A todos los amantes de la literatura en sus distintas formas o variantes...
SOY ASÍ COMO SOY [Mi poema]
Alberto Ruy Sánchez [Poeta sugerido]
MI POEMA... de medio pelo |
Oigo la radio, las noticias, leo Del resto de las horas me recreo Me encantan las peleas, las diatribas, Reclamo a mi cerebro las ideas Si acaba la jornada y ya es de noche Mi vida aquí es normal, tampoco soy |
*Programa radiofónico que dirige en esRadio el magnífico profesional de Castellón.
MI POETA SUGERIDO: Alberto Ruy Sánchez
ENTRE TU LUZ Y EL AGUA
Quiero ser la luz
que te moja más que el agua.
Quiero ser el agua
que te ilumina por adentro.
Quiero ser la luz
que se escurre por tu espalda.
Quiero ser el agua
que te mira con los dedos.
Quiero ser la luz
que obscurece tu cabello.
Quiero ser el agua
que te canta sus silencios.
Quiero ser la luz
que eterniza cada instante.
Quiero ser el agua
que en tu cuerpo fluye quieta.
Quiero ser la luz
y quiero ser el agua
que de pronto emana
alegre
del esplendor
sorpresivo
de tu sexo.
La puerta enmarca al deseo
La puerta enmarca al deseo
iluminado en la sombra.
La puerta tiene guardianes
como labios que la celan.
La puerta brilla insistente
como mojada por dentro.
La puerta mueve reflejos
que antes van por mis ojos.
La puerta va por su cuenta:
cuenta y cuenta mil historias.
La puerta se abre cantando
con el placer de una queja.
La puerta cierra y aprieta
si por suerte quedé dentro.
La puerta emite mil ecos
que mis sentidos navegan.
La puerta no está en tu cuerpo
pero tus labios la engendran.
Toco la puerta curioso
y me recibes bailando.
A la entrada de tu cuerpo
todo es mucho y mucho es poco.
ABRAZOS PENDIENTES
Plegarias de ausentes,
de distancias,
de anhelos,
los besos no dados
y los abrazos pendientes
en mi piel y en sueños
se anudan como sirenas,
anfibias serpientes
que delicadas se miran,
se tocan, se dicen,
se escuchan, se encienden.
Del río enamorado al templo del amor
el agua las mece, la piedra las junta.
Del templo ilustrado al río veloz,
la piedra las fija, el agua las usa.
Los abrazos pendientes
son eros erosionados,
que renacen sin embargo de su fuga
y en los espejos del tiempo y del agua
en mi piel se multiplican.
UN BESO LARGO
Un beso largo es eso
que el tiempo desconoce,
tiene horizontes lejanos,
caminos que se pierden
de un lado al otro
entre mi sangre
y la comisura
de tus labios.
Un beso largo
es mucho más largo
que el mismo beso:
comienza siendo anhelo,
ansia y sed y hambre,
sigue corriendo en el tacto
cuyo órgano es todo el cuerpo.
Te toca con los labios
y allá y más allá mi piel se eriza
y todos los sabores agradables
se despiertan en la lengua,
fruta madura,
pulpa y perfume,
vainilla si te gusta,
plenitud y fugacidad del mango,
por ejemplo.
Un beso largo se apodera de los oídos
y es música y la saliva canta.
Sigue y gira y sigue
hasta en recuerdos danzando
porque un beso largo,
de verdad, nunca termina.
De lejos un beso largo
parece estatua de piedra
pero es suave y fresco
y a su manera, eterno.
Se extiende siempre
hacia adentro,
y viaja de arriba a abajo
entre tus bocas.
Un beso largo tiene manos,
dibuja, abraza, ilumina.
Un beso largo es creativo,
es instintivo, es reflexivo,
y un poco salvaje,
por naturaleza.
Un beso largo es,
algunas veces, diminuto
y lleva siempre en su gracia
una pizca de torpeza.
TU ABANICO
Pekín tiene en la luz
un río de asombros amarillos.
Y tú, desnuda, multiplicas la luz.
El sol dora los muros
y da vida a todo lo que vuela:
la garza escapó del abanico
cuando lo abriste
y se fue corriendo hacia la sombra.
Brincaba entre islas de luz
huyendo de tu mirada.
La garza aceleraba el paso:
su huella, su meneo,
su lance huidizo.
Su cuello dibujaba y borraba
al ritmo de sus pasos
una S en el aire.
Por el hueco que dejó en el abanico
el sol acariciaba tus pezones.
Y ellos, como la garza,
decididos,
parecían querer volar.
Tu abanico aletea.
La garza agita el aire.
Y tú, vuelas lentamente
a hundir tu pecho en mí.
Las mañanas de Pekín
llenas de ti
son como un sueño
de garzas.
Y como la garza lo sabe,
al despertar escapa.