, comprendo
que también del desvarío de mi fuga soy inocente.

Salmo de la primera piedra

Señor
puesto que yo soy todos los hombres
es justo que sea condenado
por haber arrojado la piedra
que golpeó el rostro del ángel
y volvió añicos el cielo
creyéndome
(en un peregrino arrebato de santidad)
libre de la renga sombra de los pecados.

Rogativa por el néctar de ébano
o Salmo de la cobija esquiva

Permite señor
que me cobije su tibieza
que mis manos se asomen a sus manos
que mis pies se enreden con sus pies
que el olor de su piel se aposente en mi piel.

Permite señor
que cese mi sana angustia
y yo pueda beber por siempre
el néctar de ébano
de los pechos de mi amada.

Salmo de la náusea

Señor
hace tiempo te lo quería decir
pero la timidez (que siempre me ha jodido)
me amordazaba la boca.
Después de mi perorata
sé que dirás:
“Mizar es mancha de plátano
para el blanco vestido de mis ángeles.
Es más fácil que entre un elefante
por el ojal de una camisa
a que entre Mizar a mi paraíso”.

Señor
no me importa tu retórica
pues, hace tiempo que agonizo por decirte
que tu paraíso y tus mandamientos
me producen náusea.

Salmo de los lunares
o centellas elocuentes

Oh, tú omnipotente
que dominas el filo de las tempestades
que apaciguas la furia de los volcanes
que conviertes en girasol a la centella
que el mar lo viertes en una totuma.

Oh, tú milagroso
permite que mis labios ganen el paraíso
viajando a los lunares prohibidos
de esa trigueña que alucina
los setenta kilos de barro clamoroso que soy.

Salmo de las heridas

Señor
ahora que soy sol eclipsado
en el paréntesis
de las piernas de una mujer
liberaré el mentol de mis palabras
para que tu paladar
comprenda mi súplica.

Señor
venga a mí tu reino de heridas
porque en el mapa de cicatrices
que representa a mi esencia
aún hay comarcas baldías.

Salmo de la estación fenecida

Señor
Si me descubro ciego bajo un resplandor de luna
Si halagados por una sinfonía de Vivaldi
mis oídos se niegan a gozar el misterio musical.
Si mi olfato no percibe
el olor sufrido del baúl de mamá.
Si lenguas de fuego lamen mis piernas
y no libero lamentos.
Si mi boca es una porción cerrada de silencio
entonces, oh todopoderoso,
¿Debo conjeturar que soy tiempo en reposo
o estación fenecida propicia para los gusanos?

Salmo del insensato

Señor
Mírame frente a este río
que brota de mi costado menos contaminado.
Mírame sentado en esta piedra
que conoce el peso exacto
de mis rencores, desamores y angustia.

Señor
Que hoy, tu benevolencia me sea propicia
y se vuelva amiga de mi petición.

Señor
Aleja el yugo de la sabiduría de mi sombra
aleja la infernal lucidez de mi esencia
hazme insensato
porque más vale un torpe feliz que un sabio infeliz.

Salmo de la locura

Señor
Desde siempre has sabido
cuántos kilogramos de inocencia
tengo en salmuera.

Tú has visto lo abarrotada
que está mi alacena de ironía.

Tu mano derecha desgranó compasión
cuando apareció
la séptima flor de locura en mi huerto.

Desde siempre has sabido
que yo soy tu broma más amarga.
Entonces, bendito señor, no permitas
que mi risa sea vestida
por la túnica inconsútil de la razón.

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LOS ÁNGELES CAÍDOS [Mi poema]
José Corredor-Matheos [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

No me pidas que mire hacia otro lado,
ni incites a taparme los oídos,
ni quieras que aunque sean desconocidos
me olvide de pensar que, acongojado,
no sufra por los ángeles caídos.

No me pidas que sea complaciente
con quien sangre no lleva en las entrañas,
que blanden en el aire sus guadañas
y lanzan sin dudar sobre la gente
plagados sus ojos de telarañas.

No me pidan, les ruego no me pidan,
que sea ni pacato ni indulgente
con aguas putrefactas de esa fuente
que del arte de amor siempre se olvidan
y lanzan la piedad por la pendiente.

Que vine a condenar aquí las penas
que causan a inocentes, mal nacidos,
no puedo soportar más los ladridos
de esos perros rabiosos y de hienas
y menos sus malditos alaridos.

Y hoy me siento indigente, desvalido,
¡líbrame ya señor de esta condena!
pues no puedo entender por qué haya sido
por qué todo en el mundo está podrido,
quiero huir de París. Tirarme al Sena.
©donaciano bueno.

Al escribir estos versos estoy pensando en el último atentado en la Sala Bataclan, París, en los que matan en nombre de Dios, los que lo hacen por placer, en los sensibles insensibles, en los que se apiadan ante el sufrimiento de un animal y hacen la vista gorda al ser humano, en los fariseos, en los presos de sus obsesiones, en los que se creen predestinados, superiores, en los prepotentes, en los que odian, que desprecian, que van dejando cadáveres por el camino, sátrapas, malajes, pendencieros, de lágrima floja pero de corazón de piedra, egoístas de salón, en los que no tienen cerebro o, si lo tienen, está lleno de gusanos, y, en definitiva, de los que vienen a este mundo a joder a los demás. (Incluyo aquí a políticos de medio pelo, a falsos predicadores que lo hacen a beneficio de inventario)

MI POETA SUGERIDO:  José Corredor-Matheos

De Ahora mismo (1953)

Los pájaros ya vuelven
con la ceniza en las alas,
pero el aire te oculta,
sin abrazos ni cárceles.
Te endureces de pronto
como una torre sola
en la quietud del campo.
Y escuchas en silencio
una voz sin sonido
que rueda por la arena,
como señal o nombre
o puñado de sombras
donde se acabe el tiempo.

De Poema para un nuevo libro (1960-61)

Ya comienza a llover.
Llega, por mi ventana
el secreto mensaje
de la lluvia.
Demasiadas promesas
para morir ahora.

– – –

Qué maravilla
la de haber nacido.
Qué maravilla, sí:
haber nacido ciegos.

– – –

Esta noche, velemos.
Realidad o sueño,
todo vale, esta noche.
La mano está segura.
El alma tiembla.

******

Meditemos ahora
en torno a este silencio:
nuestra callada patria.

– – –
Amigos:
esta vida
nos oculta algo.

De Libro provisional (1961-64):

Algo no se resigna
a morir como todo.
Ahora estás a mi lado.
Contemplas: ¿qué contemplas?
Algo no se resigna
a vivir como todo.

De Pequeña anábasis (1962-1964):

MONTSERRAT

Con esta paz
¿se olvida lo que importa?
Se oye crecer la hierba,
si se afina el oído.
Algo, acaso olvidado,
vuelve a crecer también
y a echar raíces.
Sólo una voz se oye.
Todo olvida su nombre.
Un árbol habla.

– – –

Cuando encuentre el silencio
y la palabra
callaré para siempre.
(Quizás entonces hable
lo que hoy calla)
He de callar,
si encuentro una palabra
que baste no decir.

– – –

Voy a marcharme
lejos.
Algo
ya ha madurado.
Voy a marcharme
lejos:
donde se cumplan
todas las promesas.

De La patria que buscábamos (1965-1971):

Todo está solo,
y todo no está solo.
Todo está muerto,
y todo no está muerto,
Todo está lejos,
todo, si lo toco.
Todo perdido, todo,
si lo encuentro.

– – –

Yo me vuelvo a mi verso
Y dejo este triste
campo sin nada, yermo,
las espigas sin grano,
estos ríos sin agua,
palabras sin sentido.
Vuelvo al trabajo solo
del huerto solitario
poblado de cizaña,
con los dos pies hundidos
y las manos vacías.

– – –
Pasan trigos;
luego un hombre.
¿Hacia dónde?

De Ahora mismo (1953)

Los pájaros ya vuelven
con la ceniza en las alas,
pero el aire te oculta,
sin abrazos ni cárceles.
Te endureces de pronto
como una torre sola
en la quietud del campo.
Y escuchas en silencio
una voz sin sonido
que rueda por la arena,
como señal o nombre
o puñado de sombras
donde se acabe el tiempo.

De Poema para un nuevo libro (1960-61)

Ya comienza a llover.
Llega, por mi ventana
el secreto mensaje
de la lluvia.
Demasiadas promesas
para morir ahora.

– – –

Qué maravilla
la de haber nacido.
Qué maravilla, sí:
haber nacido ciegos.

– – –

Esta noche, velemos.
Realidad o sueño,
todo vale, esta noche.
La mano está segura.
El alma tiembla.

– – –

Meditemos ahora
en torno a este silencio:
nuestra callada patria.

– – –
Amigos:
esta vida
nos oculta algo.

De Libro provisional (1961-64):

Algo no se resigna
a morir como todo.
Ahora estás a mi lado.
Contemplas: ¿qué contemplas?
Algo no se resigna
a vivir como todo.

De Pequeña anábasis (1962-1964):

MONTSERRAT

Con esta paz
¿se olvida lo que importa?
Se oye crecer la hierba,
si se afina el oído.
Algo, acaso olvidado,
vuelve a crecer también
y a echar raíces.
Sólo una voz se oye.
Todo olvida su nombre.
Un árbol habla.

– – –

Cuando encuentre el silencio
y la palabra
callaré para siempre.
(Quizás entonces hable
lo que hoy calla)
He de callar,
si encuentro una palabra
que baste no decir.

– – –

Voy a marcharme
lejos.
Algo
ya ha madurado.
Voy a marcharme
lejos:
donde se cumplan
todas las promesas.

De La patria que buscábamos (1965-1971):

Todo está solo,
y todo no está solo.
Todo está muerto,
y todo no está muerto,
Todo está lejos,
todo, si lo toco.
Todo perdido, todo,
si lo encuentro.

– – –

Yo me vuelvo a mi verso
Y dejo este triste
campo sin nada, yermo,
las espigas sin grano,
estos ríos sin agua,
palabras sin sentido.
Vuelvo al trabajo solo
del huerto solitario
poblado de cizaña,
con los dos pies hundidos
y las manos vacías.

– – –
Pasan trigos;
luego un hombre.
¿Hacia dónde?

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NO SÉ LO QUE ES LA VIDA [Mi poema]
Jalisco González [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

La vida es un compendio de remiendos,
desde nace ya empieza a envejecer
para nunca pararse de coser
poniendo punto en blanco los atuendos,
la vida es un coser y descoser.

La vida es una herida que sutura
parece que se cura y que te engaña,
que cuidas, que se te abre y se restaña,
compruebas que al final no tiene cura;
la vida se asemeja a una castaña.

Hay quien dice la vida es alegría,
otros en cambio opinan que es de pena,
acto es de contrición, una condena
a soportar paciente cada día,
de una prisión la vida es su cadena.

¿Mas qué es vivir. Mirar con disimulo
sin ver lo que se cuece a cada lado
o ser un egoísta redomado
y darle a los vecinos por el culo?
No sé lo que es la vida. He acabado.
©donaciano bueno

¿Si hay alguien que lo sepa que venga y que lo #cuente? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Jalisco González

Y son dos ríos

Y son dos ríos
dos aguas de comportamiento diferente,
de donde soy,
de donde vengo,
de donde traigo los recuerdos
para este gran trago del ayer
que aquí me bebo.
Son dos brazos largos
que no tienen fin ni regreso
los que abrazan a mi pueblo:
y romántico canto fluvial
lo duermen.
Paraíso natural,
corazón generoso de Esmeraldas,
dime si no es cierto
que la lombriz,
por bondadosa,
se quedó sin huesos,
y nos quedamos como mico en pampa.
Ni más ni menos
parecido a un camello abandonado
en el desierto,
rumiando sus recuerdos:
y fue así,
de la noche a la mañana,
en la ceniza humeante
de su purado cigarro,
el negro miraba
su pasado y su bonanza
igual a una huaca,
que por la mala fe del huaquero
se les hizo agua.
Nosotros somos el juan bobo
de este cuento,
y nos tocó bailar
con la más fea del camino,
que en cuanto nos vio,
de sopetón se nos vino encima.
Y tun pa acá, explotación.
Y tun pa allá, salario de hambre.
Bubas y parásitos por todas partes
invadieron a mi pueblo.
Y tun pa acá, y tun pa allá,
el baile va pa largo.
Nosotros quisimos poner
el último paso de la salsa
queriendo enderezar el ritmo,
pero nos dijo: ¡anarquistas!
¡subversivos!
¡Nadie cambia las reglas del juego!
¡Yo soy el dueño de aquí, y de acullá!
Y escupió un fuerte hedor a infierno.
Dime ahora si no es cierto
que la lombriz,
por bondadosa
se quedó sin huesos.
Y como dice el dicho
que lagarto que traga no vomita,
ahora ya no hay remedio:
nos dejaron como mico en pampa.

Carta al vacío o a cualquiera que la encuentre

Si en cada Enero
me crecen amapolas,
una aurora distante,
“A”, palabra muerta
que no volvió a la vida,
19 puntos subrayando los días
de un Enero nacido de mujer
y encantos.

No estoy triste,
estoy feliz con mis recuerdos,
y con este Enero
tengo una copa alzada
en el más oculto secreto.
¡Salud por ti!

DICIEMBRE

El sueño dotado de los niños
llega con diciembre canturreando,
silbando
con boca de niños,
llorando
con lágrimas de niños,
desnudos de pan,
vestidos de frio.

LA ÚLTIMA ESTOCADA

Quién hubiera creído
que la aurora
se fuera contra el aire
a puñaladas,
para que se seque la vida,
y se derrumbe el canto.
Le puso un mil de bombas
a la ilusión de la mañana.
Quien lo hubiera creído,
y sin embargo,
guardo aquí los días muertos,
el paso de las horas enlutadas,
mi ausencia triste,
sin nombre ni consuelo,
el laberinto de voces y campanas
acusando de falsas las verdades,
riendo y condenando
a un amor puro, inocente.
Quien hubiera creído,
que después del juramento
surgiera dela cruz,
su última estocada.

UNA CANCIÓN, UNA VICTORIA

Las sombras
se escurren lentamente a tu llegada,
la soledad me brinda tintes de alegrías,
y yo te llamo, mujer,
novia o esposa,
en la mitad de la nostalgia que me abate,
siento tu cuerpo virgen, llenándole de luz a mi existencia.
Con los versos marcados con tu nombre,
vuelvo a saludar la vida,
a plantar tu corazón junto a mi alma,
a sanar mis heridas lastimadas;
vuelvo
desde el fondo de la muerte,
desde atras de la esperanza masacrada.
De más alla
estoy aquí,
con ansias de beber en tu aliento
las poesías,
que llene mi voz para cantarte,
que impulse mi canción
cuando me calle.

CARTA A MARUSIS

Marusis,
ahora te hablo en estos versos de amor,
del paisaje florecido,
de mis sueños de pájaros errantes,
de silencio y soledad,
recordación,
dolor y llantos;
así como quien cae y se levanta,
como quien quiere gritar y no hay palabras,
así trastavillando.
Se sale la esperanza y va al encuentro,
se apuntala en el sol de tus miradas,
en el recuerdo feliz de tus sonrisas.
En esta carta,
renacen las estrellas
y mis tristes días toman vidas,
aquí quedan mis manos esperando
otras manos que se junten a mis manos,
el color decisivo de tu ternura,
ahora canto, Marusis,
canto y grito, Marusis, desde el fondo,
de un nuevo mar de amor
que se descubre.

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APÉNDICE A LA HISTORIA CONSAGRADA [Mi poema]
Luz Pichel [Poeta sugerido]

MI POEMA ...de medio pelo

PREÁMBULO
A aquellos me trataron como a un niño
hoy vengo aquí a decir no se equivoquen,
pues no me chupo el dedo, y no me toquen,
mejor será me traten con cariño.
Que un día me contaron mil historias,
y yo me las creí, que era inocente,
y hoy vengo a analizarlas seriamente
y darles varias vueltas a las norias.

ADAN Y EVA
Dijeron que fue Adán el primer hombre
saliendo Eva después de una costilla,
quien fuera que inventó tal apostilla
se quiso divertir, nadie se asombre.
O quiso demostrar que a los humanos
se les puede embaucar contando trolas
cual fuera el de un borracho y sus farolas
matándose de abrazos como a hermanos.

EL PECADO, LA MANZANA Y LA SERPIENTE
Hablar hoy del pecado es recurrente,
recuerdo a la serpiente y la manzana,
lo debo recordar de mala gana
pues digo yo, que tuve un accidente.
La serie es la que sufre la manzana
y débil la mujer que es inocente,
la mala de la peli, la serpiente
y siempre la marrana que es quien gana.

CAIN Y ABEL
Machado era un gran sabio lo escribió
la mancha de la sangre era carmín,
el malo y forajido fue Caín
y nadie aquí la muerte la impidió.
Los padres ¿dónde estaban?, digo yo,
si alguno lo supiera lo dijera,
o acaso es se encontraban en la higuera
y nadie de ella misma los bajó.

EL DILUVIO UNIVERSAL
Qué grande debió ser aquella barca
pudiendo recoger tanto ejemplar
sin miedo a que pudiera naufragar
haciendo que al final se hundida el Arca.
Qué extraño, se salvaran del naufragio
especies y allegados a Noé.
Igual que ocurre aquí pues yo lo sé
políticos huyendo del contagio.

LA TORRE DE BABEL
Entenderse entre dos ¡vaya tarea!
entenderse entre cuatro, se complica,
si son mil ¡vive Dios! se multiplica
y provoca el morir en la pelea.
Lo digo y lo repito tanto idioma
impide se pudieran allí entender
debiendo a la palabra aborrecer,
y a fuerza del esfuerzo entrar en coma.

ABRAHAM Y SU HIJO
Matar lo dijo Dios era pecado
y más si es que aquí el muerto fuera un hijo;
y así sea al final que Él se desdijo
después de aquella idea echar a un lado
cambiándole a Isaac por un cordero
que tuvo que pagar por pecadores
quedándose tan panchos los deudores
echando al pobre bicho al basurero.
...Seguirá...

POETA SUGERIDO: Luz Pichel

EL NOMBRE DE LAS COSAS

Más sentidito,
más lluvia
más música
color, sol, son conocimiento.
Para poder decir
este es el estornino,

este el marzal, aquí dase bien la vinca difformis6.

Rastrillo de palo,
rastrillo de hierro
horquillas del mundo
palas de toda casta
palos de cada casa
palodepalo
paladelpán
palodel-lomo y delas-piernas
palo de lumbre
guadaño, guadaña
azada y azadón
caldero
trasno del lavadero en el mes de enero
caldera y calderín
y calderilla.

Vincapervinca,
¿por qué sólo tienen nombre en esta aldea los trastos de apenar?
El rey del sacho
escapó con el nombre de las cosas bonitas.

LO QUE DEJA EL INVIERNO

lo que deja el invierno en las cañadas
son cuadros
curvas
quebraduras
derrumbes
árboles caídos
puentes confusos
chênes/ oaks/ quercus/ carballos/ robles

caminantes cargados de la vida buscan la cascada el origen
esto no es sencillo / isto non é doado
los cuerpos se retuercen
pasan bajo los troncos
los esquivan
se alzan un cuerpo se reconoce
en el esfuerzo del otro cuerpo

montparnase la torre que se mira fea en el espejo de la otra
la que se vuelve azul a la puesta del sol / no luscofusco bleu
todos los ojos caen desde aquel
ventanal sobre los nombres y las conjunciones
de la ciudad que asumes
o te toca (en invierno)
la pulsas te expulsa te acoge
no te refleja a veces una voz familiar

un pastoreo

carga un nubarrón sobre el oro de los inválidos el río lo azul les tuileries/las tullerías

tras el fundido en negro
reaparece guapísima parís una ciudad en construcción mojada como un pollo
la gallina se sacude las plumas se cobija la oveja
montparnase la cabaña

una pintura en algún louvre
mujer boca abajo sentada en silla
sosteniendo silla no teniendo
manos que no son
teniendo palos huesecitos osos (gharabullada)
agarrando fuertemente silla boca abajo
soportando el soporte
bravamente bocabajo siendo caída
abismándose

tú en 1975 no ibas a ser hueso contra canto
en una ciudad lejos como tu madre tu abuela
tu bisabuela before you tú tenías
un abriguito rosa regalo de la amante inglesa
y en la caja de madera había
en la caja de madera había
había carcoma y sellos
y sellos y sellos y sellos
un registro de migraciones en el olvido rastreable
el dolor
te era tan desconocido como una carta que no se leyó nunca
sólo los sellos los cuadros diminutos de caracas inglaterra londres
una vaca one cow
un oak
un roble quercus carballizo
la orquídea
la reina flor/the queen (unha raíña fea)
her dauther her son
her tree
jer litel tri
her her her litle tree
suu suuyo de la reina el árbol
de su royal garden de ella perteneciente/
su coronita de oro del diente
de los inválidos
75 céntimos de sello
coleccionables

la mujer boca abajo
salió del cuadro y se fue con los suyos ocupando
casa pequeñita enorme abierta
como un final
no había sueño porque todo era posible
(tampouco non había sono)
en la cama se cabía algo
se cabía mal (non se cabía vaia)
no había espejo
no se multiplicaban por equis sus sentiditos
non había paciencia pero había
ciudad (unha cidade)
había una ciudad por construir
había una ciudad por construir

había una ciudad por construir
una ciudad
sin conjunción
sin enunciado ni sintagma
ni sol ni proposición
saliendo del fundido en negro había
había una ciudad por construir al otro
lado del diente de oro de la reina
(do dente de ouro da raíña, de la quin)
un árbol puente para la otra

orilla
carballo antiguo
nenos sucios pero mucho de días sin agua
cazuela sin habas a la verita del invierno
(pota sen caldo)
ganitas de comer

la niña la
del abrigo rosa preguntaba
y cómo sabes tú que tú eres tú
(la madre espera)
como sabes ti que ti es ti
(la madre espera aún)
comment tu le sais que toi es toi
cómo sabes tú que tú eres tú cuando te miras en el espejo así pastando fuera
como sabes ti que ti es ti cando estás a mirarte bailo
cuando tú bailas criatura
eso le respondió la madre que había estado esperando mucho rato
antes de decir.

PIENSA LA ESCANCIADORA

piensa la escanciadora
en su delirio

el hilo el río
el pez / o peixe
el tiempo en hilo
la viruta que deja
el carpintero
en vida

tiempo no tiene tiempo
dice
non ten
no tenemos
no hay / non queda
en círculos se pierde
en piececitas
encerradas en cajas

e pensa a escanciadora
al final de la sed
la botella vacía
la moneda en el vaso
quedará
la escanciadora no
la escanciadora cerrará los ojos
se quebrará

y sueña la borrachita e soña
de la viruta un caldo
(coa viruta unha sopa)
del hilo un calcetín
de la moneda un pan
del color y del aire
y del tiempo
la forma
la pieza nueva
la construcción

TE REGALO UNA HIERBA DIJISTE DENTRO DE UNA CARTA

toma esta hoja abuela la encontré
tiene polvo
se llama luz

un hilito verde un dibujo ovalado
y la luna rodando por una roca
olor a azahar

esto se llama naranja dijo es cosa de comer
en la feria la compré para ti

un pollito naciendo tampoco es fácil
si no hay espiga
si no hay espera
si no hay espacio

algunos cuando nacen se les rompe la casa
se van

luz pero la hoja tiene los nervios cubiertos de polvo entonces
pero no confundirse pero soplar

la mujer recogía del suelo una espiga de trigo
una espiga de trigo poquita harina tiene pero
tendrá sentido

naranja cae en el momento en que tú pasabas por allí rueda huele

yo quería hacer una cosa sencilla para darte
para darles
paro daros
hacer una vejez
una muerte incluso
una cosa así como la piel en espiral de una naranja
cuando se logra entera
(la niña de los de pedro no se logró tampoco
venía mal)
a veces se desgarra la piel

toma luz una naranja mira la encontré en el aire
y luz tampoco es luz
tampoco es una hoja que cae

—¡hayú hayuná hayunaí allá! (alguien celebra algo)

una mujer en el umbral se asoma al otro lado
mira desde muy muy lejos
se llamaba naranja pelaba bien salía entera
había ido aprendiendo a caer secillamente
en espiral sobre si misma

* De Tra(n)shumancias (Ed. La Palma, 2015).

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TODOS PASAMOS [Mi poema]
Enrique Badosa [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Hoy pasas tú, paso yo, pasamos todos.
cada uno, cada cual vamos pasando,
lentos unos, raudos otros caminando,
a menudo vamos cuerdos o beodos.

Entre tanto divagar vamos sembrando
y esperando una migaja recoger
que permita a nuestro espíritu crecer
y acabar nuestro final ya defecando.

Y así un día y otro día ¿quien lo sabe?
aunque listo sea nunca ha de prever
será hoy, quizás mañana que esto acabe.

Sólo piensa en el final pues el ayer
está lejos y presiente hay algo grave
que es posible que le vaya a suceder.
©donaciano bueno.

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MI POETA SUGERIDO:  Enrique Badosa

ES HORA YA DE HABLAR. EN ESTA PUERTA…

ES hora ya de hablar. En esta puerta
el día terminó. Ven y reposa
junto a la luz de nuestras noches blancas,
la luz de estar a solas.
Ya todo es del amor, y velaremos
en las palabras tenues,
pues de nuevo sucede que la noche
deja de ser oscura en nuestras horas.
Agua fresca en tu voz, yo que la bebo,
tú cercana, tan cierta,
dormir y despertarnos poco a poco
en palabras de amor madrugadoras.
La luz de cuanto hablamos, fue dejando
un horizonte azul en la pared…
¡El día una vez más, y ven conmigo
a dar un nombre nuevo a cada cosa!

EPITAFIO DE UN POETA RENEGADO

EN arrebato de autocomplacencia,
después de tanto premio bien ganado
y de cubrir su cráneo devastado
con los laureles de la Gaya Ciencia,

comete la patética insolencia
de declarar, muy alto y descarado,
que ateo de la Musa se ha tornado
y que la inspiración sólo es paciencia.

Que ya no esperará la voz suntuosa
de la supuesta diva caprichosa,
y será magistral siempre que quiera.

La Musa, no remisa, sí vejada,
le arranca la peluca laureada,
e «ipso facto» su cráneo es calavera.

PUESTO QUE CADA DÍA ES MÁS DE NOCHE…

PUESTO que cada día es más de noche,
vuelve al placer de tus primeros libros,
acaricia las cosas familiares
que sientes extraviadas por cercanas,
recuerda el conversar de tus mayores,
sus gestos que te amparan todavía,
aquel mirar que te enseñaba a ver,
repósate en los nombres con que amaste,
vuelve a tus oraciones cuando niño
y con la sencillez de la confianza
saluda a Dios y espera en su amistad.

EN MEMORIA

¿QUÉ caminos te tienen escondido?
Un roce te apartó de nuestro lado,
y dejaste de andar por un cansado
viento de puertas rotas al olvido.

Hacia un buscarte a ti tan sólo has ido.
Te inicias en tu muerte. Te has llamado
fuera de este lugar acostumbrado.
Te alejas de vivir. Te has conseguido.

Qué pronto te apartaba el pensamiento
de nuestra soledad tan acallada.
Pero queda el silencio que te nombra.

Ya recorres, veraz, extraño, lento,
tu plenitud sabida y encontrada,
donde vive en tu luz tu misma sombra.

EPITAFIO DE UN POETA RENEGADO

EN arrebato de autocomplacencia,
después de tanto premio bien ganado
y de cubrir su cráneo devastado
con los laureles de la Gaya Ciencia,

comete la patética insolencia
de declarar, muy alto y descarado,
que ateo de la Musa se ha tornado
y que la inspiración sólo es paciencia.

Que ya no esperará la voz suntuosa
de la supuesta diva caprichosa,
y será magistral siempre que quiera.

La Musa, no remisa, sí vejada,
le arranca la peluca laureada,
e «ipso facto» su cráneo es calavera.

PUESTO QUE CADA DÍA ES MÁS DE NOCHE…

PUESTO que cada día es más de noche,
vuelve al placer de tus primeros libros,
acaricia las cosas familiares
que sientes extraviadas por cercanas,
recuerda el conversar de tus mayores,
sus gestos que te amparan todavía,
aquel mirar que te enseñaba a ver,
repósate en los nombres con que amaste,
vuelve a tus oraciones cuando niño
y con la sencillez de la confianza
saluda a Dios y espera en su amistad.

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HISTORIA DE UN BORDILLO [Mi poema]
Carmen Prada Alonso [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Sentado en el bordillo de una acera
a solas con su rabia y su lamento,
cansado de aplacar su sufrimiento,
calmando el malestar a posadera,
premiando en el reposo a su cadera
respiro da al sudor y toma asiento.

Pues Dios quiso que fueras de cemento,
y siempre permaneces solitario,
no pensaste que un día, solidario
del poeta tú fueras su argumento
para versos, brillando cual sarmiento
en la hoguera y encima su sudario.

Quizás ese compadre que hay sumiso
algún día te acerque a la memoria,
este acto de bondad, día de gloria,
que hoy traigo a colación con tu permiso
¡Te has ganado, oh adoquín, el paraíso
entrando a formar parte de esta historia!
©donaciano bueno

Eso si que es una #obra de caridad? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Carmen Prada Alonso

VARADA

Varada en el mar de tu luz,
bajo los rayos húmedos del alba,
siento el vértigo del júbilo
que me hace sonreír,
para que Tú me sonrías.
En este espiritual desierto
me llenas de amor sin plazos,
me siento ser, más que hacer,
me dejo seducir por ti,
renazco y me renuevo,
y el néctar de siempre Tú
me hace porción de tu pueblo.
Te escucho amorosamente,
sin distracciones,
y con firmeza proclamo tu primacía.
En mi alfar está al solaz
la alcarraza que guardará
la lluvia fresca de tu palabra,
y ofreceré agua al peregrino,
y el peregrino a otro peregrino,
cristianos unidos en tu amor,
semillas que fecundan
el vientre de todas las tierras.

Varada en el mar de tu luz
proclamo tu primacía.

SIN DÍA SIGUIENTE

Asomas tu cuerpo a la luz no poseída,
que llega, como siempre,
cruzándose con los espectros sin manos
atrapados en las paredes rotas.
Corren bajo tus nubes imaginarias
los ecos de las lágrimas no nacidas,
que llenan los claros del dolor.
Cada segundo empujas las dunas cenicientas del miedo,
dejando la huella de tus pisadas sin ruido,
silenciando la sangre del latido amordazado.
Fijas el mundo al suelo para poder guiarte,
sin correr las cortinas de tu vida,
buscando no encontrar la mirada asesina.
En tu alacena sin luz
escondes las especias de tus sueños,
con susurros de pieles apretadas que sucumben al horror.
Ante tus ojos pende el racimo de uvas al que el tiempo
va arrancando una a una,
descubriendo el tétrico esqueleto
que empieza a anunciar la desnudez total.
Seguirán de las vides brotando más racimos,
y más irán perdiendo su abrigo, y más esqueletos irán llegando.
Sientes el miedo en tu destino que se burla de tu inocencia
al creer que puedes guardar las que quedan
para una mesa sin día siguiente.

IMAGINARIO

Aplastando la recortada silueta negra
se desploma la luz
que se deja embadurnar
por la nieve manchada de hollín.
Los ojos blancos
de un tren celestial,
coronan el sueño bravío
de algún perdido Olimpo.
Se atiesan los bucles de desteñido cobre
en la cabeza de Júpiter,
que sacude el azul
con quebrados suspiros de amantísima ira.
Anunciación de somnolientos brillos
en explosiones de tibios lamentos
de la madre Tierra.

EL SUEÑO DEL DESTINO

La sombría cabellera enmarañada
cubre el sueño del destino.
La luna, invisible,
ilumina solo la muerte
que arrastra el otoño.
Un broche de esperanzas rotas
cae marchito
a los pies de la noche,
mientras el aire, gris y vacío,
enfría el quejido
de las luces soterradas.

REGRESO A SARÓN

Añoraba las caricias
de la espuma entre mis dedos,
y aquella querencia de las rocas
que se adherían a mis pisadas,
la arena que tatuaba mis pies,
y la isla de los dioses
hacia la que remaban mis sueños.
Añoraba mis pensamientos,
sutiles como las mareas,
blancos y cálidos, como la leche
recién salida de la ubre generosa.
Añoraba el reto de mi cara
al sol del amanecer,
y aquel azul que hice mío
para embozarlo en mis ojos
entonces inocentes.
Y salí de la cueva arrugada
que me había atrapado,
y que cambió a jalde
el rosado de mis párpados rotos
en el tiempo perdido.
Volví, anhelante,
en un atardecer de olor a algas,
alzando esperanzada
mi vuelo ceniciento.
Solo había sido mía la ausencia,
el hechizo continuaba inamovible.
Batieron sus plumas las olas,
como el perro que retorna a su amo,
girando caracolas en el aire,
lamiendo mis sequedades.
Se levantaron las brisas
haciéndome corro
de alocados juegos.
Oraron mis ojos,
enmistecidos en el brotar de mis lágrimas.
Y la luna veló mis heridas
con miradas de sal.

INSTANTE MÍSTICO

Respiro cipreses
y tañires de campanas, mientras la piedra
calienta mi carne.
Me dejo mirar sin pudor
por los ojos amarillos
que lo ven todo,
escondidos bajo las coronillas
que los beatifican.
Siento en mis dedos jugar
alientos de siglos
que ya no son,
que sucumbieron atrapados
en muertes y ferias.
Me aroma el incienso del silencio
que se desmaya sobre mi piel,
y me unto avariciosa
en los óleos que manan
del momento sublime.
Detengo la diáspora
del chorro mutilado
de mis esperanzas,
y acaricio las crines sedosas
del instante que ansío perpetuo,
burlándome de las sombras
que, durante segundos,
he alejado de mí,
con la osadía de una victoria
que sé, efímera.

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SOMOS GNOMOS [Mi poema]
Juan Carlos Abellá [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Solo tú y yo sabemos lo que algunos ignoran,
solo tú y yo libamos de los mismos secretos,
somos dos almas simples con sus dos esqueletos,
que aman, odian y gimen, que sonríen y lloran.

Somos dos animales como son los gusanos,
como son las alondras, como son las perdices,
poco más que unas moscas con algunos matices
que vagan en invierno con un sueño en las manos.

Como dos meretrices metidas en harina
a la espera que un día nos pidan matrimonio,
obviando el pretendiente sea el mismo demonio
inmersos en el fango de la verdad supina.

Somos, nada sabemos, ni siquiera qué somos;
vamos, ¡quién lo supiera! sin saber dónde vamos,
ni tampoco sabemos el por qué nos amamos,
de un circo imaginario, por un quizás, dos gnomos.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Juan Carlos Abellá

DISTICOS

No guardes nada, compañera mía,
con siete llaves a la luz del día.
Abre la absurda puerta monacal
al íntimo tesoro virginal.

Que en este mundo no hay candado fuerte
para los bandoleros de la muerte.
Nos da el adiós un sol en cada día
con sangrante pañuelo de agonía.

A este poniente de esplendores rojos
ya nunca más lo mirarán tus ojos.
Rompe la cerradura de tu vida

vierte la miel del ánfora escondida.
Que en este mundo no hay candado fuerte
para los bandoleros de la muerte.

Whisky

Mago rubio, mago rubio,
néctar del encantamiento,
cuando azota los cristales
el llanto frío del cielo.

¡Cómo desatan tus manos
la cadena del destino,
taumaturgo de los sueños
sumidero del olvido!

Borras este mundo triste,
y es fiesta la soledad.
Los sueños que ya no sueño
otra vez vuelvo a soñar.

Mago rubio, mago rubio,
cuando tu la llamas viene
la novia que no fue mía
porque la llevó la Muerte.

Y ríen los ojos lágrimas
y arden besos efusivos
Los besos que no se dieron,
lo que nunca fue vivido.

Se anula, el tiempo, se anula
el continuo despedirse,
con la fantasmagoría
de olvidados imposibles.

Mago rubio, mago rubio,
néctar del encantamiento,
cuando azota los cristales
el llanto frío del cielo.

AL TIEMPO

Oh! padre de los días que vienen y se van.
¿qué designio funesto desmesura tu afán?
Hace millones de años que deshojas las vidas
en tu propio regazo paterno amanecidas.
Ob! padre de los días ¿qué destino inclemente
te arrancó las entrañas, que así, perpetuamente,
apuñala los días la insania de tu brazo,
abriéndoles la herida sangrienta del ocaso?
¿Para quién, maquinando punición expiatoria,
eslabonas la enorme cadena de la bistoria?
Con cuerda de esperanza, deseable de sufrir.
nos atas a la rueda del nacer y el morir.
Inexorablemente deshojas esta flor
de frustánea alegría, de amargante dolor,
que en tu mano renueva con loca obstinación
el abrazo salvaje de la reproducción.
Oh! padre de los días, apacigua tu empeño
mientras pasa el divino fantasma de mi sueño.

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MI POETA INVITADO:  José Manuel Gallardo

III

He llegado a entender
que el azar a veces es prolijo
y permite que una composición
creada por alguien
quizá una tarde de verano,
de palabras dispuestas en la página,
hablase de mí;
milagro
de la comunicación en diferido.

Y ahora que ha crecido el árbol,

dime, pájaro errante,
dime si será tu casa
o si ha crecido en balde.

INCOLORA

Si te acercas,

si tu mano acaricia la corriente,
el río es transparente.

Si soy un cuerpo,

si todo lo que aquí soy y aquí dejo
es lo que mi cuerpo —yo— percibe;
si estos versos que os dejo,
y los movimientos que realicé al dejarlos
son mi forma de ser —soy yo—,
de expresar que mi cuerpo está en el mundo.
Si soy un cuerpo,
tomadme así: anatomía, fisiología,
neurología, experiencias vividas,
intencionalidad corporal.
Si esto es así,
si soy un cuerpo,
abridme y mirad cómo en mis vísceras,
en las circunvoluciones de mi materia gris
no hay nada que no podáis ver
cómo envejece y se pudre,
cómo este cuerpo en movimiento
que soy yo
es mi consciencia corporal e intencionada.
Si esto soy yo,
si soy un cuerpo,
un árbol,
una casa.
De: Casa Árbol Persona. Editorial: Huerga & Fierro.

AMOR Y MELANCOLÍA [Mi poema]
Julián Martín Martín [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Andando tú haces camino
Mientras vas tiempo matando.
Otras cosas vas obviando
Renunciando así a adivino.

Eres magma de emociones
Soñando como en un cuento,
Eres quien va a paso lento
Sin más, sin contemplaciones.

Otros cruzan a tu lado
Que opinan que el paraíso
Una ilusión con permiso,
Exclusiva es del osado.

Ni siquiera la esperanza,
Otrora fuera agonía,
Solista será, templanza,
Fuente de filosofía.

Amar sin contemplaciones,
La raíz de la alegría,
Tiene en jaque a sinrazones.
Amor y melancolía.
©donaciano bueno

Acróstico: AMOR ES ESO QUE NOS FALTA

(Composición poética o normal en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, son leídas en sentido vertical y forman un vocablo o una locución)

MI POETA SUGERIDO:  Julián Martín Martín

JUNTOS

Vamos sintiendo juntos la angostura
al cruzar por el mismo pasadizo,
tú con mi liviandad, yo con tu hechizo;
tú con mi oscuridad ,yo con tu albura.

Vamos pagando juntos el peaje
al afrontar los mismos desalientos,
fieles de mis momentos tus momentos,
unidos tu equipaje a mi equipaje.

Juntos con nuestros vicios y virtudes,
con nuestras pequeñeces y amplitudes.
Juntos en la armonía o la desgana.

Juntos con nuestras dudas e ilusiones….
Que si no es junto a ti, faltan razones
para intentar amanecer mañana.
[del libro Cauces del Silencio]

UN POCO DE ILUSIÓN

Dejaré sobre tu alma dolorida
estas gotas de alivio y de esperanza;
en ocasiones la palabra alcanza
lo que no se consigue con la huida.

Es débil, caprichosa, reducida,
y tan despacio la ilusión avanza
que se evapora tenue en lontananza
antes de penetrar en nuestra vida.

Pero aunque a veces nos abruma el peso
hay que formar con ansia ese proceso
que consiste en luchar con valentía

y mantener el rumbo con firmeza.
Nunca se acaba lo que no se empieza.
Nunca se alcanza lo que no se ansía.

EN RECUERDO DE A F. G. LORCA (I)

¡Ay, noche de terciopelo!
En tu oscuro laberinto
rugió un sonido distinto
y se hizo de noche el cielo;
ajado quedó el pañuelo
sobre la piedra enlutada
y se estremeció Granada
pues la tierra al recibirlo
soltó un quejido de mirlo
con el ala desgarrada.
Y a la luz de la luna
vieja de brillo
se perdió la aceituna
junto al tomillo.
Roja sangre de sus manos
copió la tierra de arcilla
quebrándose por la orilla
los romanceros gitanos.
El alba olvidó en los llanos
Acércate poesía
de madrugada
con la melancolía
de estar dañada.
No han podido malos vientos
erosionar una vida
que fue pródiga y fluida
en amor y pensamientos;
al contrario, sus acentos
se agrandan la memoria
fieles a su trayectoria.
¡Qué ironías de la suerte;
Quisieron darle la muerte
y lo llenaron de gloria!
Verso de notas rico
derecho subes
que escribes Federico
sobre las nubes.
Acércate poesía
de madrugada

estrofas rotas de espera
y una cara blanca y cera
iba perdiendo el aroma
cuando acaricia la loma
la neblina mañanera.
Sigue pasión inquieta
no te detengas
que te llama el poeta
para que vengas.
Circulan distorsionados
ecos del «gato garduño»
y alzó el silencio su puño
sobre símbolos cruzados;
Suspiros amordazados
se hundieron en el ambiente
y de la llorosa fuente
los manantiales se abrieron
y con las sombras tejieron
un responsorio doliente.
con la melancolía
de estar dañada.
No han podido malos vientos
erosionar una vida
que fue pródiga y fluida
en amor y pensamientos;
al contrario, sus acentos
se agrandan la memoria
fieles a su trayectoria.
¡Qué ironías de la suerte;
Quisieron darle la muerte
y lo llenaron de gloria!
Verso de notas rico
derecho subes
que escribes Federico
sobre las nubes.
[del libro Cauces del Silencio]

EN LA TIERRA DE TU ETERNIDAD

A la memoria de D. José Mª Gabriel y Galán
(Un día en Guijo de Granadilla)

Me he encontrado contigo esta mañana
en tus campos de vírgenes jarales
que eran esa ventana
por la que contemplan a raudales
las bendiciones de la fe cristiana.
Predispuesto a saciarme de hermosura
vagué entre los calveros y la umbría
y contemplé la hondura
que en edeniales chorros de armonía
empapaba el ambiente de dulzura.
Puse mis labios sobre el curso frío
de un veneno sangrante en la ladera,
y el entorno bravío
en aquella eclosión de primavera,
llenó de calma mi pesar sombrío.
Debajo del olivo de una huerta
me cobijé sediento de impresiones
y, con el alma abierta,

bebí con avidez las emociones
que en el sentido la quietud despierta.
En las calles alegres del poblado,
al calor misterioso de su gente
me sentí desbordado;
como al bajar del cerro, la corriente
desborda de frescuras el sembrado.
Allí supe que aún eras querido.
Allí se contemplaba tu deseo.
Allí tu busto erguido.
Allí tu vieja casa museo
para tener perenne tu latido.
Me acerqué al cementerio, amplio y severo,
donde todo tesón y lucha acaba.
Junto a tu sitio austero,
quedé mirando al sol que resbalaba
acariciando tu cerviz de acero.*
Cuando aún quedaban tantas mariposas
que levantarse en las mañanas quietas,
se rompieron tus rosas.
Cuando ya no las dicen los poetas
¿Dónde irán las palabras amorosas?
[del libro Versos tendidos al oreo]

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CUANDO BAILA LA NIEVE [Mi poema]
Luis Frayle Delgado [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Cuando baile la nieve desde el cielo
y en su efímero mar extienda un manto,
cuando se oiga el repique sacrosanto
de los copos pudriéndose en el suelo.

Cuando giman de noche las estrellas
sobre piedra de cal blanca y callada
y reflejen su amor iluminada
como saben amar las cosas bellas.

Cuando escuchen de amor sones y paz
y en la torre ya tañan las campanas,
se perciban las músicas cercanas
da por hecho que estás en Navidad.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Luis Frayle Delgado

ESAS HOJAS MUSTIAS

que estallarán de tristeza
en algún crepúsculo de octubre
irán muriendo suavemente
sobre la tierra materna

Escucha, amiga,
detrás de las arboledas otoñales
se oye una música cálida
en los arreboles del anochecer.

Ese resplandor de oro en el horizonte
recoge los frutos
de todas tus sonrisas y tus lágrimas
y el amor que has guardado
durante tantos años.

Cultiva tu jardín secreto
y cuida la buena tierra de tu alma.
Con manos amorosas
cubre de cariño las semillas
como llevabas a tus hijos en el seno.
Después del invierno
arden las tinieblas.
Salamanca, en mi biblioteca, 21 de octubre, 2012

I
MUCHOS SE HAN IDO,

otros no han llegado.
Sólo algún pajarillo frágil
baja a beber en los canteros del huerto
o se balancea sobre una rama.
Aparece graznando alguna urraca insolente
o alguna oscura grajilla.

Aquellos aguiluchos que planean sobre las nubes
en largas bandadas
¿emigran hacia el Sur?

Este estío persistente
me hace añorar la luz tamizada del otoño.
La luz se filtra en el alma
entumecida por el fuego del verano.
Y la colorea con el verde suave, indeciso,
que poco a poco, amarillento,
la penetra hasta el interior del silencio invernal
y la empapa de un dulce tedio húmedo.

Entonces brotan de nuevo los tiernos sentimientos
y la nostalgia de amores perdidos.
El Refugio, 16 de septiembre, 2012.

II
DETRÁS DEL MONTE

las nubes estallan de promesas.
La oscuridad luminosa
cubre amorosa los campos.

Dice adiós el verano
entre húmedas cortinas transparentes.

Gritan de vivos colores las petunias
y las vides verdean jubilosas.

Esta lluvia benigna calma y sosiega
mi corazón ardiente
y me siento a contemplar el tiempo fugitivo.

La brisa lenta de la tarde
llama al otoño,
evangelio de la serenidad
que busca mi alma.
El Refugio, 20 de septiembre, 2012

III
EN MI AGRESTE REFUGIO

encuentro mis tesoros.

Huyo de las aulas doradas
donde se exhiben los grandes
y admiro complacido
la plenitud de los pequeños
que pasan por el camino.

Yo también, libre… de amor…, de odio…
contemplo el atardecer de mi vida
cuando se me llenan los ojos
de rostros vivientes
y se me hunden
en este ardiente sol crepuscular
que lentamente huye…
El Refugio, 20 de septiembre, 2012.

IV
AQUELLOS NUBARRONES DE AYER

que se burlaban del sol
han engendrado una oscura niebla
y me ocultan el cielo.

Veo mejor las cosas
con esta luz indecisa
y sé que detrás está el misterio.

Se amortigua la verdad insolente
que me grita mentiras desde fuera
y miro hacia dentro
para escuchar las cuitas del silencio.

Sigo las huellas del caminante.
Me voy metiendo en las llamaradas del poniente
para hundirme en ese mar de estrellas.
El Refugio, 25 de septiembre, 2012

V
YA SE HAN IDO.

Vivieron el estío en pareja
tuvieron sus crías en campaniles y torres de ondas sonoras,
zancudas, metieron las patas rojizas en el lodo de las charcas
y se van en bandadas.
Estarán ahora cruzando Estambul.

Planeaban elegantes al mediodía, largas alas,
cerca de las nubes,
gozando del último sol del verano,
oteando el Sur.

¿Quién ha diseñado tu figura pesada y leve, grácil y poderosa?
Cuidas a tus padres, piadosa,
y vienes a criar hijos en las tierras calientes
de Castilla.
Huyes del frío, que hiela los corazones.
El Refugio, 28 de septiembre, 2012

VI
TU SENTIMIENTO OSCURO

como el otoño de la vida, D. Miguel,
que se va metiendo y se hunde en el invierno
de la muerte.

Te admiro, denso pensador,
y me das miedo.
No quiero mirar contigo hacia el abismo.

Desde la serenidad de una tarde de octubre
siento vértigo de mirar tu alma.

Locuaces sabios
están haciendo de ti un fetiche
de barba canosa,
tus anteojos
y tu pechera negra.

Y nadie responde a tus preguntas.
Te abismas en el “sentimiento del vacío”
en el último desconsuelo
como la “sombra de un sueño”
hasta llegar a la consolación
porque quieres que Dios exista para poder amar.
¿Sabes amar, hierático Rector?
Dime ¿qué es el amor?

El amor es una tragedia que engendra
todas las tragedias de la vida.
“Lo más terrible, lo más trágico que en el mundo existe”
Domingo por la tarde. Salamanca, 7 de octubre.

VII
MIRO EN EL ESPEJO DEL TIEMPO

y veo una figura en el ocaso,
como una mujer de mil caras
que me abandona
en un vacío paisaje otoñal.

Va perdiendo el color a estallidos amarillentos
y se refleja en el poniente que se abrasa.
Alargo mis manos y se desliza entre mis dedos.

Se desgajan las hojas de mi alma
para morir sobre la tierra
bajo los interrogantes escritos en el cielo.

Mis ojos penetran hasta el fondo de la memoria
traspasando el cristal
y se encuentran con el hondón de los años.
Las galeras en que atravesé los mares
y los verdes campos,
las ciudades descubiertas
y los restos de mis naufragios.
Salamanca, 12 de octubre, 2012.

VIII
Veo mi jardín como el otoño,

hojas marchitas.

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LA ABDICACIÓN DE LAS MASAS [Mi poema]
Asunción Escribano Hernández [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Hoy clamo por los pueblos oprimidos
que añoran la bendita libertad,
y en cambio sufren bien de autoridad
de aquellos que se creen bendecidos,
donde hay uno que ostenta la verdad.

Los mismos, esos pueblos sin campanas
ni torres sin relojes ni veletas,
de gentes que se esconden o están quietas,
atentos al que porta las cananas
so pena que les mande a hacer puñetas.

Pues siempre aquí es el mismo el que los manda,
el resto son peones del montón,
si alguno se desmadra, represión,
se expulsa del partido, de esa panda,
y acusa de a la causa su traición.

Y así todo es de todos mas son ellos
los únicos que gozan y disfrutan
viviendo como dios. Y no se inmutan.
Respiran y se mesan los cabellos,
si alguno se rebela le ejecutan.

La vuelta a las andadas del negrero
quien tiene ordeno y mando en esta plaza,
si hay alguien no coincide se amenaza
o se hace sin pudor su prisionero,
que aplican sin respeto su tenaza.
©donaciano bueno

Existen demasiados #dictadores en potencia? Share on X

El árbol no deja ver el bosque. A veces las ideologías sirven de parapeto para llamar dictablanda a la que es una autocracia pura y dura.

MI POETA SUGERIDO:  Asunción Escribano

PUNTOS DE FUGA

I
No tienes fronteras. El aire no te roza.
Un pájaro quiere bautizar tus manos
pero están sobre el agua,
haciendo palpitar el brillo de la tarde.

La noche comienza a acariciar tu cuello
y se deja resbalar, como un chal
cansado, sobre tu rostro de seda.

El aire, el pájaro o la noche
te son extraños.

Porque tú perteneces a la lluvia.

II
Alimentas tu celda de silencio.
Te cansan los minutos
y el juicio al que se entregan las caricias.

Miras caer las hojas de un otoño
que se parece a tu infancia.
Un lienzo de musgo ante los ojos
te basta para ser.

No conoces ya la palabra lejanía.

III
Vives en ese océano disuelta
de vértigos y brisas,
sitiada por la orilla más convulsa
que perfila los objetos con su nombre
y tu forma de mirar, enhebrada
al parpadeo del sol en el asfalto,
engarzada en la liturgia del viento
sobre el agua.
La tarde respirando su propio asombro
y tú a punto de arrancarte
esa frontera
asfixiante que es la piel.

No hay nada más doliente
que ese silencio que en tus venas
no acaba de estallar.

UNA LLAMADA ES COMO UN PRESAGIO

Te llamaba línea, y dibujaba tus contornos
en la arena, dejando disolver los límites
precisos en la anchura prodigiosa del abismo.
Curva, y moldeaba en ondas la armonía
de la tarde con su espesor de cauce.
Siembra, y las cosas restallaban
como trigo furioso bajo el viento.
Lluvia, y sentía amanecer la almohada
húmeda de jazmines ebrios y rocío.
Esperanza, y los niños se reían
con las manos abiertas, blancas y espumosas
de los estanques somnolientos en otoño.
Fuego, y en la noche palpitaban los perfiles
de los astros al son del cierzo sobre el río.
Te llamaba cirio y estiraba mi presencia
para rozar tu luz levemente con los dedos.
Te llamaba salmo e invocaba la música
del relámpago en abril y su haz de lumbre.
Te llamaba aire, conteniendo la respiración,
para asumir en una bocanada larga tu presencia.

Recibía tu llamada desde dentro, pero
afuera las cosas te gritaban. Señalaban
tu nombre y tu existencia como fiebres,
como llamaradas, como incendios bruscos.

Y te amaba en otros nombres sin saberlo.

Selección de poemas

El poema
«Pero un poema es una criatura verbal hecha de maravillas»
Juan Antonio González Iglesias

Los eruditos hablan de artefacto
cuando estudian las líneas del poema
en su asiduo gesto de inventario.
Nombran sus engranajes previsibles
cual mecanismos estrictos de reloj
donde embridar su furia desatada.
Explican que en ellos se acomodan
las piezas del mecano de la lengua
como un riego previsto exactamente
en el mismo minuto cada día.
Escriben sobre sílabas pautadas,
ritmos computados con metrónomo.
Yo prefiero el nombre desvelado
del poeta que ha penetrado en la fronda
luminosa en desvarío: Criatura,
que comprende la vida y el aliento.
Su corazón de lluvia está repleto
de arterias de llamas que conjugan
la suma insensata de contrarios.
Paradoja la apodan los expertos
sin poder concebir lo incomprensible.
Pero a mí me gusta imaginar
que es el fulgor de la ebriedad
destilada por locos y por sabios
que asisten a la unión entre las cosas
cual pájaros radiantes ya sin jaula.
Palabras que hacen de todo lo que
existe firme nudo que disuelve
los ojos del lector en catarata.
No hay otra manera de ascender
sino a lomos del poema y contemplar
el mundo desde lo alto de su cumbre.
Sólo puedo pensar la maravilla
como el lugar de partida y llegada
del fanal milagroso de los versos.
Y puestos a escoger entre prodigios,
elijo aquellos atardeceres lentos,
sus turbios arrabales y desdichas
que hicieron de la vida del porteño
un abrazo de húmedos zaguanes
e infinitas auroras y ponientes.
También las azucenas en la noche
donde reclinar cansancio y miedo
como hizo ardiente el carmelita.
Los ojos verdes de la de Nevares
donde se podía oír batir el mar.
Las cancelas del cielo de Tarquinia
con su sueño de potros y cervatos.
La ceniza que alzada ante la luz
es proclamada a modo de esperanza.
La gravitación quieta de horizontes,
la risa confundida con la fuente,
las pequeñas cosas en pañuelos,
la libertad de estar presa en tu nombre,
Preciosa y su sonaja hecha de luna,
el don que no se halla entre las cosas,
la búsqueda exacta de lo que eres,
el aullido interminable del vivir,
el fruto que es resumen ya del árbol,
los hombres que con luz van más deprisa,
la vida que canta y se entrecruza,
la noche tras el sol tan de repente,
el cansancio de ser y de haber sido,
el taxi y el amor conjuntamente,
las espinas que no son tan pequeñas…
…Y tantos…, que no son artilugios
sino habla en amor con quien escucha.

No sabría definir que es un poema.
Pero en ellos resguardo yo mi vida
del tiempo, del mundo y su tristeza.
Como íntima hoguera frente al frío.

Epifanía

Una tarde de verano. La luz resbala
por el mantel que espera ansioso
la inflamación feliz de la merienda.
A lo lejos los niños alzan al aire
la liturgia punzante de sus risas.
La lentitud es profanada solamente
por el vibrar de las alas de una abeja,
mientras se acerca a las flores de lavanda.
Apenas es nada esta melodía
que reverbera invicta entre mis ojos.
Apenas este momento podría
presumir de intensidad o trascendencia.
Aunque tiene en su levedad el fulgor
de aquello que es puro y transparente.
Sólo asisto a lo que es, contribuyendo
a no romper su sagrado transitar
impreso únicamente en el presente.
Lo dejo ser y cae y posa su gracia
sobre el mundo, con una contundencia
que hace daño por su verdad, por su bien,
por su belleza, por su vacío y por su nada.1
1 «No sabemos qué hacer con un momento epifánico, no somos capaces de preservarlo» (Adam Zagajewski: El Cultural de El Mundo, 20/10/2017)

La caída

Un obelisco tumbado por el viento.
Una torre como la cáscara de un huevo
frente al golpe del hierro feroz de unos alones.
Un pájaro en descenso ahora de sangre
por la espuela del pico despiadado de un halcón.
Mi padre.
Todo Cicerón, y César, y Séneca, y Sócrates,
que no sabía nada —yo ahora tampoco—,
a los que él amaba tanto, también en vuelo
de caída con la firmeza de su peso
y de su hechura.
Transformados en babas y temblores
que obligan a pensar aquella dignidad
de la que hablaban.
¿Qué es lo que todavía continúas aguardando…?
Ya no hay grandeza,
sólo necesidad y una plegaria balbuciente
ayúdame que nos señala la puerta hacia la lumbre.
Mi padre, que fue farallón y torre
y faro y altozano y castro tierno.
Hay que mirar siempre de frente a la tristeza
nos decías. Pero a ti la honda arcada
de la espalda y el quebrantado mimbre
de las piernas hoy no te dejan.
Escribo sonámbula tu nombre en este muro
y blanco en alto lo pronuncio: Papá,
y me repito —o acaso me convenzo—,
con un nudo de esparto en la saliva,
que es posible volver a vivir tras la desdicha.

El último carmelita

Una cámara delante, y detrás
pregunta un hombre por lo más simple:
la oración. El carmelita orlado
por el fulgor impreso en las paredes
habla dulcemente del diálogo
con lo alto y también con lo más bajo.
La unión entre palabras y silencio
para decir lo obvio no escuchado.
Sorprenden los términos que elige:
belleza, vacío, huida, apego
bondad, amor, mística y espíritu.
¿En qué conversación podrían usarse
sin parecer un loco o un extraño?
Mira lento al hombre que le busca
para llenar las horas de un programa.
Detrás de ambos un valle levanta
su inmensa ciudadela hecha de viento.
Los extremos se citan en su vida,
las horas se comparten entre el blog
y la intimidad silente con la Luz.
El mundo intuye el poder de callar
y Beret lo canta a los más jóvenes:
Guíame con tu silencio que así sí
nos entendemos. Es ya el último
carmelita. Hoy no hay nadie que escoja
esta vida de paz y de armonía.
Sin él, está vacío el paraíso
y su aire será respirado
sólo por gorriones y turistas.
Y puestos a citar, una pizarra
allí recuerda: Dios es el silencio
del cual proceden todos los sonidos.
Al fondo, los trinos de los pájaros
ponen banda sonora a la entrevista.
De El canto bajo el hielo

HUELLA

“Y luego se esconde detrás de la claridad”
(Mª Zambrano)

Claridad que nace de lo hueco.
Vacío de sí para dejar ser al ser.
Las huellas lo señalan
y las alas indican con su canto su guarida.
Pero no deja de ser nada,
más allá de toda búsqueda,
de darle una forma a la ausencia de sentido.
Nada…,
y junto a la nada el silencio,
que expresa la renuncia al discurso cansado.
Algo ya lo anuncia,
una rama que danza el enredo del viento.
Pero no nombra al hueco,
que no tiene nombre.
Solo señala el lugar de su ausencia,
la redondez de su forma
que juega a hacer luz del aire.
En el centro del tiempo, rasga,
como una saeta, el aire un pájaro.
Túnel de sed y luz, abre una vieja herida.
En el centro del tiempo relampaguea el trino,
hilo de nada que incendia el día.
Como si una huella perdida
abriera en la piel
un espacio de mar, con su canción antigua.

Ascua de luz y de ceniza,
escucha una voz que no es suya
y reclama el nudo de lo que no se nombra:
mantel, milagro o nieve.
No hay palabras que puedan decir la forma.
No hay preguntas que puedan señalar el rumbo.
Ya no hay más que una mirada
que se une en vertical con la lluvia.
Ser lluvia es saber el color del lienzo
que cada espejo del amanecer dibuja.
Ser, dentro, como es la respiración,
cuenca infinita del espacio.
No poder nombrar al hueco
que no tiene nombre,
solo señalar el lugar de su ausencia.
No hay sonidos que no procedan
de la tela del latir de una cigarra,
contra el turbión del vibrar de un sauce.
En este encuentro de música y silencio
queda para el tacto un espacio,
y la sensación que produce
el extremo de lo que no entendemos,
y es más nuestro que nuestro propio yo.
Todo se dice a sí mismo en su presencia,
anudando en su ser la ausencia de señales,
la cesación del tiempo,
el sentir que no piensa,
sino que conoce la vida como suya,
realizada de nuevo sin renuncia.
Hay otra forma nueva de ser árbol.
Sin contar ya los ritmos
y la hechura de las ramas,

Solo me acarician alas
sino dejando su presencia
para que del todo sea,
y diga de su vida lo que dice.
Y conocer su semejanza desde el centro
“deslumbrado” y “aterido”
al mismo tiempo.
Escuchando la voz que nada dice,
porque lo dice todo,
a la herida que se abre
y que intuye en el roce presentido
lo que es y no es al mismo tiempo.
Silencio,
la tarde duerme un sueño de paisajes
que alguien pintó en la pupila callada
de un pincel herido.
Canta un pájaro en la nada.
¿Es solo un silencio
o mis ojos perdidos en el sueño?
Entre el pecho y las manos descansa un bosque.
Ha abierto su herida, la madrugada,
y pregunta por el nombre
que olvidó en la siembra.

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MI ÚLTIMO BAILE [Mi poema]
Juan Carlos Villavicencio [Poeta sugerido]

MI POEMA ...de medio pelo

 

Aquí se acabó la fiesta.
Mi último baile me espera.
Mi condición altanera
pronto va a echarse la siesta.

La borrachera de vida
ya va soltando su lastre,
va de desastre en desastre
agrandándome la herida.

La felicidad fingida
ya se apagó o se fue al traste,
pues aunque fue muy querida
murió de tanto desgaste.

Ya me abandonó la novia,
mi agradable primavera
se fue con otra cualquiera,
ni siquiera ya me agobia.

Y así me llegó el ocaso
casi fue sin darme cuenta;
y en esta feria tan cruenta
ya a mi nadie me hace caso.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO:  Juan Carlos Villavicencio

LA CRUZ DE ANÍBAL

Delenda est Carthago
CATÓN EL VIEJO

Fríos atardeceres de tantas horas de batalla,
a través de rocas i vientos,
distancias inocentes para la sangre que luego
ofrecería a una sacerdotisa astral.
Griega o fenicia de azul i delgada silueta
le muestra las cartas de luna, sacrificio
i extraño retorno a la angustia de elefantes
sobre el hielo: militares calaveras.
Ya sabe del azar i sus pesares,
mas no olvida tal camino, ni las muertes, ni la propia.
Sus manos se derriten ante los ojos de féminos fuegos
i se entrega –nuevamente— a ella,
esperando nacer a la condena de otro juramento.

* Catón el Viejo terminaba todos sus discursos con esta frase, que significa «Cartago debe ser destruida». En realidad, la raíz de la palabra delenda significa «borrar», como en el inglés delete, o las palabras españolas indeleble y deletéreo.

DESNUDAS HUELLAS POR EL MUSGO

(Canto muerto a mi hermana Coté i a su risa ausente)

El eco de sus horas se adivina.
Reitera el viento su sonrisa de vidente amante
i la nostalgia del destino en contra de su piel,
i las raíces.
Hay duendes perdidos ahora sin sus manos en el fuego.
Hay ausencia de sus trazos i hay reflejo entre la tierra
que no es más i no entendió.
He ahí ella en el jardín gritando su sonrisa
i la traición insoportable a las esferas.
Pero hay dioses i hay amigos guardando
tus huellas por el aire.
Hay sátiros i ninfas sonriendo a la espera de tu voz
asomada en la luz del sol o de tus noches,
insistiendo en verte repetida en las hojas de todos
los manzanos i en tus ojos ahora fríos,
que empiezan a entibiar.

PTERSEUS

Ha venido a romper la huella de sus tiempos
sobre el trono,
oscuro grito del hastío i el tatuaje de la luna
grabado en sus perdidas miradas,
ajenos por olvido, o apenas siendo objetos.
Ha crecido rojo como el sol de oriente
i su furia para quitarles ya la lluvia
i entregarles el desierto.
Sí, han caído color sangre tres cabezas de mujeres
i serpientes:
ahora de cenizas otras alas i otras herraduras de plata
reflejando el incendio de los templos
i de todos sus misterios el derrumbe,
o silente un nuevo abismo sin piedad.

OTRO FARO PARA UN CIEGO

Acaso daba la ventana hacia el Sur,
cuando el reloj cayó gris sobre el hielo
i un abismo se presentaba inundando
mi retorno a un vacío sin fronteras.

SIN REFLEJOS UNA DUDA

Nada indigno puede caber jamás en el santuario de su cuerpo.
Si la maldad habitara esa hermosa mansión,
también la bondad querría morar en ella.
WILLIAM SHAKESPEARE

Un nuevo esbozo de pintura trazado en un océano,
lo hace retornar al recuerdo de esa isla perdida donde está.
Ahí debe dormir, mientras él,
cubriéndola de otoños,
intenta descifrar los tatuajes viajando hacia sus ojos,
bajando,
más atrás.
Una caricia resbala como una cascada de pinturas
por su sangre,
o una caja liberando esa música que la devolvería
a reconocerse frente al templo que es su luz,
ahora oculta.
Pero él no sabe entre muros i palabras
cuáles son sus huellas por el prado,
antes que amanezca,
ni cómo abraza o si lo mira ciego lanzando dados más allá.
Sólo va dejando líneas rojas sobre el bosque de sus vuelos,
iterando el suave baile de esa figura abriendo puertas
i entreveros del ayer. Escondida,
ella roza en otro mundo cada escena que él le entrega,
inventando o recreando, otra vez,
en el agua la silueta vista reflejando su verdad i no mentiras.
Cuál es cuál.

EL DOMINIO DE LA BESTIA

Mais les pauvres bêtes qui veulent prouver leur amour
ne savent que se coucher par terre et mourir.
JEAN COCTEAU

El pozo recibe sus caras i la sangre muerta.
Invisible en el respiro,
la bestia camina ordenando un dominio perdido
mientras guía los metales por el bosque.
Aparta el fuego de la luna resguardando aquel silencio:
un dios en las tinieblas refiere otra historia
sin asco ni perdón.
Composición de Philip Glass

SIC ITUR AD ASTRA

Hay la huella de la lluvia i de una piedra retornando al río,
desafío al sol i a aquellos que olvidaron el musgo i el perdón.
Nostalgia de un futuro lejos para navegar a través
de nuevas aguas
–la oscuridad de lo ignorado más allá-
olvidando la avaricia o la impiedad del tiempo ajeno,
aquel rencor,
donde no volverá a ver otro atardecer en ese mundo.

Las ruinas de un faro ahora bajo el mar,
la lágrima que no cede en el adiós.
2010

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MALDITOS FARISEOS [Mi poema]
Juan Ángel Torres Rechy [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Vivimos disfrutando de la vida,
no vemos ni miramos a otro lado,
cretinos, cual quien ama a la bebida
se agarra a la botella a la que cuida
o niña que protege al que es su amado.

Vivimos como vive la simiente
que nace en lo frondoso de un buen prado,
se muestra jovencita y sonriente
obviando que es del agua la corriente
un don que se merece y le ha tocado.

Vivimos orgullosos, presumiendo
y a quien sufre sus lágrimas echando,
mentiras montaraces construyendo,
los gozos y prebendas defendiendo,
creyéndose el mejor y despreciando.

Hay pocos, algunos hay, no hay muchos
que salen a fardar con el ejemplo
haciendo dejación de los cartuchos,
que en esto de ayudar ellos son duchos.
Prometo este es mi dios y este mi templo.
©donaciano bueno

Di algo, cuál es tu #Dios con mayúsculas? Share on X

En este mundo hay escasez de personas que prediquen con el ejemplo y exceso de aquellas que hacen gala de sensibilidad ante las miserias humanas. Que he visto a jovencitas insensibles ante un hombre tirado en la acera y se les cae el alma al suelo ante un perrito al borde de una cuneta. Es habitual ver a políticos de izquierdas apelar a la pobreza en el mundo para captar voluntades (votos) pero a ninguno que renuncie a sus prebendas y viva como pobre. Comentan que decía uno de esos falsos predicadores: "es tanta la congoja que me produce cuando veo la miseria, que tengo necesidad de meterme una gran mariscada para que se me pase".

MI POETA SUGERIDO:  Juan Ángel Torres Rechy

EL HADO DE UN POETA

Para Alfredo Pérez Alencart

Celebro con tu brazo la victoria,
Del ser en su pureza de poesía.
Se sigue de la fe y la valentía,
El sueño de una fama muy notoria.

La gracia para el bien no es transitoria,
El don de lo inmortal tiene valía.
Lo bello del honor es alegría,
Sacada con esfuerzos de una noria.

Por eso yo quisiera regalarte,
El fruto de mi huerto empobrecido.
Deseara ver mis letras en un arte,

Tocado por un cielo amanecido.
No obstante, aquí no mana ni una parte,
Del hado con que fuiste bendecido.

ALFREDO, LA AMISTAD EN EL CORDERO

Alfredo, la amistad en el Cordero
la puerta a nuestras pláticas ha sido.
Nuestras conversaciones e intercambios
culturales en Él han descansado.
Una fraternidad nos asemeja.
Pero la magnitud de tus creaciones,
de tus tormentas el estruendo lírico,
como una roca me hacen verte, como
un imperio. Luciérnaga de piedra
arde en tu nombre la ira del amor.
Suzhou, China, 2 de junio, 2018

EL POETA DESCONOCE LA ABUNDANCIA

A J. R., filósofo

El poeta desconoce la abundancia
de la vida, el gozo inmaculado,
vibrante, recostado en el regazo
de la noche. Para él solo la errancia.
Opaco, lo que no cupo en las bodas
de los emperadores y los héroes.
Lo ignorado, al beso escapadizo,
vertical como espina, como estrella
elevada, sin causa de existir.
Aquí tienes su hacienda: el silencio,
rímel, labial, rubor de lo divino.
Suzhou, China, 8 de junio de 2018

HAY COSAS EN LA VIDA QUE NO CABEN

Para Alexander Stilke

Hay cosas en la vida que no caben
en el mismo lugar donde las sombras
ocupan el espacio del sentido.
No siempre la razón nos determina,
ni nos crea. Las causas del escrito
de nuestras narrativas se diluyen
en fantasmagorías. Sin saberlo,
las representaciones de la mente
pueden no ser sino el silencio oscuro
de una obra sin actos y sin público.
Habría que diseñarle un nuevo orden
a la remota ciencia de lo bello,
que de las proporciones recupere
la perfecta figura del espíritu,
y su imperio sin límites visibles.
Suzhou, China, 15 de junio, 2018

LA TIERRA QUE MÁS AMO NO SE ENCUENTRA

A Don Jesús Hilario Tundidor,
reconocido por los Viernes del Sarmiento.

La tierra que más amo no se encuentra,
en ese territorio no descrito
por los mapas. No está ahí la voz
del sol acompañada por silencios,
al pie de la existencia.
Ahí solo se vive cuando muere
el sueño de la vida con su gloria.
Todo es distinto a como no era antes,
y nada de lo previo permanece,
al pie de la existencia.
El peso de la fama no se siente,
ni la tristeza surge de las flores,
todo en el tiempo como no fue visto
aparece, y no muda su forma,
al pie de la existencia.
Desde ahí mis palabras como pájaros
de seda nunca al cielo no han rogado,
ni han pulsado las cuerdas con sus plumas,
del misterio dormido en esta noche,
al pie de la existencia.
Suzhou, China, 26 de junio de 2018

MI ESPÍRITU VOLCADO A LAS TAREAS

A mis amigos de los Papeles del Martes

Mi espíritu volcado a las tareas
de este día, verano de exámenes
finales y de algunas impaciencias,
desvía la mirada del cuaderno
y pone su atención en la ventana.
Las alas en el viento de los pájaros
le arrancan al instante sus sonidos.
Las aguas en el mármol de la fuente
se rompen y renacen más joviales.
Como si fuera el sueño caprichoso
de un ermitaño, o de un prisionero
en un país remoto una visión
cautiva sus sentidos, los suspende.
Cabello cristalino, un lunar
en su rosa mejilla, sus palabras
como lirio un aroma puro vierten.
Quiere saber mi nombre, cuánto tiempo
llevo aquí. Me pregunta si conozco
su canto. Yo no puedo dirigirle
una mirada. Siento que en mis ojos
hay algo que no quiero que ella vea.
Me pide que en su libro yo le lea
algunos versos. Siempre aquí conmigo…
Hasta que a mi ventana solo encuentro
la hora que declina, y el delirio
de mi alma extraviada entre las sombras,
que deja el sol al mundo cuando sueña.
Suzhou, China, 25 de junio de 2018

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ENTRE LOAS Y CONDENAS [Mi poema]
Pedro Shimose [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

La añoranza no tiene desperdicio,
pues ella siempre es fiel, abracadabra,
-la tierra dicen que es de quien la labra-
¿a qué viene vivir sin algún vicio?
Me quitan el alcohol y me desquicio,
pues ya perdí ese don de la palabra,
¿sin sexo y sin dinero? al precipicio,
que noto me han echado un maleficio,
¡maldita de experiencia tan macabra!

¿Vivir de los recuerdos? me interesa,
mejor será soñar y dar de bruces
que ver que estás clavado entre dos cruces
mirando fijamente a una pavesa,
que posa en tu calvicie y que la besa
pues que ella no gozó de muchas luces
al tiempo que ¡malditas avestruces!
se vuelven a cagar sobre tu mesa
saliendo a presumir de sus testuces.

Las sombras nunca han sido de mi cuerda
prefiero a las lisonjas y piropos,
mirando y ver nevar mientras los copos
le van cubriendo a todo lo que es mierda
cuidando de que alguna no se pierda,
tratando de esconderme tras los chopos
mirando hacia el tendido por si hay topos
y alguno en un descuido no me muerda
o pierda ya las hebras cual guisopos.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Pedro Shimose

PRELUDIO DE ALABANZAS

Acallados están los sones de la discordia, Señora de las Hazañas.
Te gobierna el espanto con sus lanzas y cuchillos.
El odio se derrite en tus hogueras, se funde en tus metales rencorosos
(escucha el chisporroteo de tu sangre resentida quemándose
en la madrugada).
A caballo, por la espada, llega la muerte con su escalofrío,
Baila en el ayllu, conversa con los curacas y nos hunde en la piedra,
con el sullu y las tinieblas del pasado.

Alabado sea tu nombre, Señora de las Hazañas;
Alabados sean tu lago, tu ciudad, tu sol, tu luna, tus bosques y tus ríos.

APARICIÓN DE LA PIEDRA

Tu soledad, tu nombre, tus abismos,
tu sombra dolorida y tu estatura,
tu reino de profundos ostracismos
y tu arduo solsticio de amargura
me llevan a la oscuraraíz de tus mutismos:
el tiempo indescifrable de la altura.

ALTURA DE LA PIEDRA

Sueño del cóndor, sueño exacto
del aire en vuelo azul, tu luz perfecta
estalla en el espacio
(la soledad me duele en tu hermosura)
y la palabra crea, canta, augura
la realidad sin tiempo que me espera.

La realidad sin tiempo es su trabajo,
tu pan y tu salario.
Su música me exilia en la poesía,
fundida a precipicios y horizontes.
Vuela en tu quietud la geometría
Tan alta como un claro pensamiento,
tan diáfana como un diamante herido
por un lejano fuego.

Arde tu forma en silencioso incendio.

Caes y ruedas, sonora,
por el silencio pensativo.
Tu voz en el altiplano
resuena como un vivo
eco humano.
Caes y ruedas, sonora.

Caes y ruedas, sonora,
por los paisajes devastados.
Tu oscuridad me destruye.
Por los cielos callados
la luz huye.
Caes y ruedas, sonora.

Caes y ruedas, sonora,
por los círculos del fuego.
Sordo a tu reticencia.
A tu número, ciego.
Tu verdad es mi impaciencia.
Caes y ruedas, sonora.

LA PIEDRA Y LOS ESPEJOS

Este es el país de los espejos.
Desde la cordillera veo sus horizontes líquidos,
veo cómo la noria del tiempo carga y descarga la lluvia y los granizos.
(Se derrama en la noche tu silencio, aroma de infinito).

Piedra azul inmensa en los espejos, el hombre te llevó por sus caminos
a lomo de vicuñas y en alas de cóndores.
¡Ah, por fin, el agua de la aurora prometida!
Pequeño y dulce mar donde el hombre de los ojos lánguidos contempla
su abandono.
Te hundes en la espiral del tiempo, piedra de sol y luna,
pero nada puede rescatarte del fondo de las aguas.

Desde el rencor y el cierzo veo tus cristales congelados.
Salido de mi cuerpo al contemplarte, desciendo a los espejos
con los hombres que no saben lo que quieren,
con los hombres que no saben si te amas o te odias
soltándote en carrera de guanacos,
¡ay, los cristales de la nieve!
Ojos de llamas en la piedra,
balsera en los espejos de la tarde,
¡ay, los cristales de la lluvia!
¡Oh poesía de caminar sobre la nieve, de navegar tus lagos
y cosechar las rosas del crepúsculo!
A la oración me elevo hasta las nubes, sobrevuelo el totoral
vencido por el sueño y regreso a combatir contra las fuerzas
oscuras de la vida,
sufriendo entre las piedras mi ignorancia, mientras la luna desentierra
los fuegos de la noche.

ANALES DE LA PIEDRA

Yo la describo así: honda, infinita, con soles y arcángeles y luna.
En sus manos florecen las antorchas y en su pecho crece una ciudad
de ahorcados.
Su amor es un tajo en el camino y ella perdura en el resplandor de sus montañas.

Sube por el amor y su materia hecha de luz.
A veces
me detengo en sus plazuelas
a contemplar sus palacios incendiados, su granito quemado y sus papeles,
a escuchar sus discursos y mentiras,
a meditar sus muertes,
a ver cómo la arrojan desde los balcones,
a recorrer sus calles carcomidas por los ácidos del tiempo.

Su piedra perseguida, sus laderas de cobre derrumbado, sus kantutas,
refuerzan el poderío de la sangre agitada en las banderas.
Me pierdo en sus colinas,
en su erosión terrible
y me encuentro en el frío, junto a las murallas de la muerte.
En su cráter se desploman las sombras, brilla como un lago
iluminado por la noche clara.
Se encienden las luces de las casas, los faros de los coches y fluyen
los aceites de un odio espeso.

Es la patria, me digo, este hierro candente, esta asfixia de gorgueras
de lino almidonado, de armaduras de hierro, de pepitas de oro lavadas
en las cribas de la lluvia.

Por sus alambres y derrumbes voy,
por un río de aguayos y sombreros. Veo su fuerza
por los autobuses, por el sudor y las botellas,
por los hombres y mujeres que salen de las fábricas, que van
de la oficina a los desfiles a aplaudir el llanto y los embustes;
por su salario y su jornal sin tiempo,
por su fronda de luces y ruidos,
por sus hilos y avisos luminosos,
por su grito, por el gas azulenco de las represiones,
voy por los cerros llenándome de la belleza hiriente
de su cielo azul.

Yo la describo así: tormento, herida, dulcedumbre,
cúpula de luz, resplandeciente
latido indestructible de
la libertad.

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MENDIGO DEL PECADO [Mi poema]
Yonny Rodríguez [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Dice Dios: tú sé bueno, no hagas eso,
si lo haces, ten cuidado, que es pecado,
que ajado de maldad esta ese queso
no me vengas después no te he avisado.

Dice el cuerpo: del gusto yo estoy preso
presiento que el placer está a mi lado,
deja ya de comerme tanto el seso
que hoy deseo gozar de ese bocado.

Yo no debo mostrarme amilanado
que aunque Dios me lo pida, es mi deseo,
buena cuenta he de dar a ese guisado
pues no debo al guisado hacerle un feo.

Si me gusta el conejo con patatas
y me impide comerlo la razón
que hace daño, me dice, al corazón,
y el deleite me lanza sus bravatas,

a quién debo hacer caso ¿a Dios? O sigo
atado a ese placer que me interesa
¿soy culpable mi mente sea obsesa?
¡confieso del pecado soy mendigo!.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDO: Yonny Rodríguez

EL DÍA

La mañana dispersa
Claridad y vida.
Cualquiera podría ver en ella
a la redentora de este
tempo de sangramento
que devora a la nación.

Sin embargo no tardarán
los corceles de fuego
en inundar de carmín la tierra,
en tronchar la carne como
rayo
que
cae.

Luego en una maceta
vemos a un lirio,
supremo como sí mismo.
Quisiéramos imitar su vida,
su fe,
pero no,
el lirio no es ninguna persona que
combata veinticuatro / siete
su dilema por vivir,
por superar este día
al que ahora le sangran
ojos y manos -efecto del caos-
y lleva el vestido hecho jirones.
Ensombrece -se cierra el día-.
El saldo: llanto, dolor,
Depredación humana.
Del libro inédito «Equipaje»

DESDE ADENTRO

La lluvia es un arpa:
los hilos de arribabajo.
Hoy cae una
suave y helada melodía
plácida como sí misma: no daña.
Misteriosa desciende,
en su caída crea mapas en los cristales,
artes que desvanecen enseguida.
Más allá hay insectos, pájaros, ramas
que la sacuden de sus alas.
El manto está allí enfrente
y brilla, percute en techos y calles,
se une al caudal; los residuos son
dócilmente desprendidos y llevados
desde su sitio, luego desaparece.
La tónica alegría del agua
inquieta, urge
con deliberada calma a salir.

SENSATEZ

Nadie puede afirmar con propiedad que amanece,
que los ruidos y los polvos esparcidos en la cama
son recuerdos inservibles en
la médula lunar de lo añorado.

HACER UN ALTO

Toda huida es vana si vamos
con plenilunios en la mirada:
para ver mejor hay que tener
los ojos cerrados.

BOYAS

Alarmantemente
efervece
el nivel de cuerpos
desde todas latitudes.
Es probable
verlos pronto
podrirse,
amontonarse
en los mares.

MI ELEGÍA

Fragmento

Ojos anegados
de lágrimas que titilan y no caen.
Este dolor
no se alardea;
¡recrudece en lo más hondo del pecho!
La masacre de la naturaleza
Arrasa con impiedad mis obeliscos.
¡Cómo se ensaña ella,
Cómo pone colorado
el verde de mi devoción!
Los pinos en su llanto
se inclinan unos contra otros;
quisieran escapar de
la sierra que los hostiga.

Cuando cada ocote exhala brea
-sangre densa y ambarina-
no hace menos que llorar así
la vida que se le escapa.

Hay tristeza en mí
por lo Hunahpús e Ixbalanqués caídos,
por los que anhelaron punzar al cielo
con su andanada de agujas.

Solo queda una desolación de pinos
traslapados en el suelo
como si de una batalla se tratara.
Ya no hay verdioscuras cabelleras
remolidas por el viento
ni animales que construyan nidos
en sus ramas.

Ahora mismo me escalofrío de aflicción;
es un dolor semejante
a la pérdida de un amigo.
Nos vimos crecer;
soy apegado a sus hojas,
a su resina.

Cabañas y Morazanes
están representados en ellos.
Son gallardos Lempiras,
estelas mayas de fibra y savia.

Quiero volar, abrazarlos;
contarles bajito que lo siento,
que siento tanto lo que padecen.

SOLO QUEDAN LOS DIOSES

¿Alguien recuerda a los humanos?
Eran seres inquietos, atroces, obstinados.
En pie nada dejaban.
Creyeron acercarse a algo grande
cuando en realidad alejaron la vida.
Languidecieron como uvas contra el sol.
Un día
sin saber qué hacían en aquel lejano mundo
acabaron con todo
consumidos por caldos de ignorancia.
Nunca pudieron superarse a sí mismos.

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UNA MOTA DE POLVO [Mi poema]
Agustín B. Sequeros [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Una mota de polvo, eso soy yo,
apenas la pavesa de una lumbre,
un alfiler clavado en una cumbre,
poco más, poco menos que un yoyó

que baila y va llevando incertidumbre
deseando dar un día algún zarpazo,
entiende que a su cuello anuda un lazo
y trata de evitar que se derrumbe.

Apenas de un suspiro algún retazo
de un sueño que al espíritu atenaza,
la sombra de un aliento de una baza
o menos de pintura que un brochazo.

Un tipo que ama el sol pasando el rato
expectante mirándose al ombligo,
esperando al final sea su amigo
que se observa y que besa a su retrato

Y tú, ¿quién eres tú? Quizás de un flato
al vientre, de un golpe una patada
un hueco taladrado en una nada,
la huella en la pisada de un zapato.
©donaciano bueno

Y tú, #sabes quién eres tú? Share on X

MI POETA SUGERIDO:  Agustín B. Sequeros

LA HORA VIOLETA

Desciende
la hora violeta.

Dame tu mano
y tu sién,
ladera_morada
de la misericordia.

Pene, corvas y pies
recógelos con cuidado.

¿Y el horizonte?

Horadado:
solo quedan rescoldos,
solo queda lo que ha dado en llamarse dolor.
(julio 2015)

POÉTICA

Alas, no.
Colibríes u otros pájaros
que besan corazones aterrados
o moran en labios, tampoco.

Palomas, menos aún:
ni en manos, ojos
u otras partes del cuerpo,
a punto de huir o herirse.

Luna, depende.
Luna llena, menguante,
creciente y nueva, sí.
Otras no.

Tañer de rosaledas,
no y no.

Ascenso al Pabellón de los Budas Fragantes,
ni en mayúsculas ni en minúsculas.

Música de tu rostro, probablemente no.

Tierra, sangre, tensión, semen,
sí.

Vulva henchida,
también.

Piedra, sí.

Olor a mosto
fermentando
y masa de pan caliente,
sí, sin más.

Amor a secas
o a punto de sublevarse,
huesos, médulas y dolor, sí.

Contra el viento y la marea del destino, sí

Sonidos, a discreción.

Colores, todos
(negro y rojo con prioridad)

(Agustín B. Sequeros, Manifiesto contra el Neo-Modernismo en la poesía, 2014-2015)

POEMA DE AMOR

Estoy dispuesto a estar contigo
sin sexo.
Estoy dispuesto a quererte ilimitadamente
sin sexo
Estoy dispuesto a estar a tu disposición
sin sexo.

Sin querer poseerte.
Sin querer que nadie me posea.
En permanente fiebre.

ALTERCADO

«Wil je me verlaten, poëzie?»
(Remco Campert,
De Stad, 2014)
Para Armando Corveille Guerra

¿Me vas a dejar
aquí tirado, poesía,
a esta hora impropia de la tarde?

Me das la espalda
como a un amante desechado,
sin volver la vista atrás.

Caerás de bruces
en la gola untuosa de algún bardo.

Te dejarás seducir
por el hocico baboso
de poetas pedantes.

Irás a adorar en aquelarre
a algún infame flatulento
en comandita con machorros
y aleladas beatas
de la nueva era.

Vete.

Seguiré solo,
en la búsqueda
del festín de la palabra.
(Marzo, 2015)

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ERES BELLA [Mi poema]
Emilio Rodriguez González [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Eres bella, y presumes de sonrisa,
sabes bien al mirar cuánto reluces,
que eres flor que destaca en la repisa,
que deslumbra al pasar si vas a misa,
bailándote al andar se dan de bruces.

Eres bella moviendo las caderas
cual soldado presume de valiente,
la flora que aposenta en las laderas,
junto a mares retozan las palmeras,
mostrando su beldad al sol naciente.

Eres bella. Tú sabes que eres bella
mas no pienses que siempre durará,
rutilante, te sientes cual estrella
que en la noche con luz propia destella
mas un día sin duda apagará.

Eres bella cual piedra que refresca
al brocal de tu lindo manantial
mientras traza una imagen arabesca
horadándose va una pequeña muesca
en tu bello semblante natural.

No dejas de pensar que dios te ha dado
un halo que en la noche se ilumina
que induce hasta los ciegos al pecado.
Disfruta, mas no olvides te ha tocado
por azar que algún dios puso y germina.
©donaciano bueno

MI POETA SUGERIDO:  Emilio Rodriguez González

EL AIRE

Subiremos a las torres de la noche
la guardia del maíz
y de los besos,
que están los cuchillos en huida,
que está la muerte novia
y el sendero
es pan de soledad en robles lentos
a golpes de distancia.
Subiremos las manos atadas
por si lloran los cipreses,
por si el agua,
por si el viento cabalga
y viene triste
de tanto cementerio.
Tenemos la culpa los hayales
de que duelan a dolor
todas las flores,
de que no haya pan ni manos tibias
que llevarse a la boca
los senderos.
La paz es un árbol raro,
una cadena
que nace solamente cuando el paso
de alguna soledad
roza las piedras,
cuando la voz o los cuchillos
han sido condenados
y todos sabemos que la tierra
alarga ya su brazo.
Las aguas podrán subir
al árbol
y ser tejas
para una casa nuestra,
sólo nuestra
donde no tenga lugares
el cansancio.
La muerte es un pájaro azul
que va de paso,
buscando en los trigales de la noche
un grito de esperanza.
El aire que nos lleva
es para siempre
el único enemigo y el jardín
donde ha nacido la voz
y está la risa
que se fue una noche así
cuando nos era necesaria.

EL PUEBLO

Habitamos el silencio desde
siempre
y tenemos el hogar a manos llenas,
a la altura de la voz,
al alcance de las aguas
y los besos.
La frágil geografía del corazón
se nos sube por los dedos
o palomas
en busca de la miel
que nace de la noche,
de tanta soledad o cementerio.
Olvidamos de corrido
aquel abecedario
de la risa.
Sabemos cantar sendas y montañas,
domar la sabiduría de los ríos,
pero nunca hemos podido
matar la soledad
como una alondra,
como un rosal de impronta voluntaria,
de flores cada hora
y cada aliento.
Habitamos el silencio y los tambores
nos dicen que la muerte
es un parásito
cosido a nuestra piel,
aunque nos duela,
aunque por siempre
nos grite a fuego lento.
Habitamos la piedra, el tronco
y la piedad.
Tenemos el silencio
como un libro
que escribe la tierra
a pasos de reloj.
Tenemos la nieve y tan de corazón
que no sabemos
donde acaba el amor
y empieza el cielo.
Se nos ha dado la aurora
y los caballos,
el techo de pizarra
y el pan que sabe a rezo.
Se nos ha dado la piedra
donde un día
podremos morirnos, confortados
por el todo secular
de su silencio.
Aquí somos amigos de los árboles,
verticales al amor
y al prado floreciendo.
Sabemos de memoria los trigales
y vamos por el tiempo
con las manos sombrecidas,
con las zarzas sangre arriba
y una forma de esperanza
entre los dedos.

LOS DÍAS DEL FRAGOR

Viniste, pero tan a deshora
que la noche fue borrada
en tu retrato.
Tras largas despedidas
nos quedan los restos
del silencio
y un golpe.
como cal
en el borde de la aurora.
Ahora cuento los días
del calendario
por las pausas
del aliento.
Y escucho las ventanas.
los armarios
y toda la jugosa lentitud
de las miradas.
Los días de fragor
se han alejado,
pero guardo el aliento
en las alcobas.
Un resto alcanforado,
los incendios
que dan sentido al grito
de esta huida.

DE NOCHES APILADAS

De los espejos vienen
estos días de alambre,
con miradas torvas
que encadenan las horas.
Y dentro de los años
se nos queda dormida
la cadencia sin tiempo
que maltrata y enciende.
Recorridos de niebla
que disfraza las cosas
y las vuelve de espaldas.
Pero todo es etéreo
todo sigue fluyendo
como el río cansado
de besar tanta orilla.
Los pinares caminan
y también se nos visten
con los trajes de fiesta
de los días no censados.
De cuántas madrugadas
nos queda la memoria,
de los días guardados
en las áreas de silencio,
se construyen los siglos
de la audacia manida.
Madrugadas de pasmo
para la luz doliente.
Marcapasos del tedio
se descuelgan del muro,
como aullidos, las horas.
Miramos desde dentro
de este incendio
palpando con los ojos
la piel de la llanura.
Nos quedan las palabras
y los días sin sueño
para seguir llevando
este camino anclado
en todos los silencios.

ESTADO DE SITIO

La tapia cenicienta
que confluye
en un rincón de luz
enfebrecida,
delimita los tiempos,
los afanes
de aquella infancia
lenta

que no tuve.

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