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Carmelina Soto Valencia

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PRESO DE CONCIENCIA [Mi poema]
Carmelina Soto Valencia [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Retire usted su ofensa, no consiento
que nadie a mi me llame calavera,
se suba sin permiso a mi pechera
y envíe a mi persona a tomar viento
cual fuera una cualquiera.

Disculpe señor juez, si he sido malo
hoy vengo aquí a contarle por qué ha sido,
se trata de un mal trago que he tenido
a costa de sufrir un varapalo
y es él quien me ha perdido.

Le pido comprensión, sea indulgente
vuecencia sabe bien que yo no miento,
pues tuve un arrebato en un momento
no pude controlar, vino de frente,
y bien que lo lamento.

Comprendo que yo soy un tipo raro
que echando va suspiros en el viento,
se acerca a los altares de un convento
pidiéndole al buen dios le dé su amparo
sin arrepentimiento.

Mis padres me educaron bien de niño
y hoy dicen todo aquello fue un fracaso,
¿a quién obedecer, debo hacer caso?
no puedo desprender de su cariño,
posible di un mal paso.

Pues dudo si lo que hago es lo correcto,
cautivo, sigo escaso de paciencia,
amañe usted un poco la sentencia
tratando de argüir algún defecto,
soy preso de conciencia.
©donaciano bueno

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MI POETA SUGERIDOCarmelina Soto Valencia

Pretéritas

Hacia atrás en los siglos, mis abuelas tranquilas
amables, amorosas, lejanas y señeras.
Las pardas cabelleras al cuello recogidas.
Las pardas cabelleras…
Mujeres que rindieron sus cabezas maduras
-trigal auri-moreno cuando el otoño llega-.
Alguna va en mi sangre repitiendo su infancia,
rencorosa y callada como una niña ciega.
¿Y de dónde venían? Oh montaña de Antioquia
por ellas abonada para el gusto del trigo.
Por montañas de Antioquia su oración y su canto.
Sus sombras capitales para siempre conmigo.
Suaves niñas lejanas, hacia atrás, mis abuelas.
El cordón de mi sangre gira en sus huecas manos
como inocente lino…
retorcido en la rueca del tiempo.
(Patios hay con claveles y patios hay lejanos
como en las rojas tierras de Castilla).
¡Júbilo de mi sangre!
Mis manos inocentes
jugaron con las flores de sedosa mantilla.
Retrocedo en el tiempo centurias para verlas
por detrás de mis hombros en adorables filas.
Mujeres silenciosas, saudadosas, austeras,
entre linos y espliegos para siempre tranquilas.
Por detrás de mis años, sus ojos de violeta
escrutan mi destino.

Los amantes

Los que se amaron deben quedar ciegos.
Porque sus gestos sean sin sentido.
Porque sus brazos giren sin gracia ni provecho.
Como las tempestades…
ciegos.

Ciegos como banderas después de la victoria
o como las espadas
que están siempre desnudas y gloriosas.

Qué rencor por los ciegos
y por las tempestades.
Y por los que creen que el amor es la hartura.
Oídlo bien: El amor es el hambre.

Del amor inocente

Por ti es la vida diáfana y ligera
y el dulzor en el fruto diluido
y es el trino y el viento en la pradera
y el perfume en el nardo preferido.

Por ti tiene razón la primavera
y la luz y la tarde y el sonido.
Y por ti el corazón arrepentido
vuelve desnudo y casto hasta su vera.

Por ti saben los ríos el camino
que conduce otra vez hacia la nube
y el viñedo la sangre para el vino.

Y hasta el lirio, sin índice ni huella,
por línea recta, sin saberlo, sube
su fiel aroma a la lejana estrella.

Esquema del amor en el tiempo

Estabas sin luceros en mi aurora de niebla
o en ansias marineras por mis playas salobres?
O en los caminos ásperos? O en arrecifes duros?
O en el tendido anhelo y el dolor de los hombres?

Porque en el día entusiasta de zumbidos remotos
ya presentí caricias de miel desprevenida.
Yo llenaría de risas infantiles la tarde
y de llanto creciendo mi confidencia ardida.

Estabas sin luceros -planeta soterrado-
amor puesto a la orilla de mi voz en el tiempo.
(Ya todos los caminos eran tan familiares
que hasta sabías la muerte de enredadera al sueño)

Transitabas confiado y yo te presentía
en las oscuras llamas de todas las pupilas.
El tacto de tu aliento apenas me llegaba
-anzuelo al pez de sangre por mis aguas tranquilas-

Dónde estarás ahora, raíz desenterrada:
detrás del metal trémulo de mi silencio frío?
te dolerá en la sangre mi oscura cabellera ?
te dolerá en los ojos este recuerdo mío?

En dónde estará ahora tu voz fija creciendo
sin que la pena viva de mi canción la cante?
Te manchará los labios mi ausencia como un vino?
Te dolerá en los huesos mi oscura voz distante?

O cruzaré tus aires como oscura paloma
con su muerte de cielo, de nube y de rocío?
Te doleré en los hombros como una enredadera
o seguirás pendiente de mi sed como un río?

Balada del recuerdo

Llueve una lluvia fácil… negligente.
Casi sin desazón. Casi sin ruido…
Y en un sitio del alma… en el olvido
los recuerdos me asaltan de repente.

Recuerdo cosas… cosas… todavía
como si todavía las viviera.
(Aquel amor que tanto me mintiera
acaso sin saber que me mentía).

Una ciudad tan buena como el trigo
surge de pronto en tierras desiguales.
Un calendario pulcro… sin señales.
(Voy por las calles de anteayer contigo).
Nuestras miradas con amor -sin dudas-
redescubrían cosas evidentes:
la tierra con sus árboles, las gentes,
nuestras manos vacías y desnudas.

La lluvia por las calles recorría
con el sol enredado en sus cristales.
-Noble ciudad de agudas catedrales
(Me cuentan que allí vives todavía).

Todo nos separaba y nos unía.
Un gesto, una canción, una mirada.
El amor era todo… y era nada…
y era eterno no más porque moría.

Y nadie puede sepultar sus muertos
tan verdaderamente sepultados
que no puedan volver, si recordados,
a los brazos amantes y desiertos.

Las horas no se pueden devolver
ni lo que en ellas fue pasión o grito.
(Aquí todo es igual porque está escrito
y ya no es cierto porque está en ayer).

Aquí todo es igual. Nada envejece
al margen de las horas sin fortuna.
El mismo grillo con la misma luna…
y todo como estaba permanece.

Y como en los recuerdos no varía,
el viento lleva aún sobre sus hombros
de aquella nube grande los escombros.
(Y nunca acaba de pasar el día).

Nuestros rostros se miran a través
de la lluvia o la luz recién nacida.
Aquí la muerte pasa inadvertida
bajo el verde implacable del ciprés.

Los rostros de este sitio no regresan
jamás al ejercicio cotidiano.
(Aquí mi mano vive entre tu mano.
Aquí los corazones no nos pesan).

Eres. Soy. Cuánta soledad en torno.
Aún vivo y vives. Sorprendente llama.
Viajamos bajo el sol. Sobre la grama.
(Aquí en el calendario no hay retorno).

Canción

Iba mi corazón
-caracol sin lamento-
impulsando, sangriento,
su pequeña canción…

Y luego la ilusión…
engaño…
ensueño…
La muerte grande…
lo demás, pequeño.
Ah qué inútil empeño
Corazón! Corazón!

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UN HOMBRE DE PELO EN PECHO [Mi poema]
Celedonio Flores [Poeta sugerido]

MI POEMA... de medio pelo

 

Un hombre de verdad, de pelo en pecho,
de aquellos que hoy no abundan,
que impiden que farsantes les confundan,
al ancho llaman ancho, estrecho estrecho,
y nunca ellos redundan.

Que al pan le dicen pan y al vino vino,
no se andan con rodeos,
ni suelen esquivarte en sus paseos
cual fuera el que no paga de inquilino,
y uso hace de tuteos.

Valiente, fuerte, osado va de frente,
pues que él nunca se esconde,
si tienes que encontrar ya sabes donde,
no busques donde arrastra la corriente
y él siempre te responde.

El hombre del que os hablo en un buen hombre
quizás fuera algo rudo,
sin trampa ni cartón casi desnudo,
si tiene algún defecto, no se asombre,
es que es algo tozudo.

Que el blanco siempre es blanco, el negro, negro,
y sigue una premisa,
la mano dar, decir eso es va a misa,
lo mismo si es ajeno o si es su suegro
le añade una sonrisa.
©donaciano bueno

#De estos hace ya un tiempo. Yo los conocí y tú? Share on X

Comentario: Se dice es un hombre de pelo en pecho de aquel que está chapado a la antigua: Se refiere al hombre, viril, osado, fuerte, valiente.

MI POETA SUGERIDO:  Celedonio Flores

Autoretrato

Pinta de «shushetín», visto a la moda
porque el sastre me cobra el mismo precio;
al pantalón planchado no lo desprecio,
y el «yuguillo» encolao no me incomoda…

Remato una verbena con whisky y soda;
encurdelao no soy matón ni necio.
Le tengo «al carro de la vida» aprecio,
pero emberretinao… ¡la juego toda!…

Como no soy vicioso, ni la «carpeta»
ni el burro más ligero ni el más maleta
le han sacao mucho vento a este bacán

Pero, artísticamente, soy «milonguero»,
porque…, a una opereta de Lehar, prefiero
los canyengues que siempre tangueó Cobián…

Desde el retazo blanco más amable

Desde el retazo blanco más amable
renace mi incongruencia que compite
con la próxima vez que me remite
a la junta agrupada detestable.

Como el viento o el calor insoportable
que revoca las copas y derrite
el alquitrán tachado se repite
en rincón de la vela desmontable.

La enemiga perfecta de sandalia
no soporta ni acepta los listones,
en la victoria como en la derrota
mucho saben los niños de invenciones,
su afirmación terrible es represalia
y ese amor no se vé pero se nota.

Muchacho

Muchacho
que porque la suerte quiso
vivís en un primer piso
de un palacete central,
que pa’ vicios y placeres,
para farras y mujeres
disponés de un capital.

Muchacho
que no sabés el encanto
de haber derramado llanto
sobre un pecho de mujer;
y no sabés qué es secarse
en una timba y armarse
para volverse a meter;

que decís que un tango rante
no te hace perder la calma
y que no te llora el alma
cuando gime un bandoneón;
que si tenés sentimiento
lo tenés adormecido
pues todo lo has conseguido
pagando como un chabón.

Decime
si en tu vida pelandruna,
bajo la luz de la Luna
o si no bajo un farol,
no te has sentido poeta
y le has dicho a una pebeta
que ella es más linda que el Sol.

Decime
si conocés la armonía,
la dulce policromía
de las tardes de arrabal,
cuando van las fabriqueras
tentadoras y diqueras
bajo el sonoro percal…

Sonatina

La bacana está triste, ¿qué tendrá la bacana?
Ha perdido la risa su carita de rana
y en sus ojos se nota yo no sé qué penar;
la bacana está sola en su silla sentada,
el fonógrafo calla y la viola colgada
aburrida parece de no verse tocar.

Puebla el patio el berrido de un pebete que llora,
tiran bronca dos viejas y chamuya una lora
mientras canta «I Pagliacci» un vecino manghín,
la bacana no ríe, la bacana no siente,
la bacana parece que ha quedado inconsciente
con el mate ocupado por algún berretín.

¿Piensa acaso en el coso que la espera en la esquina?
¿En aquel que le dijo que era muy bailarina
con tapín de mafioso, compadrito y ranún?
¿En aquel que una noche le propuso el espiante?
¿En aquel cajetilla, entallao de elegante?
¿O en aquel caferata que es un gran pelandrún?

¡Oh la pobre percanta de la bata rosa!
quiere tener menega, quiere ser poderosa,
tener departamento con mishé y gigoló,
muchas joyas debute, un peleche a la moda.
Porque en esta gran vida el que no se acomoda
y la vive de grupo, al final se embromó.

Ya no quiere la mugre de la pieza amueblada,
el bacán que la shaca ya la tiene cansada,
se aburrió de esa vida de continuo ragú;
quiere un pibe a la gurda que en el baile con corte
les dé contramoquillo a los reos del Norte,
los fifí del Oeste, los cafishios del Sú.

-«¡Vamos, vamos pelandra! -dice el coso que llega-,
esa cara de otaria que tenés no te pega,
levantate ligero y unos mangos pasá».
Está el patio en silencio, un rayito de luna.
se ha colado en la pieza mientras la pelandruna
saca vento de un mueble y le dice: -¡Tomá!

Villa Crespo

Barrio piringundín, barrio malevo
donde aprendí a mancar la vida maula
en mis días papusos de purrete
compadrito y piernún, callao y taura.

Barrio de contras bravas, tus hazañas
que rubricaron fieras puñaladas
deberían saberlas los mocosos…
En la escuela tendrían que enseñarlas…

Mirador de Seghezo, arquitectura
estilo medieval…, medio-romántica:
parecía decir con voz de macho:
el que no es malandrín, de aquí no pasa.

La quinta de la Lunga, los perales,
tentación de pandillas malandrasas,
entrevero de piernas y de alambres
cuando el tano tiraba la mancada.

La academia San Jorge, la academia…
donde cobraban cinco la bailada;
«Si me habré compadriao mis chirolitas
despatarrando cortes y quebradas».

El Mocho, el Cachafaz, Pata de Alambre,
David, La Portuguesa y el Lagaña;
los hermanos Balijas y Fresedo
(El pibe Paternal, de larga fama).

Allí manqué debute las miserias
de los fiocas varaos a pan y agua,
y el amor que se acaba en el ayuno
del que quiere vivir de salto y carta.

El café Venturita y los Istueta,
los matinés y los bailes de Peracca.
El café La Morocha y el barbijo
de Arolas, compadreándole en la cara.

Arroyo Maldonado, barbijo taura
que en las aguas del Plata desangraba,
cara al sol, como un hombre sin renuncios
del que acecha en la sombra y no da cara.

Arroyo Maldonado, cuneta rea,
agua-fuerte brutal de mi barriada,
hablar de Villa Crespo y no nombrarte
es tirar las palabras a una zanja…

Es decir que a este barrio milonguero
como a vos lo ha tapado la ignorancia…
Yo florezco en jardines con mis versos,
vos ahora no sos más que una cloaca..

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Felipe Pardo y Aliaga

A Gallo en Fiambre

Es ancha, es larga, es mal formada, es honda,
la nariz de que voy a darte informe.
Ancha: no puedes su extensión disforme
recorrer en un día a la redonda.

Larga: en las nubes no dirás que esconda
mejor su cumbre el Chimborazo enorme.
Mal formada: no es fácil que te forme
símil que a su estructura corresponda.

Honda: no lo fue más la hoya romana,
do lanzarse uno solo entre millares
osó con fortaleza sobrehumana.

Mas compara por temas singulares
el pueblo a un colmenar cada ventana,
y la llama NARIZ DE COLMENARES.