A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
LA FERIA LAS VANIDADES [Mi poema]
David Leo García [Poeta sugerido]New
MI POEMA… de medio pelo |
Mis versos son una excusa No es más rico el que más tiene Que un verso es un alegato |
MI POETA SUGERIDO: David Leo García
TRAGAPERRAS
Caminas hacia ella y desentierras
con la bolsa, la vida. A su vacío
corazón te insinúas, a su trío
improbable de números te aferras.
Forzado a disponer de tu albedrío,
tragas tu perra vida en tragaperras;
más guerras no conoces que las guerras
a puño abierto en pie contra el hastío.
Aquí urdirán mañana alguna juerga
cuando ya te hayas ido y ya se haya
cursado tu deber de haber perdido.
Charlarán los mortales en su jerga
mientras un hombre vuelve mientras calla
con la forja vacía hacia el olvido.
(Poema tomado de Urbi et orbi.)
LUNES. NOCTURNO
Sosteniendo las bolsas de basura
como la piel de tóxicos delfines.
Seleccionando de entre la basura
que son los meses, de entre la basura
que son los planes, toda la basura
más digna de acabar en la basura.
Así van los vecinos de mi calle,
todos saliendo al toque de corneta
entre aires y pijamas de galaxias.
Y llegará el camión. Todo el estrépito
pasará como amnesia por la calle,
exterminante ángel de uniforme.
Quedo lívido yo. Se me ha olvidado
con estiércol ungir mi puerta rígida.
En nuestra casa
falta la sombra de su primogénito
sentada en el sofá, nuestro deleite,
nuestro arcángel de mondas de naranja.
(Urbi et Orbi)
AGUA CORRIENTE
Tanto arreglar grifos para ver correr el agua, el agua
que riegue tu simbología de las cosas que perecen, el agua
que preste agua a tu sed incalculable, el agua
que te ayude a mirarlo todo por vez primera,
como si no hubieras pestañeado jamás,
como si los objetos hubieran dejado de inventarse,
esperando, no ya ser hasta siempre, sino haber sido desde siempre, agua
para comunicar tus órganos, para limpiarte el cráneo y convencerte
de que no eres objeto ni lavabo y convencerte
de que tienes que cumplir tus días de hombre, agua
para beber, para procurarte una eternidad,
como si ser eternos nos eximiese de ser torpes,
como si por ser eternos no se nos fueran
a estrellar los vasos de agua contra el suelo.
(Demanda de Sol)
Corazón de ninguno
Desiertos en parcelas, acotados,
nos tienen en reserva. Cada jueves,
con la sangre dormida en un oficio,
se quebrará tu lápiz en la página
y añadirá más grava a la llanura
formada por las tizas, los cosméticos
que perdiste soplándolos,
la astilla lastimándote un tobillo
y las piedras lanzadas a balcones
de piedra, de ninguno, trituradas.
Y, ya que lo preguntas, te diré
que en la raíz de tu desierto
tienes el primer vaso y el siguiente
y todos los que al suelo, cuando niña,
arrojaste admirada de que todos
cayeran como tienen que caer
hasta mostrar sus interiores secos,
su fe caliente en el cristal molido.
Calor y frío
Creo que nos contiene el golpe corto
de la puerta que cierras para evitar el frío.
Pide más frío el pomo de metal.
Y sin embargo arde
la dispersión de los añicos
cuando un vaso se rompe.
Caliente la violencia, vivir sin un análisis
de la temperatura del abrazo
o el gesto que dirigen los quietos ingredientes
mezclados en su justa proporción.
Y frías las hormigas,
las sueltas limaduras de la noche
que buscan un azúcar
también vuelto migajas.
Interiorizo ese trayecto seco
para buscarte, yo
que sólo te conozco por tu aroma.
Al fin estoy contigo. Y es caliente
discutir o la radio de noticias
sin orden, olas de información
clausurando tu casa.
El frío, que comienza en cualquier parte,
acaba en ti. Yo traigo el frío
cuando escribo la historia que nos une.
Y el calor que inauguras
termina en aire. Tiene la habitación el soplo húmedo
de una herida debajo de la ropa.
Nos rendiremos con las sienes juntas.
No puedo conocerte, pero intuyo
que el hogar es el aire
discreto que se mueve
cuando cierras los párpados.
Con lentitud de hoguera vas durmiéndote.
Un golpe en tu conciencia puede quemar la casa.
Ruth Valdés
Esa parte que me hace falta
Vi a mi padre
la mañana previa
a que me dejara por siempre.
Lo abracé;
ya no estaba muy consciente que digamos.
Nunca lo dije antes,
pero lo sentí tan leve,
tan frágil
que podría haberlo levantado
con un pequeño fragmento
del pensamiento.
Algo en mí se destruyó
en ese momento.
Y desaparecí.
Hasta la presente fecha,
en este deplorable día,
aún no me encuentro.
(Del libro Kudoku Shi - Muerte Solitaria, 2019)