A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
DE NIÑA A MUJER [Mi poema]
Clemencia Laborda [Poeta sugerido]New
MI POEMA... de medio pelo |
Tan joven, que ignoraba si era niña, Absorta se encontraba en esa riña, Mas hete aquí un suspiro apareció Muchacha, ya hoy de labios de carmín, |
MI POETA SUGERIDO: Clemencia Laborda
Casa
Ventanas azules
verdes escaleras,
muros amarillos
con enredaderas,
y en el tejadillo
palomas caseras.
Las ventanas de mi casa
han pillado un resfriado
y estornudan como locas
cada vez que yo las abro.
Mariposa en escapada
¡Flor en vuelo!; Mariposa,
avión de alas floridas,
por tus idas y venidas,
¡cómo te envidia la rosa!
Ella en inercia reposa
y tú en alturas de audacias
prodigas mil acrobacias
sobre campos de jardines
y aterrizas en jazmines,
bajo bóvedas de acacias.
Bazar de juguetes
¡Ay, qué infantil este olor
a caballo de cartón,
y a «pepona»
relumbrona,
cabezona,
gordinflona
con las botas de tacón!
¡Ay qué infantil este olor
de la pelota de goma
y del muñeco llorón,
y qué lindo de colores
el Guiñol,
y la casa de muñecas
con balcón y mirador,
y la tienda,
con la trastienda
y el dueño en el mostrador,
y en el colegio la monja
enseñando la lección,
y la muñeca triste
con vestido rococó!
¡La mejor!,
porque tiene…
¡porque tiene
corazón!
Y en el cielo del bazar
toda una constelación
la pelota y el balcón
y los globos de colores
como pompas de jabón.
BRINDIS DE LA AZUCENA
Alza su copa y se mece
blanca sobre su cintura,
en un brindis de agua pura
que el aire dormido ofrece.
Cáliz nevado parece
y su aroma al cielo sube,
enajenando a un querube
que en el cielo vesperal,
como alado mayoral,
está ordeñando una nube.
TENORIO EL SOL
Escala el sol las tapias del convento,
calzando fuego y arrastrando cola
y en éxtasis de amores arrebola
una magnolia que se mece al viento.
¡Bravo, don Juan!, se encuentra en su elemento;
la soledad enajenada viola
y gana una flor más por carambola,
que se consume al fuego de su aliento.
Presto alcanza la torre, huye al ocaso…
Con piel de perla y corazón de raso
queda la flor llorando glorias vanas;
tiembla en la rama, desmayada y yerta
y muere sobre el céspeds de la huerta
mientras doblan por ella las campanas.