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Carlos Rubira Infante

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DES… MANIPULANDO EMOCIONES [Mi poema]
Carlos Rubira Infante [Poeta sugerido]

MI POEMA ... de medio pelo

 

Ha crecido una rosa entre mis cejas
sentada entre los ojos en la frente,
allí está plantadita, sonriente,
mirando hacia el paisaje, está sin rejas.

Pues que naciera allí fue arte de magia,
nadie sabe a qué se debe, por qué fue,
si le dejas desde allí todo lo ve
o antes ya que suceda lo presagia.

No acierta a comprender las martingalas
harta ya de escuchar tanta basura,
las ansias de placer sólo son balas
que intentan compensar a la tortura.

Que ausente está del mundo emocional
aquel que causa daño a la razón,
haciendo un lado aparte al corazón,
correcta, independiente e imparcial.

Y nadie, aunque lo intente, ha de influir
en eso que está bien o que está mal,
que a cantos de sirena no ha de oír,
deseos y soflamas resistir
haciendo caso omiso al carnaval.
©donaciano bueno.

Comentario del autor sobre el poema: Las emociones son muy manipulables. Si no estás atento, te pueden convertir en una marioneta de cualquier espabilado que te mueve las cuerdas, ¡Cuídate!

MI POETA SUGERIDO:  Carlos Rubira Infante

Sentidos He soñado que soñaba

He soñado que soñaba
porque no sueño contigo
te sueño tanto de dia
que de noche estoy rendido

He soñado que soñaba
con tu amor cada mañana
y que contigo vivia
como un principe y su hada

He soñado que soñaba
entre las nubes volar
y que habia un paraiso
donde yo te iba a adorar

He soñado que soñaba
que tu vivias por mi
y que mi amor encendia
en ti, el ansia de vivir

He soñado que soñaba
que paseaba contigo
siempre juntos de la mano
felices y muy unidos

He soñado que soñaba
que los campos florecian
cuando nuestro amor llegaba
y la tierra lo absorbia

He soñado que soñaba
que te entregabas a mi
y que yo era en este mundo
el mas rico y mas feliz

He soñado que soñaba
que el tiempo se detenia
y vivia nuestro amor
sin descanso dia a dia

He soñado que soñaba
que la vida sueño es
es soñado que soñaba
que siempre te adorare

Yo nací en esta tierra

Yo nací en esta tierra
de las bellas palmeras,
de cristalinos ríos, de paisaje
ideal, nací en ella y la quiero
y por ella aunque muera
la vida yo la diera
por no verla sufrir.
Guayaquileño madera de guerrero
bien franco muy valiente
jamás siente el temor,
Guayaquileño de la tierra más linda
pedacito de suelo de este inmenso Ecuador.

Esposa

Quiero que seas feliz mientras yo viva,
y que no tengas ni un dolor siquiera.
Yo te daré mi amor para que vivas
como una flor en plena primavera.
Yo te daré mi amor cual jardinero,
porque será agua fresa que te riegue.
No he se de ser yo quien te dará un pena,
ni he de ser yo quien el amor te niegue.
Que no me quieras, que no me comprendas,
de eso la culpa es sólo de mi suerte.
Yo que te quiero tanto y te comprendo,
he de adorarte siempre, hasta mi muerte.

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MI POETA INVITADA:  Camila Melo Parra

A sus ojos de noche

Navego como una escafandrista buscando en cada superficie memorias que te nombren.
Visito tu cuerpo para que me delate sus más íntimos apetitos.
Lo acojo en mis manos que figuran caricias y que fraguan combates:
Tu cuerpo versus mi cuerpo.
De allí nadie saldría vivo porque ese canibalismo tan nuestro, tan insaciable, tan bestial y tan feroz, difícilmente se atrevería a bajar la guardia del placer.
Evoco tu voz y en ella los poemas, las canciones, los clichés.
Visito las cartas donde nos desnudamos de todos los juicios
y le hicimos el quite a la rutina, siendo su hospedaje de paso.
Me quedo allí, haciendo castillos de ceniza para celebrar un amor de fuego.

Castillos de ceniza

A sus ojos de noche
Navego como una escafandrista buscando en cada superficie memorias que te nombren.
Visito tu cuerpo para que me delate sus más íntimos apetitos.
Lo acojo en mis manos que figuran caricias y que fraguan combates:
Tu cuerpo versus mi cuerpo.
De allí nadie saldría vivo porque ese canibalismo tan nuestro, tan insaciable, tan bestial y tan
feroz, difícilmente se atrevería a bajar la guardia del placer.
Evoco tu voz y en ella los poemas, las canciones, los clichés.
Visito las cartas donde nos desnudamos de todos los juicios
y le hicimos el quite a la rutina, siendo su hospedaje de paso.
Me quedo allí, haciendo castillos de ceniza para celebrar un amor de fuego.

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