DEMOCRACIA vs POPULISMO [Mi poema]
Carlos Mondaca [Poeta sugerido]
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DEMOCRACIA vs POPULISMO [Mi poema]
Carlos Mondaca [Poeta sugerido]
NewMI POEMA …de medio pelo
(Decálogo)
Democracia es sin dudar esa falacia
del que trepa por querer fruta comer*
pues lamenta lo que tiene que perder
si no gana soportando esa desgracia.
Democracia, esa promesa que se esfuma
cuando ven que están muy cerca del poder,
democracia esa mujer de muy buen ver
que pudiera evaporarse cual la espuma.
Democracia, esa palabra rimbombante,
el panal al que las moscas siempre acuden,
si se ensucian las patitas se sacuden
con la gracia y la destreza de un farsante.
Democracia, esa mentira que hace gracia
pues se sabe la verdad, que está vacía,
cuando acceden al poder ya no hay tu tía
actuarán cual dictador, partitocracia.
Democracia es demagogia travestida
de un ropaje transparente y perfumado,
una especie de virtud que Dios le ha dado
y se muestra hacia el poder agradecida.
Democracia agua es que nace limpia y fina
que se enturbia y que se vuelve putrefacta
la mirada allí se queda estupefacta
y al final tizna, lo embarra y contamina.
Democracia es no mirar hacia el tendido
cuando observas el morlaco va de frente
y te quedas tan borracho de aguardiente
acusando a ese contrario estar bebido.
Democracia eso es hacer un juramento
prometiéndose a cumplir con su programa
para luego ya admitir fue una soflama
y al final que las promesas lleve el viento.
Democracia es publicar falsas promesas
a sabiendas que después no has de cumplir
sobre base a lo que quieres conseguir
llevando hasta votar sus mentes presas.
Democracia eso es medrar sin miramientos
despreciando si n prejuicio al que te ayuda
y al que viene a reclamar pues se la suda
que otra vez a él no le vengan con lamentos.
Democracia y populismo aquí es lo mismo
una muestra de egoísmo y de cinismo.
©donaciano bueno
Los partidos políticos se han convertido en sectas donde todos obedecen al líder de la misma.
Solo las listas abiertas traerían un soplo de libertad y esperanza.
La #democracia es el menos malo de los sistemas? Share on X
MI POETA SUGERIDO: Carlos Mondaca
La Muerte de Don Quijote
Se moría el heroico caballero:
le abrazaba la fiebre las entrañas:
volcán en que fundieran las montañas
la vida secular del ventisquero.
Rocinante soñaba con los viajes,
cuando al claror del sol o las estrellas,
fulguraba la gloria de sus huellas,
bajo la santidad de los ultrajes.
Y Rucio era feliz…. Tranquilo y grave ,
bajo el inmenso dombo de los cielos,
pacía sin visiónes, sin anhelos,
como el que todo ha visto y todo sabe…..
Todos eran felices…. Solamente,
Don Quijote en su cruel melancolía,
más implacable cada vez sentía
la corona de angustia de su frente.
Y vió las grandes aspas del molino,
estremecidas en su alegre giro,
bajo un gran viento, como un gran suspiro,
por todas las crueldades del destino.
Sintió todo el dolor de las pedradas,
que lloviera sobre el galeote,
el infame librado del garrote
con esfuerzos del alma y de la espada.
Y anegado en un piélago de pena,
comprendió que hasta Sancho lo engañaba,
que hasta esa alma sencilla era una esclava
de la humana maldad en la cadena.
Y entonces solamente brotó un largo
arroyo de sus ojos ya vidriosos,
un infinito llanto silencioso,
cuanto más silencioso más amargo.
Y al frío de la alcoba solitaria,
en el tedio infinito de sus horas,
ante la santa imagen seductora
arrodilló la mente visionaria.
Y en el silencio augusto de la noche,
vió sus dos ojos, como dos estrellas
y oyó la dulce voz de la doncella
con las melancolías del reproche.
Y fué un licor celeste su amargura,
y se olvidaron todos sus agravios;
y una santa sonrisa entre los labios,
entregó el caballero su alma pura.
Pero no… Tú no has muerto, ¡ oh Don Quijote!
Tú no puedes morir!… Es necesario
que otra vez ensangrientes tu calvario,
que otra vez te apredeé el galeote.
Tú no puedes morir!… Ciñe tu espada,
cabalga el Rocinante de tu idea;
y otra vez a luchar por Dulcinea,
de cobardes y viles ultrajada.
Vuelve otra vez al mundo. ¡Caballero!
Llénanos con tu espíritu las almas,
y haz perecer las miserables calmas,
al homérico golpe de tu acero.
Dale a mi corazón tu santo ensueño,
tu infinita pasión, tu fé creadora,
tu sublime locura redentora….
¡ Oh Don Quijote, venga a nos tu reino!
CANSANCIO
Quien pudiera dormirse, como se duerme un niño;
sonreírle al ensueño del goce y el dolor,
y soñar con amigos y soñar el cariño,
y hundirse, poco a poco, en un sueño mayor.
Y cruzar por la vida sonambulescamente,
los ojos muy abiertos sobre un mundo interior,
con los labios sellados, mudos eternamente,
atento sólo al ritmo del propio corazón…
Y pasar por la vida sin dejar una huella…
Ser el pobre arroyuelo que se evapora al sol…
Y perderse una noche, como muere una estrella
que ardió millares de años, y que nadie la vio.
LOS RECUERDOS
Son aves que se alejan en un vuelo
sin vuelta, los recuerdos… Y un momento,
queda en el corazón, como un lamento,
su aleteo de seda por el cielo.
Cuando tiende la noche el primer velo,
un recuerdo se va, pálido y lento…
—Hay aroma de flores en el viento.—
Y lo vemos partir sin desconsuelo.
Alguna vez se piensa en los ausentes:
y una vaga inquietud llora su queja,
y hay un leve temblor sobre la fuente.
Y apagado el temblor nada se siente:
pero en cada recuerdo que se aleja
vamos agonizando lentamente.
LEJANA
Llueve… Cae la noche mansamente,
y el dolor de la sombra angustia y pesa…
Y esta lluvia tediosa que no cesa
de gemir en el alma y el ambiente.
Pienso en todo y en nada… Suavemente,
siento un vago recuerdo que me besa…
Una esquila solloza su tristeza;
y algo pasa aleteando por mi frente.
Temblorosa campana del convento,
tal vez trae tu queja la plegaria
de la que pudo ser y nunca fue…
Tiene humedad de lágrimas el viento:
llanto tal vez de aquella solitaria,
de aquella que me amaba y que no amé…
POR LOS CAMINOS
Bajo un mundo de ensueños abrumados los hombros,
por todos los caminos, de un asombro a otro asombro.
Por sendas que no alegran azucenas ni nardos,
como un rey consagrado con corona de cardos.
Y sangrarán mis plantas una huella muy larga,
y la verán mis ojos con alegría amarga.
Y será como un río, como un río fecundo,
donde se purifique todo el dolor del mundo.
Gris, fatigosa, eterna, como la vida, sube
la senda, hasta fundirse con la cima y la nube.
—Envueltos en la inmensa claridad deslumbrante,
más allá del cansancio y el dolor, ¡adelante!
Plenos de la infinita vida que nos circunda,
recogidos y graves como una mar profunda.—
Mira los campos, mira su vida hecha verdor,
más dura y más intensa donde hubo más sudor.
Mira los campesinos, vuelta la espalda al cielo.
sobre la tierra en una larga actitud de duelo…
—Tierra-Madre que nunca se cansa en sus amores
de parir alegrías y amamantar dolores…—
Y al buey, que lleva el peso del yugo en el testuz,
duro como el oprobio glorioso de la cruz;
Tardo, lento, indeciso, porque nadie lo espera;
muerto para la inmensa voz de la primavera…
Mira por los caminos los asnos cenicientos,
las orejas tendidas hacia los cuatro vientos.
Míralos cómo pasan con andar peregrino,
bajo un cielo de ensueño, por el largo camino.
Y los pájaros locos, que desprecian el suelo,
y al tocarlo en su vuelo, le dan algo del cielo.
Mensajeros del polen, creadores del trino,
alegres y ligeros como un sorbo de vino.
Y la fuente que piensa, y el arroyo que canta,
como lima en la roca, como beso en la planta…
Mira el río que trae resplandores de lumbre,
candor de ventisquero, y amor de sol y cumbre.
—Ansia de la montaña que hasta el mar se dilata;
amor inmaculado, con alburas de plata.—
Álamos que se yerguen en un éxtasis santo,
donde las brisas quiebran el cristal de su canto.
Altos álamos, tensos como un brazo hacia el cielo,
que orando por la tierra, le dan sombra y consuelo.
Álamos, faros, cruces, amor del peregrino:
¡oración de la tierra y gracia del camino!
* * *
¿Amada, ves?… Se atrista la campiña silente,
el río se hace turbio y el camino doliente.
Los árboles se tuercen, agoniza la fuente,
y se alejan las aves desesperadamente.
Y entre la niebla trémula de la ciudad lejana,
como un grito de angustia la voz de la campana…
¡Mujer amada, juntos! ¡A vencer el destino!
La esfinge nos espera, sentada en el camino;
Hay voces que nos gritan desde la sombra inerte;
¡pero nosotros somos más fuertes que la muerte!…
EL POEMA DE LAS CALLES
«A Max Jara, poeta, en testimonio de mi admiración.»
MI CALLE
Estas calles amables tienen un gesto amigo.
Mi calle me conoce. Cuando vuelvo a su abrigo,
los árboles se mueven con largos movimientos
pausados, y las hojas, donde suspira el viento
su oración musical, dormidas bajo el rayo
del sol, me dan sus sombras en un lento desmayo.
Sus casas blancas tienen un aire de pureza,
un aire humilde y bueno, que reconforta y pesa
tan blandamente… Calles con aire provinciano,
tranquilas, silenciosas…
Como de un mar lejano,
la voz atormentada de la ciudad. — La vida
fluye, corre y se pierde, sin rumor; recogida
como en meditación.
Aquí se aquieta el ansia,
y una mano de seda, bañada de fragancia,
resbala adormeciendo los nervios, largamente…
¡Estas calles amables!… Bajo su sombra, siente
mi espíritu una inmensa quietud. En sus ventanas,
la luz tiembla con algo de una mirada humana;
y sus puertas humildes se abren tan cariñosas,
como si se animaran, y hasta se tornan rosas
las espinas que hieren,
y en estas calles buenas,
maternalmente buenas, ni recuerdo que hay penas:
y cuando en las entrañas traigo el horror del Centro,
¡parece que estas calles me salen al encuentro!…
En su iglesia más pobre que una ermita aldeana,
he vuelto a ver el rostro de la Fe, tan lejana,
y en la voz temblorosa de la vieja campana,
la mística plegaria de mi edad más temprana.
Aletea un instante la oración de la esquila,
y cae en el silencio de la tarde tranquila.
Se oyen voces de niños, la tristeza de un piano,
el temblor de las hojas y un rumor muy lejano.
Ha venido la noche y ha encendido la gracia
de sus ojos de estrellas.
Tremulan las acacias
sus incensarios blancos.— Todo el aire está lleno
de perfume y de paz.
En el fondo sereno
de los muros, anuncian, las ventanas, la santa
comunión del hogar.
Y la calle me encanta
con sus tímidas luces, con sus sombras amables,
sus árboles fragantes y su amor inefable…