A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
¿DEMO QUÉ? DEMOCRACIA [Mi poema]
Concha de Marco [Poeta sugerido]New
MI POEMA... de medio pelo |
¡Váyase señor González! Os traigo esto a colación Democracia en conclusión Democracia, esa falacia No es que sea pesimista Cosas de la #política: quítate tú que me pongo yo? Share on X |
Aznar se lo exigió a Felipe González en 1994 en pleno escándalo «Filesa», condenado jurídicamente. Dos años después ganó las elecciones. Rubalcaba se lo demanda a Rajoy poco después de entrar en Moncloa. Política y Democracia son dos nobles palabras de origen griego que han ido siendo prostituidas por los políticos a lo largo de los tiempos.
MI POETA SUGERIDO: Concha de Marco
Son las seis y media
Dentro de cincuenta años
quien pasará por esta calle,
quien vivirá en esta casa,
qué viento arrastrará
la tierra de mi vida y a qué sitio,
qué niño de dos años
que hoy se mancha de barro en el Retiro
se sentirá ya viejo y muy cansado,
cómo serán sus hijos
y si sabrán jugar al aire libre,
en qué lugar
continuará plantado el último castaño,
y ese mercado donde compro
tendrá razón de existir,
y si hablará la gente
y cómo irá vestida,
si me recordará Juanito el panadero,
con setenta años a cuestas,
se cocerá el pan dorado cada día,
existirá esta casa,
este patio encalado,
quién leerá estos libros,
estos libros.
SE ESTA EXPERIMENTANDO UN CORAZÓN ARTIFICIAL
Cómo vas a llorar en ese día
que la angustia comprima tus arterias
y émbolos insensibles funcionen sin saberlo.
Cómo vas a gozar cuando el sentido
abarque en alto, luminoso instante,
la significación del universo,
juntas las penas y las alegrías,
si tu existir está servido
por mecanismo de metal y vidrio.
Vas a poder dormir con ese ruido
o pararás el corazón al sueño
remuriendo tu muerte cada día.
Podrás sobrellevar la aterradora idea
de tu sangre estancada por la noche,
fermentando en las venas sin vigor,
los capilares del cerebro ciegos,
los sueños de cadáver flotando en tu conciencia,
el rezumar secreto de los órganos.
¿Por quién serás resucitado con el sol
al mover la clavija del autómata,
lázaro cotidiano, por qué Dios?
LOS MATEMÁTICOS DEL MUNDO PROTESTAN POR LA GUERRA EN EL VIETNAM
Que las cuentas no salen, señores del Imperio.
En Indochina se rebelan hasta los cardinales.
Rebasan el papel, reúnen sus guerrillas en la selva
Vestidos con minúsculas prendas. Uno cuenta por mil
y mil por uno en igual voluntad de permanencia.
Os podéis sumergir hasta el delirio
en la profunda sima de los quanta,
elevar hasta límites contrarios
a distancias de mil kiloparsecs,
ahogaros sin aliento entre unidades angstrom,
plasmar en fórmulas el angular momento,
en fórmulas fijar el tiempo-espacio,
y manejar el Rayo de Creación del universo.
Las cuentas ya no salen, se alargan integrales,
enredan su incremento, prosperan con furor,
borran los mapas, su potencia numérica
aquilata la culpa.
Volando en el espacio,
pesados logaritmos de la fuerza,
a los números simples, inocentes,
reducís a la última sustancia.
Pero el mundo está lleno de potenciales cifras,
exactas magnitudes que no fallan; amañadas las vuestras,
homicidas, sabéis bien que no cuadran.
LIBROS NUEVOS
Hay que estar callado, no hables tanto,
deja de afirmar tu existir con las palabras,
son igual a ese humo que se aleja.
Haz algo, crea.
Algo que fortalezca a los demás
y cuando tú te vayas permanezca.
Verdaderas palabras, el mensaje
que puedan entender generaciones nuevas,
y les ayude a sobrellevar
el peso de la escoria que gravita sobre ellas.
PETICIONES DE MANO
Venía de misa, bajo su paraguas,
Como era en principio.
Entraba en una tienda de los portales,
El pan nuestro de cada día dánosle hoy.
Su pelo gris y sus dientes sucios,
un libro en la mano, de canto dorado,
El Señor es contigo.
Triste sonrisa colgada de los años que se fueron,
pingües de dejaciones y paciencia.
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo.
Amores quemó muchos, imposibles y ocultos,
ninguno cierto, ninguna mano atenazó la suya con apremio.
No nos dejes caer en la tentación.
Patética sonríe, pronunciando
palabras sin valor, preguntas
que no esperan respuesta,
con monjil vocecilla de falsete,
asustada, tras su inútil sonrisa,
de los ojos ansiosos que devoran su semblante marchito,
y un caudal angustiado, incontenible,
de la sustancia anónima del alma penetra removiendo
las aguas pantanosas, el charco consumido
de la rutina triste de sus días.
Ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
CRIMEN PASIONAL
Te quiero tanto, tanto, que sueño con matarte,
y derramo sangre para nacerte luego,
mi ávido corazón amparando tu cuerpo corrompido
en desvanes de rojo terciopelo.
Después entras en casa, levantas a los pájaros
y yo salgo, admirada de tenerte de nuevo,
a rodear con mis brazos tu presencia huidiza
y besar la mejilla que se escapa a mis dedos.
Y tengo que matarte para que estés conmigo,
amante y alejado, extraño y conocido,
seguro de tus actos, consciente de tu fuerza
dilapidas sustancias que no te pertenecen.
Yo, en cambio, he de sufrir para que el mundo siga,
para que tenga objeto el sol que se levanta,
para que se desenvuelva la rueda de los días,
y otros, fuertes, distantes, seguros, la conduzcan.
LA MÚSICA
Qué día fue aquel, cuándo y en qué tiempo,
no hay bastantes lágrimas para llorarlo.
Cada nota arranca un sollozo a mi cuerpo
en la tarde de marzo.
Cuándo fue y en qué siglo y en qué año,
quién cogía mi mano en despedida,
quién lloraba mi ausencia,
dónde está aquel pañuelo agitado en el aire,
qué niebla se enredaba entre los árboles,
cuál sería el perfume de aquella habitación
entre cortinas, de qué color.
Quién era, a dónde partía
y dónde estaba yo, con qué carne y qué alma.
Únicamente sé:
Las lágrimas que vierto eran las mismas lágrimas.
EL TEATRO
Es una eternidad para un momento.
La espera de horas largas
devana lenta y sola su madeja,
sobre la imagen próxima entreteje
fastuosos atributos de riqueza.
Las naranjas maduran y se incendian
en los azules muros de la tarde,
un piano avanza lento sobre una partitura,
bandas de golondrinas se vienen y se alejan.
Oigo su voz que llega, una puerta se abre,
Rápidos unos pasos se acercan a la mía,
verde vara de olivo cae sobre mi mesa,
y aquellos ojos, de lo profundo a mi raíz, me miran.
Nunca lo imaginado, las palabras
son tan distintas de las aprendidas.
Sólo noches, tinieblas y desiertos,
la ciega superficie de unas aguas sombrías.