A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
LECTOR, AMIGO, QUE ME SIGUES [Mi poema]
Luis Espinoza Martínez [Poeta sugerido]
MI POEMA... de medio pelo |
Tú, lector. que me sigues y asistes a mis cuitas, Que dudando de todo y hasta si el mundo existe, A veces me parece que no comprendo nada, Ambos aunque corsarios, nos estamos muriendo Nos estamos muriendo por los cuatro costados, Fingimos que vivimos para no irnos hundiendo Yo quisiera ser mudo para no oír que ocurre Y ascua ser para ver se achicharra la lumbre, |
MI POETA SUGERIDO: Luis Espinoza Martínez
El ceibo
Laberinto invertido en el paisaje
verdes rompecabezas multiformes,
polizonte de músculos enormes,
anquilosado en medio del boscaje.
Arabesco de signos centenarios,
cabelleras de crenchas despeinadas,
monograma con líneas enredadas,
torre con intricados campanarios.
Filántropo de normas discutidas,
desparrama sus fibras con largura
y conserva modestos remanentes.
Pilastra mayestáticas crecidas
para el soberbio templo de Natura
que quedó con las cúpulas ausentes.
Convicción
A cada golpe que te dé la suerte
responde con un gesto de desprecio.
Sé como el yunque si te hieren: fuerte:
Sé como el mazo si tu hieres: recio.
No supliques jamás, nunca tu boca
conozca de la plática que humilla.
Sé para el odio de los torpes, roca.
Sé para el mar de la injusticia, quilla.
Con sereno ademán, con entereza,
al peso del dolor nunca postrado,
de tu credo de amor y belleza.
Ante Dios y tus padres, solamente,
fervoroso y humilde, arrodillado,
en sublime actitud baja la frente.
DESALIENTO
Amor que reviviste la muerta lozanía
En mis jardines plenos de tristeza y de tedio;
Mujer que derramaste tu copa de alegría
Para embriagar las horas de dolor en asedio.
Te debo la dulzura que retorno a mi vida
Enferma del extraño veneno del hastió;
Añoro la inefable suavidad escondida
En tus labios que guardan la piedad del rocío.
Amor que conseguiste curar el desaliento
De mi corazón saciado de todos los amores;
Mujer que mitigaste la sed de mi tormento
Para dejarme luego ansiedades mayores.
De nuevo por la vida solitaria y sombría
Voy llevando un recuerdo que no morirá nunca
Como perfume raro de la melancolía…
Que floreció en el seno de una esperanza trunca.
El grillo
Impertinente músico barato
artista de cartel desprestigiado
que, como represalia, ha concertado
desesperante dúo con el gato.
Considera magnífica la holganza
y realiza incursiones a porfía
entre sendas y paños de valía,
que profana las calmas tropicales.
Saltador vagabundo y molestoso,
necio trasnochador escandaloso
que profana las calmas tropicales.
Repite sus monótonas canciones
causando enervadores sensaciones
y agravando las murrias invernales.
MI POETA INVVITADA: Ana Vega
Solo existió un hombre
y, sin embargo, solo
ese hombre,
condujo a toda a una nación
al genocidio.
La psicología de masas
se aplica cada día
sobre nosotros
sin que nadie se atreva
a alzar
ni mirada incluso.
Bastó la cobardía moral
y bastó,
tan solo,
únicamente,
un solo hecho:
la absoluta indiferencia
de todos los hombres y mujeres.
También
la
de
los buenos.
Como tan bien describió Sharon Olds
en su poema Satán dice,
este nos insta a abrir la caja,
cierta ordenación de recursos,
acciones, pensamiento y hecho,
el relato es conocido.
Pero son las manos las que dan forma
a la violencia,
también la boca,
la lengua que se aproxima al paladar
y lento pronuncia,
la garganta que alza la voz y dice:
yo te voy a destruir.
Y finalmente todos los que desde
ambos lados del círculo
DECIDEN no hacer
absolutamente NADA
para impedirlo.
He ahí la misma culpa.
O aún más.
Su génesis, nacimiento, origen…
“Tiene una cerradura de oro en forma de corazón y carece de llave” Satán dice, Sharon Olds
Ojo por ojo
Diente por diente
Y la humanidad
Verá
Por vez primera.
“Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”
Jean-Paul Sartre
¿Y qué vas a decidir entonces
en este preciso instante
tras tu devastación,
la culpa y el culpable,
cuál va a ser tu lugar
en esta historia?
¿Víctima o verdugo?
Tal vez el simple deseo
ya tan conocido,
sea la dicha
ahora:
hágase la luz
en ti…
De: La cuerda. Editorial: Uve Books.