A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
LA VIDA TAL CUAL [Mi poema]
Antonio Zerolo Herrera [Poeta sugerido]
MI POEMA ...de medio pelo
Pues todo aquí fenece, nada queda,
por mucho que se insista será en vano,
los chopos que hoy están en la alameda
un día, cuando acabe ya la veda,
el hacha le hará astillas con la mano.
Que todo es temporero, las virtudes
incluso en esta vida los cilicios
no habrán de retrasar, nunca lo dudes,
el tiempo que te espera. Los aludes
no sufren ni al mirar los desperdicios.
Ni el alma viene al caso ni es motivo
a hacer de aquel que dicen no la tiene
un signo distinción a seguir vivo,
-vivir o no vivir no es de recibo,
no importa si conviene o no conviene-.
Después vendrá el olvido. Es natural.
de aquellos que quedaron a la espera
que llegue otro volcán a hacer el mal
marcando a la esperanza su final
pues nunca ha de volver la primavera.
Y así es que van cayendo las bellotas
del árbol de su madre que es la encina,
dejando tras de si ilusiones rotas,
creyéndose uno más de los idiotas,
soñando ver detrás de la colina.
©donaciano bueno
Todo pasa y nada queda pero lo nuestro es pasar...? Share on X
MI POETA SUGERIDO: Antonio Zerolo Herrera
Quiero morir en paz con mi conciencia
Quiero morir en paz con mi conciencia
sin haber en el vicio encenegado
el apellido humilde, pero’ honrado,
que recibí como sagrada herencia.
Cuando se cumpla la mortal sentencia
quiero estar de los míos rodeado,
valeroso y sereno, cual soldado
que luchó por el Arte y por la Ciencia.
Quiero morir en el edén de España,
que si nó la riqueza y la fortuna,
le debo el dulce ambiente que me baña;
y que arrullen mi sueño en La Laguna
los pinos que coronan la montaña
y el mar de Atlante que meció mi cuna.
A Santa Cruz
Celebra tu glorioso aniversario,
y admire el mundo la inmortal hazaña,
en que su lealtad y amor a España
selló con sangre el corazón canario.
Penetra reverente en el santuario
donde están las banderas de Bretaña,
hoy, que a los golpes de enemiga saña,
subes cual nuevo Cristo a tu Calvario.
De allí acuden recuerdos a millares
a confortar tu espíritu; devora
en altivo silencio tus pesares.
Lucha y calla; el derecho no se implora.
¿Si has vencido al coloso de los mares,
¡ira de Dios! no has de vencer ahora?
A Olga Aguilar
Alta, rubia, gentil, ojos de cielo,
-de esos ojos que matan dulcemente-;
formando la corona de su frente
doradas hebras de sedoso pelo.
Llegó a las urnas, levantóse el velo,
y al verla tan hermosa y sonriente
unánimes votaron con la gente
todas las flores del canario suelo.
Imagen de belleza peregrina
que circunda del triunfo la aureola,
es modelo de gracia femenina;
y arde en sus venas, como hirviente ola
de fuego de pasión, mezcla divina
de la sangre francesa y española.
Las folias
Música original la de mis lares,
pues conmueven el alma del patriota,
desde la isla, hermana de la jota,
hasta el viento que zumba en los pinares.
¡Oh, las folías!… Tienen sus cantares
un recuerdo de amor en cada nota;
pero hay algo también que a veces brota
del undívago seno de los mares.
Allá en las noches plácidas, serenas,
cuando flota el misterio en el ambiente
y reposa el Atlante en las arenas,
más que el oído, el corazón lo siente:
¡es la voz, es la voz de la sirenas
que cantan a la isla eternamente!…
Los personajes de Galdós
Cuando expiró el maestro, asombro de la gente,
por ser el prototipo del genio y la constancia,
yo sé que penetraron en la mortuoria estancia,
todos los personajes que concibió su mente.
El lecho rodearon cubriéndolo de flores
-piadosa y delicada señal de sentimiento-
y no se oyó una queja, ni un grito, ni un lamento,
que sólo tienen llanto del alma los dolores.
«Fortunata» y «Jacinta» cogidas de la mano
el coro presidían de la nocturna vela,
y próxima a este grupo, tan bello como humano
de las protagonistas de la inmortal novela,
sin apartar los ojos del venerable anciano,
estaba de rodillas la pobre «Marianela»!…
La laguna
(Después de la estación veraniega)
Ya La Laguna triste y solitaria
vuelve a su natural recogimiento,
a ser la típica ciudad canaria
donde se reconcentra el pensamiento.
Florón el más antiguo de Nivaria
en un valle fecundo tiene asiento,
y allí crecen el pino y la araucaria,
que son las liras rústicas del viento.
Sólo el gremio escolar que se declara
amante del bullicio y la alegría,
le presta animación con su algaraza.
O se escucha la mística armonía
del órgano, al pasar por «Santa Clara»
en la tarde otoñal, lluviosa y fría.